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Don Benito El crimen de Inés María Patricio Chamizo Drama histórico basado en un hecho real. PERSONAJES JOAQUÍN COSTA. COMANDANTE. PAREDES. TENIENTE. FALCÓN. SARGENTO. LÓPEZ. JUEZ. CARRASCO. FISCAL. ENGRACIA. PRESIDENTE. CASTEJÓN. DEFENSOR . TOMÁS. DEFENSOR . CIDONCHA. DEFENSOR . RANDO. PROCURADOR. AMA. ACUSADOR PRIVADO. DOCTOR. ACUSADOR PÚBLICO. EL JURADO. Labradores, hombres y mujeres del pueblo, serenos, un ciego. Guardias municipales, guardias civiles, testigos, un escribano, un magistrado ponente, un relator. 1

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  • Don BenitoEl crimen de Ins Mara

    Patricio Chamizo

    Drama histrico basado en un hecho real.

    PERSONAJES

    JOAQUN COSTA. COMANDANTE.

    PAREDES. TENIENTE.

    FALCN. SARGENTO.

    LPEZ. JUEZ.

    CARRASCO. FISCAL.

    ENGRACIA. PRESIDENTE.

    CASTEJN. DEFENSOR 1.

    TOMS. DEFENSOR 2.

    CIDONCHA. DEFENSOR 3.

    RANDO. PROCURADOR.

    AMA. ACUSADOR PRIVADO.

    DOCTOR. ACUSADOR PBLICO.

    EL JURADO.

    Labradores, hombres y mujeres del pueblo, serenos, unciego. Guardias municipales, guardias civiles, testigos, un

    escribano, un magistrado ponente, un relator. 1

  • PRLOGO

    CUADRO PRIMERO

    Al levantarse el teln, los focos se proyectan sobre unazona de la izquierda del escenario, permaneciendo el resto

    en la oscuridad. La escena representa la antesala de unprostbulo. Un tosco mostrador con botellas y vasos bocaabajo, alguna silla de enea; varios farolillos y guirnaldaspretenden, sin conseguirlo, quitar rusticidad al ambiente.Hacia el lateral izquierdo, una puerta tapada slo por una

    cortina da paso al interior.

    En escena tres mujeres jvenes, que por su atuendo ymaquillaje salta a la vista que son prostitutas; una cuarta,mayor que las anteriores, menos aparatosamente vestida,

    pero ms maquillada, soporta con evidente congoja ytemor la reprimenda del quinto personaje que completa elcuadro. Se trata de CARLOS GARCA DE PAREDES, de

    cerca de treinta aos, alto, esbelto, pelo corto peinadohacia delante, gran mostacho, muy bien vestido, aunque

    desaliado por su estado de embriaguez. Las tresprimeras mujeres permanecen muy juntas acurrucadastras el mostrador, buscando instintivamente proteccinentre s. La mayor, duea del burdel, es zarandeada por

    PAREDES.

    EMPIEZA LA ACCIN.

    PAREDES.- (Colrico.) Es que no te tengo dicho que lasnuevas son exclusivamente para m y que slo cuando yo te lodiga las puedes poner al servicio de los dems?

    AMA.- (Suplicante.) S, don Carlos, lo s. Pero ustedcomprndame a m. La vida est muy mal y slo cuando traigoa una nia nueva se me llena la casa de mozos y podemos ganarunas perras. Si usted pagara bien...

    PAREDES.- Pagar bien? No te hago bastante favor con nocerrarte tu sucio burdel? Sabes de sobra que puedo hacerlo. 2

  • AMA.- S, seorito, lo s.

    PAREDES.- Entra ahora mismo en esa habitacin y echafuera al to que est con ella. Vamos! Si no vas pronto, ser yoquien le saque a patadas.

    AMA.- Don Carlos, por favor, yo no puedo hacer eso con elseorito Enrique!

    PAREDES.- Conque es ese sietemesinos el que me la estpisando?

    AMA.- S, seorito. Don Enrique es muy buen cliente y unapersona muy distinguida, aunque no tanto como usted. O creeusted que a una nia virgen se la voy a dar yo a cualquierbotarate para que la desgarre? Si usted hubiese venido mediahora antes se la habra dado a usted. El seorito Enrique pagamuy bien y slo se acuesta con vrgenes. A usted le da igual contal que sea guapa y hermosa.

    PAREDES.- Ese seorito de mierda no es ms que un cretino.Ahora se va a enterar de quin soy yo.

    (Inicia el mutis, muy decidido. El AMA se pone delante dela puerta y trata de impedir que entre PAREDES.)

    AMA.- No, don Carlos, no entre usted! Me armarn unescndalo y me pondrn una multa.

    (PAREDES la empuja bruscamente y pasa al interior. ElAMA le sigue angustiada y, ya dentro, suplica.)

    Por lo que ms quiera, seorito, deje que termine y se vaya!

    (Pausa. Se oye el grito de una joven y varios golpes decosas que caen y se rompen. A trompicones entra un joven

    desnudo y con las ropas en las manos, se tapa tanpudorosamente como las circunstancias le permiten. Tras

    l entra PAREDES seguido del AMA, desconcertada yllorosa. Las tres jvenes se ocultan tras el mostrador.) 3

  • PAREDES.- (Al joven desnudo.) Fuera de aqu, te he dicho!A sa no la monta nadie antes que yo! Fuera!

    (Le da una patada en el trasero y el joven desaparece porla derecha. En la puerta, tapndose superficialmente con

    unas enaguas, aparece una jovencita muy asustada.PAREDES la ve.)

    T, lvate bien esa sangre que ahora voy contigo.

    (La nia est tan asustada que no reacciona.)

    Vamos, deprisa!

    (La nia se va. PAREDES saca unas monedas del bolsillo ylas pone ruidosamente sobre el mostrador.)

    Toma, para que no digas que no pago! Como vuelvas ahacerme otra faena como sta, te cerrar la casa!

    (Se va por el interior. El AMA, despus de observar susalida, va al mostrador, se sirve una copa de aguardiente e

    invita a las otras tres.)

    AMA.- Dios mo, Dios mo, este hombre me va a buscar laruina!

    (Se sirve otra copa. Las cuatro estn muy angustiadas ynerviosas. Pausa. Por la derecha entran una pareja de

    GUARDIAS MUNICIPALES.)

    GUARDIA.- Qu pasa aqu?

    AMA.- (Sonriendo y aparentando tranquilidad.) Nada,seor guardia. Ya lo ve usted. Todo est tranquilo. 4

  • GUARDIA.- Cmo que no pasa nada? Si casi se han odo lasvoces en la plaza. He visto salir de aqu a un hombre corriendodesnudo.

    AMA.- Pues, aqu todo est tranquilo.

    GUARDIA.- (Sealando la puerta.) Quin est ah dentro?

    AMA.- Cinco nias. Pero todas estn trabajando.

    GUARDIA.- Quin ha sido el que ha dado esas voces?

    AMA.- Uy! Si no han dado voces!

    GUARDIA.- Son las dos de la madrugada y esas voces alteranel orden. No tengo ms remedio que denunciaros. Dime quinha sido el que ha dado esas voces. Vamos, que salga aquinmediatamente!

    AMA.- (Con miedo.) Ha sido don Carlos Garca de Paredes.

    GUARDIA.- Ah! Est aqu. Ya me extraaba no verle por laplaza borracho, insultando a todos. Est bien; por esta vez, quepase. Pero procura no armar escndalos. Quines son los otrosque estn ah.

    AMA.- Son mozos del pueblo, buenas personas que vienen,eligen a la que le gusta, se desahogan y se van sin rechistar.

    GUARDIA.- Dame la documentacin de esa chica nueva.

    (El AMA le da una libreta.)

    Aqu faltan datos. No ser menor de edad?

    AMA.- No lo s. En cualquier caso, ah est el permiso de supadre.

    GUARDIA.- No voy a denunciarte; slo por curiosidad. Quedad tiene?

    AMA.- (Duda, le cuesta responder.) Tiene catorce aos y eravirgen cuando vino. Pero eso es muy frecuente.

    GUARDIA.- S, por desgracia. La miseria envilece a la gentey la hunde en la ignominia y en la indignidad. 5

  • (Le devuelve los papeles. Entra PAREDES, ve a losGUARDIAS y les increpa.)

    PAREDES.- Qu hacis vosotros aqu?

    GUARDIA.- Vamos de ronda, don Carlos.

    PAREDES.- De ronda, o de putas? Es que no tenis otrossitios donde vigilar?

    GUARDIA.- Omos voces aqu y hemos venido a ver qupasaba.

    PAREDES.- Ms os valdra or otras voces, y vigilar en otrossitios.

    GUARDIA.- Qu quiere usted decir?

    PAREDES.- Que las voces que tenis que or son las de esospiojosos anarquistas y socialistas que hacen mtines en suslocales. sos son los peligrosos, no estas pobres mujeres.

    GUARDIA.- Las reuniones de esa gente son legales y nopodemos entrar en el Ateneo ni en la Casa del Pueblo sinpermiso de la autoridad.

    PAREDES.- (Despectivo.) Bueno, largaros de aqu!

    GUARDIA.- (Con dignidad.) No debe usted hablarme en esetono. Estoy de servicio y soy la autoridad.

    PAREDES.- Autoridad un simple guardia municipal? Eso selo dices a los dems, no a m. O es que pretendes llamarme laatencin?

    GUARDIA.- No, seor. Pero delante de la gente no debeusted hablar as. Es un mal ejemplo.

    PAREDES.- Vaya, hombre! Ahora resulta que un destripaterrones pretende dar lecciones de urbanidad al sobrino nieto deDonoso Corts, marqus de Valdegamas, director de estudios dela reina Isabel II, abuela del Rey Alfonso XIII. Te has olvidadode quin te dio ese uniforme?

    GUARDIA.- El que yo sea guardia gracias a su padre de ustedno le da derecho a hablarme de esa forma. Estoy de servicio, soyla autoridad y usted debe respeto a este uniforme. Exijo respeto! 6

  • PAREDES.- Cerdo! Soy yo quien debe ser respetado, yo, lapersona ms importante de Don Benito! El que puede hacer quemaana mismo dejes de ser la autoridad.

    GUARDIA.- (Con gran dignidad.) Es usted un degeneradoy un sinvergenza.

    (PAREDES trata de agredirle, pero el GUARDIA esgrimesu porra para repeler la agresin. El AMA y el otro

    GUARDIA se ponen en medio de los dos.)

    AMA.- No, caballeros, aqu, no! No le haga usted caso, seorguardia, est borracho y no sabe lo que dice.

    PAREDES.- Patn, mal educado, descorts, desagradecido,te vas a enterar de quin soy yo!

    GUARDIA.- Algn da pagar usted cara su perversidad y suvileza.

    (Los dos GUARDIAS se van. PAREDES intenta seguirlos,pero el AMA se lo impide sujetndole.)

    AMA.- Sernese, seorito, por lo que ms quiera. Ande, vayacon esa nia que le est esperando.

    (Le coge del brazo e intenta llevarlo adentro, peroPAREDES se revuelve contra ella, pegndole.)

    PAREDES.- Todo ha sido por tu culpa, so puta. Te voy amatar. Te tengo dicho que a las vrgenes slo las desfloro yo.Mira el escndalo en que me has metido. Te voy a matar!

    (Las otras chicas salen en defensa de su AMA paraprotegerla de las bofetadas y puntapis de PAREDES.Logran llevrselo dentro entre dos y la otra atiende alAMA, que gimotea en el suelo, mientras se oye dentro aPAREDES repetir la ltima frase. La chica atiende al

    AMA, la levanta y le da un a copa de aguardiente.Oscuro.) 7

  • CUADRO SEGUNDO

    La escena empieza a iluminarse muy lentamente. Es elamanecer. A la derecha hay un mostrador de un bar

    donde el tabernero sirve caf y copas a dos clientes. Portodos sitios, lentamente empiezan a surgir hombres haciael bar. Es la plaza del pueblo donde los jornaleros van en

    busca de trabajo. Entran FALCN, LPEZ yCARRASCO. Son tres jvenes jornaleros entre veinticinco

    y treinta aos. FALCN lee un peridico y los dems leobservan.

    FALCN.- Toma! Cuarenta mil mineros de huelga enVizcaya.

    LPEZ.- Qu valientes son los vascos!

    FALCN.- El trabajo de las minas lo hacen pocos vascos. Lainmensa mayora son andaluces y extremeos.

    CARRASCO.- Y qu es lo que piden?

    FALCN.- El descanso dominical y la desaparicin de lascantinas.

    LPEZ.- Los mineros contra las cantinas? Qu raro!

    FALCN.- Las cantinas no son bares, como t te imaginas.Son tiendas de los patronos donde tienen que ir a comprar porobligacin, pues les pagan con vales que slo son canjeables ensus comercios.

    CARRASCO.- Qu ms trae el peridico?

