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LA PRÁCTICA EXTENSIONISTA ORIENTADA AL CUIDADO Y LA EDUCACIÓN DE
LOS NIÑOS
Dra. Manzione Maria Ana (FCH-NEES-UNCPBA) marianamanzione@gmail.com
Espec. María Silvina Centeno (FCH-NEES-UNCPBA) centenos@fch.unicen.edu.ar
Prof. Verónica Canciani (FCH-UNCPBA) vero_canciani@hotmail.com
A modo de Introducción
Este trabajo ofrece una reflexión sobre la práctica extensionista en suelos de una
comunidad en la que un alto porcentaje de la población de niños carece de una propuesta
educativa atenta y centrada en la labor de la construcción ciudadana.
En primer lugar se presentan algunas líneas de indagación acerca de los modos en que
las prácticas extensionistas permiten configurar singulares modos de gestión educativa
orientada a una población infantil en condiciones adversas. En segundo lugar se analiza
la Ludoteca Comunitaria en la Universidad Barrial, como efectivización de la práctica
extensionista. En último término se observan las características de la propuesta como una
práctica extensionista que intenta responder a la pregunta por la educación orientada a la
infancia desde un territorio que siendo ajeno al escolar advierte y compone una figura de
los niños como sujetos de derecho.
Finalmente, se construye una posible enunciación de la Ludoteca Comunitaria en la
Universidad Barrial como práctica de extensión universitaria que en tanto diálogo abierto e
inacabado entre Universidad y comunidad prioriza la construcción de ciudadanía en los
niños, al tiempo que amplía la potencia de aprendizaje en las alumnas universitarias.
El cuidado y la Educación Infantil desde la práctica extensionista
Pensar el cuidado y la educación infantil supone advertir la diversidad de experiencias
vitales de “infancia” despojándonos de concepciones unívocas que asumen la infancia
como una experiencia única o que resulta hoy poco aceptable. La pluralidad se impone al
pensar y tener como propósito la aproximación al conocimiento de las infancias, lo que
implica dar lugar a la diversidad. Las prácticas extensionistas promueven, en tanto
encuentro con lo diverso un acercamiento a las experiencias vitales de los niños lejos de
confirmar la anquilosada homogeneidad con que se los caracterizaba hasta no hace poco
tiempo y en la que las instituciones orientadas a la educación infantil cimentaban desde
sus prácticas y gestiones.
Pensar en el presente a los niños que lo habitan, nos invita a introducirnos en una
complejidad que se caracteriza por la multiplicidad de formas de vida infantil que se ven
atravesadas por numerosos cambios sociales, económicos, culturales; todo lo cual incide
en la invención de prácticas institucionales, comunitarias y sociales orientadas a los niños
y en las maneras de darles acogida en las instituciones.
La concepción de infancia que ha sido históricamente construida acerca de cómo los
niños son y deben ser, acerca de lo que harán en su devenir con el mundo y en él, resulta
insuficiente hoy para recibir y alojar en las instituciones a aquella diversidad. En este
punto es que la Ludoteca y la práctica extensionista desplegada desde ella se
constituye en un aporte valioso que permite repensar la gestión del cuidado y la
educación orientada a los niños.
En este sentido resulta necesario recordar que los niños destinatarios de estas prácticas
extensionistas forman parte de una compleja multiplicidad que expone disímiles modos de
transitar la infancia que no dejan de ser expuestas en las sociedades contemporáneas.
Algunos especialistas en el campo (Gabriela Diker, 2009; Sandra Carli 2006; Inés Dussel
2006-2007), argumentan que el modo de concebir la infancia y de actuar sobre el cuerpo
infantil producido en la modernidad, en la que los agentes principales de intervención eran
la familia y el Estado, ha sufrido modificaciones que nos conducen a repensar los
múltiples modos y formas en que hoy se configura la subjetividad infantil.
“En su lugar, existe hoy una multiplicidad de interpelaciones a la infancia
que desbordan estas instituciones y que sostienen otros modos de
concebir lo que el niño es y puede ser. En general, se destacan los
medios de comunicación masivos, las tecnologías de la información y el
mercado, como los espacios predominantes en la producción de nuevas
formas de subjetividad infantil.” (Diker, 2009, p. 28)
La práctica de Extensión universitaria participa de modo singular en la configuración de
las figuras de infancia antes mencionadas, pero además actúa también como un proceso
de características formativas para los alumnos, por lo que interesa en este punto la
dimensión pedagógica que reviste esta práctica. Además esta característica permite
repensar la gestión del cuidado y educación orientada a los niños porque al trabajar en la
solución de problemas concretos vinculados con niños reales que resultan de carne y
hueso, la resolución, planificación, prácticas, metodologías y propuestas alternativas se
extienden más allá de los límites del territorio universitario y entonces se resignifican
conformando una interesante articulación y diálogo entre teoría y práctica.
