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Con el tiempo el hombre se parece más a ese misterioso personaje de mi infancia, el místico, poeta, inventor, el filosofo y constructor de ciudades, el músico y el creador de imaginativas estructuras arquitectónicas. Con el tiempo, el hombre, ese que yo conozco cada día con una gran preocupación por su ser y estar, se parece más a esa imagen de Renacimiento que, no sin cierta tristeza, creímos por mucho tiempo falsa, o por lo menos, dotada de cierta alevosía histórica. Porque, ¿Cómo era posible, creímos nosotros, que ese diminuto polvo en el universo, con un conocimiento mediocre de su entorno, pueda convertirse a la vez en domador y cantante, en saltarín de los tiempo eclesiásticamente pintados de números? Y sobre todo, nos preguntábamos, ¿cómo en la todavía más infinitésima porción de aquella inmensidad del conocimiento humano, lo que nos parecía que era la tan innecesaria educación “ecuatoriana”, nosotros, “seres enclenques hurgadores de tumbas” íbamos a acceder a ese infinito, tan aristocrático, tan europeizante? Y es que al hombre -ahora hablo de nosotros, comunes y corrientes teóricamente- se le enseñaba a no hablar con el otro, a callarlo y enclaustrar su forma de pensamiento, expresada en un lenguaje, a través de un conjunto de constructos. Situaciones parecidas sucedían con lo referente al sexo, y en general, con casi toda actividad esencialmente humana. Sin embargo, desde hace algunos años se ha dado el proceso contrario, pero con lo mismos resultados. Los profesores se han vuelto viejos, o han rejuvenecido inconscientemente, y desde su opresión, nos bañan a veces de su no-lenguaje, de su no-silencio también. La extensión de las cosas, es decir, el casi invisible rastro que ha creado su limite con el espacio negativo fuera de ellas, han producido un espeluznante interés por el deseo general a ignorar y la de-significación de nuestra naturaleza en la tierra. los seres vivos son como son, sin que por ser como tal estén en la verdad del ser y sin que preserven en dicho estar lo que se presenta de su ser, el gran movimiento en la tierra, y lo sublime de cómo ese

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Con el tiempo el hombre se parece más a ese misterioso personaje de mi infancia, el místico, poeta, inventor, el filosofo y constructor de ciudades, el músico y el creador de imaginativas estructuras arquitectónicas. Con el tiempo, el hombre, ese que yo conozco cada día con una gran preocupación por su ser y estar, se parece más a esa imagen de Renacimiento que, no sin cierta tristeza, creímos por mucho tiempo falsa, o por lo menos, dotada de cierta alevosía histórica. Porque, ¿Cómo era posible, creímos nosotros, que ese diminuto polvo en el universo, con un conocimiento mediocre de su entorno, pueda convertirse a la vez en domador y cantante, en saltarín de los tiempo eclesiásticamente pintados de números? Y sobre todo, nos preguntábamos, ¿cómo en la todavía más infinitésima porción de aquella inmensidad del conocimiento humano, lo que nos parecía que era la tan innecesaria educación “ecuatoriana”, nosotros, “seres enclenques hurgadores de tumbas” íbamos a acceder a ese infinito, tan aristocrático, tan europeizante?Y es que al hombre -ahora hablo de nosotros, comunes y corrientes teóricamente- se le enseñaba a no hablar con el otro, a callarlo y enclaustrar su forma de pensamiento, expresada en un lenguaje, a través de un conjunto de constructos.Situaciones parecidas sucedían con lo referente al sexo, y en general, con casi toda actividad esencialmente humana.Sin embargo, desde hace algunos años se ha dado el proceso contrario, pero con lo mismos resultados.Los profesores se han vuelto viejos, o han rejuvenecido inconscientemente, y desde su opresión, nos bañan a veces de su no-lenguaje, de su no-silencio también.La extensión de las cosas, es decir, el casi invisible rastro que ha creado su limite con el espacio negativo fuera de ellas, han producido un espeluznante interés por el deseo general a ignorar y la de-significación de nuestra naturaleza en la tierra. los seres vivos son como son, sin que por ser como tal estén en la verdad del ser y sin que preserven en dicho estar lo que se presenta de su ser, el gran movimiento en la tierra, y lo sublime de cómo ese movimiento apenas se roza, a través del aire, los sonidos, las miradas o en el mejor de los casos, en la delicada supresión del aire… Se ignora, o por lo menos, en una forma generalizada. Nos hacemos los bobos no más, porque ha nadie le es indiferente la belleza de un color o la unión de dos palabras, lo que nos falta es atención, y desacostumbrarnos de todas aquellas voces que nos dicen que estamos bien, que somos algo y por lo tanto que existe otro. Suficiente violencia ya ha venido de aquello.Como sea, creo que de la misma manera, este camino medio perdido, el camino que posiblemente todos podemos transitar, es lo suficientemente parecido, ante mi vista, a aquellas historias de gran pensamiento que Italia Renacentista trajo a mi niñez. De cualquier manera, parece ser el punto de encuentro entre filósofos y poetas, entre científicos (que la sobrevaloración que se les ha dado desde la segunda guerra mundial me parece más bien insólita) y artistas. El buscar una filosofía para nuestro intempestivo tiempo es la meta, una filosofía personal, o quizá solamente la continuación de nuestro interminable destino.

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1. Imagen inicial del fuego. Cuento algo mas bien alegórico al principio, del sol y el eclipse, un momento de silencio y el continuar.

2. La calle 1------------------3. Llega a la casa, encuentra al tio dormido y se lo lleva a acostar, luego se

prepara para salir; demora como en tres o cuatro cosas pasando del blanco al negro

4. la presentación de la ballena con el boletín5. Presentación de lo que las personas están viviento (problema a ser resuelto

al final) y lo que piensan6. El problema misterioso7. La música del tio8. La ballena 1 (muestra de las personas que están ahi1, vista del animal,

conversación y repetición de las opiniones ya dichas)9. Ida a casa, conversación con tio jacos (osea presentacion)10. Servirse la comida, la tia11. Ruido cortante, y salida. Escena de la despedida de la casa, con letrero12. Resolucion de 10, tio y la señora13. Enfasis de los problemas con la figura del tio14. Disgregación; escena del beso, metáfora del amor en los peores momentos15. Despedida del tío y apertura de diez nuevamente16. Camino de la ballena con problemas17. La tia, cierre18. Ballena de nuevo, tio jacos y lla introducción. Todo el mundo enojado y

confirmación del caos dentro de la ballena. Unión de los dos tramos19. Contrapunteo de ida a la violencia20. Muerte-------------- y magia21. Escena de salida22.Texto sobre la violencia ocurrida23.Mensaje inconcluso donde se muestra a los militares y a una señora

dando instrucciones (repetición de cartel)24.Encuentro del tio muerto25. Habla del tio con la tia, y de huir26. Huye y es atrapado27. Esta loco, visita del tio28. Tio mira por fin la ballena y la cube un manto blanco

La historia se construye de retazos que los personajes hablan y que los ubica de cierto modo. Por ejemplo el tío y la música.Entre la persecución a nuestro personaje principal se encuentran espacios que se repetirán para crear ritmo y para abrir y cerrar temas.