agua de la niebla

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    Investigaciones de Historia Econmica8 (2012) 94103

    Investigaciones de Historia Econmica

    www.elsevier .es / ihe

    Artculo

    Ampliacin del regado, regulacin institucional y sostenibilidad en las huertastradicionales de la Espana mediterrnea

    Samuel GarridoUniversitat Jaume I, Castelln, Espana

    informacin del artculo

    Historia del artculo:

    Recibido el 18 demarzo de 2011

    Aceptado el 4 de agosto de 2011On-line el2 demarzode 2012

    Cdigos JEL:

    N53N54O43Q25

    Palabras clave:

    AguaEspanaComunidades de regantesRecursos de aprovechamiento comn

    r e s u m e n

    A lo largo de siglos fue frecuente que en las huertas de la Espana mediterrnea administradas por comu-nidades de regantes se produjera algo aparentemente irracional: pese a que el riego era bsico para

    intensificar la produccin agraria, a primera vista muchas huertas tenan un tamano menor del que elaguadisponible les habra permitido tener. El objetivo delartculo es desentranar la lgica que explica esasituacin. Se muestra que poner obstculos al crecimiento del rea regada era un mecanismo de defensacontra la gran irregularidad de los ros, al tiempo que se analiza por qu esos obstculos no siemprefueron capaces de impedir que las huertas se expandieran, en ocasiones de manera excesiva.

    2011 Asociacin Espanola de Historia Econmica. Publicado por Elsevier Espaa, S.L. Todos losderechos reservados.

    Expansion ofirrigation, institutional regulation and sustainabilityon thetraditional huertas ofMediterranean Spain

    JEL classification:

    N53N54O43Q25

    Keywords:

    WaterSpainIrrigation communitiesCommon-pool resources

    a b s t r a c t

    For centuries, in the irrigated areas (huertas) ofMediterranean Spain thatwere administered by irrigationcommunities something apparently irrational frequently occurred, i.e. although irrigation a was neces-sary condition for the practice ofintensive farming, at first sight many huertas were smaller than theyshould have been, given the amount ofwater that was available. The aim ofthis paper isto find a logicalexplanation to account for this situation. It is shown how obstructing the growth ofthe irrigated areawas a defence mechanism against the highly irregular volumes ofwater carried by the rivers. The paperalso analyses why those obstacles were not always capable ofpreventing the huertas from expanding sometimes excessively.

    2011 Asociacin Espaola de Historia Econmica. Published by Elsevier Espaa, S.L. All rightsreserved.

    1. Introduccin1

    Desde comomnimo la EdadMedia, lamayora de las aguas deriego procedentes de loshabitualmente poco caudalosos y siempre

    Correoelectrnico: [email protected] Este artculo forma parte de una serie integrada por 3 trabajos, 2 de los cuales

    ya han sido publicados (Garrido, 2011a, 2011b). Pudo realizarse gracias al pro-yecto de investigacin ECO2009-10739, financiado por el ministerio de Ciencia e

    muy irregulares ros de la Espana mediterrnea ha estado bajo elcontrol de comunidades de regantes2. Lashuertas regadas conellas

    Innovacin, y ha experimentado una sustancial mejora gracias a las sugerencias ycrticas de Salvador Calatayud,JessMilln, losasistentes a un seminarioimpartidoen la Universidad de Murcia (con especial mencin a Mara Teresa Prez Picazo) y3 evaluadores annimos. Pero soy, evidentemente, el nico responsable de lo quedigo.2 A efectos del tipo de discusin que aqu se realizar, importa poco el debate

    jurdico sobre si los integrantes de las comunidades de regantes compartan la pro-

    1698-6989/$ see frontmatter 2011Asociacin Espanola de Historia Econmica. Publicadopor Elsevier Espaa, S.L. Todos losderechos reservados.

    doi:10.1016/j.ihe.2011.08.017

    http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_4/dx.doi.org/10.1016/j.ihe.2011.08.017http://www.elsevier.es/ihemailto:[email protected]://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_4/dx.doi.org/10.1016/j.ihe.2011.08.017http://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_4/dx.doi.org/10.1016/j.ihe.2011.08.017mailto:[email protected]://www.elsevier.es/ihehttp://localhost/var/www/apps/conversion/tmp/scratch_4/dx.doi.org/10.1016/j.ihe.2011.08.017
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    XIIXIXIXVIIIVIIVIVIVIIIIII

    Hectmetroscbicos

    Necesidades

    mensuales de agua

    en 1946

    Caudal mensual del ro

    Mijares (media 19151949

    Figura 1. Disponibilidad mensual de agua (media de 1915-1946) y consumo parael riego (a lo largo de 1946) enlas huertas de La Plana de Castelln.Fuente: Para el caudal del ro, http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/afo/estaf-datos.asp?indroea=8005. Para el consumo de agua en 1946, Abriat (1946), p. 29.

