el proyecto de mi vida (volumen independiente) (spanish
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Índice
PortadaSinopsisPortadillaDedicatoriaCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17Capítulo18Capítulo19Capítulo20
Capítulo21Capítulo22Capítulo23Capítulo24Capítulo25Capítulo26Capítulo27Capítulo28Capítulo29Capítulo30Capítulo31Capítulo32Capítulo33Capítulo34Capítulo35Capítulo36Capítulo37Capítulo38Capítulo39Capítulo40Capítulo41Capítulo42Capítulo43Capítulo44Capítulo45Capítulo46Capítulo47Capítulo48Capítulo49Capítulo50Capítulo51Capítulo52Capítulo53Capítulo54
Capítulo55Capítulo56Capítulo57Capítulo58Capítulo59Capítulo60Capítulo61Capítulo62EpílogoReferenciasalascancionesBiografíaCréditos
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Sinopsis
Branon Sivon, dueño del prestigioso bufete de abogados Sivon-Cardigan deNuevaYork,adoraasuhija,Sharon,aquienhaidopreparandodesdepequeñapara que se haga cargo del negocio familiar cuando él falte. Sin embargo,Branonfallece inesperadamente,ySharon, lejosdesentirsecapazde tomar lasriendasdelbufete,debeafrontarotrodurorevéscuandoencuentraunaantiguafotosuyajuntoaunaniñaqueseleparecemucho.
Todas sus sospechas quedan resueltas cuando descubre una caja con undiario y los recibos bancarios de unos ingresos que su padre había estadohaciendoaunaentidaddesdelamismafechaenlaqueellanació.Deestemodoaveriguaqueellaesadoptadayquelaotraniñaessuhermana.
Anibal, su prometido, intenta que la noticia no salga a la luz, ya que si elgabinete jurídico para el que trabaja se entera de que Sharon no es la hijabiológicadelmagnateBranonSivonydeAdelaCardigan,todassusaspiracionespolíticasseiránaltraste.PeroSharonnecesitarespuestas,porloqueiniciaráunviajeduranteelque,ademásdereencontrarseconsuhermanamellizayconsusotrosdoshermanos,conoceráaunhombrequeleharácreerenlaúltimapalabraquesupadrelesusurróaloídoantesdemorir.
Elproyectodemivida
MeganMaxwell
Esencia/Planeta
ParamisGuerrerasyGuerreros.Porquelascosasbuenaslleganalosquesabenesperar;
lasmejores,alosquenoserinden,ylasextraordinariasalosqueluchanporsusproyectos.
Nuncaosconforméisconloquenecesitáis.Luchadporloqueosmerecéis,porqueloúnicoimposible
esaquelloquenointentáis.Y,porúltimo,peromuy...muyimportante,
comodijosabiamenteFridaKahlo:enamóratedeti,delaviday,luego,dequientúquieras.
Milbesotes,
MEGAN
Capítulo1
Chicago,25dediciembrede1986
UngritoagónicocortóelaireenelhumildebarriodeEnglewood.Desirée López estaba de parto, y cada segundo que pasaba éste se
complicabaporlallegadadedosbebés.Durante horas, acompañadaporGina, su amigay compañera de trabajo, y
por unamujer que hacía las veces dematrona,Desirée dio a luz sufriendo loindecible, hasta que por fin dos pequeñas niñas llegaron almundo llorando atodorabiar.
Ginaobservóalaschiquitinascongestodeternura.Aquellasdosmuñequitaseranlasniñasmáspequeñitas,lindasydulcesquehabíavistoenlavida.
—Son preciosas, Desirée —murmuró tras dejar a una de ellas sobre elcolchón—.Tusmellizassonpreciosas.
Lamadre lasmiró.Noeransusprimerashijas.Anteriormentehabía tenidounvarónquemurióalospocosdíasdenacer;suspirandosiseó:
—¡Demasiadopequeñas!Gina volvió a mirar a las criaturas: sus dulces rostros, sus morritos
chiquititos, todo en ellas era maravilloso; entonces la mujer que estabaterminandodeatenderaDesiréeindicó:
—Hevistoqueunadelasniñastieneelpiederechoequinovaro.Aloíreso,Ginavolvióamiraralaspequeñasy,cuandovioelpiececitode
unadeellastorcidohaciadentro,preguntó:—¿Quéesloquehaocurrido?Mientrasterminabadecoseralamadre,laparteraexplicó:
—El pie equinovaro, o zambo, es una deformidad congénita. Deberíasllevarlaloantesposibleaunhospitalparaqueselomiren.Enocasionesesdefácilsolución.
Desiréeresoplómolesta—«¡Jodidaniña!»—,yrespondiócongestohosco:—Nohaydinero.Contodarapidez,Ginalamiróymurmuró:—Desirée, ¡no digas eso! Yo puedo prestarte lo que tengo, no esmucho,
pero...—Hedichoqueno—sentenció.La partera yGina intercambiaron unamirada. Estaba visto que el instinto
maternaldeaquéllabrillabaporsuausencia.—Cuantoanteslemirenelpiealapequeña—añadiólamujer—,habrámás
probabilidadesdeobtenerbuenosresultados.Sinohacesnada,esaniñacreceráynolequedarámásremedioquecaminarapoyandolacaraexternadelpie,nolaplanta.
Desiréenodijonada,ylaparterainsistió:—Si la ve un buen especialista le colocará varios yesos correctivos. Sus
huesecitos elásticos aún puedenmodelarse, y con un tratamiento progresivo yposteriormente unas botitas ortopédicas hasta que tenga unos cuatro o cincoañitos,supiepuedeserprácticamentenormal.
Gina tomónotamental de todo loque lamujerdecía.SiDesiréenohacíanadapor laniña,ni supadre tampoco, loharíaella.No ibaapermitirqueesacriaturatuvieraunamalavidaporculpadesusprogenitores.
Ensilencio,lamatronaterminóeltrabajoparaelquehabíasidocontratada.Luego,Ginaleentregóeldineroestipuladoyaquélla,sacándoseunatarjetadelacartera,selamostróaunacalladaDesirée.
—Ve a esta dirección—le dijo—. Ahí te ayudarán con la crianza de laspequeñas.
Desirée no cogió la tarjeta, peroGina sí, y cuando lamujer semarchó, lamadredelaspequeñaspidió,dirigiéndoseasuamiga:
—Acércameelteléfono.Ginahizoloquelepedía,ycuandoaquéllacomenzóamarcarlosnúmeros,
murmurósentándosejuntoalaspequeñitas,quedormían:—Tranquilas,quelatíaGinaestáaquíparacuidaros.
Desirée,queapenas sihabíaprestadoatencióna losbebésquehorasantesestabanensuvientre,mirabaalfrentecongestohoscocuandooyólavozdeunhombrealotroladodelteléfono,ydijo:
—Tushijasyaestánaquí.Quieromidinero.BranonSivon,unfamosoyadineradohombredenegocios,dueñodeSivon
&Cardigan,elmayorbufetedeabogadosdeNuevaYorkyChicago,preguntósorprendidoaloírla:
—¡¿Hijas?!Desirée resopló. La primera sorprendida en aquel doble nacimiento había
sidoella.—Sí—afirmó—.Hansidodos.Quieroeldobledelopactado.Branoncomenzóasudar.Cuandosehabíaenteradodequelaprostitutaconlaqueseveíasiempreque
ibaaChicagoestabaembarazadadeél,viounamaneradetenersupropiohijo,pero ahora, pensando en la última conversación que había mantenido con sucomplicadamujer,susurró,aúnsorprendido:
—¿Dosniñas?DesiréemiróasuamigaGina,quecongestodedulzuracontemplabaa las
niñas,yrespondió:—Sí,dos.¿Estástontoosordo?Branon suspiró. Desirée, aquella mujer latina, era buena y ardiente en la
cama,perocomopersonadejabamuchoquedesear.Entonces,reponiéndosedelasorpresainicial,leaseguróantesdecolgar:
—Tellamaréenlaspróximashoras.Unavezquehubodichoeso,Desiréeoyócómoélcortabalacomunicación
y,enfadada,bramóalcolgarelteléfono:—¡Malditohijodeperraadinerado!Comomedejecolgadaconlasmocosas,
lomato.Gina,quehabíaescuchadolaconversaciónensilencio,selevantódedonde
estaba,sesentóenlacamadesuamigaydijomirándola:—Desirée,sontushijas.Furiosa,ellaseretiróelpelodelacaraysiseó:—Yonoqueríatenerlasy...¡menosdos!—Desirée...
Laaludidaresoplódoloriday,recordandoeltratoquehabíahechoconaquelhombre,indicó:
—Sihellevadoelembarazoatérminoesporeldineroqueesosricachonesmevanapagar.Yesperoque,alserdosniñas,seaeldoble.
Apenada, Gina miró a las pequeñas, que dormían plácidamente a escasoscentímetros, y con el corazón roto por la frialdad que su amiga mostraba,insistió:
—¿Deverdadquieresqueselaslleven?Desiréeasintió.Suvidaenelprostíbuloeraincompatibleconlamaternidad.—Sí—afirmó—.Noquierocargas.—Pero,Desirée...—Gina—lacortóella—.¿Cómopuedessiquieraplantearquemequedecon
esasmocosas?—Porquesontushijas.Ella sonrió con amargura.Ladramáticapérdidade suprimerhijo lahabía
dejado sin sentimientos; movió la cabeza e iba a responder cuando Ginaprosiguió:
—Estasniñassoncarnedetucarne,ysitúquisieras...—Peronoquiero—sentencióDesirée.Dichoeso,setumbóenlacamaysearropóconlamanta.Estabaagotaday
dolorida,porloque,mirandoasuamiga,dijo:—Yahora,siquieresayudarme,ocúpatedeellasmientrasyodescanso.Ginanodijomás.LafrialdaddeDesiréecontodoelmundoenocasioneseraexasperante.Porloquesabíadeella,suvidanohabíasidofácil.Madrealcohólica,padre
drogadictoy,necesitadadeuntecho,alosdieciochoañoscomenzóatrabajarenunprostíbulodelquenuncahabíaconseguidosalir.
Cuando aquélla cerró los ojos, Gina se ocupó de las pequeñas. Eran tanbonitas...Y,dándoleselamorquesemerecían,lascuidóylasmimócomosidesuspropiashijassetratara.
Capítulo2
Atlanta,25dediciembrede1986
BranonSivonresoplótrascolgarelteléfono.Saberquehabíanacidoelbebéloalegraba,lollenabadesatisfacción,peroel
contrato firmado con su complicadamujermeses atrás sólo incluía un hijo, yhabíannacidodosniñas.¡Dos!
¿CómoseloibaatomarAdele?Branonsiemprehabíaqueridoserpadre.Tenersuspropioshijosconlosque
compartirelfrutodeltrabajodesuabuelo,desupadreyahoradeélerasugranmeta.
Llevaba casado con Adele Cardigan la friolera de veinte años. Unmatrimonioqueélhabíacomenzadoconesperanzayamor,peroqueconelpasodeltiempolohabíadecepcionado,apesardeloenamoradoquehabíaestadodeAdele.LainsatisfechaAdele.
En un principio, ella se había negado a casarse. Estaba enamorada de unguapoabogado llamadoSteven,alque legustabaeldineromásqueella.ParaSteven,casarseconlaricaherederadelosCardiganerasugranambición.
Pero,traselsegundoabortoprovocadoporlajovenparaevitarelescándalosocial, sus padres le dieron un ultimátum: o se casaba con el rico herederoBranonSivon,seolvidabadeltalStevenycambiabasuactitudantelavida,oladesheredaban.
Branon yAdele se reunieron en privado para hablar. Él estaba colado porelladesdequelahabíavistoenunafiestaquesuspadreshabíanorganizadodosañosantes.Erapreciosa.Maravillosa.Eraverlaysentirquetodoéltemblabade
emoción, por lo que, deseosode conseguir que con el pasodel tiempo ella seenamoraradeél,hizountratoconlajoven.Si,pasadosdosaños,entreellosnosurgíaalgoespecial,leconcederíaeldivorcio.
Adelelopensó.Ellaqueríaser lamujerdeStevenWhitaker,nodeBranonSivon, pero cuando lo habló con su ambicioso amante, éste, al ver que si ladesheredabandenadaleserviríaestarconella,laanimóacontraermatrimoniocon aquél. Una vez casados se divorciarían y ella se llevaría su parte. Adeleaceptó.LoquedijeraSteveneraloquevalía.
Perolospadresdelosmuchachos,queeranperrosviejos,diezminutosantesdelenlaceenlacatedraldeSanPatricio,enlaQuintaAvenida,losreunieronenlasacristíayleshicieronfirmarundocumentoenelquequedabaclaroqueundivorcioentreellossupondríalapérdidainmediatadelbufeteSivon&Cardigan,yéstepasaríaamanosdeunasociedad.AdeleyBranonsevieronacorraladospor sus progenitores y, apurados por el momento, el desconcierto y laincertidumbre,lofirmaron.Noquedabaotra.
Y así fue como Sivon&Cardigan, gracias al trabajo y la constancia deBranon,seconvirtióenelbufetedeabogadosmásreputadodeNuevaYork,enelquetodoelmundoqueríatrabajaroserrepresentado.
Duranteaños,lahistoriadesumujerconStevenWhitakerlovolvióloco.ÉlqueríaaAdele, laamaba,peropormásqueintentabademostrárselo,erainútil.Ellanilomiraba.
Branonsufríaporloquesabía,algoqueStevenyAdeleescondíanaojosdelmundo.Nadieestabaal corriente.Nadie lo sospechaba siquiera.Pero,despuésdepillarlosenvariasocasionesensupropiacasaenactitudmásquecariñosa,unatardeperdiólapacienciayselanzócontraelmalditoWhitaker.
EseactolesaliócaroaBranonSivon.StevenWhitaker,unhombreambiciosoysinsentimientos,paramanteneren
silencioelnombredequienlehabíapuestoelojomorado,decidióchantajearlo.Sinolepagabaunacantidaddedineroindecente,todoNuevaYorksabríadesulíoconlainestableAdele.
Sindudarlo,Branonpagó.Ylohizo,másqueporsupropiobeneficio,poreldesumujer,puestoqueaquellolahabríahundido.
¿CómopodíaestarAdeletanenamoradadeaquelsinvergüenza?Branonintentórazonarconelladuranteaños,hablar,dialogar,perodenada
le sirvió. Sumujer estaba totalmente enganchada a aquel tipo y a unos viciosnada sanos.Después, en vista de que nada podía hacer,Branon finalmente sehizo a un lado y lo dio por imposible. Y, como necesitaba desahogarse conalguien más, además de su buen amigo Manuel, comenzó a escribir sussentimientosenuncuaderno.
Estoyperdido,perotambiénestoydispuestoaencontrarme.Adele,lamujeralaqueamo,nomequiere,nimenecesita.Suamor,sussonrisas,suscariciasson
para el sinvergüenza de Steven Whitaker, un hombre codicioso que sólo la utiliza en su propiobeneficioyqueestoysegurodequeeldíaquenolanecesitelaecharádesuladocomoelqueechaunpapelalabasura.
ABranonloayudabaescribirensoledad.Loayudabaaasumirqueélhabía
perdidoaquellapartidaconsumujeryStevenhabíaganado.Conelpasode losaños,Adeleyél aprendieronaconvivir sinmolestarse,
aunque de vez en cuando se encontraban sin ninguna pasión en la cama. Noobstante,habíaalgoquenodejabaviviraBranon.Éldeseabatenerhijos,unoshijosalosquequerer,mimarycuidar.AlgoenloqueAdelenoestabadispuestaaclaudicar.
Duranteaños,Branonesperólallegadadeaquelbebé.Quizá,enalgunodesus esporádicos encuentros sin pasión y a oscuras, elmilagro se obrase, hastaqueAdelesehizounaspruebasmédicasyéstasrevelaronque, traslosabortossufridosañosatrás,nopodíatenerdescendencia.
El día que se enteró de la noticia fue uno de los más felices para Adele.Aquéllaerasumaneraderebelarsecontrasuspadres,sussuegrosysumarido.Porobligación,habíatenidoquecasarseconaquélynoconSteven,yahoraellanoibaadarlesesoquetantoquerían,unheredero.
Lanoticia,encambio,hundióaBranon.Aquellosignificabaque,ademásdetenerelcorazónvacío,nuncapodríalegarasudescendienteaquelloporloquesedejabalapieltodoslosdías,comoanteshabíanhechosusantepasados.
Abrumadoporelanhelodetenerunhijo,hablóconAdelesobrelaadopción.¿Por qué no? Había niños en el mundo que necesitaban padres, como élnecesitabaunhijo.
Peroellasenegó.Noqueríaniñosensuvida,ymenosquenadiesupieraquenopodíatenerdescendencia.Antelosojosdetodoelmundo,BranonyAdelesemostraban como unmatrimonio más o menos compenetrado. Se rodeaban de
gente adinerada, poderosa e influyente, haciéndoles creer que ambos eran unequiposólido.Peronadamáslejosdelarealidad.
En uno de los viajes de Branon a la sucursal del bufete que tenían enChicago, seenteródequeDesiréeLópez, laespectacularprostitutacon laquesolíaversecuandoviajaba,estabaembarazada,ylaspruebasqueellalepresentólehicieronsaberqueéleraelpadre.
En un principio Branon se sorprendió, pero de pronto pensó que aquelembarazopodíasersusolución.HablóconDesiréeylepropusountratoquelaprostitutaaceptósindudarlo.Despuéstrazóunplansinimportarleloquepodríapensarsumujery,confrialdadydeterminación,preparósuataque.
Si sumujer no quería hacerlo padre, él ya había encontrado lamanera deserlo.
Consciente del amor de Adele por la botella, la cocaína y Steven, que sehabía casado con prisas con la hija de un poderoso magnate del petróleo deTexas,recabótodalainformaciónquepudosobreaquéllos,yensubúsquedaseencontróconalgoquenoesperaba.
Además de estar con Adele y su mujer, Winona, Steven asistía a ciertasfiestas privadas donde el sexo, el descontrol y la lujuria eran el ingredienteprincipal, sin importar si eras hombre o mujer. Por eso, y comprendiendo laimportanciadeaquello,recabóinformaciónatravésdesuinvestigadorprivado,WillSomerville.
ElembarazodeDesiréesiguióadelante,yunatardedejunioBranonlepusolascartassobrelamesaaAdeleacercadelbebé.Comoeradeesperar,lamujerpusoelgritoenelcielo.
¡¿Hijos?!¿Elvástagodeunaprostitutaysumarido?Aquello era un enorme despropósito, ymás cuando Branon le indicó que
haríancreeratodoelmundoqueesebebéerahijosuyo.Adelesenegó.Nuncaloaceptaría.PeroentoncesBranoncontraatacóyleenseñótodoloquehabíaaveriguado
sobreSteven,asegurándolequeoaceptabaaeseniño,oesainformacióncorreríacomo la pólvora y él se encargaría de que Steven creyera que todo lo habíafiltradoella.
Adelemaldijo.AmabalocamenteaStevenWhitakere,hicieraloquehiciese,
seloperdonaba.Lonecesitaba.Días después, Branon preparó un contrato privado en el que su mujer
aceptabalaadopcióndeunhijocomosifuerasuyopropio,dabaigualquefueraniñooniña.Acambio,él leentregaría todoelmaterialquehabía recabadodeSteven.
Furiosayenfadadaporello,Adeleexigióañadirunacláusulaaesecontrato:Branonnunca le impondría otro hijo; si lo hacía, ella se quedaría con toda sufortuna,incluidoelhijoadoptado.YlomismopasaríasilanoticiadeStevenodelaadopciónsalíanalaluz.
Sin dudarlo,Branon aceptó. Él nunca diría nada, y con un hijo le bastabaparaserfeliz.JamásdejaríaaesebebéenlasmalasmanosdeAdele.Nunca.
Unavezqueambosfirmaronaqueldocumentoprivadoquelosmarcaríaparaelrestodesusvidas,BranonleentregótodoelmaterialqueteníasobreSteven.Inmediatamente, trasladaron su residencia de Nueva York a Atlanta. Debíanalejarsedetodosaquellosaquienesconocíanparaqueasuvueltaaceptaranelengañodelbebé.
EnAtlanta,Adele vivió recluida en una casa durantemeses.Debíanhacercreíblesuembarazo.YBranon,angustiado,matabalashorasescribiendoensucuaderno:
En ocasiones, la soledad puede conmigo, pero mi corazón se desboca cuando recuerda que ese
sentimientoseacabaráenelmomentoenquemibebéestéjuntoamí.Él,oella,meharáolvidartodoeldoloryelsufrimientoqueAdeleyStevenWhitakermehanocasionado.Sóloesperoquemibebéseafelizconmigo,tanfelizcomoséquevoyaseryoconél.
Enaquelcuadernovolcabasusemociones,susmiedos,sussentimientos.Iba
aserpadrey,aunquelafelicidadloinundaba,laincertidumbreporcómoAdelesecomportaríaconsuhijoloangustiaba.
Pero,porsuerte,eltiempodeesperahabíaacabado.¡Habíasidopadre!La alegría lo inundó. Su bebé o, mejor dicho, sus bebés ya estaban en el
mundo,ydeprontosesintiófeliz.¡Tremendamentefeliz!¡QuépreciosoregalodeNavidad!Locodealegría,trastocarseelpelo,Branonpensóenelmododeconvencer
aAdele.
Dosniñas...¡Dos!Pensó. Buscó una solución y, cuando la encontró, salió del despacho y,
bajandolaescaleradesubonitamansiónenAtlanta,caminóhaciaelalanorte,queeradeusoexclusivodesumujer.
Sindudarlo,entróenelcucosalóndecoradoentonosbeigeyexclamó:—Adele,¡somospadres!La mujer, que, copa en mano, miraba sentada por la ventana, levantó la
cabezaaloírloymurmurócongestohosco:—¡Quéilusión!Sin abandonar la sonrisa, Branon se sentó frente a ella y, apelando a su
compasiónyaloquehabíaplaneado,dijo:—Hansidodosniñas,¡dos!¿Quéteparece?Adeleparpadeó.Aquellanoticianolahacíafelizy,dispuestaajorobarasumaridocomoélla
habíajorobadoaella,seapresuróarecordarle:—Elcontratodiceunbebé.¡Uno!Branonasintió.Ellateníarazón,peroinsistió:—Losé.Perohansidodos.Dospreciosasniñas,y...—Sóloaceptaréuna.Aquellas palabras, dichas con aquella dureza, a Branon no le gustaron, y
murmuró:—Adele...,sondosniñas.Mishijas.EsNavidad.Pero lamujer,sinunápicedepiedad,yfuriosapor losacontecimientosde
losúltimosmeses,indicó:—Medaigualqueseantushijas,Navidadoel4dejulio.Sólofirméporun
bebé,ysimeobligasaaceptaraalgunomás,yasabeslasconsecuencias.Branonsuspiró.Perder su fortuna no le importaba, pero sí, en cambio, perder a su hija;
intentandobuscarlamejorsolución,murmuró:—Sétanbiencomotúloqueponeenelcontrato.Pero,siaceptasalasdos
niñas, prometo buscar una solución satisfactoria desde el punto de vistamonetario para ti y concederte el divorcio. Estoy casi convencido de quepodremos encontrar algún cabo suelto en ese contrato que firmamos connuestrospadresy...
—No.—Adele...—No.—¡Porfavor!—rogóél.—He dicho que no. Si antes no buscaste ese cabo suelto, ahora ya nome
interesa —siseó ella, furiosa por los últimos acontecimientos entre Steven yWinona.
Branonmaldijoaloíreso.Setratabadeunosbebés...,¿acasoesamujernoteníacorazón?Y,mirándolacongestoregio,siseó:
—Quetuamantesecasaraydecidieratenerunsegundohijonoesculpamía.Furiosa,Adeleselevantóycaminóhaciaelminibar.CulpabaaBranonpor
todo,ymurmuró:—Quetuperrahayatraídodosbastardasalmundo...tampocoesculpamía.—¡Novoyapermitirquehablesasídemisniñas!—¿Novasapermitirlo?—semofóella.—No—sentencióBranon.En silencio, semiraron con dureza. LuegoAdele, tras llenarse el vaso de
whisky,sesentó.Pensarensuamor,enlabodadeaquél,enelbebéquehabíatenidoyelqueesperabalaamargabatodoslosdías.
Imaginar a Steven y a Winona juntos le revolvía las entrañas. Esa sosapueblerina texana le estaba proporcionando el poder y el dinero que ella, porculpadesuspadresydeBranon,lehabíanegado.
Locayamargadaporaquello,Adelemiróasumaridoylereprochó:—LomíoconStevenseacabóportuculpa.—Sabesqueno,Adele.Sabestanbiencomoyoquelovuestronuncafuereal
yqueélsiemprebuscólasmanerasde...—¡Cállate!—¿AcasonoconoceslaambicióndeSteven?—¡Quetecalles!—¿Porquéteengañas?Lamujer no quiso escucharlo. En el fondo de su ser sabía que él llevaba
razón,peroenfadada,bebidaydeseosadedañarloentodoloquepudiera,gruñó:—Sóloaceptaréunaniña.Unamalditaniña,queseráotrainsoportablelosa
quesoportarelrestodemivida.Firmamosuncontrato,ynoesculpamíaque
ahorasevuelvaentucontraporquehayansidodos.Túdecides.Pormiparte,nohaymásquehablar.
ABranonlerompióelcorazónoíreso.Aquelmalditocontratoqueélmismohabía redactado le impedía hacerse cargo de sus dos hijas porque Adele sellevaríaaunaaunquenolaquisiera,sóloporhacerledaño.Asípues,sinquererinsistirantealgoquesabíaquenuncacambiaría,dijo:
—Aprimera hora saldremos paraChicago. Será la última vez que tendrásqueponerte labarrigapostizaparasalira lacalle.Unavezallí,haremoscreerquetepusistedepartoyarreglaremoselpapeleohospitalarioconAlfred.DentrodeunoscuatrodíasregresaremosaNuevaYorkconnuestrahija.
—Tuhija.—Nuestrahija—matizóBranon,saliendodelsalónenfurecidoporlaterrible
decisiónqueteníaquetomar.
Capítulo3
EnChicagohacíaunfríoincreíble.La nevada que había caído ese día había colapsado la ciudad y, cuando
llegaron al barrio de Englewood, donde vivía Desirée, Adelemiró al exteriordesde dentro del coche y, arrugando la nariz, se quitó la barriga postiza ymurmuró:
—¡Quéascodelugar!¿Ydicesquetengoquebajaraquí?—Sí.Tras sacar una petaca de whisky de su bolso, Adele la abrió y, para
sobrellevarloqueteníaquehaceryeldisgustoporlodeSteven,lediountrago.—¡PorelamordeDios,contente!—gruñóBranon.Peroellavolvióabebery,unavezquehubocerradolapetaca,laguardóen
elbolsoy,repanchingándoseenelasientotraserodelvehículo,dijo:—Vetúaporlaniña.—Vendrás conmigo. Es nuestra hija —siseó él malhumorado tras
intercambiar una mirada con Manuel, su fiel chófer y amigo, por el espejoretrovisor.
Tanprontocomoel cocheparó,Branonabrió lapuerta, bajóy, alverqueaquéllaseresistía,apremió:
—Vamos.Bajadelcoche.Cuando los distinguidos y carísimos zapatos de Adele tocaron la nevada
acera,BranonmiróaManuel,quevalíamáspor loquecallabaquepor loquecontaba,yleindicó:
—Aparcaelvehículoyespéranos.—Deacuerdo,Branon—asintióaquél.
Sincogerdelbrazoasumujer,niquererescucharsusrebuznoslastimeros,comenzóacaminar.Sabíamuybienadóndeteníaqueir.
Una vez que entraron en un oscuro, húmedo y viejo portal de aquellabarriada humilde, Adele miró a su alrededor y gesticuló. Nunca habríaimaginadoqueasumaridolefueranlasmujeresdetanbajacuna,ysiseó:
—¡Quépocaclase!Branonlamirócondesprecio.Aquellamujeramargadayajadapor lavida
no teníanadaquevercon la jovencitade laqueundíasehabíaenamoradoy,cansadodesoportarla,siseóalversusojosvidriososporelalcohol:
—Querida,laclasenopuedecomprarsecondinero.Ellasonrió.Estabantanacostumbradaasusdañinasbatallasdialécticasque
selimitóamurmurar:—Viendo este asqueroso sitio, puedo imaginarme con lo que me voy a
encontrar. Sin duda te van lasmujeres que huelen a ajo y a cebolla, como lamujerdetuamiguitoManuel,¿verdad?
Branon no contestó.El clasismo deAdele era cada día peor.Manuel y sumujer,Gladys, trabajaban para él como chófer y cocinera respectivamente. ElodiosocomportamientodeAdeleconellosyconelrestodelagentedeservicioeraenocasionesinsoportable.Perotodosaguantabanensuspuestos,graciasalbuen hacer de Branon y a lo bien que los trataba, aunque en la intimidad elservicio apodara a aquella bruja la Señora Jack Daniel’s, por lo mucho quebebía.
Branon comenzó a subir una escalera y, al llegar ante una puertadescascarillada,sinquitarsesusoscurosguantesdepiel,llamóconlosnudillos.
Nopasaronnicincosegundoscuandolapuertaseabrió.VioaGina,lacantantedelclubdondetrabajabaDesirée.—¿Podemosentrar?—preguntóBranon.—¡Unaafroamericana!—gritóAdelealveralamujer.Ofendidoporsumaneradespectivadehablar,éllamiró,yaquéllaindicó:—PorDios...Nopiensesquevoyaaceptaraunabastardanegra,¿tequeda
claro?Elhombreresopló.Cadadíalaodiabamás;lamiróysiseó:—Tejuroque,enocasiones,temataría.Adelesonrióconamargura.
—Porsinotehasdadocuenta,llevomuertadesdequemecasécontigo.Ginanoabrió laboca.Quesemetieranconellaporelcolordesupielera
algoqueyahabíasuperadohacíaaños,por loque,mirandoa lamujerquenoparabadeprotestar,meneólacabeza.Sinduda,esasniñasnoloibanatenerfácilconunamadreasí.
Comonodeseabaseguirdiscutiendoconella,Branonentróenlacasay,alobservarqueGinasequedabaenlapuerta,volviólacabezay,viendoqueAdelenosehabíamovido,dijo:
—Pasadeunavez.—¿Esnecesario?Huelemal—apostillóella.Branon resopló. Allí no olía mal. Y, tras pedirle disculpas a Gina con la
mirada,apremió:—¡Entra!Malditasea.Ofuscada por estar donde no quería, Adele levantó el mentón y entró, y
cuandoGinacerrólapuerta,Branonpreguntó:—¿CómoestáDesirée?Ellaibaacontestarcuandolaaludida,unamujerdepelocastañoypreciosos
ojosverdes,aparecióypreguntómirándolo:—¿Hastraídomidinero?Branonasintió.—Unalatina...—siseóAdele—,¡quéhorror!Desiréelamiróconelmismodesprecioquelamirabaaquélla,ygruñó:—Y¿túhablasdehorror,atontada?Branonresopló.Lascosasallínoibanaserfáciles.Entonces,dirigiéndosea
Desirée,ysinsacarelsobrequellevabaenelbolsillodesucarísimoabrigogrisdecachemira,lepidió:
—Quieroveralasniñas.Ellasesentóenunadestartaladasillamarrónydijo:—Gina,hazloshonores.Conelcorazónencogido,laaludidacaminóhaciaunahabitacióncolindante
yBranonlasiguió.Desiréemiró a lamujerque estaba frente a ella y, conunamedia sonrisa,
dijo:—Paseaverasushijas.
—Esasbastardasnuncaseránmishijas—replicóella.Desiréeseencogiódehombrosy,cuandoibaadeciralgomás,Adeleechóa
andaryfuedetrásdeBranonparanoquedarseasolasconaquellamujer.Una vez en la habitación, Gina caminó hacia una cama rodeada de
almohadas, que ella había puesto para seguridad de las niñas, y, quitando lasabanitaquelascubría,murmuró:
—Aquíestán.Branonsonrióalveraaquellasdosmuñequitas.Eranlasniñasmásbonitas,chiquititasypreciosasquehabíavistoensuvida.Las observaba emocionado cuando Adele, que había entrado tras él,
comentó:—Almenosnosonnegras.Ginalamiró.Aquéllaseibaairdeallíconunojomorado,síosí;cuando
ibaaabalanzarseyasobreella,Branonlasujetódelbrazoysiseó,dirigiéndoseasumujer:
—Sivuelvesafaltarlealrespetoaalguienmáscontusabsurdosymalignoscomentarios,tejuroporlomássagradoquelovasalamentar.
Adelenuncahabíavistoaquelgestofuriosoenél,ybajandolavozindicó:—Quieroirmedeaquí¡ya!Branon la ignoró. Volvía a tener ojos sólo para aquellas pequeñas, que
dormíanapoyadaslaunaenlaotra,ysusurró:—Parecendosratitasdelopequeñitasqueson,¿verdad?Gina, incapaz de no sonreír al mirarlas, afirmó rozando a la niña de la
derecha:—Éstapesódoskilossetecientos,yéstacasitres.—¿Notienennombre?—preguntóél.Ginanegóconlacabeza.—Esolecorrespondeausted,señor.Sonsushijas.Branonnopodíaapartarlosojosdelasniñas,yGina,alverelpiececitode
unadeellas,señaló:—Hededecirleque lademenorpesonecesitaseratendidaporunmédico
especialista.Hanacidoconelpiederechodeformey...—¡¿Deforme?!—gritóAdeledandounpasoadelanteparamirar.Sin dar crédito, se fijó en el pie de aquel bebé y, sin ningún escrúpulo,
murmuró:—Nosllevamosalaotra.Noquierosermadredeunatullida.Aloíreso,Branonlamirómolesto,yGinadijoapenada:—Laparteraquevinonosdijoqueloqueleocurreesdefácilsolución.Sólo
necesitauntratamientoy,posteriormente,unasbotitasespecialesy...—¡Branon!—voceóAdele—.¡Estoesunalocura!—¡Cállateynochilles!—Nopiensocargarconunbebéconproblemas,¿estásloco?LacabezadeBranonnoparabadepensar.Necesitabaencontrarunasolución
alproblemaqueseleplanteaba.Allíhabíadosbebés,doshermanas,sushijas...¿Cómosepararlas?¿Cómono
llevarsealasdos?Perosumujerinsistió:—Enelcontratoponesólounay,porsupuesto,¡sana!—¡Quetecalles!—insistióélcondureza.PeroAdelenocalló.Siguióprotestando,hablando,divagando,yBranoniba
adecirlealgocuandoéstasentenció:—Cogealamalditabastardasanadeunasantavezy¡vámonos!Elhombreno semovió. ¿Cómo ibaamarcharse sóloconunaniña,ymás
sabiendoquelaotranecesitabaayuda?En ese instante entró Desirée en la habitación, exigiendo su dinero, y
segundosdespuésAdeleyellaseenzarzaronenunadiscusión.Branonlasoía,peronolasescuchaba,mientrassumentebuscabaunasoluciónalproblemaqueselehabíaplanteado.
¿Cómoelegir?¿Cómodecirleaunbebé:«túsí»o«túno»?Pensó...,pensó...,pensó,hastaquenopudomásy,aturulladoporlosgritos
deaquellasdosmujeressincorazón,agarróasuesposadelbrazo,lasacódelahabitación, después de la vivienda y, una vez que llegaron al húmedodescansillo,siseómuyenfadado:
—Eres una impresentable, y lo peor de todo es que te crees superior acualquiera cuando eres pura escoria. Por Dios, Adele..., pero ¿en qué te hasconvertido?¿Cómopuedessertancruelconunosbebésounasmujeresporquenotenganelmismotonodepielquetú?
—Novoyaconsentirque...
—¡¿Quénovasaconsentir?!—dijoéllevantandolavoz.Ambossemirabanconrabia.Estabaclaroqueaquellonoibaaserfácilpara
ningunodelosdos;entoncesBranon,conscientedequelanecesitabaparapoderincluiralmenosaunaniñaensuvida,dijo:
—Sacalabotellitadelbolso,bebetumalditowhiskyyrelájate.VealcocheconManuelycállatedeunavez.
Adelesesoltódeély,mirándoloconrabia,siseó:—Sihayquellevarseauna,eligealasanaotejuroque...Sindejarlaacabar,élsediolavuelta,entróenlacasaycerrólapuerta.No
queríaescucharla.Unavezque logró tranquilizarse,miróaDesirée,queestabaanteél,yella
indicó:—Quieroeldobledelopactado.Sondos.Asqueadoporlaactituddeaquéllaydesupropiamujer,Branongruñó:—Dejademercadearasíconlasniñas.—Esomelodiceelquemevaapagarporellas,¿verdad?—semofóellaal
oírlo.Branon se sintió fatal. Aquello que estaba haciendo no tenía nombre ni
perdóndeDios,pero,alencontrarselimitadodetiempoparaaclararsusideas,lepidióunossegundosconungestodelamanoycerrólosojos.
Necesitabarecapacitar.Necesitabaaclararsesobreelmododeprocederanteuncasoasí.
Élhabíasidotodalavidaunhombreprácticoylógicoalquesiempreseleocurrían buenas soluciones para la mayoría de las cosas. Y necesitaba unasoluciónparaunadelasniñas¡ya!
Minutosdespués,abriólosojos,sacóelsobrerepletodedineroquellevabaenelbolsillodelabrigo,lopusoanteDesiréey,enseñándoselo,dijo:
—Aquíhayeldobledelopactado,perosólopuedollevarmeaunaniña.—¡¿Qué?!—gritóelladescompuesta.Branon y aquella fría mujer comenzaron a discutir. Desirée exigía que se
llevaraalasdos.Ensuvidanoteníancabidalosniños,perofinalmenteBranon,como buen mediador y ayudado por Gina, le dio una solución que la hizocambiardeopinión.Porsuerteopordesgracia,segúnsemirara,eldineropodíaayudarlaaresolveraquelproblema.
Branonlepropusopasarledineroaellaya laniña todos losmesesparaelrestodesusvidas.Tambiénseocuparíadelosgastosmédicosdeéstahastaquesupiesanaray,enlasombra,seríaelbenefactordelapequeña.
Ginaloescuchóemocionada.Ellanoeralamadredelachiquilla,peroloqueaquelhombreleofrecíaeraunaoportunidadparalaniña,yasíselohizosaberasu amiga, que finalmente, y sólo pensando en el dinero, asintió. Allí habíanegocio.
Una vez que Desirée aceptó una sustanciosa cantidad de dinero mensual,Branonpusotrescondiciones.
La primera: como madre biológica de la pequeña, debería firmar undocumento en el que renunciaría por completo a la niña que él se llevaba,otorgándolelacustodiaalpadre,BranonSivon.
Lasegunda:aunquelaotraniñavivieraconsumadre,GinaseocuparíadeadministrareldineroqueBranonleenviaría,ademásdemudarseaviviraNuevaYork.
Ylatercera:queélpodríaveralaniñaquesequedabaconDesiréesiemprequequisiera,perotanprontocomoaquéllacumplieracincoaños,desapareceríadesuvidaynuncapodríasaberdelaexistenciadesumellizanideél.
Gina asintió, y Desirée, mirando el sobre repleto de dinero que él leentregaba,dijo:
—Acepto tus condiciones, y en cuanto a la mocosa que te llevas, no meinteresaverlaniahoraninunca.
—Yosíquieroverla—indicósuamigaconlosojosvidriosos.Branonasintió.—Podrásverlacomoyoveréalaotra.Perocuandoyodecidaquelasvisitas
seacabaronporambaspartes,asíserá,¿entendido?Ginaasintió.Eramejoresoquenada.—Incluiréeneldocumentoquehayqueredactaryfirmaralgodedineropara
ti—indicóBranon—,y...—No—lo cortó Gina—.Yo no quiero nada. Sólo quiero que estas niñas
tenganunfuturo,conosinusted.Élasintió.Sinduda,Ginaeraunabuenamujerquenada teníaquevercon
Desirée.—Os haré llegar toda la documentación. Una vez que hayamos firmado,
comenzaréis a recibir el dinero para la niña y para ti.Dicho esto, quiero totaldiscreciónocortaréelsuministro,¿entendido?
Desirée, que proseguía contando el dinero que aquél le había dado en elsobre, no contestó, yGina, con losojos llenosde lágrimaspor loque estabanhaciendo,afirmó:
—Tienemipalabra,señor.Una vez solucionado el asunto, Branon miró hacia la habitación donde
estabanlaspequeñasydijo,apuntandoalgoenunpapelquesesacódelbolsillo:—Mañanallevaalaniñaaestehospital.Tengoallíunamigoconelquehoy
mismohablaré.Laniñaseráatendidacomosiyomismofueraquienlallevara,¿entendido?
Ginaasintió.Cogióelpapelqueletendíay,alvercómoéllaobservabaalaesperadealgo,dijo:
—Abrigaréalapequeñaparaqueselalleve.Branonasintióylasiguióalahabitacióndondedormíanlaspequeñas.Condelicia,observócómoaquellamujercogíaaunadeellasylaenvolvía
en varias mantas. Mientras lo hacía, miró a la pequeñita del pie zambo ymurmuró,tocandosurostroconamor:
—Prometocuidardetiaunquenomeveasyvisitartepronto,preciosa—y,curioso,preguntó—:Hasdichoquenoteníannombre,¿verdad?
Aloírlo,Ginasevolvió.—ADesirée leda igual, yyonoqueríaponérselos, porque si lohacíame
encariñaríamásdeellas.Branon asintió. La entendía. Y, volviendo a mirar al bebé, que seguía
durmiendosobrelacama,musitó:—TienescaradellamarteRachel,ratita.Ginasonriócontristezayafirmó:—PuesRachelsevaallamar.Conelcorazónroto,Branonlediounbesoalapequeñaenlamejillay,sin
querer alargar más aquel momento, que para él estaba siendo duro ydesconcertante,sealejódeella.
Mientrasleentregabaalaotraniña,queibaenvueltaenvariasmantas,Ginaibaadeciralgocuandoélmusitó:
—CuidadeRachel,porfavor.
Ella asintió, sinduda lo iba ahacer.Y, cuandoél cogió a la pequeñay lamiró,lajovenpreguntó:
—¿Cómolavaallamar?Conelcorazónpartido,Branonmiróalaotramuñequita,queestabaensus
brazos,yafirmó:—EstaratitatienecaradellamarseSharon.Dos minutos después, Branon Sivon salía con el corazón destrozado de
aquella casa y con un bebé en los brazos, dispuesto a hacerle creer almundoenteroqueaquéllaerasuhija.SharonSivonCardigan.
***
Los meses pasaron, y el problema en el pie de la pequeña Rachel sesolucionógraciasa loscuidadosqueunosexpertosmédicosleproporcionaron,mientras Gina dedicaba su vida a cuidarla. Algo que no se podía decir deDesirée.
Duranteesetiempo,BranonjuntabaalasniñaslosfinesdesemanaalmenosveintevecesalañoenunacasaquealquilabaenMontanaenmediodelcampo,paradisfrutarlasy recitarles todas lasnochesun cuentoque inventópara ellasantes de dormir. Ver a las dos juntas, cómo jugaban, corrían, celebraban suscumpleañosoreíaneraunodesusmayoresplaceresenlavida.Susniñas.Sushijas.
DisfrutabadelassonrisasdeSharon,delapicardíadeRachel,ysonriócomoun loco el día que Rachel decidió ser su ojito derecho y Sharon, su ojitoizquierdo.ComoBranondecía, teníadosojos,yunoeraparacadaunadesusratitas.
Peroel tiempopasó,pasódemasiadorápido,yBranonsupoque lasvisitasteníanqueacabar.Lasniñascomenzabanatenerrecuerdosysabíaquenopodíaconsentir eso. Su secreto debía permanecer a salvo porque, si algo fallaba yalguienseenterabadelaexistenciadeRachel,sumujerpodríaquitarleaSharon.
Por ello, finalizada la fiesta del quinto cumpleaños de las niñas,Branon yGina,rotosacausadelapena,besaroncontodosuamora laspequeñas,a lasquedefinitivamentedebíansepararparaquenuncavolvieranaverse.
Apartirdeeseinstante,BranoncentrósuvidaenSharon,suojitoizquierdo,
peronunca ignoróaRachel, suojitoderecho.Aquellapequeña tambiénerasuniña,suamor,y,aunconelcorazónrotopornopoderabrazarlacomomerecía,lasiguiómuydecerca.Másdecercadeloqueellanuncaimaginó.
Capítulo4
NuevaYork,juniode2018
ElSohodeNuevaYorkeraunbarriollenodelocalesdetodotipo,muchosdeellosdemúsica,alosquelagenteacudíaadivertirse.
Entre la multitud, al fondo de la barra de un bar, había dos mujeres queatraíanlamiradademásdeunhombre.
Muchos eran los que se habían acercado a ellas y, con las mismas, notardabannidossegundosenalejarsedespavoridos.
—Estoy convencida, Sharon. Aunque es un ocho y medio, me he dadocuentadequenomerecelapenaestarconél.
La aludida miró a su amiga Norma, una espectacular morena con unospreciososojosnegrosque,gesticulando,insistió:
—Nuncahepuestotrabasalonuestro,peroélcadadíaponíamás.Tejuro,Sharon,quecadavezquelooíadeciraquellode«nomegustatutrabajo»,o«meincomodaquesalgasapatrullarconJohnoconSilvester».Pero,vamosaver,¡quesoyoficialdepolicía!Quecuandosalgodepatrullaconmiscompañerosloquehacemosestrabajar,noligarniirnosdecopas.
Sharonasintió.Acababanderegresardeunamanifestaciónporlosderechosde la mujer, algo que ambas defendían a muerte, y le divirtió oír decir a suamiga:
—Yya la guinda ha sido cuando he pasado las primeras pruebas para losSWAT.Perosinisiquieramehafelicitado.¡Joder!Quepasaresafaseesmuydifícilymelohetenidoquetrabajarunmontón.
—Lo sé—afirmó Sharon, consciente de la realidad de su amiga y de las
curradasenelgimnasioquesemetía.—Sihubierasvistosucaradehorroralsaberlo,¡esquehabríasflipado!Yya
cuandomedioelultimátum,oél,omisdeseos, esque tuveque reírmeen sucara.
—Normal—semofóSharon.—Pero,vamosaver,¿acasoDarrennomeconoce?¿Noconocemissueñose
inquietudes?Estámuybienqueélseauntipofelizasegurandocasas,peroamíno tiene por qué gustarme lo mismo que a él. Pero si hasta últimamente mereprochabaquevierapelículasdeterrorymegustaranlaspalomitasdepimienta.
Sharonsonrió,lasrelacionespersonaleserancomplicadas,yafirmó:—Elgranerrordelasparejasesque,cuandoseconocen,antelanovedad,se
lotolerantodo,perocuandolarelaciónseafianzacomienzanlosreproches.—¡Exacto!—exclamóNorma.—¿Por qué los humanos somos tan idiotas que intentamos cambiar a las
personas?—No lo sé. Lo único que sé es que ni él ni ningún hombre va a poner
barrerasamissueños,porquelohedichotodamivida:quieroserSWAT.—Hola,guapas...¿Quéhacendospreciosidadestansolitas?Normamiróalosdostiposqueestabandetrásdesuamigay,sacándosela
placadepolicía,selaenseñóydijo:—Sólolodiréunavez,pringaos.Largaosdemivistasinoqueréisterminar
enelcalabozoporacosoyelconculopateado,¿entendido?Y, sin más, los dos hombres, asustados, salieron por patas como habían
hechomuchosotrosantesqueellos.Sharonsonriódivertiday,mirándola,indicó:—Dagustosalircontigo.Losaterrorizas.—Nollegabanauntres.Nonosperdemosnada.Sharonasintió.Ellasysumaníadepuntuaraloshombres.Y,centrándoseen
suamiga,preguntó:—Entonces¿temaDarrenfiniquitado?—Totalmente, ymira que lo siento, porqueme encantaba quemar calorías
conélenlacama...¡Joder,queeraunnueve!—Quizáencuentresundiez.—Esonoexiste,cielo.
Ambasrieronporelcomentario,yluegoSharonpreguntó:—¿Haspensadoenloquedirátumadre?EllaadoraaDarren.Normaresoplóalpensarlo.—Llorará.Dramatizará.Merecordaráquesoyunaseñoritaynounmachito
paracorrerconpistoladetrásdeloschorizosporlacalleymeecharáencaraquenuncatendránietospormiculpa.
—Pobre...—Esosincontarconeldisgustoquesevaallevarcuandoseenteredeque
hesuperadolaprimerapruebaparaingresarenelcursointensivodelosSWAT.—Madremía...,madremía—resoplóSharonimaginandoloqueselesvenía
encima.Normasonrióy,trasdaruntragoasubebida,cuchicheó:—Mi momento es ahora. Quiero ser una SWAT. Sólo una mujer lo ha
conseguido,yyoquieroserlasegunda.—Yloserás,pormuydifícilquesea.Normaasintió.Sabíamuybienaquéseenfrentaba.—Soyconscientedequeporsermujermevanaexigirmásqueaunhombre,
perolovoyaconseguir.Tengolosovarioscuadradosyconmigonovanapoder.Sharonresoplóaloíreso.Odiabaladiscriminaciónenelempleodelamujer
y,seguradesímisma,siseó:—Si sepasan lomásmínimocontigo injustificadamente,dímelo,y te juro
quelesmetounpleitoqueselescaeránlosgalonesdelassolapas.Normasonrió.Sharoneraunaabogadaalaquesuspropioscompañerosde
profesión llamaban Cuchillo Sangriento. Si algo odiaba era cualquierdiscriminación a la mujer, y caso que se le presentaba de ese tipo, caso quepeleabayganaba.Pero,conscientedequelosuyoteníaquellevarlocontientoymanoizquierda,Normarepuso:
—Tranquila.Ya sabesque amí tanta testosterona suelta ¡mepone!Voy ademostrarlesqueunamujercomoyopuedehacereltrabajotanbienycontantaefectividad como un hombre. Es más, estoy pensando en especializarme enexplosivos.
—PorDios,Norma,¡atumadretelacargas!Sin poder evitarlo, ambas rieron, y luego la joven morena, mirando a su
amiga,preguntó:
—¿Ytúqué?—¿Yoqué...,dequé?—Siguespensandoenpresentarleaesesosainasatupadre.Sharonsonrió.ANormaelhombreconelquesalíanolaapasionabamucho,
yafirmó:—Sí.—Perosinotienegracia.—Amímevale.—Yencimaesetipoesuncuatro.—Norma...,noempecemos.¡Esoloseráparati!Ambassemiraron,yacontinuaciónNormacuchicheó:—Sólo he coincidido con él aquel fin de semana enNevada, yme quedó
muyclaroloparaditoquees.Pero¡sinopegacontigo!—Conquiennopegaescontigo.—Sharonlodefendió—.Déjaloya.—Pero ¿ese tipo se desmelena alguna vez? Joder, Sharon, que parece
siemprequetieneunavaradehierrometidapor...—Cierra tu bocaza o la vamos a tener—advirtió Sharon—. Hannibal me
gusta,melopasobienconél,ynohaymásquehablar.Normaresoplóy,suspirando,dijo:—Vale. Quizá exagero un poco, pero es que ya sabes que los rubitos
adinerados,republicanosydepielclaritanuncamehandadobuenasvibras.Sharon sonrió. Si algo le gustaba de Norma era su claridad al hablar, y
asintió.Noobstante,ellamismasabíaquelosuyoconHannibalerabonito,peronomágico.
—Norma,nogeneralices—cuchicheó—.Ni todos los rubiossonmalos,nitodoslosmorenossonbuenos.
—Enserio,Sharon.Esetipoesuntémpanodehielo,ytúcuandoestásconéltevuelvesigual.Perosinotedioniunsolobeso,nitehizounpuñeterocariñitodelantedemíentodoelfindesemana.
—Élnohaceesascosasenpúblico.—¿Yenprivado?—insistióNorma.Sharon no respondió. La realidad era que su chico era parco en cariñitos,
algoqueellahabíaaceptado.Hannibaleraunadictoal trabajo,comoella,ylegustaba.Conesolebastaba.
—Esonotelovoyacontar.Norma,aunsinsaber,niver,imaginabamásdeloquesuamigapodíacreer.—Vale—respondió—.Nopreguntomás,perocreoqueteestásequivocando
conesesoseras.—¡Nolollamesasí!—protestóSharon.Y,decididaadefenderlo,indicó—:
Aunquetúnoloaprecies,esbuenapersonaymeencantaquecadaunotengasuespacio.Míraloasí.
—Aburrido.Lapalabraes¡aburrido!Sharonsuspiró.¿Tendríarazónsuamiga?Hannibal,elhombreconelquellevabasaliendoensecretovariosmeses,era
uncieloenla intimidad,aunqueenpúblicoeracorrectoyenciertomodofrío.Nuncadecíaun taco.Nuncahacíanadafuerade lugar.Eraconvencionalenelsexoyserespontáneonoibaconél.
—Ytupadre¿quédice?¿Nosehaenfadadopornohaberloinvestigado?Ambasrieronporaquello.BranonSivonsiemprequeríaconocerdeprimeramanoconquiénestabasu
hija.—Estáunpocorefunfuñón—contestóSharon—.Pero,comonosabenisu
nombre,ninadadeél,pocohapodidohacer.Ambasrieron.LuegoNorma,trasbeberdesucopa,señaló:—Por cierto, lo veo estupendo tras su amago de infarto, aunque tiene que
cuidarse.—Uf...,¡quésustomedio!Norma asintió. Aún recordaba lo ocurrido hacía cinco meses, cuando el
padre de Sharon regresaba de una reunión. La pasión que ponía en todos suscasoslehabíaaceleradoelcorazóndetalmaneraquehabíaacabadoingresadoenurgenciasdurantetresdías.
Aquella llamadade atención y las advertencias delmédico para que no serepitierahicierondarsecuentaaBranondequeteníaquebajarelritmo,yasílohizo.
Unavezquesaliódelhospital,trasquincedíasencasayenreposo,regresóalbufeteconotraactitud.UnaactitudqueSharonleagradeció,aunquecadadíaellasecargarademásresponsabilidadesymástrabajo.
EnesemomentocomenzóasonarIndependentWomen,deDestiny’sChild,una canción muy especial para ellas. Divertidas, ambas se miraron y Sharonexclamólevantándose:
—¡Nuestracanción!Normarápidamentesepusoabailarmientrascantabaysesentíaunamujer
independiente,comodecíalacanción.—SinosvieranelSosainasoLucifer,¡lesdabaunpis-pus!Sharonasintióaloíreso,pero,pensandoenLucy,gruñó:—¡¿QuieresdejardellamarlaLucifer?!—¿Porqué?Siesamujereslagemeladeldemonio.Sharonsonrió.LucyyNorma,susamigas,eranlastíasmásdiferentesdelmundo,yquedar
conambaseracomplicado,muchísimo,porquesiempreterminabandiscutiendo.—YencuantoalSosainas...—Hannibal—lacorrigióSharon—.Mirelaciónconélescorrecta.—¡¿Correcta?!—Sí.—¡Qué horror! Pero, vamos a ver, Sharon, ¡¿no prefieres una relación
pasionale intensaque tehagavibraren lacamayfueradeellaaunarelacióncorrecta?!
Ellasonrióyfarfullómientrasbailaba:—Sinceramente,Norma,¡notengotiempoparaeso!Unahoradespués,laschicasabandonaronellocal,ycaminabanporlacalle
cogidasdelbrazocuandountiposelesacercóy,trasdarlesunazoteacadaunaeneltrasero,dijo:
—Bomboncitos...¿Quétalsimedaisvuestrosbolsos?—¿MibolsodeLoewe?—preguntóSharon.Eltipoasintió,peroNormasemofódirigiéndoseasuamiga:—¿Cuántasvecestengoquedecirtequeteloscompresenelmercadillo?Lasdosamigassonrierony,cuandoeltipoibaadeciralgo,Sharon,sacando
ese lado salvaje y natural que a su padre le encantaba y que a su novio lohorrorizaba,lesoltóunizquierdazoquelotumbó.
—¡Le vas a tocar el culo y a robar el bolso a tu prima la del quinto,desgraciado!—gritóNorma,reduciéndoloconrapidez.
Uncochepatrullaqueenaquelinstantepasabaporlacalleseparóasuladoyelagente,alsalirdelvehículoyveraNorma,musitó:
—Hombre...,lafuturaSWAT.Ella sonrió, era su compañero John, y, señalando al tipo que estaba en el
suelo,dijo:—Este desgraciado, además de tocarnos el trasero, pretendía robarnos los
bolsos.¿Quéteparece?—Malanocheparati...,amigo—comentóJohnmientrasesposabaaltipo.Luegomiróalaschicasylespreguntó:—¿Necesitáisqueosllevemosacasa?SharonyNormasemiraron,negaronconlacabeza,yluegolaprimeradijo:—Gracias,John,perotenemoselcocheaparcadoahí.—Buenasnoches—sedespidióNorma.Elpolicíaasintióy, trasmeteraldetenidoenelcocheyverque laschicas
subíanalsuyo,élhizolopropioylepidióasucompañeroquearrancara.SharonmiróentoncesasuamigaNormaycuchicheó:—¡QuémonoesJohn,¿verdad?!Ellaasintió.Dosañosatráshabíatenidoalgoconél,pero,sinquererentrar
eneltema,simplementeafirmó:—Yahe probado a ese siete ymedio; y ahora, ¿qué tal si nos vamos a la
cama?Diezminutos después,Normadejó a Sharon frente a su fastuoso portal y,
trasguiñarleunojo,sedirigióasuapartamento.Sharonentrósaludandoalporterodeledificio,montóenelascensorysubió
asucasa.Nadamásentrar,Pipa,superralabrador,lasaludóconcariñoyjuntasfueron
hastasuhabitación,dondeSharonsedesnudó,sedesmaquillóyse tumbóparadormir.Estabamuycansada.
Capítulo5
La lujosa residencia de losSivonCardigan frente aCentralPark estaba enunsitiocaro,exclusivoyexcepcional.
Vivirfrenteaaquelmaravillosoparqueeraunlujoquenomuchossepodíanpermitir,perolosSivonCardigan,sí.
Branon,comocadamañanadesdequehabíasufridoelamagodeinfarto,sesentaba en la bonita terraza de su residencia a leerTheNew York Times. Esasencilla acción, mientras se tomaba un vaso de leche, le provocaba unarelajación maravillosa que no estaba dispuesto a dejar de disfrutar; entoncesManuel,sufielchóferyamigodetodalavida,entróenlaterrazaylosaludó:
—Buenosdías,Branon.Éllevantólavistay,concamaradería,preguntó:—¿Hasvistolasnoticiashoy?Manuelasintióy,sonriendo,afirmósabiendoaquéserefería:—LodeljuezKleemanestabacantado.Ambossemiraron,sonrierony,cuandoBranonibaadeciralgo,elteléfono
sobrelamesacomenzóasonar.LepidióaManuelunossegundosconungestodelamanoyatendiólallamada.
En silencio, escuchó lo que la otra persona al otro lado del teléfono leindicaba,hastaquedijoantesdecolgar:
—Deacuerdo,Crista.No...,no tepreocupes,yomismo llamaréaParkeryquedaréconéleneldespachoa lasnueveymedia.Túcancela la reuniónconJohannes,quedelrestomeocupoyo.Sí...,sí...,yoloharé.Adiós.
Dichoesto,colgóelmóvily,mirandoaManuel,indicó:—Haypersonasquehannacidopara¡darporsaco!Porfavor,recógemeen
lapuertaalasochoymediaenpunto.—Deacuerdo—afirmóélconunasonrisa.ElchóferconocíaaBranondetodalavida.HabíancrecidojuntosenNueva
York,puesManueleraelhijodelcocinerodesupadre.EneltiempoenelqueBranonsediplomóen laUniversidaddeHarvard,él seempleó tambiénen lascocinas de la casa familiar. Pero una vez que Branon regresó y comenzó atrabajarenelbufetedesufamilia,conscientedequesuamigoodiabaaquello,losacódeallíylonombrósuchófer,algoqueManuelleagradeció.Conlosaños,ManuelconocióaunachilenallamadaGladys,seenamoródeellay,ensuboda,Branonfuesupadrino.
Laamistadentreelloserabuena,sanayconunagrandosisdecomplicidad,apesardelocomplicadoqueselohabíapuestosiempreAdele.Asolas,BranonyManuel seguían siendo los fieles amigos de toda la vida. Disfrutaban de lospartidosdelosYankeesqueechabanporlatelevisión,decharlasdepolíticaydesushijos.BranonadorabaasuhijaSharon,yManuel,aCristianyaNorma.Susgrandesorgullos.
Sin necesidad de hablar, los dos amigos siempre habían entendido suposiciónfrentealrestodelmundo,ysabíandiferenciarlaamistaddeltrabajo.
Cuando Manuel daba ya media vuelta para salir de la terraza, chocó debrucesconalguienysonrióalverdequiénsetrataba.
AnteélestabaSharon,unamuchachadefinosydelicadosrasgos,decabelloscastañosyojosmarrones, con laqueera imposibleenfadarsepor suexcelentehumor,ademásdequeeralamejoramigadesuhijaNorma.
—¿Cómoestáelgruñónhoy?—preguntólajoven.Manuelampliósusonrisaycontestó:—Gruñón.Ambos rieron, aquella muchacha era un encanto, y, al ver sus ojos
enrojecidos,Manuelpreguntó:—Pero¿aquéhoravolvisteisanoche?Sharonsonrió.La tarde anterior había estado conNorma en el gimnasio practicandokick
boxing,luegoenlamanifestacióny,después,decidierontomarseunascopasenunnuevolocalenelSoho,porloquecuchicheó:
—Tranquilo.Hemosdescansado.
Manuelasintió.—¿Quétallamanifestación?Recordando la concentración a la quehabía asistido con su amiga la tarde
anteriorendefensadelosderechosdelasmujeres,Sharonindicó:—Increíble. Ni te imaginas la cantidad de gente que se unió. ¡Vivan las
mujeres!Como mujer, había salido a la calle para exigir igualdad de derechos y
oportunidades, lucharcontralasbrechassalariales, laviolenciadegéneroylosobstáculos que se encontraban en sus carreras profesionales. Unos obstáculosconlosquetantoellacomoNormasetopabantodoslosdías,ycontraloscualesdebíanpelearcomoguerreras.
—Mealegrasaberlo,cariño.Mealegramucho—afirmóélconunasonrisa.AmbossemiraronconcariñohastaqueManuel,recordandoalgo,indicó:—Hablandodeotrotema...,quieroquesepasqueestoydeseandoconocera
esenovietetuyo.Y,encuantoaNorma,veráscuandosumadreseenteredequelohadejadoconDarren...
—¡Dramón!—asintióSharon.—Pero dramón asegurado con mención de todos los santos —exclamó
Manueldivertido.Sharon,aquienlasrelacionesconloshombresnuncaselehabíandadomuy
bien hasta que apareció Hannibal porque anteponía el trabajo al amor,cuchicheó:
—Puesprontoloconocerás.YencuantoaNorma,¡creoqueesparabien!Manuelsonrió.Suhijaerauncaso,pero,centrándoseenSharon,preguntó:—¿Tanenseriovalacosaconesehombre?Divertida,lajovenasintió.—Sí,porqueescomoyo.Unamantedeltrabajo.Elchófervolvióa sonreír.QueSharon,queeraadictaal trabajo, estuviera
dandounaoportunidadaunarelación,comopoco,erainaudito,ymurmuró:—Cariño,eltrabajonoloestodoenlavida.—Manuel...,nocomiencescomopapá.—Sharon,lavidahayquedisfrutarlaunpoquitomás,nosólotrabajarla.—Valeeeeeeeee...Elhombreindicóconungestoqueyasecallaba,yellaañadió,cambiandosu
tonodevozporotromásprofesional:—Hoymeiréconvosotrosenelcochealbufete.Tengodoscientasmilcosas
quehacer,¿deacuerdo?Élasintió.Sharon era abogada, como era de esperar al pertenecer a la familia Sivon
Cardigan.Desdemuypequeñahabíaaprendidoadiferenciarentreeldeberyelplacer,yensuadolescenciahabíaasimiladoque,enocasiones,conunasonrisaseganabamásqueconunenfado.
SialgodefiníaaSharonerasupaciencia,sucarácterconciliador,susonrisa,aunque enmodo abogado era implacable hasta conseguir sus objetivos.ComodignahijadeBranonSivon,eraunamujerquebuscabasolucionesatodo.Nadalafrenaba,ysialgoodiabaenestavidaeradiscutir.Yloaborrecíaporqueconsumadresiempretodohabíasidoasí.
Cualquiercosaquehicieraerareprochable,criticable,todoeraunproblema,yporelloaloscatorceaños,antelainseguridadqueaquéllalecreó,animadaporsupadreylatutoradesucurso,SharonseapuntóalasclasesdekickboxingalasqueibasuamigaNorma.Aqueldeportelepermitiríadesconectar,centrarseydescargar adrenalina. Y así fue. El deporte la ayudó y la hizo aprender adiferenciarcómogestionarycomportarseanteelplaceryeldeber.
Noobstante, siemprehabía añorado tenerhermanos.Desdepequeña sentíaunvacíoinexplicable,unaausenciadealgoquenuncaentendióyqueguardabaen su corazón bajo llave. Le encantaba ver a Cristian y a Norma, y sentir elcariñoylauniónqueseteníancomohermanos,perosialgoenvidiabadeelloseraelamordesumadre.Gladyseradulceycariñosaconsushijosyconella,algo que su propia madre nunca había sido, y eso lo llevaba clavado en elcorazón.Siemprequenecesitabacariñoomimos,Sharonacudíaasupadre,quesindudarloselosdaba.
AdeleCardigan siemprehabía sidounamujergélidayextraña.Unamujergruñona, infeliz y problemática, llena de inseguridades, que sólo se relajabacuandoteníaunvasodewhiskyenlamanoociertospolvitosblancoscercadelanariz,aunqueprecisamenteaquellohabíaacabadoconella.
Sumadreeralafrialdadysupadreelcalordelhogar,yprontosesintiómásapegadaalapellidoSivonqueCardigan.
—¿Sepuedesaberquécuchicheáisamisespaldasvosotrosdos?—preguntó
Branondesdelaterraza.Al oír la voz de su amigo, Manuel le guiñó el ojo con complicidad a la
muchacha y semarchó,momento en que la joven, saliendo a la esplendorosaterrazadelacasafamiliar,canturreó:
—Buenosdías,papaítooooooooo.Branonsonrióaloírasuhija.Adoraba que la implacable abogada en que se había convertido siguiera
llamándoloenprivadocomocuandoeraunaniña:papaíto.Desde el mismo instante en que aquélla había llegado a su vida, todo se
habíatornadodeuncolorespecial,y,dulcificandosutonodevoz,saludó:—Buenosdías,ratita.—Papáaaaaaaa—gruñóellaconcariño.Su padre siempre la llamaba por aquel diminutivo en la intimidad. Le
encantabacontarlequeeldíadesunacimiento,alverla, loprimeroquepensófuequeeratanchiquitacomounaratita.Algocierto,peroqueBranoncontabaasumanera.
Conlasonrisaenlaboca,Sharonlobesóenlamejillay,trassentarsejuntoaél,abriósuiPadyseñaló,mirandounosdocumentos,ensutonodeabogada:
—CasoVirindeca.¿Sabesdequéhablo?—Sí.—¿Cuántomeaconsejaspedirdedañospunitivos?Branonlopensóunmomentoyluegoindicó:—Seiscientosmildólares.Ella se apresuró a crear una nota de voz en su iPad y, en cuanto terminó,
dijo:—HoytengounavistapreliminarporelcasoAlberguía,y...Branon,quitándoleasuhijaeliPaddelasmanos,lamiróyrepuso:—¿Quétalsidesayunas?—Papá...—Sharon,¿quieresrelajarte,desayunarytrabajarcuandolleguesalbufete?
Hija,megustaqueseastanprofesional,perotambiénmegustaríaquedisfrutarasunpoquitomásdelavida.Cariño,¿esquetúnuncadescansas?
Sharonresopló.SupadreyManuelteníanrazóny,sonriendo,sepreparóuncafé,momentoenelqueélpreguntó:
—¿Quétallamanifestación?—Muybien.Estámásqueclaroquelasmujereshemosdecididodecirbasta,
unirnosylucharpornuestrosderechos.Branonsonrió.Suhijaeratodaunaguerreraqueluchabaporsusderechosy
losdeotrasmujeresconuñasydientes,yvolvióapreguntar:—¿Teacostastemuytarde?—No—mintióella.Branon asintió. La había oído llegar, pues nunca se dormía hasta que ella
entrabaencasa,ysonriendoafirmó:—Añorolostiemposenlosquemepedíasquetecontaratucuentoantesde
dormir.Sharonsonrióy,recordandoaquello,repuso:—Queconsteque,aunqueyanomelocuentes,elcuentodelasdosfloresy
elconejoquelascuidabaporquequeríaserpapásiguesiendomipreferido.Emocionadoporqueaúnrecordaraaquelloquetantasveceslehabíacontado
ensuinfancia,Branonasintióy,reprimiendolaemociónqueleocasionabaoírlahablardeaquello,preguntóparacambiardetema:
—¿Aquéhoraeslacenamañanaconesesupuestonoviotuyo?—Papáaaa...—Vale,hija...¿Aquéhoraeslacenamañanaconeseamigotuyo?Sharonsonrió.PensóenHannibalymurmuró:—Alassiete.Supadreasintióy,enciertomodofelizporquesuhijafinalmentelehubiera
dadounaoportunidadalamor,preguntó:—¿Estásenamorada?Esa pregunta tan personal la dejó paralizada. Hannibal y ella se
complementabanespecialmenteporqueningunoseinmiscuíaenlavidadelotro.Peroamor,comoelamorqueoíaenlascancionesoveíaenlaspelículas,nuncalohabíasentido,yrespondió:
—Digamosqueestoybienconél.—¡¿Bien?!Pero¿quécontestaciónesésa?—Papá...,esquenoséquécontestarte.—Pueslaverdad.Padre e hija se miraron. Se conocían demasiado bien para engañarse, y
Branoninsistió:—Vamosaver,hija.Cuandovesaesehombre,¿nosientesqueelcorazónse
tevaasalirdelpecho,tesudanlasmanosolabocasetesecaporlaemoción?Y,sobretodo,¿noestásdeseandoperderteentretusbrazosyqueélsepierdaenlostuyos?
—Papáaaaa...—Contesta.Descolocada,Sharonparpadeó.LegustabaHannibal,lopasababienconél,
pero no le ocurría nada de aquello.Aun así, consciente de que debía dar unacontestación,murmuró:
—Pues...bueno...—Quientienemagianonecesitatrucos—cuchicheósupadre.—Papáaaaa...—Pero,ratita, si noestás enamoradaahorade esehombrequemequieres
presentar,¿dequiénpretendesestarlo?—Papá...,dejadepreguntarloquenodebes.Branonmeneó la cabeza. Conocía perfectamente a su hija y sabía cuándo
algo la emocionaba o la ilusionaba, y en aquella relación, por poco que lehubieracomentadoalrespecto,noveíaemoción.Noobstante,respetandoloqueellalehabíapedido,cambiódetercioygruñó:
—Sigo sin entender por qué no quieres decirme quién es ese hombremisterioso.
—Muyfácil.Porqueteconozcoyséqueloinvestigaríasdeinmediato.—Pero,hija...—Papá —lo cortó—, que nos conocemos y no sería la primera, ni la
segunda,nilaterceravezquelohicieras.¿OacasonorecuerdasaJohnyPerks,JoeVistesooRobertoVázquez?
Branonsonrióconpicardía.Velabaporsuhija.Le gustara o no a Sharon, era la única heredera de Sivon&Cardigan y,
aunque Branon sabía que ella solita sabía espantar a los moscones que se leacercaban,desde la sombra, encuanto le llegaban informacionesdeconquiénestaba,éllosestudiaba.
No quería que ningún sinvergüenza estuviera con ella sólo por su dinero.Queríaquequienestuvieraconellafueraporamor.Algoqueélnohabíatenido.
—Y,sino,papaíto,hazmemoriadelaquemeliastecuandoteenterastedequeestabacenandoconPeterJimlandy...
—Nomerecuerdesaesesinvergüenza.—Papá...—Salíacontigoyconotrasdosmujeresalavez,elmuyinsolente.Sharonsoltóunacarcajada.Recordaraquelepisodioeradivertidopormucho
quelemolestasequesupadreinvestigaraatodoaquelqueseacercabaaella.—Papá—indicó—, Peter era sólo un amigo, pero rápidamente exageraste
y...—¡¿Exageré?!Sinollegoaaparecerenaquelrestaurante,esesinvergüenza
habríaacabadolanocheenciertolugarcontigo.—Papáaaaaaaaaaaa—exclamóellariendo.BranonSivonasintiómolestoconlacabezaySharon,dispuestaachincharlo,
afirmó:—Papá,soyunamujeradultaeindependiente.Y,oye,Petereramuymono
y,ahoraquelopienso,nohabríaestadomalhaberterminadolanocheen...—¡Niseteocurraacabaresafrase!—lacortóél.SharonsoltóunacarcajadaqueaBranonlediolavida,ycuchicheó:—Esperoqueestavezquienhayainvestigadoaesehombreconelquesales
hayassidotú.—Tranquilo,papá,Hannibalesunbuenhombre.—¡¿Hannibal?!Almenosahorayasésunombre—semofóél.Sharonsonriódivertida.El hecho de queHannibal viviera enTexas y fuera tan discreto como ella
habíafacilitadoquenadie,aexcepcióndeNormaydelospadresdeél,supieradesuromance.
PeroahoraqueélsetrasladabaaNuevaYorkpormotivoslaborales,todoibaacambiar.Lagentelosveríasaliendojuntosy,adelantándoseasupadre,Sharonhabíadecididopresentarloporsorpresa.
—Tranquilo.Tecaeráfenomenal.¡Teloaseguro!—¿Puedosaberalmenosdedóndesonélysufamilia?—No, papá, que nos conocemos—repuso ella, y sonriendo afirmó—: Te
gustaránélysufamilia.Branonasintió.Habríapreferidohacermilpreguntasmás,pero, consciente
dequeellanocontestaría,dijocambiandodetema,entrerefunfuños:—Hablandodeotracosa,aunqueseasmayoryunamujerindependiente,me
incomodaqueandesdenocheporNuevaYorksinnadiequetedefienda.—Ah,no,papá...,nomevengasahoraconantigüedadesdemachoalfa.ABranonleencantabaoírhablarasíasuhija.Leencantabaquetuvierael
fuerte carácter de los Sivon y no el delicado quemuchas jóvenes de su edadtenían.Élmejorquenadiesabíaenelmundoenelquesemoveríasuhija.Unmundoplagadodehombresque,porsucondición,secreeríanmásqueella.PeroBranon Sivon se había encargado de criar a una mujer fuerte, guerrera ycombativa, que sabría sacar adelante el bufete de abogados contra viento ymarea, aunque en ocasiones comenzaba a plantearse si no le habría exigidomuchoyporesoellasólovivíaparaeltrabajo.
—Piensoentuseguridad—replicó.—Papáaaaa...—Comotuprogenitor,meveoenlaobligacióndedecirtequecreoquenoes
seguroqueunaspreciosasmuchachascaminensolasdenocheporNuevaYork;¡¿quéquieresquepiense?!
—Papáaaaaaa...—Y,callandoloocurridolanocheanterior,alvercómolamiraba, Sharon afirmó, levantando los puños ante la cara—: Norma y yosabemosdefendernos,noloolvides.Además,¡tengounizquierdazoestupendo!
Branonvolvióasonreírymiróasuniñaorgullosodeella.Suratitasehabíaconvertidoenunapreciosaycompetentemujery,conafecto,musitómientrasleacariciabaelóvalodelacara:
—Si soy muy pesado en muchos aspectos contigo es porque te quiero ydeseoqueamesaquientemirecomosifuerasmagia...—Ambossonrieron,yélasintió—.Ratita,quieroqueseasfeliz.
—Yyolosoygraciasati.—Grábateafuegoen tumenteesoquesiempre tedigo:noeresunamujer
quenecesiteunhombre,sinolamujerqueunhombrenecesita.Sharonasintió.Supadrelerepetíaconstantementeesafrasedesdepequeña,
yconcariñocuchicheó:—¡Erestanachuchable!Atontado, Branon se la quedó mirando, y entonces ella, sacando aquella
partedulceylatinaquehabíaaprendidodeGladysysufamilia,añadió:
—Siesqueeresbonito,divinoymaravilloso,yporesoymuchascosasmás,tequiero,¡gruñón!
Él sonrió comounbobo.Cuando su hija lo achuchabay le demostraba suamor,algoquenuncahabíaencontradoensumujer,niensuspadres,todoenélsedesmoronaba.
AmbossemirabanconunasonrisacuandoKate,unamuchachaqueibaunashorasaldíaparasacaralaperraPipaapasear,entróenlaterrazaparadejarunplatocongalletas.Sharon ledirigióunasonrisay,cuando la jovensemarchó,miró las tentadorasycrujientesgalletasdenataquehacíaGladys, lamujerdeManuelylamadredesuamigaNorma,eindicó:
—Tengoqueprepararunjuicio.Branon sonrió al oírlay, conocedorde losgustosde suhija, cogióunade
aquellascrujientesgalletasydijo,poniéndolaanteella:—Cómetela.Anda,ratita...,cómetela.Sin oponermucha resistencia, pues la deseaba con todo su ser, Sharon la
cogióy,trasdarleelprimermordisco,seechóhaciaatrásenlasillaymurmurócerrandolosojos:
—Wooooo,papá...,lasgalletasdeGladyssonlaleche.Branonsoltóunacarcajada.Leencantabalafrescuradesuhija,nadaquever
conotrasjóvenesadineradasdeNuevaYork,queeransólotonteríapuraydura.Alfinal,Sharonterminóhablandodetrabajo,yduranteunbuenratopadree
hija departieron sobre temas del bufete, hasta que entró en la terrazaPipa, laperralabradordelafamilia;ycuandoSharonlabesuqueaba,elhombrecomentómirándola:
—Hepensadohacerobrasenlacasa.Sharonsedetuvoyrápidamentelevantólavistahaciaél.Yaestabandeobras
enelbufete,cosaquelaestabavolviendoloca,yprotestó:—¡¿Obras?!PorDios,papá,¿acasonotienesbastanteconlasdelaoficina?
¿Oesquetehasabonadoavivirentrepolvoyruidoinfernal?Branonsonrió.Suhijaylasreformasnoerancompatibles.—Ratita, eran necesarias. Pero ya están terminando en la oficina, no te
agobies.Sharonasintió.Porsuerte, supadre tenía razón.Sinembargo,pensaren lo
queélproponíalehizopreguntar:
—¿Yquéobrasquiereshacerencasa?—Voyadividirlaendos.—¿Paraqué?Elhombre,quenoqueríaverlejosdeélasuhija,entendiendoqueeseaño
cumplíayalostreintaydos,dijoconunasonrisa:—Hija,nuncasesabeloquepuedepasar.Lavidapuedecambiarencuatro
días.—Dudoquelamíacambietanrápidamente—murmuróelladivertida.—¡Nuncasesabe!Sharonseencogiódehombros,yélañadió:—Sihagoobrasesparaquetengasintimidadysigasviviendocerquitadetu
ancianopadre.SécuántotegustavivirfrenteaCentralPark.No todos podían vivir allí, en un espacioso piso de más de cuatrocientos
metros cuadrados, contando con vecinos ilustres, como actores de cine oescritoresfamosos.Alverelgestodesuhija,Branonlepreguntó:
—¿Quétepareceseguirviviendoaquí,peroindependiente?Consciente de lo que su padre quería hacer y de lomucho que le gustaba
vivirallí,lajovenafirmó:—Parasersincera,nomeveoviviendoenotrolugar.—Especialmenteporlastiendas.—¡Ahílehasdado,papá!¡Vivanlastiendas!Afectuoso, el hombre miró a su hija; entonces ella, sin saber por qué,
preguntó:—¿Creesqueamamálehabríagustadohacerreformasencasa?A través de la puerta de la terraza, Branon vio el retrato que había de su
fallecidamujerenelsalóny,sinmuchoamor,respondió:—Imaginoqueno.Adelehabíamuertoseisañosantesaconsecuenciadesusadicciones.Eldía
queocurrió,Branonnosintiólamásmínimapenaporella.Sumatrimoniohabíasidoun auténtico infierno, y era conscientedeque lavidaparaSharonyparatodoelmundoseríamuchomejorsinaquellaproblemáticamujer.
Estuvieron en silencio unos segundos pensando en sus cosas, hasta queBranondijo:
—Escucha,Sharon...—Lajovenlomiró—.Aunquedividalacasayundía
vivasconotrapersona,nuncaolvidesqueyosiemprevoyaestaraquí.—Losé,papá...,claroquelosé.Pero,tranquilo,todoasutiempo.Conmimo,Branontocólamejilladesuhija.Pornadadelmundoqueríaque
tuvieraqueviviraniveldeparejaloqueélhabíasoportado,einsistió:—Quieroquemiojitoizquierdoseadichosayfeliz,yqueelhombrequete
merezcanuncadejedehacertesonreír.Al oír eso, Sharon soltó una carcajada. Siempre le había gustado que su
padreledijeraaquellodelojitoizquierdo,ycuchicheó:—¿Algúndíameenterarédequiénestuojitoderecho?Contristezaenlamirada,BranonsonrióalpensarenRachel,eindicó:—Algúndía.Ambossonrieronyél,emocionado,agarrólamanodesuniñaypreguntó:—¿Mepermitesdarteunconsejo?—Melovasadaraunquedigaqueno.Élsonrióy,conelcorazónrotodesdehacíacasitreintaydosañosporuna
decisiónquenuncaseperdonaríanohaberresueltoenelmomento,yqueconelpasodelosañosyasehabíahechodifícildesolucionar,Branondeclaró:
—Paseloquepaseentemasdesentimientos,hazsiempreloquetucorazóntegrite,noloquetedictetucabezaparaquedarbieny,muchomenos,loqueteobliguenahacer losdemás.Fíateyguíatepor tus instintos.Yprométemequenuncaperderáseltiempolamentándoteporerrorespasados,sinoqueaprenderásdeellosyseguirásadelante.
—Claro, papá.Te lo prometo—asintióSharon y, curiosa, preguntó—: ¿Yesoaquéviene?
Sinquererhablardelosdemoniosqueloperseguíandesdehacíatantosañosporcosasquedeberíahaberhechoynohizo,Branondiounnuevo tragoa sucaféycontestó:
—Viene a que tu destino, tus vivencias y el amor los has de controlar tú,porquelavidaesmuylarga,comoparaluegolamentarse.
Lajovencogióotragalletaquesupadreleofrecíaylooyódecir:—Mipadre, tuabuelo,eraunhombre terco,calladoyobstinadoenexceso
quedifícilmentemanifestabasusemociones.PerorecuerdounavezquemellevódecaceríaaNamibia,memiróalosojosy,trasunsilencioquemeerizólapiel,medijoquecazaruntigreblancoeraelproyectodesuvida.Eneseinstanteno
entendí a qué se refería, y simplemente sonreí. Pero he de decirte que esaspalabrastomaronformaeldíaquefuipadre.Depronto,laspalabrasdemipadrese volvieron mis palabras, cuando me percaté de que tú, cariño mío, eras elproyectodemivida,porqueeraloquesiemprehabíaansiado,yestabadispuestoa dejarme la piel por ti. Y aunque hay cosas de mi pasado que me gustaríacambiaryporlasquenosóloatideberíapedirdisculpas,yo...
—Papá...,pero¿dequéhablas?Al oír a su hija, Branon se despabiló. Pero ¿qué había estado a punto de
contarle...?—Con esto quiero decirte —añadió aclarándose la voz— que algún día
llegaráelproyectodetuviday...—PorDios,papá,nopiensotenerhijostanpronto.Dametiempo.Él sonrió. Le encantaba imaginarse jugando con algún nietecito suyo, e
indicó:—Nohablo de niños,mi amor.El proyecto de cada persona puede variar.
Paramipadreeracazaraqueltigreblanco,paramífuesertupadre,yparatiseráloqueelcorazóntegrite.
—Vale,papá.Eltiempolodirá...—Nuncaolvides,cariño,queel tiempoeslacosamásvaliosaquetodoser
humanoposeeypuedegastarasuantojo.Yesetiempovenideroseráelquetehagasaber,ansiarydesearcuálseráelproyectodetuvida.
Sharon sonrió. Sin duda, tras el amago de infarto que le había dado hacíaunos meses, su padre estaba tontorrón, asustado y nostálgico, por lo que,levantándose,sesentóenlaspiernasdeély,trasdarleunbesoqueaBranonlesupoagloria,afirmó:
—Papaíto,demomento,ysinlugaradudas,elproyectodemividaerestú.
Capítulo6
CuandoManueldejóenelbufetedeabogadosaBranonyaSharonalasnuevedelamañana,cadaunotomócaminosdistintos,sedirigieronasusdespachosyenseguidasepusieronatrabajar.
Noobstante,elruidoinfernaldelareformaylosgritosdelosobrerosparacomunicarseentresídesesperabanaSharon. Intentócentrarseen loqueestabahaciendo, pero el sonido metálico de algunas máquinas apenas si la dejabatrabajar. Por ello, salió de su despacho, dispuesta a tomarse un cafetito, peroantesdecidiópasarporelbaño.
Una vez en uno de los cubículos, oyó que la puerta principal del aseo seabría.
—Llevo aquí dos meses y ya he visto que es tremendamente pija—dijoalguien—.Sólohayquevercómoviste.Loewe.LouisVuitton.Armani...¡Todolollevademarca!
—A mí me intimida—contestó otra persona—. Es verla aparecer por eldepartamento y me echo a temblar. Según me dijo Bernard, el pasante desegundocurso,cuandoalgonolecuadraenuncaso,quetiembleelmundo.
Sharonsonrió,¿dequiéndebíandeestarhablando?—¡PoralgolallamanCuchilloSangriento!A Sharon se le borró la sonrisa de la cara, ¡hablaban de ella!, y entonces
volvióaoír:—Ensudefensa,hededecirqueconmigosiemprehasidomuyagradable.
Paranadalaveocomovosotrasdecís.—Sinceramente—añadió la primera voz—, a mí estas ricachonas que se
críanentrealgodonesysonlasniñitasdepapá,pormuchoquemesonrían,no
me gustan. Se creen las reinas delmundo y te la juegan cuandomenos te loesperas.
Duranteelratoquelastresmujeresestuvieronenelbañohablandodeella,Sharonpermanecióenelcubículodelaseo.
¿Porquélagentesiemprelaprejuzgabaporsudinero?¿Por qué nacer en una familia rica para muchos significaba ser tonta,
antipáticayestirada?Pero,singanasdeenfrentarseaaquéllas,porquesilohacíanolesibaadecir
nadaagradable,esperóaquesemarcharanydespuéssalió.Una vez que abandonó el baño, se dirigió hacia la salita del café, pero su
humoryaeraoscuro.Nuncalehabíagustadoquelajuzgaransinconocerla.Alentrarenlasala,sedirigióhaciaunadelascafeteras,peroestabavacía.Mirólasegunda.Vacíatambién.
Alver aquellomaldijoy,molesta, llenódeagua la cafetera,pusoun filtronuevoyechócafé.
Cincominutosdespués,cuandolajarraestuvollenadericoyhumeantecafé,se tomó un vasito sentada mientras pensaba cómo proceder ante unrequerimientoque tenía quepreparar.En ese instante, la puerta de la pequeñasalaseabrióyalguiencomentó:
—¡Québienhuele!Al mirar de reojo, Sharon vio a uno de los obreros, e indicó de no muy
buenosmodos:—¿Puedescerrarlapuerta,porfavor?Pero,eneltonoenquelohabíadicho,parecíamásunaordenqueotracosa,
yelhombre,obedeciendo,afirmó:—Porsupuesto.Ensilencio,elextrañoseacercóhastalacafeteray,cuandofueacogeruno
delosvasitosdeplásticoquehabíaallado,ellacomentó:—Sería de agradecer que, cuando acabarais las cafeteras, ya que os
permitimosentrarenestasalaatomarosuncafé,prepararaismás.Elhombrelamiróy,levantandolascejas,preguntó:—¿Lashemosacabadonosotros?—Esoimagino.—¿Imaginasoloaseguras?—quisosaberélconmofa.
Sharonresopló.Nopensabaentrarentonteríasconaquél,eindicó:—Imagino.Noah,queasísellamabaél,sonrióyrespondió:—Selodiréamishombres.Notepreocupes.—Gracias.Noah asintió y, mirando a aquella mujer a la que no había visto nunca,
puesto que él apenas iba por aquella reforma porque la llevaba su hermano,preguntó:
—¿Teimportasimetomouncafé?Aloírlo,Sharon se levantó, echó rápidamente café enotrovasitoy, al ver
cómoéllomiraba,mintió:—Esparamijefe.Noahasintióy,cuandoellasealejaba,ledijo:—¿Sabesenquéplantaestáadministración?En ese instante, a Sharon le sonó su teléfono y se apresuró a responder.
Durantevariosminutoshablóconalguien,yfinalmenteseñaló:—Dilequepidaunreceso.Esonosdarátiempopararevisarexhaustivamente
lalegislación.Cuandocolgó,él,quelahabíaescuchadoensilencio,murmuró:—Hablascomounaabogada.Sharonclavólamiradaenaqueltipoysefijóensusincreíblesojosverdes.
Eranpreciosos.Noobstante, todavíamolestaporloquehabíaoídoenelbaño,respondió:
—¡Soyabogada!Noahsonrióy,bajandolavoz,cuchicheó:—Mujer,eraunabroma.Singanasdeconfraternizarconél,quelamirabacongestodeguasa,Sharon
asintióyapuntódirigiéndosehacialapuerta:—Mevoy.Algunastenemosquetrabajar.Y,antesdequeNoahpudieracontestar,semarchódejándoloconunasonrisa
enloslabios.A continuación, olvidándosede él, regresó entre el ruido a sudespachoy,
pocodespués,condiligenciayprofesionalidad,atendióaunosclientes.SharonsehabíaganadoelapododeCuchilloSangrientoporsutenacidady
su luchaparaconseguir susobjetivos.Erapeleona,durae implacable,yno sedejaba vencer nunca sin presentar antes una buena batalla en los despachos yanteeltribunal.
Sialgolehabíaenseñadosupadredeesemundilloerandoscosas:corazónyfuerza. Corazón para quienes lo necesitaran, y fuerza para luchar contra lasadversidades.
Además de los casos que atendía en Sivon&Cardigan, sin darle bombo yplatillo,Sharoncolaborabaaltruistamenteconunaasociacióndemujeres.Tresdíasalasemana,sepasabaporsusoficinasparaasesoraratodaaquellaquelonecesitara en temas de machismo, desigualdad en el trabajo o violencia degénero.Eraalgoquetambiénlehabíainculcadosupadre:ellosdebíanayudar,siemprequepudieran,aquienesmáslosnecesitaban.
Desdesuposición,sabíaquenopodíapermanecerimpasibleanteloquelesocurríaaotrasmujeres,ysiella,porsuvisibilidad,podíaserlavozdeaquéllascuyavozestabasilenciada,¿porquénoayudarlas?
Durante horas solucionó problemas del bufete Sivon&Cardigan, y cuandofinalmente acabó, miró a Alicia, su secretaria de origen hispano, y dijoentregándoleunospapeles:
—En el caso de divorcio de Sutter Barns estamos a la espera de que eljuzgadonosdédíayhorapararatificarelconvenio,¿deacuerdo?
Alicia asintió. Le encantaba trabajar con Sharon. Nunca olvidaría laoportunidadqueaquéllaleofrecióensumomento,unaoportunidadquelaayudóacambiarsuvidayaseguiradelante.Trasguardar lospapelesenunacarpetagris,leentregóunpapelpequeñoeindicó:
—Hanllamadodelaasociación.Esaúltimapalabracaptótotalmentelaatencióndesujefa,yentoncesAlicia
musitó:—Julianaestáenurgenciasotravezconsuhija,enelhospitaldeHarlem.Sharoncerrólosojosaloíreso.Julianaeraunamujerdelaasociaciónquesufríaporelmaltratodelqueera
víctima su hija Caty, una mujer enamorada de treinta y cinco años, que, poramor,permitíatodoaquelloymás.
Alenterarsedelanoticia,laabogadaselevantóy,trascogersubolso,miróaAliciaylepidió:
—Anula la comida conmi padre y dile que he tenido una urgencia de laasociación.
Unavezquesaliódelbufete,cogióuntaxi,quelallevóhastaelhospitaldeHarlem.Alllegarallí,escribióunwasapaJuliana,querápidamentelerespondióindicándoleenquépartedeurgenciasestaban.
Mientras caminaba, se cruzó con varias personas que la miraron concuriosidad.Aquellamujertanelegantementevestidadesentonabaenelentorno,peroSharoncontinuósucaminosinhacerlescaso.
Al llegaralboxdeurgenciasque lehabían indicado,seencontróde frenteconJuliana,que,alverla,caminócompungidahaciaella.Concariño,Sharonlaacogióentresusbrazosylaconsoló.Loqueaquéllaestabapasandoconsustreshijos no tenía nombre. Dos de ellos habían muerto por ser consumidores decrack,ylahijaquelequedabaeramaltratadaporlabestiadesumarido.
Cuando Juliana se tranquilizó, se les acercó Jenny, una voluntaria de laasociación,quesaludóaSharonyluegocomentó:
—Estamosesperandoaqueledenelalta.—Esemalnacido...EsehijodeSatanás...—murmuróJuliana—.Lavioenla
manifestacióny,cuandollegóacasa,seensañóconella.ASharonselerompióelcorazónaloíresoy,dejandoelbolsosobrelasilla,
trasconsolaraJulianadenuevo,preguntó:—Dimecómoestá.—Moratones,underrameenelojoderechoylanarizrota—musitólamujer
entrelágrimasobservandoasuhija.En silencio,Sharonasintióy luego,mirandoa Jennyya Juliana, lespidió
quelasdejaranasolas.—Caty...—llamóconsuavidad.Apesardeestardespierta,lajovennosemovió,noqueríahablarconella,y
Sharonindicó,acercándosealacama:—Caty,estonopuedeseguirasí.Ellaasintió,perocerrólosojosymusitó:—Estoybien...,estoybien.Mehecaído.Soyunatorpeymehehechodaño.Sharon suspiró. Estaba mintiendo. Una nueva mentira para encubrir a su
maltratador.Permanecieronunossegundosensilencio,hastaqueCatylamiróySharon
indicó:—Estovaapeor,ylosabes.¿Aquéestásesperando?¿Aquetemate?Lachicanorespondió,ySharoninsistió:—Debesdenunciarlo.Debesdejarlo.Debesserfuerteydejardeprotegerlo
parapensarenti,porquesinohacesnadadeeso...—Hellegadotardedelamanifestacióny...y...élsehapreocupado.Perome
quiere.Laobsesiónporconfundirel amorconaquel tipodecontrolyelposterior
maltrato era algo que les ocurría a muchas de las personas que pasaban poraquello,ySharonconpacienciainsistió:
—Caty, ¿no te das cuenta de que eso no es amor? Si realmente él sepreocuparaporti,notepegaría,noteharíadaño,noteharíasufrir,porque...
—Esomelodicestú,quevivesentrealgodones.EldesprecioconquelehabíahabladohizoqueSharonsuspirara.Denuevo
la prejuzgaban por ser hija de quien era y vivir donde vivía, por lo querespondió:
—Vivirentrealgodonesnotegarantizalafelicidad,Caty.Pero,dejandodeladoesetema,aquímetienesparaayudartealucharportulibertad,tusderechosy tu bienestar. Porque pienso que ni ese hombre ni nadie tiene derecho agolpearte.
Eneseinstante,lacortinadelboxseabrióyJeff,elmédico,dijotendiéndoleunashojasalajoven:
—Aquítieneselalta,Caty.Tómatelasmedicinasprescritascadaochohoras,yendosdíastienescitaconelespecialistaparaqueteveaesanariz.
Julianacogiólospapelesqueélletendíaasuhija,losapretóconfuerzayleaseguró:
—Aquíestará,doctor.Elmédicoasintióy,haciendoungestoaSharon,alaqueyaconocíadeotras
ocasiones por aquella y otras mujeres que acudían en un estado parecido, leindicóque saliera con él.Unavezque estuvieron losdos solos fueradel box,comentó:
—Siguediciendoquesecayóysegolpeóellasolaencasa.Pero,porDios,¿nohaymaneradedenunciaraesebestia?
Lafrustracióndeaquéleratangrandecomolasuya,ySharonrespondió:
—Hastaqueellanoloquiera,nadasepuedehacer.Enese instante sonóelbuscadelmédico,que lomiróydijo, antesdedar
mediavueltayalejarsedeella:—Esamujercorrepeligro.Ytúlosabestanbiencomoyo.Sharonasintióy,trasdecirleadiósconlamirada,seocupódeayudarentodo
loquepudoaJulianayaCaty;perocuandolasdejóencasadelaprimeraysedespidiódeJenny,unsentimientodefracasoseapoderódeella.
¿CómounamujercomoCatyeraincapazdereaccionar?Pensandoenello,entróenunacafetería.Sepidióuncaféyentonceslesonó
elmóvil.AlverlacaradeHannibalenlapantalladelteléfono,sonrióy,olvidándose
porunmomentodeloquepodíahacerparaayudaraaquellamujer,respondió:—Hola.¿Cómovatudía?Hannibal,queeratambiénabogadoysepostulabaparalaFiscalíadeNueva
York,contestóaloírla:—Seguroquenotanbiencomoeltuyo.—Alverquesujefedecampañalo
miraba, le hizo una seña con lamano para que esperara y preguntó—: ¿Todobienhoy?
Sharonsuspiróymurmuró,recordandoeldíaquehabíatenido:—Todavíanohecomido.Sorprendido,Hannibalsemiróelreloj.—PorelamordeDios,Sharon,soncasilascuatrodelatarde...¿Porquéno
hascomido?Rápidamentelecontólosucedidoy,encuantoacabó,éldijo:—Es una pena lo queme cuentas. Pero creo que deberías centrarte en los
casosimportantesdetubufetequetegenerenbeneficiosyolvidartede...—Hannibal, estamos hablando de personas, de dolor y de sentimientos.
¿Cómopretendesquemeolvidedeello?Elaludidocallóy,tocandosurelojfavoritoconmimo,cuchicheó:—Tienesrazón.Y,comoyosímepreocupoporti,ahoramismovasacolgar
elteléfonoytevasairacomeralgodecente.—Conunahamburguesamevale.—Hedichoalgodecente—insistióél.—¿Unahamburguesanoesdecente?
—Creoqueseríamássanounaensaladadepollo.—¿Meestásllamandogorda?—Nodigastonterías,Sharon.—Sonrió—.Sólopiensoentusalud.—¿Ysiteesperoymeacompañas?Hannibal lo pensó, pero tras mirar a Conrad, su jefe de campaña, que le
indicabaquedeseabahablarconél,replicó:—Losiento,peronopuedeser.—OK.Tútelopierdes.Hannibalsonrió.Si algo le gustaba de Sharon era lo autosuficiente que era, no como otras
mujeres,quetodoelratoestabanpendientesdeélyseempeñabanenllamarlopordiminutivoscariñososqueloenfermaban.
Enesesentido,Sharoneraperfecta.Enlosmesesqueseconocíannuncalohabíaagobiado,exigidonillamadoporotronombrequenofueraelsuyo,yesoeradeagradecer.
—Como tú me has dicho en alguna que otra ocasión, primero el deber ydespuéselplacer.
Sharonasintió,yfinalmentemurmuró:—Tienesrazón.—Porcierto,mispadressehanpresentadoporsorpresaenNuevaYorkjunto
amitíaGrace.—¡¿Qué?!—Loqueoyes.—¡Nomedigas!—exclamósorprendida.Hannibal odiaba las sorpresas. Con él, todo tenía que estar siempre
escrupulosamente planeado, e imaginando su incomodidad ante aquellaeventualidad,Sharoncuchicheó:
—¿Ynotehadadounataqueoloshasmatado?Élsonrió.Québienloconocía,y,sorprendiéndoladenuevo,respondió:—Por lo visto, mi padre tenía que arreglar ciertos asuntos, mamá lo
acompañó,Grace se apuntó..., ¡y aquí están!Y, bueno, ¿te apetece cenar estanocheconellos?Amimadreleagradaríavolveraverte.PodríamosenseñarlelacasaquehecompradocercadelatuyayluegopodríamosverelpartidodelosYankeesensuhotelconellos.¿Quéteparece?
Sharon suspiró. Ella sí conocía a los padres y a la tía deHannibal por unproblema que surgió en el pasado y, creyendo que a lamadre de aquél no leagradaríaverla,puessiemprelamirabacongestoraro,respondió:
—Imposible.EstanochesalgoconLucyyconNorma.Hannibalasintió,peroinsistió:—¿Ynopuedessalirotranocheconellas?Durante unos segundos, ella lo pensó. Sería muy descortés no ver a los
padres de él, pero consciente de lo difícil que era juntar a sus dos amigas,repuso:
—Losiento,perono.—Vamos...,amispadreslosharámuyfelicesvertedenuevo.—Hannibal,tengoprogramadaestasalidadesdehacetresmeses.El aludido, que conocía de primeramano la situación de sus dos amigas,
finalmenteclaudicó.—De acuerdo.Lo entiendo—y susurró—:Cenaré conmis padres y la tía
GraceyluegoveréalosYankeesconmipadre.—¡Arriba losYankees!—exclamódesconcertadayentonces, recordandoa
lospadresdeaquélyelfeoquelesharíanocenandoconellos,dijosinpensarlo—:¿Quéteparecesimañanalostraesalacenaconmipadre?
Al oír eso, Hannibal sonrió. Él también la conocía y sabía qué tenía quehacerparaconseguirsupropósito,perosehizoelsorprendidoypreguntó:
—¿Estássegura?Sharon dudó.Quizá fuera precipitado, pero, sin querer pensarlo en exceso
paranoarrepentirse,insistió:—Porsupuesto.Algúndíatienenqueconocerse.—Deacuerdo—dijoél,tomándolelapalabraantesdequecambiaradeidea
—. Y, por favor, ponte los pendientes que te regalaron. Seguro que les haráilusiónverquelosusas.
A Sharon no le agradó oír eso. ¿Por qué tenía que ponerse lo que otro ledijera?
Sinembargo,conscientedequeesedetallelesgustaría,afirmó:—Cuentaconello.Hannibalsonrióyañadióantesdecolgar:—Te aseguro que, en cuanto les hable a mis padres de la cena, se
emocionarán.YquesepasqueacabasdehaceramimadreyamitíalasmujeresmásfelicesdelaTierra.
—¡Exagerado!—replicóSharon,queyacomenzabaaarrepentirse.Veinteminutosdespués,mientrassecomíaunahamburguesaenunlocalque
conocía,suteléfonosonó.Eradelaasociacióny,sindudarlo,dejóloqueestabahaciendo y se dirigió hacia la oficina. Una mujer con un problema laboralnecesitabasuayuda.
Capítulo7
Tras un día ajetreado, a las siete ymedia de la tardeSharon se arreglaba contranquilidad en su habitación mientras de fondo sonaba la voz de LutherVandrosscantandoNeverLetMeGo.Estabaenamoradadeaquellacanción.Leencantabalasensualidaddeaquellavozyaquellamelodíay,comosiemprequelaescuchaba,pensóenlasrelacionesdeparejaqueveíaenlaspelículas,enlasque dos personas se enamoraban locamente y todo lo demás dejaba de existirparaellos.
Aquellacanciónyaquellaspelículasrománticasqueveíadesdeniñaeranloideal,algoquenohabíaencontradoenelmundoenqueellavivía.Loshombreserandemasiadoegoístas,ySharonnoestabapor la labordevivirsupeditadaanadie.
Sus relaciones con el géneromasculino siempre habían sido esporádicas ybasadassobretodoenelsexo.Nuncaningúnhombrelehabíahechosentirquemerecíalapenaintentaralgomás,porquecreíaquelosacobardabaatodos.Sinembargo,esocambiócuandoconocióaHannibal,unadictoaltrabajocomoella.
Hannibal, abogado también, había dirigido su carrera hacia la política, yahorasepresentabaparafiscalgeneraldelEstado.
Eraunhombreculto,pausadoyregioquesolíaatraerlasmiradasdemuchasmujeres,alasqueélnoprestabalamenoratención.AlgoqueaSharonlegustó,y supo que a su padre le encantaría. Si algo odiaba Branon Sivon era a loscasanovasqueibandeflorenflor.
Centrándoseenellaynoenlamúsica,semiróalespejo.Sehabíapuestounelegantemononegro que llevaba la espalda abierta y unos bonitos zapatos detacón.Concoquetería,serecogióelpelo,peroalsentirqueaquelloledabaun
airemásserio,comoelquebuscabaensutrabajo,selosoltóy,poniéndoseunosbonitospendientesnegrosdefantasía,afirmó:
—Sinduda,éstos.Una vez que hubo terminado, abrió su amplio e increíble armario y, tras
mirarvariascazadorasdecuerodedistintoscolores,cogiólaroja.Luegocerrólapuertaysaliódelahabitación.
Cuando se dirigía hacia el salón, al pasar por delante del despacho de supadre,oyómúsica.Supadreeraungranmelómano,ySharonsonrióaloírlavozdeRoyOrbisoncantandoPrettyWoman.Eralacanciónpreferidadesupadre.
Moviendolascaderasalcompásde lacanción, la jovenabrió lapuertadeldespachoy,alverlosentadoantesumesaconlosojoscerrados,sealarmóyseapresuróaentrar.
—¡Papá,¿estásbien?!Aloírlavozdesuhija,elhombreabriólosojosyrespondiómirándola:—Claro,hija.Tranquila.Sin perder un segundo, Sharon se acercó a él. Sólo hacía unosmeses que
habíasufridounfuerteamagode infartodelqueaúnseestabarecuperando,y,asustada,ibaahablarcuandoéldijosonriendo:
—Hija,estoybien.—¿Seguro?—Sí,ratita...,sí.Sólodisfrutabaescuchandolacanción.Noteasustes.Lajovensetranquilizó.Pensar que pudiera pasarle algo a su padre la horrorizaba, y cuando iba a
hablar,sonóelteléfonodeBranon.—EsWillSomerville—indicóél.Sharon asintió. Su padre bajó el volumen de la música y se apresuró a
responder.Mientras hablaba con Will, el informador de Branon que le llevaba
determinados casos judiciales, ella se dedicó a mirar a su alrededor. Desdepequeñasiemprehabíasentidoqueaquelsitioeraespecial.Eraentrarenaqueldespacho de madera envejecida por el paso de los años y sentirse protegida.Siempre había sido el refugio de ella y de su padre cuando su madre seemborrachabaogritabacomounaloca.Sindudaerasulugarespecial.
