reflexiones sobre teologia cuantica
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REFLEXIONES SOBRE TEOLOGIA CUANTICA.
Cuando pensamos en nuestro lugar en el cosmos nos concebimos como la corona de la
creación sea que creamos en un Dios o seamos ateos. No entendemos el resto de lo que existe sin
nuestra presencia y por lo tanto el propósito de todo lo demás está supeditado a la existencia de
la especie humana. Esta auto concepción está enraizada en la concepción que tenemos de la
realidad la cual a su vez ha sido moldeada por la información aportada por la ciencia clásica la
cual se caracteriza por ser materialista, determinista, funcionalista, lineal, predictiva y objetiva.
Todos estos rasgos mencionados de la ciencia que dominó buena parte del siglo XX han sido
superados por nuevos avances en las ciencia sobre todo en lo que se ha llegado a conocer como
teoría cuántica, su aporte ha causado tal impacto que ha trascendido a otros campos del saber
humano obligándolo a revisar todo su acervo conceptual, esto incluye también a la religión y la
teología, por ende, hemos revisado y modificado el sentido de nuestra existencia humana en el
cosmos. Por ello, es necesario articular la reflexión teológica con los aportes de la mecánica
cuántica pues el dialogo entre ambas ciencias nos pueden ayudar para una mejor aproximación
de la realidad, una mayor comprensión de la misma y la relación que como especie debemos
tener con ella. Dicho dialogo entre Teología y Teoría cuántica lo podemos sintetizar a través de
una serie de principios que desarrollaremos y que constituyen el contenido de este trabajo.
Principio 1- la vida está sostenida por una energía creativa.
En el modelo clásico de las ciencias veíamos el cosmos como llenos de elementos estelares
distintos y separados entre sí. Sin embargo, la teoría cuántica nos ayuda a tomar conciencia de
que todo cuanto nos rodea esta en realidad conectado, relacionado de tal manera que el universo
llega a ser en sí mismo un organismo vivo. Esto implica que inclusive el que funge de
observador no está apartado el objeto que observa antes bien, se encuentra participando en una
dinámica relacional. Esto es así, porque ahora comprendemos que todo es un fluir constante de
energía y lo que llamamos materia no es más que manifestación de energía. Así pues, cuando
vemos una piedra la percibimos estática cuando en realidad a nivel cuántico no es más que una
ebullición de movimiento energético donde nada es estático y las percepciones de espacio tiempo
no responden a la lógica a la que estamos acostumbrados.
Como todo está conectado, relacionado entonces esto implica que lo que sucede en una parte
afecta lo demás de una u otra forma y la dicotomía causa y efecto por tanto desaparece de tal
manera que cada suceso que genere sufrimiento, extinción o daño también tiene que ver con
nosotros, lo que a su vez nos confiere la posibilidad de ser también co-creadores.
Principio 2- El todo es mayor que las partes.
Si en la mecánica clásica la metáfora por excelencia era la máquina, en la mecánica cuántica
es el “Holon” en donde el todo es mayor que la suma de sus partes pero a su vez está contenido
en las mismas. Dicho de otro modo cada parte contiene el todo y el todo contiene cada parte.
Ahora bien, lo que le da sustancia a todo es la energía que es creadora y esta debe ser imaginada
con un comportamiento similar a la danza, con cierto, movimiento, cierto ritmo. Esta relación del
flujo de la energía en el todo tiene sus reminiscencias en las expresiones de lo sagrado a través de
la danza, la cual ocupaba un lugar central en la forma de expresar el vinculo con lo sagrado, esto
de danzar se notaba ante todo en las formas de espiritualización pre formales, es decir, antes del
surgimiento de la religión formal en la cual tristemente el papel de la danza ha perdido mucho de
su presencia. Podemos representar todo esto por medio del Holograma.
