lflifaugural.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos ,...

25
ORACION lflifAUGURAL.

Upload: others

Post on 22-Mar-2021

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

ORACION

lflifAUGURAL.

• • ••

Page 2: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

,IlltlldW

Page 3: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

•1851i .

DE fSSS Á t 8S1

R\nCELOII.~

.

H l.A S.JI.t.IIKUtRt llRA DM, CURZiJ A{;,\DU ¡OO

li",.'M, .1 Jon.,r...t_IfA ¡ Iíltslllí3 . ülN'iÍlir, lit .I_Ior", rli.i<.

ti .1W1Íl111 .,ro"" , . ¡"ko r....niobI. O'Il:_

IlIPRDt1 f Llnn ERi.I I'ollTECmJ DE TfllLis MRCnS.c~lJc dd Cl!~~~ . juatG ala IJniHf'.i!.hd.

LA UN IVEIISlIlAD DE IL\IICELO~A ,

OHACION lNA UG UHAL

Page 4: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

Page 5: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

IUlSTIliSll10 SEMR.

LAenseñanza del arte tic bien decir que me está en- 'comendada justificaría la elecció n que de mi ha hechoV. S. Ilma. para llevar la voz en esta solemnidad aca­démica , si por un raro y feliz consorcio me fuera dado •sellar con el ejemplo aquellos preceptos que mi labiose complace en recomendar á la juventud. Empero oímayor lejanía flue el astrónomo de la radiosa estrella,cuyos movimientos observa y mide , me hu dejado in­ferior á si el astro de la elocuencia 1 inasequible aun­que placentero objeto de mis esfuerzos y meditaciones.No temo de vuestra ciencia tolerante , ilustres com­profesores , ni quiera el cielo (Iue en mí acaezca , quepor la tosquedad del uruücc sea culpado el artc : pue:-

Page 6: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 0-sabeis que no hasta á re alizar- el tipo ideal de la belle­za aqu el amor con que los hombres entusiastas le con­cebimos tendiendo nuestros brazos anhelantes háciasus siempre fugitivos resplandores. Olvidaos, si os pln­ce , de las doctas y esquisitas razones que en dias cualel de hoy habcis ó proferido ó escuchado, y permitid­me que en gracia de esos jóvenes alumnos á cuya Cl'U­

dicion tenemos consagradas nuestras vldus oeupe vues­tra utencion hablándoos de los estudios oratorios , loscuales , si bien apoyan su raíz en la enseñanza elemen­tal , se cstiendcu í entrelazan por todas las rumas delárbol do las ciencias en ' -050 tr05 tan dignamen te sim­bolizado.

Es vulgar, aUUt)uc contro vert ida \"CI'Jad , que laoratoria desempeña en las sociedades un destino civili­zador y benéfico, por mas que en ciertas ocasiones hayavenido su accion á ser escasa ó nociva . A corroboraresta verdad fecunda en consecuencias irán encamina­das mis brevesreflexiones ; asunto flue IIU 1'01' nntiguncarece de interés actual ra que hoy din ciertas escue­las políticas y litera rias se declaran hostiles á la locu­cien pública )' al arte que tiene p OI' objeto perfcccio-

• nnr su ejerc icio.

,.

" IEs la oratoria el género de composicion literaria

fIlie mas vastas y directas aplicaciones recibe en la &()..

cicdud ; aquel en filie las m iras tic utilidad prúctioa en!nayor propo rciou se combinan COII los finos art istieostle la belleza j el que exige al poeta Id espericuciu y

Page 7: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

,conlurn del filósafu, )" al f ilósofo la brillantez drnmá ti­ca de la pocstn. En la tribuna pública la inteligenciade un hombre escogido se comunica con lasde sus 11('1'­manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sinopor la palabra viva , animada por el gesto y la necion,idioma genuino (]UC enseñó Dios á los corazones pm'aentenderse y amarse.

La elocuencia escrita que uacio (-le la hablada parasuplirla , estendcrla y perpetuarla , es el cedro <'l I'OIl1{t­

tico que conserva las riquezas de la trndicion (~ i rnrl'~p­

na de 5\1 delicioso perfume las obras de la inteligencia.POI' ella leernos con veneraciun los fastos del universoy las proezas de nuestros abuelos; por ella gustamoscon placer la copn de la sabidurfu, ~. meditamos nccm­paliando á la imaginacion por sus aéreos caminos. ~Ia:,

esa regalada esencia que embebida en el pensamientose transmite del individuo á 10 5 pueblos y á las genr ­raciones nunca transciende con tal pujanza comocuan­do se auna con la ef icacia simpática de la voz y delgesto. Obra entonces con actividad mas intensa (' 11 lavolun tad humana , insinuándose en sus afectos y sedn­r-iendo al juicio mismo. Para instruir ó halagar hastaeou que escribamos; para obligar á querer es preciso(I"C hablemos.

