31 de marzo de 2012 joyce, · de dublineses y,más tarde,com-pletamente móviles de ulises.pe-ro el...

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Luis Muñiz a obra canónica de James Joyce (1882-1941) está for- mada por siete títulos: dos poe- marios (Música de cámara y Po- mes Penyeach), un libro de cuen- tos (Dublineses), un drama (Exi- liados) y tres novelas (Retrato del artista adolescente, Ulises y Finne- gans Wake).Fuera de ese excelso catálogo, sin embargo, han que- dado otros trabajos que también revisten interés, libros que el es- critor irlandés no completó o pá- ginas que no quiso publicar por considerarlas demasiado priva- das, pero que, con todo, decidió salvar de la quema en atención a su naturaleza germinal.Tres de esos textos integran el volumen bilingüe Escritos breves (Escale- ra),y,aunque dos de ellos,las Epi- fanías y Giacomo Joyce,habían si- do ya traducidos al castellano,no consta versión española del ter- cero, el relato ensayístico Retrato del artista, origen de la novela inacabada Stephen el héroe, que, tras un arduo proceso de reescri- tura, desembocaría a su vez en el Retrato del artista adolescente. La epifa- nía es el pri- mer estadio de la prosa joyceana. Stephen De- dalus, el “alter ego” del au- tor, la conci- be en Stephen el hé- roe como “una súbita manifesta- ción espiri- tual, bien sea en la vulgari- dad de habla o de gesto o en una fase memorable de la propia mente”. Joy- ce acarició algún tiempo la idea de re- unir en un li- bro estos bre- ves apuntes, que unas ve- ces toman la forma de la escritu- ra teatral (diálogo y acotaciones escénicas) y otras la del poema en prosa onírico, alucinatorio o de filiación decadentista. Se tra- ta, en cualquier caso, de textos autónomos, objetos tan acaba- dos y válidos por sí mismos co- mo los que conforman sus dos colecciones poéticas, en cuya compañía deberían leerse. Las cuarenta epifanías que se conservan datan del periodo 1900-1904, al final del cual el ir- landés abandonó su plan de pu- blicarlas como tales y decidió in- crustarlas en la novela que en esa fecha empezaba a proyectar, Stephen,el héroe. Desde entonces, las epifanías dejaron de ser una forma de es- critura autosuficiente y sobrevi- vieron como “momentos privile- giados, fragmentos de refinado ejercicio estilístico”, dice en Joy- ce: el oficio de escribir el gran es- pecialista italiano Giorgio Mel- chiori.¿Por qué? Porque al abor- dar por primera vez un proyecto narrativo de envergadura,el es- critor cayó en la cuenta de que una larga cadena de epifanías, de revelaciones brotadas de mo- mentos banales o iluminadores de la vida o del habla,lastraría la dinámica del relato: la fijeza de la escena impediría el avance de la obra. Sin embargo, las epifanías de- ben verse como el germen de to- da la producción posterior de Jo- yce. En Escritos breves puede se- guirse el rastro de la inserción de algunas de ellas en Stephen el héroe y el Retrato del artista ado- lescente, pero su influencia no se limita a estas novelas, pues tam- bién los cuentos de Dublineses son, a su manera, epifanías; sólo que aquí no sujetas ya a la revela- ción del instante verbal o ges- tual, o a la viñeta estática que desvela una emoción secreta e inexpresable, sino ampliadas pa- ra dar cuerpo a una situación que tiene cierta continuidad en el espacio y en el tiempo,aunque su esencia siga descansando en una minucia insignificante que la prosa objetiva de Joyce (narra- dor tan invisible como Flaubert) deja caer con la misma (aparen- te) indiferencia con que el azar de la vida nos da un aviso que no advertimos. También puede rastrearse la huella de la epifanía en Finne- gans Wake, y Melchiori así lo sos- tiene;“gigantesca epifanía del lenguaje humano” la llama. No obstante, antes de recuperar su primera forma de escritura en su última e incomprendida obra,Jo- yce vuelve a servirse de ella en el décimo episodio de Ulises,“Las rocas errantes”, el único que no está traído,aunque sea por los pelos, de la Odisea homérica. El experto español Francisco Gar- cía Tortosa,que tradujo la novela en 1999, ve en cada una de las 19 secciones del capítulo “un cua- dro de Dublín u ojeada epifáni- ca”, y Melchiori las considera sin más epifanías que captan mo- mentos“de la actividad cotidiana en varios puntos de la ciudad”. Aquí, igual que en “Dubline- ses”, vemos esas escenas como partes de un todo, pero no aisla- das unas de otras en el tiempo,ni quietas como las de los cuentos cuando llegan al punto final,sino presentando todas sus caras a la vez y moviéndose incesantemen- te; un efecto de simultaneidad que Joyce consigue transmitir gracias a la utilización de dos re- cursos: las“paralajes”, es decir, las distintas posiciones que ocupan los personajes y los objetos en función del punto de vista desde el que son observados, y las “in- trusiones”, frases que se interpo- lan en una sección para señalar que la acción que se está narran- do coincide en el tiempo con otra. Ésta es a grandes rasgos la me- tamorfosis que sufre la epifanía para llegar,desde su estatismo inicial, a los cuadros articulados de Dublineses y, más tarde, com- pletamente móviles de Ulises. Pe- ro el punto de inflexión en el pro- ceso lo marca el relato-ensayo Retrato del artista, escrito precisa- mente un día de Reyes, el de 1904, el año más importante en la vida y en la obra de Joyce.Es al redactar este texto programáti- co, embrión de Stephen el héroe, que empezará a escribir un mes después, cuando el autor es consciente por primera vez de que la fórmula no sirve a sus pro- pósitos narrativos.Ya se ha dicho por qué, pero cabe preguntarse entonces qué razón le movió diez años más tarde a recuperar la epifanía como forma autóno- ma de escritura y componer,en plena madurez creativa,“Giaco- mo Joyce”. El texto fue descubierto y pu- blicado por Richard Ellmann en 1968, y no hay duda de por qué Joyce lo mantuvo oculto: es el re- lato de una infidelidad con una de sus alumnas de inglés en Trieste,y se comprende que qui- siera ponerlo fuera del al- cance de su compañera, Nora Barnac- le, con la que no se casó hasta 1931. “Giacomo Jo- yce”, o sea, “James Joy- ce” es, por tanto, escritu- ra privada, para el cajón, pero su im- portancia no puede discu- tirse: las cin- cuenta epifa- nías que lo desarrollan constituyen el único ejemplo que se conoce de un aprove- chamiento pleno, en contexto na- rrativo,de una forma que el irlan- dés había descartado ya para esa clase de empresa. Sin embargo,si la epifanía tie- ne éxito como mónada narrativa en“Giacomo Joyce”es porque su raíz es poética, y porque la ten- sión que genera la yuxtaposición de fragmentos agudiza la percep- ción de un hecho que resulta inasumible para una mente que se siente culpable. La hibridez del resultado con- firma que James Joyce relaciona- ba el lenguaje poético con el de- sahogo incluso cuando,en el año 1914, ya había alcanzado un completo desarrollo como narra- dor. Número 751 Sábado, 31 de marzo de 2012 L Escritos breves JAMES JOYCE Escalera, 204 páginas Joyce, en germen “Escritos breves” rescata tres textos fundamentales para entender el desarrollo de la narrativa del irlandés, entre ellos uno inédito en español, “Retrato del artista”

