a rostro oculto nº2

32
Revista cultural y de expresión pública. Año 1 Qué tanto hacen. Carlos Salazar

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Segundo número de la revista "A Rostro Oculto", publicación cultural, alternativa e independiente.

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Revista cultural y de expresión pública. Año 1

Qué tanto hacen. Carlos Salazar

Índice

1

Nota de los editores ………………… 2

Introducción Jesús Hernández ………………… 3

Lo normal y lo genial Josué Miguel Rodríguez ………………… 4

Menos es más Carlos Salazar ………………… 5

Para tocarte a cuatro manos la noche Miguel Ángel Dirzo ………………… 6

Aura Luna Juan José Enríquez ………………… 7

Renacuajos Laura Leyva ………………… 8

Cosas que olvidar Yetzen Arenas ………………… 9

Versos por estrellas Rubén RL ………………… 10

Inspiración Alejandra Gutiérrez ………………… 11

Malinalco Flor de María Real ………………… 13

Taxidermia Gabriela Miranda ………………… 14

El tiempo lo decidirá Ángel de Jesús Camacho ………………… 16

El alma que somos Teresa Bernal ………………… 17

Menos es más (cont) Carlos Salazar ………………… 20

Corintio Laura Leyva ………………… 21

Ríe mucho, vuela alto Yolisbeth Ruíz ………………… 22

Malinalco (cont) Flor de María Real ………………… 25

E Ritual de Agua Pura Viva Zapata ………………… 26

Todo comienza cuando todo termina Anel Hernández ………………… 27

Editorial ………………… 30

Nota de la Dirección

A nuestros apreciables lectores y colaboradores, los

invitamos a dar vida y crecimiento a este proyecto,

quedando a disposición los siguientes medios de

contacto:

http://issuu.com/ARostroOcultoRevista

https://www.facebook.com/groups/a.rostro.oculto/

[email protected]

Somos voz sin censura, imagen que detalla el

universo. Somos A Rostro Oculto.

2

Portada: Carlos Salazar

¿Qué tanto hacen?

Esta escultura de Ron Mueck está llena de fuerza y expresión, el protagonista desnudo

en una barca de madera parece poner mucha atención en lo que sucede a lo lejos, al

reducir en la fotografía el entorno lleno de gente y de la barca misma nos permite disfrutar

esa expresión, que parece transmitir la pregunta ¿Qué tanto hacen ahí?

Contraportada: Flor de Máría Real.

Convento de la Transfiguración.

El Convento Agustino de la Transfiguración del siglo XVI sus pinturas hechas por artistas

indígenas son ricas en detalles y formas, muy cuidado y se respira paz.

Introducción

Cuando las musas se esconden y las naciones sufren es muy importante

un espacio de reflexión y divulgación de la cultura; son momentos en que

la necesidad de palabras y de sueños está más presente que nunca. La

palabra corre el riesgo de la censura y la conciencia del asesinato. México

necesita letras.

A rostro oculto, fluyen las palabras, la esperanza y la crónica de un nuevo

orden social. Se desatan las emociones y se brinda certeza al corazón.

La guerra, las desapariciones, la manipulación y los augurios de un país

trastornado pueden suplirse; se han suplido; los suplimos, con cultura.

Sentimientos que abren las venas y que permiten ver un panorama distinto

de la vida, una realidad que se vive a flor de piel.

Este segundo número de la revista es un esfuerzo de sus colaboradores,

quien atentamente han respondido a una convocatoria de cambio, a la

transformación desde el arte y el pensamiento crítico. Por tanto, hacen de

este, un número dedicado a los sueños y a la lucha, pero más en especial,

al interés de un espacio de expresión, libre, autónomo e independiente.

Finalmente, es importante expresar que los editores de esta revista, hemos

decidido dedicar nuestro segundo número a los esfuerzos de María Teresa

Quiroz García joven lectora de la comunidad de Tlacotepec de José

Manzo; pues la vida nos podrá golpear y nosotros podremos pelear

férreamente ante sus ojos, sin embargo, no importa el resultado, sino la

intensidad y el esfuerzo constante.

Disfruten de nuestro segundo material, compartan, participen y hagan suyo

este espacio.

Somos voz sin censura, imagen que detalla el universo. Somos A Rostro

Oculto.

Jesús Hernández

3

Lo normal y lo genial

Josué Miguel Rodríguez @josuer_v

Era un hombre normal. Se pensaba, se veía, se sentía y se asumía normal. Con

aspiraciones normales, sentimientos normales, palabras normales y caricias

normales. Una casa normal, una guitarra normal, un día normal. Una gota de

agua en el mar o un cráter en la luna. Tan ordinario como el aire o el fuego.

