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U
UNIVERSIDAD
AUTONOMA DE TAMAULIPAS
Facultad de ingeniería y ciencias.
Fertirrigacion
Aarón Isain Melendres Álvarez.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
INDICE
SITIACION ACTUAL DE LA FETIRRIGACION
Situación actual y perspectiva del consumo de fertilizantes.
Estimación de consumo de fertilizantes en los próximos años.
Fertilizantes y medio ambiente.
Fertirrigacion racional de los cultivos. Fertirrigacion.
Bibliografía.
FERTIRRRIGACION ASPECTOS BASICOS
Situación actual del sistema de Fertirrigacion.
Ventajas e inconvenientes.
Hidroponía y Fertirrigacion.
Esquema del proceso de Fertirrigacion.
Temas básicos de la Fertirrigacion.
Interacción entre la solución fertilizante y agua de riego.
CÁLCULO Y PREPARACIÓN DE SOLUCIONES FERTILIZANTES
Cálculos de las cantidades de fertilizantes necesarias para preparar la disolución ideal u optimizada por
hidroponía teniendo en cuanta la calidad de agua de riego.
Preparación de la disoluciones con fertilizantes”a la carta”.
Problemas tipo de Fertirrigacion.
Manejo de fertilizantes simples, sólidos y ácidos.
Manejo de fertilizantes complejos.
Manejo de fertilizantes complejos líquidos concentrados.
Bibliografía
Aaron Isain Melendres Alvarez.
CABEZAL DE RIEGO
Filtrado.
Hidrociclones.
Filtros de mallas.
Filtros de arena.
Filtros de anillas.
Inyección de fertilizantes.
Tratamiento de las obturaciones.
Bibliografía
PROGRAMACIÓN DE RIEGO
Método del balance del agua del suelo.
Valores del agua del suelo.
Programación de riego.
Métodos basados en parámetros del suelo. Uso del tensiómetro para decidir los riegos.
Métodos basados en parámetros de planta.
Otras consideraciones.
Bibliografía.
FERTIRRIGACION EN FRUTALES
Fertirrigacion de cítricos.
Relación agua suelo planta.
Necesidades de agua.
Dosis de riego.
Frecuencia de riego.
Crecimiento y producción de los cítricos en relación con los déficits hídricos.
Riego con escasez de agua.
Bibliografía.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
FERTIRRIGACION RACIONAL DE CÍTRICOS.
Calculo de las dosis anuales de abonado.
Optimización de la dosis recomendada.
Disoluciones fertilizantes de partidas.
Diagnostico de nutrición.
Diseño y formulación de las soluciones fertilizantes.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Introducción Hoy en día las superficie cultivadas son limitadas, tienden a reducir como
consecuencia del crecimiento de las zonas urbanas y del deterioro debido a la
salinidad, la erosión y la desertización, y desde un punto de vista de conservación
de nuestro hábitat, no podemos destinar mas superficie al cultivo en detrimento de
las grandes masas forestales.
Teniendo en cuentas estas delimitaciones, el aumento de la producción de
alimentos y fibras solo puede venir como consecuencia de una intensificación de
la agricultura, es decir, obtener un mayor rendimiento por unidad de superficie de
tierra cultivada.
Para obtener mejores rendimientos de los cultivos, y por lo tanto una mejora de la
producción de los alimentos y de su calidad, debemos utilizar mas eficientemente
los recursos naturales, como son la tierra, el agua y los nutrientes que podemos
extraer de la naturaleza, potenciando, al mismo tiempo, el estudio de nuevas
tecnologías que nos permiten desarrollar cultivos mas eficientes, y que al mismo
tiempo, nos permiten obtener productos agrícolas seguros y de calidad.
Sin embargo una aplicación mas eficientes en los recursos naturales, si bien
necesaria, no es suficiente ante el escenario descrito; necesidad de aumentar la
cantidad de alimentos asegurando su calidad y escasez de zonas destinadas a los
cultivos.
Es por ello por lo que desempeña un papel absolutamente importante
imprescindible, y lo hará aun con mas fuerza en el futuro, el sector de los
fertilizantes minerales. Sector que hace posible aumentar el rendimiento de los
cultivos sin tener que aumentar la superficie cultivable.
En definitiva, la producción de alimentos en las condiciones descritas, es decir, en
cantidad y calidad, y considerando la limitaciones de los recursos naturales y la
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Superficie cultivable, requiere una fuente de nutrientes adicionales que los suelos
no poseen y que solo los fertilizantes minerales pueden proveer en las cantidades,
formas y épocas que las plantas requieren para el desarrollo de cada uno de los
estados fenológicos.
Por lo tanto, y partiendo de una absoluta necesidad de la aplicacipon de los
fertilizantes minerales en el futuro, la cuestión fundamental es su correcto empleo,
compaginando los esfuerzos para obtener altos rendimientos de alimentos con los
criterios de una agricultura sostenible, que sea respetuosa con el medio ambiente.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Fertirrigacion.
Fertirrigacion o fatigación, son los términos para describir el proceso por el cual los
fertilizantes son aplicados junto con el agua de riego. Este método es un
componente de los modernos sistemas de riego a presión como; aspersión, micro
aspersión, pivote central, goteo, exudación, etc. Con esta técnica, se puede
controlar fácilmente la parcialización, la dosis, la concentración y la relación de
fertilizantes.
En algunos países como USA, Israel, Holanda, Italia y España la Fertirrigacion es
una técnica generalizada, principalmente con el desarrollo de modernos sistemas
de irrigación y por la calidad de los fertilizantes. Además, las áreas agrícolas en
otros países desarrollados y en vías de desarrollo, las áreas agrícolas bajo riego a
presión son cada día más grandes e involucran cultivos que bajo otras condiciones
no hubiera sido posible desarrollar.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Evolución de la demanda de nutrientes.
A nivel mundial.
El consumo mundial de nutrientes en la campaña 2003/2004 fue superior a los 141
millones de toneladas, de los que 85 son de N, 33 son de P2O5 y 23 son de K2O.
como se puede ver en la fig. 1.1 hace 20 años el consumo total era de 115
millones de toneladas, lo que supones que el crecimiento global en dicho periodo
ha sido de un 22%, este fuerte incremento se debe, fundamentalmente, al
consumo de nitrógeno.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Si estudiamos el consumo mundial a lo largo de las décadas, veremos que
durante los años 60 y 70 hubo un paulatino aumento del consumo de todos los
nutrientes, mas agudizado en el nitrógeno. A fines de los 80 se empezó a frenar
esta demanda tan fuerte, llegando a producirse una continua disminución del
consumo que en los años 93-94 llego a un mínimo, para luego ir aumentando
hasta nuestro tiempos actuales, pero de la forma menos pronunciada que es en
las décadas anteriores.
A nivel de marcado mundial hay varios factores que influyen en los equilibrios
oferta/demanda de fertilizantes, el desfase actual entre producciones y consumo
interno de los países del este y el concreto Rusia, con influencia en los precios de
los nitrogenados, el marcado de china por su gran magnitud y por que en el se
están produciendo grandes cambios de orientación en cuanto al uso de materias
orgánicas y posibles tasa a las importaciones de fertilizantes, y el mercado de la
india, en el que se esta incentivando el uso de fertilizantes.
Si analizamos el consumo mundial en función del nivel de desarrollo de los países,
podemos decir que del consumo total de nutrientes, los países desarrollados *
consumen un 35 %, mientras que los países en vías de desarrollo** consumen un
65 ‘%.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Por otra parte, hay que destacar que en la actualidad china, que forma parte del
grupo de los países del este de Asia, consume casi el 28 % del consumo mundial
de nutrientes y consume el 77 % de los nutrientes totales de los países en vías de
desarrollo, al consumir en el año 2002/2003; 39 millones de toneladas de
nutrientes.
Como fuerte consumidos mundial en nutrientes de fertilizantes le sigue EEUU, con
un porcentaje cercano al 14 % (19 millones de toneladas ), a continuación india
con un 11 % (16 millones de toneladas), Europa occidental con otro 11 % (15.4
millones de toneladas), y Brasil con un 5.4 % ( 7.6 millones de toneladas).
Las previsiones globales para 2003/2004 prevén que el consumo de fertilizantes
fosfatados progresaran mucho mas rápidamente que la demanda de nitrogenados
y potásicos.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Si estudiamos el consumo en la campaña 2002/2003 por países europeos, Francia
es el mayor consumidor con 3,9 millones de toneladas nutrientes, seguido de
Alemania con 2,6 millones de toneladas y a continuación estaría España con 2,2
millones de toneladas, después le seguiría Reino Unido (1,8) y a continuación
Italia (1,6).
Pero más que el valor absoluto del consumo por países, lo que interesal ñar es el
consumo relativo por hectárea cultivada que evidencia el mayor o m uso que los
agricultores están haciendo de los fertilizantes. Es obvio que la comparación no es
homogénea por la distinta climatología de cada país, los diferentes
aprovechamientos y rendimientos desiguales de los cultivos, las variadas alterna
tivas, etc., pero sí proporciona una cierta orientación. España, como aparece e
tabla 1. 1, está por debajo de la media europea, mientras que hay países como Ho
da que se encuentra por encima de la media de consumo por superficie cultivada.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
A nivel mundial
El pronóstico de la FAO relativo a la producción mundial de se cifra ahora en un
volumen sin precedentes de 2.042 millones de tn, un' 8,4% más que el año
anterior. De cumplirse las proyecciones, y aun teiiñdÓ1encuenta una mayor
utilización mundial de cereales prevista en 2004/2005* debería registrarse un
excedente importante por primera vez desde 1999/2000. Lo cual significa que las
reservas mundiales de cereales deberían aumentar al final de las campañas de
2004/2005, un dato positivo para la seguridad alimentaria mundial tras las
fuertes reducciones experimentadas en los últimos cuatro años. La reposición se
prevé principalmente entre los mayores exportadores de cereales de los países
desarrollados, cuyo porcentaje de existencias mundiales de trigo y cereales
secundarios alcanzará un nivel muy superior a la media de los últimos años.
Otro hecho positivo para la situación mundial de los cereales sería la disminución
prevista en la tasa de agotamiento de las reservas de China, debida
principalmente a una fuerte recuperación de la producción. En los últimos años la
gran reducción de las existencias registrada en China ha representado la mayor
parte del agotamiento de las existencias mundiales.
En términos generales, la FAO ha estimado un incremento en la producción de los
cultivos para el año 2030 de aproximadamente un 57 % respecto a la producción
1995/1997. Estos incrementos implican unas necesidades de fertilizantes
crecientes, que serán más altos en los países en vías de desarrollo que en los
países desarrollados. Los que están en vías de desarrollo deberán aportar para el
Aaron Isain Melendres Alvarez.
2030 el 72 % de la producción agrícola mundial en comparación con el 53 % que
ocupaban en 1961/1963.
En su previsión, la FAO cifra en 167 millones de nutrientes (N+P205 + K20) las
necesidades para el año 2015 y en 199 millones de nutrientes (N+P205 + K2O)
para el año 2030. Estos incrementos suponen crecimientos anuales de entre el 0,7
y el 1,3 %. Los mayores incrementos se esperan en el Sur y Este de Asia y en el
Norte y Sur de América.
El sector de los cultivos oleaginosos continuará creciendo en los países en
desarrollo, experimentando fuertes cambios estructurales y todo ello conducirá a
que siga intensificándose la agricultura en estos países, en los que se cultivará y
regará una superficie mayor y se obtendrán mayores rendimientos.
Fertilizantes y medio ambiente. Bockman et al. (1990)
El inicio del movimiento medioambiental, hace 30 años, ha tenido un profundo
impacto en el mundo. Cada vez son más las personas que están preocupadas por
las amenazas a la naturaleza, al medio ambiente, y, por último, contra el hombre
como consecuencia de las prácticas industriales y sociales.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Entre estas amenazas se incluyen la polución, la destrucción de hábitats, el
agotamiento de los recursos minerales y biológicos, los posibles cambios en los
patrones del tiempo ocasionados por la quema de los combustibles fósiles, el
efecto invernadero, la destrucción de la capa de ozono y las posibles conexiones
entre estos factores y el cáncer y otras enfermedades.
Tenemos serias razones para estar preocupados por el medio ambiente en
nuestro planeta. El extraordinario crecimiento de la población mundial durante los
últimos siglos (un crecimiento que continúa) y el aumento en el consumo per
cápita, están ejerciendo una gran presión sobre los recursos y el medio ambiente.
En la mayoría de los casos, los efectos son locales, pero hay signos de que la
totalidad del medio ambiente está cambiando debido a la acción del hombre.
La agricultura moderna es considerada por muchos como una de las principales
contribuidoras a las enfermedades medioambientales actuales. La agricultura se
considera una de las principales fuentes de contaminación (eutrofización de las
aguas dulces y marinas, incremento de las concentraciones de nitrato en las
aguas subterráneas y superficiales, y residuos de pesticidas en el suelo, el agua y
los alimentos).
Es cierto que los agricultores han sido menos conscientes en lo relacionado con el
medio ambiente que lo que se hubiera deseado, y se necesita una normativa
apropiada y cambios de las prácticas actuales.
La industria de los fertilizantes no ha escapado intacta del debate público sobre los
aspectos medioambientales de la agricultura moderna. Según algunas opiniones,
la utilización de fertilizantes minerales es la raíz de muchos problemas
medioambientales de la agricultura.
Y aún más, a menudo el público en general considera que las plantas de
fertilizantes son parte de las "industrias chimenea", lo que contribuye en gran
medida tanto a la contaminación local como a la global.
La industria de los fertilizantes ha estado tratando aspectos medioambientales
durante los últimos 25 años, y es mucho lo que se ha conseguido. De todas
formas, la industria tiene todavía una enorme tarea que llevar a cabo. Primero
debe tratar de resolver los problemas medioambientales todavía existentes
asociados con la producción de fertilizantes. En segundo lugar proporcionar
asesoramiento al sector agrícola sobre el uso correcto de los productos. Por
último, pero no por ello menos importante, debe presentar la realidad de la
Aaron Isain Melendres Alvarez.
agricultura moderna y del uso de los fertilizantes a las personas que toman las
decisiones y al público en general.
Los aspectos relacionados con la agricultura y el medio ambiente son muy
complejos. El conocimiento científico es muy amplio en este campo. El debate
público no siempre refleja estos estudios. Es de una importancia clave utilizar lo
que se conoce, e ir en busca de nuevos conocimientos cuando se necesiten. Las
acciones reguladoras basadas en estudios insuficientes pueden llevar a
situaciones en las que es peor el remedio que la enfermedad.
A continuación presentamos un breve análisis de parte del trabajo llevado a cabo
en Yara Iberian en estas áreas durante los últimos años. En el informe "Agricultura
y Fertilizantes" puede encontrarse una versión más completa del material relativo
a los aspectos medioambientales del uso de fertilizantes.
Misión de la industria de fertilizantes: alimentar a la población
La industria de los fertilizantes es a nivel mundial una gran industria en expansión.
Su tarea fundamental es proporcionar a la agricultura nutrientes para plantas, de
forma que las plantas puedan utilizarlos para desarrollarse (tabla 1.3). La Industria
hace esto mediante la fijación del nitrógeno en el aire para la producción de
amoniaco, la explotación de roca fosfatada y su conversión a fosfatos solubles y
potasa mineral.
Los nutrientes de plantas se suministran a la agricultura en varias formas físicas y
composiciones químicas, tabla 1.3, con un volumen total del orden de los 400
millones de toneladas/año.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Los fertilizantes, como contribución a la agricultura, son responsables de más del
40 % de la producción mundial de alimentos. Esta participación aumentará a
medida que aumente la población mundial (fig. 1.7), y se ponga límite a las nuevas
tierras para cultivos.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Retos medioambientales
Los retos medioambientales de la industria de los fertilizantes pueden clasificarse
en dos grupos: los relacionados con la producción de fertilizantes, y los
relacionados con el uso de fertilizantes en la agricultura.
. Producción de Fertilizantes. Plantas y Procesos
Los principales retos para la industria en este campo son los siguientes: •
Emisiones de las fábricas a la atmósfera y al agua.
• Contribución de la producción de fertilizantes al efecto invernadero global y a la
destrucción de la capa de ozono.
• Sostenibilidad de la producción de fertilizantes-confianza en recursos no
renovables.
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. Emisiones a la atmósfera y al agua procedentes de las fábricas
En la fig. 1.8 se muestra una representación simplificada de la producción de
fertilizantes, y de cómo se relacionan entre sí las diferentes fases del proceso.
Es esencial para la Industria de los Fertilizantes, al igual que para otras industrias,
operar según los estándares aceptables en lo que respecte a emisiones a la
atmósfera y al agua. Hasta el momento la normativa ha sido nacional pero como
consecuencia de que los diferentes gobiernos son conscientes de que, desde el
punto
La industria de los fertilizantes ha estado trabajando intensamente durante los
últimos 20-30 años para hacer que sus unidades de producción sean razonables y
aceptables desde el punto de vista medioambiental. En países como Noruega, al
sustituir unidades antiguas por otras nuevas, las emisiones a la atmósfera y al
agua se han reducido en más del 90 % por unidad de fertilizante producida.
Un importante reto medioambiental asociado con la producción de fertilizantes que
contienen fosfato está relacionado con su extracción y las impurezas
Aaron Isain Melendres Alvarez.
(particularmente cadmio) en los alimentos (roca fosfatada) y la coproducción de
yeso en la producción de ácido fosfórico.
En la extracción de roca fosfatada, al igual que en cualquier operación minera, se
deben tomar medidas de seguridad satisfactorias para evitar la polución de las
aguas subterráneas. Además en el caso de la explotación a cielo abierto, la
recuperación de la tierra es obligatoria en muchas áreas y, a su debido tiempo,
probablemente esta recuperación será introducida en todos los lugares. Asimismo,
la correcta manipulación del yeso fosforado es esencial para evitar problemas
medioambientales. El yeso en sí mismo no es el problema. Es un mineral que
surge de forma natural, y un constituyente del agua marina. El problema estriba en
el drenaje de las aguas que contienen fosfato a las aguas subterráneas. En
occidente existe un contacto directo con los productores y las autoridades para
desarrollar una eliminación satisfactoria del yeso desde el punto de vista
medioambiental. La experiencia de la eliminación del yeso al mar está
desapareciendo, debido a la eutrofización de las aguas costeras.
Para las rocas ígneas, tales como fosfato de Kola, el nivel de impurezas no es un
problema. Para algunas de las rocas sedimentarias, que representan la mayor
parte de las reservas de fósforo, el contenido de cadmio puede ser muy alto (tabla
1.4). A muy largo plazo, desde la perspectiva de la agricultura económicamente
viable, el uso de estas rocas como fuente de P205 es considerado dañino, puesto
que el cadmio puede acumularse en el suelo, y en última instancia llega a ser un
peligro para la salud del hombre debido a su absorción por las plantas.
La industria de los fertilizantes es plenamente consciente de que debe
proporcionar productos que no contribuyan a la acumulación dañina de metales
pesados en el suelo.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En la actualidad, no existe en la práctica un proceso completo de eliminación del
cadmio. Sin embargo, estamos llegando a soluciones técnicas para este problema.
Lo que está claro es que tales esquemas de eliminación incrementarán
substancialmente el coste del P205. Las autoridades reguladoras Europeas están
contemplando la introducción de límites de cadmio en los fertilizantes.
La contribución de la producción de fertilizantes al efecto invernadero global
y la destrucción de la capa de ozono
Además de limitar las emisiones de nutrientes de las plantas a la atmósfera y al
agua, la industria se enfrentará a cuestiones referentes a su contribución al efecto
invernadero global y a la eliminación de la capa de ozono. La producción de
fertilizantes emite (CO2) (producción de amoniaco) y óxido nitroso (N20)
(producciones de ácido nítrico), ambos son gases "invernadero" (tabla 1.5).
Las emisiones de CO2 en la producción de amoniaco es algo inevitable con la
tecnología actual basada en productos petroquímicos. Sin embargo, el grado de
las emisiones de CO2 es algo que puede verse afectado por la elección de las
materias primas. Afortunadamente el gas natural, que es la materia prima más
común para la producción de amoniaco, es también la materia prima con la
producción más baja de CO2 por tonelada de amoniaco:
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Además, el consumo de energía por tonelada de amoniaco se convierte en un
aspecto más importante, puesto que las emisiones de CO2 son directamente
proporcionales al consumo de energía (tabla 1.6).
En el consumo general de combustibles fósiles en el mundo, la producción de
fertilizantes supone alrededor de un 2 %. Sin embargo, debe tenerse en cuenta la
posición exclusiva de los fertilizantes: su habilidad para eliminar CO2 de la
atmósfera al promover el crecimiento biológico, y para mantener carbón orgánico
en el suelo.
Las emisiones de N20 asociadas con la producción de fertilizantes proceden
principalmente de la producción de ácido nítrico. El óxido nitroso es un derivado de
la oxidación del amoniaco, y se encuentra presente en el efluente del proceso.
Hasta hace poco, el N20 se consideraba un gas inerte no dañino, que se
encontraba de forma natural en el aire. En la actualidad se reconoce como un gas
de efecto invernadero, que también reacciona con la capa de ozono en la
estratosfera, donde causa tanto la destrucción de ozono como su formación. El
efecto neto no está muy claro. Aunque se encuentra presente en concentraciones
en el aire muy pequeñas, las propiedades de atrapar el calor del óxido nitroso son
aproximadamente 200 veces mayores que las del CO2, y el tiempo de destrucción
en la atmósfera es de alrededor de 150 años. Por lo tanto, existen razones para
explorar formas y medios de eliminar el N20 del proceso.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
. Sostenibilidad de la producción de fertilizantes
Un motivo de queja sobre la industria de los fertilizantes es que está basada en
fuentes no renovables. Es importante sin embargo, presentar al público la visión
de este tema:
• Que la producción del nitrógeno en la actualidad supone solamente el 2 % del
consumo anual de hidrocarburos, y que el amoniaco puede obtenerse de otras
formas.
