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Acción Nacional en la transición política mexicana. El caso de Sonora Introducción H/l presente trabajo es un avance de una investigación más amplia que sobre el Partido Acción Nacional realizamos en El Colegio de Sonora.1 No hemos intentado hacer un tratamiento exhaustivo de los datos, sino presentar más bien algunas reflexiones sobre la historiade este partido en el estado de Sonora. Dichas reflexiones pretenden ayudarnos a alcanzar una me jor comprensión de la historia y de las ca racterísticas del que actualmente es el primer partido de oposición en el estado y el país. Tienen el carácter, más que de un conocimiento acabado y definitivo, de hi pótesis que deberán ser discutidas y con frontadas con los hechos. La primera de nuestras reflexiones tie ne que ver con los antecedentes del par tido. El carácter hipotético de lo que aquí señalamos como antecedentes quedará claro más adelante. Consideramos que el panismo sonorense tiene raíces en la his toria del estado que van más allá del propio panismo. Planteamos también una periodización, ordenación indispensable' 1Para su realización contamos con fínanciamiento de la Secretaría de EducaciónPública. En la recopilación de información participaronErnesto Robles, Jaime Cruzy Exequiel Rubio. Una versión preliminar de este mismo artículo fue presentadaen el XTV Simposio dehistoriay antropología de Sonora. Febrero, 1989. Hermosillo, So nora, Méx. Víctor Manuel Reynoso para un acercamiento a cualquier proceso social. Además de antecedentes y perio dización, hemos considerado algunas cues tiones medularesen relaciónconelpartido que nos ocupa. La primera de ellas es la que se refiere a la relación entre el PAN ylos empresarios. El partido ha sido visto desde su fundación, pero todavía más en los últimos quince años, como una fuerza política ligada a grupos e intereses empre sariales. La militancia de conocidos em presarios en las filas del panismo ha lle vado a algunos a sostener, concierta lige reza, o movidos por intereses políticos, que dicho partido no es más que un instru mento de las fuerzas empresariales. La cuestión empresarial es, pues, un punto polémico que necesariamente debe ser abordado en cualquier investigación sobre Acción Nacional. Como veremos, Sonora es uno de los estados donde la presencia empresarial en ese partido ha tenido ma yor resonancia nacional. La Iglesia Católica también ha sido se ñalada como uno de los principales alia dos del PAN. Del mismo modo que en el casode losempresarios, la cuestióneclesial dentro del PAN adquiere particular im portancia en Sonora, ya que tanto el arzobispode Hermosillo, como el que fuera obispo de Ciudad Obregón en la mayor parte del periodo que nos ocupa, se han destacado por su presencia en la opinión - Revista de El Colegio de Sonora, No. 1, 1989 12

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Acción Nacional en la transición políticamexicana. El caso de Sonora

Introducción

H/l presente trabajo es un avance de unainvestigación más amplia que sobre elPartido Acción Nacional realizamos en ElColegio de Sonora.1 No hemos intentadohacer un tratamiento exhaustivo de losdatos, sino presentar más bien algunasreflexiones sobre la historia de este partidoen el estado de Sonora. Dichas reflexionespretenden ayudarnos a alcanzar una mejor comprensión de la historia y de las características del que actualmente es elprimer partido de oposición en el estado yel país. Tienen el carácter, más que de unconocimiento acabado y definitivo, de hipótesis que deberán ser discutidas y confrontadas con los hechos.

La primera de nuestras reflexiones tiene que ver con los antecedentes del partido. El carácter hipotético de lo que aquíseñalamos como antecedentes quedaráclaro más adelante. Consideramos que elpanismo sonorense tiene raíces en la historia del estado que van más allá delpropiopanismo. Planteamos también unaperiodización, ordenación indispensable'

1Para su realización contamos con fínanciamiento de laSecretaría de EducaciónPública. En la recopilación deinformación participaronErnesto Robles, Jaime CruzyExequiel Rubio. Una versión preliminar de este mismoartículo fue presentadaenelXTV Simposio dehistoriayantropología de Sonora. Febrero, 1989.Hermosillo, Sonora, Méx.

Víctor Manuel Reynoso

para un acercamiento a cualquier procesosocial.

Además de antecedentes y periodización, hemos considerado algunas cuestiones medulares en relaciónconel partidoque nos ocupa. La primera de ellas es laque se refiere a la relación entre el PANy los empresarios. El partido ha sido vistodesde su fundación, pero todavía más enlos últimos quince años, como una fuerzapolíticaligada a grupos e intereses empresariales. La militancia de conocidos empresarios en las filas del panismo ha llevado a algunos a sostener, concierta ligereza, o movidos por intereses políticos,que dicho partido no es más que un instrumento de las fuerzas empresariales. Lacuestión empresarial es, pues, un puntopolémico que necesariamente debe serabordado en cualquier investigación sobreAcción Nacional. Como veremos, Sonoraes uno de los estados donde la presenciaempresarial en ese partido ha tenido mayor resonancia nacional.

La Iglesia Católica también ha sido señalada como uno de los principales aliados del PAN. Del mismo modo que en elcasode losempresarios, lacuestión eclesialdentro del PAN adquiere particular importancia en Sonora, ya que tanto elarzobispode Hermosillo,comoelque fueraobispo de Ciudad Obregón en la mayorparte del periodo que nos ocupa, se handestacado por su presencia en la opinión

- Revista de El Colegiode Sonora, No. 1, 198912

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pública, presencia que generalmente hasido crítica hacia el gobierno. Debido a esto hemos considerado también que unainvestigación sobre Acción Nacional enSonora debería tener en cuenta las relaciones entre Iglesia y partido.

El hecho de que nuestra investigación,a pesar de referirse a un partido que tienepresencia nacional, se limite al estado deSonora, se debe no sólo a razones institucionales. Detrás de esta delimitación estála idea de que el territorio mexicano esnotablemente diverso en sus aspectoseconómicos, políticos y culturales, y queesta diversidad necesariamente afecta a

los partidos políticos. Para avanzar en suconocimiento, consideramos indispensable tener en cuenta las peculiaridadesque adquiere en las ciudades y estadosdonde tiene presencia. Pero la diversidadtambién es un hecho al interior de las

regiones mismas: es claro que entidadescomo Sonora no son homogéneas. A partirde esta diversidad estatal, nos propusimosencontrar especificidades regionales en laprincipales municipios sonorenses en losque el PANha tenido una presencia destacada. Seleccionamos para esto a los municipios de Agua Prieta, Cajeme, Hermosilloy San Luis Río Colorado.

Finalmente, trataremos también de hacer algunos planteamientos sobre elcarácterde clase del panismo y un análisisde las tendencias y fracciones que en suinterior se han manifestado.

Antecedentes, periodización, cuestiónempresarial, cuestión eclesial, regionali-zación, carácter de clase y tendencias internas son pues las reflexiones que sobreel Partido Acción Nacional en Sonora

expondremos a continuación.Dividimos la exposición en tres etapas:

los antecendentes(1910-1940), lahistoriaantigua del PAN sonorense (1940-1976) ysu historia contemporánea (1977-1989).

A las dos primeras nos referimos en la pri-! mera parte de esta exposición; la tercera

forma la segunda y última parte de esteartículo.2

Por último, señalemos que nuestras reflexiones seguramente decepcionarán aquienes sostienen opiniones extremassobre el Partido Acción Nacional. Por un

lado, nos negamos a considerar que elPAN sea simplemente un instrumento enmanos de grupos empresariales y clericales, afines a las ideas de los sectores norteamericanos más conservadores. Pero

tampoco creemos que dicha organizaciónpolítica sea la única representación de lasociedad civil que lucha por manifestarsefrente a un Estado autoritario. Quizá, comotoda caricatura, las visiones anteriorescontengan algo de verdad. Pero no es latarea del investigador caricaturizar larealidad social, sino profundizar en su conocimiento, superando precisamente loslugares comunes y las simplificacionesexcesivas. En este sentido creemos que esun reto el investigar sobre por qué ampliossectores de la sociedad mexicana, en particular la sonorense, han optado electo-ralmente por Acción Nacional en los últimos años.

1En esta etapa han tenido lugar en Sonora cuatro procesoselectorales (1979,1982,1985 y 1988). En todos ellos se e-ligieron presidentes municipales, diputados locales, y diputados federales. Hubo dos elecciones de gobernador(1979 y 1985) y dos de senadores y presidentes de la república (1982 y 1988). Sonora es uno de los pocos estadosen el país en el que coinciden hasta cinco elecciones elmismo día y en la misma casilla. En el mismo periodo,desde 1977 hasta 1989, el PAN sonorense ha tenido seisdi rigentes estatales(JorgeVal dez.PríscilianoMeléndrez,Carlos Amaya, Norberto Corella, Fausto Ochoa Medinay Ramón Corral Avila).

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REVISTA DE EL COLEGIO DE SONORA

I. Antecedentes e historia antigua delpanismo sonorense

1. Los antecedentes cívico liberales

Nuestra periodización parte de la consideración de que la historia sustantivadel panismo en Sonora tiene lugar en losúltimos once años (1978-1989). Pero considera también que esta corriente políticano surge de la nada, sino que tiene raícesprofundas en la historia política sonorense, las cuales se remontan mucho másallá de la fundación formal del partido enSonora en los años cuarenta. Volviendo lamirada hacia las gestas cívico electoralesque se han vivido en México, encontramosque éstas han tenido una vigorosa presencia en el territorio sonorense. Esto nos

permite hablar de una tradición cívico-liberal en el estado, que antes de la fundación del partido que nos ocupa, tuvo susprincipales capítulos en el maderismo, enel vasconcelismo, en la oposición contralos gobiernos callistas locales y en laselecciones de 1940, en las que contendiócomo candidato presidencial de la oposición el general Juan Andrew Almazán.

