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15 La esperanza cristiana es un poderoso don al servicio del desarrollo humano integral. MANOS UNIDAS/JAVIER MÁRMOL INFORME A FONDO Manos Unidas · Informe a fondo/ La historia de Manos Unidas es una historia de soli- daridad con todas aquellas personas que sufren en nuestro mundo, que tienen hambre y que viven en con- diciones inhumanas. De la mano de nuestros colabora- dores en el Sur, este año iniciamos la Campaña LV, en la que queremos seguir insistiendo en que el único modo de cambiar este mundo injusto es ponernos, todos y cada uno de nosotros, manos a la obra. El lema “Un mundo nuevo, proyecto común” nos sitúa en el camino de la fraternidad universal, como con- dición necesaria para un desarrollo en plenitud, un desa- rrollo que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad. Además, esta campaña se integra en el ciclo sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en los que venimos incidiendo desde hace ocho años, centrándonos en el ODM número 8: “Fomentar una alianza mundial para el desarrollo”. El cumplimiento de este objetivo depende directamente de nuestra ca- pacidad para establecer relaciones con los demás, unas relaciones abiertas, dialogantes y colaboradoras, de ma- nera que se haga verdad la fraternidad a la que todas las personas estamos llamadas. En este propósito nos orienta y anima la esperanza cristiana como un poderoso don al servicio del desarro- llo humano integral; es, por tanto, esperanza para los demás. Por esta esperanza, mantenemos el mundo abierto a Dios, y trabajamos por “un mundo nuevo”, como responsabilidad y tarea de todos. Por otro lado, en el escenario mundial, nuestra Cam- paña “Un mundo nuevo, proyecto común” es un eslabón más en los debates globales sobre cómo seguir con el trabajo del desarrollo después de 2015, y puede ser una aportación a la Plataforma “El Mundo que queremos más allá de 2015”, lanzada por Naciones Unidas para movilizar a los ciudadanos de todo el mundo. reconocer la FraterniDaD HUmana, inicio Del Desarrollo. El fundamento de nuestro trabajo lo encontramos en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia. En con- creto, durante el año 2014, pondremos nuestra atención en la encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI, que nos invita a realizar un esfuerzo común para lograr la implicación de todos en el desarrollo integral, de cada Un mundo nuevo, proyecto común

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La esperanza cristiana es un poderoso don al servicio del desarrollo humano integral.

MANOS UNIDAS/JAVIER MÁRMOL

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Manos Unidas · Informe a fondo/193

La historia de Manos Unidas es una historia de soli-daridad con todas aquellas personas que sufren ennuestro mundo, que tienen hambre y que viven en con-diciones inhumanas. De la mano de nuestros colabora-dores en el Sur, este año iniciamos la Campaña LV, en laque queremos seguir insistiendo en que el único modode cambiar este mundo injusto es ponernos, todos ycada uno de nosotros, manos a la obra.

El lema “Un mundo nuevo, proyecto común” nossitúa en el camino de la fraternidad universal, como con-dición necesaria para un desarrollo en plenitud, un desa-rrollo que ha de fundarse en la verdad, la justicia, elamor y la libertad. Además, esta campaña se integra enel ciclo sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio(ODM), en los que venimos incidiendo desde hace ochoaños, centrándonos en el ODM número 8: “Fomentaruna alianza mundial para el desarrollo”. El cumplimientode este objetivo depende directamente de nuestra ca-pacidad para establecer relaciones con los demás, unasrelaciones abiertas, dialogantes y colaboradoras, de ma-nera que se haga verdad la fraternidad a la que todaslas personas estamos llamadas.

En este propósito nos orienta y anima la esperanzacristiana como un poderoso don al servicio del desarro-llo humano integral; es, por tanto, esperanza para losdemás. Por esta esperanza, mantenemos el mundoabierto a Dios, y trabajamos por “un mundo nuevo”,como responsabilidad y tarea de todos.

