y tú qué harías por -...

138

Upload: lamnhan

Post on 28-Sep-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

¿YTÚQUÉHARÍASPOR...?

LenaValenti

Primeraedición:Octubre2015Diseñodelacolección:ValenBailonCorrecciónmorfosintácticayestilística:EditorialVanirDelaimagendelacubiertaylacontracubierta:ShutterstockDeldiseñodelacubierta:©LorenaCaboMontero,2015Deltexto:LenaValenti,2015

www.editorialvanir.comDeestaedición:EditorialVanir,2015EditorialVanirwww.editorialvanir.comvalenbailon@editorialvanir.comBarcelonaISBN:978-84-944360-0-0

Bajolassancionesestablecidasporlasleyesquedanrigurosamenteprohibidas,sinlaautorizaciónporescritodelostitularesdelcopyright,lareproduccióntotaloparcialdeestaobrapormediooprocedimientomecánicooelectrónico,actualofuturo—incluyendolasfotocopiasyladifusiónatravésdeinternet—yladistribucióndeejemplaresdeestaediciónyfuturasmediantealquileropréstamopúblico.ComposiciónDigital:Publicón(GrupoUlzama)www.ulzama.com/publicon

Díasatrás,cuandotodosedesmoronó...

Tantasvecescomosehabíapresenciadoantelapuerta169deesasuitecolonial,yningunahabíasentidoesosnerviostanprofundosenelcentrodelpechoniesemiedoparalizanteenelcorazón.Estaba aterrada y triste porque esa sería la última vez que pisaría ese

hotelyesahabitación.Nuncavolveríaaestarallíconotro.Nopodría.Delmismomodo que nunca podría estar con otro en lamisma cama

que había compartido con Zac. Se compraría otra, porque habían cosasquemejornovulnerar.Olivia se recolocó el pelo sobre un hombro, pasó los dedos por las

puntas curvas y se aseguró de que las mangas de su blazer marineraestuvieran dobladas a la misma altura. Debajo llevaba una sencillacamisetablanca,yunostejanosdepitilloalgodesgastados.UnoszapatosdetacónPepeJeansconlapuntadescubiertaydelmismo

colorquelablazercompletabansuatuendo.Mirósurelojygolpeólapuerta.Toctoc.Dosveces.Siemprepuntual.Albertolaabrióylehizolamismareverenciadesiempre.Actuó como hacía todos los días. Tomaba su bolso y lo dejaba en el

vestidor.Después le pedía que se diera la vuelta, y le cubría los ojos con el

pañuelodesedanegrayquetantolehabíaprivadodeverydeconocer.Abriólaspuertascorrederasdeparenparyentonces,elolordeSairse

introdujo en sus fosas nasales, arremolinándose en su corazón. Seríaadicta a ese perfume para toda la eternidad. Lomejor era que nadie lollevabayque,portanto,nadielerecordaríaaél.Peroalmismotiempo,tambiéneralomástriste.Unsentidomenosdel

quepoderservirsepararecordarle.

—¿Sair?—Hola, Sundara —dijo con un tono que hasta entonces no le había

oído.Parecíacontroladoryhelado.Nirastrodelaternuraquetanbienlodefinía.—Hola,Sair—lecontestó.Esperó paciente a que él la tomara de lamano y la besara, que se la

comieraabesoscomosiemprehacía.Peronopasónadadeeso.—Acércate.Caminahaciadelanteydetentecuandoyotelodiga.Livfruncióelceñoperoleobedeció.—Para.Livcesósuspasosysequedóquietacomounaestatua.Sonrióproducto

delosnerviosypreguntó:—¿Quépasa?¿Vamosajugaralagallinitaciega?Nirastrodeesarisa

infantilquetenía.—Esnuestroúltimodíajuntos.Ledolióqueselorecordaraasí.—Sí,loes.—Ayermepedistequequeríasverme.Quenosmiráramosalosojosen

nuestrosúltimosminutos.—Sí—contestóemocionada—.¿Lohasconsiderado?—Sí.Peroantes,dime:¿porquéquieresverme?—¿Por qué? —no entendía—. Porque… —tragó saliva buscando la

mejorrespuesta,hastaqueencontró laúnicasinceraqueatesorabayquesalíadirectamentedelacuriosidaddesucorazón—.Porque,Sair,quieroatesorarunaimagendelhombrequerecordarétodamivida.EscuchócómolarespiracióndeSairsecortabaderepente.Ydespuésle

escuchólevantarsedelsofáydirigirsehastaella.Livqueríaqueél la abrazarayque ledieraunbeso sanador.Perono

sucediónadadeeso.En su lugar, percibió como Sair daba vueltas a su alrededor,

moviéndosecomounleónapuntodecomerseaunaovejita.—¿Ysinotegustaloquevesenmisojos?—preguntóSair.—¿Quéquieresdecir?—Ahorategustaelrecuerdodeloqueyosoy,deloquejuntoshemos

sido.Estásenganchadaacómotehetratadoyacómotehetocado.Pero

nopuedesobsesionartedeningunaimagennitampocopuedesenamorartedealguienaquiennuncahasvisto.¿Noquieresdejarloasí,Sundara?—Nopuedodejarloasí,Sair.Loharíasinosintiesenada.Peronoesel

caso.—¿Sientesalgopormí?—No sé lo que siento —se rectificó—. Pero es algo que no estaba

preparadanidispuestaasentirporotroquenofueraZac.Ymehevistosorprendidaaldarmecuentadequeempezabaasentiralgoaloquenoleséponernombre,yeshermosoyúnico—aseguróapasionada—.Túhasdichoqueestabasenamoradodemí.—Sí.—Peroestásdispuestoadejarpasar laoportunidaddeque teveay te

conozcadeverdad.—Sí.—¿Porqué?Amímegustaríapoderalargarnuestraaventura,Sair.¿A

tino?—No.Esarespuestaledoliótantoquetuvoquellevarselamanoalestómago

comosiestuvieraindispuesta.—¿Esporquetienesmiedo?—Tengomiedodeen loqueharéque te conviertas si sigues adelante

conesto.—¿Cómo?—preguntóincrédula—.Túnomeconvertirásennada.Soy

yolaquedecideseguiradelanteporpropiavoluntad.—¿Y tumarido?¿Quéharásconél?Porquenopuedes tenernosa los

dos,Olivia.Esoyatelodejomuyclaro.Oliviaserelajóalescucharesetonoysonriótontamente.Negóconla

cabezayestirólasmanoshastaalcanzarelcuerpodeSair.Loatrajohastaellaylotomódelrostro.Eserostroqueaunquenohabíavistonunca,sesabíadememoria.—Voy a divorciarme de él. Lo nuestro no funciona. Él me ha

decepcionado.Ytambiénmehaengañado.—Eso no responde a mi pregunta. Sé sincera conmigo. ¿Le sigues

queriendo?Dimelaverdadporquenopiensocompartirteconnadiemás.

—Zachasidoyserásiempreunhombreimportanteenmivida,peronoes el hombre de quien me enamoré. Ya no. Mi amor por él se hamarchitado,yensulugar,unosdíasjuntoatihansembradounasemillaquenoséquéflorpuededar.Peromegustaría,Sair—lepasólospulgaresporloslabios—quenosatreviésemosaregarla.Losdos.Sairlatomódelasmuñecas,besóelinteriordeellasydijodesahogado:—Nodeberíasser tanatrevida,Olivia.Perosies loquedeseas,deseo

concedido.Livaguantólarespiración.Loibaahacer.Sair ledesataría lavendayporfin lovería.Sintiósus

talentososdedosdeshaciéndoleelnudo,ycómopocoapocoelpañueloperdíafuerzayresbalabaporsunariz.Teníamiedo y tambiénmucha curiosidad. ¿Y si estaba desfigurado o

teníaalgúnproblema?¿Ysinolegustaba?Tampoco importaba demasiado porque a ella le agradaba cómo era,

cómo la trataba, el modo que tenía de hablarle y de cuidarla. ¿Quéimportaba el físico llegados a esosniveles?Además, lehabía reseguidolasfaccionesconlosdedosmuchasvecesyhabíallegadoalaconclusióndequenopodíaserunadefesio.Primero vio pelo negro y una frente ancha y perfecta que denotaba

muchainteligencia;acontinuación,vinieronsuscejasdeunaformasexyymuytupidas;ydespués,muyjuntasaellasunosojosnegrosquedejabansinaliento.Pero eran unos ojos conocidos y amados, que esta vez poseían una

miradaajenayqueLivnuncahabíasentidosobresímisma.PorelamordeDios.Sintióquelefaltabaelaireyqueunasensacióndeirrealidadlarecogía.Suanónimonoeraundesconocido.El hombre del que se quería divorciar, era el hombre que la tenía

enganchadaymedioenamoradaenlosúltimosdías.EraZac.Liv perdió todo el color de su rostro, y susmanos, que sujetaban las

mejillas de sumarido, resbalaron por su piel y cayeronmuertas a cadaladodesuscaderas.

Nopodíaserverdad.Eraimposible.Imposible.—¿Zac?—Dime,Sundara—contestóélconlavozdeSair.—No.Nopuedeser…—¿Quéesloquenopuedeser?—¡Deja de poner esa voz!—exclamómirando a su alrededor—. ¡¿Y

Sair?!—gritódesorientada.—YosoySair—aseguróconlamismavozdesumisteriosohombre—.

Sabes que siempre se me dio bien poner voces, preciosa. Te reíasconmigocuandoimitaba,¿recuerdas?—No…Nopuedesercierto.—Lohehechomuybien, laverdad—secongratuló—.Mehacostado

adquirirestatextura.Perocontrabajo,todoseconsigue.—No.TúnoeresSair.—Dale lavueltaalnombredeSair,Liv—espetóserenosinmoverun

solomúsculodesucara—.Yaveriguaquétesale,bonita.—Rias—contestóellatemblorosa.—RiasdeZacarias.Oliviaparecíaestarenunapesadilla.Abriólosojoscomoplatos.—No—loempujóyloapartódeella.Necesitabasalirdeahí.—Sí—asintió él mirándola compasivo—. Sí, mi Livi. El hombre de

quien te estabas enamorando, era el mismo de quien te habíasdesenamorado.Menudaparadoja—afirmósinremordimientos.—Es imposible—se cubrió la boca con lasmanos para que él no la

vierahacerpucheros,aunquelosojosselellenarandelágrimasgordaseinconteniblescomolasquelucióeneseinstante.—¿Imposible?¿Cómodeimposible?—¿Cómo…?Porquenopuedeser.Siemprehasestadoencasacuando

yollegaba,y…—Salíadeaquícorriendoparacogerlamoto.Llegabaantesquetú,que

tetragabastodalacaravana.—¿Lamoto?¿Quémoto?—Esa de los vecinos que tanto te incordia y que está siempre mal

aparcada. Te pido disculpas, ya sabes, las prisas… —se encogió dehombros,durocomounapiedrayfríocomoelhielo.—Dios…—Olivia se presionó el puente de la nariz—. ¿Y la pluma?

¿Estehotel?¿Lacolonia?Tuslujos…¿Dedóndelohassacado?¿Cómotelospuedespermitir?—leincrepócadavezmásavergonzadadesímisma.LosojosnegrosdeZacsiemprehabíanadmiradolohermosaqueerasu

mujer,peromásaúnlobuenaquehabíasidosiempre.Ahora,parecíaquenotuvierannadaqueadmirar.—Milibro,Liv.Losderechosdeeselibroenelquetúnoconfiabas,yel

mismo que yo no te dejaba leer, vale una millonada de euros. Locompraroninclusodíasantesdeacabarlo.Olivia se hacía cruces. Esperaba que alguien la pellizcara y le dijera

«Despierta,estonoesreal».Perocadavezestabamásseguradequesíloera.Yesolahacíapolvo.—Pero,Zac…—Noencontrabalaspalabras.Noentendíaporquéhabía

pasadoesto—.¿Quiénloshacompradoycuándo?—Hace tres semanas.Liv, soyperiodista—laagarróde loscodossin

demasiadafuerza,aunquedesearazarandearla—.Unomuybueno,aunquetúnolocreas.—Yosílocreo.Perocreoquecomomaridohassidopésimo.Élsonriócondesdénycontinuóconsuexplicación.—Durantemucho tiempohe tenido informaciónmuyprivilegiada.Me

pidieronun libroporencargo,aprovechandomisdotescomoescritorylos contactos que yo tenía. Pero ese libro, del que todavía no te puedohablar, revelarámuchos secretos y será un bombazo—se detuvo al verqueLivnodecíanada—.¿Noteinteresasaberporcuántohevendidolosderechos?—¿Creesquemeimporta?¿Creesquemeimportaeldinero,maldito?—Mehasdejadomuyclaroquesíteimportabaentodasesasvecesen

lasquemehasechadoencaraqueeraunputomantenido.—Me hasmentido, Zac—dos enormes lágrimas se deslizaron por la

comisurade susojos—.¿Tedascuentade loquemehashecho?¿Te lohaspasadobien?—Séloquehaspensadodemídurantemuchotiempo,Olivia.Sédelo

que hablábais tú y tus amigas a mis espaldas. Sé las veces que le hasllorado a tu madre diciéndole lo desgraciada que te sentías. Pero, enmuchasocasionesintentéacercarmeati—dijoconlosdientesblancosyapretadosporlafrustración—parademostrartelomuchoquetequeríayloimportantequeerasparamí,ytúyanomedejabas.Notepodíatocar.Eracomosimetuvierasasco—reconociódolido.—Pero,Zac…¡¿Puedes comprenderporqué cambiémi formade ser

contigo?!¡Fueculpatuya!—Nodigo que no.No obstante, eso no te excusa ante todo lo que ha

pasadodespués.ALivnolesalíanlaspalabras.—¡¿Porquémehashechoesto?!—gritódestrozada.—Queríaofrecertelaaventuraquehacíatiempoquenoteníasconmigo.

Comoesasqueleesentuslibrosrománticos.Queríasorprenderte,ydarteunaexperiencianovelesca.Paraquecomprobarasque incluso tumaridopodíaserunpersonajedelibro.—Quécabrón—dijoentredientes.—Noesperaballegartanlejos,esaeslaverdad.Despuésdelaprimera

noche,odespuésdelaprimeraentrevistaenlaquetenegasteatenernadaconmigo y declinaste el regalo de la pluma, pensé en decírtelo.Esomehizosentirmuybien—reconoció—.Djistequeno.—Sí.—Perolacláusulademicontratomeprohibíahablardenadadellibro

hastaquenoestuvieraalaventa,y no podía explicarte nada igualmente, con lo que en casa las cosas

seguiríanestandodelamismamanera.—Perolohashechoahoraytulibrosesuponequeaúnnoestáenlas

librerías.—Sí. Pero ya no importa y esto es una emergencia. Saldrá la semana

queviene.AOlivialaluzdelosojosseleapagó.—Entonces,hacíatiempoqueloteníasacabado.—No.Unlibronoestáacabadohastaquenoserepasamilveces.Yyo

loherepasadomilyuna.

—Ah,ya.—Esuntemamuydelicado,Liv,ypodríahabertepuestoenpeligrosite

lohubieracontado…—¡Me da igual! ¡Yo era tu mujer! —clamó derrumbándose por

momentos—.¡Eraconmigoconquienteníasquecontar!¡Yenvezdeeso,esdemídequientehasreído!¡Esamíaquienhastraicionado!—No quise alargarlo tanto. Pero después de nuestras discusiones en

casa…Olivia apretó los puñosde ambasmanos y esperó a que el dolor que

sentía por clavarse las uñas calmara el suplicio de su alma, pero nofuncionaba.—Decidistejugármelayseguircontupuestaenescena.—Sí.—¡Vetealamierda,Zac!¡Notequieroniver!—¡¿Ah,no?!—legritóatrayéndolaasusbrazos—.Soyelmismoquete

hadevueltolasonrisaestosdías—ellanegabaconenergía,intentandoapartarsedeél—.¡Soyelmismo

gandulmantenidoaquienhasrechazadodurantemuchosmeses!¡Ynoteculpo!¡Séquehesidomuydifícil!—¡Nometoques,hijodeputa!—lediounabofetadaylearañólacara,

enlamismamejilladondeteníaelmoretóndelpuñetazodeAmador.Zacseapartóygirólacabezaaunlado.Conhorrorsemirólosdedos

manchadosdelasangrequelehabíaprovocadosumujer.—¿Quién ha traicionado a quién,Sundara? Te ibas a divorciar demí

parairteconSair.—¡Nomellamesasí!—agarróunflorerodelamesilladenocheyselo

lanzóalacabeza,peroZacloesquivóconmuchosreflejos—.¡Tútambiénme engañaste con Janira! ¡No lo niegues! ¡Te escuché por teléfono lamismanochequeyoledijeaSairqueno!—estaba roja de la furia que sentía en su interior—. No solo me

abandonasteencasaymedejasteaun ladode tuvida, sinoqueademás,teníasunaaventuraconotramujer.Zac negó con la cabeza. Dos mechones de su pelo perfectamente

peinado cayeron sobre uno de sus ojos, sumándole más atractivo a su

apuestorostro.—¿Creístequeteníaunaaventuraconella?—¡Porsupuestoquesí!Ymásdespuésdequetepreguntaraconquién

hablabas,ytúmedijerasqueeraMateo.¡Mentiroso!—volvióaempujarleconfuerza—.EsefueelmotivorealporelquedecidíaceptarlaaventuradeSair.—Pueslacagaste,Liv.—Seguro—dijoincrédula.—Janiraes lamujerdelpersonajecentraldemi libro.Demichivato,

miinformador.Elotrodíamellamómuynerviosaporquetemíaqueasumarido le hubiera pasado algo. La información que él tiene pone enpeligrosuvida.Yahoraporfin,coneldineroporsusserviciosenmano,losdoshanhuídodelpaísyestánasalvo.—¡¿Dequévatulibro,porelamordeDios?!—preguntóasustada.—Demafiaycorrupción.Haymuchoscargoscomprometidosportodo

loquevaasalirenél.Nosabíaniquédecir.Zachabíaescritounlibroquevalíamillonesde

euros y, eso sin salir a la venta, y que iba a destapar mucha de lacorrupciónocultadelpaís.—Zac…—Olivia se cubrió el rostro con lasmanos, devastada al oír

todoloqueoía.Resultabaqueéleraelhombrequetambiénlehabíadevueltolasonrisa.

¿Cómopodíaestarpasándoleeso?—¿Yahoraquéharás,Olivia?—lepreguntóZac.—¿Acasotengoopcionesrealesdedecidiralgo?—preguntósumidaenladesilusiónyeldesencanto.—No—contestóél—.Porqueahorasoyyoelquetepideeldivorcio.Ellaencajóelgolpecomosifueraalgonuevo,porqueenverdadloera.

Se había querido separar de él alegando decepción, abandono, falta deamoreinfidelidad.Pero ahora que había descubierto el pastel, sus sentimientos estaban

encontrados.Nosabíaloquesentía.Solo podía reconocer la rabia y la ira del engaño y de que hubieran

jugadoconelladeesemodo.

—Loquevoyahacer,Zacarías,esalejarmedetiysalirdeestasuite.—¿Te vas?—preguntó incrédulo—.SoySair, ¿recuerdas? ¿Acaso no

quieresunaoportunidad?Estabasdispuestaalucharpormí—seburlódeella.Oliviasediolavuelta,conelgestoalicaído.—Ni siquiera sé quién eres. Zac, Sair…—se encogió de hombros—.

Unmentiroso,despuésdetodo.Unmentirosoquemeharotoelcorazóndosveces—sentenciópasándose lamangade lablazerazuloscuraparalimpiarse las lágrimas—. Quédate con tu nueva personalidad. No laquiero.Zacalzó labarbillaconorgullo,peroconsusojosnegros teñidosen

tristezayarrepentimiento.—En dos semanas te llegarán los papeles del divorcio. Fírmalos y

acabemosconesto,Liv.—Hasacabadoconmigo,Zac...—Livsequedóamediocaminocuando

fueconscientede loperdidaquesesentíaenesemomento.ZaceraSair.SaireraZac.Doshombresdiferentesqueenrealidaderanelmismo.Alosdos les había amado. Y los dos le habían roto el corazón. Sus dosaventurashabíantenidoelmismodesenlace:ellahechapolvo.—Yotampocohesalidodemasiadobien,¿nocrees?—lepreguntóSair

ofendido.Livnisediolavueltanilecontestó.Abrió las puertas correderas esperando encontrar aAlberto y decirle

queerauncapullo.Pero elmayordomonoestaba.A saberquién era enrealidad.Arrastrólospiescomolaperdedoraquesesentía,perosejuróquede

esaselevantaría.Sidecidíafirmarlospapelesdeldivorcio,loharíaconlacabeza bien alta y sin nada de lo que avergonzarse. Y firmaría con laplumadelavefénixqueél leregalódemilseiscientoseuros.Resurgiríadesuscenizas.Sería la puntilla a un final dramático de verdad. Porque…Ese era el

final…¿ono?

Capítulo1

—¿Liv?¿Erestú?—preguntóFinaangustiadaalotroladodelteléfono.Livseesperóunossegundosparacontestar.Necesitabacogerairepara

hablar.—Sí.—¡Perovamosaver!—legritó—.¿Túcreesquepuedesdejarnosdos

semanas colgadas de esta manera? ¿Sabes lo preocupadas que hemosestadoporti?¡Nopuedesirteasísinmásynodarseñalesdevida!No. Por supuesto que no. Pero lo necesitaba para coger fuerzas y

afrontarlamierdaqueteníadelanteyselehabíaechadoencimadegolpe.Porsuculpa.Hacíadossemanasquevivíasinvivirdeltodoenellamisma.Sucuerpo

era ajeno completamente a sus emociones, vacías y exentas desensaciones,ahoraquesuvidahabíadadoesevuelcotanhiperbólico.Eracurioso como a cada paso, a cada decisión, el camino de uno se volvíamás o menos empinado dependiendo de las consecuencias de los actosemprendidos. Y el de Olivia, era ahora muy cuesta arriba, como unsendero ascendente cuya cima era una felicidad y una paz mental tanurgentescomoinalcanzables.—Necesitoveros—fueloúnicoquepudodecirmientrassujetabacon

dedostemblorososlacartaqueteníadelante.No recibió una negativa de su amiga. Por muy mal que se hubiera

portado,ellasnuncaledaríanlaespalda.Dos semanas después de que Sair se desenmascarase ante ella, Livi

seguíaigualdefría.Heladaporlasorpresadesagradablequesupusodarsecuenta de que ¡estaba siendo infiel con su propiomarido!Avergonzadapor haber sido descubierta de un modo tan ruin y también salvaje. Ydesencantada porque, por segunda vez, se había enamorado del mismohombre, y el mismo hombre la había dejado ir; o peor, esta vez, él la

habíarechazado.¿Porqué?¿Ellasemerecíaesefinaldespuésdehaberaguantadotanto?