Ludoteca Comunitaria en la Universidad Barrial, como efectivización de la práctica
extensionista.
Dentro de las líneas que integran el proyecto de Investigación “Infancias, políticas y
educación”, hemos elegido para esta presentación el Proyecto de Extensión “Ludotecai
comunitaria en la Universidad Barrial”, que se desarrolló en el Barrio Villa Aguirre de la
ciudad de Tandil, Provincia de Buenos Aires. Este proyecto se lleva adelante con la
intervención de docentes, alumnos y graduados mayoritariamente de la carrera de
Educación Inicial de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN, y en el presente
constituye una propuesta que se ha efectivizado desde sus orígenes como Proyecto de
Extensión.
Pensar la infancia en términos de pluralidad permite visibilizar la gran diversidad de niños
presentes en la sociedad actual: niños vulnerables, niños consumidores, infancia
hiperrealizada e infancia desrrealizada, cyberniños, niños-adultos, niños en riesgo, niños
adjetivados, pero niños al fin. Al respecto, Gabriela Diker (2009) afirma lo siguiente
haciendo referencia a lo acontecido en el último tiempo,
“…cambios significativos en las condiciones sociales de la experiencia
infantil y han incidido en la reorganización de los discursos y de las
prácticas institucionales sobre la infancia: el reconocimiento de los niños
como sujetos de derecho; el aumento de la población escolar, en
paralelo a un empobrecimiento sin precedentes de la población infantil;
la diversificación y expansión de un mercado de consumo cada vez más
meticulosamente orientado a los niños; la reconfiguración de las
posiciones adultas y de las relaciones de autoridad” (p. 9)
El proyecto de investigación Infancias, políticas y educación que como línea interna del
Programa de Investigación Políticas, Textos, Escuelas y otras Instituciones en la nueva
trama de regulación de la pobreza, en el que
venimos participando ofrece la oportunidad
desde hace ya algunos años de reflexionar
acerca de temáticas vinculadas con la gestión
de instituciones destinadas a la infancia,
particularmente aquella que se encuentra en
situación de pobreza, y resignificar las
experiencias profesionales de docentes,
directivos y supervisores que participan en
ellas. El mencionado proyecto se propone
además analizar cómo las políticas educativas
y de cuidado, son resignificadas en la
singularidad de cada institución así como su
incidencia en los procesos de subjetivación de
los niños que transitan por ellas.
En el transcurso de esas investigaciones han
surgido preocupaciones centradas en el
cuidado y educación infantil, tanto en el ámbito
escolar como como no escolar, que se muestran impulsadas y sostenidas por diferentes
sectores de la sociedad civil. Estas preocupaciones se enmarcan en la pregunta por las
políticas públicas orientadas a la educación y el cuidado infantil y en la posibilidad que
ofrece la Ludoteca Comunitaria en la Universidad Barrial, para ser comprendida como
efectivización de la práctica extensionista.
Desde esta perspectiva, la Ludoteca como una singular extensión de la universidad en
territorios de infancia que se hallan inscriptos en condiciones adversas, ofrece otras
aristas y dimensiones para problematizar en forma situada las políticas educativas y de
cuidado orientadas a los más pequeños de la sociedad en el marco de un creador
contexto educativo, que ofrece nuevos modos de comprender procesos de educación y
transmisión entre las generaciones adultos y los niños, pero que además resitúa la
práctica de extensión como una valiosa forma de constituir y redefinir el diálogo entre la
comunidad y la universidad.
La ludoteca como práctica
extensionista deviene
diálogo entre Universidad y
Comunidad
La práctica extensionista, otra forma de diálogo Universidad/Comunidad
La práctica extensionista en territorios ajenos a la escuela colabora en la efectivización de
los derechos del niño y además se orienta a construir una mirada responsable acerca de
los niños, pues los sitúa como sujetos de derecho.
