el trabajo del poeta
Post on 04-Dec-2015
223 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
Introducción
Inevitablemente los poetas desde la antigüedad estaban conscientes que la tarea que les
deparaba ya sea la técnica o la inspiración devenía en un atentado contra el lenguaje, crear
de maneras diversas una nueva realidad. No es de extrañar que Aristóteles dedique buena
parte del libro tres de su Retórica al tratamiento de las imágenes y la metáfora, muchos
siglos más tarde Antonio de Nebrija en Gramática de la Lengua Castellana abordará el
tema de figuras y metaplasmo, a sabiendas de la existencia de estas.
Lo anterior deja en relieve la importancia del tema concerniente a figuras literarias. Acorde
a las competencias que debe manejar un profesional de las letras, nos proponemos
desarrollar una serie de ejercicios para demostrar el manejo en cuanto a la teoría
circundante a los artificios que durante periodos de la historia literaria han significado las
herramientas que sobre el lenguaje se aplicaban con el fin de volver arte las palabras.
El contenido que se encuentra en las siguientes páginas está distribuido en primer lugar en
una aplicación a la construcción de metáforas, donde se procuró elaborar varias de ellas
contraponiendo elementos que sobresalen, o no, en lo cotidiano. En un apartado posterior
agrupamos oxímoron, paradoja, antítesis, señalando las características propias de cada una
de ellas, luego volvemos sobre la metáfora ahora con un poema de Bécquer rastreando
planos real y evocado.
Desarrollo
“No he descubierto nada yo,
ya todo estaba descubierto
cuando pasé por este mundo.”
Pablo Neruda
La metáfora
1. Empieza a observar todo lo que te rodea
2. Busca una metáfora para cada objeto, persona o acción que veas
3. Anota las metáforas
Computadora:
Frente a esta pantalla
ventana del abismo en nuestros corazones.
Zapatos:
Barcas hechas a la medida de mis caminos
Perro Atropellado:
Hay un dios ansioso por regresar al cielo
Viento:
Habitante de almas
las nuestras y la de los nietos
Pie:
Dios descansa en el arco de tu pie
Lentes:
Son tus lentes
paños que la arena
interpuso entre el dolor y la locura
Ojos:
En tu pupila descansan las galaxias,
galaxias del universo circundante a la fosa de olvido
en la breve roca de la memoria
Arriate Bulevar de los Próceres:
Hombres decapitados resguardan el sueño de la muchacha
Metáfora (ejercicios guión viernes 26 de septiembre)
Rima XLI
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
Gustavo Adolfo Bécquer
1. ¿Por qué el poema es metafórico? ¿Cuál es la función de la metáfora?
En primer lugar en el poema existe una abundancia de verbos copulativos, ser y estar, a eso
le siguen los pronombres tú y yo, el uso de estos verbos en específico crea una estructura
propicia para que el poeta lleve a cabo la ejecución de metáforas, el poema arranca con una
Tú eras el huracán y yo la alta / torre. La meta de la metáfora es hacer una comparación,
traer a colación lo que el poeta ve en la realidad, lo que concibe a partir del signo
lingüístico como un nuevo mundo creado por él. Partiendo de la realidad que el ser humano
percibe el escritor formula otra con base en las semejanzas de este mundo.
2.
Tú eras el huracán y yo la alta / torre
Elemento real Elemento evocado
Personas a las que hace alusión por medio
de los pronombres
Huracán en el caso de la segunda persona y
en la primera la torre
Tú eras el océano y yo la enhiesta / roca
Elemento real Elemento evocado
Personas a las que hace alusión por medio
de los pronombres
Océano en alusión a la segunda persona del
singular y roca en la primera del singular
Antítesis
1. Determine la historia del poema
2. Identifique la función de la antítesis en la construcción del sentido de la historia del
texto poético:
Livio, yo siempre fui vuestro devoto,
nunca a la fe de la amistad perjuro;
vos en amor, como en los versos, duro,
tenéis el lazo a consonantes roto.