    FALCN.- (Leyendo.) Malestar en Riotinto. Los minerosamenazan con ir a la huelga. El Gobierno Civil est mediandoen las negociaciones. En Jerez de la frontera los jornaleros seniegan a segar si no se les paga los treinta y seis reales que pidende jornal. Las cosechas corren el riesgo de perderse. ElGobernador ha ordenado a la Guardia Civil que concentre todassus fuerzas cerca de los campesinos.

    LPEZ.- Ser guarro el to! Y por qu las concentra cercade los patronos, que son los agresores? 8

  • FALCN.- Qu podemos esperar de una sociedad burguesay caciquil? Slo cuando el Movimiento Obrero haga larevolucin habr justicia en Espaa.

    CARRASCO.- Y que lo digas! Pero no lo digas muy fuerte.Ya sabes que los ricos nos tienen entre ceja y ceja a losmilitantes obreros.

    FALCN.- Esta tarde vendrn de la Federacin a traer losperidicos. Esta noche tienen que ser repartidos. Y que todo elmundo pague la cuota.

    LPEZ.- Aqu, lo que hara falta ser cortar el pescuezo a unpar de caciques. Sobre todo a ese chulo de Garca de Paredes.

    CARRASCO.- No me nombres a ese baboso! Por su culpacobramos jornales de hambre. Su familia es quien msjornaleros emplea y es la que marca el precio de los jornales.

    FALCN.- No seas ingenuo. Eso es lo que dicen loslabradores como excusa para no pagar ms. Si fuera al revs, yaveras lo que le haran caso. Paredes es el ms rico y todos seescudan en l. Todos son por el estilo: unos explotadores.

    CARRASCO.- Vamos a tomar una copa de aguardiente.

    (Se acercan al mostrador. Entran dos LABRADORES.)

    LABRADOR 1.- Has ledo el discurso de Joaqun Costa?

    LABRADOR 2.- S. Yo no me explico cmo le consientena ese hombre las cosas que dice. Se mete contra el Rey, contrael Gobierno y no deja ttere con cabeza.

    LABRADOR 1.- Porque eso lo dice en Madrid. All es muyfcil hablar contra el caciquismo, pero en mi pellejo le quisierayo ver aqu. Me he ledo todos los discursos de Salmern, deLerroux, de Raimundo Fernndez Villaverde. Todos iguales.Muy buenas palabras cuando vienen de campaa electoral, perodespus se olvidan de todo. Aqu, en Don Benito, y en toda sucomarca, han mandado siempre los Donoso Corts conmonarqua y con repblica y seguirn mandando siempre,aunque el mismo Joaqun Costa fuera Presidente del Consejo.

    LABRADOR 2.- En eso tienes razn. Mi abuelo fuelabrador con Isabel II y con la Repblica; mi padre lo siguisiendo con Alfonso XII y con la Regencia y yo sigo siendo 9

  • pequeo labrador con Alfonso XIII. Tres generacionestrabajando como burros, slo para cubrir sus necesidades. Sinembargo, ah tienes a los descendientes del gran Donoso Cortscada vez ms ricos y con ms poder poltico.

    LABRADOR 1.- Es verdad. Yo s lo que piensan lospequeos propietarios, como nosotros, los comerciantes y lostrabajadores. Y s lo que cada uno vota. Pues no hay manera. Enla s e le cciones salen siempre elegidos e l lo s .

    LABRADOR 2.- Eso es que manipulan las actas. Y yo squin se encarga de eso en el Ayuntamiento: Castejn, ellameculos del seorito don Carlos.

    LABRADOR 1.- se s que vive bien sin dar golpe!

    LABRADOR 2.- Para algo le colocaron en elAyuntamiento.

    LABRADOR 1.- se, sin dinero, es el ms cacique de DonBenito.

    (Se acercan al mostrador. Siguen hablando aparte losgrupos. En la parte izquierda de la escena, opuesta al bar,en una tribuna, JOAQUN COSTA pronuncia un discurso

    en el Ateneo de Madrid.)

    JOAQUN COSTA.- La forma de Gobierno en Espaa esuna monarqua absoluta cuyo rey es su majestad el cacique. Ysabis por qu, labradores? Porque sois unos cobardes!Valientes para luchar contra el poder del cielo en esas picasmilicias de la agricultura, cobardes para alzar el pie y cogerdebajo unas cuantas alimaas con nombres de caciques que ostienen sujetos a sus conveniencias y os chupan la sangre, y osroban el honor, y os hacen amarga la vida, y os convierten en unrebao sin dignidad de hombres, noventa aos despus dehaberse promulgado el santo principio de igualdad de todos loshombres ante el derecho.

    Hace algunos aos, cuando ms enardecida estaba la guerra deCuba, dije que Espaa era una nacin unisexual compuesta pordieciocho millones de mujeres. Cuando ahora vuelvo la vistaatrs y abarco con una mirada las cosas horrendas,inverosmiles, sucedidas en esos cuatro aos, y contemplo en elfondo del despeadero el inmenso rebao, mirando indiferente,con los ojos mortecinos y estpidos, a los conductores jugar consus destinos, sobre su libertad y sobre su piel, comprendo el 10

  • agravio que hice a las mujeres de entonces con aquellacalificacin. No. Espaa no es una nacin de mujeres: Es unanacin de eunucos!

    (Oscuro sobre JOAQUN COSTA. Por la izquierda ltimotrmino entra PAREDES. En su camino aparta

    hoscamente a quienes interfieren su recorrido, sin quenadie proteste por sus modales. Se dirige en lnea recta al

    mostrador, en el que estn los LABRADORES 1 y 2,FALCN, LPEZ y CARRASCO, ms los que estaban al

    principio. Es decir, completamente ocupado. Se mete entrelos dos primeros y FALCN, empujando violentamente a

    ambos para hacerse sitio. Los dos LABRADORES seapartan temerosos. FALCN reacciona dndole un golpeen el pecho y PAREDES cae al suelo. Se hace un silenciototal y todo el mundo observa la escena sin intervenir.)

    FALCN.- Seorito de mierda! A m no me empuja ni mipadre!

    (De entre los hombres surge CASTEJN y ayuda aPAREDES a levantarse. CASTEJN es de complexinfuerte, de unos cincuenta y cinco aos y con el pelo

    totalmente blanco.)

    CASTEJN.- (Aparte, a FALCN.) No sabes bien en el loque te has metido. Esto que has hecho es gravsimo. (APAREDES, muy servil.) Don Carlos, est usted indispuesto. Leacompaar a su casa.

    (PAREDES se zafa de CASTEJN y mirando a FALCNle increpa con dedo acusador.)

    PAREDES.- T, piojoso anarquista, o socialista, o lo queseas, ya puedes coger el hato y marcharte de Don Benito, porquete voy a machacar vivo por todos lados!

    FALCN.- Ya s lo que te propones, porque lo has hecho conotros. Pero si me tengo que ir, no ser antes de cortarte elpescuezo. 11

  • PAREDES.- (A todos los presentes.) Orme todos! Al quecoja a este tipejo para trabajar ya me encargar yo de hacerle lavida imposible. Ni trabajo ni limosnas! Fuera de aqu estachusma! Ya sabis todos que no amenazo en vano.

    (Se va, furioso, por el lateral izquierdo, rechazando aCASTEJN, que intenta acompaarle. ste, al serdesdeado por PAREDES, vuelve al mostrador. El

    LABRADOR 1 se acerca a l y todos le miran.)

    LABRADOR 1.- Don Ramn, usted que es influyente, hablecon el padre de esa fiera. Ese seor es un caballero e impedirque su hijo nos haga algo malo.

    CASTEJN.- Influyente yo, un simple oficial delAyuntamiento?

    (Entra un grupo de MUJERES con cestas colgadas delbrazo y quedan detrs, observando lo que ocurre.)

    LABRADOR 2.- Usted es el brazo derecho de esa familiaen el pueblo.

    FALCN.- No le diga nada. No necesito su ayuda, ni laquiero. Este es otro cacique ms.

    CASTEJN.- Yo un cacique?

    LPEZ.- S, hombre s! Ya sabemos todos que te encargas decomprar votos para ellos por un pan y el que hace las actasdespus de las votaciones, para que siempre salgan elegidos losque ellos quieren.

    CASTEJN.- Eso es mentira! Yo estoy al servicio de todoel mundo para informar, para rellenar impresos, para hacer dehombre bueno en repartos de herencias y litigios de todo tipo.

    LABRADOR 2.- Pero tiene mucha influencia con los ricos.Intervenga ante ellos para que don Carlos no nos amargue lavida.

    CASTEJN.- Este asunto es muy feo. ste le ha tirado alsuelo y eso no lo ha hecho nadie en Don Benito. Nadie detendrsu venganza. 12

  • FALCN.- A m no me asusta se ni toda su casta entera.

    LPEZ.- Ya es hora de que alguien le pare los pies a eseseorito!

    CARRASCO.- Y si intenta algo contra ti, nosotros tedefenderemos.

    (De entre las MUJERES surge ENGRACIA. Es una mujerde unos cincuenta aos, aunque ms envejecida.)

    ENGRACIA.- A Falcn no hace falta defenderle porque tienesuficientes redaos para defenderse solo. Quienes necesitandefensa son vuestras mujeres y a vuestros hijos. Veis estascestas que llevamos? Con los jornales que ganis slo de mierdala podemos llenar. Vuestros hijos, esas criaturas desmayadas sonlas que necesitan que las protejis, y no a Falcn. Pero no soiscapaces de luchar por vuestros hijos porque sois unos cobardesque os aguantis con todo lo que os quieren hacer, y nosotras, ylos nios, pagamos las consecuencias de vuestra cobarda. Esque no sabis que muchos de vosotros sois cornudos porque losseoritos se han acostado con vuestras mujeres, que se entreganimpotentes para que no os falte trabajo? Lo sabis, pero a mal demuchos... Slo os falta que os bajis los pantalones para os dena vosotros tambin. Maricones! Ah tenis un hombre valienteque se enfrenta con las injusticias! Aprender de l para nodejaros avasallar!

    CASTEJN.- Cllese usted y no excite a la gente!

    ENGRACIA.- Que me calle? Pues slo me faltaba quedespus de lo que me han hecho me tenga que callar encima!Tres hijas como tres soles tengo y a las tres me las hanemputecido esos canallas! Pero, no soy yo sola. Todos losburdeles estn llenos con las hijas de los pobres, incluso denias que an no son mujeres. (A CASTEJN.) T eres quientiene que callarse y no ponerte en mi camino. T eres un rufinque te dedicas a poner nias hambrientas y desesperadas enmanos de los ricos.

    CASTEJN.- Eso es mentira!

    ENGRACIA.- Tienes la cara dura de negarlo cuando eso losabe todo el mundo? Aqu nos conocemos todos. T eres mscacique que ninguno, pues eres el que haces y deshaces lo queellos mandan. El da que ellos paguen sus culpas t irs delante, 13

  • el primero. El da que Don Benito tenga muchos hombres comoFalcn dejar de haber nios hambrientos y mujeres envilecidas.(A FALCN.) Hijo mo, sigue as, sin miedo a nada ni a nadie.Yo soy una pobre vieja, pero si me entero que ese seorito tehace algo malo, con mis propias uas le sacar los ojos. Toda mivida tuve miedo y todo lo perd. Ahora ya no tengo miedo. Nome queda nada que perder. Adelante, muchacho. No tengasmiedo. Adelante!

    (Hacen mutis por la izquierda todas las MUJERES. Loshombres se miran entre s.)

    TELN

    PRIMERA PARTE

    CUADRO PRIMERO

    El mismo decorado del Prlogo. Los hombres permanecenen pequeos grupos y otros en el mostrador, igual que

    antes. Pausa. Dentro, algo lejos, se oye un grito de mujer.Los hombres se miran entre s, extraados. Pausa. Se oyen

    gritos de MUJERES, ya ms cercanos. Rumores en loshombres, mirando al sitio de donde proceden. Los gritos

    continan, cada vez ms cercanos.

    FALCN.- Qu les ocurre a esas mujeres?

    LPEZ.- Gritan como locas.

    CARRASCO.- Algo grave debe ser.

    (Entran las MUJERES de antes en tropel, con ENGRACIAa la cabeza, hablando todas al mismo tiempo.) 14

  • ENGRACIA.- Socorro! Socorro!

    MUJER 1.- Han matado a la madre de Ins Mara!

    MUJER 2.- Hay qu miedo!

    MUJER 3.- Qu crimen ms horroroso!

    FALCN.- Qu pasa? Por qu gritis as?

    LPEZ.- Callaos todas y hablar una sola.

    FALCN.- Qu ha pasado?

    ENGRACIA.- Han matado a Catalina, la madre de InsMara! Hace un rato, la lechera llam a la puerta, como todos losdas. La puerta estaba entornada y como nadie contestaba,empuj, abri, y all estaba la pobre en el zagun, en un charcode sangre, y corriendo, avis a los municipales.

    FALCN.- Y qu ha sido de Ins Mara?

    ENGRACIA.- No lo sabemos. All estn la Guardia Civil yel juez y no se puede entrar.