La elocuencia hablada es la elocuencia por nntono-masin, en todo su vasto poder y con toda Sil inílucnein •social. Los tribunales , los consejos, las nsanihlens segobiernan por la \'0 7. de los 0 I'1\UOI'C5 . A. ella ceden lospueblos irritados , Ó á SIIS acentos se alzan contra latiranía. Siempre el mas elocuente es quien persuade ;yquien persuade ese es quien manda. Cuando las ideasy los sentimientos comprimidos en cada pecho uo ha-

Page 8: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

• •

_. R-

Han salida ni ejercen nccion , un hombre se levanta, yadivinando lo fIll C tocios anhelan yno consiguen decir,interpreta las intenciones y deseos de la multitud, ha­lrla :'t cada uno su lenguaje , y mientras al parecer seciñe á csprcsm- la opinión del concurso le impone Sil

voluntad. ejerciendo el mas soberano acto de predo­minio personal, el mas elevado de los poderes conce­didos á los mortales.

La oratoria es un espectáculo. ~I icn tras el sabio alresp landor de su lámpara solitaria ensaya la soluciónde· los inagotables enigmas de la ciencia ; mientras elhistoriador sentado ante sus tablas de bronce, rodeado(le pergaminos y medallas burila para la posteridadimperecederos rccnenlos ; mientras el poeta al pié de1111 torrean , alzados á la luna sus ojos , modula entrelos murmullos de la noche los acentos de su ideal es­peranza; el orador henchida la mente de probadosconsejos y el pecho de amor al hombre sube las gradasde la tribuna ). paseando su vista por una muchedum­bre cuyas miradas y atención convergen hacia sí, nu­10 1' y actor á un tiempo , concibe, espresa )' re presen­la. ilustra , seduce y avasalla. I lcnos permanentes sinembargo SIlS laureles suelen marchitarse poco despuésdel triunfo, y cada vez que el bien público y el amorÚ la gloria le llaman á dar muestra de sus talentos se veobligado á alcanzar con una llueva creac ió n una lluevacorona. El orador se reproduce tollo entero en cadauua {le sus obras, porque á cada una imprime la clari­liad de su pensamiento , el fuego de su fantasía y has­ta la csprcsíva mngesu..ul de sus acentos y actitudes. Alcerrarse sus labios todo desaparece j ni es posible con­servar IIn fiel trasunto de su pe roracion : así como se

Page 9: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- u-lija por los apa ra tos fotogréücos el ornato ( l~ las cate­dral es , y se guard an cifrad as en la Ilota las mas deli­cadas inspiraciones tic la música . I lantc , Walter-Seou)' Hcssiui pueden ser pat rimonio de imitadores; pero¡.quien es capazde resucitar ú Demóstenes?

Como la pública 10 CIICI0 l1 sea la espresion mas per­soual del pensam iento y las pasiones, SOIl sus efectoslos lilas poderosos en las inst ituciones y en las costum­bres. La discusión oral , madre de la orntoria , está enla índole y en las necesidades del homb re , siendo unaeondicion de sus descubr imientos intelectuales y deleje rcicio de Sil actividad moral. Sin ella las luces y lossentimientos del individu o cesarían de recorrer la ór­bita uni versal por donde ah ora rápidamente circulan ,y aislados los espíritus ir lasc lenlamente estinguicndola vida de las sociedades. - Desdo los cari ñosos con­sejos que el patriarca reparte ¡'t 511 famili a sentada entorn o 511)'0 bajo la encina secular , hasta las vehementesperoraciones del var ón políLico en la asamb lea , vernosá la orator ia gobernar las resoluciones del hombre,mas pre sto á ceder á la voz de otro hombre elocue nteque capaz de deliberar por sí mismo, aunque sea conel poderoso ausil inr de la lectura .

Pero ¿me será lícito atribuir á la elocuenciahabladaque hoy forma mi objeto esa tan profunda influenciaque es quizás hija de la fuerza propia de las ideas ysentimientos ó del mero hecho de su propagacion ? Noignoro que la palabra no es mas que el signo de laidea ó del objeto ; ni desconozco el poder ilimitado delas opiniones )' creencias engendradoras tic sectas ~.

partidos , y llego á concebir en la esfera de lo posiblela transmisión de esas creencias j" de los afectos que