• A muy largo plazo el nitrógeno puede, a gran escala, conseguirse de forma
biológica para satisfacer la necesidad de alimentos. La comunidad científica utiliza
activamente con este fin las nuevas técnicas biotécnicas.
• Que el P es uno de los elementos más comunes en la superficie de la tierra y
que hay una gran reserva de P.
Sin embargo, es igualmente importante para la sociedad el promover el reciclaje
de los nutrientes de plantas. La cuestión no es, por ejemplo, si el fertilizante es
mejor que el estiércol o el fango de las aguas residuales. Todos los nutrientes
contienen residuos que pueden ser reciclados, siempre que sea posible. A largo
plazo, las tecnologías apropiadas para el reciclaje de residuos de trientes para la
agricultura se desarrollarán y se colocarán en el lugar que les corresponde.
Agricultura, el uso de fertilizantes y el medio ambiente
El debate público sobre el uso de fertilizantes y el medio ambiente en los p ses
occidentales dura ya varios años. Los participantes en este debate pertenec a
todas las clases sociales, y representan puntos de vista diferentes.
Los aspectos principales son:
• Escorrentía de los campos, eutrofización de las aguas interiores y coster • Nitrato
en el agua potable.
• Nitrato y salud.
• Acumulación de metales pesados en el suelo.
• Continuidad de la agricultura basada en la utilización de fertilizantes.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
• Emisiones de óxidos nitrosos y emisiones de amoniaco de la agricultura.
En las primeras fases, el debate estuvo dominado por aquellos que sostenían que
los fertilizantes eran productos químicos venenosos que destruían el medio
ambiente y envenenaban los alimentos y por lo tanto deberían prohibirse.
La Comunidad Agrícola (y la Industria de los Fertilizantes) salieron a la defensiva
en este debate. Se encontró poco apoyo en las instituciones académicas y las
estaciones de investigación que están relacionadas con la agricultura. En muchos
aspectos, algunos consideraban a los expertos parte de la agricultura moderna,
por lo tanto no confiaban en ellos.
Hoy en día la discusión es, por lo general, más equilibrada y se discuten 1 temas
relevantes con más conocimiento y menos pasión. A continuación, prese taremos
brevemente nuestra visión sobre algunos de estos temas.
La necesidad de fertilizantes. Eliminación de nutrientes de las plantas con
cosecha. El simple listado de los nutrientes de las plantas que se eliminan con
cosecha pone de manifiesto la necesidad de fertilizantes. La fertilización apropiada
es el mantenimiento de los niveles óptimos de nutrientes en el suelo a largo plazo.
Sostenibilidad. Efectos del uso de fertilizantes a largo plazo (fig. 1.9). H quien
afirma que el suelo se "cansa" y pierde su fertilidad con el paso del tiempo por el
uso de fertilizantes. Los experimentos a largo plazo en el Reino Unido (150 años)
y en Alemania, muestran la continuidad de la fertilidad del suelo c el uso de
fertilizantes.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Desarrollos globales en la cosecha de grano y el origen de los nutrientes (fig.
1.10). La eficacia de la agricultura moderna queda demostrada por el aumento de
las cosechas. Hay muchas razones para que esto suceda, siendo las principales el
aumento de la fertilización y el desarrollo de las plantas. Si el fin de la agricultura
es alimentar a la población en el futuro, este desarrollo debe continuar. La
disponibilidad de agua es una cuestión clave.
La disponibilidad de tierra para la agricultura está disminuyendo. La mayoría de las
reservas están en las regiones de las selvas tropicales, y el estado natural de
éstas debería preservarse por razones ecológicas.
El destino de los fertilizantes (tabla 1.7). Las filtraciones de nitrato por la
agricultura son un tema fundamental para el medio ambiente y la salud, en
particular en lo que respecta al uso de estiércol y fertilizantes. El debate en la
actualidad no se centra en si se deberían tomar medidas para prevenir el deterioro
de los recursos de agua, sino qué medidas son las apropiadas cuando se toman
en cuenta los efectos y los beneficios.
La filtración de nitrato depende de muchos factores aparte del índice de
fertilización, por ejemplo, suelos, cosechas, rotaciones, topografía y modelos
climatológicos. La aplicación de principios de sentido común (que son parte de lo
que a veces denomina "buenas prácticas agrícolas" en los Estados Unidos y
Europa), reduce las filtraciones de nitrato a un mínimo. Algunos de estos principios
se listan a continuación:
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Los cultivos como los cereales tienen sistemas radiculares profundos y grandes,
que consumen el nitrógeno soluble del suelo. Los análisis de suelo muestran muy
poca o ninguna presencia de nitrógeno soluble al final de la estación de
crecimiento. Las medidas de lixiviados en la tierra cultivada se muestran en la fig.
1.11 Se debería apreciar que el grado óptimo de cosecha coincide con la cantidad
mínima de nitrato lixiviado por unidad de cosecha producida.
Casi todo el nitrato lixiviado en otoño e invierno procede de la mineralización de
los productos orgánicos en el suelo.
En el estiércol, parte del nitrógeno está en forma soluble, principalmente en urea y
amonio. Actuará de la misma forma que el nitrógeno fertilizante. Sólo puede
disponerse de nitrógeno orgánico después de una mineralización gradual. Esto se
extenderá a lo largo de muchas estaciones de cultivo. La aplicación de nitrógeno
como estiércol debe, por lo tanto, ser mayor que la de nitrógeno fertilizante de
forma que se obtengan las mismas cosechas, fig. 1.12. Parte del nitrógeno
Aaron Isain Melendres Alvarez.
orgánico residual se mineralizará en otoño y correrá el riesgo de ser lixiviado
durante el invierno.
La principal causa de la pérdida de fosfato es la erosión. La filtración de fosfatos
inorgánicos es insignificante. La migración de fosfatos por debajo del perfil del
suelo se muestra en la fig. 1.13. Apenas pudo apreciarse enriquecimiento bajo la
capa de arado. Si se evita la erosión y se siguen las "buenas prácticas agrícolas",
los fosfatos inorgánicos no representan un problema medioambiental.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Nitrato en el agua potable/Nitrato y salud
Existe una gran preocupación por el contenido de nitrato en el agua potable. Se
cree que la ingestión de nitratos causa "bebés azules" y cáncer. Sólo pretendemos
apuntar que la metahemoglobinemia (bebés azules) ha desaparecido casi por
completo en Europa Occidental y en los Estados Unidos y que, en 1985, la OMS
concluyó: "No hay evidencia de la relación entre el cáncer gástrico y el consumo
de agua potable que contenga niveles de nitrato hasta un máximo de 10 mg N/l
(45 mg NO3/1). No se ha encontrado tampoco una evidencia epidemiológica clara
que relacione el cáncer gástrico y el agua potable con niveles más altos de nitrato,
pero no se puede desechar una relación debido a lo inapropiado de los datos
disponibles. El cáncer gástrico está reduciéndose en la mayoría de los países y el
riesgo debido al nitrato, si es que lo hubiera, aparecería restringido a individuos
con condiciones asociadas con una baja acidez gástrica, más que a la población
en general. Hay muy pocos estudios que hayan considerado que los cánceres
humanos que no sean los gástricos tengan relación con los nitratos, y ninguno de
estos estudios da evidencia convincente de que la ingestión de nitrato influencie la
incidencia de cáncer de otro tipo".
El nitrato se encuentra presente en la comida y en la bebida. Como fuente
principal de nitrato tenemos a las verduras. Por término medio, en el mundo
occidental, un adulto tiene una ingestión de nitrato de unos 70 mg de nitrato/día a
través de verduras; los vegetarianos toman aproximadamente tres veces más.
Además, el cuerpo humano produce alrededor de 30-60 mg/día de nitrato como
parte del metabolismo normal.
Es esencial mantener el agua que consumimos tan pura como sea posible, pero
deberíamos recordar que el nitrato no es extraño al hombre. El límite actual de 50
mg/1 de nitrato en el agua potable (OMS y CEE) debería representar un
considerable margen de seguridad.
El consumo de energía en la producción de fertilizantes, la agricultura y el sector
de alimentación (tablas 1.8 y 1.9). Una de las objeciones contra los fertilizantes es
el alto consumo de energía en su producción. Como se puede apreciar en estas
figuras, la utilización de energía en la producción de fertilizantes supone alrededor
del 10-20 % de la energía utilizada en el sector de alimentación.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Oxidos nitrosos y emisiones de amoniaco de la agricultura. El óxido nitroso en la
atmósfera procede principalmente de procesos microbianos en el suelo. El
cómputo anual era de unos 10 millones de toneladas de N, que en este siglo ha
aumentado en unos 5 millones de toneladas/año. La contribución esperada de
este aumento al calentamiento global es del orden de un 5-10 %.
No se conocen las fuentes del óxido nitroso extra. La utilización de fertilizantes
aumenta las emisiones en el suelo; pero la mayoría de las mediciones realizadas
encuentran menos de 1 % del N aplicado perdido como N20. Una pérdida del 1 %
implica una contribución del 15 % aproximadamente a las emisiones
antropogénicas globales.
Se sabe que las emisiones de óxido nitroso del suelo dependen de la forma en
que se trabaje, por ejemplo: cultivo, administración del agua, abono con cal y
utilización de residuos de la cosecha y estiércol. Los conocimientos actuales son
Aaron Isain Melendres Alvarez.
demasiado incompletos como para permitir la formulación de directrices para la
práctica correcta.
El amoniaco en bajas concentraciones (340 ppbv) es un constituyente natural del
aire; las plantas toman y emiten amoniaco. Antes se pensaba que ésta era la
fuente principal del nitrógeno de las plantas, ahora se sabe que es una fuente
mínima. Pero la volatilización del amoniaco y su deposición son una parte
importante del ciclo del nitrógeno. Las emisiones están aumentando,
especialmente en las regiones que se especializan en la ganadería. Más del 80 %
del amoniaco en el aire en Europa procede de los animales y del estiércol animal.
La emisión directa e indirecta de amoníaco por la aplicación de fertilizantes es una
fuente menor del amoniaco atmosférico en Europa. La parte que procede de los
fertilizantes puede ser mayor en otras partes del mundo, donde la urea es el tipo
de fertilizante dominante. La urea es el fertilizante más propenso a la pérdida de
amoniaco.
Fertilización racional de los cultivos.
La agricultura intensiva e incluso, en algunos casos, la extensiva se está
polarizando hacia condiciones de cultivo cada vez más controladas, con el fin de
aumentar los rendimientos. Se utilizan nuevos sustratos con propiedades
hidrofísicas óptimas, fertilizantes de liberación lenta o semicontrolada y nuevas
tecnologías para la aplicación de fertilizantes que permiten sincronizar las
exportaciones diarias del cultivo con los aportes de nutrientes. En esta situación, el
sistema denominado fertirrigación ha experimentado un desarrollo exponencial
paralelo a los sistemas de riego localizado, aunque lamentablemente las
normativas de la aplicación de fertilizantes por dicho sistema van notablemente
más retrasadas que las alternativas de riego. Paradójicamente en muchos casos
se están aplicando los fertilizantes con las ideas tradicionales y con los sistemas
de riego más avanzados.
Por otra parte, es necesario utilizar al máximo posible los recursos naturales
como: fijación biológica del Nitrógeno, aprovechamiento de residuos de cosechas,
etc., y complementar las necesidades de nutrientes de los cultivos con una
aplicación adecuada de fertilizantes. Esta aplicación se debe realizar en base a un
correcto diagnóstico de suelos, plantas y aguas de riego y, por otra parte, se
deben utilizar las nuevas tecnologías que permiten un fraccionamiento de los
Aaron Isain Melendres Alvarez.
fertilizantes. Estas nuevas tecnologías presentan su máxima eficacia cuando se
sustituye el suelo por sustratos alternativos. Estos sustratos se fabrican con unas
propiedades físicas óptimas que permiten un buen control de nutrición con
disoluciones fertilizantes adaptadas a las necesidades de cada cultivo. Este
sistema de cultivo con sustratos puede evitar la contaminación de los suelos si se
logra la recirculación de las disoluciones fertilizantes.
Además, los nuevos productos como los fertilizantes de liberación lenta, tanto
orgánicos como minerales, y las disoluciones concentradas fertilizantes para hacer
un abonado "a la carta", pueden facilitar una fertilización racional que evite
excesos, desequilibrios y contaminaciones.
En primer lugar, hay que considerar los conceptos básicos de la fertilidad y de la
química del suelo para poder razonar una fertilización. El papel de los coloides del
suelo, las características de la disolución del suelo, los conceptos de pH y
potencial redox y la dinámica de nutrientes se deben utilizar en cada caso para dar
una buena recomendación de abonado al agricultor. El diagnóstico de suelos,
aguas de riego y plantas lleva consigo una serie de determinaciones analíticas que
permiten recomendar enmiendas y abonados de fondo para mejorar los índices de
fertilidad, y los abonados de cobertera para un cultivo determinado, según sus
necesidades específicas, y en relación a un sustrato y unas condiciones climáticas
definidas.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En el esquema de la fig. 1.14 se indica el método a seguir para realizar una
fertilización racional de los cultivos. Destaca la nueva tecnología para el abonado
de cobertera denominada fertirrigación.
En primer lugar debe realizarse la toma de muestras según las correspondientes
normativas oficiales puesto que en este paso se cometen los errores más altos en
todo el proceso para la recomendación de abonado.
El análisis de suelo debe interpretarse en función de su interacción con el análisis
de agua de riego y planta, según se explica en el capítulo 5 de la presente obra.
Según el diagnóstico resultante del suelo, agua y planta, estamos en condiciones
de seleccionar los cultivos más adecuados en base a su tolerancia a diferentes
características del sustrato o suelo y a los diferentes parámetros nutritivos
considerados.
Antes de iniciar la fertilización de fondo hay que mejorar algunas características
del suelo para lograr la máxima eficacia del abonado, como, por ejemplo,
corrección del pH, eliminación de salinidad y sodio, mejora de la estructura y
textura del suelo, etc.
La fertilización de fondo se realizará para la corrección de los índices de fertilidad
y creación de reservas en el suelo, a ser posible en dosis bajas de unidades
fertilizantes y fundamentalmente de P y K.
La utilización de fertilizantes de liberación lenta u organominerales en cantidades
relativamente bajas nos puede solucionar la fertilización de fondo evitando
excesos y contaminaciones. Con todo lo anteriormente expuesto, se procederá a
realizar las denominadas enmiendas previas a la fertilización.
Para realizar una fertilización racional es imprescindible ajustar la fertilización de
cobertera a las necesidades de los cultivos. Por el método tradicional es necesario
seleccionar adecuadamente los fertilizantes, dosificarles según las exportaciones
reales del cultivo conociendo los rendimientos medios de varios años y los
contenidos de nutrientes en el fruto y elegir bien las épocas de aplicación en cada
caso.
Es indudable que para considerar todo lo que hemos comentado en el presente
capítulo respecto al medio ambiente y al código de buenas prácticas agrícolas es
mucho más lógico realizar el abonado de cobertera por el sistema de fertirrigación
siempre que las condiciones del cultivo lo permitan.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
La posibilidad de fraccionar la fertilización de cobertera en todos y cada uno de los
días del ciclo de cultivo y adaptar la dosis diarias a las condiciones ambientales,
momentos fenológicos, etc., nos permitirá acercarnos a un sincronismo entre las
aplicaciones de fertilizantes y las exportaciones de las plantas.
En resumen, el sistema de fertirrigación es la solución óptima para completar una
fertilización racional, incluso aprovechando simultáneamente los recursos
naturales dentro de la denominada agricultura sostenible.
En los capítulos que siguen se exponen numerosos datos que intentan explicar la
compleja casuística de la fertirrigación en base a la experiencia de más de 30
años de diversos profesionales especialistas en los diferentes capítulos en que se
ha dividido la obra que presentamos. Se comienza por los conceptos básicos, y se
continúa con los materiales fertilizantes, disoluciones fertilizantes, diagnóstico,
programación del riego y sustratos. En los apéndices de la obra se citan los datos
experimentales originales obtenidos por los autores en once cultivos hortícolas,
frutales y ornamentales con una amplia casuística de sustratos, aguas de riego y
condiciones ambientales.
Por último se presenta información sobre disoluciones fertilizantes para la
fertirrigación de un considerable número de cultivos.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Bibliografía
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Aaron Isain Melendres Alvarez.
FERTIRRIGACIÓN. ASPECTOS BÁSICOS
Situación actual del sistema de fertirrigación
El riego localizado presenta numerosas ventajas respecto al sistema de riego
tradicional en relación a la utilización de aguas salinas y al ahorro de agua. Sin
embargo, en los últimos años se ha demostrado que las mayores posibilidades de
este sistema de riego se centran en su utilización como vehículo de una
dosificación racional de fertilizantes. Es decir, que ofrece la posibilidad de realizar
una fertilización día a día, en función del proceso fotosintético y exactamente a la
medida de un cultivo, un sustrato y un agua de riego determinados y para unas
condiciones ambientales definidas.
Por otra parte, la dosificación de fertilizantes distribuida durante todos los días del
ciclo de cultivo permite hacer frente a los posibles problemas de contaminación
que pueden originarse por un exceso transitorio de fertilizantes en el suelo o
sustrato.
El sistema de fertirrigación es, hoy por hoy, el método más racional para realizar
una fertilización optimizada y respetando el medio ambiente dentro de la
denominada Agricultura Sostenible. Actualmente, en España la fertirrigación no
sólo se está aplicando a los cultivos de invernadero (más de 50.000 ha) sino
también a cultivos extensivos como: olivar, algodón, viña, cte., e incluso está muy
avanzada su aplicación en cultivos ornamentales. Por otra parte, se está utilizando
en Comarcas Agrícolas del norte de España donde la cantidad y la calidad del
agua de riego no son problemas importantes y en las que el riego localizado se
aplica fundamentalmente como vehículo para dosificar de forma racional los
fertilizantes. Se estima una superficie total fertirrigada de más de 1 millón de ha
(año 2005). Una estimación de la distribución global de dicha superficie de
fertirriego corresponde a: 350.000 ha para el olivo, 150.000 ha para la vid, 175.000
ha para cultivos hortícolas y ornamentales, 200.000 ha para cítricos y 125.000 ha
para otros frutales (figura 2.1).
El impacto del sistema de fertirrigación en nuestras relaciones agrarias con la
Unión Europea se puede deducir considerando algunas cifras ilustrativas de
Comarcas Agrícolas cuyas producciones se venden aprovechando un ventajoso
desfase de mercados. Por ejemplo, en la Comarca Agrícola de Almería, con más
de 35.000 ha de cultivos hortícolas protegidos se utiliza el riego localizado y el
sistema de fertirrigación en la práctica totalidad de dicha superficie. Sus
Aaron Isain Melendres Alvarez.
exportaciones de pimiento, tomate, sandía, melón, pepinos y judías son la base de
su economía.
En la Comarca Agrícola de. Huelva donde se exporta: fresón, cítricos, nectarinas,
etc., se utiliza el sistema de fertirrigación para dosificar los fertilizantes de forma
sistemática.
En las Comunidades Valenciana y Murciana está muy desarrollado el sistema de
fertirrigación para el cultivo de cítricos y diversos cultivos hortícolas con un gran
impacto en los mercados de la UE.
Podríamos citar otros ejemplos de Comarcas Agrícolas exportadoras a la UE
como: Canarias y Cataluña en las que el sistema de fertirrigación va in crescendo
de forma exponencial en los últimos años. El reto para el futuro reside en la mejora
de las metodologías de fertirrigación para los cultivos en los que se aplica
actualmente, prodigando la investigación I+D y divulgando los resultados
obtenidos por los especialistas en el tema considerado. El objetivo de la presente
obra es precisamente el de dar a conocer los resultados obtenidos en nuestros
propios trabajos desarrollados en treinta años de experiencia profesional.
Por fin, son dignos de mención los cultivos en sustratos con el sistema de
fertirrigación, dado el enorme desarrollo de un considerable número de materiales
utilizados como sustrato de cultivo que actualmente se manejan y que requieren
metodologías distintas al suelo. Pero los datos más destacados en los últimos
años corresponden a los cultivos de vid y olivo, en los que se ha alcanzado una
superficie de fertirriego de 150.000 y 350.000 ha respectivamente. Esto ha
originado una notable demanda de información por los agricultores.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Ventajas e inconvenientes
Entre las ventajas del sistema de fertirrigación podemos citar: - Dosificación
racional de fertilizantes.
- Ahorro considerable de agua.
Utilización de aguas de riego de baja calidad.
- Nutrición optimizada del cultivo y por lo tanto aumento de rendimientos y calidad
de los frutos.
- Control de la contaminación.
Mayor eficacia y rentabilidad de los fertilizantes.
- Alternativas en la utilización de diversos tipos de fertilizantes: simples, complejos
cristalinos y disoluciones concentradas.
- Fabricación "a la carta" de fertilizantes concentrados adaptados a un cultivo,
suelo o sustrato, agua de riego y condiciones climáticas durante todos y cada uno
de los días del ciclo de cultivo.
- Automatización de la fertilización.
Entre los posibles inconvenientes del sistema de fertirrigación podemos citar: -
Coste inicial de infraestructura.
- Obturación de goteros.
Manejo por personal especializado.
Las grandes ventajas que aporta el sistema de fertirrigación compensan
sobradamente los inconvenientes citados que, por otra parte, pueden tener una
solución relativamente simple. El coste inicial se puede amortizar en poco tiempo y
la obturación de goteros se puede evitar si se sigue una tecnología de
fertirrigación adecuada según se indica en diversos capítulos de la presente obra.
