a1ci0 1920 - mapa.gob.es
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A1CI0 1920
CARACTERÍSTiCA DEL A^io.-El año 1920 no fué muy propensoal desarrollo del Mildiu, a no ser en la primera época de la ve-getacibn de las vides cuyas lluvias facilitaron su evolucián sinque, no obstante, revistieran, en general, gran importancia susinvasiones, aunque, como veremos enseguida, no dejaron denotarse sus perniciosos efectos especialmente en algunas vi-níferas.
En el resto del año predominó un réí;imen meteorológicoexcesivamente seco, c•olistituyendo por tanto un anticriptogá-mico por excelencia, pero, las cepas sufrieron en í;eneral y deun modo extraordinario, a causa de la falta de humedad queredujo considerablemel^te las cosecl^as. I;n este Campo de ea-perimentaciones, ^;racius a las labores superficiales repetidas,ayudadas por cl abonado con que las beneficiamos, logramosconservar las cepas con toda su lozanfa l^astu íiltima tiora, peroabligados, por causas independientes de nuestra voluntad, aretrasar algo la vendin^ia, se resintifi de ello, desde luego lacosecha. Sería muy conveniente, a nucstro juicio, que pudieracontarse con los medios necesarios, en eslc Campa, para poderverificar en él, las ciiversas opcracioneti cnando se dPhiera y noeuando se pudiera como sucede con alguna frecuencia debido
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especialmente a la heterogeneidad de servicios, muchos de ellosreclamados por el público con carácter de urgencia. Las difi-cultades para reclutar el escaso personal vendimiador que ne-cesitamos fué también una de las causas que nos obligó a re-trasar la vendímia.
Por lo que respecta el corrimiento de la flor fué, en buenaparte, facilitado por las ]luvias y lloviznas que hemos indicadoacaecieron en la primera época, habiendo procurado contra-rrestarlas por medio de una poda en verde que realizamos el26 de Abril, pero, con todo, no dejaron de experimentarse algosus efectos en las variedades más propensas.
AYISOS IMPORTANTtS1MOS PARA L05 VI'rICULTORES.-C07110 en
otros años advertimos, por medio de avisos publicados en laprensa diaria y profesional, la conveniencia de tr^itar conve-nientemente los viñedos contra las enfermedades criptogámi-cas. El primero de í920 lo publicamos muy pronto, por enca-mínarse a aconsejar los tratamientos prematuros, y lo inserta-mos a continuación. Puhlicamos otro en la época ]luviosa quehemos mencionado y no lo copiamos por ser anatogo a lospublicados en años anteriores. He aquf el primero :
Creemos de todo interés recordar a los viticultores la con•veniencia de preocuparse cuanto antes, los que ya no lo hayanhecho, de los tratamientos contra ei Mildiu y el Oi<fium plagasambas que tan terribles estragos han ocasionado a los viHedosestos últimos años.
Recuerden los viticultores todos, que las condiciones apro•piadas para la invasión de las cepas por el Mildiu pueden rea-lizarse desde que la viña brote dc suerte que, desdc este instan-te, pueden ser atacados los tiernos y nuevus brotes ocasionan•do la primera invasión del año de la cual derivan todas lasdemás si no encuentran, ya dichos brotes, perfectamente defen-didos por un tratamiento precoz, ^^a yue la defrnsa contra elMildiu no es curativa sino pre^erttiva deduciéndose que, el pri-mer tralamiento, debe efectuarse muy precozmente es decir
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desde que los tiernos racimitos son aparentes y se destacande las hojitas que les envuelven siendo importantfsimo, en esteprimer tratamiento, el sulfatar especialmente dichos tiernosracimitos ya que en ellos consiste la cosecha.
Recuerden tambíén los viticultores todos, que el primer tra-tamiento contra el Oidium ha de ser de verdadera desinfec-ción de la vid debiendo, por tanto, practicarse desde el princi-pio de la vegetación, es decir, desde que aparezcan los primerosbrotes no esperando nunca a que se presenten seiiales de Oi-dium, pues es tnejor prevenir que curar y, dado el modo depropagal•se la plaga de un año al siguiente, puede aparecermuy pronto el Oidium no debiendo, por uinguna circunstan-
cia, dejat• de dal•se este primer tratamiel^to prematuro puesdebe tenerse en cuenta que, repartido el azufre sobre los pri-meros brotes, atacará al Oidium en el momento en que es másvulnerable qae es al principio de su desarrollo y, esto solo, po-drá evitar fuertes invasiones que serían tanto más de lamentarcuanto la cantidad de azufre necesaria, para este primer trata-miento, es escasa por el poco desarrollo adquirido todavfa porlos brotes de la vid y, los gastos de distribución o reparto, sontambién pequeños por la misma razón, sucediendo lo mismocon el primer tratamiento prematuro que recomelidamos con-tra el Mildiu.
