postulados de aristoteles
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UNIVERSIDAD YACAMBU
VICERRECTORADO ACADEMICO
INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRIA CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS
FUNDAMENTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO
DEL PROCESO PENAL VENEZOLANO
POSTULADOS DE ARISTOTELES
AUTORES:
Abg. Albranyer Zambrano
Abg. Alirio Rosales
Abg. Carlos Villanueva
Abg. Caterina Vallarellig
Abg. Ingrid Colmenarez
Abg. Larry Pérez
Barquisimeto, Junio 2015
2
INDICE GENERAL
INTRODUCCION ...................................................................................................... 3
A R I S T O T E L E S ................................................................................................ 4
LA CONCEPCIÓN DE LA NATURALEZA EN ARISTÓTELES ....................... 7
Noción de naturaleza (“physis”) ................................................................................... 7
Lo natural frente a lo artificial ...................................................................................... 7
Principios del movimiento: Acto y Potencia ................................................................. 9
Tipos de movimiento. La substancia ......................................................................... 9
Las causas del movimiento. La teoría hilemórfica .................................................. 10
Más allá de la naturaleza: Dios ................................................................................... 12
LA ANTROPOLOGÍA ARISTOTÉLICA ............................................................. 14
LA ÉTICA ARISTOTÉLICA .................................................................................. 16
El concepto de virtud .................................................................................................. 16
Tipos de virtudes ..................................................................................................... 17
Eudemonismo. La felicidad como Bien Supremo ...................................................... 19
LA POLÍTICA ARISTOTÉLICA ........................................................................... 21
El hombre, ser social por naturaleza ........................................................................... 21
El ciudadano ............................................................................................................ 22
El Estado y las formas de gobierno ......................................................................... 22
LOGICA DE ARISTÓTELES
APORTES A LA FILOSOFIA DEL DERECHO .................................................. 24
CONCLUSIONES ..................................................................................................... 27
REFERENCIAS ........................................................................................................ 29
3
INTRODUCCION
Aristóteles se ha significado como uno de los filósofos más importantes de todos
los tiempos y ha sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras,
escritas hace más de dos mil trescientos años, siguen ejerciendo una influencia
notable sobre innumerables pensadores contemporáneos y continúan siendo objeto de
estudio por parte de múltiples especialistas. La filosofía de Aristóteles constituye,
junto a la de su maestro Platón, el legado más importante del pensamiento de la
Grecia antigua.
La siguiente investigación intenta adentrarse en lo que fue la vida del filósofo
Aristóteles, así mismo de la época en la que vivió y todos los argumentos que de una
u otra manera formaron parte para realizar sus ideas, tratados y filosofías. Se
ambiciona tener una idea general de sus pensamientos, de su evolución y de los
puntos relevantes en lo que respecta a su teoría, por ejemplo la gran influencia que
tuvieron otros filósofos y en especial Platón. En virtud de lo enunciado presentamos
al filósofo nacido en Tracia –Estagira-, una vez trasladado a Atenas e incorporado por
20 años en la Academia de Platón aunque con unos supuestos enfrentamientos entre
éste y Aristóteles, pero según investigaciones las relaciones entre ellos hacen gala de
un gran respeto y admiración hacia el maestro, pese a las discrepancias teóricas que
luego llevaron a su separación en la doctrina. Sintió preocupación por la naturaleza
viva y sus cambios que lo llevó a ser considerado también como un gran biólogo de
Europa, elabora su propia filosofía de la naturaleza visionando las relaciones causa –
efecto como influencia en ella, pone en orden en los conceptos, funda la lógica como
ciencia, tiene una visión particular de los seres humanos y de la sociedad y de cómo
estos reconocen las cosas en el mundo y las ordenan en distintos grupos o categorías.
Refiere también que la sociedad a través del Estado es quien puede cubrir la mejor
organización de comunidad humana, pues la familia y el pueblo cubren necesidades
vitales inferiores inherentes al desarrollo como seres humanos.
4
A R I S T O T E L E S
… un hombre meticuloso que quiso poner orden en los conceptos
de los seres humanos…
Aristóteles no era ateniense, provenía de Macedonia y nació en Estagira, en
Tracia, el año 384-3 a. C., según Diógenes Laercio, quien nos dice que era hijo de
Nicómaco y Efestiada, los describe como "el discípulo más legítimo de Platón, y de
voz balbuciente... que tenía las piernas delgadas y los ojos pequeños, que usaba
vestidos preciosos y anillos, y que se cortaba la barba y el pelo". Su padre, Nicomano,
era el médico personal del rey de Macedonia, en su casa se vivía un ambiente
“científico”, y desde muy pequeño le interesó el estudio de todo lo relacionado con la
naturaleza. A los diecisiete años se trasladó a Atenas para seguir las lecciones de
Platón, y entró en la Academia cuando éste tenía 61 años, y a su muerte la abandonó.
Aunque siempre lo admiró, poco a poco fue distanciándose de sus enseñanzas.
Cuando dejó la Academia se fue a Assos, donde se casó con Pitias, hermana del
tirano Hernias, que gobernaba en ese lugar. Al cabo de un tiempo el rey de
Macedonia le encargó la educación de su hijo, Alejandro, un chico de trece años,
rebelde, juguetón y arrogante, a quien la escuela no le gustaba demasiado, y que
consideraba que su tutor era un “viejo pedante y aburrido”. Lo hizo hasta que
Alejandro cumplió dieciséis años, fue declarado mayor de edad y nombrado regente
durante la ausencia de su padre; cuando fue coronado rey en 340 a. C., Aristóteles
volvió a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo. Allí se dedicaba a impartir sus
lecciones durante largos paseos por el jardín, de donde viene el nombre de
“peripatéticos” con que se conoce a quienes siguen sus doctrinas, porque peripatein
significa “pasear”. A la muerte de Alejandro Magno los ciudadanos de Atenas se
5
sublevaron y persiguieron a sus amigos, Aristóteles fue acusado de impiedad y
condenado al destierro. Se refugió en Calcis, en la isla de Eubea, donde murió un año
más tarde.
