6- estructuras de drenaje. - unal.edu.co
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6- ESTRUCTURAS DE DRENAJE.
6.1 Criterios para identificar las modificaciones en el drenaje por la presencia de proyectos de ingeniería.
En los proyectos de ingeniería es de vital importancia reconocer la red del drenaje natural para establecer los cambios inducidos por la presencia del proyecto; las observaciones incluyen las áreas tributarias y los caudales que tributan al proyecto por taludes y laderas, el incremento o retiro de
áreas tributarias, el cambio de uso del suelo, la reducción de los tiempos de concentración y los caudales por el sub-drenaje. Otros cambios significativos se presentan cuando se intervienen las pendientes de laderas o las curvas de los cauces naturales. En los cauces se alteran las áreas tributarias y se modifican las pendientes o la resistencia del lecho a la socavación.
El diseño apropiado de las estructuras hidráulicas que atienden las aguas de escorrentía y el control de los cauces torrenciales, depende del detalle de la investigación de campo. Un adecuado levantamiento topográfico y los recorridos de campo para verificar el estado de los drenajes y el uso del suelo son indispensables; sin embargo la localización definitiva de las estructuras es realizada durante la construcción, atendiendo las observaciones directas en el terreno.
Los drenajes intervenidos por un proyecto pueden sufrir diversas modificaciones:
a. Los taludes de corte interceptan las líneas de corriente de las aguas de escorrentía y estimulan el acceso por la corona, con ganancia de energía, incrementando el riesgo por erosión.
b. La presencia de las estructuras hidráulicas concentran las aguas de escorrentía y disminuyen los tiempos de concentración, incrementando los caudales pico durante los aguaceros.
c. Se puede colgar el lecho del drenaje por la excavación de un talud nuevo.
d. Los drenajes aguas abajo del proyecto, sufren cambios por incremento de caudales y sedimentos al incorporar nuevas áreas tributarias.
e. Sobre otros drenajes ocurre la disminución de sus áreas tributarias o el retiro de manantiales que lo alimentan en forma permanente.
Estas y otras situaciones se deben incluir en los inventarios sobre las modificaciones que sufre el patrón de drenaje natural, con el fin de
plantear las obras y labores necesarias para disminuir los impactos negativos y conservar los drenajes naturales estables bajo las nuevas condiciones generadas por el proyecto.
El diagnóstico sobre las variaciones de los drenajes naturales parte del
inventario de la red de drenaje sin las intervenciones y con ellas, y su finalidad es identificar los drenajes que no sufren alteraciones, aquellos con modificaciones poco significativas y un grupo de drenajes con variaciones severas que requieren análisis detallados para plantear las soluciones de manejo. El diagnóstico permite la economía del proyecto y los manejos ambientales oportunos; los
Figura 6.1 El tratamiento de una ladera con taludes separados por canales que permiten el ordenamiento de las aguas de escorrentía y freáticas. (Fotografía Carlos E. Escobar P.)
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diseños son acordes con las variaciones, lográndose soluciones en los sitios que las ameritan y el manejo de las aguas en forma oportuna, evitando problemas en labores de explanación, perfilado de taludes, construcción de terraplenes o durante el establecimiento de la vegetación.
6.2 Estructuras hidráulicas para el manejo de aguas.
El drenaje en los proyectos comprende varios matices que han de ser tratados separadamente. Unos se refieren al control de las aguas subterráneas que afectan de un modo u otro el proyecto
llegando a él por infiltración; el manejo de estas se logra mediante obras de subdrenaje como drenes en zanja, trincheras filtrantes o drenes horizontales.
El control de las aguas de escorrentía se logra mediante la construcción de estructuras de drenaje como canales, alcantarillas o cunetas, entre otras; y el control de los procesos de erosión en los cauces torrenciales de quebradas o ríos es realizado con el establecimiento de canales o estructuras de corrección como diques, jarillones, defensas laterales o espolones.
La ubicación oportuna de las estructuras hidráulicas son el soporte de las soluciones de estabilidad y el control de erosión de taludes y laderas y de la corrección de cauces torrenciales; su omisión representa en casi todos los casos la destrucción de las obras existentes. Las obras hidráulicas constituyen en sí mismas una garantía de la estabilidad de los tratamientos. Se hará una descripción de las más comunes utilizadas para el manejo de aguas en las prácticas de geotecnia cuando se realizan tratamientos de laderas, taludes y drenajes.
6.2.1 Estructuras de captación de aguas
Cuando la intensidad de la precipitación es mayor que la infiltración básica se presenta la escorrentía. Esta se debe manejar cuando el escurrimiento causa la erosión, activa movimientos en masa, satura suelos que reposan en estratos impermeables susceptibles a deslizarse o en áreas donde se debe impedir la infiltración. En todos estos casos se debe dotar las áreas con estructuras
hidráulicas encargadas de interceptar las aguas de escorrentía.
1. Las estructuras de captación son empleadas además para ordenar las aguas de los sub-
drenajes, conduciéndolas en armonía hasta los colectores. Las más utilizadas para manejo de
aguas en pendientes son:
a. Pavimentos
Cuando se confina entre sardineles o se dota de cunetas se convierte en un canal abierto eficiente para el manejo de las aguas de escorrentía. El pavimento se construye con pendientes transversales desde el eje de la vía hacia los bordes para orientar los flujos hacia los costados y hacia las obras de arte o los sumideros, los cuales se acostumbran localizar en los lugares donde concurren los drenajes naturales. En vías normales de dos carriles de circulación y tramos rectos es común que el bombeo se disponga con un 2% de pendiente desde el eje de la vía hasta el borde
correspondiente. Los pavimentos y las zanjas de corona son las estructuras que garantizan la captación y conducción de las aguas de escorrentía.
b. Zanjas y canales de corona
Se construyen con el fin de interceptar la escorrentía que llega a un área, la cual debe protegerse. Se localizan en los límites de áreas construidas o de cultivos en zonas montañosas, donde la escorrentía está notoriamente incrementada por la impermeabilización de áreas o el cambio del uso del suelo. Por lo general tienen secciones mayores a los canales que se construyen en un tratamiento a media ladera.
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c. Cunetas
Las cunetas se construyen generalmente en sitios donde se ha efectuado un banqueo de tamaño apreciable, como vías. La Figura 6.2 presenta la sección de dos cunetas típicas; la tabla 6.1 presenta la capacidad de las cunetas típicas diseñadas para diferentes pendientes.
Tabla 6.1 Capacidad de cunetas
PENDIENTE CAUDAL CUNETA (Lts/seg.)
% Peatonal Vehicular
2 69.7 75.5 3 85.3 92.5 4 98.5 106.8 5 110.2 119.4 6 120.7 130.8
7 130.3 141.3 8 139.3 151.0
Figura 6.2.a. Sección típica para cuneta vehicular
Figura 6.2 b. Sección típica de cuneta peatonal
d. Zanjas colectoras
Las zanjas colectoras son canales localizados a media ladera, separados una distancia tal que impida la formación de corrientes de agua que erosionen el talud a proteger. Es común ubicarlas con una separación vertical entre 3 y 8 metros. Su dirección debe ser tal que descarguen las aguas en canales colectores, cuando se trata de zonas de tratamientos de taludes o cuando no se tenga un cauce natural definido y estable. La pendiente de la estructura debe garantizar el arrastre de sedimentos de suelo, hojas y ramas. Se recomiendan pendientes entre 4% y 8%.
La Figura 6.3 presenta una sección típica de zanjas colectoras utilizadas en tratamientos de taludes y la tabla 6.2 presenta el formato de cálculo para dimensionar una zanja colectora.
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Cuando por el talud atraviesa un drenaje natural estable, se dirige el sistema de zanjas colectoras hacia él. Las zanjas colectoras se acostumbran acompañar con una berma que permita el tránsito de una persona con la herramienta adecuada para realizar el mantenimiento necesario. Así mismo,
el ancho del fondo de la zanja debe permitir introducir una pala; en lo posible debe ser mayor de 25 centímetros. La capacidad y la velocidad del flujo en una zanja colectora es función de la sección hidráulica y de la pendiente. El cálculo de la sección se soporta en la fórmula de Manning.
e.
e. Acequias de ladera.
Cuando se proyecta recuperar laderas de pendientes fuertes y prolongadas, desprovistas de vegetación, la protección con vegetación es apoyada en el control que se ejerce sobre las aguas de escorrentía a lo largo de la ladera.
Esta actividad se logra con la instalación de acequias a media ladera. La figura 6.4 presenta la sección típica de una acequia a media ladera.
Las acequias son estructuras económicas, de fácil construcción. Por lo general son complementadas con estructuras menores como trinchos o barreras vivas. Se prefieren secciones semicirculares por facilidad de
Figura 6.4 Acequia de ladera.
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construcción, economía y eficiencia hidráulica. En laderas de pendientes fuertes van siempre revestidas en concreto con espesor de 5 cm. Las acequias se entregan a canales colectores o a cauces naturales estables.
Las pendientes de la acequia debe permitir el arrastre de sedimentos por el flujo; el espaciamiento o intervalo entre acequias varía con la pendiente de la ladera y con el tipo de cobertura a emplear.
Tabla 6.3 Caudales y velocidades para acequia de sección circular.
Diámetro 0,35 m Ángulo Área Perímetro R Y V
Perímetro mojado 0,55 m m2m m m/seg m3/seg LPS
Área 0,05 m2 180,00 0,05 0,55 0,09 0,18 4,45 0,21 214,16
Altura del agua (y) 0,200 m 160,00 0,04 0,49 0,08 0,14 4,08 0,15 153,12
Pendiente (s) 10% 135,00 0,03 0,41 0,06 0,11 3,51 0,09 88,62
Manning (n) 0,014 90,00 0,01 0,27 0,03 0,05 2,27 0,02 19,81
Espesor del canal (e) 0,05 50,00 0,00 0,15 0,01 0,02 1,10 0,00 1,79
CAUDAL
Calculo de la capacidad de una acequia
6.2.2 Consideraciones adicionales en el diseño de canales de corona y a media ladera
Las obras hidráulicas menores de corona y a media ladera son diseñadas para captar y conducir
aguas de escorrentía en armonía hacia los drenajes, canales colectores o cauces naturales estables.
