santo padre francisco. santo. - · pdf filelos dones del espíritu santo son:...

Post on 06-Feb-2018

230 Views

Category:

Documents

1 Downloads

Preview:

Click to see full reader

TRANSCRIPT

SANTO PADRE FRANCISCO.Año 2014.

Los dones del EspírituSanto.

Textos tomados de:

www.vatican.vaCompuestos por:

alphonsus2002@googlemail.com

9 de abril de 2014. Don desabiduría.30 de abril de 2014. Don deentendimiento.7 de mayo de 2014. Don deconsejo.14 de mayo de 2014. Don defortaleza.21 de mayo de 2014. Don deciencia.4 de junio de 2014. Don depiedad.11 de junio de 2014. Don del

temor de Dios.

9 de abril de 2014. Don desabiduría.Plaza de San Pedro.Miércoles. Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!Iniciamos hoy un ciclo decatequesis sobre los dones delEspíritu Santo. Vosotros sabéisque el Espíritu Santo constituyeel alma, la savia vital de laIglesia y de cada cristiano: esel Amor de Dios que hace denuestro corazón su morada yentra en comunión connosotros. El Espíritu Santo está

siempre con nosotros, siempreestá en nosotros, en nuestrocorazón.El Espíritu mismo es «el don deDios» por excelencia (cf. Jn 4,10), es un regalo de Dios, y, asu vez, comunica diversosdones espirituales a quien loacoge. La Iglesia enumerasiete, número quesimbólicamente significaplenitud, totalidad; son los quese aprenden cuando uno seprepara al sacramento de laConfirmación y que invocamosen la antigua oración llamada«Secuencia del Espíritu Santo».

Los dones del Espíritu Santoson: sabiduría, inteligencia,consejo, fortaleza, ciencia,piedad y temor de Dios.El primer don del EspírituSanto, según esta lista, es, porlo tanto, la sabiduría. Pero nose trata sencillamente de lasabiduría humana, que es frutodel conocimiento y de laexperiencia. En la Biblia secuenta que a Salomón, en elmomento de su coronacióncomo rey de Israel, habíapedido el don de la sabiduría(cf. 1 Re 3, 9). Y la sabiduría esprecisamente esto: es la gracia

de poder ver cada cosa con losojos de Dios. Es sencillamenteesto: es ver el mundo, ver lassituaciones, las ocasiones, losproblemas, todo, con los ojosde Dios. Esta es la sabiduría.Algunas veces vemos las cosassegún nuestro gusto o según lasituación de nuestro corazón,con amor o con odio, conenvidia... No, esto no es el ojode Dios. La sabiduría es lo queobra el Espíritu Santo ennosotros a fin de que veamostodas las cosas con los ojos deDios. Este es el don de lasabiduría.

Y obviamente esto deriva de laintimidad con Dios, de larelación íntima que nosotrostenemos con Dios, de larelación de hijos con el Padre. Yel Espíritu Santo, cuandotenemos esta relación, nos dael don de la sabiduría. Cuandoestamos en comunión con elSeñor, el Espíritu Santo escomo si transfigurara nuestrocorazón y le hiciera percibirtodo su calor y su predilección.El Espíritu Santo, entonces,hace «sabio» al cristiano. Esto,sin embargo, no en el sentidode que tiene una respuesta

para cada cosa, que lo sabetodo, sino en el sentido de que«sabe» de Dios, sabe cómoactúa Dios, conoce cuándo unacosa es de Dios y cuándo no esde Dios; tiene esta sabiduríaque Dios da a nuestro corazón.El corazón del hombre sabio eneste sentido tiene el gusto y elsabor de Dios. ¡Y cuánimportante es que en nuestrascomunidades haya cristianosasí! Todo en ellos habla de Diosy se convierte en un signohermoso y vivo de su presenciay de su amor. Y esto es algoque no podemos improvisar,

que no podemos conseguir pornosotros mismos: es un donque Dios da a quienes sondóciles al Espíritu Santo.Dentro de nosotros, en nuestrocorazón, tenemos al EspírituSanto; podemos escucharlo,podemos no escucharlo. Siescuchamos al Espíritu Santo,Él nos enseña esta senda de lasabiduría, nos regala lasabiduría que consiste en vercon los ojos de Dios, escucharcon los oídos de Dios, amar conel corazón de Dios, juzgar lascosas con el juicio de Dios. Estaes la sabiduría que nos regala

el Espíritu Santo, y todosnosotros podemos poseerla.Sólo tenemos que pedirla alEspíritu Santo.Pensad en una mamá, en sucasa, con los niños, que cuandouno hace una cosa el otromaquina otra, y la pobre mamáva de una parte a otra, con losproblemas de los niños. Ycuando las madres se cansan ygritan a los niños, ¿eso essabiduría? Gritar a los niños —os pregunto— ¿es sabiduría?¿Qué decís vosotros: essabiduría o no? ¡No! En cambio,cuando la mamá toma al niño y