    LPEZ.- Si han matado a la madre, es posible que tambin lahija est muerta.

    MUJER 4.- (Entrando corriendo.) Han matado tambin aIns Mara!

    LPEZ.- Lo que me tema!

    ENGRACIA.- Cuenta, cuenta lo que has visto!

    MUJER 4.- No dejaban entrar a nadie, pero yo entr por elcorral, que comunica con mi casa. Vi a Ins Mara con la cabezadestrozada que los guardias sacaban de debajo de la cama.

    ENGRACIA.- Una nia con dieciocho aos, hurfana depadre y su nico hermano haciendo la mili en frica!Pobrecitas!

    FALCN.- Quin poda querer mal a esas mujeres?

    ENGRACIA.- Eso me pregunto yo. No sera para robar,porque son pobres.

    CARRASCO.- Me da en la nariz que eso es por intento deviolacin. 15

  • MUJER 4.- S. Ins Mara estaba casi desnuda, con elcamisn desgarrado y los muslos llenos de sangre.

    ENGRACIA.- La han violado!

    MUJER 4.- Quin puede haber hecho eso?

    ENGRACIA.- Esa salvajada, slo hay uno que pueda haberlahecho: El seorito don Carlos Garca de Paredes.

    FALCN.- No puede acusar a nadie sin pruebas.

    ENGRACIA.- l persegua desde hace tiempo a esa nia. les el criminal! Justicia! Justicia!

    MUJER 1.- En Don Benito no hay justicia para esemonstruo!

    ENGRACIA.- Si no hay justicia, el pueblo le tiene yajuzgado. A la horca con l!

    CASTEJN.- Esta mujer est loca! Don Carlos puede serun libertino y un borracho, pero no un criminal!

    ENGRACIA.- T eres un pelota, un rastrero, y un lacayo delcacique! Por eso le defiendes! Paredes es el criminal! A lahorca con l, todos a una, como en Fuenteovejuna!

    CASTEJN.- Si hacemos caso a esta mujer, la GuardiaCivil y el Ejrcito arrasarn el pueblo! Dejemos a la Justiciabuscar a los criminales.

    ENGRACIA.- Los criminales? Y cmo sabes t que hayms de uno?

    CASTEJN.- Yo no s nada! Es una forma de hablar. Digoque dejemos a la Justicia que investigue.

    ENGRACIA.- Para Paredes no hay justicia que valga.Sabemos que se mea en los guardias y hasta en los jueces. Sloel pueblo sera capaz de dominarle. El pueblo. Para eso hacefalta que en Don Benito haya hombres: pero, por lo que se ve, nohay ms que gallinas, miedosos y cobardes. Tendremos que serlas mujeres quienes hagamos justicia! Seguidme todas! Vamospor l!

    FALCN.- Quietas!

    (Se hace un silencio. ENGRACIA le mira con respeto.) 16

  • Seora Engracia: Puede que en Don Benito haya muchosmiedosos y cobardes; pero lo que usted propone es una cobarday una vileza.

    ENGRACIA.- Es una accin justiciera!

    FALCN.- No. Todo linchamiento es un crimen, por muchosque se junten para hacerlo. El castigo de los criminales es cosade la Justicia.

    ENGRACIA.- Entonces nadie le detendr, ni le juzgar, ni lecondenar. Y seguir atemorizando a todos.

    FALCN.- Usted sabe que a m no me acobarda nadie. El queme busca, me encuentra. Estoy en contra de lo que ustedpropone.

    ENGRACIA.- se es un peligro pblico y slo pblicamentenos desharemos de l. Esa familia es ntima del rey desde queDonoso Corts fue director de estudios de su abuela, Isabel II.No habr en Espaa un juez que sea capaz de condenarle.

    FALCN.- Yo estoy de acuerdo en que si en Don Benito nohay autoridad, que el pueblo imponga la suya. Pero no de formacobarde, sino dando la cara, ayudando a la Justicia y exigiendoque juzgue y condene a los verdaderos culpables.

    CASTEJN.- Yo estoy de acuerdo con Falcn. Hay que dejaresto en manos de la Justicia.

    FALCN.- Yo no he dicho que dejemos este asunto en manosde la Justicia, sino que ayudemos y obliguemos a las autoridadesa ejercer su oficio, que para eso estn. Nuestra labor serorganizarnos pacficamente, con orden, con inteligencia, puesante el ms leve intento de motn la Guardia Civil nos aplastar.Tenemos que buscar pruebas y ponerlas en mano del juez. Y unavez que se demuestre su culpabilidad no consentiremos que losaquen del pueblo.

    ENGRACIA.- Eso que t propones es muy arriesgado y noconseguiremos nada. Es muy difcil organizar a la gente comot dices.

    FALCN.- No es difcil. Nosotros, los obreros, estamos bienorganizados. Mire usted la Casa del Pueblo o el AteneoLibertario.

    ENGRACIA.- Ah slo hay obreros, pero en Don Benito haymuchos que no son obreros, como los comerciantes, lospequeos labradores y los artesanos. 17

  • FALCN.- Tambin los comerciantes y los artesanos estnorganizados en sus gremios. Cada grupo se asocia segn susintereses. Pero este caso es de inters general y no ser difciluna accin comn bien organizada.

    CASTEJN.- T, lo que pretendes es levantar a todo elpueblo y enfrentarnos a la Guardia Civil para que haya unamatanza y un genocidio. T eres un revolucionario. Teconocemos bien.

    FALCN.- Me conocis bien los caciques.

    CASTEJN.- Yo no soy cacique!

    FALCN.- Eres el peor, el que le haces el juego, la manotraidora que manipula actas y compra votos para ellos.

    ENGRACIA.- A este baboso, ni le escuches siquiera! Fuerade aqu! Echarle a patadas!

    (El pueblo abuchea a CASTEJN que, temeroso, se va.)

    FALCN.- Usted, seora Engracia, es el reflejo de un puebloexplotado y oprimido, odia el caciquismo y en su resentimientocree que acabando con Paredes se acaba con el despotismo y latirana. No. El caciquismo es un orden social organizado yestructurado por la oligarqua. Slo el pueblo con su luchaorganizada podr cambiar la sociedad. Ellos acabaron con laRepblica, pero no con los republicanos.

    LABRADOR 1.- Lo que t propones es una accin poltica.

    FALCN.- S, es poltica. Y qu? Os han hecho aborrecer lapoltica para que os mantengis alejados de ella, mientras ellosinvierten millones en campaas electorales, y en sobornos, y encompra de votos para acaparar todos los cargos pblicos. S, espoltica. Pero slo la poltica puede redimir al pueblo: la polticapopular, claro. La poltica de ellos es conservar su hegemona,y as, las diferencias sociales y econmicas son cada vez msabismales. O no es eso lo que ocurre en Don Benito, enExtremadura y en toda Espaa? En fin. Si queris un motn, nocontis conmigo; pero si lo que queris es justicia para losasesinos, aceptar, con todas las consecuencias.

    LPEZ.- Yo estoy contigo, Falcn. Te seguir a donde hagafalta. 18

  • CARRASCO.- Yo tambin te seguir. Pero tienes que ser tel lder que conduzca la accin.

    ENGRACIA.- Yo te seguir hasta la muerte, si es preciso.

    FALCN.- Qu decs todos los dems?

    (Todos se miran en silencio, temerosos y dubitativos.)

    ENGRACIA.- Mujeres! Seguidnos todas, ya que en DonBenito no hay hombres!

    (Las MUJERES gritan alborozadas.)

    MUJERES.- S! Adelante! Acabemos con los tiranos!

    (Los HOMBRES reaccionan y gritan lo mismo.)

    HOMBRES.- Adelante! Te seguiremos todos! Viva elpueblo de Don Benito!

    FALCN.- Quiero tranquilizar a los que temen lo poltico.Esta accin nuestra ser de todo el pueblo y nada ms que delpueblo. Entre nosotros hay muchos republicanos, socialistas yanarquistas, pero no consentir que nadie haga polticapartidista.

    LPEZ.- Pues dinos qu tenemos que hacer para organizarnosbien desde ahora mismo.

    FALCN.- Tenemos que hacer comisiones de trabajo.Necesitamos una comisin de informacin. En el Ateneo y en laCasa del Pueblo hay multicopistas. Las utilizaremos para hacerun boletn donde daremos noticias fidedignas de losacontecimientos para que nadie se fe de bulos malintencionados de los caciques.

    LPEZ.- Yo me apunto a esa comisin.

    VARIAS VOCES.- Y yo! Y yo! Yo tambin!... 19

  • FALCN.- Hay que buscar indicios, pruebas, testigos o eltestimonio de alguien. Esas mujeres han sido asesinadas estamisma noche. Es el mes de junio, hace calor y las ventanasdeban estar abiertas. Esas mujeres tuvieron que gritar y algnvecino lo oira. Necesitamos otra comisin de pesquisa einvestigacin.

    ENGRACIA.- A sa me apunto yo y las mujeres. A nosotrasnos va el sonsacar a la gente.

    FALCN.- No se trata de sonsacar ni de cotilleos de mujeres.Es algo muy serio. En cualquier caso, a usted le tengo reservadaotra misin.

    CARRASCO.- Yo formar parte en esa comisin.

    FALCN.- Cuando vean que estamos unidos y organizadosvendrn muchos guardias civiles a controlar el orden pblico, yvendrn, como siempre, dispuestos a reprimir con dureza. Nopodemos darle motivos para intervenir. Para eso hace falta unacomisin de orden pblico. Nuestra, para que aquellos queintenten alterar el orden para que los civiles acten, nosotros lesparemos los pies. Tenemos que controlar, pasando inadvertidos,el orden en las calles, en los bares, en todos los sitios. En esacomisin har falta mucha gente prudente y con los nervios bientemplados.

    ENGRACIA.- En sa me meto yo! Ya vers cmo yo bajolos humos a los flamencos!

    FALCN.- No, seora Engracia. Esa comisin es la menosindicada para usted. Tiene demasiado temperamento y puedeproducir un efecto contrario.

    ENGRACIA.- Entonces, dnde demonios voy a estar yo?

    FALCN.- Necesitamos una caja de resistencia. Ahora espoca de siega y hay mucho trabajo. Se perdern jornales yninguno de nosotros lo podemos resistir. Haremos una loterasemanal, pediremos donativos a los gremios y a los sindicatos,incluso a los provinciales. Hay que recaudar y administrar eldinero. Para eso nadie mejor que las mujeres que son capaces demantenernos vivos a pesar de los jornales de hambre que lesentregamos. Ah tiene que estar usted, seora Engracia.

    ENGRACIA.- Y t, dnde vas a estar?

    FALCN.- Yo estar en todas. Pero tengo una misin oficialque hacer. Necesitamos un abogado para la acusacin popular.Tengo que buscarlo. 20

  • ENGRACIA.- Pues como resulte lo que todos creemos, queParedes es el culpable, no vas a encontrar un abogado que leacuse en toda Extremadura. O crees que ningn picapleitos seva a enfrentar a los Donoso Corts?

    FALCN.- En eso lleva usted razn. Por eso la tarea serdifcil. Tambin necesitamos un procurador. En Don Benito hayvarios, pero me temo que ninguno se va a atrever.

    LPEZ.- Qu haremos entonces?

    FALCN.- Esperar. La ley dice que cuando los procuradoresexistentes no quieran hacerse cargo de una causa, puedennombrarse otros entre los vecinos del pueblo.

    ENGRACIA.- Pues, entonces no se hable ms ni pierdas eltiempo. T eres nuestro procurador. Y el procurador, para qusirve?

    FALCN.- En teora, para representar a las vctimas. Pero esuna profesin parsita, suculenta para ellos y cmoda para losabogados y los jueces. A m me valdr mucho, pues gracias aeso podr estar en permanente contacto con el juez y lainvestigacin de los hechos. Eso ser una fuente valiosa paranuestro peridico.

    CARRASCO.- Qu ms hace falta?

    ENGRACIA.- Venga, que yo ya estoy deseosa de actuar!

    FALCN.- De momento, eso es todo. Sobre la marcha secrearn las comisiones que se necesiten. Es necesario que nadieest ocioso, que todos estn metidos en alguna comisin. As,cada uno a su puesto. A organizarse todos.

    ENGRACIA.- Viva el pueblo de Don Benito!

    TODOS.- Viva!

    (Luz sobre JOAQUN COSTA en su tribuna del FrontnCentral pronunciando un discurso.)

    JOAQUN COSTA.- La Espaa actual, en su conceptohistrico, nica cosa que queda de ella, no es una nacinautnoma, duea y seora de s; es una nacin adscripticia, unanacin pegada a una familia y a los contertulios de esa familia. 21

  • Es por eso que los Gobiernos dinsticos no fracasan, porque noles queda ya nada por fracasar; quien fracasa en ellos es laRepblica. Pero la Repblica tiene en Espaa una misinhistrica que no tendr, verbigracia, en Inglaterra, y su xito, laeventualidad de su xito, mejor dicho, depende en primertrmino de que no tarde ms en instaurarse [...] Creo quedeben desear y proclamar el advenimiento de la Repblica aunlos mismos que no tengan convicciones republicanas, pero quesean hombres previsores; por instinto de conservacin, las clasesneutras deben mirar con simpata ese movimiento deconcentracin que puede ser salvador, y secundario.

