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    Captulo

    mbitos de gestin en lasinstalaciones acuticas

    Juan Antonio Moreno MurciaFacultad de Educacin. Universidad de MurciaMelchor Gutirrez SanmartnFacultad de Psicologa (FCAFD). Universidad de Valencia

    1. Introduccin.2. Demanda de las instalaciones y programas acuticos.3. Oferta de instalaciones y programas acuticos.

    3.1. Accesibilidad a las instalaciones acuticas.3.2. Ubicacin de las instalaciones acuticas.

    4. El marketing en la gestin de las instalaciones yprogramas acuticos.

    5. Administracin, mantenimiento y gestin del personal tcnico delas instalaciones acuticas cubiertas.6. La informtica en la gestin de las instalaciones

    y los programas acuticos.7. Referencias bibliogrficas.

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    1. INTRODUCCIN

    Existe un creciente inters de los adultos por la natacin, como lo demuestrandistintas encuestas (Dunnett, 1984), siendo la actividad ms popular con 105 millonesde adeptos en USA, comparada con los 20 millones que juegan al tenis, llegando aconfirmarse que en ofertas semejantes los usuarios eligen los centros deportivos quetienen una instalacin acutica (Ellis, 1988). La demanda de los programas en activi-dades acuticas, y no slo en poca estival, es un dato clarificador de la necesidad deconstruccin de instalaciones para su uso. Baste como ejemplo que los programas de

    actividades acuticas son de las principales fuentes de ingresos de los centros depor-tivos privados americanos (Silver, 1992) y tambin de muchos centros espaoles(Blanco, 1991), confirmndose la saturacin existente en los programas acuticos quese desarrollan en instalaciones acuticas cubiertas, dando un claro ndice de la de-manda de los programas acuticos por parte de la poblacin espaola.

    Todo esto hace pensar que es preciso atender a las necesidades de los usua-rios y las expectativas del mercado, teniendo en cuenta que las mismas condicionanel resto de las actividades institucionales, puesto que la gente no desea perder tiempopara aprender destrezas deportivas difciles de adquirir. Considerando la importanciade tales apreciaciones, parece lgico pensar que uno de los objetivos bsicos de ladireccin de las organizaciones ser el de adecuar la infraestructura y los medios a lasnecesidades reales de la poblacin (Gmez, 1991), a diferencia de lo que suceda

    hace pocas dcadas, por lo que consideramos necesario acercarse a un planteamien-to estratgico para dar solucin a los problemas. En otras palabras, debemos acome-ter un estudio de mercado para evitar caer en un error de planificacin (Mestre, 1989).

    La sociedad demanda cada vez ms servicios, flexibles y adaptados a las si-tuaciones continuamente cambiantes de las necesidades del usuario, que cada da esms exigente. El usuario actual de programas fsico-deportivos exige fidelidad y ga-ranta al servicio de sus intereses. Ante el colectivo de clientes, la entidad debe perso-nalizarlos con mentalidad objetiva, siendo la organizacin y sus empleados los pres-criptores del estilo de vida fsico-deportiva ms adecuado a las caractersticas delusuario.

    La frmula del xito en el campo de la actividad fsico-deportiva est en el he-

    cho de acercarse cada vez ms al usuario, adecuarse ms deprisa que otros a susnecesidades y satisfacerlas prestndole un servicio personalizado y eficaz que sediferencie de otras organizaciones deportivas. La ilusin de la mayora de dirigenteses lograr que los usuarios permanezcan en su entidad el mayor nmero de aos,siendo la calidad del servicio, constructo que en muchas ocasiones provoca que lademanda del usuario no coincida con la oferta de la instalacin de programas fsico-deportivos, uno de los elementos a enjuiciar por los propios dirigentes. Por todo ello,consideramos preciso analizar el servicio que se le da a los usuarios, identificando losprincipales elementos que definen la calidad en los programas acuticos. sta depen-de de multitud de pequeos detalles, pudindose considerar como factores ms im-portantes los aspectos constructivos, el mantenimiento de las instalaciones, los conte-nidos tcnico-deportivos, la actitud del personal tcnico y no tcnico, el ambiente o

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    tipo de relacin socio-cultural entre los asistentes a la instalacin, y los servicios com-plementarios que se facilitan a los interesados (Lasuncin, 1983).

    Considerando las anteriores investigaciones y las enmarcadas en el territorioespaol (Peir, 1987 a, 1987 b; Martnez del Castillo, 1986; Garca Ferrando, 1990 a;Vzquez, 1993; A, 1995; Baranda, 1995) que confirman la importancia de las activi-dades acuticas para los ciudadanos espaoles, y de forma especfica en la Comuni-dad Valenciana (Peir, 1987 a, 1987 b; Sanchs, 1994), nos vimos invadidos por cues-tiones tales como: en qu medida eran gestionadas las actividades acuticas?,

    cules son los mbitos de gestin en el campo de las actividades acuticas?, re-nen las instalaciones existentes las condiciones exigidas y responden a las expectati-vas tanto del usuario como de los programas?, la dotacin/construccin de unainstalacin acutica, se decide en funcin de las necesidades y demanda de lasmismas o es a partir de la dotacin que se ofertan los programas y promociona sufuncin? Sin duda alguna, estos interrogantes nos motivaron a decidirnos a realizar unanlisis de forma especfica sobre las instalaciones acuticas cubiertas, con la idea defacilitar el entendimiento del complejo espectro que son las actividades acuticas en elmarco de la Comunidad Valenciana.

    Garca Ferrando (1982, 1986, 1990 a, 1990 b y 1996) es quien ms datos apor-ta sobre los usuarios de instalaciones deportivas, junto a las investigaciones realiza-das por Puig (1983), Martnez del Castillo y cols. (1989), Martnez del Castillo (1983 a,

    1983 b) con motivo de la elaboracin del Censo Bsico Nacional de InstalacionesDeportivas y como estudio tambin reciente encontramos el de Vzquez (1993) en elque analiza las actitudes y prcticas deportivas de las mujeres espaolas.

    Por otro lado, A (1995) recoge las aportaciones realizadas por diversos auto-res en torno a los equipamientos y la conducta de los usuarios de instalaciones depor-tivas, proponiendo el siguiente agrupamiento de variables:

    1. Oferta de instalaciones deportivas, agrupando los datos referidos al tipo deinstalaciones deportivas, instalaciones utilizadas, ubicacin y tipo de usua-rios.

    2. La propiedad y la gestin de las instalaciones deportivas3. Necesidad de instalaciones deportivas, que incluye variables utilizadas por

    diferentes autores, entre las que se resalta: la percepcin de la necesidad denuevas instalaciones, emparejada con la opinin de la situacin y el estadode las instalaciones y la percepcin hacia la creacin de nuevas instalacio-nes.

    4. Cercana de las instalaciones deportivas al hogar y su uso en funcin de lamisma.

    5. Hbitos y conductas en el uso de las instalaciones: los patrones horarios, loscostes de la instalacin, la distancia o el transporte para acudir a las mis-mas, los niveles de ocupacin, la frecuencia de uso.

