recuperando la dignidad: el desempleo como espacio de subjetivación invisible y los piqueteros
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Recuperando la Dignidad: El desempleo como espacio de subjetivación invisible y los Piqueteros.1
Ana C Dinerstein2
Introducción
Y mientras por su esófago paseovoy pensando en que vendrá..Pero se destruye cuando llego a su estómago y planteo con un verso, una verdad (Silvio Rodríguez, Sueño con Serpientes)
La importancia de la participación de los trabajadores desocupados en las luchas
contra las políticas neo-liberales durante los ‘90 y el posterior fortalecimiento de sus
organizaciones cuestionaron definitivamente la idea de los trabajadores desocupados
como una subjetividad residual. Desde el 19 de Diciembre 2001 esto parece ser un
hecho casi irrefutable. Pero por si quedaba alguna duda, el 26 de Junio de 2002 la
muerte se irguió ante nosotros una vez más como un recurso poderoso para dar cuenta
de la realidad.
Mientras el dólar trepaba a cuatro pesos y el FMI insistía con la falta de
cumplimiento del gobierno argentino a sus demandas (¡), dos jóvenes desocupados,
participantes en el corte de ruta del Puente Pueyrredón, en Avellaneda, provincia de
Buenos Aires, fueron asesinados brutalmente por la policía bonaerense, mientras otra
centena fueron heridos y hospitalizados. Maximiliano Kosteki (23) y Darío Santillán
(21) eran ambos activistas de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal
Verón, que congrega once organizaciones independientes del sur de la provincia de
Buenos Aires. Fotos y videos tomados por periodistas y activistas de derechos
humanos junto con imágenes televisivas y declaraciones de testigos mostraron que se
trató de asesinatos a sangre fría en los que participaron las más altas autoridades de la
Policía. Darío fue baleado en la espalda mientras cuidaba solidariamente de
Maximiliano (a quien no conocía) cuando lo encontró herido y sangrando en la
1 Una versión inicial de este trabajo fue publicada en Dinerstein A. C. y Neary M. (2002) The Labour Debate. An Investigation of the Theory and Reality of Capitalist Work, Ashgate, Aldershot, pp 203-223.2 Politóloga y ex docente de la UBA. Doctora en Sociología, Universidad de Warwick, Inglaterra. Docente e investigadora del Departamento de Ciencias y Políticas Sociales, Universidad de Bath, Inglaterra. Miembro del comité editorial de Capital & Class; colaboradora en el exterior de Herramienta. Correo electrónico: A.C.Dinerstein@bath.ac.uk
estación de trenes de Avellaneda. Los asesinatos y la represión inspiraron marchas
masivas de repudio, en las cuales la consigna ‘esta noche somos todos Piqueteros’
unificó la resistencia contra la violencia capitalista (desempleo y represión). A cinco
meses de la masacre de Junio la pobreza, el desempleo y los intentos de superarlos
siguen siendo vergonzosamente criminalizados y reprimidos. 3
Los cadáveres de Maximiliano y Darío, que coparon las imágenes televisivas
en esos días, devolvieron vida a una dimensión de lucha que ha sido invisibilizada por
los estudios laborales y las ciencias sociales en general. En dichas disciplinas, el
desempleo es generalmente definido como la falta de trabajo y la exclusión de los
trabajadores del mercado laboral. Esta exclusión lleva a pensar en la temporaria
eliminación de la subsunción del trabajo por el capital que, en el largo plazo, puede
conducir a la exclusión social. Desde esta perspectiva, los desempleados no pueden
alterar la acumulación capitalista y su lucha es considerada residual respecto de la
clase trabajadora, dado que sus demandas son demandas de re-inclusión en el sistema
capitalista.
Este trabajo problematiza la definión de desempleo como falta de trabajo para
sugerir que este es, aunque parezca lo contrario, una forma del trabajo capitalista
producida no por la falta sino por la intensificación de la subsunción real del trabajo
y la sociedad en el capital. Mi argumento es que la característica más importante del
capitalismo no es la inserción de los trabajadores en los procesos productivos y su
explotación, sino la desmaterialización del trabajo concreto en trabajo abstracto,
(dinero), es decir el tiempo de trabajo socialmente necesario que constituye en
determinado período histórico la sustancia del valor. Dicha sustancia es generada
independientemente de las formas concretas de la explotación, utilización o
desempleo del trabajo concreto utilizado. El problema para las ciencias sociales yace
en las dificultades para reconocer que, aunque el desempleo aparece como la falta de
trabajo y por ende también de subsunción real, oculta, sin embargo, una realidad no
empírica,4 en donde se abren y desarrollan espacios para la reinvención de formas
humanas y sociales de existencia y resistencia, es decir espacios de subjetivación y de
construcción de relaciones sociales: ‘Así la identidad misma de Trabajador
Desocupado deja de designar una carencia para dar lugar a un proceso de
3 Ver Crónicas de Libertad, Video Documental, Grupo Alavío, Diciembre 2002. 4 Ver la noción de ‘realidad no empírica’ en Taylor G (2002) ‘Labour and Subjectivity: Rethinking the Limits of Working Class Consciousness’ en Dinerstein A y Neary M (comps.) The Labour Debate. An Investigation into the Theory and Reality of Capitalist Work, op. cit.: pp. 89-107.
2
autoafirmación’.5 Los desocupados constituyen una subjetividad problemática,
producto de las nuevas formas de la imposición (más que de la falta) del trabajo
capitalista y de su expansión cada vez más intensa(globalización). El desafío es poder
reconocer estos espacios de subjetivación y construcción de nuevos lazos sociales al
interior de la relación del capital. La consecuencia política de este análisis es que
reconoce en la lucha Piquetera, en particular la de Coordinadora de Trabajadores
Desocupados Aníbal Verón, una nueva forma de existencia y resistencia que forma
parte de una crítica más amplia ya no del desempleo, sino del trabajo capitalista y la
sociedad que lo reproduce.
