Este trabajo sobre la lucha antigolpista recoge una charla de Jacinto Roldán, en la

Facultad de Humanidades de La Plata, realizada el 16 de junio de 1998, ampliada y

revisada para esta edición. El autor es miembro del Comité Central del PCR y secre-

tario del regional La Plata durante 1972-1984.

1974 -1976Así luchamos contra el golpe

Jacinto Roldán

Introducción

Este ciclo de charlas lo inició Otto Vargas, secretario general del PCR,siguió el camarada Ricardo Fierro con una semblanza del histórico Cordobazo,y luego continuó el camarada Jorge Rocha exponiendo sobre el tercer gobier-no peronista, el gobierno del general Perón y de Isabel Perón. Vamos a hablarde la lucha antigolpista y del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

Vamos a hablar de un período muy agudo de la lucha de clasesen la Argentina. Período corto sobre el cual se ha montado una gran campa-ña de desinformación ya desde ese entonces. Muchos de los más conspi-cuos golpistas hoy intentan aparecer como grandes demócratas,claro que para eso tienen que ocultar y desfigurar los hechos y“construir” una falsa historia.

La “historia oficial”

“La falsa historia es el origen de la falsa política” dijo el camarada OttoVargas al inicio de este ciclo, refiriéndose a palabras de Juan Bautista Alberdi.Y en esa falsa historia está el interés de los poderosos que, a través de losmedios monopolizados, ocultan las verdaderas razones del golpe de Estado del24 de marzo de 1976 y encubren a sus verdaderos responsables.

A mediados de 1998, con motivo de la detención de Videla, reaparecióJacobo Timmerman, connotado periodista. Reporteado por MarianoGrondona, Timmerman saludó esa detención. Lo que no dijo JacoboTimmerman -tam poco Grondona- es que siendo director del diario LaOpinión en aquellos años fue felicitado dos veces por Videla por la campañagolpista del diario. La primera vez, en setiembre de 1975, cuando Videla asu-mió como Comandante en Jefe del Ejército en reemplazo de Numa Laplane. Yla segunda, después del 24 de marzo de 1976, cuando Videla destacó el papeldel diario La Opinión en lo que llamó la “llegada del Proceso deReorganización Nacional”, es decir, en el golpe de Estado. Estas omisiones sonparte de la falsa historia a la que nos referimos.

En esta falsa historia que se transmite principalmente a través de losmedios, hay un gran olvidado. El gran olvidado, o las grandes olvidadas, sonlas luchas de las masas. El protagonismo, las formas de lucha y organizaciónque utilizaron las masas obreras, campesinas, estudiantiles y populares en esosgrandes combates que tuvieron gran repercusión en la década del ‘70, y sonignorados por la historia oficial. Esas masas fueron las principales protagonis-tas de aquellos años.

Las causas del golpe

Otra cuestión: la “historia oficial” y toda esta campaña que actualmente seestá realizando sobre la década del 70, ignoran o tergiversan el papel que juga-ron las fuerzas de izquierda, las fuerzas revolucionarias, en los combates de eseperíodo; y también, cuáles fueron las verdaderas razones que llevaron a la divi-sión de la izquierda.

Es imposible abordar el período de preparación del golpe de Estado -y decualquiera de los temas de la década del 70- sin destacar las impresionantesluchas de ese período. Entre 1969 y 1976 la Argentina estuvo recorrida porluchas que conmovieron el país: el Correntinazo, el Rosariazo, el históricoCordobazo, el Mendozazo, el Rocazo, y a su calor, como un torbellino, miles dejóvenes, miles de luchadores, nos incorporamos a la lucha revolucionaria. Estees un aspecto fundamental de aquella Argentina. Y el otro aspecto, es que enlas grandes masas -cuando hablo de masas hablo de los millones que habitanen nuestra tierra- había un sentimiento muy profundo, en realidad una rei-vindicación política muy sentida, que era la vuelta del GeneralPerón a la Argentina. Esas grandes masas pensaban que así se iban a resol-ver sus problemas. El General Perón volvió en 1973 y con su regreso, la situa-ción política nacional cambió, pero el auge revolucionario de las masas noparó.

Durante la dictadura y en estos 22 años, a través de los medios de difusión,hay fuerzas políticas que cuando hablan de las causas del golpe de Estadodicen que fue porque Perón, en esa tercera presidencia, estaba viejo, enfermoy reblandecido. Y que estaba manejado por un brujo, que era López Rega, y poruna loca, que era Isabel Perón. Quiere decir que ellos dan como motivo delgolpe de Estado, que Perón, López Rega e Isabel generaron un gran caos y nohubo otra posibilidad que dar el golpe. Esta es la versión de la “historia oficial”de las clases dominantes, y después hay un gran coro que repite esa melodía.Niegan y distorsionan la realidad. La juventud, principalmente, tiene queinvestigar; tiene que indagar para encontrar la verdad de lo que pasó en esosaños.

Basta mirar los diarios de aquella época para darse cuenta del terror quedesató en los poderosos el espectro de los cuerpos de delegados y comisionesinternas recuperados para el clasismo. Diarios de la oligarquía, como LaPrensa, alertaban sobre el peligro de “los soviets de fábrica”. Los soviets defábrica eran esos cuerpos de delegados y esas comisiones internasrecuperados por el clasismo a lo largo y ancho del país. Las luchas delmovimiento estudiantil fueron las que encendieron la mecha de las grandespuebladas y confluyeron con el movimiento obrero, el avance del movimientocampesino con las Ligas Agrarias, los “sin techo”, que ocupaban tierras yviviendas, eso era lo que se vivía por aquellos años en la Argentina. Soloentendiendo la magnitud del auge revolucionario de las masas queconmovió los cimientos del Estado oligárquico-imperialista, solo apartir de esto se podrá entender la magnitud y la profundidad delterror fascista, el revanchismo de las clases dominantes, que utilizan-do el control del aparato del Estado y las armas reprimieron a mansalva a laclase obrera y al pueblo argentinos.

A partir del golpe de Estado del 24/3/76, los poderosos, a través de la dic-tadura de Videla, Viola, Massera y Agosti, para llevar adelante su política ham-breadora y entreguista le impusieron a la clase obrera y al pueblo la más san-grienta represión en lo que va de este siglo en la Argentina. El objetivo delgolpe, o el principal objetivo del golpe y de la represión, fue frenar ese impre-sionante auge revolucionario de masas para poder imponer su política1.

Además, los imperialismos y los terratenientes impulsaron el golpe deEstado porque necesitaban remover este gobierno de burguesía nacional; ungobierno débil, reformista, vacilante, con sectores reaccionarios en su seno.Pero como burguesía nacional, opuesto a sus planes. Porque en oposición a losplanes de los imperialistas y terratenientes fue la decisión de Isabel Perón deanular los contratos con Aluar (el negociado con el monopolio del aluminiorealizado por Gelbard), y de no comprar la Italo. Este último era un negociadoarmado por el ministro de Economía Gelbard con los empresarios Soldati y

1 Los crímenes llevados adelante por la dictadura, crímenes aberrantes, a más de 22 años del golpe

siguen impunes. Los asesinos, los torturadores, los responsables políticos de ese genocidio cami-

nan libremente entre nosotros, hacen declaraciones por la radio, declaraciones por la TV. Ellos

hablan, discuten, confrontan. Y de lo que no se habla, y lo que no se dice, es que en esos años,

en la década del 70, las grandes masas hicieron el borrador, bocetaron lo que tene-

mos que pasar en limpio para que triunfe la revolución en la Argentina. Debe ser por

eso que no figuran en los escritos de los que nos cuentan la historia desde los medios de comu-

nicación monopolizados.

A esos grandes combates de esa década les han puesto un rótulo: el casete de los ‘70. A esto

reducen esos invertebrados de la política, ese auge que sacudió la Argentina. Pero la década del

70 ha dejado grandes enseñanzas para el avance de la lucha revolucionaria. Y una

profunda herida abierta en el corazón de la clase obrera y el pueblo argentino. Esa herida abier-

ta solo va a cerrarse cuando la revolución triunfe, cuando sean aplastados los enemigos del pue-

blo y de la patria.

Ahora, en la década del 90, se retoma el camino que recorrieron las masas en la década del 70.

En diciembre de 1993, el histórico Santiagueñazo conmovió a la Argentina y al mundo abriendo

un nuevo período de auge de luchas en el movimiento obrero y popular. Las luchas obreras, las

rebeliones populares, las puebladas de la década del 70 son retomadas por las masas. Las movi-

lizaciones y cortes de ruta se han impuesto como forma cotidiana de lucha en cada rincón del

país. El Santiagueñazo, las heroicas puebladas de Cutral Co-Plaza Huincul, el Tartagalazo, el

Jujeñazo, los paros generales de los años ‘96 y ‘97, las dos Marchas Federales, las grandes movi-

lizaciones contra la impunidad de los crímenes de la dictadura genocida son algunos de los ejem-

plos más avanzados del actual reguero de luchas.

Nosotros, el PCR, el clasismo revolucionario, estamos trabajando con todas nuestras fuerzas

para que este nuevo auge de luchas tenga otro desemboque. Tenga un desemboque a favor de la

clase obrera y el pueblo que permita avanzar en el camino de la revolución. Por eso venimos a la

cabeza de las luchas, peleando en todo el país, desde Jujuy a Tierra del Fuego, por un

Graiver; negociado que luego concretarían durante la dictadura2.También el gobierno de Isabel argentinizó la Siemens y la ITT, creando las

condiciones para una política nacional en las comunicaciones. Nacionalizó lasbocas de expendio de la Shell y la Esso, mantuvo el control estatal del frigorí-fico Swift, que era la principal empresa de la carne en la Argentina; y desarro-lló una política nacional en los ferrocarriles y el petróleo. Concedió la Ley deContrato de Trabajo, en muchos lugares las 8 horas para los trabajadores rura-les y el servicio doméstico; y firmó el decreto que permitió la reconquista de las6 horas de trabajo para los obreros de la destilería de YPF, reivindicación quehabía sido la causa de la heroica huelga larga, en 1968, de los obreros petrole-ros de Ensenada. También el gobierno de Isabel aprobó la Ley de JardinesMaternales y no firmó préstamos con el Fondo Monetario Internacional.