A esta tradición la hemos llamado cívico-liberal. El término hace referencia,más que a una teoría o filosofía políticasistematizada, a una visión de la vidapolítica de la cual señalamos tres de suscaracterísticas fundamentales. En primerlugar, plantea una escisión entre el sersocioeconómico de los individuos y su serpolítico. En otras palabras: estaconcepciónhace abstracción de las característicassociales y económicas de los individuos ylos iguala a todos en su condición de ciudadanos; dentro de la esfera poh'tica nohay así diferencia entre obreros,campesinos, empresarios, profesionistas,etc.: todos son simple y sencillamente ciu

dadanos. En segundo lugar, consideraque sólo son legítimos aquellos gobiernoselectos mediante el sufragio ciudadano, ycritica, por tanto, toda forma de dominación autoritaria. Finalmente, considerael apego a las leyes escritas como un elemento básico de la vida social.

El primer capítulo de esta tradición enel presente siglo es el maderismo, quecuenta con un interesante antecedente en

el Club García Morales de Hermosillo,mejor conocido como el Club Verde por elvals que llegó a convertirse en su himnorepresentativo. Esta organización ha sidoya retratada por Héctor Aguilar Camínen La frontera nómada,3 libro clásico sobre la revolución en Sonora. En él muestra cómo Madero encontró durante su

campaña en Sonora, en medio de la represión porfirista, importantes grupos desimpatizantes. De Navojoa, Alamos,Guaymas y Cananea surgirían líderes yfuerzas políticas que, en el complicadoproceso revolucionario, llegarían a ser losprotagonistas en el desenlace de la revolución de 1910.

Después de los breves pero intensosaños del maderismo, el liberalismo sonorense va a estar de alguna manera supeditado a los avatares militares de la revolución. Cuando el grupo comandado porObregón se consolida en el podernacional,en Sonora se van gestando descontentoscontra la política de corte autoritario delos caudillos. Primero está la sublevaciónde Adolfo de la Huerta, el más claramenteliberal de losgenerales sonorenses.4Luegola rebelión escobarista, que tuvo en elestado uno de sus principales centros.

3Cfr. Aguilar Camín, HectorXa/roníero nómada, Ed. Siglo XXI, México, 1985, pp. 102-107.

4Alrespecto puedeconsultarseel librodeCarlosMoneada,Adolfo de la Huerta, el Quijotede la Revolución, Ed. delGobierno del Estado, Sonora.

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Consideramos que tiene mayor importancia, sin embargo, un movimiento de carácter cívico-político y no militar, en elque que se manifestaría también el liberalismo sonorense. Nos referimos al vas-

concelismo, que tuvo lugar durante laselecciones presidenciales de 1929.

Según los datos electorales que sobreaquella elección disponemos, Sonora fuela entidad en la que Vasconcelos obtuvo elmás alto porcentaje de votos. Aunque losresultados oficiales no reflejan fielmentelo que sucedió en aquella jornada electoral6, al menos corroboran algo que yapodíamos suponer por otras fuenteshistóricas: la presencia del vasconcelismoen el estado era notablemente mayor a la

' Según loa datos presentados por Ramírez Rancaño, enSonora Vasconcelos obtuvo el 28.71% de los votos. Le

seguirían otros estados del norte: Sinaloa con 24.06%,Coahuila, Chihuahua y Durango, estos tres últimos conporcentajes cercanos al 17%. Cfr. "Estadísticaselectorales: presidenciales" en Revista Mexicana deSociología, 1977/1, ene.-mar. de 1977, p. 291. Sinembargo, según John Skirius, la ciudad donde mayoressimpatías tuvoVasconcelosdurante la campaña de 1929fue la capital de república, hecho que no se refleja en losresultados electorales que presenta Ramírez Rancaño.Algo similar podemos decir respecto a Tampico, puertoque se destacó por el entusiasmo vasconcelista durantela campaña del 29. No es difícil encontrar la causa deesta aparente contradicción entre los resultadoselectorales y las simpatías reales con las que contabaVasconcelos: los datos oficiales respecto a las eleccionesestán lejos de representar lo que realmente fueron laspreferencias electorales de los ciudadanos. Para Skiriusno hay duda: el fraude y la violencia contra losvasconcelistas fue algo burdo y generalizado,acentuándose en las regiones donde la oposición teníamayor presencia. No obstante, creemos que algo dicenlos resultados electorales de 1929 en Sonora, y ese algose comprueba por otro tipo de fuentes como lashemerográfica o los testimonios de los protagonistas:José Vasconcelos contó durante su campaña presidencialconamplias simpatías en el estado de Sonora. Alrespectopuede verse José Vasconcelosy la cruzada de 1929, ed.SigloXXI,México, 1978, de John Skirius. pp. 66-71,163-164, 168, 172-173 y 180-182; pueden verse también laspropias memorias de Vasconcelos en lo que se refiere asu paso por Sonora durante la campaña presidencial, enEl proconsulado.

que esta corriente tenía en el conjunto delpaís. Las propias memorias de Vasconcelos nos confirman esto: su punto de entrada y de salida del país en aquellasfechas fue la principal frontera sonorense, Nogales; en esas memorias podemosleer el buen recibimiento que se hizo alcandidato oposicionista en distintospuntos del estado. Por otra parte, el vasconcelismo en Sonora no se limitó al apoyodado a Vasconcelos en 1929: continuó poralgunos años, de tal manera que en elestado es posible hablar de un vasconcelismo sin Vasconcelos, como es el caso dela rebelión de Pedro Salazar Félix en

Navojoa.6Durante los años treinta, esta tradición

se manifestó en el Partido Democrático

Sonorense, cuyo principal dirigente, Román Yocupicio, llegaría a ser gobernadordel estado (1937-39). Después de algunostitubeos, Yocupicio aceptó la invitacióndel PNR a ser su candidato para la gober-natura. Su gran popularidad de algunamanera obligó a los penerristas a aliarsecon él, aunque su posición política no erade ninguna manera afín a la del Presidente de la República. El hecho de que Yocupicio aceptara la candidatura del PNR ypor lo tanto la afianza del PDS con estepartido, fue una señal de los tiempos deconciliación que habrían de venir.

Pero en la alianza anterior hubo otra

señal. Don Israel González, candidato adiputado por el PDS, renunció a su

Cfr. Gutiérrez Mendívil, Domingo, "Una rebeliónva-sconcelista en Navojoa", XH Simposio de Historia yAntropología de Sonora, Universidad de Sonora, 1988,pp. 198-220. Más allá de lo anecdótico y de la peculiarpersonalidad de Pedro SalazarFélix, protagonista de larebelión, el trabajo de Gutiérrez Mendívil nos permiteconstatar la presencia de grupos vasconcelistas en elestado, aún varios años después de las elecciones del 29y cuando Vasconcelos se había retirado ya de la luchapolítica.

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candidatura en el PDS y continuó en laoposición, desde la trinchera que fue superiódico El Pueblo (1924-1972).7 Elperiodismo que ejerció durante casi cincodécadas tiene, como ya ha sido mostrado,8características propias del liberalismomexicano del siglo XIX. Aparte de otrasinteresantes peculiaridades, el periódicode don Israel tuvo dos constantes: su anti

comunismo, visceral y un tanto ingenuo,y su oposición sin concesiones a los gobiernos del estado.9

El periodo de los antecedentes se cierracon las elecciones de 1940. Casi simultáneamente se fundaba el Partido Acción

Nacional en la Ciudad de México. Es significativo que esta fundación pasara desapercibida para la prensa sonorense.10En cuanto a las elecciones de aquel año, sinos atenemos a los resultados oficiales —los únicos disponibles— el almazanismoen Sonora obtuvo resultados ligeramentesuperiores (7.4%) a los que esta mismafuerza alcanzó a nivel nacional (5.75%)u.Sonora seguía siendo un estado relativa-

' Moneada, Carlos, La sucesión presidencial en Sonora,1917-1985,Ed. Latinoamericana, Hermosillo, Son., 1987.p. 57. Sobre el caso de Yocupicio, Moneada señala queprecisamente la popularidad de este candidato se debíaa su oposición al PNR. El que aceptara la candidatura deeste partido planteó así un problema que finalmente seresolvió en una conciliación política. Para una visiónmás amplia puede verse R. Guadarrama, Historia General de Sonora (Tomo V). El Colegio de Sonora. 1987,p. 237 y 88.y el trabajo de Adrián Bantjes presentado enel XIVSimposio de Historia y Antropología de Sonora."Política nacional y regional en el México postrevolucionario: Lázaro Cárdenas y la revuelta sonorense de1935". Este último hace hincapié en como en la alianzaCárdena8-Yocupicio pesó más la dinámica política delmomento que las afinidades ideológicas.

"Martha Elena Mungla y Rita Planearte, "ElPueblo comoespejo del acontecer local",XII Simposio de HistoriayAntropología de Sonora, Ed. Unisón, 1987.

• Munguía y Planearte, op. cit.10 El PAN se fundó en una Asamblea que tuvo lugar en elDJ\ del 14 al 17 de septiembre de 1939. La prensaestatal presenta sólo escasas referencias a este hecho.

mente más opositor que otros, aunqueestaba ya muy lejos de lo sucedido en1929. Quizá la alianza entre el gobiernocardenista y los grupos yocupicistas locales expliquen en parte el cambio.