Conunasonrisa,mirólafotoqueteníasupadresobrelamesa.Unafotode
ellosdosenParísenlaqueelpropioBranonhabíaescritosobresuscabezas:MI
RATITAYYO.—Nosepuedeestarmásguapa.Al oír la vozde supadre, ella lomiróy, sonriendo, dijo al tiempoque se
dabaunavueltecitafrenteaél:—Adulador.—Mipreciosoojitoizquierdo.Sharonsoltóunacarcajada.Sonriendo, Branon Sivon se levantó de su sillón de cuero oscuro y ella,
mirandounviejoreproductordecintasdevídeoVHSquehabíaeneldespacho,comentó:
—PorDios,papá,¿cuándovasatiraresaantigualla?Elhombremiróloqueleseñalabaycuchicheósonriendo:—Nunca.—Pero,papá,¿paraquéquieresesosinisiquieratienescintasdevídeo?Branonseencogiódehombros.—Esa antigualla, como tú la llamas, lleva media vida conmigo, y no me
molestaríaqueestuvieraotramediavidamás.Sharonsonrió,supadreysusmanías,yolvidándosedeaquellopreguntó:—¿QuétehacontadoWill?Elhombrenegóconlacabezay,acercándoseasuhija,contestó:—Estoypendientedeunoscasos.Hequedadoconélmañanaenlaoficina.—¿Quécasos?—preguntóellainteresada.Branonsonrió,perocomonoqueríahablardeaquelloconsuhija,repuso:—Dejemoseltrabajoporhoy,¿vale,ratita?Lajovenasintióy,recordandoalgo,preguntómientrasobservabaelrostrode
supadre:—Papá,¿teimportasilospadresylatíadeHannibalvienenmañanatambién
acenar?Sorprendido,Branonsequedóinmóvil.—¿Enserio?¿Tanrápidovaesto?Divertidaporsugesto,ellatratódequitarleimportancia.—SehanpresentadoporsorpresaenNuevaYorkyhecreídooportunoque
vengany,bueno...,nosé...
Branonlamiróconunamediasonrisa.Desde pequeña, cuando algo la inquietaba, la ponía nerviosa o no estaba
seguradeello,Sharondudaba;divertido,élindicó:—¿Porquédudas,ratita?—Yooooooooooooo...Branonasintióy,desistiendodeseguirpreguntandoporlainseguridaddesu
hija,dijoencambio:—Mepareceestupendoquevengan,cielo.AvisaréaGladysparaquesepa
quehabrátresinvitadosmásparalacena.—Porcierto,papá.Mañananome llamesniunasolavezratitadelantede
ellos,¿vale?—¿Porqué?Sharonresopló.—Porque eso es algo entre nosotros y no quiero que lo sepa nadie más.
Además,aHanniballeparecenabsurdosesosnombrecitosempalagososy...—¿Notellamacielo,cariñooamor?—Noooooo.PorDios,papá,pero¡¿quétonteríasdices?!Branonnegóconlacabezaycuchicheó:—Unpuntonegativoparaesemuchachodemiparte.—Papáaaaaaaaaaaa...—Ratita,sinotellamaahoracariño,muñequitaocielo,¿cuándopretendes
quelohaga?—Nunca.—Oh,hija,nodigassandeces.Nohaynadamásbonitoquelapersonaquete
quieretellameporundiminutivocariñoso.Sharonsuspiróe,ignorándolo,matizó:—Papá,somosHannibalySharon,dospersonasadultas.Dejémosloahí.Branonnodijomásy,mirandoasupreciosahija,cuchicheó:—Siyofueratunovio,teaseguroqueestanochecenabasconmigo.—Papáaaaaaaaaa,nomeseas...—Hija,soydeotraépoca,peronoporellomachista—indicóconscientede
lo que ella pensaba y defendía con uñas y dientes—. Sólo digo que estás tanguapa que no te dejaría alejartemucho demí, por si otromás listo que yo tehacíasonreír.
Sharonloabrazódivertida.Adorabaaaquelhombreporencimadetodoy,tranquila al ver que se encontraba bien, apoyó la cabeza en su hombro ymurmuró:
—Nadiemehacesonreírcomotú.—¿EsetalHannibaltampoco?Conscientede su realidad,y sin sentir lanecesidaddeengañar a supadre,
ellarespondió:—Demomentono.—Malasunto.Otropuntomenos—gruñóBranon.—Papáaa...Pero, felizporestarconella, labesóen lacabeza, justoenelmomentoen
quesonabael timbrede lapuerta.Ambossemiraroncuandooyeron lavozdeNormay,juntos,salierondeldespacho.
Norma, una morenaza de grandes ojos oscuros, vestida con un preciosovestidobeige,ibadelbrazodesuorgullosopadre,Manuel,quellevabapuestalagorradelosYankees.Sinsoltarasuhija,Branonpropuso:
—Manuel,¿quéteparecesitúyyoestanochenosvamosdejuergaconlasniñas?
Elaludidodejóescaparunacarcajada,yNormaindicó:—Losiento,jovencitos,peronosgustanmásmaduros.Los hombres soltaron una risotada, y a continuación Sharon preguntó
divertida:—¿OsperderíaisvosotrosunpartidodelosYankeesporsalirconnosotras?—¡No!—afirmóBranon.—¡Nilocos!—apostillóManueldivertido,tocándoselagorra.EntrerisasycomentariosdelpartidodelosYankees,loscuatroentraronen
elsalónaesperaraLucy.Alasochoycuarto,NormapreguntódirigiéndoseaSharon:—¿AquéhoraledijisteaLuciferqueviniera?—Alasocho,ynoempecemos.Normaprotestócabeceando.—Pero¿esqueesaricachonasiempretienequellegartarde?—Normaaaa...—Esquenopuedoconella.Saberque lavoyaverhacequemesalgaun
terriblesarpullidoportodoelcuerpo.Sharonresopló.LucyyNormanose llevabanespecialmentebienentreellas.Mientrasque
Norma era la amiga con la que había crecido en su casa, con Lucy habíaestudiado en el carísimo colegio al que había asistido y había viajado por elmundoconella.
Para Sharon, las dos eran especiales e indispensables. Las dos eran susmaravillosasamigas,alasqueadorabaporencimadetodo,perolasintoníaentreellasnoeramuybuena.
Lucy no terminaba de entender que Sharon fuera tan amiga de la hija delchófery lacocineradesupadre,yNormanocomprendíaqueaquéllaquisieratantoaunarepublicanaclasistayatontada.
DeprontosonóeltimbredelapuertaySharondijosonriéndoleasuamiga:—¡Yaestáaquí!—¡Chupi!¡Memeodelailusión!—semofóNorma.
Capítulo8
Cuando Lucy llegó, con su llamativo y perfecto pelo rubio, saludó a lospresentes.Después,laschicassedespidierondeBranonyManuel,bajaronalacalleycogieronuntaxi.
Unavezque llegaronal lugarqueNormahabía indicado,Lucyprotestóalverdóndeestaban.
—¿Aquí?—Sí.—¿CenamosenLittleItaly?—Sí—afirmóNorma.—¿Porquéaquí?—insistióLucy.Norma contó hasta diez. Todo lo que hacía siempre era cuestionado por
aquéllay,alverqueesperabaunarespuesta,dijoagarrandolamanodeSharon:—Porquemegustacomerhastareventar.—Asítieneseltraseroquetienes—mascullóLucy.Normalamiró.Sucuerpoyeldeaquéllanoteníannadaquever.Mientras
que ella era todo sensualidad y curvas latinas, Lucy era la delgadez y laeleganciapersonificadas.
Sharonsonrió,susamigaseranuncaso,yestabamirandoaLucycuandoéstacuchicheó:
—PorDios,cuántagentehay...Norma resopló y, cuando iba a decir alguna de sus lindezas, Sharon se le
adelantóymurmurómirandoaLucy:—Dejadequejarte,¡protestona!Variosminutosdespués,trascaminarporlaconcurridacallellenadegente,
sobretodoturistas,finalmentesedecidieronporunrestaurantequeyaconocían.Cuandosesentaron,NormapreguntóconciertamaldaddirigiéndoseaLucy:
—¿Fuistealamanifestacióndemujeresdelotrodía?Larubiaseretiróelpelodelrostroconcoqueteríayrespondió:—Imposible.Teníaunacitaimportantísimaconmidecorador.—Desdeluego...,quépena—murmuróNorma.—¿Porqué?¿Sepuedesaber?SharonmiróaNorma,no legustabaquecomenzaran tanprontoadiscutir,
peroaquélladijo:—Porqueeresmujer.Y,comotal,deberíasapoyaraotrasmujeresquepor
desgracianolotienentanfácilcomotú.Lucyparpadeóe,ignorandoelcomentario,apuntómirandoaSharon:—QueconstequehabríapreferidocenarenGantrubinosoenChiviteca,yno
enestesitiollenode...,uf...—YyopreferiríatenerunMaseratirojo—semofóNorma.—¿Comoelquetienemiúltimochico?—replicóLucy.Aloíreso,Normasonrió.Noconocíaalnuevoliguedelarubia,perosólode
pensarcómoeraellapodíaimaginarsecómoeraély,trasmiraraSharon,quelepidióprudenciaconlosojos,matizó:
—Nomelotomesamal,perono,comoeldetuúltimochico,no.—Perosinoloconoces...—Conociéndoteati,yaséloquemepuedoencontrar.—NiquetuDarrenfueramejorquemiArchieSaint-VincentDeLacroix—
farfullóaquélla.—¡¿Archie Saint-Vincent DeLacroix?! —se burló Norma—. ¡Por
Diosssssssssss!—¿Sepuedesaberdequéteríes?Norma,sinmiraraSharon,quehabíacogidosumanopordebajodelamesa
paraquesecallara,replicó:—Creo que, aunque no debo, me voy a pedir un par de cervecitas más,
porquelanochelanotofina...finita.—Esonolodiráspormí,¿no?—protestóLucy.Normasonrióycuchicheó:—No,mujer...,quémalpensadaeres.
Las espadas estaban ya en alto y Sharon resopló; entonces Lucy gruñóenfadada:
—NoséquépuedetenertuDarrenquemiArchieSaint-VincentDeLacroixno pueda tener. Y no es por malmeter, pero mi chico es un partidazo y unreputadoperiodista.¿QuéestuDarren?
AlvercómoNormasemordíaellabioinferior,Sharonsupoqueomediabaoallíseliabay,mirandoaLucy,dijoenbuscadecomprensión:
—Darrenyellahanroto.Al oír eso, Normamiró a su amiga e iba a decir algo cuando Lucy se le
adelantó:—Normal.Estachicaesrarita...,rarita.—LamadrequeparióaLucifer—soltóNorma.Comoeradeesperar,aLucynolesentóbienelcomentario,ySharon,para
evitareldesastre,dijodirigiéndoseaella:—Bueno,tranquilidad.¿Quétaltodoúltimamente?Lucysonrióy,suspirando,respondió:—¡Súper! Las joyerías ¡van genial! Por cierto, tu bufete, supereficiente
cuandolohemosnecesitado.Nosarreglóunproblemitaquetuvimosconciertaempresaderegalos...,¡menudossinvergüenzas!
Sharonasintió,legustabaoíreso;acontinuaciónLucylepreguntóasuvez:—¿Ytú?¿Todobien?Norma,queescuchabasinhablar,miróasuamiga.Lucynoconocíacierto
detallequeibaaocurrirenbreve.—Trabajandomucho—contestóSharontocándoseelpelo.—¡Quésúper!—exclamóLucy.AlvercómoNormalamiraba,Sharonfueapreguntarcuandoellasoltó:—Supernadaquecomentar.Lucylamiró.Aquellachicanolecaíanadabieny,cuandoibaadecirunade
suslindezas,Sharonseapresuróaproponer:—¿QuéosparecesiluegovamosatomaralgoaCharm?—¡Perfecto! —afirmó Lucy encantada—. Según me dijo Madeleine
Kirkpatrick, que le dijo su prima Josephine Van Greuther, la que tiene lapreciosacasaenlosHamptonsenlaqueestuvimosconArchieyMoseshacedosaños,han incluidoen lacartadelCharmunpardecóctelesconvirutasdeoro
líquidotraídasdeunazonaincreíblementeboscosadeFrancia.¡¿Quéteparece?!—Cuánta tontería, por Dios—balbuceóNorma, que de inmediato notó el
pisotóndeSharon.Durantelahoraqueestuvieronenelrestaurante,Sharonhizotodoloposible
porque laarmonía reinaraentre las tres,peroesanochesusamigasnoestabanporlalaboryseloestabanponiendoimposible.
Loqueleagradabaaunaalaotralemolestabay,apesardelbuenhacerylabuena disposición de Sharon para ir parando los cuchillos que volaban por elaire,cuandoyanopudomás,sentenció:
—Siseguísenesteplan,osjuroquemevoyamicasa.Ningunadelasotrasdosdijonada,ySharonprosiguió:—Pero,vamosaver,chicas,laideaerapasarunanochedivertidajuntas,no
estarcomounárbitroenunring.Y,paravuestrainformación,hepreferidosalircon vosotras que quedarme con Hannibal, sus padres y su tía viendo a losYankees.
—¡LospadresdeHannibal!—semofóNorma.Sharonasintió,yLucypreguntóparpadeandosorprendida:—¿QuiénesHannibal?—Cagaditaaaaaaaaaa—canturreóNormaaloírla.Sharonmaldijo.Pero¿cómohabíasidotantontademencionarlo?Y,alsentir lamiradaacusatoriadeLucy,quesehabíadadocuentadeque
ella era la única que no sabía quién era el tal Hannibal, al final Sharon,conscientedequenopodía seguir escondiéndolo,ocupóunespaciode tiempoparaexplicarsey,alacabar,murmuró:
—Y se han presentado por sorpresa en Nueva York, y como mañanaHannibalvaaveniracasaaconoceramipadre...
—¿Quevanaconoceratupadreyamínomehabíascontadoquesalíasconél?
—Ay,Lucy...,losiento.—PerositelopresentéhaceunañoenlosHamptonsytedijequepodríaser
unexcelentenovioparati—gruñólaotra.Sorprendidaaloíreso,porquenolorecordaba,Sharonpreguntó:—¿Melopresentaste?—Sí—contestó Lucy—. Pero en aquel entonces tú estabas tonteando con
JeffSlogan,¿lorecuerdas?Sharonasintiósonriendoyluegocuchicheó:—Me acuerdo de Jeff y de su duro trasero, pero no recuerdo que me
presentarasaHannibal.—Poralgosería—afirmóNorma,ganándoseunamiraditadeSharon.Lucylaincrepó,nolehabíagustadosucomentario,ydossegundosdespués,
yaestabandiscutiendodenuevo,hastaqueSharonmatizó:—Lucy, por favor, entiéndelo. Era un secreto para que mi padre no lo
investigase. Es más, sigue siendo un secreto hasta que mañana se conozcan,¿entendido?
—¿Unsecreto?¿Yporquéellalosabíayyono?Normamaldijo,aquellachicaerainsufrible,e,intentandoayudarasuamiga,
mintió:—Yomeenteréayer,sitesirvedealgo.—¿Ayer?—Sí.Ayer.A Lucy le alegró su respuesta y, cambiando su gesto por otro más
conciliador,cuchicheó:—De acuerdo.Dejarémi enfado a un lado porque sólo son unas horas de
diferencia.—Gracias—asintióSharonconunasonrisa.—¡Quésimplees,porDios!—murmuróNormasinquelaofendidalaoyera.Durante unos minutos más, Sharon y Lucy hablaron sobre Hannibal. La
rubia lo conocía muy bien, en cierto modo era de su círculo social, yrápidamenteloalabó,loelogióyterminóhablando,cómono,desudinero.
En silencio,Norma las escuchó.Suopinión, como siempre, era totalmentediferente de la de Lucy y, como necesitaba insistirle a su amiga, indicóhaciéndoselatonta:
—Mira, Sharon, no conozco a ese tipo, pero te conozco a ti. ¿De verdadquierespresentárseloatupadre?
—Sí.—Peroesrubio,parecesosoyaburrido.Además,esrepublicano.—Archieesrubioyyotambiénlosoy.¿Quétienescontralosrubios?Normasonrió.OfenderaLucyerafacilísimo,yrespondió:
—Nada,mujer.Esqueamímevanmáslosmorochosdeojososcuros.Sharonsuspiróaliviadaporquesehubieracontenidoensu respuesta,pero
Lucyinsistió:—Y¿quépasa?,¿esmaloserrepublicano?Normasonrió.Siesqueseloponíaahuevo...—No—dijo mirándola—. No es malo. Lo que es malo son las ideas tan
antiguas,clasistasydesfasadasquealgunosintentáisdefender.Lucysuspiró.DiscutirconNormaeraterriblementefácil,porqueellamisma
erarepublicana,pero,sinentrarenmateria,miróaSharonymatizó:—NoconozcoalospadresdeHannibal,aunqueheoídomaravillasdeellos.
Pero,cariño,Hannibalesun¡superpartidazo!PorDios,pero¡sisepresentaalaFiscalíadeNuevaYork!
—ElsuperpartidazoesSharon...,perdona—repusoNorma.Lucyahorasonrióy,sincontenerse,contestó:—SindudaSharonesunpartidazo,algoquenopuededecirsedeotras.—Buenoooooooo...—semofóNorma.—SerlaúnicaherederadeSivon&Cardigannoescualquiercosa—prosiguió
la rubia ante elgestomolestodeSharon—.PeroHannibal esguapo, elegante,conclase,ytieneunaestupendacarrerapolíticapordelante,ysiaesoleañadesqueesdebuenafamiliayeldineroquetiene,¿quiénnoquerríaunHannibalensuvida?
—Eldineronoloestodoenlavida,pedazodeburra—apostillóNorma.—Chicas...—murmuróSharon.—¡Oh...,oh...!¿Mehasllamadopedazodeburra?Normalamiróy,sacandoaquelcarácterlatino,tandesumadre,respondió
adoptandountonodechulería:—Sí,miamor,burratehellamado.Encendidaporqueaquéllateníarespuestaparatodo,Lucyinsistió:—Mira,Norma,hagasloquehagas...—¡Pontebragas!—finalizóellalafrase.Incapazdenohacerlo,Sharonsonrióantelasocurrenciasdesuamiga;pero
Lucysiseóverdederabia:—¡Quévulgareres!—Ytúquéperra...—escupióNormasinpoderremediarlo.
—Pero,chicas...—¡Québarbaridad!—Barbaridadeslotuyo...,Lucifer.Cada vez que la llamaba por aquel apodo la sacaba de sus casillas, y
rápidamentecontestó:—Los de mi estatus no estamos acostumbrados a tanta vulgaridad y
chabacanería. Pero, claro, ¡¿qué se puede esperar de una simple policíamarimacho?!
—Bueno,bueno,esquenopuedocontigo.Sharonsetapólosojos.Eldesastrehabíallegadoyellahabíasidoincapazdeevitarlo.Asípues,diez
minutosdespués,cansadadeescucharbarbaridadesdespectivasporpartedelasdos,pidiólacuenta,pagó,selevantóysaliódellocal.
Instantesmástarde,NormayLucylasiguieron,yestaúltimagritó:—Sharon,porDios,¡espera!Ellasedetuvo,miróasusamigas,quecorríanensudirección,y,levantando
undedo,gruñó:—¡Se acabó! No soporto un segundo más vuestra actitud. Pero ¿por qué
siempretenéisquecomportarosigual!?—Ellamehallamadopedazodeburra,perrayLucifer,entreotraslindezas.—Y tú me has menospreciado por ser policía y no haber nacido en una
familiadeclasealtaycondinero.—Sólohedicholaverdad.—Yyo—asintióNorma.Sharonlasmiraballenadeincredulidad.Lasreuníapocoporaquello.Juntas
eranunabombaderelojería,perolasqueríaalasdos,ambasporseparadoeranmagníficas,increíbles.Y,sinpodercontenerseunsegundomás,intervino:
—Por Dios, Lucy, ¿quieres dejar de ser tan clasista, tan puñeteramenterepublicanayentenderquenotodoelmundohatenidolasuertedenacerenunafamilia podrida de dinero? ¿Quieres hacer el favor de respetar, comprender yaceptarquelagentenopiensecomotú?NormayasabequetufamiliaesunadelasmásricasdeNuevaYork,quetecodeasconcantantes,actoresypolíticosyque tienes, ademásdeunamaravillosacasa en losHamptons,unnuevochurririco.
—Yrubio...—apostillóNormaconrebaba.—Yencuantoati—gruñóSharon,mirandoalaqueacababadehablar—,
Lucyyasabequeprovienesdeunafamiliahumildeytrabajadora,queeresunapolicíamalhabladayunatíaconunpardeovarios.Pero,porDios,esotampocotedaderechoacriticarniadespreciar loqueelladigaen todomomento,niaburlartedesunuevoligue.
—Muybiendicho,Sharon—repusoLucy.Norma,quelateníamuycalada,resopló.Esatipanolecaíanadabien.Y,sin
importarleloquepensarandeella,replicómirandoasubuenaamigaSharon:—Haypersonasconlasqueyosólodeseounacosa...¡Distancia!Lucyrefunfuñó.—Soyalérgicaa laspersonas falsas,y losabes—añadióNorma—.Yesta
tiparracaesmásfalsaquelasonrisadeTrump.—Norma—leadvirtióSharon.Peroellayaestabaimparable,einsistió:—Lo siento, pero no puedo con ella, porque no temo al enemigo queme
ataca,sinoalfalsoamigoquemeabraza.¡OjitoconLucifer!—Yyonopuedocontigo,¡machorro!Sharonresopló.Todoaquellolaagotaba,y,calmándoseysinesperaraque
sedieranelabrazoquenuncasedarían,dijomirándolasaambas:—Deacuerdo,chicas.¿Quéosparecesiosrelajáisytratamosdepasaruna
bonitanoche?Normaresopló,e,intentándoloporsuamiga,contestó:—Deacuerdo.Vayamosatomarunascervezas.—Mejorunoscócteles—apostillóLucy.Ambas se miraron. Nunca estarían de acuerdo en nada, y Sharon,
abrazándolas,murmuró:—Osquiero...,osquiero...,osquiero...LucyyNormaasintierony,sindudarlo,respondieronalunísono:—Ynosotrasati.A continuación, cogieron un taxi y se marcharon a tomar algo al Charm,
dondeNormaseabstuvodebebercervezas.TeníaquepresentarsealaspruebasdelosSWAT.
A la una ymedia de lamadrugada decidieron regresar a casa. Lo estaban
pasandomuybien,peroalgunasteníanquemadrugarparatrabajar.
Capítulo9
Durante la mañana, el bufete Sivon&Cardigan era un hervidero de gente quetrabajabasinparar.Juicios,demandas,recursos...Aquelloerasuvida.
Tras la reunión matinal con su padre y el resto de los abogados, Sharonregresó a su despacho pasando por la zona de reformas, donde los obrerosestabanrecogiendo.Ibahablandoporteléfonocuandooyó:
—¡Cuidado!Estabatanabstraídaenlaconversaciónqueunpieseleenganchóenunode
loscablesquehabíaporelsueloytropezó.Diountrompicón,elteléfonovolópor los aires y, cuando ella fue a caer, una mano la agarró y consiguióestabilizarla.
—Mirapordóndecaminas.Aloíreso,yconelcorazónamilporelgolpequehabíaestadoapuntode
darse,sesoltódelamanoquelasujetabay,almirar,seencontróconelobrerode los ojos verdes. Como el otro día, él sonreía y, molesta, Sharon preguntómientrasélrecogíaelteléfonodelsueloparadevolvérselo:
—¿Sepuedesaberdequéteríes?Noahleentregóelmóvilyrespondió:—Nena,menudoshumostienes.Molestaporsutorpezayporlacaradeguasadeaquél,ellasiseó:—¡¿Nena?!¿Cómoquenena?Noahvolvióasonreír.—Nosétunombre—repuso.—Es que no te lo he dicho—dijo ella y, al sonarle el teléfono, siseó—:
¡Joder,quépesado!
—¿Yo?Ellalomiróyafirmósinpensar:—Tútambién.ANoahlehacíagracialaactituddeaquellachica.Nosabíaquiénera.Sólo
la había visto la otra vez que se había acercado por allí y, cuando iba a deciralgo,ellapreguntó:
—Pero¿noterminabaishoy?—Estamosrecogiendo,¿noloves?—indicóél.Al ver que era cierto lo que él decía, Sharon iba a contestar cuando él,
cansadodesuactitud,pormuchagraciaquelehiciera,añadiódevolviéndolesuúltimodesplante:
—Yahoratedejo,algunostenemosquetrabajar.Boquiabierta,viocómoaqueltiposemarchabay,sinquererpensarennada
más,diomediavueltayprosiguiósucamino.Ellatambiénteníaquetrabajar.Unavezensudespacho,Cristianentrótrasella.—Yamehadichomamáqueestanocheeslanoche—murmuró.Quitándoseconlamanoelpolvoqueelobrerohabíadejadosobrelamanga
desutraje,Sharoncontestó:—Sí.—Vaya...,vaya,señoritaSivon,quécalladitoteteníaslodeesenoviotuyo.Conunasonrisa,ellalepisóelpie.Cristian,hermanodeNormaehijodeManuelydeGladys,habíaestudiado
Derechoyprontohabíademostradoserbuenoeimplacable.Porello,supadrelocontrató sin ninguna duda y el chico se convirtió rápidamente en la manoderechadeSharon.
—¿Quieresquesigaapretando?—preguntóella.Cristiansonrió.Lajoveneraparaélcomounahermana,eindicóconelpie
dolorido:—Sipuedoelegir,mejorno.CuandoSharonretiróelpiedelsuyo,cuchicheó:—SegúnNorma,esetipoesunsosainas,ademásdeuncuatro...¿Enseriote
conformasconeso?Ambossonrieron,ySharon,sincontestar,preguntóalverlospapelesqueél
llevabaenlamano:
—¿SiguesconelcasoBurton?Cristianasintió.—Mañana,¡porfin!,fallaeljurado.—¿Ycómoloves?Élsonrió.Sabíaqueerabuenoenlosuyo,yafirmó:—Estoyconvencidoenunnoventaynuevecomanueveporcientodequelo
ganaremos.—Seguroquesí.Nolodudo.Unavezqueélsemarchó,Sharonsalió tambiéndesudespachopara iren
buscadesusecretaria,yentoncessefijóenelobreroconelquesiempreteníalos encontronazos. Con diligencia, él estaba desmontando un andamio con laayudadesuscompañeros.
—Tuhija, tanguapacomosiempre—oyóquedecíaentoncesalguiena suderecha.
Sharon levantó la vista y se encontró a su padre y aHoracioCabreira, unclienteimportanteenelbufetedeorigenespañol.
—Todoloquetienedeguapalotienedeprofesional—declaróBranon.Alajovenlegustólaréplicadesupadre,peromaldijocuandooyóalcliente
decir:—Esunapenaquenotuvierasunvarón.Siunahijatehasalidoasí,¿cómo
habríasidotuhijo?Sharon suspiró. A lo largo de su vida había oído aquella maldita
comparacióncientosdeveces.—NocambiaríaaSharonporningúnhijo—asegurósupadre,mirándola—.
Sufuerzaysutenacidadcomoabogadasonpoderosas,yconfíociegamenteenqueconseguirátodoloqueseproponga.
Sharonsonrióporlasmotivadoraspalabrasdesupadrey,trasdespedirsedeellos,seencaminóhaciasudespachoydecidióllamarporteléfonoaHannibal.
Durante unos minutos, charló con él y, evitando mencionar que estabainquietaporlacenadeesanoche,sedespidióysecentróenlosexpedientesqueteníasobrelamesa.
Amedia mañana, vio pasar frente a su despacho a su padre conWill, elinvestigador del bufete que lo había llamado la tarde anterior, y los observómientrasparecíanenfrascadosenunaconversaciónprivada.Esolahizosonreír.
¿QuélíossellevaríasupadreconWill?Alicia, su secretaria, abrió entonces la puerta, la miró y anunció con una
sonrisa:—Hallegadoalgoparati.Sorprendida, Sharon la miró y, al verla entrar con un precioso jarrón de
cristalrepletoderosasrojas,parpadeó.UnavezqueAlicialashubodejadosobrelamesa,ellacogióelsobrecitoqueestabaentrelasfloresyleyóensilencio:
Porquelacenafamiliarseaunéxito.
Hannibal
Encantada,Sharonmiróasusecretaria,quesonreíacomoella,eindicó:—SondeHannibal.Alicia,quehabíapasadollamadasensilenciodeaquelhombreasujefa,bajó
lavozycuchicheó:—Parecequeestavezlacosavaenserio.Sharonsesentóensusillón,antesuescritorio,yafirmó:—Esoparece.Estanochevienenél,suspadresysutíaacasaacenar.—¡Noooooo!Lajovenasintióycuchicheóconunsuspiro:—Sitesoysincera,noséporquélopropuse.Alicia,quesonreíaapesardelasdudasqueveíaensujefa,señaló:—Túnohacesnadaporquesí,Sharon.Piénsalo.Ellasonrió.Enocasioneslaasombrabalaseguridadquetodosveíanenella;
sinquererllevarlelacontraria,repuso:—Imaginoquetienesrazón.EncuantoAliciasemarchódeldespacho,Sharonvolvióaleerlanota.Estabafeliz.Las flores eranpreciosas, el detalle era fantástico; las palabras, adecuadas.
Sinembargo,lehabríaencantadoqueHannibalfueramásdepiel.Máscariñoso,loco,cercano,romántico.
CuandoloconocióduranteunfindesemanaenelqueellasemarchósolaauncongresodeDerechoenLosÁngeles,loprimeroquelellamólaatencióndeélfuesumanerademediarentredoshombresquesepeleabanporunasientoen
elcongreso,ylosegundo,sueducación.Ademásdeserunhombredepeloclaromuyatractivo,Hannibaleraunade
laspersonasmáseducadasquehabíaconocidoensuvida,aunqueesaeducación,sobretodoenpúblico,loconvirtieraenunhombrefríoydistante.
Al cabo de cuatro días de regresar del congreso, Hannibal la llamó porteléfono.EnunprincipioSharonnoselotuvomuyencuenta,perodiezdíasmástarde,yantelainsistenciadeél,pasaronallamarsevariasvecesaldía.
Despuésdeunmes,yenelmásestrictode los secretos,porqueellaasí lopidió,élviajóaNuevaYork,dondepasaronuntranquilofindesemanasinsalirdelahabitacióndeunhotel,yapartirdeeseinstante,sinquenadielosupieraoloimaginarasiquiera,comenzaronunarelación.
Enesetiempo,Hanniballasorprendíaatodashoras.Increíblemente, conocía susgustos, susaficiones, acertabaen los regalose
inclusodabaenelclavocuandodecidíansentarseaverunapelícula.AquelloaSharonlegustaba.Ysiatodosaquellosaciertoslesañadíaquenolaatosigaba,quelaanimabaalucharporsusidealesyquenolerestaba,sinoquelesumaba,¿cómonoquererestarconél?
Cuando llevaban cinco meses viéndose, y mientras pasaban unos días deincógnitojuntosenHawái,Hannibalrecibióunallamadadesumadre.Lamujerhabía tenido un accidente doméstico, y Sharon, al ver la preocupación de él,decidióacompañarloaTexas.
AsífuecomoellaconocióalosprogenitoresdeHannibaly,sinnecesidaddeexplicarlesporquénoqueríanairearsurelación,elloslesguardaronelsecreto.SuhijosepostulabaparafiscalgeneraldelEstado,ytodaprudenciaerapoca.
Durante ese tiempo, hacían por verse. Sus incursiones en el sexo eranpausadas y comedidas. Hannibal era un amante normalito, si Sharon locomparabaconotroshombresconlosquehabíaquemadocalorías,comodecíasuamigaNorma,peronoleimportó.Elsexonoloeratodoenlapareja.
Y,aunqueSharonestabacontentaconaquellarelaciónporqueteníamuchascosas bonitas y buenas, en su mente una pequeña luz rojiza parpadeaba y leindicabaqueenelfondodesuserdeseabamás.Algomás.
Estaba pensando en ello cuando la puerta de su despacho se abrió y entróBranon.
—¿Todobien,ratita?—preguntócerrandoasuespalda.
—Sí.Acontinuación,acercándoseaella,cuchicheó:—Lareformadelasoficinashaacabado.Mañananohabrápolvo,nicables
porlossuelos,ni,porsupuesto,obrerosgritandoporaquí.—¡GraciasaDios!—exclamóellamirandosuszapatos,aúnmanchadosde
polvoblanco.PeroBranon,queconocíaperfectamentelasexpresionesdesuhija,susurró:—Eh...,¿yesegesto?—¿Quégesto?—preguntóellaconunasonrisa.—Parecestristeydubitativa.¿Quéocurre?Sharonselevantódelamesay,acercándoseasupadre,musitó:—Papá...,dejadeanalizartodosmisgestos.Y,porcierto,graciasporloque
lehasdichoantesaHoracioCabreira.—Ese tipoes tonto.Esde losqueaúncreenque lamujerdeberíaestaren
casa,horneandomagdalenas—gruñóél—.Sinofueraporlosbeneficiosquesucuentadaalbufete,yalohabríamandadoatomarvientodeaquí.
Ambossonrieron,yacontinuaciónSharonpreguntó:—¿QuécuchicheabasconWill?Elhombrecabeceóy,desviandolarespuesta,conelegancia,comolohacía
suhija,preguntóasuvezmientrasmirabasumesa:—¿Yesasrosastanbonitas?—Hannibal.Branonasintióy,sinpodercontenertodoloquepasabaporsumenteenese
momento,repuso:—Cariño, a pesar de esas bonitas flores, siento que no eres feliz... ¿Qué
ocurre?—Papáaaaa...¡Otravez!Branonrefunfuñóparasí.Suhijaeraunacabezota.—Vale,hija,vale.Mecallaré—y,sinquitarlelosojosdeencima,preguntó
—:¿Nerviosaporlacenadeestanoche?—Unpoco,notelovoyanegar.AhoraBranonsonrióy,guiñándoleelojo,afirmóparadarleseguridad:—Tranquila,miamor.Yoestaréa tu lado,seráunanocheparanoolvidar.
Yaloverás.
Sharon abrazó a supadre, agradeciéndole aquel apoyo tan importante paraella,aunasabiendasdelomuchoquelemolestabanotenerniunsolodatodeaquelhombre.
Dosminutosdespués,élsemarchóy,unavezasolas,Sharonretirólasfloresde lamesay, trascolocarlassobreunamesitaquehabía juntoa laventana,seolvidódeellasysepusoatrabajar.Teníamuchoquehacer.
Capítulo10
A las seis y media de la tarde, Sharon ya estaba casi lista para la cena, ytarareaba la canción Love on Top, de la espectacular Beyoncé, moviendo lascaderas. Sin duda, si Hannibal la hubiera visto, le habría dicho que aquellosmovimientosnoeranlosmásapropiadosparalachicadeunpolítico,porloquesonrió.
ComoBranon,ellaadorabalamúsica,ycantóybailóparaolvidarsedelosnerviosqueacadasegundocrecíanmásymásporlacenaquehabíaorganizadoencasadesupadre.
Eligió un bonito vestido azul oscuro de tirantes que le llegaba hasta lostobillos, se calzóunoszapatosde tacóny, cuando semiróal espejo,pensóenponerselospendientesquelafamiliadesuchicolehabíaregalado.
Abrió el joyero y se los quedó mirando. Eran bonitos, pero demasiadoclásicos,porloquenoerandesuestilo.Duranteunosinstantesestuvomirandootros,hastaque susojos se toparonconalgunas joyasheredadasde sumadre.Nunca se las ponía, pues sentía cierto rechazo hacia ellas. Sin embargo, esanocheeraespecial,yseguramenteasupadrelegustaríaverlas.
Porello,yhaciendounesfuerzoporloqueaquellanocheibaarepresentar,cogióunapulsera,perocuandofueaponérsela,sucuerposetensó,yfinalmentevolvióadejarladondeestaba.Tocaraquelloquehabíapertenecidoasumadre,aunamadrequenuncahabíasidocariñosaconella,leprovocabaescalofríos,ysindudarlo cerró el joyero, se puso los pendientes de la madre de Hannibal ydecidiónopensarennadamás.
Unavezqueterminódepeinarse,puessehabíadejadoelcabellosuelto,semiró en el espejo.Llevar lamelena suelta le dabaun toque actual, a pesar de
aquellospendientesclásicos,y,contentaconelresultado,saliódelahabitación.Del tirón, fue hasta el salón, donde Karen ponía la mesa con dedicación,
observandohastaelmásmínimodetalle.Trascharlarconelladebuenhumor,encantada con lo que veía, se encaminó hacia las cocinas, donde, al entrar,Gladyslamiróydijocongestoconsternado:
—SantoDiosbenditodelacaridad,lospobresylosdesamparados...¡Estoytremendamentedisgustada!
—¿Quéteocurre?—preguntóSharonacercándoseaella.Gladysselimpiólasmanosenuntrapoeindicó:—NormayDarrenhanroto,¿losabías?Sharon asintió, era una tontería mentir y, cuando iba a hablar, la mujer
añadió:—Esemalditotrabajoalfinalvaaconseguirquelatontademihijasequede
soltera.PorDios,¡queyatienetreintaydosaños!—Gladys..., yo voy a cumplir treinta y dos, ¿y qué? ¿Acaso las mujeres
tenemosquesentirnosmalpornocasarnos?La cocinera suspiró y, sin querer entrar al trapo, porque ella era de otra
generaciónmuydistinta,insistió:—¿Quéhombrevaaquererestarconunapolicíadescerebradaquepretende
serunaSWAT?Oír eso hizo sonreír a Sharon. Ella estaba al corriente de los verdaderos
motivosdesuruptura,yrespondió:—Gladys,elhombrequelaquieratienequequererlaporquienes,noporlo
queélquieraquesea.Normaesunachicaguapa,maravillosaeinteligente,quesemereceaunhombredelamismacategoríaasulado.Y,aunqueaDarrenleteníamoscariñoporquellevabajuntoaelladosaños,creoqueelhechodequeyanoesténjuntosbeneficiaráaNorma.
—¿Quélavaabeneficiar?—protestólamujer—.AlmenosDarrenlemetíaunpocodecorduraenlacabeza.PorDios,hija,¡quesigueadelanteconlodelosSWAT!
—Losé.—¿Yteparecebien?—¡SeráunaSWATestupenda!—¡Quélocura!¡Quélocura!
—Tranquila, Gladys —dijo Sharon, omitiendo que su amiga queríaespecializarseenexplosivos.
Perolamujerinsistió:—Yalehedicholoquepienso,peronada,¡nomeescucha!Y...yencimasu
padre la anima.Pero ¿por qué no podría haber sido abogada como tú o comoCristian?
—PorqueNormaesNormayaellalegustanotrascosas.—GladyssellevólamanoalacabezaySharonañadió—:Y,encuantoaManuel,élestáhaciendolo que tiene que hacer como padre. Se trata de su vida y, como tal, hay querespetársela.
—Peroyoquieronietos—sollozóGladys.Sharonsoltóunacarcajada.NiNormaniCristianteníanintencionesdedarle
elgusto.—Demomento,creoquetendrásqueconformarteconPipa—respondióal
verentraralaperraenlacocina.La mujer asintió sonriendo y, mientras se secaba las lágrimas, miró con
cariñoalajovenqueestabafrenteaellaypreguntó:—¿Estásnerviosa,miniña?Sharonsonrióyafirmógesticulando:—Unpoquito.Gladysseolvidódesusproblemasysecentróentoncesenellay,atusándole
elcabellocomocuandoerapequeña,indicó:—Puesahoritamismo, tranquila,miamor.Estáspreciosay todovaa salir
bien,porqueeresunsoldeniñay,sinduda,esaspersonasyesehombretevanaquerermuchísimo.
Contenta, la jovensonrió.Leencantaba sentir el cariñoy lapositividaddeGladysy,trasdarleunabrazo,cuandosesepararon,lamujermirólamesadelacocinaypreguntó:
—¿Quétepareceloqueosestoypreparandodecena?Sharonmiróloquehabía,yGladysañadió:—Deentrante,uncarpacciodecalabacín,trufa,tomatitoyvirutasdequeso.
Comoplato principal, solomillo de vacuno con oporto y setas, y de postre, eltiramisúcaseroquetantotegusta.¿Quéteparece?
Gladys era una excelente cocinera y, encantada con lo que le proponía,
Sharonexclamó:—Madremía,¡quéricotodo!Eneseinstante,Manuelentróenlacocinaconunpardebotellasdevinoen
lamanoysedirigióaSharon:—Estevinoosencantará.Esmuybueno.—Nolodudo—asintióellaconunasonrisa.LapuertadelacocinaseabriódenuevoyestavezentróBranonvestidocon
unbonitotrajeoscuroyunacamisablanca.Eloloralacoloniadesupadrellenólas fosas nasales de Sharon, que, mirándolo, cuchicheó mientras Pipa iba asaludarlo:
—PorDios,papaíto,¡quéguapoestás!Branon sonrió, adoraba que lo llamara así, y, guiñándole el ojo, afirmó
mientrasacariciabaconcariñolacabezadelaperra:—Laocasiónlomerece,ratita.—Papá,recuerdaquenodebes...—Llamarteratita.Losé,cielo...,losé.Durantevariosminutos,loscuatroestuvieronhablandodeestoydeaquello,
entoncessonóeltimbredelapuertaysequedaroncallados.ABranonlehizograciaelgestodeSharony,guiñándoleelojo,dijo:—Vamos,vearecibirlos.LajovenasintióeindicódirigiéndoseaGladys:—QuePipasequedeaquí.AlamadredeHanniballaaterrorizanlosperros.Manuelsonrióy,mirandoalaperra,queestabasentadaentreellos,comentó:—Esoesporquenohaconocidoaestebomboncitobesucón.Todos sonrieron, y Sharon levantó elmentón, salió de la cocina y caminó
hacialaentradaparaabrirlapuerta.Alprimeroquevio fue aHannibal, que llevabaen lamanounabotellade
vinoy,mirándolasonriente,lasaludócongalantería:—Buenasnoches,Sharon.Conlamejordesussonrisas,ellaseacercóaél.Eljovenledioentoncesun
castobesoenlamejilla,seseparódeellaymurmuró:—Deberíashaberterecogidoelcabelloparaluciresospendientes.Sharonlomiró,peronodijonada.Simplementesevolvióparasaludaralos
padresyalatíadeaquél,quelamirabansonrientes.
Duranteunosinstantespermanecieroncharlandoenelvestíbuloacercadeunmaravilloso cuadro que su padre tenía allí colgado y de las fotos de ella endistintosmomentosdesuvida,hastaquelajovenloscondujoalsalón.
Una vez allí, los invitados miraron la estancia con agrado. Además degrande,ellugareraprecioso,ycuandolamadredeHannibalmiróunretratoqueallíhabía,Sharoncomentó:
—Ellaeramimadre.Lamujerasintióy,trasunossegundos,murmuró:—Muyelegante.—Elegantísima—afirmólatíaGrace.—Yguapa—apostillóelpadredeHannibal.Sharon asintió, sin duda lo era, pero como no quería hablar de ella,
rápidamente les ofreció algo de beber. La puerta del salón se abrió en eseinstanteyvioentrarasupadresonriente.
Felizde tenerloallí, sedirigióhaciaél,peroentoncessepercatódeque lasonrisadeélseconvertíaenunaexpresióndesorpresa,yesolegustó.
¡Habíasorprendidoasupadre!Ajenoa loqueSharonpensaba,Branoncaminóhaciaellosmientrassentía
cómosucorazónseaceleraba.«¿Él?»Alveraaquelhombremayor,Hannibalseapresuróatenderlelamano.—Encantadodeconocerlo,señorSivon.SoyHannibalWhitaker.Totalmentedescolocado,élasintióylosaludóestrechándosela.—Unplacer,Hannibal.Acontinuación,eljovenindicóseñalandohaciasuderecha:—SeñorSivon, éstos sonmispadres,StevenyWinonaWhitaker, ymi tía
Grace,hermanademipadre.Sinperder sumetálica sonrisa,Branon saludóa lasdosmujeresy, cuando
fueaestrecharlamanodelpadredeHannibal,aquelhombrequeenotraépocahabíasidosupeorpesadilla,éstedijo:
—Unplacerconocerte,Branon.Heoídohablarmuchodeti.Visiblementeincómodo,elaludidorespondió:—Lomismodigo,señorWhitaker.Sharonmiróasupadre.Lasorpresalohabíadejadosinpalabras,tantoqueni
lotuteabasiquiera.EntoncesSteven,quedisfrutabaconlasituación,señaló:—Ahoraquelopienso,¿quizáhayamoscoincididoocompartidoalgúnacto
oevento?Descolocado por completo por la poca vergüenza de aquél, Branon calló,
peroalvercómosuhijaloobservaba,tratódereponersedelasorpresainicialyrespondiócondisimulo:
—Ambos regentamos dos excelentes bufetes de abogados y puede quehayamoscoincididoenalgúnjuicioocongreso.
Sharonsonrió.SindudalasorpresadesupadrealverqueaquéllaeralafamiliaWhitakery
Hannibal el candidato a la Fiscalía de Nueva York lo había dejado fuera decombatey,acercándoseaellos,señaló:
—Sé cuánto nos gustan a todos los aquí presentes las leyes y elDerecho,peroestanocheintentemosolvidarloduranteunashoras,¿deacuerdo?
—Excelenteidea—afirmóWinonamirándolaconsequedad.—Buenamatización,jovencita.—Stevensonrió.Branon,aquienelcorazónlelatíaamil, intentabaordenarsusideas.¿Qué
hacíasuhijaconelhijodeStevenWhitaker?¿Quéhacíasuhijaconelmalditoamantedesumujermientraséstavivió?
Angustiado, se alejó unos pasos, fue hasta el mueble bar y comenzó aprepararseunwhisky.Lonecesitaba.
Suhija,alverlo,sedirigióhaciaélcondisimuloypreguntó:—¿Quéhaces,papá?Unavezquedejólabotellaensusitio,Branonlediountragoasucopa,e,
intentandonoamargarleasuhijaelmomento,respondió:—Esunanocheespecial,cariño.Sharonsuspiró.Supadrenosolíabebernunca.Esmás,loodiabaporquesu
mujer jamáshabíasoltado labotellay,entendiendoquesupadrepudieraestartannerviosoenunmomentoasí,asintió:
—Deacuerdo.Peroniunomás.—¡Prometido!—afirmóél.CuandoBranonmiróhaciadondeestabaaquelmalditoWhitaker,vioquelo
observabay,demanera inconsciente, la furia lohizo temblar.Sinembargo,al
mirarasuniñayver lafelicidadensumirada,supoqueteníaqueaguantareltipoe,inevitablemente,cuandosemarcharan,tenerunaconversaciónconella.
Por su parte, Steven disfrutaba de aquel momento. Durante muchos añoshabía esperado aquel ansiado encuentro con aquel hombre al queodiaba tantocomolohabíaodiadoAdeley,trasguiñarleunojoaBranon,indicóacercándoseaél:
—Bonitapareja,tuhijaymihijo,¿nocrees?Aloíreso,Sharonmiróasupadreyésteseapresuróaresponder:—Increíble.Veinteminutosdespués,losseispasaronalsaloncitocolindanteparacenar.
ComohabíavistounbuenratoantesSharon,lamesaestabapreciosa,yWinonarápidamente se lo hizo saber, aunque antes la tía Grace se acercó a ella ycomentó:
—Querida,mecongratulaquelleveslospendientesqueteregalómicuñada,que, por cierto, eran demimadre, pero llevar esos pendientes significa darlestodoelprotagonismoaellos,cosaquetupelosueltoleresta.
Sharonasintióynodijonada.Sinduda,Hannibaleradignosobrinodesutía.La cena comenzó y todos, a su manera, disfrutaron de las exquisiteces
preparadas por Gladys, mientras Steven hablaba de su vida en Texas y deldespachodeabogadosqueregentabaenLosÁngelesdesdequesehabíacasadoconWinona,Whitaker&Associates.
Conformeibapasandoeltiempo,Sharonsefijóenquesupadreestabamáscalladodelonormalyapenasprobababocado,hastaquelatíadeHannibaldijo:
—Sandy,lahermanadeHannibal,osenvíasaludos.EllaviveenlaRivierafrancesayporesonohapodidoacudiraestacenafamiliar.
Sharonsonrió.NoconocíaaSandy,sólolahabíavistoenfoto,ypreguntó:—¿TienepensadoregresarenalgúnmomentoaEstadosUnidos?Según preguntó eso, vio cómo el gesto de Steven cambiaba, se endurecía,
mientraslamadredeHannibalseapresurabaaresponder:—EllaesmuyfelizenFrancia.Branon,aloírla,asintió,yStevenseñaló:—YanosdijoSharonqueeshijaúnica...¿Noteapenanohabertenidomás
hijos,Branon?Unvarónhabríaperpetuadotulegado,comoHannibalperpetuaráelmío.
Elaludidolevantólacabezaaloíresoy,contodalatranquilidadquepudo,respondiótrasmirarasuhija:
—Sharonesmimejorobrayellasabráperpetuarmilegadoalaperfección.Confíociegamenteenellayensubuencriterioempresarial.
Laaludidasonrió.Unavezmás,supadrehabíadadolacaraporella.Cuando la cena acabó, al notar a su padre algo descolocado, Sharon se
acercóaélcondisimuloypreguntó:—¿Teencuentrasbien,papá?Branon, consciente de que tenía que tratar aquel tema con mucho tacto,
intentósonreíryafirmó:—Sí,ratita.—Papáaaaa...—lo regañó ella, alejándose de él para ir a sentarse junto a
Winona.EltiempopasabayaBranoncadavezlasituaciónleparecíamássurrealista.
¿QuéhacíaStevenWhitakerensucasa?Intentando disimular, fue todo lo amable que pudo con Hannibal. El
muchachoeraagradableygentilconél.Noobstante,unextrañocalorlerecorrióelcuerpocuandosediocuentadecómoStevenlehacíaungestoasuhijoyéste,acercándoseaSharon,quehablabaconsumadre,lepidió:
—¿Puedeslevantarteunsegundo?Sorprendida,lajovenlomiróysepusoenpie,momentoenelqueHannibal,
cogiéndolelamano,laacercóhastaelpadredeellaydeclaró:—SeñorSivon,quieroquesepaque tieneunahijamaravillosa.Nosóloes
guapaytrabajadora,sinoquetienemuchísimasvirtudesmás.—Losé...,losé...—afirmóBranonmirandoaSharon,quenoentendíanada.—Por todo ello —prosiguió Hannibal, que estaba sudando—, y
aprovechando este momento familiar en el que estamos reunidos, queríasolicitarleelpermisoparapedirleasuhijaquesecaseconmigo.
El gesto de Sharon al oír eso fue de sorpresa total. Pero ¿cuándo habíadecididohaceresosinconsultárseloantesaella?
Branonparpadeó.Nohabríaimaginadoaquellasituaciónnienlapeordesuspesadillas, y cuando consiguió respirar, la tía de Hannibal se levantó y,sonriendo,cuchicheócercadeSharon:
—Escomomihermano...,¡quépillín!AWinonalehizolomismo,¿verdad?
La aludida, una mujer callada y observadora, asintió y murmuró tansorprendidaporaquellocomoSharon:
—Hijo,¿quéestáshaciendo?Stevenmirócondurezaasumujer,loquenoescapóalojodeSharon,que
rápidamentedistinguiólaincomodidadenWinona.EstabamirándolacuandoelpadredeHannibalindicó:
—Querida, nuestro hijo está haciendo lo que se espera de un Whitaker:pedirlematrimonioaunapreciosayelegantemujer.
Sharonparpadeóllenadeincredulidad.Aquella cena debía ser tan sólo una presentación, un acercamiento entre
ambas familias, no una petición dematrimonio.Y,mirando a su descolocadopadre,murmuró:
—No...nosabíanadadeesto.—Ésa era la intención—afirmó Hannibal con una extraña sonrisa—. De
hecho,hedeconfesarquesabíaquemispadresy la tíaGraceveníanaNuevaYork y, conociéndote, sabía que, en cuanto te enteraras, los invitarías aacompañarmeenestacena.
Sharonparpadeó.Entonces¿aquelloeraunaencerrona?PeroHannibal,animadoporlamiradadesupadre,prosiguió:—Unavezconfesadomipecado,yconscientedequenuestrostrabajosnos
comenmucho tiempo a ambos, creo que ha llegado el momento de sentar lacabeza, y quémejor que contigo, que eres unamujer encantadora y de buenafamilia.
EntoncesSteven, sacándosedel bolsillode la americanauna cajita azul deterciopelo,selaentregóaHannibalyloazuzó:
—Vamos,Branon,mihijoesperacontestación.Eneseinstante,elaludidonosabíanienquédíaestaban.Pero¿cómoseibaacasarsuhijaconelhijodelmalditoWhitaker?¿Suhija,unaWhitaker...?Noobstante,almiraraSharonyvercómosonreía,todoenélsedesmoronó.
Queelpadredeaquélfueraunsinvergüenzaylehubieraarruinadolavidaaélnoeramotivosuficientecomoparapensarqueelhijotambiénloera.Asípues,mirandoalamordesuvida,lepreguntóconunhilodevoz:
—¿Quéquieresquediga,cariño?Sharon, que acababa de encajar aquella repentina proposición, sin poder
parar de sonreír como una boba, miró a una desconcertada Winona y acontinuaciónaHannibal.Comosiempre,estabaguapoeimpecable,yBranon,alentendersugestocomodeconformidad,porúltimodijo:
—Permisoconcedido,muchacho.Al oír eso, Winona se apoyó en el sillón. Aquello era una locura, pero
entoncesHannibal,mirandodirectamente aSharon, que apenaspodía respirar,preguntó:
—SharonSivonCardigan,¿meconcederíaselhonordesermiesposa?Lajovenobservócómoélabríalacajitaazuly,alverelpreciosoanilloque
habíaensuinterior,sinpensarenaquellaalarmadecolorrojoqueseencendíaensucabezadevezencuando,alsentirqueaquelloseríalomásrománticoqueHannibalharíanunca,respondiósinpensar:
—Sí.CuandoBranonoyóesosintiócómosucorazónsaltabadelpechoy,alver
cómo su hija y aquél se abrazaban, cientos de sentimientos encontrados —felicidad,rabia,angustia,amor...—seapoderarondeél.
Si Sharon se había enamorado de aquel muchacho, ¿quién era él paraimpedirlo?
Noobstante,porotrolado,estabaaquellode:¿porquéconunWhitaker?UnavezqueHannibalcolocóelanilloeneldedodelajoven,éstasoltóuna
carcajadanerviosa.¡Estabahistérica!Pero¿quéhabíahecho?¿Porquéhabíadichoquesísinpensar?Y, necesitando desaparecer para tomar aire, tras besar a la desconcertada
madre de aquél, que estaba blanca como la cera, y a su tía,miró a su propiopadremientrasHannibalerafelicitadoporelsuyoydijo:
—Papá,nomelopuedocreer...—Niyo—afirmóél.Alverlosudoroso,preguntó:—¿Teencuentrasmal?Branon,mirandoaquella luzquehabíaguiado suvidadesdequeapareció,
respondió:
—Cariño,sóloestoyfelizportudecisión.Mientrasintentabaentenderloqueacababadehacer,Sharoncuchicheó:—Yesoquenolohasinvestigado...Incapazdenohacerlo,Branonasintióymurmuróabrazandoasuhija:—Peroahoraloharé,teloaseguro.La joven besó a su padre y, tras guiñarle un ojo y pedirles un segundo a
Hannibal y a su familia, salió del salón y se encaminó hacia la cocina.Necesitabaairey,depaso,enseñarleselanilloaGladysyaManuel.
Mientras Hannibal, su tía y su madre hablaban sobre la boda y losacontecimientosquellegaríanenlospróximosmeses,StevenseacercóaBranony,bajito,paraquenadielooyera,murmuró:
—Nuestroshijos...,¿quiénnosloibaadecir?Branonlomiróysusurróapartándoseunospasos:—Nocantesvictoriatanprontoporque,porpocoquepueda,esabodanose
celebrará.Stevensonrióy,caminandojuntoaélhaciaunodelosventanales,replicó:—Branon...,Branon...¿Cuándotevasaolvidardelpasado?—Nunca.—¿CuándotevasadarcuentadequelosWhitakersomoslosganadoresen
estaguerra?TútellevasteaAdeleysuempresa,yyo,atravésdemihijo,mellevaréatuhijaymeharéconlatuya;¿notepareceinteresante?
Aquelmalnacidoloestabasacandodesuscasillas.Queríadarleunpuñetazo,hacerquesetragaralosdientes,pero,conscientedequeesolevantaríalaliebrecon respecto a determinadas cosas del pasado que debían permanecer ocultas,siseó:
—Silehacesdañoamihijaportumalditaambición,temataré.Steven sonrió. Sus planes en lo relativo a la heredera de Sivon&Cardigan
estabansaliendocomollevabaplaneandohacíamuchotiempo.Branon, angustiado, comenzó a notar que le faltaba el aire. Tratando de
tranquilizarse, cerró los ojos, pero era inútil, pues su corazón bombeaba confuerza.
—Llamaaunaambulancia—murmuró.Stevennosemovió.Nadielohabíaoídoexceptoél,einsistió:—Adele te odiaba como te odio yo. Pero sin duda esta boda le habría
parecidobien,ymássabiendolabajunaprocedenciadetuhija.Aquellaspalabras,dichasporaquél,hicieronqueBranoncerraralospuños.Él no tenía por qué saber la verdad sobre Sharon, ymirando con furia el
cuadroenelqueAdeleparecíaobservarlos,siseó:—Novoyaconsentirquepongasenteladejuicioamihija,¿tehasenterado,
malditoWhitaker?Stevensonrió.Aquelloloestabahaciendodisfrutardelolindo.Sabíaque,en
estaocasión,ygraciasasuhijo,élteníalasarténporelmango.—Adele —cuchicheó—, mi ardiente y abnegada Adele, se encargó de
contarmeporquédesaparecisteisyosfuisteisaAtlanta.¿Oacasoerastanilusoycreíasquenoestabaalcorrientedelodetuputitaytusdosbastardas?
Branonmaldijo.Elpecholedolía,selecontraía,perolomiróysiseó:—Malditosseáislosdos.Duranteunossegundos,ambospermanecieroncallados,mientrasStevenveía
aBranonrespirarcondificultad,ysinunápicedepiedadatacó:—¿Cómo crees que se lo tomaría tu niña si supiera su procedencia? De
princesapuedepasarasermenosqueunavulgarplebeya.UncalorinsoportablehizoqueBranonsemetieraeldedoentresucuelloyel
delacamisaenbuscadeaire,necesitabarespirar,ySteveninsistió:—Pero, tranquilo, ellanunca sabránada si túno jorobasmisplanes.Amí
tampocomeinteresaquesesepaquemihijosehaprometidoconlahijadeunavulgarprostitutaynoconlalegítimahijadeAdeleCardigan.
Branonseapoyóenlapared.Lahabitacióncomenzabaadarlevueltas,perosindejarseaplastarporaquelgusanosiseó:
—Mihijaeslista,másinteligentedeloquetútecrees,y...y...Lefallólavoz,comocomenzabaafallarlelacoordinación,einsistió:—Llama...a...ambulan...Stevensonrióy,alvera suhermana,aHannibalyaWinonamirandouna
vitrina donde había delicadas piezas de cristal de Bohemia, con dureza, y sinimportarleelgestodedolordeaquélmientrassetocabaelpecho,sentenció:
—Lavidadamuchasvueltas,queridoBranon.YellavacaminodeserunaWhitaker.¿Quéteparecelaidea?
Branonnopodía respirar.Leestabadandounataqueal corazóny, cuandosuspiernasnopudieronseguirsosteniéndolo,cayóderodillasalsuelo,momento
enelqueHannibal,sutíaysumadremiraronyrápidamentereaccionaron.—¿Quépasa?—preguntóalarmadoHannibal.—¡PorelamordeDios,Steven!¿Quéocurre?—gritóWinona.—¡Llamadaurgencias!—chillóGrace.Stevenmiróasuhijo.Llevabamanejándolosinqueélsedieracuentadesde
que teníausode razóny, comonoqueríadar la impresióndequenodeseabaayudaraBranon,seapresuróadecir:
—Creoquesetratadeunataquealcorazón.Llamadaunaambulancia.Hannibal telefoneó rápidamente a emergencias y después fue en busca de
Sharon,mientrasWinonaasistíaaBranonyledabaaireconlamano.Segundos después, Sharon entró alarmada junto a Gladys yManuel en el
salón.—¡Papá...,papá...!—gritó.Hannibalintentóretenerlay,mirándola,dijo:—Hellamadoaunaambulancia.—Papá...—Tranquila,Sharon.Tranquila.Noobstante,pedirletranquilidadaSharonenunmomentoasíeraimposible.
Impensable.Y,conelrostroplagadodelágrimasporelsustoquetenía,increpóasuprometido:
—¡Suéltame!¡Suéltame,malditasea!Winona,alveraPipaentrarenelsalón,soltóungritoagónico.Nadaledaba
másmiedoquelosperros,yHannibal,soltandoaSharon,agarróasumadreparatranquilizarla.
—¡Ay,Virgencitadelacaridad!—susurróGladysasustadaalveraBranonenelsuelomientrassujetabaaPipa,queladrabayladraba.
Manuel se sorprendió al entrar y encontrarse con StevenWhitaker. ¿Quéhacíaaquélallí?Pero,ignorándolo,seacercóagrandeszancadashastasuamigo.Branonlonecesitabay,trasacomodarlolomejorquepudo,murmuró:
—Branon,aguanta.Laambulanciayavienedecamino.Elaludidoasintió.Entreellos,laspalabrassobraban.Manuel miró de nuevo a Steven, que los observaba. Aquel sinvergüenza
habíasidolainfelicidaddesuamigoy,aunquesentíaunosdeseosirrefrenablesdelevantarseypartirlelacara,nolohizo.Noeramomentonilugar.
Ajena por completo a lo que los tres hombres pensaban, Sharon suplicódirigiéndoseasupadre:
—Papá...,papá...Papá...,tranquilo...Yavienen...Yavienen...Desdesuposiciónenelsuelo,Branonmiróasuhija.Ladesesperaciónque
veía en sus ojos lo estabamatando. Intentó comunicarse con ella, pero le eracomplicado;lamirócomopudoysusurró:
—Mi...ojit...izqui...Al oír eso, Sharon se tapó la boca con la mano. Estaba llorando. Estaba
totalmentefueradesí,ysupadredebíaverlafuerte,porloque,concariño,pasólamanoporelrostrodeaquélymusitó:
—Y tú eres el mío, papaíto. Tranquilo, todo va a salir bien. Ya viene laambulancia.
Branonasintióy,sinapartarlosojosdelaluzdesuvida,farfullócomopudoensuoído:
—E...na...mó...ra...te.
***
Esa madrugada, en el prestigioso hospital Monte Sinaí de Nueva York,fallecióelmagnatedelaabogacíaBranonSimon,dejandoasuhijayaquienesloqueríandeverdadtotalmentedesolados.
La prensa, avisada de la muerte de aquél, se presentó enseguida en elhospitaly,alverjuntoalahijadelfallecidoalcandidatoalaFiscalíadelEstado,losreporterosserevolucionaron.Sindudayateníancarnazaquecontar.
Sharon, desconsolada, seguía junto a su padre, cuando un coordinador delequipo de trasplantes del hospital se personó ante ella. Aquel profesionalpreparado,conbuenaspalabras,leindicóque,apesardelterriblemomentoporelqueestabapasando,debíarecordarlequesupadreeradonantedeórganosyqueeltiempoparaextraerloseraprimordial.
Sharonasintió.Ellaysupadreerandonantesdeórganosdesdehacíamuchosaños. Ambos creían que aquel gesto desinteresado para ayudar a otros era lomejorquepodíanhacerunavezquemurierany,conscientedeello,selevantó,ledio unbeso en la frente con todo su amorymurmuró, sabiendoque su padreayudaríaunavezmásaalguienquelonecesitara:
—Tequiero,papá.Cuando se llevaron aBranon,Manuel, destrozado, perdió los nervios y se
abalanzócontraSteven.Odiabaaesehombre,loodiabacontodassusfuerzas,yensilencioloculpódeloocurrido.
Enseguida,Hannibal, ayudado porGladys, Cristian y la propia Sharon, seapresuraronasepararlos.¿QuéleocurríaaManuel?
Trasrecibirelataque,Stevennodijonada.Selimpiólasangrequeteníaenla boca y, exculpando al chófer, les hizo pensar a todos que aquello sólo erafrutodelosnervios.
Gladystranquilizóasumarido,yactoseguidollamóporteléfonoasuhijaNormaaltrabajoparacontarleloocurrido.
Norma estaba de servicio y, en cuanto colgó, sin dudarlo y como iba aretrasarse en llegar al hospital porque tenía que esperar a que un compañeropudiera relevarla, llamó a Lucy para informarla. Sharon las necesitaba, y loocurridoerademasiadogravecomoparaandarsecontonterías.Lucyagradecióeldetalle.
Cuando,variashorasdespués,Norma llegóalhospital,allíelambienteeratristeydevastador.Consolóasuspadresy,cuandoentróenlahabitacióndondeestabaSharon,Lucyselevantóydijocediéndolesusitio:
—Esperaréfuera.Normano ladejómoverse,noeramomentodediscusiones,y,cogiendo la
manodeaquéllaconfirmeza,declaró:—No,Lucy.Sharonnosnecesitaalasdos.
Capítulo11
Tras un entierro al que asistiómedia humanidad, y en el que Sharon terminóexhaustacontantopésameymuestrasdedolor,cuandoentróenlacasafamiliarysuperrasalióarecibirla,murmuróagachándose:
—Hola,Pipa,preciosa.Laperra,alaquesólolefaltabahablar,lamiróconojosmelancólicos.Era
increíble lo que lamirada de aquella perra le transmitía a Sharon, quemusitótocándola:
—Lasdoslovamosaecharmuchodemenos...,losé.Elanimal ledioun lametazoen lacara,eso lahizosonreír,peroHannibal
dijopensandoensumadre:—Eseanimaldeberíaestarenlaterraza.—Imposible—apostillóNorma—.Pipaesladueñaabsolutadeestehogar.Lucy,queobservabaa su amiga, sedisponía a intervenir cuandoHannibal
prosiguió:—Losanimalessonanimales,ycomotaleshayquetratarlos.—Sientometerme donde nome llaman, pero un animal es unomás de la
familia,oesomehanenseñadoamí—indicóCristian.EsohizosonreíraNorma—¡olesuhermano!—,ySharonratificó:—Enestacasa,Pipaesunamásdelafamilia.—¡Quétontería!—gruñóHannibal.—No,noloes—insistióNorma.Hanniballamiró,perodecidiónoreplicar.Aél,ensucasa,lohabíancriado
conotrasideas,einsistiódirigiéndoseasunovia:—Sharon, entiendo por el momento delicado que estás pasando, pero un
perrosetieneparaguardarunacasa,noparaquelacasaloguardeaéltratándolocomoaunomás.Esaperradeberíavivir en la terraza, yaque en estepisonotenéisjardín.
Aloíreso,Sharonsonriócontristezay,mirándolo,dijosinpoderevitarlo:—Anteeso,papáterestaríaunpunto.EneseinstanteentróenlaestanciaconpasofirmeStevenWhitakerjuntoa
sumujer,yalencontrarseconaquellaescenadijo,conscientedelmiedoqueasuesposaledabanlosperros:
—Ese animal debe estar en el exterior. ¿Qué hace aquí?—Y, mirando aKaren, que en ese momento llegaba hasta ellos con la correa dePipa en lasmanos,añadió—:Tú,muchacha,sacaaeseanimalalaterraza¡ya!
—SellamaKaren—apostillóNormamirandoaaqueltipo.—Steven,porDios,¡para!—protestóWinonasindejardemirarconcierto
receloalaperra.Conscientedelmomento,élsuavizóeltonoyañadió:—Disculpa,sonlosnervios.Karen,¿puedesllevarteaeseanimaldeaquí?Oíreso,ensucasayconsuperra,aSharonletocóalgomásquelamoral,y
sinningúnfiltroindicó:—Sinoteimporta,Steven,éstaesmicasayaquílasórdeneslasdoyyo.Elaludido,aloírla,levantólasmanosamododedisculpay,trasmirarasu
hijo,queasuladonohabíaabiertolaboca,afirmó:—Losiento.Sólolohacíaparaayudar.La joven, al sentirse el centro de las miradas, asintió y, besando la rubia
cabezadelaperra,dijoenganchandolacorreaalcollardeaquélla:—Muybien,Pipa,¡tevasapasear!El animal, que conocía perfectamente el significado de aquellas palabras,
comenzó a saltar,momento en el que entró en la casaThomasVandercraf, elnotariodetodalavidadeBranonSivon,acompañadoporManuel,y,mirandoaSharon,indicó:
—Puedovolvermañanasiquieres.Sharon negó con la cabeza mientras observaba cómo Karen y Pipa
desaparecían.Estabasiguiendolas instruccionesquesupadrelehabíarepetidomilvecesenvidaenloreferenteatemaslegales,ymusitó:
—Comodiríapapá,nodejesparamañanaloquepuedashacerhoy.
—Sabio,tupadre—afirmóWinona,ganándoseunasonrisadeaquélla.Trasunsilenciollenodetristezaypesar,finalmenteSharondijo:—Pasemosaldespachodepapá.LucyyNormasemiraron.Suamigaestabademostrandosermásfuertedelo
queellasnuncapensaron.Entonces, Steven Whitaker se movió. Quería estar en la lectura del
testamentopor lo queBranonhubiera podidohacer al respecto, peroThomas,mirandoaaquelhombrealquenole teníamuchoaprecioporalgunacosaqueconocíadesupasadoyquecallabaporamistadconBranon,indicó:
—Lo siento, señor Whitaker, pero los únicos que están llamados para lalectura del testamento son Sharon yManuelVega.Así que, si no le importa,aguardefuera.
—Esperaremosenelsalón—indicóWinona.Pero, sin escuchar a su mujer, Steven resopló. Lo repateaba no poder
controlarlasituacióndesde¡ya!Y,mirandoasuhijo,matizó:—Hannibal,entratúconellaporloquesepuedaencontrar.Estuprometida.
—Y,metiendoeldedoenlallagacomosóloélsabía,añadió—:Ellacarecedefamiliaynoquieroqueseencuentresolaestandonosotrosaquí.
Sharonlomiró.Sufamiliasiemprehabíasidomuyreducida.Comoellanoteníahermanos,ni tampocosuspadres,nuncahabíatenidotíosniprimos,sóloprimos lejanos por parte de sus progenitores con los queBranon apenas teníarelación.
Oíresodebocadeaquelhombrelahizosentirsemássolaquenunca.Pocasvecessepermitíapensarenaqueldetalle familiar,peroenese instantealgoserompióensucorazónyCristian,alsentirlo,seacercóaellaymurmuró:
—Eh...,tranquila.Losquenosconsideramostufamiliaestamosaquí,¿vale?Sharon,alnotarelcariñoyelapoyodeaquél,locogiódelamano,yNorma
cuchicheó:—¡Quémonoeres,hermanito!Sharonapretó lamanodeCristiany, tomandoaire, sacóelcarácterquesu
padresiemprelehabíainsufladoeindicómirandoasuprometido:—Nohacefaltaqueentresconmigo.Hannibal,entristecidoporelmalmomentoqueestabapasandoaquélla,pero
conscientedelamiradadesupadre,insistió:
—Estássolaypuedoayudarteporsihayalgunasorpresa.—Soyabogada,Hannibal,ynoestoysola—dijoasiendolamanodeManuel
—.Y,encuantoalassorpresas,teaseguroquenomevoyaencontrarconnadaquemipadrenomehubieradichoya.
Manuel,quehabíaobservadolaescenaensilencioyconteníalasganasquesentíadeecharaStevenWhitakerdeaquellacasa,sinsoltarlamanoqueellalehabíadado,indicó:
—Vamos,cariño.NohagamosesperaraThomas.StevenyManuelsemiraroncongestoretadory,denuevo,Sharonsepercató
deello.Pero¿quélesocurríaaaquellosdos?Lucy, que quería intentar echarle una mano a su amiga, dijo entonces
agarrándosedelbrazodeSteven:—Esperaremosenelsalón.Sharon le agradeció el detalle, yNorma, por su parte, se apresuró a decir
mientrasabríaunapuerta:—Iréaporcaféalacocina.—Veconellos,Norma.Iréyo—seofrecióCristian.Cuando Manuel, Sharon y el notario entraron en el que había sido el
despacho de Branon tantos años, se quedaron mirando la mesa y el sillón.Parecíaincreíblequeaquelhombretanenérgico, tanllenodevidaydefuerza,nofueraaaparecerdeunmomentoaotro,ySharon,sabiendoloquepensaban,miróalnotarioydijo:
—Thomas,siéntateenelsillóndepapáyprocedamos.El hombre asintió apenado y, una vez que lo hizo, sacó unas carpetas que
llevabaensucarteradepieloscuray,trasdejarlassobrelamesa,dijomirandoalajoven:
—Soydelaviejaescuela.Losordenadoresyyoestamosreñidos.Lostressonrierony,segundosdespués,Thomasabrióundocumentolegaly
leyóloacordadotiempoatrásconBranon.
Capítulo12
ComobienimaginabaSharon,nadadeloqueelnotarioleyólasorprendió.Supadrelodejabatodobienatadoparaqueellaysóloellafueralaheredera
detodoloquehastasumuertehabíaestadoanombredeél.NadiedelafamiliaSivon, ni de la familia Cardigan podría exigir nada y, asimismo, el bufetequedabatotalmentebajoelmandodeella.
Sharon asintió.Había llegado elmomentopara el que supadre siempre lahabíapreparadoy,sinduda,ibaademostrarlomuchoquevalía.
Branon legóa subuenamigoManuel elpisodondevivíadesdequehabíacomenzadoatrabajarconél,queestabaseisplantasmásabajoqueelsuyo,unaimportantecantidaddedineroenelbancoysuempleodechófer.Añadióenunanexoqueloshizosonreírquecuidaradesu«ratita»todalavida.
EstabanriendoporellocuandoThomassacódeentre lospapelesunsobremarrónydeclaró,entregándoseloaManuel:
—Branon,además,dejóestesobrepara ti.EnélhayunpasevitalicioparaveralosYankees,entreotrascosas.
Emocionado,Manuel lo cogió y se lo guardó en el bolsillo interior de lachaqueta,yentoncesSharon,mirándolo,murmuróconcariño:
—EsperoquemellevesalgunavezcontigoaveralosYankees.—Todaslasvecesquetúquieras,cariño—afirmóélenternecido.Una vez terminada la lectura del testamento, y tras firmar varios
documentos, Thomas se despidió de ellos con cariño y se marchó, quedandoManuelySharonsoloseneldespacho.
PermanecieronunosminutosensilenciohastaqueSharon,recordando,dijo:—Manuel,¿puedopreguntartealgo?
—Porsupuesto—afirmóél.Sharonpensóenloqueibaapreguntaryfinalmentedijo:—¿ConocíasaStevenWhitaker?Conteniendo las ganas que sentía de contarle la verdad, Manuel decidió
seguirlospasosdesuamigoyrespondió:—No.Sharonasintió,peroinsistió:—Y, si no lo conocías, ¿por qué noto que entre vosotros hay malas
vibraciones?Manuel,quenoesperabaese interrogatorioenesemomento,ysabiendo lo
intuitivaqueeralajoven,susurró:—Cariño...,esunmalmomentoparamí,paraél,paratodos.Sóloeseso.Sinquererdarlemásvueltas,Sharonasintióymurmuró:—Manuel,loúltimoquepapámedijofue:«Enamórate».Élasintióy,siendosincero,contestó:—Branon quería lomejor para ti y el amor es importante.Quizá dijo eso
porquenovioenHannibalalhombredetuvida.Sharoncerrólosojos.¿Ysisupadreteníarazón?Y,limpiándoseunalágrimaqueleresbalóporlamejilla,musitó:—Laculpadequepapámurieraesmía.—Sharon,no—susurróManuel—.Nopienseseso,cariño.—Creo... creo que se puso tan nervioso por la extraña petición de mano
que...que...,siyonohubieraaceptado...,siyono...Manuelibaadeciralgocuandoella,nerviosa,prosiguió:—Observésucaracuandovioa losWhitaker.¡Seimpresionó!Creo...creo
quenuncaimaginóquepudieraestarsaliendoconelcandidatoalaFiscalíadelEstadoy...¡Oh,Dios,mesientoculpableportodo...,y...!
Manuel, sinquerer contarle ciertas cosasqueBranon sehabía llevadoa latumba,insistiócomopudo:
—Túnotienesquesentirteculpabledenada,cielo,créeme.Sharonsesecódenuevounalágrimaquelecorríaporelrostroyafirmó:—Pero losiento,Manuel.Nopuedoremediarlo.Y,aunqueHannibalysus
padresmedicenlomismoquetúalrespecto...,nopuedoignorarlo.
Conteniendolasganasquepugnabanensuinteriorporaclararlequiénpodíahabersidoelverdugodesupadre,Manuelpensóquécontestaryalfinalindicó:
—Escucha,Sharon.Enocasiones las cosas pasan sinmás.Comodecíamimadre,todosnacemosconunafechadecaducidadgrabadaennuestraalma.Y,cuandollegaesafecha,daigualdóndeestésoconquiénestés,porquenadaenelmundovaaremediarquesecumpla.Conestoquierodecirteque,tantosiestabastúconHannibalcomosino,pordesgracia,Branonnoshabríadejadoigual.
Sharonnodijonada,yManuelañadió:—Cariño,no te culpesde algoque sabesquepodíapasar, porqueno te lo
voyapermitir,nitupadretelovaaperdonar.Lajovenasintió.Quizádebíadejardefustigarseporaquello.Durante un par de minutos, los dos quedaron sumidos en sus propios
pensamientos,hastaqueManuel,emocionado,dijo:—Sharon,enloreferentealaherencia,yo...No pudo decir más. La joven rápidamente cogió su mano y, mirándolo,
indicó:—Estoydeltododeacuerdo.Manuelselimpiólaslágrimasquecorríanporsurostro.SuamigoBranonhabíasidoexcesivamentegenerosoconély,emocionado
por aquella generosidad, fue a decir algo cuando ésta, sin soltarle lasmanos,insistió:
—Soyfelizconloquepapátehadejado.Tú,Gladys,NormayCristiansoismiúnicafamilia,y...
Nopudocontinuar,yManuel,apretándolelamano,afirmó:—Cariño,siemprevamosaestarparati¿Deacuerdo,ratita?Sharon sonrió al oír aquel apelativo tan especial, a pesar de que no pudo
evitarllorardeemoción.
Capítulo13
ElmessiguientefueunpococaóticoentodoslosaspectosparaSharon.StevenWhitakerseencargódepregonaraloscuatrovientoselcompromiso
desuhijoconlaherederadeSivon&Cardigan,ylaprensasevolviólocaconeltema.LahistoriadelfuturopróximofiscalgeneraldelEstadoylaricaherederaeratodounnotición.
YSharonsesintióagobiadaporello.Noestabaacostumbradaaserelcentrodeatenciónde laprensa,pero,con
paciencia, determinación y constancia, lo sobrellevó de la mejor manera quepudo,aunquelascenasolasgalasalasqueahorateníaqueasistircomolanoviadelfuturofiscalgeneraldelEstadoleresultaraninsoportables,ymáscuandosusuegrohablabadeellacomounmiembromásdesumaravillosafamilia.
Enunadeaquellascenas,seencontróconunviejoamigo,JamesRodríguez,unabogadoconelquehabíaestudiadoenlauniversidadyque,comosunovio,sepostulabapara laFiscalíadeNuevaYork,peroéstede lamanodelpartidodemócrata,lacompetencia.
Tras la cena, al comenzar el baile, James y Sharon se buscaron entre lamultitud,ycuandoconsiguieronencontrarseasolas,élsedirigióaella:
—Cuando leí en laprensa lode tunoviazgoconWhitakernome lopodíacreer.
—¿Porqué?—preguntóellasonriente.James,quehabíaasistidoensuépocaamuchasmanifestacionesconSharon,
dijobajandolavoz:—Queyorecuerde,tusideaspolíticasdistabanmuchodeloquedefiendetu
prometido.
Sharonasintió,élteníarazón,eindicó:—Ysiguendistanciadas.—¿Entonces?Lajovensonrió.—Digamosque,cuandoestamosjuntos,nohablamosdepolítica.—Pero,Sharon,aunasí,¿podrásvivirconalguienquedefiendecosasquetú
notoleras?Llevabatiempohaciéndoseesapreguntaasímisma,yrespondió:—Quizáelestarconmigoconsigaqueciertascosascambien,¿nocrees?Aloíreso,Jamessonrióy,mirandoaStevenWhitaker,que losobservaba,
susurró:—Mientrassupadreestéjuntoaél,lodudo.Sharon suspiró.Suamigo tenía razón.Pero, sinquerer seguirpensandoen
aquello, desvió el tema y continuaron hablando sobre otras cosas hasta queStevenseacercóaellosy,mirandoaJames,preguntó:
—¿Metiendoideasdemócratasenlacabecitademinuera?Aloíreso,Sharonrespondió:—Porsinolosabes,Steven,misideasseacercanmásalasdeJamesquea
lasdeHannibal,pormuyprometidomíoquesea.Whitakerseenfureció.Silaprensalaoíadecireso,seríaunescándalo,porlo
quesiseó:—Ereslanoviademihijo.Compórtatecomotal.ASharon se le revolucionó la sangre.Desde lamuerte de su padre, aquel
hombre se estaba tomando demasiadas licencias con ella, y, cuando fue aresponder,James,quelaconocíamuybien,intercedió:
—DudoquecualquierapudieraconvenceraSharondealgoenloqueellanocrea.Porsuerte,esunamujerseguradesímismaquenosueledejarsemanejarpornadie.
Stevensonrióconfrialdad,yella,dispuestaanoclaudicaranteloqueaquélpretendía,dijoagarrándosealbrazodeJames:
—Sinosdisculpas,Steven,Jamesyyoqueremosbailarestapieza.Cuandosealejaronycomenzaronabailar,Jamescuchicheóconunasonrisa:—Preciosa. Ahora sí que soy consciente de que estoy con Sharon Sivon
Cardigan.
—Esqueésasoyyo—afirmóellasonriendoasuvez.Unbuenratodespués,cuandoHannibalfueabuscarlaazuzadoporsupadre,
la llevó de vuelta al bando donde se suponía que debía estar y, molesto,preguntó:
—¿Sepuedesaberquéestáshaciendo?Sharon, al oírlo, cogió una copa de champán de la bandeja de uno de los
camarerosquepasabay,trasdarleunsorbo,respondió:—Hablandoconunamigo.Y,antesdequedigasnada,hededecirtequeati
teconozcohaceapenasunañoyaél,másdediez.Portanto,evitemosdiscutir.Hannibalsecalló,noteníanadaquedeciranteeso.Eneseinstante,Steveny
sumujerWinona se acercaron a ellos, y el patriarca, con una fingida sonrisa,siseó:
—No vuelvas a hablarme delante de nadie como lo has hecho antes,¿entendido?
—¡Steven!—lereprochóWinonaaloírlo.Sharon,queloobservabatrasoírsuordenysentirsuduramirada,replicósin
podercallarse:—Quesealaúltimavezquetúmehablasamíasí,¿entendido?—¡Sharon!—gruñóHannibal.Stevenyellasemiraronalosojos.Ningunodelosdosestabadispuestoacederensuterreno,asíqueWinona,
cogiendoelbrazodelajoven,dijoparacalmarlasaguas:—Acompáñamealaseo.Unavezquesealejarondeaquéllos,ningunadijonada,hastaque,alllegara
unladodelsalóndondenadiepodíaoírla,Winonaleadvirtió:—Noteconvieneenfrentarteamimarido.—Quizáesatumaridoaquiennoleconvieneenfrentarseamí.Winonasonrió,aquellamuchachateníaelmismocarácterquesuhijaSandy,
eindicó:—Odiotenerquedecírtelo,peroenestaocasiónSteventienerazón.Lagente
queteveaconfraternizandoconJamespensaráque...—Jamesesmiamigo—lacortóSharon—.Loquepienselagentenuncame
haimportado,mientrasyotengaclaroquiénsoyyloquehago.Winona asintió, poco tenía que decir ante aquello, y retocándose el pelo,
preguntó:—¿Creesquemihijoytúseréisfelices?Sharonparpadeóaloíraquellapreguntaquenoesperaba.—¿Porquémepreguntaseso,Winona?Lamujer,alaqueselaveíaincómodaconaquellaconversación,miróhacia
losladosybajólavozparacontestar:—HehabladoconHannibal,peronomeescucha.Yosóloquierosufelicidad
y,porconsiguiente,latuya.Séjuiciosa,meconstaqueloeres,y,porfavor,tepidoqueantesdeactuarmeditesypiensesporélyporti.
Sorprendida,Sharonnosupoquédecir.¿Aquésereferíaconactuaryconpensarymeditarporlosdos?EstababloqueadamirándolacuandoWinonaindicócongestoserio:—Yahora,regresemosalafiesta.
Capítulo14
Pasó otro mes, y en ese tiempo a Sharon se le fueron ocho abogados y diezimportantes cuentas del bufete que llevaban años trabajando con su padre.HabíandecididocambiardebufeteporquenolesgustabaqueSivon&Cardiganestuvieraúnicayexclusivamenteenmanosdeunamujer.
ASharonledolióenterarsedeelloporquedañabalascuentasdesuempresay,almismotiempo,laindignócomomujer.
¿CómopodíahabergentetanretrógradaenplenosigloXXI?¿Acaso creían que por ser una mujer no era capaz de sacar adelante su
empresa?Aquellos que en vida de su padre la llenaban de halagos, felicitaciones y
elogiosahora,queeracuandomáslosnecesitaba,laabandonaban.No obstante, sin dejarse vencer, y ayudada por Cristian y en ocasiones
también por Hannibal, con quien comentaba la problemática a la que seenfrentaba,Sharondecidiócontratar aunabogado.Uno.Nopodíanpermitirsemás.
Durante varios días entrevistaron a varios candidatos.Hombres ymujeres,todosellosmuyválidosycualificados,perofueunachica,SusanRamírez,unajovenalgoexcéntricaporsumaneradedesenvolverse,sustatuajesysusmechasrosa,laquellamótotalmentesuatención.
Tras valorar las entrevistas, Cristian y Sharon supieron que Susan era sumejor opción. Contratarla a ella, a aquella joven tan diferente de lo que seesperabadeunabogado,eraarriesgado,peroaSharonlegustó.
Comodecíaunbuenlema,¡renovarseomorir!Yestabaclaroquehabíaquerenovarse,actualizarseyentenderquevivíanenelsigloXXI.
Dosdíasdespués,Susan,consupelorosaylatapadesuordenadorportátilplagada de flores multicolores, se unió al bufete, momento en el que Sharonconvocóenunareuniónatodoslostrabajadores,sinimportarlesieranabogadoso personal de limpieza, y les habló sobre la importancia de remar todos en lamismadirecciónyconfiarenella.
Noobstante,esanoche,duranteunacomplicadareuniónconelamigodesupadreHoracioCabreira,alsentirqueéstelatratabacomosifueratontaporsermujer,sindudarlodejóafloraraCuchilloSangrientoyloechódesudespacho.
Pero¿quiénsehabíacreídoqueeraesearrogante?Esehechoprovocó la furiadeHoracio,que, sindudarlo, retiró también su
valiosacuentadelbufete.Otromásqueladejaba.Estabapensandoenquelareuniónhabíasidounfracasomientrasconducía
su coche hacia casa cuando sonó su teléfono y, activando el manos libres,saludó:
—SharonSivon.Dígame.Trasunsilencioextraño,oyóquealguienrespondía:—Soy...soyCaty.Sharonpensóenelnombre,peronocaía,hastaqueaquéllaañadió:—Caty,lahijadeJuliana,delaasociacióndemujeres...—Caty,¿quépasa?¿Estásbien?—cortóalreconocerla.Lajoven,desolada,dijocerrandolosojos:—Estoy en comisaría. Jim me ha agredido, hemos forcejeado y... y... he
llamadoalapolicía.Noeramuyagradableoíresotraseldurodíaquellevaba,pero,despuésde
pedirle la dirección de la comisaría donde estaba, se dirigió hacia allí sindudarlo.Catylanecesitaba.
Nadamásllegar,unpolicíalaacompañóhastadondeestabalajoven.SharonnosesorprendióalencontrarseaCatyconunojomoradoysangreenelrostro.
Al parecer, cuando su marido Jim llegó a casa se abalanzó sobre ellasimplemente porque había olvidado echar sal a las patatas fritas de la cena, ycomenzóaestrangularla.EstavezCatynosequedóquietayrespondiódándoleunapatadaenlaentrepierna.Actoseguido,corrióhacialapuertadelacalleylaabrió,peroéllaagarróyvolvióagolpearla,sinpercatarsedequeunosvecinosque se hallaban en el rellano estaban presenciando la escena. Cuando
consiguierondetenerlo,Catyllamóalapolicíasindudarlo.Concariño,Sharonlaatendió,mientraslospolicíasletomabandeclaración
y,unavezqueladenunciaestuvointerpuesta,lajovendijomirándola:—Gracias.Graciasporvenir.Sharonapretósumanocondecisión.—Telodije,Caty.Paraloquemenecesites,estoyaquí.Lajovenasintióyluegocuchicheócabeceando:—Sientohabersidotandesagradablecontigoenotrasocasiones.Penséque,
portudinero,tuvida...,tu...Losiento.Hablabasinpensar.—Notepreocupes.Nopasanada—afirmóella,entendiendoporquédecía
aquello.Estabaacostumbradaaquelaprejuzgaran.Trasunsilenciocargadodeemoción,lajoven,aquienelojocadavezsele
ponía más oscuro por el golpe que el animal de su marido le había dado,preguntó:
—¿Meayudaríasasolicitareldivorcio?Sharonasintió.—Seráunplacer,Caty.Aquéllaeralaactitud,lachicaporfinhabíareaccionadoplantándolecaraa
sumaltratador.Sinlugaradudas,esoeralomejorquelehabíapasadoentodoeldía.Unavezacabado todoelpapeleo,Juliana llegóasustadaa lacomisaría.La
mujerestabanerviosa,muynerviosa,perocuandosupoloquesuhijaacababadehacer,lloró.Lloródefelicidad.
Aquelladecisiónsignificabaacabarconunpasadodeopresiónparabuscaruna solución. Como Sharon siempre decía, había que luchar y, cuando lasfuerzasfallaran,seguirluchandohastaconseguirloquesenecesitaba.
Unahoradespués,trasdejaraCatyyasumadreenlacasadeestaúltima,Sharonsedirigióhacialasuyaensucoche.
Sumentenodejabadepensarenlovivido,eneltrabajoyenlosproblemasquecomenzabanaquitarleelsueño.
NopodíadejarsellevarporsuimpulsividadcomohabíahechounratoantesechandoaHoracioCabreiradesudespacho.Estabaclaroquenadieseloibaaponerfácilporsermujer,perotambiénquenopodíapermitirquetodoloquesupadrehabíaconstruidoduranteañosconesfuerzoytrabajosefueraalgarete.
Ellaeraunaprofesionalcualificada.Sabíadirigirperfectamentelaempresa.PeropersonascomoHoracionoledabanunaoportunidad,sinotodolocontrario.
Sinpoderremediarlo,pensóensupadremientrasconducía.¿Quépensaríaéldeaquello?¿Cómolohabríaafrontado?Peroentoncessonrió.Supadre,elgranBranonSivon,aplaudiríaloquehabíahechoconHoracio.Ylaaplaudiríaporquemilveceslehabíarecordadoquenoporsermujerera
menosquenadie.Porqueellaeravalienteyguerreray,antelasadversidadesdelavida,conesfuerzoyconfianza,saldríavictoriosa.
Frenteaella,elsemáforosepusoenrojoySharonparóelcoche,mientrasenlaradiocomenzabaasonarIndependentWomendeDestiny’sChild, lacanciónquetantolesgustabaaNormayaella.
Empezó a tararearlay, como siempre, la letra la hizo sonreír.Ella eraunamujerindependiente,comodecíalacanción,ydebíadecidirymarcarsufuturocomosiemprelehabíadichosupadre.
Aquellamúsica...Aquellaletra...Aquelmomento...Todounidolehizotomarunadecisióny,unavezenverdeelsemáforo,puso
el intermitente a la derecha, se desvió por la primera calle, dio unas cuantasvueltasyfinalmenteaparcóelvehículo.Despuéssedirigióaunlocaldetatuajesdonde había estado en un par de ocasiones con Norma y, tras hablar con eltatuador,mientraséllopreparabatodo,Sharonmurmurócerrandolosojos:
—Papá,estovaportiypormí.Y,sinpensarensiaquelloleibaagustaraHannibalono,porquesetrataba
de ella y de su cuerpo, se tatuó en elmuslo derecho: «No soy unamujer quenecesiteunhombre,sinolamujerqueunhombrenecesita».
Capítulo15
Pasóunasemanaen laqueSharonnovioaHannibal.El trabajodeambos losteníatotalmenteabducidosy,aunqueellaloinvitabaadormirensucasa,puesnecesitabacalorhumano,élpreferíaquedarseenlasuya.EstabamásqueclaroqueparaHannibalelsexoysurelaciónpersonalsiempreestaríanenunquintoplano.
Unadeesastardes,cuandoestabaenelbufetepreparandounjuicioqueteníaaldíasiguiente, trashablarconNormayquedarconellaesanocheparatomaralgo,lapuertadesudespachoseabrióyentrósuamigaLucy.
—Me ha llamado Francesca y me ha dicho que ha recibido unos trapitossuperexquisitosenlatienda—dijomirándola—.Asíquelevantatulindotraserodelasilla,quenosvamosdeshopping.
Sharonresopló,noteníaniganasnitiempoparaeso,ymurmuró:—Lucy...,tengomuchotrabajo.—Yyoquieroirdecompras—insistióaquélla.RecordandoquehabíaquedadoconNormaparatomaralgoaquellanoche,y
noqueriendohacerdiferenciasentresusdosamigas,Sharoncerrólacarpetaqueteníaanteellayselevantódelasilla.
—De acuerdo —dijo—. Pero dame diez minutos. Quiero llevarle estadocumentaciónaCristianasudespacho.
—¡Perfecto!—asintiósuamigasentándoseenunadelassillas.Durante veinte minutos, Sharon estuvo en el despacho de Cristian
comentandoladefensadelcasoy,cuandoregresóalsuyo,Lucylereprochó:—Unpocomásyechoraícesaquí.Sharonsonrióycogiósubolsoparasalir.
—Vámonos,¡exagerada!Como bien había dicho Lucy, en la tienda habían recibido maravillas.
Durantemásdedoshoras,larubiaseprobótodoloqueseleantojó.PeroSharonse negó: ahora lo primero era la empresa y sus empleados; podía pasar sincomprarseningúntrapito.
Francesca,encantada, lesacó todoloqueLucyfuepidiéndole.Aquéllaeraunabuenaclientay,comoladueñadelatiendaimaginó,alfinalizar,Lucysacódesumonederosutarjetitadoradaysellevóvariasprendas.Sharonnosellevónada.Debíasersensataconeldinero.
Cuando salieron, decidieron acercarse a un Starbucks a tomar algo. Encuanto encontraron un sitio para sentarse, Lucy se marchó a por dosfrappuccinos, mientras Sharon se quedaba con todas las bolsas de la famosatienda.Estabamirandosumóvilcuandooyó:
—Hola,desconocida.Alvolverse se encontróconunhombrey rápidamente sepercatódequién
era;aquellosojosverdesnolosteníatodoelmundo.—Hola—saludó.Alverqueellanodecíanadamás,Noahsonrió,ySharonlesoltó:—¿Yaestásconturisita?—¿Temolestaquesonría,nena?Ella parpadeó. Aquel hombre la ponía nerviosa y, desconcertada por la
tensiónquesentíasiemprequeloveía,respondió:—Memolestaquemellamesnena.—¿Porqué?—Élsiguiósonriendo.Supreguntaladesconcertóaúnmásy,leyendoeltatuajequeélllevabaenel
antebrazoderechoyquedecía:«Undeseonocambianada,perounadecisiónlocambiatodo»,ibaarespondercuandoélseñalólasbolsasquehabíaasulado.
—Veoquehoyhasfundidolatarjetadecrédito.Olvidándosedesurespuestaydeltatuaje,Sharonreplicó:—Teequivocas.—¿Seguro?—Nadaesmío—insistióalverlaexpresiónconquelamiraba—.Todoes
demiamiga.Noahasintió,yestabasonriendocuandoLucyseacercóaellosy, alvera
aqueldesconocidoconcascodeobreroypantalonesdetrabajo,gruñóarrugandoelentrecejo.
—Oye,disculpa,odejasdemolestarollamoalapolicía.Aloíreso,NoahmiróaSharona laesperadequeelladijeraalgo,peroal
comprobarquesólolomirabaynoabríalaboca,sindecirmás,diomediavueltaysedirigióalacajaapedirsucafé.
Cuando se alejó, Lucy se sentó, le entregó un frappuccino a su amiga ycuchicheó:
—Esosobrerossonunosdescarados.Sharonnegóconlacabeza.—Laverdadesquenomeestabamolestando.—¿Ycómoesqueconocesauntipoasí?¡Esunobrero!PorDios,mirasus
pantalones:estánsuciosyllenosdepolvo.El esnobismode su amiga la enfermaba,pero, sinquererdiscutir con ella,
Sharonrespondiómientrasobservabaqueélsemarchabadelestablecimientosinmirarlas:
—Trabajóenlareformadelaoficinahaceunosmesesy...—Ynada—lacortósuamiga—.Ereslanoviadelposiblefiscalgeneraldel
Estado y no te conviene que te vean confraternizando con gentuza como ésa.Piensaentureputación.
Boquiabierta,Sharonfruncióelceño.Esolahabíamolestado.—Mira,guapa—gruñó—.Nomevengascongilipollecesolavamosatener.—Oh,Dios...,odiocuandohablasconlamismachabacaneríaqueNorma.Sharonsuspiró,contóhastadiezynodijonadamás.Eramejornoentraren
esostemas.Entonces,depronto,Lucypreguntómirándola:—Bueno,¿quéeraesoquemehasdichoantesquemeibasaenseñaryque
conseguridadmeibaahorrorizar?Sonriendo,Sharonsesubióunpocolafaldacondecisióny,alver losojos
comoplatosdesuamiga,afirmó:—¿Loves?Teibaahorrorizar.Boquiabiertayasombrada,Lucysellevólamanoalabocaybalbuceó:—Un...untatuaje.—Sí.—Pero¿tehasvueltoloca?
—No.—Pero,Sharon,queesoesparatodalavida.—Losé.—PorDios...¿QuéhadichoHannibal?—Nolohavisto.Lucydiountragoasufrappuccinoeindicó:—Algomedicequecuandoloveanolevaagustar.—Pues peor para él, porque a la que le tiene que gustar es a mí, ¡y me
encanta!Doshorasdespués,antesdedespedirse,SharoninvitóaLucya tomaralgo
conNorma,peroellasenegó.Sinoeranecesario,cuantomenosvieraaaquélla,mejor.
Esa noche, tras cenar en un restaurante mexicano con su amiga Norma,ambasfueronaunlocaldemodaatomaralgo.Selomerecían.
Unavezallí,despuésdepediralgoparabeber,Sharonsesubiócondisimulolafalday,haciéndolemirarsupierna,preguntó:
—¿Quéteparece?Norma,quenosabíanadadeaquello,afirmóalverloquelemostraba:—Quetienesunaspiernasmuybonitasyuntatuajemuychulo.Siempreme
gustóesafrasequetupadrenosdecía.AmbassonreíanemocionadascuandoSharonindicó:—Siempretuveciertaenvidiadequetúllevarasuntatuajeyyono.—¿En serio? —Norma rio. Y, levantándose la camiseta a la altura del
ombligo,tocósutatuaje,quedecía:«Soyeltipodemujerque,siquierolaluna,melabajoyosolita»—.DesdequevilafraseenlaláminadeFridaKahloquetieneseneldespacho,meenamorédeella.
—Esqueesunafraseexcelente—convinoSharon.DenuevolasdosreíanporaquellocuandoNormapreguntó:—Pero,cuéntame,¿aquéhavenidolodeltatuaje?Sharonsuspiró.—Tuveundíapeorquenefastoenlaoficina,ibaenelcoche,sonónuestra
canciónpreferidadeDestiny’sChild—Normasonrióalrecordarla—y,bueno,me dejé llevar por su letra, por el momento y por lo que yo necesitabarecordarme.
Suamigaasintió.Sabíadelagobioempresarialporelquepasabasuamiga,eindicóponiendosucopafrenteaaquélla:
—Sialguienenestavidaesperseverante,ésaerestú.Ysiesafrasegrabadaentupieltehacesermásfuerte,¡aportodas!Yquenadietehagadudardequetúpuedescontodoloquetepropongas.
Sharoncogiósucopa,brindóconellaysonrió.Unavezqueambasdejaronsusvasossobrelabarra,Normapreguntó:—YelSosainas,¿quéhadicho?—Nolohavisto.—Uis,nena...,algomedicequelevaadaruninfarto.—¡¿Nena?!—Mujer,esunapelativocariñoso.Unabroma.Aquellolahizosonreíry,sinpoderevitarlo,elobrerodelosojosverdespasó
porsumenteynotócómoinexplicablementesucorazónseaceleraba.«¿Yeso?»Comosiemprequesalíanjuntas, lopasaronbien.Bailar,cantar,reír,era lo
quepredominabaensussalidas,pero,pasadasdoshoras,ladiversiónseacabó.El gabinete de prensa de su prometido se enteró de que Sharon estabadivirtiéndose en aquel local y, tras avisar a Hannibal, él y su jefe de prensaenviaron a cuatro hombres a recoger a Sharon antes de que los periodistas laencontraran.
Pero¿sehabíavueltoloca?Cuando aquéllos se presentaron en el local y le pusieron al teléfono a
Conrad, el jefe de prensa de la campaña de Hannibal, Sharon lo escuchó ydiscutióconél.Senegabaamarcharsedeallí,peroalfinal,cansadadebatallar,decidiódarlaveladaporfinalizada.Quizáfueralomejor.
Esanoche,cuandoSharonllegóasucasaysedesnudó,semiróenelespejo.Lamujerqueveíareflejadaeraella.Unamujerfuertealaquesupadrehabía
preparado para enfrentarse al mundo, y, leyendo el mensaje que tenía en elmuslo,serecordó:
—Sharon,nosuelteslasriendasdetuvidaylucha.
Capítulo16
Denuevoenunagala.Denuevoenunaaburridacena.Denuevosonriendoaquienesnisiquieralecaíanbien.DenuevorepresentandoelpapeldelaperfectamujercitaparaHannibal.Y de nuevo oír a su suegro hablar de los valores familiares frente a los
periodistasydeloimportantequeeranparaélsumujerysushijos.Cuando esa noche Sharon regresaba junto aHannibal a su casa, supo que
había llegado el momento de enseñarle el tatuaje, y se preparó para ello.Conociéndolo,sabíaquepondríaelgritoenelcielo,aunquerealmenteesonoleimportaba.
Tras desnudarse en la habitación, Hannibal, sin mirarla, como hacía lamayoríadelasveces,entróenladucha.Sharonlosiguióy,cuandosemetióenla ducha con él y cerró la puerta de cristal, lo abrazó por detrás. Le besó laespalday,aloírlotararear,preguntósorprendida:
—¿EstáscantandoWhataboutUsdePink?Hannibalenseguidacayóen lacuentay,evitandoresponder,preguntóasu
vezmientrascontinuabaenjabonándose:—¿Lohaspasadobien?Deseosadesexo,Sharonlemordióelhombroysusurró:—Creoqueahoralovoyapasarmejor.Aloírla,Hannibalsediolavueltaparamirarlaymurmuró:—Eraslamujermásguapadelagala.—Gracias.Loslabiosdeambosseunieron.
Sebesaron.Se paladearon y, cuando Sharon se apoyó en la pared y subió la pierna
izquierdasobrelajabonera,sugiriómirándolo:—¿Quétalsi...?Hannibalsonrióy,entendiendoloquelepedía,declaró:—Terminemosladuchayvayamosalacama.PeroSharonexigió:—No.Aquí.Nomuy convencido con aquello, él cerró el grifo. Los preliminares no lo
volvíanespecialmenteloco,peroafirmó:—Deacuerdo,Sharon.Mirándolaalosojos,Hannibalsearrodillófrenteaellay,cuandodesvióla
mirada y subió las manos para separarle los pliegues de su sexo, sus ojoschocaron con algo que tenía en el muslo derecho. Al leerlo, murmurósorprendido:
—Pero¿estoquées?Sharon,queenesemomentoyanoseacordabadeaquello,almiraryversu
gestodehorrorycómoselevantabaatodaprisa,respondió:—Untatuaje.Hannibalparpadeóyreplicódesconcertado:—Sharon...,esquenoséniquédecirte.Ella sonrió. En ocasiones le gustaba el desconcierto que provocaba en
Hannibaly,acercándoseaél,cuchicheó:—Nodigasnada.Sólohazmeelamor.Unbeso...,dos...,pero,altercero,Hannibalcambiósuactitud,abriólapuerta
de cristal de la ducha, salió de ella y, cogiendo una toalla que se puso conrapidezalrededordelacintura,gruñó:
—PorelamordeDios,Sharon...Aellalemolestabanaquelloscambiosdeactitudenél,ycadavezeranmás
frecuentes.—¡¿Qué?!—exclamó.Congestoconfuso,élseretirólasgotasdeaguaqueaúncorríanporsurostro
ypreguntó:—¿Cómohaspodidohacerlo?