Por otro lado, en el escenario mundial, nuestra Cam-paña “Un mundo nuevo, proyecto común” es un eslabónmás en los debates globales sobre cómo seguir con eltrabajo del desarrollo después de 2015, y puede ser unaaportación a la Plataforma “El Mundo que queremosmás allá de 2015”, lanzada por Naciones Unidas paramovilizar a los ciudadanos de todo el mundo.

reconocer la FraterniDaD HUmana, inicio Del Desarrollo.El fundamento de nuestro trabajo lo encontramos en elEvangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia. En con-creto, durante el año 2014, pondremos nuestra atenciónen la encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI, quenos invita a realizar un esfuerzo común para lograr laimplicación de todos en el desarrollo integral, de cada

Un mundo nuevo,proyecto común

hombre y de todos los hombres, como una manifesta-ción de la fraternidad a la que está llamada toda la hu-manidad: “el desarrollo de los pueblos depende, sobretodo, de que se reconozcan como parte de una sola fa-milia, que colabora con verdadera comunión y está in-tegrada por seres que no viven simplemente uno juntoal otro”. Por tanto, reforzar una relación de común uniónentre todas las personas está en la base de un desarro-llo que responda a las exigencias de la dignidad humana.

La principal misión de Manos Unidas en estos tiem-pos es la de contribuir, con su experiencia, a crear unnuevo paradigma de desarrollo, en el que se haga cadavez más evidente la fraternidad a la que estamos llama-dos todos los hombres y mujeres. De esa fraternidadsomos fermento gracias al amor de Cristo que nos en-vía, y al amor con el que creamos nuestras relaciones;con el que desarrollamos nuestros proyectos en el sury con el que fomentamos la educación para el desarro-llo. Apostamos por algo que en la política, la economía,la vida social y cultural parece que no cuenta: la lógicadel don, el amor que mira a la persona concreta y le dala posibilidad de vivir una existencia plena. A través denuestra capacidad de diálogo, nuestra apertura a losotros, nuestra generosidad, la acogida de los enfermosy débiles, y la promoción de los más olvidados, tratamos

de devolver su lugar a los excluidos que ocupan las pe-riferias de nuestro mundo. Así, mostramos que sólo enla dinámica del amor podemos construir un mundo enel que se den las condiciones que hagan posible, a las co-munidades y a cada uno de sus miembros, “el logro máspleno y más fácil de la propia perfección”, en palabrasde Pablo VI en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes.

Trabajar por la fraternidad universal es necesariodesde el punto de vista de las relaciones entre los paí-ses. La fraternidad se puede realizar de forma prácticaen iniciativas políticas y económicas que hacen efectivoel logro de mejores condiciones de vida para todos. Unade estas iniciativas es la de los Objetivos de Desarrollode Milenio, que entre sus metas busca fomentar unaAsociación Mundial para el Desarrollo.

Los ODM responden a necesidades urgentes, cróni-cas, provocadas por situaciones de violación de los de-rechos humanos, y cuyas metas deberían ser alcanza-das, total o parcialmente, en el año 2015. Estas metasestán basadas en una alianza solidaria mundial queexige la responsabilidad y el compromiso de todos: delos países en desarrollo por mejorar la gobernabilidad yel respeto de los derechos humanos, aumentar su inver-sión en infraestructuras y en servicios básicos como lasalud o la educación, ayudar a los pequeños agriculto-res, a fin de garantizar la seguridad alimentaria, y fo-mentar un medio ambiente más sostenible. Y de los pa-íses desarrollados de apoyar esos esfuerzos, aumentarla ayuda oficial al desarrollo, aliviar la deuda externa,mejorar las reglas de comercio internacional y el accesoa medicamentos esenciales y tecnología.

Hace falta provocar cambios en el Norte para quepuedan darse cambios en el Sur, y es necesario que per-mitamos y colaboremos para que en el Sur puedan ha-cerse cargo de sus responsabilidades, dando respuestaa sus propias necesidades. Por eso buscamos fomentaractitudes que respeten la vida y el desarrollo digno, elacceso al trabajo y a los medios para la vida y la promo-ción de la familia, el acceso a la cultura.