le riñe dulcemente y le dice:«Esto no se hace, por esto...»,y le explica con muchapaciencia, ¿esto es sabiduría deDios? ¡Sí! Es lo que nos da elEspíritu Santo en la vida.Luego, en el matrimonio, porejemplo, los dos esposos —elesposo y la esposa— riñen, yluego no se miran o, si semiran, se miran con la caratorcida: ¿esto es sabiduría deDios? ¡No! En cambio, si dice:«Bah, pasó la tormenta,hagamos las paces», yrecomienzan a ir haciaadelante en paz: ¿esto es

sabiduría? [la gente: ¡Sí!] Heaquí, este es el don de lasabiduría. Que venga a casa,que venga con los niños, quevenga con todos nosotros.Y esto no se aprende: esto esun regalo del Espíritu Santo.Por ello, debemos pedir alSeñor que nos dé el EspírituSanto y que nos dé el don de lasabiduría, de esa sabiduría deDios que nos enseña a mirarcon los ojos de Dios, a sentircon el corazón de Dios, ahablar con las palabras de Dios.Y así, con esta sabiduría,sigamos adelante,

construyamos la familia,construyamos la Iglesia, ytodos nos santificamos.Pidamos hoy la gracia de lasabiduría. Y pidámosla a laVirgen, que es la Sede de lasabiduría, de este don: que Ellanos alcance esta gracia.¡Gracias! SaludosSaludo a los peregrinos delengua española, en particulara los grupos venidos de España,México, Costa Rica, Argentina yotros países. Invito a todos aintensificar la preparación

espiritual de las próximasfiestas de la Pascua del Señor,para que la acción del EspírituSanto produzca en nosotrosfrutos de verdadera conversióny santidad. Que Dios losbendiga. Muchas gracias.LLAMAMIENTOEl lunes pasado, en Homs,Siria, fue asesinado el padreFrans van der Lugt, unhermano mío jesuita holandésde 75 años, que llegó a Siriahace casi 50 años, y siemprehizo el bien a todos, congratuidad y amor, y por eso eraamado y estimado por

cristianos y musulmanes.Su brutal asesinato me llenó deprofundo dolor y me hizopensar en el gran número degente que sufre y muere en eseatormentado país, mi amadaSiria, ya desde hace demasiadotiempo víctima de unsangriento conflicto, que siguesembrando muerte ydestrucción. Pienso también enlas numerosas personassecuestradas, cristianos ymusulmanes, sirios y de otrospaíses, entre los cuales secuentan obispos y sacerdotes.Pidamos al Señor que puedan

volver pronto con sus seresqueridos, sus familias ycomunidades.De corazón os invito a todos auniros a mi oración por la pazen Siria y en la región, y lanzoun dolorido llamamiento a losresponsables sirios y a lacomunidad internacional: ¡Porfavor, que callen las armas y seponga fin a la violencia! ¡Bastaya de guerra! ¡Basta ya dedestrucción! Que se respete elderecho humanitario, se cuidea la población necesitada deasistencia humanitaria y sellegue a la deseada paz a

través del diálogo y lareconciliación. A Nuestra MadreMaría, Reina de la paz,pidámosle que nos alcance estedon para Siria y recemos todosjuntos: Ave María,…

30 de abril de 2014. Don deentendimiento. Queridos hermanos yhermanas, !buenos días!Después de reflexionar sobre lasabiduría, como el primero delos siete dones del EspírituSanto, hoy quiero centrar laatención en el segundo don, esdecir, el entendimiento. No setrata aquí de la inteligenciahumana, de la capacidadintelectual de la que podemosestar mas o menos dotados. Es,en cambio, una gracia que soloel Espíritu Santo puede infundir

y que suscita en el cristiano lacapacidad de ir mas allá delaspecto externo dela realidad yescrutar las profundidades delpensamiento de Dios y de sudesignio de salvación. El apóstolPablo, dirigiéndose a lacomunidad de Corinto, describebien los efectos de este don—es decir, lo que hace el donde entendimiento en o s o t ro

s —, y Pablo dice esto: ≪Ni e

ojo vio, ni el oído oyó, ni el

hombre puede pensar lo queDios ha preparado para los quelo aman. Y Dios nos lo ha

revelado por el Espíritu≫ (1 Co

2, 9-10). Esto, obviamente, nosignifica que un cristiano puedacomprender cada cosa y tenerun conocimiento pleno de losdesignios de Dios: todo estopermanece en la espera demanifestarse en toda sutransparencia cuando nosencontremos ante Dios y

seamos de verdad una cosasola con El. Sin embargo, comosugiere la palabra misma, el

entendimiento permite ≪intus

legere», es decir, ≪leer

dentro≫: este don nos hace

comprender las cosas como lascomprende Dios, con elentendimiento de Dios. Porqueuno puede entender unasituación con la inteligenciahumana, con prudencia, y estábien. Pero comprender unasituación en profundidad, comola entiende Dios, es el efecto deeste don. Y Jesús quisoenviarnos al Espíritu Santopara que nosotros tengamoseste don, para que todosnosotros podamos comprenderlas cosas como las comprendeDios, con la inteligencia deDios. Es un hermoso regalo que

el Señor nos ha hecho a todosnosotros. Es el don con el cualel Espiritu Santo nos introduceen la intimidad con Dios y noshace participes del designio deamor que Él tiene con nosotros.Está claro entonces que el donde entendimiento estáestrechamente relacionado conla fe. Cuando el Espíritu Santohabita en nuestro corazón eilumina nuestra mente, noshace crecer día a día en lacomprensión de lo que el Señorha dicho y ha realizado. Jesúsmismo dijo a sus discípulos: yoos enviare al Espíritu Santo y