Todo este imaginario de la nueva ciencia en relación con el todo y las partes se concreta en
las representaciones matemáticas y geométricas conocidas como fractales en los que se puede
ver representados la metáfora de la danza y de cómo el todo está contenido en sus partes.
Principio 3- La vida es esencialmente buena.
Esto nos invita a revisar los conceptos patriarcales de que todo lo material y externo es malo.
En realidad ya no debemos buscar afuera, mas bien, debemos dirigirnos hacia dentro que es
donde se manifiesta el acto de relación con el todo, esto es, dentro del cosmos como dentro de
nosotros mismos. Lo anterior es aplicable a todas las cosas lo que anula el concepto patriarcal de
especismo que no es otra cosa que pensarnos como la especie por excelencia, somos así
motivados a ver el mundo en una total interdependencia y de forma holística.
Principio 4- El horizonte expansivo de pertenencia:
Parea concebir esa capacidad de relación debemos abordarlo entonces de manera sistémica,
para ello la teoría cuántica ha desarrollado el concepto de campo que no es más que el entorno o
sistema que facilita las relaciones emergentes de las partes en el todo que tiene como propósito
fundamental la auto-organización que tiende a la creatividad. Los físicos ha detectado cuatro
campos fundamentales: la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza débil y la fuerza fuerte. Una
característica esencial de los campos es que están dotados de memoria lo que garantiza que en el
proceso de auto organización tengan la información necesaria para la realización creativa. Todo
esto está contenido en el todo de tal manera que en él se halla un reservorio infinito de
información de la vida misma incluido su sentido o significado. Aun nivel teológico las
implicaciones de esto señalan la importancia de prestar atención a los sistemas y estructuras de
nuestra realidad. Por ejemplo, se ha dado gran relevancia a los errores o pecados individuales
cuando en realidad lo importante es prestar atención al “pecado estructural” es decir, las
estructuras o sistema de poder que son fuente de injusticia, desigualdad y sufrimiento. De forma
colateral la percepción del mundo no debe ser un lugar del cual aislarnos sino más bien
penetrarlo, internarnos en él y una vez allí realizar la vida a plenitud en una plenitud de Amor.
Principio -5: Tanto la energía divina como nosotros las personas tenemos vocación de
relación:
La naturaleza misma evidencia una insistencia en la relación, ello se hace evidente en la
manera como están configurados los elementos más fundamentales que componen la materia
hasta ahora descubiertos, nos referimos a los Cuarks. De estos se han descubiertos o establecidos
6. No obstante siempre aparecen en relación binaria y ha sido imposible para los científicos
poder separar dicha unión generando una sensación de frustración en la comunidad de científica
ya que esto ha impedido continuar en su propósito de dividir la materia en sus bloques de
construcción básicos.
Ahora bien, lo que ha sido una frustración para las personas de ciencia puede entrañar un
mensaje profundo para los teólogos ya que esto mismo evidencia que el cosmos se haya en un
estado de relación entre todas sus partes. Esto se recoge en uno de los símbolos mas compartidos
entre todas las religiones, La Trinidad. De hecho, los cristianos pensamos que es exclusivo del
cristianismo cuando en realidad el símbolo de la trinidad aparece de distinta forma en casi todas
las religiones principales del mundo y en otras no tan reconocidas. Esto no es casualidad ya que
es la expresión del inconsciente colectivo de la humanidad en la que se busca expresar la
naturaleza interdependiente y relacional de la divinidad, la cual se encuentra siempre trabajando
en cooperación dejando para nosotros un modelo de relación que hemos desdeñado por nuestro
gran énfasis en el individualismo. Por ello, desde una perspectiva teológica y pastoral la
búsqueda de relacionarnos en comunidad debe ser prioritaria teniendo en cuenta que forma parte
de nuestras aspiraciones y deseos innatos impulsada por la naturaleza propia de la energía
creadora, deseo relacional que como hemos dicho ha sido truncado o entorpecido por la
inculcación de una perspectiva irracional de individualidad. Solo si insistimos en la vida en
comunidad podemos estar orientados hacia la totalidad y así lograr la armonía.
