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EDITORIAL • Factores culturales y sociales en el cuidado del inmigrado FENOMENOLOGÍA • Disquisiciones de una mariposa sin alas HISTORIA • O rito de natal como temática da Socialização Terapêutica: uma contribuição para assistência de enfer- magem pediátrica • Relación de ayuda a través de la historia: una aportación desde la perspectiva iconográfica ANTROPOLOGÍA • Diferentes percepciones de la salud y enfermedad entre profesionales y usuarios de programas de edu- cación sanitaria en hipertensión y diabetes. Una visión antropológica • Nacimiento y muerte en las Montañas del RIF • El sufrimiento medicalizado TEORÍA Y MÉTODO • El aprendizaje de cuidados familiares a pacientes con Alzheimer. Revisión bibliográfica • El contexto de la interacción comunicativa. Factores que influyen en la comunicación entre los profesio- nales de Enfermería y los niños hospitalizados MISCELÁNEA • Biblioteca comentada 1 er . Semestre 2008 • Año XII - N.º 23 ASOCIACIÓN NACIONAL DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA DE LOS CUIDADOS CONSEJO DE ENFERMERÍA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA SEMINARIO DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA DE LOS CUIDADOS ENFERMEROS DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

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EDITORIAL• Factores culturales y sociales en el cuidado del inmigrado

FENOMENOLOGÍA • Disquisiciones de una mariposa sin alas

HISTORIA • O rito de natal como temática da Socialização Terapêutica: uma contribuição para assistência de enfer-

magem pediátrica• Relación de ayuda a través de la historia: una aportación desde la perspectiva iconográfica

ANTROPOLOGÍA• Diferentes percepciones de la salud y enfermedad entre profesionales y usuarios de programas de edu-

cación sanitaria en hipertensión y diabetes. Una visión antropológica• Nacimiento y muerte en las Montañas del RIF• El sufrimiento medicalizado

TEORÍA Y MÉTODO• El aprendizaje de cuidados familiares a pacientes con Alzheimer. Revisión bibliográfica• El contexto de la interacción comunicativa. Factores que influyen en la comunicación entre los profesio-

nales de Enfermería y los niños hospitalizados

MISCELÁNEA• Biblioteca comentada

1er. Semestre 2008 • Año XII - N.º 23

ASOCIACIÓN NACIONAL DEHISTORIA Y ANTROPOLOGÍADE LOS CUIDADOS

CONSEJO DEENFERMERÍADE LA COMUNIDADVALENCIANA

SEMINARIO DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍADE LOS CUIDADOS ENFERMEROSDEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA

UNIVERSIDAD DE ALICANTE

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Cultura de los Cuidados • 3

1er. Semestre 2008 • Año XII - N.° 23

SUMARIO

N O R M A S D E P U B L I C A C I Ó N . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

E D I T O R I A LFactores culturales y sociales en el cuidado del inmigrado . . . . . . . . . . . . . . . 5MANUEL MORENO PRECIADO

F E N O M E N O L O G Í ADisquisiciones de una mariposa sin alas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7MERCEDES FRAILE BRAVO

H I S T O R I AO rito de natal como temática da Socialização Terapêutica: uma contribuição para assistência de enfermagem pediátrica . . . . . . . . . . . 18ALICE MARIZ PORCIUNCULA, FERNANDO PORTO

Relación de ayuda a través de la historia: una aportación desde la perspectiva iconográfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27MERCEDES NÚÑEZ DEL CASTILLO, JOSÉ SILES GONZÁLEZ,JOSÉ LUIS JURADO MOLLANO

A N T R O P O L O G Í ADiferentes percepciones de la salud y enfermedad entre profesionales y usuarios de programas de educación sanitaria en hipertensión y diabetes. Una visión antropológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35PABLO LÓPEZ CASANOVA, MANUEL RODRÍGUEZ PALMA, FRANCISCO BARRAGÁN NAVARRO, Mª LUISA BOUZÁN SAN MARTÍN, JUANA MARTÍNEZ GIMÉNEZ, MARÍA ABDUL-JABBAR MORA, ISABEL FERNÁNDEZ-CAÑADAS SORIANO

Nacimiento y muerte en las Montañas del RIF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45FERNANDO JESÚS PLAZA-DEL PINO, Mª LORETO MARTÍNEZ GÁLVEZ, JOAQUINA RODRÍGUEZ ALONSO, SOLEDAD GARCÍA NAVARRO, ENCARNACIÓN ARAGONÉS ESCAÑUELA, Mª DOLORES PLAZA-DEL PINO

El sufrimiento medicalizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50JOSÉ LUIS DÍAZ AGEA

T E O R I A Y M É T O D OEl aprendizaje de cuidados familiares a pacientes con Alzheimer. Revisión bibliográfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57Mª ELENA FERRER HERNÁNDEZ, LUIS CIBANAL JUAN

El contexto de la interacción comunicativa. Factores que influyen en la comunicación entre los profesionales de Enfermería y los niños hospitalizados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70ANA LUCÍA NOREÑA, LUIS CIBANAL JUAN

M I S C E L Á N E ABiblioteca comentada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

DIRECCIÓNJosé Siles González

SUBDIRECCIÓNLuis Cibanal Juan

DIRECCIÓN TÉCNICA Y FINANCIERAJosé A. Ávila OlivaresAntonio Verdú RicoMercedes Núñez del CastilloJuan José Tirado DauderFrancisco Mulet FalcóFrancisco J. Pareja Lloréns

COMITÉ ASESOR NACIONALManuel Amezcua (Granada)Carmen Chamizo Vega (Gijón)Alberto Gálvez Toro (Jaén)Manuel J. García Martínez (Sevilla)Antonio C. García Martínez (Sevilla)Esperanza de la Peña Tejeiro (Mérida)Cecilio Eseverri Cháverri (Palencia)Francisca Hernández Martín (Madrid)Francisco Herrera Rodríguez (Cádiz)Amparo Nogales Espert (Valencia)Natividad Sánchez González (Albacete)Francisco Ventosa Esquinaldo (Salamanca)

COMITÉ ASESOR INTERNACIONALCarmen de la Cuesta Benjumea Marilyn Douglas (EE.UU.)Ximena Isla Lund (Chile)Raquel Spector (EE.UU.)Rick Zoucha (EE.UU.)Taka Oguiso (Brasil)Genival Fernandes de Freitas (Brasil)Asesor Enfermería Militar: Capitan J. Fco.Montes Jiménez

CONSEJO DE REDACCIÓNSECRETARÍAElena Ferrer Hernández [email protected].: 966989085REDACTOR ELECTRÓNICOFrancisco Calatayud MenorMiguel Castell MolinaIsabel Casabona MartínezJuan Mario Domínguez SantamaríaBelén Estebán FernándezEva Mª Gabaldón BravoManuel Lillo CrespoAsunción Ors MontenegroRosa Pérez-CañaverasMª Mercedes Rizo BaezaCarmen Solano RuizFlores Vizcaya MorenoJosé Ramón Martínez Riera

RELACIONES INTERNACIONALESMaribel Sanz QuinteroMª José Muñoz ReigAdrián S. Morse

Cultura de los Cuidados. Revista socio-fundadora del Consejo de Editores deRevistas de Enfermería Iberoamericanas.Cultura de los Cuidados está incluida enlas bases de datos: BDIE, ENFISPO,EBSCO, PUBLISHING, CUIDATGE,CUIDEN CINHAL y hemerotecas digitalescomo: Cantárida y RUA (repositorioInstitucional Universidad de Alicante)Coordinadora RUA. Ana L. NoreñaSUSCRIPCIONES: Consejo de Enfermería dela Comunidad Valenciana (CECOVA)C/. Xàbia, 4 - 3º Pta. 10 - 46010 ValenciaTarifas 2 números (1 año)

España y Portugal: 12,02 eurosAlumnos Enfermería: 7,21 eurosExtranjero: 18,03 euros

Revista «on line»: http://www.culturadeloscuidados.orgISSN:1138-1728-Dep.Legal: A-1309-1997Título clave: Cultura de los CuidadosTítulo abreviado: Cul. Cuid.Edita: Consejo de Enfermería ComunidadValenciana (CECOVA)Imprime: Gráficas Estilo. AlicanteLA DIRECCIÓN DE LA REVISTA NO SE HACE RESPON-SABLE DE LOS CONTENIDOS DE LOS ARTÍCULOS

MARCA ESPAÑOLA Nº. 2.816.560 DENOMINADOCULTURA DE LOS CUIDADOS BOE. 16/04/2008

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4 • Cultura de los Cuidados

1er. Semestre 2008 • Año XII - N.° 23

NUEVAS NORMAS REGULADORAS DE LASPUBLICACIONES EN LA REVISTA “ENFERMERÍAY CULTURA DE LOS CUIDADOS”

A partir del próximo número de Junio de 2008entrarán en vigor, de forma progresiva, los nuevoscriterios reguladores del sistema de publicacionesen nuestra revista. Se trata de reinterpretar la fun-ción socializadora y difusora de la produccióncientífica enfermera a la luz de la creciente demanda de internacionalización de la misma. Endefinitiva, a partir del próximo número Enfermeríay Cultura de los Cuidados publicará artículos entres lenguas: español, portugués e inglés. Sólo losresúmenes deberán estar escritos en los tres idio-mas, pudiendo el artículo estar escrito en cual-quiera de ellos.

Conscientes de la dificultad que puede generaren los autores la traducción de sus resúmenes alportugués, la revista se hará cargo de las mismas sies preciso.

Aunque sujeta a variaciones, en aras de su filosofía con-textualizadora, la revista constará de secciones talescomo:

• Editorial. • Fenomenología: sección destinada a la publicación

de originales y/o revisiones sobre fenomenología clí-nica. Asimismo tendrán cabida en este apartado lasexperiencias clínicas de los profesionales sea cual seala forma de expresión: narrativa, ensayo, poética oplástica. Por último, también serán susceptibles depublicación los originales que, a juicio del comité deredacción, contribuyan al desarrollo humanístico dela enfermería (en cualquiera de sus vertientes).

• Historia: destinada a la publicación de originales y/orevisiones de historia de enfermería.

• Antropología: sección reservada para la inclusión deoriginales y/o revisiones de trabajos antropológicosen materia de cuidados enfermeros.

• Teoría y métodos enfermeros: apartado dedicado a lapublicación de originales y/o revisiones que contri-buyan tanto al desarrollo teórico-filosófico de la

enfermería como a sus métodos y aplicaciones prác-ticas.

• Miscelánea: Sección dedicada a la divulgación deactividades, noticias, agenda etc, revisión de noveda-des editoriales.

• Cartas al Director

PRESENTACIÓN DE LOS TRABAJOS- Estructura del manuscrito: En la primera página figura-

rá el título del artículo seguido del nombre de losautores (no más de 6), su rango académico o profesio-nal y la dirección de contacto del primer autor con sucorreo electrónico; en la segunda página, un resumendel trabajo no superior a 200 palabras y las palabrasclaves consultadas; las siguientes páginas incluirán elcontenido del artículo evitando poner subíndices ynotas al pie de página, con una extensión no superiora los doce folios; la última página estará dedicada a labibliografía.

- El sistema de citas adoptado en la revista está deacuerdo a la normativa Harvard-APA: en el texto sóloaparecerá el apellido y la fecha del autor entre parén-tesis, ej: (López,1998). La bibliografía consultada alfinal del artículo no llevará numeración y quedaráordenada alfabéticamente por el apellido del autor ej:Sánchez, J. (1997) Historia de la revista panacea.Paidós, Barcelona (Libro)Sánchez, J. (1997) Historia de la revista panacea.Enfermería Científica 8, 22-27 (Artículo revista)Sánchez, J. (1997) Historia de la revista panacea. EnLas revistas españolas de enfermería (Cibanal, L. ed.),Síntesis, Madrid pp. 88-102. (capítulo de Libro).United Kingdom Central Council for Nursing,Midwifery and Health Visiting (1990) Post-RegistrationEducation and practice Project. UKCC, London.

- Las ilustraciones, gráficas y fotografías se enviarán aparte indicando su número de orden y título a pie depágina o en su reverso en el caso de las fotografías. Lasgráficas, preferentemente, deberán presentarse enblanco y negro.

- Presentación: en soporte papel mecanografiado enhojas DIN A4, letra Times New Roman, tamaño letra12, a doble espacio, por triplicado y en disco 3 1/2(WORD 6-7 o equivalente).

ESTRUCTURA DE LA REVISTAY NORMAS DE PUBLICACIÓN

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Hace ya varios años que el colectivo enfermeroviene interesándose por la temática migratoria. Enlas revistas profesionales y en los foros de debateocupan un cierto lugar, de manera creciente. Creoque ha llegado el momento de hacer un esfuerzo deanálisis para saber qué ha aportado o está aportan-do a los enfoques teóricos y sobre todo a la prácti-ca enfermera. Evidentemente, el objetivo de esteeditorial no puede cubrir tan ambicioso proyecto,sino que se limitará a una reflexión de caráctergeneral, obligadamente escueta, del “estado de lacuestión” y que de ninguna manera agotan el tema.

Es preciso señalar que el rechazo al extranjeroes universal. El otro siempre ha provocado recelos,cuando no miedo. El ser humano, se dice, es un ani-mal de costumbre, al que le cuesta salir de las ruti-nas establecidas, y al que toda novedad le produceuna sensación de inseguridad. Decía Ortega yGasset que el extraño, por el hecho de serlo, parecepotencialmente peligroso. Cuando lo que viene defuera resulta ser vulnerable, tiene un mayor riesgode ser repudiado o apartado del grupo mayoritario.

Voy a partir del concepto de otredad, tal comola entiende la antropología para iniciar los plantea-mientos que quiero desarrollar. Pero ¿a qué “otro”nos estamos refiriendo? Dice Georg Simmel en su“Digresión sobre el Extranjero” que el extranjeroen una comunidad “no es el que viene hoy y se vamañana; es por decirlo así, el emigrante en poten-cia, que aunque se haya detenido, no se ha asenta-do completamente” (1998:716). Más bien el“extranjero” de Simmel es esa alteridad que se ha“fijado”, en un territorio; es un elemento del grupomismo que, como los pobres y las diversas clasesde “enemigos interiores”, si bien, por una parte,ocupa una posición de miembro, por otra, estácomo fuera o enfrente. Creo que éste es el inmi-grante objeto de mi mirada investigadora: aquelque no es ni de aquí, ni de allá, que está siendosometido a un profundo cambio social y cultural

Por primera vez la Encuesta Nacional de Salud

(2006) ha tenido en cuenta el factor “extranjero”.Los datos son sumamente interesantes para un aná-lisis detallado y en profundidad. Veamos algunosde ellos. El estado de salud percibido es mejor engeneral entre los extranjeros: 73,17% lo consideranbueno o muy bueno, frente al 69,57% de los autóc-tonos. Tienen menos enfermedades crónicas o delarga duración: infartos 9,18% frente al 20%; dolorlumbar 15,75% frente al 24,63%; diabetes 1,56%frente al 4,27%; colesterol alto 1,86% frente al4,74%; úlceras de estómago o duodeno 1,90%frente al 6, 56%; cataratas 5,63% frente al 15,30%.Utilizan menos, por lo general, los servicios sanita-rios que la población autóctona. Han utilizadoalgún servicio sanitario en las últimas 4 semanas el39,5% frente al 29,3%. Veamos los detalles de estautilización; la visita al médico 1,08% frente al1,15%; a la enfermera 2,5% frente al 4,8%; al fisio-terapeuta 1,6% frente al 2,9%; a la matrona 3,9%frente al 1,4%. En relación a los estilos de vida nohay gran variación entre algunos de ellos, por ejem-plo, en cuanto a horas de sueño o a ver la televisión.Otros si reflejan grandes diferencias, por ejemplo elejercicio físico en el trabajo es casi el doble que enla población autóctona, mientras el ejercicio físicofuera del trabajo es similar. Estos resultados vienena validar lo que algunos ya sabíamos o intuíamos; asaber, que la salud de la población inmigrada nodifiere demasiado de la del resto de la población, yque donde hay diferencias éstas se deben, funda-mentalmente, al factor edad o género y sobre todoa las condiciones de vida y trabajo.

Es necesario, entonces, entender la migracióncomo un proceso (Moreno, 2008) con diferentesfases o etapas asociadas a problemas de salud espe-cíficos, que van desde los procesos de incomunica-ción inicial, hasta los problemas de identidad en lafase de asentamiento. Le acompañan dos factoresde profunda carga emocional: el desarraigo de laseparación y el sentimiento de rechazo de la socie-dad de acogida. Puede decirse que los condicio-

EDITORIALFACTORES CULTURALES Y SOCIALES EN EL CUIDADO DEL

INMIGRADOManuel Moreno Preciado. Universidad Europea de Madrid

Cultura de los Cuidados • 5

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nantes de orden social característicos de este pro-ceso, son los principales causantes de los proble-mas de salud, así como, de las dificultades para sucuidado: descuido de controles sanitarios, embara-zos no deseados, obesidad infantil, accidentes,depresión, etc., son algunos de los más frecuentesproblemas de salud vislumbrados, que se caracteri-zan por situaciones de estrés con manifestacionesde ansiedad y angustia en la mayoría de los casos.

¿Cómo poder ser útil al paciente inmigrado?, sepreguntan muchas enfermeras. Ciertamente elmodelo biomédico predominante condiciona larelación profesional/paciente, limitando las posibi-lidades de trato personalizado y de atención a ladiversidad. No obstante, hay margen para la agen-cia humana y muchas enfermeras han sabido com-prender y atender las demandas particulares de lapoblación inmigrada. El ser humano es una animalnarrativo y es necesario favorecer la expresión dela experiencia de enfermar, es decir la expresióndel padecimiento. Desde esa perspectiva han podi-do ser receptivas y captar las manifestaciones emo-tivas por parte de los pacientes que hacen alusiónal estrés que padecen, tanto por las dificultades dela experiencia migratoria, como por el dolor deldesarraigo.

Para finalizar, algunas reflexiones a modo depropuestas, ante lo que considero uno de los mayo-res desafíos que nuestra sociedad tiene por delante:aprender a vivir en la diferencia. 1) Formarse en ladiversidad. La necesidad de formarse para respon-der adecuadamente a las necesidades del pacienteinmigrado es unánimemente sentida entre los pro-fesionales de la salud, así como la necesidad deeducar sanitariamente al inmigrado. Entiendo quela formación en diversidad cultural tiene, antetodo, que ser una formación transversal, pues no setrata de crear “expertos en transculturalidad”, sinofomentar los valores de la diversidad en el cuida-do. Se hace necesario, en este sentido, descartar losenfoques culturalistas que centran la atenciónexclusiva en el conocimiento de prácticas foráneasatávicas cargadas de exotismo y que tienen pocoque ver con los hábitos y costumbres que se desa-rrollan en el proceso migratorio. Como dice EdgarMorín: “La Educación del futuro debe ser unaenseñanza fundamental y universal centrada en lacondición humana. Estamos en la era planetaria y

los seres humanos donde quiera que estén, estánembarcados en una aventura común. Es precisoque se reconozcan en su humanidad común y, almismo tiempo, reconozcan la diversidad culturalinherente a todo lo humano” (2001:57). 2)Preservar los valores del cuidado. El valor esencialdel cuidado es aquél que sitúa al paciente como larazón de ser de la práctica profesional, como lareferencia, el punto de partida y de llegada de loscuidados. Siguiendo este planteamiento deFrançoise Collière, al paciente no se le consideracomo un objeto portador de tal o cual enfermedad,sino que constituye la propia finalidad de los cui-dados, que no toman sentido si no es a partir de ély de lo que representa en su entorno social:“Encontramos aquí el deseo de dar ´cuidados a losenfermos´, pero un deseo que trata de superar lasúnicas motivaciones ideológicas, y que busca afir-marse utilizando el contenido de la relación paradar otras bases a los cuidados que la compasión ola tecnicidad” (1993: 155). 3. Promover la ética dela esperanza. Porque estamos asistiendo a un augede los discursos catastrofistas del “todo va mal”, enlos que la figura del inmigrado es situada comochivo expiatorio de los diferentes problemas socia-les, esta actitud es injusta ante quienes están, en sugran mayoría, contribuyendo a la solución demuchos problemas. La cultura del miedo de la quenos previene Barry Glasser es sumamente peligro-sa, porque enciende uno de los peores instintos delser humano: el odio étnico. El hecho de que lasociedad española haya sido capaz de acoger a másde cuatro millones de inmigrados en pocos años,sin grandes problemas de convivencia es un moti-vo de satisfacción para el conjunto de la sociedady una demostración palpable del privilegiado lugarque hoy ocupa España en la esfera mundial.Demos, pues, una oportunidad a la esperanza.

BIBLIOGRAFÍA- Colliére, Françoise (1993). Promover la vida. Paidós,

Barcelona.- Glasser, Barry (1999). The Culture of Fear. Basic Book, New

York.- Moreno, Manuel (2008). El cuidado del “otro”. Un estudio

sobre la relación enfermera/paciente inmigrado. Bellaterra,Barcelona.

- Morin, Edgard (2001). Los siete saberes necesarios para laeducación del futuro. Paídos, Barcelona.

- Simmel, Georg (1977). Sociología. Estudio sobre las formasde socialización (Volumen 2). Península. Barcelona.

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THOUGHTS OF A WINGLESS BUTTERFLY

SUMMARYIntroduction

The protagonism acquired by Care has shownup even in situations as determining aswomen’s invisibility. The attribution of tipi-

cally feminine roles against the roles of controloposition, activity force and dominion attributed tothe male genre, reinforce this fact.

The aim of this work is to demonstrate howCultural Competence proposes a series of interven-tions which, from the perspective of transcultura-lity, offer solutions and confirm the circumstanceof invisibility and genre difference that occurseven after an increased women’s educational andcultural level.

The present story emerges from the anonimousthoughts of a middle-aged woman educated in asexist environment to become an ideal mother andwife and comply with all the roles reserved towomen in a traditional education.

Methodology and resultsDeep interview was used as activities for the

intervention “Reminiscence therapy”, within theCare Plan determined for a diagnose of “lack ofhope”.

ConclusionsThe conclusions deal with the role that genre

plays in couples’ relationships and in children’seducation, showing the influence of the socialstructure that impregnates all perpectives in life:publicity, education, etc, and confrims its impacton aim achieving towards genre equity.

Key words: tranculturality, sexist education, genrediscrimination.

RESUMOIntrodução

Oprotagonismo adquirido pelos Cuidadostem se manifestado claramente, inclusiveem situações tão contundentes como a invi-

sibilidade das mulheres. A atribuição de papéis tipi-camente femininos, frente aos papéis de imposiçãode controle, força e domínio, que são atribuídos aogênero masculino, reforçam essa constatação.

O objetivo deste trabalho é colocar de prontocomo Competência Cultural, que propõe uma sériede intervenções, desde a transculturalidade, asquais aportam soluções e, às vezes, ratificam a cir-cunstância de invisibilidade feminina e diferençade gêneros, que é perceptível, inclusive, quandoocorre uma elevação do nível educacional e cultu-ral das mulheres.

O presente relato é fruto dos pensamentos anô-nimos de uma mulher de meia idade, educada, emum ambiente “sexista”, para tornar-se mãe e espo-sa ideal, a fim de cumprir todos os papéis reserva-dos na educação tradicional para as mulheres.

Metodologia e resultadosUtilizou-se a entrevista de profundidade como

atividade na Intervenção “Terapia de Reminiscên-

FENOMENOLOGÍADISQUISICIONES DE UNA MARIPOSA SIN ALAS

Mercedes Fraile BravoEnfermera y Antropóloga. Profesora Enfermería de UNEX

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1er. Semestre 2008 • Año XII - N.° 23

cia”, dentro do Plano de Cuidados estabelecidopara um diagnóstico de Desesperança.

ConclusõesAs conclusões giram em torno do papel que

julga o gênero nas relações de casados e na edu-cação dos filhos, visualizando-se influências daestrutura social que impregna todas as perspectivasda vida feminina: publicidade, educação, corrobo-rando suas influências na consecução de objetivosem direção à igualdade de gêneros.

Palavras Chave: transculturalidade, educaçãosexista, discriminação por gêneros

RESUMENIntroducción

El protagonismo adquirido por los Cuidados seha puesto de manifiesto rotundamente inclu-so en situaciones tan contundente como la

invisibilidad de las mujeres. La atribución de rolestópicamente femeninos, frente a los papeles de opo-sición de control, fuerza actividad y dominio atri-buidos al género masculino, refuerzan este hecho.

El Objetivo de este trabajo es poner de mani-fiesto como la Competencia Cultural que proponeuna serie de intervenciones que desde la transcul-turalidad, aportan soluciones y a la vez ratifican lacircunstancia de invisibilidad y diferencia de géne-ros que ocurre incluso tras una elevación del niveleducacional y cultural de las mujeres.

El presente relato es fruto de los pensamientosanónimos de un mujer de mediana edad, educadaen un ambiente sexista, para ser madre y esposaideal y cumplir todos los roles reservados en laeducación tradicional para las mujeres.

Metodología y resultadosSe utilizó la entrevista en profundidad como

actividades en la Intervención “Terapia deReminiscencia”, dentro del Plan de Cuidados esta-blecido para un diagnóstico de Desesperanza.

ConclusionesGiran alrededor del papel que juega el género

en las relaciones de pareja y en la educación de loshijos, visualizándose influencias de la estructura

social que impregna todas las perspectivas de lavida femenina: publicidad, educación, etc. y corro-borando sus influencias en la consecución de obje-tivos en aras a la igualdad de géneros.

Palabras Clave: transculturalidad, educaciónsexista, discriminación por géneros,

INTRODUCCIÓNDiversas y curiosas son las circunstancias y

motivos por los que las personas acuden a laConsulta de su enfermera de confianza y curiososson también los sentimientos, emociones y condi-cionamientos que se esconden tras la normal apa-riencia de las personas en un ejercicio de intimi-dad.

Los cuidados familiares han sufrido un prota-gonismo importante en los últimos tiempos, pues-to de manifiesto de una forma más rotunda inclusoteniendo en cuenta una situación, mas que un con-cepto, tan claro como la invisibilidad de las muje-res.(Rodríguez Camero, et als; 2007), Hecho quese ve reforzado cuando a las mujeres se les atribu-ye un papel asociado a la dulzura, pasividad,dependencia y fragilidad y opuesto al rol de con-trol, fuerza, actividad y dominio que según PiquéPrado (2003),.se atribuye al género masculino.

El objetivo de este trabajo es poner de mani-fiesto como la Competencia Cultural propone unaserie de intervenciones que desde la transculturali-dad, aportan soluciones y a la vez ratifica la cir-cunstancia de invisibilidad y diferencia de génerosque ocurre incluso tras una elevación del nivel edu-cacional y cultural de las mujeres.

El presente relato es fruto de los pensamientosanónimos de un mujer de mediana edad, que pasósu infancia en un medio rural, educada en unambiente sexista, para ser madre y esposa ideal ycumplir todos los roles reservados en la educacióntradicional para las mujeres, profesional liberal ycon una posición económica alta.

Surge el relato como actividad en el Plan decuidados

METODOLOGÍA Se utilizó como metodología una entrevista en

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profundidad como una de las actividades a realizaren el Plan de Cuidados establecido para esta mujer,en el que uno de los diagnósticos establecidos fueel de Desesperanza: Cod Nanda 00124; definidocomo un Estado subjetivo en el que la persona per-cibe pocas o ninguna alternativas o elecciones per-sonales y es incapaz de movilizar su energía en supropio provecho. (Nanda, 1986)

El recurso más importante de los relatos es elpoder expresivo del lenguaje,.

Uno de los Criterios de resultados elegidos fueCalidad de vida: Cod Noc 2000; definido como elAlcance de la percepción positiva de las condicio-nes actuales de vida. (Moohead et als, 2005)

Y los Indicadores utilizados:- 200005 Satisfacción con el nivel educativo- 200007 Satisfacción con las relaciones ínti-

mas- 200011 Satisfacción con el estado de ánimo

general

Medidos con escala Likert : no del todo satisfe-cho (1)-completamente satisfecho (5)

Dentro de las intervenciones se propusieronentre otras

- Dar Esperanza (cod Nic 5310)- Terapia de Reminiscencia: cod Nic 4860;

Utilización del recuerdo de sucesos, senti-mientos y pensamientos pasados para facilitarel placer, la calidad de vida o la adaptación alas circunstancias actuales (McCloskey et als,2006).

Se eligió un ambiente cómodo para la sesióncon la paciente. El tema identificado con el pacien-te para esta sesión fue la vida sexual. Al determi-nar el método de reminiscencia se optó por la revi-sión estructurada de la vida de la paciente, siendode notable interés datos de lenguaje no verbalcomo lenguaje corporal, expresión facial, y el tonode voz utilizado por la paciente para identificar laimportancia de los recuerdos.

Por expreso deseo de la entrevistada, su nom-bre debe permanecer en el anonimato. LaEntrevista se realizó en mayo de 2006.

Sirva como ejemplo la anónima confesión denuestra protagonista para la reflexión.

RESULTADOSEran una familia sencilla. Sencilla de emo-

ciones y sencilla de sensaciones. Se casaron cuan-do ella aún no había vivido lo suficiente, pero sequerían.

Desde muy joven comprendió que la vida pasaprecipitadamente, el tiempo no vuelve, que la feli-cidad de la infancia es efímera y la de la edad adul-ta una ilusión., siendo preferible alimentar los sen-timientos, vivir las emociones, disfrutar de laspequeñas cosas, porque, cada día que pasa, quevives, amas, sientes y te emocionas, queda graba-do en el corazón.

Pensaba que los personajes de las novelas rosaseran afortunados por amarse de esa manera tanapasionada, y cuando terminaba de leer cada rela-to, se mezclaban los sentimientos de amor, de ter-nura, de felicidad que vivían los amantes. El vacíola embargaba: no experimentaba ninguna de esassensaciones, solamente dolor, una opresión en elpecho, una gran bola detrás de su esternón quepugnaba por salir a toda velocidad y que la incita-ba a clamar a los cuatro vientos que poseía un sen-timiento a compartir y contárselo a alguien, Sí,pero ¿a quién?. En el fondo (cuando las leía) erauna adolescente enamoradiza, necesitada de cariñoy ternura, con lágrima fácil no solo en las películastiernas sino cuando era incomprendida, rechazada,o enojada.

Así se sentía cuando se enamoraba, así se sen-tía cuando necesitaba repartir todo su amor, senti-miento bastante frecuente en ella.

Frente a la imperiosa necesidad de repartir cari-ño, dulzura, ternura, cuidados abrazos y calor, secolocaba la más imperiosa aún, necesidad de sercorrespondida por alguien, por algo ¿Esto queera?, ¿Era amor? ¿Era solamente generosidad?¿Qué diferencia había entre estos sentimientos?¿Cómo podía ser capaz de separar los sentimientosde amor de los de cariño?, pero sobre todo ¿Quiénera el depositario de todos estos tesoros? ¿Dóndeestaba? ¿Se entregaría por entero absolutamente aella como ella a él?

Él se autodenominaba ateo –irreverente decíasu mujer– pero criado en un ambiente religiosopracticante ("Beatos, que sois todos unos beatos"),con la hipocresía del que practica la religión para

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acallar su conciencia cuando no cumplía las nor-mas dictadas por su Dios. Con un egoísmo tal, quesi tuvieran que reescribir las sagradas escriturassegún sus pensamientos y actuaciones de verdad,les hubieran negado directamente la entrada alparaíso, por parecer mas bien un manifiesto racistay antihumano.

Nunca se sintió querido porque nunca pensó enel cariño. Eso de las emociones era cosa de chicas,además siempre le habían enseñado que los hom-bres no tienen emociones y si las tienen se las guar-dan. Todo hombre que asuma que tiene emocioneses un débil, no merece la pena llamarle hombre, noes un “tío que se viste por los pies”. Antes que serpersona hay que ser un hombre.

No le permitieron llorar cuando era un niño yse caía. Las heridas de sus rodillas nunca fueronbesadas, ni curadas cuando se cayó de la bicicleta.Siempre se consoló solo, no recordaba ningúnabrazo cariñoso. Por eso Él no consolaba a nadie,por eso Él no abrazaba a nadie, no creía en todasaquellas tonterías del contacto humano. Siempre sepreguntó por qué ante una tragedia, las personas seabrazaban independientemente del sexo que tuvie-ran. ¡Las personas se abrazaban fuera de un con-texto sexual! Incomprensible.

-¡Que contacto humano ni contacto humano!,eso son todo bobadas, existen dolores que no sepueden mitigar.

Siempre envuelto en un halo de soledad inte-rior, se tornó solitario, desconfiado, autosuficientesentimentalmente hablando. No necesitaba ningu-na muestra de cariño, por eso Él no las repartía nisiquiera ante sus hijos pequeños. Era de los quepensaban que ni los hijos ni las hijas, pueden verdebilidad alguna en el padre, que el respeto alpadre empieza por una demostración de fuerza y deautoridad: ¡Es el cabeza de familia!

La primera vez que su hijo varón (géneromasculino) le preguntó por el sexo, Ella no supocontestar.

- Mamá ¡Tú no tienes "cola"! El niño tenía tres años. La situación dejó a la

madre estupefacta. Esperó a que el niño cambiarade tema.

- ¿Quién te ha quitado la cola?La madre siguió sin responder.

