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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
La historia de dos hijos
Escritura: Lucas 15:11-32
Código: GTY104
John MacArthur
Este es uno de los momentos más destacados de mi año y de mi ministerio para mí. Yo soy
un hombre bajo órdenes de compartir con ustedes la Palabra de Dios. Ese es un mandato
divino y yo también tengo otra orden por parte de Rick de abrir la Palabra de Dios en algo que
he estado predicando durante las últimas cinco semanas o más y es la historia conocida del
hijo pródigo en Lucas 15. Espero que haya suficiente luz ahí, que podamos abrir un poco las
puertas para que pueda ver su Biblia. Simplemente, quiero llevarlo a las Escrituras, y va a
tener que poder ver eso. Si podemos tener un poco más de luz en la casa, creo que sería útil
para todos.
El texto que tenemos frente a nosotros, como tantos textos, es un texto muy conocido y sin
embargo, hay tantos elementos no conocidos. Y ése es el genio de nuestro Señor como
maestro. Cualquier persona que conoce esta historia conoce la historia que llamamos la
historia del hijo pródigo. Quizás le parezca interesante que ha sido considerada por algunas
personas como Charles Dickens, como la mejor historia breve jamás escrita. También de
acuerdo con Ralph Waldo Emerson, ha sido la mejor historia breve jamás escrita. Ahora eso
lo hace pensar: ¿de qué me estoy perdiendo? ¿Hay algo allí que no haya visto? Y realmente,
lo hay.
Para entrar a la historia un poco, simplemente quiero recordarle algunas de las resoluciones
de Jonathan Edwards. La resolución número uno que Jonathan Edwards hizo fue: “estoy
determinado a hacer lo que creo que más glorifique a Dios”. Resolución número cuatro: “estoy
determinado a nunca a hacer algo - sea en alma o cuerpo - menos o más, sino aquello que
lleve a la gloria de Dios.” Resolución número 23: “determino de manera frecuente tomar
alguna acción deliberada para la gloria de Dios y si no hallo que sea para la gloria de Dios,
verla como una violación de la número cuatro.” Número 27: “determino a nunca, de manera
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deliberada, omitir algo, a menos que la omisión sea para la gloria de Dios; y de manera
frecuente, examinar mis omisiones.”
Yo creo que conocemos lo suficiente a Jonathan Edwards como para saber que estaba
consumido con la gloria de Dios. Y Edwards también entendió que el gozo de Dios está
conectado con la gloria de Dios. Dios se regocija cuando Él es glorificado. Él valora de
manera infinita, dice Edwards, Su propia gloria. Y encuentra gozo infinito en esa gloria.
Pensamientos sorprendentes.
Edwards también entendió que el gozo de Dios es mayor cuando la gloria de Él es mayor. Y
en la historia humana, esto es en la obra de la salvación de pecadores, dice Edwards, Dios se
ha glorificado grandemente a sí mismo en la obra de la creación y la providencia. Todas Sus
obras lo alaban y Su gloria brilla a partir de todas ellas. Pero así como algunas estrellas
difieren de otras en gloria, así también la gloria de Dios brilla con mayor brillo en algunas de
Sus obras más que en otras. Y entre todas estas, la obra de la redención es como el sol en Su
fuerza. La gloria del autor es abundantemente más resplandeciente en esta obra de la
redención. Y la gloria de Dios es mayor en la redención y por lo tanto, el gozo de Dios es
mayor en la redención.
Además, Edwards dice: “Cristo ha hecho cosas más grandes que crear al mundo. ¿Qué cosa
más grande? Obtener a su novia y el gozo de casarse con ella.” Edwards dice que el fin
singular en la redención es Su propia felicidad y gozo. Y podría añadir, entre más pecador ha
sido el pecador, más gozoso está Dios en su salvación.
Para vivir su vida para la gloria de Dios y el gozo de Dios usted debe estar involucrado en la
obra de redención. En esto realmente consiste esta historia. Veámosla.
Un poco de trasfondo, versículo 35 del capítulo 14, Jesús dice al final: “El que tiene oídos para
oír, oiga.” Este es un llamado por parte de nuestro Señor a aquellos que están dispuestos a
escuchar Su mensaje. Su mensaje de salvación del Reino. Y simplemente, ¿quién estaba
escuchando? Capítulo 15, versículo 1: “Se acercaban a Jesús todos los publicanos y
pecadores para oírle.” Eran los rechazados, eran la escoria los que escuchaban creyendo de
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manera penitente y salvadora.
Y realmente, estas son dos categorías que son usadas en cierta manera en términos
generales para describir a lo peor de lo peor. Los publicanos, los recaudadores de impuestos,
eran las personas más bajas socialmente, religiosamente en la vida de Israel. ¿Por qué?
Porque Roma ocupó Israel y Roma vendía franquicias de impuestos. Judíos avaros a quienes
no les importaba en absoluto su propio pueblo, que no tenían pasiones religiosas en absoluto
y de alguna manera, podían beneficiarse de la ocupación pagana, idólatra, gentil, compraban
esas franquicias de impuestos y les sacaban a la gente su dinero tomando lo que Roma
demandaba y todo lo demás que se podían quedar. Una manera más de operación criminal.
Ellos eran una especie de mafia israelí. Ellos estaban rodeados por los mafiosos, personas
que podían demandar el dinero del pueblo para llenar sus propios depósitos. Estaban
expulsados de la sinagoga. Fuera de la sociedad. Eran expulsados de la familia. Ellos eran
considerados personas fuera de los propósitos de Dios. Ellos eran los traidores de todos los
traidores, odiados por el pueblo.
Y después está el término ‘pecadores’, el cual simplemente reúne a todos los que iban junto
con los publicanos, junto con los criminales más bajos y prostitutas, que ocupaban el nivel
más bajo de actividad inmoral de Israel. Este era el tipo de personas de quien los rabinos
decían: “Que nadie se asocie con personas así, ni siquiera les acerquen la ley de Dios.” Pero
éstos fueron los que vinieron a Jesús. Eran los que vinieron y escucharon. Versículo 2 dice: “Y
los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: ‘Éste a los pecadores recibe y con ellos
come.’” Estos eran la élite auto designada. Estos eran los líderes religiosos de Israel. Habían
apilado su religión legalista por todas las sinagogas locales y entonces, realmente tenían el
oído de la gente. Ellos estaban en toda ciudad, en toda villa, en todo lugar a través de la
sinagoga. Ellos realmente eran dueños de la sinagoga y eso era lo que dominaba la vida de
Israel. Eran los justos a sus propios ojos. Ellos creían que usted se ganaba su derecho de
entrar al Reino de Dios al ser moral por fuera, al cumplir con todas las ceremonias que se le
demandaban a usted. Ellos eran vistos como los más puros y santos. Eran demasiado puros y
demasiado santos como para contaminarse mediante cualquier asociación con pecadores. Y
cuando ellos vieron a Jesús asociándose con los pecadores, llegaron a una sola conclusión…
Él es satánico porque se asocia con la gente de Satanás. Estas personas eran las personas
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que eran las personas auto designadas, religiosas, santas y menospreciaban a Jesús y esta
era una actitud maliciosa que tenían hacia Él en la cual le asignaron a Él un lugar con Satanás
y el reino de las tinieblas. Ellos dijeron que Él hace lo que hace por el poder de Satanás.