El problema de formación del personal se puede resolver mediante cursos de
formación y obras de divulgación escritas por los especialistas que puedan
informar de sus propias experiencias.
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Hidroponía y fertirrigación
La idea básica para el estudio de la fertirrigación en diferentes sustratos parte de
la hidroponía según el esquema de la figura 2.2. Para conseguir que la planta
tome los nutrientes de forma óptima es necesario que éstos se encuentren en
concentraciones y relaciones adecuadas en la disolución fertilizante. De esta
forma se evitan fenómenos negativos como efectos osmóticos y antagonismos
que perturban la absorción de nutrientes por la planta. Estos son los fundamentos
de la hidroponía que además permite desarrollar un cultivo sin los factores limitan-
tes de un suelo o un sustrato. En la figura 2.3 se expone el esquema del sistema
hidropónico que hemos empleado en los estudios correspondientes para la
optimización de las disoluciones fertilizantes.
La disolución obtenida por el sistema hidropónico, denominada disolución ideal, se
puede aplicar sobre un material poroso e inerte o, según las circunstancias, sobre
un material poroso y activo que interacciona con los nutrientes de la disolución
fertilizante.
En este caso es necesario hacer un seguimiento de estas interacciones para que,
como consecuencia de ellas, se llegue a una disolución ideal obtenida por
hidroponía. El seguimiento se puede hacer controlando el sustrato, la disolución
que éste contiene y la propia planta. La disolución fertilizante así obtenida se
Aaron Isain Melendres Alvarez.
adaptará, por fin, a las condiciones climáticas de cada Comarca Agrícola y a los
momentos fenológicos de cada cultivo. De esta forma se deducirán las diferentes
composiciones de la disolución fertilizante a lo largo del cultivo, diluciones a
realizar en base a la evapotranspiración y lavados correspondientes para evitar
acumulaciones salinas.
Con el sistema de trabajo descrito globalmente podremos optimizar la disolución
fertilizante en cada momento del cultivo y aprovechar al máximo las ventajas del
sistema de fertirrigación antes descritas. Desgraciadamente las ideas expuestas
no se consideran en muchos casos y, utilizando el riego localizado, se siguen
aplicando los fertilizantes en base a una dosificación en kg/ha y considerando
exclusivamente, en el mejor de los casos, la EC y pH de las disoluciones
fertilizantes, parámetros que son insuficientes para conocer la composición de las
disoluciones expresada en concentraciones de nutrientes y relaciones entre ellos
.
Para los cultivos leñosos como olivo y vid las disoluciones fertilizantes ideales de
partida se deducen de las exportaciones de nutrientes y volúmenes de riego de la
bibliografía.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Esquema del proceso de fertirrigación
Para centrar el tema de la problemática de fertirrigación es necesario describir
previamente el proceso completo.
En primer lugar, hay que preparar adecuadamente el sustrato del que debe
nutrirse la planta para que la aplicación de fertilizantes en el riego tenga la máxima
eficacia, incluso con encalados para corregir el pH.
Por otra parte, desde que se fabrica una disolución madre concentrada en un
cabezal de riego hasta que la planta toma los nutrientes de la disolución del
sustrato, resultado de la interacción entre la disolución fertilizante que llega a los
goteros y dicho sustrato, transcurren una serie de etapas en el proceso de
fertirrigación que pueden provocar un gran número de problemas.
El esquema del proceso se indica en la figura 2.4.
El cabezal de riego consta de diferentes módulos, distribuidos según una
secuencia lógica de mezcla de fertilizantes y agua de riego. En primer lugar están
los tanques de fertilizantes y de lavado, de los que se extraen, mediante un
inyector, las disoluciones concentradas de fertilizantes y la de ácido nítrico diluido
para operaciones de lavado. En cada caso hay que establecer un programa de
tiempos y diluciones con el agua de riego. Normalmente las diluciones con el agua
de riego se realizan entre las proporciones de 11100 a 1/1.000, controlando al
menos el pH y EC adecuados. Así se obtiene la disolución fertilizante que después
de filtrada llega a la red de goteros. Esta disolución reacciona con el sustrato y da
lugar a la definitiva disolución nutriente de la que realmente se alimenta la planta.
Destaca la utilización de tres disoluciones concentradas de fertilizantes. La A
contiene los macronutrientes, excepto el Ca, en medio ácido y la B las sales de Ca
exclusivamente para evitar problemas de precipitación. En el depósito C se suelen
incluir los micronutrientes. En otro depósito se almacena el ácido nítrico cuya
misión es, fundamentalmente, la de desobturar goteros cuando sea necesario. La
posibilidad de mezclar en el depósito B las sales de Ca y los micronutrientes no es
recomendable por la competencia de los nutrientes por los quelantes. En cualquier
caso, la utilización de un depósito para los micronutrientes es más seguro para la
estabilidad de los correspondientes quelatos.
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Temas básicos de la fertirrigación
En base a nuestra experiencia desarrollada en diversas Comarcas Agrícolas
podemos describir los diferentes temas que hay que afrontar como problemática
para poder aplicar con conocimiento de causa el sistema de fertirrigación. Se
expondrán según una clasificación convencional de fertirrigación propiamente
dicha, riegos y lavados, diagnóstico y problemas específicos.
Fertirrigación propiamente dicha
Los temas de trabajo fundamentales pueden resumirse de la forma siguiente:
- Calidad de las aguas de riego. Salinidad, salinidad específica, aporte de
nutrientes.
- Concentraciones y relaciones óptimas de nutrientes en las disoluciones
fertilizantes. Cálculos y preparación de disoluciones.
- Elección de los fertilizantes más adecuados. Nuevos fertilizantes. Fertilizantes
simples y complejos solubles y líquidos concentrados.
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- Estabilidad y compatibilidad de fertilizantes en las disoluciones concentradas de
los cabezales de riego.
- Interacciones entre las sales del agua de riego y las disoluciones fertilizantes.
Efectos antagónicos y sinérgicos.
- Interacciones de las disoluciones fertilizantes (incluida la salinidad del agua) y las
diferentes alternativas de sustratos (sustratos y suelos).
- Fórmulas de fertilizantes más adecuadas para cada cultivo y sustrato. "Abonado
a la carta".
- Exportaciones durante el cultivo para definir las variaciones de las disoluciones
fertilizantes, según el momento fenológico.
- Concentración de la disolución fertilizante en función de la evapotranspiración.
Aplicación en el riego localizado, junto a los fertilizantes, de sustancias húmicas,
aminoácidos, reguladores de crecimiento y plaguicidas sistémicos.
Frecuencia e intensidad de riegos y lavados Los temas fundamentales son:
Volumen y frecuencia de riegos. Cálculo de la evapotranspiración y utilización del
tensiómetro.
Volumen y frecuencia de lavados con agua o disolución fertilizante según el tipo
de sustrato y tolerancia del cultivo a la salinidad. Control de drenajes para
sustratos inertes y del extracto de saturación para sustratos activos o suelos.
Lavados ácidos para evitar obturación de goteros.
Diagnóstico de nutrición
El diagnóstico se realizará en función de tres apartados fundamentales:
- Normas para realizar el seguimiento del sustrato y del cultivo con el fin de
deducir correcciones en la disolución fertilizante que optimicen la nutrición.
Niveles de referencia de nutrientes para cada sustrato, cultivo y condiciones
climáticas. Indices de reserva.
Estudio estadístico del análisis de planta según el sistema DRIS.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Problemas específicos
Comprenden una casuística muy amplia. Según nuestra experiencia, podríamos
citar los siguientes:
Dosificación de abonos orgánicos y organominerales. Control de contaminantes,
abonado de fondo combinado con la fertirrigación.
Dosificación de fertilizantes de liberación lenta (abonado de fondo). - Incidencia de
la salinidad en la absorción de nutrientes por la planta.
- Antagonismos del Cl con N y P. Antagonismo del Mg con el Ca (podredumbre
apical en suelos calizos).
- Distribución de concentraciones de nutrientes en el bulbo de humedad en cada
gotero.
Alternativas de la nutrición nitrogenada en la fertirrigación.
Problemas de fijación del P y fraccionamiento en fondo y cobertera del fertilizante
fosfórico.
Relaciones catiónicas óptimas K/Ca, K/Mg y Ca/Mg correspondientes a cada
disolución fertilizante de cada cultivo y sustrato.
Deficiencia de micronutrientes. Fundamentalmente Fe, Mn y B. Estabilidad y
eficacia de quelatos para cada suelo o sustrato. Frecuencia de la aplicación de
micronutrientes.
- Movilización de micronutrientes en el sustrato por las sustancias húmicas. -
Distribución de raíces en el sustrato.
- Eliminación de algas en los depósitos de disoluciones fertilizantes.
- Estudio de problemáticas específicas para diferentes sustratos: turba, lana de
roca, arena, perlita, fibra de coco, enarenado y suelo.
- Puesta a punto de ensayos de laboratorio, invernadero de investigación e
invernadero comercial con el fin de normalizar en cada caso el proceso de
fertirrigación.
2.6. Correcciones de los sustratos y abonado de fondo
Aaron Isain Melendres Alvarez.
A pesar de que, en principio, la fertirrigación puede ser suficiente para realizar una
fertilización correcta, es conveniente hacer un abonado de fondo para prever
períodos de lluvias que no permitan fertirrigar o para establecer una reserva de
seguridad que permita paliar errores o carencias en la fertirrigación.
Correcciones de los sustratos y abonado de fondo
A pesar de que, en principio, la fertirrigación puede ser suficiente para realizar una
fertilización correcta, es conveniente hacer un abonado de fondo para prever
períodos de lluvias que no permitan fertirrigar o para establecer una reserva de
seguridad que permita paliar errores o carencias en la fertirrigación.
En la figura 2.5 se indica cómo deben combinarse el abonado de fondo y la
fertirrigación.
La línea gris nos indica el comportamiento de un abonado de fondo tradicional que
incorpora al suelo cantidades de nutrientes elevadas al comienzo del cultivo,
cuando menos los necesita la planta, con la consiguiente contaminación del
medio. Sin embargo, los nutrientes se agotan bastante antes del final del cultivo.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
La línea negra representa el comportamiento de un fertilizante de liberación lenta,
que aporta bajo nivel de nutrientes cuando la planta exporta menos y presenta un
efecto residual muy importante para cumplir con los cometidos antes señalados.
La fertirrigación está representada por la línea azul que va complementando los
aportes del fertilizante de liberación lenta según el ritmo de exportaciones del
cultivo.
Una vez que los análisis correspondientes de suelo, sustrato y agua de riego nos
han permitido diagnosticar, según se indica en el capítulo 5, estamos en
condiciones de realizar las enmiendas antes señaladas en el capítulo 1 y un
abonado de fondo que nos permita corregir los índices de fertilidad hasta niveles
normales según la referencia de la bibliografía correspondiente. Por otra parte, en
función del cultivo seleccionado, se harán algunas correcciones de dichos niveles
de referencia en base a sus necesidades específicas.
Para suelos arenosos y para sustratos a base de turba o de arena el abonado de
fondo puede resolverse con los denominados fertilizantes de liberación lenta.
La idea se centra en aplicar un fertilizante que sirva de fuente de nutrientes en las
primeras semanas (normalmente de cuatro a ocho semanas) para cubrir las
necesidades de la planta en los primeros estadios de su desarrollo y, a
continuación, cuando el seguimiento del sustrato lo aconseje, iniciar la aplicación
de fertilizantes en un proceso de fertirrigación que se ajuste al perfil de las
necesidades del cultivo.
Las dosis de fertilizantes de liberación lenta que normalmente se emplean son del
orden de los 400 a 600 kg/ha. Estas dosis suelen ser suficientes para producir un
efecto residual de 4 a 12 meses que pueden compensar o paliar las anomalías
que se suelen producir en la fertirrigación por problemas de abastecimiento o
dosificación insuficiente.
También es recomendable realizar el abonado de fondo, combinado con un
sistema de fertirrigación en cobertera, con un producto organomineral, con niveles
mayores de un 12 % de N+P+K, en dosis de unos 3.000 kg/ha de abono con baja
humedad y que tenga la mayor parte del N como nitrógeno orgánico lábil. Es el
caso de combinaciones de estiércoles de gallina, cerdo y vaca convenientemente
fermentados, desecados, enriquecidos y peletizados que contienen
aproximadamente un 10 % de humedad.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Si la materia orgánica del suelo es del orden de 1 a 1,5 % y la textura es fuerte,
siempre que el drenaje y la aireación del suelo sean aceptables, no es necesario
complementar la dosis de organomineral antes indicada con más abono orgánico
que eleve la materia orgánica del suelo, pues la disolución fertilizante puede estar
suficientemente retenida en el suelo. En estos casos se suele comenzar a
fertirrigar a los dos meses del trasplante aproximadamente para cultivos
herbáceos.
Si la materia orgánica es menor de 1,5 % pueden aplicarse unos 20.000 a 30.000
kg de turba por ha, cada dos o tres años, al suelo según su textura. También
pueden aplicarse otros abonos orgánicos siempre que cumplan los siguientes
requisitos:
- Productos bien definidos en sus características nutricionales y parámetros
físicos.
- Materiales bien compostados con ausencia de malas hierbas y patógenos.}
Interacción entre la disolución fertilizante y el agua de riego
La composición del agua de riego incide en la disolución fertilizante tanto por los
nutrientes que contiene como por su salinidad y por el nivel de bicarbonatos que
en su mayor parte conviene destruir para ajustar el pH.
En la tabla 4.4 del capítulo 4 se expone un ejemplo de cómo hay que fabricar la
disolución fertilizante considerando la composición del agua de riego. A los
aportes previstos hay que añadir los elementos que contiene el agua en niveles
excesivos como Cl, Na, Mg, etc., y considerar los equilibrios K/Ca, NO37CY,
Ca/Mg y Ca/Salinidad, para adecuar los niveles de NH4, NO3, H2PO4, K, Mg2 y
Ca +2 a partir de los de referencia para el cultivo considerado.
Interacción entre la disolución fertilizante y el suelo o sustratos alternativos
En la fig. 2.6 se expone el esquema que explica la intervención del suelo o
sustrato en la composición de la disolución que realmente nutre a la planta y el
sistema de seguimiento que permite realizar las correcciones correspondientes.
Los fertilizantes y el ácido añadidos al agua de riego constituyen la disolución
fertilizante. Esta, al llegar al sustrato, a través de los goteros, reacciona con los
componentes de dicho sustrato y constituye la que podríamos llamar disolución
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nutriente. El control analítico del extracto de saturación y de los elementos de
reserva del sustrato junto con la respuesta de la planta al medio nutritivo, nos
permite estudiar la interacción entre el sustrato y la disolución fertilizante fabricada
a partir del agua de riego correspondiente y la disolución ideal propia del cultivo.
El seguimiento descrito nos informa sobre los cambios que hay que realizar en la
disolución fertilizante para que al reaccionar con los componentes del sustrato
resulte una disolución nutriente lo más aproximada a la disolución ideal.
Cuando exista salinidad en el sustrato la determinación de la conductividad en los
drenajes nos permitirá fijar diariamente el porcentaje de drenaje para el control de
dicha salinidad.
En muchos casos el análisis del extracto de saturación nos permite definir un
régimen de lavados del suelo o sustrato para controlar junto con los drenajes la
acumulación salina, como por ejemplo, en el caso de los enarenados de la
Comarca Agrícola de Almería, donde la salinidad del agua de riego suele ser muy
elevada. En suelos y sustratos activos, además de los niveles de P y K en el
extracto de saturación, hay que conocer las reservas de ambos nutrientes que
corresponden fundamentalmente al P y K de cambio.
Las determinaciones que se realizan en cada material de referencia se indican en
el apartado 2.9.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Análisis de los materiales de referencia e información que proporciona cada
uno de ellos. Seguimiento de la fertirrigación
En las tablas 2.1 a 2.3 se indican las determinaciones que pueden realizarse en
aguas de riego, disoluciones fertilizantes, suelos, sustratos alternativos y plantas.
Se incluyen los objetivos que se persiguen con dichas determinaciones.
Conociendo las características de las aguas de riego se puede adecuar su pH
neutralizando bicarbonatos, dosificar los fertilizantes de acuerdo con sus
contenidos y considerar los elementos en exceso para paliar su efecto negativo
modificando adecuadamente los niveles de algunos nutrientes. Por otra parte,
puede preverse la incidencia de su composición en la permeabilidad del suelo en
función de parámetros como su textura y capacidad de fijación de sodio.
El análisis de la disolución fertilizante debe realizarse en las muestras recogidas
en los goteros para comprobar que todos los procesos de disolución, dilución y
adecuación de pH y EC se han hecho correctamente.
El análisis de suelo o sustratos nos permite realizar las enmiendas previas para
hacer más eficaz la fertirrigación, determinar el abonado de fondo que normalice
los índices de fertilidad del suelo, seleccionar sustratos alternativos al suelo y
conocer los niveles de reserva, fundamentalmente de P y K.
El extracto de saturación del sustrato o del suelo nos informa sobre la
disponibilidad real de nutrientes para la planta junto a los niveles de reserva de P y
K determinados en dicho suelo o sustrato. De los datos correspondientes
podremos deducir las correcciones a efectuar en la disolución fertilizante. Por otra
parte, las sales disueltas en el extracto de saturación nos permitirán recomendar
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un régimen de lavados en cuanto a su frecuencia y cuantía. Es recomendable
realizar el extracto de saturación en el laboratorio saturando el suelo o sustrato
con la propia disolución fertilizante, puesto que ésta, en la práctica, se aplica todos
los días y la interacción se debería estudiar después de regar con la disolución y
no con el agua de riego. Al menos los resultados estarán más próximos a la
realidad.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
La determinación de la EC en la disolución de drenaje en sustratos y sobre todo
cuando hay condiciones salinas, nos permite controlar la salinidad cambiando los
porcentajes de disolución fertilizante recogida en dichos drenajes. Este sistema se
lleva a cabo fundamentalmente en sustratos inertes como perlita, arena, lana de
roca, etc.
El análisis foliar (tabla 2.3) informa sobre la respuesta de la planta a la nutrición y
confirma las correcciones necesarias para optimizar el proceso de fertirrigación.
Sirve, asimismo, como índice de referencia comparativo de nutrición.
El análisis de savia nos permite conocer el ritmo de nutrición mediante la
respuesta rápida de la planta a los nutrientes contenidos en el sustrato saturado
con la disolución fertilizante. La evaluación rápida de la respuesta de la planta
permite efectuar correcciones y optimizar la nutrición durante el ciclo de cultivo.
Por otra parte, se deben considerar para cultivos leñosos, los índices de reserva
representados por el N de aminoácidos y proteínas, K y la concentración de
azúcares en la savia correspondiente al jugo extraído de tejidos conductores.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Bibliografia
Cadahía, C. et al. (1988). Fertilización en riego por goteo de cultivos hortícolas.
Edit. ERT-Fesa-Enfersa (Fertiberia).
Cadahía, C. (1991). "La Fertirrigación en España. Situación actual y previsiones
futuras". En Rallo, L.; Nuez, F. (eds.). La Horticultura Española en la CE. Ediciones
de Horticultura, S. L., Reus, pp. 258-265.
Cadahía, C. (1996). "Fertilizantes en hidroponía y Fertirrigación". En Rodríguez, A.
(ed.). Hidroponía. Curso-taller Internacional. Universidad Agraria la Molina. Centro
de Investigación de Hidroponía y Nutrición Mineral, Lima, Perú.
Cadahía, C. (1996). "El Sistema de Fertirrigación para una fertilización racional de
los cultivos en sustratos y suelos". En Rodríguez, A. (ed.). Hidroponía. Curso-taller
Internacional. Universidad Agraria la Molina. Centro de Investigación de
Hidroponía y Nutrición Minera!, Lima, Perú.
Cadahía, C. (2004). Curso de Especialización en Fertilizantes y Medio Ambiente.
Universidad Autónoma de Madrid. Departamento de Química Agrícola.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Fertilizantes utilizados en fertirrigación
Características generales de los fertilizantes utilizados en fertirrigación
1. En primer lugar, la característica lógica y esencial de los fertilizantes usados en
fertirrigación es que sean solubles en agua, con el fin de obtener en disolución los
elementos contenidos por los mismos. Por lo tanto, los fertilizantes sólidos para
fertirrigación deben llevar especificado en sus etiquetas las denominaciones
"cristalino soluble" o "soluble para fertirrigación". Su solubilidad en agua evitará
obturaciones a lo largo de las tuberías y goteros. Por ello, quedan descartados
aquellos fertilizantes que contengan aditivos para mejorar su conservación o para
hacer más lenta su liberación. Hay que tener en cuenta la compatibilidad con otros
fertilizantes y con el propio agua de riego. En las tablas 3.2, 3.3 y 3.4, se
proporcionan datos sobre la solubilidad y compatibilidad de algunos de los
fertilizantes más utilizados. Al considerar las tablas citadas, hay una serie de
factores que se deben tener en cuenta:
a) La tabla proporciona valores para disoluciones saturadas a una temperatura de
20 °C. Aunque esta solubilidad será considerablemente mayor en medio ácido,
propiedad que se aprovecha para fabricar disoluciones muy concentradas.
b) Al aumentar la concentración de iones iguales a los del producto en cuestión,
disminuye la solubilidad (efecto del ión común).
c) Las incompatibilidades indicadas en la tabla 3.3 nos indican la necesidad de
fabricar dos disoluciones concentradas de macronutrientes en el cabezal de riego,
en una las sales de calcio y en otra el resto de los productos fertilizantes.
2. Se debe tener en cuenta que los fertilizantes son sales que elevan la
concentración salina inicial del agua de riego (modificando su conductividad
eléctrica CE), por lo que no se deben utilizar cantidades excesivas que superen
los valores críticos de salinidad de cada cultivo.
