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ALMACENES ARAEl nacimiento de unos grandes almacenes

H CUADERNOS DEL MUSEO DEL COMERCIO I

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Almacenes ARA__:Maquetaci n 1 05/01/2010 13:08 PÆgina 1

Edición y CopyrightMuseo del Comercio y la Industria de SalamancaLos Autores

CoordinaciónMiguel García-Figuerola

TextosLuis Angoso García

IlustracionesEl Adelanto y La Gaceta Regional

Diseño y Maquetaciónja!diseño

ISBN Depósito Legal978-84-613-7426-7

ImprimeGlobalia Artes Gráficas

CUADERNOS DEL MUSEO DEL COMERCIO

1. Librería-Papelería Calón

2. La Mallorquina. Confiterías Bermejo

3. La Exposición Regional de 1907. Mercado Central de Abastos

4. Almacenes ARA

Nota: la fotografía de la Librería Núñezincluida en el Cuaderno nº 3, pág. 17,es obra de Leonor Benito de la Lastra.


A lgún día habrá que explicar con detenimiento la importancia de Peñaranda en la historia comercial

de Salamanca. La Librería Cervantes o Tejisa son claros ejemplos de ello. Y también los Almacenes ARA fun-

dados a principios de los años cuarenta por el peñarandino Don Ramón García Santana.

Este Cuaderno del Museo del Comercio cuenta la evolución de un tipo de comercio muy particular: los al-

macenes de confección, una forma de abordar el negocio del vestido que implicará novedades no sólo en el tra-

to con la clientela, sino también en la dirección del negocio y en las relaciones con los empleados. Aunque Al-

macenes ARA no fuera el primer almacén en su ramo que se levantara aquí, en Salamanca, sí ha sido, durante

sus casi setenta años de andadura, uno de los más representativos. Da muestra de esta relevancia el hecho de

que, a principios de los años sesenta, ARA contaba con veinte secciones comerciales en un solo establecimiento.

Es frecuente oír comentar que en Castilla no se tiene el sentido comercial que en otras regiones de España, como

Cataluña. He aquí un caso –y no es el único– en que no es así. La trayectoria vital de Almacenes ARA tras-

curre ya por la tercera generación y sin duda continuará, bajo la dirección de los descendientes de Don Ramón

García Santana, adaptándose a los tiempos por muchos años más.

Museo del Comercio y la Industria de Salamanca

Presentación


El 12 de junio de 1985 Don Ramón García San-tana, mi abuelo, recibe la Medalla de Honor dela Cámara de Comercio e Industria de Salamancaen reconocimiento a su trayectoria empresarial

durante los últimos cuarenta y cinco años. Se trata de laprimera ocasión en que la Cámara ofrece este galardón yha escogido para ello a dos empresarios peñarandinos, Ger-mán Sánchez Ruipérez y Ramón García Santana.

Estas páginas que ahora escribo para el Museo delComercio, y que pretenden reflejar, solamente, algunosaspectos de la persona y de su obra, el fundador de Al-macenes ARA, son también un tributo, un pequeño ho-menaje, a Ramón, mi abuelo, que configuró la forma deunos negocios, que con mayor o menor suerte, han ido

evolucionando en el transcurso de estos últimos años,brillando con luz propia, y contribuyendo a que la ac-tividad comercial en Salamanca fuera cada vez más ricay dinámica.

Mi agradecimiento a todas las personas que se han acer-cado a contestar mis preguntas, y sin cuyo testimonio hu-biera sido imposible escribir estas páginas. Especialmen-te a mi madre y a mi tío Juanito, que vivió tan de cercaaquellos años. Agradecer también su dedicación, a todosaquellos que han pertenecido en algún momento a la Em-presa ARA, y sin los cuales hubiera sido imposible llegarhasta donde hemos llegado, y, muy especialmente a aque-llos que, aún por las noches, sueñan con la empresa a laque dedicaron toda su vida.

4 H!Cuadernos del Museo del Comercio

Introducción

DÍPTICO PUBLICITARIO DE LA FIRMA ALICANTINA «REGIOS» ▲


5IV. Almacenes ARA · El nacimiento de unos grandes almacenes H

Ramón García Santana, Don Ramón, miabuelo, Lalo. He procurado en todo momentomantenerme, en la medida de lo posible, dis-tanciado del recuerdo que yo tengo del

abuelo para no pecar de parcialidad. Debemos pensar queél tenía cincuenta y siete años el año de mi nacimien-to, con lo cual el grado de conocimiento sobre su per-sona y su trayectoria que pudiera yo tener es muy im-preciso. Ha sido esta manera de pensar la que me ha in-ducido a entrevistar a un buen número de personas, fa-milia y empleados principalmente, y a través de sus tes-timonios he intentado reconstruir su figura.

