1775-white, leslie a. - la ciencia de la cultura caps. 1,2,6,13 y 14..pdf

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  • PAIDOS STUDIO/BASICA

    Ttulos publicados: 1. K. R. Popper - La sociedad abierta y sus enemigos 2. A. Mclntyre - Historia de la tica 3. C. Lvi-Strauss - Las estructuras elementales del parentesco 4. E. Nagel - La estructura de la ciencia 5. G. H. Mead - Espritu, persona y sociedad 6. B. Malinowski - Estudios de psicologa primitiva 7. K. R. Popper - Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento cientfico 8. M. Mead - Sexo y temperamento 9. L. A. White - La ciencia de la cultura

    PAIDOS STUDIO Ttulos publicados:

    1. W. Reich - Anlisis del carcter 2. E. Fromm - Humanismo socialista 3. R. D. Laing - El cuestionamiento de la familia 4. E. Fromm - Podr sobrevivir el hombre? 5. E. Chinoy - Introduccin a la sociologa 6. V. Klein - El carcter femenino 7. E. Fromm - El arte de amar 8. E. Fromm - El miedo a la libertad 9. M. Schur - Sigmund Freud. Enfermedad y muerte en su vida y en su obra, I

    10. M. Schur - Sigmund Freud. Enfermedad y muerte en su vida y en su obra, II 11. E. Willems - El valor humano de la educacin musical 12. C. G. Jung y R. Wilhelm - El secreto de la flor de oro 13. O. Rank - El mito del nacimiento del hroe 14. E. Fromm - La condicin humana actual 15. K- Horney - La personalidad neurtica de nuestro tiempo 16. E. Fromm - Y seris como dioses 17. C. G. Jung - Psicologa y religin 18. K. Friediander - Psicoanlisis de la delincuencia juvenil 19. E. Fromm - El dogma de Cristo 20. D. Riesman y otros - La muchedumbre solitaria 21. O. Rank - El trauma del nacimiento

    Obras conexas del fondo Paids: - H. M. Johnson y otros - Naturaleza, cultura y personalidad - E. Jones y otros - Sociedad, cultura y psicoanlisis de hoy - C. Lvi-Strauss - Las estructuras elementales del parentesco - B. Malinowski - Estudios de psicologa primitiva - M. Mead - Adolescencia y cultura en Samoa - M. Mead - Educacin y cultura - M. Mead - Experiencias personales y cientficas de una antroplogo - M. Mead - Sexo y temperamento - A. F. C. Waliace - Cultura y personalidad

    Leslie A. White

    LA CIENCIA DE LA CULTURA Un estudio sobre el hombre y la civilizacin Edicin revisada

    ediciones

    Barcelona Buenos Aires

  • C i 9 c 5

    Ttulo original: The science of culture. A study ofman andcivilization

    Publicado en ingls por Grove Press Books y Farrar, Straus and Giroux, Nueva York

    Traduccin de Gerardo Steenks

    Cubierta de Julio Vivas

    1.a edicin castellana de la edicin revisada, 1982

    de todas las ediciones en castellano, Editorial Paids, SAICF; Defensa, 599; Buenos Aires.

    de esta edicin, Ediciones Paids Ibrica, S. A.; Mariano Cub, 92; Barcelona-21; Tel. 200 01 22.

    ISBN: 84-7509-163-6

    Depsito legal: B-26.014/1982

    Impreso en Industrias Grficas Emeg; Londres, 98; Barcelona

    Impreso en Espaa - Printed in Spain

    I N D I C E

    RECONOCIMIENTOS . . i x NOTA DEL AUTOR L X I I I

    ' PREFACIO . . . . V ^ x v n PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIN x x i

    PARTE I

    CIENCIAS Y SIMBOLOS

    >: INTRODUCCIN 2 3 I. Ciencia es hacer ciencia 25

    II. El Smbolo . . 41 III. Sobre el uso de herramientas por parte de los primates . . 57 IV. Psiquis es actividad psquica . 65 V. La expansin de los alcances de la ciencia 71

    PARTE I I *

    HOMBRE Y CULTURA

    INTRODUCCIN 125

    X VI. Culturologa versus psicologa en la interpretacin de la con-ducta humana 127

    VII. Determinantes culturales de la psiquis 149 VIII. El Genio: sus causas e incidencia 185 IX. Iknatn 223

    X. El locus de la realidad matemtica 265 XI. Definicin y prohibicin del incesto^ 283

    XII. El dominio del hombre sobre la civilizacin 307

    PARTE I I I *

    E N E R G I A Y C I V I L I Z A C I O N

    INTRODUCCIN 335 a 1 XIII. La energa frente si la evolucin de la cultura . * . . . . 337

  • PARTE I V T

    C U L T U R O L O G I A

    XIV. La ciencia de la cultura 367 REFERENCIAS DE LOS CAPTULOS 3 8 3 BIBLIOGRAFA . 390 INDICE DE NOMBRES 3 9 9 INDICE ANALTICO 4 0 3

  • los fenmenos biolgicos, y, finalmente, el reino de la cultura. Al trazar el curso del progreso cientfico nos enfrentamos cara a cara con su predecesora y rival: la filosofa del antropomorfismo, el antro-pocen trismo, y el libre albeiro. Ta l como se demostrar clara y enf-ticamente en captulos subsiguientes, sta es la filosofa con la que la ciencia ha debido luchar a cada paso en su camino. Y es esta primi-tiva y anticuada filosofa la que todava debemos combatir, hasta que llegue el momento en que sea finalmente extirpada de raz. CAPTULO PRIMERO

    CIENCIA ES HACER CIENCIA

    "La ciencia es una especie de conducta humana."

    La ciencia no es sencillamente una coleccin de hechos y frmulas. Es preeminentemente una manera de tratar la experiencia. La palabra puede ser apropiadamente verbalizada: uno hace ciencia, es decir, trata la experiencia de acuerdo con ciertas suposiciones y ciertas tcnicas. La ciencia es uno-de los modos bsicos de tratar la experiencia^ El otro es el arte. Y, tambin esta palabra puede ser apropiadamente verbalizada; uno puede hacer arte as como ciencia. La finalidad de la ciencia y el arte es una: hacer inteligible la experiencia, es decir, a judar al hombre a adaptarse a' su medio para que pueda vivir. Pero si bien tienden hacia la misma meta, arte y ciencia se aproximan a ella desde direcciones opuestas. La ciencia trata de particulares en trminos de universales: el to T o m desaparece en la masa de escla-vos negros. l arte trata de universales en trminos particulares: la persona del to Tom nos pone ante toda la gama d la esclavitud negra. Arte y ciencia captan de esa manera una experiencia comn, o realidad, desde polos opuestos pero inseparables.

    Usar el vocablo ciencia como substantivo no carece, por cierto, de justificacin. Las palabras qumica, fisiologa, historia, sociologa, etc., son a la vez legtimas y tiles. Como categoras son derivadas de dos fuentes. Reflejan, por una parteT distinciones analticas que pueden ser hechas en el campo de la realidad: erosin, respiracin, histeria, votacin, etc., son frases o segmentos de experiencia que hallan sus reflejos en las categoras geologa, fisiologa, psicologa y ciencia pol-tica, respectivamente. Por otra parte, la divisin del trabajo en la sociedad, esencial en los tiempos modernos, tambin encuentra su re-flej en las mismas o similares categoras. Trtase de un hecho a menudo ignorado. La psicologa es una categora representadora de un reflejo de la divisin de la sociedad en grupos ocupacionales dispares, tan verdaderamente como es una expresin de las distinciones anal-ticas que puecle ser hecha en la experiencia misma. Decir que "psico-

  • logia es lo que hacen los psiclogos (o sea un gremio de trabajadores que llevan el nombre de 'psiclogos'), es una definicin tan vlida como aquella de que "la psicologa es el estudio de la psique, o conducta." Una es expresin de una realidad social; la otra deriva de la naturaleza de la materia estudiada.

    '~Es~mraeza doble de las categoras es puesta de manifiesto en la repetida protesta contra la divisin de la ciencia en compartimien-tos "estancos," en la imposibilidad de decir cundo un estudio dado es histrico, sociolgico o psicolgico. El relato de la "insurreccin" de John Brown, pertenece a la psicologa, sociologa, economa, ciencia poltica o historia? Es obvio que se relaciona igualmente con cada una de ellas. Tampoco puede la distincin entre inanimado, biolgico y cultural soportar el proceso categorizador que est implcito en la divisin del trabajo en la sociedad. Cuando Harlow Shapley estudia la respuesta de las hormigas a cantidades variables de calor que les llegan desde el Sol,* es un astrnomo o un entomlogo? De ms est decir que contribuye a conocer los insectos tanto como las estrellas; este proceso termodinmico tiene un aspecto entomolgico y otro astronmico. El Dr. A. E. Douglass, astrnomo de la Univer-sidad de Arizona, al determinar una correlacin entre las precipitacio-nes pluviales y el crecimiento de los rboles, ha provisto a los arque-logos con la tcnica ms precisa que jams haya sido ideada para computar la antigedad de restos prehistricos no acompaados por informacin escrita.2 En este caso un "astrnomo" se ha convertido en arquelogo pasando por la climatologa y la botnica. Convencio-nalmente, "un astrnomo" es sin embargo cualquier miembro de un cierto grupo, formal o informal, de trabajadores cientficos producido por la divisin social del trabajo, aun cuando pueda haber contribuido a entender los insectos, el crecimiento forestal y la secuencia de las culturas indgenas, as como a nuestro conocimiento de los cuerpos celestes. Lgicamente, la astronoma es la interpretacin cientfica del comportamiento de los cuerpos celestes, independientemente del rtulo profesional que ostente la persona que la practica.

    La costumbre de ver a la "ciencia" como un vasto terreno dividido en un nmero de "campos," cultivado cada uno por su correspon-diente gremio de nombre apropiado, tiene una cierta justificacin por su utilidad y conveniencia. Pero tiende a obscurecer la naturaleza de la ciencia como medio p ax a ni terpretar Ta realidad y siembra confusin tanto entre hombres de ciencia como entre legos. El uso del vocablo ciencia como substantivo, aparte de llevar hacia disputas jurisdicciona-les el estudio de la delincuencia juvenil pertenece a la sociologa o

    * Las referencias han sido agrupadas por captulos y aparecen en las ltimas pginas del libro.

    a la psicologa?; el estudio de los fsiles, a la geologa o a la biologa? hace aparecer preguntas tales como es la historia una ciencia?, es la sociologa una ciencia? Existe una tendencia a identificar la "cien-cia" con algunas de sus tcnicas. Es posible, por ejemplo, efectuar experimentos en qumica y hacer exactas predicciones astronmicas. Qumica y astronoma son "ciencias." La experimentacin es notable-mente limitada en sociologa, y las predicciones en historia son rara vez algo ms que conjeturas. La tendencia es, por consiguiente, decir que "historia y sociologa no son ciencias." A pesar del hecho de que gran parte de l geologa es ms histrica que ciertos estudios de cultura humana, hay una propensin a considerar la primera como "una ciencia" pero negar este status a la otra.

