alocusió cardenal lercaro pobres

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ANEXO 161 1. Venerables hermanos , , OBJET? CENTRAL DEL CONCILIO: La Igle- de Cristo revelándose, viviendo V traba- jando entre los hombres. . En primer lugar quiero insistir sobre todo,l? clue ha sido dicho ya por los Emi- Cardenales Suenens y Montini: el de este Concilio, el orden y la reducclO.n de sujetos tratados y sobre todo la necesidad de elaborar una doctrina so- bre la Iglesia. Vam.os en busca de una doctrina sobre la, Iglesia que sea capaz de ir hasta lo mas profundo, más allá de los rasgos de orden jurídico, a los cuales, muy a menu- do, parecen haberse limitado los esque- mas. La de esta sesión parece sido la siguiente: dos meses de trabajos y de búsqueda humilde, libre y fraternal, con la ayuda del Espíritu Santo nos conducido a comprender mejor: todos Juntos, 10 que el Vaticano II debe proponer a los hombres de este tieropo. o sea, el Misterio íntimo de la Iglesia, que es como el gran Sacramento de Cristo, Verbo de Dios. revelándose, viviendo y tra- bajando entre los hombres. 2. UNA GRAVE LAGUNA: El Misterio de Cristo en los Pobres, no aparece en la doctrina sobre la misma Iglesia. (Esto todavia re- sulta exacto en los esquemas actuales). Y, sin embargo, esta verdad es esencial y primordial en la Revelación. Mi propósito aspira. hacernos. atentos a este aspecto visible del Misterio de Cristo en la Iglesia, no sólo permanente y esencial, sino también de la más grande actualidad histórica. Quiero decir que el Misterio de Cristo en la Iglesia es siempre pero sobre todo hoy, en nuestros días, el misterio de Cristo en los pobres, ya que la Iglesia, como dijo el Santo Padre Juan XXIII, es la Iglesia de todos, pero especialmente «la Iglesia de los pobres». Leyendo el sumario de todos los es- quemas, que se nos entregó ayer, quedé algo confuso y desagradablemente, sor- prendido al encontrar en él, esta laguna: ninguno de los esquemas que nos han presentado o que nos presentarán, parece tener en cuenta un proyecto, explícita y formalmente de acuerdo con la coyuntura 11

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Discurso del Cardenal Lercaro en en Concilio Vaticano II

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ANEXO1611.Venerableshermanos, ,OBJET?CENTRALDELCONCILIO: LaIgle-deCristorevelndose,viviendoV traba-jando entre los hombres. .En primer lugar quiero insistir sobretodo,l?clue hasidodicho yapor losEmi-CardenalesSuenens y Montini:el de este Concilio, el orden y lareducclO.ndesujetos tratadosysobre todola necesidad de elaborar una doctrina so-brela Iglesia.Vam.os enbusca deunadoctrinasobrela, Iglesia que sea capaz de ir hasta lomas profundo, ms all de los rasgos deordenjurdico, alos cuales, muyamenu-do, parecen haberse limitado los esque-mas.La de esta sesin parece sido la siguiente: dos meses detrabajos y de bsqueda humilde, libre yfraternal, conlaayudadel EsprituSantonosconducido a comprender mejor:todos Juntos, 10 que el Vaticano II debe

proponer a los hombres de este tieropo.o sea, el MisteriontimodelaIglesia, quees como el gran Sacramento de Cristo,VerbodeDios. revelndose, viviendo ytra-bajandoentre los hombres.2. UNAGRAVELAGUNA: ElMisteriode Cristoen los Pobres, no aparece en la doctrinasobre la mismaIglesia. (Esto todavia re-sultaexactoen los esquemas actuales). Y,sin embargo, esta verdad es esencial yprimordial en la Revelacin.Mi propsito aspira.hacernos. atentos a este aspecto visible del MisteriodeCristoenlaIglesia, noslo permanenteyesencial, sinotambindelams grandeactualidad histrica. Quiero decir que elMisterio de Cristo en laIglesia essiemprepero sobre todo hoy, en nuestros das, elmisterio de Cristo en los pobres, ya quela Iglesia, como dijo el Santo PadreJuan XXIII, es la Iglesia de todos, peroespecialmente la Iglesia de los pobres.Leyendo el sumario de todos los es-quemas, que se nos entreg ayer, quedalgo confuso y desagradablemente, sor-prendido al encontrar en l, esta laguna:ninguno