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Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura #9 Pakapaka - Sevilla - Vaccarini cultura lij Año 1 / Número 9. Marzo 2014. ISBN: en trámite. Edición digital

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  • Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura

    #9

    Pakapaka - Sevilla - Vaccarini

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    Edicin digital

  • sumario / 1

    Reflexiones sobre la literatura infantil y su culturaAo 1 Nmero 9 Marzo 2014Cultura LIJ es una publicacin de Editorial La Bohemia.Vuelta de Obligado 3567 PB "C" (1429) CABA. Tel: (011) 3534-1975culturalij@editoriallabohemia.comwww.culturalij.worpress.com www.editoriallabohemia.com

    Directoras responsables: Laura Demidovich y Valeria SornEdicin: Valeria SornArte: Laura DemidovichDiseo grfico: Valeria Goldsztein

    Ilustracin de Tapa: Christian Montenegro

    Fotografa: Laura DemidovichISSN: 1852-298XDistribucin a kioscos CABA: SIN FINRincn 1407 (CABA) 4308-1813

    Agradecimientos: A Christian Montenegro por la ilustracin de tapa. Y a todos los lectores que nos siguen luego de cinco aos.

    culturalij

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    EditorialLa mesa redondaLaura Demidovich y Valeria Sorn

    ComunidadesLa Bibliocabina Beln Torras

    ReportajeFabin SevillaValeria Sorn

    Al rescateLibros acsticos y sonorosMnica Rodrguez

    Biografia lectoraLa vida guerrera de las hormigas

    Franco Vaccarini

    Desde el aulaLa vuelta al mundo en 180 historiasValeria Sorn

    Espacio Editorial

    1 a 1A la pesca del arte por correo

    Botellas que lleva el cartero Daniela Azulay

    Agenda

    mailto:culturalij%40editoriallabohemia.com%0D?subject=

  • EDiToriaL / 3

    Como tantas cosas, las normas de cortesa a la mesa siguen la tradicin occidental. As, comenzar una historia de nuestros modales es remontarse al Imperio romano y no a los incas o los toltecas.

    Conductas medievalesFue en la Edad Media cuando comenzaron a delinearse los protoco-los de conducta en la mesa, y por supuesto esto ocurri en las cortes.

    Hay dos sistemas de presidencia en la mesa que son an vigentes. En el francs, el anfitrin se sienta en el centro, como en el cuadro de la ltima cena de Miguel ngel, donde Jess se sentaba en el centro de

    La mesa redonda

    una mesa alargada. Y delante de esta persona, la segunda persona anfitriona o el invitado de honor. Los invitados ms importantes estn alineados por orden de relevancia hacia ambos costados. As la principal conversacin es la que se da en el centro.

    En el sistema ingls, anfitrin e invitado de honor se sientan en cada cabecera de la mesa, por lo que no se poda dar la conversacin entre ellos. Son dos las cabeceras y son dos las conversaciones principales. Este ordenamiento tiene la ventaja adicional de remarcar menos las jerarquas.

    El mito dentro del mitoSi bien el registro de historias orales acerca del rey Arturo es anterior, la idea de la mesa redonda a la que se sentaba con sus mejores guerreros aparece por primera vez en el Merln de Robert de Boron. Segn estos relatos, la Mesa Redonda fue creada por el rey de Inglaterra, Uther Pendragon, cuando Arturo sube al trono, recibe la mesa como un regalo de bodas.

    La mesa redonda pretende que no hay ningn lugar privilegiado, ni una conversacin por sobre otra.

    La mesa redondaModerar una mesa redonda es administrar la palabra, y convengamos que la cultura no es otra cosa que una conversacin No; muchas conversaciones, sin centro, ni prioridades, que no tienen un comienzo definido y que no se clausuran.

    En el mbito cultural honramos la mesa redonda artrica cada vez que una cantidad de especialistas, artistas, funcionarios, pensadores, se sientan a conversar sobre un tema. Las normas de cortesa aqu tienen que ver con no abusar del tiempo para hablar ni menospreciar personas, ni ideas vertidas.

    Cultura LIJ se pretende como una permanente mesa redonda, donde cada quien se sienta para decir y escuchar. Una mesa que se agranda cada da, para no excluir miradas. De a ratos un debate se vuelve ms candente, para descansar hasta la siguiente vez. As hay

    La BohemiaCabeza hueca, cabeza seca(Edicin Bilinge espaol / Tup Guaran)

    Franco Vaccarini y Pablo Picyk

    una variedad de temticas y posiciones que prevalecen en cada nmero.

    Estn todos invitados, pasen, tomen asiento. No hay ms credenciales para participar ms que la pasin por la lectura, por la literatura, por la cultura de la infancia.

    Laura Demidovich y Valeria Sorn

    Brjula EsteRelatos increbles de la tradicin oral latinoamericana

    Ma. Cristina Ramos, Sandra Comino, Mnica Melo y Mario Mndez.

    Editorial

  • 4 4 / comuniDaDEs comuNIdAdES / 5

    Llegue a la Bibliocabina porque llam mi atencin una publicacin temprana en Facebook. Yo haba visto espacios parecidos, pero todos esta-ban en Europa. Este estaba ac, en Argentina, cerca, sin mediadores, sin aportes polticos, de libre acce-so y gratuito. Eso tena que verlo.

    Me acerqu con la propuesta de coordinar un espacio mensual de cuentacuentos y lo aceptaron. De pronto me encontr inmersa en un proyecto in-novador y valioso, que promueve la libre circula-cin de los libros en un mbito no tradicional.

    El sistema de uso es sencillo: te acercs a la pla-za, vas hasta la Bibliocabina, elegs un libro, te lo llevs, lo les y luego lo devolvs. El horario es am-plio y flexible ya que permanece abierta todos los das: El primer vecino que pasa por ah la abre y el ltimo que pasa por la noche la cierra; para eso solo tiene que tener la llave, la cual obtiene des-pus de pagar el precio de la copia.

    El disfrute nacional: tardede cuentos y pelotasObvio que no puedo alejarme de mi rol de promotora de la lectura especializada en LIJ y automticamente pens en los chicos. Este es un espacio ideal que per-mite que la literatura se instale dentro de un marco descontracturado, ms placentero, no institucional, no ligado a las normas ni a la obligatoriedad.

    La mayora de los chicos accede a la literatura durante su etapa de escolarizacin y en la escuela, a mi parecer, la mediacin de los textos literarios no siempre es la correcta. La mayora de las veces se trata a la literatura como un deber, cargndo-la de interpretaciones, trabajos y actividades, ale-jndola por completo de la idea de leer por placer. La bibliocabina brinda, en ese sentido, una de las mejores cosas que puede haber: es permitirle a los

    La Bibliocabina por Beln Torras

    Con aire retro, en la ciudad de Maschwitz reusaron la cabina telefnica, ahora biblioteca.chicos ver a los grandes en contacto con los libros, verlos leer.

    El da de la inauguracin del espacio de Cuentacuentos, haba entre el pblico que se acer-caba un padre con dos chicos, munidos de una pelota de ftbol. Dej a los chicos sentados escu-chando historias y se instal en un banco, no muy alejado, puso la pelota en el piso, un pie sobre ella. Los cuentos se iban sucediendo, l miraba desde el banco y en un momento, no s bien cul, se acerc a escuchar.

    Terminaron los cuentos e invit a la concurrencia a visitar la Bibliocabina: padre e hijos fueron hasta all a buscar libros. Y la pelota? Bien, en el piso, al lado del banco.