    Se establece tambin una distincin entre las ciencias fsicas (11a-madas trecutmrt con la pomposa denominacin de "ciencias exactas") y las "ciencias sociales." Trtase de una distincin que lleva implcita la suposicin de que existe una diferencia fundamental entre la naturaleza de la realidad "Tsc"y la realidad social humana. Esta" suposicin conduce, si es que, por cierto, no la incluye ya impl-citamente, a la suposicin adicional de que los datos de la sociedad humana, por ser esencialmente diferentes de los datos de la fsica (que es una "ciencia exacta"), no son en realidad susceptibles de tratamiento cientfico, y por ende las ciencias sociales no son para nada ciencias;* no son "cientficas" ni pueden serlo. Las mismas observaciones se hacen, aunque no con tanto nfasis, con referencia a la biologa: "La biologa, es menos cientfica que la fsica, pero ms cientfica que la sociologa." Estas suposiciones llevan a la confusin, y, adems, son insostenibles. Las tcnicas y suposiciones bsicas que comprenden la manera cientfica de interpretar la realidad son igualmente aplicables a todas sus fases, a la humana social, o cultural, como asimismo a la biolgica y la fsica. Ello significa quej debemos dejar de considerar a la ciencia como una entidad que es divisibren un nmero de partes ca^ativmt diferentes: algunas plenamente cientficas (las "cien-cias exactas"), otras- 'casi cientficas, y otras slo pseudocientficas.

    dejar de identificar la ciencia con una u otra de sus tcnicas, tales como la experimentacin. Debemos, en suma, considerar la ^ciencia como un modo de conducta, como un modo de interpretar la reali-dad, antes que como una entidad en s misma, como un segmento de tal realidad.

    La ciencia distingue entre seres vivos, sensibles, por una parte, y un mundo externo independiente d los organismos sensibles, por la

    " . . . creo que la ciencia social es como algunos guisos de liebre, tienen de todo menos liebre." E. A. Hooton, en su libro Apes, Men and Morons, pg. 62.

  • otra.* En este contexto la realidad comprende las interacciones pro-ducidas entre los organismos y el mundo externo. Como tal puede ser considerada en forma singular o plural. Se la puede imaginar como la totalidad de la interaccin, o experiencia, del organismo; o puede ser descompuesta y analizada en sus partes componentes. En el nivel perceptual la realidad es descompuesta en impresiones de los sentidos -olores, sabores, colores, sonidos, etc. En el j i v e l conceptual es analizada con ayuda de instrumentos de smbolo- palabras, sm-bolos matemticos, etc. Materia, energa, tiempo, espacio, movimiento, etc., son dispositivos conceptuales con los que analizamos la realidad y en trminos de los cuales hacemos nuestros ajustes con ella. Materia, energa, tiempo, movimiento, y as sucesivamente, no son por lo tanto entidades separadas e independientes, sino aspectos o fases de una realidad comn. Po,demos tambin descomponer el total de la realidad, hasta el punto en d o n d e la podamos experimentar, en partes com-ponentes equivalentes, o "unidades," a las que entonces llamamos hechos:ta experiencia es por lo tanto imaginada por nosotros, por una parte, como algo nico, como una totalidad, y por la otra como un nmero infinito de partes, o hechos.

    "Todo y partes" significa relaciones. La "relacin" es tambin otro dispositivo conceptual, un instrumento de smbolo, con cuya ayu-da hacemos inteligible la experiencia hasta un cierto grado, y por medio del cual efectuamos nuestros ajustes con el medio ambiente cir-cundante. Los hechos estn relacionados entre s. Pero cmo?

    "Todo "hecho que ocurre en el mundo es determinado por las coordenadas espacales x, y y z, y la coordenada de tiempo t."3 La relacin fundamental, o "intervalo," que media entre los hechos es una relacin de espacio y tiempo. En tanto que espacio y tiempo eran vistos antiguamente como propiedades del mundo externo e indepen-dientes entre s, hoy se los considera como meros aspectos de la pro-piedad bsica y primaria, espacio-tiempo. Como dijo Minkowski: "Los conceptos de espacio y tiempo que deseo presentar han nacido en el campo de la fsica experimental, y all reside su fuerza. Son radi-cales. De aqu en adelante tiempo y espacio, como entidades aisladas, estn condenados a convertirse en meras sombras, y slo una- especie de unin de ambos conservar una realidad independiente."4 De ese modo la realidad nos pone, en el pensamiento moderno, ante un continuum de cuatro dimensiones; el proceso de realidad en el cual son manifestados los hechos es un proceso temporal-espacial (o tem-poi al formal)".

    De esta manera la relacin primaria y fundamental que existe

    * "La creencia en un mundo externo independiente del sujeto percipiente es la base de toda ciencia natural." Einstein, 1934, pg. 60.

    entre los hechos es temporal-formal. Pero con ayuda de un anlisis puramente lgico podemos descomponer el proceso en sus aspectos temporal y formal; aun cuando son verdaderamente inseparables, nos podemos ocupar en uno de ellos excluyendo el otro. Podemos distin-guir as tres clases de procesos, uno primario, el temporal-formal, y dos secundarios y derivados, el temporal por una parte, y el espacial, o formal, por la otra. En la primera categora trataremos a los hechos considerndoloscmo relacionados entre s por intervalos de espacio-tiempo. En las otras dos veremos en un caso el intervalo (o relacin) nicamente en su aspecto temporal; y en el otro caso slo se tratar el aspecto espacial, o formal, del intervalo.

    La labor de la ciencia debe adaptarse a la estructura de la realidad; sus herramientas deben ser formadas y sus tcnicas ordenadas de modo tal como jjara aprehender eficazmente la realidad y hacerla inte-ligible para nosotros. Ello significa, en consecuencia, que es menester que tengamos tres maneras de hacer ciencia: una que capte totalmente la propiedad de espacio-tiempo de la realidad, y dos maneras auxi-liares y derivadas, adaptada cada una para tratar uno de los dos aspectos de esta propiedad, a saber, espacio y tiempo. Se hallar que el total de la "ciencia" o del hacer ciencia puede ser asignado a una u otra de estas tres categoras; aparte estas tres, no hay otra manera de hacer ciencia.

    "IJistoria" es aquella manera de hacer ciencia en la que los hechos son tratados en trminos de sus relaciones temporales solamente. Cada hecho es nico. Hay algo que la historia no hace nunca, y es repetirse: Lincoln fue asesinado slo una vez. Los hechos mismos que constituyen la historia estn relacionados entre s indudablemente de otra manera que la temporal. Esto debe ser cierto por necesidad dado que toda clase de relaciones son igualmente atributos de una realidad comn. Pero al "hacer historia" elegimos arbitrariamente para nuestra consi-deracin el tejido conjuntivo del tiempo, y con la misma arbitrarie-dad ignoramos las relaciones de espacio.*

    Este__proceso de reducir la experiencia concreta a abstracciones artificiales, o, para expresarlo con mayor exactitud, el acto de substi-tuir conceptos, "libres invenciones del intelecto humano" (como dijo Einstein), por las experiencias concretas de los sentidos,5 no slo es. inevitable, sino qles la esencia misma del hacer ciencia.

    La "historia", o el aspecto temporal de la experiencia, es coexten-siva con la realidad; es una propiedad comn de los fenmenos perte-

    e Quienes llevan el rtulo de "historiadores" se ocupan en verdad de otras relaciones aparte la temporal: desean saber dnde fue asesinado Lincoln y tambin cmo y cundo. Para nuestras finalidades presentes sera tal vez ms adecuado decir "proceso temporal" antes que "historia".

  • necientes a los rdenes inanimado, biolgico y cultural. Las estrellas, el sistema solar, la tierra, ros, granito, plantas y animales, especies e individuos, costumbres e instituciones, todos tienen su historia res-pectiva. La_ astronoma, fsica, geologa, psicologa, sociologa y antro-pologa son por lo tanto, al menos en parte, ciencias "histricas". No hay antagonismo ni siquiera distincin entre historia y ciencia: historia es sencillamente una manera de hacer ciencia ya sea en la geologa o en la sociologa. Rehusarnos a aceptar esta conclusin nos obliga a dar por cierta su alternativa: "Un astrnomo es un hombre de ciencia cuando trata acerca de un proceso de repeticin y no temporal, pero cuando se ocupa de una sucesin cronolgica de hechos (como por ejemplo la historia del sistema solar) deja de ser hombre de ciencia."

    Los hechos se hallan relacionados entre s espacialmente, y podemos considerar la realidad en trminos de relaciones espaciales, o formales, ignorando el aspecto tiempo.

    Las, relaciones espaciales existentes entre los hechos pueden ser consideradas ya sea como constantes o variables. Los hechos, u objetos materiales, cuyas relaciones espaciales mutuas sir"csidradas como coitat^'~co^ttye~'uiia estructura. Esta propiedad es caracterstica de todas las fases de la realidad. En los niveles inanimado, biolgico y cultural se manifiesta en formas tales como tomos, , molculas, es-trellas, constelaciones, planetas, rbitas, estratos, los elementos; en esqueletos, huesos, msculos, rganos, cuerpos, miembros; en familias, clanes, sociedades, gramticas, constituciones. Cuando Jas relaciones espaciales que unen un nmero de hechos, u objetos materiales, son consideradas como variables, entonces nos referimos a una funcin. Esta propiedad se manifiesta similarmente en todos los niveles de la realidad como conducta atmica, molecular, meteorolgica, astron-mica; como procesos fisiolgicos y psicolgicos; y, en el nivel supra-biolgico, como procesos culturales. De esta suerte el fsico, qumico, astrnomo, gelogo, zologo, botnico, fisilogo, psiclogo, socilogo, lingista, antroplogo cultural, etc., se encuentran todos ocupados con el aspecto espacial o formal * (no temporal) de la realidad, en sus aspectos estructurales o funcionales, o en ambos.

    Llegamos ahora a la tercera clase de relacin o proceso: la tem-poral espacial. Es parecida a los dos procesos precedentes, pero dife-rente de cada uo de ellos. Ta l como ya hemos notado, las tres clases de relaciones estn todas siempre comprendidas en cualquier serie de hechos verdaderos, en cualquier fase de la realidad. El proceso tem-poral (o "historia") es una disposicin selectiva de hechos de acuerdo

    * Estructura y funcin no estn confinados al reino del espacio mtrico. Estructura o forma son una caracterstica de sistemas no espaciales tales como len-guaje, msica, sistemas de parentesco, organizacin social, poesa, y asi sucesivamente.

    con el principio tiempo. Las relaciones espaciales, aun cuando verda-deramente existentes en Tstos"~Kechs, son dejadas de lado: en la historia del pensamientA carece de toda importancia que Newton medite debajo de un manzano o en su lecho. De modo anlogo, cuando se Trata de relaciones espaciales, es decir, de estructura y fun-cin. las relaciones temporales, inseparables de estos hechos en la realidad objetiva, son aqu divorciadas por el anlisis lgico: la estruc-tura del cristal, la oxidacin del hierro, respiracin, cobarda, socieda-des secretssrpueden ser estudiadas sin referencia a relojes o calendarios.