No obstante, y a pesar de algunos avances reales enla lucha contra la pobreza, ya está aceptado en la comu-nidad internacional que algunos de los ODM no se cum-plirán en la fecha prevista; incluso, en algunas regionesalgunos objetivos o están estancados, o han retroce-dido. ¿Por qué? Porque entre todos no hemos creadoun verdadero tejido asociativo local, nacional, regional

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La fraternidad se puede realizar de forma práctica en iniciativas políticas y económicas que hacen efectivo el logro de mejores condiciones de vida para todos.

MANOS UNIDAS/Mª EUGENIA DÍAZ

INFORME A FONDO

Hay millones de personasque no tienen acceso a recursos básicos para sudesarrollo.

y mundial, para que los ciudadanos y el poder políticolos hagan suyos, y que nos obligue, en el Norte y en elSur, a poner voluntad real para alcanzarlos. No ha ha-bido ni la cooperación ni la responsabilidad compartidadesde el papel que a cada uno nos toca jugar; ambas ne-cesarias para crear una verdadera alianza de los pueblosque tienen esperanza en un mundo nuevo.

la realiDaD De nUestro mUnDo GloBalizaDo.Los Objetivos de Desarrollo fueron formulados en uncontexto histórico de optimismo generalizado (año2000): dominaba la euforia que provocaba la globaliza-ción, la creencia en la posibilidad de que todo estaría enla vida de todos, todos tendrían acceso a los bienes demanera más fácil y más rápida. Sin embargo, los frutosreales de la globalización son otros: algunos positivos,otros claramente negativos y otros ambivalentes. Laglobalización ha creado oportunidades para acabar conlas injusticias, pero lo que ha pasado realmente es quelas injusticias y desigualdades se han reconfigurado,dando lugar a un mundo caracterizado por la interde-pendencia y en el que podemos identificar cuatro ma-neras de estar que definen esa realidad:

� La de aquellos que no tienen acceso a los recursosbásicos como los alimentos, el agua, la vivienda digna,el empleo, la salud, la educación. Sufren condiciones deesclavitud o explotación.

� La de los que tienen en sus manos las empresas,las finanzas, la información, la política, la cultura…Pero no se ocupan del bien común: sólo piensan en símismos y en la satisfacción de sus propias necesidadesy deseos, y reducen sus relaciones a meros intercambiosinteresados.

� La de los que traen al mundo el terrorismo, las dic-taduras militares y políticas, las bandas organizadas alservicio de intereses oscuros, la trata de personas, la ex-plotación sexual, la esclavitud laboral o los fundamen-talismos religiosos, económicos y políticos.

� La de las personas que permanecen atentas y soncapaces de descubrir gestos y signos de esperanza. Y lade millones de voluntarios, en miles de institucionesejemplares, en movimientos y redes sociales, personascomprometidas por el bien común, en el Norte y en elSur.

Para tomar parte en este mundo global caracteri-zado por la interrelación y la interdependencia, es ne-cesario tener en cuenta que el comienzo del siglo XXI seestá caracterizando por cuatro grandes dinámicas decambio que repercuten en los procesos de desarrollo:

� El fin de la era del petróleo y la carrera hacia la au-tonomía energética de las grandes potencias. Las con-secuencias económicas, industriales, tecnológicas, mili-tares, ambientales, políticas, etc… de esta dinámica es-tán generando efectos brutales para los pobres.

� El fin de la política tradicional de bloques forma-dos por las grandes potencias, y la emergencia de otrospoderes regionales y mundiales y, sobre todo, de fuer-

zas difusas difíciles de identificar y controlar. Hoy elpoder no tiene un centro reconocible, se encuentra dis-perso. Aquí la dinámica más profunda es la crisis del “su-jeto” social, político, económico y financiero. Crisis del“sujeto” es crisis de personas, que deriva en una crisisde participación, por tanto, de ciudadanía: existe unasociedad civil sin tejido asociativo, que no se une paratrabajar en común por la justicia, el desarrollo o la paz.Urge recuperar al ciudadano como “sujeto”, que sesienta miembro de una comunidad en la que crece suidentidad y en la que adquiere responsabilidades paracon los otros. Si queremos un mundo global es necesa-rio promover una ciudadanía global que lo pueda ges-tionar y conducir.