Más dentro de él, como un hoyo negro en lo profundo del espacio, se extendía

una ambición, creciente cual pasto en primavera. Al cerrar los ojos veía grandeza,

abundancia, sabiduría y virtud. Una meta tan grande como el planeta más grande

jamás visto. Un corazón con cuerdas infinitas. Una guitarra mágica que resonaba

en toda la galaxia. Una caricia estremecedora al punto de lo cósmico. ¿Son

normales estas ideas? ¿Acaso la persona que me vendió este tamal o este taco,

las siente también? Siempre había pensado que había gente normal y corriente, y

gente destinada a la grandeza.

Nunca supo que era lo que pasaba debajo de su ordinario caparazón de

humanidad, sólo intentaba e intentaba saciar ese hoyo negro dentro de él. A

menudo dudaba o se preguntaba que le pasaba, pero la respuesta no llegaba, así

que dejaba de buscarla. Una y otra vez ante cada intento fútil por lograr esas

metas de su existencia, regresaba la normalidad autoconcedida.

Cada que tocaba una guitarra o sentía un amor, no era más que sólo eso.

Un día entre una de sus tantas lecturas leyó algo que lo sorprendió: “No hay vida

normal sin una chispa de genialidad.” Y entonces ahí enfrente de sus ojos negros

estaba la respuesta: “No hay vida normal sin una chispa de genialidad.” Esa frase

que parecía haberlo esperado toda una luna, le mostró lo que creía saber que

sabía, pero nunca hasta ahora había comprendido.

Era un hombre normal. Se pensaba, se veía, se sentía y se asumía normal. Con

aspiraciones normales, sentimientos normales, palabras normales y caricias

normales. Una casa normal, una guitarra normal, un día normal. Una gota de

agua en el mar o un cráter en la luna. Tan ordinario como el aire o el fuego. Y por

eso es que era genial.

4

5

Menos es más…

Carlos Salazar

Dicta la máxima y en este caso en la fotografía

minimalista toma protagonismo, estas fotos giran en torno

a esta idea donde el protagonista está aislado o casi

aislado. Este tipo de fotos me permite trasmitir lo que me

llama la atención y colocar la atención del espectador y

tratar de llevar a ese estado mental de tranquilidad que el

estar solo puede ofrecer.

Título: Un velero llamado

libertad

No hay nada más

inmenso en la tierra que

el mar mismo, excelente

marco para lograr el

aislamiento de esta

pequeña embarcación,

los tonos del atardecer

agrega tranquilidad a

esta escena disfrutable

en las playas de

Acapulco, Gro. Mex.

Título: Serenidad

La bruma de la mañana

sirve de fondo para aislar

estas pequeñas cruces

sobre el cerro del Elefante

en el Municipio de

Ixtapaluca, Edo de Mex. A

pesar de que el resultado

transmite esa serenidad

deseada, detrás de esa

bruma está el caos y el

frenesí de la zona

conurbada oriente de la

ciudad de México.

Para tocarte a cuatro manos la noche

Miguel Ángel Dirzo

@MiguelDirzo

Para Karina

Paraíso de cien tardes bordadas a mano sobre la mano de

un diosa con figura de deseo, tú.

Fuente de café que chorrea sobre la pendiente de dos

astros, de dos luciérnagas iluminadas con carbones

encendidos, de dos lunas tersas.

Pasto mojado con la intención de llenar el río con un desierto

de fuego, de hoguera, de llama que levanta la sangre al

pecho.

Boca como abismo donde habitan tigres que se pierden en

tus labios y sólo salen en la noche a sangrar con dientes

afilados de obsidiana la pasión de otros labios perdidos.

Lengua que sabe a terciopelo de leche, dulce crema de

duraznos y frambuesas que se puede comer entre muslos.

Vistas fijas al campo oblicuo debajo de la espalda donde se

penetra a tu pensamiento, donde se abre la vida con dedos

de agua azucarada.

Sobre ti caigo doble, contando mi sombra, para tocarte a

cuatro manos la noche.

6

Aura Luna

Juan José Enríquez Rivera Tu mirada respiro…

Difusa…

En beso poseído

de nimbos y signos…

Tus labios sepia…

¿Dónde resguardar la mirada asesina

que cela espejos?

¿Visiones fósiles en laberinto

reconocen la daga parpadear

al unicornio de sonrisa demacrada

y columna débil celeste?...

¿Aún condolece?…

Tu mórbido rostro…

¿Aún mira?…

¿Aún agoniza?…

¿Aún aborrece?…

Incógnito abismo

de espiral brillante …

Merodea al vivaz monstruo

evoca al enmarañado corazón…

Al beso de sangre…

La noche de sol que tu voz eclipsa…

e-mail: [email protected]

Cel. 5515888549

7

Renacuajos

Renacuajos carmesí

Pedazos de rana parda,

Que soy yo

Entre tejidos, recuerdan

La soledad del óvulo

Infecundo en tu ausencia

Y un luminoso lazo

Que no nos ata.

