algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

25
Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia entre los nahuas de la Sierra de Puebla (México) PATRíZIA BuRol Universidad de Roma “La Sapienza” “El problema de la historia no se sitúa entre pintor y cuadro, ni siquiera —audacia que hubiera sido considerada excesiva— entre cuadro y paistje, sino más bien en el paisaje, en e] corazón de la vida” (Braudel, 1994: 25) En la perspectiva en transformación en que se mueven hoy los paradig- mas epistemológicos de las ciencias sociales, la contribución hecha en los anos cincuenta por algunos estudiosos de la llamada “escuela francesa” a la reformulación de la historiografía contemporánea aparece todavía cargada de indicaciones metodológica estimulantes y de fecundas intuiciones críticas. Este ensayo ‘,que ciertamente no se propone hacer un examen exhaustivo de las corrientes historiográficas surgidas de esa escuela, quiere ser una oca- sión de reflexionar sobre algunas de esas intuiciones, en relación con las más recientes instancias desconstructivistas y reflexivas en la antropología por un lado, y por el otro con las orientaciones teóricas y metodológicas que han intentado ofrecer un espacio para la convergencia de la antropología y la his- toria, de las que en mi opinión podrían surgir puntes de fuga de la crisis de sentido determinada por las instancias antes mencionadas. Espero que esa reflexión encuentre una verificación empírica apropiada en el análisis de algunos datos de campo 2 que cierra este escrito. Como es sabido, es en el escenario intelectual de los A anales que madura la crítica a una concepción conjetural de la historia, fundada en el artificio de Agradezca al profesor Carmelo Lisón Tolosana la oportunidad de estar presente en este volumen dedicado a la taemoria de Italo Signorini, maestro inolvidable, fuente y base de mi formación etnológica. Rct¡,sro de Antropología Social, nY 5. Servicio de Publicaciones. UCM, 1996

Upload: others

Post on 15-Jul-2022

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunasreflexionessobrela percepciónde la historia entrelos nahuas

de la Sierra de Puebla(México)

PATRíZIA BuRolUniversidaddeRoma“La Sapienza”

“El problemade la historiano se sitúaentrepintory cuadro,ni siquiera—audacia

quehubierasidoconsideradaexcesiva—entrecuadroy paistje,sino másbienen el

paisaje,en e] corazónde la vida”(Braudel, 1994: 25)

En la perspectivaen transformaciónen que se muevenhoy los paradig-mas epistemológicosde las ciencias sociales,la contribuciónhechaen los

anoscincuentapor algunosestudiososde la llamada“escuelafrancesa”a lareformulaciónde la historiografíacontemporáneaaparecetodavíacargadadeindicacionesmetodológicaestimulantesy de fecundasintuicionescríticas.

Esteensayo‘,que ciertamenteno seproponehacerun examenexhaustivode las corrienteshistoriográficassurgidasde esaescuela,quiere serunaoca-sión de reflexionarsobrealgunasdeesasintuiciones,en relación con las másrecientesinstanciasdesconstructivistasy reflexivas en la antropologíapor unlado, y por el otro con las orientacionesteóricasy metodológicasque han

intentadoofrecerun espacioparala convergenciade la antropologíay la his-toria, de las que en mi opinión podríansurgir puntes de fugade la crisis de

sentidodeterminadapor las instanciasantesmencionadas.Esperoqueesareflexión encuentreuna verificación empíricaapropiadaen el análisis dealgunosdatosde campo2 quecierraesteescrito.

Comoes sabido,es en el escenariointelectualde losAanalesque madurala críticaa unaconcepciónconjeturalde la historia, fundadaen el artificio de

Agradezcaal profesorCarmeloLisón Tolosana la oportunidadde estar presenteen estevolumen

dedicadoa la taemoriade Italo Signorini,maestroinolvidable, fuentey basede mi formaciónetnológica.

Rct¡,sro de Antropología Social, nY 5. Servicio de Publicaciones.UCM, 1996

Page 2: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

40 PaulziaBujél

la escansiónperiódica, en las oscilacionesreiteradas,en la repetición deciclos definidosen forma apriorista,en la cual “tofind order in eventsbyput-ting eventsin order” (Comaroffy Comaroff, 1992: 26).

Paralelamentese cuestionala hegemoníay la veracidadde los procesosde reconstrucciónhistoriográficaen queel acontecimientoo el individuo par-ticularesse configurancomocausaprimeray únicade los cambios.Es efecti-

vamentea la escuelafrancesay a Braudel en particular que debemosreconocerel mérito de haberdescubiertouna profundacontradicciónen elejercicio de la historiografía “tradicional”: por un lado, en el procesode

reconstrucciónhistóricaconvencionalel individuo es representadocomo unaabstracción,mero objeto de las contingenciasy no fuerzainteractuanteconellas, pero por otro lado en esemismo proceso,paradójicay arbitrariamente,la historia es reducidaaefecto mecánicode las accionesdel hombre,conside-radono en su dimensiónsocial sino en su solipsistaindividualidad, lo quefundaun “culto de semidioses”que el historiadorfrancésrechazaenérgica-mente(Braduel, 1994: 26).

Con Braudel, en efecto,el conceptode tiempo adquierefinalmenteunadimensiónsocialpeculiarsuya,dentro de la cual se muevesegúnescansionesdiferenciadas:un tiempo poliédrico y pluralista sujetoa continuidades,perotambiény sobretodoa discontinuidadesy fracturas,extremadamenterelativi-zado,en el cual losacontecimientosy personajessingularesno sonlas causas,los principios originarios, sino el resultado,nuncaestático, de dinámicassocioambientalesincesantes,cuyaevaluacióncríticasólo esposibledentrodeuna extensióntemporalmás amplia y en relación con un contexto cultural

específico.Surge,pues,unaconcepciónplural de la historia, quees tambiénhistoria

delos hombresy queessignificativamentedefinidacomo “casi inmóvil” (ibi-

dem, 30) ~,fueradel fluir del tiempo,no sólo porqueno derivade las crónicas

oficiales y por lo tanto es imposible hacerlaobjeto de una crono-logía,sinotambiény sobretodoporqueseconstruyecon experienciasexistencialesper-

L:ts investigacionesdelasquederivanlos datospresentadosseencuadranenel ámbitodelprograma

dc investigaciónde la Misión EtnológicaItaliana en México, dirigidaactuaimentepor el profesorAlbedoM. Ciresey financiadapor contribucionesdcl Ministerio deRelacionesExteriores,del CNR y delMinisterio dela Universidady dc la InvestigaciónCientíficay Tecnológica,y ftteron realizadasenel moni-ctpio <le SantiagoYancuictialpan(SierraNorte de Puebla),en el cursode trestemporadas:junio-agostodc1992, marzo-mayode 1995 y octubre1995-enerode 1996.

“Existe también,más lentaaúnque la historiade lascivilizaciones,casi inmóvil, unahistoria de loshombresen susintinsas relacionescon la tierraquelessoportay lesalimenta;esun diálogo queno cesaderepetirso,que serepite paradurar,susceptibledc cambiar—comoenefectocambia—en la superficie,peroqueprosigue,tenaz,comosi seencontrarafueradel alcancey delastarascadasdel tiempo”.

Page 3: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunas ,e/lexiones sobre /o pejcepcióo de lo h/stojio.. 41

sonalesy anónimasy con la perpetuae incesanterelacióndel hombrecon elespacio-ambiente,con la tierra.

El surgimientode estanuevaperspectivay la subsiguienteconmocióndelos paradigmasde la historiografíatradicionalpuedenserconsideradoscomosignospremonitoriosde la crisis, quizámuchomásprofunda,queen los últi-mos añosha afectadoa la antropología.En unavisión conjeturaly/o episódi-ca de la historia los acontecimientosson consideradoscomo “hechospuros”(ibidern, 23) y el historiador, comoel antropólogo,deberíaidealmenteanularsu ingerencia,suprimir los efectoscríticos de su reconstruccióne inclusolosmateriales,como un pintor quedebiera“sorprendera la realidadsin asustarla”(ibidem).

