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Una selección de Robinson Crusoe

Un libro de lectura de Reading A–Z, Nivel Z1Número de palabras: 3,135

Adaptado de la novela de Daniel DefoeIlustrado por David Cockcroft

EscrituraImagina que eres Robinson Crusoe. Crea varias anotaciones en tu diario basadas en cómo te sientes mientras estás varado. Sé creativo. Recuerda incluir adjetivos, adverbios y detalles sensoriales.

Estudios SocialesEncuentra pistas en el cuento sobre el lugar. Investiga lugares en el mundo que tienen características similares. ¿Dónde piensas que se encuentra Robinson Crusoe? Usa evidencia para escribir un párrafo que explique tu afirmación.

Conexiones

Una selección de

RobinsonCrusoe

Libro original en inglés de nivel Z1

Libro de nivel • Z1

Una selección de Robinson CrusoeLibro de lectura Nivel Z1A Selection from Robinson CrusoeLibro original en inglés, Nivel Z1© Learning A–ZAdaptado de la novela de Daniel DefoeIlustrado por David Cockcroft Traducido por Lorena F. Di Bello

Todos los derechos reservados.

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Una Selección de

RobinsonCrusoe

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Adaptado de la novela de Daniel DefoeIlustrado por David Cockcroft

¿Cómo ayudan a Robinson Crusoe sus habilidades de supervivencia mientras está varado?

Pregunta principal

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Palabras para aprender

3 4Una selección de Robinson Crusoe • Nivel Z1

Tabla de contenido

Naufragio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Suerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

A flote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

Refugio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

Tormenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

Hogar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

Esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

En esta novela clásica, Robinson Crusoe, un marino inglés que estaba explorando el Caribe y Sudamérica, queda varado en una isla tropical cuando su barco se desvía de su curso y naufraga. Esta parte de la historia comienza cuando Crusoe se encuentra solo en la isla, siendo el único de la tripulación del barco que sobrevivió.

Naufragio

Miré hacia la embarcación varada, pero dado que las olas y la espuma del mar eran tan grandes, apenas la podía ver . Se encontraba tan lejos . ¿Cómo fue posible que yo hubiera llegado hasta la orilla?


Después de haber calmado mi mente al darme cuenta de que estaba vivo, empecé a mirar alrededor para ver en qué clase de lugar estaba . Pronto tuve una horrible impresión, pues estaba mojado, no tenía ropa de abrigo con la que cubrirme y tampoco nada para comer ni beber . Tampoco vi una posibilidad ante mí, excepto la de perecer de hambre o ser comido por bestias salvajes . Esto me dejó en un estado de tristeza tal, que por un momento di vueltas como un loco . Como la noche estaba cayendo sobre mí, con gran pesar empecé a considerar cuál sería mi destino si hubiera alguna bestia famélica en ese lugar . En la noche, ellas siempre salen en busca de su presa .

La única solución que se me ocurrió fue treparme a un árbol grueso y tupido que crecía cerca de mí . Resolví permanecer sentado toda la noche y considerar qué tipo de muerte iba a tener, pues no veía expectativa de vida alguna . Me alejé de la orilla para ver si podía encontrar agua fresca para beber, que logré encontrar, para mi gran alegría . Después de haber bebido, fui hacia el árbol y trepándome a él, traté de ponerme en una posición tal que si debía dormir, no me cayera . Y después de haber cortado un palo corto como un garrote para defenderme, me quedé en mi morada . Estaba tan cansado que me quedé dormido de inmediato y dormí tan cómodamente como pocos podrían haberlo hecho en mi condición .

