anestesia laparoscopica abdominal
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7/31/2019 Anestesia Laparoscopica Abdominal
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Especificidades de la anestesia
en la cirugía laparoscópicaabdominal del adulto
J.-E. Bazin, P. Waleckx, K. Slim
Las técnicas laparoscópicas han revolucionado la cirugía abdominal y, por consiguiente,las técnicas anestésicas han tenido que adaptarse. Las modificaciones fisiológicas generadas por el neumoperitoneo son mínimas cuando las presiones no sobrepasan los 12 mmHg, por lo que las contraindicaciones absolutas son raras. Un númeroconsiderable de operaciones de cirugía digestiva se pueden realizar ahora por laparoscopia, pero no siempre son evidentes las ventajas de ésta respecto de las técnicas convencionales, por lo que todavía sigue siendo discutida para determinadas indicaciones. Casi siempre se propone una anestesia general con intubación orotraqueal y ventilación controlada. En el postoperatorio, la técnica analgésica de elección es una analgesia multimodal que combina anestésicos locales, administrados por vía intraperitoneal, con opiáceos y antiinflamatorios no esteroideos. Los setrones constituyen un buen tratamiento preventivo de las náuseas y los vómitos postoperatorios, relativamente comunes. Las intervenciones laparoscópicas que se realizan para tratar el reflujo gastroesofágico presentan complicaciones frecuentes,sobre todo perforación esofágica o aparición de neumotórax. Los principales problemas planteados por la cirugía cólica derivan de su duración, con riesgo de hipotermia, de difusión del protóxido de nitrógeno y de complicaciones relacionadas con la posición. En
la actualidad, la cirugía laparoscópica se propone ampliamente a los pacientes obesos,sobre todo para la cirugía bariátrica.
© 2006 Elsevier SAS. Todos los derechos reservados.
Palabras Clave: Laparoscopia; Neumoperitoneo; Cirugía abdominal; Cirugía bariátrica
Plan
¶ Introducción 1
¶ Colecistectomía 2Período peroperatorio 2Período postoperatorio 3
¶ Reparación quirúrgica de la hernia inguinal 4
¶ Reparación quirúrgica del reflujo gastroesofágico 4
¶ Cirugía colorrectal 5
¶ Cirugía laparoscópica del obeso 5
¶ Urgencias abdominales 6
¶ Conclusión 6
■ IntroducciónDesde hace aproximadamente quince años, se vienen
desarrollando técnicas quirúrgicas miniinvasivas, comola cirugía laparoscópica, y esto sobre todo en el campo
de la cirugía digestiva. En 1987, Philippe Mouret descri-bió la primera colecistectomía por vía laparoscópica, yen 1989 Périssat et al [1] publicaron la primera serie. El
método laparoscópico se ha convertido rápidamente enuna alternativa a la colecistectomía por vía subcostal y,hoy en día, es la técnica de referencia.
Gracias a un mayor dominio de las técnicas laparos-cópicas y al progreso en el instrumental, se han podidoampliar las indicaciones de la laparoscopia en la cirugíadigestiva. Este desarrollo afecta tanto a la diversidad delas intervenciones como a la población a la que se lepuede proponer. Sin embargo, con demasiada frecuen-cia, estas técnicas [2] no se han evaluado lo suficiente.
Las técnicas quirúrgicas por vía laparoscópica requie-ren la insuflación intraperitoneal de gas carbónico (CO2)a través de una aguja de Veress que se introduce poruna pequeña incisión infraumbilical. La repercusiónfisiopatológica de esta insuflación y del aumento de lapresión intraperitoneal ha sido tratada en el temageneral sobre anestesia en cirugía laparoscópica, y no seabordará en este artículo [3]. Aquí sólo se tratarán lasespecificidades relacionadas con cada intervenciónquirúrgica abdominal realizada por vía laparoscópica.