    6. Satisfaccin general y especfica en el uso de los distintos servicios o equi-pamientos.

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    7. Actitudes frente a la poltica oficial de instalaciones deportivas, que recogenlas funciones que debe desarrollar la administracin, los deportes que debe-ra promover y, en funcin de ello, las instalaciones ms necesitadas, laspreferencias de los usuarios y posicionamientos de stos respecto a la con-centracin o dispersin de las instalaciones, a la cantidad o calidad, instala-ciones populares o de espectculo, de deportes colectivos o individuales.

    Segn las investigaciones de Garca Ferrando (1982, 1986, 1990 a, 1990 b,1990 c, 1991, 1996) y Peir (1987 a, 1987 b, 1990) aparecen diversas variables socio-

    lgicas o psicosociales que son necesarias tener en cuenta en el anlisis de la oferta ydemanda en la prctica fsico-deportiva.

    Del mismo modo, son importantes las aportaciones estadsticas que se hanrealizado a partir de las encuestas generales llevadas a cabo en 1990 por Garca Fe-rrando (1990 a), el estudio de Martnez del Castillo (1983) "sobre la evolucin de lasprcticas fsicas desde 1968 a 1980 y las instalaciones deportivas en Espaa, lostrabajos de Nria Puig (1983), principalmente en su "Reflexin sobre los equipamien-tos deportivos", las del Censo de Instalaciones deportivas de 1987 y 1988 y los datosy reflexiones del profesor Peir (1987-1996), merced a su "estudio psicosocial sobre lademanda y uso de las instalaciones deportivas en la Comunidad Valenciana de 1987,1990 y 1996, tambin dirigiendo los trabajos de Ramos (1991) y Sanchs (1994) y losdatos que aporta sobre la satisfaccin en el uso de las instalaciones y sobre diversos

    aspectos de las preferencias de los usuarios. Como referencia ms reciente se en-cuentra la tesis doctoral del profesor Vicente A (1995) en la que se realiza un anli-sis de los aspectos psicosociales de la demanda y uso de instalaciones deportivas enfuncin del tipo de prctica.

    Las variables ms investigadas de los trabajos analizados hasta el momento,las recoge A (1995) revisando los trabajos de Peir y cols. (1990) y Ramos (1991)quedando resumidas de la siguiente forma:

    La disponibilidad del tiempo libre. El nivel de prctica deportiva de los espaoles. La frecuencia de la prctica. Tipo de prctica y deportes ms practicados.

    Las razones principales que motivan hacia la prctica deportiva y el intershacia el deporte. La centralidad del deporte en la vida de las personas. El asociacionismo deportivo. Tipo de instalaciones deportivas utilizadas. Frecuencia de uso de instalaciones. Nmero de espacios deportivos. Ubicacin de las instalaciones deportivas. Propiedad de las instalaciones. Cercana de la instalacin deportiva al hogar y correlacin con la prctica

    deportiva.

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    Accesibilidad. Costes econmico-temporales de acceso. Las necesidades de instalaciones deportivas. Grado de saturacin de la instalacin. Existencia de las colas en la instalacin. Satisfaccin en el uso de las instalaciones. Hbitos y conductas en el uso de las instalaciones. Gestin y mantenimiento de las instalaciones. Gestin personal.

    Gestin de la oferta y explotacin de las instalaciones. Disponibilidad de vestuarios. Preparacin para discapacitados. Propiedad de la instalacin. Actitudes frente a la poltica de instalaciones deportivas. Preferencias de los usuarios respecto a las instalaciones deportivas. El tiempo libre disponible para la prctica fsico-deportiva.

    En los siguientes puntos analizaremos aspectos relacionados con la demanda,la oferta, el marketing, la administracin, el mantenimiento, la gestin y la informticaen las instalaciones acuticas.

    2. DEMANDA DE LAS INSTALACIONES Y PROGRAMAS ACUTICOSSi nos centramos en el mbito que nos compete, de forma mayoritaria y segn

    el Plan Director de Instalaciones de la Comunidad Valenciana, los usuarios valencia-nos utilizan instalaciones abiertas al pblico en general (69,3%) y tan slo un 8,8%utilizan instalaciones deportivas de uso privado. Aunque posteriormente estos datosgeneran un cambio a la inversa, el 46% las prefiere pblicas y el 28% privadas (San-chs, 1994).

    A pesar de que las instalaciones existentes, tanto pblicas como privadas, lo-gran cubrir una parte de la demanda, se constata en el Plan Director de Instalacionesque no son capaces de satisfacer las necesidades de todas las personas que deseanutilizarlas. En las condiciones de rendimiento actual, el 66,1% de las personas piensa

    que las instalaciones deportivas de propiedad pblica existentes no son suficientespara atender las necesidades de la gente que desea utilizarlas. En el caso de lasinstalaciones privadas el porcentaje es del 47,2%. Bajo la condicin hipottica de quelas instalaciones existentes, tanto pblicas como privadas, funcionaran a plenorendimiento, los porcentajes que las consideran insuficientes para cubrir la demandason el 58,7% en el caso de las pblicas y el 45,8% en el de las privadas. Estosresultados ponen de manifiesto que incluso si funcionaran a pleno rendimiento, lasinstalaciones deportivas existentes son percibidas como insuficientes para cubrir lademanda. Por ltimo, las instalaciones pblicas podran cubrir una demanda msamplia que la que satisfacen en la actualidad si su nivel de funcionamiento seoptimizara. Para ello debera planificarse ms adecuadamente su gestin yprofesionalizarla en los casos en que fuera aconsejable.

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    El 39% de los encuestados manifiesta, segn el Plan Director de Instalaciones ycorroboradas ms tarde por Sanchs (1994), que el tipo de instalaciones ms necesa-rias en la Comunidad Valenciana lo constituan los pabellones y polideportivos cubier-tos. Un 22% apunt las piscinas al aire libre, un 20% a las piscinas cubiertas, un 20%a las pistas pequeas al aire libre, un 18% a los campos grandes al aire libre y un 15%a los gimnasios. De forma similar, en la Enquesta sobre els hbits esportius de lapoblaci a Catalunya, un 25,4% de la poblacin declara que deseara practicar lanatacin de forma habitual aunque no lo hace por falta de tiempo o de instalaciones.

    Asimismo, hay que destacar la percepcin de la poblacin sobre la dotacin de estetipo de equipamientos, as un 51,2% de los encuestados considera las instalacionesacuticas cubiertas como las ms necesarias en su municipio, frente al resto de insta-laciones.

    Como se puede observar las instalaciones acuticas cubiertas son uno de loselementos ms demandados por los valencianos y catalanes, aspecto que tambinnos hizo pensar en un estudio ms detallado del espectro de las instalaciones y pro-gramas acuticos.

    Al plantearnos la correspondencia o no entre la demanda real actual y la ofertade programas acuticos, nos hemos encontrado con una elevada falta de informacinen el tema. De igual forma, Barber y Franco (1990), encontraron escasez de infor-

    macin en las actividades acuticas para invidentes y para nios con edades com-prendidas entre los 0 y los 4-5 aos. Respecto a la demanda en programas acuticosencontramos trabajos como el de Ros (1991) en el que la oferta de programas acu-ticos para discapacitados cerebrales (con alto grado de inmovilidad) o con espinabfida tuvo una gran acogida, aunque los usuarios desarrollaban mejoras relativas a laflexibilidad horaria, mejora en el transporte a la instalacin, el personal de apoyo (vo-luntariado), los precios de inscripcin al programa, aumentar el nmero de plazas yaumentar el lmite de edad para poder realizar el curso.