Así como el historiador“tradicional” veíaen la autenticidaddocumentalla fuentede la verdaden el procesode reconstrucciónhistórica, tambiénel

antropólogocreyó posibleencontrarla mismafuentede veracidaden la dis-tancia—la “mirada desdelejos” de Lévi-Strauss—entreel observadory eldatoetnográfico,distanciaquea travésdel empleocoherentede premisasteó-ricas preestablecidaspermitíauna reconstrucción“objetiva” de la realidadobservada“. Es en estalíneade pensamientoque seubicaCohn (1981: 240-241) cuandoafirma que aun cuandola verificación antropológicade la“autenticidad”de las culturaspasapor el estudiodel “punto de vistadel nati-

esaverificaciónessiempreasimilablea la convicciónde la historiografíapositivista “that ihe studyof documentsis the meansby which a true o real

accountofwhat ‘actually happened’can be constructed”.Pero si en cambio la historia debe ser consideradacomo “la sumade

todas las historiasposibles” (Braudel, 1994: 75), también la antropología,

despuésde la crisis de los paradigmasobjetivistas,se configura como elresultadode una relación dialógica, del encuentrode distintasvisionesdelmundoposibles.Ya hacetreintaañosBraudel (1994 [1960): 202) denunciabala actitud “imperialista” de las cienciassociales,no en términos de una

denunciapolíticaconcretade las investigacionesantropológicasen contextoscolonialeso poscoloniales,sino subrayandola peligrosaambición,común ala historiografíay a la antropología“tradicional”, de presentarcomo visiónintegral y totalizantedel hombre y de susdinámicassocialeslo que no essino fragmentos,esbozosde paisajes,ángulos visualesnecesariamentepre-

determinadospor la posiciónde cada“observatorio” particular.Veinte añosdespués,con agudezamás reflexiva que intuitiva, Adams (1981: 262) pone

Como destacaCohn (198t : 23 t), ‘tite hi.stury uf Eíoopeao peoples coold be ftnotd lo o,cbives; litecostums of do,ni,>oted peoples o verseas Itere jo be fuctod ijí tite ‘fleld’

Page 4: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

42 PattLtia 1/urdí

de manifiestoel “vicio teleológico”de los antropólogosde buscarun princi-pio integradorque dé sentido,lo más unívoco y congruenteposible, a losfragmentosde realidad social recogidosdurantela transitoriaestadíaen el

campo~.El ambiciosoobjetivo de reconstruirlos paisajesen su totalidadimplica

en cambio volver necesariamentelos ojos a las fracturas,a las discontinuida-

desen la complejatramade las dinámicassociales,y por lo tanto reconstruirla experienciahistórica,pero tambiénsocial y existencial,en basea unidadesde duracióny órdenesde medidadiferentes,teniendoen cuentala multiplici-dady la contradictoriedaddelas fuerzaspresentes,entreellas la del observa-dor -—queya no es insignificante.

El conceptode “pluralidad del tiempo social” (Braudel, 1994: 63) apare-ce, pues,como el espacioconceptualdondeal menosecharlas basesde unainterdisciplinariedadefectiva,considerandoqueel objetivode unametodolo-gía comúnpara la antropologíay la historia ha resultadotan ambiciosocomoirrealizable.En realidad,Braudel (ibidem,76-77)expresaen formasumamen-te sintética la actitud contradictoriade las cienciassociales—que él, no sinironía, llama “instinto profundo”— hacia la reflexión histórica: por un ladoun achatamientodel acontecimientoen su inmediatezsincrónica;por el otro,una reducciónde los cambiosdiacrónicosa variacionesde modelosatempo-rales,en cuantoformuladosen términos lógico-matemáticos.En ambaspers-

pectivas,fácilmentereconociblesen términos de escuelasantropológicas,lahistoria termina por ser conceptualizadacomo una seriede acontecimientos

arbitrariosy contingentescuyo análisisno tienenadaqueaportarni a la iden-tificación delas correlacionesy funcionesdelos factoressocialesni a la iden-tificación de las estructurasprofundasde la sociedad,que en cuanto talesestánpredeterminadaspor la naturaleza.En esaóptica, que privilegia la“estructura” sobrelos “procesos”,se niegaa estosúltimos, materiaprima dela historia, toda objetividad analítica, por surgir de modalidadessubjetivas

(cfr. Remotti, 1971:202-205).Además,si por procesohemosde entender,siguiendoa Lévi-Strauss

(1965: 42), el “modo peculiarcomo unatemporalidades vivida por un suje-to”, cualquierreconstrucciónhistóricade un acontecimientoestácontaminadaen su objetividad por un doble ordende factores:desdeadentro,por la plura-

lidad--de-experienciasque105 diversos-aetores-sociales-preducen-apanfr del

‘Vicio que segúnel autor (Adams, 1951 262)puedeser potencialmentesuperadoaplicandoal conocimiento la “visión arqueológica”elaboradapor Foucault, visión que implica unaatenciónespeciala ladiferenciaciónde los nivelesde integracióny decoherenciasistemáticadelos hechossociales.

Page 5: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

A¿gztnos reflexiones sobje la percepción de la historio... 43

mismoacontecimiento;desdeel exterior,por el contextode pertenenciay por

el consiguientehorizonteideológicode referenciadel observador.

En la líneade estasproblemáticas,Ginzburg (1986; 1989) reconsideraelañejoproblemade la antinomia entreestructuray procesoen términosde larelación entremorfologíae historia. En líneasgenerales,el historiadoritalia-no intentasuperaresaantinomiasometiendolas conexionestipológicaso for-

malesa un análisisdiacrónicoy comparativo.Utilizando “la morfologíacomounasondapara explorarun estratoinaccesibleparalos instrumentoshabitua-les del conocimientohistórico” (Ginzburg, 1986:XIV-XV), el historiadorita-liano ha lanzadoun desafíocomprometedoral tratar dereinsertaren trayectoshistóricosla metafinal de la investigaciónde Lévi-Strauss,esatraduccióndelas estructurasdel pensamientoy la acción humanosen términos lógico-alge-braicos, indispensablepara la superaciónde la dimensióntemporaly por lotanto procesalde la realidad social. Ese enfoquemetodológicoconduceaGinzburg a negarde unavez por todasel valor heurísticode la concepciónunilineal y uniformedel tiempo, pero tambiény sobre todo a reafirmar elobjetivoprincipalde todareconstrucciónhistórica,consistenteen hacerexplí-citas y significativaslas relacionesde fuerzaen que se fundala historia huma-na (ibidenz, XXX). Apresandolas estructurasmorfológicasen las redes

ineluctablesdel fluir temporal,Ginzburg reafirmael valor estructurantedelcambio,queno es transformaciónlógica de modelosatemporalessino la sus-tanciamismade la memoria,seaéstahistóricao existencial.

A Ginzburgcorrespondeel mérito indudable de una experimentacióninterdisciplinariarealizadacon profundidady con rigor, a travésde la cualreafinnafraíicaínentesu propia filiación intelectualy el sentidode su propiaidentidadcomo historiador,pero tambiénla dificultad para delinearun espa-cio epistemológicocomún.Lo que se percibeen su obra —por lo demáslodeclaraabiertamente—no es unasuperaciónde la antinomia,sino la convic-

ción de su inevitabilidad y la consiguientey legítimatoma deposición.Pero si volvemosa la vertientemás específicamenteantropológicadel

problema,separándonosde la idea lévi-straussianade estructuray tratando,sobretodo, de “no invocar la historia para instituir una legitimación intelec-tual y resolverla íntimacontradicciónentreacontecimientoy estructura,entre

pensamientoy acción” 5 (Cohn, 1981: 245),esaantinomiano sólo podríaapa-recercomo superada,sino quequizápodríasernegadapor completo.

6 Por otra parte,siguiendoa Higham (cit. en Coho, 1951: 244), los trabajosantropológicosde Tumer,Douglasy Geertzparecenhabersustituidoa la críticaliterariacomofuentede estímuiosintelectualesparaloshistoriadores—sobre todo estadounidenses—,empeñadosenconstruirunasupuesta“historia antropológica”.

Page 6: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

44 Pat,iz,ia Burdi

En efecto, si se considerael modelo epistemológico intentado porBourdieu, los términos del problemapodríanbeneficiarsede una dilataciónsaludable.ParaBourdieu(1977: 83) ‘, en realidadno existeni división ni con-traposiciónentreel dominio de las estructurassocialesobjetivas (lo que él

llama “datossociológicos”)por un lado, y por el otro el de las prácticashistó-ricas y las representacionesde carácterperceptivo y cognitivo (agrupadasbajo el densotérmino “habitus” 8 [Bourdieu, 1989: 14]); por el contrario,entrelos dos camposseproduceunarelacióndialéctica,unaespeciedefeed-bockcontinuo: las “prácticas” y las “representaciones”no puedensino derivarde estructurasobjetivasquea su vezson constantementeproducidasy repro-ducidaspor aquellasprácticasy representaciones~“.

En cuanto “producto de la historia” el hahitus “produces individual andcollectivepractices, and hencehistory in accordancewith thc sehemesengenderedby history” (1977: 82).

Sahlins(1985: 534) señalabien la potencialidadheurísticay metodológi-cadel conceptode prácticacuandosubrayaque éste “has gone beyondrhe

rheoreticaldiffrrences thai’ are supposedto divide anthropologyond history.Anthropologisrsrisefrom the abstraersrructure to rhe explication of the con-

creteevent.Historians devalnetthe un¡que eventinfavourofunderlyingrecu-rrenr strucrures...Theproblemnow is to explodethe conceprof historyby theanthropologicalexperienceof culture”. El antropólogoestadounidense,enefecto,insiste en la necesidadde partir dela estructurade los órdenescultura-

les con el objeto de darcuentade la ya ineludible multiplicidad de las prácti-cashistóricasy construirpor fin lo que él definecomo “the generalculturalproeticeofhistory” (ibidem, 518)

En el procesocircular identificadopor Bourdieu —a cuyacomplejidadypotencialidadesestassucintasreflexionesciertamenteno hacenel honordebi-do— procesoy estructura,devenirhistórico y modalidadessocioculturales

‘Cito la edicióoinglesadeltexto deBourdieuen cuantoincorporaagregadosy modificacioneselabo-radospor el autoren los añossiguientesa su publicaciónenFrancia.