A partir de los registros hidrológicos, el uso del suelo, el relieve, la extensión del área tributaria y utilizando la formula racional se estiman los caudales de las aguas de escorrentía; se elige la sección de la estructura hidráulica, la cual se dimensiona utilizando la fórmula de Manning. La sección calculada es ampliada con el fin de reducir el riesgo por desbordamiento ocasionado por obstrucciones y para facilitar las labores de mantenimiento. La fórmula de Manning permite verificar las velocidades del flujo suficientes para garantizar el arrastre de sedimentos, sin llagar a desbordamientos o a la erosión de la estructura.
Las secciones más eficientes son: semicircular, triangular, trapezoidal, rectangular y parabólica. Las obras hidráulicas emplazadas en zonas protegidas con vegetación requieren secciones mayores a su capacidad de tal forma que permitan la acumulación de sedimentos orgánicos sin ocasionar desbordamientos prematuros. El incremento de la pendiente longitudinal de la estructura, el establecimiento de barreras vivas paralelas, encargadas de filtrar residuos orgánicos y la elección de secciones eficientes que conservan la velocidad del flujo, son alternativas que garantizan estructuras eficientes que disminuyen los costos de mantenimiento.
En zonas de movimientos lentos no son recomendables las estructuras hidráulicas de secciones rígidas de concreto reforzado, porque los movimientos comprometen módulos completos entre juntas, y es difícil y costosa su reparación por los inconvenientes en la demolición y reconstrucción. Las estructuras dotadas con espesor mínimos de concreto, pendientes moderadas y secciones eficientes que imprimen velocidad al flujo son las más recomendadas por tener mejor comportamiento frente a los movimientos del terreno.
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Figura 6.6 El canal de rápidas con tapa integra los canales menores y conduce las aguas hasta el pie de la ladera. (Fotografía
Carlos E Escobar P.)
Figura 6.5 Zanja en concreto. Estructura provisional para controlar la erosión en el talud del terraplén. La cobertura vegetal filtra sedimentos y evita la colmatación de la zanja. (Carlos E Escobar P.)
Las zanjas de sección semicircular y mínimo espesor de concreto cumplen estas solicitudes y frente al movimiento del terreno, el daño es menor, la estructura se acomoda fácilmente a las irregularidades del terreno, destruyéndose en los sitios de mayor movimiento, pero con la ventaja de exigir reparaciones sencillas y rápidas. Otra alternativa son los canales en geotextil no tejido impregnado con asfalto.
Los taludes nuevos de terraplenes, rellenos de materiales sobrantes de excavación o depósitos de ladera, son conformados por suelos erosionables y es necesario construir obras hidráulicas provisionales para controlar la energía del agua. Los riesgos por asentamiento diferencial inducido por consolidación o por compactación del suelo, la presencia de sedimentos, la socavación rápida y la erosión por el desbordamiento de una estructura
hidráulica se deben considerar en el diseño.
Los canales y bermas instalados en zonas de rellenos deben contar con pendientes suficientes que garanticen la estabilidad de las estructuras frente a posibles asentamientos diferenciales; su flexibilidad deberá atender, con eficiencia los movimientos diferenciales, sin sufrir daños, además de permitir las actividades de mantenimiento. El control de los sedimentos se logra con el establecimiento de vegetación de crecimiento rápido y follaje denso.
Las acequias o canales a media ladera no son estructuras que mejoran la estabilidad de un talud por los esfuerzos resistentes que puedan aportar al suelo, sino por el control efectivo sobre las aguas de escorrentía.
6.3 Estructuras de bajada.
Las aguas se deben disponer disipadas en cauces o quebradas donde no generen socavación. Las entregas indiscriminadas en una ladera, suelen ser la causa de procesos erosivos severos. Por esta razón se recomienda que en todos los casos se logre una conducción de aguas eficiente y segura.
Las estructuras de bajada tienen como finalidad proteger los suelos de las vaguadas y los lechos de los cauces naturales de la erosión lineal ocasionada por las aguas de escorrentía concentradas. La ausencia o el desbordamiento de una estructura son las causas de daños graves o de su destrucción y el avance rápido de un proceso erosivo severo, comprometiendo, en el corto tiempo nuevas áreas.
Generalmente se establecen por líneas de drenaje o cauces permanentes. También se construyen en las laderas para captar las aguas de escorrentía que bajan por la pendiente.
6.3.1 Estructuras utilizadas como obras de bajada
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Dependiendo de las condiciones del terreno, las pendientes y la estabilidad del lecho se acostumbran las siguientes:
a. Canal en piedra en seco.
Se utiliza para proteger tramos de cauces de pendiente baja. En la granulometría de los bloques utilizados en el canal deben predominar tamaños que difícilmente pueden ser removidos por los
caudales de creciente. Estos canales se complementan vegetación herbácea, dotada de raíces fibrosas, sembrada en las juntas de las piedras. Él conjunto piedra vegetación son elementos disipadores de la energía del agua y a la vez mitigan el impacto ambiental. Estos canales se recomiendan en los descoles de estructuras y las
piedras se confinan con estacas vivas de arbustos.
b. Canal en piedra pegada.
Se utiliza en tramos de lechos conformados por suelos erodables, como el caso de cenizas volcánicas, suelos saprolíticos, suelos granulares o suelos limo-arenosos. Recomendado para cauces de pendientes bajas la figura 6.7 presenta la canalización de un tramo de una quebrada de características torrenciales.
c. Canales en gaviones.
Se utilizan de sección rectangular o trapezoidal; pueden ser lisos o escalonados. Se recomiendan para atender áreas con problemas de cimentación o en tramos donde se presentan movimientos lentos de suelo. Su peso, la permeabilidad a través del cuerpo del gavión, además de la tolerancia a las deformaciones y su composición en canastas lo hacen flexible y de fácil reparación. La sección interior se reviste en concreto con el fin de evitar fugas de agua, para mejorar la eficiencia hidráulica y prolongar su vida útil.
d. Canal revestido en concreto.
Los canales en concreto simple se utilizan para conducir las aguas de escorrentía en drenajes o laderas de pendiente suave. Se utilizan para proteger los tramos iniciales de un drenaje.
e. Canal en concreto reforzado.
Se utiliza para revestir cauces o líneas de drenaje con caudales medios y en estructuras localizadas en pendientes fuertes donde se requiere del manejo de aguas a través de laderas o cauces escarpados.
El tratamiento con canales se debe limitar a los sitios donde sea estrictamente necesario, como en el caso zonas pobladas, en entregas de alcantarillas o en tramos de cauces inestables. Esto, porque son muy costosos y reducen los tiempos de concentración.
Canal con pantallas deflectoras.
Son canales de disipación de energía que atienden caudales en laderas o cauces que estén dentro de un rango entre 10 y 50% de pendiente. Estas estructuras permiten cambios de dirección y de pendiente dentro de los rangos establecidos. El dimensionado de la estructura parte de la determinación del caudal a atender. Con este se calcula el ancho de la estructura con el apoyo de
Figura 6.7 Canal en piedra ligada con concreto. (Carlos E. Escobar P.)
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las siguientes fórmulas, desarrolladas en el laboratorio de Hidráulica de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales.
En donde
b: Ancho del canal,
QD: Caudal de diseño
Vprom: Velocidad del flujo en el canal.
Figura 6.8 Planos de un canal con pantallas deflectoras.
Canal de rápidas con tapa.
Son canales que disipan la energía del agua en laderas y cauces con pendientes mayores a 50%. Estas estructuras permiten cambios de dirección y de pendiente dentro de los rangos establecidos. El dimensionado de la estructura se logra a partir de la determinación del caudal a atender, y con la
52
905,0 DQb 51
376,4 Dprom Qv
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fórmula se calcula el ancho del canal. Las fórmulas fueron desarrolladas en el laboratorio de Hidráulica de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales.
En donde:
a: es función de Qp
a: ancho del canal (m)
Qp: Caudal a atender (m3/seg)
Vrap: Velocidad del flujo en la rápida en función de Qp
Vrap: velocidad (m/seg)
Vprom: Velocidad promedio en función de Qp
4,0
31079,41,0
pQa
2,0
31079,401,3
p
rap
Qv
2,0
31079,460,1
p
prom
Qv
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Figura 6.9 Planos de un canal de rápidas con tapa.
6.3.2 Consideraciones en el diseño de canales
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Un procedimiento lógico para el diseño de canales comprende los siguientes pasos:
a. Trazado geométrico. La determinación de trazado geométrico, tanto en planta como en perfil, incluye la ejecución de un buen levantamiento topográfico del sector a canalizar. Sobre el plano de un levantamiento topográfico, con curvas de nivel, se traza la línea del eje del canal, de la misma forma que se traza el eje de una vía. Se debe procurar que las curvas del canal sean lo más amplias posibles para evitar cambios bruscos del régimen hidráulico.
El perfil del canal depende de dos factores: la topografía del terreno y los parámetros del diseño
hidráulico (velocidad, altura de lámina, etc.); por ello, el perfil propuesto inicialmente en la primera etapa, seguramente será modificado en el proceso de diseño hidráulico.
b. Cálculo de los caudales. Generalmente las áreas tributarias hacia una canalización serán inferiores a las 25 hectáreas, límite para la utilización de fórmula racional. Para determinar caudales tributarios de áreas mayores, se han desarrollado métodos que requieren un alto conocimiento de las condiciones meteorológicas de la zona (hidrograma unitario, escurrimiento superficial, modificado, etc.).
c. Diseño estructural. Los espesores y el refuerzo de las estructuras que lo requieran, varían ostensiblemente con la sección transversal del canal, la calidad geomecánica del suelo y la profundidad del relleno, este último para el caso de los box culvert.
Las canalizaciones realizadas con muros longitudinales y elementos de control de fondo o enrocados de fondo, se dimensionan a partir de la necesidad de sección hidráulica que atienda los caudales de crecientes y el cálculo estático de los muros de confinamiento por gravedad. En los diseños hidráulicos es necesario determinar las profundidades de socavación para cimentar las estructuras en cotas por debajo de estas profundidades.
