¿américa como exilio para los valores numancia … · título del más importante poema heroico...

10
¿América como exilio para los valores caballerescos?: apuntes sobre la Numancia de Cervantes, la Araucana de Ercilla y algunos textos americanos en torno al 1600 Michael Róssner Las tres partes de la Araucana, publicadas entre 1569 y 1589, se insertan en una corriente europea de epopeyas renacentistas que tendía a la composición de la epopeya heroica nacional, fracasada en la Franciade de Ronsard, lograda en las Lusíadas de Luis de Camóes.' Como este último, Ercilla canta las hazañas de su pueblo en Ultramar, los grandes descubrimientos y conquistas, pero a diferencia de él no escribe la 'Hispaniada', sino la Araucana, es decir el poema heroico de los indios y no el de los españoles. Claro está que con el elogio de los enemigos aumentaba también el valor de las hazañas propias, como lo hace notar el mismo Ercilla: 'que más los españoles engrandecen/ pues no es el vencedor más estimado/ de aquello en que el vencido es reputado' (I, 2; 78); 2 no obstante esta segunda finalidad, me parece interesante notar que, en un pueblo con la reputación estereotípica de ser orgulloso, en el título del más importante poema heroico del Renacimiento la propia nación es reemplazada por el enemigo. Sin embargo, el caso de la admiración en Ercilla, por el valor de los indios araucanos, que algunos han querido explicar por animosidades personales, no es aislado: ya el sobrio cronista Gerónimo de Vivar en su Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reinos de Chile (escrita en 1558), en la presentación de un indio que, habiendo perdido ambas manos, incita a sus compañeros a seguir la lucha, recurre a esta comparación sorprendente: 'Quiselo poner aquí por no me parecer rrazones de yndios, syno de aquellos antiguos numantinos quando se defendian de los rromanos'.' A primera vista parece extraño que un cronista-soldado en Chile comparase a los indios precisamente con un pueblo de la antigüedad; sin embargo, con esta comparación, Vivar se refiere a uno de los mitos claves de la nación española de aquella época, mito que debería servir pocos años después a Miguel de Cervantes para la composición de su 'tragedia nacional' Numancia. La leyenda del suicidio colectivo de los numantinos ibéricos que no le permite a Cipión, general romano, gozar de su triunfo, es propagada por primera vez por Lucio Anneo Floro en su Compendio de hazañas romanas, y recogido por

Upload: hanguyet

Post on 28-Sep-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

¿América como exilio para los valorescaballerescos?: apuntes sobre la Numanciade Cervantes, la Araucana de Ercilla yalgunos textos americanos en torno al1600

Michael Róssner

Las tres partes de la Araucana, publicadas entre 1569 y 1589, se insertanen una corriente europea de epopeyas renacentistas que tendía a lacomposición de la epopeya heroica nacional, fracasada en la Franciadede Ronsard, lograda en las Lusíadas de Luis de Camóes.' Como esteúltimo, Ercilla canta las hazañas de su pueblo en Ultramar, los grandesdescubrimientos y conquistas, pero a diferencia de él no escribe la'Hispaniada', sino la Araucana, es decir el poema heroico de los indios yno el de los españoles. Claro está que con el elogio de los enemigosaumentaba también el valor de las hazañas propias, como lo hace notarel mismo Ercilla: 'que más los españoles engrandecen/ pues no es elvencedor más estimado/ de aquello en que el vencido es reputado' (I, 2;78);2 no obstante esta segunda finalidad, me parece interesante notarque, en un pueblo con la reputación estereotípica de ser orgulloso, en eltítulo del más importante poema heroico del Renacimiento la propianación es reemplazada por el enemigo.