Nació en la villa de Peñaranda de Bracamonte el 9de marzo de 1900, en el seno de una familia humilde.A los once años lo encontramos de aprendiz en una tien-da peñarandina del sector textil llamada El Precio Fijo.Al poco tiempo, ya con quince años, comienza a trabajaren otra tienda: Castillo y Olea, la cual abandona por unempleo en El Burgo de Osma donde, no pudiendo su-fragarse una pensión, tenía que dormir encima de los mos-tradores de la tienda. Pero al cabo de unos años, en tor-

no a 1920, se decide por la emigración ante las pocas ex-pectativas laborales que había en la provincia. Hay quepensar que en el año 1912 Salamanca presentaba la tasade emigración más alta de España. Por otra parte, exis-tía también la posibilidad de que pudieran llamarlo a fi-las para enviarlo al matadero en que se había transfor-mado la Guerra de África.

Abandona Peñaranda con su hermano Valeriano quese dirige a Norteamérica, mientras él recala en Cuba. Erauna época floreciente en la isla, paraíso del juego y delturismo norteamericano, y encuentra fácilmente traba-jo de dependiente en La Habana, en los Almacenes LaIsla de Cuba. Parece ser, según me refiere su sobrino Jua-nito, ayuda inestimable siempre, que todo el dinero queganaba lo iba ingresando en una banca que finalmentese arruinó, arruinando al mismo tiempo a sus clientes.

Dadas las circunstancias decide volver a Peñaranda,dándose de alta como Agente Comercial del Sector Tex-til, que era, al fin y al cabo, el que mejor conocía. Al pocotiempo se casa con Doña Bernardina Martín, y decidenfijar su residencia en la ciudad de Valladolid, por las me-

jores comunicaciones que ofrecía de cara a su profesión.Fruto de este matrimonio tiene tres hijos: Ramón, Luisy Araceli.

Fueron tiempos de tranquilidad y prosperidad familiaren los que se fue forjando su espíritu empresarial, esta-bleciendo lazos comerciales y personales con importantesfirmas del textil español, radicadas principalmente en Ca-taluña. De la importancia de estas relaciones, cimenta-das sobre la base de una sólida amistad, dan fe las soli-

Don Ramón García Santana.La personaI. RAMÓN GARCÍA SANTANA CON SUS HIJOS: RAMÓN Y ARACELI ▼


citudes de informaciónque registra durante laGuerra Civil española conel fin de obtener datos so-bre empresarios que se en-contraban en el bando re-publicano. Estos documen-tos se gestionaban a través de laCruz Roja de Génova, con el nom-bre de «Fichas de investigación» y el reversoservía para escribir la respuesta, muchas veces tran-quilizadora, a la solicitud de información del demandante.

La Guerra Civil Española fue un caos, como todaslas guerras, encontrándose mi abuelo, en sus inicios, fue-ra de Valladolid, posiblemente en Santander, obligán-dole a volver, en un rocambolesco viaje de vuelta a casa,a través de Francia. Fueron años difíciles de delacionesy persecuciones, llegando a ingresar en prisión duranteunos meses. Allí trabó amistad con otras personas, igual-mente encausadas, como Filiberto Villalobos, LuisGuilarte, Celso García, Simón Nizan... etc. Al cabo deunos meses recuperará la libertad al no existir cargos con-tra él.

Terminada la Guerra se reencuentra nuevamente lafamilia en Valladolid, y deciden pasar aquel verano de

1939 en Peñaranda, bus-cando siempre la cercaníade la familia y el calor delos suyos, sin suponer, ni

por asomo, la tragedia queiba a asolar a aquella villa.

El 9 de julio de ese año,un caluroso día de verano, esta-

lló el polvorín de Peñaranda. Aun-que inicialmente se pensó en la posibili-

dad de un sabotaje, la guerra aún no había termina-do, al final el testimonio de un testigo presencial que so-brevivió a la tragedia fue crucial en la investigación: alparecer, un tren que llegaba de Extremadura con una car-ga de explosivo amonal se acercaba a la estación con unarueda al rojo vivo. Apercibidos los mozos comenzarona arrojar arena sobre el eje y la rueda, pero no fue sufi-ciente, llegando a explotar la carga, siguiendo la mismasuerte el polvorín que se encontraba en los aledaños dela Estación. La explosión fue brutal: más de cien muer-tos, aunque fue imposible hacer un recuento exacto porel estado de algunos de los cuerpos, más de 1.500 heri-dos y 1.000 edificios destruidos.

Luisito, el segundo de los hijos de Ramón y Berna-dina que contaba entonces ocho años, falleció en la tra-


AEO

DON RAMÓN Y SU HIJA EN LA PUERTA DE ALMACENES ARA,POZO AMARILLO, 7 ▼



gedia. La familia, desolada, como gran parte de la po-blación peñarandina, tuvo que refugiarse en casa de unosparientes en la vecina Macotera. Peñaranda fue inclui-da en la lista de zonas devastadas y se iniciaron en ellaunas lentas labores de reconstrucción.

Para colmo de calamidades, un año después, ya enValladolid, fallece su mujer dando a luz, no pudiendosiquiera salvar la criatura. Este segundo golpe, sin em-bargo, no es capaz tampoco de anular la voluntad de unhombre acostumbrado a las dificultades y que supo afron-tar estos momentos difíciles con toda la serenidad quefue capaz de reunir, con las miras puestas siempre en sa-car adelante a su familia.

