11caas_gt17_carenzo

25
XI Congreso Argentino de Antropología Social Rosario, 23 al 26 de Julio de 2014 GRUPO DE TRABAJO GT17-LA POLÍTICA COMO PROCESO VIVO: DE LA RACIONALIDAD A LA CREATIVIDAD SOCIAL TÍTULO DE TRABAJO Creatividad (socialmente) dislocada: Sociogénesis de un proceso de “innovación” desarrollado en torno al reciclado de residuos 1 . Sebastián Carenzo. Sección de Antropología Social, Instituto de Ciencias Antropológicas, FFyL-UBA/CONICET: [email protected] Presentación de la problematización abordada en esta ponencia El problema del “agregado de valor” resulta un tópico destacado en las agendas gubernamentales y no gubernamentales relativas a la gestión de residuos domiciliarios e industriales, en particular cuando analizan la situación de los denominados “trabajadores informales” (cartoneros/as) vinculados a estos circuitos (cfr. SAyDS, 2005; Ley 13592/06; Greenpeace et. al., 2009; ACUMAR, 2012). A diferencia de lo que ocurre con el sistema vigente de recolección de residuos gestionado por empresas privadas concesionarias, la labor cotidiana de recuperación y clasificación de materiales reciclables de la “basura” realizada por cartoneros/as no ha sido aún reconocida como “servicio público”, configurando una de las principales demandas de las organizaciones que nuclean a esta población 2 . Básicamente este trabajo se financia con la comercialización de los materiales recuperados en un mercado que presenta altos niveles de intermediación, formación monopolica u oligopólica de los precios y ausencia de regulaciones estatales (Ibañez y Corropoli, 2002). En consecuencia los niveles de rentabilidad obtenidos en este 1 Esta ponencia presenta resultados parciales del Proyecto PIP-CONICET “Lidiando con la solidaridad y el mercado. Un estudio etnográfico de emprendimientos y encadenamientos productivos de la “economía solidaria” en Argentina”, Instituto de Ciencias Antropológicas, FFyL, UBA. 2 La Comisión de Ecología y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires tiene en agenda un proyecto de ley que propone el reconocimiento de la actividad realizada por “cartoneros/as” como “servicio público”. La iniciativa es promovida desde el Foro de Recicladores y Recuperadores Urbanos en el cual participan las principales cooperativas que desarrollan su actividad en territorio bonaerense. El reconocimiento como “servicio público” apunta a lograr que las cooperativas de “cartoneros/as” puedan ser contratadas por los municipios para prestar el servicio de “recolección diferenciada” de residuos potencialmente reciclables, bajo un esquema similar al que organiza las contrataciones (via licitacion) del servicio de recolección “tradicional” con empresas privadas. – XI Congreso Argentino de Antropología Social – Facultad de Humanidades y Artes – UNR – Rosario, Argentina

Upload: no-lugarenia

Post on 18-Nov-2015

213 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Ponencia

TRANSCRIPT

  • XI Congreso Argentino de Antropologa SocialRosario, 23 al 26 de Julio de 2014

    GRUPO DE TRABAJO GT17-LA POLTICA COMO PROCESO VIVO: DE LA RACIONALIDAD A LA CREATIVIDAD SOCIAL

    TTULO DE TRABAJO Creatividad (socialmente) dislocada: Sociognesis de un proceso de innovacin desarrollado en torno al reciclado de residuos1.

    Sebastin Carenzo. Seccin de Antropologa Social, Instituto de Ciencias Antropolgicas, FFyL-UBA/CONICET: [email protected]

    Presentacin de la problematizacin abordada en esta ponencia

    El problema del agregado de valor resulta un tpico destacado en las agendas

    gubernamentales y no gubernamentales relativas a la gestin de residuos domiciliarios e

    industriales, en particular cuando analizan la situacin de los denominados trabajadores

    informales (cartoneros/as) vinculados a estos circuitos (cfr. SAyDS, 2005; Ley 13592/06;

    Greenpeace et. al., 2009; ACUMAR, 2012). A diferencia de lo que ocurre con el sistema vigente de

    recoleccin de residuos gestionado por empresas privadas concesionarias, la labor cotidiana de

    recuperacin y clasificacin de materiales reciclables de la basura realizada por cartoneros/as no

    ha sido an reconocida como servicio pblico, configurando una de las principales demandas de

    las organizaciones que nuclean a esta poblacin2. Bsicamente este trabajo se financia con la

    comercializacin de los materiales recuperados en un mercado que presenta altos niveles de

    intermediacin, formacin monopolica u oligoplica de los precios y ausencia de regulaciones

    estatales (Ibaez y Corropoli, 2002). En consecuencia los niveles de rentabilidad obtenidos en este

    1 Esta ponencia presenta resultados parciales del Proyecto PIP-CONICET Lidiando con la solidaridad y el mercado. Un estudio etnogrfico de emprendimientos y encadenamientos productivos de la economa solidaria en Argentina, Instituto de Ciencias Antropolgicas, FFyL, UBA.

    2 La Comisin de Ecologa y Medio Ambiente de la Cmara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires tiene en agenda un proyecto de ley que propone el reconocimiento de la actividad realizada por cartoneros/as como servicio pblico. La iniciativa es promovida desde el Foro de Recicladores y Recuperadores Urbanos en el cual participan las principales cooperativas que desarrollan su actividad en territorio bonaerense. El reconocimiento como servicio pblico apunta a lograr que las cooperativas de cartoneros/as puedan ser contratadas por los municipios para prestar el servicio de recoleccin diferenciada de residuos potencialmente reciclables, bajo un esquema similar al que organiza las contrataciones (via licitacion) del servicio de recoleccin tradicional con empresas privadas.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • primer eslabn de la cadena resultan extremadamente magros, de all que la valorizacin de la labor

    de los/as cartoneros/as se destaque como lnea de accin prioritaria en programas, proyectos e

    instrumentos legislativos especficamente destinados a esta poblacin (Gonzlez, 2007; Ley

    13592/06). Un comn denominador en estas iniciativas est dado por la relacin directamente

    proporcional que se establece entre agregado de valor y la incorporacin de tecnologa en el

    proceso productivo desarrollado en las cooperativas de cartoneros/as. La incorporacin de mquinas

    para el procesamiento de los materiales recuperados y clasificados por los cartoneros/as permitira

    su transformacin en insumos a ser utilizados por establecimientos industriales de mayor

    envergadura o complejidad (cfr. Cal, 2011 para el caso del vidrio), o bien para desarrollar un

    producto final suceptible de ser comercializado en forma directa (cfr. Dietrich, 2011 para la

    pulpa celulsica moldeada).

    No obstante, y ms all de los aportes comprendidos en iniciativas especficas como las

    citadas, los avances logrados hasta el momento en esta materia han sido por dems desalentadores.

    A ms de diez aos de la emergencia del fenmeno cartonero en nuestro pas3 el proceso de

    trabajo, as como las tecnologas y maquinarias empleadas, no registran transformaciones

    significativas. Salvo pocas excepciones la mayora de las experiencias desarrolladas por

    cartoneros/as concentra sus actividades en la clasificacin4 de los materiales recolectados y/o

    recuperados, antes que en su procesamiento5. Incluso aquellas cooperativas que han logrado

    maquinizar parcialmente el proceso de trabajo (con aportes estatales y de ONGs), lo hicieron en

    3 La existencia de personas y grupos dedicadas a recuperar materiales y alimentos de lo que el grueso de la poblacin portea desechaba es una prctica antigua que puede rastrearse desde tiempos por lo menos desde las primeras dcadas del siglo XX (Guillermo, 2004). Sin embargo, es en forma posterior a crisis de la convertibilidad (Bonnet, 2003) cuando la presencia masiva de cartoneros/as en las calles porteas es instalado desde los medios como un tema de agenda pblica, dando lugar acalorados debates mediticos y legislativos en torno a la legalidad de estas prcticas, as como tambin respecto de su ordenamiento y reglamentacin en la metrpoli de Buenos Aires.

    4 Comprende la separacin de los materiales diferenciando rubros (metales, plsticos, celulsicos, vidrios, etc) como tipos y calidades de las materias primas empleadas al interior de cada uno de ellos. As por ejemplo los materiales celulsicos pueden desagregarse en cartn y papel, pero a su vez sta ltima comprende otras categoras como blanca (p.e. papel de fotocopias), segunda (p.e. papel de revista) y diario entre otras ms.