En la Antigüedad se habla de hasta 170 títulos escritos por Aristóteles, de los que
se han conservado 47, no se trata de libros acabados. Los escritos de Aristóteles son
escritos para lecciones. Se conoce que en su época la filosofía era una actividad oral
por lo que Europa le debe en su cultura se haya creado en buena medida el lenguaje
profesional que las diferentes ciencias emplean, así como también fue el gran
sistematizador que fundó y ordenó las distintas ciencias.
Aristóteles escribió sobre todas las ciencias, y se separa de la teoría de las Ideas de
Platón. Aristóteles define que el mayor grado de realidad es lo que sentimos con los
sentidos, a diferencia de Platón que opina que el mayor grado de realidad es lo que
pensamos con la razón. Los aspectos estudiados de los postulados de Aristóteles que
se mencionaran y que tienen relevancia en nuestro día a día serán los siguientes
1. Concepción de la naturaleza: nociones, su afrenta a lo artificial,
movimiento (acto y potencia), tipos, la substancia, causas, y que es Dios
(más allá de la naturaleza).
2. Antropología Aristotélica: el cuerpo y el alma, formas de ver el alma y sus
funciones.
3. Ética Aristotélica: la búsqueda del bien y la felicidad por el hombre, la
virtud y el eudemonismo.
4. Política Aristotélica: el hombre como ser social, el ciudadano, el Estado y
las formas de Gobierno.
Se conoce que con la caída del Imperio romano, las obras de Aristóteles, como las
del resto de la cultura grecorromana, desaparecieron hasta que, bien entrado el siglo
XII, fueron recuperadas por el árabe 1Averroes, quien las conoció a través de las
1 Averroes Abul-Walid Muhammad ben Ahmad Ibn Rusd. Filósofo árabe musulmán, físico, jurista
maliki y teólogo ashari. Nació el 14 de abril de 1126 en Córdoba, España, en el año 520 de la Héjira,
6
versiones sirias, árabes y judías. Del total de 170 obras que los catálogos antiguos
recogían, sólo se han salvado 30, que vienen a ocupar unas dos mil páginas impresas.
La mayoría de ellas proceden de los llamados escritos «acroamáticos», concebidos
para ser utilizados como tratados en el Liceo y no para ser publicados. En cambio, se
ha perdido la mayor parte de las obras publicadas en vida del propio Aristóteles,
escritas (a menudo en forma diálogos) para el público general.
A través de las diversas lecturas realizadas para la presente investigación queda
evidenciado y se demuestra que Aristóteles usaba su inteligencia atendiendo a los
sentidos, lo que se percibe, se tantea, se observa, se escucha, no escribía como poeta,
lo hacía en forma árida y minuciosa como una enciclopedia y más aun de estudios de
la propia naturaleza.
correspondiente con el 1126 occidental, el mismo año de la muerte de su abuelo, que había sido cadí,
juez de causas civiles, mayor de Córdoba al igual que su padre. Él también estudió la misma carrera,
aunque también Teología, Filosofía occidental y Matemáticas con el filósofo árabe Ibn Tufayl, y
Medicina con el médico árabe Avenzoar. Fue designado juez en Sevilla en 1169 y en Córdoba en
1171; en 1182 fue médico de Abu Yaqub Yusuf, califa almohade de Marruecos y de la España
musulmana. Su idea de que la razón prima sobre la religión le obligó a exiliarse en 1195 por orden de
Abu Yusuf Yaqub al-Mansur. Sostenía que las verdades metafísicas pueden expresarse a través de la
filosofía y de la religión. Sus ideas fueron interpretadas por los pensadores cristianos como "teoría de
la doble verdad". Mantenía que el mundo no tiene principio y que el alma individual humana emana
del alma universal unificada. Sus comentarios sobre Aristóteles fueron traducidos al latín y al hebreo y
tuvo gran influencia tanto en la escolástica y la filosofía cristiana como en los filósofos judíos de la
edad media.
7
LA CONCEPCIÓN DE LA NATURALEZA EN ARISTÓTELES
Noción de naturaleza (“physis”)
Esta noción es importante en todos los filósofos griegos pero Aristóteles fue el
que con más detalle la estudió; toda su filosofía gira alrededor de este concepto, del
mismo modo que la platónica lo hace alrededor del tema de las Ideas. Define la
naturaleza como "la esencia de los seres que poseen en sí mismos y en cuanto a tales
el principio de su movimiento" y también como "el principio y causa del movimiento
y de reposo en la cosa en que ella se halla, inmediatamente, por sí misma y no por
accidente". Con estas afirmaciones quiere indicar, al menos, lo siguiente:
La naturaleza se identifica con el ser propio de las cosas, con su esencia;
Pero de las cosas capaces de cambiar a partir de sí mismas;
La naturaleza no sólo determina el tipo posible de movimientos de un objeto
sino también el tipo de reposo que le conviene.
Aristóteles distingue tres tipos de causas o principios en la existencia,
movimiento y posesión de uno u otro rasgo, propiedad o característica de los seres:
Por azar: los seres deformes o "monstruos de la naturaleza", la piedra que cae
y que accidentalmente rompe una rama...;
Por arte o técnica, como ocurre con cualquiera de nuestras máquinas y las
cosas que ellas hacen;
Por naturaleza, como los cuatro elementos, las plantas, los animales -el
hombre incluido- y sus partes.