    Un poquito de historiaEl proyecto lo pone en accin Jorge Croce, uno de los vecinos de la ciudad de Maschwitz, (de Buenos Aires, Argentina). Una amiga le cuenta que en sus vacaciones fue a una playa donde haba una cabaa desde donde la gente poda tomar libros y luego devolverlos. Escucha la historia, surge la idea y suea con un lugar donde pueda accederse a los libros sin la formalidad y los parmetros es-tablecidos por las bibliotecas. Sabe que es un pro-yecto ambicioso que supone una ruptura de los paradigmas y, a su vez, desafa a cada integrante de la comunidad a participar y responsabilizarse por la conservacin del espacio y la devolucin de los libros.

    Cuentacuentos y agitadora cultural.

  • 6

    En 2009 algunas personas de Wisconsin, Estados Unidos, imaginaron que en-tre vecinos se podan crear y fomentar bibliotecas comunes. Desarrollaron el modelo que se llam Little Free Library y promovieron la instalacin de biblio-tecas libres instaladas en pequeas ca-sitas de madera.

    Lo que comenz como una iniciativa local creci cuando ms y ms perso-nas se involucraron. Crearon una web donde ensean a montar una bibliote-ca libre, haciendo mucho hincapi en dar difusin a la iniciativa para que to-dos los maestros y lderes comunitarios estn informados. Sumar promotores colabora a un buen uso de la biblioteca.

    Algunas bibliotecas se instalan en una calle, otras en espacios comunes como plazas, otras en la entrada de las escuelas. El miedo comn en es-tas iniciativas parece ser que se lleven los libros. Pero si bien algunos libros no regresan y alcanzan otros tipos de destinos, nuevos llegan. No hay en este

    tipo de iniciativas otro bien a proteger ms que el bien comn, la lectura, la solidaridad.

    Actualmente hay instaladas cerca de 10.000 bibliotecas libres, la mayora en territorio estadounidense.

    La web es tambin un espacio de re-ferencia. Como siempre, quienes em-prenden una campaa cultural suelen sentirse solos, con gran responsabili-dad sobre sus hombros. Sumado esto a las obligaciones personales y labo-rales, es simple caer en el desnimo. Pero si se forma parte de una red, si nos nucleamos con otros en torno de una identidad, es ms simple continuar.

    Por eso, en el sitio de Little Free Library incorporaron un mapa. Al in-formar la existencia de una nueva, se agrega al mapa. S, alguien puede bus-car por l la ms cercana a su domicilio, pero por sobre todo es importante para que quienes forman parte de este mo-vimiento puedan verse crecer.//

    mini bibliotecas libres

    Una iniciativa similar se ha difundido en los Estados Unidos.

    / comuniDaDEs

    La loca idea toma forma y luego cuerpo cuando localiza una cabina telefnica abandonada en la plaza de su ciudad, que se propone reciclar y abrir para los dems. De a uno se van sumando ms ve-cinos, invierten tiempo, materiales, trabajo, dinero y logran reacondicionarla. La Bibliocabina se trans-forma en un proyecto comunal y logran el compro-miso de las agrupaciones polticas de no hacer pe-gatinas de carteles. Todos acuerdan.

    Las donaciones al principio llegan tmidamente desde lugares diversos, y luego llegan ms y ms libros. Llegamos los cuentacuentos, llega la televi-sin y los diarios. El sueo de Jorge es un hecho.

    La gente plantea, realiza, mantiene y propulsa. Es inspirador ver a una comuna impulsada solo por el deseo y el amor a la lectura, hacindose cargo de la gestin y mantenimiento, sin esperar que otros sean los proveedores. //

  • Editora, Gestora y Periodista Cultural.

    rEporTajE/ 9

    El premio de SM abre un nuevo captulo en tu carrera? No creo que el premio me sirva para abrir puertas que, no s por qu, parecen clausuradas: vengo trabajando desde hace aos como escritor y, a la vez, como mi pro-pio gestor. Es decir, lo que he publicado lo consegu a fuerza de insistir y ganar por cansancio.

    El que un libro de LIJ se venda ms o reciba un premio no significa que maana vendrn de editoriales que ja-ms te publicaron a pedirte libros; s, en cambio, que aquellos que ya apostaron a vos vuelvan a hacerlo.

    S considero que me valida porque me dedico prin-cipalmente a ciertos gneros como el humor (especial-mente el nonsense), el terror y el fantstico maravilloso, los cuales atraen a muchos lectores, pero son vistos des-de lejos por cierta crtica.

    Me siento orgulloso de haber ganado este premio con un texto disparatado y pensado para pequeos lectores en un certamen que vena premiando novelas para lectores ms grandes y con temas o tramas ms serias. Aunque El viernes que llovi un circo con humor haga una crtica a la explotacin, no naci con esa in-tencin.

    Regreso a las fuentesA esta altura es necesario recordar que Fabin Sevilla desde 2010 se viene dedicando a dictar talleres acerca de la promocin de la lectura, una actividad cercana a su labor, pero que corre el eje de la creacin literaria. Has empezado a desarrollar una coleccin de libros que reescriben los clsicos (Pulgarcito, El gato con botas, Caperucita Roja) donde hablan los personajes en prime-ra persona. Pero tu trabajo con los clsicos es anterior (Yo quiero mi haba una vez y mi colorn colorado). Qu le siguen diciendo estas historias a las nuevas generaciones? Creo que le dicen mucho a las nuevas y viejas gene-raciones de lectores, y tambin de escritores. A los que comienzan sus trayectos lectores les presentan la fanta-sa en bruto y sin impedimentos al cuestionamiento o dudas: cuando las nias y nios leen o se les lee o

    escuchan Haba una vez saben (o sospechan) que se abri una puerta y seguir una instancia para descu-brir o redescubrir que en la literatura todo es posible y que adems es una forma, otra forma, de explorar los sentimientos, significar y simbolizar el mundo, ejercer el derecho a imaginar, preguntar, opinar y conversar al respecto.

    En cuanto a los lectores expertos, les hacen recordar que esos relatos fueron sus primeros contactos con la literatura y que, aunque grandes, a travs de ellos pueden revivir lo que sentan al leerlos o escucharlos. Los autores seguimos contndolos, a veces, desde una perspectiva tradicional, otras desde nuestra visin par-ticular, completndolos, modificndolos, jugando con ellos, tambin porque no queremos que se pierdan, lo cual no nos diferencia mucho de la labor de rescate que en su tiempo hicieron Charles Perrault o los hermanos Grimm.

    Qu aportan los clsicos? Principalmente emociones, tambin personajes e his-torias reconocibles que nos permiten modificarlas de modo que siempre resulten novedosas o puedan con-tar algo ms. Para m son paradigma de la esencia del relato breve, el que ms gusta que nos cuenten o lean, el que creemos sin cuestionar y el que, aunque ya nos

    Fabin Sevillapor Valeria Sorn

    Es facil encontrar informacion acerca de Fabin Sevilla. Ya sabemos que tiene cerca de setenta libros publicados, que su espe-cialidad son los libros para chicos, que escribe en algunas revistas, que es un nyc (nacido y criado) en Mendoza.

    Por eso vale la pena preguntarse quin es Fabin Sevilla.