Page 10: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- \0 -las acompañan por medie del lenguaje desnudo de lo­dos los atractivos COII que el talento y 1'1 arte oratoriosaben ataviado. ~Ias dccidmc : entre esa multitud defuerzas morales que sostienen y conducen el nnnuío dela inteligencia á la manera con que la grnvcd:ul yotrasfuerzas Ilsicns equilibran el orbe en que vivimos, ¡, IIO

distinguís bien deslindada esa que cstiende y por de­cirlo así empuja el pensamiento de unos {l 0 11'0:-; indivi­duos , le vivificn , le ilumina , le infl ama y 11) haceirresistible ? ¿ Es esa elocuencia oral una ilusión de losprccepiistas , un mero efecto de las circunstancias, Ó

es mas bien un don real de la Providencia inherente alde la. palabra y cuyo destino bienhechor es el de her­manar nuestro linaje en la vida , aumenta ndo el recí­proco influjo de nuestros deseos y creencias? Si asíno fuera , ¡, sentiríamos tan vi vn emoci ón desde las pri­meras palabras proferidas por un labio elocuente '! ¿l\'osdejaríamos seducir y someter por ella, cediendo al pre­dominio de una voluntad que soJa , sin fuerzas ni au­toridad se atreve á torcer y á confundir nuestros de­signios , y logra esclavizar el último recinto de nuestroalbedrío? ¿ Para qué hubiera Dios creado hombres cu­p habla vertiera luz y belleza y les hiciera dueños delas simpatías de todos sus' semejantes? Aquel univer­sal asentimiento que siempre sabe alcanzar la verdade­ra clocucncia ; nquclln noble humillación con que elsalvaje arroja su arco á los piés del misionero y se in­clina á besar la cruz de su sayal; aquella placenteracondescendencia qucsiente el magistrado al persuadirsede que le es lícito restituir al reo el aire de la libertady las dulzuras de la familia ; aquella entusiasta convic­clon.con qne á la voz de un hombre corre un pueblo

Page 11: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 1'1 -entero á las armas; todo, todo nos patentiza el úl'Ígenprovidencia l)' el bienhechor destino de la oratoria.

A tan uhvia verdad huhieran al parecer de haber ce­dido los talentos que guian á la hu manidad : mas lejosde armonizar eu este punto sus opiniones, InUé S(I"JllSC

en divididos campos , unos apasionados partidarios dela locución pública, y otros tan enemistados con ellaque á ser posible condenaran á perpetuo silencio á todoel (lile llevara el nombre de orador. Esta controvers ia,si bien adormecida por la universal tibieza que predo­mina hoy en la esfera de las teorías , no deja de sub­sistir en lo que tiene de práctico y aplicable á aquellasinstitucionesen las cuales la oratoria desempeña un pa­pel de importanc ia. Cucstion es que afecta á la j uris­pru dencia si la oratoria propiamente dicha es lÍ no ad- ,misiblc en los t ribunales ; cuestión es que atañe á lateología si la predicación oral admite ó no los recursosoratorios del arte mundano : cuestion es que á la polí­tica pertenece, si la orato ria ilustra ó ese-avía á 105 par­lamentos ; v cuestión en fin con todo saber enlazada sila elocuencia oral puede contribuir á la indagación ypropagncion de la verdad cicnüüca. Acorde con la es­pericncia en estas cuestiones la mayor y mejor parte delas autoridades litera rias, rcsuélvclas aflrmativumcnte:mas desde remolas siglos vienen eminentes escritorescomhntiemlo la elocuenc ia, si bien qne en obras capa­ces por sí solas de acreditarla .

Desde Aristóteles á Schlcgcl , no solamente muchosfilósofos sino ciertos literatos no han ocultado su repug­nancia hácia el arte de los oradores, p concibiéndo lecomo una consecuencia de las pasiones y debilidadeshumuuas, ya corno una emboscada presta contra la rn-

Page 12: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 1; -zon y el albedrlo , ya corno un juego sofistico )" pueril.indigno de las almas robustas. Ya se le ha envuelto enel anatema fulminado contra toda belleza poética ; yase le ha negado su naturaleza literaria relegándole á laesfera de los negocios, como si fuera una simple combi­naciónde los intereses eclesiásticos, politices ó judicia­les. Tan exageradas apreciaciones, aunque condenadaspor la constante snncion de los tiempos, no han dejadode modificar las creencias en algunos, influyendo en laprosperidad ó decadencia de la oratoria . Amarga ver­dad es qlle 106 hombres elocuentes han justificado á ve­ces con sus estravios.esos cargos dirigidos p OI' su causaal arte mismo. Sin embargo en la dila tada vida de esteno son mas numerosos los ejemplares del abuso que losdel lencñcio j autos bien se observa (jU C el verdaderoesplendor literario de la oratoria ha sido siempre com­pañero de las virtudes públicas ). de la grandeza de las

. naciones. Ororgadme unos instantes mas de atención, ~.

re corriendo con paso rápido los hechos hullarémos enellos las causas por las cuales la Joeucion públicn pros­pcrnndo () decayendo. ha derr amado en la seciédad ~'a

llores ya ve neno.