Suspirando,ellasaliódeladucha.Adióssexo.Y,cogiendootratoalla,queseenredóensucuerpo,replicó:
—PorDios,¡niquehubieramatadoaalguien!—¡Untatuaje!Sharonlomirósinentenderlaenormeimportanciaqueledabaaaquello.En
el siglo XXI, más de media humanidad iba tatuada, por lo que, sin dejar demirarlo,dijo:
—Mesientoidentificadaconesafrase.Significamuchoparamíy...—Parati—protestóHannibal—.Pero¿tehasparadoapensarenloquedirá
laprensacuandoseenteredequemifuturamujerllevatatuajes?—¡Vengaya!—sequejóSharon—.¿Yporquéibanaenterarse?—¡Eslaprensa!Malditasea.Molestaporsuspalabrasyporelgestoduroconquelamiraba,ellainsistió:—¿Yamíquémeimportaloqueopinelaprensa?—Debería importarte porqueme importa amí, ami padre. Y encima esa
frasecita...,¿nohabíaotramásinsultante?—¿Insultante?—Sí.—¿Decirquemesientounamujerfuerteesinsultante?¡Vengaya,hombre,
esloquemefaltabaporoír!Hannibal negó con la cabeza. No contestó y, saliendo del baño a grandes
pasos,llegóhastalamesilla,dondeestabasumóvil.CuandoSharonvioquelocogía,preguntó:
—¿Aquiénnaricesvasallamar?¡Joder!Aloírlayvercómoseacercabaaél,Hannibalsiseóconrotundidad:—Hablaconpropiedad.Noseasvulgar.Acadainstantemásmolesta,ellainsistió:—Tehepreguntadoqueaquiénvasallamar.—AConradyamigabinetedeprensa—respondióélcongestonervioso—.
Tenemosquesolucionaresto.Sindarcrédito,Sharonlequitóelmóvildeunmanotazoysiseó,mirándolo
conseriedad:—Meniegoaquetugabinetedeprensatengaquecuestionarsesillevoono
untatuaje.Esmicuerpo,esmipiel,y...
—Pueshaberlopensadoantes.Acadainstantemásalucinadaporsureacción,Sharonexclamó:—¡Joder,Hannibal!Pero ¿dequéva esto? ¿Acaso laprensa seva ameter
bajomifalda?¿Ohedepedirlepermisoatugabinetedeprensaoatupadreparahacerloqueamímedélagana?
Sinembargo, élno la escuchaba, cogiódenuevoel teléfonoy,dándose lavuelta, comenzó a hablar conConrad, sin importarle ni Sharon ni lo que ellapensase.
Mediahoradespués,Hannibalcortólallamadayanunció:—Conradestábuscandounasolución.Mañanatellamará.—Queseahorrelallamada—respondióellaenfadada.Segundosdespués,Hannibalsemetióenlacama,enlaqueellayaestabay,
sinacercarsenitocarla,murmuró:—Losiento,Sharon,perohaycosasquenopuedoaceptar.Y,sinmás,diomediavueltayapagólaluzdesumesilla.Alveraquello,Sharonapagótambiénsuluzydecidiódormir.¡Queledieranaélyasugabinetedeprensa!Aldíasiguiente,cuandoConrad,eljefedeprensa,sepusoencontactocon
ella,lajovensenegóanegociarconél.Pretendíanquesehicierauntratamientoláserparaborrarseeltatuaje,algoaloqueSharonnoaccedió,paradisgustodeHannibal.
Niélninadielaobligaríanahaceralgoqueellanoquisiera.No.Noloibaaconsentir.
Capítulo17
Pasaron tres meses. Tres complicados meses a nivel laboral y personal quehicieronqueSharoncomenzaraaplantearsedoscosas.
La primera: ¿cuánto tiempopodríaSivon&Cardigan aguantar aquellamalarachadehuidadeclientes?
Ylasegunda:¿porquésehabíaprometidoconHannibalWhitaker?De pronto, Hannibal, su padre y su jefe de prensa estaban empeñados en
crearunaimagendeSharonquenosecorrespondíaconlarealidadyella tuvoque plantarse.No quería salir todos los días en la prensa preparando tartas niplantando árboles.Ella era unaprofesional de la abogacía, y le costó pelear ybatallar contra ellos, pero al final lo consiguió, aunque a cambio tuvo queaccederaserfotografiadaendeterminadoseventos.
Porotro lado,Grace, la tíadeHannibal, la tenía frita.MientrasWinona, lamadre, se mantenía en un segundo plano, frío pero con discreción, Gracecomenzó a agobiarla pidiéndole una fecha para la boda. Como pudo, Sharongestionó el asunto con lamujer, pero aquélla era insistente y, una y otra vez,volvíaalacargaconlomismo.
Al final, decidió no cogerle el teléfono, quizá así se enterara de que en loúltimo que pensaba en esemomento era en casarse, pormucho que ella y laprensaseempeñaranennoolvidarlo.
Cenas.Galas.Inauguraciones.Convenciones.Congresos.Aquelloseventos le impedíanasistira laasociacióndemujeresyverasus
amigas,perobuscandotiempodedondecasinoloencontraba,Sharonconsiguióconciliarlotodo,apesardeldesgastepersonalyemocionalquesentía.
EnunadelascenasqueorganizabaelpartidodeHannibal,unanochesele
erizóelvellodetodoelcuerpocuandooyóalpadredeéstedecirque,cuandosecasarasuhijoconlaheredera,éltomaríaelmandodeSivon&Cardigan.
Pero¿quédecíaaquelhombre?Apesardelasenormesganasquesentíadedecirtodoloqueselepasabapor
lacabezaallímismo,sabiendo la importanciaqueaquelhombre lesdabaa lasapariencias,Sharonsemordiólalenguaycalló.Noqueríaavergonzarlodelantedelospresentes.
No obstante, esa misma noche, al llegar a su casa, le dejó muy claro aHannibal que aquello nunca pasaría. Ella solita podía llevar el mando deSivon&Cardigan,legustaraasupadreono.
Discusiones...Malosrollos...Incongruencias...Todoentreelloscomenzóairdemalenpeor.Hannibalyanoeraél.Sehabíaconvertidoenotrapersona,y fueentonces
cuandoSharonfueconscientedequesupadreeraquienllevabalabatutadelacarreradesuhijoydesurelación, inmiscuyéndoseendemasiadascosas,entreellas,subufete.
¿Quéhacíahusmeandocontinuamenteporallí?ASharoncadavezlemolestabanmássusvisitasy,duranteunacenafamiliar
enelranchodeTexas,cuandoStevenWhitakercomenzóahablardelabandonodelosclientesdeSivon&Cardigan,algoqueélnodeberíahabersabido,lajovenexplotócomollevabatiemposinhacerytuvounafuertediscusiónconHannibalysupadre,mientraslamadreylatíalamirabanalucinadas.
¿QuédemonioshacíaHannibalcontándoleasupadrequéfirmasladejaban?EsaapreciaciónyelmodoenqueSharonseenfrentóasuprometidono le
gustaronenabsolutoaSteven.Unamujernodebíahablarasí.Winonaintentóponerpaz,peronoloconsiguió.Sharoneraunherviderode
rabiayfrustracióny,aunqueHannibalinsistióenqueélnohabíahabladoconsupadredeaquello,nolocreyó.
Sinohabíasidoaquél,¿cómoibaasaberStevenloqueocurríaensubufete?Norma y Lucy, al ver el estado de ánimo de su amiga cuando regresó de
Texas,hablaronporseparadoconellayleaconsejaron.Esosí,loopuesto,paranovariar.
SegúnLucy,quelatíadeHannibalsepreocuparaeinsistieraeneltemadelabodaeranormal.Habíamuchoqueorganizarypreparar.YqueHannibalysupadre se inmiscuyeran en su trabajo era necesario, normal, lógico. Ellanecesitabaayuday,comoabogadosqueeran,debíaescucharlos.
Encambio,NormaledecíaquemandaraafreírespárragosalapesadadelatíadeHannibal.Y,encuantoaélyasupadre,debíadarlesunapatadaensustraserosy recordarlesque ellano losnecesitabaparanadayque era capazdedirigirsubufetesolita.
Dudas...Problemas...El bonito y dulce mundo que Sharon hasta hacía bien poco conocía se
resquebrajabaportodoslosladosmientrasellaintentabacontenerlocomopodía.Unodeaquellosviernesporlanoche,trasnegarseasalirconNormaatomar
algo y a cenar con Lucy y Archie porque Hannibal iba a reunirse con ella,cuando éste la llamó para decirle que no podía ir porque le había surgido uncontratiempo,ledioigual.Realmenteleapetecíaestarsola.
Comonecesitabadesconectarsumentedeltrabajoylosproblemas,pusolatelevisióny,mientraspasabacanales,deprontounanoticiadelaCNNllamósuatención. Hablaban de un escándalo en Whitaker&Associates. Al parecer, sehabíadifundidounvídeodondeseveíaaunodelossociosdelafirmacompraraunjuradoenlaclandestinidadenbuscadesuvoto.Boquiabierta,Sharonviolatelevisión.Sinduda,elbufetedesusuegroteníaungraveproblema.
Durante un rato, estuvo atenta a lo que se contaba en la tele y, cuando lanoticia acabó, cambió de canal y buscó alguna película, pero al no encontrarnadamiróasuperraycuchicheó:
—Estávistoque,cuandounaquiereveralgo,noencuentranada.Enese instantesonósumóvil.Habíarecibidounwasap.Alverqueerade
Hannibal,sonrióyleyó:
Dimealgo.
Sorprendida por el mensaje, y sin entender a qué se refería, rápidamentemarcósuteléfono.Ellapreferíahablaraenviarmensajitos.
—Buenasnoches,Sharon—saludóél.
Aquella frialdad, tan característica en él, y más después de sus repetidasdiscusiones,nolasorprendióenabsoluto.
Hannibal era Hannibal y, apoyando la cabeza en el respaldo del sillón,Sharonpreguntó:
—¿Aquéterefierescontuwasap?Al oír eso, él fue consciente de inmediato de sumetedura de pata. Aquel
mensajenoeraparaSharon,yella,alnotarsusilencioyoírelruidodefondo,preguntó:
—¿Dóndeestás?Hannibal,quecaminabaporlacalle,respondió:—DecaminoalPlazaparaunaúltimareunión,¿por?Sharon sonrió. Sin duda él era tan currante como ella; olvidándose de su
segundapregunta,volvióalaprimera:—¿Quéesloquetengoquedecirte?Hannibalmaldijo en silencio.Aquellametedura de pata podía salirle cara,
pero,pensandodeprisa,encontróunavíadeescapeyrespondió:—Laboda.Aúnnohasdadofechaparalaboda.—PorDios...—murmuróellaponiéndoseuncojínenlacara.—Sharon—insistióél—,mitíasóloquiereayudar.—Puesdileque,siquiereayudar,quepare.Hannibal,quesabíaloexigentequepodíaserGrace,insistió:—Sólotienesqueelegirunafecha.Sóloeso,¿tantotecuesta?Boquiabierta,yentendiendoelmensaje,Sharonseñaló:—¿Ytantolecuestaaellacomprenderquenoestoyparaelegirfechas?—Sharon,porfavor.—Hannibal,¿tehasparadoapensarenloagobiantequeestásiendoparamí
todoúltimamente?¡PorDios!Durante unos segundos ambos permanecieron en silencio, y entonces él
atacó de nuevo con aquello para que definitivamente su mensaje quedaraolvidado.
—¿QuéteparecelacatedraldeSanPatricio,enlaQuintaAvenida?Sharonsuspiró.—Hannibal,¿quéestáshaciendo?—Siqueremosorganizarunbonitoeventoparanuestraboda, todo llevasu
tiempo.Piensaenlaprensayenmipartido,quetieneque...—Noquieropensar—murmuróellamirandoaPipa.—Casarnos enSanPatricio, donde se casanmuchas celebridades, antesde
laseleccionesseríaunaideaexcelenteparacaptarmásvotantes.¿Porquénolopiensas?
Cerrandolosojos,ellanegóconlacabeza.Pero¿Hannibalqueríacasarseconellaporellaoporrecolectarvotos?E,incapazdenosoltarloquepensaba,susurró:—Me sabe fatal decirlo, pero creo que no fue buena idea aceptar tu
proposición.Hannibalsuspiró.Unaboda, suboda,conunaneoyorquinaadineradadebuena familiacomo
Sharonera lomejoranivelmediáticoque lepodíahaberocurrido,por loque,ignorandoloqueellaacababadedecir,insistió:
—Escucha,Sharon.SéquelodetupadreesmuyrecienteyestásagobiadaporqueSivon&Cardigannopasaporsumejormomento.Perohasdepensarennosotros.Ysiqueremosvivirjuntos,paraevitarhabladurías,lomejores...
—Lashabladuríasamímeimportanbienpoco,ylosabes.—Peroamíno.—Pueslosiento,peroéseestuproblema,noelmío.Agobiado por tener que interpretar un papel que cada vez se creíamenos,
Hannibalvolvióalacarga:—¿Cómocreesqueveríamipartidoo losvotantesquevivieracontigo sin
estarcasados?—Puesbienqueteacuestasconmigosinestarlo—semofóella—.Y,porlo
quesé,nolopasasmalcuandotehagociertomovimientoconlascaderas.—PorDios,Sharon,nohablescomoNorma—protestó—.¿Acasonotedas
cuentadequetodollevasuordenysuproceso?Sindudacasarnoseslamejoropción.
—Parati—replicóella,sinquererentrarenlodeNorma.—¿Paratino?—No,Hannibal,paramíno.A cada instante más molesto por lo difícil que se estaba volviendo su
relaciónconaquélladesdeelfallecimientodesupadre,élreplicósinpensar:
—¿Acaso Diego Vargas y Alfred Grodman, que pensaban llevarse suscuentasaotrobufete,nosehanechadoatrás?
Boquiabiertaporqueélestuvieraalcorrientedeaquello,Sharonpreguntó:—¿Ytúcómosabesesosiyonotelohecontado?Consciente una vez más de su error y de haberse dejado llevar por el
momento,trasunossegundosenlosquepensóunarespuesta,Hannibalempezóadecir:
—Sharon...—¡Contesta!—Melodijomipadre.Alucinada,ellaparpadeó.—¿Ytupadrecómolosabía?Hannibal,quenolehabíapreguntadoaquelloasuprogenitor,mintió:—Lollamaronporteléfono.—¿Quelollamaron?—Sí.—¿Porqué?—preguntóSharonenfadada.—Porque esmi padre, y túmi prometida—inventóHannibal—. Él es un
hombrey...—Younamujer—finalizóellaapuntodeexplotar.Acadainstantemásindignada,acontinuaciónmusitó:—¿Lo llamanaél,él te lodicea tiy túnome locuentasamí?Pero,por
Dios,¡¿enquéestabaspensando?!Hannibal resopló e, incapaz de bajarse de la burra porque sabía que debía
seguir,insistió:—Sharon,¿cuándotevasaenterardequevivesenunmundoenelquelos
hombresaúnsonquienesdirigenlasempresasytomanlasgrandesdecisiones?Eresunamujer;¿cómovasaestaralfrentedeSivon&Cardigan?
—Hayqueverquémiedonostenéisalasmujeres...—siseóellafuriosa.—¿Quédices?—Como dijo Mahatma Gandhi, llamar a las mujeres sexo débil es una
calumnia;eslainjusticiadelhombrecontralamujer.Ambos guardaron silencio unos instantes, y a continuación Sharon siseó
furiosa:
—Esoquehasdichoesasquerosamentemachistaynotelovoyaconsentir.Hannibal,doloridoportenerquedefenderalgoenloquenisiquieraélcreía,
peroquesupadreleexigía,sindejarsevencerporsuspropiosmiedos,insistió:—Tegusteono,almandodeSivon&Cardiganesnecesaria lamanofuerte
deunhombre,ycuandonoscasemos,conlaayudademi...—¡Sólo te lo voy a repetir una última vez, Hannibal! —gritó Sharon,
cortándolo. Y, con ojos furiosos, siseó—: Sivon&Cardigan es mío, es miempresa, y yo, una mujer, seré quien gestione y resuelva sus problemas, ¿tequedaclaro?
—Sharon...,sérazonable.Apenastienestiempoparaorganizarnuestraboda.—PorDios,¡¿quieresdejareltemadelaboda?!—Lohehabladoconmipadre—prosiguióél—,ycuandonoscasemos, lo
idealparanosotrosesqueunifiquemosambosbufetesy...—¡¿Unificar?!Pero¡¿quétonteríaestásdiciendo?!—gritóSharonfuerade
sí—. ¿Y qué tiene que ver tu padre en esto? Que sea tu prometida no os daderechoapensaryaplanearcosassobremiempresa.
—Sharon...—Mira,Hannibal,quetequedeclaroatiya todoel imbécilquelopiense
quesermujernoessinónimodetonta,ineptaoineficaz.Portanto,olvídatedeSivon&Cardigan,porquedemibufetemeencargoyo.—Entonces, recordandoloquehabíavistoen lasnoticiasde laCNN,añadió—:Y,depaso,yapuedesdecirleatupadrequeempleesutiempoensolventarlosproblemasdesupropiobufeteyseolvidedelosmíos,porque,comoselodigayo,teaseguroquenoleva agustar.Yen lo referente a elegir una fechapara laboda,haz el favordedecirlealapesaditadetutíaquedejedellamarmeparaexigírmela,porquenilahepensadonilavoyapensarporquenomeapetece.¿Tequedaclaroonecesitasquemeenfadeunpocomás?
EseultimátumlehizosaberaHanniballofuriosaqueestabay,conscientedequeemocionalmenteellaeramuchomásfuertequeél,repuso:
—Muybien,Sharon.Yahablaremos.—Exacto,yahablaremos.—¿Quieresquecomamosjuntosmañana?—No.Yestefindesemanameesimposibleverte.TengoplanesconNorma
—mintió.Y,singanasdeseguiroyendosuvoz,sedespidió—:Adiós.
Unavezquehubocolgadosumóvil,lotiróconfuriasobreelsillón.Pero¿quiéneseranlosWhitakerparameterlasnaricesensubufeteyensu
vida?Porsuparte,Hannibal,encuantobloqueóelteléfono,sedetuvofrenteaun
portaly,trasmiraraambosladosdelacalleyverquenadieloseguía,llamóalporteroautomáticoylapuertaseabrió.
Capítulo18
Ellunes,tresdíasdespuésdeladiscusiónconHannibal,cuandoSharonestabainmersa en los papeles de un caso del que se encargaba en su despacho delbufete,lapuertaseabrióy,boquiabierta,viofrenteaellaaStevenWhitakeryasusecretariaAliciaconcaradecircunstancias.
Sin saber por qué, su cuerpo se tensó y, cuando iba a hablar, él se leadelantó:
—Vengoensondepazyapedirtedisculpas.Sharonmiróasusecretariay,trashacerleentenderquepodíamarcharse,ésta
cerrólapuerta.—Hannibalmellamóymecontóloocurridoentrevosotros—dijoSteven.—Sinduda,tuhijotecuentademasiadascosas—semofóella.Sinquererentraraltrapo,Steveninsistió:—Hecogidounaviónaprimerahoraparaaclarareltemacontigo.Apoyándoseenelsillóndecueroblanco,Sharonasintióy, todavíacaliente
porloscomentariosmachistasdesuprometido,ofrecióseñalándoleunasilla:—Muybien,Steven.Siéntate.Condecisión,aquelhombredepelocanososesentófrenteaellaypreguntó:—¿Cómoestás,Sharon?Sinquererentrarenlopersonal,pueslamaneradeprocederdeaquéltrasel
fallecimientodesupadrelahabíaincomodadobastante,ellarespondió:—Muyliada.Conmuchotrabajo.—WinonayGracetemandansaludos.—Recibidos.Daleslosmíos—afirmóconcomplacencia.Dichoesto,duranteunossegundosambossemiraron,ySharon,sacandode
dentro la fuerza y el tesón que su padre siempre le había indicado que debíasacarenmomentosasí,comenzóadecir:
—Entiendoqueereselpadredemiprometido,peroquieroquecomprendasque,enestemomentoyenestedespacho,nosoylanoviadeHannibal,sinoladueñadelbufeteSivon&Cardigan.SoySharonSivony,comotal,voyahablar.
—¡De acuerdo! —asintió él sin dejarse amilanar—. Entonces espero queSharonSivoncomprendaqueyo lehable,nocomoelpadredeHannibal, sinocomoStevenWhitaker,dueñodeWhitaker&Associates.
—¡Perfecto!—confirmóellaconseguridad.Steven,algodesconcertadoporencontrarseconunaSharonquenoesperaba,
continuó,buscandolaspalabrasadecuadas:—No quiero, ni pretendo, que piense usted, señorita Sivon, que deseo
inmiscuirme en elmodo en cómo gestiona Sivon&Cardigan. Pero al llegarmeciertosrumoresde...
—Disculpe, señorWhitaker, por loquevoyadecir, y esperoqueno se lotomeamal—locortó—.Pero,comohabríadichomipadre,elenvidiosocreaunrumor,elchismosolodifundeyelidiotaselocree.
Boquiabiertoporsucontestación,élpreguntó:—¿Meestállamandoidiota,señoritaSivon?Sharon,quecuandoseponíaguerreraeraimplacable,replicó:—Sóloesundicho,señorWhitaker.Peromesorprendequeunhombrecomo
ustedpresteoídosarumores,cuandoquizátendríaqueestarsolucionandootrostemasquerepercutenenWhitaker&Associates,¿nocree?
Sintiéndosemolestoporquesacaraaqueltemaqueestabadandomuchoquehablarenlaprensa,Stevencontestó:
—Simplementeintentabaayudar.—Nolehepedidoayuda.Acadasegundomásincómodoconlamujerfuertequesehabíaencontrado
allí y no con la muchacha encantadora con la que había estado en otrosmomentos,élinsistió:
—Selehanidovariosabogadosyvariascuentasimportantesdelbufete.Queyosepa,lasmejoresquetenía,y...
—Llegaráncuentasnuevas,yhecontratadoaunaexcelenteabogada—cortóellapensandoenSusan.
LasonrisaqueélesbozóaloíresonolegustóunpeloaSharon.EraevidentequeSusaneraunajovenalgoexcéntricaconmechasrosaenelpelo.Ellamismase había sorprendido incluso al ver su ordenador decorado con florecitas decolores.
—¿Algoqueobjetaralhechodequeseamujerlacontratada?—preguntó.Steven,conscientedequeteníaquecallarsedemomento,respondió:—Nada. —Sharon asintió, y él añadió—: Pero creo, señorita Sivon, que
debería ser más inteligente, rodearse de profesionales y no de excéntricas, ypermitirquemihijoopineen lo referentea esta empresa.Al finyal cabo, esustedsuprometida.
OíresoaSharonlahizosonreíry,apoyandoloscodosensumesa,indicó:—Parasu información,me rodeode lasy losmejoresprofesionales.Y,en
cuantoasuhijo,noesmimarido,yaunquelofuera,tengaporseguroquenadapintaríaenmiempresa.—Denuevo,laexpresióndeStevennolegustóaSharony,dispuestaaacabarconaquella incómodaconversación, sentenció,marcandolasdistancias—:SeñorWhitaker,quelequedeclaraunacosa:nosoyunamujerquenecesiteunhombre,entodocaso,soylamujerqueunhombrenecesita.
Oírla hablar así terminó de repatear a Whitaker, que, con cara de asco,preguntó:
—¿Noesesadesafortunadafrasecitalaquesehatatuadoenelcuerpo?SaberqueHannibal lehabíacontadoaquellohizoqueaSharon lehirviera
másaúnlasangreynocontestó,peroélinsistió:—¿Esustedunadeesasquegritan«Time’sup»?Sharon, consciente delmovimientoTime’sUp al que se refería, en el que
milesdemujerescomoellaenelmundogritabanesode«seacabóeltiempodesilencio,seacabóeltiempodeesperaryseacabóeltiempodetolerarelabuso,el acoso y la discriminación en el trabajo y en la vida en general», asintiómirándolofijamente.
—Porsupuestoquesí.—¿Yamihijoquéleparece?—Esoesalgoentresuhijoyyo.Sin cambiar su gesto de incomodidad, Steven levantó las cejas, y ella
prosiguió:—SeñorWhitaker,soyunamujerqueestáorgullosadeserlo,quelequede
claro, y tuve un padre que siempre me animó a no dejarme amedrentar poridiotasypatanesrebosantesdetestosteronaquesecreenmejoresqueyoporelsimple hecho de haber nacido hombres. Si quiere que hablemos sobre esemovimientoo cualquier otroquedefienda losderechosde lamujer, hágamelosaber.Meresultarámuyestimulantedecirleloquepiensoytenerunacharlaalrespecto.
Dichoesto,Sharonserecostóenelrespaldodesublancosillón.Jamáshabríapensado teneraquelladuraycomplicadaconversaciónconel
padre deHannibal, pero sin duda, tras todo lo ocurrido en los últimosmeses,habíanidodecabezaaella.Ensilencio,permanecieronunossegundosy,alvercómoélnodecíanada,Sharonpreguntó:
—¿Deseaalgomás,señorWhitaker?Turbadoeincómodoporlafuertepersonalidaddeaquellamujer,quesuhijo
no poseía, él negó con la cabeza. Había oído hablar de ella, de CuchilloSangriento, la sintió en su último encontronazo en Texas, pero nunca habríaimaginado que pudiera ser tan certera. Sin duda, aquella mujer era la dignaherederadeBranonSivon.Selevantó,letendiólamanoeindicó:
—Hasidounplaceraclararciertascosas.Sharon se levantóa suvezy, cogiendo lamanodeaquél, se la apretócon
fuerzay,sinperderelaplomo,afirmó:—Elplacerhasidomío.Actoseguido,Stevensesoltóydijo,relajandoelrostro:—Voyacomerconmihijo;¿teanimasaacompañarnos...,Sharon?Aceleradaeincapazdecambiarelchiptanrápidamentecomoél,elladibujó
unalevesonrisay,bajandolabarrera,respondió:—Losiento...,Steven,perotengomuchotrabajo.Élsonrióyasintiódándoselavuelta.—Muybien.Otravezserá.Cuandosaliódeldespacho,Sharonsesentóensusilla.LovividoconelpadredeHannibaldurante losúltimosminutoshabíasido
algotremendamenteincómodo.MirólaláminadeFridaKahloqueteníacolgadaenlapareddeldespacho,aladerecha,yleyóenalto:
—Soyeltipodemujerque,siquierolaluna,melabajoyosolita.Leeraquellolahizosonreír.Lepesaraaquienlepesase,ellasesentíaasí.En
eseinstanteentrósusecretariayanunciómirándola:—WillSomervillealteléfonoporlauno.Sharonvolvióalarealidady,cogiendoelteléfono,saludó:—Hola,Will.Él,trassaludarlaeinteresarseporqueestuvierabien,dijosindilación:—Sharon,tengoquehablarcontigoynosécómo.—¿Quéocurre?—preguntópreocupada.Elhombre,conscientedequeteníaunabombaderelojeríaentrelasmanos,
preguntó:—¿Tehablótupadredealgoquellamábamos«casoCaprelli»?—No—respondióellaconrapidez.Unextrañosilenciosehizoenelteléfono,cuandoSharoninsistió:—Pero,dime.Nomedejesconlaintriga.Will, sinsabersien realidadestabahaciendobienonoalcontar loque lo
martirizaba,respondió:—Tupadreestuvopendientedealgoy...,bueno,necesitosaberquéhagocon
ello.Sinentenderaquéserefería,Sharonmiróalfrente.—Es la primera noticia que tengo al respecto, pero envíame la
documentaciónyleecharéunaojeada.—Hagamosunacosa.—Dime,Will.—¿Tienesaccesoalosdocumentosquetupadretieneeneldespachodetu
casa?—Sí—afirmólajoven.Willasintió;aquelloquetantohabíaperseguidoBranonestabaallí,eindicó:—Búscaloyéchaleunojo.Siteinteresa,hablamos.—Pero¿dequétrata?—Míralo—insistióél—.Ydespuéshablamos.LapuertadesudespachoseabriódenuevoeneseinstanteySharondijo:—Deacuerdo.Tellamaré.Cuando colgó, Susan, la nueva abogada, anunció sentándose con total
tranquilidadfrenteaella:—Hayunproblema.
Sharon se echó atrás en su asiento al oírla. Últimamente oía demasiado amenudo la palabra problemas;miró los nuevosmechones azules que la chicallevabaenelpeloypreguntó:
—¿Quéocurre?Susanmeneólacabezaconunsuspiroydeclaró:—AcabodellegardeljuzgadoylaseñoraFergusonnosehapresentado.Aloíreso,SharonresoplóySusanañadió:—He hablado con ella yme ha dicho que anoche decidió que no está de
acuerdo con el convenio preparado para hoy y que quiere cambiarlo antes defirmarloporquesuexmaridoesunsinvergüenzamanipuladoryunputero.Ésashansidosuspalabras.
Sharonsuspiró.AquellonolegustaríaalseñorFerguson.—He programado una reunión para esta tarde con ambas partes—indicó
Susan—,ymetemoquevaaserlargayqueestarállenadeinsultos.—¿Necesitasqueteacompañe?Lajovensonriólevantándosey,alllegaralapuerta,laabrióycontestó:—Tranquila.Yomeencargodeello.Ambas se miraron y, al percatarse Susan de cómo Sharon seguía
observándola,preguntó:—¿Lepasaalgoamipelo?Sharonseapresuróanegarconlacabeza.—¿Tusmechasantesnoeranrosa?Susansonrióyrespondióencogiéndosedehombros:—Sí.Peromegustaircambiandodecolor.Sharonasintiósimplementecuandoaquélladijo:—Por cierto, ¿te importa si llamo al investigador Will Somerville? Me
vendríadelujoquemeconsiguieraciertainformación.Sharonnegóconlacabeza.—¡Perfecto! —exclamó Susan—. Y, ah..., muy buena esa foto de tu
prometidoplantandounarbolito.Estámuyguapo.Sharonasintióalverlaguasaenlamiradadeaquélla.Aqueltipodeactosle
parecíanridículos,yapremió:—Atrabajar.Cuando Susan salió del despacho y ella volvió a sus papeles, la puerta se
abriódenuevoyentróCristianconunacarpeta.—¿Yahoraquéocurre?—preguntóSharonmirándoloagobiada.Trasabrirlacarpeta,élsacóunosdocumentosydijoentregándoselos:—NovedadesenelcasoHarper.Sharon asintió, sabía a qué caso se refería, y, echando una ojeada a la
documentación,murmuró:—¿Lahija?—Sí.—¿La hija fue quien le robó el dinero al padre de la caja fuerte de la
empresa?Cristianasintióeindicóreclinándoseenlasilla:—Ayer,mientrasestábamospreparandoladefensadelaseñoraHarper,llegó
Amber, la hija, y lo soltó.Al parecer, sumadre, al ver lo que había hecho lamuchacha,seautoincriminóparaevitarleproblemas.
Sharonselevantó.Sindudaaquellarevelacióncambiabatodaladefensay,mirandoaCristian,preguntó:
—¿HabéishabladoconlaseñoraHarper?—Sí.Ysigueasegurandoquefueellaynosuhija.Durante unos segundos, ambos permanecieron callados, hasta que Sharon
quisosaber:—¿HashabladoconelseñorHarper?—No.Antesqueríacomentárteloati.Lajovenasintióy,alleersuspensamientos,Cristianañadió:—Miintenciónerallamarloparacontarlelasnovedades.Quizásaberquefue
suhijaynosuexmujerquiensellevóesedinerohagaquelascosascambien.Sharonasintió.—Llámalo.Conciertaunacitaconélysuabogadoeintentaremosllegaraun
acuerdo.Algomediceque,cuandoelseñorHarpersepaquefuesuhija,retiraráloscargoscontrasuexmujer.
Acontinuación,Cristiansepusoenpieypreguntóantesdesalir:—Tusuegrohaestadoaquí,¿verdad?Sharonasintió.Nolahacíamuyfelizrecordarlo,eindicó:—Sí.Y,laverdad,nohasidounavisitacómoda.Aloíreso,Cristianfruncióelcejoyella,alverlo,aclaró:
—SólotediréquehetenidoquemostrarleaCuchilloSangriento.Él sonrió. Conocía muy bien aquella dura y rompedora faceta suya, y
cuchicheó:—Woooo...Nomehabríagustadoestarensulugar.AquellohizosonreíraSharon,que,guiñándoleunojo,indicó:—LlamaalseñorHarper.Convocaunareuniónconélysolucionemosesto
cuantoantes.Porcierto—dijoseñalandounospapelesqueteníafrenteaella—,en cuanto tenga toda la documentación contrastada del caso Singleton contraBouman, te la hago llegar para que le eches un vistazo y la presentes en eljuzgado.
—Deacuerdo.UnavezqueCristiansaliódeldespacho,Sharonsevolcóenlospapelesque
teníasobrelamesa,hastaquerecibióunallamadadelaasociacióndemujeresy,abriendootracarpeta,comenzóatomarapuntes.
Capítulo19
Esa noche, cuandoSharon llegó a su casa, tras sacar a dar unpaseo aPipa ycenar,sesentóenelsalónyabriósuportátil.
Despuésderevisarvariosemailsycontestarlosparaadelantartrabajodeldíasiguiente,selevantóparaestirarlaspiernasyseasomóalbalcón.Lanocheeracálida,algomáscalurosadelonormaly,tocandolacabecitadePipa,queestabaasulado,murmuró:
—Bonitanoche,¿verdad?LaperralamiróconsusojosredondosySharonafirmósonriendo:—Sólotefaltahablar,preciosa.TrasvariosminutosenlosqueelairefrescodespejóaSharon,alentrarenel
salóndeprontoseacordódeloqueWilllehabíacomentadoesedía,porloque,sindudarlo,sedirigióaldespachodesupadre.
Al entrar, el olor a la colonia de su padre inundó sus fosas nasales y,sonriendocontristeza,murmuró:
—Sinduda,algodetisigueaquí,papaíto.Acercándosealamesa,quecontinuabacomolahabíadejadoél,laobservó
y,seguradeloqueteníaquehaceryhastaelmomentonohabíahecho,musitó:—Contupermiso,papá,buscaréloqueWillmehacomentado.Una vez que se sentó en el sillón que había sido de su padre, Sharon
comenzóamirarlospapelesqueaquélteníasobrelamesa.Mediahoradespués,trashaberojeadotodoaquelloyhaberencontradoúnicamenteinformaciónsobrecasosyaresueltosenelbufete,serecostóenelsillóny,mirandoloscajonesdelamesa,nolopensómásylosabrió.
Enel primerode laderechaencontró laplumade supadre, aquellapluma
que sólo utilizaba para firmar cosas grandes e importantes, como él siempredecía, y Sharon sonrió. También encontró un par de libretas con apuntes,pastillasparasudolenciaypocomás.
Cuandotratódeabrirelsegundocajóndeladerecha,loencontrócerradoconllave,comosiempre.Volvióatirardeél,perolefueimposible,porloqueabrióloscajonesdelaizquierda,peroenellosnoencontrónadadeloquebuscaba.
Levantándose, se acercó a un mueble donde sabía que su padre tambiénguardabacosas.Duranteunratoestuvobuscandoentretodaslascarpetas,peronada.AllínohabíanadaconelnombrequeWilllehabíaindicado.Pensandoenello, regresó de nuevo hasta la mesa y volvió a sentarse. Sus ojos de nuevofueronhastaelcajóncerradoconllaveydecidióabrirlo.Buscólallaveportodoslos lados, pero nada, no aparecía y, resoplando, preguntó en voz alta, a cadasegundomásintrigada:
—¿Porquésiempretienescerradoestecajónconllave?Levantándosedenuevo,fuehastalahabitaciónquehabíasidodesupadre.
Allí,buscóensumesilladenocheyenelburóquehabíaalfondoyanteelquesupadreavecessesentabaatrabajar,perotampocodioconlallave.
Dispuestaaencontrarla,entróensuvestidor.Elolorpersonalymaravillosodesupadreeramásfuerteallí.Todoestaba
igual que cuando él vivía. Sharon todavía no se había visto con fuerzas paracambiarlo.Buscóenlosbolsillosdesustrajes,abrióloscajonesdondeguardabasuropainterior,pero,alabrirunacajonerabajayencontrarseconunacajaenlaqueseleíaPERSONAL,sedetuvoynolaabrió.
¿Quéhacíarevolviendolascosasdesupadre?Siéltuvieraallíalgoimportante,seguroqueselohabríadicho.Porello,saliódelvestidor,locerróyabandonólahabitación.En silencio, y seguida siempre por Pipa, regresó al despacho. Volvió a
sentarseenelsillóny,mirandolafotodeellosdosenParísenlaqueseleíaMI
RATITAYYO,susurró:—¿Quéhago,papá?¿Abroelcajónono?¿Quéharíastú?Pensó...,pensóypensóy,finalmenteyseguradequesupadreloabriríaante
uncasoasí,declaró:—Esperoacertarenladecisión.A continuación, cogió un abrecartas de acero que había sobre lamesa, lo
apuntalóconfuerzacontraelcajóny,segundosdespués,trasunchasquidoquelehizosaberquelamaderasehabíaroto,ésteseabrió.
Soltandoelabrecartassobrelamesa,miróelcajóny,sinperderunsegundo,loabriódeltodo.
Enélhabíavariascarpetas repletasdepapelesquecomenzóamirar,hastaque,sonriendo,exclamóalleerCASOCAPRELLI:
—¡Aquíestá!Ante ella tenía los documentos de los queWill le había hablado, pero al
comenzaraleerlossesorprendióalverenelloselnombredeStevenWhitaker.¿Quéhacíasupadreinvestigandoasusuegro?ASharonlainquietósaberaquello.¿Seconocían?Y,sobretodo,¿québuscabasupadre?Boquiabierta por encontrarse con aquello, que nunca habría esperado, se
centró en leer la información que tenía ante ella, en la que StevenWhitaker,aquelamantedelafamilia,noquedabamuybien.
Estabapensandoenellocuando,almirarelcajónabierto,llamósuatenciónuna caja metálica. Sharon se apresuró a cogerla, la puso sobre la mesa y, alabrirla,seencontróconvariasfotossuyasdecuandoeraniña.Enalgunasestabasola, en otras aparecía con su padre, y en otras con niños jugando en lo queparecíaunrancho.Esolahizosonreír.
Una a una, observó las instantáneas, hasta que, al terminar, al fondo de lacajametálicaviounmarcodefotosblancobocaabajo.Sindudarlo,locogióylediolavuelta.
Setratabadeunafotoenmarcada,enlaqueellaaparecíajuntoaunaniñadesumismaedad.Ambasvestíanconcamisetitasblancasdetoposrosayorejitasdeconejo,ysonreían.
Boquiabierta,Sharonmirólafotoyparpadeóy,sinsaberporqué,elcorazónseleaceleró.
¿Quiéneraaquellaniñayporquéguardabaunparecidofísicoconella?Conmanos temblorosas, y siguiendo su intuición,desmontó elmarcopara
sacarlafoto.Entoncesmirólapartedeatrásyleyó:«Montana,1991.Misdosamores».
Aturdida,yolvidándosedel casode su suegro, releyóvariasveces aquello
que estaba escrito con la letra de su padre y, llevándose unamano al pecho,musitóalsentirquesucorazónseaceleraba:
—Papá,¿quéesesto?Acadasegundomásdescolocada,selevantódelsillónycomenzóacaminar
deunladoaotroporlahabitaciónmientrassentíaqueelcorazónseleibaasalirdelpecho.
¿Quiéneraaquellaniñaqueestabaconellaenlafoto?¿Porquéteníaunparecidofísicoconella?¿Porquéibanvestidasiguales?Y,sobretodo,¿porquésupadredecíaqueeransus«dosamores»?Un sudor frío le recorrió el cuerpo y, cogiendo las fotos que antes había
mirado, las volvió a revisar.Aquella niña, de sonrisa perpetua, salía en variasfotosmás;sefijócondetenimiento,ycomprobóquecuandoaparecíasupadresiempreestabaentremediasdelasdos,agarrándolasdelamano.
Temblando sin realmente saber por qué, se retiró el pelo del rostro y, sinsoltar la foto que había llamado su atención, salió del despacho, entró en susalón,necesitadadeunaaclaración,cogióelteléfonoymarcóunnúmero.
—Manuel,¿podríassubirunmomentoacasa?Elhombre,queveíalatelevisióntiradoenelsillón,seincorporóaloírlavoz
deSharonypreguntó:—¿Quéteocurre,cariño?Sinsaberexplicarleloqueleocurría,ellainsistió:—Porfavor,sube.Alcolgar,Sharonsedirigióalacocina.Necesitabaagua.CuandoManueldejóelteléfono,sumujerlomiróyéldijosorprendido:—EraSharon.Quierequesuba.Algoleocurre.Gladysselevantódelsillónaloíresoy,dejandolasagujasconlasquehacía
punto,secerrólabataazulydijoentonoapremiante:—Vamosahoramismo.Sinpensarlo,GladysyManuelsalierondesucasa, llamaronelascensory,
cuando éste los dejó en el descansillo del piso de Sharon,Manuel sacó de subolsillolallavequetenía,abrióylallamó:
—Sharon.LaprimeraenacudiralavozfuePipa,quelossaludóencantada,y,cuando
Sharonaparecióanteellos,Gladyspreguntóasustada,corriendohaciaella:—PorDios,miniña,¿quéteocurre?¿Teencuentrasmal?Todavíasinentenderloocurrido,Sharonseguardólafotoenelbolsillode
suchaquetaeindicómirándolos:—Tranquilos.Meencuentrobien.Unavezque los tresentraronenel salón, la jovenpreguntódirigiéndosea
Manuel:—Túeresamigodetodalavidademipadre,¿verdad?—Crecimos juntos—afirmóél—.Sólonosseparamos losañosqueestuvo
enlauniversidad.Sharonasintióy,encuantosehubieronsentadotodosenelsofá,Gladysdijo:—EnmicasoloconocícuandomecaséconManuel—y,sonriendo,añadió
—:Recuerdolaspartidasdecartasquelostresechábamosenlacocina,antesdequetúnacieras,cuandotumadreseibaadormir.¡Nosdabanlastantas!
Sharonsonrió. Imaginarseaaquellos tresenaquella tesitura lehizogracia,pero,conscientedeloqueteníaquepreguntarles,ysinquererdilatarlomás,sesacólafotodelbolsillodelachaquetay,enseñándosela,preguntó:
—¿Yestaniñaquiénes?Manuel y Gladys miraron la foto, mientras Sharon los observaba con ojo
avizor.Porsutrabajoenelbufetehabíaaprendidoaconocerciertasseñalesenlagentecuandomentíanoseponíannerviosos.YconloqueseencontrófueconlamiradasorprendidadeGladysylaimpasibledeManuel.
EstabanmirandoaquellafotocuandoGladysexclamó:—Esaniñaerestú,¡quémona!Ylaotrapequeñanoséquiénes,pero¡qué
monaestambién!SharonclavólamiradaenManuelenbuscadesurespuesta,peroésteindicó:—ComodiceGladys,ésaerestú,peronoconozcoalaotraniña.Noobstante,necesitabaunarespuesta,ySharoninsistió:—Manuel, papá siempre me decía que soy muy intuitiva para muchas
cosas...—Tienesrazón,siemprelodecía.Pero¿quéquieresdecirconeso?ManuelySharonsemiraron,yellasusurró:—Porfavor,sisabesalgo...,nomemientas.Elhombre,hechounlío,intentabamantenereltipo,peroGladysmurmuró:
—Hija,¿yporquéteibaamentir?Sinapartar lamiradadeManuel,Sharonesperósureacción,yentoncesél,
conunatranquilidadincreíble,preguntó:—¿Porquéhabríadementirte?Acadasegundomásdescolocada,Sharonlediolavueltaalafotoyleyóalto
yclaro:—«Montana,1991.Misdosamores».Estoestáescritodepuñoyletrademi
padre.¿Porquéescribiríaeso?Y...yluegoestáqueestaniñasepareceamí,oyoaella,y...y...
EnseguidaGladysseacercóaSharony,cogiendolafotodesumano,lediolavueltaycuchicheóobservandoalasniñas:
—Laverdad,cariño,simiramoscondetenimientolafoto,síqueosparecéisunpoquito.
Sharonasintió,aunqueManuel,quitándolelafotoasumujer,replicó:—No sé dónde veis el parecido. Simplemente son dos niñas, vestidas y
peinadasigual,mirandoaunacámaradefotos.Pero,Sharon,¿quépretendesdaraentender?
Conlacabezaadosmilyelpulsoatresmil,lajovennosupoquécontestar.Loqueselepasabaporlacabezaeraunalocura,yManuelañadió:
—Cuando eras pequeña, tu padre te llevaba de vacaciones a un rancho deMontana.Seguroqueesaniñaeratuamiga,seganóelcorazóndeBranonydeahíesode«misdosamores».
Sharonnocontestó,yGladys,asintiendo,declaró:—Cariño,atupadresiemprelegustaronmucholosniños,ybiensabesque
habríastenidohermanossitumadrehubierasidodeotramanera.¿Ono?—Lajoven asintió—. A Cristian y a Norma los trató siempre como si fueran suspropioshijos.Esmás,recuerdomásdeunavezestarconél,llegartúyNormayllamarosconorgullo«misamores».
Sharon se relajóunpoco.LoqueGladysdecíaeracierto.Habíaoídoa supadredeciraquelloenmásdeunaocasión,y,suspirando,murmuró:
—Tienes razón, os pido disculpas.Creo que estoy tan cansada que, al verestafoto,noséquémehapasadoque...
—Tranquila, cariño —murmuró Manuel abrazándola—. Llevas unatemporadasometidaaunaexcesivapresión.
Sharonasintió.Acostumbradaaunavidarelativamentetranquila,latensiónpor todo lo sufrido en los últimosmeses le estaba haciendo ver cosas que noeran.
—Ahoramismotepreparounatila.Tómatelayvetea lacamaadescansar—dijoGladys,desapareciendodelsalón.
Sharonasintióy,dejándoseabrazarporManuel,murmuró:—Sitúsupierasalgoquedeberíasaber,melodirías,¿verdad?Él, intentandocontener la inquietudquedeprontosehabía instaladoensu
vida,cerrólosojosporquesesentíamalyrespondió:—Loquetedigodesdeyaesquetetranquilices.Noquieroquetepasenada
porculpadelatensiónylosnervios.—Tienes razón.Estoydemasiadonerviosa.Entre lodepapá, los líosenel
bufete,lapuñeterabodaylodehoyconStevenWhitaker...—¿Whitaker?¿Quéhapasadoconesetipo?—preguntóManuel.Resumiendo lo ocurrido, Sharon se lo contó y, cuando acabó, él afirmó,
deseosodeagarraraaquéldelpescuezo:—Has actuado como tu padre habría esperado de ti. Pero ¿quién es ese
hombreparainmiscuirseentuscosas?Sharonsuspiró.—Elpadredemiprometido.Pero,tranquilo,creoqueyalehedejadoclaro
que,aunqueHannibalseamipareja,Sivon&Cardiganessólomío.Manuelsonrió,ySharon,besándoloenlamejilla,añadió:—Perdonaporhaberosmolestadoaestashoras.—Túnuncamolestas,ratita.Oíresolahizosonreír,yenesemomentoGladysentródenuevoenelsalón
conlatilay,mirándola,dijomientrassumaridoselevantaba:—Vamos,tómatelaya.—Quema—protestóSharonconcariñoalcogerlataza.Lamujersonrióymatizó,guiñándoleelojo:—Vale,déjalaenfriar.Perotómatela.Levantándosededondeestabasentada,Sharonabrazóalaparejaypidió:—Vamos,idadescansar.Yperdonadmillamada.—Nodigastonterías,cariño.Paraesoestamos—sequejóGladys.—Hastamañana,Sharon.Alasochoteesperoenlapuerta.
—Deacuerdo.Hastamañana—sedespidióella, sentándosedenuevoparatomarselatila.
Unavez que la pareja salió al descansillo,mientras esperaban el ascensor,Gladysmiróasumaridoypreguntó:
—¿Túsabesalgodeesaniña?Éllamiró.Nopensabaabrirlaboca,peroellasentenció:—ConocesaSharonysabestanbiencomoyoquecuandoalgoselemeteen
lacabezavaaporellohastaelfinal,¿verdad?—Losé—afirmóélcabizbajo.—Manuel Vega Santaolaya —susurró Gladys entonces—, te conozco, y
cuandotienesesegestote...—Mejordejémoslo,Gladys—pidióél.Lamujer,alentenderaquellarespuesta,asintióconlacabezaeindicó:—NuncapregunténadadeesosviajesaMontanaquehacíais tú,Branony
Sharoncuandoellaeramuypequeña.PerovetepreparandoporquealgomedicequeestoSharonno lovaadejarpasary teaseguro,ManuelVegaSantaolaya,quecomoyodescubraalgoquenosé,¡mevoyaenfadar!
Élnorespondió:Sinduda,seavecinabantiemposrevueltos.Esanoche,cuandoSharonsemetióenlacama,volvióamiraraquellafotoy,
al ver la carita de la niña que se escondía tras ella, de nuevo sintió cómo sucorazónaleteaba.
Capítulo20
La siguiente semana, sorprendentemente, la llamaron de un par de empresas.Queríaninformacióndesubufete.
Sharon se esforzó en aquellas reuniones. Necesitaba conseguir nuevasfirmas.Silohacía,seríaunrespiroparaellaysusmásdedoscientosempleados.
Y así fue. Aquellas empresas lideradas por mujeres, tras una fructíferareunión, no dudaron en contratar sus servicios jurídicos, cosa que Sharonagradeció emocionada. Eran las dos primeras cuentas conseguidas bajo sumandato,algobueno.
SacósuiPaddesubolsoysacótambiénlafotoquenopodíadejardemirar.Algoensuinteriorlegritabaqueesaniñaeraimportanteparaella.
—Hola,jefa.Al levantar lavista,SharonseencontróconSusan,estavezconelpeloen
color cereza, y, guardando la foto que tenía en lasmanos para que ella no laviera,preguntó:
—¿Ocurrealgo?Susan se sentó frente a ella y, subiéndose lasmangas de la chaqueta para
dejaraldescubiertovariosdesustatuajes,cruzólaspiernasydijo:—HerecibidounaofertadeBouden,Garnerd&Associates.Al oír eso, Sharonmaldijo. Sabía que, a causa de la situación por la que
pasaba su bufete, sus sueldos no eranmuybuenos por los recortes que estabateniendoquehacerparanodespediralpersonal.
—Telocuentoporqueimaginoquetardeotempranotellegaráelrumor—añadió Susan—. Pero también quiero que sepas que, aunqueme han ofrecidouna buena cantidad junto a una estupenda plaza de parking en el edificio, he
rechazadolaoferta.Megustatrabajarcontigoporquenoteasustacomosoyniintentascambiarme.
OíresoaSharonlahizosonreír,yafirmó:—Sitecambiara,¡noseríastú!Yyotequieroati.Ambassonrierony,acontinuación,Sharonmurmuró:—Teloagradezcomucho.Agradezcoquetequedesconmigo,Susan.Ellaasintióy,bajandolavoz,musitó:—Porcierto,huboalgoquellamómiatenciónenlaentrevista.—¿Elqué?—Esagentesabíacuántocobroyo,cuántocobrastúycuántocobrahastael
últimovigilantejuradodelparking.Porsaber,sabíaninclusolacifraexactadeloquetehefacturadoestemes.
—¿Qué?—preguntóSharonsorprendida.Susanasintióy,retirandosupelodecolorcerezadelosojos,cuchicheó:—O aquí tienes un topo, o algo pasa. No es normal que tuvieran tanta
informacióndeSivon&Cardigan.ASharonlainquietósabereso.¿Untopo?¿Quéhabíadeimportanteensubufeteparateneruntopo?Pero,sinquererdarlemayorimportancia,paraqueaquéllanosepreocupara
másdeloqueaellalainquietabaaquellanoticia,afirmó:—Graciasporelaviso.Loharémirar.Ygraciasdenuevoportuconfianza.Susanse levantó, seestiró lachaquetade su trajey,antesdedirigirsea la
puerta,comentó:—Porcierto,Fergusonalfinalfirmótodoloquesumujerquiso.—¿Yeso?—preguntóSharon.Susanleguiñóelojosonriendo.—Luegotepasaréelinforme,perosólotediréqueWillesmuybueno...ConunasonrisasedespidieronySusansemarchó,mientrasSharonpensaba
acercadeaquellodeltopo.MinutosdespuésentróensudespachosusecretariaAlicia,que,entregándole
unsobrecerrado,dijo:—Acabandetraerestoparati.Sharonlocogió,nollevabaremitente,y,unavezqueaquéllasalió,loabrióy
leyóenunahojaenblanco:
Lafayette,70
Alleeraquelloynosaberdequéiba,pensóenNormay,sonriendo,marcósunúmerodeteléfono;aloírsuvoz,preguntó:
—¿Quées«Lafayette,70»?Suamiga,queenesemomentoestabaencomisaría rellenandounpartede
incidencias,replicó:—¡Yyoquésé!Sharonmiróelsobreeindicó:—Mehanenviadounsobreconesadirección.—Quizáseaunnuevolocal.Loapuntaréparair.AmbassonrieronyluegoSharonpreguntó,dejandoelpapelaunlado:—Oye,parasabersitengountopoenmiempresa,¿quépuedohacer?—Nomejorobes...¿Yesoaquéviene?Pensando enSusan, Sharon se recostó en su sillón de cuero blanco y, tras
contarleloqueaquéllalehabíareferido,Normarespondió:—Miconsejoesqueledigas,extraoficialmente,aalguiendeconfianzadel
departamento de informática de la empresa que eche un ojito.Quizá se os hacoladounhackerenlared.Y,sinoesasí,creoqueWilltendráqueinvestigaratodotupersonal.
Sharonasintióy,trastomarnota,preguntó:—¿Cómolollevas?—Estoy agotada. Pero ahora no puedo desfallecer. Se acerca el día de las
pruebasytengoqueestarenformaporcompleto.Ambassonrieron,sindudaNormaloconseguiría,ylaaludidadijobajandola
voz:—Tedejo.Eljefazonosllamaasudespacho.Cuando colgó, Sharon volvió a mirar aquella nota y luego, ignorándola,
continuótrabajando.Alascincodelatarde,tuvoquepararparairasucasaacambiarsederopa.
TeníaunanuevacenitaconHannibal,suspadresygentedesupartido.Durante horas oyó hablar de política, algo que la aburría soberanamente.
Nunca le había gustado. En un momento dado, la madre de su prometido sesentójuntoaellay,sorprendiéndola,preguntó:
—¿Cómovatodo,Sharon?Lajoven,aloíreso, lamiró.Winonasolíaestardistanteconella,algoque
Sharonyahabíaaceptado,peroaprovechandoaquelacercamiento,respondió:—Bien.Trabajandomucho.Winonaasintióy,sinapartarlosojosdeella,dijo:—Portuexpresión,intuyoqueestastertuliasteaburren,¿noesasí?Quefueratanobvionoerabueno,pero,sinquerermentirleaaquellamujer,
musitó:—Nomeapasionan.Durante un rato, y sin tener a su marido o a su prometido cerca, ambas
hablaron con tiento y precaución. Ninguna se fiaba de la otra. Entonces, depronto,Winonavioaunajovenypreguntó:
—Esamuchachaestuamiga,¿verdad?Sharon,alveraLucysaludandoaunamujer,afirmó:—Sí.—¿Laconocesdehacemucho?—Detodalavida.Fuimosjuntasalcolegio.Winonaasintióy,cambiandosugesto,murmuró:—Lapulseradediamantesquellevaesespectacular.Sharon asintió. La familia de Lucy poseía las mejores joyerías de Nueva
York,eindicó:—Tugargantillatampocoestámal.Winonasonrióy,tocandoelcollarensucuello,queadoraba,musitó:—Esunajoyafamiliar.Sharonasintió,eibaadeciralgocuandoaquéllacuchicheó:—Estámuymalqueyodigaesto,yesperoquemeguardeselsecreto,perola
madredeesamuchacha,detuamiga,esinsufrible.Poresotehepreguntadosilaconocías.
Ambas sonreían por aquello cuando Lucy se acercó a ellas y saludó,dirigiéndoseaWinona:
—Unplacerconocerte.Mimadremehahabladomuchodeti.Lamujersonrióeindicó,mirandoaSharonconcomplicidad:
—Dale recuerdos aMarguerite. Aúnme acuerdo de nuestrasmaravillosastertuliasenlosHamptons...¡Quétiemposaquéllos!
Lucy,encantadaporesaspalabras,sesentójuntoaellasycuchicheó:—La gargantilla de zafiros que llevas es una maravilla. Según me contó
mamá,tupadrelacompróenlaprimerajoyeríaquefundómiabuelo.Winonalatocóyafirmó:—Escierto,mimadreasímelocontótambién.Segundosdespués,comoeradeesperar,Lucycomenzóahablar.Ynoparó
hastaqueWinonaselevantóaburrida.—Osdejo.VoyasaludaralamujerdelconcejalShelman.Encuantosemarchó,Lucycotilleódirigiéndoseasuamiga:—Coneldineroquetiene,noséporquénoseestiraelcuelloparaponerse
esagargantillatanvaliosa.Aloírla,Sharonrespondiómirándola:—¿Yporquétendríaquehacerlo?Lucy,queyahabíapasadocontreintaydosañosdosvecesporelquirófano
parahacerseunliftingdeojosyunaoperacióndenariz,musitó:—Porsubien.Estaríamásguapa.¿Teparecepoco?Sharonsuspiró.Lucynuncacambiaría,y,mirandoasuamiga,respondió:—Notodaslasmujerespensamoscomotú,cielo.Y,aunqueyonoseasanto
dedevocióndeWinona,megustaverqueellaesunamujerseguradesímismayquesegustatalycomoes.
—Sigopensandoquesucuelloarrugadoeshorroroso.Nosécómotusuegropuedecontinuarconunamujerasí.
—Lucy...—lereprochóSharon.Laaludidaarrugólabocae,ignorándola,cuchicheó:—¡Sharon!Meencantaquetúyyoestemosaquí.Estamosconlomejorcito
deNuevaYork.Ellamiróasualrededoryseencogiódehombros.LoqueLucyconsideraba
«lomejorcito»eraaburridoamásnopoderparaella,e ibaacontestarcuandoStevenWhitakerselesacercóy,mirándolas,preguntó:
—¿Quéhacendosdamastanbellassolasysinbailar?Sharonhizounesfuerzoporsonreír.Cadavezlecaíapeorelpadredesunovio,ymásaúntrasconocerlavidade
mujeriegoquellevabaaescondidasdelapobreWinona.Porsuerte,pocosminutosdespués,suamigalequitódeencimaasusuegroy
selollevóabailaralapista.Vercómosealejabanlarelajó.Esanoche,cuandoSharonestabaenlacamaconHannibaltrashacerelamor
deformamaquinal,sintiódeseosdehablarconélen loreferentea la fotoquehabíaencontradodeellaconotraniñay loquehabíadescubiertodesupadre.Pero,cuandoélsedio lavueltaysequedómirandocomocadanochesurelojpreferido,optóporcallar.Casimejorquenosupieranada.
CuandoHannibalsedurmió,Sharonsequedómirandoaltecho.Sinsaberporqué,elhombrequeleparecíaidealmesesatrás,susiete,había
acabado convirtiéndose a duras penas en un dos, y Sharon se sentíadesconcertada.
¿Porquésehabíaobradoaquelcambioenella?
Capítulo21
Unamañana,traspasarporlosjuzgadosparasolucionaruntemalaboraldeunamujerde laasociación, cuandoSharon llegóaldespacho, su secretaria lepasóunallamadadeWillSomerville.
—¿Encontrastelospapelesquetecomenté?Sharon asintió y, recostándose sobre su sillón blanco, afirmó cruzando las
piernasysubiéndoseunpocolafaldaparacontemplarsutatuaje:—Sí,Will.—¿Y?Sharonseremovióincómoda.—Will,enesospapelessehabladeladoblevidadelpadredemiprometido.—Losé—afirmóél.Permanecieronensilenciounossegundos,hastaquefinalmenteelladijo:—¿Puedopreguntartealgo?—Porsupuesto.Dime.Conscientedeloqueibaapreguntar,Sharonsoltó:—¿Porquémipadrequeríasaberdeél?Willmeneólacabezaaloírlayrespondió:—Nolosé.Sóloséquemehizoinvestigarlo.Sharonasintió.Supadrenuncalehabíahabladodeaquelloy,sinsaberpor
qué,preguntó:—¿SabessimipadreyStevenWhitakerseconocían?Aquella pregunta, de complicada respuesta, era la que Will esperaba, e
indicó:—Amboserandueñosdedosbuenosbufetesdeabogados.Creoqueconeso
telodigotodo.Sharonnodijonada.¿Porquéquerríasupadreaquello?Aloír la respiraciónagitadade lamuchachaalotro ladodel teléfono,Will
dijo:—Y ahora mi pregunta es: ¿me olvido del tema o no? Tengo material
recabado,fotos,vídeos...Sharon no supo qué responder. Si aquella lista de mujeres salía a la luz,
ademásdeungranescándalomediático,supondríauna insalvablebrechaentreHannibalyella.
—Will,ahoramismonoséquédecirte...—Deacuerdo.Piénsaloydimequédebohacer.Una vez que se despidieron y Sharon colgó el teléfono, dio la vuelta a su
sillónymiróalcieloatravésdelascristalerasquehabíatrasella.Tener aquella información de su suegro podía ser algo interesante pero
complicadoalmismotiempo.SicualquierWhitakerdescubríaloqueellatenía,podíasuponerelfindemuchascosas,empezandoporsurelaciónconHannibal.
Permaneciódesconcertadaunosminutoshastaquelesonóelmóvily,alverelrostrodesuprometidoenlapantalla,locogióyoyó:
—¿Qué te parece si comemos y tomamos un café antes de regresar a laoficina?
Consciente de lo que sabía y era incapaz de comentar con él, Sharoncontestó:
—Estupendo.Hannibal,queestabadebuenhumoresedía,preguntó:—¿Dóndeteapetececomer?—Dambrinos.—¿ElitalianodelaTreintaytresesquinaconlaCuarenta?—Elmismo—afirmóella.Sentadoantelamesadesudespacho,alverentrarasusecretarioconunos
documentos,Hannibalsonrió,peroluegosecentródenuevoenSharonyañadió:—Elcafélotomamosdondeyodecida.Alimaginardóndeibaasereso,lajovenprotestó.—Nooooooooooo...
—Síiiiiiiiiiii—dijoélsonriendo.—Sabesqueodioeselugar.Hannibalasintió,losabía,peroinsistió:—Ytúsabesqueyono.Sirvenelmejorcaféde todoNuevaYorkyesun
sitioagradableydistinguidodondesepuedehablarconpersonasinteresantes.Sharonsuspiróy,dándoseporvencida,claudicó:—Deacuerdo.Tomaremoselcaféallí.Antes de colgar, quedaron en verse al cabo de cuarenta minutos en el
restaurante.Ella llegó a la cita puntual como un reloj y sonrió al ver a Hannibal ya
sentadoalamesadeDambrinos.Congalantería,eljovenselevantó,labesóenlamejillay,cuandosesentó
denuevo,indicó:—ElbolsodeLoewequellevasesunamaravilla.—Me encanta, ¡ya lo sabes!—afirmó ella, recordando que había sido un
obsequiodesupadre.—Aunque permíteme decirte que el que te regalé deMichael Kors era el
apropiadoparaeltrajequellevashoy.Sharonresopló.¿Porquésiempreteníaquedecirlealgodesuindumentaria?
Y,mirándolocongestoguasón,señaló:—Tucorbatatampocomegusta,perotúmecaesbien.Hannibalsonrió.Le gustara o no, en ocasiones Sharon lo sorprendía con cosas así y,
cogiéndolelamano,lebesólosnudilloseindicó:—Tútambiénmegustasmucho.Miró la carta y eligiódeprimero ensaladayde segundo salmón.Mientras
comían,éldijotrastocarseaquelrelojquetantoadoraba:—Sharon,tenemosquedecidirciertascosasquesiguenenelaire.—Simevasahablardelaboda,nolohagas.Vasaestropearlacomida.Élasintió.Entendíasuspalabras,pero,cansadodelosmensajesdesutíay
lasexigenciasdesupadre,insistió:—Tecomprendo,peroalmenospodríasdecirmesi tegustaríacasarteeste
añooelañoqueviene.A Sharon le daba una pereza horrorosa pensar en aquello, y finalmente
respondióparaquitárselodeencima:—Dejémosloparaelañoqueviene.Hannibalasintióynodijomás,loquesorprendióaSharon.Unavezque terminaronel segundoplato, el camareropasó conun carrito
llenodepostresylodejóanteellosparaqueescogieran.—Comodice tíaGrace, la tartade limónesmásdigestivayapropiada tras
unacomida.Sharonsonrióy,mirandoelcarrodepostres,afirmó:—Apropiadaono,yoprefierolaSacherdechocolate.Hannibalrioy,haciendoungestoconlamanoaunaparejaqueacababade
entrarenelrestaurante,selevantóylossaludó.AcontinuaciónselospresentóaSharon.EraneljuezBarryShelmanysumujer.
Tras las presentaciones, Sharon miró a su prometido con una sonrisa.Hannibal estaba muy guapo con aquel traje gris oscuro hecho a medida y lacamisablanca.Eneltiempoquellevaban,lomásdesportquesehabíapuestoélera un polo y unas bermudas cuando iban a jugar al golf. Nunca utilizabavaqueros,nicamisetas,ninadaqueparaélpudierasuponerundescensodesuestatus.ParaHannibal,comolofueparasufallecidamadre, lasapariencias, laformadevestir,decíanmuchodelaspersonasydesuestatussocial.
Tras despedirse de la pareja, su prometido se sentó y comentómirando aSharon:
—Las perlas que lleva la mujer de Barry le aportan una clase y unadistinciónquelabisuteríabaratanoda.
—Tonterías.—Losdenuestraclasehemosdecuidaresosdetalles.—¿Nuestraclase?¿Quéclase?Hannibalresopló,ésenoeraunbuendíaparaSharon,eindicó:—Paralaspersonasdenuestroniveladquisitivo.Categoría.Estatus...—¡Menudasandez!—Sharon...—Mira,Hannibal, ante todo somospersonas.Yestoy tanhartadequeme
cataloguen por eso del estatus y el dinero que... ¡Por el amor deDios..., ¿tanmaloessimplementequererserpersona?!
—Sharon,haycosasquenosepuedenignorar,comoquenosotrossomosde
clasealtayquelospendientesquellevabalamujerdeBarryteníanclase.Lajovenresopló.Lospendientesqueellallevabayquelehabíaregaladosu
amigaNormalaúltimavezquefueronaunmercadilloenelSoholeencantaban,yreplicó:
—¿Porquéenocasioneserestandesagradable?Aloírla,Hannibalsediocuentadesuerror,ymurmuró:—Losientositeheofendido.Noeramiintención.Lajovenresoplóy,sincambiarsuexpresión,respondió:—Mira, que a ti te resulten perfectas las perlas que ella lleva me parece
estupendo, pero nomenosprecies lo que otros decidimos llevar porque puedellegaraofender.
Hannibalasintió.Enocasioneshablabamásdelacuenta.Pero,cuandoibaaresponder,elcamarerollegóhastaellosypreguntóseñalandoelcarrodepostres:
—¿Sehandecididolosseñores?SharonyHannibalsemiraron,yélcontestó:—TartaSacherdechocolate.A la joven la sorprendió oírlo decir eso. Parecía una tontería, pero que
Hannibal decidiera aquello tras lo ocurrido era algo importante para ella, quepreguntódivertida:
—¿Estásseguro?Hannibalasintióy,animado,cuchicheótrasmirarsureloj:—Dondeestéladulzuradelchocolate,quesequiteelamargordellimón.Sharonsonrióy,deseosadeunamuestradeafecto,seacercóaéldispuestaa
besarloenlaboca,peroéldijoretirándose:—Enpúblico,no.Molestaporaquello,alecharsehaciaatrás,subolso,queestabasujetoenla
silla,cayóalsuelo.RápidamenteuncamareroseacercóyHannibal,alverunafotoenelsuelo,lacogióypreguntóunavezquesehubomarchadoelhombre:
—¿Yestafoto?Alverlaenlasmanosdeaquél,Sharonguardósilencio,hastaquefinalmente
contestó:—Laencontréeneldespachodemipadre.Hannibalasintióy,mirándola,quisosaber:—Túereslaniñadedelante,¿verdad?
—Sí.—Quélindaestás.AquellaapreciaciónyverlacándidasonrisadeHanniballahicierondecir:—¿Puedopreguntartealgounpocoloco?—Dime.Sharon miró hacia los lados para comprobar que nadie podía oírlos y, a
continuación,dijo:—¿Nocreesqueesaniñayyonosparecemosunpoco?Hanniballamirópasmadoyluegocuchicheó:—No.—Míralabien,porfavor.Élvolvióamirarlafotoy,cambiandosugesto,dijodevolviéndosela:—¿Quépretendesoír?Sharonparpadeó;lahabíaentendidomuybien.Entoncesél,bajandolavoz,
preguntó:—¿Acasotuspadrestehablarondelaexistenciadeesaniña?—No.—¿Entonces?Mientrasseguardabalafoto,Sharoninsistió:—Nosé.Hayalgoenmiinteriorquemedicequeestaniñaes...—No,Sharon...—¡¿No,qué?!—¡Nolodigas!Lomiróboquiabierta,yaquélinsistió:—¡Niseteocurrapensarlosiquiera!Molestaporsutonoautoritarioycortante,Sharonpreguntó:—¿Porquénosemepuedeocurrirpensarlo?—Sharon,porDios...Yaséquenotienesfamiliayquepuedessentirtemuy
sola,perometienesamí.La joven se puso tensa al oír eso. Estaba harta de que no dejaran de
recordárselo.Ellamejorquenadiesabíaloqueteníaodejabadetener,ydijo:—Hepensandoenbuscarlay...—Error.Esoseríaungranerror—lacortóél.Eneseinstantellegóelcamareroconlasdosporcionesdetartadechocolate
y,unavezquelasdejóysefue,Hannibalsusurrómirandoasuprometida:—Primero,porqueseráunapérdidade tiempoy, segundo,porque,encaso
dequeencuentresalgoocultoentodoesto,podríaperjudicaramicampaña.PasmadaporelpuñeteroegoísmodeHannibal,Sharonreplicó:—O sea, ¿me estás diciendo que no busque respuestas a mis preguntas
porque quizá, si las encuentro, pueden influir negativamente en tu puñeteracarrerapolítica?Joder,Hannibal,pero¿túdequévas?
—Bajalavozynoseasvulgar.Acadainstantemásenfadada,Sharonsiseótocándoselafalda:—Dejatúdecomportartecomounputoegoísta.—Meenervaoírtehablarconesavulgaridad.—Y a mí me enerva tu tontería y tu esnobismo. Joder, Hannibal, no te
reconozco. Dejas de ser el doctor Jekyll para convertirte en míster Hyde encuestióndesegundos.Nohayquienteentienda...—respondióella.
Oír eso lohizo sentirse fatal, especialmenteporque sabíaqueSharon teníarazón. No estaba siendo justo con ella, pero, sin querer bajar la guardia,Hannibalreplicó:
—Permíteme recordarte que tú también lideras un negocio y ciertas cosasinesperadasolosescándalostambiénpuedenperjudicarte.
Sharonasintió,sindudaélteníarazón,peroinsistió:—Vale.Pero...—Sé realista y práctica y zanja el tema—la cortó él—. No sé qué te ha
pasadodesdelamuertedetupadre,peroestásesquiva,irascible,nomeayudasnoqueriendoserfotografiadaporlaprensa,yahora,envezdehablardenuestrabodaynuestrofuturo,mevienesconesemalditocuentochinodeesaniña.Pero¿acasoestásdispuestaahundirnuestrascarreras?
Oíresohizocallar aSharon.Si continuabahablando,comodiría suamigaNorma,laibaacagar.
No había sido buena idea comentar lo que le rondaba por la cabeza, y,cogiendountrozodetartaconlacuchara,selametióenlaboca.
Estuvieronunosminutosensilencio,hastaque,mirándolo,Sharonpreguntó,apesardequeyasabíalarespuesta:
—¿Quéteparecesiestanochesalimosatomarunacopaaalgúnsitio?—No.
Ellaasintióy,comonecesitabadiscutir,insistió:—ElfindesemanaactúaPinkypuedoconseguirentradas,¿quéteparece?Hannibal,queyateníasuspropiosplanes,respondió:—No.Tengotrabajoyesacantantenomegusta.Sorprendidaporqueenladuchaalgunavezlohabíaoídotararearalgunade
suscanciones,lajovengruñó:—Peroamísíquemegusta.¿Nopodríashacerunesfuercitopormí?Hannibal negó con la cabeza, debía mantenerse en su papel, y cuando
comenzóasonarsuteléfono,loatendió.Esoleproporcionóunavíadeescape.Media hora después, cuando salieron del restaurante, se encaminaron para
tomaruncaféenelYes,Sir,unacafetería situadaenWallStreetdeambienteexclusivo, en la que unamujer no podía entrar si no iba acompañada por unsociovaróndellugar,cosaquehorripilabaaSharon.
Unavezallí,HannibalsaludóaJonas,eldueño,querápidamenteordenóaunapreciosachicaquelesbuscaseunabonitamesaalaquesentarse.
Trasunossegundosensilencio,Sharon,quesiemprequeibaaaquellugarseencontraba incómoda, dijo después de ver cómo un hombre reprendía a uncamarerodetezmorenaquehabíatraslabarra:
—¿Puedopreguntartealgosobretupadre?—Claro.Dime.Consciente de que iba a preguntar algo que podía levantar ampollas entre
ambos,Sharonsoltó:—¿Sabessialgunavezhatenidoamantes?Boquiabierto,Hanniballamiróyrespondiócongestohosco:—No.—¿Seguro?—insistióella,conscientedequeWillteníafotografías.—Habladurías..., lo de siempre. Y ahora, si no te importa, ¿qué tal si
dejamosdehablardemipadre?Sharon no dijo nada, y él, evitando la incomodidad del momento por la
pregunta,sedesabrochóelbotóndelachaquetayafirmó:—Eloloracaféyabourbondeestelugarmeencanta.Sharon,alaqueaquelambientenoleibanada,cuchicheó:—Amímegustaríamássinofueraunlocaltanmachistayclasista.Hannibal la miró. Sin duda, no estaba siendo un buen día para ambos y,
cuandoibaahablar,Sharongruñócruzandolaspiernasfrenteaél:—Sigo sin entender que para que una mujer pueda entrar aquí tenga que
veniracompañadadeunhombre.Pero,vamosaver,¿seguimosenlaépocadelascavernas?
—Sharon,yateloheexplicadoenotrasocasiones.Estelugaresunsitioconhistoria masculina que... Por Dios—exclamó al mirarle las piernas—. Pontebienlafaldaoalfinaltodoelmundoverátuhorribletatuaje.
Sharonsemirólosmuslosy,sinmoverse,preguntóconseguridad:—¿Acasoseve?—No.—¿Entonces?Hannibalnocontestó,yellamurmuró:—Mipadreodiabaestelugar.—Elmíoloadora—aseveróélconciertaacidezy,alvercómoellamirabaa
su alrededor, insistió—: Vamos a ver, esto es un local para gente exclusivacomo...
Eneseinstanteapareciólacamareraconsusdoscafés.Hannibalsecallóy,cuandoellasemarchó,Sharonpreguntórecordandoalgo:
—¿Sabías que aquí sólo contratan amujeres de cierta edad ymedidas y acamarerosnegrosparaestardetrásdelabarra?
—Sharon...,no.—Sharon,no,¡no!—protestóella—.Estoyhartadeque,enplenosigloXXI,
todavíaexistanlocalescomoésteque...que...PorDios,pero¿quénariceshagoyoaquí?
—Sharon —la cortó él—. Igual que yo respeto ciertas cosas que no meagradanporti,túdeberíasrespetarciertascosaspormí.Estelocalesunlugaralquevenirparaestableceralianzasyhacernegociosentrehombres,nounlocaldemalamuerte, lleno de gentuza sin estudios y de clase baja como a los que túsuelesircontuamiguitaNorma.
—¿Sabes?—gruñó ellamolesta—.Haré comoquenoheoído esoúltimo,porque,simedoyporenterada,lavamosatenermuygordahoy.
—Sin duda, llevas predispuesta a tenerlamuygorda desde que nos hemosvisto—reprochóél—.Pero¿quéteocurre?
Elmalestarse instalóentreambos.Estabaclaroqueentreellos todoestaba
fallando,y,cansadayconscientedequeteníaqueaclararse,Sharonsiseó:—Noséquéhacemosjuntos.Tepasasmediavidareprochándomecosasy...—Esportubien.—¿Pormibien?—Sí.Hannibal tensó la mandíbula. Aquel papel que desempeñaba con ella era
cadavezmásterrible.Supadreloestabaasfixiando.—¿Cuándotevasadarcuentadequeunamujerenelpoderesalgoqueva
contranatura?—soltósinpensar.Aloírlo,Sharonparpadeósindarcrédito.—Ah,no.Esonotelovoyaconsentir.Pero¿dequévas,machitoidiota?Hannibalnocontestó,yella,acelerada,siguióprotestando:—Loquevacontranaturaesqueaúnexistanespecímenescromañonescomo
túytodoslosquepiensancomotú.Pero¿enquémundovivesopretendesvivir,pedazodeimbécil?
Hannibal resopló, consciente de que se había metido en un terreno muypantanoso,yellainsistió:
—Mira,yosolita,comomujeralfrentedeunaempresa,mesobroymebastoparasaberloquehagoylasdecisionesquetomo.Y,llegadosaestepuntoyenloreferenteaalgoquehasdichoantes,hededecirtequeyonovoyalocalesdemalamuerte.Voya localesadondeva lagentenormaladivertirse.Quea ti tegobiernen tumaldita carrera política, tu jodido padre y el qué dirán no esmiproblema,y...
—Sientoloquehedicho...—Meparecemuybienquelosientas—gruñóSharon—.Porqueloquehas
dichosíquevacontranatura.A continuación, guardaron silencio unos segundos, hasta que Hannibal
murmuró:—Tienesquecambiar,Sharon.Nosvamosacasarytuactitudhadeserotra.Ellaparpadeó.¿Habíaoídobien?—La mujer de un político—aseveró él cogiendo fuerza— ha de ser una
persona discreta, intachable en su reputación, y tener un excelente saber estarporqueselevaamirarconlupatodoloquehaga,ynomegustaríaque...
—Creo que estás olvidando que soy unamujer con voz propia, y no una
muñequitaalaquegestionarlavida.Y,porcierto,yahablascomotupadre...,¿acasoteguioniza?
—Venga,Sharon...,nomevengasahoraconésas.—No...,nomevengasconésas túamí.Pero¿quétehaocurrido?¿Dónde
estáelhombrequeconocí?Pero¿enquéteestásconvirtiendo,Hannibal?—Sharon...—¡Ni Sharon ni leches! —protestó ella—. ¿Desde cuándo eres tan... tan
cromañóncomotujodidopadre?—Sharon...,contente.—No..., no puedo. Y no puedo porque tus comentarios me ofenden, y lo
sabesmuybien.¿Oacasoesquetehaceseltontoahora?—Peromiraquiénestáaquí...—oyerondepronto.Al mirar hacia su derecha, Hannibal y Sharon se encontraron con Steven
Whitaker,queseacercóaellossonriendoy,bajandolavoz,ordenó:—Conteneosynodiscutáisensitiospúblicos.—Anda...,mira,tupadre,¡quécasualidad!—semofóSharonboquiabiertaal
entenderporquéhabíanidoallí.Steven Whitaker la miró con gesto hosco mientras Hannibal lo saludaba
desconcertado:—Hola,papá.Stevenledirigióungestoconlacabeza.Ibaacompañadoporsusamigotes
juecesyfiscales,queconrapidezseacercaronaellos.Conprofesionalidad,Sharonselevantóylossaludó,peroenseguidasintiólo
quemuchasvecesledejabansentirloshombrescomoaquéllos:suindiferencia.Esono le gustó.Ycuando, para sugusto, aquéllos soltaron algunagraciaquefaltaba al respeto a lasmujeres, ni corta ni perezosa,Cuchillo Sangriento lesparólospies.
Instantesdespués,aquellosjuecesyfiscalessealejarondeellacongestodeincomodidad.
StevenWhitaker,alveraquello,mirócondesagradoaSharonylereprochó:—¿Teníasquesertanantipática?Aloírlo,lajovenrespondió:—¿Teníanqueserellostanasquerosamentemachistas?Hannibalresoplóy,cuandoibaahablar,supadresentenció:
—Quien importa aquí es mi hijo, y tu antipatía para con esos jueces yfiscalesnobeneficiaenabsolutoasucarrera.¿Eresconscientedeello?
Sinapartarlosojosdeél,Sharonafirmó:—Deloquesoyconscienteesdequenolesvoyareírlasgraciasaquienes
mefaltanalrespetoporsermujer.Hannibalysupadresemiraron.Stevendebíamedirsuspalabras,pero,sin
poderevitarlo,lesreprochó:—Debéisguardarlacompostura.Queosveandiscutiendonoesbuenopara
ti,Hannibal.—Y,mirandoaSharon,añadió—:Niparatubufete,queridanuera,olascuentasdelosclientesseguirándesapareciendo.
Aquella matización le revolvió las tripas a la joven, que, con toda ladiplomaciaquepudo,soltó:
—Discúlpame,queridosuegro,perotuhijoyyoyasomosmayorcitosparasaberquéesloquehacemosono,yencuantoamisclientes,sonmiproblema,¿nocrees?
—¡Sharon!—protestóHannibalaloírla.StevenWhitakerdiounpasoatrás.Lascontestacionesdeaquellamuchacha
estabancomenzandoasacarlodesuscasillas,y,dirigiéndoseasuhijo,preguntó:—¿Estovaasersiempreasí?—Siempre que opines de lo que no te incumbe, por supuesto—confirmó
Sharon.Hannibal,alvercómosupadreysuprometidasemiraban,yconscientedel
carácterdeambos,selevantóy,alejandoaStevenunospasos,murmuró:—Papá, Sharon está algo nerviosa y hoy no está siendo un buen día para
nosotros.Porfavor...Peroelhombre,mientrasobservabacómoSharondabaun tragoa sucafé,
sentenció:—Olehacescambiardeactitud,otendréquehacerloyo.Y,sinmás,diomediavueltay,cambiandosugestoporotromásapropiadoy
sonriente,seuniódenuevoalgrupodehombresconelquehabíallegado.HannibalfueasentarsedenuevojuntoaSharon.—Nomehagustadonadatuactitudfrenteaesoshombresymipadre—le
reprochó.—Mejor no te digo lo que nome ha gustado amí... Esmás, te diré que,
aunquesédefendermesolita,habríaestadobienquemisupuestonoviohubieraparadociertoscomentarioshirientes.Muymal,Hannibal.Muymal.
Élnodijonada.Sabíaqueteníarazón,peroestabaentrelaespadaylapared.Todo aquello estaba comenzando a volverlo loco, y, cuando fue a hablar, ellaañadióconseguridad:
—Como profesional de la abogacía deberías entender lo que digo. HeluchadomuchoparaganarmeunareputaciónyunrespetocontodoDios,yporsertunovianopiensotirartodosmisañosdetrabajoylosdemipadreportierra,¿entendido?
—PorDios,Sharon,¿porquéúltimamenteestodotandifícilcontigo?Aloírlo,ellaasintióy,conscientedelmotivo,sentenció:—Porquemeestáisasfixiando.Hannibal cerró los ojos, sin duda ella se sentía como él, y entonces ésta
prosiguió:—Túyyoestábamosbiencuandonadiesabíanadadelonuestro,perodesde
que soy tu prometida todo ha cambiado. Lo que te gustaba de mí parece nogustarteahora,pretendesqueactúecomootrapersona,teenfadasconmigoportonterías,meexigesciertoscomportamientosquesabesquenovanconmigo,yesomemolesta.
Hannibal tomósucafé, ledioun tragoy, trassonreírleasupadre,que losobservabadesdeladistancia,murmuró:
—Sharon,noexageresysonríe:nosmiran.Alverqueélnoqueríaescucharla,lajoveninsistió:—¿Lo ves? Te estoy hablando de algo importante para mí y tú sólo te
preocupasdequenosobservan.¡Quesevayanalamierda!Hannibal lamiró.A cada instante se sentía peor. Ella tenía toda la razón,
perocuandoibaahablar,Sharonprosiguiófuriosa:—Yenloreferenteaestaraquí,enestelocal,pormuybonito,caroyelitista
quesea,paramínotieneningúnvalor.Primero,porquedesdemipuntodevistadegradaalamujer,y¡yosoyunamujer!Y,segundo,porqueenocasioneshaypeorespersonasconestudiosycondineroymejorespersonassinestudiosysinnada.Ydéjamerecordartequenitúnitupadre,ninadiedetuentorno,pormuyfiscalgeneraldelEstadoquevayasaser,vaaelegirmisamistades,cambiarmiconceptodelavidanigestionarmitiempolibre.Comprendoqueserlamujerde
un político conlleva discreción, buen hacer y saber estar. Entiendo que ser lamujerdeunpolíticoobligaanohacertoplessenlaplaya,anoteñirmeelpelodeverdefosforitoconmechasrosayanoserlatíamásalternativadelmundo.Perosiyoentiendoeso,túhasdeentenderqueestamosenelsigloXXIyque,enmipequeñaparceladevida,soyyolaquedecideciertascosas.Yeso,nitúninadielovaacambiar.
Hannibalnosupoquédeciranteaquellasverdades,porloqueprefiriócallar.Noloestabahaciendobien,yelprimeroendarsecuentadeelloeraél.
Ensilencio,setomaronelcafé,sinmirarse,sinrozarse,hastaquelavozdeStevensonóllamandoasuhijoyéste,automáticamente,selevantóysealejó.
EnlosminutosenlosqueSharonpermaneciósola,miróasuprometidoyalpadredeésteysepreguntósideverdadéseeraeltipoderelacióndeparejaquequería.
Pensóensupadre.Enloqueélsiemprelehabíainculcadoyenloúltimoquele había dicho: «Enamórate». Y, agobiada por la situación y la confusión delmomento,cogiósubolsoyseacercóhastaellos.
—Mevoy—dijo—.Tengotrabajo.Hannibalasintióy,sinacercarseaellaparadespedirse,repuso:—Luegohablamos.—Adiós,nuera.—Adiós,Steven—respondióSharonconunafalsasonrisa.Unavezque salió de aquel horrible lugar, Sharonmaldijo y, tras parar un
taxi, ledio ladireccióndelbufetealconductor.Sinembargo,cuando llevabanrecorridasvariasmanzanas,Alicia,susecretaria,lallamó,y,dándoleunanuevadirecciónaltaxista,sedirigióalaasociacióndemujeres.
Capítulo22
En la asociación, asistida por Alicia, Sharon organizó una charla esa tarde.Variasdelasmujeresnecesitabanasesoramientoyayudaentemasdetrabajo.
—Me siento como algo que hoy utilizas y mañana abandonas —selamentabaunadeellas—.Nadietieneencuentaquemuchasdenosotrassomosmadres y que de nuestro trabajo dependen nuestros hijos e incluso, a veces,tambiénnuestrasparejas.
—¿Enquétrabajas,Isabel?—preguntóSharon.—Soy informática. Bueno, actualmente estoy desempleada. Era la única
mujer informáticaquehabíaenmiempresa.Llevaba trabajandoparaellos tresaños,peroelsobrinodeunodelosdirectivossegraduóydecidieronprescindirdemis servicios para contratarlo a él, sin importarlesmi profesionalidad ni lomuchoquemehabíaesforzadoporhacermevalereneseempleo.
Todaslaspresentesasintieron.Muchasdeellasseveíanreflejadasenaqueltipodeinjusticia;entoncesSharondijo,pensandoensuspropiasvivencias:
—Sinduda,elhechode sermujernoshace tenerqueesforzarnoseldobleparademostrarnuestravalíay,aunasí,siempreescuestionada.
—Enmicaso—indicóotra—,medegradaroncuandotuveunaborto.Aloírla,Sharonlamiróypreguntó:—¿Quehicieronqué?Wanda,queasíeracomosellamabaaquélla,asintióyexplicó:—Trabajabaparaunaempresafarmacéuticaconlaqueviajababastantey,la
verdad,todoibabienhastaquedesgraciadamenteperdíalbebéqueesperabaytodocambió.Depronto,enlaempresaparalaquetrabajabasedieroncuentadequeyoeraunamujerynounrobot,y,trasvariasreunionesenlasquetuveque
oír eso de «mujer abortada es mujer embarazada», decidieron cambiarme depuesto,hastaquefinalmenteprescindierondemí.
Denuevo, lasmujeresserevolucionaron.Era indignanteel tratoquese lesdabaamuchasdeellasendeterminadasempresas.
—En mi caso, los embarazos no fueron el problema —contó otra—. Miproblema era que trabajaba como unamula para luego cobrar menos que loshombresquehacíanlomismoomenosqueyo,sóloporsermujer.Yeldíaquemequejéporprimeravezdeello,mijefemedijoquemejormecallara,porquehasta el momento nunca me habían puesto pegas si faltaba algún día porquealgunodemishijosestabaenfermo.
Indignacióndenuevo.Todashablaban,yunadeellasdijodirigiéndoseaSharon:—Esonunca teocurrirá a ti, ¿verdad?A lasque soncomo túos loponen
másfácil.—Lorelay...—lellamólaatenciónAlicia.Aquellonoerajusto;desdehacíamuchotiempo,ellasedesvivíaporayudar
atodaslasmujeresqueacudíanalaasociación.Sharon,mirandoasusecretaria,lehizounmovimientoconlamanoyrepuso,dirigiéndosealamujerquehabíahablado:
—Soymujercomotú,yteaseguroquenadiemeloponefácil.—Pero tú tienes un buen trabajo, conduces un bonito coche, seguro que
tienesunacasaincreíbley...—Yenocasiones—lacortóSharon—,procederdeunafamiliacondinero
daopciónaquelagentepiensecosascomoquesoyunafloja,unaseñoritingaounatontasinoficionibeneficio.
—Pero tu economía no es como la nuestra—volvió a quejarse la mismamujer—.Teveoenlasrevistasydudoque,siendoquieneres,atitefaltealgoenestavida.
Oír esas palabras, una vezmás, le dolió a Sharon.Mucha gente asociabafelicidad con dinero, y ésa era la mayor mentira del mundo. Tomó aire yrespondió:
—Eldineronodalafelicidad,aunqueayudaasobrevivir.Desdemipuntodevista,laverdaderafelicidadseconsiguecuandounosesientequerido,respetadoyprotegidoporsuentornosocial.
—Eso lodices tú..., que tienesparapagar la facturadel teléfonoo tu ropacaratodoslosmeses.Peronuestrarealidadesbiendistinta—apostillóotra.
Lasdemásasintieron.Sinduda,unavezmásaquelmalditohándicapvolvíaaplanearsobresucabeza;cogiófuerzayañadió:
—MellamoSharonSivonCardigan.Soyabogadaehijadeunmaravillosohombrequetrabajómuchoparalevantarsuimperio,peroosaseguroqueluchopormisderechoscomoprofesionalymujertantocomovosotras,especialmenteporque me muevo en un mundo en el que los hombres, no todos, pero síbastantes,secreensuperioresamíenmuchossentidos.Amínomedespidendemiempresaporque,graciasamipadreyasuconfianza,éstaesahoramía.Perosoy la responsabledeque lasmásdedoscientaspersonasque trabajanenella,cuando llegue fin demes, cobren y tengan para dar de comer a sus hijos.Y,aunquenolocreáis,esooriginamucho...muchoestrés,porqueamínadiemeloponefácil.
Todas la miraron y ninguna dijo nada, hasta que Jenny, una de lascolaboradorasdelaasociación,señaló:
—Sharon nos ayuda a todas desinteresadamente desde hace años. Sí, deacuerdo,provienedeunafamiliacondinero,peroaquíestácadavezquese lanecesita;¿oalgunapuededecirlocontrario?
Lasmujeresnegaronconlacabeza,yAlicia,queconocíamuybienaSharonysabíalomuchoqueletocabalucharcontradeterminadosestigmas,añadió:
—Sharonesunapersona increíble,ygraciasaellayoestoyaquí.—Todasmiraronalasecretaria,queprosiguió—:Meenamorédequiennodebíay,pormi inexperiencia y por creer que el amor todo lo podía, perdími trabajo,miapartamentoylospocosahorrosquetenía.Esehombremellevóalacompletaruinay,cuandoestuveenella,simplementedesapareció.Cuandomevienesasituación,porsuertemequedabamicocheycomencéavivirenél,hastaque,un17 de enero de hace años, Sharon apareció en mi vida. Yo estaba en unagasolineramuertadehambreydefríoyellaparóarepostarsucoche.Entoncesyo me acerqué y le pedí unas monedas para comprarme un café caliente. Alvermetemblar—dijomirandoaunaemocionadaSharon—,ellasepreocupópormí,memetió en su coche y, en cuanto pagó, aparcó junto ami vehículo,mecompróuncaféypusolacalefacción.Sinsaberporqué,ellamediolaconfianzapara contarle por qué había acabado viviendo de esemodo. ¿Y sabéis lo que
hizo?Nomediocincodólaresparatranquilizarsuconcienciaysemarchó.Ellame llevó a un hotel y me ayudó a conseguir la estabilidad en mi vida,buscándomeuntrabajo.Porsuerte,yohabíasidosecretariayellanecesitabaunay,sindesconfiardemí,yapostandopormí,mecontrató.
—Fueunadelasmejoresdecisionesdemivida—afirmóSharonconmovida.Aliciasonrió,einsistió:—Sharon me dio una oportunidad sin prejuzgar, a pesar de haberme
encontrado mendigando en una gasolinera. Ella creyó en mí y yo le estaréeternamenteagradecida,pues,gracias a suayuda,hoyporhoyvuelvoa ser ladueñademicasaydemivida.YporesonovoyapermitirquenadiedelasqueestamosaquídudedeSharonporelsimplehechodehabernacidoenunafamiliacondinero.Ojaláhubieramáspersonascomoellaenestavida.Ojalá...
Un silencio sepulcral se hizo en la sala, y a continuación Jenny tomó lapalabra:
—En mi caso, Sharon me ayudó a enfrentarme a mi empresa cuandoquisierondespedirmepornoquererdejarmipuestocomoperiodistafinancieraaunhombreyaceptarotroenlaseccióndesociedad.Sharonestuvoahíconmigoluchando,batallandomanoamano,yganamos.Sigotrabajandocomoperiodistafinancieragraciasaellay,señoras—dijomirandoalrestodelasmujeres—,porsuerte para nosotras, tenemos a Sharon aquí. Ella está arriba y, desde suposición, puede tirar de las que estamos abajo, porque tirar desde abajo escomplicado, por no decir imposible. Por tanto, dejemos a un lado quién es sufamilia o de dónde procede, porque con sus actos nos demuestra que es unamujermásqueluchaparaquetodas tengamosunempleoyunavidadigna,¿ono?
Lasmujeressemiraronyasintieron.JennyyAliciateníanrazón.Aloíreso,LorelaysepusoenpieyseacercóaSharon.—Siento haber sido tan idiota —dijo—, pero es que a veces estoy tan
agobiadaque...Agradecidaporaquello,Sharonlaabrazóymurmuró:—Tranquila.Nopasanada.Minutos después, la reunión continuó, y todas supieron que, unidas y
olvidándosedeprejuiciosyestigmas,lavidapodíaserinmensamentemejor.
Capítulo23
CuandoSharonllegóasucasatrassupasoporlaasociación,saludóaPipay,entrandoenlacocina,lepreguntóaGladys:
—¿SabesalgodeNorma?Lahellamado,peronomelohacogido.Lamujerasintióysiseómirándola:—Hehabladoconella estamañanaymehadichoquehoy teníauncurso
intensivoqueacababaalasdiezdelanoche.Sharonasintió,yGladys,quelaconocíamuybien,insistiócogiéndoladela
mano:—Ceñofruncidoymanosfrías,algotepasa.Cuéntamelo.Necesitando desahogarse con alguien, Sharon le contó todo lo acontecido
aqueldíay,cuandoterminó,Gladysmeneólacabezaypreguntó:—¿Puedosersinceracontigo,cariño?—Porsupuesto—afirmóSharon.Lamujer,quequeríaalajovencomosifuerasupropiahija,empezóadecir:—EncuantoaloquepienselagenteporquetuapellidoseaSivonCardigan,
olvídatedeello.Quienteconoceteadora,porqueeresunaincreíblemujerconungrancorazóny,sialguiennotequiere,¡queleden!
Eso hizo reír a Sharon. Gladys y Norma se parecían mucho en muchasocasiones.
—Sabesqueyoabogoporvivirenparejaysoylaprimeraquequierequemihijasientelacabezaconunhombre—prosiguióGladys—,pero,entucaso,creoquedebosersinceracontigoydecirtequeeseHannibalnoesparati.Ynoloesporquenoteveofeliz.Nodudoqueenlaintimidadlopaséisbien.Pero,cariño,lavidajuntoaotrapersonaesalgomásquelosmomentosdeintimidad,aunque
notevoyanegarquesonmuyimportantes.OírledeciresoaGladys,queeratanpudorosaentemasdesexo,hizoreíra
Sharon,ylamujerindicó:—Borraesarisitadetubocaotelaborroyo.Incapazdenohacerlo,ellasoltóunacarcajada,ylamujer,riendoconella,
afirmó:—ÉstaeslaSharonqueyoquierover.Lamujerfeliz,intuitivayseguradesí
misma que tu padre se preocupó en criar.No lamujer enfadada y angustiadaporquesunoviooelpadredesunoviosecreanconpotestaddequererdirigirlelavida.
Sharonasintió.—Sí.Esoselodeboapapá.—¡Exacto,ratita!—afirmóaquélla.Ambassonrieron,yGladysseñaló:—Tehedejadopreparadosopaypolloensalsaparaquecenes.—Nohacíafalta,Gladys.Yomepodríahaberpreparadocualquiercosa.La mujer sonrió. La última vez que Sharon intentó preparar algo en la
cocina,lasarténterminóenllamas,porloquereplicó:—¡Niloca!Noquieroqueeledificioacabeardiendo.CuandoGladyssedespidiódeellaysemarchó,Sharonfuealbaño,dondese
desnudóyseduchóbajolaatentamiradadePipa.Doshoras después, y cansadade trabajar en recursos y demandas, decidió
ponerlelacorreaalanimalybajaralacalleparadarunpaseo.PasearporCentralParkeraunamaravilla,yallísuperraseencontróconsus
amigos. Encantada, Sharon la soltó y la observó correr y disfrutar con suscoleguitas perrunos durante un buen rato,mientras ella le dabamil vueltas altemaqueocupabaporcompletosumente,hastaquesilbó,laperracorrióhaciaellayregresaronacasa.
Unavezenlacocina,SharonlediolachucheríaquesiempreledabanaPipacuandoregresabandelacalley,unavezqueselatragó,lajovencomentó:
—Miraqueeresglotona.Feliz,laperramovióconalegríaelraboy,juntas,regresaronalsalón,donde,
alentrar,Sharonsedetuvoenseco.Nopodíadejardepensarenlafotografíaquehabíaencontradodíasatrásy,cambiandodedirección,seencaminóaldespacho
desupadre.Sindudarlo,sesentóenelsillóny,abriendoelcajónquehabíaforzadodías
antes,sacólosdocumentosdelcasoCaprelliy,sinmirarlos,losdejóaunlado.Despuéscogiólacajametálicaycomenzódenuevoaverlasfotografíasqueallíhabía.Enellasseveíaasímismafelizyalegre,juntoaotrosniñosylaniñadelafoto.
Durante más de una hora observó con detenimiento aquello, hasta que,mirandolafotodeellosquehabíasobrelamesa,musitó:
—Papaíto...,¿quénomehascontado?Con cariño continuó con los ojos fijos en aquella foto, en la que ella y su
padre reíanmientras se hacían un selfi. ¡Qué bien lo habían pasado en aquelviaje!
Apenadaporsupérdida,Sharonsuspiróy,cuandocerrólosojos,laimagendelasdosniñasdelafotovolvióameterseensucabeza.Porello,yconvencidade que necesitaba explicaciones, empezó a buscar de nuevo entre todos lospapelesdesupadre.Losmiróunoauno,peroaquéllosnadateníanqueverconloquebuscaba.
SelevantóyfuedirectahastalacajafuertequeBranonteníatrasuncuadroalfondodeldespacho,ytecleólacontraseña.Lacajaseabrió.
Deseosa de encontrar algo, rápidamente sacó todo su contenido, pero nohallónada interesante.Sólohabía algodedinero,documentosdelbufetey laspropiedadesqueposeíanypocomás.
Acadasegundomásseguradequeteníaqueencontraralgo,sedirigióalahabitacióndesupadre.Recordabahabervistounacajaenlaque,enletrasbiengrandes,ponía:PERSONAL.
Una vez que la hubo localizado, se la quedómirando. Nunca antes habíacotilleadolascosasdesupadre.Dejólacajasobrelacamaylamiró.
¿QuétendríaBranonallíguardado?La caja estaba cerrada con un candado. Sin duda, su padre no quería que
nadie viera lo que había allí guardado y, tras intentar abrirla y ver que eraimposible,selevantódelacama,cogiólacaja,fuehastalacocinay,trasvariosintentoscondistintoscuchillos,finalmenteelcandadocedióyserompió.
Liberada la tapa, Sharon la miró. Algo le decía que lo que había en suinterioribaacambiarmuchascosas,porloquecogiólacajayunaCoca-Colade
laneveraysefuealsalón.Allí,sesentóenelsofá,subiólospiesalmismoy,dejandolacajafrenteaella,afirmó:
—Muybien.Veamosquéhayaquí.Alabrirla,loprimeroqueencontrófueunsobregrandeenelqueseleíaen
letrasmayúsculas:SHARON. Sorprendida, lo cogió, sacó un papel del sobre yleyó:
Pedirteperdónnocambiaráelpasado,peroquizácambietufuturo.Fuiuncobarde.Eldíaquenacisteisnosupeenfrentarmeaunasituación
quesemeescapabadelasmanos,peronohahabidoniunsolomomentoenquenomehayaarrepentido.YcuandopuderemediarloalfallecerAdele,yaeratarde.Muytarde.Túyellahabéissidolomásbonito,realymaravillosoquehetenido.Mi
ojito derecho y mi ojito izquierdo. Mis amores. Mis mellizas. Y, comonecesitaba de darte una explicación, la encontrarás en los dos cuadernosquehayal fondode lacaja.No tratodeexculparmeconello;sólo intentoquealgúndíasepaslaverdadyelporquédemiterribledecisión.Mividano fueperfecta,pero tenerosavosotrasenellameproporcionó
maravillososmomentosquesiempreatesoraréenmicorazón.Tequiere,
Papá
Conlaslágrimasresbalandoporsurostro,Sharonleyóunayotravezaquellaconcisa carta de su padre.Aquella nota dejaba claro que su intuición una vezmásnolehabíafallado,ymurmuró:
—Tengounahermana.Papá...,papá...,tengounahermana.Angustiada, dejó la carta sobre su regazo y, tapándose los ojos con las
manos,lloróylloróporsupadre,porsuhermanayporella.Pero¿quéhabíapodidoocurrirparaquesuhermananoestuvieraasulado?¿Porquésupadrehablabasólodeélynoincluíaasumadre?Pipa,laperra,rápidamenteseacercóaellayletocólasmanosconelhocico.
Alsentirlaasulado,Sharonlaabrazóenbuscadeconsuelo.Necesitaba llorar.Necesitaba sacar toda la rabia, la angustia y elmalestar
quellevabadentrodesdequemuriósupadre.Necesitabaamor.
Estabafuriosa,rabiosa.Supadrenodeberíahabermuerto.Supadredeberíaestarconella,yesonunca...nuncapodríaserdenuevoreal.
Cuando se secó las lágrimas y consiguió dejar de hipar, dio un trago a suCoca-Colay,levantándose,sedioaireenlacaraconlasmanos.Estabasudando,teníacalor,yserevolvióelpeloenbuscadefrescor.
Estaba caminando por el salón cuando sonó el timbre de la puerta y, sinpensarensuaspectodesastroso,fueaabrir.
—PorelamordeDios,Sharon,¿estásbien?—preguntóHannibalalverla.Sinhablar,Sharonsetiróasusbrazos.Necesitaba el cobijo y el amor que su padre le habría dado en aquellos
momentos. Pero Hannibal no era su padre y, separándola de él con frialdad,insistió:
—¿Quéteocurre?Lajovenasintió.Elabrazollenodecariñoyamorqueellanecesitabadeélnuncaselodaría
y,mirándolo,murmuró:—¿Teacuerdasdelafotodelasdosniñas?—¿Todavíaestásconeso?—Esaniñaesmihermana—balbuceóconunhilodevozmientrasignoraba
sufrialdad.Conungestodifícil dedescifrar, pero sinni siquiera tocar a la joven,que
conteníael llanto,HannibalWhitaker respondió,alejandoaPipa de laperneradesupantalón:
—Nodigastonterías,Sharon,porfavor.—Estoy diciendo la verdad. Y lo sabía..., lo sabía..., sabes que soy muy
intuitivay...—Vamos a ver —la cortó él—, pero ¿cómo vas a creer que tus padres
tuvieranotrahijaynoestuvieraenvuestrasvidas?¿Acasolosconsiderasunosmonstruoscapacesdehaceralgoasí?
—No lo sé —musitó ella desconcertada—. Pero papá... papá... me lo hadicho.
—¿Quetupadretelohadicho?—preguntóHanniballlenodeincredulidady, cogiéndola del brazo, añadió—: Sharon, échame el aliento... ¿Qué hastomado?
Al ver su gesto brusco,Pipa soltó un ladrido de advertencia, y la joven,molestaporaquello,sedeshizodelamanodesuprometidoygruñó:
—¿Creesqueestoyborracha?Hanniballamiró.Desdeluego,suaspectoeraparapensarcualquiercosa.—Sharon,¿tútehasmiradoalespejo?Lajovensediolavueltaparamirarseenelespejoquesabíaquehabíatras
ella,sevioy,aldistinguirelrímelcorridoporsusmejillas,losojoshinchadosysupelototalmentedescontrolado,preguntó:
—Y,porquemevesasí,¿creesquehebebido?Desconcertadoporencontrarladeesemodo,Hannibalnosupoquéhacer.Unapartedeéllegritabaquelaabrazarayhablaraconella,perootrapartele
voceabaquedebíacontinuarconsupapel,ybajandolavozmurmuró:—Hevenidoaverte,noadiscutircontigo.Creoquehoynohemostenidoun
buendíay...—Yyoteestoycontandoquehedescubiertoquetengounahermana...,¡una
hermana!¿Quémeimportaamíahoramismonuestromaldía?Nerviosoporaquello,quepodíaserunproblema,Hannibalcontestó:—Vale.Tienesunahermana,¿yqué?Conociendoamipadreylomujeriego
quees,siempiezoatirardelhilo,estoyconvencidodequemihermanaSandyyyo también la tenemos. Y no una, ¡sino veinte! ¿Y qué? ¿Acaso esedescubrimientotienequecambiarnuestrasvidas?