Por ljczbicas Hourdieu (1977: 86) entiende o scsbjeccive buc no> fttdividual systent of ittternoiizedt/ ,uctt, jes, sc Ijetoes of petceptiuit, c.onceptio~t, <md ocx/un cojujnon lo oíl ,jteotbeor uf lite ,satoe gtuctp occloss ant! constftu1/ng ti>e ¡necondition for oíl obieclúíeanon a,td op¡,e~ception’’.

Objective stjuco, es oje t/>e~nselves p od,,cts of i,isto,ical p8aciices <oid (1,-e custao//y ~eprudct-

ced ood t;aosfo oned kv iiistoj¡c¿tl p,actices tviíuse pjodoe//ve p;incipie Ii it.se/f ihe p8ucl>tct of tite .O,ctc:ttt—jes tr/i/cij it cooseq>tently teodstu eprodttce’’(Bourdieu, 1977: 83).

Analizandolos procesosde lo queél llatna la historia heroica” producidapor los reyesdivinos,Sablios(1983:519)ademásretormula,en basea larelación procesalentrehistoria y estructura,elconceptomismo de historia episódica: ‘Histojj is ojnijropoíno,pit it. in p,ijtc/p!e, tv/he!> is to soy jo st,uclo ‘e. GjeatOto,> ijistoj3 Ls rjjucit ,uo,e litoo the doi,tgs 0/ gruí no,,, ti altravs ojíd ere ,s,vheje >he 1;/e 0/ Cojjt,jtjjjjlties,buí pteciseh jo these ítejoic po//lies Ihe king u tite coj,din/on uf tite

1,otsib;lity ofc0jjtjjtujjO~’’.

Page 7: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunot c/Iex/oj>es sobre lo percepción de la iíi.ctut/o.. 45

dejande ser sustancialmenteantitéticospara convertirseen elementosde unsistemarelacional,dialógico, que debesercomprendidoa travésde un análi-sis sociológico que se proponecomo una “social topology an analysisofrelarive posítions and of tire objective reiníloas hetweenMesepositions”(Bourdieu, 1989: 16). Un espaciosocialdefinido en baseauna“lógica de las

diferencias” (ibidem, 20) y marcadopor las inevitablesdiscontinuidadesdeun tiempofragmentado.

Privilegiandoun “modelo relacionalde pensamientoqueidentifica lo realno en la sustanciasino en las relaciones” (ibidem, 15-16), Bourdieu ademásvacíade sentidola aiieja dicotomía entrerealidadsocial y realidadmental,reconociendouna calidad“estructurante”fuerte tambiéna los procesosper-ceptivos y cognitivosindividualesy de grupo. Las “representaciones”secon-figurancomo “el productode la interiorizaciónde las estructurasdel mundosocial” (ibide¡n, 18), peroal mismo tiempo, al ser“enunciadosperformativosqueaspirana hacerexistir lo queenuncian”(1988: 115),constituyenun siste--ma generativoa travésdel cual la estructurasocial esaprehendida,reproduci--day a menudomodificada.

Sin embargo,como agudamenteseñalaTorre (1995), la trayectoriateóricade Bourdieu —de quien he tratadode describir los rasgosmás salientesdelprimer periodo de su produccióncientífica-— partede un rechazoradical delinteraccionismo,en cuanto“forma extremade reducciónde la sociedada lafenomenologíade la experienciasubjetiva” (ibidení, 812). Consecuenciadirecta de eserechazoes el pesoque progresivamenteadquiereen su cons-tnícción teórica la noción de “campo” —entendidocomo lugar social dondesedesarrollala relaciónentreprácticay habitus-—,lo queconduceal estudio-so francésa unadevaluacióncadavezmásdecididadel alcanceheurísticodelanálisis de las interrelacionesconcretasen que esarelación se articula. Laacción,en esaperspectiva,se vacía de capacidadsignificante,está predeter-

minadapor el conjunto de reglasquedefinensuespacio,cadavezmás “coin-cide con el esquemaque la determina” (ibídem, 816). Además,como señalaOrtner (1984: 151), si”a theory ofpraclíce requtressorne son’ of theory ofmotivation”, las motivacionessubyacentesa la acción a menudodesbordanlos rígidos confinesimpuestospor la gramáticadel habitus,tal como éstesedespliegaen un “campo” especifico, hallandopertinencia en contextosreferencialesdiferentesy/o demás amplioaliento temporal: “iii any event,aixernphasisaix larger ‘pro ¡cclx’, raíher Ihan particular ‘¡noves’ underlinesthepoiní that action iíself has(developmnental)st¡-uclure,oswell osoperoting in,ant! ¡a relation tostructure” (ibidenz, 150).El rechazodel valor heurísticodela interacciónsocial, por lo tanto,terminapor negarla potencialidadlegitima--

Page 8: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

46 PoIjizio Bíj,di

dora--—odeslegitimadora——de la prácticasocial,impidiendo observar“cómosecreanlas reglasa travésde las acciones”(Torre, 1995:821).

La construcciónteórica propuestapor Bourdieu parecehaberhechounacontribucióndeterminantea la superaciónde la inconciliableoposiciónentreobjetivismo y subjetivismo,entrela tendencia—---de origendurkheimiano—areificar los hechossociales,explicándolosa travésde unabúsquedade lascausasprimerasy por lo tanto deduciendola acción,el proceso,de la estruc-tura, y la otra quepartede Alfred Schutzy ha encontradosu último vate en

Geertz, que determinala realidadsocial a partir de la interpretaciónde losactores,deduciendola estructuradela representacióny reduciendola investi-gación auna“contabilidadde segundogrado” (Schutz,1962: 59).

En efecto,en relacióncon la interpretaciónde la realidadsocial formuladapor el actor, y con su carácterinevitablementesubjetivo,Bourdieu(1989: 18)puntualiza: “fi rs Uds construejionis not carried vta in a social vacuurnbutsubjectedfo structural constraints;secondí>.;structuringsiructures, cognitivestrucíures, are theínselvessocially síructured becausethev liare a socialgenes~s; thírdly; dic constructionof social reality ¡5 ¡,ot only aix individualenterprisebut¡nav olso becoine a collectiveeflterprise’’.

Nos hallamos,pues, frente al problema,no sólo teórico sino tambiénysobretodo metodológico,de la evaluacióncríticade la discrepanciaefectivaentrelo quees “socialmentecompartido”y lo quees “individualmenteexpre-sado” en el campode las creenciasy de las representacionesconceptuales,

problemaque en algunosaspectosha representadoel nudo central deuno delos últimos ensayosde Signorini (1991).

La pertenenciaa un corpus de saberque Sperber(1981: 90) definiría

como “semántico” impulsa la tradición antropológicaen direccióna la formu-lación de proposicionesanalíticasque,en cuantotales, aún habiendosidoconstruidassobre la observaciónde los contextosexperienciales,partendepremisasintelectuales:la realidades expresadanecesariamentea travésdel

filtro de categoríasanalíticasque,en baseal principio de la observación“par-ticipante”, son asumidascomo la realidadmisma. El saber “enciclopédico”(ibidenx) producidopor las experiencias—ambasende—del informantey del

investigador,en la escrituraantropológicainevitablementese atrotia,dejandoespacioal “sabersemántico”y reapareciendosólo esporádicamenteen la citaetnográficao en los diarios de campo.Porconsiguiente,lo “socialmentecom-partido” y lo “individualmenteexpresado”sonantetodo categoríasanalíticas,y no hechosdel mundo, y la primerade ellas, al mostrarsedotadade mayorfuerza valorativaen virtud del cainpo de pertinenciasocioantropológicoCII

quese titíliza, terminaporprevalecer

Page 9: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

1s’j~,~as jQ/ie.viu rr~ s<jbte la1~eíce¡3ci~i <le lo lji&/oti<j.. 47

Esto significa queel sersocialmentecompartidopareceoperarcomo unaespeciede reglasemánticaque permite evaluar la veracidadde las formula-cionesanalíticasdel antropólogoen unaperspectivaqueprivilegia el aspectocuantitativosobreel cualitativo.

Pero ¿existenrealmenteun pensamientoy unaexpresióndel pensamiento

colectivos?Y si, como subrayaSignorini (1991: 183), “la riquezacognosciti-va sedebeal gustoy al artedel pensar”,y si estoes válido en cualquieragru-pación humana,la aportaciónde lo que es “individualmenteexpresado”¿no

adquiereun innegablevalorheurístico?En las sociedades“avanzadas”la especulaciónfilosófica del individuo

puedeserconsideradacon justicia, graciasa la existenciade unahistoria delpensamientoque se vale del imprescindibleauxilio de la escritura,comoexpresiónsignificativa del ambientecultural en que eseindividuo llevó acabosu experienciaexistencial,sin necesidadde indagarcómo esaespecula-

ción fue compartidao asimiladapor suscontemporáneos.En las “historias delpensamiento”formuladaspor la tradición antropológicalas profundidadesespeculativasindividualesquesurgenen las sociedadessin escritura—y creoque éstaes la discriminantemás significativa—-no adquierenel mismovalor

representativo,o al menos,sólo lo adquierensi se sometena la pruebade lacomparacióncuantitativa.Por otra parte,esaactitud, especiede “collectivistph¡losophv” —como la define Lienhardt(1980, 72)—, combinabien con laideade Lévy--Bruhlde un hombre“primitivo” cuyaindividualidadestáanula-

da por el predominiode supapelsocial (ibideín).Como señalaagudamenteSignorini (1991: 178-179),apartede unaactitud

etnocéntricay aberrante,que asimila mecánicamentelas sociedadesllamadas“arcaicas” a universosigualitarios y uniformestambiénen el campodel saber,un enfoquede esetipo no tieneen cuentadebidamentedos factores:los desni-veles heurísticosinternosa cualquiergrupo social, en relacióntanto con la

cantidadde informacionesy conocimientosposeídoscomo con la capacidadde elaboracióny de reflexión, y la imprescindibleexistenciade una matriz

conceptualampliamentecompartiday generalizadora,lo queBoyer(1989: 55-56)llama “discurso ordinario”, del que las especulacionesindividualesse apartanpero al quetambiénregresan,enriqueciéndoloo modificándolo.