3. Los fertilizantes, al mezclarse con el agua de riego, modifican el pH de la
disolución resultante, con las consecuencias que ello representa. Así, si el
fertilizante aumenta el pH habrá riesgos de precipitaciones de Ca pues en este
caso el catión tiene menor solubilidad. Si el fertilizante disuelto baja el pH se
evitarán obstrucciones de los goteros y servirá para limpiar la instalación. No
obstante debe comprobarse que esta acidez va a permitir que en la disolución de
Aaron Isain Melendres Alvarez.
goteros (disolución concentrada del cabezal de riego diluida con el agua de riego)
se obtenga un pH entre 5,5 y 6,0.
Los fertilizantes ácidos deben ser manejados siguiendo escrupulosamente las
normas de seguridad que se indiquen en la etiqueta de cada producto, esto debe
tenerse en cuenta, sobre todo, para fertilizantes ácidos que se suelen utilizar para
combatir las obturaciones de goteros y ajustar el pH de las disoluciones
fertilizantes.
Tipos de fertilizantes y características específicas
Macronut rientes. Fertilizantes sólidos cristalinos simples y complejos, ácidos y
líquidos simples y complejos
En fertirrigación se pueden utilizar fertilizantes tanto sólidos como líquidos. Los
fertilizantes sólidos, suelen ser sales puras cristalinas de solubilidad muy elevada.
El principal inconveniente del empleo de fertilizantes sólidos es la necesidad de
una solubilización previa en agua, que debe ser total para aseguramos que la
concentración añadida sea la que se desea. Dentro de los sólidos encontramos los
simples cristalinos y complejos. Los fertilizantes simples son aquellas sales
binarias que aportan uno o dos elementos nutritivos. Los fertilizantes complejos
contienen dos o más elementos fertilizantés y proceden de reacciones químicas.
Por esto, todas y cada una de las partículas tienen la misma composición.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
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Los fertilizantes líquidos pueden ser también simples (disolución N-32, ácidos
nítrico y fosfórico concentrados), binarios, NPK ácidos y NPK neutros. Pueden
adquirirse con el equilibrio adecuado para el cultivo ya preparado en fábrica
(fertilizantes "a la carta") o bien preparados a partir de fertilizantes sólidos solubles
con unos equilibrios definidos. El líquido resultante, que se denomina "disolución
madre", es el que se inyecta en la red donde se mezcla con el agua de riego.
Para la preparación de las disoluciones fertilizantes es imprescindible saber
calcular las cantidades de cada uno de los distintos fertilizantes necesarios para
conseguir la concentración adecuada de cada uno de ellos (capítulo 4). Asimismo,
se deben tener en cuenta las posibles incompatibilidades entre los fertilizantes
añadidos entre sí (tabla 3.3) y con los elementos presentes en el agua de riego, e
incluso las reacciones que va a sufrir el producto cuando se ponga en contacto
con el sustrato de cultivo. La incompatibilidad más importante se produce cuando
los fertilizantes mezclados dan lugar a precipitados. Así, por ejemplo, sales que
aportan Ca son incompatibles con las que aporten SO42 o H2PO4 (tabla 3.3).
En las tablas 3.2 a 3.7 se representa una breve descripción de algunos de los
fertilizantes más utilizados en fertirrigación (simples cristalinos, ácidos fertilizantes,
complejos cristalinos sólidos, líquidos simples, líquidos NPK ácidos y NPK
neutros).
Aaron Isain Melendres Alvarez.
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Cálculo y preparación de disoluciones fertilizantes.
Introducción
El objetivo de este capítulo es proporcionar un método para calcular la cantidad de
fertilizantes que se deben utilizar para llevar a cabo una buena fertirrigación. Para
ello es necesario conocer en primer lugar las disoluciones nutritivas de referencia
u optimizadas, denominadas disoluciones ideales, adecuadas para el cultivo que
se quiere fertirrigar. No obstante, hay que tener en cuenta que un mismo cultivo
puede tener diferentes disoluciones ideales en función del agua de riego, el suelo
o sustrato que se maneje y de las condiciones ambientales correspondientes. La
composición de las disoluciones ideales se citan en los apéndices
correspondientes a los diferentes cultivos.
La composición de macronutrientes de las disoluciones nutritivas optimizadas
viene representada normalmente en milimoles/litro o en miliequivalentes/litro, que
son dos formas de expresar la concentración. La expresión miliequivalentes/litro
(meqil) es la que normalmente se utilizará en el texto para la preparación de la
disolución de macronutrientes, también se denomina milimoles de carga por litro
(mmoljl). Se indicará el método para pasar de estas unidades de concentración a
la forma más sencilla de gramos por litro (gil) y a % de N:P205:K20. Para la
disolución de micronutrientes la forma de expresión más común es la de mg/1 o lo
que es lo mismo en partes por millón (ppm).
Para calcular la composición de la disolución, será necesario definir en primer
lugar los moles y equivalentes. El número de moles se calcula dividiendo el
número de gramos por el peso molecular. El peso molecular es la suma de los
pesos atómicos (en gramos) de todos los átomos de la fórmula química de una
sustancia. Los pesos atómicos de los elementos de interés para nuestros cálculos
se enumeran, redondeando a una cifra decimal, en la tabla 4.1. El número de
equivalentes, también denominados moles de carga, se obtiene dividiendo el peso
de la sustancia en gramos por su peso equivalente. El peso equivalente se
calcularía a su vez dividiendo el peso molecular por la valencia. Finalmente el
número de miliequivalentes, que será la unidad de concentración utilizada en las
disoluciones de macronutrientes es igual a mil veces el número de equivalentes
(tabla 4.1).
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Para preparar una disolución fertilizante determinada serán necesarios los
productos fertilizantes correspondientes que se han descrito en el tema anterior.
En la tabla 4.2 se indican las composiciones químicas, los pesos moleculares, las
valencias y los pesos equivalentes de dichos productos fertilizantes. En la tabla los
pesos moleculares de los quelatos de hierro se han estimado, considerando que
tienen impurezas. Los ácidos se dan como ácidos puros al 100 % (tabla 4.2). Esto
nunca sucede, pues contienen también agua. Los cálculos correspondientes a
diferentes porcentajes se indican en la tabla 3.4 (cap. 3).
Cálculo de las cantidades de fertilizantes necesarias para preparar la
disolución ideal u optimizada por hidroponía teniendo en cuenta la calidad
del agua de riego.
Las disoluciones nutritivas obtenidas por hidroponía para cada cultivo sirven de
referencia para intentar aplicar en la fertirrigación la disolución más próxima a la
ideal, considerando los numerosos factores que influyen en cada caso para cada
cultivo como: calidad del agua de riego, cultivar, sustrato, condiciones climáticas,
etc. En los apéndices 1, 2 y 3 se exponen las disoluciones nutritivas para los
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cultivos estudiados y en función de nuestra propia experiencia personal,
considerando diferentes sustratos.
El agua de riego contiene iones que corresponden a los elementos esenciales
para la planta como Ca2, Mg2, SO42 y B. Al fabricar la disolución fertilizan te se
tendrán en cuenta, y en caso de estar contenidos en concentraciones superiores a
las ideales se considerarán equilibrios entre iones antagónicos.
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También el agua de riego contiene elementos nocivos para los cultivos por existir
en cantidades superiores a las ideales como Ci y Na que pueden originar un
aumento de la salinidad del agua e incluso producir fenómenos de salinidad
específica como las interacciones C1-INO3 o Na/propiedades físicas, que se
considerarán en los diferentes casos que se exponen en los apéndices de esta
obra.
Por último las aguas de riego contienen CO32 y HCO3 que se neutralizarán con
los ácidos correspondientes para llegar al pH más adecuado, normalmente entre
5,5 y 6,0 y que corresponde al punto de inflexión de la curva de neutralización del
agua.
El cálculo de las cantidades de fertilizantes necesarias para preparar la disolución
fertilizante lo podemos separar en dos apartados: El primero consiste en calcular
la composición de la disolución de macronutrientes. En este caso hay que
considerar que los fertilizantes aportan siempre dos o más componentes, ya que el
aporte de un elemento (catión) siempre va acompañado de otro elemento (anión).
Por ejemplo, si añadimos KNO3 para aportar potasio (K), debemos tener en
cuenta que aportamos el mismo número de equivalentes de K que de NO3. El
segundo apartado corresponde a la preparación de la disolución de
micronutrientes, que es más fácil de calcular ya que los componentes del
fertilizante que acompañan al micronutriente en cuestión no afectan en absoluto a
la composición de macronutrientes. En este caso, la dificultad estriba en la
elección del producto de micronutrientes más adecuado para las condiciones de
pH y Ca del agua y del suelo, ya que la estabilidad y eficacia de los diferentes
quelatos varían en función de estos parámetros según se indicó en el capítulo 3.
Como hemos visto con el ejemplo del KNO3, en un fertilizante simple o binario
existirá un equilibrio entre iones (aniones y cationes). Lo mismo sucede en la
disolución fertilizante. Este equilibrio no se calcula en base al peso de cada
fertilizante, sino en función del peso equivalente.
Una disolución nutritiva puede considerarse como una disolución acuosa de iones.
La composición química de la misma se determina por las proporciones relativas
de cationes, aniones, la concentración total de los iones y por el pH.
Un ejemplo de disolución nutritiva sería la disolución de Hoagland n.° 2
(considerando sólo macronutrientes), cuya composición es la siguiente (tabla 4.3).
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Se puede observar que en la disolución de la tabla 4.3 aparecen todos los
elementos nutritivos denominados macronutrientes. Como ya se ha dicho, el agua
de riego contiene ya iones macronutrientes como SO42, Ca 2t Mg2t Estos iones
que contiene el agua serán utilizados por las plantas y por lo tanto deben
descontarse de la disolución nutritiva ideal.
Aunque el HCO3 no se considera como nutriente (la fuente fundamental de
C es el CO2), se debe tener en cuenta para los cálculos. Esto es debido a que su
presencia en grandes concentraciones en el agua incrementa el pH
significativamente. Por ello debe ser neutralizado con ácidos. Al adicionarse
ácidos (normalmente nítrico y fosfórico aunque a veces también se puede usar
sulfúrico) se neutralizan estos bicarbonatos presentes en el agua.
Por lo tanto, para preparar la disolución nutritiva se debe tener en cuenta la
concentración de nutrientes en el agua de riego. Por ello, el primer paso para
diseñar una disolución fertilizante será disponer de un análisis fiable de la
composición del agua de riego. Una vez que se conocen los nutrientes que el
agua aporta por sí sola se deben restar a los proporcionados por la disolución
nutritiva ideal. La diferencia entre ambos nos proporcionará los aportes previstos.
A partir de la disolución base de la tabla 4.3 expresada en mM y en meq/l de cada
nutriente, se va a explicar en los apartados sucesivos diferentes opciones de cómo
se puede preparar en la práctica.
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Preparación de la disolución con fertilizantes simples cristalinos y ácidos
fertilizantes.
En las tablas 3.3 a 3.6 del capítulo 3 se indican los ácidos y fertilizantes simples
que normalmente se emplean en fertirrigación.
Vamos a considerar el caso de la disolución de la tabla 4.3 en una finca que tiene
un agua de riego con la composición en miliequivalentes/litro (meq/l) de la tabla
4.4.
La disolución que va a nutrir al cultivo estará formada por los iones pres tes en el
agua más los nutrientes que se van a aportar al cultivo con los fert zantes. Los
aportes de fertilizantes previstos en meq/l serán por lo tanto la di rencia de las
concentraciones de nutrientes de la disolución ideal menos los agua de riego
como se indica en la tabla 4.4.
Una forma de expresar estos aportes de fertilizantes sería en meq/1 de sal
binarias. Esto, que va a ser útil para posteriores cálculos, se hace en forma de tal:
de doble entrada, en la que en un eje figuran los aniones y en el otro los cation La
suma total de aniones en miliequivalentes y la de cationes en miliequivalent será la
misma (18 meq/l totales) (tabla 4.5). Una vez incluidos en las celdas it meq/l
totales de cada ion, el siguiente paso consiste en deducir las concentraci nes en
las casillas internas de forma que la suma de cada fila y de cada columr coincidan
con los totales expresados en la tabla 4.5.
Los fertilizantes que tendremos que aportar serán por lo tanto las combiru ciones
de sales binarias que nos den los meq/l totales de la tabla anterior (lógica mente
no consideramos como fertilizantes los cloruros (Cl) ni el sodio (Na) Una
posibilidad es la que aparece en la tabla 4.6 (Posibilidad 1).
El camino a seguir en general y para este caso en concreto es: l.°) Se incluyen los
H como HNO3.
2. °) El Ca como Ca(NO3)2.
3. °) El NH4 como NH4NO3.
4. °) El K como KNO3.
5. °) El P como KH2PO4 (también podría haberse aplicado como H3PO4 y mi
caso excepcional como NH4H2PO4).
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6. °) El resto del K como K2SO4.
7. °) El Mg21 como MgSO4.
Es decir, la disolución fertilizante la prepararíamos utilizando los gramos de sales
fertilizantes correspondientes a los meqll que aparecen en la tabla anterior (los
pesos equivalentes (Peq) de cada sal se indican en la tabla 4.2).
Para neutralizar los 3,5 meq/l de HCO3 añadimos 3 meq/l de HNO3, dejando 0,5
meq/l de HCO3 sin neutralizar. Como norma general se dejan 0,5 meq de HCO3
para prever ligeros errores en la aplicación de ácido.
El cálculo de los ml de HNO3 que hay que añadir se haría de la siguiente forma:
HNO3: 3 meq/l . Pe(HNO3) (mg/lmeq). l/3 (mIIg). 100/ %R. lg/1.000 mg
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Si la densidad del HNO3 es por ejemplo: 8 = 1,41 g/ml y la riqueza es del 70 %,
los ml de ácido a añadir serían: 3.63.111,41.100/70. 1/1.000 = 0,19 ml de HNO3/I.
Para el resto de las sales los cálculos serían:
KNO3: 4 meq/l Peq (KNO3) (mg/1 meq). lg/l.000 mg = 4 101,1 111.000 = 0,404 g/l
Ca(NO3)2: 6 meq/l Peq (Ca(NO3)2 . 4H20)• 111.000 = 6 118. 1/1.000 = 0,708 g/l
N114NO3: 1 meq/l Peq (NH4NO3). 1g/1.000 mg = 1 .80. 1/1.000 = 0,08 g/l
K2SO4: 1 meq/l Peq (K2SO4)• 1/1.000 = 1 •87,2• 1/1.000 = 0,087 g/l M9SO4: 2
meq/l Peq (MgSO4 7H20). 1/1.000 = 2.123,2- 1/1.000 = 0,246 g/l KH2PO4: 1
meq/l . P (KH2PO4). 1/1.000 = 1 136,1 . 1/1.000 = 0,136 g/l.
Tanto el Ca(NO3)2 como el MgSO4 contienen agua de cristalización que hay que
tener en cuenta en los pesos del fertilizante.
Existen otras posibilidades para aplicar los miliequivalentes de esta disolución
utilizando otros productos fertilizantes. La elección de una posibilidad u otra
vendrá condicionada por la disponibilidad, compatibilidad, solubilidad y precio de
los fertilizantes.
Por ejemplo, se podría preparar esa misma disolución iónica con las sales
siguientes (Posibilidad 2) (tabla 4.7):
Es decir, cambiando 1 meq/l de NH4NO3 por 1 meq/l de NH4H2PO4 y en vez de 1
meq/l de KH2PO4 añadir 1 meq/l más de KNO3. Este cambio implicaría la
utilización de NH4H2PO4, más soluble que el KH2PO4 (según tabla 3.2), aunque
el NH4H2PO4 puede ser más difícil de conseguir.
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Los gramos de sales fertilizantes por litro en esta segunda opción serían:
Para neutralizar los 3,5 meq/l de HCO3 añadimos 3 meqfl de HNO3 igual que en
el caso anterior, es decir, 0,19 mIll si usamos un HNO3 del 70% y 8 = 1,42 g/ml. El
H3PO4 también se podría utilizar, pero como de H2PO4 sólo necesitamos 1 meqll,
no podríamos añadir más de 1 meq/l de ese ácido, lo cual no bastaría para
neutralizar la alcalinidad de los HCO3 y necesitaríamos además añadir 2 meq/l de
HNO3.
KNO3: 5 meq/l Pe
q (KNO3) (m9/1 meq). 1 g/1 .000 mg = 0,505 gIl Ca(NO3)2: 6 meq/l Pq (CaNO3 .
4H2O) 1/1.000 = 0,708 g/l
K2SO4: 1 meq/1 . P (K2SO4) . 1/1.000 = 0,087 g/l
M9SO4: 2 meq/l Peq (MgSO4. 7H20). 1/1.000 0,246 g/l
NH4H2PO4: 1 meq/I Peq ( 4H2PO4) 1/1.000 0,115 g/l
La disolución fertilizante resultante contendrá además 1 meq/I de Cl y 1,5 meq/1
de Na que contenía el agua.
Además del pH, es necesario controlar la CE de la disolución y considerar su
incidencia en el cultivo correspondiente según su sensibilidad a las sales.
El método de análisis de la CE se basa en la medida directa con un
conductivímetro. De forma aproximada se puede calcular dividiendo el número de
miliequivalentes de cationes o aniones por 10 ó 12 (10 para conductividades bajas
y 12 para las altas) (García Lozano et al., 1993), o bien los gil de sales se dividen
por 0,7 ó 0,9 para los dos casos considerados anteriormente. El resultado se
expresa en mS . cm' o en dS m'.
En los problemas 4.6.2.1 a 4.6.2.4 se explican varios ejemplos siguiendo esta
metodología.
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Preparación de la disolución con fertilizantes complejos sólidos
Como se ha visto en el capítulo anterior, existen en el mercado fertilizantes sólidos
complejos que contienen dos o más elementos fertilizantes que proceden de
reacciones químicas por lo que todas las partículas de fertilizante tienen la misma
composición. Existen en el mercado diferentes productos de este tipo que
presentan diferentes equilibrios N:P205:K20:Ca0:MgO en unidades fertilizantes. El
problema en este caso sería saber qué equilibrio en UF se aproxima más al
equilibrio en meqil, que es la unidad de concentración utilizada para las
disoluciones ideales. Para ello, la serie de cálculos necesarios, equivalentes a los
del problema 4.6.11, sería la siguiente:
Considerando la disolución ideal: N(NO3): 14 meq/l; N(NH4): 1 meqil; P(H2PO4): 1
meqil; K: 6 meq/1; Ca: 6 meq/I y Mg: 2 meq/l. Se calcularía:
En primer lugar, pasar los meq/l de los nutrientes a g del nutriente en 100 g de
producto considerando que se van a disolver 1 g de dicho producto en 1 litro de
agua.
N(NO3): 14 meq/g producto. PeqN (mgilmeq). ig/1.000 mg. 100 g = 19,6 g N/100 g
producto
N(NH4): 1 meq/g.PeqN. 1/1.000.100 = 1,4% N(NH4) P(H2PO4): 1 meq/g PP•
1/1.000. 100 = 3,1 % P = 7,1 % P205 K: 6 meq/g PeqK 1/1.000. 100 = 23,4 % K =
28,2 % K20 Ca: 6 meq/g . PeqCa 1/1.000. 100 = 12 % Ca = 16,8 % CaO Mg: 2
meq/g Peq Mg.1/l.000. 100 = 2,4% Mg = 4% MgO
Necesitaremos por lo tanto un fertilizante con una riqueza N:P205:K20 igual a
21:7,1:28,2 (un equilibrio 1:0,34:1,34).
Lo complicado, en este caso, sería encontrar un fertilizante complejo que
cumpliera exactamente este equilibrio. Esto, como puede verse es un
inconveniente de los fertilizantes complejos sólidos. No existen en el mercado
productos complejos sólidos "a la carta" que nos proporcionen todos los nutrientes
que deseamos y en la relación adecuada. Normalmente, los fertilizantes complejos
comerciales se suelen utilizar en función de los equilibrios de los tres nutrientes
mayoritarios, esto es NPK. Algunos complejos incluyen, además de este NPK, los
otros nutrientes Ca, Mg, S e incluso suelen llevar también oligoelementos. Desde
el punto de vista práctico, para hacer la disolución descrita con fertilizantes
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complejos comerciales, deberemos buscar el producto que más se aproxime al
equilibrio NPK y que proporcione la relación NO37NH4 más cercana a la deseada.
Así, podremos usar todo fertilizante sólido complejo que presente un equilibrio
NPK proporcional a 1:0,34:1,34. Para este ejemplo un 93% del N total debe estar
en forma de NO3 - y un 7 % en forma de NH4
Encontramos en el mercado un fertilizante complejo sólido que presenta un
equilibrio 21:7:28 con un 20 % de N-NO3 y un 1 % de N-NH4t Los miliequivalentes
por gramo de producto se calcularía así:
N: 21 g de N 11100 g - leq/14g. 1.000 meq/eq = 15 meq/g de N
N-NO3: 19,6 g de N-NO3. 1/100. 1/14. 1.000 = 14 meqlg de N-NO3 N-NH4: 1,4 g
de N-NH4. 1/100. 1/14. 1.000 = lmeqlg de N-NH4 P: 7 g de P205. 1/100. 1/71
1.000 = 0,99 meq/g de P
K: 28 g de K20. 1/100. 1/47. 1.000 = 5,9 meq/g de K
Es decir, si añadimos 1 g por litro de agua de este fertilizante sólido complejo
21:728, logramos obtener una disolución con una concentración de N (14 meq/l de
NO3 y 1 meq/l de NH4), P (0,99 meq/l) y K (5,9 meq/l), que es la que se desea
preparar. Si no se encuentra un equilibrio igual al que queremos utilizaríamos una
combinación de 2 fertilizantes sólidos complejos (ver problema 4.6.3.3). Si se
encuentra un producto con el mismo equilibrio N-P-K pero diferente riqueza, se
determinarán los gramos de producto fertilizante dividiendo el % deseado de uno
de los nutrientes por el % encontrado en el comercio.