ASharonselerevolvióelestómagoaloíreso.—¿Nodecíasquetupadreeraunhombreíntegroyamantedesufamiliay
queesodelasamanteseranrumoresinfundados?—Sharon,¡basta!Confundida por su insensibilidad ante un tema tan importante y personal
paraella,lajovenmeneólacabezaysusurró:—Hannibal,¿túmequieres?Él lamiró.Nuncahablabande sentimientos, él no lopermitíay ellano lo
demandaba,y,parpadeando,respondiómientras intentabacontener todoloquebullíaensuinterior:
—Claro.Aquella respuesta, dicha con aquella frialdad, a ella le hizo ver
definitivamentelaverdad,ypreguntó:
—Ysimequieres,¿porquénomeabrazasymedicesquenomepreocupe?¿Porquénomebesasymeayudasaresolverloquehedescubierto?¿Porquénomedefiendesante tupadre?¿Yporqué tu frialdadmehaceverquenosoy lapersonaquetúnecesitasatulado?
OíresoyversumiradalerompióelcorazónaHannibal.Supapel,elpapelquellevabainterpretandoañosparaquesupadreestuviera
orgullosodeél,cadavezeramáscomplicadoydifícildesacaradelante.—Sharon...—murmuró.—Hannibal, lo que hay entre nosotros no es amor, y tú lo sabes tan bien
comoloséyo.Guardaronunos segundosde silencio.Ella, confundida, y él sintiéndose el
peorhombredelmundo.Sharoneraauténtica,maravillosayencantadora,ysemerecíaalgomejorque
él,peroHannibalnopodíaignorarloqueseesperabadesupersona,porloque,manteniendoeltipo,nodijonada,hastaqueellamurmuró:
—Tejuroquenoteentiendo.—Elquenoteentiendesoyyo—respondióélguardándosesussentimientos
—.Somosdospersonasadultas,triunfadoras,condoscarrerasmaravillosaspordelantesinolascomplicascontustonterías,ytú,aquí,lloriqueandocomo...
—Oh,Dios...—gruñóella,dándoselavueltaparanooírlo.Agrandeszancadas,entróenelsalónseguidadesuinseparableperra.Sobre
el sofá tenía la caja metálica de su padre, que estaba viendo, y, señalándola,gritó:
—¡Acabo de enterarme de que tengo una hermana y eso para mí, ahoramismo,eslomásimportantedelmundo!
—¿Másimportantequenosotros?—¡Porsupuesto!Hannibalmiróal techoy, llevándose lasmanosa las caderas, fueahablar
cuandoellaprosiguió:—Y tú, en vez de interesarte por lo que te estoy diciendoo por cómome
siento,sólopiensasenqueesanoticiapuedeperjudicarteentucarrerapolítica.—Pero¿cómonoquieresque lopiense?¿Te imaginasel escándaloque se
montarásiloquedicesesciertoyllegaalaprensa?Yyanohablosólodemí...¿Acasocreesqueentubufetenorepercutirásaberquetuspadressedeshicieron
deunahijaynosepreguntaránporqué?—Eso,enesteinstante,esloquemenosmeimporta.Meacabodeenterarde
quetengounahermanamellizayquieroencontrarla.Quieroconocerlaeintentarsaberporquémispadreshicieronloquehicieron.
—No,Sharon.—¿No,qué?—Nolovasahacer.Aquellas palabras, pronunciadas por Hannibal en aquel tono, Sharon las
sintiócomounrevulsivo.Pero¿quiénnariceseraélparaprohibirlenadaaella?Y,cansadadeprohibicioneseimposiciones,preguntó:
—¡¿Quéhasdicho?!—Hedichoque¡no!Eresmiprometidaynopuedoconsentirquehundasmi
carreraporunsimplecaprichoque...—¿Capricho?—Sí.Capricho.Noséparaquéquieresencontraraesahermana.Sólotedará
problemase intentaráquedarsecon lamitadde tu fortuna,nuestra fortuna. ¿Aquenohaspensadoeneso?
Boquiabierta, alucinada y molesta, y recordando aquello que ella tantodefendíayrepetíade«seacabóeltiempode...»,contodalaseguridaddelmundosupoqueaquelloterminabaallíyenaquelmomento,ysentenció:
—¿Sabes,Hannibal?Estoseacabó.—¿Quéseacabó?Anclando bien los pies en el suelo, y con una seguridad absoluta, Sharon
afirmó:—Nuestrarelación.—Nodigastonterías.—Nolasdigo.Apartirdeesteinstanteyanosoytuprometida.Él lamiró, y ella, con la fuerza que la caracterizaba, levantó elmentóny,
quitándoseelanilloqueéllehabíaregalado,lecogiólamano,lodejósobreellaygruñó:
—Se acabó. Esmi vida y yo decido. Y lo primero que decido es que noquiero tener ami lado a un hombre que es incapaz de tranquilizarme, darmecariñoohablarmeconamorcuandomevedesesperadayfuerademí.
—Sharon...
—Papámedijoqueamaraaquienmemiraracomosiyofueramagia,ytúesquenimemiras.
—PorelamordeDios.¡¿Medejas?!ElmundosetambaleóbajólospiesdeHannibal.Aquelloeraimposible.No,
no podía consentirlo. Su relación debía continuar. De ella dependíanmuchas,muchísimascosas;entoncesSharonafirmó:
—Sí.Élsequedóinmóvil,nopodíaaceptaraquello,ysusurró:—Estásnerviosa,Sharon.—Sí, efectivamente, estoy nerviosa. Muy nerviosa. Desde que mi padre
murió,noséporquénotoqueelmundosetambaleabajomispiesysientoquemi visión sobremuchas cosas ha cambiado.Y ahora sé que lo nuestro nuncafuncionaría.
—Pero¿quédices?Siempredijisteque...—Sé loquedije.Séque teconsiderémipareja idealporqueambossomos
adictosaltrabajoynuncainterferimosponiendolímitesanuestrasaspiraciones.Pero,traslosúltimosacontecimientosvividos,lomássensatoesacabarconestarelación,porqueyonuncavoyaserloqueesperasdemí,ytúnoeresloqueyonecesito.—Hannibalparpadeó,yella,recordandolaúltimapalabraquesupadrele había dicho, prosiguió—: Quiero a mi lado a alguien que sea capaz detransmitirmesucariñoysuamor.Quemeabrace,quemebeseconpasiónyseenamoredemí,ytúnoeresesapersona.
LosojosdesesperadosdeHannibalsellenarondelágrimas.—Sharon,nomedejes—rogó.Sorprendida,lajovenrepuso:—No,porfavor.Nomehagasesto.—Sharon...,tenecesito—insistiódesesperado—.Saldremosmásamenudo,
haremostodoloquetúquieras,tebesaré,teabrazaré,noexigirénadaquesepaquetúnotoleras,pero,porfavor,nomedejes.Sinotetengoamilado,todosedesmorona,yyo...yo...
Hasta elmomento,Hannibal no había utilizado nunca con ella el chantajeemocional. Y, en ese instante, oírlo mencionar todas las cosas que le habíanegadoenesetiempolahizodarsecuentadequenodebíadarlelaoportunidadquelepedía.
—Losiento—replicó—,perono,Hannibal.No.Descuadradoporlaseguridadqueveíaenella,seechóatemblar.Aquellole
ibaaocasionarungraveproblemaentodoslossentidos,y,conscientedeloqueseleveníaencima,insistió:
—TenemoslacenaporlaFiscalíay...—Olvídalo.Nopiensoir.—Tienesquevenir—rogóél—.Sabestanbiencomoyoloimportanteque
esesacenaenelmomentoenelqueestamos.¡Melodebes!—Hedichoqueno,Hannibal.Notedebonada.Horrorizado,élsetocóelpeloymusitó:—Laprensamecomerávivoyperderémuchosvotantes.—¿Loves?¡Sólomequieresparaloquemenecesitas!¡Túnomeamas!—
Élnocontestó,yellagruñó—:PorDios,Hannibal,estoyaeselcolmode loscolmos...
Élcabeceóeinsistió:—Prometoque...—Noprometasnada.Estoseacabó.Boquiabierto,ysinpodercreerlo,musitó:—Seráundisgustoparamimadre.Encuantoamipadre...—Losientoportumadre—locortó—.Y,encuantoatupadre,miintuición
medicequenuncahabríamostenidounabuenarelación,y¿sabesporqué?—Élnosemovió,yellamatizó—:Porqueélnosoportaqueyoseaunamujerqueunhombrenecesita.
Hannibalibaadeciralgo,peroalfinalcalló.Eralomejor.—Entonces¿todoseacabó?—preguntódespués.—Sí—sentencióSharon—.Yapuedes ir llamandoa tugabinetedeprensa
para informarlos y decirles que no me llamen, porque, como reciba una solallamadadeConrad,tejuroquelavamosatener.
Desconcertado y sin saber en realidad qué hacer ni qué decir ante unasituaciónquenoesperaba,Hannibaldiomediavueltay,sindecirnadamás,semarchó.
UnavezqueSharonsequedósola,suspiróy,depronto,sinsaberporqué,sesintióliberada.
¡Tremendamenteliberada!
Desde la muerte de su padre, Hannibal había cambiado, y él y todo suentornolahabíanasfixiadodemasiado.
La jovendiomediavueltay se encaramóal sofá, dondeuna cajametálicaestabapuntodeaclararlemuchasdudas.
Capítulo24
Conelcorazónamil,yolvidándosedesuyarotarelaciónconHannibalporquenoleinteresaba,Sharonvolvióaleerlaescuetacartadesupadre.
¡Teníaunahermanamelliza!Pero¿dóndeestaba?¿Porquénosabíanadadeella?Y,pensandoensumadre,parpadeó.¿Ysiporesosumadresehabíadadoalabebidayalacocaína?¿Ysisupadrehabíahechoalgoqueasumadrelahabíavueltoloca?Ensuinterior,cientosdesentimientoschocaron.Supadre,sumaravillosoycariñosopadre,¿podríasersemejantemonstruo?¿Élhabíasidoelculpabledesepararadosbebésyporesopedíaperdón?Y, consciente de que necesitaba respuestas, dejó la carta a un lado y,
apartando un pañito de la caja, se fijó en que allí había dos chupetes igualesmetidos en dos cajitas transparentes, con la diferencia de que en uno habíagrabadouna«S»,yenelotrouna«R».
Emocionadaporaqueldescubrimiento,murmuró:—Elnombredemihermanaempiezapor«R»...—Y,seguradeello,pidió
—:Sí,papá...,damepistas...,damemás.Con el corazón desbocado, Sharon comenzó a ver cientos de fotos de ella
siendo un bebé, junto a otro bebé de lamisma edad. ¡Su hermana y ella eranmellizas!
Habíafotosdesuprimercumpleaños,delsegundo,deltercerosoplandolasvelasjuntas,cuartoyquinto.Enesasfotosaparecíasupadrejuntoaunamujermorena,ellaylaniñacuyonombrecomenzabapor«R».
De lacaja sacódoscajitasdemaderaconambas inicialesy,alabrirlas, se
emocionó al ver unos pequeños dientes. Sin duda allí escondía su padre losdientesqueantañosehabíallevadoelratoncitoPérez.
Pero¿porquéenlasfotossóloaparecíaBranon?¿Porquésumadreestabatotalmentedesligadadeaquellosmomentos?Todasaquellaspreguntassinrespuestalaestabanvolviendoloca.Una vez que hubo dejado las dos cajitas con cuidado sobre el sofá, sacó
varios dibujos claramente hechos por niños y, llevándose la mano a la boca,leyó:«Parapapá,deSharonyRachel».
¡¿Rachel?!¡AquellaniñasellamabaRachel!¡SuhermanasellamabaRachel!Siguiómirandolosdibujosy,traspasarunoenelqueseveíaunacasaenel
campoconuncolumpioenunárbol,undesangeladosollozosaliódesugargantacuandoleyó:«Parapapaíto,desuojitoderecho.Rachel».
¡Porfinsabíaquiéneraelojitoderechodesupadre!Todalavidaqueriendosaberloynuncahabríaimaginadoquepudierasersu
hermana.¡Suhermanamelliza!Durante más de una hora, Sharon estuvo viendo fotos, mientras se
preguntabaquépodríahaberpasadoyporquésumadrenoaparecíanuncaenlasfotos.
Lasmiraba y las revisaba en busca demás, necesitabamás, hasta que susojos se encontraron con una cinta de vídeo VHS en la que ponía «ÚltimoencuentrodeSharonyRachel».
Sindudarlo,selevantódelsofáyseencaminóhaciaeldespachodesupadre.Al entrar, se quedó mirando el reproductor de VHS, que su padre se habíanegadoaquitar,y,meneandolacabeza,murmuró:
—De acuerdo, papá. Ahora entiendo por qué esta antigualla era tanimportanteparati.
Trasencenderelreproductoryeltelevisorquehabíaallado,metiólacintay,segundosdespués,vioapareceradosniñasenlapantalla.EllayRachel.Ambasvestían igualmientras reíany saltabana la comba.Enotra imagen se lasveíacorriendoporuncampoysubiéndoseaunacabañahechaenloaltodeunárbol.Emocionadaporloqueveía,Sharonsesentóenelsuelodeldespachoy,durante
variosminutos,observólagrabación.Cientos de imágenes, de momentos de cariño la hicieron llorar, mientras
observaba a dos pequeñas jugar con unasmuñecas.De pronto, en el televisorcomenzaba a sonar Pretty Woman y un joven Branon Sivon iba hasta laspequeñas, las hacía levantarse y los tres empezaban a bailar aquella canciónmientraslacantabanagritos.
Las lágrimas le resbalaronporel rostro.Ésaera lacanciónpreferidadesupadre,ysindudaahoraentendíaporqué.
La cinta continuó y en ella apareció la mujer morena que había visto enalgunasdelasfotos.
¿Quiénpodríaser?CuandodeprontovioapareceraManuelenaquellacinta,sucuerposetensó
y parpadeó al verlo correr tras ella y su hermana mientras las niñas reían acarcajadas.
¡Éllosabíatodo!¡Losabíayselohabíaocultado!Levantándose,sedispusoairaporél,peroalllegaralapuertaseparó.Sibajabaeneseinstanteabuscarloasucasa,sindudadiríacosasdelasque
más tarde se arrepentiría y, pensando en lo que su padre siempre le habíaenseñado —«organiza primero las ideas y después actúa»—, decidió seguirrecabandoinformación.
YahablaríamástardeconManuel.Regresóal despacho, se sentó enel sueloy, diezminutosdespués, trasun
últimofotogramaenelqueseveíaasupadreconellaysuhermanaenbrazostirandounbesoalacámara,sinquererevitarlo,Sharonlloró,lloróylloró.
¿Dóndeestabaahorasuhermana?¿Estaríaviva?¿Quélehabríaocurridoyporquésuspadres,enespecialBranon,nuncale
habíanhabladodeella?Denuevoviolacintaenbuscademásinformación.Laviocuatrovecesy,
cuando ésta acabó la últimavez, la sacódel reproductor, apagó el televisor y,pensativa,regresóalsalón.
Cadavezentendíamenos.Sentándoseenelsofá,dejólacintaconcuidadosobrelamesitabaja,sacóde
la caja una carpeta roja y, tras abrirla, encontró documentación, papeleo,
cartas...,perosinfijarseenellosporlonerviosaqueestaba,sóloreparóendoscertificadosdenacimientodelmismodíaenChicago.Uno,anombredeSharonSivonCardigan,yotroanombredeRachelLópez,enelqueconstabaelnombredelpadrecomodesconocido.
Con el corazón latiéndole con fuerza, se encontró con cientos de ingresosbancarios,extractosdelbancoquesupadreguardaba,hastaelmesanteriorasumuerte,yqueellamiróboquiabierta.
¿EsosignificabaqueRachelestabaviva?Aturdida, se levantó y caminóhacia la cocina.Allí, abrió la nevera, cogió
otraCoca-ColaZeroy, trasabrirla,dioun trago largo.Estabadesconcertadaysedienta.
Cuandoregresódenuevoalsalón,dejólaCoca-Colasobrelamesita,mirólacarpetay,necesitandodesaberquéeraloqueponíaenaquelloscuadernosdelosquesupadrelehabíahablado,cogióelnúmerounoyleyó:
Estoyperdido,perotambiénestoydispuestoaencontrarme.Adele,lamujeralaqueamo,nomequiere,nimenecesita.Suamor,sussonrisas,suscariciasson
paraelsinvergüenzadeStevenWhitaker...
Sharonparódeleer.¡¿StevenWhitaker?!¿CómoqueStevenWhitaker?
...unhombrecodiciosoquesólolautilizaensupropiobeneficioyqueestoysegurodequeeldía
quenolanecesitelaecharádesuladocomoelqueechaunpapelalabasura.
Elcorazónselevolvióaacelerary,depronto,Sharonfueconscientedequelamiradadesorpresaqueellahabíainterpretadocomoalgobuenoaqueldíafueenrealidadunterribledisgustoparasupadre.Y,sinpoderremediarlo,lloróysesintiómásculpablequenuncadesufallecimiento.
Ellahabíapropiciadoquesupadremuriese.EllahabíallevadoaStevenWhitakerasucasa.Ella...Sobreexcitadaydescompuestaporlodescubierto,selimpiólaslágrimasdel
rostroy,comopudo,continuóleyendo.Necesitabasaberyentender.Durante horas prestó toda su atención a lo que su padre contaba en aquel
cuaderno: sudolor, sus tristezas, susvivencias,y, llegadosaunpunto,por fin
entendió la extraña y fría relación de sus padres, un vínculo que nunca habíacomprendido.
Prosiguióconsulecturay,depronto,alserconscientedeunarealidadconlaquenohabíacontado,sellevólamanoalagarganta.Sumadre,AdeleCardigan,noerasumadre.SumadreeraunaprostitutadeChicagollamadaDesiréeLópez.
«¡¿Cómo?!»Rápidamente buscó la documentación en la que antes no se había fijado y
encontrólarenunciafirmadaporDesiréeLópez,delaquesupadrehablabaenelcuaderno.
Con el pulso a mil por hora por lo que estaba descubriendo, terminó elprimercuadernodeBranon,lodejósobrelamesitayselevantó.
Necesitando tomar aire, se encaminó hacia la ventana, la abrió y respiróhondo. Recibir tanta información en tan poco tiempo le estaba nublando larazón.
Pero¿enquéengañolahabíahechovivirsupadre?Setocólafrente.Seatusóelpelo.Cerrólosojosy,cuandolosabriódenuevo,sediocuentaquelarealidadde
suvidaeraqueteníaunahermanamellizaalaquenoconocía.Supadrehabíasido un desgraciado toda su vida porque su madre amaba en realidad a suamante,StevenWhitaker.Laquecreíaqueerasumadrenoloera,ellaerahijadeunaprostitutaydesupadre.
¿Cómopodíagestionartodaaquellainformaciónsinvolverseloca?Afectada,seencaminóalacocina.Allí,miróelreloj:eranlasdosycuarto
de lamadrugada. Se dirigió a la nevera, sacó otraCoca-ColaZero, la abrió ybebió.
Unavezquehubocerradolanevera,susojossedetuvieronenlacomidaqueGladyslehabíapreparadoconcariño.
Gladys...¿Ellatambiénlahabríaengañado?Y, volviendo a mirar aquella comida, negó con la cabeza. Lo último que
deseaba era comer. No podía. Tenía el estómago cerrado y no sabía si se levolveríaaabrirenlavida.
Turbadaportodoloquehabíadescubierto,pensóensupadre,enManuel,enGladys.Todosellos lahabíanengañadodurante años.Todos lahabían tratado
comoaunaidiota,ysesintiómal.Fatal.¿Porquélohabíanhecho?¿Porquélahabíanforzadoavivirunavidabasadaenlamentira?Dolorida,ysintiéndosemalcontodoelmundoengeneral,regresóalsalón,
volvió a sentarse en el sofá y, sacando la fuerza que sabía que tenía, cogió elsegundocuadernoescritoporsupadreycomenzóaleer:
En ocasiones, la soledad puede conmigo, pero mi corazón se desboca cuando recuerda que ese
sentimientoseacabaráenelmomentoenelquemibebéestéjuntoamí.Él,oella,meharáolvidartodoeldoloryelsufrimientoqueAdeleyStevenWhitakermehanocasionado.Sóloesperoquemibebéseafelizconmigo,tanfelizcomoséquevoyaseryoconél.
Horasmástarde,Sharonllegóalmomentodesunacimientoysupoelporqué
delaseparacióndelashermanas.Leyendoladesesperacióndesupadrepor ladecisiónquehabía tenidoque
tomar,lloróymaldijolaterriblefrialdaddeAdeleCardigan.Ellaysóloellaeralaculpabledemuchascosas.Demasiadas.
Enaquelsegundocuaderno,supadrehabíadescritomenossussentimientos.A partir del nacimiento de Sharon y de Rachel, aquel cuaderno se habíaconvertidoenundocumentográficoconimágenesdelasniñas.
Con unos ojos como platos, Sharon observó fotos de ambas y de cómohabíanidocreciendo.Noobstante,aellaleinteresabanlasdeRachel.Lassuyaslasteníamuyvistas.
SefijóenlasfotosdeRachelenlaguardería,enelcolegio,enelinstituto,ensugraduación,enlauniversidad.Habíainfinidaddeellas.Sindudasupadrelahabíaseguidomuydecerca.
Aqueldocumentográficolehizoconocerunpoquitoasuhermana,ySharonsonrióalvercómoaquéllasehabíacambiadoelcolordelpeloeninfinidaddeocasiones.Eraatrevida,algoqueellanohabíasidoentodasuvida.
Sinembargo,unasfotosdeRachelenunhospitalladejaronboquiabierta.SuhermanaeramadredeunaniñallamadaDawson,nacidaenelaño2014,yqueteníacasicuatroañitos.
¡Eratía!¡Teníaunasobrina!Unavezquehuboterminadodeveraquelsegundocuaderno, lacongojase
apoderódeellaysussentimientoslehicieronentenderalgo:teníaquebuscara
Rachelyenseñarletodoaquello.En aquella caja metálica, su padre había intentado mantener juntas a sus
hijas.Suschupetes.Susdientesdeleche.Susdibujos.Susfotos.Susvidasysusvivencias. Llorando esta vez de emoción, se tapó la boca. Su padre, sin queRachellosupiera,lahabíaseguidoycuidadotodasuvida,yahoraellateníaquehacérseloentender.
Levantándose, cogió su bolso, de él sacó la foto de ella y de Rachel y,mirándola,sonrió.
Aquellaniñaerasuhermana,sufamilia,ycomotallaibaarecuperar.Corriendo,fuealdespachodeBranon,abrióelcajónqueellamismahabía
forzadoy, tras sacarelmarcode fotosblanco,puso la instantáneaenély, sindudarlo,regresóalsalón,donde,trascolocarlojuntoalafotodesupadreenlachimenea,murmuró:
—Papá,teperdono,eintentaréqueRachelteperdonetambién.A continuación, se dio la vuelta y clavó lamirada en el cuadro de la que
hastahacíaunashorascreíaqueerasumadreyqueestabacolgadoenelsalón.Lomiróconfrialdad.Aquellamalamujer,quetantasveceslahabíahechollorardeniña,eraundemonio.Undemonioquehabíahechoinfelizasupadre,aella,a su hermana y a todos los que tenía cerca. Por ello, tras agarrar una silla, lacolocóbajoelcuadro,sesubióenellaylodescolgó.NuncasehabíasentidounaCardigan,yahoraentendíaelporqué.
Alterada,dejócaerdemalosmodoselcuadroalsueloyellienzoserajó;deprontooyó lapuertade la entradacerrarsey,dos segundosdespués,GladysyManuelentraronenelsalón.
Ensilencio,lostressemiraronmientrasPipaselesacercabaparasaludarlosyGladys,sinentender,preguntó:
—¿Quéhaces,tesoro?Sharonsebajódelasillay,mirándoloscongestosevero,siseó:—Losétodo.Lamujer,queseguíasinentendernada,fueahablar,peroManuelladetuvo.
Y, consciente de que había llegado el momento que Branon siempre habíaevitado,dijo:
—Losiento,cariño,perosimplementecumplíaórdenesdetupadre.Sharonasintióy,acercándosedesafianteaManuel,gruñó:
—Telopregunté...¡Telopreguntéymedijistequenosabíasquiéneraesaniña! ¿Acaso pensabas llevarte el secreto de la existencia demi hermana a latumbatútambién?
Manuelnodijonada,yGladys,sorprendidaeimpresionada,murmuró:—SantoCristo...,entonces¿escierto?Sharonmiróalamujer,yManuelaclaró:—Sólolosabíamostupadre,tumadrey...—Ésa—dijoSharonentonodespectivo,señalandoelcuadrodelsuelo—.Ni
fueniesmimadre.Nuncavuelvasareferirteaellacomomimadre.—Pero,hija,¿quédices?—murmuróGladys.Sharonmiróalamujery,cuandoibaasoltarloquepensaba,Manuelaclaró:—Tienesrazón,AdeleCardigannuncafuetumadre.Sorprendida por lo que estaba oyendo, y sin pedir explicaciones acerca de
porquédecíanaquello,Gladyshizosentaralajovenenunsillón.Laabrazóy,cuandolasintiótranquila,sefuealacocinaaprepararcafé.
Sinlugaradudas,teníanquehablarlargoytendidosobreelasunto.Manuel llamóasuhijoCristianpor teléfonopara indicarlequeSharonesa
mañananoiríaa laoficinaporqueseencontrabaindispuesta.Encuantocolgó,durantehoras,élySharonhablaronsinceramenteanteGladys,queescuchabasindarcrédito.
Cuando todo quedó dicho, un compungido Manuel farfulló levantándose,mientrasseñalabalacajaquehabíasobreelsofá:
—Sientohabertedecepcionado,cariño,peroBranonmehizoprometerquenuncadiríanadaalrespecto.Siempredecíaque,eldíaquefaltara,siencontrabasesacaja,bien,pero,sino,yoteníaqueolvidarlo.Éltequeríaysólodeseabaquefuerasfeliz.
Lajovenasintióaturdida.Nodudabadelcariñodesupadre.—Sharon—añadióManuel—,sólopuedodecirtequeélsufriótodasuvida
portiyporRachel.Y,aunqueintentóayudarlasinqueellalosupiera,siempretuvo la sensación de que hacía poco. Su ilusión era uniros a las dos, tenerosjuntasydarsuapellidoaRachel,comolecorresponde.PensóenhacerlotraslamuertedeAdele.LohablóconGinay...
ConscientedequiéneraGina,Sharonlointerrumpió:—¿Yquépasó?¿Porquénolohizo?
—Ginalohablóconella.Ledijoquesupadrequeríaconocerla,peroRachelsenegó.Ellanoqueríasabernadadealguienquenuncahabíaestadoensuviday que sólo se había encargado de prestarle ayuda monetaria. A partir de eseinstante, se negó a aceptar el dinero, a pesar de que Branon continuóenviándoselo,yposteriormenteyo.
—¿Ginalehablódemí?Manuelnegóconlacabeza.—No,cielo.Ysi tupadrenotedijonadaa ti fuepormiedoa tureacción.
TraslarespuestadeRachel,tuvomiedodeperderteatitambién.Aloírlo,Sharonselevantóy,sinmediarpalabra,loabrazóensilencio.Conmovido,Manuellaacogióentresusbrazos,mientrasmirabaasumujer
y,cuandosesepararon,Sharonmurmurótrastornada:—Voyaecharmeunratoenlacama.Lonecesito.—Sí,hija,ve...,ve...—laanimóGladysalversusojeras.Tras darles un cariñoso beso en la mejilla, Sharon se encaminó hacia la
puertay,alllegaraella,dijovolviéndose:—Anoche rompí definitivamente mi compromiso con Hannibal. Y os
asegurodoscosas.Laprimera,voyarecuperaramihermana.Y,lasegunda,nosécómo,perovoyaacabarconelmonstruodeStevenWhitaker.
ManuelyGladysnodijeronnada,ylajoven,cuandollegóasuhabitación,llamó a Norma. Necesitaba que le consiguiera a través de los archivos de lapolicía cierta información. Cuando su amiga se la dio, le pidió discreción.Cuandosevieran,lecontaría.
Boquiabierta,miró una y otra vez aquella dirección. Su hermana vivía enNuevaYork.Ambasvivíanenlamismaciudad.
Capítulo25
CuandoSharonselevantó,sediounaduchayllamóaAlicia.Inventándoseunviaje a Chicago, le dijo que volvería al cabo de un par de días y que, paracualquiercosa,suteléfonoestabaconectado.
Lasecretariatomónotaynolacuestionó.Enunmomentodadooyóel timbrede lapuerta.Fueaabriryseencontró
conManuel.Ensilencio,ambossemiraron,hastaqueellapreguntó:—¿Hasolvidadotullave?Él negó con la cabeza y, como necesitaba saber cómo estaba aquella
mujercitaalaqueadoraba,preguntó:—¿Cómoestás,cielo?Haciéndose a un lado para que él entrara, Sharon cerró la puerta tras él e
indicó:—Confusa,enfadada,desconcertada...Elhombreasintió.Eraparaestarlo.—Sharon—dijoentonces—.Tequiero,ysinotedijenadafue...—Losé—locortóella—.Yamedijistequepapánotelopermitíay,aunque
no lo creas, lo puedo entender. Conocía perfectamente a papá y su poder depersuasión.
AmbossonrieroncontristezayManuel,sacándosedelbolsillodelpantalónunpendrive,lopusoanteellaydeclaró:
—Medijoque,llegadoestemomento,teentregaraesto.Averloqueaquélletendía,Sharonlocogiósindudarloyasintió.—Gracias.Denuevosemiraronensilencio,hastaqueella,dandounpasoadelante,se
echóalosbrazosdeél,querápidamentelaacogió.—Tranquilo, Manuel —murmuró—. Te quiero tanto que soy incapaz de
estarenfadadacontigo.Emocionado, el hombre asintió. Siempre había temido ser él quien tuviera
que enfrentarse a ese momento y, tras darle con todo el amor del mundo aaquellajovenunbesoenlafrente,afirmó:
—Gracias,cariño.Niteimaginasloquetuspalabrassuponenparamí.Minutos después, Manuel se marchó. Sharon se guardó el pendrive en el
bolsillo y, tras coger su bolso y su ordenador portátil, salió por la puerta.Necesitabacaminarysentirelairefrescoenelrostro.
Alllegaralacalle,sesorprendióalverquenohabíaprensafrentealportal,loquele indicóqueHannibalaúnnohabíainformadodesurupturaanadie,ycomenzóacaminar.Esolarelajaría.
CuandollegóaladireccióndeJerseyCityqueNormalehabíadado,separófrenteaunedificiodeseisplantasy loobservó.Suhermanavivíaenel tercerpiso.
Nerviosa,miróasualrededor.Necesitabauncaféy,alverunlocaltrasella,nolodudóyentróenél.
Traspediruncapuchino,sesentóalabarraquehabíafrentealacristalerayselobebiólentamentemientrassumentepensabaquéhaceroquédecircuandovieraaRachel.
Lo que durante el viaje había sido fácil, ahora que estaba allí se le hacíacuestaarriba.
¿YsiRachellarechazabacomohabíarechazadoasupadre?Despuésdeunahorayvarios cafés, continuabaobservandoaquel edificio,
del que salían y entrabanpersonas que ella no conocía, cuandodepronto unavozasuladopreguntó:
—¿Estábuenoelcafé?Sharonmiróasuizquierdayseencontróconuntipoque...«¡Elojazos!».Era el obrero que había trabajado para su padre y con el que se había
encontradolaúltimavezqueestuvoconLucy.Comosiempre,éllamirabaconsusonrisaburlonaylooyódecir:
—Sitedigoalgoesporqueteestástomandomicafé.Deinmediato,Sharonmirósumanoy,alcomprobarqueteníasutazafrente
aellayotradistintaenlamano,rápidamentelasoltóymurmuró:—¡Ay,Dios,perdona!Noséquémehaocurrido.Elhombresonrióy,sinapartarlosojosdeella,afirmó:—Creoque sólopuedehaber tresexplicacionesparaesto.Laprimera,que
estabasmirandotanfijamenteeledificiodeenfrentequenotehasdadocuentadequehascogidomicafé.Lasegunda,quetehadadoperezapedirypagarotrocafé. Y la tercera, que querías llamar mi atención para entablar conversaciónconmigo.
Sharon parpadeó sorprendida. El descaro de aquel tipo era increíble y susojosverdesimpresionantes,yenseguidaaclaró:
—Sindudahasdadoenelclavoenlaprimera,yenloreferentealasegundaylatercera,mereservomiopinión.
El ojazos siguió sonriendo. Cuando la había visto en la cafetería sesorprendióy se sentó a su lado a labarraparadarle conversación.Por suerte,ella,abstraída,habíacogidosutazaylehabíafacilitadolatarea.
Ambos permanecían en silencio cuando él, sinmoverse del taburete de allado,cuchicheó:
—¡Vaya!...Mehabríagustadomuchoquehubierasidolatercera.Acostumbradaatratarconhombres,Sharonrespondió:—Puesvaaserqueno.Él,sinapartarsuinquietantemiradadelasuya,preguntóinteresado:—¿Vivesporaquí?—No.—¿Estásdevisita?—No,ynopiensocontarteporquéestoyaquí.—Nena...,¿siempreestásestresada?Sharonparpadeó.«¡¿Nena?!»Pensóensoltarlealgunadesusfrescas,peroentoncesélletendiólamano.—Porcierto,creoqueyaeshoradequenospresentemos:soyNoah.—Sharon—respondióellasinestrechársela.Noah, al ver aquel detalle, retiró la mano, miró al camarero y dijo en el
mismomomentoenqueaellalesonabaelteléfono:—Porfavor,Jeff,sírvenosdoscapuchinos.AloíresoSharon,indicó:
—Gracias,señor...,peronomeapeteceotrocapuchino.Sinperderlasonrisa,élasintióyrápidamenteindicó:—No es por parecer desagradable, señora..., pero los dos capuchinos son
paramí.Sharon se puso roja comoun tomate por el corte y, al oír el sonidode su
teléfono,lediolaespalday,cogiéndolo,maldijoaloírlavozdeConrad,eljefedeprensadeHannibal.Conrabia,cerrólosojosycolgó.Noqueríahablarconél.Unavezquehubodejadodemalaganaelteléfonoasulado,oyó:
—Teestoytomandoelpelo,mujer.Unoesparati.—Hedichoqueno.Gracias.—Venga,mujer..., sí—insistióNoah—. ¿Qué tal si nos tuteamos?Esode
señoryseñoranovaconmigo.Porcierto,bonitaimitacióndeLoewe.Alverqueélseñalabasucarísimobolsocolorcamel,Sharonsoltó:—Yonocomproimitaciones.EsunLoeweoriginal.—¿Enserio?—semofóéldivertido.—Sí.—Puesvayapastóndebedehabertecostado—afirmósinperderlasonrisa.—¡¿Yquéteimportaráatieso,joder?!—replicómolesta.—Wooo,nena...,¡lasmujeresquellevanbolsosoriginalesnohablanasí!Sharonpensóensoltarleunodesusborderíos.¿Cómoquenenaotravez?Su teléfono sonó de nuevo en ese instante. Volvía a ser Conrad y, sin
importarle,locogióyrespondió:—Déjameenpaz,malditasea.Olvidaosdemí.Encuantocolgósumóvil,conelrabillodelojovioqueelhombreasulado
la observaba con su guasona sonrisa y, tras mirarlo con gesto de enfado, élfinalmentedijo:
—Escucha,tantosiesoriginalcomosiescopia,siyofueratú,nolocolgaríaenelrespaldodelasientoporquepuedesquedartesinél.
Acadainstantemásdescolocada,Sharonibaarespondercuandoelcamareropuso ante ellos dos cafés. Cuando se retiró, aquel extraño clavó susextraordinariosojosenellaydijo,cogiendounadelastazas:
—Tómatelo,estáriquísimo.Yoinvito.La jovenobservó cómo aquel tipo daba un sorbo a su café, y entonces de
prontolapuertadelacafeteríaseabrióyunhombrelollamó:—Noah.Hallegadoelcamiónconlasvigasqueesperábamos.—Damedossegundos,Peter—respondióél,yluegopreguntódirigiéndosea
ella—:¿Tegustaríacenarconmigo?Sharonlomiróboquiabiertayrápidamenterespondió:—No.—¿Porqué?—Porqueyonocenocondesconocidos.¿Estásloco?OíresoaNoahlohizosonreíry,bajandolavoz,cuchicheó:—¿Sabes,cielo?Enocasiones, las locurasdehoyson lasgrandeshistorias
delmañana.Sin decirmás, terminóde dos tragos su capuchino y, sonriendode nuevo,
dijomientrasaellavolvíaasonarleelteléfono:—Hasidounplacer,Sharon.Y, poniéndose un casco de obrero de color amarillo, se alejó de su lado
dejándolasinpalabras.Unavezquesalióalacalle,ellalosiguióconlamiradaylovioacercarsea
un camión que había aparcado al lado de la cafetería. Tras hablar con elconductordelmismo,firmóunospapelesqueaquél leentregabaydesaparecióenelinteriordeunlocal.
Elolordelricocapuchinoinundósussentidos,perosecontuvo.No.Nolotomaría.
ElteléfonocontinuabasonandoySharondecidiócogerlo.EraNorma.—¿Quépasa,bonita?¿Dóndeestás?Alverquesuspadres todavíano lehabíancontadonadade losucedido,y
comonecesitabaunpardedíassinnadieasualrededorparaaclararse,Sharonmintió:
—EstoyenChicago.—¿YquéhacesenChicago?Sin pensarlo, cogió el café que tenía frente a sí y, tras darle un trago, se
inventóqueteníaquellevarladefensaenunjuicio,yNormalacreyó.—¿TepuedescreerqueayervialidiotadeDarreny,cuandofuiasaludarlo,
volviólacabezacomosinomehubieravisto?—comentósuamigaalcabodeunrato.
Maldiciendoporhabercogidoelcaféporinercia,Sharonmurmuró:—Norma,lodejastetú...¿Nocreesquetienederechoaestarmolesto?Suamigaasintióy,suspirando,afirmó:—Tienesrazón,pero,hombre,¿sevaaquedarancladoenelpasado?—Nocreo.Daletiempo.Cansadaporelajetreadodíaquellevabaenelgimnasio,Normasecalzólas
botasycuchicheó:—Sin duda, las mujeres evolucionamos ante los problemas como los
Pokémon,mientrasquelostíos,consuorgullodemachito,sevuelvencríos.—Nogeneralices.Haydetodo.—Tienes razón—afirmó suspirando y, recordando algo, añadió—: Se ha
apuntadoalgimnasiountipoquecuandoloveas¡setevanacaerlasbragasalsuelo!
Eso hizo reír a Sharon, que, consciente de que no estaba en el sitio másapropiadoparahablarsobreaquello,dijo:
—Norma,hededejarte.Yahablaremos,¿vale?—Ok.Unbesote.Cuando colgó, a los dos segundos volvió a sonar su teléfono. Era una
llamadadelbufete.Condiligencia,cogiódenuevosuiPad,revisóelcorreoqueCristian le indicabay,despuésde leerlo,dio instruccionesparaaquelcaso.Alterminar,colgó,ydeprontolapuertadeledificioqueobservabaseabrióy,conelcorazónenunpuño,reconocióaRachel.
La joven vestía con vaqueros y una camiseta blanca, y se sentó en losescalones que había para bajar del bloque. Con el corazón a mil, Sharon laobservó. La mujer que llevaba el pelo teñido de rojo era su hermana... ¡Suhermana!
Sharonnopodíamoverse.¿Quéleibaadecir?Todoloquehabíapreparadoleparecíaahoraridículo.¿Cómoibaaentrarlediciendo«Hola...,soytuhermana»?Segundosdespués,llegóuncocheazul.Sharonviocómoseabríaunapuerta
ydeéldescendíaunaniñapequeña.¿AquéllaeraDawson?La mirada de Rachel se iluminó. Sonrió y, levantándose, fue hasta la
pequeña.Acontinuación,laabrazó,ledijoalgoylabesó,mientraselcocheazulsemarchaba.Segundosdespués,Rachelylaniñadesaparecíanenelinteriordeledificio.
Sharon se quedó paralizada durante unos segundos y, aterrorizada por nohabersabidoreaccionar,selevantóy,trasdecirleelcamareroqueelcapuchinoestabapagado,saliódelacafeteríaysealejódeallíconpasofirme,decididaairdecomprasparatenerropaycalzadoderepuestoy,después,sefueaunhotel.Noqueríairacasa.
Capítulo26
Esa noche, tras pedir algo de cena, que le subieron a su habitación, Sharonrecordó el pendrive que Manuel le había dado y se lo sacó del bolsillo delpantalón.
Duranteunossegundoslomiró.Abriósuordenador, lopinchóy,segundosdespués,teníafrenteasíunduplicadodelasfotosquehabíavistoeldíaanterior.
Rápidamentecreóunacarpeta,lasguardótodasydurantehoraslasobservómientraspensabaquehabíavistoasuhermana,asusobrina,ysehabíaquedadotanparalizadaquehabíasidoincapazdeacercarseaellas.
Estabapensandoenellocuandosuteléfonosonóy,alverelrostrodeNormaenlapantalla,sonrióycontestó:
—¿Nopuedesvivirsinmí?—Tevoyamatar.Esmás,tevoyadescuartizarencachitos...—¿Porqué?—Acaboderegresardeveramimadre.Alentenderaquéserefería,Sharonresoplóypreguntó,dejandodemirarla
pantalladelordenador:—Telohacontado,¿verdad?—Pero¿cómonomeloibaacontar?PorDios,Sharon,pero...perosimeha
dejadoloca...¡¿Cómonomedijistequeladirecciónquemepedisteeraladetuhermana?!
Sharonsuspiróy,alverasuamigamásexcitadaqueella,repuso:—Tomaaire.Respiray...—NoestásenChicago.Estásaquí,enNuevaYork,¿verdad?¿Dóndenarices
estás?
—Norma...,escúchame.—No,guapa,¡escúchametú!Unbuenratodespués,cuandoconsiguiótranquilizarasuamiga,contarlelo
acontecido y enviarle por correo algunas de las fotos de ella con su hermana,finalmentecalló,yentoncesNormamurmuró:
—Nome lopuedocreer.Te juroque, cuantomásmecuentasymiroesasfotos,mássorprendidamedejas,yencuantoatumadre...
—AdeleCardigannoesmimadre—matizóSharonconrabia—.Tú,mejorquenadie,sabesquealgoenmísiempremelohabíadicho.Esamujernuncamequiso.
—Losé...Losé...—asintióNormarecordandocontristeza.Hablaronlargoytendidodurantemásdeunahorasobreeltema,hastaque
Normavolvióapreguntar:—¿Deverdadnoquieresquevayaadondeestás?—Estoybien.Sólonecesitounpocodedistanciacontodoparaaclararmey...—Peroestássola.¿QuéhacessolasimetienesamíoalbichodeLucy?—Norma,comoseteocurramañanaaparecerporladirecciónquemediste
lavamosatener.SabesqueestoyenNuevaYork,sabesqueestoybien,sóloteestoypidiendounpocodetiempoparaaclararme,¿entendido?
Tratandodeentenderloquesuamigalepedía,Normaafirmó:—Vale...,vale...Permanecieronunossegundosensilencio,yluegoaquéllacuchicheó:—En cuanto al Sosainas, no sabes cuántoooooooooooooooome alegro de
queporfinhayasdecididoacabarconesetío.Notemerece.—Paso...,deesosíquenoquierohablarahora.Deunsietepasóaserunbajo
cero.Esmás,comoimaginoquetumadretehapuestoaldía...—Nolosabestúbien—semofóNorma.Sharonasintióy,recordandoalgo,añadió:—Ahora sólo falta que el puñetero Conrad, del gabinete de prensa, y
Hannibaldejendellamarme.Menudodíameestándandohoyconelteléfono.Normanoreplicóy,trasunsilencio,finalmentemurmuró:—De momento, tranquilízate. Cuando regreses a casa hablamos largo y
tendido,¿vale?—Vale.
—Anteelmenorproblema,medasuntelefonazoyallímetienes.—PorDios,Norma,¡erespeorquetumadre!Ambasrieronporaquello,yentoncesestaúltimapreguntó:—¿Lucifersabealgodeltema?AlpensarensuamigaLucy,Sharonnegóconlacabeza.Laconocía,ysabía
quesetomaríalanoticiaalatremenda,porloquecuchicheó:—No.Yhazelfavordenollamarlaasí.Ambasrierondenuevo,yacontinuaciónSharonpreguntóparacambiarde
tema:—¿CuándoeslasiguientepruebaparalosSWAT?—Todavía no han confirmado día, pero es la semana que viene—repuso
Norma.—¿Ycómolollevas?Ellaresopló.—Pues, teniendoencuentaquehoymismohe tenidounencontronazocon
unadelaspersonasquetendránquevalorarme,creoquefatal.—¿Quéhapasado?—preguntóSharon.Levantándose de la butaca en la que estaba sentada, Norma miró por la
ventanayexplicó:—Noshanavisadopor radiodeunareyertaen laSetentayochoentredos
pandillas y, cuando tenía al tipo esposado y lo estaba metiendo en el cochepatrulla,llegaunlisto,queloconoceránensucasaporqueyonolohabíavistoenmivida, y sin identificarsemediceque él se encargadeldetenido.Yomeniego,élmegrita,yo legrito,élme insulta,yomecagoen todasu familiay,segundos después, nos avisan desde la central de que un tal comisario CaseyMcMurphy, de la Setenta y seis, se llevará a mi detenido porque éste es uninformadorenuncasodenarcotráfico.Y,comotengotantasuerte,eltalCaseyMcMurphyeraeltipoalqueyoacababadellamarsoplagaitas,entremilcosasmás.
—¡Joder!—Endefinitiva,cuandoleheentregadoamidetenidoaaquelidiota,meha
mirado yme ha dicho: «Los SWATno son para ti». ¡Oh,Dios! Te juro que,cuandoheoídoeso,hesentidoganasde...de...
—¿Tehadichoeso?
—Yatedigo,y,bueno...,creoquelacosasemehacomplicado.Molesta,Sharonsiseó:—Peroesetiponopuede...Él...—Sharon,sé loquepuedeono—lacortósuamiga—.Yteaseguroquea
ese tipo y a todos los que piensen como él les voy a demostrar que conmigo,así...,nosejuega.Siellostienenhuevos,yotengo¡ovarios!Ymuygordos.
Ambassonrieronporaquello,yNormaexigió:—Encuantoestésentucasa,llámameynosvemos,¿entendido?—Nolodudes.Cuando colgó,Sharon sonrió.Como siempre, la fuerza y la positividadde
Normalesacabanunasonrisa.
Capítulo27
Así pasaron dos días. Dos días en los que Sharon iba a aquella cafetería,ignoraba las llamadas de Hannibal y su jefe de prensa, se sentaba ante lacristaleray,altiempoqueatendíallamadasdeltrabajo,observabaeledificiodeenfrentesinsercapazdemoverse.
Al tercer día, mientras miraba a través de la cristalera, oyó revuelo a suespalda y, al volverse, se quedó de piedra cuando observó que el ojazos seacercabaaellay,tendiéndolealgo,decía:
—EnestebarrionotodoelmundotieneunbolsooriginaldeLoewe,poreso,cuando entraba y he visto a Barry salir de aquí a toda prisa con uno, deinmediatoheimaginadoquenoerasuyo.¿Aquenomeequivoco?
RápidamenteSharoncogióelbolsoqueélletendía,yélañadió:—Miraquelotengastodo.Abriendoelbolso,Sharoncomprobóque todas suspertenenciasestuvieran
allí y, cuando asintió, él se volvió hacia dos tipos que sujetaban al supuestochorizoydijo:
—Barry, como tevuelva aver cogiendoalgoqueno es tuyo, se lopiensodeciratupadre,yteaseguroquetevasameterenunbuenlío.
Segundos después, aquellos tipos soltaron al muchacho y éste se marchócorriendo.
Alvereso,Sharonsepusoenpie.—¿Porquélosueltas?Deberíamoshaberllamadoalapolicía.Noahasintió.Sindudaellateníarazón,perorespondió:—Noesunmalmuchacho.Andaalgodescarriado,pero...—Peronada,¡esunjodidoladrón!
Noahsesentóasuladoy,aloírla,matizóguiñándoleunojo:—La palabra ladrón le viene grande.Dejémoslo en que es un raterillo de
pocamonta.Además,él...—¿Quieresdejardemirarmeconesosojos?Aloírla,élsonrió.Sabíaqueelcolordesusojosverdes,encontrasteconsupiel,siemprehabía
llamadolaatención,ybajandolavozmurmuró:—Losiento,peronotengootros.Indignada,Sharonsedisponíaacontestarcuandoviollegarelmismocoche
azuldetodaslastardes,peroRachelnohabíasalidoalacalle.Sehabíaconvencidodequeesedíateníaquehablarley,sindecirnada,salió
delacafetería,dejandoaNoahconlapalabraenlaboca.Seguradesudecisión,aunquetemblando,cuandoSharonestuvofueradela
cafetería,sequedóparalizada.DelcochebajabanRachel,otrachica,queibaalvolante,ydosniñas.Sinprisa,Rachelylaotrajovenseapoyaronenlapareddeledificioahablar.
Impacienteporqueaquellaconversaciónacabara,Sharonesperóalotroladodelacalle,peroDawson,quecorríatrassuamiga,hizounrequiebroquelahizosaliralacalzada.
Alverqueuncamióndelaobradellocaldealladodabamarchaatrás,sindudarlo, Sharon corrió hacia la niña. Si no llegaba a tiempo, el camiónatropellaríaalapequeña,yjustocuandolacogíadelamanonotóquealguienlasempujabaconfuerzay,segundosdespués,rodabanporelsuelodelaacera.
Alveraquello,Rachelchillóasustadaycorrióhaciasuhija.Laniñallorabay,cuandoSharonsevolvióamirar,Noahexclamó,asuladoenelsuelo:
—Pero ¡¿te has vuelto loca?!Si no os empujo, os habría atropellado a lasdos.
Angustiada, Sharon no supo qué contestar, y él, levantándose ágilmente,cogióunodeloszapatosdeellaysemofó:
—¿Cenicientahaperdidosuzapato?—¡Vetealcuerno!—gruñóella.Noahsonrióy,agarrándoladelbrazo,lalevantó,peroundolorterribleenla
manoizquierdalahizojadear.—¿Teduelelamuñeca?—preguntóél.
—Sí—afirmóSharonconunamuecadedolor.—Apóyateenmíyveamosquétehashecho—susurróélconcariño.Duranteunossegundos,Sharonpermitióqueeldesconocidotocarasubrazo
ysumuñecaenbuscadelesiones,mientrasseapoyabaenél;entoncesoyóasuizquierda:
—PorDios,¿estáisbien?Allevantarlavista,SharonseencontróconRachel.ConsuhermanaRachel.Por primera vez, ambas se miraban a los ojos y, olvidándose del dolor,
murmuróesbozandounasonrisa:—Sí.Rachel,quehabíavistoloocurrido,seapresuróadecir:—Soyauxiliardeenfermería.Dejaqueveatumano.Noah sequitó rápidamentede enmedioy lasobservó,mientrasSharon se
dejaba hacer. Su hermana la estaba tocando. Rachel estaba frente a ella y nosabíaquédecirle.
El llanto de un niño la sacó de su burbuja y, mirando a la pequeña, quellorabaenbrazosdelaotramamá,preguntó:
—¿Laniñaestábien?Rachelmiróalapequeñayasintió.—Dawson está asustada. De verdad, muchas gracias a los dos. Me he
despistadounsegundo,ysinohubierasidopor...—Tranquila.Nohapasadonada—murmuróNoahparatranquilizarla.Rachelasintióy,alverelbrazodeél,señaló:—Tubrazo...Estásherido.Noahlomiróyseapresuróaresponder:—Estonoesnada.Essólounrasguño.Conunasonrisa,Sharonlomiró.Siellasehubierahechoaquelrasguño,sin
dudaestaríaquejándose;Rachelseñaló:—No tienes la muñeca rota, pero lo mejor es ponerte una venda de
compresión.—Mami...—Lapequeñasollozó.Rachel,más tranquila, se alejó unos pasos de Sharon y fue a abrazar a su
pequeña. La conocíamuy bien y sabía que su niña necesitaba un abrazo conmimos.
Noah sonrió al verlas y, mirando a Sharon, que observaba la escenaconmovida,dijocogiendounzapatodeella:
—Cielo,sientodecirtequeeltacóndeunodetuszapatoshasufridoungravepercance. —Y, al ver el nombre que ponía en la suela roja, preguntó—:¿Tambiénesoriginal?
Traslatensiónvividasegundosantes,ysinpoderremediarlo,Sharonsonrió.Aqueltipo,quelallamabaporunsinfíndenombresridículos,inexplicablementelahacíasonreírenunmomentoasí.
Eneseinstante,Rachelvolvióaacercarseaellos.—Por favor—pidió—, subid ami casa.Allí puedo ponerle a tu novia un
vendajeenlamano.Aloíreso,losdosmiraronaRachely,muydeprisa,Sharonaclaró:—Nosoysunovia.—GraciasaDios,porquenopodríasufragartusgustoscaros—semofóél.Rachelsonrióy,cuandoibaadeciralgo,Noahledevolvióelzapatorotoa
Sharonypreguntódeunamaneraqueaellalepusotodoelvellodepunta:—¿Enserioestásbien,Cenicienta?—Ellaasintió,yélañadió—:Pues,sino
osimporta,osdejo.Algunostenemosquetrabajar.Sharon afirmó con la cabeza, yNoah,mirando a la pequeñaDawson, dijo
mientrassealejaba:—Tienes cara de que te guste el helado de chocolate, ¿verdad?—La niña
asintió,yélañadióguiñándoleunojo—:Elpróximodíaquetevea te invitoaunobiengrande,¡noloolvides!
DenuevoSharonsonrió,yRachel, trasdespedirsedesuamiga,cogióasuhijadelamanoy,mirandoalajovenqueteníafrenteasí,preguntó:
—¿Cómotellamas?—Sharon.Ellasonrió,eindicó:—YosoyRachel,yellaesmihija,Dawson.Emocionada,Sharonsonrió.—Venacasayteatenderé—insistióRachel—.Seráunsegundo.Porcierto,
quéojazosverdesmásimpresionantestienetuamigo.Sin dudarlo, Sharon asintió y, olvidándose de aquél, siguió a su hermana
hastasuapartamento.
Capítulo28
Al entrar en la casa, se oyó música proveniente del fondo, y Rachel pidió,levantandolavoz:
—¡Logan,bajalamúsica!—¿Loganestumarido?—preguntóSharon.Rachelnegóconlacabeza.—Loganeselsordodemihermano.Ellaparpadeó.¿Hermano?¡¿Teníaotrohermano?!Comopudo,asintió,intentandoquenoselenotaraeldesconcierto,yaquélla,
sinserconscientedeloquepensaba,dijo:—Dameunsegundo,Sharon.VoyconDawsonasuhabitaciónyenseguida
regresoparamirarteesamano.Conmocionadaporelnuevodescubrimiento,ellanosemovió.Sequedósola
enelcentrodelpequeñosalóny,retirándoseelpelodelacara,intentócentrarse.Estabaencasadesuhermana,consusobrina...¿ysuhermano?
Tratando de tranquilizarse, miró el zapato roto que sostenía en la mano.¡Vayamalasuerte!Despuésobservóasualrededoryseacercóaunarepisaenlaquehabíafotos.EnellasseveíaaDawsondebebé,aRachelyavariaspersonasmás.¿Seríaunodeésossuhermano?
Estabamirandolasfotoscuandounchicomoreno,deojososcurosygrandesojerasdeunosveintitantosaños,saliódelcuartodelfondoypreguntó:
—¿Ytúeres...?Sorprendidaporelencuentro,quenoesperaba,selecayóelzapatoalsuelo.
Sharonseapresuróacogerloyrespondió,tendiéndolelamano:—Sharon.Eljovensonriómirandosumano.—¿Enserio?Desconcertadaporquenosabíaaquéserefería,ellanosupoquédecir,pero
élindicó:—Cierraelpuño.Después,tusnudillostienenquechocarcontralosmíosy
loacabamosconunligerorocedelaspuntasdenuestrosdedos.¡Vamos,hazlo!Siguiendo las instrucciones, Sharon hizo lo que le pedía con su mano
izquierda, pero, como le dolía, prefirió usar la derecha. Tras hacer aquel rarosaludoporprimeravezensuvida,elchicoafirmó:
—Esoes.Asínossaludamosloscolegas.Porcierto,soyLogan.Conmocionada,ellaasintióy,comopudo,preguntó:—¿Elqueseestáquedandosordo?Élsonrióaloírlaycuchicheó,guiñándoleunojo:—La sargento primero Rachel es muy exagerada. Además, entre tú y yo,
¡escuchar a la preciosidad de Alicia Keys sin subir el volumen deberíaconsiderarsepecadomortal!
Sharonsonrió.Aellatambiénlegustabaaquellacantante,ycomentó:—MeencantasucanciónFallin’.—MipreferidaesIfIAin’tGotYou—afirmóél.—Muychula.—Increíble,colega—afirmó,poniendodenuevoelpuñocerradoanteella,
queenseguidasupoquéhacer—.Aprendesrápido.¡Megustas!Desconcertada,Sharonasintió.Enelcírculodegenteenelqueellasemovía,
aquelsaludoeradeltodoinviable,eintentandonoparecerrematadamentetonta,comentó:
—ViaAliciaKeysenconciertoenNuevaYork.—¿Lahasvistoenconcierto?—preguntóélabriendomucholosojos.Sharon asintió. La vio y la conoció en persona gracias a los contactos de
Lucy,perosinquererdarmásinformacióndelanecesaria,selimitóaafirmar:—Sí.Rápidamente Logan la invitó a sentarse y, viendo cómo Sharon dejaba el
zapatosobrelamesa,preguntó:
—¿Estanguapaenpersonacomoloesatravésdelordenadorylasportadasdesusdiscos?
—Más.Élsonrió,sellevólasmanosalacabezayexclamó:—Losabía.Losabía.¿Yessimpática?—Sharonasintió,yLogan,cerrando
losojos,cuchicheó—:Amoaesamujer,yestoyconvencidodeltododequesimeconociera,yoseríaelamordesuvida.
Oír eso hizo sonreír a Sharon; Rachel apareció en la habitación con algoentrelasmanosy,deteniéndose,preguntó:
—Nomedigasqueestáshablandodequienimagino...Logansonrióysellevólamanoalcorazóncongestocansado.—Eselamordemivida,¿cómonovoyahablardeella?Rachelsuspiróy,cuandoibaapresentarleaSharon,suhermanodijo:—Yanoshemospresentado.—¡Estupendo! —afirmó ella y, revolviendo su oscuro pelo con cariño,
preguntó—:¿Estás...?—Sí—respondióantesdequeterminaralafrase.—¿Seguro?Loganseencogiódehombrosyrepitió:—Sí.Tranquila.Acontinuación,RachelsesentófrenteaSharonylemostróloquellevaba
enlasmanos.—Tedaré estapomadaen lamuñecay luego tepondré estavenda.Sives
quedentrodeunosdíasnomejoras,tendrásqueiratumédico.—Deacuerdo.—¿Quéhaocurrido?—preguntóLoganmirandoelzapato.SharonyRachelintercambiaronunamiradaylasegundamusitósuspirando:—Sharon y uno de los trabajadores de la obra de al lado han evitado que
Dawsontuvieraunaccidente,peroellasehahechodañoenlamuñeca.—HizounapausayluegoañadiómirandoaSharonconcomplicidad—:Pero,tranquilo,quenilosuyonilodeDawsonesparapreocuparse.
Logan abrió la boca para seguir preguntando, pero la puerta de la calle seabrióy,trasoírunospasosrápidosqueseacercabanalsalón,unajovencitaconlosmismosojosqueLoganyunacarapreciosapreguntó:
—¿QuélehapasadoaDawson?¿Estábien?MehadichomiamigaRondaque casi le pasa por encima un camión, ¿es cierto? ¿Cómo estámi niña, porDios?
—Joder...,¿yesonoesparapreocuparse?—protestóLogan.Rachelmaldijo.Loúltimoquenecesitabasuhermanoeranpreocupaciones;
mirando a la recién llegada, cuchicheó mientras observaba cómo su hermanacogíaelzapatorotodelamesaparacontemplarlo.
—Britt, ella es Sharon. Sharon, la alarmista que acaba de entrar es mihermanaBritt.
Sharonjadeó.¡¿Otrahermana?!Y, al ver cómo la recién llegada lamiraba, intentó reponerse de la nueva
sorpresaylevantóelpuñohaciaellaamododesaludó.—Encantada,Britt.La joven, que llevaba el uniformedeuna cadenadehamburgueseríasmuy
conocida,protestóalversugesto:—¿Desdecuándounaseñoritadeuñasperfectas,zapatosdeJimmyChooy
bolsodeLoewesaludacomounapandilleradebarrio?Sharon,confundida,parpadeóybajóelpuño.Logansonrióalversugesto,
mientrasqueRachelgruñóhorrorizada:—Britt,porfavor.Laaludidaibaadarselavuelta,cuandoRacheldijoalverentraraDawson
enelsalón:—Britt,hoytengoturnodenocheenelhospital.—¡¿Otravez?!Perosilotuvisteanoche.—Losé—afirmóRachelconpesar.—¿Enquéhospitaltrabajas?—preguntóSharoncuriosa.—EnelBellevue.Sharon asintió, sabía dónde estaba; Rachel miró a su hermana pequeña e
insistió:—Britt,mehasalidounaguardia,ysabes tanbiencomoyoquenopuedo
desaprovecharla.Porloque,sinoesmuchamolestiaparasumajestad,seríadeagradecerquehicierasalgodecenay...
—Imposible—respondióella—.Hequedadoparamaquillaraunasamigasdemisamigas.Mevanapagarydespuéssaldremosatomaralgo.
Rachelsuspiró.—Noquieroqueregresestardeacasa,¿entendido?Brittmaldijo,suhermanasemetíademasiadoensuvida,yreplicó:—Quépesaditaeres,¿no?Rachelasintió.Algoleocurríaasuhermanaynosabíaelqué.—Pero¿quétepasaúltimamente,Britt?—preguntó.Laaludidalamiróycuchicheóparpadeando:—Nada.Rachel,quelaconocíaperfectamente,laapuntóconundedo.—Algo tepasa, ¡losé!Yyapuedescontármeloantesdequeyomeentere
porotroladoydiscutamos.—Noempecemos,Rachel,porfavor—sequejóaquélladesviandolamirada.Luegoambassemiraronalosojos.Estabaclaroquealgoocurría;entonces
Logan,queyaconocíaalasdosfierasdesushermanas,dijoparaapaciguarlas:—Tranquila,Rachel.Dawsonyyonosapañamossolos.—Y,cogiendoala
pequeña,laabrazóypreguntó—:¿Quéprefieres?,¿pastaoarrozdeltío?—¡Espaguetis!—aplaudiólaniña.—¡Solucionado!—indicóBrittaloírasusobrina.Perocuandofueadarsedenuevolavuelta,Rachelselevantó,lacogiódel
brazoypidió:—Britt,porfavor.Noregresesmuytarde.—¡PorDios,quépesada!Rachel,queyatengoveinteaños.¿Cuándotevasa
darcuentadequeyanosoyunbebé?Rachelmaldijo.Sushermanosseríaneternamentesuresponsabilidad,quería
quefueranporelbuencamino,algoqueconLogansiemprehabíaconseguido,peroqueconBritteracomplicado.
—Sé la edadque tienesyquenoeresunbebé—respondió, intentandonoperderlosnervios—,peromepreocupoporti.¿Acasoestandifícilentenderlo?
Brittsuspiró.Suhermanateníarazón,perosinquererdarsubrazoatorcer,ibaarespondercuandoRachelinsistió:
—EstaríabienquetequedarasyayudarasaLoganparavariar.Lajovenmaldijoy,enfurruñándose,gruñó:—Rachel,Loganestábien...,¿noloves?Azorada,lajovensedisponíaacontestarcuandolapuertadelacasaseabrió
de nuevo y, segundos después, entró unamujer con gesto descompuesto, quegritó:
—¡¿QuélehapasadoaDawson?!Boquiabierta,Sharonlamiró.Aquéllaeralamujerdelasfotos.EraGina.Sin percatarse de su presencia, ésta corrió hasta la niña y, abrazándola,
murmuró:—SantísimoCristodelbuenpoderydetodoslossantos...¿Quétehapasado,
mibebé?¿Quéhaocurrido?—Tranquila,Gina.¿Novesqueestábien?—afirmóRachel.—¿Loves?—contestóBritt—.Tehasalarmadocomoyo,quehevenidosin
cambiarmederopadesdeeltrabajo.—Por Dios, ¡qué susto! ¡Qué susto! —insistió Gina, besuqueando a la
chiquilla.Logan, que estaba junto a Sharon, la miró y cuchicheó, encogiéndose de
hombros:—Vivircontantamujeresloquetiene,queyoyanimeinmuto.MientrasSharonseguíadesconcertadaportodoloqueseestabaencontrando
aquellatarde,depronto,susojosylosdeGinaseencontraron.Esamirada,susojosylaturbaciónquevioenelloslerecordaronalosdesu
padre cuando StevenWhitaker se presentó en su casa, lo que hizo entender aSharonquelamujerlahabíareconocido.
AlvereldesconciertodeGina,sinentenderquélepasaba,Rachelinsistió:—Gina,todoestábien.¿NovesaDawson?¿Quéteocurre?Lamujer sepasóunamano temblorosaporelpelo,yRachel, alvercómo
mirabaaSharon,preguntó:—¿Osconocéis?Ambas se apresuraron anegar con la cabeza, y luegoRachel dijo conuna
sonrisa:—Gina, ella es Sharon, la persona que ha evitado el desastre que te han
contado.Sharon,ellaesGina,nuestratía.Aclarándoselavoz,lareciénllegadaintentósonreírapesardelcolapsoque
habíasentidoalencontrárselaallíy,tendiéndolelamano,lasaludó:—Unplacerconocerte...,Sharon.
—Elplaceresmío,Gina—afirmóellacogiéndolelamanocondecisión.Tras un incómodo silencio, Britt, que había observado como todos la
presentación,preguntó:—Gina,¿tepasaalgo?Lamujernegóconlacabeza,yRachelinsistió:—Laverdadesqueestásalgopálida.ReponiéndosedelasorpresainicialdeveraSharonallí,Ginacontestó:—Habrásidoelsusto.Voyabeberagua.—Yyovoyacambiarmederopa,quehequedado.—¡Britt!—protestóRachel.Perolachica,sinmiraratrás,prosiguiósucamino.Teníaplanesynadaselos
ibaacambiar.—¿Teapetecetomaralgo?—preguntóRacheldirigiéndoseaSharon.Ellanosupoquécontestar.Porun lado,queríaquedarseallí,peroporotro
necesitabasalir,tomarairefrescoydigerirtodoloquesehabíaencontrado.Porello,yconscientedequeseríamejorlosegundo,respondió:
—Teloagradezco,perotengoquemarcharme.Rachelasintióy,cogiendoelzapatorotodeaquélla,dijo:—Tedejaréunoszapatos.—No.Nohacefalta.Pero,seguradeloquedecía,Rachelafirmó:—Porsupuestoquesí.Nopuedesirporlacallesinuntacón.¿Quénúmero
depieusas?Conscientedequeteníaqueaceptarsuofrecimiento,Sharonindicó:—Tengoelpieunpocogrande.Usoelnueve.—¡Comoyo!—afirmósonriendoRachel—.Dameunsegundo.Cuando desapareció del salón, Gina, que acababa de beber agua, pidió
mirandoaLogan:—PorDios,hijo.¿Quieresirybajarlamúsica?Sí,yaséquecantaAlicia,el
amordetuvida,peroestamoshablandoagritos.Él se levantó divertido, le dio un beso aGina y desapareció por el pasillo
seguidodeDawson,yenesemomentoSharonmiróaGina.Lehabríagustadohacerlemilpreguntas,milconfesiones,peroBritt,quesehabíacambiadoenuntiempo récord, entró de nuevo en escena y, al ver que no estaba Rachel, se
apresuróadecir:—Encantada,Sharon.Gina,mevoy.Díseloalasargento.—Britt—gruñólamujer.Peroaquélladesapareció.De nuevo, Gina y Sharon se miraron, necesitaban hablarse, pero Rachel,
entrandoconunpardezapatosenlamano,preguntó:—¿SehamarchadoBritt?—Ginaasintió—.Malditaniña...—Y,suspirando,
indicómirandoaSharon—:Creoqueestoszapatosnegrostevalen,¿verdad?Ellaasintió.Aunquehubieransidoverdesdelunaresseloshabríapuestoy,
cuandoseloscolocó,dijomientrascogíasubolso:—Muchasgraciasportuamabilidad.—No,porDios, ¡graciasa ti!—Rachel sonrióy, acercándosea ella ledio
dos besos en lasmejillas e indicó, apuntando algo en un papel—: Éste esmiteléfono,cuandoquierastomartealgoyasabesdóndeestamos.
—Pasaré otro día a devolverte los zapatos. Despídeme de Logan y deDawson.
—¡Porsupuesto!—afirmóRachel.Desconcertada, Sharon se encaminaba hacia la puerta, cuando oyó aGina
decir:—Aprovechoymevoyconella.Quieropasarporelsúperantesdeiracasa.UnavezqueGinasedespidiódeRachel,seacercóaSharony,ensilencio,
ambas bajaron los tres pisos del edificio. En cuanto llegaron a la calle,caminaron unos metros y, cuando se hubieron alejado del portal, ambas semiraronfijamente,hastaqueSharonhablóalfin:
—Sabesquiénsoy,¿verdad?Gina asintió. Y, sin poder retener sus impulsos, la abrazó y, cerrando los
ojos,murmurócomosilefueralavidaenello:—Sharon,miniña...Trastocada, y sin saber qué hacer, la joven se dejó abrazar por aquella
desconocida,hastaquelaoyódecir:—Sientomucho...mucholoqueleocurrióaBranon.Sharonasintióy, comosi algoexplotaraensu interior, se separódeellay
dijo:—Tengoquemarcharme.Ginalamiróalosojos.
—Podemoshablar,Sharon.Ellaasintió,losabía,peronecesitabatomarelaire,yrepuso:—Tengoqueirme.Y, sinmás, diomediavuelta y echó a andar conpaso rápidohasta que se
detuvo, levantó lamanoy paró un taxi.Antes demontarse,miró hacia dondehabíadejadoaGinayvioquelamujerseguíaallí,mirándola.Observándola.
—¿Yatevas,Cenicienta?—oyódepronto.Al levantar lavista se encontróconNoah, con sucascoamarillopuesto, a
dosmetrosdeella.Élseleacercóconsucaracterísticasonrisaypreguntóalversugesto:
—¿Estásbien?Sinsaberrealmentecómoestaba,Sharonsubióaltaxiy,sinmirarlo,gruñó:—Niqueatiteimportaracómoestoy.—Ehhh...¿Quéteocurre?Molesta, alterada y pasmada, Sharon miró a aquel tipo, con el que no le
apetecíabromear,ysiseócongestofrío:—¿Teimportaríadejardemolestarmedeunasantavez?Cerródeunportazoyeltaxiarrancó.Aloírla,Noahdiomediavueltayentróenellocaldondeestabatrabajando
consucuadrilla.Una hora después, Sharon saludaba a su perraPipa y, sin saber cómo se
sentíaenrealidad,tomabaasientoensusofá.
Capítulo29
Aprimerahoradelamañanadellunes,yapesardetodoloquelerondabaporlacabeza,SharonsehallabaenelbufetesolucionandoproblemascuandoSusan,lanueva abogada, entró en su despacho y dijo, acercándose con su ordenadorportátilllenodeflorecitas:
—Tengoqueenseñartealgo.—Susan,estoytrabajando—protestó.Peroaquélla,sindetenerse,lamiróeinsistió:—Losé.Peroteaseguroquequerrásverlo.Y,plantándoseasulado,buscóunvídeoenYouTube.—Hansubidoestoalared—dijo.Sin entender de qué podía tratarse, Sharon se fijó en las imágenes y, de
pronto,parpadeó.Estabanhablandodeellaydeloscasosfallidosdelbufete.—Pero¡¿quéesesto?!—exclamó.Susannorespondióy,cuandoelhorriblevídeoenelquesehablabademala
gestiónenelbufeteacabó,Sharonpreguntó:—¿Dedóndenariceshasalidoeso?—Meloacabadeenviarunamigo—respondióSusan.—Pero... pero eso nos desacredita como bufete —murmuró Sharon
desconcertada.Al ver el aturdimiento de su jefa, sin saber realmente qué decir, Susan
comprobólafuenteyanunció:—AquídicequeelvídeolocolgóGansoVerderón.¿Loconoces?Sharonpensóenaquelnombre.¿Dóndelohabíaoídoantes?
Y,alrecordarunaconversacióndeStevenWhitakeryeljefedeprensadesuhijoenunacena,musitó:
—Creo que sé de dónde proviene ese vídeo —y, mirándola, añadió—:Puedesmarcharte.Gracias.
Alversudesconcierto,Susannodijomásy,dándoselavuelta,salióconsuportátil,momentoenelqueSharonasiósuteléfonofuriosayllamóaHannibal.Éstenoselocogió.
Levantándose,volvióamarcarelnúmerodeaquél.Siguiósincogerlo.Llamó entonces a Steven Whitaker. Tampoco se lo cogió, y finalmente
marcóelteléfonodeljefedeprensadesuexy,cuandoélcontestó,siseó:—¡Sois unos hijos de la gran puta! Ya podéis estar quitando el puñetero
vídeo.El jefe deprensa, que estaba junto aHannibal y supadre en sudespacho,
sonrióylasaludóconectandoelmanoslibres:—Hola,Sharon.Quéalegríaoírtuvoz.—Déjatedetonterías,Conrad,ynomecabreesmás.—¿Enquépuedoayudarte,Sharon?—Sabesmuybienporquéllamo.¡PásameconHannibal!—¿Ahoraquiereshablarconél?—oyóquedecíaStevenWhitaker.Esa voz, que tanto despreciaba, hizo que a Sharon se le revolviera el
estómago,ysiseó:—QuierohablarconHannibal.ConradyStevensemirarony,trasdarsuvistobuenoaljoven,ésteempezóa
decir:—Sharon...Aloírlavozdeaquél,ellacerrólosojos.—Nuncaimaginéquepermitiríasalgoasí.Hannibalasintió,éltampocolohabríaimaginado,pero,trasintercambiaruna
mirada con su padre, que estaba a su lado, dijo recordando lo que habíanhablado:
—Retiraréelvídeosimeacompañasalacenadeestanoche.Aúnnolehedichonadaalaprensay...
—Pero¿tehasvueltoloco?—Sharon —insistió—. Es una cena importante y necesito que estés allí.
Sabes tan bien como yo que llevamos planeando esto desde hacemeses y nopuedesfallarme.
Lajovenmaldijo.Ellaeramuyconscientedelaimportanciadeaquellacenapara su campaña por la Fiscalía del Estado y,mirando el vídeo que subía devisitasporsegundos,preguntó:
—¿Cómohaspodidohaceresto?—Nolohahechoél.Lohehechoyo—aclaróStevenWhitaker.La rabia que sentía por él, por lo que había leído en los cuadernos de su
padre,seestabamultiplicandopormilacadasegundoquepasaba.—¿Quésepuedeesperardeunamalapersona?—siseó.LarisadeStevenWhitakernotardóenllegar,peroentoncesHannibaltrató
deintervenir:—Sharon,escucha...—No—locortósupadre—.Éstamevaaescucharamíymevaabesarel
culocuandoyolodiga.Novoyaconsentirqueechesportierratodoeltrabajoque llevo haciendo por mi hijo. Hannibal será fiscal general de Nueva Yorkporque lodigoyo.Y, si para eso te necesito, te utilizaré al tiempoquebajaréesoshumosquetienes.¿Mehasentendido?Portanto,yapuedesasistiralacenayponer tumejorsonrisaante losmediosdecomunicacióno teaseguroque lovasalamentar.
OíresoaSharonlarepugnó.Aquelhombreutilizabaatodoelqueestabaasu alrededor a su antojo, sin importarle si era suhijo o no, pero cuando iba aresponder,oyódeciraHannibal:
—Papá,porfavor,cállateysaldeldespacho.Sinabrirlaboca,oyócómoseenfrentabaasupadreporprimeravezdesde
queloconocía.Sedijeroncosasdurasy,trasoírunportazo,Hannibaldijo:—Sharon,estamossolos.Sólopuedodecirtequelosiento.—Tupadreesundesgraciado,¿losabías?—Sharon,esmipadre...FuriosaconélyconSteven,ellainsistió:—Meda igual quién sea. ¿Cómo le consientesquehaga loquehahecho?
¿Cómoconsientesquemechantajee?Hannibalnocontestóasupreguntay,sinquerermirarasupadre,aConrady
al informático, que estaban fuera del despacho observándolo a través de la
cristalera,añadió:—Séquenoestánbienmuchascosasdelasquehagooconsiento,pero,por
favor,hazestopormí.Tenecesitoenesacena.Porfavor,Sharon.Porfavor.La joven lo pensó. Odiaba dar su brazo a torcer, pero, consciente de que
Hannibaleraunapiezamáseneltablerodeajedrezdesupadre,declaró:—Iréaesacena,perohazdesapareceresepuñeterovídeoahoramismo.—Ahora mismo—repitió Hannibal dando la orden al informático, que lo
observaba.Trasunincómodosilencio,Sharonsentenció:—Siestovuelveaocurrir,prepárate,porquepienso ircontra tiycontra tu
padrecontodalaartilleríapesada,sinimportarmeaquiénmellevepordelante,¿entendido?
Hannibal asintió y, haciendo el gesto de la victoria a quienes lomiraban,dijo:
—Alasochopasoabuscarte.Sindespedirse,Sharoncolgóelteléfonomuyenfadada.Pero¿conquéclasedepelelehabíaestadosaliendo?Dosminutosdespués,elvídeohabíadesaparecidoyadelared.
Capítulo30
LacenadefindecampañafueunsuplicioparaSharon,aunque,paraapoyaraHannibal,intentósonreírantelaprensa.
No obstante, sonreír teniendo al monstruo de Steven Whitaker cerca eracomplicado,tremendamentecomplicado,ymássabiendoloquesabíadeaquellamalísimapersona.
Sinpoderhacernada, fue testigodecómoaquelmalhombresepavoneabaantetodoseinclusoseacercabaaellayexigíaquelosfotografiasenconlamejordesussonrisas.EstabamásqueclaroqueparaStevenlaprensayelquédiráneralomásimportante.
LosasistentessepreocuparonporlavendaqueSharonllevabaenlamuñeca.Todoslepreguntaronporlosucedidoyellamintióatodos.Nopodíacontarleslaverdad.
Cuando terminó la cena, en la que apenas si pudo probar bocado por loincómoda que se encontraba, todos pasaron a un salón colindante, donde unaorquesta de swing comenzó a tocar música y, con gesto serio, observó a susexsuegrossaliralapistaabailar.
VeraStevenypensarentodoloquesupadrelehabíacontadoatravésdeaquelloscuadernos laasqueó.Aquelmonstruoqueallí semostrabacomosiélmismofueraaserelpróximofiscalgeneraldelEstadoeralapeorpersonaquehabía conocido en su vida, y de pronto sintió pena por Winona, Hannibal ySandy.Sinduda,asulado,susvidasnodebíandesermuyfáciles.
AlmirarhaciaHannibalyverlohablandoconunosperiodistas,seencaminóhacia la barra para pedir una copa, pero entonces vio a Sandy, la hermanapequeñadeHannibal,sentadaaunamesadelfondo.
Esa noche era la primera vez que coincidía con ella y, acercándose, lepreguntó:
—¿Aburrida?Sandy, que vivía en Francia pero había acudido expresamente para aquel
acto,asintió.—Odioestaspamplinas.Sharonsonrió,ella tambiénlasodiaba,peroentoncessesorprendióaloírla
preguntar:—¿Quétehapasadoenlamuñeca?Mirándose el vendaje que le había puesto su recién aparecida hermana,
sonriósinpoderevitarloydeclaró:—Unacaídatonta.Sandyasintióy,sinapartarsumiradadeella,preguntó:—¿Quéhacesaquí?Sinentenderlapregunta,Sharonlamiró,ylajoven,bajandolavoz,aclaró:—Séloocurridoentretúymihermano.—¿TelohacontadoHannibal?—preguntóSharonsorprendida.Sandynegóconlacabeza.—Oíamipadreyamihermanodiscutir.Sharonasintióy,comopudo,respondió:—EstoyaquíporquecreoqueestoesimportanteparaHannibaly,aunqueno
locreas,letengocariño.Uncamarerodejófrenteaellasunascopasdechampány, trasunsilencio,
Sandycogióunaydijomirándola:—Meapenaquemihermanosealamarionetatontademipadre.Sharonasintió.Almenosnoeralaúnicaqueteníaesapercepción.—Es una pena, porque creo que Hannibal podría ser un excelente fiscal
general.—Yotambiénlocreo,peroconmipadreasuladonuncaseráfeliz.EsolellamólaatenciónaSharon,pero,noqueriendoahondarenalgoqueya
noleincumbía,preguntó:—¿EnquépartedeFranciavives?—EnunpreciosopueblomedievalllamadoEze,¿loconoces?—No.
Sandysonrió.—Puesestásinvitadacuandoquieras.—Gracias.—Sharonsonrió.Ambasbebierondesuscopas,yluegoSandyañadió:—¿Nomepreguntasporquévivotanlejosdemifamilia?Sharonlamirósinresponderyaquéllaprosiguió:—Larealidadesquenosoportoamipadre.SermujerenlafamiliaWhitaker
esserunceroalaizquierda,ymássiencimasalesrebeldeyteniegasacumplirsusexpectativas.
Aloíreso,Sharonparpadeóyaquéllacontinuó:—Loquenoentiendoescómomimadreaúnsigueconél.Conesehombre
repugnantequesólolehadadounamalavida.A cada instante más sorprendida por las cosas que la joven decía, tan
diferentesdelasqueleoíaaHannibal,Sharonmurmuró:—Sandy...,sientoque...—Miodiosopadre,ésealquetodosbesanelculoyquesevanagloriadeser
unestupendopadreymarido,pretendíacasarmeconJoshKoswan,¿loconoces?—¿Josh Koswan? ¿El dueño del bufete Koswan, que tiene la edad de tu
padre?—El mismo —afirmó Sandy y, mirando hacia donde su progenitor reía
mientrascharlabaconunjuez,añadió—:Peromerebelé,lodejéenevidencia,yesopapánuncame loperdonó,parami suerte.Yentoncesmemarché lomáslejosquepudedeél,apesardeloquequieroamimadre,porqueodiotodoloquetengaqueverconelapellidoWhitaker.Todosiempreessucio,muysucio.
Sharonagarrósumano,yésta,apretándosela,dijocogiendofuerzas:—En Francia conocí a Félix. Vivimos juntos simplemente porque nos
queremos y somos felices, aunque, como es lógico, mi padre lo desapruebaporquesóloesunconserjeenuncolegio.
—¿Ytumadre?SandymiróhaciadondeestabaWinona,sonrióyafirmó:—Ellaestáfelizpormí.Lajovensonrióy,cuandoibaadeciralgo,aquéllamusitó:—Losientopormihermano,peroaléjatedeélydemipadre.Amipadrele
daigualmihermano, ledas igual tú,mimadreoquiensea.Élsóloambiciona
poderysumisióndequieneslorodean,ytú,comoyo,noencajamosensuvida.Sorprendida, Sharon dio un trago a su copa, y aquélla, bajando la voz,
cuchicheó:—Quiero ami hermano. Lo adoro por quien es, y no por lo que pretende
hacercreeratodosqueesporculpademipadre.Llena de curiosidad, Sharon la escuchó. ¿Por qué decía aquello? Pero,
cuandoibaapreguntar,Grace,latíadeHannibal,seacercóaellasacompañadadeotramujer.
—Sharon,querida—dijo—.Toma,guardaentubolsoelrelojdemisobrino.Seleharotolacorreayelmíoesdemasiadopequeño.
Sindudarlo,ellacogióelrelojqueGraceletendíayquetantolegustabaasuex.Alguardarlo,sefijóenqueporlapartededentrodelmismohabíagrabadasdosiniciales:«S.S.»,pero,sinpensarennadamás,loguardóensubonitobolsodeCartier.
—Sharon,Sandy,ospresentoaOliviaBennett—dijoGraceacontinuación—. Es organizadora de bodas y, tras hablar con ella sobre el maravillosoacontecimientoqueviviremosdentrodeunosmeses,mehacomentadoquetieneunaexcelentefincaa lasafuerasdeNuevaYorkdondecelebrarvuestrabonitaboda.¿Quéteparece?
Sharon parpadeó. Aquello estaba fuera de lugar, y Sandy, al ver sudesconcierto,seapresuróaintervenir:
—TíaGrace,nocreoqueSharonquierahablardebodasenesteinstante—Pero¡¿quéhaymásdivertidoqueunaboda?!—replicólamujer.Aloíreso,Sharonintentómantenerlaexpresióny,mirandoaGraceyalatal
Olivia,saludóconunasonrisa.—Encantadadeconocerte,Olivia.Y,Grace,creoquetodavíaesprontopara
comenzaraplanearlaboda.La mujer, que llevaba unas perlas enormes alrededor del cuello, sonrió y
dijo:—Nuncaesprontoparaplaneareldíamásbonitodetuvida,querida.—Esomismolehedichoyoeninfinidaddeocasiones—insistióGrace.Sharonlasmiró.Aquelloeraunaencerronaentodareglay,levantándose,sin
importarleloquepensarandeella,dijotrasverqueSandyleguiñabaunojo:—Disculpadme.Hannibalmellama.
Una vez que se alejó de aquéllas con el pulso a doscientosmil por hora,buscó entre los asistentes a su ex y, en cuanto lo localizó, se acercó a él. Acontinuación,sinimportarleloquepensara,loasiódelamanoydijollevándolohastalapista:
—Vamosabailar.Cuandoestuvieronallí,comenzaronamoversealcompásdelamúsicaswing
quesonaba,ySharonsiseó:—Noséquénariceshagoaquí.Consciente del esfuerzo que aquélla estaba haciendo, Hannibal respondió
mirandosuvendaje:—Ayudarme,ynosabescuántoteloagradezco.Oír esa declaración tan sincera hizo que ella lo mirara, y, suspirando,
murmuró:—Tejuroquecomotutíamevuelvaahablardelabodalavamosatener.Hannibalsonrióeindicó,aspirandosuagradablearoma:—Losiento.Sientotodoloqueestápasando.OíresaspalabrasyversumiradalehicieronsaberaSharonqueHannibalera
sincero,eibaadecirlealgocuandounodelosmuchosperiodistasqueestabancubriendo el evento se acercó a la pareja para pedirles una foto y ellos,sonriendo,accedieronaposar.
Encuantoelhombresemarchóyretomaronelbaile,Sharonmurmuró:—Novoyavolverapasarporesto.—Loentiendo.—Medaigualtupadre,laprensaoelquédirán.Peroquieroqueapartirde
mañana,enloreferenteanosotros,todoquedeclaritoporquedeseoretomarmivida.¿Mehasentendido?
—Chisss...,calla.Tepuedenoír.—Hannibal...—Porfavor.Aquíno.—Hannibal,¡joder!—Sharon,quedanapenasdossemanasparalaselecciones.Porfavor.Conscientedecuántosejugabaélenaquellacena,lajovenresoplóy,cuando
vioaStevenaproximarseaellos,seapresuróadecir:—Quenosemeacerque,porquenorespondo.
Hannibalmiróasupadreyconungestoleindicóquenoseacercaraaellos,peroStevenWhitakernoaceptabaórdenesdenadie,ymenosdesuhijo.
Dispuestaasalirseconlasuya,yguiandolospasosdeHannibalenelbaile,Sharonlollevóhastaunextremodelsalón,justopordondesalíanloscamarerosconlasbandejasllenasdecopasdechampán.Y,cuandoStevenseacercóaellospara pedirle un baile, con un rápido movimiento y sin soltar a Hannibal,consiguió tirarle encima una enorme bandeja repleta de copas, dejándolopringadodechampándepiesacabeza.
Tan consciente como su padre de lo que Sharon había hecho,Hannibal lamiró,yellaafirmóparpadeando:
—Elculoyamelobesaráotrodía.—Sharon,porDios—murmuróél,evitandosonreír,mientrassutíaGracese
acercabapreocupadaaayudarlo.Doshorasdespués,cuandolafiestaacabó,HanniballlevóaSharonhastasu
casaensupropiocoche.Unavezquehuboparadoelvehículofrentealportal,lamiróydijo,impacientepormarcharse:
—Bueno...—Hannibal,estoseacabó,¿mehasentendido?Élasintióy,singanasdeentrarenconflictos,afirmó:—Seguimosencontacto,¿deacuerdo?Ellaafirmóconlacabezay,conuncastobesoenlamejilla,sedespidióde
él.Tras una sincera sonrisa, se bajó del coche y, cuando él arrancó, la joven
recordóque llevaba su reloj enelbolso.Lo llamó,peroélno laoyóy, alverpasar un taxi, decidió pararlo e ir trasHannibal.No vivía demasiado lejos deella,selodaríayluegoregresaríacaminando.
Pero el coche de aquél no paró donde tenía que parar, y Sharon, dandoinstrucciones al taxista, le indicó que no se detuviera y siguiera al coche azuloscuro.
Durante un rato callejearon por las calles de Nueva York, hasta quefinalmenteelcochedeHannibalsemetióenelparkingprivadodeunedificio.
Sharonordenópararaltaxistaysesorprendióalleer:LAFAYETTE,70.¿Noeraésaladirecciónquehabíarecibidoenlaoficina?Conscientedequepocomáspodíahacer,ordenóaltaxistaquelallevaraasu
casa,mientrasescribíaaWillSomervilleylepedíaqueinvestigaraconquiénseveíaHannibalenLafayette,70.
Capítulo31
Al día siguiente, a primera hora de la mañana, cuando Sharon entró en sudespacho, su secretaria, que no sabía que había roto con Hannibal, comentómirándola:
—Tunovioestabamuyguapoenlacenadeanoche.Sharoncogióelperiódicoqueaquéllaletendíay,sinsacarladesuerror,al
verunafotodesuexydesupadre,afirmó:—Hannibalesmuyguapo.Singanasde leerelartículo, semiróel relojy,cogiendounascarpetas, se
encaminóhacialosjuzgados.Teníaunavistapreliminar.Treshorasdespués,cuandoregresóalaoficina,Cristian,alverla,sedirigió
haciaellaypidió,mirándolaconseriedad:—Pasemosatudespacho.Alversuexpresión,Sharonsealarmó.Unavezqueentraronycerraron la
puerta,élcomenzóadecir:—Sharon...—¿Quéocurre?¿Quépasa?Cristiansuspiró.—LoshermanosKidmannosdejan.Sharon cerró los ojos y comenzó a temblar. Aquellas cuentas eran
tremendamenteimportantesparaelbufetey,cuandolosabriódenuevo,susurró:—Dimeelmotivo.Cristianvolvióasuspirar.—Notevaagustar.—¿Conquiénsevan?
—Notevaagustar.—¿Conquién?—insistióella.—ConWhitaker&Associates.—¡¿Qué?!—gritósorprendida.Boquiabiertayalucinada, escuchó loqueCristian lecontabaal respectoy,
cuandonopudomás,cogiósumóvil,marcóelteléfonodelhombrequeodiabay,aloírsuvoz,siseódispuestaatodo:
—Simeestabasbuscando,yamehasencontrado,malditocabrón.—Sharon...,quéalegríaoírtuvoz—semofóél.—Yonisoymipadre,nitengosupaciencia.Nojueguesconmigoyconmi
empresaoteaseguroquevasatenerproblemas—siseólajoven.LarisotadadeStevenlaaceleró,ymáscuandolooyódecir:—NadiedejaaunWhitakersinpagarlo.Tenloclaro.Y,sinmás,aquellamalapersonacortólacomunicación.Sharoncontóhasta
diez.Elodioporaqueltipocrecíaycrecía;entonces,mirandoaundescolocadoCristian,preguntó:
—¿Cuándovencensuscontratos?—Dentrodemesymedio.Sharon asintió y, consciente de que necesitaba encontrar unas cuentas con
tantopodercomoaquéllasparasostenerlaempresa,indicó:—Esto es muy preocupante. Esas cuentas eran muy importantes para
nosotros.—Losé—afirmóCristian,tanintranquilocomoella.Estuvieronunossegundosensilencio,hastaqueSharonpreguntó:—¿HablasteconKasandra,deinformática?—Sí. Ha hecho un barrido en todo el sistema de la empresa y estamos
limpios.—De acuerdo. Hablaré con Will —asintió Sharon—. Ahora, por favor,
déjamesola.Conpesar,Cristiansaliódeldespacho,momentoenelqueSharondejócaer
subolsoalsuelo.Aquelsinvergüenzaibaaporella,y,conscientedequeteníaun as en lamanga, caminóhasta sumesa, cogió el teléfonoy, trasmarcar unnúmero,dijodespuésdemirarlamuñequeraazulconlaquehabíareemplazadoelvendaje:
—Hola,Will.Meinteresaríaquesiguieras investigandoelcasodelquemehablaste.
—¿Estássegura,Sharon?Sindudarlo,yconscientedequesiaquéljugabasucioellaloharíatambién,
lajovenabogadaafirmó:—Sí.—Deacuerdo.Acelerada,ibaacolgaryaelteléfonocuandoéldijo:—Sharon,encuantoaloquemeencargasteanochedeLafayette,70,tengo
material.Recordándolo,ellaasintióypreguntósorprendida:—¿Ya?Lotuyosíeseficacia.Will sonrió.Nadamáshablar con ella la noche anterior, y sabedor de que
Hannibal estaba en esa dirección, el investigador se dirigió hacia allí, dondedescubrió algo que nunca habría imaginado al obtener una copia de lasgrabacionesdelascámarasdeseguridad.
—Notevaagustar,Sharon—señaló.Ellasonrióconamargura.Cristianlehabíadichoesasmismaspalabrasdosveces,pocosminutosantes,
yrespondió:—Seguramente,no.Peroquierosaber.Willasintióyluegoañadióconpesar:—Estoy llevandoun temaparaCristian,perodentrodeunpardeminutos,
cuandoterminedehacerunasfotos,teenvíoloquetengo.—Gracias,Will.Cuando colgó, Sharon se retiró el pelo de la cara. No sabía dónde iba a
meterse, pero lo que estaba claro era que aquel sinvergüenza no iba a tratarlacomolohacíasinquelepresentarabatalla.
EstabapensandoenellocuandolapuertadeldespachoseabrióyaparecieronCristianyKasandra.
—SeñoritaSivon—pidiólainformática—,¿mepermitemirarsuportátil?Sorprendida,SharonmiróaCristian,que,acercándose,indicó:—Le dije que mirara mi ordenador, pero está limpio, y a ella se le ha
ocurridootracosa.
—¿Quécosa?Élresopló,ySharon,levantándosedesusillaparaquesesentaraKasandra,
musitó:—Nomevaagustar,¿verdad?Cristianasintióy,segundosdespués,Kasandraindicó:—Aquíestá.Alguienlehaimplantadounprogramaespíaqueduplicatodos
losemailsqueenvíaorecibeylosenvíaaotroservidor.—¡¿Qué?!—exclamóSharon.—¿Sepuedesaberaquéservidorvanaparar?—preguntóCristian.Kasandratecleó,buscó,perofinalmentesusurró,negandoconlacabeza:—Imposible.Estetipodeprogramasnodejanhuella.Cristianmaldijo,pero,recomponiéndose,miróalainformáticaypidió:—Porfavor,buscaenelordenadordeAliciacondiscreción.Lajovenasintióy,levantándose,saliódeldespacho.—Pero¿dequévatodoesto?—exclamóSharon.Tan desconcertado como ella, Cristian meneó la cabeza y preguntó
mirándola:—Lapreguntasería:¿quiéntelohapuesto,cuándoyporqué?Tandescolocadacomoél,ellacabeceóy,recordandoalgo,cogiósuteléfono
ehizounallamada:—Will,nomeenvíesningúnemail.Aloírla,el informadordejó lacámaradefotosqueteníaentre lasmanosy
respondió:—Losiento,peroteloacabodeenviar.Sharonmaldijoy,despidiéndosedeél,cortólacomunicación.—¿Quépasa?—preguntóCristian.Lajovennoquisocontestar.Nosabíaquéseibaaencontrarenaquelarchivo
y,mirándolo,dijosinresponderasupregunta:—¿Quéhacemos?Sinsabermuybienquédecir,élabriólosbrazosyrespondió:—Descubrir quién ha hecho esto y por qué. De momento no envíes más
correosdesdetuordenadorhastaqueKasandranotrabajeenél.Los dos se quedaron callados, no sabían qué pensar, hasta que Sharon,
abotargada,dijo:
—PondréaWillatrabajarconestocuandovenga.¿Deacuerdo?ElteléfonodeCristiancomenzóasonareneseinstantey,trasdirigirleuna
últimamirada, él salió del despacho dejando aSharon descuadrada, al tiempoqueunnombreresonabaconfuerzaensucabezaunayotravez:Whitaker.
SegundosdespuésentróKasandrayledijoqueelordenadordeAliciaestabalimpio. Fuera quien fuese, sólo le interesaba lo que pudiera entrar o salir delordenadordeSharon.
Cuandodenuevosequedósola,yconscientedequeelcorreoqueWill lehabíaenviadopodíaestarviéndolootrapersona,Sharonseapresuróaleerlo:
ScottSheridan.43años.Cocinero.NeoyorquinodepadresnaturalesdeTokio.
Sin entender quién era aquél, abrió un vídeo adjunto donde, en la parte
inferior derecha, ponía la fecha y la hora: 01.14. En las imágenes se veía aHannibal llegar frenteaunapuertay llamar.Segundosdespués,unhombredeorigenasiáticoabríayHannibalyélsefundíanenunapasionadobeso.
Sharonparpadeóbloqueada.«¡¿Qué?!»Puso un nuevo vídeo.Las 04.27.La puerta se abría de nuevo.Hannibal y
aquelhombresebesabanenlapuerta,sedespedíany,después,élsemarchaba.Sindarcrédito,Sharonloviounpardevecesmásy,trascerrarelarchivo,el
correoyelordenador,selevantóy,pensandosóloenHannibalyenelproblemaqueaquellopodíaocasionarle, cogió subolsoy, saliendode sudespacho,dijodirigiéndoseaAlicia:
—Cualquiercosa,puedesllamarmealmóvil.
Capítulo32
Hechaunmardenervios,ytotalmentedesconcertada,SharonllamóaHannibaly, sin contarle la verdad, le explicó que quería verlo para poder devolverle elrelojquehabíaolvidadodarlelanocheanterior.
Élaceptóencantado.Aquelrelojeramuyimportanteparaél.Unavezquepasóporsucasapararecogerlo,mientrasibaeneltaxi,Sharon
losacódelbolsoysefijóenlasiniciales«S.S.»grabadasquehabíaenél.SindudaeraScottSheridan.
Bloqueadaportodo,llegóhastalaoficinadondeHannibaltrabajabaconsugabinete de prensa en la campaña.No era la primera vez que pisaba aquellasinstalaciones y, conocedora de dónde estaba el despacho de su ex, se dirigióhaciaallí.
Al llegar, vio a Hannibal a través de los cristales con Conrad, su jefe deprensa.Lajovensedetuvoyélsonrióalverla.Elhechodequeellaestuvieraallípodíaseralgobueno.
Condiligencia,Hannibalabriólapuertadesudespachoylasaludóconunasonrisa.
—Quéalegríaverteporaquí.Conrad,quesalíaeneseinstantedeldespacho,lemostróelperiódico,donde
sehablabadelacenadelanocheanteriorysemencionabasunombre.—Estonoshahechosubirunpunto—declaró—.¡Bien,Sharon!¡Bien!Ellalomiróconantipatía.Nisefiabadeaqueltiponilegustaba,y,dirigiéndoseaHannibal,preguntó:—¿Podemoshablarenprivado?Él le hizo una seña y la joven entró en su despacho. En cuanto cerró la
puerta,ellacomenzóahablarsinlevantarlavoz.—Nohagomásquepreguntarmequiéneresyconquiénheestadosaliendo
elúltimoañodemivida,yteaseguroque,pormásquelopienso,noencuentrocontestación.
Hannibalparpadeó.Nolaentendía;entoncesella,sacandoelrelojdelbolso,selomostróydijo:—«S.S.»esScottSheridan.Aloíraquelnombre,Hannibalpalideció.—Vaya.Veoquesí—añadióSharon.Él cerró los ojos. Que su ex hubiera descubierto aquello significaba que
cualquierapodíadescubrirloy,trascomprobarqueConradnoestabacercadelacristalera,susurró:
—Telopuedoexplicar.Sharonasintióy,molestaporelengaño,siseó:—Por supuesto. —A continuación, se sentó y afirmó—: Y ya puedes
empezar.Dichoeso,Hannibalsesentóasuvezycomenzóahablar.Sintapujosysin
dobleces, le contó que Scott y él se habían conocido en la universidad y quedesde entonces tenían una relación oculta del resto del mundo. También leconfesó que su hermana sabía la verdad, pero, por temor a la reacción de supadre,leguardabaelsecreto.SaberesolehizoentenderaSharonelcomentariodeSandy,cuandohabíadichoqueellaqueríaasuhermanoporcómoera,noporquienfingíaser.
Sinparpadear,Sharonasintió.Contodololistaquesecreía,definitivamentetodoslaengañaban.Supadre,Hannibal...
Este último le confesó que Scott era el amor de su vida, pero que nuncadesvelaría su homosexualidad; primero, por su padre, y segundo, porque si lohacíanuncapodríaaccederalcargodefiscalgeneraldelEstado.
Ver el gesto desconcertado de Sharon al saber todo aquello lo destrozó.Aquellamuchachahabíasidobuena,paciente,yhabíasoportadomásdeloqueélmismohabríasoportado,porloque,sinapartarlosojosdeella,murmuró:
—Losiento.Losiento,Sharon.Sientohaberteutilizadopara...Ellaselevantó.Lafuriabullíaensuinteriory,mirándolo,siseó:—Noodiohaberdescubiertoqueeresgayporquenoestoyenamoradadeti.
Odiosaberquemehasengañado,quemehasutilizadosinningúnescrúpuloparaconseguirunfin,sinpensarenmícomopersonayenmissentimientos.
—Losé,Sharon.Losé,y...—Ynada—locortóella—.Medabasleccionesdemoralidad,mecriticabas
por hacerme un tatuaje, me martirizabas con cientos de cosas que ahora notienensentido,cuandotú...Pero,Hannibal,¿enquémentiravives?
Avergonzado,élasintió.Semerecíatodocuantoellaledijera,pero,alveraConrad,quelosobservabatrasloscristales,susurró:
—Mesientoelpeorhombredelmundoyséquenomerezconituperdónnitucomprensión,peroConradymipadre...
—¡Que lesdenaConradya tupadre!Ellosme importanunamierda—y,mirándolo,señaló—:Ycomoseteocurradecirmequehabloconvulgaridad,lavamosatenermuygorda.
Aloíreso,Hannibalsonriósinpoderevitarlo.AquéllaeralaSharonquelegustaba.La Sharon que lo había atraído, aunque él se empeñaba en corregirla y
regañarlaparamoldearlacomosupadreexigía,algoque,porsuerte,ellanuncaconsintió.Si tuviera lamitadde la fuerzay lapersonalidadque ella tenía, sindudasuvidaseríadiferente.Muydiferente.
Sharonsesentódenuevoenlasillay,mirándoloconsinceridadalosojos,preguntó:
—Hannibal,¿quéestashaciendocontuvida?Él se encogió de hombros. No era un chiquillo, era un hombre de casi
cuarentaaños.—No lo sé —susurró suspirando—. Sólo sé que estoy metido en una
vorágineplagadadementirasdelaqueahorameesmuydifícilescapar.—Pero¿túquieresserfiscalgeneraldelEstado?Élasintió.—Sí,porsupuestoquesí.—¿YquieresaScott?—Sí.Consciente de que no había salido un «claro» de su boca, sino un «sí»
rotundo,lajovenmurmuró:—Puesluchaporloquequieresyolvídatedeloquepiensanlosdemás.
Hannibalsuspiró.Aquellonoerafácil,porloqueindicó:—Conocesamipadreysabesloimportantequeesparaélelquédirán.Es
unfirmedefensordelafamiliay...—Sabes tanbiencomoyoquemiente—locortóSharon—.Tupadre sólo
busca la foto idealante laprensa,peroa tumadre le faltaal respetoconotrasmujeresysudefensadelafamiliaespurafachada;¿oacasomiento?
Hundido,ynosóloporsutema,Hannibalfinalmenteasintió.—No.Nomientes.Estuvieron unos segundos en silencio, hasta que Sharon, sin querer meter
máseldedoenlallagaenloreferenteasuspadres,preguntó:—¿Porquénotepresentasa laFiscalíasiendotúmismo?¿Acasoeresuna
mala persona que ha robado omatado a alguien? Por Dios, Hannibal, el queestésenamoradodeunhombrenoesdelito.
—Sharon,sabestanbiencomoyoque,aunestandoenelsigloXXI,todavíahaycosasquenoseaceptan.
—¿Me lo dices ome lo cuentas?—semofó ella y, cogiéndole lasmanos,murmuró—: Hannibal, yo lucho todos los días contra esas injusticias. Heluchadocontratusridículasimposicionesylasdetupadre,ylosabestanbiencomoyo.Ytútienesquehacerlotambiénporti.