    3. OFERTA DE INSTALACIONES Y PROGRAMAS ACUTICOS

    Las instalaciones deportivas o espacios deportivos fueron distribuidos en 4 gru-pos por Martnez del Castillo y cols. (1989): pistas pequeas (50%), piscinas al aire

    libre (22%), campos de ftbol (9%) y espacios cubiertos (18%), entre los que se en-contraban las instalaciones acuticas cubiertas.

    Estos datos son importantes para comprender el tipo de prctica que puederealizar o las razones de una mayor incidencia de unos deportes frente a otros. Engeneral, la "aficin" a un deporte o a una actividad fsica determinada debera condi-cionar la construccin del espacio deportivo (Gmez-Cuesta, 1980), pero no siemprees as, porque debe posibilitarse la prctica de nuevas alternativas de ejercicio fsico,que estn proliferando en los ltimos tiempos (Laraa, 1986). De este modo, se ob-serva que de las 23.167 pistas polideportivas, slo 5.543 tienen una superficie polide-portiva que permita la prctica de varios deportes y la disputa, incluso, de competicio-nes reglamentarias. Algo similar ocurre con los frontones que de los 5.774 censados

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    slo 573 son medios y largos, por lo que la mayora son cortos (1.919) o de frontenis(3.102).

    Por lo que respecta a las instalaciones censadas en Espaa a principios de1986 ascendan a un total de 48.205, de las cuales estaban en pleno funcionamientola mayor parte: 43.179, habiendo sido censadas otras 4.869 instalaciones, de las que1.318 estaban en construccin, 1.319 fuera de uso por diversas causas (abandona-das, deterioradas, etc.), 1.299 registraban un uso parcial y 933 eran ampliadas o re-modeladas. Las 45.411 instalaciones deportivas en uso (parcial, completo u objeto de

    remodelacin) albergaban 99.775 espacios deportivos en uso. As, por ejemplo, hay1.778 pabellones o salas de barrio, las piscinas cubiertas son escasas (610) frente alas 16.140 al aire libre, de ellas, las piscinas al aire libre ocupan el 21,7% y las instala-ciones acuticas cubiertas un 0,8% del total.

    Del conjunto de instalaciones acuticas, la mayor parte de los 16.750 vasos es-tn al aire libre, pues tan slo 610 estn cubiertos. Ello restringe, entre otros aspectos,la enseanza de las actividades acuticas en horario escolar y la actividad fsico-teraputica o recreativa en el medio acutico durante la mayor parte del ao. Segn elestudio realizado por Martnez del Castillo y cols. (1989) los tipos de vasos segn seapiscina al aire libre o cubierta son los que se muestran en la tabla 1.

    Tabla 1. Tipos de vasos acuticos censados en Espaa

    (Martnez del Castillo y cols., 1989).

    Tipo de vaso Aire libre CubiertaSaltosDeportivoPolivalenteRecreativoEnseanzaChapoteoOtros

    45971

    2.1276.767

    8701.0794.273

    31101261561051695

    TOTAL 16.140 610

    Segn el equipo tcnico redactor del censo de las instalaciones deportivas de

    Espaa en 1986, las actividades acuticas recreativas ocupan el primer lugar en lasactividades deportivas que pueden ser practicadas en los espacios disponibles. Tieneun carcter menos deportivo en el sentido clsico del trmino y apunta hacia la grandemanda social por este tipo de actividad que, sobre todo en perodos veraniegos,gusta de disfrutar la mayor parte de la poblacin. Obviamente, se trata de una activi-dad con carcter estacional provocando grandes aglomeraciones en el perodo esti-val. Por este motivo, existen unas claras razones que explican la desigual distribucinde las instalaciones acuticas. La actividad turstica influye decisivamente en el nme-ro de las piscinas al aire libre existentes en cada comunidad. Esto explica el elevadonmero de este tipo de espacios existentes en Baleares, Canarias y Catalua. Lasinstalaciones cubiertas tienen una relacin directa con el clima y con el tamao de la

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    poblacin en que se sitan, es decir, con el umbral de poblacin necesario para suimplantacin. Las instalaciones acuticas cubiertas atienden a una lgica parecida.

    Los indicadores de la oferta de espacios deportivos convencionales ubicadosen centros de enseanza, nos sealan que en los centros pblicos el ndice de pisci-nas cubiertas es de 0 y en los centros privados el ndice es de 0,3 nmero de espa-cios deportivos cada 10.000 habitantes.

    El ndice de oferta real y potencial de instalaciones acuticas cubiertas para la

    educacin fsica de los centros pblicos de enseanza (nmero de instalaciones acu-ticas cubiertas por cada 10.000 habitantes) actual es de 0,02 y el ndice potencial esde 0,23.

    Los indicadores de oferta actual estn elaborados a partir de los espacios ubi-cados en los centros pblicos de enseanza. Los indicadores de oferta potencial sebasan en el supuesto de que los alumnos de los centros pblicos de enseanza pu-dieran realizar la educacin fsica en el conjunto de espacios gestionados por losAyuntamientos y otros Agentes Pblicos.

    Los indicadores de oferta municipal segn si la instalacin acutica es cubiertao al aire libre, en Espaa y la Comunidad Valenciana, varan respecto al uso restringi-do de las mismas. Como se indica en la tabla 2, el nmero de habitantes de una insta-

    lacin al aire libre a una cubierta vara en Espaa de 11.145 h a 298.244 h, mientrasque en la Comunidad Valenciana vara de 9.954 h a 746.536 h., dato que confirma lagran abundancia de piscinas al aire libre y la escasez de instalaciones acuticas cu-biertas. De igual forma sucede, pero con cifras ligeramente inferiores, respecto a losindicadores de oferta potencial de instalaciones acuticas pblicas, si hubiera plenaaccesibilidad a ellas.

    Tabla 2. Indicadores de oferta municipal segn el tipo de instalacin(Consejo Superior de Deportes, 1987).

    Piscina al aire libre Inst. acut. cubiertaN. H x IA en la C. Valenciana 9.954 746.536N. H x IA en Espaa 11.145 298.244

    N. H x IA en la C. Valenciana (*) 9.285 466.585N. H x IA en Espaa (*) 10.122 229.008(*) Indicadores de oferta potencial de instalaciones acuticas pblicas, si hubiera plena accesibilidad a ellas.(N. H x IA) Nmero de habitantes por cada instalacin acutica.

    El Censo de Instalaciones muestra datos que sitan las instalaciones de la Co-munidad Valenciana con 13,7 aos de antigedad como media. Ello supone que un23,3% de las instalaciones han sido inauguradas hace ms de 20 aos, un 30% entre12 y 18 aos, un 16,6% entre 8 y 10 aos, y un 20% tiene entre 3 y 8 aos.

