anicio manlio torcuato severino boecio y casiodoro según benedicto xvi (2008)

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  • ZS08031206 - 12-03-2008Permalink: http://www.zenit.org/article-26647?l=spanish

    Benedicto XVI traza el perfil de los escritoresBoecio y Casiodoro

    Intervencin en la audiencia general del mircoles

    CIUDAD DEL VATICANO, mircoles, 12 marzo 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la intervencin quepronunci Benedicto XVI durante la audiencia general de este mircoles dedicada a presentar la figura de losescritores eclesisticos Boecio y Casiodoro.

    * * *

    Queridos hermanos y hermanas:

    Quisiera hablar hoy de dos escritores eclesisticos Boecio y Casiodoro, que vivieron en unos de los aos msatribulados del Occidente cristiano, en particular, de la pennsula italiana. Odoacro, rey de los hrulos, unaetnia germnica, se haba rebelado, acabando con el imperio romano de Occidente (ao 476), pero muy prontosucumbi a los ostrogodos de Teodorico, que durante algunos decenios controlaron la pennsula italiana.

    Boecio

    Boecio, nacido en Roma en torno al ao 480, de la noble estirpe de los Anicios, entr siendo todava joven enla vida pblica, alcanzando a los 25 aos el cargo de senador. Fiel a la tradicin de su familia, se comprometien poltica, convencido de que era posible armonizar las lneas fundamentales de la sociedad romana con losvalores de los nuevos pueblos. Y en este nuevo tiempo de encuentro de culturas consider como misin propiareconciliar y unir estas dos culturas, la clsica y romana, con la naciente del pueblo ostrogodo. De este modo,fue muy activo en poltica, incluso bajo Teodorico, que en los primeros tiempos le estimaba mucho.

    A pesar de esta actividad pblica, Boecio no descuid los estudios, dedicndose en particular a profundizar enlos temas de orden filosfico-religioso. Pero escribi tambin manuales de aritmtica, de geometra, demsica, de astronoma: todo con la intencin de transmitir a las nuevas generaciones, a los nuevos tiempos, lagran cultura grecorromana. En este mbito, es decir, en el compromiso por promover el encuentro de lasculturas, utiliz las categoras de la filosofa griega para proponer la fe cristiana, buscando una sntesis entre elpatrimonio helnico-romano y el mensaje evanglico. Precisamente por este motivo, Boecio ha sido calificadocomo el ltimo representante de la cultura romana antigua y el primero de los intelectuales medievales.

    Ciertamente su obra ms conocida es el De consolatione philosophiae, que compuso en la crcel para darsentido a su injusta detencin. Haba sido acusado de complot contra el rey Teodorico por haber defendido enun juicio a un amigo, el senador Albino. Pero no se trataba de un pretexto: en realidad, Teodorico, arriano ybrbaro, crea que Boecio simpatizaba por el emperador bizantino Justiniano. Procesado y condenado amuerte, fue ejecutado el 23 de octubre del ao 524, cuando slo tena 44 aos.

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  • A causa de su dramtica muerte, puede hablar tambin a partir de su experiencia al hombre contemporneo ysobre todo a las numerossimas personas que sufren su misma suerte a causa de la injusticia presente en buenaparte de la justicia humana. En esta obra, en la crcel, busca consuelo, busca luz, busca sabidura. Y diceque ha sabido distinguir, precisamente en esta situacin, entre los bienes aparentes --en la crcel stosdesaparecen-- y entre los bienes verdaderos, como la autntica amistad, que en la crcel no desaparecen.

    El bien ms elevado es Dios: Boecio aprendi --y nos lo ensea a nosotros-- a no caer en el fatalismo, queapaga la esperanza. Nos ensea que no gobierna el hado, sino la Providencia y sta tiene un rostro. Con laProvidencia se puede hablar, porque la Providencia es Dios. De este modo, incluso en la crcel, le queda laposibilidad de la oracin, del dilogo con Aquel que nos salva. Al mismo tiempo, incluso en esta situacin,conserva el sentido de la belleza de la cultura y recuerda la enseanza de los grandes filsofos antiguos,griegos y romanos, como Platn, Aristteles --haba comenzado a traducir a estos griegos al latn--, Cicern,Sneca, y tambin poetas como Tibulo y Virgilio.

    La filosofa, en el sentido de la bsqueda de la verdadera sabidura, es, segn Boecio, la verdadera medicinadel alma (Libro I). Por otra parte, el hombre slo puede experimentar la autntica felicidad en la propiainterioridad (libro II). Por este motivo, Boecio logra encontrar un sentido al pensar en la propia tragediapersonal a la luz de un texto sapiencial del Antiguo Testamento (Sabidura 7, 30-8, 1) que l cita: contra laSabidura no prevalece la maldad. Se despliega vigorosamente de un confn al otro del mundo y gobierna deexcelente manera el universo (Libro III, 12: PL 63, col. 780).

