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La literatura y la mujer en el Barroco: Valor, agravio y mujer de Ana Caro Existen hoy varios estudios que tratan de investigar el feminismo en la comedia del Siglo de Oro 1 . Algunos se enfocan en aquellas mujeres que se llaman a veces mujeres varoniles —la amazona, la desdeñosa, la pun- donorosa, la vengadora de las mujeres, por ejemplo. En general, estos es- tudios terminan por concluir que, a pesar de la grandeza de estas mujeres, las soluciones a los conflictos dramáticos restablecen la superioridad del hombre sobre la mujer 2 . Sin embargo, casi todas las obras estudiadas fue- ron escritas por hombres, —Lope, Tirso, Vélez y Calderón, por ejemplo 3 . Afortunadamente, tenemos a nuestra disposición las obras teatrales de va- rias mujeres que también se dedicaban a escribir comedias y debemos es- tudiar sus obras si queremos hablar de la literatura femenina o del femi- nismo literario del Barroco 4 . Recientemente ha habido una verdadera explosión en la crítica teórica de las relaciones entre la literatura y la mujer, sobre todo en Francia y los Estados Unidos. Escritoras ya conocidísimas como Knsteva, Cixous, Sho- walter y Marks entre muchas otras, han tratado de definir y de crear ' Véanse, por ejemplo, BARBARA MATULKA. «The Feminist Theme in the Drama of the Siglo de Oro», RR, 26 (1935), 191-231; MELVEENA MCKENDRICK, Woman and Socicty in the Spanish Drama of the Golden Age: A Study of the Mujer Varonil (Cambridge Univ. Press, 1974); CARMEN BRAVO VILLASANTE, La Mujer vestida de hombre en el teatro español (siglos XVixvn) (Madrid, Rev. de Oc- cidente, 1955); FREÜERICK A. DE ARMAS, The Invisible Mistress: Aspeas of Feminism and Fantasy in the Golden Age (Charlottesville, Va., Biblioteca Siglo de Oro, 1976); y MATTHEW D. STROUD, «SO- cial-Comic Anagnorisis in La dama duende', BCom, 29 (1977), 96-102. Para una bibliografía com- pleta, véase M. LouiSE SALSTEAD, The Presentation of Women in Spanish Golden Age Literature: An Annotated Bibliography (Boston, G. K. Hall, 1980). 2 MATULKA, pp. 230-231; MCKENDRICK, pp. 232-24, por ejemplo. 3 De los estudios susodichos, McKendrick menciona brevemente las obras de Ana Caro, Ma- riana de Carvajal, Feliciana Enríquez de Guzmán y María de Zayas; De Armas habla de Caro; Bra- vo-Villasante dedica unas pocas palabras a las obras de Caro, Enríquez de Guzmán y Zayas. Véase también la nota de 13 abajo. 4 Para una bibliografía de estas escritoras, véase MANUEL SERRANO Y SANZ, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 al 1833, 4 tomos (Madrid, Atlas, Biblioteca de Autores Españoles, 1975).

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  • La literatura y la mujer en el Barroco:Valor, agravio y mujer de Ana Caro

    Existen hoy varios estudios que tratan de investigar el feminismo enla comedia del Siglo de Oro1. Algunos se enfocan en aquellas mujeres quese llaman a veces mujeres varoniles la amazona, la desdeosa, la pun-donorosa, la vengadora de las mujeres, por ejemplo. En general, estos es-tudios terminan por concluir que, a pesar de la grandeza de estas mujeres,las soluciones a los conflictos dramticos restablecen la superioridad delhombre sobre la mujer2. Sin embargo, casi todas las obras estudiadas fue-ron escritas por hombres, Lope, Tirso, Vlez y Caldern, por ejemplo3.Afortunadamente, tenemos a nuestra disposicin las obras teatrales de va-rias mujeres que tambin se dedicaban a escribir comedias y debemos es-tudiar sus obras si queremos hablar de la literatura femenina o del femi-nismo literario del Barroco4.