� La devaluación y “licuación” (Z. Bauman) de losvalores humanos y las instituciones. Según este autor,la sociedad sólida y predecible, construida sobre basesestables como la familia, el empleo, el régimen de pro-ducción industrial o las instituciones políticas, se ha des-vanecido. Los compromisos son más tenues y menosduraderos, las convicciones son más eclécticas y, portanto, flexibles e intermedias. En este ambiente, preva-lecen la subjetividad y el individualismo, que generan un

La globalización ha creado oportunidades para acabar con las injusticias, pero lo que ha pasado realmente es que las injusticias y desigualdades se han reconfigurado.

MANOS UNIDAS/IRENE H-SANJUÁN

El verdadero desarrollo debe ser viable para las personas de hoy y mañana, para conservar los bienes comunes

para las generaciones futuras.

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preocupante desinterés por el bien co mún. Ante estaglobalización de la indiferencia, urge un compromiso so-lidario militante que implique la propia vida, el cambiode actitudes y comportamientos, la imprescindible co-herencia personal.

� La imposibilidad de prever y, por tanto, de planifi-car el futuro en un horizonte a medio y largo plazo, esuna de las peores consecuencias de la crisis de valores.Los miedos y los temores, reales e imaginarios, dominanlos escenarios de la vida cotidiana. Hay demasiados sig-nos que señalan al hombre y la mujer de hoy que no sepuede vivir con esperanza; pero existen, a la vez, mu-chos síntomas de que buscamos seguridad, un horizon-te claro para la vida, y conocer y ser personas auténti-cas, capaces de generar esperanza en un futuro abiertoa cosas nuevas.

Un moDelo De Desarrollo HUmano, inteGral Y sosteniBle.Los desafíos que debe afrontar la comunidad interna-cional como el acceso a los alimentos, la tenencia de lastierras, la educación, la salud, el deterioro medioam-biental, la emigración, el desempleo, la crisis financiera,la falta de coherencia entre políticas nacionales e inter-nacionales, son algunos de los problemas cuyas solucio-nes requieren el compromiso de todos los países, ricosy pobres, de los organismos internacionales, de las or-ganizaciones civiles y empresariales, así como la impli-cación activa de cada una de las personas.

La Cumbre de Naciones Unidas sobre el DesarrolloSostenible, Río + 20, de junio de 2012, no llegó a aportarlas medidas concretas que se esperaban para hacerfrente a las urgentes crisis (climática, alimentaria, eco-nómica y financiera), aunque situó con fuerza en laagenda política internacional la necesidad de lograr unmundo más sostenible. A pesar de su imprecisión, per-mitió iniciar un proceso de diálogo para identificar unosobjetivos que aportarían sostenibilidad al desarrollo(Objetivos de Desarrollo Sostenible), lo que, junto conotros procesos de Naciones Unidas, supone una granoportunidad para poner en marcha algunos de los cam-bios necesarios para de lograr un mundo más justo yequitativo.

Si realmente queremos otro mundo no podemos se-guir como hasta ahora, porque la realidad que hemoscreado nos aplasta, nos agrede, nos exige más y más;es el resultado de un modelo de desarrollo basado enun sistema económico mundial que, en lugar de situaren el centro de sus intereses y actuación a la persona,pone, como lo más importante, el mayor beneficio conel menor esfuerzo.

En consecuencia, hay que establecer de maneraclara, e incorporar de manera explícita, el punto de par-tida común expresado en la Declaración del Milenio, dela que surgen los ODM, y que da respuesta a la preguntasobre el mundo que queremos. El paradigma existe; unmodelo de desarrollo integral y sostenible, que:

a) se concibe como un proceso (a corto, medio y largoplazo…); ante todo, de cada persona (“el desarrolloes vocación”), que va creciendo en su conciencia dela propia dignidad, libertad, igualdad, responsabilidaden la asunción de compromisos, en la gestión de lapropia vida (autonomía) y en el cuidado de la vida delos demás (prosocialidad); un proceso que ilumina lavida social con los valores de la verdad, la libertad, lajusticia, la paz y el amor.

b) se realiza en todas sus dimensiones; un modelo dedesarrollo que incluye no sólo la obtención de recur-sos para responder a necesidades tangibles, que sepueden cuantificar y medir en servicios básicos de ali-mentación, agua, hospitales…, sino también el creci-miento personal que tiene como fruto la solidaridady la donación generosa y gratuita de los individuos ylas comunidades.

c) beneficia a todos y cada uno, dando preferencia a losmás pobres, a los que no disfrutan de niveles mínimosde desarrollo; la prueba de la validez de nuestro mo-delo de desarrollo es su capacidad de impactar o noen la vida de los pobres; esto se hace patente cuando

JAVIER CUADRADO

Las comunidades más vulnerables tienen derechoa ser felices y disfrutar de una vida plena.