¿Zac teníarazonespara tratarlaasídespuésdedejarlaolvidadacomouncalcetínviejoenuncajóndelosrecuerdosdurantelostresmalditosañosqueestuvoacabandosulibro?¿Talvezellanoleapoyó?¿Talvezellanoestuvoasulado?¿Talvezpudohaberdadomás?¿Hizolascosasmal?No.Esonopodíaser.Seentregóencuerpoyalmaasumatrimonio,tal

y como le había aconsejado sumadre. Liv trabajó como unamula paraqueZacpudieracumplirsusueño,pocasvecesleechónadaencara.¿PorquéZachabíasentidoesedeseo irrefrenabledehaberle tomadoelpelo?¿Por qué se había burlado de ella así? Eran demasiadas preguntas sinrespuestas.Lociertoeraqueno teníani ideadecómolidiarcon los tormentosos

pensamientos que la recorrían como fuego y la marcaban cual hierrocadente.¿Eraculpa?¿Arrepentimiento?¿Rabia?¿Impotencia?No,entre todasesasemocioneshabíaalgosubyacenteque laponíade

uñas.Lahumillación.Lahumillacióndehabersidoun jugueteenmanosdelmismohombredosveces.Dos.Unadurantecasitresaños.Laotra,durantecasidosintensassemanasen

las que ella volvió a creer en el amor y en su poder como mujer,entregándose a un placer sensorial que jamás había experimentado,coqueteando con el misterio y el riesgo, para después de todo, ser elobjetivo de una trampa, descubierta de esa manera con el orgullopisoteadoyelamorpropiohaciendojuegoconlasbaldosasdelNacionalquesusConversenegraspisabanenaquelprecisomomento.Ahora, después de convocar a su dosmejores amigas, y de que ellas

accedieran desesperadas a su encuentro, Tere y Fina, a las que no veíadesdequeZac la ridiculizóen lasuitey lepidióeldivorcio, lamirabanenmudecidas,empatizandoconsuhumortristeyopaco,esperandoaqueella lescontase todo.Permanecían silenciosasy solemnes,comoaquellavíctimarefugiada,queaguardabaaqueunagranadadinamitarasucasaencualquiermomento.Necesitabasuterapiaconsusamigas,porquedesdequesaliódelhotel

1898conelraboentrelaspiernasyladignidadcontusa,nohabíavistoanadie,exceptoasuspadres.Durante ese tiempo de retiro y escondite, requirió mantener las

distanciasparaanalizarlotodoconmásobjetividad.Enesasdossemanas,nisiquierahabíaidoatrabajar.Sehabíatomado

unasvacaciones.Era la jefadesuempresa.Ellapodíahacerlo¿no?¿NoeraesoloqueSairlehabíainsinuadoalgunavez?Estandoenunaposicióndepoder,podríahaberhecholoquelehubieradadolagana.Pero esta vez no iba a trabajar por hobby o por amor al deporte; lo

hacíaporque,osalíadeBarcelona,oseríavíctimadeunacrisisnerviosasinprecedentes.Amanoladejabadellamar,interesadoporsuestadoyangustiadopor

lafaltadenoticias,yella,porsupuesto,nolecogíaelteléfono.Noqueríasabernadadehombres.TereyFinahabíanestadoapuntodetirarlapuertaparaverlaysacarla

del remolino de autodestrucción en el que se hallaba, pero Olivia noestabadispuestaaquenadielaliberaradeeseagujero,porquecreíaquelomerecía,queteníamerecidalaoscuridad,comoDemiMooreenLaletraescarlata. El adulterio y la infidelidad siempre venían acompañados dereproches, y ella ya se reprochaba mucho a sí misma, y no eraprecisamenteelhaberdecididoviviresaexperienciaconSair,sino,elnohaberse dado cuenta de que Sair no era otro que sumarido, con el queapenasseacostaba.Pero, ¡porDios!¡Noloentendía!¿CómoeraposiblequeZacpudierasertancamaleónico?Asíque,paranovolverseloca,huyóysefueunosdíasconsuspadres,

alosquetuvoqueexplicarlesqueestabapasandounamalarachaconZacyquenecesitabadistancia,cuandoloquedeverdadqueríaerameterseenunamadrigueracomounamarmotaynosalirdeahíhastaqueelmundohubiesecambiadoporcompleto.Queríaqueladejaranenpaz.Todos.Todosmenosuno,claro.Yeseunohabíasidoelquedeverdadlahabía

ignoradoentodoesetiempo,mientrasquelosdemásquemabansumóvilconllamadasdesesperadas,sinrendirseenningúnmomento.PeroZacno.Élnolahabíallamadoniunasolavez.Niuna.A veces, sentada en el balancín de la villa de sus padres, con su

inseparable perro a sus pies, se vio tentada de hablar con su madreCarmeny explicarle toda laverdad.Ellos insistíanmuchoen sonsacarlecosas,ymássupadre,quesiemprehabíasidomuyprotectorconellayno

teníaniideadelomuertoqueestabasumatrimonio.Pero Carmen... Carmen sí lo sabía, porque ella había aguantado las

llamadaslacrimógenasylasconversacionestelefónicasdeLivquejándosesobre su vida conyugal, y no dudaba en lanzarle miradas cómplices almismo tiempo que algo inquisitivas porque, aunque comprendía lasituacióndesuhija,nolacompartía.Carmenjamásaprobaríaloqueellahizo.Sumadresiempredecíaqueseteníaquelucharporelamoryporlapareja.Erapeleona.YLivtambiénlofue,hastaquesehartó.Metafóricamente,seenfrentóa

losAqueos,hastaqueZacsehizopasarporelfamosocaballodeTroyaylaengañócuandoyaerademasiadotardeparasalvarse.Lapalaciegacasaenlaquesuspadresresidíansiemprelarelajabayla

acunaba con sus recuerdos y ese olor a Azahar que la hacía sentirsepequeñayaniñada,comocuandono teníaniunasolapreocupaciónysuinocencia permanecía inquebrantable. En ese jardín, de pequeñita, soñóconunamorcomoeldeZac,casarseconunhombrecomoélyserfelicesycomerperdices.Perolasfantasíaserandemasiadoopuestasalarealidad.Creyócasarseconunpríncipeyseencontróalloboferoz.No pocas veces Liv se halló frente a Carmen, con un cortado sujeto

entre losdedos,apuntodeconfesarlo todo,deescupir todos lospecadoscometidos.Peroentonces,sedabacuentadequeelimpulsodehablarconsumadre nacía de la necesidad de que la apalearan de nuevo, de que lerecordaranlo«malamujer»quehabíasido,porqueesaerasumaneradepagarpor losucedido.Poreso,meditabaunossegundos, loconsiderabamejor,ysebatíaenretirada.Nonecesitabaquenadiemásledijeraloquehabíahechomal.Conelpasodelosdías,concluyóquenopodíasertanmasoca.Mejor

nodecirnada,ymenosenunmomentoenelquesesentíatanvulnerable.Asíque,enesosdíasderetiroespiritualenelqueselamíasusheridasylasreabríaconlaculpabilidad,procurónorevelarnadadelosucedido.Noobstante,cuandoregresóasucasadeCollserola,decididaaretomar

suvida—unacasaqueZacnovolvióapisardesdequela«echó»delhotelenplanPimpinela—,yseencontróconlacartapersonalenelbuzónverdedelaentrada,Livsedesmoronódenuevo.Estaba de vuelta en su día a día, tan negro como aciago y le daba la

bienvenida con una bofetada a mano abierta. Tenía que afrontar lo que

habíahecho,suserroresysusaciertos.Peronosabíavalorarsilapeticióndedivorcioquesujetabasentadaenlosescalonesdelporche,conCaballoapoyado en sus piernas, era lo primero o lo segundo. ¿Un error o unacierto?¿CómodebíaacabarlahistoriadeZacydeella?Por eso había decidido llamar a sus amigas, para que almenos, ellas

pudierandarle lasrespuestasqueera incapazdeencontrarporsímisma.Así que, ni corta ni perezosa, en la Tapería del Nacional, después desoportarlamerecidabroncaporsuaislamiento,searmódevalor,setragólosremordimientosylavergüenzayenfrentóasusamigasparacontarlestodolovividojuntoaSair.Noobvióningúndetalle.Nisusregalos,nisusencuentrossexuales,ni

sus conversaciones... Nada. Cada palabra suponía una liberación y unasensación de desahogo. Y, al final, cuando Tere y Fina aguantaban larespiración,conelmantel sujeto tensamenteentre susdedosyelcuerpoinclinadohaciaadelante,losojosmásabiertosquelosdeunalechuzaylabocaentreabiertaporlaestupefacción,LivlesrevelólaidentidaddeSair.Todoelpastel.—YSaireraZac.Yaquellofuecomounanochedefuegosartificialesperosinpetardos.

Capítulo2

—¡Yunamierda!—gritóTere.Oliviaasintióconimpotencia,paraañadirrenqueante:—Ymedijoquenoerayolaquelepedíaaéleldivorcio.Sino,élamí.Fina cogió aire y se removió incómoda, y su amigamorena de ojos

verdeseinteligentes,selevantódelamesaindignadaydioungolpesobreestaconelpuñocerrado.—¡Esunhijodeputa!—gritócontrariada,conlamiradaenfurecida—.

¡Vengaya,hombre!¡Esuncabronazo!Asualrededor, loshombresymujeresquecomían igualqueellas, la

miraronsorprendidos.Fina carraspeó, tiró del codo de Tere hacia abajo, para que tomara

asientodenuevo,ysonrióunadisculpaalrestodecomensales.—Tere, por favor—Le pidió Fina azorada, a pesar de que un brillo

febrilensusojoscastañosreflejabantambiénsuiraysuindignaciónporeltratoquehabíarecibidosuamiga.—¡NiTerenimierda!—gruñó con losdientes apretados conun tono

másbajo—.Livi...—murmurópreocupadaporella,tomándoledelamano—.Joder,Livi...—Cuandovioqueellaestabaapuntodeecharseallorar,acercósusillaaladesuamiga,ylaabrazó,asertivayempática—.Esunhijodeputa—legruñóenvozbaja—.Nohaymás.Hacerteestonotienenombre...Fina,encambio,guardósilencio.Livlonotó,yconsusojosacuososesperóarecibirsucrítica.Perono

llegó.Solosilencio.Ylacuestióneraqueelsilenciodecíamás,aveces,queunafrasecondescendiente.—¿Quépiensastú,Fina?—lepreguntóLivconvoztemblorosa.—Nomevayasadecirahoraquenohasidouncapulloquesemerece

quelodespedacen—señalóTeremirándolaconrecelo.

Lapelicastañaseencogiódehombrosyexhalóincómoda.—Nisiquierameimaginocómodebessentirteahora,Liv.Solopienso

en ti y en lo que pueda hacer yo para ayudarte, cielo. Lo demás noimporta.Yaestáhecho.—Esa no es la respuesta —inquirió Tere—. ¿Qué pasa, Fina? —la

increpó—.¿Creesqueesjustoloquelehapasado?Queyorecuerde,túlaanimasteaaceptarelregaloporquedecíasquesemerecíaquealguienlamalcriara.Fina negó inmediatamente, pero no se amilanó ante el tono

reprobatoriodeTere.—ParamíZacesunapersonanongrata, tantocomopara ti.Perohay

modosdehacerlascosas.YLivsabíadóndesepodíametersijugabaconfuego. No somos niñas. Somos mujeres. Todo lo que hacemos tienerepercusión.—¿Deverdadteparecejusto?—¿Justo?Yonoséloqueesjustoyloqueno—aseveró—.Tuveuna

conversaciónconLiviensusoficinasylepreguntésiestabaseguradeloquehacía.Yohabríahecholascosasdeotramanera,porquenotengosuarrojo ni sus ovarios, perome pareció divertido y seductor que ella lohiciera, porque la idea romántica de atraer a alguien así nos seduce atodas,nolovoyanegar.Sinembargo,siemprehayconsecuencias.YnopuedoignorarqueaZaclajugadalehasalidoredonda.Leodio,perohasidounpuntazo—reconoció.—¿Cómodices?—Terenoselopodíacreer.—NadadeestosehabríaagraviadosiantesdeiralencuentrodeSair,le

hubieradichoaZacqueibaadivorciarsedeél.Talcual.—Nopodía—contestóTere—.Liviqueríaqueantesacabarasu libro.

La tonta dadivosa de nuestra amiga ha aguantado tres años de espera yabandono,yesossonmuchos.Yencima,decidióesperarparanoecharaperderlahistoriadesumarido.YporquesesuponíaqueSairibaaestarsolounosdíasenBarcelona.¡Noibaaperderseesaoportunidad!¡Llevabatresañospudriéndosecon

sumarido,Fina!¿Tambiénteníaqueperderseesaexperienciaporél?—¡Claro que no! Pero lo que digo es que atreverse a hacer algo así

implica acciones y reacciones. Algunas veces nunca pasa nada, y los

matrimonios siguen con normalidad sin imaginar siquiera que hay unaalargadísimasombradelainfidelidadentreellos.Unoechaunacanitaalaireyelotronoseentera,eselpandetodoslosdíasyencasitodaslascasas.Lamentablemente,Livnohasalidoindemnedetodoesto.EngañóaZac,conZac—fruncióelceño—.Ergo,élseenteródetodo—sentenció—.Joder,¡quélío!—Pero a ver... —Tere negó con la cabeza, en un gesto de clara

incredulidad—.¿Estásdepartedeesemezquino?SiZacqueríadarleesasorpresa,siqueríademostrarlequeeraunescritormaravillosoquevendíalosderechosdesuslibrospormilesdeeuros—Olivianoleshabíadichoqueenrealidadnoeranmilesdeeuros,sinocantidadesdesietecifras—,siloquepretendíaerareconquistarasumujer...¿porquénolohizodeotromodo? ¿Se gastó el dinerito en esa desagradable sorpresa? Fue un putoquejugóconella.Sehizopasarporotro,porquenoteníaloscojonesdeenfrentarsealamujeralaquehabíadejadodeladodurantetantotiempo,yporesosemontósualterego.¡Sihastaseolvidabadesuscumpleaños!—esa parecía ser, para ella, lamayor afrenta de todas—.ALiv le hizocreer que no tenía dinero cuando, recientemente, había cobrado unpellizco por su maldito libro. ¡Después de que ella ha estadomanteniéndolodosaños!¡Dos!—Alzódosdedosdesumano—.¡Yeltíoescribiendo y comiendo Donettes! Y después, cuando tiene a su mujerentregada,sometidaasusencantosmisteriosos,alargaelengaño,sehacepasar por otro, permite que se abra, la traiciona y después se hace elofendido.¡¿Él?!¡¿Estamos locosoqué?!¡Queunhombre trateasíaunamujeryaesdeporsíunaofensa!—Aver,dejemosporunmomentonuestroladofeminista—sugirióuna

coherente Fina—. Porque si la cosa fuera al revés, estaríamosdespellejandoalpobredesgraciado.—Ono.Porque si el tío es infiel aunavíboraymalapersona,puede

quetambiénnosposicionáramosdesulado.Sehacometidounainjusticia,Fina.—Opuedequelollamáramoscalzonazospornodejarla.Mira,estees

untemadelicado—consensuóFina—.LoúnicoquecuentafuequeLivdijoquenoalprincipio.Ycon

eso es con lo que yo me quedo. Ya sabes, cielo —le explicó a Livtomándolelamanoconcariño—.Séque,sidecidisteserleinfiel,fuepor

la conversación que escuchaste a hurtadillas de Zac con Janira. Porqueentremujereshablamosbarbaridadesdequeyoharía estoyyoharía lootro,aunqueluegononosatrevamos.Perositúlohiciste,fueporloqueoísteporteléfono.Livasintiósorbiéndoselanarizrojaconunpañuelogranatequellevaba

laletraZbordada.Susamigaslohabíanadvertido.¿ElpañodelágrimaseraunpañuelodeZac?Menudacontradicción.—Que ella se negara y rechazara abiertamente a Sair en su primera

reuniónesloúnicoquelaexculpa.Loquehizodespuésfueunareacciónvisceral—dijoFinacontonocompasivo.—¡Queaquínosetratadeexculparanadie!Ellaerainfeliz,Zaclahizo

desgraciada. Liv hizo lo que cualquier mujer habría hecho, buscar supropiafelicidad.¡Seibaadivorciardeél!—Peronoselodijoantes.—DemasiadaconsideracióntuvoconZac,quehastaseesperóeltiempo

quefueranecesarioparaqueélacabarasunovela,puessabíaloqueibaaprovocarledarlelanoticiadequeseibaadivorciar.—Tere,noexculpoaZacdesuserrores—aclaróFina—. Ese hombre ha cometido tantos que no sabría ni por dónde

empezar. Pero eso no quita que la artimaña de Zac haya tenido éxitoporquesumujerlehasidoinfiel.Terelehablóentredientes.—Yquetúdefiendasalgoasíesparaquetecortenlacabeza...—¡Vale,porDios!—intervinoOliviaafectada—.¡No quiero que os peleéis pormí!Ya suficiente sufro con lo queme

pasa como para provocar un cisma entre nosotras—ocultó el pañuelodentro de su puño y carraspeó—. Lo que hice, hecho está. No puedoretrocederenel tiempo.—Aunquetampocosabíasiestabaarrepentidaono,osivolveríaahacerlotodoigual—.Miprincipalpreocupaciónahoraesquenotengoniideadecómoactuarenestosmomentos.Yo...Laverdades que es como una pesadilla... Yo no sé cómome ha pasado algo así.¿Cómohellegadoaesto?—lamentócubriéndoselosojosconlasmanos.TereyFinasedirigieronunamiradaairada,propiadeniñaspequeñas.—Porculpadeunarosayunboli—susurróFina.

—Está claro que estas cosas solo las viven las que tienen un par denaricescomoparaexperimentarlas—Teresuavizóeltono,enterrandoelhachadeguerraconFina.Finaseencogiódehombrosal tiempoquedabaunsorboasuTónica

Schweppes.EstabaembarazadayprocurabanoseguirelritmodevinoyMartinisDryqueimponíansusamigas.—Loqueyonopuedocomprenderesquenotedierascuentadequeese

hombreeratumarido—arguyóporencimadesucopa.Livagitólacabezadeunladoalotro.—Claro,ahoradiréisquevosotras lohabríaisdescubierto.¿Creesque

nomehecomido lacabezaconeso todosestosdías?Esmuydifícil.Escomosiatiteponenahoraaungorditoconentradas,delamismaestaturaque tu vinicultor adorado, cuya actitud, modales, manera de tocar,ambiente,vozycuyoolornadatienenqueverconél,ydices:«esteesmimarido».Ymenoscuandotehaceregaloscarísimosytellevaaunasuitecolonialquesabesqueélnopuedepagar.—Supongoqueno—murmuróFinacontrariada.—No, joder, claro que no dices eso. La verdad es que no lo puedes

adivinar.Demasiadasdistraccionescomoparapensarquesetratadeél.Finareconsiderósuabiertasuposiciónydijo:—Talveztengasrazón.—Haytantoshombresdemismascomplexiones—continuó Olivia—. En esa situación, la mente no vincula a esa

persona con nadie conocido. Crees que tu experiencia es nueva ymisteriosa. Me tenía completamente despistada, por eso nada me hizocreerqueSaireraZac.—¿Nisiquierasu...?—Tereseseñalólaentrepiernacondiscreción.—¡Vengaya!—protestóLiv—.Hacíamuchoquenome acostaba con

Zac.Además,anoserquetumaridotengaunapeca,ounamarca,ounaverrugaenelprepucio,algoquelocaracterice,tampocosabessieseeselpenede tumaridoono,pormuyparecidaquesea.Aquí todassoisunaslistas. Con los ojos cubiertos, en unas circunstancias excepcionales, loúnicoquecreesesque teestásacostandoconundesconocido,nocon tumaridito.—Puesmimariditonotienelamismapollaquemiex—aclaróTere.