    Pero en el proceso temporal espacial, las relaciones temporales y espaciales 'soiTamBs simultneamente significativas. Y no es un caso de tiempo y espaci "aparecido del sur al amanecer. . . y Sheridan a una distancia de veinte millas." El historiador corriente desea saber no slo que Napolen sostuvo combates, sino tambin cul fue el escenario de los mismos. El zologo y el etnlogo estn interesados en la distribucin de las especies y los rasgos culturales as como en su historia. Estos son ejemplos de un inters simultneo por las relaciones tanto temporales como espaciales. Pero no constituyen ejemplos de rela-ciones temporal espaciales. Hidrgeno -(- oxgeno = hidrgeno -f- ox-geno; t -j- s = t -j- s. Pero hidrgeno x oxgeno =: agua ( H 2 0 ) ; t * s = ts. El proceso temporal espacial no es entonces equivalente a una organizacin de fenmenos de espacio y tiempo; no es la suma de estos factores sino su producto.

    Resulta interesante hacer notar, de paso, que en muchos casos donde se trata de relaciones temporales y espaciales, una de ellas es de importancia slo en trminos de la otra. Es as como el grosor de un estrato geolgico, medido en metros, indica su edad medida en aos. Anlogamente, la distribucin de una especie animal o vegetal puede indicar la edad de la misma: cuanto ms extensa la distribu-cin tanto mayor la edad. Y, valindose del mismo principio, en muchos casos el antroplogo ha sido capaz de reconstruir la historia de una herramienta, mito, costumbre o institucin infirindola de su distribucin geogrfica.6 Y, por supuesto, nuestros relojes miden el tiempo por medio del movimiento repetido de un mecanismo a tra-vs del espacio.

    Pero el proceso temporal formal es algo ms que un asunto de las relaciones temporales y formales, consideradas ya sea solas o una en trminos de la otra. Es uno en el cual tiempo y espacio, o forma, son ambos significativos, un proceso en el cualj'ambos son integrados en un hecho nico e indiferenciado|

    El proceso temporal formal es un proceso de evolucin o desarro-llo. Se distingue del proceso temporal por una parte, y del proceso formal por la otra. Al igual que los otros, este proceso es inherente a

  • toda experiencia y se manifiesta en todos los reinos de la realidad, inanimada, Biolgica y cultural. Tenemos' as evolucin estelar y cs-mic, evolucin biolgica y evolucin cultural. Este proceso difiere de los procesos temporal y formal debido a que en el proceso evolu-tivo y tiempo y espacio estn ambos comprendidos integralmente, se hallan fundidos, son inseparables. La evolucin es una "alteracin temporal de formas." Una comparacin de estos tres procesos permiti-r diferenciarlos mejor entre s.

    Eljgrocesp_ temporal no es de repeticin. En la secuencia o proceso que es temporal (y slo temporal)) , cada hecho es nico. Las mon-taas del Himalaya fueron formadas una sola vez, hay una sola formacin Wrm de glaciares, cada gota de lluvia es nica, cada movimiento de toda criatura viviente se distingue de todo otro movi-miento,* Juana de Arco fue quemada slo una vez, cada reunin del centro femnino de costura es un hecho nico. El proceso espacial, o funcional, por ser no temporal es de repeticin; sistemas de montaas pueden ser formados repetidamente; una edad de hielo puede seguir a ^ otro edad de hielo, las gotas de lluvia pueden caer una y otra vez, el agua se congela, el hielo se derrite y el agua se congela de nuevo, el metal puede ser fundido muchas veces, los monos estornudan, los hombres mueren, los insurrectos son ejecutados, los precios suben, bajan y suben otra vez, sociedades y clubes son organizados en toda poca. El proceso evolutivo, por tener en parte un carcter temporal, tanapocb.es de repeticin;** un rptil se convierte en mamfero slo

    * Podran ser. En realidad, generalmente no lo son, por el hecho de que tales distinciones, salvo casos raros como, por ejemplo, la coz verdadera o imaginaria de la vaca de la seora O'Leary que inici el gran incendio de Chicago, o el graznar de los gansos que "salvaron a Roma", no tienen significado para nosotros como seres humanos ordinarios. Pero para una filosofa de la ciencia, el estornudo de un mono annimo en las profundidades de una selva es, para ilustrar lo nico de cada hecho en una serie temporal, tan importante como el nacimiento de Cristo o la muerte de Csar.

    ** En realidad, esto puede depender del punto de vista de uno, o ms exacta-mente, del alcance temporal de la visin de uno. Para nosotros, el proceso csmico parece ser de carcter evolutivo:' el universo se expande (se puede suponer), o la materia se transmuta en energa. El proceso parece poseer un carcter temporal formal: no repetido e irreversible. Pero esta apariencia puede ser una ilusin debida a los lmites temporales de nuestra observacin. Si el perodo fuera ms prolongado, suficientemente ms prolongado, el proceso csmico podra revelarse como una repeticin: una era. de contraccin puede suceder a una era de expansin, y as sucesivamente, en una serie sin fin de pulsaciones; la materia puede ser transmutada en energa y ser congelada otra vez en materia, la vibracin sin fin de un pndulo csmico. De este modo, para una criatura que comparada con nosotrbs tuviera un perodo de observacin infinitesimalmente corto, el carcter repetido y rtmico de la respiracin o los latidos del corazn, o la oxidacin del hierro, podra. parecer de tipo evolutivo, pues al ver slo una parte pequea del proceso, sin conocer su comienzo y su fin, tal criatura imaginaria observara nada ms que la alteracin temporal de una forma, y podra afirmar que no es un proceso de repeticin. Y adems estara en lo cierto, pues el proceso observado

    una vez; el radium se descompone slo una vez; las estrellas "mueren" slo una vez.* El crecimiento es tambin un proceso temporal espa-cial; el trmino es sin embargo aplicado generalmente a individuos antes que a clases. El crecimiento es un proceso que no se repite: uno es nio una sola vez la segunda infancia es siempre una novedad

    Aun a riesgo de incurrir en una redundancia, vale la pena, por razones de mayor claridad, volver a destacar la naturaleza de las distinciones que se acaban de establecer. En realidad, cada hecho tiene un carcter de cuatro dimensiones y ocupa su lugar en un continuum de espacio-tiempo de cuatro dimensiones. De ese modo la gota de lluvia es un hecho dentro del proceso de la evolucin csmica, y podemos considerarlo como tal. Pero lo podemos situar tambin en otros contextos: en un contexto puramente temporal, o en otro total-mente desprovisto de carcter temporal (en el que slo consideramos la alteracin ocurrida en las relaciones espaciales existentes entre la gota de lluvia, la Tierra, las nubes, etc.). Estos contextos son, por supuesto, "ispositivos de nuestra propia factura. Son puntos de vista elegidos arbitrariamente y desde los cuales observamos y consideramos la realidad; son las formas, los canales, por as llamarlos, dentro de los cuales hacemos ciencia.

    El proceso formal es tanto reversible como de repeticin. El agua se congela, el hielo se derrite; el hierro se oxida, el xido de hierro se descompone; el heno se convierte en carne; la carne puede ser nueva-mente heno; revuelta y reaccin son procesos cclicos y opuestos en la sociedad; los precios suben y bajan, etc. Pero el orden temporal de los hechos sigue inmutable; no j>uede ser invertido. Unicamente en A Travs del Espejo las reinas emiten un chillido antes de ha-berse pinchado los dedos, o Alicia sirve la torta antes de haberla cor-tado en porciones. El proceso evolutivo, por ser temporal as como formal, es anlogamente irreversible. Las estrellas no vuelven a ab-sorber energa luego de haberla emitido, los mamferos no vuelven a ser reptiles, jams volvern los das en que florecieron las rdenes de caballera, "hazme un nio otra vez slo por esta noche" es un pedido imposible.

    El proceso histrico y el proceso evolutivo se asemejan por su carcter temporal, es decir, que no se repiten y son irreversibles. Pero

    por ella no es de repeticin, as como la estrella en extincin o la descomposicin del radium representan para nosotros procesos que no son de repeticin. Por lo tanto, que un proceso sea denominado de repeticin o evolutivo depender de la unidad de medida. Cualquier proceso de repeticin est compuesto por una secuencia de hechos que en s no se repiten. Inversamente, cualquier proceso de repeticin es slo un segmento de un proceso ms grande de carcter evolutivo.

    * Duplicacin no debe ser confundido con repeticin: en muchas especies ani-males diferentes hay transiciones de reptil a mamfero. Trtase de duplicaciones, no de repeticiones.

  • as como el proceso histrico es meramente temporal, el proceso evo-lutivo es tambin formal: es una secuencia temporal de formas. Desde un punto de vista histrico, li Whitney y el invento de la desmo-tadora de algodn son hechos inseparables dentro de una secuencia cronolgica. Pero si Whitney hubiera muerto en su cuna, el proceso evolutivo expresado en la tecnologa habra producido una mquina para desmotar algodn. De la misma manera, si bien Lincoln est enlazado histricamente a la emancipacin de los esclavos y Darwin a la formulacin de ciertos principios biolgicos, los procesos de evo-lucin poltico-econmica habra alcanzado lo uncT"im Lincoln as como la evolucin del pensamiento habra alcanzado lo otro sin Dar-win. El inVento del clculo infinitesimal, que tom lugar casi simul-tneamente, y de manera independiente, en las actividades de Newton X.;I^jbaz.-.Bfi_li. expresin lgica de un proceso de desarrollo, es decir, fue la emergencia de una nueva forma matemtica nacida de formas previas. As como el invento del clculo infinitesimal no de-pendi nicamente de Newton o Leibniz, tampoco era necesariamente dependiente del esfuerzo conjunto de ambos; se habra producido igualmente aun cuando Newton y Leibniz hubieran desaparecido am-bos en su infancia. El desarrollo de las matemticas, as como el de la tecnologa o la medicina, es un proceso evolutivo:* jiuevas formas nacen de formas anteriores. Pero en qu persona y s u l a b r ha de aparecer una nueva forma, y cundo y dnde ha de ocurrir tal apa-ricin, es asunto que pertenece slo al contexto de la historia. Desde el punto de vista del proceso evolutivo, todo hecho histrico es un accidente e imprevisible en un sentido. Podemos predecir que se ha-llar cura para el cncer, pero anticipar quin har d descubrimiento y cundo es imposible. Que las naciones europeas se enredarn nueva-mente una gran guerra en el futuro prximo es una prediccin que puede resultar bastante acertada; el desarrollo de las fuerzas tecnol-gicas, econmicas, polticas y militares hace inevit ble tra guerra. Pero quin lanzar la chispa que har estallar la conflagracin, y cundo y dnde qu archiduque u oficial ser muerto de un tiro, cundo, dnde y por quin es algo absolutamente imposible de decir. El pasaje de una estrella, que desprende del Sol un gigantesco fila-mento con el cual fueron formados los planetas de nuestro sistema solar, es un hecho, un hecho histrico; el proceso es un proceso his-trico en el cual hechos especficos y rigurosamente nicos toman lugar dentro de un contexo puramente temporal. Pero se trata de un proceso por completo diferente de aquel de una evolucin csmica o galctica, tal como el ilustrado, por ejemplo, por la distribucin igual

    Es interesante destacar que Einstein e Infeld han publicado una obra titulada "La Evolucin de la Fsica" y no "Historia de la Fsica".

    de energa, o la transmutacin de materia en energa, la muerte de una estrella. De modo anlogo, en el reino biolgico, la narracin del especfico errar por la faz de la Tierra, las luchas, mezclas, vicisitudes, etc., de las varias especies y razas del hombre, es una historia comple-tamente diferente de la de una explicacin detallada del proceso evolutivo.