En 1975 Isabel Perón planteó que el golpe de Estado venía a derribar laschimeneas. Y como hoy vemos, las chimeneas de la industria nacional fueronderribadas.

Argentinazo nacional triunfante que es por donde, con una justa política de frente único, se

puede terminar con esta política y este gobierno imponiendo un gobierno popular de unidad

antimenemista que resuelva pan, trabajo, tierra, techo, educación, salud, libertad e independen-

cia nacional.

De esta manera, es posible que dentro de unos años, cuando se hable de la década del 90, las cla-

ses dominantes no puedan decir -como han hecho con la década del 70- “el casete del ‘90”; sino

que cuando se hable de la década del 90, hablemos los protagonistas de estas grandes luchas que

hoy recorren a la Argentina.

2 Aluar fue concesionada por Lanusse a Gelbard, violando todas las leyes; y Gelbard colocó a

Manuel Madanes, padre del actual vicepresidente de YPF, a la cabeza de Aluar, garantizándose

el control del aluminio. Isabel Perón intentó intervenir Aluar y se estableció una larga batalla por

su dominio. Videla concurrió personalmente al Congreso para interceder, para que no se inter-

viniera Aluar, y el mismo día en que se iba a tratar en el Parlamento ese tema, se dio el golpe

de Estado.

3 En agosto de 1968 los tanques soviéticos y las tropas del Pacto de Varsovia entraron en

Checoslovaquia. Este hecho conmocionó a las masas trabajadoras del mundo, y principalmente

a todos los comunistas y revolucionarios. Puso en discusión cuál era el verdadero carácter de la

Unión Soviética. ¿Era una invasión para defender el socialismo y la revolución, como sostenían

las direcciones de muchos partidos comunistas en el mundo, y Fidel Castro desde Cuba? ¿O esa

invasión demostraba que la URSS había pasado del revisionismo a la traición y de la traición a

transformarse en una potencia socialimperialista -socialista de palabra e imperialista en los

Utópicos y revolucionarios

Quiero ubicar el contexto en que llegamos a la posición antigolpista. ElPCR, nuestro partido, había nacido en 1968, encabezando la lucha contra ladictadura de Onganía. Nosotros dijimos que esa dictadura estaba sentadasobre un polvorín y por esos años fuimos fogoneros para que ese polvorínestallara. En aquel momento había teorizaciones sobre el reflujo, como ahora,que partían de afirmar que “la gente no da”. Perón, desde Madrid, llamó a“desensillar hasta que aclare”; la dirección del Partido Comunista, con la teo-ría del mal menor, planteaba que el general Lanusse era un militar progresis-ta y que era mejor que Onganía. La mayoría de las fuerzas de izquierda veíanen cada lucha lo que les faltaba, despreciando sus enseñanzas y virtudes, y elduro camino por el que las masas iban reagrupando sus fuerzas.

Con el Correntinazo, el Rosariazo y, fundamentalmente, con el históricoCordobazo estalló el polvorín, poniendo a la clase obrera en el centro de lalucha del pueblo contra la dictadura. El Cordobazo fue un gigantesco ensayorevolucionario donde las masas encontraron formas de lucha y de organiza-

ción que bocetaron el camino de la revolución en la Argentina. Apareció, connitidez, la importancia de los cuerpos de delegados recuperados para el clasis-mo. Las fuerzas políticas que subestimaron el odio y la decisión de lucha de lostrabajadores y el pueblo quedaron fuera de libreto. Esto pasó en la Argentinahace más de 25 años. Fue uno de los períodos más avanzados de nuestra his-toria.

Nosotros nos incorporamos a la lucha revolucionaria en uno de los perío-dos más ricos de la izquierda en el mundo: el triunfo de la Revolución Cubanaque sacudió a América Latina y nuestro país; más tarde el Mayo Francés, laRevolución Cultural Proletaria en China, la derrota del imperialismo yanqui enVietnam. Hechos que generaron un gran debate en la izquierda y en la juven-tud.

Esas experiencias de lucha revolucionaria pusieron en la picota el caminoelectoral y pacífico para conquistar el poder. Las esperanzas de los puebloslatinoamericanos, en la década del 50, y también en la del 60, de avanzar enlograr conquistas a través de gobiernos constitucionales, duraron poco. Losgolpes de Estado reaccionarios contra los gobiernos de Jacobo Arbenz, enGuatemala, en el ‘54 Perón en la Argentina, en el ‘55, mostraron el fracaso delcamino reformista para terminar con la opresión oligárquico-imperialista.Frente a estos fracasos, el triunfo de la Revolución Cubana alentó a queamplios sectores de las masas visualizaran a la lucha armada como el caminopara terminar con la opresión imperialista.

A contrapelo de esta situación, la dirección del PC de la Argentina (y lamayoría de los PP.CC. latinoamericanos) tomó el ejemplo de Brasil con la pre-sidencia de Goulart a mediados del ‘60. Cuando éste fue aplastado por el golpede Estado, ya en la década del 70, el PC sostuvo el camino de Chile conSalvador Allende; lo llamó “la vía chilena al socialismo”. Querían decir que sepodía llegar pacíficamente al socialismo, ilusión que también se propagandizóentre las masas cuando Cámpora llegó al gobierno en la Argentina. ¡Eso síque era utopía, plantear que se podía llegar al socialismo por la víaparlamentaria! Esa línea desarmaba a las masas.

Reforma o revolución. Eso era lo que discutíamos las fuerzas revoluciona-rias surgidas por aquel entonces en polémica con el reformismo. Una líneadivisoria: los que estaban a favor del camino parlamentario, y los queestábamos a favor de la revolución y la lucha armada.

Por aquel entonces, miles de jóvenes tomábamos como ejemplo al CheGuevara, y convencidos de la necesidad de la revolución abrazábamos el cami-no de la lucha armada. Tiempo después llegamos a comprender que la vía pací-fica, sostenida por los revisionistas entre las masas, se correspondía con unalínea de “copamiento” del Estado. Copamiento que tenía como objetivo princi-pal la subordinación de nuestros países al proyecto estratégico de la URSS.

Los más jóvenes, para entender la historia, deben comprender que éramosmiles y miles dispuestos a dar la vida por la revolución en la Argentina. Eso eraesa juventud en ese período histórico y no existía el partido revolucionario.Había sido degradado e inutilizado por la traición de la camarilla dirigente delPartido Comunista. La existencia de ese partido revolucionario era una necesi-dad que surgía de las entrañas del movimiento obrero y revolucionario argen-tino. La mayoría de nosotros venía de la ruptura con esa camarilla del PC, yconsiderábamos que para el triunfo de la revolución era necesario un partidode vanguardia del proletariado, basado en el marxismo-leninismo. Teníamosclaro que sin partido de vanguardia no hay revolución y sin teoría revoluciona-ria, tampoco. Por eso constituimos el Partido Comunista Revolucionario el 6de enero de 1968. Otras fuerzas revolucionarias secundarizaban esta necesi-dad, pero era una discusión entre partidarios de la revolución.

Todos éramos revolucionarios, antiyanquis, golpéabamos a los mismosenemigos (también al peronismo) y pensábamos, por aquella época, que eltriunfo de la revolución era fácil y rápido. Predominaba en esa izquierda la ideade que la revolución la hacían los revolucionarios "para las masas". LaRevolución China, en el país más poblado de la tierra, no se conocía; y MaoTsetung era mala palabra. Incluso en la declaración constitutiva del PartidoComunista Revolucionario, en enero del ‘68, se plantea que había que comba-tir y derrotar la línea antisoviética y divisionista de Mao Tsetung; esto era unreflejo de la gran campaña antimaoísta impulsada desde la URSS, que influen-ciaba a una gran parte de la izquierda en la Argentina. Sin embargo, en elrecién fundado PCR, aún en pañales, también estaba presente y daba batalla laposición que consideraba que la desviación principal en el movimiento comu-nista internacional era la derecha revisionista. Afirmando esta posición, juga-ron un gran papel camaradas de gran trayectoria revolucionaria como PedroPlanes y Otto Vargas, que fueron planteando desde otra visión la experienciade la Revolución China y de Mao Tsetung. Esto fue fundamental para la madu-ración ideológica del PCR, para avanzar en el conocimiento de la realidadargentina y producir el viraje político que implicó la posición antigolpista.

Dos corrientes

En esa corriente de izquierda grande en que venía nuestro Partido se fue-ron desarrollando, por un camino no lineal, dos corrientes: una tomó comoforma principal de lucha el terrorismo urbano, y consideraba a laUnión Soviética como un país socialista que ayudaba a los pueblos;la otra, era la izquierdamarxista-leninista, que por el requerimien-to de la política y de nuestra práctica revolucionaria, llegamos almaoísmo. Dos grandes corrientes.

Nosotros habíamos sacado valiosas enseñanzas del Cordobazo. Fuimos laúnica fuerza de izquierda que estudió esa experiencia, que desarrolló el cama-rada Fierro en la segunda charla de este ciclo, y fuimos protagonistas principa-les del resurgimiento del clasismo en la Argentina. Desde allí, fuimos el motorde una impresionante ola de recuperación de los cuerpos de delegados, comi-siones internas y sindicatos. Lo más avanzado fue el SMATA cordobés, dirigi-do por el camarada René Salamanca. Ese proceso lo hicimos junto con otrasfuerzas de izquierda. Hasta un momento, por un período y con diferencias,actuamos y trabajamos juntos en la recuperación del SMATA.

También empezamos a estudiar la experiencia revolucionaria de China ylos aportes al marxismo-leninismo del camarada Mao Tsetung, negados porlos revisionistas de todo pelaje. Las enseñanzas de esa Revolución, en el paísmás poblado de la tierra, tenían y tienen validez universal. "China no es lomismo que Argentina", decían los revisionistas. Efectivamente. Argentinatampoco es igual a Rusia ni a Cuba, pero esas experiencias revoluciona-rias triunfantes, así como sus posteriores derrotas, tienen inmen-sas enseñanzas para la clase obrera y los pueblos los revoluciona-rios del mundo.