—Claro —se burló Olivia—. Tú podrás notar las siete diferenciasporque te acuestas con él todos losdías, peroZacyyo estábamos en eldiqueseco.Yaúnasí,unapollaesigualaotra.Puedenhabermásgorditas,más largas, más delgadas... Lo que tú quieras, pero al tacto sonprácticamenteiguales.Anoserquealgunatengapinchos.TereyFinaseecharonareír.—Simedicesqueestoytocandounplátanoymepreguntan:«¿plátanoo

polla?»Puesestáclaroquedigoplátano.Porque lonotoy sécómosonlosplátanos.TereyFinaseecharonareírdenuevoantelacomparación.—Supongoqueescomplicado—TerecedióalaexplicacióndeOlivia

—.Mealegraquesigasteniendobuenhumor.—No lo hago para haceros reír —exhaló rendida con una medio

sonrisasumisa.—Tienequeserdifícilnoverunamierda.—¡Puesclaroqueloes!—exclamóOliviadesesperada—.Noveíanada

y seguí su juego.Medejé llevar sin imaginarmeni una sola vez que sepodíatratardeZac—exhalócansada—.Saireratandiferente...EraigualdecorpulentoyanchoqueZac,yteníasumismopeloycomplexión,perohabíaunateladearañaanuestroalrededorqueimpedíaqueyovieramásde loquepodíaver.Lasúnicaschivataseranmismanos,yqueyosepa,estasnotienenojos.Después,lamenteylaimaginaciónnospuedenjugarmalaspasadas.—¿Sabes qué?Que tienes razón.Esa experiencia hay que vivirla—la

defendió Fina—. Hay ejemplos claros de suplantación de identidades ytotal inopia,y sinnecesidadde tapar losojos anadie—anuncióFina—.LoisLanenosabíaqueClarkKenteraSuperman.YporelamordeDios,sololesdiferenciabaunasgafasyunrizo.Sinoshemoscreídoeso,¿nonosvamosacreerlotuyo,queesmuchomásenrevesado?—¿Y el zorro?—añadió Tere—.Un gorrito y un antifaz, y ya es un

enigma para todos, cuando se veía a leguas que se trataba de AntonioBanderas.—Lomíoerainfinitamentemásdifícil—sedefendiódenuevoOlivia.—Doyfe—convinoFinaasintiendo.—¿Y esa colonia? Su olor tiene que ser increíblemente peculiar —

explicóTere—.¿Nohabíanirastrodeellanientinienélcuandollegabasatucasa?Oliviasesonrojóychasqueóconlalengua.—Algunasvecesmeduchabaenelhotel.Otrasno—explicóconcalma—.Perolociertoeraqueyateníasuaromapegado

a la nariz, tan adentro que estaba todo el día siguiente oliendo a él. Eraimposibledejarsuperfumeatrás.AsíquenimeplanteésieraZacquiénolíaasí.DabaporhechoqueteníaelaromadeSairenmisfosasnasales,grabadoafuegocomounaesenciaaromáticaperenne.SusamigasentendierontodaslasexplicacionesqueLivlesdabasobre

cómoeraposiblequenosehubieradadocuentadequeZaceraSair.Nopodían juzgarla, nadie podría ya que esa experiencia se tenía que vivirparapoderhablardespués,yningunadelasdosibaaexperimentarnadaparecido,asíquesololesquedabacreerenella.Yasí,explicadodeaquelmodo,yalesparecíamuyconvincente.—¿Ycómotesientesahora?—preguntóTeremirandoelsobreconla

cartaqueelmismísimoZaclehabíaescritoydejadosobrelamesa.Livdirigióunamiradadedesdénalsobreysepensólarespuesta.—Zacquierequenuestrosabogadosseponganencontactoparapoder

tramitar el divorcio. No quiero firmar esos asquerosos papelessintiéndomecomomesiento,comosifueraunamierda,yunaperdedora,cuandoelquedebedesentirseasíesél.Noesjusto.—No—contestaronlasdosalavez.—Pero tampoco quiero convertir esto en una guerra. Lo único que

quieroes...QuierodejarleclaroaZacqueesélquienmehaperdido,noalrevés—alzólabarbillaconorgullo—.Necesitoecharletodaslascosasencara, y decirle cómome sientodespuésde loquemehahecho.Cuandoesténtodoslospuntosclaros,entonces,firmarélospapelesyyomismaselosmeteréporlaboca.Peronopiensofirmarnadasinhablarantesconél.—Bueno—apuntóFina—.Antesdeberíashablar.Loscónyuguestienen

quedialogaryestablecerunacuerdocomúnparalafinalizacióndelavidaen pareja y del vínculo matrimonial —leyó en voz alta a través de suiPhone tras buscar información sobre un divorcio express—. Para eso,tenéisquequedar.—Nosécómo.Loheintentadolocalizarestosdíasynomehacogido

elteléfononiunasolavez—lasmiróavergonzada—.TuvequellamarleparadecirlequemeibaconmispadresyquemellevabaaCaballo,porsiélqueríaveniraverlo...—seexcusó.—Ya—Terearqueóunacejanegraescudriñadora—.¿Ynosabesdónde

está?—Sé que no está en el hotel. Llamé allí para queme pusieran con la

suiteymedijeronqueestabalibre,queallíyanohabíanadie.—¿Sehafugado?—Notengoni idea—contestóobtusa—.Nomeha llamadodesdeque

descubrí el pastel. Es como si no le importase queme tragara la tierra.Comosiledieraigual—confirmóapenada.—¿ZactieneuniPhone?—preguntóTere.—Sí—dijoLiv.—¿Sabessitieneactivadasuaplicaciónde«BuscarmiiPhone»?LivasintióalcomprenderpordóndeibaTere.—Joder,sí.—¿Y conoces su contraseña? —sus ojos verdes chispearon con

diversión.EstavezOliviasonrióconsatisfacción,yaunquenofueunarisaquele

naciódelcorazón,sílasintióverdaderaynoforzada.Puede que hiciera demasiado que Zac y ella no intimaran, pero sí

conocíatodaslasclavesdeinternetydelteléfonodesumarido.Yaunqueen esos instantes era una patraña, siempre fue la misma para todos losaccesos:«ZacquiereaLiv+».Se metería en la aplicación y buscaría la localización exacta de su

futuroexmarido.Paraque los abogados reflejarannadaenel convenioreguladordeldivorciooficial,antesteníaquehaberunacuerdoentreloscónyuguesporlarupturadelvínculomatrimonial.Sí.Porsupuestoqueteníanquehablar.YLivnoibaadejardeladoesa

conversación.Almenos,selodebíanportodolovividoyporeltiempoquesífueronfelices.

Capítulo3

Zac ya no sabía lo que era correcto y lo que no. Lo único de lo queestabaseguroeradeldolorquesentíaenelpechoyenelestómago.Eraincapaz de desentenderse de sus emociones, de los recuerdos, y de larabia...Ytododebidoaella.Todo por culpa de Liv. La primera vez que la vio, cuando se

conocieron, supoqueeseángel rubioconcaradepecadosería la razónprincipalporlaqueviviría,ytambiénseríalaúnicapersonaquelopodríadestruir,porqueseerigiríaenlasoberanadueñadesucorazón.En esemomento, tumbado en su sofá tapizado de blanco, en el ático

dúplex tipo loft que había alquilado en la Diagonal, y en el que ahoravivía,observabaatravésdelosventanalesenterosdesuenormesalón,laslucesde loscochesque ibanyvenían.Muchosdeellosregresabanasuscasas, a sushogares.Ysintióunapunzadadeenvidiaydepenaaldarsecuentadequeélyanotendríaningúnlugaralquevolver.Esa lujosa vivienda en la que descansaba y meditaba no era su casa.

Estaba bien, eso sí: un edificio señorial en la avenidamás destacada deBarcelonanoeramocodepavo.Zacsiempresehabíaganadobienlavidacomoperiodista,yposiblemente,denoestarconLiv,élhabríavividosusolteríaenunlugarasí.Posiblemente, muchas cosas no serían iguales de haber tomado otras

decisiones.Perotomóunaquelecambiólavidagradualmente.Cuando decidió pasar el año de excedencia en el periodismo para

embarcarseenelproyectomásambiciosodesuvidacomoescritor,noseimaginó que tardaría tanto en elaborar el reportaje novelado lleno deinformaciónyexclusivasquehabíafinalizadorecientemente,yporelqueunas semanas atrás había recibido de mano de su editorial una sumaconsiderable de millones de euros. Un compañero que trabajaba en lasoficinasdePenguin,lecontóqueIldefonsoFalconesvendiólosderechosde edición de su Catedral del Mar por una millonada antes de serpublicada.AZac le llamómucho la atención ese dato. Eso quería decir

que,ariesgodeparecerunoskamikazes,loseditoressabíancuándoteníanpuro oro entre las manos, y no les importaba invertir por ello ya quesabían que recuperarían ese dinero en nada.A veces, eso no salía bien;como a J.K Rowling con su novela policíaca. Pero otras veces, lainversiónserecuperabamultiplicadapordiezomásdígitos.Puesbien.Aél lehabíapasado lomismoquea Ildefonso.Lahistoria

quecontabaensunovelaestabameticulosamentedocumentada,conunasbasespotentesy repleta dedatosquepondrían en la cárcel yqueharíansubiralestradoamásdeuncargopolíticonacionale internacional.Sinembargo,sumanuscrito,apesardehabersidounaminadeoro,tambiénentrañaba muchas complicaciones; si alguien descubría que él era elescritor,notardaríanenborrarlodelmapa.A Roberto Saviano, a quien conocía personalmente después de

entrevistarle,lesucedíaalgoparecido.SulibroGomorra,quehablabadelasmafiasitalianas,eraunbestsellerinternacional,perotambiénlehabíapuestoprecioasucabeza.PoresoZacdecidióutilizarunpseudónimo,yno colocar foto de él en la solapa. No quería reconocimiento público,preferíapreservarsuintimidadyquelodejarantranquilo.Élhabíahechosu trabajo, que no era otro que informar. A partir de ahí, que todo lemundo sacara sus conclusionesyque el dedoacusadorde la Justicia, laverdadera,cayerasobrequiénselomereciese.Cuando pensaba en todo lo que había arriesgadomientras escribía la

novela,seleponíaelvellodepuntayunasensaciónfríaloabrazaba.Eraenesosmomentoscuandomásenvidiabaaesoscochesqueregresabanacasa,abuscarcobijoyprotección.Zac ya no tenía nada que lo parapetara. Liv había sido su hogar, ese

lugarespecialalqueunopertenecíaunavezynuncamássedesarraigaba.Pero en esemomento, además de apestar por el dinero que reflejaba sucuentacorriente,noteníanadamás.Zac movió en círculo la copa de whisky con hielo que sujetaba y

colgabaentre laspiernas.¿Cómoibaahacerparaafrontarsuvidaysusnuevosproyectossinella?¿YsinCaballo?HabíarondadosucasadeCollserolaaescondidas,ynosabíamuybien

paraqué.TalvezqueríaveraLivparaasegurarsedequeesabeldadquetantoamabaeralamismaquelehabíatraicionado.Queríaregodearseenlabellezadesurostro,enelmodoquehabíatenidodedarseaél.

Ynoibaamentiranadie:tambiéndeseabaverlahundidaytristeporloquehabíapasado.LaLivquesehabíaentregadoaél, lohabíahechotandispuestaytanaciegasporquesetratabadeSair,ynodeélmismo.Yesolodestrozaba.Supreciosa,leal,ycariñosamujerlehabíasidoinfiel.Esaeralaverdad.Al margen de su artimaña o de su jugarreta fallida que dio como

resultadouncataclismodentrodesumatrimonio,larealidaderaqueLivhabíamantenidorelacionessexualesconotro.El día después de que Liv saliera del hotel, Zac no fue a su casa, de

hecho ya no pisó su hogar nunca más. Pero sí los aledaños. Caminabaalrededordelamanzana,omirabalafachada,inclusooteabaporencimadel muro que daba al jardín, desde la lejanía, en su moto, bajo elanonimatoqueleproferíasucasco.NoqueríaqueLivsedieracuentadequemerodeaba por ahí, pero cuando descubrió que Caballo no salía aljardín, y que ella ya no estaba y tenía las persianas bajadas como si sehubieraidodeviaje,elmalestarloinvadió.Habíahuidolamuycobarde.Enlugardeenfrentarseaél,demirarloa

lacara,ydedarlelasexplicacionespertinentes,Oliviahabíadesaparecido.Pero como ya la conocía, sabía dónde estaba. En casa de sus padres,

recomponiéndose, meditando, y avergonzándose en silencio de todo losucedido.O tal vez no lo hiciera, porque ella ya había dejado claro que su

matrimonioestabamuerto.Yéltambién.Zacsepasólamanoporlacaraybebióunsorbodellíquidoambarino.

Loshielostintinearoncontraelcristal.Eratodomuycomplicado.Ymuytriste.No la llamaría. Ella sí lo había hecho, lo había llamado, pero Zac

declinó la posibilidad de atenderla. No sabría ni qué decirle, puede quecosasdemasiadofuertescomoparadecirlasporunalineatelefónica.Y lo peor era que bajo toda esa animosidad y sus pensamientos

acrimonios,aúnsentíacosashaciaellaalasquenosabíaponerlenombre,nitampocovalorarsieranbuenasomalas.Estabahechounlío.Zac era de los que se enamoraban una sola vez en la vida. Cuando

entregabasualmaysuamor,lohacíaparatodalaeternidad.Puedequeesa

confianzaciegaenlapersonaqueamabafueralaresponsabledecavarsupropia tumba; la única culpable de sumirlo en ese estado desidioso ycontemplativo en el que vivía inmerso desde queLiv se fue de la suite,sabiendoqueéltambiénqueríaeldivorcio.Deseaba castigarla, infligirle daño... Vengarse, aunque no sabía muy

biende qué.Entre susmóbiles barajaba el despecho, la desconfianza, lavergüenza y la falta de comprensión que en ocasiones Liv le habíamostrado.Puedequeeltiempojuntoaélfueseunsuplicioparaella,peroellatampocolehabíapuestolascosasfáciles.Joder, y él no era unSanto precisamente.Sabía quenohabía dado lo

mejordesímismo.Yquecometióerrores.Elprincipal:creerqueelamoreraparasiempre,yquecuandoerade

verdad,nohabíanadaquepudieraapagarlo,ni siquieraeldescuidooelolvido de decirle a su mujer lo mucho que la quería a diario.Erróneamente,pensabaqueesosesobreentendía.Porque,paraél,suamorhaciaellaera indiscutibleynada lopodíacambiar.Asídepalurdohabíasido. Creyó que Liv comprendería su necesidad de escribir, que loapoyaríahastaelfinal.Yalprincipiolohizo,perodespués...Cuando vio que no lo acababa en los tiempos que ella convino, se

volviórecelosade todo.Ahora,mirandohaciaatrás,pensabaquepodríahaberhecho lascosasdeotromodo,apesardequenopodíadarlemásinformación de la que le dio. Su contrato de confidencialidad le poníacondicionesdedifíciltesitura,privándolededecirnada,másaúnalpensarquepudierateneralgúntipodeescuchaensupropiacasaquepusieraenpeligro,nosolosuanonimato,sinotambiéneldeLiv.Duranteuntiempo,leentróunpocodeparanoia,perodespuésdecidió

que debía dejar de temer a su propio manuscrito o no avanzaría.Obviamente, toda la información que manejaba sobre corrupción en elpaíslohabíapuestomuynervioso,yleobligóamantenersilencioconlapersona quemás quería, porque temía por ella o que la utilizaran parahacerledaño.Fueracomofuese,seequivocóconLivyconelamorquecreíaquese

profesaban.Confiótantoenlossentimientosyenlaspromesasquesejuraron,que

nuncaimaginóqueLivpudieraaburrirsedeélodejarlodequerer.Nuncacontempló esa posibilidad, porque el amor verdadero era intemporal e

imperecedero.¿Nodecíaneso?Habíasidodemasiadocréduloyrelajado.Ycuandopasóeltiempoylas

cosasentreellossepusieronfeas,Livnuncalepermitióqueélredujeraladistanciaquesehabíacreadoentreambos,hastaqueelhelorylaescarchaeranya insalvables,pormuchoqueél la reclamaraasu ladoo intentasedeshacerla.Despuésdelprimerañodeescribir,ycuandoZacdecidiónovolvera

trabajar y seguir tirando de los pocos ahorros que tenía, Liv torció elmorro, y toda esa comprensión y apoyo que ella volcaba en él alprincipio, se esfumó gota a gota, grano a grano, como se esfumaba eltiempoenunrelojdearena.Zac se levantódel sofáy caminódescalzopor el cálidoparquéde su

dúplex, sin dejar de lado su vaso de whisky ni unmomento. Se detuvofrentealacajaentreabiertaquehabíadejadoenlaentrada,apoyadaenlablanca pared. A continuación, se acuclilló y entrecerró los ojos paraobservarporenésimavezloquehabíaensuinterior.Cincuenta.Cincuentaejemplaresdesulibroyaeditado.Elsoberanismo

deJudas,asísetitulaba.Zacdejóelvasodewhiskyenelsueloysesentófrentealacajacomo

unindioindagador.Tomóunejemplarentrelasmanos,yloadmirócomoya había hecho otras veces. Su formato era rústico, de tapa dura. Unacubierta toda amarilla con el título en rojo, haciendo referencia a labandera de España. De la jota de Judas pendía un gorro de bufón,señalandolatomaduradepeloquehabíansufridotodoslosespañoles.Unlibrodequinientascincuentapáginasquenarraría,conlaprecisióndeuncirujano,lasidasyvenidasdeunmafioso,quenoeraotroquesuchivato,que trabajaba directamente con la cúpula del gobierno en el país. En latramasehablabadetodo;desdeextorsiones,hastaescandalososveredictosdictaminados en procesos judiciales contra mafiosos, asesinos ydelincuentes, a cargode juecespreviamente empapeladosparaque estossalieran impunes, ya que su dinero subvencionaba campañas políticas ycomprasdeterrenoyedificacionesdeunaenvergadurainimaginable.Losbeneficios de todos esos trueques iban destinados a empresas privadas,dirigentes,intermediariosybolsasdecorrupciónindividuales,ademásdeldesplazamiento de rentas y de los recursos públicos a institucionesprivadasytapaderas.

Aquellibroseríalasemillaparaquecadadía,enelpartedelasnoticiaspúblicasytambiénprivadas,unnuevocargopolítico,diputado,ministrooPresidente,aparecieraescoltadoporlapolicíadecaminoalJuzgadoparadeclarar su presunta inocencia. Una inocencia que nunca podría serdemostrada,porquenoexistía.Todoseranculpables.Zac trabajómuchísimopara verificar todos los datos, para esperar la

documentacióny la informaciónde suchivatoycontrastar información.Tresañosdehermetismo.Tres.Esehabíasidoelresultado.Y mañana, por fin, sería el gran día. La editorial había comprado

muchosespaciospublicitarios,tantoentelevisión,comoenprensaescritayradio,y tambiénen lasbocasdemetroyen lasparadasdeautobuses...Habíaninvertidounauténticodineral,puessabíanqueloslibrosentrabanprimeroporlosojos.Después,sieranbuenosonoloeran,soloestabaenpoderdelbocaabocaydeltalentodelescritor.Ysueditoraasegurabaqueélteníatalentoparadaryregalaryquesulibroeraunaobradeartedelainformación.Pero,alprincipio,debíadehaberunacampañademarketingdeacosoyderribo:asíseforjabanlosbestsellers.EntodasesaspáginasresidíaelmotivoporelcualLivyéleranhoylo

queeran.Unhombreyunamujeralbordedelfindesuhistoriadeamor.Zacabriólaprimerapáginadellibroyleyóladedicatoria.Ahora, seguramente, la habría cambiado, porque esa dedicatoria no

teníaningúnsentido.Cuandolaspromesasserompían,loprometidoseconvertíaenunavil

falacia,enlamuecadelamentira.LoqueelamordeLivhabíasido.NosabíasiLivhabíaregresadoono.Unosdíasatráslehabíaenviado

unacarta,paradecirlequequeríaeldivorcioyqueibaaseguiradelanteconél.A no ser que ella tuviera algo que decir. Y ese mismo día le había

enviadounejemplardellibroalacasaconunasorpresitaensuinterior.Mañanalorecibiría.Asíquetendríaqueesperarreacciones.YZacestabaintranquiloporverlapreciosacaradesumujermentirosa

cuandocomprendieraqueéleraelautordellibroquecopabalascallesylastelevisiones.Él,quehabíasidoconsideradoporellacomoungandulyunmuermo,

eraelcreadordellibroqueibaapasaralahistoriapordesenmascararla

corrupcióndelosaltoscargosdelpaísaldesnudo.Sonriósinganasyapoyólaespaldaenlaparedcontrariaparahacerun

brindisalaire.Su aportación a la Justicia era lo único bueno a lo que se agarraba,

porqueparasudesgracia,yanadalehacíaespecialilusión.

Capítulo4

Aldíasiguiente«Es increíble», pensabaOliviamirando anonadada los carteles de las

paradasdeautobusesenlaciudadcondal.EldíadespuésdehabercomidoconsusamigasenPaseodeGracia,recibióporlamañanaunpaquete.Aldesenvolverlo se encontró con un libro titulado «El soberanismo deJudas»,deuntalKassZ.Sair.Cuandosostuvoesanovelaentresusmanos, las rodillas lecedierony

unahorriblesensacióndevacíosearraigófuertementeenelcentrodesupecho,alaalturadelcorazón.Sesentíafatal.Caballohusmeabaasualrededor,comosiéltambiénsupieraqueaquel

era el libro deZac.El bandido había utilizado el nombre deSair comopseudónimoyOlivianopudoreprimirunasensacióndetraiciónyengañoqueprovocóqueselesaltaranlaslágrimas.PeronofueesoloqueimpulsóaLivaabrirlaaplicacióndeBuscarmi

iPhoneeiralencuentrodesumásqueprobablefuturoexmarido.Loquedeverdadlaespoleóahacerlofueladedicatoriadesuinterior,

juntoconelsobreblancoquehabíaadjuntadoentresuspáginas.La dedicatoria iba dirigida a ella. Suponía que estaba escrita mucho

antesdequeambos jugarana ser infieles sin serlo, porqueel amorquehabíaencadapalabratraspasabalosfoliosyleibadirectoalalma.¿Dóndeestabaeseamorcuandovivíanjuntos?«Ati,mimujer,elamordemivida,quienhatenidoqueaguantarmetodoestetiempo;laquehatenidoquesoportarcadasilencioycadauno de mis retiros, y lo ha hecho con comprensión, sin una malapalabra,sinunamalamirada.Séque,aveces,hasdesfallecidoyhasdejadodecreerenmí,peroyoteagradezco,ynosabescuánto,elquemehayaspermitidocentrarmeenestaarriesgadaaventuraque tieneunpropósitomayor.

Gracias por estar ahí, por cuidar de mí, por tenerme en cuentaincluso cuando ya estaba ausente. Mi retiro ya ha acabado, y almargen de la repercusión que pueda tener esta historia, lo que deverdadmellenaessaberquetetengoati,yquevoyaresarcirteporcadasegundoquetesentistesolayabandonada.Tequiero,mivida».

Laslágrimasnodejaronvermásalládeesefragmentoúnicodedicadoaella.¿CómoZachabíapermitidoque ella se sintiera sola?Livno entendía

aúncuánimportanteseríaeselibroenlapolíticadelpaís,pero,aunquelocambiasetodo,¿habíamerecidolapenahaberlaperdidoaella?Oliviasesecólasmejillashumedecidasdeunmanotazoviolentoyresignado,hastaque vio que entre el grosor de aquel libro sobresalía la esquina de unsobrevariostonosmásblancosqueelcolordeesaspáginasahuesadas.Cuando cogió el sobre condedos temblorosos y le dio la vuelta, una

fraseescritaaboliconlaauténticaletradeZac,noladeSair,leasestóungolpedemoledor.«Mihistoriaestámuydocumentada,yesreal.Perotúyyosabemosque

si hay algo falso en este tomo que sostienes, es la dedicatoria que, porcierto, ya no puedo borrar. Creo que con esto quedamos en paz. Es lamanutención de dos años que tuviste que pagar por tenerme en tu casaescribiendo.Graciasporhabermemantenido.Lamentohabertedadotantosproblemas».ZacAquello fue lagotaquecolmóelvaso.Que la trataraasí,quecreyera

que un sobre lleno de billetes de quinientos euros era todo lo que ellaexigía,laúnicarazónporlaqueambossehabíanseparado,laindignó.¡Nuncafueporeldinero,malditasea!SiLivyanoseencontrababien,

lasentenciadeaquelsobrelaespoleócomounlatigazoauncaballo,peroellanoteníariendas,yesanuevapersonaenlaqueseestabaconvirtiendo,unamezclaentrefuriosaydolida,noestabadispuestaaquesevolvieranareírdeellaoasufriralgunaafrentasinvengarsedeello.Zaclainsultaba.Por eso cogió su Rover negro, y dejó a Caballo entretenido con su

comida, para irse en busca deZac siguiendo elGPSque le facilitaba laaplicacióndeliPhone.