¿Puede la Ludoteca como práctica extensionista situada proponer una nueva manera de
pensar la educación? ¿Qué formas educativas son posibles y necesarias para estas
nuevas infancias, desde la escuela, más allá de la escuela y con la escuela?
En el marco de lo que entendemos pueden definir las políticas educativas orientadas a
los niños como objetos de políticas públicas, donde es posible identificar propuestas
educativas sociales y culturales que resignifican el
lugar que ocupan los niños.
Como ya hemos anticipado, aquí presentamos, en
amplios trazos, una experiencia que nace como
proyecto de extensión “Ludoteca comunitaria en la
Universidad Barrial” pretendiendo responder a una
realidad atravesada por innumerables cambios y
conflictos sociales que destacan la fragilidad del
mundo adulto y de las instituciones creadas por ellos
para los niños. En especial aquellas que se orientan
a introducir “en el viejo mundo viejo” (Kohan, 2007) a
los recién llegados. En este sentido, la apelación a la
sociedad del conocimiento exige nuevas formas y
modos de encuentro que desafían a los sistemas
educativos en su intención por dar respuesta ante
nuevos requerimientos formativos de niños.
Ampliar los límites de lo público, extender la
propuesta educativa y cultural más allá de los suelos
escolares, tal vez sea un inicio de salir al encuentro
de otros niños que aguardan aún la presencia y
protección del Estado y la práctica extensionista
puede ser un interesante inicio para dar respuesta a
aquellos interrogantes.
Políticas, educación y adultos como componentes
de una
oportunidad
de
encuentro
que asegure la
transmisión de la cultura.
En tal sentido, el campo de las políticas educativas ha visto emerger un vasto conjunto de
experiencias, programas y proyectos que se han denominado como “no formales”,
“informales” o “no escolarizadas”. Todas ellas buscan, ensayan y promueven distintas
maneras de “cuidar a los niños y de asegurar el necesario encuentro con los más
grandes. Aquí la Ludoteca, como práctica extensionista, se vuelve una de las tantas
formas de educar a los niños de introducirlos en la cultura y de asegurar que esa
recepción permita que su novedad sea alojada.” (Centeno, 2013:6)
Existe una diversidad de experiencias educativas orientadas a los niños, que suceden en
ámbitos muy heterogéneos a fin de que se promuevan y garanticen los Derechos del
Niño en particular, y en general, de todos los habitantes de la Nación. Sin embargo, dicha
diversidad de propuestas no siempre sitúan al niño como centro; de allí que este proyecto
enmarcado en la Ludoteca y en la singularidad de estos suelos, intenta responder, a la
vez que enuncia, una falta/falla en los modos de representarnos la infancia, sus
necesidades y formas de cuidado cuando estas son comprendidas en términos de
unicidad y no de multiplicidad.
Dentro de los lineamientos de la Ley de Educación Nacional 26.206 se contempla en su
artículo Nº 112 la promoción de espacios de educación No Formal que entre otras cosas,
se propone desarrollar las capacidades expresivas, lúdicas y de investigación mediante
programas no escolarizados de actividades vinculadas con el arte y la cultura como así
también la promoción comunitaria, la animación sociocultural y el mejoramiento de las
condiciones de vida.
Asimismo, se ha propuesto la creación de ludotecas dentro del propio ámbito del Jardín
de Infantes, recuperando entre otras cuestiones “las orientaciones de los Núcleos de
Aprendizajes Prioritarios, las características y potencialidades de los alumnos, la
formación de los docentes y la heterogeneidad de infancias que devienen en singulares
biografías de juego” (Siteal, 2011:13). En este sentido, desde el Ministerio de Educación
de la Nación se han distribuido diferentes equipamientos pedagógicos constituidos por
diferentes tipos de juguetes pensados para este nivel educativo, acompañados de un
objetivo que claramente intenta diferenciarse de aquellas propuestas puramente
recreativas de ludotecas que tienen su origen en las distintas organizaciones de la
sociedad civil.
En el Proyecto Ludoteca en la Universidad Barrial se intenta recuperar también el aspecto
pedagógico del juego pero fuera del ámbito escolar; interpelando al espacio comunitario
en donde los adultos responsables de los niños puedan también incorporarse junto con
jóvenes y niños de más edad que deseen participar. Asimismo se apuesta a que los
participantes tengan una intervención activa en el diseño y armado de los materiales
lúdicos más allá de los que puedan ofrecerse en
la Ludoteca. Para ello se ponen a disposición
una serie de elementos para que puedan ser
construidos.
