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“COMUNICACIÓN POLÍTICA EN INTERNET. Uso de herramientas virtuales como medio de comunicación entre los Partidos Conservador Colombiano y
Polo Democrático Alternativo con los ciudadanos en Colombia en 2008.”
JUAN DAVID MARTÍNEZ QUINTANA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES
INTERNACIONALES CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA
BOGOTÁ D.C 2008
I
“COMUNICACIÓN POLÍTICA EN INTERNET. Uso de herramientas virtuales como medio de comunicación entre los Partidos Conservador Colombiano y
Polo Democrático Alternativo con los ciudadanos en Colombia en 2008.”
JUAN DAVID MARTÍNEZ QUINTANA
Trabajo de Grado para optar al título de: Politólogo
Directora:
LINA MARÍA MANRIQUE VILLANUEVA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA BOGOTÁ D.C
2008
II
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………...…1
CAPÍTULO 1: Democracia: partidos y ciudadanos. Perspectiva teórica
1.1 Ciudadanía en el contexto actual. Ideales y prácticas de la democracia...3
1.2 Medios de comunicación y ciudadanía en la democracia………………...9
CAPÍTULO 2: Partidos políticos y ciudadanos en el ciberespacio
2.1 Comunidades virtuales y ciberpolitica………………………………………15 2.2 La democracia participativa: relación de los partidos políticos y el ejercicio de la ciudadanía en el sistema político……………………………….17 2.3 Los partidos políticos en la actualidad en Colombia………………………22
CAPÍTULO 3: Estudio de caso: el uso de herramientas virtuales del Partido Conservador y el Polo Democrático para la comunicación con los ciudadanos
3.1 Metodología: netnografia……………………………………………………..29 3.2 Desarrollo del estudio netnográfico…………………………………………32
CONCLUSIONES…………………………………………………………………….46 REFERENCIAS……………………………………………………………………….49 BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………52 ANEXOS………………………………………………………………………………53
III
IV
CONTENIDO DE ANEXOS
ANEXO 1…………………………………………………………………………53
ANEXO 2………………………………………………………………………….54
ANEXO 3………………………………………………………………………….57
ANEXO 4 …………………………………………………………………………59
ANEXO 5………………………………………………………………………….61
Introducción.
Durante los últimos años en Colombia se han manifestado diversas iniciativas
ciudadanas que buscan velar por unas elecciones transparentes, y en las que
los ciudadanos se preocupan por ejercer su derecho al voto de una forma
responsable. Entre estas iniciativas se cuentan: el portal de internet
Votebien.com, la Misión de Observación Electoral (MOE), Trasparencia por
Colombia, y Voto Vital, entre otras. Ésta última señaló la urgencia de
estudiar varios temas que la campaña identificó como problemáticos dentro de
las motivaciones que tiene cada persona para votar. En esencia hay dos
formas de votar: por razones y por emociones; y por ello buscó que las
personas se encaminaran a las razones mas que a las emociones para
ejercer el voto, instándolos a que se informaran sobre la trayectoria política de
los candidatos, de quiénes estaban rodeados, qué propuestas hacían en su
campaña y cómo éstas beneficiaban a la sociedad en general y no solo a la
conveniencia del elector o del mismo candidato.
Tratando de buscar los mecanismos que permitieran al ciudadano hacer eco
de estas preocupaciones, se encuentra la internet como una herramienta
idónea, pues a través de la red, los partidos políticos y los ciudadanos pueden
establecer vínculos, en los que los partidos hagan públicas sus propuestas,
ideales y labores, una vez se encuentran en el poder. Al mismo tiempo que
de parte de los ciudadanos se puede acceder a estos contenidos y establecer
un dialogo con el partido, mediante el cual se pueden procesar demandas,
realizar ejercicios de “rendición de cuentas”, o evaluar las propuestas de
campaña. En este marco surge una preocupación por evaluar el estado actual
de la presencia de los partidos políticos colombianos en la red y el papel que,
tanto partidos como ciudadanos, están otorgando a esta herramienta.
El presente trabajo está guiado por el interés no solo de evaluar, sino de
producir insumos que aporten a la discusión sobre el uso de internet como
herramienta para la democracia. Mediante un análisis deductivo divido en tres
partes, comenzando por el análisis de la teoría democrática, basada en la
1
revisión de algunos autores de la filosofía y la ciencia política, mediante los
cuales se contrasta el ideal democrático con su practica en América Latina (y
en Colombia en particular); pasando a una revisión de la relación entre la
ciudadanía y los partidos políticos, como parte fundamental del
funcionamiento de la democracia, enfocándose hacia la internet, y por último,
un ejercicio de estudio sobre el caso colombiano en dicha relación, en el cual
se observará y evaluará el estado actual del fenómeno mencionado.
2
Capítulo I.
Democracia: partidos y ciudadanos. Perspectiva teórica
1.1 Ciudadanía en el contexto actual. Ideales y prácticas de la
democracia
El fenómeno de la organización política es inherente a las sociedades
humanas. En Occidente la democracia prima como el sistema sobre el cual
funciona el poder a nivel de la sociedad. En el caso de América Latina, resulta
importante el trabajo que ha desarrollado Dieter Nohlen, en particular cuando
reflexiona sobre la democracia como parte de la cultura occidental. El llamado
de este autor es a tomar en cuenta la noción de complejidad y
multidimensionalidad al caracterizar una democracia. Con esto se refiere a
hacer una lectura de la cultura, la economía, la política y las instituciones, mas
las múltiples relaciones que existen entre ellas. De este modo sentencia que
si bien la democracia liberal se entiende “como una expresión de la cultura
occidental, sería necesario añadir: de sociedades de estructura industrial, las
que han pasado el proceso de formación de un Estado-Nación” (Nohlen,2007,
p. 200), y Latinoamérica no cumple a cabalidad con estos requisitos, sin
embargo propone mas adelante “que la cultura política es en la actualidad la
variable más importante en el desarrollo de la democracia en América Latina"
(2007, p. 202). De las dos afirmaciones anteriores se puede inferir que: estos
países hacen parte de un proceso conocido como civilización occidental, pero
que a diferencia de otras regiones acá el proceso aún está en formación, sin
embargo, ya existen rasgos de democracia dentro de los cuales la cultura
política adquiere un papel relevante.
Entonces, siguiendo esta propuesta para caracterizar la democracia es
necesario volver sobre la noción de sociedad. Esta es definida como una
“agrupación natural o pactada de personas, que constituyen unidad distinta de
cada uno de sus individuos, con el fin de cumplir mediante la mutua
cooperación, todos o alguno de los fines de la vida” (Real Academia
3
Española. 2001). Esta definición vista desde el lente de las sociedades
liberales nos permite identificar elementos esenciales de la ciudadanía, entre
ellos que existe una comunión entre las partes, que en ella se generan
relaciones de poder para llegar a fines comúnmente deseados, y que cada
parte en su acción define los rasgos de una unidad mayor.
Siendo en esta sociedad donde encontramos la noción de ciudadanía,
podemos decir también que es la base sobre la cual se sustenta la
democracia, pues resalta la noción de individuo, el cual ejerce un papel activo
frente a los demás en una acción de cooperación y de construcción. Dicha
ciudadanía posee dos características esenciales tal como lo plantea Alain
Touraine (2001, p. 100): en primera instancia como complemento del poder
de orden nacional, es decir, que es funcional a la limitación de libertades para
la garantía de un orden social, y en un sentido opuesto, reivindica la libertad
del sujeto pues en la conciencia de pertenecer, tal como lo analiza este autor,
residen valores democráticos que permiten que el individuo desarrolle y se
reafirme en sus creencias sin transgredir los derechos de los otros.
La ciudadanía es, antes que nada, esa relación en la que el individuo puede
desarrollar ideas propias sobre lo que desea para él y para los demás, al
mismo tiempo que enmarca esa libertad en las reglas que garantizan la
misma posibilidad de pensar y actuar para sus semejantes. Pero esta idea de
ciudadanía, no es anterior o posterior a la democracia, más bien simultánea.
Así lo plantea Norberto Bobbio al afirmar que “la democracia no puede
prescindir de la virtud, entendida como amor a la cosa pública, pues al mismo
tiempo debe promoverla, alimentarla y fortalecerla” (2001, p. 39), es decir,
que ciudadanía y democracia se implican una a la otra y su relación es
constante en el tiempo. Del mismo modo aparece dentro del trabajo de
Nohlen y su estudio del contexto pues “la sociedad civil en América Latina
debería, en una visión de largo plazo, interesarse por mantener y aumentar la
efectividad del sistema político, por buscar soluciones que conminen a los
gobernantes a tomar en cuenta sus necesidades en relación directa con el
bien común general.” (Ortiz, 2005)
4
Se entiende hasta el momento, que la ciudadanía dentro de la democracia, se
circunscribe a un plano individual, en el que el sujeto tiene una relación con
otros y una preocupación legítima por estos, así como por el espacio en el
que se da esta interacción. Esa preocupación se traduce en acción, mediante
la comunicación entre individuos con iguales derechos y deberes, que al
mismo tiempo debe producir una acción encaminada al bienestar mutuo y en
consonancia con el bienestar general e individual, en una relación cíclica que
va de la unidad hacia la comunidad (o Estado) y viceversa.
Seguir la definición de ciudadanía que se planteó, es esencial en tanto se
requiere una explicación filosófica de la ciudadanía como una parte primordial
de la democracia, sin embargo el carácter ideal del concepto se complementa,
o en ocasiones se contradice, al ser aplicado en un contexto real; entonces
se hace un tránsito de la filosofía política a la ciencia política (y a otras
ciencias sociales) desde las cuales se realiza un análisis que busca las
consonancias y disonancias de dichas teorías con la práctica. Pues como se
afirmó anteriormente la democracia de Latinoamérica, todavía en formación,
tiene como eje fundamental la cultura política, por ser ésta donde se pueden
evidenciar mas los avances que se hacen hacia la consolidación de la
democracia.
Como un hito que se centra en el estudio de la ciudadanía en un plano real,
se encuentran los estudios de CULTURA POLÍTICA que parten de un modelo
planteado por Almond y Verba, en el que se busca estudiar la orientación de
una persona hacia la política. En relación con el planteamiento filosófico se
puede afirmar que lo que se busca es explicar por qué un individuo mediante
su pensamiento y acción busca convertirse en ciudadano, al formar parte
activa de una sociedad. Entonces se indaga por la orientación psicológica que
lleva la atención de una persona hacia la política.