    La as llamada prosperidad de los malvados, por tanto, se convierte en mentirosa (libro IV), y manifiesta lanaturaleza providencial de la fortuna adversa. Las dificultades de la vida no slo revelan hasta qu punto staes efmera y breve, sino que se demuestran incluso tiles para encontrar y mantener las autnticas relacionesentre los hombres. La fortuna adversa permite, de hecho, distinguir los amigos falsos de los verdaderos y da aentender que no hay nada ms precioso para el hombre que una amistad verdadera. Aceptar fatalistamente lacondicin de sufrimiento es algo totalmente peligroso, aade el creyente Boecio, pues elimina en su mismaraz la posibilidad misma de la oracin y de la esperanza teologal, que constituyen la base de la relacin delhombre con Dios (Libro V, 3: PL 63, col. 842).

    La peroracin final del De consolatione philosophiae puede considerarse como una sntesis de toda laenseanza que Boecio se dirige a s mismo y a todos los que puedan encontrarse en sus mismas condiciones.En la crcel escribe: Luchad, por tanto, contra los vicios, dedicaos a una vida de virtud orientada por laesperanza que eleva el corazn hasta alcanzar el cielo con las oraciones alimentadas de humildad. Laimposicin que habis sufrido puede mudarse, si os negis a mentir, en la ventaja enorme de tener siempreante los ojos al juez supremo que ve y que sabe cmo son realmente las cosas (Libro V, 6: PL 63, col. 862).

    Cada detenido, independientemente del motivo por el que haya acabado en la crcel, intuye cmo es dura estaparticular condicin humana, sobre todo cuando es embrutecida, como le sucedi a Boecio, por la tortura.Pero es particularmente absurda la condicin de aqul, como Boecio, a quien la ciudad de Pava le reconoce ycelebra en la liturgia como mrtir en la fe, que es torturado hasta la muerte por el nico motivo de sus propiasconvicciones, polticas y religiosas. Boecio, smbolo de un nmero inmenso de detenidos injustamente detodos los tiempos y de todas las latitudes, es de hecho una puerta objetiva para entrar en la contemplacin delmisterioso Crucifijo del Glgota.

    Casiodoro

    Marco Aurelio Casiodoro fue contemporneo de Boecio. Calabrs, nacido en Squillace, hacia el ao 485,muri muy anciano en Vivarium, alrededor del ao 580. Procedente tambin de un elevado nivel social, sededic a la vida poltica y al compromiso cultural como pocos otros en el Occidente romano de su tiempo.Quiz los nicos que se le podan igualar en este doble inters fueron el ya recordado Boecio, y el futuro Papa

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  • de Roma, Gregorio Magno (590-604).

    Consciente de la necesidad de no dejar desvanecer en el olvido todo el patrimonio humano y humanista,acumulado en los siglos de oro del Imperio Romano, Casiodoro colabor generosamente, en los ms elevadosniveles de responsabilidad poltica, con los pueblos nuevos que haban atravesado las fronteras del Imperio yse haban establecido en Italia. Tambin l fue modelo de encuentro cultural, de dilogo, de reconciliacin.Las vicisitudes histricas no le permitieron realizar sus sueos polticos y culturales, que buscaban crear unasntesis entre la tradicin romano-cristiana de Italia y la nueva cultura gtica. Aquellas mismas vicisitudes leconvencieron sobre carcter providencial del movimiento monstico, que se iba afirmando en las tierrascristianas. Decidi apoyarlo, dedicndole todas sus riquezas materiales y sus fuerzas espirituales.

    Tuvo la idea de encomendar precisamente a los monjes la tarea de recuperar, conservar y transmitir a lasgeneraciones futuras el inmenso patrimonio cultural de los antiguos para que no se perdiera. Por esto fundVivarium, un cenobio en el que todo estaba organizado de manera que se estimara como sumamente preciosoe irrenunciable el trabajo intelectual de los monjes. Estableci tambin que los monjes que no tenan unaformacin intelectual no se dedicarn slo al trabajo material, de la agricultura, sino tambin a la transcripcinde los manuscritos para que de este modo ayudaran en la transmisin de la gran cultura a las futurasgeneraciones.

    Y esto sin que fuera en detrimento alguno del compromiso espiritual monstico y cristiano y de la actividadcaritativa por los pobres. En su enseanza, distribuida en varias obras, pero sobre todo en el tratado Deanima e nelle Institutiones divinarum litterarum, la oracin (C. PL 69, col. 1108), alimentada por la SagradaEscritura y particularmente por la meditacin asidua de los Salmos (Cf. PL 69, col. 1149), tiene siempre unlugar central como comida necesaria para todos.