Recordemos, por último, a todos los viticultores que tenemospublicadas unas instruciones prácticas para reconocer y com-batirel ^Mildiu de la vid• (folleto en 4.c de 154 páginas y dosláminas en negro y 5 en colores) y oh•as para reconocer y com-batir el .Oidium de la uict^ {folleto en 4.p de 74 páginas y d lá-minas en colores). Ambos folletos se remiten gratuítamente atodo agricultor que lo pida remitiendo, en sc^llos, trcinta y cin-co céntimos importe del franqueo y certificado del envfo.
Heus, l.o de Abril de 1920.
TRATAMIENTOS GONTRA F.L MILDIU, EN 1^120, EN F.STE Z.AMPO
QE EXPERIMENTACIUNES.-1:1 pCítllf'1'U Sc diÓ muy prematuro,
Apenas ir^iciada la brotación, del 8 al•9 de Abril con caldo bor-
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delés neutro al 2%. Con tiempo magnffico y sin el menor ves,tigio de Mildiu, ni aún en las cepas testigos dejadas sín trata-mientu contra Psta criptógama, no se dió el segundo sulfatado,con la misma fórmula, hasta el 9 a 11 de Mayo, en que el cre•cimiento de las cepas lo hacían ya imprescindible. Sin manchaalguna de Mildiu, al iniciarse un cambio de tiempo, se dió eltercer tratamiento, con igual fórmula, del 7 al 10 de Juniopues, además y por otra parte, se observaron algunas manchasde Oidium en las cepas dejadas como testigos, sin tratamientocontra este criptógama, y era preciso azufrar después de sulfa-tar. La lluvia se presentó, efectivamente, el dia 8, a mitad deltratamiento, continuando, con más o menos intensidad, en dlassucesivos, apareciendo las primeras manchas de Mildiu, haciael 15, en las cepas testigos pero no en las tratadas prueba evi•dente de la oportunidad con que la defensa se hizo. Las lluviasdel 27 y 29 de Junio, que fueron bastante intensas lavando aigolos órganos verdes de la vid, del sulfato de cobre que se lesprodigó, aconsejó practicar el cuarto tratamiento, también eoncaldo bordelés neutro al 2 j, en los dlas 2 al 6 de Julio. Tam-bién fué oportuno este sulfatado ya que el d1a 7 se presentó llu-vioso siéndolo también, en mayor escala, cl d1a 10 que fué elúltimo, de la campaña, en que. las vides recibieron el beneficiodeI agua. E1 resto de dicha campaña no aconsejó ningún sul-fatado más ya que, como indicamos, el calor y la sequfa fueronconsiderables a pesar de lo cual el Campo presentaba magnf-fico aspecto y extcaordinaria lozanía con exuberancia de frutosaguantándose así hasta último de Agosto en que empezflmos acomprobar señales de sufrimiento en las vides, que se acentua-ron notablemente a primeros de Septiembre en cuyos dfas ha-brfa convenido vendimiar no pudiéndolo empezar hasta el dfa13 cuando los efectos de le sequfa en los racimos eran ya muyintensos traduciéndose, desde luego, en una imporlante reduc-ción de la cosecha en la cual no intervinieron ni el Mildiu niel Uidium de cuyas plagas logramos, como todos los años, de-fender por completo el Campo. A última hora, y favorecidoseguramente por las condiciones meteorológicas reinantes, se
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notó la presencia de numerosas Cochylis y Eudemis (Cuch delrahim) que, por primera vez, veíamos, con profusión algo alar-mante, en este Campo y cuyas plagas, de habernos visto obli-gados a retrasar todavfa m^as la vendimia, seguramente habrfancontribuído a reducir más la cosecha perjudicandola, además,bajo el punto de vista de su sanidad. Deberemos tener encuenta dicha presencia en ei próximo año para poner en prác-tica los tratamientos adecuados pat•a co{nbatir el Cuch del rahimtratamie.ntos que fueron objeto de un folleto que puhlicamoshace ya años (1) por revestir, en aquel entonces, dicha plagauna importancia considerable, especialmente en determinadostérminos de esta provincia, importancia que va revistiendo ca-racteres cada vez más alarmantes en cuantía y en extensión,cosa, esta última, que queda comprobada por haber aparecidoen este Campo que, hasta ahora, lo habíamos visto libre de
ella. Llamamos pues, nuevamente la atención de los viticulto-res sobre este particular y les recordamos que, dichas instruc-ciones, se remitan gratuítamente a todo el que las pida a esteEstablecimiento.