La cultura política se relaciona con la ciudadanía en tanto tiene en cuenta al
sujeto como objeto de estudio antes que a las instituciones, para luego
5
situarlo en un contexto en el cual puede medir sus actitudes, conforme una
serie de estímulos y respuestas que se dan en dicho contexto, estos se dan a
partir de unas orientaciones que según los autores pueden dividirse en dos
(Almond, G. y Verba, S, 2007, p.31): según la clase de objetos y según los
modos de orientación. De las primeras y teniendo en cuenta el interés de esta
investigación, se resaltan los procesos y estructuras de entrada, y los papeles
del sujeto mismo como activo o pasivo frente a su sociedad; respecto a los
modos de orientación estos indicarían la relación del ciudadano con el partido
político, que bien puede ser de carácter afectivo o evaluativo.
Lo que esta teoría ha logrado decir sobre la ciudadanía, es que esa noción,
que nace desde la filosofía política, obedece a un plano ideal en el que todos
los individuos desarrollan la misma preocupación y el mismo rol frente a la
sociedad, pero que en la realidad la forma en que un individuo se relaciona
con la sociedad (de forma política) puede variar en su intensidad o inclusive
no estar presente, y mas allá de eso, toma en cuenta que las motivaciones
que éste tiene para asumir una ciudadanía política pueden estar inspiradas
por otras razones y no por un fin altruista o una inspiración democrática.
Citando de nuevo a Bobbio, en relación a los estudios de cultura política,
explica que incluso “en las democracias más consolidadas se asiste
impotentes al fenómeno de la apatía política” (2001, p. 40). Acá se distinguen
tres tipos de sujetos: los orientados hacia los imputs, que como se mencionó
tienen una orientación legitima a interesarse por los partidos y por los
políticos; los orientados hacia los output, que encuentran su interés por la
política en las retribuciones que puedan obtener del sistema; y por último, los
descritos por Bobbio, y que simplemente no tienen una orientación o interés
por los asuntos de la política.
Esta explicación de la cultura política, se complementa con cuatro variables
de la cultura que Nohlen resalta deben ser estudiados en América Latina:
primero la confianza, tanto en las instituciones como entre las personas; sobre
esto menciona “en América Latina, los grados de ambos tipos de confianza
6
son bajos salvo en circunstancias que existen relaciones familiares y de
amistad” (Nohlen, 2007, p.204); segundo, la lucha contra la corrupción, en
este apartado se señala como los partidos cumplen la función de oposición al
denunciar la corrupción pero en muchas ocasiones son corruptos al ejercer el
poder, lo que según el autor “impone la concepción de la política que está
profundamente enraizada en la cultura política de la gente: el provecho de lo
público por intereses privados” (2007, p 205); en tercer lugar menciona la
tolerancia que considera primordial para la formación y estabilidad de la
democracia y, por último, la capacidad de la elite política para establecer
compromisos y lograr acuerdos: “la cultura del compromiso se funda en
valores, normas y una práctica discursiva orientada al entendimiento y el
acuerdo” (2007, p.207), pero menciona que en la región prima el sistema
presidencialista sobre el cual el comportamiento de esta variable suele ser
negativo.
Ahora, llevando estos planteamientos teóricos (filosófico y científico) al plano
de la realidad y en el contexto colombiano, se encuentra que el artículo 40 de
la Constitución Política (Colombia, 2008) en su numeral primero reconoce el
derecho de los ciudadanos a elegir y ser elegidos (es decir que formalmente
se empodera al sujeto para que tome parte activa de la vida política), según la
teoría filosófica examinada es en esta acción que podría considerársele
ciudadano, mas según la teoría científica el no ejercer este derecho no le
negaría dicha calidad, sino que lo ubicaría dentro de una categoría particular,
siendo esta las más lejana al ideal de la democracia.
Si bien, en el ejercicio de dicho artículo, se reconoce un derecho y se plantea
un deber, que resultan esenciales para comprender el carácter de ciudadano,
en la misma Constitución se encuentran otros rasgos complementarios para
llegar a una completa comprensión de lo que debe ser entendido bajo la
categoría de: ciudadano. Dentro del mismo artículo 40, los numerales
segundo y tercero son fundamentales dentro del ejercicio de la ciudadanía
que acá se pretende exponer, estos se refieren al derecho (al mismo tiempo
7
que deber) a tomar parte en los mecanismos de participación y, luego, a
involucrarse con la actividad de los partidos políticos y sus ideales.
Estos principios constitucionales imprimen condiciones especiales al
ciudadano que lo caracterizan como un ser político, con una preocupación e
interés que lo involucra con la vida política de su país de una forma activa; sin
embargo, dichos principios serían más cercanos a ideales que a prácticas
reales, lo cual se puede observar en las cifras sobre abstencionismo en el
país (ANEXO 1), de la cuales se infiere que no existe, en la mayoría de la
población mayor de 18 años, un interés por hacer parte de la vida política, es
decir, de ejercer los derechos y deberes mencionados más arriba.
En esta realidad, se entiende que quien no ejerce ese derecho constitucional
que le es otorgado y que es parte fundamental de la ciudadanía, no implica
perder la condición de ciudadano, “los derechos son intereses reconocidos
que sirven para justificar la existencia de deberes, pero que no indican de
forma determinante un particular conjunto de deberes correlativos que podrían
existir” (Penner, 2002, p. 24), de tal modo que si bien se reconocen estos
derechos para todos los ciudadanos y de ellos se infiere un deber para ellos,
dicho deber no es normativo, y por ende, no ejercerlo no cuestiona la calidad
de ciudadano.
Respecto a las cuatro variables propuestas por Nohlen, indicadoras de la
cultura política, como complemento a la reflexión sobre el ejercicio de
derechos y deberes, y como condición de la formación de ciudadanos y de
democracia en Latinoamérica, llevándolas al plano colombiano, se encuentra el
estudio de capital social realizado en 2001 por el Departamento Nacional de
Planeación, dirigido por John Sudarsky (Sudarsky, 2001), en el cual se mide y
reiteran los supuestos de Nohlen en tanto: la confianza en las personas es una
de las más bajas (con respecto a otros países) con tan solo el 11%, y por
ejemplo la confianza en el Congreso y confianza en los Partidos, se ubican en
los lugares más bajos, tan solo por encima de la Guerrilla y los Paramilitares.”
(Sudarsky, 2001) (ANEXO 2), mientras que la percepción de corrupción es de 7
8
puntos sobre 9. De lo cual se puede mencionar que no solo los supuestos
planteados eran ciertos sino que el ejercicio pleno de la ciudadanía en
Colombia se encuentra aún lejano de los ideales planteados.
Retomando lo anterior se puede concluir, que la ciudadanía está ligada a
nociones de derechos y deberes que son adquiridos por la pertenencia a una
sociedad; que el ejercicio de la ciudadanía se encamina al bien común, al
mismo tiempo que al bien del sujeto, y es en la libertad de acudir a esos
deberes y derechos que reside la condición primera de la ciudadanía, pues al
hacerlo el sujeto se involucra con su sociedad y se hace a si mismo
ciudadano.
Por otra parte, la relación de los ciudadanos con los partidos políticos es
esencial, pues estos últimos son una de las vías de acceso con la que
cuentan para establecer una relación con el Estado, y procesar demandas
sobre sus intereses; tal y como se observa en el artículo ya citado de la
Constitución, el conformar partidos y hacer parte activa es un derecho que
legitima al ciudadano ante el Estado y que le permite trabajar por el desarrollo
de la sociedad por medios políticos. En el país, los partidos políticos han
tenido una evolución particular caracterizada por un bipartidismo tradicional
que se vio debilitado con el multipartidismo que se generó a partir de la
Constitución política de 1991 y que además se ha ido reconfigurando con
diversas reformas en los años recientes, tal como se analizará más adelante.
1.2 Medios de comunicación y ciudadanía en la democracia
Bajo la perspectiva de que el ciudadano se relaciona con sus semejantes en
pos de un bien común, en la lógica de la filosofía política, aparece también la
noción del espacio público, como el lugar donde se da la discusión de los
fines deseados, así como la suma de todas las acciones que se encaminan a
él. Las sociedades actuales tienes características demográficas y geográficas
según las cuales sería físicamente imposible que existiera un espacio donde
todos los ciudadanos pudieran deliberar, aparece entonces la noción de
9
representación en la democracia, tal como lo describe Norberto Bobbio:
“cuando nosotros hablamos de democracia, la primera imagen que se nos
viene a la mente es la de las elecciones” pero “para los antiguos, la imagen de
la democracia era por completo diferente: al mencionarse la democracia
pensaban en una plaza o en una asamblea” (2003, p. 402).
Sin embargo, acudir a las elecciones no resulta suficiente para la participación
de los ciudadanos en la vida política, pues la representación delega un poder
que requiere de la fiscalización y participación activa de los mismos
ciudadanos que eligen a sus representantes: “el nexo entre opinión pública y
democracia es constitutivo: la primera es fundamento sustantivo y operativo
de la segunda“ (Sartori, 1994, p. 59), es decir que el ciudadano se involucra
en la política del país mediante dos acciones: la primera es aquélla en la que
delega una cuota de poder para ser representado, y la segunda una función
más activa en la que tiene el derecho de debatir y expresarse libremente
sobre los asuntos públicos.
En este punto los medios de comunicación han sido vitales, pues se han
configurado como una nueva esfera en la cual se pueden desarrollar asuntos
públicos con una participación más o menos masiva (según el medio de
comunicación), y en los cuales la política ha ocupado un lugar importante: es
claro que los medios no son en sí el espacio público, pero en el desarrollo de
éstos se ha generado un espacio paralelo en el cual los ciudadanos pueden
verse identificados y en ocasiones llegar a incidir sobre los asuntos que allí se
tratan: “hablar de esfera pública en la nuevas condiciones mediáticas no
define un espacio intrínsecamente democrático, sino un lugar de intercambio
de experiencias de variada índole, aunque significativas en términos de la
comunicación y socialización de los asuntos que competen a cada grupo.”
(Wincour, 2002, p.98)
Continuando con la idea de que los medios son en la actualidad un lugar para
la expresión, debate y deliberación pública, de los asuntos que competen a
los ciudadanos (o grupos de ciudadanos), es también necesario comprender
10
que los distintos medios de comunicación, por sus características particulares,
desarrollan una relación distinta con los ciudadanos y su capacidad de
participar, más aun cuando se toma en cuenta que los medios de
comunicación son mayoritariamente privados y que por lo tanto, depende de
ellos mismos el grado de participación que pueden permitir. En los últimos
años con la aparición de las denominadas nuevas tecnologías de la
información y la comunicación (en adelante TIC), se han generado nuevos
espacios que escapan en alguna medida a esta lógica y que permiten una
mayor interacción entre los ciudadanos, los medios, el estado, y las ONG,
entre muchos otros actores.
