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    Captulo 5EL CRITERIO NUMERICO ,',

    5,1. El problemaExisten ms de 100 Estados en los que, al menos sobre el papel,

    existe' algn tipo de disposicin de partidos l . La variedad de esasdisposiciones es tan impresionante como su nmero. Cmo ordenarel laberinto? Desde hace mucho tiempo, los sistemas de partidos sevienen clasificando mediante la cuenta del nmero de partidos, seande uno, de dos o de ms de dos. Pero ahora ya existe acuerdo casiunnime de que la distincin entre sistemas unipartidistas, bipartidistas y multipartidistas es muy insuficiente. E incluso se nos dice queun juicio acerca del nmero de partidos importantes .. . oscurece msde lo que aclara 2.

    * Partes de los captulos 5, 6 Y 7 aparecieron con el ttulo de Typologyof Party Systems - Proposals for Improvement' , ,Tipologa de los sistemas departidos - Propuestas para mejorarlas) en Stein Rokkan, Erik Allardt, comps.,Mass Po/itics: Studies in Po/itica/ Soci%gy, Free Press, 1970. La diferencia entrela redaccin anterior, abreviada, y la actual tambin es de fondo. En los captulos 5 y 6 me ha sido de gran ayuda el asesoramiento de Hans Daalder. Aunquelos posibles errores seran todos mos, a l debo muchas mejoras.I El

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    150 (iovanni SartoriUna reaCCIOn al enfoque de la cuenta de partidos consiste simple-mente en abandonar la base numrica, precisamente

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    Partidos y sistemas de partidos 151Pero parece que ello requiere ms adiciones a la profusin y laconfusi!l. El mal menor quiz consista en volver atrs y revisar elcaso desde el principio. Adoleca nuestro comienzo inicial de algnerror fundamental, o nos hemos desviado en algn punto del camino?Efectivamente, no est claro dnde nos hallamos. Queremos decirqU poco importa el nmero de partidos que hay? O queremos decir,porl el contrario, que nuestra clasificacin no logra ordenar esosnmeros?A la primera pregunta contestara yo que s importa cuntos sonlos partidos. Para empezar, el nmero de partidos indica inmediata-mente, aunque slo sea de modo aproximado, una caracterstica im-portante del sistema poltico: la medida en que el poder poltico estfragmentado o no fragmentado, disperso o concentrado. Anloga-mente, con slo saber cuntos partidos existen estamos alerta alnmero de posibles corrientes de interaccin que intervienen. Co-mo seala Gunnar Sjoblom, dos partidos no permiten ms que unacorriente de interaccin recproca; tres partidos permiten tres co-rrientes de interaccin; cuatro partidos, seis corrientes; cinco parti-dos, 10 corrientes; seis partidos, 15, y siete partidos, 21 8 Comoestas posibles corrientes de interaccin ocurren a mltiples niveles:electoral, parlamentario y gubernamental, lo que se indica claramentees que cuanto mayor sea el nmero de partidos (que tienen voz),mayor ser la complejidad y probablemente la complicacin del sis-tema. Por ejemplo, desde el punto de vista de los electores, unacomparacin de los partidos por pares entre sus programas entraa,cuando hay ocho partidos, 28 comparaciones; cuando hay nueve par-tidos, 36, y cuando hay 10 partidos, 45 comparaciones. Adems, y enparticular, la tctica de competencia y oposicin de los partidosparece guardar relacin con el nmero de partidos, y ello a su veztiene gran influencia en cmo se forman las coaliciones gubernamen-tales y cmo pueden funcionar stas.