ENSAYOS Y EXPER{MEN'TACIONES CONTRA F.L MiLDfU, EN ^g ĜO, EN
SSTE CAMPO UE EXPF.NIMENTACIONES.--Flleron dC dOS clases las
que se hicieron, dedicadas, las pri ►neras, a fórmulas exclusiva-
mente mildiuicidas y, las se^;undas, a ensayar por primera vez,
en este Campo, diversas fórmulas de accibn simultónea contra
el Miidiu y contra el Oidium. Vamos a ocuparnos, sucesiva-
mente, de ambas clases de exp(:rimentaciones :
a) Ensayas de fGr•rnu(as exclusiuatttenfe. mi(diuicidas.-Fue-ron una repetición de sus anólol;as del aflo anteriar y se reali-zaron en las mismas pnrcelas. Las tínicas variaciones consistie-ron en que, en la fármula de caldo bordelés alcalino al uno porciento, con substancia adherente, se substituyó la caseina porel aceite de linaza, y en que con el objeto de que no quedaran,durante dos afios consecutivos, las mismas cepas sin tratamien-
(1) C. Oliver^^.-Inetruccioue^ prrr recouocer y combutir I• Gochyil^ y 4 ñudemb(Cuch del ruhir^.-Reus, 1S1U7.
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to alguno contra el Mildiu, las filas que, el anterior, quedaroncomo testigos, en este año fueron tratadas con una u otra fór•mula y, además, se cambiaron las filas destinadas a un mistnoproducto en cada uno de los años. Quedó, pues, establecido ^plan de ensayos mildiuicidas de 1920, en las ocho parcelas 1 pa 4 B inclusives ingertadas sobre Rupestris Lot y en la siguien.te forma, que se pone de relieve también en el gráfico de la lá.mina 23-III : Las filas 2, 5, lU y 13, de cada parcela, quedaroncomo testigos sin tratamiento alguno contr•a el Mildiu; las files1 y 14 fueron trataclas con caldo bordelés alcalino, al uno porciento de sulfato de cobre, añadiéndose como adherente treinfagramos de aceite de linaza por hectólitro; las filas 3 y 4 fuerontratadas con caldo bordelés alcalino, al dos por ciento; lasóy7lo fweron con el mismo caldo, con igual proporción de sulfatode cobre, pero ácido; las filas 8 y 9 se beneficiaron también concaldo bordelés pero al uno por ciento nada más y sin adheren.te alguno y, por último, las filas l 1 y 12 se trataron con disolu•ción simple de 200 gramos de sulfato de cobre, por hectólitrode agua, habiendo rebajado, como se ve, la cantidad de 30pgramos que ensayamos el año anterior porque, a esta últimaproporción, se ucasionaron, como vimos, quemaduras ea losórganos verdes de las vides especialmente en los brotes tiernos,
De los indicados caldos bordeleses, los alcalinos fueron pre.parados eon la suficiente cal para colorear francamenie en ro•sado el papel de fenolftaleina y, el ácido, e Ĝu•ojecfa, francamen•te también, al papel azul de tornasol. Hespecto al aceile de li•naza se incorporaba previamente a la lechada de cal con la quese formaba una pasta que se rnezclaba luego al caldo par me•dio de una enérgica agitación,
No hay que indicar que los diversos tratamientos se hicieron,en dichas parcelas, en las misu^as fechas, en los mismos instan•tes pudiéramos decir, para todas las filas y fórmulas y que, lasrepetidas parcelas, fueron sometidas, exactamente y al mismotiempo, a iguales cuidados culturales practicándose en todas
las lfneas, y en iguales fechas o momentos, iguales tratamientoscontra el Oidium con el azufre amar•illo ordinario.