    N.Qs_hem_os referido hasta este punto a los reinos, o niveles, org-nico, inorgnico y superorgnico de la realidad como si estas distin-ciones pudieran ser dadas por sentadas. Unas pocas palabras sobre este tema resulten tal vez convenientes para aclarar la exposicin y hacerla ms completa.

    Las distinciones entre estos niveles, o estratos, de la realidad son vlidas, y son fundamentales para la ciencia. Los fenmenos de estos tres niveles no difieren entre s por el hecho de estar uno compuesto por una clase de substancia bsica, otro por una clase diferente. Difie-ren en la manera en que sus partes componentes estn organizadas respectivaiaente en ormas o estructuras. Se puede suponer bsicamente que toda la realidad est hecha de un material comn; las diferencias de las varias manifestaciones de la realidad se deben a diferencias en las formas con las que nos enfrenta la realidad. En el infinito orden de variacin especfica hay clases de formas. Fsica, biolgica y cultural son rtulos para tres clases cualitativamente diferentes y cientfica? mente importantes de formas de realidad.

    La_oategor_a fsica est compuesta por fenmenos o sistemas no vivientes; la biolgica, por organismos vivos. La. categora, u orden, cultural de fenmenos comprende hechos que depeden de una facul-tad peculiar de la especie humana, a saber, la capacidad de _usar smbolos. Estos hechos son las ideas, creencias, idiomas, herramientas, utensilios, costumbres, sentimientos, e instituciones que constituyen la civilizacin o cultura, para usar el trmino antropolgico de cual-quier"pueblo, independientemente de tiempo, lugar, o grado de des-arrollo. La cultura pasa de una generacin a otra, o una tribu la puede tomar libremente de otra. Sus elementos interactan entre s de acuerdo con principios que les son propios. La cultura constituye as una clase suprabiolgica, o extrasomtica, de hechos, un proceso sui generis. Este orden de fenmenos lo analizaremos con cierta exten-sin en el siguiente captulo titulado El Smbolo.

    Un examen no ms que somero de estas tres categoras ya revela el hecho de que Jos fenomenos biolgicos y culturales son slo clases particulares de organizacin de hechos en las categoras inanimada, y biolgica y fsica, respectivamente. De este modo, una planta o animal no es ms que una forma peculiar de organizacin de carbono, ox-geno, calcio, etc. Anlogamente, un fenmeno cultural es slo una

  • manifestacin de fenmenos biolgicos (seres humanos) e inanimados organizados de una manera especial. Los hechos ocurridos en el nivel (pues niveles, o estratos, es lo que estas categoras son en realidad) biolgico pueden, por lo tanto, ser tratados en trminos de fenmenos inanimados: una planta o un animal es tal cantidad de carbono, nitr-geno, hidrgeno; tienen peso, caen como una piedra, pueden ser conge-lados, transformados por accin del fuego, y as sucesivamente. Del mis-mo modo, un hecho cultural un hombre que hace un juramento cris-tiano al asumir un cargo pbl ico- puede ser tratado en trminos de sus gestos, vocales y manuales, y stos, a su vez, junto con el libro sobre el cual se hace el juramento, pueden ser tratados en trminos de las propiedades acsticas, mecnicas, fsicas y qumicas de la Biblia, etctera., etctera.

    Pero el hecho de que los fenmenos de una categora (excepto, por supuesto, la primera, la inanimada) puedan ser "reducidos" a la cate-gora o a las categoras que le siguen para abajo, no destruye las catego-ras mismas ni significa un desmedro para su distintividad. Meteoros, proyectiles, pterodctilos, pjaros, ardillas, peces, murcilagos, abejas y aeroplanos "vuelan" por el aire. Un fsico podra referirse a cada caso considerndolo como un cuerpo material, en trminos de masa, impulso, aceleracin, resistencia atmosfrica, y as sucesivamente. Vistos sencillamente como cuerpos materiales, el hecho de que algunos sean animados e inanimados otros, carece, por supuesto, de importancia. Pero meramente porque esta distincin carezca de importancia para el fsico no. significa que no tenga sentido en otros sectores de la ciencia. Por el contrario, una organizacin de hechos no puede ser comprendida cabalmente si no se la interpreta en el nivel de su organizacin. Es un hecho, naturalmente, que abejas, proyectiles y murcilagos estn com-puestos por tomos y molculas, y este hecho no est desprovisto de significacin. Pero no podemos apreciar la diferencia entre abejas y proyectiles, por una parte, y entre abejas y murcilagos, por la otra, s scT16ma"issnen~c'uenta' la organizacin fsica. Los organismos vivos comly un orden distinto de sistemas materiales y es menester interpretarlos como tales. Los sistemas culturales estn compuestos por hechos psicofsicos, pero no podemos entender una cosa tal como prestar juramento y distinguirla de una frmula para fabricar cer-veza con slo saber que cada uno de ellos comprende reacciones neuro-sensorio-musculares y que stas se hallan compuestas a su vez por partculas y procesos atmicos y moleculares. Con todo lo esclarecedor que puede resultar el reducir sistemas de un nivel a los hechos del tiivel que sigue inmediatamente para abajo lo que es indudable-mente yalioso cada orden de hechos, cada clase de sistema, debe ser comprendido tambin en su propio nivel.

    Observamos as que tenemos tres cualitativamente distintos niveles o estratos de fenmenos: el cultural, que se caracteriza por el smbolo; el Biolgico. caracterizado por, la clula: y el tsico, caracterizado por el tomo, protn, electrn, onda, o cualquier otra unidad o unidades por las que se decida el^fsico.

    ""Hay sin embargo casos en que nuestros fines no son servidos manteniendo las distinciones entre los tres niveles mencionados. Puede que queramos indagar la relacin existente entre un nivel y otro. Las indagaciones^ de esta clase, dems est decirlo, son tan legtimas y potencialmente provechosas como cualquier otra. Es as como la bioqumica" explora"la relacin que media entr lo inanimado y lo viviente. Investigaciones similares apuntan hacia la relacin existente entre los niveles biolgico y cultural. Tmese por ejemplo el complejo de Edipo del psicoanlisis. El amor que un nio siente por su madre y el odio u hostilidad mostrado hacia su padre, son por supuesto una reaccin de su organismo. Pero estas actitudes son tambin funciones de la cultura dentro de la cual naci. Su cultura no slo encauza la expresin de estas emociones sino que juega a la vez un papel en su evocacin. La actitud de un nio hacia sus padres no ser en una sociedad patriarcal igual a aquella de una organizada matrilineal-mente, o de otra que reconoce igualmente a ambas lneas de ascen-dencia. Dfe_ese modo el complejo de Edipo o Electra, as como todo otro ejemplo de conducta humana es decir, conducta humana a diferencia de j conduc tano humana o subhumana; un estornudo, pos-ejemplo, no tiene nada peculiarmente humano est compuesto por elementos extrads de dos categoras diferentes: la biolgica y la cul-

    rtural . La frmula para la conducta humana es: Organismo humano x | estmulo cultural conducta humana, t. . .

    Los estudios relacionados con la erosin del suelo pueden inquirir la relacin que existe entre cosas tales como mtodos de cultivo o pas-toreo, la industria maderera, precios de los materiales de construc-cin, y reforestacin; la cantidad y frecuencia de las lluvias, estructu-ras de desage naturales y artificiales; vientos y legislacin. La bs-queda de un material capaz de destruir plagas vegetales o animales puede implicar relaciones entre los tres niveles: el precio de los . ar-tculos de consumo, los organismos biolgicos y las drogas capaces de exterminarlos.

    Tambin en este caso, el que nos refiramos a la realidad en tr-minos de distintas categoras, o niveles, de fenmenos, o en trminos de las relaciones que. median entre ellos, depender de nuestros fines y propsitos. Ambos enfoques son igualmente legtimos y potencial-mente provechosos.

    Tenemos, en suma, dos clasificaciones de la realidad que se cor-

  • tan perpendicularmente entre s: una est relacionada con estruc-turas (el tomo, la clula, el smbolo), la otra con procesos (temporal, formal, y temporal formal). Obtenemos as nueve categoras en las cuales toda realidad y toda manera de hacer ciencia pueden ser divi-didas lgica y congruentemente, como lo indica el siguiente, esquema.

    J-

    TEMPORAL ESPACIAL TEMPORAL ESPACIAL

    CULTURAL V"

    "Historia", historia de la cultura, 0 his-toria de la civiliza-cin.

    Evolucin cultural. Procesos no tempo-rales y de repeticin, propios de la socie-dad humana y de-terminados cultural-mnte.

    BIOLGICA Historia racial del tionabre. ftistoria de especies y'gnerog animales y~ vegetles.

    Evolucin biolgica. Crecimiento de los individuos.

    Procesos no tempo-rales y de repeticin en la conducta org-nica: intraorganismal (fisiologa), extraor-ganismal (psicologa).

    FSICA . . ....

    Historia del sistema solar, de la Tierra, de un continente, sistema de montaas, rio, gota de agua,_un grano de arena.

    Evolucin csmica, solar, estelar, galc-tica. Desintegracin de substancias radiacti-vas.

    Procesos no tempo-rales y de repeticin en la fsica, qumica, astronoma.

    En el nivel inanimado hallamos historias csmicas y galcticas (tal como son o pueden ser), la historia de nuestro sistema solar, la his-toria de la Tierra o un continente, una cadena de montaas, un ro, o hasta un copo de nieve, comprendidas dentro del contexto pura-mente temporal. En el contexto iffti mfll fnnriojiji.l tenemos los aspectos no temporales y de repeticin, estructurales y funcionales de la astro-noma, a geologa, la qumica y la fsica. Y en la categora primaria, la -temporal formal, de la cual las otras dos no son ms que aspectos, tenemos la evolucin csmica, galctica, estelar,7 y solar, y la descom-posicin de las substancias radiactivas.

    En el nivel biolgico, en el contexto puramente temporal, tenemos las historias de plantas y animales, de gneros, especies e individuos, tanto humanos como no humanos. Lo que ms nos importa de esta categora es, probablemente, el ser humano: nos preocupan honda-mente los* problemas del origen, difusin, extincin, mezclas de las varias especies y razas de la humanidad. Pero un inters igual en plantas y animales subhumanos no es insignificante. En la categora

    formal funcional tenemos estudios de morfologa y funcin; pertene-cen aqu los aspectos no temporales y de repeticin de la anatoma, fisiologa y psicologa. Y, en la categora temporal formal, tenemos la evolucin de formas en general, de gneros, especies, variedades en particular. El crecimiento de un individuo cabe tambin dentro de esta categora.

    La biografa, historia de un individuo humano, debe ser conside-rada eSTa mayora de los casos como versando sobre los niveles tanto biolgico coTno cultural, dado que nuestro inters por un individuo humano se halla rara vez, por no decir nunca, divorciado de la cul-tura en la que tiene su existencia humana. Ocurre lo mismo con in-d i v i d ii o s i m p o r t a n t e s del mundo de los animales subhumanos o de las plantas: la vaca que provoc el incendio de Chicago, los gansos que salvaron a Roma, la loba que amamant a Rmulo y Remo, el caballo Man o'War, la cicuta que mat a Scrates, cada uno de ellos es significativo slo en la medida en que entra en el contexto de la historia cultural humana.