    Casi el 5% de las instalaciones presentan problemas de accesibilidad al estarubicadas a una distancia superior a la indicada (Martnez del Castillo y cols., 1989). Noobstante, la problemtica de la ubicacin de la instalacin es muy importante y no slo

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    por la cercana o lejana a las reas residenciales y su posible uso y rentabilidad, sinotambin por una buena planificacin de la gestin y el mantenimiento posterior, comoindican muchos autores (Andrs, 1983; Gmez-Cuesta, 1980; Puig, 1983; Segura,1984; Mestre y Garca, 1992) y la normativa NIDE, para la construccin de instalacio-nes deportivas (1991). Estos planteamientos han sido considerados por algunos auto-res (Ros, 1991) en la oferta de programas acuticos para discapacitados, donde seconsider la accesibilidad de la instalacin en funcin de un estudio previo realizadode instalaciones deportivas y su adaptabilidad, el personal tcnico ya formado, la exis-tencia de monitores de apoyo o bien captacin de voluntariado y las posibilidades de

    transporte.Cuando se analiza la gestin de la explotacin y oferta de las instalaciones en-

    contramos que existe una relacin entre diferentes actividades en la misma segnRamos y cols. (1996). Los tipos de actividades en cuestin son los siguientes: organi-zacin y realizacin de actividades deportivas, fomento y coordinacin de uso colecti-vo de la instalacin, accesibilidad de las instalaciones y uso complementario de lasinstalaciones. Los gerentes participan en la organizacin y planificacin de las activi-dades competitivas y de formacin deportiva de las instalaciones en un 90% de loscasos, encontrando en similares condiciones la tarea de fomento y coordinacin deluso colectivo de la instalacin. La participacin del gerente es decisiva en cuanto a ladisponibilidad horaria de las instalaciones y en los aspectos de atencin al pblico. Encuanto a las actividades de tipo complementario (uso no deportivo de servicios de

    carcter social, sauna, pesas, etc.) las competencias de los gerentes son sensible-mente menores al resto de las tareas de este rea de la gestin.

    Las tareas relacionadas con la organizacin y realizacin de actividades depor-tivas en el gerente es necesario potenciarla puesto que es precisamente el objeto y lamisin de las instalaciones. Respecto a las tareas relativas al fomento y coordinacindel uso de la instalacin deben incrementarse, pues se realizan con poca asiduidad.En la accesibilidad a las instalaciones se cumplen, en la mayora de los casos, suobjetivo. La disponibilidad horaria de las instalaciones es suficiente, aunque la gratui-dad de los servicios y los servicios de atencin al pblico deberan realizarse con ma-yor frecuencia. Los servicios complementarios deben aumentar su actividad en la granmayora de las instalaciones, pues se realiza con poca frecuencia y los cambios socia-les de los ltimos aos, la diversificacin de la oferta deportiva y la difusin que este

    tipo de servicios ha alcanzado entre la poblacin, hacen que los gerentes considerencomo una parte importante de la oferta de las instalaciones cierto tipo de servicioscomplementarios.

    Los principales problemas en la gestin de la oferta se sitan en la saturacinde las instalaciones a ciertas horas, la infrautilizacin de las instalaciones a ciertashoras y la escasez de instalaciones (Ramos y cols., 1996).

    Tordera y Martnez-Tur (1996) describen dos perfiles de gestores en este gru-po. El 85,0% de los gerentes se agrupan bajo las siguientes caractersticas: participanen la toma de decisiones sobre la ejecucin de las tareas de la oferta de instalacionesy planifican las tareas. El 15% restante presenta caractersticas como niveles de eje-

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    cucin deficitarios, tan slo el 50% de las actividades se realizan de forma planificaday el nivel de competencias sobre las tareas es de proponer ms que decidir.

    Otros elementos importantes en la oferta de instalaciones acuticas cubiertasson los que nos brinda la Enquesta sobre els hbits esportius de la poblaci a Cata-lunya en el anlisis de perodos de apertura de la instalacin. Pone de manifiesto queun 42,2% de las instalaciones estn abiertas todo el ao, un 46,7% cierra durante unmes en verano, generalmente en agosto, y el resto cierra ms de un mes al ao.

    El anlisis segn los agentes gestores evidencia que las instalaciones acuticasescolares abren cerca de 11 meses al ao y por el contrario la gestin asociativa tien-de en mayor grado a una apertura anual ininterrumpida. La media de estos datos dacomo resultado que las instalaciones acuticas cubiertas estn abiertas 333 das alaos, cifra que representa un 91,2% de los das posibles. El nmero de horas deapertura semanal se sita en niveles notablemente elevados. La media durante elperodo lectivo es de 89,2% horas, distribuidas en 14,3 horas por da laborable, 10,8horas el sbado y 6,9 horas el domingo. Si se consideran los diferentes agentes ges-tores, las diferencias son notorias. La gestin asociativa parece que favorece unamayor disponibilidad horaria: 96,4 horas por semana, al contrario que las piscinasescolares, que normalmente se encuentran cerradas los domingos y presentan unadisponibilidad horaria sensiblemente inferior, 62,2 horas a la semana.

    Lgicamente, una apertura horaria ms amplia implica una mejor cobertura delos diversos perodos de la jornada. En este sentido, las instalaciones acuticas cu-biertas se caracterizan porque mantienen, en conjunto, una estructura horaria queabarca toda la jornada sin cierre al medioda. En un da laborable, a las 8 horas de lamaana, el 93% de las instalaciones estn abiertas y las 10 de la noche es la horanormal de cierre. A partir de esta hora, un 35% de instalaciones acuticas cubiertasprograman alguna actividad de 22 a 23 horas y solamente un 5% lo hacen de 23 a 24horas. Durante los sbados y los domingos lo ms habitual es que las instalacionesabran por la maana, aunque contina siendo importante el nmero de piscinas queamplan su oferta hasta la noche. Alrededor del 78% los sbados y el 68% los domin-gos.

    Como indican Fbregas y cols. (1994), redactores del Plan Director de Instala-

    ciones y Equipamientos Deportivos de Catalua (PIEC), la formacin deportiva (cursi-llos de natacin, preferentemente) se programan en un 91,9% de las instalaciones.Por el contrario, las actividades de entrenamiento y competicin no aparecen de unamanera generalizada en todos los casos, en un 12% no se programan entrenamientosy en un 38% no se realizan nunca competiciones. Las piscinas de gestin municipalse caracterizan por ser las que ms posibilidades ofrecen para la prctica de la nata-cin no organizada y de participacin en programas de formacin deportiva, en detri-mento de las relacionadas con el entrenamiento. En las instalaciones de gestin aso-ciativa predomina (siempre por detrs de la actividad libre de la natacin), el tiempodedicado a entrenamientos y por delante del programado para el deporte escolar opara la formacin deportiva. Las piscinas de escuelas se caracterizan por el tiempo

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    dedicado a las actividades de educacin fsica escolar, un 34,1% del tiempo progra-mado, muy por encima del resto de los agentes gestores y de la media total (tabla 3).

    Tabla 3. Actividades programadas segn el agente gestor(Fbregas y cols., 1994).

    Actividades Municipal(%)

    Enseanza(%)

    Asociativa(%)

    Media(%)

    Natacin libre 44,8 24,2 39,6 38,7

    Competicin 6,9 11,5 6,4 7,0Entrenamiento 10,1 16,5 21,2 17,6Formacin 20,4 13,7 14,8 17,0E. F. escolar 18,8 34,1 18,1 19,7

    3.1. Accesibilidad a las instalaciones acuticas

    Respecto a la accesibilidad de las instalaciones, tiene un tratamiento caracters-tico en el Censo al dividirlas en dos grandes grupos: uso restringido para usuariospreferenciales, socios, residentes, alumnos o deportistas del club o de la federacin,etc., y uso no restringido y, por tanto, abiertas a cualquier ciudadano.