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■ Colecistectomía
Período peroperatorio
Técnica anestésica
Para la colecistectomía, la posición es o bien eldecúbito supino en proclive (elevación de la partesuperior del tronco) con inclinación lateral izquierda ylas piernas separadas, o el decúbito lateral izquierdo. La
técnica anestésica recomendada para la colecistectomíapor laparoscopia es la anestesia general, si bien existenestudios sobre técnicas de anestesia peridural o raquídeaasociadas en mayor o en menor medida a una sedación,sobre todo en pacientes con insuficiencia respira-toria [1-7]. Sin embargo, en la mayoría de los casos serecomienda la anestesia general por el nivel de analgesiarequerido, para evitar los cambios de posición y ante lasmolestias producidas por la insuflación intraperitoneal.
En general se realiza una intubación orotraqueal conventilación controlada para reducir el aumento dePaCO2 y evitar la alteraciones respiratorias secundariasal neumoperitoneo [8]. El uso de una presión espiratoriapositiva de 5 cmH2O mejora la oxigenación [9] . Lamascarilla laríngea se ha utilizado en cirugía ginecoló-gica por laparoscopia, donde se ha demostrado que noexiste un aumento de reflujo. Esto no se puede extrapo-lar a la cirugía supramesocólica, en la que sí existe unriesgo de regurgitación pasiva del contenido gástrico.Además, la ventilación mecánica suele ser mediocre con
la mascarilla laríngea clásica [10]. La mascarilla laríngeaProSeal, en cambio, proporcionaría mejores condicionesde ventilación [10], que incluso podrían ser equivalentesa la intubación endotraqueal [11]. En general, la curari-zación es útil, y la elección de la molécula depende dela duración estimada de la intervención. Hay que teneren cuenta que el empleo de antagonistas potencia elriesgo de que aparezcan náuseas y vómitos en el posto-peratorio, que serán más frecuentes que los de una
curarización residual [12].Se ha podido demostrar que un aumento de un
12-16% de la ventilación/min permite mantener unaPaCO2 próxima de los valores previos a la insufla-ción [13], y que la presión parcial de CO 2 en el aireespirado al final de la espiración (ETCO2) se aproximabastante a la PaCO2 de los pacientes sanos, que sepueden beneficiar de una colecistectomía por vía lapa-roscópica. Sin embargo, esta relación entre PaCO2 yETCO2 no es válida en pacientes que presentan unaenfermedad cardiopulmonar [14]. La evaluación preope-ratoria de la función pulmonar muestra que una dismi-nución del volumen espiratorio máximo por segundo(VEMS) y de la capacidad vital es un buen índice de
riesgo de hipercapnia durante la colecistectomía[15]
. Laaparición de una hipercapnia con acidosis respiratoriaobliga a disminuir las presiones de insuflación delneumoperitoneo y, de forma eventual, a convertir lalaparoscopia en laparotomía.
El uso de protóxido de nitrógeno en la colecistecto-mía laparoscópica ha resultado controvertido por elriesgo de difusión del N2O hacia la luz intestinal y lacavidad peritoneal [16]. Taylor et al han estudiado laincidencia del empleo de protóxido de nitrógeno en lascolecistectomías por laparoscopia [17]. El resultado revelóque las condiciones quirúrgicas al cabo de 70-80 minu-tos de intervención eran idénticas, se hubiera utilizadoprotóxido de nitrógeno o no. En concreto, la distensiónintestinal no era mayor, y el cirujano era incapaz de
distinguir a los pacientes que recibían el N2O de los querecibían aire.
En general, el empleo de morfínicos se puede acom-pañar de un espasmo del esfínter de Oddi, que a su vezpuede dificultar la interpretación de las colangiografíasperoperatorias. Sin embargo, aún no se ha publicadoningún estudio sobre este fenómeno durante la cirugíade la vesícula por laparoscopia.
Complicaciones
La colecistectomía por laparoscopia puede presentarcomplicaciones. Se ha estimado que la incidencia de laslesiones vasculares producidas al introducir los trocares
es del 0,06%, y que ésta disminuye con la experienciaquirúrgica [18]. La hemorragia se puede deber a laintroducción directa de los trocares en los grandes vasosintraabdominales o a una lesión de la vascularizaciónparietal. Una herida a nivel de la arteria cística ohepática puede provocar grandes hemorragias durante lacolecistectomía, que pueden ser retroperitoneales, y enese caso su diagnóstico resulta más difícil, y puederetrasarse incluso en presencia de signos hemodinámi-cos [19]. Si la hemorragia es incontrolable, la laparosco-pia se debe transformar de inmediato en laparotomía.También se han descrito casos de perforaciones deórganos huecos, lesiones hepáticas o esplénicas ylaceraciones mesentéricas. Cuando no se detecta en elperoperatorio una de estas complicaciones, el diagnós-tico se retrasa y la morbimortalidad es considerable.