6.3.3 Aspectos de construcción
Los canales son las estructuras utilizadas para la captación y conducción de las aguas de
escorrentía de una ladera o una cuenca y las aguas subterráneas de trincheras o drenes horizontales. Muchos problemas relacionados con daños a las estructuras, en épocas de lluvias, obedecen a la secuencia de construcción, donde no se tiene en cuenta el manejo de las aguas por desvíos provisionales. No se puede olvidar que la concentración de caudales es causa de desbordamientos, principalmente durante aguaceros fuertes y ocasionan problemas graves, difíciles de manejar por su rápida evolución.
La construcción de las canalizaciones se inicia en sus entregas, se realizan los desvíos para hacer el control de las aguas de escorrentía durante lluvias. Cuando la línea del drenaje principal receptora de los canales a media ladera, es inestable o sus suelos son erodables es necesario hacer protección con estructura provisionales en madera, geotextiles geomembranas o plásticos de conexión de canales y acequias existentes.
Cuando un canal a media ladera no se puede conectar a un drenaje estable o a un canal y se tienen que atender los caudales generados por un aguacero, la solución para evitar problemas por desbordamiento es hacer tapones sucesivos en tierra, con el fin de programar desvíos sucesivos de caudales a lo largo de la estructura.
6.4 Alcantarillas
Son estructuras empleadas en la conducción de aguas desde laderas o cuencas superiores de una vía, hacia las inferiores. Las alcantarillas pueden ser en concreto simple o reforzado, en tuberías de acero, PVC o alcantarillas de cajón en concreto reforzado. Estas estructuras están dotadas de un encole encargado de reunir las aguas de escorrentía y freáticas en el inicio de la alcantarilla, y
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puede ser una caja o poceta, o aletas y enrocado de fondo, y el descole o descarga de la alcantarilla son por lo general aletas y enrocado de fondo o un canal cuando se trata de una ladera.
Una alcantarilla se puede sedimentar en el encole, cuando el caudal de sólidos es alto y la corriente sufre pérdida de energía hasta depositar los sólidos. El descole corre riesgo por socavación cuando éste no está protegido, o la entrega se realiza a media ladera o sobre suelos erodables, casos donde se recomienda la construcción de canales de descole para conducir y disponer las aguas en sitios seguros.
La localización de una alcantarillas requiere la revisión de los siguientes detalles: que coincida en lo posible con un drenaje natural, si no es posible se dota de estructuras que permitan en acceso de las aguas, se deben disminuir las turbulencias del flujo, la velocidad interior debe ser igual o mayor a la velocidad de la corriente en condiciones naturales e inferior a la velocidad límite erosionable que soporta el material de la tubería.
Las alcantarillas se ajustan a las condiciones topográficas e hidráulicas haciendo de cada diseño un caso particular. Las características topográficas de nuestras montañas forman cuencas con áreas y caudales relativamente reducidos dando como resultado tuberías de diámetros reducidos; sin embargo, no es recomendable diseñar alcantarillas de vías con diámetros inferiores a 90 cm, ya que la tubería debe permitir el paso de palos, piedras y residuos vegetales.
Además de la capacidad de la conducción, es conveniente verificar las velocidades del flujo necesarias para transportar sólidos en suspensión, debiéndose prever las condiciones mínimas razonables para evitar sedimentación. Las alcantarillas se diseñan como escurrimiento con superficie libre.
6.4.1. Rugosidad en las tuberías
Para el diseño se adoptan preferiblemente los coeficientes de rugosidad de Manning para conductos cerrados a tubo lleno, o en caso de secciones semejantes de acuerdo con la tabla 6.4.
Tabla 6.4 Coeficiente de rugosidad en tuberías de varios materiales.
MATERIAL MANNING
n
Tubos de concreto simple prefabricados 0,014 Tubos de concreto reforzado prefabricados 0,013 Tubos de gres de resistencia normal 0,014
Tubos de Asbesto-cemento 0,012 Canales revestidos en concreto 0,014 Mortero 0,013 Concreto bien acabado 0,013 Concreto con acabado deficiente 0,015 Sin acabado 0,017
6.4.2 Consideraciones geotécnicas en torno al diseño de alcantarillas.
Las alcantarillas son estructuras transversales al eje de una vía, su función es conducir las aguas de escorrentía o de drenajes hacia la parte baja de un proyecto. Una de las dificultades de la estabilidad de la alcantarilla se refiere a las presiones a que está sometida la estructura por los rellenos o terraplenes. Estas estructuras en tierra generan problemas durante la construcción por las dificultades de compactación en la vecindad de la tubería, o presiones que se deben manejar disponiendo materiales que permitan presiones homogéneas y se controlen las deformaciones que no pueden soportar las tuberías como en el caso de concreto reforzado, acero o tuberías en PVC. En estos casos se recomienda construir la cimentación, los laterales y la clave del tubo en material
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granular bien compactado que distribuya los esfuerzos de confinamiento, controlando las deformaciones de la tubería.
6.4.3 Dimensionado hidráulico.
El diseño hidráulico de las alcantarillas incluye la verificación de la capacidad de la tubería para atender un caudal, en una pendiente determinados. En vías, por exigencias normativas, se recomiendan diámetros mayores de 90 cm. Las alcantarillas se diseñan con un porcentaje de su
capacidad máxima, o atuvo lleno, principalmente en los casos de tener pendientes bajas. Las fórmulas adoptadas para el cálculo son las siguientes.
sRn
V 321
En donde: V: Velocidad del flujo R: radio hidráulico
s: pendiente en tanto por uno. n: Coeficiente de rugosidad de Manning.
Después de determinada la velocidad de la corriente, se verifica la capacidad de la tubería por medio de la ecuación de continuidad del flujo:
AVQ
En donde: Q: caudal V: Velocidad del flujo
A: Área de la sección hidráulica.
Los cálculos se realizan para tubería llena y se procede a determinar las condiciones del flujo en tuberías parcialmente llenas por medio de las relaciones hidráulicas de los conductos.
Para caudales altos se debe tener la precaución de construir una estructura de disipación a la salida de la alcantarilla. Se debe tener especial cuidado con la calidad del apoyo y del relleno de la zanja, pues de ellos depende en gran medida la vida útil de la tubería y la estabilidad de una estructura como una vía.
6.4.4 Relaciones hidráulicas de los conductos
La tabla 6.7 presenta las relaciones que permiten determinar la altura de la lámina, la velocidad del flujo y el porcentaje de tubo utilizado para un caudal determinado, menor que el correspondiente a tubo lleno en tuberías con una pendiente predeterminada. Es de gran apoyo para verificar las velocidades y compararlas con las máximas y mínimas recomendadas.
Tabla 6.7 Relaciones hidráulicas en conductos circulares. Coeficiente de rugosidad (n) variable
Q/Qo h/D V/Vo d/D Q/Qo h/D V/Vo d/D Q/Qo h/D V/Vo d/D
0.00 0.000 0.000 0.000 0.35 0.365 0.775 0.465 0.70 0.635 0.950 0.695 0.01 0.045 0.279 0.070 0.36 0.370 0.780 0.470 0.71 0.645 0.955 0.700
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0.02 0.067 0.340 0.100 0.37 0.375 0.785 0.475 0.72 0.655 0.960 0.710 0.03 0.082 0.376 0.115 0.38 0.380 0.790 0.485 0.73 0.665 0.962 0.715 0.04 0.100 0.415 0.150 0.39 0.385 0.795 0.490 0.74 0.675 0.965 0.720
0.05 0.111 0.437 0.170 0.40 0.390 0.800 0.500 0.75 0.685 0.970 0.730
0.06 0.122 0.458 0.180 0.41 0.400 0.810 0.505 0.76 0.695 0.975 0.735 0.07 0.133 0.478 0.195 0.42 0.407 0.815 0.515 0.77 0.705 0.977 0.740 0.08 0.145 0.499 0.210 0.43 0.414 0.820 0.520 0.78 0.720 0.980 0.745 0.09 0.156 0.517 0.225 0.44 0.420 0.825 0.525 0.79 0.730 0.982 0.752 0.10 0.166 0.533 0.235 0.45 0.430 0.830 0.530 0.80 0.740 0.985 0.760
0.11 0.174 0.545 0.247 0.46 0.438 0.835 0.540 0.81 0.750 0.990 0.765 0.12 0.184 0.560 0.260 0.47 0.444 0.840 0.545 0.82 0.765 0.992 0.770 0.13 0.193 0.573 0.273 0.48 0.450 0.845 0.555 0.83 0.785 1.000 0.780 0.14 0.204 0.589 0.285 0.49 0.457 0.850 0.560 0.84 0.795 1.000 0.785
0.15 0.212 0.600 0.294 0.50 0.463 0.855 0.565 0.85 0.810 1.002 0.790 0.16 0.221 0.612 0.300 0.51 0.469 0.860 0.570 0.86 0.825 1.005 0.798 0.17 0.230 0.624 0.315 0.52 0.481 0.870 0.580 0.87 0.840 1.008 0.805 0.18 0.237 0.633 0.325 0.53 0.488 0.875 0.585 0.88 0.860 1.010 0.810
0.19 0.246 0.644 0.335 0.54 0.495 0.880 0.595 0.89 0.880 1.015 0.820
0.20 0.253 0.653 0.345 0.55 0.505 0.885 0.600 0.90 0.895 1.018 0.825 0.21 0.262 0.664 0.353 0.56 0.511 0.890 0.605 0.91 0.915 1.020 0.830 0.22 0.270 0.674 0.360 0.57 0.519 0.895 0.610 0.92 0.940 1.025 0.838 0.23 0.277 0.682 0.370 0.58 0.525 0.900 0.620 0.93 0.975 1.028 0.845
0.24 0.285 0.691 0.380 0.59 0.538 0.905 0.625 0.94 0.990 1.030 0.850 0.25 0.292 0.699 0.386 0.60 0.545 0.907 0.630 0.95 1.030 1.035 0.869 0.26 0.300 0.708 0.396 0.61 0.550 0.910 0.635 0.96 1.050 1.035 0.865 0.27 0.308 0.717 0.405 0.62 0.558 0.915 0.645 0.97 1.100 1.040 0.875
0.28 0.312 0.721 0.410 0.63 0.566 0.920 0.650 0.98 1.130 1.045 0.885 0.29 0.320 0.730 0.420 0.64 0.575 0.925 0.657 0.99 1.190 1.047 0.895 0.30 0.330 0.740 0.430 0.65 0.585 0.930 0.662 1.00 1.230 1.050 0.900 0.31 0.335 0.745 0.435 0.66 0.595 0.935 0.670 1.01 1.280 1.052 0.910
0.32 0.340 0.750 0.440 0.67 0.600 0.937 0.675 1.02 1.35 1.053 0.925 0.33 0.350 0.760 0.450 0.68 0.610 0.940 0.682 1.03 1.400 1.053 0.935 0.34 0.360 0.770 0.460 0.69 0.625 0.945 0.690 1.04 1.480 1.054 0.936
6.4.5 Velocidad máxima
Teniendo en cuenta los materiales de los tubos, se recomiendan como velocidades máximas a lo largo de los tramos, las presentadas en la tabla 6.8.