    Otros autores califican los niveles de accesibilidad no slo en funcin de la po-

    sibilidad o no del uso de una instalacin, sino por su ubicacin o la cercana de lamisma al hogar (Garca Ferrando, 1986, 1991), por los costes econmicos de accesoa la instalacin (Peir, 1987 a, 1987 b; Cratton y Taylor, 1992), por los medios detransporte que se utilice (Peir, 1987 a, 1987 b) e, incluso, por los patrones horariosde la instalacin (Puig, 1983; Peir y cols., 1988) o las modalidades de acceso que enmuchos casos vienen impuestos (Puig, 1983).

    Atendiendo, pues, a un nivel de accesibilidad en funcin de los datos aportadospor el Censo de Instalaciones de 1986, nos encontramos que en Espaa existen mu-chas instalaciones de uso restringido. Nada menos que 48.000 espacios deportivos notienen acceso libre, ni an pagando, frente a 34.000 a los que cualquier persona po-dra acudir, gratuitamente o previo pago (Martnez del Castillo y cols., 1989). Paradji-camente, los espacios menos accesibles son las pistas polideportivas y las salas pe-

    queas, que son las de menor costo de construccin junto con las canchas de tenis ylas piscinas al aire libre. Ello se debe, fundamentalmente, al tipo de propietario o degestor: los colegios, en el primer caso, y el sector turstico o residencial en el segundo.En el lado opuesto se encuentran las salas grandes o pabellones, las instalacionesacuticas cubiertas, los campos de ftbol y los frontones, susceptibles de ser usadospor todos.

    Por lgica, son los Ayuntamientos quienes plantean menos restricciones deuso, ya que el 90% de sus instalaciones son accesibles al pblico y la mitad de ellasde forma gratuita.

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    Las instalaciones de los centros escolares permanecen sin utilizar durante lafranja horaria ms solicitada (de 17 a 18 horas) por no existir un encargado u orde-nanza con disponibilidad de abrir las instalaciones escolares al finalizar la jornadaescolar (Puig, 1983; Peir, 1987 a, 1987 b, 1988; Martnez del Castillo y cols., 1989).Su utilizacin podra liberar muchas de la instalaciones saturadas en la propia pobla-cin y que ponindose a disposicin de la comunidad, una vez terminado el horariolectivo, aliviaran la saturacin de otras (Ibez, 1990).

    3.2. Ubicacin de las instalaciones acuticas

    La gran mayora de estudios coinciden en que la cercana de las instalacionesdeportivas al lugar de residencia influye en la prctica deportiva de una manera indire-cta y no es significativa en la decisin, cuando el grado de oferta tiene ya un niveladecuado, aunque haya que desplazarse (Censo de Instalaciones, 1987; Sanchs,1994; A, 1995). Para Masnou (1986) el lugar de residencia condiciona la participa-cin en actividades deportivas. En este sentido existen discrepancias entre los diver-sos autores, que ms bien son de carcter metodolgico, como reconocen Martnezdel Castillo y cols. (1989) respecto a la problemtica de la ubicacin de las instalacio-nes deportivas y las zonas de residencia de la poblacin, porque la mayora de ellasse encuentran dentro del casco urbano o a menos de 1 km. del mismo.

    Son varios los estudios y los autores que ponen de manifiesto que las clases

    sociales medias o altas son quienes mayor tiempo dedican al deporte (Wright, 1980;Luschen y Weis, 1979; Garca Ferrando, 1982, 1986, 1991; Peir, 1987 a, 1987 b;Vzquez, 1993; A, 1995; Mundina, 1996; Moreno, 1997), entre otras cosas porquedisponen de mayor tiempo libre para poder desplazarse, en caso de necesidad, a unainstalacin deportiva que no est cercana a su casa y de mayores recursos para pa-garse los gastos del desplazamiento.

    La cercana de las instalaciones es un elemento importante en el estudio delprctica fsico-deportiva (Masnou, 1986; Garca Ferrando, 1986, 1991; Peir, 1987 a,1987 b), mientras que el tiempo de desplazamiento a una instalacin es situado, poralgunos autores, entre los costes de la prctica deportiva (Cratton y Taylor, 1992). Noen vano, muchos de los usuarios de instalaciones deportivas se desplazan en vehcu-lo propio outilizan el transporte pblico. Su investigacin abord los temas que esta-

    mos planteando: tiempo de desplazamiento, medios de transporte, y si existen dife-rencias significativas segn las variables gnero, edad, zona urbana de residencia ytipo de prctica propuesta. En sus conclusiones indican que el 91,5% de los ancianosreside a una distancia inferior a 1,5 km., aunque el rea de influencia de un equipa-miento vara segn su ubicacin, siendo la oferta de actividades acuticas la que ge-nera un mayor desplazamiento (Cratton y Taylor, 1992).

    El estudio ms interesante sobre la cuestin ha sido llevado a cabo en Espaapor Burriel y Carrera (1987), quienes investigaron el desplazamiento a la instalacinde las personas de la tercera edad en Barcelona. Los autores concluyeron que era unfactor importante en la organizacin y programacin de actividades deportivas en este

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    segmento de poblacin. Igualmente indican que no existen diferencias significativasentre las variables gnero y edad.

    La opinin de los ciudadanos en ese sentido es muy contradictoria, pues por unlado, el 60% seala que las instalaciones cercanas a casa son insuficientes, pero, porotro lado, esta causa slo representa el 8% de quienes lo alegan como motivo propiopara no practicar deporte.

    La probable influencia sobre la prctica fsico-deportiva de una instalacin cer-

    cana a casa hace que Garca Ferrando (1986) investigue esta relacin y concluyadiciendo que respecto a las piscinas al aire libre de 1982 a 1986 ha variado de un 41%a un 32% mientras que en las instalaciones acuticas cubiertas pasa de un 19% a un14%, confirmando que existe un progresivo descenso en la importancia de las instala-ciones acuticas cercanas al domicilio particular para la prctica acutica.

    4. EL MARKETING EN LA GESTIN DE LAS INSTALACIONESY PROGRAMAS ACUTICOS

    Es un hecho indudable, despus de la revisin que aqu se ha llevado a cabo,que el marketing es una disciplina en continuo crecimiento tanto cientfico como pro-fesional. El hecho de contar con ms deportes profesionales e instituciones profesio-nales, junto con la consolidacin del marketing comercial y el aumento de la demanda

    social hacia estos campos, puede contribuir a desarrollar el marketing social en lavertiente del producto deporte (Su, 1991; Mundina, 1996) y en nuestro caso lasinstalaciones y programas acuticos.

    Las caractersticas propias de este rea son las de informar a los usuarios (ac-tuales y potenciales) de la oferta disponible en la instalacin acutica, con el propsitode aumentar el nmero de usuarios y/o la frecuencia de utilizacin (Ros, 1992), anali-zar las demandas fsico-deportivas que pueden recaer sobre la instalacin acutica,profundizar en el anlisis de la oferta que practica la instalacin acutica, conseguirestudios de ajuste entre la demanda y oferta e intensificar estudios de las posibilida-des de ampliacin de la oferta acutica.