2. La historia antigua del panismosonorense

Es necesario aclarar que el adjetivoantigua con que calificamos este primerperiodo del panismo en sonora no conllevaninguna carga despectiva. Simplemente,abusando un poco del lenguaje, pretendemos indicar la enorme distancia que anuestro juicio existe entre la historia delPAN en el estado desde su fundación

hasta 1976, y la etapa que va de ese añoal momento presente.

La historia del panismo sonorense enaquel periodo está por escribirse. Aquísólo mencionaremos algunas de suscaracterísticas, que nos podrían llevar apensar que más que dos etapas de unmismo partido, se trata de dos partidosdistintos. ¿Qué pueden tener en comúnaquellos militantes que durante décadasvieron de lejos la posibilidad de un triunfoelectoral y que eran vistos conextrañezay temor por sus propios conciudadanos,con los actuales militantes que hangobernado ya las más importantes ciudades del estado, han puesto en jaque algrupo gobernante y han incluso atraídola atención de la prensa internacional?

Esta notable diferencia se explica notanto por la dinámica interna del panismo, sino por la historia política delpaís. La presidencia de Manuel Avila Ca-macho inicia una etapa de conciliaciónnacional. Como lo ha señalado AguilarCamín, desde entonces y durante varias

" Ramírez Rancaño, op. cit., p. 293.

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décadas la oposición cívica y electoral enMéxico vivirá un sueño termidoriano, a-rrullada por el crecimiento económico sostenido y por las nuevas políticas gubernamentales, alejadas ya de las formas yde los propósitos cardenistas.

Nada mejor que Sonora para ilustraresta etapa de tranquilidad social en unaregión que anteriormente se había destacado por las revueltas y las manifestaciones opositoras. Si es cierto, talcomo lo afirmó el actual dirigente estataldel PAN, que "los principios y la doctrinade este partido son los que más se identifican con la forma de ser de los sonoren-

ses"12 ,estos últimos tardaron casi cuatrodécadas en percatarse de ello. Se dioincluso el caso de un ilustre sonorense

que, habiendo sido fundador de AcciónNacional en 1939, a los pocos años fungiócomo gobernador interno de Sonora, ensustitución del General Abelardo

Rodríguez: Horacio Sobarzo.Como en todo, hay excepciones. Entre

las más notables se encuentra la

persistente oposición que don IsraelGonzález mantuvo desde su trinchera: el

periódico El Pueblo, que ya hemosmencionado. González mantuvo también

una constanteoposición electoral, generalmente como candidato a la presidenciamunicipal de Hermosillo(inaugura la historia electoral del panismo en Sonora como candidato a presidente municipal en1946, siendocandidato a ese mismopuestoen 1949 y 1958).13 Alrededor de su figuray de su periódico se mantuvo la oposicióncívico- electoral en el estado, que no fue

u Declarado por Ramón Corral Avila en la ConvenciónEstatal del PAN del 17 de Diciembre de 1988,en la quefue electo presidente del Comité Estatal de ese partido.El debate, N5 2, la. quincena de enero, 1989, p.5.

u En la revisión de el periódico El Pueblo no encontramosla participación de ningún candidato panista en 1943.

únicamente panista, como en las agitadaselecciones de 1949, cuando el PAN participóconjuntamente con los valderranistas.

Tenemos así que desde 1946 el panismosonorense va a presentar oposición electoral, sin triunfos reconocidos y limitadaa unos cuantos municipios, pero constante y vigorosa. Ya desde los años cincuentapresentan cada sexenio candidatos a senadores, sin faltar nunca el candidato a lapresidencia municipal de la capital y unoque otro a las diputaciones locales y federales. Es en esa década cuando el panismo sonorense adquiere personalidad e i-dentidad propias, destacando las elecciones de 1958, en las que la importancia deeste partidoquedódemostrada en diversoshechos, como el encarcelamiento de susmilitantes, las provocaciones en sus mítines, lafundación de subcomités en diversas colonias de la ciudad de Hermosillo yel probable triunfo de uno de sus militantes, Agustín Haro, candidato a diputadopor el 4o. distrito local. Todo esto acompañado del ingrediente indispensable entodos los comicios mexicanos: las denuncias de fraude electoral.14

¿Cual era el origen social de estos pa-nistas? Impresores, pequeños comerciantes, profesionistas, artesanos, obreros.Como es bien sabido, los grandes empresarios vivían en su plenitud la luna demiel con el Estado posrevolucionario.Sonora es uno de los más claros ejemplosde este maridaje, gracias al cual lospolíticos se metieron a empresarios, los

' empresarios a políticosy el erario públicofinanció grandes proyectos y rindió considerables ganancias. Tres gobernadores

En las eleciones siguientes—1946—Israel González fuecandidato del PAN a la presidencia de Hermosillo. Cfr.Periódico El Pueblo, 18 mayo 1946.

" Puede verse el periódico El Pueblo de febrero a juliode 1958.

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sonorenses de este periodo encarnan inequívocamente lo anterior: Abelardo Rodríguez, Ignacio Soto y Alvaro Obregón Tapia 15

Abriendo un paréntesis, es necesarioaclarar que durante este periodo hubo enSonora una fuerte oposición electoral distinta a la panista. Nos referimos a la oposición que podríamos llamar de izquierda,con un discurso más popular, clasista enalgunasocasiones. Adiferencia de la oposición panista, asentada en la capital y enalgunos puntos del norte, se ubicó másbien en el sur del estado. Tuvo sus momentos más álgidos en 1949 con la candidatura de Jacinto López a gobernador yen 1958 con "El Buqui" Contreras, candidato a la presidencia municipal enCajeme. Aunque se sale de nuestro tema,es necesario aclarar lo anterior en un mo

mento en que Sonora aparece como unestado típicamente bipartidista.16

Este sueño termidoriano de la oposicióncívica sonorense va a tener una duraciónde casi tres décadas, para interrumpirseabruptamente ("como un rayo en un cielosereno") en el movimiento de 1967. 1967es, sin duda, una de las fechas clave en lahistoria política contemporánea de Sonora. Es, en sus inicios, un conflicto quetiene algo de típico: un intento del PartidoRevolucionario Institucional por elegir

u Sobre esto puede verse Historia Contemporáneade Sonora,de R. Guadarrama. Ed,El ColegiodeSonora, cap.Di. Una visión más analítica de este peculiar modelo derelación entre los empresarios y el Estado se encuentraen los trabajos de Nora Hamilton, en particular " Elestado y la formación de la clave capitalista en el Méxicoposrevolucionario" en Julio Labastida,(comp.)Grupos económicosy organizaciones empresariales en México, la. Ed. Alianza Universidad-UNAM, 1986.

" Cfr. Guadarrama, Rocío, Historia ContemporáneadeSonora, caps. DC y XII, 1985. La autora muestra comoel territorio sonorense fue uno de los bastiones de lom-bardismo.

democráticamente a su candidato a lagubernatura se fustra y provoca undescontento social que será la chispa queencenderá la pradera.

A fines de 1966 el PRI decide llevar acabo un "experimento preelectoral" en elestado: se dejaría libertad a los precandidatos para que recogieran simpatíasentre la población y de esta maneraresultara electo el que más éxito lograra.Las expectativas fueron muchas y lasprecampañas intensas. Sin embargo, alparecer el PRI no estaba maduro para lademocracia y el desenlace del agitadoexperimentoestuvo lejos de resultar democrático: fue designado candidato FaustinoFélix Serna, individuo que no contaba conlas simpatías de la población. Aparte deesto, la decisión se tomó sin consultar alos sectores del partido ni a los grupos empresariales locales, tradicionalmente tomados en cuenta en este tipo de decisiones.17 La candidatura fue recibida por losmiembros del Revolucionario Institucional y por diversos sectores de la ciudadanía sonorense bajo los clásicos términos de imposición y continuismo. Se levio también como una decisión tomada en

el centro del país sin tomar en cuenta a lasfuerzas locales.

Pero no todo quedó como un intento dedemocratización fallido al interior de unpartido político. Las expectativas levantadas en el proceso y el carácter que enaquel entonces tenía el PRI -que más queun partido era en buena medida el únicocanal de expresión y representaciónpolítica- produjeron un conflicto que fuemucho más allá de su origen. Dicho conflicto encontró su caja de resonancia en la

" Guadarrama, R. Historia Contemporánea de Sonora,cap. XII. Las ideas que exponemossobre este movimientosocial han sido retomadas de esta autora y deArmandoMoreno Soto, Losaguiluchos, Ed. UNISÓN, 1985.

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universidad, dando lugara un importantemovimiento estudiantil que trascendiócon mucho el carácter político partidariodel problema. Fue, de alguna manera, u-na premonición del movimiento estudiantil del 68 en el Distrito Federal. Tanto

en Hermosillo como en la capital del paísno se trató de movimientos contra las ins

tituciones, sino todo lo contrario: sus demandas consistían en el apego a la ley y alas reglas escritas del sistema. Esto es loque les da su carácter de cívico-liberales.

De la universidad, el movimiento seexpandió con rapidez a amplios sectoresde la sociedad. Se formaron diversos "co

mités, frentes y asociaciones por la defensade lo derechos avieos".18 La sociedad civil

hizo a un lado sus antinomias cotidianas

para enfrentarse a lo que consideró unaimposición autoritaria del Estado.