Duranteelcaminohasta laDiagonal,dondesesuponíaqueestabaZacsegún indicaba su teléfono, divisó muchas paradas de autobuses con laportadadeElsoberanismodeJudas,yaquellolapusomásnerviosa.Nose lopodíacreer.El librodeZaccopaba todas lasestacionesy lo

anunciabancomounbestsellerycomoellibroqueprovocaríauncambioenelpaís.Nodabacrédito.Su marido, o su futuro ex marido, acababa de dar un pelotazo

espectacular, cuando ella, equivocadamente, pensó que no tenía futurocomoescritor.Una parte de ella se sentíamal, porque no se veía identificada en esa

dedicatoria llena de amor y agradecimiento hacia ella, como si siemprehubieseestadoasuladoanimándoloconpomponesconunafeciegaensutrabajo.No.Nofueasí.Debíareconocerlo.Yteníaremordimientosyvergüenza

por ello. ¿Por qué? ¿Por qué después de descubrir que Zac la habíaengañadoeraellalaqueteníaesassensacionesdesagradables?Peroesonoibaadesviarladesuobjetivo.Despuésdellamarlotresvecessinéxito,puesZacnoqueríaresponder

al teléfono, aparcó el coche un par de calles más abajo del lugar dedestino.La aplicación eramuy exacta.Liv caminó sin dejar demirar lapantalladelcelular,hastacolocarsejustoenfrentedelaubicación.Inclinóelcuellohaciaatrásparamirarlafachadadeledificioquetenía

delante. Era magnífico, de formas parecidas a las del grandísimo ymágicoarquitectoGaudí, con una estructura palaciega que reflejaba la vertiente del

modernismocatalány suvariantedeArtNouveau inspirado en laFincaGüell.Erahermoso.Elsoldabadellenoenlafachadayenlasbalconadasde

coloresyformassinuosas.El ático de ese edificio parecía enorme, cuya extensión de la terraza

triplicabalaamplituddelasterrazasdelospisosinferiores.Oliviaentrecerró losojos,yesperóaversialgúnvecinosalíadeesa

elegante portería. A Zac debería costarle un riñón el alquiler de esavivienda.Nosabíaenquépisovivía.¿Cómoibaadescubrirlo?

—¿Vasaentrar?—preguntóunavozdemujerasusespaldas.Unamujermorenadepelocastañoconreflejosmásclaros,vestidacon

traje de falda y chaqueta negra rebuscaba las llaves en el interior de subolsonegroPrada.Teníalosojoscubiertosporunasgafasdepastaoscuraque le ocupaban casi toda la cara. Poseía unas facciones agresivas perohermosas, como las de una pantera.Y cargaba con unmaletín demanotambién Prada de color marrón y negro en una mano, y una bolsa decomida japonesa en la otra. El olor del Yakisoba noqueó a Olivia y leremovió las tripas. No había cenado la noche anterior, ni tampoco esamañana había desayunado, pues el regalo de Zac le había cerrado elestómago.—Puesesaeslaintención—contestóechándoseaunladoanteelarrojo

de la desconocida, que se hacía sitio como si fuera a abrir la puerta—.Peronorecuerdodóndevive...—Ah,joder—gruñólamujersinprestaratenciónaLiv—.Mehevuelto

a dejar las llaves—levantó la mano y presionó el timbre del ático. Elúnicoáticoquehabíaeneledificio.—¿Sí?—contestóunavozqueLivreconocióalinstante.—Zacari—dijo lamujer—.SoyAnna.Tumenú—sonrió—.Abre la

puerta,porfavor.AOlivialasangreselefuedelrostrorepentinamente,ylasmanossele

quedaronheladas.¿Sumenú?Unmomento.¿Quéestabapasandoahí?¿Quiéneraesamujeryporqué

ibaaveraZac?¿YporquélollamabaZacari?Élodiabaquelollamaranasí.Zacobedecióyabrióipsofacto.Lamujerentrótodavíarebuscandolas

llavesenelbolso.Entoncessedetuvo,comosilaacabasedeadvertirylamiróporencimadelhombro.—¿Pasasono?Sutonoeraalgoestiradoycapaz,comosicontrolaracadamovimiento

quetuvieralugarasualrededor.Liv carraspeó, tragó saliva y se secó el sudor de las palmas de las

manosenlostejanos.—Sí—dijoconvozdébil.Mientras la talAnnatomabaelascensor,Livsedetuvoenlosbuzones

demaderadenogalde la entrada, como si revisara el piso exactode lapersonaqueestababuscando,cuandoloacababadeaveriguar.Lociertoeraquesehabíaquedadounpocoparalizadaynoleapetecía

compartirascensorconesamujer,fueraquienfuese.Zacvivíaeneseespectacularático,eldelaenormeterraza.Yunamujer

muy atractiva tenía llaves de su domicilio y le acababa de traer comidaparacompartir.Cuando laspuertasdelascensorsecerraron,Oliviasequedóplantada

frentealespejodecuerpoenterodelaseñorialentrada.Sequedóahí,sinmoverse,durantevariosminutos.Semiróextraviadaensupropioreflejo.Vestía tejanosclarosydesgastados,unpocorotos,susConverseblancassin abrochar, una camiseta negra que le iba ancha y le colgaba de unhombro,yllevabaelpelorecogidoenunmoñorubioymalhecho.Nosehabíamaquillado.Seclavólasuñasenlaspalmasdelasmanosalverqueeraunamalditasombradesímisma,yqueseibaaencararaZacconlaimagen de una estudiante inmadura, sabiendo que él estaba acompañadoporunamujerdearmastomaryaspectodefelina.Noteníabuenassensaciones.Peronopensabaesperarniunminutomás

paraencararseconél.Todavíaestabancasados.Asíquetomóaire,cerrólosojosyseinsufló

fuerzasparapoderdesafiaralhombrequelehabíarotolavida.Zacvivíaenelático.Elúnicoáticodeledificio.Olivia se plantó frente a la puerta y recordó los nervios que pasó la

primeravezquefuealencuentrodeSair,yseparapetótraslaentradadelasuitecolonial.Entonces,laansiedaderaotra,muydiferentedeldolorquesereplegabaensupechoahorayqueprovocabaquesintieracada latidodesucorazónenlagarganta.Se cargó el bolso Michael Kors sobre el hombro, agarrándose

fuertementeasusasas,comosifueranasiderosalosquesujetarsecuandoelagualellegaraalcuello.Intentóoíralgo,talvezalgunapalabraentrelatalAnnayZac,perono

escuchónada.Comofuera,teníaqueenfrentarseaZac,hubieraalguiendelanteono,y

yaqueestabaahínopensabahuirconelraboentrelaspiernas.

Presionóeltimbre,yesperópacientementeaqueleabrieran.Los tacones de esa mujer golpeaban el parqué con contundencia, se

aproximaba y Liv intuyó que iba a ser ella quien le diera la ácidabienvenida.Cuando Anna abrió la puerta, ya se había quitado las gafas de

moscardón, y lucía unos ojos negros y repletos de hechizo y secretos,ahumadosyperfiladosconunkohlmuynegro.Era guapísima, joder. Liv rechinó los dientes y se compadeció de sí

misma.TeníaaunaMataharidelante,yellasepresentabavestidaconlasfachasdeunauniversitariainsegura.Annafruncióelceñoylamiródearribaabajo.—Ah...—fueloúnicoquedijo—.Creoquetehasequivocado,guapa—

Dibujóunasonrisacondescendienteensuslabiospintadosderojo.Olivia parpadeó aturdida, intentando reprimir las ganas que tenía de

darleunpuñetazoaesa,fuesequienfuese.Yaledabaigual.Laodiaba.Nohabíamás.Seobligó a reaccionar y esta vez respondió conuna sonrisa igual de

falsaquelaqueteníaAnna.—Metemoqueno—contestó—.Guapa—añadióconelmismotono.—¿Aquiénbuscas?—preguntómirándolacomosifueratonta.Olivianiseinmutócuandocontestó:—Busco amimarido.Zac. ¿Le conoces?—Ella lo llamabaZac y no

Zacari.Annaarqueólascejasnegrasyperfectamentedepiladas,ydespuésechó

loshombroshaciaatrás,confundida.—¡¿Zacari?!—gritóporencimadelhombro,sinapartarlavistadeella.Y¡cómolerepateóqueunadesconocidadecidierasidejarleentrarono

paraencontrarseconsutodavíaesposo!—¿Qué?—preguntóZaccondesinterésdesdeelinteriordelpiso.—Ven unmomento—Anna continuómirando a Olivia, con sus ojos

oscurosfijosensusconversedesabrochadas.ArqueóunadesuscejasaloAncelotti.Livarqueólasuyarubiaplatinoyseimaginómetiéndolelazapatillaen

laboca.

—Estoycalentandolacomidaquehastraído—dijoZac—.¡Sisonotravez los de la nueva compañía de la luz diles que no me interesa! —exclamó.Annanegóconsatisfacciónyañadió.—Noesnadiedeninguna compañía.Esunamujer quediceque es tu

esposa.Trasesaspalabrassehizoelsilencio,tantensoquesepodíacortarcon

uncuchillo.Yentonces,Zacaparecióbajoelarcodelhall.Liv clavó sus ojos azules en él, y sintió un mazazo que le quitó la

respiración.No sabía si era porque hacía tiempo que no se veían, pero el

reencontrarseconélladejónoqueada.Sumaridosiempre leparecióguapo,apesardeque fuerasiempreen

chandal ynunca se arreglarademasiado.Por eso, verlovestido conunacamisa blanca con los puños arremangados hasta los musculososantebrazos,unospantalonesdepinzacolorwhiskyyunoszapatosmarrónoscuros,ladejósinpalabras.Sehabíacortadoelpeloylollevabadeunmodoquelequedabagenial

ydibujabamejorsusapuestasfacciones.Supelonegrobrillaba,igualquesusojos tanoscuros,conaquellascejasbajasyespesasque leconferíanunamiradaintensaprovocafuegos.Olivia inclinó la cabeza a un lado para verlo mejor, ya que Anna le

privabalavisión.Zacrechinólosdientesydijofinalmente:—Olivia.Livse tragó laamarguracuandopercibióelolordesucoloniaúnica,

quelagolpeóyreactivósumemoria.Eraelmismoperfumequelellevabaa los recuerdosdeSairyde las tardesquepasóentre susbrazos.SairyZaceranlamismapersonaynopodíaobviarlo,pormuyperdidaqueesolahicierasentir.Suesencia,suimponentepresencia,eranlamismaahoraqueLivpodíaponerlerostroasuamanteanónimo.—Hola,Zac—contestóellaconunhilodevoz.—¿Quéhacesaquí?

—Tengoquehablarcontigo.—¿Cómomehasencontrado?Zacsemetiólasmanosenlosbolsillosdelanterosysebalanceósobre

lapuntadesuszapatos.Ella miró a Anna, esperando que la mujer tuviera la delicadeza de

dejarlossolos.Perolamorenanoseapartaba.—Tengo mis métodos —contestó—. ¿Podemos hablar a solas? —

preguntóconvozdébil.Zacexhalóconcansancio,ydespuésseacercócaminandohastaellas.—Anna, por favor —le pidió amablemente—. Déjanos solos un

momento.Annamiróaunoyaotro,yalfinalaccedióadesgana,alejándosedel

hallbamboleandolascaderasymirandoaOliviaporúltimavezcongestoincrédulo.Acontinuación,Zacsehizoaunladoylainvitóaentrar.—Subiremosamioficina—convinoZac.EnotraocasiónLivestaríamuertadelacuriosidad,deseosadevercada

esquinayrecovecodeesacasaqueZachabíaalquiladoocomprado,aúnnolosabía.Peroenesemomento,sololeapetecíadejarlelascosasclaraseirse.—No. No hace falta que entre —lo cortó Olivia—. No quiero

molestaros.Zaclamirómuyserioyseencogiódehombros.—Comoquieras.¿Quéhacesaquí?¿Cómosabíasdóndeestaba?—Porqueaúnnohas cambiadoningunade tus contraseñas—contestó

incómoda con Zac como nunca lo había estado—. He utilizado laaplicacióndeliPhone.—Vaya —asintió—. Qué exacta es. Mis claves se han quedado muy

obsoletasypasadasdemoda.Debocambiarlas—sepasólamanoporlanuca.Liv osciló las pestañas y pensó agriamente que tenía razón. La nueva

deberíadeser«ZacodiaaLiv+».Deserasí,tambiénlaadivinaría.—Bueno.¿Quéquieres?Estabaclaroqueélteníaprisaporperderladevistayellateníaprisapor

irse.Sentíaqueallísobraba.Livmetió lamano en el interior de su bolso y de él sacó el libro de

KassZ.Sair,comosipertenecieraaotrohombreoaotrotiempo.Sequedómirandolaportadasabiendoqueibaadespedirseinclusode

esos recuerdos; tragó saliva y cogió aire para armarse de valor. Teníamuchascosasquedecirle,perolosnervioslatraicionabanyunaprofundaangustiaseatorabaensugarganta.Talveznoibaasersumejorpuestaenescena ni su mejor discurso, pero se encargaría de dejarle claros lospuntosmásimportantes.—Vengoadevolverteesto.—¿Ellibro?—preguntaZacconunasonrisaganadora.—No —Liv alzó la cabeza ante su tono maquiavélico. Entendía que

estuvierafurioso,perosufurianoeranidelargotannocivacomoladeella—.Loscuarentamileurosquemehasdejadoenelinterior.Yonolosquiero.Zacalzólasmanos.Noestabadispuestoatomarlo.—Sontuyos.Invertistemuchoenmí.Eslojustoquetelosdevuelva.—No,capullo—ledijodandounpasoadelanteyplantándoleellibroen

elcentrodelpecho.Teníaquesobreponersea laenergíaquedesprendíaél,tanparecidaaladeSair.¿Cómonoibanaparecersesieranlamismapersona?Dios,quélocura.Teníaunauramagnéticaquelaatraía,apesardelasheridasquesuaventuralehabíancausado.—¿Porquéno?—lepreguntóagresivo—.Acéptalosporlosservicios

prestados.Livelevólascejasincrédula,dibujandounarcoperfecto,yentonceslo

señalóconelíndice.—Nome vas a tratar como a una puta. Te he lavado los calzoncillos

durantemuchotiempocomoparaquemehablesasí.Zacalzólabarbilladesafiándola.—Esolohasdichotú.Noyo.—Invertímuchasesperanzasennuestromatrimonio—explicóellacon

voztemblorosa—.Eldineronomeimporta,Zac.Nuncameimportó.Loque tendríasquedevolvermees laesperanzaqueheperdidoy la ilusiónquehicistequemurieraenmí.Tuconstanteabandonocambiólascosas.Ydespués,cuandotieneslaoportunidadderesarcirmeyarreglarlo,cuando

puedes darmeuna sorpresa y recuperarme,montas la escenita deSair ymeponesaprueba.¿Sabeslocruelquehasidoeso?—Alprincipiono fueunaprueba.Fueun regalo.Perodespués,pensé

quequeríaestarsegurodeque,apesardetodo,aúnmequeríasymeerasfiel.¡Porqueyateníamisdudas!Pero...—chasqueócontralosdientesconlapuntadesulengua—.Medecepcionaste.—¿Quién decepcionó a quién primero? —se puso de puntillas para

mirarlodirectamentealosojos—.Tresaños.¡Tresesperándote!—Hay escritores superdotados, con dones y esas cosas... que escriben

librosbuenísimos enunpardemeses.Pero lamayoríade escritores, elnoventa y nueve por ciento, no tenemos esa capacidad, porque noscomemosmucholacabezaysomosparanoicos.Ustedperdone.—¡Peroesqueesanoeslacuestión,Zac!¡¿Noloentiendes?!¡Comosi

hubiesesnecesitadocincoaños!¡Te loshabríadado! ¡Perono se tratóde eso!—exclamódesesperada

conlosojosrepletosdelágrimas.Liv sacudió la cabeza y se rindió a la situación. No había nada que

salvar ahí. El desengaño era tan zahiriente que cualquier posibilidad dereconciliaciónquedabaenentredicho.Zacpermanecióensilencio,observandocómoLivsedesmoronaba,y

nofuecapazdeconsolarla.—Como sea —añadió él finalmente, con sus negros ojos

ensombrecidos y atormentados tupidos de pestañas largas y rizadas—.Eresladueñadeloscaramelosquelevantanelánimo,¿no?Tienescajasycajasatudisposición.Podrástomartelosquetedélaganayeldisgustosetepasará.—Vetealamierda,Zac.—Hacemuchoquemefuialamierdaennuestromatrimonio,Liv—se

encogiódehombros,sinemoción—.Mucho.Nohassidolaúnicaquehasufrido.Encambio,ati,siempretequedaráelrecuerdodeSair.Aquellofuelagotaquecolmóelvaso.Oliviaseapartódeél,sorbiendopor lanarizcomounaniñapequeña.

Aún sostenía el libro. Lo contempló por última vez y lo tiró al suelo,dejándose llevar por la ira.Hubiera deseado tirárselo a su apuesta cara,peronoqueríarecibirunademandaporagresión.

Eltomosedeslizóporelparqué,alaespaldadeZac,yelsobrellenodedineroemergióentresuspáginas.—Sair y tú fuisteis una mentira. No quiero tener nada que ver con

ninguno de vosotros —declaró Liv recogiéndose un mechón de pelorubio y colocándoselo detrás de la oreja—. Por mí, se acabó. Que tuabogado seponga en contacto con elmíopara agilizar cuanto antes lospapeles del divorcio. Total, no tenemos nada que queramos el uno delotro,¿no?Seráfácil.—Quiero a Caballo—espetó Zac dañino. Sabía lomucho que quería

Livasuperro,peroéltambiénloquería.Los ojos azules de Liv se oscurecieron y lomiró por debajo de sus

pestañas.—Nilosueñes.Caballoesmío.—Locompréyo.Esloúnicoquequiero.—Peronopuedescomprarsufidelidad.Caballosequedaconmigo.Ysi

tanto te importa el dinero que te gastaste en él —finalizó—, coge esesobre llenodeegoydespecho,esesobreque tehacecreerque tienes lapollamásgrande,ydescuéntalodeahí.Amarróconfuerzaelbolsocontrasucuerpoysaliódelaentradadela

casaparadirigirseconandaresdignoshastaelascensor.Allí, en el habitáculo metalizado, ya tendría la oportunidad de

desmoronarse.Mientrastanto,noibaadarleaZaclasatisfaccióndequecomprobara

lo mucho que le dolía acabar así, sintiendo que era ella quien perdía,cuando,estabaclaroqueeraZacelperdedordeaquellabatalla.Aunque en una guerra, ¿de verdad había algún ganador? No. Todos

perdían.Zacfijólosojosenlaspuertasdelascensorquesecerraban.Trasellas,

Liv ledirigíaunaúltimamiradadedesprecioydepérdida.Como si nohubieravueltaatrás.Él se obligó a tragar esa bola de rabia y desdeño hacia sí mismo, y

despuéssevolteóparamirarellibroqueestabaenelsuelo,sufriendounabandonoparecidoaldesualma.Cerródeunportazoyfuearecogerlo.Noeranada fácilparaélhacerse fuerte frenteaOlivia.Perosuamor

propioysudignidadleempujabanapelearcomounpezquehabíapicadodelanzueloyluchabaporliberarse,pordesclavarseelpunzónmetálicoydejar de sentir dolor. Zac creía que devolviendo los golpes se sentiríamejor,peroestabaequivocado.Laafliccióncontinuaba,golpeandocomounmazoinmisericordeydespiadadoquenoledabadescanso.Conel libroen lasmanos,sedirigióa lacocinade lujo,unaSchmidt

blancadeespaciosamplios,geométricos,sincajonesniranuras,yhuecosiluminadosparaeldeleitedelmásvanguardista.Sentada sobre la silla de bar que había en la barra americana, Anna

masticaba losfideosconpollo,sindejardemirarenningúnmomentoaZac,queparecíaunzombie.—Asíqueesaestumujer—dijo—.Yyaveoquenoestáisbien.Zacsaliódesuensimismamientoycentrósuatenciónenella.—No estamos en nuestro mejor momento —asintió con la boca

pequeña.—Escuriosoquenomehablarasdeellaentodoestetiempo,yqueno

medijerassiquieraqueestabascasado.—No lonecesitábais saber paraqueyo escribiera este libro.A ti y al

sellosoloosinteresabaquetodaestahistoriavieralaluz.Mitrabajoeraloúnicotrascendente.Annahizoungestodedesagrado.—Vaya, Zacari. Pensé que en todo este tiempo sería algomás que tu

editora—seremovióincómoda—.Pensabaqueéramosamigos.Séquehasido muy arriesgado para ti realizar este trabajo y que has tenido queanular a las personas que más querías para protegerlas. Pero yo nuncahabríadichonadasobretussecretos.Zacseencogiódehombrosy se sentóen labutaca, frenteaella.Con

calmasesirvió lacomidaen losbolesdecerámicarojaqueAnnahabíasacadodelosmueblesdelacocina.Despuéssacólospalillosdemaderaysedispusoacomer.Annabebióunsorbodecervezayladejóconsuavidadsobrelamesa.—Te he ayudado en todo lo que he podido. No te he presionado

demasiado en los plazos —enumeró con más suavidad—. Te ayudé abuscar esta casa después de que firmaste el contrato millonario porElSoberanismodeJudas.Te traigocomida,porquesino, túnocomerías.Y

créeme, tu cerebro necesita alimento.Y ahora entiendopor qué eres tandesastre...—¿Soyundesastre?—Sí.Porqueestáshechopolvosentimentalmente.Notienesequilibrio.—Estelibrovaaacabarconmuchascosasenestepaís.Perotambiénha

acabadoconmimatrimonio.—Elpreciodeléxito—asumiócomosifueranormal.—Nodebióserasí—susurró.Annabajó la cabezay con lapuntade lospalillos japoneses jugueteó

conlosfideos.—¿Entonces?—tanteó levantando la mirada con curiosidad—. ¿Estás

divorciándotedetumujer?¿Síono?Zactragólacomidaqueteníaenlabocayasintió.—Esoparece.—¿Y...vasaserunhombrelibre?—Librecomounpajarito—asumiósindarleimportancia.Anna se limpió las comisuras de la boca con la servilleta y medio

sonrió.—Tu mujer parece muy joven, ¿no crees? Me la imaginaba más...

sofisticada.¿Estáestudiando?Zacalzólacabezaylafulminóconlosojos.—Novoyahablardeella.Annasonrióaltivacomosinoledieravergüenzahabersidocortadade

esemodo.—Bueno, no hablemos de ella si no quieres, pajarillo. Pero sí que

tenemosquehablardelcóctelquevamosacelebrardeaquíaunasemanaporeléxitomediáticoyenventasdetulibro.—¿Ya tienes cifras? Si ha salido hoy mismo a la venta —concluyó

asombrado.—Estamosbatiendorecords.Ytodavíanohaacabadoeldía—aseguró

pomposa—.Tenemosqueprepararnosporquetulibromarcaráunaépocaen el periodismo de investigación y en la realidad novelada, Zacari—alargó su brazo y lo tomó de la mano, agitándolo con un suavemovimiento—. Formamos un equipo buenísimo, ¿no crees? Deberías

estarmuycontentoporquevasaserunmultimillonarioanónimo.Ojaláfueratanfácil,pensóagriado.—Sí—Zacsesoltódesumanocondesinterésycontinuócomiendo.—Enfin—AlverelpocoentusiasmodeZac,Annavolteólosojos—.