La relacionalidad mencionada también se puede expresar en el contexto eclesial en la
vivencia de los ritos de paso conocidos como sacramentos en el mundo cristianos. La naturaleza
de estos tiene como propósito generar los símbolos que enfaticen la importancia de la
incorporación del individuo en la comunidad, tenemos como ejemplo de esto los sacramentos de
el bautismo y eucaristía. Donde el bautismo llega a ser el rito y el símbolo que representa la
incorporación de la persona en la comunidad de fe mientras que la eucaristía evidencia la
naturaleza de cooperación y de compartir que debe identificar a la comunidad.
Principio 6- La narración nos ofrece el sentido Último:
La creación misma contiene una historia que merece ser contada, todo cuanto existe visto en
su totalidad no es más que una gran narración que comunica un mensaje el cual da sentido, esa
narración nos dice por ejemplo que el cosmos tiene una capacidad innata para la auto
organización y que por lo tanto nos desafía en el auto concepto que hemos construido sobre el
estar “Vivos”. Así pues, el mayor ejemplo de auto organización o encontramos en la tierra
misma la cual inicio procesos de auto organización y resiliencia millones de años antes de
nuestra aparición, jamás necesitó ni necesitará de nosotros para vivir, pues la tierra en si misma
debe ser considerada como lo que es un ser vivo en sí misma. Esto nos obliga a ir más allá y
deducir que si la tierra es un organismo vivo entonces el universo entero con su capacidad de
auto regulación es también un organismo vivo. Siendo así las cosas, podemos ver clara nuestra
condición en todo esto, en la cual nos encontramos no como amos y señores de todo, más bien
estamos en relación de participación con el cosmos. Jesus contaba historias y sus parábolas son
muy conocidas, la gran historia del Reino de Dios nos muestra el sentido de la relación y
cooperación como algo indispensable, la solidaridad, la vida en comunidad basad en la justicia y
la reciprocidad , el amor y la paz donde el alcance de ese reino debe ser global y no solo con
nuestra propia especie si no también con el gran organismo vivo en que estamos insertos, es
decir, la tierra con la cual debemos formar un solo tejido vivo e interdependiente.
Principio 7- Abrazando la oscuridad.
La historia que nos cuenta la creación contiene un capitulo que habla sobre la oscuridad, los
científicos le llaman “la materia oscura” acerca de la cual tienen suficiente evidencia de su
existencia de hecho entienden ahora que la mayor parte del universo esta hecho de esta materia
pero hasta el momento ha sido poco comprendida por ser poco lo que se sabe.
Cuando escuchamos la palabra oscuridad o asociamos con algo negativo, genera sentimientos
de miedo e inseguridad, lo asociamos con la ignorancia, muerte y el estar perdido, es algo que no
queremos presente en nuestras vida y hacemos todo lo posible por eliminarla.
No obstante, el relato de la creación nos cuenta que en la oscuridad suceden cosas
maravillosas, en ella descansamos, las plantas germinan, realizamos en la oscuridad las
expresiones de afecto más significativas. También, nos cuenta que en el universo es generadora
de vida y movimiento esto se nota en especial por la actividad de unos cuerpos celestes
denominados “agujeros negros”. Se ha notado que en nuestra vía láctea por ejemplo existe un
cúmulo masivo de agujeros negros cuya función es la de generar el movimiento necesario de os
cuerpos contenidos en nuestra galaxia, incluido nuestro sistema solar. Sin ese movimiento que
imprime velocidad la vida en nuestro planeta sería imposible.
Pero estos objetos no son los únicos que nos cuentan sobre las bondades de la oscuridad.
