alfa 862

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  • N 862- 2 de enero de 2014 - Edicin Madrid

    SEMANARIO CATLICO DE INFORMACIN

    Fiesta de la Familia 2013

    El pueblo de la vida, en Madrid

  • 2 Sumariojueves, 2 de enero de 2014

    Etapa II - Nmero 862Edicin Nacional

    Edita:Fundacin San Agustn.Arzobispado de Madrid

    dElEgado Episcopal:Alfonso Simn Muoz

    REdaccin:Calle de la Pasa, 3-28005 Madrid.

    Tls: 913651813/913667864Fax: 913651188

    diREccin dE intERnEt:http://www.alfayomega.es

    E-Mail:[email protected]

    diREctoR:Miguel ngel Velasco Puente

    REdactoR JEfE:Ricardo Benjumea de la Vega

    diREctoR dE aRtE:Francisco Flores Domnguez

    REdactoREs:Juan Luis Vzquez

    Daz-Mayordomo (Jefe de seccin),Mara Martnez Lpez,

    Jos Antonio Mndez Prez,Cristina Snchez Aguilar,Jess Colina Dez (Roma)sEcREtaRa dE REdaccin:

    Caty Roa GmezdocuMEntacin:

    Mara Pazos CarreteroIrene Galindo Lpez

    intERnEt:Laura Gonzlez Alonso

    Imprime y Distribuye:Diario ABC, S.L.

    ISSN: 1698-1529Depsito legal: M-41.048-1995.

    De verdad quiere ustedun semanario catlico?

    La edicin, impresin y distribucin de Alfa y Omega en toda Espaa es muy costosa. La Fundacin San Agustn, del Arzobispado de Madrid, desde hace ya ms de die-ciocho aos, viene asumiendo totalmente estos gastos.Damos las gracias a cuantos ya colaboran y les alentamos a seguir hacindolo con renovada generosidad Cunto est dispuesto a dar usted para que este semanario catlico de informacin sea el que necesita?

    Puede dirigir su aportacin a la Fundacin San Agustn, a travs de estas cuentas bancarias:

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    CARTAS 10

    CRITERIOS 11

    TESTIMONIO 14

    EL DA DEL SEOR 15

    RACES 16-17

    Nuestra Seora de A Franqueira:

    Haznos llevadero el largo camino

    ESPAA

    Hermanitas del Cordero:

    El corazn del Evangelio,

    en el corazn de Barcelona 18

    Ley del aborto:

    Menos mala que la ley actual 19

    LA VIDA 24-25

    EL PEQUEALFA 26

    DESDE LA FE

    Primera Guerra Mundial: Un siglo

    despus, vuelta a las andadas? 27

    Cine. 28

    No es verdad. 29

    Gentes. Literatura 30

    CONTRAPORTADA 32

    Novedades en tienda virtual

    Pgina 25

    Al servicio de nuestros lectores, ofrecemos la po-sibilidad de adquirir en nuestra tienda virtual:-Libros y CD Alfa y Omega-Libros recomendados, DVD, etc.

    Puede hacer sus pedidos por:-Telfono: 600 892 284- [email protected] en Internet: www.alfayomega.es/tienda

    Libro de la semana

    La humildad de Benedicto, de Andrea Monda. Resea pag. 25

    3-9Fiesta de la Sagrada Familia 2013: La familia, un lugar privilegiado

    12-13Sudn del Sur: Slo una cuestin tica?

    Navidad secuestrada para miles de cristianos

    20-23Navidad del Papa Francisco: Dios toma partido por el hombre.

    Mensaje Urbi et Orbi: La paz es un compromiso cotidiano

  • En portada 3jueves, 2 de enero de 2014

    Unas quinientas mil personas, cifra algo superior a la de 2012, llenaron, por sptimo ao con-secutivo, el centro de Madrid. Hoy, fiesta de la Sagrada Familia, es da para anunciar de nuevo al mundo el Evangelio de la alegra: la alegra del Evangelio de la familia!, resumi el cardenal Rouco, al comienzo de su ho-mila, el sentido de esta celebracin.

    Concelebraron con l, en la Plaza de Coln, los cardenales Caizares, Pre-fecto de la Congregacin para el Culto Divino, y Amigo, arzobispo emrito de Sevilla; el nuncio, monseor Fratini; el nuncio en Kazajstn, el espaol mon-seor Mauri; el arzobispo castrense y los arzobispos de Granada, Sevilla, Valencia y Zaragoza; los obispos de Alcal, Alicante, Cceres, Cdiz, Cuen-ca, Getafe, Ibiza, Mondoedo, Sala-manca, Segovia, Teruel, Tuy-Vigo, ms el de Avignon (Francia), y los auxilia-res de Madrid y Pamplona, adems del

    Secretario General de la Conferencia Episcopal, don Jos Mara Gil Tama-yo, y cientos de sacerdotes. Hubo un despliegue de unos 450 voluntarios.

    Las multitudes en torno a la Misa de la Sagrada Familia han dejado de ser una sorpresa, y se han convertido ya en parte del paisanaje tpico navi-deo de la capital de Espaa. Miles de familias viajan cientos de kilmetros hasta Madrid, desafiando el fro y la incomodidad que supone desplazarse en estas fechas. Este ao, destac, en particular, la presencia Italiana, unas 4 mil personas, aunque hubo grupos procedentes de 15 pases de Europa.

    Convocan el Arzobispado y la Pro-vincia Eclesistica de Madrid, con la estrecha colaboracin del Camino Neocatecumenal y de otras realidades eclesiales. Pero la dimensin multitu-dinaria que ha adquirido esta celebra-cin sera inexplicable sin el decidido apoyo que le prest desde sus inicios

    Benedicto XVI. La primera Misa en Coln, en la Navidad de 2007/08, fue la primera ocasin en la que un Papa se una por videomensaje a una cele-bracin fuera de Roma.

    Estas siete ediciones han contri-buido a dar protagonismo pblico a la fiesta de la Sagrada Familia, so-lemnidad que a menudo pasaba des-apercibida entre las celebraciones na-videas. La Misa de Madrid fue este ao, una vez ms, la ms numerosa, pero ya no la nica. En la primera fiesta de la Sagrada Familia con el Papa Francisco, conectaron tambin con la Plaza de San Pedro la basli-ca de la Sagrada Familia, de Barce-lona all acudi, junto al cardenal Martnez Sistach, el Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el arzobispo Vincenzo Paglia; la bas-lica de Anunciacin, de Nazaret con la presencia del Secretario General del Snodo de los Obispos, monseor

    Baldisseri; y la baslica de Loreto, en Italia.

    Al trmino del rezo dominical del ngelus, el Papa dirigi un saludo es-pecial a los fieles reunidos en estos lugares, y pronunci una oracin es-pecial por el prximo Snodo de los Obispos de octubre, que estar de-dicado a la familia. Francisco recor-d a las millones de familias que, como la de Jess, exiliada en Egipto, deben huir del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna. Esas familias no siempre encuentran aco-gida verdadera, respeto, aprecio de los valores de los que son portadores, sino que a menudo son vctimas del rechazo y de la explotacin, o incluso vctimas de la trata de personas y del trabajo esclavo. Pero, adems, el Papa aludi a esos otros exiliados o exiliados escondidos, que existen dentro de las mismas familias, fun-

    Miles de familias llenaron por sptimo ao consecutivo el centro de Madrid, en la Fiesta de la Sagrada Familia. Este ao, la celebracin tuvo un marcado carcter misionero. En medio de tantas situaciones doloras como existen hoy, dar testimonio del Evangelio de la alegra con obras y palabras es tarea y urgencia primordial de la familia cristiana,

    dijo el cardenal Rouco. El arzobispo de Madrid bendijo adems a 140 familias que, en Roma, el Papa enviar el prximo 1 de febrero en misin ad gentes a pases como China, la India o Mongolia

    Madrid acoge, por sptimo ao, la Fiesta de las Familias

    El mundo os necesita

    Un momento de la bendicin del cardenal arzobispo de Madrid a las familias enviadas en misin ad gentes

  • 4 En portadajueves, 2 de enero de 2014

    damentalmente los ancianos, que a veces son tratados como presencias molestas. Y aadi: Muchas veces pienso que un signo para saber cmo va una familia es ver cmo se tratan en ella a los nios y a los ancianos.

    Familias misioneras

    En Madrid, la nota ms singular este ao fue la misionariedad. Ante tantas situaciones y personas tristes y doloridas como existen hoy, dar tes-timonio del Evangelio de la alegra con obras y palabras en nuestro tiem-po es tarea y urgencia primordial de la familia cristiana, dijo el cardenal Rouco. La Iglesia y el mundo de nues-tros das os necesitan para llevar el Evangelio al corazn del hombre y de la cultura contemporneas, aadi.

    Minutos despus, el cardenal ben-dijo a 140 de las 500 familias del Ca-mino Neocatecumenal que sern en-viadas en misin el 1 de febrero por el Papa Francisco. Formarn peque-as comunidades en la India, China o Mongolia, y en entornos muy secula-rizados de Occidente, como Francia, Holanda o Estados Unidos, donde los obispos han solicitado esta presencia.

    El iniciador del Camino, Kiko Ar-gello, alab la disponibilidad de es-tos hermanos, cuando, por sorteo, se fue decidiendo el lugar de envo para cada una. Ninguna dijo que no.

    Su misin ser simplemente estar ah y amarse. Y toda la gente pagana o secularizada que os vea dir: sos son cristianos! Que se vea cmo os queris!, les exhort Kiko Argello.

    Se han preparado durante aos en sus comunidades para una vocacin misionera que no es muy comn, aun-que el modelo es extrapolable a cual-quier otra familia cristiana. No es que sean personas muy buenas, no es eso, explic Argello. Pero, a lo largo de su camino de iniciacin cristiana, han aprendido a amarse como l nos ha amado. Han aprendido a vivir soste-nidos por Su gracia, y por eso son ca-paces de amar incluso a sus enemigos, enemigos que, en ocasiones aadi, la experiencia muestra que son sus propias mujeres o maridos... A menu-do ocurre que los defectos y ofensas de uno de los cnyuges destruyen al otro; te sofocan, te sientes morir y te quieres separar. sa es la causa de tantas se-paraciones hoy. Y ocurre porque no te-nemos dentro vida eterna. En cambio, si tienes dentro vida eterna, puedes amar al otro en una nueva dimensin y perdonar. Por eso, el matrimonio cristiano es indisoluble, remarc el iniciador del Camino. Eso es lo que las familias en misin van a testimoniar.

    Es posible vivir segn el modelo de la familia cristiana, dira poco despus el cardenal Rouco. No es-tis solos, aadi. La oracin de in-numerables almas consagradas a la plegaria y a la oblacin de sus vidas por la Iglesia os acompaa! Vuestros pastores y las comunidades eclesiales a las que pertenecis quieren estar y estn a vuestro lado, con su oracin, todos los das de vuestra vida.

    Ricardo Benjumea

    En este primer domingo despus de Navidad, la Liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagra-da Familia de Nazaret. En efecto, cada beln nos muestra a Jess junto a la Virgen y a san Jos, en la gruta de Beln. Dios ha querido nacer en una familia humana, ha querido tener una madre y un padre. Como nosotros. Y hoy el Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia en el camino doloroso del exilio, en busca de refugio en Egipto. Jos, Mara y Jess experimentan la condicin dramtica de los prfugos, marcada por el miedo, la incertidumbre y las estrecheces.