Suerte

Cuando desperté, era plena luz del día, el cielo estaba despejado y la tormenta se había detenido, de manera que el mar no estaba tan enfurecido y con tanto oleaje como antes . Pero lo que más me sorprendió fue que el barco se había elevado a la superficie en la noche . Fue llevado casi tan lejos como la roca que mencioné, en donde había sido magullado por las olas que me estrellaban contra ella . Esto era a menos de una milla de la orilla y el barco parecía estar en posición vertical . Deseé estar a bordo, así por lo menos podría salvar algunas cosas necesarias para uso personal…


Un poco después del mediodía, encontré el mar muy calmo y la marea tan baja que podía llegar a menos de un cuarto de milla del barco . Y aquí mi aflicción volvió, pues vi que si nos hubiéramos quedado a bordo, podríamos haber estado a salvo y no estaría completamente solo . Esto llenó de lágrimas mis ojos otra vez, pero me alivió un poco . Resolví, si fuera posible, llegar hasta el barco . Entonces me saqué la ropa, porque el clima era extremadamente caluroso, y me metí al agua . Pero cuando llegué al barco, no sabía cómo subirme a bordo, pues estaba muy por encima del agua, y no había nada a mi alcance de donde aferrarme . Nadé alrededor del barco dos veces y la segunda vez divisé un pequeño pedazo de soga que colgaba hasta abajo . Con gran dificultad me aferré a ella y con la ayuda de esa soga, subí a la cubierta del barco .

Aquí descubrí que el barco tenía una gran cantidad de agua en su bodega, pero estaba apoyado en el costado de un banco por lo que la popa se había elevado y todo en esa parte estaba seco . Pueden estar seguros de que mi primer trabajo fue buscar y ver qué estaba dañado y qué estaba en buen estado . Primero, descubrí que todas las provisiones del barco estaban secas, sin haber sido tocadas por el agua . Con semejante hambre, me dirigí hacia la habitación donde se almacenaba el pan y llené mis bolsillos con bizcochos, y los comí a medida que hacía otras cosas, pues no tenía tiempo para perder…

Teníamos varios mástiles de repuesto en el barco . Resolví trabajar con ellos y arrojé por la borda los que pude . Até cada uno con una soga, para que no los arrastrara la corriente . Hecho esto, bajé por el costado del barco y, jalándolos hacia mí, até cuatro de ellos en ambos extremos dándoles la forma de una balsa . Puse dos o tres pedazos cortos de tablones sobre ellos en forma de cruz y descubrí que podía caminar muy bien sobre la balsa… Mi balsa ya era lo suficientemente fuerte como para soportar cualquier peso razonable .

Después de considerar bien lo que más quería, agarré tres de los cofres de marinero que yo había abierto y vaciado y los bajé hasta mi balsa . Llené el primero con provisiones (pan, arroz, tres quesos holandeses, cinco pedazos de carne de cabra seca y un poco de maíz europeo) . Había un poco de cebada y trigo, pero para mi gran decepción, después descubrí que las ratas lo habían comido o lo habían arruinado en su totalidad .


Mientras hacía esto, la marea empezó a subir, aunque con calma . Me mortificó ver mi abrigo, mi camiseta y mi chaleco, que había dejado en la orilla, irse flotando . Sin embargo, esto me obligó a buscar ropa, que encontré suficiente . No tomé más cosas de las que quería para usar por ahora, pues había otras cosas que estaba más ansioso por conseguir . Lo primero que quería eran herramientas con las que trabajar en la costa . Después de una larga búsqueda, encontré el cofre del carpintero, que para mí era de gran utilidad y mucho más valioso de lo que un cargamento de oro hubiera sido en ese momento .

Luego pensé en conseguir municiones y armas . Había dos rifles de caza muy buenos en la cabina y dos pistolas . Sabía que había tres barriles de pólvora en el barco, pero no sabía dónde los había guardado nuestro artillero . Después de mucho buscar, los encontré, dos de ellos secos y en buen estado, aunque el tercero se había mojado . Los dos que estaban secos los llevé a mi balsa . Y entonces estimé que mi balsa estaba bastante bien abastecida y empecé a pensar cómo llegaría hasta la orilla, sin tener ni una vela, ni un remo, ni un timón . El menor de los vientos hubiera volcado mi balsa .