Tabla 6.8 Velocidad máxima del flujo según los materiales de los tubos.
MATERIAL VELOCIDAD
m./seg.
Concreto simple 6,00
Gres 6,00 Concreto reforzado 2.500 psi 7,00 Concreto reforzado 3.000 psi 7,00
Si a lo largo del tramo de alcantarillado la velocidad del flujo es mayor que la máxima recomendada, se calcula en qué punto del tramo donde se presenta ésta última, y hace disipación en ese punto del exceso de energía producido.
6.4.6 Porcentaje de la capacidad utilizable (Borde libre):
La tabla 6.9 presenta el porcentaje de la capacidad utilizable por diámetros. Cuando se sobrepasen dichos límites, se recomienda aumentar el diámetro o la pendiente de la tubería.
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Tabla 6.9 Porcentaje de capacidad a sección llena según el diámetro de la tubería.
DIÁMETRO
pulgada
PORCENTAJE DE CAPACIDAD SECCIÓN LLENA
%
6 a 10 50
12 a 21 60
24 a 48 70
Mayores 48 90
6.6 Llega el invierno, pero la vulnerabilidad qué
En atención al interés nacional por las expectativas sobre la temporada invernal que año tras
año se inicia con el equinoccio del 22 de septiembre, y por conocer los niveles de preparación
para enfrentarla tras los conocidos eventos que asolaron a Colombia durante La Niña
2010/11, resulta importante señalar los pronósticos sobre el clima y presentar algunos
elementos clave, sobre cómo está amenazada y preparada Colombia.
Para lo primero: debe señalarse que tras el final de La Niña 2010/11 cuya intensidad ha sido
de moderada a fuerte, desde mayo de 2011 han seguido unas condiciones neutrales hasta
principios de agosto, cuando cambian hacia otras para La Niña débil. Para lo segundo,
francamente se han dado cambios organizacionales en el Estado y creado los instrumentos
idóneos, pero a la magnitud y naturaleza del problema se suma la deficiencia estructural que
parte de una cultura organizacional de improvisaciones, consecuencia de niveles de
información deficientes para el análisis oportuno y acertado de las acciones.
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Figura 1. Anomalías térmicas para el ENSO en el Pacífico ecuatorial a Sep. 10 de 2011,
calculadas con respecto a los promedios semanales de 1971-2000, mostrando las condiciones
de La Niña débil: zonas frías en azul frente a Latinoamérica América y cálidas en rojo hacia
Indonesia. Fuente: cpc.ncep.noaa.gov
La Niña y El Niño no son un desastre, sólo son un fenómeno natural dual definido como El
ENSO por ser una oscilación cíclica y natural de la temperatura en la superficie del Pacífico,
cuyos máximos y mínimos determinan El Niño y La Niña en su orden; pero otra cosa es el
Calentamiento Global del planeta aún en curso, donde la acción antrópica con el efecto
invernadero ha mediado por ser quien altera la magnitud de dicho fenómeno como factor
determínate del Clima global, que al exacerbarlo irá causando inviernos con lluvias
torrenciales e inundaciones severas, o sequías intensas y huracanes más devastadores,
según el caso.
Si la temperatura en Colombia se incrementa en 3ºC, los pisos térmicos se modifican: esto
equivale a modificar el clima de cada región y ciudad por otro más cálido, equivalente a 500
m más cerca al nivel del mar. En Colombia estarían amenazados ecosistemas como páramos,
manglares, ambientes coralinos, glaciares y todas las selvas andinas, costeras y de la
Amazonía. En 25 años, entre 1983 y 2008, la extensión de los glaciares de Colombia se ha
reducido a la mitad. Entre tanto la expansión urbana, la deforestación y la degradación del
ecosistema, continúan.
De conformidad con las previsiones asociadas al pronóstico global de incremento de la
temperatura para el cambio climático, como las que presenta NASA en apod.nasa.gov, en
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273
Colombia se calentarían menos las zona de relieve montañoso como la Región Andina (2º a
3ºC), y más las planicies y praderas de las regiones planas, como la Costa norte, la Orinoquía
y la Amazonía (3º a 4ºC).
.
6.6.1- El escenario y la amenaza
Mientras en la zona Norte y Oriental del país el clima es monomodal, en la andina o central
es bimodal al presentar dos temporadas invernales que se inician con los equinoccios (Marzo
2 y Septiembre 22) y dos veraniegas que empiezan con los solsticios (Junio 21 y Diciembre
22). En la zona andina colombiana, cuando tenemos La Niña las temporadas de invierno y
verano se hacen más húmedas, y cuando estamos en El Niño, ambas son más secas pero
también en ellas los huracanes arrecian por el Caribe con mayor frecuencia e intensidad.
Veamos las zonas del país más expuestas a los diferentes desastres por eventos de primero,
segundo y tercer orden, asociados con el Cambio Climático, por terremotos y por actividad
volcánica.
Nivel de Amenaza Nivel Alto Nivel Medio a Bajo
Inundaciones súbitas Todos los Departamentos
Andinos
Inundaciones lentas Chocó, Cundinamarca,
Antioquia, Santander,
Nariño
Eje Cafetero, Tolima,
Valle, Santanderes,
Huila, Cauca, Nariño,
Boyacá
Deslizamientos de
tierra o roca
Todos los Departamentos
Andinos
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274
Huracanes Fuertes
Grado 3 a 5.
Archipiélago de SA y P,
Región Caribe
Santanderes, Boyacá,
Antioquia, Chocó, Eje
Cafetero, Tolima, Valle
La Niña (T<-1,5ºC) y
El Niño (T>+1,5ºC)
Todos los Departamentos
Andinos
Incendios forestales Santanderes, Cauca,
Cundinamarca, Boyacá,
Huila, Nariño, Valle, Tolima,
Eje Cafetero
Terremotos Fuertes
(I>VII) Costa Pacífica, Eje
Cafetero, Santanderes, Cauca, Valle, Margen Llanero, Atrato
Antioquia,
Cundinamarca, Tolima Huila, Boyacá
Flujo de Lava Volcánica Nariño, Huila, Eje
Cafetero, Cauca Cenizas Volcánicas y
Gases volcánicos
Nariño, Huila, Eje Cafetero,
Tolima, Cauca Cundinamarca, Boyacá,
Antioquia
Flujo Piroclástico y Erupción Lateral o
Blast Nariño, Huila, Eje
Cafetero, Cauca, Tolima
Flujo de lodo Volcánico
Huila, Tolima, Caldas, Risaralda, Nariño,
Cauca, Valle, Quindío.
Cuadro 1- La Amenaza en Colombia: ¿dónde y cómo? Adaptado de: Amenazas naturales en
los Andes de Colombia. Duque Escobar, Gonzalo (2007) U.N. de Col.
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Figura 2- Pronóstico sobre la Probabilidad para los estados del fenómeno ENSO: La Niña,
Neutral y El Niño. Fuente iri.columbia.edu/
Se habla de oscilación sur ENSO moderada o fuerte, dependiendo de si la magnitud de la
anomalía térmica calificada con el Índice Oceánico El Niño ONI en valor absoluto, está entre
0,5 y 1,5 °C o si supera 1,5 ° C, respectivamente. Pero otra cosa es la magnitud de los
efectos del ENSO por los eventos hidrometeorológicos y geodinámicos durante La Niña, o por
los incendios y sequías ocasionados en caso de El Niño, según el caso. Mientras en las dos
últimas Niñas cuya duración fue de 10 meses en cada caso, las anomalías de temperaturas
fueron en promedio de -10,5° C para la del 2007/08 y de -11,5° C para la del 2010/11, pese
a la pequeña diferencia térmica de 0,6° C entre una y otra, los efectos mostraron asimetría
total.
En cuanto a los pronósticos, para la temporada del trimestre septiembre a noviembre en
curso, el International Research Institute for Climate and Society IRI, basado en las
predicciones de modelos y en las observaciones térmicas actuales -como las que se ilustran
con la Figura 1-, estima que a pesar de que las condiciones débiles de La Niña son el
escenario más probable, también resulta posible un retorno a condiciones neutras. En efecto,
para la temporada de septiembre a noviembre en curso, el IRI estima una probabilidad del
52% para la continuación de las condiciones de La Niña, una probabilidad del 48% para el
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276
retorno a condiciones neutras, y prácticamente ninguna posibilidad para el desarrollo de las
condiciones de El Niño.
6.6.2- La gestión del Riesgo
Lo grave del pasado evento y de ahí el temor, es que a pesar de no encontrar grandes
diferencias en las anomalías térmicas del Pacífico Ecuatorial entre Las Niñas 2007/08 y
2010/11, los daños ocasionados para Colombia en cada caso sí fueron sustancialmente
diferentes: mientras en La Niña 2007/08 las cifras llegaron a decenas de miles de
damnificados en algo más de un centenar de municipios colombianos, en La Niña 2010/11
ascendió a unos dos y medio millones de damnificados con daños severos a cientos de
municipios, de los cuales cerca de tres decenas de cabeceras requieren reasentamiento,
como es el caso de Gramalote.