"El poder nace del fusil", dijo Mao Tsetung. Cuando hablamos de laviolencia revolucionaria entendíamos y entendemos que es la violencia delpueblo en armas.

El fusil en manos de las masas y no solo en manos de gruposselectos aislados de las masas.

Golpismo versus antigolpismo

Ahora, ¿qué sucedía en la Argentina en aquellos primeros años de la déca-da del 70?

La política comenzaba a polarizarse entre los que preparaban el golpe deEstado y los que se oponían. Como dijo el camarada Rocha, Perón, en su ter-cer mandato, debió asumir un gobierno que heredó del lanussismo y del cam-porismo. En las elecciones de 1973, Perón ganó por más del 70% de los votos,encabezando un frente burgués que hegemonizaban los prosoviéticos; hege-monía que Perón pasó a disputarles.

El tablero político del Cono Sur había cambiado con los golpes en Uruguay,Bolivia, Chile con Pinochet. Había una intensa disputa por el control de laregión entre las dos superpotencias. Los golpes en el Cono Sur de AméricaLatina eran estimulados y ayudados por el imperialismo yanqui, que no queríaperder el control de la región. Los rusos y otras potencias imperialistas tam-bién disputaban posiciones adentro de esos procesos golpistas. En ese marco,

nosotros entendimos que el jaque al gobierno peronista era seguro, porque eraun momento en el que ningún problema nacional o regional podía verse almargen de la disputa interimperialista de las superpotencias.

Y ¿qué sucedía? Sucedía también que el imperialismo yanqui era conocidocomo el enemigo declarado de los pueblos. Eso estaba claro. Lo que no estabaclaro era el carácter imperialista de la URSS. Y no estaba claro tampocoque, como imperialistas, se asociaban y se asocian a los terrate-nientes en los países dependientes como el nuestro; y que, comoimperialistas, introducen a sus agentes en elmovimiento revolucio-nario. Todos sabíamos que eso pasaba y pasa con el imperialismo yanqui. Fuey sigue siendo una lucha, comprender que eso valía también para la URSS.

La política argentina comenzaba a polarizarse entre los que pre-paraban el golpe de Estado y los que se oponían. Esa era la polari-dad. Ustedes tengan en cuenta que nosotros en junio de 1974 llamamos aluchar por unir a las fuerzas populares y antiyanquis. Y ¿qué planteábamosentonces? "No a otro '55, unirse y armarse para vencer a yanquis yoligarcas". Eso era lo que planteábamos en junio de 1974, en vida del gene-ral Perón. Pero nos encontrábamos ante una nueva realidad. Recién empezá-bamos a ver de qué manera el socialimperialismo soviético actuaba en laArgentina, y para entenderlo fuimos de la apariencia a la esencia, o sea, par-timos de la política.

El gobierno de Cámpora

En 1973 asumió Héctor Cámpora como Presidente, y se decía “Cámpora algobierno, Perón al poder”. Cámpora estaba caracterizado como un conserva-dor, pero en el palco de la Casa Rosada, donde Lanusse le entregó el gobierno,Cámpora se abrazó con Salvador Allende y con Dorticós, que por ese entoncesera el presidente de Cuba, y era custodiado por los Montoneros. Después cono-cimos la historia política de Cámpora, pero en 1973, cuando su asunción, habíauna contradicción entre lo que se decía de Cámpora y lo que se vio en el palco.

Además, en las Fuerzas Armadas estaba como Comandante en Jefe delEjército el general Carcagno, de la trenza lanussista. Cuando Perón lo quisoreemplazar, Carcagno organizó con los Montoneros un desfile conjunto que sellamó "Operativo Dorrego". En el "Operativo Dorrego" compartieron el palcoCarcagno, Harguindeguy -que después con la dictadura fue ministro del Inte-rior- Bussi (conocido gobernador de Tucumán) y otros militares, junto con losdirigentes montoneros Firmenich, Dante Gullo, Galimberti, etc.

Por otra parte, el ministro de Economía del gobierno de Perón y después deIsabel, era Gelbard. Este, en mayo de 1974, como ministro de Economía, fuecondecorado en Moscú por sus grandes méritos. Por sus grandes méritos,

claro, para la causa de la URSS, porque firmó acuerdos que fueron la base delos convenios comerciales que nos ataron a la ex URSS.

En la provincia de Buenos Aires, el gobernador era Oscar Bidegain, quedecían que era nazi, que era de derecha; pero en sus campos los grupos arma-dos de Montoneros practicaban tiro y la apoyatura política de Bidegain fueronlos Montoneros y el Partido Comunista. A Bidegain lo sucedió VictorioCalabró, quien también estaba caracterizado como peronista ortodoxo, dederecha. Era de derecha, pero no por peronista ortodoxo. Venía de la UOM,había sido su tesorero en años anteriores y como vicegobernador de Bidegain,asumió el gobierno de la Provincia de Buenos Aires al renunciar éste.

Así fuimos avanzando desde el PCR en precisar la caracterización delgobierno de Cámpora. Lo hicimos desde la política y con la ayuda delmaoísmo, porque la categoría de socialimperialismo la planteó MaoTsetung en 1964 cuando dijo que la URSS se había transformado en un paísimperialista de tipo fascista. Mao Tsetung lo planteó en ese año para escánda-lo del propio Partido Comunista Chino, y recién en 1968, con la invasión de losrusos a Checoslovaquia3, el Comité Central del PC de China tomó esa posiciónpúblicamente: cuatro años después. Nosotros, como ustedes comprenderán, loprecisamos después y desde la política, y sobre la base de esa categoría marxis-ta-leninista pudimos investigar e ir comprendiendo de qué manera elsocialimperialismo ruso trabajaba en la Argentina, y cómo ibanagrupando fuerzas para un golpe de Estado.

El socialimperialismoEl PCR pasó, entonces, a denunciar públicamente a Lanusse, a Gelbard y a

Cámpora como hombres del grupo prosoviético. ¡Para qué! ¡Qué no nos dije-ron! Nos dijeron cualquier cosa. En primer lugar que estábamos locos, lo cualno es tan grave porque ser loco es una enfermedad, no un pecado. Pecado esservir a los enemigos de la clase obrera, del pueblo y de la patria. Eso sí esgrave. Pero además, nos dijeron agentes de la CIA, policías, lopezreguistas,cualquier cosa.

Para entender los insultos que recibimos por esa definición, ustedes tienenque tener en cuenta que por ese entonces la fidelidad a la URSS era piedra detoque en la izquierda. Se decía que era lo que distinguía a un comunista de losque no lo eran. Eso era así acá en la Argentina y en muchas partes del mundo.Una cosa era considerar a la URSS un país socialista con deforma-ciones, y otra cosa era considerarlo un país imperialista, socialfas-cista, como en realidad era. Por esos años de los que hablamos ya habíasucedido la invasión a Checoslovaquia, y años después la invasión aAfganistán. La invasión a Afganistán es solo comparable con lo que hizo elimperialismo yanqui en Vietnam. También se filtraban noticias sobre la repre-sión a los mineros y al pueblo soviético.

Nosotros pasamos a denunciar a la URSS como socialimperialista y en eldiario La Nación, el editorialista, que aún hoy escribe en ese medio, Escribano,nos dijo que estábamos borrachos de “vodka”. Los más bondadosos decían:¿Cómo es que estos loquitos osan atacar a la URSS? Bueno, una cosa es hablarde esta cuestión hoy, después de que Lanusse escribió el libro Protagonista yTestigo, donde dice que nunca acordó con los yanquis y que nunca fue proyan-qui, y otra cosa era entonces. En realidad, ya en 1971/1972 Lanusse era anti-yanqui; pero no era antiyanqui por antiimperialista, sino por prorruso.

Nosotros afirmábamos que la URSS era imperialista y actuaba como tal en

hechos- como denunció el Comité Central del PC de China?

La degeneración de la Unión Soviética, primera experiencia duradera de la dictadura del prole-

tariado, significó una verdadera tragedia histórica para la clase obrera y los revolucionarios de

todo el mundo.

El PCR tomó posición pública repudiando la invasión de la URSS a Checoslovaquia, en medio de

una gran discusión. Aún estábamos confusos en relación a la caracterización de la Unión

Soviética, había expectativas en que Fidel Castro repudiara la invasión. Pero fundamentalmente

teníamos un gran desconocimiento sobre la Revolución Cultural Proletaria en China y la teoría

maoísta de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

Pese a todas estas insuficiencias, tomamos una posición justa, a favor del proletariado checoslo-

vaco. Esta posición fue clave para el avance del Partido.

En esos años estaba en curso la gran Revolución Cultural Proletaria China, donde cen-

tenares demillones demujeres y hombres sometían a crítica a sus dirigentes buro-

cratizados, tomaban en sus manos la dirección de los asuntos económicos, políti-

cos y militares, practicaban la democracia grande de las masas. De esta forma trata-

ban de evitar que la dictadura del proletariado degenerase en China como había ocurrido en la

Unión Soviética.

La Revolución Cultural Proletaria postergó por doce años la restauración capitalista en China.

Fue una lucha por el poder en las condiciones de la dictadura del proletariado.

Luego fue derrotada. A pesar de la derrota, mostró un camino inédito para avanzar hacia el co-

munismo.

4 Los principales personeros del socialimperialismo en las Fuerzas Armadas fueron reclutados

entre los hijos de los terratenientes: Lanusse, López Aufranc, Laprida, etc. Fue el resultado de un

largo trabajo del PC en la década del ‘30. Muchos de estos terratenientes y sus familias tomaron

posiciones a favor de la República en la Guerra Civil Española, y después, durante la Segunda

Guerra Mundial, fueron antifascistas. Esto fue un trabajo revolucionario, justo, por aquellos

años.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, la línea equivocada de la dirección del PC puso a Perón

como enemigo principal en la Argentina caracterizándolo de fascista, y abrió expectativas en el

imperialismo yanqui. Con esa línea, la dirección del PC confluyó con los terratenientes en la

Unión Democrática, error grueso que abrió una brecha entre las masas peronistas y los comu-

América Latina y en la Argentina. Pasamos a denunciar la profundidad de lasraíces económicas, políticas y militares del nuevo imperialismo en nuestropaís4. Esta es la verdadera razón de la división de la izquierda. La mayoría dela izquierda consideraba que la URSS era un aliado de los pueblos. En el perió-dico El Descamisado, de los Montoneros, en una de sus tapas, título grande,decía: “La URSS amiga de los pueblos”. Esa era la situación por ese entonces.