Cuando se monitoriza a los pacientes por ecocardio-grafía transesofágica peroperatoria [20], pueden serfrecuentes las embolias gaseosas de CO2, pero no sesuelen acompañar de modificaciones significativas de
“ Puntualización
Indicaciones quirúrgicas variadas.• Hoy en día se pueden realizar por laparoscopianumerosas intervenciones de cirugía digestiva.• No siempre son evidentes las ventajas de lastécnicas laparoscópicas respecto de las técnicasconvencionales, por lo que siguen siendodiscutidas para determinadas indicaciones.• La laparoscopia es ahora la técnica de referenciapara la colecistectomía.• Aún no se han demostrado las ventajas de lastécnicas laparoscópicas en la cirugía reparadorade la hernia inguinal. La ventaja principal sería unadisminución de los dolores postoperatorios.• Las intervenciones laparoscópicas para tratar elreflujo gastroesofágico presentan complicaciones
fr ecu entes , sobre todo por perforación delestómago o del esófago, o por aparición deneumotórax.
• Todas las intervenciones de cirugía colorrectalpueden ser realizadas por vía laparoscópica o bajocontrol laparoscópico.• En términos de dolores postoperatorios, elbeneficio de las técnicas laparoscópicas para lacirugía cólica es muy limitado.• Tanto la rehabilitación como las complicacionesbroncopulmonares postoperatorias mejoraríancon la técnica laparoscópica.• La obesidad se ha considerado durante muchotiempo como una contraindicación relativa para lacirugía laparoscópica; ahora, en cambio, sepropone a menudo a los pacientes obesos, sobretodo para la cirugía bariátrica.
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los parámetros ventilatorios ni hemodinámicos. Estasembolias gaseosas pueden resultar de la insuflacióndirecta de CO2 con la aguja de Veress o de la penetra-ción del gas a través de una herida vascular parietal ohepática producida al diseccionar la vesícula [21]. De
igual forma, en algunas intervenciones de colecistecto-mía [22] se han descrito embolias paradójicas por unforamen ovale abierto.
En un 0,4-2% de los casos, aproximadamente, sepuede producir una difusión extraperitoneal del CO2,sobre todo a nivel subcutáneo. Esta difusión se sueleacompañar de un aumento de la reabsorción de CO2 y,por tanto, del ETCO2
[23]. Dichos enfisemas subcutáneosno suelen requerir ningún tratamiento especial, y sereabsorben rápidamente una vez que se ha vaciado elneumoperitoneo [24]. También se puede producir unneumotórax al realizar una colecistectomía laparoscó-pica; puede ocurrir al introducir la aguja de Veress, alinsuflar el CO2 o cuando se realiza la disección de lavesícula [25]. Estos neumotórax pueden resultar de
defectos diafragmáticos congénitos y provocar uncuadro de asfixia [26]. Los síntomas clínicos son varia-bles, y pueden ir del simple aumento de las presiones deventilación a un colapso cardiovascular dramático. Ladisminución de la amplitud de los complejos QRS entodas las derivaciones del electrocardiograma (ECG)puede ser un signo precoz que revele la aparición de unneumotórax [27]. Cuando la repercusión clínica esmínima, no se debe tratar, ya que el CO2 se absorberápidamente en la cavidad pleural [27]. Asimismo, se handescrito casos de neumomediastino y neumopericardio.Aquí también basta un simple control [26]cuando noexisten signos clínicos de gravedad.