El descenlace electoral de este procesoentronca directamente con el objetivo denuestro trabajo. Las autoridades lograroncontrolar la insurrección cívica con la in

tervención del ejército en la universidad yen zonas clave del estado en mayo de1967. Algunas semanas después los sono-renses manifestaron sus descontentos

mediante una vía que desde hacía décadasno utilizaban: el voto. El resultado fue

sorpresivo: un partido que con anterioridad había sido menos que minoritario enla entidad, el PAN, logró el triunfo en lacapital del estado y en seis municipiosmás. Comoha sucedidoenotras ocasiones,en amplios grupos de la ciudadanía quedóla sensación de que Acción Nacional obtuvo el triunfo incluso a nivel de la guber-natura. De cualquier manera el triunfopara este partido no fue pequeño: por primera vez el PAN accedía a gobernar unacapital estatal en el país.

"Guadarrama, R., op. cit

Todo lo anterior hace pensar en que, como también ha ocurrido con frecuencia,que además de un voto por el PAN se tratóde un voto contra el PRI. Lo anterior se

corroborócuando después de las eleccionesde los siete munícipes panistas sólo tres(los de Hermosillo, Cumpas y San MiguelHorcasitas) se mantuvieron dentro delpartido por el que obtuvieron el triunfo e-lectoral. Los demás, presiones de por medio, regresaron al PRI.19

II. La historia contemporánea del panismosonorense o Acción Nacional ante la

transición política mexicana (1977-1988)

Más allá de las cuestiones coyunturalesy anecdóticas, la historia contemporáneade Acción Nacional en Sonora coincide

con lo ha sido llamado la transición mexicana.20 El auge de esta fuerza electoral enel estado, teniendo sin duda peculiaridades, forma parte de esta nueva etapa dela historia nacional en la que "lo nuevo noacaba de morir y lo viejo no acaba de nacer". El fin del crecimiento económico con

estabilidad en los precios y en el tipo decambio, el deterioro de los diversos pactoscorporativos, el surgimiento de las nuevasmayorías urbanas, la importancia creciente de las relaciones con la economía

norteamericana y la emergencia de unnuevo centro nacional en el norte del paísson algunos de los factores que componenel cuadro que contextualiza y explica a la

19 Entrevista de Rocío Guadarrama a Jorge Valdez.Archivo de El Colegio de Sonora.

K Quien ha hecho más énfasis en esta cuestión de latransición es Héctor Aguilar Camln. Pueden verse susartículos "El canto del futuro", en Revista Nexos 100, a-bril 1986,pp. 15-29;"La transición mexicana",enRevistaNexos 124, abril 1988 pp. 21-27; o bien su libro Despuésdel milagro, Ed. Cal y arena, México, 1988. Las ideas queal respecto exponemos las hemos tomado de este autor.

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vez la nueva etapa del panismo sonorense.

Pero si el proceso nacional es fundamental para dar razón de los cambios enSonora, también es importante tener encuenta las especificidades locales. Ya alubicarnos dentro de la perspectiva regional y centrarnos en Sonora podremosconstatar que el lugar común sobre "elnorte" mexicano y la presencia del panismoen él debe ser matizado. Por ejemplo, se a-firma con frecuencia que en la fundaciónde AN tuvieron un papel protagónico losestados norteños. Esto es válido en lo quese refiere a Baja California, Chihuahua yNuevo León, pero incorrecto en relación aSonora. Aquí, y excluyendol967, el panismo llegó como fuerza importante hasta1979. Los diversos estados norteños tienenuna historia diversa, en este y otros aspectos.

Si consideramos la diversidad regionalal interior del territorio sonorense encon

traremos también peculiaridades interesantes. Hemos tratado de rescatarlas,centrándonos en los cuatro municipiosdonde el PAN ha tenido una presenciamás importante: Agua Prieta, Cájeme,Hermosillo y San Luis Río Colorado.21 Ennuestra exposición intentaremos mostrarcómo la presencia panista en cada uno deellos tiene ritmos ycaracterísticas propias.

1. Las elecciones de 1979 en Sonora. ¿Unnuevo 67?

Mientras a nivel nacional el PAN a-penas empezaba a recuperarse de la crisis

" En estos cuatro municipios el PAN alcanzó triunfoselectorales durante el período que nos ocupa. Triunfótambién en Empalme (1979) y en Huépac (1979),perohemos dejado de lado estos dos casos porconsiderar másimportantes y representativos los cuatro anteriores.

más grave de su historia (que lo llevó a nopoder nominar un candidato a la presidencia de la república en 1976 y a la salida de un grupo de destacados militantesdos años después), en Sonora alcanzótriunfos electorales por vez primera endoce años. Parecía un nuevo rayo en elcielo sereno formado por las elecciones de1970 a 1976 en el estado, donde el PRI dominó sin ninguna amenaza seria. Losriesgos electorales para el partido del Estado estuvieron localizados en unos cuantos municipios y no provinieron del PAN.Así, el panismo no alcanzó ni el 7%de losvotos en 1970, no presentó candidato a gobernador en 1973 y en las elecciones de1976 se dio un resultado que, visto desdeahora, se antoja increíble: el PAN fue lacuarta fuerza electoral en el estado.^Estosresultados se explican por diversas causas,entre otras por lo que algún politólogo hadenominado como"alta capacidad del Estado para manejar los escrutinios" y queen el lenguaje popular se conoce comofraude electoral. Los conflictos postelec-torales y las denuncias de los panistas enese año así lo indican. Sin embargo, losresultados señalados hubieran sido impensables en 1979 o después.

En ese año se manifiestan en Sonorasignos inequívocos de la transición mexicana ya señalada. Si centramos nuestraatención en dos de los municipios de loscuatro en los que triunfó el PAN, podemosconstatar lo anterior.

El primero de ellos es el municipio deCajeme, centro de una de las más importantes zonas agrícolas del estado y del país. Ahí lospanistas habían tenido siempreproblemas para encontrar candidatos a lapresidencia municipal. En 1976, para po-

" En loque se refiere a elecciones municipales, ya que elPRI tuvo el 90.78% de los votos, elPPSel 3.57% elPARM2.97% y el PAN 2.69%. Datos de la Comisión FederalElectoral.

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ner un ejemplo, no pudieron nominar anadie para esta candidatura. Para 1979arrasan en los cuatro puestos de elecciónque ahí se postularon:1a presidenciamunicipal, la diputación federal y las dos diputaciones locales.23 Los panistas ganaronen este municipio de todo, todo. Carrocompleto para el PAN.

Este cambio radical en los resultados

electorales implica cambios más profundos. Uno de ellos es una nueva actitud de

la ciudadanía y de ciertos grupos sociales.Es comúnmente aceptado que detrás delos triunfos panistas en este municipiosonorense estuvo el descontento de la población hacia las expropiaciones agrícolasdel Valle del Yaqui en los últimos mesesdel gobierno de Luis Echeverría. La cuestión tiene, a primera vista, bastante deparadójico: el Estado benefició a grandesmayorías con estas expropiaciones, mayorías mismas que no se vieron a la hora delos votos tres años después de haber sidobeneficiadas con el reparto. Quienes sí sevieron fueron los opositores a estas medidas. Su oposición implica un rechazo alpresidencialismo y a la intervención delEstado en algunos aspectos de la economía. Uno de los signos de la transiciónmexicana.24

Aquí, como en todo análisis de un resultado electoral, conviene distinguir en-

n Adalberto Rosas López fue el candidato a presidentemunicipal, Carlos Amaya Rivera el nuevo diputadofederaly Claudio DabdoubSicreyJosé anIonio Gándaralos primeros diputados panistas en el Congresosonorense. Además de estos cuatro triunfos en Cajcme,el PAN obtuvo otros diez en el estado: tres de mayoríarelativa (las alcaldías de Agua Prieta, Empalme YHuépac), y siete de representación proporcional: dosdiputados locales (Ramón Astorga Coronado y RamónAvalos Marrón), una diputación federal (Jesús LariosIbarra), dos regidores en la capital del estado y dos enSan Luis Río Colorado. Cfr. El Imparcial, 1Uul. 1979.

" En parte, la paradoja mencionada se explica por otra: el

tre los votantes y los candidatos. Que elPAN haya obtenido una copiosa votaciónmostraba sin duda que dentro de la sociedad civil cajemense amplios sectoresrechazaban las medidas y el estilo del e-cheverrismo. Pero en el campo de los dirigentes y candidatos encontramos tambiénun fenómeno indicador de cambio de épocaen el sistema político mexicano: el ingresode empresarios a la oposición política e-lectoral.

Algunos de los candidatos panistas enCajeme, en especial Adalberto Rosas yCarlos Amaya, se habían distinguidocomodirigentes empresariales dentro del Centro Patronal del Valle del Yaqui, filial dela COPARMEX. El primero de ellos realizóunavigorosacampaña electoral, que llamóla atención de la opinión pública en el estado. Rosas mostró desde entonces la ener

gía y el peculiar estilo que tres años después desplegaría como candidato a la gu-bernatura del estado.25

Pero fuera de estilos personales, lo interesante es que Rosas y Amaya inauguranen Sonora una peculiar vía de participación política empresarial, que no es ya ladel utilitarismo limitado a la defensa delos intereses económicos: la militanciapartidaria en la oposición. Como si la rea-

candidato priísta que contendió contra Adalberto Rosasfue Francisco Obregón, individuo identificado con losgrandes terratenientes locales. Con esta candidatura elPRI renunció a la imagen de un partido agrarista. Larealidad es que todavía está pendiente un estudio sobreuna elección que puede ser considerada como una de lasque abren la nueva etapa electoral en el país.