La muerte de Perón

A partir de la muerte de Perón, el 1° de julio de 1974, la situación políticase había hecho más compleja. En medio de ese torbellino de luchas, la clavepara el partido del proletariado era determinar cuál era la táctica correcta paraque esas masas, en su mayoría peronistas, avanzaran hacia la revolución.Pocos días antes de la muerte del general Perón, en una asamblea del frigorí-fico Swift, en Berisso, en la que se discutían paritarias, un obrero de la secciónplaya preguntó: “¿Y si se muere Perón, qué va a pasar?” Millones deobreros, por ese entonces, expresaban de una forma u otra su preocupación.Muerto Perón, ¿qué iba a pasar realmente?

Poco tiempo después, ya muerto Perón, en setiembre del ‘74, se realizó unamultitudinaria asamblea en la puerta de Santa Isabel, fábrica automotriz deCórdoba. Allí, el proletariado mecánico cordobés, que dirigía René Salamanca,resolvió que “no cambiaba gobierno por reivindicación”. Es decir, unacuestión era la justa lucha por las reivindicaciones con René Salamanca,Agustín Tosco y Atilio Lopez (que más tarde fue asesinado por uno de los gru-pos de la Tripe A), y otra cosa usar esa justa lucha para voltear al gobierno. Esaera la preocupación de millones de obreros en la Argentina. En la dirección delPCR entendimos la profundidad del mensaje del proletariado.

nistas, trabando el avance de la revolución en la Argentina. En 1955 la direc-

ción del PC jugó a favor del golpe gorila. Cuando la Unión Soviética se transformó en imperialis-

ta, los Lanusse, los López Aufranc, los Laprida, etc, pasaron a servir los intereses de la clase de

la cual provienen y del nuevo imperialismo al que adhirieron.

La dirección del PC y el golpe

La dirección del PC jugó activamente en la preparación del golpe de Estado del 24 de marzo de

1976, y en el apoyo, luego, a la dictadura. Como prueba de ello, aquí están algunas de sus posi-

ciones públicas de entonces:

“El general Videla encarna por el imperio de las circunstancias y por su decisión personal la

voluntad de una corriente de las Fuerzas Armadas coincidente con el anhelo popular de poner

fin a los crímenes de las siniestra Triple A” (Nuestra Palabra, 3/9/75).

Se iban conformando las fuerzas que se preparaban para el desenlace de lasituación del auge revolucionario de masas abierto a partir de las grandesluchas de mayo del ‘69. De ahí la importancia -vale para ahora-, enmomentos tan trascendentes para una estrategia insurreccional revoluciona-ria, que el partido de vanguardia, para definir su táctica, jerarquicey valore las opiniones de las masas protagonistas de las grandesluchas. Esas masas, en su mayoría peronistas, resistían ser instrumentadas,buscaban caminos, y no querían ser arrastradas al abismo. Al mismo tiempo,estaban influenciadas y dirigidas por el nacionalismo burgués, con un pesogrande de ideas reformistas y de conciliación de clases.

Una parte importante de esas masas aceptaba y buscaba la dirección delclasismo desde el punto de vista sindical pero políticamente adherían al pero-nismo. Esto ponía en discusión dos cuestiones: 1) por qué camino esas masas

“Ayer, 24 de marzo, las Fuerzas Armadas depusieron a la presidente María Estela Martínez. No

fue un hecho inesperado. La situación había llegado a un límite extremo que agravia la nación y

compromete su futuro” (declaración pública del PC, 25/3/76).

“El imperialismo de los Estados Unidos ha debido admitir contra su práctica el tipo diferencia-

do de este golpe de Estado porque no estaba maduro el Pinochetazo” (declaraciones de Orestes

Ghioldi, apenas producido el golpe).

La revista Gente del 7/12/78, registró una cena en homenaje a Videla realizada el 1° de diciem-

bre, en la confitería El Molino, organizada por la Asociación de Ex Legisladores. En el listado de

los participantes figuran los dirigentes del PC Rodolfo Ghioldi, Jesús Mira y José Comínguez.

Este último, según recogió Gente, dirigiéndose a Videla dijo: “Gracias por permitirme estar

aquí”.

5 El 7 de diciembre de 1974, en Tolosa, a las 5 y 30 hs. de la mañana, seis asesinos con Itaka y pis-

tolas 45 entraron a la casa de Enrique Rusconi, gritando que eran policías. A Enrique lo sacan

esposado. Pretendían llevarlo como si fuera una detención de la policía y que apareciera después

su cadáver. Pero Enrique gritó: “No son policías”, y reconociendo a uno de sus asesinos, le dijo:

“Vos sos ruso, ustedes son rusos, quieren el golpe, no son policías”. Sus gritos llamaban a los

vecinos a las 6 de la mañana. “Son rusos, ustedes quieren el golpe, no son policías”.

Enrique Rusconi desde muy joven se enroló en la lucha por terminar con la explotación del hom-

bre por el hombre. Fue miembro fundador del PCR. Su vida y su muerte, su ejemplo y la vigen-

cia de su lucha son su legado. Un camarada, un hombre que en el momento decisivo hizo lo que

tenía que hacer, heroísmo que es ejemplo de conducta proletaria. El legado de Enrique es la

reafirmación de que vale la pena luchar por la revolución.u

6 Una carta de René Salamanca

En Córdoba, a fines de 1974, René Salamanca, secretario general de los obreros mecánicos, líder

nacional del clasismo, y miembro del Comité Central y de la Comisión Política del PCR, dirigió una

carta abierta a toda la clase obrera y a los mecánicos, carta en la que decía: “Yo estoy en contra

de todo golpe de Estado, venga de donde venga”. Denunciaba el golpe y al imperialismo

iban a avanzar hacia la revolución; y 2) cuál era la política del Partido hacia laburguesía nacional en un país dependiente como el nuestro, y hacia el partidoque ha sido una de sus principales expresiones, el peronismo. Estos fueronalgunos de los elementos que se discutieron en el PCR para llegar a las posicio-nes que tuvimos.

El gobiernode Isabel Perón

Caracterizamos al gobierno de Isabel Perón como un gobierno débil yheterogéneo, reformista, que practicaba una política internacionaltercermundista; un gobierno de burguesía nacional que tenía sec-tores profundamente reaccionarios en su seno como el de LópezRega, Ottalagano, Ivanisevich, y el sector prosoviético que encabe-zaba Gelbard; pero ese gobierno no era el enemigo principal a gol-pear.

La situación política, los acontecimientos, se precipitaban, y lo nuevo eraque en la preparación del golpe, además de los sectores proyanquis a los queveníamos denunciando, aparecían los sectores prosoviéticos. Así llegamos a ladefinición antigolpista de noviembre de 1974: “No a otro ‘55, junto al pue-blo peronista, contra el golpe prorruso o proyanqui para avanzaren el camino de la revolución”.

Ubicamos la batalla antigolpista como parte de la lucha antiimperialistaque tenía como enemigos a las dos superpotencias y sus personeros, oligarcas,testaferros, acá en la Argentina. Definida la posición antigolpista por el Comité

yanqui, y afirmaba que: “El golpismomás activo y peligroso es el de los amigos de la otra

superpotencia imperialista, los amigos de la URSS: Lanusse, que reprimió en

Trelew; Carcagno, que reprimió en el Cordobazo; Gelbard, el del Pacto Social; gori-

las y oligarcas que ven hoy en la URSS un socio”. Salamanca insistía en “no tener ningu-

na ilusión en los golpistas, porque será un golpe contra los obreros y el pueblo y van

a reprimir salvajemente, abrirán un oscuro período histórico como el que vivimos

los obreros desde 1955”.

Eso decía en su carta René Salamanca en diciembre de 1974. Y agregaba: “Este es un gobier-

no -el de Isabel Perón- que no va a fondo contra los principales enemigos del pue-

blo y de la patria”.

La carta de Salamanca a los mecánicos de Córdoba y a la clase obrera y al pueblo argentino denun-

ció a fondo a los golpistas. Y Córdoba era admirada por sus luchas obreras y estudiantiles, donde

se había desarrollado un poderoso movimiento de masas con el proletariado industrial en el cen-

tro, que tantas enseñanzas dejó para la lucha revolucionaria. En esa Córdoba donde los

Central, una gran discusión recorrió todo el Partido y la Juventud. Tambiéncon los aliados, en todo el país. Nosotros, con la definición antigolpista, noesperábamos, tampoco nos ilusionábamos, con que el gobierno de Isabelenfrentara al golpe. Nosotros tomábamos la experiencia de 1955 y llamábamosa la clase obrera y el pueblo a enfrentar al golpe de Estado. Si el gobierno deIsabel, o ella misma, decidían jugar, mucho mejor. Pero no esperábamos.

Entre las fuerzas revolucionarias se planteaba el debate sobre cuál era latáctica que en ese momento ayudaba a avanzar a las masas hacia la revolución.Una política para que el proletariado encabezara la lucha contra el golpe, o serfurgón de cola del frente golpista gorila dirigido por los terratenientes y la bur-guesía prosoviética, y en el que también participaban los yanquis. Allí estabaplanteado el tema. El gran tema. Por eso, las grandes discusiones se centrabanen dos puntos: el blanco principal a golpear, ¿era Isabel Perón o eranlos golpistas? Y el otro debate, ¿sólo existía el imperialismo yanqui yla URSS era amiga de los pueblos, o la URSS era socialimperialistay sus personeros eran los más activos golpistas? Ese era el otro grandebate que hace a una polémica que en 1998 aún continúa.