El año de 1941, a pesar de una vida curtida en mu-chos vaivenes, decide abrir su primer establecimiento co-mercial en la Ciudad de Salamanca. El nombre del co-mercio fue un regalo para su hija Araceli, mi madre: Te-jidos ARA. Pero aquí ya, llegados a este punto, se mez-clan los negocios con su vida, y su vida con los negocios,y eso ya merece otro capítulo.

¿Pero cómo era Ramón García Santana? ¿Qué espí-ritu le impulsaba? ¿Qué impresión causaba en quienesle conocían? ¿Cómo era? Su aspecto era el de un hom-bre bajito y regordete, al que gustaba vestir elegantemente,siempre de traje y corbata, y que acompañaba sus sali-

das con un inseparable sombrero de fieltro. Su miraday aspecto eran los de un hombre recio, que le conferí-an un cierto aplomo, una innata seguridad en sí mismo,pero su verdadera dimensión aparecía al conocerlo.

A mí, por otra parte, siempre me habló todo el mun-do bien de mi abuelo. Hasta la fecha solamente escuchéalabanzas sobre él. Y no es por que no fuera un hombreserio y con autoridad, que la tenía y la sabía imponer,sino quizás porque supo encontrar ese punto de equi-librio entre autoridad y humanidad. Esa comprensiónde las personas, ese conocimiento de las debilidades hu-manas, le habían convertido en un hombre tolerante ala hora de tratar a las personas que trabajaban para él.

Famoso por su trascendencia dentro de la Empresaes el caso del administrativo que en un arranque de co-dicia desvalijó la caja fuerte y huyó con el botín, hastaque un repentino examen de conciencia le devolvió lacordura, llamando desde Béjar para que lo fueran a bus-car. Aquella manera suya de resolver estos asuntos, man-teniendo en su puesto a esta persona, es lo que le gran-jeó siempre el mayor de los respetos. Sus empleados, yme cuesta escribirlo por lo desacostumbrados que esta-mos a escucharlo, le querían, y había una corriente re-cíproca de armonía que resultó desde el principio ex-traordinaria para los negocios.

▼ LAS OBRAS. ESQUINA DE POZO AMARILLO CON VENTURA RUIZ AGUILERA



Si la estampa que presenta la capital en los iniciosde 1900 es la de una pequeña ciudad que cuen-ta nada más con 23.736 habitantes, asolada porepidemias, hambrunas, problemas de salubridad

general –como la falta de un buen servicio de abasteci-miento de agua y alcantarillado–, y una alta mortalidadinfantil, la verdad es que al llegar el año 1940 algo ha-bían cambiado las cosas.

A la relativa prosperidad que supuso el hecho de queFranco instalara aquí su Cuartel General, desde octubredel 1936 hasta el verano del año siguiente, se unió el he-cho de que a partir de los años cuarenta se iniciaran enla ciudad importantes obras en la red de saneamientos,mejoras en el urbanismo y obras de pavimentación delas calles, aunque no es hasta el año de 1951 cuando seterminan las obras de la tan importante Estación De-puradora de Aguas.

Por otra parte las migraciones masivas de gente delcampo, buscando mejores condiciones de vida, provo-caron un importante aumento de la población, llegan-do a contar en el año de 1940 con 71.872 habitantes,en detrimento principalmente de la provincia. Su aspecto,

sin embargo, durante estos primeros años de la posguerrase nos aparece como el de una ciudad arruinada a pe-sar de no haber sufrido en exceso los combates, con gra-ves problemas en el abastecimiento de mercancías, queincluían los medicamentos y un importante déficit to-davía en sus condiciones higiénico-sanitarias.

La actividad mercantil en la ciudad se circunscribíaprincipalmente a la Plaza Mayor y su entorno, aunquecomenzaba a avanzar, tímidamente, por la calle Zamo-ra y la calle Toro. Había sectores, tradicionales en la ciu-dad, que estaban bien representados, como eran las tien-das de alimentación y hornos de pan, librerías e imprentas,joyerías e importantes tiendas del sector textil. Su acti-vidad estaba marcada en gran parte por las buenas o ma-las cosechas en el campo, tal era la importancia que te-nía la agricultura en la economía salmantina.

Respecto a la calle de Pozo Amarillo, tenía una es-tampa un tanto gris, con viejos edificios de una o dosplantas y aún sin pavimentar, que llegaría más tarde. Po-cos comercios aún en ella, aunque se había terminadoel Mercado de Abastos en 1909 y eso le había dado uncierto trajín de gentes, lo mismo que la inauguración en1930 del nuevo edificio de Correos, situado en la pla-za de Santa Eulalia. Este mismo año abrió sus puertasal público el imponente Gran Hotel, de tanta solera ennuestra ciudad.

Imposible precisar el momento exacto de la apari-ción y desaparición de los negocios con que contaba la

Salamanca y la calle de Pozo Amarilloa comienzos de los años cuarentaII.