¿En d ónde se oculta la cuna de la elocuencia" ¿Fuélmjo las Iructlfcrns palmeras del Asia, () en (~ I cultosuc iode la Grecia ó en los ignorados peñascos del scptentriondonde por vez primera un caudillo arrastró CO Il su VOl.

á los guerreros primitivos? Aunque pudiera liarnos enesto luz la aurora ele la historia 'lile solo umnncre tras

Page 13: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- -I :l -la noche de la creucion , ja más debiéramos indagar elorigen de un talento que no tiene otro padre que el Om­nipotente , otra patria que el mundo, ni otro limite quela humanidad. Espontánea brotó la elocuencia en loslabios de las generaciones ante-históricas, comoel aguade sus arroyos, como la miel de sus colmenas ; tan es­pontánea corno ah ora se reproduce en cada hombre alrenovarse en él como en nuevo .ádan todos los fenóme­nos de la creación )' del estado de naturaleza. La so­ciedad trajo consigo la observacion y la imitación, )" es­tas dieron "ida al arte , cuyo destino es regir todas lasfuerzas )' aptitu des de la organización hum ana.

Cuando la historia literaria de Grecia, la mas vulgarentre las antiguas, empieza á nombrar úJos que se lla­man sus primeros oradores , p existe el nrtc en su for­ma mus Ó menos empírica.

Dcspucs de la elocuencia fabulosa simbolizada en losmitos de Orfeo y Anfion ; trascurrida la edad de la ora­toria poét ica representada en Illises , Ncsror yotros cau­dillos homéricos, Salan al ofrecer ú los Atenienses eldon de SllS ejemplares leyes, queri endo asegura rlas unaobediencia inteligent e, gmnjcóse la sumisión del pue­blo avasallándole con su sabiduría y dulzura de Sil pa­labra, sin que pueda dud arso tle que el prestigio oru­torio que gozó , Iuó un poderoso uusiliar de sus vir tu­des olvicas y de su ciencia. Tcmistoclcs , I'isistrnto ,Alcihiadcs )' los otros varones políticos ó guerreros úquienes debió la Grecia su independencia y civiliza­cion , mas bien por sus ardientes peroraciones que porsus altos hechos se ci ñeron aquella esplendorosa au­réola (lile deslumbra todnvin al fi lie Ice los fustes de lasgeneraciones de Slaraton yde Platea. I'ériclcs, el audaz

Page 14: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 14 -orador que aun hoy dia avasalla con su nombre al si­glo que dominó con su facundia , por mas que no exen­tode las comunes tachas de ambicien }' tiranía, levantólos corazones griegos á una altura de sentimientos ca­paz de inspirarles con la emulación de las pasadas }' re­cientes glorias de-su país el generoso aliento necesariopara sobrepuja d as. El sacro fuego del patriotismo, laconstancia en la al! versidnd, la templanza en el triunfo,la gmtitnrl húclu los bienhechore s del pueblo , la entu ­siasta altivez, el amor ú la belleza, á la virtud ysobretodo nlhcroismo, joyas del espíritu con que el caráctergriego se rué cnriquecicndo , no son otra cosa que larecompensa del entusiasmo con qne la mul titud cnal­teciu á sus oradores. Sin su habla eficaz, jamás hubie­ran sido vencidas la debilidad esencial , la versatilidady ligereza que oponin la índole de los Atenienses á lasexhortaciones de cuantos aspiraban á conducirles á do­minar el Asia entera . La gloria política ), militar deAtenas dcbi ósc en su ma~'or parte á la elocuencia desus caudillos y lcgisladorcs , así como su gloria cientí­fica á la elocuencia de sus filósofos. ¿ Quién negar á áDem óstenes el titulo de bienhechor de su patria? Puesbien : el que arrehaló á Esquines la cnvidindn corona,doble premio tic sus servicios y de sus talentos, en "anohubiera luchado contra el :\Iaccdonio si le faltara aquelSil invencible acento mas poderoso que el 01'0 y el hier­ro para poblar los Ill¡U'CS de arm adas y los campos decadáveres enemigos. La imaginación álica cedió al fa­uatismo que la comunicaban las inspiradas voces de

-'l'emlstocles y AlciLiades, gozése con los pulidos discur­50S de Is écrnres )' 10 5 oradores de su esmerada escuela;aplaudió I:I cultura de Isco , Lisias y Esquines y obc-