Laura Leyva-La musa Negra

8

Cosas que olvidar

como una tarea,

un recordatorio que tengo que olvidar algo que nunca podre

hacerlo...

``cosas que olvidar son detalles que siempre recordare``

Miel de mis ojos,

óyeme con tus labios

siénteme con la mirada

inhálame con tu cuerpo.

Mi bella dama; hazme el amor

con una palabra, una caricia o una mirada.

Al cielo vuelo

al estar solos los dos

por una simple y sencilla razón,

simple y sin complicación

como juego de niño

o lagrima de mujer

no hay cosa mas pura,

que este querer.

Yetzen Arenas

9

Versos por estrellas

Un poeta nunca muere

Solo cambia versos por

estrellas

Un poeta nace cargado de

versos

Aprehende a sacarle música

Y gritos a las palabras

Y va por la vida

Cargando el abecedario

Un poeta nunca muere

A fuerza de aprender el oficio

de tejedor

Se va quedando sin letras

Sin palabras

Saca a borbotones

De la mágica tinta de su mano

Los sones de su corazón

Con los que ha nacido

Va sembrando

Risas

Llantos

Voz en grito

Así vive el poeta

A cumplir su misión

En esta vida

Nos va despertando los

sentidos

Entregando en cada verso

Las palabras cargadas de luz

Y sentido

Y cuando se han vaciado los

bolsillos

Y no quedan más que la ligera

Sospecha de amores tardíos

El poeta emprende un camino

Se lleva por herencia de la vida

Un puño de polvo

Y se va a vivir

Tan lejos y tan cerca

De los vivos

Un poeta nunca muere

Solo cambia los versos por

estrellas

Rubén RL

10

Inspiración.

El escritor dedica letras a cada cosa que le ha parecido

trascendente. No importando el lugar ni el momento, no

importando si es un amor que ya se fue, o un recuerdo que

se perdió entre nubes o si fue un instante, un beso, un

susurro, un te quiero.

Desde el amor más puro hasta el rencor más grueso. Los

sentimientos son, de cualquier naturaleza, lo que nos hace

humanos. Pero para el artista son inspiración, motor y

amuleto. En realidad no solo para el artista, también para el

campesino, la secretaria, el obrero. Todos alguna vez

vivimos nuestro propio drama, y fue elección de cada uno de

nosotros qué hacer con ello: escribir una carta, componer

una canción o simplemente vivir el momento.

Yo, por ejemplo, encuentro sumamente deleitoso convertir

simples palabras en versos y poemas. Otros convirtieron

dramas en música, obras teatrales, pinturas al óleo,

esculturas, novelas, cuentos y mementos.

Por supuesto, el amor ha sido por excelencia, la fuente de

inspiración a lo largo del tiempo. Aunque también otros

sentimientos han inspirado grandes obras como culpa,

pecado, tristeza, venganza, libertad, opresión, y si me sigo

de largo no acabo. La injusticia y todos sus embrollos y

argumentos son otro tema importante para la historia

moderna, contemporánea y antigua. Es un tema que no

acaba, pero de eso, estimado lector, en otra ocasión

ahondaré un poco más.

11

El romance, los dramas, los finales felices y trágicos, son

tan fielmente transmitidos de autor a lector, que nunca un

filme superará el libro. Y esto es debido a que en la

mente se van formando imágenes y sentimientos que el

lector va clamando como propios a lo largo de las

páginas. Por supuesto el grado de empatía depende

absolutamente del talento del autor y su capacidad de

conectarse con el lector, y de los gustos propios de éste

último.

Lo mejor de todo es la huella que el escritor deja en sus

letras, plasmando sus sentimientos que permanecen a

través del tiempo. Pero también lo es cuando esas

palabras no solo embellecen los dramas, los amores y

hasta las situaciones más austeras, sino que a su vez

son fuente de inspiración.

¿Quién no ha leído un poema (por citar algún autor) de

Becquer y al final ha querido escribir algo propio? A mí

me pasó. Y muy seguramente a muchos de ustedes

también.

Solo es cuestión de encontrar el hilito y no dejarlo ir, para

luego formar una madeja de inspiración.

Alejandra Gutierrez

@alexacrow

http://charquitodeletras.wordpress.com/

12

Malinalco. Edo de México.

Hermoso lugar, con cielos azules, gente amable y

muy grata energía.

Flor de María Real

La zona arqueológica tiene el único

templo monolítico (tallado sobre la

roca madre del cerro) encontrado en

occidente, está muy cuidada y

conservada, los guías son muy

amables y la vista es impresionante,

hermosísimo desde donde lo veas.