Subsunción real
La primera cuestión a la que quisiera referirme para contextualizar el debate
acerca de la relación desempleo y subjetividad es la cuestión de la subsunción real en
el capitalismo actual. En El Capital Marx estableció una diferencia fundamental entre
subsunción formal y subsunción real del trabajo por el capital. En tiempos de la
subsunción formal, el capital todavía no se había convertido en la fuerza dominante de
la sociedad, capaz de determinar la forma de la sociedad como un todo.6 Por lo tanto,
había una subordinación directa del proceso de trabajo por el capital. Pero en tiempos
de la subsunción real, señala Marx, ‘el proceso de producción inmediato toma la
forma del poder productivo del capital, que ya no puede reconocerse como el poder
productivo del trabajo’7: el capital ha devenido la fuerza dominante capaz de
determinar la forma de la sociedad como un todo’.8 Mientras en el caso de la
subsunción formal, los trabajadores estaban sujetos externamente al capital y por ello
la subjetividad del trabajo era aún externa al proceso económico, en el caso de la
subsunción real, los trabajadores están integrados al proceso de valorización del
capital y la subjetividad del trabajo es un aspecto integrado al mundo social.9
Pero el término ‘subsunción real’ no denomina simplemente la subordinación
de determinados trabajadores por el capital que los utiliza. Se trata de un proceso
5MTD 2002 ‘El MTD y la construcción del poder popular’ Herramienta 21, p 142. 6 Marx K 1990 Capital vol. 1, Penguin, London, p.1023, énfasis del autor citado.7 idem ant., p. 1024.8 Idem. ant. p. 1023.9 Ver Aragües, J M 1995 ‘Tiempos de subsunción real. Implicaciones políticas y teóricas del capitulo VI inédito de El Capital, de Marx’ Papeles de la FIM, no 3 , Madrid: 139-148.
3
complejo de progresiva expansión y subordinación política de toda la sociedad en el
capital 10 , que ahora ha devenido, ó aparece como, el sujeto de la sociedad capitalista.
La transición de la subsunción formal a la subsunción real transformó el papel
del trabajo humano en el capitalismo. A diferencia de previos momentos históricos en
donde ‘el trabajo constituía un aspecto marginal de la sociedad (esclavo) ó suponía un
medio secundario de organización social (opuesto por ejemplo a la religión y la
política)’11 la subsunción real nos habla de un salto cualitativo ó punto de no retorno
en donde el trabajo humano, desmaterializado en la forma de trabajo abstracto se ha
convertido ahora en la forma fundamental de organización social. En dicho punto de
no retorno, ‘la lógica de la producción escapó al control humano y ...industria en gran
escala tomó no sólo los poderes humanos y las instituciones a través de las cuales la
vida humana es dominada’.12 El trabajo abstracto (ó dinero) se convirtió así en la
forma de mediación en la producción de sujetos e instituciones sociales. Es
importante entonces discutir el significado del dinero como relación social en la
producción de subjetividades sociales.
Trabajo abstracto y alienación: recuperar ó reinventar?
La segunda cuestión que debemos discutir es la relación existente entre dinero
y alineación en el marco de la subsunción real. En una de las más importantes
contribuciones a la crítica a la noción de ‘el fin de la sociedad del trabajo’, Ricardo
Antunes sugiere que lo que André Gorz y otros autores denominaron crisis de la
sociedad del trabajo es, en realidad, una crisis de la sociedad del trabajo abstracto. Su
‘superación’, señala Antunes, ‘tiene en la clase trabajadora, aunque fragmentada,
heterogeneizada y complejizada, su polo central’13. Siguiendo a Heller, Antunes
establece una diferencia entre dos tipos de trabajo: work y labour. Mientras work ‘se
realiza como expresión del trabajo concreto, que crea valores socialmente útiles’,
labour ‘expresa la ejecución cotidiana del trabajo, convirtiéndose en sinónimo de
10 Ver Negri A 1992: ‘Interpretation of the Class Situation Today: Methodological Aspects’ Open Marxism Vol II: 69-105; Cleaver ,H 1993: ‘Marxian Categories, the crisis of capital and the constitution of social subjectivity today’ Common Sense no 14, CSE, Edinburgh: 32-55; Cleaver H 1992 ‘The Inversion of Class Perspective in Marxian Theory: from Valorisation to self-Valorisation’ in Open Marxism Vol. II: 106-143.11 Cleaver H (2002) ‘Work is still the Central Issue!’ en Dinerstein A y Neary M (eds.) 2002 The Labour Debate. An Investigation into the Theory and Reality of Capitalist Work, Ashgate, Aldershot, p. 14312 Postone, M (1996) Time, Labour and Social Domination, Cambridge University Press, New York13 Antunes, R (1997) Adiós al trabajo? Ensayo sobre la metamorfosis y el rol central del mundo del trabajo, Piedra Azul, Caracas p. 67.
4
trabajo alienado’.14 Es decir para Heller, y también para Antunes, ‘el trabajo entendido
en tanto work expresa, entonces, una actividad genérico-social que trasciende la vida
cotidiana. Es una dimensión volcada hacia la producción de valores de uso. Es el
momento en que prevalece el trabajo concreto. En contrapartida, labour expresaría la
realización de la actividad cotidiana, que bajo el capitalismo asume una forma de
actividad enajenada, fetichizada. La no consideración de esta doble dimensión
presente en el trabajo’, nos dice Antunes, ‘permite que la crisis de la sociedad del
trabajo abstracto sea comprendida equivocadamente como la crisis de la sociedad del
trabajo concreto’.15 Para Antunes, el fin del trabajo abstracto sería el fin del trabajo
alienado, en tanto el trabajo concreto es inherente a la sociabilidad humana: ‘la esfera
del trabajo concreto es el punto de partida hacia una nueva sociedad’.16
Siguiendo esta línea de análisis, Mészaros ha sugerido que para Marx existían
dos tipos de mediaciones: una mediación adecuada entre el hombre y sus congéneres
en el proceso de trabajo, y una mediación alienada de la actividad humana, que se
produce cuando la relación entre personas es reemplazada por la relación entre cosas,
y donde existiría un proceso de deshumanización.17 Mientras el primer tipo de
mediación es una mediación concreta, el segundo tipo de mediación es una mediación
abstracta ó fantástica: dinero. Según Mészáros, el proceso de desalienación implicaba
para Marx ‘la abolición de la mediación alienada’, a través de la liberación del trabajo
de su sujeción reificada al poder de las cosas, a poder de la ‘necesidad
externa’:18dinero.