    En el nivel cultural tenemos la historia de la cultura; una consi-deracin de naciones, reinos, tribus, instituciones, herramientas, ideas, creencias, etc., dentro del contexto temporal. Al contexto formal fun-cional corresponden los estudios de "morfologa social" en sociologa,

    , antropologa cultural, y otras "ciencias sociales." Las llamadas escue-las funcionalistas de la antropologa cultural Radcliffe-Brown, Mali-nowski y sus respectivos discpulos y colaboradores y la escuela de sociologa "de Chicago", representada por R. E. Park y E. W. Burgess y sus discpulos, pertenecen a este contexto. En la categora bsica, aquella de la evolucin de la cultura, por el momento no tenemos vir-tualmente nada. Luego de una lucha vigorosa y acre la filosofa de la evolucin conquist el campo biolgico, pero,- a p e s a r d e u n o s pocos y breves avances, fue derrotada en el nivel cultural. Unos pocos gigantes como Herbert Spencer, E. B. I j d o r y L. H. Morgan, en los das prsperos del evolucionismo, all por la segunda mitad del siglo pasado, fueron capaces de ocupar por un tiempo el campo cultural. Pero los antievolucionistas reconquistaron el campo y lo han con-servado victoriosos en lo que va de la presente centuria. Por cierto que Morgan y Spencer cometieron ambos errores en el uso de su filosofa, pero la equivocacin hecha en el empleo de una herramien-ta no significa que la misma deba ser desechada por intil. Sin em-bargo, los antroplogos culturales y mucho, socilogos han recha-zado la filosofa del evolucionismo al repudiar los errores de algunos evolucionistas. Pero la victoria ganada por los antievolucionistas en el nivelcultural es slo temporaria. A medida que la ciencia social ma-dure, el concepto bsico de la ciencia y la filosofa, que la realidad

  • es temporal y formal en su carcter, ganar acceso al nivel cultural tal como lo ha hecho en los niveles biolgico e inanimado.

    Se deber notar, por supuesto, que l6s~omHres~ convencionales usados para "las ciencias" no cuadran del todo con nuestro sistema de categoras. Pero ello es perfectamente comprensible: los trminos fsica, zoologa, sociologa, etc., han entrado en uso conforme creca la ciencia, y este crecimiento ha sido ms o menos accidental. Los con-ceptos de tiempo y espacio existieron mucho antes de que se descu-briera que tiempo y espacio no son ms que aspectos de una tercera cosa para la que no hay un nombre ms adecuado que espacio-tiempo. Pero el hecho de que los nombres de "las ciencias" no correspondan con nuestras nueve categoras d ningn modcTrest~val!dez a las c^ tegoras. La madurez de la ciencia en cualquier campo puede ser valuada bastante exactamente por su vocabulario: conforme crece, "una ciencia" desarrolla su terminologa propia. Esto ha tomado lugar extensamente en las ciencias fsicas y biolgicas. Y en la actualidad palabras tales como instinto, inteligencia, raza, sociedad, han demos-trado ser tan difciles de usar que es probable que sin demora dejen el lugar a una terminologa ms efectiva.

    Para el trabajador cientfico, trminos tales como psicologa, bot-nica, qumica, etc., continuarn indudablemente siendo tiles y satis-factorios, salvo hasta el punto en que otras divisiones del trabajo y la especalizacin hagan necesario el empleo de nuevos trminos. Pero para el pensador, para el filsolo de la ciencia, se requieren nuevos trminos tcnicos. No tengo la presuncin de proporcionar nombres para nuestras nueve categoras. Pero, dado que representan un an-lisis lgico y realista del campo, parece probable que a medida que estas categoras invadan ms y ms el pensamiento sistemtico, even-tualmente recibirn nombres.

    CAPTULO SEGUNDO

    EL SMBOLO

    Origen y base de la conducta humana "En la Palabra est el comienzo ... el comienzo del Hombre y la

    Cultuia."

    I

    En julio de 1939 se celebr una reunin en la Universidad Lelan Stanford para conmemorar el centsimo aniversario del descubrimiento

    de que la clula es la unidad bsica de todo tejido nuevo. En la ac-tualidad estamos comenzando a comprender y apreciar el hecho de que el. smbolo es la .unidad bsica de tqda-conducta humana y civilizacin.

    TodaTconductal iumana se origina en el uso d e"'sm bol os, F u e 1 smbolo que transform nuestros antepasados antropoides en hombres y los hizo humanos. Todas las civilizaciones han sido generadas, y son perpetuadas, slo por el empleo de smbolos. Es el smbolo que transforma un infante de Homo Sapiens en un ser humano; los sor-domudos que crecen sin el uso de smbolos no son seres humanos. Toda conducta humana consiste en el uso de smbolos o depende de tal uso. La conducta humana es conducta simblica; la conducta sim-blica es conducta humanaT'EI's'mbolo es e l universo de la humanidad.

    II

    El gran Darwin declar en La Descendencia del Hombre que "no hay diferencia fundamental entre el hombre y los mamferos superio-res en lo relacionado con sus facultades mentales," que la diferencia entre ellos consiste "nicamente en la casi infinitamente mayor capa-cidad del hombre para asociar entre s ios sonidos e ideas ms diver-sos . . . los poderes mentales de los animales superiores no difieren en clase, aunque s mucho en grado, de los correspondientes poderes del hombre (captulos 3, 18; el subrayado es nuestro).

  • Esta opinin de la mentalidad comparativa es compartida por muchos investigadores en la actualidad. F. H. Hankins, un prominente socilogo, dice, por ejemplo, que "a pesar de su enorme cerebro, no puede decirse que el hombre tenga algn rasgo mental que le sea pecul ia r . . . Todas estas superioridades humanas son meramente rela-tivas o representan diferencias de grado." El profesor Ralph Linton, un antroplogo, escribe en El Estudio del Hombre: "Las diferencias entre hombres y animales en todos estos sentidos (conducta) _son enfmes, pero parecen ser diferencias de cantidad antes que de cali-dad." Se puecT^demostrar que entre la conducta humana y la animal lia y Tanto en comn," observa Linton, "como para que la separacin (entre ellas) deje de tener gran importancia." El Dr. Alexander Gol-denweiser, igualmente un antroplogo, es de opinin que "en lo tocan-te a psicologa pura, considerando la mente como tal, el hombre no es en realidad ms que un animal de talento" y que "la diferencia entre la mentalidad aqu mostrada (por un caballo y un chimpan-c) y aquella del hombre es simplemente una diferencia de grado."1

    Es por dems obvio que hay numerosas e impresionantes similitu-des entre la conducta del hombre y aquella del mono; es bastante posible que los chimpancs y gorilas de los jardines zoolgicos las hayan notado y apreciado. Bastante aparentes son tambin las simili-tudes de la conducta humana con la -de muchas otras clases de anima-les. Casi tan obvia, pero no fcil de definir, es una diferencia de con-ducta que distingue al hombre de todas las dems criaturas vivientes. Dije "obvio", pues es bastante claro para el hombre comn que los ~ animales no humanos con los que est familiarizado no pueden en- | trar y participar, pues les es imposible, en el mundo en que l, como ; ser humano, vive. No es posible que un perro, caballo, pjaro, o hasta un mono, tenga algn entendimiento del significado del signo de la cruz para un cristiano, o del hecho de que el color negro (blanco entre los chinos) sea el color de duelo. Ningn chimpanc o rata de laboratorio puede apreciar la diferencia que hay entre agua bendita y agua destilada, o captar el significado de martes, 3, o pecado. Ningn animal salvo el hombre puede distinguir un primo de un to, o un j primo cruzado de un primo paralelo. Slo el hombre puede cometer 1

    el crimen de incesto o adulterio; slo l puede recordar el da de descanso y mantenerlo sagrado. Ta l como bien sabemos, no es que los animales inferiores puedan hacer estas cosas pero en menor grado que nosotros; de ningn modo pueden efectuar estos actos de apreciacin y distincin. Segn dijo Descartes hace ya mucho tiempo, "no es que los brutos tengan menos 'razn que el hombre, lo que ocurre es que no tienen absolutamente ninguna."2

    Pero cuando el sabio intenta definir la diferencia mental que existe

    entre el hombre y otros animales, tropieza ciertas veces con dificul-tades que no puede superar y, por lo tanto, termina diciendo que la diferencia es simplemente una de grado: el hombre tiene una mente ms grd, "mayor poder de asociacin/' un ms amplio orden de actividades, etc. Un buen ejempo de lo dicho os lo brinda el dis-tinguido fisilogo Antn J. Carlson. .Luego de notar "las presentes conquistas del hombre en ciencia, en las artes (incluyendo la oratoria), en instituciones polticas y sociales," y observando "al mismo tiempo la aparente pobreza de tal conducta en otros animales," l, como hombre comn, "est tentado a llegar a la conclusin de que en estas capacidades, al menos, el hombre tiene una superioridad cualitativa spbre otros mamferos." Pero, dado que, como hombre de ciencia, el profesor Carlson no puede definir esta diferencia cualitativa que existe entre el hombre y otros animales, dado que cpmo fisilogo no la puede explicar, se rehusa entonces a admitirla ". . . e l fisilogo no acepta que el gran desarrollo del lenguaje articulado usado por el hombre sea algo cualitativamente nuevo; . . ." y sugiere desampara-damente que tal vez un da hallemos en la mente humana alguna nueva piedra angular", un "adicional lipoide, fosftido o ion de potasio" que la explique, y concluye diciendo que la diferencia entre la mente del hombre y la del no hombre es "probablemente slo una diferencia de grado."3

    La_tesis que nos proponemos formular y defender en estas pginas es que hay uadiferencia fundamental entre la mente del hombre y la mente del no hombre. Esta diferencia es de clase, no de grado. Y el espacio que media entre los dos tipos es de suma importancia a f m e -nos para la ciencia de la conducta comparada. El hombre usa sm-{pS^no hay otra criatura que lo haga. Un organismo tiene la fa-cultad de usar smbolos, o no la tiene; no hay estados intermedios.

    III

    i P u e d e ser definido como i]}a_^osa_cuyo valor _o_ signi-Jficado le es adjudicada poi qu ieaJa j s a , Digo "cosa", pues un smbolo puede tener cualquier clase de forma fsica; puede tener la forma de un o b j c o un sabor.

    El significado, o valor, de un smbolo no tiene en ningn caso origen o determinacin en la forma fsica de propiedades intrnsecas: el color adecuado para el duelo puede ser amarillo, verde o cualquier otro; el prpura no necesita ser el color de la realeza; entre los go-bernantes manches de la China era amarillo. El significado de la palabra "ver" no es intrnseco a sus propiedades fonticas (o gr-

  • ficas). "Buscar cinco pies al gato" puede significar cualquier cosa. El significado de los smbolos tiene su origen y determinacin en los organismos que los usaa; los organismos humanos adjudican significa-do a hechos o cosas fsicas, los que luego se convierten en smbolos. "El significado de los smbolos," para usar la frase de John Locke, "nace de la imposicin arbitrara de los hombres."4

    Todos los smbolos deben tener una forma fsica, de lo contrario no podran penetrar en nuestra experiencia.JEsta afirmacin es vlida independientemente de nuestra teora de la experiencia. Aun los ex-positores de la "percepcin extra sensorial," que fian recusado el con-cepto de Locke de que "el conocimiento.de la existencia de cualquier otra cosa (aparte nosotros mismos y Dios) lo podemos obtener slo mediante la sensacin,"5 se han visto obligados a trabajar con formas fsicas antes que etreas. Pero el significado de un smbolo no puede ser descubierto con el mero examen sensorial de.su forma fsica. Con slo mirar una x en una ecuacin algebraica no podemos decir qu representa; con los odos solos no es posible determinar el valor sim-blico del compuesto fontico yes; conocer el peso de un cerdo no basta para saber cunto oro nos darn por l; la longitud de onda de un color no aclara si representa coraje o cobarda, o si es una seal para gobernar el movimiento de peatones; ni tampoco se puede des-cubrir el espritu de un fetiche con no importa cuntos exmenes fsicos y qumicos. El significado de un smbolo puede ser captado nicamente por mediosjho sensoriales, simblicos.