Sin embargo, el caso de la admiración en Ercilla, por el valor de losindios araucanos, que algunos han querido explicar por animosidadespersonales, no es aislado: ya el sobrio cronista Gerónimo de Vivar en suCrónica y relación copiosa y verdadera de los Reinos de Chile (escrita en1558), en la presentación de un indio que, habiendo perdido ambasmanos, incita a sus compañeros a seguir la lucha, recurre a estacomparación sorprendente: 'Quiselo poner aquí por no me parecerrrazones de yndios, syno de aquellos antiguos numantinos quando sedefendian de los rromanos'.' A primera vista parece extraño que uncronista-soldado en Chile comparase a los indios precisamente con unpueblo de la antigüedad; sin embargo, con esta comparación, Vivar serefiere a uno de los mitos claves de la nación española de aquella época,mito que debería servir pocos años después a Miguel de Cervantes parala composición de su 'tragedia nacional' Numancia. La leyenda delsuicidio colectivo de los numantinos ibéricos que no le permite a Cipión,general romano, gozar de su triunfo, es propagada por primera vez porLucio Anneo Floro en su Compendio de hazañas romanas, y recogido por

¿América como exilio para los valores caballerescos? 195

Alfonso el Sabio en su Primera crónica general de España (1270). Elepisodio final del joven Bariato, último de los numantinos, que en vezde entregarse y entregar su ciudad a los romanos se arroja de la torre,aparece en 1481 en la Crónica de España abreviada de Moisén Diego deValera; es a través de esta tradición que debe haber llegado a Gerónimode Vivar, porque el romance de Timoneda (Rosa gentil) que trata estetema es de 1573, catorce años después de la crónica de Vivar. En todocaso, la mención de los numantinos en esta sobria crónica de unconquistador prueba que el tema debe haber gozado ya de ciertapopularidad en torno a 1550.

En la tragedia cervantina (escrita probablemente en 1581, es decir 22años después de la crónica de Vivar y entre las fechas de publicación dela segunda (1578) y la tercera parte (1589) de la Araucana, losnumantinos explícitamente (por las palabras de la figura alegórica delrío Duero) son presentados como los antepasados de los españoles actualesque realizarían bajo el reinado de Felipe II aquella plenitud de podermerecido ya entonces por su constancia.4 Más importante que estabúsqueda de antepasados ilustres me parece que la actitud de losnumantinos, en oposición a la de los romanos, representa valorescaballerescos, por lo menos en aquella variante típica de la Reconquista,es decir, de fe y de espíritu de sacrificio descritos en los romances. Elenemigo, los romanos, aparece organizado según principios lógicos deestrategia, y su comandante Cipión no está dispuesto a arriesgar su éxitopor escrúpulos caballerescos: ya que tiene el poder de forzar a losnumantinos a escoger entre la muerte por el hambre y la capitulación,rechaza la oferta de un duelo. Él es, en lo bueno (sus celos de organizacióny disciplina) y en lo malo (su utilitarismo y falta de escrúpulos) un guerrerode la modernidad, condottiere de mercenarios que se orienta únicamentehacia el éxito.

La obra cervantina muestra así dos mundos en oposición: un mundode valores medievales de nobleza y virtud abstracta; y un mundomaquiavélico, de mercenarios y estrategas razonables que no se interesanpor valores abstractos, sino por éxitos palpables; éste último triunfanteen la realidad y la actualidad, el otro en la idealidad y en el futuroanunciado por el Duero. Pero más que este 'consuelo', se hace palpable,ya en la obra de Cervantes, la desorientación de un mundo que todavíaconservaba valores caballerescos en un contexto dominado por la razónpráctica. El caso de España, en el que coincide, gracias a la larga duraciónde la Reconquista, el final de una sociedad caballeresca con el apogeo deuna sociedad imperialista y mercantil, la experiencia italiana (un mundoabsolutista y con papel importante de la burguesía) con el último actode las 'cruzadas' anti-islámicas, es el fondo ideal para este conflicto,tratado por Cervantes también, y no sin matices trágicos, en su DonQuijote.5 A diferencia del Quijote que oscila entre locura y cordura, entretrágico fracaso y ridicula obcecación, en la Numancia las cosas están

196 Michael Róssner

bien claras: por una parte, los españoles caballeros que no vacilan ni unmomento en su decisión de sacrificarse; por otra, los romanos superioresen la técnica y la organización estratégicas, pero inferiores en la virtud.