Alternativa al neumoperitoneoPara evitar la insuflación de CO2 y el aumento de la
presión intraperitoneal, se ha descrito una técnica desuspensión mecánica parietal. Con este método, semantiene la presión intraperitoneal en 1-4 mmHg, y la
insuflación sólo moviliza pequeños volúmenes. Koivu-salo et al han demostrado que, cuando se utiliza estasuspensión parietal, se producen modificaciones míni-mas a nivel hemodinámico, pulmonar, renal yneuroendocrino [28-31]. Otras técnicas de suspensiónarrojan los mismos resultados [31]. Sin embargo, la visiónquirúrgica es peor y requiere una gran experiencia, porlo que dichas técnicas están menos difundidas.
Período postoperatorio
Analgesia
Aunque la cirugía laparoscópica supone un trauma-tismo quirúrgico menos grave, los dolores postoperato-rios son frecuentes. El efecto analgésico de la instilaciónintraperitoneal de anestésicos locales después de unacolecistectomía laparoscópica es muy discutido. Algunosestudios revelan un efecto analgésico potente, mientrasque otros no muestran ningún efecto. Pasqualucci et alobservan un efecto muy beneficioso tras la instilaciónsubdiafragmática de 20 ml de bupivacaína al 0,5% alcomienzo y al final de la cirugía [32]. La infiltración conanestésicos locales de los puntos de incisión de lostrocares y la administración peritoneal reducen demanera significativa el dolor parietal, las náuseaspostoperatorias precoces y el consumo de morfina, perono tienen efecto sobre el dolor visceral ni sobre el dolorirradiado al hombro tras la colecistectomía [33].
Joris et al han observado que después de la colecistec-tomía laparoscópica el dolor más fuerte es el visceral,que no disminuye con la administración intraperitonealde 80 ml de bupivacaína al 0,125% [34]. Según unmetaanálisis, la inyección intraperitoneal de anestésicoslocales parece tener un leve efecto favorable, peroningún argumento permite afirmar el interés de lainfiltración a nivel de los trocares [35]. Lo más eficazparece ser una analgesia multimodal que combina
opiáceos, antiinflamatorios no esteroideos y anestésicoslocales; de esta forma se puede reducir la cantidad deopiáceos administrados, así como los efectos secunda-rios. La administración repetida de ropivacaína al 0,5%a través de un catéter colocado en el lecho vesicular seha revelado muy eficaz [36]. Por lo que se refiere a losantiinflamatorios, una inyección preoperatoria de 40 mgde parecoxib, seguida de un toma oral de 40 mg devaldecoxib, reduce el consumo de opiáceos y propor-ciona una analgesia mejor que un placebo [37].
El calentamiento del CO2 insuflado no influye en ladisminución de los dolores postoperatorios [38].
Náuseas y vómitos
La aparición de náuseas y vómitos postoperatorios(NVPO) es una complicación frecuente de la cirugíalaparoscópica, cuya incidencia puede alcanzar el 48%.La reducción de las dosis de opiáceos gracias a unaanalgesia multimodal parece resultar eficaz para dismi-nuir la incidencia de las náuseas y los vómitos. El papeldel protóxido de nitrógeno en la aparición de náuseasy vómitos después de colecistectomía laparoscópicasigue siendo controvertido. Taylor et al no encuentranninguna diferencia en la incidencia de las NVPO entreel grupo que recibe protóxido de nitrógeno y el querecibe una mezcla de aire-oxígeno [17], mientras que dosmetaanálisis [39, 40] muestran una clara reducción de lasNVPO cuando no se administra el protóxido de nitró-geno en la anestesia general, con independencia de lalaparoscopia. También es posible reducir las NVPO [41]
utilizando propofol como agente de mantenimiento enla colecistectomía. El empleo de antagonistas de losreceptores 5HT3, como el ondansetrón, ha resultadoeficaz en la prevención de las náuseas y los vómitos que
“ Conducta que debe
seguirse
Técnica anestésica• Casi siempre se propone la anestesia general.• Algunos estudios han mostrado la posibilidad
de realizar colecistectomías por vía laparoscópicabajo anestesia peridural, sobre todo en pacientescon insuficiencia respiratoria.• Para limitar la hipercapnia, la norma es laintubación orotraqueal y la ventilacióncontrolada.• El uso de una mascarilla laríngea para lasintervenciones supramesocólicas no está validado,
y no permite garantizar una ventilación suficiente.• Los pacientes que presentan una enfermedadcardiovascular o respiratoria son más propensos ala hipercapnia.• Ningún argumento justifica la no utilización de
protóxido de nitrógeno durante la laparoscopia.• Una presión intraperitoneal superior a15 mmHg y una posición proclive marcadapueden provocar alteraciones hemodinámicas,sobre todo por una marcada disminución delretorno venoso.