Si vos imperceptible, si remoto,
yo blando, fácil, elegante y puro;
tan claro escribo como vos escuro:
la vega es llana e intrincado el soto.
También soy yo del ornamento amigo;
sólo en los tropos imposibles paro
y de este error mis números desligo.
En la sentencia sólida reparo,
porque dejen la pluma y el castigo
escuro el borrador y el verso claro.
Lope de Vega, Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé
Burguillos (1624), nº 147.
1. El poema aborda el problema de la discusión entre dos poetas, parece como si el autor
recalca las diferencias entre su interlocutor y él. Muestra las maneras en que cada uno
escribe “tan claro escribo como vos escuro”. En los primeros versos denota la relación que
existe entre ambos, a medida el poema avanza desarrolla ese dialogo donde explica como
son ambos mundos poéticos. Termina hablando precisamente de su quehacer, los errores
que, de acuerdo a la autocrítica, comete. Incluye en las últimas líneas las virtudes que ve
dentro de sus textos.
2. A diferencia de la paradoja y el oxímoron en la antítesis no se da una contradicción de
significados (Beristain, 1995), clasificada como un metalogismo según el grupo de Lieja
quizá por la situación de contraste en la que envuelve a los significados.
Lope de Vega mantiene la condición de negación que da la posibilidad de oposición entre
dos, esto abona a la historia del poema en cuanto desea plantear divergencias entre él y su
interlocutor, la primera vez que se hace presente esta figura: “Si vos imperceptible, si
remoto,/ yo blando, fácil, elegante y puro;” luego “tan claro escribo como vos escuro”. En
el poema del español la figura de la antítesis le sirve para crear una serie de distancias,
desembocando en la exposición de una defensa a su técnica poética.
VIVO SIN VIVIR EN MÍ
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero
Paradoja
1. Explique la función de la paradoja en el siguiente poema. ¿Para qué le sirve al yo lírico?
Lo que la paradoja desarrolla es un atentado contra la lógica al aproximar dos ideas irreconciliables
(Beristain, 1995), la función principal de esta figura literaria es crear en la estructura profunda del
significado un puente entre semas opuestos, el famoso ejemplo de Santa Teresa de Jesús que
tenemos más arriba lo deja claro al crear un absurdo en el primer verso Vivo sin vivir, en el último
verso de la estrofa, que se repite al final de todas ellas, se lee que muero porque no muero otra vez
estamos ante la presencia de una contradicción.
El yo lírico de Santa Teresa de Jesús logra sobreponer, en el devenir del poema, lo que encierran los
significantes vida y muerta, en el plano real es inútil tan solo pensar intentarlo, en el plano poético
crea una de las paradojas más hermosas dentro de la historia literaria hispánica, justo en este último
extracto de “realidad” la poeta o si se quiere el yo lírico aboga por seguir viviendo a la par que
espera la muerte como un regalo.
2. ¿Cuál es el valor significativo que produce?
En general la contradicción manifiesta un hermoso pensamiento absurdo entre los significantes
mencionados en el punto anterior, la idea vivir y que en el mismo lapso ocurra el fenómeno de
quedar deshabitado sin vivir en mí pero al mismo tiempo espera la muerte en “vida”, una de las
lecturas a las que se presta la paradoja recurrente es la de un devoto que ha entregado su vida a Dios
y vive esperando reunirse con él.
Oxímoron
Es hielo abrasador
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!
Francisco de Quevedo
1. ¿Cómo funciona este recurso en el poema de Quevedo?
El poeta combina palabras o significados incongruentes y aparentemente contradictorios
para lograr un efecto especial (Cuddon, 2013), el de sacudir la lógica del lector o de quien
escucha el poema enfrentando dos realidades distantes para hacer brotar una nueva, el
primer verso lo deja claro Es hielo abrasador, es fuego helado. Si la literatura es un juego
Quevedo nos deja claro que en su campo las reglas son llevar la palabra a un nivel donde la
abstracción implica dotar de nuevas cualidades lo que en el plano real conocemos con otras.