Otro problema tipo sería: a partir de un complejo sólido de una riqueza
determinada, fabricar una disolución en meq/l. Se pasaría de % en peso a meq/g y
se compararían los meq/1 que se desean con los meq/g que tenemos. Dividiendo
meqll: meq/g se obtienen los g/litro para fabricar la disolución deseada (problema
4.6.3.2).
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Preparación de la disolución con fertilizantes complejos líquidos
concentrados
Para preparar la misma disolución fertilizante del ejemplo, se pueden utilizar
fertilizantes líquidos concentrados ya descritos en el capítulo 3. Existen en el
mercado con diferentes equilibrios NPK. Para obtener la disolución fertilizante
adecuada utilizando estos productos debemos tener en cuenta los datos
siguientes:
1) Riqueza de nutrientes del producto (se suele expresar en % en peso).
2) Densidad del producto (suele expresarse en g/ml).
3) pH del producto (normalmente entre pH 1 y 2).
En la descripción de fertilizantes líquidos concentrados del capítulo anterior ya nos
referimos a los NPK claros ácidos, que suelen ser los más utilizados, los NPK
claros neutros y las diferentes diluciones que se pueden comercializar.
El cálculo de los volúmenes de dichos fertilizantes necesarios para preparar la
disolución fertilizante del ejemplo sería:
Partimos de un fertilizante líquido 5:2:7 (% en peso) con una densidad () de 1,20
g/ml y un pH de 1,2. El 4,7 % es de N(NO3) y el 0,3 % de N(NH4). Las
concentraciones de N, P y K en meq/l serían las siguientes (equivalentes al
problema 4.6.4.1):
N: 5 g/100 g 1,2 g/ml leq/14 g - 1.000 meq/eq 1.000 ml/l = 4.286 meqll N-NO3: 4,7
g/100 g• 1,2 g/ml• leq/14 g - 1.000 meq/eq• 1.000 mi/l = 4.029 meq/l N-NH: 0,3
gIlOOg. 1,2 g/ml• leq/14 g - 1.000 meq/eq 1.000 mI/l = 257 meq/1 P205: 2 g/1 00
g• 1,2 g/ml. 1171 1.000. 1.000 = 338 meq/l
K20: 7 g/100 g• 1,2 g/ml. 1/47. 1.000• 1.000 = 1.787 meq/l
Queremos obtener una disolución con 15 meq/1 de N, de los cuales 14 serán de
NO3 y 1 de NH4-'-. Los ml del producto 5:2:7 que necesitamos tener en 1 litro de
agua para proporcionar esos meq/l de N se calcularían utilizando la regla de las
diluciones:
Concentración inicial Volumen inicial = Concentración final Volumen final
y. C = V' C'
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N: 4286 meq/l. VmJ (de 5:2:7) = 15 meq/l. 1.000 ml
Luego los ml que hay que añadir de ese producto para obtener 15 meq/l de N
serán 3,5 ml (3,5 ml llevados a 1.000 ml con agua).
Con esos 3,5 ml de producto obtendremos:
L N-NO3: 4.029 meq/13,5 ml C meq/l N(NO3)• 1.000 mi; C meqll N(NO3) 14,1
meq/1
N-NH4t 257 meq/l .3,5 ml = C meq/l N(NH4). 1.000 mi; C meq/l N(NH4) = 0,9
meq/1
P: 338 meq/l de P.3,5 ml = C meq/l P. 1.000 mi; C meq/l P = 1,2 meq/l K: 1.787
meq/l de K3,5 ml = C meq/l K• 1.000 mL; C meq/l K= 6,2 meq/l
Es decir, con este producto comercial nos aproximaríamos suficientemente a los
requerimientos de NPK que deseamos. De la misma forma con los fertilizantes
sólidos complejos deberemos suplementar con algún producto que nos aporte las
necesidades de Ca, Mg, S, ya que en el mercado no existen todos los equilibrios
posibles para todos los nutrientes.
Otro factor importante será comprobar que la adición del producto fertilizante al
agua no acidifica la disolución fertilizante de goteros a pH demasiado ácidos. No
conviene, salvo en suelos con pH elevado y capacidad tampón elevada, utilizar
disoluciones con pH inferiores a pH de 5,5 a 6,0.
Otras variantes de problemas que se nos han presentado en la práctica, a partir
del dato de riqueza de un líquido concentrado, se indican en los ejemplos
4.6.4.2.1, 4.6.4.2.2, 4.6.4.23, 4.6.4.2.4, 4.6.4.3.1 a 4.6.4.3.3 y 4.6.4.4.
Si la adición del complejo líquido al agua no es suficiente para neutralizar los
bicarbonatos se añade la cantidad complementaria correspondiente de H3PO4
oHNO3.
Si no se encuentra en el comercio el fertilizante líquido que se desea respecto a la
riqueza, aunque sí con el mismo equilibrio, se determinarán las cantidades del
complejo líquido a utilizar dividiendo el % de riqueza de un nutriente del producto
deseado por el % encontrado.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Preparación de la disolución con fertilizantes "a la carta"
Como ya se ha comentado, con los fertilizantes complejos sólidos y líquidos, es
complicado conseguir con un producto comercial el equilibrio perfecto de todos los
nutrientes, siendo necesario añadir otras formulaciones de fertilizantes para
compensar los nutrientes que no son aportados suficientemente. Lo ideal es
conseguir un equilibrio NPK lo más próximo posible.
No obstante, algunas fábricas de fertilizantes producen, siempre dentro de los
márgenes de solubilidad y compatibilidad de las materias primas fertilizantes, un
equilibrio adecuado para todos los nutrientes. Estos serían los denominados
"fertilizantes a la carta" que permiten aproximarse lo más posible a los
requerimientos nutritivos del cultivo que queremos fertirrigar.
Se trata de pedir a la fábrica una disolución en base a los meq/l de nutrientes,
correspondientes a la disolución optimizada, con los que se confeccionará un
complejo líquido equivalente. Se tendrá en cuenta el agua de riego y se producirá
un fertilizante complejo de la máxima concentración posible y a un pH ácido (0,5 a
2).
La fábrica de fertilizantes "a la carta" es capaz de diseñar, a partir de fertilizantes
líquidos base y ácidos una disolución concentrada (% en peso), que tras ser
diluida en el cabezal nos proporcione exactamente las concentraciones que
queremos obtener en los goteros.
Un ejemplo se cita más adelante en el problema 4.6.4.5.
Preparación de la disolución de micronutrientes
Lo más importante a tener en cuenta para preparar la disolución es la forma en la
que se encuentran los micronutrientes, fundamentalmente el Fe y el Mn. Es
siempre recomendable la utilización de quelatos para estos dos elementos, y
utilizar siempre el quelato más estable en las condiciones de pH en que nos
encontremos (capítulo 3).
Normalmente la forma de expresar la concentración de estos micronutrientes es
en mg/1 o, lo que es lo mismo, en partes por millón (ppm). No obstante en la tabla
4.2 se encuentran los pesos moleculares aproximados de los fertilizantes de
micronutrientes más comunes para resolver los correspondientes cálculos cuando
estén expresados en milimolesll (mM) o imoles/l (siM).
Aaron Isain Melendres Alvarez.
La aplicación de estos micronutrientes se puede realizar bien de forma
individualizada utilizando quelatos y sales por separado o bien añadiendo un
producto fertilizante de oligoelementos en el que se encuentren todos los
micronutrientes esenciales.
Así, si queremos tener una concentración de oligoelementos como la que
apa 1 rece en la primera columna de la tabla 4.8, podríamos utilizar las
cantidades calculadas en dicha tabla, con sales sólidas individuales o con
fertilizantes complejos líquidos de oligoelementos o micronutrientes.
Preparación de la disolución madre concentrada
(Disolución del cabezal de riego)
En la práctica se prepara una disolución concentrada en los tanques del cabezal
de riego de forma que al mezclarse con el agua de riego en las dosis que marque
el inyector nos proporcione en el gotero las concentraciones que deseamos. A esa
disolución concentrada la denominaremos disolución "madre".
Los cabezales de riego inyectan las disoluciones madre concentradas en función
de 3 criterios:
a) En forma proporcional, esto es, el inyector se gradúa en %. Este porcentaje
quiere decir: el % con respecto al caudal nominal máximo de la bomba (que sería
el 100 %); o bien la dilución correspondiente, por ejemplo, para un 0,5 % se
inyectan 0,5 litros de disolución madre y se mezclan con 100 litros de agua de
riego (la disolución madre aproximadamente se diluiría 200 veces).
Aaron Isain Melendres Alvarez.
b) Según el caudal de agua, el inyector se gradúa en JJh. En este caso debe
conocerse el caudal de agua de riego en lib que pasa por la tubería. Así, con un
caudal de 2000 l/h de agua de riego, tendríamos que ajustar el inyector a 10 llh
para diluir una disolución madre 200 veces concentrada.
c) Según los parámetros de pH y de CE. Estos inyectores están asociados a
sondas de pH y de CE. Suelen ir asociados a inyectores eléctricos que
proporcionan volúmenes variables de disolución madre hasta llegar a conseguir el
valor de pH y CE prefijados en el programador de riego. En este caso es
imprescindible conocer la contribución de cada una de las sales a la CE, lo cual
complica la obtención de la disolución de goteros que queremos fabricar, sobre
todo si tenemos en cuenta que la misma CE se puede obtener con diferentes
concentraciones de los distintos fertilizantes que componen la disolución nutritiva.
Por lo tanto el control de pH y CE no es suficiente para definir dicha disolución
nutritiva.
No obstante, existe un gran número de sistemas de inyección que proporcionan un
control por ordenador de todos y cada uno de los fertilizantes y ácidos que no
siempre son los más adecuados para cada explotación agrícola. En el capítulo 6
se da una información básica y concreta de los módulos del cabezal de riego.
La preparación de las disoluciones madre con los diferentes fertilizantes se haría
de la siguiente forma:
Para preparar 1 m3 de disolución madre que va a inyectarse al 0,5 % (es decir 0,5
1 de disolución madre por cada 100 1 de agua de riego), vamos a tener que
concentrar 200 veces (v.c.), pues el inyector del cabezal va a diluir esa disolución
en la misma proporción. Por lo tanto, las cantidades de sales fertilizantes que se
necesitan si utilizamos sales binarias y ácidos se obtendrán para el ejemplo citado
en 4.2.1, multiplicando por el factor 200.
HNO3: 3 meq/l -P,q (HNO3)(gleq). l/S HNO3(m1/9). lOO/%R. 1 eq/1 .000 meq
1.000 1 . 200 v.c. = 38 1/tanque de 1 m3
KNO3: 4 meq/l Peq (KNO3). 1/1.000. 1.000 1 . 200 v. c. = 80,8 kg/tanque
Ca(NO3)2: 6 meq/l eq (Ca(NO3 )2.4H20 ' 1/1.000. 1.000 1 . 200 v.c. = 142
kg/tanque
N114NO3: 1 meq/l Peq (NH4NO3) g/leq. leq/1.000 meq 1.000 1200 v.c. = 16
kg/tanque
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K2SO4:1 meq/1 1eq (K2SO4). 1/1.000. 1.000 1 200 v.c. 17,4 kg/tanque
MgSO4: 2 meq/l. Peq (MgSO4). 1/1.000. 1.000 1. 200 v.c. = 49,2 kg/tanque
KH2PO4: 1 meq/l P (KH2PO4). 1/1.000. 1.000 1 . 200 v.c. = 27,2 kg/tanque
Para unir los fertilizantes dentro del mismo tanque habrá que consultar en primer
lugar las posibles incompatibilidades entre ellos (tabla 3.3). Así, la aplicación en el
mismo tanque de Ca(NO3)2 y de cualquier fosfato o sulfato es incompatible. Por lo
tanto, ya que las sales cálcicas son problemáticas, la mejor solución es
introducirlas en un tanque por separado. Si se dispone de un cabezal básico con
tres tanques de concentrados, la distribución será la siguiente:
TANQUE A con mezclas fertilizantes, excepto los de Ca, en medio ácido TANQUE
B con fertilizantes cálcicos. Puede ser ácido o neutro TANQUE C con
micronutnentes en medio neutro
Si preparamos la disolución madre con fertilizantes sólidos complejos según el
ejemplo del apartado 4.2.2 añadiríamos 1 g/l (21:7:28). 1.0001.200 v.c. = 200.000
g (200 kg) de dicho producto en el tanque de concentrados.
Si preparamos la disolución madre con fertilizante NPK líquido ácido debemos
añadir, según el apartado 4.23: 3,5 ml (5:2:7 ácido). 1.000 1 200 v.c. = 700.000 ml
= 700 1 de 5:2:7 en el tanque de 1.000 litros.
La preparación de la disolución madre de micronutrientes se haría de forma
similar. Según los datos de la tabla 4.8 para preparar 1 m3 200 veces concentrado
(v.c.) tendríamos que disolver en el tanque C las siguientes sales:
EDDHA Fe (5 % Fe): 100 mg/l. 1.000 1. 200 v.c. 1 kg/106 mg = 20 kg
EDTA Mn (15 % Mn): 13,3 mg/l. 1.0001.200 v.c. 1 kg/106 mg = 2,7 kg
CuSO4 5H20: 0,79 mg/1. 1.000 1. 200 v.c. 1 kg1106 mg = 0,16 kg
ZnSO4 7H20: 1,32 mg/l. 1.000 1 200 v.c. - 1 kg/106 mg 0,26 kg
H3B03: 2,29 mg!!. 1.0001.200 v.c. 1 kg/106 mg = 0,46 kg
(NH4)6Mo7024 4H20: 0,37 mg!!. 1.000 1 . 200 v.c. 1 kg/106 mg = 0,07 kg
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Si se utiliza el fertilizante complejo de oligoelementos de la tabla 4.8 añadiríamos
0,06 ml/l• 1.000 1. 200 v.c. 11/1.000 ml = 12 1.
45. Ejemplos de preparación. Hojas de cálculo
Los datos anteriormente expuestos se pueden ordenar en una hoja de cálculo que
se presenta en dos partes, la primera para obtener los aportes de iones al agua de
riego y la segunda para el cálculo de la disolución de goteros, mediante el factor
correspondiente, y la concentrada en el cabezal de riego (tablas 4.9.1 y 4.9.11).
En las tablas 4. 10.1 y 4. 10.11 se explica un ejemplo para preparar una disolución
fertilizante para tomate en condiciones muy salinas. El resultado nos indica que
para preparar 1 m 3 200 veces concentrado tendríamos que añadir: 48 litros de
HNO3, 200 kg de KNO3, 96 kg de Ca (NO3)2 y 56 kg de K112PO4. Los 96 kg de
Ca(NO3)2 se disolverían en un tanque separado del resto de fertilizantes.
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Aaron Isain Melendres Alvarez.
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1.0) Los meq/1 se consideran, en principio, meq/g de complejo sólido, aunque
pueden corresponder a una fracción de gramo o a un número de gramos
determinado. Lo que se deducirá mediante el cálculo que se expone.
2. °) Los meq/g se pasan a % en peso de producto y de este % a un equilibrio N-
P-K-X
3. °) Seleccionar el equilibrio entre la oferta de los catálogos comerciales y anotar
el % en peso correspondiente.
4. °) Comparar el % del producto encontrado con el % de la disolución calculada
para deducir el peso de producto a emplear que se encuentra en el comercio. Se
divide el % calculado por el % del peso encontrado.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Caso 2. °) Hoja de cálculo 4.11.B
Si partimos de un sólido de una riqueza determinada y se desea pasar a meq/l de
disolución:
1.0) Se calculan los meq/g correspondientes al % en peso mediante la
operación señalada en la tabla 4.11.B.
Cálculo y preparación de disoluciones fertilizantes 155
2. ° Se comparan los meq/g (columna F) con los meq que queremos obtener en 1
litro. Se deducen los g de producto necesarios que se disolverán en un litro.
3. ° Se considera el volumen total a fabricar y las veces que se desea concentrar
la disolución.
4. ° Si no coinciden los gramos de producto para todos los nutrientes se
completará la disolución con fertilizantes simples. La tabla sirve para calcular la
disolución nutritiva para un nutriente y como consecuencia los demás.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En los dos casos estudiados, se calculan los micronutrientes según las
concentraciones de éstos en el complejo sólido.
Para el cálculo con fertilizantes complejos líquidos se proporciona también otra
hoja de cálculo para solucionar problemas básicos: tabla 4.12.
Un ejemplo podría ser el siguiente:
Dada la riqueza en % en peso y la densidad del fertilizante líquido concentrado,
calcular los meq/l correspondientes y los ml de producto por litro de disolución
para obtener una disolución fertilizante expresada en meq/1. Los pasos a dar se
indican en la propia hoja de cálculo.
Se puede concentrar X veces y se puede fabricar un volumen determinado.
Asimismo, se considerarán los micronutrientes que tiene cada producto.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
CABEZAL DE RIEGO
Introducción
Un cabezal de riego es el conjunto de dispositivos situado aguas arriba de toda
instalación de riego localizado, con las misiones de medir el agua, incorporar
elementos fertilizantes, filtrar, regular presiones y llevar a cabo los programas de
riego establecidos. En la figura 6.1 se muestra un esquema genérico, incluyendo
automatización.
Las electroválvulas son necesarias para la automatización de limpieza de filtros,
comienzo y final del ciclo de inyección de productos químicos, cambio de sector de
riego, etc. Para regulación manual de caudales o presiones son aconsejables las
válvulas de compuerta, excepto cuando han de ser atravesadas por productos
químicos que ataquen al metal.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Filtrado
Trata de prevenir los efectos perjudiciales inherentes al uso de aguas con
partículas sólidas en suspensión, orgánicas o minerales, que pueden obstruir los
conductos estrechos de un emisor, la sección de las tuberías al sedimentarse y
dañar otros dispositivos con elementos móviles. Las precipitaciones a partir de las
sustancias disueltas en el agua y de las aportadas por los fertilizantes son, a
veces, causantes de una obstrucción lenta y continua de graves consecuencias
que debe eliminarse con tratamientos periódicos. Algas y bacterias, especialmente
las primeras, son otra importante causa de obstrucción.
La obstrucción lleva asociada la disminución de caudales, del coeficiente de
uniformidad y, por tanto, de la eficiencia del riego.
El tipo de filtros a instalar depende de las partículas a eliminar y sus
características filtrantes del diámetro mínimo de paso del emisor.
En situaciones con aguas muy cargadas de sólidos en suspensión debe recurrirse
a un desbaste antes de que el agua llegue al cabezal. Si las partículas a eliminar
son minerales puede recurrirse a su separación por sedimentación en un
decantador. Si los componentes son orgánicos (flotantes), la instalación de rejillas
con la luz adecuada o filtros del tipo utilizado en la depuración de aguas residuales
son las soluciones más adecuadas.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Los filtros a instalar son, en general, de tres tipos: hidrociclones, filtros de arena y
filtros de malla o anillas.
Hidrocidones
Son dispositivos, figura 6.2, sin elementos móviles, que eliminan hasta el 98 % de
partículas con peso específico superior al agua, es decir, minerales, y de diámetro
superior a 0,1 mm. Tienen la gran ventaja de producir unas pérdidas constantes e
independientes de la concentración de impurezas en el agua. Se deben instalar a
la entrada del cabezal.
Su poder de separación disminuye al aumentar el diámetro nominal y las pérdidas
aumentan con el caudal. Por ello interesa utilizar una batería de hidrociclones en
paralelo, más que un solo hidrociclón de mayor diámetro.
El diámetro nominal, D, en función del diámetro de las partículas a separar se da
en la tabla 6.1 y las dimensiones que definen un hidrociclón y sus relaciones,
basadas en la experiencia, son las siguientes:
1 = (0,33 a 0,50) D para D <4'
L = (5 a 8) . D
D0 = (0,15 a 0,30) Dc
0<450
Aaron Isain Melendres Alvarez.
1 = (0,15 a 0,25) D para D, > 4"
Di =(0,15 aO,33) •Dc
Du= (0,15 a 0,20). Dc
Filtros de malla
Sólo retienen partículas sólidas no elásticas y deben instalarse aguas abajo del
punto de inyección de fertilizantes. La mayoría consta, figura 6.3, de una carcasa
exterior (metálica o de plástico) y del elemento filtrante que a su vez está
compuesto por la malla y el soporte.
A cada malla corresponde un número de mesh, M, definido como el número de
orificios por pulgada lineal contados a partir del centro de un hilo, es decir:
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En caso de orificios rectangulares, d es la dimensión mayor.
El número de mesh debe elegirse en función del diámetro mínimo de paso del
emisor, de tal manera que la malla retenga todas aquellas partículas de tamaño
superior a 1/8 de dicho diámetro. Los normalmente utilizados están entre 50 y200
mesh (tabla 6.2).
Además de los requerimientos del número de malla, el filtro debe cumplir otras
condiciones.
a) Evidentemente, el soporte disminuye el área de filtrado, reduciendo la superficie
total del elemento filtrante a un área de filtrado, Af. A su vez, los hilos de la malla
disminuyen el área de filtrado reduciéndola a un área neta de filtrado o área vacía,
A, que es del orden del 40 % de la anterior, en mallas de hasta 120 mesh. Para
valores superiores de M, la relación se sigue manteniendo en mallas metálicas y
disminuye en las de nylon.
b) El área neta de filtrado debe ser como mínimo, para cada filtro, 2,5 veces la
correspondiente a su diámetro nominal.
c) La velocidad de filtración a filtro limpio debe estar comprendida entre 0,4 y 0,8
m/s, siendo 0,6 m/s un valor muy aceptable.
ci) Por último, las pérdidas con filtro limpio no deben superar los 2 m, debiendo
limpiar el filtro cuando éstas alcancen los 5 m.