    5 Esta labor se realiza bsicamente sobre envases y objetos plsticos, en tanto su reutilizacin como materia prima para la fabricacin de nuevos productos requiere que sean reducidos previamente a particulas pequeas y uniformes. En primer trmino el material es lavado y luego molido en forma mecnica para obtener un granulado de forma y tamao muy similar a los copos de cereal. Luego con una extrusora (que derrite y criba el material) es posible obtener particulas homognas denominadas pellets, habilitando su utilizacin como insumos para la fabricacin de nuevos envases y objetos plsticos. En estos casos el precio del material puede llegar a aumentar hasta un 200% respecto del precio obtenido por la comercializacin del material en bruto.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • funcin de optimizar la labor de clasificacin. De all que las maquinarias incorporadas sean

    bsicamente cintas mecnicas, que reemplazan la clasificacin en piso o en cama6 y prensas para

    poder enfardar y acopiar los materiales clasificados.

    Ahora bien, esto no quiere decir que a nivel de las experiencias organizativas

    protagonizadas por cartoneras/os no hayan tenido lugar procesos de desarrollo y -sobre todo-

    adaptacin de tecnologa en funcin de mejorar sus labores cotidianas. Por el contrario, es posible

    dar cuenta de una profusa elaboracin de taxonomas, procesos fsico-qumicos y dispositivos

    materiales (incluso maquinaria) que conforman una tecnologa de clasificacin desarrollada con

    relativa autonoma del sistema de conocimiento cientfico y tecnolgico, pero no por ello menos

    sistemtica ni compleja (Carenzo, 2011; Carenzo, Acevedo y Brbaro, 2012). En buena medida, la

    legitimidad ganada en estos aos por las organizaciones de cartoneros/as en el debate pblico sobre

    la basura como cuestin socioambiental, as como su participacin en algunas experiencias de

    gestin pblica de residuos en el rea metropolitana, se corresponden de hecho con el desarrollo de

    este expertice vinculado a la clasificacin. Dar muestras de efectividad y eficiencia en la gestin de

    la clasificacin como prctica basal de los circuitos econmicos del reciclado, ha sido tanto un

    requisito explcito (o tcito) de interlocutores gubernamentales y no gubernamentales, como una

    meta autopromovida por las propias organizaciones de cartononeros/as. Evidenciar capacidad de

    gestin en programas de recoleccin diferenciada en va publica o gestionar plantas sociales de

    separacin7, era tambin un modo de descentrar su prctica del registro de la informalidad y de 6 La forma de clasificacin ms rudimentaria se realiza volcando el contenido de los bolsones provenientes de la

    recoleccin en el suelo para luego separar los materiales (tipos y subtipos) en otros receptculos (bolsones, cajas, bolsas, cajones, etc). Una tcnica mas depurada consiste en repetir el mismo procedimiento pero sobre una superficie plana y elevada denominada cama o mesa que permite trabajar desde una postura erguida y al mismo tiempo que varios integrantes se ubiquen rodeando esta superficie para trabajar en simultneo. La ventaja de esta tlima modalidad es que permite organizar colectivamente la clasificacin, al asignar distintas posiciones en las que cada integrante es responsable de recuperar solo uno o dos tipos de materiales. Por ltimo la cinta replica este tlimo procedimiento pero incorporando el movimiento mecnico de los materiales que corren delante de los operarios que flanquean el dispositivo.

    7 Los programas de recoleccin diferenciada establecen un recorrido alternativo al que tradicionalmente prestan las empresas de recoleccin, para recuperar los materiales previamente preclasificados por los habitantes. Esta labor puede ser realizada por cooperativas de cartoneros o bien por las mismas empresas de recoleccin solo que en horarios y dias diferencidos. Las plantas de separacin y clasificacin pueden ser gestionadas por cooperativas o empresas privadas, estn localizadas dentro de los rellenos sanitarios y lo que hacen es clasificar la basura que proviene de dos circuitos en teora diferenciados (uno para secos y otro para humedos). Para ello el camin recolector dispone los residuos sobre una cinta transportadora elevada que los hace correr. La cinta esta flanqueada por distintos puestos donde cada operario/a debe recuperar una clase de material reciclable (plsticos, papel, cartn, vidrio, etc.). Este proceso permite minimizar la cantidad de material que llega al final de la cinta, cuyo destino final es el enterramiento en los rellenos sanitarios.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • su existencia como una mera reaccin espasmdica frente al hecho de encontrar amenzada su

    supervivencia; permitindoles por ende disputar la condicin de actores legtimos en la discusin

    pblica y poltica sobre la gestin de residuos. Una problemtica que hasta entonces era definida en

    trminos tcnico-profesionales, en la cual estas organizaciones comenzaron a intervenir de hecho y

    en la cual el alcance y modos de participacin ha sido y en buena medida an lo es- puesta en

    cuestin en forma recurrente8. En tal sentido, es posible sealar que la accin creativa puesta en

    juego por los/as cartoneros/as -involucrando el desarrollo, manipulacin, adaptacin y

    transformacin de tecnologas- no ha estado direccionada a la bsqueda del agregado de valor va

    procesamiento del material, sino principalmente a organizar y mejorar las condiciones de trabajo y

    comercializacin vinculadas a la clasificacin en tanto prctica nodal de su labor cotidiana.

    En esta ponencia reconstruyo y analizo desde un enfoque etnogrfico la prxis creativa

    desarrollada en el marco de una cooperativa de cartoneros/as, que involura desde la

    autoconstruccin de mquinas y herramientas para el trabajo, empleando materiales recuperados de

    la va pblica, hasta procesos aplicados al reciclado de residuos industriales. El anlisis de esta

    experiencia, supone un triple desplazamiento que ilumina nuevas aristas en la problematizacin que

    vengo elaborando respecto de la relacin entre produccin de valor y desarrollo/adaptacin de

    tecnologa9. Por una parte, en relacin a la centralidad que adquiere la clasificacin como prctica

    nodal en la labor de las cooperativas, explotrando los lmites y posibilidades de trascender esta

    prctica, abriendo con ello la posibilidad de reconocimiento de otras habilidades y destrezas. Por

    otra, en trminos del sentido unidireccional que caracteriza las propuestas tcnico-profesionales

    para el agregado de valor, basadas en la idea que la valorizacin del trabajo de los cartoneros/as

    depende de la posibilidad de avanzar linealmente en las diferentes cadenas de valor actualmente

    existentes a travs de las cuales se transforman insumos en productos. Finalmente en relacin al

    8 Una publicacin reciente (promocionada en el sitio web de la CEAMSE) sostiene que el reciclado y la gestin de los residuos resulta un tema ambiental y sanitario antes que socio-laboral, por lo tanto la labor en va pblica de cartoneros y cirujas poda resultar admisible en contextos de crisis estructural, pero no en la actual coyuntura de crecimiento sostenido de la economa (Cfr. Rodrguez, 2010)

    9 En este sentido la ponencia despliega resultados preliminares de una investigacin en curso que aborda prcticas de adaptacin, diseo y construccin de tecnologas desarrolladas en la Cooperativa de Provisin de Servicios Reciclando Sueos (La Matanza, Prov. Buenos Aires), explorando el potencial analtico de un enfoque de cultura material para abordar la sociognesis de los circuitos que permiten la transformacin de los residuos en mercancas. Ms especficamente focalizo en la construccin de formas sociales de valor que organizan y modelan estos circuitos donde la materia desechada resucita en la vida social, cargndose de nuevos sentidos, sosteniendo y/o produciendo nuevos vnculos e identidades.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • locus social donde se despliega esta praxis experimental que da lugar a innovaciones, en tanto no

    se derivan del aporte de cuadros tcnicos especializados, sino que es elaborada desde el marco de

    una cooperativa que cartoneros/as cuyos integrantes carecen de los capitales simblicos,

    econmicos y tcnicos que permiten acreditar estas socialmente estas competencias.

    El arte de experimentar sin capitales

    Los inicios de la Cooperativa Reciclando Sueos de La Matanza se remontan al ao 2003

    cuando un grupo de ex-referentes de la Federacin de Tierra y Vivienda10, se organizan en el Barrio

    San Alberto para trabajar en forma asociada en la recuperacin de residuos de la va pblica11. Con

    este fin van nucleando un grupo de varones desocupados del barrio que no contaban con

    experiencias previas de trabajo asociativo y que desarrollaban prcticas de cirujeo en forma

    individual12. El nuevo formato supona mejorar las condiciones de autoempleo alcanzando mayores

    ingresos al comercializar un volmen mayor en forma colectiva. No menos importante era la

    relativa proteccin que la forma asociativa brindaba frente a los frecuentes eventos de abuso por

    parte de las fuerzas de seguridad, dado que la actividad estaba formalmente prohibida en el mbito

    del rea metropolitana de Buenos Aires13. Desde aquel entonces la cooperativa desarroll una activa

    labor para promover el desarrollo de sistemas de gestin de los residuos en el distrito que sean no

    solo sostenibles en terminos ambientales sino tambin sociales, es decir incluyendo a cartoneros/as

    10 Esta organizacin formaba parte de los denominados localmente movimientos piqueteros que tuvieron un amplio protagonismo durante los sucesos anteriores y posteriores al 2001 en la construccin de demandas vinculadas al mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores ms humildes de la poblacin.