▲ REVERSO DE LAS TARJETASQUE SERVÍAN PARA PASAR PEDIDOS A FÁBRICA


calle de Pozo Amarillo en estos momentos, y la canti-dad de ellos, pero procuraremos ceñirnos a los princi-pales. Comenzando por la acera de los números pares,esquina con la plaza del Mercado se encontraba Ultra-marinos Eleuterio Cabo en el nº 2 de la calle, y a conti-nuación, en el nº 4, la Confitería Pastelería El Pozo Ama-rillo, que tenía por especialidad las yemas y los típicosbollos maimones. Esquina con la calle del Clavel una im-portante zapatería: Calzados El Cañón, que en las Feriasde Septiembre de 1941 inserta el siguiente anuncio enprensa «¿Qué ofrecerá mañana El Cañón? ¡Zapatos a Ca-ñonazos! Tenemos entendido que será algo asombroso.Algo que no cabe en cabeza humana. Esperamos a versu anunciada exposición monstruo». En la otra esqui-na, con entrada por la calle del Clavel nº 3, estaba el BarVolante. Más adelante, en el nº 10, el negocio que abrióen su día Severino Yáñez, y que aún se conserva, in-mutable, Yáñez Vaciador, esquina con la calle de Co-rrehuela, que contaba con una sucursal en Talavera dela Reina y tenía la exclusiva de la afamada cuchillería So-lingen. En el número 12 de esta calle de Pozo Amarilloencontramos al Ferretero Pedro Jaén y, más adelante, enel 16, tiene su establecimiento la Sociedad Anónima deAbonos Medem, que el 7 de julio de 1942 lanza al mer-cado el desgorgogil, para asfixiar al gorgojo, seguro y eco-nómico. El número 18 de esta calle lo ocupará TejidosARA, y poco más subiendo la cuesta, porque en estos mo-

mentos Estudios Goya todavía se encontraba en su pri-mitiva ubicación en Generalísimo Franco nº 23.

La acera de los impares estaba algo más animada. Enel nº 3, muy cerca de la plaza del Mercado, se encon-traba el Bar Restaurante Bernardo, que había cogido eltraspaso del Bar El Sanatorio, y que luego se traslada-ría a los soportales de la Plaza Mayor. En las ferias de1943 se anunciaba de la siguiente manera: «Bar Bernardo-Restaurante. ¿Viene Ud. a Salamanca? No deje de visi-tar este establecimiento. Se sirven comidas y cenas a pre-cios económicos». A continuación Casa Bailón, Restau-rante que había conseguido cierto renombre. El nº 7 dePozo Amarillo, esquina con Ventura Ruiz Aguilera, lo ocu-paba el Café Orión que se anuncia en las Ferias de 1941de esta manera: «Visite Ud. El Café Cervecería Orión,Especialidad en Ginebras, compuestos. Mariscos». Más ade-lante, el Restaurante La Mezquita en el número 13, ya continuación, en la misma manzana, el Lar Gallegoque se anuncia en la Guía de las ferias del año 1943:«Restorán Lar Gallego, es donde mejor comerá (Maris-cos del día)». Este local, y el de al lado, lo ocupará másadelante Almacenes Víctor. Por último, en el número 19,un humilde comercio dedicado a la electricidad y ven-ta de radios: Radio Viriato, que lleva allí al menos des-de el año 1940, y que en la misma Guía de 1943 in-cluye su anuncio: «Pongo onda extracorta a todo apa-rato de radio», el no va más.


▲ CARTA COMERCIAL DEL AÑO 1936 DE LA CERVECERÍA ORIÓN

▲ FERRETERÍA PEDRO JAÉN


El local escogido para el nuevo comercio son losbajos de un edificio de estilo racionalista le-vantado en el año de 1935 por el arquitectoEduardo Lozano Lardet. Ubicado en Pozo

Amarillo 18 forma un chaflán con muchas posibilida-des comerciales. Aunque la renta a pagar, las 500 pese-tas que por entonces pedía el propietario Don JoaquínMadruga, provoca que muchos le desanimen por lo atre-vido de la operación.

Aunque lo más seguro es que durante los últimos me-ses de 1940 se atendiera ya al público, lo cierto es quela apertura oficial de la nueva tienda no se lleva a cabohasta el día 2 de enero de 1941, encontrando, tanto lavíspera como este día, anuncios en La Gaceta y El Ade-lanto. El anuncio del 2 recuerda: «TEJIDOS ARA, PozoAmarillo 18. «Hoy empezamos a regalar DOS METROSde sarga de seda para el forro de todo abrigo de Señora quenos compren». «Parece que esta promoción, en principiopensada para ocho días, se alargó algo más, porque el 19de este mes volvemos a encontrar el siguiente anuncio:«TEJIDOS ARA, ‘Señora cumplió el plazo en que le re-


Los inicios: Tejidos ARAy Almacenes El BaratoIII.

APERTURA DE ALMACENES EL BARATO,22 DE NOVIEMBRE DE 1943



galábamos forro para su abrigo AHORA casi le REGA-LAMOS el ABRIGO’».

Debemos pensar sin embargo que, aunque a partirdel día 1 de enero se desata una intensa campaña pu-blicitaria, con anuncios en La Gaceta y El Adelanto, acom-pañando la recién iniciada trayectoria comercial, su pre-sencia en los medios de comunicación, a partir de estemomento, será una constante en el transcurso de los años.Inicialmente, estos primeros anuncios, hacían un repa-so de los diversos artículos que allí se vendían: cortes depaño para abrigos de señora, mantas de Palencia, telaspara trajes de caballero, así como corbatas, camisas, bu-fandas, toquillas, camisetas, franelas, algodón, ropa in-terior…, etc.