    Lamentablemente, en nuestros das, millones de fa-milias pueden reconocerse en esta triste realidad. Casi cada da, la televisin y los peridicos dan noticias de prfugos que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para ellos y para sus propias familias.

    En tierras lejanas, incluso cuando encuentran tra-bajo, no siempre los prfugos y los inmigrados encuen-tran acogida verdadera, respeto, aprecio de los valores de los que son portadores. Sus legtimas expectati-vas chocan con situaciones complejas y dificultades que parecen, a veces, insuperables. Por esta razn, mientras fijamos la mirada en la Sagrada Familia de Nazaret en el momento en que est obligada a hacerse prfuga, pensemos en el drama de aquellos migrantes y refugiados que son vctimas del rechazo y de la explo-tacin. Que son vctimas de la trata de personas y del trabajo esclavo. Pero tambin pensemos en otros exi-liados, yo los llamara exiliados escondidos, que puede haber dentro de las mismas familias: los ancianos, por ejemplo, a veces tratados como presencias molestas. Muchas veces pienso que un signo para saber cmo va una familia es ver cmo se trata a los nios y a los ancianos.

    Jess ha querido pertenecer a una familia que ha ex-perimentado el exilio, para que nadie se sienta excluido de la cercana amorosa de Dios. La huida a Egipto a cau-sa de las amenazas de Herodes nos muestra que Dios est all donde el hombre est en peligro, donde sufre, donde escapa, donde experimenta rechazo y abandono; pero Dios tambin est all donde el hombre suea, espe-

    ra volver a su patria en libertad, proyecta y elige la vida y la dignidad suya y de sus familiares.

    Hoy, nuestra mirada sobre la Sagrada Familia se deja atraer tambin por la sencillez de su vida en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, las ayuda a convertirse en comunidades de amor y de reconciliacin, en las que se experimenta la ternura, la ayuda recproca, el perdn recproco.

    Recordemos las tres palabras clave para vivir en paz y alegra en la familia: permiso, gracias, perdn. Cuando en una familia no se es entrometido y se pide permiso, cuando en una familia no se es egosta y se aprende a decir gracias, y cuando en una familia uno se da cuenta de que ha hecho algo malo y sabe pedir perdn, hay paz y alegra! Recordemos estas tres palabras. Podemos repetirlas todos juntos: Permiso, gracias, perdn.

    Tambin quisiera animar a las familias a tomar con-ciencia de la importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad. El anuncio del Evangelio pasa ante todo por las familias, para alcanzar despus los diversos mbitos de la vida cotidiana. (...)

    Oracin del Papa por el Snodo de los Obispos sobre la familia

    Jess, Mara y Jos,/ en vosotros contemplamos/ el esplendor del amor verdadero,/ a vosotros nos dirigimos con confianza.

    Sagrada Familia de Nazaret,/ haz que tambin nues-tras familias/ sean lugares de comunin y cenculos de oracin,/ autnticas escuelas del Evangelio/ y pequeas Iglesias domsticas.

    Sagrada Familia de Nazaret,/ que nunca ms en las familias se vivan experiencias/ de violencia, cerrazn y divisin:/ que todo el que haya sido herido o escandali-zado/ conozca pronto el consuelo y la sanacin.

    Sagrada Familia de Nazaret,/ que el prximo Snodo de los Obispos/ pueda despertar en todos la conciencia/ del carcter sagrado e inviolable de la familia,/ su belle-za en el proyecto de Dios.

    Jess, Mara y Jos,/ escuchad y atended nuestra s-plica. Amn.

    Miles de familias escuchan la oracin del Santo Padre, en Madrid

    ngelus del Papa Francisco:

    Lugares de comunin

  • En portada 5jueves, 2 de enero de 2014

    Los primeros en dar su testimo-nio fueron Eduardo y su mujer Clara, que subieron al altar con sus tres hijos, Marta, Ins y Pablo, y con el cuarto que viene de camino. Este joven matrimonio, de la parro-quia de Santiago y San Juan Bautista, de Madrid, vive su fe en una comu-nidad del Camino Neocatecumenal. Hace siete aos que se casaron, y tan slo un ao despus, sentimos los dos la llamada de Dios para dejar nuestra vida aqu y ponernos a dispo-sicin de la Iglesia, explic el padre.

    La Providencia los llev hasta Tai-wn, donde han estado cuatro aos como familia en misin en un pue-blo aborigen. No somos demasiado aventureros, seal Eduardo, sino sencillamente cristianos de a pie que intentamos dar gratis lo que gratis hemos recibido. Su misin en Taiwn no ha sido otra que dar la oportuni-dad a sus nuevos vecinos de conocer a Jesucristo: En este tiempo, mucha gente ha venido a nuestra casa con problemas de alcohol, abusos, y fami-lias muy desestructuradas, cont el joven. En Taiwn, es difcil ver fami-lias paseando juntas: los nios pasan la mayor parte del da solos, mientras los padres estn borrachos.

    Pero el testimonio de esta familia en misin dio fruto: Hemos visto familias destruidas que, despus de escuchar que Dios los quiere, han ido, poco a poco, dejando el alcohol, cam-biando su forma de vivir y reconstru-yendo sus familias, aadi Eduardo.

    Sobre sus tres hijos, Clara recono-ci que estn descubriendo cmo Dios ayuda en las dificultades. Y cont una ancdota reveladora: Un domingo de Pascua, que llova mucho en Taiwn, pensamos en quedarnos en casa y no salir a la plaza a invitar a la gente a la parroquia. Nuestra hija mayor vino y nos dijo: Si nosotros nos vamos, quin va a decirles que Dios los quiere?

    De abuelos, a nietos

    Tambin dieron su testimonio Lorenzo Rubio y su esposa, Mara Rosa Crdenas, un matrimonio del movimiento de Comunin y Libera-cin, que subi al altar con sus hi-jos y sus nietos: tres generaciones juntas para dar gracias a Dios por tanto valor, expresin que, segn contaron, utilizan en familia para agradecer los dones recibidos. Tras

    53 aos casados, 7 hijos y 16 nietos, recalcaron que la fe es nuestro ma-yor tesoro, y as se lo han transmi-tido a su descendencia. Lo hacemos con la ayuda del colegio, de la pa-rroquia, de nuestro movimiento, con mucha oracin y con la ayuda fundamental de la Virgen, explic Lorenzo. Su esposa aadi que la experiencia de la fe, se pega con el

    roce, y, por eso, su casa siempre ha estado abierta.

    Otra de las claves de este matrimonio, a la hora de transmitir la fe a sus hijos, ha sido hablar abiertamente con ellos, aunque el dilogo a veces puede ser dif-cil, especialmente a ciertas edades. Pero siempre procuramos que se sientan que-ridos, y aceptados tal como son, respe-tando siempre su dignidad y libertad.

    Un noviazgo de tres

    Tras la experiencia de los abuelos, llegaron las ganas de aprender de los novios, Ignacio Antn y Natalia Galn, de la dicesis de Alcal de Henares. Amigos desde hace 15 aos y compa-eros de parroquia, estos dos jvenes, que se casarn en septiembre, tienen claro que Cristo y su Iglesia han hecho posible que nuestras vidas se unieran, y les han mostrado cul es el verdadero valor: No mirarse a uno mismo, sino mirar juntos en la misma direccin, dijo Natalia.

    La pareja, que pertenece al grupo Kerygma que evangeliza por las calles de la dicesis alcalana y ha creado el proyecto Catholic On para dar testimonio en la red, tiene claro que su relacin es de tres. El Seor, que est entre nosotros, nos ama, nos cuida y nos perdona, con su infinita misericordia, dijo Ignacio. Si segui-mos juntos aadi, no es porque seamos guapos o buenas personas, sino porque Dios es el centro de nues-tra relacin.

    Cada hijo es un regalo

    Finalmente, Jos Luis Prez y Ma-ra del Pilar lamo, matrimonio de la dicesis de Getafe, congregantes ma-rianos en Valdemoro, llegaron hasta Coln con seis de sus ocho hijos el pequeo est en camino, y otra, de 17 aos, ingres la semana pasada en la Orden de las Hijas de Mara Nuestra Seora. Una familia como la nues-tra puede parecer desproporciona-da..., requiere trabajo, dedicacin y no pocos sacrificios. Pero cada uno es un gran regalo para todos los de-ms, es un don mayor que cualquier dificultad, seal Jos Luis. Las di-ficultades, por muy grandes que pa-rezcan, son efmeras. Pero los hijos permanecen y son la mayor fuente de satisfacciones y alegras que pueden tener unos padres, aadi.

    Este matrimonio reconoce que, a veces, cuando los agobios del da son insalvables, uno est tentado de pen-sar que no es buen momento para te-ner un hijo. Pero, en ese momento, hay que entender que son almas de Dios y l sabe elegir el momento. En nuestro caso, lo ha hecho muy bien: cuando nos regala un hijo lo acompaa de mu-chas otras bendiciones.

    Cristina Snchez Aguilar

    Un joven matrimonio en misin en Taiwn con sus tres nios pequeos, unos abuelos que llevan 53 aos transmitiendo la fe a su descendencia, unos novios que se casarn en septiembre y una familia subieron al escenario para,

    desde la madrilea Plaza de Coln, dar testimonio de que Dios sabe muy bien lo que hace, y que cualquier dificultad resulta insignificante al lado de las alegras que supone tener una familia, y cimentarla en Dios

    Testimonios de hroes cotidianos

    Con Cristo, s se puede

    Un momento del testimonio de la familia Rubio Crdenas

  • 6 En portadajueves, 2 de enero de 2014

    Prisas, compras, papel de regalo, luces, msica, cabalgatas, ser-pentinas, ruido y fiesta: duran-te los das de Navidad, Madrid se con-vierte en un hervidero de gente que va y viene. Bajo el fro de la capital, todos corren de un lado a otro, y las luces de colores brillan por todas partes, pero parece que nadie va a ningn sitio, y que tanta luz, al final, se descubre fra, sin calor.

    Sin embargo, durante 33 horas, en el interior una carpa instalada en la plaza de Coln, el tiempo recobra su

    calma y brilla con fuerza la Luz ver-dadera. En un ambiente de penumbra que invita al sosiego, un faro de luz sirve de apoyo al Santsimo Sacra-mento, que desde lo alto acoge y da vida y calor a todo el que entra. Es la Luz que brilla en las tinieblas, y en la Luz haba vida, y la vida era la luz de los hombres.

    Abajo, hay una imagen de la Sagra-da Familia de Nazaret, el misterio de amor que celebramos estos das; y a sus pies, una muchedumbre de velas: cada una porta una intencin perso-

    nal, una familia con una necesidad especial, un rostro querido y amado. Cuando los que ms queremos nece-sitan algo que nosotros no podemos dar, entonces acudimos a Dios, lla-mamos a la puerta del Creador que da origen a todas las familias.