    11 El Municipio de La Matanza constituye uno de los distritos ms pobres y densamente poblados del rea Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con una extensin de 325.71 km2 y una poblacin de 1.251.457 segn los datos disponibles (INDEC, 2001). Segn datos provenientes de una encuesta realizada por el Municipio, en 2004 el 18,6% de los hogares y el 28,7% de las personas se encontraban con Necesidades Bsicas Insatisfechas (NBI). San Alberto es uno de los barrios donde esta situacin de pobreza se expresa en forma ma evidente.

    12 En el Area Metropolitana de Buenos Aires es posible dar cuenta de la existencia de una poblacin de dicada histricamente a la recuperacin de materiales de los residuos. Estos eran conocidos como cirujas como derivacin del trmino cirujano, trazando una analoga entre el hecho de abrir cuerpos y bolsas para sacar cosas de interior. Para un anlisis detallado de los cambios en la gestin pblica de los residuos y las prcticas de reciclaje de Argentina, en particular en la Ciudad de Buenos Aires, recomiendo el trabajo de Pablo Schamber (2008).

    13 El artculo 11 del Decreto-ley 9.111/78, sancionado durante la ltima dictadura militar, solo exceptuaba de la prohibicin al personal de las empresas adjudicatarias del servicio de recoleccin en cada municipio, asegurando de este modo la rentabilidad de la prestacin. En este marco cualquier desviacin poda resultar penalmente sancionada, motivando adems la intervencin de la fuerza pblica de seguridad para su asegurar su cumplimiento. Recin en 2006 con la sancin de la Les 13592 se deja sin efecto este decreto en al territorio de la provincia de Buenos Aires, cabe destacar la Cooperativa Reciclado Sueos junto con otras organizaciones estuvieron involucradas en las discusiones con funcionarios y legisladores que dieron lugar al texto definitivo de la ley.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • y vecinos como parte de la solucin de un problema comn. Esta orientacin se plasm en la puesta

    en marcha entre 2006 y 2010 del Programa de sepracin domiciliaria y recoleccin diferenciada

    Reciclando Basura, Recuperamos Trabajo implementado con apoyo municipal en las localidades

    de Aldo Bonzi, Tapiales y centro comercial de San Justo. Esta experiencia sirvi como plataforma

    para elaborar la principal demanda de la cooperativa (hoy extendida va redes transnacionales a

    otras organizaciones de cartoneros del pas y de la region) consistente en luchar por el

    reconocimiento de la actividad realizada como un servicio pblico que debe ser financiada bajo el

    mismo esquema que la recoleccin de residuos tradicional, es decir a partir de los recursos del

    municipio14. En este sentido la cooperativa se ha convertido en una referencia dentro de este campo,

    tanto a nivel nacional como internacional, participando activamente en foros, congresos y otros

    eventos donde se discuten problemticas inherentes al sector y se elaboran propuestas de

    intervencin.

    Mi contacto con Reciclando Sueos se origina hacia fines de 2004 como parte de un equipo

    mas amplio encargado de implementar un proyecto de investigacin-accin tendiente a crear

    redes entre experiencias de autogestin del empleo en el rea metropolitana15. Desde entonces he

    venido trabajando -junto con otros/as colegas- en el marco de una propuesta de investigacin

    colaborativa, donde tratamos de articular nuestra formacin y entrenamiento en etnografa con el

    aporte de otras perspectivas (como p.e la educacin popular)16. Sin embargo ms all de esta

    caracterizacin racionalizada (y ex post) sobre lo que viene siendo una larga trayectoria de

    investigacin y acompaamiento con los integrantes de Reciclando Sueos, debo destacar que uno

    de los atributos que ms me fascinaron (y claramente an lo hacen) de esta experiencia est

    asociado a su encomiable destreza para hacer y deshacer mquinas empleando toda clase de

    14 El gasto derivado de la prestacin de este servicio rankea entre el primer y quinto lugar en el orden de erogaciones de mayor magnitud dentro de los erarios municipales. La demanda por el reconocimiento como servicio publico apunta a redireccionar parte de esos fondos a financiar experiencias como la del programa Reciclando Basura, Recuperamos Trabajo.

    15 Este proyecto, de un ao de duracin, fue desarrollado por un equipo interdisciplinario de becarias/os del Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET) y la Agencia Nacional de (ANPCyT) en forma paralela a los proyectos de tesis que cada uno de nosotras/os realizaba en forma personal. El proyecto se inici hacia fines de 2004 en el marco del Centro de Estudios Laborales- Programa de Investigaciones Econmicas sobre Tecnologa, Trabajo y Empleo (CEIL-PIETTE) con un financiamiento del Programa North-South del National Center of Competence in Research (Suiza) y su objetivo general consista en promover la creacin de redes entre emprendimientos autogestivos, entre los cuales se inclua la cooperativa Reciclando Sueos.

    16 No puedo profundizar en esto aqu pero remito al siguiente texto citado en la bibliografa (Fernandez Alvarez y Carenzo, 2012).

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • elementos, herramientas y materiales, entre los que se destacan aquellos que recuperan de la

    basura. Todava hoy disfruto enormemente llegar al fondo del galpn donde estn emplazadas las

    maquinas para lavado, molido y secado de plsticos, para perderme entre una selva confusa y

    abigarrada de caos, dnamos, gusanos, transformadores, motores elctricos, bobinados

    desarmados, rulemanes del tamao de una rueda de automvil, paneles de control de maquinas

    destartaladas, entre otras joyas que capturan inevitablemente mi atencin. Sobre este fondo se

    acopia el fierro, pero no el que luego es comercializado como chatarra, sino el que ha sido

    seleccionado. En este sentido, Webb Keane seala que la materialidad de los objetos (expresada

    en su durabilidad, morfologa, etc) excede los atributos convencionales encarnados en su

    fabricacin primigenia, posibilitando por ende su movimiento entre diferentes dominios semiticos

    (2001:73). As la categora seleccionado clasifica (inmovilizando) esta porcin de la materia

    puesta en circulacin por accin de los trabajadores de la cooperativa, en funcin de destacar este

    atributo en particular: son cosas o pedazos de ellas, que en potencia pueden ser reutilizadas en un

    sinfn de modelos posibles de mquinas, herramientas y/o medios de transporte. As por ejemplo un

    viejo transformador elctrico proveniente del desguace de una antigua heladera comercial, puede

    ser reconvertido en un versatil soldador transportable, tal como ocurri con la primer herramienta

    de trabajo autofabricada en la cooperativa (Ver Imagen 1 en Anexo al final).

    La operacin clave que quiero destacar al focalizar en estos fierros seleccionados es

    justamente la de prefigurar es decir la capacidad (creativa) de representar algo anticipadamente,

    pero no solo en trminos de definir un objeto especfico prediseado, tangible aunque ms no sea en

    la imaginacin; sino principalmente en el sentido de prefigurar en forma latente multiples usos y

    recontextualizaciones en funcin de una o dos propiedades/cualidades potenciales objetificadas

    (Miller, 1987) en esas cosas o fragmentos de ellas. Entre otras cosas: capacidad para contener

    volmenes, rigidez para sostener peso, formas verstiles para ser reutilizadas, etctera. Volviendo a

    la soldadora, esto supuso operar el desvo de la ruta que la propia cooperativa organiz para

    comercializar los materiales que luego se emplearon en su construccin: transformador, mango de

    bicicleta, flejes y caos de acero, ruedas de changuito, interruptores y cables elctricos. Estos

    elementos podran haberse comercializado en forma genrica como plsticos y metales, sin embargo

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • la circulacin de cada uno fue siendo suspendida en forma independiente, para quedar reservados,

    acumulados, en estado latente. Esta es justamente la razn de mi fascinacin por este conjunto de

    fierros cuyo desorden aparente engaa como abandono: la posibilidad de adivinarlos

    posteriormente en medio de la tosca apariencia de una nueva mquina o herramienta, terminada o

    en progreso. Ahora bien, no cualquier integrante de la cooperativa tiene la competencia para

    determinar que va al seleccionado y que no, o mejor dicho esta competencia es monopolizada por

    Marcelo en funcin de un expertice tecnolgico que recupera tanto los aportes en su propia

    trayectoria biogrfica, como principalmente en su progresivo y minucioso conocimiento de los

    circuitos econmicos vinculados al reciclado de materiales.