    Galardn para un escritor maduroLa trayectoria de un autor y su validacin social pueden discurrir por diferentes caminos. Por un lado, est la legitimidad del pblico. Tambin vali-dan las editoriales cuando buscan incorporar a un determinado autor a sus catlogos. El periodismo, al difundir obras y autores. La crtica ocupa un es-pacio importante cuando premia, analiza obras, incorpora ttulos en bibliografas.

    A fines de 2013, Fabin Sevilla result galardo-nado con El Barco de Vapor por su libro El vier-nes que llovi un circo. El jurado del premio estuvo constituido por Alicia Origgi, especialista dedicada a la obra de Mara Elena Walsh y fascinada por el nonsense; Mara Florencia Gattari, escritora impe-cable, y Cecilia Repetti, desprejuiciada e inteligente editora de larga data.

    Una oportunidad para acercarse

    a un autor sorprendente.

    / rEportAjE8

  • 10 / rEportAjE rEporTajE/ 11

    hayan ledo o hayamos escuchado mil veces, siempre volveremos a pedir.

    En mi caso, cada vez que releo Caperucita Roja no puedo dejar de emocionarme cuando se produce el fa-moso intercambio entre ella y el lobo. Ese, como otros cuentos populares, me inspiran a buscar versiones del mismo relato en las diversas culturas y a travs del tiem-po, las similitudes con otros cuentos maravillosos, los arquetipos que presentan, estudiar el contexto histrico y cmo fue cambiando la percepcin de los lectores se-gn cada poca No solo disfruto leyendo los clsicos, tambin aprendo. Por qu sentiste que era necesaria esa actualizacin? Cuando releo los clsicos siempre me surgen pregun-tas y siento la necesidad de responderlas: Caperucita se encontr con un lobo o habr sido un hombre lobo? Por qu un gato necesitaba botas? Era ese felino un mentiroso patolgico o toda su estafa esconda un plan para beneficiar a otros? Por qu Cenicienta pierde un zapatito que al final le queda justo? Qu le hubiera pa-sado o qu pensara Bella Durmiente si a lo largo de sus cien aos de condena hubiese despertado varias veces? Me divierte escribir las respuestas y aspiro a que los lec-tores tambin se diviertan con ellas.

    Un escritor es ms libre dentro de un gnero? No creo que los gneros sean piletas estancas. Yo es-cribo terror con mucho humor, lo cual me encanta, y tambin me permito rever los clsicos, incluso justi-ficando desde la lgica elementos que si fuera por el gnero no debera justificar (por ejemplo, el amor a pri-mera vista entre una princesa y un prncipe o el sbito enojo de un hada que deriva en 100 aos de condena para una princesa).

    S, en cambio, considero que un autor debe cono-cer los gneros porque son referencias. Cuando me propongo escribir, por ejemplo, un cuento maravillo-so tradicional, s qu elementos no pueden faltar o no debo alterar, en el caso contrario, qu modificar si quiero que ese relato rompa lo establecido o espe-rable.

    El retornoA los escritores les toca promocionar los libros en las escuelas. Ese trabajo a veces es muy gratificante, porque se pueden palpar los efectos que las obras han tenido en el pblico. Sobre todo, es valioso para quienes sien-ten que tienen algo que agregar al libro, algo que decir, que comunicar.

    En qu medida la capacidad de entretener de un libro colabora con la promocin de la lectura? Cuando una nia o un nio se acostumbra a que cada vez que alguien abre un libro lo que de ah sale le generar algn tipo de emocin, entonces esperar o buscar volver a tener esas sensaciones pidiendo ms, abriendo el libro por su propia cuenta e incluso, escribiendo su propia versin u otra historia similar.

    Parafraseo a Gianni Rodari al decir que lo que los pequeos quieren no es el relato en s, sino el momento que viven, lo que sienten, lo que se imaginan cuando se les lee o se les na-rra. Igualmente mi consigna no es promover la lectura y el libro pensando en formar adultos lectores, sino teniendo en cuenta el hoy lector de los ms chicos y jvenes, en su derecho a en-tretenerse, a imaginar, a cuestionar, a elegir qu les gusta y qu no, a reflexionar sobre que las cosas son de un modo, pero podran ser de otro.

    La risa, el goce y la imaginacin nos diferen-cian de otras criaturas, nos humanizan, muchas veces nos rescatan y la Literatura, as como el teatro, el cine, la tele y hasta los juegos de Playstation son herramientas para ello. //

  • 12

    Libros acsticos y sonorospor Mnica Rodrguez

    Las onomatopeyas, tpicas de los cmics, son tambin un recurso utilizado en la literatura infantil. Hoy retomamos algunos ttulos que im-plican el uso de este recurso estilstico para tramar las historias que quieren contarnos.

    RuiditosComenzamos con un clsico de Graciela Montes, Clarita se volvi invisible. Tras el bao y una vez envuelta en el toalln blanco, Clarita se torna in-visible El lector puede recorrer las travesuras de la protagonista siguiendo el chap, chap, chap de sus chinelas. Tambin se suman el sac del chupete

    que le saca a su hermano beb y el fffffff del gato que se eriza ante la presencia de la fantasmita.

    La Direccin General de Cultura y Educacin de la Provincia de Buenos Aires brinda este texto a los alumnos a travs del programa Mi biblioteca personal. En la pgina web de esta jurisdiccin se puede encontrar la edicin digital de la obra prolo-gada en este caso por Mempo Giardinelli.

    Victoria Prez Escriva y Claudia Ranucci utilizan una onomatopeya para el ttulo de su obra Achis!, editada por Edelvives. Quien estornuda desde la tapa es una escoba que, como si fuera un colmo, es alrgica al polvo. Desechada por dos amas de casa por no poder barrer, tiene por fin una bue-na recepcin en el hogar de Florencio, el jardinero.

    Barriendo ramas y flores, se mejora de su alergia y se reencuentra con su vocacin nata. Este libro perte-nece a la coleccin Cosas, cositas y cacharros en la cual se narran historias sobre objetos inanima-dos cotidianos. Las pginas de guarda anticipan el objetivo de la coleccin, el uso de imprenta mays-cula y el dilogo entre texto e imagen posibilitan la lectura autnoma de pequeos lectores.

    En Cuentos cortos, medianos y flacos, de Silvia Schujer, encontramos Shhh! Secreto de espejo. Cuenta la historia de Julia, una nena risuea que ante la cada de su primer diente pierde la cualidad que la caracteriza. Todas las lgrimas se esfuman cuando Julia descubre que en el espejo del bao se esconde un amigo. Pero atencin, que, como dice el ttulo, cada lector debe guardar este secreto.

    Entre Puaj y AjjjEn Un cuento puajj, editado por Colihue, Laura Devetach relata una aventura de la ta Sidonia que, un buen da, se levant espuajada. Todo era puajjj para ella. Los animales se renen y, con la treta de intercambiar sus voces y onomatopeyas, terminan con el ataque de puajjj que aquejaba a la seora.

    Sudamericana edit Ajjj!, de Sandra Filippi y Mara Cristina Brusca en el marco de su coleccin Pan Flauta. All se narran las andanzas de una co-munidad de seres diminutos que viven en una ma-ceta. Los protagonistas de esta historia se comuni-can con onomatopeyas: ajjj, mush mush y dostri. El conflicto aparece cuando utilizan una catapulta, a la que llama paff, para desechar la basura y todo su mundo comienza a oler mal: ajjj, ajjj Tras pensar un rato, encuentran una solucin sustentable para el problema. Como es habitual en esta coleccin, tanto la autora como la ilustradora brindan un mensaje en consonancia con el conflicto presen-tado en la obra.