Page 15: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- ·1;) -t1cciú á la pujanza de Demóstenes. Esta serie de orado­res de primer órdcn que descollaba entre un pueblo deoradores, no solo prueba la fecundidad literaria delsuelo griego, mas la influencia que el arte de decir tu­\ ' 0 en su civilizaciónclásica y deslumbrante aun en me­dio de sus desaciertos políticos y de su progresivo aba­timiento. Atenas fué grande por sus héroes y por SIlS

sal rios ; sabios y héroes en Atenas fueron elocuentes.Cuando la planta de hierro de Alejandro sofoca la

voz tic la elocuencia en la garganta del último oradorateniense ; cuando crece la yerba al pié de la tribunapopular , mirad como el antiguo valor y las virtudescívicas huyen tambiéncomo solicn huir los penales delterritorio conquistado. En vano la escuela de las ciu­dades se esfuerza en reanimarse : no veréis apareceren sus plazas un ciudadano que proponga con vnlcro­sns palabras leyes bienhechoras ; y si al pasar por ungimnasio oís las declamaciones de los sofistas degene­rados sobre fingidas controvcraias , si os atrae n la volu­bilidad de su lenguaje {¡ cl falso brillo de sus prcm cdi­tados oonocptos , apartaos : os engañnis : no está conellos la elocuencia.

Rcflejándose en la Roma de los dccemviros las ins­tituciones políticas y judiciales de Grecia , despertaronen los hijos de Hhea el amor á la elocuencia , nuevo ensns corazones belicosos. A Fabricios , Curios y Cami­los , sucedieron Lolios, Catones, y II n Escipion capaztlc decir en Sil defensa á la plebe acusadora en el dindel juicio : E-n tal dia como este sall'é á lloJll rr. y d('s­tm l lÍ Cal'lnga; t'I1I1IOS IÍ dar (jl'acias tÍ los dioses i ll ­

mortales.- .Retumbó la voz agitadora de los Omcos entre las

Page 16: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 'I n -convulsiones de la repúblicn ; )' cuando el puñal de layengallza dejó inmóviles sus labios enardecidos , lasdoctas peroraciones de Crasos , .ántonins , Scévolas ).Hortensias lll'eparal'on el verdadero reinado de la ora­toria fabricando su cetro á "Ian~o Tulio. Cífrense eneste solo nombre la esplicacion, la historia y la defensadel arte de decir. I'rcguntndle por su naturaleza y SIIS

preceptos , y seis 110 sobrepujados escritos os demos­trarán que el sol de la elocuencia hace germinar en lasociedad talentos y virtudes; y (lue tí su calor Icoun­dantc nacieron en el pueblo conquistador aquellos pru­dentes senadorescuyasdeliberaciones resolvinnla SIICr­te del mundo. Esos libros impondrán silencio ti los quesolo estravles y corrupción esperan de la locucion pú­hlicn ; porque escritos por quien no abusó jamás ele supoder, y mientras duraba el recuerdo de los varonesque guiaron tantas veces con su palabra al rey de lospueblos hácia la magestuosn grandeza que le hizo lla­mar pueblo de reyes , no podian calumniar así al masbienhechor de los talentos. Y si no bastan los ejemplosconsignados en esas páginas, de la influencia saluda­ble con que los oradores antiguos sostuvieron los fue­ros de la razon , ele la justicia y del bien público en elsenado y en el foro , cerrad el libro de Cíori» orauni­bus, ~' abrid el que contiene los discursos de su autor.Ciccron mismo es la mejor apología de 511 arte. Eleva­dopor él ú las primeras magistraturas yloque es mas ,íuna reputación sin rival , no le empleó jamás en aluci­nar á la multitud en Su provecho, ni quisopor su medioasaltar las dignidades y los honores. Habló en pro delos oprimidos, habló contra los malvados aunque fue­ran poderosos , abogó por la causa. de las libertades

Page 17: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 17 -patrias , lidió contra las usurpaciones del poder, y gc­neraJ izando las doctrinas filosóficas con incansable celoatesoradas, ilustró su época ypreparó la de Augusto enque Roma iba á subir á lo alto de la rueda de su des­tino. En la cor te de poetas de este primer emperadorved apagarse la tea de la elocuencia en las aguas de lacorru pción. Muer to el espíritu público )' la dignidadcívica, sometida la justicia á la voluntad del soberano,la oratoria nada puede hacer en bien de la patria. Mastarde l algunos malos oradores se consagra n ú la tlela­cion y a la calumnia; porque solo la calumnia 'y lastraiciones se abren paso en aquellos tenebrosos dias delos Calígulas y Claudias. Pero escuchad. Suenan en elCOI'O las arengas de Quintiliano. ¿ Habrá revividoel granCiceron? No es el español instrumento de ricos ambi­ciosos , ni sanguinario perseguidor de leales ; es undocto imitador y émulo de aquel maestro : es IIn buenpatricio ; un paciente preceptor que alienta ccn susconsejos y con su ejemplo ú un mismo tiempo la probi­dady el gusto literario. Siguele Plinio, digno de alabarú Trajano; y el autor del diálogo sobre la corrupciónde la elocuencia no arrastrado tampoco por el comundecaimiento, al señalar sus causas corrobora el para­lelismo que sigue el esplendor de la oratoria con la pu­reza de la educación , la integridad de las costumbres,y la prosperidad del régimen del Estado, .