Ahora,hagamoslalistadelaspersonasquequieresinvitaraleventoparaquecompartanjuntoatituanónimaalegría.Zac ya había recibidomuchísimo dinero por la novela en calidad de

derechos.PeroAnnaasegurabaquelasventasibanareventarelmercado.Y sí, seguramente debería estar eufórico, pero se sentía incompleto yvacío.Noobstante,seobligóatragarselaansiedadylaamargura.Siesaera

sunuevavida,debíahacerlefrente.

Capítulo5

Estabaadquiriendounamalacostumbre:ladefaltaraltrabajocuandolerotara. Bueno, en este caso, solo sería por ese día. Pero lo necesitaba,requeríaesetiempoparaella.Livpermanecíasentadaenelbalancíndesudesoladacasa,conCaballo

estiradoasuspies.SuhogarparecíamásvacíoquenuncaahoraqueZacnoestaba.Ynolo

comprendíaporque,durantelosúltimosmeses,ellosapenashablaban,yélse encerraba en suoficina comoun ermitaño, con lo cual no compartíaapenassumismoespaciocomoparaqueellapudieraapreciarsuausencia.Y sin embargo, sentía la soledad.La pesada, triste y descorazonadora

soledad.HabíanpasadotresdíasdesdesuvisitasorpresaaláticodelaDiagonal.

En ese tiempo, Olivia había vuelto a trabajar, pues necesitaba actividadparadejardepensarensusproblemas.Desdeentonces,esperóimpacientelallamadadesuabogadoparaconfirmarlapeticiónformaldedivorcio,pero no llegó en ningún momento, señal de que Zac no había movidofichaaún.¿Esoerabuenoomalo?LociertoeraquenosepodíasacardelacabezaaAnna,aesamujerdeporcelanaqueparecíatenercontrolsobreunavida

deZacqueelladesconocíaporcompleto.¿Quiéneraesachica?Livsesentíamuyconfundidaalrespecto.Habíaqueridoeldivorcio.Apesardelomuchoqueledolíaacabarcon

suhistoriaconZac,sabíaquetardeotempranoibaatomarladecisióndedejarlo. Porque era lomejor. Porque no podía estar con un hombre tansedentario y con ambiciones poco realistas, que además no le hacía nipuñeterocaso...Yahora,despuésde todo, resultabaqueZac tenía razón.Eraunescritorexcelente,unoqueseganaríalavidasobradamentegraciasasusmanuscritos.

Pero,¿cómodemoniosibaasaberloellasinuncaledejóleernadadeloqueescribía?Zacnoeradeesosquehabíandecididoserescritorsoloporquehabíanaprendidoaescribir.Zaceraescritordepuracepa.Noeraalguienquederepenteescribíaun

libro; porque el hecho de escribir libros con principio y final no loconvertían a uno en escritor. El escritor era mucho más. Nacía. Y Zachabíanacido,sinmás.Se sentía comounaperra apaleada. Indignada.Ypara colmo, también

arrepentida.HabíatenidoaSairyaZacenelmismocuerpoysumenteracionalno

lo imaginó en ningún momento. Tenía sensaciones contradictorias, ycuandopensabaenZac,suimagensemezclabaconSairhastaelpuntodeque ambos se hacían una sola persona: una persona que ella odiaba yanhelabaapartesiguales.Paracolmo,habíasidotanestúpidadecomprarunejemplardesulibro,

ya que el que él le había regalado estaba cargado de veneno, y no leapetecíaenabsolutoaceptareseregalo traicionero,poreso lodesprecióensuvisitaylodejóalospiesdeloscaballos,juntoconloscuarentamileurosqueéllehabía«devuelto»,encompensaciónporlosañosqueellalohabíamantenido.Yahíestabaeltomonuevo,pagadodesubolsillo,reposandosobresus

piernas. Tal vez, solo tal vez, leyendo esemaldito libro podría llegar acomprendercómoeraelhombrequesehabíaperdidoentresuspáginaslosúltimostresaños;pudieraserque,sumergiéndoseentreesasplanas,laimagen difuminada de sumarido que ella tenía enmente tomara formafinalmenteysemostraratalcualera.El hombre que quiso una vez. El mismo que había hecho que casi

enloquecieraconsussecretosysusdobleidentidades.Fuera como fuese, El soberanismo de Judas había destrozado su

matrimonio,yLivestabadeseandocomprenderporquésumaridoeligióesahistoriaenvezdeaella.Setomaríaeldíalibreparadescubrirlo.Sin más, Liv se acomodó en el balancín y se dispuso a leer a su

verdaderoenemigo.CasiCapítulo, trescafés,unamantitapara laspiernas,undíaenteroy

dos sándwiches fríos que se había preparado deprisa y corriendo, Livcerróel librosabiendoquehabíaleídounaobramaestradelperiodismodeacciónyunaodaalrelatobiográficonovelado.Ylodecíaella,queenrealidadnoeraunaacérrimalectora,perosívalorabalabuenaescrituraydiscerníaentreentretenimientoeiluminación.YlaobradeZaciluminabaa los ignorantes que, como ella, no tenían ni idea de los brazosconstrictores que la corrupción en estado puro habían extendido al paíshastaestrangularloyengañarymanipularmentalmentealosciudadanos,hastaelpuntodeenfrentaracomunidadesparaqueestuvieranentretenidosen sus disputas, en vez de en lamierda en la que poco a poco todos sehundían.LahistoriadeMarco,elinfiltradoenlatramadecorrupciónnacional,

sus relaciones con los capos y los altos cargos gubernamentales, susnegociosdeedificaciónyconstrucción,asícomoel tráficodepoderdelquehacíagalaenlosjuzgadosespañoles,lahabíadejadoabrumada.LarelacióndeMarcoconsumujerPerla,quenoeraotraqueJanira,la

impactó hasta el punto que le provocó un nudo en la garganta. ElinformadordeZacysuesposalohabíanpasadorealmentemal,tantoque,tal y como él le había dicho, habían tenido que abandonar el país parasalvarsusvidas.¿YZac?Zacfueunaauténticatumba,unconfidentelealyexcepcional,

objetivoyfidedigno.Unprofesionaldelospiesalacabezaquetuvoquetrabajarenabsolutosilencio,estandoencontactocon«Marco» todas lasmañanas, mientras Olivia trabajaba, e incluso algunas noches demadrugada.PoresoZacnodormíaconellalosúltimosmeses,porquelassesiones

deskypeerannocturnasynoqueríaqueellaseenterasedenada.Sudespacho,subuhardilla,habíasidosubúnkerysurefugio.Unlugar

dondelossecretospermanecíanysoloemergíanatravésdelosdedosdeZaccuando,mecánicamente,picabanlasteclasdeltecladodesuMac.Liv se frotó losojos, secosde leer con la luzdel atardecer.Nohabía

queridodejardeleerynoleimportólapenumbraenelporchedeljardín.¿Cómoponerfinaunahistoriatanapasionante?Caballoestabadormidoasuspies,sobresucamita,queellahabíatrasladadoalporcheparaquelehicieracompañía.Continuabaanonadada.Menudo trabajohabíahechoZac,eradignode

admirar.Sumaridoseibaaconvertirenunaespeciedehéroenacional,devengador justiciero que, bajo un pseudónimo, contaba toda la verdad yseñalaba a los corruptos con un dedo instigador y una plumamordaz yrelevante.Se levantó del balancín y Caballo lo hizo con ella, relamiéndose el

hocico, sin comprender por qué su dueña se iba de ahí si estaban tan agustito.LosfocosdelanterosdeuncochecegaronparcialmenteaLiv.Ellasostuvo lamantaconunamanoyel librocon laotra.Semiróel

reloj y comprobó estupefacta que eran las diez de la noche. ¡Se habíapasadotodoeldíaleyendoynisiquierasehabíadadocuenta!¡PorDios,nisiquierahabíasacadoasuperro!Ellibroeratanadictivoquenosupoponerfrenoalalectura.Yahora…Ahorasolohacíaquepensarentodoloqueacababadedescubrirmediantesuspáginas.Elcocheparódelantedesupuerta.Livfruncióelceño.¿Quiénlaibaa

visitaraestashoras?—¿Olivia?EralavozdeAma.Habíaestadodeviajelaúltimasemana,aunqueellos

no se veían desde que tuvo el encontronazo con Zac, ahí mismo. Él lahabía llamadomuchasveces,peroaLivno leapetecíahablarconnadie,por eso no atendió ni llamadas ni mensajes de whatsapps, aunque losleyera.—Hola,Ama—losaludóconserenidad.Ama vestía de punta en blanco, como siempre. Sus ojazos azules se

fijabanenellaylamirabandearribaabajounpocoperplejo.CaballosepusoenguardiaalverquenoeraZac,ypercibiólatensión

desudueña,asíqueseencargódeprotegerlacolocándosefrenteaella.—Hola,Caballo—losaludóélamablemente.—Caballo,sit.Nopasanada—lo tranquilizóLiv acariciándole detrás

delasorejas.Elperroobedeció,aunquenosemoviódelsitio.—¿Cuándohasregresado?—preguntóOlivia.—Lleguéayerporlatarde—explicóuntantodesorientadoalveraLiv

tantranquila.

—¿Hanidobienlasnegociaciones?—Sí…EnBrasil tienenunabuenísimacampañapara losSmileys,y…

Ya está todo atado. —Ama sacudió la cabeza y la miró esperandoencontraralgunacosaenella—.Olivia…¿Estásbien?—¿Cómodices?—Novoy amencionar tus vacaciones de dos semanas que te tomaste

haceunosdías.Nielhechodequenomecogieraselteléfononiunasolavez.Peroestoymuypreocupadoporti.Mehandichoquehoynohasidoatrabajar,porquehasdichoqueestabasindispuesta.Vengoaversinecesitasalgo…—AmasubiólosescalonesdemaderaysedetuvofrenteaCaballo.Entoncesfijólosojosenellibroqueellasostenía—.Joder,¿enserio?—¿Qué?¿Quépasa?—preguntóLivextrañada.—Todoelmundoestáleyendoeselibro—loseñalaconsorpresa—.En

elaeropuertodeElPratmuchosloteníanentrelasmanos.Estetíodebedeestarforrándose.«Niteloimaginas»,pensóLivdisgustada.—Bueno —Ama eliminó el libro de la ecuación porque no le

interesaba. Solo le interesaba ella—. A lo importante. ¿Qué te pasa?¿Necesitasquetellevealmédico?—¿Almédico?Ama—Livlomiróaúnanonadada.Almédicoyasabía

ir ella sola—. Son las diez de la noche, y vienes a mi casa parapreguntarme si necesito algo… Muchas gracias, pero estoy bien, deverdad. Es solo que me dolía la tripa. Aunque ya me encuentro muchomejor.—Ahá—asintióconacidez—.¿Ymevasadecirporquérazónmehas

ignoradoentodoestetiempo?¿Onoteapetece?—Hepasadounamalaracha,Ama.Yasabesquetengoproblemascon

Zac y… —comentó avergonzada. No le contaría a nadie los detallesescabrosos de su relación, y menos a él—, y bueno, he tenido muchaansiedadynecesitabaalejarmeparaverlascosasdesdeotraperspectiva.Amasecruzódebrazosylamiródearribaabajo.Sumiradaclaracentelleóentrelaoscuridad.

—Entiendo…Pensabaqueéramoscolegas.—Losomos.—No.Losamigossecuentanesascosas.LedíunpuñetazoaZacporti.—Yesonoestuvobien.Necesitabatiempoparaanalizarlotodo.Amanoencajódemasiadobienesarespuesta.—¿YZacyanovivecontigo?—preguntóconundejedeesperanza—.

NohayrastrodesuJeepviejoycantón.NoestáalladodetuMiniRover—señalóconlabarbilla.Yeraverdad.ElJeepWranglerdeZacyanoestabaahí.Comotampoco

lo estaba él. De hecho, su diminuto coche parecía abandonado bajo elporchedemaderasinelJeepquelocustodiabacomounprotector.AOlivianoledisgustabaesecoche.Eraunvehículoparapersonascon

muchapersonalidadyseguridad,yZaceraunadeellas.Además,ledabaunairemuysexyyauténtico.—No.Élyanoestáaquí—asumióseria.Amadiounpasohaciaella,ysurostroentrepenumbrasnoexpresaba

nicompasiónnipena,másbientodolocontrario.—¿Porfinhastomadoladecisión?¿Porfinlodejas?Olivianosabíadondemirar,porquelascosasnohabíanidoasí.Noera

ella quien lo había dejado al final. Era él quien le había exigido eldivorcio.YLivyanosabíacómosentirsealrespecto,loúnicoquereconocíade

toda aquella aleación de sensaciones que la sacudían era el vacío, quellenabadevezencuandoconira,yotrasveces,contristeza.—Noshemostomadountiempo—confesó.Noqueríadecir envozaltaque se ibanadivorciar,yno se loquería

deciraél,aAma.Porque,aunquelodisimulase,ellanoeratontayestabaclaro que ese hombre tenía un interés en ella que sobrepasaba el de lameraamistad.Ynoqueríamalosentendidos.Él siempre había sido atento, siempre estuvo ahí para sacarle una

sonrisaoparaanimarla.Sinembargo,susatencioneserancadavezmássignificativas,ysiLivcontinuabaaceptandotodoloquevinieradeél,alfinal,seencontraríaenunasituaciónincómoda.Ama sonrió como un diablo y se colocó las manos en los bolsillos

delanteros,meciéndosehaciadelanteyhaciadetrás.—¿Quieresquemañanahagamosalgoespecial?—¿Qué?—Olivianose lopodíacreer—.Ama,¿nomehasoído?No

estoyparasalidasniparafiestas.—Livi, no voy a estar aquí mordiéndome la lengua y teniéndote

compasióncomotodoelmundo.Creoqueesloúltimoquenecesitas.Oliviaabrióycerrólabocacomounpez.Nosabíaquédecir.—Nomeapetecedemasiado—reconoció.—Noseassiesa,Liv—protestóélseñalandoel libro—.¿Yquéharás?

¿Regodearteentutristezaleyendolibrosquesonparacortarselasvenas?—Estenoesunlibrodeesos…Dehecho—señalóalzandolabarbilla

—, creo que te iría bien leerlo, patán, para que aprendas un poco depolíticayveashastaquépuntolacorrupciónycadaunadetusdecisionesestánguiadasporlosdearriba.Aunquecreasqueeresunpajarillolibre.Amadorseechóareír.—Amíesonome interesamientrasnomesalpique.Tengouncoche,

unacasapagada,unatorreyhagoloquemedalagana—leguiñóunojo—.Solomehacefaltaunamujerparapodercompartirtodamisuerte.—¿Enserio?—dijoLivnadaimpresionada—.Eresunpresuntuoso.—Esbroma,tonta.—Ya.Seguro—recogiólamantayladoblósobresuantebrazo—.Ama,

deverdad,notepreocupes.Estoybien.Mañananosveremoseneltrabajo.—¿Yelsábado?—¿Elsábado?—Sí —la miró como si estuviera loca—. El sábado la gente sale a

cenar, o al cine, o las dos cosas.O nos vamos a dar unos bailoteos—arqueólascejasrubiasconpresunción.—¿Esquetúnotecansas?Amaserioensucara.—Liv, joder. Tienes que distraerte. ¡Vamos! Piénsatelo —le pidió al

tiempoqueretrocedióybajabalasescaleras—.¿Lopensarás?—caminabahaciaatráscomoloscangrejos,sinperderladevista.—Sí,lopensaré.Tencuidadootevasacaer—leadvirtió.Pero Ama sonrió de oreja a oreja y esquivó con habilidad una

antorchita colocada en los laterales del caminito de piedra que llevaba

desdeelporchehastalasalida.—Perfecto, rubia. Hasta mañana —Ama salió de la casa silbando,

satisfechoconsigomismo,comosihubieraconseguidoloqueacababadeproponerse.Liv entró en su hogar y cuando cerró la puerta, se apoyó en ella.

Entonces,pensativa,abrióellibroparareleerlaintroduccióndeeste.«Loshumanossomosincapacesdemoverundedopornada,anoserque ese nada golpee nuestro propio tejado. Pero si todos fuéramosigualdeegoístas,estanovelaquetienesenlasmanosnuncahubieraexistido.Trata sobre héroes y villanos, y sobre cómo todos los demásdebemos despertar de nuestro letargo para ayudar a decantar labalanza de su eterna lucha. Y sin una información correcta, nopodemoshacerlo.No tengopretensionesdehéroe,nunca las tuve,peromeconsideroun facilitador. Yo os facilito las herramientas para que juzguéisvosotrosmismos la verdad, a sabiendas de que la verdad nunca sejuzga, y que la única premisa que debemos seguir es que, si noactuamos, losvillanosganaránycelebrarán suvictoria riéndosedetodosnosotros».

Aquellanoche,LivsemetióenlacamapensandoqueZacteníamuchoque perder al escribir ese libro, y con todo y con eso, decidió hacer locorrectoydar la carapara contarunaverdadque losdemás, egoístasycómodosensuignorancia,nuncaquisieronver.Ysilovieron,hicieronlavistagorda.Porque, talycomohabíadichoAma,aélno le afectabaennada.Esa era ladiferenciaquehabía entreZacyAma.Zac fuevaliente.Un

héroeanónimo.ElNacionalPara Olivia, la semana había transcurrido bajo el impacto de haber

leídolanoveladeZac.Sedescubríacadamañanapensandoenlahazañadesutodavíamarido,

un hombre que no conocía tan bien como ella creía, y que habíasorprendidoapropiosyextrañosconsuhabilidadocultaysuexhaustivainformación.

Salía en los telediarios, en las cuñas de las radios, habían escaparatesdedicadosexclusivamenteasulibroenlaslibrerías.Era un éxito. Sair, ese personaje ficticio con el que ella tuvo una

aventura, se había erigido como la voz del bien, la voz de laanticorrupción,yelhechodeescucharsunombreacasicadamomentoenboca de informadores, locutores, políticos crispados, o en ciudadanos apiedecalle,solocertificabaunaverdad:suaventuraconSairhabíasidoreal.Sairexistió.Zachabíasidorealentonces.Yesoledolía.LedolíasaberqueZaclediotantaentregaytantapasión,

enpocosdías.Dehecho,leentregótodoloquenoledioentresaños.Éllapusoaprueba.Lediounfalsoregalorellenodeveneno.Primeroledijoquequeríaregalarlesupersonajedenovelaromántica,

su historia de amor. Aunque, después, la treta le sirviera para tantearla,para comprobar si, después de tanto tiempo abandonada, ella lo seguíaqueriendo.Laenfurecíasaberqueeseeraelmóbil.Deregalonada.Habíasidounasoberanaputada.YenesocoincidíanFinayTere, por finhabían llegadoaunacuerdo

entreellas.Zacpodríahabersedejadodemisteriosyhaberlehechootrotipoderegalo,perosinmáscarasniantifaces.—AnoserqueZactetuvieramiedoynosupierahacerlodeotromodo

—dijoFina.—¿Miedodemí?—preguntóLivconfusa.—Túyahabíasamagadovariasvecesconlaconversaciónpendiente,y

esehombrenoestonto,Liv—señalaFina—.«Eltenemosquehablar»essinónimode «se acabó».Así que utilizó su disfraz para acercarse a ti ymostrarteloqueteperdíasencasodequelodejaras.Con la cabeza un poco más fría, Olivia pensaba igual. Pero eso no

quitabaquelaartimañahubierasidocrueleinjusta.—Bueno,yosigocreyendoquehayotrasformasdehacercambiarde

opinióna tumujer.Oliviano secomeanadie,pudohaberseacercadoaella de otramanera—insistió Tere disfrutando de su sorbete de limón.Estabanyaenlospostres—.¿Verdad?Liv carraspeó y se removió inquieta.Muchas cosas despertaban en su

interioresosdíasylallevabanaotraconcienciamenossubjetivadeloquehabíasidosumatrimonio.¿Deverdadellahabíasidotanaccesibleconél?

¿Deverdadlepusolascosastanfácilespararecuperarlacomoellacreía?Yaempezabaadudarde todo. ¿Cuándodecidió tirar la toalla respectoaZac?—¿Liv?—volvióapreguntarTereinteresada.En el momento en el que Olivia iba a contestar con sinceridad, un

mensajero que ella ya conocía y al que vio por primera vez cuandorecibiólaprimeracartadeSair,secolocóasulado.Llevabaunamisiva.Unsobreblancoenlasmanos.—¿EsustedOlivia?—Otravezno…—susurróellaante lamiradaatónitadelchico—.Sí,

soyyo—contestóellaconunrepentinonudoenelestómago.—Estoesparausted.El joven leofrecióel sobre,queLiv tomónosin reparos.¿Dequé le

sonaba todo aquello? ¿Debía aceptarmás notas clandestinas teniendo encuentacómosaliósuaventura?—¿Dequiénes?—quisosabertemerosa.—Nopuedodecírselo, señora. Soy solo unmensajero—se excusó el

chico.Despuésdequeella firmara laentrega,Liv sequedómirandoaquella

carta,condedostemblorososeinseguros.Talvezeraloqueellaesperaba:unacitaciónformaldedivorcio,cosa

queleextrañabaporque,queellasupiera,losabogadosdecadaunonosehabíanpuestoencontacto.—Hazelfavordeabrirlamalditacarta—laanimóTereintranquila—.

