AMAR ES SERVIRJn 13, 1-20

(Extraído del libro El Evangelio de Juan. El camino de la vida)

LOS AMO HASTA EL EXTREMO Y EL EXTREMO ERA DAR SU VIDA

POR SUS AMIGOS

Quien ama se pone a servir (13, 1-11)El primer versículo habla de la fiesta de la Pascua, que ya no es la “Pascua de los judíos” sino la de Jesús. La palabra “pascua” significa “paso”. Jesús va a pasar de este mundo al Padre. Es su hora, su Pascua. Esta hora se caracteriza por el amor: Él, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo (13,1), es decir, hasta las últimas consecuencias del gesto de amar, hasta afirmar en la Cruz: Todo está cumplido (19,30).

Lo que viene a continuación es explicación y profundización de lo que significa “amar hasta el extremo”. Tenemos así el episodio del lavatorio de los pies. El lavatorio de los pies se realiza dentro de una comida fraterna.

En el evangelio de Juan no se trata de la Pascua judía. Es una simple comida, símbolo del compartir y de la fraternidad que reina entre personas que se aman.

Sin embargo, entre esas personas hay alguien que no sintoniza con la fraternidad y el compartir: es Judas Iscariote, del cual ya hemos oído decir que era ladrón.

El diablo, es decir, el deseo y las ganas de tener y de acumular se apoderó de él. Por eso está dispuesto a traicionar a Jesús (13,2).

JUDAS ISCARIOTE

Durante la comida, Jesús se levanta, se quita el manto, toma una toalla y se la ciñe a la cintura. Toma agua y una vasija, y comienza a lavar y a enjuagar los pies de los discípulos. En ese tiempo, solamente las personas libres se sentaban para tomar los alimentos, Jesús, por consiguiente está obrando consciente y libremente. Quitarse el manto significa dejar de lado todo privilegio o posición social. El se humilla completamente, y se pone a hacer lo que hacían los esclavos no judíos o las mujeres, porque eran ellos quienes debían lavar los pies de sus señores.

El evangelio no dice quién fue a quien lavó Jesús los pies. Eso es señal de que Jesús no privilegia a ninguno. Todos reciben su amor-servicio de un modo igual e imparcial, inclusive el traidor.

Entra en escena Simón Pedro. Él, desde su primer encuentro con Jesús, recibe un nombre nuevo (1,42).Eso significa que Simón Pedro representa a aquellas personas que siguen a Jesús, pero todavía no se “han encontrado”, no han hallado su identidad de discípulos.

Por eso Simón Pedro reacciona con energía. Él sigue creyendo que es muy normal que en una comunidad algunos sean señores y otros sean siervos,

los primeros llenos de derechos y los segundos llenos

de deberes. Él cree ingenuamente en una sociedad de

desiguales. Por eso no admite que el Señor le lave los

pies. La respuesta de Jesús coloca a Simón Pedro ante

una opción: en la comunidad, no participa del proyecto

de Jesús aquel que cree y obra como si estuviese en una

sociedad de desiguales: Si no te lavo, no tienes parte

conmigo (13,8).

Simón Pedro cede, pero ciertamente todavía no ha entendido el alcance del gesto de Jesús: Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza (13,9). La cuestión es ésta: ¿Será que Simón Pedro está dispuesto a solidarizarse con Jesús hasta el final? La narración de la pasión mostrará que Simón Pedro ha quedado extremadamente frustrado con Jesús. Por eso dirá tres veces que no es discípulo suyo.

Tal maestro, tal discípulo (13,12-17)

Después de lavar los pies de los discípulos, Jesús

vuelve a tomar el manto y se sienta de nuevo a la

mesa, es decir, vuelve a la condición de persona

libre. Aquí hay un detalle muy importante: el

evangelio no dice que Jesús se ha quitado la toalla,

símbolo del servicio por amor. Tenemos la

impresión de que Él se vistió el manto encima de la

toalla. Ese detalle es muy significativo, pues el

servicio de Jesús continuará hasta la cruz

Poco antes de morir dirá: Todo está cumplido (19,30). El lavatorio de los pies de Jesús termina en la cruz, en la entrega de la vida por amor. Su servicio será completo cuando entregue la vida totalmente.

Lo que viene en seguida tiene el valor de un testamento: ¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman el Maestro y el Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque les he dado ejemplo, para que también ustedes hagan como yo he hecho con ustedes (13, 12-15). Hay diferencia entre Jesús y los discípulos: Él es el Maestro y el Señor; ellos son sus amigos (cf 15,15). Pero esa diferencia no es motivo para dominar. El Maestro y el Señor se hizo siervo para dar su vida: ¿Cómo deberán ser los que pretenden seguirlo? ¿Cuál deberá ser la práctica de los discípulos de Jesús?.

Jesús asegura que la felicidad no está en los títulos, honra, o posición social que las personas ocupan. La felicidad está en descubrir el camino del servicio que entregue la vida por amor: Sabiendo esto, dichosos serán si lo cumplen (13,17).No servir es traicionar a Jesús (13, 18-20)El traidor está dentro de la comunidad de los que siguen a Jesús: Judas Iscariote, figuras importante desde la comida en Betania, en casa de Lázaro, Marta y María. El representa a los que no renuncian a sus privilegios y no quieren compartir los bienes ni colocar la propia vida al servicios de los otros, como lo hizo Jesús.

Judas anda con Jesús, pero no comparte su proyecto. Él quiere acumular (cf 12,6) y, al obrar así explota a los otros, y se convierte en el traidor del proyecto de Jesús.De ahora en adelante, es así como Jesús quiere a sus discípulos: como mensajeros suyos, anunciadores del compartir, que crea nuevas relaciones fraternas entre todos. En esa forma, el ideal del compartir y de la igualdad entre todos va tomando cuerpo y haciendo historia, porque quien acepta esa propuesta está recibiendo, al mismo tiempo, a Jesús y al Padre que lo envió: “Quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado” (13,20).

Para continuar la reflexión…

1. ¿Qué representa el lavatorio de los pies?

2. ¿Cómo traducir hoy, en gestos concretos, el lavatorio de los pies?

3. ¿Por qué Simón Pedro reaccionó ante el gesto de Jesús?

4. Y nosotros, ¿cómo imaginamos a la comunidad y cómo vivimos en ella: como lugar de hermanos o como lugar de promoción social? ¿Qué significa, concretamente, amar hasta el final?

5. ¿Dónde y cuándo Jesús sigue siendo traicionado hoy?