    Una vela, una familia: a los pies del Seor se colocan todas nuestras necesidades, todos nuestros agobios, nuestras incertidumbres, nuestras apreturas; tambin todos nuestros pecados, todas las veces en las que no hemos podido ofrecer a los nues-

    El secreto de las familias fuertes y felices:

    Orar juntos y mirar a JessAntes de la Misa de la Sagrada Familia, una carpa acogi una fecunda iniciativa de oracin: 33 horas de adoracin

    al Santsimo, que han hecho patente que el secreto de las familias fuertes, alegres y felices no est en sus capacidades, ni en tener dinero o trabajo, sino en esos ratos juntos en los que ponen a Dios en el centro de su da a da

    En la carpa de adoracin, la Luz brilla en las tinieblas, y en la Luz haba vida, y la vida era la luz de los hombres

    Familia Carrasquilla-Negro:

    Dios es el cemento de la familia

    Jorge y Julia no slo han venido con sus tres hijos (y una cuarta, que lleva 6 meses dentro del vientre de su madre): tambin los acompaan el padre de Jorge, don Antonio, su consuegra, Mara del Carmen, y uno de los 23 nietos de sta. Mientras hablamos con ellos, van sumndose otros hermanos y cuados, que como ellos llegan hasta Coln para agradecer a Dios lo que nos da con nuestra familia. Todos son miembros del Camino Neocatecumenal y explican que, para nosotros, la familia es fundamental, porque es el lugar en el que hemos recibido lo que somos: el ser, la vida, la gratuidad, el amor de Dios, la fe, la presencia de Jesucristo en nuestro da a da, todo lo que nos ha hecho ser como somos, y que ahora intentamos transmitir a nuestros hijos, cuenta Jorge. Para los Carrasquilla-Negro, ser muchos no es sinnimo de conocerse menos, porque Dios unifica a la familia, nunca separa seala don Antonio. Respetando siempre la autonoma de cada uno, vivir la fe en familia te hace amar a cada uno como es, perdonarse, conocerse, compartir lo bueno y lo malo. Es el cemento de la familia.

    Dani, Sonia y Alba:

    Podemos disfrutar pronto de lo bueno

    Sonia y Dani tienen slo 24 aos y se casaron hace poco ms de un ao. Han participado en el resto de ediciones de la Fiesta de la Familia, aunque esta vez lo hicieron por primera vez junto a su hija Alba, que a sus 4 meses dorma plcidamente a pesar del coro que amenizaba la espera hasta que empezase la celebracin. Algunos les diran que son demasiado jvenes para casarse, pero que seamos jvenes no es un impedimento para vivir lo que Dios quiere para nosotros. As podemos disfrutar pronto de lo bueno del matrimonio, disfrutarlo de otra manera, explican. Dios ha puesto a Sonia para m, y a m me ha puesto para ella. Por eso s que yo tengo que quererla y quiero quererla como Dios me quiere a m, cuenta Dani. Y aunque llevan poco tiempo de casados, ya saben que el matrimonio no es un camino de rosas sin espinas: Las dificultades de la convivencia llegan antes o despus, pero lo importante es siempre vivir el perdn y poder ayudarse y apoyarse siempre en el otro. Porque darse a alguien sin reservas llena mucho ms que quedarte encerrado en ti mismo, sentencia Sonia.

  • En portada 7jueves, 2 de enero de 2014

    tros nada ms que nuestro egosmo. Delante del Seor, ponemos a nues-tros hijos, a nuestra mujer o a nuestro marido, a nuestros padres, abuelos y nietos; aquellos que estn, y aquellos que nos esperan en el corazn de Dios Misericordia, el mismo que nos rene estos das en Madrid, el mismo que une a cada matrimonio y a cada fa-milia, el mismo Dios que cimenta la Iglesia, el que la ofrece al mundo como un signo de luz y alegra en medio de tanta tiniebla.

    A los pies del Seor, estn tambin todos los sufrimientos que sofocan como un nudo en la garganta la vida diaria de tantas familias: discusiones, crisis, peleas, tantos gritos y tan po-cos Te quiero, tantos silencios y tanto ruido, tantas separaciones y tantos divorcios, tantos abortos tambin, tanto miedo de querer y de querernos.

    Una vela, una oracin: los primeros en acercarse a dejar una intencin a los pies del Seor, a los pies de la Sa-grada Familia, son los mayores y los ms pequeos: abuelos y nietos. Ellos son la reserva espiritual del mundo, como ha insistido tanto el Papa Fran-cisco. Ellos son el tesoro de la Iglesia, los nios de ayer y los nios de hoy, y de ellos es el reino de los cielos, porque saben bien para qu hemos venido a este mundo: para amar y ser amados. No por otro motivo, los nios y los abuelos son el centro y el corazn de cada familia.

    Amar los rostros de todos los das

    De pronto, un par de turistas chi-nos se deja caer en la carpa de Ado-racin. Se sientan y ven a la gente entrar y salir, ponerse de rodillas y rezar, encender una vela. Estis ce-lebrando el Ao Nuevo?, preguntan. No, celebramos que Dios est con no-sotros, que ha venido y se ha quedado. Adoramos y cantamos al Amor que se ha hecho Nio.

    Seor, necesitamos amar como T. Queremos que llenes de amor nuestras familias: la oracin dentro de la carpa contina da y noche. Lo necesitamos. Cualquiera sabe que la vida en familia es difcil, que tropeza-mos continuamente con nuestros pe-cados, con nuestro egosmo. Nos duele que nos quiten el sueo, el descanso, que nos arranquen la vida Siempre a la carrera, con prisas, con la soga al cuello. Nos duele la incertidumbre de no saber si llegaremos a fin de mes, nos duele el futuro, nos duele nuestro pasado: tememos no estar a la altura de tanta responsabilidad. A veces, no nos gustamos, ni nos gusta nuestra mujer, o nuestro marido, o nuestros hijos, y querramos que fueran de otra manera. En realidad, nos gustara otra familia, la que no existe.

    Por eso necesitamos a Dios, nece-sitamos su mirada sobre nuestra vida y sobre nuestra familia. Necesitamos or del Seor ese Te quiero que cambia la vida en un segundo, ese Todo era bueno que pens el Seor al crearnos. Necesitamos escuchar que nuestra vida est bien hecha, que nuestra fa-milia es el mejor regalo que podra-mos haber recibido nunca, que esos

    rostros que vemos todos los das son el abrazo de Dios para cada uno de nosotros.

    Donde est Dios, est la alegra

    Por eso, tambin necesitamos rezar juntos, en familia. El Papa Francisco recuerda: Rezar juntos el Padrenues-tro alrededor de la mesa, no es algo extraordinario: es fcil. Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar tambin el uno por el otro: el marido por la esposa, la esposa por el marido, los dos por los hijos, los hijos por los padres, por los abuelos Rezar el uno por el otro. Esto

    es rezar en familia, y esto hace fuerte la familia: la oracin.

    Las familias que perdonan son familias fuertes. En la carpa, se su-ceden las confesiones, en los mismos confesionarios que se utilizaron en la JMJ Madrid 2011. Conmigo no ha parado de confesarse gente, y todos eran padres o madres de familia, afirma un sacerdote. Porque siempre es necesario pedir perdn, reconocer que no somos perfectos, pero que nos queremos. Siempre es necesario em-pezar de nuevo.

    El Seor es tambin la fuente de la alegra. Un padre de familia dice: Donde est Dios, est todo lo que es

    suyo: la alegra, el amor, el perdn y la paz, porque, como afirma el Papa Francisco, la alegra no viene de las cosas o de las circunstancias favora-bles, sino de la belleza de estar jun-tos.

    Bajo el cielo de Coln, a los pies del Seor, un nio se recuesta en el re-gazo de sus padres. Todos unidos, y Dios en el centro. Porque el secreto de una familia fuerte no es otro que orar juntos y mirar a Jess. Lo dems no pasa de ser poco ms que ruido, prisas y luces de colores.

    Juan Luis Vzquez Daz-Mayordomo

    Jos Antonio Mndez

    Familia Poyato Garca-Lozano:

    Amor al 150%

    Hemos venido para dar gracias a Dios por la familia, te parece poco motivo? Lo dice Jaime Poyato, que viene junto con su mujer, Eva, sus hijos, su cuada Adriana, y varios sobrinos, desde la parroquia de Santa Genoveva, en Majadahonda. Y el motivo, en efecto, es ms que suficiente, porque el futuro depende de la familia; no pasa de moda. Es el lugar que tenemos para crecer, desarrollarnos, formarnos, para ser feliz, aade Eva. Adriana es madre de una preciosa nia con sndrome de Down. Y su testimonio no puede ser ms expresivo, aunque lo exprese entrecortadamente, por las lgrimas que se le agolpan en las palabras: Si algo tengo seguro es que ella es feliz y hace felices a todos. Eso, y que mi hija tiene su puesto ganado en el cielo. Dificultades no faltan, pero palidecen al contrastarlas con todo cuanto vive una familia bendecida con un miembro especial: Cuando en la familia alguien te necesita al 100%, te das al 150%. Y eso genera siempre felicidad, hace que demos lo mejor de nosotros. El amor de Jesucristo a cada uno nos ayuda a ser ms generosos, ms entregados y a sacrificarnos ms.

    Luisa y Jos Antonio:47 aos dndoselo todo a Dios..., y al otro

    Luisa y Jos Antonio llevan 47 aos casados y han criado a 5 hijos. El secreto de sus casi 5 dcadas de felicidad est en hacer realidad un proyecto que trazaron antes de casarse: Cuando ramos novios, le dije a Luisa que tenamos que tener una sinceridad total. Sinceridad ante Dios y sinceridad entre nosotros, cuenta Jos Antonio. Eso aade Luisa, y poner al Seor en medio de la casa. El matrimonio hay que trabajarlo, poner ilusin cada da y reiniciarlo cuando hace falta. Tener ilusin y alegra es seal de que el Seor est en casa. Y, para lograrlo, hay que ofrecerle lo bueno y lo malo al Seor. Lo bueno para darle gracias, y lo malo para que d fuerzas, aade Jos Antonio. Pero, cmo se quiere un matrimonio tras 47 aos? Uno completa las palabras del otro: Mucho, y mucho ms en profundidad. Eso te lo da el Seor cada da. Hay que aguantar mucho, tratar de disculpar siempre los defectos del otro, y ser consciente de las oscuridades para buscar cmo superarlas. Nosotros, adems, somos de Cursillos de Cristiandad y permanecemos muy unidos a nuestra comunidad, que nos ayuda a perseverar en la fe, a sentirnos parte de la Iglesia, a ver el testimonio de otras familias y a estar unidos en Cristo.

    Jvenes de San Francisco de Ass (Cartagena):

    Preparados para amar de verdad

    Ester, Francisco, Raquel, Juan y el resto de sus amigos vienen de la parroquia de San Francisco de Ass, de Cartagena (Murcia), junto a otros 3 autobuses de familias del Camino. Tienen entre 15 y 17 aos, edad en la que los afectos y los sentidos estn a flor de piel. Sin embargo, ellos no viven exactamente igual que el resto de jvenes. El matrimonio les queda lejos, pero el noviazgo lo tienen muy cerca. Francisco, de 17 aos, y Raquel, de 16, estn experimentando que un noviazgo cristiano, en el que uno respeta al otro, no es fcil, pero merece la pena. Y qu tiene de especial eso del noviazgo cristiano? Responde Juan, de 17 aos: La manera de amarse los novios. Un noviazgo no cristiano responde a un amor idealizado, no a la realidad y a la debilidad de los novios. Es un amor condicionado a lo que el otro d, y cuando uno la pifia, como no hay un amor incondicional, y a veces no se sabe perdonar de verdad, la relacin es frgil. El noviazgo cristiano responde a cmo ama Jesucristo. Despus de un encuentro con Cristo, puedes querer al otro aunque la pifie mil veces; puedes perdonar y pedir perdn de verdad, puedes amar incondicionalmente al otro ms que a ti mismo.