Él os hará comprender todo loque yo os he ensenado.Comprender las enseñanzas deJesús, comprender su Palabra,comprender el Evangelio,comprender la Palabra de Dios.Uno puede leer el Evangelio yentender algo, pero si leemosel Evangelio con este don delEspíritu Santo podemoscomprender la profundidad delas palabras de Dios. Y este esun gran don, un gran don quetodos nosotros debemos pedir ypedir juntos: Danos, Señor, eldon de entendimiento.Hay un episodio del Evangelio

de Lucas que expresa muy bienla profundidad y la fuerza deeste don.Tras asistir a la muerte en cruzy a la sepultura de Jesús, dosde sus discípulos,desilusionados y acongojados,se marcharon de Jerusalén yregresaron a su pueblo denombre Emaús.Mientras iban de camino, Jesúsresucitado se acercó y comenzóa hablar con ellos, pero susojos, velados por la tristeza y ladesesperación, no fueroncapaces de reconocerlo. Jesúscaminaba con ellos, pero ellos

estaban tan tristes, tandesesperados, que no loreconocieron. Sin embargo,cuando el Señor les explico lasEscrituras para quecomprendieran que Él debíasufrir y morir para luegoresuci tar, sus mentes seabrieron y en sus corazones sevolvió a encender la esperanza(cf. Lc 24, 13-27). Esto es loque hace el Espíritu Santo connosotros: nos abre la mente,nos abre para comprendermejor, para entender mejor lascosas de Dios, las cosashumanas, las situaciones, todas

las cosas. Es importante el donde entendimiento para nuestravida cristiana.Pidámoslo al Señor, que nosdé, que nos de a todos nosotroseste don para comprender,como comprende El, las cosasque suceden y paracomprender, sobre todo, laPalabra de Dios en elEvangelio. Gracias.

7 de mayo de 2014. Don deconsejo. Plaza de San Pedro.Miércoles. Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!Hemos escuchado en la lecturadel pasaje del libro de losSalmos que dice: «El Señor meaconseja, hasta de noche meinstruye internamente» (cf. Sal16, 7). Y este es otro don delEspíritu Santo: el don deconsejo. Sabemos cuánimportante es, en los

momentos más delicados, podercontar con las sugerencias depersonas sabias y que nosquieren. Ahora, a través deldon de consejo, es Dios mismo,con su Espíritu, quien iluminanuestro corazón, de tal formaque nos hace comprender elmodo justo de hablar y decomportarse; y el camino aseguir. ¿Pero cómo actúa estedon en nosotros?En el momento en el que loacogemos y lo albergamos ennuestro corazón, el EspírituSanto comienzainmediatamente a hacernos

sensibles a su voz y a orientarnuestros pensamientos,nuestros sentimientos ynuestras intenciones según elcorazón de Dios. Al mismotiempo, nos conduce cada vezmás a dirigir nuestra miradainterior hacia Jesús, comomodelo de nuestro modo deactuar y de relacionarnos conDios Padre y con los hermanos.El consejo, pues, es el don conel cual el Espíritu Santocapacita a nuestra concienciapara hacer una opción concretaen comunión con Dios, según lalógica de Jesús y de su

Evangelio. De este modo, elEspíritu nos hace crecerinteriormente, nos hace crecerpositivamente, nos hace creceren la comunidad y nos ayuda ano caer en manos del egoísmoy del propio modo de ver lascosas. Así el Espíritu nos ayudaa crecer y también a vivir encomunidad. La condiciónesencial para conservar estedon es la oración. Volvemossiempre al mismo tema: ¡laoración! Es muy importante laoración. Rezar con lasoraciones que todos sabemosdesde que éramos niños, pero

también rezar con nuestraspalabras. Decir al Señor:«Señor, ayúdame, aconséjame,¿qué debo hacer ahora?». Y conla oración hacemos espacio, afin de que el Espíritu venga ynos ayude en ese momento,nos aconseje sobre lo que todosdebemos hacer. ¡La oración!Jamás olvidar la oración.¡Jamás! Nadie, nadie, se dacuenta cuando rezamos en elautobús, por la calle: rezamosen silencio con el corazón.Aprovechamos esos momentospara rezar, orar para que elEspíritu nos dé el don de

consejo.En la intimidad con Dios y en laescucha de su Palabra, poco apoco, dejamos a un ladonuestra lógica personal,impuesta la mayoría de lasveces por nuestras cerrazones,nuestros prejuicios y nuestrasambiciones, y aprendemos, encambio, a preguntar al Señor:¿cuál es tu deseo?, ¿cuál es tuvoluntad?, ¿qué te gusta a ti?De este modo madura ennosotros una sintonía profunda,casi connatural en el Espíritu yse experimenta cuánverdaderas son las palabras de

Jesús que nos presenta elEvangelio de Mateo: «No ospreocupéis de lo que vais adecir o de cómo lo diréis: enaquel momento se os sugerirálo que tenéis que decir, porqueno seréis vosotros los quehabléis, sino que el Espíritu devuestro Padre hablará porvosotros» (Mt 10, 19-20). Es elEspíritu quien nos aconseja,pero nosotros debemos dejarespacio al Espíritu, para quenos pueda aconsejar. Y dejarespacio es rezar, rezar paraque Él venga y nos ayudesiempre.