¡Este niño…. –pensó–. Tengo que contestar, alfin y al cabo, alguna vez tenía que explicarle estascosas pero ¿cómo lo hago con un niño de tresaños? Su hermana no me preguntaba estas cosas.

- Yo sí que tengo cola y puedo hacer pipí; tú no,además te tienes que sentar.

El tono despectivo hacía entrever una personitaque prometía como un futuro gran machista.Cuando se lo contó al padre observó su sonrisa decomplacencia y satisfacción.

-¡Ole mi niño! Se nota que es un machote–Contestó el padre– y ¿que le contestaste?

-Y ¿Qué quieres que le conteste? Pues la ver-dad, que las chicas son diferentes a los chicos,pero sólo físicamente,

-…Que nadie les ha cortado nada, que no pasanada por tener que sentarse a hacer pipí, que lasdiferencias no son importantes, que tienen las mis-

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mas emociones, los mismos sentimientos...,- quisodecirle

-¡Tonterías! No es lo mismo mear de pie quesentado. ¿Te imaginas si entro en el bar del barrioy me siento para mear? Todos dirían que soy pocohombre. ¡Los hombres se visten por los pies, llevanlos pantalones, mandan en su casa! ¡El hombresiempre es el hombre!

Aún ahora, en su serena madurez, seguía utili-zando el privilegio de la diferencia que la naturale-za, a través de sus cromosomas le había otorgado.Ni siquiera el tiempo consiguió doblegarlo.

La mujer cerró los ojos con un gesto de deses-peración y pensó en lo torpes que son los hombres.Les falta sensibilidad, –pensó– y se autocompade-ció de su mala suerte, de lo que ella pensaba eramala suerte.

Al cabo del tiempo cuando en televisión anun-ciaban los juguetes que se podían pedir a los ReyesMagos, la sorprendida fue ella. El hijo pequeño, alque gustaban mucho las muñecas de trapo parajugar, empezó a protestar porque en televisiónsolamente salían juguetes para niñas, al menos estehijo todavía no la había puesto en el compromisode las preguntas sexuales.

- Mamá ¡la tele es un rollo!, solamente salenjuguetes de niñas

- ¿Cuáles son los juguetes de niñas? –sondeó.- Pues las muñecas –dijo el niño con desprecio.

Ella no entendía qué lavado de cerebro proma-chista estaba actuando sobre su hijo. Sobre todocuando Ella les estaba educando de forma total-mente contraria, en la tolerancia, en la solidaridad,en la comprensión, en la igualdad…con la espe-ranza de que al menos sus hijos compartieran lastareas de la casa, como se deben compartir de ver-dad, no bajo la fachada de la ayuda si no de la res-ponsabilidad compartida de absolutamente toda laintendencia del hogar, de la familia

- Pero a ti te gustan las muñecas, hijo, tú jue-gas mucho con ese bebé de trapo ¿Verdad?

- Si pero las muñecas son para ti que eres unaniña, ¡Eso le vas a pedir tú a los Reyes! Para míquiero una caja de herramientas.

Otra vez cerró los ojos con marcada desespera-ción antimachista. Sentía que su particular cruzadaeducacional frente a la igualdad de géneros estabacayendo en saco roto, máxime cuando los mediosde comunicación, lejos de ponerse de su parte en lotocante al consumismo, se pasaban por el forrociertas causas. Ni siquiera en aquella cadena detelevisión que llevaba con orgullo el lema de “docemeses, doce causas”.

Desde niña, los amigos que tenía, no podíanser chicos. La compañía perfecta eran las chicasenamoradas del hogar, los mejores intereses eranlos que llevaban al aprendizaje de labores hogare-ñas y actividades propias de una futura señorita:aprender a planchar, aprender a coser, ser discreta,callada...verdaderas esencias de la SecciónFemenina del Movimiento. ¡Unas verdaderas seño-ritas decentes!

Como en su barrio solamente había chicos, ellasabía los juegos de niños perfectamente: el fút-bol,”burro va”, las chapas, los bolindres, cogernidos, subirse a los árboles, el escondite en el GranAlmacén, donde se colaban a jugar en aquellasguerras de bandas. Pero pese a estar siempre entreniños, jugando los juegos de niños, ella, que era laúnica niña, no recuerda que ninguno la tratara deforma diferente: los golpes con las bolas eran de lamisma magnitud, las peleas igual de cruentas, etc.Ni recuerda haberse convertido en una “machorra”como le decían sus vecinos por jugar con los chi-cos, ni por estar siempre entre ellos y rodeada deellos.

Lo que sí recuerda bien son los enfados de sumadre cuando se enteraba de sus juegos, los casti-gos por jugar a juegos de chicos, por estar siempreentre ellos. Lo que la llevó a callar. Ella, que eramuy dicharachera y se creía en la obligación decontárselo todo a su madre para liberar su concien-cia, aprendió que era mucho más práctico no decirdónde y con quién ni a qué jugaba. Si callaba nohabía castigos ni chantajes con el futuro, pero car-gaba un gran peso en su conciencia. Ese fue el ori-gen de sus cargos de conciencia. La incomprensiónde su madre la hizo retraída.

Las únicas diferencias o separaciones sexistasentre niños y niñas que recuerda eran las que yatenían definidas los mayores.

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El resto de las chicas de su pueblo jugaban ajuegos de chicas: saltaban a la comba, “el truque”,“balón prisionero”, y tenían una afición grupal:compraban pipas y se iban en pandilla a comérse-las a la plaza del pueblo y a hablar. Ella no sabía dequé o de quién, por que nunca fue admitida en nin-guno de aquellos clanes. Era consciente de queElla jamás sería aceptada en un grupo como ese.Tampoco le importaba mucho, de momento.

Cuando era una adolescente, empezó a obser-var los primeros cambios con respecto a los chicosde su pandilla. Todos empezaron a crecer. La vozya no era la suya, los músculos iban modelandounos cuerpos varoniles que parecía no correspon-der, ni a aquellos granos en la cara ni a aquellaspelusillas que se iban transformando en barbas.

Pronto los temas de conversación cambiaron, yella pasó de ser un elemento más del grupo a ser laenciclopedia que todos querían tener para conocertodas aquellas cosas de las chicas que no sabían, yque nunca les habían interesado. Cosas que inclu-so Ella desconocía y que estaba descubriendo de símisma. No tenía respuestas todo lo que ellos pre-guntaban, además, sus hormonas también estabanrevolucionadas y a cada pregunta, inocente o no delos chicos, ella contestaba con una ruborizaciónque sentía que le quemaba la cara.

Esa fue la primera escisión, hasta que llegó laruptura definitiva. Aproximadamente tenía catorceaños, cuando sus hormonas dieron el fruto quetanto esperaban las chicas de esa edad.

Recuerda la vergüenza que sintió cuando supoque se había enterado su padre, y éste se lo comu-nicó a su abuela.

- Has pasado de ser una niña a ser una mujer-le dijo su abuela. No entendía que drástica líneaseparaba una cosa de la otra. -¡Si yo soy la mismade ayer, no ha cambiado nada!, sigo pensandocomo ayer, no hay diferencias.

En contra de lo que esperaba, su madre no hizoningún tipo de comentario: no le habló de los chi-cos, ni del sexo, ni del amor, ni de nada que no fue-ran cambios higiénicos. Recuerda que la creenciaera que no podía lavarse la cabeza según su madrey no podía bañarse ni en la bañera ni en el río,según sus compañeras de colegio porque corrías el

riesgo de enloquecer. Tal era la concepción de lasabiduría popular sobre la cultura de la salud.

De modo que cuando todos se bañaban en el ríoo en las charcas en verano, ella tomo la decisión deno salir de casa, pues salir y no bañarse era tan hor-tera como avergonzante, la pista inequívoca. Lasensación de estar sucia era omnipresente. Empezóa envidiar a los chicos por no tener este problema.Se sintió inferior, gafada por la naturaleza, discri-minada, proscrita y sintió rabia por no haber podi-do elegir el bando al que irremediablemente perte-necía. No sabía que razón la impulsó a desobede-cer al saber popular, asumir el riesgo de la locura yducharse, solamente ducharse. ¡Que placer le pro-porcionaba el agua!

Pero ser mujer podía en un momento dadotener sus ventajas: empezaron los primeros taco-nes, la primera barra de labios, la primera falda, elprimer pantalón ajustado, las primeras salidas a lasdiscotecas, los primeros chicos (diferentes, nocomo iguales) y llegó el primer enamoramiento dejuventud, aquel que todo el mundo recuerda conternura por la inocencia con que se vive a los 15años. Evidentemente no fue correspondida. Fue elprimer rechazo. Soñaba con Él a todas horas.

El mejor momento del día era cuando se metíaen la cama, antes de dormir y soñaba despierta,daba rienda suelta a su imaginación de enamoraday creaba una circunstancia con toda su fantasía,exactamente como ella deseaba.

Empezó a creer en el príncipe azul, pero no elde los cuentos convencionales (ella nunca se con-sideró una Princesa), sino en el prototipo ideal dehombre varonil: alto, fuerte pero no excesivamen-te musculoso, delicado, con dulzura, romántico,que leyera poesía, fiel, que buscara una caricia sinsexo...., o sea, ¡Un imposible!

Ninguno cumplía ni la mitad de los requisitos,por tanto siguió buscando toda la vida su PríncipeAzul.

En su pueblo natal era un bicho raro, no envano, fue la única mujer de su generación quesiguió estudiando tras el colegio. Pero no fue soloeso, sino que fue la única joven que se marchó delpueblo para estudiar.

Por todo ello, las chicas de su edad, la despre-ciaban. Nunca formó parte de ninguna pandilla.

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Cuando las demás empezaban a salir y a despertara la adolescencia, a enamorarse, ella estudiaba enun internado de la Capital, lo que propició que sesintiera una extraña en todos los hábitats. Ya desdela adolescencia empezó a sentirse desplazada,desarraigada, exageradamente sensible, a sentirseinferior, poquita cosa, a infravalorarse. Ni siquierael tiempo la enseñó a comprender.

Las pocas veces que volvía a su pueblo devacaciones, no tenía dónde ir los domingos, pero lofundamental es que no sabía con quién ir, de modoque se enamoró perdidamente de un chico muchomayor (realmente un hombre frente a sus quinceaños) que trabajaba en el campo, sin estudios, y sinninguna gana de que ella los tuviera. Pero todo esolo comprendió mucho más tarde, cuando tuvocapacidad de análisis y edad suficiente para ello. Eldía que asumió todo esto sintió vergüenza y rene-gó de todos esos años. Siempre quiso borrarlos desu mente, incluso en su madurez serena intentabaconvencerse así misma, pensando que fue unalocura de juventud, o ¿tal vez quería justificar algoinjustificable?

Lo cierto es que se desprendió de su vida, pue-blo, compañeras y compañeros de colegio y voló.O creyó volar.

Llevó unos años de adolescencia loca (ellacreía que loca), de los que se arrepintió también,porque no estaba preparada para actuar con esaliberación de la que ella misma se sentía propieta-ria. Sintió que algo se le clavaba en lo más hondode su reciente y explosivamente ego femenino,liberado e igualitario, cuando descubrió que a loschicos que tanto hablaban de igualdad de oportuni-dades, de liberación sexual de la mujer, al fin y alcabo le gustaban liberadas las amigas y de “boqui-lla”, pero no sus novias, a las que querían castas,puras, sumisas y modositas, que no opinaran y noles llevaran la contraria.

Este tipo de chicas eran las que conseguían elrespeto, el amor y la sumisión de los chicos. Lasamigas contestatarias inteligentes, activas cultas ymarchosas eran el plan perfecto para irse de juergahasta altas horas de la madrugada cuando se lleva-ba temprano a casa a la novia formal, a la que suspadres –como chica formal que era– no permitíansalir después de las 10 de la noche.

Las estudiantes, y sobre todo las que residíanen internados (además de sufrirlos) eran chicasmucho mas liberadas, chicas a las que no se lashería bajo ningún concepto, por que eran chicasfuertes de roca, ellos (los chicos), no sabían queestas mujeres se fabricaban una coraza que pudie-ra protegerlas de la soledad, pero dejando intacto elcorazoncito dentro de la coraza que les hacía vul-nerables; pero eso muy pocos lo sabían.

Una de las cosas que más la exasperaban era lahipocresía con que los chicos hablaban de la libe-ración sexual de la mujer, pero, aquella a la que sele ocurriera practicarla era tachada de puta ymucho más puta cuantos más chicos dijeran que sela habían llevado a la cama. ¡¡¡¡¡Estamos en los80!!!!!, de todas maneras, la primera que tenía pre-juicios era ella, por que siempre la habían educadoen la desconfianza masculina.

En su adolescencia, estar con chicos era sinóni-mo, -significaba directamente-, tener relacionessexuales. No se podía concebir una amistad conalguien del sexo contrario. No podía existir unaamistad pura, entre personas, independientementede si se sentaban o no para ir al cuarto de bañocomo decía su hijo. Su madre no se fiaba de loschicos (era su única hija), y siempre creyó que fuesu madre, quien le inculcó esa desconfianza gene-ralizada hacia el género contrario. Aún en su ado-lescencia pensaba que los chicos de las chicas solobuscaban sexo. No podían tenerse amigos que notuvieran tu género.

No culpaba por ello a su madre, (era un meca-nismo de protección hacia su hija,) pero esa des-

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confianza la llevó a no fiarse de ningún hombre: enel fondo todos piensan en lo mismo.

Recuerda que una vez en una fiesta conoció aun chico andaluz, también estudiante, vivaracho,simpático y agradable, que la hizo reír. Pensó queera diferente. Cuando acabó de tocar la orquesta sefueron de copas. Ella con la mejor intención. El nolo entendió así. Cuando se cerraron todos los baresdieron un paseo por el parque. Después de bailartoda la noche (a ella le encantaba y pocos chicossabían bailar en aquella época los bailes de salón),su pantalón rosa estaba sucio y sus pequeños cal-cetines se habían roto, pero no le dolían los pies,hubiera seguido bailando. Aún era de noche.

El quiso besarla. Ella hubiera deseado un besosuave y dulce en los labios, solo besarle, pero eraconsciente de que a aquellas horas y en aquellascircunstancias podría originarse una situaciónembarazosa o embarazable, (como le hubieraadvertido su madre) en la que no quería verseenvuelta.

- Si le abrazo va a pensar que quiero algo más,pero solo quiero un abrazo con ternura. Él no loentenderá así y pensará que le estoy dando pie aseguir., a algo más fuerte. ¿Cómo le explico que eseso lo que quiero sin que se sienta herido y merechace?, ¿Realmente tiene algún tipo de interéspor mí que no sea el exclusivamente sexual?

No quiso romper la magia del momento. ¡¡¡Quévergüenza!!! –pensó–

Se sintió sucia efectivamente, pero triunfalistaevitó que él la besara. Con los años sabría medir loque se había perdido.

Lo cierto es que, aquella noche, el chico, delque ha olvidado su nombre, fue todo un caballero(andaluz) para ella. Cumplió con todos los requisi-tos propios y típicos exigibles a un caballero paraser considerado como tal: la protegió ante lostumultos, la abrió la puerta y la cedió el paso, no ladejó pagar (bueno,…en la medida que podía unestudiante, de la posición económica que él parecíadisfrutar),… incluso una vez la cogió de la mano ysu tacto a ella le pareció la más suave de las sedas.

Todo quedo simplemente en eso. Ella se man-tuvo firme y supo en todo momento decir que no.

El, entendió que no conseguiría nada y no quisoinsistir, eso sí, procuró por todos los medios queella le regalara una de sus medias.

- ¿Una media? ¿De la que llevo en los pies?

No entendía nada., pero como él insistiera yvolviera a insistir, de manera muy cautivadora laverdad, accedió. Su caballero se guardó la media yse despidieron hasta una próxima vez, cuando aca-baran los exámenes

No paraba de darle vueltas, - ¿para qué naricesquerrá este tío una de mis medias con lo sucias queestán después de todo el día andando? Desdeluego hay gente rara por el mundo, cada loco consu tema.

No era capaz de encontrar una explicación pormás vueltas que le daba.

No sabe como llegó a deducirlo.

- Claro, ¡¡la media es un fetiche!! Es la pruebafehaciente de que se ha llevado a una tía a lacama. Así podrá presumir delante de sus amigotesde la Residencia, además con esa prueba irrefuta-ble, nadie lo podrá negar. ¡¡¡Es un trofeo!! Me hautilizado. ¡¡Cerdo!! Si todos los caballeros son así,no quiero volver a encontrarme con ninguno.

No quiso volver a verle, ni hablarle cuando lovolvió a encontrar por la calle. Se sentía tan humi-llada, que incluso después de los años no habíaolvidado el incidente y lo que es peor, tampoco lehabía quitado ninguna importancia.

Cuando estaba acabando la carrera, en cuar-to curso, se enamoró de un compañero de promo-ción que con el tiempo sería su marido.

¡Como se enamoró perdidamente de él! Era unchico maravilloso, atento, dulce tierno, preocupadopor ella, era de los que le abren la puerta a unachica. Fue el mejor candidato posible al puesto depríncipe Azul. El que más requisitos cumplió. Noeran todos, pero al menos gran parte de ellos.

Fue una etapa maravillosa. Con los años y laseguridad que dan dos puestos de trabajo fijos, secasaron. Compartieron muchos proyectos encomún soñados desde hacía mucho tiempo.

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El reloj biológico de Él empezó a dar señalesde aviso, curiosamente antes que el de ella. Elladilató el tiempo y las excusas todo lo que pudo,pero al final acabó accediendo a aquello de tenerhijos. No es que la apeteciera mucho, pero se dejóllevar por la inercia: era una parte más del ciclo dela vida de una mujer educada, al fin y al cabo paraser esposa y madre ejemplar, no como una personalibre. No quiso pensar en aquello de la maternidadresponsable, aquello de tenerlo muy claro, de dese-ar mucho tener un hijo. Si, si a ella le apetecía,pero, era consciente de perder la libertad que lehabía dado su estatus profesional y económico.Sucumbió ante las presiones psicológicas de supareja. Fue una de sus primeras manipulaciones,que tanto la acompañarían durante toda su vida. Sesintió dominada, presionada, obligada a hacer algo.Se dio cuenta que habían empezado los chantajesemocionales a los que pronto se vería sometida conmucha frecuencia.

Tuvieron, a pesar de todo, dos hijos: una niña yun niño. Nunca se arrepintió de ello, todo lo con-trario, cada día se alegraba de tenerlos con ella,sobre todo cuando los niños la abrazaban la besa-ban, la decían que era la mejor mamá del mundo; ycuando veía que la necesitaban, ella estaba en dis-posición de darles todo su cariño, todos aquelloscuidados y toda aquella ternura que tenía guardadadentro en ingentes cantidades y que le salía portodos sus poros. Al fin había encontrado a quienesdar todo ese amor fructífero que guardaba en suseno: sus niños.

Cuando las cosas iban mal, el pensamiento desus hijos era lo único que la hacía sonreír.

¿Por qué se fueron enfriando las cosas? ¿Porqué acabó la pasión? ¿Había sido todo una ilu-sión?

Las cosas se presentaban de manera muy dife-rente. Ahora la visión que ella tenía de su vida y desus emociones era muy distinta. Seguía siendoemotiva, teniendo sentimientos profundos, se sen-tía sola, despreciada, rechazada, vulnerable, con-trolada, manejada, infravalorada, marioneta concuerdas especiales para la mano de él, y ademássentía que todas las responsabilidades del hogar lecaían sobre sus hombros. ¡Qué decepción!

Al trabajo del hogar, como todas las mujeres de

todas las épocas, debía sumarle el trabajo fuera decasa, del que no podía ni quería prescindir. Nopodían prescindir de un sueldo para pagar la hipo-teca de la casa y el colegio de los niños, ni queríaperder la independencia económica que le dabapoder utilizar su orgullo para no tener que depen-der económicamente de él. El dinero era otro gra-nito de arena más en la playa de la dependencia, almenos, eso era una ventaja a la que no estaba dis-puesta a renunciar.

Estaba convencida del giro que había dado elcomportamiento de Él. Se había asentado en lacomodidad que da el hecho de que sea otra perso-na quién asuma todas las responsabilidades en elconvencimiento de que, al fin y al cabo, ella era lamujer, el ama de casa, a quién correspondían todosesos detalles nimios de organizar un hogar con sushabitantes dentro. Él ya no colaboraba en las tare-as del hogar, ya no asumía ninguna responsabilidadhogareña. No le importábamos nada.

- ¡Y eso que son sus hijos! –pensaba ella– Sifuera yo, ni siquiera me miraba a la cara. Ya sé loque significo para él.

Seguía buscando en Él al Príncipe Azul que fueun tiempo y que perdió la vocación de su majestad:El príncipe Azul había desteñido.

Su pobre madre herviría si supiera que todo porlo que ella estuvo luchando para con su hija, nohabía servido de nada.

Su madre si que fue una mujer abnegada. Ellasí que tuvo una vida dura de mujer dura. Recuerdaque trabajaba en el campo con su padre de sol a sol,que absolutamente todo el trabajo de la casa lo rea-lizaba ella, y que incluso era la encargada de aten-der al ganado. Su padre sí que ejercía absoluta-mente de hombre. Era de los que no sabía ni dondeestaba su ropa por que su mujer se la preparabacuando se quería vestir. Recordaba las palabras desu padre cuando ella era una niña que decían a sumadre:

- "Prepárame la ropa que me voy a vestir" oaquello de "Échame el café" o "Ponme la mesa quequiero comer".

Su padre nunca se acercó a una cocina, nuncasupo freír un huevo, ni siquiera sabía calentarse un

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vaso de leche, nunca supo donde tenía la manoderecha sin su mujer, y era su mujer la que recogíala ropa sucia que él dejaba por el suelo cuando secambiaba. Pero aquella abnegación que sentían loshombres mayores por sus mujeres era algo maravi-lloso.

Su madre le había contado muchas veces cómose enamoró de su padre, cómo iban al baile de prin-cipios de los 50, como bailaban juntos pero sinarrimarse y nunca dos piezas seguidas ¡Por Dios!!Eso era de mujeres de vida licenciosa y ellos fue-ron siempre muy decentes.

Se veían los domingos por la tarde camino delbaile cuando su grupo de amigas era acompañada adistancia por el grupo de amigos del padre, cómosabía el padre la hora a la que iba a ir a la fuente abuscar agua con el cántaro, porque él iba entoncescon las caballerías a darles de beber, y aprovecha-ban en la cola de la fuente para hablar, cómo elpadre iba a verla a la reja de la ventana por lasnoches y la decía cuánto la quería y las ganas quetenía de casarse para estar con ella, pues era únicamanera de verla sin que fuera indecente. Pero habí-an de esperar a que el padre cumpliera el ServicioMilitari.

Los dos años que estuvo el padre en la mili, lamadre no salió de casa, le guardó la ausencia, novolvió al baile con sus amigas, solo iba a misa de 8los domingos. Se dedicó a bordar el ajuar, y cadabordado que realizaba llevaba la ilusión de unirse asu amado. Le esperó, y cuando el padre regresócon la licencia se casaron.

Curiosamente, la historia de amor de sus padressiempre le pareció romántica.

A nuestra mariposa, los años le enseñaron avalorarse un poco más, impregnándola de una sere-nidad y un aplomo que jamás pensó tener. Habíaaprendido que los sueños son solo sueños, que nose pueden alcanzar en la tierra y a veces cerraba losojos para aislarse del mundo y se quedaba sola consus pensamientos. Después de todo, soñar seguíasiendo su ilusión. Tenía la imperiosa necesidad dedar, de regalar todo el amor que llevaba guardadoen su interior y tanto pesaba, se desbordaba y lequemaba dentro. A veces soñaba que un maravi-lloso hombre la amaba sensual y serenamente, tier-namente la acariciaba, la hacía estremecer, todo era

pleno de sentimientos. Sus manos eran sensiblespero no tenía rostro, no era ni siquiera un descono-cido, no tenía facciones. Luego se despertaba conla melancolía y la sonrisa de la ternura.

Pero a pesar de todo, y analizando su situaciónen conjunto, dio gracias al destino por ponerle enel camino un hombre que al fin y al cabo y a sumanera, algo la querría. Al menos para una cosa sile servía: para ganarle la batalla a la soledad y paradescubrir que la felicidad es realmente efímera.

Ésta es la historia de una mariposa que su pro-tagonista nunca contaría.

Éste es un relato es anónimo. Puede ser el rela-to de cualquier mujer. Debería hacernos reflexionar.

CONCLUSIONESLa protagonista nos hace un relato de sus

recuerdos educacionales desde su niñez hasta sumadurez, y nos pone de manifiesto la concepciónmachista de su educación.

Refleja el papel de la educación en la confor-mación del pensamiento sexista en la sociedadactual. Si la separación de géneros existe clara-mente en los juegos de la infancia, se pronuncia deuna forma mas marcada la diferencia en la adoles-cencia, aún cuando los individuos se unen en gru-pos y establecen las características propias de cadauno en la intención de satisfacer una necesidadbásica como es la de pertenencia a un grupo.

El desconocimiento de los procesos biológicosque actúan como elementos determinantes de losritos de pasos le producen aislamiento, suponiendouna ruptura física con la niñez pero no emocional,entroncándose con la cultura popular de la saludque preconiza una concepción mágica de los pro-cesos fisiológicos femeninos.

Es marcado y perfectamente establecido lostípicos ritos de paso establecidos en la sociedadactual como el paso fisiológico a la edad adulta, elemparejamiento y el nacimiento de los hijos.

Otro hito importante respecto a la necesidadsexual, es la parte que afecta a la educación: nulaen lo que respecta a las emociones y prolífico en latransmisión de sentimientos de miedo y de actoprohibido.

La protagonista conocedora del papel determi-nante de la educación sobre el sexismo y el

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machismo, huye de la tipología tradicional en unintento de transmitir valores de igualdad a sushijos, luchando con circunstancias tan disparescomo la publicidad, los medios de comunicación,los juguetes y la propia concepción de educaciónmachista de su pareja.

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THE CHRISTMAS RITE AS A THERAPEU-TIC SOCIALISATION: A CONTRIBUTIONTO PEDIATRIC NURSING

SUMMARY

Qualitative-approach study with the objetiveof describing the meaning of the Christmasrite and its symbolic elements, to analyse

the participation of the hospitalized child with an

inmobilised upper limb due to venous infusion inthe Christmas confraternization, and to discuss theeffects of therapeutic socialisation as a contributorto pediatric nursing care. Results allowed to per-ceive the children’s effective participation in thera-peutic socialization as having the effect of settingthem apart from their ill condition and offeringthem a less stressing therapeutic hospital environ-ment.

Keywords: nursing, pediatrics and rite.

EL RITO DE LA NAVIDAD COMO TEMÁTI-CA DE SOCIALIZACIÓN TERAPÉUTICA:UNA CONTRIBUCIÓN A LA ASISTENCIADE ENFERMERÍA PEDIÁTRICA

RESUMEN

Estudio de abordaje cualitativo con los obje-tivos de describir el significado del rito denatividad y sus elementos simbólicos; ana-

lizar la participación del niño internado en ambien-te hospitalario, en la Confraternización de nativi-dad, con miembro superior inmovilizado a la per-fusión venosa, y para discutir los efectos de laSocialización terapéutica como contribución a la

HISTORIAO RITO DE NATAL COMO TEMÁTICA DA SOCIALIZAÇÃOTERAPÊUTICA: UMA CONTRIBUIÇÃO PARA ASSISTÊNCIA

DE ENFERMAGEM PEDIÁTRICA Alice Mariz Porciuncula* Fernando Porto**

* Enfermeira formada pelo curso de graduação pela Escola de EnfermagemAlfredo Pinto/UNIRIO e ex-voluntária do projeto de extensão universitáriaSocialização Terapêutica: assistência de enfermagem à criança internada–

Trabalho de Conclusão de Curso (2006).** Dr. em Enfermagem, Professor Adjunto do Departamento de Enfermagem

Materno-Infantil da Escola de Enfermagem Alfredo Pinto/UNIRIO e coordenadordo projeto de extensão universitária Socialização Terapêutica: assistência de enfer-

magem à criança internada

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asistencia de enfermería pediátrica. Los resultadospermitieron percibir la participación efectiva de losniños en la socialización terapéutica tiene comoefectos que se aparten a los niños de la condiciónde los enfermos, proporcionándoles un ambienteterapéutico menos estresado en el paisaje del hos-pital.

Palabras-clave: enfermería, pediatría y rito.

RESUMO

Estudo de abordagem qualitativa com osobjetivos de: descrever o significado do ritode natal e seus elementos simbólicos; anali-

sar a participação da criança internada, em ambien-te hospitalar, na confraternização de natal, commembro superior imobilizado para a infusão veno-sa e discutir os efeitos da socialização terapêuticacomo contribuição para a assistência de enferma-gem pediátrica. Os resultados possibilitaram perce-ber que a participação efetiva das crianças nasocialização terapêutica tem como efeitos o afasta-mento das crianças do estado de doentes, propor-cionando-lhes um ambiente terapêutico menosestressante no cenário hospitalar.

Palavras-chave: enfermagem, pediatria e rito.

CONSIDERAÇÕES INICIAISO objeto de estudo é a participação da criança

internada, em ambiente hospitalar, na confraterni-zação de natal com um membro superior imobili-zado para infusão venosa. A idéia do estudo surgiua partir da participação na atividade de extensãouniversitária como socialização terapêutica reali-zada no Hospital Municipal Jesus/Rio de Janeiro.

Durante esta atividade de extensão foi possívelperceber como uma proposta inovadora aproximaa criança da enfermagem durante a internação hos-pitalar, pois essa gera medos, receios e ansiedadesna criança, que podem se configurar em possíveisseqüelas como o stress durante a hospitalizaçãopediátrica, quando afastada de suas atividades coti-dianas.

Veríssimo, em seu estudo, identificou quequando as crianças são internadas em ambiente

hospitalar, necessitando permanecer por longotempo em repouso, sentem-se afastadas das suasatividades infantis, como: dançar, brincar, desen-har, se divertir de modo geral (Nascimento, 2001).

A pesquisadora, Maria Aparecida de LucaNascimento, afirma que quando a criança está como membro superior imobilizado, para ser submeti-da à infusão venosa durante a internação hospita-lar, se sente ansiosa, triste, com dor e medo(Nascimento, 2001).

Diante do exposto, a criança pode ser afetadapelo ambiente hospitalar potencializado por ummembro superior imobilizado para infusão venosa.Ademais, passar o período das festas natalinasinternada em um hospital, longe dos familiares, daparticipação na ceia e da troca de presentes podelevar à criança a sentimentos de perda e de tristezaem momento festivo.

Cabe destacar que a comemoração de natal éuma festa realizada por diversos povos no mundo,não importando: o idioma, a raça, a condiçãoeconômica, a idade e a região climática (Huth,2006).

Neste sentido, o estudo tem por objetivos: des-crever o significado do rito de natal e seus elemen-tos simbólicos; analisar a participação da criançainternada em ambiente hospitalar na confraterni-zação de natal, com membro superior imobilizadopara a infusão venosa e discutir os efeitos da socia-lização terapêutica, na temática de natal como con-tribuição na assistência de enfermagem.

ASPECTO TEÓRICO O estudo adota as concepções teóricas de

ambiente terapêutico e da enfermeira, como agen-te socializadora, de autoria da enfermeira psiquiá-trica Cecília Monat Taylor, bem como é utilizada aconcepção de rito da autora Martine Segalen(Taylor, 1995 e Segalen, 2002).

O ambiente terapêutico surge como modalida-de de tratamento para ajudar o indivíduo, aumentarsua auto-estima e sentimentos de valor pessoal, emelhorar sua capacidade para relacionar-se com osoutros, por meio das atividades em seu cotidiano,possibilitando o retorno a sua comunidade. Paraisto, torna-se necessário atender às necessidadesfísicas do cliente/paciente, respeitar os seus direi-tos individuais e sua opinião, encorajá-lo a se

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expressar, protegê-lo dentro das limitações institu-cionais com restrições, possibilitarem a permanên-cia da equipe de enfermagem junto ao cliente, eexecutar uma programação estruturada, conside-rando os momentos necessários de flexibilização(Taylor, 1995).

A enfermeira pode estabelecer com o clientediversos tipos de interação, se tornando uma agen-te socializadora. Taylor (1995) ratifica a importân-cia desta assertiva, quando a enfermeira é umafacilitadora para o cliente se socializar em ativida-des de grupo. Além disso, a autora afirma queassumindo esta função a enfermeira pode ajudá-loa desenvolver tendências para o convívio social easpectos saudáveis de sua personalidade ao criaroportunidades para que possa desenvolver senti-mentos de segurança frente às outras pessoas.

A concepção de rito é entendida no estudocomo “um conjunto de atos formalizados, expres-sivos, portadores de uma dimensão simbólica. Orito é caracterizado por uma configuração espaçotemporal específica, pelo recurso como uma sériede objetos, por sistemas de linguagens e comporta-mentos específicos e por signos emblemáticos cujosentido codificado constitui um dos bens comunsde um grupo” (Taylor, 1995, p.31).

Neste sentido, a atividade de socializaçãoterapêutica realizada pela Escola de EnfermagemAlfredo Pinto da Universidade Federal do Estadodo Rio de Janeiro, com a temática de natal, é enten-dida como: “uma ação de assistência pensada efundamentada no cuidado a fim de resgatar o inte-resse das crianças pelo convívio social, pela inte-ração em grupo, ajudá-la a se sentir menos insegu-ra em um ambiente estranho, permitindo aexpressão de sentimentos e propiciar oportunida-des de participação no seu cuidado” (Porto, 2005,p.3).