Dentro de las nuevas tecnologías mencionadas, se encuentra la Internet como
una de las más difundidas y más funcional para la democracia y en particular,
para la interacción entre ciudadanos. En este contexto han surgido conceptos
como el de E-democracy, tal como se muestra en el estudio realizado por la
Naciones Unidas: United Nations e-Government Survey 2008, la definición
más apropiada para este concepto ha sido desarrollada por el gobierno
mexicano, que lo entiende como: “the continuos innovatión in the delivery of
services, citizen participation and governance trough the transformation of
external and internal relationships by the use of information technology,
especially the internet”1 (United Nations e-Government Survey, 2008). Esta
definición nos permite caracterizar internet dentro de la actividad política,
como un medio de comunicación que opera en múltiples vías sin un centro
determinado, y al que han podido acudir agentes oficiales en orden de
generar una mayor interacción con los ciudadanos de forma directa, sin la
intermediación a la que se veían sometidos por los demás medios.
Este concepto surgió alrededor de la preocupación por reducir los costos del
Estado, y en general los costos de transacción en la relación de los
ciudadanos con el gobierno. Internet se presentó en principio como una
1 la innovación continua en la prestación de servicios, participación ciudadana y gobierno a través de la trasformación de relaciones internas y externas con el uso de la tecnologías de la información, particularmente la internet.
11
herramienta idónea a partir de la cual se reducían costos en las transacciones
con los ciudadanos y además se lograba una mayor agilidad en las mismas, el
concepto empezó a evolucionar bajo tres parámetros: eficiencia, servicio
público (o servicio al ciudadano) y democracia (United Nations e-Government
Survey, 2008). Cada uno de ellos significó un mejoramiento en las relaciones
que hasta el momento se daban entre el ciudadano y el aparato estatal, y
además un nuevo papel de los medios en la política, pues ya no se centró en
las dinámicas de mercadeo electoral y gubernamental, sino que redujo costos
de transacción, mejoró la calidad de vida de los ciudadanos y además
incentivó la participación en asuntos públicos así como la interactividad entre
el gobierno y los ciudadanos.
Estos avances, se dieron gracias a la aparición del concepto de Web 2.0. Esta
señala una etapa de evolución de internet como medio de comunicación, pues
anteriormente, en él se compraba un espacio virtual donde se podía colocar
una información determinada, que podía ser consultada por cualquiera que
tuviese acceso a la red. La segunda etapa denominada: 2.0, eliminó el
carácter rígido de estos primeros sitios Web, en los que solo se publicaba
información tal como si se tratara de un diario y se empezó a generar una
serie de servicios, los espacios de internet ya no proveían información, sino
que a la vez la recolectaban y generaban una interactividad con los usuarios
de la red.
Pero la relación de internet y política no se limita al préstamo de servicios
estatales por medios virtuales hacia los ciudadanos. En el marco de la Web
2.0 se han generado herramientas de participación en las cuales los
ciudadanos tienen una incidencia directa sobre deliberaciones y debates que
se generan en la red, muchos de los cuales son de carácter político.
Superando el concepto de e-government y sugiriendo el de ciberdemocracia
(e-democracia), caracterizado por José Luís Dader (2003) al recoger el
concepto de Estafanno Rodotta de democracia continua, que plantea una
comunicación constante entre representantes y representados, aboliendo el
modelo vertical con el que se venía gestando la comunicación política y que lo
12
limitaba al momento electoral, haciendo demasiado énfasis en el marketing
político, entendido éste como “tratar como producto al candidato, al partido y
al programa que debe responder a las actitudes y expectativas de la población
interesada y que se lanzará con el propósito de obtener el máximo de
sufragios” (Salazar, 1988, p.37). Entonces, un uso óptimo del internet, pone
en relación directa a los ciudadanos con los agentes políticos,
empoderándolos y al mismo tiempo prescindiendo de los medios de
comunicación y los periodistas como único canal de comunicación entre
ambos.
Este cambio significaría una respuesta al planteamiento de Sartori quien
afirma: “la fácil victoria de lo visual sobre el pensar es un golpe devastador para
el homo sapiens. No estamos seguros de que sea una victoria ciento por ciento
completa y final; no obstante victoria sí lo es” (2003, p. 26), es decir que según
los estudios sobre nuevas tecnologías es posible superar ese estado pasivo del
ciudadano frente a la política y en el buen uso de las TIC se podrían configurar
practicas de ciudadanía con altos grados de participación política.
Teniendo todos estos planteamientos en cuenta, Dadder hace un panorama
hacia el futuro, prescribiendo la necesidad de democratizar y ampliar las
posibilidades del acceso a internet si se desea configurar a plenitud esta
democracia continua o ciberdemocracia. En este punto se hace necesario
revisar el concepto de conectividad. Esta nueva tecnología y el hecho de que
muchas actividades gubernamentales se estén desarrollando en la red ha
generado una nueva relación de inclusión y exclusión en la cual las personas
pueden ser divididas entre conectadas y no conectadas.
En Colombia según el último informe de conectividad publicado por la Comisión
de Regulación de Telecomunicaciones (Informe semestral de conectividad,
2008) hay 1.774.600 de suscriptores a internet implicando un aumento del
28,5% con respecto al informe de marzo de 2008, es decir que el número de
usuarios de Internet en el país ha aumentado aun cuando continúan siendo una
cifra bastante reducida de la población, lo que necesariamente lleva al
13
cuestionamiento de qué tan efectivas resultan las herramientas virtuales de la
ciberdemocracia para la ciudadanía en un contexto como el planteado, más
aún cuando se retoma la idea de que la ciudadanía es un categoría que se está
formando en todo momento, y que se construye en el uso que el sujeto hace de
sus derechos y deberes frente a los demás en el espacio público.
Sin embargo, no se puede rechazar la idea de que las nuevas tecnologías han
cumplido un papel en la configuración de relaciones políticas, inclusive autores
como los mencionados ponen un acento de esperanza sobre la internet como
un espacio idóneo para una democracia global, y de participación activa. Se
enfrenta entonces “una situación en la que, si bien los ideales de una
democracia participativa plena no parecen colmarse por ahora con las nuevas
tecnologías, cabría al menos una implicación mucho más eficaz y cercana en el
diálogo político por parte de un sector del público atento”. (Bernal, 2001, p. 131)
Toda esta descripción de un fenómeno global tiene plena aplicación sobre el
contexto colombiano, en la medida en que la introducción de internet al país
(y su democracia) ha avanzado de una manera más o menos igual que en
otras sociedades, tal como se esperaría dentro del contexto de la
globalización, y algunos partidos políticos han acogido estas nuevas
tecnologías como parte de sus medios de comunicación con la ciudadanía.
14
Capítulo II
Partidos políticos y ciudadanos en el ciber espacio
2.1 Comunidades virtuales y ciberpolitica
Correlacionado con el uso de internet para el ejercicio de actividades políticas,
aparece el concepto de comunidades virtuales. Las herramientas ofrecidas
por la Web 2.0, han generado un cambio en las relaciones de comunicación
en dos sentidos: primero la interacción comunicativa no requiere de una
relación cara a cara, es decir de un espacio físico en el cual se encuentren
dos a más personas: “si la interacción cotidiana está mediada por algún
dispositivo artificial tecnológico... Podemos referirnos entonces a la interacción
virtual” (Bernal, P., 2001, p.126).
En segunda instancia, se ha generado un cambio en cuanto a los medios de
comunicación social, ya que tecnologías como la radio, la televisión o las
publicaciones escritas limitaban la interacción y se convertían en emisores de
mensajes y sus audiencias en simples receptores (en mayor o menor medida
según el medio), y la interacción o la posibilidad de retroalimentación se daba
en procesos altamente complejos. La diferencia se halla ahora en que internet
permite una interacción constante entre emisores y receptores facilitando el
proceso de retroalimentación y generando una comunicación más fluida, pero
además por la complejidad inherente a las redes, cada usuario de la internet
es potencialmente un emisor y multiplicador de la información que circula por
la red, de tal forma que “internet como producto de la modernidad, se perfila
como una nueva forma de comunicación electrónica multidireccional y
horizontal, que por sus características permite establecer la diferencia con la
comunicación tradicional” ( Bernal, P., 2007, p.126).
En tal sentido se reconfigura también la forma en que los partidos políticos se
comunican con sus electores y con la ciudadanía en su conjunto, “la
generalización de la participación como estrategia de la inclusión de las
15
demandas ciudadanas en el espacio público ha provocado una trasformación
importante en el papel que desempeñaban los medios” (Wincour, 2002,
p.200), de tal modo que los partidos ya no solo deben acudir a los medios de
comunicación tradicionales para dar a conocer su labor, sino que ahora se
ven sometidos a la interactividad y además a un número infinito (o
indeterminable) de personas que, potencialmente, constituyen un medio de
comunicación en sí mismas, a las cual deben llegar y persuadir. Entonces, los
partidos, ahora deben preocuparse también por generar herramientas
virtuales atractivas y suficientes para obtener la atención de los usuarios de
Internet.
Cabe retomar acá, que internet al ser un nuevo medio ha generado
relaciones de inclusión y exclusión, tal como se vio al mencionar las cifras de
conectividad en el país, lo que reduce bastante las audiencias a las que
deben apuntar los partidos políticos en este medio. Esto a su vez implica un
trabajo mayor, pues se pasa de un mensaje masivo a una interacción casi
individual con aquellos “conectados” que accedan al partido por este medio. El
individuo frente a los medios de comunicación nunca pudo jugar un papel tan
contundente como en internet, donde el existe y actúa por su cuenta, siempre
en conciencia de su independencia: “la red no soluciona la individualidad...
simplemente internet es un puente dentro de esa dinámica social entre la
acción política de los actores sociales y la sociedad civil” (Bernal, P., 2001,
p.131). Esta es la lógica según la cual funcionan las comunidades virtuales, la
interacción de los usuarios de internet, que en el uso y reivindicación de su
individualidad, generan lazos por intereses comunes y así los convierten en
mensajes que circulan por la red y a partir de los cuales se genera un debate,
haciendo de internet una parte del espacio público.
Llegado a este punto se puede observar cómo en internet se conjugan todos
los elementos expuestos al principio, pues allí podemos identificar prácticas
de ciudadanía y de ejercicio de derechos, democracia y espacio público,
representados en relaciones virtuales. “De esta manera, la red no puede
significar un espacio más, es la encarnación de la acción política en cada vez
16
una mayor multiplicidad de espacios” (Bernal, P., 2001, p. 135), de acá que
se deba entender que Internet constituye un medio de vital importancia en el
marketing político, no solo por sus potencialidades a la hora de establecer un
diálogo con los electores, sino por que fortalece el vínculo entre las dinámicas
electorales y el ejerció pleno de derechos por parte de los ciudadanos dentro
del espacio público.