Como todos los demás donesdel Espíritu, también el deconsejo constituye un tesoropara toda la comunidadcristiana. El Señor no nos hablasólo en la intimidad delcorazón, nos habla sí, pero nosólo allí, sino que nos hablatambién a través de la voz y eltestimonio de los hermanos. Esverdaderamente un don grandepoder encontrar hombres ymujeres de fe que, sobre todoen los momentos máscomplicados e importantes denuestra vida, nos ayudan ailuminar nuestro corazón y a

reconocer la voluntad delSeñor.Recuerdo una vez en elsantuario de Luján, yo estabaen el confesonario, delante delcual había una larga fila. Habíatambién un muchacho todomoderno, con los aretes, lostatuajes, todas estas cosas... Yvino para decirme lo que lesucedía. Era un problemagrande, difícil. Y me dijo: yo lehe contado todo esto a mimamá, y mi mamá me hadicho: dirígete a la Virgen yella te dirá lo que debes hacer.He aquí a una mujer que tenía

el don de consejo. No sabíacómo salir del problema delhijo, pero indicó el caminojusto: dirígete a la Virgen y ellate dirá. Esto es el don deconsejo. Esa mujer humilde,sencilla, dio a su hijo el consejomás verdadero. En efecto, estemuchacho me dijo: he mirado ala Virgen y he sentido quetengo que hacer esto, esto yesto... Yo no tuve que hablar,ya lo habían dicho todo sumamá y el muchacho mismo.Esto es el don de consejo.Vosotras, mamás, que tenéiseste don, pedidlo para vuestros

hijos: el don de aconsejar a loshijos es un don de Dios.Queridos amigos, el Salmo 16,que hemos escuchado, nosinvita a rezar con estaspalabras: «Bendeciré al Señorque me aconseja, hasta denoche me instruyeinternamente. Tengo siemprepresente al Señor, con Él a miderecha no vacilaré» (vv. 7-8).Que el Espíritu infunda siempreen nuestro corazón estacerteza y nos colme de suconsolación y de su paz. Pedidsiempre el don de consejo.

SaludosSaludo con afecto a losperegrinos de lengua española,en particular a los gruposvenidos de España, México,Guatemala, Colombia, Perú,Uruguay, Venezuela, Argentinay otros paíseslatinoamericanos. Que laintercesión de la Virgen María,en este mes de mayo, nosayude a vivir nuestra vidacristiana con más docilidad a lavoz y al amor del EspírituSanto. Muchas gracias, queDios los bendiga y la Virgen loscuide.

14 de mayo de 2014. Don defortaleza. Plaza de San Pedro.Miércoles. Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!En las catequesis precedenteshemos reflexionado sobre lostres primeros dones del EspírituSanto: sabiduría, inteligencia yconsejo. Hoy pensemos en loque hace el Señor: Él vienesiempre a sostenernos ennuestra debilidad y esto lo hacecon un don especial: el don de

fortaleza.Hay una parábola, relatada porJesús, que nos ayuda a captarla importancia de este don. Unsembrador salió a sembrar; sinembargo, no toda la semillaque esparció dio fruto. Lo quecayó al borde del camino se locomieron los pájaros; lo quecayó en terreno pedregoso oentre abrojos brotó, peroinmediatamente lo abrasó el solo lo ahogaron las espinas. Sólolo que cayó en terreno buenocreció y dio fruto (cf. Mc 4, 3-9;Mt 13, 3-9; Lc 8, 4-8). ComoJesús mismo explica a sus

discípulos, este sembradorrepresenta al Padre, queesparce abundantemente lasemilla de su Palabra. Lasemilla, sin embargo, seencuentra a menudo con laaridez de nuestro corazón, eincluso cuando es acogida correel riesgo de permanecer estéril.Con el don de fortaleza, encambio, el Espíritu Santo liberael terreno de nuestro corazón,lo libera de la tibieza, de lasincertidumbres y de todos lostemores que pueden frenarlo,de modo que la Palabra delSeñor se ponga en práctica, de

manera auténtica y gozosa. Esuna gran ayuda este don defortaleza, nos da fuerza y noslibera también de muchosimpedimentos.Hay también momentos difícilesy situaciones extremas en lasque el don de fortaleza semanifiesta de modoextraordinario, ejemplar. Es elcaso de quienes deben afrontarexperiencias particularmenteduras y dolorosas, querevolucionan su vida y la desus seres queridos. La Iglesiaresplandece por el testimoniode numerosos hermanos y