    (Oscuro.)

    CUADRO SEGUNDO

    Sala del Juzgado en el Ayuntamiento. Sobre unaplataforma elevada que ocupa la mitad del escenariodesde el centro hasta el foro. La otra mitad en primer

    trmino es la calle. El acceso a la sala desde la calle se hacemediante una escalera de cinco peldaos y tiene, al menos,un metro de ancha y est situada en el centro del lateral

    derecho. La escalera termina en un rellano. A la izquierdade ese rellano est la puerta de entrada a la sala. Estapuerta abre hacia dentro a derechas. El rellano es unpasillo amplio que se pierde por el lateral derecho.

    En la sala, en el lateral derecho, la mesa del juez; en elforo centro, la mesa del escribano. En la pared, bien

    visible, una foto de Alfonso XIII, de 16 aos, primer aode su reinado. En el foro derecha hay otra escalera

    descendente con barandillas.

    Al levantarse el teln vemos en la sala al JUEZ especialsentado revisando unos papeles; a su lado, observando laaccin del JUEZ, el COMANDANTE de la Guardia Civil;

    sentado en su mesa, el ESCRIBANO. El JUEZ es unhombre corpulento, un poco barrign, y con un enormemostacho. El COMANDANTE es alto, delgado, con un

    gran bigote y perilla. El ESCRIBANO es hombre menudoy calvo. 22

  • El COMANDANTE y el JUEZ estn atentos a los papelesque estn ordenando.

    Por la izquierda entran FALCN, LPEZ y CARRASCO yse dirigen a la escalera. FALCN les indica a los dos que

    esperen y l sube al Juzgado.

    EMPIEZA LA ACCIN.

    FALCN.- Da Usa su permiso?

    JUEZ.- Pase

    FALCN.- Buenos das. Me llamo Eusebio Falcn y soy elprocurador de la causa del crimen. Represento al pueblo. Aquestn los papeles legalizados por el notario. (Le entrega unospapeles.)

    JUEZ.- Representa a la acusacin popular. Bien. Quin es suabogado?

    FALCN.- An no le he encontrado. He visitado a muchos,pero ninguno quiere hacerse cargo de la acusacin popular. Perolo encontrar.

    JUEZ.- Bien; puede permanecer en la sala, si lo desea.

    FALCN.- Gracias, Seora. Ha sido usted nombrado juezespecial. Espero que despus de mes y medio se avance en lainvestigacin.

    JUEZ.- Esto es un maldito embrollo. Estoy leyendo el informede mi colega anterior. Parece ser que el pueblo acusa a unapersonalidad distinguidsima de Don Benito. Pero se hadesestimado por falta de indicios racionales.

    FALCN.- Las pruebas aparecern. Y tal vez algn testigo.(Al COMANDANTE.) Ya he visto el despliegue de fuerzas quehan trado. Hay guardias por todo el pueblo.

    COMANDANTE.- Una Comandancia completa. Noventaguardias. Ms la dotacin de Don Benito. El pueblo estsoliviantado y los motines son peligrosos.

    FALCN.- Yo puedo asegurarle que en Don Benito no habrmotn. A menos que...

    JUEZ.- A menos qu? Diga lo que iba a decir. 23

  • FALCN.- Llevamos mes y medio y an el criminal no hasido detenido. La gente se impacienta por la lentitud de lainvestigacin.

    JUEZ.- Pues no le quepa a usted la menor duda de que elcriminal caer en nuestras manos.

    FALCN.- Tienen ya alguna pista?

    JUEZ.- Varias. Las sospechas recaen sobre el mdico deVillanueva que ocupaba una habitacin en casa de las vctimaspara sus consultas. Ya he ordenado su busca y captura.

    FALCN.- Ese hombre es inocente. El pueblo acusa a CarlosGarca de Paredes.

    JUEZ.- S, ya lo he visto en el sumario de mi antecesor. Estimoracional el sentir popular y le interrogar. Ya est citado. Heordenado, adems, un registro en su domicilio.

    (Por la izquierda entra PAREDES escoltado por dosGUARDIAS. Delante de ellos, el TENIENTE, un joven de

    unos veinticinco aos. Suben por las escaleras y llegan a lasala.)

    TENIENTE.- Da Usa su permiso?

    JUEZ.- Pase.

    (El TENIENTE se cuadra y le entrega un papel al JUEZ.)

    Bien. Dejen aqu a este seor y vuelvan a sus puestos en la calle.

    TENIENTE.- A sus rdenes. Manda usted algo, micomandante?

    COMANDANTE.- No, gracias. Est todo tranquilo?

    TENIENTE.- S, seor. No hay el menor desorden.

    COMANDANTE.- Bien, vuelva a su puesto en la calle.

    JUEZ.- (A FALCN.) Salga usted tambin, seor procurador. 24

  • (El TENIENTE baja y hace mutis con los GUARDIAS.FALCN baja y se rene con LPEZ y CARRASCO.

    Quedan hablando aparte.)

    PAREDES.- Seores, ustedes se equivocan conmigo.

    COMANDANTE.- Hable usted slo cuando se le pregunte.

    JUEZ.- Dnde estuvo usted entre las doce y las dos de lamadrugada del da diecinueve de junio?

    PAREDES.- A esas horas ya estaba acostado en mi casa.

    (Siguen hablando aparte.)

    FALCN.- ...Y sospechan del doctor Surez. Ahora estdeclarando Paredes, pero como no haya pruebas estamosperdidos.

    LPEZ.- Me voy. Tengo que cerrar el peridico. Pongo eleditorial que me diste?

    FALCN.- S. Es necesario seguir insistiendo en la lentitudde la investigacin. Es indignante que despus de mes y mediono haya aparecido ningn testigo ni que hayan encontradopruebas.

    (LPEZ se va.)

    CARRASCO.- Con los vecinos de la calle del Padre Cortsno hay manera de averiguar nada. Todos dorman con lasventanas abiertas por el calor. En el silencio de la noche sehubiese odo hasta un susurro. Sin embargo, nadie oy nada.

    FALCN.- Esa gente est aterrada. Oyeron gritos y tal vezvieron al criminal salir de la casa. Estoy seguro que por eso,precisamente, nadie quiere hablar, porque saben quin es ytienen miedo. Seguid indagando.

    (CARRASCO se va. FALCN sube y queda escuchando loque pasa en el interior.) 25

  • JUEZ.- Segn el informe del teniente, nada sospechoso se haencontrado en la casa. Puede usted marcharse, pero no salga delpueblo sin mi permiso. Puedo necesitarle.

    (FALCN intuye que va a salir y baja rpido. BajaPAREDES y los dos se quedan mirando mutuamente.

    PAREDES le mira con arrogancia y se va. FALCN suberpidamente a la sala.)

    FALCN.- Con su permiso, Seora. Apenas le haninterrogado.

    JUEZ.- No hay pruebas contra l.

    FALCN.- Pido a Su Seora ordene un nuevo registro, peropor un experto, no por ese joven teniente.

    JUEZ.- Conozco perfectamente mis obligaciones y nonecesito su colaboracin! Puede marcharse. Seor escribano,redacte una orden de busca y captura de Saturio Guzmn. Eseindividuo era pretendiente de Ins Mara, al que, por lo visto,ella rechazaba. En qu piensa, comandante?

    (FALCN baja a la calle y se va.)

    COMANDANTE.- En lo que ha dicho el procurador. Escierto. El teniente no tiene experiencia en registrosdomiciliarios. Y ese seorito me da mala espina. Sugiero a SuSeora ordene un nuevo registro. Ahora mandar al sargentoMadridejos. se es un viejo sabueso.

    JUEZ.- Si eso le tranquiliza, firmar la orden.

    (Por la calle entra el DOCTOR SUREZ escoltado por dosGUARDIAS y suben a la sala. Para no repetirlo ms, todoslos que entren en lo sucesivo en la sala lo harn llamando

    con los nudillos y pidiendo permiso. No es necesario que sehable. Llevan al DOCTOR a presencia del JUEZ.)

    GUARDIA.- ste es el doctor Surez, Seora. 26

  • COMANDANTE.- Djenlo aqu y vuelvan a sus puestos.

    (Los GUARDIAS bajan y se van.)

    JUEZ.- Bien, doctor Surez: supongo que sabe perfectamentepor qu le he mandado detener.

    DOCTOR.- Lo ignoro, Seora.

    JUEZ.- Es intil que trate de negarlo. Todo le acusa. Ustedasesin a esas dos pobres mujeres.

    DOCTOR.- Le juro por mi honor que soy inocente!

    COMANDANTE.- Dnde se encontraba usted la noche deldiecisis de junio entre las doce y las dos de la madrugada?

    DOCTOR.- En mi casa de Villanueva de la Serena.

    JUEZ.- Sin embargo, tenemos testimonios de que fue ustedvisto en la plaza de Don Benito esa noche.

    DOCTOR.- No es cierto! Yo no sal de mi casa esa noche!

    JUEZ.- No es cierto que cinco das antes del crimen tuvousted una discusin con la interfecta, doa Catalina Barragn?

    DOCTOR.- S, eso s lo recuerdo. El motivo fue porquequera subirme el precio del alquiler de la habitacin; pero miconsulta no daba para ms.

    JUEZ.- Es cierto que est usted separado de su mujer por losmalos tratos que la infliga?

    DOCTOR.- Es cierto que estoy separado; pero porincompatibilidad de caracteres. Yo no la maltrataba.

    JUEZ.- No es cierto que estaba usted enamorado de laseorita Ins Mara y que le solicit amores en ms de unaocasin?

    DOCTOR.- No es cierto. Yo la estimaba mucho, pero jamsla dirig la palabra en cuestin de amores.

    JUEZ.- Su maletn fue encontrado en el zagun de la casa,lleno de sangre de las vctimas. Por qu estaba all y no en suhabitacin? 27

  • DOCTOR.- No lo s.

    JUEZ.- La habitacin donde tiene usted su consultapermanece cerrada en su ausencia?

    DOCTOR.- S, seor.

    JUEZ.- Cmo explica usted que estuviera abierta?

    DOCTOR.- No lo s. Doa Catalina tena una llave.

    JUEZ.- La puerta de la calle estaba abierta y las cerraduras nohaban sido forzadas, de lo que se deducen dos cosas: o fueabierta por dentro, para lo cual la persona en cuestin tena queser de confianza para doa Catalina; o fue abierta desde fueramediante una llave. Tiene usted llave de esa puerta?

    DOCTOR.- S, seor. Pero yo le juro por Dios que soyinocente!

    JUEZ.- Diga la verdad! Todo le acusa!

    DOCTOR.- Soy inocente! sa es la verdad!

    JUEZ.- Voy a decirle exactamente lo que hizo usted esa noche.Entr de madrugada en la casa con intencin de violar a InsMara. Su madre le recrimin y usted la mat. Trat despus deconsumar su propsito, pero al resistirse ella, usted la mat.

    DOCTOR.- (Llorando.) Soy inocente! Soy inocente!

    JUEZ.- Basta por hoy. Queda usted detenido y procesado.Comandante, encirrelo incomunicado y con grillos en los pies.

    (El COMANDANTE se lo lleva por el foro derecha. ElJUEZ se levanta y va a la mesa del ESCRIBANO. ste le da

    una carpeta y vuelve a la mesa. Abre la carpeta y quedaleyendo su contenido. En la calle entran FALCN,

    CARRASCO, LPEZ y ENGRACIA.)

    CARRASCO.- ...Y al sentirse acorralado por el pueblo, lomismo intenta huir y refugiarse en Portugal. Por eso todas lassalidas del pueblo estn controladas y l est constantementevigilado por nosotros. 28

  • LPEZ.- La comisin de investigacin piensa que si elteniente no encontr nada en su casa es porque las pruebas estnen otro sitio. Hemos tratado de reconstruir los posibles pasos deParedes. l llega a casa de madrugada con las ropas manchadasde sangre. Llama al criado, que tiene una habitacin en el corral,y le manda que lave la ropa y la esconda. El criado, por la cuentaque le tiene, obedece y las esconde en el nico sitio que puede:en el pajar. Slo hace falta registrar all.

    FALCN.- No habris pensado ir vosotros a registrar?

    LPEZ.- No, no! Quien tiene que registrar es la GuardiaCivil. Pero no ese teniente novato.

    ENGRACIA.- Aunque las encuentren. Si estn lavadas, novalen.

    FALCN.- La sangre no es fcil de quitarla con un lavadoapresurado. Y si encuentran esas ropas, tendrn que explicar porqu se lavaron y escondieron all. Slo necesito convencer aljuez. Ms cosas.