    Autores como Bagozzi (1980), Bloom y Novelli (1981), Armdt (1983), Rivas y

    Marten (1986), Cadotte y cols. (1987), Quintanilla (1988, 1988 a, 1988 b), Quintanilla ycols. (1988), Gmez y Quintanilla (1988), Bernard y cols. (1995), entre otros, han refle-jado en sus trabajos cmo el marketing puede ponerse al servicio de la cultura y dadoque el deporte es considerado como una parte de sta, no tendran que existir ahoraexcesivas reservas para que se acepte la utilizacin del marketing social dentro deldeporte.

    Los programas acuticos, considerados el producto en el marketing de las ins-talaciones acuticas, no pueden ser tratados de la misma forma que los programas deotras actividades fsico-deportivas. Segn Holtje (1981), el xito o fracaso de un pro-ducto en el mercado depende de la forma en que un nmero de elementos de marke-ting, denominado Marketing-Mix, sean combinados. Ante la oferta de un servicio, toda

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    organizacin dispone de un conjunto de elementos para influir en la respuesta que porparte del usuario potencial se pretende obtener, ya que se agrupan bajo la forma deMarketing-Mix. Se les denomina Mix porque es un proceso constante de creacin,definicin y mtua interaccin entre ellos, como respuesta a los cambios de circuns-tancias y necesidades. En el caso de las instalaciones acuticas, ms que hablar dedistribucin ha de hacerse de accesibilidad a las mismas, concepto que quedara en-globado en las caractersticas del producto/servicio por un lado y a la poltica de pre-cios por otro, quedando el Mix de los servicios reducido a las tres P del Marketing: elMix del Producto/Servicio, el Mix del Precio y el Mix de la Promocin (Vieta y Pra-

    mo, 1991 b).Mix del Producto/Servicio. Estara compuesto por las caractersticas propiamen-

    te dichas (gama de servicios incluidos, niveles de calidad y requisitos de inscripcin),personal (formacin de los educadores, trato con los baistas, vestuario identificativoe incentivos laborales), elementos fsicos (ubicacin de la instalacin acutica, am-biente interior y del entorno, materiales deportivos), sistema organizativo (procedi-mientos de inscripcin) y accesibilidad (medios de transporte, aparcamiento y proxi-midad).

    Mix del Precio. Est compuesto principalmente por el precio (percepcin del co-sto, relacin calidad/precio, gama de precios) y bonificaciones (abonos y reduccionesa colectivos).

    Mix de la Promocin. Compuesta por la comunicacin masiva (publicidad, difu-sin, identificar colectivos y diana), comunicacin personal (informacin a los usuariosy correspondencia) e identidad corporativa.

    Estos elementos fueron identificados en su gran parte por otros estudios (Ferre-ria, 1980). Recientemente, uno de los estudios que se encargan de analizar el marke-ting en las instalaciones deportivas es el de Ramos y cols. (1996) quienes analizantres grandes reas: actividades promocionales, anlisis de las demandas de las insta-laciones y anlisis de la oferta deportiva en el mercado. Los gestores intervienen deforma abundante en las tareas de marketing, aunque stas se realizan con muy bajafrecuencia en las instalaciones deportivas. Ello significa que este rea de la gestin, apesar de mencionarse como un tema de gran importancia para las instalaciones y

    estar recogido como un rea de gran inters tanto en la bibliografa especializadacomo por los propios gerentes, no parece haberse puesto en prctica en las instala-ciones deportivas. No obstante, parece notarse una cierta evolucin, y tanto las activi-dades promocionales como las tareas de anlisis de la demanda y de seguimiento delmercado empiezan a tenerse en cuenta.

    Tordera y Martnez-Tur (1996) presentan cinco niveles diferentes de gestores.El primer grupo se destaca porque el 95% de las tareas que llevan a cabo los geren-tes las realizan de forma planificada, la frecuencia de realizacin de los gerentes esms elevada y se percibe una ligera necesidad de mejorar su realizacin. Un segundogrupo, similar al primero, diferencindose de ste en que existe escasa participacinde los gerentes en la toma de decisiones sobre las tareas de marketing y que perci-

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    ben una necesidad de mejora. El tercer grupo se caracteriza por realizar las tareas demarketing con un desempeo inferior al primer grupo, excepto en el nivel de compe-tencias en el que apenas difieren. Un cuarto grupo, donde la frecuencia de realizacinde las tareas es la ms baja de todos los grupos y supone que muchas de las tareasno se realizan en estas instalaciones prcticamente nunca. Sus competencias sonmuy limitadas y no tienen prcticamente ninguna participacin. Por ltimo, el quintogrupo presenta una frecuencia de realizacin de las tareas y un nivel de planificacinmuy bajos, siendo los gerentes que menos perciben la necesidad de mejorar su eje-cucin.

    En toda instalacin acutica, como empresa de servicios que es, el personal nosolamente es el factor clave de produccin, sino que es parte del servicio, al no po-derse aislar del producto total que reciben los clientes. Otro punto de reflexin es elmarketing interno y su tratamiento de capital importancia en los diferentes equipos deprofesionales en las instalaciones. Como ya sealaban algunos autores (Bank, 1992a) lo que marca la diferencia en las instalaciones es la forma de prestar el servicio, elambiente y el comportamiento del personal.

    Finalmente, cabe decir que los mejores clubes americanos utilizan un plan demarketing bastante sofisticado, con una definicin de la estrategia bien clara y una altacreatividad en promociones, publicidad, etc. (Silver, 1992). Todos estos dispositivosprevistos por los gestores de instalaciones deportivas se utilizan con el objetivo de

    aumentar la promocin de los programas en el mismo y nuevos mercados, crear nue-vos servicios en mercados no implantados y los ya implantados (Ripa, 1984; Camps,1988).

    Entre los diversos medios de promocin de las instalaciones y programas acu-ticos encontramos la tramitacin de cartas, llamadas telefnicas, reuniones informati-vas (Ros, 1991), dpticos informativos (Corbi, 1992), campaas de prensa y radio,mailings (Ros, 1992), etc. Por el contrario, existen instalaciones acuticas que no ne-cesitan una campaa de publicidad muy amplia (Blanco, 1991), como es el caso delCentro de Natacin M-86 en Madrid. Los motivos aludidos son el gran acmulo enlistas de espera y por lo tanto sera contraproducente estimular an ms una deman-da que no podra ser satisfecha. Aunque, cuando este centro ha elaborado publicidad,ha optado por los folletos informativos y por la creacin de un puesto de Relaciones

    externas que tiene como funcin el visitar centros escolares, organismos, entidades,clubes, asociaciones, etc., con el fin de captar nuevos centros e informar a los directo-res de los diferentes centros la marcha de cada uno de los cursos. De igual forma,esta persona efecta labores de relaciones pblicas con los usuarios y alumnos delcentro, colabora en la elaboracin del boletn informativo del Centro, y seresponsabiliza de las relaciones externas nacionales e internacionales.

    5. ADMINISTRACIN, MANTENIMIENTO Y GESTIN DEL PERSONALTCNICO DE LAS INSTALACIONES ACUTICAS CUBIERTAS

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    Para que una instalacin funcione bajo unas directrices genricas y enmarca-das en un plan de actuacin contemporneo es importante considerar el funciona-miento de la instalacin a nivel econmico y a nivel de mantenimiento.