    En resumen, la verdadera cuestin no es la de si importa elnmero de partidos - que s importa-, sino la de si un criterionumrico de clasificacin nos permite aprehender lo que importa.Hasta ahora, la respuesta es claramente que no. Y la razn prelimi-nar es igual de clara: Ningn sistema de contar puede funcionar sinnormas para contar. Si recurrimos a contar debemos saber cmocontar. Pero ni siquiera podemos decidir cundo uno es uno y cundodos son dos: si un sistema es, o no es, un sistema bipartidista. Yentonces damos un salto al infinito, es decir, renunciamos totalmente

    8 Part}' Strategies in' a MII/tipart)' S)'stem, Lund, Studentlitteratur, 1968,pginas 174 y 175.

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    152 Giovanni Sartori,1 contar: como no hemos logrado establecer cundo dos son dos,'lb,-camos todo el resto diciendo sencillamente ms de dos. Poreso, no es de extraar que el enfoque basado en el nmero departidos desemboque en la frustracin. No slo no basta con tresclases, sino que tal como estn definidas no sirven para poner loscasos en orden.

    Evidentemente, el estado actual de la cuestin es que nos hemosdeshecho del criterio numrico de clasificacin antes de aprender autilizarlo. Y creo que hay muchos motivos para dar otra oportunidada este criterio. Para empezar, el nmero de partidos es un elementomuy visible que establece divisorias naturales y que refleja lascondiciones del mundo real de la poltica. As -cualesquiera seannuestros ndices-, tanto los polticos como los votantes seguirncombatiendo por, y discutiendo acerca de, ms o menos partidos, sidebe aumentarse o reducirse el nmero de partidos. Por otra parte,no olvidemos que los partidos son el coagulante, o las unidades decoagulacin, de todas nuestras medidas. Despus de todo, el nmerode votos y de escaos que cada partido obtiene en las elecciones esnuestra base de datos mejor y ms segura.

    Habida cuenta de lo que antecede, me propongo empezar conlas normas para contar y estudiar, con ayuda de esas normas, elkilometraje que nos da una clasificacin basada en el nmero de partidos. Como se advertir, el criterio numrico es susceptible de buenuso. Por otra parte, tambin se advertir que para hacer ese buen usohace falta ayuda. Al comienzo, y durante bastante rato, resultacorrecto decir que, aunque no vaya solo, el criterio numrico siguesiendo la variable primaria. Pero se llega a un punto en que no bastacon contar pura y simplemente.

    5.2. Normas para contarEn resumen, el problema es: Qu partidos importan? No podemos contar todos los partidos ,implemente por las apariencias. Ytampoco podemos resolver el problema contndolos por orden dececiente de fuerzas. Es verdad que el cuntos son tiene que ver con elqu fllerza tienell. Pero persiste la cuestin de cunta fuerza hace queun partido sea importante y cunta debilidad hace que un partido notenga importancia. A falta de mejor solucin, por lo general trata

    mos de establecer un umbral por debajo del cual no se hace casode un partido. Pero sta no es solucin, pues no existe un raseroabsoluto para evaluar la importancia del tamao. Si se estableceel umbral - como se hace muchas veces- al nivel del 5 por 100,

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    Partidos y sistemas de partido; 153ello lleva a omisiones graves 9. Por otra parte, cuanto ms se rebajael umbral ms son las posibilidades de incluir partidos sin importancia. La importancia de un partido no est slo en funcin de ladistribucin relativa del poder -como es evidente-, sino tambin,y especialmente, en funcin de la posicin que ocupa en la dimensinizquierda-derecha. As, un partido que se sita en torno al nivel della por 100 puede contar mucho menos que un partido que obtieneslo un nivel del 3 por 100. Un caso lmite, pero elocuente, es el delPartido Republicano de Italia, cuyos resultados medios en los ltimosveinticinco aos han sido del 2 por 100 aproximadamente. Sin embargo, no cabe duda de que tiene importancia, pues durante todoeste tiempo ha sido el elemento que inclinaba el fiel de la balanzade un lado u otro en una serie de mayoras gubernamentales.Es evidente que, si el problema tiene solucin, sta se halla en eles tablecimien to de las normas conforme a las cuales se ha de tenero no en cuenta a un partido. Bsicamente, tenemos que establecer uncriterio de no importancia respecto de los partidos menores. Sinembargo, como la grandeza o la pequeez de un partido se midenpor su fuerza, empecemos por apuntalar este concepto.La fuerza de un partido es, en primer lugar, su fuerza electoral.Hay otras cosas, pero mientras estemos aplicando el criterio numrico, la base nos la da esta medida. Sin embargo, los votos se traducenen escaos, y esto nos lleva a la fuerza del partido parlamentario.Para evitar complicaciones innecesarias, podemos, pues, contentarnos