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Page 1: 31 de marzo de 2012 Joyce, · de Dublineses y,más tarde,com-pletamente móviles de Ulises.Pe-ro el punto de inflexión en el pro-ceso lo marca el relato-ensayo Retrato del artista,escrito

Luis Muñiz

a obra canónica de JamesJoyce (1882-1941) está for-

mada por siete títulos: dos poe-marios (Música de cámara y Po-mes Penyeach),un libro de cuen-tos (Dublineses), un drama (Exi-liados) y tres novelas (Retrato delartista adolescente,Ulises y Finne-gansWake).Fuera de ese excelsocatálogo, sin embargo, han que-dado otros trabajos que tambiénrevisten interés, libros que el es-critor irlandés no completó o pá-ginas que no quiso publicar porconsiderarlas demasiado priva-das, pero que, con todo, decidiósalvar de la quema en atención asu naturaleza germinal.Tres deesos textos integran el volumenbilingüe Escritos breves (Escale-ra),y,aunque dos de ellos,las Epi-fanías y Giacomo Joyce,habían si-do ya traducidos al castellano,noconsta versión española del ter-cero, el relato ensayístico Retratodel artista, origen de la novelainacabada Stephen el héroe, que,tras un arduo proceso de reescri-tura,desembocaría a su vez en elRetrato del artista adolescente.

La epifa-nía es el pri-mer estadiode la prosaj o y c e a n a .Stephen De-dalus,el“alterego” del au-tor, la conci-be enStephen el hé-roe como“una súbitam a n i f e s t a -ción espiri-tual, bien seaen la vulgari-dad de hablao de gesto oen una fasememorablede la propiamente”. Joy-ce acaricióalgún tiempola idea de re-unir en un li-bro estos bre-ves apuntes,que unas ve-ces toman la forma de la escritu-ra teatral (diálogo y acotacionesescénicas) y otras la del poemaen prosa onírico, alucinatorio ode filiación decadentista. Se tra-ta, en cualquier caso, de textosautónomos, objetos tan acaba-dos y válidos por sí mismos co-mo los que conforman sus doscolecciones poéticas, en cuyacompañía deberían leerse.

Las cuarenta epifanías que seconservan datan del periodo1900-1904, al final del cual el ir-landés abandonó su plan de pu-blicarlas como tales y decidió in-crustarlas en la novela que enesa fecha empezaba a proyectar,Stephen,el héroe.

Desde entonces, las epifaníasdejaron de ser una forma de es-critura autosuficiente y sobrevi-vieron como “momentos privile-giados, fragmentos de refinadoejercicio estilístico”, dice en Joy-ce: el oficio de escribir el gran es-pecialista italiano Giorgio Mel-chiori. ¿Por qué? Porque al abor-dar por primera vez un proyecto

narrativo de envergadura, el es-critor cayó en la cuenta de queuna larga cadena de epifanías,de revelaciones brotadas de mo-mentos banales o iluminadoresde la vida o del habla, lastraría ladinámica del relato: la fijeza dela escena impediría el avance dela obra.