  • 8 En portadajueves, 2 de enero de 2014

    Mis queridos hermanos y her-manas en el Seor, queridas familias: Hoy, fiesta de la Sa-grada Familia, es da para anunciar de nuevo al mundo el Evangelio de la alegra: la alegra del Evangelio de la familia! La alegra del amor que ha madurado en la fidelidad del esposo a la esposa y de la esposa al esposo vein-ticinco, cincuenta y ms aos. La ale-gra del primer amor que surge en los corazones jvenes como una primera llama que se enciende interiormente a travs de la mirada y del conoci-miento mutuo, que traen su causa de un amor ms grande de Alguien que trasciende al novio y a la novia: como una vocacin que viene de Dios! La alegra del amor matrimonial entre el esposo y la esposa llega a su mxima expresin cuando fructifica en el es-plendor de los hijos, si ninguna causa inculpable lo imposibilita. Qu bien y qu hermosamente canta el Salmista ese amor fecundo de los esposos que se aman generosamente!: Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de oli-vo, alrededor de tu mesa. S, hoy es el da para proclamar y testimoniar con gozo la alegra de la familia como lugar privilegiado para el anuncio del Evangelio a todas las naciones! Nues-tro Santo Padre, el Papa Francisco, nos ha invitado a emprender la nue-va etapa evangelizadora de la Iglesia marcndola con el sello de la alegra que brota de las entraas mismas del Evangelio, porque, con Jesucris-to siempre nace y renace la alegra (Evangelii gaudium, 1) nos dice. Y no cabe ninguna duda: a ese Evangelio de la alegra, que es Jesucristo, pertenece como nota esencial la Buena Noticia de la familia: de la familia cristiana! Aqu, en la madrilea Plaza de Coln, os encontris hoy, de nuevo un ao ms, numerosas familias venidas de Madrid, de toda Espaa y de distintos puntos de Europa, fieles, valientes e incansables. Habis venido unidas. Unidas en el interior de vosotras mis-mas por los lazos de un amor que es respeto, aprecio, cario, entrega, donacin mutua que no pide ni exi-ge precio alguno, salvo el del amor. Unidas entre vosotras en la comunin de la Iglesia, para atestiguar pblica-mente ante el mundo y ante los hom-bres de nuestro tiempo que la familia, vivida a la luz de una fe amiga de la razn, en la esperanza y en el amor de Jesucristo, es la fuente de la primera

    y fundamental alegra: la alegra de la vida nueva que nace natural y so-brenaturalmente; la alegra capaz de sobreponerse a cualquier clase de sa-crificios, convirtindolos en oblacin de amor; la alegra duradera, perdu-rable, segura y fiable porque se funda en la mutua donacin entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos; en ltimo trmino,

    porque se fundamenta y enraza en la gracia de Dios.

    Con aquella sabidura alimentada y madurada en la experiencia multise-cular de la fe de su pueblo en las pro-mesas de Dios, el pueblo de la Antigua Alianza, probado a lo largo de una his-toria de acontecimientos y perodos amargos y tantas veces trgicos como consecuencia de la desobediencia a l,

    el autor del Libro del Eclesistico aca-ba de recordarnos la antigua y siem-pre nueva regla del mandamiento de Dios para poder vivir el bien, el gozo y la paz de la familia: Dios hace al padre ms respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre so-bre su prole. El que honra a su padre expa sus pecados, el que respecta a su madre acumula tesoros Hijo mo, s constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abo-chornes mientras viva. Se trata de una regla regla divina! que se pue-de cumplir; ms an, que se debe de observar cuidadosamente. Es ms, esa sabia regla de vida familiar se lle-na de un contenido nuevo en y por el Evangelio de la Sagrada Familia de Nazareth. En la familia cristiana, y en virtud de su dinamismo interior, no resulta ninguna utopa el poder vivir como elegidos de Dios, santos y amados, vestidos de la misericordia entraable, bondad, humildad, com-prensin, sabindose sobrellevar mutualmente y perdonndose cuan-do alguno tenga quejas con otro, si-guiendo la exigente y misericordiosa lnea de conducta tpica de la existen-cia cristiana dibujada por san Pablo en la Carta a los Colosenses. Con su clave ltima de comprensin: Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceidor de la unidad consumada.

    Familia: el Evangelio de la alegra

    Justamente es la familia donde se inician y se dan los primeros y deci-sivos pasos del itinerario de ese amor humano, fiel y fecundo, sin el cual el nacimiento y el crecimiento de la sociedad y de toda la Humanidad en justicia, solidaridad y en paz se hace inviable, y sin el cual la misma Iglesia no lograr edificarse y consolidarse, da a da, como la comunidad de fe en Jesucristo redentor del hombre, fundada y sostenida por l. Es lo que esperamos y queremos decir cuando, con su doctrina social, afirmamos que la familia es la clula bsica o prima-ria de la sociedad y de la comunidad poltica y, al mismo tiempo, la eclesio-la, es decir, la clula esencial para el desarrollo del tejido sobrenatural del nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia, Cuerpo de Cristo.

    Dar testimonio del Evangelio de la alegra con obras y palabras en nuestro tiempo es tarea y urgencia primordial de la familia cristiana. Sin su testimonio, sobre todo en esta hora crucial de la Humanidad, la evange-lizacin del mundo empalidecera y languidecera hasta su desaparicin efectiva. Son muchos los tristes y do-loridos que encontramos a nuestro alrededor. Estaremos presenciando y

    Homila del cardenal Rouco, arzobispo de Madrid, en la fiesta de la Sagrada Familia 2013

    Ni la vida es inviolable? En esta dura y persistente crisis, la familia cristiana est demostrando su insuperable e insustituible valor, en un clima de opinin pblica donde ni siquiera el don de la vida se entiende como definitivo e inviolable: as dijo el cardenal Rouco, el pasado domingo, en la madrilea Plaza de Coln, en su homila de la Misa de las Familias. He aqu el texto:

    No hay otro lugar donde se puede encontrar quien pueda consolar, aliviar, ayudar...

  • En portada 9jueves, 2 de enero de 2014

    viviendo un nuevo predominio social de la cultura de la tristeza? Nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nos pone en alerta al inicio de su Exhor-tacin apostlica Evangelii gaudium ante la inminencia de ese peligro: El gran riesgo del mundo actual, con su mltiple y abrumadora oferta de con-sumo, es una tristeza individualista que brota del corazn cmodo y avaro, de la bsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aisla-da (n.2). No hay otro lugar de la expe-riencia y de la existencia humana don-de se puede encontrar quien pueda consolar, aliviar, ayudar eficazmente y alentar animosamente a los enfer-mos crnicos, a los terminales, a los que han perdido el puesto de trabajo, a los desocupados sin expectativas de empleo en tiempo previsible, a los jvenes que han embarrancado sus vidas en el alcohol, en la droga, en el sexo salvaje, que no sea el ambiente cercano, acogedor, tierno y compren-sivo de la familia. Naturalmente, de la familia en la que la fidelidad mu-tua, vivida y mantenida con la fuer-za del amor cristiano, ofrece brazos abiertos, casa y hogar. En esta dura y persistente crisis, por la que atra-viesan todos los pases europeos, la familia cristianamente constituida est demostrando, una vez ms, en una dificilsima coyuntura histrica, su insuperable e insustituible valor para la solidaridad y la paz social. Aunque no sean slo las circunstan-cias de extraordinarias contrarieda-des econmicas, sociales y culturales con las que ha de enfrentarse, sino con algo mucho ms complicado y costoso humana y espiritualmente: un clima de opinin pblica y de medio-am-biente ciudadano en el que prima una concepcin de la vida personal carac-terizada por la transitoriedad, como gusta expresarse el Papa Francisco. Ni siquiera el don de la vida se entien-de como definitivo e inviolable y, por lo tanto, tampoco, el don del amor.

    La luz y la fuerza de la fe

    Si siempre ha sido necesaria la luz y la fuerza de la fe para comprender totalmente, aceptar cordialmente y vivir gozosamente el valor natural de la familia constituida sobre el ma-trimonio indisoluble como la ntima comunidad de vida y amor conyugal fundada por el Creador (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 42), cunto ms lo es hoy en la agobiante atmsfera intelectual y meditica, que nos envuelve, tan contaminada por una visin radicalmente secula-rizada del mundo y del hombre. No! No se ha hecho imposible el modelo de la familia cristiana. Esa luz y esa fuerza de la gracia de una madura fe cristiana la hace invencible y capaz de sobreponerse y superar cualquier desafo del Maligno y cualquier debi-lidad nacida del pecado. Esta fe viva est al alcance de la familia cristiana cuando, en la escucha de la Palabra de Dios, en la oracin compartida y en la accin de gracias eucarstica, se abre a la gracia de la presencia y del ejemplo de la Sagrada Familia de

    Nazareth. Desde el momento en que el Hijo Unignito de Dios Padre, en la unidad del Espritu Santo, toma car-ne en el seno de la Virgen Mara y es confiado a la paternidad de san Jos, se hace hijo del hombre en el seno de una familia obediente a la ley de Dios y, formando parte de ella, comienza la obra salvadora del gnero humano. Desde ese instante no es sostenible ni admisible, ni en la teora ni en la prctica, el que se mantenga la tesis de que la comprensin y la vivencia

    de la familia en todo el valor que le viene de Dios Creador no sean posi-bles. Antes, al contrario, se confirma definitivamente como la verdadera frmula personal y social para el bien y la realizacin plena de la persona humana y para el futuro de la Huma-nidad como una gran familia en la que impere como suprema ley la ley de la fraternidad entre las personas y los pueblos. El Santo Padre, el Papa Francisco, actualiza esta verdad con clara concisin en su Mensaje para el da de la paz del inminente ao nuevo 2014: La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es tambin el

    fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocacin, debe-ra contagiar al mundo con su amor.

    Queridas familias cristianas: no tengis miedo de seguir manteniendo abierto lo ms ntimo de vuestros ho-gares al don precioso del Evangelio de la Sagrada Familia, al amor de Mara y Jos, que por virginal y exhaustiva-mente realizado y consumado en el amor a su Divino Hijo y en la entrega a su misin salvadora de ser el Reden-tor, el Amigo, el Seor y el Hermano

    de todos los hombres, fue amor lim-pio, ntegro, incondicional, modelo sublime de todo amor a Dios y a los hombres: el modelo por excelencia del amor de Jesucristo! Que ese amor de Mara y Jos aliente, sostenga y santifique vuestro amor de esposos y de padres de familia, sellado sacra-mentalmente el da en que habis con-trado santo matrimonio ante Dios y ante la Iglesia! Que modele tambin la respuesta de amor de vuestros hijos y su vivencia mutua como hermanos! As lo imploramos a Dios en el nuevo da de la fiesta de la Sagrada Familia, unidos a toda la familia de los hijos

    de Dios, que es la Iglesia, extendida por todos los rincones de la tierra. No estis solos, como tampoco lo estaban Mara y Jos cuando se desencadena por Herodes la persecucin del Nio Jess y la matanza de los inocentes. La oracin de innumerables almas consagradas a la plegaria y a la obla-cin de sus vidas por la Iglesia os acompaa! Vuestros pastores y las co-munidades eclesiales, a las que perte-necis, quieren estar y estn a vuestro lado con su oracin, con su cercana y amor fraterno: en las alegras y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los das de vuestra vida.

    Sed familias misioneras!