ASPECTO METODOLÓGICO O estudo é de abordagem qualitativa com deli-

mitação temporal de 2004 a 2005. O período deli-mitado refere-se a duas confraternizações natali-nas.

A fonte para análise da participação da criançainternada em ambiente hospitalar na confraterni-zação de natal, com membro superior imobilizadopara a infusão venosa, foram fotografias flagrantes

durante a socialização terapêutica na temática denatal. Essa fonte se localiza no arquivo doDepartamento de Enfermagem Materno-Infantil daEscola de Enfermagem Alfredo Pinto.

O corpus do estudo contou com a quantidadede sessenta e nove fotos, que ao ser aplicado o cri-tério de fotos flagrantes, retratando crianças com omembro superior imobilizado para infusão venosano rito de natal, foi delimitado o corpus do estudoem três fotos.

A fotografia como fonte de pesquisa no estudoé entendida, segundo as palavras de Samain, como“uma inscrição, uma marca, uma pequena queima-dura de luz sobre nitratos de prata; sempre índicede um real, e que não existiria sem o seu referente.(...) Ela tem uma textura própria, um peso, umamaterialidade, (...) achatada, bidimensional, corte egolpe no tempo e no espaço” (Samain, 1998, p. 54-55).

Nesta teorização, a fotografia é escrita com luz,por possuir significado de realidade e não do realem si, considerada como representação plástica, aopossibilitar leitura tão rica quanto maior for a capa-cidade do observador de se aperceber das repre-sentações imagéticas, uma vez que não se reduz auma mera transcrição (Guran, 1999).

Nessa lógica, se faz necessária a contextuali-zação das fotografias. Para isto, Leite e Bianco(1998) sugerem que seja feito o tratamento siste-mático de ordenação das fotos seqüênciadas. Essaseqüência pode provir tanto da análise de seusdados espaciais, como dos arranjos temporais aque são submetidas, como também das indagaçõesinterpostas pelo pesquisador como opção a seradotada pelo mesmo.

Diante do exposto, o produto fotográfico oco-rre por meio do processo de se fotografar, no sen-tido de imortalização do momento vivido comofragmento do real, a partir do momento que foiregistrado, permanecendo para sempre interrompi-do e isolado (Kossoy, 2001).

Para analisar as fotografias flagrantes foi utili-zado uma matriz com base nas concepções sobre oplano de expressão e conteúdo, entendida pelo teó-rico em semiótica Pietroforte como “ [Plano deexpressão é] a manifestação desse conteúdo em umsistema de significação verbal, não-verbal ou sin-crético [e o plano de conteúdo se refere] ao signi-

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As fotos apresentadas no quadro demonstrativode número um, sobre o plano de expressão, sãotodas no formato retangular; no sentido: duas ver-ticais e uma horizontal; o plano fotográfico resul-tou: duas para geral, entendido quando a cenaretratada ocorre, geralmente, em ambientesamplos, e uma para o tipo primeiro plano, conheci-do como close de pessoas ou objetos(Ciavatta,2002), e todas de autoria de FernandoPorto.

No mesmo quadro demonstrativo, sobre oplano de conteúdo, as fotos retratam as dependên-cias do Hospital Municipal Jesus; as pessoas retra-tadas foram: adultos e crianças; os atributos pesso-ais foram: gorro de Papai Noel, jaleco na cor clara,roupão de acompanhante na cor escura, e os atri-butos de paisagens: árvore de natal, bolas para

enfeite da árvore de natal, festão de natal, mesas,cadeiras, papeis e lápis.

Cabe ressaltar que o estudo foi aprovado peloComitê de Ética em Pesquisa da Escola deEnfermagem Anna Nery/UFRJ, mediante os resul-tados obtidos dos anos anteriores, sob o número deparecer 048/2006.

O PLANEJAMENTO DA SOCIALIZAÇÃOTERAPÊUTICA NA TEMÁTICA DE NATAL

A operacionalização da socialização terapêuti-ca iniciou como atividade de extensão universitá-ria em 2004. Neste sentido, os acadêmicos deenfermagem do sexto período do segundo semes-tre foram os responsáveis pelo planejamento daatividade na temática de natal, imbuídos pelaépoca de final de ano. No ano seguinte (2005) os

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ficado do texto, ou seja, como se costuma dizerem semiótica, ao que o texto diz e como ele fazpara dizer o que diz” (Pietroforte, 2004, p.10-11).

Diante das concepções de base aplicadas àmatriz de análise, essa foi composta de três etapas.A primeira etapa com os elementos: localizaçãodas fotografias, crédito de autoria da fotografia edata do registro; a segunda com os dados do plano

de expressão, como: formato (forma geométrica),sentido (vertical ou horizontal) e plano fotográfico;e a terceira etapa com os dados do plano de conte-údo com: local retratado, pessoas retratadas e atri-butos pessoais e de paisagem.

Os resultados dos planos de expressão e conte-údo são expressos a seguir no quadro demonstrati-vo de número um.

Quadro Demonstrativo 1: Dados das fotografias dos planos de expressão e conteúdo

Fonte: Matriz de Análise

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acadêmicos, optaram também pela re-edição datemática (Relatório Final/ Escola de EnfermagemAlfredo Pinto, 2004).

Após cada atividade de extensão universitáriasão produzidos relatórios e ao lê-los, a cerca doplanejamento da socialização, percebeu-se que osacadêmicos de enfermagem escolheram a temáticanatalina por reconhecerem o natal como um ritosocial(Relatório Finla/Escola de EnfermagemAlfredo Pinto, 2004).

O tema natalino é emblemático e repleto deelementos simbólicos, como: Papai Noel, árvorenatalina, bolas, sapatinhos de natal, dentre outros,que remetem à própria infância. Além disso, é umtema comum para as crianças, fazendo-as transpor-tar para um “mundo” (aspas dos pesquisadores)cheio de alegria e esperança, permitindo tornarmais forte o vínculo entre a equipe de enfermagem.Além disso, reforça o vínculo com o acompanhan-te e auxilia no relacionamento entre os profissio-nais de saúde.

O SIGNIFICADO DO RITO DE NATAL E DESEUS ELEMENTOS SIMBÓLICOS

Há muitos séculos os povos antigos come-moravam próximo ao dia 25 de dezembro, umfenômeno conhecido hoje como Solstício deInverno. O Solstício de inverno, que ocorre todoano nos dias 21 ou 22 de dezembro, é o momentoem que o Sol se encontra mais afastado da esferaterrestre. Nele, os raios solares atingem diversosplanetas, exceto o planeta terra, tornando o diamais curto e a noite mais longa. Antigamente essemomento era comemorado por ser considerado onascimento do novo ciclo solar (Roitberg,2000).

No ano IV, o imperador romano ConstantinoI, resolveu adotar o cristianismo como religiãoúnica para o império como estratégia de substi-tuição das festas pagãs. Constantino, aproveitandoos festejos da Luz, divulga ao povo a história deseu salvador. A partir disso, o Papa Julius I, embo-ra com evidências de que o nascimento de Cristotenha ocorrido na estação da primavera, escolheu odia 25 de dezembro para ser comemorado o dia donascimento de Jesus Cristo (Torrence, 2001).

Diante do exposto, houve reconfiguração sim-bólica da data do nascimento da Luz, filha do Sol,para o nascimento de Cristo, filho de Deus. Neste

sentido, os romanos capitalizaram a data já come-morada, associando a outra data ao reforçar o moti-vo para festejar o nascimento de Cristo (Torrence,2001). Com o tempo, a comemoração se tornoucada vez mais comum na Europa e foi trazida paraa América, através da colonização e catequizaçãoindígena (Roitberg, 2000).

No século XX começaram a surgir várioscontos de Natal. Em 1843, o escritor Charles Dicksescreveu “A Christmans Carol”. O conto traz men-sagens sobre a importância da caridade, bondade eboa vontade, perfeito para se comemorar no meiofamiliar. Nessa época, às famílias estavam poucodisciplinadas em seu meio e o conto de Dicks con-tribuía na sensibilização para a educação familiar(Roiteberg, 2000).

Alguns elementos simbólicos, mais comuns,para a realização do rito de natal são: pinheiro denatal e seus enfeites, sapatinhos e o personagemPapai Noel.

O pinheiro é um dos símbolos mais caracterís-ticos na decoração para a realização do rito denatal. Existem várias teorias para explicar porqueesta árvore se tornou o símbolo decorativo das fes-tas natalinas na maioria dos países, dentre elas asfestividades realizadas em homenagem a Saturno,o formato triangular do vegetal e por ser umaárvore que não perde suas folhas.

No período das festividades a Saturno, conhe-cido como Saturnália, na estação de inverno, oco-rria um festival simbólico ao deus da agricultura,quando os romanos enfeitavam suas casas compinheiros. Outra teoria argumenta que o pinheirofoi escolhido como símbolo do natal, devido à suaforma triangular, representando SantíssimaTrindade. Ademais, o pinheiro é a única árvore quenão perde as suas folhas, seja qual for a época doano, representando assim a vida. Em outras palav-ras, independente das argumentações, o pinheiro éconsiderado a árvore símbolo da vida(Sensibilidade e sabor, 2006).

O pinheiro, no período das comemorações denatal, é enfeitado com diversos elementos simbóli-cos, mas aqui destacamos as bolas na cor vermelhacomo atributo de paisagem. Estas, por seu formatoe colorido, simbolizam o fruto da “árvore da vida”,que se remete aos benefícios que a vida nos traz,como mensageira da importância da vida e por aju-

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dar na percepção, dentro de suas limitações, torná-la mais bonita a partir da valorização das situaçõespositivas que aparecem durante a vida(Zannon,1991).

Outro elemento simbólico no rito de natal é osapatinho ou a meia, pendurado na janela. Esta tra-dição surge a partir da estória de três moças quenão podiam se casar à época, em virtude dos par-cos recursos financeiros necessários para um doteaos seus pretendentes. Para tal, São Nicolau,comovido com a situação, resolve jogar três sacosde moedas pela chaminé da casa das moças que,segundo a estória, caíram dentro das meias dasmoças, que secavam à beira da lareira. Esta estórialeva as pessoas a pendurarem meias na parede oucolocarem seus sapatinhos na janela a espera depresentes na noite de natal (Zannon, 1991).

O personagem do Papai Noel é emblemático norito de natal. Salome Joanaz cita que segundo osrelatos históricos, São Nicolau era conhecido comoSanto Claus, nome que deriva de Santus Nicolaus- Bispo de Mira, em Dembre, na actual Turquia, ecom o passar dos séculos e por ajudar aos que orodeavam principalmente as crianças, sem pro-teção e abandonados foi transformado em PapaiNoel. A transformação começou na Alemanhaentre as igrejas protestantes e sua imagem passoudefinitivamente a ser associada com as festivida-des do Natal e as costumeiras trocas de presen-tes(Joanaz, 2000).

A imagem mental, como um velhinho de bar-bas brancas e bochechas rosadas, foi descrito em1822 por Clement Clark Moore em um poema con-hecido como "Twas the Night Before Christmas" epasseando em um trenó puxado por oito pequenasrenas, o mesmo modo de transporte utilizado naEscandinávia, no poema intitulado "A Visit fromSt. Nicholas”. Cabe registar, contudo, que a ima-gem material conhecida atualmente foi confeccio-nada em 1866 no obra "Harper's Weekly" peloautor Thomas Nast (JOanaz, 2000).

A PARTICIPAÇÃO E OS EFEITOS DACRIANÇA COM UM MEMBRO SUPERIORIMOBILIZADO NA SOCIALIZAÇÃOTERAPÊUTICA DE NATAL

Ao estudar o desenvolvimento psicológico dacriança, Zannon discute aspectos da intervenção

comportamental no ambiente nocosomial, comdestaque para a despersonalização dos pacientes,decorrente da cultura hospitalar, que pode sercaracterizada pelo reforçamento (recompensa) decomportamentos deprimidos. Dessa forma, pareceinevitável encontrar no hospital, crianças comdepressão. É fundamental, portanto, criar mecanis-mos para promover um ambiente que não reforceestes comportamentos e ajude a criança a enfrentaras dificuldades da hospitalização e da doença(Zannon, 1991).

Nascimento esclarece que a criança com mem-bro superior imobilizado, quando submetida àinfusão venosa, apresenta: um olhar de busca,como se estivesse a procura de alguma coisa;sobrancelhas franzidas diante da aproximação dealguém de branco; retração do braço imobilizado eacrescida de choro diante de um cuidado de enfer-magem. Este comportamento leva a concluir que acriança com membro superior imobilizado parainfusão venosa sente dores, ansiedade, medo e tris-teza (Nascimento, 2001).

A socialização terapêutica surge com a finali-dade de amenizar os efeitos negativos que a hospi-talização traz à criança. Ademais, Porto (2005)relata que a socialização minimiza o impacto doambiente hospitalar na estrutura emocional, pormeio do cuidado, que valoriza o lúdico como ele-mento fundamental ao desenvolvimento dacriança.

O rito natalino é uma festa rica em elementossimbólicos e repleto de significados. É uma festaanual significativa, principalmente, para ascrianças. A repetição do rito de natal cria umaligação com o passado e envolve valores e normascomportamentais, influenciando de forma positivana auto-estima durante a socialização terapêutica.

A foto analisada de número um, apresentadiversas pessoas e crianças. Ao fundo do textofotográfico crianças desenhando acompanhadaspor agentes socializadoras. Em segundo plano umamenina de cadeira de rodas acompanhada por outraagente socializadora em traje na cor clara, obser-vando outra criança com chupeta, no colo de umaagente socializadora enfeitando a árvore de natal,em primeiro plano.

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Foto 1: Socialização terapêutica de natal do ano 2005

Destacamos neste texto fotográfico a criançacom a chupeta, no colo de uma agente socializado-ra trajando jaleco na cor clara, calça e sandália.Essa criança se encontra trajando um gorro dePapai Noel, com o membro superior direito imobi-lizado, não deixando transparecer sinal de descon-forto. Ademais, ela tem a expressão tranqüila e semostra concentrada na atividade. Taylor (1995)cita que entre os mecanismos que a agente sociali-zadora pode adotar para ajudar os clientes a dimi-nuírem sua ansiedade é com a participação em ati-vidades simples. Ao incentivar o infante a exerceràquela atividade, a agente socializadora facilita oafastamento de sua situação de criança adoecida aose transportar ao estado de criança sadia.

A foto possibilita perceber que a socializaçãoproporciona confiança para a criança entreter-se naatividade, o que a remete para sua vida fora do hos-pital, quando realizava suas atividades sem res-trições, funcionando ainda como uma forma dereabilitação social infantil.

Outro dado para análise, se refere a partici-pação da mesma criança ao enfeitar o pinheiro –árvore de natal. Esta ação transmite a criança, deforma simbólica, a mensagem sobre o valor à vidaao enfeitar o atributo de paisagem. Em outraspalavras, permite que a criança se sinta responsá-vel por uma ação e, também, confiante para fazer omesmo consigo. A idéia é reforçada nas palavrasde Taylor ao citar que “Para ser terapêutico, é pre-

ciso ter respeito pelo paciente como um ser huma-no que possui valor e dignidade. Assim a equipe deenfermagem reconhece e respeita os direitos e opi-niões do cliente, vendo-o como um aliado indis-pensável para a formulação e implementação doseu plano de cuidado” (Taylor, 1995, p. 91).

Depreendemos da análise, articulada ao refe-rencial teórico, que a criança ao participar de umadeterminada atividade tem por estratégia de efeitoquiçá a facilitar nos cuidados de enfermagem ao sesentir mais confiante no procedimento e na enfer-meira que o executa. Neste sentido, entendemosque esta atitude deve ser estimulada como uma dasestratégias facilitadora para os cuidados de enfer-magem.

Na segunda foto analisada temos uma agentesocializadora fantasiada de “Bila-bilú”, persona-gem dançarina do DVD intitulado “Xuxa só paraBaixinhos” em provável movimento corporal. Nafoto são retratados três acompanhantes, trajandoroupas do hospital; e quatro crianças com gorro depapai Noel. Como atributos de paisagem foramretratados: sapatinho/meia pendurado na parede euma porta.

Foto 2: Socialização terapêutica de natal do ano de 2004

O relevo para este texto fotográfico é para aagente socializadora de mãos dadas com a criançacom o membro superior direito imobilizado. Essacriança demonstra estar se divertindo e sem preo-cupação sobre à punção venosa, aceitando queaquela agente socializadora segure no membrocomprometido. Para Taylor, a aceitação é a basedas interações terapêuticas, o que implica em ten-tar compreender o significado do que o pacienteestá transmitindo, através de seu comportamento.

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Relata, ainda, que é uma das principais contri-buições terapêuticas que a agente socializadorapode contribuir em uma atmosfera receptiva/acei-tação (3). Neste sentido, a foto mostra a agentesocializadora interagindo, por meio de uma possí-vel brincadeira, bem como possibilitando um climaagradável em ambiente terapêutico e envolventepara a criança .

O sapatinho pendurado como atributo de paisa-gem representa a possibilidade da criança ser pre-senteada pelo Papai Noel, que, em seu imaginário,pode ser entendido como alta hospitalar, a dimi-nuição das dores, enfim, o seu restabelecimento.

A última foto (número três) apresenta umaagente socializadora vestida com jaleco na corclara; a mesma agente socializadora da foto denúmero dois fantasiada de “Bila-bilú”; duas acom-panhantes com roupas hospitalares; e seis crianças,algumas com o gorro de papai Noel. Os atributosde paisagem são: festão de natal, que lembra umaárvore de natal e uma porta.

Foto 3: Socialização terapêutica de natal do ano de 2004

A demarcação para análise no presente textofotográfico se refere à criança com membro supe-rior direito imobilizado ao lado da Bila-Bilú. Pelaposição corporal da agente socializadora, pareceque a retratada se encontra dançando e a criançatransparece estar com olhar voltado para os pés daagente socializadora com interesse em repetir omovimento.

Neste sentido, a agente socializadora cumpriseu papel socializador, quando ajuda o cliente aaprender uma nova situação, possibilitando suaparticipação na atividade (Taylor, 1995). Ao agirdesta maneira àquela enfermeira levou à criança a

se sentir apta para a realização da atividade sugeri-da, aumentando sua auto-estima e confiança.

CONSIDERAÇÕES FINAISA socialização terapêutica na temática de natal

apresentou a participação da criança internada, emambiente hospitalar, com o membro superior imo-bilizado para infusão venosa, e como resultado daanálise fotográfica apresentou diversas idéias, queoptamos por uma para as considerações finais, porentender sua relevância, sendo ela:

∑ a influência do lúdico, quando associado àsações da agente socializadora para os cuidados deenfermagem, é uma estratégia de efeito para mini-mizar o stress da criança em ambiente hospitalar.

A idéia mais relevante apresentada ao final doestudo, também, aponta para desdobramentos, queas laudas e o rigor metodológico carecem deespaço para desenvolve-los.

A festa de natal não envolve apenas às crianças,mas também todos que participam dela. Os acom-panhantes também acabam se envolvendo com oacontecimento e ao ver às crianças bem, brincandoe se divertindo, aumentam sua própria confiança eesperança sobre o estado da mesma. Por outrolado, a criança ao ver seu acompanhante seguro,torna-se, naturalmente, uma criança mais segura, oque acaba por se tornar um ciclo, mas isso seriaoutro estudo.

Diante do exposto, socializo com os leitores anecessidade de aprofundamento de lacunas que oestudo decerto deixou, por motivos já menciona-dos. Neste sentido, antes de pontuar o final do estu-do, deixo como sugestão para os interessados emminimizar o stress da criança, seja ela internada emambiente hospitalar, orfanato, creche entre outrosespaços, que os infantes se encontrem, experimen-tem a aplicação da socialização terapêutica eobservem os seus efeitos nos cuidados de enfer-magem e na evolução clínica da criança.

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HELP RELATIONSHIP THROUGH HIS-TORY: A CONTRIBUTION FROM AN ICO-NOGRAPHIC PERSPECTIVE

SUMMARY

Henderson’s need to communicate withother people to express emotions, needs,fears or opinions, constitutes the esential

basis of help relationship (Rogers, 1986); this helprelationship although it might be adapted in a para-mount way to nursing care, could not always betotally transferred to those nursing cares. In orderto identify help relationship along history, manysources have been used, being iconography one ofthem.

The iconographic material to be used to verifyor invalidate hypothesis is as much of a civil cha-racter as of a religious one, obtained by datacollected from the National Prado Museum,Madrid Archeological National Museum, and theCave Paintings around the Mediterranean area, inthe Spanish Peninsula. Variables have been distri-buted in categories according to the characteristics

of the so called help relationship. For the purposeof this test, the iconographic interpretation propo-sed by Panofsky (1995) as well as Siles’s diagrams(1999) have been used.

The most ancient iconographies where helprelashionship appears are from XI century

and the most recent ones are from XIX century.6 are from a religious origin and 6 from civil ori-gin.

As a final outcome there could be said, that inrelationship verbal or no-verbal communicationexists, and that the care taker is always informal.

Keywords: Help relashionship, care, nursing his-tory, iconography.

A RELAÇÃO DE AJUDA ATRAVÉS DAHISTÓRIA: UMA CONTRIBUIÇÃO A PAR-TIR DA ÓTICA ICONOGRÁFICA

RESUMO

Anecessidade de Henderson de se comuni-car com os outros para expressar emoções,necessidades, temores ou opiniões consti-

tuem as bases essenciais da relação de ajuda(Rogers, 1986). A mencionada teoria, apesar depode se adaptar de maneira privilegiada aos cuida-dos de enfermagem, nem sempre pode ser transfe-rida integralmente à assistência. As fontes icono-gráficas têm sido utilizadas, ao largo da trajetóriahistórica, para identificar a relação de ajuda.

O material iconográfico que utilizado a fim deverificar ou rechaçar as hipóteses é de procedênciatanto civil quanto religiosa, o qual foi obtido pormeio de busca iconográfica no Museu Nacional do

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RELACIÓN DE AYUDA A TRAVÉS DE LA HISTORIA: UNAAPORTACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA ICONOGRÁFICA

Mercedes Núñez del Castillo* José Siles González** José Luis Jurado Moyano****Profesora Asociada Departamento de Enfermería. Universidad de Alicante,Enfermera Asistencial, Urgencias Hospital Universitario San Juan de Alicante.

**Catedrático de Escuela Departamento de Enfermería. Universidad de Alicante.***Profesor Asociado Departamento de Enfermería. Universidad de Alicante.

Enfermero Supervisor de Docencia Hospital Universitario de San Juan de Alicante.

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Prado, no Museu Arqueológico Nacional de Madrie Pinturas pré históricas do Arco Mediterrâneo daPenínsula Ibérica. As variáveis foram distribuídaspor categorias e correspondem às características darelação de ajuda. Para a análise, foi utlizada a inter-pretação iconográfica proposta por Panofsky(1995) e os esquemas propostos por Siles (1999).

As iconografias mais antigas, nas quais se iden-tifica a relação de ajuda, são do século XI e as maisrecentes são do século XIX, sendo 6 delas de natu-reza religiosa e 3 de natureza civil.

Como conclusão, pode-se dizer que há tantocomunicação verbal quanto não verbal e que o cui-dador é sempre informal.

Palavras-chave: Relação de ajuda, Cuidados, his-tória da enfermagem, iconografia.

RESUMEN

La necesidad de Henderson de comunicarsecon otros para expresar emociones, necesi-dades, temores u opiniones, constituyen las

bases esenciales de la relación de ayuda (Rogers,1986); ésta, a pesar de que puede adaptarse deforma privilegiada a los cuidados de enfermería,no siempre puede transferirse íntegramente a estos.Para identificar la relación de ayuda a lo largo de lahistoria se han utilizado entre otras fuentes, las ico-nográfícas.

El material iconográfico que se va a utilizarpara verificar o refutar las hipótesis es tanto civilcomo religioso, obtenido mediante búsqueda ico-nográfica, en el Museo Nacional del Prado, MuseoArqueológico Nacional de Madrid y Pinturasrupestres del Arco Mediterráneo de la PenínsulaIbérica, Las variables, están distribuidas por cate-gorías y corresponden a las características de larelación de ayuda. Para el análisis, se ha utilizadola interpretación iconográfica propuesta porPanofsky (1995) y los esquemas propuestos porSiles (1999).

Las iconografías más antiguas donde aparece larelación de ayuda son del siglo XI y la más recien-te del XIX; 6 son de naturaleza religiosa y 3 denaturaleza civil.

Como conclusión, se puede decir que hay tantocomunicación verbal como no verbal, y que el cui-dador es siempre informal.

Palabras clave: Relación de ayuda, cuidados, his-toria de la enfermería, iconografía.

INTRODUCCIÓNLa necesidad de Henderson de comunicarse

con otros para expresar emociones, necesidades,temores u opiniones, constituyen las bases esencia-les de la relación de ayuda (Rogers,1986) entre lasdefiniciones que aporta sobre el tema, afirma: ”..esaquella en la que uno de los participantes intentahacer surgir, de una o ambas partes, una mejorapreciación y expresión de los recursos latentes delindividuo, y un uso más funcional de éstos..”(Bermejo, 1996); la relación de ayuda a pesar deque puede adaptarse de forma privilegiada a loscuidados de enfermería, no siempre puede transfe-rirse íntegramente a estos, sobre todo en el caso dela entrevista estructurada. Siguiendo a Madrid: Larelación de ayuda es una experiencia humana pri-vilegiada que ofrece el marco adecuado para faci-litar el desarrollo de las capacidades bloqueadas.(Bermejo, 1996).

Y Riopelle, la define como un intercambio“siendo a la vez verbal y no verbal, que permitecrear un clima de confianza, de respeto y de amorque el cliente precisa para satisfacer sus necesida-des fundamentales, para alcanzar un contactomejor con su propia realidad, sus emociones, susconflictos, sus valores, sus límites y sus aspiracio-nes”(Phaneuf, 1982). Cibanal, (2003), clarifica elconcepto, señalando, que consiste en comunicar-nos en dos lenguajes: el de hablar y el de escuchar,en darle el protagonismo a las personas y el papeljusto a las técnicas y los medios, utilizándoloscomo habilidades y recursos que están al serviciode la persona; siendo la persona el objetivo de loscuidados y el servicio a las mismas debe ser elnúcleo de las actividades de enfermería como afir-ma la Dra. Henderson.

El clasificar los tipos de relación de ayuda,puede resultar un poco tópico, pero para el contex-to de la investigación va a resultar útil, y por tantodefiniremos para los cuidados enfermeros dostipos de relación de ayuda, la formal y la informal.La relación de ayuda de tipo informal es la que seestablece simplemente observando las necesidadesdel momento (mirada y, o aspecto triste, lamentos),siendo espontánea y amoldándose a la situación,

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estableciendo una relación de confianza, observan-do los comportamientos no verbales como son lasescucha y la empatía. En cuanto a la relación deayuda de tipo formal, ya no se trata de responderde forma inmediata a las necesidades del paciente,sino de aplicar técnicas que le ayudarán a superarla dificultad que tiene, observándose varias fases.

Hay una serie de actitudes en el profesional deenfermería que son fundamentales para la relaciónde ayuda son las actitudes facilitadoras, como es laescucha activa y unas actitudes elaboradoras comoson el proceso de acogida, que implica un procesode aceptación, el respeto cálido y la comprensiónempática que se refiere a la característica que apa-rece de forma espontánea entre las personas.

La escucha activa pone en funcionamiento unaserie de comportamientos cuyo objetivo es que elpaciente sepa que se está ahí, bien con la mirada, lapostura o los gestos, ayudando a la enfermera acomprender lo que siente la persona ayudada yconfirmando que entiende el mensaje, utilizando elmecanismo de la reformulación o efecto espejo.

El proceso de acogida, implica un proceso deaceptación, haciendo sentirse al paciente cualquie-ra que sea su estado, que la enfermera está ahí ten-diendo la mano de la ayuda; la relación de ayuda seapoya en el respeto y confianza, así en el respetocálido las actitudes de comunicación del profesio-nal de enfermería son el contacto visual, atención alo que dice, o postura adecuada, en la comprensiónempática se refiere a la característica que aparecede forma espontánea entre las personas, situándose

en un nivel de comprensión que sobrepasa almismo problema, se centra en la subjetividad delotro, en su mundo emotivo, refiriéndose por ejem-plo a una mirada interesada o a una voz cálida.

La relación de ayuda pasa por diferentes fases,en las que las habilidades del profesional se mani-fiestan de forma diferente dependiendo del tipo derelación de ayuda, Peplau, propone cuatro fases oetapas (Cibanal, 2003). En este trabajo se han con-siderado solo tres; en la relación de tipo informalen la primera fase el profesional observa el com-portamiento verbal o no verbal del paciente endonde se ve la necesidad de ayuda, (aspecto triste,mirada, lamentos); en la segunda fase es elmomento del establecimiento de la comprensiónempática con el paciente y en la tercera fase se rea-liza la conclusión, y no debe terminarse sin delica-deza y sin tener seguro que las intervenciones hansido positivas.

A partir de la lectura, la observación o median-te experiencias prácticas vemos que existen icono-grafías en las que aparece la relación de ayuda.Para ver la relación de ayuda a lo largo de la histo-ria entre otras fuentes, se han utilizado iconografí-as, pintura, escultura o cualquier otra fuente histó-rica que se nos presente, como dicen algunos auto-res monumentos silenciosos del pasado.

Por tanto las fuentes históricas que se van aanalizar son fuentes directas. Pero además de ver,el observador necesita saber si están ahí parainfluir sobre los conocimientos, necesidades u opi-niones de algunas personas (fuentes con o sin des-tinatario), ya que el hombre es un animal querecuerda, y como recuerda tiene experiencia ycomo la tiene, proyecta. Un hombre que carecierade toda vinculación con el pasado sería incapaz deproyectarse hacia delante, le faltaría la concienciamisma de que existe un futuro (Chueca Gotilla,1987).

Estas fuentes iconográficas reflejan y transmi-ten a la sociedad y la cultura de ese momento,aportando datos importantes sobre el pasado de laactividad cuidadora.

A lo largo de los siglos, con el difícil acceso delpueblo a la cultura y el saber, es probable que estasfuentes fueran la forma silenciosa y a la vez vivade hacer llegar la información necesaria para man-tener la supervivencia. Por tanto resulta interesan-te conocer la forma de expresión artística que se

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utiliza desde entonces para saber quienes somos yque cuidados hemos dado.

Santo Tomás, opina que “..investigar en histo-ria, implica saber utilizar los instrumentos que eltiempo ha ido poniendo a nuestra disposi-ción..”,”..aprender a interpretar los testimonios queotros hombres y mujeres de épocas pasadas noshan dejado como legado..”, sigue diciendo estaautora más adelante “..existen además otro tipo defuentes que son manifestaciones artísticas.....estasfuentes llamadas iconográficas..”. “..Es por tanto laiconografía una fuente importante que podemos ydebemos utilizar las enfermeras que deseamosconocer nuestro pasado..” (Santo Tomas, 1997).

OBJETIVODescribir y analizar la relación de ayuda a lo

largo de la historia desde la perspectiva de V.Henderson mediante el análisis iconográfico.

HIPÓTESISY como punto de partida pensamos que:• La iconografía constituye una fuente para

analizar la relación de ayuda desde la pers-pectiva de Virginia Henderson.

• La relación de ayuda, esta presente a lo largode la historia en las fuentes iconográficas.

ESTADO DE LA CUESTIÓNLa investigación relacionada con la historia de

la salud y de la enfermedad ha sido tratada tradi-cionalmente por historiadores de la medicina quehan utilizado tanto fuentes escritas como iconográ-ficas, lo que ha movido a investigadores de otrasdisciplinas a trabajar otros aspectos de la mismahistoria, bien sanitarios, sociales, culturales o decuidados enfermeros. Santo Tomás (2002), afirmaque aspectos de salud-enfermedad influyen en lavida de un grupo social, en un momento determi-nado, tanto como influyen otras causas de aspectofísico, social o religioso, constituyendo todos estosaspectos un enriquecimiento para los conocimien-tos de la historia en general y de la historia de laenfermería en particular.

Intentamos relacionar la enfermería, la relaciónde ayuda o comunicación terapéutica y la icono-grafía como instrumento para la investigación, ypara ello vamos a utilizar un método que conside-ramos de plena actualidad que es propuesto por

Panofsky (1995), y que Santo Tomás (1996, 1997),además de argumentar la importancia de la icono-grafía para el estudio de la historia de la enferme-ría, propone una metodología para el estudio de lasiconografías, y, que es el propuesto por Panofsky,(1995). Siles, (1999) modifica el método desarro-llado por Panofsky y lo adapta a la cultura enfer-mera; Núñez, (2004,2006) y Morillo, (2005) utili-zan para el análisis iconográfico de los artículosconsultados el propuesto por Panofsky y modifica-do por Siles. Correia Hirata, (2003), en“Iconografía e enfermagem – por que e como?”,afirma que utiliza la iconografía como una fuentepara el estudio de la enfermería, justificando comoha de estudiarse una obra de arte para que de pistassobre la actividad cuidadora; cita ejemplos de losmomentos del análisis iconográfico y el métodousado para observar el significado profundo de laobra de arte

Algunos autores como Lagraña (2001) yLussiez (2005), solo hacen indicación de la obser-vación de las obras de arte para utilizarlas como unelemento más para el análisis y estudio del tema.