Las dos trincheras, los asesinatos

A favor o en contra del golpe pasaron a ser las dos trincherasque se abrieron en la política argentina. Si se estaba en contra del golpede Estado había que defender al gobierno, no había otra trinchera. No para ira la cola de la burguesía nacional, sino para avanzar en el camino de la revolu-ción. Este debate luego se condensó en una declaración del Comité Central delPCR que decía: “Unirse para enfrentar al golpismo”, que tuvo una difu-sión masiva, sobre todo en las grandes empresas. Se publicaron solicitadas enmuchos periódicos del país. En La Plata, la dirección de zona garantizó quetodos los afiliados al Partido y la Juventud, e inclusive los aliados, protagoni-zaran la discusión sobre la posición antigolpista. El Partido ComunistaRevolucionario se fue ganando para llegar a miles en todo el país, solo en esazona nosotros trabajamos 30.000 declaraciones. Los compañeros del Partidoy la Juventud comenzaron a plantearlo en las asambleas de sección en lasfábricas y en asambleas generales.

Enrique Rusconi, miembro de la dirección zonal platense, llevó esa posi-ción antigolpista a una asamblea de ATULP (Asociación de Trabajadores de laUniversidad de La Plata). En medio del debate sobre la posición antigolpista seprodujeron los asesinatos de camaradas del PCR. En los momentos previos ala definición antigolpista, el 10 de octubre, en una manifestación por la reaper-tura de la Universidad en Capital Federal, contra la intervención de

Ivanissevich-Ottalagano, matan al camarada Armando Ricciotti. Después deesa definición, el 29 de noviembre, secuestraron en la Facultad de Ingenieríade Buenos Aires a Daniel Winer. Su cadáver apareció en la Panamericana, y eldiario Crónica dijo que podía ser el de Galimberti, que por ese entonces erajefe montonero y hoy es socio del empresario Jorge Born y no sé qué otras fun-ciones cumple dentro del Estado argentino.

El asesinato de Daniel Winer lo firmó el grupo "Mazorca", grupo que noexistía y que nunca más apareció.

Los asesinatos de Daniel Winer y de Enrique Rusconi fueron una decisióntomada en el más alto nivel, porque ellos estuvieron presos durante la dictadu-ra de Lanusse y eran conocidos como comunistas revolucionarios, eran cono-cidos en el movimiento estudiantil. Eran dirigentes del movimiento estudian-til conocidos como comunistas revolucionarios. Y en La Plata: ¿quién no sabía,en las fuerzas políticas, que Enrique Rusconi era comunista revolucionario?

Llevar la denuncia a las masas

¿Cuál era el objetivo de esos asesinatos? Hacer aparecer que, mientras elComité Central definía la posición antigolpista, el gobierno peronista mataba anuestros camaradas. Es decir, mientras la direccción del PCR "apoyaba aLópez Rega", como decían ellos, López Rega y las Tres A asesinaban a los mili-tantes del PCR. Con los asesinatos pretendían desviar la línea, acallarla posición antigolpista y la denuncia de los prorrusos como los gol-pistas más activos. Pretendían dividir al PCR, y si podían, sumar una partedel PCR al golpismo. Pero fueron los golpistas los que los mataron. En el casode Daniel y en el caso de Enrique, los que trabajaban con el sector lanussistade Videla-Viola. Más tarde fueron las bandas asesinas golpistas de Calabró, lasque asesinaron a Ana María Cameira, David Lesser, Herminia Ruiz, GuillermoGerini y Patricia Tosi. A comienzos de 1976 los golpistas asesinaron al jovendirigente de la JCR, Luis Márquez en Córdoba; y en marzo de 1976, enMendoza, al camarada Mario Susso.

Enrique denunció como rusos y golpistas a sus asesinos y fue escuchadopor sus vecinos. Esto cambió el juego. A las pocas horas aparecieron las pinta-das, el Partido y la Juventud llenaron de pintadas La Plata, Berisso y Ensenaday pasamos a denunciar a los golpistas como responsables del asesinato.Transformamos el dolor por los crímenes en odio y combate a losgolpistas5.

El mismo 7 de diciembre en que asesinaron a Enrique, esa misma mañana,las direcciones zonales del Partido Comunista y de Montoneros nos pidieron

una reunión y nos propusieron hacer una denuncia conjunta, responsabilizan-do del asesinato “al gobierno proyanqui de Isabel Perón”. Fuimos a esa reu-nión, estábamos de acuerdo en sacar una declaración conjunta que denuncia-ra a las dos superpotencias en los preparativos golpistas y que reconociera elcarácter tercermundista del gobierno de Isabel. Quedamos en volvernos a veren otra reunión, a las 14 hs., en la que nos iban a contestar. No vinieron. Y nos-otros, con esa posición, sacamos una solicitada en La Gaceta, diario que salíapor la tarde, y a la mañana en el diario El Día del 8 de diciembre.

Así, dolorosamente, comenzó a delinearse la trinchera antigolpista en LaPlata, que era uno de los principales nidos del golpismo prorruso, que tenía enel gobernador Victorio Calabró a uno de sus más activos representantes políti-cos.

Los asesinatos de nuestros camaradas fueron parte de un plan meticulosa-mente diseñado. Los golpistas, en este caso el sector más activo, los prorrusos,tenían armado el tablero: aislar a Isabel para subordinarla o desplazarla, ypara esa política necesitaban lograr consenso a nivel de masas. En ese tableropretendían que fuésemos una ficha más. Teníamos dentro de ese tablero unlugar. Ellos jugaban bien al ajedrez, nosotros no. No sabíamos jugar bien, por-que juega bien al ajedrez el que maneja todo el tablero. No es bueno no saberjugar... después algo aprendimos; pero sabíamos jugar al fútbol, y pateamos eltablero.

La posición antigolpista y la respuesta de nuestros mártirespateó el tablero. Fue cuando pasamos a denunciar públicamente a la URSScomo socialimperialista y a sus personeros. Algo que hoy, a 23 años, aún nie-gan y aún se oculta.

La lucha de las masasLa disputa política de golpe-antigolpe se dio en medio de grandes y justas

luchas por sus reivindicaciones en el movimiento de masas, y en todo ese perí-odo nosotros estuvimos a la cabeza; siempre estuvimos a la cabeza de esasluchas.

En La Plata, el proletariado industrial, después de 15 años de heroicos com-bates con duras derrotas, logró su primer triunfo en Propulsora Siderúrgica,dirigida por la Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados elegidos por sec-ción. Y en ese Cuerpo de Delegados estaban los compañeros de nuestroPartido, como Miguel Ríos. Estaba todo lo que era la izquierda en aquelmomento, en disputa política por la dirección de esas masas, y la posición anti-golpista dividió aguas.

También fue importante la lucha y el triunfo salarial del Hospital deMelchor Romero, con la dirección del Cuerpo de Delegados que encabezaba elcamarada Eduardo Giussi. Fueron triunfos que tonificaron a todo el movi-miento obrero regional. En el movimiento estudiantil, a diferencia del proceso

golpista de 1955, hubo una fuerza revolucionaria que dio batalla, el FAUDI y elPCR, en condiciones muy difíciles; lucha en la que jugó un gran papelGuillermo Gerini. La pulseada con los golpistas en medio de esasluchas pasó a ser si ellos podían instrumentarlas creando las condi-ciones para el golpe, o si el desarrollo del auge iba a tener al prole-tariado encabezando la lucha antigolpista. Así eran las cosas por eseentonces.

Cuando nuestra posición antigolpista denunciando el asesinato de Enriquellegó a las fábricas, empalmó con el sentimiento de una gran parte de los obre-ros industriales, en particular en el frigorífico. Cambió, entonces, la actitud deesos obreros. Antes, los obreros y obreras del Swift rcibían a los compañerosdel PCR en las puertas de sus casas; después, nos abrieron sus casas y tambiénsu corazón.

Así comenzó a delinearse la trinchera antigolpista en el frigorífico y enBerisso, como quedó graficado en las elecciones de abril de 1975, donde porprimera vez, después de 12 años, Guana, que era el secretario del gremio de laCarne, perdió la elección dentro de la fábrica. Ganó la Lista Naranja, peronis-ta, antigolpista, heterogénea, dirigida por el compañero Barrientos, con unclara posición antigolpista. La Lista Naranja fue apoyada por la recién confor-mada Agrupación Clasista 10 de Junio, nombre elegido en conmemoración delDía del Trabajador de la Carne; agrupación que creció rápidamente y pasó aincidir en la lucha de los obreros de la Carne por sus reivindicaciones y contrael golpismo. En todas esas luchas jugaba gran papel el Cuerpo de Delegados,dirigido por la Lista Naranja con la participación de la 10 de Junio, como se

prosoviéticos tenían mucho peso y buscaban llevar el movimiento de masas, y por supuesto a nos-

otros, a la cola de ellos. En esa Córdoba, el clasismo, que tenía a Salamanca como su más fiel expo-

nente, tomaba posición contra el golpe y denunciaba a los rusos como imperialistas.

Es imposible hablar del avance del clasismo y de las posiciones políticas que tomó, al margen del

rol que jugó el PCR. Y es imposible hablar del avance del clasismo de Salamanca y del PCR en

Córdoba sin mencionar el papel que jugó el secretario general del Partido de Córdoba, César

Gody Alvarez, el “gordo Antonio”, hoy también detenido-desaparecido.

Con nuestra posición antigolpista, el frente único con que se había recuperado el SMATA se frac-

turó. Quedamos solos. Llevamos el debate a las secciones y a las asambleas. Fue un debate de

masas, llevado por el clasismo y el PCR a las masas mecánicas de Córdoba. Empalmamos con el

sentimiento de las masas, allá en Córdoba y también en Berisso y en todo el país, porque los

comunistas revolucionarios estábamos cerrando la herida que abrió el Partido Comunista al

aliarse con la oligarquía en 1945 y apoyar el golpe de 1955. Con esa posición disputamos la direc-

ción política del destacamento proletario más avanzado, que era el de Córdoba, y de todo el

movimiento de masas.

expresó en el paro de diciembre del ‘75 contra el golpe del brigadier Capellini.Al calor de estas luchas de febrero y marzo del ‘76 por salarios, los obreros delSwift de Berisso se pronunciaron contra el golpe. Al calor de estas luchas y conesta línea, creció el clasismo y el PCR en las secciones claves del frigorífico y enBerisso; crecimiento que luego nos permitiría encabezar, en 1979, la históricalucha de los obreros y las obreras del Swift, la primera huelga larga contra ladictadura de Videla-Viola. Así fueron las cosas.