La Cumbre de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, Río + 20, de juniode 2012, no llegó a aportar las medidas concretas que se esperaban para hacerfrente a las urgentes crisis.

los más débiles, los últimos pueden ocupar su lugar,son reconocidos, si disfrutan de sus derechos y de laigualdad de oportunidades, si pueden caminar por símismos, según sus propios criterios, capacidades yvocación.

d) y es viable para las personas de hoy y de mañana; esun desarrollo que salvaguarda los “recursos o bienescomunes” y los administra con responsabilidad; elplaneta es nuestro único patrimonio común, la casacomún y debe cuidarse para nosotros y conservarsepara las generaciones venideras.

manos UniDas, alianza QUe constrUYe Desarrollo.Pablo VI, en la encíclica Populorum progressio, hace unaclara petición: que cada pueblo de la tierra sea “artíficede su propio desarrollo, del que cada pueblo es el pri-mer responsable. Mas no podrán realizarlo, aisladosunos de otros”. Así “el desarrollo integral del hombreno puede realizarse sin el desarrollo solidario de la hu-manidad, mediante un mutuo y común esfuerzo”.

Manos Unidas está, desde hace más de 50 años, em-peñada en que este desarrollo sea así y colabora aso-ciada con los que quieren que el mundo sea más justo yfraterno. Cuando, hace siete años, decidimos trabajaren el marco de los ODM, reconociendo sus fortalezas ydebilidades, queríamos mostrar que compartimos lapropuesta de promover una agenda mundial de la coo-peración al desarrollo, y tomar parte en ella como partede la sociedad civil.

Hoy, la necesidad de tejer “redes sociales” reales,en el Norte y en el Sur, en torno al cumplimiento de losObjetivos de Desarrollo, implica una modalidad de nue-vas alianzas; es la dinámica de la expansión del bien:“Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se

multiplican” (Concepción Arenal). Nosotros queremos

aliarnos con todos aquellos que buscan el bien y, sobretodo, con los más empobrecidos que mantienen su es-peranza en un mundo más justo y solidario.

nuestra alianza con los pobres tiene su fundamento:� en la conciencia del Dios-amor revelado en Jesucristo:

Él nos regala la ternura y la compasión del Padre; nosilumina el qué hacer y cómo hacerlo, sobre todocuando acoge y acompaña a los más débiles y pobres,participando en las alegrías y las penas de todos. Élilumina y aclara el verdadero misterio de la dignidad(Cfr. G.S. 22) e igualdad de todos los que formamos lafamilia humana, y habitamos y cuidamos la creación

que nos ha regalado. Esta es una llamada para todoslos hombres de buena voluntad. “…la vocación decustodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos,sino que tiene una dimensión que antecede y que essimplemente humana, corresponde a todos. Es custo-diar toda la creación, la belleza de la creación, comose nos dice en el libro del Génesis y como nos muestrasan Francisco de Asís: es tener respeto por todas lascriaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos.Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, porcada uno, con amor, especialmente por los niños, losancianos, quienes son más frágiles y que a menudo sequedan en la periferia de nuestro corazón.” (SantoPadre Francisco, Homilía en la Santa Misa en el so-lemne inicio del pontificado).

Hoy, la necesidad de tejer “redes sociales” reales, en el Norte y en el Sur, en torno al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo, implica una modalidadde nuevas alianzas.

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MANOS UNIDAS/JAVIER MÁRMOLLa sensibilidad ante el sufrimiento es independiente de la raza o de la religión de las personas.