    El gerente se caracteriza por su trabajo directivo en el mbito econmico, aun-que esta filosofa no concuerda con los datos obtenidos en la investigacin de Ramosy cols. (1996), donde el gestor dice realizar con una frecuencia insuficiente estas ta-res. Entre ellas, las de seguimiento y control econmico son las que se realizan conuna frecuencia ms aceptable y sobre las que una mayor proporcin de gerentes tie-

    nen competencias. Respecto a las tareas administrativas, los gerentes delegan lascompetencias de gestin sobre las mismas en otros miembros de las instalaciones.La gestin del rea econmico-administrativa es realizada a travs de tres tipos degestores, segn Tordera y Martnez-Tur (1996). Por un lado existe un conjunto degerentes que desempean su puesto de trabajo con un nivel de ejecucin superior alos dems. Por otro lado, un segundo grupo de gerentes ms reducido que tienen unavisin ms negativa de su ejecucin y, por ltimo, aparece una pequea minora conaltas competencias en estas tareas y una frecuencia de realizacin adecuada peroque perciben una gran necesidad de mejora en este rea de gestin.

    El buen mantenimiento de las instalaciones repercute en gran medida en la sa-tisfaccin de los clientes pues, si en un determinado momento pudieron ser captadospor sus buenas condiciones para la prctica fsico-deportiva, a la larga permanecen

    por encontrarla bien cuidada (Lasuncin, 1983). En el rea de mantenimiento deber-an existir ampliaciones y mejoras pero debido a la escasez presupuestaria de la granmayora de las instalaciones no se realizan. Los gestores realizan correctamente laasignacin de tareas de mantenimiento, la supervisin de las mismas y las actividadesde cuidado y conservacin en la instalacin, aunque existen autores (Snchez, 1994)que defienden que la gestin debera realizarse a travs de una gestin privada, dan-do lugar a un ahorro en gastos de mantenimiento. Respecto al perfil del gestor seidentifican tres grupos (Tordera y Martnez-Tur, 1996): uno caracterizado por los ges-tores que realizan con mayor frecuencia las tares de mantenimiento y los que en ma-yor proporcin planifican su realizacin; un segundo grupo lo componen la sexta partede los gerentes, presentando niveles de ejecucin ms deficitarios; el ltimo lo com-ponen los gestores con un elevado nivel de competencias sobre las tareas de mante-nimiento pero con unos bajos niveles respecto a la planificacin de las tareas y una

    frecuencia moderada de realizacin de las mismas.El equipo tcnico profesional, es decir, el personal tcnico de las instalaciones

    promotoras de programas fsico-deportivos es el verdadero motor de todos los pro-gramas. Desde el mdico al educador y desde el personal de recepcin al masajistadeben hablar el mismo idioma y no desentonar (Borras, 1993). Por todo esto, el per-sonal tcnico de las instalaciones deportivas supone para los respectivos gestores undifcil componente de la gestin integral. Entre los diferentes elementos que compo-nen la direccin del personal resaltamos los que Ramos y cols. (1996) establecenpara tal fin: recursos humanos, supervisin del trabajo y relaciones laborales y comu-nicacin. En esta investigacin se afirma que la tarea de direccin de los recursoshumanos slo es realizada por el 50% de los gestores. Por el contrario las tareas de

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    supervisin son realizadas por el 91,5% de los gestores, confirmando esta idea lateora de que los gestores de las instalaciones deportivas se dedican principalmente atareas de seguimiento, supervisin y control en detrimento de otras funciones conmayor contenido de planificacin y de mayor relevancia para el futuro de la organiza-cin. La comunicacin entre los directivos y el personal es responsabilidad del 82% delos gerentes, mientras que el 71% se encarga de mantener canales planificados deexpresin de quejas por parte del personal. En cambio, slo en algo ms de la mitadde los casos cuentan con procedimientos para tratar las relaciones laborales, conflic-tos y negociaciones, y en un 41% existe normativa sobre sanciones. La gestin del

    personal presenta una situacin semejante a la gestin econmica segn Tordera yMartnez-Tur (1996) en la tipologa del gestor.

    6. LA INFORMTICA EN LA GESTIN DE LAS INSTALACIONESY LOS PROGRAMAS ACUTICOS

    El tratamiento de la informtica en la gestin de las organizaciones deportivasno es el objetivo de este captulo, pero consideramos que en la dcada que nos en-contramos y el futuro ms inmediato, ser el instrumento clave que har diferenciar lagestin y programacin tradicional de la gestin y programacin adaptada a la pocaactual.

    El boom de la informtica se produjo cuando los ordenadores pudieron estar in-

    terconectados entre s. Esto aument la comunicacin, multiplicando las posibilidadesde sus servicios y facilitando su desplazamiento. Todo esto, unido a que los lenguajesde programacin se han vuelto ms accesibles, a la multiplicacin del software y a sucreciente compatibilidad, han permitido una mayor facilidad de la utilizacin de la tc-nica informtica por parte de los usuarios que no posean una formacin especfica.

    En trminos de oferta y demanda, las condiciones objetivas de funcionamiento(nmero de asociados, volumen de actividad, masa financiera gestionada) revelan lanecesidad inmediata, casi indispensable, de la informtica (Pigeassou y cols., 1994).

    Los intentos por aproximar e introducir la informtica en las entidades deporti-vas van en aumento (Gisbert, 1991; Rubi, 1992) y sin duda alguna en la sociedad seest imponiendo la informatizacin de todas las organizaciones en general y las fsico-

    deportivas en particular (Pigeassou y cols., 1994). Este continuo arraigo de la inform-tica en las organizaciones especializadas en la promocin de las actividades acuticasha modificado comportamientos, cambiado estructuras y agilizado recursos. En fun-cin del tamao de las empresas, el tipo de gestin y la capacidad de adaptacin, lasentidades, clubes y empresas se han aproximado de modos distintos al mundo de lainformtica.

    Las nuevas tecnologas abren grandes perspectivas dentro del terreno deporti-vo. Entre otros, la informtica, con sus extensiones en el terreno de la telemtica,constituye un instrumento eficaz al servicio del desarrollo del deporte y de su promo-cin gracias a las mltiples posibilidades de aplicacin y de utilizacin susceptibles de

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    ser explotadas. Pigeassou y cols. (1994) resumen en 6 grandes reas de intervencinel conjunto de las aplicaciones informticas en el deporte. La informtica como:

    Instrumento de gestin al servicio de la organizacin. Herramienta de gestin de la prctica deportiva y de los espacios deportivos. Herramienta de gestin al servicio de marketing o de la gestin de la cliente-

    la. Instrumento de investigacin al servicio del deporte. til de enseanza y de animacin.

    Instrumento al servicio de la televisin.

    No es nuestro objetivo el continuar la lnea de investigacin emprendida por es-tos autores, an siendo escasos los trabajos que se pueden encontrar en la materiaespecfica. Segn los mismos autores, la utilizacin de la informtica se remite al m-bito de la actividad privada de los directivos, siendo escasa su utilizacin y aplicacinen otros campos y por otros tcnicos.