Y esto prepara la escena. Jesús está haciendo la obra de Dios la cual es la redención de los
pecadores. Eso es lo que glorifica a Dios. Eso es lo que le da gozo a Dios. Ellos lo ven como
la obra de Satanás. Así de lejos estaban de Dios. Usted no puede alejarse más de Dios de
eso. Y Su respuesta a este anti evangelismo de justicia personal era desenmascararlos como
personas que estaban tan lejos de Dios, tan distantes de Dios que no sabían nada de Su
gloria y nada de Su gozo.
Él explica lo que está haciendo en tres historias. La primera, en los versículos 3 al 7, es una
historia acerca de un hombre que encuentra a su oveja perdida. Está en una pregunta
retórica, no la voy a leer. Pero al final de la historia en el versículo 7, el hombre va, encuentra
la oveja, se regocija con sus amigos porque la oveja tiene valor. Versículo 7: “Les digo de la
misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por 99
justos que no necesitan arrepentimiento.” El cielo se regocija por el arrepentimiento de un
pecador. Ellos no lo entendieron. Ésta era la obra de Dios que le traía gozo a Él.
Él les cuenta una segunda historia acerca de una mujer que perdió una moneda. De nuevo,
eso tiene valor. Ella encuentra la moneda, llama a sus amigas, regocíjense conmigo, versículo
9, encontré la moneda. La aplicación, versículo 10: “De la misma manera os digo hay gozo en
la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.”
El punto es que ustedes están tan alejados de Dios que no lo entienden. El gozo de Dios se
encuentra en la salvación de un pecador. Eso genera gozo en el cielo. Dios no está
esperando a 10,000 pecadores para empezar la fiesta. Él no está esperando a 1000 o a 100 o
a 10. La celebración en el cielo se lleva a cabo por un pecador que se arrepiente. Este es el
punto de todo el capítulo, el gozo de Dios.
Ahora, llegamos a la historia que quiero que usted vea conmigo. Versículo 11. Pero necesito
decirle un par de cosas. Esta es la vida en una aldea del Medio Oriente. Una cultura diferente,
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una vida diferente que lo conocemos. Ninguna aldea de Medio Oriente tenía este tipo de
música o algo cercano a esto. Una vida muy diferente. Pero para que nosotros
comprendamos la historia, tenemos que comenzar a pensar como ellos pensaban. Y de
manera simple, usted necesita es una cosa y es esta: ellos estaban dominados por un
paradigma de vergüenza y honra. Todo se relacionaba con lo que era honorable y lo que era
vergonzoso. Ellos tenían un entendimiento casi subconsciente muy, muy claro de la
vergüenza y la honra. Esto era inmenso para ello. Usted hacía lo que traía honra, usted nunca
hacía lo que lo avergonzaba. Y por cierto, si ese era el caso en la vida del Medio Oriente, de
una aldea como esta, era particularmente verdad entre los escribas y los fariseos. Los
escribas, por cierto, eran los expertos textuales que informaban la religión de los fariseos. Y la
vergüenza y la honra eran algo muy importante. Siempre es algo importante para los
hipócritas.
Y tiene que entender esto, la historia que Jesús cuenta es una historia ridícula,
incomprensible, increíble, de una vergüenza interminable que nadie podía entender. Todo de
lo de lo que Jesús habla en esta historia va en contra de su manera de pensar intuitiva. En
contra de la médula de su sociedad. Ellos no operan de esta manera. Ellos no piensan de esta
manera. El nivel de enojo simplemente continúa incrementándose. Esto sacude a los fariseos.
Los fariseos debieron haber estado diciendo ‘¡oye! Esto va más allá de todo lo que es
vergonzoso. Esto es vergonzoso del principio al fin.’
Comencemos, una petición vergonzosa, versículo 11. Por cierto, esta no es una historia
acerca de un hijo, es una historia acerca de cierto hombre que tuvo dos hijos. Entonces, hay
tres personajes: un padre y dos hijos. “…Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a
su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.” Y en este punto, ellos
habrían dado un paso atrás: ¿qué? Esto es impensable. ¿El hijo más joven está pidiendo al
padre que le dé su parte de una herencia? Él está fuera de lugar. Hay un rango. Si él es el
más joven, alguien es mayor. Él no sólo está fuera de rango, esto es irrespetuoso, esto es
egoísta. Usted recibe la herencia cuando el padre muere. Esto es como decir: “padre, me
gustaría que estuvieras muerto. Tú me estorbas. Yo quiero lo que es mío, lo quiero ahora y
estoy cansado de esperar.” Él ve a un padre como un impedimento, una restricción, un punto
de estorbo de responsabilidad. Él no quiere que el padre esté ahí. Él no quiere la
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responsabilidad. Él quiere libertad, independencia. Él quiere su dinero y lo quiere ahora. Esto
totalmente irrespetuoso. Esto es, por cierto, una violación del mandamiento de honrar a sus
padres. Él no quiere nada que ver con una relación continua con la familia. Y quiero que
observe algo muy importante. Él dice: ‘dame la parte de los bienes que me corresponde, tas
useios dame la propiedad y los bienes. Él no quería encargarse de su herencia y comenzar a
desarrollarla y usarla para el bienestar de la familia en el futuro, él quería el dinero en efectivo.
‘Yo quiero los bienes. Yo quiero la propiedad. La quiero ahora. Yo no quiero un futuro con esta
familia. No te estoy pidiendo que me permitas administrar lo que me pertenece a mí, lo que
me toca de manera apropiada y que sería mío cuando mueras, simplemente dámelo ahora y
permíteme adueñarme de la administración.’ No quiere tener nada que ver con el padre. No
quiere tener nada que ver con su hermano, nada que ver con la familia jamás. Y no hay
precedente en la sociedad judía para esto. Esto es enojo absoluto. Esta es una petición
vergonzosa.
Y la aldea, como también los fariseos que estaban escuchando, si hubieran habido personas
de la aldea en la historia, habrían esperado una cosa: que el padre levantara su mano
derecha y le diera una bofetada al joven y que lo castigara de la manera más severa como
podría hacerlo, golpeándolo de manera pública, porque el padre debe proteger su honra a
toda costa. La petición vergonzosa no obstante lleva a una respuesta vergonzosa.