hermanas que no dudaron enentregar la propia vida, con talde permanecer fieles al Señor ya su Evangelio. También hoy nofaltan cristianos que en muchaspartes del mundo siguencelebrando y testimoniando sufe, con profunda convicción yserenidad, y resisten inclusocuando saben que ello puedecomportar un precio muy alto.También nosotros, todosnosotros, conocemos gente queha vivido situaciones difíciles,numerosos dolores. Pero,pensemos en esos hombres, enesas mujeres que tienen una

vida difícil, que luchan porsacar adelante la familia,educar a los hijos: hacen todoesto porque está el espíritu defortaleza que les ayuda.Cuántos hombres y mujeres —nosotros no conocemos susnombres— que honran anuestro pueblo, honran anuestra Iglesia, porque sonfuertes: fuertes al llevaradelante su vida, su familia, sutrabajo, su fe. Estos hermanosy hermanas nuestros sonsantos, santos en lacotidianidad, santos ocultos enmedio de nosotros: tienen el

don de fortaleza para llevaradelante su deber de personas,de padres, de madres, dehermanos, de hermanas, deciudadanos. ¡Son muchos!Demos gracias al Señor porestos cristianos que viven unasantidad oculta: es el EspírituSanto que tienen dentro quienles conduce. Y nos hará bienpensar en esta gente: si elloshacen todo esto, si ellospueden hacerlo, ¿por qué yono? Y nos hará bien tambiénpedir al Señor que nos dé eldon de fortaleza.No hay que pensar que el don

de fortaleza es necesario sóloen algunas ocasiones osituaciones especiales. Este dondebe constituir la nota de fondode nuestro ser cristianos, en elritmo ordinario de nuestra vidacotidiana. Como he dicho, todoslos días de la vida cotidianadebemos ser fuertes,necesitamos esta fortaleza parallevar adelante nuestra vida,nuestra familia, nuestra fe. Elapóstol Pablo dijo una frase quenos hará bien escuchar: «Todolo puedo en Aquel que meconforta» (Flp 4, 13). Cuandoafrontamos la vida ordinaria,

cuando llegan las dificultades,recordemos esto: «Todo lopuedo en Aquel que me da lafuerza». El Señor da la fuerza,siempre, no permite que nosfalte. El Señor no nos pruebamás de lo que nosotrospodemos tolerar. Él estásiempre con nosotros. «Todo lopuedo en Aquel que meconforta».Queridos amigos, a vecespodemos ser tentados dedejarnos llevar por la pereza o,peor aún, por el desaliento,sobre todo ante las fatigas y laspruebas de la vida. En estos

casos, no nos desanimemos,invoquemos al Espíritu Santo,para que con el don defortaleza dirija nuestro corazóny comunique nueva fuerza yentusiasmo a nuestra vida y anuestro seguimiento de Jesús. SaludosSaludo con afecto a losperegrinos de lengua española,en particular a los gruposvenidos de España, México,Ecuador, Venezuela, Chile,Argentina y otros paíseslatinoamericanos. Pidamos a laVirgen María que, por su

intercesión, el Espíritu Santonos conceda el don defortaleza, para que sepamosseguir siempre a Jesús conalegría y perseverancia.Muchas gracias y que Dios losbendiga.LLAMAMIENTOQueridos hermanos, os invito arezar por los mineros quemurieron ayer en la mina deSoma, en Turquía, y porquienes aún están atrapados enlas galerías. Que el Señor acojaa los difuntos en su casa yconsuele a sus familiares.Y recemos también por las

personas que en estos díasperdieron la vida en el marMediterráneo. Que se ponganen primer lugar los derechoshumanos —recemos por esto:que se pongan en primer lugarlos derechos humanos— y quese unan las fuerzas paraprevenir estos estragosvergonzosos.

21 de mayo de 2014. Don deciencia. Plaza de San Pedro.Miércoles. Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!Hoy quisiera poner de relieveotro don del Espíritu Santo: eldon de ciencia. Cuando se hablade ciencia, el pensamiento sedirige inmediatamente a lacapacidad del hombre deconocer cada vez mejor larealidad que lo rodea ydescubrir las leyes que rigen la

naturaleza y el universo. Laciencia que viene del EspírituSanto, sin embargo, no selimita al conocimiento humano:es un don especial, que noslleva a captar, a través de lacreación, la grandeza y el amorde Dios y su relación profundacon cada creatura.Cuando nuestros ojos soniluminados por el Espíritu, seabren a la contemplación deDios, en la belleza de lanaturaleza y la grandiosidaddel cosmos, y nos llevan adescubrir cómo cada cosa noshabla de Él y de su amor. Todo

esto suscita en nosotros granestupor y un profundo sentidode gratitud. Es la sensación queexperimentamos tambiéncuando admiramos una obra dearte o cualquier maravilla quees fruto del ingenio y de lacreatividad del hombre: antetodo esto el Espíritu nosconduce a alabar al Señordesde lo profundo de nuestrocorazón y a reconocer, en todolo que tenemos y somos, undon inestimable de Dios y unsigno de su infinito amor pornosotros.En el primer capítulo del