de los esquemas que nos hanpresentado oque nos presentarn, parecetener en cuenta un proyecto, explcita yformalmente deacuerdoconla coyuntura11162LOS POBRES, JESS Y LA IGLESIAANEXO 1633. NUESTRODEBER: Colocarenel centro deesteConcilio el Misterio de Cristo en losPobres ylaevangelizacinde los pobres.He aqu por qu, al trmino de estaprimera sesin del Concilio, hemos dereconocer y declarar solemnemente; Noy enlaTradicinhistrica; este aspecto esencial yprimor-dial del Misteriode Cristo._ aspecto anunciado por los profetas co-moseal autntica de la consagracinmesinica de Cristo;- aspecto exaltado por la misma Madre,del Salvador en la Encarnacin delVerbo;- aspecto que ha venido a ser claro ypatente con el nacimiento, infancia,vida oculta y ministerio pblico deJess;- aspectoque eslaleyyfundamentodelReinode Dios;aspectoque infundesu marca peculiaratodaefusindegraciayala vidadela Iglesia, desde la Comunidadapost-lica hasta las pocas de ms intensarenovacininterior yde expansinex-terior de la Iglesia;aspecto, enfin, que ser sancionadoenlaeternidadcon el premiooel castigo,en el segundoyglorioso advenimientodel Hijo de Dios, al fin de los tiem-pos.Nuestra poca loexigelospobres nosonevangelizadosLa humanidad es-tangustiadaporlamiseria de loshombres y lospueblosLos bienes mate-riales estn malrepartidos y s ecorre t r a s elloscori avidezl'cumpliremos debidamente nuestra tarea,no tendremos en cuenta con esplntuabiertoel designiode Dios yla esperadelos hombres, si no ponemos cama centroy alma del trabajo doctrinal y legislativode este Concilio, el Misterio de Cristoenlos pobres y la evangelizacin de los po-bres.Es, en efecto, un deber evidente, con-creto, actual, urgente de nuestrapoca:- en una poca en que, cotejndola conotras, los pobres parecen ser menosevangelizados, y en que sus cuerposaparecen alejados y extranjeros conrelacin al Misterio de Cristo en laIglesia.enunapoca en que el espritudeloshombres inquiere y escruta entre lascuestiones angustiosas, casi dramticas,el misterio de la pobreza y la condi-cin de los pobres, de cada individuoytambinde lospueblos que vivenenla miseriaperoque sehacen conscien-tes, una vez ms, de sus derechospropios.en una poca en que la pobreza de. lamayora (losdos tercios de lahumani-dad) esinjuriada, teniendopresente lasriquezas inmensas de una minora;poca enque lapobrezainspiraunho-rror cada vez ms grande alas masasy que el hombre carnal siente la sedincoercible de riquezas.164 LOS POBRES, JESS Y LA IGLESIAANEXO1655. TEMAS PRINCIPALES DE TRABAJO DOCI'RINAL4. ELOBJETIVODELCONCILIO: Laevangeliza-cindelos pobres noes unodelostemasde este Concilio, sino la razn central,incluso para launidad de los cristianos.Recordando, como ya otros lo hanhecho, el problema de la evangelizacinde los pobres, estoy muy lejos de quereraadir otro puntoal sumario, yabastantecopioso, delos temas tratados por el Con-cilio. Sin embargo tengo inters enafir-mar:Nosatisfaramos a las exigencias msurgentes ymsprofundas de nuestro tiem-po (incluyendo nuestro gran anhelo defavorecer la unidad de todos los cristia-nos), sino que las defraudaramos; si ni-camentetratramos el tema dela evange-lizacindelospobres, comounodetantosdel Concilio.Si de verdad, como seha dicho reite-radas veces, la Iglesia es el tema de esteConcilio, puede afirmarse en consonanciacon la verdad eterna del Evangelio y, almismotiempode acuerdoperfectoconlacoyuntura presente: el tema del Concilioesla Iglesiaen tantoque es, esencialmen-te: laIglesiadelospobres.1) la pobreza co'mo signo y for-ma de la IglesiadeCristo2) 1a identifica-cin de Cristo ylos pobres, y enconsecuencia s ulugar preeminen-te en la Iglesia3)la conexin en-tre esta identifi-cacin yla delaEucarista y laje-rarquaQuedando pues bien delimitadoel ob-jetivodel Concilio, me permitirhacer lassiguientes proposiciones:1) Que en los futuros trabajos, elConcilio se tome no solamente cierto in-ters, sino, por decirlo as, uninterscapi-tal, enla elaboracinde la doctrinaevan-glicadelasantaPobrezade