Cuando vemos la forma de muchos cuerpos celestes y de otros terrestre podemos notar un caos
que solo es aparente, el caos en realidad es otra forma de orden y simetría que apenas estamos
comprendiendo. Toda esta narración de la creación tiene un sentido. Todo lo que consideramos
oscuro o caótico, como el dolor, el sufrimiento, la tragedia, la muerte en realidad son la antesala
de la vida, la luz y la plenitud con el todo. Siendo esto así, es necesario recibir, aceptar y hasta
amigarnos con la oscuridad lo que significa comprenderla y trabajar con ella para que de tal
relación emerja la luz.
Lo anterior no significa una actitud débil frente a la oscuridad, pues en la relación con ella
debemos mostrar la pasión por la justicia que se expresa en la denuncia profética que se
caracteriza por el enojo justificado y la denuncia que desenmascara la opresión que empobrece.
A un nivel teológico todo esto está contenido en el concepto cristiano de la redención la cual ha
sido mal interpretada pues se ha traspolado la responsabilidad de la persona en tratar con su
propia oscuridad proyectándolo hacia una figura del redentor que es hijo sufriente para satisfacer
a un padre egoísta. Esto es evadir la propia responsabilidad.
Principio 8- La sombra estructural
Debemos integrar la sombra y al hacerlo debe ser en lo posible con sentido de totalidad ya no
solo de forma individual sino en nuestra comunidad familiar, social, planetaria y cósmica. Esto
nos lleva replantear lo que entendemos por pecados los cuales se acostumbran a percibir en un
plano individual. No obstante es el pecado a nivel estructural, el que se encuentra en el sistema
que impacta de forma profunda la totalidad como también a la persona. Visto así podemos pensar
en muchos pecados estructurales pero queremos resaltar el pecado del especismo el cual como
hemos dicho consiste en pensar que somos la corona de la creación y que por lo tanto somos los
amos y señores de todo cuanto existe con el derecho de dominar, explotar y destruir, una figura
que es en esencia patriarcal. Este pecado estructural específico ha dejado una huella de
destrucción y muerte que en sentido de relación terminará extinguiéndonos.
Principio 9- Beneficiándonos de la Luz:
La luz es un misterio, un maravilloso misterio en la narrativa de la creación. De hecho, a un
nivel cuántico todo es energía y esta se manifiesta en la forma de luz, luego entonces la
aseveración de que todo es luz no es equivocada. Porque somos luz estamos orientados hacia la
iluminación la cual ha sido una búsqueda constante de la humanidad, tanto así, que está
ocurriendo un despertar en torno a acciones que permiten acceder a la iluminación, sobre todo,
dichas prácticas provienen de las religiones orientales. Una de estas es la meditación que ha
logrado gran arraigo en los últimos tiempos, podemos definirla como un arte de centramiento del
ser en sí mismo, todas las facultades de atención y percepción son orientadas hacia el interior,
esto logra una conexión con el todo, con la conciencia cósmica, el inconsciente colectivo
universal. Además, el bienestar terapéutico que se logra se evidencia en una mejor forma de ser y
enfrentar los desafíos de la vida, se consigue una mayor conciencia con el todo y nuestra relación
con él. Todo esto, es una invitación a quienes somos cristianos y que no estamos familiarizadas
con el arte de la meditación. Sin embargo, si encontramos en nuestro ritos cristianos los
sacramentos y al oración las cuales si las repensamos desde una perspectiva cuántica podríamos
enriquecer su significado.
Principio 10- La totalidad es Infinita:
“Todo lo que empieza tiene un final”. Esta es una consigna que refleja un concepto
arraigado en nuestra concepción de la realidad, si hay un principio debe haber un fin. Ahora bien
la mecánica cuántica desafía nuestra lógica indicándonos de una manera sencilla pero elegante
que en la realidad cuántica nada tiene principio ni fin. Un ejemplo de ello lo encontramos en la
autopoiesis, que es la capacidad que tiene el universo de auto renovarse y auto regulación. O
anterior solo permite un final pero de carácter abierto que contiene el potencial hacia una
renovación. Esto ha quedado plasmado en los grandes mitos religiosos de la resurrección y la
reencarnación lo que en esencia simboliza la capacidad de infinitud de la vida ya que no
podemos hablar de un final de la misma si no de un pliegue potencial hacia formas distintas de
comunión con el todo.