—Nosoytanvalientecomotú,Sharon.—¿Lohasintentado?Agobiado, él negó con la cabeza. Con un padre como el suyo, nadar
contracorrienteeramásquecomplicado,ymurmuró:—Meescondotraslafachadadeunhombrequenoexiste,alqueodio,sólo
paraque...Nopudocontinuar.Supadreacababadeentrarenlasoficinas,ySharon,al
verlosabiendotodoloquesabía,indicó:—Hannibal, tuvida tepertenece.No sigaspermitiendoqueél, ninadie, te
hagasentiroverlavidadeunamaneraquenoeslaquetúquieres.Luchaporti,luchaporScott,pero,sobretodo,luchaporvivirunavidadignaenlaquetúseasfeliz.Yrecuerda:laconfianzaenunomismoeselprimersecretodeléxito.
—Sharon...,notemerezco.—Mira...,ahítedoylarazón—semofóella.Ambos sonrieron, y luego ella, al observar cómo él miraba hacia donde
estabasupadre,declaró:—Guardaré tu secreto. Nadie lo sabrá por mí, pero siento decirte que
tenemosungraveproblema.Rápidamente, y antes de que el padre deHannibal entrara en el despacho,
Sharonlecontóloquehabíarecibidoensucorreoytambiénloqueocurríacontodo loque llegabao salíadeély, cuando terminó,Hannibal,blancocomo lacera,murmuró:
—Dios...,esopodríaecharlotodoaperder.Sharonasintióy,mirándolo,preguntó:—¿Ysitujefedecampañamehapirateadoelordenador?Hannibal miró a Conrad, que hablaba tan tranquilo con su padre, y
respondió:—Nocreo.Conradsueleconsultármelotodoy...—¿Yelmonstruodetupadre?Estavez,élnocontestó,yellamusitó:—Sabes tan bien como yo que de ser la novia perfecta para tu padre he
pasadoaserelincordioperfecto.Y,bueno,hedecontarteciertascosasquecreoquehasdesaberenloreferenteatupadreyalmío.
Hannibalfruncióelentrecejo,noentendíanada;entoncesSharonafirmó:—Alparecer,yaunquelodisimularon,eldíaquevinisteisamicasa,eldía
quepapámurió,ellosyaseconocían.—¡¿Qué?!Tragando el nudo de emociones que pugnaba por salir de su garganta,
Sharonsoltó:—Tupadreymimadreeranamantes.Lofuerondurantemuchosaños,ymi
padresufrió.Muchísimo.Hannibalparpadeó.Aquelloera loúltimoqueesperabaoír,pero,cuandoibaaabrir laboca, la
puerta del despacho se abrió de par en par y Steven Whitaker murmuró,mirándolaconsuinsoportablesonrisa:
—¿Vienesainsultarmedenuevo?Sharonselevantóysesituófrenteaél.—Ganas no me faltan —replicó y, evitando mencionar sus sospechas,
preguntó—:¿QuépretendesllevándotelascuentasdeloshermanosKidman?
—Hundirte,yprepárate,porqueaésaslesseguiránotras—respondióStevenconvozprofunda.
Hannibal,quecadavezentendíamenos,secolocóentreellosypreguntó:—¿Quéocurre?¿Dequéhabláis?Sindejardemiraraaquelhombre,alqueodiabapor tantasy tantascosas,
Sharonindicó:—Tu padre está robándome de mala manera clientes y, ya ves, acaba de
decirlo:quierehundirme.—¡Papá!—protestóHannibal.Aloíreso,Stevensiseósinmirarasuhijo:—¡Cállate, Hannibal! —Y, sin apartar la mirada de aquella descarada,
sentenció—:Enmijuego,oestásconmigooestáscontramí.Ytú,querida,haselegidolosegundo.
EldesprecioquedestilabansuspalabrashizosonreíraSharonconfrialdad,y,mirándolo,sinachantarseanteaqueldesagradablehombre,siseó:
—Algúndíamebesaráselculoypagarásportodoeldañoquelehicisteamipadre,malditocabrón.
Aloíreso,Stevensepusoenalerta.¿Quésabíaellaalrespecto?Y,mirándolaconunasonrisatorcida,preguntó:—¿Quédañolehiceyoatupadre?Sharon cerró los ojos para tranquilizarse. Deseaba partirle la cara a aquel
hombre.Deseabamatarlosinpiedad,ycuandoabriólosojossentenció:—Sivon&Cardigannuncaserátuyo.¡Nunca!Y,dichoeso,diomediavueltaantelacaradeasombrodeConrad,laderabia
deStevenyladedesconciertototaldeHannibal.
Capítulo33
Después de una caótica mañana de trabajo, Alicia entró en el despacho deSharon.
—Acabandetraerestasfloresparati.AlguienteestáesperandoenlaentradaHabíaunbonito ramode floresnaturales;ella locogióysonrióalverque
eran de parte de Silvia, una de las mujeres de la asociación a la que habíaayudadojudicialmenteconuntemalaboral.
Con una sonrisa en los labios a pesar de todos los problemas que tenía,Sharondejólasfloresensudespacho,cogiósubolsoybajóalvestíbulo.
AllíestabaSilvia,juntoasumaridoSam;seacercóaellosconcariñoylesagradeció el detalle, mientras ésta la abrazaba y le agradecía su ayuda trashaberleganadolabatallaasuempresa.
Felices,SilviaySaminvitaronaSharonauncaféfueradelasoficinas,yellaaceptó encantada.Salierondel edificio y se acercaron a una cafetería cercana,dondecharlaronysonrieronemocionados.
Media hora después, tras despedirse de ellos, cuandoSharon esperaba conunasonrisaenloslabiosqueunsemáforocambiaraaverdeparacruzar,oyóunavozasulado:
—Aunquenoseayolarazóndeesasonrisa,megustavertesonreír.Almirar,sequedódepiedra.Juntoaellaestabaelobreroconelquetantas
vecessehabíaencontradoy,sinpoderremediarlo,sucuerposetensó.Noobstante,aquella tensiónnoeraunasensaciónmolesta;erauna tensión
rara,agradableincluso.Enese instante sonó su teléfonoy, trascontestar,oyó lavozdeCristiany
dijo,antelaatentamiradadeNoah:
—Vale.EnelcasoFraserdileaAliciaquetrasladenuestraofertaalcliente.Sobre el caso que llevan Cristina y Jonas, diles que miren de nuevo lajurisprudencia, pero algo me dice que no querrán revocar el veredicto deculpabilidad.Y,encuantoaGunter, recuérdaleaese imbécilqueagresiónconagravanteporpegaraunpolicíaesundelitogravequesepuedecastigarconunapenadeentredosycincoañosdecárcel.—Y,dichoesto,colgó.
Elsemáforosepusoverdeparalospeatonesy,cuandoamboscomenzaronacruzar,Noahmurmuró:
—Cenicienta...,mehasdejadoimpresionado.Aloírlo,ella inevitablementesonrió,yentoncesélañadió,caminandoasu
lado:—Sinduda,eresunamujerdearmastomar.—Nolosabestúbien—afirmóSharon,conscientedelomuchoqueasustaba
aloshombrescuandolaoíanhablarensujergadeabogada.Caminaron unos metros en silencio hasta que un hombre chocó contra
Sharon,yella,mirándolo,gruñó:—Aversimiraspordóndeandas.Aquéllamirócongestohoscoysiguiósucamino.—Cenicienta,¿porquéestássiempretantensa?—preguntóentoncesNoah.—Mividaesmuyestresante—respondió,pensandoentodossusproblemas.Élasintióy,encogiéndosedehombros,indicó:—Cuandoquieras,tevienesalaobra,tedejounmartilloytedesfogasdando
martillazos.Teaseguroqueesotetranquilizará.Esolahizoreír,yél,alverqueesasonrisarelajabasutensión,comentó:—Voyparatulugardetrabajo.—¿Yeso?—Llamaronpara que recogiéramos unos taladros que nos dejamos, y hoy,
quemepillabacerca,hedecididoirabuscarlos.Sharonasintió.Eralaprimeranoticiaqueteníaalrespecto,y,cuandoibaa
deciralgo,deprontonotóungolpemuyfuerteenlaespaldaquelaempujóhaciadelantey,segundosdespués,perdióelmundodevista.
Ruidometálico...Vocesamortiguadas...Sharonsesentíaflotar.
¿Dóndeestaba?El sonidode sumóvilnoparaba.Sonaba, sonaba,y, comopudo,abrió los
ojos.Todoerablancoasualrededor,muyblanco.Y,cuandosuvisiónalfinalse
normalizó,sediocuentadequeestabaenunbox,enunacamarodeadaporunaspesadascortinasverdes.
Desconcertada y sin entender qué hacía allí, Sharon trató de incorporarse,cuandounavozconocidadijofrenándolaconlamano:
—Eh...,quieta,otemarearás.Aloírlo,Sharonmiróhaciasuderechay,alencontrarseconelobrerodelos
bonitosojosverdesysusonrisa,preguntósinentendernada:—¿Quéhaocurrido?—Tehasdadoungolpe.La joven parpadeó. ¿Un golpe? ¿Cuándo? Y, desorientada, volvió a
preguntar:—¿Estamosenunhospital?Noah,quealversugestosuspiróaliviado,respondió:—No,Cenicienta,estamosenDisneylandia.Ese comentario, inexplicablemente, hizo sonreír a Sharon, que,mirándolo,
murmuró:—Eresmuytonto,sonrisitas.Ambosrieronporaquello,ylajoveninsistió:—¿Enrealidadquéhapasado?Noah,quehabíapermanecidoentodomomentoasulado,indicóalverque
ellasetocabaelchichónqueteníaenlafrente:—Unostiposlehanrobadoelbolsoaunamujer,ensuhuidahanpasadopor
tulado,tehanempujadoy,alcaer,tehasgolpeadoenlacabezaconelsueloyhasperdidoelconocimiento.
—No me digas... —murmuró todavía algo mareada. Entonces se tocó lafrenteysusurróasustada—:Madremía,pero¿quétengoaquí?
—Elgolpetehaprovocadounchichón,pero,tranquila—dijoélcogiéndolelamanoparaquedejaradetocarse—,tehanhechounexamenysólohassufridounaleveconmociónporelgolpe,yelbultodesaparecerá.Dentrodeunpardehoras,cuandodejesdeestarmareada,mehandichoquepodrásregresaracasa.
—Genial...—afirmósintiendolasfuertesy,enciertomodoásperas,manosde Noah a causa de su trabajo. Nada que ver con las de Hannibal ni otroshombresqueconocía.
Aélloenternecióversugestodoloridoy,sinpoderevitarlo,murmuró:—Niteimaginaselsustoquemehasdado.—Losiento.—Sonriómirándolo—.Noerami intención,ymenosdespués
desorprenderteenmifacetadeabogadasuperdura.Sinsoltarsedelamano,ambossemiraron,peroentonceselteléfonomóvil
de Sharon volvió a sonar y ella, sin dudarlo, dijo alargando lamano hacia subolso:
—Dámelo.Tengoqueatenderlo.Serátrabajo.Noah,quenohabíametidolamanoenaquelcarobolsodeLoewe,aunqueel
sonidoloestabavolviendoloco,indicósinhacerlecaso:—Ahoracierralosojosydescansa.Eltrabajopuedeesperar.Sharoncerrólosojosynorechistó.Estabamuycansada.Agotada.Treshorasdespués,ytotalmenteespabilada,elmédicodeurgenciasledioel
alta.Ellaestababienynoteníaporquécontinuarallí.Duranteesetiempo,Noahnosemoviódesuladoy,cuandoenelmostrador
delhospitalleentregaronladocumentacióndelalta,preguntó:—¿Quieresqueteacerqueatucasa?Alverlahoraqueera,Sharonnegóconlacabeza,peroélinsistió:—¿Teapetecetomaruncafé?Aloíreso,Sharonlomiróboquiabierta.—Estoyconvaleciente,¿yestásintentandoligarconmigo?Noahsoltóunarisotada.Entodoeltiempoquelaconocía,eralaprimeravez
queélteníatodoelcontroldelasituación,ydijoenuncuchicheo:—Tehasgolpeadoenlacabezayhedeaprovechar.Ambos rieron por aquello, pero de pronto una enfermera del hospital se
acercóaellosy,convozinsinuante,saludó:—Hola,Noah.—Hola,Marilyn—respondióél.—Mealegraverteporaquí—afirmólaenfermeraconunasensualsonrisa.
Depronto,miróaSharony suexpresióncambió—.Aunquemealegraríamásvertesincompañía.
Sorprendida,laabogadadiounpasoatrásyseapresuróaaclarar:—Tranquila.Todotuyo.Laenfermerasonriódenuevoaloíresoy,cuandoNoahibaadecirlealgoa
Sharon,ellacomenzóaalejarseatodaprisadeambos.—Graciasportuayuda—exclamó—,peroestoybien.Adiós.Y,sinmás,saliódelhospital,paróuntaxiysedirigióasucasadejandoa
Noahtandescolocadocomosiempre.
Capítulo34
Unbuenratodespués,cuandollegóasucasa,ManuelyGladys,quelaestabanesperando,sealarmaronalverelgolpequeteníaenlafrente.
Sharon,trascontarlesloocurrido,lostranquilizóyleshizosaberqueestababien.Sólohabíasidoelgolpe.
Durante una hora, los tres estuvieron sentados alrededor de lamesa de lacocina,hablandodelostemasquelespreocupaban.Sharonleshablódelbufeteydelosseriosproblemasqueestabacomenzandoatener,ytambiénleshablódeRachelydelafamiliaquehabíadescubierto.
Estabancharlandocuando,depronto,ellapreguntómirandoaManuel:—¿SabíasdelaexistenciadeLoganydeBritt?Manuelasintióconlacabeza.—Sí.AunquetupadresólohablabadeRachelyDawson.Gladys,alverqueellasetocabaelchichónvariasveces,preguntó:—¿Teduele?Ay,cariño,siquieresvolvemosalhospital.Sharon,conscientedesugestopreocupado,aclarómirándola:—Estoybien.Tranquila,notepreocupes.Yatehecontadoqueeldoctorme
hadichoqueestodesapareceráenunosdías.Cuandoelmatrimoniosemarchóasucasa,Sharondecidiódarseunaducha.
Lanecesitaba.Mientraselaguacorríaporsucuerpo,inevitablementecerrólosojos y pensó enNoah, en aquel hombre de bonita sonrisa que casi siempre lahacíasonreír.Recordarsusojos,subocaysusásperasperosensualesmanoslaexcitó.Noseparecíaennadaaloshombresconlosquehabíasalido,y,aldarsecuentadeconquéfantaseabamientraspaseabalamanoporsucuerpo,abriólosojosyrefunfuñó:
—PorDios,pero¡¿quétonteríaestoypensando?!CuandoNoah abandonó su cabeza, de nuevo se sintió tensa, terriblemente
tensa.Todoasualrededorsedesmoronaba,yella,apesardesus intentos,eraincapazdesostenerlo.
Pensóenelprogramaespía,enquiénselohabríapuestoallí,aunquealgolegritabaqueWhitakerestabadetrásdetodoaquello.
El agobio se recrudeció al pensar en el modo en que las cuentas laabandonabansinqueellapudierahacernada,ysepreocupóporsusempleados.Enlasfamiliasquesequedaríansinunsueldoyunamaneradeganarselavida,sitodocontinuabacomohastaelmomento.
Eso la angustió y, calculando mentalmente su capital, supo que, comomucho, tendría para sostener la empresa y a sus empleados pocomás de seismeses.
¡Tansóloseismeses!Cuandosaliódeladuchaysemiróalespejosefijóensuchichón,recordó
algoquesupadresiempredecíaenloreferentealosproblemas,ymurmuró:—Comosiempredecías,papá,losproblemashandemasticarseparadespués
ponertodalaenergíaylafuerzaenencontrarunasolución.Estabapensandoenellocuandooyóeltimbredelapuertay,poniéndoseun
albornoz verde por encima, fue a abrir. Era Norma, que, al verla con lamuñequeraazulyelchichónenlacabeza,preguntó:
—Pero¿conquiéntehaspegado?Sharonsonrió,sindudasupintadabaaentendereso,yhaciéndoseaunlado
paraquepasara,murmuró:—Tranquila.Nomehepegadoconnadie,peronoporfaltadeganas.Suamigaentróenlacasay,trasexigirlesaberquéhabíaocurridoySharon
contárselo,soltólabolsadedeportequellevabaenlasmanosyselamentó:—¡Estoymuerta!NosésiconseguiréentrarenlosSWAT,perosemeestán
poniendo unos bíceps que creo que los envidiaría hasta elmismísimoArnoldSchwarzenegger.
Ambassonrieron,yNormaañadió:—Pasadomañanaeslaprueba.¡Dios!¡Estoyhistérica!—Loharásbien.Tranquilízate.Suamigaasintióy,sentándosefrenteaella,pidió:
—Cuéntame.Sharoncomenzóahablardetodoloqueleocurríay,cuandoterminó,Norma
preguntó:—Y,ahoraquesabesquetienestreshermanos,¿quéquiereshacer?Sharonsonrió.Delanochealamañana,suvidahabíadadoungirodecasi
cientoochentagrados.—Pues,aunquesuenealocura,decirlesquiénsoyyoyayudarlosentodolo
quepueda—contestó.—¿YcreesqueRachelvaaquererescucharte?—Uf...,nosé.—Sonrió—.SiLoganyBrittlallamanlasargento,¡poralgo
hadeser!Ambassoltaronunacarcajada.—Sinduda,estuhermana—aseguróNorma—.¡Tú,CuchilloSangriento,y
ellalasargento!Debedeserqueosparecéismásdeloqueambassabéis.Denuevo,ambassonrieronporaquello,yentonceselteléfonodeSharonse
iluminó.HabíarecibidounwasapdeLucy:
¡Holaaaaaaaaaaaaaaaa!
SharonseloenseñóaNorma,yéstacuchicheó:—VeráscuandoseentereLucifer.—Conociéndola,nocreoquesetomemuybienquesuamigadetodalavida
sealahijadeunaprostituta.Teaseguroqueesolavaamatar.—Esoesloúltimoquetienequepreocuparte.—Losé,perolaconozco.Ambasguardaronsilencio,yluegoNormamurmurócontiento:—Sharon,encuantoaeso...—Norma —la cortó ella—, estoy bien. Sé quién soy, y te aseguro que,
aunqueteresulteincreíbleloquevoyadecirte,saberquemimadrebiológicaeraprostitutanomeafecta.¿Ysabesporquéno?—Suamiganegóconlacabeza,ySharonprosiguió—:PorquememolestamásquelagentepiensequesoyhijadeunamalapersonacomoAdeleCardiganquedeunaprostituta llamadaDesiréeLópez.
—Ésaeslaactitud—afirmóNorma.
—Loqueestá claroesqueAdeleCardiganpodríahaber elegido tenerunavidaperfectaylacagó,cuandoquizámiverdaderamadrenopudoescoger.
Normaasintióynodijomás.Sobrabanlaspalabras.Estaban en silencio cuando un nuevo wasap pitó en el móvil de Sharon.
Hannibal.
Hedehablarcontigo.
Sharon releyó el mensaje. No le apetecía hablar ahora con él y, trasenseñárseloaNorma,dijo:
—Tengoquecontartealgodeél.Y,sinmás,lecontólodescubiertoenLafayette,70antelacaradeasombro
desuamiga.—Pero¿loestásdiciendoenserio?—Sí.Hannibalmeloconfirmó.Normaparpadeóy,sinquererdarlemásvueltasaltema,afirmó:—Siyatedijeyoqueesetíonoeraparati.—Ynolovi...,nolovi,sindudaheperdidotodamiintuición—dijoSharon
desesperada.Conscientedeloqueaquéllapensaba,Normaindicó:—No te voy a decir que no lo viste porque estabas cegada por amor;
simplementenolovisteporque...—¿Porqué?Normalopensó.Enrealidadnosabíaelporqué,ySharonrepuso:—Tansólocreíaqueera lapareja idóneaparamíynopenséenmás.Pero
ahora,desde ladistancia, sipiensoenellomedoycuentadequea sumaneraHannibal me lo hacía saber, pero fui yo la que no vio las señales que él meenviabasindarsecuenta.
Guardarondenuevosilencio,hastaqueNormadijo:—Enocasiones,elamordetuvidaaparecedespuésdelerrordetuvida.—Contodoloquetengoenlacabeza,Norma,teaseguroqueloquemenos
mepreocupahoyporhoyeselamor.Unsilenciopesarososeadueñódelsalón,yluegoSharonsoltótomandoaire:—YencuantoaStevenWhitaker...
—Sharon,piensalascosasyséjuiciosa,¡queteconozco!—¿Juiciosaconunsinvergüenzacomoél?—Esetipoesuncabrón,losabemos,peropodríabuscartelascosquillasy...—Puesquemelasbusque,porqueyoestoydispuestaabuscárselasaél.Que
quiere guerra, tendrá guerra por mí y por mi padre. Y como sea él quien hapuestoeseprogramitaespíaenmiordenador,tejuroque...
—Respira...,respira...Sharon se conocía y sabía que, sintiendo lo que sentía, iría a por él hasta
desfallecer.Unallamadadeteléfonointerrumpiósuconversación.AlverquesetratabadeLucy,pusoelmanoslibres:
—Holita...,holita...¿Cómoestás,tesorete?—selaoyósaludar.Sharon sonrió al oírla y,mirando aNorma, que ponía los ojos en blanco,
respondió:—Bien.¿Ytú?Ajenaatodoloocurrido,Lucyseretiróelflequillodelacaraconglamury
preguntó:—Oye,¿teapetecequenosveamosenSilverparacenaralgo?ASharonleparecióunabuenaidea,salirladespejaría,porloquedijo:—EstoyconNorma,iremoslasdos.Laaludidanegóconlacabeza.Ellaqueríairseasucasa,teníaquedescansar,
peroLucyafirmó:—¡Súper!Cenaremoslastres.Sorprendida por su exclamación, Norma levantó las cejas, y Sharon,
divertida,sentenció:—PuesdentrodeunahoratevemosenSilver,¿teparece?—Ok,tesorete.¡Nosvemos!Unavezquehubocolgado,Sharonfueahablar,cuandoNormapreguntó:—¿Aéstaleparecesúperquevayayo?—Puesclaro.—Wooo,¡¿quésetaalucinógenasehabrátomado?!—¡Norma!—Yqueconsteque,sivoy,esporquepornadadelmundoquieroperderme
lacaradeLucifercuandoseenteredeciertascosas,aunquenoquierotrasnocharmucho,quepasadomañanaalasoncetengolapruebadelosSWAT.
Sharon se puso en pie, y antes de salir hacia su cuarto para ponerse unosvaquerosyunasbotassiseó:
—Aveceshacesunoscomentariosquesonparamatarte.—Peromequieres,¡asúmelo!—YlapruebaparalosSWAT¡lavasabordar!—¡Esoespero!
Capítulo35
Unahoramástarde,cuandollegaronaSilver,Lucyyaestabaallí,esperándolas.Sharonlasaludóconunasonrisadesdelapuerta,peroentoncesnotóque,de
pronto, alguien la cogía del brazo. Al mirar, comprobó sorprendida que setrataba de Hannibal con gafas de sol, y, mirándolo, le levantó las gafas y, aldescubrirsuojomoradoyellabiopartido,preguntó:
—Pero¿quétehapasado?—¿Yati?—preguntóélasuvezalversuchichón.RápidamenteSharonlequitóimportanciayrespondió:—Ungolpetontoconunarmario.Élnocontestó,yNorma,quenolequitabaojo,yseguradequiénlohabía
informadodequeSharonestaríaallí,cuchicheó:—YluegomedicesquenolallameLucifer...LostresguardaronsilenciohastaqueHannibal,mirandoaNorma,quenose
movía,pidió:—¿Teimportaríadejarnossolosunmomento?—Laverdadesquesí—replicóella.AHanniballodesconcertabasudescaroy,molesto,siseó:—Lotuyonotienenombre.Aloíreso,Normasonrióyafirmóacercándoseaél:—Lotuyosí:¡gilipollas!AlobservarlaexpresióndeHannibal,Sharonsedirigióasuamiga:—VeconLucy.Sóloseráunmomento.—¿Segura?Ella asintió y, segundos después, no sin antes mirar a Hannibal con
desprecio,Normasealejó.Ambossequedaronentoncesensilenciocuandoél,centrándoseenSharon,
preguntó:—Mipadrenotendránadaqueverconesefeogolpequetienes,¿verdad?—No.—Ellasonrió—.Teloaseguro.Yamástranquilo,ysinquereresperarunsegundomás,Hannibalsoltó:—Mipadrelosabe.—¿Qué sabe? —Y, al entender a lo que se refería, Sharon murmuró
boquiabiertaalversusheridas—:¿Esedesgraciadotehahechoesto?Élasintióy,sinquererrecordarloocurridohorasantes,dijo:—Losiento,Sharon.Sientoquemipadrete...—¡Maldito cabrón! ¡Voy a ir a por él!—lo cortó enfadada por saber que
Stevenhabíasidoquienhabíapuestoelprogramitaespíaensuordenador,ymásviendolasheridasdesuex—.Voyairaporesesinvergüenza,pormuypadretuyoquesea,ytejuroque,cuandoacabeconél,novaasabernicómosellama.
Hannibalsuspiróy,agobiadoportodo,declaró:—Yyotevoyaayudar.Creoqueenestavidatodotieneunlímiteyélloha
sobrepasado por demasiados lados.En cuanto a lo queme has contado demipadreytumadre...
—Esopodemos ignorarloporquenome interesa—lovolvióacortar—.Sialguienentodoestomeimportabaeramipadre,quefuequienlosufrió.
—Por suerte,mimadre debe de ser ajena al tema.Nunca la he oído decirnadaalrespecto.
Sharonasintió.EraunasuertequeWinonanosupieranada,pero,pensandoensupropiopadre,musitó:
—Papásufrió.Sufriómuchoporculpadeellosy,cuandotodoestopase,hede contarte la verdad de muchas cosas que desconoces y que yo desconocíatambiénhastahacemuypoco.
—¿Terefieresalaniñadelafoto?Sharonasintió.—Sí.Ellaesmihermana.SellamaRachelyesmaravillosa.Perotambiénhe
decontarteotrasmuchascosasdetumalditopadrequenotegustarán.Hannibalcogiósumanoymurmuró:—Mealegromuchodelodetuhermana.
—Gracias.—Sientotantonohabermecomportadocontigocomodeberíahaberlohecho
queyo...Esqueniséquédecirte.Sóloséquequieroayudarte,novoyapermitirque mi padre hunda tu bufete. Estaré contigo, y te juro por mi vida que metendrásalmilpormil.
Sharonasintióconmovida.Aquél era el hombre que ella había conocido, no en el que se había
convertido en los últimos meses, y cuando fue a decir algo, Hannibal dijobajandolavoz:
—Lovoyahacer.Aloíreso,Sharonparpadeósinentendernada.—¿Elquévasahacer?Hannibalsemoviónerviosoenelsitio.Loocurridoaquellatardehabíasido
unrevulsivoparatodo,yafirmó:—VoyaabandonarmicandidaturaafiscalgeneraldelEstado.—¡¿Qué?!—Loquehasoído.—Perosóloquedan...—Tienes razón,Sharon—lacortó—.Tuspalabrasmehanhechoabrir los
ojos y darme cuenta de que no quiero seguir así. Se acabó ser la puñeteramarionetademipadre.Seacabóposarenfotosfingiendoserloquenosoy.
—Perotúqueríasserfiscalgeneral.—Yaúnquieroserlo—afirmóconrotundidad—.Volveréapresentarme,no
sé cuándo, pero lo haré, aunque esta vez con transparencia total. No conmentiras,nihaciendocreeralagenteloquenosoy.
ASharonlegustósaberaquello.Hubierapasadoloquehubiesepasadoentreellos,paraellaloimportanteera
queHannibalhabíadespertado,habíareaccionado,y,pensandoenelhombrealqueodiabamásqueanadieenelmundo,preguntó:
—¿Selohasdichoatupadre?—No.—¿Yatujefedeprensa?—No.—¿Atumadre?
AlpensarenWinona,Hannibalasintióconcariño.—He hablado con ella por teléfono antes de venir aquí, aunque no le he
contado el encontronazo que he tenido con mi padre. Ella está feliz por midecisión.Aunquenolocreas,meanimabaahacerlomismoquetú,peroyo...noquiseescucharla.
—¿Tumadreconocíatuhomosexualidad?—Sí.Comomedijohacemucho tiempo,aunamadreesdifícil engañarla,
porqueconocehastalamaneraderespirardesuhijo.Sharon asintió. Ahora las palabras y las actitudes de Winona en ciertos
momentoscomenzabanatenersentido.SemirabanensilenciocuandoHannibalañadió:
—Tras lo ocurrido en la sede esta tarde, despuésdequemipadreviera elvídeodelemailquetúrecibiste,hedecididomarcharmedeallí.AhoraConradyélbuscanlamaneradequenadiesepademihomosexualidad.Loqueellosnosabenesquecuandomeveafuerteconvocaréunaruedadeprensasincontarconellosyhablaréconlosperiodistas.
—Madremía,Hannibal...¿Vasaabandonarlacandidaturasindecírseloatupadre?
Elaludidoasintió.—Tomarélasriendasdemividayseréyoquiendecidalascosasapartirde
ahora. Pero antes necesito aclararme las ideas para estar seguro de misrespuestas.Enfrentarmeaellonovaaserfácil.Noobstante,creoquehallegadoelmomentodedejardementiryserquienrealmentesoy.
Sorprendidayalucinada,Sharonparpadeó,yél,alserconscientedequeunachicalosobservabaysacabasumóvilparahacerlesunafoto,lacogiódelbrazoy,llevándoselaaunlateralparatenermásintimidad,dijoquitándoselasgafas:
—Me he portado fatal contigo.Me avergüenza todo lo quemi padre estáhaciendo,ydealgunamaneratedebounaexplicación.
—Hannibal, no hace falta. —Y, mirándolo de nuevo con detenimiento,murmuró—:PorDios,tieneselojofatal.
Peroél,sinqueleimportaseaquello,indicó:—SinosconocimosaquelfindesemanaenlaconvencióndeLosÁngeles,
fueporquemipadreloplaneó.LoúltimoqueesperabaoírSharoneraeso,ybalbuceósorprendida:
—¡¿Qué?!—Él siempre me animó a conocerte, a invitarte a salir. Lleva años
hablándome de ti, porque, según él, eras la candidata perfecta para mí y micarrerapolíticay...
—¿Quetupadreteobligóaconocerme?Hannibalasintió.—¿Meestásdiciendoquenuestroencuentronofuecasual?—Nofuecasual,y losiento.Comotampocofueroncasualesmuchascosas
queesemonstruomecontabadetiyyoutilizabaenmibeneficio.Boquiabierta por aquello, sumente rápidamente comenzó a divagar, hasta
queHannibalañadió:—Y, ahora, sabiendo que nuestros padres fueron amantes, soy incapaz de
entenderporquémipadrequeríaquetúyyonosconociéramos.Sharon comenzó a sentir un calor tremendo. Aquel malnacido había
planeado todo aquello para hacerle daño a su padre y, tragando el nudo deemocionesquesentíaenlagarganta,aclaró:
—Tupadrenoconsiguió laempresadeAdeleCardigan.Poresoodiabaalmío.Encuantoalosverdaderosmotivosporlosquetupadreplaneótodoesto,fueparaconseguirloqueelmíosupuestamentelearrebató.NuestrabodaledabaaccesoaSivon&Cardigan.Esoloconvertíaenganadoraojosdemipadre,yesoquizáfueloqueleprovocóaqueldíaelataquealcorazón.
Sin dar crédito, Hannibal se llevó las manos a la cabeza. Jamás habríaesperadodesuprogenitoraquellotansumamenteretorcido.
—Dios mío, Sharon... —murmuró con los ojos llenos de lágrimas—, losiento...,losiento...
Ellaloabrazó.Hannibaleraunavíctimamásentodoaqueljuego.Cuandoseseparódeél,dijo intentandomantener lacabezafría,apesarde
cómolelatíaelcorazón:—Ahora, vete a casa y cuídate ese ojo. Tiene una pinta horrible. Y para
cualquiercosaquenecesites,llámame,¿entendido?Tandesconcertadocomoella,Hannibalasintió,sepusolasgafasy,trasdecir
unavezmásquelosentía,diomediavueltaysemarchó.Eralomejor.
Capítulo36
CuandoSharonsesentóa lamesadondeNormasólobebíaaguayLucyvino,notóquelaspiernasletemblaban.
—SharonSivonCardigan—gruñóLucyalverqueHannibalsemarchaba—,el guapo, elegante y futuro fiscal general del Estado Hannibal Whitaker mellama,mesuplicaqueconcierteunacitacontigoparaarreglarvuestraruptura,y¡tú¿loechasdetulado?!Pero¿tehasvueltoloca?
Normasuspiró,yfueahablarcuandoSharon,trascogerlacopadevinotintodeLucyybebérseladeuntrago,replicó:
—Lucy Vanderbilt Scott Fitzpatrick, te quiero, y mucho. Pero en estemomentoteaconsejoquecierresesabocazallenadedientesquetienesotejuroquetelosvasatragar.
Laaludidaparpadeó.¿QuéleocurríaaSharon?—Pero...—¡Quetecalles!—sentencióNorma.Lucyresoplómolesta,ySharonañadió:—Creoque lomejor que podemoshacer es irnos de aquí antes de que yo
exploteyenloquezca,porquemeacabodeenterardeunacosaquemehatocadoalgomásquelosovarios,yloúnicoquequieroesgritaryasesinaraalguien.
Susamigassemiraronsinentenderla,porloqueNormallamóalcamareroypidiólacuentadelabebida.
En silencio, las tres se dirigieron en el cochedeNorma a casadeSharon.Éstaibacallada,muycallada,yningunaquisopreguntar.
Alllegar,Pipalasrecibiócomodecostumbre,conalegríaylametazos,hastaquedeprontoSharonsoltóelbolsosobreelsofádesusalónygritó:
—¡Malditohijodeputa!NormayLucynodijeronnada,yaquéllainsistió:—¡Malditomonstruo!Y,comounahidrafuriosaysinpelosenlalengua,Sharonlesrefirióloque
Hanniballehabíacontadoenelrestaurante,yNorma,sindarcrédito,soltóporsubocatodolopeorquesepudieraoír.
Lucyescuchabaensilencio loquesuamigacontaba,hastaqueaparecióelnombredeRachelypreguntó:
—Pero¿quiénesRachel?Norma y Sharon se miraron, y la primera dijo, encaminándose hacia el
minibardelsalón:—Querida, siéntate bien porque, conociéndote, te aseguro que vas a notar
queelsuelotiemblabajotuspies.YasífuecomoSharonlecontóasuamigaLucylaverdadsobrequiénera
ellaylaverdadsobretodo,mientrasLucypasabaportodoslosestadosdeánimoposibles y su cara se volvía de todos los colores. Eso sí, evitó hablar de lasexualidaddeHannibal.Aquellonodebíasaberlohastaqueélasíloquisiera.
Una vez que terminó de contarle todo lo que había descubierto, las tresamigas se quedaron en silencio y Lucy, con la foto de las niñas en lamano,susurró:
—Entonces¿AdeleCardigannoeratumadre?—No.MimadresellamabaDesiréeLópez.—Yera...¡¿prostituta?!—Sí—afirmóSharon.Lucyasintió.Loque suamigacontabaera, comopoco, el argumentopara
unanovelay,mirándola,empezóadecir:—Pero¿cómovaa...?—Lucy—lacortóella—.Mipadrenoteníaporquéengañarmeenalgotan
surrealista,¿nocrees?—Vale—asintióconfusa.Alver el desconciertodeLucyy el gesto austerodeSharon,Norma fue a
deciralgocuandolaprimerainsistió:—Pero...peroestoesunalocura.TúeresSharonSivondeSivon&Cardigan.—Porsupuestoqueloes—afirmóNorma.
—Sinoosimporta,apartirdehoyprefierosersóloSharonSivon—declaróella.
Las tresguardaronsilencio;Norma,sentándoseal ladodeSharon, lecogióunamanoymurmuró:
—ParamísiguessiendoSharon,mimejoramiga,yquienno tequieraa tiprefieroquetampocomequieraamí.MedaigualquetellamesSivon,LópezoWhitman.Túerestúyconesomequedo,¿entendido?
Sharonsonrióylaabrazó.Cuando se separaron, ambas miraron a una descolocada Lucy, que las
observaba.Continuabadigiriendoloquehabíaoído.—¿Ytienestreshermanos?—preguntó.—Yunapreciosasobrina—matizóSharon.Lucyparpadeóycuchicheó:—Estovaaserunescándalocomosesepa.—Soyconscientedeello.Soylahijademipadreyunaprostituta.¿Yqué?
¿Esomehacepeorpersona?—Sharon...—insistióLucy.—Vamosaver,lasmalasdecisionesdemimadreporserprostituta,¿hede
pagarlasyo?—No—sentencióNorma.Totalmentedesconcertada,Lucynosupoquécontestar,ySharoninsistió:—¿Ser prostituta hace peor persona a mi madre biológica? Ella debía de
tenersuhistoriaparallegaradondellegó,yyonosoynadieparacuestionarla,porque, gracias ami padre, he disfrutado de una buena vida a pesar de habertenidoamiladoaunapersonatantóxicaymalacomoAdeleCardigan.
—Pero,Sharon,siestosesabe,afectaráatubufete.Seiránmáscuentasy...—reiteróLucy.
—Losé.Pero,llegadosaestepunto,¿quénolevaaafectar?—Madremía—susurróNorma.—Esodigoyo...,¡madremía!—afirmóSharon.Loqueseleveníaencimaeracomplicado.Muycomplicado.Peroellanoestabadispuestaacallarcomoantañohabíahechosupadre.Rachel, Logan y Britt eran sus hermanos, su familia, y como tales quería
tratarlos.
Eneseinstante,Lucyselevantóymurmuró:—Mevoy.Estarde.Alverla,Normasepusoenpietambiénypreguntócongestodesorpresa:—¿Tevas?—Sí.—Joder... Tu amiga, tu gran amiga, te acaba de contar algo que está
descabalandosuvida,algotremendamenteimportanteparaella,¿ytútevas?Lotuyo, querida, no tiene nombre. Bueno, sí. Pero es mejor que no te lo diga.Bueno,no,telovoyadecirporque,sinotelodigo,mevaasalirunsarpullidopor todo el cuerpo quemeva a envenenar. ¡Eres una desgraciada! ¡Unamalaamiga!¡Unatíasincorazónysinsentimientos!¡Unacabrona!Definitivamente,ereseldemonioy...
—¡Norma!—protestóSharon—.¡Cállate!Peroellaestabadescontroladayfuriosa,ysiguió:—Nuncamehas caído bien, ¿y sabes por qué?Porque amí sólome caen
bienlaspersonasquehablanlostresidiomasllamados:irdefrente,serdirectoysersincero,ytú,querida,noconocesningunodeellos.
Acontinuación,lastresguardaronsilenciomientrasSharonmirabaaLucy.Laconocía.Sabíaloimportantesqueeranparaellaciertascosasporelmalditoestatussocial,y,sinmoversedesusitio,indicó:
—Séqueloquehecontadoescomplicado.Comoséque,siestosalealaluz,sermiamigaserádifícil...
—Estovaaserunescándalo.Tehundiráempresarialmente,Sharon.—¡Quéasco!Deverdad, ¡quéasco!Envezdepensarensucorazón,estás
pensandoenlomaterial—gruñóNorma,conscientedelarealidad.Trasponerseenpie,SharonseacercóaLucyeindicó:—Decidasloquedecidas,respetotudecisión.—Yo es que lo flipo..., ¡lo flipo! Demoníaca, no, ¡lo siguiente! —gritó
Normafueradesí.Lucy y Sharon se miraban, mientras Norma despotricaba, hasta que la
primeraagarrósubolsoy,trasdarunbesoenlamejillaaSharon,semarchósindecirnadamás.
Boquiabiertayfuriosa,Normaobservócómosemarchaba.—¡Nomelopuedocreer!—exclamó—.Pero¡quesehaido,latía!
Sharonasintióyafirmóvolviendoasentarse:—Notepreocupes.Laconozcoyloesperaba.Esanoche, cuandoNorma semarchóySharon sequedó sola en suhogar,
antesdeacostarsepasóporeldespachodesupadrey,sinsaberporqué,pusolacanciónPrettyWoman.
Mientraslaescuchaba,cerrólosojosyrecordólainfinidaddevecesquelahabíabailadoconsupadre,yentoncessupoque,pasara loquepasase,SharonSivonsaldríaadelante.
Capítulo37
Elmiércolesporlamañana,Sharontrabajabaenlaoficinaintentandoolvidarsede sus problemas mientras estaba pendiente del teléfono. Norma había ido ahacerlaspruebasparalosSWATyteníaquellamarla.
Unavezqueterminóderedactarunademandayayudóaprepararladefensade un caso a Susan, su teléfono sonó. Era su amiga, y Sharon se apresuró acogerlo.
—Dimequehaidotodobien...Norma, que caminaba hacia su coche con la bolsa de deporte en lamano,
respondió:—He quedado la decimoséptima, y sólo pasan a la siguiente prueba los
quinceprimeros.—Norma...—¡Quéputada!Contodoloquemeheentrenadoyheestudiado.—Losiento.—Yyo.Creíaquepodría,peroestávistoqueno.Aloírasuamiga,Sharonseapresuróadecir:—Ypuedes,¡claroquepuedes!Sinohasidoestavez,serálasiguiente.—Desdeluego—afirmóaquéllaconvencida.Acontinuación,alrecordaralgoquesuamigalehabíacomentadodíasatrás,
Sharonpreguntó:—Esecomisariodelquemehablaste...,elSoplagaitas,nohabráhechonada
quepudierajorobarte,¿no?Norma negó con la cabeza. El comisario Casey McMurphy había estado
presente,juntoaotrosquecalificabanlaspruebas.
—No—respondió—.Nisiquierasehaacercadoamí.—Pero¿creesquehapodidoinfluirdealgúnmodoenlosresultados?Normasonrióy,llegandoasucoche,seapoyóenélydijo:—No,Sharon.Soyconscientedeenquémehansuperadootrosaspirantes.
Nolebusquestrespiesalgato.ElsoplagaitasdeMcMurphy,que,porcierto,esrubitoparamásseñas,nohatenidonadaquever.
Mástranquilaporsaberaquello,Sharonsesentóensubutacónparaintentaranimarasuamiga,yentonceséstaprosiguió:
—Lomiraréporelladobueno.Mimadresealegraráy,comotúdices,tengotiempoparapresentarmealasiguienteconvocatoria,queserádentrodeunaño.
Sharonsuspiró.Norma intentaba ser positiva, a pesar de que, conociéndola, se lo estaba
tomandoconmuchatranquilidad;acontinuaciónaquéllaañadió:—¿Sabes?Éramossólodosmujeresentrecientocuarentayochohombres,y
laotrachicahaterminadolanúmerotreintaydos.Y,aunquemejorobepensarque ninguna de las dos hemos pasado esta ronda,me alegra saber que ambashemosquedadopordelantedemásdecienhombres.Portanto,¡nodebemosdehacerlotanmal!
—Puesclaroqueno,cielo...,claroqueno.Normaabriósucocheconelmandoy,acontinuación,preguntó:—Oye, ¿te apetece que salgamos esta noche a tomar algo al Glorias? La
verdad es que creo que a ambas nos vendría bien tomarnos unas copitas ydespejarnosunpocodetodo.
Sharonlopensó,susplaneseranotros,ydijo:—HabíapensadoacercarmeacasadeRachel.—Nooooooo.Séquesuenaegoístaestoquetevoyadecir,perodéjalopara
otrodía.Necesitoquesalgamos,¡porfavor!OíreltonodeNorma,aquellaamigaalaquetantoquería,hizocambiarde
opiniónaSharon,queafirmó:—Deacuerdo.Salgamosestanoche.—Pasoabuscartesobrelasocho,¿teparece?—¡Perfecto!Trasdespedirse,ambascolgaronelteléfono,yenesemomentoNormaoyóa
alguienquedecía:
—Tienesrazón.Hasdeestarorgullosadeloquehashecho.Alvolverseparamirar, se encontró conel comisarioCaseyMcMurphy, el
tipo con el que había terminado a gritos una noche ante una detención y,cambiandoelgesto,dijo:
—Gracias.Sin hablarse, el teniente de pelo corto y ojos rasgados y ella se miraron,
cuandoél,esbozandounasonrisa,preguntó:—ElsoplagaitasdeMcMurphy...,¿soyyo?Al ser consciente de que él había escuchadomás de lo que ella pensaba,
Normalevantóelmentónysemofó:—¿TellamasMcMurphy?—CaseyMcMurphy—afirmóél.Ellaasintióy,dejándolodescuadrado,indicó:—Elegodealgunossereshumanosestandesmesuradoqueavecessecreen
quesonlosúnicosenelmundo.McMurphysonrió.Nolerebatió,peropreguntóconchulería:—OficialdepolicíaNormaVega,¿verdad?Sinquitarleelojodeencima,lajovenasintióy,conlamismachuleríaqueél
lemostraba,sinamilanarseporqueningunodelosdosibadeuniforme,leguiñóunojoeindicó:
—Adiós,comisarioMcMurphy.Y, sinmás,montóen suvehículo, arrancóy se alejó,dejandoa aquél con
unasonrisaenloslabios.
Capítulo38
SalirconNormasiempreeradivertido,peroiralGloriaserayaincreíble.Ensusalsa,yolvidándosede losproblemasqueúltimamente laahogaban,
Sharon bailó, cantó y disfrutó como llevaba tiempo sin hacer. Lo necesitaba.Necesitabadesfogarseyolvidarsedetodoofinalmentelaasfixiarían.
ElGlorias,unbardelsurdeNuevaYork,eraunlugaradondelagenteibaabailar salsa, algo en lo que Norma era una especialista y Sharon se defendíacomopodía.
Ambas necesitaban desconectar de las tensiones que vivían día a día, ycuando el camarero puso una nueva ronda de chupitos frente a ellas, Sharoncogióunoydijo:
—¡Porlasmujeres!—¡Ypornuestrosmaravillososovarios!—afirmóNorma.Aloírunacanciónquelegustaba,Sharoncomenzóamoverse.—Lollevasenlasangre—comentóNorma—,pero,reina,estanochenote
valacirculación.Ambas rieronpor aquelloyentoncesestaúltima, sinapartar lavistade su
amiga,preguntó:—¿AlgunanoticiadelSosainas?—Nolollamesasí—protestóSharon.Normasonrióy,claudicando,repitió:—¿AlgunanoticiadeHannibal?—No.SóloséqueestáconsuchicoenFranciaypocomás.Suamigaasintióydiountragoasubebida.—Estávistoquelasmujeressabemosfingira laperfecciónunorgasmo—
cuchicheó—,peroloshombrespuedenhacerloinclusoconunarelación.¿Cómofuecapazdehacerlo?
Sharonsuspiró.—Llámalomiedo,inseguridad,presiónoyoquésé,elcasoesquenosupo
decirlequenoalmonstruodesupadre,hastaque...—Hastaqueatiseteinflaronlosovariosyencarastelasituación.Nimás,ni
menos.—Tambiéntienesrazón—afirmóSharon.—Menudo sinvergüenza su padre. Cada vez que pienso en él, me pongo
enferma. PorDios, pero si incluso ha agredido a su hijo por no ser lo que élesperaba.
—Esunamalabestia.Unhombre sin corazóny sin sentimientos. ¿Qué sepuedeesperardeél?
Alverlaexpresióndesuamiga,Normapreguntó:—¿Estásbien?—No—respondióSharon—,porquemivida empresarial se tambaleabajo
mispies.Ysí,porqueporprimeravez sientoquehe recuperadomividaymiindependencia.
En ese instante, unos tíos se acercaron a ellas y, durante un rato, sedivirtieron con ellos. Por suerte, la oscuridad del local beneficiaba a Sharon,pues nadie la reconocía. Y cuando ellos se marcharon, Norma cuchicheódivertida,mirandoeltraserodeunodeellos:
—Meestáentrandohambre,peronosésidebocomer...Ambassonrieronporaquello,ySharonsusurró:—Plantéatelo así: como las dietas no son lo tuyo, tu única esperanza es
quemaralgunascaloríasmedianteelsexo.—Mmm...,buenplanteamiento.Ambasrierondenuevo;entoncesNormapreguntó:—¿TehallamadoLucifer?Sharonnegóconlacabezay,comonoqueríahablardeella,aldivisaraunas
amigasconlasquehabíanquedado,dijo:—AhíestánTelmaySavannah.Ambas sonrieron al ver a sus amigasy, cuando éstas se acercaron,Norma
pidiómirandoalcamarero:
—¡Cuatrochupitosdetequila!—¡Vivaeltequila!—aplaudióSavannah.Durantemucho rato lo pasaron bien, olvidándose de todos sus problemas.
Bailaron salsa y rieron con algunos hombres que se les acercaban, pero pocomás.
Cuandocomenzóa sonar la canciónYhuboalguien deMarcAnthony, unchicomorenoquehabíabailadoyavariostemasconNorma,seleaproximóy,mirándola,preguntó:
—¿Quieresbailar?Encantada,ellaaceptó.Desde labarra,SharonobservababailaraNormaencompañíadel restode
susamigas.Sindudaaquellamorenazalatina llevabaelritmoenelcuerpo;deprontosefijóenunachicaalfondodellocal.Aquellaquebebía,reíaysebesabauna y otra vez con una chica de pelo claro eraBritt, la hermana deRachel yLogany,porconsiguiente,lasuyapropia.
Sin poder quitarle la vista de encima, la observó, mientras Britt parecíapasarlobienconlachicaconlaqueestabayelgrupoconelqueiba.
Sorprendida, no porque la viera en aquella actitud, sino por habérselaencontrado,cuandovioquelasdoschicassedirigíanalbaño,nolodudóy,trascogersubolso,fuetrasellas.
Unavezallí,lasviobesándoseapoyadasenlapareddelfondodelbaño.ASharonnolesupusoelmásmínimoproblema.EstabanenplenosigloXXI
ylagenteteníatodoelderechoaenamorarsedequienledieralagana,yBrittnoibaasermenos.
Con disimulo, se lavó lasmanos, mientras ellas sonreían y se prodigabancariñitoscomodosenamoradas,hastaque ladesconocida,soltandoaBritt,diomediavueltaydesapareciódentrodeunodelosaseos.Enesemomentoseabriólapuertadelbañoyentróunachicadepelocastaño,quelasllamó:
—Britt,Nicole,daosprisa.NosvamosalCompact.—Notardaremos—afirmóBritt.Sinpercatarsedequenadielaobservaba,lachicasonrióy,mirándoseenel
espejo,seretocóelpelo.Sharonlaestuvomirandoduranteunpardeminutos,pensandoencómosaludarla,hastaquefinalmenteselimitóadecir:
—Hola,Britt.
Aloírsunombre,lajovenlevantólavista.—¿Nosconocemos?—preguntó,aunqueenseguidaafirmóalversubolso—:
Ah...,sí.EreslapijadeloszapatosrotosdeJimmyChoo,¿verdad?Sharonasintió,yaquéllapreguntó:—¿Cómotellamabas?—Sharon.Lachicaafirmóconlacabezay,cuandoibaadeciralgo,seabriólapuerta
delaseoy,ajenaaloqueocurría,suamiga,latalNicole,intentócogerladelamano,aunqueellarápidamenteseapartóy,conungestonadanatural,preguntó:
—¿YcuándovasaveraRacheldenuevo?Encuantopronuncióesenombre,Sharonsediocuentadequelaotrachica
se alejaba de ellas. Sin duda, mencionar a Rachel había sido una llamada deatencióndeBrittasuamiga,ySharonrespondióconnaturalidad:
—Esperoquepronto.Hededevolverlesuszapatos.Con gesto incómodo, la chica se movió, justo en el momento en el que
Nicole, sinmirarlas, salía a toda prisa del baño.CuandoBritt vio queSharonmirabahacialapuerta,seapresuróadecir:
—Pues nada. Un placer haberte saludado. —Pero, al ver que ella seinterponíaensucamino,susurrómirándola—.Oye,mira,noquieroproblemas.
Sharonnocontestó.¿Problemasporqué?—Por favor—insistióBritt—,no ledigas amihermanaquemehasvisto
conNicole.A Sharon le tocó el corazón ver los ojos desesperados de aquella niña, y
preguntó:—¿Porqué?Brittresopló.Eracomplicadoexplicarlesusmiedosaunaextraña,pero,sin
entenderporquélecontabaaquello,murmuró:—PorqueRachelyatienedemasiadosquebraderosdecabezacomoparaque,
encima,yoledéotromás.Boquiabierta,Sharonparpadeóy,sinpoderremediarlo,preguntó:—¿TerefieresaloquehayentreNicoleytú?Brittasintió,y,alversuapuro,Sharonsusurró:—Tranquila,quenodirénada.PeronoentiendoporquétuhermanaRachel
nopuedesaberlo.¿Acasonoloentendería?
Brittsuspiróy,pensandoenaquélla,respondió:—Nolosé.Rachelesimprevisibleenmuchascosas.Sorprendidaporaquello,ibaadeciralgomáscuandoBrittindicó:—Tengoqueirme.Sharonasintióy, sacandounbolígrafode subolso, apuntó rápidamente su
teléfonoenunpapelyseloentregó.—Ten.Llámamesinecesitasalgo,¿entendido?Brittcogióaquelpapelqueellaletendíay,trasesbozarunatímidasonrisa,
abriólapuertadelbañoysemarchó.Suchicalaesperaba.Desconcertadapor lo ocurrido,Sharon salió del bañoy se encaminóhacia
dondehabíadejadoasusamigas.Alversuexpresiónseria,Normapreguntó:—¿Quéteocurre?Sharonlamiróy,sinquerercontarleloocurrido,sonrióy,trasseñalaraun
hombrequebailabasalsaenlapista,respondió:—Quemeestáentrandohambre...¡Vamosabailar!Durante un buen rato, las amigas disfrutaron de un ambiente distendido y
relajado,algoqueSharonyNormanecesitabanpararebajarlatensión.Estabandivertidoscuandoelcamarero,poniendocuatrochupitosanteellas,
dijo:—Departedelcaballerodelfondo.Lascuatromiraronhaciaellugardondelesseñalaba,yentoncesNorma,al
verdequiénsetratabayqueleguiñabaelojo,murmuró:—¡Joderrrrrrr!—¿Quiénes?—preguntóSharonmirándolo.Normasuspiróyrespondió:—CaseyMcMurphy.—¿ElSoplagaitas?Normamaldijo.Pero¿quéhacíaélallí?Y,mirandoaSharon,dijo:—Ahoravengo.Voyaverquénaricesquiere.Sinpararseapensarnadamás,Normasedirigióhaciaaquél,queestabaala
izquierdadelabarra,y,plantándoseanteél,dijo:—¿Porqué?—¿Porqué,qué?Normasuspiró.
—¿Porquétienesqueinvitarnos?Casey,queestabaallíporquelahabíaoídomencionarellocalalescucharla
cuandohablabaporteléfono,respondió:—Simplementequeríatenerundetallecontigoytusamigas.Normasonrió.Aqueltipoladesconcertaba.Laponíanerviosa.Esa mañana, durante las pruebas, se había dado cuenta en un par de
ocasionesdequeéllamirabadeunamanerainquietantey,sinpoderremediarlo,dijo:
—Ademásderubio,erestonto.ElcomisarioCaseyMcMurphysetocólacabezadivertidoyafirmó:—Yqueconstequesoyrubionatural.ANormalehizograciasuchulería;acontinuaciónéstedijo:—Vale.Tedebounadisculpaporelmodoenquenosconocimosy...—Medebesmásqueunadisculpa.—Notepases—semofóéldivertido.Norma,aloírlo,sedispusoadarmediavuelta,peroéldijosujetándoladel
brazo:—Losiento.Sientohabermecomportadocomounsoplagaitasaquellanoche
yhaberdichocosasquenisientonipienso,aunquetútampocotequedasteatrás.—Ella sonrió, y él matizó—: Estaba de mal humor porqueme sacaron de lacamaparairaporaqueltipoylapaguécontigo.
Aloíreso,Normalomiróeindicó:—Disculpasaceptadas.Ambos permanecieron inmóviles,mirándose, hasta que él, nervioso por la
maneraenqueellaloobservaba,preguntó:—¿Meaceptasunacopa?—Yamehaspagadouna.—Merefieroaunaaquí,conmigo.Esomeharásaberquemehasperdonado
completamente.Normalopensóy,alverelgestodivertidodeSharon,asintiócongracia:—Deacuerdo.Teconcederélacopadelperdón.Divertido,Caseypidióunpardechupitosy,cuandoelcamareroselospuso
delante,ellosloscogieronybrindaron.—Porunabonitaamistad—dijoél.
Normaafirmóconlacabezay,seguradeloqueaquélleprovocaba,declaró:—Yporunanocheinteresante.Caseyasintió.Le gustaba la impulsividad de aquella chica, y, tras tomarse ambos los
chupitosdeuntirónydejarelvasosobrelabarra,élseñaló:—Creoquedeberíamoshaceralgoqueaúnnohemoshecho.—¿Elqué?Élletendióentonceslamanoymurmuró:—Casey.Ellasonrióy,estrechándosela,indicó:—Norma.Ambossonrieron,yentoncesélcomentó:—Bailasmuybien,Norma.—Gracias,Casey.—Aunquenotanbiencomoyo.—¡Seráscreído!—Normasoltóunacarcajada.En ese instante comenzó a sonarNome conoces, deMarcAnthony, y él,
asiéndoladelamanocondeterminación,dijo:—Ven.Bailemos.Sin negarse,Norma se dejó llevar a la pista, y cuando él la agarró por la
cinturaylaacercóhaciasí,preguntó:—¿Preparadaparabailarconelreydelasalsa?Normasonrió.Legustabaaquelchuleras.Traselencontronazoquehabían
tenidolanochequeseconocieron,ellaseinformódequiéneraelcomisario.—Menoslobos,¡Caperucito!—replicó.Casey sonrió,mientras los ojos deNorma buscaban a sus amigas. Sharon
estabasolaenlabarra.—Quetequedeclaroque...—Chiss...,elSoplagaitasseestáconcentrando.Cuando el ritmo de la música cambió y se volvió más vibrante, más
atormentadaeíntima,Normalosiguióalverqueélcambiabaelpaso.Sinduda,Caseytambiénsabíabailary,dejándosellevar,seadaptóaélydisfrutó.Bailaraquella sensual canción con él se convirtió de pronto en una maravilla, y elcomisariocomentó:
—Notodoloquecomienzamaltienequeseguirdelamismamanera.Normaasintióy,alversuexpresión,sonrióyafirmó:—Demuéstramelo.Y, dejándose llevar por la sensual canción, disfrutaron de algo inesperado
queningunodelosdoshabríaimaginado.Desde la barra, Sharon observaba cómo se divertía su amiga, bailando y
sonriendo.Laconocíamuybieny,sinduda,aquelMcMurphy,untiarrónaltoycuadrado,eralaclasedehombrequeasuamigalegustaba.
Mientrasescuchabalacanciónylosveíabailar,recordóalobreroquehabíaconocidoenelbufete.Pensóensusasombrososojosverdes,aquellosojosquecadavezquelomirabalaponíannerviosaporqueparecíandesnudarla,yensusonrisa. Y de pronto sintió ganas de verlo. De hablar con él. Pero tan rápidocomopensóenello,ellamismadesechólaidea.
Aquel tipo y ella no tenían nada que ver, además, tras su últimoencontronazo y lo borde que había sido con él, seguro que no querría nisaludarla.
Estabapensandoenellocuandountiposeleacercóylainvitóabailar.Sindudarlo,ellaaceptó.Habíaquevivirlarealidadydejardevivirderecuerdos.
Cuandolacanciónacabó,Normaseacercódenuevoasusamigas.—Queridas,¡mevoy!—anunció.—¿Tevas?—preguntóSavannah.Sharonsonrió.ConocíamejorquenadieaNormay,cuandoibaadeciralgo,
ellaseleadelantóafirmando:—Loshombressoncomolosautobuses.Pasanunotrasotro,yestanochehe
decididoconduciruno.—Pásalobienyquemacaloríasporlasdos—semofóSharon.Normalesguiñóelojoy,dándoselavuelta,sedirigióhaciadondeCaseyla
esperaba. Segundos después, ambos desaparecieron del local. Tenían unaexcelentenochepordelante.
Capítulo39
Eljuevesporlamañana,SharonestabarevisandounosexpedientesenlaoficinacuandorecibióunwasapdeNorma,quedecía:
Dobloturno.¡Soplagaitas,increíble!Mañanatecuento.Besos.
La joven sonrió al leer aquello; entonces Cristian, acompañado de Susan,
entróensudespachocomounaexhalaciónyexclamó:—¡Buenasnoticias!Sharonlomirósorprendida,ySusan,excitada,dijoacercándosealamesa:—Jefa...,jefa...,nopuedesimaginartequiénestáaquí,¡madremía!Alverlaemocióndeaquéllos,Sharonreplicó:—Pues,laverdad,nolosé,peroporvuestrascarasdebedeserunapreciosa
modeloounguapísimoactor.—¡Frío!—gritaronalunísonoSusanyCristian.Sindecirnadamás,ellalosmiró,ySusandijotapando,labocaaCristian:—En la sala de reuniones está esperándote nada más y nada menos que
StephaniaKatrinaRondell.¿Sabesquiénes,jefa?Sharonparpadeó.Aquella que habían mencionado era la dueña de los mayores viñedos de
EstadosUnidos,y,antesdequepudieradecirnada,Cristianindicó:—Porlovisto,noestácontentaconelbufetequellevasustemaslegalesy...—¿Enquésalaestá?—locortóSharonexcitada.—Enlados—apostillóSusan.Todavía sorprendida por la inesperada visita, Sharon se estiró la chaqueta
grisquellevabay,cogiendosumóvilysuiPad,dijo:—Muybien.Nolahagamosesperar.Durante dos horas, Sharon charló con aquella señora, una mujer de
aparienciaregiayvozautoritaria,conlaquehablódenegociosdeunamaneraqueaambaslassatisfizo.
Cuando ella se marchó, indicándole que al cabo de unos días le daría larespuesta,SharonyCristiancaminaronhaciaeldespachodelaprimera.Unavezallí,ambossemirarony,sinquenadielosviera,comenzaronadarsaltitosenelsitio como niños. Si fichaban aquella cuenta, sería increíble, y, cuando seabrazaron,Sharonmurmuró:
—Papá debe de estar removiendo el cielo para que nosotros podamosconseguirestoenlaTierra.
Ambosrieronporaquelloy,cuandoCristiansemarchó,ella,sentándoseensusilla,miróelretratodesupadrequeteníasobrelamesaydijo:
—Papá,cruzarélosdedosparaquesalga.Una hora después, Sharon preparaba una demanda, cuandoAlicia abrió la
puertayanunció:—LaseñoraGinaRamírezquiereverte,peronotienecita.Sharon, que no sabía de quién le hablaba, la divisó a través de la puerta
entreabiertayleindicóasusecretaria:—Hazlaentrar.Segundosdespués,Gina,lamujerquehabíacuidadodeRacheltodasuvida,
entróeneldespachoylasaludócongestoasustado.—Hola,Sharon.Laaludidaselevantódesusillón,y,sinmoversedelsitio,extendiólamano
ypidió:—Porfavor,siéntate.Ginacaminóhastalamesay,encuantosesentó,paseólosojosporelamplio
ylujosodespacho.—Esmuybonito—comentó.—Gracias.Loes—afirmóSharon,sentándoseasuvez.Trasunsilenciocargadodetensión,Gina,queseguíateniendosubolsoysu
chaquetasobrelaspiernas,dijo:—Nuncahabríavenidositúnohubierasdadoelprimerpaso.
Sharonasintió,yaquéllaañadió:—Rachelnosabenada.Nisiquieraseimaginaquetúpuedassersuhermana.
Ella sólosabequesupadre leenvíadinero todos losmeses.Peronuncaquisosabernadamásdeél,yporesoestoyaquí.Temocómovaareaccionarcuandotedecidasacontarlelaverdad.
La sinceridad en la mirada de la mujer le tocó el corazón a Sharon, que,convencida de que aquélla no tenía ninguna culpa de lo ocurrido, se levantó,rodeólamesaylequitólachaquetayelbolsodelasmanos.Acontinuación,seagachóy,abrazándola,murmuró:
—Sientocómomecomportéelotrodíacontigo.Losiento.Emocionadaporencontrarseconunasituaciónqueellahabíavaloradocomo
difícilycomplicada,Ginarespondió,abrazándoseaella:—Nosientasnada,cariño.Eralonormal.Nodebedehabersidofácilparati
encontrartecontodoestoestandosola.—No.Nolohasido—afirmóSharon.Cuando se separaron, se sentaron la una junto a la otra y comenzaron a
hablar.Necesitadas de contarse, preguntarse y responderse, hablaron largo y
tendido,mientrasel teléfonodeSharonsonabaysonabayellaconstantementerechazaba las llamadas.Enesemomentonadaeramás importantequeaquellaconversación.
Una hora después, cuandoAlicia entró para avisar de que unos clientes laesperabanenlasaladejuntas,Sharonmiróalamujerydijo:
—Meencantaríaseguirhablandocontigo,perotengoqueatenderesavisita.Ginaasintiómientrasselevantabayluegoseapresuróadecir:—Porsupuesto,hija.Loprimeroesloprimero.Conrapidez,Sharoncogióunadelastarjetasqueteníasobrelamesaysela
entregó.—Aquítienesmisteléfonos,paraloquenecesites.Antecualquiercosaque
pase,nodudesenllamarmesealahoraquesea,¿deacuerdo?Ginacogiólatarjetaencantaday,trasguardárselaenelbolso,miróaaquella
niñaalaquehabíaqueridotodasuvidayaseguró:—Rachelesmuycabezota,perotambiénesmuybuenaniña.Daletiempoy
loentenderá.
Sharonsonrióy,trasdarleunbeso,Ginasemarchó.Unavezasolas, lepidióasusecretariacincominutos.Necesitabaalgode
tiempoparareponersedelainesperadavisita,ycuandosesintiófuertelevantóelmentónysedirigióalareunión.Ellapodíaconesoyconmás.
Capítulo40
Aldíasiguiente,Sharonfuedirectaalosjuzgados.Teníaunjuicio.Durantemás de una hora, con profesionalidad y rectitud, llevó adelante la
defensadeunode sus clientes.Ycuandoel juez falló elveredictoa su favor,Sharonsonrió.Sinduda,CuchilloSangrientonolahabíaabandonado.
Trasesejuicio,sedirigióaotroqueteníaconunamujerdelaasociaciónqueluchaba por la custodia de sus hijos, y de nuevo Cuchillo Sangriento salióvictoriosa.
Media hora después, varias mujeres de la asociación celebraban junto aSharonqueGenovevapudieracontinuarsuvidaalladodesushijos.
Una vez que llegó a la oficina, feliz por muchas cosas, la abogada sesumergió en otras demandas, hasta que la puerta de su despacho se abrió yaparecieronCristianyNorma.
—Sinceramente,hermanito,creoqueesachica,Kasandra,tehamiradoconcaritadepollitoabandonado.
Él sonrióy, sinquerer entrar enel juegode suhermana, indicómirandoaSharon:
—Aquí,laSWAT,quevademodernaperomequierevercasadocomomimadre.
—¿Ylofelizqueibasahaceramamá?—Cásatetúylaharásmásfeliz.—Imposible.—Normasonrió—.Yosoylaovejanegradelafamilia.Mamá
esperadetilosnietecitosconlazosenlacabezayvestidosconpuntillas.—¡Quéhorror!—semofóCristian.Lostresrieronporaquello;entoncesaéllesonóelmóvily,trasatenderuna
llamadaconbrevedad,anunció:—Osdejo.Tengounavistapreliminaralauna.Cuando abandonó el despacho, Norma se sentó en uno de los butacones
frenteaSharonypreguntóinteresada:—¿AlgonuevosobreelSosainasysusconflictos?—No.Sinnovedadenelfrente.Sequedaronunosinstantesensilencio,hastaqueSharonpreguntó:—¿Puntuación?Comprendiendosupregunta,Normaechólacabezahaciaatrásycuchicheó:—Unnueve.—¿Nueve?¿Tanto?Pero¡siesrubio!—semofóSharondivertida.Suamigaasintió.—Casa limpia. Cama hecha. Desayuno impecable. Deportista. Caliente,
atentoydetallistaenlacama,ysiaesolesumascómobaila,queesunchulerasdelosquemegustanytieneunasonrisaperfecta,¡nopuedobajarlapuntuaciónapesardequesearubio!
Ambasrieron,ySharoninsistió:—Pero si tu ex,Darren, tenía un ocho ymedio. Túmisma dijiste que los
nuevesapenasexisten.—Yesverdad.—¿YporquélohaspuntuadomásaltoqueaDarren?Normasonrióy,congestoguasón,afirmó:—Porquememiraalosojosmientras...,¡yasabes!Sharonsoltóotracarcajada,yNorma,aúndescolocadapor loocurridocon
aquelhombre,afirmó:—Tejuroquefuetodotanperfectoquenomefío.—Quizáseatumedianaranja.ElgestodeSharonhizoreíraNorma,quedijo:—Noquieronimedia cebollaquemehaga llorar, nimedio limónqueme
amargue la existencia.Por tanto, hedecididohincharmeamandarinas.Eso sí,pedazodemandarinaeselSoplagaitas.
Ambasrierondenuevo,hastaqueNorma,incapazdecallar,cuchicheó:—Silleganadecirmequeuntipotanrubioyblanquitodepielseríacapazde
ponermetodoelvellodepuntaconsólomirarme,¡nuncalohabríacreído!Con
Darreneratodoperfecto.Siempredijequeeraunasenlacama,peroCasey...,¡woooooo,nena!¡Sencillamenteincreíble!
—Vaya...,vaya...Yesoquecomenzósiendounsoplagaitas...—Ylosiguesiendo.—¿Porquédiceseso?—Porquese lo tienemuycreído.¿Tepuedescreerqueayermemiróyme
soltó:«Yasabescómolocalizarmecuandoquieras,muñeca»?¡Seráchuloeltío!—Chulostegustan.—Sí.Peroésteesdemasiado.Uff...,meduelenhastalascaderas.Aloíreso,Sharonsonrióy,bajandolavoz,dijo:—Amiguita,terecuerdoqueelsexoescomoelejercicio:sitedueletodo,es
quelohicistebien.Normasoltóunacarcajaday,quitándosedelacabezaloquepensaba,abrió
losbrazosycuchicheó:—Noesbuenaideavolveraverlo.—¿Porqué?—Porque quiero entrar en los SWAT y no tengo tiempo para perderlo
tonteando con un chulito que probablemente algún día comenzará a ponermebarreras.Temazanjado.
Sharonasintióy,cuandoibaadeciralgo,suamigaseleadelantó:—¿Teapetecequesalgamosestanoche?—¿Otravez?—Sí.Pensando en lo que había hablado aquellamañana conGina, Sharon negó
conlacabeza.—Norma,tepongascomotepongas,estanochevoyairaveraRachel.—Vale.Teacompaño,melapresentasyluegonosvamoslastresdejuerga
paracelebrarlo.Divertida,Sharonsonrió,aquelloeramuyimprobable,peroNormainsistió:—¿Ysinosvamosahoramismoatomaralgo?—Tengomuchotrabajoy...—Alamierdaeltrabajo.—Norma...—Ellario.Laaludidamiróasuamigaeinsistió:
—Podríamosirnosahoramismoaunspa,darnosunosmasajesrelajantesy...—Norma,tehedichoquetengotrabajo.—¡Túytutrabajo!PorDios,¿cuándovasaaprenderadesconectar?Digoyo
quedealgoserviráserladueñadelaempresa,¿noteparece?—¿Deunaempresaruinosa?Normasonrióy,sinquererquesuamigadejaradesonreír,repuso:—Ruinosaono,estuempresa,¿verdad?Sharonasintió.Serladueñadeunaempresa,almenosparaella,significaba
implicarse al cien por cien, pero, como necesitaba un poco de diversión, selevantóydijoalverqueeranlasoncedelamañana:
—De acuerdo, pesada, ¡vámonos! Aunque esta tarde debo pasar por laasociación.Tengounareuniónconunamujeryluegohededarunacharla.
—Perodespuésnosvamosdejuerga,síosí.Sharonnorespondióy,cogiendosubolso,dijo:—Lucy me habló de un spa en la Ochenta y seis esquina con Madison
Avenueque,alparecer,es¡impresionante!—Oye...,oye...,oye.Unmomento.—¿Quépasa?—Luciferytúsoismuysibaritasparamuchascosas,peroyovivodelsueldo
deunoficialdepolicía.Sharonsonrióy,agarrándoseasuamiga,indicó:—Tienesrazón.Yotampocoestoyparamuchosgastos.Ambassemiraron,yNormadijo:—Vamos,conozcounspaestupendoenBrooklynqueteaseguroquenonos
costarátantocomoalquetúpensabasllevarme.Una vez que salieron del despacho, Sharon le indicó a Alicia que estaría
activaenelmóvily,conunasonrisa,semarchóconsuamiga.En el spa, se dieron unmaravillosomasaje, y en esemomento Sharon se
permitió desconectar el teléfono. Una vez que terminaran con aquello, lovolveríaaconectar.
Después del maravilloso masaje, tras comprar unos trajes de baño, yenvueltasporunastoallasinmaculadamenteblancas,Sharonencendiódenuevoelmóvil.Teníatropecientasllamadas,que,apesardelasquejasdeNorma,ellaatendió.
Cuando acabó, pasó a la zona donde la esperaba su amiga, un espaciodiáfanoconunaimpresionantepiscinalúdicaa32grados.
AlveraNormatumbadaenunabonitahamacablanca,seacercóaella.—¿Todobienporaquí?—preguntó.Abriendolosojos,suamigalamiró,cogiólacopaqueteníasobrelamesita
yafirmó:—¡Mejor,imposible!Ambasrieron,yNorma,levantándose,dijo:—Memueropormeterme.Satisfechas y encantadas, ambas se quitaron las toallas que llevaban
alrededordelcuerpoy,dejándolassobrelashamacas,seencaminaronhaciaallíy se sumergieron en la magnífica piscina. El agua cálida las hizo sonreír aambas.
Cuando, entre risas, se sentaron en unos asientos hidrojets y éstoscomenzaronaburbujear,Normasusurró:
—Madremía...,estoesvida.Duranteunbuenrato,comodosniñas,disfrutarondeloschorrosapresión,
lascamasacuáticasdemasaje,losasientosconhidrojets,y,cuandotuvieronlaspuntasdelosdedosarrugadascomogarbanzos,salierondelapiscina.
—Oye...—dijoSharon—,¿puedopreguntartealgo?—Siempre.¿Quéocurre?LaabogadapensóenBritt,encómoencarareltema,yprosiguió:—Enelhipotéticocasodequesupieraslacondiciónsexualdeunacría,¿se
lodiríasasufamilia?Normamiróasuamigaypreguntó:—¿Quiénes?¿Laconozco?Rápidamente Sharon buscó una salida. No quería que Norma supiera de
quiénhablaba,eindicó:—Esporuncasoqueestoy llevandoenelbufete.Se tratade lahijadeun
cliente,yelotrodía,cuandoletomédeclaración,mecontóqueesosuponíaunproblemaconsuspadresy...
—¿Cuántosañostienelaniña?—Veinte.—Nihablar.Túnotemetaseneso.Esamujercitayaesmayorparadecidir
cuándoycómocontarsuscosas.Esmás,¿porquéhabríasdehacerlo?—Porqueesunaniña.—Peroessuvida.¿Oacasoaticonveinteañostegustabaquetedijeranen
quiéndebíasfijarteyenquiénno?—preguntóNorma.Sharonasintióy,traspensarlo,afirmó:—Tienesrazón.—Porsupuesto.Comosiempre.—Notepases.—Suamigasonrió.Llegaronhasta lashamacas,cogieronsus toallasy, secándoseconellas, se
tumbaronadescansar,mientrasdefondosonabamusiquita«deascensor»,comodecíaNorma.
Pero a Sharon se le cortaba el relax cada dos segundos. Su teléfono noparabadevibrar,pueslehabíaquitadoelsonidoparanomolestar.Atendióunallamada trasotrahastaqueNormanopudomásy, levantándosede lahamacadondeestaba,cogióelmóvildeaquéllayasegurómirándola:
—Tejuroquelotiroalapiscina.—Dámelo ahora mismo—se quejó Sharon—. Tengo que estar conectada
conelbufete.—Pero¿cómopretendesrelajartesicada tresminutosestásatendiendouna
llamadatelefónicaportrabajo?Ellasuspiró.Suamigateníarazón,peroselevantó,lequitóelteléfono,que
volvía a vibrar, y dijo, alejándose unos pasos para atender una llamada de susecretaria:
—Damedosminutos.SinquerermiraraNorma,quegesticulaba,Sharonsediolavueltayatendió
aAlicia.Unclientehabíallamadoparacambiarlahoradelareuniónqueteníanal día siguiente a las diez y necesitaba su conformidad para cerrarla.ConformidadqueSharonledio.
Unavezquecolgóelteléfono,elsonidodeunasrisasllamósuatencióny,almirar, vio a una pareja que entraba en la zona de la piscina. Parecían muyfelices,peroSharonsequedósorprendidaalreconoceraaquelhombre.
Aquel tío tan sexyque iba con el torsodesnudoyuna toalla anudada a lacintura era Noah. El obrero, ¡el ojazos!, y en décimas de segundo su propiocuerporeaccionó.Verloeratentador.Terriblementetentador.
Sinquerernipoderquitarlelosojosdeencima,losiguióconlamirada.Porsusonrisa,sentíaqueestabamuycómodoconlamuchacharubiaconla
queiba,y,cuandoambossemetieronenlapiscina,yellasecogióasucuello,sinsaberporqué,Sharondejódemirar.
¿Seríaunaconquistamás,comolaenfermera?Noobstante,susojosregresarondenuevoalapiscina,dondeélylajovense
tumbabanahoraenlascamasacuáticasacharlar.Sinpoder remediarlo,Sharonclavó lamirada en él.Aquelhombredepiel
morena,cabellooscuro,cuerpodeinfartoyojostanimpresionanteshacíaqueselesecaralaboca.
EstabaobservándolocuandosuamigaNormaseacercóaellay,siguiendoladireccióndesumirada,afirmó:
—Un siete sin conocerlo. Yo también me he fijado en él. ¡Pedazo demoreno!
Sharonasintió.Sindudaloera,y,sinsaberporqué,cuchicheó:—SellamaNoah.Boquiabiertaporque suamigaconociera a semejante espécimen,Norma se
plantófrenteaellaypreguntó:—¿Conocesaesetipo?¿Desdecuándo?,¿yporquénomelohabíasdicho?Al oírla, Sharon sonrió y, dándose la vuelta para regresar a sus hamacas,
susurró:—Meacabasderecordaraciertodemonio...¿Porquéserá?Normasonrióymurmuró:—Laqueloacompañaesrubiadebote.¡Senotaunmontón!¿Yquédigoyo
siempreanteeso,queridaamiga?...Sharonmiróalajovenqueestabaconaquély,sonriendo,cuchicheó:—Vale.Elcolordelacejamarcaeldelaalmeja.—¡Sharon de mi vida...! ¡Qué orgullosa estoy de ti! —Norma rio a
carcajadasaloírla.Divertidas,seencaminaronhacialashamacas;Normamiróhaciaatrásy,al
verqueéllasmiraba,musitócondisimulo:—PuesquesepasqueOjitosSensualesnosestámirando.Conlacuriosidadportodoloalto,Sharonsevolvióysucorazónseaceleró
cuandolosojosdeélylossuyosseencontraron.Comounatonta,sonriódeseosa
derecibirunasonrisaporsuparte,perolasonrisase lecongelócuandoél,sincambiarelgesto, comosino laconocieradenada,dejódemirarlaycontinuócharlandoconsuamiga.
ASharonlemolestósudesplante.¿Estaríaenfadadoporhaberlodejadoconlaenfermera?Y,mirandoaNorma,dijo:
—Vámonos.—¿Porqué?—Porquelagentehoyendíaesmásinteresadaqueinteresante.Sin esperar a su amiga, Sharon se dirigió hacia las taquillas con paso
aceleradoy,cuandollegófrentealasuya,quitándoselapulseraquellevabaenlamuñeca,dondeibasujetalallave,laabriómientrasNormadecíaenvozbaja:
—Cuéntame. ¿Quién es ese moreno de cuerpo programado para quemarlocamentecaloríasquenotepareceinteresante?
—Nadieespecial.—¿Nadieespecial?Uy...,uy...,¡quenosconocemos!Conscientedequesuamiganopararíadeinterrogarla,Sharonrespondió:—Sólo sé que se llama Noah y poco más—y, mintiendo, añadió—: No
recuerdonidóndeloconocí.—¡Esonotelocreesnitú!—Vale..., loconocíenlaoficina.Eraunodelosobrerosquepapácontrató
paralareformay,bueno,coincidoconélcuandovoyaveraRachely...—¡¿Y?!—preguntóNormainteresada.—Tambiénfuequienmellevóalhospitaleldíaquemehiceelchichónenla
cabezay...ynadamás.—¿Nadamás?¿Yporquénomehabíascontadonadadetodoeso?—Porquenoeranecesario.Normasonrióy,cabeceando,insistió:—Vamos,dilo.Estoyesperando.Sharonmaldijo.Suamigalaconocíamuybieny,alvercómolamiraba,dijo
dándoseporvencida:—Deacuerdo...Esetipoestáparahacerleuncroissantporlasmañanas,una
tostadaporlastardesyunrevueltoporlasnoches,pero...—Nohayperosquevalgan,elpróximodíaque loveas,piensaen ti,en lo
quetúquieres,yquemacalorías,cariño,¡lonecesitas!
—Norma...—Ellario.—Pero¿túhasvistoquéojosverdestieneelpollo?Sharonasintió,claroquesehabíafijadoenlosojazosdeaquél.—¡Comoparanoverlos!—exclamó.—Despuésdelmuermoaburridoysoporíferoquetehasquitadodeencima
—cuchicheóNorma,encantadadelavida—,untiarróncomoéseparaalegrarteelbodytevendríagenial,teloaseguro.
—Norma...—¿RecuerdasquecuandorompíconClarksalíunpardenochesconuntipo
llamadoBlake?—Suamigaafirmó,yella indicó—:Veintitrésañitos..., ¡no tedigoná!
Sharonparpadeósorprendida.Suamigalopasabamuchomejorqueellaenciertostemas,ymusitó:
—Mividasexualesunamierda.—Losé.Poresoteanimoareactivarla.Vienegenialparaelcutis.Sharon se compadeció de símisma. Pensando en el sexo practicado en el
últimoaño,suspiróeindicó:—PorDios,Norma,silopiensasbien,mividasexualpuedecompararsecon
una Coca-Cola. En un principio era normal, luego se convirtió en Light, yactualmenteesZero.
Ambas rieronporaquello,hastaqueSharon,mirandoel relojde sumóvil,dijo:
—Launaycuarto.¿Teapetecequevayamosacomeralgo?—Memueroporunhotdogconmostazaydobledecebollita.Unavezquesevistieronysesecaronelcabello,lasdosmujeressalierondel
spa,yaNormalesonóelteléfono.—¡Joder!—exclamóelladespuésdeatenderlo—.Eradecomisaría.—¿Quépasa?Normamaldijo.—Necesitanquevayaacubrirunturnodobledeuncompañeroalquesele
acabademorirlamadre.—VayaporDios.Pobre.Ambasasintieron,yNormasuspiró.—Adiós,hotdog,conoceraRachelysaliditanocturna.
—Saldremosotrodía—laconsolóSharon.Normaafirmóconlacabezay,seguradeloqueteníaquehacer,cambióel
chipy,mientrascaminabahaciasucoche,preguntó:—¿Quieresquetedejeenalgúnlado?Sharonlopensóyluegoseapresuróacontestar:—No,tranquila.Volveréandandoalaoficina.Cuando lasdos amigas sedespidieron, al darse la vuelta para encaminarse
hacialaoficina,SharonsecruzóconNoahyconsuacompañante,quesalíandelspa.
Losojosdeaquelhombrey losdeella se encontraron,peroestavezni lesonrió ni la saludó. Sharon imaginó que su último encuentro lo había dejadodisgustado.
Capítulo41
Esatarde,cuandoSharonllegóasucasa,secambióeltrajegrisylostaconesporunosvaquerosyunacamisetaazul,cogióloszapatosnegrosqueRachellehabíadejadoylosmetióenunabolsa.Conelpretextodedevolvérselos,podíavolveraverla.
Tras decirle a Gladys que se marchaba, bajó a su garaje, arrancó suChevrolet Camaro ZL 1 y, antes de encaminarse hacia el barrio donde vivíaRachel,diovariasvueltasconelcocheparacerciorarsedeque laprensano laseguía.Loúltimoquequeríaeraeso.
Cuando llegóalbarrio, aparcóelvehículocercadeunciney seencaminóhaciaeledificiodondevivíansushermanos.
Unavezallí,sefijóenuncamióndeobraquehabíaparadoendoblefila.Susojosbuscaronaalguienconuncascoamarillo,queenseguidaencontró.
Allí estaba Noah. Vestido con unos vaqueros, una camiseta gris y suinseparablecascoamarillo.Desdelejosloobservó.Sindudaaqueltipoerasexyconropaysinella,y,recordandoalamujerquehabíavistoconél,sepreguntóquiénsería.
EstabapensandoenellocuandovioaNoahcruzarlaaceraymeterseenelcafé,aquéldondehacíanunosestupendoscapuchinos.Y,dispuestaadisculparseconélporlacontestaciónquelehabíadadoelúltimodíaquesevieron,cruzólaacerayentróenellocal.
Nadamásentrar loviosentadoalfondo,mirandounospapeles,ymientraspermanecíadepie, inmóvil, se fijó enel tatuajeque llevabaenel antebrazoyvolvióaleer:«Undeseonocambianada,perounadecisiónlocambiatodo».
Loestabamirandoembobadacuandovioqueelcamarero ibaa llevarleun
café. Rápidamente lo detuvo, lo pagó y, cogiendo la taza, fue hasta la mesadondeaquélseguíamirandolospapelesylodejófrenteaél.
—Gracias,Jeff—murmuróNoah.Alverquenohabíalevantadosiquieralacabeza,Sharonsuspiró.—Denada,peronosoyJeff.Noahlevantólamirada.Sus ojos se encontraron con los de ella y, aunque le agradó la vista, no
sonrió.Aunasí,sabiendoquedebíasereducado,indicó:—Gracias.Y,sinmás,volvióacentrarseenlospapelesqueteníafrenteaél.Desconcertadapornorecibirloqueellaesperaba,Sharonparpadeó.—Esmimaneradepedirteperdónporser tanbordeydejartecolgadocon
aquellaenfermera.Vale,lohicemal,perocreíaqueeraloquedeseabas.Noah la oyó, pero no lamiró. Cada vez que lamiraba sentía una tensión
sexualtremendahaciaella,yfinalmenterespondióconvozseria:—Mealegramuchosaberlo.Sinpodercreerseaqueldespropósito,Sharonnosemovióeinsistió:—Almenospodríasmirarmeparahablarme.Segundosdespués,losimpactantesojosdeNoahseclavaronenella.Estabapreciosavestidaconaquellosvaquerosylacamiseta,peronoteníaun
buendíay,sinsonreír,preguntó:—¿Quéquieres?Bloqueadaporsufrialdadysuseriedad,ysinsaberquéresponder,Sharon
tragósalivay,mirandoaquellasmanosfuertes,susurró:—Realmentenoquieronada.Essóloque...—Mira,Cenicienta—siseóélcongestohosco—,tengomuchotrabajo,hoy
noestásiendounbuendíaynotengotiempoparatonterías,¿deacuerdo?Sharon asintiódescolocada, y él, dejandodemirarla, volvió a centrarse en
suspapeles.Durantevariossegundos,ellacontinuódepieasuladosinsaberquéhacer
tras aquel corte, hasta que finalmente se dio la vuelta, se encaminó hacia lapuerta,abrióysaliódellocal.
Sinmiraratrás,sedirigióhaciaelportaldondevivíaRachel.Siaquelidiotanoqueríahablarleporhaberlodejadoconaquellaenfermera,
erasuproblema.Ellanierasuamiganinada,porloquedioeltemaporzanjado,sinsaberqueél,desdeelinteriordelacafetería,laseguíaconlamirada.
Unavezquesubiólosescalonesdelaentrada,conelcorazónamil,Sharonllamóalporteroautomáticodelterceroderecha.InstantesdespuésoyólavozdeRachely,trasdecirlequiénera,ellaleabriódeinmediato.
Olvidándosedelpercanceconaquelobrero,Sharonsubió losescalonesdeledificio y, cuando llegó a la tercera planta, vio queRachel la esperaba con lapuertaabiertay,sonriendo,saludó:
—¡Mealegrodequehayasvenido!Sharonseacercóaellaylemostrólabolsaquellevabaenlasmanos.—Teníaquetraertetuszapatos.Rachelsonrióy,cogiendolabolsaqueaquéllaletendía,dijotrasdarledos
besosamododesaludo:—Pasa,porfavor.CuandoRachel iba a cerrar, alguien la llamó y ella se asomó de nuevo al
rellano.Erasucasero,que,acercándosele,dijo:—Omepagaslosdosmesesquemedebesoteechoalacalle.Rachelsuspiróy,mirándolo,respondió:—Señor Salazar, le dije que se los pagaría si usted me arreglaba las
humedadesqueelvecinodearribamehaprovocado.Elhombremaldijoy,dándoselavuelta,insistió:—Nomeprovoques,muchacha,oalfinalteverásenlacallecontuhijaytus
hermanos.Aloírlo,Rachelsuspiró,ySharon,quelohabíaoídotodo,preguntóalverla
cerrarlapuerta.—¿Quéocurre?—Síguemeytelomostraré—explicóRachelentrandoenelsalón.Sharon fue tras ella y, al entrar en el único baño que había en la casa, su
hermanaseñalóeltecho:—Elvecinodearriba tuvounarotura.Mehacaladoel techodelbañoyel
caseropretendequelopagueyo.—¡Esoesdenunciable!—Lo sé. Pero estoy intentando solucionarlo amistosamente.Llevo todami
vidaviviendoenestacasayconozcoaSalazar.Lecuesta reconocer lascosas,
peroalfinallasarregla.Sólohayquepresentarleunpocodebatallaparaqueseconvenza.
—¿Estássegura?Rachelasintióconunasonrisayluegoafirmó:—Sí.Tranquila.Cuando las dos regresaban al salón, Sharon notó que en la casa había un
silenciosepulcralypreguntó:—¿DóndeestáelprometidodeAliciaKeys?Rachelsonrióy,dejandolabolsasobreelajadosofáverde,respondió:—Enelhospital.—¿Trabajando?ElgestodeRachelseensombrecióy,conunavoznotananimadacomolade
segundosantes,dijoenelmismomomentoenqueaSharoncomenzabaasonarleelmóvil:
—No.Estáenhemodiálisis.—¿Quéleocurre?—preguntóellasorprendida,cortandolallamada.Rachel, a quien aún le costabahablar de aquello, y quien sufría y luchaba
todoslosdíasporelbienestardesuhermano,respondió:—Loganestáenfermo.—¿Quéenfermedadtiene?—SíndromedeAlport.AlverqueSharonnoentendíadeloquehablaba,prosiguió:—Esunaenfermedadraraquesueleafectaralriñón,yconmuymalasuerte
también a otros órganos. Desde pequeño tuvo sus revisiones y todo iba bien,peroa losveintesu funciónrenalcomenzóa fallar,ya losveintidós tuvoquecomenzarlahemodiálisis.Asíllevayacercadetresañosy,bueno...,vatirando,aunqueesunomásenlalistadeespera.
—¿Hablasdelalistadetrasplantes?—Sí—afirmóRachel,yenesemomentoelmóvildeSharonvolvióasonar
—.Logannecesitaunriñónsano.Ambassequedaronensilencio,hastaqueRachelindicó:—Siquieres,puedescontestar.Sharoncortólallamada,loquehablabaconaquéllaeramásimportante,yal
recordaruncasoquehabíallevadohacíaaños,preguntó:
—Quizámeequivoque,perocreoentenderqueun riñónpuedeserdonadoporunfamiliar,¿no?
—Sí.Siemprequeelgruposanguíneoseacompatible.De nuevo se quedaron en silencio, y Rachel, al ver cómo ella lo miraba,
declaró:—Séloquepiensas.Seguroqueestáspensandoqueporquénoselodoyyo.—No...,no,tejuroquenohepensadoeso,y...—Sharon, si por mí fuera, Logan ya tendría mi riñón. Lo intenté, pero,
aunquenuestrogruposanguíneocoincide,merechazaron.—¿Terechazaron?Rachelasintió.—En mi adolescencia tonteé con las drogas. No me avergüenza decirlo
porque paramí ése es un tema superado, pero eso ha hecho que yo no puedadonarleelriñónamihermano.
—Losiento...—Yyo—afirmóRachel conpesar, pero, reponiéndose, indicó—:A todos
los posibles donantes vivos se les hace un estudio para ver cómo están susórganos,yunomásexhaustivoalosquehemossufridoalgúntipodeadicción.Pordesgracia,miresultadofuenegativo,porloquenopuedoayudaraLogan.GinayBritttambiénsehicieronlaspruebas,perofuerondescartadasporquesussangres no eran compatibles.Y sólo quedaDawson, pero es tan pequeña queyo...—Y,reponiéndose,añadió—:Loganseniegaaqueellapaseporalgoasí.
Sintiendoeldolordeaquéllacomoel suyopropio,Sharonquisoabrazarla.SindudaRachelnoloteníafácil.Eneseinstante,sonóelmóvildeestaúltimaySharonlaoyódecir:
—No, no está aquí—y, tocándose la frente,murmuró—:Lo siento, señorBrown, pero no sabría decirle. Sí..., sí..., sí..., le aseguro que, en cuanto laencuentre,laharéirallí.
Segundosdespués,unavezquecolgólallamada,sinmiraraSharon,Rachelmarcóunnúmerodeteléfonoy,cuandosaltóelbuzóndevoz,murmuró:
—Maldita sea, Britt, ¿dónde estás? Me acaba de llamar el señor Brown.Llámame.
Cuando colgó el teléfono, Sharon preguntó al ver la desesperación en susojos:
—¿OcurrealgoconBritt?Rachelasintiómientrasdejabasuteléfonosobrelamesita.—Nohaidoatrabajar.Y,laverdad,estámuyraraúltimamente.Nosésies
untemadechicosoquélepasa.Elcasoesquesientoquenoestábiendesdequeabandonóelcursodepeluqueríaymaquillajequeestabahaciendo.
—¿Porquélodejó?Congestotriste,Rachelindicó:—No podíamos costearlo y necesitaba queme echara unamano.Con tres
trabajos apenas veía a Dawson y, bueno..., ella comenzó a trabajar en unahamburgueseríacercana.
Sharon asintió y, evitando contar lo que sabía —que no eran chicos—,murmuró:
—Sipuedoayudarteenloquesea,yo...Rachel negó con la cabeza.Y, agobiada por toda lamochila que ella sola
llevabadesdepequeñasobresuespalda,preguntóintentandosonreír:—¿Teapetecetomaralgo?—UnaCoca-ColaZeroestaríabien—afirmóSharon.Rachelsedirigióhacialacocinaamericanay,ensilencio,cogiódosvasos,
lesechóhieloyluegosacódosCoca-Colasdelfrigorífico.Pensarentodossusproblemas laatosigabamucho.Nohabíaunsolodíaquepudieravivirenpaz.Todoeranproblemas.
Sentada en el sillón, Sharon observaba aRachel. Físicamente tenían ciertoparecido:mismaaltura,mismacomplexión, incluso los labios los tenían igual,aunqueSharon tenía losojosmás rasgadosyoscurosque suhermana.Loquemás las diferenciaba era el pelo. Rachel lo llevaba corto y teñido de rojo, ySharon,castañoclaro,largoyondulado.
CuandoRachelregresóconlasbebidas,elmóvildeSharonvolvióasonar,ysuhermanapreguntómirándola:
—¿Siempreesasí?Alnoreconocerelnúmero,Sharonlopusoensilencioyafirmómientraslo
guardabaenelbolso:—Sí.Porsuerteodesgracia,sí.—¿Enquétrabajas?—Soyabogada.
Rachelasintióy,sonriendo,preguntó,entregándoleunvasoyunalata.—¿Yquécasosllevas?Sharonabriósulata,lediountragoy,echandoelrestoenelvaso,respondió:—Derechodefamilia,laboral,civil,penal,entremuchasotrascosas.—Pareceapasionante.—Loesenocasiones—afirmóSharon,alaquelegustabasutrabajo.Estuvieron charlando durante un rato, y Sharon se percató del interés que
mostrabaRachelporpreguntarlesobreciertotemafamiliar;entoncesdijo:—¿TienesproblemasconelpadredeDawson?Rachelsuspiró.—Tododependedelmomento.—¿Esoquéquieredecir?—preguntóellaconinterés.Conscientedequesutemaeradifícil,Rachelibaacontestarcuandorecibió
ensumóvilunmensajedeBritty,alleerlo,exclamó:—Menosmal.Brittyaestátrabajando.Ambassonrieronporaquelloy,evitandoresponderalapreguntadeSharon,
Rachelseñalósubrazoypreguntó:—¿Tumuñecabien?Aunquesepercatódeello,Sharonnoqueríaparecerunacotilla,porloque
agitólamanoenelaireyafirmó:—Perfecta.Aunquesoyzurday...—¡Yotambién!—RachelsonriómientrasbebíadesuCocaCola.—Dijistequetrabajabasenunhospital—comentóentoncesSharon—.¿Eres
médicooalgoasí?Aloíreso,Rachelsonriódenuevo.—Quiseestudiar lacarrerademedicina,peromefueimposible,por loque
mequedéenauxiliardeenfermería.De pronto, el móvil de Rachel sonó de nuevo, y ella, al cogerlo, dijo
poniéndoseenpie:—TengoquebajararecogeraDawson.MiamigaCarlalatraedelcolegio.—Te acompaño—se ofreció Sharon levantándose del tirón y, mirándola,
preguntó—:¿LegustaelcineaDawson?Rachelsonrióyafirmó:—¡Leencanta!
Satisfechadeoíreso,yrecordandodóndehabíaaparcado,Sharondijo:—¿QuéteparecesiosinvitoaDawsonyati?Hevistoqueenuncinecerca
deaquíechanlapelículaCoco,queesparaniños.Rachelasintió,Dawsonqueríaveraquellapelícula,ysonriendodijo:—Peroyoinvitoalaspalomitas.—¡Perfecto!Unahoradespués,Dawson,RachelySharondisfrutabandeaquellapreciosa
película, que las sobrecogió por su bonita historia y su canciónRecuérdame,interpretadaporCarlosRivera.
Capítulo42
Aldíasiguiente,trasunanocheenlaqueSharonnopudopegarojo,preocupadapor cientos de cosas, entre ellas, la salud de Logan, llamó a su médico deconfianzaallevantarseyconcertóunacitaconélunahoradespués.Necesitabaciertainformación.
CuandoSharon se encontró con el doctor, con total confianza, le hizomilpreguntasenrelaciónconelproblemadeLogan,ycuandonosabíayaquémáspreguntar,dijo:
—Si te traigo el informe médico de la persona que necesita ese riñón,¿podríashacermelaspruebaspertinentesparaversisomoscompatibles?
Aunquesorprendido,elmédicoasintió.—Porsupuesto.Veinteminutosdespués,SharonsalíadelhospitalMonteSinaíatodaprisa.
Teníaquellegaratiempoaljuzgado,dondeaquellamañanaCatydebíafirmarsudivorcioyposteriormenteellateníaunavista.
Tras el juicio, y después de que todo lo de Caty saliera bien, Sharon sedirigióalaoficinay,nadamásllegarycerrarlapuertadesudespacho,cogióelteléfonoehizounallamada.
—Hola,Will.—Hola,Sharon.Trasunbrevesilencio,ellapidió:—Will,necesitaríaunnuevofavorpersonal.—Porsupuesto.Túdirás.—SetratadeRachel,LoganyBritt;sabesquiénesson,¿verdad?Sinquerermentirle,porquesabíaqueellayaestabaalcaso,preguntó:
—¿Quénecesitas?Alverqueélnonegabatrassupregunta,Sharoncerrólosojos.Pero¿cómohabíapodidoestartanciega?Comprendiendosusilencio,yconscientedecómopodíaestarsintiéndose,él
seexcusó:—Losiento,cielo.Pero tupadremeprohibióhablartedeellohastaque lo
descubrierasportimisma.—Tranquilo. Me hago cargo —susurró y, tomando fuerzas, declaró—:
Necesito un informemédico detallado deLogan y de su enfermedad. ¿Podrásconseguírmelo?
Will,queteníacontactoshastaenelinfierno,afirmó:—Lotendrásantesdeunahora.Porcierto,¿solucionastelodetucorreo?—Sí—afirmó—.Lainformáticahizosumagiayahoramicorreoesdeltodo
seguro.Notepreocupes.Cuando Sharon terminó la conversación, colgó y, mirando la montaña de
papelesqueteníafrenteaella,comenzóaprepararladefensadeunnuevocaso.Unahoradespués,comobienlehabíaprometidoWill,recibióensucorreoel
informemédicodeLogan.Acontinuación, llamóasudoctory, trasdecirlequeyalotenía,regresóal
hospital, donde le entregó ladocumentacióny sehizo, entreotraspruebas, unanálisisdesangre.
En cuanto terminó, volvió a la oficina, donde continuó trabajando sindescanso.
Esa noche, cuandoNorma y Sharon salieron del gimnasio, decidieron ir acenar a un pequeño restaurante de Brooklyn, donde, al entrar,sorprendentemente, laabogadadecidióquitarleel sonidoa su teléfono.Queríaestartranquila.
Traslacena,alsaliralacalle,Normarecibióunmensajeymiróasuamiga.—CaseyMcMurphyquieretomaralgoconmigo.Aloíresenombre,Sharonsonrió.—Vesinproblema.Cogeréuntaxi.—Nihablar,bonita.Tútevienesconmigo.PeroSharonprotestó:—Deesonada.¿Pretendesqueossujetelavela?
Divertida,Normasonrióeinsistiónegandoconlacabeza:—¿QuétalsiquedoenHardey?Allísiemprenosencontramosconamigos,
¿teparece?Sharonlopensó.Sindudaeraunabuenaidea.—Deacuerdo.AmbassonrieronporaquelloyseencaminaronhaciaHardey.Una vez en el local, Norma exclamó encantada al ver el ambientazo que
había:—¡Woooo...,cómomegustaestesitio!Sharonasintió sonriendoy, segundosdespués, comenzarona saludar a sus
amigos.Nofallaban,siempresereuníanallí.Acercándosealabarra,pidieronalgodebebery,cuandoempezóasonarla
canciónHavana,deCamilaCabello,selanzaronabailarencantadas.Durante un buen rato, el grupo de amigos disfrutó del lugar mientras
bailaban, bebían y reían. Hasta que, en unmomento dado, Sharon aprovechóparairalservicioy,cuandosalió,setopódefrenteconquienmenosseesperaba.
AnteellaestabaNoah,elobrerodelcascoamarillo.Sinpoderevitarlo,paseólos ojos por aquel cuerpo y se fijó en que vestía unos vaqueros y una camisaceleste,uncolorquecontrastabaconsupielmorenamaravillosamentebien.
Sorprendidosporhaberseencontradoallí,duranteunossegundossemiraronsin saber si saludarse o no. La atracción sexual que sentían al verse podíapalparseincluso,perocuandoellafueasaludarlo,élprosiguiósucaminocomosinolahubieravisto.
EsomolestóaSharon.Pero¿esetíoeraidiota?Furiosa,continuósucaminohastadondeestabansusamigosyseintegróen
laconversación,pero,conscientedequeaquélestabaallí,escaneóel localcondisimulo.Nopodíaestarmuylejos.
Yno,noloestaba.Aescasoscincometros,Noah,acompañadodeungrupodegente,tonteaba
conunadelaschicasyparecíanpasarlobien.Sinentenderporqué,aSharonlemolestóveraquello,pero,centrándoseen
sugrupo,intentóolvidarsedeltema.Quinceminutosdespués,Norma,queestabasulado,dijo:
—Mirahacialapuerta.Al levantar la vista, Sharon vio entrar a Casey McMurphy y, sin poder
evitarlo,cuchicheó:—LaverdadesqueelSoplagaitasestámuybien.Normaasintióy,levantandolamano,saludó:—¡Casey!Él sonrió al verla y, acercándose a ellos, le guiñó un ojo aNorma, y ésta
indicóseñalandoasuderecha:—Tepresentoamimejoramiga,Sharon.Casey,sonriendo,lediodosbesosydijo:—Encantado,Sharon.Normamehahabladomuchodeti.—Esperoquebien.—Muybien—afirmóélconunabonitasonrisa.Pasóunahora.UnahoraenlaqueCaseyledemostróqueerauntipoencantador.Normay
Sharon disfrutaron bailando con los amigos y, en un momento dado, cuandoCaseyseacercóalabarraapediralgo,Normapreguntódirigiéndoseasuamiga:
—¿CuándomeibasadecirqueOjitosSensualesestabaenellocal?Sorprendidaporquesuamigasehubierapercatadodeellocuandosólotenía
ojosparaCasey,Sharonseencogiódehombrosy,sinpoderevitarlo,sonrió.—Eh...Eh...Eh...¿Yesasonrisitadezorrón?—Noempecemos.—Estásmuytensa,cielo.Creoquenecesitasquemarcalorías.Divertida,Sharonmeneólacabezay,alverqueCaseyregresaba,afirmó:—Creoquelaquevaaquemarcaloríasestanochevasasertú.—¡Nolodudes!—semofóaquélla.Veinte minutos después, Sharon se acercó a la barra sedienta. Pidió un
cubatay,aldarmediavueltapararegresarjuntoalgrupo,setopódefrenteconNoah.
Sorprendida,lomiróy,alverqueéstenisemovíanidecíanada,preguntó:—¿Quépasa?Noah,quellevabaobservándolatodalanoche,nosabíaquéhacer.Algo en él le gritaba que se acercara a Sharon, pero al mismo tiempo le
advertíaquenolohiciera.Sindudaellajugabaenunaligadiferentedelasuya.