2.2 La democracia participativa: relación de los partidos políticos y el ejercicio de la ciudadanía en el sistema político
Si la internet ha generado un espacio nuevo en el que se puede desarrollar la
comunicación entre ciudadanos y partidos políticos, la relación entre estos dos
grupos en el caso colombiano, tal como se señaló con anterioridad, es frágil
poniendo en alerta el estado de la democracia. En los últimos años se ha
llamado la atención sobre el fenómeno de la “crisis de los partidos”, que
obedece a razones de diverso orden, que han sido objeto de estudio de la
ciencia social, generando un sin número de diagnósticos, algunos de los cuales
serán expuestos acá, no sin antes indicar el marco normativo al respecto, para
identificar lo que debería ser el funcionamiento óptimo de la relación
mencionada, todo a fin de entender por qué las potencialidades que ofrecen las
TIC, y en particular la internet, pueden ser un instrumento de ayuda para la
superación de dicha crisis.
De tal modo se encuentra que al igual que la ciudadanía, los partidos políticos y
su relación con los ciudadanos son definidos desde la misma Constitución.
Remitiéndonos a la Constitución Política de 1991, el título IV se dedica
enteramente a los Partidos Políticos, en particular en sus capítulos 2 y 3, en los
que se reconoce “a todos los nacionales el derecho a fundar, organizar y
desarrollar partidos y movimientos políticos, y la libertad de afiliarse a ellos o
retirarse” (Colombia, 2007) siendo esta norma donde más se evidencia la
relación fundamental de los ciudadanos con los partidos, que además adquiere
una relevancia única si se toma en cuenta que éstos en el derecho
Constitucional colombiano son considerados “materia nueva, de la cual ninguna
17
de las Constituciones anteriores se había ocupado en detalle” (Uribe, 1995,
p.135).
Esta preocupación “reciente” por los partidos políticos, la garantía de su
existencia y pluralidad, puede obedecer a la dinámica misma con la que había
funcionado el sistema político hasta finales de los años ochenta, pues en el
país se había vivido tradicionalmente un bipartidismo y una organización
política más o menos estable. Caracterizando al país pues “es en
Latinoamérica el de más larga tradición en materia de gobiernos civiles y en el
cual, al mismo tiempo, la violencia ha sido empleada persistentemente como
herramienta de acción política” (Ruiz, 2006, p.73), esta afirmación ilustra la
apreciación de un sin número de analistas y académicos, que han
responsabilizado a los partidos tradicionales (Liberal y Conservador) de haber
generado periodos de violencia en diversos momentos de la historia. Claro
está, que dentro del marco de la crisis actual, se debe resaltar que tanto la
tradición de gobiernos civiles como las violencias, son en parte consecuencia
de la gran identificación de los ciudadanos colombianos con estos dos partidos,
de acá que se empiece a hablar de crisis de los partidos a partir de los cambios
generados.
Retomando la afirmación de que Colombia, al igual que los demás países de la
región, son considerados como democracias en formación, y retomando la idea
de que la democracia es propia de las sociedades occidentales, que se
caracterizan por los procesos de industrialización (Touraine,2001) , como una
de las primeras ideas que se aceptan en este estudio, es pertinente tomar el
siglo XX como referencia para recrear la dinámica política de los partidos en
Colombia, ya que, desde finales del siglo XIX se venían formando las
condiciones para poder considerar al país como un producto de la modernidad
occidental, tales como la formación de la industria, la organización política y la
secularización de la sociedad, “dicho proceso que se extenderá a lo largo de la
primera mitad del siglo XX va a generar, a su vez, un proceso de
desplazamiento de los valores tradicionales y de la religión... por nuevos
valores de carácter más laico y moderno“ (Ocampo et al, 2008, p 181).
18
Es así, que la relación entre ambos partidos de la época, se caracteriza por la
encarnación de dichas posturas antagónicas, siendo los liberales quienes se
identificaban con esta reformulación de los valores y los conservadores los
defensores de las tradiciones y en particular de los valores católicos en el país,
“la aplicación de la oposición: liberalismo progresista expresión de los intereses
de la burguesía comerciante o industrial, y conservatismo retardatario,
expresión de los latifundistas, es en gran parte una transposición mecánica de
la situación europea de los siglos XVIII y XIX” (Tirado, A., 1997, p. 115), por lo
que se produjeron tensiones entre los partidos y sus seguidores.
Siguiendo esa idea se observa que en la primera mitad de siglo XX la
presencia en el poder por parte de liberales y conservadores fue una constante.
Dichos gobiernos se dieron en periodos de tiempo diversos y obedecían a
mandatos populares dentro del marco Constitucional del momento, llama sin
embargo la atención que al final de esta primera mitad del siglo, se haya dado
una de las mayores expresiones de violencia que ha padecido Colombia: el
periodo conocido como “La Violencia”, que surge en el año 1948 y se extiende
hasta el año 1957 (aún cuando algunos científicos sociales rastrean hasta este
periodo las razones del conflicto violento actual), periodo en el que también “la
democracia política colombiana tuvo su única interrupción con el golpe de
Estado realizado por el General Gustavo Rojas Pinilla (Tirado, A., 1997, p.120)
tratando de establecer un orden ante la grave situación de violencia que se
presentaba, y que logro disminuir con el término del gobierno militar y el paso al
Frente Nacional.
Esta nueva etapa de gobiernos civiles se caracterizó por un sistema cerrado de
bipartidismo, en el que a fin de terminar las disputas entre los seguidores de
ambos partidos, se pactó que estos se alternarían el poder por periodos de
cuatro años, “el artículo 120 de la Constitución, que establecía la alternación y
la paridad entre los dos partidos tradicionales, uno de los pilares del Frente
Nacional, fue objeto de las más duras criticas por ser considerado el causante
del carácter cerrado y excluyente del sistema político” (Ruiz, 2006, p. 17). Este
19
señalamiento es también identificado hoy en día como uno de los causantes
principales de la crisis de los partidos, pues si bien cumplió con su intención de
lograr la paz entre los partidos, generó la imposibilidad para que nuevas
fuerzas políticas surgieran y además, llevó a que la sociedad en general
sufriera un desinterés por la actividad política, pasando así de una sociedad
que llevó su interés político a la militancia más extrema, hacia una sociedad
con una cultura política débil. Situación que se intentara corregir en los años
90, con la proclamación de la nueva Constitución.
Pero además, se entiende que ese sistema sería el generador de su propio
cambio, pues ante la certeza del poder, los partidos perdieron cohesión interna,
de tal manera que empezaron a debilitarse, puesto que se generaron fracturas
al interior de ambos, desdibujándose ante la sociedad que empezó a descreer
o por lo menos a decepcionarse de éstos, “argumentos en distintos sentidos
fueron esbozados, como la incapacidad de los partidos para representar los
intereses de amplios sectores de la sociedad colombiana, el predominio de
prácticas corruptas y clientelistas con la consecuente disminución de
legitimidad del sistema” (Hoyos, 2005, p. 46) lo que necesariamente llevó al
surgimiento de nuevas fuerzas políticas, que aún no contaban con la amplitud
legal suficiente para constituirse en fuerzas con posibilidades reales de poder.
Como un eco de esta situación, se gesta la Asamblea Nacional Constituyente
de 1990 y se proclama al año siguiente una nueva Constitución, que rige hasta
hoy después de haber sido modificada en 22 ocasiones durante estos 17 años,
cambios que en el caso de referirse al sistema electoral y de partidos serán
revisados a continuación, no sin antes mencionar que los ya citados capítulos
de la Constitución Política de Colombia, buscaban resolver entre otros
problemas el de la legitimidad del sistema y la politización de la sociedad, así
introdujo “elementos de democracia participativa, permitió la creación y
participación electoral de nuevos partidos, creo la circunscripción nacional para
el Senado de la República y modifico la elección presidencial incorporando la
segunda vuelta” (Giraldo, F. 2007 , p.26).
20
Se entiende que los cambios mencionados y parte del espíritu constitucional de
esta época, intentó conjurar los problemas estructurales mediante la reforma
institucional, es decir, que se buscó el acople del marco normativo a las
necesidades sociales que se manifestaban en la cultura política de los
ciudadanos. Retornando acá al punto inicial de este capítulo en el que se
recalca la novedad que implica, el dar un carácter constitucional a los partidos y
movimientos políticos, pero mas allá de ser una innovación las implicaciones de
esto se remiten a la esencia misma de la democracia, pues se reconoce a los
partidos como vitales para el funcionamiento de la sociedad, de tal modo se
esperó retornar a una situación en la que los ciudadanos volvieran a la política
una parte de su cultura, para continuar el camino de la construcción de la
democracia, sin advertir que el problema, si bien se había identificado
correctamente, era parte de un fenómeno mayor pues “resulta inocultable que
los partidos políticos, tal como los conocemos hoy en el mundo, están en crisis.
El ciudadano no cree que tales organizaciones estén preparadas para ser
vehículos de los intereses colectivos y las califica, en consecuencia, de
altamente ilegitimas” (Ruiz, 2006, p. 93).
Entonces, si se logró entender el problema, fue diagnosticado sobre una falsa
creencia y es aquella de que la crisis de los partidos obedecía a motivos de la
coyuntura nacional, desentendiendo que los procesos culturales que se
gestaban hacían parte de una situación probablemente global, o si no por lo
menos continental, ya que en todos los países de América se repetían
procesos similares, y en el caso colombiano el bipartidismo y su agotamiento
no eran más que la expresión de esta crisis. Volviendo a lo mencionado en el
primer capítulo con el trabajo de Nohlen, se podría considerar la Constitución
de 1991 como un intento legitimo de remediar la crisis, por haber sido
concebida considerando todos los aspectos particulares del contexto. Sin
embargo, este mismo autor señala que “un cambio de mentalidad no puede ser
implementado por medidas institucionales o administrativas de forma directa.
Este proceso de cambio, animado por reformas institucionales, es un proceso
siempre amenazado en la medida en que se produce en un entorno social aún
ajeno a tal mentalidad” (2008, p.209), cabría preguntarse entonces, desde el
21
análisis de este autor, si las subsiguientes reformas a la Constitución sobre
esta materia, no resultan un intento por ratificar una metodología fallida. Así se
revisarán a continuación algunas de las reformas a la Constitución y la
legislación sobre partidos y participación política que se han dado dentro del
marco de la Constitución del 91.