Es interesante observar la potencia de una
propuesta que, como la Ludoteca, permite
repensar el campo de la Educación No Formal,
previsto en el Artículo 112 de la Ley Nacional de
Educación Nº 26.206. De este modo, asegura el
desafío de proponer y gestionar experiencias
orientadas a los más pequeños, que como éstas,
permitan el necesario complemento de todas las
modalidades formativas (Educación Formal y
Educación Informal) bajo la intención de situar el
interés último en los sujetos infantiles, sus
trayectorias y Derechosii, sabiendo que estos
son siempre resignificados desde las situaciones
singulares que los alojan o intentan hacerlo.
En este presente, que propone un contexto cambiante y desafiante, la educación y
formación ciudadana de los niños desde una ludoteca, se abre como posibilidad de recibir
la “potencia que es la infancia y nos aproxima a la aventura que es pensar en una
infancia para la ciudadanía y una ciudadanía para la infancia”(Centeno, 2013:14)
Teniendo en cuenta la especificidad de la educación orientada a los niños desde los
espacios no escolares, consideramos especialmente, aquellas que intentan a través de la
creación de espacios lúdico - expresivos, fortalecer no solo el Derecho a la Educación,
sino también los Derechos al Juego y a la Expresión en sus diversos lenguajes. Este
proyecto intenta responder a la pregunta por la educación orientada a la infancia desde
un territorio diferente al escolar en el que el modo privilegiado de encuentro y educación
entre los niños y adultos sea el territorio lúdico y experiencial. En este sentido, la ludoteca
Niños,
prácticas extensionistas, encuentro intergeneracional
permite sostener la idea de que los niños son socializados en otros espacios además del
escolar, pero que de modo alguno éste no resulta excluyente sino que se propone y
construye como ámbito de convivencia con las instituciones tradicionales.
En la Ludoteca es posible encontrar niños y niñas de diversas edades que se relacionan
con libertad, sin requerir la acostumbrada división y pretendida homogeneidad que exige
la escuela y el sistema que la atraviesa y pretende sostener. Es cotidiano observar que
los niños eligen y deciden, sin intervenciones forzadas ni controles que presionen, qué
juego jugar, sobre qué materiales intervenir y qué objetos y compañeros elegir. La
necesidad allí del niño se encauza, no se entorpece ni retrasa en ninguna espera formal,
el deseo parece anclar en la posibilidad de elección.
El que cada uno de los niños inicie una búsqueda singular acompañada, no ya controlada
ni vigilada, sino protegida y acompañada de profesionales formados, es una forma de
interacción que hace de la Ludoteca un suelo distinto del escolar, con límites y
estructuras menos rígidas, más permeables y buscadas por los niños y adultos. La
elección parece ser una forma de organización prioritaria, los niños eligen si juegan con
pares o niños mayores o cooperan con los más pequeños junto a adultos.
Por lo tanto, podemos afirmar que existe un conjunto de prácticas educativas necesarias
para la conformación de un sujeto que pueden ser asumidas por otros espacios
educativos, además del formal. Se trata de considerar las potencialidades que ámbitos
menos estructurados tienen para potenciar los procesos de desarrollo de los sujetos de la
educación. (Martinis 2011)
Esta perspectiva nos permite focalizar en la conceptualización del área no formal del
sistema educativo y en las experiencias no escolarizadas, destacando sus
potencialidades a la vez que las discusiones semánticas y político‐educativas que hoy
atraviesan al campo, pero que desde nuestra propuesta se propone, piensa y proyecta
como un modo complementario al encuentro escolar y familiar, una forma de encuentro
intergeneracional entre los niños y adultos de la comunidad en el que se fundan otras
interacciones educativas. Coincidiendo con Violeta Nuñez (2005), abogamos por nuevas
modalidades que hoy requieren tanto la socialización de las infancias y de las
adolescencias como las nuevas modalidades de construcción de la sociabilidad y la
subjetividad. Se trata de pensar, entonces, la relación entre espacios, los educativos
escolares y otros ubicados más allá de sus límites, que como sucede en la ludoteca
también inciden en el proceso de subjetivación de los niños y jóvenes. ¿Qué puede
aportar al campo la práctica extensionista?