    En 1346 las 4 comunidades de regantes de La Plana que tenanderecho a aprovechar el caudal del ro Mijares (Vila-real, Almas-sora, Castellny Borriana) recurrieron a lamediacindeun rbitroexterno el prncipe Pedro de Aragn, Conde de Ribagorza y fija-ron cul sera la porcin del agua del ro que cadauna tomara y lasuperficiemximaqueconella se regara; en total,9.000hectreasGarcaEdo(1994,pp.55-57);Garrido(2004,pp.20-21) . Enrealidad,esasuperficie solo sealcanz amediadosdelsigloxix, yacontinua-cin comenz a superarse. Las4 comunidades regaban unas 10.500hectreas al final de la dcada de 1940, cuando consuman anual-menteunos81,5hectmetroscbicosde agua,queparecen sermuypocos si se considera que entre 1915 (el primer ano del que se tie-nen datos) y 1949 (el ano anterior a la entrada en funcionamientodel pantano del Sitjar, que regul en el futuro su caudal) elMijaresllev comomedia anual 316hectmetros cbicos. En parte, la des-proporcin estaba provocada por el hecho de que el ro no contaraanconningnpantano, demaneraqueprcticamente todaelaguaque llevaba en invierno iba a parar almar. Incluso as, sin embargo,en la figura 1 puede observarse que, como media, sobraba aguaincluso en verano. Pero lavisinqueproporciona lafigura2 esmuydistinta. Como consecuencia de la gran irregularidad del rgimendel ro, las medias mensuales son poco representativas. En reali-dad, durante 10 meses de julio del periodo 1915-1949 el Mijaresllev menos agua que la consumida por el regado de La Plana enjulio de 1946, por lo que fue necesario racionarla. Evidentemente,si las huertas de Vila-real, Almassora, Castelln y Borriana hubie-ran sido ms grandes, la necesidad de recurrir a racionamientos

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    Caudal del Mijares

    en julio (media 19151949)

    Necesidades de aguaen julio de 1946

    (simulacin)

    Necesidades de aguaen julio de 1946

    (datos reales)

    Hectmetroscb

    icos

    Figura 2. Disponibilidad de agua en julio (mediade 1915-1949) y consumo para elriego (en julio de 1946) enlas huertas de La Plana de Castelln.Fuente: Las de la figura 1 y para el clculo de la simulacin Garrido (2004).Nota: En Garrido (2011b) pueden consultarse grficos similares sobre la Huerta de

    Valencia.

    (con todos los problemas y tensiones que eso implicaba) se habradejado sentir conmayor frecuencia.Yhayquetenerpresenteotracosamuy importante.Desdeapro-

    ximadamente1870 elnaranjo haba comenzadoa tenerunaampliapresencia en las huertas de La Plana, y en 1946 las ocupaba prcti-camente en rgimen demonocultivo. Era un rbol que presentaba2 grandes ventajas: proporcionaba unos rendimientosmonetariosnetos especialmente altos y necesitaba bastante menos agua queel resto de las producciones intensivas del regado11. En la figura 2se ha incluido una simulacin, resultado de considerar cul habrasido el consumo de agua en julio de 1946 en caso de haber estadodedicadas las huertas de La Plana a las mismas rotaciones de cul-tivos que se practicaban en ellas en 1821. Comopuede observarse,sehabravivido unasituacin caracterizada tantoporlos continuosracionamientos del riego (con las consiguientes prdidas de cose-chas) comoporel ambientede extrema incertidumbreen elquelosregantes se habran visto obligados a tomar sus decisiones de cul-tivo. Por eso en 1821 tena derechoa regar una superficie bastantemenor que en 194612.De todasmaneras, se adoptaban estrategias para conseguir que

    la relativamente poca tierra que dispona del derecho a ser regadafuera aprovechada al mximo. Incluso cuando el agua es gratuita(como suceda en la granmayora de las comunidades de regantesespanolas), su uso origina gastos administrativos y de manteni-miento de las infraestructuras. Para cubrirlos, en las huertas sepagabaunatarifaplanaanual:todossatisfacanunasumaidnticapor unidad de superficie poseda con derecho a regar, sin importarque a lo largo del ano no regasen en ninguna ocasin o regasenmuchas veces. Los especialistas en economa del agua suelen decirque ese sistema es el peor de todos los posibles (por ejemplo,Tsur y Dinar, 1997, p. 258), porque con l los regantes tienen pocamotivacin para el ahorro del recurso. Pero una adecuada regula-cin institucional haca en realidad posible que se desperdiciarapoco agua Garrido (2011a, 2011b), erael sistema quemenores gas-tos administrativos comportaba, y permita solucionar de manerasencilla el problema de los llamados derechos durmientes (slee-ping rights13). Lascantidades anuales que los regantes satisfacan a