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aparecen después de la colecistectomía laparoscópi-ca [42]. El ramosetrón parece ser más eficaz que elgranisetrón durante las primeras 48 horas tras colecis-tectomía laparoscópica [43]. El ondansetrón, adminis-trado al final de la cirugía, sería más eficaz que justoantes de la inducción [44].
Función respiratoria
En el período postoperatorio, la repercusión de lalaparoscopia sobre la ventilación es menor que despuésde laparotomía, y las complicaciones respiratorias
también son menores[45-47]
. Sin embargo, existe unadisfunción diafragmática que puede durar 24 horas en elperíodo postoperatorio [48, 49] que probablemente estérelacionada con las aferencias nerviosas del lechovesicular [48].
Trombosis venosa
Aunque el aumento de la presión intraperitonealproducido por el neumoperitoneo se ha considerado unfactor favorecedor de la trombosis venosa profunda, laincidencia de embolias pulmonares graves poscolecis-tectomía laparoscópica es inferior (0,016%) [50] a laobservada tras cirugía por laparotomía (0,8%) [51]. Estoprobablemente se deba a que el paciente vuelve a
caminar de un modo más precoz después de la cirugíalaparoscópica.
■ Reparación quirúrgicade la hernia inguinal
Las ventajas de la laparoscopia en la reparaciónquirúrgica de la hernia inguinal son mucho menosclaras que para el resto de las técnicas quirúrgicasintraabdominales, por lo que la realización de estaintervención por vía laparoscópica resulta muy contro-vertida. El argumento esgrimido a favor de una técnicalaparoscópica es un despertar mucho menos doloroso,sobre todo cuando se trata de una hernia recidivante ybilateral [52-54].
Se pueden utilizar dos técnicas quirúrgicas [55]: lareparación mediante una prótesis transabdominalpreperitoneal (TAPP), que requiere un neumoperitoneo
estándar, y una técnica totalmente extraperitoneal (TEP).Para crear un espacio de trabajo extraperitoneal, seutiliza un balón que se mantiene hinchado por insufla-ción de CO2 . Esta insuflación de CO2 en el preperito-neo se acompaña de una mayor reabsorción y, portanto, de un mayor riesgo de hipercapnia. En general, laposición del paciente es el decúbito supino con uno olos dos brazos a lo largo del cuerpo (Fig. 1). Es difícilhacer la comparación con técnicas no laparoscópicas, yaque estas últimas suelen realizarse bajo anestesia local olocorregional. No obstante, la vuelta al trabajo pareceser más precoz [54] cuando se utilizan técnicas laparos-
cópicas. Las complicaciones quirúrgicas son más fre-cuentes con las técnicas laparoscópicas que con latécnica clásica [56]. En el caso concreto de Francia, lareparación quirúrgica de la hernia inguinal por víalaparoscópica casi siempre se practica bajo anestesiageneral con intubación [57], y algunos pacientes latoleran mal [58]. Ciertos estudios, que incluyen a unreducido número de pacientes, describen el uso de unaraquianestesia o de una anestesia local [59, 60]. Tambiénse ha utilizado la suspensión parietal con el fin de evitarlos dolores escapulares derivados de la irritacióndiafragmática [59].
En cualquier caso, un ensayo reciente no encuentraninguna ventaja en el empleo de técnicas laparoscópicaspara la reparación quirúrgica de la hernia inguinal [61].