Parece ser que el inicio de su actividad comercial es

un éxito porque enseguida, el 18 de febrero, encontra-mos el siguiente anuncio en El Adelanto: «Del 17 al 23,por terminación de las obras, se despachará en la trastien-da con precios de liquidación. Entrada provisional por lacalle de Caleros».

Ante esta apertura, y visto el aluvión de anuncios quela acompañan, dos comercios, seguramente tocados poresta ofensiva, inician también una fuerte campaña pu-blicitaria para paliar el daño que hacía esta competen-cia. Se trata de Almacenes Galán, situado en la plaza delMercado 8, que anuncia el 2 y repite el 4 de enero: «Pre-cios rebajados en ALMACENES GALÁN: Paños modernospara abrigos de Señora, lanas para vestidos, grandioso sur-tido», y de Sederías Emilio, que había abierto su esta-blecimiento en marzo del año anterior en el número 9de lo que era la calle de Generalísimo Franco, actual ca-lle Toro, que nos sorprende el 12 de enero con su anun-cio: «Mañana, lunes, empieza SEDERÍAS EMILIO unarevolución comercial al hacer la más extraordinaria ven-ta de RETALES de todas clases y tamaños».

El resto del comercio textil, y había tiendas tan re-presentativas como El León de Oro en la calle SánchezBarbero o Rodríguez Galván en los soportales de la pla-za del Corrillo, no se dan por aludidos o, simplemen-te, no utilizan la prensa como soporte publicitario. Porotra parte, era difícil calibrar la trascendencia que ibana tener en el comercio textil salmantino los negocios que

ahora empezaban a forjarse.La apertura de la tienda obliga a un cambio de do-

micilio, instalándose la familia ya definitivamente en Sa-lamanca. Se alquila una casa en Ronda de Labradores,actual calle Valencia, justo enfrente de la fábrica de Ha-rinas Santa Elena, a donde va a vivir también la abuelaCecilia.

En estos primeros compases del negocio, el hijo ma-

▲ ANUNCIO PREVIO A LA APERTURA DE ALMACENES EL BARATO

▲ PUBLICIDAD EN LA GUÍA COMERCIAL DEL AÑO 1955



yor de su hermano Valeriano, Juan Antonio García Mar-tín, su sobrino Juanito, dejará su puesto en el Banco Cen-tral de Peñaranda, viniendo a vivir con ellos, y se aca-bará transformando con el tiempo en su hombre de con-fianza, su mano derecha.

En aquellos primeros años, Don Ramón, como le co-nocerían ya siempre todos los empleados que llegó a te-ner, mantenía su trabajo de representante, haciendo fre-cuentes viajes a Cataluña y al Levante Español, pero ya,cada vez más, con el fin de abastecer su propia tienda demercancía. Eran incómodos viajes en tren con grandes su-mas de dinero porque, en aquellos años, todo se pagabarigurosamente al contado. Sin embargo, todos aquellos

viajes resultarían a la larga muy productivos, porque seconseguía mantener el negocio abastecido de artículos,algo muy importante en aquellos años de escasez y carestía.De esta manera, al poco tiempo, abre su segundo comercio.

La oportunidad se presentó en la misma calle de PozoAmarillo, en el nº 7. Parece ser que la Cafetería ORIÓN,que ocupaba un local esquina con Ventura Ruiz Aguile-ra, tenía que hacer frente a unos requerimientos de pagopresentados por la firma Oyarzun, de suministros parala hostelería, que, finalmente, acabaron desembocandoen un embargo. Esta coyuntura facilitó su adquisicióny, después de un lavado de cara, su adaptación como tien-da. La verdad es que el local, aunque contaba con un buensótano, carecía de condiciones para la venta: no tenía es-caparates y sólo contaba con unas pequeñas ventanas,aparte de que todo el mobiliario era más bien precario,despachándose sobre unos cajones de madera que se ha-bían forrado con papel de embalar.

En los anuncios previos a la apertura, en la prensade aquellos días, se avisa de la próxima apertura de unnegocio en el local de Pozo Amarillo 7: Confecciones ARA.Sin embargo, este nombre no llegó a cuajar, quizás porla confusión que pudiera originar entre los dos comer-cios, y se decidió finalmente escoger otro nombre, el deAlmacenes El Barato, tienda que abrió sus puertas al pú-

blico, el 22 de noviembre de 1943, con gran soporte pu-blicitario: «ALMACENES EL BARATO, ¡siempre ven-den barato!, gran colección de Gabanes, Pellizas, Trajes, Ga-bardinas, Boinas, Corbatas, Calcetines, Alfombras, Bufandas,Chales, Toquillas..., etc.».