Lo natural frente a lo artificial
El movimiento natural es aquel que le corresponde a una sustancia en virtud de
sus propiedades naturales. El movimiento o cambio natural consiste en la
8
modificación que sufre una entidad como consecuencia de su “afán” por la
consecución de la forma a la que tiende, del fin al que aspira. El movimiento natural
puede ser en función de la cualidad (el cambio que sufre una hoja en otoño), de la
cantidad (el crecimiento de un árbol), pero también local. Este último punto es
importante pues la física aristotélica hará difícil la introducción del principio de
inercia al establecer que el estado natural de las cosas sublunares es el del reposo en
el suelo en el caso de las cosas pesadas, y el estar arriba en el caso de la ligeras como
el humo, siendo cualquier otro movimiento local algo que les ocurre a partir de un
principio externo al propio objeto. El tema del movimiento natural es también
fundamental en la ética aristotélica puesto que para este filósofo la conducta buena y
la virtud no es otra cosa que aquella conducta y disposición del alma que le permite al
sujeto realizar bien su función o finalidad propia, y la conducta y disposición del alma
malas aparecen en el hombre cuando éste intenta violentar su naturaleza: la conducta
buena es la conducta natural y la mala la antinatural.
Por su parte, movimiento artificial es aquel movimiento o cambio que le
corresponde a un objeto artificial en virtud de sus propiedades artificiales, o el que
corresponde a un objeto natural sin que sea consecuencia de su propia naturaleza,
bien porque dicho cambio descansa en un agente externo bien porque el sujeto lo
hace a partir de un aprendizaje. Hay que tener en cuenta que todo objeto artificial está
hecho en último término con partes naturales por lo que todo objeto artificial tendrá
dos tipos distintos de movimientos: aquellos que le corresponden por su dimensión
natural (como el peso) y aquellos que le corresponden por su dimensión artificial
(como el poder desplazarse a gran velocidad si se trata de un coche). Finalmente, no
hay que creer que todo movimiento o cambio producto de la técnica deba ser
necesariamente antinatural: en algunos casos será contrario a la naturaleza o violento
como cuando alguien utiliza medios violentos para acabar con la vida de un ser vivo,
y en otros casos será conforme a la naturaleza, como cuando un médico utiliza su
saber para curar la fractura del brazo de una persona. El movimiento violento de un
ente ocurre cuando dicho cambio es contrario a lo que establece su naturaleza.
9
Principios del movimiento: Acto y Potencia
Aristóteles establece dos formas de ser atendiendo al tiempo: si nos fijamos en las
características, propiedades o determinaciones que una cosa u objeto tiene en el
presente, estamos pensando en el ser en acto; ésta es la más importante forma de ser,
y, a veces, la define como la realidad del ser. Por el contrario, si nos fijamos en el
futuro, en aquello que aún no es pero a lo que apunta un ser en virtud de lo que ya es,
estamos pensando en el ser en potencia. El ser en potencia no es una pura nada, un
futuro meramente imaginado, es una forma de ser inscrita en el sujeto o cosa del cual
decimos que está en potencia precisamente en función de lo que es en acto; así, una
semilla en acto es semilla y en potencia árbol, un niño en acto es niño y en potencia
hombre; y la semilla en potencia es árbol y no hombre porque en acto es semilla y no
niño. Aristóteles defenderá la primacía del acto respecto de la potencia pues algo es
potencia (p. ej. un hombre) porque es acto en relación a algún conjunto de
propiedades (p. ej. un niño) y la potencia es potencia respecto de un futuro acto. La
potencia se divide en activa y pasiva: la potencia activa es la capacidad o poder o
facultad para ejercer una transformación sobre algo, o de producir algo. La tradición
aristotélica también utiliza esta noción en psicología, por ejemplo definiendo las
facultades como las potencias activas del alma; la potencia pasiva es la capacidad o
aptitud para llegar a ser otra cosa, para adquirir una determinación o forma. En este
segundo sentido la potencia se contrapone al acto y así, dice Aristóteles, la semilla en
potencia es árbol y en acto semilla, el niño en potencia es hombre y en acto niño.
Tipos de movimiento. La substancia
Aristóteles distingue diversos tipos de cambio o movimiento:
• Cambio sustancial: cuando desaparece una sustancia y da lugar a otra (como
cuando quemamos un papel y lo convertimos en cenizas);
• Cambio accidental: cuando una sustancia se modifica en alguno de sus atributos
o características pero permanece siendo la misma; a su vez se divide en:
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o Según la cualidad: como cuando pasamos de jóvenes a adultos, o cuando
una hoja cambia de color en otoño;
o Según la cantidad: la tiza que se desgasta con el uso, el niño que crece;
o Según el lugar: como cuando nos trasladamos en Metro de un lugar a
otro.
Según la ontología aristotélica todas las cosas que podemos percibir, todas las
cosas sensibles (tanto las naturales como las artificiales) están compuestas con la
estructura acto y potencia y, dado que el movimiento es el paso de la potencia al acto,
todas las cosas sensibles tienen el movimiento como uno de sus rasgos más
característicos y definitorios.
La substancia es lo que permanece en el cambio accidental, el ser el mismo
individuo, aunque modifique su aspecto a lo largo del tiempo; y también el ser
independiente, lo que tiene su ser no en otro sino en sí y es sujeto de propiedades o
atributos. Debemos separar el nivel de los atributos (ser blanco o inteligente, por
ejemplo, que son seres puesto que tienen realidad, pero que no pueden darse por sí
mismos sino que siempre descansan en otra cosa de la cual decimos que son sus
propiedades) y el nivel de la substancia (el que tiene una existencia propia e
independiente, como el ser Sócrates o ser una piedra). La tradición aristotélico-
tomista distingue también entre substancias primeras y substancias segundas. Las
sustancias primeras son los sujetos individuales, sujetos compuestos de materia y
forma. Sócrates, esta mesa, aquella planta, mi perro, Dios..., son sustancias porque
son entidades individuales, entidades dotadas de existencia independiente; y son
sustancias primeras porque en ellas descansan las otras determinaciones genéricas
que les pueden sobrevenir (como ser hombres, perros, plantas...). Las substancias
segundas son, por su parte, los géneros y las especies.