    Tecnologa de clasificacin como tecnologa organizativa

    Marcelo tiene actualmente 47 aos, no solo es uno de los fundadores -y actual presidente-

    de la cooperativa, sino adems es el responsable del diseo y construccin de la mayora de los

    desarrollos tecnolgicos elaborados en la cooperativa, tal como los denomina con tanto orgullo

    como irona. Su padre hizo carrera de operario en la planta de Mercedes-Benz en Gonzales Catn, a

    la que tambin entr desde muy joven. All aprendi nociones bsicas de soldadura y mecnica,

    aunque a diferencia de su padre siempre fue bastante rebelde, repartiendo su tiempo entre el empleo

    en la fbrica y la militancia dentro de espacios polticos de izquierda. A inicios de los noventa fue

    vctima de una de las tantas reestructuraciones de personal que lo dej en la calle. No volvi a

    conseguir empleo en fabricas, pero en cambio pudo profundizar su trabajo en el armado territorial

    de la FTV, llegando a integrar el crculo de confianza de Luis D'elia (su principal dirigente). Esta

    labor militante fue complementada tambin con el trabajo de venta abulante en la va pblica, hasta

    que hacia 2003 tras una serie de conflictos internos que lo alejan de la FTV empieza a darle forma

    al proyecto de armado de una cooperativa junto a otros cinco ex-referentes de la organizacin que

    militaban en el San Alberto y alrededores. Marcelo caracteriza esta inciativa como la posibilidad

    de volver a articular lucha poltica y trabajo, una propuesta desde la cual refundar el trabajo

    territorial, convocando a los compaeros desde la actividad a la cual la gran mayora de los

    habitantes del barrio se dedicaba: el cirujeo o cartoneo. Dueo de un espritu inquieto y muy

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • busca, Marcelo fue quien se puso al hombro el proyecto de la cooperativa, no solo metiendo la

    mano en la basura, sino tambin delineando sus principales lneas de accin. En aquel entonces la

    lnea pasaba por mejorar las condiciones en las cuales cada compaero hacia la recoleccin

    (disponer de carros y bolsones, pero tambin proteccin frente a abusos policiales), pero por sobre

    todo por fortalecer las destrezas requeridas para clasificar el material, ya que ah estaba la clave

    para valorizar el trabajo que realizaban. Hasta ese entonces quienes integraban este primer intento

    de organizacin vendan el material recolectado solo discriminando en grandes rubros: papel y

    cartn, PVC, botellas, alumnio, cobre y chatarra.

    El siguiente testimonio reconstruye el proceso de sistematizacin e incorporacin de un

    saber especfico vinculado la clasificacin:

    Nosotros al principio juntamos todo el plstico junto y le decamos PVC. No se porque le decamos PVC. Bolsitas, polietileno, eso no se juntaba nada. Se juntaban cosas grandes y lo que hoy nosotros llamamos bazar, o polietileno de alta o polipropileno, en aquel momento le decamos PVC todo junto. Porque donde lo vendamos lo compraban todo junto y nos decan plstico, plstico duro. () O sea lo que haca el tipo que nos compraba era comprarnos a lo que vala mas barato, lo paga mas barato y despus separaba ganando el doble o el triple con la separacin. Tuvimos que aprender a separar. () Yo fui siempre el ms hinchapelotas en algunas cosas, entonces iba y le deca a compaeros de otras cooperativas que quiz conocan un poquito ms de plstico. Este que plstico es? Y me decan PP. Entonces yo agarraba un fibrn, le pona PP y me lo traa. Y este? Cuando logre tener todo ms o menos esos plsticos vine ac y les dije: compaeros, esto tenemos que empezar a ver. Yo lo que vea es que todos agarraban y prendan fuego y quemaban el material y despus fuimos entendiendo que los materiales reaccionan de forma distinta. Hay uno que, por ejemplo, vos lo quers prender fuego y no se prende fuego. El PVC por ejemplo, vos lo prendes fuego y se hace un carbn, no hace llama. Bueno, si prendamos y no hacia llama era PVC o poda ser algn derivado del PVC pero bueno, ms o menos estbamos mas cerca. El polietileno tena un olor a vela cuando vos lo prendas. El alto impacto tenia un olor medio dulzn y largaba un humo negro. El PET cuando lo prends hace como si fuese que hierve el plstico y saltan cositas y larga un olor muy dulzn, entre dulzn y agrio, medio raro. Entonces tenas que aprender esas cosas y lo escribamos como nosotros podamos. As fue que empezamos a clasificar en serio.

    El relato destaca la importancia de los modestos aprendizajes que elaboraba a partir de su

    vnculo con intermediarios (denominados galponeros), encargados de pequeas y medianas

    industrias a quienes vendan el material y tambin compaeros/as de otras cooperativas y grupos

    que se iban formando por aquel entonces. La crtica realizada por el antroplogo Tim Ingold (2000)

    al dualismo tcnica/tecnologa, aporta una sugerente clave analtica que podemos movilizar para el

    anlisis del proceso caracterizado en el testimonio. Ingold remarca la importancia de atender al

    tratamiento prctico del uso tecnolgico y su imbricacin en ensamblajes de actividad socio-

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • tcnica, ms que asumir en forma naturalizada la existencia de una separacin dual entre tcnica

    entendida como mera habilidad prctica o ad hoc y tecnologa como un sistema organizado de

    conceptos y principios. Antes que un conjunto dado y finito de saberes y procedimientos susceptible

    de ser replicado en forma lineal, Ingold remarca el carcter dinmico de estos procesos cuya

    interpretacin no puede escindirse de su despliegue especfico en determinados contextos prcticos

    de actividad. Como seala Marcelo, el proceso de construccin de la clasificacin como tcnica se

    sostiene en y por la experiencia derivada de un proceso de trabajo que a su vez va modelndose en

    forma cotidiana. La exploracin y el conocimiento progresivo de la materialidad de los objetos

    manipulados, en este caso de sus propiedades fsico-qumicas, permite ajustar la prxis

    clasificatoria, logrando mayor precisin en la separacin de los distintos tipos y calidades de

    materiales manipulados, y por ende mejores condiciones de comercializacin.

    En esta lnea es preciso reparar en las condiciones en las cuales se produce el mtodo de

    clasificacin desarrollado, ya que a diferencia de otras experiencias de autogestin del trabajo que

    se organizaban en torno a actividades ya consolidadas en trminos de su gestin tcnica, econmica

    y hasta legal; la recuperacin y clasificacin de materiales provenientes de la basura no contaba

    con un acervo de saberes socialmente disponibles y suceptible de ser transferido en forma ms o

    menos sistemtica (sea por via de profesionales tcnicos, manuales, cursos o sitios de internet).

    Este saber se construa sobre el registro oral a partir de la propia experiencia cotidiana reforzada con

    el intercambio entre trabajadores de otras cooperativas. La imagen 2 (ver Anexo al final) retrata

    uno de los carteles elaborados por Marcelo para que los/as compaeras/os puedan actualizar

    referencias durante el proceso de clasificacin. El cartel traduce la terminologa del sistema SPI

    (Sociedad de Industrias del Plstico) que funciona como standard a nivel mundial para ser

    incorporada en las matrices con las cuales se moldean envases plsticos. Los nmeros (1 a 7)

    contenidos dentro del cono del reciclado indican el tipo de composicin qumica del plstico

    utilizado para su fabricacin. Esta informacin es clave para posibilitar su posterior reciclado, ya

    que cuanto ms bajo es el nmero ms fcil resulta su reciclado posterior. Lo interesante de la

    imgen radica justamente en este acto de traduccin de este sistema internacional al sistema de

    clasificacin nativo. En algunas categoras, por ejemplo Nro 1, estas coinciden ya que se trata del

    PET o tereftalato de polietileno que es la materia prima con la que se elaboran las botellas de

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • gaseosas entre otros objetos de uso cotidiano. En otras la traduccin remite directamente a un tipo

    de objetos que requiere una clasificacin especial, tal como sucede con el Nro 6 que corresponde al

    PE o poliestireno en el sistema SPI y a vasitos en el sistema de la cooperativa. Deca clasificacin

    especial, porque estos vasitos descartables son elaborados con un material potencialmente

    reciclable, pero que en los hechos an no tiene una lnea de comercializacin ajustada. Dicho de

    otro modo, la categora vasito concentra muchos otros envases y objetos, bsicamente aquellos

    materiales que an no tienen mercado en el reciclado y por eso no pueden ser comercializados por

    la cooperativa. Como evidencia Marcelo en su relato, el saber requerido para la clasificacin se fue

    sistematizando e incorporando desde la prctica, poniendo en juego la rplica y la imitacin (como

    cuando escribe PP en el objeto, para usarlo de modelo in vivo), as como el despliegue sensible de

    los sentidos (vista, tacto, odo y olfato) para identificar materiales desde un registro alejados de

    categoras cientficas (composicin qumica) pero a su vez tan especficos como el tipo de olor

    (dulzn, agrio) que desprenden al entrar en combustin.