En el origen de todaelaboraciónintelectualhay, en efecto,un procesodeaprehensiónmediantetécnicasmnemónicasy experiencialesque necesaria-menteseleccionanlas informacionesen basea una matriz interpretativayconceptualcolectivamentecompartida(la “tradición” o, como diría Bourdieu,el habisus).Esa matriz, operandotransversalmenteen distintoscamposde laacción humana,constituyeel horizonteestructuralde los acontecimientosy

Page 10: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

48 Poo-isio flí,.jdi

de las prácticas,peroal mismo tiempo estásujeta,a travésde estasúltimas,a

innovacionesy manipulacionesestratégicas.Por lo tanto, las elaboractonesconceptuales,unavez quese vuelven “prácticas”, es decir, una vez introduci--das en el circuito comunicativoy experiencialdel grupo, pueden,segúnsugradode coherenciay funcionalidadrespectoal patrimonio cognoscitivodepertenencia,pasara serparteintegrantede él, enriqueciéndolo,o bien modifi--

carloen algunosaspectos,o tambiénserignoradas,por ejemplosi sonconsi-deradasfruto de un pensamiento“patológico”. Pero si la diversificacióndelsaberes a la vezcausay reflejo de los desnivelesde poder, ya seapolítico oritual, la instauraciónde unarelación mutuamentegenerativaentreespecula-

ción individual y patrimonio colectivo, y más aún, la eventualidadde unaevaluaciónnegativay por lo tanto de un rechazo,estánestrechamentecorrela-cionadosal nivel de conocimiento,o de experiencia,y por endede poder,queel individuo posee;como afirma Honudien(1988: 83), “el poderde las pala-brasno es otro queel poderdelegadodel portavoz” (cursivadel autor).

En todo caso,es precisosubrayarque la especulaciónindividual es com-prendida,asimiladao rechazadaen base,y únicamenteen base,a los mismosprincipios estructuralesque informan el “discurso ordinario” colectivamente

compartido, lo que significa que la especulaciónindividual puedemodificarel patrimoniocognoscitivocomúnpero, al mismo tiempo,únicamenteadquie-re sentido—y poder—en virtud de esemismopatrimonio.

Es por lo tanto sabia,y seminal con respectoa la problemáticadela rela-ción entreestructuray procesode queestamoshablando,la indicaciónmeto-dológicade Signorini (1991: 201) deun doble recorridode investigación,que

por un lado permita “captar en sincronía la naturalezay la consistenciadeldiscursoordinario” y por el otro indagueen profundidad“cómo se forman susexégesis,a qué cambiosy transformacionesson sometidasen el tiempo...[y]

como a su vezalimentanel discursoordinario” (cursivadel autor).Por lo que se refiere al contextomás amplio —el mesoamericano-—

dondemadurómi personalexperienciade investigación,el problemade la

reconstrucciónde los procesoshistóricosy socio-psicológicosquedan formay significado a la realidadcultural de hoy debenecesariamenteconfrontarsecon la existenciade un grannúmerode fuentesdocumentales,totalmentepar-ciales,que,al no dar voz a los quevivieron la historia en posiciónsubalterna,

ocultan el procesodialécticoentresociedady culturadesencadenadopor losacontecimientoshistóricos.

Ademásde eso,la realidadmesoamericanapresentauna marcadaausen-

cia de homogeneidaden cuantoa la cantidadde documentoshistoriográficos,con zonasgeográficas—como Yucatán, el altiplano central, Oaxaca—

Page 11: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunos -cfiexiuo es toNe la pejcepc/dn de lo hisloti<t. 49

ampliamentedocumentadas,y otras —como por ejemplo la Sierra dePuebla—condenadasa unaespeciede orfandadhistórica.Porotra parte,si lahistoria como categoríacognoscitivay no como procesoexistenciales ante

todo un metalenguajeproducidopor los hombresparacomprender,explicar ytransmitira otros suspropiasaccioneso las de otros,en el casode la Sierra,al

estarausenteel instrumentoesencialque es la escritura,se debilita notable-mentela posibilidad de unaconfrontaciónanalíticay diacrónicade la tramade los acontecimientoscon el metalenguajequelos disponeen unasecuencia,yasealógica,causalo temporal.

Por lo demáses la propia multiforme realidadmesoamericana,desarrolla-da segúnlas directivasdeunahistoria quecon demasiadafrecuenciafue ope-raday relatadaen forma unívoca,productoa su vezde una“metaculturaquese imponeen cuantotal” (Dumont, 1988: 163), la quereclamacontrala supre-sión de sus diversidadesinternasen unaaberranteasimilación a un pasadometahistóricototalizante, exigiendoen cambio la descripciónde la pluralidadde los procesos,pluralidad inevitable,determinadapor los modoscomo losindividuos y los gruposviven los acontecimientos(Remotti, 1971: 202-203).

Partiendode la legítimacomprobacióndel valor de “interpretación” detoda reconstrucciónhistórica, y por lo tanto del cuestionamientode la hege-monía de las fuentesdocumentalesescritascomo únicasposeedorasde unestatutode “veracidad”, el potencialheurísticode la tradición oral adquiereun valor decisivo,no sólo en el aspectode la comprensiónantropológicadelcontextosocioculturalde origen, sino tambiénen el aspectodocumentalebis-toriográfico ti. El análisisde las fuentesorales,por lo tanto,permite unadila-tación del ámbitode los instrumentosde investigaciónhistórica,insertandoen

él precisamentelo quehastaahoraestabaexcluido,en razónde sunaturalezaatemporaly paradigmática:el mito, la leyenda.Si, como subrayaCohn(1981:247),esprecisoconsideraratentamenteel peligro “de utilizar las fuentesora-les comobasesobrela cual construircronologíaso comotextossobrelos cua-les operar quirúrgicamente,separandolos hechoshistóricosde las fantasías

mitológicas”, esainserción, lejos de minar el paradigmade veracidadde lainvestigaciónhistoriográfica, funcionacomo mecanismointegrativo y com-pensatorio,ofreciendoal cuadroadibujar,a losprocesosa reconstruir,nuevos

ángulosde perspectivay potencialidadesinterpretativasdiversificadas.Por la riquezatanto de las fuentesdocumentalesescritascomo de las

narrativasobjeto de la tradición oral, pues,el ámbito mesoamericanoes un

Es significativo que tambiénun historiadordel mundo clásico(Finiey, 1965: 295) llegue a afirmarque ‘oadiíiuo ‘ <lid ,tot ¡~íetely uonsní it tIte past, ix cte<t ted it’’.

Page 12: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

50 J’ot,izio Btt,d/

espacioválido para la verificación de los métodosde la etnohistoria,aunquede todosmodoshabráque esperara la décadade 1980 parapercibir resulta-dos apreciables1~~ Comotal puedeserconsiderada,por ejemplo,la investiga-ción realizadapor la antropólogaestadounidenseReifler Bricker (1989[1981]) en el áreamayaque ocupala zonasudoccidentalde México y los

altos de Guatemala.Analizando comparativamentela producciónde relatosorales y las crónicasy documentosescritosen relación con las rebelionesindígenasque se sucedieroncon cierta intensidady regularidaden la región,Reifler Bricker no sólo reconstruyela estructuradel conflicto étnico a travésde susmodalidadesprocesalesdiacrónicamenteexplícitas,sino que ademásofreceunaclave de lectura más plausible—y menoscondicionadaideológi-camente—de las formasy los significadosdel conflicto actual.Porotraparte,inclusoun análisis de los recursosdocumentalesatentoal génerodiscursivoutilizado, como el llevado acabopor Hanks (1987) sobretextoselaboradospor los funcionariosmayasduranteel primer periodocolonial, aparececomoun instrumentoheurístico válido que permite leer las fuentes, tanto escritascomo orales,como elementosde la prácticasocial,que alcanzansu significa-do formal y sustancialen la especificidadcultural e históricaen queseprodu-jeron, pero también como instrumentosgenerativosde las mismasmodalidadesde percepción.En estaóptica,por consiguiente,los génerosdis-cursivossondescifrados,siguiendolas reflexionesde Bourdieu y de la “poé-

tica sociológica”de Bakhtin, “as both the auteonieof hisrorically specíficacts, and thernselvesarnong tire constitut¡ngdirnensivusin terms ~ whichaction ispossible” (ihidern, 671).