*El estilo del Ingeniero Rosas López, "el Pelón", tanto ensus campañas como en su desempeño como presidentemunicipal de Cajeme, son bien conocidos en Sonora. Eldiario El Imparcial destacó en 1979 algu nos rasgos de lacampaña, entre los que destaca la intensidad de lamisma: "más de mil contactos diarios" (20 abril), "hahecho más ruido el Ing. Rosas en Ciudad Obregón quetodos los demás candidatos panistas juntos" (10 mayo),60 mil tarjetas entregadas pesonalmentey recorrido porlos 44 poblados del municipio (7Jul.).

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lidad buscara sus propias metáforas, Rosas derrotó como candidato a la presidencia municipal a otro empresario, representante de un tipo de acción política empresarial radicalmente distinta, y cuyo apellido y antepasados son todo un símbolodentro de la historia política mexicana:Francisco Obregón.

En el otro extremo del estado se vivió

un proceso distinto que tiene alguna similitud con lo sucedido en 1967. Para la se

lección de candidatos a presidentes municipales en 1979, la dirigencia priísta decidió llevar a cabo un nuevo "experimentodemocrático", que fue difundido comodemocracia transparente. Pero nuevamente parece que el PRI no estaba preparadopara la democracia, y así tenemos que encasos como el de Agua Prieta, después deun proceso en el que las bases priístas trataron infructuosamente de que se nominara a la persona postulada por ellas, sepasaron al PAN con todo y candidato. En1979 ese municipio fronterizo vivió-guardadas las proporciones-lo que Hermosillohabía vivido en 1967. De tenerun panismocon tradición, pero marginal como fuerzapolítica, pasó a un triunfo arrollador delPAN. O más bien: a un triunfo de un grupo de priístas descontentos que utilizó elregistro de ese partido. El origen políticodel nuevo presidente municipal y de suequipo, las relaciones que mantuvo con elgobernador priísta y hasta algunas anécdotas, así lo indican.26

Los triunfos panistas del 79 son, entreotras cosas, una llamada de atención paraaquellos que gustan ver una relación mecánica entre crisis económica y voto por el

'Luis Córdova Corrales, alcalde de Agua Prieta de 1979a 1982, había sido propuesto al Comité Estatal del PRIcomo el segundo posible candidato de este partido paralas elecciones de 1979, pero fue rechazado por lasautoridads priístas. Un detalle que puede ser indicadordel carácter'no panista" deeste alcalde es que consideró,en su Tercer Informe de Gobierno, como ciudadano dis-

PAN. Los indicadores económicos nos se

ñalan que más que la crisis, en ese momento y en el periodo inmediato anterior,lo que preocupaba a la nación era la "administración de la abundancia". Cierta

mente la devaluación del peso de 1976debe haber afectado notablemente a las

poblaciones fronterizas que, como AguaPrieta, están estrechamente vinculadasa la economía norteamericana. Pero el

proceso aguapretense de ese año indicócon claridad que las razones económicasno son las únicas, y muchas veces ni siquiera las más importantes, paraexplicarla génesis de una oposición político-electoral.

2.1979-1982: la consolidación

Para septiembre de 1979, cuando sereúnen para elegir a su nuevo dirigenteestatal, los panistas sonorenses se encontraron con un partido distinto al de tresaños antes. Este se había enriquecido contriunfos electorales inusitados y con unbuen número de nuevos militantes. Ese

mes terminó su periodo de dirigente JorgeValdez Muñoz, y es electo para un nuevoperiodo PriscilianoMeléndrez. Meléndrezes un panista de vieja guardia, que paraese entonces contaba ya con trece años demilitancia. Será, hasta ahora, el últimodirigente del PAN sonorense que no habíasido previamente dirigente de algún organismo empresarial.

Al tener más miembros y más energía,dentro del panismo sonorense se empiezaa manifestar una realidad propia de todopartido político digno de tal nombre: la e-

tinguido de Agua Prieta nada menos que al entoncesGral. Arturo Durazo Moreno.También es aceptado, incluso por los panistas, que tuvo excelentes relaciones yamplio apoyo del gobernador Samuel Ocaña; cfr. OsearPaco Barrera, Yoloví...!, Imprenta "El Pueblo", Hermosillo, 1985, pp. 20-21

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xistencia de tendencias y fracciones en suinterior.27 El primer síntoma, perfectamente predecible, es cierto roce entre losviejos y los recién llegados panistas. Concretamente, el ingreso de cuatro de estosúltimos (Dabdoub, Gándara Terrazas,Córdova Corrales y Rosas) al Consejo Regional Directivo, provocó el descontentode algunos miembros del partido.28 Peroal pareceresta friccción no pasó a mayores.

Algo similar puede decirse respecto ala institucionalización de los órganosdirectivos panistas y laprofesionalizaciónde sus cuadros políticos. Posiblementepor primera vez en el estado, el PAN contaba con la posibilidad de avanzar en estos procesos. Sin duda en parte lo logró,pero los avatares que ha enfrentado hanhecho lentos y han impuesto retrocesosen estos desarrollos.

Independientemente de lo anterior, enestos tres años el PAN consolida sus avan

ces y se fortifica. Para las elecciones de1982 pierde las alcaldías de Cajeme,Empalme y Huépac, pero conserva la deAgua Prieta, triunfa en la capital, y en unimportante municipio donde su presenciahabía sido raquítica: San Luis Río Colorado. Obtiene además dos diputaciones pormayoría relativa, una local y otra federal.

Los cambios cualitativos nos hablan

más claramente de esta consolidación.

Los nuevos panistas cajemenses no abandonan al PAN: Rosas prepara su candidatura a gobernadordesde 1983, inclusodesde antes, ya que su gobierno en elmunicipio cajemense fue el ejercicio de undinámico y exitoso estilo político, unaespecie de populismo sui generis, queprefiguraba ya la vistosa campaña políticaque realizará como precandidato y como

" Cfr. Giovani Sartori, Partidos y sistemas de partidos,Ed. Alianza. P. 97 y Ss.

MCfr. El Imparcial, 30 Oct. 1979, p. 2/A.

candidato a la gubematura. Otros miembros del "grupo Caj eme" también se destacaron, a su modo, en la participaciónpolítica. Tal fue el caso de los diputadoslocales que contribuyeron a formar lo quehasta ahora ha sido la mejor diputaciónpanista en el Congreso del estado M o deldiputado federal Carlos Amaya Rivera.

En el extremo noroeste del estado, SanLuis Río Colorado, el PAN logra un triunfocontundente en 1982, mientras que en e-lecciones anteriores había tenido una presencia poco significativa. El candidatotriunfante, Fausto Ochoa Medina, habíasidopresidente de la CANACO local (1979-81), en donde se distinguió por la defensade los comerciantes frente a leyes fiscalesy por haber duplicado el número de miembros (de 400 a 800) de la Cámara.30 Ahítambién formó el equipo con que gobernaría el municipio de 1982 a 1985, con loque, al igual que en el caso de Rosas y A-maya, tenemos que una organización empresarial sirvió para la formación de cuadros dirigentes del panismo sonorense.Bajo la dirección de un grupo de comerciantes, se inicia así una nueva etapa para elPAN en San Luis Río Colorado, en dondeel partido tiene una amplia base popular.

Por razones distintas, el caso de AguaPrieta llama también la atención. No son

muchos en este país los municipios gobernados en dos ocasiones consecutivas porla oposición. Agua Prieta es uno de ellos.En 1982 vemos que la oposición en elmunicipio es ya distinta a la de 1979: másque priístas descontentos, parecen panistas entusiastas. Hay además otrocam-

' En opinión de Quinardo Meléndrez. En cuanto a las e-leccioncs municipales en Cajeme en 1982, fueronconfiictivase irregulares. Finalmente el 20 de agosto de1982el Congreso estatal, mediante u n decreto, consideróal candidato del PRI, Eduardo Estrella Acedo. El candidato panista fue Pablo César Avila Castro.

' Entr. a Fausto Ochoa Medina por Ernesto Robles.

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bio importante en esta nueva coyunturaelectoral: para 1982 el priísmo del municipio presentó a quien fue consideradopor los mismos panistas como su mejorcarta: José María Montano Terán. Pero

"con todo y un buen candidato el prestigiodel PRI se había desmoronado y perdiólas elecciones de 1982 con un margen de4 a l".31

Por otro lado, el panismo aguapretensepresenta un carácter distinto al sanluisinoy al cajemense: más que dirigido por empresarios, sus líderes son maestros, profesionistas y pequeños comerciantes. Tieneen común con sus copartidarios de SanLuis el ver como modelo lo que podríamosllamar la pequeña utopía cívica norteamericana. Ven en el respeto a las leyes yen el sufragio efectivo del país del norte elcamino a seguir.

En la capital del estado el PAN logratriunfar y que su triunfo le sea reconocido. De 1982 a 1985gobernará a Hermosilloel que es considerado el panista sonorensemás carismático, pero también el máspolémico: Casimiro Navarro.

Con estos logros cuantitativos (tres delos municipios más importantes del estadoy casi el 35% de los votos) y cualitativos (laconsolidación de la militancia panista y laatracción de dos grupos empresariales),el panismo sonorense inicia su etapa máscombativa, la que tendrá lugarentre 1982y 1985.

1Cfr. Osear Paco Barrera, op.cit., p. 22. El candidato delPAN y presidente municipal durante el trienio 1982-1985 fue Leonardo Yáñez, secretario del ayuntamientoanterior.

3. 1982-1985: El fantasma del bipartidismo

Las elecciones sonorenses de 1985 tienen su antecedente inmediatoen los triun

fos panistas en Chihuahua en 1983. Estostriunfos parecíanel principiode un cambioradical en el sistema electoral mexicano:

por primera vez la oposición gobernabaen un estado a la mayoría de la población.Todo parecía indicar que ese cambio seconsolidaría en las elecciones de 1985 enSonora y Nuevo León, donde el panismotenía altas probabilidades de triunfo.