2.3 Los partidos políticos en la actualidad en Colombia.
Tras la aparición de nuevos partidos, a partir de la Constitución de 1991, los
problemas que se heredaron del bipartidismo no sólo continuaron, sino que
además se transformaron con la aparición de nuevas problemáticas; si bien la
nueva Constitución había deseado una democracia amplia con condiciones
para la fundación de terceras fuerzas políticas que representaran a toda la
sociedad, este deseo llevado a la práctica generó una explosión extrema de
partidos, meramente coyunturales o sin el apoyo popular suficiente para
constituir opciones reales de poder, de este modo la crisis de representación
que en los 80 generó la crisis de los partidos, subsistió en este nuevo
escenario.
Doce años después, se formularía una de las reformas constitucionales que
más han tenido impacto sobre la vida política y el diseño institucional, pues
mediante el Acto Legislativo 01 de 2003 se rediseñó el sistema de partidos, en
el que se legisló acerca del funcionamiento interno de estos, y además tuvo
como efecto más notorio la disminución del número de partidos, lo que se hizo
evidente en las elecciones del año 2006 y 2007, “es decir que en los últimos
quince años, el sistema de partidos colombiano ha pasado de un bipartidismo
cerrado a un sistema multipartidista ponderado por una relativa vigencia del
bipartidismo” (Giraldo, F., 2007,p.131) pasando de 60 partidos y movimientos
políticos a 16 con personería jurídica después de las elecciones de 2006.
(ANEXO 3). De este modo se vio el tránsito del bipartidismo a una explosión de
creación de nuevos partidos y movimientos, hasta su regulación y moderación
mediante la adopción de un nuevo sistema.
22
Como sistema electoral se adoptó el método D´Hondt, haciendo así mas difícil
para los partidos pequeños alcanzar una votación suficiente para alcanzar una
representación y comprometiendo así su posibilidad de obtener la personería
jurídica. Las razones esenciales de este fenómeno, se encuentran en que se
exige a los partidos contar como mínimo con el 2% de los votos sufragados, en
el caso del Senado de la República, o el 50% del cuociente electoral en el caso
de las demás corporaciones (Colombia, Congreso de la República, 2003). La
inspiración de esta norma se encamina a la eliminación de partidos pequeños,
pues se afirma: “como lo manifestaron los senadores en los debates, que la
intención de este tipo de reforma es incentivar la reagrupación de los partidos y
combatir así la dispersión electoral” (Hoskin y García, et al., 2003, p. 53). Una
vez establecido este marco legal y atendiendo a las razones de su inspiración,
se hace necesario revisar cómo se ha dado la dinámica de los partidos, para
identificar cómo las medidas adoptadas han logrado o no, superar la crisis.
Ya se afirmó que el rediseño institucional no puede ser la medida única ni
principal, para atender la crisis de los partidos, pues ésta se incrusta en
dinámicas culturales que acompañan y sobrepasan el marco legal sobre el que
funciona el sistema, evidencia de esto es la poca incidencia que ha tenido el
cambio de sistema sobre la participación electoral. (ANEXO 1).
El comportamiento de los partidos debe ser medido a partir de las elecciones
de 2006 para Senado, ya que en ellas se pusieron a prueba las reformas.
Según los resultados electorales llegaron 10 partidos a conseguir un escaño,
dentro de los cuales se contaron los dos partidos tradicionales, seis de estos
partidos incluido el Partido Conservador conformaron la bancada mayoritaria al
alinearse con el gobierno, bajo el rótulo de “partidos uribistas”, mientras que la
oposición quedó en manos del tradicional Partido Liberal y de forma más
radical por parte del entonces Polo Democrático Independiente. De esta
manera se empieza a perfilar el carácter altamente diferenciado del Partido
Conservador y el Polo Democrático (partidos de referencia en este estudio por
las razones metodológicas que se exponen en el capítulo 3), pues el primero
de ellos (Partido Conservador) es un partido tradicional de derecha que
23
además en la coyuntura actual se alinea de parte del gobierno, mientras que el
segundo (Polo Democrático Alternativo) es consecuencia de la Constitución del
91 que dio una oportunidad a la izquierda de llevar su discurso al plano
electoral, y que como consecuencia de la reforma del 2003 reagrupó a todas
las tendencias de la izquierda democrática bajo una misma plataforma
ideológica.
Esta nueva configuración de los partidos, producto de las elecciones y con la
atenuante de la figura fuerte del Presidente Álvaro Uribe Vélez y la modificación
de la Constitución para hacer posible la reelección presidencial, lleva a
considerar que si bien se superó el bipartidismo de manera formal, “la crisis del
sistema de partidos se modifica de un bipartidismo disfrazado de
multipartidismo extremo a un bipartidismo mimetizado en un multipartidismo
moderado” (Ruiz, 2006. p. 79) (ANEXO 4). Esencialmente porque los partidos y
movimientos nuevos cuentan con una presencia alta de políticos que provienen
de los toldos de los partidos tradicionales.
De este modo el papel que juegan los partidos tradicionales en el escenario
político sigue siendo preponderante, aún cuando éstos no alcancen las más
altas votaciones y de hecho no hayan tenido acceso a la presidencia ni a la
alcaldía de Bogotá, en las elecciones de la última década. Así, los partidos
Conservador y Liberal, han sufrido una disminución de su votación, pero les es
suficiente para conservar una fuerza parlamentaria significativa. Además en
contraste con los liberales, el Partido Conservador no dio pie a disidencias que
generaran nuevos partidos como fuerza de apoyo al conservadurismo, “nótese
que los emigrantes del liberalismo dejan las puertas abiertas a un retorno...
Mientras que los más importantes del conservatismo quemaron puentes”,
(Gutiérrez, 2006, p. 48), es decir, que este partido enfrentó las disidencias que
inevitablemente se darían con el cambio de sistema, pero conservó su
estructura y buscó fortalecerse hacia adentro, lo que en un principio pudo no
darle beneficios, pero que posterior a la reforma y, en particular, con el apoyo
que brindaron a Álvaro Uribe les garantizó una cuota de poder en el gobierno.
24
Se entiende entonces que el juego del Partido Conservador sobre el tablero
político, posterior a la reforma política, se basa en la concentración de fuerzas y
la conservación de sus grupos de partidarios en todo el país, para asegurar
unos escaños en el Congreso que le garanticen al Partido poder entrar a
negociar una cuota burocrática; sin embargo, se evidencia una preocupación
por conservar una imagen de independencia frente al gobierno. De tal modo
para las elecciones de 2006 esta fuerza obtuvo 18 curules, siendo el segundo
partido de mayor votación (después del Partido de la U) y aumentando en 2
curules su representación (Universidad del Rosario, 2006, p.48) dentro de
quienes se encuentra el actual presidente del partido Efraín Cepeda Sarabia.
El comportamiento sui generis del Partido Conservador, le ha permitido a sus
directivas considerar que el partido está gobernando, pues aunque no sean la
principal fuerza electoral del país, si se encuentran en todas las instancias de
gobierno y en posiciones muy altas, como el Ministerio del Interior y de Justicia
que, por cuota burocrática del Presidente, ha sido en los últimos años para
militantes conservadores. Resulta anecdótico este comportamiento de los
conservadores y en particular que hayan encontrado su fortalecimiento en el
gobierno de Uribe, pues este en su primera campaña, basó parte de su éxito en
el agotamiento del gobierno conservador de Andrés Pastrana. Sin embargo, el
fenómeno de personalización de la política pudo hacer que los electores no
asociaran al ex presidente con el partido, que supo aprovechar el momento
coyuntural y su cercanía a muchas de las posiciones de Uribe para capitalizar
su posición ideológica y legitimarla ante la sociedad, “en cierta forma el
presidente le ha quitado al conservatismo sus banderas ideológicas... Como
Uribe supo enarbolar esas banderas logró conquistar el respaldo fuerte de los
conservadores” (Arias, Marzo 2006, pp. 62-63)
Teniendo en cuenta todos los postulados anteriores se concluye que el Partido
Conservador se caracteriza por: ser un partido tradicional con arraigo en
sectores muy precisos de la población, que se ha visto afectado por la
introducción de la Constitución de 1991 por disminuir su presencia en el poder,
sin embargo, se ha visto beneficiado de una forma extraña de la Reforma
25
Política del 2003, pues tiene las bases sociales suficientes para garantizar
escaños en el congreso, pudiendo negociar una cuota burocrática importante
que le da visibilidad al partido. Así se ha sostenido gracias al mantenimiento de
su base social y ha aprovechado su identificación con el gobierno para adquirir
nuevos adeptos, con la incertidumbre de si estos serán fieles al partido una vez
superado el “fenómeno Álvaro Uribe”, por lo que se han entregado a la tarea de
mostrar independencia y tratar de generar una identidad, acercándose a sus
bases y mostrando su plataforma ideológica, para garantizar su subsistencia
hacia el futuro.
En el otro extremo ideológico se encuentra el Polo Democrático Alternativo.
Este partido es consecuencia directa de la reforma política pues es “la
conjunción de dos fuerzas que venían aglutinándose en los últimos años, el
Polo Democrático Independiente y Alternativa Democrática” (Ocampo, 2006,
p.65) partidos que a su vez son fruto de la aglutinación de partidos y
movimientos como el Partido Comunista, el M-19, y el MOIR, sumados a
sectores sindicales y algunos movimientos sociales y étnicos. La unión de la
izquierda colombiana es un hecho sin registro en la historia, por lo que el
fenómeno ha sido importante, en particular por las tensiones que se han
generado en su interior.
Además, llama la atención el surgimiento de este Partido, en una coyuntura
continental, donde los gobiernos de izquierda empiezan a inundar el mapa
político de la región, además en un continente que cuenta con la presencia de
la primera potencia mundial, que por su historia es abiertamente contraria a las
ideas socialistas, así “hoy en América Latina movimiento que no plantee una
defensa consecuente y radical de la soberanía nacional, no puede
denominarse de izquierda” (Ocampo, 2006, p. 65). El Polo Democrático ha sido
consecuente con esa afirmación y ha encaminado su oposición al gobierno
Uribe, entre otros aspectos, por ser el gobierno de la región más cercano a las
políticas norteamericanas, pero más allá de eso, el partido se ha caracterizado
por ser el contradictor más radical a todas las políticas del gobierno, En cabeza
de su presidente Carlos Gaviria Díaz, (ex congresista y ex candidato
26
presidencial), es el primer partido de oposición y esto le ha garantizado una
representación en el ejecutivo, de tal forma ejercen la oposición desde el
Congreso, con un total de 10 curules, siendo la quinta fuerza en relación al
número de escaños. Además de obtener importantes votaciones en el
ejecutivo, en alcaldías y gobernaciones, dentro de las que se cuenta la Alcaldía
de Bogotá en los últimos dos periodos.