Por lo queserefiere a mi investigaciónespecífica,la marginalidadgeog¡áfi-

cay cultural de la SierraNorte dePuebla—región en que seubicael territoriomunicipal de SantiagoYancuictlalpan,dondese llevó a cabo la investigacióndecampoqueprodujo losdatos que se analizaránmásadelante—obliga al etnólogo

enfrentarun valorcontradictorio:por un lado,el hechode queel árease configu-re cornouna“zona de refugio” (Aguirre Beltrán, 1967; Nurini e Isaac, 1974:278-279)permiteal investigadorenfrentarsea unarealidad sólo parcialmente

alteradapor los impulsosaculturadoresdel procesode modernización,dondeesposiblerecogeren abundanciaelementosútiles parael conocimientodel univer-

so cultural denominado“tíadicional”; por el otro, la escasezde fuentesdocu-

‘2 Véase por ejemplo,laresefiadeCartaack(1972”> delos resultadosenlos estudiosameticanistasde

los añossesentade la aplicaciónconjtttaadcl tnétodoctnogtúficoy cttsohistórico.Ctr., Co cots~patacióts,ticoicceidodeensayoseditadapor Hill (1988) paraunaprofundizacióny unareflexión sobrelos problemasde métodoy (le teoríaquecotoportaunaaplicacióndeesetipo.

Page 13: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunos ,c/lexiones sobre lo percepc/ ~inde lo hisxojio... 51

mentalese historiográficassobrelos siglosposterioresa la conquistaimpideunareconstrucciónpuntualde las condicionesy de los procesoshistóricosy socialesa travésdeloscualesel contextoobservadollegó a su conformaciónactual.

Pero señalaresacontradictoriedadsignifica ante todo no caeren la peli-grosaactitud de “proyectarel presenteetnográficosobreel pasadocolonial”(Chancey Taylor, 1985: 2), considerandolos rasgosmáspatentemente“tradi-

cionales” como testimonio inalteradodel pasadoprecortesiano,terminandopor darcuerpoa lo queLévi-Strauss(1966: 17) llamaríaunahistoria “conje-

tural e ideológica”.Además,moverseen unaperspectivade esetipo, a menudocaracterizada

por un usopoco controladode la técnicadel “upstreonting” (Carmack,l972a:

238) y ubicableen el ámbito de la “etnografíahistórica”, significaríasuscribirtácitamenteuna visión etnocéntricadel mundo indígena,considerarlopasivoy refractarioa loscambiossocialesy culturales,incapazdefuerzaopositivayde reaccionescreativas,desgarradopor el constanteprocesode transforma-ción y de resistenciasderivadodel cambio histórico. Es decir, significaríacondenaresasrealidadesa unainmutablecondición de “sin historia”, cuandopor el contrario el juego no sólo local de los acontecimientosy de las contin-

genciasy lasrepercusionesde los procesosde largaduraciónha desempeñadoy continúadesempeñandoun papelprincipal en ellas.

En el ámbitode la metodologíaetnohistórica,caracterizadotanto por unaespeciede “eclecticismo” (Carmack, 1972a: 234) que impide identificar uncampodepertenenciateóricocapazde legitimarlaespecíficamente,como porla existenciade diversosfocos analíticos ‘~, la naturalezade los datos decampoquese presentaránpermiteubicarsu análisisen la líneade la “folk his-torv”, en que se prestaparticular atencióna los procesosde percepciónyrepresentaciónque determinanla reconstrucciónemic—o local— de losacontecimientoshistóricos,especialmentea travésde la relación dialógicaque se iristauraentrenarraciones----—mitológicaso no— y prácticasrituales.Más ampliamente,siguiendoa Lyotard (1990: 46), las “historias” queconsti-

tuyen el “sabernarrativo”se configurancomoel instrumentomedianteel cualpor una partedefinir los criterios de competenciaque son de la sociedad

donde se cuentany por otra valorar graciasa esoscriterios las actuacionesque se realizano puedenrealizarsecon ellos”. En esaperspectivala relaciónentretextos oralesy rituales,entre representacionesy prácticas,se encuadraen un conceptode culturaque “is not’ ¡riere/y aix absíractorder oJ sigas, or

1’ Caríoackti 972’: 235) idensiftcatres grandeslíneas de investigación:“speci/ic or cuhíoal history

6/sxo,/col ejiínogroplo ¿md /6/1< 1> j5jflj~’’

Page 14: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

52 Po/jis/a Ro,d/

relationsarnongsigns, flor is it jus¡’ tire sunzofhabitualpractice” (ComaroffyComaroff, 1992: 27), sino el espaciopor excelenciadondelas dinámicassocialesehistóricas,y por endelas relacionesde poder,encuentransusente-

ríos de legitimación.Pero el potencialheurísticodel discurso“local” no debebuscarseexclusivamenteen suestructuraformal, en algunalógicanarrativaoestéticaimplícitamenteahistóricay transeultural,sino en el contextoprincipalde las relacionesde poderdequees expresión,virtualmentemudablese histó-ricamenteespecíficas;además,como afirma Klein (1995: 297), “no special

way of telling can guaranteethai’ todays local narrative will not becometornorrow’s niasternorrative” 4

Partiendode las consideracionesde ordenteóricoy metodológicoexpuestas,quiero presentarunanarraciónmitológica que los nahuasde Yancuictlalpan,dondehice mi investigaciónde campo,considerancomo el relatode los aconte-cimientosrelacionadoscon la apariciónen el pueblodeSantiago,su santopatro-no. La historia, difusamenteconocidaal puntode poseerun statusdestacadoenel corpusdeconocimientoscolectivamenteposeidos,diceasí:

“Contabanlos antepasadosde los nuestrosque el Señor Santiagoseaparecióen estepueblo, y que los pocos habitantesde aquel entonces,quesiempx-ecretaxi en Dios <~, pensaronque era uno enviadopor élparaque los protegiera.Estabaaquíen vivo, estababien lindo el patrónsobresucaballo,queerade colormoro con una campanacolgadaen el cuello,la cual sonóa la llegadadel mismo: cuentanque llegó directodel cieloparaquedarseaquí y eravenerado,ya que les concedíasusdeseosy losayudabaen sus cosechas.Y pensaronhacerleuna casitacon techo de

zacatede caña, al igual que todaslas casasdel pueblo.Enfrentede él,debajo de suspies se hallaba una planta de chile natural queproducía

susfrutos, la mismaque él al irse se llevó. Todos los productosque sesenibrabanse producían en abundanciay se sembrabapoco a que estatierra era nuevay niuv fértil. Y todo esto se acabócuandose fue. En

aquel tiempocadafamilia acostumbrabatenersutemazcal“para bañar-

4 Kiein (1995)analizacríticamentea contraposiciónefectuadaporLyotard, enbaseaprincipios lógi-co-formalesdiferenciados,entre“narracioneslocales’’y metanatrativas”o jnosxer ,ío,,ovives” —identifi-cadasen La condixioa pos onodeoíe con lasproduccionesdel sabercientífico— queterminapor recrearlaantinomia entremodalidadeshistóricasy ahistóricasdel discursonarrativo(y por consigttienteentrepue-bios con y sin historia) quela visión posmodernadeberíahabersuperado.

Lacursivaeneltexto indicalos elcmentosnarrativosmássalientesparael análisisdelrelato.‘~ Especiede baño sudorífico utilisadn por laspoblacionesmesoamericanas.En la actualidaden la

SierraNorte casiha desaparecido.

Page 15: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunas reflexiones sobre la percepc/ónde lo /s/stot/o.., 53

se dentro de él. Una señoraque vivía junto a la casitaqueera dondevenerabanel aparecidoSeñor,pensócalentarla hornilla de dicho temoz-cal y se fue por unashojasde plátanoy unasramasde xilit para tapizardentroy bañarse.Cuandoregresóallá las piedrasestabanrojas: inmedia-

tamentesacólos tizones queardían fuertemente,saliendochispasdeellos, perocomoestabahaciendoaire fuerte el fuegocrecióhastaalcan-zar la leñadel tiopan (iglesia) e hizo que se incendiarala capilla en unpequeñoinstante.La gentenotó el incendio e inmediatamentecorrió a

rescatarla imagende su patrón, pero éstano se dejó, ya que se pusodemasiadopesaday no pudieronlevantarla.Cuandoya la casahabíater-minadocasi de quemarse,el caballocomenzóa levantarse,a sonar la

campana;y cuandoya se babiaterminadola brasade la capilla, se fuejunto con la plantade chile haciaXochimilco 17, dondeactualmenteesvenerado.Al irse se acabaron las cosechasy todo comenzóa escasear.La poblaciónque entoncesera nuxnerosacomenzóa desaparecerdebidoa una epidemia,una enfermedadmuy fea, el matalzahuat,que separtía

lo piel y se vomitaba sangre,muy contagiosaque casi los enterrabanvivos; despuésllegó otra llantada lepra y por ultimo la española:estasenfermedadesdejaronun númeroreducidode personasy unagran canti-dadde muertosque fueron sepultadosen cl lugar dondeestabala capilla.Los antepasadosllamabana supatrón concopal (incienso),le rezaban,llorabanparaque regresara,peroél no volvió. Poco después,cuandoedi-

ficaronel templo,en la nochedel 24 dejulio llegabay entrabaal temploun caballo y se daba el sonarde la campana;al llegarla madrugadadel25 él se iba. Desdeentoncesél baja,diario en la noche,cuandose empie-

za su novenario,porquecuandollega el día del patrónél viene a dar lavuelta.’