    sus comunidades acostumbraban a ser reducidas, pero de tanto entantosehacanrepartos extraordinarios(paralamejorao larepa-racin de las infraestructuras) que representaban sumas de ciertaentidad.Sialguiendejabadecultivarunafinca(osilacultivabaperono la regaba), tambin tena que pagar, lo que actuaba como unaincitacin para queel propietarioquenoquisiera explotar unapar-cela la vendiese o la arrendase en lugar de dejarla inculta. Por otraparte, lascomunidades solopermitan quelospropietariosde tierrade regado renunciasen para siempre al derecho a regarla cuandose trataba deparcelasqueeran absorbidasporel desarrollo urbano.Cuando esa circunstancia no estaba presente, la experiencia mos-traba que acceder a tales renuncias sola ser la causa de futurospleitos que consuman tiempoy dinero, por lo que lo usual era queno accedieran14.

    11 En Garrido (2004,2010) se proporciona una argumentacindetalladade ambasafirmaciones. Pero para poder sobrevivir el naranjo necesitaba un mnimo de3 o 4 riegos anuales, y muchos ms para dar una cosecha comercializable. Por esarazn, en las huertas de Elche y Lorca (de las que se hablar en el Apartado 4.3) nopodahabernaranjales.12 En la actualidad casi no hay sobras: est muy extendido el riego por goteoy el agua del pantano del Sijtar se desembalsa los das y en la cantidad que lascomunidades solicitan. Pero ello ha provocado una catstrofe ecolgica, porque elMijarespermanececompletamente seco durante una parte del ano.13 Silospropietariosde tierraconderechoa serregadano lariegan,la sociedadestperdiendopotencialproductivo.Si paracontrarrestaresaprdida seampla la super-ficiecon derecho a serregada, cuandolos poseedores de losderechos durmientesdecidan ponerlos en prctica el sistemase puede colapsar.14 Como muestra de las complicaciones que sola crear ese tipo de consentimien-

    tos, en la dcada de 1850 un propietario renunci para siempre a regar un olivar

    http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/afo/estaf-datos.asp%3Findroea=8005http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/afo/estaf-datos.asp%3Findroea=8005
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    ambas caractersticas tambin coincidan no apareci un mercadodel agua (por ejemplo, en las huertas de la provincia de Almera),mientras que s apareci en sitios que disponan de relativamentems agua y de un clima comparativamentemenos seco21.A menudo la titularidad del recurso acab en manos de un

    reducido grupo de personas e instituciones (como conventos), queen ocasiones ni siquiera posean tierra en la huerta (Prez Picazoy Lemeunier, 1990). Lgicamente, deseaban que la competenciaentre loscompradores fuera cuantomsgrandemejor,lo quefavo-reci que se llegara a situaciones comoladeElche y Lorca: tanto enuna como en otra ciudad, a finales del siglo xix se dispona comomedia de 1 m3/s de agua, que (en teora) serva para regar unas12.000 hectreas22. Segn un argumento utilizado con frecuenciapor los duenos del agua, gracias a que esta pudiera comprarse yvenderseyaquelashuertasfuerantanextensaspercibendelbene-ficio del riego un sin nmero de fanegas de tierra ms . . .[de lasquelo percibiran si el agua hubiese estado ligadaa la tierra] dandoas mayores productosMusso (1847, p. 23). En realidad, en esashuertas tanextensas la tierrano poda cultivarse demanera inten-siva, lo que haca que se obtuviera menos producto por unidad deagua (y menos producto total) que en las huertas de tamano msreducido23.Igual en Elche que en Lorca, elmercado del agua se instaur en

    algnmomento entre finalesdel sigloxiii y principios del sigloxiv.Tambin en un momento que nos es desconocido, los lmites dela huerta de Elche se difuminaron, hasta el punto de que el aguapas a poder ser comprada por el cultivador de cualquier parcelaque estuviera conectada con el sistema de acequias, sin importardnde estuviera emplazada24. La situacin resultante era descritade la siguiente manera en un informe de 1875:

    Las12.000 hectreasdel trmino quetieneestemagnficopue-blopuededecirse sonregadas todas . . ., ynoesqueelcaudal. . . seamuy crecido, sinoque con el sistema de rotacinque usanqueda lamitaddeltrminoenbarbechotodoslosanos,nodndoseleningnriego cuando se halla en este estado; tres mil hectreas se hallanplantadasde vinayolivar,ynoseriegansinodosotresvecesalano;y el resto se halla cubierto de diferentes plantas que necesitan con

    ms constancia el influjo de las aguas Echevarra (1875, p. 247).No sabemos qutamano tena lahuertade Lorca cuandosepro-

    dujo la separacin entre el agua y la tierra, pero comprenda contoda seguridadmenos de 5.000 hectreas. A mediados del sigloxviseextendapor9.000 hectreas, por11.000a mediadosdelsigloxixy por 12.000hacia el ano1900(Garrido, 2011b). La ltimaamplia-cinmencionadaguarda relacincon la entradaen funcionamientoa principios de ladcadade 1880 delpequeno (encomparacinconlasnecesidades del regado lorquiano) pantano de Puentes, porqueel aumento de la dotacin de agua que el pantano permiti conse-guir fuebsicamente destinadoa expandir el rea regada (en lugarde ser destinado a mejorar el riego de la zona que ya tena conanterioridad acceso a l).