    9 As ocurre, por ejemplo, con el proyecto internacional comparado de partid05 polticos de Janda (supra, nota 1). Cuando se establece un umbral del5 por 100, resulta que Italia tiene tres partidos: e! Demcrata Cristiano, e!Comunista y el Socialista. Da la casualidad de que durante el perodo queabarca el estudio de Janda hicieron falta otros tres partidos, que pasan inadvertidos en ese estudio, para establecer mayoras de coalicin (mientras quedesde 1947 el Partido Comunista no ha tenido ninguna importancia en cuantoa formar gobiernos). Una solucin ms flexible es la adoptada por RichardRose y Derek Urwin, esto es, incluir los partidos que han participado en treselecciones por lo menos y han logrado el 5 por 100 por lo menos una vez(PS, septiembre de 1970, pg. 290). Pero incluso con esta solucin queda sindetectar e! caso del Partido Republicano 1 aliano, que se recuerda en e! texto,y muchos otros (por ejemplo, Noruega y Suecia, infra, cap. 6, nota 62).A cambio, Rose formula la siguiente sugerencia: Las tcnicas de encuestabrindan un medio de establecer el nmero de partidos de' u'n sistema (Go-verning W itho llt Consenslls, op. cit., pg. 221). Esto resulta vlido paraIrlanda del Norte, pero en las comunidades polticas ms complejas, al pblicoen general se le pasan por alto, entre otras cosas, las sutilezas de! valor de laposicin de los partidos. Abraham de Swaan, en Coa/ition Theories and CabinetFormations, Elsevier, 1973, reduce e! umbral lmite al 2,5 por 100 (pero loeleva, en el caso de Dinamarca, al 3,5); aun as, en el caso de Italia no sloolvida a los republicanos; sino tambin a los liberales, que de hecho hanocupado puestos en el gabinete.

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    154 Giovanni Sartoricon la fuerza en escaos, que a fin de cuentas es lo que importacuando han pasado las elecciones. Una vez ms, en aras de la sencillez -pero tambin de la comparabilidad- muchas veces basta, enlos sistemas bicamerales, con remitirse a los escaos en la CmaraBaja, siempre que en la otra Cmara las mayoras no sean diferentes.Entonces resulta permisible comenzar con esta medida: la fuerza delpartido parlamentario se indica por su porcentaje de escaos en laCmara Baja.El paso siguiente consiste en cambiar el foco al partido comoinstrumento de gobierno. Este cambio tiene poco inters con respectoa los sistemas bipartidistas, pero cuantos ms sean los partidos, msdebemos preguntarnos acerca del potencial de gobiel'llo, o las posibilidades de coalicin de cada partido. Lo que verdaderamente pesaen la balanza del mu ti partidismo es la medida en que se pueda necesi tal' a un partido para una o ms de las posibles mayoras gubernamentales. Un partido puede ser pequeo y, sin embargo, tener grandes posibilidades en las negociaciones para montar una coalicin.A la inversa, es posible que un partido sea fuerte y, sin embargo,carezca de capacidad para negociar su presencia en una coalicin.La cuestin ahora es la de si se puede realizar un clculo realista delas posibilidades de coalicin de cada partido a base exclusivamentede su fuerza. Evidentemente la respuesta es que no, pues este criterionos llevara a estudiar todas las mayoras numricas posibles, cuandolo que nos interesa son las coaliciones viables, lo cual significa nicamente las q l ~ e son ideolgicamente consonantes y permisibles 10. Portanto, la norma para decidir - e n una situacin multipartidisracundo se debe o no contar a un partido es la siguiente:

    Norma l. Se puede /la lener en cuenla por 110 ser i/l/por-lanle a un partido pequeo siempre que a lo largo de un ciertoperodo de tiempo siga siendo superfluo en el sentido de queno es necesario ni se lo utiliza para ninguna mayora de coalicin viable. A la inversa, debe tenerse en cuenta a un partido,por pequeo que sea, si se halla en posicin de determinar a lolargo de un perodo de tiempo y en algn momento comomnimo una de las posibles mayoras gubernamentales.