    El desafo de trascender la tecnologa de clasificacin

    El desarrollo de una tecnologa de clasificacin result clave para organizar el

    funcionamiento de la cooperativa. Aport criterios desde los cuales organizar el proceso de trabajo

    comn realizado en el galpn donde eran acopiados los materiales recolectados, y mejor las

    condiciones de comercializacin al obtener mejores precios de venta por el material preclasificado.

    Sin embargo, tambin es necesario destacar que todos estos avances se sostenian en una mejor

    integracin con el mercado del reciclado existente, es decir aquel que esta organizado para abastecer

    con insumos recuperados procesos de industrializacin desarrollados por empresas capitalizadas

    que podan incorporar parcialmente o incluso sustitur por completo el uso de materia prima nueva

    (y ms costosa). As, volviendo al cartel elaborado por Marcelo, puedo sealar que las botellas

    descartables que aportan el grueso de los material para la categora 1 (PET) eran vendidos a una

    gran empresa acopiadora de capitales chinos que monopoliza la compra de este material en todo el

    pas17; mientras que los materiales correspondientes a la categora 5 (PP, tambin llamado bazar),

    17 Las botellas de PET son transportadas hacia centros industriales chinos que las procesan para obtener hilados XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes

    UNR Rosario, Argentina

  • bsicamente juguetes y otros objetos de menaje domstico, eran comercializados en forma directa a

    dos PYME locales, una fabricaba mangos de banderas (como las que se comercializan en la entrada

    de los estadios de ftbol) y la otra trofeos para competencias. Nuevamente la categora que no poda

    ser vehiculizada en trminos comerciales corresponda a la nmero 6 vasitos, que como como

    seal inclua un conjunto mas amplio de objetos. Este tipo de material no tiene ninguna limitacin

    de ndole tcnica para ser reutilizado en procesos de reciclado, de hecho es consumido en otros

    pases con este fin, sin embargo a nivel local no existe demanda identificable relacionada con su

    empleo por parte de industrias. El problema con este material es que carece de mercado, razn por

    la cual la gran mayora de los cartoneros/as que recuperan materiales (sea en forma individual como

    cooperativa) no recojen ste ni ningn otro material que no pueda ser comercializado

    posteriormente18. La pregunta entonces es por qu esta categora 6 (correspondiente al poliestireno

    en el sistema SIP y a vasitos en la nomenclatura de la cooperativa) fue finalmente incorporada en

    este cartel que serva como parmetro guiar la labor cotidiana de clasificacin.

    La respuesta se relaciona con una de las claves analticas que se deriva del primer

    desplazamiento sealado en la introduccin a esta ponencia. La presencia de la categora vasitos

    en ese cartel responde al hecho que, a diferencia de otras cooperativas era un material habitualmente

    manipulado por los integrantes de la cooperativa en su labor cotidiana. Es decir, es un material que

    s era recuperado y posteriormente clasificado, tal como ocurre con el resto de los otros plsticos

    que tienen un mercado consolidado donde ser comercializados. Ciertamente se trataba de un

    material menos frecuente en relacin a otros, pero cuyo volmen final justificaba su acopio en un

    rincn del galpn. A diferencia de otros materiales que ya tenan su circuito mas o menos aceitado,

    estos bolsones que acumulaban materia (in)til (vasitos) se transformaron durante varios meses

    en una de las vvidas obsesiones para Marcelo. Sencillamente se resista a pensar que un material

    utilizado para hacer instrumentos descartables (vasos y cubiertos) no pudiera reutilizarse en la

    fabricacin de nuevos productos. Haba que buscarle la vuelta, insista una y otra vez. As fue que

    intent diferentes formas de procesarlo/venderlo: probando mezclas con otros tipos de plsticos,

    sintticos (como p.e. la tela polar) que luego comercializan globalmente. En este caso, las ventajas correspondian a alcanzar un volumen que permitiera vender directamente a este gran acopiador y tambin a obtener un mejor precio por comercializar el material discriminado por color (verde y cristal) y limpio (es decir sin la etiqueta y la tapa, que se elaboran con otros tipos de plstico).

    18 El caso del poliestireno expandido, ms conocido por su nombre comercial Telgopor es tambin representativo de esta cuestin.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • molindolo para luego alimentar una extrusora bastante rudimentaria que la cooperativa hered del

    dueo de una antigua fbrica de las inmediaciones, tratando de reducirlo incorporando una fuente

    de calor (soplete de gas a garrafa) dentro de la secadora autoconstruida con la base de una

    mezcladora de obra a la que le acoplaron un tambor de aceite (Ver imagen 3 ver Anexo al final).

    Lamentablemente ninguno de estos intentos funcion. Marcelo finalmente no consigui

    encontrale la vuelta para comercializar este material, pese a dedicar jornadas enteras

    experimentando formas de procesamiento, ocupando tiempo, energa y dinero en viabilizar

    sinnumero de averiguaciones respecto de posibles usos de este material a partir de las cuales pensar

    formas adecuadas de procesamiento. El punto para la argumentacin que aborda este primer

    desplazamiento no esta en el xito o fracaso final de este intento, sino justamente en el propio

    ejercicio de buscarle la vuelta, es decir crear el espacio para experimentar an cuando las

    condiciones objetivas indiquen la irracionalidad de esta empresa. Veamos esto con ms detalle.

    En primer trmino, las pruebas de ensayo y error realizadas se hacan an en un contexto

    signado por urgencias bien concretas de todo tipo, donde todo el tiempo y el dinero disponibles en

    el cooperativa, claramente no alcanzaban para lidiar con ellas. Bsicamente Marcelo pensaba que y

    como hacer con vasitos: mientras iba de camino a una reunin con el secretario de ambiente

    municipal para ver si consegua una ayuda para levantar los retiros de los compaeros; mientras

    cambiaba un cheque en una cueva para tener acceder a efectivo; mientras trataba de mediar en

    uno de los quilombitos cotidianos entre compaeros; mientras arreglaba el burro del Chevrolet

    del 46 que se haba empacado por segunda vez en una semana dejando a la cooperativa sin

    logstica. Marcelo piensa mientras. Por otra parte, Marcelo trataba de buscarle la vuelta con las

    herramientas, dispositivos y recursos que tena a mano. As por ejemplo, intentaba procesar los

    vasitos y cubiertos en un molino que la cooperativa haba autoconstrudo que se atoraba

    frecuentemente y que sacaba el material muy grueso, lo que a su vez despues dificultaba su

    empleo en la extrusora. Finalmente, an cuando todo este proceso experimental hubiese tenido

    xito, es decir que hubiese resultado en una forma de comercializar el material, el aporte de ste a la

    operatoria econmica global de la cooperativa no hubiese sido muy significativo. Bsicamente la

    clave del negocio en este eslabn de la cadena pasa por el crear volmen, y ciertamente este

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • material no era de los ms frecuentes.

    Es por todo esto que la praxis creativa desarrollado por Marcelo y sostenida (con mayor o

    menor acuerdo, pero sostenida al fin) por sus compaeros en la cooperativa, nos obliga a pensar esta

    cuestin en un horizonte mucho mas lejano -y desafiante- que el que caracterizamos como

    tecnologa de clasificacin. No se trataba de gestionar mejor un material para el que ya haba un

    mercado consolidado, por ejemplo afinando su clasificacin e incluso avanzado en su

    procesamiento. En efecto, el trabajo sobre vasitos puede ser comprendido como un proceso

    creativo y experimental destinado a crear un mercado para este material dificil y esquivo que exigi

    tanto a las destrezas personales de Marcelo, como a las capacidades instaladas de la cooperativa

    para sostener este tipo de prcticas. El desplazamiento que esta indicando esta experiencia procede

    en relacin a la estrechez de miras con la cual nos aproximamos a la labor realizada por

    cartoneros/as. Performada por un economicismo implacable tendemos a pensar que la accin

    creativa de sujetos necesitados esta anclada de forma indeleble en el plano de la superviviencia, que

    gua la asignacin de esfuerzos y recursos de modo instrumentalista basado en una racionalidad

    econmica orientada a maximizar beneficios y minimizar los costos. Como seala David Graeber

    (2001:7) la nocin de valor pensada solamente en sentido econmico, no alcanza para dar cuenta de

    la enorme cantidad de energa creativa que las personas ponemos en acciones (aparentemente)

    innecesarias. Para dar cuenta de ello recupera la critica que Malinowski elabora en Los Argonautas

    acerca del recurso al utilitarismo para pensar las economas en contextos no occidentales. El

    empeo y dedicacin puesta por los trobiandeses en el cultivo de sus jardines de ame, hace que la

    productividad de stos exceda por mucho la demanda de consumo local, la mayor parte de lo

    producido terminaba pudrindose, y ms an, aquella parte que era efectivamente consumida no

    correspondia al propio cultivador sino a sus parientes polticos. Antes que minimizar esfuerzos y

    maximizar el aprovechamiento del esfuerzo invertido, Malinowski muestra la importancia que

    adquieren otras formas de pensar la relacin entre esfuerzo y valor. Estos cultivadores trabajaban

    mucho ms de lo requerido, ya que no solo es importante que el jardn de ame produzca lo

    suficiente sino tambin que sea hermoso y atractivo.