Sin embargo, las epifanías de-ben verse como el germen de to-da la producción posterior de Jo-yce. En Escritos breves puede se-guirse el rastro de la inserción dealgunas de ellas en Stephen elhéroe y el Retrato del artista ado-lescente,pero su influencia no selimita a estas novelas, pues tam-bién los cuentos de Dublineses

son, a su manera, epifanías; sóloque aquí no sujetas ya a la revela-ción del instante verbal o ges-tual, o a la viñeta estática quedesvela una emoción secreta einexpresable, sino ampliadas pa-ra dar cuerpo a una situaciónque tiene cierta continuidad enel espacio y en el tiempo,aunquesu esencia siga descansando en

una minucia insignificante quela prosa objetiva de Joyce (narra-dor tan invisible como Flaubert)deja caer con la misma (aparen-te) indiferencia con que el azarde la vida nos da un aviso que noadvertimos.

También puede rastrearse lahuella de la epifanía en Finne-gans Wake, y Melchiori así lo sos-tiene;“gigantesca epifanía dellenguaje humano” la llama. Noobstante, antes de recuperar suprimera forma de escritura en suúltima e incomprendida obra,Jo-yce vuelve a servirse de ella en eldécimo episodio de Ulises,“Lasrocas errantes”, el único que noestá traído, aunque sea por lospelos, de la Odisea homérica. Elexperto español Francisco Gar-cía Tortosa,que tradujo la novelaen 1999,ve en cada una de las 19secciones del capítulo “un cua-dro de Dublín u ojeada epifáni-ca”, y Melchiori las considera sinmás epifanías que captan mo-mentos“de la actividad cotidianaen varios puntos de la ciudad”.

Aquí, igual que en “Dubline-ses”, vemos esas escenas comopartes de un todo, pero no aisla-

das unas de otras en el tiempo,niquietas como las de los cuentoscuando llegan al punto final,sinopresentando todas sus caras a lavez y moviéndose incesantemen-te; un efecto de simultaneidadque Joyce consigue transmitirgracias a la utilización de dos re-cursos: las“paralajes”,es decir, lasdistintas posiciones que ocupanlos personajes y los objetos enfunción del punto de vista desdeel que son observados, y las “in-trusiones”, frases que se interpo-lan en una sección para señalarque la acción que se está narran-do coincide en el tiempo conotra.

Ésta es a grandes rasgos la me-

tamorfosis que sufre la epifaníapara llegar, desde su estatismoinicial, a los cuadros articuladosde Dublineses y, más tarde, com-pletamente móviles de Ulises.Pe-ro el punto de inflexión en el pro-ceso lo marca el relato-ensayoRetrato del artista,escrito precisa-mente un día de Reyes, el de1904, el año más importante enla vida y en la obra de Joyce. Esal redactar este texto programáti-co, embrión de Stephen el héroe,que empezará a escribir un mesdespués, cuando el autor esconsciente por primera vez deque la fórmula no sirve a sus pro-pósitos narrativos.Ya se ha dichopor qué, pero cabe preguntarseentonces qué razón le moviódiez años más tarde a recuperarla epifanía como forma autóno-ma de escritura y componer, enplena madurez creativa,“Giaco-mo Joyce”.

El texto fue descubierto y pu-blicado por Richard Ellmann en1968, y no hay duda de por quéJoyce lo mantuvo oculto:es el re-lato de una infidelidad con unade sus alumnas de inglés enTrieste, y se comprende que qui-

siera ponerlofuera del al-cance de sucompañera,Nora Barnac-le, con la queno se casóhasta 1931.“Giacomo Jo-yce”, o sea,“James Joy-ce” es, portanto, escritu-ra privada,para el cajón,pero su im-portancia nopuede discu-tirse: las cin-cuenta epifa-nías que lodesarrollanconstituyenel únicoejemplo quese conoce deun aprove-ch a m i e n t opleno, encontexto na-

rrativo,de una forma que el irlan-dés había descartado ya para esaclase de empresa.

Sin embargo, si la epifanía tie-ne éxito como mónada narrativaen“Giacomo Joyce”es porque suraíz es poética, y porque la ten-sión que genera la yuxtaposiciónde fragmentos agudiza la percep-ción de un hecho que resultainasumible para una mente quese siente culpable.

La hibridez del resultado con-firma que James Joyce relaciona-ba el lenguaje poético con el de-sahogo incluso cuando,en el año1914, ya había alcanzado uncompleto desarrollo como narra-dor.

Número751

Sábado,31 de marzo de 2012

L

Escritos brevesJAMES JOYCEEscalera, 204 páginas

Joyce,en germen

“Escritos breves” rescata tres textosfundamentales para entender el desarrollode la narrativa del irlandés, entre ellos uno

inédito en español, “Retrato del artista”

Page 2: 31 de marzo de 2012 Joyce, · de Dublineses y,más tarde,com-pletamente móviles de Ulises.Pe-ro el punto de inflexión en el pro-ceso lo marca el relato-ensayo Retrato del artista,escrito

niño que habita en uncuartel de la Guardia Civiljunto a sus padres.