    Es ta norma tiene una limi tacin, pues slo es aplicable a los parlO El abismo que separa a las coaliciones matemticamente posibles de lasideolgicamente viables se basa en el principio de que las coaliciones guber-.namentales deben estar conectadas". Vase Robert Axelrod, Con/liC! o/J/lterest, Markham, 1970, cap. 8. De Swaan, en Coalitio/l Theories a/ld Cahi/lclF01'1Jtations, op. cil., califica de cerradas" a las coaliciones conectadas o ad

    yacentes.

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    Partidos y sistemas de partidos 155tidos orientados hacia el gobierno y que, adems, son ideolgicamenteaceptables para los dems miembros de la coalicin. Ello puedeexcluir a algunos partidos relativamente grandes de la oposicinpermanente, como los partidos antisistema. Por tanto, nuestro crite-rio de no importancia necesita un complemento residual, o, en cir-cunstancias especiales, un criterio de importancia. Cabe volver aformular la pregunta como sigue: Qu tamao, o qu dimensin,hace que un partido tenga importancia, independientemente de susposibilidades de coalicin? Por ejemplo, en Italia y en Francia haypartidos comunistas que reciben una cuarta parte e incluso un terciodel voto total, pero cuyas posibilidades de coalicin gubernamentalvienen siendo, desde hace veinticinco aos, prcticamente nulas. Sinembargo, sera absurdo no tenerlos en cuenta. Esto nos lleva a formu-lar una segunda norma auxiliar para contar basada en la capacidadde intimidacin, o, dicho en trminos ms exactos, las posibilidadesde chantaje 11 de los partidos orientados hacia la oposicin.

    Norma 2. Un partido cuenta como importante siempreque su existencia, o su aparicin, afecta a la tctica de la com-petencia entre los partidos y en especial cuando altera la direc-cin de la competencia - a l determinar un peso de la compe-tencia centrpeta a la centrfuga, sea hacia la izquierda, haciala derecha o en ambas direcciones- de los partidos orientadoshacia el gobierno.

    En resumen, podemos dejar de contar a los partidos que no tie-nen: i) posibilidades de coalicin ni ii) posibilidades de chantaje. A lainversa, debemos contar a todos los partidos que tienen importanciagubernamental en la liza en que se deciden las coaliciones o unaimportancia competitiva en la liza de la oposicin.Es posible que estas normas parezcan excesivamente complicadasy en todo caso difciles de transformar en operacionales. Ms adelantese tratar de su apuntalamiento operacional 12. Por ahora, sealemosque, para empezar, ambos criterios son postdictivos, pues no tienesentido utilizarlos con carcter predictivo. En cuanto a la norma 1,esto significa que las coalicines viables, y por ende los partidosque tienen posibilidades de coalicin, coinciden, en -1a prctica, conlos partidos que de hecho han participado, en algn momento, engobiernos de coalicin y/o han dado a los gobiernos el apoyo quenecesitaban para llegar al poder o para permanecer en l. Por tanto,

    I! La etiqueta no slo procede de. sino que guarda relacin con. el partidodel chantaje de Anthony Downs. An Ecoflol71ic Theory of Democracy. Harper& Row. 957. pgs. 131 y 132. Vase iflfra, cap. 10.

    12 Infra, 9.4.

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    156 Giovanni Sartorien la mayor parte de los casos la norma es fcil de aplicar, siempre,naturalmente, que dispongamos de la informacin sencilla que re-quiere la misma.

