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Alocución del Día del Maestro Docente educador, tú eres un grito de fe porque crees en el hombre; un grito de esperanza porque siembras lo que otros cosecharán; un testimonio de amor porque mueres un poco cada día para que otros vivan plenamente. No dejes de sembrarte con coraje en el surco del corazón humano, y volverás a ser pan en muchas mesas para vivir cuando ya no vivas. Anónimo El próximo 1 de diciembre se estará celebrando el Día del maestro, fecha seleccionada en el calendario panameño en conmemoración al nacimiento de Manuel José Hurtado, quien por su generosidad y empeño a favor de la educación popular es considerado “Padre de la Instrucción Pública en el Istmo”. Panamá no escapa de la agobiante influencia negativa que prolifera por los medios masivos, la constante violencia social y política, la desintegración de muchas familias… Cada día crece la necesidad de contar con maestros abnegados, de aquel que “pone la luz de la vida en el alma de la juventud” y cuya responsabilidad es llevar a cabo las transformaciones que requieren nuestros pueblos. En este Siglo XXI, lleno de retos, la educación debe servir para eliminar los obstáculos que imposibilitan al alumno a ser partícipes de los progresos de la humanidad. Nuestros estudiantes son el país en marcha y es por eso que no puede ser ignorado el papel preponderante que juegan los docentes en el desarrollo

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Alocución del Día del Maestro

académico, social y cultural de nuestra nación. Estamos convencidos que la persona del maestro es una figura de máxima importancia en la Educación, ya que con su actitud, conocimientos y herramientas es capaz de guiar a los niños, adolescentes y jóvenes panameños hacia nuevos modelos de desarrollo de competencias. Sin un maestro no hay profesiones.

Después de los padres, la figura del docente, es sin lugar a dudas la más importante en la vida del ser humano. ¿Quién no recuerda con regocijo a aquel personaje que le enseñó a leer y a escribir?

Queremos enaltecer a todos los maestros panameños que convirtieron “la escuela en su campo de guerra”, fortaleciendo los valores y haciendo germinar la semilla de la esperanza, la honestidad, la responsabilidad para engrandecer la Patria; a los que se despiertan muy temprano recorriendo largos caminos para llegar puntuales a sus escuelas; a los que se preocupan por cada uno de sus alumnos, poniendo gran empeño en los rezagados; a los que dedican horas adicionales, robándole el tiempo a su familia para capacitarse y planear sus clases; a los que comparten materiales educativos de sus hijos con sus alumnos; a todos los que eligieron las aulas y con pasión cumplen con ese rol de educar y de enseñar porque creen que el futuro se construye desde el presente regalando a sus estudiantes los conocimientos que les permitan insertarse a esta sociedad del siglo XXI.

No podemos dejar de recordar a los que están allá en lo alto con el Maestro de Maestros, los que ofrendaron sus vidas en aras de una mejor educación para sus alumnos. En cada niño quedarán sus enseñanzas.

A ti, maestro panameño que “esparces torrentes de luz”, nuestro merecido reconocimiento y agradecimiento por el trabajo realizado todos los días del año.

¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de Maestro, que Tú llevaste por la Tierra.

¡Felicidades Maestro!

Docente educador, tú eres un grito de fe porque crees en el hombre;un grito de esperanza porque siembras lo que otros cosecharán;

un testimonio de amor porque mueres un poco cada díapara que otros vivan plenamente. No dejes de sembrarte

con coraje en el surco del corazón humano,y volverás a ser pan en muchas mesas

para vivir cuando ya no vivas.Anónimo

El próximo 1 de diciembre se estará celebrando el Día del maestro, fecha seleccionada en el calendario panameño en conmemoración al nacimiento de Manuel José Hurtado, quien por su generosidad y empeño a favor de la educación popular es considerado “Padre de la Instrucción Pública en el Istmo”.

Panamá no escapa de la agobiante influencia negativa que prolifera por los medios masivos, la constante violencia social y política, la desintegración de muchas familias… Cada día crece la necesidad de contar con maestros abnegados, de aquel que “pone la luz de la vida en el alma de la juventud” y cuya responsabilidad es llevar a cabo las transformaciones que requieren nuestros pueblos.

En este Siglo XXI, lleno de retos, la educación debe servir para eliminar los obstáculos que imposibilitan al alumno a ser partícipes de los progresos de la humanidad. Nuestros estudiantes son el país en marcha y es por eso que no puede ser ignorado el papel preponderante que juegan los docentes en el desarrollo

académico, social y cultural de nuestra nación. Estamos convencidos que la persona del maestro es una figura de máxima importancia en la Educación, ya que con su actitud, conocimientos y herramientas es capaz de guiar a los niños, adolescentes y jóvenes panameños hacia nuevos modelos de desarrollo de competencias. Sin un maestro no hay profesiones.

Después de los padres, la figura del docente, es sin lugar a dudas la más importante en la vida del ser humano. ¿Quién no recuerda con regocijo a aquel personaje que le enseñó a leer y a escribir?

Queremos enaltecer a todos los maestros panameños que convirtieron “la escuela en su campo de guerra”, fortaleciendo los valores y haciendo germinar la semilla de la esperanza, la honestidad, la responsabilidad para engrandecer la Patria; a los que se despiertan muy temprano recorriendo largos caminos para llegar puntuales a sus escuelas; a los que se preocupan por cada uno de sus alumnos, poniendo gran empeño en los rezagados; a los que dedican horas adicionales, robándole el tiempo a su familia para capacitarse y planear sus clases; a los que comparten materiales educativos de sus hijos con sus alumnos; a todos los que eligieron las aulas y con pasión cumplen con ese rol de educar y de enseñar porque creen que el futuro se construye desde el presente regalando a sus estudiantes los conocimientos que les permitan insertarse a esta sociedad del siglo XXI.

No podemos dejar de recordar a los que están allá en lo alto con el Maestro de Maestros, los que ofrendaron sus vidas en aras de una mejor educación para sus alumnos. En cada niño quedarán sus enseñanzas.

A ti, maestro panameño que “esparces torrentes de luz”, nuestro merecido reconocimiento y agradecimiento por el trabajo realizado todos los días del año.

¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de Maestro, que Tú llevaste por la Tierra.

¡Felicidades Maestro!

Docente educador, tú eres un grito de fe porque crees en el hombre;un grito de esperanza porque siembras lo que otros cosecharán;

un testimonio de amor porque mueres un poco cada díapara que otros vivan plenamente. No dejes de sembrarte

con coraje en el surco del corazón humano,y volverás a ser pan en muchas mesas

para vivir cuando ya no vivas.Anónimo

El próximo 1 de diciembre se estará celebrando el Día del maestro, fecha seleccionada en el calendario panameño en conmemoración al nacimiento de Manuel José Hurtado, quien por su generosidad y empeño a favor de la educación popular es considerado “Padre de la Instrucción Pública en el Istmo”.

Panamá no escapa de la agobiante influencia negativa que prolifera por los medios masivos, la constante violencia social y política, la desintegración de muchas familias… Cada día crece la necesidad de contar con maestros abnegados, de aquel que “pone la luz de la vida en el alma de la juventud” y cuya responsabilidad es llevar a cabo las transformaciones que requieren nuestros pueblos.

En este Siglo XXI, lleno de retos, la educación debe servir para eliminar los obstáculos que imposibilitan al alumno a ser partícipes de los progresos de la humanidad. Nuestros estudiantes son el país en marcha y es por eso que no puede ser ignorado el papel preponderante que juegan los docentes en el desarrollo