González (2003), considera el método de ico-nodiagnóstico como un método complementariode la enseñanza. Correia Hirata (2003), argumentael uso de la iconografía como una fuente para elestudio de la enfermería, justificando como ha deestudiarse una obra de arte para que nos de pistassobre nuestra actividad cuidadora; Riley (2004),utiliza la fotografía en la práctica de enfermería clí-nica, clasificando en categorías las diferentes apli-caciones para las cuales la fotografía había sidoaplicada (documentación y vigilancia, interven-ción terapéutica, aprendizaje, docencia y evalua-ción), concluyendo en su investigación que puede

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ser utilizada como método para docencia, aprendi-zaje o como método de observación y Wang(2004), también utiliza la fotografía como herra-mienta pedagógica para mejorar la profesionalidadde los estudiantes de medicina.

Pardue (2005), utiliza las galerías de arte comoseminario para el aprendizaje de alumnos de enfer-mería, estimulando el desarrollo de habilidadesmediante la observación de las obras de arte y suanálisis iconográfico, y Kirklin (2007), a través deun estudio comparativo realizado con médicos yenfermeras, y cuyo objetivo ha sido averiguar siperfeccionan sus habilidades a través de la obser-vación de fotos, concluyendo que la rama de inter-vención las mejoró y; también Arnold (2006), através de la biografía de Van Gogh, incluida lapatología del artista, analizando y estudiando susobras, ha creado una Web con pinturas e ilustracio-nes, cuyo objetivo principal es que sirva para laeducación de los alumnos de medicina. Nelson, etal (2006), consideran las fotografías de procesospatológicos (quemaduras), útiles para el aprendiza-je de los miembros de un equipo multidisciplinar,al poder observar la valoración y evolución de cier-tas heridas y complicaciones.

METODOLOGÍAEl área de estudio se centra en España. El mate-

rial iconográfico que se va a utilizar para verificaro refutar las hipótesis es tanto civil como religioso,obtenido mediante búsqueda iconográfica, en elMuseo Nacional del Prado, Museo ArqueológicoNacional de Madrid y Pinturas rupestres del ArcoMediterráneo de la Península Ibérica, analizándolodesde principio de la historia hasta nuestros días, yorganizados por categorías como son: pintura yescultura en todas su formas.

Las variables, también están distribuidas porcategorías y corresponden a las características de larelación de ayuda como forma de comunicaciónterapéutica, actitudes, tanto facilitadoras como ela-boradoras, fases de la relación y técnicas.

Los datos cualitativos se han recogido a travésde la observación de las obras de arte selecciona-das. Para analizar las iconografías, se llevan a cabodos tipos de análisis; el iconográfico, propiamentedicho, y el antropológico.

Para realizar el, análisis, se ha utilizado la inter-pretación iconográfica propuesta por Panofsky

(1995) y los esquemas propuestos por Siles (1999);para el análisis cualitativo de datos se ha utilizadoel programa ATLAS/ti, versión 4.1 para Windows.

RESULTADOSSe han analizado 87 obras de arte, desde el neo-

lítico hasta el primer tercio del siglo XX.El número de iconografías donde aparece la

relación de ayuda son 9, siendo las más antiguasdel siglo XI y la más reciente del XIX; 6 son denaturaleza religiosa y 3 de naturaleza civil, 6 deellas pertenecen a la escuela española y 3 a la fla-menca.

En la arqueta de San Felices, formada con pla-cas de marfil, del siglo XI, en una de estas piezas ydistribuida en dos partes, en la inferior, se repre-senta la curación del hijo de la viuda y en la supe-rior la madre agradeciendo al santo su interven-ción, interpretándose como un momento de escu-cha activa; el grupo iconográfico del santo con lamadre y el hijo en el momento del milagro tambiénse puede interpretar como respeto cálido, por lasactitudes de ambos.

El arca de San Millán de la Cogolla, relieve delsiglo XI, mozárabe de naturaleza religiosa como laanterior, formado también por placas de marfil, seobserva al ciego que se aproxima y toca el relica-rio ayudado por otro hombre que va detrás de él,interpretándose éste como un momento de acogida.En otra placa de marfil de la misma arca se obser-va un momento de escucha activa entre el santo yla paralítica recién curada con el milagro.

En “la tabla de los pecados capitales” de ElBosco, perteneciente a la escuela flamenca delsiglo XV y considerada como pintura religiosa, nosinteresa analizar dos detalles, en un lateral apare-cen unas mujeres recogidas, sentadas alrededor deuna mesa, en señal de recogimiento por el duelo alque acompañan, interpretando el momento comouna primera fase de la relación de ayuda informal.El segundo detalle es la soberbia representada poruna mujer que se mira al espejo, interpretándosecomo una técnica de reformulación.

En “El descendimiento de la Cruz” de Van derWeyden, pintura flamenca del siglo XV, tambiénde naturaleza religiosa, se adivina la actitud deacogida de las Santas mujeres y San Juan que sos-tienen a la Virgen desfallecida por el dolor de lapérdida de su Hijo.

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“La adoración del sepulcro de San Pedro már-tir”, de Berruguete, del siglo XV, observamos dosactitudes, la empatía y el respeto cálido por la con-fianza y el respeto que hay entre el ciego y el laza-rillo.

En el otro “Descendimiento” español del sigloXVI de Machuca se observa también una actitudde respeto cálido que al igual que la anterior laVirgen con gran dolor en la cara y medio desma-yada es sostenida por María Magdalena y San Juanpara evitar que se caiga.

En el lienzo de Teniers, “La intervención”, delsiglo XVII, flamenco, se interpreta como una acti-tud de acogimiento y la escucha activa entre profe-sional y paciente. El cirujano parece ayudar alpaciente a captar y hacer frente a sus problemas, escomo que con su mirada ayuda a disminuir laansiedad, da la impresión de que están solos.

En “La Recuperación de la Bahía de DosSantos”, de Maino, del siglo XVII, de escuelaespañola y naturaleza civil como la anterior, seinterpreta como una acogida al moribundo porparte de los lugareños.

En la pintura “Doña Juana La Loca,” dePradilla, del siglo XIX, y de naturaleza civil, seinterpreta una actitud de empatía de los componen-tes del séquito hacia la dama.

DISCUSIÓNAtendiendo a los objetivos del estudio, se ana-

lizan los resultados más llamativos y las diferen-cias entre los datos referentes a la relación deayuda en las iconografías analizadas. Conside-ramos que el tipo de relación de ayuda que seobserva es de tipo informal pues surge de formaespontánea, estableciéndose según la necesidad delmomento y los objetivos se adaptan a la situacióny tiempo, siendo reflejo puntual de un momentoque plasma el artista. Se puede decir que hay tantocomunicación verbal como no verbal, y que el cui-dador es siempre informal.

ACTITUDES FACILITADORASRespecto a la escucha activa que aparece en

tres iconografías vemos que hay actitud de com-partir en ambos casos, demostrando al ayudadoque está ahí, observándose miradas, gestos y pos-turas, pero por el contrario no se puede ver elmecanismo de la reformulación. En los relieves del

arca de San Millán y en la arqueta de San Felices,el agradecimiento como efecto de la ayuda recibi-da, de haber escuchado las súplicas para la cura-ción, hay un intercambio, pues la paralítica y elhijo de la viuda se han curado y el santo se haengrandecido. En La operación de Teniers, hay unestado de receptividad en el paciente, donde el pro-fesional le ayuda a captar y hacer frente a sus pro-blemas.

ACTITUDES ELABORADORASEn el respeto cálido hay tres referencias, se

observan únicamente las actitudes propias de lacomunicación que demuestran al cliente o ayudadotoda la consideración que el cuidador le concedecomo es el contacto visual o la atención a lo quedice, postura, actitud de respeto y confianza enadoración al sepulcro de San Pedro, mártir, Arcade San Felices, Descendimiento de Machuca.

De la empatía, bien como actitud o como fasehay dos referencias, que resultan difícil de inter-pretar y nos tenemos que centrar en las evidenciasdel ayudado, es decir lo que expresa explícitamen-te e intentar buscar sus sentimientos, y solo vemoslas miradas en el comportamiento no verbal y en elcontacto de las personas tanto del ayudado comodel cuidador, en “Doña Juana la Loca”,el nivel decomprensión sobrepasa el problema, entendiendoen el ayudado su manera de vivir y pensar la difi-cultad; interpretándose como una actitud de empa-tía de los componentes del séquito hacia la dama;en la “Adoración al sepulcro de San Pedro”, haymiradas de cariño y manera de acompañar y suje-tar el cayado y como se apoya el peregrino en ellazarillo (Acompañamiento), no hay comunicaciónverbal, pero si contacto que resulta igual de útil.Según afirma (Bermejo, 1998) podemos inferir,como en algunas iconografías el ayudante o cuida-dor penetra en la experiencia que el otro estáviviendo, llegando incluso a identificarse con él.

En cuanto a la acogida como una primera fasede la relación de ayuda informal hay seis referen-cias, principio de aceptación en el arca de SanMillán donde el ayudante le tiende la mano segura,es un hombre que camina detrás del ciego ayudán-dole a llegar hasta el relicario, tanto en el arca deSan Millán o en la adoración del sepulcro de SanPedro mártir, el hecho de que el ciego toque el reli-cario puede interpretarse como un recurso, la fe; en

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algunos casos, éste y otros recursos quedan secues-trados y cuando se descubren sirven de ayuda, asímismo el hecho de apoyarse en alguien también lesirve como guía para que utilice esos recursos pro-pios. En la soberbia del Bosco, con la visión de simisma en el espejo, éste puede significar el propioayudante, en lo positivo y en lo negativo.

En los Descendimientos de la Cruz de Van derWeyden y Machuca miradas de tristeza y de grandolor en la Virgen que es ayudada por MariaMagdalena y San Juan; solo nos podemos centraren el comportamiento no verbal de las dos partes,quedando reflejado y observándose la necesidad deayuda en la mirada o el aspecto triste,.Acompañamiento y respeto en el momento en quese aproxima la muerte en la Tabla de los pecadoscapitales. En La operación de Teniers el profesio-nal, ayuda al paciente a captar y hacer frente a susproblemas, con la mirada le ayuda a disminuir laangustia y preocupación, da la impresión de queestán solos. En la Recuperación de la Bahía de dosSantos, hay una acogida al moribundo por parte delos lugareños.

Respecto a las fases de la relación de ayudainformal, en la primera fase, hay un comporta-miento no verbal de la persona que revela la nece-sidad de ayuda, con la mirada de esperanza delciego y la del lazarillo que le atiende en laAdoración al sepulcro de San Pedro mártir, tam-bién se podría interpreta una primera fase del acer-camiento en el acompañamiento a un duelo, en laTabla de los pecados capitales, la acogida tambiénenumerada anteriormente.

En la segunda fase que se entiende la empatíacomo una fase, ya se ha enumerado.

En la tercera fase o de conclusión hay dos refe-rencias, en el Arca de San Felices y en la de SanMillán, aparecen los ayudados agradeciendo laayuda recibida, sujetando entre sus manos las delsanto.

En cuanto a técnicas, la única que se ha obser-vado es la de reformulación, bien como técnica ocomo actitud, en la tabla de los pecados capitales,donde se observa la percepción que tiene la mujerde si misma, que es captada, transmitida y obser-vada en el espejo donde se mira.

CONCLUSIONESLa iconografía constituye una fuente para ana-

lizar la relación de ayuda desde la perspectiva deVirginia Henderson.

La relación de ayuda, esta presente a lo largo dela historia en las fuentes iconográficas, siendo elsiglo XI, la primera iconografía referencia en lamuestra estudiada.

Es un trabajo pionero en el marco de laEnfermería al instrumentalizar un Modelo deEnfermería (Henderson), para realizar una inter-pretación iconográfica de la enfermería. Por lo quehay que profundizar en esta temática vinculando laiconografía y los cuidados de salud.

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DIFFERENT PERCEPTIONS IN HEALTHAND ILLNESS AMONG PROFESSIONALSAND CLIENTS OF SANITARYEDUCATIONAL PROGRAMMES WITHREGARDS TO HYPERTENSION ANDDIABETES. AN ATHROPOLOGICAL VIEW.

SUMMARYAims

Using an etnographic method as informationsource between clinical patients – professionals,specify possible differences of approaching thosetypes of illnesses quantifying the use of alternativetreatments.

Material and MethodA qualitative study of an ethnographic course,

by means of a semi-structured survey, provided to12 users of HTA and DM (6 & 6) programmes in

Primary Health Centres, as well as to 12 profes-sionals responsible for such programmes.

OutcomesAn interview to 12 patients (6 hypertension

ones & 6 diabetics), also to 12 professionas of thesame Health Centres. Both hypertension patientsand diabetics do associate the origin of their ill-nesses to their previous life style, associated to cer-tain events which left traces in their personalities.Professionals on their part, find a biologicist expla-nation.

ConclusionThe importance of obtaining data and personal

experience by means of the ethnographic method,helps us to understand the real life in whichpatients live, their believes, their habits, their lifestyles, their relationship towards their illnesses,their needs, their different ways of thinking andtheir feelings. The patients’ pathologies causesimmmersed in their programmes, seem to be notextremely coincidental to those of their nursingprofessionals, or at least, they are not expressed ina simliar way.

Key words: Differences of health, education pro-gram, anthropology, interview, ethnographic, HighBlood Pressure, Diabetes

ANTROPOLOGÍADIFERENTES PERCEPCIONES DE LA SALUD Y ENFERMEDADENTRE PROFESIONALES Y USUARIOS DE PROGRAMAS DEEDUCACIÓN SANITARIA EN HIPERTENSIÓN Y DIABETES.

UNA VISIÓN ANTROPOLÓGICA Pablo López Casanova. Elche (Alicante)*, Manuel Rodríguez Palma. (Cádiz)*,Francisco Barragán Navarro. Elda (Alicante)*, Mª Luisa Bouzán San Martín.(Alicante)*, Juana Martínez Giménez. Totana (Murcia)*, María Abdul-Jabbar

Mora. Rafal (Alicante)*, Isabel Fernández-Cañadas Soriano. Elche (Alicante) ***Alumnos del Máster oficial en Ciencias de la Enfermería. Universidad de Alicante

** Alumna traducción e interpretación. Universidad Alicante

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RESUMOObjetivos

Utilizando o método etnográfico como fonte deinformação no encontro clínico paicente-profissio-nal, os objeivos foram detalhar se existem dife-renças de abordagem das enfermidades entre ossujeitos envolvidos no estudo e quantificar a utili-zação de tratamentos alternativos.

Material e métodoTrata-=se de estudo de natureza qualitativa e

abordagem etnográfica, utilizando-se a entrevistasemi-estruturada com 12 usuários dos programasde HTA e DM (6 e 6 sujeitos, respectivamente), emCentros de Saúde de Atenção Primária e envolven-do 12 profissionais responsáveis por aqueles pro-gramas.

ResultadosEntrevistados 12 sujeitos (sendo 6 hipertensos

e 6 diabéticos) e 12 profissionais dos Centros deSaúde. Os pacientes hipertensos coincidem com osdiabéticos ao associarem a origem da enfermidadee o estilo de vida anterior ao adoecimento, bemcomo determinados acontecimentos que deixaramsinais em sua pessoa. Os profissionais encontramuma explicação biologicista.

ConclusõesA importância de obter dados e vivências, por

meio do método etnográfico, ajuda-nos a compre-ender a realidade na qual vivem esses pacientes,levando em consideração suas crenças, costumes eestilo de vida, bem como a relação desses fatorescom as enfermidades, necessidades, maneiras depensar e sentimentos dos sujeitos envolvidos noestudo. As causas das patologias dos pacientes,que se encontram inseridos nesses programa,sparecem não coincidirem demasiadamente, ou pelomenos, não são exteriorizadas da mesma maneiraque os profissionais de enfermagem envolvidos ofazem.

Palavras- chave: Diferenças de saúde, programade educação, antropologia, entrevista etnográfica,Hipertensão, Diabetes.

RESUMENObjetivos

Utilizando el método etnográfico como fuentede información en el encuentro clínico paciente-profesional, detallar si existen diferencias de abor-daje de las enfermedades entre ellos y cuantificarla utilización de las medicinas alternativas.

Material y métodoEstudio cualitativo de trayectoria etnográfica,

mediante encuesta semiestructurada realizada a 12usuarios de los programas de HTA y DM (6 y 6) enCentros de Salud de Atención Primaria y a los pro-fesionales responsables de los mismos.

ResultadosEntrevista a 12 pacientes (6 Hipertensos y 6

diabéticos) y a 12 profesionales de los centros desalud de los mismos centros de salud. Los pacien-tes hipertensos coinciden con los diabéticos enasociar el origen de la enfermedad, tanto a su esti-lo de vida anterior como a determinados aconteci-mientos que han dejado huella en su persona. Losprofesionales encuentran una explicación biologi-cista.

ConclusionesLa importancia de obtener datos y vivencias

por medio del método etnográfico, nos ayuda acomprender la realidad que viven los pacientes, suscreencias, costumbres, estilos de vida, su relacióncon la enfermedad, sus necesidades, sus formas depensar y sus sentimientos. Las causas de las pato-logías de los pacientes que se encuentran inmersosen sus programas, parece que no coinciden dema-siado, o por lo menos, no son expresados de lamisma forma que los profesionales de enfermería.

Palabras clave: Diferencias de salud, programade educación, antropología, entrevista etnográfica,Hipertensión, Diabetes.

INTRODUCCIÓNLas enfermedades crónicas son aquellas que no

tienen curación, pero que necesitan un control ade-cuado, para no presentar efectos graves en el desa-rrollo de las mismas. Según la Encuesta Nacional

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de Salud para el Año 2003, en España, el 12,28%de la población sufre Hipertensión Arterial (HTA)y el 5,02% Diabetes Mellitus (DM). Es importantetener en cuenta que estas dos enfermedades cróni-cas, suelen debutar o diagnosticarse tras una mani-festación grave (infarto, ACV, hiperglucemia,etc...); por tanto puede asumirse que el óptimo con-trol y la detección adecuada de las mismas deberánser la prioridad de cualquier sistema de salud. Losactuales programas de crónicos y las carteras deservicios sanitarios de todas las ComunidadesAutónomas incluyen consultas de atención a lapoblación con hipertensión y diabetes, así comocampañas específicas de detección temprana.

Dentro de este contexto, la información se con-vierte en la herramienta adecuada para la obtenciónde conocimientos sobre estas enfermedades, aun-que cuando informamos, simplemente transmiti-mos conocimientos. El proceso educativo es algomucho más complejo; en el aprender influyen múl-tiples factores: cognoscitivos, personales (edad,nivel de instrucción, creencias, experiencias deenfermedades anteriores, factores psicológicos,etc.), ambientales (familia, amigos, trabajo, ocio,recursos,…), etc. El aprendizaje se realiza en tresniveles: el cognitivo (conocimiento), el afectivo(creencias, experiencias, actitudes) y el psicomo-tor; por lo tanto nuestra metodología de trabajo ynuestras actividades en educación para la saluddeben contemplar todos estos factores menciona-dos. Pero no sólo la educación puede llegar a seruna barrera compleja, sino que la propia concep-ción de la enfermedad dispone de diferentes ver-siones, según la viva el profesional o el paciente.Desde la perspectiva interpretativa de la antropolo-gía contemporánea se han realizado numerososesfuerzos en este sentido, como el desarrolladopara integrar los conceptos de enfermedad (disea-se), padecimiento (illness) y disfunción social(sickness).

En el intrincado trayecto salud-enfermedad, lamirada antropológica se ha propuesto dilucidar ladiscrepancia entre la enfermedad y el padecer.Eisenberg (1977) y Kleinman (1980) han integradolos conceptos de enfermedad (disease), haciendoreferencia al modelo biológico, como la alteracióno disfunción de órganos o sistemas, padecer (ill-ness), como una categoría que incorpora la expe-

riencia y la percepción, y malestar (sickness),como el producto de la relación de los anteriores(malestar igual a enfermedad más padecimiento),enfatizando la importancia del padecer en su con-notación social y cultural. De esta manera, el pade-cimiento se convierte en una experiencia con sig-nificado para cada individuo dentro de la red designificados inherente a cada cultura en particular.

En esta línea, los estudios en torno a la dimen-sión cultural de la enfermedad (illness) (KleinmanA, Eisenberg L, Good B, 1978), (Kleinman A,1980) han puesto en evidencia la existencia de“modelos explicativos” distintos para los profesio-nales de la salud, el curandero, el enfermo y sufamilia o red social, pero no tan distintos comopara que puedan ser considerados absolutamenteindependientes entre sí.

Ante cualquier episodio de enfermedad todoslos que participan en él –paciente, familia, losdiversos profesionales sanitarios,… –tienen deter-minadas ideas sobre una serie de cuestiones rela-cionadas con lo que está pasando y su tratamientomás adecuado. Estos modelos explicativos estánformados por ideas sobre la etiología de la enfer-medad, el modo y tiempo de inicio de los síntomas,la fisiopatología de la enfermedad, la historia natu-ral y severidad de la dolencia y el tratamiento apro-piado para la enfermedad (Kleinman A, 1980).

Estos modelos explicativos han de ser entendi-dos en su contexto –es decir, para un individuoconcreto, una dolencia concreta y un tiempo con-creto–, y que además, a menudo cambian y soninfluidos por experiencias individuales importan-tes a la hora de tomar decisiones, pero que nodeterminan mecánicamente el comportamiento(Ballester, 1992, Gomes 2002).

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Por todo ello, en la relación asistencial, se hacenecesario conseguir acuerdos a partir de la con-ciencia mutua de la existencia de diversos modelosexplicativos por parte de los agentes implicados(Comelles JM, 1987).

Utilizando el método etnográfico como fuentede información en el encuentro clínico paciente-profesional, los objetivos de este trabajo son deta-llar si existen diferencias en la concepción y abor-daje de las enfermedades entre ambos agentes ycuantificar la utilización de las medicinas alternati-vas por los primeros.

PACIENTES Y MÉTODOSEstudio cualitativo de trayectoria etnográfica,

mediante encuesta semiestructurada realizada ausuarios de los programas de HTA y DM enAtención Primaria y a los profesionales responsa-bles de dichos programas. Se utilizó la observaciónparticipante con la entrevista realizada a tal efecto.La elección de los centros dependió de la proximi-dad de los entrevistadores a los mismos.

Los participantes debían estar diagnosticados eincluidos en los programas de DM y HTA de loscentros de salud elegidos. Tanto los usuarios comolos profesionales fueron elegidos al azahar, previa-mente a la obtención de su consentimiento e invi-tación a participar en el estudio.

El grupo de investigación estaba integrado por6 enfermeros que adoptaron el papel de observado-res participantes en las consultas de programas decrónicos de los distintos Centros de Salud, efec-tuando cada investigador 4 entrevistas.

Las entrevistas a los usuarios constaban devarios apartados en los que se interrogaba sobrevariables sociodemográficas, etiopatogenia, com-plicaciones, evolución, riesgos y tratamiento y unaparte final sobre utilización de medicinas alternati-vas. Estas entrevistas se realizaron en el momentode la consulta programada al efecto en cada pro-grama, con una duración aproximada de 30 a 45minutos.

Se consideró la formalización del consenti-miento verbal para la participación en el estudio, segarantizó el anonimato de las mismas y los princi-pios éticos en la investigación.

Las entrevistas a los profesionales constaban depreguntas sociodemográficas y otras relacionadas

con las expectativas y percepción de los profesio-nales respecto a la enfermedad del paciente. Lasentrevistas se realizaron posteriormente a la reali-zación de las consultas programadas, en horariolaboral y en el centro de trabajo.

Todas las entrevistas fueron transcritas textual-mente y posteriormente codificadas en apartados.Para las entrevistas de los usuarios se codificaronen: cuestiones de etiopatogenia, complicaciones,evolución, riesgos, relacionadas con el tratamientoy utilización de medicinas alternativas. Para losprofesionales: conocimiento del origen de la enfer-medad, auto-seguimiento de la misma, gravedadpercibida, conocimiento sobre utilización de medi-cinas alternativas y pronóstico percibido y espera-do.

RESULTADOSGrupo pacientes HTA y DM

Se entrevistó a 12 pacientes (6 Hipertensos y 6diabéticos) de los Centros de Salud de: C.S.Altabix (Elche), C.S. el Olivillo (Cádiz)Consultorio de Rafal (Alicante), C.S. Calamocha(Teruel), C.S. Totana (Murcia), C.S. Petrer2(Alicante).

La distribución global por sexos fue, HTA:66,7% hombre y 33,33% mujeres; DM: 50% hom-bre y 50% mujeres, en cuanto a la edad en HTA65,33±13,63 años (44-77) y en DM 60±16,26 años(40-77). El tiempo de diagnóstico fue para HTA:8±2,75 años (4-12) y para DM: 6,17±3,65 años (2-12), en cuanto al tiempo de permanencia en el pro-grama, los de HTA llevaban 4,67±2,42 años (1-7)y los de DM 3,83±1,94 (2-7).

Con respecto al nivel de estudios encontramossólo una persona analfabeta, 4 que saben leer yescribir, 3 con estudios primarios, 2 con secunda-rios y 2 con estudios superiores, mientras que en lo

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relacionado a la ocupación actual, 5 personas seencontraban en activo y 7 estaban jubilados.

Grupo ProfesionalesSe entrevistó a 12 profesionales de enfermería

de los centros de salud anteriormente mencionadosresponsables de los programas de HTA y DM.

La distribución por sexos fue: 66,7% mujeres y33,33% hombres, con una edad media de37,75±6,57 años (29-48).

Análisis de las respuestas de los pacientes hiper-tensosEtiopatogenia:

En la primera pregunta sobre ¿Qué es la tensiónelevada para usted?, la mayoría de los pacientes lorefieren como “que trabaja mucho el corazón o“estás acelerada”, un paciente dice no saber y otrodescribe cómo la tensión elevada

Según los pacientes encuestados las causas queprovocaron su hipertensión fueron:

Hábitos de vida no saludable, muerte del mari-do, problemas de drogas de un hijo y un pacientenos cuenta cómo a él sólo le sube al ir al médico,otro de los pacientes dice no saberlo y que se ente-ró “cuando salió un derrame en el ojo”.

En cuanto a cómo han determinado la causaque le sube la tensión, 5 pacientes dicen no saber-lo y sólo la paciente a la que se le murió el marido,refiere la misma causa como determinante para quele suba la tensión.

En la pregunta de ¿por qué cree que padece ten-sión alta?, la causa hereditaria es la principal y dospacientes refieren a la “mala vida” su razón.

Respecto a la relación que existe entre la sangrey la tensión arterial, todos los pacientes, menosuno, contestaron afirmativamente, dando distintasexplicaciones a esta relación:

Cinco pacientes dicen que existe una relación,pero no saben cuál. La atribuyen a “tener la sangregruesa”, “nervios” o “velocidad” en la sangre y“palpitaciones”

Complicaciones, evolución, riesgos:Todos los pacientes afirman y describen que la

hipertensión pueda dar lugar a complicacionescomo trombosis, infarto de corazón, infartos yhemorragias cerebrales.

Al problema que más temen es al infarto y“quedar tonta” y ser una carga para la familia.

Tratamiento:5 pacientes toma la medicación tal y como el

médico se la prescribe, un paciente nos dice que“hace lo que da la gana” y se administra la medi-cación sólo “cuando la necesito que me conozcomuy bien”. De 5, 4 realizan algún procedimientopara bajarla que no es farmacológico como comersin sal, comer menos, andar... , el paciente deCalamocha, utiliza “infusiones de tomillo” parabajarla ocasionalmente y otro paciente usa el“limón”.

Para todos ellos la dieta es importante en elcontrol de la tensión, todos conocían que la sal“sube la tensión” y “el estar gordo” también.

Todos los pacientes coinciden en afirmar queno pueden dejar el tratamiento y que es para siem-pre. En cuanto a si pudieran dejarlo si fueran jóve-nes, ninguno lo asevera y un paciente comparan lajuventud con “el funcionamiento mejor” del orga-nismo.

La valoración que los pacientes hacen del pro-grama de atención a su proceso es buena, conside-rando adecuada la existencia de una enfermera másque de un médico. Un paciente no lo consideraconveniente y a otro no le gusta el horario.

En los comentarios finales un paciente sugirióla posibilidad de ir a la farmacia directamente abuscar los medicamentos en vez de ir cada vez almédico.

Utilización de medicinas alternativas (SectorFolk):

Sólo un paciente (C.S. Rojales) dice haber idoal curandero, pero con su nieta, debido “al mal deojo”; el resto de los encuestados dicen no confiardemasiado en los curanderos.

Análisis de las respuestas de los pacientes dia-béticosEtiopatogenia:

Todos los encuestados relataron la diabetescomo un aumento del azúcar en sangre y para ellostener diabetes era sinónimo de “no poder comer loque quiero”. En cuanto a las causas que éstos refie-ren como origen de su enfermedad, destacamos los

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hábitos de vida y el comer mucho. Un paciente nosdice que tiene diabetes” porque le ha tocado”.

En cuanto a la relación sangre-diabetes, todoscoinciden en la afirmación de que la relación esque la sangre lleva el azúcar, pero nada más.

Respecto a la posible mayor complicación delas heridas e infecciones en personas diabéticas, 4de los pacientes lo atribuyen “al azúcar”, uno nosabe por qué y otro piensa que no tiene ningunarelación. En cuanto al tiempo de curación coinci-den en que el azúcar “no deja curar” como a laspersonas que no lo tienen.

Complicaciones, evolución, riesgos:Todos los diabéticos entrevistados perciben la

enfermedad como una amenaza seria para su salud.De éstos, 4 temen principalmente como complica-ción de su diabetes el que “se queden ciegos”; a losotros 2 les preocupa el que les corten una pierna ytodos piensan en que pueden entrar en coma ymorirse.

La totalidad de los encuestados atribuyen susproblemas de salud fundamentalmente a la diabe-tes, como “problemas en la vista y los ojos”, ampu-taciones, “y problemas en los pies”.

Los pacientes describen como medio de actua-ción del azúcar, el daño progresivo que hace entodo el organismo, mientras que un paciente diceque no sabe como actúa.

Tratamiento:DIETA:

Todos los pacientes se controlan con dieta y elconocimiento sobre los alimentos permitidos esaceptable. El azúcar, la bollería y los helados sonlos alimentos que detectan como prohibidos y 4pacientes se quejan de “que no pueden comer tantopan como quisieran”. Un paciente refiere “pasarse”en los convites “porque por una vez…”

2 encuestados dicen que es más importante eltipo que la cantidad, sin embargo el resto describenla variedad y la cantidad como lo más adecuado.

EJERCICIO:Todos los encuestados coinciden en que los

diabéticos deben realizar algún tipo de ejerciciocomo “andar”; pero sólo 3 de ellos lo practican yuno realizó yoga.

CUIDADOS CORPORALES:3 pacientes señalan el cuidado de los pies como

muy importante, uno sólo dice que evitar el alcoholy no fumar es lo único que hace y los dos restantesreconocen su importancia pero no especifican.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO:La mayoría de los encuestados dicen conocer

cómo actúan los antidiabéticos orales y la insulina,“sirven para bajar el azúcar” y un paciente afirma“que la desintegra”, refiriéndose a la insulina. Unade las pacientes se atemoriza cuando habla de lainsulina y achaca a ésta el quedarse ciega si setiene que pinchar insulina algún día “es lo peor”.Ninguno se atreve a describir cómo actúan los anti-diabéticos orales y la insulina.

En cuanto a qué hacen para controlar el azúcar,todos nos cuentan que lo mejor es la dieta y el ejer-cicio.

CONTROL:Todos los pacientes, a excepción de una señora,

se controlan ellos mismos con “el aparato” y vantambién al centro de salud a que se lo haga laenfermera. Dos refieren también controles por sumédico de familia dos veces al año.

La paciente que no se los hace, dice que ella noquiere pincharse en casa para ver el azúcar, prefie-re que lo haga la enfermera.

Los resultados recogidos se los enseñan a laenfermera el día de los controles y sólo uno refiereir también al médico siempre.

Ninguno de los pacientes modifica el trata-miento sin consultar, y uno modifica la dieta. Lasrespuestas de los pacientes respecto a los proble-mas que se pueden plantear debido al consumo deantidiabéticos y la administración de insulina fue-ron: “bajada de azúcar”, “coma” y “flojedad”.

Todos saben qué síntomas pueden experimen-tar si disminuye la cifra de azúcar en sangre: “des-mayos, sudores, hambre, mareos...” y cuando estoocurre todos coinciden en que deben “comer azú-car, tomar zumos o caramelos”, por lo que 4 de lospacientes llevan siempre encima.

Todos dicen tomar la medicación que ha pres-crito el médico y ninguno lo abandona o disminu-ye si tiene bajo el azúcar. Los procedimientos parapoder disminuir el azúcar son la dieta y el ejerci-cio, coincidiendo todos los encuestados en esto.

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La dieta tiene una importancia capital paratodos y un paciente describe que según lo quecomes “sube o baja”

Únicamente un paciente espera que con losavances se pueda curar su diabetes y en cuanto a lajuventud y diabetes una participante asegura que si“tienes diabetes de joven es mucho peor”

Todos los encuestados acuden al programa dediabetes y se encuentran bastante satisfechos conlas enfermeras en detrimento del médico.

Utilización de medicinas alternativas (SectorFolk):

Un paciente sí ha acudido por sus problemasrelacionados con la diabetes.