    Si pasamos a la norma 2, la objecin podra ser que la direccinde la competencia no es cosa fcil de evaluar. Es posible que as seaen teora, como se ver al final. Pero en la prctica la idea del partidodel chantaje guarda relacin sobre todo con la idea del partido anti-sistema, y tanto la importancia como el carcter antisistema de unpartido se pueden establecer, por turno, mediante una batera de indi-cadores ulteriores. Si mi norma trae a primer plano el partido delchantaje de Anthony Downs, ello se debe a que la competenciaentre partidos es una parte central de mi argumento general. Sinembargo, como el partido del chantaje suele coincidir con un partidoantisistema (pues, en caso contrario, 10 ms probable es que estu-viera comprendido en la norma 1), es perfectamente posible continuarcon la evaluacin en el terreno parlamentario. Esto es, las posibili-dades de chantaje del partido electoral hallan su equivalente en lasposibilidades de veto o, de hecho, en la capacidad de veto del partidoparlamentario con respecto a la promulgacin de leyes. Si quedaalguna duda acerca de si se debe tener en cuenta o no a un partidodel chantaje, cabe continuar con el argumento y verificarlo conformea ese cri terio.

    En general, sostengo que la dificultad de mis normas reside en elhecho de que, o bien a los estudiosos les resulta ms fcil ocuparsede la poltica comparada sin ningn conocimiento a fondo de lospases de los que se ocupan, o mis normas exigen datos que rarasveces se renen sistemticamente. Me temo que no tengo ningnremedio para la primera dificultad. En cuanto a la segunda, si esms fcil exponer mis normas que aplicarlas, ello ocurre porquenunca disponemos de la informacin que necesitamos hasta que lapedimos. Adase que la informacin que requieren mis normas noes en nada menos objetiva que muchos de los datos a los que elespecialista en ciencias sociales atribuye hoy da la ms absoluta con-fianza. En cambio, sencillamente, no es cierto - como veremos msadelante- 13 que dispongamos de mejores medidas para 10 mismo:contar el nmero de partidos importantes con respecto a su valorde posicil1. S que disponemos de mejores medidas, pero paraotras cosas.

    Hasta ahora sabemos cundo tres son tres, cuatro son cuatro, etc.Es decir, podemos ordenar los casos. La pregunta siguiente es: Permite el criterio numrico ordenar tambin clases lluevas? Hasta ahoraL' l/llra, 9.5 v 9.6.

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    Partidos y sistemas de partidos 157nos hemos ocupado de contar (conforme a normas). La nueva pre-gunta plantea, por as decirlo, el problema de contar de forma inteli-gente. Como norma general, la existencia de pocos partidos indicapoca fragmentacin, mientras que muchos partidos indican una granfragmentacin. Sin embargo, al contar los partidos tambin podemoshallar su fuerza. Y existe una distribucin que se destaca ostensible-men te como caso nico: aquella en que un partido cuen ta l soloy durante mucho tiempo con la mayora absoluta (de escaos). Estoes, una forma inteligente de contar es lo nico que necesitamos paraordenar -con nada ms que mirar - la distribucin en que unpartido cuenta ms que todos los dems partidos juntos: la clasede los sistemas de partido predominante. La ventaja de ordenar estesistema es que no slo cuatro clases son mejor que tres (unipartidis-mo, bipartidismo y multipartidismo), sino tambin que ahora tene-mos una idea bien clara de la fragmentacin. Es evidente que unsistema de partido predominante puede ser resultado de un excesode fragmentacin de todos los dems partidos, como ocurre en laIndia. Sin embargo, si decidimos que la propiedad ms destacadadel sistema indio de partidos es que el Partido del Congreso gobiernasolo, entonces la fragmentacin obtiene una definicin clara: nose declara que un sistema de partidos est fragmentado ms quecuando tiene muchos partidos, ninguno de los cuales se acerca alpunto de la mayor absoluta.Existe todava una clase ms que se puede ordenar mediante unaforma inteligente de contar. Si nos salimos del terreno de los siste-mas de partidos competitivos y pasamos al de los no competitivos,es posible todava que nos encontremos con comunidades polticas(por ejemplo, Polonia, y mejor todava Mxico) con ms de unpar tido en las cuales los partidos secundarios no se pueden dejarmeramente de lado como fachadas puras y simples. Por otra parte, ses cierto que estos partidos secundarios y perifricos cuentan menos.Por as decirlo, tienen permiso y nicamente se les permite existircomo partidos subordinados. Esos son los sistemas que yo califico dehegemnicos. Y se los puede detectar mediante una forma inteligentede contar; lo cual significa, en este caso, contar primero al partidohegemnico y a los partidos subordinados por separadQ.Al llegar a este punto parece que se han agotado las posibilidadesdel criterio numrico. Dentro de poco entrar en la distincin entrepluralismo limitado (moderado) y pluralismo extremo (polarizado).Pero no es posible identificar y mantener estas clases nicamente so-bre bases numricas. Es el punto en el que la variable del nmerode partidos pasa a ser secundaria y toma precedencia la variable dela ideologa. .