    Siguiendo esta lnea puedo sealar que el desarrollo de una tecnologa de clasificacin en

    cartoneros suena plausible y lgica: individuos que organizan un sistema de conocimiento que

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • asegura las condiciones de reproduccin inmediata. En cambio experiencias como la de vasitos

    que van mucho ms all de la clasificacin (lo necesario) y ms all incluso de la lgica desde la

    cual se piensa el agregado de valor desde las agencias que apoyan a este sector 19 (lo posible), nos

    suenan cuando menos desatinadas, cuando no directamente irracionales20. Estos grandes temas,

    relativamente novedosos en terminos de su elaboracin social, tales como el reciclado, la

    reutilizacin y como veremos a continuacin el posconsumo, son todava pensados como

    patrimonio de expertos. Como sociedad esperamos que cualquier avance o novedad en este campo

    sea resultado del trabajo realizado en centros cientficos y tecnolgicos, pero no desde personas y

    experiencias que no cuentan con ninguno de los capitales para acreditarse legitimamente en el

    terreno de la innovacin.

    Los lmites de la innovacin socialmente dislocada

    Afortunadamente de tanto en tanto suceden anomalas. De hecho la experimentacin

    (fracasada) sobre vasitos es una de las tantas experiencias de este tipo que v y acompae en mis

    aos de trabajo con Reciclando Sueos. As como sta en particular no pudo prosperar, otras si lo

    hicieron o mejor dicho pueden estar en camino a hacerlo.

    Hacia fines del ao pasado Marcelo recibi el llamado de una ingeniera ambiental que se

    desempea en una empresa multinacional de fabricacin de cerveza, lleg googleando, por la

    pgina especifica Marcelo cuando me cuenta sobre el contacto, y cierra sealando Me pregunt si

    nos interesaba una pulpa de papel que a ellos les queda despus de lavar las botellas, y que le voy a

    decir.. mas bien que si!. Luego del llamado se sucedieron dos encuentros en la planta de

    fabricacin de la empresa, donde adems de la ingeniera particip otro colega que trabaja en la

    misma seccin. Muy sintticamente el planteo era el siguiente: Como residuo del proceso de lavado

    generan entre 100 y 150 toneladas mensuales de pulpa de papel proveniente de las etiquetas. Este

    papel se elabora con una tcnica de fibrado que lo hace resistente a la humedad, por eso no se

    rompe la equiqueta cuando se enfrian las botellas (an sumergindolas en agua helada). Justamente

    19 Avance lineal en la cadena de un producto: si es plastico el primer paso es clasificarlo y el segundo es molerlo para obtener un precio mayor, por ende hacia all van orientados los esfuerzos.

    20 Esta reflexin sobre la racionalidad/irracionalidad busca dialogar con la elaborada por otra colega que trabaja y acompaa esta experiencia (Ver Fernandez Alvarez, 2011)

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • por esta razn las papeleras recicladoras no les compran este material, ya que es muy dificil de

    desfibrar21. Hasta ahora todo este residuo se disponia en el relleno sanitario, pero adems del

    elevado costo que tiene esto, la empresa enfrenta actualmente una mayor presin de los organismos

    pblicos de control ambiental respecto de esta forma de disponer el residuo.

    Luego de la primer visita a la planta, Marcelo entr en uno de sus estados de efervescencia

    creativa, lo cual se expresa incluso corporalmente a travs de una marcada locuacidad acompaada

    de un sudor excesivo en la frente y sienes. Su primer razonamiento era mas o menos el siguiente: La

    imposiblidad de vender este material desde la empresa obedece al grado de conocimiento del sector,

    dicho de otra manera, sus intentos por vender el material se realizaron de gran empresa a gran

    empresa con la mediacin de una multiplicidad de requisitos formales que muchas veces son

    imposibles de zanjar desde esta lgica (p.e. el material viene sucio es decir tiene particulas de

    vidrio de las botellas que se rompen en el proceso). Su primera propuesta era explorar formas ms

    eclcticas de venta, por ejemplo a galponeros que pudieran estar interesados en este material para

    mezclarlo con papel de diario y venderlo a fabricas mas chicas. Dado el enorme volumen en juego,

    an comercializando este material a un precio muy bajo, la rentabilidad de la operacin estaba

    asegurada. Adems este material no requeria ninguna labor de clasificacin, as como llegaba a la

    cooperativa podra comercializarse, asegurando un interesante retorno en forma regular, que

    ayudara a fortalecer la magra economa de la cooperativa.

    Munido de las muestras que se haba llevado en la primer visita a la planta, Marcelo se

    dedic a recorrer sus contactos entre galponeros y pequeos fabricantes. Al principio parecia que

    su intuicin estaba errada ya que sum varios rechazos de plano, incluso de gente que deca conocer

    el material. Sin embargo finalmente pudo establecer un arreglo con un galponero que accedi a

    comprar el material y ver que pasa. Posteriormente esto di lugar al establecimiento de un

    convenio con la empresa fabricante del residuo donde se estipulaban las condiciones de la

    transferencia de ese material hacia la cooperativa. Marcelo incluso haba logrado que la empresa

    pagara un monto bastante simblico, pero significativo al fin: $100 por cada tonelada envada a la

    cooperativa para cubrir los gastos logsticos que supona la gestin (ahora responsable como

    21 El proceso de reciclado de papel justamente se basa en un procedimiento desfibra el papel por accin mecnica en agua. Estas mquinas llamadas hidropulpers se semejan a gigantescos lavarropas que mediante agitacin de la mezcla de agua y papel logran desarmarlo hasta lograr una pulpa uniforme.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • sealaba Marcelo) de este residuo. En este marco la cooperativa recibi dos camiones de pulpa de

    etiquetas que sumaban unas 10 toneladas en conjunto. Junto con estos envos llegaron tambin las

    primeras sorpresas. El material fue depositado por un camin volcador sobre el estrecho playn

    donde se realiza la clasificacin y acopio de la mayora de los materiales.

    La visin de la pulpa era impactante, se asemejaba a un iceberg que exudaba lquido por su

    base (el material viene con un 60% de humedad). Manipular este material era en si misma una

    proeza, estaba muy compactado gracias a la mezcla de pulpa, agua y adhesivo de las etiquetas, y

    tenia un peso relativo desproporcionado (Ver imagen 4 en Anexo al final). Solo el trabajo de

    reposicionar el iceberg tom varios dias, ocupando la labor de todos los trabajadores ya que a falta

    de medios mas adecuados el traslado se hizo en forma manual. Unos fragmentaban la masa informe

    haciendo palanca con horquillas, otros volcaban los trozos desprendidos (en promedio dos veces

    ms grandes que una pelota de ftbol) sobre un bolsn. Sin embargo, una vez lleno, no pudieron

    moverlo ni con ocho compaeros haciendo fuerza, por lo cual se termin cargando a pulso de a

    un bloque por vez hasta localizarlo en su nuevo emplazamiento sobre una pared del galpn. En

    estas condiciones sera complicado hasta manipular el material para su venta, por tanto junto con

    otro colega con quien estamos acompaanmdo esta experiencia comenzamos el armado de una

    justificacin para reorientar los fondos de un proyecto22 en curso, solicitando autorizacin para

    comprar un autoelevador con el cual poder mover, cargar y descargar los bolsones. Sin embargo las

    complicaciones no terminaron all, cuando solo se haba comercializado con suerte un 10% del

    material recibido el comprador suspendi la operacin justificando en que l a su vez haba tenido

    problemas para comercializarlo. Resultado, haba poco menos de 10 toneladas de un material

    invendible que ocupaba una enorme porcin del escaso espacio que la cooperativa tena disponible

    para acopiar otros materiales. Adems esto limitaba seriamente la posibilidad de cumplir lo

    acordado en el convenio con la empresa. Rpido de reflejos Marcelo pidi una nueva reunin con

    los ingenieros en la planta. La siguiente reconstruccin corresponde a ese encuentro:

    Una vez en la sala de reuniones el ingeniero le pregunta a Marcelo acerca de la

    experiencia con la pulpa enviada. Marcelo responde: As como sale de la planta no se la podemos

    22 Se trata de un proyecto financiando por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamerciano de Desarrollo (FOMIN-BID) a partir de la gestin de la Fundacin AVINA. La cooperativa Reciclando Sueos es una de las organizaciones beneficiarias de entre una decena localizadas en distintas zonas de nuestro pas.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • vender a nadie, hay que hacerle un proceso. Mientras dice esto, saca de su bolso unos cartones

    parecidos al que se utiliza para confeccionar las cajas de pizza y aclara: hay que desfibrarla, se

    puede mejorar todava el proceso (Ver imagen 5 en Anexo al final) . Ante la sorpresa de los

    ingenieros, seala: Laburamos todo el fin de semana para esto... si no te traigo esto no me crees.