La presenciade Santiagoen el puebloaparececomo el tiempo de la pros-peridady la abundancia:la planta de chile quecrecíaa sus pies simbolizametonimicamentelos productoscomestiblesde la tierra que se recogíancon

largueza.Tiempo mítico, por lo tanto, contrapuestoal tiempo histórico y

actualde la pobrezay del sufrimiento que empiezacon su alejamiento.Sinembargo,a la cesuratemporaldel tiempo mítico se contraponetambién laeternidaddel santo,que cíclicamenteintervieneen los asuntoshumanos:secreey se cuenta,en efecto,que su última intervencióndeterminantedatadc

los añostreintade nuestrosiglo, períodode persecucionesreligiosascontrael

“Localidad cercanaala ciudadde México. En otras versiones,encambio.el santosefuea España.

Page 16: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

54 Poxjiala Bujdi

clero mexicano,duranteel cual el santohabríaaparecidoparadefendera reli-giososy fieles de la violenciade susperseguidores.Una apariciónacordeconel modelo de santidad“guerrera”, propia para la defensade la Cristiandadcontra el Islam invasor,que la literaturacastellanamedieval construyeen

tomo a la figura de Santiago.Esemodelo,probablementecon el auxilio de lacompilación de los Milagros de Santiagoconcluidaen 1481 por el capellánde Isabel la Católica,Diego Rodríguezde Almela (Lacarra,1994: 324-327),

llega al Nuevo Mundo y allí es rápidamenteasimiladoy significativamentereelaborado.

Pero veamosmásde cercael doble orden de factoresque provocanlacesuradel tiempomítico. Porun lado un elementode la esferanatural,el aireque irremediablementealimentael pequeñoincendio, factor patógenopri-mario y difusamenteconceptualizadoen toda Mesoaméricaen términos deentidadsobrenaturaly malévola 5; porel otro, un factorhumano,la fallaen laatencióny diligenciaritual en relación con el santo,quereafirmacon la fuer-za del mito la necesidadde que cualquierforma de contactocon la esferasobrenaturalse regule por parámetrosceremonialesrígidos. También el usodel incienso—alimentopor excelenciade las entidadesdivinas,junto con lasflores y las velas—parallamar al santode vueltaparecesubrayarla impor-tancia,que los nahuasreafirmanconstantemente,de una actitud rígidamentecodificadaen la comunicaciónritual con lo divino.

Hay asimismo otros elementosnarrativosque hacendel relato sobrelapresenciade Santiagoen Yancuictlalpanunaespeciede horizontemitológicoqueexplicalas prácticasrituales vinculadasal iconodel santopresenteactual-menteen la iglesia. Esaespeciede “nostalgiadel hogar” quesegúnla narra-ción impulsaa Santiagoa regresarcíclicamentea la iglesia la nocheantesdesu fiesta impulsaa los fieles a creerque a la estatua“no le gustasalir” y porlo tanto a moverla lo menosposible.En la circunstanciaritual en que la esta-

tua es transportadaal exteriorde la iglesia----cosaqueocutreen la mañanadel 25 de julio, fiestapatronal,parala procesiónen el pueblo—los encarga-dos siempredenunciansu extrema“pesantez”(cf. Watanabe,1990: 135) quees interpretadacomounaobstinadareaccióndel santoa los intentoshumanosde hacerlatraspasarel umbral del espaciosagrado.En realidad,asícomo lapartidadel santoen el tiempo mítico es connotadacomo inicio y causadedesventurasparael pueblo, tambiénen el tiempo actual cualquierdesplaza-miento de su efigie puededar origen a calamidades,que ahorase limitan afenómenosatmosféricos—lluvia, granizo,viento— siemprede gran intensi-

o Cf» MontoyaBrioncs(1981).Signorini y Lupo tI 989 y 1992>.

Page 17: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

A lg’ttnas reflexionessobreI<t pe;cept.ióo<le l<t Itistotio... 55

dad. Además,así como el sonidode la campanaacompañólos movimientosdel santo,sudescensoa la tierra y su ascenso,ese mismo sonido es el únicopermitidocuandola estatua“se mueve”

Tenemos,pues,un discursode caráctermitológicocuyoselementosnarra-tivos se constituyencomo fuentesgeneradorasde prácticasrituales y queadquiereun sentidohistóricoestructuranteprecisamenteatravésde esasprác-ticas,quepermitensuintegraciónen el corpus—-colectivoperotambiénindi-vidual— de la tradición y de la memoria.Ese discurso remite al horizonteconceptuale ideológicoen quese sitúala visión del mundode los nahuasdela Sierra,dondela estructurasocialy las dinámicasrelacionalesparticipandela naturaleza,humanizada,del orden cósmico20: la estructurade la creación

es conceptualizadaen baseal principio de la circularidadde las fuerzas—y reciprocidadde los esfuerzos—--—que regula las relacionesentrela esferahumanay la esferadivina.El equilibrio deesasdinámicas,quepermitequelaexistenciaterrenalsedesarrollecon orden,espropiciadoy aseguradomedian-

te formasbiendefinidasde comportamientoritual y su ejecucióncorrecta.Enla ideologíareligiosanahualas prácticasritualesrelacionadasconel culto delsantopatrono, que se basaen los principios estructuralesde circularidadyreciprocidad—o, como diría Bourdieu, los “interioriza”—, renovándoloscíclicamente,se configuranpor lo tanto como un instrumentogenerativonecesariode la mismarealidadsocial.

Perosí constderamosespecíficamenteun aspectodeterminantedelas prác-ticas rituales nahuas,el relativo a las danzas,esasmismasprácticasmanifies-tan entoncesunapotencialidadno sólo generativa,sinotambiénrepresentativa,de la realidad.Entre las danzasrituales que se ejecutanen la zona, la de los

Santiagospuedeserconsideradacomo un elementoestructurantedel aconteci-mientofestivo (cftt Burdi, 19960),considerandola posición centralqueocupaen ella la figura del santopatrono.Resultadode la reelaboraciónautóctonadela coreografíaeuropeade los “Moros y Cristianos” utilizada en el NuevoMundo como paradigmaexplicativo del predominiodel catolicismoeuropeosobreel paganismoindígena(cfr WarmanGryj, 1972), desdeque llegó a seruna importanteprácticaritual nahua,la danza,aún conservandosu estructurade “combatesimulado”, ha terminadopor modificar sensiblementesu campode significación.En electo, en el procesode resemantizaciónoperadopor los

‘~ Por un examenmás extensode las prácticasrituales relacionadascon lasimágenesdel santopatro-no y. Hurdi <sCa).

Por un examenprofundo de las representacionescosmológicasde los nahuasdc la sierray. Lupo(1995).

Page 18: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

56 PoniÑa Bitrdi

nahuas,la contraposiciónentrelos moros, infieles y verdugosde Cristo, y loscristianosque obviamenteson sus adeptos,se planteaantetodo en el espaciode los ordenamientosy las dinámicaspolíticasy sociales(cfr. Burdi,

1996b).

En la exégesislocal de la danza,lo quese observaes antetodo la lecturaenclaveétnicae historicizantedel combate:los queen [alógicade la coreografíaeuropearepresentaríana los moros, es decir los Pilatos,aquípor el contrarioson seguidoresde Jesúsa las órdenesde Santiago,que no vacilanen arriesgarsu seguridadpor la salvacióndel Maestro.Cuentancon el auxilio del alcalde,eltana/niatihque leí másanciano quetiene el mando! (traducciónlitera», cargopolítico ocupadoexclusivamentepor miembros del sectornahuade la pobla-ción, quea menudohacíade mediadoren los conflictosentreindios y mestizos(cfr. Burdi, 1993) y queademásdesempeñabaun papelimportanteprecisamen-te en el intercambioritual relacionadocon la invitación de los gruposde dan-zantes.El antagonista,el “verdadero”moro,es el personajedel Pilato Rey, quees identificadoconelpresidentemunicipal, detentadordel poderpolítico en lacomunidad,poderque los mestizoshan administradoen formacasi inintermm-pida desdeque llegaronal puebloa comienzosde la décadade 1920.

El temade la oposicióndualistaqueestructurala danzaes,pues,reformu-lado por los espectadoresen términos de conflicto étnico y político, convier-téndoseen representaciónde la contraposiciónentreel sectormestizo,que encuantohegemónicoy coercitivo representaun poder inicuo (al punto deencarcelaral primero de los inocentes,Jesús),y el sectornahua,históricayperpetuamentesubalterno,queaunqueen rebeliónestáimpedidodemostrarsepúblicamente(los danzantesusanmáscaras)por temor a las inevitablesre-presalias.

En el escenariode ladanzade los Santiagosel malestarsocial compartidopor los espectadoresse superponeal tema original de la coreografía,y laaccióndanzadase hacerepresentacióndel drama social, silenciosoacto deconcienciahistóricacuyaprácticacultual operacomoun canal de expresiónprivilegiado. La danzaes, pararecurrir a las reflexionesde Herzfeld (1990:112), “ideal/y suitedto expressingsocialpractice and religious ideology in

terrnsofcacir otirer”, suscitandoel reconocimientode rasgosculturalescomu-nes, relativizadosen términos de realidadessociales,en queel conflictodesempeñaun papeldeterminante.