Entonces, admitiendo que existe un cúmulo de problemas estructurales y de orden mayor
cuya solución debe esperar, para no hablar de las cuencas deforestadas como causa primera
de unas inundaciones cuyas consecuencias no son fáciles de mitigar, en atención al mandato
constitucional donde se consagra la gestión descentralizada para la autonomía de las
entidades territoriales y una democracia participativa fundada en el respeto de la dignidad
humana y la solidaridad, vale el reclamo desde la provincia por las acciones centrales
pendientes.
En ese marco, el gobierno también ha dado pasos fundamentales gracias a lo contemplado
en el Plan Nacional de Desarrollo, donde el tema se constituye en eje fundamental y se
implementan tres estrategias: Gestión Ambiental, Gestión del Riesgo y Emergencia Invernal.
Allí entran asuntos como el sistema de información ambiental, la gestión del recurso hídrico,
el fortalecimiento del Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres SNPAD, el
inventario de asentamientos y aseguramiento de bienes en riesgo, el fortalecimiento de la
Dirección General del Riesgo y sus similares a nivel departamental y municipal, y la
rehabilitación, reconstrucción y prevención, sector por sector. Sólo que las acciones van en
curso.
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277
A esto se suma, la expedición del Decreto de Emergencia Nº 144 del 21 de enero de 2011
para los Planes Municipales de Reducción de Riesgos, y el fortalecimiento del Sistema
Nacional de Prevención y Atención de Desastres SNPAD al crear un ente de mayor jerarquía y
proyección con la Dirección General del Riego, además de la incorporación de la Gestión del
Riesgo en los Planes de Desarrollo a la luz de la Ley 152 de 1994 y la expedición de la Ley
1454 de 28 de junio del 2011 para el ordenamiento territorial, donde se incorpora la Gestión
del Riesgo en los procesos de revisión y ajuste de los Planes de Ordenamiento Territorial y se
contempla la asociación de las CAR y de los entes territoriales, para emprender acciones de
planificación y gestión de los desastres.
Referencias.
Amenazas naturales en los Andes de Colombia GDE (2007) U.N. de Col., en:
http://www.bdigital.unal.edu.co/1579/1/amn-and-colombia.pdf Calentamiento global en Colombia. GDE (2011). U.N. de Col., en: http://www.bdigital.unal.edu.co/3673/1/gonzaloduqueescobar.201138.pdf
Enso histórico. NOAA, en: http://www.cpc.noaa.gov/products/analysis_monitoring/ensostuff/ensoyears.shtml Pronostico evento Enso. IRI, en:
http://iri.columbia.edu/climate/ENSO/currentinfo/update.html
…
6.7- LECTURAS COMPLEMENTARIAS
Acciones frente al clima y el desarrollo
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RESUMEN: La huella ecológica es el indicador del impacto ambiental que representa el área de tierra o agua, necesarios para generar los recursos que demanda cada persona. A nivel global aunque la capacidad biológica del planeta se estima en 1,8 ha por habitante, en 2005 el percápita de la huella ecológica alcanzó entre 2 ha y 2,7 ha.
Señala Ban Kin-moon, que el planeta está en peligro por el cambio climático y la explotación
insostenible de recursos. En el fondo, sabemos que las fuerzas del mercado privilegian el
crecimiento económico sobre los temas ambientales y sociales, lo que se revierte en efecto
negativo para la ecología del planeta a través del cambio gradual del clima, y también sobre
sociedades vulnerables a eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones
consecuencia del calentamiento global, quienes deben soportar los crecientes costos
ambientales en que se soporta el modelo de desarrollo y el confort de élites consumistas y
rentas de países desarrollados. En dicho escenario la creciente urbanización con el transporte
motorizado soportado en automóviles y las plantas termo-eléctricas e industrias basadas en
el uso desmedido de combustibles fósiles, contribuyen al calentamiento global, y con él a la
problemática de economías rurales del planeta.
En el caso de Colombia, donde agua, suelo y biota no son patrimonios, sino recursos, ciertas
áreas sensibles ecológica y culturalmente vitales para algunas comunidades, legalmente
terminan cediendo paso por la riqueza del subsuelo en beneficio de una empresa minera
foránea o ilegal. Nuestra economía ayer soportada en el cultivo del café, ahora se
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279
fundamenta en minería extractiva y petróleo crudo, uno y otro: productos primarios de origen
natural, escaso grado de transformación y sin valor agregado. Para el efecto, la Ley
ambiental y las políticas ambientales se han acoplado más a los desafíos del mercado, que a
los retos del desarrollo sostenible: en las áreas de alto valor por su biodiversidad, aunque ya
se ha avanzado en la protección enfocada al tipo de compensación a que se obliga una
industria extractiva, la actividad continúa gozando de reducidos gravámenes en Colombia.
Visto el cambio climático como un fenómeno gradual, a través de una investigación de la
Academia de Ciencias de California, el Instituto Carnegie de Ciencias, la Institución Central
Clima y la Universidad de California en Berkeley, se conoce la velocidad a la cual los
ecosistemas tendrán que adaptarse durante los próximos 100 años. El estudio advierte sobre
la amenaza para algunas especies animales y vegetales individuales, con baja tolerancia a las
variaciones del clima, dado que los hábitats naturales se han fragmentado como
consecuencia de la acción antrópica. Dicha investigación que se publica en Nature, estima las
velocidades en metros por año del cambio climático durante el siglo para diferentes
ecosistemas, así: en bosques de coníferas tropicales y subtropicales, 80 metros; en bosques
templados de coníferas, pastizales y matorrales de montaña, 110 metros; en zonas más
llanas, incluidos desiertos y matorrales áridos, 710 metros; en manglares, 950 metros; y en
pastizales inundados y sabanas, 1.260 metros.
Y respecto a los eventos catastróficos asociados al cambio climático, el Instituto Niels Bohr de
la Universidad de Copenhague, informa que las tormentas extremas son muy sensibles a los
cambios de temperatura; y advierte que el número de huracanes como el Katrina, el más
destructivo del 2005, podría no sólo duplicarse sino incrementarse gracias al calentamiento
de los océanos. Los desajustes de la máquina atmosférica trasladando los costos ambientales
del modelo económico a escenarios rurales, como el Cuerno de África con la muerte de seres
humanos por hambre y falta de agua potable en 2011, los hemos advertido en Colombia con
la tragedia de decenas de poblados rivereños y de la sabana, anegados por los eventos
climáticos extremos durante las Niñas 2007/8 y 2010/11.
Todo esto invita a revisar políticas y estrategias, acometiendo acciones de largo plazo
acordes a las limitaciones de nuestro desarrollo, para avanzar en la adaptación al cambio
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climático y viabilizar el aprovechamiento de nuestros recursos estratégicos, implementando
procesos ambientales y sociales responsables de cara al desarrollo sostenible de nuestros
territorios. Esto, buscando entre otros objetivos: convertir las rentas de los recursos primarios
en capacidades humanas, fortalecer el quehacer de las instituciones ambientales y la
sociedad civil, ordenar las cuencas y blindar el patrimonio hídrico y la biodiversidad en áreas
estratégicas, implementar la construcción de paisajes resilientes en los ecosistemas, proteger
las comunidades rurales y artesanales de agresiones industriales, enclaves mineros y
actividades extractivas ilegales, y fortalecer los procesos culturales endógenos.
[Ref. La Patria, Manizales, 2013-04-29] Imagen HE global para el año 2007, en Wikipedia
Nuestro frágil patrimonio hídrico
RESUMEN: Ahora que afrontamos los graves retos en relación con un calentamiento global
que compromete el patrimonio hídrico, habrá que hacer ajustes y trazar nuevos enfoques en
las políticas públicas, en el ordenamiento territorial y en materia de adaptación al cambio
climático, dotando dichos instrumentos de una orientación socio-ambiental, y redefiniendo el
verdadero carácter del agua, el suelo y la biodiversidad erróneamente considerados un
recurso y como tal un objeto de mercado, y no un patrimonio inalienable
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Si entre los objetivos del milenio, aparecen la lucha contra la pobreza, el hambre, las
enfermedades y la degradación del medio ambiente, cabría subrayar la meta establecida para
el 2015, de reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y a
servicios básicos de saneamiento, ahora que afrontamos los graves retos en relación con un
calentamiento global que compromete el patrimonio hídrico en Colombia, un país en el que el
50% del agua es de mala calidad y donde aparecen regiones con acceso limitado al vital
líquido, a pesar de una enorme oferta hídrica que en 1990 por volumen de agua y por unidad
de superficie, llegó a ocupar el cuarto puesto a nivel mundial.
Si la pluviosidad media anual por regiones en Colombia al pasar de 10 mil mm a 800 mm,
varía hasta 8 veces entre el alto San Juan del Chocó y la Península de la Guajira, también
existe asimetría de oferta hídrica entre la gran cuenca del Cauca-Magdalena, que cubre el
23,6% del suelo continental de la patria y que al drenar 8 mil metros cúbicos por segundo
participa con el 12% del agua del país, y el resto del territorio donde habita el 32% de la
población colombiana que dispone del 89% del patrimonio hídrico restante.
Con el calentamiento global, incrementando la intensidad y frecuencia de los eventos
climáticos extremos, habrá que tomar medidas en materia de gestión de riesgos, tal cual lo
advertimos con La Niña 2010/11 al ver sus inundaciones afectando dos millones de
colombianos, con eventos que quedaron plasmados en la trágica destrucción de Gramalote, y
ahora con las sequías asociadas al Fenómeno de El Niño por el drama de los incendios
forestales que han arrasado 93 mil hectáreas, evento que antes de pasar del nivel moderado
al fuerte, ha afectado severamente la producción agrícola del país secando las pasturas y
causando la muerte a unas 32 mil reses, quedando por delante un horizonte temporal en el
que las lluvias de los meses siguientes podrían reducirse entre el 40 y 70%.
Y ante ese panorama, ¿cómo estamos? Creo que a pesar de los grandes esfuerzos
institucionales, al examinar los indicadores fundamentales, no muy bien: en los años
precedentes la deforestación venía cobrado más de 200 mil hectáreas, en parte para la
expansión de cultivos de palma de aceite en Caquetá, acción depredadora que equivale a
destruir un río de la patria cada año; también, porque en la Guajira donde las sequías
siempre acechan, las lluvias no llegaron en los últimos tres años, o porque en 80 municipios
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de 17 departamentos las aguas han estado contaminadas con mercurio, producto de la
extracción ilegal de oro; a todo esto se suma la preocupante presión sobre un ecosistema
estratégico: nuestros páramos.