    ENGRACIA.- Yo me he cambiado de comisin y me hemetido en la de vigilancia. A m, tantas mujeres juntas meaburren y me ponen nerviosa. Bueno, al grano. Dos forasteroshan insultado a uno de los nuestros intentado armar camorra. Lesrodeamos entre todos y les dijimos que si levantaban otra vez lavoz en el pueblo le bamos a hinchar los morros. Despus leshemos acompaado a la salida.

    FALCN.- Bien hecho. Pero no peguis a nadie.

    ENGRACIA.- No ha hecho falta. Eso se crean ellos yestaban cagados.

    FALCN.- Ahora volvamos cada uno a sus puestos. Yo voya ver al juez.

    (Se van LPEZ, CARRASCO y ENGRACIA. FALCNsube a la sala. El JUEZ est embebido en la lectura. Entra

    el COMANDANTE.)

    JUEZ.- Qu salvajada, Dios mo!

    COMANDANTE.- Ocurre algo?

    JUEZ.- Ha ledo usted el informe de la autopsia? 29

  • COMANDANTE.- No, seor.

    JUEZ.- Es horrible! La madre recibi ocho pualadas, cuatrode ellas mortales de necesidad. A la hija le dieron veintiocho.

    COMANDANTE.- Eso parece obra de un loco.

    JUEZ.- De dos. Los criminales fueron dos. Las heridas de lamadre fueron hechas con un instrumento inciso punzante; las dela hija con otro corto punzante. Es decir, cuchillo y hacha,respectivamente.

    FALCN.- Perdn, Seora. El pueblo insiste en que se hagaun nuevo registro. Pero en el pajar y en la habitacin del criadode Paredes.

    COMANDANTE.- Opino lo mismo.

    JUEZ.- La orden ya est firmada. Proceda a ello, comandante.

    COMANDANTE.- Mandar llamar al sargento Madridejos.

    FALCN.- Yo s dnde se encuentra ahora mismo. Si ustedquiere, yo puedo llevarle la orden.

    JUEZ.- Mtala en un sobre oficial y cirrelo.

    (As lo hace el ESCRIBANO. El COMANDANTE le da elsobre a FALCN, y ste baja rpidamente y se va por el

    lateral izquierdo.)

    Despus de conocer este informe, cree usted en la culpabilidaddel doctor Surez?

    COMANDANTE.- Pues, sinceramente, no.

    JUEZ.- Eso pienso yo. Pero, por qu demonios estaba sumaletn en el zagun?

    COMANDANTE.- Cuando se hizo la inspeccin ocularhaba esparcido por el suelo los trozos de una copa de barro rota.Todo estaba lleno de sangre, incluso el maletn. Sin embargo,los trozos de la copa que pisaba el maletn no tenan rastro desangre.

    JUEZ.- Es evidente que el maletn estaba ya all antes decometerse el crimen. 30

  • COMANDANTE.- En toda la casa haba huellas de sangre,desde el zagun, hasta la habitacin donde fue encontrada InsMara. Sin embargo, en la habitacin del doctor Surez no habaninguna.

    JUEZ.- S, he ledo el informe. Pero el enigma est en elmaletn. Por qu estaba all y no en su sitio? Por qu laconsulta del doctor estaba abierta y, sin embargo, no tena rastrode sangre? Por qu? Por qu? Por qu?

    COMANDANTE.- Cuando despejemos esa interrogantetendremos la solucin de este rompecabezas. Tal vez pudieronbuscar en el maletn el arma homicida; tal vez, algn bistur.

    JUEZ.- No, no, no! Recuerde que los criminales ibanprovistos de navaja y hacha. Para qu iban a necesitar unbistur?

    COMANDANTE.- Claro. Por otro lado, parece que elpropsito era la violacin. Los criminales, por tanto, deben serjvenes.

    JUEZ.- No exactamente. Pero tampoco puede descartarse esaposibilidad. Aqu encaja Saturio Guzmn, el joven que pretendaa Ins. Pero la joven fue asesinada con un hacha. El criminal ibapreparado para cometer el crimen. Hay premeditacin, alevosa,nocturnidad, allanamiento de morada, desprecio de sexo. No eshomicidio, sino asesinato en primer grado. Esas criaturasdebieron gritar, por qu nadie oy nada?

    COMANDANTE.- se es otro enigma. En otros crmenes,los vecinos, espontneamente, aportaban datos a losinvestigadores; aqu hay un mutismo total. Es evidente que todostienen miedo. Por qu? Porque vieron al asesino y le temen. Megustara interrogar de nuevo a ese seorito.

    JUEZ.- Le volver a citar. Pero quiero que lo haga en mipresencia.

    (En la calle aparece ENGRACIA, muy alegre.)

    ENGRACIA.- Las pruebas! Ya tenemos las pruebas!

    (Entran FALCN, LPEZ y CARRASCO.) 31

  • FALCN.- Estaba seguro de que el sargento encontrara algo.

    LPEZ.- Estaban en el pajar.

    ENGRACIA.- Las debi esconder el criado.

    FALCN.- El Sargento ha detenido a Paredes y viene haciaaqu. Pero el criado est en el campo.

    CARRASCO.- No tardar en llegar. He mandado a varios delos nuestros a buscarle.

    FALCN.- No le hagis dao! Pueden acusarnos dedetencin ilegal!

    ENGRACIA.- Qu va! Vendr l solito. Le hemos mandadorecado de que su madre est muy grave.

    CARRASCO.- Le traeremos aqu sin ningn tipo deviolencia.

    (Entra el SARGENTO con un paquete en la mano, y trasl, PAREDES escoltado por dos GUARDIAS. Suben a la

    sala. FALCN sube y se queda en el rellano, procurandoor lo que pasa dentro.)

    SARGENTO.- He encontrado esto escondido en el pajar. Unacamisa, un pantaln y unos zapatos. He detenido a este tipo,pues se resisti a la orden de registro e insult a un agente.

    COMANDANTE.- Bien. Que la pareja vuelva a su puesto.Usted qudese; me ayudar a interrogar a este sujeto.

    (Los GUARDIAS se van. FALCN sigue en su sitio y losotros, en la calle, pendiente de l. PAREDES enciende un

    pitillo. Est muy tranquilo. El SARGENTO, de unmanotazo, se lo hace tirar.)

    SARGENTO.- Ests ante Su Seora!

    (PAREDES le mira con actitud de enfado.) 32

  • Ponte firme!

    PAREDES.- Buah!

    SARGENTO.- Qu has dicho?

    PAREDES.- Nada, hombre, nada! No hace falta que chille!No he dicho nada. Usted no sabe con quin est hablando.

    (El SARGENTO le da una bofetada. PAREDES aprieta lospuos y las mandbulas y hace un gesto de atacar, pero secontiene. Sus labios se retuercen como si fuera a escupir;

    sus ojos echan fuego.)

    SARGENTO.- Conque no s quin eres t, eh? Es que nidelante de Su Seora vas a tener respeto a la autoridad? Damelas manos. Veremos si esposado se te bajan esos humos dechulera. (Le pone las esposas.)

    PAREDES.- Me hacen dao! Me aprietan demasiado!

    JUEZ.- Son de usted estas prendas?

    PAREDES.- No lo s. Tengo tanta ropa que no puedoprecisarlo.

    JUEZ.- Aunque est lavada, se advierte manchas de sangre. Lamandaremos al laboratorio. Esta ropa es de calidad. No puedenser de su criado.

    PAREDES.- A mi criado le doy la ropa que ya est muyusada.

    JUEZ.- Que detengan al criado y lo traigan ante m. Haremosun careo.

    (El SARGENTO sale. FALCN le aborda.)

    FALCN.- Busca usted al criado? Ah le tiene usted.

    (Entra RANDO empujado por dos hombres. ENGRACIA yCARRASCO lo ponen en mano del SARGENTO y suben

    los dos a la sala.) 33

  • SARGENTO.- Aqu est el criado, Seora.

    JUEZ.- Caracoles, qu rapidez! Se ha entregado lvoluntariamente?

    SARGENTO.- No, seor. Lo ha entregado el pueblo.

    RANDO.- Yo no he hecho nada! Soy inocente!

    JUEZ.- Son de usted estas ropas?

    RANDO.- No. Son de mi seorito.

    JUEZ.- Estaban escondidas en el pajar. Las escondi usted?

    RANDO.- S, seor.

    JUEZ.- Las lav antes de esconderlas?

    RANDO.- S, seor.

    JUEZ.- Estaban manchadas de sangre?

    RANDO.- S, seor.

    JUEZ.- Diga la fecha y la hora exacta en que lo hizo.

    RANDO.- La madrugada del da diecinueve de junio.

    JUEZ.- Por qu lo hizo a esas horas?

    RANDO.- Me despert mi seorito. Estaba muy agitado y medijo que las lavara y las escondiera.

    JUEZ.- (A PAREDES.) Es cierto eso?

    PAREDES.- No recuerdo. No era la primera vez que se loordenaba. Con frecuencia llegaba con la ropa llena de sangre poralguna pelea callejera. Esa ropa se la daba para l. No es cierto?

    RANDO.- S, seorito.

    JUEZ.- Y toda la ropa que le daba el seorito la escondausted en el pajar?

    RANDO.- No, seor. La tengo en un armario.

    JUEZ.- Y por qu sta la escondi en el pajar?

    RANDO.- Tuve miedo.

    JUEZ.- Por qu? 34

  • RANDO.- Cuando al da siguiente se oy lo del crimen pensque tal vez mi seorito... Por eso las escond.

    JUEZ.- Quiere decir que sospechaba que su seorito hubiesecometido el crimen?

    RANDO.- Yo... yo... yo no he dicho eso!

    JUEZ.- Por qu no expuso a la autoridad sus sospechas y esaropa?

    RANDO.- No poda hacer eso! Me despedira!

    JUEZ.- Sospecha usted que su seorito cometi el crimen?

    RANDO.- No s. Yo no s nada! Yo no s nada, seorito!Yo no he dicho nada!

    JUEZ.- (Al SARGENTO.) Bjenle al calabozo, incomunicadoy con grillos. Suban al procesado doctor Surez.

    (El SARGENTO coge a RANDO y se lo lleva por lasescaleras del foro derecha.)

    FALCN.- (A los de la calle.) Esto est que arde! El cercose va estrechando.

    COMANDANTE.- Bien. Qu tiene que declarar?

    PAREDES.- Que soy inocente.

    COMANDANTE.- Usted es el asesino! Si no quieredeclararlo por las buenas, cuando regrese el sargento l leinterrogar abajo en los calabozos.

    (PAREDES se derrumba y se echa a llorar.)

    PAREDES.- S. Yo la mat.

    JUEZ.- A cul de las dos mat usted?

    PAREDES.- A ella. A Ins Mara.

    JUEZ.- Quin mat a su madre? 35

  • PAREDES.- No lo s. No recuerdo. Por favor, djenme ya!

    (Siguen hablando aparte.)

    FALCN.- Ha confesado!

    (Alegra y entusiasmo en todos.)

    CARRASCO.- Ya tenemos a uno! Ahora hay que buscar alotro!

    FALCN.- Van a traer al doctor Surez.

    ENGRACIA.- Ese seor es inocente! Yo le conozco. He idovarias veces a su consulta y es un seor educadsimo y carioso.

    LPEZ.- Voy corriendo a informar! Hay que tirar unnmero especial!

    CARRASCO.- Yo voy a dar una vuelta por la calle del PadreCorts y dar la noticia a los vecinos. Ellos saben quinesfueron. Sabiendo que Paredes ha declarado es posible que diganel nombre del otro. Hasta luego!

    (Se van LPEZ y CARRASCO.)

    ENGRACIA.- Bueno. Hasta ahora, vigilar a Paredes para queno saliera del pueblo ha sido fcil. Lo malo vendr ahora.

    FALCN.- Por qu?

    ENGRACIA.- Porque ahora puede salir escoltado por laGuardia Civil. Y si sale de Don Benito, adis! Le dejarn libre.

    FALCN.- No saldr de Don Benito. sa ser nuestra granbatalla.

    ENGRACIA.- Hasta ahora hemos tenido mucho cuidado deno alterar el orden pblico. Cuando llegue ese da tendremos queenfrentamos con los civiles. 36

  • FALCN.- S; eso ser inevitable. A no ser que yo puedaconvencer al juez y al comandante, cosa que veo difcil. Pero elpueblo est preparado para luchar.

    ENGRACIA.- (Sacando un manojo de llaves de lafaltriquera.) Yo, por si acaso, tengo aqu las llaves de todas lasiglesias del pueblo.

    FALCN.- Le han dado los curas esas llaves?

    ENGRACIA.- No, hijo. Desde cundo ac los curas handado algo al pueblo? Entre nuestra gente hay algunos que tienenhijos monaguillos. Hemos sacado copia de todas.

    FALCN.- Y para qu quiere usted esas llaves? Hapensado hacer rogativas para que no se lleven a Paredes?