En el caso de nuestro estado, estas probabilidades encontraban su base en lahistoria reciente del panismo en la localidad: significativos triunfos electorales en1979 y 1982 y el ingreso de nuevos gruposde panistas al partido. Para este periodose destaca el grupo Cajeme, primero porque uno de sus miembros, el exdiputadofederal Carlos Amaya, fue electo dirigentedel partido en Sonora. Con esto se inaugura una nueva etapa en las dirigenciaspanistas estatales, caracterizada porquesus líderes son panistas recientes y conparticipación previa en organismos empresariales.32 Amaya tuvo una actitud dinámica y agresiva, lejos del papel de "oposición leal" que en ocasiones ha jugado elpartido blanquiazul. Pero más que esto,lo que le dio presencia al PAN durante lacampaña de 1985 fue la actitud de su candidato a gobernador: Adalberto "el Pelón"Rosas. Casi tres años antes de las eleccio-

" Amaya había participado en el Centro Patronal delValle del Yaqui y en la COPARMEX. Su sucesor, NorbertoCorella Gil Samaniego, comparte la característica dehaber sido dirigente empresarial en Mexicali. Comoveremos más adelante, los dos últimos dirigentesestatales del PAN, Fausto Ochoa Medina y RamónCorralAvila, fueron dirigentes empresariales, el primeroen la CANACOde San Luis Río Coloradoy el segundo enel Centro Empresarial Norte de Sonora.Conexcepciónde Corella, todos ingresaron al PAN durante el periodoque hemos llamado "historia contemporánea del PANsonorense".

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nes inició su precampaña33, y le imprimióun carácter de quien estaba seguro detriunfar. El hecho de que el PRI presentara una candidato débil ante ciertos sec

tores de la opinión pública sonorense, alcarecer de arraigo en un estado tan regio-nalista como Sonora, fortaleció todavíamás la candidatura de "el Pelón".

Todo lo anterior creó una expectativaenorme, a nivel nacional e internacional.El fantasma de un probable bipartidismomexicano (PAN-PRI) se hizo presente enlos medios de comunicacióny en los comentarios cotidianos. Con esto se "calentó"

notablemente el ambiente político en Sonora.34

Un hecho sintetiza las expectativas ylos temores que suscitó el proceso políticosonorense en este periodo: la famosa "Cena del Consulado" de Hermosillo, el 22 deabril de 1983.35 Dicha cena fue toda una

metáfora política de lo que ha sidollamadoneopanismo: líderes panistas, destacados empresarios, el Arzobispo de Hermosillo y funcionarios del consulado norteamericano reunidos representaban elnuevo polo del hipotético bipartidismoque debería inagurarse en Sonora.

Sin embargo, y pese a todo lo anterior,en las elecciones de 1985 estas ex

pectativas fueron rotas y el fantasma delbipartidismo se esfumó. Varias reflexionessurgen de este hecho. En primer lugar, te-

n Cfr. El Imparcial, 10 Nov. 1982.54 Sin duda debido a lo anterior, este período es el más

estudiado de la historia política reciente en el estado.P:ueden verse los interesantes análisis de Rocío Guada

rrama "Modernización y cambio político en Sonora",fotocopia; GracielaGuadarrama,"Emprcsario8y política: SonorayNuevo León, 1985", en Estudios SociológicosN*13, ene-abr.1987 y Jorge L. R)arra "Sonora en lacrisis: una lectura política", fotocopia.

*E1 impacto de esta cena incluso a nivel nacional dio lugara queJorge Castañeda inicie mencionándolaen el capítulosobre la intervención norteamericana en la políticanacional, Cfr. Jorge Castañeda y Robert Pastor, Loslímites en la amistad, Ed. Planeta, p. 81.

nemos que si bien la sociedad y el panismocambiaron, el sistema "siguió siendo elmismo",36 y que la suerte del PAN siguedependiendo de dicho sistema: si se le reconocen triunfos a la oposición panista,ésta crecerá, pero si no, posiblemente searelegada al papel de oposición leal que tuvo en el pasado.

En segundo lugar, el descenlace de1985 da luz sobre la cuestión empresarialy su relación con el PAN. Si bien los grupos de empresarios que ya mencionamosmantuvieron su apoyo al PAN (apoyomilitante y no meramente retórico o subrepticio), el grueso del empresariado sonorense pactó con el nuevo gobierno priísta.Con esto confirmó la vía de acción políticaprivilegiada por el gran empresario enSonora: su negociación directa y privadacon el Estado. El gran capital dejó de ladolas veleidades de la oposición electoral, sies que alguna vez las tuvo.37 Por supuestoque no lohizo gratuitamente, ni porconvicciones ideológicas. Si mostraron que noestán dispuestos a enfrentarse electoral-mente al Estado, dieron cuenta tambiénque tienen una al tacapacidadpara influirsobre él. Así, no sólo el gran capital se alineó con el PRI: el partido gobernante se"empanizó", retomando muchas de las demandas empresariales. No sólo los grandes empresarios sonorenses tienen unescaso margen de maniobra frente al Estado; éste también ve limitada su acciónfrente al empresariado.

La Iglesia y los sectores norteamericanos que fueron vistos como aliados del

" Loaeza, Soledad, "El Partido Acción Nacional: de laoposición leal a la impaciencia" en Loaeza y Segovia(Coords.) La vida política mexicana en la crisis. ElColegio de México, 1987, pp. 104-105.

" Pueden verse al respecto, además de los textos yaseñalados de R. Guadarrama, G. Guadarrama y JorgeLuis Ibarra, el ensayo de Miguel Ángel Vázquez, "Elmargen de maniobra política de los empresariossonorenses" en Los#ruposdepoder económicoen Sonora,Ed. Unisón, Hermosillo, Son. Mex., 1988.

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PAN, mostraron también los límites de e-sa alianza. En cuanto al clero, parece claro que más que apostar por una opciónpartidaria propia, busca un mejor lugardentro de los cambios que está sufriendoel sistema político mexicano.38 Los sectores norteamericanos también mostraron

que no tenían un sólido maridaje con elPAN. Si la posibilidad de un bipartidismoPRI-PAN en México los atraía, el descen-lace de 1985 mostró que ésta era una víapoco viable (lo que se reafirmó en 1988).

Pasando de las organizaciones socialesy grupos de presión a los votantes, encontramos también cuestiones interesantes

alrededor de estas elecciones. En primerlugar, llama la atención el contraste entrelo sucedido en Sonora por un lado y Chihuahua y Nuevo León por otro. Despuésde lo que el PAN denunció como fraude e-lectoral, este partido convocó en los tresestados a movilizaciones populares paraevitar la imposición. En Sonora prácticamente nadie salió a la calle, a diferenciade Chihuahua (en 1986) y Nuevo León(1985). En Sonora da la impresión de queexiste una sociedad civil más pasiva ymenos articulada al panismo. Ampliossectores del electorado sonorense puedenvotar por el PAN pero no han estado dispuestos a movilizarse para defender suvoto.

Las excepciones a lo anteriorson importantes. En los casos de Agua Prieta y SanLuis, la población respondió contra elfraude, y la represión a la que se recurriópor parte de la autoridades -sobre todo en

Loaeza, op. cit., p. 100. Esta actitud autónoma de laIglesia, tan difícil de reconocer para algunos analistas,fue expresada por el Arzobispo Quintero Arce cuandodeclaró: "La Iglesia nunca se casa con un sistemaporque pronto se queda viuda" (El Imparcial 22 deNov. 1983, P. 1). Si cambiamos "sistema" por "partidopolítico", la frase nos ayudará a comprender la acciónpolítica de esta institución.

el caso de Agua Prieta- da idea del alto nivel de movilización popular.39

Por último, señalemos que el auge quevivió el PAN hasta antes de las elecciones

de 1985 dio lugar a contradicciones internas al partido. Por un lado, están, las fricciones entre los panistas tradicionales ylos nuevos. Aunque no han dado lugar acrisis, sí han existido y, en el período quenos ocupa, se agudizaron.40 Por otro lado,y al parecer inducidas desde fuera, peroaprovechando situaciones internas, aparecieron dificultades entre diversos grupos al interior del PAN. Dificultades queculminaron con la expulsión temporal delpartido del exalcalde de Hermosillo,Casimiro Navarro.

4.1985-1988: panistas apaleados y priístasempanizados 41

Después del desenlace de 1985 y de o-tros acontecimientos a nivel nacional -el

carro completo del PRI en Chihuahua en1986, fundamental«mente, y la políticadelamadridiana, que tuvo como interlocutores a los sectores medios propanistas42-el PAN sonorense cayó en receso. No tuvoni siquiera presencia en el congreso local,ya que renunció a los diputados que le correspondían como rechazo al fraude. Aunque estos últimos siguieron una actitud

" Cfr, Osear Paco Barrera, Yolo vi....', Hermosillo, Son.1985 y La Nación, nüm. 1694, Nov. lo. de 1985.

* R>arra,en la p. 30 de su obra ya citada retoma lasdeclaraciones de Lauro Norzagaray: "irán renunciandopoco a poco los viejos militantes del panismo que nopuedan responder a las exigencias de trabajo intensivoque les haga el jefe regional del partido." Norzagaray,entonces regidor en Hermosillo, vaticinó la renuncia deAlfredo Marín y Jorge Valdez,

" Este subtítulo ha sido tomado del trabajo ya citado deJorge Luis Ibarra.