A flote

Tenía tres incentivos: primero, un mar tranquilo y calmo; segundo, que la marea estaba subiendo; tercero, el poco viento que había soplaba hacia tierra firme . Y de esta manera, habiendo encontrado dos o tres remos rotos, me hice a la mar . Mi balsa marchó muy bien a lo largo de una milla, más o menos, aunque fue un poco más lejos de donde yo había llegado antes . Noté que había un poco de movimiento en el agua, y tenía la esperanza de encontrar algún arroyo o río que pudiera usar como puerto . Como lo imaginé, así fue . Allí apareció una pequeña apertura en la tierra y encontré una fuerte corriente de la marea que se dirigía a ella . Guié mi balsa lo mejor que pude, manteniéndome en el medio de la corriente .

Pero aquí casi sufrí el segundo naufragio, que de haber pasado, creo que me hubiera roto el corazón . Uno de los extremos de mi balsa encalló en un banco de arena, y al estar libre el otro extremo,


la ola más pequeña enviaría todo mi cargamento al agua . Hice el mayor esfuerzo que pude para apoyar mi espalda contra los cofres a los efectos de mantenerlos en su lugar . Pero aun con toda mi fuerza, no pude liberar la balsa . No me atreví a moverme de la posición en la que estaba, sosteniendo los cofres con toda mi fuerza .

Me quedé en esa posición durante casi media hora, hasta que la creciente puso mi balsa a flote otra vez . Por fin me encontré en la boca de un pequeño río, con tierra a ambos lados, con una fuerte corriente que subía . Miré hacia ambos lados buscando un lugar apropiado para llegar a la orilla .

Finalmente divisé una pequeña cala en la orilla derecha del arroyo hacia la cual, con gran dolor y dificultad, guié mi balsa . Al final me acerqué tanto que, tocando el fondo con mi remo, pude impulsarla hasta allí . Pero aquí casi dejé caer todo mi cargamento al mar otra vez, pues esa playa era bastante escarpada y no había ningún lugar para desembarcar . Si uno de los extremos de mi balsa se encajara en la tierra, el mismo estaría tan alto y el otro extremo tan bajo, que volcaría mi cargamento otra vez . Todo lo que pude hacer fue esperar hasta que la marea estuviera alta, manteniendo la balsa cerca de la orilla con mi remo . Tan pronto como hubo suficiente agua, la empujé hacia una parte plana del suelo y allí la amarré . Así me quedé hasta que la marea bajó y dejó mi balsa y todo mi cargamento a salvo en la orilla .

Refugio

Mi siguiente tarea era inspeccionar el lugar y buscar un sitio apropiado para refugiarme y guardar mis pertenencias . Dónde estaba, no lo sabía; si era el continente o una isla, habitada o desierta, con peligro de bestias salvajes o no . Había una colina a no más de una milla de donde estaba que se elevaba muy alto y era muy escarpada . Tomé uno de los rifles de caza y un cuerno con pólvora y, así armado, viajé hacia la cima de esa colina . Con gran esfuerzo y dificultad llegué a la cima . Vi, para mi gran aflicción, que estaba en una isla rodeada por el mar . Sin tierra a la vista excepto algunas rocas, que estaban muy lejos, y dos islas más pequeñas, que estaban a unas tres leguas hacia el oeste…


Al ver esto, volví a mi balsa y me puse a trabajar para llevar mi cargamento a la orilla, lo que me llevó el resto de ese día . Qué iba a hacer a la noche, no lo sabía . Tenía miedo de recostarme en el suelo sin saber si alguna bestia salvaje podría comerme, aunque más tarde descubrí que esos miedos eran innecesarios . Me empeñé en construir una pequeña tienda con una vela y algunos palos . Adentro de esta tienda, puse todo lo que creía que se podía arruinar ya sea con la lluvia o con el sol . Apilé todos los cofres y toneles vacíos en círculo alrededor de la tienda para fortificarla en caso de un ataque sorpresivo, ya sea de un hombre o una bestia .