Análogamente al caso de los hidrociclones es preferible instalar filtros más
pequeños en paralelo para espaciar más las limpiezas, disminuir normalmente las
pérdidas de carga y porque la probabilidad de avería simultánea de dos filtros es
menor que la de uno solo.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Filtros de arena
Son depósitos metálicos o de plástico reforzado, figura 6.4, parcialmente llenos de
un medio poroso en el que, por adherencia, se fija la materia orgánica y quedan
retenidas en sus poros las partículas minerales. Es el primer elemento que debe
instalarse en el cabezal tras el hidrociclón. Pueden almacenar grandes cantidades
de contaminantes antes de que haya que limpiarlos, invirtiendo el sentido del flujo.
Esquema en la página siguiente.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Resistencia al ataque ácido
No debe tolerarse una pérdida importante por ataque ácido, debiendo ser inferior
al 20 %, tras 24 horas en contacto con una solución de C1H al 20 %.
Condiciones de funcionamiento
El caudal que deben tratar estos filtros debe estar en tomo a 60 m3/h. m2. Una
velocidad aparente (referida a toda la sección) de 60 m/h permite la retención de
partículas de tamaño 1/7 del d10. Las pérdidas de carga a filtro limpio no deben
superar los 3 m y hay que realizar su limpieza cuando alcanzan los 6 m, en caso
contrario aparte de disminuir mucho el caudal filtrado, se corre el peligro de
"perforación del lecho".
Por último, debe dejarse un espacio vacío de longitud entre el 15 % y el 20 % de la
del lecho, para permitir la expansión de la arena en el lavado, para el que se utiliza
un caudal, QL del orden de:
Filtros de anillas
Se han extendido mucho, pues combinan los efectos de los filtros de malla y de
los de arena.
Están formados por un elevado número de discos de material plástico, en contacto
unos con otros y comprimidos y en cuyas caras se han practicado ranuras a las
que corresponde un número de mesh.
1 El agua entra en dirección axial por el orificio central de los discos y sale en
sentido radial por lo que pueden definirse como un filtro de malla con un espesor
del elemento filtrante muy grande. Su limpieza se realiza con agua a presión una
vez sueltos los discos.
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Inyección de fertilizantes
Se realiza en el cabezal, antes de los filtros de malla o en cabeza de las unidades,
cuando se riegan simultáneamente distintos cultivos.
La fertirrigación debe terminar, al menos, 15 minutos antes que el agua de riego
deje de salir por el emisor más alejado, con el fin de lavar los productos químicos y
evitar su precipitación. Los métodos actuales de inyección son tres:
1. Venturi.
2. Tanque de fertilización.
3. Bomba de inyección, accionada eléctrica o hidráulicamente.
Al igual que los filtros de malla o anillas, por ejemplo, son dispositivos ya
existentes en el mercado sin ninguna posibilidad de diseño al proyectar una
instalación, cabiendo únicamente elegir su modelo en función de las necesidades
de abonado, tipo y cantidad de energía disponible, necesidad de automatización y
caudal de inyección necesario. Por ello se exponen sus ventajas e inconvenientes
y las principales características de funcionamiento y manejo.
Venturi
Su esquema de funcionamiento e instalación se muestra en la figura 6.6. En un
Venturi se distinguen tres partes: tobera, garganta y difusor. La segunda es de un
diámetro pequeño de manera que el agua alcanza una velocidad tan elevada que
la presión se hace negativa. Se crea así una diferencia de presión entre la
atmosférica y la establecida en la garganta, causante del flujo de solución
fertilizante entre el depósito y la garganta. La presión en la garganta, para una
presión de entrada dada, es tanto menor cuanto mayor es el caudal.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Es el sistema de inyección más barato; pero el que más pérdidas produce, nunca
inferiores a un 30 % de la presión de entrada, por lo que la presión de
funcionamiento de los emisores será más baja cuando está conectado y su caudal
sea menor. El problema se minimiza utilizando emisores compensantes, y si no
fuera así, debe aumentarse el tiempo de riego en el valor calculado de la siguiente
manera: Si q es el caudal del gotero sin inyección y q cuando funciona el Venturi
durante un tiempo t, el déficit de agua aportada es: (q - q) . ti; que debe añadirse
en un tiempo adicional At, de manera que (q - q) . ti = q At y de donde At = (q - q1 /
q) . t.
Tanque de fertilización
Son depósitos herméticamente cerrados, figura 6.7, metálicos o de plástico
reforzado con fibra de vidrio, en los que se introduce la solución fertilizante. El
depósito se conecta en paralelo a la red de manera que sólo circula por él una
fracción del caudal, tanto mayor cuanto mayores son las pérdidas introducidas.
Los caudales entrante y saliente son idénticos.
Durante la fertirrigación, la cantidad de abono que sale del tanque por unidad de
tiempo, en el instante t, depende del caudal saliente y de la concentración en ese
instante. Como esta última va disminuyendo con el tiempo, también lo hará la
cantidad de abono, problema grave cuando en cada riego se atiende a más de un
sector.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
La evolución de la concentración con el tiempo se halla representada en la figura
6.8 y en ella se observa que el tiempo necesario para aplicar todo el fertilizante es
muy grande. No es práctico tratar de aplicar más del 98 % del fertilizante inicial,
por lo que:
Debiendo ser el caudal de entrada al tanque, si el tiempo de inyección es t:
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Aunque las pérdidas que introduce son inferiores a las del Venturi, también debe
corregirse el tiempo de riego de la misma manera.
Bomba de inyección
Es el sistema más preciso y más caro de los tres; pero en caso de accionamiento
eléctrico (no siempre posible) no se altera el funcionamiento del sistema al no
consumir energía hidráulica, lo que sí ocurre con las bombas accionadas
hidráulicamente.
Todos los tipos de bomba son de desplazamiento positivo, siendo un émbolo o
una membrana quienes con un movimiento de vaivén inyectan la solución.
En las accionadas eléctricamente, figura 6.9, el caudal inyectado se regula,
normalmente, variando el recorrido del elemento impulsor y con ello el volumen
inyectado en cada ciclo (ida y vuelta).
Las accionadas hidráulicamente, figura 6.10, extraen la energía para su
funcionamiento de la red, que debe tener un valor mínimo dependiente del
modelo, figura 6.11. Además su funcionamiento se verá afectado por las posibles
fluctuaciones de presión.
Su regulación, figura 6.12, se consigue variando la velocidad del émbolo con
mayor o menor caudal de entrada, en definitiva modificando el número de ciclos
por unidad de tiempo. La variación de caudal inyectado no es tan rápida y exacta
como en las bombas de inyección eléctricas.
Para aprovechar mejor el volumen del depósito con la solución madre, las palas
del agitador deben lanzar el líquido hacia el fondo, como se indica en las figuras
6.9 y 6.10. En caso contrario se vierte solución al exterior con el depósito lleno. El
número de éstos depende de los productos a aplicar, de que puedan mezclarse o
no y del programa de aplicación.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En la instalación del depósito de solución madre y el agitador es importante tomar
dos precauciones. Por una parte, el depósito debe situarse a una cierta altura
sobre el suelo de manera que pueda instalarse en su fondo una válvula de vaciado
para facilitar las labores de limpieza. En segundo lugar, todo el volumen del
depósito se aprovecha mucho mejor si el agitador gira de una manera que lance la
solución hacia el fondo del depósito.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Si la agitación de la solución madre se realiza con aire, mediante un soplan- te,
aquél debe introducirse, lógicamente, en el fondo.
Tratamiento de las obturaciones
Aun con un filtrado adecuado a las características del agua y del emisor, hay
riesgo de obturación de origen químico y físico debido a precipitaciones y
desarrollo de colonias bacterianas, respectivamente, aparte de que el filtrado
nunca será perfecto.
Estas obturaciones se combaten con dos tipos de tratamientos: preventivos y
curativos. Los primeros tratan de evitar el fenómeno, los segundos eliminarlo
cuando se ha producido. La eliminación de las obstrucciones es difícil, haciéndose
aquí también bueno el dicho más vale prevenir que curar.
Tratamientos preventivos frente a precipitaciones
Los precipitados son fundamentalmente carbonatos, de color blanco, o de hierro,
manganeso y azufre, al oxidarse desde su estado reducido y disuelto.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
La precipitación de carbonatos se impide disminuyendo el pH del agua de riego
hasta 5,5 ó 6 acidificando con HNO3.
La prevención de los precipitados de hierro, manganeso y azufre en el interior del
sistema consiste en provocar esa precipitación antes del cabezal y retener los
sólidos generados en el sistema de filtrado o en la aplicación continua de
antioxidantes.
Tratamientos preventivos frente a bacterias y algas
Las aguas superficiales y, en general, las expuestas a la luz solar son un medio
adecuado para el desarrollo de las algas que, a su vez, llegan a ser alimento de
bacterias. Eliminar en lo posible la acción de la luz solar reduce este foco de
obstrucción, complementando con la adición de productos alguicidas.
La acción directa contra las bacterias se consigue con la aplicación de biocidas,
siendo el Cl el más utilizado, en forma gaseosa o como hipoclorito sódico,
inyectándose antes de los filtros de arena.
Tratamientos de limpieza
En cualquier caso, sean necesarios o no los tratamientos preventivos debe
procederse a una limpieza anual de la instalación, preferiblemente al finalizar la
campaña de riego, con objeto de eliminar precipitados, microorganismos y
sedimentos sólidos que atravesaron los filtros.
El tratamiento consiste en mantener llena la instalación durante una hora con agua
a pH 2 mediante la inyección de ácido, normalmente nítrico. Transcurrido este
tiempo se somete la red a la mayor presión posible y se abren los extremos de las
tuberías primarias hasta que el agua salga limpia. Cerrándolas se sigue con el
mismo procedimiento con el resto de tuberías hasta llegar a las de último orden
(laterales).
El caudal a inyectar de ácido depende de su concentración y de las características
del agua, por lo que es necesario proceder a su valoración, consistente en
determinar la concentración de ácido necesaria para obtener un determinado pH.
La figura 6.13 muestra la valoración de un agua con nítrico.
Si la cantidad de ácido en el agua de riego para llevar su pH a 2 es e (gil) y se
utiliza un ácido comercial de concentración C (%, en peso) y densidad p (g/cm); el
Aaron Isain Melendres Alvarez.
caudal q con que debe inyectarse el ácido comercial en el caudal Q (l/h) de la red,
es:
Bibliografía
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Aaron Isain Melendres Alvarez.
PROGRAMACIÓN DEL RIEGO
Introducción
Se exponen y comentan en este capítulo las bases teóricas y los medios
materiales para fijar el momento del riego y la cantidad de agua a utilizar. Es lo
que habitualmente se expresa como cuándo y cuánto regar y en ello consiste la
programación del riego. 1
La programación puede basarse en la evolución de la humedad del suelo, de
diversos parámetros de planta y/o microclima del medio circundante.
Tradicionalmente, el seguimiento de la humedad del suelo ha sido el método
empleado para programar los riegos. Recientemente, las relaciones suelo-
aguaplanta se contemplan de un modo mucho más dinámico, como un sistema
más unificado en el que todos los procesos son interdependientes y denominado
el continuo suelo-planta-atmósfera. En este continuo, la disponibilidad de agua en
el suelo no sólo es función de éste sino del conjunto suelo-planta-clima.
Los modernos sistemas de riego (localizado de alta frecuencia: goteo,
exudación...) permiten, hoy día, conseguir condiciones de humedad próximas a las
óptimas para la absorción del agua por las raíces, al poder suministrar agua al
medio radicular en la cantidad y frecuencia deseadas, con costes asequibles, lo
que era impensable en sistemas convencionales de riego por gravedad.
El concepto de disponibilidad del agua del suelo ha sido durante años el criterio
básico para la programación del riego. Inicialmente, se admitía que la
disponibilidad del agua para la planta era similar en todo el rango de contenidos de
agua del suelo hasta alcanzar el punto de marchitez; sin embargo, hoy se sabe
que la disponibilidad disminuye con el contenido de agua en el suelo y que las
plantas pueden sufrir estrés hídrico, que afecta a su crecimiento y cosecha, mucho
antes de llegar al punto de marchitez.
Por ello se ha definido el umbral de humedad del suelo, por encima del cual no
hay estrés hídrico para el cultivo mientras que, por debajo, disminuyen crecimiento
y producción. Al inducir estrés hídrico, se reduce la transpiración y, en
consecuencia, la fotosíntesis. Este umbral es el déficit de humedad admisible
(DHA) y es quien determinará la frecuencia y dosis de riego.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Es sabido que el suelo puede retener, como máximo, una determinada cantidad
de agua y acaba de comentarse que la planta necesita que en el suelo haya una
cantidad mínima para poder extraerla sin merma de la cosecha.
El contenido de agua en el suelo agrícola debe estar siempre entre estos valores.
Si el máximo se sobrepasa de una manera permanente habrá que drenar; si por el
contrario no se alcanza el mínimo, hay que regar.
Establecer el momento del riego y la dosis, exige controlar el agua existente a
nivel radicular sin permitir que el contenido descienda por debajo del límite
mínimo. Los métodos más empleados para programar los riegos son tres: método
del balance de agua en el suelo, métodos basados en parámetros del suelo y
métodos basados en parámetros de planta.
Métodos basados en parámetros del suelo.
Uso del tensiómetro para decidir los riegos
La medida del contenido volumétrico de agua en suelo, puede emplearse en
programación de riegos, utilizando sonda de neutrones o mediante el método
gravimétrico (conociendo la densidad aparente del suelo). Pero el primero es muy
caro y complejo de uso y el segundo muy laborioso; su empleo está limitado a
trabajos experimentales. Por otra parte, en riego por goteo la variabilidad espacial
del contenido de agua en el suelo dificulta y limita su empleo.
La evaluación del contenido volumétrico de agua en suelo empleando técnicas de
reflectometría (TDR; time-domain reflectometry) resulta poco operativa y muy cara.
En goteo y sistemas similares, las propiedades físicas del suelo pierden
importancia al perder éste relevancia como almacén de agua y adoptar una
función prevalente de soporte de la planta. La pregunta de ¿cuándo regar? reduce
su importancia en estos sistemas de riego respecto a los convencionales, pues
debe regarse frecuentemente, incluso a diario (o varias veces al día en cultivos
sofisticados sin suelo, ver apartado 7.5.1). La mayor frecuencia implica una mayor
precisión en los procedimientos de medida que en riegos convencionales, para
conseguir una adecuada eficiencia.
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En la práctica la medida de la tensión del agua en el suelo (que es igual al valor
absoluto del potencial matricial) es el procedimiento más asequible. El empleo de
bloques de yeso se ha difundido poco, entre otras razones por precisar de una bue
na calibración dependiendo de la composición de la solución del suelo. Los
tensiómetros, en cambio, se han extendido y su uso es hoy normal en los riegos
localizados de alta frecuencia. Un tensiómetro (etimológicamente, medidor de
tensión) mide la presión con que el suelo retiene al agua. Dicha tensión será
mayor cuanto menor sea el contenido de agua en suelo y variará con el tipo de
suelo. La planta, para succionar el agua del suelo, debe vencer esa presión
(tensión del agua del suelo).
Un tensiómetro, figura 7.3, no es más que un tubo lleno de agua cerrado
herméticamente por uno de sus extremos y teniendo en el otro una cápsula de
material cerámico poroso que es la que se pone en contacto con el suelo. Junto al
extremo cerrado se coloca un medidor de presión que normalmente es un
vacuómetro, para medir presiones inferiores a la atmosférica (depresiones). Esta
cápsula porosa permite que la succión del suelo se transmita al agua del
tensiómetro y la depresión es leída por el vacuómetro. La medida del vacuómetro
se da en centibar (1 cbar 0,10 m de columna de agua) y su escala está graduada
de O a 100. Una lectura cero indica que el suelo no ejerce ninguna succión sobre
el agua por lo que estará saturado o sobresaturado.
Realmente el vacuómetro no llegará a marcar nunca 100 pues alrededor de unos
80 cbar como máximo (en suelos de textura gruesa el límite es aún menor y
además siempre disminuye con la altitud), al estar el tensiómetro herméticamente
cerrado por su extremo superior cuando su depresión interior alcanza este límite
comienza a entrar aire desde el suelo, desapareciendo la continuidad entre el
agua del suelo y la del tubo, siendo erróneas las lecturas. La presión acusada por
el manómetro aumenta y por tanto disminuye la lectura.
En tensiómetros de gran longitud deberá introducirse una corrección que tenga en
cuenta la presión transmitida por la columna de agua.
Para tener un buen índice del contenido de agua en el suelo a través de las
lecturas del tensiómetro, es necesario seguir unas normas en su instalación y
manejo.
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. Normas de instalación
Las normas de instalación vienen con el tensiómetro que se compra; pero
conviene recalcar algunas que son fundamentales:
a) Previo a su instalación debe llenarse con agua hervida, para eliminar la mayor
cantidad de aire posible, y mantener la cápsula sumergida en el mismo líquido
unas 12 horas para conseguir la saturación de la cerámica. Una vez en el campo
habrá probablemente que rellenarlo. Puede ser aconsejable añadir al agua de
relleno algún fungicida y bactericida para preservar la permeabilidad de la cápsula
porosa.
b) Para la realización del agujero en el suelo, algún fabricante ofrece un punzón
provisto de martillo dirigido que se introduce en el suelo por percusión. Este
dispositivo no es aconsejable por dos motivos: produce una compactación del
suelo alterando su estructura junto a la cerámica y, además, es de difícil manejo
dadas sus dimensiones y peso. Es más seguro preparar el agujero de la siguiente
manera:
Si el suelo es de textura gruesa, el tensiómetro se introduce empujándolo
directamente hasta la profundidad deseada. Si la textura es otra o la longitud del
tensiómetro puede poner en peligro su integridad, se perfora el agujero con una
barrena del mismo diámetro o ligeramente inferior. Por si el suelo fuera gravoso y,
en general, para evitar un mal contacto suelo-cerámica, una vez hecha la
perforación puede introducirse una mezcla de agua y suelo en una altura de unos
10 cm sobre el fondo del agujero. Tras introducir el tensiómetro debe sellarse bien
junto a la superficie para evitar la entrada directa de agua.
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c) El suelo alrededor del tensiómetro debe mantenerse en condiciones normales,
evitando pisar en su proximidad para no producir compactaciones que alteren la
velocidad de infiltración y faciliten el almacenamiento en superficie. Ello es grave
en tensiómetros instalados a poca profundidad.
d) El número y situación de los tensiómetros depende del cultivo, del suelo y del
método de riego. Para cada cultivo hay que instalar, al menos, un tensiómetro. Si
la textura, estructura y profundidad son variables, se requiere un instrumento por
cada una de estas variables.
e) En riego por goteo, los tensiómetros deben colocarse cerca del gotero (de 10 a
40 cm, según el tipo de suelo y a dos profundidades, dependiendo de la geometría
del bulbo húmedo y de la profundidad de enraizamiento (10 a 20 cm y 30 a 50 cm
de profundidad en hortalizas). Si se desea conocer el movimiento del agua en
profundidad con detalle, habrá que colocar otro tensiómetro más profundo. La
disposición de goteros debe determinar dónde colocar los tensiómetros.
Los valores óptimos de tensión matricial variarán para cada cultivo según el tipo
de suelo, sistema de riego, manejo, etc.
La notable influencia de la disponibilidad hídrica en la calidad de los frutos (cuyo
contenido en agua supera del 90 % al 95 %, en la mayoría de las especies) resalta
la importancia de una frecuencia de riego idónea.
La decisión final en este aspecto debe tomarse teniendo en cuenta que la zona
donde se colocan los tensiómetros sea representativa de las condiciones
climáticas medias del invernadero que son las que determinan la ETc.
f) Los tensiómetros son especialmente adecuados para suelos de textura gruesa y
media y cultivos que exigen altos niveles de humedad.
Normas de manejo
a) La lectura del tensiómetro debe tomarse a primera hora de la mañana, aunque
es mejor en la madrugada puesto que entonces la extracción de agua por la planta
es muy pequeña.
b) Con el tiempo pueden aparecer burbujas de aire. Lo más probable es que
provengan del suelo a través de la cápsula, por lo que el tensiómetro debe
extraerse y restaurarse. Si la entrada de aire se produce con lecturas de hasta 30
cbar, normalmente será debido a un mal contacto suelo c) Los tensiómetros
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profundos indicarán el estado del agua en el suelo, precisamente donde se extrae
menos; pero es importante mantener estas zonas con niveles de humedad
suficientemente altos para que los nutrientes puedan ser extraídos. Por otra parte
estos tensiómetros indican si ha habido una adecuada penetración del agua
después del riego.
d) Debe tenerse en cuenta, por último, que los suelos no pasan de saturación a
capacidad de campo inmediatamente tras el riego, por lo que los tensiómetros
más profundos no indicarán aumento de humedad hasta un cierto tiempo después
del riego.
e) Debido a las sales en la solución del suelo, los poros de la cápsula se van
obstruyendo lentamente por precipitación de aquéllas. Mientras que la obstrucción
no es total la presión se seguirá transmitiendo, aunque los tiempos de respuesta
irán aumentando. Habrá casos en que será necesario cambiar el tensiómetro o
sólo la cápsula, si es posible.
La interpretación de las lecturas del tensiómetro, según el Servicio de
Conservación de Suelos de Estados Unidos, se ofrece en la tabla 7.6. Sin
embargo, en cultivos de hortalizas en invernadero, los umbrales para el riego por
goteo son inferiores a los que en ella se indican, dependiendo del tipo de suelo (10
a 30 cbares).