    Valeria Dvila es la autora de Buuu Buuu Buuu y otros sustos divertidos, publicado por Del Naranjo en su Coleccin Sub 20. Buuu Buuu Buu Cuenta la historia de Venancio Sombra, un fantasma enamoradizo y venido a menos econ-

    micamente. Su arma de seduccin son las poesas que ofrece a cada una de sus conquistas. El nuevo amor, Saturnina Santos, es una fantasmita bella e inexperta a la que el galn debe ensearle trucos para asustar.

    Sobre el final Saturnino la invita al Teatro de la pera, para presentarle a su afamado primo, un juego intertextual de la autora que posibilita nue-vas lecturas.

    Les dejamos la inquietud de buscar nuevas ono-matopeyas en los ttulos. Que encuentren libros ri-cos (mmm), besables (chuic), divertidos (jua, jua) Libros que los llamen (chist, chist) y los despierten (ring, ring) y tambin, libros para aplaudir (clap, clap).//

    En este nmero rescatamos las onomatopeyas. Algunas

    veces desde el ttulo, otras desde el texto y por qu no

    desde la imagen.

    12 / AL rEScAtE aL rEscaTE/ 13

    Maestra, bibliotecaria y editora.

    CORPUSDvila, Valeria. Buuu Buuu Buuu y otros sustos divertidos. Buenos Aires,

    del Naranjo 2013. Devetah, Laura. Un cuento puajjj!. Buenos Aires, Colihue 2008. Filippi, Sandra y Brusca, Mara Cristina. Ajjj! Buenos Aires, Sudamericana,

    2010. Montes, Graciela. Clarita se volvi invisible. Buenos Aires, Colihue 1989. Perez Escriva, Victoria y Ranucci, Claudia. Achis! Zaragoza, Edelvives, 2010. Schujer, Silvia. Cuentos cortos, medianos y flacos. Buenos Aires, Colihue, 1994.

  • Carlos Pellegrini 855 - piso 12Ciudad de Buenos Aireswww.oceano.com.ar

    Novedades

    EDITORIAL OCEANO ARGENTINA S.A.

    14 / dESdE EL AuLA

    Aunque pueda parecer inverosmil, la histo-ria de Ann Morgan es cierta. Al graduarse en Letras en la Universidad de Cambridge, se dio cuenta de que lo nico que haba ledo en su vida era literatura de autores norteamericanos e ingleses, nunca haba ledo traducciones.

    Entonces se propuso una idea simple y replicable: leer un libro de cada pas del mundo. Para ello tom como gua los 196 pases independientes que reco-noce la ONU. Su reto tuvo un primer diario online en su blog A Year of Reading the World.

    Las muchas historiasEmpezar un proyecto as tiene cola. No se puede simplemente decir a los amigos reales y virtuales que se encara este desafo sin que tenga conse-cuencias. Si bien su desafo ya termin y se ha con-vertido en un libro que se publicar en 2015, Ann Morgan comenta: He odo de muchos ms lectores y escritores de todo el planeta y continu recibien-do un montn de recomendaciones de libros inte-resantes. Muchas de ellas han sonado tan bien que yo saba que tena que compartir, as que en las l-timas semanas he repasado todas las sugerencias que he tenido en el ltimo ao. La lista se actualiza constantemente.

    Algunos pases an tienen muy pocas entradas (Fiji, Nepal, Malasia, las Islas Salomn y Omn). Y ninguno de los libros de la lista de Morgan perte-nece a la literatura infantil.

    Esta simple idea tiene en su semilla el concepto que hace dos aos enunciaba en esta misma revis-ta la autora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie (quien s tiene escritos libros para nios: Half of a Yellow Sun y una entrada en el blog de Morgan). Nos quedamos con una sola historia si no buscamos am-pliar nuestras lecturas. Y una sola historia, siempre la misma, agota nuestra mirada, nos lleva a la incom-prensin. La historia nica es peligrosa.

    180 ventanas al mundoSe proponen 180 das de clase. Podemos encontrar 180 historias de diferentes pases, de diferentes cultu-ras, de otras naciones para compartir? No siempre se tratar de libros que haya en la biblioteca. Pueden ser leyendas, poemas, biografas. No hace falta que sea la obra cumbre de un pas o una cultura, es suficiente para este proyecto con la variedad geogrfica. Porque el concepto central es abrirnos a la curiosidad.

    Patsy Aldana, expresidenta de IBBY y editora gua-temalteca en Canad, insiste siempre diciendo que hay dos tipos de libros: los libros espejo y los libros ventana. Verse reflejado en los libros, encontrar es-pacio propio en la cultura es tan importante como poder asomarse a otros mundos. Un nutrido plan lector debiera incluir a ambos.

    Preparar el viajeEn este viaje los navegantes pueden reabastecerse du-rante la travesa, por lo que no es necesario para salir tener todo seleccionado y planificado. En principio te-nemos cinco continentes y dos polos: frica, Amrica, Antrtica, rtico, Asia, Europa y Oceana. Pero de to-dos ellos tenemos material en la biblioteca?

    Entre los parmetros con los que ordenamos una biblioteca (gnero, edad del lector, formato del

    libro, autor), suele no estar presente la nacio-nalidad. As que poner manos a la obra

    implica revisar todo el material con otros criterios. Esta tarea no es nece-sario que recaiga solo en un docente; de la misma forma que Carolina Sticca, docente y bibliotecaria cordobesa, llev

    Editora, Periodista y Gestora Cultural.

    La vuelta al mundo en 180 historiasPor Valeria Sorn

    a cabo el catlogo de la biblioteca con la sala de cin-co de su escuela, esta puede ser una tarea a com-partir con algunos alumnos.

    Aqu vale preguntarse con qu criterio vamos a asignar un libro a un pas. El nacimiento del autor? La patria del ilustrador importa? Y si en-contramos leyendas o relatos tradicionales de un pueblo, es problemtico que venga en palabras de un autor de otra patria?

    Difcil que tantos pueblos tengan en nuestra bi-blioteca representantes puros. Viajar y mirar por uno mismo el paisaje total es lo mejor. Sin em-bargo, asomarse detrs del hombro de otro artista es una mirada vlida. Y en todo caso son criterios que se pueden discutir en equipo.

    Y qu hacemos con los ausentes? Ya la pre-sencia de la falta es importante, porque abre a la pregunta. Para compensar podemos investigar en internet. Podemos encontrar, o no, leyendas bien contadas, o podemos recontarlas. Podemos en-contrar canciones, poemas, plegarias.

    En ocasiones, la divisin poltica de un mapa no refleja la divisin cultural. El mismo pueblo que hoy se encuentra dividido por lmites geogrficos ha producido historias en comn. Tal vez un cuen-to refleje algo ms que una frontera.

    Al buscar informacin en la web nos encontra-remos con el choque entre lenguas. No toda la informacin estar en castellano. Podemos re-currir a los conocimientos de otros idiomas que haya en nuestra comunidad escolar. Podemos usar algn traductor on line para acercarnos a las ideas.

    Adems de la lista que se incluye en esta nota, en el blog de la revista seguiremos ampliando la lista de ttulos para cada pas: http://culturalij.wordpress.com

    Lanzar amarrasYa partimos. El recorrido puede ser un camino de ida, o regresar al punto de salida. Podemos pensar esta vez en salir de Argentina para caminar por Amrica o para dar una gran salto a Oceana, o China. Podemos viajar hacia el este o el oeste.