Entonces empecé a considerar que podría agarrar muchas cosas del barco que me serían útiles . Sabía que la primera tormenta podría romperlo en pedazos . Resolví dejar todas las demás cosas de lado hasta que sacara del barco todo lo que pudiera…

Tormenta

Ya he estado trece días en tierra y he ido al barco once veces . He traído todo lo que un par de manos podría haber traído . Creo que si se hubiera mantenido el tiempo calmo, hubiera traído el barco entero, pieza por pieza . Pero en la duodécima vez que estuve a bordo, me di cuenta de que empezaba a levantarse viento . Pensé que no se podía encontrar nada más, sin embargo encontré un baúl con dos o tres navajas y una gran tijera, junto con diez o doce buenos cuchillos y tenedores . En otro encontré dinero, algunas monedas europeas, otras brasileñas, algo de oro y algo de plata .

Sonreí al ver este dinero . —¡Dinero! —dije en voz alta—, ¿para qué sirves? Tú no vales nada para mí; no, no vale la pena levantarte del suelo . Uno de esos cuchillos equivale a todo este montón de dinero .


Empecé a pensar en hacer otra balsa, pero mientras estaba preparando esto, noté que el cielo estaba cubierto y que se empezó a levantar viento . En un cuarto de hora sopló un fresco vendaval desde la costa . Se me ocurrió que era en vano hacer una balsa con el viento soplando hacia el mar . Era necesario irme antes de que subiera la marea, de lo contrario no sería capaz de llegar a la costa de ninguna manera . Por consiguiente, me metí al agua y crucé a nado el canal . Incluso eso fue difícil, en parte por el peso de las cosas que llevaba, y en parte por lo agitada que estaba el agua . El viento se levantó precipitadamente . En poco tiempo, se desató una tormenta .

Pero yo había logrado llegar a casa, a mi pequeña tienda, donde me quedé rodeado de mis riquezas, a salvo . El viento sopló con mucha fuerza toda la noche, y en la mañana, cuando miré hacia afuera, miren, ¡ya no había ningún barco a la vista! Estaba un poco sorprendido, pero pensé con satisfacción que no había perdido tiempo sacando todo lo que podía serme útil . De hecho, quedaban unas pocas cosas que me hubiera traído si hubiera tenido más tiempo . Entonces dejé de pensar en el barco, o en lo que quedaba de él, a excepción de lo que pudiera flotar hasta la costa desde el lugar del naufragio . Efectivamente, algunas piezas lo hicieron, pero esas partes me sirvieron poco .

Hogar

Pronto descubrí que el lugar en donde estaba no era adecuado para mi asentamiento, porque estaba sobre un suelo bajo y pantanoso, cerca del mar . Decidí encontrar un suelo más saludable y conveniente . Pensé en varias cosas que necesitaba: primero, agua fresca y saludable; segundo, resguardo del calor del sol; tercero, seguridad contra los peligros, ya sea hombre o bestia; cuarto, vista al mar . Si hubiera algún barco a la vista, no perdería ninguna posibilidad de escape .


En busca de un lugar apropiado, encontré una pequeña planicie al costado de una colina cuyo frente era tan escarpado como el muro de una casa . Nada podía caerse desde la cima . Al costado de la roca, había un lugar hueco, desgastado un poco hacia adentro, como la entrada o puerta de una cueva, pero no había cueva alguna .

En la parte llana, justo delante de este lugar hueco, resolví montar mi tienda . Esta planicie tenía menos de cien yardas de ancho y el doble de largo, y se extendía como un jardín delante de mi puerta . En la punta, descendía hacia el bajo suelo al lado de la playa . Estaba en el costado norte de la colina, así que estaba protegido del calor del sol todos los días, hasta el ocaso .

Antes de montar mi tienda, dibujé un semicírculo delante del lugar hueco . En este semicírculo monté dos filas de fuertes estacas, clavándolas en el suelo hasta que se mantuvieran muy firmes . El extremo más grande sobresalía del suelo cinco pies y medio, y estaba afilado en la punta . Esta cerca era tan fuerte que ni un hombre ni una bestia podrían derribarla o saltarla . Esto me costó mucho tiempo y trabajo .

