aguila y la serpiente
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Ensayo sobre
El águila y la serpiente escrito por
Martín Luis Guzmán.
Alumna: Castillo Paz D. Madeline
El águila y la serpiente es una excelente novela resultado de una muy buena
investigación periodística, escrita por no sólo un novelista de fondo histórico, sino
también por un periodista de combate y un político liberal, hablo de Martín Luis
Guzmán, escritor realista que tras acabar la universidad se unió a la gesta
revolucionaria y sirvió como coronel en las fueras de Francisco Villa.
Martín Luis Guzmán, enfocado esencialmente a las novelas de ámbito histórico,
escribió La sombra del caudillo en 1929, novela en la cual se hacía mención a la
corrupción en la época revolucionaria; en 1940 hace la aparición con otra novela
titulada Memorias de Pancho Villa; Mina, el mozo, héroe de Navarra y Muertes
históricas, son otras novelas de su autoría.
Pero de la que se hablará en este trabajo es del escrito que lleva por nombre El
águila y la serpiente, algunos ven este libro como memorias, o una narración novelesca
autobiográfica, o un trozo de historia anovelada o simplemente una crónica; yo lo tomo
más como una novela histórica porque no sólo cumple con un escenario en la historia
de México, que sería la etapa de la Revolución mexicana, además de presentar un
tiempo correcto y personajes que de verdad tuvieron participe en este acontecimiento;
además de hacer mención artística al nacionalismo.
El águila y la serpiente es una obra compuesta por varios episodios, o 7 libros,
en donde se concentran varios géneros: memoria, crónica, biografía, reportajes y hasta
el relato; que se confabulan para poder describir de una manera no tan precisa a esta
obra.
En esta obra, y probablemente en algunas otras, Martín Luis Guzmán relata con
un detenimiento muy exacto las etapas previas a la Revolución, que son la base para
poder entender este panorama histórico y todo lo que envuelve esta situación a las
dediciones de los personajes; de cómo fueron surgiendo las ideas subversivas en
contra del dictador Victoriano Huerta, luego del asesinato de Madero, y de cómo sus
seguidores salen huyendo a refugiarse a los brazos de E.U.A; su paso por la Habana,
quien les recibiría con agrado.
Algo que hay que destacar es que esta novela histórica se divide es 7 libros, los
cuales se subdividen en capítulos; cada libro está enfocado o hace referencia a un
personaje sobresaliente de la Revolución Mexicana, por ejemplo la figura de Francisco
Villa, el primer jefe revolucionario: Venustiano Carranza y los orígenes del caudillo
Álvaro Obregón.
Cabe mencionar que no sólo narra las características de estos personajes, sino
que también los va guiando en sus acciones en torno a la historia que se va hilando y a
los enfrentamientos que van aconteciendo, como la toma de Culiacán.
Otro dato que hay que mencionar, antes de pasar al modo estilístico de la obra, es
que el autor nos narra todas las intrigas que se van generando entre los principales
participantes de esta etapa histórica, como son Venustiano Carranza que se
1
autonombra Primer Jefe de la Revolución, cuya gallarda figura sobresale de los demás;
también describe con sus palabras a otros personajes como Adolfo de la Huerta, Álvaro
Obregón, a veces no distingo si su manera de describir a los personajes es realista o
una completa sátira:
Para mí era aquel un Pancho Villa desconocido: un Villa casi infantil, cuyo
entretenimiento, pese a las sanguinarias evocaciones de la pistola, concordaba
de extraña manera con la sonrisa de la luz y la profunda paz del campo. Yo lo
veía ir y venir, -inclinarse erguirse alargar y recoger brazos y piernas-,
fascinado en parte por el brío de atleta con que iniciaba y acababa cada
movimiento, y, en parte, poseído de una vaga inquietud.1
Haciendo moción a Francisco Villa, en la segunda parte del libro se le dedica
exclusivamente a éste, detallando detenidamente las batallas en las que el interfiere y
los hombres de más confianza como lo era Rodolfo Fierro, su principal pistolero.
Lo más notorio de sus descripciones, tanto personajes como en lugares, es que
es sumamente descriptivo y que capta a la perfección cada detalle del personaje o
lugar, incluyendo la actitud que éste tenía en determinado momento, y la manera de
hacer los movimientos más comunes.
Martín Luis Guzmán, El águila y la serpiente, sexta edición (undécima de la obra), México, Compañía General de Editores, S.A., 15 de octubre de 1965, pp. 332.
La descripción de paisajes o lugares no se quedo atrás para Luis Guzmán,
puesto que también profundiza mucho en dejar claro como él veía cada cosa, como se
sentía con cada piedra de cada lugar en el que recorría:
San Luis Potosí nos pareció, durante las veinticuatro horas que allí pasamos en
espera del cambio de trenes, poco menos que una ciudad de hechizo, pequeña
urbe protegida por las hadas. ¿Era porque la Revolución, apenas en sus
comienzos, aún no la ponía maltrecha con su obra transitoriamente destructiva,
como después a casi todas las ciudades mexicanas, antes bellas y florecientes? [...]
El caso es que San Luis Potosí se me antojó a mí una especie de paraíso
prodigiosamente urbano: prodigiosamente limpias y pavimentadas sus calles;
recogidas, acogedoras sus plazas; armoniosas la disposición de sus manzanas;
grata la arquitectura de sus edificios. De noche daba la apariencia de ser una
ciudad cubierta por un gran techo transparente a través de cuyos cristales
brillaban las estrellas; [...] 2
Ese es un mísero ejemplo de su amplia descripción de un paisaje, más que
descripción percepción delicada de cada lugar al que describió; su gran talento para
poder plasmar el sentimiento que lo envolvía en ese momento o la manera en como lo
recordaba.