Quiero que vea lo que el padre hizo al final del versículo 12: “y le repartió los bienes”. ¿Qué?
¿Qué? El padre debe proteger su honra. Y él hace exactamente lo que su hijo rebelde, lleno
de odio, pide. Esto es absurdo. Usted debe esperar a que él esté muerto y después, el hijo
joven recibe un tercio, el mayor recibe dos tercios, pero no hasta que muere el padre. Usted
podría asumir que un padre haría esto con un propósito bueno en mente, pero, ¿patrocinar la
rebelión de un hijo irrespetuoso, que lo odia? El padre debe hacer todo lo que puede para
proteger su propia honra. Él ha sido avergonzado públicamente por su hijo y necesita
preservar su honra. Pero él hace lo opuesto. Él actúa de una manera vergonzosa,
irrespetuosa hacia sí mismo. Este es un padre deshonroso, ridículo. En primer lugar, ningún
hijo pediría esto. Y en segundo lugar, ningún padre haría eso. Todo esto es ridículo.
Alguien podría decir: ‘bueno, el padre realmente debe amar al niño’. Sí, pero es un tipo de
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amor torpe desde un punto de vista humano. Es un tipo de amor necio. Este no es amor duro.
Esto es algo ridículo, darle su libertad, dejar ir a este hijo cuando usted sabe qué tipo de niño
es. Usted querría hacer todo lo que puede hacer para acercarlo hacia usted.
Por cierto, simplemente como un comentario al margen aquí: El hijo mayor tenía el trabajo en
la familia de proteger la honra del padre y proteger a los hermanos más jóvenes de hacer
cosas necias. Pero el hijo mayor nunca aparece aquí. Nunca aparece en la historia. Algunas
de esas personas, los fariseos estarían diciendo: ‘bueno, ¿dónde estaba el hermano mayor
aquí? Su deber es preservar la obra honra del padre, si el padre no se protege a sí mismo,
¿dónde está él? Su deber consiste en proteger al hermano menor de hacer cosas necias.
¿Dónde está el?”
Entonces, hay un sentido en el que inclusive el hermano mayor parece ser vergonzoso en la
historia. Pero la herencia se divide; y eso significa que el hijo mayor recibió sus dos tercios, el
hijo menor recibió un tercio que le tocaba. Y eso nos lleva a una rebelión vergonzosa,
versículo 13: “No muchos días después,” esto es para indicar lo rápido que este joven actúa.
Él es motivado por la lujuria y la pasión y el mal deseo y no hay tardanza, quiere moverse lo
más rápido que puede. Y lo que hace, dice: “juntándolo todo el hijo menor.” Y en el griego eso
simplemente significa que lo convirtió en efectivo. Ahora, ¿cómo toma usted una herencia que
se ha estado acumulando durante realmente generaciones, una herencia muy grande, un
patrimonio muy grande - porque hay siervos, y hombres que han sido contratado, y músicos
que han sido contratados, un animal engordado, todas las cosas que se presentan en la
historia indican que es un hombre muy rico - y liquida eso rápidamente? Bueno, lo puede
hacer, pero lo va tener que vender ¿cómo? Descontado. Entonces, él trivializa el valor de
esto. Él quiere convertirlo en efectivo. Ahora, en la cultura judía inclusive si usted lo compraba,
no lo podía tomar hasta que el padre muriera. Entonces, alguien tiene que estar dispuesto a
comprar un futuro. La razón por la que compraban un futuro era porque lo compraban a un
precio descontado, entonces, él tiene el efectivo, él le vende la propiedad a algún comprador
que va a tomar esa propiedad cuando el padre muera.
Esto es torpe, sacrificar su futuro en el altar de lo inmediato. Él se va en un viaje a un país
distante. Éste era el punto entero, aléjate lo que más que puedas del hogar, lo más que
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puedas de la rendición de cuentas, lo más que puedas de la restricción y lo más que puedas
del escrutinio de cualquier persona. Sal ahí en donde puedas vivir en donde tú quieras vivir y
para que puedas vivir como quieras vivir y que a nadie le importe cómo lo harás.
Por cierto, habrá un funeral, una familia tendrá un funeral. Esa es la razón por la que más
tarde en la historia el padre dice en el versículo 24: “este hijo estaba muerto”. Él estaba
muerto para la familia. Una rebelión vergonzosa, él desperdició su patrimonio viviendo de
manera disipada, motivado por la lujuria, el pecado y la intención maligna, simplemente lo
desperdicia. Lo desperdicia de manera total. Ahí es de donde viene la palabra pródigo, es un
término que significa desperdiciar. Él disipa su futuro y no tiene nada que mostrar. Viviendo de
manera disipada, irresponsable.
Más adelante en la historia, su hermano mayor, versículo 30, señala que él desperdició mucho
de esto en prostitutas. Todo eso fue su culpa. Hubo algunas cosas que no fueron su culpa,
versículo 14, cuando él se había gastado todo, ocurrió un hambre severa en ese país. Y él
comenzó a tener necesidad. No fue su culpa, pero así es la vida. ¿Y qué sucede en una
hambruna? Usted puede leer algunas cosas fascinantes acerca de hambre en la historia
antigua. La gente come basura, se come sus sandalias, come los animales de la calle. Pero
durante los tiempos de hambre en Israel, cuando estuvieron bajo sitio, el pueblo inclusive
judío se comió a los bebés que habían nacido. Esta es la vida en el fondo. Y él se vuelve un
mendigo, versículo 15: “él fue y se acercó”, una palabra interesante griego aquí, kollao, quiere
decir pegarse. Esto es lo que hacen los mendigos. Si usted ha estado en países del tercer
mundo, hombre, es difícil deshacerse de los mendigos. Se pegan a sus manos en sus
bolsillos. Ellos jalan su ropa, particularmente los pequeños. Y entonces, él hace esto, él se
pega, él encuentra a algún ciudadano en algún país lejano, lo cual supondría que este es un
país gentil; y él se pega a este ciudadano y este hombre no se puede deshacer de él.
Entonces, él finalmente lo mandó al campo para alimentar a los cerdos. Realmente, no fue un
contrato legítimo, creo que él pensó que lo fue, pero no lo que lo era. Era simplemente un
modo de deshacerse de este mendigo incansable, imparable.
Ahora, usted puede entender el enojo. La vergüenza de acercarse al padre de esta manera, la
vergüenza del padre al patrocinar la rebelión, la vergüenza de vender el patrimonio de una
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manera abaratada, la vergüenza de convertirlo en efectivo, de patrocinar su estilo de vida
inmoral, vulgar, la vergüenza de volverse un mendigo que se pega un gentil y ahora ser
enviado a alimentar a los cerdos. ¿Y sabe una cosa?, ellos simplemente están viendo hacia
arriba y diciendo ‘nadie va a hacer eso, ningún buen niño judío hará eso. ¿Estás bromeando?’