Al hilo de la expansión comercial que se estaba de -sarrollando en aquellos días en la calle de Pozo Amari-llo, se abre otro comercio del textil en el nº 19, Confec-ciones PEMI, que se anuncia en La Gaceta en agosto del1945: «Sastrería PEMI, Pozo Amarillo 19. Nuestra sec-ción de sastrería se distingue: Por su corte moderno, trajeshechos, confección esmerada, precios de propaganda». Estemismo año, en el mes de septiembre, encontramos yainstalada: «CASA PÉREZ, que dispone de los más exce-

TRANSEÚNTES POSAN A LA ENTRADA DEL NUEVOESTABLECIMIENTO

ALMACENES ARAEN POZO AMARILLO 18, ESQUINA CON CALEROS



AGRADECIMIENTO EN LA GACETA, A PÁGINA COMPLETA, A LASFIRMAS PARTICIPANTES EN LAS OBRAS DE ALMACENES ARA,

POZO AMARILLO 7

DE HIJOS DE MIRAT

lentes vinos, Caleros 4 (frente a Tejidos Ara)». Al año si-guiente, en octubre del 46, en el nº 24 de la calle se ins-talan primero, la Frutería HITA, y luego, la MerceríaGONZEL: «Visítenos y comprará». El nº 13 lo ocuparáCASA ACHE, que se anuncia en el callejero del 46: «todopara el ciclismo», y que aún perdura.

El comercio funcionó desde el primer momento, en-tre otras cosas por el amplio surtido con el que conta-ba, derivado del apoyo que los fabricantes le prestaron,puesto que Ramón García Santana era un hombre de in-tachable formalidad, y eso le concedía carta blanca enmuchas casas del textil. Desafortunada fue, sin embar-go, la elección del nombre comercial, puesto que a lospocos meses se recibe documentación judicial de los Al-macenes EL BARATO de Barcelona, que contaban convarios establecimientos en Cataluña, denunciando la apro-piación de un nombre que ellos tenían ya registrado.

El encargado de la gestión negociadora fue su sobrinoJuan Antonio García, que acudió a Barcelona a entre-vistarse con Don Salvador Sindreu, dueño de los im-ponentes Almacenes El Barato, que no cedió un ápice ensus pretensiones, ante lo cual se dejó de usar este nom-bre comercial. A raíz de este suceso se adquieren los dospequeños edificios situados a la derecha del comercio.Se trataba de dos viejos almacenes de frutas que perte-necían a Carmelo Chilet, el primero de ellos, y el otro,a Palenzuela. No eran locales muy aprovechables por lo

de estos almacenes, los Almacenes de Ara, derivaría fi-nalmente en la definitiva consolidación, en noviembredel 1947, del nombre comercial ALMACENES ARA,mandando al baúl de los recuerdos a los anteriores «Con-fecciones Ara» y «Almacenes El Barato».

En estos años, y derivado de lo que había ido su-biendo la venta al por mayor, se añade al negocio un in-mueble que se había adquirido al mismo frutero Pa-lenzuela, el correspondiente al número 4 de la calle Co-rrehuela. Desde este local se atendía a toda la red de am-bulantes y tenderos que había ido aumentando paula-tinamente, llegando a suponer un considerable volumende venta. Hay que reconocer que eran tiempos en quela gente se movía poco de sus localidades, dada la ausenciacasi absoluta de vehículos, y algunos de estos pueblos con-taban con poblaciones importantes que, demandaban unsuministro constante de determinados artículos. Para ilus-trar este ambiente, encontramos en La Gaceta del 25 deagosto de 1946 un «especial», con motivo de las Fiestasde Villavieja de Yeltes, donde se anuncian, entre otras,las siguientes empresas allí radicadas: una farmacia, tresbares, una fábrica de curtidos, otra de zuecos, otra de ga-seosas, dos fábricas de harinas, una empresa de camio-nes de transporte, dos de alquiler de automóviles, doscanteras, una confitería, tres ultramarinos, tres tiendasde tejidos y paquetería… etc, y debemos pensar que noa todo el mundo se le ocurrió contratar publicidad.

que pasan a utilizarse enseguida como almacenes paraguardar mercancía, y este uso diario, por parte de todos,


La población de la capitalseguía creciendo, en de-trimento de la provinciaque perdía población. En

los años cincuenta se inicia en la ciu-dad una importante actividad en laconstrucción, y falta hacía porqueel aspecto de muchas calles era de-plorable, lo que favoreció aún máslas migraciones. En 1950 la capitalcontaba con 80.239 habitantes y,entre este año y 1981 ganará otros83.892, es decir, duplicará su po-blación, mientras que la provinciaperderá 43.908 habitantes duran-te este periodo. Ni que decir tieneque este incremento de poblaciónfue decisivo para el desarrollo co-mercial de la ciudad.

De esta manera, con dos tien-das abiertas en la misma calle dePozo Amarillo, la primera en el nú-mero 18 que se llamó Tejidos ARA,


CANALES DE LA HARINERA EL SUR, ACTUAL HOTEL CASINO ▼

y la segunda en el nº 7 que fue Almacenes El Barato, quese acabaron fundiendo más adelante bajo la enseña co-mercial de Almacenes ARA, llegamos al año 1957, en elque se comienzan unas importantes obras de remode-lación que van a afectar a los edificios correspondien-tes al nº 7 de Pozo Amarillo. Construye Lucsa, el pro-yecto y dirección de obra, en lo que afecta al nuevo lo-cal comercial, se encarga a Basuli. La intervención se re-alizará en dos fases: en la primera, después de demolerlos viejos edificios que servían de almacenes, se levan-tarán dos tercios aproximadamente del actual edificio,manteniendo abierta la tienda que se encontraba en laesquina con Ventura Ruiz Aguilera, y en la segunda, des-pués de hacer el traslado a las nuevas instalaciones, secompletará el edificio. El 28 de diciembre de 1958, en-contramos el siguiente anuncio: «Almacenes ARA, co-mienza mañana, lunes, en su antiguo local, una total que-ma de artículos que no han sido aptos para el traslado alas nuevas instalaciones».