    Y si el trayecto no termina a tiempo, y si debe-mos en alguna instancia abandonar la nave por tierra firme, no teman. El viaje podr volverse a empezar, las aventuras nunca terminan.

  • biografa LEcTora / 17

    Al principio es la oreja y no los ojos. Mi hermana mayor me relataba con gracia algunos cuentos, cuando vena de visita del pue-blo a la casa de campo. Caperucita Roja y Los tres Chanchitos, mis preferidos. Resultado: lobos por todas partes, lobos que acechaban sin paciencia, pero toda la noche. El tiempo es nada para una criatura que no es parte del tiempo, que puede flotar como una mota de terror en las pesadillas nocturnas. Pero qu importa, los cuentos son geniales y dale, hermanita, contame otro cuento. Pulgarcito. Qu crueldad y, sin embargo, dale, con-t. Los padres abandonan a sus hijos, y el lobo se come a tu abuela, quiero otro cuento. Contame hasta que aprenda a leer. Y aprend. Todo llega.

    El hidalgo caballeroRecuerdo elfos con gorros frigios comiendo cosas ricas en el bosque. Recuerdo un dibujo. Y ese di-bujo me contaba un mundo. A los diez aos, una

    La vida guerrera de las hormigas Franco Vaccarini

    Sostiene Franco Vaccarini en este

    artculo que la realidad solo puede

    conquistarse a travs de la ficcin.

    Escritor, principalmente dedicado a la Literatura Infantil y Juvenil.

    16 / dESdE EL AuLA

    Interesantes libros transversales Brjula Sur, Este, Oeste. VV. AA. La Bohemia. Tres

    viajes por Latinoamrica y sus pueblos originarios presentes en Puerto Rico, Cuba, Brasil, Uruguay, Per, Ecuador, Venezuela, Colombia, Argentina, Paraguay, Chile y Bolivia.

    Cuentos populares de pcaros y necios. Annimo, Letra impresa. Incluye textos de origen chino, sui-zo, ruso, laosiano, japons, birmano, y espaoles.

    Cuentos del globo, en sus tres presentaciones, de Pequeo Editor. Cada volumen rene tres versio-nes del mismo cuento, a lo largo del mundo.

    El crculo de los mentirosos, Jean Claude Carriere, Lumen. Es una antologa de cuentos de todas las tradiciones. Hay desde historias extradas de libros de Kirshnamurti (India), de Farid al-Din Attar (autor persa, Irn), cuentos de Camern, Etiopa, Marruecos, de origen bambara, hasdico, persa, y suf.

    Uranito ha comenzado a publicar versiones de cuentos del mundo realizadas por Margarita Maine. Un ejemplo es El gran Isumbochi / El tambor de las brujas, para Japn y China.

    //

    Listado inicial de libros por pas

    FRICA

    frica, pequeo Chaka, M. Sellier y M. Lesage, Edelvives.

    AMRICA

    BoliviaPor una noche, Mario Lillo y Roberto Cubillas, La Bohemia.

    BrasilBrasil, Clarice Lispector, Biblioteca Nacional. Cabeza seca, cabeza hueca, Franco Vaccarini, La Bohemia. Nia Bonita, Ana Mara Machado, Ekar.

    ChileDuerme negrito, Paloma Valdivia, Ocano.El cuento de la , Pepe Pelayo, Random House Mondadori.

    ColombiaChigiro y el lpiz, De Ivar Da Coll, Babel. No comas renacuajos, F. Montna, Babel.

    CubaCuba, Dora Alonso, Biblioteca Nacional.

    EcuadorLo ms raro de mi casa, Mara Fernanda Heredia y Roger Ycaza, Quipu.

    Estados UnidosLa gran caja, Toni Morrison, Ediciones B.Prncipe y Mendigo, Mark Twain, varias editoriales.

    MxicoEl pas de los muchos suelos, R. Chvez Castaeda, Comunicarte.Severiana, R. Chvez Castaeda, Fondo de Cultura Econmica.

    PerPer, Edgardo Rivera Martnez, Biblioteca Nacional.

    UruguayCuentos, Horacio Quiroga, varias editoriales.Suerte de colibr, Germn Machado, Edelvives.

    VenezuelaLa calle es libre, Kurusa y Monika Doppert, Ekar.

    ASIA

    ArabiaLas mil y una noches, Annimo, Letra Impresa.

    ChinaDesencuentros, Jimmy Liao, Barbara Fiore.La invitacin, Mnica Melo y Katana, La Bohemia.

    CoreaA quin le toca el durazno?, Ah-Hae Yoon y Hye-Won Yang, Iamiqu.Fuera gato malvado, Yun-Jeong Choi, Unaluna.Solgo, Mara Teresa Andruetto, Edelvives.

    India Cuentos, Rabindranath Tagore, varias editoriales. Mowgli, Rudyard Kipling. Pictus.

    Medio OrienteNasrudn y su asno, Odile Weulresse y Rebecca Dautremer, Edelvives.

    RusiaEl inspector, Nikolai Ggol, Pictus.El beso, Anton Chejov, varias editoriales.

    EUROPA

    Alemania Blancanieves, Hermanos Grimm, varias editoriales.El teatro de sombras, Michael Ende, Macmillan.Guillermo Tell, Friedrich Schiller,Pictus.

    AustriaCuando Ana tiene miedo, Heinz Janisch, Edelvives.Querida Susi, querido Paul, Christine Nstlinger, SM.

    BlgicaMonstruo no me comas, C. Norac, Barbara Fiore.

    DinamarcaFinn Herman, Mats Letn y Hanne Bartholin, Zorro RojoLa reina de las nieves, H. C. Andersen, Pictus.

    EscociaEl extrao caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, El diablo en la botella, Robert Louis Stevenson, Pictus. Holmes y Watson, El problema final, El sabueso de los Baskerville, Arthur Conan Doyle, Pictus.

    EsloveniaPor qu?, Lila Prap, Unaluna.

    EspaaA un hombre de gran nariz, Francisco de Quevedo, varias editoriales.Campos de fresas, Jordi Sierra I Fabra, SM.El baile de Leia, Susanna Isern, Gerbera Ediciones.

    FranciaEl hombre que atraviesa las paredes, Marcel Ayme, Pictus.Una caperucita roja, Marjolaine Leray, Ocano. Vuelta al mundo en 80 das, Julio Verne, varias editoriales. En este recorrido es un libro infaltable.

    GreciaDicen que los dioses, Annimo, Letra Impresa. Los tres lobitos y el cochino feroz, Eugene Trivizasv, Ekar.

    HolandaEl libro de todas las cosas, Guus Kuijer, Macmillan.

    InglaterraAlicia en el pas de las maravillas, Lewis Carroll, varias editoriales.Lobos, Emily Gravett, Macmillan.Los tres osos, Anthony Brown, Fondo de Cultura Econmica.

    Irlanda El fantasma de Canterville, Oscar Wilde, Pictus.

    ItaliaCenicienta, Perrrault con ilustraciones de Roberto Innocenti, Macmillan.El viaje del albatros, Mariateresa Conte. Gerbera Ediciones. Una piedra extraordinaria , De Leo Lionni, Ekar

    Repblica ChecaCaperucita Roja, Kuta Pacovsk, Kokinos.

    OCEANA

    AustraliaEl corazn y la botella, Oliver Jeffers, Fondo de Cultura Econmica.Emigrantes, Shaun Tan, Barbara Fiore.