Alrecibirlacalladaporrespuesta,Sharonsonrióy,conseguridad,seacercóaél,sepusodepuntillasy,rozandosuslabiosconlossuyos,murmurócontodoeldescarodelmundo:
—Necesitasmuchomásparaasustarme.Noahcerrólosojos.Latentaciónquesentíay loqueaquellamujeracababadehacer loestaban
volviendo locoy, sin poder aguantar un segundomás, paseó lasmanospor lacinturadeaquélla,lapegóasucuerpoylabesódetalmaneraqueSharontuvoqueagarrarseasushombros.
Sharon,alaquenuncahabíanbesadoconaquelímpetu,nolorechazó.Aquello era lo más interesante que le había pasado en mucho tiempo y,
cuandoelardientebesoacabó,élsusurrómirándolaalversugestoconfuso:—Paraacobardarme,señoritaabogada,tútambiénnecesitasmuchomás.ElcuerpodeSharonserebeló.Laatracciónsexualentreamboserainquietante,perversa,irreverentey,sin
pensarennadamás,calienteyreceptiva,Sharonlotuvoclaro.¿Porquéno?Acto seguido, lo cogió de lamano, tiró de él, lo llevó hasta el lavabo de
mujeresy,unavezqueentróyvioquenohabíanadie,cerrólapuertayselanzósindecirnada.
Complacido,Noahnodesaprovechólaoportunidad.Besos...Caricias...Jadeosacelerados...Ambossabíanqueloqueestabanhaciendoquizánofueralomásacertado,
peroningunodelosdossedetuvo.Sedeseaban.Lonecesitaban.Encendidayagitada,SharondejócaersucarobolsodeLoewealsueloy,sin
hablar, Noah sacó un preservativo de su cartera y se lo colocó. Sobraban laspalabras.Estabaclaroqueambosqueríanacción.
Laexcitacióndelmomentoeratremendamenteestimulante;entoncesellasesubió la falda y se quitó las bragas, lo que hizo que Noah sonriera y ella loimitara.
Unavezquelosdosestuvieronpreparados,éllacogióentresusbrazosy,sinmediarpalabra,porquesusbocasestabanmuyocupadas,seintrodujoenellaytembló.
Placer...,placerextremo,ambicionadoydeseado.El compás, el baile, el ritmo ardiente y codiciado que ambos iniciaron los
hizo mirarse a los ojos con deseo, hambre y urgencia, y en ese momento aSharonselecayeronlasbragasquesujetabaentrelasmanos.
¡Aquelloeraincreíble!Conlocurayfrenesí,seposeyeroncomodosauténticosanimalesávidosde
sexo,mientrassuscuerpossemovíanyseacoplabanalaperfección,aunritmodescabelladoqueningunoqueríaparar.
Placer...,lujuria...,desenfreno...Todo,absolutamentetodoaquellomezcladoenunfabulosocóctelhizoque
perdieranlanocióndeltiempoyquedisfrutasendelsexocomollevabanmuchotiemposinhacerlo,mientras lagentealotro ladode lapuertasedivertía,perosindudanotantocomoellos.
Duranteminutosgozarondeuntipodesexorápido,peligrosoydescabelladoenelbañodeaquel local,ycuandoelorgasmo losasaltó,Sharondejócaer lacabezahaciaatrásymurmurógustosaporlovivido:
—Oh,Dios...Sí...Conlarespiraciónaúnaceleradaporelmomento,Noahsonrióaloírlay,tras
darleundulceyrápidobesoenlabarbilla,afirmó:—Eresincreíble.—Increíblementeloca.Denuevosemiraronacaloradosalosojos,yélmusitó:—Mealegraverquetuchichónyahadesaparecido.Ellasonrió,yél,cansado,preguntómientrasseguíasujetándolaenvolandas
contralapareddelbaño.—¿Puedodejarteyaenelsuelo?OíresoaSharonlahizoregresaralarealidad.Y,alapoyarlospiesyversus
bragastiradasenelsuelo,murmuróconscientedelalocuraquehabíahecho:—Joder...,joder...Divertidoaloírlayversugesto,Noahsequitóelpreservativo.Sinhablar,selimpióconpapelhigiénicoqueellalepasóy,unavezquelos
dosestuvieronpresentables,cogióelbolsodelsueloysemofóentregándoselo:—Menudosacrilegio.UnLoeweenelsuelodeunbañopúblico.Avergonzadaporhabersedejadollevardetalmaneraconaquelhombreyen
aquellugar,Sharonnodijonada.Pero¿sehabíavueltoloca?Sinmirarlo,cogió lasbragasdel sueloy las tiróa lapapelera.Nopensaba
ponérselas, y, cuandomiró aNoah,que laobservaba conuna sonrisa, y fue adeciralgo,alguiencomenzóaaporrearlapuerta.
Horrorizadaporhabersedejadollevar,comoensuvida,porsuladomáslocoy salvaje, Sharon intentó sonreír. Como diría Norma, ¡a lo hecho, pecho! Y,asiendolamanija,dijoantesdesalir:
—Tensiónsexualresuelta,yahora,¿quétalsiloolvidamos?Desconcertadoporaquello,Noahfruncióelentrecejo.Élquería invitarlaa tomaralgo,hablarconella, conocerla,peroéstano le
dabaopción;sinpensarenloqueélnecesitaba,Sharonabriólapuertadelbañoysedespidiódeél:
—Pásalobien.Acontinuación,desapareciódejándoloboquiabierto.¿Otravezselohabíaquitadodeencima?Enlavidalehabíapasadonadaigual;entoncesunamujerentróenelbañoy,
mirándolo,dijoconseriedad:—Porsinolosabes,¡eselbañodechicas!Noahseapresuróasalir.Luego,desconcertadoyofuscadoacausadeltrato
recibido por lamujer con la que acababa de tener uno de losmomentosmásmorbososdesuvida,seacercóasusamigosynovolvióamirarla.Siparaellasólohabíasidosexo,sindudaparaéltambién.
CuandoSharonllegóacaloradahastasugrupo,suamigaNorma,quelahabíavistodesaparecerconaquélenelbaño,preguntó:
—Pero¿sepuedesaberquéhashecho?—Quemarcalorías.—Woooo...—Suamigario.Horrorizada y divertida al mismo tiempo por haber hecho la cosa más
descabelladadetodasuvida,Sharoncuchicheó:—Voysinlasbragas.Normasoltóunarisotada.Y,mirandoasuamiga,queaúnestabaprocesando
lo que acababa de suceder, sin poder remediarlo, musitó mientras Casey seacercabaaellas:
—Recuerda,cariño:hagasloquehagas,pontebragas.Lasdossonrieronporaquello,ySharon,conel rabillodelojo,vioaNoah
salir del local sinmirar atrás. Saber que semarchaba la apenó, pero no se loimpidió.
Capítulo43
PasarondosdíasyHannibalregresódeFrancia.Sharon y él estuvieron hablando. Por desgracia, Steven Whitaker seguía
llevándose cuentas de Sivon&Cardigan y eso los agobiaba a los dos. Debíanpararlelospies.
En ese tiempo, Sharon, a pesar de todos los problemas que tenía, no seolvidó de la asociación de mujeres. Trabajó, peleó y ayudó a todo el que lanecesitaba,inclusoenocasionesestandoallímitedesusfuerzas.
Agobiada por la situación, por las noches, cuando se metía en la camaacompañada por su perraPipa, apenas si podía dormir. Demasiadas personasdependíandeella,yaesa listase lehabíanañadidoRachel,Logan,DawsonyBritt.
Unadelasmañanas,cuandoSharonsalíadelosjuzgados,vioalencendersuteléfono que tenía doce llamadas perdidas de un número que no conocía.Instantesdespués,sumóvilsonódenuevo.Setratabadelmismonúmero,y,alcogerlo,oyó:
—Sharon,disculpa,soyGina.Aloírla,seapresuróapreguntar:—¿Quéocurre?—Sientomolestarte—respondió lamujerapurada—,perocomomedijiste
quetellamarasipasabaalgo,yo...—¿Quéhaocurrido?Alterada,Ginaseapresuróaresponder:—Loganestáingresado.Pero,tranquila,estábien.Essóloqueestamañana
hanllamadoparadecirquehabíaunposibledonanteyteníaqueirconurgencia
alhospital.Ésa era lamejor noticia que Sharon había oído últimamente y, sonriendo,
dijoretirándoseunmechóndelacara:—Envíamelaubicacióndedondeestáis,quevoyparaallá.—Pero,Sharon,Rachelsepreguntaráquéhacestúallí...Ellapensóenloqueledecía,perorespondió:—Meharélaencontradiza.Diréqueheidoavisitaraalgúncliente.Atodaprisa,Sharonsaliódelosjuzgadosyseapresuróapararuntaxi.Conlosnerviosdepunta,llegóhastaelhospitaldeQueensy,siguiendolos
datos que aquélla le había enviado, antes de subir a la planta, pasó por lacafetería,dondepidióuncaféparallevar.
Dio un trago al vaso y luego, con tranquilidad, subió a la tercera planta.Debíahacerqueaquelencuentrofueracasual,yasífue.Justocuandocaminabaporelpasillo,vioaRachel,que,sorprendida,preguntó:
—¿Quéhacestúaquí?Sharonlamirócongestodesorpresay,enseñándole lacarpetaquellevaba
enlasmanosyelcafé,respondió:—Vengodevisitarauncliente.¿Ytú?Algonerviosa,Rachelseñalólahabitación.—Nos han llamado esta mañana. Al parecer, hay un posible riñón para
Logan.OíresohizosonreírdenuevoaSharon,queafirmó:—Pero¡esoesfantástico!Ambas sonreían esperanzadas cuando Gina salió de la habitación y, al
encontrarseconSharon,preguntó:—Pero¿quéhacestúaquí?Antesdequeellapudieracontestar,Rachelseleadelantó:—Haestadovisitandoauncliente.Durante treshoras,GinayRachel, acompañadasporSharon,esperaron los
resultados.Habíadosposiblesreceptoresparaaquelriñón,yLoganestabafeliz,muyfeliz.
Pero su felicidad se enturbió cuando le adjudicaron finalmente el riñón alotropaciente.Alsaberlanoticia,sinembargo,yalcontrariodetodos,Logannoperdiólasonrisay,mirandoasuhermana,laanimó:
—Rachel,tranquila.Todollegará.Ellaasintióy,forzándoseasonreír,declaró:—Claro que sí, cariño—y, a continuación, haciendo un gesto, dispuso—:
Gina,túayúdaloavestirsemientrasyovoyarecogerladocumentación.Cuandosalió,GinalehizoungestoaSharon,quefuetrasella.Alsaliralpasillo,Rachelestabasentadaenunade lassillascon lacabeza
entrelasmanos.Sharon,alverla,sesentójuntoaellaymurmuró:—Eh...,¿quéteocurre?—Nada.—Vamos...,dimequépasa—insistió.Allevantar lamirada,Rachelsesecólaslágrimasdelosojosy,mirandoa
Sharon,explicó:—Eslaterceravezquenosavisan,queLogansehaceilusiones,yqueluego
lodescartanporquesiemprehayotropacientemásapropiadoqueél.Yesomeasusta.Me asustamucho porque Logan sigue esperando ese riñón que nuncallegayyoséqueélcadadíaestáunpoquitopeor.Éldisimula,peroyolosé...,losé...
VerysentirsudesesperaciónlerompióelcorazónaSharon,que,sindecirnada,laabrazó.
Unahoradespués,lastresmujeressalíandelhospitaljuntoconLoganpararegresarasuscasas.
Capítulo44
Pasaron otros tres días, y otras siete importantes cuentas dejaronSivon&CardiganparairseconWhitaker&Associates.Lasituacióncomenzabaaser insostenible. Apenas les quedaban un cincuenta y tres por ciento de lascuentas,peroSharonnoserindióycontinuóbuscandonuevosclientes,aunquesuexsuegronoselopusierafácil.
El resultado que la abogada esperaba para lo de Logan por parte de sumédico no llegaba, y decidió llamarlo. El doctor, que necesitaba tiempo parahacerlascosasbien,latranquilizóylepidiópaciencia.
Esatarde, traspasarporlaasociacióndemujeresyayudaraquienesasí lohabíansolicitado,Sharonestabanerviosacuandoregresóasucasa.Sucabezanoparaba de dar vueltas. El bufete,Hannibal, StevenWhitaker, la asociación demujeres, la prensa, Rachel, sus hermanos... Todo la preocupaba. Todo lainquietaba,peroloquenoladejabavivirrealmenteeralodeLogan.Saberquela salud delmuchacho podía empeorar en un segundo la tenía con el alma envilo,y,necesitandohablar,alllegarlohizoconManuelyGladys.
—Pero,cariño,¿lohaspensadobien?Alverlapreocupacióndelamujerensumirada,Sharonafirmó:—Tranquila.Noteagobies.Demomentomehehecholaspruebasparaver
sisoycompatibleonoconél.Loganestáapuntadoalprogramadetrasplantesypuede que nunca necesite de mí, pero, por si acaso, quiero que él tenga unaoportunidad.
Manuelasintióy,mirandoaaquellajovencitaalaqueadoraba,dijo:—Eresincreíble.Tupadresiemprelodijo,pero,sinduda,conesto,nome
cabelamenorduda.
—Papáyyosomosdonantes.—Losé,cariño—afirmóManuelcontristeza—.Yotambiénlosoy.Ycreo
quetodoelmundodeberíaserlo.Nosgusteono,unavezmorimosdenadanossirve llevarnos esos órganos que pueden ayudar a otras personas. Comodecíamostupadreyyo,serdonanteesdarvida.
—Uf...,vayatemita—resoplóGladys.Manuel, que había hablado de aquello con su mujer cientos de veces,
insistió:—Noes un tema agradable, lo sé, cariño.Pero si el día demañana puedo
ayudar a otras personas que lo necesiten, ¿por qué no hacerlo? ¿Por qué nodarlesesoquenecesitancuandoyoyanolovoyanecesitar?
Gladysasintió.Sumaridoteníarazón;miróaSharoneindicó:—Peroellapuedenecesitarlo.Eldíademañana...—Gladys, se puede vivir perfectamente con un solo riñón, y Logan esmi
hermano.—Losé,cielo.Losé.Peroapenasloconocesyyaestásdispuestaadarletu
riñón.Lajovenasintió.Sabíaqueteníarazón,pero,pensandoenLogan,afirmó:—Si tú,Manuel,Norma oCristian lo necesitarais, sin duda también os lo
daría.Lafamiliaestáparaapoyarseenlosbuenosyenlosmalosmomentos,¿nocrees?
Emocionada,Gladysmiróasumaridoyafirmó,abrazandoalamuchacha:—Porsupuesto,cariño.Paraesoestálafamilia.
***
Aldíasiguientelellególanoticia.SumédicolallamóparadecirlequeeracompatibleconLogany,portanto,
seríaunabuenacandidataparauntrasplantesidecidíadonarenvida.Saber eso la llenó de esperanza y de alegría y quedó en llamarlo si lo
necesitaban.Esamismatarde,yconscientedequedebíahablarconRachel,nosólodel
temadeLogan,vioaNoahalllegarasubarrio.Desdeelencontronazoenlosbañosdeaquellocal,nohabíanvueltoaverse,
yelpulsoseleaceleró.Pensar en lo ocurrido, en los besos, en las rápidas caricias y en cómo se
tomaronelunoalotrolahizoacalorarse,ymáscuandoéllamiró.Sin dejar de caminar, Sharon fue acercándose a él. Se miraban, se
observaban,cuandopasaronunoalladodelotroyélnisiquieralasaludó.Ellacerrólosojos,aunqueenestaocasiónentendíasuenfado.Siunhombre
la hubiera despachado como ella había hecho con él tras lo ocurrido en losbaños, se habría sentido utilizada. Por ello, y consciente de que debía dar elprimerpaso,sevolvióyllamó:
—Noah.Aloírla,élsedetuvo,diomediavueltaySharonseleaproximó.—Oye,mira—empezóadecir—,creoqueme...—No digas nada—la cortó él—. Como dijiste, tensión sexual resuelta y
temaolvidado.Yahora,sinoteimporta,tengoquetrabajar.Y,sinmás,sevolvióyladejótodavíamásdesconcertada.Sharonasintió.Semerecíaaquelloymás,y,sinquerermolestarlo,sediola
vueltaycontinuósucamino.QueríaveraRachel.Durantemásdeunahoraestuvoconsuhermanaensucasa.Enesetiempo,
en varias ocasiones pensó en elmejormodo de abordar el tema, pero le dabamiedo.Decirlealachicaqueteníafrenteaellaqueerasuhermanaleresultabacomplicado,ycuandoRachelpropusobajaralacalleaesperaraDawson,ellaaceptósindudarlo.
Unpocodeairelevendríagenial.Unavez en el portal, se sentaron comootras tardes en los escalones de la
entrada,yRachel, alver aNoahyal restode losobreroscargar con sacosdecemento,murmuró:
—Essimpáticotuamigo.Aloírla,Sharonasintió,yRachelañadió:—Elotrodía,cuandoCarlatrajoaDawsondelcolegio,éllaesperabaconun
heladodechocolate.Laestámalacostumbrando.A Sharon le gustó saber eso. Que aquel hombretón grande y de espaldas
anchas fuera detallista con una niña era algo bonito, pero, pensando en suhermano,preguntó:
—¿CómoestáLogan?
Racheltorcióelgesto.—Noshacecreerqueestábien,peroséqueestádesanimadoytristón.Sharon se apenó.La positividad deLogan era un pilarmuy importante en
aquella familia, y cuando fue a decir algo, de pronto se paró frente a ellas uncocherojoyRachelsiseóponiéndoseenpie:
—No,joder...,ahorano.Sin entender qué ocurría, Sharon iba a levantarse también cuando Rachel
indicómirándola:—EsAlexander,elpadredeDawson.—¿Quépasa?—quisosaberella.—Quédate aquí y, oigas lo que oigas, no te metas —pidió Rachel con
expresiónseria.Sharonobedeció,mientras, condisimulo, hacíauna foto a lamatrículadel
vehículoconsumóvil.Willpodríainformarlasobreaquél.Desdedondeestaba,observócomobajabadelcocheuntipodecabelloclaro
ytrajecaro.Aprimeravistaresultabaagradable,perosumanerademoverseydemirara
Rachelnolegustó,porloquepusotodossussentidosenalerta.—Alexander, quedamos en que no aparecerías más por aquí, ¿lo has
olvidado?—dijoRachelacercándoseaél.Elaludido,aloírla,seapoyóensubonitococheyrespondiómirándola:—¿YtúhasolvidadoqueDawsonesmihija?Rachelsemoviónerviosaysiseóencarándoseaél:—Métete en tu maldito coche y vete de aquí. ¿Cuántas veces tengo que
decirtequenosdejesenpaz?Elhombresonrióy,sinmoverse,afirmó:—Te guste o no, vendré a verla siempre que quiera, porque es mi hija,
¿entendido?Desesperada,Rachelmiróalfondodelacalle.Loúltimoquequeríaeraque
Dawson viera a su padre. Le tenía miedo. Por desgracia, la pequeña habíapresenciadolaúltimavezqueéllahabíaagredido.
—Vetesinoquieresquellamealapolicía—siseóRacheltemblando.—Niseteocurrahacerlo,porquepuedojodertelavida—lacortóél—.Así
quecállateydéjameveraDawsonantesdequemecabreeydecidaquequienno
lavaavermásvasasertú.Boquiabierta al oír eso, y al ver elmiedoy el desconcierto en los ojos de
Rachel,Sharonselevantódedondeestaba.Nosabíaquéhabíaocurridoentreellos,peroloqueestabaclaroeraqueno
ibaaconsentirelchantajealqueestabasiendosometidaRachel,y,justocuandoibaadeciralgo,unojerosoLoganapareciódelanadacomounaexhalacióny,lanzándosecontraAlexander,loempujóygritó:
—¡Aléjatedemihermana,malditohijodeputa!El tiporápidamenteempujóaLogan,quecayóalsuelo,yenesemomento
Rachel, incapaz de ver aquello, se lanzó también a por él y cayó segundosdespuésjuntoaLoganenlaacera.
Sharon seapresuróaacercarseaellosy, alverqueaquel tipono sehabíapercatadodesupresenciaporquemirabaalosqueestabanenelsuelo,lediounempujónsinmediarpalabray,cuandoéllamiró,lesoltóunizquierdazoquelohizotambalear.
—¡No,Sharon!—gritóRachel.Peroellayanolaoía.Aqueltipoestabaagrediendoaalguiendelantedeella
ynopensabaconsentirlo.Sin embargo, Alexander era fuerte y, mirando a Sharon, la cogió por el
cuellodeprisaysiseó:—Noséquiéneres,perohaselegidounmalmomentoparametertedondeno
tellaman.Rachel y su hermano se levantaron de inmediato y se arrojaron contra él,
peroLoganvolvióacaeralaacera.Estabamuydébil.AlexandersoltóaSharony,cogiendoaRachel,laempujócontraelcochey
siseó:—Malditaputa...,deberíahabertematado.OíresoleencendiólasangreaSharon,que,sindudarlo,setirócontraaquél
ylogolpeócontodassusfuerzas,consiguiendoquesoltaraaRachel.Aloírelrevuelo,Noah,quetrabajabajuntoasushombresenellocaldeal
lado,salióparaverquéocurríaysequedósinpalabrasalobservarlaescena.Rápidamente,ysindudarlo,corrióhaciaeltumultoy,cogiendoaSharonde
la cintura, la apartó del tipo al que golpeaba.Al ver la sangre en su boca, sevolvióhaciaAlexanderygritófueradesí:
—¡¿Quénariceshaces,idiota?!MientrasmirabaaRachel,queatendíaaLoganenelsuelo,Alexandersiseó:—Hevenidoaveramihijayestossalvajesmehanatacado.Noah,quenoentendíanada,miróaSharon,ycuandoibaahablar,ellasoltó
encarándoseaaquél:—SivuelvesatocaraRachel,aLoganoteacercasaDawson,tejuropormi
vidaquetevoyametertalpaquetequeluegomevasallorar.—¡¿Ytúquiéncoñoeres?!—replicóAlexanderestirándoseeltrajefrentea
ella.AlvercómoaqueltipomirabaconodioaRachel,sinamilanarse,Sharonse
deshizode lasmanosdeNoahy, soltándoleunnuevo izquierdazoaaquélquecasilohizocaeralsuelo,siseó:
—Sinotelargas,soyyoquientevaadartumerecido.Rápidamente Noah volvió a sujetarla y, mirándola sorprendido por su
maneradegolpear,preguntó:—Pero¿quéhaces?—Logan..., ¡tu ojo! Ay, Dios, ¿estás bien, cariño? —exclamó entonces
Rachel asustada, que atendía a su hermano. En décimas de segundo, su ojoderechosehabíahinchadoporelgolpeyrespirabacondificultad.
Noah, al oírlo, enseguida se dio la vuelta para comprobar qué ocurría,cuandoconelrabillodelojovioaAlexanderacercarseaSharony,antesdequeéstepudieraagarrarladelbrazo,loempujócontraelcocheconfuerza.
—Silatocasaella,oacualquieradelantedemí,lovasalamentar—siseócon gesto furioso—. Así que coge tu coche y vete antes de que cambie deopinión.
Alexanderlevantóelmentóny,conchulería,gruñódirigiéndoseaRachel:—Estonovaaquedarasí.Y,sinmás,rodeósucoche,semetióenélysealejóquemandorueda.Enese
momento,NoahfueadecirlealgoaSharon,peroéstaloignoróysedirigióhaciaellugardondeRachelayudabaasuhermanoalevantarse.
—Logan,¿estásbien?—preguntópreocupadaalversuojohinchado.Inquieta,Rachelmiróasuhermano,yéstemurmurócasisinaire:—Megustaríadecirtequesí,perolociertoesqueestoyhechounamierda...No pudo continuar. Una arcada lo hizo doblarse en dos, y Sharon,
preocupada,indicódirigiéndoseaRachel:—Súbeloacasa.YoesperaréaDawson.Sin saber qué hacer, Rachel no se movió, y Noah, colocándose junto a
Sharon,insistióintentandoayudar:—SharonyyoesperaremosaDawson—y,mirandoaunobrero,señaló—:
Colin,ayúdalaasubirasuhermano.Finalmente, Rachel accedió. Su hermano necesitaba ser atendido y su hija
protegida, por lo que, tras intercambiar una mirada de agradecimiento conaquéllos,dijo:
—AvisaréaCarladequeesperáisvosotrosaDawson.Segundosdespués,conlaayudadeotrodelosobreros,sellevaronaLogan,
queapenassipodíacaminar.CuandoporfinlagentesedispersóenlacalleyNoahySharonsequedaron
solos,ellasacósuteléfonoyllamóaWill.—Necesitouninformesobreeldueñodelamatrículaquetevoyaenviar—
dijo—.SóloséquesellamaAlexander.—Deacuerdo—contestóWill.UnavezquecolgóyleenvióporWhatsApplafotodelamatrícula,sesacó
un pañuelo del bolsillo del vaquero y, limpiándose la sangre que tenía en ellabio,murmurómirandoaNoah:
—Graciasportuayuda,peroyapuedesmarcharte.Él la miró y, quitándole el pañuelo de las manos, le cogió el mentón y
murmurómientraslalimpiabaconcuidado:—Déjameamí,Cenicienta.Sinhablar,Noahlimpióelfeogolpequeaquéllateníaenellabioy,sinpoder
remediarlo,musitó:—Malditosalvaje.Sharonsonrió.—Tranquilo—replicóconciertachulería—,quenosehaidoderositas.Aloírladecireso,Noahsonrióporfin.—Tedijequecuandoquisieraseliminarestrésvinierasadarmartillazosala
obra,noquetepusierasadarpuñetazosapatanes—semofó.Ambosrieronporaquello,yélcuchicheó:—Primerolamuñeca,luegounchichónenlacabeza,hoyellabio...¿Quéva
aserlopróximo?Sharonsoltóunacarcajada.Vistoasí,eraunakamikaze,y,mirándolo,dijo:—Oye, siento lo del otro día. No me comporté bien contigo. Te pido
disculpas.Aloírla,Noahlamiróalosojos.Siantesyapensabaenella,desdeaqueldía
noselaquitabadelacabeza.—Disculpasaceptadas—repuso.Sharon suspiró aliviada, e iba a decir algo cuando apareció al fondo de la
calleelcocheazulquesolíallevaraDawson.Segundosdespués,sedetuvofrenteaellosySharon,quitándoleelpañuelo
delasmanosaNoah,loguardóydijosonriendo:—AhoradisimulaporDawson.Carla,queacababaderecibirunwasapdeRachel,mirandoa laparejaque
estabaen laacera,bajóunpoco laventanilladelpasajeroy,antesdeabrir lossegurosdelcoche,oyó:
—SomosSharonyNoah.La mujer asintió. Desbloqueó el seguro del coche y Sharon, abriendo la
puerta,miróalapequeñaysaludó:—Hola,Dawson.SoySharon,¿merecuerdas?Laniñaasintióconunadulcesonrisa,pero,trasmiraralhombrequeestabaa
sulado,setiróasusbrazosypreguntó:—¿Hoytambiénhayheladodechocolate?Noahsoltóunacarcajadayafirmócogiéndolaenbrazos:—Porsupuesto.Ven,vamosacomprarlo.Conciertaenvidiaporaquelsinceroabrazo,Sharonlosmirócuandoél,sin
soltar a lapequeña, cruzó la aceraparadirigirse aunaheladería cercana.TrasdespedirsedeCarla,fuetrasellosy,alllegar,Noahpreguntó:
—¿Ytúdequéloquieres?AlverqueSharonnodecíanada,Noahinsistió:—¡Vamos!Diunsabor.Laindecisióneselladróndelaoportunidad.Sharonsuspiró.Noteníaelcuerpoparahelados,perofinalmentedijo:—Vainillaconcookies.Minutos después, los tres salían de la heladería y Sharon, tomando de la
manoalaniña,dijocondecisión:
—Voyasubirlaasucasa.NoquieroqueRachelseinquiete.Noahasintióy,despuésdequelapequeñaledieraunbeso,miróaSharon,
quellamabaalporteroparaquelesabrieran.—Sinecesitáisalgo,estaréporaquí—indicó.Sharonsonrióy,cuandolapuertaseabrió,entróenelportalcentrándoseen
laniña.
Capítulo45
CuandoSharonllegóconlapequeñahastaeltercero,Rachellasesperabaenlapuertay,alverlasaparecer,sonrióapesardeldisgustoquellevaba.
—¿Otroheladodechocolate?—preguntó.—Sí.MelohacompradoNoah—respondióDawsonmientrasseabrazabaa
lapiernadesumadre.Rachel asintió, y Sharon, enseñándole su propio helado de vainilla con
cookies,cuchicheó:—Eselinvitadoroficialdehelados.Unavezquecerraronlapuertadelacasa,alveraLogansentadoenelsillón
conunabolsadeguisantesenelojo,Dawsonsedetuvo.Apesardelopequeñaqueera,sabíacuándosutíonoseencontrababieny,acercándoseconcuidadoaél,susurró:
—Tío,estáspochito.Logan la miró y, al ver que estaba asustada, quitándose el paquete de
guisantesdelojo,respondiómientraselteléfonodeSharoncomenzabaasonar:—Ahoraquehasllegadotú,yameencuentromejor.—¿Quétehapasadoenelojito?—preguntólaniña.RachelySharonsemiraron,estaúltimacortólallamadayLoganseapresuró
acontestarsacandosusentidodelhumor:—Ibacorriendoymehedadocontraunapuerta,¿telopuedescreer?Laniñasonrióyluegopreguntó,enseñándoleelhelado:—¿Quieres?Logan,queteníaelcuerporevuelto,negóconlacabeza.—No,cariño.Ahorano.
Rachel,conscientedelomalqueseencontrabasuhermanotrassuvisitaalhospitalyloocurridoconelidiotadeAlexander,seacercóalapequeña.
—Venalacamademamáytepongodibujos,¿quieres?Dawsonaplaudió.Nadalegustabamásquepoderestarenlacamademamá
viendolatele.UnavezqueLoganySharonsequedaronasolas,ellasesentóasulado,e
ibaadeciralgocuandoélseñaló,tocándosesuojohinchado,queahoraestabadeuntonoverde:
—Porsuerte,Alicianuncaverálacacadetíoquesoy.ASharon le tocóelcorazónoíresoy,posandosumanosobre ladeaquél,
afirmó:—Teaseguroque,siteconociera,leencantarías.Logansonrióymurmurócerrandolosojos:—SientonohaberpodidoayudarosmásaRachelyaticoneseimbécil,pero
casinotengofuerzas.Intentandodarleunpuntodehumoralmomento,ellamurmuró:—Llevo practicando kick boxing desde pequeña. Tranquilo, que yame he
encargadodedarleyo,portiypormí.Eneseinstantesuteléfonovolvióasonar.Elbufete.Trashacerleunaseñaa
Loganconlamanoylevantarse,atendiólallamada;necesitabanconsultarlealgode un caso. Cuando colgó, la joven bloqueó el teléfono y, sentándose junto aLogan,quelahabíaestadoobservando,preguntó:
—¿SonauténticaslasNikeAirVaporMaxCDGnegrasquellevas?Alverqueélleseñalabalospies,Sharonsesintiófatal.Gracias a su poder adquisitivo, solía llevar grandes marcas, cosas que
aquéllosnopodíanpermitirsey,mintiendo,negó:—Noooooo.Logansonrió,yella,sorprendidaporquesupieraquézapatillaseransólocon
mirarlas,preguntó:—¿Cómolasdiferencias?¡Paramísontodasparecidas!—Las deportivas siempre han sido mi pasión, aunque sólo las admire a
través de un escaparate —dijo él sonriendo—. Hace dos años, cuando laenfermedadseagravóhastatalpuntoquedejédesalirconmisamigosparanohacerelridículodelantedelaschicas,meapuntéauncursoonlineenelquese
aprendíaadiseñarzapatillasdedeporte.—¿Yquétal?—Fuedivertido.InclusomesalióuntrabajoenMaryland.—¿Yquépasó?Encogiéndosedehombros,Loganmurmuró:—Cuandolesexpusemienfermedadyqueteníaqueestarenganchadoauna
máquina tres días a la semana, me rechazaron. Eso me dolió. Aunque,sinceramente,loquemásmedoliófuenopoderecharleunamanoaRachel.Siyo hubiera conseguido ese trabajo, Britt seguiría en su curso yRachel estaríamástranquila.Perobueno...,asíeslavida.
Apenadaporlaconformidaddelmuchacho,Sharonsuspiró.Sinduda,Loganytodoslosquepadecíanunaenfermedadsemejantenoloteníannadafácil,porloquepreguntó:
—¿Ycómolollevastú?—¿Elqué?—Alvercómoellalomiraba,preguntó—:¿Mienfermedad?—
Sharon asintió, y él, bajando la vozparaqueno looyeran, cuchicheó—:Mal.Peronopormí, sinoporRachel.Mi enfermedadno le permite disfrutar de lavidanitenerunsegundolibreparaella.Avecespiensoque,siyonoexistiera,lavidadeRachel,BrittyDawsonseríamuchomejor.
—Nodigaseso,Logan—murmuróellaapenada.Elchicosonrióeindicóresignado:—Tú me has preguntado —y, suspirando, cuchicheó—: Hace siglos que
Rachelnosaleadivertirse.Siempreestátrabajando,cuidandodeDawsonydemíypreocupándoseporBritt.Odiodecirlo,perocreoquemihermanallevapeorvidaqueyo.
Sharonasintió.Sinduda lavidadeningunode aquéllos era fácil, y, comonecesitabasabermásdelopocoquesabíasobresumadre,volvióapreguntar:
—¿Ytuspadres?¿Ellosnoteayudan?Alverlaexpresióndelmuchacho,Sharonsesintiófataleindicó:—Oh,Dios...,quizáestoypreguntandoloquenodeboy...—Tranquila,nopasanada—repusoél—.Lamujerquemetrajoalmundo
era una prostituta que nunca quiso ser mi madre, ni la de mis hermanas. Y,aunquesuenefatalloquevoyadecir,eldíaquemuriónosentínifríonicalor.Siemprefuimosunestorboparaellayasínoslodemostrótodosycadaunode
losdíasdesuexistencia.EncuantoamipadreyeldeBritt,murióhaceañosenunareyertacallejerapordrogas.Comoverás,nuncatuvimoslospadresideales,perograciasaGinayaRachel,Brittyyoestamosaquí.
Lajovenasintió.Encuantoalamadrequehabíantenido,separecíanmásdeloqueélimaginaba.
—¿Tu padre y el de Britt no era también el de Rachel? —preguntó acontinuación.
—No.NoséquiéneraelpadredeRachel.Esmás,nuncahablamosdeello.Sontemasquenosonagradables.
—Loentiendo...—afirmóellasinquererpreguntarmás.Estuvieronunossegundosensilencio,hastaquedeprontoéldijo:—OdioqueeseimbécilnodejevivirenpazaRachel,ymeangustiaverel
miedoensusojoscadavezqueesetipoaparece.Sin entender por qué decía eso, pero consciente de lo ocurrido, Sharon
preguntó:—¿Puedosaberporquéletienemiedo?Logansuspiróy,cuandoibaacontestar,lapuertadelaentradaseabrió.Era
Britt, que, al entrar en el salón, se percató de inmediato del ojo hinchado deLogan.
—Pero¿quétehapasado?Sharonnodijonada,yLoganreprochó:—Desdeluego,Britt,menudaayudatenemoscontigo...Acabade llamar tu
jefeporquenohasidoaltrabajo.Sinescucharlo, la jovenmiróaSharon,que también teníaunaheridaenel
labio,y,acercándoseaellos,insistió:—Pero¿quéhapasadoaquí?—Alexander—murmuróLogan.Aloíresenombre,Brittsetensó.Y,sintiéndoseculpablepornohaberestado
allíparaayudarlos,siseó:—Malditohijodeperra.¿RachelyDawsonestánbien?LoganfueacontestarcuandoRachel,quehabíaoídolavozdesuhermana,
aparecióporelpasillo.—PorDios,Britt,¿dóndetemetes?Acabadellamartujefe.—¿Qué ha pasado con Alexander? —preguntó aquélla ignorando su
pregunta.Rachelsuspiróy,singanasdehablardeello,repuso:—Lodesiempre.Pero¿porquénohasidoatrabajar?TrasunarápidamiradaaSharon,Brittempezóadecir:—Estaba...estabaconNicoleysemefueelsantoalcielo.ASharonlasorprendióoíreso,ymáscuandoRachelreplicó:—¿Y?Nerviosa,lachicapensóencómoabordareltemaquedeseabaquesusdos
hermanos conocieran, pero entonces Rachel se apresuró a decir en tonoapremiante:
—Cámbiatederopayveteatrabajar,¡ya!BrittmiróaSharonenbuscadeayuda,yella,alentenderlo,intervino:—CreoqueBrittquierecontarosalgo.Rachellamiró,despuésmiróaLogany,agobiadaportodo,dijo:—Britt,cielo,luegomecuentasloquequieras,peroahoratengoqueatender
aLogan,asíquecámbiatederopayveteatrabajar.Aloíreso,lachicasediolavueltaysemetióensuhabitación.Quizáfuera
lomejor.Unavezquedesapareciódesuvista,Rachel,sentándosejuntoaLogan,miró
suojohinchadoyverduscoy,congestotriste,preguntó:—¿Cómoestás,cariño?—Dolidoenmiamorpropioytambiénfuriosoporserunmierdadetío.—Noeresunmierdadetío,¡ereselmejor!—Eresmihermana,¡¿quévasadecirtú?!—resoplóLogan.Con cariño,Rachel pasó lamanopor el rostrode aquél, al que adoraba, e
indicó:—Ven.Debesecharteunratito,¿vale?Sin fuerzas para nada, él asintió y, ayudado por Sharon y por Rachel, se
levantóydijodirigiéndoseaSharon:—Porcierto,nomehasengañado.Sonauténticas.Alsaberquehablabadesuszapatillasdedeporte,laabogadasonriómientras
ellosdesaparecíanporelpasillo.Cuando se quedó sola en el salón, miró a su alrededor. Comparar aquel
pequeñoyviejoapartamentoconlainmensidaddelacasadondeellavivíasola
consuperraeraridículoynadajusto.Estabapensandoenellocuandosonódenuevosuteléfono.Norma.—QuesepasqueelSoplagaitas,además,tocalaguitarra.¡Loodio!—¿Enserio?Norma asintió. Aquel tipo la estaba sorprendiendo como nunca la había
sorprendidoningúnhombrey,bajandolavoz,murmuró:—Estanochehequedadootravezconél.Sharon cerró los ojos.Desde luego, cada loco andaba con su tema, y con
cariñopreguntó:—Pero¿nodecíasqueloodiabas?—Mucho.—¿Yvasaquedarconélotravez?—Sí...Estoyparaquemeencierren,¿verdad?Sharon sonrióy, cuando fuea responder,Normadijoalverque su jefe se
acercabaaella:—Tedejo.Besos.Cuandocolgó,Sharonsonrió.Quesuamigarepitieraconaquel tipoyél la
desconcertara,sinduda,comopoco,eraalgoespecial.Segundosdespués,Brittapareciódenuevoenelsalóny,sinmediarpalabra,
seacercóaellaysusurróabrazándola:—Graciasportuapoyo.ASharonlellegóalcorazónsugestoy,abrazandoalamuchachaconcariño,
lediounbesoenlacabezaymurmuró:—Anda,veteatrabajar.Brittasintióy,soltándose,cogiósubolsoysemarchó.Teníaquetrabajar.Rachel,quehabíapresenciadolaescenadesdeelpasillo,seacercóaSharon.—¿Yesoaquéhavenido?Conscientedequehabíavistoelabrazo,Sharonseapresuróaresponder:—Mehaagradecidoqueestuvieraconvosotros.Rachel asintióy, sentándose en el sillón, apoyó la cabeza en el respaldoy
murmuró:—Avecescreoqueelagobiovaapoderconmigo.Sentándose a su lado, Sharon la miró, y su hermana, angustiada y
necesitandohablarconalguien,prosiguió:
—Tengodostrabajos.Anteserantres,perosientoque,pormuchoquehaga,nuncanadaessuficiente.MeasustalaenfermedaddeLogan.MeentristecequeBrittnoseafelizymeangustiaperderaDawson.
—¿Porquédiceseso?Rachelsuspiróy,clavandolosojosenSharon,murmuró:—Porqueeslaverdad.ConlaayudadeGina,ahorrotodoloquepuedopara
poder costear losmedicamentos de Logan, la educación de Dawson y lo quenecesiteBritt.Intentocuidarlos,pero...
—¿Yquiéntecuidaati?—preguntóSharon.Aloíreso,Rachelsonrió.Desde muy pequeña, a pesar del amor de Gina y de sus cuidados, había
aprendidoqueellateníaquecuidarsesola.Y,encogiéndosedehombros,susurrósin querer pensar en el dinero que había en una cuenta bancaria y que ella senegabaatocar:
—Nolosé.Sóloséquedemídependentrespersonitasalasqueadoroynopuedo bajar la guardia. Sientomucho lo que has presenciado hoy.Cuando hevistoapareceraAlexander,sabíaquehabríaproblemas.
El teléfono de Sharon comenzó a sonar de nuevo en ese instante, pero,ignorándolo,lequitóelvolumenysecentróenlamujerqueteníadelante.
—¿Estásdivorciada?¿Separada?—preguntó.—Ningunade lasdoscosas.Soymadre soltera.Por suerte, jamásmecasé
conesedesgraciado.Digamosqueesunadelascosasquehicebienenmivida.—Seguramentehashechomuchasmás—afirmóSharonconseguridad.Rachelsuspiróy,mirándola,decidiósincerarseconella.—Conocí a Alexander hace cinco años, una noche que salí con mis
compañeras a tomar una copa. En un principio todo era maravilloso. Habíaconocido a un hombre de Queens, decente, que trabajaba de camarero en unestupendo localy,porun tiempo,penséque lavidameestabarecompensandopor todo lopasado.Luegoél sevino avivir connosotros, pero, cuandonacióDawson, todo cambió. De pronto, el hombre amable se convirtió en alguienexigentealquelemolestabanmishermanos,losllorosdeDawson,ysegastabatodomi dinero.Cuando la niña cumplió un año, tuvimos una fuerte discusiónporeldineroymeagredió.Sóloestábamospresentesellayyoy,porvergüenza,dijeenmi trabajoya todosquemehabíacaídoen lacalle.Noobstante, todo
empeoró y, cuando en esas agresiones vi involucrados a Logan y a Britt, pordefenderme,loechédecasay...,bueno,hastahoy.
—Hicisteloqueteníasquehacer,Rachel.Lajovenasintió.—Noséquéesdesuvida,nimeinteresa,perodevezencuandoaparecepor
aquí,noparaveraDawson,sinoparamartirizarmeamí.Hacedosmesesvolvióaagredirmecuandomepidiódineroyyomeneguéadárselo,yDawsonlovio.Sihubiesesvistosugestodehorrorydemiedo...,tejuroqueme...
Rachelnopudoseguir.—¿Ynolodenunciaste?—quisosaberSharon.Ellanegóconlacabeza.—¿Porqué?¿Porquénolohiciste?Rachelsuspiróy,encogiéndosedehombros,murmuró:—Porque le tengomiedo, Sharon.Me amenaza siempre con quitarme a la
niña. Según él, no soy una madre apta para criarla. Me paso media vidatrabajando,yDawsonse lapasaenextraescolares,conGinaoconLogan.Meamenazaconllevárselay...
—Soyabogada—sentencióSharon—,ynovoyapermitirqueeseimbéciltequiteaDawsonnivuelvaaamenazarte,ymuchomenosquevuelvaaagredirte,¿mehasentendido?
Conmovida y con lágrimas en los ojos,Rachel asintió.Y, cuando vio queella sacaba un bolígrafo y apuntaba un número de teléfono en un papel,murmuró:
—Teloagradezco,peronopuedoaceptarlo.—¿Porqué?—preguntóSharonconelcorazónencogido.—Notengodineroparapagartetushonorariosy...—No tienes que pagarme nada. Aquí tienes mi teléfono para lo que
necesites.Sorprendida,ellamiróelpapeleindicó:—Pero,Sharon,tusjefeste...—Tranquila —afirmó y, sin querer entrar en más detalles, indicó—: Yo
decidoquécasosaceptoono.Túporesonotepreocupes.Y,sitequedasmástranquila,tediréquecolaborodeformaaltruistaconunaasociacióndemujeresquenoestámuylejosdeaquí.
EsoaRachellesonóamúsicacelestialy,secándoselaslágrimas,preguntó:—¿Estássegura?Con una sonrisa, Sharon asintió y afirmó, ignorando las vibraciones de su
teléfonomóvil:—Tanseguracomoquetevoyadarunabrazo.Ambas se abrazaron, y, conmovida, Sharon pensó si había llegado el
momentodecontarlelaverdad.TeníaquehablarconRachel.Decirlequiéneraella. No deseaba que pensara que le estabamintiendo y, al separarse de ella,preguntóconscientedeloquelehabíacontadoLogan:
—¿Ytuspadres?¿Dóndeestátufamilia?Aquéleraun temaespinoso,por loque, recomponiéndose,Racheldijo sin
entrarendetalles:—Lamujerquedecíasermimadremurióhaceaños.Mi familiaes loque
ves.IncluyendoaGina.—¿Ytupadre?—seaventuróapreguntar.Sincambiarsuexpresión,Rachelindicó:—Niséquiénes,nimeimporta.Ambassemiraronduranteunossegundos,ySharonsintióquehabíallegado
elmomentodesincerarseconella,peroRachel,sorprendiéndola,preguntó:—¿Ytú?¿Quémecuentasdeti?Laabogadanoesperabaesapregunta,peroRachelinsistió:—¿Casada?¿Soltera?¿Divorciada?—Soltera.—¿Tieneshermanos?Sharon parpadeó y, bloqueada al ver cómo ella lamiraba, fue incapaz de
decirlaverdad.—No—replicóencambio.Rachelasintióy, cuando ibaapreguntaralgomás,Sharondijoatajandoel
camino:—Mispadresmurieron.ARachellaapenósaberesoy,cogiéndolelasmanos,murmuró:—Losiento.Sharonasintiócontristezay,alversumirada,Rachelpreguntó:—Sinpadresysinhermanos,debesdesentirtesola,¿verdad?
Incapazdementir,Sharonafirmóconlacabeza.ApesardelcariñodeNormaydesufamilia,enalgunasocasionessesentía
terriblementesola,ymurmuró:—Laverdadesquesí,notelovoyanegar.Perohaocurridoalgoenmivida
quenecesitocoment...Eneseinstante,lapuertadelacasaseabrió,yRachel,alveraBrittentrar,se
pusoenpieyexclamó,dejandoaSharonconlapalabraenlaboca:—Pero¿notehedichoquetefuerasatrabajar?Lachicaasintióy,retorciéndoselasmanos,cuchicheó:—Me...mehandespedido.Rachel se sentódegolpe enel sofá al oír esoy, tapándose la cara con las
manos,susurrócondesesperación:—No...,no...,no...SharonyBrittsemiraron.Estabamásqueclaroqueallínecesitabanayudasíosí,y,cuandoSharoniba
adeciralgo,Brittseacercóasuhermanaymusitó:—Losiento,Rachel.Buscaréotrotrabajoy...La aludida, quitándose las manos de la cara, asintió e indicó sin querer
levantarlavoz:—Sabesquelonecesitamos,Britt.Losiento,cariño.—Losé...AmbashermanassemiraronyentoncesaSharonlevibródenuevoelmóvil.
Alecharleunvistazo,suspiró.Teníaquemarcharsealaasociacióndemujeres,esedíateníaprogramadasvariascosasyyaeramuytardeparaanularlas.
—Tendréquebuscaruntercertrabajootravez.—Losiento,Rachel...,losiento—susurróBrittdesconsolada.Al ver el agobio de aquéllas, y olvidándose de lo que estaba a punto de
contarleaRachel,Sharonseapresuróadecir:—Dejadmehacermañanaunasllamadas.Quizáyopuedaayudaros.BrittyRachellamiraron,yestaúltimadijo:—Sindudaeresnuestroángelcaídodelcielo.Sintiéndose fatal por haber sido incapaz de ser sincera cuando Rachel lo
habíasidoconella,Sharoncogiósubolsoy,trasdarlesaambasunpardebesosdedespedida,sedirigióhacialapuertaeindicó:
—Mañanaregresaréparavercómovatodo.Paracualquiercosa—añadió—,yatenéismiteléfono,¿deacuerdo?
RachelyBritt asintieronmientrasSharonsalíade lacasaconelcorazónamil.
Mientrasbajabalosescalonesnotóqueelmóvillevibrabaenlamanoy,alverquese tratabadeCristian, loatendióymaldijoaloírcómoél ledecíaquetrescuentasmáslosdejabanparamarcharsealbufetedesuexsuegro.
Una vez en la calle, valoró ir a coger su coche, pero finalmente decidióbuscaruntaxi.Llevabaprisa,mástarderegresaríaabuscarlo.
Noah,queestabasentadoensucamionetaesperandoaqueellasalieradelacasa,comenzóaseguirla.Queríacomprobaradóndeibacontantaprisa.
Capítulo46
Encuantoentróenel localde laasociacióndemujeres,Sharonsaludóaunoshombresquetrabajabanallí.
—Pero¿quiénesestajovencitatanencantadora?—Harryrio.Ellaleguiñóunojo.Sabíaquesivestíademanerainformalsequitabaaños
deencima;luegoDerekpreguntóobservándola:—Pero¿dóndeestátuinseparabletrajeytustacones?Sharonsonrióy,mirandosusvaquerosysuszapatillas,respondió:—Esperándomeeneldespacho.Conunasonrisaenloslabios,sedirigióhaciaallí,cerrólapuertaysacóel
trajeoscuroqueteníadereservaparamomentosasí.Tras ponérselo, junto a una camisa blanca, se calzó unos zapatos de tacón
oscuros,serecogióelpeloenunmoñoymurmuró:—Asíestoymásprofesional.Una vez que acabó, guardó sus vaqueros y sus zapatillas de deporte en el
pequeñoarmarito,encendióelordenadorydespuésdiolaordenparaqueentraralaprimeracitadeldía.
SunombreeraCynthia, tenía treintayochoañosysuproblemaeraque laempresaparalaquetrabajabalahabíadespedidoporqueestabaembarazadaylehabíadadosupuestoaunhombre.Condiligencia,Sharonlaescuchó,lesechóunojoalospapelesquellevabalamujery,encuantoterminó,declaró:
—Podemosdemandarlospordañosyperjuicios.Cynthiaasintió.Estabadispuestaalucharporsusderechos.Sehabíadejado
la piel por aquel trabajo durante los últimos años y, después de quedar conSharonenverseotrodíaparainiciarlademanda,sefueconunasonrisaenlos
labios.Segundos después, la puertecita del despacho volvió a abrirse y entró una
mujerconlamiradatriste.SellamabaMary,teníacuarentayseisaños,treshijosyunmalmarido.
Sharon escuchó la dura realidad que aquella mujer le contaba e,inconscientemente, pensó enRachel. Por suerte, su hermanahabía conseguidoacabarconelmaltratofísico,aunqueseguíanmaltratándoladeotramaneraqueellaestabadispuestaasolucionar.
Durantemás de una hora, Sharon habló con la desolada ymiedosamujer.Intentó insuflarle fuerza, apoyo, seguridad, peroMary teníamiedo,mucho demiedodequesumaridopudieraenterarsedequehabíaestadoallí.
Como pudo, ella la tranquilizó. Le hizo saber que no estaba sola, que laasociaciónestabaallíparaayudarlaen loquenecesitaraen todomomento.Lamujer asentía como un pollito asustado. Sharon le repitió todas las veces quehicieronfaltaque,encasodellegarajuicio,ellalarepresentaríaynoladejaríasola.Laayudaríaentodoloposible.
Leexplicóqueenlaasociacióntendríaatenciónpsicológica,social,apoyo...,podríahacerterapiay,sobretodo,quesudefensaencasodeirajuicioeradeltodogratuita.
Marylloróaloíreso.Alfinhabíaencontradounlugardondeletendíanunamano para ayudarla. Llevaba años sufriendo en silencio los maltratos tantofísicos como psicológicos de su marido, y aún no se creía que estuviera allícontandosuverdad.
Conmovida, Sharon la abrazó. Por desgracia, no era la primeramujer a laque debía consolar y recordarle que vivir así no era vivir, y que tenía quedenunciarporellayporsushijos.¡Debíareaccionar!
Cuandoacabó la consulta conMary,Sharon la invitóa entrar enuna sala,dondeacontinuacióndebíadarunacharlasobrecómoprocederencasodesufrirviolenciadegéneroenelhogar.Maryaceptóquedarse.
Cuando dejó sola a Sharon, ésta cerró los ojos. Estaba agotada.Mental ymoralmente.Tambiénfísicamente.
—¿Estásbien?—oyódepronto.Al abrir los ojos se encontró con Alicia, su secretaria en el bufete y
colaboradoradelaasociación,e,intentandosonreír,indicó:
—Nolosé.Perohedeestarlo.—¿Quétehapasadoenellabio?—preguntóAliciaalverlomagullado.Sharonselotocóyrespondióquitándoleimportancia:—Hetenidoqueayudaraalguien.Pero,tranquila,laotrapersonasehaido
peor.Conscientedecasi todode loqueSharon llevabaa susespaldas,Alicia se
acercóaellay laabrazó.Laabogadaaceptóencantadaaquelabrazoque tantonecesitabay,cuandosesepararon,susecretariacomentó:
—SientoelabandonodelascuentasdeJohnsonStiles,GilsasyTerkans.AlrecordaraquelloqueCristianlehabíacontadoalsalirdecasadeRachel,
Sharonasintióymurmurólevantándose:—Esterrible.Aestepasonosvamosaquedarsinunsolocliente,ybueno...
—Suspiró.Sinembargo,mirándola, añadiómientras intentaba sonreír—:Pero,comodiríamipadre:«Sharon,trabajaeldobley¡véncelos!».Elproblemaesquenomedejantrabajar...
Alicia asintió. Sin duda Branon Sivon habría dicho aquello, y, sonriendo,afirmó:
—Ylosvasavencer,losé.Túnuncaterindessinpresentarbatalla.—Meloestánponiendomuydifícil,Alicia.Mucho.La joven asintió. Estar en la posición de Sharon no era fácil, pero, como
necesitabaqueaquellamujernodejaradecreerensímisma,insistió:—Túmeenseñasteanollorarporlascosasqueperdí,sinoasonreírporlas
queaprendí.Yahoraquierodecirte,porquetequieroyterespetocomoanadieenestemundo,quetufortalezafísicasiempretehizounamujerimparable,perotufuerzadevoluntadytutesónantelasadversidadesteharánindestructible.
—Alicia...—murmuróellaenternecida.—Noestássola,Sharon.Tienesamuchagentequetequiereatualrededor,y
lucharemos contigo en todo lo que te propongas. Sé que las cosas se estáncomplicando,perodeseoquesepasque,sihasdeprescindirdepagarmeelsuelountiempohastaquetodosenormalice,lohagasasí,porquecreoentiyséquesaldremosadelante.
Sharonseemocionóaloíresoy,sonriendo,musitó:—Gracias,Alicia.Instantes después, ambas entraron en la sala, donde ya las esperaban.Con
seguridad, Sharon observó a los asistentes. Allí había hombres y mujeres,personasconproblemas igualesperodiferentesdependiendode suentorno, enbuscadeconsejo,apoyoyamor.
MientrasSharonmirabaunasnotasenelestrado,Aliciayotroscompañerosdelaasociaciónrepartíanunosfolletosinformativosentrelosasistentes.Todoloquepudieranhacerparaayudarloserapoco.
Encuantolaslucesdelasalabajarondeintensidad,Sharon,acostumbradaaesa clase de eventos, comenzó a hablar. Les explicó el motivo por el que seorganizaban aquellas charlas y por qué no había que quedarse callados. Lesaclaróquenuncadebíanpensarqueestabansolasosolos.Ellay todos losquecolaborabanenlaasociaciónestabanallíparaasistirlosentodoloquepudieran.
Sinunatisbodeduda,lesexplicóquealmenorindiciodemaltratohabíaquellamar a la policía, porque ellos estaban allí para protegerlos, ayudarlos ydefenderlos,ydebíanservalientesydenunciar.
Trasunapreguntaquehizounamujeralaqueletemblabaelcuerpoenteroalhablarsobreelalejamientodelagresorcomomedidacautelar,Sharonexplicóquenodebíantenermiedoatestificaryareconocerasuagresor.Sóloesopodíaayudarlos.
Una pregunta llevó a otra y, como siempre ocurría, los asistentes seanimaron,mientrasSharon,conserenidad,lesrespondíaunoauno,centrándoseencadacasoy recordándolesque, siqueríanunacitaparahablarconellaconmás tranquilidad, sólo tenían que decirlo en el mostrador y Fátima les daríafechayhora.
Sin dilación, les recordó la importancia de memorizar los teléfonos deemergencia,de intentar llevar siempreunmóvil encima,dequecambiaran lascerradurasdesuscasassielagresorcambiabadedomicilioodequetomaranuncursodedefensapersonal,entreotrascosas.
Alfinalizarlacharla,losasistentesselevantaronycomenzaronasalirdelasalamientrasSharon recogía suspapeles.Tanabstraída estabahaciéndoloquenovioquealguienseacercabaaellahastaqueoyó:
—Mehasdejadototalmenteimpresionado.Allevantarlavistadelospapeles,Sharonsequedódepiedra.Frente a ella, y apenas a un metro, Noah la observaba vestido con unos
vaquerosyunasudaderagranateconcapucha.
—¿Ytúquéhacesaquí?—preguntó.Noahseacercóaellayrespondióconsinceridad:—TehevistosalirdecasadeRachel,teheseguidoy...—¿Mehasseguido?Élasintióy,antesdequeelladijeranada,seapresuróaaclarar:—Deacuerdo.Suenafatalesodeque«teheseguido»...—Sí,muymal—convinoSharon—.Podríadenunciarteporacoso.Noahsonrióaloírlaycuchicheó:—Porfavor,no.Noquerríaenfrentarmeaunaabogadatanimplacablecomo
tú.Ambossonrieron,yentoncesél,alversulabioaúnmagullado,preguntó:—¿Teduele?Sharonsetocóyseapresuróaresponder:—No.Peroesperoqueloqueyolehehechoaesetipoleduela,ymucho.—¡Menudoderechazotienes!Levantandoelpuñoconnaturalidad,lajovenaclaró:—¡Izquierdazo!Soyzurda.Denuevolosdossonrieron,ySharon,alverqueAlicialehacíaseñasconla
manoparadecirlequesemarchaba,dijocogiendosubolso:—Vamos.Teinvitoaunacerveza.—Miintenciónerainvitarteyoati...Deahíquetesiguiera.Aloírlo,ellasonrióyafirmó,guiñándoleelojo:—Pueslosiento,peroyomeheadelantado.Una vez que se despidió de sus compañeras de la asociación, al salir a la
callelerugióelestómago.Estabafamélicay,trasmirarelrelojdesuteléfono,dijoconnaturalidad:
—Oye..., son casi las ocho y media y estoy hambrienta; ¿te apetece quemejorcenemosalgo?
Encantadoporelmodoenqueseestabadesarrollandoaquello,Noahsonrióy,recordandoalgoqueellalehabíadicho,murmuró:
—Yonocenocondesconocidas.Ambosrieronporaquelloyél,sorprendido,añadió:—¿Meestásinvitandoacenar?—Sí.
—¿Pagastútambién?—Porsupuesto—aseguróSharon.Noahsoltóunarisotaday,cuandoibaadeciralgo,ellapreguntó:—¿Acasoteintimidaqueteinviteacenarunamujeryseaellaquienpague?—No—respondióélconseguridad—,peroestoymásacostumbradoaseryo
quieninviteyquienpague.Aloíreso,Sharonpusolosojosenblancoy,cuandoloviosonreír,comosi
norecordarasunombre,preguntó:—¿Tunombreera...?—Noah.NoahDeLuca.Sharonasintió.Nosólosunombreerasexy,sinotambiénsuapellido,y,sin
saberporqué,sonrióconnerviosismoyapuntó:—Quequedeclaroquenoestoy intentando ligarcontigoapesarde loque
pasólaotranocheenlosbañosdeaquellocal.—Noahasintiódivertido—.Que,porcierto,cadavezquelopienso,medoycuentadequefueunalocura.
—Unatremendalocura—afirmóélalrecordarlo.Ambossemiraronensilencio.Latensiónsexualentreelloseratremenda,y
ellaañadió:—La invitación es a modo de agradecimiento por habernos ayudado esta
tardeconeseidiota.—Quédecepción—murmuróél.Sharonsonrió.Aqueltipoyellanoteníannadaquever,pero,cuandoibaa
responder,suteléfonosonóy,trasdirigirleaaquélunaseña,locogió.—Dime,Will.—TengounasfotosdeWhitakerquecuandolasveasnotelovasacreer.Sharonasintió.—Mañanaalasonceteesperoeneldespacho.Una vez que hubo colgado la llamada, Noah, que había escuchado en
silencio,preguntó:—¿Trabajo?—Sí.—¿Aestashoras?—Notengohorarios.Noahmeneólacabezaaloíreso,eindicó:
—Pues deberías tenerlos. La vida no es sólo trabajar, también hay quedisfrutarlaysaborearla,¿nocrees?
Sharonsonrióy,encogiéndosedehombros,matizó:—Puedequetengasrazón.—Puede,no;latengo—sentencióél.Luegoestuvieronensilenciounossegundos,hastaqueélpreguntó:—¿Quéteapetececenar?Ynomedigasqueahoranotieneshambreporque
sigooyendotustripasdesdeaquí.Sonriendo al oír eso y al ver el gesto pícaro de aquél, Sharon pensó en
Norma.Enuna situación así, su amiga la animaría a ir a esa cena, por loquefinalmenterespondió:
—Italiano.Esmicomidapreferida.Noahasintióy,segurodeloquedecía,indicómientraselteléfonodeaquélla
volvíaasonar:—ConozcoelmejorrestauranteitalianodeNuevaYork,ynoestámuylejos
deaquí.—Nosé...—dudóSharon.Dispuestoallevarlaadondeellaquisiera,Noahpreguntó:—¿Quéprefierescenar:pizzaopasta?—Lasdos cosas—afirmó,ganándoseuna increíble sonrisade él—.Hede
decirtequeparamílasmejorespizzassonlasdeGiorgio’s.Fíjatesimegustanquemiportero,cuandoveapareceralpizzerodegorraroja, lodejasubiramicasasinpreguntaradóndeva.
—No están mal —afirmó Noah, que las conocía—. Pero a donde quierollevarteteaseguroqueestánmuchomejor.Fíatedemí.
Aquellos ojos tan bonitos y aquella sonrisa a Sharon la desarmaron y,cortandounanuevallamadaentrante,finalmenteaccedió:
—Deacuerdo.Mefiarédeti.Noah sonrió y, señalando hacia la derecha, comenzaron a caminar hasta
llegarfrenteaunacamionetagrisplata.—¿Ésteestucoche?—preguntóSharon.Conscientedelosgustoscarosdeella,Noahindicó:—Cenicienta,elFerrariTestarossalotengoeneltaller.Ambosrieronporaquello;entoncesSharonpreguntó:
—¿PorquémellamassiempreCenicienta?Divertidoporlaingenuidadqueveíaensuexpresión,Noahfarfulló:—¿NoeraCenicientaquienperdíasuzapatoenuncuento?Al pensar en elmomento que él recordaba, Sharon asintió. Luego, al leer
algoenlaspuertasdelacamioneta,preguntó:—«ConstruccionesDeLuca»...¿DeLucanoeratuapellido?—Sí.—Entonces¿ConstruccionesDeLucaesunaempresafamiliar?—Sí—declaróNoah—.LallevamosentremihermanoEnzoyyo.Conuna sonrisa en los labios, y sintiendobuenasvibracionesporpartede
aquel hombre de ojos impresionantes, cuando Sharon fue a subirse a lacamioneta,separóy,mirándolo,dijoamododeadvertencia:
—Nosuelomontarmeencochesdedesconocidosy,aunquelovoyahacerporque algo me dice que me fíe de ti, he de recordarte que tengo un buenizquierdazo y en mi carísimo bolso de Loewe llevo gas pimienta. Quedasadvertido.
Noahsoltóunarisotada.Acadasegundoquepasaba,aquellamujerloatraíamásymásy,abriendola
puertadesucamioneta,insistió:—Vamos,Cenicienta,subeatucalabaza.Encantada, ella obedeció y Noah arrancó el motor, momento en el que
empezóasonarGalwayGirl.—MegustaEdSheeranyestacanción.—Sharonsonrió.—Y amí—afirmóNoah, subiendo lamúsica y comenzando a cantar con
naturalidad.Aloírlo,ellalomiró.EneltiempoquehabíaestadoconHannibal,nuncalo
habíaoídocantardeaquellamanera,puessurectitudnoselopermitía.—¿Nodecíasquetegustabaestacanción?—preguntóNoahmirándola.Ella
asintió,yéllaanimó—:Puescanta.Él continuócantandoGalwayGirl sin importarle si lo hacía bien omal, y
Sharon,alprincipioinsegura,comenzóatararear.¡Quévergüenza!Sin embargo, poco a poco, la música, el momento y ese hombre la
envolvierondetalmaneraqueterminócantandoconélaplenopulmónmientras
bailoteabaenelasientodelpasajerocomosituvieraveinteaños.Estaban parados en un semáforo cuando la canción acabó. Noah bajó el
volumendelamúsicay,alverquelaparejadelcochedealladolosmiraba,dijoseñalandoaSharon:
—Estásordaytengoquesubirlamúsicaparaquelaoiga.Laparejario,ySharon,divertida,preguntócuandoélarrancó:—Pero¿cómotienestanpocavergüenza?Sinparardesonreír,Noahlamiróconaquellosojazosyellainsistió:—¡¿Mehasllamadosorda?!Noahleguiñóunojodivertido,yella,sinpoderresistirse,indicó:—Noah,tienesunosojazospreciosos.Imaginoqueyalosabes,¿verdad?Mofándose,élnegóconlacabeza.Sus ojos verdes, en contraste con su piel morena, llamaban mucho la
atencióndetodoelmundodesdequeerapequeño.—Puesfíjatequeereslaprimeraquemelodice—repusoNoah.Sharonsonrióy,moviendolacabeza,cuchicheó:—Jodidolistillo.
Capítulo47
Veinteminutosdespués,cuandoNoahaparcóelvehículo,Sharonseapeóysefijóenvarioslocalesqueestabanseguidosenaquellaconcurridacalle.
—PeluqueríaDeLuca—leyódivertida.Noahcerróelcocheeindicó:—EselnegociodemitíaConstanza.Mirandoelcarteldelsiguientelocal,leyó:—CarniceríaDeLuca.—AhítrabajamitíoGuido.—¿LibreríaDeLuca?—ElprimoStephaneselintelectualdelafamilia.Acadasegundomásdivertida,viootroletreroquedecíaCONSTRUCCIONES
DELUCA,queimaginóqueeraelsuyoyeldesuhermanoEnzo,y,cuandosusojosseposaronenelúltimo,dondeseleíaRISTORANTEDELUCA,antesdequeellacomentaranada,Noahseapresuróadecir:
—Demispadres—y,asiéndoladelamanocontotaltranquilidad,afirmó—:Comoverás,lafamiliaDeLucatenemosnuestrasraícesenestebarrio.
Sin soltarse de la mano, Sharon caminó a su lado con una sonrisa en loslabios.NoahnoteníanadaqueverconHannibalniconlosdemáshombresconlosquehabíasalidoenotrasocasiones,y,sinpoderremediarlo,preguntó:
—¿Vamosacenarenelrestaurantedetuspadres?—¡Porsupuesto!—¿Porqué?—Porquetúqueríascomidaitalianayteestoyllevandoalmejorrestaurante
italianodeNuevaYork.
Encantada, y sin querer pensar en nada más, Sharon se dejó guiar. Teníahambre.
Una vez que entraron en el local, miró a su alrededor. Paredes verdesadornadas con fotos deSophiaLorenyRodolfoValentino, entre otras.Mesasconfloresymantelesdecuadritosrojosyblancosyunoloraoréganoexquisito.OlíaaItalia.
Ellugarera,comopoco,encantador;estabaabarrotadodegentequesonreíaysonabadefondolavozdeErosRamazzotticantandoPiùbellacosa.
Unavezdentro,Sharonsesoltódesumanoyélsonrió,yenesemomentoseoyógritar:
—¡Mamma,havenidoNoah!Almirar, Sharon se encontró con la joven rubia que lo acompañaba en el
spa,que,trasacercarseaellos,losmiróydijo:—Nomehasdichoqueibasaveniracenar.Noahlediounbesoenlamejillaeindicó:—Simplemente ha surgido —y, señalando a su acompañante, añadió—:
Ayana,ellaesSharon.Sharon,mihermanaAyana.Conuna sonrisa, ambas se saludaron, y entonces se acercóhasta ellosuna
mujerafroamericanadeimpresionantesojosverdescomolosdeNoah.—Cariño—dijo—,noesperabaverteestanocheporaquí.Noahlediounbeso.—Mamma,vengoconSharonacenar.Sharon,ellaesmimadre,Elba.Los claros e impactantes ojos de aquella mujer y los de Sharon se
encontraron y, rápidamente, esta última leyó en ellos cierta acritud; entoncesdijo:
—Encantadadeconocerte,Elba.La aludida, con gesto desconcertado por ver a su hijo con aquella mujer,
fabricóunasonrisayasintiódándoledosbesos.—Lomismodigo,Sharon.Vamos,seguidme,ospondréenunamesa.Noahsonrióy,despuésdecederleelpasoaSharonydeguiñarleelojoasu
hermana,quecomenzabaaatenderotramesa,anunció:—Prepárate, porque la comida de mi padre te hará creer que estás en la
mismísimaToscana.—¡Mmmm,quémaravilla!—afirmóSharon,conscientedequesumadrela
escuchaba.Unavezquesesentaronalamesa,lamadresealejó,yunminutodespuésse
acercóhasta ellosunhombrede lamismaalturaqueNoah,ySharon imaginóqueerasupadre.
—Figlio..., ¡qué alegría verte!—Y, mirando a la joven, afirmó, mientrasdejabaunabotellitadevinosobrelamesa—:YtúdebesdeserSharon,¿verdad?
—Exacto.—Ellasonrió,cogiendolamanoqueélletendía.—Fabrizzio,mipadre—presentóNoah; lomiróysemofó—:Hayquever
cómovuelanlasnoticias.—Tu mamma, hijo. Ya sabes —afirmó Fabrizzio. Y, bajando la voz,
cuchicheó—: En cuanto ha entrado en la cocina, ha cogido el teléfono y hallamadoatustíasparadecirlesquehasvenidoconunadesconocidaacenare.
—¡Joder!—murmuróNoahalpensarenaquéllas.Fabrizziosonrió.Su mujer, a pesar de que sus hijos eran mayores, los seguía protegiendo
comosifueranunosbebés.Dirigiéndoseaélafirmó:—Tranquilo,Noah.Túsabesmanejarlas.Unhombresalióentoncesdelacocina,llamóaFabrizzio,yéstelesdijo:—Addio.Eldebermellama.Encuantosealejó,Sharon,quehabíaescuchadolaconversación,cuchicheó:—¿Enseriotumadrehallamadoatustíaspormí?—Sí.Ellasonrió.—¿Porquésonríes?—preguntóNoah.—Porquemipadre,cadavezquemeveíaconunhombre,loinvestigaba.—¿Enserio?Ellaasintió,yélcuchicheódivertido:—Sinduda,mimammaytupadresondearmastomar.Ambos sonrieron por aquello, hasta que ella de pronto dejó de hacerlo y
susurró:—Pordesgracia,mipadremurióhaceunosmeses.Ver su expresión le enterneció el corazón, pero, cuando iba a cogerle la
mano,oyólavozdesumadre,quelollamaba.Noahlevantólavistay,alverlajuntoasustías,murmuró:
—PorDios...,nuncacambiarán.Sharonsonrióydijoanimándolo:—Anda,ve.Elba,queestabajuntoasuscuñadas,preguntóalveracercarseasuhijo:—Pero¿quiénesesaseñoritingatrajeada?—Unaamiga,mamma.—LahijadeRosauroyMiaesmásjovencitayteconvienemás.—TíaConstanza,perfavore—protestóNoah.—Elcasoesquemesuenasucara...¿Dóndelahevistoyoantes?—insistió
Constanza.—LlevaunbolsodeLoewe.Sinduda,deimitación—semofósuhermana.—Teequivocas.—Élsonrió—.Ellanocompranadafalso.—Gustoscarosyseñoritingatrajeada.Ah,no,hijo...,esamujernoesparati
—protestósumadre.—Mammaaaaaaaa,perfavore.Entonces,sustíasysumadrecomenzaronahablartodasalavez.Noahlas
adoraba, pero cuando se ponían en plan leonas defendiendo su manada, losacabandesuscasillas,porloque,mirándolas,exclamó:
—¡Seacabó!Soymayorcitoparasalirconquienmedélagana,porloquemevoyairacenar,¡¿osquedaclaro?!
Ningunadijonada,yél,dándoselavuelta,sonrióyregresóalamesa.UnavezquesehubosentadoconSharon,sirviendounpocodelvinoquesu
padrehabíadejadoparaellos,fueahablarcuandoéstapreguntó:—¿Hansidomuyduras?—No.AmbossonrieronporaquelloyluegoSharoncuchicheó:—¿SabesquetumadresepareceunmontónaOprahWinfrey?Élsonrióy,asintiendo,afirmó:—Losé.Ellalosabetambiény,siselodices,leencantará.AdoraaOprah.Laconversaciónentreellosera fluida.Ambos teníanganasdeconocersey
no pararon de charlarmientras reían y disfrutaban de lamaravillosa cena queFabrizzioleshabíapreparado.Sinduda,comohabíadichoNoah,comeraquelloeracomoestarenlamismísimaToscana.
Alfinalizarlaopíparaymaravillosacena,Sharonseempeñóenpagar,pero
nadie se lo permitió, por lo que tuvo que desistir. Luchar contra aquéllos eraimposible.
TrasdespedirsedelafamiliadeNoahydecirlecongestodivertidoaElbalodeOprah,salierondellocalyélafirmó:
—Teacabasdeganaramimadre.Losdosrierony,actoseguido,seencaminaronhacialacamioneta.Unavez
allí,Sharonpreguntócuriosa:—¿Vivesporaquí?Élnegóconlacabezayseapresuróaaclarar:—Amoamifamilia,perotambiénadoromisaludymiintimidad.—Ambos
rieron,yNoahexplicó—:VivoenBrooklyn, cercadel local dondenosvimosaquellanoche.
Una vez dentro del vehículo, él arrancó elmotor; de nuevo, la voz deEdSheeran volvió a sonar, y ambos sonrieron recordando lo que había ocurridounashorasantes.Estabaclaroquelatensiónsexualcontinuabaexistiendoentreellosy,cuandosemiraron,Sharonsintiótantocalorqueabriólaventanilla.
—¿Notienesunpocodecalor?—murmuró.Noahasintió.Éltambiénestabaacalorado.Deseababesarla,pero,noestandosegurodeacertarporqueaquellamujerlo
desconcertaba,preguntóconteniendosusimpulsos:—¿Teapetecetomaralgooquieresquetelleveatucasa?Tanconfusacomoél,Sharonseretiróunmechónquecaíasobresusojos,e,
intentandodejarlascosasclaras,murmuró:—Oye,nomelotomesamal...Loqueocurriólaotranocheenlosbañosde
aquellocalfueincreíble,peromividaúltimamenteesunpococaóticacomoparaconocer a alguien...—Noah no contestó, y ella añadió al sentir sumirada—:Mejorllévamearecogermicoche.LohedejadocercadelacasadeRachel.
Sin decir nada, él arrancó y, en silencio, tan sólo roto por la voz de EdSheeran,condujohastaellugardondeestabaelcochedeSharon.Unavezallí,paró la camioneta y, mirando el caro vehículo que ella le señalaba, Noahpreguntó:
—Pero¿túquéclasedeabogadaeres?—¿Yeso?—Ellasonrióaloírlo.Sinpararelmotordelcoche,élrespondió:
—Tengo amigos abogados y te aseguro que ninguno puede permitirse uncochazoasí,anoserquesearobadooprestado.
Sharonsoltóunacarcajada.—Robadonoes—aseguróacontinuación.—¿Prestado,entonces?Los dos sonreían por aquello cuando comenzó a sonar Perfect, de Ed
Sheeran,unapreciosayrománticacanciónquehizoqueambossemiraran.—¿Creesquesiguesiendomalaidea?—preguntóél.Sinnecesidaddeaclaraciones,Sharonsabíadequé lehablabay, sinpoder
contenersusimpulsos,seacercóaély,antesdeposarsuslabiossobrelosdeél,afirmó:
—Malísima.Sin dudarlo, Noah aceptó el beso. Aquellos labios..., pero, recordando de
prontoalgo,murmuró:—Noquierohacertedañoenellabio.A Sharon le gustó sentir su delicadeza y que se preocupara por ella, y,
besándolo,susurró:—Simehacesdaño,juroquetelodiré.EsaspalabrasfueronlaentradaqueNoahnecesitaba,y,pasandolasmanos
porlacinturadeella,laacercóhaciasí;enesemomentotiródelapalancadelasiento,éstesedeslizóhaciaatrásy,cuandoelbesoacabó,Sharonmurmuróalversesobreél:
—Menudomanejotienestúdelasiento.Ambos rieron por aquello, y luegoNoah aproximó su boca a la de ella y
volvióabesarla.Unbeso...,dos...,siete...Latemperaturaentrelosdosseelevabaporsegundosmientrassusmanosse
tocaban con deseo e intimidad, hasta que Sharon, consciente de que estabanaparcados en doble fila en medio de la calle, dijo deteniéndose en seco alacordarsedesuexnovio:
—Aquí,no.—Tienesrazón.Yatenemosunaedad—semofóél.Al oírlo, ella fue consciente de lo que estaba haciendo. Se estaba dejando
llevarporeldeseo,ydijomirándoloconfrialdad:
—Nobuscounarelación.—Esbuenosaberlo—afirmóNoah.Lasinceridadconquelerespondíahizosonreíralajoven.—¿Entucasaoenlamía?—preguntóélacontinuación.Sharonlopensóycreyóqueirasucasapodíasermásarriesgado.Sialgún
periodistalaveíallegarconél,podríaserterrible,porloqueindicó:—Entucasa.Una vez que se hubo sentado de nuevo en su asiento,Noah emprendió la
marcha.Semiraban,sonreían,ambossabíanloquequerían.Porloque,cuandoNoah entró en el garaje de su casa y aparcó, sin hablar, cogió la mano queSharonletendíayambossubieronhastasuapartamento.
Alentrar,lajovenmiróasualrededor.Ellugarestabaordenadoylimpio,yesolegustó.Al ver cómo ella lo observaba todo, Noah se le acercó sonriendo y,
atrayéndolahaciasucuerpo,murmurósobresuboca:—Bienvenida,Cenicienta.Encantadaconaquelabsurdomote,Sharonlobesómientrassedejabaguiar
hastaunahabitación,enlaquelasorprendióunaespaciosacama.Noaheradulce,sensual,apetitoso.Todoenéllegustaba,y,conlacarnede
gallina como en su vida por lo que aquel hombre la hacía sentir, se quitó laamericana,quedejócaeralsuelo.ConHannibaldeberíahaberladejadosobrelacómoda.
A la chaqueta le siguió la camisa blanca.Después la falda y, cuando sóloquedó vestida con un fino conjunto de braga y sujetador blanco, Noah, queestabaobservándoladurocomounapiedra,murmuró:
—Erespreciosa.Excitadayenloquecidaporelmodoenqueéllamirabayporsuspalabras,
Sharon se le acercó sin encender las luces. No quería perder el tiempo, sóloqueríadesnudarloyposeerlo,y,sinhablar,ledesabrochóelcinturóndelvaqueroy cuando, segundos después, él se lo quitó junto con el calzoncillo, lamiró ypidió:
—Notequitesloszapatos.Supeticiónlahizosonreír.Leexcitabaquelepidieraaquelloy,pegándoseaél,exigió:
—¡Hagámosloya!Noah sonrió.Su impaciencia lo excitabay, cogiéndola entre susbrazos, la
tumbósobrelacamaypreguntó:—¿Sinpreliminares?Sharonasintió.Enesemomento,lospreliminaresestabandemás,comoestuvierondemás
laotravez;Noahasióconlamanosuduraycalienteerección,lapaseóporlosmuslostemblorososdeaquéllaymurmuró:
—Nosabescuántodeseabarepetiresto.Esamatizaciónlahizosonreíry,jadeando,susurró:—Seguroquetantocomoyo.Noahasintió.Aquellamujerloestabavolviendoloco;cogióunpreservativo
delamesilla,loabrióyselocolocóantelaatentamiradadeella.Sentir sumirada, su excitación y su empuje lo ponían amil, y, en cuanto
acabódeponerseelpreservativo,agarrólaspiernasdeSharoncondecisiónyselasabrió.
Ungemidofemeninodeplacerllenóelairey,sintiendoquesupropiocuerpotemblaba,Noahlamiróalosojosypreguntó:
—¿Esestoloquedeseas?Acostumbrada a la pasividad aburrida de Hannibal, Sharon asintió. Aquel
juego,aquellaseducción,aquelloslocosbesoslateníanmáscalientequenuncaen su vida, y, deseosa de que él la aplastara contra la cama, le rompiera lasbragasylehicieraelamor,afirmó:
—Sí...,sí...Excitadoyconlaspulsacionesamil,Noahrasgólasfinasbragasdeuntirón,
seintrodujoenelinteriordeaquellavoluptuosamujery,hundiéndosetotalmenteen ella, soltóunbufidovaronilmientras la sentía temblarbajo su cuerpoy sualientolequemabalapiel.
Enloquecidopor su entrega, lemordió los pechos por encimadel delicadosujetadorde rasoblancomientrasella jadeaba,gemía,disfrutabay,mirándolo,exigía:
—Rómpelo.Encantadoconlaorden,Noahintrodujoundedoporlafinatiradeldelicado
sujetadory,deuntirón,lorompió.Lospezonesdeellaquedarontentadoresante
él,durosylistos,y,sindudarlo,loschupó.Noacostumbradaaaquellapasióndesbordante, locayexcitante,Sharon lo
observó,yél,hundiéndosedenuevoensuinterior,susurrómirándolaalosojos:—¿Siguepareciéndoteunamalaidea?—Callaynopares—exigióSharon,haciéndoloreír.Como dos lobos feroces, se devoraron los labios mientras sus cuerpos se
movían, se acoplaban una y otra vez con rudos y certeros movimientos,ocasionándolesunplacersinprecedentes.
Placer...,locura...Elsexodesinhibidoconaquelhombreeraincreíble,lomásincreíblequeella
había vivido en su vida, hasta que, con un gemido de satisfacción, llegó alorgasmoy,segundosdespués,éllasiguió.
Para no aplastarla, Noah rodó hacia un lado de la cama y, con lasrespiracionesentrecortadasporlaincreíbleexperiencia,permanecieronaoscurasmirandoeltechohastaqueellasusurrósentándoseenlacama:
—Memuerodesed.Allevantarse,labragayelsujetadordestrozadoscayeronsobreelcolchón,
momentoqueNoahaprovechóparasentarsetambiénenlacamay,alvercómoellalomiraba,murmuró:
—Nosédequémarcaes,peroolvídatedepedirmeotroigual.Ambosrieronporaquello.Aoscuras,SharoncogiósublusayselaechóporencimamientrasNoahse
levantabayseponíasubóxergris.Luegolacogiódelamanoypreguntó:—¿Quéquieresbeber?A medida que iba encendiendo luces en su recorrido, ella miraba con
curiosidadasualrededor.Aquellacasaeramuyacogedora,ycuandoentraronenlapequeñacocina,élabriólaneverayellarespondió:
—Unacervezaestaríabien.Noahsacódoscervezasy,aldarselavuelta,lamiróyafirmó:—Erespreciosa.Unabonitatentación.Sharon sonrió. Oír ese tipo de cosas era nuevo para ella, que, divertida,
afirmó:—Mipadretedaríadospuntos.—¿Porqué?
Recordandolascosasquesuprogenitorledecía,Sharonaclaró:—Porquemehacessonreíryporquemedicescosasbonitas.Noah sonrió. Sin duda su padre la habíamarcadomucho, y cuando fue a
deciralgo,alleereltatuajequeellallevabaenelmuslo,afirmóconunasonrisa:—Estupendafrase.—Creoenella—aseguróSharonsonriendoasuvez.—Hasdecreer.Esotedaautenticidad.Aellalegustóoíreso.EnlavidaHanniballehabríadichoalgoasí,yestaba
pensandoenellocuandoNoahpreguntócontiento:—¿Conquiénvives?—Conmiperra.Élasintióy,curioso,ibaapreguntarcuandoellaañadiómirándolo:—Nointentesligarconmigoporquenotengotiempoparaello.Comotehe
dicho,mividaesalgocomplicadaúltimamente.Noahasintióy,apoyandolacaderaenlaencimeradelacocina,dijoantesde
daruntragoasucerveza:—Sharonesunbonitonombre,pero¿cuálestuapellido?—Sivon.SharonSivon.Aloíreso,éldejódebeberypreguntó,mirándolasorprendido:—¿TupadreeraBranonSivon?—Sí.—¿Eldelbufeteparaelquehicimoslareformaaquí,enNuevaYork?Ellavolvióaasentir,yélcomentó:—Ahoraentiendoquesólocomprescosasoriginales...Denuevo,ambosrieron,ySharonaclaró:—Oye,mira,encuantoaloquehaocurrido,creoque...—¿Terefieresalsexo?Sharonasintió,yélmusitósonriendo:—Quizápodríamosdisfrutarlounpocomássilohacemoscontranquilidad,
¿nocrees?Lajovensuspiró.Ellalohabíadisfrutadoatope.Eraelmejorsexoquehabía
tenidodesdehacíamuchotiempo,yrepuso:—Locreo...Entonces,tomandolasriendasdelmomento,locogiódelamanoylollevó
devueltaalahabitación.Estabanallíparaloqueestaban.PeroahoraNoahestabadesconcertado.¿Quéhacíaaquellariquísimamujerensucasa,conél?Al ver su entrecejo fruncido e intuir qué pensaba, la joven se apresuró a
decir:—EsperoqueelapellidoSivonnoeclipseaSharon.EsohizoqueNoahentendieradeprontolovulnerablequeera.Aquellamujer
fuerteyguerreralepedíaquenocambiara,quelamiraracomolamirabahacíaunosminutos, y, dispuesto a hacerla sentir seguray tranquila con él, al ver elteléfonomóvildeellasobrelamesilla,preguntóseñalándolo:
—¿Puedocogerlo?—Sí.Tras comprobar que lo tenía bloqueado con una contraseña, Noah se lo
tendió.—Desbloquéalo.Sindudarlo,ellalohizoy,cuandoterminó,seloentregóypreguntó:—¿Quéquiereshacer?Con una sonrisa,Noahmarcó su número de teléfono y, cuando se oyó un
ruido,contestó:—Loprimero,tenertunúmerodeteléfono.—¡Serástramposo!—semofóSharondivertida.Sonriendo,intentóquitarleelmóvil,peroNoahnoselopermitió.Entonces
ella se puso a correr tras él y, cuando éste la agarró y la besó, murmurómirándolaalosojos:
—Meencantas.Megustasdesdeelprimermomentoenqueteviymedijisteesode«¿Puedescerrarlapuerta,porfavor?».
Oíresolahizosonreír,pero,turbadaporloqueleíaensusojos,miróhaciaelequipodemúsicaqueNoahteníaypreguntó:
—¿Quémúsicaescuchas,ademásdeEdSheeran?Tras darle un nuevo y rápido piquito en los labios, él la soltó y dijo
señalandoelequipo:—Compruébaloportimisma.Sharon se dirigió hacia allí y, tras encenderlo, pulsó elplay delCDy, de
pronto,comenzóasonaralgoquenologróidentificar.
—¿Quées?—seinteresó.Divertido,Noahmovióloshombros.Teníabuenritmoy,alverlasonreírmientrasloobservababailar,respondió:—Switch,deWillSmith.¿Sabesquiénes?—Meencantaeseactor—afirmóSharon.Bailandoconsensualidad,al ritmoquemarcaba lamúsica,Noahseacercó
hastaunadescolocadaSharoneindicó,animándolaabailarconél:—Ademásde ser un carismático actor, hacemuybuenamúsica... ¡Vamos,
baila!Comolehabíaocurridounratoantescuandolahabíaanimadoacantarenel
coche,Sharoncomenzóamoverseconciertavergüenza,hastaqueunavezmásNoahconsiguióqueterminarabailandoconélenelpequeñosalón,entrerisasycolegueo.
Bailaron...Sebesaron...Rieron...YSharon,señalandoeltatuajequeélllevabaenelantebrazo,preguntó:—Todotatuajetieneunahistoria.¿Cuáleslatuya?Noah bajó su bonitamirada hacia aquello por lo que ella le preguntaba y
explicó:—«Un deseo no cambia nada, pero una decisión lo cambia todo» era una
frasequedecía amenudomi abuelo.Siendoun chaval nunca lo entendí, perocuandocrecíytomémalasdecisiones,esafraseadquiriódeprontosignificado.Poresomelatatué,pararecordarmequedelasdecisionesquetomaraenlavidadependíamifuturo.
Sharonsonrióaloírloy,mirándolo,murmuró:—¿Yhastomadobuenasdecisiones?Noahasintióy,pasandolasmanosalrededordelacinturadeella,laacercó
hacia sí y, mirándola de una manera que a Sharon le erizó todo el vello delcuerpo,afirmó:
—Estoyvalorándolo.Sinpoder resistirseaesa frase,Sharonpegósucuerpoaldeaquelhombre
que estaba desconcertándola por completo, cuando Noah, clavando susimpactantesojosverdesenella,susurrórecordandosutatuaje:
—Megustaqueseaslamujerqueunhombrenecesita.Sinpoderremediarlo,sonrió.Éllahacíasonreír.Unbeso...Dos...Cinco...Deseosadesexoconélydispuestaaconseguirlo,sedejómimarhastaqueél,
paseandolabocaconsensualidadporsufrente,murmuró:—Megustatupiel.Sharon sonrió, se sentía especial, y afirmó tocando sus brazos morenos y
fibradosporeltrabajoquedesempeñaba:—Yamílatuya.Ambossonrieron,yNoah,convozronca,cuchicheómirándolaalosojos:—¿Sabesquedicenqueelsexoalargalavida?Sharonjamáshabíaoídonadaparecidoy,riendo,afirmó:—Pueshazmeinmortal.Su contestación hizo sonreír de nuevo a Noah, que, cogiéndola entre sus
brazos,lallevódenuevoalahabitación,dondelatumbóenlacamaycomenzóa hacerle cosquillas mientras ella reía a carcajadas como llevaba tiempo sinhacer.
—Ésaeslarisaqueyoqueríaveryoír—dijoélparándoseamirarla—.Espreciosa,yalgomedicequelapracticaspoco.
Sharon sonrió, y él, apropiándose de su boca, la besó y, a partir de esemomento,elmundoseesfumóparaambosdurantelashorassiguientes.
Capítulo48
Después de una increíble y tórrida noche de sexo, cuando Noah estabaprofundamentedormidoa las cincode lamadrugada,Sharon se levantóy, sinhacer ruido, sevistióy semarchóde sucasa,no sin antesmirarduranteunossegundos al hombre que la había mimado y había logrado que olvidara susproblemas.
Traspasarporsucasaparaducharseycambiarsederopa,Manuellallevóala oficina y, una vez allí, la acompañóhasta su planta, pues el hombre queríatomarseuncaféconsuhijoCristian.
Éste,alverlosllegar,sonrióapesardelaprocesiónquellevabapordentroy,mirandoaSharon,preguntó:
—Perobueno,jefa,¿aquésedebeesasonrisa?Sinpoderniquererquitarladesuboca,ellaleguiñóelojo,mientrasManuel
decíadivertido:—Vamosynopreguntes.Tomemosuncafé.Cristiansonrióy,antesdemarcharse,bromeómirandoasuamiga:—Tienescaradehaberdormidopoco.Sharon le guiñó un ojo, ambos sonrieron y, tras dejar su bolso en su
despacho,cogióunascarpetasqueAlicialeentregabayentróenlasalaenlaqueesperabanunosclientesparasolucionarsudemandadedivorcio.
Durante una hora, Sharon atendió aquel caso, un asunto difícil por locomplicadoqueseloestabanponiendolosdemandantes.Cadavezqueatendíauna demanda conflictiva como aquélla, Sharon se sorprendía. ¿Cómo podíanacabarasídospersonasquesehabíanquerido?
Desconectandoduranteunossegundosparadejardeescucharlosreproches
queaquellosdos se soltaban con indiferencia, sepermitiópensar enNoah.Lanochequehabíapasadoconélhabíasidofantástica,ynosóloporelsexo.
¿Cómoseríasalirconaqueltipo?Estabasonriendocomounabobacuandofueconscientedeloquehacía.¿Porquépensabaenaquello?¿Acasonoteníayasuficientesquebraderosdecabezacomoparaañadiruno
másalalista?Y,regañándose,volvióalarealidadyaescucharlosinsultosdesusclientes.
Eralomejor.UnavezquedieronporfinalizadalareuniónySharonsedespidiódeellos,
entróensudespachoysuteléfonosonó.—Creoquetendrásqueencerrarmeenunpsiquiátrico.AlreconocerlavozdeNorma,sonrióypreguntó:—¿TanmaltefuecontuSoplagaitas?Suamiga,queestabaensucasa,setapólosojosyrespondió:—Cocinóunadoradaalasalypasamosunaveladaensucasaviendocinede
terrorycomiendopalomitasdepimienta...¡Leencantalomismoqueamí!—Pero¡esoesfantástico!—Oh, no... Es... es que no lo sé...Y, para rematar, acaba de enviarme un
cactusacasaenvezdeunramoderosas,conunanotitaquedice:«Comienzoaodiarteporañorarte».¡¿Sepuedesermástonto?!
—Tontísimo.—Ellasonriódivertida.—Sharon,esetipoesasquerosamenteafínamí.Escomosilehubierandado
unmanualdecómohadesermihombreidealyselohubieraestudiado...Pero¡sihastameanimaaquemepresentealañoquevienealosSWAT!PorDios,aestepasolevoyasubirlanotaaundiez.
—Woooooooo...Ambasrieronporaquello,yentoncesNormadijo:—Séquetienesmilcosasenlacabezayyoencimatevengoconesto...—Tu«esto»mehacedesconectar—replicóSharon—.Cuéntame.Descolocada,ysinentenderse,Normaafirmó:—Lahecagado,Sharon.Trasrecibirelcactus,lehemandadounwasapyhe
quedadootravezconélestanoche.¡Yhesidoyoquienselohapropuesto...,yhadichoquesí!Ay,Dios...Ay,Dios..., ¡quecreoqueestoyperdiendolapoca
razónquetenía!—Norma,tranquilízate.Respiraypiensaquesihashechoesoes...—Esporquemeponemucho,meencantaquemarcaloríasconél,megusta
hasta cómo respira cuando duerme, y no veo el momento de verlo paracomérmelo abesos. ¡Joder, pero ¿quégilipolleces románticas estoydiciendo?!Lodicho,creoqueestoyparaquemeencierren.
Sharon,divertida,sonrióy,cuandoibaadeciralgo,suamigamatizó:—Y,porhoy,seacabódehablardemíydemiatocinamientoenamorantil.
¿Quétalayer?Cuéntamealgoquenoseadeprimenteymehagaolvidar,aunqueseadurantecincominutos,alSoplagaitas.
Sinpoderpararde sonreírpor lasocurrenciasde suamiga,Sharonbajó lavozymurmuró:
—Hepasadounaincreíblenocheconunnueve.—Pero¿quémedices?—Loqueoyes.—¿Conquién?¿Ydónde?Ellacerrólosojos.Contaraquelloeraunalocura,perocuchicheó:—OjitosSensuales,ensucasa.La risa contagiosa deNorma la hizo reír a carcajadas, y, tras escuchar las
burradasqueaquéllaledecíaalrespecto,susurró:—Yahablaremos,queestoyenlaoficina.—Ah,no,guapa...,amínomedejastúasí.¡Cuéntame!Sentándose en su bonita silla de cuero blanco, Sharon recostó la cabeza y
dijobajandolavoz:—Dios,Norma...,¡essensual,atento,yuf...!—El«¡uf!»megusta—señalóaquélladivertida.—Mehizosentirbien,segura,cuidada...Y...ysentíalgoque...—¿Quésentiste?Tocándoseelpelo,Sharonfinalmenterespondió:—Sentíquememirabacomosiyotuvieramagia.Normaseemocionóaloírla.Sabíaloqueaquellaspalabrassignificabanpara
suamiga,eindicó:—Esquelatienes,y...—Pero,Norma—la cortó ella—,mi vida está patas arriba y yo ahora no
tengotiempoparaconoceranadie.Estoesunagranlocura.—Lasgrandeslocurassuelendejarbuenosrecuerdos.—Joder,Norma,quelaprimeravezquequemécaloríasconéllohiceenlos
bañosdeunlocal...—Ytedejóunbuenrecuerdo,¿ono?Aloíresoquedecíasuamiga,sinpoderevitarlo,sonrióyafirmó:—Muy...muybueno.Ambasrieronporaquello,yNorma,entendiendoelcacaomentalqueaquélla
podíatener,añadió:—Vale.Notemartiricesmás,queteconozco.Mañanatellamo,quedamosy
hablamos,¿deacuerdo?—Deacuerdo.Dichoesto,sedespidieronySharoncolgó.Veinteminutosdespués,cuandopensóensushermanos,recordóloocurrido
eldíaanteriory,sindudarlo,llamóaWill.Necesitabainformación.Al primer timbrazo, él, sorprendido por su llamada, se miró el reloj y
contestó:—¿Nohabíamosquedadoalasonceentudespacho?—Escierto—afirmóelladescolocada.Pero¿dóndeteníalacabeza?Sonriendo,mientrascirculabaentreeltráfico,Willrepuso:—Aprovechoparadecirtequetengodatossobreeldueñodelamatrículaque
meenviaste.Porcierto,¡esunperlademuchocuidado!—Cuéntame,poresotellamaba.—Se hace llamar Alexander Fildel, pero su verdadero nombre es Rene
Tremblay.Holandés.Cuarentaaños.Yenbuscaycapturaensupaís.—¡¿Qué?!—exclamóSharonsindarcrédito.Willasintióy,dememoria,recitó:—Alparecer, trabajabaenunbancoenÁmsterdamyelmuysinvergüenza
desapareció de allí de la noche a la mañana con los ahorros de más decuatrocientaspersonas.
—¿Ydeesocuántohace?—Pocomásdesieteaños.Sharon parpadeó boquiabierta. Aquel tipo era un completo sinvergüenza,
perosudelitoselohabíapuestoahuevo,porloquepreguntó:—Entonces, si alguien da un chivatazo sobre ese personaje, hay
posibilidadesdequelodetengan,seajuzgadoy,después,loextraditenasupaísparaquepagueporloquehizo,¿verdad?
—Sindudaalguna.Sharonasintióy,contentaporlofácilquepodíaresultarquitárseloaRachel
deencima,respondió:—Gracias,Will.Comosiempre,tueficienciaesmimayorventaja.Tras hablar con él, durante un par de minutos más, colgó el teléfono y
encendió su ordenador, entonces le llegó un wasap de Hannibal, que decía:«Llámame».Sharonsedisponíaahacerlocuandorecibióunnuevomensaje:
Aunsindespedirteysinropainterior,esperoquellegarasbienacasa.
Alleeraquelloysaberdequiénsetrataba,Sharonsonrióy,olvidándosede
Hannibal,seapresuróaresponder:
Dormíasy,tranquilo,lleguébien.
Cuandoledioa«Enviar»,leentróunnuevomensaje:
¿Nosvemosestanoche?
Alleereso,Sharonnosupoquécontestar.Leencantaríaverseotravezconél,peroteníademasiadosfrentesabiertosensuvida,asíquerespondió:
Imposible.Tengotrabajo.
Segundosdespués,lellegóotromensaje:
¿Trabajaselviernesporlanoche?
Divertida,ysinquererexplicarle,respondió:
Misgustoscarosasílorequieren.
Pasaronunossegundosysumóvilvolvióasonar.
¿Mañanaporlanoche?
LainsistenciadeNoahlahalagó,pero,traspensarlo,finalmentecontestó:
No.Losiento.
Yanovolvióarecibirningúnmensajemás,yesoladesconcertó.¿Porquénoinsistía?
EstabapensandoenellocuandodeprontolapuertadesudespachoseabrióySusandijoentrandocomounaexhalación:
—Enciendeeltelevisor.Sharon lamiró,volvíaa llevar lasmechasrosa,y,sindudarlo,hizo loque
ellalepedía.¿Quéocurría?Instantesdespués,laimagendeHannibalaparecióenpantallaenunarueda
deprensaanunciandolaretiradadesucandidaturaafiscalgeneraldelEstadoysu ruptura con su prometida. Una vez dicho eso, se marchó mientras losperiodistassevolvíanlocos.
Boquiabierta, Susan la miró, y entonces Alicia anunció entrando en eldespacho:
—Tengolaslíneascolapsadasporlaprensa.Sharon,queesperabaaquellodesdehacíadías,sebloqueó.Sutemapersonal
conRachelysunocheconNoahlahabíanhechoolvidarsedetodo,yaquellolahabíapilladofueradecobertura.
¡Hanniballohabíahecho!Yporesoéllehabíapedidoquelollamara.Conlosojosdeaquellasdosfijosenella,ysinsabercómoproceder,Sharon
lasmiróydijo:—Tengo...tengoquehablarconHannibal.Una vez que ambas se retiraron, marcó el teléfono de aquél, que, tras un
timbrazo,dijo:—Sharon,yaestáhecho.—Lohevisto.Hannibal, alqueelcorazón le ibaadosmilporhora, resoplóy,viendoel
caosasualrededor,dijotraslafuertediscusiónquehabíatenidoconsupadre:—Estoycolapsado.Mijefedeprensaestáenloquecido,losperiodistasnite
cuento,ycreoquemipadremevaaasesinar.—Pero¿túestásbien?Hannibalasintió.—Sí.Tranquila—dijoconseguridad.—Escucha,tengolaslíneascolapsadasdelbufeteporlaprensa...,¿quéhago?
¿Quélesdigo?Noquieroempeorartusituación.Entendiendoloqueellalepreguntaba,élrespondió:—Sharon,heachacadonuestrarupturaymiretiradaamotivospersonales.Lajovenasintió,lohabíaoído,yafirmó:—Deacuerdo.Memantendréentulínea.Cuandocolgaron,Sharonsuspiró.SaberqueHannibalhabíasidovalientelahizosonreír,pero,alimaginarlos
díasqueleesperabanconlaprensa,resoplóy,seguradequeteníaqueatenderalmenos alguna de aquellas llamadas, se sentó a su mesa y, descolgando elteléfono,pulsólatecladelalíneatresyrespondió:
—Buenosdías,soySharonSivon,¿enquépuedoayudarlo?—Buenosdías, señoritaSivon.MinombreesTanyaBarnsy soy reportera
del Electrical Day. Acabamos de enterarnos de su ruptura con HannibalWhitaker,¿algoquedeciralrespecto?
—No.Élyalohaexplicado.—Ydelaretiradadesucandidaturaafiscalgeneral,¿quéopina?—Notengonadaqueopinar.La periodista rápidamente contraatacó con otra pregunta, y Sharon, no
dispuestaaseguirleeljuego,seapresuróadespacharla.—Losiento,peronotengonadaquedecir.Adiós,señoritaBarns.Acontinuación, con losnervios a flor depiel, intentó trabajar, pero le fue
imposible.Elemailsecolapsó tantocomosupropio teléfonooel teléfonodelbufete.
Todosqueríansaber,todospreguntaban,ySharonnosabíaquéhacer.Entre todas las llamadas entrantes, volvió a hablar con Norma, que había
vistoloocurrido,y,trascolgaryverenlapantalladelteléfonoelrostrodeLucy,decidióatenderla.
—Hola,Lucy.—Meodio...Nopuedoserpeoramiga.Aloíreso,Sharonpusolosojosenblanco.—Escucha,cielo,creoque...—Soyunmonstruo.¡SoyLucifer!—Lucy...—¿Podemos comer juntas? He visto lo que ha hecho Hannibal... ¡Qué
escándalo!Puedollevarpasteldepuerrodelquetegustayensaladaatubufete,yasíhablamos.Tengo... tengoquehablarcontigo.Necesitoverte.Por favor...,porfavor...,nopuedesdecirmequeno.
Sharon suspiró. Aquél no era el mejor día para atenderla por el caos quehabíaensuvida,pero,conscientedelpasoqueaquéllahabíadado,indicó:
—Deacuerdo.Teesperoalauna.Encuantocolgó,Sharonvolvióaagobiarsealoírsumóvilsonardenuevo.Cerrólosojos,aquelloibaaserunapesadilla,yentoncespensóenRachel,
en sus hermanos, y, recordando algo, miró su agenda, la abrió y llamó porteléfono.
Laprimerallamadanodioresultados,perolasegundasíy,unavezquesehubodespedidode su amigaLorna, sonriópor loquehabía conseguidoy, sindudarlo,marcóelnúmerodeRachel.Untimbrazo,dos...
—¿Sí?Aloírlavozdesuhermana,saludó:—SoySharon.Rachel,queestabaenelcontroldeenfermeras,respondióbajandolavoz:—Hola,Sharon,¿quépasa?—Te llamo porque he hablado con una amiga que tiene un estudio de
fotografía. Por su volumen de trabajo, suele necesitar peluqueras ymaquilladoras.LehehabladodeBrittymehadichoqueel lunesquiereverla.Pero,antesdedecírseloaella,queríacomentárteloati.
—¡Ay,Dios,Sharon,gracias!NiteimaginaslofelizqueestopuedehaceraBritt.
Satisfecha, y obviando sus propios problemas, Sharon sonrió y dijo,recordandoloquehabíahabladoconWill:
—EncuantoaAlexander,hedecontartealgo.
Sin dudar un segundo, Sharon le refirió todo lo que sabía sobre él y, encuantoacabó,añadió:
—No tienes que verlo siquiera. Si túme dices «sí», llamo a quien sé quepuedeocuparsedeltemayesesinvergüenzaserádetenidoyenviadodevueltaasupaís,dondepagaráporloquehahechodurantemuchos,muchosaños.