En Caldas, la situación igualmente apremia: ya por la contaminación con cianuro y mercurio
proveniente de la minería en Villamaría, Marmato y Supía, por la amenaza indebida de origen
antrópico sobre los corredores cordilleranos de flora y fauna, por la eutrofización de acuíferos
y los conflictos entre aptitud y uso del suelo en áreas de vocación agropecuaria; o ya por el
modelo de ocupación expansionista del territorio en los medios periurbanos, caso Manizales
donde el proyecto urbanístico de La Aurora presiona la reserva de Río Blanco, o por el
prospecto minero en la vereda Gallinazo que pone en riesgo ambiental además de la reserva
de la Chec ubicada sobre su frontera, la calidad del acuífero que soporta las aguas de las
fuentes asociadas a la planta de tratamiento de la ciudad.
Habrá que hacer ajustes y trazar nuevos enfoques en las políticas públicas del país y en el
ordenamiento territorial en materia de adaptación al cambio climático, dotándolas de una
orientación socio-ambiental, y redefiniendo el verdadero carácter del agua, el suelo y la
biodiversidad, erróneamente considerados un recurso y como tal un objeto de mercado, y no
un patrimonio inalienable, puesto que de lo contrario además de hacer inviable el territorio,
en uno o dos siglos como máximo, en nombre de un modelo de desarrollo deshumanizado y
centrado en el crecimiento económico, por las falencias de un Estado débil y una sociedad
indolente y no previsiva, habremos agotado la biodiversidad del país.
[Ref.: La Patria. Manizales, 215.10.12] Imagen. Pronósticos del Calentamiento Global
(Apod.NASA.gov) y usos conflictivos del suelo en Caldas (Corpocaldas).
***
Sismo, bahareque y laderas
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RESUMEN: Anotaciones sobre los impactos sobre el hábitat por el sismo del Eje Cafetero del 25 de enero de 1999 con epicentro en el Sur del Quindío (4,3ºN y 75,7ºW), evento superficial de Magnitud 6,4 asociado a un trazo del Sistema de Fallas de Romeral, que cobra más de 1000 vidas y ocasiona pérdidas del orden de U$2 mil millones. Aparte de las asimetrías relacionadas con los conflictos socio-ambientales entre los medios urbanos y rurales, quedan las lecciones positivas del bahareque dado su comportamiento “temblorero” consecuencia del carácter vernáculo de dicha arquitectura, y la estabilidad de las laderas no intervenidas conservando su estabilidad de largo plazo no afectada por procesos de modelado.
Del examen del pasado sismo del 25 de enero se deduce que la intensidad en la escala
modificada de Mercalli alcanzó grado VIII, siendo los mayores efectos los ocasionados sobre
la conurbación Armenia-Calarcá y en los poblados cerca del epicentro, dada la superficialidad
del evento y su magnitud cercana a seis, como la fragilidad de las transformaciones agrarias
y urbanas sobre el medio ambiente.
Recuérdense las vías a Pijao y a sus veredas cerradas por derrumbes varios días y semanas,
y las casonas de bahareque en el marco de su plaza, o en el de Barcelona, en pie y en medio
de ruinas de construcciones de mampostería derrumbada. También, que el efecto del
desastre pudo más sobre la economía terciaria de Calarcá y Armenia absolutamente
colapsada, que sobre la de Pereira, e incluso que sobre la economía cafetera de los pueblos
del Quindío, donde aparte de la infraestructura afectada, los cafetales quedaron en pie.
En la subregión sur del Quindío, sobre la zona cordillerana epicentro del sismo, las laderas de
las montañas no colapsaron, pero sí los taludes de las vías todas. Es que las laderas son las
cuestas naturales de montañas con suelos que durante miles de años vienen ajustándose a
los eventos telúricos de la zona, mientras los taludes son el fruto de las recientes
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transformaciones sobre un frágil equilibrio alcanzado por la montaña. Cuando cortamos las
laderas para construir lotes y caminos afectamos el equilibrio.
Pero lo más sorprendente es el caso del bahareque, no sólo porque ha sobrevivido con
absoluto éxito a las sacudidas del suelo, sino porque se le ha desconocido su calidad de bien
cultural autóctono que potencia el turismo del Quindío. Como arquitectura vernácula el
bahareque de la colonización antioqueña es hermoso, sismorresistente y de bajo costo, y no
tiene que arbitrarse exclusivamente por normas externas como las del actual código de
construcciones, en el que la palabra bahareque no aparece, ni prohibirse como tecnología
constructiva capaz de dar una respuesta eficaz a nuestra comunidad y en especial a los más
pobres.
La cultura se entiende como el resultado de una relación dialéctica de simbiosis y parasitismo
entre las colectividades humanas y el medio ecosistémico que ocupan, por lo que el medio
ambiente evoluciona desde el estado natural al paranatural. El bahareque lleva con nosotros
más de un siglo y surge de la tapia cuando se incorporan la guadua y el arboloco como
materiales de construcción con propiedades “tembloreras” para casas de ambiente sísmico
construidas donde no se debe modelar la topografía, porque se hiere el terreno para el lote y
se reduce el factor de seguridad de la ladera que es cercano a uno.
Si un medio natural se transforma con bienes culturales exógenos inapropiados, el medio
resulta vulnerable a las amenazas que encuentran frágil ese bien traído de otro escenario y
no adaptado a las nuevas circunstancias. El bahareque de la colonización, con sus cuatro
versiones de bahareque: con tierra y cagajón, entablillado, metálico y encementado- como lo
clasifica el arquitecto baharecólogo Jorge E. Robledo C.- adquiere su mejor expresión en el
último, donde las formas variadas admiten los estilos coloniales, republicanos y victorianos
que han adornado los centros históricos y residenciales de muchas de nuestras poblaciones
del Eje Cafetero.
La lección que nos deja este sismo en materia de sismo-resistencia, es que debemos
desarrollar una tecnología de viviendas y caminos, apropiada para el hábitat del medio
tropical andino, donde la mecánica de suelos de nuestras universidades se ha quedado corta
al diseñar los taludes para el corte de las laderas sin diferenciar las dificultades inherentes de
los suelos tropicales, y donde el bahareque de la zona cafetera debe ser reconocido como
arquitectura vernácula, con la propiedad inherente de la sismo-resistencia que tiene ya una
carga histórica centenaria ajustándose a las exigencias del medio natural nuestro.
Finalmente dos conclusiones. La primera, que el código colombiano debe reconocer al
bahareque, y que para el bahareque se expidan oportunamente las normas de buena calidad
y las que previenen el precoz deterioro por la acción de la humedad, los hongos y las
termitas, para dar paso a la reconstrucción del Quindío. Y segunda, que los taludes
admisibles en zona montañosa sean los que no aumenten la pendiente a las laderas de
montaña, y que de nuestras frágiles laderas con los planes de ordenamiento territorial
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limitemos y normemos los usos y manejos del suelo a fin de garantizar su estabilidad y con
ella la vida. Manizales 30 de mayo de 1999.
*Aporte para el Comité de Ingeniería Sísmica de la Universidad Nacional de Colombia durante
la fase de emergencia por el sismo del 25 de enero de 1999. Imágenes: Pijao 1999.JHAA.
RELACIONADO:
Al Bahareque le fue muy bien. Duque Escobar, Gonzalo and Robledo Castillo, Jorge
Enrique and Muñoz Robledo, José Fernando (1999) Desde el Eje Cafetero de Colombia.
Sol, clima y calentamiento global
RESUMEN: Varios estudios muestran que si bien la actividad Solar contribuyó al
calentamiento global de principios del siglo XX, desde 1970 su aporte más probable parece
ser negativo, y por lo tanto, al resultar improbable que las relaciones Sol-clima, puedan dar
cuenta de dicho fenómeno, las causas del cambio climático deben tener un origen
fundamentalmente antrópico.
Para las ciencias de la Tierra, uno de los dilemas por resolver, es: hasta qué punto influye la
actividad solar en el clima terrestre. De conformidad con los modelos heliofísicos, es el
magnetismo de la atmósfera solar quien influye en la luminosidad del Sol, y por lo tanto en
los cambios en radiación solar, fenómeno cuya evolución inferida a partir de mediciones y
aplicación de modelos, permite elaborar pronósticos sobre el complejo comportamiento del
Sol, necesarios para estimar las tendencias del clima terrestre. Aunque astrónomos y
geofísicos soportados en correlaciones, pueden afirmar que cuando el Sol está tranquilo la
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Tierra permanece fría, aún no sabemos el porqué de los cambios de la actividad del Sol, así
en 2002 se haya logrado desentrañar el misterio de los neutrinos solares.
Cuando hablamos del clima, nos referimos a las condiciones de la atmósfera en una región,
durante un periodo de largo plazo; no obstante a nivel global, el Sol puede influir en el clima
de diversas maneras, incidiendo sobre la temperatura, la humedad, la precipitación, la
presión y los vientos de un determinado territorio, así estos elementos estén determinados
por factores como la latitud, la altitud, el relieve y la distancia al mar. A modo de ejemplo, el
agujero en la capa de ozono descubierto sobre la Antártida en 1985, no sólo parece ser
provocado por la actividad humana, sino también por los rayos ultravioletas provenientes del
Sol: al debilitarse el efecto fotoquímico con la destrucción de esta capa que filtra la radiación
solar, la alta energía incidente que llega a la Tierra modifica nuestro clima, de la misma
forma en que lo venimos haciendo con la actividad antrópica durante el último siglo.