Si nos acordamos de este esquema de Cervantes, muy importante en elmomento de la formación de una nación española (la unión de Castillay Aragón es todavía reciente, se acaba de conquistar Portugal), resultaextraño ver que la comparación de Vivar implícitamente pone a los indiosaraucanos en el lugar de los numantinos/ españoles, y aun más, que estamisma comparación aparece, no explícita sino implícitamente, variasveces en la Araucana de Ercilla. Los Araucanos no son gente civilizada:'Gente es sin Dios ni ley, aunque respeta/ aquel que fue del cielo derribado'(I, 40; 91). Pero son héroes en el sentido épico, héroes según el modelode la antigüedad y de los cantares medievales: 'siendo incultos bárbaros,ganaron/ con no poca razón claros renombres' (II, 10; 108). Lo úniconuevo es la posición central de un 'amor a la patria', valor más cerca delas ideas de la antigüedad (sobre todo de los romanos) que de los conceptosmedievales. Así, incluso la traición de un indio movido por el amor a lapatria no aparece como hecho negativo: cuando Lautaro, el paje deValdivia ('acariciado del y favorido') se opone de repente a su maestro ya los españoles, lo hace 'del amor de su patria comovido' (III, 34; 146)y se convierte eo ipso en una figura de dimensiones mítico-heroicas: Ercillacita toda una serie de héroes de la antigüedad (Curcio, Horacio, Scévolay Leónidas y diez más) para concluir con la pregunta retórica: 'Decidme:estos famosos ¿qué hicieron/ que al hecho deste bárbaro igual fuese?'(III, 44; 150)

Los españoles no son comparables a estos gigantes de estatura romanao medieval. Sólo en la primera parte (canto IV) aparece una vez lacomparación (pero medio irónica) con los héroes de los Cantares épicos.Uno de los catorce caballeros españoles que resisten a un gran ejércitoindio casi irónicamente exclama '¡A Dios pluguiera/ fuéramos solos docey dos faltaran/ que Doce de la Fama nos llamaran' (aludiendo a los DocePares de la Francia de Carlomagno y los Nueve de la Fama del ciclo deAlejandro, IV, 23; 174). Pero en la práctica son mucho más los indiosquienes, por lo menos en el combate individual, muestran su valor. Losespañoles ni siquiera en la primera parte, donde aparecen como víctimas,muestran un comportamiento ejemplar: mientras los indios masacran aviejos, niños y mujeres embarazadas, todos piensan únicamente en lapropia salvación y nadie ayuda al prójimo: 'Aquel que por desgraciaatrás venía/ ninguno, aunque sea amigo, le socorre' (VI, 55; 232). Enesta situación, por parte de los españoles, son los 'débiles', viejos y mujeres,los que deben salvar la honra. Así, un viejo amonesta a sus compatriotasatemorizados: '¡Gente vil, acobardada,/ deshonra del honor y ser deEspaña!/ ¿Qué es esto?, ¿dónde vais?, ¿quién os engaña?' (VII, 18; 238),y una mujer, Doña Mencía de Nidos, que está enferma, se levanta parahacerles un gran discurso a sus compatriotas: '¡Volved, no vais así desa

¿América como exilio para los valores caballerescos? 197

manera/ ni del temor os deis tan por amigos/ que yo me ofrezco aquí,que por primera/ me arrojaré en los hierros enemigos!' (VII, 28; 241)Así, aparecen también en Ercilla las típicas figuras femeninas fuertes yvirtuosas que avergüenzan a los hombres y son tan frecuentes en las obrasde Lope, Tirso o incluso Calderón.