Parcial vista del pueblo de

Malinalco desde la zona

arqueológica, en verdad es un

viaje fantástico, parece que

entraras a otra dimensión, si

tiene ganado su grado de

Pueblo Mágico.

13

Me gustaba ir de visita con mi tío, vivía en una vieja

construcción que adecuaron como varios departamentos.

Mi tío era un tipo extraño, como un vaquero perdido en la

ciudad; su sombrero texano y sus botas de cuero no

combinaban con el tráiler que conducía, su esposa

intentaba parecer adinerada, hasta caer en lo ridículo;

sus tres hijos, mis primos, eran muy pequeños y no me

divertía jugar con ellos, pero ir de visita cada fin de

semana a casa de mi tío me llenaba de emoción.

Un día, mientras mis primos y hermanos jugaban a la

pelota, yo me senté a mitad de una escalinata de

cemento y entre miradas curiosas por el lugar, descubrí

una cortina a medio cerrar por donde se podía ver un

poco del interior de aquel departamento. A los siete años

y ver todo eso, tan escalofriante, en un cuarto a media

luz, debe aterrar, pero yo estaba llena de curiosidad.

Imaginé que ahí vivía una especie de brujo y había

encantado a todos esos animales para que no hicieran

travesuras mientras él no estaba en casa. En verdad

quería saber qué era eso que había adentro, si era

producto de un hechizo o por qué nada se movía si se

veía tan vivo, ¿qué es lo que le hicieron a los animalitos?

Taxidermia

Gabriela Miranda

14

Mis tíos no sabían el nombre de su vecino, pues no lo habían

visto, sólo cuando escuchaban el ruido, o la música, o veían

luces encendidas sabían que había alguien ahí. Era un hombre

alto, delgado, como de unos 40 años y hablaba con un acento

extranjero; también era un poco extraño (de diferente manera

que mi tío), no vestía estrafalario pero vivía solo, entre muchos

animales muertos y tenía las paredes llenas de libros. El día

que lo conocí llegó con un par de costales, yo estaba

husmeando por donde la cortina me dejaba ver un poco más;

se paró a un lado de la escalinata, a la altura del escalón

donde yo estaba, y dijo:

— ¿Sabes qué es eso que está adentro?

—Se ven como animales, pero ¿por qué no se mueven? —

Contesté yo.

Enseguida escuché la voz de mi mamá gritándome para que

fuera a comer y salí corriendo, sin esperar a que el hombre me

diera una respuesta. Mientras comíamos me regañaron por

andar husmeando en las ventanas de los departamentos y me

advirtieron que no molestara de nuevo al vecino. Mucho

tiempo después, en una plática que escuché, mi tía se quejaba

porque un día el vecino dejó la cortina abierta y, al ver lo que

había en el interior del departamento, mis primos se asustaron

tanto que ya no querían jugar en el patio, “que es taxidermista

y por eso tiene tantos animales disecados” dijo mi tía.

15

El tiempo lo decidirá… Ángel de Jesús Camacho Enríquez

Tantas cosas por hablar y discutir…

te quiero yo decir, te vi sonreír,

vi tu alma y tu ser, tu verdadero yo.

La armonía emana de tu interior, pero lo

encarcela el cuerpo exterior, no lo deja ser libre.

Persona hábil tu eres desde lo entrañable,

das paz en tiempos de guerra, pero también viceversa,

eres astuta como el guepardo y fuerte como el león;

prudente

como lo pronuncia el justo medio del filósofo ateniense;

estratega como Alejandro Magno, pero lo mejor es que

eres TU.

Dulce eres cuando te lo propones,

pero llegas a ser como Atila el Huno mejor conocido

como el “azote de Dios”. Pero sabes:

te quiero yo decir, un día te vi sonreír,

vi tu alma, tu ser, tu verdadero yo, la Sonrisa

mas cautivadora que podría coexistir.

No eres predecible, pero si observadora,

eres como la dialéctica hegeliana; lo mejor, eres TU.

16

El alma que somos. Teresa Bernal @NameliaT

No hace muchos días me detuve a mirar un puesto de periódicos mientras

iba de regreso a casa. Los encabezados sólo hablaban de problemas en el

país, en el mundo, crisis económicas, desaparición de especies, muerte,

enfermedades y las fotos eran menos alentadoras. Mostraban escenas de

gente, o que ya no pertenecía a este mundo de una forma muy agresiva, o

de gente que con sus superficialidades se mostraba hasta con poca ropa

en las portadas de revista sólo para que la mente mórbida de unos cuantos

se fije en esa persona sin más gracia que el de quitarse la ropa o generar

chisme sobre su vida ya que no cuentan con mayor talento que ese. Miré a

mi alrededor preguntándome en que nos habíamos convertido los seres

humanos, generalizo porque a final de cuentas somos todos de la misma

especie.