El problema que nos presenta la distinción entre work y labour19 establecida
por Heller y aceptada por Antunes, al igual que la lectura de Mészaros sobre el
trabajo de Marx en esta cuestión es que no dan cuenta de la característica fundamental
de la sociedad capitalista (que Marx desarrollara en Grundrisse y El Capital): que 14 Heller en Antunes 1997: 67 op. cit. Para una crítica a la distinción entre work y labour en los trabajos de Marx, ver Cleaver 2002 op. cit. 15 Antunes 1997: 67 op.cit.16 Antunes 1997: 71 op.cit. Esta distinción entre work y labour fue también utilizada por Hannah Arendt desde otra perspectiva para justificar la separación entre las esferas políticas (work) y económicas (labour) y sugerir que los seres humanos no nos constituimos a nosotros mismos a través del trabajo, como Marx planteara claramente en trabajos como La Ideología Alemana, sino a través de la comunicación y el lenguaje’ (Aronowitz, S and Difazio, W (1996) The Jobless Future. Sci-Tech and the Dogma of Work, University of Minnesota Press, Mineapolis-London, p 334.17 Mészaros, I (1970): Marx’s Theory of Alienation, London: Merlin Press, p. 9118 Mészaros, 1970: 91, idem ant mi énfasis. Cabe señalar que si bien la noción de alineación central en los primeros escritos de Marx no es directamente trabajada en El Capital y Grundrisse, ello no indica que en sus escritos ‘económicos’ Marx haya abandonado la noción de alineación sino que su significado debe ser decodificada.19 Dos términos generalmente utilizados indistintamente en inglés.
5
dada la subsunción real de la sociedad en el capital, el trabajo concreto ya no existe
como tal, sino que es sólo reconocido como parte de esa sustancia homogénea que
denominamos trabajo abstracto, es decir el tiempo de trabajo socialmente necesario en
determinado período histórico. En otras palabras, el trabajo asalariado es el
fundamento de la sociedad capitalista. La existencia del dinero no es externa a los
sujetos sino que expresa el hecho de que el poder de producir concreto de cada uno de
nosotros ha sido des-sensualizado, para formar parte del trabajo abstracto (dinero). Es
el trabajo abstracto (y no el concreto) el que constituye la sustancia del valor.
Es innegable que las ideas que cita Mészaros pertenecen a los escritos del
joven Marx.20 Pero dado el doble carácter de la mercancía, el trabajo ‘concreto’ no
puede liberarse a sí mismo de ‘su sujeción reificada al poder de las cosas, a una
necesidad externa’ 21 como sugieren Mézaros y también Antunes porque el trabajo
abstracto no es una necesidad externa sino la forma social específica de existencia
del trabajo humano en la sociedad capitalista.
Si la actividad del trabajo, como bien indica Antunes, ‘se torna odiosa, un
suplicio...’ no es porque se trate de una ‘actividad puramente impuesta y lo único que
me obliga a realizarla es una necesidad extrínseca y accidental, no la necesidad
interna y necesaria’22 sino porque el trabajo asalariado es la forma de reconocimiento
social del trabajo humano en la sociedad capitalista y, por lo tanto, se trata de una
necesidad interna, constitutiva -aunque no ontológica23- que constituye
subjetividades, como por ejemplo ‘los trabajadores’ en el marco de la subsunción real
de la sociedad en el capital. La abolición del dinero (la ‘mediación alienada) no le
devolvería al trabajo concreto su forma desalienada porque el trabajo concreto ya no
existe como tal, sino que es un aspecto del doble carácter de la mercancía ‘trabajo’. El
trabajo concreto es inseparable de su forma social de existencia: el trabajo abstracto. 24
Alienación no se reduce a la enajenación del trabajador respecto de la
naturaleza, de sus pares y del producto de su trabajo, que Marx ofreciera en sus 20 Marx K 1992 ‘Economic and Philosophical Manuscripts’ in Early Writings, Penguin, London: 279-400.21 Mészáros, 1970: 91 op. cit.22 Marx en Antunes 1997: 111 op. cit.23 En esta cuestión me corrijo a mí misma, ver Dinerstein, A (2000) 'Sujeto y Globalización: la experiencia de la abstracción' Doxa 20, Buenos Aires: 92 y 98. En ese trabajo previo hay también una cita al trabajo de R. Antunes (p.100) que acepta la idea de la crisis de la sociedad del trabajo abstracto y que ha sido revisada en el presente trabajo.24 Este idea cuestiona el potencial liberador del trueque per se, en tanto eliminaría la mediación del dinero y por ende sería capaz de reinventar las formas de la subjetividad social.
6
primeros escritos, sino complementariamente al hecho de que dicha la enajenación del
trabajo concreto fluye y se auto-expande como su opuesto, es decir trabajo abstracto
(dinero). La consecuencia política de mi análisis es que sugiere que es imposible
recuperar la ‘subjetividad alienada’. La defensa del trabajo concreto o de una
supuesta subjetividad ‘in abstracto’ es ahistórica, en tanto ignora los procesos sociales
que han transformado irreversiblemente a los seres humanos y su trabajo en algo
distinto a través de múltiples y complejos procesos históricos de lucha. No podemos
volver a ser lo que nunca fuimos ó lo que ya no somos. Lo que nos interesa no es ver
como nuestra capacidad de producir, hacer y crear es alienada por el dinero, sino
como la existencia del dinero y sus crisis produce y transforma nuestras formas de
ser y resistir en tanto abre espacios de subjetivación y de construcción social que
cuestionan al dinero como forma de la humanidad desde el interior del proceso de
producción y expansión del mismo.
Desempleo, subjetivación y la ceguera de las ciencias sociales
En general, el circuito de reproducción del capital es representado por la
fórmula D-M-D’ (Dinero – Mercancía – Dinero prima). La crisis del capital y su
transformación en su forma más abstracta (dinero) es representada por D-D’ (Dinero-
Dinero prima), en donde la ausencia de M nos indica que el capital se ha retirado del
circuito productivo temporariamente para reproducirse especulativamente, generando
desempleo. D-D’, es decir, capital desocupado = trabajo desocupado, expresa la
imposibilidad del capital de explotar la fuerza de trabajo social.25 Mientras D-D’
aparece como la auto-expansión del capital (sostenida por la ley y el estado) es, por
otro lado, una forma condensada de expresar que el capital ha logrado
temporariamente evitar a determinados sectores del mercado de trabajo, pues la
transición de D a D’ depende de la efectiva explotación del trabajo por el capital. En
otras palabras, la disociación del dinero de la explotación aparece como la
reproducción expansiva del dinero donde la explotación del trabajo (Producción) es
‘aparentemente eliminada’.26 En la fórmula D-M-D’, M representa la producción de
mercancías, incluida la mercancía fuerza de trabajo. M es entonces importante no sólo
en términos económicos sino fundamentalmente en términos humanos y políticos. Si
25 Bonefeld W 1996 ‘Money, Equality and Exploitation: An Interpretation of Marx’s Treatment of Money’ in Bonefeld W and Holloway, J (eds.)1996: Global capital, National State and the politics of money, Macmillan: London, pp.178-209; Marx K 1991 Capital vol. 3, Penguin: London.26 Bonefeld 1996: 199 op. cit.