    La Iglesia y el mundo de nuestros das os necesitan como muy pocas veces ha sucedido en el pasado para llevar el Evangelio al corazn del hombre y de la cultura contempor-neas. Habis recibido de Dios un don precioso de incalculable valor: el de la fe y el de ser familia cristiana. Redes-cubrir la alegra de creer y volver a en-contrar el entusiasmo de comunicar la fe (Benedicto XVI, Porta fidei). Co-municadla y transmitidla en familia y familiarmente a todas las personas y a todas las familias vecinas y lejanas, incluso ms all de vuestras fronte-ras. Sed familias misioneras! El Papa Francisco os invitaba a reconoceros como tales en el encuentro mundial de las familias con motivo del Ao de la fe el pasado 27 de octubre: Las fa-milias cristianas son familias misio-neras. Hemos escuchado en la Plaza de San Pedro el testimonio de familias misioneras. Son misioneras tambin en la vida de cada da, haciendo las cosas de todos los das, poniendo en todo la sal, y la levadura de la fe. Con-servar la fe en familia y poner la sal y la levadura de la fe en las cosas de todos los das!

    Al finalizar la Liturgia de la Pala-bra, procederemos al envo de ms de un centenar de familias cristianas dispuestas a ser misioneras del Evan-gelio de la familia a dondequiera que la Iglesia se proponga enviarlas, sea a pases descristianizados del viejo mundo, sea a pases nuevos de mi-sin ad gentes. Han recibido mucho del Seor el don de la fe y de la vida cristiana en sus familias! y quieren darlo y comunicarlo a todos. Son unos testigos excepcionales de lo que es y de lo que significa el amor cristiano y el de compartirlo en plenitud. Quieren ser testigos con obras y palabras de la presencia salvadora de la Sagrada Familia de Nazareth en la hora pre-sente de la Humanidad. Sembradores a manos llenas del gozo del Evangelio! De la alegra del Evangelio de la fami-lia cristiana!

    Los encomendamos al cuidado maternal de la Santsima Virgen, a la proteccin paternal de San Jos y a la gracia y a la ternura divina del Nio Jess. Les ofrecemos todo nuestro afecto y nuestro cario de hermanos, todo nuestro apoyo pblico y privado y, muy especialmente, nuestra ora-cin. Contad con la oracin de la Igle-sia! Amn.

    Hoy es da para anunciar al mundo la alegra del Evangelio de la familia!

  • 10 Cart@sjueves, 2 de enero de 2014

    El cardenal Burke y la sociedad de usar y tirar

    En el nmero de Alfa y Omega del da 5 de diciembre he ledo la entrevista que hacen al cardenal Burke. Me ha parecido interesante. Sobre los divorcios y cambios de pareja tengo un convencimiento: son hechos que tienen que ver con la libertad humana. Pero creo que tienen incluso ms que ver con la sociedad de consumo. Cambiamos de modas, cambiamos de ropa y calzado, cambiamos de lugares de vacaciones, cambiamos de coche, cambiamos de vivienda y cambiamos de pareja. Son fenmenos de las sociedades bienvivientes. Una faceta ms de la sociedad de consumo y del despilfarro, de la sociedad del usar y tirar.

    Jess Briz BravoSantander

    Si somos adultos para unas cosas, tambin para otras

    Por fin aprobada la ley del aborto en favor de la vida! sta es la buena direccin para construir una sociedad humanitaria y concienciada. Va a ser mucha gente que est descontenta, no criticar el porqu, cada uno tiene su opinin. Pero ste es el camino de la mejora que puede hacer recapacitar a muchas personas sobre el concepto del aborto, ya que en la mayora de los casos ste es el problema. Ha sido tanto tiempo llamando a este proceso interrupcin del embarazo, que muchos se lo han credo, pensando que no es ms que un trmino cientfico, y dejando de lado que, verdaderamente, se acaba con una vida. Aqu est la foto de mi hijo, que a pesar de ser joven y no estar en mi mejor momento, es una vida a la que mi pareja y yo hemos dado paso. Quines somos nosotros para decidir sobre su nacimiento? No planteado, con alegra y amor lo criaremos lo mejor posible. Porque si hemos de comportarnos como adultos para unas cosas, tambin hay que hacerlo para otras.

    Obed Madrid CalvoSant Carles de la Rpita (Tarragona)

    Por Navidad entendemos

    la encarnacin de Dios en la historia del hombre. La confirmacin, por ese mismo Dios, manifestada en y por Jess de Nazaret, no slo del valor supremo y dignidad que posee toda vida humana (pues fue creada por l a su imagen y semejanza), sino que le otorga sacralidad! al convertirla en Templo o Sagrario donde reside su propia Divinidad Trinitaria, segn su Palabra. Entendemos: el cumplimiento fiel de una promesa y alianza eterna de Dios con el gnero humano, que en el principio la llev a cabo con un hombre, Abraham; despus, la mantuvo a un pueblo, Israel; para extenderla y culminarla a toda la Humanidad desde su Iglesia, fundada por Jess, su Ungido. Entendemos: personificar la adoracin de nuestras creencias. Es decir, creer en Alguien (Jesucristo), en lugar de creer en algo. Ms claramente, el misterio de la Santsima Trinidad. Pues Dios, Padre y Creador, como primera Persona Divina, permite que Jesucristo, como segunda Persona Divina, se haga hombre y se encarne gracias a la fuerza de la tercera Persona Divina, el Espritu Santo. Entendemos: el comienzo y la culminacin de un plan divino de salvacin, con amoroso rescate para toda la Humanidad, llevado a trmino gracias a una pareja singular y misteriosa: la formada por Jess y Mara de Nazaret, que por la obediencia y fidelidad a Dios Padre devuelven a la vida eterna al gnero humano, el cual se encontraba sometido a la muerte a causa de la desobediencia y orgullo de la primera pareja creada en libertad por l. Entendemos: la toma de conciencia de nuestra filiacin con Dios y la hermandad en Jesucristo, que nos permite establecer una corriente espiritual, afectiva, efectiva y teolgica con todos los hombres y las mujeres de la tierra, por impulso del Espritu Santo, hacindonos sentir la necesidad de compartir tanto los gozos como los sufrimientos humanos.

    Manuel Armenteros MartosCrdoba

    Las cartas dirigidas a esta seccin debern ir firmadas y con DNI, y tener una extensin mxima de 20 lneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

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    Cristina Ses: Me ofrezco al Seor por ti

    Soy un sacerdote diocesano de Mlaga, de 72 aos. Me han impresionado tu carta y la contestacin del Papa, que public Alfa y Omega en el nmero 860. En mi propia familia y entre mis amigos he vivido esa tipologa de tumor, con resultados distintos. Gozo con tu fortaleza y la de los tuyos. Tengo esperanzas e ilusin que Dios escribir en ti lo mejor. Estoy convencido de que la intercesin del Papa es fundamental. Espero cada da que el Seor haga algo maravilloso por medio de l. Qu paz me da tu frase: Cuando Dios quiera, como Dios quiera , donde Dios quiera! Pongamos nuestras vidas con sus sufrimientos en sus manos. Me ofrezco al Seor por ti. Feliz Navidad y abrazos!

    Francisco Ruiz FernndezMlaga

    La Navidad de los sabios

    La Navidad nos sabe a pastores de rodillas ante el Nio, sostenido por Mara y bajo la mirada de Jos. Esta escena nos recuerda que slo viven bien la Navidad aquellos que tienen un estilo de vida sencillo y austero. Pero no slo se acercan al Nio los pastores: tambin unos sabios, dedicados a la investigacin, buscadores de la Verdad. Los Magos fueron ante el Nio porque supieron ser contemplativos y mirar al cielo. Su inteligencia no era soberbia ni autosuficiente, encerrada en s misma, sino abierta a la Trascendencia, de la que sentan hambre y sed. Eran hombres llenos de una ciencia que despertaba en ellos la bsqueda de Aquel que es la fuente del saber. Los Magos pudieron ver la estrella que anunciaba el nacimiento del Mesas porque haban dejado entrar en sus almas, a travs de la puerta de la humildad, la luz de la fe. Y siguieron la estrella sin importarles el camino, ni los peligros, ni las oscuridades, ni el tiempo, ni las opiniones ajenas Es hermoso imaginar el momento cumbre de la bsqueda de aquellos Magos: el encuentro con el Nio. Saben ver la Verdad que buscaban en la pequeez de Aquel recin nacido. Y porque eran sabios saben ver la Grandeza en lo pequeo; la Fuerza en la debilidad; la Omnipotencia en la fragilidad del Nio. Aquellos Magos, porque eran sabios, saben arrodillarse ante el Misterio del Nio de Beln para ofrecerle, no slo objetos valiosos, sino algo mucho ms importante, el obsequio de sus propias personas. Y postrndose ante l, lo adoraron. Fue la Navidad de los sabios.

    Vicente Martnez MartnezVicario episcopal de Elche

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  • Criterios 11jueves, 2 de enero de 2014

    Este ao, en la madrilea Plaza de Coln, con el Papa Francisco, ha vuelto a brillar la luz de la autntica familia, el ejemplo del que nos habl su antecesor en la sede de Pedro el pasado ao: Que Jess, Ma-ra y Jos sean un ejemplo de la fe que hace brillar el amor y fortalece la vida de los hogares. Por su intercesin aada Benedicto XVI, pidamos que la familia siga siendo un don precioso para cada uno de sus miembros y una esperanza firme para toda la Huma-nidad. S, este ao ha vuelto a brillar ese precioso ejemplo de la fe que, en su sencillez llena del amor y de la fuerza verdadera que cambia el mundo, se aprende en el hogar de Nazaret, y que permite decir con toda verdad que la familia es un lugar privilegiado, como anunciaba el lema de la Fiesta de las Familias 2013 en Madrid.

    Este lugar privilegiado que es la fa-milia cristiana, lo mostraba el Papa Francisco, hecho oracin, en su men-saje del ngelus, el pasado domingo, seguido en directo desde la madrilea Plaza de Coln: Jess, Mara y Jos, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor. Sagrada Familia de Nazaret, haz que tambin nuestras fa-milias sean lugares de comunin y ce-nculos de oracin, autnticas escuelas del Evangelio y pequeas Iglesias do-msticas, no para encerrarse en s mis-mas, todo lo contrario!; de tal modo que el Santo Padre, al final de su oracin, deca: Sagrada Familia de Nazaret, que el prximo Snodo de los Obispos pueda despertar en todos la concien-cia del carcter sagrado e inviolable de la familia, su belleza en el proyecto de Dios. Su belleza, s, y su bondad y su verdad!, pues, como dijo el cardenal arzobispo de Madrid en la celebracin

    del pasado domingo, no hay otro lu-gar de la experiencia y de la existencia humana donde se pueda vivir, de un modo autnticamente humano, que no sea en el ambiente cercano, acogedor, tierno y comprensivo de la familia, que tiene su ejemplo primero en la Familia de Nazaret y que sigue vivo y presente en las familias cristianas. Acaso hay necesidad mayor, hoy, que esta acogida, que brota de la fe y del amor cristianos, en un mundo en el que, como denunci el cardenal Rouco, ni siquiera el don de la vida se entiende como definitivo e inviolable?

    En el encuentro de las familias peregrinas a la tumba de san Pedro, en el Ao de la fe, el pasado 26 de oc-tubre, lo dijo as el Papa: He sentido el dolor de las familias que viven en medio de la pobreza y de la guerra y, en medio de todo esto, cmo es posible vivir hoy la alegra de la fe en familia? Y aadi: Lo que ms pesa en la vida no es esto: lo que ms cuesta de todo esto es la falta de amor Sin amor, las dificultades son ms duras, inaguantables. No as cuando est l, bien presente, en el centro mismo de la casa, como en el hogar de Nazaret. Y repiti las palabras de Jess: Venid a m todos los que estis cansados y agobiados, antes de aadir: Queri-das familias, el Seor conoce nuestras dificultades: las conoce! Venid a m, familias de todo el mundo dice Je-ss, y yo os aliviar, para que vuestra alegra llegue a plenitud.