La entrada que le hice a este lugar no era por una puerta, sino por una corta escalera para pasar por encima .

Cuando estaba adentro, levantaba y sacaba la escalera y de esta manera estaba completamente cercado . Dormía seguro en la noche, cosa que de otra manera no habría podido hacer, aunque luego me di cuenta de que no había necesidad de tomar estas precauciones .

Dentro de esta cerca o fortaleza, con infinito trabajo, llevé todas mis riquezas, todas mis provisiones, municiones y reservas . Hice una tienda grande para protegerme de la lluvia . Hice una tienda más pequeña adentro, y cubrí la parte de arriba de la tienda con una gran lona que había guardado entre las velas . Y ahora no me acuesto en la cama que había traído a la costa, sino en una hamaca, la que era en verdad muy buena, y pertenecía al piloto del barco


Cuando hube hecho esto, empecé a cavar en la roca . Así hice una cueva, justo detrás de mi tienda, que me servía como bodega . Habiendo ya montado mi tienda, me pareció absolutamente necesario procurar un lugar para hacer una fogata y combustible para prenderla . Qué hice para ello y cómo agrandé mi cueva, lo diré en otro momento . Pero ahora debo hacer alguna mención sobre mí mismo y mis pensamientos acerca de la vida .

Esperanza

Había naufragado en esa isla después de haber sido sacudido por una tormenta violenta . Estábamos bastante fuera del curso de nuestro viaje estipulado, y cientos de leguas fuera de las rutas de comercio ordinarias . Tenía grandes razones para considerar que mi destino dictaba que en este lugar desolado y de esta manera desolada, debería terminar mi vida . Las lágrimas corrían en abundancia por mi cara cuando tenía estos pensamientos . A veces me preguntaba por qué era tan desdichado, tan indefenso, abandonado, y estaba tan absolutamente deprimido . Apenas podía entrar en razones y estar agradecido por semejante vida .


Pero algo siempre daba vueltas dentro de mí deteniendo estos pensamientos . Un día en particular, caminando por la playa, estaba afligido por mi condición actual . Pero pensé, “Bien, estás en un estado desolador, es verdad . Pero, te ruego que recuerdes, ¿dónde está el resto de tu tripulación? ¿No vinieron once de ustedes en el bote? ¿Dónde están los otros diez? ¿Por qué no se salvaron ellos y tú moriste? ¿Por qué tú fuiste escogido? ¿Es mejor estar aquí o allí?” y luego señalé el mar . Todos los males tienen que ser comparados con lo bueno que hay en ellos y con lo peor que hubieran podido ser .

Si quisieras leer más acerca de las aventuras de Robinson Crusoe, pídele a tu bibliotecario el libro Robinson Crusoe, escrito por Daniel Defoe.

Glosario

aflicción (sust.) dolor; sufrimiento (pág . 7)

baja (adj.) retraída hacia el mar (pág . 7)

banco tierra alta bajo el agua que es

de arena (sust.) peligrosa para los barcos (pág . 10)

bodega (sust.) cubierta de carga o interior

de un barco (pag . 7)

desolado (adj.) vacío, solo y desamparado (pág . 20)

famélica (adj.) muerta de hambre; desmesuradamente

hambrienta o voraz (pag . 5)

fortificar (verb.) hacer fuerte como forma de defensa

(pág . 13)

legua (sust.) unidad de medida; unos 5 kilómetros

o tres millas (pág . 12)

lona (sust.) una sábana de tela a prueba de agua

(pág . 18)

mortificar (verb.) atormentar (pág . 9)

perecer (verb.) morir, especialmente de un modo

violento o inesperado (pag . 5)

popa (sust.) la parte posterior de un barco (pág . 7)

posibilidad (sust.) futuro; un resultado previsto (pág . 5)

provisiones (sust.) reserva de alimentos (pág . 7)

resolver (verb.) decidir (pág . 5)

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