Córdoba y los mecánicos

Pero lo más avanzado del proletariado industrial no estaba enLa Plata, estaba en Córdoba. Los trabajadores mecánicos encabezaron lalucha nacional contra el “Pacto Social” (un acuerdo de las patronales y la CGTimpuesto por Gelbard con el consentimiento de Perón), por aumento salarial ypor un nuevo convenio. Pero a su vez se transformaron en un bastión de lalucha contra el golpismo. Es bueno recordar lo de Córdoba, recordar lo delSMATA, porque se dio en medio de una democracia obrera como nuncase conoció en la Argentina; democracia en la que los obreros, enasambleas de sección, de turno y general eran los que protagoniza-ban el debate y decidían cómo luchar y lograr sus reivindicacionesy discutían la política. Y los cuerpos de delegados se convertían enparlamentos obreros. Es desde allí que se organizó la lucha antigol-pista.

Este protagonismo de las masas de obreros mecánicos fue el que permitióque no pudieran ser instrumentados por los golpistas, o por la pequeña bur-guesía radicalizada indirectamente ganada o influenciada por el golpismo. Yesto no se dio desde la quietud, se dio con marchas, con tomas de fábricas, conactos que conmovieron a Córdoba y al país hasta llegar al hecho político demayor envergadura: la irrupción de los trabajadores mecánicos, con una dele-gación del Cuerpo de Delegados encabezada por René Salamanca, en laMultipartidaria de Córdoba encabezada por el Cardenal Primatesta, con la pre-sencia de Balbín, de Illia, del gobernador de Córdoba. Allí irrumpe una delega-ción de delegados del SMATA con René Salamanca, exigiendo que laMultipartidaria se pronuncie contra el golpe. Ese fue el hecho. De esto no sehabla6.

Todo esto se dio en condiciones muy difíciles, porque el SMATA cordobésestaba intervenido desde 1974 por José Rodríguez. René Salamanca teníapedido de captura, Roque Romero y parte de la directiva del SMATA estabandetenidos (detención, la de Roque Romero, que se iba a prolongar por más de6 años). Esa represión apuntaba a descabezar el principal obstáculo de los gol-

pistas en sus planes para Córdoba y el país, y era apoyada por toda la reacciónque quería ver destrozada la vanguardia del clasismo revolucionario de esemomento; ese proletariado cuya experiencia sigue siendo hoy el faro que ilu-mina la organización de esta Corriente Clasista del movimiento obrero. Nadiehoy, a 23 años, habla de esto. No les conviene. Pero esto pasó en la Argentina.Nadie habla de que en el Swift de Berisso, asambleas de sección y el Cuerpo deDelegados se pronunciaban contra el golpe. De esto nadie habla.

Menos aún se habla de que el PCR daba esta batalla mientras asesinaban anuestros camaradas, con queridos camaradas de nuestro Partido presos en lascárceles no por esperar que el gobierno tomara decisiones, sino por encabezarla lucha. Estaban presos los camaradas Rafael Gigli, Norma Nassif, RoqueRomero, Horacio Micucci y muchos otros camaradas que fueron encarceladospor encabezar las luchas. Así vivíamos ese proceso y ese momento político.

Las elecciones de Misiones

En abril del ‘75 se concentró la lucha antigolpista en las elecciones deMisiones. Fue un operativo electoral preparado por los prosoviéticos parademostrarle a todo el país la pérdida de consenso popular del gobierno, en par-ticular de Isabel Perón. Querían demostrar que Isabel Perón tenía solo unaminoría que la apoyaba; y de esa manera, en forma incruenta, como decíanellos, instalar un “gabinete de amplia coalición”.

En el PCR vimos la necesidad, desde el Comité Central, de enfrentar a losgolpistas también en ese terreno. No teníamos personería electoral, pero hici-mos una gran campaña difundiendo nuestra línea antigolpista. Sacamos unprograma de 12 puntos que tenía en cuenta los intereses de los obreros rura-les, los campesinos pobres y medios y el pueblo de la provincia de Misiones. Laposición del PCR fue clave para decidir al peronismo a enfrentar el desafíoelectoral, y la maniobra de los prosoviéticos fue derrotada, jugando un papeldestacado la camarada Mónica Bustos, que luego fue detenida y salvajementetorturada.

El triunfo electoral de Misiones y el tono de la propia campaña permitierona las fuerzas antigolpistas tomar la iniciativa a nivel nacional. BernardoNeustadt, que siempre tuvo programa de televisión, decía, refiriéndose a estaselecciones, con mucha bronca: “Ganan elecciones pero no gobiernan”. Así erade permanente el hostigamiento a la lucha antigolpista.

El acto del 1° de Mayo

El 1º de Mayo de 1975 se realizó en la Plaza de Mayo un acto masivo delmovimiento obrero, centralmente de contenido antigolpista. En ese acto fue

muy importante la participación de la FUA, que planteó la necesidad de unir-se para impedir el golpe. Desde el balcón de la Rosada Isabel Perón planteó“separar la patria de la antipatria y correr a latigazos a los fariseos del templo”.Fue un duro revés para los golpistas, que habían montado una gigantesca cam-paña de prensa agitando, para impedir la concurrencia masiva al acto, el fan-tasma de un nuevo Ezeiza (en junio de 1973, en Ezeiza hubo una multitud quefue a recibir a Perón que regresaba al país, desembocando el acto en un violen-to enfrentamiento con gran cantidad de muertos y heridos).

En La Plata, el 2 de mayo, el gobernador Calabró realizó un contraacto, quecomenzó la contraofensiva golpista. El 13 de mayo, las bandas golpistas pro-rrusas dirigidas por Calabró nos golpearon salvajemente. Cuatro compañerosque salieron a pintar por la libertad de Horacio Micucci fueron salvajementeasesinados: Ana María Cameira, Herminia Ruiz, David Lesser y Carlos Polari,y el diario El Día, tomando la información de la policía, dijo: “Dos parejas fue-ron encontradas muertas en un paraje de Berisso”. Una semana después ase-sinaron a Guillermo Gerini. El 17 de junio mataron a Patricia Tosi en Lomas deZamora. Pretendían acallarnos, buscaban que el dolor y el miedo nos paraliza-ran. Y nosotros, ante eso, salíamos a denunciar con todo lo que teníamos. Poreso digo que era una lucha sin cuartel que se daba diariamente. Nosotros lesmolestábamos por denunciar el golpe de Estado y de la mano de quién veníaese golpe. En las solicitadas preguntábamos: ¿Por qué tanta saña contra el

Salvando las distancias del tiempo y realidades distintas, el clasismo de Córdoba con Salamanca

a la cabeza se ve reflejado hoy en Carlos “Perro” Santillán y el clasismo, que desde Jujuy irradia

a todo el país.

7 Las clases dominantes se unieron en aquellos años en la decisión de dar el golpe abierto frente

al terror a los soviets de fábrica, como los llamó el general López Aufranc. Alarmadas, ade-

más, por la respuesta popular a la intentona de Capellini, que había sido un verdadero ensayo de

rebelión antigolpista de masas.

Los golpistas, durante ese período, se disfrazaron de defensores de la voluntad popular, pero el

paro del 22 de diciembre mostró que grandes masas estaban en contra del golpe. Se disfrazaron

de antilopezrreguistas, poniendo como blanco a López Rega, pero cuando López Rega abandonó

el gobierno, en junio del ‘75, el golpismo se incrementó. Se enmascararon de antiyanquis, pero

se aliaron con los yanquis para dar el golpe de Estado. Se disfrazaron de antiterroristas, y hoy

está demostrado que los jefes de la principal corriente golpista tenían estrechas relaciones con

algunos de los principales jefes de la guerrilla.

En la izquierda hubo fuerzas -tanto la dirección del PC como Firmenich y otros dirigentes mon-

toneros-, que contribuyeron para este enmascaramiento de los golpistas. La dirección del PC, en

el editorial de su semanario Nuestra Palaba, saludó el ascenso de Videla a la jefatura del

Ejército. Tenían como objetivo voltear al gobierno peronista.

PCR?, y los denunciábamos diciendo que nos mataban en el momento deltriunfo del Frejuli en Misiones, de la derrota de Guana por la Lista Naranjaantigolpista en el Swift, del acto del 1º de Mayo, de la destitución del generalgolpista Anaya como Comandante en Jefe.

Era el momento del destape del negociado de Aluar entre Lanusse yGelbard. Y preguntábamos en todas nuestras solicitadas: “¿Qué pasa,gobernador Calabró, que las bandas golpistas prorrusas y proyan-quis asolan impunemente la provincia de Buenos Aires?”. Teníamosclaro, por política, quién nos mataba, cuestión que luego íbamos a confirmar através de nuestras investigaciones.

También teníamos claro quién mataba a patriotas antigolpistas peronistas;porque en el mes de julio matan al intendente de La Plata Rubén Cartier, des-pués de que Cartier trató de organizar una reunión de intendentes del GranBuenos Aires para pronunciarse contra el golpe. Días después de los prepara-tivos de esa reunión, Cartier fue asesinado. Así eran las cosas, y nosotros tení-amos claro, también, que el gobierno de Isabel, por su propio carácter de clase,si bien hacía concesiones al movimiento obrero y popular, no iba a fondo, vaci-laba, concedía a los golpistas proimperialistas y proterratenientes, prorrusos yproyanquis. Esta posición del gobierno contribuía a su aislamiento y despres-tigio. Era esto lo que imposibilitaba la movilización popular y debilitaba elfrente antigolpista.