Principio 11- El Calvario y la Resurrección.
El planeta tierra se enfrenta a una posible extinción lo cual significa nuestra aniquilación
como especie más no el fin de la vida. Esto es así porque nuestra cultura se ha alejado de su
relación con la totalidad, empeñándose en actitudes narcisistas y autodestructivas, hábitos
decadentes e irresponsables que atentan contra la madre tierra y otras especies. Nuestro
comportamiento como especie dentro del sistema general de la tierra es similar al de una plaga
que enferma y destruye, una enfermedad planetaria que afecta a todos los demás seres vivo
incluida la tierra misma.
Toda esta situación puede ser representada por el símbolo cristiano del Calvario, esa etapa
de sufrimiento de jesus recogida en los evangelios. Todo el planeta vive hoy un calvario, las
personas viven cada cual uno a nivel individual, no obstante, como hemos visto la tierra tien una
capacidad de resiliencia que nos supera como especie lo que significa que en algún momento no
lejano nuestra madre tierra podrá decidir ella misma quitarnos como especie o permitir nuestra
auto aniquilación después de la cual encontrara a forma de gestar una nueva especie que nos
supere y que sea más iluminada y cooperativa en una disposición de coexistencia holística.
No obstante, después del símbolo del calvario en los relatos evangélicos encontramos el de
la resurrección, esto representa nuestro potencial de recuperación y de auto superación. Es
adentro y no afuera donde reside la capacidad de trabajar relacionados y en armonía con el todo.
Para ello, será necesaria nuevas maneras de lograr la conciencia planetaria pero es algo posible.
Principio 12- El nuevo fuego.
El fuego ha fascinado a la humanidad por siempre aun hoy le reserva a la ciencia misterios,
es símbolo de calor de hogar, intimidad, interioridad, afecto, ternura y vida. Por ello, el fuego es
símbolo perfecto del Amor. Si algo le falta a esta humanidad es el Amor. No seguimos el
ejemplo de nuestro hermano sol que prodiga su amor a todos en forma de calor que sustenta la
vida. Este amor en todas sus variantes llega a ser verdadero sustento para lograr una autentica
comunión con nosotros, la tierra y la energía creativa.
Estamos ante el abismo, la extinción debe ser un asunto serio y urgente tanto para el teólogo
cuántico como para todos como especie. Estamos aquí para quedarnos pero solo en la medida en
que regresemos a nuestra posición de relación con la totalidad, debemos repensar en nuestro
sentido, entender y replicar la generosidad desbordante de Dios expresada a través de nuestra
madre tierra quien desea que tengamos vida, pero vida en abundancia.
CORPORACION UNIVERSITARIA REFORMADA.
PROGRAMA DE TEOLOGIA.
PRACTICA PROFESIONAL III
Elaborado por:
Franklin Barraza García.
Barranquilla, Colombia.
2015.
INTRODUCCION.
El presente escrito tiene como propósito reflexionar sobre el nuevo paradigma de la ciencia
conocido como Teoría Cuántica, también de sus implicaciones para la teología. Está basado en la
obra de Diarmuid o´Murchu titulada Teología Cuántica, donde se demuestra entre otras cosas
que si bien en la ciencia clásica la espiritualidad y las ciencias como la física parecían no tener
nada en común, con el advenimiento de la nueva ciencia cuántica estas están más relacionadas
que nunca y deben permanecer en un diálogo constante, enriqueciéndose mutuamente y
explorando nuevos horizonte hacia la realización de una nueva humanidad y un encuentro con lo
absoluto.
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