7
en D-D’, M ha desaparecido virtualmente, como interpretar esta ‘desaparición virtual’
de M constituye una cuestión política crucial.
La noción de ‘ejército de reserva’ es utilizada para explicar esta situación
temporaria de M como mercancía fuerza de trabajo donde el capital expulsa a
determinados sectores del trabajo del proceso productivo, siendo esta ‘expulsión’ un
aspecto intrínsico de los ‘requerimientos de los cambios producidos en el proceso de
valorización’.27 ‘Ejército de reserva’ refleja esta idea de exclusión: los (des)ocupados
constituyen para el capital una población sobrante28 que está, de todas formas,
subordinada a la producción del valor como un todo. Los desocupados son
clasificados por el capital como trabajo temporariamente superfluo. El trabajo
necesario deviene superfluo simple y sencillamente porque no puede producir
plusvalía para el capital.29
Sin embargo, ‘ejército de reserva’ es un concepto inútil para comprender los
procesos de subjetivación que genera el desempleo pues no puede (nunca pudo)
contestar a una pregunta fundamental: ¿cuáles son las nuevas formas sociales
subjetivas que emergen durante el proceso a través del cual D-M-D’ se convierte en
D-D’, y cual su potencial político de resistencia? Se puede argumentar que existen
infinidad de trabajos de investigación que nos hablan de las peripecias que sufren los
desempleados y sus familias en términos psicológicos, sociales, económicos,
financieros, afectivos. Pero dichos trabajos, tomados en general, suelen reafirmar una
relación de externalidad entre los sujetos ‘desempleados’ y el capital que no los
necesita ó la crisis financiera y el desempleo que los expulsa. Esta separación es en mi
opinión teórica y políticamente incorrecta pues no capta la conexión interna existente
entre ambos (subsunción real y trabajo abstracto). Como Marx señalara, al referirse a
lo que llamaba economistas vulgares, [su] forma de ‘ver las cosas’... surge del hecho
de que lo que está reflejado en sus cerebros es la forma fenomenal e inmediata de esas
relaciones y no sus conexiones internas.30 En este sentido, el problema de las ciencias
sociales reside en que no logra ver el espacio de subjetivación generado por las crisis
del capital en términos políticos pues sus estudios y análisis se basan en una visión
incompleta de la sociedad capitalista en donde sólo se tienen en cuenta los aspectos 27 Capital Vol. 1: 784 op. cit 28 Marx K (1993) Grundrisse Penguin, London.29 Dinerstein A (1999) ‘Unidad en la Diversidad y Política como Necesidad’ in Lozano, C (comp.) (1999) El Trabajo y la Política en la Argentina de fin de siglo, IDEP- EUDEBA, Buenos Aires: 107-12130 Marx en Marx, K y Engels, F (1975) Selected Correspondence, Progress Publishers, Moscow: 179
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concretos, visibles y empíricos de las relaciones sociales. Esto es particularmente así
en el caso del desempleo.
Desempleo y la experiencia de la abstracción
En las sociedades capitalistas, la expansión del valor se produce
independientemente de las formas concretas de la explotación, es decir
independientemente del empleo ó desempleo del trabajo concreto utilizado.31 El
desempleo nos habla de una experiencia especifica de alineación en donde la lucha
por la subordinación, dominación y explotación de los sujetos ‘desempleados’ no se
elimina, sino que constituye un espacio de lucha sobre las formas de subjetividad
‘invisible’, dada la intensificación de los aspectos abstractos de las relaciones sociales
capitalistas por sobre los concretos, cuando el capital deviene dinero. Los
desocupados están excluidos de la esfera de la producción. Pero no están excluidos de
la ‘esfera de la subsunción real’: el desempleo no cancela sino que intensifica la
subsunción real de los seres humanos en el capital, de una forma peculiar.
Las nociones de exclusión social y desempleo como falta de trabajo no dan
cuenta de este espacio de lucha generado al interior del proceso D-D’. Para
comprender este espacio de subjetivación ‘invisible’ me parece más pertinente hablar
de ‘experiencia de la abstracción’.32 La experiencia de la abstracción es una
experiencia de abismo, de externalidad, de separación entre ‘yo una desocupada’ y el
‘dinero que fluye y escapa’. Y es también una experiencia de creación y reinvención
de nosotros mismos. Esta experiencia no es una experiencia abstracta en el sentido
vulgar del término, sino una abstracción real que compromete nuestras formas de
existir y resistir pero que es difícil de visualizar porque los aspectos abstractos del
capital (dinero) son ahora predominantes en la constitución de nuestra propia
subjetividad. La experiencia de la abstracción es antónimo de ‘exclusión social’.
Mientras ‘exclusión social’ ignora la dimensión de lucha sobre las formas de la
subjetividad que se desata al interior del espacio abierto por el desempleo, nos empuja
a mirar hacia fuera (?), la experiencia de la abstracción explora los procesos de
subjetivación y construcción que se desarrollan en el proceso por el cual D se
convierte en D’: en la expansión del valor como dinero se nos va la vida, no porque
31 De Angelis, M (1995) ‘Beyond the Technological and the Social Paradigms: A Political Reading of Abstract Labour as the Substance of Value’ Capital & Class 57, London: 107-13432 Dinerstein 2000 op. cit
9
nos excluya sino porque nos somete, y porque es el trabajo capitalista lo que nos hace
humanos y sociales.33 La noción de ‘experiencia de la abstracción’ reconoce la
invisibilidad de la subsunción de los llamados ‘excluidos’ y da cuenta de los procesos
de reinvención de las formas de existir y resistir generadas en el corazón mismo de la
relación del capital y no fuera de este.
Recuperando la materialidad: D- ... ...... ...- D’
La idea de auto-expansión del capital en su forma dinero representada en la ecuación
D-D’ no permite ni siquiera imaginar la experiencia de la abstracción durante el
proceso en el cual D-M-D’ se transforma en D-D’. Se trata de una fórmula que
representa un proceso no humano de ‘producción’ y consumo de mercancías. Y sin
embargo, como afirmé anteriormente, la crisis del capital en su forma dinero D-D’
proporciona un escenario para una lucha en un terreno no empírico, que las ciencias
sociales confunden con ‘exclusión social’. A menos que reconozcamos este espacio
de subjetivación como realidad no empírica, será difícil pensar en los desocupados
como una subjetividad significativa.