Entonces de repente, un hombre de edad avanzada, o al menos eso creía

yo por su abundante pelo canoso, se me acercó, como si supiera lo que

pensaba en ese momento y me dijo:

-Que tenga usted un excelente día- yo le conteste deseándole lo mismo,

ya que uno reconoce la forma en que un extraño le saluda; en este caso

fue simple educación y cortesía aunado a las ganas de desear un buen

día. Continúe mi camino y mi rostro sonrío levemente.

Encontré en los buenos deseos de aquel hombre desconocido una

esperanza de que mejore el mundo. Si todos tratáramos de mejorar un

poco, nuestra alma inundaría de belleza este mundo, pero ¿qué tal si no

todos creen en el alma? al menos yo sí creo en su existencia y en que todo

aquello que nos lleve a colorearla o darle vida nos acercará a esa luz que

el mundo creó para nosotros, los seres vivos.

Pero ¿qué es un alma? según Platón, el alma es la parte más excelente

del hombre y por medio de ella podemos alcanzar la divinidad. Está dotada

de un destino inmortal de modo que cuando el hombre muere el alma

permanece, así como es responsable del conocimiento y de entre todos

los seres vivos los humanos son los únicos que la poseen. en cambio para

Aristóteles el alma es el principio de las funciones vitales y el alma es al

cuerpo lo que la visión al ojo y todo ser vivo está dotada de ella. es decir

que el alma y el cuerpo tienen una relación estrecha, sin uno no existe el

otro.

17

Tal vez el alma es algo que aún no logra entender por completo el ser

humano, de lo contrario el mundo sería diferente. Sin embargo creo

que existe, que está conectada con un ser divino, que nos da vida y

movimiento, tal como lo decía Platón y que está presente a pesar de

cualquier creencia religiosa o no creencia que se tenga. Todos

podemos darle un sentido y forma a nuestra alma si sabemos

diferenciar un poco entre el bien y el mal, tanto para nosotros mismos

como para nuestros semejantes. Qué tal que podemos darle un poco

de luz cuando miramos el cielo mientras escuchamos a las aves, o

cuando probamos ese helado de chocolate mientras sentimos el sabor

deslizarse por nuestra lengua, qué tal que le damos un poco de luz

cuando controlamos nuestra ira o enojo hacia las personas que

amamos o cuando abrazamos a quién necesite sentir que no está sólo,

o cuando ayudamos a esa persona que sin querer tiró sus cosas, o

cuando le hablamos amablemente a la mesera cuando nos trae el

pedido a pesar de que ella este de mal humor, qué tal que el alma se

nutre mientras escuchamos una canción que nos gusta, cuando

bailamos alegres, cuando disfrutamos ese momento que la vida nos

dio, cuando nos damos cuenta que nos hemos equivocado y pedimos

perdón, cuando dejamos de esperar algo que no es nuestro, cuando el

orgullo no está en nosotros, cuando le damos una sorpresa a alguien,

como preparar el desayuno o ayudarle en algunas tareas; cuando

sabemos que no importa lo que uno posea o dé materialmente, cuando

dejamos que los demás crean y vivan, cuando la vida de otro ser

humano y no sólo de un ser humano si no de otro ser vivo se convierta

para nosotros tan valiosa como la de nuestra. Finalmente, dicen que

los actos dicen más que mil palabras;

18

Qué tal que el alma sea la que esté escribiendo en este

momento y mi cuerpo sea sólo un medio para expresarse.

Qué tal si es aquél pájaro que canta desde lo alto de un

árbol y salió para contemplar el verde de los bosques

perdidos en la ciudad.

Sin duda el alma es algo que aún no podemos ver a simple

vista, ni definir, ni tocar; pero también es el reflejo de lo que

podemos ser en vida, amor y respeto hacia nosotros

mismos y hacia los demás.

Tal vez en uno de estos días, no vea problemas reflejados

en los encabezados de los periódicos, ni noticias de gente

superficial, tal vez, algún día miraré la verdadera grandeza

del hombre y su belleza interior reflejada en fotografías.

19

Título: Con los pies en la

tierra

Un niño recostado en una

gran explanada frente al

museo de Antropología e

Historia fue el motivo de esta

foto, aprovechando ese

espacio de nada que lo

albergaba pude aislarlo del

mar de gente que los días

domingos pasean por esos

lugares, el ángulo de la foto

juega dos papeles, uno el de

llevar del primer plano al niño

y la otra transmitir esa

sensación de vértigo de que

la tierra está por girar.

Título: Tapar el sol con un

Globo

En el marco del Festival

Internacional del Globo en

León, Gto. se congregan una

gran cantidad de Globos

Aerostáticos, el cielo se llena

de ellos, muchas personas

van a verlos en un terreno de

tierra suelta y crea una

atmosfera llena de polvo.