    Recientemente ha habido una verdadera explosin en la crtica tericade las relaciones entre la literatura y la mujer, sobre todo en Francia y losEstados Unidos. Escritoras ya conocidsimas como Knsteva, Cixous, Sho-walter y Marks entre muchas otras, han tratado de definir y de crear

    ' Vanse, por ejemplo, BARBARA MATULKA. The Feminist Theme in the Drama of the Siglo deOro, RR, 26 (1935), 191-231; MELVEENA MCKENDRICK, Woman and Socicty in the Spanish Dramaof the Golden Age: A Study of the Mujer Varonil (Cambridge Univ. Press, 1974); CARMEN BRAVOVILLASANTE, La Mujer vestida de hombre en el teatro espaol (siglos XVixvn) (Madrid, Rev. de Oc-cidente, 1955); FREERICK A. D E ARMAS, The Invisible Mistress: Aspeas of Feminism and Fantasy inthe Golden Age (Charlottesville, Va., Biblioteca Siglo de Oro, 1976); y MATTHEW D. STROUD, SO-cial-Comic Anagnorisis in La dama duende', BCom, 29 (1977), 96-102. Para una bibliografa com-pleta, vase M. LouiSE SALSTEAD, The Presentation of Women in Spanish Golden Age Literature: AnAnnotated Bibliography (Boston, G. K. Hall, 1980).

    2 MATULKA, pp. 230-231; MCKENDRICK, pp. 232-24, por ejemplo.

    3 De los estudios susodichos, McKendrick menciona brevemente las obras de Ana Caro, Ma-

    riana de Carvajal, Feliciana Enrquez de Guzmn y Mara de Zayas; De Armas habla de Caro; Bra-vo-Villasante dedica unas pocas palabras a las obras de Caro, Enrquez de Guzmn y Zayas. Vasetambin la nota de 13 abajo.

    4 Para una bibliografa de estas escritoras, vase MANUEL SERRANO Y SANZ, Apuntes para una

    biblioteca de escritoras espaolas desde el ao 1401 al 1833, 4 tomos (Madrid, Atlas, Biblioteca deAutores Espaoles, 1975).

  • 606 Matthew D. Stroud

    una retrica de la literatura femenina5. Algunos estudios hablan de la con-dicin de la mujer en cualquier sociedad dominada por los hombres6, otrosse enfocan especficamente en la situacin poltica hoy7, otros de la dife-rencia entre el lenguaje de las mujeres y el de los hombres8 y otros de lahistoria de la escritura femenina (escrita para mujeres o por mujeres)9. Eneste breve estudio, claro est, no se puede abarcar toda esta materia aun-que los anlisis lingsticos y psicoanalticos sern imprescindibles para elfuturo estudio de la literatura de mujeres espaolas. Aqu vamos a con-tentarnos con una obra, Valor, agravio y mujer, de una escritora, AnaCaro, y estudiar la trama y los personajes dentro del marco de la comediaen general.

    Doa Ana Caro Malln de Soto es hoy una autora casi completamen-te olvidada, pero en el siglo XVII sus colegas masculinos la llamaron ladcima musa sevillana10 y la insigne poetisa que ha hecho muchas co-medias representadas..., con grandsimo aplauso11. De estas muchas co-medias nos quedan solamente dos, El conde de Partinupls, citada en lalista de Matos Fragoso de comedias famosas y de las plumas milagrosas

    5 La bibliografa es muy extensa. Las obras mencionadas aqu representan solamante un primer

    paso de investigacin. JULIO KRISTEVA, Polylogue (Pars; Seuil, 1977); HLENE ClXOUS y CATHERINECLMENT, Lajeune ne (Pars, Union Genrale d'Editions, 1975); CLAUDINE HERMANN, Les Voleu-ses de langue (Pars, Editions des Femmes, 1976); ANNIE LECLERC, Parole de femtne (Pars, Grasset,1974); ELAINE SHOWALTER, A Literature ofTheir Own (Princeton Univ. Press, 1977); ELAINE MARKSand SABELLE D E COURTIVRON, ed., New French Feminisms: An Anthology (Amherst, Univ, of Mass.Press, 1980); HESTER ElSENSTEIN and ALICE JARDINE, ed., The Future of Difference (Boston, G. K.Hall, 1980); SALLY McCONNELL y col., ed., Women and Language in Literature and Society (Bos-ton, Praeger, 1980). Adems, las revistas ms importantes son Signs, Tel Quel y Questions Fministes..