Acudió por una herida que no curaba a un hom-bre-sanador de 45 años en Cartagena. Le trató conpalabras e hierbas, se encontró con tres personasmás en la consulta y lo dejó porque empeoró. No lecobró y le dio la voluntad. No volvería otra vezpero sí cree que el herbolario puede tener remediopara su enfermedad.

Dos pacientes más refieren que si alguien lescontara que va bien, no dudarían en ir. El resto nose fía de los curanderos.

Análisis de las respuestas del personal sanitarioque atendió a los pacientes hipertensos

El personal de enfermería responsable de losprogramas de hipertensos estaba formado por 4mujeres y 2 hombres, con edades comprendidasentre 29 y 45 años.

Interrogados sobre la etiología de la HTA desus pacientes, informaron que tres eran de etiologíaesencial, y el resto por obesidad y arterioesclerosis.

Los principales riesgos descritos por las enfer-meras, relacionados con la HTA, son los cardio-vasculares y renales. Todas pensaban que estospacientes nunca podrán dejar el tratamiento y quesu situación era incluso susceptible de empeorar.

Sólo un profesional asegura que el pacientesigue correctamente todo lo estipulado, el restoopina que sí toman la medicación pero no llevan unadecuado seguimiento de la dieta.

Ningún profesional cree que sus pacientes uti-lizan ni han utilizado ningún tratamiento alternati-vo para disminuir la tensión.

La gravedad de la HTA en una escala de 0 a 10,se encuentra estimada en 4,83± 1,9 (3-8).

Análisis de las respuestas del personal sanitarioque atendió a los pacientes diabéticos

El personal de enfermería responsable de losprogramas de diabéticos estaba formado por 4mujeres y 2 hombres, con edades comprendidasentre 29 y 48 años. Preguntados sobre las causas dela DM en los pacientes entrevistados, obtenemosque:

- Dos pacientes de etiología hereditaria- Uno de causa desconocida.- Dos por causa de su obesidad.- Uno por malos hábitos.

Según el modelo explicativo del personal deenfermería, los riesgos que se tienen por ser diabé-tico son: retinopatías, nefropatía y polineuropatíasdiabéticas, coma cetoacidótico, híper-hipogluce-mias e infecciones.

Todos los profesionales afirman que ningunode sus pacientes podrá dejar nunca el tratamiento.Todos los enfermeros menos uno, sostienen quesus pacientes siguen correctamente las medidashigiénico-sanitarias adecuadas, además creen queninguno de sus diabéticos utiliza o ha utilizadoalgún tratamiento alternativo para disminuir suenfermedad.

En cuanto a la gravedad de la diabetes, los pro-fesionales la estiman en una media de 4,33± 0.81(3-5)

DISCUSIÓNLa importancia de obtener datos y vivencias

por medio del método etnográfico nos ayuda a

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comprender la realidad que viven los pacientes, suscreencias, costumbres, estilos de vida, su relacióncon la enfermedad, sus necesidades, sus formas depensar y sus sentimientos. El completar este estu-dio etnográfico con la visión de los profesionalesque atienden a estos pacientes nos descubre las for-talezas de los mismos y sus debilidades, que nece-sitan ser descritas y analizadas para avanzar en lamejora de la educación que ofrecemos.

Visión desde los pacientesEn los discursos de los pacientes podemos

observar las diferentes manifestaciones sobre laenfermedad, ya sea por las restricciones rutinarias,de los hábitos alimentarios considerados como“normales” o por los miedos a la invalidez y muer-te, que nos ayudan a la aproximación del estudiode las representaciones en el campo de las enfer-medades crónicas.

Los pacientes hipertensos coinciden con losdiabéticos en asociar el origen de sus enfermeda-des, tanto a su estilo de vida anterior como a deter-minados acontecimientos que han dejado huella ensu persona.

El temor a la invalidez y la muerte aparecenconjuntamente en las dos patologías, al igual queseñalan en sus estudios Muñoz (2003) y Palma C(2001), si bien ésta última centra su investigaciónen mujeres y en sus vivencias desde la identidadfemenina. En la hipertensión surge en estos uni-versos el miedo a las complicaciones de la enfer-medad que les producen invalidez, asociado almiedo a depender de otras personas que se com-plementa con el miedo a la muerte por el riesgo de

enfermedad cerebrovascular. Para gran parte de lospacientes la diabetes se perfila como amenaza alfuturo trayendo inseguridad y angustia. Todo ellotambién genera inquietud y sufrimiento por loscambios que deben hacer para modificar hábitosque afecta en sus relaciones por eso no desean per-der su independencia y sienten incertidumbre enrelación a las características del cuidador que asu-miría su cuidado y tomaría decisiones por ellos,mostrando finalmente miedo a la incapacidad porla pérdida de la red social.

Así mismo, el conocimiento que poseen sobrelas acciones a tomar para bajar o subir tanto la ten-sión como el azúcar, les ofrece seguridad y controlsobre su enfermedad. Aunque la mayoría de estasacciones provienen de la sabiduría popular, unnúmero importante de ellas las han obtenido de losprogramas de los centros de salud.

El seguimiento y tratamiento correcto de suenfermedad parece ser el adecuado, pero no pode-mos olvidar las reacciones de rebeldía expuestaspor algunos pacientes, las cuales no hacen sinocorroborar, que nos encontramos con patologías“dormidas” o pacientes en fases de negación onegociación de su enfermedad.

En el campo de las terapias alternativas, sepuede observar una inclinación al no uso de lasmismas en beneficio de la medicina oficial. Sípodemos observar por los comentarios, que lospaciente diabéticos podrían sentirse más atraídospor estas terapias, explicación ésta que se podríaachacar a la creencia de que la diabetes se producepor un exceso de azúcar en la sangre y puede exis-tir “alguna hierba o algo” que sea capaz de elimi-narla, circunstancia que no se da en la HTA.

La satisfacción de los usuarios con los progra-mas y en concreto con las enfermeras, es alta.

Visión desde los profesionalesLas causas de las patologías de los pacientes

que se encuentran incluidos en sus programas,parece que no coinciden demasiado, o por lomenos, no son expresados de la misma forma porusuarios y profesionales. Éstos le encuentran unaexplicación biologicista con rasgos sociales o dehábitos de vida. Los riesgos derivados de estaspatologías coinciden con los expuestos por lospacientes, señal ésta, que nos indica que posible-

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mente los riesgos se educan y recalcan en los pro-gramas pertinentes.

La percepción que tienen los profesionalessobre el seguimiento de los tratamientos es confu-sa. Todos, prácticamente, coinciden en un buenseguimiento farmacológico y a su vez tambiéncoinciden en el no seguimiento de las medidashigiénico-sanitarias por parte de los pacientes. Hayque recordar que salvo un paciente que admite noseguir las recomendaciones, el resto no parece quelas incumplan.

En lo que sí coinciden unos y otros es que nopodrán dejar el tratamiento nunca, afianzando así,el estatus de cronicidad de las enfermedades. Lagravedad de las patologías se ve cuantificadanuméricamente entre los profesionales y sólo sepodrían comparar los datos si los pacientes hubie-ran realizado la misma medición, sin embargo lacuantificación de los profesionales sobre la grave-dad puede ser positiva si se comparte dicha infor-mación o se compara con la que perciben los afec-tados; sólo así podríamos llegar a la complicidadtotal.

Se aprecia que los profesionales se centranespecíficamente en los aspectos biológicos de laenfermedad de los usuarios, poniendo de manifies-to la complejidad inherente a abordar el padeci-miento de la persona con una enfermedad crónicadesde los planos del disease, illness y sickness, talcomo expusieron Thorne et al (2002) en su meta-estudio cualitativo sobre la experiencia de la enfer-medad crónica.

Reflexiones finalesLa atención a los pacientes con enfermedades

crónicas debería por tanto, establecer un modeloque incorpore la visión antropológica dentro de loselementos necesarios para una calidad en la pre-vención y el control de los pacientes.

Como afirma Kleinman (1998), un acto tera-péutico eficaz entre el enfermo y el profesional, esel que se logra solo si la propuesta de recuperaciónse inserta en la vida simbólica y cultural del enfer-mo y si la intervención es aceptable, significativa ysatisfactoria tanto para médicos como para pacien-tes. En esta línea incide en la necesidad de que losprofesionales, en el encuentro clínico, expongan supropio modelo explicativo y sean capaces de pedir-

le al paciente que también exponga el suyo. Deacuerdo con las discrepancias y acuerdos quemuestren ambos modelos, debería pasarse a unapropuesta de acción basada en la negociación y enla priorización de los problemas del pacienteteniendo en cuenta su punto de vista de una formapreponderante. Esto va a permitir introducir losvalores y las preocupaciones de los pacientes en elencuentro clínico y en su resultado: la intervencióno tratamiento a recomendar (Helman CG, 2000) .

Para ello, el primer paso es reconocer la subje-tividad de la enfermedad, entendida como un pro-ceso que es vivido de un modo particular por unindividuo con una serie de particularidades socia-les y culturales; y el segundo paso es orientar elpapel del profesional al manejo de esa situacióncon el objeto de prestar un apoyo lo más con-gruente y competente posible con el padecimiento(Martínez 2002).

Vemos que en la relación paciente-profesionalse hace necesario conseguir acuerdos a partir de laconciencia de la existencia de diversos modelosexplicativos por parte de cada actor. La empatía yel compromiso son vitales para el desarrollo delproceso de comunicación por lo que destacar elpapel de la enfermería, como señalan los pacientes,y ofrecerles mayor peso y visibilidad social, nosayudaría a prestar un enfoque más integral de laatención y educación de los individuos con enfer-medades crónicas.

AgradecimientosA todos los pacientes y profesionales de los

centros donde se realizaron estas entrevistas entreabril y mayo de 2007, por su colaboración ypaciencia.

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BIRTH AND DEATH AT THE RIFF MOUN-TAINS

SUMMARY

Cultural values have a great influence onhuman behaviour, offering the foundationsfor decision making. It is important for nur-

ses to know the traditions of the different culturalgroups they care for. The im of this study is toapproach traditions and care around birth anddeath in the muslim world, focusing on the north ofMorocco Riff mountains community. We havecarried out an etnographic study that shows certainparalelisms beteween christian and muslim tradi-tions around birth and death.

Key words: Culture, birth, death, muslim.

NASCIMENTO E MORTE DAS MONTAN-HAS DO RIF

RESUMO

Os valores culturais influenciam em grandemedida no comportamento humano poisoferecem a base para todas as decisões que

são tomadas. Para os profissionais de enfermagemé importante o conhecimento das tradições desaúde dos distintos grupos culturais que cuidam.Este estudo objetiva um aprofundamento acercadas tradições e cuidados envolvendo as questõesdo nascimento e da morte no mundo mulçumano,centrando-nos nas comunidades das montanhas doRif, ao norte de Marrocos. Trata-se de um estudoetnográfico que desvela certos paralelismo entre astradições muçulmanas e cristãs no entorno ao nas-cimento e a morte.

Palavras-chave: Cultura, nascimento, morte,mulçumano.

RESUMEN

Los valores culturales influyen en gran medi-da en el comportamiento humano, ya queofrecen la base para todas las decisiones que

se toman. Para el personal de Enfermería es impor-tante el conocimiento de las tradiciones de salud delos distintos grupos culturales a los que cuida. Esteestudio intenta un acercamiento a las tradiciones ycuidados en torno al nacimiento y la muerte en elmundo musulmán, centrándonos en las comunida-des de las montañas del Rif, al norte de Marruecos.Hemos realizado un estudio etnográfico que descu-bre ciertos paralelismos entre las tradicionesmusulmanas y cristianas en torno al nacimiento yla muerte

Palabras clave: Cultura, nacimiento, muerte,musulmán.

INTRODUCCIÓNEn la provincia de Almería uno de cada tres

nacidos en el último año es de madre no española,

NACIMIENTO Y MUERTE EN LAS MONTAÑAS DEL RIFFernando Jesús Plaza-del Pino****, Mª Loreto Martínez Gálvez**, Joaquina

Rodríguez Alonso*, Soledad García Navarro*, Encarnación Aragonés Escañuela*,Mª Dolores Plaza-del Pino***

* Enfermero/a del C. H. Torrecárdenas. Almería, ** Auxiliar de Enfermería delC. H. Torrecárdenas. Almería, *** Enfermera del Hospital San Cecilio. Granada**** Profesor Asociado de Ciencias de la Salud de la Universidad de Almería

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mayoritariamente de madres marroquíes (40% deltotal de nacimientos de madres extranjeras) o suda-mericanas (La voz de Almería, 2007). El retode cuidar en una sociedad multicultural a menudofracasa porque falla la comunicación, por ignoran-cia, por actitudes negativas o incluso por rechazohacia la diferencia cultural (Vilá, 2004).

Los valores culturales influyen en gran medidaen el comportamiento humano, ya que ofrecen labase para todas las decisiones que se toman, asícomo para evaluar las acciones propias y de losdemás (Chen y Starosta, 1998). Las creencias reli-giosas se forman, al igual que las restantes, en elinflujo de la interrelación del individuo con elmedio y pasan a integrar el complejo sistema de lapersonalidad en forma de actitudes, interactuandopor ende, con la jerarquización motivacional; portanto, el conocer qué piensa, siente y realiza cadapersona miembro de una familia y de una comuni-dad facilita a los agentes responsables de velar porsu salud las acciones a ejecutar (González, 2004),es por ello que creemos interesante presentar esteestudio sobre las tradiciones y cuidados en torno alnacimiento y la muerte en el mundo musulmán,para ellos hemos estudiado unas comunidadesrurales de la provincia de Alhucemas, al norte deMarruecos.

El hecho de centrarnos en comunidades delMagreb se justifica por el hecho de que hemosencontrado que en diversos estudios realizados enEspaña los resultados muestran que el colectivopeor evaluado es el de los inmigrantes magrebíes

(Navas y Cuadrado, 2005), (Gonzálvez, 1997),(Martínez y cols, 1996). Estos estudios reflejanque la musulmana es la comunidad ubicada amayor distancia cultural de la occidental, existien-do un rechazo a la religiosidad intensa que se atri-buye a los musulmanes, porque se considera queafecta demasiado a su vida cotidiana (CeaD’Ancona, 2002).

MATERIAL Y MÉTODOEl principal objetivo que nos hemos marcado

en este estudio ha sido el de conseguir un acerca-miento a las costumbres y tradiciones de salud enel Islam, centrándonos específicamente en descri-bir las prácticas tradicionales relacionadas con elnacimiento y la muerte en una zona determinada deMarruecos; las montañas del Rif.

Se ha utilizado un método etnográfico, reali-zando entrevistas en profundidad a informantesclave de la comunidad estudiada, tanto mujerescomo hombres, y técnicas de observación partici-pante. Los temas tratados en las entrevistas hanversado en torno a los cuidados en torno al naci-miento y la muerte, indagando sobre todo en losusos tradicionales. Los datos obtenidos tras cadaentrevista y observación han sido registrados en undiario de campo, procediendo después a su codifi-cación y análisis cualitativo. El procedimiento deanálisis seguido en esta investigación ha sido etno-gráfico-descriptivo.

Se ha realizado una amplia búsqueda bibliográ-fica bajo los descriptores cultura, enfermería ymusulmán-Islam en distintas bases de datos biblio-gráficas como MEDLINE, CINAHL, CUIDEN,CUIDATGE y BDIE con los descriptores en dife-rentes idiomas; castellano, francés e ingles paracentrar el tema de estudio.

La recogida de datos se ha realizado durante losmeses de agosto de 2006 y 2007 en el Daoar AitHitcham, una zona rural de casas diseminadas en lamontaña a 20 Km. de la ciudad de Alhucemas, enla zona Norte de Marruecos.

RESULTADOSDatos sobre el Mundo Islámico

El Islam es una de las tres grandes religionesmonoteístas del mundo junto con el cristianismo yel judaísmo. El Islam es la fe dominante en

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Marruecos así como en otros muchos países deÁfrica, Oriente Medio y Asia, existen comunida-des musulmanas en la mayoría de los países delresto del mundo. Es una religión universal queabarca todas las nacionalidades del mundo, por loque no se deben confundir tradiciones y costum-bres étnicas con Islam.

De los más de mil millones de musulmanes quehay en el mundo sólo un 20% son árabes (de todoslos árabes un 10% no son musulmanes); árabe ymusulmán, por tanto, no son términos equivalen-tes. Es muy importante saber que los musulmanesno es un grupo homogéneo ya que se reparten portodo el mundo con orígenes culturales, políticos,socioeconómicos y étnicos muy variados. Aunquesí existen unas prácticas comunes a todo el mundoislámico que son importantes conocer ya que en elIslam la religión orienta todas las facetas de lavida; del nacimiento a la muerte incluyendo desdeel matrimonio y la familia a la política, la econo-mía y las relaciones sociales (Daneshpour, 1998).

Las Montañas del RifHemos desarrollado el trabajo de campo de este

estudio en la población rural llamada Daoar AitHitcham, además de por la proximidad geográficacon Andalucía (menos del 100 Km.) por el conoci-miento que tenemos de estas gentes. En esta zona,al Norte de África, el paisaje es inquietantementesimilar al de Almería, a Tabernas o a los campos deNíjar; pitas, chumberas, montes áridos con mato-rral. Lo que hace pensar en lo circunstancial dehaber nacido a uno u otro lado del Mediterráneo.

La población sobrevive de la agricultura y lacría de algunos animales destinados para el auto-consumo. La construcción tradicional de lasviviendas es la de adobe (piedra y barro), tambiénexisten viviendas construidas con ladrillo y enmejores condiciones de seguridad, pero éstas sóloestán al alcance de las familias en las que varios desus miembros han emigrado a Europa (Plaza,2004). La mayoría de la población de la zona esanalfabeta y extremadamente pobre. La asistenciasanitaria estructurada no existe.

En las montañas del Rif viven los amazigh, lesgusta insistir en que ellos no son árabes sino bere-beres y hablan con orgullo de su lengua, de suscostumbres, sus valores y tradiciones que les vie-

nen de una cultura milenaria que ya habitaba esazona antes de la invasión árabe del siglo VII.

Usos culturales de los rifeños respecto alNacimiento y la Muerte- El nacimiento

Las tradiciones referentes al puerperio y alnacimiento son consideradas del dominio femeni-no, el marido no participa ni está presente duranteel parto. Las mujeres prefieren no ser atendidasdurante el parto por hombres, pauta cultural queestá en relación con la construcción social del cuer-po femenino, sinónimo de custodia del honor fami-liar, y con la segregación sexual del espacio en lassociedades musulmanas tradicionales (Luque yOliver, 2005).

En la zona del estudio existía una partera hastahace unos 10 años, en la actualidad la mayoría delas mujeres se desplazan al hospital de la ciudadpara el parto. Tradicionalmente el parto se hacía enla casa, como en otras partes del mundo la posiciónde la mujer era en cuclillas, sujetándose de unacuerda colgada de una biga del techo y con la par-tera detrás de ella.

Después del nacimiento de un niño, algunospadres musulmanes prefieren tomar la placenta yenterrarla, aunque esta práctica no es muy habitualen las zonas urbanas si es común en la zona estu-diada. Es costumbre que al niño recién nacido se lehaga una llamada del rezo recitando unos versosdel Coran en el oído derecho poco tiempo despuésdel nacimiento. Tras el nacimiento una banderablanca ondeará sobre la puerta de la casa paraanunciarlo, en estas comunidades el nacimiento deuna nueva vida se considera una buena noticia paratoda la comunidad.

Es también tradición, a los siete días de vidaafeitar la cabeza del recién nacido, matar un corde-ro y poner nombre al recién nacido en una fiestalúdico-religiosa, Sbúeh, en la que participa toda lafamilia y el pueblo, es la presentación a la comuni-dad del nuevo miembro. Es lo equivalente al bau-tismo católico.

Los musulmanes consideran que un feto des-pués de la edad de ciento veinte días es un bebéviable. Un aborto o una muerte intrauterina queocurra ciento veinte días después de la concepciónrequerirá un entierro. El Islam permite el aborto si

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el embarazo amenaza la vida de la madre (Hyder,2003).

Las mujeres han de seguir la tradición de noducharse en los diez días siguientes al parto, en esetiempo sólo está recomendado asearse con pañosmojados. Esta costumbre recuerda a la costumbreespañola de la cuarentena (costumbre que hoy díaya ha caído en desuso).

Las madres de esta zona suelen alargar la lac-tancia materna al menos hasta el año de vida.

La circuncisión se realiza a todos los niños, noexiste una edad para realizarla aunque debe serhecha antes de la pubertad, en esta zona se realizaantes de los 5 años de edad por un miembro deter-minado de la comunidad preparado para ello.

- La muerteLa muerte se considera como un hecho predes-

tinado por Alá y supone el principio de la vida eter-na. El Coran indica que la vida es la preparaciónpara la vida eterna después de la muerte. El acce-der a ella dependerá de que el individuo haya sidoun buen musulmán (creencia similar al Reino deDios cristiano).

Las familias con una fe más profunda puedenaparecer tranquilas y que aceptan la muerte al con-siderarla como una decisión divina, los musulma-nes desaprueban cualquier asistencia médica quepueda acelerar la muerte de un paciente, no aprue-ban la eutanasia.

Es importante para los musulmanes recitar elCoran delante del moribundo o desde un lugar pró-ximo, rezos para preparar el alma para el encuen-tro con Dios, similares a la Extrema Unción católi-ca.

Para un paciente que acaba de morir, la cara yel hombro derecho deben de orientarse en direc-ción a la Meca, el cuerpo entero del difunto secubre por una sábana o sudario y se debe manejarcon un respecto extremo solamente por personasdel mismo sexo.

El cuerpo será lavado como parte de un ritualreligioso especial antes del entierro, no se lavaránlos cuerpos de los difuntos que sean consideradosmártires. Los entierros se realizan cuanto antesdespués de la muerte, a veces el mismo día. Tras elterremoto que sacudió la provincia de Alhucemasen 2004 no se lavaron a los muertos antes de ente-

rrarlos, considerándolos mártires, esta decisióntomada por la comunidad reconfortó de la pérdidaa las familias porque de esta forma se asegura unlugar en el paraíso.

Según la tradición, los difuntos continúanamortajándose; los ojos deben estar cerrados, lamandíbula inferior se venda a la cabeza para evitarque se abra la boca, el cuerpo se endereza y los piesse atan juntos. Tras la muerte el pueblo rezará porel alma del difunto y en señal de duelo acudirán ala casa familiar para acompañar a los allegados.

Cuarenta días después se repiten las oracionespor el alma del difunto en la casa de la familia, losvecinos llevarán comida y bebida y acompañarán ala familia, este acto se denomina Rebein que se tra-duciría como curentena. Es la misa del mes cató-lica.

Los musulmanes sí aceptan transfusiones desangre y los trasplantes de órganos. Se acepta quelos musulmanes donen sangre y órganos, puescolaborar en el mantenimiento de la vida se consi-dera un acto de la gran virtud (Hyder, 2003)

CONCLUSIONESTras analizar los resultados de este estudio

hemos encontrado ciertas semejanzas entre prácti-cas tradicionales y/o religiosas de la poblaciónmusulmana estudiada y tradiciones cristianas; 10días sin baño de las parturientas con la cuarentena,la fiesta del Sbúeh con el bautizo, el Rebei con lamisa de difuntos al mes, etc. Pese a estos paralelis-mos es evidente que la religión no marca tanto lasociedad española como lo hace en las sociedadesmusulmanas. Como decíamos en la introducciónde este trabajo; en el Islam la religión orienta todaslas facetas de la vida y en las zonas rurales lassociedades son más cerradas y la religión y las tra-diciones toman aún más fuerza, por lo que estassemejanzas resultan casi anecdóticas. Lo que noresulta tan anecdótico es el número de pacientesmusulmanes que atendemos a diario en los servi-cios de salud.

Con estas pinceladas sobre las tradiciones ycuidados en torno al nacimiento y la muerte en elmundo musulmán pretendemos contribuir a lograrun acercamiento holístico a los pacientes musul-manes que consiga acortar esa enorme distanciacultural percibida por la población y por el perso-

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nal de Enfermería como parte de ella. Esta infor-mación puede proporcionar una base para conse-guir desarrollar modos de acción de la Enfermeríaen los que se incluyan las tradiciones culturales delpaciente; preservando su cultura, siendo coheren-tes en el cuidado con sus tradiciones de salud yreestructurando (adaptando) el cuidado a la culturadel paciente (Lawrence y Rozmus, 2001).

Desde los años 60, principalmente en el mundoanglosajón, se han sucedido las enfermeras quehan desarrollado Modelos y Teorías para mejorarel cuidado a personas de usos culturales diferentes,sin duda, el mayor impulso lo dio la que puedeconsiderarse como madre de la EnfermeríaTranscultural; la Dra. Leininger, junto a ella sontambién muy interesantes los estudios de Lipson,Purnell, Campinha-Bacote o Spector entreotras/os. Una autora más cercana a nuestro entor-no, la francesa Marie-Françoise Collière (1996), vamás allá de considerar la existencia de diferenciasculturales entre la enfermera y paciente (cuidadoray cuidado) y considera que el cuidado es una opor-tunidad de encuentro con el otro, un encuentrodinámico en el que la cultura del individuo no esalgo estable y definido sino dinámico y en un cam-bio constante, influenciado por la propia historiade vida del individuo, sus experiencias, entorno,etc. La identidad cultural del individuo estaría defi-nida por tanto, por un componente colectivo (sugrupo cultural) y por un componente individual (supropia historia y contexto).

Los autores de este estudio creemos que ennuestra labor diaria como profesionales deEnfermería, el extranjero ha de ser percibido desdela similitud de dos individuos; el cuidador y el cui-dado. Con pacientes de otras culturas, además detener en cuenta sus tradiciones de salud, creencias,valores,…, debemos dar un paso más y, compar-tiendo la visión de Collière de que la cultura no esun monolito rígido que determina las relacioneshumanas sino un mosaico compuesto por indivi-duos portadores de esa cultura, creemos que en elcuidado tenemos que ser capaces de aspirar aencontrarnos con el otro; con nuestro paciente.

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PAIN UNDER MEDICAL TREATMENT

SUMMARY

The concept of pain associated to illness haschanged completely. It is no longer ametaphysical or religious concern but sus-

ceptible of being treated by medical support.There is no way of accepting ‘inevitable’ painwhen nearly everything in the market has its cureor remedy. Modern myth that science will cure allsorts of illnesses and turn man immortal has con-tributed to such an idea.

The concept of a double human being - body &psyche – is responsible for treating both as separa-te entities. Granting sense to pain and suffering,means a powerful weapon

which gives individuals the capacity to unders-tand what happens to them. To recover vital attitu-des as assuming the inevitable, accepting thecoming events, coolness and mood are coherentproposals.

The main objective of this essay is to drawsome light about human pain, human suffering andgive modern ways to achieve it since the holisticpoint of view Anthropology offers as a hermeneu-tical discipline.

The starting point tries to justify that “althoughthere have been medical advances in illness treat-ment, the healing of suffering, the curing pain isnot yet a paramount concern its cultural connota-tions have been underestimated”.

Key words: Anthropology, Nursing, suffering,Biomedicine, sense

O SOFRIMENTO MEDICALIZADO

RESUMO

Omanejo do sofrimento ultrapassa a questãometafísica e religiosa por ser um objetosusceptível de tratamento nas mãos da

medicina. A aceitação do inevitável não tem cabi-mento quando se vende a idéia de que quase tudotem cura ou remédio. O mito moderno de que aciência encontrará a cura de todas as enfermidadese fará o homem imortal tem contribuído para isso.

A noção dualista do ser humano contribui a queo corpo e a “psique” sejam tratados como entida-des separadas. Outorgar sentido ao padecimen-to se mostra como uma arma poderosa que confereaos indivíduos a capacidade de entender o que lhesocorre. Recuperar atitudes vitais como a assunçãodo inevitável, a aceitação dos acontecimentos, otemplo e a força de ânimo são propostas coerentes.

O objetivo fundamental deste ensaio é lançarum pouco de luz sobre a temática do sofrimentohumano e sua gestão na modernidade desde oponto de vista holístico que oferece a Antropologiacomo disciplina hermenêutica. Partimos de umaidéia de que queremos justificar: “apesar dosavanços da medicina no tratamento das enfermida-des, não se tem priorizado o alívio do sofrimentoao serem subestimadas suas conotações culturais”.

Palavras-chave: Antropologia, Enfermagem,Sofrimento, Biomedicina, Sentido.

RESUMEN

El manejo del sufrimiento pasa de ser unacuestión metafísica y religiosa a ser unobjeto susceptible de tratamiento a manos

de la medicina. La aceptación de lo inevitable no

EL SUFRIMIENTO MEDICALIZADOJosé Luis Díaz Agea

Enfermero. Licenciado en Antropología Social y Cultural.

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tiene cabida cuando se vende la idea de que casitodo tiene cura o remedio. El mito moderno de quela ciencia encontrará la cura de todas las enferme-dades y hará al hombre inmortal ha contribuido aello.

La noción dualista del ser humano contribuye aque cuerpo y psique sean tratados como entidadesseparadas. Otorgar sentido al padecimiento semuestra como un arma poderosa que confiere a losindividuos la capacidad de entender lo que les ocu-rre. Recuperar actitudes vitales como la asunciónde lo inevitable, la aceptación de los acontecimien-tos, el temple y la fuerza de ánimo son propuestascoherentes.

El objetivo fundamental de este ensayo es arro-jar un poco de luz sobre la temática del sufrimien-to humano y su gestión en la modernidad desde elpunto de vista holístico que ofrece la Antropologíacomo disciplina hermenéutica. Partimos de unaidea que queremos justificar: “a pesar de los avan-ces de la medicina en el tratamiento de las enfer-medades, no se ha priorizado el alivio del sufri-miento, menospreciándose sus connotaciones cul-turales”.

Palabras clave: Antropología, Enfermería,Sufrimiento, Biomedicina, Sentido.

INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN“Al mantenerse en un enfoque organicista

estricto y convencional, mirando las hojas proce-dentes de los exámenes y no el rostro del hombreque sufre, el médico, sin saberlo, contribuye a cris-talizar con creces su dolor” (Le Breton, 1999: 56).

En el presente artículo se hace una reflexiónfundamentada en la literatura antropológica acercadel modo en que se ha apropiado la biomedicinadel sufrimiento humano. Está en la línea de pensa-miento crítico con el modelo médico Hegemónico(desde Ivan Illich hasta Eduardo Menéndez). Se haelaborado desde el convencimiento de que paramejorar el estado de las cosas es preciso un pasoprevio consistente en modificar las conciencias yel modo de ver la realidad.

En la profesión enfermera nos enfrentamos dia-riamente al sufrimiento del otro, que en numerosasocasiones se ve manipulado y tratado desde la des-

contextualización del ser humano que supone elpunto de vista dualista y organicista de la ciencia.Es, por lo tanto, necesario un cambio radical en lapercepción que tiene el profesional acerca de lapersona que sufre.

Los condicionantes sociales y culturales queenvuelven la cuestión del sufrimiento son, a mi jui-cio, fundamentales a la hora de entender el proce-so de enfermar. Y no sólo eso, hay que reconocerque determinados recursos culturales que tradicio-nalmente se han mostrado válidos en la gestión delsufrir, han pasado a ser considerados como inservi-bles por la medicina al no poder enmarcarse dentrode unos criterios científicos cada vez más férreos(la búsqueda de la evidencia está bien, hasta ciertopunto). Otorgar un sentido al sufrimiento puedemostrarse (y se ha mostrado en el pasado) comouna potentísima arma en su gestión y manejo.

El objetivo fundamental de este ensayo es arro-jar un poco de luz sobre la temática del sufrimien-to humano y su gestión en la modernidad desde elpunto de vista holístico que ofrece la Antropologíacomo disciplina hermenéutica. Partimos de unaidea que queremos justificar: “a pesar de los avan-ces de la medicina en el tratamiento de las enfer-medades, no se ha priorizado el alivio del sufri-miento, menospreciándose sus connotaciones cul-turales”.

La medicalización del sufrimientoPara Pablo García Gañán, filósofo y psicólogo,

la medicina ha perdido el norte al priorizar la luchacontra la muerte en lugar de el alivio del sufri-miento (la que debería ser la principal prioridad deésta disciplina). Asimismo califica la medicinacomo una ciencia “despersonalizada” (García,2003: 108). Esta crítica no es nueva y se remontaen el tiempo desde los orígenes de una profesión enla que se entremezclan objetivos asistenciales yhumanitarios con matices políticos, económicos,juegos de poder, dominación, hegemonía y controlsocial, como pondremos de manifiesto a lo largode este artículo.

El punto de vista cultural de los padecimientosha sido obviado tradicionalmente por la cienciamédica para ser estudiado por los antropólogos quehacían sus etnografías entre sociedades considera-das “primitivas”, con sus magias y sus rituales. La

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medicina se ha ocupado de lo biológico, lo cientí-fico, lo racional y, por ende, dotado de mayor dosisde “realidad”: Creencia versus Ciencia. No esinfrecuente que ante el dolor experimentado por unpaciente el profesional sanitario sentencie: “Esimposible que tal patología le provoque tantodolor”.