Esta foto aprovecha esa

atmosfera, ya que el globo al

eclipsar el sol proyecta su

sombra en ese polvo flotante.

Son instantes que a simple

vista pasa desapercibido por

lo efímero y ver al sol

directamente no es muy

común.

20

Corintio

Desde el vórtice

Transparente

Penetra la luz

Que ilumina la esquina

El rayo y la piel

El instante

Nocturno mármol

En que se enrosca

La serpiente

Para erigir a la estatua

Que sostendrá.

Laura Leyva-La musa Negra

21

Ríe mucho, vuela alto.

°Bruja Pifania - Yolisbeth Ruiz @DulceMorgana1 Sofía había perdido el transporte para llegar a la escuela, imposible llegar

en el colectivo puesto que éste pasaba media hora después y su ruta la

dejaba como a 15 cuadras de esas que parecen estadios. Tampoco podía

regresar a su casa, su madre le propinaría tremenda reprimenda por su

osadía de faltar a la escuela, por impuntual y por desvelarse todas las

noches en los chats del Facebook.

¿Qué hacer para perder el tiempo? Tomó el metro en dirección opuesta a

“Ningún Lado”, y se bajó en la terminal de “Vuelva pronto”, creo que

pertenece a la línea Azul profundo o a la Verde jade, y viaja en paralelo a

los ojos de ese niño en silla de ruedas.

Cuando salió de la estación, ante sus ojos se abría un parque, de esos

con juegos de acero tubular, coloridos (o de esos que alguna vez fueron

coloridos cuando los inauguraron y que después, las delegaciones se

olvidan de ellos por completo). Siguió el camino que alguna vez fue la

pista para atletas y ahora es una brecha serrana de lodo y piedras rojas.

Levantó la mirada, y atrás de unos arbustos espinosos, de esos que

crecen como hierba mala, vio una silla de ruedas. Alguien estaba sentado

en ella, pero su cuerpo menudo a penas se asomaba. Se acercó un poco

con curiosidad de esa que cuentan que los gatos tienen pero piensan que

sobrevivirán. Un paso más y sabría qué pasa. Creo que fueron como 10,

pero a ella le parecieron cien.

Un poco confundida, pero sin tener otra cosa que hacer, se acercó, a la

persona que estaba allí, intentó no ser muy obvia en su forma de mirar, no

quería incomodar, pero pareciera que había un imán que la acercaba.

Unos le llaman curiosidad, otros, humanismo, otros, ocio. Se acercó y lo

enfrentó.

-Hola. ¿Qué haces aquí sólo?

-Lo mismo que tú pero desde más temprano.

22

Contestó el niño de a penos unos 9 años que estaba solo en medio de ese

parque y sin nadie que lo vigilara.

La cara de sorpresa que pudo haber puesto no podía ocultarse, era obvio

que el niño no era nada tonto, que estaba solo y tenía alguna razón para no

estar allí.

Era inútil sacarle más respuestas, pareciera que estaba indispuesto La

mirada se le perdía en un columpio, luego en un árbol, luego en la carretera

distante, un poco más en mi cabello (¿Qué tenía su cabello? Nunca lo

peinaba, pero parecía que le atraía de manera sobrecogedora). Sin

preguntar más, tomó la silla de ruedas por el respaldo y trató de llevarlo por

la pista y el camellón a dar una vuelta por el parque. Parecía no

incomodarle porque no dijo nada.

Luego de deambular y mirar y tropezar y brincotear entre escombros,

regresaron al mismo lugar, al del inicio, al de arranque, atrás de arbustos

espinosos, al que tenía de frente esos juegos tubulares que alguna vez

fueron coloridos. Todo en silencio y con las miradas perdidas. Tal vez

meditabundos, o solo contando las horas que parecían vagar. No lo eran.

Ella, Sofía tenía que estar allí.

El silencio se rompió cuando el pequeño dijo:

-Volemos.

No tuvo que decir más.

Tomó su pequeño cuerpo, era tan ligero que me fue fácil sacarlo de su silla

y cargarlo unos cuantos metros, era asombrosamente ligero para ser un

niño de ese tamaño. Lo subió al columpio, lo balanceó un poco y de

inmediato tomó altura. Sofía tomo el columpio del lado izquierdo, también se

mecía aunque un poco más precavida, cobró altura al ver que el niño, ahora

su amigo, disfrutaba tanto de su juego, de su columpio, de su vaivén

frenético. Fueron tantas risas en unos minutos.

23

El movimiento ya era demasiado, el juego del niño se volvió torbellino, la

aceleración pendular del columpio parecía más un juego asesino, tanto

que una densa nube de polvo rojo y hojas secas se había levantado. No

se podía ver a más de un metro. Los ojos de Sofía se llenaron de tierra,

las lágrimas en sus mejillas y por más que intentaba, no podía parar su

balanceo.