    Sobre el efecto creado en la reunin por la aparicin en la mesa de los cartones, Marcelo despliega

    su propuesta. Seala que la unica alternativa para procesar el material es primero molerlo y luego

    volcarlo a en marcos que puedan prensarse para que al terminar de cuajar d como resultado una

    plancha uniforme, que puede tener grosor variable. Una vez hecho esto se puede buscar algun uso

    determinado o bien vender las planchas confeccionadas que ah si pueden ser vendidas

    normalmente como cartn a las industrias papeleras. Vuelve a sealar que el cartn que pudo

    confeccionar para la reunin tiene un sentido testimonial (Ver imagen 5) ya que para que este

    proceso sea viable hay que acondicionar un lugar y adquirir herramientas y maquinarias (por lo

    menos molino de gran potencia, prensas, marcos y medios de transporte). Finalmente cierra su

    intervencin diciendo: Hay que hacer una inversin grande, hay que convertir la pulpa en funcin

    de un nuevo proceso que estamos agregando. Esto se entierra sino, fijate que hoy los compaeros de

    las plantas del CEAMSE estn cortando el camino del Buen Ayre23, por que no da ms el relleno. Si

    lo hace esta empresa es un ejemplo. El ingeniero se muestra bastante entusiasmado, seala que

    las ganas estn de los dos lados pero tambin especifica que ellos tienen que tener una solucin

    rpida para esto y aclara: Desde arriba nos bajaron la directiva de generar cada vez menos basura.

    Estamos complicados, el 98% de los residuos reciclables y hay que gestionarlos bien en eso estamos

    de acuerdo.... pero el tema este de conseguir capital para esto puede atrasar las cosas. La reunin

    cierra con el compromiso de estudiar la propuesta con los directivos de la empresa. Al salir de la

    sala de reuniones, Marcelo se acerca al ingeniero y le pregunta: Te esperabas que el material quede

    as?. Recibiendo como respuesta: La verdad que no, hasta se pueden hacer posavasos con esa

    cartulina. A las palabras se las lleva el viento. Marcelo cierra diciendo: Mir, con interlocutores

    as me d para ser bien franco, por eso te estoy proponiendo que ustedes banquen esto... el capital

    que tenemos nosotros es la audacia.

    23 Se refera a las plantas de clasificacin localizadas en el Complejo Ambiental Norte III, que es el relleno sanitario que concentra la disposicin final de los residuos del rea metropolitana y donde justamente es enterrada la pulpa de papel producida por la empresa.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • Todo este intercambio, pero en particular la frase con la que cierra Marcelo, sintetiza en

    forma taxativa y brillante el sentido que busco movilizar en esta recuperacin de la prctica

    experimental desarrollada por Marcelo en el marco de la cooperativa. Bsicamente porque

    reactualiza el sentido poltico al que me refer previantemente en alusin al modo en el cual la

    tecnologa de clasificacin colabor para posicionar a los cartoneros en general, pero a esta

    cooperativa en particular en la discusin mas amplia de los modelos de gestin de residuos a nivel

    de la poltica pblica. En este caso quiero llamar la atencin a la equivalencia implcita en la frase y

    en como esta siendo construda. Esta equivalencia permite resituar los terminos en los cuales una

    multinacional se relaciona con una pequea cooperativa de cartoneros, y al mismo tiempo delimitar

    los terminos del problema que los puso en contacto.

    Empiezo por esta ltima cuestin. Todo el intercambio interroga los terminos en los cuales

    se desarrollo el vinculo, abstrayndolo del registro de una semntica de la ayuda, la

    colaboracin, la responsabilidad social (todas categoras que aluden en definitiva del desinters

    asociado al don); para resituarlos en el marco de una relacin de intercambio mucho mas cercano

    al registro mercantil. La empresa tiene un problema (dificultades para enterrar los residuos que

    genera del modo en que lo vienen haciendo) y la cooperativa podra prestarle un servicio

    ambiental para posibilitar la gestin responsable de los residuos, a travs de la reincorporacin

    de estos residuos en los circuitos productivos basados en el reciclado de celulosa. Vuelvo ahora al

    tema de la equivalencia. Dentro de este marco de intercambio, el capital econmico aportado por la

    empresa es situado en equivalencia al capital experimental que pone en juego la cooperativa, que

    Marcelo resume con el trmino audacia y que en palabras del ingeniero podra expresarse como

    know how. Ciertamente audacia y sorpresa resultan trminos adecuados para describir todo este

    intercambio. Mas all de las buenas intenciones de los ingenieros, la propuesta de Marcelo fue

    quiz demasiado audaz. Mientras el acuerdo pareca posibilitar que la empresa se evitara de enviar

    al relleno toneladas de pulpa, reduciendo adems su costo operativo (la empresa debe pagar por

    enterrar el residuo, a un costo mucho mayor que los $ 100 por tn mas el flete comprendidos en el

    acuerdo con la cooperativa) todo pareca marchar sobre ruedas. En cambio cuando el replanteo de la

    propuesta supona llegar al mismo objetivo (no enterrar pulpa) pero desde un camino radicalmente

    diferente, direccionado a invertir capital para experimentar con un nuevo proceso pergeado

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • desde una cooperativa de cartoneros, la cuestin cambi sensiblemente de tono.

    Llegado este punto puedo sealar que esta experiencia permite poner de relieve dos de los

    tres desplazamientos sealados al inicio de esta ponencia. Por una parte, la contrapropuesta de

    Marcelo se situa en un terreno an muy poco explorado por parte de las instituciones que

    conforman el sistema de ciencia y tecnologa, como es el del tratamiento de la materia en fase de

    posconsumo. Como seala Fabio Mura (2011) el grueso de la produccin de conocimiento

    cientfico-tcnico vinculado a nuestra relacin con la materia ha estado dominado por perspectivas

    sistmicas focalizadas casi exclusivamente en la esfera de la produccin, siendo mucho menos

    exploradas las cuestiones vinculadas a su adquisicin, uso y consumo. En tal sentido, la cuestin del

    posconsumo en general y ms an del posconusmo vinculado a los residuos, resulta en la actualidad

    un campo caracterizado por la gran vacancia de estudios especficos destinados a sistematizar

    procesos. Bsicamente el grueso de los residuos que generamos como sociedad an no han logrado

    ser incorporados en circuitos de reciclado. En este sentido, puede pensarse el desplazamiento

    complementario, esta vez asociado al locus social desde donde se despliega el proceso de

    experimentacin que da lugar a la innovacin que intenta vehiculizar Marcelo en su

    contrapropuesta. Las muestras de cartn producido con la pulpa reprocesada no son resultado de la

    labor de cuadros tcnicos especializados, sino que responde a una prctica experimental

    desarrollada, en definitiva, por cartoneros/as de una pequea cooperativa que carecen de los

    capitales simblicos, econmicos y tcnicos que permiten acreditar estas socialmente las

    competencias necesarias para disear y producir este tipo de procesos. Sin estos capitales, por

    ms adecuado y brillante que sea el proceso de innovacin desarrollado, sus posibilidades de quedar

    plasmado en acuerdos y contratos son realmente pocas. De hecho el acuerdo con la empresa

    quedo suspendido y ms all de las idas y venidas que tuvo durante algunos meses ms no se lleg a

    nada en concreto. Por cuestiones de extensin no puedo proseguir con la reconstruccion iniciada en

    esta poncia la que si podr reponer en la presentacin oral. Todo este antecedente del acuerdo

    frustrado con la empresa di lugar a una nueva fase de experimentacin elaborada por Marcelo,

    basada en este caso en el empleo de la pulpa (que habia quedado de clavo) como carga para la

    fabricacin de bloques y placas de construccin.

    Como parte de el trabajo no solo de experimentar, sino tambin de crear las condiciones

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • que hacen posible esta prctica, Marcelo presento los avances que haba logrado en esta nueva

    lnea en un encuentro de organizaciones de recuperadores en el municipio de Quilmes. Luego del

    encuentro, un par de profesionales pertenecientes al INTI se acercaron interesados en colaborar,

    bsicamente ofrecian sistematizar en el proceso iniciado artesanalmente desde la cooperativa.

    En la presentacin oral voy a profundizar sobre esta nueva etapa, a partir de recuperar los mismos

    ejes que he trazado en la problematizacin desarrollada en esta ponencia, focalizando con mayor

    detalle en las tensiones que se producen entre las distintas perspectivas desde las cuales se

    conceptualiza y opera sobre estos procesos de innovacin (socialmente) dislocada.