    6 ClXOUS, Le Rire de la mduse, Vare, nmero 61 (1975), 39-54, reimpreso en MARKS y COUR-

    TIVRON (trad. Keith Cohn y Paula Choen), pp. 245-64; KRISTEVA, Des Chinoises (Pars, Editions desFemmes, 1974; LUCE IRIGARAY, Speculum de l'autre femme (Pars, Editions de Minuit, 1974); SlMO-NE D E BEAUVOIR, Le Deuxieme sexe (Pars; Gallimard. 1949).

    7 GlSLE HALlMl, La cause des femmes (Pars, Grasset, 1973); ANDRE MlCHEL, ed., Les femmes

    dans la socit marchande (Pars, P.U.F., 1978).8 ROBN LAKOFF, Language and Woman's Place (New York, Harper and Row, 1975); BARRIE

    THORNE and NANCY HENLEY, ed., Language and Sex: Difference and Dominance (Rowley, Mass.,Newbury House, 1975); CASEY MILLER and K.ATE SwiFT, Words and Woman (Garde City, N.Y.,Doubleday, 1976); ALLEN PACE NILSEN y col., ed., Sexism and Language (Urbana, National Coun-cil of Teachers of English, 1977).

    9 SHOWALTER, A Literature of Their Own, y una coleccin de ensayos editada por Showalter,

    Women's Liberation and Literature (New York, Harcourt, Brace, Jovanovich, 1971; PATRICIA ME-YER SPACKS, The Female Imagination (New York, Knopf, 1975); MARDELLE MARINI, Trritoires defminin (Pars, Editions de Minuit, 1977).

    10 Luis VLEZ DE GUEVARA, El diablo cojuelo, ed. Francisco Rodrguez Marn (Madrid, Esp-

    sa-Calpe, 1957), pg. 188, citado en SERRANO Y SANZ, pp. 178-179, y en CAYETANO ALBERTODE LABARRERA Y LEIRADO, Catlogo bibliogrfico y biogrfico del teatro antiguo espaol desde sus orgeneshasta mediados del siglo xvni, ed. facs. (Madrid, Gredos, 1969), pg. 71.

    ' ' RODRIGO CARO DE TORRES, Varones ilustres de Sevilla, citado en SERRANO Y SANZ, pg. 179,y en LA BARRERA, pg. 71.

  • La literatura y la mujer en el Barroco 607

    de Espaa...12, y Valor, agravio y mujer. Sin embargo, la atencin crticaque han recibido estas obras ha sido muy escasa13.

    Valor, agravio y mujer nos presenta la historia de doa Leonor, unadama abandonada por don Juan, y sus intentos de recobrar su honor. Se-gn el texto mismo, Leonor es una mujer bellsima (184a), tierna (184a)y discreta que sigui las reglas del juego de amor con don Juan14. Se vie-ron, se enamoraron, se reunieron con la ayuda de una tercera y se pro-metieron ser esposos. Ella es, en gran parte, la protagonista tpica y ge-nrica de la comedia.

    Adems, Leonor se describe tambin como fuerte (185a), apasionada,resuelta, vengadora (185a), engaosa y valiente (189b). Para indicar bre-vemente la grandeza de su figura escnica, cito parte de s soliloquio quetermina la primera jornada:

    Venganza, venganza,Cielos! El mundo murmure,Que ha de ver en mi valor,A pesar de las comunesOpiniones, la ms ilustreResolucin que vio el orbe...Mi honor, en la altiva cumbreDe los cielos he de ver,O hacer que se disculpenEn mis locuras mis yerros,O que ellas mismas apurenCon excesos cuanto pueden,Con errores cuanto lucenValor, agravio y mujer,Si en un sujeto se incluyen (189b).