� en las inspiraciones originales de nuestra organización:Atendiendo a nuestros orígenes, queremos seguir cui-dando la apertura al “otro”, al que tiene hambre, sed,está oprimido, le falta instrucción, está enfermo omarginado; el interés por las personas con indepen-dencia del lugar de nacimiento, sexo, raza, cultura yreligión…; la sensibilidad ante el sufrimiento de laspersonas, sobre todo de los pobres (“He visto, heoído…”, Ex 3,7); la acogida de sus necesidades y ca-pacidades; y el don gratuito de uno mismo como op-ción y estilo de vida. Con Jesús aprendemos a mirar al“otro” de manera nueva, como nos mira Dios, con-fiando en nosotros, con esperanza. En el origen denuestra organización está la mirada de la madre quese preocupa por todos sus hijos, especialmente porlos más desvalidos, y que quiere que todos ellos sedesarrollen plenamente y sean felices.

� en la misión de manos Unidas de cooperar al desarrollo:Tratamos de atraer la atención y la preocupación dela sociedad española sobre el problema de la pobrezay el hambre desde el empeño por el bien común; nosempeñamos en provocar el compromiso activo detodas esas personas. Esto lo hacemos creando espa-cios de solidaridad, de diálogo y acompañamiento, im-pulsando procesos de desarrollo integral, del quecada persona y comunidad va siendo cada vez másprotagonista. Nuestra pertenencia a la Iglesia noshace hermanos en Cristo, formando una familia, ba-sada en el amor y la reconciliación, que ilumina e im-pulsa el desarrollo fraterno de toda la humanidad.

Para nosotros, potenciar esta alianza significa, en eltrabajo concreto de la cooperación al desarrollo, ponerla atención en tres ámbitos que nacen de la búsquedadel bien común: la defensa de los derechos humanos,la atención a las personas y comunidades más vulnera-bles y la creación de espacios de diálogo entre las dis-

tintas culturas y religiones. Al focalizar sobre estos tresámbitos, nos unimos a la comunidad internacional, quetambién pretende hacer hincapié en ellos.

traBaJar en Un ProYecto común, nUestro Deseo De Un mUnDo nUevo.Como decíamos al inicio, la esperanza es un principiovital que nos invita a trabajar por algo nuevo, tanto enla vida personal como en el conjunto de la sociedad. ¿Enqué dirección debemos trabajar para construir el mun-do que queremos?A) En el nivel personal, podemos humanizar las relaciones.

Desterrando la “lógica del interés” y cultivando la “ló-gica del don”. Promoviendo la cultura del “cuidado delotro”, frente a la rutina y la insensibilidad ante el sufri-miento de los demás. Apoyando el consumo austero ysolidario, y frenando la cultura del consumo compulsivoy superfluo. Transformando la excusa “no puedo cambiarel mundo…” en la decisión “puedo hacer lo que está enmi mano”, en la familia, en la escuela, en el barrio, en laempresa, en la parroquia. Promoviendo actitudes deacogida, cooperación, diálogo y respeto, frente a la ten-dencia a la competitividad y el conflicto. Fomentando la“cultura de la vida” y la de la familia, como red social bá-sica del amor y el don, frente a la fractura social y el in-dividualismo. Salvaguardando el carácter trascendentede la persona humana, que le permite salir al encuentrode los otros en todos los ámbitos de su vida, y le permitesu desarrollo material y espiritual. Anteponiendo la ló-gica de los derechos humanos fundamentales, los de-beres y la responsabilidad, a la lógica del individualismo,los derechos particulares y las apetencias.

B) En el nivel social y político.

Se requiere fortalecer el Estado de Derecho y la demo-cracia, mejorar la cooperación internacional y favoreceruna política comercial de inversiones coherente con lasprioridades humanas. Se deben promover ordenamien-tos jurídicos que faciliten y potencien la participación yla aportación al desarrollo del sector privado y de la so-ciedad civil. Los países pobres deben mejorar su gober-nabilidad para movilizar y gestionar los recursos deforma más efectiva y equitativa, y los países ricos debenaumentar la ayuda, el alivio de la deuda, el acceso almercado y la transferencia de tecnología.