Génesis, precisamente al iniciode toda la Biblia, se pone derelieve que Dios se complace desu creación, subrayandorepetidamente la belleza y labondad de cada cosa. Altérmino de cada jornada, estáescrito: «Y vio Dios que erabueno» (1, 12.18.21.25): siDios ve que la creación es unacosa buena, es algo hermoso,también nosotros debemosasumir esta actitud y ver que lacreación es algo bueno yhermoso. He aquí el don deciencia que nos hace ver estabelleza; por lo tanto, alabemos

a Dios, démosle gracias porhabernos dado tanta belleza. Ycuando Dios terminó de crear alhombre no dijo «vio que erabueno», sino que dijo que era«muy bueno» (v. 31). A losojos de Dios nosotros somos lacosa más hermosa, másgrande, más buena de lacreación: incluso los ángelesestán por debajo de nosotros,somos más que los ángeles,como hemos escuchado en ellibro de los Salmos. El Señornos quiere mucho. Debemosdarle gracias por esto. El donde ciencia nos coloca en

profunda sintonía con elCreador y nos hace participaren la limpidez de su mirada yde su juicio. Y en estaperspectiva logramos ver en elhombre y en la mujer el vérticede la creación, como realizaciónde un designio de amor queestá impreso en cada uno denosotros y que hace que nosreconozcamos como hermanosy hermanas.Todo esto es motivo deserenidad y de paz, y hace delcristiano un testigo gozoso deDios, siguiendo las huellas desan Francisco de Asís y de

muchos santos que supieronalabar y cantar su amor através de la contemplación dela creación. Al mismo tiempo,el don de ciencia nos ayuda ano caer en algunas actitudesexcesivas o equivocadas. Laprimera la constituye el riesgode considerarnos dueños de lacreación. La creación no es unapropiedad, de la cual podemosdisponer a nuestro gusto; ni,mucho menos, es unapropiedad sólo de algunos, depocos: la creación es un don, esun don maravilloso que Diosnos ha dado para que cuidemos

de él y lo utilicemos enbeneficio de todos, siempre congran respeto y gratitud. Lasegunda actitud errónea estárepresentada por la tentaciónde detenernos en las creaturas,como si éstas pudiesen darrespuesta a todas nuestrasexpectativas. Con el don deciencia, el Espíritu nos ayuda ano caer en este error.Pero quisiera volver a laprimera vía equivocada:disponer de la creación enlugar de custodiarla. Debemoscustodiar la creación porque esun don que el Señor nos ha

dado, es el regalo de Dios anosotros; nosotros somoscustodios de la creación.Cuando explotamos la creación,destruimos el signo del amor deDios. Destruir la creación esdecir a Dios: «no me gusta». Yesto no es bueno: he aquí elpecado.El cuidado de la creación esprecisamente la custodia deldon de Dios y es decir a Dios:«Gracias, yo soy el custodio dela creación para hacerlaprogresar, jamás para destruirtu don». Esta debe ser nuestraactitud respecto a la creación:

custodiarla, porque si nosotrosdestruimos la creación, lacreación nos destruirá. Noolvidéis esto. Una vez estabaen el campo y escuché un dichode una persona sencilla, a laque le gustaban mucho lasflores y las cuidaba. Me dijo:«Debemos cuidar estas cosashermosas que Dios nos hadado; la creación es paranosotros a fin de que laaprovechemos bien; noexplotarla, sino custodiarla,porque Dios perdona siempre,nosotros los hombresperdonamos algunas veces,

pero la creación no perdonanunca, y si tú no la cuidas ellate destruirá».Esto debe hacernos pensar ydebe hacernos pedir al EspírituSanto el don de ciencia paracomprender bien que lacreación es el regalo máshermoso de Dios. Él hizomuchas cosas buenas para lacosa mejor que es la personahumana. SaludosSaludo con afecto a losperegrinos de lengua española,particularmente a los grupos de

sacerdotes del ColegioMexicano en Roma, de laArquidiócesis de Madrid y de laDiócesis de Nezahualcoyotl, asícomo a los fieles venidos deEspaña, México, Argentina,Panamá, Costa Rica, Paraguay,Perú, Colombia y otros paíseslatinoamericanos. Que sepamosver cuanto nos rodea comoobra de Dios, y a nuestrossemejantes como hermanos yhermanas. Muchas gracias.El próximo sábado iniciaré elviaje a Tierra Santa, la tierrade Jesús. Será un viajeestrictamente religioso. El

primer motivo es paraencontrar a mi hermanoBartolomé i, en laconmemoración del 50°aniversario del encuentro dePablo VI con Atenágoras I.Pedro y Andrés se encuentranotra vez y esto es muyhermoso. El segundo motivo espara rezar por la paz en esatierra que tanto sufre. Os pidoque recéis por este viaje.