    La naturaleza de la experiencia simblica puede ser ilustrada f-cilmente. Cuando los espaoles se encontraron por primera vez con los aztecas, nadie conoca el idioma del otro. Cmo podran los in-dios descubrir el significado de santo o la importancia del crucifijo? Cmo podran los espaoles aprender el significado de calli, o apre-ciar a Tlloc? Estos significados y valores no podan ser comunicados por la sola experiencia sensoria de las propiedades fsicas. El odo mas aguzado no puede saber si santo significa "sagrado" o "hambriento . Los sentidos ms penetrantes no pueden aprehender el valor del agua bendita: Sm embaigo, tal como todos sabemos, los espaoles y los aztecas descubrieron los respectivos significados y apreciaron los res-pectivos valores. Pero no con medios sensoriales. Cada uno fue capa/ de penetrar en el mundo del otro slo en virtud de una facultad J>aa la que no tenemos mejor nombre que smbolo.

    Pero una cosa que en un contexto es un smbolo, en otro contexto no es un smbolo sino un signo. De esa manera una palabra es un sm-bolo nicamente cuando se sabe la distincin que existe entre su sig-^ nieado y su forma fsica. Esta distincin debe ser hecha forzosamente al asignar valor a una combinacin de sonidos o cuando un valor

    asignado previamente es descubierto por primera vez; puede ser hecha optativamente en otro momento para ciertas finalidades. Pero una vez que se ha asignado valor a una palabra, o que se ha descubierto el valor d e t a l palabra. el significado d la misma es, durante el us, identificado con su forma fsica. La palabra funciona entonces j i ma-nera de signo antes que como smbolo. .S significado es entonces cap-tado con los sentidos.

    Definimos el signo como un hecho o cosa fsica cuya funcin es la de indicar otra cosa o hecho. El significado de un signo puede ser inherente a su forma fsica y a su contexto, tal como en el caso de la a l tura de u n a columna de merculT" eiTun termmetro como indica-cin de temperatura, o la cada de hojas en otoo. Alternativamente, 1 significado de un signo puede ser simplemente identificado con su forma fsica, tal como en el caso de una sirena de alarma o una ban-dera de cuarentena. Pero en todos los casos el significado del signo* puede ser determinado con medios sensoriales. El hecho de que una cosa puede ser un smbolo (en un contexto) y a la vez un signo (en otro contexto) ha llevado a confusiones y malos entendidos.

    Por ejemplo, dice as Darwin: "Lo que distingue al hombre de los animales inferiores no es la comprensin de sonidos articulados, pues, como bien se sabe, los perros entienden muchas palabras y frases," (La descendencia del hombre, captulo I I I ) .

    Es perfectamente exacto, por supuesto, que a perros, monos, ca-ballos, pjaros, y tal vez criaturas que ocupan peldaos ms bajos de la escala evolutiva, se les puede ensear a responder en forma especfica cuando reciben una orden vocal. El pequeo Gu a, un joven chimpanc usado por Kelloggs en sus experimentos, fue, durante un tiempo, "considerablemente superior al nio en su respuesta a las palabras h u m a n a s . P e r o no se desprende de all que no haya dife-rencia entre el significado de "palabras y frases" que capta un hombre y el que capta un mono o un perro. Las palabras son para el hombre a la vez signos y smbolos; para un perro sonTimpImente signos,^ Ana-licemos la situacin de estmulo vocal y respuesta.

    Un perro puede aprender a echarse cuando oye la orden "Abajo!" A un hombre se le puede ensear que se detenga cuando le dicen "Alto!" El hecho de que un perro pueda aprender a echarse cuando se le ordena en chino, o que se le pueda ensear a "buscar" cuando se le dice "abajo" (y lo mismo es, por supuesto, vlido para un hom-bre) demuestra que no existe una relacin necesaria e invariable entre, una particular combinacin de sonidos y la reaccin especfica que piovoca. Al perro o al hombre-se les puede ensear a responder de i.na cierta manera a cualquier combinacin de sonidos elegida arbi-tra,,niCiUe, P o r ejemplo, un grupo de slabas sin sentido, ideada para

  • la ocasin. Por otra parte, cualquiera de una gran variedad y nmero de respuestas puede resultar evocada por un determinado estmulo. De ese modo, dentro ele lo referente al origen de la relacin existente \ entre estmulo vocal y respuesta, la naturaleza de la relacin, o sea j el significado del estmulo, no es determinada por propiedades intrn-jf

    secas del estmulo. r Pero, una vez establecida la relacin entre estmulo vocal y res- ,

    puestaTel significado del estmulo resulta identificado con los sonidos; es entonces como si el signiicado fuera algo in t r nsecoj le los sonidos, mismos. Es as como "alto" no tiene el mismo signifcacto que "salto" o "falt", y tales estmulos son distinguidos entre s con ayuda del meca-nismo auditivo. Un perro puede ser acondicionado para responder de una cierta manera al or un sonido de una determinada longitud de onda. Altrese suficientemente la altura del sonido y la respuesta dejar de aparecer. El significado del estmulo ha sido identificado con su forma fsica; su valor es apreciado con los sentidos.

    Vemos as en la conducta de signos, cuando es establecida una rela-cin entre un estmulo y una respuesta, que las propiedades intrnse-cas del estmulo no determinan la naturaleza de la respuesta. Pero luego de que ha sido establecida la relacin, es como si el significado del estmulo fuera algo inherente a su forma fsica. No hace n inguna | diferencia qu combinacin fontica escojamos para hacer aparecer; la respuesta de poner fin a la locomocin. Podemos ensear a un perro, hombre o caballo a que se detenga cuando oiga cualquier orden vocal que se nos haya ocurrido elegir o idear. Pero una vez que ha sidol'stablecidaiu relacin entre sonido y respuesta, el significado .del estmulo se identifica con su forma fsica y es, por consiguiente, perci- j bible con los sentidos.

    H l a d q L i f o l i e m o s descubierto ninguna diferencia entre el perro t y el hombre pirecen ser exactamente iguales. Y lo son, hasta el pun to adonde hemos llegado. Pero an no hemos narrado toda la historia. Entre perro y hombre no hay ninguna diferencia discernible en lo relacionado con el aprender a responder apropiadamente a un estmulo vocal. Pero no permitamos que una similitud impresionante oculte una importante diferencia. Una tortuga no es an un pez.

    El hombre difiere del perro^-y de todas las otras criaturas en ..que. puedf desempear un papel activo, y asi lo hace, en la determinacin del valor que deber tener el estmulo vocal, y el perro no puede hacer \ lo mismo. El perro no desempea ninguna parte activa, ni puede hacerlo, en la determinacin del valor del estmulo vocal. El que deba echarse o ir en busca de algo en respuesta a un determinado estmulo, o que el estmulo que lo hace echarse sea una u otra combinacin de sonidos, son asuntos en los que el perro no tiene "voz ni voto." Des-

    empea un papel puramente pasivo y no puede hacer nada ms. Apren-de el significado de una orden vocal as como sus glndulas salivales pueden aprender a responder al sonido de una campana. Pero el hombre juega un papel activo y se convierte as en creador: que x equivalga a tres kilogramos de carbn y ser igual a tres kilogramos de carbn; que el quitarse el sombrero en un templo indique respeto, y tal el valor que adquiere el gesto. Esta facultad creadora, la de libre,

    aci \ arbitrariamente asignar valor a "las cosas, es una d las ms comunes y corrientes caractersticas del hombre, pero es tambi~7fl mas importante. Los amos la emplean libremente en su juego: "Diga^ ms que sta roca es un lobo."

    La diferencia entre la conducta del hombre y la de otros animales consiste, entonces, en que los animales inferiores pueden recibir nuevos valores, pueden adquirir nuevos significados, pero no pueden"crearlos

    Hacerlo es m s a i i m ^ d d - J l a m b r e . Para usar una c ruda" j analoga, los anmales inferiores son como una persona que tuviera i slo el aparato receptor de mensajes inalmbricos: puede recibir men-| sajes pero no los puede enviar. El hombre puede hacer ambas cosas.

    uiiajdiferencia debelase, no de gradol una criatura puede ya sea "imponer" arbitrariamente significados," puede ya sea crear y asignar valores, o no puede hacerlo. No hay estados intermedios. Esta diferencia puede parecer nimia, pero, tal como una vez le replic un carpintero a William James al discutir las diferencias que haba entre los hombres, "es muy importante." Toda existencia humana depende de ella y de ella sola.

    La confusin referente a las palabras y a su significado para el hombre y los animales inferiores, no es difcil de comprender. Surge, antes que nada, de na falla en distinguir los dos contextos comple-tamente diferentes en los que funcionan las palabras. Las afirmaciones: "el significado de una palabra puede ser captado con los sentidos," y "el significado de una palabra no puede ser captado con los sentidos," aunque contradictorias son sin embargo igualmente verdaderas. En el contexto de smbolo el significado no puede ser percibirlo con los SPII-

    J jdos ; en el contexto da origen a bastantes confusiones. Pero la situacin ha sido empeorada al usar las palabras "smbolo" y "signo" para designar, no los contextos diferentes, sino una y la misma cosa: la palabra. Es as como una palabra es a la vez smbolo y signo, dos cQsasliIiferen tes^-F.s como decir que un vaso es un doli y un liana - d o s cosas d i ferentes- pues puede funcionar en dos contex-tos, uno esttico y otro comercial.