Y esto empeora.
Versículo 16, él está ahí supuestamente alimentando a los cerdos. ¿Y adivine qué? Él anhela
llenar su estómago con lo que comen los cerdos porque nadie le estaba dando nada a él. Él
salió ahí pensando que quizás tenía un trabajo, nadie le dio nada y ahora, para sobrevivir,
tiene que pelear con los cerdos por comer la comida que los cerdos comen. Digo, esto es
absurdo. Digo, ¿usted va de la riqueza a tratar de meter su rostro entre los cerdos y tratar de
comer con los cerdos en el lugar gentil? Digo, la vergüenza va más allá de la comprensión. E
inclusive, él se está muriendo de hambre. El versículo 17 dice: “Voy a morir de hambre”. Él no
lo puede hacer. Él no puede ganarle a los cerdos en lo que los cerdos comen.
¿Qué es esto? ¿De qué está hablando de sus aquí? Bueno, esto es desesperación. Este es el
pecador pobre, privado de todo, hambriento, sin esperanza, en una vida disipada. Muriendo.
Esto es desesperación. ¿Y la lección? El pecado es rebelión en contra de Dios y Dios le dará
a usted la libertad de escoger su pecado. Usted puede escogerlo, Él le dará libertad a usted
de tomar su pecado lo más lejos que usted escoja, llevarlo en la dirección que usted quiera.
Aquí está la rebelión de uno que no tenía relación con el que le dio vida, ninguna relación con
el que le dio la vida, ninguna relación con el que tenía todas las riquezas que él jamás pudo
haber necesitado en toda su vida, ninguna relación con el que le habría dado un futuro como
también un presente. Así es con el pecado. Es un menosprecio hacia la persona de Dios, el
gobierno de Dios, la autoridad de Dios, la voluntad de Dios, la bondad de Dios, los recursos
de Dios. El pecado es un deseo de correr, de huir de Dios para evitar toda responsabilidad y
rendición de cuentas hacia Dios. Es negarle a Dios cualquier lugar en su vida. Es deshonrar a
Dios, es tomar todos los regalos amorosos que están disponibles y desperdiciarlos y alejarse
de Dios lo más que puede usted. Es desperdiciar su vida en una disipación egoísta, en lujuria
sin refreno, dándole la espalda a toda la bondad de Dios. Es maldad imparable. Es
satisfacción egoísta que lo lleva al borde de la muerte. El pecado busca satisfacción afuera y
lejos de Dios y nunca la encuentra. Y deja al pecador exhausto, vacío, hambriento, sin
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esperanza.
El retrato es extremo, sin duda alguna. No todo el mundo es tan malo. Pero la pregunta es:
¿cómo es que el padre va a enfrentar alguien que es así de malo? Jesús realmente ha
inventado al pecador definitivo. Al pecador consumado. Este es el peor nivel al que usted
puede llegar de maldad: falta de respeto al padre, falta de respeto a la comunidad, disipación
de su propio cuerpo, inmoralidad al máximo nivel, violando todas sus conformidades, normas
culturales, buscando un lugar menospreciado y apegándose a personas menospreciadas.
Éste es el foso. Esta no es la fila para esperar la muerte. Este es el fondo. Este es el pecador
definitivo y no todo pecador es tan malo, pero es muy importante entender cómo es que este
padre va a enfrentar a alguien así.
Y la vergüenza no se ha acabado. Un arrepentimiento vergonzoso sigue, versículo 17: “Y
cuando volvió en sí…” Por cierto, ese siempre es el comienzo del arrepentimiento, cuando
usted comienza a evaluar su verdadera condición. Él dijo ‘¿cuántos jornaleros en la casa de
mi padre tienen abundancia de pan? Y yo aquí perezco de hambre.’ Una pequeña nota aquí
que muestra que Jesús habla con una economía de palabras que siempre me asombra. Él
dice: “abundancia.” Guau.
Permítame hablarle de un jornalero. La estructura social, claro que usted tenía a los que eran
dueños de las tierras, las personas con dinero. Y después, tenía a los granjeros que rentaban
los pequeños terrenos de la tierra y trabajaban la tierra; y tenía a los pequeños dueños de
tiendas que quizás tenían su propio negocio aquí y allá, pequeños artesanos que hacían
ciertas cosas. Después, usted tenía a los siervos. Los siervos eran una categoría de personas
que básicamente eran parte de la familia. Ellos eran contratados, usted les proveía casa, los
alimentaba y servían y realmente, eran parte de la familia. Después, usted tenía los que son
llamados aquí los misthos, jornaleros. Son las personas contratadas. Eran los que trabajaban
por día; estaban ahí, simplemente estaban ahí esperando que alguien lo contratara, como
dice la parábola de Jesús en donde habla del hombre que tenía una cosecha y fue a la ciudad
a buscar personal a las seis de la mañana, a las nueve de la mañana y a las doce y después
a las tres, tratando de encontrar a personas que pudieran venir y trabajar durante el día. Ahí
atrás en Levítico dice que cuando usted contrata a un jornalero, le tiene que pagar al final del
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día, no puede retener su sueldo a lo largo de la noche porque él dice, que el jornalero espera
eso. Él tiene que alimentar a su familia, él trabaja un día a la vez. Estas son personas que
están en el nivel bajo de la escala. La mayoría de ellos, hacían trabajos muy sencillos, aunque
algunos de ellos eran artesanos de cierto nivel.
Pero hay algo acerca del padre aquí que es realmente interesante. Él dice: “¡Cuántos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan!,” y ¿sabe lo que le dice a usted
acerca de ese hombre? Porque los jornaleros apenas tenían suficiente para vivir al día. Ellos
estaban un poco por encima de los que no tenían nada. Y él está diciendo, mi padre les da a
la gente que está en el nivel económico más bajo, más de lo que necesitan. ¿Qué le dice eso
acerca del padre? Que él es misericordioso, él es generoso, él es bueno. Y ahí es donde él
comienza reconocer la bondad de su padre… Él es bueno, él da más de lo necesario y yo
aquí muriendo de hambre. Y él comienza a confiar en la bondad de su padre y a confiar en la
misericordia y compasión y el amor de su padre, de lo cual se burló una vez; pero ahora
recuerda que era una característica de su padre.