• Cfr. Héctor Aguilar Camín, "El Canto del Futuro", enRevista Nexos núm. 100, abril 1986, pp. 25-26.

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distinta, aceptando su lugar en la legislatura, debido a lo cual tuvieron que salirdel partido.

Peor aún: en la dinámica interna del

partido estallaron lascontradicciones. Nosreferimos al caso de Casimiro Navarro,que nos parece importante porque hablade una todavía incipiente existencia defracciones dentro del panismo en Sonora.El "casimirismo", como el mismo Navarrolo llamó en una entrevista,43 presenta características que lo diferencian de lo quehan sido los grupos dirigentes del PAN enSonora desde 1979.

Que la diferencia ha dado lugar alenfrentemiento, queda claro con la suspensión de Casimiro por dos años en a-gosto de 1986. Aunque la causa explícitade la expulsión fue su asistencia a un forode consulta electoral, al que la dirigenciade Acción Nacional había prohibido asistir,parece que hay otras razones, no del todoclaras para la opinión pública.

Independientemente de estas cuestiones, lo que aquí nos interesa es la existencia de distintas fracciones dentro del panismo sonorense.Se trata, al menos en parte,de un fenómeno que todo partido políticoque se pretenda democrático debe enfrentar: laexistenciade una diversidadinterna

que puede dar lugar a grupos, es decir, atendencias y fracciones. Esto es algo nosólo difícil de evitar, sino incluso positivo,a pesar de que los partidos lo nieguen y seempeñen en presentar una imagen depulcro monolitismo.44 Lo importante es,en todo caso, ubicar de qué tipo de fracciónse trata y las consecuencias que tienepara la dinámica interna del partido.

Al parecer el PAN en Sonora, como estructuraorganizativa, es todavía bastantejoven para que se pueda hablar de tendencias claras y consolidadas en su interior.

• RevistaOpin¿<5n, Dic. de 1986.44 Cfr. Sartori, op. cit.

Sin embargo, ya hay algunos elementosque nos permiten señalar al casimirismocomo una tendencia con cierta base de

organización, más pragmática que ideológica, más motivada -en su dinámica alinterior del partido— por cuestiones deinterés que de promoción de principios,claramente articulada en un fuerte lide-razgo personal y con una base popular,que distingue a esta fracción de otras dentro del mismo partido.45

Durante este periodo el PAN sonorensetuvo dos dirigentes. El primero fue Nor-berto Corella. En su elección, que se realizóen enero de 1986, afloraron, según un medio de comunicación, las diferencias conCasimiro.46 Corella dejó al PAN estatalpara integrarse al Comité Directivo Nacional. En marzo de 1987 es electo FaustoOchoa Medina. De nuevo algunos quisieron ver la sombra de Casimiro en esta e-

lección.47Lo que es claro es que la eleccióndel dirigente sanluisino muestra laimportancia del panismo de ese municipio.El mismo Ochoa señala un cambio en este

sentido, al comentar que el panismo estatal había estado dirigido por los panistas

** Cfr. el esquema propuesto por Sartori para el análisis delas subunidades de un partido, y que sintetiza en el cuadro 2, p. 111, op. cit. El autor señala cuatro dimensionesbásicas: de organización, de motivaciones, ideológica yde izquierda-derecha. Añade posteriormente otrasdimensiones, entre las que rescatamos la que califica auna fracción comopersonalista, de particularimportanciaen nuestro caso, op. cit., pp. 102-109.

" Véase al respecto Revista Así, No. 123. Feb. de 1986, p.42, en donde se asienta que la elección del nuevo dirigente estatal panista, Norberto Corella Gilsamaniego,significó el triunfo de la línea agresiva que "sacó de lajugada al Ing. Casimiro Navarro, quien, si ciertamentefue alcalde panista de Hermosillo, a últimas fechasmostró muchas ganas de acercamiento con quienes,dentro del PRI, tienen el poder".

47 Según la Revista Así, el único candidato con el que contendió OchoaMedinafueel "representante" deCasimiro,el Dr. Cristóbal Figueroa Nfcola. El otro candidato fuerte, Hilario García Galindo, se retiró supuestamente para no restarle votos a Ochoa y para evitar que el"casimirismo" llegara a la dirección estatal del partido.Así. no. 151, abril de 1987, p. 11 y 23-24.

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de Cajeme, peroque él no sería un dirigente manejable.48

En cuanto a las campañas y los candidatos en 1988, encontramos una novedadinteresante. Tres de los candidatos panistas en Hermosillo(a presidente municipal,uno a diputado local y otro a diputado federal)49 son panistas de nuevo ingresoque habían tenido una especie de militan-cia social previa en una peculiarorganización: Conciencia Ciudadana. Algo dice esto sobre el carácter del panismo hermosi-llense.

La campaña de los candidatos panistaslocales no sobresalió. Fue opacada, encierto sentido, por la del candidato a lapresidencia de la República, Manuel J.Clouthier.50 Y en cuanto al descenlace de

las elecciones, quienes esperábamos almenos una apertura de nuestro sistemaelectoral, sufrimos una decepción: un pocofactible carro completo para el PRI enSonora.

Este carro completo —ferrocarril completo, lo consideró un analista local— sufriría dos tropiezos. El primero durante elmes de agosto de 1988: se aceptaron lasimpugnaciones del candidato panista enel II distrito electoral federal, FranciscoPavlovich. Con esto, Pavlovich seconvirtió

*" Revista Así, núm. cit., p. 11.* En ese orden, los candidatos fueron: Rene Pavlovioch

Camou, Osear Olea y Francisco Pavlovich."Esta es una impresión que surge de nuestra participación

como observadores de la campaña. En cuanto a loscandidatos locales, realmente hubo poco que observar.Porel contrario, las dos visitas de Clouthier a Hermosillofueronconmucholas que más movilizaronsimpatizantes,considerando al menos las campañas de la oposición. Porotro lado, en una encuesta realizada por El Colegio deSonora en la que se trató de ubicar la diferenciación delvoto de los electores hermosillenses, se encontró queClouthier tenía mayores preferencias que RenePavlovich, candidato panista a la acaldfa. Cfr. V. M.Reynoso y J. Santibáñez, "Algunas características de laspreferencias electorales de los hermosillenses en 1988",inédito, c. 2, p. 2.

en ese peculiar tipo de diputado, aportación original del surrealismo político mexicano a la tradición electoral mundial: eldiputado por minoría relativa.51 El segundo, nueve meses después de las elecciones, cuando en abril de 1989 se realizóla investigación judicial sobre el supuestofraude electoral enel municipio de Hermosillo. Pocas semanas después Carlos Robles Lostounau, alcalde priísta de la capital sonorense y presunto responsable dela "operación manitas" (como se llamó alsupuesto operativo que dio lugar al fraudeelectoral), pidió licencia de su cargo.

De nuevo se mostró la dependencia entre la situación del PAN y la actitud queel Estado mexicano tomó ante las elecciones. Si sigue existiendo entre la ciudadanía la sospecha generalizada de fraudeelectoral, el sistema político sin duda perderá legitimidad, pero la oposición panistatambién se debilitará. Para colmo, los panistas perdieron, a nivel nacional, el monopolio de la oposición como una amenazareal al poder priísta. Llevar adelante suspropuestas de resistencia civil después dela elecciones del 88 hubiera podido significar llevar agua no al molino propio, sinoal cardenista.

51 Tanto Juan Molinarcomo Leonardo Valdez han señaladoesta curiosa creación de nuestro sistema político: sereconoceel triunfo deun diputado de oposicióndespuésde que se acepta la impugnación de los resultadoselectorales. Pero, quizá para evitar a los electores lapenosa necesidad de volver a sufragar, los resultadoselectorales no se anulan. Quedan comoen un principio:con el candidato priísta comoel que obtuvo la mayoríade los votos, y con el candidato opositor, al que sereconoce de hecho el trinfo, comoel segundo en cantidadde sufragios obtenidos. Este último es reconocidotriunfador, aunque oficialmente quede asentado queobtuvo la minioría de los votos (es pues diputado deminoría relativa). Este fenómeno es sin duda productode otra costumbre electoral mexicana: no contar losvotos, sino negociarlos.

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5.1989: ¿una nueva etapa?

La sucesión gubernamental de 1991 enSonora se inició el 17 de diciembre de

1988. Ese día el Consejo Estatal panistaeligió al presidente del Comité Estatalpara el próximo trienio. Dos candidatoscontendieron: el carismático CasimiroNa

varro, y el empresario Ramón Corral Avila. Este último, a pesar de que desde quefue presidente del Centro Patronal delNorte de Sonora destacó por sus declaraciones políticas que de alguna maneralo acercaban a Acción Nacional, no habíaparticipado en ese partido sino hasta abrilde ese mismo año. En su paso por Sonora,Clouthier lo designó coordinador de sucampaña en el estado.52

Corral venció a Casimiro por un ampliomargen. Mientras este último trató dellegar a la emotividad de los consejeroselectores, el discurso de Corral contrastópor su racionalidad. Lejos de pretenderinflamar los sentimientos de sus oyentes,Corral propuso un plan de trabajo, claro yconcretizado en diez puntos. Algo temaesta propuesta de la racionalidad y de laeficacia empresarial.