La inspiración de este partido busca la consonancia del fenómeno de
izquierdas en América Latina con la posibilidad de poder para la izquierda en
Colombia. Así “se asumió la tarea de organizar un movimiento de unidad y
convergencia, mas allá de la coyuntura electoral... el proceso de unidad de la
izquierda no ha estado exento de contradicciones ideológicas, propias de los
diversos enfoques, aunque ellos pueden ser compatibles en la diversidad sobre
la base de un programa común” (Lozano, Marzo 2006, p.45), lo fundamental
acá es que el Partido ha logrado sobrevivir, bajo la idea de unidad que se
centra en la oposición efectiva al gobierno.
Mayor unidad y fortaleza que el mismo Partido, han demostrado sus bases, que
tienen un fuerte sentido de identidad, lo que se ha reflejado en las elecciones.
La identidad generada corresponde a la fundación del Partido que mediante la
unidad definió cuatro puntos ideológicos: la defensa de la soberanía nacional,
el Estado social de derecho, un modelo económico centrado en el desarrollo
del campo y la industria, y por último, la defensa de los derechos sociales,
económicos, culturales y ambientales. (Orjuela, L.,2008, pp. 294-295) Esta
identificación también es consecuencia de que al Partido se integren fuerzas
sindicales y los tradicionales partidos de izquierda que aportaron una militancia
comprometida.
De tal modo, se entiende que se estudiarán a continuación dos partidos
radicalmente diferentes. Llamando la atención sobre un fenómeno particular, tal
como se señaló en ambos casos, estos partidos reposan fuertemente sobre
sus bases, es decir sobre el apoyo popular electoral, para garantizar su
posición de poder. Esto resultaría obvio en términos de una democracia
27
representativa, pues en ésta todos los partidos dependen del respaldo popular
para garantizar su acceso al poder; sin embargo, en el caso particular del
Partido Conservador éste depende de la tradición identitaria para poder
negociar con las nuevas fuerzas políticas y adquirir un papel protagónico dentro
de éstas; y en el caso del Polo Democrático, la fragilidad que ha llevado a que
la izquierda en el país se encontrara históricamente fragmentada, se ve hoy
contrarrestada por un sistema que los obliga a la unidad, pues la identidad y la
pertenencia que han logrado entre sus bases son las que les han garantizado
una cuota de poder como nunca antes habían visto y que los sitúa como la
primera fuerza de oposición por encima de partidos con mas trayectoria.
Introduciendo en este estudio el hecho de que son solo estos dos partidos,
quienes en la actualidad cuentan con las herramientas virtuales para establecer
un diálogo con los ciudadanos a través de internet. Así se deja el espacio para
revisar qué dinámicas se dan en estos espacios virtuales, qué demostraciones
de poder se evidencian en ellos y cómo se pueden identificar prácticas de
ciudadanía y democracia a partir de la participación en los sitios Web, en
contraste con las prácticas que han caracterizado la crisis de los partidos.
28
Capítulo III Estudio de caso: el uso de herramientas virtuales del Partido
Conservador y el Polo Democrático para la comunicación con los ciudadanos
A partir del camino trazado, se tiene ahora el estudio de caso sobre el uso de
recursos web 2.0, por parte de los partidos políticos en Colombia, ya que como
se había mencionado esta herramienta se constituye en un lazo entre partidos
y ciudadanos, que aprovechado todo su potencial establece una herramienta
para la superación de los problemas identificados y analizados en los capítulos
anteriores.
Esperar que mediante el uso exclusivo de la internet se logre la superación de
estos problemas sería pretencioso, pero no por esto se puede obviar que el
aporte de esta tecnología si puede ayudar a desarrollar y fortalecer vínculos
entre los partidos y algunos ciudadanos, además de generar espacios en las
dinámicas de rendición de cuentas y seguimiento a la gestión, que son puntos
clave identificados como ejercicios vitales de la democracia participativa. Es por
esto que se realiza el presente estudio de caso, para el que se consideró la
metodología denominada NETNOGRAFIA, cuyas características se exponen
enseguida. Y que hará énfasis en los partidos Polo Democrático Alternativo y
Conservador Colombiano, por ser estos los que en la actualidad utilizan los
recursos de web 2.0 como parte de sus herramientas de comunicación con sus
simpatizantes, tal como se mostrara en el estudio.
3.1 Metodología: La netnografia es una metodología de investigación de reciente aparición en las
Ciencias Sociales, que surge de la necesidad de realizar estudios en internet,
en particular de las comunidades virtuales, para identificar comportamientos
dentro de éstas. Basada en el modelo etnográfico, propio de la antropología, se
construye una serie de pasos y herramientas que han permitido desarrollar
estudios de comportamiento en espacios virtuales, la mayoría de ellos para
29
encontrar patrones de consumo dentro del internet, siendo una metodología de
carácter cualitativo: “la netnografia es un método de análisis del netnógrafo
para su aplicación a las comunidades virtuales en internet, más propiamente
del estudio de las vivencias que en ella se protagonizan; constituyendo un
excepcional atrio para conocer la opinión de los ciudadanos del ciberespacio
(internautas) sobre cualquier tema.” (Turpo, 2008)
El campo en el que más se ha aplicado esta metodología es el estudio de
mercados y patrones de consumo, ya que “gran parte de las comunidades
virtuales se basan en actividades de consumo, por lo que son de vital
importancia para los estrategas de marketing” (Redondas, 2008), así que los
pasos que se presentarán han sido levemente modificados en relación con la
metodología usual de la netnografia, teniendo en cuenta que acá no se trata de
una investigación de mercados, sino de relaciones políticas en la web, desde
el campo de la Ciencia Política.
Un ejercicio netnográfico, debe contar con una serie de pasos específicos a fin
de ofrecer unas conclusiones o resultados óptimos, teniendo en cuenta el tema
y objetivos de investigación y con base en el texto de Osbaldo Turpo (La
Netnografia: Un método de investigación en Internet, 2008), los pasos a seguir
son:
I. Elaborar una lista de sitios web y comunidades virtuales
susceptibles de ser estudiadas
II. Aplicar filtros de selección según criterios de investigación, que
lleven a un número manejable y suficiente de comunidades
virtuales para el estudio.
III. Determinación del periodo de tiempo sobre el cual se hará
seguimiento a cada comunidad.
IV. Recopilación de insumos para la investigación expresados en:
participación de los cibernautas en los foros de las comunidades
30
V. Creación de categorías de clasificación de los insumos, según los
objetivos y problemáticas identificadas en el desarrollo teórico.
VI. División de los insumos en cada una de las categorías de
clasificación y elaboración de estadísticas con índices de
participación en cada categoría.
VII. Evaluación cuantitativa del comportamiento de los cibernautas o
ciberciudadanos.
VIII. Elaboración de un informe final que recoge los resultados del
estudio, para generar conclusiones y sugerencias acerca del
tema investigado en relación al conjunto de la monografía.
En resumen, el estudio se desarrolla en dos fases, que deberán concluir en
una respuesta a los objetivos trazados, y encaminándose a obtener un
aprendizaje de experiencias reales, identificando fortalezas y debilidades de la
situación actual, a fin de poder generar políticas públicas o institucionales (por
parte de los partidos) en relación con el uso de la internet, por los partidos
políticos y la ciudadanía en el país.
Las fases de investigación y sus respectivos pasos se basan en el trabajo ya
citado de Turpo y se modificaron en tanto no existe en este estudio una
participación directa en la comunidad por parte del investigador, pues no se
pretende indagar acá por la favorabilidad de un consumidor hacia un producto
(como suele hacerse en los estudios netnograficos) sino a identificar relaciones
de carácter político de participación e interacción entre los partidos y los
usuarios de internet por lo que no resulta útil entrar a participar e influir sobre la
libre participación en las comunidades a investigar; en todos los demás
aspectos la metodología se mantiene intacta.
31
3.2 Desarrollo del estudio netnográfico
I. y II. Para la selección de los partidos que será la muestra de estudio, dentro
de un universo compuesto por partidos y movimientos políticos con personería
jurídica vigente para el año 2008, se elaboró un sistema de filtros sobre el cual
se determina la posibilidad de aplicar un estudio netnográfico:
Cada filtro se califica de manera positiva (+) o negativa (-), según se cumpla
con el criterio expuesto, a partir de una calificación negativa se considera que
el partido o movimiento no aplica (N/A) para los siguientes filtros, pues no
cumple con todos los requisitos para ser objeto de la investigación.
Filtro 1. Se consideran solo los sitios web propios del partido y no la presencia en la red
a través de sitios que no son los oficiales del partido o movimiento.
Filtro 2. El sitio web debe contar con por lo menos 2 de los siguientes recursos:
ENCUESTAS EN LÍNEA, FOROS, CHAT o BLOGS.
Filtro 3.
Los resultados del uso de recursos 2.0 pueden ser consultados en la misma
página y estos deben contar con una participación activa de los visitantes.
Filtro 4. La página web del partido o movimiento figura dentro del servicio prestado por
www.alexa.com y allí se permite rastrear el tráfico del sitio en un periodo
comprendido de agosto a noviembre de 2008.
Según dichos criterios se establece que de quince partidos con personería
jurídica vigente, doce cuentan con un dominio propio en la internet, sin
embargo, solo cuatro de ellos han implementado herramientas de web 2.0 para
establecer un contacto directo a través de internet con quienes visitan la
página, (anexo 5) todas estas con blogs, foros, chat y encuestas, en línea,
permitiendo que estos visitantes generen contenidos dentro de la misma. A
este punto se encuentra que los sitios web del Partido Conservador
Colombiano y el Polo Democrático Alternativo cuentan con las herramientas
mencionadas y estas se encuentran en funcionamiento, pueden ser
32
consultadas de forma abierta por cualquier visitante y evidencian la
participación activa de varios usuarios. Obedeciendo al último filtro, ambos
sitios web cuentan con un registro en Http://www.alexa.com que ofrece
información de su comportamiento de tráfico desde el mes de mayo de 2008.
Vale resaltar que en el proceso de investigación, en la fase de anteproyecto,
se había determinado que los partidos a estudiar serían el Polo Democrático
Alternativo y Liberal Colombiano, ya que estos contaban con las condiciones
necesarias para el estudio; sin embargo, al momento de aplicación del estudio
y mediante la clasificación presentada anteriormente, se encontró que el sitio
web: www.partidoliberal.org.co, presenta fallas que no permiten acceder a los
recursos de foros y chat, y por otra parte, que los partidos Conservador
Colombiano y Alas Equipo Colombia, implementaron a sus sitos de internet
herramientas de web 2.0, aunque el sitio web de Alas Equipo Colombia no
cuenta con una participación activa de usuarios en su foro.
