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Citas discográficas para 2013 MÚSICA Lady Gaga, Bon Jovi, Arcade o Depeche Mode protagonizarán los nuevos lanzamientos [P11] Viernes 11.01.13 Un niño ante uno de los árboles que crecen en el acebal de Prádena. :: JAVIER PRIETO GALLEGO GPS GUÍA PARA SALIR Tom Cruise es Jack Reacher CINE El actor vuelve a trabajar con el director Christopher McQuarrie tras ‘Valkiria’ [P7] El acebal de Prádena Las bayas rojas que tan bien combinan con el verde de sus hojas llenan de color una zona de monumentales robles y sabinas centenarios [P2]

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Page 1: 130111 Prádena

Citasdiscográficaspara 2013

MÚSICA

Lady Gaga, Bon Jovi,Arcade o Depeche Modeprotagonizarán los nuevoslanzamientos [P11]

Viernes11.01.13

Un niño ante uno de los árboles que crecen en el acebal de Prádena. :: JAVIER PRIETO GALLEGO

GPSGUÍA PARA SALIR

Tom Cruisees JackReacher

CINE

El actor vuelve atrabajar con el directorChristopher McQuarrietras ‘Valkiria’ [P7]

El acebalde PrádenaLas bayas rojasque tan biencombinan conel verde de sushojas llenan decolor una zonade monumentalesrobles y sabinascentenarios [P2]

Page 2: 130111 Prádena

Hay paseos que suenan a pe-regrinación. Como el que al-gunos realizamos cada añocon el ansia de acercarnos albosque que mejor represen-ta el espíritu de la Navidad.O, simplemente, del invier-no: los acebales. El acebo (ilexaquifolium) es una planta ori-ginaria de China que, en for-ma de arbusto o de árbol, pue-de llegar a alcanzar 8 o 10 me-tros de altura. Ama las um-brías, los suelos frescos y pro-tegidos, los tajos, las hoces delos ríos y las laderas septen-trionales de las montañas enlas que se le puede localizarhasta, como mucho, los 1.600metros de altitud.

Sus hojas, pinchudas y lus-trosas como las de ningúnotro árbol de por aquí, recuer-dan en algo a las de la encina.Por eso recibió el mismonombre (ilex) con el que losromanos llamaban a esta. Y,aunque tiene motivos sobra-dos para presumir de estam-pa, especialmente cuando laestación más cruda del añodesnuda al resto del bosque,parece que el acebo es másamigo de esconderse en loprofundo que de exhibirse ensolitario, a la vista de todos.

Por eso es más común en-contrarlo formando manchasboscosas dentro de los roble-dales o los hayedos del nortede España que luciendo pal-mito a solas. O formando bos-quetes independientes comolos que se localizan, de ma-nera excepcional en Castillay León, en las dehesas de Ga-ragüeta, en Soria, y Prádena

y Matabuena, en Segovia.Pero para saber por qué el

acebo es, en dura competen-cia con el abeto, eso sí, el ár-bol que más se asocia a la Na-vidad hay que retroceder, máso menos, hasta los siglos VIIy VIII. Es entonces cuando selocalizan los primeros inten-tos de la Iglesia católica por

crear un mito lo suficiente-mente fuerte como paraque hiciera olvidar la cre-encia ancestral de que elmuérdago era la «plantade la buena fortuna».

La creencia de que elmuérdago era la planta pro-

piciatoria de la buena suertehunde sus raíces ancestralesen viejos mitos especialmen-te extendidos entre los pue-

blos con orígenes célticos ytradiciones agrarias, en losque cobraba una especial im-portancia como planta pro-piciatoria con la llegada decada solsticio de invierno.

Cambio de ritoEl empeño de la Iglesia cató-lica por sustituir las celebra-ciones paganas que girabanen torno al solsticio invernalpor los ritos cristianos queconmemoraban el nacimien-to de Jesús supuso tambiénlocalizar una planta que hi-ciera olvidar las resonanciasmágicas del muérdago. Y asíse encontraron con el únicoárbol que, justo en ese mo-mento del año y en buena par-te de Europa, lucía como el

más vistoso del bosque. Dehecho, la importancia del ace-bo en el entramado ecológicodel bosque radica en que esuna de las pocas plantas sil-vestres capaces de ofrecer ali-mento a los animales en elmomento del año en el quees más difícil de encontrar.Los hermosos frutos del ace-bo, esas bayas rojas que tanbien combinan con el verdelustroso de sus hojas, madu-ran a finales del octubre y per-manecen en el árbol hastabien entrado el año siguien-te. Son la despensa de la quetiran muchos de los pájarosdel bosque hasta que la natu-raleza despierta de nuevo.

De ahí en adelante, el em-peño por convertir al acebo

JAVIERPRIETO

RUTAS CON ENCANTOPRÁDENA

Mucho másque adornosnavideños

PLANES Viernes 11.01.13EL NORTE DE CASTILLAGPS2

La dehesa de Prádena nos ofrece acebos y otros árboles centenarios

�En marcha: El accesohasta el acebal de Prádenase realiza desde la localidadsegoviana del mismo nom-bre, en la N-110.