    Leonor representa as una tradicin bastante popular en la comedia:la de la mujer varonil, y especialmente la vengadora de s misma15. Pararestablecer su honor, Leonor se viste como hombre, galantea con unadama, Estela, manipula a los otros personajes y por poco lucha contra

    12 En La cosaria catalana, Citado en SERRANO Y SANZ, pg. 179, y en LA BARRERA, pg. 72.

    13 No existe ninguna crtica sobre Valor, agravio y mujer. El Conde de Partinupls se menciona

    en D E ARMAS; McKENDRICK, Women; BRAVO -VlLLASANTE; MCKENDRICK, The "mujer esquiva":a Measure of the Feminist Sympathies of Seventeenth-Century Spanish Dramatists, HR, 40 (1972),162-97. Estudios ms biogrficos e histricos son los de CRISTBAL PREZ PASTOR, Noticias y do-cumentos relativos a la historia y literatura espaolas, Memorias de la Real Academia Espaola, 10(1911), 9-307 y JOS SNCHEZ ARJONA, El teatro en Sevilla en los siglos XVI y XVII (Madrid, A. Alon-so, 1887).

    14 Las citas son de la edicin d la obra que aparece en SERRANO Y SANZ pp. 179-212.

    15 MCKENDRICK, pp. 261-75; BRAVO-VILLASANTE, pp. 33-34 y passim .

  • 608 Matthew D. Stroud

    Juan en un duelo. Se llama nueva Amazona... o Camila ms intenta(185a) y, al hablar de su disfraz varonil, dice:

    Yo, soy quin soy?Engaaste si imaginas,Ribete, que soy mujere;Mi agravio mud mi ser (185b).

    Como otras mujeres varoniles (Rosaura de La vida es sueo, Gila deLa serrana de la Vera y Juana de Don Gil de las calzas verdes, por ejem-plo), ella tiene caractersticas de los dos sexos: hermosura y valenta, ter-nura y violencia, discrecin y osada. Es, para aquellos que dividen estric-tamente los papeles sociales entre el hombre y la mujer, un monstruo dela naturaleza, una criatura imposible hecha de materia contradictoria. Al-gunos crticos que estudian esta figura teatral consideran que la mujer ves-tida de hombre implica la homosexualidad femenina y que as, no tardanen decirnos, representa la ms horripilante de las posibles perversiones16.Pero, para otros que creen en la igualdad esencial de la mujer, es el colmodel ser femenino y humano, es decir, muestra las virtudes de la mujer ylas virtudes del hombre a la vez. Comparados con Leonor, los otros per-sonajes parecen plidos, damas mimadas y pasivas, galanes interesados so-lamente en los juegos de amor y de honor, y criados infieles, cobardes yegostas. En el mundo artificial y dramtico de estos tipos tradicionales,se puede decir que Leonor es una verdadera figura impresionante. Pero,es ella una herona feminista?

    La respuesta a esta pregunta depende en parte de lo que queremos de-cir por feminista. Dado el movimiento poltico internacional de la libe-racin de la mujer en nuestros das, las ideas sobre lo que es el feminismoincluyen posiciones ms bien conservadoras (la mujer es un ser humanotambin y tiene sus propios derechos independientes del hombre), media-nas (pago igual por trabajo igual e igualdad absoluta en todos los aspectosde la vida) y radicales (la mujer sin necesidad del hombre, por ejemplo,el lesbianismo radical). Aun en el siglo XVII, las opiniones variaban entrela mujer como inferior pero capaz de grandeza como mujer, la mujer igualen todo al hombre, y para ciertos extremistas, la mujer superior al hom-bre17. Si nos contentamos con la posicin que dice que la mujer es un ser

    16 Los que ms fulminan contra la posible homosexualidad son BRAVO-VILLASANTE , pp. 153-58,

    y B. B. ASHCOM, Concerning "La mujer en hbito de hombre" in the Comedia, HR, 28 (1960),43-62, csp. p. 59.

    17 Una vista general de las ideas filosficas renacentistas sobre la mujer se encuentra en RUTH

    KlI.SO, Doctrine for the Lady of the Renaissancc (Urbana, 111, Univ. of Illinois Press, 1956).