    Al da siguiente, en la Misa celebra-da en la misma Plaza de San Pedro, con multitud de familias cristianas venidas de todo el mundo, justamente para celebrar su fe en Cristo, les ex-plic el Papa cmo, teniendo a Jess en el centro del corazn, y de la vida

    toda, lejos de encerrarse la familia en s misma, se abre al mundo entero!, como deca el Beato Papa Juan Pablo II en su encclica Redemptoris missio, de 1990: La fe se fortalece, dndola. Se explicaba as el Papa Francisco: El apstol Pablo, al final de su vida, dice: He conservado la fe Cmo? No en una caja fuerte. No la escondi bajo tierra, como aquel siervo perezoso. Ha conservado la fe porque no se ha limitado a defenderla, sino que la ha anunciado, irradiado, la ha llevado lejos, y dirigindose a las familias pe-regrinas en Roma, precisamente, para celebrar junto a san Pedro el Ao de la fe, deca a continuacin: Tambin aqu, podemos preguntar: de qu manera, en familia, conservamos no-sotros la fe? La tenemos para noso-tros, en nuestra familia, como un bien privado, como una cuenta bancaria, o sabemos compartirla? Y conclua la explicacin afirmando sin ambages: Las familias cristianas son familias misioneras.

    El pasado domingo, en la madrile-a Plaza de Coln, ms de cien fami-lias recibieron el don del envo misio-nero, para llevar al mundo entero, a la India y al sudeste asitico, y a diversos pases de Europa, la alegra del Evan-gelio de la familia. Familias enteras, padres e hijos que pondrn su tienda, como hizo el Hijo de Dios en la Encar-nacin, en pases lejanos donde no se conoce a Jess, o donde, conocindolo, le han dado la espalda, y que por eso viven sumidos, aun teniendo toda cla-se de bienes materiales, en una triste-za mortal, sern enviados, junto con otras muchas familias, desde Roma por el Papa, el 1 de febrero prximo. Como Jess, Mara y Jos, el ejemplo a seguir!

    El ejemplo a seguir Familias sin miedo(En la Fiesta de la Sagrada Familia)

    Jesucristo es la Roca que sostiene cada una de nuestras familias. Todos, obispos, sacerdotes, queridas familias, nos reconocemos frgiles y pecadores, necesitados de redencin. Por eso, acudimos a la Eucarista, para que, bebiendo en el manantial del amor, seamos capaces de renovar el amor esponsal, y promover con la gracia de Cristo autnticas Iglesias domsticas, donde se custodie el amor y la vida, donde se transmita la fe, y donde aprendamos a amarnos como hermanos.

    Queremos mostrar a Espaa y a Europa la belleza del matrimonio y la santidad de la familia. Somos conscientes de que la familia es la raz de la sociedad, y de que la sociedad acaba siendo lo que son sus familias. Por eso, frente a la sociedad de los individuos, de la soledad y la infelicidad, queremos proponer la sociedad de las familias, como espacios de verdadera comunin y de amor entre los hermanos. Somos el pueblo de Dios, el pueblo de la vida. Espaa envejece por falta de hijos; por eso suplicamos al Seor que bendiga y fortalezca a los esposos cristianos, que no tengan miedo a abrirse generosamente al don del la vida, y que suscite familias que se pongan al servicio de la nueva evangelizacin.

    Nuestra familia est edificada sobre la Roca, que es Cristo. Esta familia se alimenta todos los das por la oracin conyugal, por la oracin de todos los miembros de la familia, orando juntos, rezando el Santo Rosario, orando juntos con la Palabra de Dios, viviendo en el servicio de unos a otros como hermanos.

    El corazn es nuestro gran aliado, porque all ha escrito Dios el deseo del amor, y la gracia de Jesucristo hace posible este amor y el perdn entre los esposos, el amor que florece en cada una de nuestras familias. Jesucristo ha entrado en nuestra Historia. El amor ha entrado en el silencio de la Navidad para hacer posible el gran proyecto del amor y de la familia. Cuando albergamos en nuestro corazn a Cristo, l hace posible que nuestra precariedad pase a ser la omnipotencia de Dios, porque para Dios no hay nada imposible.

    + Juan Antonio Reig Plaobispo de Alcal y Presidente de la Subcomisin episcopal

    para la Familia y Defensa de la Vida

    El esplendor del verdadero amor... Jess en el taller familiar, de William-Adolphe Bourgerau

  • 12 Aqu y ahorajueves, 2 de enero de 2014

    El pas ms joven del mundo va zigzagueando a ambos lados de la lnea que delimita el estado de guerra civil. Dos aos y medio despus de su independencia de Sudn, a los sursudaneses les sobran los egocentrismos polticos que encienden intereses tribales larvados o acentuados durante el largo y doloroso proceso de secesin de los vecinos del norte. Ahora que estn vi-viendo la cruz de la mone-da, dependen de la pericia y, sobre todo, de la grandeza de miras del Presidente del pas, Salva Kiir, y del que fuera su Vicepresidente hasta el pasado verano, Riek Machar, para solucionar un conflicto que ha dejado ya miles de muertos y ms de 100.000 desplazados.

    El conflicto tiene su origen el pasado 15 de diciem-bre, cuando el Presidente Kiir acus al que fue su segundo en el Gobierno de protagonizar un golpe de Estado del que se han conocido pocos detalles con precisin. Desde entonces, las hostilidades entre el ejrcito fiel a Kiir, y los militares proclives a Machar se han multiplicado por todo el pas. El origen dinka del Presidente, y la pertenencia nuer de su oponente, han servido para que buena parte de los asesinatos, las vctimas y los desplazados hayan sido atribuidos a la existencia de un conflicto tribal. All donde las huestes de Machar han avanzado, numerosos dinka han sufrido las represalias. Mientras, en los bastio-nes progubernamentales, los nuer han sido los que en mayor medida han sufrido el acoso de las tropas fieles a Kiir.

    Sin embargo, reducir el conflicto a un enfrenta-miento por causas tnicas es una simplificacin que puede esconder la encarnizada lucha poltica que Kiir y Machar estn jugando desde hace meses.

    Cuando este ltimo decidi que encabezara una candidatura alternativa para las elecciones presi-denciales de 2015 las primeras democrticas que celebrar la joven nacin, el Presidente Salva Kiir lo sac del escaparate del Ejecutivo, y el 23 de julio a

    travs de un decreto ful-min al que hasta entonces era su Vicepresidente. Con esta crisis de Gobierno, el Presidente trat de res-ponder al descontento de la sociedad sursudanesa, que haba manifestado en la calle su malestar por la crisis econmica del pas, as como por la expansin de la corrupcin. Machar, que poda aprovecharse del desencanto ciudadano, vio as frustrada de golpe su carrera.

    En esta lnea de desacreditar a su principal ad-versario poltico, algunos analistas encuadran la denuncia por parte del Presidente Kiir del golpe de Estado del pasado 15 de diciembre, que no ha sido cabalmente clarificado, pero que se ha convertido en la chispa que ha colocado a la nacin ms joven del planeta a tan slo unos pasos del primer conflicto fratricida de su incipiente historia.

    Y junto a ello, est la produccin y el suministro de petrleo suponen cerca del 98 por ciento de los ingresos del pas, que podran estar severamente comprometidos si las aguas no se calman. De mo-mento, en una reciente entrevista al Sudan Tribune, Riek Machar seal que las fuerzas rebeldes desvia-rn los ingresos por el crudo extrados de los pozos petrolferos (de las zonas controladas por ellos) e interrumpirn el flujo econmico hacia Juba (capital de Sudn del Sur).

    Javier Farias

    Muchos hablan ya de guerra civil en Sudn del Sur, la nacin ms joven del planeta. Despus de 41 aos de enfrentamientos entre el rgimen islamista del norte y la poblacin del sur, en su mayora cristiana, una lucha de poder entre el Presidente Salva Kiir y su ex Vicepresidente Machar ha dado lugar a violentos enfrentamientos que se han cobrado ms de un millar de vidas

    Conflicto en Sudn del Sur

    Slo una cuestin tnica?

    Los sursudaneses, desesperados

    La Iglesia en la Repblica de Sudn (pas del que se independiz en julio de 2011 Sudn del Sur) se prepara para recibir a los miles de sursudaneses que podran refugiarse en este pas a causa del conflicto. Y lo hace no sin obstculos, ya que el Gobierno islamista del norte no ve con buenos ojos la presencia de misioneros tras la emigracin de los cristianos al sur para construir una incipiente nacin, de mayora cristiana y animista. Pero, aun con trabas, la Iglesia se mantiene firme en el norte. All permanece el misionero espaol Jorge Naranjo, comboniano, que desde Jartum, la capital, explica a este semanario la desesperanza que invade a los cristianos en Sudn del Sur: Regresaron a su tierra, despus de 41 aos de guerras civiles, para formar un nuevo pas, y se encuentran con este paso atrs. Esto genera mucha desesperacin.

    Segn el misionero espaol, el conflicto en Sudn del Sur ha surgido por el sentimiento de desplazamiento que tenan los habitantes sursudaneses que no son de la tribu dinka, la mayoritaria del pas. Una de las mayores heridas para los nuer, la segunda tribu ms numerosa, fue cuando se form el comit para la elaboracin de la Constitucin, donde la mayora de los participantes era dinka. Pero lo que s asegura el padre Naranjo es que el conflicto no es de carcter tribal, aunque se aprovechen las asperezas entre tribus. El ex Vicepresidente Machar quiere el poder, y utiliza el malestar entre etnias para ganar adeptos.

    La solucin a largo plazo, recalca el misionero, es que Sudn del Sur sustituya a la actual clase dirigente, formada por exmilitares, por otra con formacin poltica. A corto plazo, hay numerosas potencias a las que no interesa esta guerra, como Estados Unidos, Uganda, Kenia, China o Etiopa que intentan que Kiir y Machar se sienten a dialogar.

    El conflicto sursudans tambin supone un golpe para la relacin entre ambas naciones, que ya iban empezando por fin a confiar la una en la otra. De hecho, en la ltima reforma del Gobierno sursudans, Salva Kiir haba buscado a personas que tuvieran una mente abierta en relacin con el norte, y se haba llegado a una serie de acuerdos con respecto a la distribucin de petrleo. Pero los enfrentamientos en el sur han provocado que, por ejemplo, en el norte lleven cinco das sin gasolina despus de que los rebeldes afines a Machar tomasen la capital de la mayor regin petrolfera del sur, cuenta el misionero.

    Cristina Snchez Aguilar

    Soldados del ejrcito leal a Salva Kiir, caminan por tiendas saqueadas en la localidad de Bor. Abajo, un soldado del ejrcito sudans, preparado para sofocar a los rebeldes de Machar

  • Aqu y ahora 13jueves, 2 de enero de 2014

    El Patriarcado Caldeo, de Bag-dad, aclar inmediatamente que el atentado sufrido el 25 de diciembre no iba dirigido contra la cercana iglesia de San Jos, sino que la bomba estall en el mercado. La otra bomba tena por objetivo el cuartel de polica. Por este motivo, monseor Shlemon Warduni, obispo auxiliar del Patriarcado, ha querido desmentir a los medios de informa-cin que calificaron ese atentado como anticristiano. Fue un ataque indiscriminado, aclara, en el que mu-rieron cristianos y musulmanes. El prelado subraya que, en la maana de Navidad, las iglesias se llenaron hasta los topes, y muchas parroquias pudieron incluso celebrar la Misa del Gallo en la noche.