■ Reparación quirúrgicadel reflujo gastroesofágico
La intervención de Nissen es la más utilizada por víalaparoscópica para el tratamiento del reflujo gastroeso-fágico [62]. En algunos equipos, la colocación de sondasintraesofágicas, que durante esta intervención sirvenpara mantener una luz suficiente para evitar disfagias, esrealizada por los anestesistas. La reparación quirúrgicadel reflujo gastroesofágico por vía laparoscópica siguepresentando numerosas complicaciones, y requiere unagran experiencia quirúrgica [63]. Las complicaciones másfrecuentes son la perforación del estómago o del esó-fago, que pueden ser gravísimas y tienen una tasa demortalidad del 26% [64]. La perforación se puede produ-cir al movilizar el estómago o al introducir las sondas.
El cuidado de estos pacientes es más complicado queel de aquéllos en los que se utilizan otras técnicas
Figura 1. Colocación para la cirugía reparadora de lahernia inguinal por vía laparoscópica.
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laparoscópicas. Hay que tener en cuenta el riesgo deinhalación del contenido gástrico durante la inducción.También se producen con mayor frecuencia episodios dehipotensión arterial e hipoxia [65], que podrían deberseal aumento de las presiones pleural y mediastínica. Laincidencia de neumotórax es más elevada cuando seinterviene a nivel de la unión gastroesofágica; engeneral es poco significativa, y no requiere necesaria-mente un drenaje torácico, sólo cuando hay repercusión
clínica [63, 66]. Para la intervención, se necesita un anti-Trendelenburg considerable, que puede provocar modi-ficaciones hemodinámicas mayores con reducciónmarcada del retorno venoso.
■ Cirugía colorrectal
Todas las intervenciones de cirugía colorrectal sepueden realizar por vía laparoscópica. En el caso con-creto de Francia, algunos equipos realizan cirugíacolorrectal por laparoscopia desde hace una década,pero su desarrollo y su difusión son menos espectacula-res que los de otras intervenciones, como la colecistec-
tomía o la reparación quirúrgica de una hernia o delreflujo gastroesofágico. Probablemente esto se deba a surelativa complejidad y, sobre todo, a la publicacióndesde el comienzo de la década de 1990 de casos dediseminación neoplásica a nivel de la cicatriz de lostrocares. La cirugía cólica por vía laparoscópica presentaalgunas dificultades específicas [67]. A diferencia de lavesícula biliar o las glándulas suprarrenales, la pieza decolectomía suele ser voluminosa y, además, está coloni-zada por numerosas bacterias, a pesar de la preparacióny de la profilaxis antibiótica. La colectomía requiereademás una anastomosis. Las resecciones cólicas sepueden realizar de forma íntegra por vía laparoscópicao ser asistidas por laparoscopia. En este caso, se realizala disección por vía laparoscópica, y la resección y la
anastomosis por una minilaparotomía. Algunos estudiosrevelan que no existe ninguna diferencia entre la cirugíalaparoscópica y las minilaparotomías para reseccióncólica [68]. Para el anestesista, esta cirugía colorrectal porvía laparoscópica no presenta en realidad ningunaparticularidad especial o distinta de las otras técnicaslaparoscópicas (Fig. 2), y los problemas derivan delneumoperitoneo, de las posiciones extremas que a vecessolicita el cirujano y de la duración, que tambiéndepende del cirujano y de su experiencia. Las complica-ciones de esta cirugía laparoscópica de larga duración
son sobre todo problemas de posición y de hipotermia.Durante el peroperatorio, la repercusión hemodinámica,respiratoria o incluso renal, no plantea ningún pro-blema, y esto se debe a las presiones de insuflaciónintraperitoneal utilizadas en la actualidad por loscirujanos. Lo más importante que hay que tener encuenta es el beneficio que el paciente puede obtener deuna técnica laparoscópica, que debe motivar al conjuntodel equipo para realizar esta clase de intervención.