  • La literatura y la mujer en el Barroco 609

    humano con todos los derechos y responsabilidades correspondientes, en-tonces Leonor s es una figura feminista para su propia poca, en que mu-chos escritores y filsofos queran mantener el statu quo medieval de lamujer oprimida e impotente18. Se toma la responsabilidad de su propiohonor y no espera que ningn hombre vengue su deshonra. Pero no de-bemos satisfacernos con slo este aspecto del drama. Tambin tenemosque colocar a Leonor en la sociedad teatral en que vive.

    El contexto que circunda a nuestra protagonista le quita gran parte desu importancia poltica y social. Leonor, por brava que sea, decide dis-frazarse de hombre para recobrar su honor. A diferencia de Laurencia enFuenteovejuna, no se esfuerza como mujer19. Leonor esconde su femini-dad y casi se hace hombre. Le dice requiebros de amor a Estela, desafaa Juan, habla de su honor a Fernando y engaa a todo el mundo. Y paraqu? Para poder casarse con el mismo hombre que la abandon. Leonor,entonces, en vez de ser la gran Amazona que se dice, se convierte super-ficialmente en hombre para poder subordinarse a Juan un mentiroso en-gaador. Esta es exactamente la situacin de que habla Kristeva cuandoadvierte que la mujer se integra en una sociedad masculina solamente cuan-do se disfraza y se ironiza la mujer como mujer es completamente im-potente20. Adems, hay personajes que, por medio de lo que dicen, im-plican que la mujer es mala, inferior o engaadora. Naturalmente, el quecritica a las mujeres en general critica tambin a Leonor. Como pasa fre-cuentemente en la comedia, el que ms ataca la vala de la mujer es el gra-cioso. Ribete, hablando de las maquinaciones de su ama, dice:

    Mas es mujer; qu no har?Que la ms compuesta tieneMil pelos de Satans (192b).

    Juan, tratando de disculpar el haber abandonado a Leonor, habla delcomn descuido / de las mujeres [que] comienza / por afecto agradeci-do (204b). Leonor, para l, se convierte en basilisco mortal..., a misojos (205a). Tambin falta en este drama cualquier discusin del tema fe-minista tal como aparece en otras comedias21. Y qu podemos decir del

    l!i Aun los filsofos renacentistas que trataban de mostrar el valor intrnseco de la mujer todava

    la condenaban a un rango inferior en la vida. Kelso cita a Juan H u a r t e de San Juan, Juan de la Cerda ,Pedro de Lujan, Vicente Mexa, Fray Luis de Len, Toms Snchez y Juan Luis Vives.

    19 Cf. la gran oracin de Laurencia en la Jo rnada 111, escena I I I ; Laurencia nunca abdica su iden-

    tidad femenina.20

    K R I S T E V A , Polylogue, pp . 76-78.21

    Algunos dramas que presentan discusiones feministas son, po r ejemplo, la gloga tic trespastores, de J U A N Dl. E N C I N A ; La vengadora de las mujeres, de L O P E ; El desdn con el desdn, deMolU.IO; y Lo que quera ver el marqus de Villcna, de Rojas Zorril la, entre o t ros .

  • 610 Matthew D. Stroud

    estado de la mujer cuando Ribete acepta el matrimonio con Flora slocuando va a recibir seis mil escudos? (211b).

    Esta situacin de Leonor se ve ms claramente en la resolucin del dra-ma. Despus de haber hecho tantas hazaas por su honor, Leonor no re-cibe las alabanzas de los otros, ni mucho menos. Ribete se alegra de queacaben los enredos de su ama, Estela est ligeramente sorprendida de queLeonor la haya engaado, y Juan dice, resignado y a secas, te adorar(211b). As, nadie le da crdito por lo que ha hecho, y, en general, todosdicen que la accin dependa de la fortuna. Este reconocimiento final re-sulta ser una escena muy plida que presenta, en una manera muy forzosay artificial, el casamiento de seis personajes, y tres de ellos con personasque lo hacen contra su voluntad. No se pronuncia ninguna moraleja, nifeminista ni antifeminista. Se reconocen, se casan y se acab.