Aunque algunas de las viviendas del nuevo edificiose ponen a la venta para ayudar a sufragar los gastos queéste había ocasionado, sirve al mismo tiempo para alo-jar a la familia de Ramón García.

La Expansión Comercial.Almacenes ARAIV.

MONTAJE REALIZADO EN EL INTERIOR DE LA TIENDACON MOTIVO DE LA VISITA DE LOS REYES MAGOS. AÑOS 70 ▼



TERMINADA LA MITAD DE LA CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO.EL LOCAL COMERCIAL

El mismo ocupa una vivienda de la primera planta,entrando a trabajar a su servicio Granalí Hernández, ve-cina del cercano pueblo de La Maya, trabajadora in-cansable y extraordinaria ama de casa, que acabará con-virtiéndose en su ama de llaves, su compañera, hasta elmomento de su fallecimiento.

En 1960 se termina el edificio completamente, dan-do un nuevo aspecto a la calle de Pozo Amarillo y ha-biendo llevado a cabo una trasformación completa dellocal comercial. Una tienda moderna, de tres plantas, queampliaba sustancialmente sus secciones comerciales y, de-rivado de ello, también la plantilla, que llegó a contarcon más de cuarenta personas. Se convirtió en uno delos establecimientos comerciales más grandes de la ciu-dad, unos grandes almacenes del textil, que se conver-tirían con el tiempo en un referente, en la provincia yfuera de ella, y que incorporaba todo lo relacionado conel vestuario, tanto de señora, como de caballero y niño,aparte de Decoración y Hogar. Ahora más que nunca seafianza el que ha venido siendo su lema durante los úl-timos años: «Almacenes ARA, la casa de los grandes sur-tidos». El 31 de diciembre de 1961 incluye en su anun-cio en La Gaceta: ¡veinte secciones comerciales en un soloestablecimiento…!

Es a partir de este momento cuando la otra tienda,situada en el número 18, comienza a perder protagonismoen beneficio de la nueva. Y también en estos momen-

▼ CALENDARIO PUBLICITARIO CONMEMORATIVO



UNA DE LAS EXCURSIONES QUE SE ORGANIZABANAÑOS 70

tos los negocios comienzan a implicarse en la vida de laciudad de una manera cada vez mas decidida. El 22 deseptiembre de 1963 encontramos en La Gaceta, en por-tada, una fotografía con el siguiente pie: «La carroza deAlmacenes ARA causa sensación en el día de la Provin-cia». También se organizaba en la propia tienda, todaslas Navidades, un montaje teatral donde se escenifica-ba la visita de los Reyes Magos y la posterior recogida

de cartas a los asombrados niños,preparándose con ello un feste-jo monumental.

Y la verdad es que la tiendade Pozo Amarillo nº 7 fue au-mentando progresivamente sussecciones, y su plantilla, hasta talpunto, que se quedó pequeña. Seabarcaba todo lo relacionadocon el textil: trajes de ceremonia,novias, peletería, uniformes es-

colares, mantas, colchas, trajes de fiesta..., etc. El 7 dediciembre de 1975 recogemos un anuncio de La Gace-ta que nos da la medida de cómo habían ido cambian-do los tiempos, y de cómo todo se había dejado impregnarde un cierto toque de modernidad: «Abrigos de piel» enAlmacenes ARA, «Vison, Ramousquet, Garras, Nucas, Bre-suats, Astrakan, y toda clase de fantasías». En sus anun-cios, ahora, se venía utilizando una coletilla un tanto pre-

tenciosa: «… y recuerda que la moda comienza en Al-macenes ARA».

A comienzos de los años setenta, y con el fin de des-congestionar la tienda de Pozo Amarillo nº 7, se decidela apertura de una nueva tienda que albergará todo lorelacionado con Decoración y Hogar: Cortinajes, man-telerías, sábanas, moquetas, cojines, alfombras… etc. Ellugar escogido es el local que se venía utilizando para laventa al mayor y donde se encontraban además las ofi-cinas comerciales, es decir, la planta baja y sótano del edi-ficio situado en la calle Correhuela 4. Después de unaobra que saca mucho partido del local, conservando unosfabulosos escaparates, se abre la tienda bajo el nombrede Tapicerías ARA. La venta al mayor se trasladará a suvez a la planta baja del edificio situado en Eloy Bullón–actual Bermejeros– número 30, aunque esto será de unamanera provisional porque a finales de esta década se tras-ladará al impresionante edificio, que se había construi-do para este fin, en la plaza de la Reina nº 16.