Para ilustrar estas formas de subjetividad generadas en el proceso de
valorización del capital, aceleradas en las crisis del mismo D-D’ puede ser
reemplazada por D- ; ; ; -D’, donde las letras , , y representan las formas
fragmentadas de existencia de la subjetividad social creadas en el proceso de
valorización del capital, algunas de ellas generadas a la luz del desempleo. D- ; ;
; -D’ permite visualizar, en primer lugar, el proceso de valorización del capital
como espacio de subjetivación y, en segundo lugar, a la subjetividad del desempleo
como una forma social de existencia y resistencia producida al interior del mismo
dicho espacio. D- ............-D’ incluye no sólo a aquellos que son directamente
explotados en las fábricas, sino a aquellos que están semi ó completamente excluidos
de ellas, a aquellos que no participan directamente del proceso de producción pero si
de la vida de la polis y producen otras formas organizacionales, identitarias o
relacionales que las fábricas, abriendo así otros espacios para construir lazos
solidarios y acción política. 34
33 La experiencia de la abstracción se agudiza en momentos de crisis financiera cuando el capital antes productivo se liquidifica y parece ‘escapar’ a los confines del control humano. En el caso Argentino esto se ve agravado por la fuga de capitales que físicamente abandonan los contornos nacionales, abriendo así un aparente abismo entre la valorización del capital y las formas de existencia social.34 El ejemplo más contundente de este proceso fue el 19-20 Diciembre 2001 cuando la crisis terminal de una forma de valorización del capital y su expresión financiera (D-D’) (junto a la crisis del estado y
10
La ecuación propuesta nos obliga también a pensar en el potencial crítico de
cada una de estas formas de subjetividad dentro del conjunto sin necesidad de
establecer prioridades y jerarquías. Aunque en ambas formulas, D-D’ y D-; ; ; -
D’ el resultado final es D’, es sólo en el segundo caso donde se ven claramente tres
cosas: que D’ depende en última instancia de la subsunción humana al circuito de
reproducción del capital, que las subjetividades son creadas al interior de dicho
proceso y por ello la resistencia reside en el corazón mismo (y no fuera) de la relación
del capital y que cada una de estas formas de existir y resistir poseen la capacidad de
desafiar algunas de las instancias del circuito de valorización (y por ende de
dominación política).
D - ; Piqueteros, ; - D’: la reinvención de las formas
La crisis capitalista puso en el tapete la discusión sobre la imposible relación entre
vida digna y dinero, abriendo así nuevos espacios para la creación de identidades,
organizaciones, formas de resistencia pero también conceptos, ideas, narrativas. En
este marco, la lucha Piquetera colocó la ‘cuestión humana’ en el corazón de la
valorización del capital.35 El reconocimiento de la centralidad de esta forma de
subjetividad se dio por la fuerza de los hechos más que por convencimiento teórico ó
político.36 Y sin embargo, esta forma de resistencia (que aquí denominé
arbitrariamente ), no sólo desafía a través del trabajo comunitario y político, las
condiciones de miseria humana generadas por el desempleo, sino también endebles
conceptos como el de desempleo como falta de trabajo y de exclusión social.
La Cordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón constituye una
forma especial de resistencia. Los Piqueteros de la Verón rechazan la
institucionalización del movimiento de desocupados así como la identificación
política y se declara independiente de los partidos políticos, incluidos los de
la ley) convergieron en una crisis de subjetividad. Este barajar y dar de nuevo abrió múltiples espacios de crítica y creación de nuevas formas subjetivas y organizacionales (asambleas barriales, club de deudores, ahorristas, truequistas, trabajadores en fábricas ocupadas, organizaciones de trabajadores desocupados, organizaciones de derechos humanos, nuevas organizaciones sociales, artísticas, etc.).Ver Dinerstein A 2002 ‘¡Que se Vayan Todos! Crisis, insurrección y la reinvención de lo político en Argentina’, Bajo el Volcán, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, en imprenta.35 Dinerstein A C 2001 ‘El corte de ruta en Argentina y el potencial subversivo de la mundialización’ Observatorio Social de América Latina (OSAL) no 5, Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales: 11-16.36 Me refiero a los cortes de ruta provinciales en los ‘90, la nacionalización de la lucha de los desempleados, la emergencia y expansión de sus organizaciones, su desarrollo durante la crisis del 2001 y en el presente.
11
izquierda.37 Si bien aceptan los planes de empleo que reciben del gobierno, su trabajo
social comunitario tiene un sentido político fundamental expresado en los valores de
autodeterminación, solidaridad y dignidad. Coherente con estos preceptos, los
desocupados de la Coordinadora Verón no tiene ‘dirigentes’ y la organización
funciona con mecanismos de democracia directa y organización horizontal:38
‘Nosotros no creemos en la toma del poder...pensamos que la cuestión no pasa
por llegar a instalarnos en un lugar de poder impregnado por los valores de un sistema
que ya no tiene respuesta para la sociedad...nosotros trabajamos para cambiar el
sistema y creemos que eso es algo que se comienza a construir desde la base, entre
nosotros. Nos importan mucho recuperar lo humano, generar relaciones entre
compañeros solidarias y colectivas’.39
La acción y trabajo colectivo de la Coordinadora Aníbal Verón va más allá de
conseguir programas de empleo. Se trata del intento de construir un nuevo poder:
‘la experiencia del MTD (es nuestra hipótesis) representa un caso particular en
un panorama más amplio que incluye un conjunto de luchas e intentos, la mayoría de
ellos ocultados y silenciados por los medios y la comunidad académica, que tienen en
común planteos, prácticas y métodos organizativos, y sobre todo por una actitud si se
quiere “foucaultiana” hacia el poder, que puede resumirse en la frase “el poder no se
toma: se construye”’40 Su modo de intervención cotidiana es ‘produce un lazo social
en un contexto profundamente deteriorado, allí donde el neoliberalismo logró destruir
capas solidarias y entramados comunitarios’ decreto neoliberal de cancelación del
futuro como un mal necesario para lograr la estabilidad (¡) para reemplazarlo por la
idea de que el futuro ‘ya llegó’.41
Dignidad: la idea adecuada
Dignidad no es un concepto académico ó sociológico y por tal motivo es resistido
como válido para interpretar la esencia de la resistencia piquetera. La noción de
dignidad articula y organiza, como indica Holloway refiriéndose al movimiento
37 Viales, L. ‘Los proyectos políticos piqueteros’, Página/12, 23.6.02, p.16-17.38 Ver El rostro de la Dignidad. Memoria del MTD Solano, Documental de Argentina Arde, Cine Independiente, Septiembre 2002; Colectivo Situaciones 2001 MTD Solano, Ediciones de mano en mano, no 4, Buenos Aires.39 Andrés Fernández, MTD Solano citado por Viales L. ‘Los proyectos políticos piqueteros’ Página/12 23.6.02, p.17. 40 MTD 2002 ‘El MTD y la construcción del poder popular’ Herramienta 21, pp. 137-14441 MTD 2002 op. cit. p. 141.