    Pero sin duda alguna, los entornos integrados como Windows son los que per-miten combinar determinados programas creando interespacios de comunicacinentre programas independientes y facilitando tambin la transferencia de datos. A razde la investigacin de Pigeassou y cols. (1994) se observ que todas las estructurasinformatizadas poseen uno o varios progamas generales y nicamente un 20% de

    ellas emplea un programa especializado. Todo esto est justificado por la gran libertadque ofrecen los progiciales generales en el planteamiento del problema y en la bs-queda de la solucin adecuada, mientras que los progiciales especializados son pre-definidos para una aplicacin precisa. Entre los progiciales ms estandarizados en-contramos los tratamientos de texto, gestores de bases de datos, hojas de clculo, losprogiciales grficos y los paquetes integrados.

    Pero es en el software especializado donde empieza la diversidad. Entre stosaparecen los progiciales de gestin y los progiciales sectoriales. Los primeros, aunqueescasos en las organizaciones, permiten cubrir la totalidad del dominio de la funcin,incluyendo numerosos programas (contabilidad general, nmina, facturacin, contabi-lidad analtica, tesorera, presupuestos, etc.). Los segundos son concebidos para res-ponder a las necesidades especficas de los usuarios. stos se encuentran en el mer-

    cado pero en nmero restringido. Uno de estos elementos tecnolgicos que se estimplantando en muchas instalaciones acuticas es el control de accesos con fibraptica (CED, 1990), convirtindose en un instrumento esencial para el control de lagestin de las instalaciones. Entre sus principales funciones est el conservar en me-moria los socios que entran y con ello puede impedir que un mismo carnet intente elacceso en un tiempo menor al marcado y se facilita un control estadstico de acceso ala instalacin en forma de grficos, por gnero y por edad. Entre los programas msconocidos de la gestin de la actividad fsica en el medio acutico, se encuentra elprograma de natacin teraputica de S.E.A.E., el programa de anlisis cuantitativo(ACTH2O) de la tcnica de las pruebas de natacin (Sol y Jven, 1995), el programaSOM que es utilizado para los estudios cineantropomtricos de los nadadores-as, elTESTH2O diseado para el control de los sistemas energticos de los nadadores),

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    infinidad de bases de datos que utilizan los respectivos clubes de natacin para con-trolar a todos los usuarios, como por ejemplo GESTALUM, siendo uno de los pocosprogramas que puede elaborar un informe final de los alumnos, utilizando para ello lacombinacin de las informaciones que facilitan las diferentes bases de datos que inte-gran el programa.

    En esta lnea, y con la idea de solucionar algunas deficiencias en la enseanzade las actividades acuticas, emprendimos el diseo de un prototipo de sistema ex-perto en actividades acuticas educativas (Moreno y cols., 1996) apoyado en anterio-

    res investigaciones (Gutirrez y Moreno, 1993 a, 1993 b). Este diseo se esta llevandoa cabo bajo un nico objetivo, el de ayudar al educador del medio acutico a la pro-gramacin de las actividades acuticas educativas. Consiste en el anlisis de unosdatos de entrada que a su vez son contrastados con otros datos, para posteriormentedar una programacin o sesin (salida de datos). Para la utilizacin del programa nose requieren conocimientos en programacin de sistemas expertos. El prototipo deprograma se est diseando bajo entorno Windows para facilitar su manejo a todosaquellos educadores que son usuarios de dicho entorno. En la figura 1 se representa,a grandes rasgos, un diagrama que especifica las principales tareas, alternativas ydecisiones del sistema.

    Figura 1. Principales tareas, alternativas y decisiones del sistema experto enactividades acuticas educativas (Moreno y cols., 1996).

    EDAD

    GENERO

    TIPO PISCINA

    3

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    3. Cada habilidad tiene asociada un conjunto de capacidades con un peso cadauna.

    4. El nivel de una habilidad se calcula en funcin de los pesos y valores de cadaactividad a la que est asociada.

    5. En funcin del tipo de piscina se asigna la importancia de las habilidades.Hay dos tipos de ordenaciones segn la piscina sea PP (piscina profunda),PPP (piscina poco profunda) o PM (piscina mixta). La importancia de lashabilidades ser relevante a la hora de buscar las actividades. Una habilidadms importante que otra se tendr primero en cuenta en la planificacin de

    las sesiones.6. La habilidad ms importante es la que busca de entre sus actividades aso-ciadas aquellas que se ajusten a su nivel, es decir, las que tengan un rangode la habilidad en el que encaje el nivel correspondiente.

    7. De todas las posibles actividades que cumplen el punto anterior se escogesolamente una, que ser la prioritaria. El mtodo a seguir es el siguiente:a) De todas las actividades se escogen aquellas que tengan menor lmite in-

    ferior.b) De todas las anteriores se escoge la que tenga menor lmite superior.

    Evidentemente esto lleva a que ninguna actividad pueda tener el mismorango. sta es la nica condicin de consistencia.

    8. El proceso anterior se repite con todas las actividades de una habilidad. Setermina si suceden dos cosas:

    a) Se ha completado una sesin.b) No quedan ms actividades, por lo tanto se buscar en las actividadesasociadas a la habilidad de un nivel inferior y se realiza el mismo procesohasta que se complete la sesin.

    9. Una vez que se hayan seleccionado todas las actividades, se calculan losnuevos niveles de las habilidades para la prxima sesin. stos sern fun-cin de:a) El nivel anterior.b) El gnero.c) La edad.d) El incremento absoluto que cada actividad aplica al nivel de sus habilida-

    des asociadas.10. Despus de la etapa anterior tendremos nuevos niveles de habilidades con

    los que escoger nuevamente aquellas actividades que mejor se ajusten aellos para completar la nueva sesin.11. El proceso terminar cuando se hayan completado las 20 sesiones. Es en es-

    te instante cuando se producen las salidas.

    Los programas informticos en el campo acutico, al igual que el prototipo ex-puesto, estn en continua evolucin. El prototipo de sistema experto se encuentra alfinal de su elaboracin, pero con continuas innovaciones que van surgiendo en sufinalizacin. El sistema permitir programar sesiones en funcin de las caractersticaseducativas. Gracias a la programacin abierta del software se pueden variar las se-siones, simplemente modificando la asignacin de pesos a las diferentes habilidades,relacionadas con un gran nmero de actividades.

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    Pero a pesar de ello, existe una gran precariedad en el resto de campos quecomponen las actividades acuticas, resaltando de forma principal el marco acuticoeducativo.

    Otro problema que suscita muchos calentamientos de cabeza es el manteni-miento de las instalaciones acuticas. La gestin adecuada de las instalaciones re-quiere una informacin permanente sobre su estado y sobre la evolucin de sus pa-rmetros en el tiempo. Tambin requiere el conocimiento rpido de las posibles alte-

    raciones de los elementos que gobiernan la instalacin con objeto de localizar y pre-venir averas. Por otra parte, tambin es preciso controlar los consumos energticoscon objeto de optimizarlos reducindolos a los valores ms bajos posible. Todo ellosupone, por una parte, poseer permanentemente informacin sobre el estado de lasinstalaciones y por otra la actuacin inmediata de tcnicos especializados para resol-ver los problemas que aparezcan y tomar las medidas adecuadas para mejorar lacalidad del servicio y el rendimiento de las instalaciones acuticas. Una posible solu-cin a estos problemas es la telegestin, pues segn unos datos de entrada se puedeautomatizar el funcionamiento de los equipos, dando lugar a la deteccin de las aver-as sin tener que estar fsicamente presente en la instalacin y antes de que el usuarionote sus consecuencias (Grau, 1995).

    7. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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