    Todava preguntas

    Como seal anteriormente los avances presentados en esta ponencia corresponden a un

    primer ejercicio de textualizacin de los resultados del trabajo etnogrfico en relacin a esta

    problemtica en particular. En tal sentido, requieren an de un mayor nivel de elaboracin para

    poder plasmarse en conclusiones de algn tipo. Sin embargo quisiera cerrar esta ponencia con una

    reflexin que describe mi propia relacin con los procesos de innovacin que me propuse

    problematizar a partir del trabajo con los integrantes de Reciclando Sueos.

    En su monumental proyecto de crtica al vnculo entre tcnica y progreso humano,

    Lewis Mumford advierte sobre la tendencia a identificar las herramientas y las mquinas con la

    tecnologa, a sustituir la parte por el todo en sus palabras (2010: 12). Claramente este sesgo

    constituy parte de mi inters inicial por la prxis creativa desarrollada principalmente por Marcelo,

    pero tambin por otros como el ingeniero Sebastin, quin lamentablemente abandon la

    cooperativa luego de haber sufrido un robo a mano armada mientras trabaja en una de las maquinas

    ms maravillosas que se elaboraron en esta experiencia: una secadora de plstico con un tunel de 6

    metros de largo al que se le inyectaba aire caliente con una turbina autoconstruda. Sinceramente me

    fue casi imposible abstraerme de la fascinacin por estos singulares objetos desarrollados en una

    atmsfera absoltamente arlteana (y conurbana). Al ir profundizando en la etnografia, fui

    comprendiendo lo que Mumford sealaba, que la tcnica objetivada en las herramientas es parte de

    una biotcnica anclada en la dotacin vital del hombre. De este modo fui intentando interrogar

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • progresivamente cuales eran las condiciones objetivas y subjetivas en las cuales esta prxis creativa

    tena lugar. Siguiendo ms an las recomendaciones formuladas por Mumford me fui acercando a

    dar cuenta del sentido vvidamente ldico que se pona en juego, tanto en quienes efectivamente

    elaboraban los diseos y los ejecutaban como tambin en el resto de los compaeros/as entre

    quienes obviamente haba resquemores y admiraciones en relacin a quienes lideraban estas labores

    (Como Marcelo o Sebastin) pero que despus cuando llegaba el momento de probar el

    funcionamiento de un mecanismo recientemente construdo participaban de ritual con altisimo

    grado de nerviosismo y emocin. Un sentido similar se ponan en juego cuando venan a entrevistar,

    filmar, compartir experiencias desde otras cooperativas, medios de prensa u organizaciones

    gubernametnales y no gubernamentales. Las mquinas autoconstrudas objetificaban capacidades y

    destrezas inusuales en relacin a otras experiencias asociativas desarrolladas por poblacin en

    similares condiciones, y en este sentido eran fuente de orgullo colectivo y diferenciacin en relacin

    a otros.

    Volviendo a lo que quera destacar para el cierre, creo que el principal desafo que

    encontramos al acercarnos a este tipo de experiencias es poder descentrarnos del registro que tiende

    a ubicar estas prcticas exclusivamente en el plano (bastante chato) de la supervivencia, que tiende

    a forzar lecturas instrumentalistas de la relacin con la tecnologa; as como tambin de pensar estas

    expresiones materiales (mquinas y herramientas) desde una pica del trabajo/trabajadores desde

    la cual tambin se despliegan lecturas moralizantes que terminan encasillando la accin creativa en

    en un marco de estrecha racionalidad. Al mismo tiempo esto no supone hacer un festejo de la

    irracionalidad, claro que estas maquinas y herramientas sirven para comer y reclamar por una

    dignidad invisiblizada (o por lo menos se intenta que asi lo sea). Lo que quiero destacar tiene que

    ver con estar (ms) atentos a recuperar la importancia de las fantasas, las proyecciones, los deseos,

    aquello que resulta aparentemente inconducente, desproporcionado o incluso tan fuera de lugar

    como un cartonero vanagloriandose de su audacia creativa frente a ingenieros con ttulo.

    Nuevamente, no para construir la necesidad en virtud, sino para recordarnos que en algunas

    ocasiones son estas personas, las que al desplazarse del lugar donde frecuentemente las colocamos,

    nos obligan a reflexionar sobre lo que an resulta socialmente (im)pensable.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • Bibilografia

    - Bonnet, A. 2002. La crisis de la convertibilidad. Revista Theomai (edicin electrnica), Invierno,

    nmero especial. Red Internacional de Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y Desarrollo.

    Universidad Nacional de Quilmes, Argentina. Disponible en:

    redalyc.uaemex.mx/pdf/124/12490103.pdf

    - Cal, J. 2011. El Agregado de Valor sobre vidrio reciclado. Ponencia presentada en Primera

    Jornada Nacional Gestin Integral de Residuos Slidos Urbanos GIRSU INTI - 28 y 29 de

    septiembre de 2011.

    - Carenzo, Sebastin, Acevedo, Ramiro y Julin Brbaro. 2012. Construyendo oficio: experiencias

    laborales de integrantes de una Planta Social de Separacin en el CEAMSE. Trabajo y Sociedad,

    Nro 20, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales -UNSE. ISSN 1514-6871.

    - Carenzo, Sebastin. 2011. Desfetichizar para producir valor, refetichizar para producir el

    colectivo: Cultura material en una cooperativa de cartoneros del Gran Buenos Aires. Horizontes

    Antropolgicos, Vol. 17, Nro. 36. UFRGS. pp 15-42. ISSN 0104-7183.

    - Carenzo, Sebastin y M.I. Fernndez Alvarez. 2011. La promocin de cooperativas como

    ejercicio de gubernamentalidad: reflexiones a partir de una experiencia de cartoneros/as en la

    metrpolis de Buenos Aires. Argumentos, Estudios criticos de la sociedad, dossier El Estado:

    otras miradas. Nueva poca, ao 24, Nro 65 (enero-abril 2011). Universidad Autnoma

    Metropolitana, Unidad Xochimilco, Mxico D. F. pp 171-198. ISSN 0187-5795.

    - Dietrich, A. 2011. El Agregado de Valor sobre Pulpa Moldeada. Ponencia presentada en Primera

    Jornada Nacional Gestin Integral de Residuos Slidos Urbanos GIRSU INTI - 28 y 29 de

    septiembre de 2011.

    - Fernndez lvarez, MI Alm da racionalidade: o estudo das emooes como prcticas polticas.

    Revista Mana Estudos de Antropologa Social Programa de Ps-Graduao em Antropologia Social,

    de la Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ). 2011, vol. 17, N1. ISSN 0104-9313. pp. 41-

    68.

    - Fernndez lvarez, MI y Carenzo, S. Ellos son los compaeros del CONICET: el vnculo con

    organizaciones sociales como desafo etnogrfico. PUBLICAR - En Antropologa y Ciencias

    Sociales. Revista del Colegio de Graduados en Antropologa de la Repblica Argentina. ISSN

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • impreso 0327-6627 - ISSN en lnea 2250-7671. (En prensa)

    - Gonzlez, H. 2007. Subprograma de Reciclado de Residuos Slidos Urbanos. Ponencia presentada

    en el IV Congreso Argentino de Administracin Pblica.

    - Guillermo, S. (2004). El proceso de descarte de basura y los contextos de depositacin presentes

    en la ciudad de Buenos Aires. En: Intersecciones en Antropologa. No.5, Olavaria, Buenos Aires.

    - Ibez J.R. y Corropoli M.D. 2002. La valorizacin de residuos slidos urbanos. Anuario 2002

    F.C.E. U.N.P.S.J.B. 43

    - Ingold, Tim. 2000. The Perception of the Environment: livelihood, dwelling and skill. London:

    Routledge. Pp 480

    - Keane, W. 2001. Money is no object: Materiality, desire and modernity in Indonesian society. In:

    Myers Fred (Ed.). The Empire of Things: Regimes of Value and Material Culture. Santa Fe: School

    of American Research Press. p. 65-90.

    - Miller, D. 1987. Material culture and mass consumption. Oxford: Blackwell.

    - Mumford, L. 2010. El mito de la mquina: tcnica y evolucin humana. Logroo: Pepitas de

    calabaza editorial.

    - Mura, Fabio. 2011. De sujeitos e objetos: um ensaio crtico de antropologia da tcnica e da

    tecnologia. Horizontes Antropolgicos, vol. 17, nro 36: 95-125.

    - Rodriguez, Csar. 2010. Gestin Integral de Residuos, Reciclado y Cartoneo en Buenos Aires.

    Buenos Aires: Editorial Croquis. 190 pp

    - Schamber, Pablo. 2008. De los desechos a las mercancas: Una etnografa de los cartoneros.

    Buenos Aires: SB.

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina

  • ANEXO FOTOGRAFICO

    XI Congreso Argentino de Antropologa Social Facultad de Humanidades y Artes UNR Rosario, Argentina