Boquiabierta,Rachelnosabíaquédecir.Aquelhombre lahabíaengañado totalmente;pensandoensuhija, contestó
sindudarlo:—Llamaaquientengasquellamar.Quieroaesehombrefueradelavidade
Dawsonytambiéndelamía.—Deacuerdo.AliciaabriólapuertaeneseinstanteyleindicóqueWillestabaallí.—Rachel,tengoquedejarteahora.—Vale,peroestanochevenacasaacenar.—Lointentaré—murmuróellasinsabersipodríairono.Una vez que colgó la llamada, se tocó el rostro. El día estaba siendo
complicado, pero, intentando recomponerse, se levantó y, estirándose lachaquetadesubonitoycarotraje,dijodirigiéndoseasusecretaria:
—Quepase.Segundosdespués,Willentróy,mirándola,indicóalsentirsuagobioporlo
quehabíaoídoenlaradio:—Aquíestoyparaloquenecesites.—Gracias,Will.Instantes después, dejó ante ella una carpeta cerraday, cuando sus ojos se
encontraron,Sharonpreguntó:—Nomevaagustar,¿verdad?Élnegóconlacabezaeindicó:—Siéntate.Nerviosaporelsecretismodeltema,lajovenlehizocaso.—EnesacarpetahayfotosdelasamantesdeStevenWhitakerdelosúltimos
diezaños—explicóWill—,yalgunasdeesasmujerestienenunhijoconél.Entotal,soncuatro:tresniñosyunaniña.
Boquiabierta,Sharonparpadeó.AquelloeraunaauténticabombaderelojeríaquepodríahacerledañoaSteven,perotambiénsabíaquenopodríadestruirlo.
Necesitabamás.Y,sinquereresperarunsegundomás,cogiólacarpeta,laabrióycomenzóa
mirarlasfotos.Will lashabíaclasificadoporaños.Habíamásde treintay,cuando llegóa
unaenconcreto,separó,parpadeóycomentómirandoaWill:—No...nopuedeser.Willsuspiró.Élmismosehabíaquedadoatónitoaltomaraquellafotovarios
díasantes.—Yotambiénmesorprendí—aclaró—.Esasfotossondelasemanapasada
enunhotelenlaQuintaAvenida.Lastomédesdeeledificiodeenfrente,yalverquién era la mujer, repasé las imágenes desenfocadas que suelo guardar yencontréestasotrasdelamismamujerdehaceunañoenCuba.
Mirandolasfotosqueéllemostraba,dondeellareconocía,aundesenfocada,aquienestabajuntoasuexsuegro,murmuró:
—No...noséquédecir...Bloqueada como nunca en su vida, Sharon miraba las fotos de Steven
WhitakerjuntoaLucy.¡Suamiga!Enellasselosveíabesándoseenelinteriordeunahabitaciónypracticandosexodemilmaneras.
La joven abogada cerró los ojos. No podía ver aquello. No podía creerlo;entoncesWill,conscientedeloquelamuchachapodíaestapensando,indicósindudarlo:
—Plantéatesiellapudoteneraccesoatuordenador.Sharonapoyólacabezaensusillóndecueroblanco.Ni en un millón de años podría haber imaginado aquello; intentando
reponerse,dijo:—Buentrabajo,Will.Gracias.Elhombre,conmovido,murmuró:—BiensabeDiosquemehabríagustadonohaberencontradoesto,pero...—Perolohasencontrado—afirmóaquélla.Permanecieron unos segundos en silencio, hasta que Sharon, aún
desconcertada,señaló:—En lo referente al tipo de lamatrícula que te envié, me interesa que la
policía lodetengay, tras el procesopertinente aquí, lomandendevuelta a supaís.Ocúpatedeello,porfavor.
Sinperderunsegundo,Willsacósuteléfono,hablóconalguienyluegodijo:—Encuantolotengan,meavisaránytelodiré.Sharonasintióyélsepusoenpie.—Sinoquieresnadamás...—Gracias,Will.Gracias.Cuandoélsemarchóycerrólapuerta,Sharontirólasfotosalsuelo.Luego
selevantófuriosa.NoesperabaaquellodeLucy.Ellaerasuamiga...,¡suamiga!Pero¿cómopodíahaberlehechoalgoasí?Estaba frenética, pero de pronto recordó su llamada de horas antes. Iba a
presentarse en sudespachodentrodeun rato, por loque, intentando relajarse,respiróhondoydecidióesperarla.Necesitabaverquéeraloquequería.
Suteléfonocontinuabavibrandoy,agachándose,recogiólasfotosesparcidasporelsuelo.
El caos ocasionado por la retirada de la candidatura de Hannibal era lanoticiadeldíaentodoelpaís,y,trasabrirlacajafuertedesudespacho,Sharonintrodujo lacarpetacon las fotos.Debíanestarabuenrecaudo,aunquedosdeellas las metió en el cajón de la mesa. Su presunta amiga tenía algo queexplicarle.
Tras cerrar la caja fuerte, se encaminó hacia sumesa cuando de pronto lapuerta del despacho se abrió de golpe.A escasos pasos de ella estaba StevenWhitakerconlosojosfueradesusórbitas,frenteaunadescolocadaAlicia.
—Llamaaseguridad—indicóSharondirigiéndoseaella.Unavezque lasecretariasaliódeldespachoa todaprisa,Stevenseacercó
intimidatoriamenteaellaysiseó:—Puta...¿Quéhashechoconmihijo?Conscientedelarabiadeaquél,Sharonrespondió:—Steven,contenteo...—LlevotodamividapreparandoaHannibal.LaFiscalíadelEstadoeraun
peldañoparallegaralSenado,ytú...tú,malditazorra,lohasjodidotodo.—Hasidotuhijoquienhadecididocómogestionarsuvida,noyo.Elhombresacudiólacabezacongestohosco.—Malditosseáistupadreytú.Nohacéismásqueamargarmelavida.ASharonse ledispararon todas lasalarmasaloíreso.Quesemetieracon
ellaeraunacosa,peroqueaquelsinvergüenzanombraraasupadreeraotramuydistinta.
—Tencuidaditoconloquedices—gruñóendureciendoel tono—,ycomovuelvasaentrarenmibufeteoenmiordenadorsinpermiso,te...
—Demuestraquehesidoyo.Sharon lo miró. Sus provocaciones la enervaban, por lo que, sin poder
evitarlo,siseó:—Te dije una vez que yo no era mi padre. Yo no tengo su paciencia y,
menosaún,lasmanosatadasparapresentartebatalla.SéloquehuboentretúyAdeleCardigan.Séloquesufriómipadreportuculpay,aunquesealoúltimoquehagaenestavida,voyaacabarcontigo,mecuesteloquemecueste.
LosorificiosnasalesdeWhitakerseensancharon.Estabafurioso.—Inténtalo, zorra, que no lo vas a conseguir. En cambio, yo te estoy
hundiendo, te estoy llevando a la bancarrota, y ni te imaginas lo que estoydisfrutando con ello. —Ambos se miraron como rivales, como enemigosacérrimos,yélcontinuósiseando—:Adeledeberíahaberteahogadocuando tebañaba. Eso habría evitado que hoy estuvieras aquí. Ella te odiaba. Le dabasasco.Provienesdelacalle...,¡ereslahijadeunaputa!Eresescoria,escoriasuciaymaloliente...
Al oír eso, a Sharon le dieron ganas de cruzarle la cara. Era doloroso einsultante que alguien le hablara así, pero, sin mostrarle lo que aquello laafectaba,indicóconunasonrisa:
—Quépocooriginal.Esperabaalgomejordeti.Steventorcióelgestoeinsistió:—Voya joderte lavidade talmaneraque, cuandoacabe contigo, nova a
quedardetinitumierdadeapellido.Sharonsonrió.Ellasíqueibaajoderlelavidacomopudiera,ymusitó:—MenudohijodeSatanás.EneseinstanteentróCristianacompañadodeManuely,poniéndoseallado
delajoven,esteúltimosiseófurioso:—Salga de aquí antes de que haga algo que debería haber hecho hace
muchosaños.—¿Tú?—semofóélmirándolo—,¿unjodidoinmigrantelatinomevaadar
órdenesamí?Pero¿enquémundovives,desgraciado?
Manuel ibaa abalanzarse sobreél cuandoSharonyCristian lo sujetaronyStevensiseómirándolaaella:
—Tevoyahundir,puta.NadiejodeaunWhitakerynolopaga.Y, sinmás, se encaminóhacia la puerta y advirtió a los vigilantes jurados
queentrabanenesemomento:—Niseosocurraponermeundedoencima.Una vez que se hubo marchado, Sharon apoyó las manos en su mesa y,
cerrandolosojos,murmuró:—Loodio.Loodiocontodasmisfuerzas.
Capítulo49
A la una menos cinco, con el corazón a mil por la mañana que llevaba, ymientrasManuelibaallevaraCristianaunacomidadenegocios,SharonmirabaunospapelescuandoAliciaentróensudespacho.
—La señorita Lucy Vanderbilt Scott Fitzpatrick está aquí —anunció consorna.
De inmediato, Lucy entró con su seguridad habitual y, con gestoapesadumbrado,declarómirándola:
—Estoytanavergonzada...Sharonselevantódesuasientoy,sinsonreír,repuso:—Loimportanteesqueestásaquí.Lucysonrióy,enseñándoleunabolsaquellevabadeunafamosaycarísima
casadecomidas,preguntó:—¿Comemos?Sharon, conteniendo las mil preguntas que pasaban por su cabeza y los
reprochesquequeríahacerle,asintió.AvisóaAliciadequenadielasinterrumpieray,cuandosuamigaterminóde
colocarlacomidasobrelamesa,sesentójuntoaella.—¿Cómoestás?—preguntóLucy.Sharoncogióun trozodepasteldepuerro, lodejósobresuplatoymusitó
mientrasseñalabasuteléfonomóvil,quenoparabadevibrar:—Agobiada.Muyagobiada.Lucyasintió.—Loimagino,cielo.Lapuertadelbufeteestárepletadeperiodistasdeseosos
decarnaza.Prepáratecuandosalgas.
Eso la inquietó, odiaba ser el centro de todas las miradas, y, bloqueada,cuchicheó:
—Y,porsiesonofuerapoco,StevenWhitakerhavenidoparaecharmelaculpadequesuhijohayaretiradosucandidaturaalaFiscalía.
—Pero¿quédices?—Loqueoyes—respondióSharonmirándolaalosojos.—¿Havenidoaquí?—Sí—afirmó.Asombrada,trastragarseeltrozodepasteldepuerroquesehabíametidoen
laboca,Lucypreguntó:—Ay,Sharon...,¿quévasahacerconesehombre?Ver a su antigua amiga frente a ella, representando aquel absurdo papel,
pudoconsupacienciay,mirándola,preguntó:—Dímelotú,queloconocesmuybien.Segúndijoeso,Lucylamiróycomenzóanegarconlacabeza.—Yo...no...,nodigastonterías.ASharonlehizodañooíreso.Mucho.¿Cómopodíaestarmintiéndoleensupropiacara?Y,cogiendoaireparaquelarabianolaasfixiara,miróasuamigacondureza
ylepreguntó:—¿Cuándoibasadecirmequeestabasliadaconél?Lucy parpadeó. Su claro rostro comenzó a ponerse rojo y, como pudo,
murmuró:—Pero¿quédices?,¿tehasvueltoloca?Loca, enfadada y molesta, Sharon se puso en pie. Fue hasta su mesa y,
abriendo el primer cajón con furia, sacó las dos fotos que había dejadopreparadasyselastiróalacara.
—¡¿Acasoéstanoerestú?!—siseó.Temerosa, la jovenmiró las imágenes,en lasquese laveíaenunaactitud
vergonzanteconStevenWhitaker.—Nuncahabríaesperadoestodeti,¡nunca!—murmuróSharon.Conunosojoscomoplatos,Lucyselevantó.—Sharon...—Cuidadoconloquevasadecir—lacortóella—,otejuroqueNorma,a
milado,podríaparecerunaprincipiante.Lucy calló. No sabía por dónde salir, no esperaba aquello, y Sharon
preguntó:—¿Cuántohacequeduraesahistoria?Retorciéndoselasmanos,Lucylamirósinresponder,ySharoninsistió:—Ynomemientas,quetengomuchainformación.—Loconocíhacetresañosy...—¡¿Tresaños?!—Sí.Boquiabierta,Sharonsiseó,conteniendolasganasdegritar:—¿Me estás diciendo que lo conoces desde antes de que yo comenzara a
salirconHannibal?—Sí—afirmóangustiada.—Pero¿cómo?Asustadaydescabalada,Lucyrespondió:—CoincidíconélenFloriday...y...eso.Sharon asintió. Aquello era una locura, pero, necesitada de respuestas,
preguntó:—¿MepresentasteaHannibalen losHamptonsporqueStevenWhitaker te
lopidió?Denuevo,Lucyasintió.Estabatanbloqueadaquenopodíamentir,ySharon,
recordandolaspalabrasdesuex,espetó:—TúerasquienledecíaaStevenlascosasquemegustaban...Lamúsica.El
cine.Lacomida.Yluegoesedesgraciadoselodecíaasuhijo,¿verdad?Lucyjadeó.LaactituddeSharonlaasustaba,peroéstainsistió:—¿Verdad?Ellavolvióaasentir.Sharoncerrólosojoshorrorizada.Suamiga,unadesusmejoresamigas,la
habíavendido,lahabíautilizado;entoncesaquéllamurmuró:—Yo...yopenséqueeraalgobuenoparati.—¡¿Algo bueno paramí?!—gritó.Y, al ser consciente de dónde estaban,
resopló y dijo entre dientes—:Cuida lo que dices, porque estoy tan cabreadacontigoqueniteimaginaslosesfuerzosqueestoyhaciendoparanopatearte.
Lucycomenzóallorarysusurródandounpasohaciaella:
—Queríadecírtelo,pero...peroluegotodoselio,yyo...Sharondiounpasoatrás.Estarcercadeaquellaquehabía idodeamiga la
repugnaba,y,mirándola,preguntó:—¿Sepuedesaberaquéveníahoyestodecomerconmigo?¿Aquévenían
tuslamentacionesdequeerasLuciferyunamalaamiga?Retirándoselaslágrimasdelrostro,Lucysusurró:—Escomo...comomesiento.Y...ytrasloquehevistohoyentelevisiónde
Hannibal,heimaginadoque...—Pusistetúelmalditoprogramaenmiordenador,¿verdad?Lucyguardósilencio,ySharon,alversugesto,insistió:—¿Verdad?Totalmentefueradesí,lajovenasintió.—¿Cuándo?¿Cuándolopusiste?Temblorosa,Lucyrespondiómirándola:—El...eldíaquevineatudespachoyposteriormentefuimosacomprarala
tienda de Francesca.Aproveché que... que saliste a entregarle a Cristian unosexpedientesyentonceslocoloqué.
Sharonasintióy,mirándola,siseó:—¿Y no se te cayó la cara de vergüenza al pasar la tarde conmigo de
compras? ¿De verdad que en ningún momento fuiste consciente de que mehabíasvendidototalmenteaStevenWhitaker?¿Enseriotengoquecreerquenosabíasqueesedesgraciadosólopodíahacermemal?
Lucycomenzóallorar.Nopodíahacerotracosa.Desde el primer día que se había acostado con aquel hombre supo que no
estaba haciendo bien, pero Steven sabía cómo excitarla, cómo poseerla, cómomanejarla,ysiempreeraincapazdenegarlenada,porloque,mirandoaSharon,susurró:
—Losiento...,losiento...—¿Losientes?—Sí.—¿Porqué?—preguntóellaconfrialdad.Lucy, retorciéndose las manos, no apartaba la mirada de la que hasta el
momentohabíasidosuamiga.—Por haberte decepcionado—murmuró—. Por haberme acostado con él.
Por haberle dado información para que Hannibal te conquistara. Por habertepuestoese...eseprogramaespíaenelordenador.Pero...peroélmepidióquelohiciera.Medijoque,sinolohacía,élmismotediríaqueyoerasuamante.
Sharoncerrólosojos.Odiaba preguntar aquello tanto como odiaba haberlo descubierto y, sin
piedad,siseó:—Ytú,envezdedecirmeloquepasaba,aunquehubierasidovergonzoso,
envezdeconfiarenmí,envezdeapelaranuestrocariñoyanuestraamistad,preferistecallarydarleaccesodirectoatodalainformacióndemividapersonalymiempresa.
—Sharon...—Muybien,Lucy,muybien.Esosindudaesserunabuenaamiga.Semiraronensilencio,mientrasambassentíancómosusmundossealejaban
másymás;entoncesSharon,deseosadehacerledaño,murmuró:—NuncacreíaNorma.Siemprepenséqueexagerabaporqueambasveníais
dedosmundosdistintos,perolaverdadesqueellavioentiunamaldadqueyonunca vi. Te quise. Te respeté. Pero eso hoy por hoy ya no existe. Eso se haacabadoporquenitequieroniterespeto.Laspersonasquesoncomotúmedanpena,porquenosabenserfelicesconloquetienenyporquesólosedancuentade loque tenían cuando lopierden.Está claroquenohay amigos falsos, sinofalsosqueselasdandeamigos,ysindudaesefalsoamigoerestú.
Lucy no paraba de llorar, pero sus lágrimas a Sharon no le rompieron elcorazón.Loquelerompióelcorazónfueverlarealidaddequiéneralapersonaqueestabaanteella;enesemomentoLucymurmuróentresollozos:
—Porfavor,noselodigasanadie.NolecuentesanadielodeSteven.Porfavor...
—¿Ahoramepidesunfavortúamí?¿Ahora?ElcorazóndeLucyibaalamismavelocidadqueeldeSharon,einsistió:—Siesasfotossalenenlaprensa,yo...—¡Dejadehablaryadelapuñeteraprensa!—Sharonlevantólavoz—.¡Eres
igualqueél!Sóloteimportanlasaparienciasyelquédirán.—Sharon...,lascuentasdemifamilia,lasjoyerías...siguenaquí.Nuncame
lasllevéaotrobufete.—Puesahoratelasvasallevar—sentencióSharonsinpensar—.Noquiero
trabajarcontigo,noquieronadadeti.Sólomefaltaquepretendasquetedélasgraciasportenertusjodidascuentasconmigo.¡Llévatelas!
—Sharon,apeloanuestraamistady...—¿Amistad?¿Quéamistad?—lacortóella—.Noapelesanuestraamistad,
porque,unavezperdidalaconfianza,yanadavuelveaserigual.—Sharon...Sindejarsellevarporlossentimientos,SharonsacóaCuchilloSangrientoy,
mirandoaLucy,declaró:—Apartirdeahoratequierolejosdemí.Noquierovertenienpinturay,si
me entero de que le has dicho a Steven que sé lo vuestro, te juro que meregodearéhundiéndoteysacandoesasfotos,uotrasquetengoaúnpeores,enlaprensa,¿tehasenterado?
—No...nopuedeshacereso.—Oh,sí—afirmóconseguridad—.Claroquepuedo.¿Oacasotúnopudiste
hacertodoloquehashecho?LucyhipóasustadaySharonsentenció,sentándosefrenteasumesa:—Yahora,saldemidespachoydemividaparasiempre.—Sharon,porfavor...—Ve-te.Sincambiarsugestoserio,laabogadaclavósuduramiradaenlaquehabía
sido su amiga desde la niñez y, sin un ápice de pena, la vio coger su bolso ydesaparecerdesudespachoy,porconsiguiente,tambiéndesuvida.
CuandoLucycerrólapuerta,casisinpoderrespirar,Sharonselevantó,entróensuaseoparticulary,sinpoderremediarlo,lloró.Lloródesconsoladamenteporalguienquenolomerecíayaquien,sinlugaradudas,ibaaolvidar.
Capítulo50
Alascincodelatarde,trasunhorribledíaenelqueacadasegundoquepasabatodoibaapeor,decidiócambiarsederopaantesdemarcharse.Porsuerte,desdehacía años, tenía un pequeño ropero en el despacho para imprevistos, del quesacóunosvaqueros,unacamisetayunaszapatillasyselospuso.Tambiéncogióunagorra;laayudaríaaescondersedelosperiodistas.
DespuésdedespedirsedeAlicia,bajóhastalaprimeraplanta,pero,sinsalirdelascensor,vioelrevuelodeperiodistasqueallíhabíay,llamandoaunodelosvigilantesdeledificio,lohizoentrarypreguntó:
—Jim,¿tienescoche?—Sí,señoritaSivon.—¿Lotienesenelparking?Elhombreasintióy,cincominutosdespués,Sharonsalíadelparkingdelas
oficinasescondidaenelmaleterodeaquélsinquenadielaviera.UnavezqueJimladejóatresmanzanasdeledificio,parapetadatraslagorra
azul,Sharonparóuntaxiy,alcomprobarquenadielaseguía,dioalconductorladirección deRachel y se dirigió a casa de aquélla, aunque antes lemandó unwasapaNormaparadecirledóndepodíalocalizarla.
En el camino, cortó varias llamadas provenientes de números ocultos. Sindudaeralaprensa.Abriósubolsoy,sacandolafotodeaquellasdosniñasquesupadre había guardado durante muchos años, la miró. El día había sido duro,terrible,peroveraquellafotoypensarenRachellahizosonreír.Verlaledabafelicidad.
Cuando llegó al barrio y se bajó del taxi, sus ojos volaron a la obra deledificiodeallado.Noahdebíadeestarallí,ydudósiacercarseono.Realmente
darunosmartillazosaunaparedparadescargartodalarabiaquellevabadentrolevendríadelujo,peroalfinaldecidiónohacerlo.Pormuchoqueleapetecieseaquello,yverlo,noqueríaparecerunapesada.
Alfijarseyverquelaheladeríaquehabíaenlamismacalleestabaabierta,decidióentrarabuscaruntarrodeheladodechocolateparaDawson.
Instantes después, feliz por lo que había comprado, vio aNoah salir de laobradealladoy,comonecesitabasaludarlotraslamaravillosanochequehabíapasadoconél,seacercóy,sintocarlo,peroenuntonoíntimo,saludó:
—Hola,soñador.Aloírsuvoz,Noahsevolviódeinmediatoy,mirándolaconungestoquea
Sharonladesconcertó,preguntó:—¿Ereslaprometidadelpolítico?Ala joven lecambió laexpresión.Sinduda lasnoticiasvolaban,ycuando
ibaahablar,élinsistió:—Hevistolasnoticias.—¡¿Y...?!Sindarcrédito,Noahsoltó:—Noséaquéjuegas.Bueno,sí,aqueyosea tumuñequitosexual,¿noes
cierto? —Sharon parpadeó, y él sentenció—: Mira, guapa, creo que te hasequivocadoconmigo.
—¿Yeso?—preguntósorprendida.Noah se movió en el sitio, se lo veía incómodo, e insistió mientras ella
cortabaunallamadadesuteléfono:—Joder,Cenicienta,ereslamalditanoviadelpolíticoHannibalWhitaker.—Nolosoy—aseguróella—.Sihasvistolatelevisión,sabrásqueyanolo
soy.Noah asintió. Las noticias hablaban de una ruptura, pero ella le había
ocultadoalgotremendamenteimportante,einsistió:—Pero¿enquéestabaspensandoanochey lanocheque tuviste relaciones
conmigoenelbañodeaquelbar?Joder,¡queerassuprometida!Escondiéndosetrasunaactitudchulescaparanomostrarlelomuchoquesus
palabrasleestabanafectando,Sharonlevantóelmentónyreplicó:—Enpasarlobien,¿teparecepoco?Aloíraquello,sorprendidoporsufrialdad,Noahparpadeóygruñó:
—¿Yquécreesquetunovioono-noviodiríasisupieraqueselahaspegadoconuntipodemadreafroamericanaypadreinmigrantemientrasestabasconél?
Sharonsabíaporquélodecíay,pensandoenelnovioasiáticodeHannibal,respondió:
—Quizátesorprenderíaconocerlaverdad.Noah maldijo y, molesto y sin cambiar su gesto, masculló poniendo
distancia:—SeñoritaSivon...—¡¿SeñoritaSivon?!—repitióellasorprendida.—Ahora entiendo cuandome decía que su vida era algo complicada. Por
tanto,yvistolovisto,seréyoquienlepidaloqueustedmepidióanteriormente.Olvidemosloocurrido,porquehasidotodounerror,¿leparece?
—Noah...—SeñoritaSivon...—Porfavor,escúchame—imploróella.Sudíaestabasiendodemasiadodurocomoparaqueaquélledijeraencima
algoasí,élno,einsistió:—SoySharon,porfavor,Noah.Séque...—¿Sabequé,señoritaSivon?—dijoéllevantandolavoz—.Haestadousted
conmigo mientras era la jodida novia de Hannibal Whitaker. ¿Acaso nuncapensóquepodríajodermelavidasihubierallegadoasaberse?
Ellanorespondió.Nopodía.De nuevo, la juzgaban sin creerla, y Noah, confundido no sólo por sus
propiossentimientos,negóconlacabezaysiseó:—Noséquéhaceporestosbarrios,niporquéseacuestaconpersonascomo
yo,perocreoquedeberíacogersucochazoysusbolsoscarosymarcharsedeaquí.
—¿Acaso soy un extraterrestre para no poder caminar por este barrio oacostarmeconquienyoquiera?
Noahnosupoquécontestaraeso,yellainsistió:—¿Sabes?Soyunapersonadecarneyhuesoquenojuzgaanadiecomolo
estáshaciendotúenesteinstanteconmigo.Y,sí,fuilanoviadelcandidatoalaFiscalíadelEstado,peroyanolosoy,ycuandomeacostécontigotampocoloera,¿entendido?
—Mira,Sharon...—¿YanosoylaseñoritaSivon?—locortóella.Molestaycegadaportodo,miróeltarrodeheladoquellevabaysiseó:—Porqueséque lehace ilusiónaDawson,porque, sino, te juroque te lo
estampabaenlacabeza.—¿Encimateponesasí?—protestóél.Ellaresoplóy,agotadaporeldíaquellevaba,replicó:—¿Sabe, señor De Luca? Como bien ha dicho usted, es mejor que lo
olvidemos.Y,sinmás,diomediavueltayseencaminóhaciaelportalmientrasnotaba
cómoel corazón le latía con fuerzay sentía un extrañodolor en él. Segundosdespués, tras llamar al portero automático, entró en el portal sinmirar atrás ysubióhastaeltercerpisopensandoqueeldíaseguíagris.Muygris.
Capítulo51
Intentando sonreír a pesar del maldito día que llevaba, cuando llegó aldescansillodelterceroyvioaLoganesperándolaenlapuerta,murmuró:
—¡Madremía,tuojoestátremendo!Elchicosonrióy,unavezquesehubieronsaludadoconsuoriginalchoque
depuños,dijoconvozcansada:—Tehevistoenlatele.—¿Teencuentrasbien?—preguntóellapreocupada.Loganasintióymurmuróintentandosonreír:—Novoyadecirtequeenotrosmomentosnomeheencontradomejor.Sharonlomiró,yél,oyendoelteléfonodeaquéllasonar,exclamó:—¡EreslanoviadelpolíticoHannibalWhitaker!—No,nolosoy—respondióSharoncortandolallamada.—Bueno,exnovia...,pero...pero¡erestú!—Sí,losoy,yrelájate—suspiróellacondesgana.—¡Madremía!—insistióLogan,olvidándosedecómoseencontraba—.Eres
lariquísimaherederadeSivon&Cardigan.Unadelasmayoresfortunasdelpaísydueñade...¡Joderrr,quéfuerte!...
—Logan—locortóella—.Megustaríaseguir siendoSharonpara ti.Ni teimaginaslofelizquemeharíassentirsisimplementefueraSharon.Sóloeso.
Al ver su expresión y sus ojos tristes, intentando entender lo que ella leimplorabaelchicodejósuentusiasmoaparteylepidió:
—Pasa, Sharon—y, al ver su labio, señaló—: Parece que tu herida estámejor.
—Sí,esoparece—afirmóella.
Cuandoélcerrólapuerta,Sharonlomiró.—Dimelaverdad,¿teencuentrasmal?—Revueltoycansado.Lonormal.Preocupadaporlopálidoqueloveía,preguntó:—¿HallegadoRacheldeltrabajo?—No.Alfinal,doblaturno.Hallamadoynoshadichoquevendríasacenar.
Porquesigueenpielodequedarte,¿verdad?—Porsupuesto—afirmóella.La prensa nunca la encontraría allí y, al ver lo nervioso que estabaLogan
despuésdesaberquiéneraellaenrealidad,lepidió:—Deacuerdo,dimetodoloqueestáspensando.Fuedeciresoyelmuchachocomenzarahablaratropelladamente.Lehabló
desuropacaraydesuscomplementos,delodioqueleteníaasuexnovioporloclasistaqueera.DuranteunbuenratoLogansedesfogócomentandocientosdecosasmás,noteníafin,hastaque,alverelgestodeSharon,añadió:
—Vale, yame callo. Pero lo que sigo sin entender es qué haces aquí. Ennuestracasa,connosotros.
Sharonasintió.Ahora que todos sabían quién era, comenzarían a hacer preguntas, y,
conscientedequeteníaqueesperaraRachelparasincerarsecontodosellos,dijotendiéndoleeltarrodehelado:
—Mételo en el congelador para cuando llegue Dawson. Cuando Rachelvuelva,tengoquehablarconvosotros,¿deacuerdo?
Logan asintió y, cuando iba a preguntar, ella rechazó una nueva llamadatelefónicadesdeunnúmeroocultoydijomirándoselahora:
—Dawson estará al llegar, ¿verdad?—Logan asintió y Sharon, dejando elbolsoenel salón, indicó—:Quédateahí sentado.DescansayavisaaCarladequeyobajaréaporlaniña,¿vale?
Sincuestionarlo,élasintió.—Ok.Teloagradezco.Una vez en la calle, parapetada tras su gorra, Sharon se sentó en los
escalonesaesperarsumidaensuspropiospensamientos.Enunmomentodado,se fijó en Noah, que descargaba unos sacos de cemento junto a otrostrabajadores.
CincominutosdespuésllegóelcochedeCarlay,trasrecogeraDawson,quesepusomuycontentaalverla,lasdosentraronenelportalysubieronacasa.
Al abrir lapuerta, laniña corrió a abrazar aLoganydespués aBritt, que,vestidasóloconunatoalla,bebíaagua.Concariño,Brittcogióentresusbrazosalapequeñaylabesó.DespuésmiróaSharonydijo:
—Madremía...,¿enserioerestú?Tehemosvistoenlatele.¡Quéfuerte!Sharonasintióysuspiró.—Sí.YamelohadichoLogan.ElaludidoyBrittsemiraron.Al ver las imágenes de archivo de Sharon en las noticias junto al que
supuestamenteeraohabíasidosunovionodabancrédito.¿Laricaherederaeralajovenquelosvisitabaensucasa?
YSharon,alvercómoaquélloslamirabandeunamaneradistintadecomolohabíanhechohastaelmomento,ibaadeciralgocuandoBrittseleadelantó:
—AnochelescontéaRachelyaLoganquesalgoconNicole.EsosorprendióaSharon,que,sonriendoalverelgestodivertidodeLogan,
preguntó:—¿Ytodobien?Brittasintióy,conunasonrisaquenohabíavistoantesenella,afirmó:—Rachelmedijoque,mientrasyo fuera felizyesapersonamequisieray
metratarabienyconrespeto,dabaigualdequésexofuera.Loganmiróasuhermanaysusurró:—Loquesigosinentenderesporquénolocontasteantes.AmboshermanossemirabancuandoSharon,sacándosedelbolsounpapel,
dijotendiéndoselo:—Toma,Britt.Esparaunaentrevistadetrabajo.Boquiabierta, la chica la miró, y Logan, que continuaba revolucionado,
preguntó:—¿Lehasencontradotrabajo?Sharon asintió. Recordaba lo que Rachel le había dicho que le gustaba a
Britt,ycontó:—Tengounaamigaque tieneunestudiodefotografíaen laSexta,esquina
conBryantPark,queestábuscandounapeluqueraquesepa tambiénmaquillar—y,señalandoelpapelquelehabíadado,añadió—:Llámala.Conciertaunacita
conellaydeslúmbrala.Teaseguroque,siaLornalegustaloquehaces,trabajonotevaafaltar.
Sin dar crédito, Britt miró el papel que ella le había dado y, como pudo,susurró:
—Muchasgracias.Logansonrió,pero,alobservareldesconciertodesuhermana,alaquepocas
veceshabíavistoasí,murmuró:—PorDios,Britt,¿aquéestásesperandoparallamar?Poniéndose enmarcha, la joven sonrió y, tras coger su teléfono,marcó el
número que ponía en el papel y, cuando colgó, dijo después de quedar conaquélla:
—Quierevermeellunesalasdiezensuestudio.—¡Estupendo!—afirmóSharoncortandounanuevallamadadesuteléfono.Emocionadaporsuentrevista,BrittsaltabacuandoaparecióGinaenlacasa
ydijosonriendoalverla:—Vaya,perositenemosvisita...—Gina,¿sabesquiénesella?—preguntóLoganalterado.Gina, que como media humanidad había visto las noticias, al observar la
miradatristedelachica,respondió:—Sharon.EsSharon,¿no?Ellasonrióaloíreso,yrápidamenteBrittyLoganleaclararonaGinaquién
eraenrealidad.Cuandoacabaron,lamujerreplicó:—ParamísiguesiendoSharon.Britt yLoganmiraron aGina sorprendidos, pero no dijeronmás, ymenos
cuandoSharoncontestóconunasonrisa:—Gracias,Gina.Dicho esto, Britt le contó a la recién llegada la propuesta de trabajo que
aquéllalehabíallevado.—Eso es fantástico, cariño —exclamó Gina—. Cuando esa mujer vea tu
trabajo,sindudasequedarásinpalabras.—Ytanto—afirmóLogan—.Brittesmuybuena.Porcierto,Gina,¿hoyno
teníasensayoconelcoro?Ginaasintió.CantabaenuncorodegóspeldeHarlem,y,mirandoaLogan,
repuso:
—Sí, peroRachelme llamó yme pidió que viniera a prepararmi famosacarneensalsa.Porcierto,cariño,hoynotienesmuybuenaspecto.
Logansuspiró.Nosesentíaespecialmentebien,pero,paranopreocuparla,afirmó:
—¡Mmmm...,quéricatucarneensalsa!Instantesdespués,LoganyBrittcomenzaronahablarsobrelaentrevistade
trabajodeaquélla,yelchico,necesitandonoserelcentrodeatenciónporcómoseencontraba,sacófuerzasy,trasabrirsuportátil,leaconsejóasuhermanaquellevaraenunpendrivefotosdesustrabajos.ABrittlegustólaidea;ledaríaunpuntoprofesional.
Alveraloschicosemocionados,GinaseacercóaSharon.—Gracias—murmuró—.Estosuponemuchoparaellos.Ellaasintióy,mientrasrechazabaunanuevallamadaentrante,afirmó:—Estaré feliz de ayudar en todo lo que pueda. Por cierto, me preocupa
Logan.Ginalomiró.—Sindudaesunosde susdíasmalos—indicó—.Yaverás cómomañana
estarámejor.Sharon,quenoestabaacostumbradaaaquello,asintió.Necesitabacreerla,y
lamujer,conscientedequenadiepodíaoírlas,seinteresó:—¿Ytúcómoestás?Hevistolasnoticiasy...—Bien.Notepreocupes—lacortóSharon.Peroalversumiradaañadió—:
Algoagobiadaportodoelrevuelomediático,perobien.—Aquíestoyparaloquenecesites,¿entendido?Sharonasintióy,cogiendolamanodeaquélla,lamiróalosojosymurmuró:—Gracias,Gina.La mujer asintió emocionada y entonces Dawson, acercándose a ella, se
agarróasupiernaydijo:—AbuelaGina,quieromerendar.Lamujer sonrió al oírla, sacó un paquetito de una bolsa que llevaba y lo
abrió.—Toma,miamor.Tehetraídoesosbollitosdequesoquetantotegustan.—Sharonhatraídohelado—apostillóLogan.—¡Quierohelado!—aplaudiólaniña.
Ginasonrióy,trasmiraraSharon,alaquedenuevolesonabaelteléfono,indicóconuncariñoquelaconmovió:
—Primerounbollitodequesoyluegohelado,¿vale?LacríaasintióySharonsonrió,yenesemomentoGinamurmurómirándola:—PorDios,muchacha,lodetuteléfonoesincreíble.Ellaafirmóconlacabezay,sinquererperderseunsegundodetodoloquela
rodeaba,loapagócondecisiónyseloguardóenelbolso.—Solucionado.Yanosonarámás.Pasarondoshoras.DoshorasenlasqueSharonfuefelizrodeadadeaquellaspersonasalasque
yaadorabacontodosucorazón,mientrasnopodíadejardeobservaraLogan.Suestadolapreocupaba.
Alasnueveyveinte,aDawsonselecaíanlospárpados,teníamuchosueño,ycuandoLoganfueallevarasusobrinaalacama,Sharonlepidióqueladejaraacostarla.
Conlaniñaenbrazos,llegóhastasuhabitación.Erarosa,yestabarepletadejuguetes y dibujos de princesas en las paredes. En cuanto hubo tumbado a lapequeña,éstapreguntóconvozadormilada:
—¿Mecuentasuncuento?Satisfecha, Sharon asintió y, viendo los ojitos cerrados de aquélla, tocó su
cabecita y, tras recordar el que su padre le contaba de las dos flores quebuscabanunpapáyeldel conejoquequería serpadre, comenzóacontárselo,cuandolaniñamusitó:
—Mimamátambiénlosabe.Aloíreso,aSharonselepusoelvellodepunta,peronosedetuvo,mientras
veía cómo a la niña los ojitos se le cerrabanmás ymás, hasta que de prontoRachelentróenlahabitacióny,trasdarleunbesoasupequeña,miróaSharonyleordenócongestoserio:
—Saldelahabitación.Levantándosedelacama,ellasalióalpasilloseguidaporRachel.Luegoésta
cerrólapuertadelaniñaycaminóhaciaelsalónsinmirarla.Sharonfuetrasellay, cuando llego allí, Rachel cogió su bolso con gesto descompuesto y,tirándoseloalasmanos,dijoantelaexpresióndeincredulidaddeGina,BrittyLogan:
—Fuerademicasa.Sharon parpadeó, no entendía su actitud, y Logan preguntó mirando a su
hermana:—Pero¿québichotehapicadoati?—Cállate,Logan—siseómalhumorada.—No, Rachel, no me callo —protestó él—. Porque vengas enfadada del
trabajonotienesderechoapagarloconSharonyasertandesagradable.Rachel lomiró furiosayGina, acercándoseaSharon, sepuso frenteaella
comosiquisieraprotegerlaypreguntó:—Pero¿quéteocurre,Rachel,cariño?Elporterodelacasacomenzóasonarentoncesy,cuandoBrittfueaabrir,
Rachelpidiómirándola:—Siéntate.—Pero...estánllamando.¿Nolooyes?—insistiólachica.Rachelasintió,looía,claroquelooía,y,mirandoaSharon,declaró:—Eslaprensa.Aloíreso,aSharonselecayóelmundoencima.Ahorasíquesehabíaliado
todo.—¿Laprensaestáennuestrapuerta?—preguntóBritt.—¿Porqué?¿PorqueSharonestáaquí?—insistióLogan.Lajovenabogadatragósaliva,yenesemomentoRachel,mirandoaGina,le
espetó:—¿Porquésabeellaelcuentoquetúinventasteparamí?Aloíreso,conelrabillodelojo,GinaviolasorpresadeSharonysupoque
elmomentohabíallegado,porloque,intentandomantenerlacalma,respondió:—Rachel...,tenemosquehablar.—No,ahorano.Contestaaloquetehepreguntado.Ginamiró a Sharon.El timbre de la puerta seguía sonando, pero lamujer
asintióyempezóahablar:—Porquefuevuestropadrequienmeloenseñóymepidióquetelocontara
paraquesiemprelorecordaras.Todoslamiraron.NingunoentendíanadaexceptoSharon;Rachel,cogiendosubolso,sacóuna
carpetacondocumentaciónquelehabíallegadoenunsobrecerradoalhospital
y,mirándola,exclamó:—Noquisenuncanadade tupadrey,por supuesto, ahora tampocoquiero
nadatuyo.—Rachel...—murmuróSharon.—Túnoeresmihermana.—¡¿Qué?!—exclamóLoganboquiabierto.—Noesloquepiensas,Rachel,porfavor,escúchame—dijoSharondando
unpasoalfrentemientraseltimbredelapuertanodejabadesonar—.Séquenohesidosinceraalnodecirtequiéneradesdeelprincipio,perotejuroporlomássagradoquepensabahacerlo.Yencuantoanuestropadre,élera....
—BranonSivon. ¡Ahora lo sé!—gritó tirando la carpeta sobre lamesa—.Nunca quise saberlo, pero ¡ahora lo sé! Sé quién era él, y sé quién eres tú,señoritaSharonSivonCardigan.
Al verla tan furiosa, Sharon dio de nuevo un paso adelante, pero Rachelreculó.Noqueríaquelatocara,noqueríanirozarla.
—Rachel,damelaoportunidaddehablarcontigo.—No.—Porfavor—insistióella.—Hedichoqueno.Notenemosnadadequehablar.Fuerademicasa.—Rachel,hija...Noseasasí—murmuróGinaaloírla.Totalmente descentrada, Rachel observó a sus hermanos, que la miraban
mientraseltimbreseguíasonando.Ensusojosviolasorpresa,perotambiéneldesconcierto,y,mirandoaSharon,siseó:
—Mira,lomejorquepuedeshaceresirtedemicasa,llevartealaprensademipuertaynovolver.Noquiero tenernadaquevercontigoniconelhombrequemeabandonó.
—Rachel,no.Esonoesasí—protestóGina.Aloírla,ellalamirócondurezaysiseó:—Te lodijeunavezy te lo repitoahora:elconceptoqueyo tengodeese
hombrenoeselmismoquetienestú,asíque,¡mejorcállate!LoganyBrittsemiraronsinentendernada,yentonceslachicapreguntó:—¿Rachelytúsoishermanas?—Sí—afirmóSharon.—No—negóRachel.
Estaúltima,desconcertadaporloquehabíadescubiertoalrecibiraquelsobreenelhospitalyminutosdespuésalaprensa,jadeódirigiéndoseaGina:
—Ytú... ¿cómo... cómohaspodidoengañarmeasí?Lavisteenmicasaelprimerdía,lareconociste...,¡ynodijistenada!
—Hija,escúchame.—Ellaestuvoaquí...,enmicasa...,conmihijaymishermanos,ytú...túte
callaste.¿Porqué?—Porquelaprimerasorprendidaalverlaaquífuiyo—respondióGinacon
cariño.Viendoeldesconciertode suhermanaante lanoticia,y recordando loque
ellahabíasentidoaldescubrirlaverdad,Sharonmurmuró:—Sólodéjamehablarcontigo.Permítemecontarteelporquédelascosasy...PeroRachelnegócon lacabezay,dándose lavuelta, saliódel salón.Gina
fuetrasella.Depiecomounpasmaroteenelcentrodelaestancia,sinsaberquéhacery
sin apenas poder respirar, Sharon volvió a encender su teléfono, cuando éstesonódenuevoy,almirarlo,vioqueeraunmensajedeWill.Loabrióyleyó:
Holandésdetenido.
Despuésdeguardar elmóvil, se fijó en la carpeta llenadedocumentación
que Rachel había tirado sobre la mesa. Se acercó a ella y la cogió, y en loprimeroquereparófueenqueeradeWhitaker&Associates.«Malditocabrón.»
Con el corazón amil, la abrió. Allí estaban las fotos que un día le habíaenviadoaNormaporemaildecuandoellayRacheleranpequeñas,ademásdeinformaciónsobreBranonSivon.Sharonmaldijo.Sinduda,elmalditoWhitakerlas había obtenido con su puñetero programa espía. Sobrepasada por todoaquello,cerrólacarpetayvolvióacolocarlasobrelamesa.
Logan había ido a desconectar el telefonillo para que dejara de sonar y,cuandoregresóalsalón,preguntótodavíaboquiabierto:
—AsíquenosóloeresSharonSivonCardigan,sinoque,además,¿tambiénereslahermanadeRachel?
MirándoloaélyaBritt,quelaobservabansindarcrédito,Sharonasintió.—Soysuhermanamelliza.
Ambos afirmaron llenos de incredulidad con la cabeza. Nunca lo habríanimaginado.
—DesiréeLópeztambiéneramimadre—añadióSharon.Segúndijoeso,Sharonnotócómoungranpesodesaparecíadesushombros.
Porfinlohabíasoltado.Y,mirandoalosdosjóvenesquelacontemplabansindarcrédito,afirmó:
—SoytanhermanavuestracomoloesRachel.Ysinoosdijenadaantesfueporque primero debía hablarlo con ella, aunque no veía el modo de hacerlo.Tuvemiedodeserrechazadaporella...,porvosotrosy...
Loganseadelantóentoncesconrapidez,secolocófrenteaellaylaabrazódeunamaneraqueaSharonletraspasóelcorazón.Actoseguido,trasunentrañablesilenciocargadodeemoción,murmuró:
—Tranquila...Tranquila...ParamísiguessiendoSharon,noloolvides.Un gemido escapó de la garganta de la joven. Para ella tampoco estaba
siendo fácil nada de todo aquello y, cuando Logan aflojó su abrazo, Sharonsusurró:
—Logan, yo no sabía de vuestra existencia. Nunca supe que existíaisningunodevosotros.Pero, encuantomeenteré,busquéaRachel,osconocíatodosy,aunquesueneraro,osquieroymegustaríaserpartedevuestrasvidas,comodeseoquevosotrosloseáisdelamía,y...
Nopudocontinuar.Laemociónvolvióaapoderarsedeella;Brittseleacercóymusitó,tomandoelrelevoenelabrazodesuhermano:
—Almenos,Desiréehizoalgobuenoaltenernos,aunqueelladejaramuchoquedesearcomomadre.
SharonsecobijócondesesperoentrelosbrazosdelamuchachamientrassusojosylosdeLogansemiraban.Sinembargo,eneseinstanteRachelentróenelsalóny,furiosa,gritó:
—¡¿Quéhacestodavíaaquí?!Gina,queentrótrasella,gruñócongestoincómodo:—Rachel,¡porfavor!ParapetadaentreLoganyBritt,Sharonmiróaaquellaquelaobservabacon
gestodedesagradoy,cuandoibaacontestar,Rachelseleadelantó:—Apareces por aquí con tus bolsos y tus zapatos caros haciéndonos creer
queeresunalmacaritativaquenosayudadesinteresadamentey...
—Pero¿quédices?...—Digolaverdad.Undíaaparecistedelanaday...y...—Tienesrazón.Aparecí.Queríaconocerosyrecuperaramifamilia,que...—¡¿Recuperaratufamilia?!—Rachellevantólavoz—.¿Quéfamilia?—Vosotros—insistióSharon.OíresoaRachellahizosonreíry,enfadadaporhaberlodescubiertotodono
porella,sinoporuntercero,siseó:—Nosotrosnosomostufamilia.—¡Rachel!—laregañóGina.—Niseteocurrapensarlo,bonita.Túynosotrossomosdediferenteestatus
social. No te confundas. Y ahora, haz el favor de regresar al lugar de dondenuncadeberíashabersalidoyllevartecontigoalaprensa.Vuelveatucómodavida,llenadelujoydeglamurconesemalditonoviotuyoque...que....Olvídatedenosotros.
ASharonselepartióelcorazón.Ellalosquería,losnecesitaba,eranloúnicoquetenía,einsistió:
—Nomeculpesdeloocurridoamí,Rachel.Yosóloeraunbebé.Unbebécomotúalquedieronunavidaquenoeligió.Peroaquíestoy,aquímetienes,dispuestaaserunadevosotrosyaayudarosentodoloquenecesitéis.
Aloíreso,Rachelseacercóaellay,conunafuerzadescomunal,laempujóhaciaatrásmientrassiseaba:
—Notenecesitoyellosnotenecesitany,porsupuesto,nuncaserásunadenosotros.Hemos vivido sin ti hasta ahora y podemos seguir haciéndolo. Si tesientes sola o agobiada por tu jodida vida, es tu problema, no elmío ni el deellos.Loúltimoquedeseoesquenosotrosseamos tumalditaobradecaridad,¿entendido?
Sharonnosemovió.Verlarabiaylaimpotenciaenlosojosdesuhermanaleestabarompiendo
másymáselcorazón,ydeprontoseoyó:—Mami...,¿porquégritas?Alver a supequeña,Rachel rápidamente fuehasta ella, la cogió entre sus
brazosy,besándolaconcariñoensudespeinadacabecita,murmuró:—Nopasanada,miamor.Vamos,alacama.Cuandoibaadarselavuelta,Sharondijoalrecordaralgo:
—Elhombredel quehablamosya está detenido.Dentrodeunosdías serájuzgado aquí y después lo extraditarán a su país, donde pagará por lo que hahecho.
RachelasintióaloíresosinmiraraSharon,peroacontinuaciónsoltóantesdedesaparecerconsuhija:
—Espero que, cuando vuelva, ya no sigas aquí, señorita Sharon SivonCardigan.
Cuandoseadentróenelpasillo,Ginaseacercóaella.—Losiento.Sharonsuspiróy,desconcertadaporlaterriblereaccióndeaquélla,cogiósu
bolsoymurmuró:—Creoqueserámejorquemevaya.NiLogan,niBrittniGinadijeronnada.Estabaclaroquetodospensabanque
eralomásapropiado.—No sois mi obra de caridad —señaló Sharon antes de irse—. Yo sólo
quería...LoganyBrittdieronunpasohaciaellaylaabrazaron.Alajovenlediovidayesperanzanotaraquelabrazotansentido,y,cuando
éstossesepararondeella,Ginalaabrazóasuvezymurmuró:—HablaréconRacheldenuevo.Laconozco,ytardeotempranoentraráen
razón.Sharonasintióy,conlapenainstaladaenelrostro,traschocarelpuñoque
Loganpusoanteellay,después,porprimeraveztambiénconBritt,seencaminóhacialaentradaconunatristesonrisaysalió.
Unavezenel rellano, laspiernas le temblabany, apoyándoseen lapared,cerrólosojosytomóaire.Nohabíasidofácilenfrentarseaaquello,ymenosverlarabiaenlosojosdeRachel.
Esperóunossegundos.Sólonecesitabaunossegundosparacogerfuerzasyenfrentarsealaprensaqueestabaenlacalle.
Cuando se disponía a salir y vio lamaraña de reporteros y fotógrafos, seasustó.Aquéllosnoestabanallí por loocurridoconHannibal, estabanallí porotracosa,yseparalizó.Nopodíacaminar,hastaque,depronto,vioaManuelyaGladys entre lamultitud.Habían ido hasta allí a buscarla, y en ese instantesintióqueelmundoeraunpoquitomejor.
Condecisión,saliódelportal,sedejóabrazarporellosy,entrelaspreguntasdelosreporteros—«¿Esciertoquesuhermanaviveaquí?»«¿Esverdadquesupadrelacompró?»«¿Sumadreesunaprostituta?»—,llegaronhastaelvehículodeManuelyéste,comopudo,arrancóysealejódeallí.
Capítulo52
Esanoche,unavezquellegóasucasaacompañadaporGladysyporManuel,Sharon fue directa a encender el televisor. En el coche, a Gladys se le habíaescapado que había oído en la radio que, tras la repentina retirada de lacandidatura a la Fiscalía del Estado de su hijo, Steven Whitaker daría unaentrevistaentelevisiónparaaclararlosmotivos.
—¿Tepreparoalgodecena,Sharon?—Notengohambre.—Pero,mivida,tienesquecomer—insistiólamujer.Sinescucharla,Sharoncogióelmandoadistancia,yManuel,alverloque
hacía,murmuró:—Cariño,nocreoqueteconvenga.Pero ella no le hizo caso y, cuando en la pantalla se encontró con aquel
hombre al que odiaba, se sentó en el sofá en tensión. Gladys y Manuel sesentaronasulado.
En silencio, escucharon barbaridades. Estaba claro que Steven WhitakerqueríadesprestigiartotalmenteaSharonyseestabadejandolapielenelintento.DijocosascomoquesuhijoabandonabalacandidaturaavergonzadoalhaberseenteradodelpasadodeSharon.Y,sinpelosenla lengua,contóque,segúnlasnoticiasquelehabíanllegado,SharonerahijadeunaprostitutayBranonSivonlahabíacomprado,separándoladesuhermanamelliza.
Aloíreso,Manuelselevantóindignado.Sharon,encambio,nopodíamoverse.Laindignaciónlahabíaparalizado,y
más cuando vio imágenes de Rachel saliendo del hospital donde trabajaba,totalmenteaterrorizadaporlaprensa,luegoentrandoensucasay,pocodespués,
saliendoellamismacongestodescompuestodecasadeRachel.Gladysmeneólacabezasindarcrédito.—Como decía mi abuela, permita Dios que los cuervos hagan un buen
banqueteconlosmalditoshuesosdeesedesgraciado—siseó.Duranteel tiempoquedurósu intervención,ademásdehablardeSharony
desupasado,StevenWhitakerrepitiómilvecesloimportantequeeraparaéllafamilia.Hablóde sumujer,de sushijosy, cuando laentrevistaacabó,Sharonfinalmentesepusoenpieysiseóconlosojosllenosdelágrimas:
—Malditodesgraciado.ManuelyGladyssemiraron.Loqueaquellamuchachaestabasoportandoerahorroroso,ycuandoGladys
sefuealacocinaparaprepararleunatila,Manueldijomirándola:—Tranquilízate,cariño.Enesemomento,elteléfonodelhombresonóy,trasresponder,selotendió
aSharonydijo:—EsCristian.¿Puedeshablarconél?Tragandolasmilemocionesqueensugargantasehabíanatascado,Sharon
selimpiólosojosconrabiaycogióelteléfonoquesubuenManuelletendía.—Hola,Cristian—saludó.Suvoz,tanapagada,lellegóalcorazónalchico,quepreguntó:—¿Cómoestás?Sharonsuspiró.—Imagínate.Cristiansehizocargosinpreguntarmás,yahablaríaenotromomentocon
ella,pero,conscientedequeteníaquecontarleloocurrido,empezó:—Sé que no es el mejor momento para decirte esto, pero durante la
entrevistadeStevenWhitakerentelevisiónsehanpuestoencontactoconmigovariosclientesdelbufete...
—No...—susurróSharonsentándosedenuevoenelsofá.—Entreellos,laempresadetuamigaLucy.Sharonnodijonada,ésaselaesperaba,peroentoncesCristiancontinuó:—Losiento,Sharon,sientoserelportadordetanmalasnoticias,perotienes
quesaberlo.Lascuentasquesehanmarchadosonmásquelasquequedany...—Yeldesastreestáservido,¿verdad?
Cristian,queestabaaúnenlaoficina,musitó:—Losiento,perosí.Sharon asintió. El desgraciado de StevenWhitaker se había salido con la
suya.Habíaconseguidohundirsuempresademalamaneray,sinpoderpensarconclaridad,murmuró:
—Alasnueveestaréenelbufete.Convocaunareunióncontodoelpersonal.Hedehablarconellos.Hastamañana.
UnavezqueledevolvióelteléfonoaManuelyéstesedespidiódesuhijo,Gladysentróconlatilaenelsalónydijoentregándosela:
—Vamos,niniña,bébetela.¿Enserioquenoquierescenarnada?Sharonnegóconlacabezay,comounaautómata,bebiólatilaaltiempoque
sucerebronodejabadepensar.Deidear.Deimaginar.Loqueteníaparalucharcontraaqueltipo—lasfotosdesusamantes—sin
duda podría desprestigiarlo, pero, conociendo sus amistades, nunca podríahundirlo.Paraellonecesitabaalgogordo,tremendamentegordo.
Acaloradaportodoloqueenaquelmalditodíalehabíaocurrido,despuésdeterminarselatilaantelaatentamiradadeGladysydeManuel,lespidió:
—Nomelotoméisamal,peromegustaríaestarsola.Ellossemiraronsinsaberquéhacer,yManuelsusurró:—Cariño,estamosaquíporyparati.Sentirsucalor,suamorysuentregahizosonreíraSharon,que,trasdarles
unabrazoybesarlosenlamejilla,afirmó:—Losé.Siemprelohesabido.Diezminutosdespués,cuandoelmatrimoniosemarchó,Sharonsesentóen
el sofádel salónmirandosu teléfono,quenoparabadevibrar.AlverqueeraHannibalquienlallamabaestavez,decidióresponder.
—Lo siento, Sharon, lo siento—dijo él—. Yo no sabía que él tenía esainformacióndeti.Nuncamelocomentóy...
—Tranquilo,Hannibal—locortó,escurriéndoseparasentarseenelsuelo—.Elmalyaestáhechoy,comotupadremedijo,quiennoestáconélestácontraél.
—Novoy a consentirlo—repuso su ex—.No voy a consentir quemientacon ese descaro ante todo el mundo. Si tú quieres, mañana convocamos unaruedadeprensaylodesmentimos.Dirélaverdad.Diréquesoygayy...
—Hannibal...,déjalo.—Pero,Sharon—insistióél—,nopuedespermitirquemipadretehundade
estamaneratancruel.Y,sitúmedejas,yotampocovoyapermitirlo.Contristeza,ellasuspiróyexplicó:—HehabladoconCristian.Elochentaysieteporcientodelascuentasdel
bufete nos han abandonado, y a estas horas estoy convencida de que ya seráalgunamás,asíque,pormuchoquemeempeñeencontinuar,esimposible.Hedereplanteármelotodo,verlascuentasquequedanymiraracuántosempleadospuedomantener.
Horrorizado,Hannibalasintióydijonecesitandoayudarla:—Cuentaconmidineroyconmidisposiciónparatrabajarcontigo.Yaestés
enSivon&Cardiganoenlaempresaquesea,estoyatuenteradisposicióncomoabogado.
—Gracias,Hannibal—musitóellacerrandolosojos.Cuandocolgaron,SharonsequedósentadaenelsuelojuntoasuperraPipa,
quelaobservaba.Duranteunossegundos,Sharonmiróaquellosojillosredondosquetantapazleproporcionaba,ymurmuró:
—Lo sé y, tranquila, no me doy por vencida. Pero, lo quiera o no, estamalditabatallalahaganadoeldesgraciadodeWhitaker.
Denuevosuteléfonovolvióasonary,alverlacaradeNormaenlapantalla,locogiósindudarlo.
Su amiga maldijo por estar de patrulla, pero, tras comprobar que Sharonestaba en casa a salvo y hablar con ella, se tranquilizó un poco, pese a queconocíaasuamigay,porsutonodevoz,podíaverlodesconcertadaqueestaba.SharonnoledijolodeLucy,noteníafuerzas.Selocontaríaenotromomentoy,unavezquesedespidiódesubuenaamiga, se levantódel suelo, seencaminóhaciasubañoyllenólabañera.Necesitabarelajarse.
Eldíahabíasidoterriblementeagotador.Unalocura.La bomba que Hannibal había lanzado aquella mañana había sido el
detonante de una tremenda cadena de despropósitos que la estaban volviendoloca, aunque, si lo pensaba con frialdad, lo que de verdad la preocupaba eranRachelysushermanos.Elloseransuverdaderoproblema.
PensarenLucyyensutraiciónlepartióelcorazón.Nuncahabríaesperadoalgoasíporsuparte.
También pensó en Rachel, en Noah, y recordar todas y cada una de lashirientespalabrasqueaquélloslehabíandedicadolahizosentirmal.Muymal.
¿Porquénohabíasidosinceraconsuhermanaantes?Rachellaculpabadelamalavidaquehabíallevado,mientrasqueellahabía
vividoentrealgodonesysedas.Depronto,sinsaberporqué,sesintióculpabledeverdad.Culpabledehabertenidounpadrecariñoso.Culpabledehaberidoaun buen colegio. Culpable de haber viajado por el mundo. Culpable...,culpable...,culpable...Yrompióallorar.
Lloró como llevaba tiempo sin hacerlo mientras sentía cómo su mundodefinitivamente se desmoronaba a sus pies y ella, que siempre se habíaconsideradounamujerguerreraytenaz,permanecíadeltodoparalizada.
Capítulo53
Unahoradespués,Sharonsaliódelbaño,sepusoropacómodaparaestarencasayserecogióelpeloconunpasador.Teníalacabezacomounbomboylanarizrojadetantollorary,pararelajarse,decidióponeralgunacanción.Sinembargo,estabatandesanimadaquepensóenponeruncanaldemúsicaenlatelevisión.Segundos después apareció en pantalla BrunoMars haciendo un cover de untemadelabritánicaAdeletituladoAllIAsk,ysequedóescuchándolomientrassetumbabaenelsofádesusalón.
Sesentíasola,triste,desamparada.Suhermanaestabaenfadada,laodiaba,yaunqueintentabacomprendersuactitud,noconcebíaporquéRachelnoentendíaqueellanoteníalaculpadenada.Absolutamentedenada.
Estabapensandoenellocuandooyóel timbrede lapuerta.Demalagana,miróelrelojquehabíasobrelachimeneaysuspiróalverqueeranlasoncedelanoche.SeguroqueeranGladysoManuelparavercómoestaba.
Noobstante,alatisbarporlamirilla,sesorprendióalverlagorrarojadelapizzeríaalaquesolíallamar.
Pensó en Norma. Conociéndola, seguro que le había pedido una pizzacarbonaray,suspirando,abrió.
Sinembargo,alabrir sequedódepiedracuandovioaNoahbajo lagorra,que,mirándola,dijoconsubonitasonrisa:
—Laspizzasdemipadresonmejores,perocomorecuerdoquedijistequehasta tupuertasólo llegabanlasdeGiorgio’s,hecompradounadeellas, juntoconunadesusgorras,yaquíestoy.
Sorprendida,Sharonparpadeó.Que aquél hubiera hecho eso por ella era más de lo que nunca habría
imaginado.Depronto,losojosselellenarondelágrimasyél,dejandolacajadepizzaenelsuelo,dijoaltiempoqueabríalosbrazos:
—Venaquí.Sindudarlo,Sharonsecobijócontra supecho,y,cuandoNoah laestrechó
entresusbrazos,sinpoderremediarlomurmuró:—Gracias.Élnodijonada.Eneseinstantesobrabanlaspalabras.Trasunosminutosenlosqueambospermanecieronabrazadosensilencioen
lapuertadelacasa,cuandofinalmenteSharonsetranquilizóysesepararon,ellalepidióconunasonrisa:
—Pasa,porfavor.Noahrecogiólacajadelapizzay,mirandoalaperra,queestabajuntoasu
dueña,preguntótocándolelacabeza:—¿Yestapreciosidadquiénes?Concariño,Sharonmiróasumejorcompañeraeindicó:—EsPipa.Miperra.Noah,aquienleencantabanlosanimales,lededicósuatenciónduranteunos
minutos,ycuandoelanimalsetumbóysepusopanzaarriba,Sharonmurmuródivertida:
—Estáclaroquelegustas.ÉlsonrióySharonlecogióentonceslamanoparaquelehicieracaso.—Ven.Sígueme.Sin dudarlo, él la siguió y, cuando dejó la pizza sobre lamesa del salón,
murmurómirando alrededor y deteniéndose en la pantalla del televisor, dondeHarryStylescantabasupreciosotemaSignoftheTimes:
—Micasaesmáspequeñaqueestesalón.Sharonsonrió.Teníarazón,ellaeraunaprivilegiada;entoncesNoah,alver
suexpresióntriste,preguntó:—¿Aquenohascenado?—Ellanegóconlacabeza,yél,sentándola,añadió
mientrasabríalacajadelapizza—:Puesvasacenar.Conelestómagolleno,lascosassevendeotramanera.
Sharonnoteníahambre,perocomenzóacomerensilencioconél.Noobstante,selehabíacerradoelestómago,ytrasunaporcióndepizza,lo
miróydijo:
—Losiento,peronopuedomás.Conscientedecómopodíaestarsintiéndoseella,trasloqueélhabíavistoen
televisión,asintióycerrólacajadelapizza.Luegolecogiólamanoyempezóadecir,mirándolaalosojos:
—Séquehoynohasidoundía fácilpara ti,yyo lohe jorobadoaúnmáshablándote como te he hablado.Antes de que digas nada, déjame decirte queeres unamujermaravillosa, seas hija de quien seas.Yni yoni absolutamentenadietienederechoajuzgarte,¿entendido?
Sharon asintió emocionada por sus palabras. Estaba claro queNoah habíavistolaentrevistaentelevisión;entoncesélinsistió:
—Y, por supuesto, eres unamujer brillante, ¿y sabes cómo lo sé?—Ellanegó con la cabeza—. Porque, para brillar, no necesitas apagar la luz de losdemás.
Sharonsonriócontristeza,yélfinalizó:—Y,dichoesto,tepidodisculpaspormicomportamientodeestatarde.Complacida por sus palabras, y por lo bien recibidas que eran en un
momentocomoaquél,Sharonloabrazóymurmuró:—Notepreocupes,estásperdonado.Noahlediounbesoenlafrentey,cuandoviosusojoscargadosdelágrimas,
añadiómirándola:—Cenicienta, soy de lágrima fácil. Eso de que los hombres no lloran te
aseguroqueesmentira.Enmicasa,mipadre,Enzoyyosomosunoslloricas.Suspalabraslahicieronsonreír,Noahteníaeseefectoenella,y,ensilencio,
sesentaronenelsofá.Durante unos segundos permanecieron en silencio, hasta que Sharon
comentó:—Hoy,juntoconeldíaquemuriómipadre,hasidoelpeordíademivida.Noahnodijonada,ydeprontoella,necesitadadedesahogarse,comenzóa
hablar.Lehablódesuspadres,deHannibal,delmalditoWhitaker,delbufete,deLucy,yterminóhablándoledeRachelysushermanosydeporquéfrecuentabasubarrio.
Ensilencio,y totalmentesorprendidopor loqueella lecontabayélnuncahabría imaginado,Noah la escuchó.Aquellamuchacha llevaba a sus espaldasunamochilamuypesadaquesindudadebíadeagobiarla.
Comopudo,laconsolócuandolaslágrimascorríanporsurostroylaabrazócuandosintióqueellalonecesitaba.Loqueaquellamujerlecontabaeraduroeincreíble,yalacabar,Noahmurmurómirándola:
—Noséniquédecirte.Sharonasintióy,conscientedetodoloquelehabíacontado,repuso:—Noteconozcoyapenasséquiéneres,peroloqueteacabodecontaresmi
vidaysóloesperoque...Nopudoacabar,puesélletapólabocaconundedoeindicó:—Estoesalgoentretúyyo—yañadió—:Mifelicidadnotieneprecio,pero
síunnombre,unapellidoyunapreciosasonrisaqueenamora.Sharon asintió deseosa de creerlo y, demandando cariño comono lo había
hechoensuvida,seacercóaél,apoyólacabezaensuregazoysetumbóenelsofá.
Asíestuvieronunosminutos,juntoaPipa,queestabasentadafrenteaellos,hastaqueSharonmiróaquellosojosverdestanpreciososypreguntó:
—¿Porquéhasvenido?¿Quéhacesaquí?Noah,concariño,leatusóelcabelloy,sinapartarlosojosdeella,respondió:—Cuando me he dado cuenta de lo idiota que había sido al juzgarte sin
pensarennadamásydelamaladecisiónquehabíatomado,henecesitadovertey pedirte perdón. Además, te he visto salir de la casa de Rachel entre losperiodistasy...
Sharon se levantó de un salto.No era agradable recordar aquel instante, ycuandoNoahselevantóysepusojuntoaella,susurró:
—Hasidoterrible...—Lointuía.—Cuandohesalidodeaquelportal,mehesentidomássolaqueentodami
vida.Tejuroquequeríamorirme.Pero,porsuerte,GladysyManuel,aquieneshabíaavisadomiamigaNormayleshabíadichodóndeestabayo,hanacudidoamirescate.
—Lamentonohaberteprotegido.Mesientocomounidiota.—Nopasanada—musitóellaconcariño.Ambossemiraron,ySharon,poniéndosedepuntillas,lobesóenloslabios.—Estoyaquíporti,noporsexo—dijoNoah.Ellasonrió.
—Gracias.Como siempre que se miraban, el tiempo se detenía. Y, nerviosa porque
habíaestadoapuntode lanzarsea sucuellocuandoél lehabíadichoalgo tanbonito,Sharonlecogiólamanoydijo:
—Ven.Quieroenseñartelacasa.Durante un buen rato, se dedicó a mostrarle su casa a Noah, que,
sorprendido, observaba aquellas increíbles estancias de techos altos. Siemprehabía imaginado que aquellos pisos eran fabulosos, pero verlo en vivo y endirectoeramuchomejor.Enlaenormecocina,Sharonabrióelfrigoríficoy,trassacaralgodebeber,leofrecióunacervezaaNoah,quelaaceptóencantado.
De allí pasaron a su habitación. Al entrar, ambos se quedaronmirando labonitayenormecama,peroningunodijonada,hastaqueélseñalóunagorraquehabíaallíypreguntó:
—¿EresdelosYankees?—Porsupuesto.Alcienporcien.Élpusolosojosenblanco,ySharon,parpadeando,cuchicheó:—NomedigasqueeresdelosMets.—Porsupuesto.Almilpormil—aseguróél.Ellasonrióy,necesitandodesincerarse,dijoacontinuación:—Megustas.Megustasmucho.Yel que estanoche estés aquí,mehayas
escuchado,consoladoyabrazadohasidolomejordemiodiosodía.Noobstante,hedesersinceracontigoydecirtequeahoramismoenloúltimoquepiensoesen comenzar una relación. Como sabes, mi vida en este instante es muycomplicada,tengodemasiadosfrentesabiertosquehedesolucionar,ynoquieroquenadamedistraiga.
Noahasintió.Estabaclaroqueaél lehabríagustadoque lascosashubieransidodeotra
forma, pero, consciente de que ella merecía la pena y de que, por cómo sucorazónseacelerabaalverla,seríacapazdeesperar,respondió:
—Esperoquealmenosmepermitasseguirsiendotuamigo.—Porsupuesto—afirmóSharondándoleunpicoenloslabios.Unavezqueseseparódeél,Noahpreguntó:—¿Besasasíatusamigos?Sharonsonrióy,encantada,contestó:
—Sóloalosquemegustanyconquienesmeencantaquemarcalorías.Noah no entendió su respuesta, y ella, sonriendo por lo que había dicho,
balbuceó:—Nopiensesenloquetehedicho.Esunatonteríamía.Sin querer darle más vueltas, él sonrió y, deseoso de tenerla a su lado,
puntualizó:—Cuentaconmigoparatodoaquelloenloquepuedaayudartey,encuantoa
loquepuedaonohaberentretúyyo,eltiempolodirá.Aloíreso,Sharonsonrióy,paseandolamiradaporaquelimponentehombre
detezmorenaquelamiraba,preguntó:—¿Porquéhacesesto?Noah,necesitadodesentirla,acaricióconundedoelóvalodesucara.—Porquetútambiénmegustasmucho,apesardequeseasdelosYankees.
—Ambossonrieron—.YporqueunavezmimadremedijoquesielplanAnofuncionabaparaenamorar totalmenteaunachicaquemegustaba,nuncadebíaolvidarqueelabecedarioteníaveintiséisletrasmás.
Sharonsecarcajeó.—Mehacesreír.—Yamímegustaquelohagas.Denuevo,ambossonrieronyellacomentó:—Mipadretedaríaunpuntoenorme.Élsiempredecíaquelasonrisaerael
idiomadelafelicidadenlapareja.Esopropicióunbeso,dos,cuatro...La temperaturaentreambossubióysubió,hastaqueNoah,separándolade
él,dijo:—Tedeseocomonotepuedesimaginar...—Oh,sí...,loimagino—repusoella.Noah sonrió de nuevo al oírla, e, ignorando lo que realmente el cuerpo le
pedía,susurróparándola:—Creoquenoeslamejornocheparaello.Comotehedicho,estoyaquípor
ti,noporsexo.Sharonasintióconunatristesonrisa.—Tienesrazón.Noah,aquiensugestoapenadoloestabamatando,ycomonecesitabahacer
que se olvidara de los problemas, se acercó al equipo demúsica que la joventeníaensuhabitacióny,señalándolo,preguntó:
—¿Puedo?Sharonasintióy,segundosdespués,lamúsicainundólaestancia.Encantada por lo que escuchaba, la joven tarareó la canción, y Noah
preguntólevantandolascejas:—¿Quiéncanta?—LutherVandross,¿loconoces?Élnegóconlacabezay,sonriendo,afirmó:—Yo soymás deSZA,Will Smith, SnoopDogg,KendrickLamar... ¿Los
conoces?Sharon,aquienalgunosdeesosnombreslesonabanachino,seencogióde
hombros.—ElquemásmesuenaesWillSmith.Noah sonrió. Ver su cara de desconcierto cuando no controlaba algo le
parecía la cosa más graciosa que había visto nunca y, escuchando la sensualmúsicaquesonaba,preguntó:
—¿Quécanciónes?—NeverLetMeGo.—Suenabien—afirmósintiendolasensualidaddesumúsicaysuvoz.Ver cómo aquélmovía los hombros al compás de la sensual canción hizo
sonreíraSharon,que,fijándoseenlafrasetatuadaqueélllevabaenelantebrazo—«Undeseonocambianada,perounadecisiónlocambiatodo»—,señaló:
—Hoyporhoy,quizánoteconvengaqueteveanconmigo.Melohasdichoestatardeyestoypensandoquetalveztengasrazón.
—¡¿Qué?!—Noah,noquieroquetudecisióndeestaramiladoteperjudiquepersonaly
laboralmente.Él detuvo sus movimientos y también la música y, frunciendo el ceño,
murmuró:—Sharon,tengotreintaycincoañosylasdecisionesdemivida,laboraleso
personales,lastomoyo.Asíquenovuelvasadecireso.—Pero...Acercándoserápidamenteaella,Noahlahizocallary,mirándola,susurró:
—Seacabó.AceptoqueseasdelosYankees,peronoquerepitasloquehasdicho,¿estamos?
Sharon sonrió y, cogiendo sumano para salir de aquella estancia antes dequelotirarasobrelacamaparahacerleelamor,pidió:
—Ven,sígueme.Unavezquesalierondelahabitación,seguidosporPipa,quenolesquitaba
ojo,caminaronporelpasillocogidosdelamano.Sin saber por qué, sentir su ruda y fuerte mano alrededor de la suya dio
fuerzaaSharon.Aquelhombre,alqueapenasconocíaperoquesiemprelahacíasonreír,estabaallí,juntoaella,enelpeormomentodesuvida,sinexigirnadaacambio,yesolaemocionóylaenterneció.
SegundosdespuésentraroneneldespachodeBranon,yNoahobservóasualrededor impresionado. Aquel lugar era increíble: madera de caoba, libreríashastael techo,elegancia.Y,mirandouna fotodeSharonysupadreen laquehabíaescritoalgoenella,preguntódivertido:
—¡¿Ratita?!Almirar la instantánea,en laquese leíaMIRATITAYYO,Sharonsusurró
emocionada:—Mipadremellamabaasí.Siempredecíaquecuandonacíeratanpequeña
comounaratita.Deahíelnombre.Tambiéndecíaqueyoerasuojitoizquierdo.Nuncaentendíporquémedecíaeso,hastaqueviundibujodeRachelenelqueellaledecíaqueerasuojitoderecho.
Noahasintió.Sindudatodoloqueaquellamuchachaestabaviviendosolanoestabasiendofácil,porloque,intentandocambiardetema,preguntó:
—Ahoraserátudespacho,¿verdad?Contristeza,lajovenmiróasualrededor.Aquellas cuatroparedes, junto a aquellosmuebles tan llenosde recuerdos,
eranunabonitapartedesuviday,sindudarlo,afirmó:—Sí.Apapálegustaríayamítambién.Una vez que terminaron la visita, al regresar al amplio salón sonaba en la
televisiónlacanciónMalibu,cantadaporMileyCyrus.Trasmirar la pantalla, Sharon abrió las puertas correderas que daban a la
bonitaterrazay,saliendoaella,sinencenderlaluz,seapoyóenlabarandillayobservóeltumultoquehabíaenlaentradadeledificio.
—Laprensasigueahí—murmuró.Noahmiróhaciaabajo.Élmismolohabíasufridocuandohabíallegadocon
lapizzae,intentandocalmarla,musitó:—Tranquila.Estásasalvoaquí.—Sí.Pero¿ymañana?Conmovidoporlaangustiaquesentíaensuvoz,respondió:—Mañana te levantarás, tevestirás e irás al trabajo. ¿Ysabesporqué?—
Ella no respondió, y él añadió—: Porque eres unamujer fuerte, una guerreraimparable, y porque, como dice mi madre, el pasado es experiencia que elpresenteaprovechayelfuturoperfecciona.
ASharonlegustóoíreso,ymurmuró:—Québonito.Noahsonrióyellaasintió.Aquellaspalabras,tanparecidasalasquepodría
haber dicho su progenitor en vida, le dieron fuerza y, tomando aire, miró alfrenteydijo:
—Siempremehangustadolasvistasdesdeestaterraza.NoahseapoyóasuladoypaseólosojosporCentralPark,aquelmaravilloso
pulmón de la ciudad deNuevaYork que se extendíamajestuoso ante ellos, yafirmó:
—Sinduda,vivesenunlugarprivilegiado,conlasmejoresvistasdetodalaciudad.
Estuvieronunossegundosensilenciohastaqueella,apoyandolacaderaenlabarandilla,lomiróydeclaró:
—Rachelmeodia.Meechódesucasa.Nolecontélaverdadpormiedoyahora...
—Estátanasustadacomotú,conladiferenciadequetúsabíasquiéneraella,peronoalrevés.Esnormalsureacción,Sharon.¿Oacasocuandotúsupistelaverdad en lo referente a ella fuiste capaz de procesarlo todo a los cincosegundos?
—No—murmurópensandoenello.—Daletiempoymuéstralequiéneresenverdad,noquiencreeellaqueeres.Lamaneradehablardeaquelhombre laatraíamásymásacada instante;
entonceséstesonriendodeclaró:—Cenicienta,nuncadudesdeloquetucorazóntegrita,porquelacabezate
puedefallar,peroelcorazón...,ésenuncafalla.Sharonsonrió.SabíaqueNoahteníarazóny,entrandoenelsalón,sesentó
enelsofáycomentómirándolo:—Sisalesahora, laprensa tecomerá.Quédateconmigoestanocheaunque
notengamossexo.Sentándose junto a ella, tras tocar el hocico de la perra, que le chupó una
mano,Noahsonrióy,pasandolamanopordebajodelcuellodelajoven,afirmó:—Seráunplacer.
Capítulo54
A las ocho de lamañana, Sharon y Noah se despedían frente a la puerta delascensor. Manuel y Gladys los observaban un poco más allá, sonriendosorprendidos.¿Quiéneraaquelmuchacho?
EstabanmirándosealosojoscuandoSharoncuchicheó:—Estánhaciéndotelaficha.Noahsonrió.—Sólofaltanmimadreymistíasparaayudarlos.AmbosrieronySharondijo,cogiendosumano:—Graciasportodo.—Hasidounplacer—repusoélsinsoltarsumano.La tensión sexual entre amboseramágica,peroSharon, conscientedeque
losobservaban,musitó:—CuandolosperiodistasveansalirelcochedeManuelconmigodentro,con
todaseguridadnosseguirán,porloqueluegopodrássalirtúsinservisto.—Deacuerdo—afirmóél.De nuevo se hizo un extraño silencio entre ambos y, sin poder contenerse
más,ysabiendoquenodebíapresionarla,Noahseacercóaella,labesóenloslabiosydijo:
—Estoyatansólounallamadadeteléfono,¿deacuerdo?Sharon,hechizadaporlosmillonesdecosasqueéllehacíasentir,dijoquesí
conlacabezaynorespondió.Nopodía.Instantesdespués,semetióenelascensorconManuely,cuandolaspuertas
secerraronynotólamiradadelhombre,mirándolo,aclaró:—Noahesunamigo.
—Megustatuamigo—cuchicheóélconunasonrisa.Unpardeminutosdespués,elcocheconducidoporManuelsalíadelgaraje
y,comobienhabíasupuestoSharon,laprensalossiguió,porloqueNoahpudomarcharsetranquilamenteporelportal.
Cuandolajovenllegóalbufetevioquesusempleadoslamiraban.Enalgunosrostrosveíasorpresa,enalgunospena,yenotrosdesconfianza.Las cosas que se contaban de ella en televisión y en la prensa eran
terriblemente sensacionalistas y, cuando vio a Alicia, ésta se apresuró aabrazarla.
—Estoyaquíy,diganloquedigan,nopiensomarcharme—leaseguró.Agradecida, Sharon entró en su despacho, donde Susan y Cristian la
esperaban, y, al verla, como anteriormente había hecho su secretaria, laabrazaronyledieronsuapoyo.
Inevitablemente,Sharonleyólosperiódicos.Eraportadaentodosellos,contitulares tan indignantes como «De princesa a plebeya» o «La terribleprocedenciadeSharonSivonCardigan».
Veraquellojuntoafotossuyaseraindignante.Nuncahabíaqueridoapareceren la prensa y ahora se hablaba de ella, de Rachel y del hundimiento de suempresa.
CuandoSharon,acompañadaporCristianyAlicia,sereunióenelvestíbulodel edificio con toda su plantilla, sintió que quería morirse. Todas aquellaspersonas a las que les hablaba contándoles la situación se iban a quedar sintrabajo, y eso le atenazaba el corazón. Y cuando, por último y antes demarcharse, les comunicó a todos los presentes que Sivon&Cardigan cerraba yqueellunesnoteníanqueiratrabajar,seemocionósinpoderevitarlo.
Cristian,quenoestabaacostumbradoaveraSharonenaquella tesitura,sebloqueó.La joven eramás fuerte que él, siempre se lo había demostrado; porello, la miró cuando llegaron al despacho de ella y cerraron la puerta, y dijoantesdeabrazarla:
—Puedesllorarcincominutos,diez,peroluegodebesparar.—Cristian...,estomesobrepasa.—Losé,cielo.Losé.Estosobrepasaríaacualquiera—siseóenfadadoconel
mundo.LaslágrimasdeSharoncorríanporsurostrocuandodijo:
—La prensa dice cosas terribles de mi padre y de mí. Los clientes nosabandonan.Rachelmeodia,yacabodedeciramásdedoscientaspersonasquesequedaránsintrabajo.Yyo...yo...
Nopudocontinuar,estabaclaroqueelpanoramaeramuycomplicado,peroCristianinsistió:
—Entiendo lo que dices, pero, Sharon, pase lo que pase, y digan lo quedigan,lesvasademostrarquéclasedemujereres,yyoestaréatulado.
Desesperada,ellaseretirólaslágrimasdelosojosysiseóconrabia:—Pero si nome dejan,Cristian. Primeromemachacaban por sermujer y
estaralfrentedeunaempresa,yahora...Lavozselequebródenuevo.Hastalasguerrerasmásfuertespodíanromperse.Noobstante,Cristian,que
necesitabaqueellaserecompusiera,mirólaláminaqueSharonteníacolgadaensuparedy,trasleerloqueallídecía,preguntó:
—¿Quiéndijoesode«Soyeltipodemujerque,siquierolaluna,melabajoyosolita»?
Sharonmiróa suamigoy respondióenelmomentoenelque lapuerta seabría:
—FridaKahlo.Alverasuhermanaentrar,Cristiansuspiró.SindudaNormaleseríadegran
ayuda;éstaseacercóaellosydijo:—¿Yquiéneslatíamásexitosa,fuerteeincreíblequeyoheconocidoenmi
vidaytienetatuadoensupiel«Nosoyunamujerquenecesiteunhombre,sinolamujerqueunhombrenecesita»?
Sharon sonrió. Y, consciente de que aquéllos, su familia, siempre estabanjuntoaella,declaróconteniendolaemoción:
—Os quiero. Y, en cuanto a lo de mi éxito, el secreto ha sido sentirmequeridayrodearmedepersonascomovosotros.
NormayCristiansonrieron,yentoncesaesteúltimo lesonóel teléfonoy,trashacerlesunaseña,saliódeldespacho.
Norma,queyahabíasidopuestaenantecedentesesamañanaporsumadre,sesentójuntoasuamigaylaabrazó.
—Tequiero,yvasasalirdeésta.—Escomplicado,Norma.Sólounmilagropodríaayudarme.
Laaludidaasintió.Larealidaderalaqueera,pero,buscandosiempreelladopositivo,insistió:
—Escucha,Sharon,sialgoheaprendidoesqueenlavidanadaestanfácilcomo en ocasiones presuponemos, ni tan complicado como la gente quierehacernoscreer.Lapalabradifícilnosignifica«imposible»,y tú losabesmejorquenadie.
Sharonasintió.Sabíaquesuamigateníarazón.IbaahablarcuandoNormasoltó:
—HeidoaveraRachel.—¿Qué?Suamigaafirmóconlacabeza.Cuandosaliódepatrullaesamañanaypasóaverasumadre,tuvomuyclaro
conquiénteníaquehablarantesdeiraverasuamiga.—Tieneungeniodemildemonios—señaló,yambasrieron—.Peromeha
escuchado.Nolehaquedadootroremedio.—Pero...pero¿quéhashecho?Normasonrió,ySharon,alversuexpresión,murmuró:—Ay,Dios...,queteconozco.Suamigalamirómientrasseacomodabaenelsofá.—Heidoasucasa...,porcierto,laprensasigueensuportal.—Pobre...—Elcasoesquemehacerrado lapuertaen lasnarices.Pero..., sindarme
porvencida,hecomenzadoahablarleagritoshastaqueellahaclaudicado,haabiertodenuevoymehadejadoentrar.
Sharonsonrió.LoquenoconsiguieraNormanoloconseguíanadie.—Apartirdeeseinstante,ellahaalzadotambiénlavoz,ymásquehablar,
nos hemos gritado—prosiguió—, pero almenos, cuando he salido de allí, hesentidoquelehabíadicholoquehabíaidoadecirle.Nosésiparabienoparamal,peroteaseguroquemehaescuchado.Lehedichoquelallamarías,enunprincipiosehanegado,peroalfinalhaclaudicadocuandoleheadvertidoqueotecogíaelteléfonootepresentaríasenlapuertadesucasa.
—Norma...—Estáesperandotullamada.Sharonparpadeó.Noimaginabaaquello,yNorma,cogiendosuteléfono,la
apremió:—Vamos,llámala.Convencida de que era una nueva oportunidad para hablar con aquélla,
Sharonbuscóelnúmeroensumóvily,trasdarlealatecladellamada,seoyólavozdeRacheldespuésdeunpardetimbrazos:
—Dosminutos.Esohasidoloqueleheprometidoatuamiga.Desconcertada,eignorandolamiradadeNorma,Sharoncomenzóadecir:—Sientonohabersidosinceracontigodesdeelprincipio,pero tuvemiedo
de que me rechazaras. Para mí no fue fácil descubrir que tenía una hermanamelliza y que la que yo creía que había sido mi madre tampoco lo era enrealidad.
Rachelnodijonada,ySharonprosiguió:—Me enteré de tu existencia tres días antes de conocerte. Te busqué y te
encontréaldíasiguientedesaberlo,perofuiincapazdeacercarmeati,aunqueteobservaba desde la cafetería que hay enfrente de tu portal.Rachel, siento quenuestropadre...
—Noesmipadre—lacortóella.Sharonasintió,debíaabordareltemadesdeotraperspectiva,einsistió:—Sientoquenos separaran tanto comoa ti.Y, sí..., fuiste túquien estuvo
fuerade suvida, pero tambiénpodría haberlo sidoyo.Él tuvoque tomarunaduradecisiónqueteaseguroquenuncalepermitióserdeltodofeliz.
Sharon calló y aguardó a queRachel dijera algo, pero sólo la oía respiraraceleradamente.
—Sintúsaberlo—musitóacontinuación—,papáestuvocercadetitodasuvida. Tengo material gráfico que así lo demuestra y, si me lo permites, megustaríaenseñárteloy...
—Nosigas.Noquieroescucharte.Sharonsuspiróy,cuandoibaahablar,Rachelañadió:—Mira,teagradezcoquesolucionaraslodelpadredeDawsonyelposible
trabajoquelehasencontradoaBritt.Séquenoesjustonadadeloqueteestápasandoanivelpersonalnilaboral,peroestoytandesconcertadayenfadadaquenopuedopensarconclaridad.
—Rachel...—Porfavor,hazquelaprensasevayadelapuertademicasa.
—Nopuedo—musitóellacerrandolosojos—.Laprensavaporlibre,ahorasomosnoticiay...
—Pero¡yonoquierosernoticia!—Rachellevantólavoz.—Teentiendo—afirmóSharonabriendolosojos—,porqueyotampoco.Desesperada,Rachel semovióante la atentamiradadeLoganydeBritt e
indicó:—Escucha, siento tener que decirte esto, pero no quiero que vuelvas a
llamarnosniteacerquesanosotros.—Noesjusto,Rachel.La aludida dejó de mirar a Britt, que gesticulaba y protestaba por lo que
acababadedecir,eindicó:—Loquenoesjustoesellíoenelquenoshasmetido.—¿Yo?—Sí,tú.Porsupuestoquetú.Sharonquisogritarle, reprocharle suspalabras, su furia, su enfado.Ambas
eranvíctimasdeunpasadomalgestionadoyunpresentederabiaporpartedeStevenWhitaker,ymurmuró:
—No es justo. No es justo que estés enfadada conmigo cuando yo nuncatoméladecisióndedejartenidesacara...
—Loquenoesjustoesqueaparezcasenmividaparadescabalarla.Esosíquenoesjusto—soltóaquélla.
Sharonnosupoquédecir.¿AcasoRachelnoleíalaprensa?Estabapensandoenquécontestarcuandosuhermanasentenció:—Olvídate de Dawson, de Logan, de Britt y de mí y sigue con tu vida.
Adiós.Y,sinmás,cortólacomunicación.Aquellafrialdad,tanparecidaalasuyapropiacuandoalgolaincomodabaen
exceso,eradifícildeasimilary,cuandosintiólamanodeNormasobrelasuya,Sharonmurmuró:
—Demomento,creoqueesmejorqueladejepensar.—Paraqueveasaloquemeenfrentoyoenocasionescontigo...—repusosu
amigaaloírla.Sucomentariolahizosonreír,yentoncesNorma,mirandoel titulardeuno
delosperiódicosquehabíasobrelamesa,comenzóadespotricar.
Durante un rato hablaron sobre lo ocurrido. Sin duda todo aquello era untematremendamenteengorrosoy,cuandolecontólodeLucy,Normaexclamóconunosojoscomoplatos:
—¡Zorra!—Muyzorra—convinoSharon.—Siempretedijequeesatipanomedababuenaespina.—Losé...—Siesque tengounojo increíblepara losdemonios...Poralgo labauticé
Lucifer.Pero¡seráperralatiparracaesa!Sharonnocontestó.EltemadeLucyaúnledolíamuchoy,noqueriendoque
Normasevinierademasiadoarriba,pidió:—Noquierohablardeella.Dejémoslo,¿vale?Conmilcosasenlapuntadelalengua,suamigacalló.BastanteteníaSharon
contodoloqueestabapasandocomoparaescucharencimalaslindezasqueellapensabadeLucifer.
Durante unos instantes permanecieron en silencio, hasta que Norma, conganasdequesuamigapensaraenotracosa,estavezmásagradable,cuchicheó:
—Porcierto,porlasseñasquemamámehadadoestamañanaconrespectoaciertomorenazo,altoysimpático...,algomehaceintuirqueOjitosSensualeshadormidocontigo.
Recordar a Noah y su cariño hizo sonreír a la joven, que, mirando a suamiga,cuchicheó:
—AparecióconunapizzadeGiorgio’s.—Noooooooooo...—Ylomásincreíbledetodo:noquemamoscalorías.—¡¿Qué?!Pero¿cómonohabéis...?¿Acasosoisdepiedra?Sharonsonrióy,recordandolanochequehabíapasadoconél,indicó:—Medejóclaroquehabíaidoamicasasólopormí,noparatenersexo.Normaasintiósorprendida,yluegosuamigacuchicheó:—Hablamos.Meconsoló.Mehizosonreírymedijocosasmuybonitas.—¡Quémonooooooooo!Sinpoderevitarlo,Sharonsuspiró.—Porcierto—comentóacontinuación—,esdelosMets.—¡Nojorobes!—semofóNorma.
Ellaasintióy,concariño,murmuró:—Nos quedamos dormidos en el sofá, y estamañana, antes demarcharse,
mehadichoqueestabaasólounallamadadeteléfono.—Porfavorrrrr...,esquemelocomo.¿Yquéhaces,quenolollamas?Sharonnegóconlacabeza.—Norma, tengodemasiados frentesabiertosenmividayno tengo tiempo
paracitas.Nocreoqueseaelmejormomentoparaconoceranadie.—Peroéltegusta,¿no?—Meencanta—afirmóSharon.Anteaquello,Normanosupoquédecir,peroenesemomento lapuerta se
abrióyCristianentróeneldespachocongestoserio.—Nomevaagustar,¿verdad?—resoplóSharon.Sinresponder,Cristiancaminóhaciaeltelevisorquehabíaeneldespachoy,
tras encenderlo y buscar un canal, el rostro enfadado deNoah apareció en lapantallamientraseraperseguidoporlaprensaenlaobra.
ActoseguidosevieronunasimágenesborrosasdeellayNoahapoyadosenlabarandilladesuterraza.Lasfotosestabanoscuras,desenfocadas,peroSharonsupoqueeranellosdosaquellamadrugada.
Asombrada, se llevó la mano a la boca sin saber qué decir, y entoncescortaronlasimágenesendirectodesdedondeestabaNoahtrabajandoyaparecióStevenWhitakerenunestudiodetelevisióndiciendocondesprecio:
—Estemulato,hijodeafroamericanaeitaliano,hapasadolanocheencasadeSharonSivon.Mihijoestádestrozado.Mimujer,hundida.Esamalditamujernoshadestrozadolavidaentodoslossentidos,yella,como...como...loquees,siguesuvida,sinimportarleeldañoquehaceasupaso.
—Pero¡serásinvergüenzaeltío!—gritóNormaboquiabierta.Sharon, que no daba crédito a lo que estaba viendo, rápidamente cogió su
teléfonoy,trasmarcarelnúmerodeNoahyoírsuvoz,seapresuróadecir:—Losiento...Él,quehabíasidosorprendidoalllegaralaobra,estabaahoraenelinterior
delamisma,desconcertado.—Joder,estoesunalocura—suspirómientrasveíaacercarseasuspadres.—Diosmío...,telodije.Tedijequesilodescubríanteibana...—Sharon—lacortóél—,yyotedijequetengotreintaycincoañosyelijo
conquiénquieroestarono,¿entendido?Pero ella nopodía consentirlo.Conocía aStevenWhitaker y sumaldad, y
repuso:—Ódiamesiquieres,peronopodemosvolveravernos.—¡¿Qué?!—preguntóéldescolocado.—Si nos vemos, te investigarán —insistió Sharon—. Investigarán a tus
padres, a tus tíos, vuestros negocios estarán en peligro, y yo no quiero ser laculpablede...Noquieroquetufamiliameodie.
—Nodigastonterías—lacortóNoah.PeroloqueStevenWhitakerhacíanoerantonterías,ySharonsentenció:—Tedijequenoteníatiempoparaesto.—Sharon,escucha...—Losiento,Noah,perohededecirteadiós.—Sharon...—Noah,porfavor,nomecompliquesmáslavida.Túno,porfavor.Oíresasúplicalehizoentenderquedebíacedery,doloridoporloquetenía
quedecir,sentenció:—Deacuerdo,Sharon.Adiós.Y,sinmás,cortólacomunicaciónsintiendoqueelcorazónselepartíaenmil
pedazos.
Capítulo55
Transcurrió una semana durante la cual el caos en la vida de Sharon fuetremendo.
StevenWhitaker daba coletazos en todos los sentidos, deseoso de causarmucho daño, lo que estaba volviendo loca a Sharon y a todos cuantos larodeaban.
DuranteesasemanasecelebraronlaseleccionesalaFiscalíadeNuevaYork,loqueprovocóque laprensa ladejararespirarunpoco,y la jovenabogadasealegró al ver elegido como fiscal general a su amigo James Rodríguez. Almenos,unanoticiabuena.
Brittlallamóporteléfonoparadecirlequehabíaconseguidoelempleoparaelqueella lahabía recomendado.Oír laalegríade lamuchachahizosonreíraSharon, ymás cuando ésta, sin importarle lo queRachel dijera, le indicó queLoganyelladeseabanverlaunatardedondeellaquisiera.EsodioesperanzaaSharon: si Logan yBritt le daban una oportunidad, ¿por qué no iba a dárselatambiénRachel?
Sinembargo,sucorazónestabaroto,ydelanochealamañanalajovensupoloqueeraelamor.Entendióquesehabíaenamoradodealguiensindarsecuenta,ysupoqueesealguieneraNoah.
Pero él nohabíavuelto a llamarla.Estaba cumpliendo loque ella le habíapedido.Aquelhombresehabíaesfumadodesuvidaconlamismafacilidadconquehabíaaparecidoy,porsuerte,laprensalodejóenpaztrasunospocosdías.
LarealidaddeSivon&Cardiganeranefasta.Sólolesquedabanuncincoporcientodeclientes,ySharonsevioobligadaahablarconellosparadecirlesquedebíanbuscarseotrobufete.
Cuando cortó la comunicación tras hablar con el último cliente, su móvilsonóy,alverqueeraGina,seapresuróacogerlo.
—Hola,Gina—saludósinganas.Aloírla,lamujerrápidamentedijo:—Cielo,esLogan.Estáenelhospital.Oír eso la hizo temblar y, acelerando el paso para llegar a su despacho,
preguntó:—¿Quépasa?Angustiada, Gina se alejó de la habitación donde estaba ingresado el
muchachoparaqueRachelnolaoyera.—Llevabaunosdíasmáshinchadoycansadode lonormal—explicó—,y
estamañanaibaalevantarseysehacaídoperdiendoelconocimiento.Pobrecita,miRachel,quésustosehabrállevado—comentóangustiada—.Ellahallamadoa una ambulancia, que lo ha traído al hospital. Logan no está bien. Tieneinsuficienciarenalaguda,y,oapareceunriñónenlaspróximascuarentayochohoras,o...
La mujer no pudo continuar hablando. Era imposible repetir lo que losmédicosleshabíandicho;entoncesSharon,entrandoensudespacho,preguntó:
—¿Enquéhospitalestáis?—EnQueens,habitación415.Pero...—Voyparaallá.Cristian, que estaba a su lado, comprendió de inmediato lo que ocurría y,
mirándola,dijo:—Seráimposibleevitaralaprensa.—¡Queledenalaprensa!—replicóellacogiendosubolso.Acompañada por Cristian, bajó al parking y, una vez quemontaron en el
coche de ella y Cristian arrancó el motor, Sharon llamó a su médico y, trascontarleloqueocurría,quedóenverseconélenelhospitaldeQueens.
Comoeradeesperar,laprensalossiguióy,alllegaralapuertadelparkingdelhospitalyverelcocherodeado,Cristianpreguntó:
—¿Quéhacemos?Sharon suspiró. Todo aquello era agobiante, tremendamente angustioso, y,
observando la maraña de periodistas que con sus micrófonos y sus cámarasrodeabanelcoche,respondió:
—Utilizarlos.Acontinuación,mientrasmirabaa los reporteros,Sharonbajó laventanilla
delvehículoy,alreconoceraunodelaCNNqueHanniballehabíapresentado,dijo:
—Carlos,tedaréunaentrevistacorta,siempreycuandoseaendirectoytuprimerapreguntaseaquéhagoenestehospital.
Elreporteroaccediósindudarlo,yella,trasmiraraundescolocadoCristian,indicóalreporteroyasucámara:
—Subidalcoche.Deinmediato,ambosobedecieron.Montaronenlapartetraseradelvehículo,
yCristian,cogiendoelticketdelparking,aceleróyentróenelmismomientraslosguardiasdeseguridadimpedíanlaentradaalresto.
CuandoCristian aparcó, todos se bajaron del coche, y Sharon,mirando alreportero,quecolgabasuteléfono,ibaahablarcuandoéstedijo:
—HehabladoconmijefeyvamosaconectarendirectoconelprogramadeAlyshaBersman.
—¡Perfecto! —asintió ella, sabiendo que era un programa de máximaaudiencia.
Cristian y Sharon semiraron. El primero, desconcertado, pues no sabía loque ella pretendía hacer; pero la joven, tras ver que aquéllos se preparaban,señalódirigiéndosealperiodista:
—Cuandoquieras.Estoypreparada.Consciente de su suerte, el reportero volvió la vista a su cámara, que
enseguidaleindicóqueestabanendirecto.—Señorita Sivon —comenzó a decir—, sin duda todo lo ocurrido
últimamenteasualrededortrassurupturaconHannibalWhitakeresactualidad,pero estamos en el hospital deQueens ymi pregunta es: ¿por qué está ustedaquí?
Satisfecha al ver cómo él había incluido su pregunta, respondió condeterminación:
—Mi hermano Logan está ingresado aquí porque sufre una insuficienciarenalaguda.Necesitaunriñónparaviviry,aunqueestáenlalistadetrasplantes,estamosmuypreocupadosporélytememosporsuvida.
Elperiodistaasintióy,cuandoibaapreguntarotravez,Sharonseleadelantó
ycontinuó:—Porello,yconscientedeloquerepresentavivirjuntoaalguienqueestáen
susituación,necesitolevantarlavozporélyportodosaquellosquelonecesitanydecirquedonarlosórganosdeunfamiliarcuandoésteyanolosnecesitaesunactonobleymeritorio.Mipadreeradonanteyyo también lo soy.Élmehizoentenderqueunavezquefallecemosdebemosdarunbuenusoanuestrosbienesmáspreciados,por loque, ¿quémejorusoque serdonante,queesunactodealtruismo, amor y generosidad? —Y, tomando aire, prosiguió—: Sé que lapalabramuerte supone una tragedia, y no es nada agradable de oír, y menoscuando se trata de un ser querido. Pero esa tragedia, aunque nos cuesteentenderlo,podemosrevertirlaconvirtiéndolaenunabendición,porque,cuandouna vida acaba, tenemos la oportunidad de ayudar a otra a renacer.Así pues,deberíamosconcienciarnosynoolvidarnuncaqueserdonanteesdarvida.
Despues de decir eso, Sharon se sintió bien. Si, tras sus palabras, alguienpodía ayudar a otras personas, sería un gran triunfo; entonces el periodistapreguntócambiandodetercio:
—¿Quépuededecirmedelavoráginedenoticiasenlaqueestámetida?Sharontomóaire.—Al morir mi padre, supe de la existencia de mi hermana y, por
consiguiente, de mis hermanos, y la primera sorprendida al saberlo fui yo.Intenté llevar ese tema con discreción, como haría cualquier persona con dosdedos de frente, pero Steven Whitaker —dijo cambiando el gesto—, en sunecesidaddehacermedañoporhaberdejadodeserlanoviadesuhijo,decidiócontarlealmundoloqueyasaben,convirtiendomividaylademishermanosenunespectáculo.
—¿Quéopinansussupuestoshermanosalrespecto?Aloíreso,Sharonpuntualizó:—Noson«supuestos»,sonmishermanos.Y,laverdad,algunonoestámuy
contento.—¿Cómo no pueden estar contentos si es usted Sharon Sivon Cardigan?
¿Acasosuniveladquisitivonoesunbuenestímuloparaellos?—Enestavida,notodosereducealdinero.Hayalgomásimportantequese
llamasentimientos—contestóconseguridad.—¿Algo que comentar en lo referente a las declaraciones de Steven
Whitaker?—De una mala persona como él sólo se pueden esperar malas cosas. Y,
comodiríaalguienaquienquieromucho,cuidadoaquiénpisasalsubir,porquequizáteloencuentresalbajar.
—¿Hahabladoconelquefuesuprometido?¿Quépiensadetodoesto?Sharonpensóquédecir.NoqueríameteraHannibalenaquelcirco,por lo
queindicó:—MirelaciónconHannibalesfantástica,pormuchoqueseempeñesupadre
ennegarlo.SuretiradadelaFiscalíanotuvonadaqueverconmigo.Aloíreso,elreporterolehizounaseñaeindicó:—SeñoritaSivon,desdeplató,AlyshaBersmanmepidequelepreguntesies
ciertoquesumadreeraunaprostitutaynolaadineradaAdeleCardigan.Cristian suspiró, esa pregunta era complicada, pero Sharon respondió
sabiendomuy bien qué debía decir en televisión, aunque en su interior no losintiera:
—Legítimamente,mimadreesAdeleCardigan.Ellameadoptójuntoconmipadre, Branon Sivon, comomiles de personas adoptan a sus hijos. No voy anegar quemimadre biológica se llamabaDesiréeLópez.Y, sí, era prostituta.Peronovoyaconsentir,nicreoqueseajusto,quesemecuestionecomopersonanicomoprofesionalde laabogacíapor lasmalasdecisionesqueenunpasadotomaronmisprogenitores.
Elcámarayelentrevistadorsemiraronalucinados.Allíteníanunbombazoymuchostitulares.
—Comprendo la inquietud que todo esto ha originado en mi entorno —prosiguió Sharon—, pero yo sigo siendo la misma persona trabajadora yluchadora,yafueramimadreAdeleCardigan,unaseñoradealtacunaoDesiréeLópez,unamujerque,porcircunstanciasenlasquenovoyaentrar,ejerció laprostitución.Mipadre,BranonSivon,mecrioconamor,dignidadyhonestidad.Me inculcó el respeto y el cariño hacia los demás, y es penoso que, tras elsensacionalismo de Steven Whitaker en lo referente a mi pasado, muchosempresarios,primeroporsermujery, segundo,por juzgarquiéneramimadrebiológica,hayandecididoabandonarlaempresaquelideraba.MehorrorizaqueenplenosigloXXIsiganexistiendotantosprejuicios,ymeduelesaberquemásdedoscientaspersonasquetrabajabanprimeroparamipadreyluegoparamíse
vean en la calle sólo porque esos hombres que se han llevado sus cuentas deSivon&Cardigannoconfíenenmí.