Versículo 18: “Me levantaré e iré a mi padre,” voy a confiar en la misericordia de mi padre, voy
a confiar en la bondad y la compasión de mi padre evidenciada en la manera en la que él trata
a las personas más bajas. Y puedo regresar y esperar que de alguna manera él me reciba. Yo
sé qué está en la naturaleza de mi padre. “Y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” ¡Guau! Esto
es penoso, él no sólo va a ir a su padre y va a enfrentar a su padre y la manera en la que él
ha tratado a su padre en el pasado, él va a enfrentar a su hermano mayor, él tiene que
enfrentar a la aldea, a la villa. El padre ha sido avergonzado pero también el hijo y él va a ser
objeto de la burla y el ridículo y el menosprecio de la aldea porque se demandaba que él diera
esto. Eso era parte del castigo cultural para este tipo de conducta, el sostener en alto la honra
del padre y de la aldea, la villa.
No sólo eso, él está esperando años de trabajo duro. ¿Cómo es que usted va a volverse a
ganar un tercio de este patrimonio enorme como un jornalero? Recibiendo una paga tan baja,
demandará años y años y años y años y sólo después de que todo haya sido recuperado, la
restitución está completa y entonces, habrá esperanza de reconciliación. Él sabe que sus
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pecados son grandes, versículo 18: he pecado, literalmente en el griego, en el cielo. Es otra
manera de decir lo que el Antiguo Testamento dice: “Mis pecados están tan altos como el
cielo”. Aquí no se retiene nada, él sabe en lo que se ha convertido. No pide privilegios en su
mente, no tiene derechos, él ha perdido todo. Él no puede pedir nada. Él no pide estar en la
casa del padre. Él no pide ser un miembro de la familia. Él no pide ser un siervo en la casa del
padre en absoluto. Lo único que quiere es que el padre tenga la suficiente misericordia como
para que le permita a él trabajar como un jornalero, pagándole el sueldo mínimo durante
tantos años como sea necesario para poder recuperar todo lo que él perdió, con la esperanza
de que pueda haber una reconciliación. Él ahora ve cuando ha agotado sus alternativas y lo
único que tenía era la muerte. Él va a pagar cualquier precio por la vida que su padre posee.
Él va a recibir el castigo, él va a recibe la humillación, él va a enfrentar el trabajo duro. ¡Qué
descripción!
Aquí hay un pecador en arrepentimiento verdadero. Él ha llegado al punto de desesperación
que se reconoce que éste es el camino de la muerte. Él quiere la reconciliación, él está
dispuesto a confesar que sus pecados son tan altos como los cielos. Él sabe que no tiene
derechos, ni privilegios, ni puede demandar nada. Él quiere reconciliación a costa de lo que
sea, inclusive una vida de trabajo duro. Hombre, ése es el verdadero tipo de arrepentimiento.
Qué descripción, qué retrato. En este punto, los fariseos y los escribas están diciéndose a sí
mismos: ‘bueno, eso es exactamente lo que el joven debe hacer. Esto es lo primero que tiene
algo de sentido. Esto es lo que debe hacer. Y lo hizo. Versículo 20: “Y levantándose, vino a su
padre.” Camino en su ropa sucia por estar con los cerdos, oliendo a cerdo y fue de regreso a
la villa.
Ahora, ¿qué podríamos esperar que hiciera el padre cuando llegara ahí? Bueno, los fariseos
sabrían exactamente lo que el padre haría. Finalmente, este padre tiene la oportunidad de
restaurar su honra, levantarla en alto y hacer lo que debería hacer. Hacer lo que es correcto,
justo y honorable. Lo que el padre debe hacer es estar ahí en su propiedad y cuando alguien
dice: “tu hijo ha llegado a la ciudad”, el padre le contesta: “lo voy a ver en cuatro días. Que se
siente ahí en su ropa sucia, apestosa y que sea objeto de la burla de la villa apilada sobre él
como disciplina. Y después de cuatro días, lo veré.” El padre esperaría cuatro días a que él
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viniera, se postrara, besara los pies del padre y recibiera el castigo del padre, quizás inclusive
ser azotado y después, que se preparara para trabajar durante décadas. Y si él pudiera
aguantar durante décadas, y décadas y décadas, entonces quizás, reconciliación. Pero la
reconciliación viene únicamente debido a restitución, así decían los rabinos. No hay
reconciliación sin restitución.
Pero si usted cree que ahora ha habido conducta vergonzosa, aquí está ahora la conducta
más vergonzosa de todas. Versículo 20, una reconciliación vergonzosa: “Y cuando aún estaba
lejos,” todavía estaba fuera de la villa, quizás había una puerta, quizás había una especie de
que camino polvoriento que llevaba a la aldea, quizás había especie de lugar definido en
donde estaban los primeros edificios, todavía estaba lejos, “lo vio su padre”. Ahora, hasta aquí
estamos bien. Ahora todo esto se vuelve ridículo, “y fue movido a misericordia, y corrió, y se
echó sobre su cuello, y le besó.” ¿Estás bromeando? Qué necio es este padre, su padre es
más necio que su hijo.
Hay tanto aquí, todavía está lejos. Eso debe significar que el padre está mirando. Supongo
que podríamos suponer que esto era algo regular para él. Buscar a ese hijo. Lo vio. El padre
era el buscador. Fue movido a misericordia y esos fariseos están diciendo ¿tan débil es este
hombre? ¿No puede siquiera responder de una manera justa, honorable? Y él hizo lo
impensable después. Él corrió. Los hombres nobles de Medio Oriente no corren. No es algo
que usted no hace porque físicamente no pueda hacerlo. Hay una colección entera de
literatura, de literatura judía escrita acerca del hecho de que usted no corre si usted es un
hombre. Usaban túnicas que llegaban hasta el suelo y eso era para que no fueran vistas sus
piernas. Era una vergüenza mostrar sus piernas y claro, que ese es el caso todavía para
algunas personas cuando usted llega a cierta edad. Usted mantiene eso cubierto y
probablemente, esa es una buena idea.
Pero él meollo en esa cultura es que si usted corría tenía que jalarlo y mostrar sus piernas.
Eso era algo vergonzoso. De hecho, la literatura inclusive dice que un sacerdote, cuando está
haciendo sacrificio, no puede levantar su túnica del suelo para evitar que se manche de
sangre. Hubo un rabino que condenó a un hombre por levantar su túnica sobre sus rodillas
mientras que caminaba en medio de los espinos para evitar que se atorara. Usted
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simplemente no corría. En primer lugar, usted no corría porque no era algo digno. Usted no
corría porque se movía de una manera apropiada, honorable. Y usted no corría porque sería
una vergüenza si alguien viera la parte de abajo de su cuerpo piernas. Y si usted lo jalaba lo
suficiente, y corría con suficiente fuerza, podían ver más que sus piernas. Esta palabra corrió
en el griego es la palabra para correr a máxima velocidad en una carrera. Este hombre salió
de su casa y sale corriendo a toda velocidad por el medio del pueblo hacia su hijo; y la gente
en el pueblo en una villa del Medio Oriente habría estado asombrada ante este acto
indecente, vergonzoso. Los rabinos decían que un hombre ni siquiera puede brincar por temor
de que alguien pueda ver la parte de abajo de sus piernas. De hecho, las túnicas eran
llamadas middabute lo cual significa aquello que me da honor.