Ese es el objetivo del juego cambiarles el color a las palabras para que dejen de parecer lo
que antes eran, que el yo lírico ejerza un traslape en ambas palabras o significados del cual
nazca una nueva locución con los contrarios.
2. ¿Cuál es el sentido literal y cuál el nuevo sentido generado en cada uno de ellos?
Es hielo abrasador, es fuego helado: la contraposición de las locuciones hacen alusión a
un frío que quema y a un calor que es frío, esto en el sentido literal. El nuevo significado
nos hace ver por medio de la imagen un hielo que sufre las inclemencias del fuego y en el
caso del fuego lo contrario.
es herida que duele y no se siente: Aquí el plano literal nos confiere la idea de una herida
que pese a existir no implica mayores consecuencias que un dolor mínimo, pues no se
siente. En el juego poético de Quevedo el dolor ya no es causa de dolor, puede ser que sufra
tanto que es un ápice esta herida alrededor de aquello que en verdad le hace daño.
es un breve descanso muy cansado: literalmente tomamos este verso como un reposo en un
lapso corto de tiempo que resulta agotador. En un plano poético, el cual no responde a la
lógica tradicional si no a la de la realidad que intenta mostrar el escritor, este breve
descanso pesa en el cuerpo o en el espíritu; cansa, lo hace quizá porque parar mientras las
heridas no calan duele.
Es un descuido que nos da cuidado: jocosa construcción. A partir de un vistazo
morfológico a la palabra descuido y cuidado, notamos que la primera es una negación de
cuidado, entonces tenemos el contrario que produce justamente lo que intenta negar. En la
reglas que el poeta nos despliega para que entendamos su juego, el descuido siembra la
semilla del cuidado, un acontecimiento fortuito que apela a la cosecha de mayor atención.
un cobarde con nombre de valiente: literalmente, designa la situación de una persona sin
valor con un nombre de algún valeroso personaje. La poesía en el autor nos refiere a aquel
de espíritu pusilánime atormentado por sus miedos, cuya cobardía no ha podido llegar al
nombre, pero el nombre en cuanto es una forma de distinción hace las veces de traje por lo
que ele yo lírico bien podría estar diciendo que este desdichado parece valeroso, pero nada
más alejado de la realidad.
Es una libertad encarcelada: literalmente, libertad que guarda prisión. Pero, el poeta jamás
quiso quedarse en este plano simplón, la libertad, atrapada en el pecho llega ser el amor, ese
que como hielo abrasador carcome las entrañas de nuestro bardo en cuestión, encarcelada
seguramente por la censura que no permite amar.
enfermedad que crece si es curada: literalmente, mal que al ser curado no hace más que
avanzar. Volvemos a los pasos de la línea que intentamos responder arriba, apelamos de
nuevo al corazón del poeta: está enfermedad que le corroe el alma y que si es curada se
ramifica nos devuelve la idea de un amor, tormentoso a priori, pero amor al fin y al cabo.
Hipérbole
1. Identificar la presencia de hipérboles en el poema de Miguel Hernández y describe la
función que desempeña en la construcción del significado.
Como dijera Salvador Dalí “lo único de lo que el mundo no se cansará nunca es de
exagerar”, es esto precisamente de lo que se encarga la hipérbole.
Para comenzar a comprender de mejor manera el sentido de la hipérbole, necesitamos
remitirnos a su origen etimológico. El prefijo hiper deriva del griego hyper, que aparece en
palabras de origen griego como el sentido de más allá de, sobre, encima de y pasar por
encima. Según la RAE, el prefijo hiper significa superioridad o exceso, y la hipérbole
consiste en aumentar o disminuir exageradamente la verdad de aquello de lo que se habla.
Comprendiendo lo anterior, la elegía de Ramón Sijé es tremendamente hiperbólica,
cargada de elementos exagerados que ponen en manifiesto la intención del mismo autor
acerca del sentido expresado.