Las ventajas de la cirugía laparoscópica citadas conmás frecuencia son un bienestar postoperatorio mayor,un número de complicaciones parietales y pulmonaresmenor y una inmunodepresión postoperatoria menossignificativa. Los estudios no aleatorizados destacansiempre la disminución del dolor después de la cirugíalaparoscópica. Esta ventaja resulta menos evidentecuando se analizan ensayos aleatorizados. Algunosestudios no encuentran ninguna diferencia entre eldolor tras una laparotomía y el de después de unalaparoscopia [69, 70]; otros estudios, en cambio, demues-tran realmente que el dolor es menor tras la laparosco-pia [71, 72]. En realidad, en estos dos últimos estudios, ladiferencia entre ambos grupos es muy pequeña: menos
de 20 mm en la escala visual analógica (EVA) o diferen-cias en el consumo diario de morfina del orden de10 mg. La analgesia postoperatoria es mucho mejor conuna anestesia peridural torácica que con la administra-ción autocontrolada de morfina, pero la duración de lahospitalización no se modifica [73]. Ciertos estudiosencuentran que el tránsito se restablece un día antescon la laparoscopia [ 7 4, 7 5 ], pero otros no observanninguna diferencia [76, 77]. Dos estudios prospectivos,que incluyeron 500 y 1.143 enfermos respectivamen-te [78, 79], observaron una menor incidencia de compli-caciones broncopulmonares después de la cirugía cólicapor laparoscopia.
Por otra parte, la edad avanzada no es una contrain-
dicación para una cirugía cólica por laparoscopia
[80-83]
.Para concluir, se puede afirmar que no se han demos-trado las ventajas potenciales para el paciente (salvo lasestéticas, que son considerables en los pacientes jóve-nes) [80, 82]. Además, hay que tener en cuenta que lacirugía convencional es ahora menos invasiva.
■ Cirugía laparoscópicadel obeso
En otras épocas, la obesidad se consideraba unacontraindicación relativa de la cirugía laparoscópica en
ginecología, debido a la morbididad asociada a estetrastorno, a las dificultades a la hora de insertar la agujade Veress y de mover los instrumentos de laparoscopiay a la acumulación de grasa en el epiplón, que dificultala visualización quirúrgica.
A pesar de las consecuencias respiratorias de la obesi-dad, el paciente obeso parece tolerar relativamente bienla insuflación del neumoperitoneo. Dumont et al. hanestudiado la repercusión respiratoria [84] y hemodinámi-ca [85] del neumoperitoneo en las gastroplastias porlaparoscopia realizadas a 15 pacientes con obesidadmórbida. Para una insuflación peritoneal de 2,26 kPa,observaron una disminución del 31% de la distensibili-dad respiratoria, y un aumento del 17-32% de laspresiones pico y de meseta de las vías respiratorias paraun volumen corriente constante. También observaronhipercapnia, pero sin modificación de la oxigenación.Las distensibilidades pulmonares y las presiones deinsuflación vuelven a la normalidad después del vaciadodel neumoperitoneo, y la tolerabilidad parece ser exce-
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Figura 2. Colocación para la cirugía cólica por laparoscopia.
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lente. La posición proclive, necesaria para la interven-ción (Fig. 3), y que resulta esencial, es muy bien tole-rada por el paciente obeso [86].
Tras la cirugía laparoscópica, los pacientes obesosnecesitan menos analgesia, se mueven con más rapidezy tienen una hospitalización más corta [87, 88]. En unapoblación con un índice de masa corporal (IMC) de40-60 kg m-2, la función respiratoria postoperatoria estámucho menos alterada después de la derivación gástricapor vía laparoscópica que por laparotomía [89]. Todasestas experiencias, relativamente esperanzadoras para lacirugía laparoscópica en el paciente obeso, no debenhacer olvidar que los cambios de posición (Trendelen-burg, sobre todo, y en menor medida el anti-Trendelenburg) son mal tolerados por la persona obesa,que la hipercapnia potencia los trastornos del ritmo(comunes en este tipo de pacientes), y que un aumentode la presión intraperitoneal puede provocar inestabili-dades hemodinámicas en el peroperatorio [90]. En elpaciente obeso, el aumento de la presión intraabdomi-nal potencia la estasis venosa, reduce el flujo sanguíneoen la vena porta, disminuye el flujo urinario y aumentalas presiones de las vías respiratorias [90].
En resumen, los pacientes con obesidad mórbida se
benefician claramente de las ventajas postoperatorias dela cirugía laparoscópica, pero requieren un cuidadoadecuado [90-92].