En La Plata, en la lucha antigolpista, nosotros tuvimos 6 compañeros ase-sinados y 57 camaradas detenidos. Así vivíamos. Un compañero muy querido,cuando salíamos a pintar, llegó a la conclusión de que lo que más nos conveníapara salir a pintar era la mañana, porque por la noche era peligroso, en cam-bio a la mañana estaba la gente; entonces el Partido y la juventud salían a pin-tar en La Plata, Berisso y Ensenada por las mañanas. Esas pintadas posibilita-ban que se discutiera con todo el mundo.

Así fuimos creciendo, transformando el dolor en fuerza.

La crisis de junio

Poco después, en junio de 1975, se desató la contraofensiva de los golpistasque estuvo a punto de derrotar al gobierno peronista. El movimiento obreropidió paritarias y salió a la lucha por paritarias. Sobre esa justa lucha se mon-taron los golpistas para hacer -decían- “un 17 de Octubre al revés”. Fue unmomento muy difícil, de gran confusión en las masas obreras que peleaban porsus reivindicaciones, y el Partido jugó nacionalmente un gran papel para impe-dir la instrumentación de esas luchas, desenmascarando a los golpistas mien-tras encabezaba la lucha reivindicativa.

En La Plata logramos dar vuelta la maniobra golpista en la concentraciónde los obreros de Astilleros Río Santiago y Propulsora Siderúrgica frente a laUOCRA. Rubén Diéguez (secretario de la CGT de La Plata) y Antonio Balcedo(por ese entonces dirigente de la CGT) pensaban transformar esa movilización

en un llamamiento al golpe y de denuncia de Isabel. Nosotros, que estábamosa la cabeza de esa lucha, pudimos dar vuelta la maniobra y se transformó en ungolpe a Diéguez, Balcedo y Calabró. Cuando se derrotó la maniobra, Calabrósacó a la policía de la provincia para reprimir con todo esa movilización de4.000 trabajadores de La Plata.

En Córdoba, al ganar la asamblea de Santa Isabel las posiciones antigolpis-tas, logramos impedir que, apoyados en los mecánicos, se hiciera un“Cordobazo golpista”. De igual manera ocurriría en varios lugares del GranBuenos Aires, en Rosario y en otros puntos del país.

En la crisis de junio, aunque fracasaron en el intento de imponer un gabi-nete de coalición cívico-militar, con Isabel como títere, lograron la designa-ción de Luder como presidente del Senado, desplazando a López Rega delámbito de Isabel. Y siguieron trabajando para un golpe institucional que lespermitiera controlar al peronismo y al movimiento sindical, de manera indo-lora.

La elección en Misiones, la intentona de junio, las maniobras en la justalucha por paritarias, fueron momentos en que los más activos golpistas, el sec-tor prorruso, había logrado aglutinar una fuerza muy grande, política, econó-mica, militar y sindical. Era hegemónico en el Ejército. Controlaba gran partede los medios de difusión, controlaba palancas claves del poder como laCorporación de Empresas Estatales, que representaba el 45% de la economíay, con concesiones, se iban asegurando el control de empresas claves comoAluar; un claro ejemplo de cómo aprovechaban sus posiciones en el Estado ycómo iban asegurándose resortes claves de la economía.

Así llegamos a los prolegómenos del golpe de Estado. El presidente provi-sional era Luder, porque Isabel, enferma, se había retirado a Ascochinga, enlas sierras de Córdoba. En Ascochinga, Isabel Perón, presionada para renun-ciar, respondió con un discurso en el que afirmó: “No renuncio ni renunciaré”.Y retomó la presidencia con un gran acto en Plaza de Mayo el 17 de octubre.Acto en el que los obreros de las empresas metalúrgicas del Gran Buenos Airesy las masas que concurrieron tuvieron como blanco de sus consignas al jefe delgolpismo en la provincia de Buenos Aires: Victorio Calabró.

El golpe abierto

Ante la decisión de Isabel de no renunciar, cambió la táctica de los golpis-tas, porque esa decisión y ese acto del 17 de octubre de 1975 mostraban quehabían fracasado en su objetivo de ganar a las masas para el golpe institucio-nal. A partir de ese momento, montaron gigantescos operativos rastrillo en lasbarriadas obreras y populares. En Berisso, Ensenada y en todo el país, comen-zaron los “operativos rastrillo”, casa por casa, manzana por manzana.Removieron de los mandos en el Ejército a todos los que se oponían al golpe.El sector prorruso lanussista, con una política de alianzas en las FF.AA. fueponiendo a punto el golpe abierto.

En ese contexto, en diciembre, se produjo el levantamiento de un sector dela Aeronáutica encabezado por el brigadier Capellini, que ocupó las bases deMorón y Aeroparque durante 5 días. El brigadier Capellini planteó abierta-mente el golpe de Estado y que el Comandante en Jefe, o sea el general Videla,asumiera la conducción del gobierno nacional. La plataforma que levantóCapellini era reaccionaria, desde ya, y proyanqui. Con ese golpe se solidarizó yjugó un papel activo el general Onganía.

Con esta intentona los sectores proyanquis, que disputaban la hegemoníaen el frente golpista, forzaron a ponerle fecha al golpe abierto.

El repudio popular a la sublevación gorila de la Aeronáutica fue generaliza-do y la clase obrera se constituyó en la avanzada de ese repudio. El 18 y 19 dediciembre de 1975 los Cuerpos de Delegados de numerosas fábricas se pronun-ciaron contra el golpe. Nuestro Partido lanzó un llamamiento para movilizar-se contra la intentona rodeando a los golpistas en la Base de Morón y esa con-signa fue cumplida por más de 400 compañeros del PCR y amigos, organiza-dos y armados. Esa era nuestra decisión y ésa era nuestra actuación concreta.

La expresión más grande de repudio al intento golpista fue el paro nacio-nal del 22 de diciembre, con permanencia en los lugares de trabajo. Un sectorde la CGT con Casildo Herreras, su secretario general -el famoso CasildoHerreras que luego dijo “me borré”-, estaba en contra de que se realizara elparo. Hubo una reunión de la dirección de la central obrera, el domingo 21, queduró todo el día, por la oposición de ese sector a llamar al paro. Recién por lanoche se pudo arrancar la decisión, y la clave para ese paro fue el repudio quevenía desde abajo, con el pronunciamiento de los obreros de muchísimasempresas contra el golpe, en Córdoba, en Rosario, en el Gran Buenos Aires yen gran parte del país. En La Plata, frente a la intentona golpista, la CGT deDiéguez-Balcedo y Guana, secretario de la Carne, hizo silencio. Sin embargo, elproletariado industrial, dirigido por sus Cuerpos de Delegados y ComisionesInternas, paró, repudiando a los golpistas. En el frigorífico el paro fue impul-sado por los delegados de sección.

La decisión y la realización del paro fueron decisivas frente a la intentonagolpista. Ese paro fue muy importante, porque dejó como enseñanza que elparo con permanencia en las fábricas permite al proletariadonuclearse para desde allí encabezar un levantamiento popular, cre-ando las condiciones para que la clase obrera pueda actuar conindependencia para dirigir la lucha antigolpista. Enseñanza quehoy sigue siendo válida.

En el frente golpista, el levantamiento de Capellini colocó a la defensiva alsector prorruso de Videla-Viola. A su vez, la respuesta obrera y popular a eselevantamiento conmocionó a todos los golpistas.

Monte Chingolo

A los pocos días, el 24 de diciembre de 1975, se produjo una acción conjun-ta de los Montoneros y el ERP, un intento de copamiento del arsenal de MonteChingolo, donde sufrieron una feroz represión. Después se supo que esa acciónestuvo “cantada”: cuando llegaron a Monte Chingolo los estaban esperando.Decenas de jóvenes decididos a dar su vida por la revolución fueron masacra-dos. Habían sido llevados con el objetivo de tomar esas armas para marchar ala Casa Rosada.

Por esa masacre, que le permite al sector prorruso retomar la iniciativa,Videla felicitó públicamente a Calabró “por su colaboración en la lucha antite-rrorista”, transmitiendo por radiograma esa felicitación a todos los cuarteles.El apoyo de Videla a Calabró, y también el de la dirección del PC que publicóuna solicitada en el diario El Día en defensa de la “autonomía provincial y susautoridades”, trabaron al gobierno nacional para ejecutar la decisión de ladirección del PJ de intervenir la provincia.

Los hechos de Monte Chingolo llevaron a desviar la atención del ensayogolpista de Capellini, minimizando la importancia del ensayo antigolpista pro-tagonizado por la clase obrera y el pueblo el 22 de diciembre. Además, MonteChingolo permitió recomponer fuerzas a la cúpula lanussista, retomando ini-ciativa, y con el pretexto de atacar a la subversión, montó con más intensidadlos “operativos rastrillo” contra la clase obrera y el pueblo. El objetivo fue para-lizar la organización y la movilización antigolpista.

Los medios de difusión crearon el clima necesario para el golpe: “gobiernoinepto”, “caos”, “vacío de poder”, se escuchaba a diario, y al mismo tiemposilenciaban y descalificaban la lucha antigolpista. Los monopolios como Bungey Born creaban desabastecimiento. Hubo lock out patronal en febrero del ‘76 ylos terratenientes organizaron un paro agrario llamado por la Sociedad Rural.Fue un vasto operativo tendiente a neutralizar, confundir y dividir a las masasque no habían podido ganar para el golpe de guante blanco. Veintidos añosdespués siguen diciendo que todos querían el golpe. Si fue así, ¿para qué los“operativos rastrillo” sobre un pueblo desarmado? ¿Por qué los secuestros yasesinatos a los que luchábamos contra el golpe?7

¿Por qué pudo triunfar el golpe?

Nosotros luchamos activa y sinceramente para impedir el golpe de Estado,y esa posición antigolpista permitió que una parte importante de las masasconociera el carácter fascista y reaccionario de la dictadura que venía. Tuvimosrazón cuando señalamos que no había nada peor que el golpe de Estadoque se preparaba. Esa posición y esa denuncia permitieron que una parte

de las masas estuviera en condiciones de dar un paso atrás, cavando trin-cheras para organizar la resistencia contra la dictadura.

El golpe pudo pasar, en primer lugar, porque se unieron los sectoresprorrusos y proyanquis para seguir disputando sin estorbo por elcontrol de la Argentina.