De pronto, la voz infantil que más parecía un trueno gritó:

-¡Vuela!

Sofía, absorta, muerta de miedo y con la cara ya lodosa entre lágrimas y

polvo, vio como el pequeño cuerpo salía disparado entre todo ese caos,

así que bajó los pies y como pudo, puso freno. Corrió a buscar al niño,

tropezando, rodando, casi de rodillas y buscando a tientas en el suelo.

La voz del infante se posó sobre de ella:

-Levántate, buscas en el lugar equivocado. Tuviste miedo y no te salieron

alas. Hoy habrías podido volar.

Sofía levantó el rostro. Enjugó un poco sus ojos y entre esa borrasca

logró ver la silueta, apenas la sombra, de un cuerpecito alado, que en

contraste con el sol, parecía una nube de esas que traen lluvia y granizo,

frescura y caos.

Ella en el piso, el niño en el aire, así se dijeron adiós, en una historia que

pareciera tener final, pero marcó un nuevo inicio para Sofía. Algún día

perdería el miedo.

24

La Parroquia del

Divino Salvador,

mágica y hermosa,

por fuera sus

jardines son

enormes y la vista

exquisita hacia

cualquier lado, por

dentro el ambiente te

invita a la

meditación.

La Capilla de

Santa Mónica,

muy linda a la

vista, por la

mañana y por la

tarde, pero

nunca pudimos

apreciarla por

dentro.

25

El ritual de agua pura

Por Viva Zapata

No importa si es de día o de noche, si es dentro o fuera, si llueve o hace

sol. Hay algo que en el umbral de un concierto siempre es igual. Es la

siempre palpable emoción por subir al escenario. Se nota en la sonrisa

nerviosa, en el cigarro previo, en la afinación o en la prueba de sonido. La

espera de ese momento mágico y catártico donde con la música como

medio nos vamos a hacer uno mismo nos acompañó también el 13 de

marzo de 2014 en un acogedor bar de insurgentes llamado “La

comandancia”. Todo estuvo listo a tiempo, con la formalidad y la seriedad

de un ritual.

A veces los reflectores (o el sol) no nos dejan ver la luz interior la cual sólo

destapándola podrá iluminar otra consciencia, otra idea, otra experiencia.

Pero esta noche fue la excepción. Se elevó el telón del escenario y el de

nuestro corazón para revelar en cada nota lo inexplicable de la música, el

arte de la sorpresa. No fue un lucimiento, ni una exhibición, fue un

esfuerzo por la comunión. En cada canción las personas aplaudían,

atendían, se movían y con cada acción alimentan la música, y esta se

volvió para nosotros un estanque de agua pura. Agua para el alma, agua

para el corazón. Con unas gotas bastó para convertir la noche y la fecha

en dignas de un eterno recordatorio, al final la despedida también siempre

es la misma. El artista se va, el público se va, pero la experiencia se queda

y ambos sólo esperamos algún día repetirla.

Gracias a quienes nos acompañaron. Nos volveremos a conocer de nuevo.

La música es un camino infinito, y las personas cambiamos todo el tiempo,

pero esto que nos unió esa noche, siempre nos hará uno.

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Todo comienza cuando todo termina.

Capítulo 1

Muerte

La muerte es inevitable,

por lo menos es el lugar a donde todos pueden llegar.

La ladrona de libros

Me declaro una romántica empedernida. Sin más acaricio tu

cabello, deslizo mi mano por el torso de tu cuerpo, beso tu

espalda, sonrío porque contemplo tu rostro una mañana más,

pero esta vez decido irme antes de que despiertes, simularé

que todo a sido excelente, te hablaré como siempre; sin

embargo hoy me iré.

Tomo mi mochila aquella que sin que tu supieras llenaba cada

mañana de este último mes, extrañamente está ligera, creí que

requeriría más cosas aunque no niego que fue difícil seleccionar

lo adecuado, incluso cuidar que no te percatarás de lo que

guardaba pues faltaría en casa, al final no notarás mi ausencia

ni la sentirás pues sabrás que ahí estaré; sin embargo, en los

últimos minutos titubeo de repente suena mi celular, todo

comienza a salir mal, mi escape intenta ser saboteado, solo era

aquella alarma por la mañana cautelosamente todo vuelve a su

normalidad y simplemente tu duermes, sueñas tan

apaciblemente. Dejo la llave sobre la mesa, una pequeña nota

como cada mañana, nada diferente aparentemente, solo faltó el

beso de buenos días pero hoy no será así. Salgo ágilmente,

nadie me ve, bueno aunque no hay nadie en particular que

quiera que vea esta hazaña... una cobardía. 27

Camino por la carretera con lágrimas en los ojos dejando atrás aquella casa, nuestra

casa, nuestro cuarto, tu calor, mi calor.