    21 Por ejemplo, en Xtiva (provincia de Valencia)durante el siglo xviii se hicieronoperaciones de compra-venta de agua Peris(2011), p. 4.lo mismo que enLlria(unalocalidadsituada en lasinmediaciones de laHuertade Valencia)durante el siglo xixMoncrieff (1868), pp. 167-168.22 Para poder efectuar otra comparacin, resulta interesante saber que el Turiaproporcionaba a la Huerta de Valencia (donde el agua estaba ligada a la tierra) unamediade11m3/s,queservanparaque9.500hectreasdisfrutasendeplenoderechoal riego y otras 6.500 hectreas(que tambin solanteneracceso a agua procedentede fuentes o norias) regaran con sobras.23 EsaeslaprincipalconclusinalaquesellegaenGarrido(2011b), dondetambinse concluye que en Elche o en Lorca no se estaba produciendo un sacrificio de efi-ciencia a cambiode unagananciade equidad, porquela relativamente poca riquezacreada se distribuade maneramuydesigual entre losmiembros de la sociedad.24

    En otras localidades conmercado del agua, como Novelda, pas lomismo.

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    Hectmetroscbicos

    Disponibilidadesanuales de agua

    Disponibilidadesde agua en verano

    Un riego anual

    Dos riegos

    Tres riegos

    Cuatro riegos

    Figura 3. Nmero de veces que habra podido ser regada al ano la totalidad de lasuperficie fertilizada porel roGuadalentn en Lorca (1929-1947).Fuente: Se han utilizado los datos de la estacin de aforo que se encuentra aguasabajo del Pantano de Puentes (http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/afo/estaf-datos.asp?indroea=7033) y se ha considerado que el 40% del volumen aforado nopoda ser utilizadopara el riego debidoa evaporacin,filtracionesy otras prdidas.

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    Hectmetroscbicos

    Disponibilidades

    anuales de agua

    Cinco riegos anuales

    Diez riegos

    Quince riegos

    Disponibilidades

    de agua en verano

    Figura 4. Nmero de veces que habra podido ser regada al ano la totalidad super-ficie fertilizada por el RoMijares en La Plana (1929-1947).

    Fuente: Se ha utilizado la misma fuente que en la figura 1 y se ha hecho uso delmismo supuesto que enla figura 3.

    Comopuede verse en lafigura 3, durante la granmayora de losanos del periodo 1929-1947 el agua disponible no habra permi-tido que cada una de las 12.000 hectreas supuestamente regadasrecibiera 2 riegos de 700 m3/ha (que es el volumen de agua quesola aplicarse conmsfrecuencia a la tierra en laHuertadeValen-cia). Y en ningn ano hubo agua suficiente para que toda la tierrarecibiera un nico riego en verano (entendiendo por verano los 3meses que van de junio a agosto). En esas condiciones podan cul-tivarsemuypocos productosdehuerta. Por ello, en 1964sedecaque:

    deltotalde hectreasregadassolo unadcimaparteaproxima-damente puedeconsiderarse dehuerta,o sea, decultivo intensivo.Las nueve dcimas partes restantes son de campo, es decir, decultivo extensivo y riego eventual25.El 80% del regado de Lorca estaba por entonces ocupado por

    cereales (trigo y cebada) y (cuando no estaba en barbecho) reci-ba (en invierno y primavera) entre 2 y 4 riegos de 400 m3/ha.Quemucha tierraquedara anualmente en barbecho eraunacondi-

    25 COCIL(1964), p. 18.Cuando apareci elmercadodel agua, esta continuestandoligada a la tierra en unas 20 hectreas, en las que s podan cultivarse hortalizas yfrutales porque eran regadas conmucha frecuencia. Y la normativa estableca queaproximadamente otras 1.200 hectreas (que constituan una zona de transicinentre la huerta y el campo) tambin pudieran regarse con cierta frecuencia si

    sus cultivadores pagaban por ello.VaseElul (1946)y GilOlcina (1971).

    http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/afo/estaf-datos.asp%3Findroea=7033http://hercules.cedex.es/anuarioaforos/afo/estaf-datos.asp%3Findroea=7033
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