En este sentido es interesante considerar la ludoteca como un territorio de lo público que
prioriza el cuidado de los niños, al tiempo que amplía la potencia de aquel cuidado
considerando también la posibilidad de que las propuestas de atención a la infancia
deben ser trabajadas de manera conjunta con quienes cuidan de esos niños, perspectiva
que extiende y amplía la definición de los destinatarios de la propuesta a la comunidad
toda.
Actualmente, la extensión se conceptualiza como actividad más integradora donde todos
los participantes cooperan en un proyecto. Ese trabajar juntos se orienta a la meta de
generar una práctica transformadora de la realidad. En definitiva la extensión
compromete una indisoluble articulación entre las dimensiones políticas, económicas,
educativas, sociales y éticas en el marco de un proceso participativo que en el caso de la
Ludoteca tiene como centro al niño.
La Ludoteca Comunitaria en la Universidad Barrial como una práctica de extensión
universitaria
La experiencia de la Ludoteca Comunitaria en la Universidad Barrial se presenta como
estudio de caso en que es posible advertir “una forma de extensión en sentido contrario,
desde afuera de la universidad hacia adentro de la universidad” (De Souza Santos,
2007:44)
La respuesta que cada uno de los encuentros de Ludoteca obtiene es una muestra
significativa del valor que ella representa para la comunidad que habita el barrio de Villa
Aguirre de la ciudad de Tandil y para la comunidad en general. Es importante destacar
que las prácticas extensionistas se llevan adelante teniendo como premisa que cada
comunidad, cada familia, tiene sus propias ideas acerca del juego, de la educación, y los
cuidados que deben propenderse hacia los niños. Todos estos saberes deben ser tenidos
en cuenta al momento de llevar adelante las propuestas extensionistas como forma de
intercambio con los niños y la comunidad para no caer en las concepciones
asistencialistas que supo tener la Extensión hasta mediados del siglo XX.
El diálogo con otras instituciones educativas del barrio y con las familias, permite
identificar las representaciones de infancia que orientan las prácticas de cuidado y
educación de los niños de esa población. Las representaciones requieren ser aprendidas
por las animadoras lúdicas para que éstas puedan constituirse en mediadoras entre la
cultura familiar, la barrial y la escolar, habilitando un espacio de encuentro participativo
intergeneracional e institucional, pero también orientando a otros aprendizajes que hacen
que la práctica profesional adquiera una dimensión de compromiso con la sociedad de la
que son parte creando un saber que retroalimenta el intercambio necesario
Universidad/comunidad.
Estas prácticas extensionistas adquieren especial importancia al plantear acciones en el
marco de otros espacios sociales que educan (Edelstein, 2015), en interacción con otras
organizaciones e instituciones del barrio que desarrollan propuestas educativas.
Finalmente, consideramos la Ludoteca Comunitaria en la Universidad Barrial como
práctica de extensión universitaria que en tanto diálogo abierto e inacabado entre
Universidad y comunidad prioriza la construcción de ciudadanía en los niños, al tiempo
que amplía la potencia de aprendizaje en las alumnas universitarias.
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i El termino ludoteca deriva de ludus, termino proviene del latín que significa juego o juguete. De allí que una ludoteca puede entenderse como un lugar donde se guardan distintos tipos de juguetes o juegos destinados principalmente a niños pero no exclusivamente a ellos. Estos espacios de juego inician su existencia en 1934, cuando se crea la primera ludoteca en Los Ángeles. Posteriormente, en 1960, la UNESCO promociona las ludotecas como espacios facilitadores del juego y fundó varias ludotecas en cárceles, escuelas y centros comunitarios, y en los países de Latinoamérica. Desde ese momento, su proliferación por todos los países del mundo ha sido continua. El primer problema que se plantea al intentar definir las ludotecas parte de la diversidad de las propuestas lúdicas existentes en la actualidad, con objetivos totalmente diferentes en cada caso. Por tanto, más que llegar a una definición exacta, ya que no existe consenso sobre ella, se puede intentar establecer sus características básicas para, posteriormente, intentar elaborar un concepto que, por supuesto, está sujeto a variación en función de la ludoteca concreta de que se trate y de sus objetivos.
ii Entre los derechos del niño el derecho al juego es incorporado en la Declaración de los Derechos del Niño redactada por las Naciones Unidas en 1959. En el principio 7, párrafo 3, de dicha se señala que “El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho”. Esta regulación sería trasladada posteriormente con ligeras variaciones a muchas otras normativas tanto de países como de organismos internacionales.
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