Cual si esta verdad permaneciera controvertible traslas dos épocas ejemplares de los oradores clásicos 1 elmismo Dios-hombre sirviéndose de la elocuencia oralpara la propagación !le su santa doctrina abre en lapredicación evangélica un palenque ilimitado en quehasta la consumaclon de los siglos la locucion pública

Page 18: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 18 -ha de combatir y vencer , no )'(\ las preocupaciones deun magistrado , ni la obstinación de 1111 partido , sinolos mas escondidos y tenaces hábitos q ll ü encarrilan olcorazón hum ano en los senderos del vicio. Desde en­tonces el eco de los nuevos discursos empieza á susur­rar con timidez bajo las catacumbas ; vibra con ternuraen las solitarias mansiones de las vírgenes y los crcmi­las ; d éjase percibir entro los círculos del pueblo; suenaen los secretos gabinetes de los palacios , y creciendocon sobrehumana intensidad rasga los pafios que en­scrdecian su timbre , y truena repitiéndose de gente engente desde lo alto del templo de Constantino. A laoratoria divina del :Maestro y los apóstoles, suceden lascaritativas y sentidas exhortaciones de losobisposde laprimitiva cristinndnd, y con las apologías de Tertulia­no y Orígenes, con las fervorosas pláticas de los Ci­prlanoe, Gerónimos y Agustinos , de los Gregarios ,Basilios y Crisóstomos estiéndese la fé reanimando elespíritu en el imperio mientras sus miembros eran portodas partes dilacerados. El renacimiento de la huma­nidnd obrado por el Cristianismo pone en contacto lanueva elocuencia con el sepulcro de la antigua , ha­ciendo que al terminar el último epilogo de Cicer ón seoiga la introducciónde la primera homilia deS. Pablo.

El ángel de la persuasión cristiana inspira saber, vir­tudes y heroísmo á los siglos que dejaba huérfanos lamuerte de la civilizncion antigua y el silencio de laSifadt'l a clásica. De la fuerza de las convicciones (Iuesabe arraigar en las almas responden los tormentos deJos mártires ; )' de la claridad que esparce en el uni­verso , la multitud de los que no sabiendo mas que es­cuchar , aprenden ú concebir las verdades mas esquisi-

Page 19: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 10 -las, y las conservan para legadas á sus descendientes.Cristiana yguerI'el'a la edad media, sus oradores CSt<'Ul

en los templos ó en los campos de batalla. No tieneun senado con Catones y Tulios 1 ni una plaza conPéricles y Demóstenes j poro tiene concilios en que ro­)'es, magnates y scldudos , se someten- á la elocuenciatic los sacerdotes ; tiene controversias en que las hcrc­glas luchan contra la fé, como los adalides en las jus­tas; tiene empresas como las Cruzadas en que el entu­siasmo alentado p OI' la exhortación se precipita contra­el mar , la sed y las cimitarras; tiene sesudos conseje­ros para guiar el armado brazo de sus monarcas, ype­chcros que empiezan á enseñar á la muchedumbre SllS

olvidados fueros.Clásica todavía, es decir , erudita é indigesta en sus

formas pero popular en el fondo de sus doctrinas, laelocuencia de aquellas edades no queda rezagada trasla civil izacion , antes bien gulala fomentan do sus ins­tintos hasta que viene á sorprenderla el renacimiento.

Entonces á las tumultuosas arengas de los caudillos,á las belicosas argumentaciones de los prelados, suce­den las discusiones de la ciencia, de mas tranquilocarácte r )' con resultados mas fecundos: Los orado­res se hnn refugiado de los castillos á las cortes )' á lostribunales. Pedro el ermitaño no tiene ya que arengará los cruzados en las arenas de la playa ; pero apiña­dos en Trente los doctos defensores de la fé ortodoxa,luchan con enemigos mas espantables que Saladi­no, contra los cuales á su voz se arman los labios deIlossuet )' )Iassillon, de Fenelcn , Flochier y Uourda­loue , de ,h ila y Granada. En la arena política los ace­I'OS tienen que abrir paso á los ciudadanos para subir