Las causas del movimiento. La teoría hilemórfica
Para Aristóteles causa es todo principio del ser, aquello de lo que de algún modo
depende la existencia de un ente; todo factor al que nos tenemos que referir para
11
explicar un proceso cualquiera. Para entender cualquier ente debemos fijarnos en
cuatro aspectos fundamentales (cuatro causas):
1. la causa material o aquello de lo que está hecho algo;
2. la causa formal o aquello que un objeto es;
3. la causa eficiente o aquello que ha producido ese algo;
4. y la causa final o aquello para lo que existe ese algo, a lo cual tiende o puede
llegar a ser.
Aristóteles pone el ejemplo de una escultura: si se trata de una escultura del dios
Zeus hecha de bronce por un escultor con la finalidad de embellecer la ciudad, la
causa material es el bronce, la causa formal el ser el dios Zeus, la causa eficiente el
escultor, y la causa final el motivo de su existencia: embellecer la ciudad.
Todos los seres sensibles o perceptibles (los naturales y los artificiales) se
componen de materia y forma (teoría hilemórfica). La materia es la realidad de la que
está hecha una cosa, y, junto con la forma, es un elemento constitutivo de las
sustancias individuales; desde el punto de vista dinámico es aquello susceptible de
alguna determinación o forma, por tanto una realidad potencial. La forma es el
conjunto de rasgos característicos de un objeto: en un primer nivel se identifica con la
figura de un objeto físico; en otro sentido designa la estructura de algo frente a los
elementos o materia que componen ese algo; y, ya en un sentido típicamente
aristotélico, podemos hablar de la forma como los rasgos de un objeto y distinguir las
formas accidentales de la forma substancial: la forma substancial de una cosa es lo
mismo que su esencia y las formas accidentales las determinaciones o propiedades de
las que el sujeto puede prescindir sin sufrir una modificación completa. Así en la
esencia de hombre está el ser racional como uno de sus constitutivos fundamentales
pero no el ser blanco o negro, alto o bajo, que son rasgos accidentales y por tanto
accesorios. Respondemos a la pregunta “¿qué es algo?” con la referencia a su esencia.
En el caso de los seres vivos la forma substancial es el alma (y el cuerpo la materia).
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El fin o causa final es la finalidad o motivo de una acción, aquello en virtud de lo
cual se hace algo. Esta noción, importante en la física y ontología aristotélica,
también está presente en su antropología y en su ética. Así, p. ej., la teoría de la virtud
se construye a partir de la reflexión relativa a la finalidad propia del alma humana y
de sus partes, al igual que la concepción de la felicidad como el fin último de la
actividad humana. Los filósofos han presentado dos teorías opuestas para la
comprensión del cambio: la mecanicista y la finalista o teleológica. La explicación
teleológica mantiene que sólo lo podemos comprender si nos referimos (además de a
la causa eficiente, única causa aceptada por el mecanicismo) a la causa final. Según la
filosofía aristotélica las cosas del mundo y los cambios que les ocurren pueden ser
por naturaleza, por el arte o técnica, o por azar. Excluyendo los que ocurren por azar,
los otros dos tipos de cosas y de cambios exigen la referencia a una finalidad: los
seres artificiales tienen fines puesto que han sido construidos para algo, y lo que
hacen lo hacen para cumplir su función; en el caso de las cosas naturales es
importante observar que la finalidad no se limita a la esfera humana, en donde se
muestra con claridad pues lo que los hombres hacemos lo hacemos por algo:
Aristóteles defenderá la existencia de finalidad en todo objeto natural y en los
cambios o movimientos naturales: así, el fin de la semilla es convertirse en árbol,
como el fin del niño es ser hombre; cada ser natural tiene una finalidad que está
determinada por su forma o esencia y a la cual aspira y de la que se dice que está en
potencia. Incluso los seres inorgánicos manifiestan fines en sus movimientos pues
“aspiran” a situarse en su lugar natural (cuando una piedra cae se mueve con la
finalidad de estar en el suelo, que es su lugar natural, cuando el humo asciende lo
hace para situarse arriba, que es su lugar natural...).
Más allá de la naturaleza: Dios
Aristóteles cree que todas las cosas del mundo temporal y material (todas las
cosas que forman parte de la Naturaleza) están compuestas con la estructura acto-
potencia, por lo que están abocadas necesariamente al cambio y a la muerte; pero
aunque la Naturaleza sea para él una parte fundamental de la realidad, también creerá
13
que no se puede explicar a partir de ella misma sino de algo que está por encima, y
ese algo es Dios. Concibe a Dios como un ser sin composición alguna, ni física ni
metafísica, de ahí que lo piense como acto puro y pura forma, y por tanto eterno e
inmutable. Dios es acto puro porque en Él no se encuentra ninguna potencialidad sino
que es forma plenamente realizada. Pero Dios es también el Primer Motor: en el
mundo de la Naturaleza todas las cosas cambian pues poseen la estructura
acto/potencia. El cambio sólo puede darse a partir de algo que está en acto, así, dice
Aristóteles, una cosa se mueve porque otra le impulsa a ello, aquella porque otra a su
vez le otorga fuerza motriz... pero no podemos prolongar la serie de los movimientos
indefinidamente, luego debe existir un primer motor que transmite el movimiento a
todas las cosas naturales y a quien nada mueve y que debe entenderse como eterno,
inmutable y acto puro. Aristóteles lo identifica con Dios. El Primer motor o Dios no
mueve a las cosas con causalidad eficiente, al modo en que nosotros movemos una
mesa empujándola, mueve más bien con causalidad final: Dios mueve atrayendo
hacia sí a las cosas, del mismo modo que el amado "mueve" al amante, inspirando
amor y deseo, atrae como atraen los fines que despiertan en nosotros un apetito por su
posesión.
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LA ANTROPOLOGÍA ARISTOTÉLICA
Aristóteles defiende un dualismo antropológico mucho más moderado que el de
su maestro Platón. También para Aristóteles el hombre consta de cuerpo y alma, y de
estos dos principios, el último es el que mejor nos define y distingue del resto de
seres naturales; pero para nuestro filósofo el alma no es un principio tan opuesto ni
hostil al cuerpo como para su maestro Platón.