Podemos catalogar el sufrimiento como unfenómeno social que está influenciado directamen-te por los discursos que sobre él se elaboran desdediferentes ámbitos; siendo uno de los más signifi-cativos el gestado desde la profesión biomédicaque niega otros saberes que son deslegitimados(medicinas populares) y que, como afirma ByronGood, se tildan de creencias en contraste con lamedicina que se basa en saberes (Good, 2003).Las formas de sufrimiento, según Kleinman sonorganizadas como categorías burocráticas y obje-tos de intervención técnica, la medicina ha conver-tido la experiencia personal de la enfermedad enpatofisiología y la pobreza en “formas ilegítimas eilegales de experiencia de bienestar” (Otegui,2000: 237).

La experiencia del padecimiento es vivida, enparte, bajo el prisma de las definiciones que sobredolor y sufrimiento propone la ciencia biomédicaen nuestras sociedades. Los discursos de la biome-dicina (para la mayoría de los antropólogos) sondeterminantes a la hora de servir de marco de nues-tra experiencia a la hora de enfermar. Pero el con-junto de significados que rodea al hecho del pade-cimiento no se agota en las propuestas biomédicas,y son precisamente las construcciones culturalesdel sufrimiento las que la medicina ha dado de ladosistemáticamente.

Dice Eduardo Menéndez en relación con lossignificados que se le otorgan socialmente a lospadecimientos: “Los padecimientos constituyen,en consecuencia, uno de los principales ejes deconstrucción de significados colectivos, que pue-den ser referidos al proceso específico, o a otrosprocesos respecto de los cuales los padecimientosson expresión significativa. La moda reciente deconsiderar el cáncer, el alcoholismo y últimamen-te el SIDA como metáforas de la sociedad no debeser trivializada, pese a la trivialidad de algunosanálisis” (Menéndez, 1994: 72).

Aunque la preeminencia estructural y jerárqui-

ca de la medicina científica (institucionalizada) seamucho mayor en nuestras sociedades, eso no quitaque otras formas de tratar la enfermedad estén pre-sentes y se desarrollen a la par que los saberes bio-médicos, entrelazándose, coexistiendo en unaespecie de juego de poder, dónde se despojan delegitimidad ciertos saberes populares que, sinembargo, siguen utilizándose en la práctica diaria ycotidiana de los sujetos que se enfrentan a situa-ciones generadoras de sufrimiento.

El uso y control social de la enfermedad con-lleva que se maneje la misma desde posiciones oestamentos que obtienen poder gracias a los sabe-res legitimados que poseen. No es de extrañar queuna de las estrategias de control social más impor-tantes sea la práctica médica. Para Menéndez estono es algo propio y exclusivo de nuestras socieda-des actuales, sino que se trata de un fenómeno quese ha dado en una gran diversidad de culturas a lolargo de la historia.

Tal y como argumenta Marie José Devillard nohay que olvidar que el saber médico también esuna construcción, al igual que el saber popular, consus connotaciones históricas y sociales. Cabe des-tacar, en relación con ambos saberes, que mientrasla enfermedad se caracteriza por ser polisémica, lainterpretación que hace de la misma laBiomedicina es monosémica (Devillard, 1990). Eldiscurso de unos y otros, médicos y profanos,sobre la enfermedad y su vivencia no tendría queser incompatible, sino complementario. La medi-calización de la vida cotidiana trae consigo una“lenta y creciente desposesión del profano de sucapacidad de construir la enfermedad, y de paula-tina tendencia a ampliar cada vez más el dominio

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de competencia de la biomedicina” (Devillard,1990: 82).

El discurso biomédico se fundamenta en unavisión cartesiana del ser humano, con categoríasque “dicotomizan y autonomizan el cuerpo y lamente” (Otegui, 2000: 239) de forma que el cuer-po queda expuesto como una entidad independien-te, desposeída de contexto, para poder fundamen-tar un método científico que opere de forma obje-tiva sobre un cuerpo-máquina. Esta actitud ha sidocriticada desde la Antropología médica argumen-tando que un modelo médico basado en la concep-ción biológica/psicológica del ser humano oculta ydesluce el carácter social del sufrimiento: “Alconstruir un objeto que se articula en torno a lavisualización del padecimiento de forma ahistóri-ca y psicosomática la biomedicina abandona lasexplicaciones en términos de causalidades y cons-trucciones sociocultrales”. (Otegui, 2000: 239).

Asimismo se puede argumentar que la hegemo-nía de la ciencia médica ha priorizado aspectoscomo el curar frente al cuidar (una hegemonía quese pone de manifiesto al comparar profesiones queconviven bajo el marco biomédico pero que tienendiferente orientación y una dispar consideraciónjerárquica y de subordinación: la medicina y laenfermería). Esta orientación curativa tiene uno desus orígenes (según Otegui) en los evidentes resul-tados obtenidos por la microbiología en el trata-miento antimicrobiano (el padecimiento objetiva-do y puesto bajo el microscopio).

Otra cuestión que se puede añadir esta crítica aun modelo exclusivamente biomédico viene de lamano de la justificación de la preeminencia deldolor frente a la percepción subjetiva del mismo(sufrimiento). Para la medicina el dolor se cuanti-fica (existen escalas a tal efecto), pero, ¿cómo semide el sufrimiento?. Además, para el sujeto sudolor es su enfermedad y desde la biomedicina noes más que un signo de otro problema distinto quesólo ella puede aclarar mediante métodos de diag-nóstico. El dolor se ontologiza (Otegui, 2000) ycomo consecuencia las terapias se universalizansin tener en cuenta contextos socioculturales.

El modelo médico que opera de forma hege-mónica en nuestras sociedades, tal y como lo cono-cemos (modelo biologicista) parece que se tamba-lea, dando paso a nuevas concepciones, prácticas ysaberes que los usuarios demandan. Argumenta

Menéndez: “La crisis del modelo médico hegemó-nico, el surgimiento de nuevos “estilos de vida”,las modificaciones en los comportamientos coti-dianos generados por el incremento de los padeci-mientos crónico-degenerativos, etcétera, conduje-ron desde la década de los años sesenta al cues-tionamiento de la biomedicina y a la recuperaciónde una serie de concepciones y prácticas “curati-vas”, que parcialmente ponen en duda, no sólo laeficacia sino la ideología de la medicina denomi-nada científica” (Menéndez, 1994: 79).

La visión biomédica de la enfermedad contras-ta con apuntes irreverentes hacia la génesis de lasenfermedades que surgen también desde sectores“subversivos” de la propia ciencia médica. Nosreferimos a teorías propuestas en libros como Laenfermedad como camino de Thorwald Dethlefseny Rüdiger Dahlke, verdaderamente revoluciona-rios en sus planteamientos. Según estos médicosAlemanes, que se desligan radicalmente de los pre-supuestos de la ciencia, las enfermedades no tienenuna causa externa y natural (idea que es la baseepistemológica de la biomedicina) sino que laenfermedad es una manifestación de la vida psí-quica del individuo y su interpretación pasa pordescubrir qué conflictos vitales tiene el sujeto quele abocan a padecer un determinado mal.

La enfermedad se equipara a un lenguaje quehay que saber interpretar, es un lenguaje que elcuerpo expresa para dar a entender que algo nofunciona en la conciencia del sujeto. Esta interpre-tación otorga al individuo la total responsabilidaden aquello que le ocurre, sin llegar a considerar laspatologías como psicosomáticas sino como mani-festaciones simbólicas o epifenómenos externos deun problema de índole espiritual o desorden en lapsique. Un ejemplo clásico es la interpretación delas alergias como manifestación de una agresividado un miedo (la alergia al polen supondría un miedosexual). El modo en que popularmente se verbali-za todo lo relacionado con la enfermedad se tieneen cuenta como indicadores válidos de lo que leocurre al que sufre.

Sean o no acertados estos planteamientos, loverdaderamente valioso es que existe una reformu-lación de un problema y un enfoque que tiene encuenta aspectos no exclusivamente biológicos(pero que, en nuestra opinión, da excesiva prepon-derancia a los procesos mentales). La cuestión es

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que cada día aparecen nuevas pruebas que apoyanla relación entre la vivencia de la enfermedad, lasformas en que el individuo la interpreta y la afron-ta, y el proceso de curación (se ha llegado a rela-cionar el optimismo con la mayor eficacia del sis-tema inmunitario).

La medicalización del sufrimiento es uno másde los procesos de control que en la vida cotidianade las sociedades modernas se da por parte de laasociación medicina-estado. Desde que en los añossetenta del siglo XX saltaran a la palestra de la crí-tica médica obras como Némesis Médica de IvanIllich, se han sucedido no pocas voces denuncian-do el progreso imparable de la patologización y lanormativización de cuestiones cotidianas o etapasvitales como el embarazo, la crianza de los hijos, lavejez o la muerte (vista por la medicina como unfracaso terapéutico más que como un suceso natu-ral).

Alberto Gálvez Toro, enfermero y antropólogojiennense, argumenta : “La sociedad se ha hechodependiente del sistema médico. Todas las perso-nas acuden al médico necesariamente: nuestro sis-tema normativo y de control somete al individuo aun programa de obligado cumplimiento que nadiese puede saltar. Así, las mujeres dan a luz en elhospital, dónde comienza la vida de nuestra socie-dad –entre médicos–; luego llevan a sus hijos almédico para los controles del niño sano y las vacu-naciones periódicas –programa que se prolongahasta la adolescencia–; entretanto se pasan losaños y envejecemos, lo que nos convierte en enfer-mos crónicos( ...) hasta que finalmente nos llevanal hospital a morir en paz –y rodeados de médicosque certifican, como ya hicieron con el nacimien-to, nuestra muerte–.” (Gálvez, 2002:22).

Esta visión de una sociedad manejada por batasblancas, un tanto exagerada en su planteamiento,aparece como la manifestación del malestar de unaparte del propio sistema médico, que observaimpasible cómo el monstruo creado se le escapa delas manos y toma autonomía propia al modo delFrankenstein de Shelley. ¿Dónde está el límiteentre la necesidad de salud y el control de los indi-viduos? ¿Qué valor le otorgamos a la prevenciónde la salud? ¿Depende esta intención medicaliza-dora del manejo por parte de la ciencia médica delconcepto de verdad?

Dice Foucault: “...la verdad no está fuera del

poder, ni carece de poder (...) Cada sociedad poseesu régimen de verdad (...) el estatuto de quienes seencargan de decir qué es lo que funciona comoverdadero.” (Foucault, 1999: 53). El manejo de lossaberes médicos y su asimilación a verdades (no acreencias como puede ser el caso de las ideologíaso las religiones) confiere a los estamentos médicosla supremacía moral para erigirse como controla-dores y moduladores de muchos de los ámbitos dela vida humana (si no de la práctica totalidad).

La medicina como institución de control socialha sido descrita como nadie por Foucault. Segúneste pensador, la noción de control e intervenciónautoritaria van aparejadas a la historia de la medi-cina en tanto que garante de la higiene pública: laciudad como un objeto de medicalización, y “Elmédico se asienta sobre las distintas instancias depoder” (Foucault, 1999: 337) a partir de los siglosXVIII y XIX. Foucault recoge también el pensa-miento de Illich y lo ensalza, haciéndose partícipede las observaciones que otorgan a la medicina laetiqueta de “perjudica seriamente la salud” ocomo expresa en la introducción de NémesisMédica el propio Illich: “La medicina institucio-nalizada ha llegado a ser una grave amenaza parala salud” (Illich, 1975). Crítica ésta que pareceexagerada y que, fieles al término medio de lascosas, intentamos no seguir al pie de la letra, aun-que sí tenerla en cuenta y no perder de vista que, enesencia, la todopoderosa medicina es un conceptoun tanto falaz. Los seres humanos seguimossufriendo, seguimos padeciendo y seguimosmuriendo, a pesar de la medicina. Hay que ampliarel campo de visión y abrirse a otros saberes, a otrasformas de entender la enfermedad y sobre todo, detratar a la persona que sufre.

Estamos hablando de medicalización.Aclaremos el término. Se entiende por medicaliza-ción aquella redefinición de fenómenos que anteseran propios de otras disciplinas no médicas. Esdecir, se trata de un proceso por el cual la medici-na moderna se expande abarcando procesos que leeran ajenos (Márquez, 2003). Estos nuevos cam-pos que captaron la atención de la medicina serefieren a procesos vitales como aquellos que tie-nen que ver con la mujer y su reconversión enpatologías tratables, a saber: la menopausia, lamenstruación, el embarazo y el parto. También sonobjeto ciclos por los que necesariamente tenemos

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que pasar todos los seres humanos: vejez, infelici-dad, el final de la vida, momentos de soledad, asícomo también son patologizadas las eventualesproblemáticas sociales como el desempleo, losfenómenos migratorios, etc.

Sin embargo, a la par que se medicalizan otrosámbitos, también se considera al sufrimiento comoalgo patológico e innecesario, algo antinatural eincomprensible. Dice Illich: “Es un síntoma de talyatrogénesis el hecho de que el término "sufri-miento" se haya vuelto casi inútil para designaruna repuesta humana realista porque evocasuperstición, sadomasoquismo o la condescenden-cia del rico hacia la suerte del pobre. La medicinaprofesionalmente organizada ha llegado a funcio-nar como una empresa moral dominante quepublicita la expansión industrial como una guerracontra todo sufrimiento. Por ello ha socavado lacapacidad de los individuos para enfrentar su rea-lidad, para expresar sus propios valores y paraaceptar cosas inevitables y a menudo irremedia-bles como el dolor y la invalidez, el envejecimien-to y la muerte.” (Illich, 1975).

Para Márquez y Meneu la medicalizaciónpuede adoptar tres grandes modos, que son:Caracterizar como patológicos algunos procesos(ya comentados en el anterior párrafo), reclamarpara la ciencia médica la eficacia del tratamientode tales patologías y la exclusión o marginación deotras alternativas de tratar con las nuevas situacio-nes patológicas (Márquez, 2003).

No han faltado voces que alerten de los efectosde una sociedad medicalizada, como hemos vistoanteriormente. La crítica proviene de diferentesámbitos, incluso desde la propia ciencia médicaque en ocasiones reconoce que clasificar los pro-blemas de la gente como patologías traería consigouna mayor dependencia de los servicios sanitariosy una percepción de falta de salud incrementada.El sufrimiento, como forma de respuesta a losdesórdenes de la existencia y al dolor, crecería, enlugar de menguar. Tal es nuestra interpretación dela actual situación en la que cualquiera pasa a ocu-par el rol de “enfermo” o de “paciente” en nume-rosas ocasiones a lo largo de su vida y por las másvariadas razones. Basándose en una publicacióndel British Medical Journal, Márquez y Meneuargumentan: “Los datos aportados por Amartya

Sen muestran que cuanto más gasta una sociedaden asistencia sanitaria, mayor es la probabilidadde que sus habitantes se consideren enfermos”(Márquez, 2003: 47).

¿Todas las situaciones que generan sufrimientoson enfermedades? ¿Lo sería el perder el puesto detrabajo? Parece que si genera en la persona senti-mientos considerados dentro del espectro del sufrirserían susceptibles de tratamiento médico y/o psi-cológico y le pondríamos la etiqueta de Duelo nosuperado. ¿Hasta qué punto la medicina, y tambiénla psicología, se han apropiado del humano sufrir yde su gestión? El ejemplo paradigmático lo tene-mos en la sustitución del apoyo psicológico queantaño daba el sacerdote y que ahora se sustituyepor el psicólogo, principal garante de la estabilidademocional en las grandes catástrofes a las que asis-timos como espectadores todos los días por televi-sión.

No sólo los procesos vitales están siendo pato-logizados, sino que también lo está la propia salud.El hecho de estar sano conlleva que corremos elriesgo de no estarlo. Paradójicamente los cuidadosdel sano para no caer enfermo son también objetode apropiación médica. Complejos vitamínicos,estilo de vida, ejercicio, hábitos saludables, pre-vención mediante medicamentos en diferentes eta-pas de la vida nos convierten en unos perfectosenfermos sanos. “El riesgo ha pasado a ser consi-derado una enfermedad prevalente (...) Los fárma-cos preventivos son un negocio en alza.”(Márquez, 2003: 48).

¿Estamos desprotegidos? ¿Carecemos derecursos culturales y personales para asistirnos ennuestro propio sufrimiento? ¿O es la falta de esosrecursos lo que precisamente genera malestar?Para Roqué “la postura generalizada en la socie-dad actual, de pretender evitar o rechazar el dolora toda costa, incapacita paradójicamente al hom-bre para padecerlo (...) queda sin recursos parahacerle frente, se convierte en fuente de frustracio-nes existenciales y aumenta con ello el sufrimien-to” (Roqué, 2006: 129).

CONCLUSIONESEl manejo del sufrimiento pasa de ser una cues-

tión metafísica y religiosa a ser un objeto suscepti-ble de tratamiento a manos de la ciencia médica (es

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despojado de sentido: Sufrir no tiene sentido).Actitudes como la aceptación de lo inevitable(envejecer o la muerte y la enfermedad) no tienencabida cuando se vende la idea de que todo, o casitodo, tiene cura o remedio. El mito moderno de quela ciencia encontrará la cura de todas las enferme-dades y hará al hombre inmortal ha contribuido aello.

La apropiación de la noción filosófica dualistadel ser humano que hace la medicina, contribuye aque cuerpo y psique sean tratados como entidadesseparadas. La farmacología como respuesta a lostrastornos corporales y también del ánimo, por unlado, y la psicoterapia, por otro, abarcan los cam-pos en los que se parcela artificialmente al serhumano. Corrientes de la psicología y psiquiatrascomo Víctor Frankl abogan por tratar el sufrimien-to desde la búsqueda de sentido a la existencia.Otorgar sentido al padecimiento se muestra, así,como un arma poderosa que confiere a los indivi-duos la capacidad de entender que lo que les ocu-rre tiene un sentido trascendente (desde una visiónclaramente espiritualista). Recuperar actitudesvitales como la asunción de lo inevitable, la acep-tación de los acontecimientos, el temple y la fuer-za de ánimo son propuestas coherentes, así comotener un claro propósito en la vida con orientacióntrascendente (del yo al otro).

Quizás el gran error de la biomedicina ha sidoexpropiar a los sujetos de su dolor, del contexto enel que se manifiesta y de los significados culturalesque le rodean.

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LEARNING TO PROVIDE FAMILY CARETO ALZHEIMER PATIENTS. BIBLIO-GRAPHY

SUMMARY

Revising the published bibliography in the tenlatest years on learning how to providefamily care to Alzheimer patients is the pur-

pose of this article.A systematic and full revision of literature

published at national and international level withinthe main data bases - Spanish as well as foreign -PubMed, Cuiden, CINAHL, PshycInfo, EMBASE,Cochrane and IME (CESIC) was done. Later onsome other publications which fulfilled the criteriafor being included were selected. A manual sear-ching to identify those articles published in Spanishjournals, either indexed or non indexed, not foundby electronic means, was also considered.

Criteria for including certain articles in the sear-ching were as follows: scientific articles, originals,published from January 2007 up to October 2007,written in English, Spanish, Portugues or French,those focused directly or indirectly in the prediction,description of variables related to learning and edu-cating the family care taker of Alzheimer patients.

All bibliography references in connection with the socalled topic were taken into consideration.

According to the literature revised it was foundmost of the care takers did not receive a previouseducation or followed a proper learning course onhow to deal with an Alzheimer patient. They learn bythemselves in the day-to-day practice, as self-taught,simply performing, doing wrong or doing right. Inthat learning process care takers receive some sort ofhelp and advice from the own experience of thoseother family members who have been through asimilar situation.

It would be necessary to further deepen in quali-tative searching methodology within the care takerexperiences and in their day-to-day context, close totheir difficulties and achievements. The advisableinvestigation in this area could also be of paramountimportance to design new services which will contri-bute to complement the existing ones, and would beindeed an appropriate way to develop the take carerslearning.

Key Words: Family care takers, Alzheimer,Learning.

APRENDIZAGEM DE CUIDADOS FAMILA-RES A PACIENTES COM ALZHEIMER:REVISÃO BIBLIOGRÁFICA

RESUMO

Opropósito deste estudo é analisar a biblio-grafia publicada nos últimos dez anos emrelação ao tema da aprendizagem dos cui-

dados familiares de pessoas enfermas deAlzheimer.

Para tanto, levou-se em conta uma revisão sis-temática exaustiva da literatura publicada nos

TEORÍA Y MÉTODOEL APRENDIZAJE DE CUIDADOS FAMILIARES A PACIENTES

CON ALZHEIMER. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICAMª Elena Ferrer Hernández*, Luis Cibanal Juan**

*Profesora Asociada del Departamento de Enfermería. Licenciada en Sociología**Catedrático de Escuela. Escuela de Enfermería. Universidad de Alicante

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âmbitos nacional e internacional nas principaisbases de dados espanholas e internacionais:PubMed, Cuiden, CINAHL, PsycInfo, EMBASE,Cochrane e IME (CESIC). Posteriormente, foramselecionadas aquelas publicações que cumpriramos critérios de inclusão. Também foi realizada umabusca manual para identificar aqueles artigos quenão se encontram na busca eletrônica; como são osartigos publicados em revistas espanholas indexa-das e não indexadas. Os critérios de inclusão paraa busca foram seguintes: artigos originais, científi-cos, publicados desde janeiro de 1997 até outubrode 2007, escritos em Inglês, Espanhol, Portuguêsou Francês, e os que se centram direta ou indireta-mente na predição, descrição de variáveis relacio-nadas com a aprendizagem e formação do cuidadorfamiliar de pessoas enfermas de Alzheimer. Asbuscas pautaram-se nas referências bibliográficasdisponibilizadas em diversos artigos sobre aspec-tos relacionados à temática de interesse e que seenquadraram nos critérios de inclusão.

Na literatura revisada encontramos que a maio-ria dos cuidadores não tem uma aprendizagem pré-via dos cuidados que devem oferecer e como reali-zá-los a uma pessoa enferma de Alzheimer.Aprendem a cuidar por si mesmos, na prática coti-diana, como um autodidata, fazendo, errando eacertando. Nesse processo de aprendizagem, oscuidadores recebem determinadas ajudas de apoioe indicações desde a vivência de outros familiaresque tenham vivenciado essa mesma situação.

É necessário seguir investigando desde umametodologia qualitativa, as experiências dos cuida-dores em seu contexto diário, próximo às suas difi-culdades e sucessos. A pertinência de investigarnesta área também pode contribuir com infor-mações para o desenho de novos serviços que com-plementem os existentes, contribuindo dessamaneira para o desenvolvimento de formas dife-rentes de formar os cuidadores no cuidado.

Palavras-chave: cuidadores familiares,Enfermidade de Alzheimer, Aprender.

RESUMEN

El propósito de este artículo es analizar labibliografía publicada en los últimos diezaños en relación al tema del aprendizaje de

los cuidadores familiares de personas enfermas deAlzheimer.

Para ello se llevó a cabo una revisión sistemá-tica exhaustiva de la literatura publicada en elámbito nacional e internacional en las principalesbases de datos españolas e internacionales:PubMed, Cuiden, CINAHL, PshycInfo, EMBASE,Cochrane y IME (CESIC). Posteriormente, seseleccionaron aquellas publicaciones que cumplie-ron los criterios de inclusión. También se realizóuna búsqueda manual para identificar aquellos artí-culos que no se encuentran en la búsqueda electró-nica; como son los artículos publicados en revistasespañolas indexadas y no indexadas. Los criteriosde inclusión para la búsqueda fueron los siguien-tes: artículos originales científicos publicadosdesde Enero 1997 hasta octubre 2007, escritos enInglés, Español, Portugues o Francés, y los que secentran directa o indirectamente en la predicción,descripción de variables relacionadas con el apren-dizaje y formación del cuidador familiar de perso-nas enfermas de Alzheimer. Se complementaron através de referencias bibliográficas encontradas endiversos artículos sobre aspectos relacionados,cumpliendo los criterios de inclusión.

En la literatura revisada encontramos que lamayoría de los cuidadores no tienen un aprendiza-je previo de los cuidados que deben ofrecer y cómorealizarlos a una persona enferma de Alzheimer.Aprenden a cuidar por si mismos, en la práctica díaa día, como un autodidacta, haciendo, errando yacertando. En ese proceso de aprendizaje, los cui-dadores, reciben determinadas ayudas de apoyo eindicaciones desde la vivencia de otros familiaresque han pasado por la misma situación.

Es necesario seguir investigando desde unametodología cualitativa, las experiencias de loscuidadores en su contexto diario, cercano a susdificultades y logros. La pertinencia de investigaren esta área también puede aportar informaciónpara el diseño de nuevos servicios que comple-menten a los existentes. Contribuyendo de estamanera al desarrollo de diversas maneras de for-mar a los cuidadores en el cuidado.

Palabras clave: Cuidadores familiares,Enfermedad de Alzheimer, Aprender.

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LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMERA pesar de que el término “demencia” se utili-

ce para describir una variedad de trastornos orgá-nicos más que un trastorno específico, hace refe-rencia a un síndrome de deterioro cognitivo produ-cido por una disfunción cerebral (Cummings yBenson, 1992). De los diferentes trastornos quecausan deterioro cognitivo en las personas mayo-res, la enfermedad de Alzheimer es la responsablede entre el 60 o 70% de los casos (Cummings yCole, 2002). En términos generales, la enfermedadde Alzheimer afecta, de forma progresiva e insi-diosa, a la capacidad de las personas para aprendery recordar sucesos, al lenguaje (por ej.: anomia yafasia) y a la función ejecutiva (Cummings y Cole,2002). Aunque muchas de las tareas, necesidades ypreocupaciones de las personas que cuidan de unfamiliar dependiente coinciden, con independenciadel problema que presente la persona cuidada, lascaracterísticas pérdidas cognitivas, conductuales yafectivas asociadas con la progresión de la demen-cia influyen en que el cuidado de personas con estaenfermedad sea más difícil, demandante y cargan-te que el cuidado de personas sin demencia (Arai,Zarit y Sugiera, 2002; Laserna et al., 1997; Ory,Yee, Tennstedt y Schulz, 2000). Sin embargo, enun estudio realizado en nuestro país no se hanencontrado diferencias significativas en depresióny ansiedad entre cuidadores de personas condemencia y cuidadores de personas mayores conproblemas funcionales (López, 2004).

Entre el 10 y el 14,9% de la población mayorde 60 años se encuentra afectada por trastornoscognitivos, de los que el 60-70% corresponde a laenfermedad de Alzheimer (Boada, Rovira, 1998).Entre el 70 y el 80% de los enfermos de Alzheimer

españoles están en su domicilio, y la mayoría sonasistidos por cuidadores informales que no recibenretribución económica por la prestación de los cui-dados (Durán,1988; Durán, 1991).

A pesar del elevado impacto en el estado desalud del cuidador informal por los cuidados pres-tados al enfermo de Alzheimer, la recepción deayudas de tipo sociosanitario, de entrenamiento oformación es escasa. La mayor parte de las ayudas,aunque principalmente informativas y de soportepsicológico, provienen de las Asociaciones defamiliares de Alzheimer a las que pertenecen loscuidadores informales (Badia et al., 2004).

Las demencias plantean múltiples dificultadespara muchas familias de las personas que lassufren. Se trata de enfermedades que provocan undeterioro progresivo de la persona que la padece yadaptarse a la situación de tener un familiar condemencia requiere de constantes ajustes en laforma de proporcionar los cuidados. De hecho, elcuidado de personas mayores con demencia hasido descrito en ocasiones como una carrera profe-sional para los cuidadores ya que, al igual que ésta,tiene un comienzo puntual, múltiples etapas, tran-siciones y cambios, y tiene un final. También, igualque una carrera profesional, el cuidado se ve influi-do por sucesos o aspectos del pasado (historia indi-vidual, familiar o social y cultural) y se convierteen un tema central en la vida de la persona en laque recae la responsabilidad (Mittelman et al.,2004).

LOS CUIDADORES FAMILIARESNuestra sociedad se enfrenta a un problema

importante cuya solución no es fácil: cada vez hayun mayor número de personas mayores en situa-ción de fragili-dad y dependencia y, sin embargo,cada vez son menores las redes de apoyo fami-liar,lo que determina que las familias y los cuidadoresprincipales se enfrenten a un número progresiva-mente mayor de dificultades (IMSERSO, 2005). Aesta situación hay que añadir que, tal y como serefleja en la literatura especializada, cuidar de per-sonas mayores dependientes, especialmente siéstas tienen demencia, suele asociarse a conse-cuencias negativas para la salud física y psicológi-ca de los cuidadores (Pinquart y Sörensen, 2003;Vitaliano, Zhang y Scanlan, 2003). De forma más

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específica, un significativo número de cuidadorespadece depresión y ansiedad, y los cuidadoreshacen un mayor uso de medicamen-tos e informande un mayor número de problemas crónicos desalud y de un peor funcionamiento inmune que laspersonas no cuidadoras (Schulz, O´Brien,Bookwala y Fleissner, 1995).

En nuestro país, los resultados de un estudiorepresentativo realizado por el IMSERSO (2005)señalan que un 55,6% de los cuidadores informa deque el cuidado ha afectado negativamente a susalud, señalando un 11,1% que han tenido que acu-dir a la consulta del psicólogo o psi-quiatra pormotivos relacionados con el cuidado. A pesar deesto, es igualmente significativo señalar que el cui-dado afecta, además de a la salud, a áreas de la vidade los cuidadores tales como el ocio y tiempo libre,la vida familiar (un 80,2% de los cuidadores infor-ma de que tienen problemas en éstas áreas a con-secuencia del cuidado) y el trabajo o la economía(un 61,1% presenta problemas de este tipo).

Se calcula que más del 50% de los cuidadoresdedican, como promedio, de 4 a 5 horas al díadurante los 7 días de la semana al cuidado de sufamiliar (INSERSO 1995; Stone, Cafferata ySangl, 1987), siendo la media de horas dedicadasal cuidado en la población general de 10.6 horas aldía, considerando tanto a los cuidadores de perso-nas con deterioro cognitivo como funcionales(Rodríguez, 2004). En el caso de los cuidadores defamiliares con la enfermedad de Alzheimer, éstosdedican entre 60 y 75 horas semanales a las res-ponsabilidades del cuidado (Boada et al., 1999;Haley, 1997) y la ayuda que reciben de cuidadoressecundarios es, en muchos casos, escasa (vigilan-cia de los sujetos con demencia, “sacarles a pase-ar”, hacer compañía, etc.). Hay que tener en cuen-ta que se estima que entre 440.000 y 485.000 per-sonas padecen Alzheimer en España (Bermejo,Vega y Olazarán, 2001; Poggiolini, 1996), queestas personas fallecen en torno a los 7-10 años delinicio de los síntomas, habitualmente de bronquitiso neunomía (Cummings y Cole, 2002), y que todasellas van a requerir ayuda en mayor o menor medi-da a lo largo del proceso de la enfermedad.

Sin embargo, a pesar de todas las ventajas aso-ciadas al mantenimiento de las personas depen-dientes en el domicilio, y aunque los españoles, de

edad avanzada o no, se inclinan mayoritariamentepor los cuidados informales, la “revolución de lalongevidad” y otras transformaciones sociales enel ámbito de la familia (como la reducción deltamaño medio familiar, el aumento de las parejassin descendencia o la incorporación de las mujeresal mercado de trabajo) plantean un desafío impor-tante para las futuras generaciones (Pérez, 2002) y,a su vez, desciende el número de personas en dis-posición de cuidar y los recursos para hacer frenteal cuidado de estas personas (INSALUD, 1999;MTAS, 1999; World Health Organization, 1989).De hecho, en la actualidad, entre un 13.6%(Rodríguez, 2004) y un 24,6% (Bermejo, Rivera,Trincado, Olazaran y Morales, 1998) de las perso-nas que prestan cuidados principales dicen recibirayuda de profesionales o instituciones para atendera la persona mayor de la que se ocupan. En el futu-ro, al previsible incremento de la demanda de cui-dadores que provengan de la propia familia seopondrá la menor disponibilidad de tales cuidado-res y, por tanto, se originará un déficit considerableentre oferta y demanda de asistencia informal(Pérez, 2002). Las consecuencias familiares, socia-les y económicas derivadas de esta situación serán,sin duda, significativas.

EL PERFIL DEL CUIDADOR FAMILIAR Para entender mejor cómo los cuidadores

aprender a cuidar, es necesario conocer las caracte-rísticas propias de dicho cuidador, qué cuidadosprestan, en que contexto desarrollan los cuidados,con qué recursos cuentan y cuáles son sus capaci-dades y habilidades.

Encontramos estudios que coinciden en descri-bir el perfil del cuidador, (García et al., 1999;

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Millán et al., 1998; Valles et al., 1998; Gómez etal., 1997; Valderrama et al., 1997; Algado et al.,1997; Mota y Unzueta, 1995; Muñoz et al., 1995;Rubio et al., 1995; Bilbao et al., 1994; Puig et al.,1992) que se plantean de forma explícita entre susobjetivos la descripción de dichas características,llegando a las siguientes conclusiones: La cuida-dora principal es una mujer, en más del 90% de loscasos. La edad media de las cuidadoras está alre-dedor de los 50 años. Éstas se encuentran en unasituación de fragilidad, hay estudios que revelanque un 78% padecen una enfermedad crónica(López y col., 1999) y que en muchos casos el cui-dador esta discapacitado (Puga y Abellán, 2004).En los estudios que se centran exclusivamente encuidadores de pacientes adultos y ancianos, estaedad aumenta considerablemente. Con frecuencia,el cuidador principal es también anciano, existien-do un porcentaje de un 10% de cuidadores mayo-res de 74 años (Ortuño y Ferreres, 1996). La rela-ción de parentesco con el paciente es normalmen-te, de cónyuge o hija en la mayoría de los casos.Con respecto a la situación laboral, la inmensamayoría (más del 80%) son amas de casa sin tra-bajo remunerado. La mayoría cuenta sólo con estu-dios primarios o sin estudios. Más de la mitad delas cuidadoras no reciben ningún tipo de ayuda.Las que reciben ayuda es fundamentalmente de lared informal, y en un número muy reducido es decarácter institucional (menos del 10%). En algunosestudios se pone de manifiesto que la percepciónde la familia sobre la ayuda que recibe del sistemasanitario y social público es nula, dándose en algu-nos casos situaciones de enfrentamiento entrefamilia y profesionales sanitarios (Bazo, 1998).