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Aaron Isain Melendres Alvarez.
Métodos basados en parámetros de planta
La medida del potencial hídrico de la hoja ha sido empleado como indicador de la
frecuencia en riegos de superficie. En riego localizado de alta frecuencia su
empleo, que es además complejo y costoso (exige el uso de la bomba de presión),
no parece de interés en los rangos de potencial propios de este riego.
Otros métodos sofisticados, basados en medidas del flujo de savia, diámetros de
tallo u otros órganos de la planta, etc., están hoy limitados a trabajos
experimentales.
La temperatura del cultivo, que aumenta con su déficit hídrico, puede hoy medirse
con sensores de radiación infrarroja. Ello ha llevado al empleo del método del
CWSI (Crop water stress index, o índice de estrés hídrico en planta), que se basa
en la temperatura del cultivo (corregida en función, también, de otras variables
climáticas) para fijar la frecuencia del riego. Su empleo está en fase de
experimentación.
Otras consideraciones
Los cultivos sin suelo
En cultivos en sustrato (o sin suelo) la frecuencia de riego es de varias veces al
día, fraccionando las necesidades diarias en función de la demanda evaporativa y
de las características del substrato (retención de agua, porosidad...). En una
primera aproximación, la evolución de la radiación solar (que determina la
demanda evaporativa) a lo largo del día, es empleada para programar los riegos.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Existen diversos automatismos para fijar el momento de riego y la cantidad de
agua a aportar. Unos están basados en mantener un mínimo nivel de agua en el
substrato empleado, por ejemplo, electrodos para arrancar el riego o tensiómetros
adecuados al rango de medidas de tensión propias de los substratos (inferiores a
las convencionales); mientras que otros emplean una balanza (sobre la que están
colocadas varias plantas representativas) para reponer el agua evapotranspirada.
El método más simple es programar la frecuencia y el tiempo (o volumen) de
riego. Las conductividades Y PH del agua de riego y de drenaje se emplean para
ajustar la dosis y frecuencia, así como el volumen del agua de drenaje.
En los cultivos sin suelo del área mediterránea el empleo de sistemas cerrados
(que reemplean la solución, recirculándola) está limitado a trabajos de
experimentación, en la actualidad.
Eficiencia de uso del agua
La creciente escasez del agua de riego resalta el interés de optimizar su empleo
mediante riegos adecuados (que disminuyan el déficit hídrico a nivel radicular) y
eficientes (que maximicen la fracción del agua aplicada que queda almacenada en
el perfil del suelo enraizado y es utilizable con posterioridad por el cultivo) para
obtener las máximas producciones. El cambio de sistemas de riego
convencionales a sistemas de goteo debería suponer un notable incremento de la
eficiencia en el uso del agua. Un riego eficiente implicará una fertinigación
eficiente, de interés no sólo desde el punto de vista económico, sino también por
limitar el impacto ambiental por lixiviación de nutrientes. Es necesario mantener
una buena uniformidad de riego, lo que exigirá un adecuado diseño y manejo de
los sistemas de riego localizado.
Las limitadas disponibilidades de agua han impulsado en las últimas décadas el
desarrollo de riegos deficitarios, especialmente en cultivos leñosos y con sistemas
de riego localizado de alta frecuencia. La reducción del consumo de agua, al
limitar los aportes (respecto a los óptimos) en los momentos no críticos del ciclo,
ha resultado económicamente de interés en algunos cultivos.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
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Aaron Isain Melendres Alvarez.
FERTIRRIGACIÓN DE FRUTALES
Fertirrigación de cítricos
En España se cultivan unas 300.000 ha de cítricos, prácticamente todas bajo
regadío, y de las cuales cerca del 67 % radica en la Comunidad Valenciana.
A pesar de la intensa selección genética realizada para adaptar los patrones y
variedades a las zonas áridas y semiáridas, los cítricos todavía conservan una
serie de características derivadas de su origen que hacen que el riego sea la
práctica de cultivo más importante para obtener producciones y calidad adecuadas
en la mayoría de las zonas citrícolas. Dichas características se pueden resumir en
una fuerte competencia entre el crecimiento vegetativo y el fructificativo y en una
gran área foliar acompañada, sin embargo, de un sistema radical relativamente
poco profundo y desarrollado.
Las hojas de los cítricos tienen los estomas en su parte inferior (el envés) con una
densidad que varía entre los 300-900 estomas/mm2. Los estomas tienden a evitar
las pérdidas excesivas de agua y a cerrarse cuando aumenta la diferencia de
humedad (o más correctamente de presión de vapor) entre la hoja y el aire. Esta
es una de las razones de que los cítricos sean capaces de altas producciones con
igual o menos agua que otras especies frutales.
Los principales métodos de riego utilizados en las plantaciones de cítricos son el
riego a manta en tablares (o amelgas), los riegos localizados (fundamentalmente
goteo seguido de microaspersión y exudación) y en menor medida el riego por
aspersión.
Relación agua-suelo-planta
El objetivo del riego es mantener el suelo en unas condiciones adecuadas de
humedad para que la planta pueda absorber el agua que necesita para la
transpiración y mantener un grado suficiente de humedad en sus tejidos. El grado
de hidratación de la planta viene determinado por el balance entre las pérdidas de
agua por las hojas, mediante la transpiración, y la absorción del agua por las
raíces.
El flujo de agua se produce porque al evaporarse el agua en las hojas se crea en
las mismas una tensión (presión negativa) que "tira" de la columna líquida que va
Aaron Isain Melendres Alvarez.
sin interrupción desde la hoja hasta el suelo a través de todo el sistema de
conductos o xilema de la planta. El agua, en el sistema suelo-planta está sometida
a tensión, al contrario que en una tubería de riego, y se mueve desde los puntos
de menos tensión hacia los de más tensión. Así, al disminuir la humedad del suelo
la tensión del agua en el mismo aumenta y, por tanto, para que la transpiración no
disminuya hace falta que la tensión del agua en las hojas aumente también. Si
esta tensión es excesiva, los estomas tienden a cerrarse y esto perjudica el
funcionamiento normal de las hojas.
A fin de que el riego mantenga el suelo y la planta en un grado adecuado de
humedad que permita una producción y calidad de la cosecha adecuadas hace
falta información sobre la evapotranspiración, dosis y frecuencia de riego, relación
déficit hídrico/producción y calidad de la fruta y finalmente la salinidad del
suelo/tolerancia por el cultivo.
Necesidades de agua
Los cítricos son plantas perennes y por tanto transpiran durante todo el año. La
cantidad de agua que las plantas necesitan para su adecuado crecimiento y
producción es la suma de la evaporación de agua del suelo y de la transpiración
por las hojas, o evapotranspiración del cultivo (ETa).
La evapotranspiración depende fundamentalmente de dos grupos de factores: los
climáticos (temperatura y humedad del aire, radiación solar y viento) y los
derivados de la planta (área foliar o fracción de suelo sombreado por el cultivo y
características aerodinámicas y de regulación estomática de dicha área foliar).
La influencia del clima es compleja y se ha intentado resumir en fórmulas
empíricas más o menos simplificadas que, utilizando datos tales como
temperatura y humedad de aire, radiación solar y viento, predicen la demanda
evaporativa potencial o de referencia, ET0 (o necesidades de agua de un cultivo
de referencia que suele ser una pradera de gramíneas de 8-15 cm de altura sin
déficit de agua).
Las necesidades reales del cultivo, ETC, están relacionadas mediante un factor
corrector denominado coeficiente de cultivo, K, de tal forma que ET = EI X ET0
(ver apartado 7.2.2.1 del capítulo 7).
La FAO (Doorenbos y Pruitt, 1977) recopiló los datos existentes en una amplia
gama de climas y cultivos y calibró los métodos más usuales de predicción de
Aaron Isain Melendres Alvarez.
ET0. En la actualidad (Allen et al., 1998) se propone como método estándar de
cálculo de la ET0 la formulación de Penman-Monteith, que requiere datos
climáticos completos (temperatura y humedad del aire, radiación solar y viento).
En la Comunidad Valenciana, así como en otras, se han establecido en los últimos
años redes de estaciones meteorológicas automatizadas con las que se realiza el
cálculo de la ET0 y en distintas comunidades la información está disponible a
través de internet (http://www.ivia.es/estacion en la C. Valenciana).
Cuando no se dispone de estaciones meteorológicas próximas y representativas
de la finca se recomienda el uso del evaporímetro o cubeta clase A (apartado
7.2.2.1). El IVIA en colaboración con el Servicio Metereológico de Levante inició
en 1988 el establecimiento de una red de evaporímetros en la C. Valenciana, que
en la actualidad está complementada con la red de estaciones meteorológicas
automatizadas a cargo del Servicio de Tecnología del Riego (STR). En la tabla
A3.72 se indican los valores medios de E. disponibles en algunas zonas.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
El único método directo de medida de la ET es el de los lisímetros, en el que el
agua consumida por un árbol plantado en el campo dentro de un gran recipiente
se mide por pesada. Hacia finales de 1989 se instaló un lisímetro de pesada
grande (4 X 4 X 1,5 m) en la finca del IVIA en Moncada, al cual se trasplantó un
árbol de cuatro años de edad y con el que se han obtenido valores de ET y K de
mandarinos regados por goteo desde 1991 (Castel, 1991 y 1997).
Para naranjos adultos Salustiana y Washington Navel regados por inundación, con
prácticas de cultivo habituales de !a zona costera de Valencia, se determinó la ET
por balance de agua en el suelo con sonda de neutrones y se calcularon los
valores de K (Castel et al., 1987), cuya validez para riego localizado se comprobó
en Salustiana (Castel y Buj, 1993) y Washington Nave! (Buj etal. 1990). Dichos
valores de K (tabla A3.73) son de un 10 a un 20% inferiores a los propuestos por
FAO. Estos valores representan una ET mensual máxima de unos 3,1 mmldía en
los meses de julio-agosto y una media anual de 700-800 mm/año.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En Sevilla, Martín Aranda y Muriel (1973) citaron un consumo de agua (riego +
lluvia) de 946 mm/año en una plantación de naranjo amargo variedad sevillano
con alta producción. Los aportes recibidos en el período de abril a octubre
representaron aproximadamente el 56 % de la evaporación de cubeta clase A.
Para limoneros en la zona de Santomera (Murcia), León et al. (1982) estimaron
una ET media anual de 850 mm.
El otro factor importante que determina Kc es el área foliar de los árboles, la cual
se expresa de forma simplificada mediante el % de área sombreada, PAS
(cociente entre el área que sombrea el árbol a mediodía solar y el marco de
plantación). En la figura A3.120 se presenta la relación encontrada entre estos
parámetros para los cítricos (Castel, 2001).
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Las necesidades de agua de cítricos adultos son a efectos prácticos las mismas
con independencia del método de riego, pero suelen ser diferentes en el caso de
plantaciones jóvenes en sus primeras fases de desarrollo cuando el área
sombreada por el cultivo es pequeña. En este caso la evaporación del suelo, E5,
puede ser una parte importante del agua total evapotranspirada y en comparación
a un método de riego que moje toda o casi toda la superficie (inundación,
aspersión) el riego localizado puede producir un ahorro de agua por reducción de
la E5. Algunos autores (Dasberg y Bresler, 1985) estiman que este ahorro puede
llegar al 20-40 % para huertos de frutales. Así, en Clementina de Nules en suelo
franco-arcillo-arenoso, regada por goteo, se encontró (Castel, 2001) que la E5
representaba casi un 40 % de la ET en los primeros años de la plantación y que su
contribución al total disminuía conforme crecían los árboles (tabla A3.74). La
evaporación del suelo se ajustó bien al PAS mediante la ecuación: E = F . ET0
(exp_0021'As) [1], donde F, es la fracción de suelo mojada por el riego (en nuestro
caso, con 4-6 goteros por planta, era de unos 2,5 m2 o 13 % del marco de
plantación). Durante períodos de lluvia toda la superficie del suelo se moja y por
ello Fw=1.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Dosis de riego
Un buen manejo del riego permite optimizar en lo posible la eficiencia de las
aplicaciones, entendiendo por tal la fracción del agua aplicada que es consumida
por el cultivo como ETC. Para ello es preciso minimizar las pérdidas por
escorrentía y sobre todo por percolación profunda. Esto se puede conseguir
utilizando caudales y tiempos de riego adecuados a las características de
infiltración del suelo y con una buena nivelación en los riegos a manta o evitando
las obturaciones y descompensaciones de presión mediante un adecuado
mantenimiento de las instalaciones en los riegos localizados. No obstante, en la
mayoría de los casos siempre hay alguna falta de uniformidad en el riego (que se
suele expresar mediante la eficiencia de aplicación, Ea), que unida a la necesidad
de lavar las sales que el agua aporta al suelo hacen que la dosis real o bruta de
riego (Rb) deba ser la ET aumentada en una fracción proporcional a la Ea o a las
necesidades de lavado, LR, en caso de salinidad elevada del agua. Es decir, Rb =
(ETa - Pe)/Ea (1 - LR) [21 (ver apartado 7.2.3 del capítulo 7).
En términos generales, para instalaciones de riego localizado bien mantenidas y
agua de riego "no salina", el aumento que representa el denominador se puede
cifrar en un 15-20 % (tabla A3.75).
Sin embargo, los datos de eficiencia del riego a manta obtenidos en huertos
adultos de cítricos en la Comunidad Valenciana (Castel et al., 1987) indicaron
valores del 50 al 80 % con media del 65 %. Análogamente, en el caso de riegos
localizados, los valores de eficiencia de aplicación medidos en plantaciones
representativas de cítricos (Castel, 1985) fueron de 60-75 %, muy por debajo de
los valores máximos alcanzables con un buen mantenimiento de las instalaciones.
En el numerador de la ecuación [21 la ET viene minorada por la aportación real de
la lluvia o precipitación efectiva, Pe. Esta depende de multitud de parámetros
(características de la lluvia: intensidad, duración, frecuencia; del suelo: capacidad
de retención, infiltración, pendiente, contenido de humedad previo a la lluvia, etc.),
por lo que las estimaciones suelen ser bastante imprecisas, como ya se comentó
en el apartado 7.2.2.2 del capítulo 7. A título orientativo para riego localizado el
STR en la C. Valenciana considera útiles sólo las lluvias superiores a 3 mm y de
ellas que sólo el 25 % es efectivo en verano, mientras que durante el resto del año
la precipitación efectiva puede alcanzar el 75-80 % de la lluvia caída.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En la zona de Levante, en años de pluviometría normal, la lluvia aporta
aproximadamente el consumo de agua de los cítricos desde octubre a mediados
de marzo, por tanto las necesidades netas de agua (ETa - Pe) para la temporada
habitualmente seca (finales de marzo a septiembre) serían de unos 450-550 mm,
que para una eficiencia del 65 % en riego a manta representa una dosis de riego
bruta de 7.000 a 8.500 m3lha/año. Estos valores son comparables con los
medidos en el riego por tablares de cítricos adultos (Castel et al., 1987) que
oscilaron entre 5.600 y 8.900 m3lha/año. En caso de riego localizado, asumiendo
una buena uniformidad (eficiencia de aplicación del 85 %) la dosis bruta necesaria
sería de 5.300-6.400 m3/ha/año.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Frecuencia de riego
Los cítricos no responden directamente al método de riego ni a su frecuencia, sino
al régimen de humedad (potencial o tensión de agua) en el suelo a que son
realmente sometidos. Dicho régimen es función del manejo del riego (frecuencia,
dosis y uniformidad), de las características del suelo (capacidad de retención y
profundidad), de la demanda evaporativa y de la salinidad del agua de riego.
La tensión de agua en el suelo a la que se recomienda regar los cítricos oscila
entre 60-100 cbar, en el riego por inundación, y entre 20-30 cbar en los riegos
localizados. En el primer caso, los tensiómetros se deben instalar en la zona de la
periferia del árbol, a unos 50-60 cm de profundidad, mientras que en los riegos
localizados la instalación adecuada es en el bulbo de humedad y a una
profundidad algo menor (30-40 cm).
Los riegos localizados, sobre todo si están automatizados, permiten altas
frecuencias de riego sin casi incremento de costos. En la mayoría de los
experimentos de riego localizado realizados con cítricos y otros cultivos en
diversos tipos de suelo no se encontraron diferencias entre regar diariamente,
cada 2-3 días o incluso en suelos más retentivos regando cada semana. Por ello,
la frecuencia de riego deja de ser un parámetro clave en los riegos localizados y
se puede decir que son riegos diarios o todo lo más semanales. No obstante,
cuanto menores sean la capacidad de retención de agua del suelo (suelos muy
arenosos o pedregosos), la profundidad del suelo, el volumen mojado y mayores
la demanda evaporativa o la salinidad del agua, tanto más importante pasa a ser
la frecuencia de riego para obtener una producción y calidad adecuadas. Los
resultados obtenidos en pomelos adultos en Israel (tabla A3.76) ilustran este
punto. Se observa que la frecuencia de riego por goteo (cada 7 frente a cada 3
días) no tuvo efecto negativo sobre la producción cuando el volumen del suelo
mojado era del 40 %, pero mojando sólo el 30 % hubo una reducción próxima al 8
% al regar cada 7 frente a 3 días (ambos con el 100 % de la dosis requerida) o al
regar con sólo el 80 % frente al 100 % (ambos cada 3 días).
Aaron Isain Melendres Alvarez.
Así pues, cuanto menor es el volumen de suelo mojado la falta de agua por
causas diversas (roturas del sistema, obturaciones, aplicación de menos agua de
la necesaria) conduce más rápidamente a las plantas a situaciones de déficit. En
el otro extremo, en suelos con problemas de aireación puede ser más conveniente
regar cada varios días en lugar de diariamente con el fin de evitar problemas de
asfixia radicular.
La frecuencia de riego no tiene por qué ser constante a lo largo de todo el año. A
fin de mantener las dimensiones de los bulbos y la profundidad mojada lo más
constantes posibles es preferible variar la frecuencia de riego conforme va
variando la ET a lo largo del año que variar la duración del riego.
Crecimiento y producción de los cítricos en relación con los déficits hídricos
Los déficits hídricos en las plantas se producen principalmente por dos razones: 1)
porque el contenido de agua en el suelo es bajo, y 2) porque la demanda
evaporativa del aire es alta (aire seco y temperatura elevada), como ocurre en las
épocas de poniente. En algunas ocasiones se pueden presentar déficits hídricos
debido a condiciones en el sistema radical tales como falta de aireación (suelos
muy arcillosos con mal drenaje), baja temperatura y enfermedades (tristeza,
psoriasis, etc.) que reducen su conductividad hidráulica. También pueden
presentarse déficits hídricos cuando el agua de riego tiene un contenido excesivo
en sales.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
El efecto de los déficits hídricos sobre la cosecha suele ser mayor en
determinados períodos que se denominan "críticos". En general, el período de
máxima sensibilidad es el de floración y cuajado de los frutos, seguido del que
comprende las fases de crecimiento inicial de los frutos hasta la caída de junio. El
período de maduración de los frutos suele ser el menos sensible. Esto se ha
puesto de manifiesto en experimentos en distintas zonas citrícolas, tales como
Arizona en naranjos Valencia (Hilgeman, 1977) y Valencia en Clementina de Nules
(Ginestar y Castel, 1996), donde se estudió el efecto de la supresión total del riego
por goteo en distintos períodos fenológicos (tabla A3.77).
De forma similar, en Arizona, en un suelo franco arenoso profundo, se estudió
durante 20 años el efecto del estrés hídrico producido por distintos manejos del
riego por surcos en la producción, calidad y crecimiento de naranjos Valencia. Los
resultados (Hilgeman, 1977) mostraron que un período de estrés en las épocas de
floración y cuajado produjeron una importante reducción de cosecha por
disminución del número de frutos por árbol, no siendo afectado el tamaño de los
Aaron Isain Melendres Alvarez.
que quedaron. Cuando el estrés ocurrió en agosto sólo o en agosto y octubre,
meses en que tienen lugar las fases de mayor crecimiento y maduración,
respectivamente, se produjo una reducción del tamaño de los frutos en todos los
años estudiados. El número de frutos, sin embargo, no fue consistentemente
afectado. El estrés sólo en octubre (últimas fases de maduración) no afectó
significativamente ni al número ni al tamaño de los frutos. En el conjunto de los 20
años (tablaA3.78) el riego más infrecuente durante todo el año (tratamiento C)
redujo un 30 % la producción, afectando también al desarrollo de las raíces y de la
copa. Sin embargo, regando frecuentemente de marzo a julio (floración, cuajado y
crecimiento rápido de los frutos) y más infrecuentemente en adelante (tratamiento
E) produjo árboles de copa más pequeña pero con igual producción que los más
regados. Otro efecto del estrés hídrico, que ha sido también observado en muchos
otros experimentos de riego (Kriedemann y Barrs, 1981), fue el aumento de los
sólidos solubles totales, fundamentalmente azúcares (tabla A3.78).
En las condiciones climáticas de Valencia se estudió el efecto de diferentes
tratamientos de riego por goteo, durante siete años, sobre la producción y calidad
de la fruta de árboles adultos de Salustiana (Castel y Buj, 1993). Los principales
resultados promediados a los siete años del estudio (tabla A3.79) fueron:
Aaron Isain Melendres Alvarez.
1) Cuando se aplicó a lo largo de todo el año un 20 % menos agua que las
necesidades (20-T), hubo una reducción en la producción del 8 %. Cuando
se aplicó un 40 % menos que las necesidades (40-T), la producción
disminuyó un 22 %.
2) Cuando en el período de abril a finales de junio el agua aplicada fue un 40
% menos de las necesidades y el resto del año se regó sin limitación (40-
P), la disminución de producción fue del 8 %. Cuando ese mismo déficit de
agua se aplicó en los meses de septiembre a marzo (40-0), entonces la
producción disminuyó sólo un 4 %.