Cristianasintióapenado.Aquelloeraduro,muyduro,paraSharon.—¿Qué puede decirme del último hombre con el que se la relacionó?—
preguntóelreporteroacontinuación.Agradecidaporquenohubieradichosunombre,ellarespondió:—Essimplementeunamigo.Actoseguido,Cristianlehizounaseñaalperiodista,que,segundosdespués,
despidiólaentrevista.Unavezqueelfocodelacámaraseapagó,elreporteroseacercóaellaydijotendiéndolelamano:
—Gracias.Nosabesloqueestaexclusivahasignificadoparanosotros.Sharonasintióy, trasdespedirsedeaquéllos,echóaandar juntoaCristian,
queafirmó:—Estupendaentrevista.—Sóloesperoquebeneficieaquienes,comoLogan,lonecesitan.Nerviosa por ver a su hermano, Sharon entró en el ascensor seguida de
Cristianparasubiralacuartaplanta.—¿Estásseguradeloquevasahacer?—preguntóélcogiéndoladelamano.Lajovenasintió.—Sí.Cristianafirmóconlacabezayrepuso:—Tendréquellamarapapá,amamáyaNorma.Sinolohago,mepueden
matar.Sharonsonrió.—Claro.Peroesperaunosminutos.Unavezquelaspuertasdelascensorseabrieron,SharonSivoncaminócon
decisiónhastalahabitación415.Cogió aire, asió la manija y, tras abrir la puerta, con lo primero que se
encontró fue con el gesto sombrío y preocupado de Rachel, que, al verla,parpadeóypreguntósinmoverse:
—¿Quéhacestúaquí?Sinresponderle,SharonmiróaLogan.Elchicoestabatumbadoenlacama
dehospital,muyhinchadoyconunamascarillapuesta,e,ignorandoqueRachelseguíahablando,seacercóaél,quelamiraba,ylevantóelpuño.
—Hola,cielo—saludó.Logan sonrió, nunca perdía su bonita sonrisa, y, tras chocar sin fuerza el
puñoconeldeella,ibaadeciralgocuandoRachelseacercóaSharonfuriosa.—Tedijequetemantuvieraslejosdenosotros,¿acasonomeoíste?—Rachel—laregañóBritt.—Rachel,porfavor—protestóGinaasuvez.Eneseinstante,enlahabitaciónentróeldoctordeSharon,juntoalmédico
deLogan,y,despuésdequeella lespidieraunossegundosconungestode lamano,miróaRachelydijoenelmismotonodurodevozqueella:
—Te oí perfectamente, pero Logan es tan hermano mío como tuyo, estáenfermoymenecesita.
—¡¿Quetenecesita?¿Ati?!—Rachellevantólavoz.Sharonasintió,y,seguradeloqueibaahacer,declaró:—SoycompatibleconLogan.—¡¿Qué?! —murmuró Gina sorprendida mientras Rachel y Britt
parpadeaban.Ante el gesto desconcertado de su hermana melliza, Sharon añadió con
dureza:—Mehicelaspruebashacetiempoyvoyadarleunodemisriñones.—Tú...—Sí,yo.—sentencióella—.Ynovoyapermitirqueturabianotedejever
másallá.Nopiensoconsentirque jueguescon lavidadeLoganporel simplehecho de que estés enfadada conmigo y con nuestro padre. Y, antes de quevuelvasadecirotratontería,tevoyaaclararqueestonolohagocomounaobradecaridad,¿tehaquedadoclaro?
El silencio que se hizo en la habitación fue sepulcral, ninguno de lospresentes esperaba oír algo así; entonces Rachel, totalmente desconcertada,murmuró:
—Eres...erescompatibleconél.Sharonasintióy,cogiendolospapelesquesudoctorletendía,ynerviosapor
cómolehabíahabladoaaquéllaenunmomentoasí,se losentregóaRacheleinsistiócongestoduro:
—Sí,losoy.Aquítienestodolonecesario.¿Algoqueobjetar?—Ay,Dios—murmuróBrittemocionada.
Confundida,Rachelnosupoquédecir.NolegustabaqueSharonestuvieraallí,peronopodíaobviarque,consugesto,ibaasalvarlavidadesuhermano.
Gina sollozaba enternecida. Aquello que Sharon se proponía hacer era unpreciosogestodeamor,peroLogan, asiendo lamanode la joven,hizoque lomiraraymurmuró:
—Notienesporquéhacerlo.Sharonsonrióaloírloy,acercándoseaaquelmuchachoquesehabíaganado
porcompletosucorazón,afirmó:—Lafamiliaestáparaesto,cariño,ytúeresmifamilia.Emocionados,ambossonrieron,yelmédicodeSharon,queyahabíahablado
coneldeLogan,indicó:—La Organización Nacional de Trasplantes está avisada de la urgencia.
Loganeselprimeroen la listahoyporhoy.Sino llegaunórganocompatibleparaélenlaspróximasdieciochohoras,hemosprogramadolaintervenciónparamañanaalasnueve.—Y,mirandoaSharon,preguntó—:¿Estássegura,Sharon?
—Totalmente,doctor.Todosasintieron,yelmédicoañadiómirándola:—Escucha, tras valorar el estado de Logan, creemos que lo mejor es no
trasladarloadondeenunprincipiopensábamosllevarlo,porloque,trashablarloconeldoctorAmigue,todoserealizaraaquí;¿teparece?
Ellaasintió.—SiesoeslomejorparaLogan,nohaymásquehablar.Ambosmédicosasintieron,yeldoctorAmigueintervino:—Señorita Sivon, debería quedarse ingresada para realizar unas pruebas
médicaspertinentesantesdelaoperaciónyrellenarelpapeleo.Sharon,quesóloteníaojosparaLogan,quelesonreía,asintió.—Deacuerdo.Trasdarleuncariñosobesoa suhermanoen la frente, chocardenuevoel
puño con él y guiñarle un ojo, Sharon salió de la habitación sin mirar a unadescolocadaRachel,que,juntoaBritt,nohabíavueltoaabrirlaboca.
EntoncesGinasaliótrasella,laabrazóymurmuróconcariño:—Tupadreteníarazón:eresespecial.Aquel abrazo y aquellas palabras la emocionaron y, tras dar un beso a la
mujerenlamejilla,Sharonpreguntó:
—¿DóndeestáDawson?—EncasadeCarla.Lahemosllamadoyselaquedaráhastanuevoaviso.Ellaasintióytomóaire.—Cuida de esa cabezota, de Britt y de Logan hasta que yo regrese, ¿de
acuerdo?Gina afirmó con la cabeza, y Sharon, dándole la mano a Cristian, que
continuaba a su lado, dijo mientras caminaba hacia la habitación que leindicabanlosdoctores:
—Ahorasí.Ahorallámalosparaquevengan.
Capítulo56
Gladys,ManuelyNorma,trasrecibirlallamadadeCristian,sepresentaronenelhospital y, preocupados, se encargaron de no dejar ni un solo segundo sola aSharon,peseaqueellalespidióquesemarcharanacasaadescansar.
A las doce de la noche, cuandoGladys, sumarido y su hijo bajaron a lacafetería a tomarse algo, Norma, que estaba en una silla junto a su amiga,murmuró:
—Creoqueloquevasahaceresmuyvaliente.—Tambiénloharíaporti.—Losé.Yyoporti.Ambassonrieron,ySharonpreguntó:—¿QuétalvatodoconMcMurphy?Normasuspiróyrespondiómeneandolacabeza:—¿Sabes cuando tienes la sensación de que has encontrado a alguien
especialperotucabezatedicequenoesbuenaideamientrasquetucorazóntegritaque,comonoledesunaoportunidad,vaadejardelatir?Puesesoesloquemepasa.
Ambasrieronporaquello,yentoncesSharon,recordandoalgoqueNoahlehabíadicho,afirmó:
—Haz caso a tu corazón. La cabeza puede fallarte, pero el corazón..., ésenuncafalla.
Normasonrióy,bajandoaúnmáslavoz,cuchicheó:—Esovoyahacer.—¡Estupendo!—exclamóSharon.Ensilencio,semiraronunossegundos,yNormapreguntó:
—¿Ytú?¿QuévasahacertúconOjitosSensuales?Sharonnorespondió,ledolíapensarenél,peroNormacontinuó:—Mevasamatar,perohaceunrato,cuandohablabasconmamá,hehecho
unamaldad.Bueno,no,hehechocasoamicorazón.Aloíresoyversucara,Sharonpreguntó:—¿Quémaldad?Normasonrióy,preparándoseparalabroncadesuamiga,murmuró:—Hecogidotuteléfonoylohellamdo.—¡¿Qué?!AlverendurecerseelgestodeSharon,Normaindicósinachantarse:—Vale,enfádate,peronecesitabacontarleloquevasahacer.—Pero¿porqué?—Porquenoesjusto.Esehombreeslomejorquetehapasadodesdehace
muchotiempo,yloséportumaneradehablarmedeélyporlasonrisadetontaque se te pone cuando lo recuerdas.Además,me dijiste que te encantaba.Y,aunquenolocreas,eslaprimeravezquemedicesalgoasídeunhombre.
—Peronoquieroverlometidoentodaestavorágine.—Creoqueesotienequedecidirloél,notú.—Norma,tedijequenoteníatiempopara...—¿Paraelamor?Ay,amiga,yotampoco,yaquímetienes,contándoteque
elSoplagaitasmetieneloca.—Dios,Norma,enocasionestemataría.—Peromequieresssssssss,ynopuedesvivirsinmíiiiiiii—semofóella.Sharonsonrió.Suamigasiemprelahacíareír.—Y, dicho esto, hay alguien en el pasillo que estoy segura de que quiere
entrarparaverteyhablarcontigo.Alimaginardequiénhablaba,Sharonmusitó:—Nooo...—Sí...—afirmóaquélla.—¿Enserio?—Totalmente.Deinmediato,Sharonsesentóenlacamay,atusándoseelpelo,siseó:—Temato.—Loasumiré.
—Juroquetemato.—Imposible—semofóNorma—.Estásenlacamadeunhospitaly...—Pero¿túhasvistoquépintastengo?Suamigasonrióy,levantándose,leguiñóunojoysedirigióhacialapuerta
mientrasmurmuraba:—VoyatomarmeuncafetínconCristianylospapis.Pórtatebien.Y,sinmás,saliódelahabitación.Sharon se quedó mirando la puerta con el corazón a mil. Lo último que
esperaba era ver a Noah en un momento así y, cuando ésta se abrió y elmorenazoaparecióconunramodefloresen lasmanos, incapazdenosonreír,ambossemiraron.
—Hola,ratita—saludóélconcariño.Oíraquelapelativotansignificativoparaellaenunmomentoasíhizoquese
lellenaranlosojosdelágrimas.«Enamórate...»Esoeraloquelehabíapedidosupadreantesdemoriry,a juzgarpor loquesentíaporaquél, sinduda lehabíahechocaso.
Noobstante,sindejarsevencerporlaemoción,murmuró:—Nodeberíasestaraquí.Noahsuspiróy, acercándoseaella,dejó sobre su regazoel ramode flores
quellevabayseinclinófrenteasurostro.—¿Quétalsimebesasprimeroyluegomeregañas?Encantada,Sharonlediounbesoenloslabiosquelesupoamiely,unavez
quesusbocassesepararon,afirmó:—Mealegraverteaquí.Noah sonrió.A continuación, se sentódondeminutos antes estabaNorma,
agarrólamanodelajoveneindicó:—Sisupierascuántopiensoenti,conociéndote,medenunciaríasporacoso
mental.Sharonriodivertida,yrepuso:—Miraqueerestonto.—Puesquesepasqueestetontoteechademenos.—Yyoati—afirmóellaconsinceridad.Noah,encantadoporquesureencuentrohubierasidomáspacíficodeloque
enunmomentohabíaimaginado,preguntómirándolaalosojos:
—¿Cómoestás?Sharontocóconcariñolasfloresqueélhabíapuestoensuregazoycontestó:—Sinopiensoquehehundidomi empresa,que soy la comidilladelpaís,
quemihermanameodia,quemihermanoestágraveyquedentrodeunashorasmeextraeránunriñón,creoquepuedodecirte¡queestoygenial!
Ambossonrieron,yNoahcomentómirándola:—LoquevasahacerporLoganesunpreciosoactodeamor,¿losabías?Sharonseencogiódehombros,larealidaderalaqueera,yrespondió:—Sóloquieroquesepongabien.Esmihermanoydeseoqueserecupere.Y,
siyopuedoayudarlo,¿porquénovoyahacerlo?Duranteunratohablaronsobreello,hastaqueNoahdijo:—Hevistotuentrevistaentelevisión—y,enseñándoleelmóvil,cuchicheó
—:Hesolicitadomitarjetadedonantedigital.—¿Qué?—preguntóellasorprendida.Noahleenseñóensuteléfonoloquehabíarecibidoeindicó:—Loquehasdichoentelevisiónmehaconmovidoymehaconvencidode
dar un buen uso a mis bienes más preciados, por lo que he accedido a unadeterminadawebymehehechodonante, aunqueen lospróximosdías esperohablar con la coordinadora de trasplantes para hacerlo de una manera másconvencional.
—¿Lodicesenserio?—Ellasonrió.Noahasintióy,tocandoconcariñoelóvalodesurostro,indicó:—Cenicienta, me consta que, tras tus palabras en televisión, muchas
personasestánponiéndoseencontactocon la coordinadorade trasplantes.Losprimeros,mifamilia.
Sorprendidayemocionadaporsaberaquello,Sharonsonrióymurmuró:—Almenossaldráalgobuenodetodoesto.Eneseinstante,GladysyManuelentraronenlahabitaciónacompañadosde
sushijos,ylamujer,alveraNoahallí,dijoconunasonrisa:—Toma,muchacho,tehetraídouncafé.Levantándose,éllocogióagradecido.—Gracias,señora.—Gladys —indicó ella acercándose a él para darle un par de besos—.
LlámameGladys.
En ese instante se abrió la puerta de nuevo. Era Gina, que, mirándolos,explicónerviosa:
—SellevanaLoganalquirófano.Hayunórganoparaél.Todos se quedaron en silencio; Sharon iba a levantarse y Gina señaló
mirándola:—Cariño,estoesalgobuenoparalosdos.—Sin lugar a dudas—afirmó Norma al tiempo que cogía la mano de su
amiga.Sharonnodijonada.Nopodía.Seguía desconcertada cuando su médico y el de Logan entraron en la
habitaciónyesteúltimo,alversugesto,explicó:—TenemosunórganocompatibleparaLoganquevienedecamino.Como
leshedicho,eraelprimeroenlalistaantelagravedaddesuestado,yyaloestánpreparandoenelquirófano.
Sharon asintió y miró a Noah, que observaba la situación en un segundoplano;entoncessumédico,quelaconocíamuybien,preguntó:
—Sharon,¿estásbien?Todoslamiraron.Aquel cambiodeplanes era algoquenoesperaba.Ellaquería ayudar a su
hermano,pero,pensandoenLogan,asintióyafirmóconunasonrisa:—Sí.Sólohasidolasorpresa.Instantesdespués,mientraselmédicodeLogansalíadelahabitación,Gina
dijo:—RegresoconRachelyconBritt.Noquieroqueesténsolas.—¿Cómoestán?—preguntóSharon.Lamujersonrióyafirmósuspirando:—Nerviosas,peroemocionadas.UnavezqueGinasemarchó, sumédicomiróa la joven,a laqueconocía
desdeniña,ymurmuró:—Sharon,setratadeunaexcelentenoticia,paraLoganyparati.Ellavolvióaasentir,sindudaloera,y,destapándoselaspiernas,preguntó:—¿Puedoentoncessalirdelacama?Elmedicosonrió.—Porsupuesto.Puedes.
Sintiempoqueperder,Sharonsebajódelacamay,poniéndoseunabataqueGladysletendía,anunció:
—VoyconGina,RachelyBritt.Quieroestarconellas.Todossehicieroncargo,yNormadijo:—Teacompañaré.Manuelasintió,nadiemejorquesuhijaparaestarconella,y,mirandoasu
mujeryasuhijo,indicó:—Creo que debemos irnos a casa. Sharon se queda acompañada y nos
llamaráencuantolaoperacióndeLoganacabe.—Loprometo—afirmólaaludida.Cuando Gladys cogía su bolso para marcharse con su marido y su hijo,
Sharonmiró aNoah, que no se habíamovido del sitio, se acercó a él y, trasponersedepuntillasybesarloenloslabios,ledijo:
—Graciasporveniryporlasflores.Sonpreciosas.Élasintióymurmurócomplacidoporsudeferencia:—Estoyatansólounallamada.Ambossonrieron,yellarepuso:—Prometollamarteencuantomividasenormalice.Noahlediounbesoenloslabiosyluegoaseguró:—Teesperaré.Pocodespués,cuandotodossemarcharon,Normapreguntódirigiéndoseasu
amiga:—¿Preparada?Mientras se anudabael cinturónde labata,Sharonafirmócon la cabezay
luegoagarrólamanodesuamiga.—Preparadísima—aseguró.Tres minutos después, Norma y Sharon entraban en la habitación donde
esperabanGina,RachelyBritt.Alverla,Brittselevantó,cosaquenohizoRachel,y,trasdarleunabrazoy
ellapresentarleaNorma,sesentaronensilencioaesperar.Nohabíaotracosaquehacer.
Cuatrohorasdespués,alascuatroyveintedelamadrugada,lapuertadelahabitación415seabrió.LascincomujeresselevantaronrápidamenteyeldoctordeLoganexplicómirándolas:
—Todo ha salido bien y ahora Logan está en reanimación. Deberápermanecer veinticuatro horas en la UCI, pero, si todo va como tiene que ir,despuésregresaráalahabitación.
—¿Puedoverlo,doctor?Sóloparadarleunbeso—suplicóRachel.Elmédico,conscientedelaangustiadelajoven,dijomirándola:—CuandoestéenlaUCIpodréisentraraverlodospersonas,perosólounos
segundos,¿entendido?Rachelasintió,conesolebastaba.Peroinsistió:—¿DeverdadLoganestábien?Con una sonrisa, el médico se acercó a la joven y, mirándola a los ojos,
aseguró:—Rachel,todohaidocomoteníaqueir.Tranquilízate.Ellasonrióporprimeravez.Saberque suhermano estaba fueradepeligro era lomejorquehabíaoído
nuncay,sentándose,respondió:—Gracias,doctor.Muchasgracias.Conmovidos,todoslamiraron,sabíanlomuchoqueRachelsepreocupabay
luchabaporLogan;entoncesunaemocionadaBrittpreguntó:—¿Cuántotiempotendráqueestaringresado?—Depende de su recuperación. Pero calcula que menos de diez días no
serán. Después, cuando le demos el alta, tendremos un riguroso control devisitas, donde le haremos análisis de sangre regulares durante al menos dosmeses.
—Comosisontres—afirmóRachelaliviada.Eldoctorsonrió.—Dentrodeseismeses,Loganpodráhacerunavidarelativamentenormal,
aunque durante mucho tiempo tendrá que hacerse radiografías y análisis desangreparaverquetodovacomotienequeir.
Lasmujeresasintieron,y,cuandoeldoctorsemarchó,Gina,emocionadaalverqueBrittabrazabaaRachel,abrazóasuvezaSharonymurmuró:
—Gracias,miniña.Graciasporestarahícuandotehemosnecesitado.Ellasonrió.Agradecíaeseabrazo,peroelquemásnecesitabanollegabay,
conciertapena,murmuró:—Ahíestarésiempre.
Unavezquesesepararon,Sharon,quenoapartabalamiradadeRachel,seacercóaellaydijo:
—Mealegromuchodequetodohayasalidobien.Suhermanaporfinlamiró.Ensuinterior,sóloellasabíaloquesentía,pero,
sincambiarsuexpresión,afirmó:—Yotambién.Dicho esto, se levantó y salió de la habitación dejándolas a todas
boquiabiertas.Necesitabaairefresco.Cuando se hubomarchado,Gina, apenada por su comportamiento,miró a
Britt,quemeneólacabeza.Rachelnoestabaprocediendobien.Por suparte,Norma,desconcertada al ver la tristemiradadeSharon, tuvo
quecontenerseparanocogeraaquélla,pararlaycantarlelascuarenta.Ensusgestossepodíaleerqueloquepensabaneralomismo;Brittseacercó
aSharonydijo,cogiéndolelasmanos:—Graciasportodo.Loquehashecho...—Nohehechonada...—¡Lo has hecho! —insistió Britt—. Para mí lo has hecho. Ha sido un
preciosodetalledeamorquenuncaolvidaremos,aunqueRachelseempeñeenserelsargentodehierroycomportarsecomounaidiotadelantedeti.
Sharonsonrióy,sinquererentraraltrapo,abrazóalachicaymurmuró:—Graciasportucariñoytucomprensión.Despuésdevariosbesos,abrazosypalabrasemocionadas,Sharonsupoque
teníaquemarcharsedeallí.Rachelnolaqueríaenaquellahabitacióny,aunquesemoríaporveraLogan,noquería incomodarmásasuhermana,por loque,mirandoaGina,dijo:
—DileaLoganquevendréaverlocuandoestémejor,¿deacuerdo?La mujer asintió apenada. Que Rachel estuviera reaccionando así la
angustiabay,conscientedequeSharonsemarchabaparanoincomodarmásasuhermanamelliza,trasdarleuncariñosobesoenlamejilla,afirmó:
—Selodiré,cariño.Claroqueselodiré.Con pesar, Sharon buscó con la mirada a Norma, que había permanecido
todoaqueltiempoenunsegundoplano,y,cogiendolamanoqueéstaletendía,sonrióaBrittyaGinaysemarchó.
Unratodespués,trasdejaraNormaenelpisodesuspadres,Sharonentróen
casaagotada.SaludóasuperraPipay,deinmediato,sedirigióasuhabitación,donde, tras desnudarse, se tumbó, comprobó en el reloj que eran las cinco yveintedelamadrugaday,minutosdespués,sedurmió.
Capítulo57
Cuando Sharon despertó al día siguiente, era las once y diez de la mañana.Apenashabíadormidoseishoras,peronecesitabalevantarse.Alsentirelhocicohúmedodesuperraenlamano,lamiróysonrióalverlarepanchingadasobrelacama,ymurmuró:
—Pipa,cualquierdíaamanezcoenelsuelo.Una vez que hubo recibido el lametazo de su encantadora perra, tras
saludarlaconcariño,envióunmensajeaGina.QueríasabercómoestabaLogan,y sonrió al saber que el muchacho estaba bien y que evolucionabafavorablemente.
Después de terminar con el teléfono, pensó en Noah y en sus últimaspalabras: «Te esperaré». Eso la hizo sonreír. Aquel hombre era especial,tremendamenteespecial,yteníaclaroque,encuantosuvidasenormalizaraunpoco,lollamaría.Lonecesitabaasulado.
Estaba pensando en él cuando cerró los ojos y sonrió. Le encantaba queaquelhombrelallamaraCenicienta.Aquelabsurdoapodoeraalgomuyespecialentreambosy,suspirando,murmuró:
—Papá...,cuántarazóntenías.Tan pronto como dejó el teléfono sobre la mesilla de su habitación, se
levantóysedirigióaladuchaseguidaporPipa.Diezminutosdespués,cuandoacabó,buscóensuincreíbleroperounosvaqueros,unacamisetay,trascalzarseunasbotas,sedirigióalacocinaseguidaporsuperra,donde,alentrar,GladysyManuellasaludaron.
—¿Cómoestás,cariño?—preguntóél.—Bien.
—¿Hasdormido?—seinteresóGladyssaludandoalaperra.Sharon cogió la taza de café que ella le tendía, se sentó a su lado y
respondió:—Sí.—¿SabesalgodeLogan?—preguntóManuel.Conunasonrisa,ellaasintióeindicó:—Ginamehadichoqueestábienyquemañana,sitodosigueasí,lobajarán
aplanta.—¡Eso es estupendo!—afirmó Gladys y, mirándola, añadió—: Te voy a
prepararunsándwichdejamónyquesocalentito.—Notengomuchahambre,Gladys.Lamujerlamiróy,levantandounaceja,zanjó:—Perotelovasacomer,¿lohasentendido?Sharon asintió, cualquiera se enfrentaba a aquélla, y entonces preguntó
mientrasveíaasuperrabeberagua:—¿DóndeestánNormayCristian?GladysyManuelsemiraron.—Hanidoalbufete—respondióella—.Cristianqueríarecogersudespacho
yNormalohaacompañado.—Yo tendría que ir a recoger también elmío—afirmó ella cambiando su
expresiónalserconscientedelacrudarealidad.A continuación, los tres guardaron silencio hasta que Manuel indicó
tendiéndoleunperiódico:—Mira.Lajovenlocogióylomiró.Enprimeraplanaaparecíaunafotosuyaconun
titularquerezaba:«Comoelladice,donaresdarvida».Y,debajo,elperiódicodedicabaunexcelenteartículoahablardeaquelloqueeltitulardabaaentender,dejandosuvidapersonalrelegadaaunsegundoplano.
Sorprendida, Sharon leyó el artículo, y Gladys, tras dejar un sándwichcalentitoyhumeantefrenteaella,dijoencendiendoeltelevisordelacocinaconunasonrisa:
—Ymiraestotambién,cariño.Lajovenclavólosojosenlapantalla,dondeestabanemitiendounprograma
matinaldemáximaaudienciay,alveraCatyconsumadre,Alicia,Jenny,Silvia
consumaridoyotrasmuchasmujeressentadasenelsalóndelaasociacióndemujeres,preguntóboquiabierta:
—Pero¿quéhacen?Manuel,recolocandosusillaparaverlobien,murmuróconunasonrisa:—Agradecertetodoloquetúhasluchadoporellas.Emocionada,Sharonescuchólostestimoniosdeaquéllasalasquelestenía
tanto cariño. Una a una, hablaron de sus vivencias, de lo mucho que Sharonhabíabatalladoparaayudarlasasaliradelanteyde lo injustoqueeraque,porculpade titularesmaliciososypersonas ambiciosasy sin sentimientos, tuvieraque cerrar la empresa que dirigía y que su padre había levantado con tantoesfuerzo.
Conunosojoscomoplatos,mientrasdabaunmordiscoasuricosándwich,Sharonprestóatencióna loqueallídecíanysesorprendiócuandoladirectoradel programa dijo alto y claro que ya estaba bien de que las mujeres, por elsimple hecho de serlo, tuvieran que esforzarse el doble en lo laboral y en lopersonal.Queunidasyjuntaseralaúnicamaneradelucharcontraelmaltrato,ladesigualdadeneltrabajoolabrechasalarial,entreotrascosas.Yque,graciasaesaunión,Sharonhabíaconseguidoayudaryhacerfelicesaaquellasmujeres.
Cuandolaentrevistaacabó,lajovenmiróaGladyssindarcrédito.—Esaheroínaerestú,cariño—dijolamujer—,SharonSivon,noloqueese
talWhitakerpretendehacercreerdeti.Esasmujeressehanmovilizadoyéstaessumaneradedartelasgraciasylucharportiahora.
Sharonsonrióy,tragandoelnudodeemocionesquelehabíaprovocadoveraquello,sellevólamanoalaboca;entoncesManuelafirmóconunasonrisa:
—Tupadredebedeestarmuyorgullosodeti,ratita.Ynosotrostambién.Sharonparpadeó.Enmenosdedocehoras,doscosasbuenas: lamejoríadeLoganyaquello.
Esolahizosonreír.Lahizofeliz.Cuando estaba comentándolo con ellos, de pronto, sonó el timbre de la
entrada.PipacorrióhacialapuertayGladysindicómirándola:—Siguecomiendo.Yoabriré.Sharon dio un nuevo bocado al apetitoso sándwich, cuando, segundos
después,Gladysentróenlacocinayanunció:—Hantraídoalgoparati.Estáenelsalón.
Sinmoverse,SharondiounnuevomordiscoasubocadilloypreguntóalverquePipanoregresaba:
—¿Quées?Gladysseencogiódehombrosyrespondió:—Yamelodirástúcuandoloveas.Lajovensonrióy,mirandosubocadillo,musitó:—Noséquélesechasalossándwiches,perotesalendelujo.Los tres sonrieron por aquello y ella, levantándose, se encaminó hacia el
salóny,alentrar,sequedóparalizada.
Capítulo58
AlfondodelsalónestabaRachel,observandoenvaradalasfotosquehabíasobrelachimeneadesupadreyella.
Conelcorazónamilacausadelasorpresa,SharonintentabatranquilizarseantesdellamarsuatencióncuandoPipaseacercóaellay,concariño,posólamanoensucabeza.
Rachelestabaallí,mirandolafotoqueellahabíaencontradoeneldespachodesupadre,enlaqueambasllevabanaquellasabsurdasorejitasdeconejorosa,y, sin querer perder un segundo más, pues ya había perdido muchos, seencaminóhaciaella.
—Esafotofueloprimeroqueencontréyquemehizosospecharquelaniñaqueestabaconmigoeraalguienespecial—dijo.Y,cogiéndola,lasacódelmarcoblancoylediolavuelta—.Comoves,pone:«Montana,1991.Misdosamores».
Rachel no dijo nada, sino sólomiró lo que aquélla lemostraba sin poderhablar.
Alverensusojoselcansancioacumulado,Sharonpreguntóparasuavizarelmomento:
—¿Loganestábien?Rachel asintió y, soltando el bolso que llevaba sobre el sofá, comentó
mirandoasualrededor:—Asíqueaquíesdondehasvividotodatuvida.Sharonobservóaquellugartanllenoderecuerdosparaellayafirmó:—Sí.Sinmoverse,Rachelvolvióaasentiry,mirandoaSharon,indicó:—Estoesunpalacioparamí.
—Paramí,tucasaesunhogar—repusoellaconsinceridad.Duranteunossegundos,ambassemiraron,hastaquedeprontoRacheldijo:—Losiento.—Rachel...Levantandolamano,éstalamiró.—Porfavor,déjamehablar.Necesitodecirteloquesiento,porqueteaseguro
queestoytotalmenteavergonzadapormicomportamiento.Aloíreso,Sharonasintióysesentóenelsofá,invitándolaaellaahacerlo
mismo.—Siéntate,porfavor.Rachelasílohizo,sesentóenlaotrapuntadelsofáconelcuerpoentensión
y,mirándola,musitó:—Lo primero de todo es darte las gracias por lo que pensabas hacer por
Logan.Cuandolodijisteyvique,graciasati,élpodía...podíarecuperarse,mequedétanparalizadaquenosupereaccionarcomomerecías.Gracias...,graciasymilvecesgraciasportubondad.
—Nohacefaltaquemelasdes,Rachel.ComoledijeaLogan,lafamiliaestápara eso, y desde el instante en que os conocí, vosotros pasasteis a ser mifamilia.
Rachelasintióemocionadaaloírla,yprosiguió:—Séquenomehecomportadobiencontigo,comoséque túno tuviste la
culpadenadadeloocurrido.Perocuandomeenterédequiéneras, larabiaseapoderódemí,noporquetúhubierascrecidoenunlugartanmaravillosocomoéste,sinoporquenoentendíquépodíahaberhechoyoparanomereceralgoasí.
Acontinuación,unsilenciocargadodetensiónsecreóentreambas,yRachelprosiguió:
—Cuando supequemi padre llevaba toda la vida enviándomedinero, queGinalogestionabaparaquenomefaltaradenada,meenfadéy,apartirdeeseinstante,lorechacé.Noqueríanadadeesehombre.YcuandoGinamedijoqueéldeseabaconocerme,meneguéporque...porqueelenfadonomedejabavernipensarconclaridad.Simplementevolqué todamirabiaenundesconocidoquesehabíaavergonzadodemíy...
—Nuncaseavergonzódeti,Rachel.Enesoteequivocas.OíresonoerafácilparaRachel,quesiseómirándola:
—Y,sinoseavergonzabademí,¿porquémedejó?¿Porquénomecuidópersonalmentecomoati?¿Porquémealejódevuestrasvidas?
ASharonselerompióelcorazónaloíresaspalabras.Legustaraono,eralógicoqueRachelpensaraasí,y,conscientedequehabíallegadoelmomentodelaverdad,preguntó:
—¿Quieressaberenrealidadloquepasó?Seguradeloquehabíapensado,RachelasintióySharonindicó:—Dameunsegundo.Notevayas.Tengoqueiramihabitaciónacogeralgo
quetienesquever.Sinmoverse,suhermanalaobservósalirdelsalóny,trassacarunpañuelo
desubolso,selimpiólaslágrimas.Noqueríallorar.Ahorano.SharoncaminabaporelpasilloaceleradacuandoManuel,queyahabíasido
informadoporsumujerdequiénestabaallí,salióasuencuentro.—¿Necesitasalgo?Conelcorazóndesbocadoporelmomento,Sharoncontestómirándolo:—SóloqueRachelquieracomprender.Unavezqueentróensuhabitación,abrióelarmario,extrajolacajaquesu
padre había dejado en su vestidor para que ella la encontrara y, sin dudarlo,regresóalsalón,dondelaesperabaRachel.
Seacercóaella,depositólacajasobreelsofáypidiómirándola:—Ábrela.Enellaencontrarástodastusrespuestas.Rachelparpadeó,ySharon,alversudesconcierto,musitó:—Siquieres,puedodejartesolamientrasloves.Peroellaseapresuróanegarconlacabeza.—Quédateconmigo.Esa petición le llegó al corazón a Sharon, que, sentándose, esta vez más
cercadelaqueerasuhermana,afirmó:—Aquímequedaré.A continuación, Rachel tocó conmiedo la caja, quitó la tapa y, al ver un
sobreenelqueponíaelnombredeSharon,lamiróyéstadijo:—Estáaminombreporqueerayoquienteníaqueencontrarestacaja.Pero
lacartavadirigidaalasdos.Porfavor,abreelsobreyléela.Sintiempoqueperder,Rachelhizoloqueaquéllalepedíayleyó:
Pedirteperdónnocambiaráelpasado,peroquizácambietufuturo.Fuiuncobarde.Eldíaquenacisteisnosupeenfrentarmeaunasituación
quesemeescapabadelasmanos,peronohahabidoniunsolomomentoenquenomehayaarrepentido.YcuandopuderemediarloalfallecerAdele,yaeratarde.Muytarde.Túyellahabéissidolomásbonito,realymaravillosoquehetenido.Mi
ojito derecho y mi ojito izquierdo. Mis amores. Mis mellizas. Y, comonecesitabadarteunaexplicación, laencontrarásen losdoscuadernosquehayal fondode lacaja.No tratodeexculparmeconello;sólo intentoquealgúndíasepaslaverdadyelporquédemiterribledecisión.Mividano fueperfecta,pero tenerosavosotrasenellameproporcionó
maravillososmomentosquesiempreatesoraréenmicorazón.Tequiere,
Papá
ComoensudíahizoSharon,Rachellaleyóvariasvecesy,cuandocerróelsobre,unalágrimarodóporsumejilla.
—Continúa —pidió Sharon con cariño, secándosela con un dedo—. Lonecesitastantocomoyo.
Deseosadesabermás,ellaretiróunpañitoyseencontrócondospequeñascajas transparentes que contenían dos chupetes iguales con sus inicialesgrabadas:«S»y«R».Emocionada,vio las fotosde ellasdebebésy, abriendootrascajasdemaderaconsusiniciales,sonrióalverlospequeñosdientes.
—Ginanuncasupodecirmedóndelosescondíaelratoncito.Ambasrieronporaquello,yRachelsacóvariosdibujos,hastaquesequedó
mirandounoenelque,conletraclara,deniñaponía:«Parapapaíto,desuojitoderecho.Rachel».
Alvereso,Sharoncomentóemocionada:—Papá siempredecíaqueyo era suojito izquierdoynunca supeporqué,
hastaqueviestedibujoycomprendíquetúerassuojitoderecho.Enternecidaporloqueestabaviendoyquenuncahabríaimaginado,Rachel
se quedómirando la cinta de VHS que allí había, y Sharon, levantándose, lacogióeindicó:
—Sígueme.Tienesqueverestotambién.
Sindudarlo,yacompañadasporlaperra,ambassedirigieronaunaestancia,donde,alentrar,Sharonseñaló:
—Ésteeraeldespachodepapáyunsitioespecialparanosotros.Si,unavezqueacabesdeverlotodo,quieressaberporqué,telocontaréencantada.
Rachelasintióyellaintrodujolacintadevídeoenelreproductor.Segundos después, las imágenes llenaron las retinas de las dos hermanas.
Sharonsonrió,mientrasqueRachel llorabaconmovidaalver las imágenesporprimeravez.Verasupadreyelcariñoconquela trataba,verasuhermanayverseaelladeniñaeraemocionante.YcuandosonólacancióndeRoyOrbisonyBranonlabailóconlaspequeñas,murmuróincapazdecallar:
—Ahoraentiendoporquéestacanciónsiemprefueespecialparamí.ASharonlegustóoíreso,ymusitó:—ÉlyGinaseencargarondequetúyyocreáramosrecuerdosinolvidables.
Esa canción, el cuento de las dos flores y el conejo que papá inventó paranosotras...
Rachelasintióenterneciday,cuandolacintadevídeoacabó,Sharonmiróalajovenqueestabaasuladosinpalabrasydeclaró:
—Ahoraquehasvisto esto, tienesque saber el restode lahistoriay, paraello,debemosregresaralsalón.
Ensilencio,ambassedirigierondenuevoalsalón,dondeSharonleentregóasuhermanaelprimercuaderno.
—Tienesqueleerlo.Rachel asintió,y, alverquecomenzabaa leer interesada,Sharon saliódel
salón y se dirigió a la cocina, donde se encontró con dos inquietos Gladys yManuel.
—Necesitocafé,leche,azúcarydostazas—pidió.Rápidamente,aquéllossepusieronmanosalaobra,yManuelpreguntó:—¿Cómovatodo?Sharon,felizperoturbadaporloqueestabaocurriendo,susurró:—Creo que bien. De momento, sigue aquí —y, mirándolos, añadió—:
Marchaosacasa.Sinecesitoalgo,osavisaré.—¡¿Segura,tesoro?!—replicóGladys.—Sí—afirmóellamirandoalamujerconcariño.ManuelasintióycomentócogiendolacorreadePipa:
—Noslallevamos.Asíledamosunpaseo.Sharonafirmóconlacabezay,trasllamarasuperraconunsilbidoydarle
un beso en su peluda cabeza, cogió la bandeja con el café y regresó al salón.Rachel, al verla entrar, lamiró con los ojos anegados en lágrimas y continuóleyendo.
Pasaron las siguientes horas en silencio. Unas horas durante las cualesRachelleyóávidadesaberyellanolainterrumpió,hastaque,unavezfinalizadoel segundo cuaderno, en donde había más fotos que palabras, Rachel lo dejósobrelamesaymurmuró:
—Losiento.Sientotantonohabérselopuestofácilniaélniatique...No pudo continuar. La joven se desmoronó por primera vez en su vida, y
Sharonlaconsolósindudarlo.No era fácil asumir aquello. A ella misma le había costado, y cuando
consiguiótranquilizarla,musitómirándola:—Nuncaquisohacertedaño,comonuncaquisehacérteloyo.Asumanera,
cadaunointentóacercarseatiy...El abrazo que Rachel le dio fue mejor que las palabras más bonitas que
podríahaberledicho.Fue un abrazo repleto de amor, de comprensión, ternura, sentimiento,
amistad,perdón,apego...Comosedecía,enocasioneslaspalabrassobraban,ysindudaéseeraunodeesoscasos.
Algo más tranquilas, las dos hermanas se comunicaron sabiendo por finquiénes eran, y entonces Sharon dijo, poniendo en silencio su teléfono, quesonaba.
—Comoves, papá te siguió siempremuyde cerca, aunque yo nunca supenada. Pero él no se perdió tus fiestas de fin de curso en el colegio, tusgraduaciones,tuscumpleaños,tuscambiosdelook...—Ambasrieron—.Rachel,élhizoloquepudoporlasdosy,comoadultasquesomos,asídebemosverlo.
Conmovidaporloquehabíaleídoyquealfinlehabíapermitidocomprendermuchas cosas que nunca entendió Rachel preguntó a su manera, y Sharonrespondiócon tranquilidad.Lehablóde suspadres,de laquecreíaqueera sumadre, de la horrible vida que ésta les había dado y de StevenWhitaker, quetambiénaparecióenlaconversación.Aquellamalapersonaque,conocedoradesupasado,habíaesperadoagazapadoelmomentoparaatacarypagarconellasla
rabiaquehabíaacumuladoconsupadre.Hablaron,conversaron,departieron.Depronto,lacomunicaciónentreellassehabíaconvertidoenunanecesidad,
ycuandounaalarmalesonóaRachelenelteléfono,éstaindicómirándola:—He de llamar al hospital. Es la hora en la que dan información a los
familiaresdelospacientesqueestánenlaUCI.Sharonasintióy,despuésdequeRachelhubohabladoconalguienycolgó,
laoyódecir:—Loganestábien.Muybien.Ambassonrieronporaquello,yRachelpreguntó:—¿Esciertoquevasacerrartubufete?Sharonasintió,perocogiendoaireindicó:—Sí.Perocomenzarédenuevo.Abriréelmíopropioyseguiréadelante.Conscientedequeteníamuchascosasquesaberaúndelaqueporfinhabía
aceptado como hermana, Rachel se miró el reloj y comentó al ver vibrar elteléfonodeSharon:
—El tiempo vuela. Llevamos seis horas hablando y siento que nos faltanmuchasmás.
Sharon asintió gustosa, pero, tranquila por el modo en que se habíadesarrolladotodo,dijoviendoquesuteléfonovibraba:
—Lobuenoesqueahoratenemostodalavidapordelante,¿nocrees?Rachelconfirmóconungestodelacabezayrespondió:—Locreo.Con una sonrisa, ambas hermanas semiraron, y Rachel, segura de lo que
decía,señaló:—Megustasertuhermana,peromegustamásquetúseaslamía.Ambas sonreían por aquello cuando Rachel, observando el teléfono de
Sharon,quenoparabadevibrar,dijo:—Porcierto,comosiempre,tuteléfonovaaexplotar.Sharonsuspiróyrepusosinmirarlo:—Nadaesmásimportantequetú.Emocionada,yseguradequeaquéllaselodecíadecorazón,Rachelcogióel
teléfonodesuhermanaeinsistió,colocándolofrenteaella:—Cógelo.Quizáseaimportante.
Sharon resopló y, al cogerlo y ver que se trataba de Cristian, dijo trasescucharlo:
—Deacuerdo.Voyparaallá.Unavezquehubocolgado,miróaRachelycomentó:—Tengoqueacercarmealbufete.Suhermanaselevantódeinmediatoypreguntócondecisión:—¿Puedo acompañarte? Logan está en el hospital y no puedo verlo,Gina
estáconDawsonyBritttrabajando.Porprimeravezenmuchotiempo,notengoningunaobligación.
Encantada,Sharonafirmó:—Nadamegustaríamás.
Capítulo59
CuandoSharonsaliódelparkingdesuedificioconRachelsentadaasulado,conunasonrisa,saludóalaprensaqueestabaallícongregada.
—Casimecomencuandohellegado—señalósuhermana.Sharonasintióymurmurómientrasconducía:—Tecreo,ysientomuchoqueloestéspadeciendo,peroesalgoqueyono
puedocontrolar.—Tranquila,yamehedadocuenta.Media hora después, tras aparcar el coche en el interior del parking del
edificiodondeestabaelbufete,SharonlocerróyRachelcomentómirándolo:—Esprecioso.Sharonasintió,eindicó:—Estuyocuandotúquieras.EsohizosonreíraRachel.Unavezqueentraronenelascensordeledificio,Sharonpulsóelbotóndesu
planta, mientras por los altavoces del ascensor sonaba música clásica; debíarecordardardebajaaquelservicio.
—Sígueme—indicócuando laspuertasseabrieron—.Midespachoestáalfondo.
En silencio, sólo roto por el sonido de los teléfonos que sonaban, ambascaminaronporlaplantavacíadegente.
Erararoveraquelenormelugartansolitario,yRachelmurmurómirandoasualrededor:
—Estesitiointimida.Sharonsonrió,peronodijonada.Aquellugareraparaellacomosusegunda
casa.Elascensorquehabíancogidoeraelquemáslejosquedabadesudespacho
y,mientrascaminaban,Sharonlefueexplicandoladistribuciónquehabíatenidoelbufetemientrasfuncionaba.
—Esmuybonitoyparecetodomuynuevo.Ellaasintióy,recordandoaciertohombredeojazosimponentes,explicó:—Noahy su empresa nos hicieron la reforma el año pasado.Comoverás,
trabajanmuybien.Rachelafirmóconlacabezamirandoasualrededor,ydepronto,alfondode
laplanta,SharondivisóaNorma,aCristian,aSusanyaAlicia,y,acercándose,lespreguntó:
—¿Sepuedesabercuáleraesaurgencia?AlverlaaparecerconRachel,CristianyNormaintercambiaronunamirada
desorpresa,ySharon,alversusexpresionesdedesconciertotraslosucedidoenelhospital,aclaró:
—OspresentoamihermanaRachel.Rachel,ellossonNormayCristian,aquienesconsideromishermanos.Aliciaesmisecretariaymiamiga,ySusanesunadelasmejoresabogadasdelbufete.
Rachel,mirandoaaqueltipodesonrisaperfecta,comentó:—Meencantatenermáshermanos.—PorDios,otrachicamás,no...—bromeóCristian.Divertidaaloíreso,Rachelapuntó:—TeaseguroqueLoganteadorará.Norma,queaúnlasmirabasorprendida,alverlasonrisadeSharon,supoque
todoestababieny,abrazandoaRachel,murmurómientrasunteléfonosonabaenalgunaparte:
—Menos mal que has entrado en razón, porque yo ya estaba dispuesta aobligarteahacerlo.
Ambassonrieronporaquello;Aliciacolgólallamada,lesdedicóunasonrisaySusan,consudesparpajohabitual,comentó:
—Madremía,Rachel,meencantatucolordepelo.Ellamirólasmechasdeaquéllaeindicó:—Yamítusmechasrosa.Una vez hechas las presentaciones, mientras Rachelmiraba aquella lujosa
perosolitariaplanta,Cristiancomenzóadecir:—Sharon,elteléfononoparadesonar.Traslaentrevistaqueestamañanaha
concedidoalatelevisiónlaasociacióndemujeresparalaquecolaboras,muchaspequeñasempresasquierenquelasrepresentemos.
—¡¿Qué?!Susansonrióy,mirandoalaquehastahacíapocoerasujefa,insistió:—Sonempresaspequeñitas, lamayoríadeellas regentadaspormujeres.Y
todasdicenlomismo:deseanquetú,SharonSivon,lasrepresentesenlostemaslegales.
Emocionada por aquello, Sharon parpadeó. Como siempre había dicho, launiónhacíalafuerza,yésepodíaserunbuencomienzoparasunuevoproyecto.
—Hastaelmomentotenemosconcertadasmásdeuncentenardereuniones—señalóCristian.
—¡¿Qué?!—Loqueoyes,jefa—afirmóAliciaencantada.Todossonrieron,yNorma,observandoeldesconciertodesuamiga,indicó:—Reina,estopuedeser,aunquepequeñito,unbuenimpulsoparaquepuedas
sacaradelanteSivon&Cardigan.Sharonsuspiró,paraesonecesitabamucho,muchísimomás,perocuandoiba
acontestardepronto laspuertasdelascensordel fondoseabrieronyaparecióWinonaWhitaker.
—¿Yéstaquehaceaquí?—soltóNorma.—Nolosé—susurróSharonsorprendida.En silencio, la vieron acercarse con tranquilidad y elegancia, y Rachel
preguntó:—¿Quiénes?—Lamadredesuex—cuchicheóAlicia.Rachelasintió.Sóloconesoyasabíaquiénera.Sinmoverse,losseisesperaronaqueaquéllallegarahastaellos;entoncesla
elegantemujerseparófrenteaSharonypreguntómirándola:—¿Porquéhaytanpocaluzenlaplanta?—Porque no queremos gastar, ¡¿le vale la respuesta?! —replicó Norma
molesta.Pero ¿quién era aquella idiota para presentarse allí como una señorona y
preguntarloquenoleimportaba?Sharonmiróasuamigapidiéndoletranquilidad,ycuandovolvióadirigirla
vistahaciaaquélla,preguntómientraslosteléfonossonabanyAliciaySusanlosatendían:
—¿Quéesloquequieres,Winona?Lamujer,quehabíaidoahablarconella,preguntólevantandoelmentón:—¿Tienesunsegundoparamí?—¿Paraqué?—dijoCristianaladefensiva.Aquella familia ya le había hecho bastante daño a Sharon y no estaba
dispuestoaqueningunodeelloslaperjudicaramás.PeroSharondijo:—Pasaamidespacho,Winona.Una vez que lamujer se encaminó hacia el lugar que aquélla le indicaba,
Normaseacercóasuamigaysiseó:—Comosepaseunpelo,éstasellevaloquenosehanllevadosumaridoy
suhijo.—Norma...—regañóSharonaloírla.Después de pedirles calma con lamirada, entró en su despacho detrás de
Winonay,cuandocerrólapuertayencendiólaluz,empezóadecir:—Winona,sihasvenidoparadescalificarmeporqueelimbécildetumarido
asítelohapedido,déjamedecirteque...—Lafayette,70—dijodeprontolamujer.Aloíreso,Sharonguardósilencio.—Yofuiquientemandóaquelsobrecerradoconesadirecciónensuinterior
—continuólamujer—,porquemerecíassaberlaverdad.Boquiabierta,Sharonlamiró,yaquéllamusitó:—CuandoconocíaSteven...—Noquierosabernadadeesehombre—lacortóSharon.Winonaasintió,ysinmoverseañadió:—Losé,peroquieroquemeescuchesparaqueentiendasporquéestoyaquí.En silencio, ambas se miraron. Aquello no era fácil para Sharon, pero
finalmenteaccedióyWinonacomenzó.—CuandoconocíaSteven,medeslumbró.Eraunhombreguapo,atléticoy
unabogadodeéxito.NoscasamosrápidamenteporquemequedéembarazadadeHannibal, y sólo tiempo después de nacer Sandy fui consciente de que yo a
Steven no le importaba nada porque sólo era una ficha más en su juego deajedrez.
Sharonnodijonada.Nosabíaporquélecontabatodoaquello,peroWinonacontinuó:
—Sé loquehuboentre tumadreySteven.Séque fueronamantesdurantemuchosañosy,aunqueaprendíavivirconello,nofueagradable,comoseguroqueno lo fuepara tupadre.Por eso, cuandoHannibal sepresentó enmi casacontigo,nofuilaperfectaanfitriona.Noentendíaquéhacíamihijoconlahijadelamujerquetantomehabíahechosufrir.
Sharon se sentó. Nunca habría esperado oír algo así; entonces aquéllacontinuó:
—DuranteañosheintentadoserunabuenamadreparamishijosyunabuenaesposaparaSteven.Peroodioaesehombre,loodiocontodasmisfuerzas,yeldíaquemihijaSandysemarchódecasa,aunquesueneduro,hededecirtequefueunodelosmásfelicesdemivida,porquesupequemihijaibaaserfeliz.
Conmovida,Sharonasintió.RecordabaloqueSandylehabíacontado.—Imagino que, según te cuento esto, te preguntarás por qué no me he
divorciado, por qué he seguido al lado de alguien a quien odio. Y la únicarespuesta que puedo darte es que no lo hice pormi hijo Hannibal. Él no eraSandy.Hannibal siempre fue débil, quebradizo.Nunca se enfrentó a su padrecomo ella, y sabía que tenía que estar junto a él, porque tarde o temprano supadreleharíadañoyélmenecesitaría.Luegoaparecistetú,tepidiómatrimonioysupequelovuestronopodríaser.Mihijoestabaenamoradodeotrapersonaalaqueocultabaporvergüenza,yporesoeldíaque teenfrentasteaStevenenaquellagala,cuando te reprochóque fuerasamigadel fiscal JamesRodríguez,necesitabasabersitúconocíaselsecretodemihijoytepreguntéaquellodesicreías queHannibal y tú podríais ser felices. Cuando vi tu cara, supe que nosabíasnada,ydecidíquedealgunamanerateníaqueayudarte.Merecíassaberlaverdad, y por eso temandé esa nota en la que ponía «Lafayette, 70», porquesabíaqueloinvestigarías.
En silencio, las dos mujeres se miraron.Winona esperaba que ella dijeraalgo,pero,alverquenoeraasí,prosiguió:
—Cuandolovuestroacabó,Hannibalmecontócuálfuetureacción.Quetepusieras en su lugaryno lo juzgaraspor su engaño,por su error, porhaberse
dejadomanejarporsupadre,mehizoverlamaravillosapersonaqueeres.YmiimpresiónseacrecentócuandoHannibalmeconfirmóquetúsabíaslodeAdeleyStevenynuncalohabíasutilizadoparahacerledañoniaélniamí.Porello,tedoylasgracias,cariño.Graciasporestarjuntoamihijoyanimarloaserquienélhadeser,ygraciasporpensarenélyenmí.
OíresoemocionóaSharon,quesonrió,yacontinuaciónaquéllamurmuró:—Yporesoestoyaquíahora,dispuestaaayudarteenloquenecesites.—Winona...—Sharon,mimaridoesunmonstruoymehorrorizaverloqueestáhaciendo
contigo porque tú le has plantado cara. Mañana tiene una entrevista entelevisión,enelmagacíndemibuenaamigaIvankaMontgomery,¿sabesquiénes?—Sharon asintió, y Winona prosiguió—: Steven lleva pidiéndome desdehace años que le consiga esa entrevista para asistir al programa conmigo,HannibalySandy,yyo,porfin,selaheconseguido.
Sharon la miró sin entender qué quería decir con aquello, pero Winonasentenció:
—Ha llegadoelmomentodequeelkarma ledevuelva todoelmalquehahecho.
Perpleja,Sharonmurmuró:—No sé qué pretendes hacer, pero Steven tiene demasiados amigos
influyentesenmuchossitiosy...—Créeme si te digo que esos supuestos amigos jueces y fiscales, en el
momento en que vean peligrar sus propias vidas, ya no lo serán tanto. Y teaseguroquetengotantomaterialsobreellosqueundíaStevenseverásolo.Muysolo.
Sharonparpadeó.Aquelloquedecíaerainteresantey,clavandolamiradaenella,dijo:
—Loqueyotengoesinformaciónsobresusamantes.Sientoseryolaquetedigaquealgunainclusotienealgúnhijosuyoy...
—Cuatro: tres niños y una niña, además de otra que viene en camino—afirmóWinona.
Sorprendidaporlainformaciónqueaquéllamanejabayqueguardabaabuenrecaudo,lajovenpreguntó:
—¿PorquénuncaledijisteaHanniballoquesabíasdemispadres?
—Porquenoqueríaqueseavergonzarademíymevieracomoaunamadredébil y derrotada. No es fácil decirle a un hijo ciertas cosas personales queduelen,yporesopreferícallarhastaquellegaraelmomento.Yelmomentoyahallegado.
Sharonasintió,ysinquerermetermáseldedoenlallaga,perorecordandoalgo,preguntó:
—TúsabíaslodeLucyyporesoenaquellafiestamepreguntastesieramiamiga,¿verdad?
Winonaasintióconpesar.—Sí,cariño.Losabía.Ambaspermanecieronensilencio,hastaquelamujerañadió:—Si hay algo a lo que Steven da importancia es al qué dirán y a las
aparienciasmientrasocultaasusamantes.Aesesinvergüenzaselellenalabocadiciendoantelaprensaqueesunmaravillosopadredefamiliayunexcelenteyfielmarido,cuandolociertoesqueestodolocontrario,¿verdad?
Por primera vez, Sharon sonrió. Aquello queWinona le proponía era unalocura,pero,necesitandoimplicarse,afirmó:
—Sí. Y tú mañana, en directo en el programa de tu amiga, quieresdesmontarlo,¿noesasí?
Winonasonrióyafirmócondeterminación:—He hablado con algunas de sus amantes y están dispuestas a entrar en
antena,ymegustaríaquetútambiénestuvieraspresente.—¿Yo?¿Porqué?—Porquevoyapedirleeldivorcioendirectoyquieroque teencarguesde
llevarlotú.OíresohizoqueSharonparpadeara.Aquélla era la bomba que necesitaba. La bomba que, con toda seguridad,
hundiría al desgraciado de StevenWhitaker, y, levantándose de la silla, iba ahablar cuando Winona, tan excitada como ella por lo que pretendía hacer,insistió:
—Quiero contratar los servicios de Sivon&Cardigan para que lleve micarísimoy,seguramentetambién,escandalosodivorcio.
—Madremía...—murmuróSharonconelcorazónamil.—Sí,cielo,¡madremía!—convinoWinona—.LohehabladoconHannibal
yconSandyynosdantodosuapoyo.Esteescándaloacabaráconelmonstruoysureputación.Aunquehedeprevenirtedequeduranteun tiemporedoblarásurabia contra ti y contra mí. Pero, tranquila, juntas acabaremos con él. Te loaseguro.
Sharonasintió.Ellatambiénestabasegura.—Ahora que tengo amis dos hijos ami lado y a salvo de esemalnacido,
quiero recuperar todo lo que esmío.Y lo primero que voy a hacer es firmarcontigounacuerdoparaque,apartirdehoymismo,seaSivon&Cardigan,ynoWhitaker&Associates,quienllevetodalapartejurídicadelaspetrolerasque,porsuerte,mipadresólodejóaminombreyenlasqueStevennuncapudoponerundedo.
Sin dar crédito, Sharon asintió.Aquello queWinona le pedía era un buencomienzo,pero,conscientedesurealidad,repuso:
—Meencantaríahacerlo,perocontodoloquehapasado,lainfraestructuradeSivon&Cardigansehaidoalgaretey...
—¿Cuáleselproblema?—preguntóWinona.Sharonibaarespondercuando,aloírbullicioenelexteriordeldespacho,la
mujerlaasióporelbrazoydijoencaminándosehacialapuerta:—Acompáñame.Quieropresentarteaalguien.CuandoWinona abrió la puerta, fuera había almenos treinta personas. La
mayoríaeranmujeres,perotambiénhabíaalgúnhombre,y,alverlosgestosdesorpresa de Cristian y compañía, iba a hablar cuandoHannibal y su hermanaSandyseacercaronaellaylasaludarondándoledosbesos.
—Mamálohaplaneadotodoyaquíestoyconvosotras,dispuestoaayudar—dijoél.
Desconcertada, Sharon miró a todas aquellas personas, yWinona declarófrenteaaquelbatallón:
—Sharon, tepresentoaalgunosdemisamigos.Todosellossondueñosdesuspropiasempresasyestándeseandotrabajarcontigo.
—¡¿Qué?!—exclamóCristianencantado.Hannibal, que la conocía muy bien, cogiéndola de la mano, hizo que lo
miraraypreguntó:—Sharon,¿noesestoloquenecesitasparareflotarSivon&Cardigan?Sin dudarlo, ella asintió, y entonces una de aquellas mujeres comentó
dirigiéndoseaella:—Sharon,estuvehacetiempocontigo,¿merecuerdas?La joven asintió. Era SthepaniaKatrina Rondell, la dueña de losmayores
viñedosdeEstadosUnidos.—Sí.Claroquelarecuerdo,señoraRondell.Lamujersonrióyañadió:—Pues aquí estoy, querida, dispuesta a firmar con Sivon&Cardigan un
contrato que haga que tu bufete se encargue de todos mis temas fiscales,laboralesypersonales.
Sindarcrédito,SharonmirabaaCristian,quesonreíaemocionado,cuandootramujerintervino:
—Sharon, soyMargaret Puche, propietaria de la discográfica internacionalPucheLodhar,¡ytenecesito!
—Sharon,soyOmairaRamírez,propietariadelabancaGIT,¡ytenecesito!—Sharon, soy Armando Garçon, propietario de la farmacéutica Garçon-
Lendez,¡ytenecesito!—Sharon —dijo otra mujer—, soy Wildemina Shepard, propietaria de la
mayorreddeclubdetenisdelmundo,¡yyotambiéntenecesito!Uno a uno, todos aquellos poderosos hombres y mujeres fueron
presentándoseanteunaemocionadaSharon,mientrasCristian,Alicia,RachelySusansonreíanyNormacuchicheaba:
—Alfinal,elSosainasysumadremevanacaerbienytodo.ASharonelcorazónleibaamil.Teneraquellasfirmasensuempresa,juntoalasqueseguíanllamandoasu
teléfono, le daba la oportunidad de que Sivon&Cardigan se reactivara, por loque,cuandoelúltimodeaquéllosterminó,trasmiraraRachelyéstaguiñarleunojo,Sharonafirmóconcorajeyfuerza:
—Seráunplacertrabajarconustedes.Porfavor,siganamisecretariaAliciahastalasaladejuntas,dondedentrodeunosminutostomaremostodossusdatosyconcertaremoslascitas.
Encantados, todos se encaminaron hacia el lugar que Alicia y Norma lesindicaban,ySharonmurmuródirigiéndoseaWinona,quesonreía:
—No...nosécómoagradecerteesto.Lamujer,feliz,yagarradadelosbrazosdesushijos,replicómirándolacon
satisfacción:—AgradécemelodestrozandoaStevenWhitaker.—Sinpiedad—indicóSandy.Aloíreso,Sharonmiróalquefuesuprometido,yésteafirmó:—Sí,Sharon.Vamosaporél.Loscuatrorieron,yacontinuaciónWinonaindicó:—Y esto es sólo el principio. Whitaker&Associates se nutre de mis
amistades, y en cuanto sepan queme voy a divorciar y que yo he traídomiscuentas a Sivon&Cardigan, se morirán porque los dejes entrar también en tucasa.
Boquiabierta,Sharonabrazóaaquellamujer.Unamujerhastaelmomentocalladayobservadora,alaquecreíaquelecaíamalporquenolaveíadignadesu hijo, pero que, metida en harina, era de armas tomar. Entonces Hannibal,mirandoalajovenquelosobservabaensilencioenunsegundoplano,preguntó:
—EresRachel,¿verdad?Ella no supo qué decir. No quería que, por su culpa, todos aquellos
empresarios se echaran atrás, pero entonces Sharon, agarrándola de la mano,declaróconorgullo:
—Sí,Hannibal.EllaesRachel,mihermana.Élsonrióy,trasabrazaraSharon,seacercóaRachely,emocionado,dijo:—Un placer conocerte, Rachel. Soy Hannibal y estoy aquí para cualquier
cosaquenecesites.—Gracias—susurróellaacobardada.DespuésfueSandyquienlaabrazó,yWinona,enternecidaporlasburradas
que había oído decir almaldito de sumarido sobre aquellasmuchachas y susfamilias,seacercóalareciénllegaday,abrazándolatambién,musitóconcariño:
—Encantadísima de conocerte, cielo.Un placer.Y, como le he dicho a tuhermanaSharon,aquíestamosmishijosyyoparatodoloquenecesitéis.
—Gracias,señora.—PorDios,tesoro,¡llámameWinona!ASharon legustóver esoy sentir la sonrisadeRachel; entoncesCristian,
queestabaasulado,preguntóesperanzado:—Jefa,¿quéhacemos?Sharon se llevó las manos a la cara. Lo ocurrido era una locura, una
maravillosalocuraquelepermitiríareflotaryseguirconellegadoquesupadrele había dejado, y, tras pensar con frialdad la jugada, sacó a la guerrera quellevabaensuinterioreindicó:
—Demomento,idaayudaraNormayaAliciaatomarnotadelosfuturosclientes.
—¿Ydespués?—preguntóSusan.Sharonsonrió.Para pillar al enemigo totalmente desprevenido, no había que alertarlo, y,
seguradeloqueibaahacer,señaló:—Nadiepuedesaberloquehaocurridohoyaquíhastamañana.Todos se miraron sin comprender por qué, peroWinona, que entendía su
proceder,explicó:—Laentrevistaentelevisiónesalasonceymedia,porloque,alasdoce,el
escándaloyaestaráservido.Sharonyellasonrieron,ambassabíanloqueibaaocurrir.—Mañanaalasdocedelamañana—dijolaabogadadirigiéndoseaCristian
—, enviad un email colectivo a todos los empleados del bufete. Quiero quepasadomañanaregresenaltrabajo,porqueSivon&Cardigannocierra,sinoqueregresaconmásfuerza.
—¡Olétú!—gritóSusanchocandolamanoconRachel.Emocionados,todosseabrazarony,cuandosusempleadossefueron,Rachel
miróasuhermanaydijo:—Puedoiraecharlesunamanositúquieres.Sharonasintióy,necesitadadetodaayuda,afirmó:—Nosvendríadelujo.—Voyconella—seofrecióSandy.Unavezqueellas semarcharon,Hannibalmiróconorgulloa laquehabía
sidosuprometiday,antelasonrisadesumadre,declaró:—Aúnhayunclienteentudespachoalquetienesqueatender.Sorprendida, Sharon miró hacia atrás y, cuando vio a su amigo James
Rodríguez, el fiscal general del Estado allí sentado, parpadeó, y Hannibalcuchicheó:
—La Fiscalía necesita un bufete para sus casos. Hablé con él y estaráencantadodetrabajarcontigo.
—Diosmío...—murmuróSharon.QuelaFiscalíadelEstadofueraunadelascuentasdeunbufeteeralomejor
quepodíapasarleaundespacho;entoncesHannibalpreguntó:—Ahorasólomequedapreguntartesiyopodríaserunabogadomásen tu
equipo.Buscotrabajo,ysitú...Nohizofaltarespuesta,Sharonloabrazóy,cuandoseseparódeél,dijo:—Cuentocontigo.Enternecida,Winonalosmiróeindicósecándoseunalagrimilla:—Ahora, cielo, demuéstrales a todos esos hombres cargaditos de
testosterona que se creen que son invencibles que, si ellos tienen huevos, lasmujeresguerrerastenemosovarios.
—Mamáaaaa...—exclamóHannibal.—Hijo,sólodigolaverdad—replicóella.Sharon no se lo podía creer. Al igual que su vida había dado un giro de
ciento ochenta grados para peor, de pronto acababa de darlo para mejor, y,mirandoasuexyasumadre,murmuró:
—Nosécómovoyaagradecerosesto.Hannibalsonrióporaquello,ysumadresentenció:—Hundiendoalmonstruo.Estavez,Sharonasintiócondecisión.—Serátodounplacer.
Capítulo60
Tras una noche en la que apenas pudo dormir por todo lo ocurrido la tardeanteriorylaperspectivadeloqueibaapasar,Sharonseduchabaensubonitobañoconlosnerviosaflordepiel.
Loquesucederíaenapenastreshoraseraelprincipiodelfinparaalgunosyelfinaldeunprincipioparaella.Lajovensiemprehabíacreídoquederrotaríaalmonstruoellasola,perounavezmáslavidalehabíademostradoquelauniónhacíalafuerzay,graciasaWinona,ahorapodíaconseguirlo.
EneseinstantepensóenLogan,rápidamentellamóaRachelyéstaleindicóqueestababienyquealcabodeunpardehoraslobajaríanaplanta,loquelaalegró.
Unavezquesevistió,sinmostrarsusatisfacciónnisunerviosismo,entróenlacocinajuntoasuperraPipa.NiManuel,niGladys,ninadiequenohubieraestadoenaquellaoficinalatardeanteriordebíasabernada,y,sentándosejuntoaManuel,alamesadelacocina,trassaludarlos,preguntóseñalandoelperiódico:
—¿Algointeresante?Él resopló, ySharon,mirandoel artículoqueaquél leía sobre el cierredel
bufeteSivon&Cardigan,cuchicheó:—Esperoqueprontoseolvidendemíysecentrenenotrapersona.—Esoesperoyotambién,cariño—afirmóManuel.En cuanto Sharon se echó leche en su café, Gladys se sentó a su lado y
preguntó:—¿QuésabemosdeLogan?Con ternura, ella miró a la mujer y, tras darle una galleta aPipa, que se
comiódeunsolobocado,respondió:
—HehabladoconRachel.Todovabienydentrodeunpardehorasyaestaráenplanta.
—Esoesestupendo—afirmóManuelfelizporlanoticia.Sharonasintió,sindudaeraunagrannoticia;peroentonces,comonoquería
queseperdieranalgo,comentó:—HeoídoqueStevenWhitaker, juntoasumujerysushijos,concedeesta
mañanaunaentrevistaentelevisión,enelprogramadeIvankaMontgomery.—¿Enserio?—repusoGladysmolesta.Sharonasintióy,mirándolos,cuchicheó:—Yonomelapierdo.Seguroqueeseidiotamededicaalgunaspalabras.—Malditosinvergüenza—siseóManuel.Trasdesayunarconaquéllos,aSharonlesonóelmóvil.EraHannibal,para
decirlequesuspadres,suhermanayélsedirigíanalosestudiosdetelevisión.Oír esoaceleróelpulsodeSharon,que, saliendode la cocina,hizounpardellamadasparasaberqueestabatodocontrolado.Acontinuación,cogiósubolso,sedespidiódeManuelydeGladysysemarchó.
EnlacalleaguardabaNormaconelcoche.—Caseytienenuestrospasesyyaharecogidoalasdemás—lainformósu
amigaencuantoSharonmontó—.Nosesperancercadelestudio.—¡Perfecto!—¿QuésabesdeLogan?—Todoestábien,dentrodeunahoralobajanaplanta.Ambas semiraron, yNorma, sabiendo lo importante que era lo que iba a
sucederparasuamiga,preguntó:—¿Estásbien?Sharonresopló.—Sí. Algo nerviosa, pero feliz porque sé que papá va a estar a mi lado
disfrutandodeloquevaapasar.Ambas rieron por aquello. Conociendo aBranon, sin duda, no se lo iba a
perder.Normaarrancósucoche,peroantesdesoltarelfrenopreguntó:—¿Estáspreparada?Sharonasintió.Llevabapreparadamuchotiempoparaaquelloy,sonriendo,
afirmó:
—Vamosaporél.Cuando, a las oncey veinte, estacionaron en el parkingde los estudios de
televisión,Sharonsentíacómosucorazónbombeabaatodafuerza.Niellanilasantiguas amantes de Steven, a las que Casey había recogido en sus hogares,podían entrar en el estudiohastaque la entrevistahubiera comenzado.Debíanesperarparanoservistasporlabestia.
Alasonceymedia,uncolaboradordeIvankallamóalteléfonodeSharon.La entrevista había empezado y podían entrar en los estudios con todatranquilidad.NormaavisóaCaseyy,segundosdespués,cuandosejuntaron,sedirigieronalosestudioscaminandoconpasoseguro.
Alllegaralsetdondeserodabaendirecto,alfondoSharonvioaStevenyasu familia hablando distendidamente con la periodista Ivanka. Como siempre,henchidocomounpavo,Whitakerhablabadeél,delafamilia,delcompromisoydelaimportanciademanteneresauniónfamiliarhoyendía.
Concuriosidad,SharonobservóaWinona.Latranquilidaddelamujeranteloquesumaridodecíaerapasmosa,increíble,hastaquesusojosseencontraronyentoncessugestocambió.Comenzabaelshow.
Enunmomentodado,Winona interrumpióa sumaridoy ledijo:«Steven,quieroeldivorcio».Él lamiródesconcertadoy,sonriendo,preguntósieraunabroma. Pero la sonrisa de Winona lo descolocó, y más cuando la mujer loratificó y habló sin pelos en la lengua de su pésimo comportamiento comomaridoydelomalpadrequeera.HannibalySandyasintieronantelaexpresióndedesconciertodeél.
Stevenintentódefenderse,rebatirlosreprochesqueaquélloslehacían,peroeraimposible,ycuandoHannibalhablódesuhomosexualidad,supadrenosupodóndemeterse.Aquelloquesuhijodecíaeravergonzoso,irritante,inmoral.
Pero¿cómoloconfesabaentelevisión?Ladiscusiónylapolémicaestabanservidas.Olvidándosedesumujer,Stevensecentróentoncesensuhijo,enarremeter
contraél,enhacerledaño,hastaqueWinonasaltócomounaleonay,sindarletregua,cortóeltema,haciéndolesaberqueellaapoyabasudecisiónporquesóloqueríaquefuerafeliz.
LabestiadeStevenmaldijo,yella,contemplanza,comenzóahablardelasinfidelidadesdeaquéleinvitóaentrarenelplatóadosdelasmuchasmujeres
quehabíanpasadoenlosúltimosañosporlavidadelquedecíasersumarido.Steven queríamorirse. ¿Qué hacían aquellasmujeres allí? ¿Qué hacían su
mujerysushijos?Viendo el cariz que estaba tomando aquella entrevista en directo, Steven
intentó cortar el programa, pero nadie le hizo caso. El regidor, animado porIvanka y por el modo en que subía el índice de audiencia, siguió emitiendo.Aquelloeraunbombazo,unescándalo,yellosteníanlaprimicia.
Enloquecido, Steven gritaba, maldecía, hostigaba, pero esta vez nadie seasustaba, nadie se amilanaba, nadie lo temía, y cuando Winona, mirándolo,aclaróqueSharonSivoneraquienibaallevarsudivorcioylascuentasdesuspetroleras,atravésdelbufeteSivon&Cardigan,él,horrorizado,nopudomásy,arrancándoselosmicrófonos,quetiróalsuelo,saliódelplató.
Alveraquello,ydeseosadeechárseloa lacaraantesdequedesaparecieradelestudio,Sharon fueensubusca.Nunca lohabía temidoyahoramenos,y,seguradesímisma,seplantófrenteaélypreguntó:
—¿Quieresquemebajeyaelpantalónparaquemebeseselculo?Él no respondió. La rabia, la ira y la cólera apenas si lo dejaban articular
palabra,ySharonaprovechóparasentenciar,conscientedequelascámaraslosgrababan:
—Tediríamuchascosas,perosólotemerecesquetediga:¡jódeteypúdreteenelinfierno,malditocabrón!
Steven,aquienlasaletasdelanarizseleabríanporloenfadadoqueestaba,quisoagarrarladel cuelloymatarla.Aquellaniñata, lamalditahijadeBranonSivon,sehabíasalidoconlasuya,pero,conscientedelosmilesdepersonasquelos observaban en el estudio y desde sus casas a la espera de su desesperadareacción,quepodíahacerlemásmalquebien,diomediavueltaysemarchó.
Perosuhuidafuenefasta.Sharonhabíaavisadoalaprensa,yaquéllosalosqueaéltantolegustabadarexclusivasloesperabandispuestosamachacarlo.
Con el pulso, el corazón y todo su ser acelerado, Sharon lo observómarcharse.
Habíaocurrido.Habíahundidoalmonstruo.Lajovensintiócómo,porfin,algoensuinterior
seliberaba,ysonriócomollevabatiemposinhacerlo.
Capítulo61
Aquella tarde, después de atender a la prensa por el escándalo ocasionado,Sharon se dirigió al bufete, donde, con una amplia sonrisa, recibió a susdoscientos empleados. Habló con todos ellos, les explicó la situación y losemplazóacontinuartrabajandoparalaempresa.
Gracias a personas buenas de alto y bajo estatus, se les había presentadoaquellasegundaoportunidad,ytodoslostrabajadoresaplaudieronemocionados.Habían recuperado sus empleos y, sin duda, Sivon&Cardigan tenía al frente aalguienmaravillosoaquienestabandispuestosaseguiryaapoyar.
Tras salir del bufete, Sharon se acercó con Norma al hospital para ver aLogan.
En el pasillo, frente a la habitación, estaban Britt, Rachel y Gina, que, alverlas,lasabrazaronyledieronlaenhorabuenaaSharonporsuslogros,puesnosólohabíarecuperadosufamilia,sinotambiénsuempresa.
Encantadaconaquelrecibimiento,lajovensonrió.—¿Quéhacéisaquí,quenoestáisconLogan?—preguntóacontinuación.—Havenidoeldoctorynoshadichoqueesperáramosfuera—explicóBritt.Conpaciencia,Sharonaguardólasalidadelmédicoy,cuandoésteapareció,
anunciómirándolas:—Vatodomejorquebien.Loganesunluchador.Lasmujeresseabrazaron,saberaquelloeraunamaravilla,yentoncesRachel
indicódirigiéndoseaSharon:—Pasaaverlo.EstoyseguradequeLoganquiereverte.Luegoentraremos
nosotras.—Vamos, no te hagas de rogar—la animóNorma, emocionada por aquel
gestodeRachel.Encantada con esa deferencia hacia ella, Sharon cogió la mano de su
hermanaRachelymurmuró:—Gracias.Ellaleguiñóunojo,ySharon,dándoselavuelta,agarróelpomodelapuerta
ylaabrió.Alentrar,susojosylosdeLoganseencontraron.—Eh...,miraquiénestáaquí—murmuróélconunasonrisa.Sharonseapresuróaacercarsealacamay,traschocarsupuñoconeldeély
despuésdarleunbesoenlafrente,ibaahablarcuandoéstedijoemocionado:—Gracias,graciasporquerermeincondicionalmente.SuspalabrasconmovieronaSharon,que,mirándolo,cuchicheó:—¿Pretendeshacermellorar?Conlosojosanegadosenlágrimas,Loganasintióycompusoaquellabonita
sonrisa suya que no había abandonado su rostro ni en los peores momentos.Sharoncogió sumano, se sentó a su ladoy, trasbesársela, comenzóahablar.Teníanmuchoquecontarse.
Pocodespués,Gina,Norma,RachelyBrittentraronenlahabitación.Todosestaban felices, unidos y encantados, y sus carcajadas podían oírse desde elfondodelpasillo.
Esa noche Sharon salió del hospital junto a Norma luciendo una ampliasonrisa.
Apesardetodolomaloquelehabíaocurrido,comoGladyssiempredecía,Diosapretabaperonoahogaba,y,sinduda,ellaseguíarespirando.
Estabancharlandosobre suscosasmientrasSharonconducíahaciacasadeNorma,cuandocomenzóasonarenlaradiolacanciónIndependentWomendeDestiny’sChild.
—¡Quevivanlasmujeresindependientes!—gritóNorma.—¡Yquevivannuestrosovarios!—voceóSharon.Ambascantaronentrerisas,felicesdeserdosmujeresconfuerza,y,cuando
eltemaacabó,Normaafirmómirandoasuamiga:—Sindudaesunaexcelentecanción.Sharonasintió,nolecabíalamenorduda,eindicó:—Poresoesnuestracanción.
Cuando,instantesdespués,llegaronaledificiodeapartamentosdondevivíaNorma, al parar frente al portal y ver quién la estaba esperando allí, Sharonanunció:
—Tucaballerodebrillantearmadurateespera.NormamiróaCaseyencantada.Aquelhombrequelesonreía,queparecíaun
chuloenpotencia,peroqueenrealidaderaunamordepersona,eralomejorquelehabíapasadoúltimamente,ymurmuró:
—¿Sabesloquemásmegustadeél?—¿Qué?TrassaludaraCaseyconlamano,Normabajólavozysusurró:—Quenopretendecambiarmeymeaceptacomosoy.—Woooo,amiga...,creoqueestásparaqueteencierren—bromeóSharon.Ellaasintióy,dándoleunbesoasuamigaenlamejilla,dijo:—Vete a casa y descansa. Mañana tienes un día ajetreado en
Sivon&Cardigan.—Sinduda—repusoSharon,y,cuandoaquéllasebajódelcoche, lallamó
—:¡Norma!Suamigasevolvióyelladijoconunasonrisa:—Aunque ya se lo he dicho personalmente, vuelve a darle las gracias a
Caseyporsuayuday,porfavor,quemacalorías.Muchascalorías.Divertida,Normaleindicóqueasíloharía,y,sonriendo,Sharonsemarchó.Decaminohaciasucasa,pensóenNoah.Aquel hombre, con su paciencia, su cariño y su sonrisa, había conseguido
quesecumplieraelúltimodeseodesupadre:verenamoradaasuhija.Sharonsehabíaenamoradodeélaratos,amomentos,ysinsaberlo.Notenía
niideadecómohabíaocurrido,perolarealidaderainnegable.Loadoraba.Porello,ytomandoladecisióndesuvida,alllegaralasiguientecalle,torció
a la derecha y, sin dudarlo un segundo, se dirigió a Brooklyn. Necesitabadeclararsuamoraquienrealmenteselomerecía.
Trasaparcarelcoche,SharoncogiósubolsodeLoeweyseencaminóhaciael portal de Noah. Una vez allí, subió la escalera hasta la segunda planta y,cuando se paró frente a su puerta, llamó sin dudar al timbre. Dos segundosdespués,éstaseabrióyNoahparpadeósorprendido.
—Tedijeque,cuandomividaseestabilizara,volveríasasaberdemí—dijo
Sharon—.Y,bueno...,¡aquíestoy!Encantadoconlainesperadavisita,Noahsonrióy,mirándola,afirmó:—Bienvenidaacasa,Cenicienta.Sin esperar a que él la invitara a pasar, Sharon dio un paso al frente y lo
besó.Lobesó condelirio, locuraypasióny, cuandoel beso acabóy aquellosojosverdesyespectaculareslamiraban,murmuró:
—Memoríaporverte.—Yyomemoríaporquemelodijeras—repusoél.Queellaestuvieraallípordecisiónpropiaera,comopoco,fantástico;cerró
lapuertaconelpie,secentróenellaysóloenella.Unbeso...,dos...,siete...HastaqueSharonsoltósubolsoenelsueloy,deunsalto,seencaramóasu
cintura.Eldeseoporéleraexcesivo,ansioso,y,mirándoloalosojos,susurró:—Quememoscalorías.Al comprender a qué se refería,Noah sonrió y, tan deseoso como ella, la
llevóhastasucamaagrandeszancadas.La ropa voló por la habitación mientras un calor abrasador que había
comenzado en sus tobillos ascendía reptando como una serpiente por suscuerpos,conquistandocadaunadesuscélulas.
Complacido, Noah dejó a Sharon sobre la cama y, con avidez, se tumbósobre ella comenzando a besar primero su boca, de ahí pasó a la barbilla, elcuello, sus pechos, bajó hasta su vientre y, cuando le separó las piernas, ellajadeó.
Con mimo y deleite, Noah abrió los pliegues de su sexo y, al notar sucaliente excitación, le sopló con delicadeza. Aquella acción a ella la hizosuspirardeplacery,segundosdespués,cuandoélcolocólapuntadesuhúmedalengua sobre su ya hinchado y excitado clítoris y comenzó a moverla,enloquecida,Sharontemblócomounahoja.
Durante un rato,Noah se deleitó enhacerla disfrutar de todas lasmanerasposiblesconlaboca,hastaqueelorgasmoasaltóaSharon,yél,necesitandodemás,cogióunpreservativodesumesillay,mirándola,selopuso.
Sindecirnada,unavezqueacabó,ávidodeplacerporeldeseoquesentíayveíaenlosojosdelamujerqueanteélestabadesnudayansiosadesexo,Noah
setumbósobreellay,guiandosuduropenehastalacálidayhúmedaentradadesu vagina, se introdujo en ella. Sin embargo, antes de que pudiera empezar amoverse, Sharon lo tumbó sobre el colchón y se colocó encima de un rápidomovimiento.
—LosYankeesdominan—dijomirándoloconunasonrisatraviesa.—YadominaránlosMets.—Lodudo—semofóella.Encantado con aquello, Noah posó las manos en la cintura de la joven
mientrasellasehundíaporcompletoenél,consiguiendoqueambostemblaran.Cuando sus cuerpos estuvieron totalmente conectados, Sharon comenzó a
mover las caderasde adelantehacia atrás, conmovimientos lentosy sinuosos,mientrasNoahcerrabalosojos,semordíaellabioinferiorysedejaballevar.
Elplacerqueaquelloleocasionabaloestabavolviendoloco,completamenteloco.
Perolacalmadurópoco.Ambos estaban calientes, excitados, encendidos. Demandaban sexo.
Ansiaban locura, deseo, y susmovimientos comenzaron a acelerarse cada vezmás.
Necesitando su boca, Noah la atrajo hacia sí y la besó mientras susacometidaserancadavezmáscerterasyprofundas.Labesódetalmaneraquecreyóqueambosmoriríandeasfixia.Perono...,elplacererataninmensoquenoselopermitió,porqueeneseinstantetodoeraposibleentreellos.Susmiradas.Suspalabras.Susjadeos.
Todoerasexyyembriagador.Todoeraansiadoydeseado.Sus cuerpos seguían acoplados, sus ojos conectados, y cuando la cálida
serpientequehabíareptadoporsustobillosestallóensuinterior,sinreservasymirándosealosojos,ambosserindieronaunincreíbleymaravillosoorgasmo.
Sonrieronacalorados.La locuraquesentíanelunoporelotroeramásquepalpable,ySharon,inclinándosesobreél,acercósubocaaladeélymurmuró:
—¿Porquéseráquelosmejoresymásplacenterosmomentosdetuvidanodebescontárselosanadie?
Noahsonrió.—Amísímelospuedescontar.
Encantadaporsurespuesta,Sharoncuchicheó:—Mejoraún:contigopuedopracticarlos.Denuevo,besos,caricias,mimos.Aquello queNoah le entregaba era algo que ningún otro hombre le había
dadoantesy,trasunnuevomomentodeplacerenelquesuscuerpossedejaronllevarporsusexigenciasylosMetsdominaron,cuandoterminaron,sudorosos,Sharonafirmómirandoaltecho:
—Hoyhasidounodelosmejoresdíasdemivida.Aloírla,Noahlamiróysonrió.Como media humanidad, él también se había enterado de lo ocurrido y,
deseoso de saber su versión, la escuchó. Quería saberlo todo y, cuando ellaacabó,declaróconcariño:
—Niteimaginascuántomealegroporti.Pero su gesto desconcertó a Sharon. Su sonrisa era triste y, mirándolo,
preguntó:—Eh...,¿quéocurre?Noah,quenecesitabasersinceroconella,repuso:—Mepreocupa que el hecho de que recuperes todo lo que tenías quizá te
demuestrequenoestoyatualturayyanomenecesitas.Conmovidaalsentirsetannecesitadaporél,Sharonsusurrósentándose:—Nodigaseso.—Esloquesiento...Ellalobesó.Sihabíaalguienqueestuvieraasualturayaquiennecesitaba,
eraprecisamenteél,y,mirándoloalosojos,exigió:—Bésame.Noah lo hizo sin dudarlo, y cuando su beso acabó, Sharon murmuró
mirándoloalosojos:—Elromanticismonuncahasidolomío,perotúhashechoaflorarenmíesa
faceta que yo creía que no tenía. Adoro tus besos, me muero por tu boca,enloquezco cuando me llamas Cenicienta, y cuando me tocas con tus manosfuertesyseguras,mehacesvibrarcomonadielohahechoenestemundo.Eresjuicioso,sensato,sexy,yunhombrequesabeloquequiereenestavidaporque,comobienmedijiste, tusdecisiones sonelprincipiode tu futuro,yyoquieroestarenesefuturo.—Noahsonrió—.Lasúltimaspalabrasdemipadrefueron:
«Enamórate», y me he enamorado. Estoy enamorada de ti, y nada,absolutamentenada,mevaa separarde ti, ano serque túnomequierasa tulado.
Conmovidoporloqueestabaoyendo,yfeliz,Noahlabesó.Jamás habría esperado que ella le dedicara esas palabras. Aquella mujer
fuerte, independiente y poderosa. Y cuando sus bocas se separaron, afirmómirándolaalosojos:
—Tequiero,Cenicienta,yquieroquesepasquehayque lucharpor loquemerece la pena, y tú, Sharon Sivon, eres la mujer que un hombre como yonecesita.
Tras decir eso, tan lleno de amor, ambos sonrieron felices y, deseosos demimosydesexo,acontinuaciónsehicieronelamorcondeleite.
Unahoradespués,traspasarporladucha,cuandoamboscaminabanhacialacocinaparatomaralgofresco,Sharonlocogiódelamanoypreguntó:
—¿Cómovascontusobras?QueellalepreguntaraporsutrabajosorprendióaNoah,que,trassacardos
cervezasdelaneverayentregarleuna,respondió:—Bien.¿Por...?Sharondiountragoasubebida,estabasedienta,yacontinuacióndijo:—Voyanecesitaraunbuencontratista.¿Conocesalguno?Élsonrióy,mirándola,afirmó:—Puede...Ellavolvióabebery,seguradeloqueibaadecir,explicó:—Quierohacerobrasenmicasa.Esdemasiadograndeparamí,porloque
megustaríadividirlaendospisosyregalarleunodeellosaRachel.—Estupendaidea—afirmóNoahsonriendo.—Peroparaesonecesitoalmejorprofesionalqueexistay,bueno...,mehan
hablado de una empresa llamadaConstruccionesDeLuca, y quería saber quéopinastúdeellos.
Encantadoconaquelloqueledecía,Noahasintió.—Heoídoquesonmuybuenos.Sharondejóentonceslacervezayseacercóaél.—¿Cómodebuenos?—susurró.—Muy...muy buenos—respondióNoah paseando sus labios sobre los de
ella.Unbeso...,dos...,cinco.De nuevo, el deseo afloró entre ellos, y entonces Noah, jugándosela,
murmuró:—Sitúquieres,elcontratistateofrecesuhumildemoradaparaquevivascon
élmientrashacetuobra.Sharonnoesperabaoíreso.Durantetodasuvidahabíavividoúnicamenteen
casadesuspadres.Nuncahabíatenidolanecesidad,nielcapricho,devivirconnadie más, pero con Noah todo era diferente. Muy diferente. Sin embargo,conscientedeloqueibaaocurrir,murmuró:
—Me encantaría aceptar tu ofrecimiento, pero en el momento en quecomienceeldivorciodeStevenWhitakertodosevaasalirdemadre.Losé,loconozco,ynomegustaríaquepormiculpatú...
Nopudocontinuar.Noahlabesóy,cuandoelbesoacabó,indicó:—Niélninadienosvanaprivardenada.Tequiero.Mequieres.Yesetipo
estáfueradeestaconversación.Sharonsonrió.Oíresolellenabaelalmayelcorazónporquelahacíasaber
queaquelhombre,aquelobrero,comohabríadicholaidiotadesuamigaLucy,estabatancoladoporellacomoellaloestabaporél,ysonriendosusurró:
—¿Me quieres aun sabiendo que soy una adicta al trabajo y amis gustoscaros?
Noahsoltóunarisotada.—Bueno,quizátengamosquehablarrespectoaeso.Sharon sonrió.Y, deseosa de un nuevo comienzo en su vida en todos los
sentidos,sacóalaguerreraqueluchabaporloquesiemprehabíaqueridoenlaviday,enlacocina,lehizodenuevoelamor.
Capítulo62
Quienriendolahacellorandolopaga.YesofueloqueleocurrióaStevenWhitaker.Lanoticiadeldivorciolopillótotalmentefueradecobertura,puesnuncalo
habríaesperado.Depronto, laestupendavidaqueaquelsinvergüenzasehabíacreadoacostadesumujeryvendidoalaprensa,selederritiócomouncastillodemantequillaalsol,sumiéndolonosóloenlaruinaprofesional,sinotambiénenladesacreditaciónpersonal.
Como bien había dicho Winona, aquellos jueces influyentes y personasimportantesquetanamigossuyoseran,encuantovieronpeligrarsusvidasysustrabajos, se apartaron de su lado como alma que lleva el diablo. Incluso suhermanaGrace,abochornada,desapareciódesuvida.
Sin batallón y solo, Steven intentó luchar. Arremetió contra Sharon y supasado,contraHannibalysuhomosexualidad,contraSandyysunovioconserjeycontrasumujerysuineptitud.Perosuluchafueinfructuosa.Nopudocontraningunodeaquéllos,puesjuntoseranunbloqueinquebrantable.
Enmenosdedosmeses,Whitaker&Associatesquebró,sumatrimonioacabó,sushijoslodierondeladoysusamigosysuhermanaloolvidaron.Ycuandosusamantes en la prensa contaron sus intimidades, en las que no sólo habíanparticipado mujeres, Steven no soportó el ridículo y el rechazo social, y unamañana apareciómuerto por una sobredosis de barbitúricos en la cama de unhotel.
Lanoticia,sinembargo,noapenóanadie.StevenWhitakerhabíasidounamalapersonay,comodijosuhijoHannibaleldíadesufuneral,elcastigodeunculpableesquesuconciencialojuzgueynoloabsuelvajamás.
O,comodijoNorma,muertoelperro,seacabólarabia.
Epílogo
NuevaYork,unañodespués
Esesábado,NoahySharonorganizabanunadesusmultitudinariascomidasencasa.
Les encantaba reunir a sus seres queridos alrededor de una gran mesa ydisfrutarconellosdemomentosirrepetiblesyespeciales.
—¡Cariño—gritóSharon,queestabaenlaterraza—,llamanalapuerta!—¡Voy!—respondióNoahsaliendodelacocina.Cuandoésteacabólasobrasdelpisodelajoven,traslainsistenteinvitación
desuchica,Noahnolodudóysemudóavivirconella.Enaquellosmeses,surelaciónsehabíaafianzadodetalmaneraqueahoraa
ambos les resultaba imposible plantearse la vida sin estar al lado del otro.Y,aunque la madre de Noah y Gladys, de vez en cuando, les dejaban caer lapalabraboda,elloslaignoraban.Siestabanjuntoseraporquelosdosquerían,noporqueunospapelesasílodijeran.
Al abrir la puerta, Noah se encontró con Cristian, Susan y Alicia,acompañadosdealgunasdelasmujeresdelaasociación,comoJennyoCaty,y,trassaludarlo,éstedijo:
—Dejadlasbotellasenlacocina.—¿YSharon?—preguntóAlicia.Noahseñalóhacialaterraza,dondeaquéllahablabaporteléfono,eindicó:—Hablandoconunexpertoenbalísticapornoséquécaso.—¡CasoAranguren!—afirmóCristian.Él puso los ojos en blanco, y entonces aquéllos rieron y a sus espaldas se
oyó:—¿Sepuedesaberdequéosreís?Al ver a lamujer que iluminaba su vida todos los días,Noah sonrió y se
acercóaella.—Cenicienta...,meprometistequehoynotrabajarías.Sharonsonrió.Tras su recuperación, Sivon&Cardigan se había convertido de nuevo en el
bufetemásfuerteypoderoso,ynosólodeNuevaYork,y,mirándolo,murmurómientrasledabaunbeso:
—Erasólounallamadita.Trasesebeso,queél aceptóencantadoycon resignación,Sharonsaludóa
susamigos,yentrerisaslosacompañóalacocina,mientrasNoahlosseguíaconlamiradayseguardabaenelbolsillotraserodesupantalónvaqueroelteléfonomóvildesuchica.
Aquella luchadora incansable seguía siendouna trabajadoranatay, aunqueen alguna ocasión discutían por ello, Noah no podía ignorar que ella habíabajadoelritmo.Notodoloqueélhabríaquerido,perolohabíabajado.
Cuandoelgrupoentróen lacocina,Dawson,queestabaconGladysyconGina y la familia de Noah, saltó a los brazos de Cristian, que se apresuró abesuquearla.
Lapequeña,queeraeljuguetedetodos,pasójuntoacadaunodelosreciénllegados en busca de sus mimos, y cuando acabó en los brazos de Sharon,preguntó:
—Tía,¿puedotomarunpoquitodeheladodechocolate?Ella sonrió, y Rachel, que estaba junto a Britt preparando unos canapés,
respondió:—Cariño,despuésdecomertedaréhelado.—Jooooooooooo—protestólachiquilla.Sharon y Rachel semiraron y sonrieron con complicidad. Desde que esta
última se habíamudado a vivir al piso que Sharon le había regalado junto alsuyoenCentralPark, suvida, ladeDawson,LoganyBritthabíamejoradoalmil por mil. Y, aunque todo entre ellas estaba claro, Rachel no accedió acambiarsesusapellidos.EllaeraRachelLópez,ySharonasídebíaentenderlo.
Pese a ello, Sharon, necesitaba que su hermana tuviera lo que era suyo,
aunque no llevara su apellido, así que le regaló acciones de Sivon&Cardigan.Rachel las aceptó y, con las ganancias que obtuvo, además de poder sacaradelantea su familia, sedioel lujazodepensar enellaporprimeravezen suvidaymatricularseenlaFacultaddeMedicinaparaconseguirporfinsusueñodesermédico.
EltimbredelapuertavolvióasonaryseoyólavozdeNoah,quegritaba:—¡Yoabro!Todossonrieronaloírlo,mientrasLogan,queestabaconManuelhablando,
comentaba:—Créeme,elviernesquevienelovamosapasardelujoenelconciertode
AliciaKeys.Sharonha compradoentradaspara todosnosotrosy será todounacontecimiento.
—¡No lo dudo, muchacho! —afirmó el hombre divertido, consciente dequiéneralatalAlicia.
VeraLogantanbienytanrepuestoeraunabendición.Traseltrasplante,lasaluddelchicomejoróradicalmente.Deserunmuchachoenfermizodurantelosúltimosañosdesuvida,habíapasadoaserunjovenllenodevitalidadeilusiónporvivir,yenseguidasematriculóenuncursodediseñodezapatillasque,cómono,Sharonlebuscó.
Entre risas, continuaban preparando los canapés cuando la puerta de lacocina se abrió y aparecióNicole.Al ver a su chica,Britt sonrió feliz y, trasdarleunmaravillosobesoenloslabios,dijomirandoasuhermana:
—Rachel,cuéntaleaNicolelodelmedicamentoesequemehasdicho.Rachel se acercó entonces a la novia de su hermana para hablar con ella.
Sabíaquelamadredeaquéllapadecíaciertaenfermedadyhabíaoídohablardeunmedicamentoqueestabadandomuybuenosresultados.
Instantesdespués,lapuertadelacocinavolvióaabrirseyentraronHannibal,WinonayScott,ytodosgritaronaquellode:«¡Vivanlosnovios!».
Hacía escasamente un mes que Hannibal y Scott se habían casado yacababanderegresardesuviajedenoviosenHawáimorenitosyfelices.
El bullicio se intensificó en la cocina. Todos querían felicitar a los reciéncasados,yWinona,mirandoaSharon,abriólosbrazosypreguntóabrazándola:
—¿Cómoestás,cariño?Ella estrechó a la mujer con fuerza entre sus brazos; se había creado un
vínculomuyespecialentreellas,puesambassehabíanayudadomutuamenteenunmomentocomplicadodesusvidas.
—Bien—afirmó—.Trabajandomucho.—EsomehadichoNoah,hija—cuchicheóWinona—.Bajaelritmo.Al oírla, Sharon sonrió y, cogiendo una copa de vino que Manuel le
entregaba,declaró,mirandoaPipa,queyanoasustabaalamujer:—Noahesmuyexagerado.—¡¿Exagerado?!—protestóManuel.Sharonlomiróeindicóconcariño:—Ytú,chitón...,queerespeorqueunaportera.Winona yManuel se miraron, sonrieron y, felices, no dijeron más. ¿Para
qué?EneseinstantesonódenuevoeltimbreyvolvióaoírselavozdeNoah.SegundosdespuésseabriólapuertadelacocinayentraronCaseyyNorma,
quegritó:—¡Sorpresa!Sharon,alverallíasumejoramiga,corrióaabrazarlayabesuquearla,pero
finalmentetuvoquesoltarla,pueselrestotambiénqueríansaludarla.Normasehabía trasladadoaviviraLosÁngeles juntoalcomisarioCasey.
Habíasuperado lascomplicadaspruebasde losSWAT,quedandoen laoctavaposición,pordelantedemásdecientocuarentahombres,yconvirtiéndoseenlasegundamujereningresarenelcuerpodeélite.
¡EraunaSWAT!Sinembargo,elmayororgullodeSharoneraverlacentraday feliz juntoa
Casey, un hombre maravilloso que, además de amarla, la apoyaba en susproyectosyque,comoundíasuamigalehabíaconfesado,laqueríatalcomoeraynointentabacambiarla.
CuandoporfintodoelmundodejódebesuquearaNorma,éstabuscóconlamiradaaSharony,sonriendo,seacercóaellaycuchicheó:
—Tieneselcutisperfecto.AmbasreíanporaquellocuandoNoahentróenlacocina,ySharon,mientras
observabacómoélreíaporalgoquesuspadresdecían,musitó:—Quemarcaloríasconmidiezsehaconvertidoenelcentrodemivida.Nopudieron seguir hablando, puesGladys, deseosa de achuchar a su hija,
rápidamenteselarobóasuamiga.Mientras todos charlaban en la bonita y amplia cocina de Sharon, ella los
observabaemocionada.Allíestabasufamilia,laspersonasquenolahabíandejadosolaniaunenlos
malosmomentos,y,conmovida,seapoyóenlaencimera.Verlosatodosreír,hablarydivertirseeramaravilloso.Atrás habían quedado los momentos duros, los momentos complicados, y
ahoratocabadisfrutar.Porquesialgohabíaaprendidodelavidaeraque,igualqueteregalabalascosas,cuandoseleantojabatambiénpodíaquitártelas.
Emocionada, al sentir que los ojos se le llenaban de lágrimas, salió de lacocina con una copa de vino en lasmanos y se dirigió a la terraza del salónacompañada de su fiel Pipa. En silencio, salió fuera y, apoyándose en labarandilla,miróCentralPark.
Mientras disfrutaba de aquellas increíbles vistas, pensó en su padre. En lofeliz que debía de estar observándolos desde el cielo, y, conmovida, recordóalgo.RecordóaquelloqueBranonlecontóundíaacercadequeelproyectodelavidadesuabuelohabíasidocazaruntigreblanco,yqueelproyectodelavidadesupadrefueserpadre.Esolahizosonreír.
Segúnél,elproyectode lavidadecadaserhumanoeraaquelloqueenunmomentodadocadacualansiabacontodasualma.
Conmovidaalpensarenello,Sharonentródenuevoenelsalón.Seacercóala chimenea, sobre la que había fotos de todos aquéllos a los que quería, y,clavando la mirada en aquel retrato de dos niñas sonrientes con orejitas deconejo,murmuróseguradeloquedecía:
—Túeraselproyectodemivida.Undulcebesoenelcuellolahizosonreír,ymáscuandooyó:—Cenicienta,¿quéhacesaquítansolita?Sharoncerrólosojos.Supadrehabíaolvidadodecirlequelavidaestaballenadeproyectos,yasu
espaldaellateníaunomás.Asípues,encantadaporelamoryelcariñoqueaquelhombre le entregabaadiario sinpedirnadaa cambio, iba a responder cuandonotóquealgovibrabaenelbolsillotraserodeaquélysonrió.
Unavezmás,Noahlehabíaquitadosuteléfonosinqueellasedieracuentay,mirándolo,extendiólamanoy,conesegesto,sindecirnada,selopidió.
Élsuspiró,lucharcontraellaeraimposible,y,entregándoselo,cuchicheó:—Essábadoytequieroparamí.Oíresolahizosonreír.Loadoraba.Noah tenía razón: era sábado,y todopodía esperar excepto él.Por loque,
cuandocogióde sumanoel teléfono,quevibraba sindescanso, lo apagóy lodejósobrelarepisadelachimenea.
—Todatuya,cariño—afirmóantesdebesarlo.Noah, el amor de su vida, se merecía aquello y más, porque gracias a él
Sharonhabíaaprendidotrescosasesenciales.Laprimera,queéléxitonoeralabasedelafelicidad,sinoquelafelicidad
eralabasedeléxito.La segunda, que aunque el amor pudiera parecer unamisión imposible en
ciertosmomentos,sieraamorverdadero,habíaquebuscarnuevoscaminosparallegaraél.
Ylatercera,ymásimportante,queella,SharonSivon,noeraunamujerquenecesitara un hombre, sino la mujer que un hombre como Noah De Lucanecesitaba.
Referenciasalascanciones
– IndependentWomen, SonyMusic Entertainment, interpretada por Destiny’sChild.
–Never Let Me Go, Sony Music Entertainment Inc., interpretada por LutherVandross.
–Oh,PrettyWoman,OrbisonRecordsInc.,interpretadaporRoyOrbison.–LoveonTop,ColumbiaRecords,interpretadaporBeyoncé.–WhataboutUs,SonyMusic,interpretadaporPink.–Fallin’,JRecords,interpretadaporAliciaKeys.–IfIAin’tGotYou,JRecords,interpretadaporAliciaKeys.–Yhuboalguien,UniversalMusicLatino,interpretadaporMarcAnthony.–Nomeconoces,UniversalMusicandVideoDistribution,Corp., interpretada
porMarcAnthony.–Recuérdame,WaltDisneyRecords/Pixar,interpretadaporCarlosRivera.–Havana,SmiEpc(SonyMusic),interpretadaporCamilaCabello.–Galway Girl, Asylum Records UK, a division of Atlantic Records UK, a
WarnerMusicGroupcompany,interpretadaporEdSheeran.–Piùbellacosa,SonyMusicEntertainment,interpretadaporErosRamazzotti.–Perfect,AsylumRecordsUK, a division ofAtlanticRecordsUK, aWarner
MusicGroupcompany,interpretadaporEdSheeran.–Switch,UniversalImport,interpretadaporWillSmith.–AllIAsk,XLRecordingsLimited,interpretadaporBrunoMars.– Sign of the Times, Erskine Records Limited, under exclusive license to
Columbia Records, a Division of Sony Music Entertainment, interpretadaporHarryStyles.
–Malibu,RCARecords,adivisionofSonyMusicEntertainment, interpretadaporMileyCyrus.
MeganMaxwell es una reconocida y prolífica escritora delgénero romántico que vive en un precioso pueblecito deMadrid.Demadreespañolaypadreamericano,hapublicadomás de treinta novelas, además de cuentos y relatos enantologías colectivas. En 2010 fue ganadora del PremioInternacional Seseña deNovelaRomántica, en 2010, 2011,2012y2013recibióelPremioDamadeClubromantica.com.En 2013 recibió también elAURA, galardón que otorga el
Encuentro Yo Leo RA (Romántica Adulta) y en 2017 resultó ganadora delPremioLetrasdelMediterráneoenelapartadodenovelaromántica.
Pídemeloquequieras,sudebutenelgéneroerótico, fuepremiadaconlasTresplumasalamejornovelaeróticaqueotorgaelPremioPasiónporlanovelaromántica.
Encontrarásmásinformaciónsobrelaautoraysuobraen:
<www.megan-maxwell.com>.
ElproyectodemividaMeganMaxwell
Nosepermitelareproduccióntotaloparcialdeestelibro,nisuincorporaciónaunsistemainformático,nisutransmisiónencualquierformaoporcualquiermedio,seaésteelectrónico,mecánico,porfotocopia,porgrabaciónuotrosmétodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccióndelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(Art.270ysiguientesdelCódigoPenal)
DiríjaseaCEDRO(CentroEspañoldeDerechosReprográficos)sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCEDROatravésdelawebwww.conlicencia.comoporteléfonoenel917021970/932720447
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©MeganMaxwell,2018
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ISBN:978-84-08-19270-1(epub)
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