En el otro bando, entre los araucanos, los valores caballerescos yvaroniles quedan intactos. Así, un 'bárbaro valiente' que ha cautivado aun 'indio cristiano' cobarde lo pone a servir en la cocina con las palabras:'Mujer debes de ser, pues que temías/ tanto de alguna espada los aceros;/y así quiero que tengas el oficio/ en todo lo que toca a mi servicio' (VII,36; 244). Los indios no dejan de vencer, y en el canto XII las primerasnegociaciones diplomáticas muestran a los indios en el papel de los morosde la Reconquista descritos en Las famosas asturianas: demandan untributo de vasallaje de 'treinta mujeres virgines [...] blancas, rubias,hermosas' por año, además de sesenta capas de tejidos preciosos, docecaballos y seis lebreles. Naturalmente, los españoles no aceptan estaproposición de paz. Al contrario, ayudados por la traición de un indio,cogen a los enemigos por sorpresa, mientras que el jefe de éstos, Lautaro,está 'durmiendo con la bella Guacolda', o sea que repite un gesto de unrey moro, Boabdil, ante el peligro de los invasores españoles. En estabatalla, los españoles por primera vez tienen entre ellos también un héroeépico, pero es italiano: 'Llamábase éste Andrea, que en grandeza/ yproporción del cuerpo era gigante,/ de estirpe humilde y su naturaleza/era arriba de Genova al Levante' (XIV, 46; 426). Los indios muerentodos en la batalla, el único que se había escondido por temor repentinose arrepiente cuando ve a sus compañeros muertos y se mata con supropia espada para no vivir con la vergüenza de haber sobrevivido laderrota, un primer paralelo con la actitud de los numantinos proto-españoles en la Numancia de Cervantes.

Así, la primera parte muestra indios valientes y españoles en partecobardes, corrompidos por la siempre acusada codicia, y por lo tanto,castigados justamente por Dios. Sin embargo, los españoles (que todavíano incluyen al propio autor) tienen algunos restos de característicasheroicas: sus mujeres y viejos, algunos héroes aunque sean a veces italianos,y el viejo capitán Villagrán. La segunda parte (publicada pocos añosantes de la composición de la tragedia cervantina) narra las propiasexperiencias de Ercilla, y es aún más dura para con los propioscompatriotas. Sin embargo, desde este momento, la imagen de losespañoles aparece dividida en dos versiones antagónicas: españoles buenos,caballerescos y nobles en Europa y malos, traidores, maquiavélicos enAmérica. Allá, a los 'defensores de su patria' se opone un ejército modernoespañol que explica sus intenciones en términos de la teoría del bellumiustum cuyos mayores exponentes eran Francisco de Vitoria y FranciscoSuárez, o sea de reacción a una traición y de salvamento de la religión.Sin embargo, los indios parecen conocer sus verdaderas intenciones; el

198 Michael Róssner

viejo Colocólo recomienda a sus compatriotas distraer la atención de loseuropeos mostrándoles pretendidas minas de oro, 'cebo goloso en queesta gente pica' (XVI, 77; 491). Y esta visión desengañadora correspondea la actitud práctica de los españoles en América, siempre en contrastecon el comportamiento de los mismos españoles en Europa: mientraspor ejemplo en las batallas europeas de St.Quentin o de Lepanto narradasen forma de visión por Ercilla los españoles no matan a los fugitivos:'los brazos altos y armas suspendieron/ por no manchar con sangre elvencimiento' (XVIII, 17; 522), en Chile hacen lo contrario. En el cantoXXVI, por ejemplo, 'los nuestros hasta allí cristianos, [!] que los términoslícitos pasando,/ con crueles armas y actos inhumanos,/ iban la granvictoria deslustrando', es decir, matan a los enemigos que ya se han rendido(XXVI, 7; 719). Ercilla, que defiende valores caballerescos y humanistasa la vez, se distancia en términos casi lascasianos de este comportamiento:'Así el entendimiento y pluma mía,/ aunque usada al destrozo de la guerra,/huye del grande estrago que este día/ hubo en los defensores de su tierra'(XXVI, 8; 719).6 Otra vez este término de 'defensores de su tierra' haceaparecer a los indios como gente que combate en una guerra justa, mientrasque los invasores españoles, de dudosa justificación, cometen estragos.