III. En cuanto al periodo de tiempo sobre el cual se recogió la información de
los sitios web, es de un trimestre. comprendido entre el 8 de agosto y el 8 de
noviembre de 2008, por ajustarse a la elaboración del trabajo y además
coincidir con el periodo de consultas populares, durante dicho periodo de
tiempo se evaluó el tráfico de cada página mediante la herramienta ALEXA,
que es un servicio web que recoge información sobre el trafico de los sitios de
internet ubicándolos en un ranking general. Esta medición se da mediante el
registro del comportamiento de aquellos usuarios de internet que hayan
descargado en su computador Alexa toolbar, ranking que puede ser consultado
ingresando al sitio web www.alexa.com. Sobre el comportamiento de las
comunidades virtuales se recogieron todas las intervenciones encontradas en
los foros del sitio web de cada partido durante el año 2008.
IV. Los insumos obtenidos, acerca de los sitios web del Partido Conservador y
el Polo Democrático Alternativo son los siguientes:
Índices de tráfico:
33
Las cifras
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efecto de las
marchas?
(en referencia a las
marchas del 4 de
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189 2
2. CONSULTAS
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0 (N/A) (N/A)
Tabla 3. Fuente: elaboración propia, a partir de datos consultados en
Http://www.partidoconservador.org. Ingreso agosto a septiembre de 2008
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justicia y... extradita a
H.H
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2. Nueva legislatura:
¿Qué deberían
91
2 Dato aproximado, aportado por la oficina de Comunicaciones Digitales del Polo Democrático Alternativo, mediante correo electrónico del día 10 de Noviembre de 2008.
35
proponer los
congresistas del Polo?
3. Ingrid y su futuro
político
172
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el periódico Polo.
168
5. Se hundió la reforma
política. ¿... y ahora
qué?
55
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cárcel. Uribe quiere
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oposición. ¿Por qué?
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148
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Congreso, ¿Para qué?
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para Antioquia?
73
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¿Superó o pospuso la
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secuestrados... ¿Y los
otros?
56
36
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¿Qué hay detrás?
¿Una nueva
reelección?
272
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por los desplazados,
por los masacrados,
por la verdad. 6 de
marzo. Marcha por las
víctimas y contra el
paramilitarismo.
54
14. Nuevos
representantes y
gobernantes del Polo.
¿Qué espera de sus
gestiones?
115
Tabla 4. Fuente: elaboración propia, a partir de datos consultados en
Http://www.polodemocratico.net. Ingreso agosto a septiembre de 2008
V. Teniendo en cuenta las problemáticas identificadas y en correspondencia
con los objetivos de estudio, se establecieron las siguientes categorías de clasificación para las respuestas de cada tópico:
Categoría a: Aquellos que aluden a programas de gobierno y políticas
públicas.
Categoría b: Aquellos que aluden a rendición de cuentas, informes de
gestión y participación electoral.
Categoría c: Aquellos que aluden a temas coyunturales de la política
nacional o internacional.
Categoría d: Aquellos que aluden al uso de la web del partido, realizan
propaganda, o convocan a eventos.
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VII. Siguiendo los datos obtenidos desde el numeral IV, se caracteriza el uso de
la web que cada uno de los dos partidos ha hecho de su sitio en internet y
además del comportamiento de las comunidades virtuales, que se han
configurado mediante el uso que los ciudadanos hacen del sitio. Ya habiendo
señalado que solo dos partidos resultaron aptos para un análisis netnografico,
lo que evidencia de inmediato la baja participación de los partidos y
movimientos políticos colombianos por utilizar internet como medio de
comunicación con la ciudadanía; sobre los dos partidos señalados, se aplicaron
diversas mediciones que son el objeto del siguiente análisis.
En primera instancia se encuentra que el índice de tráfico es más alto para el
sitio web del Polo Democrático que se sitúa en la posición 188,747 mientras
que el del Partido Conservador se sitúa de 607,783. Estas cifras representan
el número de visitas registradas por Alexa.com a los sitios web, en los últimos
tres meses sobre el total de páginas que se registran en este servicio
electrónico, de lo que se infiere que el sitio web del Polo Democrático está
mejor posicionado como un medio de información para la ciudadanía, sin
embargo, se debe anotar que este partido ha mantenido el mismo formato de la
página desde su creación, manejando en su página principal noticias de
actualidad de la realidad nacional, mientras que el sitio del Partido Conservador
maneja otro diseño en cuya página principal se encuentran informaciones
relativas a noticias e información interna del partido. Por lo que posiblemente el
sitio web del Polo democrático sea consultado muchas veces como una fuente
de noticias y no propiamente en relación con las dinámicas del partido.
Siguiendo ese argumento, llama la atención que el sitio web del Partido
Conservador haya tenido un aumento de visitantes en los últimos 3 meses de
1,108,914, mientras que el Polo aumentó en menor medida con un 6,809 de
visitantes. Se considera positivo este comportamiento en ambos partidos,
aunque hay que observar que la estadística presentada en el Gráfico 1
evidencia que el comportamiento de ambos sitios fue más o menos constante
durante los tres meses de observación, salvo la semana correspondiente a las
elecciones del 26 de octubre, donde se observa el pico máximo de visitantes.
41
Cabría cuestionar entonces si más bien el comportamiento positivo en número
de visitas, responde a un fenómeno electoral y coyuntural, pues la última
semana de medición los tráficos retornaron a su comportamiento tradicional.
Resulta obvio que el tráfico aumente si se tiene en cuenta que ambos sitios
ofrecieron un seguimiento actualizado a los resultados de las consultas, más se
evidencia que este periodo electoral no fue aprovechado óptimamente por los
partidos para generar otros contenidos o promocionar los existentes, con el fin
de conservar algunos de estos usuarios que pueden ser nuevos o esporádicos.
Entonces esa misma coyuntura puede ser explicativa de la diferencia en
aumento de usuarios y la diferencia en el comportamiento de ambos partidos,
si se compara con la asistencia a las urnas (“Ecos de las consultas”, 2008)
donde 1.500.000 personas participaron de la consulta conservadora y 500.000
en la del Polo, lo que indica que la correspondencia entre el fenómeno electoral
y el aumento de tráfico están estrechamente relacionados, mientras que en el
caso del Polo que, si bien existe una correspondencia entre fenómeno electoral
y aumento de tráfico, no todos sus electores acuden al sitio web para
informarse.
Comunidades y ciberciudadanos Pasando de la consideración general sobre el sitio web, al análisis de las
comunidades virtuales, se evidencia una gran diferencia entre ambos partidos,
teniendo el Polo democrático un número mayor de espacios de opinión para
sus visitantes, expresados en el número de tópicos que se encuentran en los
foros, esto se acompaña de un mayor número de usuarios registrados, es decir
un tamaño mayor de la comunidad virtual, hay que tener en cuenta que para
ambos partidos se tomó el mismo periodo de tiempo para el análisis, es decir
tópicos generados en el 2008, pero el Partido Conservador no cuenta con
ningún foro anterior a este año, mientras que el foro del Polo Democrático
registra tópicos desde febrero de 2007, lo que con seguridad influye en la
consolidación de la comunidad virtual y amplitud de la misma. Ambos sitios
web requieren el registro de usuario para participar por lo que el dato sobre el
42
número de usuarios es confiable, aunque es claro que no todos los usuarios
registrados son usuarios activos del foro, lo que se evidencia en la escasa
participación en los tópicos del Partido Conservador, que solo cuenta con siete
respuestas en total (dos de ellas generadas por el moderador del foro), caso
contrario el Polo Democrático registró en los tópicos de 2008 un total de 1622
intervenciones, es decir más del doble que el número de usuarios.
Continuando con el análisis, en el numeral V se elaboraron las categorías y
variables según las cuales se obtuvieron las estadísticas del numeral siguiente,
según los objetivos y problemáticas que se abordaron en la investigación
teórica. De los resultados obtenidos se refleja la baja actividad que se genera
en la comunidad virtual del Partido Conservador, pues como se observa en el
Gráfico 2, solo cuentan con cuatro tópicos en el último año de los cuales dos
corresponden a rendición de cuentas e informes de gestión, uno a un tema
coyuntural y el otro al diseño de la web. Este último es el único que parte de la
iniciativa de un usuario distinto al del Partido, la escasez de participación en
esta comunidad impide realizar inferencias generales sobre la misma pues no
se pueden identificar tendencias hacia los tipos de temas que trata, mas allá de
que no existe ningún tópico sobre programas de gobierno y políticas públicas
(categoría a) y el mayor número de estos se encamina a la rendición de
cuentas.
Pasando a la comunidad virtual del Polo Democrático, que como se había
mencionado es mucho más activa, se encontró que existe una gran inclinación
por generar discusiones sobre la coyuntura, y ninguno sobre rendición de
cuentas o informes de gestión. Las otras dos categorías cuentan solo con dos
tópicos de discusión respectivamente, por el funcionamiento de la página el
único generador de temas es el partido mismo, y son repetidas las ocasiones
que los cibernautas reclaman nuevos temas o que se ocupen de otro tipo de
debates. Es también de anotar que ninguno de los tópicos aludió a las
consultas del 26 de octubre de 2008, al igual que en la comunidad del Partido
Conservador. Este dato comparado con el de los índices de tráfico puede llevar
a dos hipótesis: primero que los partidos desaprovecharon una época de alto
43
tráfico para articular su debate democrático con el debate en las comunidades
virtuales; o segundo, que los partidos consideraron que no existe una
correlación entre los usuarios de la comunidad virtual y los visitantes de la web
en periodo electoral. Para el primer caso se señalaría una falla de las
respectivas oficinas de comunicaciones en ambos partidos, si se considera que
fomentar un debate, anterior al momento electoral, elevaría el carácter
democrático del mismo e implicaría un capital electoral mejor informado e
involucrado con el partido; en el segundo caso, se trataría de un error
consciente de los partidos, más aún si se tiene en cuenta la relación de
elecciones y trafico demostrada en párrafos anteriores, y sobre la cual se
asume que las comunidades virtuales son también comunidades reales de
electores y en particular, de ciudadanos comprometidos con el partido de su
preferencia.