■ Urgencias abdominales
La exploración laparoscópica de la cavidad peritonealen caso de indicación quirúrgica de urgencia parece seruna técnica de elección [93]. La laparoscopia ha sidopropuesta para el tratamiento de las perforacionescólicas [94], de las úlceras perforadas [95], en los trauma-tismos penetrantes del abdomen [96] y en los traumatis-mos del bazo [97]. El empleo de la laparoscopia también
se ha desarrollado de forma considerable para la apen-dicectomía [98]. Sin embargo, las ventajas de esta técnicasobre la incisión clásica parecen ser relativamentepequeñas [99], salvo quizás en la mujer en edad deprocrear [100] y en el anciano [101], en el que es funda-mental la ayuda para el diagnóstico. En todas estascircunstancias, hay que tener en cuenta que, en caso dehipovolemia [102], el paciente tolera muy mal elaumento de la presión intraperitoneal y que, como elriesgo de regurgitación es grande, hay que recurrir demanera sistemática a la intubación y a una inducciónde secuencia rápida.
■ Conclusión
Las técnicas laparoscópicas han revolucionado lacirugía abdominal y, por consiguiente, las técnicasanestésicas han tenido que adaptarse. Las modificacio-nes fisiológicas generadas por el neumoperitoneo son
mínimas cuando las presiones no sobrepasan los12 mmHg. Hoy en día, son raras las contraindicacionesabsolutas, y los pacientes más frágiles parecen sacarprovecho de las ventajas postoperatorias de una cirugía«menos agresiva». La ausencia de dolores, náuseas yvómitos en el período postoperatorio es fundamentalpara que el paciente salga pronto del hospital, y laelección de los anestésicos resulta esencial para lograrque el cuidado de estos enfermos sea óptimo.
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Figura 3. Posicióndel paciente obesopara la cirugía bariá-trica.
“ Puntos importantes
• Las modificaciones fisiológicas generadas por elneumoperitoneo son mínimas con presiones queno sobrepasen los 12 mmHg.• Las contraindicaciones absolutas son raras.• Casi siempre se propone la anestesia general.• Como norma, se recurre a la intubaciónorotraqueal y a la ventilación controlada.
• Ningún argumento justifica la no utilización deprotóxido de nitrógeno durante la laparoscopia.• La técnica analgésica postoperatoria dereferencia es una analgesia multimodal quecombina anestésicos locales con opiáceos yantiinflamatorios no esteroideos.• El uso de setrones constituye un buentratamiento preventivo de las náuseas y vómitospostoperatorios, bastante frecuentes.• Los principales problemas planteados por lacirugía laparoscópica de larga duración son lahipotermia, la difusión del protóxido de nitrógenoen el neumoperitoneo y las complicacionesrelacionadas con la posición.
• La rehabilitación postoperatoria es mejor después de una técnica laparoscópica.• La insuflación del neumoperitoneo no provocagrandes alteraciones hemodinámicas nirespiratorias en el paciente obeso.
.
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J.-E. Bazin, Professeur des Universités, praticien hospitalier ([email protected]).P. Waleckx, Praticien hospitalier.Service d’anesthésie et de réanimation, Hôtel-Dieu, CHU de Clermont-Ferrand, avenue de Vercingétorix, BP 69, 63003Clermont-Ferrand, France.
K. Slim, Professeur.Service de chirurgie digestive, Hôtel-Dieu, CHU de Clermont-Ferrand, avenue de Vercingétorix, BP 69, 63003 Clermont-Ferrand, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Bazin J.-E., Waleckx P., Slim K. Spécificités de l’anesthésieen chirurgie abdominale de l’adulte par laparoscopie. EMC (Elsevier SAS, Paris), Anesthésie-Réanimation, 36-560-C-10, 2006.
Disponible en www.emc-consulte.com (sitio en francés)
Título del artículo: Spécificités de l’anesthésie en chirurgie abdominale de l’adulte par laparoscopie
Algoritmos Ilustracionescomplementarias
Vídeos / Animaciones
Aspectoslegales
Informaciónal paciente
Informacionescomplementarias
Autoevaluación
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