Pero lo que nos interesa aquí no es esta posición crítica en cuanto a laconquista, posición en parte debida a la influencia lascasiana de Fray GilGonzález de San Nicolás, dominicano y consejero del gobernador GarcíaHurtado de Mendoza y por eso compañero de viaje del mismo Ercilla.Lo que es importante son los modelos con los cuales Ercilla trata deidentificar a los héroes-indios: en primer lugar los hombres y mujeresejemplares de la antigüedad con su constancia, valor y amor de la patria.De particular interés me parece, sin embargo, el papel de las mujeres que,como ya he mencionado, suele ser positivo en la tutela de los valorescaballerescos también en el teatro del Siglo de Oro. A lo largo de laAraucana aparecen cuatro figuras femeninas ejemplares: Tegualda en loscantos XX y XXI, Glaura en el XXVIII, Lauca en el XXXII y finalmenteFresia, la esposa de Caupolicán, el Supremo Jefe de los Araucanos, en elXXXIII. Las primeras tres figuras tienen también algo de novelesco, enparticular la historia de Glaura recuerda las historias insertadas tanfrecuentes en las novelas de la época (las novelas pastoriles, o el mismoQuijote). Tegualda es hallada por el autor que está de guardia, mientrasbusca en la oscuridad de la noche el cadáver de su esposo amado paradarle sepultura y le cuenta una historia de claros rasgos caballerescos:hija de un cacique (es decir, de alto linaje), es pedida por muchos encasamiento pero no quiere a ninguno (el motivo bucólico de la ninfa deDiana). Así, su padre decide casarla con el vencedor de unos juegosorganizados para esta ocasión. Ella teme la pérdida de su 'libertad yseñorío'. Pero cuando ya parece haber vencido el 'robusto jovenMareguano', de repente aparece un 'extranjero', vestido 'de verde yencarnado', o sea, sin nombre, pero con señales de colores (la lengua del

¿América como exilio para los valores caballerescos? 199

amor en el amor cortés), que vence a Mareguano y recibe la guirnalda desus manos, no sin hacer una declaración 'con una humilde y baja cortesía',es decir, otra vez en el lenguaje del amor cortés. Esto hace su efecto:Tegualda 'comenzó a temblar y un fuego ardiendo/ fue por todos sushuesos discurriendo' (XX, 58; 580). Poco después se celebran las bodas,y ahora la joven viuda reclama ayuda y muerte del poeta-caballeroespañol: 'haznos con esa espada y mano dura/ iguales, en la muerte ysepultura' (XX, 75; 585). Ercilla, impresionado por tanto valor yconstancia, hace una larga enumeración de mujeres virtuosas de laantigüedad (tomada de Boccaccio, De claris mulieribus) a quienes igualala india: 'Bien puede ser entre éstas colocada/ la hermosa Tegualda' (XXI,4; 588).

Ya en el canto XXVIII aparece otra mujer heroica, cuya belleza tienerasgos europeos: 'Era mochacha grande, bien formada,/ de frente alegrey ojos estremados, nariz perfeta, boca colorada,/ los dientes en coral finoengastados;/ espaciosa de pecho y relevada,/ hermosas manos, brazosbien sacados,/ acrecentando más su hermosura/ un natural donaire yapostura' (XXVIII, 4; 760) Glaura, también 'persona de linaje', cuentaotra historia novelesca. Requerida por un pariente que detesta, resistecastamente a sus declaraciones de amor, hasta que el infeliz, a la manerade los pastores, con el grito '¡Oh fiera tigre endurecida,/ inhumana ycruel con los humanos!' (XXVIII, 18; 764) busca la muerte en la guerray la halla, junto con el padre de Glaura, mientras ésta huye a través demontañas y bosques, despojada y casi violada por dos negros (los negrosaparecen siempre en una luz extremamente negativa) y salvada por un'caballero andante' indio, Cariolán, que mata a los 'perros, bárbaros,traidores'. La joven casta, 'por evitar al fin murmuraciones/ y nomostrarme ingrata al beneficio [...] recibido'( XXVIII, 29; 768), peroobviamente no sin amor, se casa con él. Cuando el joven marido ve otrocaso de necesidad (diez indios presos en manos de los cristianos) tieneque desempeñar otra vez el papel de caballero andante y le ordena esperarloen el bosque, pero no vuelve. Ahora la pobre mujer lo buscadesesperadamente y reclama la propia muerte. Sin embargo, este es elúnico episodio con un bappy ending: en medio de una emboscada deindios, uno de los cautivos que sirve a Ercilla 'no en figura de siervo masde amigo' es reconocido como el marido perdido, y los dos se abrazan enmedio de la guerra.