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Zapatista,42 la lucha contra la clasificación, la lucha contra las definiciones
identitarias. Dignidad parece atentar contra las definiciones y unificar la lucha contra
estas definiciones. La noción de dignidad también desafía la mediocridad del poder,
cuya función es subordinar sistemáticamente, hasta el punto de aniquilar si es
necesario como vimos el 26 de Junio, lo que es humano a la lógica descorazonada de
una abstracción (el capital). Como dicen los Piqueteros de la Coordinadora Aníbal
Verón: ‘estoy orgullosa de poder hacerle ver a la sociedad que tenemos dignidad por
más que tengamos la cara tapada’...‘sentimos dignidad y orgullo mas que nada, no
solo se trata de quemar gomas sino de defender nuestras ideas’...‘venimos a pelear
para recuperar nuestra dignidad’. 43
¿Por qué resulta entonces tan difícil usar el concepto de dignidad como una
cuestión humana fundamental cuando estudiamos los procesos sociales, y más aún,
los de constitución de subjetividad? Pienso que parte del problema reside en el poder
de dicha noción y no su debilidad. La noción de dignidad cuestiona los preceptos
cartesianos fundamentales de separación de mente y cuerpo que gobiernan nuestra
vida y guían nuestras acciones, unificándolos en una forma sencilla y contundente a
nivel subjetivo. Según Descartes, ‘el hombre está constituido por dos sustancias
diferentes’ (mente y cuerpo) que están unidas en el individuo. La razón posee, según
Descartes, ‘una capacidad ilimitada de controlar y dirigir las pasiones’44 El ser
Cartesiano es un ser descorporizado y asocial.45 Para Descartes soy ‘una cosa que
piensa... Una cosa que duda, entiende, afirma, niega, tiene voluntad, y también
imagina y percibe’.46
En contraposición a Descartes, Spinoza consideraba al ser humano como
constituido por un modo de extensión, un cuerpo y un modo de pensar, inmanente.
Spinoza creía en una sola forma compuesta por estos dos aspectos, dos extensiones de
la misma forma. En este sentido, la separación Cartesiana entre mente y cuerpo es
inadmisible. Esta diferencia tiene consecuencias para comprender la acción social.
Mientras para Descartes la razón guía la acción y controla las pasiones, consideradas
irracionales, para Spinoza, las pasiones y emociones son parte de la acción racional,
42 Holloway J 1998 ‘Dignity’s Revolt’ en Holloway, J y Pelaez, E (comp): Zapatista! Reinventing Revolution in Mexico, Pluto Press, London, pp.159-198.43 Ver El rostro de la Dignidad, Memorias del MTD Solano, Video Documental del Grupo Alavio 200244 Feldman en Dinerstein A 1997 ‘Marxism and Subjectivity: Searching for the Marvellous. Prelude to a notion of Action’, Common Sense 22: 8845 Backhurst en Dinerstein A 1997 op. cit p. 88.46 Descartes Meditations on First Philosophy, 1641citado por tylor en Dinerstein 1997 op. cit. p 88
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siempre y cuando exista una idea adecuada que las sustente. Es decir, una emoción ó
un afecto se transforman en acción racional cuando tenemos una idea adecuada de
ella. Una emoción entendida adecuadamente hace a una persona el agente de su
propio aprendizaje. Faltando ese conocimiento, un individuo se convierte en el
recipiente pasivo de estímulos internos y externos.47 Libertad significa para Spinoza
un proceso de aprendizaje y búsqueda de ideas adecuadas que guíen nuestros deseos y
emociones, siendo este un proceso no individual sino colectivo.
Recuperar la dignidad es recuperar la unidad de lo que es separado. Esta
separación no es simplemente la separación entre los hacedores y el hacer, como nos
dice Holloway48 sino una separación más profunda, interna, la que nos hace padecer
hambre y no robar, reprimir nuestros deseos más humanos y racionalizar la injusticia
y la miseria humanas. En esta división al interior de la subjetividad social se
reproduce el capital como relación social. Dignidad atenta contra esta separación.
Recuperar la dignidad significa recuperar la unidad.
La lucha por la dignidad de los piqueteros no es producto de la exclusión y la
ausencia de dominación sino todo lo contrario: se trata de una lucha en y contra una
forma particular de explotación (desempleo) y por ende de la intensificación de la
subsunción real de los sujetos en el capital. La lucha por la dignidad contiene una
crítica fundamental a la sociedad capitalista. Por un lado, recuperar la dignidad
significa recuperar la materialidad de un espacio virtualmente invisibilizado de
experiencias, vivencias y relaciones sociales. Por otro lado, recuperar la materialidad
de esos espacios significa recuperar la dignidad pues dignidad es voz, reconocimiento
explicito, diálogo, expresiones de afecto y amor, interacción social, implica un ser con
los otros, en los otros, ó en palabras de Spinoza, potentia contra Potestas. La lucha
por la dignidad de los Piqueteros de la coordinadora Aníbal Verón nacida en el
espacio de subjetivación creado por el desempleo, desafía la separación cartesiana de
cuerpo y mente para proponer un nuevo equilibrio entre ambos a través de la
recuperación de la dignidad humana frente al caótico y abstracto mundo del capital.
Dignidad aparece entonces como la idea adecuada para acompañar el deseo de ser y
vivir de otra manera, considerados irracionales desde la perspectiva cartesiana del
poder.
47 Feldman en Dinerstein 1997 op. cit, p. 8848 Holloway J 2002
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Las contradicciones de la forma Piquetera (eta)
Justamente porque la subjetividad Piquetera se constituye en el seno del desempleo
como forma del trabajo capitalista, no está exenta sino embebida de sus
contracciones. En esta sección final, me voy a referir a tres de ellas, cuyo desarrollo
abre espacios de crítica, subversión y emancipación: ciudadanía, autonomía y
territorialidad en el contexto de mundialización de la lucha.