Los versos tanto dolor se agrupa en mi costado, /que por doler me duele hasta el
aliento, y no hay extensión más grande que mi herida tienen relación con la concepción
pragmática de hipérbole: “la hipérbole se refiere a un caso donde la descripción del
hablante es más fuerte que la que sostendría el asunto que se está describiendo” (Leech,
1983, p. 145).
En el verso siguiente y siento más tu muerte que mi vida, mantiene una relación con la
definición siguiente de hipérbole “una afirmación exagerada en gran manera, que no
pretende ser tomada de forma literal sino usada para crear un efecto de estilo como nota;
estilo literario o gramatical, etc” (Oliphat, 1928, p. 164). En este verso, la intención de Sijé
es crear un efecto de estilo ya que contrapone al mismo tiempo dos elementos, creando una
expresión cargada de subjetividad.
En los versos siguientes:
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedientas de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
En conjunto, todos los versos anteriores forman una gran expresión hiperbólica. Cada
verso se relaciona con el otro formando un sentido nuevo, exagerado y bastante estilístico.
El sentido emotivo está implícito en estos versos, ya que existe un sentimiento de anhelo,
melancolía y tristeza, deseo de volver a la vida a alguien, de volver a sentir a alguien a
cualquier costo, ahí radica la hipérbole.
Podrían ligarse estos versos con la definición siguiente “es una ponderación
desmesurada; una forma de decir aparatándonos mucho de la verdad, bien magnificándola
bien disminuyéndola” (Pujante, 2003, p. 230).
La hipérbole tiene una amplia gama de funciones dentro de los textos y en cuanto a
construcción de significado. La hipérbole cumple con la función de enfatizar, causar efecto
de estilo literario o gramatical, crear mayor intensidad o expresividad en los textos,
expresar sentimiento de manera intensa y para transmitir profundidad en la expresión.
La hipérbole afecta el plano semántico porque juega con los términos y definiciones
que están presentes en las expresiones, al disminuirlas o intensificarlas, creando así la
oportunidad de crear nuevos conceptos o significados para una palabra o expresión.
Alegoría
1. Conteste, ¿por qué el poema es altamente alegórico?
La alegoría, según la D.R.A.E, se define como “La figura que consiste en hacer patentes en
el discurso, por medio de varias metáforas consecutivas, un sentido recto y otro figurado,
ambos completos, a fin de dar a conocer una cosa expresando otra diferente.”
La alegoría en sí misma puede ser analizada desde dos puntos: el hermenéutico y el
retórico. En cuanto a hermenéutica, la alegoría se comprende como una exégesis que
comporta diversas categorías mientras que, en cuanto a retórica, se comporta como una
figura de pensamiento o metáfora continuada e ininterrumpida.
La razón por la cual es frecuente el uso de alegoría como parte de la poesía mística el
mismo San Juan en su prólogo del Cántico lo explica:
¿Quién podrá escribir lo que a las almas amorosas, donde él mora, hace entender? Y ¿quién
podrá manifestar con palabras lo que las hace sentir? Y ¿quién, finalmente, lo que las hace
desear? Cierto, nadie lo puede; cierto, ni ellas mismas por quien pasa lo pueden. Que ésta es
la causa porque con figuras, comparaciones y semejanzas antes rebosan de lo que sienten, y
de la abundancia del espíritu vierten secretos misterios, que con razones lo declaran.
Para seguir aclarando lo anterior, se plantea lo siguiente:
Pero hay una poesía más angelical, celestial y divina, que ya no parece de este mundo, ni es
posible medirla con criterios literarios (…). Confieso que me infunden religioso terror al
tocarlas. Por allí ha pasado el Espíritu de Dios, hermoseándolo y santificándolo todo (…) tal
que no es lícito dudar que el Espíritu Santo regía y gobernaba la pluma del escritor.