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ESCUELA DE VITICULTURA
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ESCUELA DE VI"I'IC;ULTURA Y EZTOLOGIA DE REUS
I^ESULTADOS DE LOS ENSAYOS CONI'IiA EL MILDIU, F.N I^^^O, CAJ.CUi.ADOS F.N KII. Ĝ)G[S^1h10S DE IIAClh10S
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Sumoll ^ Lot. . . .
Xarel-lo 1 Lot . . .
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Los resultados alcanzados en estas experimentaciones que-dan consignados, con todo detalle, en el adjunto estado 16-III,por producciones y por tantos por ciento de mayoración, asfcomo en el adjunto gráfico 24-III en el cual por las razones queexplicamos para 1os ensayos análogas que verificamos en 1917,quedan consignados por tantos por cienta. Por más que, dichosestado y gráfico apenas necesitan comentario, discutiremos susresultados poniendo de relieve sus principales características,asf corno las cansecuencias que de ellos, a nuestro juicio, pue-den deducirse.
Obsérvese, en primer lugar, en el estado y, con mayor clari-dad^, en el gráfico que los promedios de tratamientos nos danvalores relativamente poco alejados de los correspondientes alas lfneas testigos lo cual, a nuestro juicio, constituye uno detos detalles que coniribuye a demostrar que las invasiones deMildiu no revistieron en 192p una muy extraordinaria impor-tancia conforme puntualizamos ya anteriormente.
Vemos también que, como las experimentacianes del año an-terior, con iguales fórmulas realizadas, la m5xima regularidady constancia en los efectos conscAguidos cantra el Mildiu corres-ponde a los tratamientas con caldo bordelés al dos por cientoácido y el de la rnisma concentracián alcalino pues ambos, ycon pocas excepciones, proporcionaron mayores bonificacianes.De dichas dos fbrmulas, la primera de ellas se r^^ostró a nues-tro entender, y con más evidencia aún que en 1919, algo míiseficáz puesto que si bien, en atgunas parcelas o viníferas, resul-tó por debajo del caldo alcalino, estas disminuciones se vieronsobradamente compensadas por la mayor productividad en lasvinfferas o parcelas restantes dar^do, como resultado general, elque en los promedios de todas las parcelas, el caldo bordelésal dos por ciento ác.ido seRalase una bonificación mayor en un1U,8 ó a la dada por el caldo alcalino, diferencia mayor enmás del doble a la yue obtuvimos en 1919 que fué tan sólo del4;3 %. La fbrmula ácida nos dió, al igual que el afto anterior,y en una vínifera, un valor algo menor al dado por las lfneastestigos, mientras que el caldo alcalino, nos produjo esta mino-
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ración en ia misma parcela que el ácido y también, algo má^importante, en otra siendo de notar que, en esta última, en q^también los restantes tratamientos nos señalaron minoracióade productos, et caldo bordeiés ácido al 2% nos produjo u^de las mayores bonificaciones (cerca de 40 %) que obtuvimoaen 1920 en estos ensayos. Es de sefialar que la más importanlede las mayoraciones con todas las diversas fórmulas, y que vq•iió exactamente un cien por ciento, la conseguimos eon dichacaldo ácido en una de las parcelas de Macabeo. Podemos dedup^de todo que si bien, de los resultados que acabamos de exponerresulta una superioridad del caldo bordelés ácido sobre el alea•lino, nosotros juzgamos que para inclinarnos a una u otra da!dichas fórmulas, conviene, como ya hicimos notar en la expasición de los resultados de 1919, realizar nuevos ensayos eaaños sucesivos especiaimente en los que, por la mayor impo^tancia de las invasiones de Mildiu, se presten más a ello, cre•yendo que, en años como el de 1920, muy poco lluviosos, am•bas fórmulas son aceptables, muy especialmente si se comparaa'con las otras que ensayamos y cuyos resultados discutiremosenseguida, aunque hemos también de repetir que, ambas fár•mulas, no eran muy diferentes ya que, ni la acidez de la una nila alcalinidad de la otra, eran exagerada5.