Noalarguesmáslaintriga.—Nosésiquiero—murmuróella.Aunquealfinal,lohizoporquelacuriosidadlamataba.Delinteriordelsobresacóunatarjetadorada.Unainvitación.Está invitadaal exclusivocóctel que se celebrará este sábadoa las21.30henelhotel1989conmotivodeléxitode«El soberanismodeJudas».Serequiereetiquetaypuedetraeracompañante.Atentamente,EdicionesLaureus

—¿ElSoberanismodeJudas?—preguntóTere—.Eseesellibroquemeestoyleyendo—murmuraalgoconfusa—.¿Quétienesquevertúconeselibro?Que,porcierto,yaescasualidadqueeltiposellameKassZ.Sair…—Bah,essolounacoincidencia—dijoFina.—Enunmesheoídoesenombreyaunmontóndeveces—agrandólos

ojosy tomódelantebrazoaOlivia—.¿¡Te imaginasquefueraZac?!¿Yqueeltíoescribieraasídebien?TereyFinasemondarondelarisa.—Sí, ¡¿qué tontería verdad?!—rió Olivia nerviosa—. Sea como sea,

Zachavendidolosderechosdesulibrodelqueaúndesconozcoeltítulo—mintió.Estabahartadementir,perodecirlaverdaderainnegociable—.Tampocodebedehacerlotanmal.NiFinaniTeresabríanqueKassZ.SaireraZac.TalvezpensabanqueSaireraunnombrecomún,quenoloera,perono

sospechaban que sumarido era el autor de la novela del momento. Noataron cabos, aunque, con el tiempo no tardarían en sospecharlo. Perohasta que ellas no lo intuyeran o no lo señalaran, Liv no diría nada enabsoluto, y más conociendo el celo y el riesgo que suponía revelar laidentidaddelautor.Nolopondríaenpeligro.—Hadebidotenermuchasuerte—susurróTerepensativa—.¿Creesque

ZachafichadotambiénporLaureus?¿Tehamencionadolaeditorialquevaapublicarsulibro?Seinventóloprimeroquelevinoalacabeza.teníaqueimprovisar.—Nome lo ha dicho. Pero, Zac y yo estábamos afiliados a lasNews

Lettersde laeditorialy siemprecomprábamos librosonline…—sonriónerviosa,mirandolatarjeta—.Bueno,yono.Él.—Contudinero—aclaróTere.—Sí.—Seguramente, al ser una de sus mejores clientas, han decidido

invitarme —arguyó intentando parecer todo lo convencida que, enrealidad,noestaba.—¿Y por qué te han traído aquí la invitación? Este ha sido Zac —

vaticinóTere—.Quehabrárecibidotuinvitaciónporcorreo,ytelahabráenviado así para reírse de ti otra vez —musitó Tere desaprobando tal

acción.—Esosongilipolleces—dijoFina—.Talvezleestépidiendoquevaya.

Porqueélvaair—imaginóFina—.Comosiquisieraquesevolvieranaverallí—añadiósoñadora—,comoenunatragediagriega.Olivia se queríamorir.Nopodía decirle a sus amigasquién eraSair,

porque la identidad de Zac debía mantenerse por siempre en el másabsolutoanonimato.Eraunacuestióndeseguridad.Zac era un escritor de éxito, posiblemente el más relevante de las

últimasdécadas.¿Yella?¿Quéeraella?¿Quiénera?Unamujerdueñadeunaempresadecaramelosparalafelicidadyque

teníaelcorazóndestrozado.Esoera.¿Porquédiantressentíaculpabilidad?¿Porqué?Élselahabíajugado,

peroeraaellaaquienlepesabalaconciencia.—¿Sabesquéharíayo?—dijoTereentrecerrandolosojos.—¿Qué?—quisosaberOlivia.—Iría a la fiestecita de esta editorial con Ama. Si Zac va a estar ahí

comotodopareceindicar,yoiríaconelrubio.ParaqueZacvealoquesehaperdido.MepondríasupulseritadeThomasSabo,mepondríaguapaarabiar,comotúeres,yledaríalaestocadafinalalgandulparaqueveaquesujugarretalehasalidomuycara.—Esoesmuycruel.Lovasadejardepastadeboniato—apuntóFina

acabándose el sorbete de limón de Tere—. Lo siento, pero tengo unhambredemildemonios.Necesitoazúcar—seexcusóantelasonrisadeasombrodesuamiga.—Menudoembarazomásglotóntienes—Tereseechóareír.Oliviacarraspeóymeditótodaslasposibilidades.Amaestabadeseando

salirconella,yellaestabadeseandoaceptareldesafíodeZac.Porquelainvitacióneraloqueera:undesafío.Acababadelanzarleelguantedenuevo.Yellalotomaría.Porquepodíaser laperdedorade todaaquellaaventura,peronosería

unaperdedorasinorgullonidignidad.SiZacqueríaverla,lavería.

Capítulo6

La nuez de Ama se movió de arriba abajo en cuanto vio aparecer aOliviasaliendodelapuertadesucasa.Ella sonrió un tanto avergonzada. Se había vestido así precisamente

paraquetodaslasmiradasdeesanocherecalaranenella,ensupersona.Quería que Zac no pudiera dejar de vigilarla, que incluso el vestido

rojoylargo,quedelineabasuscurvascomounguanteyalzabasubustodemanerasinuosa,llamarasuatenciónanivelesinconscientes.Sehabía recogidoelpelo enunmoñobajo.Dosbrillantes adornaban

susorejascoquetamente.Suslabioslucíansensualesyborgoñas,igualquesusuñas.Unasombraoscuraenmarcabasusojosgatunosdelineadosconunapotentelíneanegra.En lamano derecha cargaba con un bolso plano demanoYves Saint

Laurent,yenelcuello,enelhuecodelaclavícula,reposabaundiamanteaconjuntoconlospendientes.Peroloquemáslavestíaerasuperfume.Elperfumeexclusivoquele

regaló Zac y que provocó que Ama cerrara los ojos con disimulo,afectadoporsuaromaalinhalarlo.—Estásespectacular—ledijoAmaabriéndolelapuertadelcopilotode

suAudiTT.—Gracias—asintióOlivia—.Tútampocoestásnadamal.—Gracias.Oliviaentróenelcochedemanerarecatada.Unavezdentro,agarróel

bolsitocondosmanosylasdescansósobresusmuslos.—¿Has estado alguna vez en el hotel 1989? —le preguntó Ama al

tiempoquearrancabaeldeportivo.Olivialomiródereojo.¿Quesihabíaestado?Conocíalasuitecolonial

alaperfección.—Sí—fueloúnicoquelecontestó.Nolecontaríajamáselaffaireque

vivióconsupropiomarido.—Heoídoqueesmuyseñorial.—Loes—aseguró.—Seacomosea—Amalamiródefrenteyesperóaqueellahicieralo

mismo—.Mehaagradadoquemeinvitarasaestecóctel.—Noesnada.—Nosabíaqueerastanamantedelaliteratura.—Megusta—contestódisimuladamente.—Esoesbueno.Porsisemeolvidadecírtelo—sonriópirata—.Melo

hepasadomuybienestanoche.Sí.Eraunaduladorysabíacómoagradar.Olivia se tocó el anular, que ahora parecía desnudo sin el anillo de

casada, mientras pensaba lo mucho que le gustaría aclarar sus ideas ycomprenderseasímisma.Loúnicoquesabíaacienciacierta,eraloquemenoslegustabaenesos

instantes:quesumatrimoniosehabíaacabado.Yque,posiblemente,enesanochetodoacabaríadefinitivamenteencuantoZaclavieraconAma.Aunque,sisemolestabamucho,¿noquerríadecirqueaúnlaquería?ZacescuchabaaAnnaatentamentemientrasellaseñalabaacadaunade

las personas que entraban en el salón del hotel para explicarles quiéneseranyenquémediostrabajaban.Él intentaba memorizar cada nombre y apellido. Habían muchos

invitados al evento, y como no podía revelar su pseudónimo, sepresentabacomoZach,ysededicóaobservaryagrabarcadarostroensumente. Pero su cabeza no estaba para esos trotes. Era curioso como,rodeadodetantísimagente,sesentíatansolo.—Hanvenidorepresentantesdelpartidopolítico«Laoposición»—leexplicabaAnna—.Tulibrohaabierto laspuertas

deunposiblecambio,Zac.¿Noestásorgulloso?—Sí —contestó él con una copa de champán en la mano, bebiendo

desinteresadamente. Lo cierto era que se sentía extraño. Su libro habíaprovocadounsismonosoloenelpaís,sinoensuvidaprivada.—Mira, Zac, atiende—le dijo su editora con disimulo—. Ese gordo

calvoqueacabadeentrar,eseldueñodelaproductoraGerónimo.Ladeal

lado es sumujer, Chelo, que tienemás cuernos que un ciervo. Todo elmundo aquí sabe que es un putero…pero escupe billetes lilas. Este nosinteresa—leguiñóunojoy losaludódesdela lejanía—.Esposiblequeesté interesado en comprar los derechos audiovisuales de tu libro —explicabalamorenaentredientes,sinperderlasonrisa,conunaemociónquehastaahoraZacnuncahabíavistoenella—.¿Tedascuenta?—lomiróestavez.Zacbajólacabezaparacontemplarla.Sueditoravestíaunvestidonegrocortoquebailabasobresusrodillas.

Llevaba el pelo suelto y lacio y los labiosmuy rojos. El tacón la hacíaparecermásaltadeloqueenrealidadera.Yeramuyguapayexuberante,yZacnoeratantontocomoparanosaberqueelinterésdeellahaciaéleraalgomuchomásquemeraprofesionalidad.Legustabasumaneradeseryelarrojoqueteníaenelmundoeditorial,

llenodetiburonesypecesgordosconlosqueAnnaluchabaadiario.Suvalentíaeraadmirable.Aligualquesucompetencia.Pero había algo en Anna que no le gustaba: era capaz de pasar por

encima de quien fuera con tal de conseguir su propósito. Le faltabadulzura y compasión. Le faltaban cosas que a él le encantaban en unamujer.Cosasqueteníasu…—Mira,yestaparejaqueacabandeentrarahora…—Annafruncióel

ceño—.Estosson…¿Estosquiénes…?¿Esachica…?—laeditoraesperóaqueelrecuerdolailuminara,hastaquesequedósinpalabras—.Joder…Nomelopuedocreer.Zacdesviólamiradaalaentradadelsalóncomedor,abiertoahorapor

completo y vacío de sillas; dispersadas estratégicamente, unmontón demesasaltasconcanapésybarralibrealfondo,moteabanlaestancia.Cuando sus ojos la vieron, algo en él se activó. Puede que fuera el

dolor, laemoción, lapena…O,simplemente,quelabellezayladulzurade Liv eclipsaba a la de cualquiera e iluminaba aquella sala atestada dehombresricoymediosdecomunicaciónqueapestabanainterésydinero.Estabatanhermosaquehastadolíaverla.Yhabíaaceptadosuinvitación.—¿Esa chica no es… tu mujer? —dijo Anna bebiendo la copa de

champándegolpe.

Zacnocontestó.Sí.Erasumujer.Yacaparabatodaslasmiradasdelosasistentes.Eranormal:Livdeslumbrabasinmás,tuvieraonotuvieraesaintención.La gente que entendía sobre belleza e impactos, lo llamaban «ángel».

Sinduda,Oliviateníamuchodeeso.Esperóaqueellalevantaralacabezayloviera.Yesohizo.Sealegróal

comprobarqueelradarqueambosteníanparadetectarseyencontrarseenlugaresrepletosdepersonas,aúnfuncionaba.Comoeldíaqueseconocieron.Enunconcierto.Susojossecruzarony

sesonrieronalavez,reconociéndosealinstante,deunmodoqueparecíaquesehubieranestadobuscandodesdelaeternidad.Como en esemomento. PeroZac no esperaba queLiv viniera con el

oportunistadeAma.Dehecho,aúnteníaganasdereventarlelacaraaeseengreído,ymásaúncuandovioelmodoenqueelrubioposabasumanoenlapartebajadelaespaldadesutodavíamujer.En ese instante, Zac dejó de escuchar a Anna, el sonido ambiente, la

músicadelasala…Paracentrarsesoloenelrugidodesuamorpropio,ydelaafrentaquesufríaporqueLiviasistieraaleventoconotrohombredeacompañante.PorqueLivi,además,no llevabayasualianzadecasada,yencambio, sí relucía lapulseradeabaloriosque lehabíaobsequiadosucomercial interesado y enchufado. El mismo hombre que le habíagolpeadoensupropiacasayquehabíahechoqueélsefuera.Semoríadelarabia.¿PorquéLivseloteníaquepasarporlacara?Livloatisbócomosiemprehacía.Noimportabacuántagenteleprivara

lavisión.SisetratabadelocalizaraZac,susojosbarríanrápidolazonahastaque,atraídosporsuoscuromagnetismo,seposabanenél.Ellaparpadeósorprendidaalcaptar todasuatención.Losojosnegros

de Zac la repasaron de arriba abajo hasta traspasarla y desnudarla encuerpoyalma.Noparecíacontento.—Oye,¿quéhaceahíZac?—lepreguntóAmaaloído,acercándosemás

delacuenta—.¿Sabíasqueibaaestaraquí?—No.Noteníaniidea—mintió.—Ah...Entonces,vamosasaludarle—laanimóAma—.Yanoshavisto.

Serádivertido.Aquellonoeraunabuenaidea.Ytampocolegustó.—Compórtate,Ama.Eracuriosocómolasemocionescambiabandeundíaparaelotro.Oliviahabíapasadodeladesidia,ladecepciónyladesilusióndeverse

en unmatrimonio sin futuro, a vislumbrar a su todavíamarido y sentirdolorypérdida.¿Porqué?¿Porqué,sihabíatenidotanclarodivorciarsedeélyhabía

percibido su vida marital como una causa por la que no valía la penaluchar,ledolíatantoveraZac?¿Porquépodíasentirconunalaceranteexactitudcómosesentíaél?Zacestaba rodeadodegente,peroen realidad,parecía sentirse soloy

desubicado.Hasta que la vio. Entonces, toda esa soledad se convirtió en fuego

furiosoydespechado.YlallamaradasehizomásgrandealveraAmaconella.En un principio, le había parecido buena idea asistir al evento de su

libroconAma.EsorepatearíamuchoaZac,ylaayudaríaaredimirseporlaafrentadelengañosufridoconSair.Necesitabasentirsemejor,vengarseunpoco.QueríaqueZacvieraque

ellapodíaserfelizsinél,quenoleibanafaltaroportunidades.Peroahora,alverle,noestabaorgullosadesuidea.¿Dequiénsevengaba?¿Porquéestabatanfuriosa?¿Conquién?¿Con

él?¿Conlavida?¿Conellamisma?Cualquiercosaeramejorquesentirse tanextraviaday fuerade lugar,

asíquetomóunacopadechampánqueservíauncamareroenunabandeja,yselabebiódegolpe.—Vaya—dijoAmaasombrado—.¿Tevasaemborrachar?Ellaninegóniafirmó.Necesitabareplegarvalorparamirarlealacara

yenfrentarsealamujerqueloacompañaba.Porqueesamujer,derepente,lahacíasentirseinsegura.Eramuybellaymordía.Aunque Livi esa noche estaba deslumbrante, el saber que Zac quería

divorciarse de ella y que estaba tan en contacto con una mujer que,probablemente,habíasabidodesdeelprincipioaloquesehabíadedicado

enesosúltimos tres años,despertabaenellaun sentimiento irresolutoyvacilante.Los dos rubios se detuvieron frente a los dos morenos. Las parejas

estaban intercambiadasy equivocadasy la situación era tanviolenta queOliviameditódarsemediavueltaysalirdeahícorriendo.Noobstante,no ibaa escapar conel raboentre laspiernas.Zachabía

tenidolaosadíadeinvitarla.Yellahabíatomadoelguante.Ahíestaba.—Hola,Zac—losaludóOliviamástiesaqueunapalo.—Olivia—asintiócomouncaballeroalqueladamanoleimportabalo

másmínimo.Perosuposerígidalodelataba.Anna sonrió por encima de su copa de champán, acercándose

conscientementealcuerpodeZac.Carraspeó.Zaclaadvirtióydecidiópresentarla:—EstaesAnna.Mieditora—aclaró.Oliviaentrecerrólosojosperocuidómuchodenodemostrarsuhastío

alveraesamujerdenuevo.—¿Tueditora?—AmamiróaLivydespuésaZac—.¿Esquedeverdad

tevanaeditar tu libro?—el rubiosonriócon inquina, sabiendoqueesecomentarioestabahechoparareírsedeél—.¿Túlosabías,Liv?Ella se removió incómoda. No le gustó aquel tono desafinate e

irrisorio,porqueellanopodíadecirlequiéneraZacniqueesecóctelsehabía hecho en honor a su libro. En ese momento, le habría gustadodecirloenvozaltaycallar alpomposodeAmadorqueenocasiones sepasabadearrogante.—Hola,nonoshanpresentado—intervinoAnnamirandoaAma—.Sí.

Soysuamigaysueditora.Amalaobservóadmirandosubellezamorena.—Hola,yosoyAma.—¿Ama?¿CómoeldeLaqueseavecina?Esperoquenovengasadar

salami por aquí, ya ves que este es un sitio con clase y no queremos agarrulos.Olivia sonrió disimuladamente. Le había hecho gracia, Ama se lo

merecíaporquerersertanbeligeranteconZac.

Unticaparecióenellabiodelrubio,ydespuéssonrió.—Nodebestenermuybuenojo—intentóbromearAma.—¿Aquéterefieres?—quisosaberAnna.—VasaeditarleunlibroaZacarías.Zacsemantuvoalmargenenesaconversación.Noqueríasabernadade

Ama y para él era mejor ignorarlo. Olivia lo comprendía y no podíaculparleporello.—Oh,siesporeso,entoncestengounavistadelince.Amasesorprendióantelarespuesta.—Zac tiene un talento inaudito y estoy convencida de que su libro,

cuandosalga,seráunéxito—AnnasonrióaZacconseguridadeidolatría.Olivia se hacía cruces de todo. Estabanmintiendo los tres. Fingiendo

que Zac no era el autor del éxito literario más sonado de los últimostiempos.Nadiedebíasaberlo,Amaniseloolía.Liv cada vez eramás consciente de la importancia de la figura de su

marido dentro delmundo de la literatura. Pero él no podía dar la cara,porquehabíapreferido laseguridadpropiaydesu familia,alestrellato.Sulibrodesenmascarabaalosdemonios,yélnoibaavendersualmanisupielporellos.—Puesfelicidades,Zac—dijoAma—.Lostresañossindarunpaloal

aguaydedicándotea fantaseary soloa escribir,pareceque tehandadoresultado — sus dientes blancos destellaron con malicia—. Tienes queestar cachondo con todo esto, ¿eh?—miró alrededor—. Seguro que teimaginasquetu librovayaa tenerelmismoéxitoqueeste tío…KassZ.Sair. Joder—riódesupropiochiste—.Lahasengañadobien.Losientoporti,Anna—sentenciórefiriéndoseasueditora.—Ama,yaestábien—locensuróOliviaasombrada.¿Eraimbéciloqué

lepasaba?Lasituacióneramuy incómodacomoparaecharlemás leñaal fuego.

AmaqueríaaprovecharlaparahumillaraZacantesueditora.Loquenosabía su acompañante era que, en realidad, era él quien se ponía enevidencia—.Losientomucho—seexcusómirandoaZac.Peroesteseguíaensilencio,paciente,guapoyelegante.Noteníannadaqueverelunoconelotro.AlladodeZac,Amaseestaba

comportandocomounmezquinochuloyprepotentesineducación.

—¿Sabesquépasa,Ama?—Annaeleganteymuydesafiantelofulminócon sus ojos oscurecidos—. Que hay personas que en tres años seríanincapacesdeponerseaescribirnada,porquenotienennadaquecontar.Suvidaesasídetriste.Paramí—sellevóunamanoairadaalpecho—,tienemuchomásméritoserconstanteenalgoquemotiveyestimulelacabezademiles ymiles de personas, que ganarse la vida… ¿cómo?Ah, sí—chasqueó con la lengua—. ¿Vendiendo caramelos placebo? ¿A eso tededicas,Olivia?—Nosoncaramelosplacebo—intervinoOliviaofendida—.Siguenuna

fórmulaquímicaquefunciona.Novendemoshumo,señora.—Señorita—aclaróAnnaconfalsedad.Seencogiódehombros.Nole

importaba su respuesta, solo dar una lección a Ama e indirectamentesalpicaraLiv—.Comosea,guapa.EllibrodeZacesbueno.Y,ahora,sinosdisculpas,tengoquepresentaramifuturoautoragentequesívalgalapena —Anna tomó del brazo a su escritor y los apartó de ellos—.Encantada de saludarte, Olivia. Por cierto—añadió cuando ya la habíapasadodelargo—,tequedamuybienelmaquillajeenlacara.Ella rechinó los dientes y dejó que Zac y su arrogante editora se

apartarandesulado.LociertoeraquepreferíaqueZacestuvieraalejadode Ama, porque aquella era su noche, y no se merecía que su pedantecarabinaleatacarapornada.SialguienteníaquedecirlealgoaZacseríaella.Nadiemás.Yentodo

caso,aquellanoeralamejorocasión.—Estosdosseacuestan—soltóAmapegándoseaLiv.Ella lomiró por encima del hombro y deseó darle un puñetazo, por

cómo se estaba comportando.Aunque su puntilla plantó la semilla de ladudaensuinterior.¿Annaerasolosueditoraoquerríaseralgomás?¿Ysiyaloeran?Laideanolegustabanada.—¿Aquéhavenidoeso,Ama?—loencaródegolpe.—¿Elqué?—fingiónosaberdeloquelehablaba.—Notienesquecomportartecomouncapullo,¿sabes?—Ah,vengaya…—nisiquieraparecíaarrepentido—.Liv,esetíonote

ha valorado en los años que ha estado encerrado en la buhardillaescribiendolamierdaqueseaquehayaescrito.

—Nohables con tan poco respeto—le pidió—.Ha sido su trabajo y,por lo visto, no lo ha hecho nadamal para que Laureus le publique ellibro.Almargendecómosehayaportadoconmigo,Zachasidosiempreunexcelenteperiodistayparecequetambiénesbuenescritor.—ZacnuncaseráunKassZ.Sair…Nohablesdeélcomosi lofuera.