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    158 Giovanni Sanod5.3. Una cartografa en dos dimensiones

    Una clasificacin es una ordenacin basada en clases mutuamenteexcluyentes que se establecen conforme al principio o al criterioelegido para esa clasificacin. Una tipologa es algo ms complejo:es una ordenacin de atributos compuestos, esto es, una ordena-cin resultado de ms de un criterio 14. Conforme a esta distincin,hasta ahora hemos venido hablando de una clasificacin y no de unatipologa, esto es, hemos identificado clases y no tipos de sistemasde partidos. Y lo que sugiero es que el criterio numrico puede ren-dir siete clases, indicadas como sigue:l. De partido nico.2. De partido hegemnico.3. De partido predominante.-!. Bipartidista.5. De pluralismo limi tado.6. De pluralismo extremo.7. De atomizacin.Con respecto a la clasificacin t'riple tradicional, hay dos innova-ciones que son evidentes. En primer lugar, desgloso en tres categorasel tradicional bloque unipartidista que rene la variedad ms incon-gruente de fenmenos heterogneos, lo que permite reclasificar unaserie de comunidades polticas errneamente calificadas de uniparti-distas en la clase de partido hegemnico o en la de partido predo-minante. En segundo lugar, desgloso el tradicional bloque multipar-tidista conforme la hiptesis de que el tratamiento monoltico de lossistemas de ms de dos partidos atestigua nicamente la pobreza denuestras normas para contar.En cuanto a mi ltima categora, la pauta atomizada requierepocas explicaciones: entra en la clasificacin como clase residual paraindicar un punto en el que ya no necesitamos una cuenta precisa,esto es, un umbral pasado el cual poco importa el nmero de parti-dos, sean 10, 20 o ms. Los sistemas atomizados de partidos sepueden definir del mismo modo que la competencia atomstica en la

    14 Esta es la definicin de P. A. Lazarsfeld v ABen H. Barton: . .. al hablarde tipo, se refiere uno a un compuesto espefico de atributos (

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    Partidos y sistemas de parridos 159economa; o sea, como

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    160 Giovanni Sartoridio, las consideraciones que anteceden llevan a una cartografa preliminar en dos dimensiones que cabra calificar de clasificacin modificada. El objeto de la clasificacin modificada es resolver el problemaque deja intacto la clasificacin numrica: el de cmo acabar con lasegmentacin IR. La solucin Pluralismo I!J>(hasta 5 partidos) limitadoSegmentacin I!J> ...... ........... ---------Mucha fragmentacin ---- ' j l l> Pluralismo )l>-(ms de 5 partidos) extremo

    TIPOPluralismomoderadoPluralismopolarizado

    Tras haber trabajado en la cartografa, podramos preguntarnossi este ejercicio merece In pena. Nos brinda alguna percepcin laclasificacin modificada? Cabra decir, por ejemplo, que e! criterionumrico brinda una indicacin, aunque sea muy imperfecta, de ladistribucin del poder poltico. Pero la distribucin es algo queresulta muy difcil evaluar. Por t,1nto, preferira decir que lo que nosbrinda la cartografa es una indicacin bastante buena de la disper-sin - s ea una dispersin polarizada o segmentacla- de! poder.