Entonces ¿qué está haciendo? Él está corriendo en medio del pueblo, avergonzándose a sí
mismo, recibiendo el abuso, enfrentando el abuso. Esto es abnegado. Esto no es egoísta.
Esto es condescendencia, se está despojando de sí mismo. ¿Y por qué está haciendo esto?
Porque él quiere, escuche esto, él quiere llegar al hijo tan pronto llegue a la villa, porque tan
pronto ese hijo llegue a aldea él será objeto de burla y escarnio y será objeto de vergüenza y
ridículo. Y el padre corre por el medio de la aldea y enfrenta la vergüenza para abrazar al hijo
antes de que él sea objeto de vergüenza.
Esto es conducta francamente loca para un hombre noble judío del Medio Oriente. Él lo
abrazó, abraza al rebelde que huele a cerdo y lo besa… En el griego ‘lo besó repetidamente’,
es costumbre besarlo por toda la cabeza, simplemente lo besó por toda la cabeza,
reconciliación total, reconciliación plena. No hay vergüenza para el hijo, el padre ha
enfrentado la vergüenza. El padre salió de su hogar que era un palacio, descendió, vino a
villa, corrió a máxima velocidad, enfrentó toda la burla y la vergüenza, abrazó al hijo y lo besó
por toda la cabeza y todo el mundo sabía que él lo había recibido de manera plena como hijo.
No hubo vergüenza para este hijo. Él debería haber sido golpeado. Él debería haberse
sentado ahí y enfrentado la vergüenza. Eso es lo que ellos pensaban. ¿Qué es eso? Le voy a
decir lo que era en una palabra: gracia. Y ellos no la entendían. Eso es gracia y ellos no
entendían la gracia. Él la obtuvo porque en el versículo 21 dice que el hijo dijo: “Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.” Y él se detuvo.
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¿Qué es lo que dejó fuera de su discurso?
Regrese al versículo 19, ¿qué es lo que dice en el versículo 19? “Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” Pero él no dice eso. Él planeaba decirlo,
pero no lo dice porque no necesita decirlo ya que no tiene que volverse a ganar el amor del
padre. Él no necesita ganarse la reconciliación, él recibe gracia. Él deja afuera la parte del
jornalero, eso habría sido un insulto a la compasión de su padre, un insulto al amor de su
padre, un insulto a la gracia. Él simplemente se arrepiente, se encomienda la misericordia de
su padre y eso es todo lo que un pecador necesita hacer. Y eso, claro, es lo que hizo enojar a
los fariseos todo el tiempo. Jesús recibiendo con gracia los pecadores, Jesús aceptando a los
pecadores, besándolos por toda la cabeza y reconciliándose con ellos. Este joven recibe
reconciliación, restauración, perdón, el status de ser hijo y todo lo que hace es confiar en su
padre y arrepentirse de su pecado. Él no tiene plan para restituir, no hay obras. Esto es
gracia. El regalo de un padre amoroso, misericordioso y compasivo.
Entonces, ¿qué aprendemos del padre? El padre realmente es Dios en Cristo descendiendo
del cielo al polvo de nuestras aldeas para buscar y salvar al pecador perdido que viene a Él.
Dios inicia, Él es el buscador. Él ve al pecador antes de que el pecador lo vea a él. Él
encuentra al pecador antes de que el pecador lo encuentre a Él. Y Él corre lo más rápido que
puede y enfrenta la vergüenza. Su amor es abundante. Su gracia pura es ilimitada. Y aquí
vemos el punto, Dios encuentra Su gozo en la salvación de un pecador perdido a quien el
corre para abrazar, para besarlo y restaurarlo.
Tenemos muchas perspectivas de Dios, ésta normalmente no es una de ellas. No estamos
acostumbrados a ver a Dios tan dispuesto, buscando ser tan generoso, tan efusivo, tan
amoroso para con el peor pecador. El hijo lo recibió… Lo recibió. Él fue reconciliado. Una
reconciliación vergonzosa, no obstante en la mente de los fariseos, vergonzosa. Un padre
simplemente está violando la justicia, el honor, lo que es justo. Y claro, los judíos nunca han
entendido la condescendencia y el sufrimiento de Dios por el amor de los pecadores.
Bueno, una reconciliación vergonzosa es seguida por un gozo vergonzoso. Observe el
versículo 22, esto realmente es algo. “El padre le dijo a sus esclavos, rápido…” Me encanta,
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tachu en el griego, rápido. La salvación es algo instantáneo, ¿no es cierto? No es un largo
proceso de restauración por obras y ceremonias, es algo instantáneo, rápido, en este
momento, todos los privilegios. Denle la mejor túnica. En una familia rica como ésta habría
habido una túnica, por cierto, la túnica del padre y era usada para el máximo nivel de
ocasiones de gran grandeza e importancia. Consigan la túnica, consigan la mejor túnica. Ésta
habría sido una túnica hermosa bordada, la mejor que tenía la familia, usada por el padre y
quizás anteriormente por su padre, una especie de herencia. Consigan esa túnica, él dice,
rápidamente, que no pase el tiempo y póngansela. Él no le dice a este joven: ‘Ahora ve y
límpiate’. Lo trata como si fuera un príncipe. Él lo trata como si fuera un rey, llama a todos los
siervos y les dice: ‘Cuiden de él, límpienlo, vístanlo. Él simplemente va a quedarse de pie
mientras ustedes le hacen esto.’ Él simplemente lo va a hacer objeto de su generosidad.
Vístanlo con la túnica. ¿Qué es eso? Es la túnica de dignidad. Él compartía la dignidad plena
del padre, la majestad total del padre.
Coloquen un anillo en su dedo. Los anillos no eran únicamente para que se vieran bien, eran
utilizados para colocar un sello en la cera colocando el símbolo de la familia en documentos
oficiales. Esto es autoridad, actuar en nombre del padre. Él puede firmar la voluntad del padre
en cualquier documento. Es como recibir las llaves del reino.
Pónganle calzado. Los esclavos y los jornaleros y los pobres no usaban calzado. El calzado
era para las personas que tenían responsabilidades. Denle dignidad, denle autoridad, denle
responsabilidad. Él tiene dignidad, mi autoridad y él comparte mi responsabilidad. Esto señala
que él está en un estatus de hijo total. ¡Hombre, cómo la gracia triunfa sobre el pecado!
