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Osé Sancho Comíns. Catedrático de Análisis Geográfico Regional. Universidad de Alcalá

Entre inercias y rupturas un nuevo horizon-te se vislumbra. Como afirmaba E. Pisani (Pourune agriculture marchande et ménagére. 1994),"la agricultura ya no es la actividad reina, casiexclusiva, del espacio y de la sociedad rural".Además, la propia sociedad se ha vuelto enor-memente exigente con ese mundo rural al quele pide ya no sólo seguridad y calidad alimen-taria sino que asuma su papel de conservador ygarante de un portentoso patrimonio; no extra-ña que se plantee la redefinición del propio agri-cultor, "un oficio de síntesis en la encrucijadade la producción, de la gestión del patrimonioy de la ordenación rural del territorio" (B. Hervien,Les champs du futur 1994), ni que los enfoquessectoriales resulten obsoletos ante la necesidadde planteamientos integradores de la nueva plu-rifuncionalidad del mundo rural (Massot, ¿PolíticaRural Integrada o desintegración de la OPAC?,1996).

En efecto, el binomio territorio-poblaciónconstituye el punto de partida necesario. Cualquieropción que se tome en las polfticas de DesarrolloRural debe contar con esa doble perspectiva:espacial, en cuanto que la vertebración del te-rritorio, su estado y conservación son hechosclave, puesto que la fortaleza de un tejido so-cial se hace imprescindible. Sobre ese doblecomponente, territorial y demográfico, se de-sencadena un proceso que debe cumplir una se-rie de presupuestos y del que derivan accionesconcretas.

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Un proceso integrado implica que sea inter-sectorial e interterritorial. No cabe abordar as-pectos parciales ni es conveniente ignorar lasrepercusiones de las acciones en ámbitos geo-gráficos ajenos. La perspectiva integral suponela necesaria globalización de las acciones de de-sarrollo. La Agenda 2000 subraya el interés co-munitario en que se contemplan todos los terri-torios rurales, marcando estrategias propias acada uno.

La participación de la población rural en lageneración de su propio proyecto de desarrolloresulta decisiva. Los órganos de gestión, las au-toridades locales y los Grupos de Acción Localintercambian pareceres en un mutuo aprendi-zaje. Además, losproyectos de Desa-rrollo Rural impli-can a sectores so-ciales que pudieranparecer ajenos(usuarios tempora-les del espacio ru-ral, contribuyentes,consumidores, etc),globalizándose elproceso.

El horizonte de ladiversificación

La innovaciónno puede ser extra-

ActualidadLeader

ña al medio en donde se inserta. Aprovechar lapropia potencialidad y valorar los recursos na-turales y culturales del medio son condición ne-cesaria para la coherencia territorial. Por eso, elDesarrollo Rural debe ser endógeno, es deciremparentado con lo sustancial del ámbito geo-gráfico. Las experiencias con éxito deben en-contrar canales de difusión adecuados en el en-torno cercano y también en ámbitos transna-cionales. Ahí juegan un papel fundamental lasredes de desarrollo rural.

La subsidiariedad implica responsabilidad.La Administración Pública y las fuerzas exter-nas no deben suplantar el protagonismo de losagentes del mundo rural, ni contemplarlos co-mo meros acompañantes. Sólo la consideracióndel proceso como propio lleva a una acción dedesarrollo coherente.

La plurifuncionalidad es inherente al mun-do rural. Lo fue bajo el sistema agrario tradi-cional y lo vuelve a ser ahora. La base produc-tiva es diversa, aglutinando actividades dife-rentes en el marco de la complementariedadeconómica . El horizonte no puede ser otro queel de la diversificación: agroindustria, artesanía,turismo, restauración, valoración del patrimo-nio cultural y ambiental, producción agraria,etc. La consolidación de esa compleja trama,con el debido entronque en el potencial endógeno,constituye hoy el mayor desafío para las co-munidades rurales y los órganos de gestión te-rritorial.

Desde el punto de vista social, tres son las ac-ciones necesarias: revitalización demográfica,promoción del empleo y, muy especialmente,un decidido apoyo a la mujer. El asentamientode neorrurales queda unido a la creación de em-pleo y al diseño de un plan formador que debeafectar también a la propia población rural. Lanecesidad de alcanzar niveles de calidad de vi-da equiparables al mundo urbano se vuelveprioritario para consolidar lo anterior.

Las acciones en ese mundo rural complejoentroncan con los intereses por la conservación

del medio. Uncomportamien-to sensato sabehacer compati-ble "la mejorade la competiti-vidad interna yexterna" con el"cuidado delpaisaje" comose afirma en laCumbre deJefes de Estadode Diciembredel '97. En estesentido convie-ne entablar re-laciones estre-

chas con universidades y centros de investiga-ción e implementar políticas de I+D en el senodel mundo rural. No debe pasar más tiempo sinque investigadores y gerentes de programas dedesarrollo tengan una relación más asidua.

El planteamiento que acabamos de hacer noes sólo una teoría. En los últimos veinte ariosse viene experimentando en múltiples regionesen el mundo y, de manera concreta, lo encarnala iniciativa LEADER de la Unión Europea.Desde la puesta en marcha de ésta última en1991 se ha acumulado una valiosa experienciaque ahora, afortunadamente, va a tener conti-nuidad con el LEADER+.

De la Comunicación que la Comisión hacea los Estados miembros se deduce, un afianza-miento de las lineas maestras que sostuvieron elLEADER I y II; de aquel se subraya el enfoqueterritorial, integrado y participativo de las me-didas de Desarrollo Rural contempladas, del se-gundo se hace especial mención al valor de lainnovación y su efecto difusor.

El LEADER+ pretende afianzarse en losfundamentos diseñados en las dos etapas ante-riores, reforzando, si cabe, la atención en as-pectos de relevante interés en la actualidad: ca-lidad de los productos, atención a los proble-mas medioambientales, integración en la eco-nomía mundial (globalización) y aprovecha-miento de nuevas tecnologías. De manera ex-plícita se subraya para el LEADER+ la necesi-dad de reflexionar sobre las potencialidades delterritorio con una perspectiva a más largo pla-zo y que todas sus acciones tengan una basesostenible, sean integradas, incidan en la calidade innoven en las formas de valoración del pa-trimonio natural y cultural, en la creación deempleo y en la capacidad organizativa de lascomunidades rurales.

La Iniciativa Comunitaria quedará articula-da en tres grandes capítulos. En el primero se fi-jan las pautas territoriales (ámbitos geográficoshomogéneos que no sobrepasen los 100.000 ha-bitantes ni estén por debajo de los 20.000, aun-que podrá haber excepciones) y estratégicas(cumplimiento de los postulados conceptualesantedichos). En el segundo se diseña el apoyoa la cooperación, tanto interterritorial comotransnacional; ésta es una acción clave dado elinterés demostrativo de la Iniciativa. Por últi-mo, en el tercer apartado se trazan las lineas pa-ra el fortalecimiento de la integración en red,abundando con ello en la prioridad de la difu-sión de experiencias.

La apuesta de la Comisión, en suma, es co-herente con las aportaciones de la reflexión cien-tífica y, sobre todo, encuentra en su propia ex-periencia el mejor aval para afianzar el caminorecorrido desde 1991. Los problemas que acom-pañan inexorablemente a cualquier "puesta enpráctica" son, también en este caso, el mejor fi-lón donde aprender. •

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