La primera parte de lanovela,de título“1947”,nosrecuerda a un western sinlas grandes praderas deOklahoma, pero ambienta-do entre olivares. Es comosi los señores del ferrocarrilhubiesen expulsado de sustierras a los ganaderos yagricultores y les persiguie-sen con sus pistoleros asueldo, interpretados en es-te caso por la Guardia Civily las contrapartidas. En losmontes se refugian loshombres desterrados desus tierras –papel asignadoa los restos del Ejército dela II República– y,menoresen número y en armas, pe-ro blindados de una valen-tía sin igual, ponen en ja-que a los mercenarios. Nopodía faltar un “saloon”,aunque en este caso seauna cantina de nombre Ca-sa Cuello Duro. Nos gustaesta visión del salvaje Oes-te franquista, estábamoshastiados de aquellas na-rraciones en las que noscontaban que los dueñosdel ferrocarril habían vivi-do siempre allí por la Gra-cia Divina y los ganaderosy agricultores eran bando-leros rebeldes.

“1948”y“1949”son la se-gunda y tercera partes. Enellas la escritora abandonael salvaje Oeste y nos tras-

lada al tango, concreta-mente a“Cambalache”. Yasaben:“Los inmorales noshan igualao”. La traduc-ción en el texto de la nove-la es: “Los chivatos eranhombres ejemplares; lostraidores, ejemplares parti-darios de la legalidad; loscobardes, personas tran-quilas y honestas, amigasde la paz y el orden.País deasesinos y asesinados,don-de no hay tribunales im-parciales, ni abogados quemerezcan ese nombre. Niderechos ni garantías.”

En este escenario, Nino,un hijo de guardia civil, seabre al mundo entre las pa-redes del cuartel y las lec-turas de Julio Verne, enconcreto,Los hijos del capi-tán Grant.Demasiado cani-jo para ser en el futuro“hijodel Cuerpo”,busca su lugarfuera de losmuros de losc u a r t e l e s .Con una ma-dre protesto-na –primersíntoma dela indigna-ción– y unpadre some-tido a los ca-prichos deun sargentochulesco yun tenienteal que lehuelen lospies, el mu-chacho bus-ca un padreidealizadoen el líderde la guerrilla, Cencerro,que es más listo, más va-liente, y todas las mujeressuspiraban por él, que ha-ce lo que le da la gana,en-tra y sale de casa, del pue-blo, trae en jaque a losguardias y su cabeza era lamás cara de Jaén. Captura-dos Cencerro y Crispín, sulugarteniente, a golpe debidones de gasolina y dina-

mita, son exhibidos en lasplazas mayores de los pue-blos como vulgares foraji-dos, el niño se queda sinpadre idealizado y buscaun sustituto en Pepe el Por-tugués, que todo lo sabe,que todo lo conoce, perodisimula.

Así, poco a poco, el mu-chacho se abre camino enesa época de tiempos ma-los:donde los niños crecendeprisa, las mujeres hanvisto morir en la guerra asus primogénitos y a susmaridos en la postguerra,en la que todo está prohibi-do, todo es ilegal, la super-vivencia es un milagro y ladensidad del aire aumentacon el olor a muerto.

La novela termina condos capítulos. En “Historiade Nino”, la autora nos ex-plica en qué partes de la

obra ha fic-cionalizadola Historia yen cuales hahistorizadola ficción.Yen “Esto esuna guerra yno se va aacabar nun-ca” nos vie-ne a decirque en unaguerra losdos bandospierden, loque ocurrees que unopierde máslentamenteque el otro.

En fin,una novela que asombraráy perturbará a aquellosque no conocieron la vidaen los pueblos durante lapostguerra. Sin embargo,para los que la sufrieron,cada renglón les pareceráuna dulcificación de aqueltormento.No es otra novelade buenos y malos. Es unanovela de víctimas y verdu-gos.

Alejandro M. Gallo

n la primera entrega, Inés yla alegría, de ese ambicioso pro-yecto que Almudena Grandes(Madrid, 1960) denomina Episo-dios de una guerra interminable,la autora nos trasladó al valle deArán y la entrada por los Pirineosde cuatro mil hombres armadosque creían sinceramente en laposibilidad de liberar una por-ción de tierra al régimen fran-quista y establecer en él la sedede un Gobierno provisional repu-blicano, todo ello narrado desdela óptica de su protagonista, lacándida y sensible Inés, que sesuma –por romanticismo o poramor a un tal Galán,que siemprenos recordó al asturiano CristinoGarcía Granda– a los guerrilleroscon las obras de Benito PérezGaldós bajo el brazo. La historiase situaba en octubre de 1944,con el III Reich plateando a losaliados en la cruenta batalla deAlsacia, el Imperio nipón dandojaque a los norteamericanos enel Pacífico y algunos dirigentesdel PCE viviendo en“Los mundosdeYupi”.

El lector de Julio Verne, segun-da entrega de la saga, está am-bientada en los años posterioresa la II Guerra Mundial. Es la épo-ca de la persecución de los nazispor Europa,de la división de Ale-mania y del comienzo de la Gue-rra Fría. El mundo ya había sidodividido en Potsdam,enYalta,y laEspaña de Franco había queda-do en el bloque de influencia oc-cidental. Nadie iba a invadir Es-paña, como se había creído enun principio. Es decir, los guerri-lleros antifranquistas que aúnpermanecían en los montes seencontraban aislados y olvida-dos a su suerte.Nadie daba un re-al por sus vidas.