Page 20: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- ~O-

á la tribuna ; 11O!' eso en vuuo buscaréis en edades casicontemporáneas una oratoria que cotejar con la roma­na y ateniense. Ileducidos á intérpretes y cnsuistas losjurisconsultos , asentados los tribunales bajo la sombrade los tronos )' pendiente de la gracia la justicia, tam­poco es de esperar que resuenen en los oídos de Cár­los 1 ó de Luis el Grande acusaciones como las contraVerrcs Ó ~Ial'co Antonio. - La oratoria refleja entoncescomo siempre en su cristal verídico la situación de lasociedad . La fé la tiene encomendados SlIS pc ndoncs :por eso en donde quiera los defiende con ardimiento ;la ciencia implora su ausilio para reconquistar el per­dido imperio ; por eso las b óvedas de las escuelas em­piezan á repetir las estudiadas 'disertaciones de losmaestros teólogos, filósofos y hurrmnistns ; pero co­mo la colisión de los derechos individuales )' colectivos,comprimida por la dominncion feudal, y atenuada porel olvido )' la ignoran cia, no estalla todavía, no apa­recen oradores que interpreten ideas r sentimientoscasi desconocidos. Sin embargo en algunas elocuentesquejas de,vasallos oprimidos, r en algunos clamoresde cuerpos populares alborea la luz de la discusión par­lamentaria , luz que mas tarde refleja en las asambleasmodernas las ondulaciones de los senados y tribunalesantiguos.

El volean de la revolución francesa convierte esa luzen un incendio , mas desde entonces entrada Europaen un nuevo camino, y una voz imposible el retroceso;\ la pasada orgnnizacion, la palabra vuelve á adquirirsu entero predominio. Oye la corte de Cárlos III anues­tros primeros oradores políticos r judiciales ; )' desdeentonces la elocuencia viene guiando {¡ IO:i puchlos ,

Page 21: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- <:'! I -Casi HemprC hácia la rnzon y el bienestar ¡aunquedesviándolos pocas veces hácia los errores y la ;m31'­

fluía. - No quiero velar á vuestros ojos las sombras deCrom wcll , Danton y ll obcsplcrre , pero no dudo 'Iuereconoceréis que si Cicerón vale por muchos Catilinas,y llossuet por muchos Luteros , también los escclcntcsy sensatos oradores que en los modern os siglos hanilustrado los templos y las asambleas, pueden y va­len har tó mas que la corta falange J o los tribunos san­guinarios, de los predicadores ineptos , y de los lcgu­leyes ambic iosos que la oratoria bastarda engendrapara oprobio de la legítima.

No puedo sospechar que baya entre " 05Ot1'05 unosolo que al recor rer la galería de los grandes , de losverdaderos orad ores, de esos hombres que á una gransuma de elevadas ideas han juntado el singular talentode saber difundidas instantánea , eléctr icamente ; lesniegue cl título de bienhechores de la humanidad . Vos­otros no confundís los talentos estra tégicos del calculo,el sordo poder del interés, el alucinamiento causadopor la identi dad de opin iones ó scctas , el prestigio in­dividual , y otras circunsta ncias á que deben su éxitoperoraciones en su esencia vulgares , con aquella sen­tida unción que nace de lo mas íntimo del pecho , ynos conmueve )' hace sentir porque el orador está con­movido J' siente . v osotros sabcis que hustn la declama­cien teatral en un actor distinguido no es uun farsani una imitacion ; sino la osprcsion de afectos biencomprendidos, porqu e se esperimcntan 1 y no se fin­gen. Podréis decirme que el número de tales ar tistas 'y tales oradores es escaso , lo concedo ; lilas i,desderuúudo el crédito de las ciencias ni de las virtudes

Page 22: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

o"> _--se mide p OI" el número de los ignoran tes ode los mal­vados ~

Si os lamentáis de la torcida dirección que los hom­lnos d ieron y dan al talento oratorio, cual se la dan yse la dieron a todas las mas nobles facultades, )'0 medoleré de ese abuso al par que "05OtI'05, tan to mas cuan­to mas alta )" limpia idea tengo concebida de ese donde la Providencia. Y por lo mismo que me estremezcoante esa confusión de la ficción con el sentimiento ydela intriga con la razon; y tiemblo al considera r si lle­gará tal vez un dia en que la sociedad harta de enga­¡lOS y desconociendo la buena oratoria la condene yconculque junto con la espúrea ; por eso he querido al­zar desde aquí mi voz aunque feble, y protestar de an­temano contra tan injusto anatema.

i Ojóvenes aquienes el candor y la esperanza con­ducen por entre Ilores hác ia toda belleza y verdad, pe­ro ú qu ienes amaga la oculta serpiente del esceptic is­mo, yo anhelara haceros concebir el destino de la ora­toria y el tipo del orador en toda su pureza ). rectitudcual le ooncebian el gran Cicerón y el español Quint i­liano. Yo quisiera que aquellos de vosotros á quienestoque subir ¡as gradas de los tribunales en defensa delos derechos ó de la vida y libertad agenas , supieraisdesde hoy y no olvidarais ja más que vuestras palabrashall de se,' la sola cspreston de la razon y la llamaofendidas , nunca de la codicia ni del odio ; que jamásla ment ira descendiendo de vuestro labio ha de man­cha r vuestra noble toga , y qne nunca el llanto de unafamilia despojada, ni los gemidos de un inocente hantic maldecir vuestra venenosa elocuencia , aunque la so­r-icdad os colme de su oro y sus aplausos. Yo quisiera