Lasmanifestacionesdel culto religioso—del quela danzaes un elementoa la vez estructurantey representativo—aparecen,pues,como un privilegia-do espaciode acción de la identidady de los conflictos queésta implica, lasmodalidadesa travésde las cuales,en las palabrasde Comaroff(1992: 29),

a sectarian worldview comesso naruralize ssructureof inequa/ity”. Al

Page 19: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunos reflexiones sobre lo percepción de lo ñisxoria.. 5-7

mismotiempoconstituyenunaespeciede dispositivoquepermitehistoricizarrealidadesy entidadesquepor sunaturalezason atemporales.

Volviendo a la narración,tambiénéstapuedeser leídaen esesentido;enefecto, hayen ella dos elementosquepermitenhistoricizar su dimensiónmitológica;además,el segundo,el mássignificativo delosdos,pareceremitirprecisamentea esaideologíareligiosanahuaquehe tratado de esbozar.Empecemospor ladescripciónde lacapilla primitiva del santo.En realidadesposible ubicartemporalmentela existenciade la capilla de techode paja,construidasegúnla tipologíade las viviendasanteriores,en el primer períodocolonial, inmediatamentedespuésde la conquista.De hecho, segúnGarcíaMartínez(1987: 273),“en el siglo xvii, la mayoríadelos pueblosde la Sienateníaniglesiasrústicascon techosde paja, y los incendioseranfrecuentes”.

Considéresedespuésla referenciaa las tresenfermedadesqueatacana loshabitantesdespuésde la partidadel santo.Es un dato confirmadopor docu-mentosque duranteel siglo XVI la poblaciónindígenade la Sierra fue literal-mentediezmadapor tres oleadasepidémicas(1520-1521;1545-1548;l576-15Sl) de las másdevastadorasregistradasen la NuevaEspaña,cuyossíntomascaracterísticoseran,segúnlas crónicasde laépoca~ “pujamentosyvómitosde sangre”,exactamentecomo losquese describenen elmito.

Es precisoseñalarademásquelaúltima delas tresenfermedadesdescritasen el relato —---laespañola—podríaidentificarseconcretamenteconunaenfer-medadquese difundió en forma epidémicaalrededorde la décadade 1920 22,

justamenteel períodoen que, como ya se ha mencionado,se instalanen elpuebloalgunasfamilias mestizasy conquistanla hegemoníapolítica.

Como observaReifler Bricker (1989: 37), y en forma más incidentalFanlss(1987:577), laconexiónentrela llegadadelosespañolesy el desencadenamientodeepidemiasya habíasido identificadapor los indígenas,en esecasomayas,inmedia-tamentedespuésde laconquista,como lo atestiguanalgunospasajesdel Libro deChilamBalamde Chumayel,quese refierenexplícitamenteala llegadade “podero-soshombresde Oriente” que“su enfermedadhicieron venir” (ibidenú.En el relatopresentado,en cambio,lo queprovocalaapariciónde las enfermedadesesla partidadel santo—y no la llegadadequieneslo llevaronporprimeravez—; asílaenferme-dad, paradójicamente,pareceadquirir el sentidode unaconquistareiterada:en lacontraccióntemporalqueel mito opera,lallegadade losespañolesy el asentamientode mestizosenel espacioterritorial nahuaparecensuperponersesignificativamente.

2J Relacionesgeográficasi-iueytlalpan, 22, y RelacionesgeográficasZacatlán,39. cd. en García

Martínez(1987: 113).-Agradezcoa AlessandroLupopor estasignificativainformación.

Page 20: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

58 Po<tiria Bo,di

La paradojade la metáforaessubrayadaademáspor dosafirmacionesque

parecentenerunaimportanciamarginalen el texto: la alusiónal hechode quelos habitantesdel pueblo siemprehabíancreídoen Dios y la caracterizacióndel territorio de residenciacomo “tierra nueva”,quees la traduccióndel topó-nimo náhuatíoriginal de Yancuictlalpan.

En la construcciónnarrativadel relato, la afiliación ante-litterarn al cris-tianismo y la definición del espacioterritorial como principalmentenahuapuedenser consideradascomo los elementoscruciales sobrelos cualessereconstruyesu memoria, y en consecuencia,su identidad histórica.Haciendoexplicito el sentidodel topónimo original, los nahuasde Yancuictlalpanenri-quecencon una legitimación histórica su propia presenciaen el territorio,constantey progresivamentereducida a una condición de marginalidadporlas invasorasestrategiaspolíticas y económicasdel sectormestizo de la

comunidad.Al declararsedevotosde Dios aúnantesde la llegadade Santiagoal pueblo estánafirmando la continuidadideológicaentrepasadoy presente,continuidadque sedesarrollapor los recorridosde la prácticay de la fe reli-giosa.El propio regresodel santoparecepor un lado legitimar esacontinui-dad a travésde la escansióncíclica, y por el otro reafirmar la necesidaddelculto, puestoque eseregresose produceen ocasiónde acontecimientosque

podríanponeren peligro su persistencia,como en el casode la persecucióndel clerocatólicoenlos añostreinta.

Si hay una concienciahistórica de la fracturay de sus fatales resultados,ésta,desdeel momentoen que es conceptualizadacomo consecuenciadelabandonodel santo,se inscribeen un horizonteinternoa la comunidady en larelaciónreligiosaentreestaúltima y la divinidad.

Seriaen realidadun error interpretarla ausenciade unaconexiónexplícitaentrela aparición de las epidemias,elementohistóricamenteconnotadode lanarración,y la penetraciónen el áreade los españolesy/o los mestizos---—de

los cualesno hay menciónenel relato—como indicio deunamemoriahistó-rica imperfectay sin concienciade sí misma. En relación con esto parecenestimulanteslas reflexionesde Gruzinski (1985) cuandodestacala copresen-cía de registrosdiferentes en la construccióny en la reproducciónde latuemoria,correspondientesa dos nivelesde concienciadistintos: unoconfor-

me a estrategiaspolíticas,capazde modificar y reordenarlos acontecimientoshistóricos,en unaespeciede bricolaje, en función de tos objetivos de esasestrategias;el otro relacionadocon los mecanismosde la memoriacolectiva,capazde operarunareconstruccióntotalmenteficticia de los acontecimientos,recortandocl pasadoy operandocesurassobrelos elementosde esepasadoquese desearíaconsignaral olvido.

Page 21: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Aigituas reflexionessobrelo percepción<le lo histo,i<,. 59

En nuestrocaso,más que un clivage de la memoriacolectiva,el usometafóricode la partidadel santo—acontecimientonarrativo del que deri-vanconsecuenciasya no sólo narrativas,puestoquepuedenseridentificadascomo hechosque realmenteocurrieron en un pasadohistórico—arroja unaluz significativa sobreel horizonteconceptualen quese inscribenlos proce-

sosqueconstituyenla memoriahistóricade los nahuas.Un ordenconceptualque,como hemosvisto, tienecomo eje central la relaciónentrelo social y lodivino, donde la ideología religiosa desempeñaun papel determinante.En

efecto,si consideramosla posicióncentralqueocupaen la estructurasoejo-política de la comunidadla institución de la mayordomía(Burdi, 1993), lasprácticassocialesy culturalesqueconstituyenel culto del santopatronoapa-recencomo la fuentegenerativa,el mareode referenciade los mecanismosde percepcióny representaciónqueproducenla memoriahistóricacolectiva,de los que la narraciónpresentadaes una expresiónparadigmática.La utili-zaciónen el discursomitológico de la partidade Santiagocomometáforadela fractura, de la discontinuidad,apareceentoncescomo resultadode losprocesosreflexivos de comprensióny autoidentificacióndesarrolladosporlos nahuasde Yancuictlalpan,cuyasmodalidadessurgende un ordencultu--ral compartidopor medio del cual losacontecimientosy las dinámicashistó-ricas, vividas o recordadas,adquierensentido. Esos procesos,a su vez,fundan y sonfundadospor las prácticassocialesquese inscribenen la insti-tución de la mayordomía,principio estructurantede la organizaciónsocialde la comunidad.

La llegadade enfermedadesdevastadoras,pues,acontecimientohistóricoque como hemos visto puedeserun equivalentemetafóricotanto de la con-quistacomo de la imposición del podermestizo,estárepresentadaen baseaunamatriz conceptualcompartida;peroal mismo tiempoes a travésdel acon-tecimientoque esamatriz encuentrauna legitimación histórica y generala

necesidadde las prácticasrituales,que como hemosvisto son el punto deapoyode la ideologíareligiosanahua,y también la justificación de la persis-tenciade unainstituciónestructurantecomo la mayordomía.

Si, siguiendoa LópezAustin (1985: 76), consideramosla construccióndela memoriacomo “un juego dialécticoen el cual se van oponiendo,por una

partesistemasideológicos,y por la otra complejosconyunturales,dinámicassociales”,en el discursomitico la metáforade la partidade Santiago,y másen generaltoda la narraciónmitológica, puedeserconsideradacomo un ins-trumento para hacerexplícito esejuego dialéctico, el punto de encuentroespecíficoentrehorizonteconceptual,prácticassocialesy devenirhistóricoen la rnemoíiahistóricade los nabuasde la Sien-a.