�El paseo: Ruta circular deunos 6 kilómetros de lon-gitud, de fácil realiza-ción, que puede reco-rrerse en unas dos ho-ras. No está señalizadapero en días con visibi-lidad es muy fácilorientarse. Se puederealizar con niños.

� Información:www.pradena.es

GUÍA

Caminantes recorriendo el acebal de la localidad segoviana de Prádena. :: REPORTAJE FOTOGRÁFICO: JAVIER PRIETO GALLEGO

Prádena

N-110

Ruta

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en el árbol de la Navidad seaplicó en comparar sus carac-terísticas más llamativas concualidades de la celebracióncristiana: las pinchudas ho-jas del acebo simbolizan lacorona de Cristo; sus bayasrojas, la sangre derramada ensacrificio.

Durante siglos convivie-ron el muérdago, que al noperder su protagonismo lle-gó a estar incluso prohibidopor la Iglesia católica comoadorno navideño, y el acebohasta que, a finales del sigloXIX, con la generalización delas felicitaciones navideñasen color, los ilustradores de-cidieron dar más protagonis-mo al segundo que al prime-ro: la viveza que proporcio-naba la combinación de rojosy verdes con el blanco de lanieve ganaba por goleada a launiformidad del muérdago.

Y es así cómo lo que no lo-gró la Iglesia católica duran-te siglos, asociar este árbolcon la Navidad, lo lograronunos usos cada vez más co-merciales, empeñados en ex-tender una vistosa escenogra-fía navideña que puso al ace-

bo, convertido en el adornopor excelencia, casi casi al bor-de de la extinción.

Por suerte, la extendidacostumbre durante un tiem-po de acudir al bosque a cor-tar ramas de este árbol pare-ce detenida a tiempo y aho-ra solo se realiza en condicio-nes de explotación controla-das que garanticen el desa-rrollo y supervivencia deacebales como los de Gara-güeta y Prádena.

Darse un garbeo por esteúltimo es algo tan sencillocomo el saludable paseo quelleva hasta él desde el área re-creativa de El Bardal, junto ala carretera N-110 que bordeaPrádena. Dejando al lado de-recho los 1.600 metros depraderas, mesas y enormessabinas que sombrean el dis-frute de este espacio con elbuen tiempo, una pista detierra encara la corta ascen-sión que, en unos tres kiló-metros y algo más de mediahora, lleva hasta la manchade acebos más extensa delSistema Central. Son unas 60hectáreas que prosperan algomás arriba del paso de la Ca-

ñada Real Soriana Occiden-tal, que por aquí faldea la sie-rra segoviana.

El camino hasta el acebal,del que se apunta en los car-teles que con su madera seconstruyeron las primerasventanas del Palacio Real deMadrid, no está señalizadopero es bastante obvio. Úni-camente hay que tener laprecaución de no desviarsepor la pista de tierra que seva por la izquierda a unos 900metros del inicio. En ese pun-to, basta seguir de frente yencarar el repecho que alzahasta las praderías que mar-can el paso de la Cañada Real.Dejando que esta continúe

su camino faldero, el del ace-bal, del que ya se ve su espe-sura de color verde oscuro,continúa en ligera ascensiónen paralelo a la cerca de pie-dra que separa un bosque depinos. Algo más arriba se lo-caliza ya el torno y la porti-lla que controlan el paso delganado a la dehesa.

El merodeo por su interiordepende ya de cada cual, aun-que una forma de organizar-lo es continuando ladera arri-ba hasta topar con los lindessuperiores del recinto. Des-pués basta seguirlos hacia laderecha hasta dar con el va-llado que lo acota por el sury que aparece recorrido tam-bién por un camino que, enparalelo, va descendiendo ha-cia Prádena. Basta seguirlosin tomar desvíos para, trassobrepasar de nuevo la caña-da y dejar atrás un portillo,con Prádena a la vista, acabardesembocando en el caminode subida, muy cerca ya deEl Bardal. En total son unos6 kilómetros que, dependien-do de las paradas, pueden ha-cerse en unas dos horas.

Cabe advertir que si el via-je merece la pena es, ademásde por acercarse hasta esteacebal segoviano, por el asom-bro de ver monumentales ro-bles y sabinas de portes mu-chas veces centenarios, ejem-plares mastodónticos que bas-tarían, por sí solos, para recla-mar mucha más atención dela que tienen si no fuera por-que la presencia del acebal lesroba todo el protagonismomediático. Y no es justo.i n f o @ j a v i e r p r i e t o g a l l e -go.com

Viernes 11.01.13EL NORTE DE CASTILLA PLANES 3GPS

Videorreportaje enelnortedecastilla.es

Una de las sabinas centenarias que prosperan en la zona.

Los robles que crecen junto a los acebos.

Por suerte, lacostumbre de acudiral bosque a cortarramas de este árbolparece detenida

El camino hasta elacebal de Prádenano está señalizado,pero es bastanteobvio para el viajero