    Foto

    : Ana

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  • 18 / BIogrAFA LEctorA biografa LEcTora / 19

    de las cumbres: Don Quijote. Jorge, el maestro y director de la escuela, nos ley a los alumnos de quinto grado la obra magna de Cervantes. S. Quince minutos por da, en ronda ramos siete a lo largo de un ao escolar. As lo re-cuerdo. Miente mi recuerdo? No ha de mentir por mucho. Fue toda la novela? Yo creo que s porque puedo evocar la agona del hidalgo caballero, en su lecho de cuerdo. Recuerdo a Sancho Panza, a la espectral Dulcinea y es una memoria vieja que siempre se impone por so-bre las relecturas.

    Aos despus, en la Pennsula de San Pedro a unos veinte kilmetros de Bariloche me asalt una idea, apuntndome al alma: Algn da le ensears el castellano a un extrate-rrestre, me orden. Respond apresurado: No! Cmo hara tal cosa?. Dndole a leer el Quijote de la Mancha. Y qu me pasar si me niego?, le pregunt. Nunca ganars el premio El Barco de Vapor, me respondi. Y eso qu es?. Algo muy importante para vos, no te olvides, soy La Idea. La idea se mantu-vo en latencia hasta que un da surgi Sancho Fragancia Beb, mi personaje de la novela La noche del meteorito. Este engendro diminuto se devora los dos tomos del Quijote y habla con los modismos de hace cuatrocientos aos. Creo que debo este personaje a mu-chas circunstancias, pero sobre todo a Jorge, el maestro.

    El santo padrePero eso pas despus y yo estaba en quinto grado. No me daban ganas de leer la Biblia para la comunin. Si hubiera pensado que eran cuentos de terror como el de Hansel y Gretel, tal vez s. Si hubiera pensado que era una his-toria de padres terribles, la Biblia hubiera sido un hermoso libro. Pero aquello era de miedo en serio: las brasas del Infierno me quemaran al menor error. Y el Paraso tampoco era gran cosa: andar medio desnudos, comiendo fruta.

    Mi cuento de terror absoluto fue el Psame. Mamita me lo ense, tan piadosa. Rezar eso antes de dormir me pona los pelos de pun-ta. Psame, Dios mo, y me arrepiento de todo corazn de haberte ofendido. Psame por el in-fierno que merec y por el cielo que perd, pero mucho ms me pesa porque pecando ofend a un Dios tan bueno y tan grande como T. Antes querra haber muerto que haberte ofen-dido (). Agarrate. Con lo sugestivo que era yo. As me machaqu por aos. Nene bueno.

    Enseguida me encomendaba al ngel de la guarda, para soliviantar el espanto. Y que me rigiera y me gobernara. Amn.

    El aliengenaMi felicidad eran los deliciosos minilibros de la revista Anteojito. Versiones resumi-das de El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle, o Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne. Una revista de fotonovelas, Nocturno,

    me distrajo en algunas tardes. Mi padre no quera: Son historias para mujeres, para tus hermanas. Con ms razn. Las mujeres eran el ms cercano de los mundos desconocidos. De acuerdo: leyendo fotonovelas no aprend nada sobre mujeres. Y qu? Nunca aprend nada sobre nada.

    Mi pap se entusiasmaba con el misterio del Tringulo de las Bermudas barcos y aviones tragados por alguna base aliengena, con las pirmides de Egipto obviamente construi-das por aliengenas, con las esculturas de la Isla de Pascua otros aliengenas, con la Atlntida una gran civilizacin aliengena. Mi pap crea que casi todo lo que haba en la Tierra no era de la Tierra. Eso s, no crea en la ficcin: ni cuentos ni novelas. Yo soy lector en parte por mi pap. l lea biografas y diarios. Cosas reales. Pero pap le discuto toda-va Quin puede contarnos Rusia como Tolstoi? No sentimos la verdad de una po-ca en Ana Karenina? Podra ser ms verdad el libro de historia escrito por un cortesano del zar? Me gustara que mi pap me diera la razn.

    Un da, mi hermana mayor no la que me contaba los cuentos, otra me regal Crnicas marcianas, de Ray Bradbury. Todos los libros de ufologa de pap me haban preparado para ese placer alucinante. Una sola pgina de Bradbury en el captulo de La tercera expedi-cin vala por una biblioteca.

    As fui construyendo mis babilonias y mis babeles, conoc la vida guerrera de las hor-migas, las intrigas de una cortesana japonesa en el siglo XI y aprend a reconocerme en los espejos ajenos. Y hoy, que compro ms libros que nunca, tengo una galaxia o un Titanic, segn el caso, el da, el humor en mi cabeza y sigo sin saber nada. La verdad, no s para qu leo. Ah, ya s: porque me encanta. Lo disfruto. Tengo una sospecha, adems: que la realidad solo puede conquistarse a travs de la ficcin.//

  • 20 1 a 1 / 21

    A la pesca del arte por correo

    Botellas que lleva el carteropor Daniela Azulay

    Tiraron la red al agua

    y en cada botella viajaron

    palabras, ideas, risas.

    20 / 1 A 1

    El silencio, el ruido, la espera. La creacin colectiva con otros, desconocidos - conocidos. Eso ocurre en el arte por correo.

    El sobre, el intercambio, el recorrido y el tiempo son parte esencial de la obra. La prctica del mail art es parecida a pescar con una red planetaria, en la cual cada nuevo miembro del circuito rpidamente multiplica el nmero de personas que participan y la cantidad de ob-jetos que se reciben y envan en una siempre creciente lista de direcciones.

    DisparadoresEsta experiencia concreta surge de varias lecturas y muchas ganas de crear con otros. Los disparadores fueron varios. Primero, la bsqueda, el deseo, tanto de Una biblioteca en La Vereda, como de la biblioteca Pan y rosas de Baha Blanca, de hacer algo en con-junto.

    La lectura del libro Artecorreo-Artistas invisibles en la red postal, de Graciela Gutirrez Marx, aport ele-mentos tericos para abordar el proyecto, que se complementaron con la exploracin por parte de los docentes y talleristas de otras experiencias artsti-cas en ese campo. Una de las ms inspiradoras que se encontr fue la de un proyecto de cine indepen-diente en el que haba parejas de cineastas que iban armando una historia visual con cartas en papel y cortos.

    El factor tiempoEs impresionante descubrir qu pasa con los len-guajes artsticos y las etapas de la creacin en este vaivn. Este tipo de proyectos requieren de un tiem-po, de un dejar estar, de retomar para luego repen-

    Especialista en Lectura. Coordinadora de la biblioteca de la Asociacin Civil La Vereda.

    sar y recrear a partir de la propuesta de los otros. Creaciones colectivas que se combinan con otras y se van entramando en un proyecto.

    La idea de hacer con otros se fue instalando para quedarse. Y en ese momento, una lectura literaria funcion como puntapi inicial, cambi el rumbo y gener encuentros, historias y muchas, muchsimas lecturas. El libro en cuestin fue El ladrn de pala-bras, de Nathalie Minne.

    Las palabras se esconden en rincones, trepan a los muebles, se cuelgan de la lmpara, se suben por las pare-des. [] El ladrn de palabras, entonces, las clasifica y las mete en tarros de cristal.

    Luego prueba algunas recetas: 2 palabras dulces, 3 mo-jadas, 1 picante y 2 clidas.