(Pelayo, 1881, p.45)
El poema de San Juan de la Cruz es altamente alegórico por su sentido metafórico en un
grado hiperbólico. No existe un plano real dentro del poema, nada se dice como realmente
es llamado, todo adquiere otra dimensión, todo es llamado a través de otro objeto, a través
de una realidad diferente a la que realmente es.
Se vuelve alegórico al presentar un conjunto de imágenes en una sola estrofa e incluso,
párrafo. Esta riqueza de imágenes son las que crean la metáfora continuada, de tal manera
que se crea un lenguaje altamente figurado.
La noche puede interpretarse como la alegoría de la fe, la situación en la que el alma va
a realizar el itinerario místico. Una noche que será sensitiva (con los apetitos y las
pasiones), de fe (donde el alma ha de nutrirse de las virtudes teologales para purificar las
potencias del alma).
Estas relaciones entre imágenes que se prolongan a lo largo de todo el poema son la
muestra más patente de alegoría en el texto de San Juan de la Cruz.
La poesía de San Juan de la Cruz adquiere un sentido alegórico simplemente por ser
poesía mística, tal como el poema analizado.
El hecho de que el punto central de esta poesía sugiere un encuentro con Dios, del alma
con Dios, del hombre con Dios, del pecador con Dios, supone un lenguaje sobrenatural, lo
cual lleva un sentido metafórico y a la vez, al ser continuado, un sentido por ende alegórico.
Además, se destaca la función del signo en el plano alegórico de este poema. Son los
criterios estéticos relativos a la operatividad simbólica los que, a nuestro juicio, permiten
esta proyección de la experiencia mística sobre los poemas en los términos que hemos
referido.
2. ¿Cómo funciona este recurso semántico?
La alegoría se puede expresar como un recurso icónico, ya que los símbolos son los que
determinan la representación de las ideas dentro de este.
Es propio del ser humano y es propiamente lo que le distingue del resto de los seres, la
capacidad simbolizadora, con las particularidades de expresar concepciones personales, y
cargar de simbolismos a los hechos o elementos cotidianos, además de representar lo
inmaterial.
Este recurso funciona desde el punto de vista semántico, es decir, se refiere o alude a los
significados que se le pueden atribuir a un símbolo o signo. Se puede decir que esta figura
literaria contiene un plano ampliamente subjetivo, ya que existe la posibilidad de
significados para cada persona o circunstancia en la que se dé el signo.
“allegory says one thing and means another” (Levin, 1981, p. 23).
Funciona en el sentido de que los significados van en una especie de cadena, unos con
otros, creando imágenes, conceptos, ideas, pensamientos y por ende, metáforas.
Estas metáforas son las portadoras de significados y al ir de una manera ininterrumpida
funcionan creando un lenguaje figurado, totalmente alejado de la literalidad.
3. ¿Cuál es el sentido literal y cuál es el sentido simbólico?
Cuando se habla de sentido literal y sentido simbólico, podría aludirse al sentido denotativo
y el sentido connotativo.
Cuando se habla de sistema denotativo, se hace referencia a los signos cuyos
significantes remiten a un significado que proporciona un sentido lógico, según Jakobson,
referencial.
Gráficamente, este sistema podría representarse de la siguiente manera:
Significado
Significante
Sistema denotativo o
signo denotativo
El sentido literal puede ser interpretado como un sistema denotativo, ya que a cada
significante se le es atribuido un significado, resultando un convenio lógico y referencial.
En cambio, el sistema connotativo es aquel cuyo plano de expresión está, él también,
constituido por un sistema de significación. Es decir, es un signo que tiene su propio
significado no lógico y altamente subjetivo.
Gráficamente podría representarse de la siguiente manera:
Este sistema es atribuible al sentido simbólico, ya que crea su propia significación para
un símbolo concreto y no se queda solamente con la percepción de signo habitual, como es
en el caso de sentido literal. Es aquí donde la función y el sentido de la alegoría adquieren
sentido, ya que la metáfora recrea este lenguaje connotativo no convencional sino más bien,
personal. Cada metáfora representa un estado cognoscitivo del autor, lo que él quiso
expresar y la manera en la que él quiso expresarlo. Es aquí donde la connotación se
manifiesta y cobra sentido.