Con sus dinámicas estelares, tales como el ciclo de 11 años de las manchas solares, el Sol
modifica la estructura del campo magnético de nuestro planeta, presentándose la expansión
y contracción de la atmósfera terrestre, con las variaciones en las temperaturas y densidades
de la magnetosfera. Evidentemente, la imposibilidad de una predicción a largo plazo del
comportamiento solar, así sea teórica, es que al ser la actividad solar un fenómeno caótico,
en lugar de predicciones lo que procede es la elaboración de pronósticos. Este tipo de
estimaciones, propio para cualquier fenómeno caracterizado por las incertidumbres, se
dificulta en el caso del Sol, por el desconocimiento exacto del campo magnético solar y por la
falta de registros históricos sobre radiación solar y rayos cósmicos, así la relación entre
cambios de luminosidad solar y energía recibida en la Tierra, sea prácticamente lineal.
Para ilustrar los cambios del clima que se han dado en todas las escalas de tiempo, a lo largo
de la historia de la Tierra, tenemos además de las cinco grandes glaciaciones, cuyo último
evento ocurrió en el Cuaternario, dos situaciones antagónicas y recientes: una, la “pequeña
glaciación” asociada a un periodo frío ocurrido entre 1550 y 1850, en el que se presentaron
tres picos fríos (1650, 1770 y 1850), pequeña edad del hielo acompañada de lluvias que
coincidió con un período de baja actividad en las manchas solares. Y dos, el actual
“calentamiento global” un efecto invernadero de celeridad excepcional ocurrido en los últimos
50 años, en el que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha alcanzado un
nivel sin precedentes en los últimos de 500 mil años, fenómeno cuya característica
fundamental es la ocurrencia de eventos climáticos extremos.
Para mostrar el alcance de la actual problemática, dos escenarios. El Ártico, está en peligro
por el calentamiento global: el fenómeno facilita actividades depredadoras que amenazan
esta “última frontera”, tales como prospecciones petroleras, pesca industrial y tráfico
interoceánico. Degradar dicho ecosistema, traerá consecuencias insospechadas como
elevación del nivel del mar, erosión costera y temporales. Y la Amazonía, donde el cambio
climático y la deforestación comprometen este ecosistema que alberga el 30% de la
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biodiversidad de la Tierra; allí donde la selva se transforma en sabana, los apetitos del
mercado presionan por los recursos del tercer reservorio de materias primas estratégicas del
planeta, después del Oriente Medio y la Antártida. La degradación de la Amazonía traerá
consecuencias trágicas para los pueblos indígenas que la habitan y para la biodiversidad,
además de severas afectaciones climáticas globales.
[Ref. La Patria. Manizales, 20014.08.4] Imagen http://sohowww.nascom.nasa.gov
RELACIONADO:
Guía astronómica. Duque Escobar, Gonzalo (2017) O. Astronómico de Manizales, U.N. de C.
Una agenda pública para Manizales
Permítanme una mirada aproximada a los problemas de Manizales para proponer algunos
elementos de agenda pública, abordando el tema de la sostenibilidad en cuatro dimensiones:
la ambiental, la social, la económica y la político-institucional, de conformidad con la teoría
del desarrollo.
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En lo ambiental, si bien el escenario de las transformaciones del medio muestra logros
significativos en la tecnología del control de la erosión y la prevención de los desastres, como
hábitat la ciudad muestra que ya no es el poblado amable de mediados del siglo XX, sino una
pequeña urbe de guetos duales donde la periferia se reparte: de un lado en los condominios
cerrados, enverdecidos y con vías de acceso pero sin funciones significativas, allí donde los
estratos altos se protegen de la entropía social expresada en una masas de desposeídos, la
que del otro lado habita en guetos de estructura tugurizada ubicados en las zonas de riesgo,
lugares donde el tejido social casi ha colapsado, la sociedad se ha fragmentado y la pobreza
extrema arrincona a las personas entre la informalidad y la delincuencia. Aquí la propuesta es
que la ciudad descentralice sus funciones, enriqueciendo la infraestructura periurbana
popular para desarrollar ciudadelas autosuficientes que posibiliten el desarrollo del tejido
social en las comunas de bajos estratos, equilibrando el equipamiento urbano con obras
sociales, culturales, recreativas y de servicios.
En lo social, esta Manizales, ayer pujante, solidaria y laboriosa, pero hoy sin alternativas y
afectada por las contradicciones que afectan a las sociedades de consumo en los escenarios
urbanos, muestra señales de creciente deterioro, como los de la delincuencia juvenil,
drogadicción y la preocupante proporción de personas en edad productiva que nutre las
legiones de desempleados; y peor aún, el que la mitad de los niños esté desnutrida según
información del Foro por Caldas, guarda coherencia con el hallazgo de un 85% de población
que padece hambre en las muestras de dos capitales colombianas y dos escenarios rurales
de Cundinamarca (UN Periódico Nº 140). Así que a modo de propuesta, en lo social habrá
que priorizar el desarrollo del capital humano sobre el crecimiento económico, máxime ahora
cuando los actores sociales han decidido apostarle al conocimiento como estrategia de
desarrollo, en Manizales.
En lo económico, si bien en la década de 1920 el meridiano económico de Colombia pasó por
esta capital, el que Manizales genere ahora cerca del 70% del PIB del departamento, solo
refleja la pobreza rural puesto que eso sólo muestra la enorme brecha de productividad entre
los sectores económicos de los medios urbanos y rurales del país. Y frente a la preocupante
obsolescencia del sector industrial de Manizales, a la factura del impacto ambiental que
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entrará en vigencia, se suma la barrera del desempleo cuya causa real parte del precario
nivel de una educación de baja calidad, como freno estructural para acceder a la ciencia, la
tecnología y la innovación, y del profundo cambio en la estructura del empleo consecuencia
de una revolución industrial cada vez menos intensiva en mano de obra. Por lo tanto, para
esta dimensión indudablemente, tras aplicar la estrategia educativa habrá que apostarle a la
ciencia, la tecnología y la innovación, como también a la cultura para integrar valores y
saberes al conocimiento, buscando reconvertir el aparato productivo.
Finalmente en lo político-institucional, si ayer fuimos reconocidos como el Departamento
Modelo de Colombia, gracias a la excelencia de nuestra gente y de sus instituciones, tal cual
se evidenció con la gestión de instituciones hoy casi centenarias como la Benemérita SMP
(1912) y nuestra Cámara de Comercio (1913), en los actuales tiempos la moral pública se ha
venido derrumbando como consecuencia de una cultura de antivalores: basta señalar que
apenas una fracción del destino de los precarios presupuestos del erario público que se ha
privatizado, ha sido éticamente cuestionada así la gestión de los inmorales actores goce del
respaldo de quienes en nombre de la pasiva intelectualidad ejercen la conciencia ciudadana.
En lo político-institucional, la propuesta es sustituir la gobernabilidad por la gobernanza, para
fortalecer el Estado y apostarle a construir una democracia participativa nutrida en los valores
más fundamentales de la sociedad, tales como el orden, la justicia, la solidaridad, la
responsabilidad, la coherencia, el respeto, la libertad, la honestidad, el compromiso, la
inclusión, la transparencia y la dignidad.
En resumen, habrá que decir que cualquier sociedad siempre tendrá la fuerza para emerger
de sus cenizas, siempre y cuando tenga la capacidad de creer en las personas; sólo que el
camino para Manizales será más arduo cuanto más tarde en decidirse la sociedad civil de esta
ciudad que nos invita a defenderla para no padecer más desgracias.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-02-28] Mapas de pendientes, espesores de cenizas y
susceptibilidad a los movimientos en masa en condición saturada y drenada del suelo, para
Manizales. C.J. van Westen, en: http://www.itc.nl/ilwis/applications/application06.asp
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La previsión en la gestión la gestión del riesgo volcánico
RESUMEN: la previsión a corto plazo y la previsión general, dos temas claves que obligan a
ser tenidos en cuenta en las políticas públicas ambientales para la gestión del riesgo
volcánico en Colombia, país donde alrededor de quince volcanes acechan, entre ellos los del
segmento más septentrional de los andes colombianos, con importantes escenarios de riesgo
de interés para el Eje Cafetero y Tolima.
La actual crisis volcánica que plantea el Nevado del Ruiz a raíz de una alerta naranja que
obliga a considerar una probable erupción en días o semanas, sumada a la seria amenaza
que se infiere de la actividad del volcán Cerro Machín donde sobresale la preocupante
ubicación de Cajamarca, y las frecuentes crisis del volcán Galeras con el consecuente riesgo
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para Pasto y varios poblados vecinos, son tres hechos notables que invitan a revisar los
temas de la gestión del riesgo volcánico en Colombia, país donde alrededor de quince
volcanes acechan, entre ellos los del segmento más septentrional de los Andes colombianos
con importantes escenarios de riesgo de interés para el Eje Cafetero y Tolima.
Por lo tanto, para entrar a un tema particular de la previsión de los desastres que obliga a ser
tenida en cuenta en las políticas públicas ambientales, me permito señalar dos
consideraciones para el riesgo volcánico: uno, la previsión a corto plazo que se relaciona con
el proceso magmático donde entran el monitoreo volcánico y la definición del modelo
eruptivo; y dos, la previsión general que se materializa en los mapas de amenaza para
estudiar el riesgo, un presupuesto que se ocupa del conocimiento de la historia y prehistoria
eruptiva y de la evolución e historia estructural del volcán.
Lo anterior, porque tras haber advertido en las solicitudes de los alcaldes del área de
influencia del Ruiz que se reclamaban recursos para atender la emergencia planteada por una
exposición que debió merecer acciones concretas como haber estado resolviendo la
ocupación conflictiva en las zonas de alto riesgo volcánico, se puede colegir ahora que en los
precedentes planes de desarrollo y ordenamiento territorial no se había contemplado la
mitigación de la vulnerabilidad en las áreas amenazadas, donde los eventos contundentes y
altamente probables señalados desde años atrás podrían “echar al traste” los frutos de la
loable y muy difícil labor desarrollada oportuna e ininterrumpidamente por los científicos del
Ingeominas, iniciada tras el desastre de Armero del 13 de noviembre de 1985 en varios
volcanes colombianos como el Galeras, el Huila, el Ruiz y el Cerro Machín, entre otros.