    Lo mezcla bien y lo lanza todo al aire. Y as, el azar trenza alfombras de alabanzas, teje bufandas de injurias y tricota calcetines de explicaciones complicadas.

    Enfrascarse para salir afueraDe la mano de El ladrn de palabras, de Sabrina Funk; Daniela Goldn, Ivana Sosnik y Vernica Villa empe-zaron a concretar el proyecto. Las dos bibliotecas en contacto. En Pan y Rosas consiguieron tambin el li-bro y a partir de all, la primera consigna: el envo de frascos con una o varias listas de palabras para que en cada biblioteca se pudiera empezar a crear a partir de las palabras de la otra. Y todo esto con la demora que impone el correo postal.

    En el transcurrir, las mesas de libros estuvieron acompaadas por una seleccin temtica epistolar (De carta en carta, La carta de la seora Gonzlez, El otro lado, Querida Susi, querido Paul, entre otros.)

    La lectura y la produccin de textos epistolares, la historia del correo postal fuera de fines comer-ciales, tan alejado en estos das de la vida cotidiana de los chicos y chicas protagonistas, el arte de las estampillas, la espera, la alegra de encontrar un sobre o un paquete que lleg para uno. Todo esto

    ocurri en el medio de la vorgine de ambas ins-tituciones.

    La propuesta que surgi fue la de una construc-cin conjunta, atravesada por la demora. Una espe-ra que puede transformarse en creatividad, dice el Proyecto de La Vereda.

    Adems, los frascos y sus palabras comenzaron a ocupar un espacio en las bibliotecas. Un espacio para las palabras enfrascadas de distinto tipo, los frascos creados en La Vereda y los que lleguen por correo Queremos ver qu sucede a partir de com-binar esas palabras, con otras, y con otros.

    Una botellaPalabras de amor que se fueron de La Vereda a Pan y Rosas, con instrucciones precisas y no tanto de utilizar dichas palabras para crear historias de amor

    Historia de amor con FTodas las maanas Fulanito despus de cerrar su casa con llave, pasaba por la feria a comprar facturas y de paso vea a Fabiana que venda faroles.Fabiana era frgil como una flor, y su pelo fucsia tena la furia de una frambuesa.Un da sin palabras, Fulanito y Fabiana tuvieron esa mirada de reojo y todas las efes del mundo empezaron a sonar dos veces.Finalmente tuvieron en mente pasar las maanas to-mando t de frutilla con facturas y vainillas, y pan con queso. (Creacin colectiva Biblioteca Pan y Rosas. Grupo de 10 a 12 aos)

  • 22 1 a 1 / 23/ 1 A 1

    Muchas botellasLos frascos de Pan y rosas no tardaron en llegar. Eran varios y tambin traan instrucciones:

    1-Sacar los frascos de la misteriosa caja cuidadosamen-te y poner cara de sorprendidos.

    2-Voltear los frascos y dejar caer las palabras sueltas en una tarde imaginaria.

    3- Leer las palabras con expresin, con cara de susto, tirado en el suelo con la lengua afuera.

    4- Inventar una historia infinita, una historieta, poesa o lo que ustedes quieran hacer con todas estas palabras y las palabras que no se usen mandarlas a descansar, a vivir a otro lado.

    Y entonces La Vereda se llen de relatos hechos con las palabras recin llegadas. Relatos con el en-tusiasmo del primer envo recibido.

    Haba una vez un hombre llamado Nos, tena fuer-za y salvaba al mundo como Superman. Un da se despert sin fuerza porque tom una pastilla que le sacaba la fuerza. Y le pregunt a la gente: Cmo puedo hacer para recuperar mi fuerza?. Le dijeron: Con un jarabe hecho de clavel. Lo tom y entonces pas el viento y lo llev por arriba volando. No pudo recuperar la fuerza pero pudo volar. Entonces salv a una chica que estaba en un edificio que se estaba quemando y se estaba por caer. La salv, se enamo-raron, se casaron, tuvieron mil hijos y le regal un clavel.(Creacin colectiva, Una biblioteca en La Vereda. Grupo de 9 a 12 aos)

    El crculo postalLuego de estos primeros intercambios, las historias viajaron de biblioteca en biblioteca, con la consigna de ser ilustradas y editadas de algn modo.

    En Pan y Rosas, las historias volvieron para ser contadas en un Kamishibai, o lo que viene a ser un teatro de madera de origen japons que permite mostrar las imgenes mientras se narra un cuento.

    En La Vereda, las historias se convirtieron en libros de postales. Cada libro, con su cajita y sus postales, una historia.

    El crculo postal estaba en movimiento. Palabras historias Edicin de historias ilustradas. Y siempre el comps. Estampillas artesanales, historias episto-lares, sobres intervenidos, historias en avioncitos y ms.

    En La Vereda, el blog del Taller de escritores fue el espacio en donde se fue plasmando la experiencia.

    Y el libro que la organizacin publica cada ao, en 2013 estuvo embebido del arte por correo y fue un libro en Postales: Postales La Vereda 2013. Dicen Ivana y Daniela G. que el hecho de que el intercam-bio haya incluido tambin el lenguaje plstico, le aport al proyecto un extra: la interpretacin de los textos del

    otro tom una nueva dimensin, encontr otros modos de expresarse. Eso permiti tambin el extraamiento al reencontrarse con la obra propia. Siempre hay algo de esto cuando volvemos a leernos despus de un tiempo; y ac adems la produccin volva con la ptina de haber recibido otras miradas, otras lecturas, otros lenguajes.

    Todo esto, y tambin ms, sucedi entre lecturas, escrituras e ilustraciones compartidas, donde la dis-tancia y la demora se convirtieron en posibilidad.

    Blog del Taller de escritores de La Vereda: www.tallerdeescritores2013.blogspot.com //

  • 24 24 / pAKApAKA

    Amigos animadosPor Valeria Dotro y Beln Cisneros

    paKapaKa / 25

    La television cuenta historias. Y eso hacemos en Pakapaka, porque las histo-rias se pueden contar de muchas maneras y, en nuestro caso, las contamos en diferentes forma-tos.

    Uno de ellos es el de la animacin. Por qu? Porque es uno de los formatos que ms les gusta a los chicos y chicas, porque nos permite crear nuevos mundos, volar, viajar en el tiempo, hacer convivir personajes reales e imaginarios y hasta nos permite conocer a seres invisibles.

    La tira de amigosAmigos es una serie de animacin de 15 minu-tos de duracin que est destinada a chicas y chicos de 3 a 5 aos. Esta serie nos cuenta la historia de Santiago y Elbiz Cocho su amigo ima-

    ginario. Ellos son grandes amigos, compaeros ntimos y estn siempre preparados para ayu-darse y compartir sus vidas.

    A lo largo de la serie, Santi va creciendo y des-cubriendo el mundo, siempre de la mano de su amigo Elbiz: si tiene miedo, sabe que puede to-marlo de la mano; si est aburrido, le pide que d largos eructos; y si, por ejemplo, le da ver-genza decirle a su vecina que quiere jugar con ella, le pide a Elbiz que haga algo, lo que sea, pero lo ms pronto posible.

    A Elbiz le fascina cada juego y problema que deben resolver juntos y le encanta estar ah para ayudar a Santi, a crecer y a conocer el mun-do. Pero l sabe que, a medida que Santi va cre-ciendo, se acerca el da en que dejar de creer en los amigos invisibles y, por lo tanto, en que dejarn de ser amigos. Por eso, a veces, trata de que Santi no se d cuenta de que est creciendo, o se pone celoso cuando Santi se va a jugar a la casa de algn amigo.