En el mundo griego encontramos dos formas de entender la noción de alma:
1. Aquello que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia, nos acerca a
los dioses y nos diferencia del resto de seres (incluidos animales): alma como
principio de racionalidad;
2. Aquello que se encuentra en los seres vivos gracias a lo cual dichos seres son
capaces de realizar actividades vitales y se diferencian de los seres puramente
inertes: alma como principio de vida.
Todos los filósofos griegos aceptaron estas dos dimensiones en el alma humana,
pero unos subrayaron un aspecto y otros otro; por ejemplo, Platón destaca la primera
dimensión, defendiendo su carácter divino e inmortal; sin embargo Aristóteles
prefiere la segunda noción (pero sin olvidar totalmente la primera, como se verá en
relación con el alma intelectiva) y propone las siguientes definiciones del alma:
“principio de vida”; “forma de los cuerpos organizados”; “acto de aquellos seres que
tienen vida en potencia”. Al entender de este modo la noción de alma Aristóteles
estará obligado a admitir su existencia no sólo en los hombres sino también en los
animales y las plantas. Puesto que el alma es principio de vida y existen distintos
niveles de vitalidad, habrá también distintas almas, o partes del alma o funciones del
alma. Por ello, Aristóteles distingue la vegetativa, la sensitiva y la intelectiva. El
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alma vegetativa, presente en las plantas, los animales y los hombres, permite las
actividades vitales más básicas como la reproducción, el crecimiento y la nutrición.
El alma sensitiva se encuentra en los animales y los hombres, permite el
conocimiento inferior o sensible (la percepción), el apetito inferior (los deseos y
apetitos que tienen que ver con el cuerpo como el deseo sexual o las ganas de comer)
y el movimiento local.
El alma intelectiva es la parte más elevada del alma humana, no se encuentra ni
en los vegetales ni en los animales y gracias a ella el hombre posee las actividades
vitales propias de la voluntad o apetito superior y del intelecto o entendimiento. Una
parte del intelecto es lo que llamará Aristóteles “entendimiento o intelecto agente”, la
parte del alma gracias a la cual es posible alcanzar la ciencia. En la mayor parte de
sus escritos, Aristóteles defiende una interpretación biologista del alma, definiendo el
alma como una función del cuerpo, por lo que desde este punto de vista hay claros
problemas para la defensa del carácter sustantivo del alma y de su posible
inmortalidad. Sin embargo, creerá también Aristóteles que en el alma humana
encontramos una parte que es radicalmente distinta a las otras pues es incorpórea y
por ello "separable" (es decir inmortal y eterna). Siguiendo a su maestro Platón, para
Aristóteles esta parte divina del alma es aquello gracias a lo cual pensamos, podemos
captar lo universal y alcanzar la ciencia.
16
LA ÉTICA ARISTOTÉLICA
La ética aristotélica intenta establecer los criterios que nos permitan dar con el
“hacer” adecuado para el hombre, busca enseñarnos a conducirnos y actuar en
relación a las principales metas humanas: el bien y la felicidad. En el planteamiento
aristotélico, el bien propio del ser humano, como el de cualquier otro ser natural,
estará relacionado con su esencia o naturaleza característica, y dado que la virtud es la
excelencia de lo natural, la ética aristotélica será básicamente una teoría de la virtud.
El concepto de virtud
Aristóteles define la virtud como un “hábito selectivo que consiste en un término
medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquella por la cual decidiría
el hombre prudente”. La virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
Cuando una entidad realiza su función propia, pero no de cualquier manera sino de un
modo perfecto, entonces de dicha entidad decimos que es virtuosa o buena. En la
noción aristotélica de virtud son importantes los conceptos de naturaleza y de
finalidad: la virtud de un objeto tiene que ver con su naturaleza y aparece cuando la
finalidad que está determinada por dicha naturaleza se cumple en el objeto en
cuestión. Que sea un hábito quiere decir que no es innata sino consecuencia del
aprendizaje, y más exactamente de la práctica o repetición. La práctica o repetición de
una acción genera en nosotros una disposición permanente o hábito que nos permite
de forma casi natural la realización de una tarea. Los hábitos pueden ser buenos o
malos; son hábitos malos aquellos que nos alejan del cumplimiento de nuestra
naturaleza y reciben el nombre de vicios, y son hábitos buenos aquellos por los que
un sujeto cumple bien su función propia y reciben el nombre de virtudes. En general
llamamos virtud a toda perfección de algo por lo que podemos distinguir virtudes del
cuerpo y virtudes del alma; las que le interesaron a Aristóteles fueron son las
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virtudes del alma, y en ellas distingue, las virtudes intelectuales o dianoéticas y las
éticas o morales.
Tipos de virtudes
Aristóteles divide la parte racional o intelectiva del alma en intelecto y voluntad,
por lo que podremos dividir también las virtudes en dos grandes especies: aquellas
que suponen una perfección del intelecto y aquellas que suponen una perfección de la
voluntad. Llama virtudes intelectuales o dianoéticas a la perfección de la parte
intelectual de nuestra alma. Cuando el intelecto está bien dispuesto para aquello a lo
que su naturaleza apunta (para el conocimiento o posesión de la verdad), decimos que
dicho intelecto es virtuoso y bueno. Las virtudes intelectuales perfeccionan al hombre
en relación al conocimiento y la verdad y se adquieren mediante la instrucción.