▼ EL MICROBIO, MAYO DE 1907



DEL NEGOCIO DESDE EL AÑO 1900 ▼

ASPECTO DE LA TIENDA DE POZO AMARILLOEN LOS AÑOS 70 ▼

En el año de 1978 se produce la escisión de esteimperio comercial que el abuelo había ido for-jando en el transcurso de los años. Ramón, elhijo mayor, que había estudiado Peritaje Tex-

til en Béjar, y que, desde el principio, había apoyado asu padre en su incansable actividad comercial, continuarásu andadura profesional con la dirección del negocio deVentas al mayor, y con la tienda de Tapicerías ARA, de-dicada, como adelantamos, a artículos relacionados conla Decoración y el Hogar. Se trata de una persona conextraordinarias dotes de organización y con importan-tes aptitudes para la gestión administrativa y financie-ra de los negocios que se estaban construyendo y, a par-tir de estos años, además, se verá secundado por su hijoLuis Fernando que acaba de entrar en los negocios.

Araceli, su hija, se había casado años atrás con Fer-nando Angoso Sánchez, mi padre, hombre muy curti-do en los negocios que había heredado, a través de sumadre, el negocio de Paños Angoso, situado en la PlazaMayor de Salamanca, donde le habían «salido los dien-

tes» detrás del mostrador. Con los años acabaría mon-tando su propio negocio Pañerías Salmantinas, que de-jaría en manos de un hombre de su confianza, Luis Co-rrales, a los pocos años de casarse, para convertirse du-rante muchos años en el encargado de Almacenes ARA.Por tanto cuando Araceli, fruto de este reparto, adquierelas dos tiendas de Pozo Amarillo nº 7 y nº 18, va a con-tar en todo momento con la ayuda de su marido, hom-

El relevo.Las nuevas generacionesV.

PRENDEDOR QUE LLEVABAN LAS CAJERAS EN LAS CHAQUETAS



bre que conocía muy de cerca todos los entresijos delsector textil, y que supo conjugar, aparte de su buen ha-cer al frente de ellos durante muchos años, una ex-traordinaria capacidad para permitir que el siempre trau-mático relevo generacional se llevara a cabo de la ma-nera más tranquila posible. El primero de nosotros enentrar en ellos fue mi hermano Fernando en el año 1976que resultará de una ayuda inestimable en el futuro de -senvolvimiento de las cosas.

Con el tiempo el negocio de venta al mayor se aca-bó trasladando al Polígono Ind. El Montalvo, pero al ac-tuar con un marcaje, sobre los precios de coste, muy re-ducido, no pudo permitirse las demoras en los cobrosproducidas por clientes de confianza, y finalmente, aca-bó cerrando. La presencia generalizada de los coches enla vida social, y la movilidad que éstos ofrecían, pena-lizaba enormemente su existencia. El negocio de Tapi-cerías ARA se traspasó a los empleados en el año de 1993continuando en sus manos hasta 2006, en el que cadauno de ellos se decantó por otras actividades.

La tienda de Almacenes ARA situada en Pozo Ama-rillo nº 7, después de una obra faraónica realizada en elaño 1989, y que se llevó por medio, entre otras cosas el«Almacenes», continúa su camino en manos de mi her-mano Josele. Mi hermano Fernando hace años que tras-

ladó su oficina para estar más cerca deRibert –que ocupa el local de Pañe ríasSalmantinas– y de Argento. Y por úl-timo yo, que entré después que ellos,me tocó en suerte la pequeña tiendade Pozo Amarillo nº 18, donde siem-pre encontré dificultades para su mo-dernización, debido a que el local noes nuestro. La primera tienda que abriómi abuelo en Salamanca, que quedóa la sombra de la otra, mucho másgrande y moderna, que se decantó ha-cia el vestir clásico de caballero, y quealguien, con mucho acierto, le buscóhace muchos años el apodo: la boutique del labrador. To-davía cuando yo entré, hace veinticuatro años, seguía co-leando el nombre, aunque he llevado a cabo algunas trans-formaciones, de las cuales, quizás, la más importante seael haber sacado de allí todo lo que se refiere a vestuarioprofesional, y el haber dedicado una nueva tienda, Uni-form, a este segmento.

Y hasta aquí hemos llegado, hasta este momento enque andamos todos a la expectativa, en suspense. Los em-presarios más todavía, por lo que nos toca. Auscultan-do los cambios, midiendo el alcance de la crisis, atisbando

soluciones, recelando del impacto que pueda tener so-bre nuestros comercios la apertura de El Corte Inglés.

No son tiempos fáciles para el pequeño comercio,pues actúan fuerzas difíciles de contrarrestar. Pero aúncon todo ello, y cuando miro las Tiendas de ARA, situadasen Pozo Amarillo nº 7 y nº 18, que continúan incom-bustibles, después de sesenta y ocho años, no puedo pormenos de acordarme de mi abuelo, su fundador. Y esadeuda de gratitud que contraje el día que comencé a lle-var la tienda que él abrió, allá por el año 1941, es la queme anima e impulsa a continuar.

INTERIOR DE LA TIENDA DE POZO AMARILLO 7.SECCIÓN DE LENCERÍA


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