Todas estas iniciativas pueden concretarse en tresprincipios que, según Naciones Unidas, deben orientarla promoción de una Asociación Mundial por el Desarro-llo (ODM 8): (1) Los países receptores de ayuda debenliderar la gestión de la ayuda a través de una estrecha

La esperanza es un principio vital que nos invita a trabajar por algo nuevo, tanto en la vida personal como en el conjunto de la sociedad.

MANOS UNIDAS/Mª EUGENIA DÍAZ

INFORME A FONDO

Promoviendo el cuidado del otro desterraremos la lógica del interés.

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asociación con los donantes y con la sociedad civil. (2)La valoración de la eficacia de las políticas de desarrollodebe hacerse teniendo en cuenta su impacto sobre laspersonas y sus necesidades. (3) La coherencia de políti-cas, por un lado, de los países pobres, para que alcancenun desarrollo sostenible mediante propuestas que in-corporen a largo plazo claves económicas, políticas, so-ciales y ambientales, por otro, de los países ricos en susplanes de desarrollo y el resto de políticas públicas.

conclUsión Tenemos un reto grande por delante, pero no es impo-sible. En la medida en que nuestra vida se vaya pare-ciendo más a lo que queremos para todos los demás,iremos dando pasos hacia esa fraternidad universal quenos permitiría vivir mejor. Un mundo en el que las rela-ciones entre las culturas y las religiones estén regidaspor el diálogo fecundo, sólo será posible si practicamoscada uno, día a día, el diálogo fraterno con todos. Si bus-camos honestamente ser coherentes en nuestra vidacon los valores que decimos querer, y, desde esa cohe-rencia, participamos en la vida social, tendremos másautoridad para pedir honestidad y coherencia política.Podremos impulsar unas normas de mercado más justascuando nosotros seamos capaces de incorporar los va-lores de la generosidad y la solidaridad en nuestras re-laciones económicas, superando el egoísmo y la bús-queda absoluta del beneficio propio. En la medida enque cada uno de nosotros nos vayamos haciendo másresponsables de los otros, comprometiéndonos en labúsqueda del bien común, nos sentiremos legitimadospara pedir a los países más pobres que se vayan ha-ciendo más responsables de su propio desarrollo. Sóloen este camino abierto a los otros, la familia humanapodrá afrontar el desafío de acabar con la pobreza y elhambre impulsando un desarrollo integral auténtico.

Pero no basta cualquier tipo de acuerdo, asociacióno tratado internacional. Como decía Benedicto XVI enCaritas in Veritate: “Es preciso un nuevo impulso del pen-

samiento para comprender mejor lo que implica ser una

familia; la interacción entre los pueblos del planeta nos

urge a dar ese impulso, para que la integración se desarro-

lle bajo el signo de la solidaridad”. ¿Podrá ser Manos Unidas,iluminada por la fe de la Iglesia, generadora de este nue-vo impulso? Creemos que sí, y para eso trabajamos �

Departamento de Estudios y Documentación de los Servicios Centrales de Manos Unidas.

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En el origen de nuestra organización está la mirada hacia los más desvalidos.

Tenemos un reto grande por delante, pero no es imposible. En la medida en que nuestra vida se vaya pareciendo más a lo que queremos para todos los demás,iremos dando pasos hacia esa fraternidaduniversal que nos permitiría vivir mejor.

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El cartel de la Campaña 2014. Abel Rocha (autor del cartel)

UN MUNDO NUEVO, PROYECTO COMUNEn un primer golpe de vista se percibe la idea de mundo, tanto por el color azul como por la forma redonda. A medida que mevoy centrando más en el cartel, voy tomando conciencia de un mundo resuelto a base de siluetas solidarias relacionadascon los ámbitos de la educación, la sanidad, el trabajo, la igualdad, el comercio justo, la paz, el voluntariado social, la justicia, etc., imprescindibles para el desarrollo.En definitiva, se trata de ensalzar el eslogan a través de una imagen, que intenta evocar un nuevo proyecto de Mundohecho por nosotros mismos y nos involucra en su funcionamiento. La imagen conduce finalmente la mirada del receptorhacia el centro del cartel, donde resalta metafóricamente una flor creciendo en un mundo próspero y fértil �