Junto a él ingresaron al PAN variosempresarios, algunos de ellos vinculadosentre sí desde el Centro Empresarial delNorte de Sonora.53 A los agricultores deCajeme y a los comerciantes de San Luis,se une ahora un grupo de industrialeshermosillenses. Al igual que en los doscasos anteriores, es notable que las organizaciones patronales (el Centro Patronaldel Valle del Yaqui en los casos de Rosasy Amaya, la Canaco de San Luis en el deFausto Ochoa y ahora el CENS) hayan

" El Imparcial, 26 de abril de 1988.53 Entre ellos destacan Enrique Salgado, vicepresidente

del Centro y actual Secretario de Capacitación yEducación del PAN, Dionisio Othón, Consejero delCENSy Secretario de Finanzas en el partidoy FranciscoJavier Pavlovich Robles.

resultado como una especie de "escuelas"para la formación de dirigentes panistas.

Dos características del nuevo dirigentepanista llaman la atención. Primero, quea diferencia de otros empresarios panistas,ingresa al PAN después de una derrota deeste partido, y en un momento en el queparecía que los triunfos próximos para elpanismo no serían fáciles. Segundo, queen sus puestos anteriores, Corral ha divulgado una concepción empresarial quese pretende popular y que rechaza el eli-tismo al que generamente se asocia a losempresarios. Corral noha sido un dirigente meramente pragmático, ha tratado desustentar su práctica social y política enuna ideología, en una visión de la problemática social a través del cristal del

empresario.54El doce de marzo de 1989 se realizó otra

importante elección al interior del PAN:la del dirigente del Comité Municipal deHermosillo. Nuevamente se presentó Casimiro, contendiendo ahora contra el Dr.Osear Olea. El resultado de la votación

fue cerrado: 110 votos de Casimiro contra

99 de Olea. Lejos de ser una mera rutinaadministrativa, la elección fue una auténtica competencia electoral, en la queno faltaron ni el calor ni la pasión política.Esto no impidió que, como en otras ocasiones, los panistas hemosillenses mostraranque es posible que los mexicanos elijamosrealmente a nuestros dirigentes y representantes.

Cualquier observador pudo distinguircon claridad la base electoral de cada uno

de los candidatos: si el elector era de apariencia popular, seguramente votaría porCasimiro; si vestía y se comportaba al es-

1Al respecto pueden revisarse los números de la revistaCauce8,de 1982a 1986(que es el periodo dela presidenciade Ramón Corral), o bien las entrevistas que se le hanhecho, como la de Revista Así, abril de 1986, o en El De-bale, N's 1 y 2, Dic. de 1988 y enero de 1989.

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tilo de las clase medias y altas, entoncesera simpatizante del Dr. Olea. De nuevose manifestó esta peculiaridad del casimirismo.

A casi dos años de las elecciones de

1991, el panismo sonorense cuenta condos reconocidos líderes en los puestos dedirección más importantes para el panismo en el estado: Ramón Corral como presidente del Comité Estatal y CasimiroNavarro como presidente del de la capitalsonorense. Han mostrado que tienen estilos y bases sociales diferentes pero, hastaahora, que son capaces de hacer conviviresta pluralidad dentro de su partido. Yaveremos el desenlace de esta etapa enjulio de 1991.

Nota final

El eje de este trabajo ha sido el carácterdel panismo sonorense como un movimiento cívico que, en ese sentido, continúauna tradición política de vieja estirpedentro del Estado.55 El carácter de clasede este tipo de movimientos queda subsu-mido en una visión de la política en la queno hay clases sociales, sólo ciudadanos.Su estudio plantea un problema viejo,aunque olvidado a menudo, y replanteadoen nuestro país a raíz de los últimos procesos electorales. En términos de Carlos

Pereyra, podemos señalarlos como movimientos poh'ticos que promueven la transformación de la forma de gobierno, perono cuestionan el orden social.56

'Esto de alguna manera previene en contra del riesgo deconsiderar, erróneamente, el carácter cívico de losmovimientos electorales recientes como algo "novedoso".Tal como es el caso de Carlos Monsiváis en "Democraciay modernidad", La Jornada, 19 feb. 1989, p. 10.

* Pereyra, Carlos "Democracia política y transformaciónsocial", enMéxico, el reclamo democrático, la. Ed. SigloXXI, México, 1988. La cuestión de lo cívico y de laciudadanía fue planteada con singular lucidez en un

Insistimos también en la necesidad de

reconocer laheterogenidad de laburguesíasonorense y por lo tanto la de sus formasde participación política. Que AdalbertoRosas sea panista es distinto a que la burguesía agrícola del Valle del Yaqui sea panista, el panismo de Ochoa Medina no implica el panismo de los comerciantes fronterizos ni el de Corral Avila el de los indus

triales hermosillenses. Más cuando, al parecer, la forma de acción política privilegiada por el gran capital sonorense siguesiendo aquella consolidada por el generalRodríguez: directa y privatista, dentro delas oficinas del Estado.

Relacionado con lo anterior me pareceimportante hacer la distinción entre interés económico y participación política.Generalmente se piensa que cuando unempresario participa en política lo hacepara defender sus intereses económicos,sean inmediatos o mediatos.57 Esto no tie

ne porqué ser así, y como ejemplo tenemosel caso de Francisco I. Madero, de quien sepuede decir que participó políticamentecontraviniendo sus intereses económicos

como empresario. Curiosamente, si los a-cadémicos nos observamos a nosotros mis

mos y analizamos la relación entre nuestros intereses y nuestra ideología, podremos ver que nos medimos, en este aspecto,con una vara muy distinta a la que usamospara medir a los empresarios.

De cualquier manera, es claro que enSonora se ha dado un nuevo tipo de participación política empresarial que constituye una novedad dentro de la realidad

escrito de juventud de uno de los clásicos de las cienciassociales: véase La cuestiónjudía de Karl Marx, w.ee. Apesar de que este texto tiene ya cerca de 150 años dehaber sido escrito, creemos que conserva su actualidad.

" Hemos tratado de avanzar en la reflexión de esta

compleja y poco tratada -en el medio académico mexicano- recurriendo al concepto de ciudadanía. Véase elartículo "La cuestión ciudadana en La cuestión judía",en esta misma revista.

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política mexicana: la militancia en elPartido Acción Nacional. El que los últimos cuatro dirgentes estatales del panismo sean empresarios, da una idea dela importancia de esta situación. Másaún, como ya quedó señalado, algunas organizaciones empresariales en el estadohaservido como escuelas para laformaciónde dirigentes panistas. Tal es el caso delCentro Patronal del Valle del Yaqui, de laCANACO de San Luis Río Colorado y delCentro Patronal del Norte de Sonora.

Un punto que no tratamos a lo largo deltrabajo es el que se refiere a la institucio-nalización del partido y a la consiguienteprofesionalización de sus cuadros. Pareceque el PAN en Sonora muestra algunos a-vances al respecto, pero sin tener todavíalogros suficientes. No hay continuidad entodos sus militantes. Algunos se alejandefinitivamente del partido después deperiodos de intensa actividad.

Algo similar podríamos decir en lo quese refiere a la formación de fracciones ytendencias. Hay manifestaciones clarasde que existen, pero no se consolidan nidan lugar a una nueva dinámica partidaria.

Porúltimo, quisiéramos mencionarbrevemente la perspectiva "metodológica"que tratamos de seguir. Evitamos los excesos de la ciencia positivista, que consideraal observador como "el científico" y a lo observado como simple objeto pasivo. Aunque sin profundizar en las técnicas delinteraccionismo simbólico y la sociologíacualitativa, hemos tratado de recuperar"el punto de vista del actor". Es decir, partir de la consideración de que los actoressociales, sean individuales o colectivos,tienen algo que decir sobre lo que son ysobre el porqué actúan de determinadamanera. Sin caer en el extremo ingenuode considerar que los actores son lo quecreen que son, hemos tratado de evitar el

otro extremo, igualmente ingenuo peromucho más generalizado: considerar quelos actores sociales son los que el "sociólogo" o el "politólogo" dice que son.

Esta perspectiva puede resultar másincómoda para el investigador, ya que enocasiones lo obliga a ajusfar cuentas consus prejuicios. Pero por esto mismo esmás honesta y fecunda.

ApéndiceRegionalización de los triunfos panistas enSonora (1979-1988)

En el mapa adjunto podemos apreciarque los triunfos panistas en Sonora se localizan en cuatro puntos del estado, si excluimos los casos de Empalme y Huépac.Dichos puntos son: el extremo noroeste(San Luis Río Colorado), el extremonoreste(Agua Prieta), el centro (geográfico y político: Hermosillo) y el centro de la zona a-grícola más importante de la entidad (Cajeme).

En nuestra investigación pudimosconstatar que el panismo en estos municipiospresenta características diversas, correspondientes a la diversidad social y políticade ellos. Aún así, queda por profundizar elestudio de estas diferencias, que seríanun avance en el conocimiento de la geografía política sonorense.

Por ahora nos hemos quedado en lascuestiones más obvias: la influencia de

Mexicali 8 sobre S. L. R. C. (este municipiosonorense está más integrado a la capitalbajacaliforniana que a Sonora); la más hipotética influencia del panismo de Cd.Juárez sobre el panismo aguapretense,los efectos de la realidad política estadounidense, mayores en estos dos municipiosfronterizos que en el resto del estado; laimportada estratégica de la capital y la

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peculiaridad del panismo cajemense porestar dirigido por un grupo de empresarioscon una amplia base social, ambos (tanto

líderes como base social) descontentos ha

cia las medidas del gobierno de Luis Echeverría.

Triunfos panistas en elecciones municipales en Sonora(1979-1988)

Mar de Cortés

En 1979 (Agua Prieta, Cajeme,Empalme y Huépac)

En 1982 (Agua Prieta, Hermosillo y San Luis Río Colorado)