    ENGRACIA.- No. Eso se queda para las beatas. Don Benitoes muy grande y la mayora est trabajando en las eras, trillandoo limpiando el grano. Avisar a todos en caso de urgencia esimposible. La solucin que se me ocurri fue sacar copia de lasllaves. As, si intentan sacarlos, echaremos las campanas alvuelo. Ya lo saben casi todos. Me faltaba avisarte a ti.

    FALCN.- Es una idea genial, seora Engracia!

    (Dentro se oye gran algaraba de gentes que entran entropel.)

    VOCES.- Hemos triunfado! Por fin ha cado!

    Ha sido gracias al pueblo!

    Pero falta el otro!

    El doctor Surez es inocente!

    Que le suelten!

    FALCN.- Silencio! Ah arriba se oye todo. Silencio. Tengoque escuchar lo que pasa. Silencio.

    (Por la escalera del foro suben el SARGENTO con elDOCTOR esposado.) 37

  • JUEZ.- (A PAREDES.) Fue ste su compinche?

    PAREDES.- (Mira al DOCTOR. Duda.) S.

    DOCTOR.- Qu dice? Yo nunca he hablado con estehombre! Soy inocente! Soy inocente!

    JUEZ.- He terminado, por ahora. Llvenlos al calabozo,incomunicados y con grillos. Maana seguiremos elinterrogatorio.

    (El SARGENTO se lleva a PAREDES y al DOCTOR por laescalera del foro. El DOCTOR, desesperado, se resiste.)

    DOCTOR.- (En el mutis.) Soy inocente! Este hombremiente!

    JUEZ.- Bien, seor escribano: hemos terminado por hoy.Puede marcharse. Comandante: le felicito. Para celebrarlo, leinvito a un vino. Maana cerrar el sumario, despus delinterrogatorio y el careo. Pasado maana los llevar usted a laprisin provincial de Badajoz.

    (Por la calle se oyen voces. Entran CARRASCO, LPEZ yTOMS ALONSO. ste es un joven de unos diecisis aos.

    Detrs de l, una mujer llorosa y suplicante.)

    CARRASCO.- Un testigo! Tenemos un testigo!

    ENGRACIA.- Es posible? Pero, si es Toms!

    LPEZ.- l vio a los criminales!

    MUJER.- No, hijo, no digas nada!

    ENGRACIA.- Tomasa! Tu hijo lo vio y se ha calladodurante tanto tiempo?

    MUJER.- Este hijo mo nos quiere perder! No digas nada,hijo mo! Cllate!

    FALCN.- Qu le pasa, buena mujer? Por qu ha de callar?

    MUJER.- Nos matarn! Ellos son muy poderosos! Calla,hijo! Calla! 38

  • TOMS.- No, madre! No puedo callar por ms tiempo!Van a condenar a un inocente! El doctor es inocente! Yo vi alos tres asesinos!

    (Murmullos de sorpresa y exclamacin general: Eran tres!Tres!)

    FALCN.- No tenga miedo, seora. Somos muchos los queestamos en esta lucha y no podrn nada contra el pueblo.Vamos, muchacho, antes de que se vaya el juez.

    LPEZ.- Todos estamos convencidos de que el doctor esinocente, pero no lo podemos probar. Si t no hablas, lecondenarn.

    ENGRACIA.- (Muy dulce, a la seora.) T quieres quecondenen a un inocente y que los culpables escapen a la Justiciay sigan pisando el pueblo? Yo tambin tengo tres hijas. T lasconoces: hermosas como soles. Pero las tres me las hanemputecido estos canallas. Yo tambin tena miedo. En la putamiseria y encima con miedo! Pero ya he cambiado. Ahora no letengo miedo a nadie ni a nada, y aqu estoy, luchando! Ya queno pude salvar a mis nias, quiero ayudar a que las hijas de otrasmadres puedan vivir con decencia, con dignidad.

    (FALCN y TOMS suben por la escalera. La seorasolloza en silencio, resignada.)

    FALCN.- Eres un valiente, muchacho! Qu edad tienes?

    TOMS.- Diecisis aos.

    FALCN.- Vamos a ver al juez. Tranquilo. (Llama con losnudillos.) Da Usa su permiso?

    JUEZ.- Hombre, seor procurador! Tengo buenas noticiaspara usted!

    FALCN.- Yo las tengo mejores. Seora: le traigo un testigodel crimen. Le presento a Toms Alonso!

    JUEZ.- Por todos los santos! Es cierto eso, muchacho?

    TOMS.- S, seor. Yo vi a los criminales. 39

  • JUEZ.- Bendito sea Dios! No se vaya, seor escribano! Untestigo, comandante! Que Dios te bendiga, muchacho! Y austed, seor procurador, gracias tambin por sus desvelos y suinters!

    FALCN.- A m, no, Seora. Al pueblo que estcolaborando y ayudando a la Justicia.

    JUEZ.- Pues d usted gracias al pueblo en mi nombre.

    FALCN.- Yo tambin tengo un mensaje del pueblo parausted.

    JUEZ.- Bien, bien! Ya me lo dar en otro momento! Ahoratomemos declaracin a este venturoso joven. Sintate aqu ycuntame todo lo que viste. Seor escribano: no se pierda ustedni el ms leve susurro!

    (Entra el SARGENTO y el COMANDANTE le habla algoal odo.)

    Silencio, silencio. Habla, muchacho.

    TOMS.- Pues ver usted. Yo vena de dar un paseo a eso dela una de la madrugada y al pasar por la puerta de la casa vi ados hombres hablando con el sereno.

    (FALCN, sigilosamente, sale al rellano y desde all llamacon el gesto a LPEZ. Le dice algo al odo y LPEZ se varpidamente llevndose con l a varios hombres. FALCN

    vuelve a entrar en la sala. Mientras tanto, TOMS haseguido la declaracin.)

    Di las buenas noches, pero ninguno me contest. Me pareci quediscutan en voz baja sealando la puerta. A m me intrigaquello porque cre que se trataba de una casa de... bueno, unanueva casa de sas, ya sabe usted.

    JUEZ.- Una casa de lenocinio.

    TOMS.- Una casa de qu?

    JUEZ.- Una casa de putas. 40

  • TOMS.- S, eso. Al llegar a la esquina, que est enfrente, doscasas ms abajo, me ocult detrs de un carro que haba all,para observar. Haba luna y vi perfectamente todos susmovimientos. El sereno se fue hacia la puerta y los otros doscorrieron a esconderse en la puerta de abajo, casi donde yo meencontraba escondido tras el carro. El sereno llam a la puerta,pero nadie contestaba. Entonces golpe ms fuerte con el chuzo.Y o una voz de mujer que deca: He dicho que no abro, y noabro. Abra usted, doa Catalina. Soy el sereno y esto es muyimportante. El mdico necesita su maletn para un casourgente. Al poco rato abrieron la ventana por dentro tratandode pasar entre las rejas algo que no caba. Entonces abrieron lapuerta. Y le dieron al sereno el maletn del mdico. Antes de quevolviera a cerrar, el sereno dijo: Deme usted un vaso de aguaque tengo mucha sed. Entonces hizo una seal a los queestaban escondidos y entraron en la casa. El sereno salicorriendo hacia la plaza, pero sin llevarse el maletn. De prontoo un golpe; supuse que era del vaso de agua que cay y serompi. Y de repente o un grito horroroso de una mujer y ungolpe, como el de un cuerpo que cae. Y a continuacin, gritos deotra mujer y golpes terribles. Hasta que todo qued en silencio.Yo, muerto de miedo, por si salan y me vean, sal corriendocalle abajo, hasta mi casa.

    (Se ha emocionado y hace esfuerzos por no llorar. Hayuna pausa en la que saca el pauelo y se suena. Todos

    respetan su silencio, conmovidos. El COMANDANTE le daun botijo y bebe.)

    Yo, seor juez, no he sufrido tanto en toda mi vida. Al dasiguiente, cuando me enter del crimen se lo cont a mi to,como se lo estoy contando a usted; le dije que yo vi a loscriminales, pero me dijo que no hablara. Yo le hice caso, porqueme daba miedo, sa es la verdad. Pero me pasaba los das y lasnoches llorando. Apenas coma. Pero ayer vi a una amiga macuando volv de trabajar en el campo. Me dijo que habandetenido al mdico acusado del crimen. Se sorprendi de vermeas, como enfermo. Y entonces me ech a llorar y se lo cont. Yono poda consentir que culparan a un seor que es inocente. Ledije a mi madre que ya no aguantaba ms y que iba a ir adeclarar. Pero ella tampoco quera que viniera. (Por fin, rompea llorar.)

    JUEZ.- Tu testimonio es muy valioso porque despeja muchasincgnitas. Reconoceras a esos sujetos si yo te los presentara? 41

  • TOMS.- S, seor. A los criminales, de espaldas, tal comolos vi discutir con el sereno. Y al sereno no necesito verle. Conslo or su voz le reconocera, porque esa voz me estmartirizando los odos desde entonces.

    (Por la calle entran un grupo de hombres protestandoporque son empujados por otros.)

    LPEZ.- Que no os va a pasar nada! Slo es una diligenciadel juez!

    JUEZ.- Sargento: busque a todos los serenos de la zona de lacalle del Padre Corts y trigalos a mi presencia!

    (El SARGENTO va a salir, pero FALCN le dice.)

    FALCN.- Los tiene usted ah, en la puerta.

    (El SARGENTO le mira incrdulo y sale al rellano. Nonecesita bajar, porque LPEZ, CARRASCO y ENGRACIAlos empujan y se los pone en las manos. El SARGENTO los

    pasa a la sala.)

    JUEZ.- Quines son estas gentes?

    SARGENTO.- Los serenos que ha ordenado usted.

    JUEZ.- Caracoles! Esto s que es rapidez y eficiencia!

    FALCN.- El pueblo es quien los ha trado hasta aqu,Seora. No olvide que tengo un mensaje del pueblo para usted.

    JUEZ.- Esto es inaudito! Jams he visto cosa igual! Seorescribano: escriba usted las palabras del sereno y dselo alsargento. Sargento: conduzca a esos hombres a la escalera, sinque se les vea desde aqu y que cada uno lea en alta voz loescrito.

    SARGENTO.- (Empujando a los serenos escaleras abajoen el foro.) Le advierto, Seora, que la mayora de estoshombres no saben leer ni escribir. 42

  • JUEZ.- Pues, en ese caso apnteles usted. (A TOMS.)Atento, hijo. Vas a escuchar las voces de todos esos serenos. Aver si identificas a alguno. Preparado, sargento?

    SARGENTO.- (Dentro.) Preparado!

    JUEZ.- Comience!

    UNA VOZ.- (Dentro.) Abra usted, doa Catalina!...

    TOMS.- No, se no es.

    JUEZ.- El siguiente!

    UNA VOZ.- (Dentro.) Abra usted, doa Catalina!...

    TOMS.- No, se no es, tampoco.

    JUEZ.- El siguiente!

    UNA VOZ.- (Dentro.) Abra usted, doa Catalina! Soy elsereno y...

    TOMS.- No, no, tampoco es se.

    VOZ.- (Dentro.) Abra usted, doa Catalina!

    (TOMS se pone tenso.)

    Soy el sereno y es muy urgente.

    (TOMS se transfigura.)

    El doctor necesita su maletn!...

    TOMS.- se es!

    JUEZ.- Sargento, traiga a ese hombre! Los dems, que sevayan!

    (Entran todos. El SARGENTO indica la salida a todos. ACIDONCHA le coge por el brazo y le pone delante del

    JUEZ. Todos los dems salen a la calle.) 43

  • (Al SARGENTO.) Suba inmediatamente a Paredes y al Doctor!(A CIDONCHA.) Diga su nombre.

    (El SARGENTO baja rpidamente por la escalera delforo.)

    CIDONCHA.- Pedro Cidoncha, para servir a Dios y a usted.

    JUEZ.- Es usted el sereno que estaba de servicio en la calledel Padre Corts la noche del diecinueve de junio?

    CIDONCHA.- S, seor. Me acusa usted de algo?

    JUEZ.- De complicidad en el asesinato!

    CIDONCHA.- Yo soy inocente, seor juez!

    JUEZ.- Cllese hasta que yo le autorice a hablar! (ATOMS.) Ven hijo, ponte aqu de espaldas y te vuelves cuandoyo te avise.

    (Entran el SARGENTO, PAREDES y el DOCTOR. ElJUEZ va hacia ellos y llama con el gesto a CIDONCHA.)

    Colquense aqu los tres, como si hablaran entre s. Toms, miraa este grupo y dime si conoces a alguien.

    (TOMS se vuelve y mira. Seala a PAREDES.)

    TOMS.- se es uno.

    JUEZ.- No conoces al otro?

    TOMS.- No, seor. El otro era ms bajo, pero ms robusto.Adems, tena el pelo totalmente blanco.

    (FALCN sale al rellano y llama con el gesto a LPEZ.ste sube y FALCN le dice algo al odo. LPEZ baja y se

    va corriendo.) 44

  • DOCTOR.- (Susurrando.) Gracias, Dios mo. Gracias, Diosmo.