En el canto XXXIII encontramos a la siguiente moza noble, esta vezincluso herida: la hermosa Lauca, de sólo quince años, ha seguido inclusoa su 'esposo y dulce amigo' en la guerra y lo ha visto morir a su lado. Elcuarto caso finalmente se nos presenta ya en el canto siguiente.Caupolicán, el jefe de los araucanos, preso por traición en su escondite,se ha vestido de 'bajo soldado' para escapar de la venganza y niega ser el'capitán buscado'. En este momento aparece otra vez una mujer, con unniño de quince meses, lo reconoce como su marido y le reprocha su

200 Michael Róssner

cobardía, lo llama 'afeminado', lo acusa de haberla engañadopresentándose como hombre valiente y gran capitán, y al fin, con laspalabras 'yo no quiero título de madre/ del hijo infame de infame padre','el tierno niño le arrojó delante' (XXXIII, 81s.; 892). Esta escena y suretórica recuerdan a grandes figuras femeninas de los dramas de honor,como, por ejemplo, a Laurencia en Fuenteovejuna y Doña Sancha de Lasfamosas asturianas. Una vez más, por lo tanto, las mujeres indias aparecencon rasgos y valores de la España medieval.

Pero en la mayoría de los casos, también los hombres muestran uncomportamiento ejemplar según las normas de la caballería. No hay quepensar sólo en sus hazañas heroicas y casi sobrehumanas en la lucha;muy importantes me parecen también los hechos de que los araucanosprefieren la muerte a la vergüenza de haber sido vencidos o que los mayoresguerreros rechazan los métodos ilícitos: cuando piensan coger a losespañoles durmiendo con la ayuda de un traidor, los 'soldados principales'no 'iban delante en la primera hilera' como suelen hacerlo en otrasocasiones, porque 'el General usado había de fraude y trato entre ellosreprobado/ diciendo ser vileza y cobardía/ tomar al enemigo descuidado'(XXXII, 22; 846).

En este contexto hay que mencionar también la actitud ejemplar delos indios ante la muerte y la tormenta como en el episodio del yamencionado Galbarino en el canto XXII, al que, para 'ejemplar castigode los rebeldes pueblos comarcanos', se le ordena 'cortar ambas las manos'.Cuando en el canto XXVI los españoles aumentan la crueldad de suscastigos ejemplares queriendo ahorcar a algunos de los presos y Ercillaquiere salvar al menos a uno de ellos, éste se revela como Galbarino sinmanos, que injuria otra vez a los españoles y los incita a darle muerteproclamando 'muertos podremos ser, mas no vencidos/ ni los ánimoslibres oprimidos' (XXVI, 25; 725).

Basta con los ejemplos. Creo haber hecho patente que la imagen de losindios en Ercilla no sólo es sumamente positiva, en oposición a la de losespañoles, sino que ellos aparecen como los verdaderos representantesdel ideal de la virtud antigua (en los numantinos) y medieval (en loshéroes de los romances) de España. El autor nos presenta esta impresión,con cierta habilidad retórica, mediante expresiones de asombro: 'Cosa esdigna de ser considerada [...])/ que gente tan ignota y desviada de lafrecuencia y trato de otra gente,/ de innavegables golfos rodeada,/ alcancelo que así difícilmente/ alcanzaron por curso de la guerra/ los más famososhombres de la tierra' (XXV, 1; 693) y pregunta: '¿Quién les mostró aformar escuadrones, [...] que todo es un bastante y claro indicio/ delvalor desta gente y ejercicio?' (XXV, 3; 694) En el canto XXIX, él mismoda la respuesta: '¡Oh, cuánta fuerza tiene!; ¡oh cuánto incita el amor dela patria [...]!' (XXIX, 1; 783) Los araucanos para Ercilla se conviertenasí en un pueblo que, a pesar de no tener los medios técnicos de losespañoles, ha sabido conservar, a diferencia de éstos, los valores de patria,