En ese contexto internacional,Almudena despliega su historiaen Fuensanta de Martos, un pue-blo de Jaén. Curiosamente, unade las provincias en la que los in-tegrantes de la guerrilla antifran-quista nunca superaron el cente-nar.Y nos narrará la vida del pue-blo y sus gentes por boca de un

El lector deJulio VerneALMUDENA GRANDESTusquets, 417 páginas

E

Tino Pertierra

iete años atrás, Clara Usónleyó un artículo que la impresio-nó.Trataba de la hija del generalserbio Ratko Mladic, “durantequince años el criminal de guerramás buscado de Europa y el res-ponsable directo de hechos atro-ces en la guerra de Bosnia.AnaMladic se suicidó en Marzo de1994,a los 23 años,con la pistolafavorita de su padre. Un año des-pués de la tragedia, en julio de1995,el general Ratko Mladic per-petró la mayor masacre cometidaen suelo europeo desde la Segun-da Guerra Mundial:la matanza de8.000 musulmanes en la ciudadbosnia de Srebrenica.En ese mo-mento pensé que esa historia te-nía todos los elementos de unatragedia griega y que con ella po-dría armarse una buena novela”.

Ana Mladic era una joven

atractiva y simpática,“la mejor es-tudiante de la Facultad de Medi-cina de Belgrado,a punto de licen-ciarse,que adoraba a su padre,elvictorioso general Mladic,quien laquería con locura.Unas semanasantes de su muerte, en marzo de1994,Ana Mladic viajó a Moscú enviaje de fin de curso.Algo sucedióallí,volvió cambiada:triste,tacitur-na, abatida… El 24 de marzo sedescerrajó un tiro en la sien. ¿Porqué?”

Ese es el misterio que intentadescifrar en su excelente novelaLa hija del Este, a la que dedicótres años de investigación y escri-tura.A medida que investigaba,comprendió que“para explicar (yexplicarme) el drama personal yfamiliar de Ana Mladic, tenía que

ahondar en el drama colectivo dela guerra de los Balcanes.Y me en-contré con una sorpresa: los pue-blos que integraban la exYugosla-via,croatas, serbios,bosnios,eslo-venios,… etcétera, eran en todoslos sentidos europeos.El cliché oel estereotipo de los balcánicoscomo individuos primarios,explo-sivos, amantes de solucionar susproblemas a tiros, es falaz, comotodos los clichés; eran,son,comonosotros.Una tremenda crisis eco-nómica, un discurso populistaque buscaba enfrentar entre sí acroatas y serbios, a serbios y mu-sulmanes bosnios, propagado yalentado por líderes políticos sinescrúpulos como Milosevic enSerbia yTudjman en Croacia,hizoposible que en pocos años, ser-

bios, croatas y bosnios,“puebloshermanos”según el difunto maris-cal Tito,que habían convivido sinproblemas durante cuarenta años,se descubrieran unos a otros co-mo enemigos y se enzarzaran enuna guerra prolongada y salvaje”.

Ratko Mladic tenía, por lo me-nos,dos rostros: padre cariñoso yentregado,marido fiel,hombre ín-tegro, ese era su rostro soleado, yel otro,el que permanecía en som-bra y su hija desconocía,el del cri-minal despiadado que aniquilópoblaciones enteras, incluidosmujeres, ancianos y niños, es elque tal vez Ana descubrió en Mos-cú. ¿Se suicidó porque no podíasoportar vivir con el peso de ser lahija del Carnicero de Bosnia? ¿Seinmoló,se sacrificó como una mo-derna Ifigenia,para que su padredejara de matar?”

Grandes preguntas para ali-mentar una gran novela.

S La hija del criminal

FARO DE VIGOSábado, 31 de marzo de 20122

Almudena

Grandesregresa al maquis

La hija del EsteCLARA USÓNSeix Barral, 448 páginas

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Por amor al arte.ERIK EL BELGA Y NURIAMADARIAGAPlaneta, 683 páginas

Alejandro M. Gallo

Por amor al arte es casi la bio-grafía de René Alphonse Ghis-lain Vander Bergle (Nivelles,1940), alias Erik el Belga, escritaal alimón con Nuria de Madaria-ga.Y digo “casi” porque, despuésde leer sus 683 páginas, uno seda cuenta de que es más impor-tante y jugoso lo que se ha calla-do que lo que nos cuenta (ocuentan).

La novela –perdón, la biogra-fía– comienzacon un capítu-lo titulado “Unprimer impac-to”, que nosnarra la huidapor Alemaniade Erik y dosde sus colegasde fechorías,Gilbert el Nor-mando y un psicópata de gatillofácil de nombre Hain. Los tresescapan de la Policía con unatalla que han robado. Hain dis-para a los agentes y el que nomuere tirotea el coche, hiriendoa Erik. Es un comienzo al máspuro estilo James Ellroy; es más,nos recuerda mucho el primer

capítulo de Sangre vagabunda.Después de este comienzo se

retrotrae a la infancia en Bélgicay a su familia, que le obligaba allevar el pelo al dos.Su padre eraun guardabosques del Domainede la Houssirère, su madre solíapasar parte del tiempo hornean-do pan de pasas y el abuelo ha-bitaba a ratos los calabozos porno saber dominar su caráctercuando bebía sin moderación.Fue un monaguillo pésimo y suprimer robo consistió en una ro-sa negra. Después llegó el servi-cio militar en una base belga enAlemania.Allí aprendió el valordel trabajo en equipo y de la for-taleza de reivindicar su origenflamenco entre sus paisanos,