Page 22: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

60 Patrizia Bst,Ji

Paraconcluir, en el análisis del relato mitológico pareceevidenteque laconexiónde los elementosnarrativoscon la esferade las prácticasritualessólo esposiblepor medio deunaclavede lecturasincrónicacomo la queper-mite el enfoque etnográfico;del mismo modo que la identificación de losacontecimientoscoyunturalesno puedeno pasarpor la pruebadela investiga-ción historiográficaque permite historicizarla narracióny por lo tanto darleun sentidoestructurante.Los dosniveles deinvestigaciónconducenal mismoordende discursocultural quees, al mismo tiempo, principio estructurantey

modalidadrepresentativade la realidad.En el espaciode estaconvergencia,por lo tanto, la dinámicade comple-

mentacióndel enfoqueetnográficoy el enfoquehistórico parececonfirmar sufecundidadheurística.

BIBLIOGRAFÍA

ADAMS, J. W.: “Antltropology andHistory in the 1980s”.JournalofInterdisciplinatyf-Iisiory, XU,2: 254-225,1981.

AGUtRRL BELTRÁN, G.: Regionesde refugio. El desarrollode la comunidad>’ el pro-cesodominical en Mestizoan¿érica. México. Instituto IndigenistaInteramericano,1967.

BouRníEu, P. (1972). Outline of a Theory of Practice. Cambridge.CambriógeUnivcrsity Press,1977.

1988 (1982): Laparola e ¡1 potere.Nápoles:Cuida.

1989: “Social S¡-rnceand Symbolic Power”.SociologicalTheorv,7:14-25.

BoYER, P. : “Tradition sanstransmission.L’acquisition desconceptstraditionnels”,enO. R. Cardona(ed.), La trasnzissionedel sapere:aspettilinguistici cd aníropolo-gici, 45-72. Roma: II Bagatto, 1989.

BRAUDEL, F.: La histo,-iay las cienciassociales.Madrid. AlianzaEditorial, 1994.

BUROL. P.: “Estamosaquí para cumplir”. Lesereiriodellamayordomíaa SantiagoYancuictlalpan,SierraNorte de Puebla(Messico).Luomo, vol. VI, ns., 1: 3-351993.

1996”: ‘Los tiemposdc la fiesta. Estructuraritual y valenciassimbólicasdel culto aSantiagoMatamoros(SierraNortede Puebla,México)”, en 1. Ceist(cd.), Procesosde escen,j¡cacióny contexlosrituales, 179-200.México. Editorial Plazay Valdez.

sf0: “Alegrar a los santos.Dinámicasfestivasy nivelessimbólicosen el culto al

santo patrón (SierraNoite de Puebla,México)”, en E. MasferrerKan y J. A.Alvarsson (eds),Religiones y transformacionessocioculturalesen AméricaLatina. Quito. Editorial Abya-Yala,en prensa.

Page 23: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

Algunas ;efiexiones sobre lo percepciónde lo historio.. 61

199b”: “Danzade ‘conquista’,danzade resistencia.Sincretismoy conflictosétni-cos en unarepresentacióncoreográficaindígenade morosy cristianos(México)”,en B. Schmelzy N. RossCrumeine(eds.),Estudiossobreel sincretismoenAméricaCentraly en los Andes,93-117.Bonn, 1996.

CARMACK, R. M.: “Ethnobistory: A Review of Its Development,Definitions,Methods,and Aims”. AnnualRevieivofAnthropology,1972:227-246,1972a.

1972”: “Ethnographyand Ethnohistory:Their Application in Middle AmericanStudies”.Ethnohistory, iS: 127-145.

COHN, 3. 5.: “Anthropology and History in the 1980s”.Journal of InterdisciplinaryHistor>’ XII, 2: 227-252, 198 1.

COMAROFF, J., y COMAROPE, 1.: Ethnographyand the I-Iistori cal Imagination.Boulder WestviewPress,1992

DUMONT, L.: “El individuo y las culturas o cómo la ideologíase tuodifica por sumtsmadifusión”, en T. Todorov etal. (eds.),Cruce de culturasy mestizajeculta--rol, 159-172.Madrid. EdicionesJúcar,1988.

FARRISS, N. M.: “Reme¡nhe¡ingthe Future,Anticipating tbe PaseHistory, Time, andCosmologyaniong the Maya of Yucatan”. ComparativeStudiesin SocietyandHisíorv,29, 3: 566-593, 1987.

FíNi.±Y M 1 “Myth, Memory and History”. History aud Theory,4(3): 281-302,1965.

GARCÍA MARTÍNEZ, B.: Lospueblosdela Sierra. Elpodery el espacioentre los indiosdel norte de Pueblahasta 1700.México. El Colegiode México, 1987.

G[NZBURG, C.: Miti, emblenti,spie.Moifologia e storia. Turín: Einaudi, 1986.

1989:Storia nolturna. Una decifrazionedel sabba.Turín: Einaudi.

GRuzINsKI, 5.: “La memoriamutilada: construcciónde pasadoy mecanismosde lamemoriaen un grupo otomíde la mitad del siglo Xv[í”, en La memoriay el olvi-do. SegundoSimposiode Historia de las Mentalidades,33-46. México: INAH,1985.

I-IANKS, W. E.: “DiscourseGentesin a Theoryof Practice”.AmericanEthnologist,14:668-692,1987.

HERZFELD. M.: “Icons and Identity: ReligiousOrtbodoxyand Social Practicein RuralCrete’.AnthropologicalQuarterly 63,3:109-121,1990.

HILL, J. D.: RethinkingHistorv and Myth. IndigenousSouthAmencan Perspectiveson the Pasí.Urbanay Chicago.University of Illinois Press,1988.

KLEtN, K. L.: “In Searchof NarrativeMastery: Postmodernismand The PeopleWitboutHistnry’. Histori and Theonx,XXXIX, 4: 275-298, 1995.

LACARRA, M. J.: “El camino de Santiagoy la leteraturacastellanamedieval”, en Elcansino de Santiagoy la articulación del espaciohispánico.Actas de las XX

Page 24: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

62 Potriz’io Bordí

Semanade EstudiosMedievalesde Estella, 26-30 de julio de 1993,pp. 315-336.Pamplona.Departamentode Educacióny Cultura, 1994.

LÉvI-STRAU5S, C. (1962): “1 limiti della nozionedi struttura in etnologia’, enR. Bastide (ed.), Usi e significatí del termine síruttura, pp. 37-42. Milán.Bompiani, 1965.

——(1958). AntropologiaSírulturale. Milán. II Saggiatore.1966.

LtENHARDr, G.: “Self: Publie, Private.SorneAfrican Representations”.Journal ojthe

AnthropologicalSocietvofOxford, vol. Xl, 2: 69-82, 1980.

LYoTÁRD, 3. E. (19’79): La condiciónposunoderna.Informesobre el saber.México.

REí, 1990LÓPEZ AusTíN, A.: “La costrucciónde la memotia”, en La memoriay el olvido.

SegundoSimposiode Historia <le las Mentalidades,pp7S--79,México. INAH,1985.

Lupo, A.: La tierra nosescucha.La cosmologíade los nahuasa travésde las súpli-cas rituales. México: Instituto NacionalIndigenista,1995.

MONTOYA BRIoNEs, 1.: Significadosde los aires en la cultura indígena. México.INAH, 1981.

NuTíNí, H. G.. e IsAAc, B. L.: Los pueblosde habla náhuatídela legión de Tlaxcalay Puebla.México, Instituto Nacional Indigenista,1974.

ORTNER, 5.: “Theory in Anthropology since the Sixties”. Conspaí-ativeStu<iies in

Socieí-vandHistorv, 26: 126-166, 1984.REtFLER BRIcKER, V. (1981). El Cristo in<lígena, el ‘ev nativo. El sustratohistórico de

la mitología del ritital de los n! ayas.México. Fondo de Cultura Económica,1989.

REMorrt, E.: Lévi-Strauss.Struttura e storia. Turín. Einaudi, t971.

SAHLINs, M.: “Other Tunes, Other Customs: The Anthropnlogy of History”.AmericanAnthropologisí,85: 517-544,1983.

ScíítiTz, A.: CollectedPapers,vol. 1: The Problem of Social Reality La Haya.Martinus Nijhoff, 1962.

SPERBER,D. (1974):Pee una leona del simbolismo. Una ricerca ant-opologica.Turín. Einaudi. 198!.

StONoMNI, 1,: ‘Lasino di Buridano, ovvero i dilcrnmi deIl’etnografo”. LUonio. vol.IV, ns.,2:177-207.

SíoNoRtNt, 1. y Lugo, A.: Los tres ejes de la <ida. Alntas, cuerpo, enfer¡ne<íadentrelos nahuasdela Sierra de Puebla. Xalapa.UniversidadVeracruzana,1989.

1992: “The Ambiguity of Evil an3ongthe Nahua nr the Sierra (México)”.ElnoJóor 5,1/2:81-94.

Page 25: Algunas reflexiones sobre la percepción de la historia

A Igonos cf lesiones tobre lo percepción<le 1<, 1> istoria.. 63

TORRE, A.: “Percorsi della pratica. 1966-1995”.QuaderniStorici, XXX, 3: 799-829,1995.

WARMAN GRYJ, A.: La danzade moros y cristianos.México. Sep-Setentas,1972.

WATANABE, J M.: “From Saints to Shibboleths:Image, Structure,and Identity inMayaReligiousSyncretism”.AmericanEthnologist 17(1): 131-150, 1990.