Esosolopasaunavezen lavida,paraunelegido.YZacesunfantasmacon pretensiones de best seller. Un fantasma que no vio la maravillosamujer que tenía delante —dijo en voz baja, acercándose a ella—. Sinembargo,notodossomoscomoél.Yosíteveo,Liv.Olivia tragó salivaymarcódistancia conAma,que se jactóalver su

nerviosismo.—No te preocupes, rubia.No voy a comerte.Almenos, aquí no—le

guiñóunojo—.Demasiadagente.—Cortaelrollo,gigoló.—Porcierto,mipulseratequedademaravilla—asintiósatisfecho.Livcallóy la frotó insegura.Noeraadecuado llevar lapulsera.Se la

habíapuestoparaprovocaraZac,noparaagradaraAma.Dios. Necesitaba desaparecer aunque fuera un momento. Tenía que

aclarar sus ideas y descubrir cuál era el verdadero motivo de que ellaestuvieraahíesanoche.¿Quéintenciónhabía tenidoZacal invitarla?¿Yconquéintenciónveníaellaalaceptarlainvitación?¿Era solo una batalla para demostrar que el uno estaba mejor sin el

otro?¿Eraeso?¿Alardeardeltrofeoqueteníanallado?Quéridículotodo…—Discúlpameunmomento,Ama—adujodisimulando—.Necesitoiral

tocador.—Claro—contestó él mirándola penetrantemente—. Te esperaré con

unacopadechampán.PeroLivdesaparecióentrelamultitudyseperdióporlasala,porquelo

últimoquequeríaeraversupropioreflejoenelespejo.Noeraesalamujerquequeríaser.Noeravengativa,nisoberbia,ni…

Sacabaunclavoconotro.Noqueríadaresaimagen.

Capítulo7

Desde uno de los balcones del hotel, Olivia permitía que la brisarefrescara su acalorado rostro. Lo alzaba al cielo, con ojos cerrados,sosteniendosuavementeunacopadecavaen lamano,apoyadademodoabandonadosobrelabalaustradadepiedra.SinAmas,niAnnas...Soloellaylasoledad.Demasiadatensión,muchos

nervios.Yapesardetodo,veraZacenaquelámbitolahacíasentirseorgullosa

deél.PorqueeraZac.Ylohabíaconseguido.Sulibroeraexcelente,nohabíamás.Perodetrásdesuesfuerzo,detrás

de cada palabra, se le debía reconocer el titánico valor mostrado paradedicarse a él con tanto ahíncoy dedicacióny hablar de unaverdad tanincómoda que había puesto en riesgo su vida. Por eso era tan buenperiodista. Porque primaba la información para todos antes que subienestar.Aunqueesolehubiesehechodañoaellacolateralmente.Noobstante,unaobracomoaquelladebíaestarporencimadetodo.Los

grandeslogrosconllevabangrandessacrificios.Ahoraloentendía.Tanta gente importante en el coctel, tantos políticos, periodistas...

Todos,sinexcepción,queríanestarahí,apesardedesconoceralautordellibro,porquequeríanformarpartedelalabordeaquelhéroe:sumarido.Peronadie,soloél,Zac,eraresponsabledesuéxito.Ahora,quenadieseposicionaraasuladonisacarapechodiciendoque

siempre lo apoyó, porque no era cierto. Ella, por ejemplo, no lo haría,porque la verdad fuequeno supo confiar en él ni apoyarle.Por esonocreíamerecerunafotoasuladonisacarpechodenada.Zaclohizotodosolodesdeelretirodesubuhardilla.Loconsiguiósinella,ynoporquelaapartara, que lo hizo, sino porque ella tampoco supo insistir einvolucrarse.Livsetocóeldedodesnudo,sinsualianza,yseviomásdesprotegida

quenunca.

¿Quéestabahaciendoconsuvida?¿Quéquería?Deslizó lamiradahaciaabajo,donde loscoches ibanyveníanenLas

Ramblas.A esas horas todos regresaban a casa. Se sintió celosa de esaspersonasquesívolvíanasuhogar,dondeelcalordesusseresqueridoslesreconfortaríadespuésdeunarduodíadetrabajo.Otalvezno,talvezno tendrían una buena situación en casa, pero al menos, sabían dondeteníanqueiryaquélugarpertenecían.—Sonhipnóticos,¿verdad?Livsediolavueltadegolpe,paraencontrasedefrenteconZac.PorDios.Estabatanguapoquedolíaverlo.Consupelopeinadohacia

atrásquemarcabatanbiensusfacciones.Yalmismotiempo,habíaalgoensusojosnegrosquelaponíanensobreaviso.—Sí—contestóella.—Megustaverlosdesdecasa—explicóZaccaminandotranquilamente

hastacolocarseasulado,casicodoconcodo.Ella, nerviosa, se apartó ligeramente. Nunca, desde que le conocía,

habíaexperimentadotalsentimientodeinseguridadcomoenesemomentosentía.—¿Desde casa?—dijo ella—. Pero si desde ahí no se ven. Solo ves

montañaylasvistasdeBarcelona...Zacdesviósusojoshastalossuyosyparpadeóconserenidad.—DesdemiáticodelaDiagonal—aclaró—.Micasa.—Ah —primer planchazo—. Claro —dejó caer la cabeza e intentó

verse lapuntade lospiesquequedabanocultosbajo la faldadelvestidorojo.Sucasayanoeraladeella.Loacababadedejarclaro.Seaclarólagargantaehizodetripascorazón—.¿PorquénoestásdentroconAnna?—quisosaber—.Seguroquetienequepresentarteamuchísimagente...—Nome importan—sentencióZac—.Nadieaquísabeni sabrá jamás

quiénsoy.Mevencomoaunautormásdelaeditorial.Notengonadaquedecirles.Nibuscoreconocimientoni—sediolavueltaparaapoyarseenlabarandadepiedra,dandolaespaldaaloscoches—esperoampliarmiagendadecontactos.—¿Y no te molesta?—señaló echando un vistazo a la gente que no

dejabadeentrar—.HablandeSairynohablandeti.Zacdesviólamiradadesoslayoysonriósinsentirlo.

—En realidad, su nombre es Kass. Aunque entiendo que te hayasquedado solo con el apellido. Sair llamamás la atención, porque es unmisterio.Tienemayordondegentesqueyo,¿noestásdeacuerdo?Sí,yalocreoquesí.Aellalechirriaronlosdientesalrecibiraquelchuzo.—Yo soy solo un periodista —continuó— que durante tres años se

encerróenunabuhardilladesucasaparacontarunahistoriadeengaños,chantajes, traición y corrupción que el mundo debía conocer. Solo soyeso. Sair esmuchomás... Es todo lo que la gente quiere que sea—dijomelancólico—.Laimaginaciónnotienelímites,yestácomprobadoqueelserhumanoprefieresusfantasíasasurealidad.Esolodecíaporella.PorquehabíaelegidoaSair,unafantasíaentoda

regla. En la sala, comomúsica ambiente, sonaba una canción de LennyKravitz,Believe inme.Estaba convencidadeque lamúsicadel cóctel lahabíaelegidoél.PorqueaZacleencantabaLenny.—Creoquelarealidadesloquetúquieresquesea—explicóOlivia defendiéndose de su acusación—.Podrías cuidarla y

tratarlabieny...—Liv—Zaclacortódegolpe—.¿Quieresbailar?Ellamiróalrededor.

Estabansolosenelbalcón.La fiesta funcionaba por inercia. Las personas creaban corrillos

alrededordelasmesasyhablabandeloquesesuponíaqueintuíanyquesolo el libro había destapado y gritado a los cuatro vientos. Pero nadiebailaba.—¿Aquí?—Vamos, que no te dé vergüenza ahora —le pidió Zac—. Tú y yo

siempre fuimos capaces de hacer lo que nos rotara sin pedir permiso anadie—medio sonríoy susdientesblancos asomaronentre susgruesoslabios—. Si alguien nos mira, solo verá a una pareja en un balcón,bailandopegados.Nadiesabenada.Nollamaremoslaatención.Ella tragó saliva cuando Zac le ofreció la mano con la palma boca

arriba.—¿Mevasadecirqueno?¿TienesmiedodequeAmateveaconmigo?

—preguntóconveneno.—NomeimportaloqueAmaveaodejedever—contestófinalmente.

—¿Entonces?¿Nomevasadaresegusto?Livexhalóconcansancioyaceptólamanoqueleofrecía.Enelpunto

en el que se unieron, una sensación ardiente recorrió sus dedos. Fuegocargadodeelectricidad.Él la acercó a su cuerpo y encajaron a la perfección, como siempre

habíanhecho.—Llevaselperfume—dijoélinhalandocuidadosamenteyposandosu

mejillasuavementesobreunladodesucabezarubia.Olivia no sabía por qué se estaba acongojando, pero el nudo en la

gargantalaestrangulabasinmisericordia.—Sí—dijoella.—Meencantacómohueleenti...—¿Zac?¿Quéquieres?—preguntóinquieta.—No quiero que nos peleemos, pero solo quiero que me escuches,

Olivia.Esmiúltimaoportunidaddedartelasexplicacionesquenecesitas.—Zac...—TúpreferisteaSairenvezdeamí...—¿Tenemosquehablardeestoaquíyahora?¿Entudía?—Noesmidía.EseldíadeSair.Noelmío—recalcóserio.Susojosde

ónix brillaban febriles y decepcionados—. Supongo que era más fácilhablarconmigocuandomehacíapasarporSair,¿verdad?—Meengañasteigual.Losdossoisunapatraña—LivintentóapartarseperoZaclaretuvoentresusbrazos.—Por favor, Liv. Sé que tienes mucho que reprocharme, pero yo

también. Y no encuentro mejor momento de hablar de ello que aquí yahora,conlaúnicapersonaapartedemieditora,quesabequiensoyenrealidad.Megustaríaqueantesdequesigamosadelanteconeldivorcio,meescucharas.—Malditasea,Zac...—Porfavor,nomontemosunaescenaaquí.Liv sequedóquieta, aunque su expresión corporal reflejaba tensióny

disgusto.—Estábien.Teescucho.—Sé cuanto te has quejado a todo el mundo de mi abandono para

contigo.Séquehassidoinfelizydesgraciadayquetuvidajuntoamíhasidounatortura.—Esonoesloque...—Nomeinterrumpas,porfavor.Séqueahorasolorecordaráslomalo,

porqueestásenfadadaydecepcionada.Peromeparecequedebessermásobjetivaydartecuentadealgunascosas.Yrecordar...—¿Quétengoquerecordar?—TodoLiv.Desde el principio.O no serás justa con lo nuestro—la

acercómásasucuerpoyapoyóligeramentelabarbillasobresucabeza—.Estuveunañoencasaaportandotodoloquepodíaymásconmisahorros.Ese primer año a ti no te pareció duro. Te encantaba que saliéramos acenarlosfinesdesemana,ytehacíagraciaqueyotepreparaselacomidaolacena,pormuymalaqueestafuera.Entonces,tedabaigualqueyonote contara qué escribía. Te parecía romántica mi idea de ponerme adesarrollarunanovela:medecíasqueerasexyymuyintelectual—sonriócontristeza—.Ysiempre,siempre...Medecíasqueestabasconvencidadequeibaateneréxitoporqueyo,parati,eraelmejor.¿Recuerdaseso?—Livsemantuvocallada,aunqueasintiólevemente—.Perotodocambióencuantomequedésindineroydejédehacerteregalos.—Esonoescierto.—Yalocreoquesí—explicóZacconrotundidad—.Túteníasquetraer

dinero a casa, te cargaste toda la responsabilidad y cuando llegabas,siempremeveíashaciendolomismo.Escribir.Ynolosoportabas,porquesegún tú, no hacía otra maldita cosa, Liv. Y era cierto. Me dediqué atrabajar en casa y a no salir, porque este proyecto me absorbió. Yentonces,tedejédeparecerinteresanteysexy,conmisdonnetesymisofá—lamentóconsinceridad—ymeconvertisteenungandulquesoñaba

imposibles.Y todo loqueantes teparecíagraciosoyadorableenmí, loempezasteaodiar.—Zac...Nohasidofácil...—AntestegustabaquesacaraaCaballoymefueraacorrerconél,pero

llegóunpuntoenqueteempezóaparecermalquemancháramoslacasadebarro,oquenuestroperrosesubieraalossofásconlaspezuñassuciasdela

Carretera de les aigües. Incluso te parecía mal que el perro corriese

porque te daba miedo que le diera un golpe de calor. Así que dejé desacarlo para no tener que discutirnos y oírte decir que estabas harta delimpiarloqueensuciábamos.Después,mepedistequedejaradehacertelacomida porque cuando no estaba la pasta dura, la salsa tenía demasiadasal,olastostadasdeldesayunosequemaban.Nadaestababienparati.Asíque también dejé de hacer eso. Y, por supuesto, dejé de madrugar ylevantarmeantesquetúparahacerteeldesayuno,porquenovalorabasesegesto. Tú... Yamemirabasmal. Y lo intenté, Olivia. Te juro que yo lointentaba,peronadaerabuenoosuficiente...—Noesasí—dijoconfundida.—Recuerdas... ¿Recuerdas aquel día que llegaste de trabajar y me

encontrastedesnudo en la cocinay solo con el delantal, preparandounacremadeverduras?¿Recuerdasloquemedijiste?Livcerrólosojosconsternada,comoenunaregresiónforzosaalaque

lavozdeZaclainducía.Sí lo recordaba. Era el día de su cumpleaños. El primero del que se

olvidó.Llegóde trabajarconunamigraña increíble,yhabía tenidoundíade

mierda porque las máquinas de elaboración de caramelos se habíanaveriado.Loúnicoquequeríaerallegaracasaydescansar.Y,ensulugar,seencontrólacocinahechaundesastre,conunmontóndecazossucios,yen medio del islote, a Zac, con su ridículo delantal de Betty Boo quecubríasudesnudezyunasonrisadedisculpaenloslabios.—Tedije—recordóZac sindejardemecerla al sonde la canción—:

«Losiento,nena.Estoyvolviendoahacerlacremaporquelaprimerasemehaquemado—seencogiódehombros—.Nosécómohapasado.Estoysiguiendola

recetadetumadre—lemostrólalibretallenadelamparonesdeaceite—,perocreoqueelratoquedebedeestarcalentándosedebedesermenos...».Peroparatiaquellafuelagotaquecolmóelvaso.Entonces,túmemirastecon esa cara que pones cuando detestas algo y me dijiste: «Hazme unfavor,ynohagasunaputacosamás.Yquítateesedelantal,porqueestásridículoconél».Liv lamentó haber dicho eso. Aquella misma noche quiso pedirle

disculpas.Zaclohabíarecogidotodoperosehabíaidoalabuhardillaatrabajar, yLivno encontróni las ganasni el valor comopara subir las

escalerasymolestarle.—Teolvidastedemicumpleaños—lerecriminó.—¿Meolvidé,Olivia?—repitió incrédulo—.Nomeolvidé—aseguró

—. Tú jodiste mi regalo. Aquella era mi sorpresa para tu día. Habíaquemadolacremaporquemehabíaentretenidoconelpastel.—¿Quépastel?—Unodeesoscursisconfonduequetegustan...—¿Quédices?—Había hecho un pastel para ti, y estaba guardado en la nevera. No

teníaunduroparacomprartenada.Yantesmuertoquepedirtedineroparaesas cosas. Pensé: «Zac, hazle la jodida comida como a ella le gusta, ydespuésdecomerelpastelquetúmismovasahacer,tambiéntelacomesaella».Perotuactitudmeavergonzóypenséquenoqueríahacermaselridículo por ese día. Aquella noche hubiera querido hacerte el amor ydecirte lo importante que eras paramí, pero sabía queme ibas a bufarnadamásverme.Tiréelputopastel,quetantomecostóhacer,alabasura,ehicelomismoconlasilusionesqueteníadedarteunasorpresa.Olivia se mordió el labio inferior, apesadumbrada al reconocer su

equivocaciónymalhumorenesemomento.—Apartirdeeseinstanteintenténomolestartedemasiadoyagilizarlos

plazos de mi manuscrito. Me limitaba a escribir, a encerrarme en labuhardilla,atrabajar...Mecostabasalirasaludarteyveresacarade«tengo unmarido fracasado yme tengo que joder»... Pero aún así te

echabademenos—asumiómásafectadodeloquecreíaqueestaba—.Yquería verte, y quería acercarme a ti... Y tocarte, besarte, demostrartecuánto te necesitaba y te quería... Quería tranquilizarte, Olivia ytransmitirteloqueestabahaciendosinpoderdesvelarnada.Perotúnomedejabas.Noséenquémomentodecidistequeeraun fracasadoyquenovalíalapenalucharpormíyporlonuestro—lamentó—.Peroestáclaroqueenalgúnmomentopensasteeso,yyanoloreconsideraste,yanodistevuelta atrás—semantuvo en silenciounos segundos, valorando todo loqueestabadiciéndole—.Yo...Loúnicoque recibíade ti erandesplantes,malas caras,malas contestaciones...Tedabamiedoque aquella fueramividaparasiempre.—Estuveahíparati—sedefendióella.

—No,Olivia—dijorotundamente—.Yononecesitabaquemehicierasla comida ni que tú te hicieras cargo de toda la casa.Y que conste queestabayteestaréeternamenteagradecidoporhabermepermitidoescribirestelibroaexpensasdetuesfuerzoytutrabajo...Porque,síestuvisteparamí en ese sentido—aclaró—.Yyo creí que confiabas enmí y quemeapoyabas, que no necesitaba decirte que vendería los derechos del libropor una millonada para tenerte satisfecha y contenta. Iluso de mí —aseguró afectado—, creí que... Creías en mí a ciegas. Pero estabaequivocado,yfuemierrornodarmecuentadequehabíasperdidolafeenmí, y junto con la fe, también se apagaba el amor. Te di por sentada,porquepenséqueelamorquesentíapor tieracorrespondido, inclusoapesardequeduranteuntiempotútuvierasquetrabajarytraereldineroacasa. No creí que le darías tanta importancia a eso, porque yo no se ladaríasi fueseal revés.Amímehacías faltacomoamigaycomomujer.Nocomobanquera.Ysiyotefallé,tútambiénmefallaste.Sihubierasidoal revés,Olivia—aseguró con voz quebrada—, yo te habría apoyado aciegas,ymehubieradado igualsi trabajabasonoencincoodiezaños,porque estarías involucrada en tu proyecto. Yo, sí habría creído en ti...Pero supongo que todo cambia mucho cuando es el hombre el quenecesitaelapoyoeconómicodelamujer,¿no?AOliviaselecaíanlaslágrimasdevergüenza,depesaryderevelación,

porqueaunqueledolierahorrores,Zacteníarazón.Lopeoreraqueteníarazóndeverdad.Seestabadandocuentadequeno

todoeracomoelladecíaocomoellacreía.Talvez,susprejuiciosalteneral hombre en casa creyendo que no hacía nada, y ella trabajando paramantenerlo,hicieronqueseagriarayquedejaradevaloraroconsiderarlosesfuerzosdeZacparaayudarla.—Mesentíatanabandonada,Zac...—murmurórotacontrasuhombro.—Yono te abandoné.Estaba en casa, contigo.Conmimujer.Conmi

perro. Siempre estuve ahí. No hacía nada más, excepto estar ahí paraescribir.Porquenisiquierasalíaconmiscompañerosperiodistasporqueme daba reparo que pensaras queme iba de fiesta mientras tú llegabascansadadeltrabajo.Perotúnomeveíasya.Yahabíasdecididoloqueera.Hubounmomentoenelquetucomportamientomehizosentirqueaquellano erami casa, que no tenía derecho a estar ahí sin aportar nada...Quetodoeratuyoyyoahísoloestorbaba.

—Dios—susurróOliviasorbiendoporlanariz.—Ahora no tienes que sentirte mal, Olivia—le pidió Zac—. Estabas

enfadada porque sentías que yo no era el hombre de quien te habíasenamorado.Y ese era tumodo de echármelo en cara. Y lo comprendo.Creo que abusé, que confié en que nada iba a cambiar mientras yo tequisieraytelodemostrase.Perodejédedemostrártelo,porqueturabiaytudecepciónmevenció.Ahora, lascosassondiferentes—Zacseapartódeella,retirandolamiradadelrostrodeOlivia,porquenoleapetecíaverlo afectada que estaba por esa conversación—. Si pudiera volver alpasado,nosésiharíalascosascomolashice.Seguramentesí,volveríaahacerlas.Porqueyointentéserlomásfrancoysensatoquepude,teniendoen cuenta lo delicado demimanuscrito y el absoluto secreto en el quedebíadetrabajar.Peronuncadejédequererte.Ynuncaexistióotramujer.—¿Eso quiere decir que también volverías a engañarme?—dijo Liv

limpiándoselaslágrimasdeunmanotazoabatido—.¿Eh,Zac?¿Volveríasajugara lasmáscarasconmigo?¿Lovolveríasahacer todoigual?Paramítampocohubootrohombre.Erastú.—Quiseregalarteatuhombredenovela.—No.Metendisteunatrampa.—Noesningunatrampa—lerecordóélofendido—.Túmeengañaste

conSair,yyoteengañéconelmismojuego.¿Ysabesquéeslopeordetodo?—Zacmiróalrededorydespuésdiounpasohastasutodavíamujer,abarcandosuespaciopersonalparadecirleenvozbaja—.QueesaOliviaque se entregó a Sair era la que yo quería paramí y túme negaste—espetóconrabia—.YeseSairquesegúntúeratandiferentedemí,fueelquetevolvióaenamorar.Yerayo.Olivia osciló las pestañas hasta clavar su mirada clara en los ojos

negrosydiabólicosdesutodavíamarido.—¿Teestásdivirtiendo,Zac?—leespetóelladolidaporelmodoenque

leestabapasandolavictoriaporlacara—.¿Nocreesqueyatehasreídosuficientedemí?—¿Acaso ves que me esté riendo? —replicó él arisco. Un músculo

palpitabaensubarbillaporlatensión—.¿Notedascuenta?EnvidioaSairporquealmenosélmantuvotuatenciónhastaelúltimomomento.—Paraya,Zac...

—Demíteaburriste.Ylomástristedetodoesque...—sepasólalenguaporloslabiosresecos.—Yaestábien...—lesuplicó.—Es que sería capaz de hacerme pasar por él de nuevo..., Solo para

volveradisfrutardetisintenerqueverelascoquemeprofesas.Yaves—seencogiódehombros—.Soyasídepatético.—Tú no me das asco —dijo Olivia afectada por esas palabras tan

fuertes.Diounpasohaciaélyalargólamanoparatomarlodelantebrazo—.Zac,yo...—Oh,¡aquíestás!—exclamóAnna,interrumpiéndolosviolentamente.No lo podía disimular.Anna estaba disgustada al verlos juntos y con

tantaintimidadenelbalcón.Se detuvo en el rostro surcado en lágrimas de Olivia y después se

centróenlosojosvidriososyheridosdeZac.—Zacari —fingió una sonrisa de inadvertencia ante tanta tensión—.