Muevo las manos en el aire, el viento pega en mi cara, apenas comienza el amanecer,

aquel que será único para olvidar y que ahora he de recordar.

[Sucesos ocurridos días atrás.]

El camino es largo, una amiga ya me había comentado sobre unos departamentos en

renta, no tenía mucho dinero así que ella dijo que pagaría la primer renta, acepte, solo

era cuestión de irme con ella, pedirle la nueva llave y comenzar, sin dudar así lo haré,

cambiaré un hogar por otro.

Aunque nadie sabe que vivo contigo.

Tu suicidio es el mejor que he planeado.

[Un auto que se orilla frente a mi me quita de tal ensimismamiento y me trae a la

realidad]

Todo sale perfectamente, curiosidades comienzan a suceder.

La ventana desciende dejando ver a un joven de tez morena y una melena pelirroja, el

cual sonríe, comienza hacerme la platica.

-Buenos días, no creí verte por aquí tan temprano, de seguro estuviste en el festival

de ayer, ¿acampaste o te quedaste en el Motel?

-Me quede en el Motel, pero no me gusta dejar mucho tiempo mi casa sola, así que

salí temprano, ¿ y tú qué haces por aquí?

-Digamos que mi novia se enfado entonces iré a verla a su casa, la sorprenderé.-me

guiña un ojo

-Verás que te recibirá con brazos abiertos, esas pequeñas cosas son las que más se

aprecian

-Ya me alegraste la mañana,¿ Por cierto en donde vives, hace mucho que no se de

ti?¿Quieres que te lleve, a mi me falta un largo trayecto, así nos acompañamos?

Tienes la cara mojada.- me extiende la mano con un pañuelo y me abre la puerta,

subo sin titubear, sé que no volveré a verlo.

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-Cierto, te agradezco- cierro la puerta, miro por el retrovisor, el auto avanza, yo

avanzo, duele, me limpio la mejilla, volteo y sonrío- perfecto creo que ya quedé.

Mira me acabo de mudar, vivo a 4 ó 5 horas de aquí, ¿tú a dónde te diriges?

-Antes que nada vine a embriagarme a la casa de un amigo aprovechando el

festival, y ahora regreso a casa, donde siempre, donde siempre he vivido cerca del

mar.

-Entonces, ¿Aún vives con tus padres?

-Claro que no, se ve que nos distanciamos mucho después de la licenciatura, me

casé, me divorcie, ahora solo tengo novia -sonríe-y vivo en la casa que era de mis

padres, ellos fallecieron hace 2 años antes que me divorciara, ella no soportó verme

deprimido- suspira -pero bueno, ¿entonces a que parte vas?¿Tú que cuentas,

tienes novio?

-No, no tengo novio, y voy al mismo lugar por donde tú vas a casa, solo que a una

hora menos de llegar a tu destino, me desviaré para tomar otra ruta.

-Entonces tenemos un largo viaje y mucho que compartirnos.

-Así es, las distancias no son barreras, cuando se tiene la oportunidad, se

aprovecha el momento y disfruta.

-Sin duda alguna.

Pasaron 3 horas, de largos recuerdos de universidad, platicamos de aspectos

sentimentales, él me contó sobre su esposa y lo que aconteció su depresión, yo le

conté, sobre la vida hospitalaria que llevaba y mis viajes gracias al mismo trabajo.

Nos percatamos que la confianza no se ha perdido, realmente su inusual espíritu

me comenzó a quemar, sonreímos, me tomó de la mano, dudé, lo mire, se acerco y

me beso, le respondí. En ese instante dejó el volante, un auto toco el claxon, no lo

escuchamos en ese momento, solo me percato que tenía sus manos en mi rostro,

abro los ojos solo para alcanzar a leer: "Todo comienza cuando todo termina".

Ella murió instantáneamente, él sobrevivió, lo trasladan a la clínica lo

más rápido posible. Ella no llevaba ninguna identificación, el cuerpo se enfría por el

tiempo, se desgasta y no se reclama, ella deja de existir; él retoma su vida, no

recuerda el accidente, ni a ella, la olvida…

Ella queda en el olvido, el recuerdo: LA MUERTE.

Anel Hernández

@Leipzing

Colaboran

Josúe R/ Carlos S / Miguel D / Juan E / Laura L /

Yetzen A / Rubén R / Alejandra G / Flor R /

Gabriela M / Ángel Camacho / Teresa B / Viva

Zapata / Anel H

Dirección

Jesús Hernández

Consejo de editores

Anel Beatriz Hernández

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Colaboraciones y comentarios:

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