    JUEZ.- Doctor Surez.

    DOCTOR.- S, seor juez!

    JUEZ.- Acrquese usted, por favor. Queda usted libre, sincargos. Sargento, qutele las esposas. Le ruego a usted aceptemis disculpas.

    DOCTOR.- Gracias, seor juez! (Se acerca a TOMS.)Gracias, hermano! Que Dios te lo pague!

    (Sale al rellano y mira al cielo. Baja la escalera. Todos lemiran con respeto en silencio. Lentamente va hacia el

    lateral musitando como idiotizado.)

    Libre... Libre... Libre... (Mutis.)

    JUEZ.- Sargento, interrogue a este individuo.

    SARGENTO.- S, seor. (Se escupe una mano y serestriega ambas. Saca un vergajo y se lo muestra aCIDONCHA, con un gesto siniestro.) Vas a cantar aqu tsolito, o prefieres que te acompae con mi guitarra all abajo?

    CIDONCHA.- (Aterrado.) No! Hablar! Lo dir todo!

    JUEZ.- Hable usted!

    CIDONCHA.- Sera la una de la madrugada cuando elseorito don Carlos me llam. Fui con l hasta la casa de InsMara. Cerca de all estaba don Ramn Martn de Castejnesperando. Me dijeron que queran entrar en la casa por unasunto amoroso, pero que la vieja no abrira. Que llamara yo conel pretexto de pedir el maletn del mdico. A m me dio malaespina aquel asunto y me negu. Pero don Carlos me amenazcon dejarme cesante en el cargo. Tengo siete hijos, seor juez!Qu otra cosa poda hacer? Cuando por fin consegu queabrieran la puerta, yo sal corriendo hacia la plaza.

    JUEZ.- (A PAREDES.) Confirma usted esa declaracin?

    PAREDES.- S, seor juez.

    JUEZ.- Sargento, bjelos al calabozo, incomunicados y congrillos en pies y manos. 45

  • (El SARGENTO se los lleva a los dos. Por la calle entraCASTEJN empujado por LPEZ y algunos ms y le

    obligan a subir al rellano.)

    Seor escribano: redacte una orden de busca y captura de RamnMartn de Castejn.

    FALCN.- No es necesario, seor juez. Est aqu en lapuerta.

    JUEZ.- Caracoles! Ha venido l voluntariamente?

    FALCN.- No, seora. Le ha entregado el pueblo.

    JUEZ.- Pero qu demonios pasa en este pueblo? Esto esasombroso!

    FALCN.- Recuerde Su Seora que tengo un mensaje delpueblo para usted.

    JUEZ.- Bien, bien, ya me lo ha dicho antes, pero ahora notengo tiempo que perder! Que pase ese individuo.

    (FALCN abre la puerta y CASTEJN es empujadoadentro.)

    CASTEJN.- Esto es una afrenta!

    JUEZ.- Cmo se llama usted?

    CASTEJN.- Ramn Martn de Castejn. Quiero denunciarante Su Seora el atropello del que he sido objeto.

    JUEZ.- Tiene que declarar algo sobre el crimen de InsMara?

    CASTEJN.- S seor, que es una salvajada!

    JUEZ.- Queda usted detenido, imputado por el asesinato dedoa Catalina Barragn e Ins Mara!

    (Entra el SARGENTO.) 46

  • Conduzca a este sujeto al calabozo, incomunicado y con grillos.Maana ser interrogado.

    (El SARGENTO le coge por el brazo y tira de l, peroCASTEJN se resiste.)

    CASTEJN.- Yo soy inocente! Esto es una injusticia!Djeme usted!

    (El SARGENTO le da un puetazo en los riones y leempuja escaleras abajo. Ya dentro, an sigue diciendo.)

    JUEZ.- (A TOMS.) Bueno, muchacho, puedes marcharte. Apartir de ahora sers custodiado por la Guardia Civil, peropuedes hacer tu vida normal. Si necesitas hacer un viaje fueradel pueblo me lo has de comunicar primero. 46

    (TOMS baja y todos los de la calle le rodean jubilosos.)

    Bien, comandante. Ha llegado el momento de tomarnos ese vinoa que le invit. Venga usted tambin, seor procurador. Asuntoconcluido. Por cierto, qu mensaje es se que con tantainsistencia quera comunicarme?

    FALCN.- El pueblo dice que no consentir que loscriminales salgan de Don Benito.

    JUEZ.- Qu dice usted!

    FALCN.- Lo que ha odo, Seora.

    JUEZ.- Oye usted esto, comandante? Esto es el colmo!Cmo se atreve a obstruir a la Justicia?

    FALCN.- No, Seora. Es todo lo contrario. El pueblo hacolaborado con la Justicia y sin su ayuda hubiera sido difcil, oimposible, encontrar a los criminales.

    JUEZ.- S, eso es cierto. Pero los reos sern conducidos a laPrisin Provincial de Badajoz. 47

  • FALCN.- Aqu estarn ms seguros. Y no saldrn. sa es lavoluntad del pueblo.

    JUEZ.- Pero en qu pas vivimos! Por encima de todo est elprincipio de autoridad! Salga de aqu antes de que le impongaun correctivo por desacato y obstruccin!

    FALCN.- S, Seora.

    (FALCN baja a la calle. Todos le abordan esperandonoticias. El JUEZ, el COMANDANTE y el ESCRIBANOsalen por el foro derecha. La luz sobre la sala se apaga.)

    LPEZ.- Vaya xito, Falcn!

    FALCN.- S. Pero no cantemos victoria. El juez dice que sellevar a los presos a la Prisin de Badajoz.

    ENGRACIA.- De eso, nada!

    CARRASCO.- Si los sacan de aqu, a los dos das estarn enla calle.

    LPEZ.- Eso habr que verlo!

    FALCN.- Hasta aqu todo ha sido fcil. Ahora tendremosque enfrentarnos a la gran batalla. Qu pasa por el pueblo?

    CARRASCO.- Todo est tranquilo y hay gran entusiasmo entodos.

    ENGRACIA.- Yo tengo apostados en cada iglesia a gente quese turna noche y da.

    FALCN.- Cmo est la caja de resistencia?

    LPEZ.- Bien. Casi todos los comerciantes, los labradores ylos profesionales pagan una cuota voluntaria. Pero a nadie se leda recibo, pues nadie quiere que figure su nombre. Hay fondossuficientes. Adems, esta misma maana han aportado dos milquinientas pesetas cada uno los dos ms ricos de Don Benito,despus de la familia de Paredes. Mil duros!

    ENGRACIA.- Y cuntos reales son mil duros?

    CARRASCO.- Vente mil. 48

  • ENGRACIA.- (Dando un prolongado silbido.) Veinte milreales! Con eso hay para ms de cuatro mil jornales! Y esosricos, tan explotadores, han dado ese dinero as, por las buenas?

    LPEZ.- S. Me lo han dado a m, ellos, personalmente.Tampoco han querido recibos. Pero si quisieran figurar en elanonimato hubiesen mandado a alguien. Han querido que losepa yo, pero que no haga publicidad de ello.

    ENGRACIA.- Pues sabis lo que os digo? Que no megusta! Ese dinero es fruto de rapia y explotacin, est sucio desudor y de lgrimas de los pobres. Yo voto porque se lesdevuelva!

    CARRASCO.- Yo no digo tanto, pero me da que sospecharque ese dinero lo hayan dado ahora y no cuando empez lalucha.

    FALCN.- Porque entonces no estaba comprobado queParedes fuera el criminal. Esos dos, a pesar de sus riquezas, hansido siempre los segundones de la familia de Paredes. Ahora,con ese crimen, la familia quedar desprestigiada y ellos puedenocupar el primer lugar de poder en Don Benito y su comarca. Ypara eso es para lo que quieren que el pueblo siga en su lucha.

    LPEZ.- No haba cado yo en eso.

    CARRASCO.- Qu fino hilas, Falcn!

    ENGRACIA.- sos han dado ese dinero porque temen alpueblo. Nunca nos han visto tan unidos y temen que cuandoacabemos con Paredes vayamos contra ellos.

    LPEZ.- Lo importante es que Paredes ya est preso.

    FALCN.- No quiero que el xito momentneo nos hagabajar la guardia. Paredes est ya procesado, es verdad. Peropensad que la nica prueba importante contra l es el testigo.

    CARRASCO.- Y te parece poco eso?

    LPEZ.- Antes de que apareciera el testigo ya se declarculpable.

    FALCN.- Eso tiene poco valor ante un Tribunal. Puede decirque se declar culpable porque le torturaron. Esos mtodos sonnormales hoy en toda Espaa.

    ENGRACIA.- Pero tenemos al testigo! 49

  • FALCN.- El juicio tardar ms de un ao en celebrarse. Paraentonces Toms puede ser comprado por la familia. Puededeclarar que no est seguro si eran ellos los que vio aquellanoche. Slo una ligera duda y su testimonio quedar invalidado.

    ENGRACIA.- O sea, que despus de tanto luchar estamoscomo antes.

    FALCN.- Desgraciadamente, es as.

    ENGRACIA.- Y encima, el juez se los quiere llevar aBadajoz! Es que no va servir de nada nuestra lucha? Es quevamos a consentir que se los lleven y los dejen en libertad?

    FALCN.- No. Paredes no saldr de Don Benito. Estamos yaen septiembre. El trabajo de la siega y el de la era ha terminado.Hay ms gente libre. Hay que reforzar la vigilancia y aumentarlas pginas de nuestro boletn, para mantener el espritu alto.

    ENGRACIA.- Estis dispuesto a combatir si intentanllevrselos?

    TODOS.- S!

    ENGRACIA.- Pues viva el pueblo de Don Benito!

    (Oscuro. Luz sobre JOAQUN COSTA en uno de susenardecidos discursos en el Frontn Central de Madrid.)

    JOAQUN COSTA.- Esta que creamos nacin de bronceha resultado ser una caa hueca. [...] Para que la patria se redimay resurja a la vida de la civilizacin y de la historia necesita unarevolucin, o lo que es igual, tiene que cambiar de piel, romperlos moldes viejos que Europa rompi hace ya ms de mediosiglo, sufrir una transformacin honda y radical de todo su modode ser, poltico, social y administrativo, acomodar el tipo de suorganizacin a su estado de atraso econmico e intelectual ytomarla nada ms como punto de partida, con la mira puesta enel ideal: el tipo europeo. Es fuerza, seores, decidirse: hay quehacer poltica, y poltica masculina; es preciso que dejemos deparecer una nacin de eunucos, que slo sabe llorar y quejarse.Arriba, industriales y labradores! Arriba los mdicos, lospedagogos, los ingenieros, los publicistas! Arriba losmenestrales, los operarios de las fbricas, los braceros delcampo! Caldear los nimos y enardecer la sangre contemplandolo que han hecho de nosotros y de lo nuestro esos caballeros. 50

  • Recibieron todos los ingredientes necesarios para hacer deEspaa una gran nacin, y han preferido ser los sepultureros desu patria.

    (Oscuro.)

    CUADRO TERCERO

    En la sala estn el JUEZ, COMANDANTE, ESCRIBANO,DEFENSORES 1, 2 y 3, y FISCAL. Hablan entre ellos,

    aparte.

    En el rellano, atento, est FALCN. En la calle, sentadosen la escalera, LPEZ y ENGRACIA. En la calle hay

    GUARDIAS CIVILES patrullando. Entra CARRASCO conun peridico en la mano.

    EMPIEZA LA ACCIN.

    CARRASCO.- Habis ledo el discurso de Joaqun Costa?

    ENGRACIA.- Para leer discursos estoy yo ahora!

    CARRASCO.- Ha salido elegido Diputado a Cortes. El aoque viene habr elecciones municipales en toda Espaa y elpartido republicano est seguro del triunfo. La II Repblica esta la vuelta de la esquina. Acabaremos con la oligarqua y elcaciquismo, como dice Joaqun Costa.

    ENGRACIA.- A m me preocupa ms lo que pasa ah dentro.Los abogados, que todo lo lan, estarn camelando al juez.

    FALCN.- No lo van a conseguir.

    LPEZ.- Yo tengo mis dudas. Menudos pjaros se hanbuscado los tos! El abogado de Paredes dicen que es el mejorcriminalista de Espaa; el de Castejn es de Plasencia y lellaman el Castelar de Extremadura, por lo bien que habla. Ynuestro abogado, sin aparecer. 51

  • FALCN.- A pesar de todo, esos criminales no saldrn deDon Benito.

    ENGRACIA.- Muy seguro ests t de la gente. Ya veremoscuando la Guardia Civil se le a culatazos, o a tiros.

    CARRASCO.- Ha perdido ya la fe?

    ENGRACIA.- Estoy muy nerviosa, hijo. Toda esa gente estah para llevarse a los presos.

    FALCN.- No se los llevarn.