Distingue Aristóteles los siguientes tipos de conocimiento -y por lo tanto de virtudes
intelectuales-: Respecto del conocimiento teórico o especulativo: ciencia: aptitud para
la demostración de las relaciones necesarias existentes entre las cosas; intelecto o
inteligencia: habilidad para captar intuitivamente la verdad de los primeros principios
de las ciencias, como los axiomas de la matemática o primeros principios de la
filosofía; sapiencia o sabiduría: capacidad para avanzar hasta los últimos y supremos
fundamentos de la verdad; Aristóteles la identifica con la filosofía y la considera el
saber más perfecto; la sabiduría es la comprensión de las cosas más nobles y
superiores, y, en último término, de Dios. Respecto del conocimiento práctico: arte o
técnica: habilidad para la creación y modificación de las cosas; prudencia: saber
dirigir correctamente la vida; permite distinguir lo bueno de lo malo, enseña cómo
nos debemos comportar y descubre los medios adecuados para la realización de la
felicidad y de la vida virtuosa.
Virtudes morales: son las perfecciones de la voluntad y del carácter. Aristóteles
define la virtud moral como una "disposición voluntaria adquirida (hábito) dirigida
por la razón y que consiste en el término medio entre dos vicios". En esta definición
encontramos las tesis éticas fundamentales de este autor:
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La virtud se puede aprender, no depende de la naturaleza y no es una
disposición innata sino del ejercicio de la libertad;
La virtud es un hábito, es decir una disposición que se crea en nosotros para la
realización de una tarea o actividad y es consecuencia del ejercicio o
repetición: nos hacemos justos practicando la justicia, generosos practicando
la generosidad, valientes practicando la valentía;
La virtud moral se realiza en un sujeto a partir de lo que su razón le enseña
como bueno; para la vida buena es necesaria la perfección de la razón, de ahí
que la virtud intelectual que llamamos prudencia sea fundamental también en
el mundo moral; sin embargo, Aristóteles no defiende un intelectualismo
moral radical pues no cree (como parece que era el caso de Sócrates) que para
la vida buena sea necesario y suficiente que la razón nos sepa mostrar la
conducta justa: si la voluntad de una persona no es buena, diría Aristóteles, si
no ha sido disciplinada y entrenada para la realización de lo correcto, aunque
la razón le enseñe lo que es preciso hacer, es improbable que dicha persona lo
haga;
La virtud consiste en saber dar con el término medio entre dos extremos,
extremos que por ser tales son vicios; Aristóteles distingue entre el "término
medio de la cosa" y el "término medio para nosotros"; el término medio es
siempre de algo que posee magnitud, y es término medio en relación a la cosa
cuando se la examina desde un punto de vista puramente matemático (así, el 6
es el término medio entre 10 y 2), dista lo mismo de cualquiera de los
extremos, y es una sola e idéntica cosa para todos; pero para establecer lo que
es mucho o poco en asuntos relativos al bien de las personas es preciso
atender a las circunstancias, al sujeto que realiza la acción, sus necesidades y
posibilidades, y para ello introduce Aristóteles la idea del término medio
respecto a nosotros: en la moralidad el término medio se predica de las
pasiones, los sentimientos y las acciones pues, dice este filósofo, en el temor,
el atrevimiento, la apetencia, la ira, la compasión, y en general en el placer y
el dolor caben el más y el menos, y ninguno de los dos está bien. El término
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medio es lo que no sobra ni falta y no es único ni igual para todos. En palabras
de Aristóteles, si se vive la pasión o el sentimiento o se realiza la acción
"cuando es debido, y por aquellas cosas y respecto a aquellas personas y en
vista de aquello y de la manera que se debe, entonces hay término medio y
excelente, y en esto consiste la virtud".
Sin embargo, Aristóteles también afirmará que no toda acción ni toda pasión
admite el término medio, pues hay cosas malas en sí mismas: pasiones malas en sí
mismas son la malignidad, la desvergüenza y la envidia, y malas acciones en sí
mismas el adulterio, el robo y el homicidio. Como ejemplos de virtud cabe señalar el
valor (medio entre la temeridad y la cobardía) y la templanza (medio entre la
intemperancia o libertinaje y la insensibilidad); la virtud más importante es la justicia.
Eudemonismo. La felicidad como Bien Supremo
Aristóteles defiende el llamado “eudemonismo” pues identifica la felicidad con el
Sumo Bien; hace consistir la felicidad (eudaimonía) en la adquisición de la
excelencia (virtud) del carácter y de las facultades intelectivas. Todos los seres
naturales y artificiales tienen fines, fines que están definidos a partir de lo que son en
acto, a partir de su esencia y forma, y a cuya realización aspiran. Aristóteles
defenderá la existencia de un fin final (fin último o perfecto que se quiere por sí
mismo) cuya realización es el máximo y principal afán humano y que hace que "el
deseo no sea vacío y vano", y llamará felicidad a dicho fin. Puesto que la felicidad (o
placer) es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo, la
felicidad que le corresponde al hombre es la que le sobreviene cuando realiza la
actividad que le es más propia y cuando la realiza de un modo perfecto; es más propio
del hombre el alma que el cuerpo por lo que la felicidad humana tendrá que ver más
con la actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma con
aquella ligada a la parte más típicamente humana, el alma intelectiva o racional.
Como en el alma intelectiva encontramos el entendimiento o intelecto y la voluntad, y
llamamos virtud a la perfección de una disposición natural, la felicidad más humana
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es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento (por ello el hombre más
feliz es el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad
más perfecta, Dios), y a la vida virtuosa. Finalmente, y desde un punto de vista más
realista, Aristóteles también acepta que para ser feliz es necesaria una cantidad
moderada de bienes exteriores y afectos humanos.
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LA POLÍTICA ARISTOTÉLICA
El hombre, ser social por naturaleza
En Aristóteles la Política (reflexión sobre la buena organización de la vida en
común) es la culminación de la Ética (reflexión sobre la vida moral), y ello porque
para nuestro filósofo los fines últimos del hombre (el bien y la felicidad) únicamente
se alcanzan de modo adecuado en el marco de la sociedad, en el trato con los demás.
Aristóteles da una extraordinaria importancia a la dimensión social del ser humano.