¡Cómo la gracia suma triunfa sobre el pecado! Él nos da gracia cuando venimos con la
dignidad plena de Dios, conforme somos vestidos con Su propia justicia. La autoridad plena
de Dios para actuar en representación de Él, coherente con Su revelación y responsabilidad
para cumplir con Su obra en Su nombre en el poder de Su Espíritu. Y una vez que el hijo
había recibido todas estas cosas de manera abundante, el versículo 23 dice “y traigan el
becerro gordo”.
La gente rica tenía un becerro que guardaban normalmente, para el matrimonio del hijo
mayor. Pero usted lo usaba para la mejor ocasión y la más grande. Mátenlo. Eso habría sido
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una operación en sí misma. Habría tomado algo de tiempo. Y por cierto, no lo fileteaban, lo
colocaban en una espada enorme. He estado en algunas cosas como esas; y así es como lo
hacen. Lo cortaban en pedazos y chuletas y todo lo demás; lo cocinaban en sus hornos en
donde hacían pan. ‘Maten al becerro engordado y comámoslo y regocijémonos. Vamos a
tener una fiesta.’
Ahora, regrese al versículo 7. “Hay más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que
por 99 personas justas que no necesitan arrepentimiento”, versículo 10, “gozo en la presencia
de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” Esto es lo que hay en esta historia.
La celebración comienza.
Ahora, simplemente quiero señalar una cosa. No tenemos tiempo para desarrollarlo todo, pero
las celebración es dirigida al padre. No está dirigida al hijo. El hijo recibió la túnica, y el anillo y
el calzado. Pero la fiesta es en honor de un padre tan lleno de gracia. Comamos todos. Ahora,
un becerro podía alimentar desde 100 hasta 200 personas. No comían mucha carne, no
comían carne diariamente. La carne era para ocasiones especiales. Y esto podría ser para
alimentar a 100, a 200 personas, para disfrutar de esto. Lo van a hacer, versículo 24, porque
“este hijo mío estaba muerto”. Podríamos hablar de esto. Dios sabe quiénes son Sus hijos; y
en Su providencia y soberanía maravillosas, Él tiene sus tiempos en los que Él los resucita de
la muerte a la vida. “Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir. Él estaba perdido y ha
sido hallado y comenzaron a regocijarse.” Ellos comenzaron porque la fiesta nunca terminará.
La celebración por la redención de todo pecador continuará por siempre. Y el objeto de la
celebración será Dios, Dios, Dios, el Dios salvador.
Bueno, esto es otra cosa que causa enojo a los fariseos y saduceos que están escuchando.
Ahora todo esto va más allá de lo ridículo. Se está volviendo irritante. Algo que agita. Esto es
como uñas que están en un pizarrón. Esto es simplemente demasiado contrario a lo que se
acostumbra y es vergonzoso. El padre ahora está actuando de manera torpe, está dándole
todo esto al hijo y después, tiene una celebración como si hubiera ganado algo de honra.
Ningún personaje como éste había existido en su mundo, no había ningún hijo así, no había
ningún padre que hiciera esto. No había hijos como estos y padres como estos. Y aquí los
está desenmascarando. Ellos no conocían a Dios.
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Bueno, llegamos a la conclusión sorprendente, una reacción son vergonzosa. Versículo 25,
cubriremos esto en tan sólo unos minutos. “Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando
vino, y llegó cerca de la casa…” Por cierto, ¿no pensaría usted que el hijo mayor
supuestamente debía planear estas grandes celebraciones? Era su responsabilidad. Su padre
nunca ni siquiera le consultó, él ni siquiera le dijo acerca de esto, ni siquiera envió a un
mensajero. ¿Por qué? Él sabía que no tenía relación tampoco con él. Él también odiaba a su
padre. Él estaba también distanciado de su padre. Él simplemente estuvo ahí, se quedó en la
casa, pero no tenía relación alguna con su padre y esa es la razón por la que él no defendió al
principio la honra de su padre y no trató de proteger a su hermano de hacer algo tan torpe
como lo que quería hacer. Este hombre no tuvo ninguna función en nada porque aunque él
estaba en la casa, él no tenía relación con el padre. El padre sabía que él no se preocupaba
por su hermano y sabía que él no tenía interés en su propio gozo.
Y entonces, él no fue parte de esto. Él no estaba trabajando, simplemente se estaba
asegurando que la gente trabajara. Su padre lo dejó allí hasta que llegara a casa en el tiempo
normal al final del día. Ya para cuando la fiesta había comenzado, él llegó, se acercó a casa,
oyó música y baile. Le habló a uno de los siervos, de hecho, paidion, niños, estos eran niños
de la villa que estaban afuera. Usted sabe, la gente joven que estaba ahí mientras que los
adultos estaban en la fiesta. Él se acerca a uno de los niños jóvenes. Comienza a preguntarle
qué podían ser estas cosas. Él está totalmente en la oscuridad. No entiende. No tiene parte
en toda esta escena redentora. Y este niño en el versículo 27 dice: “Tu hermano ha venido; y
tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.” Esa frase
breve ‘bueno y sano’, entero, de hecho está conectado con Shalom. Lo ha recibido con
Shalom. Él está en paz con su padre, reconciliación total.
Ahora usted podría pensar ‘bueno, entonces él va a celebrar’. Oh, no. Versículo 28: “Entonces
se enojó.” ¿Adivine qué? Los fariseos y los escribas acaban de aparecer en la historia. Este
hombre son ellos. Este e hombre s ellos. Acaban de aparecer en la historia. Ellos estaban
enojados porque Dios en Cristo estaba aceptando a pecadores. Eso era lo que les molestaba.
Y están en la historia. Por cierto, se hace referencia a ellos como los 99 que no necesitaban
arrepentimiento, nunca se vieron a sí mismo como pecadores. Él se enojó y no estaba
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dispuesto a entrar. “Yo no voy a ser parte de nada que sea vergonzoso.” El padre es
vergonzoso. El hijo es vergonzoso. La gente de la aldea que está celebrando es vergonzosa.
Este no es el momento para honrar al padre. El padre es un necio. Usted no le da honra un
hombre que es un necio. Reacción vergonzosa.
No, él había estado en el hogar, él no tenía relación alguna con su padre. Él esta tan perdido
como su hermano. Los fariseos y los escribas estaban tan perdidos como los publicanos y los
pecadores, nada más que era un tipo de condición de perdición diferente. Algunos están
perdidos en el país lejano. Algunas están perdidos cerca de Dios, cerca de la Iglesia. ¿Y sabe
una cosa?, si la verdad fuera conocida, los legalistas, la gente religiosa superficial tienen celo
de los pródigos, porque por dentro tienen las mismas lujurias, los mismos deseos
pecaminosos, pero nunca son satisfechos. Ellos tienen el mismo anhelo de pecado e iniquidad
y tienen celos y tienen envidia de aquellos que dan rienda suelta al máximo nivel y no les
importa lo que la gente piensa. Ellos lo hacen porque su enfoque para tener las cosas es
conformarse externamente. Y entonces, están en la historia.