4 de junio de 2014. Don depiedad. Plaza de San Pedro.Miércoles. Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!Hoy queremos detenernos enun don del Espíritu Santo quemuchas veces se entiende malo se considera de manerasuperficial, y, en cambio, tocael corazón de nuestra identidady nuestra vida cristiana: setrata del don de piedad.Es necesario aclarar

inmediatamente que este donno se identifica con el tenercompasión de alguien, tenerpiedad del prójimo, sino queindica nuestra pertenencia aDios y nuestro vínculo profundocon Él, un vínculo que dasentido a toda nuestra vida yque nos mantiene firmes, encomunión con Él, incluso en losmomentos más difíciles ytormentosos.Este vínculo con el Señor no sedebe entender como un deber ouna imposición. Es un vínculoque viene desde dentro. Setrata de una relación vivida con

el corazón: es nuestra amistadcon Dios, que nos dona Jesús,una amistad que cambianuestra vida y nos llena deentusiasmo, de alegría. Porello, ante todo, el don depiedad suscita en nosotros lagratitud y la alabanza. Es esto,en efecto, el motivo y elsentido más auténtico denuestro culto y de nuestraadoración. Cuando el EspírituSanto nos hace percibir lapresencia del Señor y todo suamor por nosotros, nos caldeael corazón y nos mueve casinaturalmente a la oración y a

la celebración. Piedad, por lotanto, es sinónimo de auténticoespíritu religioso, de confianzafilial con Dios, de esa capacidadde dirigirnos a Él con amor ysencillez, que es propia de laspersonas humildes de corazón.Si el don de piedad nos hacecrecer en la relación y en lacomunión con Dios y nos llevaa vivir como hijos suyos, almismo tiempo nos ayuda avolcar este amor también en losdemás y a reconocerlos comohermanos. Y entonces sí queseremos movidos porsentimientos de piedad —¡no

de pietismo!— respecto a quienestá a nuestro lado y deaquellos que encontramos cadadía. ¿Por qué digo no depietismo? Porque algunospiensan que tener piedad escerrar los ojos, poner cara deestampa, aparentar ser comoun santo. En piamontésdecimos: hacer la «mugnaquacia». Esto no es el don depiedad. El don de piedadsignifica ser verdaderamentecapaces de gozar con quienexperimenta alegría, llorar conquien llora, estar cerca dequien está solo o angustiado,

corregir a quien está en elerror, consolar a quien estáafligido, acoger y socorrer aquien pasa necesidad. Hay unarelación muy estrecha entre eldon de piedad y lamansedumbre. El don depiedad que nos da el EspírituSanto nos hace apacibles, noshace serenos, pacientes, en pazcon Dios, al servicio de losdemás con mansedumbre.Queridos amigos, en la Carta alos Romanos el apóstol Pabloafirma: «Cuantos se dejanllevar por el Espíritu de Dios,esos son hijos de Dios. Pues no

habéis recibido un espíritu deesclavitud, para recaer en eltemor, sino que habéis recibidoun Espíritu de hijos deadopción, en el que clamamos:“¡Abba, Padre!”» (Rm 8, 14-15). Pidamos al Señor que eldon de su Espíritu venzanuestro temor, nuestrasinseguridades, también nuestroespíritu inquieto, impaciente, ynos convierta en testigosgozosos de Dios y de su amor,adorando al Señor en verdad ytambién en el servicio alprójimo con mansedumbre ycon la sonrisa que siempre nos

da el Espíritu Santo en laalegría. Que el Espíritu Santonos dé a todos este don depiedad. SaludosSaludo cordialmente a losperegrinos de lengua española,en particular a los gruposprovenientes de España,Argentina, México, Guatemala,República Dominicana y otrospaíses latinoamericanos. Que elCorazón de Jesús, al que estádedicado especialmente el mesde junio, nos enseñe a amar aDios como hijos y al prójimo

como hermanos. Gracias.

11 de junio de 2014. Don deltemor de Dios. Plaza de San Pedro.Miércoles. Queridos hermanos yhermanas, ¡buenos días!El don del temor de Dios, delcual hablamos hoy, concluye laserie de los siete dones delEspíritu Santo. No significatener miedo de Dios: sabemosbien que Dios es Padre, y quenos ama y quiere nuestrasalvación, y siempre perdona,siempre; por lo cual no hay

motivo para tener miedo de Él.El temor de Dios, en cambio, esel don del Espíritu que nosrecuerda cuán pequeños somosante Dios y su amor, y quenuestro bien está enabandonarnos con humildad,con respeto y confianza en susmanos. Esto es el temor deDios: el abandono en la bondadde nuestro Padre que nosquiere mucho.Cuando el Espíritu Santo entraen nuestro corazón, nosinfunde consuelo y paz, y noslleva a sentirnos tal comosomos, es decir, pequeños, con

esa actitud —tan recomendadapor Jesús en el Evangelio— dequien pone todas suspreocupaciones y susexpectativas en Dios y sesiente envuelto y sostenido porsu calor y su protección,precisamente como un niño consu papá. Esto hace el EspírituSanto en nuestro corazón: noshace sentir como niños en losbrazos de nuestro papá. Eneste sentido, entonces,comprendemos bien cómo eltemor de Dios adquiere ennosotros la forma de ladocilidad, del reconocimiento y

de la alabanza, llenandonuestro corazón de esperanza.Muchas veces, en efecto, nologramos captar el designio deDios, y nos damos cuenta deque no somos capaces deasegurarnos por nosotrosmismos la felicidad y la vidaeterna. Sin embargo, esprecisamente en la experienciade nuestros límites y denuestra pobreza donde elEspíritu nos conforta y noshace percibir que la única cosaimportante es dejarnosconducir por Jesús a los brazosde su Padre.