  • IV

    i Que el hombre sea nico entre las especies animales en lo referente a capacidades mentales, que una fundamental diferencia de clase no de grado lo separa de todos los otros animales, es un hecho aceptado desde hace mucho tiempo, no obstante el pronunciamiento contrario de Darwin. Ya en el siglo XVII, en el Discurso del Mtodo, Descartes seal que "no hay hombre tan obtuso y es tpido. , , como'para ser incapaz de unir entre s dos palabras diferSTTTCS"... por otra parte, n Hay tl'O animal, no lmpor t a cua"n~fTgrfegFo... que pueda hacer Jo miinlO." lambin John Locke vio claramente qlie "el poder de'abs-tracoo falta totalmente en ellas (es decir, las bestias), y que el tener ideas generales es lo que establece una distincin perfecta entre hom-bres y brutos, y se trata de una excelencia que las facultades de los brutos no pueden lograr de ningn m o d o . . . son incapaces de usar palabras o cualquier otro signo general."7 El eminente antroplogo britnico E. B. Xvlor llam la atencin sobre "el j

  • presentar smbolos con cualquier parte del" cuerpo que podamos mover a voluntad.9

    La facultad de usar smbolos fue indudablemente puesta en exis-tPnri^~^3r~^I^prceso!*atural tle_jajevoluciTr orgjimca. Y~ po"3emos suponer":razonablemJl j^^ ele s l^ facu l t ad, si no su_

    pn ni entra en el ce reb rcC^speapmei re i i l cerebro" anterior. El rerebro humano es mucho mayor que el de"*n mono, tanto absoluta como proporcionalmente. El cerebro del varn adulto tiene, trmino medio, un volumen de unos mil quinientos centmetros cbicos; el de los gorilas rara vez excede de los quinientos centmetros cbicos. En proporcin, el cerebro humano pesa algo as como una quincua-gsima parte de todo el peso del cuerpo, en tanto que el cerebro del gorila vara desde una cientocincuenta a una doscientasava parte del peso del animal 1 0 . Y el cerebro anterior es particularmente grande en el hombre, comparado con el del mono. Ahora bien, sabemos_jde muchos casos en que variaciones, cuantitativas dan origen a n i le reaas cualitativas. El agua se transforma en vapor por efecto de cantidades adicionales de calor. Un aumento de fuerza y velocidad hace que ei aeroplano se despegue del suelo, y la locomocin terrestre es trans-formada en vuelo. La diferencia entre los alcoholes metlico y etlico es una expresin cualitativa de una diferencia cuantitativa en las pro-porciones de carbono e hidrgeno. Puede entonces que un crecimiento notable de tamao ocurrido e n d e e r e b r o del horahceJiaya hecho apa-r e c e r ~ n a r m ^ ^

    VI

    T o d a cultura /civilizacin) depende del smbolo^ Fue el ejercicio de la facultad de usar smbolos lo que puso en existencia a la cultura, y el uso de los smbolos es lo que hace posible la perpetuacin de la cultura. Sin el smbolo no habra cultura, y el hombre sera sencilla-mente un*anima), no un ser humano.

    El lenguaje articulado es la forma ms importante de expresin simblica. Qu queda de la cultura si suprimimos el lenguaje? Veamos.

    En ausencia del lenguaje articulado no habra ninguna org,aniza-cin social humana. Puede que hubiera^Tmilias, pero tal forma de organizacin no es peculiar del hombre; no es, n s, humana. Pero no tendramos prohibiciones de incesto, no habra reglas prescribiendo la exogamia y la endogamia, la poligamia o la monogamia. Cmo se podra prescribir el matrimonio entre primos cruzados, o proscribir la unin entre primos paralelos, si no existiera el lenguaje articulado? Si la gente no supiera h a b l a n j c r n o p o d ' h a r A i ^ t ^ j r ^ n p -arethihen

    permiten si son posedoTlio por vez? Si no hubiera lenguaje no jahc ja^orgawaac in^pol i t i coeconmica ,

    pr-lfi&&tica o mili tar: no habra tica ni reglas de etiqueta; no habra leyes, ni ciencia, teologa o l i teratura; ni juegos o msica, excepto en el nivel de los simios. T o d o el aparato de rituales v ceremonias care-cera de sentido si no Hubiera lenguaje articulado7~^IrTlHngajeTiS tendramos por cierto casi n inguna herramienta: poseeramos skTe uso ocasional e insignificante de herramientas tal como el que halla-mos actualmente entre los monos superiores, pues merced al lenguaje articulado el uso no progresivo de herramientas propio del mono se transform en el uso progresivo y acumulativo de herramientas hecho por el hombre, el ser humano .

    En suma, sin alguna forma de comunicacin simblica, no tendra-mos cultura. "En el Verbo estaba el principio" de la cuItura y. tam-bin su perpetuacin.

    Pero, no obstante toda su cultura, el hombre sigue siendo un ani-mal y pugna por lograr los mismos fines hacia los cuales se esfuerza por llegar toda otra criatura viviente:1 la conservacin del individuo y la perpetuacin de la especie. En trminos concretos, estos fines son . alimento, proteccin de los lementos, defensa de los enemigos, salud y descendencia. El hecho de que el hombre se empee por alcanzarlos, al igual que todos los otros animales, indudablemente ha inducido a muchos a declarar que "no hay una diferencia fundamental entre la conducta del hombre y la de otras criatura: Pero hay una diferencia en el hombre, no en los fines sino en los medios. LoTmeHiorHelTom^" brFTonmedi^ del animal humano. Y dado que estos medios, la cultura, dependen de ua facultad poseda por el hombre, la facultad de usar smbolos, la rijferfinqa^aig la conducta del hombre y la de todas las otras. cria- , turas no es slo grande, sino bsica y fundamental .

    VII

    La conducta del hombre es de d e s d a s e s distinta.s: simhliVa y no_ simbblica.- El hombre bosteza, se despereza, tose, se rasca, gritai ele dolor, se encoge de miedo, monta en clera, etc., etc. La conducta no simblica de esta clase no es peculiar del hombre; la comparte no slo con otros mamferos superiores sino tambin con muchas otras espe-r , e |_ jn imales . Pero~eT ser hum ano se comunica cor sus semjates \ tlindose de un lenguaje articulado, usa amuletos, confiesa sus pe-cados, hace leyes, respeta reglas de etiqueta, explica sus sueos, clsi-

  • fica sus relaciones en categoras designadas, y as sucesivamente. Esta clase de conducta es nica en su gnero; nadie ms que el hombre es capaz de ella^es_fieculiar del hombre por el hecho de consistir en el u^ de smbolos o por d e p e n d e r de Tai usoHba-tonducta-Tia-siinblica^^ d e T n H o i ^ ^apTes^es l a ' a w d c t a ' del ^ ' i m a l hombre; la conducta simblica es aquella d e l j i o m b r como_ Aer huma.no. Es e l j m B o o el q u 7 W ~ m e r o animal, ha transformado al hombre e n ^ " animal ; humaor i

    Dado el hecho de que la conducta humana es conducta simblica y debido a que la conducta de las especies infrahumanas es no sim-blica, se desprende de ello que las observaciones o experimentos hechos con los animales inferiores no nos aclararn nada acerca de la conducta humana. Las experiencias efectuadas con ratas y monos han sido por cierto valiosas. Mucho es lo-que han ayudado a comprender sobre mecanismos y procesos de conducta de los mamferos o los ver-tebrados superiores. Pero no han contribuido con nada en lo tocante a l comprensin de la conducta humana, pues el mecanismo de sm-bolos y todas sus consecuencias faltan por completo en las especies inferiores. Y con referencia a la neurosis observada en ratas, es, por supuesto, interesante saber que estos roedores pueden ser llevados a u n estado neurtico. Pero lo que la ciencia entenda de conducta psico-ptica entre seres humanos, antes de que las neurosis fueron produci-das experimentalmente en ratas, era probablemente mucho ms de lo que sabe en la actualidad sobre las neurosis de las ratas. Nuestra comprensin de los trastornos nerviosos humanos nos ha ayudado a comprender la neurosis de la rata; en realidad, hemos interpretado esta ltima en trminos de patologa humana. Pero mal puede verse dnde las ratas neurticas de laboratorio han ayudado a profundizar o ampliar nuestra comprensin de la conducta humana.

    Ya que fue el smbolo lo que hizo hupiaR>=al hombre, otro tanto ocurre : ;OH~ead^nrienbfe de-te-especT U n beb se torna humano slo cuando c o m i r a z a ^ que comienza a hablar noThay nada que distinga cualitativamente su conducta de aquella de -un joven mono, tal como se demostr en la obra titulada El Mono y el Nio. En realidad, uno de los resultados asombrosos de este fascinante experimento efectuado por el matr imonio Kellogg fue la demostracin ,de cunto se parece a un mono un infante de H o m o sapiens antes de que comienza a hablar. El n io adquiri una excep-cional habilidad para trepar estando junto con la pequea chim-panc, y hasta aprendi los c h i l l i d o s del animal para reclamar ali-mento! Los Kellogg refieren cmo la pequea mona se "humaniz" en el tiempo en que convivi con ellos. Pero lo que el experimento puso categricamente en evidencia fue la absoluta inrapacidad ^el^ mono^

    para^aprender a hablar o siquiera hacer cualquier progreso en tal stI3o en suma, su incapacidad para "humanizarse" de algn modo.

    El infante de la especie Homo sapiens se torna humano slo cuando adquiere la facultad de usar smbolos y la ejerce,. Unicamente por me-dio del lenguaje articulado que no es necesariamente vocal puede penetrar en el mundo de los seres humanos y tomar parte en sus asuntos. Los interrogantes anotados ms arriba pueden ser repetidos ahora. Cmo puede un nio crece apreciar cosas tales como orga-nizacin socmT, tica, etiqueta, rtmd, ciencia, rgligin,. arte y ' juegos si n o j g c u r r e a_la comunicacin jsimblica? La respuesta es. por spues-t o ^ u e no podr a s a f e r j a a d a J e estas-eesas-nitner~nmguna~ aprecia-cio de ellas.

    Aqu es oportuno mencionar el misterio de los "nios lobos." Desde el mito de Rmulo y Remo y aun de mucho antes se ha credo en las historias de nios criados por lobas u otros animales. No obstante el hecho de haberse demostrado repetidamente que los casos de "nios lobos" eran falsos o carecan de pruebas adecuadas, luego que Blumenbach descubri que "Wild Peter" era sencillamen-te un dbil mental que haba sido echado de su casa a instancias de una madrastra de adquisicin reciente, estas deplorables fbulas popu-lares siguen en la actualidad teniendo vigencia en ciertos crculos "cientficos." Pero algunos socilogos y psiclogos han sacado buen provecho de estas criaturas lupinas y "hombres de la selva," a saber, demostrar cmo un representante de la especie Homo sapiens que vive en un mundo sin smbolos no es un ser humano sino un bruto. Parafraseando a Vollaire, se podra decir que si no existieran nios lobos, la "ciencia social" tendra que inventarlos.

    Los casos de nios que han estado aislados del contacto humano por aos de ceguera y sordera, pero que eventualmente llegaron a es-tablecer comunicacin con sus semejantes en un nivel simblico, son por dems esclarecedores. La historia de Hellen Keller es excepcional-mente instructiva, aun cuando son tambin valiosas aquellas de Laura Bridgman, Marie Heurt in , y otras n .

    Una enfermedad hizo que Hellen Keller perdiera la vista y el odo a edad muy temprana. Creci como una criatura incapaz de todo contacto de smbolo con nadie. Las descripciones hechas de ella cuan-do tena siete aos, poca en que llega a su casa Miss Sullivan, su maestra, revelan que la conducta de Hellen careca de todo atr ibuto humano. Era un pequeo animal, terca, indmita e indisciplinada 12.

    En algo as como un d a luego de haber llegado al hogar de los Keller, Miss Sullivan le ense a Hellen su primera palabra, dele-trendosela en la mano. Pero esta palabra era sencillamente un signo, no un smbolo. Una semana ms tarde Hellen conoca varias palabras

  • pero, segn refiere Miss Sullivan, no tena idea de "como usarlas o que todas las cosas llevaban un nombre." A las tres semanas la pe-quea ciega y sordomuda conoca dieciocho substantivos y tres verbos. Pero estaba todava en el nivel de los signos; no tena ninguna nocin de "todas las cosas llevan un nombre."