con el fin deestrechar la-zos de amis-tad y generosi-dad para fe-chorías de ma-yor calado, enuna Alemaniaque pasabahambre cuan-do en la base

militar les sobraba de todo.Ahí comienza su carrera co-

mo falsificador de arte,que nun-ca copista, y de marchante y re-presentante,nunca de vendedor.Si actualmente uno de los nego-cios sucios más rentables es pa-sar cocaína a Estados Unidos yde estos, sacar armas. En aque-

llos tiempos de la posguerra,Erik se da cuenta de que los ca-tólicos ricachones de la patriadel dólar –de Boston a Los Án-geles– no tenían una historiaque reivindicar y estaban dis-puestos a pagar muy bien por re-construirla. De ahí que el nego-cio consistiera en comprar o ro-bar –en noches de lluvia– obrasde arte en Europa, principal-mente en España –Sefarad, paraél–, y trasladarlas a Norteaméri-ca. Lo más curioso y sorpren-dente se encuentra en la conni-vencia del clero hispano duran-te el franquismo para negociarcon el patrimonio eclesiástico.Significativo es la venta del obis-po de Calahorra de gran partedel arte sacro de su diócesis porcien millones de las antiguas pe-

setas, que con elregateo quedó enochenta y dos mi-llones por tallaspolicromadas, re-tablos, pilas bautis-males de piedra,altares completos,cálices, incensa-rios, ropas de cere-monias y hastacandelabros.Cita asacerdotes, aba-des, obispos y ar-zobispos en estoscambalaches, peronunca da sus nom-bres.En el caso delobispo de Calaho-rra,si cruzamos loshechos narradoscon la época histó-rica,todo nos hacesuponer que se tra-

taba de Abilio del Campo.Mujeres, matrimonios falli-

dos, hijos por la geografía euro-pea, robos sonados, como el dela catedral de Roda de Isábena,y sus cursos de preparación pa-ramilitar rellenan las páginas deesta aventura.Se adivina que ter-mina amando España, en espe-cial Granada.No en vano aún vi-ve en nuestra patria. Si algo lla-ma la atención de esta narra-ción, es la utilización casi cons-tante de jerga militar: equipo,infraestructura operativa, cálcu-lo de posibilidades, reducir… Yde eufemismos como “neutrali-zar” que sustituyen a los crudos“matar”o“asesinar”.Lo dicho: nonos importaría leer otras sete-cientas páginas con lo que se hacallado.

Papel carbónFERNANDO IWASAKIPáginas de Espuma. 272 pgs.

Este volumen reúne los pri-meros libros de relatos de Fer-nando Iwasaki –Tres nochesde corbata (Lima, 1987) y ATroya, Helena (Bilbao, 1993)–dos títulos donde los lectoresdel narrador peruano podránreconocer los temas, el hu-mor, la prosa y las múltiplesreferencias culturales que ca-racterizan la obra de uno delos autores fundamentalesdel cuento contemporáneoen español.Una muestra de lainteligencia y humor de unescritor al que han compara-do con Borges o Monterroso.Los relatos los escribió a má-quina entre 1983 y 1993.T. G.

Yo y mi chimeneaHERMAN MELVILLEBarataria. 128 páginas

Un viejo granjero,aficionadoa fumar en pipa ante la chime-nea de su casa, y poco amigodel trabajo y de las modernida-des,se ve acosado para que de-rribe el hogar y remodele la vi-vienda con un sentido práctico.Verdaderamente, la chimeneaes descomunal:toda la casa pa-rece haberse construido a su al-rededor y el hombre se ve aco-sado por razonamientos queparecen incontestables.Pero elviejo opone otras razones: lafinca tiene su roble, su cami-no… y su chimenea.Una genialnovela corta, llena de humor,contra la uniformidad de lasconvenciones modernas.T. G.

Mis memoriasEUGÈNE-FRANÇOIS VIDOCQLibros del Silencio.352 págs.

Por primera vez en españolLibros del Silencio presentalas memorias de Eugène-François Vidocq,un personajefascinante que militó a amboslados de la justicia y cuyas pe-ripecias sirvieron de inspira-ción literaria para Balzac, Hu-go, Dumas, Conan Doyle y suSherlock Holmes. Las memo-rias de este aventurero de du-dosa moral nos transportan auna Francia asfixiada por la ti-ranía de la nobleza y que em-pieza a necesitar un cambiodrástico de régimen que lecostará riadas de sangre, des-de la Revolución de 1789 alimperio napoleónico.T. G.

Erik, el

Belga.

Llama la atenciónel uso casi constantede jerga militar: equipo,infraestructura operativa,cálculo de posibilidades...

Ficción1. Las horas distantes. Kate Morton (Suma).

2. El lector de Julio Verne. Almudena Grandes (Tusquets).

3. El abuelo que saltó por la venta-na... Jonas Jonasson (Salamandra).

4. Los juegos del hambre. SuzzanneCollings (Molino).

5. El prisionero del cielo. Carlos Ruiz Zafón (Planeta).

6. Esta noche dime que me quieres. Federico Moccia (Planeta).

No Ficción1. La dieta Smart. Reina GarcíaClosas (Amat).