Page 23: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 2~ -que 10 5 que consagrados al altnr, tengáis que interpre­tar en hum anos discursos toda la palabra tic un llios,hubierais llenado antes vuestro espíritu de su cari tativadoctrina, y cada vez que dirigierais á los fieles vuestrasexhortaciones , os acordarais de que el mundo y snsbienes son agenos tÍ aque l pOI' cup boca habla la eter­nidad j que hasta la gloria literaria es en él una "a ni­dad reprensible cuando deja de ser el instru mento dela enseñanza divina ; y que al bajar del púlpito pudie­ra is agradecer á Dios el rion de la elocuencia al obser­var en la conducta de los fieles el efecto de vuestra prc­dlcncíon. Yo quisiera que los llamados tÍ deliberar- des­de los altos asientos del congreso polít ico sobre la in­dependencia; la seguridad y el bienestar de la patria,llevarais allí la mente poblada de conocimientos )' es­peri encias y el corazón henchid o de indomables virtu­des para resistir á los vértigos del poder y la ndulncion,)" que al reinar en la asamblea por vuestra facundia es­timarais en mas las bendiciones del OSC1I1'0 agricultor,feliz con vuestras bien meditadas leyes , que las ebri asovaciones de los partidos, Y aun de vosotros á qu ienesofrece la fortuna la lámpara investigadora de la masonapara que os interneis por los intransitndos senderos delas ciencias quisiera que al pedir á la ora tor ia sus cris- .tales de colores para mostrar al mundo vuestros hallaz­gos de verdades os propusierai s iluminar mas bien qncdeslumbrar á vuestrosccntompúrancos,y aborrecie ndocual Sócrates la ostentación soflstica , hiciera is comoPlaton elocuente y amable la sabidur ía.

Todos los que me oís deberéis á la ora toria mas deun tri unfo en vuestra "ida litera ria y hasta en vuestravida familiar ; pon JlIC Lodos pnrtlcipar éis de ese torbc-

Page 24: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

-':H -Uinodel siglo IIIICanhela fiar á dceisieas ruzoncs en orallucha los intereses de mayol' entidad , aborrec iendo lasprolijas discusiones escritas. Aunque tareasalcjndns delos grandes teatros de la locucion pública os nieguenel peligroso privi legio de influir con vuestra palabra enlos destinos de la sociedad , no por eso os faltarán es­feras en que ejercitar tan noble (1011 , pOI'que las cor­poraciones científicas , los ju rados , las sociedadesmercantiles é industriales , las juntas políticas y ad­ministrativas tan frecuentes en la epoca en que vivimosos brindarán diarias ocasiones de ilustrar á vuestrosconciudadanos y de granjearos con el tiempo una masalta reputación oratoria. i Ojalá que al iado de esas es­cudas prácticas á que tal vez tendréis que m-rajaros sinla preparación necesaria , hallarais escuelas en que seespusiera la serie de principios conducentes para for­mar de vosotros buenos oradores para el foro, el púlpitoy la tribuna . IAh1el don de la palabra no se abusaratan lastimosamente , si se facilitaran los medios deaprender á dirigirle hácia los bienhechores fines á queestá destinado; sise prodigaran menos los elogios á todoel que so cspresa con verbosidad ti osadía , y sino no seatreviera á esclamar todo el que por primera vez dirigela palabra tí una concurrencia: yo lambien soy orador.

Ilmo. Sr . : cn este dia solemne, verdadero cumple­años de la Universidad siento que el sinsabor con queme amarga mi insuf lciencia , templase con la satisfac­cion de proclamar la utilidad de la elocuencia orul antelos mismos que con su ejemplo diario la autorizan ; yde exhortar á esa juventud en que fia la patria su bien­estar futuro, á cultivar con ahinco esa rama de la li­teratura . tan compatible con el ejercicio de sus prole-

Page 25: lflifAUGURAL.diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/3381/13/d18565701.pdf · 2020. 7. 20. · manos , no por el inerte lenguaje de la escritura sino por la palabra viva , animada por

- 25-siones , dirigiendo el precioso talento de la peromcionhácin la rnzon , la verdad y la justicia de que nunca elcielo quiso separarle.

Si él oye mis votos no tendrá España que ceder- [1

otras regiones europeas en copia de renombrados ora­dores , ni será Cataluña la postrera en inscribir losnombres de sus hijos en el pedestal en que brillan losde los Granadns y Jnvellanos.

n,,; r ucuo.

Il.a rCfl1lU 1.° de ocl~ hrt de 18!iG.

,

I