    Por qu una serie sobre amigos imaginarios? Decamos anteriormente que Pakapaka, y la te-levisin en general, les cuentan historias a los chicos. Para contar historias es importante sa-ber quines son esos chicos y chicas que las van a escuchar, qu sienten, qu les gusta, qu cosas les estn pasando.

    Cuando nos propusimos crear una serie como Amigos, lo hicimos pensando que los chicos, a lo largo de su primera infancia, recrean mun-dos y se relacionan, habitualmente, con amigos imaginarios, personajes que no son de carcter real, sino invisibles. Surgen siempre de su pro-pia imaginacin y son ellos mismos quienes les adjudican diferentes funciones de acuerdo a lo que desean. Son parte de ellos mismos, de su mundo interior. Si bien su presencia es natural, en muchas ocasiones los adultos no los perci-ben, ya que aparecen solo en algunos momen-tos de la vida cotidiana de los chicos. Los amigos invisibles son parte del desarrollo de la fantasa infantil, y su aparicin es totalmente normal.

    Amigos explora entonces este mundo lleno de juego y fantasa, entre los chicos y sus seres imaginarios, a travs de la relacin entre Santi y Elbiz, su amigo invisible. La idea es invitar a los chicos a transitar, a travs de estos personajes, diferentes momentos cotidianos cargados de magia, ternura, disparate, sorpresa, emocin y mucho pero mucho humor.

    Y cmo contamos esta historia?Para contar la historia de Santi y su amigo Elbiz, se decidi trabajar con la tcnica de animacin 3D. Una de las cosas que nos permiti esta tc-nica es generar espacios y escenarios realistas para que all se desarrolle la vida cotidiana de este nio y de su amigo imaginario.

    La casa de Santi tanto por fuera como en los ambientes interiores, la sala de jardn, las ca-lles son escenarios que se animaron a partir de fotos de paisajes reales de diferentes pueblos de provincias de Argentina, con la intencin de que hubiera elementos de esos escenarios que fue-ran reconocidos por los chicos.

    En cambio, cuando Santi y Elbiz visitan el pas de los amigos invisibles, los escenarios no parten de imgenes reales, sino del puro mundo de la imaginacin y la fantasa.

    Por otro lado y teniendo en cuenta que es una serie para los ms chicos, se buscaron ritmos de relato y de montaje tranqui-los, no acelerados, que permitieran una lectura clara por parte de ellos.

    Santi y Elbiz se han convertido en dos personajes muy queridos por chicos y chicas que encuen-tran en ellos no solo la posibili-dad de identificarse, sino adems de jugar, imaginar, rerse y vivir aventuras mientras transitan su in-fancia.//

    Dentro de la cultura de la

    infancia se consolida un

    lenguaje que pronto ser

    esencial incluso

    para la literatura:

    la animacin.

    Valeria Dotro es Responsable de Contenidos de Pakapaka. Beln Cisneros es Productora Delegada de la serie.

    Ficha tcnicaCasa productora: Yoquer 3DDireccin: Ricardo AchartProduccin General: Mara Eugenia VergaraMusicalizacin: Ricardo AchartAnimacin: Vanina Santilli / Alfredo Vergara / Jorge Sciarrillo / Brian Achart / Simn SurezAsesora Musical: Mariela ChintaloGuionistas: Nicols Zalcman / Lucila Las Heras

    24

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    Cuentos del globo 1. Sapos y diamantes

    Ruth Kaufman (compilacin). Eleonora Arroyo, Valerio Vidali, Diego Bianki y Claudia Legnazzi44 pginas8 a 12 aos

    Cuentos del globo 3Reinos lejanos

    Los cuentos de este libro se originaron en Asia, Europa y Amrica. Versiones de un relato que da vueltas por el mundo desde tiempos lejanos. El mismo cuento viaj de pas en pas y fue cambiando en cada tierra? O en tierras distantes, distintas personas inventaron historias semejantes? Esta pregunta es el gran misterio de los Cuentos del globo.

    Rei

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    lobo

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    o e

    dit

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    Donde la ciudad termina

    Ruth Kaufman y Daniel Roldn 40 pginas10 a 14 aos

    La reina Mab. El hada de las pesadillas William Shakespeare (Adaptacin de Ruth Kaufman) y Cristian Turdera 32 pginas9 a 13 aos

    Libros ilustrados para pequeos lectores y grandes curiosos

    Apu! Leonardo Arias 28 pginas7 a 9 aos

    Cuentos tradicionales de todo el mundo

    Una casa bien abierta

    Carlos Alberto Pessoa Rosa y Claudia Legnazzi 32 pginas8 a 11 aos

    Rompecabezas

    Diego Bianki 64 pginas9 a 99 aosIncluye un taller de reciclado

    Cocoroc Didi Grau y Christian Montenegro 24 pginas 3 a 6 aos

    Para empezar a leer

    Arrorr Ruth Kaufman y Cristian Turdera 24 pginas4 a 6 aos

    Agua salada

    Pequeos escritores y Manolo Hidalgo 24 pginas3 a 6 aos

    Por qu los elefantes prefieren jugar a la mancha Silvina Rocha y Mey32 pginas 4 a 6 aos

    El pjaro suerte Cecilia Pisos y Silvia Lenardn 28 pginas5 a 8 aos

    Poesa y libro lbum

    Banzo y Benito MZK28 pginas5 a 8 aos

    Historieta para los ms chiquitos

    Los sueos del agua

    Mara del Carmen Colombo y Cristian Turdera 32 pginas9 a 12 aos

    Pantuflas de perrito

    Jorge Lujn e Isol 32 pginas6 a 9 aos

    Fiesta de disfraces Ins Trigub 24 pginas 4 a 6 aos

    Qu crees t que puedes hacer en mi circo? Georgina Ro y Maximiliano Luchini 36 pginas5 a 8 aos

    Lo que hay antes de que haya algo Liniers 24 pginas5 a 99 aos

    Cuentos del globo 2. De bellas y bestias Betsy Hearn (compilacin). Alicia Baladn, Mariana Chiesa, David lvarez y Claudia Legnazzi52 pginas8 a 12 aos

    Cuentos del globo 3. Reinos lejanos

    Ruth Kaufman (compilacin). Guillermo Decur, Lucas Nine, Mariano Grassi y Claudia Legnazzi 54 pginas9 a 14 aos

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  • 30 / AgENdA

    Agenda LIj 2014

    Abril25 y 26 Congreso de Educacin en la Feria del LIbro de Buenos Aires.

    JulioFeria del Libro Infantil y Juvenil, Buenos Aires. Feria del Libro Infantil y Juvenil, Crdoba.

    AgostoXIV Jornada La Literatura y la Escuela, organiza Jitanjfora. Mar del Plata, Argentina.

    SeptiembreXIX Foro Internacional de Fomento del Libro y la Lectura, organiza Fundacin Mempo Giardinelli. Resitencia, Argentina.XXXIV Congreso IBBY, Mxico DF, Mxico.

    OctubreIV Congreso Internacional de Literatura para Nios: Produccin, Edicin y Circulacin. II Congreso Binacional Argentina-Chile. Organiza Ed. La Bohemia y Universidad Catlica de Chile. Buenos Aires y Santiago de Chile.

    NoviembreIV Simposio de Literatura Infantil, organiza la Fac. de Filosofa y Letras, UBA.

    / 31

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