Ahora el desafío para las Corporaciones Regionales Autónomas y los diferentes entes
territoriales colombianos en cuya jurisdicción entran los fenómenos volcánicos que ameritan
acciones, es entrar al terreno de la previsión general durante los períodos de calma para
aplicar las medidas correspondientes de acuerdo a los respectivos mapas de amenaza
volcánica, y proceder así con los planes del caso para implementar un modelo de ocupación
no conflictiva del suelo y de exposición aceptable al riesgo volcánico, dado que la utilidad de
dicha cartografía no debe restringirse únicamente al manejo de las coyunturas en tiempos de
crisis, períodos en los que estos mapas también resultan fundamentales para desarrollar
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planes de defensa civil y administración de recursos, a partir de una evaluación previa de la
vulnerabilidad evento por evento.
Notas al margen:
1- Las amenazas volcánicas más probables que debe atender Manizales en su zona
urbana, donde equivocadamente se piensa en sismos intensos que a 30 km del volcán se
atenúan y por lo cual las evacuaciones no proceden, es el efecto de las cenizas si
eventualmente resultara desfavorable la dirección del viento. Semejante fenómeno obliga a
resguardarse para proteger los ojos y vías respiratorias en un ambiente oscuro y turbio con
descargas eléctricas y probablemente lluvias intensas, todo consecuencia de la erupción, y en
el que las cenizas podrían impedir el tráfico al bloquear las vías y afectar los motores de
combustión.
2- Sí lo normal del Ruiz como volcán activo es erupcionar, parece sensato esperar eventos
cuya ocurrencia solo se pueden pronosticar pero no predecir, y cuyo alcance espacial
esperado en el caso de este volcán obliga atender las previsiones señaladas en el actual
mapa de amenazas volcánicas, dado que la erupción del 13 de noviembre de 1985 alcanzó
apenas un volumen de 1/10 de kilómetro cúbico, cuantía 10 a 20 veces menor en
comparación con los eventos históricos de 1595 y 1845. Y sobre la erupción del Ruiz
ocurrida el 12 de marzo de 1595, Fray Pedro Simón desde Cartago (Pereira) cuenta que
habiendo amanecido el día despejado, tras el evento el cielo se oscurece a tal punto que no
se puede leer una carta, produciéndose una capa de ceniza que al día siguiente alcanza una
cuarta de espesor.
[Ref. Revista Eje 21. Manizales, 20-04-2012]
Imagen: Cerro Bravo en primer plano y Parque de los Nevados al fondo. Gustavo Wilches
Cháux, en: http://wilchesviajerofrecuente.blogspot.com
RELACIONADO:
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Desafíos del Complejo Volcánico Ruiz - Tolima. Duque Escobar, Gonzalo (2013) [Objeto
de aprendizaje - Teaching Resource] U.N. de Colombia.
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Arroyo Bruno, entre la muerte negra y la vida wahuu.
RESUMEN: Dado que los antecedentes de la empresa carbonera El Cerrejón en la solución de
conflictos que terminan en negociación directa con campesinos que quedan desarraigados al
perder su cultura, no son buenos ¿valdrá la pena que a cambio de las regalías de 40 millones
de toneladas de carbón adicionales, al trasladar 700 m el arroyo Bruno para excavar su
cuenca, como consecuencia de la destrucción de la estructura ecológica del cuerpo de agua y
el acuífero, se comprometa la supervivencia de miles de indígenas wayuu y de grupos afro-
descendientes en La Guajira?
Hasta no contar con el consentimiento favorable de una consulta popular, la Sala Plena de la
Corte Constitucional ha dicho no a la pretensión de Cerrejón de explotar carbón sobre el
arroyo Bruno, dejando en firme la suspensión de las obras que desplazarían dicho arroyo con
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graves consecuencias ambientales y sociales para el territorio wayuu: la escasez del agua
que con frecuencia afecta a varias comunidades de la media y alta Guajira, una situación que
reiterativamente crea dificultades durante las temporadas de intenso verano, es una amenaza
severa toda vez que al secarse cultivos y pasturas con impacto para los animales, agrava el
círculo fatal por las enfermedades derivadas de sequías y carencias alimentarias.
La exótica península de La Guajira parcialmente compartida con Venezuela, para Colombia no
solo es sinónimo de la sal de Manaure y de la tragedia del pueblo Wayuu dada la mortalidad
infantil asociada a la falta de agua y la desnutrición, sino también de cuantiosas regalías
generadas por la explotación de su enorme potencial de carbón y gas natural, donde la Anla
y Corpoguajira otorgan las licencias ambientales, amén de otras problemáticas como la
corrupción en contratación de programas de educación, salud, atención a infancia y obras
civiles. Allí, las comunidades indígenas que ancestralmente han ocupado el territorio, viven
principalmente de la ganadería trashumante, la pesca, la extracción de yeso y sal marina, y
ocasionalmente del comercio o el cultivo estacional.
El arroyo Bruno es un cuerpo de agua intermitente con comportamiento bimodal que nace en
la Serranía del Perijá, y en sus 26 kilómetros de recorrido transitando con dirección noroeste
baña el paisaje de estepa para luego desembocar en el río Ranchería. El desvío del cauce
para excavar su cuenca en dominios de la multinacional expandiendo la zona de explotación
y el uso del agua para destinarla a las medidas ambientales de control de polvo, son dos
intervenciones que pese a estar incluidas en los planes de la compañía desde 1998, de contar
con licencias y de contemplar el equilibrio dinámico del caño y otros requerimientos técnicos,
no solo atentan contra el derecho al agua, sino que también causarían la pérdida de
diversidad biológica y generarían cambios en las prácticas y usos del suelo. Esto, a cambio de
las regalías de 40 millones de toneladas de carbón adicionales, compromete la supervivencia
de miles de indígenas wayuu y de grupos afro-descendientes.
Mientras el percápita de agua en la Guajira es inferior a un litro por segundo al día, contra un
consumo de 17 millones de litros diarios que requiere Cerrejón, con el desvío del citado cauce
y la explotación carbonífera en el subsuelo de dicho cuerpo de agua cuyo caudal medio
alcanza 0,9 metros cúbicos por segundo, además de la amenaza de desertificación y del daño
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severo e irreversible al ecosistema, se afectaría el suministro para varios asentamientos de la
península, y con ello una función social fundamental de dicha fuente de aprovisionamiento
del vital líquido que, transportado en vehículos día a día a lo largo y ancho de La Guajira,
satisface las necesidades en Albania, Maicao, Uribia, Riohacha y algunos sectores de
Manaure.
Es que los antecedentes de la empresa carbonera en la solución de conflictos que terminan
en negociación directa con campesinos que quedan desarraigados al perder su cultura, o que
transan presionados al ver iniciados los trámites de desalojo, no son buenos: como prueba
estarían las historias de las comunidades de Chancleta, Patilla, el Roche y Tabaco, que tras
largos procesos de reasentamiento, reparación colectiva o negociación directa, recibieron
casas con deficiencias de servicios públicos y predios en tierras áridas, que agravaron su
calidad de vida.
Si para advertir de la fragilidad del territorio guajiro frente a la amenaza al cambio climático,
basta señalar que en lugares como Uribia ocasionalmente se han secado los 350 reservorios
construidos para proveer del vital líquido a sus 280 mil habitantes del área rural; también
podríamos cuestionar las regalías para la nación estimadas en un billón de pesos anuales
provenientes del carbón extraído, si esto implica comprometer la seguridad alimentaria de
grupos vulnerables, cuando en la última década entre 400 y 500 niños Wayuu han muerto
por desnutrición.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2017/12/04] Imagen: Área de intervención, en
http://www.cerrejon.com
***
AMENAZA, VULNERABILIDAD Y RIESGO (TEXTOS U.N.)
Anotaciones sobre el riesgo sísmico en Manizales.
Aspectos geofísicos de los Andes de Colombia.
Calentamiento global en Colombia.
Desafíos del Complejo Volcánico Ruiz - Tolima.
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El Machín: la mayor amenaza volcánica de Colombia.
En el volcán Nevado del Huila: incertidumbre y éxodo.
Gestión del riesgo natural y el caso de Colombia.
Gestión del riesgo.
Gestión ambiental, para el manejo del patrimonio natural en Colombia.
Guerra o Paz, y disfunciones socio-ambientales en Colombia.
La amenaza volcánica y la gestión del riesgo, en la planeación y el O.T de Colombia.
La problemática ambiental.
POMCA de la cuenca del río Campoalegre: fase prospectiva.
POMCA de la cuenca del río Guarinó: fase prospectiva.
Riesgo en zonas de montaña por laderas inestables y amenaza volcánica.
Riesgo sísmico: los terremotos.
Sismos y volcanes en Colombia.
Sismos y volcanes en el Eje Cafetero: Caso Manizales.
Una política ambiental para Manizales, con gestión del Riesgo...
Vulnerabilidad de las laderas de Manizales.
LOS AUTORES:
Carlos Enrique Escobar Potes: http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0000068284
Gonzalo Duque Escobar: https://godues.wordpress.com/2012/09/12/gonzalo-duque-escobar-cvlac-rg/
Geotecnia para el trópico andino http://www.bdigital.unal.edu.co/53560/
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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
MANUAL DE GEOLOGIA PARA INGENIEROS
Gonzalo Duque-Escobar
MANIZALES, 2017
http://www.bdigital.unal.edu.co/1572/
A la Universidad Nacional de Colombia en sus 150 años.
Presentación
Contenido Cap01 Ciclo geológico
Cap02 Materia y Energía
Cap03 El sistema Solar
Cap04 La Tierra sólida y fluida
Cap05 Los minerales
Cap06 Vulcanismo
Cap07 Rocas ígneas
Cap08 Intemperismo ó meteorización
Cap09 Rocas sedimentarias
Cap10 Tiempo geológico
Cap11 Geología estructural
Cap12 Macizo rocoso
Cap13 Rocas Metamórficas
Cap14 Montañas y teorías orogénicas
Cap15 Sismos
Cap16 Movimientos masales
Cap17 Aguas superficiales
Cap18 Aguas subterráneas
Cap19 Glaciares y desiertos
Cap20 Geomorfología
Lecturas complementarias
Bibliografía
…
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Geotecnia para el trópico andino
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Carlos Enrique Escobar Potes Gonzalo Duque Escobar
Manizales, 2017.
A la Universidad Nacional de Colombia en sus 150 años.
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