Significado
Significado
Significante
Significante
Sistema denotativo o signo denotativo
Sistema connotativo o signo connotativo
En el poema de San Juan de la Cruz, el plano literal se deja invadir por el plano simbólico.
Se muestra el encuentro entre la representación de la amada y el amado como alegoría
del encuentro entre el alma y Dios. Lo anterior se demuestra en los versos siguientes:
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
Amada en el amado trasformada!
El encuentro del alma con Dios es tan fuerte que, el alma se deja transformar por este, es
el intenso amor el que los une. Es evidente que literalmente se habla sobre la amada y el
amado, pero simbólicamente se habla del alma envuelta en el encuentro cercano con Dios.
Es aquí donde se funden ambos sentidos y se da la alegoría.
Podría decirse entonces, que el sentido literal da como consecuencia el sentido
simbólico, aunque esto no en el sentido estricto de la palabra y por ende, con la admisión de
excepciones.
En los versos siguientes:
En mi pecho florido.
que entero para él solo se
guardaba,
allí quedó dormido.
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire
daba.
En estos versos se puede diferenciar claramente el sentido literal del sentido simbólico.
En el sentido literal, los versos anteriores parecen un encuentro cercano entre el amado y la
amada, mientras que en el sentido simbólico, esto representa una personificación porque se
le atribuye al alma características o acciones atribuidas únicamente a los seres humanos. De
aquí parte la importancia entre ambos sentidos.
Conclusión
La importancia de las figuras literarias a lo largo de la historia de las letras es
imprescindible. Son ellas las responsables de la llamada literatura, de crearla, de
mantenerla, de hacerla palpable, vigente y siempre ella.
Hemos intentado realizar un trabajo que deje en evidencia lo anterior, brindando un
recorrido por las principales y más usuales figuras dentro del lenguaje literario como del
lenguaje cotidiano, sabiendo lo importantes que son en este campo de igual manera.
Dando como resultado un análisis en forma y fondo de los ejemplos propuestos, teniendo
en cuenta las funciones y características de cada una de ellas.
En síntesis, se reiteró lo que a lo largo de nuestros estudios se viene afirmando una y otra
vez: la grandiosa manifestación literaria que se puede derivar del uso de las figuras
retóricas en la creación poética.
Hemos atravesado por un trayecto lleno de aprendizaje, que desemboca en la comprobación
total de la incalculable riqueza que se posee con estos recursos estilísticos, semánticos,
retóricos, hermenéuticos, etc.
Así como a lo largo de los años se ha descubierto, así como nosotros lo hemos descubierto
al realizar este trabajo y como seguramente se seguirá descubriendo en lo que queda de
historia, las figuras retóricas seguirán formando parte indiscutible e inmutable de la
literatura, del lenguaje, del habla cotidiana y del estudio del signo lingüístico en general.
Bibliografía
- Beristáin, Helena. (1995). Diccionario de Retórica y Poética. México: Editorial
Porrúa.
- Cuddon, J. A. (2013). A Dictionary of Literary Terms and Literary Theory. New
York: Wiley — Blackwell
- Gómez, Diego. 1984. Apuntes para una lingüística de la metáfora. Revista de
Filología y su Didáctic. N° 7. Pág. #29.
- Pujante, David: Manual de retórica. Editorial Castalia Madrid 2003, pág. 230.
- Oliphant, L.: A General certifícate English course. Ed. Cassell and Company
Limited. London 1928 pág. 164.
- Geoffrey, Leech.: A linguistic Guide to English Poetry. London Longman, Green
1969 pág. 167.
- Munther, Wamidh. 2010. Aspectos semánticos de la hipérbole en algunos textos
árabes traducidos al castellano. Granada.
- Zafra, Juan. 2006. Alegoría y metafísica. El problema de la Alegoría en San Juan
de la Cruz. Granada.
top related