Por lo que se ref ere a los valores obtenidos en las líneas 1 p.14 y en las 8 y 9, así como a las curvas correspondientes a su^tantos por ciento respectivos, nos revelaron, una vez más, laescasa eficacia de los caldos bordeieses alcatinos al uno porciento, a lo menos comparada con 1a proporcionada por las con•centraciones at dos por ciento, escasa eficacia tanto más de natar cuanto el año 1920 fué muy seco en la última mítad del'curso vegetativo de la vid y mu}^ poco lluvioso en la primeramitad, habiendo sido, por tanto, suficientes las escasas lluvia^productoras de las poco importantes invasiones que señalamosal hablar de los tratamientos ^;enerales mildiuicidas que a eskCampo prodigamos, para que dichas fármulas al uno por ciento nos revelaran su menor poder. Creemos, pues, poder deducir la conveniencia de que si, por los candiciones meteoroló'
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cas, se juzga suficiente tener el viñedo defendido con una con-centración de uno por ciento solamente de sulfato de cobre, serefuercen enseguida los tratamientos con una mayor concen-tración al presentarse lluvias que puedan ser causa de invasión.Por lo demás, nótase bastante diferencia, en general, en favordel caldo adicionado de aceite de linaza, como el año anteriorla comprobamos en favor del caseínado, pues, en general, nos
dió mayores bonificaciones, que se traducen también en unamayot•ación en el promedio de parcelas, que el caldo sin di-cha adición. Creemos, pues, en extremo recomendable el pro-porcionar a los caldos cúpricos mildiuicidas una mayor adhe-rencia (con la consiguiente mayor resistencia al arrastre delcobre y por tanto una mayor durabilidad de la defensa) pormedio de la adición de substancias adecuadas, como la casei-na, gelatina, aceite de linaza, etc. (de conformidad con loque indicamos en nuestras instrucciones contra el •Mildiu dela vid•) adición que, por otra parte, no encarece apenas laconfección de los indicados caldos.
Por último, y por lo que se refiere a las lineas 11 y 12, defen-didas por disolución simple de sulfato de cobre, en propor•ciónde `l00 gramas cie éstc por hectólitro de agua, vemos que losvalores consignados en el estado y, con más claridad, la curvacorrespondiente en el gráfico, corrabaran lo ya sucedido ennuestras experimentaciones de los años anteriores demostrandola escasa eficacia de dicha fórmula a no ser que se reiteren lostratamientos tantas veces cuantas sea preciso lo cual obliga,por poco adversas que sean las coudiciones meteorológicas, aun gasto con seguridad mayor que la economía que con dichoscaldos simples se va buscando. Como la campaña de 1920 fuépoco lluviosa vemos que bastaron las escasas lluvias, que indi-camos habían acaecido durante ella, para lavar de sulfato a lospámpanos y racimos y dejarlos escasacnente defendidos pro-porcionando resultados aún más desfavarables que el año an-terior como puede comprobarse camparando los dos estados olos dos gráficos correspotidientes.
Digamos, para terminar, que dicha comparación enlre esta-
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dos y entre gráficos de 1919 y 1920, pone de relieve un detalleque consignamos por lo que pudiera valer y es el de que en va-rias de las parcelas, y con varios de los tratamientos, resultaque precisamente en aquellas en que el año anterior obtuvimosmayores bonificaciones, en el de 1920 las obtuvimos menosimportantes, y al contrario. Las viníferas en que se observa es-to más claramente son el Tempranillo, el Esquitxa-gbs y tam-bién la Garnacha negra lo cual hace cambiar el sentido de lascurvas de promedios de un gráfico en comparación con el otro.Tratándose, como se trata, de las mismas parcelas (las 1 A a la4 B) tanto en 1919 como en 1920, ello podrfa ser debido quizá,en parte, al cambio de filas que ya indicamos pasando a sertratadas en 1920 las que el afio anterior quedaron como testigossin tratamiento alguno contra el Mildiu y al contrario y, tam-bién, al cambio de filas para las diversas fórmulas en uno yotro año.
b) Ensayo de fórmulas de acción combinada contra el Mildiuy el Oidium.-Como en estas experimentaciones juega, al mis-mo tiempo que el Mildiu, un papel muy importanle cuanto alOidium se refiere, creemos más oportuno no dar cuenta deellas hasta el capftulo correspondieute al año 1920 de la segun-da parte de esle volúmen, y después, por consiguiente, que ha-yarnos relacionado, también, las campañas y experiwentacionesque contra dicho Oidium realizamos en este Establecimientodurante el transcurso de los años a que se retiere esta Memoria.
SEGUNDA PAR1'E
CAMPAÑAS Y EXPERIMENTACIONES
DE ESTE
ESTABLECIMIENTO
CONTRA EL
O I D I U M