El hombre es un ser social por naturaleza, dice Aristóteles. Con ello quiere indicar
que la disposición humana a vivir en sociedad no es una consecuencia de
circunstancias históricas, económicas o culturales, sino de algo más profundo y
fundamental, de su propia naturaleza o esencia. Otros animales pueden vivir aislados,
pero no es el caso de los hombres que, para realizar las actividades que les son
propias y a las que aspiran y constituyen sus fines y perfección, necesitan de la
sociedad. La ciudad (polis) o comunidad es un fin natural del ser humano. Por ser el
fin natural, la perfección humana y la felicidad sólo puede sobrevenir en la vida
social.
Aristóteles muestra el carácter natural de la ciudad o polis a partir de una reflexión
sobre el lenguaje: puesto que la naturaleza no hace nada en vano, hay que pensar que
el lenguaje (que es propio de los hombres y no de los animales) tiene un fin. El fin del
lenguaje es posibilitar la comunicación, facilitarnos la convivencia al dotarnos de la
capacidad para expresar lo justo y lo injusto, el bien y el mal. Y el ámbito en el que es
posible desarrollar estas cosas es la ciudad. Además, indica Aristóteles, la ciudad (o
Estado) es anterior por naturaleza al individuo, como el todo es anterior a la parte.
Igual que en el caso del cuerpo y la mano, la mano (una parte) es propiamente mano
cuando puede cumplir su función y, por lo tanto, cuando está
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integrada en un cuerpo (el todo), así también ocurre con el individuo y la sociedad, el
Estado o la polis: el individuo no se basta a sí mismo, el individuo puede
desarrollarse sólo en el ámbito de la polis, como la mano no se basta a sí misma y
sólo puede ser tal como parte de un cuerpo.
El ciudadano
Para Aristóteles la ciudadanía, el derecho a participar en el gobierno de la ciudad,
está ligado a la posibilidad del ejercicio de la razón. Los seres racionales por
naturaleza tienen derecho a gobernarse a sí mismos; este es el caso de los varones
libres. Aristóteles defiende la inferioridad de la mujer frente al varón; la mujer no
posee de verdad la razón, participa de una cierta racionalidad pues es capaz de
escuchar y entender al varón y de ese modo dejarse guiar por él, pero en ella no está
la razón lo suficientemente desarrollada como para que pueda ser totalmente dueña de
sí misma. Algo semejante ocurrirá con los esclavos. Aristóteles defiende la
esclavitud: ciertamente, no en todos los casos pues que un griego como Platón fuera
esclavizado es contranatura, pero que los bárbaros lo sean no. Hay hombres que por
naturaleza son esclavos (otra vez, los que no son totalmente seres racionales) y otros
amos, y en estos casos, esta institución, común en el mundo antiguo, es justa.
El Estado y las formas de gobierno
Dada su peculiar naturaleza, el hombre no puede vivir aislado, necesita
relacionarse con sus semejantes para desarrollarse como tal. Es también la naturaleza
la que establece los distintos órdenes y formas de convivencia humana: así la primera
comunidad natural, la familia, está ligada a la división natural de los hombres en
varones y mujeres y su propósito de procrear y de procurar los bienes básicos de
subsistencia. Pero dado que la familia no es totalmente autosuficiente necesita de la
asociación con otras, lo que dará lugar al municipio o aldea; y para la vida más
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elevada, la sometida a un orden moral, de una forma social natural superior, el
Estado. El Estado, sus leyes, instituciones y organización permite la vida humana
plena, por lo que tiene primacía ontológica sobre el individuo y la familia.
El Estado se puede organizar de formas diferentes y tener distintas
"constituciones". Atendiendo a la autoridad que gobierna la ciudad, Aristóteles divide
las constituciones o tipos de Estado en tres tipos legítimos y tres ilegítimos: el
gobierno puede estar en manos de un solo hombre, unos pocos hombres o la mayor
parte de los hombres, por ello, y respectivamente, las constituciones legítimas son la
monarquía, la aristocracia y la república (politeia), y las ilegítimas la tiranía, la
oligarquía y la democracia. Lo que les da el carácter legítimo a las tres primeras es
que son naturales e intentan cumplir el fin del Estado, el bien común: si diéramos con
el hombre más excelente y gobernara, tendríamos la monarquía; si existiera un grupo
de personas sobresalientes en virtud y mandaran, la aristocracia; pero esto es muy
improbable por lo que, dirá Aristóteles, es más realista la defensa de la politeia. En la
politeia gobierna la multitud (como en su degeneración, la democracia, entendida
como demagogia) pero, una multitud o mayoría dotada de recursos económicos, la
clase media.
24
LOGICA DE ARISTÓTELES
APORTES A LA FILOSOFIA DEL DERECHO
Aristóteles, inicia utilizar el adjetivo lógico comprendiendo el amplio tipo de
acepciones de los términos razón y palabra, considerándola como ciencia de pensar
rectamente, un proceso intelectual ordenado para:
1. Obtener razonamientos correctos o formalmente válidos (lógica formal o pura)
2. Conducir al conocimiento verdadero (lógica dialéctica o material).
En virtud del desarrollo de las ciencias en la actualidad, la lógica constituye una
importante herramienta de aplicación para la obtención de las más correctas
consistencias dentro de las finalidades de las disciplinas aparecidas, en especial la
Filosofía del Derecho y el Derecho mismo que atrajo su utilización a la obtención de
razonamientos lógicos jurídicos, de ahí la aparición de la lógica jurídica.
La lógica jurídica se entiende como la parte de la lógica que examina, desde lo
formal, las operaciones intelectuales del jurista, así como los productos mentales de
esas operaciones: conceptos, divisiones, definiciones, juicios y raciocinios jurídicos.
La filosofía del derecho es una ciencia jurídica, no obstante, no puede ser
considerada por sí misma una ciencia jurídica, porque no constituye una rama de
derecho; pero esta asimila cada una de las ramas o ciencias del derecho.