CristoenlaIglesia: que haga resaltar el designio di-vino de escoger la pobreza como signo yforma -este Sacramento es gTande, merefieroen Cristo y la Iglesia- de la pre-sencia y de la virtud salvfica del Verboencarnadoentreloshombres.2) Que goce tambin de una priori-dad semejante, la elaboracin de la doc-trina evanglica sobre la eminente digni-daddelospobres entantoquesonmiem-bros privilegiados de la Iglesia, ya quepreferentemente en estos miembros, elVerbo deDioshaocultadosugloriahastael fin de los tiempos.3) Que, a peticin de la mayora, enla nueva organizacinde todos los esque-mas doctrinales, encuentre un lugar des-tacadoentodos lospuntostratados, yquese pongaderelieve, laconexinontolgicaentrela presencia de Cristo enlos pobres6. EJEMPLOS DEREFORMAS PASTORALES E INS-ITI'UCIONALESLOS POBRES, JESS Y LA IGLESIA1) La delimitacin del uso de losmedios materiales, en especial de los quellevanconsigoy ens mismos una menorapariencia de santa pobreza, segnla ex-presin: Oro ni plata no tengo, pero loque tengoestote doy2) El bosquejode un nuevoestilo deetiqueta para los Pontfices, de tal ma-nera que ni cause extraeza a la sensibi-lidad de los hombres de este tiempo nisea unaocasinde escndaloparalos po-bres, evitando parecer ricos, nosotros quea menudosomos pobres.3) Lafidelidadalasantapobreza, nosolamente individual sino tambin comu-nitaria, por parte de las familias reli-giosas.4) Un nuevo comportamiento en elorden y dominio econmico, abandonan-do ciertas instituciones de tiempos pasa-dos, desprovistas de utilidad y que seoponen al libre y generoso trabajo apos-tlico.167 ANEXOc)pobrezacomu-nitaria de las r-denesycongrega-ciones religiosasd) desconexinysuperacindesis-tem a s econmi-cos caducos porun orden nuevob) estilo de vidade los obisposa) usode losbie-n e S materiales:ni oro ni platay las otras dos realidades ms profundasdel Misterio de Cristoen la Iglesia, a sa-ber :. la presencia de Cristo en la accineucarstica por la cual la Iglesia se uni-fica yseconstituye, ylapresenciade Cris-to enla jerarqua sagrada que instruye ygobierna a la Iglesia.4) Que tenga, asimismo, en laelabo-racin del esquema sobre la reforma delas instituciones eclesisticas y los m-todos de evangelizacin, un lugar especial,yse d toda la importancia que se me-rece ala conexinhistricaentre el reco-nocimiento sincero y eficaz de la emi-nente dignidadde los pobres en el Reinode Dios y en la Iglesia, y por otra parte,nuestra capacidad de discernir los obs-tculos, las posibilidades y los mtodosde reajuste de las instituciones eclesis-ticas.1664)el vnculo his-tricoe n t r e laorientacin hacialos pobres y lasposibilidades d erenovacindelasinstitucionesecle-sisticas y misio-neras,IEstablecido esto, bastar con dar, aguisa de conclusin y de confirmacinprctica, algunos ejemplos de los punto:>en que ser necesarioaplicar nuestros de-cretos de reforma, con prudenciay mode-racin bien entendidas, pero tambin sinninguna timidez ni compromiso;7. CONCLUSIN: La prioridaddelaevangeli-zacindelospobres, puntoclavede todaladoctrina de uninde todos loscristia-nos y respuestaatodos loshombres.Si nos mostramos dciles al plan dela divina Providencia afirmando y reivin-168 L05 POBRES, JESS Y LA IGLESIAdicando la primaca de la evangelizacindelospobres, noserdifcil, conlaayudadel Espritu Santo y la proteccin de laSantsima Virgen, encontrar para todoslos problemas, tanto doctrinales comoprcticos, un mtodo autntico de pre-sentacin integral -sin ninguna reticen-cia oatenuante-, del eterno einmutableEvangeliodeDios. Comotambindepro-ponerlode tal manera que rena ms f-cilmente en la unidad a.toda la familiacristiana, comoel Padre yel Hijoson uno,y que toque ms profundamente a loscorazones, cumpliendo la esperanza detodos los hombres de este tiempo, espe-cialmente de los pobres en la Iglesia deCristo, que siendo ricosehizopobreparaenriquecernos con su Gracia y con suGloria.o. /./! r: /.JJ1.ft(t.!,{,.o c"",,--{l./noaln:'l'!carto/ (i.,. 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