    Hellen confunda los signos de palabra para "jarra" y "agua" pes, aparentemente, ambos se relacionaban con el acto de beber. Miss Sullivan intent varias veces aclarar tal confusin, pero sin xito. Cierta maana, sin embargo, ya pasado como un mes de la llegada de Miss Sullivan, ambas se dirigieron a la bomba de agua que haba en el jardn. Lo que ocurri entonces ser mejor narrarlo con sus propias palabras:

    "Hice que Hellen sostuviera la jarra debajo de la canilla mien-tras yo accionaba la bomba. A medida que manaba el agua fresca, llenando la jarra, deletre "a-g-u-a" en la mano libre de la nia. AI surgir tan prxima a la sensacin del agua fresca que corra por su mano, la palabra pareci atemorizarla. Dej caer la jarra y se irgui como transfigurada. Una luz nueva brillaba en su rostro. Deletre "agua" varias veces. Entonces se arroj al suelo, y tocndolo pregunt qu nombre tena, y seal la bomba y el enrejado, y volvindose de pronto pregunt cmo me llamaba y o . . . En unas pocas horas haba agregado una treintena de pa-labras nuevas a su vocabulario."

    Pero estas palabras eran ahora algo ms que meros signos, tal como lo son para un perro y como lo haban sido para Hellen hasta ese mo-mento. Eran smbolos. La pequea ciega y sordomuda haba compren-dido por fin y haba hecho girar la llave que por primera vez le dio acceso a un universo nuevo: el mundo de los seres humanos. Tales las palabras con que la nia describe esta maravillosa experiencia:

    "Caminamos por el sendero que llevaba a la bomba de agua, atradas por la fragancia de las madreselvas que cubran la glo-rieta. Alguien estaba sacando agua y mi maestra puso mi mano en la boca de la bomba. Mientras la fra corriente flua sobre una de mis manos, ella me deletre en la otra la palabra agua, primero lentamente, luego con rapidez. Me qued inmvil, con toda mi atencin concentrada en el movimiento de sus dedos. Sent de repente como si algo olvidado emergiera de entre las brumas - la emocin producida por el retorno de un pensamien-to; y de algn modo me fue revelado el misterio del lenguaje. Supe entonces que "a-g-u-a" era esa cosa fra y maravillosa qtie corra entre mis dedos. Ese mundo viviente despert mi alma, le dio luz, esperanza, alegra, la puso en libertad!"

    Hellen fue instantneamente transformada por esta experiencia. M i s s .Sullivan haba logrado tocar el .mecanismo de smbolos de la nia y lo haba puesto en funcionamiento. Hellen, por su parte, tuvo conciencia del mundo exterior merced a este mecanismo que haba yacido dormido e inerte durante todos esos aos, hundido en un obs-curo y silencioso aislamiento por ojos que no podan ver y odos que nada oan. Pero ahora haba cruzado la frontera para entrar en un nuevo pas. De ah en adelante su progreso sera rpido.

    "Me alej de la glorieta y sus madreselvas impaciente por apren-der," agrega la nia. "Cada cosa llevaba un nombre, y cada nombre haca nacer un nuevo pensamiento. Cuando regresbamos a la casa, todo objeto que tocaba mi mano pareca palpitar con vida. Ello se deba a qiie vea todo con la nueva y extraa vista que haba llegado a m."

    Hellen se humanizaba con gran rapidez. "Compruebo que la pe-quea mejora de da en da," escribi Miss Sullivan en su diario, "casi podra decir que de hora en hora. Cada cosa debe tener un nom-bre a h o r a . . . Deja de lado los gestos y pantomimas que usaba antes tan pronto como tiene la palabra para reemplazarlos.. . Observamos que su.rostro se pone ms expresivo cada da. . . "

    Difcilmente pueda uno imaginarse un relato ms elocuente y con-vincente de la importancia de los smbolos y del profundo abismo que media entre la mente humana y una mente desprovista de smbolos.

    VIII

    Resumen. El proceso natural de la evolucin biolgica hizo apa-recer en d hombre, y unn in enTe"W"ef hombre runV Facultad nueva y distintiva: la facultad de usat smbolos. I.a forma ms importante de la expresin simblica es el 1 e nguajear t iculado. Lenguaje articulado s grrilica comunicacion dcTTdeas; comunicacin significa preservacin tradicin, y preservacin significa acumulacin y progreso. La emer-gencia de la facultad de usar smbolos se ha traducido en la gnesis de un nuevo orden de fenmenos: un orden extrasomtico, cultural. Todas jas civilizaciones nacen del uso de smbolos, y son perpetuadas^ por tal u*o. Ua cultura, o civilizacin, no es ms que una particular clase de forma que toman las actividades biolgicas, perpetuadoras de vida, desarrolladas por un animal particular, el hombre.

    Conducta humana^gsf^uc^s imbl ica^^no_es_s imbl ica , no es h^fiH- La criatura del gnero Hombre se convierte en un ser hu-mano slo cuando es introducida en ese orden de fenmenos que es la cultura y participa de tal orden. La llave de este mundo y el medio de participar en l es el smbolo.

  • t

    CAPTULO SEXTO

    C U L T U R O L O G A V E R S U S P S I C O L O G A E N L A I N T E R P R E T A C I N D E L A C O N D U C T A H U M A N A

    "^m.hechos sociales no son sencillamente el desarrollo de hechos psquicos: stps son en (fran parte a meraWWMIWJtirW^iffifos en la viente de los hombres. Trtase de una proposicin que~ reviste extraordinaria importancia, ya que el punto de vista opuesto hace que a cada instante el socilogo se sienta inclinado a tomar la causa por efecto y viceversa. Si, por ejemplo, tal como ocurre a menudo, se ve en la organizacin de la familia la expresin lgi-camente necesaria de sentimientos humanos inherentes a todo indi-viduo, el orden de los hechos est invertido. Es, por el contrario, la organizacin social de las relaciones de parentesco lo que ha deter-minado los respectivos sentimientos de padres e hijos... jCgda~llZ que un fenmenoscicialei^ por un fenmeno psicolgico, podemos dar f>or cierto que la explicacin es falsa." EMJLK DURKHEIM. I

    La conducta humana no es tan simple como parece. No es una mera substancia sencilla y homognea como el cobre o el oro, sino un compuesto como el agua o la sal de mesa. La conducta-humana com^ prende dos elementos separados y distintos, biolgico el uno, cultural el otro. No se trata empero de algo claro y manifiesto, as como tam-poco es aparente para el observador que el agua est compuesta por dos elementos distintos, oxgeno e hidrgeno. Por el contrario,_la con-ducta humana parece ser Una materia tan sencilla y homognea como el agua. Slo por medio del anlisis de una u otra clase podemos 3escSbrr la verdadera estructura y composicin de la conducta hu-mana o de los compuestos qumicos. Y es slo por medio de tal conocimiento como podernos llegar a una comprensin de ambos.

    La conducta humana constituye una clase de hechos y como tal se distingue de otras clases de conducta, por ejemplo, la propia de monos, reptiles, plantas, clulas, tomos, molculas, estrellas, gala-xias, etc. CLa conducta humana se limita, al gnero Homo, pero no se extiende ' junto con las acciones y reacciones del hombre: conducta humana y c5"ndliHa"13l animal Z f o E E i Z H a Z i S Z S g s n m o s r T a como ya hemos visto, slo aquella porcin de la conducta humana que con-

  • sista en smbolos o que dependa de ellos puede ser apropiadamente llamada h u m a n i ^ " ^ conducta animal.

    Ya hemos visto tambin que la especie humana, al ejercer la fa-cultad de usar smbolos, ha puesto en existencia una clase de fen-menos que, en un sentido verdadero, es suprabiolgica"o extrasomtica. Son los lenguajes, creencias, costumbres, herramientas, viviendas, obras de arte, etc., que colectivamente denominamos icultura, Son suprabio-lgicos en el sentido que son transmitidos por los mecanismos df la "herencia social; son extrasomticos en el sentido que tienen una exis-tencia independiefe de c^ individual y ob sobr" ste desde afuera, tal como lo hacen las fuer/as meteorolgicas. Todo individuo de la especie humana nace en un medio ambiente cultural, que es asimismo un medio ambiente natural. Y la cultura dentro ele la cual ha nacido es algo que le rodea y condiciona su conducta.

    Advertimos entonces que cualquier espcimen dado de conducta humana aparece compuesto por dos factores distintos y que proceden de fuentes separadas e independientes. Poruna^^ partfi . se ,encuentra el Qrganismo, que comprende huesos, msculos, nervios, glndulas y r-ganos de los sentidos. Este organismo constituye una unidad cohe-rente y sola, un sistema, con caractersticas definidas que les son propias. Por otra parte se halla la tradicin cultural en cuyo seno ha nacido el organismo. No hay, por "supuesto, l iguna relacin nece-saria entre el organismo del recin nacido y el tipo particular de cul-tura en que nace. Podra haber nacido en una tradicin cultural como en otra, tanto en una tibetana como en una esquimal o americana. Pero, desde el punto de vista de la conducta subsiguiente, todo de-pende del tipo de cultura dentro del cual la criatura es introducida por nacimiento. Si nace en u n a cultura, pensar, sentir y actuar de un modo; si hace en otra, su conducta ser correspondientemente diferente. Por lo tanto, la conducta 'humana estar, siempre y en teclas' partes, compuesta por estosHs ingredientes: la organizacin dinmica de nervios, glndulas, msculos y iganos de l sen t idos qu J s eT hombre, y la tradicin cultural extrasomtica.

    La cultura ha sido producida por el hombre y colfsecuencia guarda una estrecha relacin con l como gnero o especie. Conside-rada como sistema, la cultura est adaptada al hombre antes que a los monos, hormigas o elefantes. Inversamente, si el organismo del hombre no fuera lo que es, su cultura sera diferente. Ta l como lo ha demostrado Clarence Day en su pequeo e ilusoriamente profundo libro, This Simian World, una civilizacin construida por super-hor-migas o super-vacas sera diferente de la cultura de super-simios. Existe entonces una intima relacin entre hombre y cultura. Pero se trata de una. relacin' general antes que, especfica. Esta o aquella cultura

    no pueden ser explicadas apelando a la estructura o naturaleza del hombre, no importa lo variado que la podamos imaginar. La cultura p 11 ede ser considerada como una cosa sui generis, con una vida que le pertenece y con le\es propias. Ms adelante volveremos sobre este tema.

    Dado un cierto tipo de organismo, en el mismo ocurrir un cierto tipo de conducta. Pero en la especie humana este tipo es muy amplio y contiene dentro de s una variacin infinita. La relacin entre hom-bre y cultura parece estrecha slo cuando comparamos el hombre con otros animales. El cuadro es completamente distinto si nuestras observaciones las limitamos a la especie humana. Dentro de esta ca-tegora, qu relacin podemos descubrir entre organismo y tipo de cultura? La respuesta es: "ninguna" es decir, ninguna de una natu-raleza funcional; no hay ms Que asociaciones histricas, nacidas por azar. No_exi$te. por .ejpmpln n upima... relacin funcional entre tipo racional o fsico y lenguaje o dialecto. La gente de color puede hablar bant, francs o chin. 1^0 mismo es vlido para cualquier otro a