He aquí por qué tenemos tantanecesidad de este don delEspíritu Santo. El temor deDios nos hace tomar concienciade que todo viene de la graciay que nuestra verdadera fuerzaestá únicamente en seguir alSeñor Jesús y en dejar que elPadre pueda derramar sobrenosotros su bondad y sumisericordia. Abrir el corazón,para que la bondad y lamisericordia de Dios vengan anosotros. Esto hace el EspírituSanto con el don del temor deDios: abre los corazones.Corazón abierto a fin de que el

perdón, la misericordia, labondad, la caricia del Padrevengan a nosotros, porquenosotros somos hijosinfinitamente amados.Cuando estamos invadidos porel temor de Dios, entoncesestamos predispuestos a seguiral Señor con humildad,docilidad y obediencia. Esto, sinembargo, no con actitudresignada y pasiva, inclusoquejumbrosa, sino con elestupor y la alegría de un hijoque se ve servido y amado porel Padre. El temor de Dios, porlo tanto, no hace de nosotros

cristianos tímidos, sumisos,sino que genera en nosotrosvalentía y fuerza. Es un donque hace de nosotros cristianosconvencidos, entusiastas, queno permanecen sometidos alSeñor por miedo, sino porqueson movidos y conquistados porsu amor. Ser conquistados porel amor de Dios. Y esto es algohermoso. Dejarnos conquistarpor este amor de papá, que nosquiere mucho, nos ama contodo su corazón.Pero, atención, porque el donde Dios, el don del temor deDios es también una «alarma»

ante la pertinacia en el pecado.Cuando una persona vive en elmal, cuando blasfema contraDios, cuando explota a losdemás, cuando los tiraniza,cuando vive sólo para el dinero,para la vanidad, o el poder, o elorgullo, entonces el santotemor de Dios nos pone enalerta: ¡atención! Con todo estepoder, con todo este dinero,con todo tu orgullo, con toda tuvanidad, no serás feliz. Nadiepuede llevar consigo al más alláni el dinero, ni el poder, ni lavanidad, ni el orgullo. ¡Nada!Sólo podemos llevar el amor

que Dios Padre nos da, lascaricias de Dios, aceptadas yrecibidas por nosotros conamor. Y podemos llevar lo quehemos hecho por los demás.Atención en no poner laesperanza en el dinero, en elorgullo, en el poder, en lavanidad, porque todo esto nopuede prometernos nadabueno. Pienso, por ejemplo, enlas personas que tienenresponsabilidad sobre otros yse dejan corromper. ¿Pensáisque una persona corrupta seráfeliz en el más allá? No, todo elfruto de su corrupción

corrompió su corazón y serádifícil ir al Señor. Pienso enquienes viven de la trata depersonas y del trabajo esclavo.¿Pensáis que esta gente quetrafica personas, que explota alas personas con el trabajoesclavo tiene en el corazón elamor de Dios? No, no tienentemor de Dios y no son felices.No lo son. Pienso en quienesfabrican armas para fomentarlas guerras; pero pensad quéoficio es éste. Estoy seguro deque si hago ahora la pregunta:¿cuántos de vosotros soisfabricantes de armas? Ninguno,

ninguno. Estos fabricantes dearmas no vienen a escuchar laPalabra de Dios. Estos fabricanla muerte, son mercaderes demuerte y producen mercancíade muerte. Que el temor deDios les haga comprender queun día todo acaba y quedeberán rendir cuentas a Dios.Queridos amigos, el Salmo 34nos hace rezar así: «El afligidoinvocó al Señor, Él lo escuchó ylo salvó de sus angustias. Elángel del Señor acampa entorno a quienes lo temen y losprotege» (vv. 7-8). Pidamos alSeñor la gracia de unir nuestra

voz a la de los pobres, paraacoger el don del temor de Diosy poder reconocernos,juntamente con ellos,revestidos de la misericordia ydel amor de Dios, que esnuestro Padre, nuestro papá.Que así sea. SaludosSaludo con afecto a losperegrinos de lengua española,en particular a los gruposvenidos de España, Nicaragua,El Salvador, México, Argentinay otros paíseslatinoamericanos. Pidamos al

Señor que el don del temor deDios nos haga sentir su amor ysu misericordia en nuestrasvidas. Muchas gracias.* * *LLAMAMIENTOMañana, 12 de junio, secelebra la Jornada mundialcontra la explotación deltrabajo de menores. Decenasde millones de niños, ¿habéisescuchado bien? Decenas demillones están obligados atrabajar en condicionesdegradantes, expuestos aformas de esclavitud y deexplotación, así como también

a abusos, maltratos ydiscriminaciones.Deseo vivamente que lacomunidad internacional puedaextender la protección social delos menores para erradicar estaplaga de la explotación de losniños. Renovemos todosnuestro compromiso, enespecial las familias, paragarantizar a cada niño y niña lasalvaguardia de su dignidad yla posibilidad de un crecimientosano. Una niñez serena permitea los niños mirar con confianzaa la vida y al futuro. Os invito atodos a rezar a la Virgen, que

tuvo al Niño Jesús en susbrazos, por estos niños y niñasque son explotados con eltrabajo y también con losabusos. [Ave María...]

top related