Los golpistas, en particular el sector hegemónico, llegaron a controlar unagran parte de los mandos de las Fuerzas Armadas. Además, implementaron yutilizaron el terrorismo indiscriminado para su política. Sobre esta base losgolpistas, por un lado, provocaban y estimulaban al gobierno, primero conPerón y luego con Isabel, para que reprimiera al pueblo; por otro lado, cuandoel gobierno reprimía los golpistas aprovechaban el desprestigio que la repre-sión le acarreaba al gobierno para golpearlo e ir aislándolo. En esta pinzareside uno de los grandes secretos de lo que pasó en la Argentinaentre 1973 y 1976.

Tienen una gran responsabilidad los dirigentes de las fuerzas que en elcampo popular sembraron la idea de asociarse a los rusos para liberarse de losyanquis. Porque así se dividió la sociedad argentina en “izquierda y derecha”.“Izquierda”, segun ellos, eran los que coincidían con el socialimperialismo y suquintacolumna y “derecha” todo lo que se le oponía. Esos dirigentes son gran-des responsables de lo que ocurrió, porque los sectores prosoviéticos con-trolaban desde el año ‘71 las palancas claves del poder.

En segundo lugar, el golpe pudo pasar porque el gobierno de burguesíanacional fracasó con su programa de “reconstrucción en paz”. Perónno avanzó sobre el latifundio. Forcejeó con el imperialismo pero no terminócon la dependencia. El decía: “Reconstruír el país para después liberarlo”.Nosotros decíamos, y seguimos pensando igual: Liberarnos primero, parareconstruir el país después. También decía Perón que entre el tiempo y la san-gre él elegía el tiempo. Pero el resultado fue que se derramó mucha sangre delpueblo y se perdió mucho tiempo por el camino que indicó el General Perón.El mismo camino que había fracasado en 1930, en 1955, en 1966, volvió a fra-casar entonces.

Las masas obreras aspiraban a ir más lejos, después de los combates vivi-dos por esos años, de lo que quería ir Perón. Pero había confusión, había ilu-siones pacifistas y reformistas. El campesinado pobre, como el gran aliado delproletariado, estaba dirigido, igual que el campesinado medio, por el campesi-nado rico. Esto era así, incluso en la mayoría de las Ligas Agrarias.

El Partido marxista-leninista, nosotros, todavía estábamos lejos de ser unPartido enraizado en las masas. Habíamos hecho pie, en forma reciente, en elsector más avanzado del proletariado industrial, pero estábamos lejos de serconocidos por las grandes masas obreras y populares. Fue en el curso de esteextraordinario proceso de masas que el Partido pudo madurar cuestiones polí-

ticas e ideológicas fundamentales. En el III Congreso del PCR, en marzo de1974, adherimos al maoísmo, al que llegamos como requerimiento denuestra propia práctica revolucionaria. En ese Congreso de 1974 alertamos quela situación argentina iba a un desenlace inevitable. Desde allí avanzamosen el conocimiento de cuestiones fundamentales: quiénes son los amigos yquiénes los enemigos de la revolución; cuál es el blanco de la revolución: losimperialistas, los terratenientes y la burguesía intermediaria; señalamos quedesde el año 1971 el socialimperialismo ruso era hegemónico en las clasesdominantes; y analizamos, también, que la burguesía nacional era y es unaclase a neutralizar, con un sector reaccionario, como el que hoy representaMenem, que adhiere al enemigo y hay que combatir, un sector patriótico quedebe ser parte del frente único, y un amplio sector que es posible neutralizar.

Las masas y el Partido

Sin partido de vanguardia marxista-leninista no hay revolución,pero sin las masas tampoco. Renunciar a construir el partido de vanguar-dia es renunciar a la revolucion.

A su vez, en la Argentina, lo fundamental de las masas explotadas y opri-midas, sin las cuales la revolución no es posible, son peronistas. A esas masasperonistas les ofrecían dos opciones: desperonizarse para enchalecarlas ennuevas variantes reformistas, o reemplazarlas por grupos selectos de revolu-cionarios. Nosotros propusimos una tercera opción con la posición antigolpis-ta; una posición justa desde el punto de vista de la lucha social, nacional ydemocrática. La línea antigolpista, impregnada por nuestra estrate-gia insurreccional, permitió cerrar la brecha histórica que dividía alos comunistas de las masas oprimidas peronistas. Brecha que arran-ca del ‘45 y se profundiza del ‘55 en adelante. Esa brecha la cerramos consangre.

La táctica de unirse, organizarse y armarse para aplastar al golpis-mo reaccionario, es una enseñanza con futuro, porque el futuro de larevolución depende en definitiva del pueblo en armas.

Los enemigos de la revolución jamás nos perdonaron nuestralínea y nuestra práctica antigolpista, como tampoco nos perdonanque, por esa línea, no hayan podido hacer de nosotros una pieza deun tablero que se maneja desde las capitales de los imperios.

Preguntas

La repercusión mundial¿Cómo repercutió en el mundo el establecimiento de la dictadu-

ra en la Argentina?En el Cono Sur de América Latina se habían sucedido golpes de Estado, en

Chile estaba Pinochet cuando se impuso el golpe de Estado en la Argentina.“Esta dictadura no fue como los yanquis querían”, como dijo el dirigente delPC Orestes Ghioldi apenas producido el golpe. Lo que Ghioldi quiso decir esque el sector hegemónico de la dictadura no era proyanqui. Los proyanquis nohabían logrado coronar.

El otro elemento significativo en lo que hace a la repercusión mundial delgolpe de 1976 y la dictadura en la Argentina, es que la Unión Soviética no losdenunciaba en ningún foro internacional, como sí denunciaba el “Pinochetazo”de Chile. Además, aprovechando los convenios cerealeros que había firmadoGelbard con la URSS, se dio la paradoja de que el único país que en medio dela invasión rusa a Afganistán hizo de “cantinero” de ese ejército que masacra-ba al pueblo afgano fue la dictadura argentina.

La resistencia

¿Cómo se desarrolló la lucha de la clase obrera y el pueblo luegodel golpe de Estado del ‘76?

Cuando se dio el golpe en 1976, nosotros denunciamos el carácter de la dic-tadura y decíamos que el proletariado, golpeado, daba un paso atrás para cavartrincheras. La organización de la resistencia a la dictadura fue muy difícil.

Las primeras luchas que surgieron contra la dictadura fueron rápidamentegolpeadas. Por lo tanto, la organización de la resistencia a la dictadura, quetuvo a las Madres de Plaza de Mayo como uno de los destacamentos másimportantes, fue por un camino no sencillo. Sucede que los jóvenes que nosincorporamos a la revolución habíamos nacido a esa lucha revolucionaria enmedio del auge, por lo tanto lo que sabíamos era avanzar, lo que decíamos era:asamblea, paro y a la calle. Pero con la dictadura fascista de Videla tuvimos queaprender a retroceder, a cavar trincheras para seguir combatiendo.

Cuando hablamos de retroceder, efectivamente era para seguir combatien-do. Algunos siguieron de largo para atrás y se fueron, pero desde el punto devista de la resistencia y la lucha, ése fue un momento donde a nosotros nos gol-pearon arteramente. El día del golpe de Estado -para dar una idea de lo queocurría- los “operativos rastrillo” fueron muy grandes, se cerró el frigoríficoSwift una semana, se ocupó militarmente todas las puertas de las fábricas y de

las facultades de La Plata. El mismo día del golpe en que detienen a IsabelPerón y la llevan en helicóptero, fue secuestrado por la represión RenéSalamanca, jefe del clasismo. Y en ese mismo momento Victorio Calabró leentregó la gobernación, en medio de felicitaciones, al general Sigwald. Este esel cuadro de ese momento.

En La Plata fueron a buscar el mismo día del golpe a decenas de compañe-ros. En Córdoba, prácticamente nos liquidaron, lo mismo que en Corrientes,Misiones, Chaco, ciudad de Santa Fe, Paraná, La Pampa, San Luis, Mar delPlata, Matanza, San Martín, entre otras zonas. En Tucumán, Mendoza, RíoNegro y Bahía Blanca, nos golpearon duramente. Por eso, haber estado a lacabeza de la huelga larga del frigorífico Swift de Berisso, en 1979, fue una epo-peya, desde el punto de vista del trabajo del clasismo y del Partido.

Pese a los golpes recibidos y a la dura represión fue clave la decisión delPCR de no irnos del país y mantener los vínculos con las masas,particularmente las más explotadas, para avanzar en la organiza-ción de la resistencia antidictatorial.

Tengo que agradecer a los que me ayudaron con datos, con documentos,con sus opiniones, para hacer esta charla. Es una charla que encara un perío-do muy doloroso; en la lucha antigolpista y después en la dictadura, entraña-bles compañeros fueron asesinados, unos, y otros detenidos-desaparecidos ypor lo tanto no nos resulta fácil hablar de todo ese período. Además, fuimosprotagonistas, y es muy difícil hablar objetivamente, cuando uno formó parte.Siempre hay pasión, y junto con eso los recuerdos de todo lo que vivimos, detodo lo que pasó. No olvidamos, porque olvidar es traición.

Nos duelen las derrotas pero aprendemos de ellas. Pasaron 30 años desdela fundación del PCR, y aquí estamos, encabezando las luchas y pugnando portransformarnos en la vanguardia reconocida por las grandes masas obreras ypopulares.

Y fundamentalmente está el presente, la inmensa tarea que tenemos pordelante, todo lo que nos falta en relación a los sufrimientos, las urgencias y lasesperanzas de las grandes masas. Lo que vivimos, entiendo, no fue nada más queun momento en la dureza de la lucha de clases; un momento en el que tambiéndescubrimos que la lucha de clases es sin piedad y el odio del enemigoes criminal. Aprendimos, desde el punto de vista de una clase, que cuando semella nuestro odio al enemigo, la revolución es imposible. Por eso, esmuy importante que en el Partido y en la dirección de este Partido, el odio declase no se haya mellado. Sobre esta base, con una línea justa, y una infini-ta confianza en el potencial revolucionario de la clase obrera y el pue-blo argentino, la revolución es posible.