i América como exilio para los valores caballerescos? 201

coraje, caballería y constancia. Ya he mencionado los paralelos con laNumancia de Cervantes. El caso más patente es la decisión de los indiosde quemar sus casas y haciendas, así como lo hacen también losnumantinos ante la victoria inminente de Cipión. También en laNumancia, los dos partidos representan dos sistemas de valores: losromanos la técnica superior, la guerra calculada, fría y eficaz quecorresponde a la nueva época maquiavélica del Renacimiento; losnumantinos/ españoles el amor a la patria, el coraje personal, los valorescaballerescos asociables con la Edad Media heroica y la Reconquista. Laguerra de Arauco muestra la misma oposición, sólo que esta vez losespañoles se encuentran del otro lado. Esto podría explicar el hecho deque Ercilla escribió una Araucana y no una Hispaniada; a mi entender,permitiría incluso ver en Ercilla como en Cervantes a dos hombres detránsito que dudan del nuevo sistema de valores y le oponen el viejoparadigma, en una visión heroica como en la Numancia y la Araucana otambién en la irónica del Quijote.

Pero es interesante que Ercilla, a diferencia de Cervantes, proyecte estesistema de valores en los indios, cambiando así mucho la imagen que delindio se tenía. Claro fue después de Colón se había escrito mucho sobrela organización militar y estatal y los logros arquitectónicos de los indios.Pero nadie antes de Ercilla los había presentado como 'los mejoresespañoles'. Por eso, pienso que también la calificación de Ercilla comoHascasiano', que ha impedido durante mucho tiempo un análisis objetivode su obra, es tan superficial como la visión de su poema como expresióndel espíritu chileno propuesta por varios críticos de este país.7 Ercilla noquiere proteger a los pobres indios inocentes y martirizados, quiereproteger el espíritu caballeresco que encarna literariamente en ellos,creando así una imagen totalmente nueva del indio como generoso yvaliente caballero andante en un mundo que ya se ha vueltodefinitivamente moderno.

Post scriptum: Este 'exilio' de los valores caballerescos en el 'NuevoMundo' no se limita sin embargo a los indios: la réplica de Pedro de Oñaal poema de Ercilla muestra al enemigo de éste, García Hurtado deMendoza, en el papel del caballero de virtudes medievales cuandoamonesta a sus tropas: 'Y que tengáis por colmo de la gloria/ Usar con elvencido de clemencia/ De suerte que al furor no deis licencia,/ Paramanchar con sangre la vitoria' (VIII; 134).8 Esto no impide que tambiénlos indios sepan ser generosos y respetar el código de caballeros: cuandoHernán Guillen lucha heroicamente contra muchos indios, el caciqueOrompello quiere impedir que se lo mate con una cita de los romancesdel Cid: 'Afuera, afuera / Quien sabe así matar, no es bien que muera' (X;161). Ya que Galbarino entonces mata por la espalda al heroico españolcomo 'traidor de aleve pecho', la crueldad descrita en Ercilla y Vivaraparece como castigo del cielo.