2. Las dos próximas recesiones. Juan Ignacio Crespo (Deusto).

3. Cómo funciona la economía pa-ra Dummie. Leopoldo Abadía (CEAC).

4. La soledad de la reina. Pilar Eyre(La Esfera de los Libros).

5. La comida de la familia. FerránAdriá (RBA Libros).

Galego1. Os fillos do mar. Pedro FeijooBarreiro (Xerais).

2. Laura no deserto. Antón RiveiroCoello (Galaxia).

3. Desenvolvemento histórico de Vigo... José Cid (Dip.Prov.Pontevedra).

4. Vigo a 80 revolucións por minuto. Emilio Alonso (Xerais).

Los más vendidos

Con la colaboración de:Casa del Libro (Vigo)

GóticocarpinteroWILLIAM GADDISSexto Piso. 288 páginas

Si queremos comprenderel actual derrumbe de Esta-dos Unidos, solo hay que leeresta novela. Escrita en 1985,cuando aún no se preveía elalcance de la recesión,Gaddis pudo entrever la de-mencia de un sistema funda-mentado en capas sobre ca-pas de avaricia. Construye sulibro a base de diálogos enun microcosmos en el que seretrata lo que hoy presencia-mos a gran escala: el desmo-ronamiento de una sociedada causa de los intereses per-sonales y mezquinos de losindividuos poderosos.T. G.

DeseoLIAM O’FLAHERTYNórdica. 190 páginas

Este delicioso libro es unade las obras más importantesescritas en gaélico.La traduc-ción es directa del irlandés yes la primera vez que se pu-blica fuera de Irlanda. Sondieciocho relatos en los quese tratan temas diversos conun hilo conductor en todosellos: el “deseo”, ese vínculoafectivo entre un niño y susoñado traje nuevo, entre elgato y el ratón que ansía ca-zar, entre el sediento y la bo-tella de cerveza... que, no envano, da título al primercuento. En todos ellos estámuy presente la dura rela-ción del hombre con la natu-raleza y todos integran unaimportante carga moral; qui-zá por eso muchos de losprotagonistas son niños, jóve-nes y animales.Al terminar lalectura podremos decir queconocemos algo mejor el al-ma profunda de los irlande-ses. T. G.

Memorias de unladrón de arte

FARO DE VIGOSábado, 31 de marzo de 2012 3

Page 4: 31 de marzo de 2012 Joyce, · de Dublineses y,más tarde,com-pletamente móviles de Ulises.Pe-ro el punto de inflexión en el pro-ceso lo marca el relato-ensayo Retrato del artista,escrito

a pax. 93 da ediciónprinceps (1870) de20.000, Jules Verne fai

que o profesor Annorax lle co-mente ao misterioso capitán doNautilus algo referente ao marno seo do cal esbara o submari-ño coma un cetáceo prodixiosoe mecánico. Nemo respóndelleao prisioneiro deste modo queagora traduzo ao noso idioma:

“O mar é todo! El cobre as se-te décimas partes do globo te-rrestre. O seu alento é puro esan.É o inmenso deserto no queo home xamais está só,pois sen-te sempre tremer a vida ao seuredor. O mar non é máis ca ovehículo dunha sobrenatural eprodixiosa existencia; el non émáis ca movemento e amor; é oinfinito vivo, como o ten dito undos vosos poetas (franceses). Een efecto, señor profesor, a natu-reza maniféstase no mar nosseus tres reinos, mineral, vexetal,animal. Este derradeiro áchaseamplamente representado poloscatros grupos de zoofitos, portres clases de articulados, porcinco clases de moluscos, portres clases devertebrados, osmamíferos, osreptís e esas in-numerabeis le-xións de pei-xes, orde infini-ta de animais que conta conmáis de dez mil especies,das ca-les só unha décima parte per-tence á auga doce.O mar consti-túe a vasta reserva da natureza.Polo mar é por onde, por deciloasí, comezou o globo, e quen sa-be se non terminará polo mar!Nel é a suprema tranquilidade.O mar non pertence aos déspo-tas.Na súa superficie,estes aíndapoden exerecer os seus dereitosinicuos, loitar entre si e, entre si,devorarse. Poden transportar ásuperficie do mar todos os ho-rrores terrestres.Mais a trinta pés

por baixo do seu nivel, o poderdos déspotas cesa,a súa influen-cia apágase, a súa potencia de-saparece! Ah, señor, viva, vivavostede no seo dos mares! Só alíestá a independencia! Eu nonrecoñezo amos! Eu son libre!”

Así falaba o capitán Nemo.No discurso lostrega a súa místi-ca nihilista e a súa paixón infini-

ta polo mar. Eu estou seguro deque o pulo xerminal do Cimete-rio Mariño de Paul Valéry partedo parlamento que acabamosde reproducir:“La mer, la mertoujour, recommencée!”