1.‘Ciudadanía’
La discusión desatada en Junio 2002 en Argentina acerca de la generación de
violencia por parte de los Piqueteros durante el corte de ruta del puente Pueyrredón,
dejó en claro el problema que existe para captar los procesos de conformación de
subjetividades en lucha en este momento en Argentina, y en particular la esencia de la
subjetividad Piquetera. Por ejemplo, J. P. Feinmann nos decía en esos días tristes que
la cuestión no era volver a la violencia; y que ‘si los Piqueteros usan capuchas, palos
y molotovs consiguen tres cosas, negativas todas: a) justifican la ratio represiva. Le
dan el “marco” que necesita; b) dejan de ser un movimiento de protesta y semejan un
movimiento de choque , un movimiento político militar; c) espantan a los vecinos que
deberían incorporárseles.’49 Mi reflexión sobre estas afirmaciones son: a) el marco
para la represión está dado por la desesperación de los poderosos en no poder lograr
seguir sometiendo a los argentinos a la masacre física y espiritual generada por la
locura capitalista; b) los Piqueteros no constituyen simplemente un movimiento de
sino que fundamentalmente ponen en movimiento las contradicciones existentes en la
sociedad capitalista y que se han vuelto intolerables para las capas medias que
sobrevivieron la masacre neoliberal. La noción de ‘ciudadanía’ sirve como pantalla a
la crítica al estado y a su noción complementaria, es decir, sociedad civil; c) Con su
presencia y reclamos, los Piqueteros aportan a la lucha por convertir a la ‘sociedad
civil’ en sujeto. El 19-20 Diciembre 2001 puso un límite a la violencia esencial del
capital y sus formas institucionales, increíblemente resumido en ¡que se vayan todos!.
Más que producir la emergencia de nuevas ‘organizaciones de la sociedad civil’ vis-a-
vis un estado corrupto y una economía en banca rota, el 19-20 puso en movimiento
una crítica a la noción de sociedad civil misma:
‘mientras el concepto de sociedad civil produce identificación con el estado a
través de la noción de separación e independencia, el concepto negativo está
49 Feinmann, J. P. ‘La devaluación de la vida’, Página/12, 29.6.02, contratapa
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destinado a la crítica del estado, a superar la abstracción política y la violencia de la
homogeneización implícita en la categoría general de ciudadano. Implica una lucha
por transformar la sociedad civil en un sujeto, es decir, una lucha por superar el
desgarramiento constitutivo de la dominación capitalista que se expresa en las
múltiples escisiones (sujeto/objeto, sociedad civil/sociedad política, etcétera), que a su
vez es lo que define la forma estado’.50
La lucha Piquetera contiene una crítica inmanente e implícita al estado
capitalista y a su noción de ciudadanía. En este sentido, la violencia policial contra los
Piqueteros no se desata porque ellos usen palos y capuchas sino por la capacidad de
los Piqueteros en reinventarse en lugar de lo que se suponía, es decir, aceptar su
desaparición virtual como ‘desocupados’ ó ‘excluidos’. Es este acto de dignidad lo
que enoja a los poderosos, y no las capuchas y los palos. La dicotomía piqueteros
combatientes – piqueteros ciudadanos51 no va lo suficientemente lejos como para
acompañar la crítica a la ‘ciudadanía’ que existe en el seno de la lucha Piquetera.
2. ‘Autonomía’
Existe el riesgo de pensar en la posibilidad de que los Piqueteros se
constituyan en una fuerza autónoma. Este trabajo intentó contribuir a este debate
señalando que las condiciones materiales de producción de subjetividad deben ser
concebidas en el marco de lo que llamamos subsuncion real de la sociedad en el
capital.
La idea de subsunción real puede sonar asfixiante: si existe subsunción real de
la sociedad en el capital, podrá existir entonces una salida emancipadora? Esta
pregunta es por cierto práctica. Es necesario aclarar que subsunción real no implica
‘lógica del capital’ sino constantes procesos de lucha que atraviesan el proceso de
valorización del capital: el valor es una relación de lucha.52 Parte de nuestra desdicha
se debe a la ‘neurosis social’ producida por el doble carácter de la mercancía en donde
existe una contradicción fundamental entre mi supervivencia y reproducción (M- D-
M’) y la producción de plusvalor (D-M-D’). La contradicción se halla en “la
existencia simultánea de M-D-M’ y D-M-D’”.53 En otras palabras, la contradicción se
50 Tischler S 2001 ‘La “sociedad Civil”: ¿Fetiche? ¿Sujeto?’ Bajo el Volcán Nro. 3, Puebla: p. 178 51 idem ant.52 Bonefeld W 1995 ‘Capital as Subject and the Existence of Labour’, Open Marxism, London: Pluto Press, Vol. III, 182-212; De Angelis 1995 Op.Cit. 53 Taylor 2002 op. cit. p. 99.
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halla en que la posibilidad de la reproducción social concreta a través del trabajo
asalariado (M – D – M’) se halla siempre amenazada por la auto-expansión abstracta
del capital (D-M-D’). En el caso argentino, las altas tasa de desempleo no impidieron
la acumulación del capital. Y viceversa: la expansión del capital se halla también
amenazada por la resistencia concreta de los sujetos a dicha expansión y su lucha por
reproducirse y superar las condiciones miserables de la vida humana en el
capitalismo. En el caso argentino, las luchas sociales han puesto un limite a la
expansión ilimitada del valor.
En este sentido, la posibilidad de emancipación se halla en las contradicciones
que se despliegan al interior de cada una de estas formas subjetivas. La posibilidad de
emancipación no es externa sino que se halla en la permanente reinvención de las
formas de existencia y resistencia (reinvención de las formas de lo concreto) vis-à-vis
el capital como relación social de lucha.
Los planes de empleo por ejemplo simbolizan esta contradicción fundamental:
por un lado indican dependencia del estado y, por el otro, abren la posibilidad de
generar relaciones más autónomas. Un claro ejemplo de esto es la diferencia de
estrategia con respecto de los programas de empleos que existen entre otras
organizaciones de Piqueteros y la Coordinadora Aníbal Verón. Los sectores
organizados en la Federación Tierra y Vivienda (FTV) y la Corriente Combativa
Clasista (CCC) trabajan por la institucionalización del movimiento de trabajadores
desocupados y su incorporación a la lucha de la clase trabajadora. Como miembros de
la mesa de CTA, los lideres de la FTV y CCC conciben la lucha de los desocupados
como una lucha por la ‘inclusión’, la creación de empleo y el aumento de los
programas de empleo. Su estrategia responde a una estrategia redistribucionista de la
CTA como un todo.54 En cambio, el MTD resiste la violencia de categorías
clasificatorias a través de las que la vida humana es constantemente postergada en el
capitalismo (los trabajadores, los excluidos, los desempleados, los pobres) y trabajan
con las contradicciones que su practica cotidiana les presenta.