EL CUIDADO AL PACIENTE CON ALZHEI-MER

Así como otras enfermedades son tratadas porprofesionales de la salud, las demencias son lleva-das en los domicilios por los miembros de la fami-lia especialmente por las mujeres, que con unagran entrega y con ninguna o escasa preparacióncuidan al paciente (Nolan M, Grant G, Keady,1996). Al mismo tiempo que se inicia el procesodemencial, se instaura el proceso cuidador, proce-so que pasa por diferentes fases: a) fase inicial,caracterizada por el desconocimiento, b) fase inter-

media, caracterizada por el cansancio y c) fasesevera caracterizada por el desbordamiento o, porel contrario, por el acostumbramiento. (CEAFA,2003).

Desde el instante en que la enfermedad deAlzheimer hace su incursión en el seno de unafamilia, ésta se convierte en el pilar básico del cui-dado del enfermo, debiendo dispensar, general-mente de por vida, una serie de cuidados que vanaumentando en número y complicándose en difi-cultad a medida que avanza la enfermedad. A cam-bio de esta abnegada labor, hasta ahora las familiascuidadoras están recibiendo de las Administracio-nes sociosanitarias y de la sociedad en general:escaso reconocimiento social, insuficientes recur-sos para su información y formación, exiguos sis-temas de asesoramiento tanto sociosanitario comojurídico y económico, minúsculas medidas, tantonacionales como autonómicas, de protección.(CEAFA, 2003).

Según investigación llevada a cabo por De laCuesta, los cuidadores se abren camino conjetu-rando con base en opiniones, en cosas que intuiti-vamente les parecen, que su experiencia o conoci-miento del paciente les dicta. Así, el mundo delcuidado a un paciente con demencia es un mundoextraordinario en el sentido de que es un mundo deconjeturas, de pruebas y de perseverancia; la inte-ligencia práctica es la que gobierna este mundo,pero no proporciona un conocimiento estable. Loscuidadores se enfrentan a una amplia gama devariaciones, de contingencias. Esta situación lesexige gran versatilidad y flexibilidad; pondrán enmarcha su inteligencia práctica, inventarán un len-guaje para comunicarse con sus pacientes, cons-truirán un mundo físico y social que les respalde(De la Cuesta, 2004).

El cuidado a pacientes con demencia avanzadaes intenso, exige dedicación y vigilancia constan-tes (Conde, 1998; De la Cuesta, 2004). La cons-trucción de sí mismo como cuidador hace que elcuidado del paciente con demencia sea un trabajoartesanal (De la Cuesta, 2004). En la interaccióncotidiana, los cuidadores construyen el cuidado,esto es, crean artimañas, engaños y trampas en lasque cae ingenuamente el paciente. Además elabo-ran un lenguaje único y construyen un entornosocial y material (De la Cuesta, 2006).

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EL APRENDIZAJE DEL CUIDADOR FAMI-LIAR

La mayoría de los cuidadores no tienen unaprendizaje de los cuidados que deben ofrecer ycómo realizarlos a una persona enferma deAlzheimer.

Cuando el familiar tiene que asumir el papel decuidador en casa siente que está poco preparado ydesencadena un sentimiento que O’Connel y Baker(2004) describen metafóricamente como una sen-sación de ser “tirado al mar y tener que aprender anadar o ahogarse”.

Este aprendizaje no refleja una planificaciónprevia debido en parte al desconocimiento que loscuidadores tienen de la evolución de la enferme-dad. Se encuentran sorprendidos sin preparaciónpara asumir el cuidado formando parte así de lagénesis del cuidador (Gómez, 2007).

Ningún cuidador posee un manual de instruc-ciones sobre como debe ser el cuidado. La falta deconocimientos sobre la patología del familiar con-funde a los cuidadores sin saber a veces que acti-tud tomar. Los cuidadores aprenden a tener muchapaciencia, algunos verán sus rutinas modificadas,teniendo que adaptarse a los nuevos acontecimien-tos, otros desfallecerán y no podrán seguir prestan-do el cuidado (Picolli, Pedroso, 2006).

Necesidades formativas de los cuidadoresEn la mayoría de las familias, el cuidado es

construido y modificado a partir de la acción yreacción, de acierto y error, sin tener mucha prepa-ración. Se percibe que el cuidado prestado por elfamiliar es mucho más instintivo, cultural y naturalque el técnico y científico. El desgaste y sufri-miento causados por la inseguridad y falta de pre-paración podrían ser minimizados potencialmentea través de la orientación, educación propiamentede los profesionales de la salud (Zart, Rodrigues,Kerber, 2006).

Sin duda, son este tipo de hechos los que hanllevado a diferentes investigadores a señalar que,particularmente en las fases iniciales de la demen-cia, los cuidadores tienen importantes “necesida-des educativas” (Moniz-Cook y Woods, 1997,Sullivan y O’Conor, 2001). Los cuidadores tienen,en términos generales, niveles bajos de conoci-miento sobre prevalencia, causas y síntomas de la

demencia (Werner, 2001) y, aunque en el estudiode Werner (2001) no se encontró una relación sig-nificativa entre conocimientos sobre estos aspectosy la carga, sí se ha encontrado que un mayor cono-cimiento se asocia con niveles significativamenteinferiores de depresión (Graham et al., 1997), perotambién con niveles superiores de ansiedad(Graham et al., 1997; Proctor et al., 2002). Esimportante tener en cuenta que en el estudio deProctor y otros (2002) se encontró que uno de losmejores predictores de la ansiedad es la duraciónde la demencia, encontrándose una asociación sig-nificativa entre ambas variables en sentido negati-vo. Por lo tanto, es posible que esta asociaciónentre un mayor conocimiento de la enfermedad y laansiedad esté influenciada por encontrarse en loscuidadores en fases iniciales de la enfermedad,esto es, en una fase de adaptación a la situación.

La manera en la que un cuidador interprete loscomportamientos problemáticos del familiar influ-ye en su respuesta y habilidad o disposición pararealizar ajustes y responder a las necesidades delfamiliar. Muchos cuidadores malinterpretan lossíntomas de sus familiares debido al desconoci-miento que tienen sobre las demencias (Mittelmanet al., 2004). Con frecuencia (si no siempre), loscuidadores no están preparados para las demandasasociadas al cuidado de personas con demencia(Kaplan, 1996) o pueden necesitar ayuda en algúnmomento del proceso de la enfermedad (Gruetzner,1992).

En la búsqueda bibliográfica realizada porFrías (2001) sobre cuidadores familiares depacientes en el domicilio, los estudios encontradosreferentes al tema de la formación y aprendizajedemuestran déficit de conocimientos en el cuidadoal paciente con Alzheimer. En el estudio realizadopor Gómez y cols. sobre cuidadores de enfermosincapacitados, sólo el 3% presentan conocimientosadecuados para el cuidado de este tipo de pacientes(Gómez et al., 1997). Otros estudios llegan a lamisma conclusión de escaso adiestramiento de loscuidadores para dar respuesta a las necesidades delos pacientes y ponen de manifiesto los riesgos,que tanto para el cuidador como para el paciente,supone esta situación (Amezcua et al., 1996; Pérezet al., 1996; Montalvo, 2007).

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Buscando información, adquiriendo conoci-mientos

El desarrollo del papel del cuidador comien-za de forma imprevista e incierta. Brereton etNolan (2000) identifican como aspectos caracterís-ticos de este periodo la incerteza y confusión encuanto a la capacidad propia del cuidador paradesempeñar ese rol. Las acciones de los cuidadoresse centran en la búsqueda de información que per-mita mejorar esa incerteza (Breton et Nolan,2000).

Las cuidadoras se perciben a si mismas como“encerradas” a la vez que realizan una labor deli-cada y exigente. En muchos casos sienten confu-sión ante la incertidumbre del proceso de enfer-medad y desconocen con los apoyos con los quepueden contar. El modo de afrontar el proceso y deasumir el rol depende de múltiples factores: contarcon otros apoyos familiares o profesionales ohaber recibido suficiente información y formación(Gil, Escudero, Prieto, Frías, 2005).

La responsabilidad y la obligación que siente elcuidador hacia su familiar con demencia, lo sitúanfrente a la acción de cuidar. Estar en esa posición leexige: primero, informarse sobre la demencia;segundo, obtener aprendizajes a través de la expe-riencia, que le permitan la organización de recursosy acciones para el cuidado, así como el manejo deltiempo; y tercero hacerse capaz (Gómez, 2007).

Comprender la dimensión y el alcance de lademencia facilita la permanencia de quien cuida enla acción de cuidar; saber que el ser querido escaprichoso, inestable y olvidadizo porque estápadeciendo una enfermedad, lleva al cuidador aquerer saber más sobre ella y su manejo, a enten-der que las personas con demencia necesitan aten-ción permanente y que lo variable y cambiante desu conducta le exige, como cuidador, adaptaciónpara hacer frente a las vicisitudes del cuidado.Informarse es parte de esta adaptación (Gómez,2007).

Estudios relacionados con el nivel académicode los cuidadores familiares, evidencian que a unmayor nivel académico en éstos, puede permitir unmejor conocimiento de los recursos disponibles yla utilización de los mismos, al mismo tiempo queen aquellos problemas que consideren irreversiblesintentar encontrar una vivencia positiva y que les

reporte un aprendizaje (Artaso, Goñi, Biurrun,2001-2002).

Sobreviviendo en las dificultadesLa forma de afrontar la situación que viven los

cuidadores son variadas, las respuestas emergen através de un mismo hilo conductor: aprender porcuenta propia a adaptarse a los cambios de estilo devida en un proceso solitario de continuos ajustes(Brereton e Nolan, 2000; 2002; Kerr e Smith,2001; O’Connel y Baker, 2004).

La mayoría de las veces el cuidar se vuelvedifícil por la inexperiencia del cuidador, atender alas demandas que van surgiendo necesitan seraprendidas afrontando el día a día. Actividades queparecen simples se vuelven arduas, actividades dela vida diaria como ayudar a vestirse a servir deapoyo para andar pueden ir complicándose gra-dualmente con más complejidad exigiendo del cui-dador conocimientos y habilidades para el ejerci-cio del cuidar de acuerdo a las necesidades delenfermo (Cattani and Girardon-Perlini, 2004).

La experiencia le demuestra al cuidador quedebe ordenar todo alrededor del paciente condemencia, y cómo controlar las situaciones engo-rrosas generadas por la conducta inesperada,tomando decisiones para ordernar el caos ocasio-nado por los imprevistos. Los cuidadores depacientes con demencia aprenden a sobrellevar elcuidado; para afrontar momentos difíciles de ira,cansancio, intolerancia y agresividad producidospor la conducta desordenada del paciente u otrassituaciones que rodean el cuidado, como la mono-tonía, el encierro y la falta de apoyo en el cuidado,desarrollan diversas maneras de hacerse capaces:la reflexión, la realización de otras actividades y labúsqueda de apoyo (Gómez, 2007).

El cuidador sigue su camino dependiendosiempre de la evolución que tenga la enfermedadque afecta a su familiar. Algunos cuidadores ni vis-lumbran ni se predisponen frente al curso degene-rativo de ésta y dejan que sean el tiempo y lasmanifestaciones de la demencia las que determinensu acción y la toma de decisiones; otros por el con-trario, con su reflexión y preocupación, se adelan-tan a las situaciones (Gómez, 2007).

Wilson, en sus investigaciones descubrió quelos cuidadores familiares se enfrentan continua-

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mente a opciones negativas y para resolverlas arti-culan un proceso de tres etapas definido como“Sobreviviendo en el borde” que finaliza cuando elpaciente es internado en una institución. Estas eta-pas que desarrollan son: 1) aceptación, 2) pasarlo y3) entregarlo. Cada etapa tiene propiedades carac-terísticas problemas y estrategias para afrontar; sinembargo, el proceso global es un medio de sobre-vivencia cotidiano examinado conscientemente,auto reflexivo, estratégico y significa la dificultadde vivir día a día, momento a momento bajo con-diciones de incertidumbre e imprevisión, presiona-do por diversas exigencias, con apoyo insuficiente,y un futuro amenazante, temido (Wilson, 1989).

En esta misma línea cuando aparecen losmomentos de impaciencia y se empiezan a con-templar opciones de solución a sus problemas, loscuidadores se quedan pensando en lo que significadesprenderse de su ser querido ingresándolo enuna residencia, y reafirman que hacerlo es comoabandonarlo. Los cuidadores no conciben el aban-dono del paciente con demencia, luego de tomar ladecisión de estar ahí para compensar a ese ser quefue tan bueno y que no ha dejado de ser humano, apesar de la enfermedad (Gómez, 2007).

Momentos claves en la carrera del cuidadorEn la trayectoria de aprendizaje determinados

cuidadores desarrollarán sus habilidades y destre-zas en momentos claves con el descubrimiento dediversas estrategias. Taraborrelli (1993), descubreque los cuidadores, en su trayectoria del cuidarpueden situarse, en tres caminos diferentes depen-diendo del patrón que representan: dos de ellasfinalizan con éxito las labores del cuidado y otrafinaliza por el abandono del cuidador. La perspec-tiva que tenga el cuidador y el apoyo que reciba alo largo de su carrera parecen cuestiones decisivaspara que ésta pueda finalizar con éxito.Taraborrelli distingue a los cuidadores en trespatrones en base a la experiencia del cuidado quetienen antes de convertirse en cuidador. Descubreque los cuidadores inexpertos habían adoptado yretomado el camino del cuidador experto despuésde la aparición de ciertos momentos críticos quefueron vividos como momentos de tensión física ymental y en el que desarrollaban ciertas estrategias.

En esa carrera del cuidador, para llegar a ser un

experto precisará de un tiempo en el que vayaadquiriendo los conocimientos. Rocha analiza, enla literatura encontrada, el proceso de transición enel rol del cuidador, una secuencia que surge a par-tir de un evento súbito y en donde es posible iden-tificar a partir de una perspectiva longitudinalalgunos “puntos críticos”, “momentos claves”, quepasa desde el choque inicial a un deseado equili-brio en la interacción cuidador/persona cuidada(Rocha, 2006).

Condiciones necesarias para el cuidadoCuando la persona decide estar en el cuidado,

es porque cuenta con, o puede llegar a tener, lascondiciones que serán necesarias para mantenerseen el cuidado. Entre las condiciones para el cuida-do están: la fuerza física para movilizar al pacien-te; la disponibilidad, la capacidad de amor y losrecursos necesarios para cubrir los gastos necesa-rios requeridos para brindar bienestar al familiarcon demencia. Las personas encargadas de estecuidado consideran que la capacidad de amar esuna condición primordial, pues les permite serpacientes, tolerantes y conscientes para asumirlocon responsabilidad y dedicación (Gómez, 2007).

Se evidencia que existe un componente afec-tivo que conduce a la actividad de cuidar, contri-buyendo a que un cónyuge cuide de otro.Sentimientos de cariño, amor y ternura se presen-tan para los cuidadores como factores importantesque influyen en la adopción de tal función (Cattani,Girardon-Perlin, 2004).

Aprendiendo sobre la práctica, día a díaEl ejercicio de cuidar es un aprendizaje cons-

tante, basado en necesidades físicas y biológicas enrelación con el nivel de dependencia del paciente

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(Cattani and Giradon-Perlini, 2004). En este senti-do, Girardon-Perlini (2001) en un estudio con cui-dadores familiares de personas incapacitadas deAccidente Cerebro Vascular identificó que lamayoría de los cuidadores referían estar aprendien-do a cuidar en la práctica día a día, como un auto-didacta, haciendo, errando y acertando, aprendíanpor si mismos (Girardon-Perlini, 2001). Los cuida-dores describen que tienen que incorporar y desa-rrollar cada día una nueva gama de cuidados, ade-cuándolos a las necesidades del paciente que con-forme a su dependencia se van presentando en eltranscurso de la evolución de su enfermedad(Cattani and Girardon-Perlini, 2004).

Los estudios de Benner (1987) muestran que lapráctica es fuente de formación en los cuidados.Destacan la naturaleza del cuidado situando puntosen común que comparten los cuidadores familiaresy los profesionales cuando desarrollan actividadesen el cuidar. Los cuidadores familiares van a iraprendiendo sobre la práctica día a día, precisaránde un tiempo para que el proceso de aprender vayaconstruyéndose. En su investigación aplica elmodelo de adiestramiento de Dreyfus de adquisi-ción de aptitudes y habilidades (Dreyfus yDreyfus, 1980). Dicho modelo se basa en que todoestudiante o aprendiz adquiere los conocimientosprecisos a través de cinco estadios o categorías deeficiencia: principiante, principiante avanzado,competente, aventajado y experto.

Buscando ayuda en las AsociacionesLas fuentes de conocimiento que algunos cui-

dadores utilizan para obtener una mejora en el pro-ceso de cuidar y que suelen formar parte de losrecursos en su aprendizaje de los cuidados al fami-liar, se obtienen de las Asociaciones de Familiaresde Enfermos. En el proceso de aprendizaje de loscuidadores, se reciben determinadas ayudas deapoyo e indicaciones desde la vivencia de otrosfamiliares que han pasado por la misma situación.Encontramos el análisis de Munn-Giddings (2006)donde investiga la importancia que otorgan los cui-dadores al pertenecer a grupos de autoayuda y losbeneficios que obtienen.

Una de las funciones de los grupos de autoayu-da es normalizar día a día la experiencia de cuidar.La información compartida sobre su propia expe-

riencia en el grupo les dio una base de conoci-mientos mucho más amplia a los miembros sobrelas fuentes prácticas de ayuda de los que hastaahora ellos habían sido conscientes.

Los grupos de ayuda mutua ofrecen un espacioseguro para compartir conocimientos, buscar infor-mación y consejo de otros. Los cuidadores queacuden a estos grupos se sienten más seguros desus conocimientos, destrezas y habilidades y en susrelaciones con los profesionales debido a las opor-tunidades que el grupo les brinda para hablar sobresu situación y obtener diferentes perspectivassobre el cuidar (Munn-Giddings, 2006). Según unestudio sobre programas de apoyo grupal encontróque a algunos cuidadores el participar de estos gru-pos de apoyo les había posibilitado no sólo aceptarsu condición como cuidadores, sino informarse yaprender los asuntos fundamentales sobre lademencia y su cuidado (Biurrun, 20003).

LA FORMACIÓN DEL CUIDADOR FAMI-LIAR AL AMPARO DE LA ADMINIS-TRACIÓN

En la reciente ley de dependencia LEY39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de laAutonomía Personal y Atención a las personas ensituación de dependencia. (BOE num. 299), el cui-dador familiar adquiere relevancia. En su artículo36 de dicha Ley, hace mención de la formación ycualificación de profesionales y cuidadores. Lapuesta en marcha de programas y acciones forma-tivas tendrán una implicación directa en los cuida-dores ya que facilitará el conocimiento y estrate-gias para el cuidado familiar.

El Plan integral de atención sanitaria a las per-sonas mayores y a los enfermos crónicos en laComunitat Valenciana 2007-2011 quiere dar unarespuesta clara y concreta a las necesidades especí-ficas de estas personas. Dicho Plan pretende pro-porcionar una atención integral de calidad, eficien-te y eficaz, con el fin de reducir las consecuenciasde la enfermedad y la dependencia en los pacientescrónicos y mayores, mediante la prestación de ser-vicios adecuados a las necesidades detectadas y laformación continuada de pacientes, familiares, cui-dadores y profesionales. En uno de los ejes estraté-gicos a desarrollar que engloba la formación de loscuidadores y pacientes, se proponen dos líneas de

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actuación globales y cinco objetivos para alcanzar-las. Una de las líneas es promocionar la formaciónde los cuidadores principales. Para enseñar al cui-dador se distribuirá la Guía para cuidadores de per-sonas mayores y pacientes críticos. Esta Guía ser-virá para informar de los principales riesgos queconlleva la dedicación al cuidado de las personasmayores y enfermos crónicos. La otra línea trataráde desarrollar guías de formación en la atención alpaciente para los cuidadores principales. Uno delos objetivos a conseguir será diseñar acciones deformación para los cuidadores y familiares(Jornadas monográficas, conferencias, coloquios)y formalizar los cauces de información para loscuidadores: carta, correo electrónico, teléfono, reu-niones, etc. (Generalitat Valenciana, 2007).

PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN PSICO-EDUCATIVA DIRIGIDOS A CUIDADORES

Los programas de intervención psicoeducativadirigidos a cuidadores han evolucionado de los ini-ciales programas de educación general y de ayudamutua hasta los actuales programas de entrena-miento de habilidades especificas, como reflejo delcada vez mayor conocimiento disponible sobre quées el cuidado, qué consecuencias tiene y qué nece-sidades tienen los cuidadores (Bourgeois y otros,1996). El contenido de estas intervenciones, portanto, varía en función de los objetivos del progra-ma. Así, los programas psicoeducativos suelenincluir un módulo de educación sobre la enferme-dad específica que padecen los familiares de laspersonas que acuden al grupo (por ejemplo,demencias o información relativa a la dependenciade las personas mayores), siendo el objetivo fun-damental de este módulo proporcionar a los cuida-dores un conocimiento teórico suficiente que lespermita entender la relación entre enfermedad,dependencia y comportamiento. Así, por ejemplo,podrían conocer cómo la enfermedad influye en elsurgimiento de los problemas de comportamientode sus familiares; se pueden tratar contenidos rela-tivos a cómo afectan los problemas de memoria yde la capacidad comunicativa del familiar a la rela-ción del cuidador con su familiar o cómo afecta ladisminución de los recursos cognitivos del familiara su comportamiento (por ej., haciéndoles espe-cialmente sensibles a la sobreestimulación).“Educar” a los cuidadores en este tipo de cuestio-

nes ayuda de forma significativa a estos a entenderlas situaciones difíciles a las que se enfrentan, faci-litando que comprendan que algunos comporta-mientos del familiar se deben a los efectos de laenfermedad y que, así, no sean atribuidos a, comoocurre con mucha frecuencia, factores personalescomo la “mala idea” (“no le da la gana recordar”)o la falta de aguante (“se enfada enseguida”).

Otro tipo de contenidos habitualmente refleja-dos en los grupos psicoeducativos se centran en elaprendizaje de habilidades para “cuidar mejor”.Así, se entrena a los cuidadores en habilidades paraenfrentarse en mejores condiciones a las situacio-nes difíciles del cuidado (por ejemplo, aprendien-do estrategias para reducir la frecuencia o intensi-dad de los comportamientos problemáticos delfamiliar o para mejorar la comunicación con losfamiliares), obteniéndose como beneficios secun-darios de esta mejora en el “enfrentamiento al cui-dado” una reducción del malestar de los cuidado-res (Bourgeois et al, 1997, 2002; Teri, Logsdon,Uomoto y McCurry, 1997).

Existe otro tipo de intervenciones, centradas enel entorno social y físico de las personas condemencia, basadas en planteamientos teóricoscomo el de Lawton y Nahemow (1973), que postu-lan que las personas mayores dependientes alcanza-rán su máximo nivel de autonomía potencial en unambiente cuando exista equilibrio entre las capaci-dades reales de la persona mayor y la presión que elambiente ejerce para que las ponga en práctica. Así,se entrenaría a los cuidadores a reconocer y elimi-nar las barreras o dificultades presentes en el entor-no físico (Gitlin et al., 2001, 2003) o familiar(Mittelman et al., 1996, 2004) de las personas condemencia, barreras que pueden favorecer la apari-ción de situaciones difíciles en el cuidado.

Por último, existirían intervenciones estándar“multicomponente”, que han sido frecuentementeutilizadas, que combinan el aprendizaje de habili-dades para “cuidarse mejor” con habilidades para“cuidar mejor”, a la vez que se proporciona educa-ción sobre la enfermedad y sobre cómo puedeinfluir el contexto físico y social sobre la depen-dencia del familiar (Díaz-Veiga et al., 1999).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONESEl cuidado familiar requiere de destrezas y

conocimientos cada vez más sofisticados, a medi-

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da que la enfermedad avanza aumentan las compli-caciones en el manejo del paciente.

En la bibliografía no se ha prestado atención alaprendizaje del cuidador familiar, como lo muestrala escasa literatura encontrada del tema.

Aunque la formación reglada y organizada porlos profesionales del cuidado es de gran importan-cia, conocer cómo los cuidadores aprenden a cui-dar cotidianamente va a permitir apoyarles y pro-mover sus capacidades en la evolución de las nece-sidades del paciente.

Es necesario seguir investigando desde unametodología cualitativa, las experiencias de loscuidadores en su contexto diario, cercano a susdificultades y logros. La pertinencia de investigaren esta área también puede aportar informaciónpara el diseño de nuevos servicios que comple-menten a los existentes. Contribuyendo de estamanera al desarrollo de diversas maneras de for-mar a los cuidadores en el cuidado.

El incremento de estudios en el conocimientodel aprendizaje del cuidado a familiares con enfer-medad de Alzheimer ayudará a que se sientanescuchados, consiguiendo de igual forma un mayorprotagonismo desde que inician su carrera de cui-dador. Un protagonismo que no esta reconocidopor la sociedad. Los cuidadores son potencialmen-te enfermos silentes, invisibles que sufren lamisma enfermedad pero que no olvidan. En nues-tras manos está, como investigadores, el contribuiral descubrimiento de sus problemas para que así elcamino en el cuidado sea conducido con la mayorsatisfacción posible y la mejor atención de calidadal familiar y paciente.

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THE INTERACTIVE COMMUNICATIONCONTEXT. FACTORS INFLUENCINGCOMMUNICATION BETWEEN NURSESAND HOSPITALISED CHILDREN

SUMMARYIntroduction. Communication comprehends aninteraction, and often is a synonym of relationship,which gives the connotation of affinity between thepeople that participate in it. In the case of hospita-lized school children 8-14 years old, the interacti-ve communication with adults plays a fundamentalrole, since it is this one that provides the unders-tanding of the experience of disease and the adap-tation to the hospital stay.

Objective. To understand the dynamics of the hos-pital environment (pediatrics service), as well asthe communication process between the hospitali-zed child and the nurse. The study describes theaspects involved in this interaction, and what thechild builds around what it is communicated tohim/her.

Methodology. This is a descriptive–exploratoryresearch, based on the qualitative methods of datacollection and analysis. The data collection for thisresearch was done with participating observationtechniques and deep interviews with semi-structu-red questions.Conclusions.. Amongst the princi-ples of communication within the health system,the challenge must be to create a cooperative wayof communication to make sense for both (profes-sional-child/family). If more efforts to obtain thesedata were made, the health care could be adaptedto the real child’s needs.

Key words. Communication process, therapeuticrelation, child hospitalization, nursing care.

O CONTEXTO DA INTERAÇÃO COMUNI-CATIVA. FATORES QUE INFLUEM NACOMUNICAÇÃO ENTRE OS PROFISSIO-NAIS DE ENFERMAGEM E AS CRIANÇASHOSPITALIZADAS.

RESUMOIntrodução: A comunicação compreende umainteração e é sinônimo de relação, a qual parte deuma conotação de afinidade entre as pessoas que

EL CONTEXTO DE LA INTERACCIÓN COMUNICATIVA. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA COMUNICACIÓN ENTRE

LOS PROFESIONALES DE ENFERMERÍA Y LOS NIÑOS HOSPITALIZADOS

Ana Lucía Noreña*, Luis Cibanal Juan***Doctoranda- becaria del Doctorado Cultura de los Cuidados adscrito al

Departamento de Enfermería. Universidad de Alicante-España. Profesora de laFacultad de Enfermería. Universidad de Antioquia. Medellín-Colombia

**Catedrático de Escuela. Escuela de Enfermería. Universidad de Alicante

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participam da mesma. No caso de crianças escola-res de 8 a 14 anos hospitalizadas, a interaçãocomunicativa com adultos é de um papel funda-mental, devido ao fato de que possibilita o enten-dimento da experiência da enfermidade e a adap-tação à hospitalização.

Objetivo: Compreender a dinâmica do cenáriohospitalar (serviço de pediatria), assim como oprocesso de comunicação da criança hospitalizada– enfermeira. O trabalho descreverá os aspectosque abarcam essa interação e que ajuda a criançaao redor do que lhe é comunicado.

Metodologia: Trata-se de uma investigação des-critiva – exploratória, baseada em métodos qualita-tivos de recompilação e análise de dados. A coletade dados desta investigação se concretizoumediante as técnicas de observação participante ede entrevistas de profundidade com perguntassemi-estruturadas.

Conclusão: Dentro dos princípios da comunicaçãodo sistema de saúde, o resultado apontou para anecessidade de se criar uma forma cooperativa decomunicação que tenha sentido para ambos(Profissional – binômio criança e família). Assim,sendo dedicados esforços para obter esta infor-mação (comunicação), poder-se-ia adequar melhora atenção de saúde às necessidades reais dascrianças.

Palavras-chave: Processo de comunicação,relação terapêutica, hospitalização infantil, cuida-do de enfermagem.

RESUMEN Introducción: La comunicación comprende unainteracción, y a menudo es sinónimo de relación, locual, da una connotación de afinidad entre las per-sonas que participan en la misma. En el caso de losniños escolares de 8-14 años hospitalizados, lainteracción comunicativa con adultos, juega unpapel fundamental, debido a que es la que le pro-porciona el entendimiento la experiencia de laenfermedad y la adaptación a la estancia hospitala-ria.

Objetivo: Comprender la dinámica del escenariohospitalario (servicio de pediatría), así como elproceso de comunicación del niño hospitalizado –enfermera. El trabajo describirá los aspectos queabarca esta interacción y qué construye el niñoalrededor de lo que se le comunica.

Metodología: Se trata de una investigación des-criptiva –exploratoria, basada en métodos cualita-tivos de recolección y análisis de datos. La recogi-da de datos de esta investigación se realizómediante las técnicas de la observación participan-te y de entrevistas en profundidad con preguntassemiestructuradas.

Conclusión: Dentro de los principios de comuni-cación del sistema sanitario, el reto debe consistiren crear una forma cooperativa de comunicación,que tenga sentido para ambos (Profesional –bino-mio niño familia). Si se dedicaran esfuerzos a obte-ner esta información, se podría adecuar la atenciónsanitaria a las necesidades reales del niño.

Palabras Clave. Proceso de comunicación, rela-ción terapéutica, hospitalización infantil, cuidadode enfermería.

INTRODUCCIÓNEn todas las etapas de la infancia, la enferme-

dad no sólo incide en el bienestar psicológico delos niños, sino también en el de toda su familia.Estas repercusiones impactan en los procesos yfuncionamientos de la vida familiar, y se dan a tra-vés de una multitud de manifestaciones y signifi-cados de carácter sintomático, terapéutico, emo-cional y social. En general, en los niños el padeci-miento de una enfermedad y el ingreso a un centrohospitalario puede generarles ansiedad, estrés,depresión, dificultades para el contacto social y enla interacción con el personal sanitario, problemaspara la adherencia al tratamiento, trastornos en elcarácter o ciertos retrasos en el avance de sus desa-rrollos cognitivos. (Bordin, 2000). En particular,la enfermedad en los niños resulta ser un procesocomplejo, debido a que el tipo de respuestas yadaptación frente a sus manifestaciones varíandependiendo de factores tales como: la edad, lospatrones de crianza, las características particulares

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de vida y las condiciones socioculturales en que sedesarrollan. Estos factores determinan la maneraen que los niños asimilan el proceso de enfermedady hospitalización. Se podría decir que en etapastempranas de la vida, el vivenciar situaciones dolo-rosas de enfermedad, o circunstancias de interna-ción hospitalaria, tiene fuertes repercusiones psico-lógicas sobre el niño y su entorno familiar. (Sierra,1999; Ajuriaguerra, 1990).

En este sentido, las características y los déficitinherentes a la hospitalización infantil han sidoampliamente discutidos dentro de la literaturacientífica. Yougblut y Brooten (1999), demostra-ron que cuanto más edad tienen los niños y másreciente sea la hospitalización, hay efectos másnegativos en el área del comportamiento, manifes-tándose en conductas agresivas y de regresión oreaparición de modelos sociales inmaduros. Estosautores señalaron que un factor protector sobre losefectos psicológicos de las hospitalizaciones en losniños mayores es haber recibido cuidados- de adul-tos significativos, y haber sentido que el personalasistencial, eran quienes les acompañaban en elproceso, brindándoles afecto y consideración.