    La violencia est provocando la emigracin tanto de musulmanes como de cristianos. El nmero de es-tos ltimos desciende drsticamente:

    en 2003 eran un milln y medio, ahora se calcula que los seguidores de Jess no superan los quinientos mil.

    Debemos quedarnos aqu

    En Siria, la Navidad tampoco ha sido fcil. En Aleppo, las catedrales

    ortodoxa y siriaca han celebrado la Navidad sin sus obispos, que fueron secuestrados el 22 de marzo. En Ma-loula, no vive ya casi ningn cristiano, y hasta las religiosas del monasterio de Santa Tecla han sido raptadas por los islamistas.

    Monseor Antoine Audo, obispo caldeo de Aleppo, confirma que no se ha podido celebrar la Misa del Gallo, pues faltaban las condiciones elemen-tales de seguridad.

    La Navidad no ha sido fcil para los cristianos de Tierra Santa. Como dijo en la homila del da de Navidad Su

    Beatitud Fouad Twal, Patriarca latino de Jerusaln, en esa tierra pisada por Jess vivimos un conflicto que no pa-rece encontrar solucin a breve plazo y que constituye un autntico fardo para todos sus habitantes, incluidos los cris-tianos. Y aadi: Esta dolorosa rea-

    lidad suscita muchas preguntas sobre nuestro futuro en este pas, y es fuente de profunda preocupacin. Tenemos necesidad de la respuesta de la fe. La respuesta no est en la emigracin, ni en encerrarnos en nosotros mismos. La respuesta consiste en quedarnos aqu, en vivir y morir aqu.

    En el continente africano tambin se han dado casos difciles para los cristianos. En la Repblica Centroa-fricana, los cristianos han vivido la Navidad bajo el terror de una guerra civil promovida por los rebeldes de la coalicin Seleka, en buena parte musulmanes. Decenas de miles de fieles pasaron la Navidad refugiados en catedrales e iglesias, por miedo a regresar a sus casas en un clima ex-plosivo, a partir de la intervencin de pacificacin del ejrcito francs.

    Segn revela Massimo Introvigne, director del Centro europeo de Estu-dios sobre las Nuevas Religiones, en el ao 2012 en todo el mundo unos 100 mil cristianos perdieron la vida de manera violenta. En el ao 2013, este nmero debera ser algo inferior. La cifra se conocer en los primeros meses de 2014, pero se considera que deberan ser entre 70 y 80 mil.

    Introvigne recuerda que el caso de persecucin religiosa ms duro en el planeta es Corea del Norte, donde se sigue matando a cristianos. Otro de los casos ms preocupantes, aade, es el de Pakistn, donde se utiliza la ley de la blasfemia para condenar a muerte a los cristianos, en ocasio-nes con motivos inconfesables, como apropiarse de sus bienes.

    Ante este panorama, el 26 de di-ciembre, fiesta del primer mrtir, san Esteban, el Papa Francisco quiso re-cordar a todos los cristianos que su-fren discriminacin en el planeta.

    Estemos cercanos a estos herma-nos y hermanas que, como san Es-teban, son acusados injustamente y son objeto de violencia de diverso tipo afirm el Papa. Estoy seguro de que, lamentablemente, son ms nu-merosos hoy que en los primeros tiempos de la Iglesia. Son tantos! Esto sucede especialmente all donde la li-bertad religiosa no es todava garan-tizada o no es plenamente realizada.

    Pero tambin sucede en pases y ambientes en los que sobre los pape-les tutelan la libertad y los derechos humanos, pero donde de hecho los cre-yentes, y especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discrimina-ciones, concluy el Papa Francisco.

    Jess Colina. Roma

    Ha sido una Navidad bajo la amenaza de la violencia para cientos de miles de cristianos en el planeta. El momento ms dramtico se vivi el mismo 25 de diciembre en la capital de Iraq, cuando, en la maana, varias explosiones acabaron con la vida de ms de 40 personas. Estemos cercanos a estos hermanos y hermanas que, como san Esteban, son acusados injustamente y son objeto de violencia de diverso tipo, dijo el Papa, durante el rezo del ngelus del 26 de diciembre. Estoy seguro de que, lamentablemente, son ms numerosos hoy que en los primeros tiempos de la Iglesia. Son tantos!

    Estemos cercanos a los hermanos perseguidos, pide el Papa

    Navidad secuestrada para miles de cristianos

    As qued el mercado de Bagdad, tras el atentado con bomba del pasado 25 de diciembre

    En el ao 2012, en todo el mundo, unos cien mil cristianos perdieron la vida de manera violenta.

    El caso de persecucin ms duro es Corea del Norte. Tambin es preocupante Pakistn

  • 14 Testimoniojueves, 2 de enero de 2014

    El sacerdote don Luis Ricardo Martnez lleg hace tres aos a la localidad turolense de Valde-rrobres. Acostumbrado a recorrer, en su Colombia natal, ms de 40 veredas con cerca de 50 familias en casas es-parcidas por el campo, no se alarm mucho cuando el arzobispo de Za-ragoza, monseor Manuel Urea la zona de Valderrobres la administra dicha dicesis le encarg, junto con otro sacerdote, el cuidado de las pa-rroquias de ocho pueblos de la pro-vincia. Recorrer distancias, a diario en la carretera, no le asust. Lo que s le choc fue la falta de sacerdotes, la fe tan debilitada de los fieles, y el resentimiento de la poblacin hacia la Iglesia, traspasada de generacin en generacin por las secuelas de la Guerra Civil, explica el sacerdote.

    Aunque en la archidicesis de Za-ragoza hay, ahora, 56 sacerdotes co-lombianos, no fue fcil su venida: Mi obispo, en la arquidicesis de Maniza-les, me dio el permiso, pero slo para tres aos. Porque, aunque cada ao se ordenan 9 10 sacerdotes nuevos, el obispo tiene miedo de que nos que-ramos quedar aqu, porque encontre-mos el sueo europeo. Un sueo que, al despertar, se convirti en Misas a diario con apenas cuatro mujeres; vecinos que, cuando llegu, ni me sa-ludaban, ni me abran las puertas de su casa para visitar a los enfermos.

    Pero, tres aos despus a don Luis Ricardo le queda poco para volver a Colombia lo ms importante ha sido dar testimonio de mi fe, estar con la gente, compartir mi vida con ellos, es-

    cucharlos y no juzgarlos. Yo no vine a cambiar ni a imponer nada, slo a dar testimonio. Y aunque reconoce que ha sido duro, porque la evangeliza-cin en Colombia es ahora muy fres-ca y aqu es como empezar de cero, gracias a la Palabra y la oracin de cada da, he podido aportar la alegra a pesar de la dificultad, y ahora la gente me pide que no me vaya.

    Toca reevangelizar Europa

    Ya lo deca el cardenal Filoni, en el IV Congreso Misionero Americano y IX Congreso Misionero Latinoameri-cano, celebrado a fines de noviembre, en Venezuela: La Amrica misionera est llena de entusiasmo, valenta y creatividad, y se lanza a compartir su fe. Y aunque sigue necesitando mi-sioneros y recursos econmicos, con-tina siendo fiel a la declaracin, que hizo en Puebla, de dar desde su pobre-za y desde la alegra de su fe. As lo hace el padre Luis Ricardo. Y como l,

    el sacerdote don Jorge Alberto Gmez, que desde Colombia ha llegado a la localidad de Aliaga, en Teruel. En su dicesis de Jeric-Antioquia, haba un gran nmero de curas, y el obispo de la dicesis de Teruel y Albarracn, monseor Carlos Escribano, solicit tres sacerdotes para que, durante su estancia en Espaa, pudieran estu-diar y atender a las parroquias.

    Para el padre Jorge, estar aqu es devolver a nuestra madre patria la fe que nos leg. El Papa Juan Pablo II llamaba a Amrica el continente de la esperanza, y es cierto que lleg nues-tra hora de reevangelizar Europa. Aunque, reconoce, suena irnico que aquellos que nos dieron la fe, la hayan dejado dormitar. Y pone ejemplos como nios que vienen a preparar-se a la Primera Comunin y no saben persignarse, ni rezar el Padrenues-tro; o aquellos que vienen a la Iglesia por tradicin, por folclore la Semana Santa me sorprendi muchsimo, por un protocolo bautismal, matrimonial

    o exequial, y que tanto hacen sufrir a sus padres y abuelos, con una fe muy viva, que se preguntan dnde va a pa-rar este mundo con tanta gente que ha dado de lado a Dios. Ellos, y la gracia de Cristo, son los que me animan a seguir adelante, porque no es fcil tra-bajar donde hay tanta indiferencia.

    Para ayudar a sacerdotes como Jor-ge y Luis Ricardo, las Comisiones del Clero, Migraciones y Misiones de la Conferencia Episcopal Espaola or-ganizaron a finales de octubre, por primera vez, un curso para sacerdotes extranjeros con misin pastoral, para facilitar su inmersin en la realidad social y eclesial. El curso ha sido un xito y se prev darlo en las dicesis, porque, como seal en una de las ponencias don Jos Luis Pinilla, se-cretario de la Comisin episcopal de Migraciones, tener sacerdotes ex-tranjeros en Espaa es una riqueza para el trabajo pastoral.

    Cristina Snchez Aguilar

    56 sacerdotes de Colombia estn a punto de regresar a su pas, tras pasar tres aos echando una mano en la archidicesis de Zaragoza, atendiendo cada uno un promedio de ocho parroquias. Ha sido un trabajo

    muy duro, dice uno de ellos. Suena irnico que aquellos que nos dieron la fe, la hayan dejado dormitar

    Sacerdotes colombianos en Espaa

    Vinieron a devolvernos la fe

    Sin sacerdotes, no hay Eucarista

    Es un hecho la presencia de sacerdotes procedentes de Iglesias jvenes y pujantes en nuestras dicesis europeas, Iglesias stas de antigua evangelizacin, en un tiempo llenas de vida, con gran impulso evangelizador, pero, hoy, debilitadas por el impacto del relativismo nihilista, que niega a priori toda forma de ejercicio de la razn cosmovisiva y del lgos religioso, y que influye en el repliegue del hombre sobre s mismo y en la ausencia de apertura a lo trascendente, a Dios. Una de las consecuencias de este estado del espritu es la escasez de vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal. Y, sin embargo, necesitamos sacerdotes, pues sin ellos no hay Eucarista; y sin Eucarista no hay Iglesia. Los sacerdotes que vienen de fuera aportan a nuestras dicesis su sacerdocio ministerial, cuyo ejercicio es necesario para que sigamos siendo verdadera Iglesia de Cristo.

    + Manuel Urea Pastor. Arzobispo de Zaragoza

    El padre Luis Ricardo, en la procesin del Corpus Christi, en uno de los pueblos

  • El Da del Seor 15jueves, 2 de enero de 2014

    La ternura y cercana del Nio Dios nacido en el pese-bre de Beln parece ser arrebatada por la profundi-dad teolgica del texto que nos presenta el prlogo del Evangelio de San Juan. Los pastores y sus rebaos, el cntico de los ngeles o el Nio envuelto en paales por su Ma-dre, que tan cercanos han esta-do estos das, desaparecen. Sin embargo, estos textos y el del prlogo de San Juan tienen mu-chos elementos comunes pues nos narran el mismo y nico evangelio. San Lucas y San Ma-teo lo harn desde la cercana de un relato prximo que nos conduce hacia el actuar ocul-to de Dios. San Juan, el guila, mira desde el misterio de Dios y muestra cmo ese misterio llega hasta el establo, hasta la carne y la sangre propias del ser humano.

