LIBRO VIGESIMOSEGUNDO EL CIELO, FIN DE LA CIUDAD DE DIOS 

CAPITULOS I,II y III De la creación de los ángeles y de los hombres , de la eterna e inmutable voluntad de

Diosy la promesa de la eterna bienaventuranza de los santos.

  hablaremos de la eterna bienaventuranza de la Ciudad de Dios donde nada creó mejor que los espíritus, a quienes dio inteligencia, e hizo capaces para que le viesen y contemplasen, y lo reunió en una comunidad que llamamos Ciudad santa y soberana, aunque sabiendo que había de pecar desamparando a Dios con traspasar su divina ley, tampoco les privó del libre albedrío, previendo al mismo tiempo el bien que de su mal había de resultar, puesto que del linaje mortal, condenado justamente por su culpa

Teniendo en cuenta que la voluntad de Dios que es la que el Señor forma en los corazones de los que obedecen a sus mandamientos. Según esta voluntad obra en los hombres, también se dice querer o voluntad libre, no lo que el Señor quiere, sino lo que hizo que quisiesen los suyos; sin duda hizo en el cielo y en la tierra todo cuanto quiso,no sólo lo pasado y presente, sino también lo futuro.

así también cumplirá lo que prometió "hare a Jerusalén alegría, y a mi pueblo contento"

CAPITULOS IV,V y VI

Contra los sabios del mundo que piensan que los cuerpos humanos no pueden ser trasladados a las moradas del Cielo agregando a esto que no creían en la resurrección de la carne como que el cuerpo de Cristo fue llevado a los cielos; la resurrección de su carne, su ascendió y subida a las celestiales mansiones así Cómo Roma; amando a su fundador Rómulo, le hizo dios, y la iglesia, creyendo en Cristo.

CAPITULOS VII,VIII y IX

La fe en Cristo permanecía en dudad ¿cómo pudiera admirar el entendimiento humano la resurrección de Cristo y su ascensión a los cielos como suceso posible? Por que si se adjudicaban milagros de Cristo en esos tiempos la gente se pregunta por que no ocurren en estos tiempos aunque retomamos que es el medio y modo que es incomprensible a los mortales , con todo, esto mismo da testimonio de aquella fe que predica la resurrección de la carne para siempre.

CAPITULOS X,XI y XII

A Dios se le adjudicaban muchos milagros, para que se diera el honor y reverencia a Dios verdadero, y no a los demonios, quienes hacen algunos para que los tengan por dioses aun diciendo que también sus dioses han obrado algunas maravillas.

Como pueden seguir sin creer en dios si se muestra como a las aves a dado alas para que pudieran volar por los aires y así como a ellas a todas sus creaciones les dio ciertas virtudes a un haciendo nuestros cuerpos para no vivir en el cielo Contra las calumnias de los infieles, con los cuales se burlan de los cristianos, porque creen en la resurrección de la carne Pero suelen menudamente preguntar y del mismo modo burlarse de la fe.

CAPITULOS XIII,XIV y XV

Siguiendo con la resurrección de la carne pudiera que los abortos pertenecieran a la ella. Porque no si todos los muertos han de resucitar , al mismo tiempo que Dios dice es que no le faltará lo que antes tenían; pero no niega que tendrán lo que les faltaba.

y preguntándose si al modo y tamaño del cuerpo del Señor han de resucitar los cuerpos de todos los muertos

¿ Cristo resucito en el tamaño de cuerpo en que murió ?

CAPITULOS XVI,XVII y XVIII Acaso todos tenemos que ser de

acuerdo a la imagen del hijo de Dios, aunque afirmando que no creen que las mujeres han de resucitar en su propio sexo, sino que todas resucitarán en el de varón, porque Dios hizo solamente al hombre de barro y a la mujer del varón. Del varón perfecto, esto es, de Cristo y de su cuerpo

CAPITULOS XIX,XX y XXI

Se dice que todos los cuerpos tienen que regresar de la misma forma sin perder su esencia natural pero también dicen: Que en la resurrección de los muertos la naturaleza de los cuerpos, como quiera que estén deshechos, será renovara del todo y en todas sus partes Es un absurdo…..

CAPITULOS XXII,XXIII y XXIV Por ser parte del linaje de los

mortales somos condenados por la primera culpa. En el mal original hay dos cosas: el pecado y el castigo, estando en tentación todo el tiempo de pecar de todos, estos riesgos salimos vencedores con grandes ventajas por Aquel que tanto nos amó

CAPITULOS XXV,XXVI y XXVII De Dios  creamos, pues, lo que puede, y no

creamos lo que no puede.aun habiendo numerosas cantidades de personas que no crean en la resurrección hay mas que si creen en ello. Pero diciendo que las almas bienaventuradas les conviene huir de todo lo que es cuerpo aun mencionando a Platón y Porfirio quienes dicen que las almas no podían estar eternamente sin los cuerpos y que cuando el alma volviese purificada al Padre, nunca más regresaría a los males actuales del mundo.

CAPITULOS XXVIII,XXIX Y XXX. De la eterna felicidad y bienaventuranza

de la Ciudad de Dios, y del sábado y descanso perpetuo ¿Cuán grande será aquella bienaventuranza donde no habrá mal alguno, ni faltará bien alguno, y nos ocuparemos en alabar a Dios, el cual llenará perfectamente el vacío de todas las cosas en todos? ¿cuál es nuestro fin sino llegar a la posesión del reino que no tiene fin?

Amén.