    Aun en trminos relativos, podemos decir que Leonor se desarrolla,que es mejor persona al final del drama que al comienzo, qu ha apren-dido algo? Creo que no. La conocemos mejor al final, y as se desarrollanuestro conocimiento de su personalidad, pero cuando se casa con Juanabdica su estado igual y se subordina de nuevo al hombre.' En el texto nohay nada que implique que su condicin es mejor al final que cuando em-pez la primera jornada. Le falta a Leonor la conciencia feminista de queest luchando por una causa poltica que tiene importancia para todas lasmujeres de la sociedad. Toda la accin del drama ha servido solamentepara volvernos a un punto en que Leonor y Juan se casan, y este momen-to ocurri antes del comienzo de la primera jornada. Los enredos no sir-ven para mejorar la situacin de Leonor sino que tratan de restablecer unasituacin anterior, una situacin en que Leonor acepta su estado inferior.En fin, a pesar de su disfraz varonil, no es hombre y, por eso, no tieneningn poder verdadero e intrnseco22. Podemos llamar feminista a unafeminista que, por medios feministas, alcanza un fin antifeminista?

    Ahora, hablando generalmente, podemos decir que el feminismo (ocualquier materia didctica o doctrinal) necesita una presentacin quemuestre coherentemente su tesis o, si se quiere, la moraleja. Si no se co-munica bien el mensaje a los espectadores, se pierde el intento y el efectode la doctrina. Valor, agravio y mujer, desde este punto de vista, sufre dedemasiada ambivalencia.' La gran mujer, por ser brava e independiente,abandona en parte su papel social como mujer (Leonor se convierte so-cialmente en hombre) para luego subordinarse al hombre deshonrable que

    " K.R1STKVA, Polylogiu; pp. 76-7S; SHOWALTKR, A Literature ofTbeir Own, p. 12; ClXOUS, TheLaughter, p. 248.

  • La literatura y la mujer en el Barroco 611

    la enga. Cul ser la moraleja de este escenario? Que una mujer quefunciona ms como hombre es un monstruo imposible? Que el honores la cosa ms importante del mundo? Que el nico papel legitimo parala mujer es el de estar casada, y apenas importa con quin? Que la mujertiene la culpa de haberle dado al hombre la oportunidad de deshonrarla?O, quiz, que una mujer puede hacer lo mismo que un hombre si quie-re? Se podra dar testimonio a favor de todas estas moralejas posibles, yprobablemente de otras tambin. La obra es ambivalente, de acuerdo conlos preceptos del Barroco.

    Este drama trata del honor, del amor, de la venganza, del atrevimien-to personal, del estado de la mujer y de otros temas. Adems, se presen-tan distintas visiones de estos temas: el honor del hombre y el honor dela mujer, el amor como juego y el amor como manifestacin de una rela-cin honrada, la mujer pasiva y la mujer activa, un sistema medieval dela subordinacin de la mujer y un sistema renacentista de la igualdad dela mujer. Leonor es mujer y hombre a la vez, como Juan es hombre dehonor y hombre deshonroso a la vez. Si decimos que esta obra presentaun punto de vista feminista por medio de la Leonor fuerte sin aceptar tam-bin a la Leonor subordinada, y viceversa, perdemos gran parte de su com-plejidad barroca. Esta situacin de duplicidad y ambivalencia es la con-dicin mixta que se encuentra en muchas obras del Siglo de Oro23. Ge-neralmente se resuelve la complicacin a favor de una de las alternativaspor razones dramticas, pero las comedias no son literatura comprome-tida si con eso queremos decir que son vehculos para presentar algunadoctrina o algn tema didctico. Muestran, por" medio de los personajes,las acciones, la estructura y las palabras, un mundo problemtico, ambi-valente o, mejor dicho, multivalente, en que los personajes se ven a cadapaso confrontados por un dilema o un enigma que tienen que resolver.Adems, presentan el conflicto dramtico en el contexto de muchos te-mas, algunos tradicionales, otros sociales, otros religiosos, etc. Algunas ve-ces se premia la prudencia, otras la osada, otras la humildad pasiva. War-dropper ha sealado la importancia del aspecto dramtico, retrico, arts-tico e irnico sobre el aspecto moralista y doctrinal en la comedia24. Param, su tesis explica los dramas como ste en que fajta un sentimiento rea-