    Este doctsimo calabrs introduce as su Expositio in Psalterium: Rechazadas y abandonadas en Rvenalas solicitudes de la carrera poltica, caracterizada por el sabor disgustoso de las preocupaciones mundanas,habiendo gozado del Salterio, libro cado del cielo como autntica miel para el alma, me arroj vidamentecomo un sediento para escrutarlo y dejarme penetrar totalmente por esa dulzura saludable, despus dehaberme saciado de las innumerables amarguras de la vida activa (PL 70, col. 10).

    La bsqueda de Dios, orientada a su contemplacin --escribe Casiodoro--, sigue siendo el objetivo permanentede la vida monstica (Cf. PL 69, col. 1107). Sin embargo, aade que con la ayuda de la gracia divina (Cf. PL69, col. 1131.1142), se puede disfrutar mejor de la Palabra revelada utilizando las conquistas cientficas yculturales profanas que posean los griegos y los romanos (Cf. PL 69, col. 1140). Casiodoro se dedicpersonalmente a los estudios filosficos, teolgicos y exegticos sin particular creatividad, pero prestandoatencin a las intuiciones que consideraba vlidas en los dems. Lea con respeto y devocin sobre todo aJernimo y Agustn. De este ltimo deca: En Agustn hay tanta riqueza que me parece imposible encontraralgo que ya no haya sido tratado abundantemente por l (Cf. PL 70, col. 10).

    Citando a Jernimo exhortaba a los monjes de Vivarium: No slo alcanzan la palma de la victoria aquellosque luchan hasta derramar la sangre o que viven en la virginidad, sino tambin todos aquellos que, con laayuda de Dios, vencen los vicios del cuerpo y conservan la recta fe. Pero para que podis vencer con la ayudade Dios ms fcilmente los alicientes del mundo, permaneciendo en l como peregrinos en continuo camino,tratad de buscar ante todo la saludable ayuda sugerida por el primer salmo, que recomienda meditar noche yda en la ley del Seor. El enemigo no encontrar, de hecho, ninguna entrada para asaltaros si toda vuestraatencin est ocupada en Cristo (De Institutione Divinarum Scripturarum, 32: PL 69, col. 1147).

    Es una advertencia que tambin podemos considerar como vlida para nosotros. Vivimos, de hecho, tambinnosotros, en un tiempo de encuentro de culturas, de peligro de violencia que destruye las culturas, y en el quees necesario el compromiso para transmitir los grandes valores y ensear a las nuevas generaciones el camino

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  • de la reconciliacin y de la paz. Encontramos este camino orientndonos hacia el Dios con rostro humano, elDios que se nos ha revelado en Cristo.

    [Al final de la audiencia, el Papa salud a los peregrinos en varios idiomas. En espaol, dijo:]

    Queridos hermanos y hermanas:

    Boecio naci en Roma en una familia noble y fue senador a los veinticinco aos. No obstante la actividadpblica, no descuid los estudios, dedicndose particularmente a la profundizacin de temasfilosfico-religiosos. Su obra principal es el De consolatione philosophiae, que compuso mientras estuvoencarcelado injustamente. En ella se esfuerza por convencer a los hombres para que orienten su vida haciaDios, fin y principio de toda criatura. Contemporneo a Boecio fue Marco Aurelio Casiodoro, quien con el finde conservar y transmitir el inmenso patrimonio cultural del Imperio romano fund Vivarium, un monasterioorganizado de tal modo que se estimase como precioso e irrenunciable el trabajo intelectual de los monjes, sinolvidar la espiritualidad monstica y la caridad para con los pobres. En sus enseanzas, particularmente en lasobras De anima e Institutiones divinarum litterarum, ocupa un lugar central la oracin, nutrida de la SagradaEscritura. De igual modo, pone la bsqueda y la contemplacin de Dios como fin principal de la vidamonstica.

    Saludo con afecto a los peregrinos de lengua espaola, en particular, a los fieles venidos de Mlaga, a losalumnos de distintos Institutos y Colegios de diversas ciudades de Espaa, as como a los grupos procedentesde Mxico y de otros pases latinoamericanos. En el camino cuaresmal, a la luz de los escritos de Boecio yCasiodoro, amemos intensamente la Palabra de Dios, especialmente los Salmos, que nos ayudan a rezar y aestar muy unidos al Seor. Os deseo a todos una Semana Santa colmada de frutos de santidad. Muchasgracias.

    [Traduccin del original italiano realizada por Jess Colina

    Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]

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