3. ‘Territorialidad’
Existe también el riesgo de concebir la lucha Piquetera como una lucha ‘local’
independiente del mundo ‘global’. Seguimos a Hardt y Negri en que muchas veces ‘la
54 Ver Bellucci M y Dinerstein A ‘Seamos todos Kosteki y Santillán’, http://listas.ecuanex.net.ec/listas/listinfo/alai-amlatina, 30.06.02
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globalización ó desterritorialización utilizada por la maquinaria imperialista no se
opone a la localización ó reterritorialización sino más bien pone en juego circuitos
móviles de diferenciación e identificación’55 Como es sabido, la ‘globalización’ tiene
dos caras que se combinan para producir simultáneamente fluidez y estancamiento,
libre circulación e impedimento, riqueza concentrada y pobreza absoluta,
interconexión y asilamiento.
Los Piqueteros de la Coordinadora Aníbal Verón definen su lucha como una
lucha territorial56 de recuperación solidaria de su entorno local. Y sin embargo, esta
lucha ‘local’ comparte muchos preceptos y prácticas de lo que ha dado en llamar
nuevo internacionalismo57 iniciado con la ‘revolución de la dignidad’58 del
levantamiento Zapatista. En este nuevo internacionalismo, como indica De Angelis
‘prevalecen elementos positivos tales como la dignidad, la esperanza y la vida , y
entonces la lucha contra el capital deviene residual'.59 Mientras la vieja práctica
revolucionaria comienza con la condición de explotación, pobreza y miseria y nos
indica que la respuesta es la revolución, concebida como la realización de los deseos
de las masas en términos de los planes del partido, la nueva práctica revolucionaria
que se inicia con los Zapatistas toma como punto de partida la misma pobreza,
explotación y miseria pero concibe a los seres humanos como gente digna capaces de
autogobernarse y preguntarse a si mismos que necesitamos para poder satisfacer
nuestras necesidades? 60
En este sentido, la subjetividad Piquetera debe ser vista como una forma
glocal de existencia y resistencia en donde las especificidades y contornos territoriales
forman parte a la vez de una nueva forma de concebir la vida humana y social donde
determinados valores esenciales se hallan presentes en la práctica misma, sin
necesidad de que la ‘organización adhiera’ a dichos preceptos internacionales. La
constitución de este nivel ‘internacional’ está ya presente en la ‘localidad’ de las
formas territoriales, locales.
55 Hardt M and Negri A 2000 Empire Harvard University Press, Cambridge-Massachusetts, p. 45, mi traducción 56 MTD 2002 op cit57 De Angelis M 2000 ‘Globalization, New Internationalism and the Zapatistas’ Capital & Class 70, London: 9-35; Dinerstein A 2002b ‘Beyond Insurrection, Argentina and the new internationalism’ The Commoner no 5, www.thecommoner.org58Holloway J 1998 op. cit.59 De Angelis 2000 op. cit.60 De Angelis 2000: 31 énfasis del autor, mi traducción
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Conclusión
La idea del desempleo como la falta de trabajo y por ende de subsunción real,
no da cuenta del potencial político de los desocupados pues los ubica en una posición
residual respecto de la clase trabajadora. El desempleo es una forma intensa de
subsunción real donde la importancia del desempleado en la expansión del valor se ha
vuelto invisible e inmaterial. Reforzar la idea de desempleo como falta de es entender
al trabajo como actividad productiva a medias, es decir sólo a través de sus aspectos
concretos, como productor de mercancías. La noción de trabajo como ‘falta de’ se
basa en subsunción formal, que ha sido históricamente superada. El desempleo
concebido como forma del trabajo muestra la intensificación de la subsunción real del
trabajo por el capital, de la sociedad bajo la forma del capital. Este trabajo intento dar
cuenta de una realidad no empírica ó experiencia de la abstracción de los desocupados
por efecto de la intensificación de los aspectos abstractos del capital por sobre los
concretos, que abre espacios de subjetivación y construcción de nuevos lazos sociales.
Este trabajo deja abierto un tema importante para el debate con el MTD: la
miseria, abandono, desprotección contra la que pelean cotidianamente las
organizaciones de desocupados no se debe a la falta de un trabajo sino a la pobreza
absoluta de la clase trabajadora hecha carne en la figura de los desempleados con
mayor intensidad. Esta pobreza absoluta se verifica en la existencia y expansión del
valor como expresión fundamental de la existencia negada del trabajo humano.
Mientras dignidad y solidaridad parecen ser ideas adecuadas para guiar la
acción y confrontar así al poder del capital, no existe todavía una crítica explícita al
trabajo capitalista en el discurso Piquetero. Este trabajo trató de contribuir al debate
sobre la necesidad de luchar no sólo contra el desempleo sino contra el trabajo
capitalista. En otras palabras, ‘la lucha no es unificar las formas concretas y abstractas
de la conciencia alienada [es decir trabajadores y desocupados] ...sino abolir el trabajo
como la categoría central que media la constitución social.’61
Trabajo es una categoría capitalista.62 Dignidad y trabajo capitalista no son
compatibles. Es el trabajo capitalista en su doble dimensión (concreto-abstracto), el
que debe ser abolido. Por lo tanto, se requiere una crítica total ya no del trabajo
precario, del desempleo, del subempleo sino del trabajo capitalista,
61 idem ant62 Cleaver 2002 op. cit
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desnaturalizándolo, abriendo así la posibilidad de discutir abiertamente la experiencia
de la abstracción que es contradictoria y abre espacios no para la autonomía sino para
la subversión. La defensa del trabajo capitalista es correcta solo coyunturalmente
pero impone un limite teórico-político a la lucha por cambiar el mundo. En ese
debate, está por inventarse. Los Piqueteros están inventando una nueva forma de
existencia practica y resistencia que hereda y, a la vez, desafía. En su interior se
desenvuelven pares de contradicciones local-global, concreto-abstracto, institucional-
autónomo, que la forma Piquetera toma, pone en movimiento y transforma:
‘caminamos, no corremos porque vamos lejos.’ 63
63 MTD 2002: 144
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