    23 Cf. La vida es sueo, escenas I y II . U n a de las exposiciones ms claras de esta idea est en

    el P r logo a La Celestina, ed. Jul io Cejador y Frauca, 9a. ed. (Madr id , Espasa-Calpe , 1968), p p . 15-26.24

    B R U C E W. WARDROPPER, The Implicit Craft of the Comedia , in Studies in Spanish Litera-ture of the Golden Age Presented to Edward M. Wilson, ed. R. O . Jones ( L o n d o n , Tamesis , 1973),p p . 339-56.

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    lista y lgico de las acciones y en que , por consecuencia, la moraleja eso ausente o vaga los enredos cuentan mucho ms que el fin.

    En resumen, la mujer en Valor, agravio y mujer es un ser humano ca-paz de ejercer su libre albedro, pero tambin es miembro de una socie-dad escnica que exige su sumisin al hombre. Por eso, hay a la vez ele-mentos de la trama que podemos llamar feministas y otros no feministas.Por un lado, es notable el mero hecho de que Caro escribiera en el Siglode Oro y que recibiera las alabanzas de sus colegas varones. No se puededecir que la literatura de mujeres no exista25. Tambin la idea de la mujerpoderosa y capaz se puede considerar una fantasa de la mujer oprimidaa pesar de su sumisin al final 2b. Por otro lado, la obra de Caro cae den-tro del gnero de la comedia y, por lo tanto, es una imitacin de las obrasde teatro escritas por hombres. Sin acceso a investigaciones sobre las di-ferencias entre el lenguaje masculino y el femenino del Siglo de Oro, nopodemos decir nada acerca del estilo de Caro, pero la impresin es quenadie sabra que una mujer escribi Valor, agravio y mujer si no cono-ciera el nombre de la escritora de antemano. Puesto que la obra represen-ta la imitacin del arte y de la sociedad masculinos de la poca, se puedecalificar como literatura de la primera etapa de la historia de la literaturade mujeres27. Es un comienzo, y representa por lo menos la existencia deun intento de escribir de parte de una mujer, pero est muy lejos de tenerla conciencia poltica necesaria para ser una obra feminista.

    MATTEHEW D. STROUDTrinity University, San Antonio, Texas

    2 5 Cf. SPACKS, p p . 9-11 y 228. Le p reocupaba m u c h o a Virginia Wool f el hecho de que la lite-

    ratura inglesa n o tuviera n inguna escritora c o m o Shakespeare. C o m o en Espaa, haba escritoras ala-badas en su propia poca, sobre t o d o duran te la Restauracin, pe ro con el paso de los aos se deses-t imaban cada vez ms. Vase la in t roduccin a ELIZABETH POLWHELE, The Frolicks, or The LawyerCheated (1671), ed. Judith Milhous y R o b e n D . H u m e (Ithaca, N . Y., C o m e Univ . Press, 1977),pp. 46-48.

    2 6 Obviamente , Leonor no es la mujer liberada descrita p o r las escritoras de hoy (vase la sec-

    cin, Utopias en M A R K S y COURTIVRON, p p . 233-62). Para las feministas actuales, ella representalo peor de la sociedad masculina el engao y la violencia. Sin embargo, para la mujer del Siglode O r o , debemos admitir que ella representara un modelo de fuerza y resolucin.

    2 7 SHOWALTER, A Literature ofTheir Oan, p . 13; vase tambin el ensayo colectivo Variations

    sur des themes communs, Qnestions fministes, nm. 1 (1977), reimpreso en MARKS y C O U R I V R O N ,pp . 225-27, en que las etapas del desarrollo de la conciencia femenina se llaman la feminidad, la fe-minitud v el feminismo.

    InfoAIH: AIH. Actas VIII (1983). La literatura y la mujer en el Barroco: Valor, agravio y mujer, de Ana Caro. MATTH...