Jules Verne, en 20.000 leguasbaixo os mares, alén de nos fa-cer vivir unha viaxe extraordina-ria narrada en primeira persoa

polo profesor Annorax do Mu-seo de Plantas de París, ofréce-nos unha complexa e múltiplelección sobre os fondos mariñosdo planeta terra. A súa descrip-ción abarca a zooloxía,a botáni-ca,a xeografía, a hidroloxía,a fí-sica, a historia e outras cienciase especialidades necesarias pa-ra un coñecemento completo e

interdisciplinar do mar no seuconxunto. Por iso, o roxe-roxeque anda estes días por Vigonon resulta en absoluto imperti-nente. O Campus do Mar pode-ría levar o nome de Jules Verne.

Hai na cultura galega,e de ex-presión galega, ben precisamen-te, unha constante presenza domar. Os nosos poetas medievais(Martín Códax) e contemporá-neos (Manuel Antonio,Bernardi-no Graña) levan o mar nas veasdos seus fluxos creadores.No sé-culo XVIII, Xosé Cornide sentiua importancia do mar na econo-mía de Galicia ao tempo quedescribiu os peixes con preci-sión que se anticipaba en certomodo a Verne.

O próximo día 17 de MaioVi-go e Galicia enteira renderallehomenaxe a Valentín Paz Andra-de, en cuxos versos latexa apaixón polo mar que expresabao capitán Nemo nas palabras an-tes transcriptas.En canto ao pen-samento político-económico dePaz Andrade, o mar e as súas ri-quezas ocupan un lugar céntri-co. Non hai Galicia viábel sen aexplotación dos recursos mari-ños.Para o polígrafoValentín PazAndrade non é posíbel unha Ga-licia autodeterminada que nonsexa rica e laboriosa.O mar,nesehorizonte de tarefa programáti-ca que Paz Andrade defendeutoda a vida,é forza motriz de to-da Galicia futura.

Nun intre indefinido do sécu-lo XIII, Martín Códax escribiuasí:“Quantas sabedes amar ami-go/ treides comigo a lo mar deVigo/ e bañar-nos hemos nasondas”. Este chamamento atra-vesou as centurias (seiscentosou setecentos anos) e achoueco en Jules Verne. El ordenouque o esporón do Nautiles enfi-lase o fondo de Rande e cortaseas“ondas do mar deVigo”de for-ma e modo que xa iremos co-mentando.

Jules Verne, en “20.000 leguas baixo os mares”, alén de nos facer vivirunha viaxe extraordinaria, ofrécenos unha complexa e múltiplelección sobre os fondos mariños do planeta terra

Monumento

ao Capitán

Nemo en

augas da illa

de San Simón.

NO FONDO DOS

ESPELLOSX.L. MÉNDEZ FERRÍN

N

Mar de Nemo, mar de Vigo

FARO DE VIGOSábado, 31 de marzo de 20124

“Señor Ferrín:Fálolle do seu artigo “Ponte do Capi-

tán Nemo” publicado no Fondo dos Es-pellos da semana pasada. O caso é queun artigo de título idéntico fora publica-do por Dosinda Areses, coa mesma in-tención queVostede,n’A NosaTerra (7-X-1982). Antes, o Colexio de Licenciadosen Filosofía e Letras e Ciencias da Pro-vincia de Pontevedra, cuxo decano eraLeónides de Carlos Ardanaz, tamén pe-dira que a nova ponte de autopista so-bre o Estreito de Rande levase o nomede Ponte do Capitán Nemo, ao que seopuxo Leri que quería outro nome.

Tamén lle recordo o feito de que, en

tempos do alcalde Portanet, uns seusalumnos de 6º curso do Instituto SantaIrene elevaron un escrito ao concellopara que novas rúas de Vigo levasen no-mes relacionados coa cultura e coaciencia. Entre os nomes que se propu-ñan estaba o de Jules Verne.

Finalmente, nas primeiras elecciónsmunicipais despois da dictadura, a can-didatura Galicia Ceibe propuña no seuprograma grandes nomes da culturauniversal para as rúas de Vigo (Marx,Darwin) a carón dos grandes nomesgalegos (Curros, Murguía). Entre os no-mes propostos estaba o de Jules Verne.Non puido ser. Que eu saiba, no actual

Museo do Mar, de Alcabre, non hai nin-gunha sección ou sala dedicada a JulesVerne. Coido que tampouco aínda nonhai en Vigo Rúa de Jules Verne.

Atentamente, saúdao un dos que asi-naron a petición dos alumnos de 6ºCurso”.

Fernando Fernández CaoXenebra

Moitas grazas polas puntualizacións.Lembro ben a carta dos alumnos de 6ºdo Santa Irene,aínda que non a data.Fí-xose eco dela o FARO DE VIGO.En realida-de,o asesor do escrito fora Xosé Mª Álva-rez Blázquez, a petición miña. Da lista

dos nomes propostos polos alumnos fí-xose realidade a dedicación dunha rúaao impresor Eugenio Kraft, anos máistarde.

Acábame de avisar Anxo Angueirade que xa se sente o cuco cucar polasabas do Galiñeiro, freguesía da Zamáns(Vigo).

Todos aqueles que quixeren colaborar coa súa opinión enNO FONDO DOS ESPELLOS poden escribir por correo ordi-nario a:

X. L. Méndez Ferrín

FARO DE VIGO

Rúa García Barbón, 87

Aptdo. Correos, 91. VIGO

CAIXA POSTAL