Según del Barrio, (1990) en su obra “la com-prensión infantil de la enfermedad” los niños sonconscientes desde pequeños de lo que implica laenfermedad y sus consecuencias. En su libro, argu-menta que los niños, en términos generales, pue-den dar explicaciones del origen, evolución y tra-tamiento de la enfermedad que van desde simplesanotaciones o explicaciones a otras que incluyenya disertaciones muy especificas o detalladas delproceso. Por tanto, es de anotar que la interaccióncomunicativa que se establezca entre el profesionalde enfermería y el niño, durante la estancia hospi-talaria, se convierte en un elemento clave, que con-tribuye a que el niño acompañado de su familia,pueda identificar algunos elementos que ayuden aconstruir una visión comprensiva de la situación, yque a su vez le permitan estabilizar sus emociones,conduciéndole a una mejor adaptación ante lanueva experiencia (Whaley y Wong, 1989). SegúnPhaneuf (1993), la comunicación efectiva con lospacientes, permite fomentar una asistencia humanay más personalizada, lograr la cercanía al pacientey a su vez poder negociar y/o acordar, conjunta-mente con él, los cuidados.

JUSTIFICACIÓNTeóricamente, en España, la población infantil,

al parecer, se está beneficiando menos de las pro-puestas en materia de salud, que la comunidad deadultos (Kunh, 2002). Los indicadores sanitariosreportan que cada vez es más preponderante uncambio en el patrón epidemiológico, el cual, esti-ma un serio aumento de las enfermedades crónicasinfantiles. Estos datos plantean lo siguiente: hayenfermedades que tienden a presentar una inciden-cia creciente, entre las cuales están: la presencia deprocesos alérgicos, la iatrogenia, las neoplasias, lasenfermedades crónicas, (respiratorias, oncológi-cas, traumáticas e inmunológicas) y la patologíasocial y mental, siendo para esta última de especialrelevancia: el déficit de atención con hiperactivi-dad y los severos desórdenes psiquiátricos. (Peiro,Casanova, Colomer, Colomer, Ferrero, et al,. 1997;UNICEF, 2002).

Autores como Revuelta y cols, (2004) afirmanque “la infancia en España es percibida como ungrupo poblacional que necesita escasa atención yrecursos”. Estos autores apoyándose en otros estu-dios consideran que, “… las causas de esta imagen,guarda relación con la mejora de la supervivencia,el escaso peso relativo poblacional y la investiga-ción científica centrada en la predicción de lasenfermedades en la edad adulta”. El análisis, reali-zado por estos autores, refiere que los temas espe-cíficos de la infancia, aparecen como comentariosreferidos a alguna tabla sobre vacunaciones, edu-cación de salud en las escuelas, salud buco-dental,nutrición, consumo de drogas entre otros, pero nose tiene en cuenta lo que realmente experimenta elniño en diferentes contextos (la familia, la salud,las relaciones, sus vivencias) y la aparición enescena de nuevos condicionantes sociales y desalud. Finalmente se quedan de lado los factoresque influyen en la calidad del ambiente, los estilosde vida y las conductas del niño, los cuales son losque actualmente plantean nuevos desafíos en mate-ria de salud (Earls y Carlson, 2001).

Consecuentemente, Castro (2005) realiza unplanteamiento al respecto y es que para equipararlas necesidades de salud, protección y participa-ción social de los niños desde la asistencia sanita-ria, se requiere de la formulación de propuestas deinvestigación que contribuyan a mejorar las condi-

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ciones de atención hospitalaria y de salud de lapoblación infantil. Estas propuestas requieren estarencaminadas a promover la maduración psicoafec-tiva y social del niño, el reconocimiento de susderechos; asegurándoles el bienestar a través de laactivación de estrategias asistenciales que busquenla disminución de riesgos y el mantenimiento de sucalidad de vida.

A su vez, algunos autores consideran que laatención sanitaria para la población infantil (delbinomio niño–familia), debería estar diseñadadesde un movimiento cuyo origen y nexos sean losderechos de los niños. Lo que vendría a promoverestrategias de educación en salud y de promocióny prevención, dentro de los servicios asistenciales,encaminadas a potenciar el rol protagónico delniño en el cuidado de su salud, tanto para la parti-cipación en toma de decisiones, como también enel derecho que tiene de recibir explicaciones einformación clara, y a la confidencialidad (BritishMedical Association, 2001). En este sentido, laconvención de los derechos de los niños, en el artí-culo 12, resalta el derecho a que el niño puedaexpresar su opinión en todos los asuntos que loafectan, que ésta sea tenida en cuenta, en funciónde su edad y madurez.

Efectivamente, mostrar éste panorama de laatención de salud de los niños, explica la impor-tancia de implementar estrategias que contribuyanen el bienestar integral del niño y su familia dentrode la asistencia sanitaria. Además que justifica laimportancia de indagar, en el ámbito asistencial,acerca de todos aquellos aspectos que tengan rela-ción directa, con la forma en que el profesional deenfermería se está relacionando con el niño y sufamilia. En otras palabras, en la atención de enfer-mería, es necesario valorar todos aquellos aspectosque tengan relación directa con la forma en comovivencian la enfermedad, la hospitalización, lasrelaciones con los sanitarios, el proceso de aten-ción y de interacción con sus cuidadores, e identi-ficar factores que estén incidiendo positiva o nega-tivamente en dicho proceso. Dicha valoración,finalmente, podría mejorar la comprensión decómo el niño está experimentando los procesos desalud-enfermedad, dentro del hospital.

Actualmente, la comunicación efectiva con lospacientes, ha sido reconocida como “la piedra

angular” a trabajar e investigar, si a nivel asisten-cial, se quiere contribuir a mejorar las condicionesde bienestar y de atención de los niños ((Rubio,Cabezas, Aleixandre, Fernández y Jiménez, 1998;Nova, Vegni y Moja, 2005). Al respecto hay auto-res que describen que ésta interacción comunicati-va con los pacientes pediátricos, es un aspecto delcuidado, potencialmente estresante, y en ocasio-nes, de difícil manejo para los profesionales deenfermería, al parecer, las razones para que estacircunstancia se presente son de diversa índole,pero, la que los profesionales manifiestan como demayor relevancia es que se requiere del conoci-miento y de la posesión de habilidades específicas,además, hay que tener cualidades relacionales yactitudes que faciliten la comunicación (Watson,Kieckhefer y Olshansky, 2006) .

Estado de la cuestión Aún continúan existiendo dificultades para

mejorar la atención sanitaria de la infancia, estodebido a que generalmente los niños son silencia-dos y no son tenidas en cuenta sus opiniones den-tro de la misma, (Dimateo, 2004; Dulmen, 2002;Nova, Vegni y Moja, 2005) además, en el campode la investigación acerca de las condiciones deatención sanitaria de la población infantil, y susposibles mejoras, se ha venido abordando la enfer-medad desde la perspectiva de los profesionales yde los padres, dejando de lado, la experiencia quevive el propio sujeto “el niño”, (Bibace y Walsh,1980) una de las razones para que se presente estasituación, es que precisamente el paciente pediátri-co, se le ha visto como un ser indefenso, un objetode cuidado más que un sujeto que puede implicar-se dentro del mismo, subordinado a las opinionesy/o decisiones que consideren los adultos, portanto, no se le ha considerado un ser activo, parti-cipativo, receptivo y pensante (Board, Ryan-Wenghger, 2003; Buneson, et al., 2001), situaciónque muchas veces hace que el niño pase a ser con-siderado como un ser no competente tanto en apor-tar información sobre sí mismo, cómo en la per-cepción que él elabora acerca de su estado desalud.

Para los investigadores esta claro qué la comu-nicación honesta con los niños acerca de su enfer-medad y tratamiento es una tarea más sensible y

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compleja frente a la que se establece con pacientesadultos y necesariamente está condicionada por lasdiferentes edades de los pacientes pediátricos, suscapacidades cognitivas, sus comportamientos, lacondición física y psicológica del individuo elestadio de la enfermedad y el tratamiento estable-cido (Diez, 1997; Eden, 1994; Foley, 1993;Greenberg, 1984; Last, 1996; Nathanson, 1984Levenson, 1982; Mercer, 1997).Teóricamente, unode los objetivos y retos que los profesionales deenfermería tienen cuando se comunican con losniños, es el de iniciar cambios en sus conductas ycomportamientos en salud, éstos según el caso,pueden ser de carácter preventivo o curativo. Estasintervenciones pueden, a su vez, incidir en el bie-nestar integral de los niños hospitalizados. Si elcaso es iniciar cambios de comportamiento ensalud, es importante comprender el estado emocio-nal del paciente, y para tal fin es preciso reconocercuáles son los sentimientos y percepciones quedurante la estancia hospitalaria el niño ha ido cons-truyendo de su experiencia, de las interrelaciones,del cuidado, en si de la atención en enfermería.(Rubio, Cabezas, Aleixandre, Fernández yJiménez, 1998; Kozzier, Erb y Oliver, 1993).

Otros estudios, respaldan la importancia de lacomunicación aludiendo a que todas las interven-ciones que los profesionales de salud, realicenbasadas en la comunicación efectiva, pueden bene-ficiar a los niños y sus familias de muchas formas.Por ejemplo, les puede ayudar, a entender mejor elproceso que experimentan, a ser más capaces deafrontar su enfermedad y las circunstancias hospi-talarias, a estar preparados para los procedimientosmédicos o quirúrgicos a los que pueden ser some-

tidos, a disponer su salida del hospital y su retornoal colegio, a su entorno social, además de si se pre-senta cualquier recaída, poder tolerarla mejor.(Eden, 1994; Grenberg, 1984; Harrington, 1996;Hughes, 1990; Kreuger, 1981; Nathanson, 1984;Melkyn, 2000 y Shields, 2001)

METODOLOGÍADiseño: Se trata de una investigación descripti-

va–exploratoria, basada en métodos cualitativos derecolección y análisis de datos El uso de metodo-logías cualitativas permite obtener una visión glo-bal del contexto (situación, circunstancias,ambiente hospitalario, enfermera, niño escolarhospitalizado, y otras características particularesen que se da la comunicación). Este estudio se rea-lizó en el servicio de pediatría de un hospital detercer nivel de atención sanitaria de la cuidad deAlicante - España.

Objetivos: El objetivo principal de este estudioes: comprender la dinámica del escenario hospita-lario (servicio de pediatría), así como el proceso decomunicación del niño hospitalizado – enfermera.A su vez, para conseguir el logro de éste objetivose delimitaron los siguientes objetivos específicos:Identificar los aspectos del ambiente que condicio-nan la comunicación enfermera –paciente.Relacionar factores que influyen en la interaccióncomunicativa tanto de los sujetos participantescomo del propio proceso de comunicación.

Recolección de datos: Los datos fueron reco-lectados, durante el primer semestre de 2006, con-sistió en 105 horas de observación participante,que fue orientada bajo el diseño de una guía.Además, se realizaron 10 entrevistas semiestructu-radas a niños que cumplieran los criterios de parti-cipación (realizadas en más de una ocasión, esdecir a cada niño se le entrevisto 2 veces, en dosmomentos distintos). Esta recolección de datos,también fue contrastada con otras fuentes comoentrevistas informales con las enfermeras, padres,y otro personal sanitario. Los sujetos participantesestaban conformados por el niño de 8-14 años, sufamilia y la enfermera. Con este universo de parti-cipantes lo que se pretendía era comprender cómo,donde y porqué se da esta interacción comunicati-va y los aspectos que contiene. Los datos recogidosen los diarios de campo de esta investigación, seclasificaron y analizaron de forma manual. Para el

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análisis de los datos cualitativos extraídos del dia-rio de campo y de las entrevistas, se crearon cate-gorías básicamente descriptivas (Bonilla y cols,1995). Estas categorías posteriormente fueron con-trastadas e interpretadas a la luz de teorías previaso las hipótesis que se habían elaborado de lamisma. Se utilizó los paradigmas del interaccionis-mo simbólico y el constructivismo para entender larealidad de manera holística, contextual, interpre-tativa, comprensiva y simbólica. (Northouse yNorthouse, 1992).

RESULTADOS A continuación, se realiza una presentación, a

modo de discusión, de los resultados más relevan-tes encontrados en este estudio exploratorio. Eneste apartado, se intenta describir en líneas muygenerales, el contexto de interacción comunicativade los niños hospitalizados de 8- 14 años en un ser-vicio de atención pediátrica y a su vez, comprenderlas características del proceso de comunicaciónenfermera –paciente. Por tanto, sólo se harán men-ción a las tres categorías más importantes del estu-dio que tienen relación con: los factores del con-texto sanitario que influyen en la comunicacióncon los niños y sus familias, las principales carac-terísticas del actuar profesional de enfermería fren-te a la comunicación con los niños y algunos apun-tes relacionados con aspectos que demandan losniños mismos de la interacción comunicativa conlos profesionales sanitarios.

En este estudio, la mayoría de los factores quecondicionan la comunicación, están demarcadospor los procesos rutinarios establecidos por lasmismas instituciones sanitarias. Esta estandariza-ción de la atención en salud, viene determinada porlos comportamientos históricos, sociales y cultura-les del personal de salud, y la normatividad vigen-te del sistema. Dichas formas de atención, condi-cionan la interacción comunicativa, y van dandolugar a la regularización de algunos procesos. Esasí como se definen, dentro de los servicios, for-mas de actuar con los pacientes, tipos de procedi-mientos de asistencia, distribución de funciones yse produce una determinada dinámica de los servi-cios. En un análisis reflexivo de estos elementos,se puede determinar que casi siempre en su elabo-ración e implementación, no son concertadas conlos pacientes y sus familiares y son precisamente

con ellos con los que habría que negociar el siste-ma de atención y cuidado. Esto, tendría el fin detener claridad de cuales son las demandas princi-pales que presentan los pacientes frente a la inte-racción con los profesionales sanitarios.

Categoría: Contexto de la interacción comuni-cativa

La cantidad y calidad de la información estacondicionada por las dinámicas de comunicaciónque se han creado en el ambiente hospitalario yéste factor puede estar incidiendo en la calidad dela atención sanitaria. La comunicación interperso-nal, dentro de los servicios de hospitalización,opera sistémicamente: sus características no son lasuma de los elementos que lo componen, si no elmodo en cómo se relacionan. (Maestro Hernández,2006). En primer lugar hay que entender que el sis-tema hospitalario como organización es un sistemacomplejo y abierto, formado a su vez, por diferen-tes sistemas también con iguales características(complejos y abiertos) que son los mismos profe-sionales, y éstos en ocasiones, con sus comporta-mientos, pueden facilitar o impedir el flujo de lainformación.

Estos parámetros y reglas en que se da la comu-nicación pueden variar y que se establezcan de unamanera u otra depende básicamente de los actores,de su nivel de entendimiento y de la reciprocidad ofeedback que se de entre ellos mismos. (Cibanal,Arce y Carballal, 2003). En este estudio, se logrócomprobar que cuando la interacción entre profe-sionales, sólo se realiza de manera puntual, esdecir, con el fin de demandar información rápida,técnica y precisa del estado de los pacientes, sedificulta el proceso de retroalimentación, y estopuede ocasionar pérdida de información relevantepara la atención del niño.

Categoría: Implicaciones del profesional deenfermería frente a la interacción comunicativa

El tipo de información y cantidad que suminis-tra la enfermera puede no ser suficiente para cubrirlas necesidades biopsicosociales y de bienestar delas familias y de los niños durante la estancia hos-pitalaria. Esto se debe principalmente a que lacomunicación no se pacta bajo unos objetivoscomunes, y en una interacción comunicativa condichas características, donde no hay unas ideas o

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intenciones claras de lo que se quiere trasmitir, esdifícil alcanzar el equilibrio y/o congruencia, espe-cialmente, entre la información y demandas a nivelcomunicacional que tienen los pacientes y susfamiliares, la que da el profesional sanitario yfinalmente de todo ello, la que percibe y compren-de el paciente. (Cibanal, Noreña 2005). Una prue-ba manifiesta de esto, es que el niño, en la mayoríade observaciones de éste estudio, se convierte enuna fuente de información, o incluso en un confir-mador de la información suministrada, por lospadres.

Se diría que la interacción esta básicamenteenfocada en las actividades de cuidado para con elniño. Además, es común que las interacciones conlos niños sean muy cortas y/o específicas. Cuandose quiere indagar sobre algún aspecto importante,casi siempre, se le habla en primera instancia a lospadres, y en segundo lugar, se le pregunta al niño.Las preguntas normalmente se limitan a ¿Cómo tesientes? ¿Cómo estás? También se observó que enalgunas de las interacciones verbales con los niñoslas enfermeras utilizan: una entonación muy baja,formulaban preguntas cerradas, pausaban las inter-venciones que conducían a que se cerrara el diálo-go. En este sentido está ampliamente documentadoque para mantener una actitud receptiva, abierta ycomprensiva con los pacientes se requiere el uso depreguntas abiertas como “¿Qué le parece esto?,¿Qué piensa usted?”, éstas a su vez, deben estarformuladas en un tono de voz constante y firme.(Candib, 1995).

En la mayoría de las observaciones del día adía, se logró capturar que muchas de las interac-ciones que la enfermera establece con el niño y sufamilia, principalmente están basadas en propor-cionar o suministrar información. Dicha informa-ción va centrada en aspectos que demande la fami-lia para el cuidado del niño, por ejemplo, si el niñose puede bañar o no, qué manejo tener con la heri-da, el estado de salud, entre otros aspectos. Laenfermera también hacía recomendaciones sobreconductas en salud, o de cambios de comporta-miento que deberían adoptar los niños frente a laestancia hospitalaria.

Es importante resaltar el tipo de estrategias quelas enfermeras utilizaban para ser empáticas con elniño, bien para obtener respuestas positivas en la

interacción, o simplemente con el fin de acercarsea él. En este sentido, las enfermeras utilizan la son-risa (natural o de cortesía) para comenzar o finali-zar una interacción con los niños y sus familias,ellas también hacen bromas, o usan palabras o ges-tos cariñosos para animar a los niños. Tambiénintentan explicarle al niño los procedimientos demanera sencilla, y para ello se valen de sus herra-mientas de trabajo. Por ejemplo, si se trataba de unniño menor (7 - 9 años) le obsequian un guante, ledan curitas o solicitan su apoyo durante la curaciónde la herida, entre otras. En el caso de un niñomayor (9 en adelante) mientras realizaban la inter-vención dialogaban con él acerca del proceso tera-péutico, explicándole, el por qué retiran un medi-camento, cómo le están curando, animándoles deforma que se disminuya la ansiedad que puedamanifestar frente al procedimiento, o la que gene-ra la misma estancia hospitalaria.

En síntesis, la comunicación es un aspectoimportante del trabajo de la enfermera y en muchasocasiones ésta se reduce a la simple información, oa un intercambio de palabras, que poco realzan laparticipación del paciente en el cuidado. Por tanto,podría estar siendo insuficiente el conocimientoque se tiene y que se indaga sobre las condicionesde vida (antecedentes, comportamiento, desarrollo,estado anímico entre otros), o sus actividades coti-dianas dentro del hospital, su adaptación a la estan-cia y comprensión de la enfermedad. Es posibleque la enfermera, durante la interacción, pienseque los cuidados que ofrece a los niños son capta-dos como tal por éste, sin comprender que él per-cibe más los sentimientos y las emociones que elbeneficio de los cuidados (Kreisler, 1990).

Sería importante que la enfermera conociera dela demanda real de interacción y de su importancia,a modo de utilizar espacios para compartir signifi-cados y percepciones con los pacientes y sus fami-liares. En palabras de Zoppi y Epstein, (2001) “lasubjetividad mutua supone la creación de signifi-cados compartidos. Éste es el proceso a través delcual entendemos a los demás y los demás nosentienden”. Stewart y colaboradores (2000) dicenen su estudio que cuando el paciente percibe quetiene puntos en común con el profesional sanitariolos resultados mejoran, existiendo una menor pre-ocupación sobre la enfermedad, una mayor satis-

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facción que hace que haya menos demandas frenteal cuidado.

Implicaciones del niño en la interacción comu-nicativa con los profesionales de enfermería

De las observaciones se logró comprobar que elniño aprende y reconduce sus percepciones delentorno y de si mismo si se siente valorado y reco-nocido por las personas que lo rodean dentro delcontexto en que se encuentre. Por eso es fácil verque el niño siempre responde positivamente al estí-mulo afectivo de los profesionales sanitarios. Éstossonríen, se reconfortan, se animan, se divierten y aveces hasta esperan que sean visitados por el médi-co o la enfermera, llegando a preparar actividadespara enseñárselas durante la visita.

De las entrevistas realizadas, se puede ver quelos que comunican, explican y organizan el mundodel niño son los padres o cuidadores principales.Casi siempre, son ellos, los que dan la explicacióninicial de lo que sucedió, el por qué de la hospita-lización, cómo va el día a día, la evolución de laenfermedad, los cambios. Un aspecto importantede este punto es que los niños tenían una idea clara(según sus referentes cognitivos) de la enfermedad,daban una explicación apropiada, y acorde con sudesarrollo, de lo que les había sucedido. Esta expli-cación a veces la daban de forma estructurada y enotras, aunque no usarán un léxico claro, sí teníanideas precisas del motivo de la hospitalización y dela misma enfermedad, es decir, aunque no pudieranorganizar bien la información, en la transmisióndel mensaje, siempre dejaban claro lo que les había

sucedido. Es importante esclarecer que la calidad ycantidad de información que brinda el niño depen-de de su estado emocional, es decir, si el niño seencuentra aburrido, cansado, o ansioso por laestancia hospitalaria, muchas veces no está en dis-posición de brindar información suficiente o la quebrinda es pobre en contenido.

De las observaciones y entrevistas se logró cap-tar que los estímulos relacionados con: relacionesinterpersonales, cuidados, información y trato, sonfundamentales para el bienestar del niño y su fami-lia. Así mismo, se deduce que según lo positivaque fuera la percepción general del niño de la hos-pitalización, la actitud del niño frente a la interac-ción con los profesionales, la aceptación de proce-sos, y colaboración en procedimientos mejoraba.Por tanto, podría parecer lógico señalar que si losniños tienen una percepción positiva de la interac-ción enfermera –paciente, mejoran su animosidad,disposición y adaptación frente a la estancia hospi-talaria y recuperación, repercutiendo esto, directa-mente, en el bienestar psicosocial del menor y sufamilia durante la hospitalización. A nivel discipli-nar, se hace importante para enfermería profundi-zar e investigar sobre cómo comprenden, aceptary perciben el proceso de enfermedad, atención deenfermería y hospitalización.

CONCLUSIÓN Y DISCUSIÓNA modo de síntesis, se determina que, por

medio de la comunicación con el paciente pediátri-co, éste puede, descubrir diferentes perspectivasacerca de su estado de salud, ganar confianza fren-te a la toma de decisiones, y ampliar el entendi-miento de la vivencia de la enfermedad infantil.Por tanto, la comunicación enfermera, con el niñoes propuesta bajo una interacción cara a cara, demanera dinámica y creativa, para que el niño sien-ta la confianza suficiente de aportar datos sobretodas sus percepciones y sentimientos, y a su vezexplorar en profundidad su esfera afectivo-social.Para ello, el tipo de las respuestas que se le brindeny la forma en que se lo comuniquen juegan unpapel primordial. Particularmente, con los resulta-dos de este estudio puede profundizarse en que laspercepciones de un niño están más unidas al tipode experiencia que viven, que a la fase de desarro-llo en que se encuentran.

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En este sentido, aún se requiere de una mayorindagación de lo que significa la enfermedad y elproceso de hospitalización para el niño y su fami-lia (Sartain, et,al., 2000; Melkyn, 2000 yToomlinson, 2002). Lo que se buscaría es que através del desarrollo de un mayor número de inves-tigaciones, se mejore el conocimiento de los aspec-tos cualitativos y subjetivos que rodean la expe-riencia hospitalaria del niño y su familia, y se esti-mule la interacción directa de los profesionalessanitarios específicamente enfermería con el niñohospitalizado (Miczo, 2003). Al respecto Alarcón(2001) nos dice lo siguiente: el desafío consiste enestablecer una acción comunicativa con el pacien-te para que se logre entenderse el contexto de laenfermedad desde el punto de vista del mismo, yéste sea un punto de partida importante para eldiseño de su plan de atención.

En este acercamiento a las percepciones querealiza el niño de la interacción comunicativa, sepuede afirmar que fundamentalmente la capacidadadaptativa en el hospital se desarrolla, abriendoposibilidades de escuchar, confrontar, analizar lasnarraciones y opiniones propias de los niños conlas del adulto, favoreciendo la producción y escu-cha de experiencias y opiniones del niño, garanti-zando el respeto hacia lo que los niños dicen ycómo lo dicen. Esto contribuye a fortalecer la iden-tidad de los niños, gestando situaciones en las quepuedan ir descubriendo la importancia de ejercer elderecho a la palabra, a que se les escuche y setenga en cuenta lo que piensa y siente, favorecien-do la seguridad en si mismos y en los demás.

Algunos autores (Scolnik, Atkinson, Hadi,Caufeild y Young, 2003; Calgano, Lunardi yWilson, 2000; Souza, Ribeiro, Ecckert, 2003) sus-tentan que profundizar en estos aspectos de lacomunicación en enfermería, específicamente, enpacientes pediátricos, permitirá que el niño, a tra-vés de los contactos con los profesionales, genereconfianza y se le reconozca como un sujeto pen-sante y participativo dentro del sistema de cuidadode la salud. Además, se potencia el que desde lainfancia, el ser humano, se sienta coparticipe de supropio cuidado.

En este sentido, dentro del cuidado asistencial,el papel de enfermería en programas y actividadesrelacionadas con la promoción de la salud, preven-

ción de la enfermedad, educación sanitaria, yfomento del bienestar integral de los niños y sufamilia es fundamental. Tal vez en la implementa-ción de programas hospitalarios y estrategias deenfermería, es que se podrían encontrar solucionespara que en la atención infantil se reduzca el tiem-po de estancia y permanencia hospitalaria, se favo-rezcan las experiencias dentro del hospital y seayude al niño y su familia a comprender mejor suproceso de salud –enfermedad, preparándoles efec-tivamente para el retorno a casa y su integraciónsocial (Requejo 1997).

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EL CUIDADO DEL OTROUN ESTUDIO SOBRE LA RELACIÓN ENFER-MERA/PACIENTE INMIGRADOEdicions Bellaterra, Barcelona, 2008

La inmigración se ha situado en España en elcentro del debate político, social y cultural. Esteinterés también se ha trasladado al campo sanita-rio, donde la inadecuación de los dispositivos sani-tarios provocó, en su origen, ciertos desajustes enla asistencia sanitaria y en la relación profesio-nal/paciente inmigrado.

El Cuidado del otro es un libro que trata darrespuesta a numerosas preguntas que se hacen lasenfermeras con respecto al paciente inmigrado¿Cuáles son sus necesidades específicas de cuida-dos? ¿Cómo relacionarse con ellos? ¿Cómo perci-ben la atención que se les da? Y sobre todo ¿quénuevos conocimientos son necesarios? No se tratade una aproximación a la temática migratoriadesde la clínica, ni desde la epidemiología, sinoque más bien es un enfoque de carácter antropoló-gico, basado en un trabajo de campo etnográficoque trata de conocer de cerca cómo se produce elencuentro con personas procedentes de diferenteshorizontes y culturas, dando el protagonismo, estoes, la palabra, a los propios interesados, enfermerasy pacientes inmigrados.

La investigación, realizada en dos hospitales ycuatro centros de salud de la red pública madrileñatiene como objetivo general obtener una mejorcomprensión de los factores que intervienen en larelación enfermera/paciente inmigrado, con el finde favorecer un debate profesional para la adapta-ción de la práctica de los cuidados a la nueva situa-ción creada por la afluencia de la población inmi-grada a las instituciones sanitarias.

Los resultados ponen en evidencia la estrecharelación entre el hecho migratorio y el manteni-miento de la salud, apuntando a la existencia dedos procesos o itinerarios fuertemente relaciona-dos: el proceso migratorio y el procesosalud/enfermedad/atención. Dos caminos insepara-bles, que se mezclan, se entrecruzan, por lo que

puede decirse que la salud del inmigrado dependeen gran medida, del grado de inserción del migran-te en la sociedad autóctona.

El autor resume sus hallazgos en forma de 12tesis que recogen tanto el contexto del pacienteinmigrado, como el de los profesionales de enfer-mería, así como el de las instituciones sanitarias.Entre ellas cabe destacar las siguientes: La supera-ción de problemas y recelos iniciales en la relaciónentre profesionales y pacientes inmigrados, hadado paso a una fase de conocimiento mutuo yfamiliarización a la que el autor denomina procesode habituación; el establecimiento de prácticasaltamente mecanicistas e impersonales, afecta atodo tipo de pacientes, pero de forma especial alpaciente inmigrado, cuyas demandas particulares,chocan con la resistencia de las instituciones ahacer distinciones, en el sentido de que las normasson para todos y no se pueden hacer diferencias;las enfermeras con un contacto profundo y cerca-no con estos pacientes son capaces de relacionarlos problemas de salud con el contexto social delproceso migratorio. Por el contrario, aquellas conmenor proximidad al inmigrado mantienen unapercepción menos positiva y más estereotipada.

Manuel Moreno en sus propuestas finales plan-tea la necesidad de una “mirada cercana” al inmi-grado que permita verle tal como es realmente y nocomo lo presenta el interesado discurso mediático.Es necesario, dice, estar atento a la naturaleza delos nuevos racismos, que hoy tienen como base lacultura; propone el enfoque antropológico en elcuidado del paciente inmigrado, pues permitedesde el análisis de los factores sociales y cultura-les ir más allá de la concepción de la enfermedadcomo desequilibrio biológico. El libro es, en defi-nitiva, una invitación al diálogo, al consenso inter-cultural y a retomar los valores del cuidado pro-moviendo una práctica profesional basada en unmodelo holístico que conciba a la persona como unser total con unas dimensiones biológicas, socialesy culturales.

Mª del Carmen Solano Ruiz

BIBLIOTECA COMENTADA

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1er. Semestre 2008 • Año XII - N.° 23

MISCELÁNEA

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DIARIO DE UNA ENFERMEDAD MENTALRamos Bernal, Antonio (2007) ECU, Alicante.

En esta obra el autor afronta de forma tanvaliente como pertinente, el difícil reto de describirla vida de un enfermo mental (esquizofrénico)mediante la construcción de un relato autobiográfi-co. Nadie mejor que él para explicar sus pensa-mientos la órbita de sentimientos que giran entorno a aquellos. Nadie más apropiado para narrarlos problemas a los que tiene que hacer frente juntoa su familia, amigos, personal sanitario, etcétera.El autor nos describe las diferentes fases por lasque pasa su enfermedad y los riesgos que suponecada una de ellas. Presenta su realidad narrándoladesde diferentes planos: social, institucional, fami-liar, profesional, ocio, amistad, sexo y amor; por-que considera que su enfermedad afecta global-mente su existencia y debe hacer frente a esa pro-

blemática transversal que apenas le deja un resqui-cio para poder escapar. Habla de forma sincera yabierta de la necesidad de insertar laboralmente alos enfermos mentales y de evitar que estas perso-nas se transformen de forma prematura en personalpasivo (pensionistas o mediopensionistas); sostie-ne la importancia de la normalización socialmediante el mantenimiento de las amistades y laparticipación en diferentes esferas institucionales,educativas y deportivas; aboga por la serena adap-tación del sexo y el amor guardando un equilibrioentre la necesidad de ambos y sus respectivas for-mas de satisfacción; defiende la autonomía respon-sable y “acompañada” de los enfermos mediantesistemas como los pisos tutelados; explica el granpapel que la familia tiene en todo el proceso; etcé-tera.

Asimismo, presenta de forma crítica y autocrí-tica el tema del tratamiento: “la calidad del trata-miento psiquiátrico no debe centrarse exclusiva-mente en la administración de medicación; los psi-quiatras también deben tener destrezas propias delos buenos psicólogos y orientadores, por el simplehecho de que las personas que padecen esquizofre-nia y sus familiares desconocen las característicasde la enfermedad” (Ramos, 2007:39). En estemismo sentido, afirma que la” pose” de superiori-dad profesional que muchas veces caracteriza elpapel del psiquiatra sólo genera malestar tanto enla familia como en el propio enfermo. Uno de lostemas que más le preocupan consiste en los efectossecundarios de la medicación: “los neurolépticos,tan necesarios para luchar contra el exceso dedopamina en el cerebro (responsable de las aluci-naciones)” (Ramos, 2007: 46). También deja un

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GÉNERO Y ANTROPOLOGÍA SOCIALYolanda Aixela CabréDoble J, SL - 2005

Yolanda Aixela es doctora en Antropología yprofesora de la Universidad de Alicante. En sulibro “Género y Antropología Social” ha tratadode poner de manifiesto la influencia de la cons-trucción social de los sexos, para ello realiza unimportante recorrido histórico sobre los diferentesestudios antropológicos centrados en el género

que abarca desde concepciones basadas en la deter-minación biológica de los roles sociales hasta laconsideración del mismo como una construcciónpuramente social. Asimismo presenta de formacrítica las diferentes propuestas teóricas desde laperspectiva de género en la historia de la antropo-logía social. La lectura de este libro ayudará al lec-tor a introducirse en los conocimientos acerca dela antropología del género.

Mari Carmen Solano Ruiz

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hueco para describir cómo se produce, se vive y serecuerda la marginación que provoca la enferme-dad en general y los episodios alucinatorios en par-ticular. Finalmente, también se reconforta y nossosiega mediante la afirmación en la que sostienelos beneficios que pueden provocar a las personas

el trato con enfermos mentales. En definitiva, setrata de un testimonio autobiográfico de gran valorpara todo el mundo, pero especialmente para pro-fesionales y personas que están en contacto con laenfermedad y los que la padecen.

José Siles Gonzalez

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