3) En la mayoría de los años, los tratamientos de riego deficitario disminuyeron
el peso medio del fruto en comparación a los de los árboles bien regados, y
apenas afectaron el número de frutos por árbol.
4) El riego deficitario durante todo el año (40-T) produjo un aumento de los
azúcares del fruto tanto mayor cuando mayor fue el déficit hídrico. Este efecto
no se observó cuando los déficits ocurrieron sólo durante el período de
floración-cuajado o durante el período de maduración.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
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Aaron Isain Melendres Alvarez.
FERTIRRIGACIÓN RACIONAL DE CÍTRICOS
Introducción
En España existen unas 300.000 ha dedicadas al cultivo de cítricos. De ellas unas
200.000 disponen de riego localizado. Es lógico pensar que la aplicación de
fertilizantes ha de hacerse disueltos en el agua de riego. Como ya se ha indicado
dicha aplicación requiere una tecnología basada en los conceptos que se han
expuesto para frutales en general.
La optimización del volumen de agua y la programación de riegos ha sido
estudiada por diversos especialistas y se dispone de datos que nos permiten
evaluar las necesidades hídricas con bastante exactitud. Sin embargo, las
normativas de la aplicación de fertilizantes han sido muy poco estudiadas, incluso
es difícil conseguir información en la bibliografía de investigadores españoles.
Afortunadamente disponemos de un considerable número de datos sobre la
nutrición de los cítricos que puede servir de base para la puesta a punto de una
tecnología como la que exponemos en el presente capítulo, basada
fundamentalmente en los trabajos del equipo de Nutrición del Dto. de Citricultura y
otros Frutales del IVIA.
El objetivo del abonado es incrementar la fertilidad natural del suelo con el fin de
obtener un aumento del rendimiento de la producción y una mejora de la calidad
del fruto.
Por tanto, el conocimiento de las necesidades nutritivas anuales de las plantas
para el crecimiento y el desarrollo de nuevos órganos, así como los momentos en
que se producen éstas, es esencial para efectuar un abonado racional.
El desarrollo vegetativo y las cosechas extraen los principios nutritivos contenidos
en el suelo y ocasionan una disminución considerable de su fertilidad. Con el
abonado se trata de restituir al suelo, al menos en parte, las extracciones de
elementos que se realizan anualmente. Para ello se ha de tener en cuenta que el
aporte de nutrientes siempre sea superior a este consumo anual de las plantas, ya
que al aplicar los fertilizantes se origina un porcentaje de pérdidas por causas
diversas . Entre otras podemos citar: la fijación transitoria de los nutrientes en los
coloides del suelo, cuyo aprovechamiento depende de las reacciones de
intercambio iónico y precipitaciones de casi nulo aprovechamiento, además de los
antagonismos que reducen la eficacia de la absorción de nutrientes incluso
Aaron Isain Melendres Alvarez.
estando éstos en forma soluble en la disolución del suelo. Estos aspectos de la
química del suelo,
junto con otros como la destrucción de quelatos por competencia entre iones o por
el pH del suelo, aconsejan estudiar durante el abonado, sobre todo por
fertirrigación, las reacciones de interacción entre las disoluciones fertilizantes y el
suelo.
Por otra parte, los suelos en muchos casos contienen los elementos que las
plantas necesitan en cantidad suficiente para abastecerlas durante mucho tiempo.
Sin embargo, a veces éstos no se encuentran en forma asimilable.
Para planificar la fertilización es conveniente, por tanto, disponer del análisis de
suelo, a fin de evaluar la riqueza en elementos asimilables y conocer aquellas
características que pueden ser desfavorables o limitantes para el desarrollo del
cultivo, así como para estudiar las interacciones antes citadas. También es muy
conveniente disponer del análisis del agua de riego, con objeto de conocer el
contenido en elementos nutritivos, así como la presencia de iones tóxicos para la
planta. Por último, el conocimiento del estado nutritivo de la plantación por medio
del análisis foliar es otra información que se precisa para realizar una buena
planificación de la fertilización.
Cálculo de las dosis anuales de abonado
Para aportar una dosis razonable de abono a una plantación de cítricos hemos de
considerar, en primer lugar, la cantidad de nutrientes que consume el cultivo
anualmente y, por otro lado, la eficiencia o proporción de elementos que
aprovecha el arbolado cuando se aplican los fertilizantes. La gran ventaja del
método de fertirrigación es que, por el sistema muy fraccionado de dosificación de
fertilizantes durante el ciclo de cultivo, las cantidades que se aplican de nutrientes
no son estimadas sino reales en función de la demanda del cultivo. Estas
cantidades se obtienen en función de los volúmenes reales de riego y las
concentraciones de las disoluciones fertilizantes.
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Necesidades nutritivas anuales
Las necesidades nutritivas se definen como la cantidad de elementos nutritivos
consumidos por la planta durante un ciclo vegetativo anual. En la determinación de
éstas se incluye el consumo en el desarrollo de nuevos órganos (vegetativos y
reproductivos) y en el crecimiento de los órganos viejos permanentes.
A efectos de considerar los órganos viejos que participan en el balance global de
exportación de nutrientes a órganos en crecimiento y la recuperación posterior de
los elementos exportados a partir de los fertilizantes aplicados, se distinguirá entre
hojas viejas y órganos viejos permanentes (troncos, ramas y raíces). Estos últimos
exportan, durante la brotación-floración de primavera, una proporción muy
considerable de su contenido en nutrientes móviles y, en condiciones favorables
para la absorción, pueden recuperar del medio su nivel inicial en nutrientes; por
ello estos órganos no se tendrán en cuenta en este balance. Sin embargo, las
hojas de ciclos anteriores (hojas viejas) sí se deben considerar como fuente de
nutrientes, ya que al principio del ciclo vegetativo retranslocan, hacia los nuevos
órganos, una proporción muy considerable de su contenido en elementos móviles
y, cuando las condiciones del medio y de la planta les permiten recuperar parte de
los elementos exportados, una parte de estas hojas ya se ha desprendido del
árbol.
Por otro lado, el proceso de floración-fructificación consume una cantidad
importante de nutrientes. De ésta, una parte es extraída por la cosecha y el resto
es restituido al suelo, con la caída de botones florales, pétalos y frutos pequeños.
Parte de los elementos contenidos en estos órganos y en las hojas viejas
desprendidas pueden ser reabsorbidos por la planta a medio y largo plazo.
Los valores del consumo anual de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), magnesio
(Mg) y hierro (Fe) por plantas de cítricos de diferentes edades se exponen en la
tabla A3.82. Asimismo, se muestran que parte de estos nutrientes son aportados
por las reservas contenidas en las hojas viejas. Con respecto al hierro, dada su
escasa movilidad en la planta, su translocación desde las hojas viejas hacia los
nuevos órganos en desarrollo puede considerarse inapreciable. Las diferencias
entre ambos valores constituyen las necesidades anuales netas de estos
elementos.
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Determinación de las dosis anuales
Partiendo de los datos expuestos en la tabla A3.82 y aplicando un incremento de
nutrientes en función de la eficiencia media de los fertilizantes más utilizados en
riego a goteo, se obtienen las recomendaciones de abonado en función de la edad
de la plantación, del diámetro de copa y de la densidad de plantación. Las dosis
por árbol se establecen, preferentemente, de acuerdo con el diámetro de copa, ya
que el porte del arbolado en relación con la edad puede variar considerablemente
según el vigor de la combinación variedad/patrón y de las condiciones de cultivo.
En el momento que los árboles alcanzan el diámetro de copa que les permite su
marco se aplicará la dosis máxima. Esta se continuará suministrando con
independencia de la edad de la plantación.
La dosis de abonado en riego a goteo se calcula del modo siguiente:
Dosis anual = Necesidades anuales netas (tabla A3.82) X F1 X F2
Siendo:
F1=100/Porcentaje eficiencia en la utilización de los fertilizantes en riego a goteo.
F2 Factor de conversión de elementos nutritivos en unidades fertilizantes.
En las tablas A3.83 a A3.85 se presentan las dosis recomendadas de N, P205 y
K2O. Para la obtención de las dosis de MgO (tabla A3.86), además del consumo
anual y la eficiencia del uso de los fertilizantes, se ha tenido en cuenta que la
relación K/Mg (expresados en meq/100 g suelo) en el bulbo debe mantenerse en
un rango óptimo del 0,16 al 0,35 (Legaz y col., 1997). Para no afectar este
equilibrio catiónico del suelo se ha considerado que ambos fertilizantes se deberán
aplicar en una relación, expresada en meq, aproximadamente igual al límite
superior del rango (0,35).
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En la tabla A3.87 se exponen las dosis de hierro (Fe) equivalentes a las
necesidades anuales (tabla A3.82). La mayor parte de los suelos contienen
cantidades considerables de hierro suficientes para atender las necesidades de
los cultivos durante muchos años. Sin embargo, los estados deficitarios de hierro
en los cítricos son, en la mayor parte de los casos, inducidos por las condiciones
del suelo que favorecen la transición de los iones de hierro solubles a compuestos
que no pueden ser absorbidos por la raíz. Sólo en los casos en los que el Fe esté
en forma no asimilable por las plantas se deberán aportar las dosis
recomendadas.
Optimización de las dosis recomendadas
En la obtención de las dosis expuestas en las tablas de la A3.83 a la A3.87 se ha
considerado que los niveles foliares son óptimos y la concentración de nitrato en el
agua de riego es inferior a 50 mg/l. Por tanto, con el fin de corregir, por exceso o
defecto, las cantidades indicadas en las tablas A3.83 a A3.87, es muy conveniente
disponer de la información proporcionada por el análisis foliar, del suelo y del agua
de riego.
Corrección según el análisis foliar
El análisis foliar es el método más adecuado para diagnosticar el estado nutritivo
del arbolado, ya que informa sobre la absorción real de los nutrientes por la planta,
muestra la presencia de estados carenciales o excesivos e indica la existencia de
antagonismos entre nutrientes. Además, permite evaluar las reservas disponibles
de aquellos elementos que son móviles en la planta. Las tablas A3.88 y A3.89
muestran los valores foliares estándar del estado nutritivo de diferentes cítricos
establecido por Legaz y Primo-Millo (1988) y Legaz y col. (1995).
Si las concentraciones foliares de N, P y K (tabla A3.88) no se encuentran en el
rango óptimo, se deberán realizar las correcciones correspondientes con el factor
asignado a cada estado nutritivo del arbolado como se indica en la tabla A3.90.
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En el caso del Mg, para concentraciones foliares superiores al óptimo (tabla
A3.88) no se realizará ninguna aportación de abonados magnésicos (tabla A3.90).
Sólo se corregirá para valores foliares bajos o muy bajos del mismo.
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En el caso del Fe, para niveles normales, bajos o muy bajos (tabla A3.89), se
aplicarán las cantidades recomendadas en la tabla A3.87, corregidas en función
de los coeficientes expuestos en la tabla A3.90. El resto de microelementos se
aplicaran únicamente vía foliar en los estados nutritivos bajos o muy bajos.
Los factores indicados en la tabla A3.90 se corresponden con los extremos de
cada uno de los rangos foliares; por ello, para valores foliares intermedios se
aplicarán coeficientes proporcionales a ellos.
w Por último, los incrementos o disminuciones de las aportaciones de fertilizantes
son sólo aproximados, ya que valores más exactos sólo pueden conseguirse con
el uso de funciones complejas. Sin embargo, se considera que estas
aproximaciones son suficientes para el cálculo práctico de las necesidades de
fertilización en los cítricos en riego a goteo.
Ejemplo práctico de corrección de la dosis de abonado
En la tabla siguiente se expone el resultado de un análisis foliar de un naranjo
adulto de 12 años y la corrección de las dosis de abono a aportar:
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Corrección según el análisis de suelo
El análisis del suelo aporta una valiosa información sobre la disponibilidad de
elementos asimilables por la planta. Aunque con fertirrigación en riego localizado
la fertilidad del suelo pierde, en términos relativos, la importancia que tiene en el
caso de los métodos de abonado tradicional, ya que la fertilización pasa de ser un
complemento de aporte de nutrientes a ser un suministro continuo de éstos. De
todos modos, es conveniente disponer de aquellas características del suelo que
puedan ser desfavorables o limitantes para el desarrollo del cultivo, tales como el
pH, contenido de calcio total y activo, conductividad eléctrica, etc. Como antes se
ha comentado para el proceso de fertirrigación es fundamental conocer las
características del suelo para estudiar las reacciones de interacción con las
disoluciones fertilizantes y, por tanto, adecuar éstas a cada caso.
Corrección según el análisis de agua
Este análisis nos indica el contenido de sales minerales que incorporadas al suelo
pueden actuar como fuente de elementos para la planta. Otro aspecto importante
es su calidad, ya que debe mantenerse un control de la misma, tanto más riguroso
cuanto peor sean las características de ésta. Este control es especialmente
necesario en fertirrigación, ya que pueden producirse insolubilizaciones e
incrustaciones en las tuberías y goteros, y, sobre todo, porque los contenidos de
elementos en el agua influyen en el diseño de las disoluciones fertilizantes.
Disoluciones fertilizantes de partida
Para el estudio de las disoluciones fertilizantes de partida hemos utilizado los
volúmenes de riego mensuales recomendados (Legaz y Primo-Millo, 2000) y las
exportaciones de nutrientes expresadas en kg/ha y mes en función del abonado
máximo anual y los % mensuales exportados por el cultivo. De ambos datos
obtenemos unos valores teóricos mensuales expresados en meq/l de nutrientes.
Hemos agrupado dichas disoluciones de forma que proponemos dos
concentraciones diferentes, una a partir de la brotación-floración de primavera
hasta el final del cuajado del fruto (final de junio), relativamente alta en nitrógeno, y
otra, con un nivel de nitrógeno más bajo y una elevación en la concentración de
potasio, desde el mes de julio coincidiendo con la fructificación y hasta octubre
(inicio del letargo).
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En las tablas A3.92 y A3.93 se exponen los volúmenes mensuales de riego con
aportación de fertilizantes y el % de distribución mensual de nutrientes respecto a
la dosis total, según Legaz y Primo-Millo (2000).
En la tabla A3.94 se indican las exportaciones en kg/ha/mes resultantes de los
datos anteriores.
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En la tabla A3.95 se indican los cálculos teóricos de disoluciones de partida
expresados en concentraciones mensuales de disoluciones
fertilizantes/mes/nutriente.
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Consideramos que para hacer viable la fertirrigación no es necesario utilizar una
disolución fertilizante por mes. Como punto de partida y para después optimizarlas
por el seguimiento correspondiente, podría ser suficiente el empleo de dos
disoluciones, una desde el comienzo de la fertirrigación y la segunda a partir de la
fructificación de la brotación de primavera.
En resumen, y considerando valores medios, se proponen las disoluciones: 6-0,54
meq/1 de N, P205 y K20 a partir del mes de marzo, y 4,5-0,54,5 meq/l a partir de
julio.
Las disoluciones fertilizantes de partida propuestas se deben fraccionar en todos
los riegos. Si no es así, en los riegos con agua exclusivamente estaremos
diluyendo la disolución del suelo y acumulando nutrientes en los acuíferos como
contaminantes. Por otra parte, las aplicaciones con cantidades excesivas de
nutrientes en un reducido número de riegos no permitirán la absorción por la
planta de nutrientes en condiciones idóneas. Esta aplicación fraccionada es
fundamental para conseguir sincronizar las exportaciones del cultivo con las
aplicaciones de nutrientes y, por tanto, aprovechar las ventajas del sistema de
fertirrigación respecto al sistema tradicional de fertilización. El seguimiento durante
el ciclo de cultivo de las interacciones suelo/disoluciones fertilizantes y la
consideración de la composición del agua de riego nos permitirá adecuar la
fertirrigación a cada caso (fertirrigación "a la carta"). De esta forma podremos
Aaron Isain Melendres Alvarez.
optimizar las disoluciones fertilizantes para cada momento fenológico e iniciar el
siguiente ciclo de cultivo sin depender básicamente de los kg/ha que anualmente
se "estima" que va a absorber la planta.
Para suelos pobres y suelos salinos se ensayarán incrementos de las
concentraciones.
Durante el verano es conveniente diluir las concentraciones para compensar el
efecto de concentración por la elevación de temperaturas.
Si el suelo y el agua de riego no contienen Ca, se incluirá en el abonado nitrato de
calcio.
Se tendrá en cuenta la composición del agua de riego para el cálculo de las
aportaciones de fertilizantes y el estudio de las interacciones con el suelo nos
permitirá realizar las correcciones correspondientes.
El seguimiento del extracto saturado del suelo y de la planta nos permitirá
optimizar las disoluciones fertilizantes.
Diagnóstico de nutrición
Se recomienda diagnosticar la nutrición del cultivo utilizando los niveles de
nutrientes de referencia en planta correspondientes a la Comarca Agrícola. Si no
hay datos disponibles pueden utilizarse los niveles de referencia recomendados
por F. Legaz (tablas A3.88 y A3.89).
Diseño y formulación de las disoluciones fertilizantes (Cadahía y col. 2000)
El diseño y formulación de las dos disoluciones fertilizantes antes indicadas se
puede realizar con tres tipos de fertilizantes: simples, complejos sólidos y líquidos
concentrados, según se ha indicado en el capítulo 4.° de la presente obra. A
continuación se exponen a título de ejemplo los tres métodos de formulación.
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Formulación con fertilizantes simples cristalinos y ácidos
Se expone un ejemplo para las dos disoluciones propuestas y realizando el diseño
según se indicó en el capítulo 4 (tablas A3.96-A3.10l). En las tablas A3.96, A3.97 y
A3.98 se indican los cálculos para obtener los aportes de nutrientes en el agua de
riego, el diseño de la disolución fertilizante y la preparación de la disolución en el
cabezal de riego.
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En resumen, la primera disolución se fabricará con 36 litros de ácido nítrico de
densidad y riqueza indicadas en las tablas; 48 kg de nitrato cálcico, 8 kg de nitrato
amónico, 10 kg de sulfato potásico y 14 kg de fosfato monopotásico. Cantidades
que se llevan a 1 m3 con agua para obtener en el cabezal de riego una disolución
200 veces concentrada.
La segunda disolución se fabrica con 30 litros de ácido nítrico, 8 litros de ácido
fosfórico, 48 kg de nitrato de calcio y 28 kg de sulfato potásico. Se llevan a 1 m3
con agua.
A14.2.6.2. Formulación con fertilizantes sólidos complejos y ácidos Disolución 6-
0,54 meq/l de N, P2 05 y K20 con 3 meq/l de HNO3.
Cálculo del HNO3: Para un ácido, por ejemplo, del 56 % de riqueza y una
densidad 1,35:
Es decir: 1 meqfl 0,083 mI/l. Por lo tanto, 3 meq/l corresponden a 0,249 mi/L
Cálculo de un complejo equivalente a 3-0,54 meq/1 (3 meq de N se han aplicado
como ácido):
Se buscan los % en peso de los tres nutrientes y para una disolución de 1 gramo
de complejo/litro de disolución:
N: X/100 1/14• iO = 3 meq de N/l; X = 4,2%.
P205: X/100 1/71. 103 = 0,5 meq de P205 /l; X = 3,6%. K20: XII 00. 1/47- 103 = 1
meq de K2011; X = 4,7%. De forma similar se calcularía la disolución: 4,5-0,54,5.
A partir de los datos expuestos se pueden calcular las cantidades del complejo y
de ácidos necesarios para fabricar un volumen mayor y con una concentración
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determinada. Por ejemplo, si queremos fabricar 1 m3 de disolución 200 veces
concentrada, serían necesarios 200 kg del complejo y 49,8 litros de ácido.
Formulación con fertilizantes líquidos concentrados y ácidos
Consideramos el caso en el que disponemos de los siguientes líquidos
concentrados:
12-0-0 (ácido de 54 % de riqueza y d = 1,35 g/ml).
17-0-0-12,3 (nitrato de calcio y amonio neutro y d 1,5 g/mI). 0-20-8 (fosfato
monopotásico y d = 1,4 g/ml).
0-0-15 (Sulfato potásico y d = 1,16 g/ml).
Disolución de 6-0,5-1 meq/l de N, P205 y K20, con 3 meq/l de HNO3.
Los 3 meq/I de ácido se formulan con el 12-0-0. Los cálculos son los mismos que
en el ejemplo anterior. Los 3 meq corresponden a 0,27 mi del 12-0-0 que se llevan
a 1 litro con agua.
Los 3 meq/l restantes de N se formulan con el 17-0-0: = 18.214 meq/l.
Si un litro contiene 18.214 meq, 3 meq corresponderán a 0,165 mi, que llevados a
1 litro corresponderán a 3 meq/i de N.
Con el 0-20-8 se aplica el P y parte del K:
1 litro corresponde, haciendo cálculos similares al N, a 3.549 meq de P205.
Por lo tanto, 0,5 meq corresponden a 0,14 ml. Como consecuencia se aplican, en
los 0,14 mi, 0,3 meq de K20. Es decir, faltan 0,7 meq de K20 que se aplican con el
0-0-15.
1 litro de 0-0-15 contiene 3.702 meq/l de K20. Para 0,7 meq tomaremos 0,19 ml.
Aaron Isain Melendres Alvarez.
En resumen: 1 litro de disolución 6-0,54 se fabricará con 0,27 ml de 12-0-0, 0,165
ml de 17-0-0, 0,14 ml de 0-20-8 y 0,19 ml de 0-0-15.
En el cabezal, para 1 m3 200 veces concentrado se utilizarán: 54 litros de 12-0-0,
33 litros de 17-0-0, 28 litros de 0-20-8 y 38 litros de 0-0-15. Se completará con
agua a 1 m3.
Bibliografía
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