    El texto del Prlogo contie-ne una de las afirmaciones ms rotundas e interpelantes para los creyentes al mostrar la gran-deza de la presencia del Verbo encarnado: Y la Palabra se hizo carne y acamp entre nosotros. La presencia del Seor se con-vierte en una invitacin para poder valorar lo que eso signifi-ca realmente en la Historia y en el mundo y, a la vez, en un reto para ver cmo sta es acogida. San Juan nos advertir: Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron. Este texto no debe quedar reducido a un drama escnico en busca de posada, tantas veces representado por nuestros escolares o nios de la catequesis en los das previos a la Navidad. O tan slo en una consideracin moral sobre el problema de los sin techo que pueblan el mundo entero y que hoy estn muy prximos a nosotros, por importante y necesario que sea este llamamiento. Lo que leemos en los evangelios dice el Papa Fran-cisco, en su entrevista a La Stampa, del pasado 15 de

    diciembre es un anuncio de alegra. Los evangelistas describen una alegra. No hacen consideraciones so-bre el mundo injusto, sobre cmo pudo nacer Dios en un mundo as. Todo esto es fruto de nuestra contemplacin:

    los pobres, el nio que nace en la precariedad. La Navidad no fue una denuncia de la injusti-cia social, de la pobreza, sino un anuncio de alegra. Todo lo dems son conclusiones que sacamos nosotros. Algunas correctas, otras menos y otras ms ideologizadas. La Navi-dad es alegra, alegra religio-sa, alegra de Dios, interior, de luz, de paz.

    Esa alegra, que slo Dios es capaz de engendrar, nos mueve a meditar sobre cul es nuestra reaccin ante la pre-sencia de Jess Nio. Herodes y sus sabios telogos se enro-caron en su soberbia y autosu-ficiencia y fueron incapaces de escuchar el canto de los nge-les. Nada ms lejos de aquellos corazones, que en ocasiones se asemejan en demasa a los nuestros, que querer ser de los suyos, ser de Dios. Tienen bas-tante con pertenecerse slo a s mismos. Quiz eso explique por qu hoy se cierra la puerta a tantos necesitados y a tantas necesidades: nuestra soberbia y egosmo cierra las puertas a Dios, que nos ha nacido, y con ello a los hombres.

    El Nio nos propone un ca-mino para superar esta situacin: quebrar nuestra so-berbia. Jess en el pesebre nos libera de nuestro orgullo y nos llena de alegra. Dejemos que el misterio de este da nos abra los ojos y podamos llevar la presencia gozosa del Verbo encarnado a todos los hombres.

    + Carlos Escribano Subasobispo de Teruel y Albarracn

    Segundo Domingo despus de Navidad

    La Palabra se hizo carne

    La celebracin sacramental del Misterio Pascual (del Compendio del Catecismo de la Iglesia catlica: tras el n, los del Catecismo completo)

    241 (1163-1167.1193) Cul es el centro del tiempo litrgico?El centro del tiempo litrgico es el domingo, fundamento y ncleo de todo el ao litrgico, que tiene su culminacin en la

    Pascua anual, fiesta de las fiestas.

    242 (1168-1173.1194-1195) Cul es la funcin del ao litrgico?La funcin del ao litrgico es celebrar todo el Misterio de Cristo, desde la Encarnacin hasta su retorno glorioso. En das

    determinados, la Iglesia venera con especial amor a Mara, la bienaventurada Madre de Dios, y hace tambin memoria de los santos, que vivieron para Cristo, con l padecieron y con l han sido glorificados.

    243 (1174-1178.1196) Qu es la Liturgia de las Horas?La Liturgia de las Horas, oracin pblica y comn de la Iglesia, es la oracin de Cristo con su Cuerpo, la Iglesia. Por su medio,

    el Misterio de Cristo, que celebramos en la Eucarista, santifica y transfigura el tiempo de cada da. Se compone principalmente de salmos y de otros textos bblicos, y tambin de lecturas de los santos Padres y maestros espirituales.

    Celebramos nuestra fe

    El Misterio llega hasta el establo, hasta la carne y la sangre propias del ser humano

    Evangelio

    En el principio ya exista la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra haba vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibi. Surgi un hombre en-viado por Dios, que se llamaba Juan: ste vena como testigo para dar tes-timonio de la luz, para que por l to-dos vinieran a la fe. No era l la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoci. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder de ser hijos de Dios, si creen en su nombre. stos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y acamp entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo nico del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testi-monio de l y grita diciendo: ste es de quien dije: El que viene detrs de m pasa delante de m, porque exis-ta antes que yo. Pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gra-cia: porque la ley se dio por medio de Moiss, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jams: el Hijo nico, que est en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

    Jn 1, 1-18

  • 16 Racesjueves, 2 de enero de 2014

    Explica monseor Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Tui-Vigo, que, desde los comienzos de la historia de la Iglesia, la figura de Mara ha sido venerada en ntima relacin con el misterio de la Encarnacin del Verbo de Dios. Por ello, la devo-cin a Mara, a lo largo de la historia plurisecular de la Iglesia, es la expresin ms elocuente de la fe del pueblo cristiano. Santa Mara es la Madre del Hijo de Dios, Jesucristo, el Emmanuel, el Dios con nosotros,

    y por ello mismo, nuestra Madre, que siempre ca-mina a nuestro lado en total disponibilidad. Dicho en otras palabras, las de esa devocin popular que nace en esa misma dicesis de Tui-Vigo, en honor a la Virgen da Franqueira:

    Virxe da FranqueiraQue tes un menioFainos levadeiroO longo camio

    El Papa Francisco insiste, en su reciente Exhor-tacin apostlica Evangelii gaudium, justamente en este sentido, en esa compaa que es Mara para nuestra vida:

    En la cruz, cuando Cristo sufra en su carne el dramtico encuentro entre el pecado del mun-do y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de la Madre y del amigo. En ese crucial instante, antes de dar por consumada la obra que el Padre le haba encargado, Jess le dijo a Mara: Mujer, ah tienes a tu hijo. Luego le dijo al amigo amado: Ah tienes a tu madre. Estas palabras de Jess al borde de la muerte no expresan primeramente una preocupacin piadosa hacia su madre aclara el Papa Francisco, sino que son ms bien una frmula de revelacin que manifiesta el misterio de una especial misin salvfica. Jess nos dejaba a su Madre como Madre nuestra. Slo despus de hacer esto, Jess pudo sentir que todo est cumplido. Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creacin, Cristo nos lleva a Mara. l nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una Madre.

    Mara muestra el camino

    La dicesis de Tui-Vigo lo sabe muy bien, pues acaba de celebrar el 50 aniversario de la solemne Coronacin de la Virgen de A Franqueira, que es la Virgen de los hombres libres. S, de los hombres libres, porque slo en unin con Dios podremos lle-gar a serlo, y lo seremos porque ella ha sido nuestro gua en el camino.

    La Virgen de A Franqueira es una Virgen sentada en su trono Sedes Sapientiae, mostrndonos a Jess sentado en su regazo con un libro en la mano izquierda y bendicindonos con la derecha: La Sede de la Sabidura es una Madre amable que nos muestra a sus hijos el camino a seguir, explica don Luis Quinteiro.

    Por estos cincuenta aos de la coronacin y por el Ao de la fe, su dicesis ha organizado una ex-posicin titulada Magnificat, en la que se han reco-gido no pocas joyas artsticas de Tui-Vigo. Desde imgenes en granito policromado del siglo XII, a documentos fotogrficos del siglo XX. Todo ello ilustrando tres captulos: Piedra con historia, Agua de la fuente y Luz de las gentes, es decir la historia, el arte y la devocin a esta ptrea imagen Nosa Seora da Fonte da Franqueira que sigue siendo luz de vida cristiana para tantas generaciones de devotos peregrinos.

    Mara: piedra, agua y luz

    Por qu piedra? Primero, porque la imagen de Nuestra Seora es de granito, pero an es ms im-portante, como dice don Andrs Fuertes, delegado diocesano de patrimonio de Tui-Vigo, que la ima-gen de Santa Mara de A Franqueira, centro de nues-

    Ayer, primer da del ao, la Iglesia, exultante, celebraba a Santa Mara, Madre Dios. Los Padres del Concilio de feso la aclamaron como Theotokos la que dio a luz a Dios, pues en ella la Palabra se hizo carne y acamp entre nosotros

    Celebracin del 50 aniversario de la Coronacin de la Virgen de A Franqueira

    Santa Mara, haznos llevadero el largo camino

    Nuestra Seora da Franqueira. Annimo del siglo XIII-XIV. Santuario de Nuestra Seora de A Franqueira

  • Races 17jueves, 2 de enero de 2014

    tra exposicin, sea tambin un sillar fundamental de nuestra fe en Jess.

    Mara es tambin agua. De hecho, all donde fue descubierta esta imagen gallega, brot una fuente. Una metfora real para que la aproximacin a la Virgen de la Fuente produzca en las almas una rege-neracin espiritual. se es el papel que, justamente, jug la Virgen en la Anunciacin, y estando rodeada de los apstoles el da de Pentecosts, como se re-presenta en el Retablo del Rosario, del siglo XVIII.

    La Madre tambin es luz, pues es el smbolo del conocimiento y de la gua en medio de las dificulta-des. No es extrao, por eso, que, en este apartado de

    la exposicin, se nos muestre de forma especial los exvotos, algunos de ellos de una belleza singular. O la fotografa hecha por Cristina Garca Rodero en la que inmortaliza a una abuela cuidando a su nieto enfermo un da de romera.

    Es significativo que la Iglesia nos ofrezca, el pri-mer da del ao civil, una fiesta mariana: la solem-nidad de Santa Mara, Madre de Dios. No hay mejor forma de empezarlo. Mara sale al encuentro y se une a nosotros para hacernos levadeiro o longo camio.

    Fernando de Navascus

    Virgen de la O (siglo XIV). Santuario de A Franqueira

    Pentecosts. Annimo del siglo XVIII. Iglesia de San Domingos de Tui Anunciacin. Annimo del siglo XVII. Iglesia de San Domingos de Tui

    O menio enfermo, de Cristina Garca Rodero (1977)Exvoto de san Telmo. Annimo (1767). Museo diocesano de Tui

  • 18 Espaajueves, 2 de enero de 2014

    Quienes paseen por el casco an-tiguo del barrio barcelons de Poblenou, en el corazn de la Ciudad Condal, entre casas bajas, hu-mildes edificios y parques, pronto po-drn descubrir un lugar de luz y de paz en medio de la ciudad, para poner el Evangelio al alcance de la mano y del corazn de todos, que as es como definen las Hermanitas del Cordero sus pequeos monasterios. Y es que esta Comunidad, que ya lleva 25 aos sirviendo y evangelizando entre los ms pobres de Barcelona, ultima la construccin de un monasterio (que se llamar Luz del Cordero), donde hoy se ubica el templo de Sant Bernat Calb, que ser demolido por graves problemas en su estructura.

    Como explican las propias Her-manitas en su web, deseamos que la simplicidad de su arquitectura refleje la humildad de Jesucristo y que los que acudan, pobres y ricos, jvenes y mayores, puedan encontrar una fuen-te de agua viva. Por eso, e