    Para empezar, en la situacin actual el caso del- unipartidismoest claro: e! poder poltico lo monopoliza un solo partido, en elsentido preciso de que no se permite la existencia de ningn otropartido. Despus tenemos el caso en que un partido cuenta msque todos los dems, pero de dos formas muy diferentes. Por un lado,nos encontramos con un partido hegemnico que permite la existencia de otros partidos nicamente como satlites, o, en todo caso,como partidos subordinados; esto es, no se puede desafiar la hege-

    IR El concepto de segmentacin se analiza in!ra. 6.3.

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    Panidos y sistemas de partidos 161mona del partido en el poder. Por otra parte, nos encontramos conel sistema de partido predominante, es decir, una configuracin delpoder en la que un partido gobierna solo, sin estar sujeto a In alter-nacin, siempre que contine obteniendo, electoralmente, una mavo-ra absoluta. Los sistemas bipartidistas no plantean ningn problema,dado que su configuracin del poder es transparente: dos partiJoscompiten por una mayora absoluta que est al alcance de cualquierade ellos. Esto nos deja la configuracin del poder del multipartidismoen general, que se puede detallar como sigue: i) No es probable queningn partido se acerque a, o por lo menos que mantenga, unamayora absoluta, y ii) La fuerza (o la debilidad) relativa de los parti-dos se puede clasificar conforme a su relativa indispensabilidad (odispensabilidad) para las coaliciones, y/o iii) su capacidad potencia 1de intimidacin (chantaje).

    CUADRO 4.-Dispersin del sistema de partidos

    DispersinPolarizacincon altafragmentacinFragmentacinbajaConcentracinequilibrada(conalternacin)Concentracinunimodal (sinalternacin)Jerarqua(monopoliorelajado)MonopoliototalConcentracin

    ......... S e g m ~ n t a c i n

    MalasiaChile (hasta 1973)Itali.......... .................................. Finlandia: IPases BajosSuiza

    B I g i ~ a .................................................................. R F A'; . . jEEUU.

    Reino Unido .................................................... Nueva lZelanda! !

    AlbaniaU.R.S.S.

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    162 Giuvanni SartoriLas estructuras de poder mencionadas se pueden identificar comosigue: i) monopolio; ii) jerarqua (o monopolio relajado); iii) COI1-centracin /limodal (esto es, prevalencia sin alternacin); iv) concen-tracin equilibrada (o concentracin bipolar); v) poca fragmentacin

    y/o segmentacin despolarizada; vi) fragmentacin alta con polariza-cin. Si se siguen estas configuraciones de poder y sus respectivossistemas de partidos con respecto a cmo se ordenan las diversascomunidades polticas, llegamos a la disposicin que se ilustra en elgrfico -l.Ya he dicho que el nmero de partidos es importante. Lo quequeda por explicar es: Respecto de qu exactamente es importante?Cuando se clasifican los sistemas de partidos conforme al criterionumrico se clasifican conforme a su formato: cuntos partidos con-tienen. Pero el formato no interesa sino en la medida en que afectaa la mecnica: cmo funciona el sistema. Dicho en otros trminos,el formato es interesante en la medida en que contiene predisposicio-nes mecnicas, en que contribuye a determinar un conjunto de pro-piedades funcionales del sistema de partidos, en primer lugar, y detodo el sistema poltico como consecuencia. De ah que a partir deahora mi investigacin se centre en la distincin y la relacin entreformato y mecnica. Esto equivale a decir -habida cuenta de midistincin entre la clasificacin y la tipologa de los sistemas de parti-dos - que estudiaremos cmo se relaciona la clase, que denota elformato, con el tipo, que connota las propiedades.