    (En la sala entran por el foro derecha PAREDES,CASTEJN, CIDONCHA, SARGENTO y GUARDIAS. Los

    tres primeros van esposados.)

    (A los de la calle.) Silencio! He odo ruido ah dentro. Pareceque se disponen a salir ya.

    SARGENTO.- Preparados, seor juez.

    JUEZ.- Salga y mire si en la calle est todo tranquilo.

    (El SARGENTO se asoma y slo ve a los cuatro; baja, sinembargo, y mira por uno y otro lateral. Habla aparte con

    algunos GUARDIAS. FALCN aprovecha la salida delSARGENTO para mirar por la puerta entornada.)

    Estoy nervioso. Este pueblo, tan pendiente de todo, y sin quehaya una sola manifestacin, me hace sospechar algo raro.

    COMANDANTE.- No debe preocuparse, Seora. Mishombres estn alerta.

    FALCN.- Busca usted algo, sargento?

    SARGENTO.- No, nada. Miraba, simplemente

    FALCN.- Van a sacar a los presos?

    SARGENTO.- A usted eso no le importa!

    FALCN.- Soy el procurador. 52

  • SARGENTO.- Entonces, suba y se lo pregunta a Su Seora.S, vamos a salir con ellos. Pasa algo?

    FALCN.- No, no.

    (El SARGENTO sube a la sala.)

    SARGENTO.- Todo en orden, Seora. Slo he visto a cuatropersonas, ya conocidas.

    (Tan pronto como sube el SARGENTO, a una indicacinde FALCN, ENGRACIA, por el lateral izquierdo,

    LPEZ, por el lateral derecho y CARRASCO desde elcentro, dan un silbido cada uno. Instantes despus repican

    todas las campanas.)

    JUEZ.- Qu significa ese repique de campanas?

    SARGENTO.- No lo s. Debe ser alguna fiesta en el pueblo.

    JUEZ.- Quiera Dios que sea, en verdad, una fiesta. Bueno, noperdamos ms tiempo. Vamos. Sargento, vaya usted delante conlos presos.

    (As lo hace el SARGENTO y pone en primera fila a lostres; l y los GUARDIAS, delante; detrs, el JUEZ y el

    COMANDANTE; tras ellos, los tres abogados. Bajan a lacalle, pero tan pronto la pisan, aparecen por todos sitioshombres armados con palos. No hay hoces, ni horcas, niningn otro objeto que pudiera constituir arma ofensiva.Los palos son casi todos iguales: metro y medio de largo,cinco centmetros de dimetro, limpios, sin cortezas. LosGUARDIAS dan culatazos y los hombres utilizan los palospara protegerse de ellos, pero sin agredir. Slo el empuje

    de la masa los hace retroceder.)

    El motn! Eso es lo que yo me tema!

    COMANDANTE.- Sargento, vuelva a subir a los presosantes de que los linchen! Rpido, suban todos! 53

  • (Vuelven a subir todos, sin ms dificultades que la propiaagitacin nerviosa. Cuando todos han vuelto a la sala, a

    una indicacin de FALCN, todos retroceden a loslaterales, pero sin salir de la escena. Los GUARDIAS se

    repliegan y quedan atrs guardando la puerta, en estadode alerta.)

    JUEZ.- Esto es intolerable!

    COMANDANTE.- Sin duda, el pueblo cree que los vamosa sacar de Don Benito.

    JUEZ.- Pero, si slo bamos a la diligencia de reconstruccindel crimen! No inform usted de eso al procurador?

    COMANDANTE.- No, Seora. Desde que usted lo ech dela sala, no le he vuelto a ver.

    JUEZ.- Esto no lo puedo tolerar de ninguna de las maneras!Voy a telegrafiar inmediatamente al Ministro de Gracia yJusticia!

    COMANDANTE.- Dudo que el Gobierno intervengamandando al Ejrcito. Desgraciadamente tenemos un Gobiernodebilitado por tantos problemas como tiene Espaa. Las fuerzasrepublicanas dominan al pueblo cada vez ms y aprovecharncualquier incidente para saetear al Gobierno de Su Majestad conlaceradas crticas.

    JUEZ.- Pero, Comandante, Espaa puede ser gobernada pormonrquicos, republicanos o liberales, pero jams por laanarqua, el desorden y la subversin!

    COMANDANTE.- Yo, seor juez, me limito a cumplirrdenes de mis superiores. Y las cumplir a rajatabla, caigaquien caiga. Pero, personalmente, no tomar una iniciativa quepueda producir una matanza. Ahora, si usted ordena que carguecontra el pueblo, dar la orden.

    JUEZ.- No, no! Eso sera una tragedia.

    COMANDANTE.- Sugiero a Su Seora que hable con elprocurador. l es el lder del pueblo.

    JUEZ.- Es una medida prudente. Pero indigna de mi Seora!Que bajen los presos al calabozo, incomunicados. 54

  • (Se van los presos, los GUARDIAS y el SARGENTO. ElJUEZ y el COMANDANTE salen a la puerta de la sala,

    pero sin bajar. El pueblo est tranquilo.)

    FALCN.- Seora, ya le dej el mensaje del pueblo.Recuerda?

    JUEZ.- Si hubiese permanecido en su puesto, aqu, comoprocurador, este incidente no hubiera sucedido!

    FALCN.- Su Seora me ech de la sala.

    JUEZ.- Slo bamos a la diligencia de reconstruccin in situdel crimen.

    FALCN.- En ese caso, nada deben temer del pueblo. Puedensalir con toda tranquilidad. El pueblo es respetuoso con laJusticia. Vea: no tenemos armas de ningn tipo. Esos garrotes nose han improvisado, estn hechos desde hace un mes, no paraagredir, sino para protegernos de los culatazos de los guardias.

    JUEZ.- Pero no se hagan ilusiones, y abandonen suarrogancia! Los presos sern conducidos, en su momento, a laPrisin Provincial. Si es necesario, reclamar la ayuda delEjrcito.

    FALCN.- Quiero recordar a Su Seora que este pueblo noha tenido el menor roce con las fuerzas del orden; ha colaboradocon la Justicia, y en ningn momento se ha puesto en peligro laintegridad fsica de los criminales. Los podamos haberlinchado, pero queremos que sea la Justicia quien haga justicia.Pero, eso s, aqu, en Don Benito.

    JUEZ.- Eso es imposible. Los ha de juzgar la AudienciaProvincial.

    FALCN.- Bueno, pues que venga aqu la AudienciaProvincial.

    JUEZ.- Eso es imposible! No hay precedentes en lajudicatura espaola de que la Audiencia Provincial renuncie asus fueros!

    FALCN.- Pues el pueblo de Don Benito no abdicar de lossuyos. Se har justicia aqu.

    JUEZ.- Esto es demasiado! 55

  • ENGRACIA.- Que vengan todos los refuerzos que quieran!Que disparen contra nosotros! Que arrasen este pueblo! Perole aseguro, seor juez, que mientras quede un solo hombre enpie, esos criminales no saldrn vivos de aqu! Eso se lo juro yo!Yo! Una mujer de Don Benito!

    TELN

    SEGUNDA PARTE

    CUADRO PRIMERO

    Teln corto. En el centro derecha, primer trmino, estnreunidos los DEFENSORES 1, 2 3 y un PROCURADOR.

    DEFENSOR 1.- Esto es todo, seor procurador. sta es laestrategia que he establecido para la defensa de don Carlos. Elinforme de los cuatro forenses que he solicitado serfundamental.

    PROCURADOR.- Por qu ha citado usted a cuatropsiquiatras?

    DEFENSOR 1.- Con el objeto de demostrar que don Carlosest loco, trastornado por el alcoholismo.

    PROCURADOR.- Y qu pretende con ello?

    DEFENSOR 1.- Pues demostrar que no era responsable desus hechos!

    PROCURADOR.- Pero eso es admitir que Paredes cometiese asesinato.

    DEFENSOR 1.- Claro. Las pruebas y el testigo soncontundentes. 56

  • PROCURADOR.- Don Carlos no cometi crimen alguno!

    DEFENSOR 2.- Est demostrado que s. l lo ha admitido.

    PROCURADOR.- Por presiones torturadoras.

    DEFENSOR 3.- Y qu me dice de las pruebas y deltestigo?

    PROCURADOR.- Son falsas. En el juicio no habr pruebasni testigo.

    DEFENSOR 1.- Pero estn ah, en el sumario.

    PROCURADOR.- Estaban.

    DEFENSOR 1.- Han desaparecido las pruebas?

    PROCURADOR.- Desaparecern.

    DEFENSOR 1.- Y el testigo?

    PROCURADOR.- Ese cretino va a recibir tal cantidad dedinero como en su vida ha podido soar.

    DEFENSOR 2.- Eso est garantizado? Por quin?

    PROCURADOR.- Por m. Represento a la familia. Tengolos poderes.

    DEFENSOR 2.- A m, su procuradura no me concierne. Yosoy defensor de Ramn Martn de Castejn.

    PROCURADOR.- El destino de Castejn esta ligado al deParedes. Si don Carlos es inocente, su defendido lo serigualmente.

    DEFENSOR 2.- Y si resulta culpable, tambin.

    PROCURADOR.- Evidentemente.

    DEFENSOR 2.- Pero yo tengo argumentos propios en sudefensa.

    PROCURADOR.- Esos argumentos no le librarn de la penade muerte si Don Carlos es hallado culpable.

    DEFENSOR 3.- Mi defendido no intervino nada ms quepara que abrieran la puerta. Ni siquiera pis la casa. 57

  • DEFENSOR 1.- Se olvida usted de algo fundamental. LaAudiencia Provincial va a juzgarlos aqu por imposicin delpueblo. Eso no tiene precedentes en la Historia de Espaa. Elpueblo sabe que son culpables. No consentir que salgan libres.

    PROCURADOR.- Lo que usted plantea es, simplemente, unproblema de orden pblico.

    DEFENSOR 2.- Al menor indicio de impunidad pueden serlinchados.

    PROCURADOR.- Pues que los linchen! Ojal lo hubiesenhecho ya!

    DEFENSOR 1.- Usted quiere, realmente, que losdefendamos?

    PROCURADOR.- Para eso ha sido usted contratado.

    DEFENSOR 2.- Si falla la falta de pruebas y el soborno deltestigo, la pena ser de muerte. Mi obligacin es salvar la vidaa Castejn.

    PROCURADOR.- Y la ma es salvar a la familia deldeshonor.

    DEFENSOR 1.- Luego no le importa la vida de esedesdichado.

    PROCURADOR.- Ese miserable debi morir al nacer!

    DEFENSOR 1.- Con esas premisas, yo renuncio a ladefensa.

    DEFENSOR 2.- Seor procurador, yo estoy con mi ilustrecolega. Para m, lo importante es la vida de mi defendido. Y esoest por encima del honor de los Donoso Corts. Por mi parte,ya est todo dicho.

    PROCURADOR.- Calma, seores. La inculpabilidad de sudefendido est garantizada. No habr pruebas ni testigo. Qums quiere usted?

    DEFENSOR 1.- Si es as, la cosa resultar bastante fcil.

    DEFENSOR 2.- Pero no ha pensado usted que si hayimpunidad habr motn, y una horrible carnicera en DonBenito?

    DEFENSOR 1.- Pone usted las cosas excesivamente graves. 58

  • DEFENSOR 2.- Es que no puede ocurrir eso?

    DEFENSOR 1.- No soy profeta, querido colega. Se trata deque nuestros defendidos sean absueltos. El resto, no es miproblema.

    DEFENSOR 2.- Se ha presentado un acusador privado.

    PROCURADOR.- Es un abogado del Estado que jams hadefendido una causa criminal. Es muy joven y sin experiencia.

    DEFENSOR 2.- Pero es un acusador. Remover cielos ytierra. Un acusador privado es ms temible que el fiscal.

    PROCURADOR.- Insisto en que ese acusador es abogadodel Estado. Y el pueblo de Don Benito ha vulnerado al Estadode Derecho, ha quebrantado el Poder Judicial. Su obligacin noes estar con este pueblo insurrecto, sino con el Estado. A ustedle llaman El Castelar de Extremadura. Va a tener miedo deese inepto?

    DEFENSOR 2.- Profesionalmente no tengo miedo a nadie.Pero este caso es distinto a todos los conocidos hasta ahora. Sieste juicio se hubiera celebrado en Badajoz no tendra mayortrascendencia. Pero toda la prensa nacional ha destacadoenviados especiales.

    PROCURADOR.- Este caso no tendr repercusin algunaen la prensa. Ningn director sensato reflejar la humillacinque este caso ha supuesto para la judicatura espaola. Por otraparte tenemos la garanta del Gobierno de que los hechos de DonBenito no deben trascender, pues es inconveniente para la paz yla seguridad nacional.

    DEFENSOR 2.- Los directores y los empresarios mandan enlos peridicos, es cierto, y ellos tamizan las noticias. Pero unperiodista no es un escribiente que escribe al dictado. Escribirnentre lneas lo fundamental. Negar los he