202 Michael Róssner

Este mundo de los romances está presente dondequiera en la literaturatemprana del continente. Sea en el romance de Cortés, transmitido porBernal Díaz del Castillo ('En Tacuba está Cortés [...]'), sea en los nombresde los nuevos pueblos ('Segura de la Frontera', llama Cortés el lugar en elque escribe su 'Segunda Carta'), sea en la propia concepción de identidadde los conquistadores que, como el Cid, pensaban ir hacia el país de losmoros para compensar con el botín los defectos de su nacimiento desegundones o hidalgos de baja nobleza.9 Es impresionante ver que inclusolos indios, como el famoso Waman Puma de Ayala, aceptan esta visiónfeudal y medieval del mundo. El mundo prehispánico descrito por WamanPuma es un mundo feudal, destruido no por los españoles sino por losalevosos incas, y que habría que restaurar con la ayuda de los españoles,aunque sea reconociendo la superior autoridad del rey español comomonarca del mundo. Sin embargo, los españoles no respetan sus propiosideales: ni en lo espiritual, ni en la esfera profana. Así, el mundo se hapuesto al revés, los 'indios bajos', con la ayuda de los españoles, oprimena la antigua nobleza, la virtud, el espíritu cristiano... 'y no hay remedio',como suele escribir Waman Puma al final de cada capítulo de su Nuevacoránica y buen gobierno (escrita 1595-1615).1() Casi lo mismo parecendecir Ercilla en su Araucana y, a pesar del optimismo para el futuro,Cervantes en su Numancia. El exilio de los valores caballerescos en Américaes un exilio literario, ficticio, independientemente del hecho de si seproyecta en los indios o en los conquistadores españoles; sin embargo, esexpresión de una verdadera y profunda crisis de valores de una Españaapenas salida de la Edad Media y fue sin hallarse preparada ingresa enuna Época Moderna de guerras eficaces, imperialismo mercantil y dominiodel mundo.

NOTAS

1 Véase Leo Pollmann, Das Epos in den romanischen Literaturen: Verlustund Wandlung (Stuttgart: Kohlhammer, 1966), pp. 127-40.

2 Las citas están tomadas de Alonso de Ercilla: 'La Araucana', editado porIsaías Lerner (Madrid: Cátedra, 1993), indicando el canto, la estrofa, yfinalmente la página.

3 Gerónimo de Vivar, Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reinosde Chile, editado por Leopoldo Sáez-Godoy (Berlin: Colloquium, 1979),p.242.

4 Véase Miguel de Cervantes: Numancia, editado por Francisco Ynduraín(Madrid: Cátedra, 1964), I, vv.441 y ss..

5 No quiero citar aquí toda la literatura cervantina que se refiere a estetema. Sin embargo, para una orientación general sobre la mentalidad delRenacimiento español es siempre recomendable el ya clásico libro deOtis H. Green, Spain and the Western Tradition: the Castilian Mind in

¿América como exilio para los valores caballerescos? 203

Literature from El Cid to Calderón, 4 vols (Madison; London: Universityof Wisconsin Press,1966), vol. III; para el aspecto político, véase tambiénJosé Antonio Fernández Santamaría, The State, War and Peace: SpanisbPolitical Thought in the Renaissance 1516-1559 (Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1977).Subrayado mío.Véase Dieter Janik, 'La valoración múltiple del indio en La Araucana deAlonso de Ercilla', en La imagen del indio en la Europa moderna (Sevilla:CSIC, 1990), pp.237-88; e Isaías Lerner, 'Para los contextos ideológicosde La Araucana\ en Lía Schwartz y Isaías Lerner (eds.), Homenaje a AnaMaría Barrenechea (Madrid: Castalia, 1984), pp.261-70.Las citas de Pedro de Oña están tomadas de la edición facsímil (Madrid:Cultura Hispánica, 1944) de la impresión original (Lima: Antonio Ricardode Turín, 1596), indicando el canto y la página.Véanse Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la Conquista de laNueva España, editado por Carmelo Sáenz de Santa María (Madrid:Alianza, 1989), p.485; y Hernán Cortés, Cartas de relación, editado porMario Hernández (Madrid: Historia 16, 1985), p.77.Véase Felipe Guarnan Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno,editado por John Murra, Rolena Adorno y Jorge C. Uriarte (Madrid:Historia 16, 1987).