Pasando al análisis por tópicos, se encuentra que la comunidad del Partido
Conservador se relaciona con el partido y los demás cibernautas de manera
diferente según el tópico, aunque de nuevo la baja participación impide hacer
inferencias de comportamiento, sobre las cuales se caracterice a la comunidad,
más bien se puede afirmar acá que la comunidad virtual del Partido
Conservador está muy lejos de responder por completo al sentido de
comunidad, pues en ella no se genera un diálogo constante, ni se crean
relaciones de comunicación entre sus usuarios. Una parte considerable del foro
se apartó de la discusión política, pues es el tópico sobre el diseño del sitio web
el que contó con mayor número de participaciones, y un número de los
comentarios en todos los tópicos emanaron del mismo moderador, es así que
se concluye sobre esta comunidad que su estado es aún precario, no hay
evidencias de una “comunidad” como tal, aún cuando al tráfico del sitio ha
aumentado y el foro lleva un poco menos de un año en funcionamiento.
La comunidad del Polo Democrático tiene un comportamiento completamente
diferente, tal como se ve en la grafica 5, en cada uno de los tópicos se
generaron opiniones en cada una de las variables. Esto no es necesariamente
positivo si se tiene en cuenta en carácter de la variable c, sin embargo, en sólo
44
tres de los tópicos esta variable registra la medición más alta, mientras que de
forma mayoritaria los usuarios no establecen un diálogo o comunicación directa
con el partido sino que se refieren al tema de forma amplia y genérica. Solo en
uno de los tópicos el diálogo entre usuarios y, entre partido y usuarios registra
la marcación más alta, siendo éste el que responde a una pregunta directa por
las propuestas a generar en una nueva legislatura. En los otros 10 tópicos los
usuarios utilizan el espacio de la comunidad para expresar opiniones
personales y consideraciones sobre situaciones coyunturales, sin articular
éstas con el comportamiento del resto de la comunidad. De esto se puede
inferir que el sentido de comunidad acá también es débil, el diálogo es reducido
y en todos los casos se encuentran en pequeñas interacciones entre pocos
usuarios. Además de que no existe una evidencia de la participación de un
moderador por parte del Partido, salvo en el foro sobre el periódico del Polo, en
donde el Partido intervino para informar sobre los puntos de venta del mismo;
la mayoría del diálogo que se genera cae en la variable c. Es así que en los
distintos tópicos existe una tendencia a discutir y descalificar a otros usuarios
alejándose del tema central de discusión.
Lo que se evidencia en el comportamiento general es que los usuarios del foro
del Polo Democrático, encuentran un lugar para expresar sus opiniones y
probablemente de exponer sus posturas personales sobre temas concretos
ante el partido, y no ante los demás usuarios de la misma comunidad. Por
último, se señala sobre la comunidad virtual del Polo que ésta no cuenta con un
espacio de autorreferencia como lo hace el Partido Conservador con el tópico
sobre la comunidad web. Esto parecería positivo en el sentido de que todo
debate que allí se genera gira alrededor de temáticas políticas; sin embargo,
algunos de los comentarios que fueron considerados como fuera del tema
central, se referían al manejo del foro y del sitio web en general, de tal suerte
que estos podrían canalizarse a través de un tópico con la característica
señalada.
45
Conclusiones
Una vez obtenidos los resultados del estudio de caso, se pasa a considerar
cómo se ha dado esta relación entre partidos políticos y ciudadanos en la
internet, teniendo como referentes la teoría democrática y las problemáticas
expuestas en el capítulo 1, y las potencialidades que internet ofrece para un
ejercicio de dialogo entre partidos políticos y ciudadanos en el país, como
se expuso en el capítulo 2. De este modo se hace un viaje de vuelta en la
argumentación, para identificar cómo los insumos obtenidos en el estudio
de caso se articulan con los planteamientos anteriores, y se dibuja el
panorama de internet como un instrumento que ayude a conjurar las
problemáticas identificadas.
De tal modo, en primera instancia, resulta una señal de alerta que la
presencia en internet de los partidos políticos en Colombia, si bien es alta,
no se haya articulado con los avances de esta tecnología de la
comunicación, desaprovechando un nuevo espacio que podría llevar a
generar una mayor identificación de los partidos con los ciudadanos, a
través de temas como la comunicación directa entre los dos sectores, la
rendición de cuentas, los informes de gestión, y la recepción de demandas y
preocupaciones de la ciudadanía hacia el Estado, que en una situación
ideal deben ser procesados a través de los partidos. La ausencia de estos
espacios se suma a la amplia brecha de exclusión que se genera entre
conectados y no conectados, tal como se observó en el capítulo dos, el
cubrimiento de la conectividad sobre los colombianos es aún bajo, aún
cuando se evidencia un crecimiento, que puede obedecer en parte a
políticas gubernamentales (algunas de ellas con el apoyo del sector
privado) por incrementar el acceso de internet en el país; por lo que
sorprende que no existan políticas que incentiven el uso óptimo de la web
por parte de los partidos, políticas que bien podrían emanar del Estado
como políticas publicas, o de los partidos como políticas institucionales.
46
En cuanto a la generación de comunidades virtuales, como una expresión
del espacio público en la internet, se observa la debilidad de las mismas en
los partidos. Si bien los dos casos abordados en el estudio, evidencian una
situación embrionaria de lo que podría llegar a ser una relación de los
partidos con los ciudadanos en la red, estas no se han articulado a plenitud
con las problemáticas tratadas en este estudio. Es el caso del Partido
Conservador que tiene una comunidad aún en formación, con una
participación incipiente y en la cual no se evidencian intentos por encaminar
esta comunidad hacia la identificación de los cibernautas con el Partido, ni a
generar espacios democráticos de deliberación y procesamiento de
demandas. En el caso de la comunidad del Polo Democrático, esta cuenta
con una participación más activa, lo que no se traduce en su uso óptimo en
términos de soluciones a la crisis de los partidos, o la consolidación de la
democracia, pues los cibernautas que la conforman han encaminado su uso
a un espacio de opinión, la mayoría de veces coyuntural, donde no se
debate sobre el partido en sí, ni se establecen vínculos directos con el
mismo
Estos fenómenos, no pueden ser entendidos como el fracaso de internet,
como una de las herramientas que ayuden a superar los problemas entre
ciudadanos y partidos, en el camino hacia la consolidación de la
democracia, sino más bien una alerta para empezar a generar políticas
públicas e institucionales, que alienten a ciudadanía y partidos a hacer el
uso de las nuevas tecnologías, para ponerlas al servicio de la democracia.
Si bien pueden existir comunidades virtuales, que en el desarrollo de la
metodología hayan sido ignoradas, como las que se generan en algunos
medios de comunicación con presencia en internet (prensa, radio y
televisión), o las generadas en las redes sociales (por ejemplo: Facebook,
Hi5, o Myspace), se mencionaba en la introducción que en el presente
trabajo se buscaba determinar el estado del problema desde la
preocupación institucional de los partidos por utilizar las herramientas de la
web como herramienta de marketing y comunicación política, y los
resultados tal como se presentaron, indican que no existe una preocupación
47
mayor por parte de los partidos por acudir a la internet con este fin,
desaprovechando las potencialidades que este medio ofrece y que fueron
presentadas en capítulo dos.
Todo esto lleva a concluir, de manera global, que frente a la democracia
ideal, o por lo menos la consolidación de una democracia plena en el país,
que se ve afectada por una serie de problemáticas, las posibilidades de
acudir a herramientas de solución innovadoras, se han iniciado por un
camino erróneo, que ha convertido dichas herramientas en espacios de
reproducción de los mismos problemas, pues mediante su uso inadecuado
o insuficiente se termina por ampliar la brecha entre partidos y ciudadanos,
al no generar un interés de éstos por aquellos. De tal suerte que las
herramientas continúan allí intactas, con todas las posibilidades que ofrece
internet, para que gobiernos, partidos y ciudadanos acudan a ellas y en su
uso óptimo, contribuyan a avanzar en la construcción de la democracia y la
superación de sus debilidades.
48
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Anexo 1: ABSTENCIÓN ELECTORAL EN COLOMBIA3:
53
3 En Hwww.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-95980_archivo_pdf22.pdfH, recuperado 30 de agosto de 2008.
ANEXO 2: GRÁFICAS DE CULTURA POLÍTICA EN COLOMBIA,4
4 Sudarsky, J. (2003), “El capital social de Colombia: principales hallazgos”. En: Reflexiones sobre la investigación en ciencias sociales y estudios políticos. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia. pp. 208, 209.
54
55
56
ANEXO 3: PARTIDOS Y MOVIMIENTOS POLÍTICOS CON REPRESENTACIONES EN EL SENADO 2002-20065
5 Franco-Cuervo, A. Y Clavijo, B. (2007, Marzo) “Senado 2006 Impacto de la reforma político electoral” en Cuadernillos del OPE, núm. 1. Bogotá, Universidad del Rosario. PP. 47, 48
57
58
ANEXO 4: CAMBIO PROPORCIONAL EN EL SENADO Y ORÍGENES BIPARTIDISTAS DE LOS NUEVOS MOVIMIENTOS6
• Ruiz Páez, G. (2006, Diciembre) “La crisis de los partidos políticos en
Colombia”, en Dialogo Político, año XXIII, núm4. Buenos Aires, Konrad Adenauer Stiftung. pp.
59
60
61
ANEXO 5: Clasificación por filtros de los sitios Web de los partidos políticos colombianos:
UNIVERSO Filtro 1 Filtro 2 Filtro 3 Filtro 4 PARTIDO LIBERAL COLOMBIANO + + - N/A PARTIDO CONSERVADOR COLOMBIANO + + + + MOVIMIENTO APERTURA LIBERAL + - N/A N/A PARTIDO CONVERGENCIA CIUDADANA + + - N/A PARTIDO CAMBIO RADICAL COLOMBIANO
+ - N/A N/A
PARTIDO VERDE OPCION CENTRO + - N/A N/A MOVIMIENTO AUTORIDADES INDIGENAS DE COLOMBIA "AICO"
+ - N/A N/A
MOVIMIENTO ALIANZA SOCIAL INDÍGENA - N/A N/A N/A PARTIDO SOCIAL DE UNIDAD NACIONAL " PARTIDO DE LA U"
+ - N/A N/A
PARTIDO POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO
+ + + +
PARTIDO COLOMBIA DEMOCRATICA + - N/A N/A MOVIMIENTO COLOMBIA VIVA - N/A N/A N/A MOVIMIENTO ALAS-EQUIPO COLOMBIA. + + - - MOVIMIENTO NACIONAL AFROCOLOMBIANO "AFRO".
- N/A N/A N/A
MOVIMIENTO ALIANZA SOCIAL AFROCOLOMBIANA "ASA".
+ - N/A N/A
Fuente: Elaboración propia.
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