Pero, usted sabe, desde su punto de vista estarían diciendo ‘Finalmente, un hombre sensato.
Finalmente, un hombre que no entiende. Oye, esto es indignación justa, este hombre nos cae
bien.’ Este es el hombre de los escribas y fariseos porque estos son ellos.
Y por si eso no fuera suficiente vergüenza, ¿qué hay acerca de esto? Más vergüenza, una
respuesta vergonzosa del padre, versículo 28. “Salió por tanto su padre, y le rogaba que
entrase.” Esto es simplemente increíble. El padre vuelve a descender, un retrato de
condescendencia, deja la fiesta, deja la celebración en donde él es el invitado de honor.
‘Discúlpeme, tengo que salir.’ Y desciende en la noche, en la oscuridad, encuentra a este
hipócrita que lo odia y le ruega que venga a fiesta. Este es otro acto vergonzoso, ridículo.
¿Acaso éste padre no está dispuesto a castigar a cualquier hijo que lo insulta? Y por cierto, él
le ruega de un modo prolongado. No hay un golpe público, no hay azotes. El padre está
rogando.
Pero la respuesta en el versículo 29: “Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos
años te sirvo.” Usted no le dice esto a un padre. No le dice eso con total falta de respeto.
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Menosprecio total. Esta es su manera de decir: ‘me gustaría que estuvieras muerto también.
Mira, durante tantos años te he estado sirviendo.’ Así es como hacen los legalistas. Es un
deber, es amargo. ‘Nunca he descuidado un mandato tuyo.’ ¡Hombre, aquí hay engaño! Es
como el joven rico que dijo que había guardado todos los mandamientos. Así es con los
farsantes hipócritas religiosos, no quieren admitir su pecado. He estado matándome en este
servicio para ti, para tener el patrimonio que quiero. Nunca he descuidado un mandato. Nunca
me diste una cabra, mucho menos un cordero para que pudiera disfrutar con mis amigos. Él
quería una fiesta para él, pero no con el padre y no con el hermano, él tenía otros amigos. Él
tenía su propio grupo, los hipócritas se juntan con hipócritas.
Y el versículo 30: “Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras,
has hecho matar para él el becerro gordo. Él padre entonces le dijo: Hijo mío…” Guau. Desde
el punto de vista de los fariseos, aunque estarían de acuerdo con que el hijo mayor tenía la
actitud justa, ellos no podían entender a un hombre que parece ser así de débil. Dale una
bofetada a este hombre. Pero él le dice “hijo mío,” no huios, eso ha sido utilizado ocho veces,
la palabra para hijo, ahora es teknon. Hijo mío, “tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas
son tuyas.” Nunca vas a recibirlo si sigues como vas. Así no lo vas a ganar. Y el versículo 32:
“Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado.” ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que celebrar.
¿Qué es lo que ve en esta historia? Dos tipos de pecadores. El pecador disipado, abierto, el
pecador que vive en inmoralidad que no es religioso y el hipócrita que está en la casa, que
está ahí en la Iglesia, religioso, que superficialmente es moral, pero ambos son pecadores
extremos. Y un padre que le ruega a ambos, quien ofrece a ambos todo lo que tiene. Y el
punto es este: jóvenes, escúchenme: el pecador extremo está dentro de la gracia de Dios en
cualquiera de los dos polos. No todos son así de extremos en ninguno de los dos polos, en
ninguno de los dos extremos, pero esas son buenas noticias para todos nosotros, todos los
que estamos en el medio de estos dos extremos.
¿Y por qué hace esto Dios? ¿Por qué hace esto? Porque se Él regocija cuando un pecador se
arrepiente y todos los ángeles santos y los santos glorificados se regocijan con Él. Pero,
¿sabe una cosa?, la historia no tiene un fin. Sólo se detiene. Y después de que usted leyó el
21
versículo 32, usted está buscando el versículo 33 para saber qué sucedió. ¿Qué dice el hijo?
¿Que hizo el hijo? Bueno, tan sólo se detiene.
Bueno, ¿qué tal si yo le doy un final? Lo haré. El hijo mayor viendo la compasión y
misericordia de su padre y deseando la reconciliación, confesó sus pecados de hipocresía y le
pidió a su padre el perdón y fue abrazado y besado y recibido al banquete y se sentó en la
mesa de su padre. Me gusta ese final. Me gusta ese final.
Pero no puedo escribir el final. El final ya ha sido escrito. Es correcto. Este es el final. “Al oír
esto, los hijos mayores enojados contra su padre, tomaron un pedazo de madera y golpearon
a su padre hasta matarlo.” Ese es el final.
Serían tan sólo unos pocos meses antes de que los fariseos lo mataran al clavarlo en el
madero. Y se felicitarían a sí mismos, porque lo que habían hecho era un acto de honor que
protegió a su pueblo, su nación y su religión de Uno que vino a avergonzarlos. En el lenguaje
de la parábola, el hijo estaba golpeando al padre con golpes que lo estaban matando
diciéndole “tú eres malo, tú eres vergonzoso, tú eres malo, alguien necesita terminar la
vergüenza y traer honra a esta familia y yo lo haré al quitarle a esta familia un padre tan
vergonzoso.” Y él dice que lo golpea hasta matarlo.
Así terminó la historia. Y la ironía final es que el padre que debería haber golpeado al hijo es
golpeado hasta morir por el Hijo impío en el acto más grande de maldad jamás conocido. Y
ellos pensaban que eran justos y no entendían el amor, la misericordia y la gracia. Sin
embargo, Dios, el Padre Salvador lleno de gracia en Cristo usa ese homicidio como el medio
mediante el cual Él compra nuestra salvación. Todo termina en la cruz en donde Él en Cristo
soportó muerte menospreciando el oprobio, la vergüenza por nosotros. Él recibió la vergüenza
para que usted pudiera estar en la celebración que le trae gozo. Oremos.
Hemos cubierto mucho hoy, Padre, en esta sesión. Te damos gracias por la riqueza de esta
enseñanza que dio nuestro Señor precioso. Ayúdanos a ser cautivados en nuestros
corazones por sus maravillas. Para aquellos que no conocen a Cristo, para aquellos que no
conocen a Dios en Cristo, para aquellos pecadores en el país distante que están al final de
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sus recursos, para aquellos hipócritas en la Iglesia en los polos extremos, que haya un
entendimiento de que la gracia espera, ningún pecado es demasiado malo, ninguna
hipocresía está tan determinada como para ser abandonada y la gracia puede ser recibida.
Lleva a cabo Tu obra en todo corazón, oramos. Haznos estar agradecidos por un Padre, así
en el nombre de Cristo. Amén.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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