De la Filosofía del Derecho es importante su aplicación por 3 razones:
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1. Porque es preciso determinar la validez de los postulados del derecho, en
especial el derecho positivo.
2. Porque el derecho debe relacionarse con valores jurídicos y filosóficos, ya
que, constituye su causa final.
3. Porque no tiene razón de ser sino se relaciona con criterios racionales éticos.
La Misión de la Filosofía del Derecho está basada en 3 aspectos básicos que son:
En relación a las Ciencias Jurídicas Particulares, o Ramas del Derecho: por la
validez de los postulados en la ciencia Jurídica, y porque integra los
postulados al objeto material del Derecho, es decir, la totalidad de lo jurídico.
Respecto a la vida y actividad social del Estado: esta habla sobre el conjunto
de reglas claras y precisas que debe regir en un estado, lo cual es posible a
graves de la perfección del orden jurídico, ya que el progreso material y
espiritual de un pueblo está basado en este orden.
Por la Importancia en relación a los Juristas y los Estudiantes de Derecho:
esto nos da a entender que el derecho es una de las profesiones liberales
regida por un código de ética, el cual está fundamentado en la moral y los
principios racionales.
Entre la filosofía y la ciencia no existen contradicciones ya que son dos
conocimientos que se complementan, la filosofía usa el razonamiento y la ciencia el
método científico. El objeto final de ambas son 2 etapas de razonamiento con el fin
de llegar a la verdad.
Aristóteles construyó su propia filosofía, contraria a la de Platón, para él, el estado
es donde el hombre puede desarrollarse, es sociable, un animal político, dice que el
individuo que puede bastarse por sí solo y no requiere vivir en sociedad, no necesita
de la naturaleza humana y es por tanto bestia o Dios. Esta tendencia de Aristóteles a
vivir en sociedad, hace que los seres sientan atracción, una los sexos para perpetrar
los seres y formar familias, luego pueblos, estado, afirmando que el matrimonio
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monogámico, la familia y la propiedad son la base de una buena organización social,
el mismo castiga la infidelidad.
En la doctrina penal, Grecia se caracterizó tanto por la filosofía como por las artes,
pero es en la filosofía donde las ideas que posteriormente serán tomadas para el
derecho penal y por supuesto para la criminología donde adquiere relevancia y peso
el pensamiento griego, como la de Aristóteles que proclamó la responsabilidad moral
de la conducta humana, y siendo el hombre principio y fin de todo, debe ser
considerado especialmente al momento de imponerse alguna pena, considerando que
la pena debe estar determinada por la necesidad de defender a la sociedad, como
culmen de la obra humana, por cuanto que ella es propia a la naturaleza humana
(ZOO POLITIKON).
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CONCLUSIONES
Aristóteles, conocido por los pensadores medievales como “el filósofo”, es quizá
el pensador más importante y de mayor influencia en la historia y desarrollo
cognoscitivo de Occidente, en el año 335 funda su propia escuela en Atenas, el
“Liceo” (llamado así por su ubicación dentro de un recinto dedicado a Apolo Licio),
donde dictaba clases sobre amplios temas a sus discípulos.
Considera que todos los seres sensibles o perceptibles (los naturales y los
artificiales) se componen de materia y forma (teoría hilemórfica). Dentro de este
marco, cree que todas las cosas del mundo temporal y material (todo lo que forma
parte de la Naturaleza) están compuestas con la estructura acto-potencia, por lo que
están abocadas necesariamente al cambio y a la muerte; pero aunque la Naturaleza
sea para él una parte fundamental de la realidad, también creerá que no se puede
explicar a partir de ella misma sino de algo que está por encima, y ese algo es Dios.
Sin duda, el hombre consta de cuerpo y alma, y de estos dos principios, el último
es el que mejor nos define y distingue del resto de seres naturales.
La ética aristotélica intenta establecer los criterios que permitan dar con el “hacer”
adecuado para el hombre, busca enseñar a conducir y actuar en relación a las
principales metas humanas: el bien y la felicidad.
Aristóteles defiende el llamado “eudemonismo” pues identifica la felicidad con el
Sumo Bien; hace consistir la felicidad (eudaimonía) en la adquisición de la
excelencia (virtud) del carácter y de las facultades intelectivas. Todos los seres
naturales y artificiales tienen fines, que están definidos a partir de lo que son en acto,
a partir de su esencia y forma, y a cuya realización aspiran.
Para el filósofo, la Política (reflexión sobre la buena organización de la vida en
común) es la culminación de la Ética (reflexión sobre la vida moral), y ello porque
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para este filósofo los fines últimos del hombre (el bien y la felicidad) únicamente se
alcanzan de modo adecuado en el marco de la sociedad, en el trato con los demás.
Por último, el Estado se puede organizar de formas diferentes y tener distintas
"constituciones". Atendiendo a la autoridad que gobierna la ciudad, Aristóteles divide
las constituciones o tipos de Estado en tres tipos legítimos y tres ilegítimos: el
gobierno puede estar en manos de un solo hombre, unos pocos hombres o la mayor
parte de los hombres, por ello, y respectivamente, las constituciones legítimas son la
monarquía, la aristocracia y la república (politeia), y las ilegítimas la tiranía, la
oligarquía y la democracia.
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REFERENCIAS
Cabanellas de Torres, G. (1981). Diccionario Jurídico Elemental, (5ta. ed.).
Buenos Aires, Heliasta S.R.L.
Gaarder, J. (2002). El Mundo de Sofía, (50ª. ed.). Madrid, Siruela, S.A.
Vidas de filósofos ilustres, libro V, http://www.webdianoia.com/aristoteles/
aristoteles bio.htm.
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/aristoteles/
http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/2119/Averroes
http://www.monografias.com/trabajos102/analisis-del-derecho-penal-general-
ii/analisis-del-derecho-penal-general-
http://www.mcgraw-hill.esbcvguide.capitulo8448166981.pdf.pdf
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