Esta es tu fiesta —le recordó entre dientes— y no veo que la estésdisfrutando.Ven conmigo, te invito a una copa y así desconectas de tustemaslegales.¿Temas legales? Esa perra sabía que Zac quería divorciarse de ella...

Ergo,Zaclehabíahabladodeella.Olivialafulminóconlosojosyesperóasacarselapuñaladadelcentro

delpecho.Sesentíatraicionada.PorsupuestoqueZacestabadisfrutando.Lehabíadadouna lección.Acababade recordarlequeunmatrimonio

nosehundesielotronoquiere.Yqueellahabíatenidolamismaculpaomásensuinfelicidad.LedabarabiareconocerseenlosrecuerdosdeZac,y ahora se sentía corrida de vergüenza ymezquina por haber tirado latoalla con tanta rapidez, y sobre todo por no haberlo apoyado como semerecía.Habíasidounamachistainconsciente.Yhabíapreferidojuzgarloy etiquetarlo como gandul, antes que luchar por él, esforzarse y dar lacara.Por supuesto que Zac también podría haber hecho las cosas de otra

manera,peroyaeralodemenos.Porqueabochornadacomoestaba,solosentíalalosadelaculpabilidadsobresuespalda.Pero Anna, esa maldita mujer, no tenía ni idea de cómo era su

matrimonio,yno ledaba laganade tenerlahusmeandoalrededorcomounavecarroñera,nidequeopinaratanalaligera.—Disculpa—la detuvo Olivia de repente—. Estaba hablando con mi

marido—soltósacandolasuñas—.¿Adóndetelollevas?—Noteenfades,guapa—dijoellaguiñándoleunojo—.Peroestonoes

una velada romántica. Es trabajo. Tú ya lo has tenido durante muchotiempo.Ahoradejaqueotraslodisfrutemosylelabremoselcaminoqueélnecesita.Eslomejor.Oliviaabriólabocaanonadada.¡Será zorra!Zac ledirigióunúltimovistazopor encimadelhombro,

peronoseliberódelamanodeAnnaypermitióqueellaselollevaradesulado.Livfijósusojosensusmanosentrelazadas,ypercibiócomoelcentro

desupechoseencogíayseagrietabaporlamitad.Aquelloledolía.Las garras de los celos se clavaban en su carne hasta atravesarle el

alma.Aquellanocheleestabandandounabofetadatrasotrayladespertaban

delletargoydelengañodelapresuntainocenciaqueellacreíaposeerenelfindesumatrimonio.No.Noerainocente.Ningunodelosdosloeran.Derrotada, Olivia tomó la copa que había dejado reposando sobre el

murodepiedray sebebió el culoquequedaba echando la cabezahaciaatrásconungolpeseco.Necesitabalargarsedeahícuantoantes.

Capítulo8

Sedirigióalasalidadelhoteldeprisaycorriendo.DurantelaaventuraconSairnuncasintióarrepentimientoniculpacomolaquesentíaenesosmomentos.Alguienladetuvoporelbrazoprovocandoquecesaraensuhuida.—¿Olivia?—eraAma—.¿Dóndehasestado?Teestababuscando.—Porahí—contestósinmirarle.—¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? —preguntó Ama con el gesto muy

preocupado.—S-sí.—Parecequehayasvistoaunfantasma.Bueno,enciertomodo,asíera.Eran los fantasmas de su pasado, que venían a atormentarla para

mostrarle los pecados que ella había cometido y que su mente omitíainteligentementeparalibrarsedelaculpadesuscensurablesactos.Noeraunasanta,niunángel.Zactampoco.¿Quién lo era? Pero ya no lo podía omitir, porque Zac le había

recordadocómoerasuotracarayahorateníaquelidiarconello.—Necesitoirmedeaquí—murmuróangustiada.Ama pareció leerle la mente y comprender que había tenido un

encontronazoconsufuturoexmarido.—¿TehadichoalgoZac?—No…Bueno…El rubio tensó lamandíbula y se dio la vuelta para buscarlo entre la

multitud.—Le voy a partir la cara. Ese tío solo hace que convertirte en una

infeliz.—No.Nohasidoasí…—Nohacefaltaqueloniegues.Loveoentusojos

—aseguróapasionado—.Nadiedeberíahacertesentirasí.—Ama —lo reprendió ella—. Deja de comportarte como mi

guardaespaldas.Sédefendermesolitaynonecesitoquenadiesepeguepormí.Élgruñóconfrustraciónydejóvolcarensusojostodasuira.—Noteentiendo.—Notienesqueentendernada.—¿Por qué sigues defendiéndolo? Es un desgraciado. Un infeliz con

ínfulasdegrandezaqueteutilizó.¿No te das cuenta? A él le gustaría formar parte de algo así, Liv.

QuerríaescribiralgotanbuenocomoestedelReinadodeJudas…—SellamaElsoberanismodeJudas—locorrigióLiv.—Comosea.Legustaríaforrarsecomoestehombreytenerelmundoa

sus pies. Pero no puede. Porque es un pobre desgraciado al quemantuviste.Almenos,ahoratieneaotraquelepaguelasfacturas.—Ama,teestáspasando.—¿Por qué?—preguntó sorprendido—. ¿Es que crees que Zac no se

follaasueditora?—Dejadehablarasí—dijoafectadaporsupugnacidad.—Pero,¿porquélodefiendes?Además,noséporquéteimporta.Vasa

divorciarte de él —arqueó una ceja rubia que lo hizo parecer muyatractivo,perotambién,muyprepotente..—Nolodefiendo.Essoloquenomegustaqueseleacuseinjustamente.

Ysíhemoshablado,paratuinformación,peronodenadadeloque...—¿Dequé?—Denuestrascosas,Ama.—¿Quécosas?—insistióimpetuoso.Olivia arrugó el ceño y esta vez, ese color claro de sus ojos se

oscurecióconbeligerancia.Ama se estaba comportando como lo que no era. Y ella no iba a

permitirmalos entendidos respecto a su relación.Nadie tenía derecho ahablarleasíymuchomenosdecreersesudueño.—Bastaya,porDios—lodijodeunmodoquereflejólonerviosaque

laestabaponiendoylopococomprensivaqueseríasivolvíaaescucharuninsultohaciaZac—.Élestodavíamimaridoynovoyapermitirquenitúninadiese

metaconél,oleinsulte.Esosololopuedohaceryo,¿entendido?Túyalepegaste cuando no tenías que haberlo hecho, ¿recuerdas? Ya te haspropasadoigualqueloestáshaciendoahora.—Volvería a pegarle si tuviera la oportunidad. No me arrepiento—

aseguróserio.—Puesestuvomuymal.Igualqueestámalquecreasquetienesderecho

para hablarme de él así, o que te erijas comomi defensor o adoptes elpapel de un novio celoso y protector. Porque no lo eres—aclaró confirmeza, recogiéndose el bajo del vestido—. Eres solo mi amigo. ¿Tequedaclaro?Y,siquieresseguirsiéndolo,dejadecomportarteasí.Amano supocómo reaccionaraaquel rapapolvo.Abrió labocapara

deciralgo,hastaqueloreconsideróylacerródegolpe.Despuésinspiróparaencajarmejorelgolpeyacabóañadiendo:—Soytuamigoyquierolomejorparati.Yél—negóconlacabeza—,

noeslomejorparati.Notienenadaqueofrecerte.Notieneingresos,notiene trabajo ni futuro, ni ambiciones… Se cree escritor y nunca podrávivir de eso. Porque personajes como el Sair este salen uno cada pocotiempo…Míralo, Liv—Ama ubicó a Zac al lado deAnna, escuchandohablaraunseñormayorquedialogabaconellos—.Míralo.¿Esquenoloves?Quierehacerseun sitio,quiereque lo tenganencuenta,peroesundon nadie que ha conseguido que le publiquen un libro del que nadiehablarájamás,soloporquesehametidoentrelaspiernasdeesamorena.Ytú,siguesaquí…EscucharoírhablaraAmasobreZacdeaquelmodotandespectivole

removiólasentrañashastaoprimirlelospulmones.Eraasquerosooírhablaraalguiendeotrapersonadeesamanerasolo

porque uno tenía dinero y trabajo y el otro no. Denotaba una altainclinaciónhacialosprejuiciossocialesyalclasismo.¿QuésabíaAmade loqueellanecesitaba?¿Quésabíanadiedecómo

habíasidosurelaciónconZac?Solo Tere y Fina conocían sus pormenores, y puede que demasiado

agrandadosdebidoalaimpotenciaylarabiaqueellasintióporelcambiodesumarido.

Lascosasnoeranblancasonegras,niclarasyoscuras.Habían tonosmediosentrelosqueseperdíanmuchosdetalles.PuedequeAma,alverlaactituddesusúltimosmeses,creyeraqueera

unaauténticadesgraciadadelavidayquevivirjuntoaZaceralopeor.Peronohabíasidoasí.Oliviasesentíafatalporhaberincentivadotodas

aquellas opiniones negativas hacia Zac y haber puesto al mundo en sucontra.Endefinitiva,habíasidounamujerheridaydespechada.Soloeso.Yen

sunecesidaddedesahogarse,colocóaZacenunaposiciónendesventaja.Lohabíahechomal.Muy

mal.Él no había podido protegerse jamás de esos ataques, porque los

desconocía.Encerradoensuoficina,inmersocomoestabaensuaventuraliteraria, conocía parte de su desencanto, pero no sabía lo que ella ibadiciendoasusallegados.Oliviasolohabíaqueridotenerloasuladoyrecibirsuamor,queríaal

Zacdelprincipio.AlZacdelqueseenamoróperdidamente.Lomaterial,que tuviera trabajo o no, no le importaba. Tal vez, ella también se dejóllevarporlasreglasdelasociabilidad,lasmásmachistasyretrógradas,yaquellohubieraechadomássalypimientaensusheridasemocionales.Noobstante, la única verdad era que no estaba enfadada con él por suinterminableexcedencia…NoanhelabaalZacdeldinero,anhelabaalZacquelacuidabaylaamabaporencimadetodolodemás.Entonces, ¿había sido demasiado egoísta? Solo había necesitado que

Zacleprestaraatenciónyqueledijeralomuchoquelaquería…Peroahora,pensándoloenfríoydespuésdehaberescuchadolaversión

deZac,talvezélintentódecírseloyacercarsemásdeunavez,peropuedequefueraunadeesascosasquedejódehacerparanorecibiruncorteporsuparte.—Abrelosojos,malditasea—leincrepóAma.Aquellolasacódesuspensamientosyprovocóquelosabriera,sí,pero

paraveralhombrematerialistaqueteníadelante.—Élnotemerecenitemereciójamás.—¿Y quiénmemerece? ¿Tú?—Tenía ante sí a un amigo, que había

esperadocomounbuitrecarroñerolallegadadesumomentomásbajoy

doloroso para intentar comerse las sobras. Porque Olivia no se sentíaentera,nimuchomenos;sesentíapartidaporlamitad.Y Ama quería esa mitad. Ni siquiera era lo suficientemente exigente

comoparapedirlaentera.¿Yquésepensaba?¿Queibaacaerensusbrazosyadecirlequetuvo

queelegirleaélantesqueaZaccuandotuvolaoportunidad?—Pues sí—se reivindicó él—. Yo podría ser perfecto para ti. Y no

entiendo que no me veas como una apuesta firme de futuro —sonrióintentandoparecerelángelquenoera—.Losdostrabajamosjuntos,nosentendemos, estamos en lamisma onda, somos autosuficientes y nos vabienlavida...—seacercóenungestovanodeintentarconvencerla.Amaseestabavendiendocomouncandidatofirme—.Yopodríahacertefeliz,Livi.Siemprelohecreído.Olivia nunca imaginó que una declaración de amor y de intenciones

pudiera llegar a ser tan vacía y falta de tacto. Ama era comercial hastapara decirle a una mujer que lo considerase como pareja. Se vendíainclusoasí.Siemprevendía,porunpreciomódico,porsupuesto.Y,posiblemente,denecesitarOliviaesetipodeseguridad,yvalorarla

comodidadporencimadelamor;odequereraunhombrecondineroyaltaspretensionesparavivirsuvidaaunoquesolosetuvieraasímismo,elegiría a Ama sin dudarlo. Porque él daba lo que daba, y no seextralimitaba.Olotomabasolodejabas.Pero ella no quería eso. Porque no era así. Estaba convencida de que

consusquejaspodríahaberdadoesaimagendemujerquebuscabaenunhombre competencia, arrojo y bonanza, pero se había equivocado. Sucomportamientohabíasidocaprichoso.El de Zac estuvomuymal y fue demasiado confiado al creer que el

amor en la pareja no se tenía que regar cada día. Su ignorancia duródemasiado tiempo, porque era un relajado de la vida. Pero comomujerresponsableymaduraqueseconsideraba,Liviteníaquehacerautocrítica:ysuposturanoladejababienparada.Larealidaderaquetambiéncometióerrores.Alzó el rostro y la barbilla con orgullo, y miró a Ama como la

transacciónconpatasporlaquesehacíapasar.—Notecompro,Ama—aseveró.

—¿Cómo?—Gracias por querer animarme y por apoyarme como lo haría un

amigo.Peronuestrarelaciónnopuedepasardeahí.Élcambióelrictusaunodeincomprensión.—Dameunarazón.Ellasonrióynegóconlacabeza.—Podríadartemuchas.Perolaprincipalesque...Hequeridotantoaun

hombreque,apesardeldañoquenoshayamoshecho,yoaúntengopartedeeseamorenmí.—¿Yporesovasadejarpasarotrotren?—Noteequivoques.Enestecaso,unclavonosacaaotroclavo.—Si no lo intentas conmigo, no sabrás si somos compatibles o no,

preciosa—sonriódesplegandosuencanto.—Dios...Vasdemasiado rápido—era tandescaradoquehasta lehacía

gracia.—Claroquevoyrápido—añadió impaciente—.Olivia,mehehartado

deinvitarteacenar,deinvitarteabailar...Siempremehasdichoqueno.—Porquenoestoypreparadaparahacerlehuecoanadiemás—declaró

atreviéndoseadecirloenvozalta.Ycuando loescuchó, locreyóapiesjuntillas.Aquella era suverdad—.Nopuedohacerle sitio a otro cuandoaúntengorinconesocupadospormipasado,llenosderecuerdosquemehicieronfeliz,yquenotengointencióndesuplantar.—Lavidaescorta—élseencogiódehombros—.Sitefaltaconfianza,

Livi, yo tengo suficiente para los dos. Nuestros padres se conocen, sellevan bien... Nos llevaríamos de maravilla. Eres guapa, muy guapa—reconoció—.Yyo…creoquetegusto.—Eresunhombreguapo.Sí—reconoció.—¿Ves?Túyyotenemosunfeelingespecial.—No,Ama.Noelquehayquetenerparadaresepasoquemepides...—

dijosintiéndoloporél—.Almenos,pormiparte.Amaencajóesegolpeconladignidadquesepresuponíaenalguientan

segurodesímismo.Peronoevitóquesusojoscentellaranconlapromesadevolveraintentarlo.Liviteníaqueserdeél.Llevabademasiadotiempoesperándolayviendocómoseapagabaenbrazosdeotro.

—Vasaserunhuesoduroderoer—obvióintentandobromearconella.—Dios,¿esquetúnotecansas?Nohaynadaqueroer.—Noencajolosnoes.Ymedecepcionamuchoquesigaspensandoen

eseperdedor...Quecreasqueesefantasma...—Valeya—dijocansadadeescucharcómoinsultabaaZac—.Teestás

pasando.Eres demasiado arrollador—exhaló cansada—.Mevoy a casa—Olivianecesitabacortaraquellaconversacióncuantoantes.Noqueríahablarconéldenadaparecido.YmuchomenosdeZac.Amayellajamástendríanunaaventura.Porquesuamigoycompañero

detrabajocarecíademuchosaspectosqueOliviavalorabaenunhombre.Y, aunque era muy atractivo, habían defectos de su personalidad que lequitabanencanto.Aunqueesosdefectossolosepodríanverestandocercacomoenesemomento.De lejos, Ama cegaba por su belleza y su atracción. De cerca, si se

valorabanotrascosasrelacionadasconlamoralylosvalores,elangelitobromistaypizpiretoqueadorabaagradar,perdíaluz.—Yahablaremosdeestoenotromomento—dijoélsinmás—.Venga,

vamos.Tellevaréacasa.—No—senegótajante—.Necesitoestarsola.Iréacasaentaxi.—Nodigastonterías—insistióél—.Tehetraídoyoytellevaréyo.—Aver—ellasepresionóelpuentedelanariz,cansadadelidiarconél

—.Ama,¿quéesloquenoentiendesdequenoquieroquemellevestú?Tuscomentariosnomegustanunpeloy...—SeñoritaOlivia.Liv se giró de golpe al escuchar aquella voz conocida evocadora de

recuerdossublimesyagridulces.EraAlberto.ElmayordomodeSair.Yestabaahí,enaquellafiesta,comouninvitadomás.Menudasorpresa.Livitardóenreaccionar.Ladesubicabaveraeseseñorfrenteaella,en

elmismohoteldeSair,yenelcóctelofrecidoalosmediosporeléxitodesulibro.—¿Es usted la señoritaOlivia?—preguntó sabiendo la respuesta a la

perfección.

LivicarraspeóymiróaAmadereojo.Teníaquedisimularyfingirqueeralaprimeravezqueseveían.—Sí,soyyo.Alberto, que seguía teniendo la presencia amigable del escudero de

ÁguilaRoja,peroconsmoking,asintióymantuvolaexpresiónserenaeinexpresivadeunbuenmayordomo.—Tengoquedarleunmensaje.Liviparpadeóyesperóaqueelcorazónselebajaradelagarganta.—¿Unmensajedequién?—quisosaberAmacontrolandoalamultitud.—Eso es confidencial, señor —contestó Alberto con mucha más

educacióndelaquehacíagalaelrubio.—Estábien—concedióOliviagirándosehaciasuacompañante—.Ama,

yahablaremosdeestootrodía—argumentóapresurada—.Veteacasa.Yoregresaréentaxi.—Pero,Livi…—No—locortó rotunda—.Es lomejor.Meapeteceestar sola.Voya

atenderaesteseñor,ydespuésmeiréacasaadescansar.Ama los miró intermitentemente a uno y a otro. Al final, tiró de las

solapasdesuamericanaenungestoaltivo.—Comoquieras,Livi.TeveréelLunesyhablaremos.—No hay nada de qué hablar, Ama. Pero tomaremos un café como

siempre—quiso cortarlo en ese momento y borrar cualquier idea quetuvierarespectoaellosjuntoscomopareja.ÉlsediolavueltadisconformeydejóaAlbertoyaOliviaasolas,en

esasalaatestadadepersonasfamosasymedios.CuandoOliviacomprobóqueAmasehabíaidodefinitivamente,encaró

aAlbertoconactitudponderosa.—Antes de que me digas nada—alzó la mano para acallarlo—, ten

claroquenovoyaseguir tus instruccioneshastaquenomedigasquiéneres.—Pero, señoritaOlivia—dijo incómodo—…El señor Sairme pidió

discrecióny…—Mira, Alberto—no estaba para jueguecitos, así que se lo llevó al

balcón donde hacía un rato había estado hablando con Zac—. Tú y yo

sabemos—dijoenvozbaja—,queSairsellamaZac,yqueesmimarido.Albertobajólacabezaavergonzado.—Sí—confirmólaspalabrasdeOlivia.—Loquequierosaberahoraes¿quiénerestúyporquéestásjugandoa

esto?—¿Acasoesoimporta?Yosololedoyelmensaje…—Claro que importa. Se acabaron las máscaras — sentenció

rotundamente—.Seacabaronlosmisterios.¿Quiénerestúyporquéestásenlavidademimarido?Dímeloome

doymediavueltayhagocomosijamástehubieravisto.Zactepagaporloque haces, ¿no? —de otro modo no lo entendería—. Alberto, dímelo,porqueestavaaserlaúltimanochequeosvoyaseguireljuego.Alberto no sabía donde meterse. Olivia tenía una presencia fuerte

cuandosacabaelcarácteryesaenergíaleobligóadecirlelaverdad.—YotrabajabaconZac.—¿ConZac?¿Cuándo?¿Dónde?—Cuandoélestabaenlaplantaeditorialdelperiódico.Olivialomiródearribaabajo,sorprendida.—¿Eresperiodista?—No—Albertosonriótímidamente—.Estabaenelequipodelimpieza.

El señor Zac siempre me invitaba a cafés cuando me veía, yconversábamossobretodo.Éleraelúnicoquehablabaconnosotrosynostratabacomoaunomás.Élyyonoshicimosmuybuenosamigos.Harácuestióndecasitresaños,amímeecharondelaplantilladelimpieza,ymequedéenparo.Lopasémuymal.Teníadosniñaspequeñasymiesposaestabaenferma…Y—dijoemocionado—.Bueno,sepuedeimaginar…ElseñorZac seportómuybien conmigo ehizo cosaspormíquenohizonadie.Algunosmesesmemandabadineroparaecharmeunamano.Paracomida,sobretodo…—Entiendo—OliviaseimaginabaaZacayudandoaesehombreysele

caíaelalmaalsuelo.—Yo le pedía que no lo hiciera, pero él me ayudó durante muchos

meses,hastaquemedijoqueyanopodíadarmemásporqueéltampocotrabajaba.Aunquealgunasveces,encargabacompraenelsupermercadoy

memandabalasbolsasamipiso.Diosmío.Teníasentido.Zachacíacomprasdecomidaporinternet.Yel

supermercadolasllevabaacasa.Hubomesesqueeldinerodelacompraascendía mucho teniendo en cuenta lo que llegaba a la nevera y a ladespensa.OliviapensabaqueZacselocomíatodomuyrápido…Yquenoledejabanada.¿Eraporeso?Zacleenviabacomidaaeseseñor.¿Porquénuncaselodijo?¿Porqué?—Hace cuestión de un par demeses,Zacme llamóymepreguntó si

estaba trabajando. La respuesta fue negativa—continuó atribulado—.ElseñorZacmeofreciótrabajocomosumayordomo.Lehagolacompra,lelimpiolacasayejecutotodoslosrecadosqueélnecesita…Nohacefaltaqueledigaque,cuandoélmepidióqueformarapartedelodeSair,nomenegué.YoporelseñorZac—dijoconorgullo–,haríacualquiercosa.Esunbuenhombre—le recordóAlberto—.Yo, simepermite, comprendoquesuscircunstanciasahoraseanuntantoincómodas...—Ustednotieneniidea.—PerotodoloquehahechoelseñorZac...—Nocreoqueélnecesitedefensoresquehablenensunombre,Alberto

—dijoenfadada—.Soloélsabeloquehizoyporquélohizo.—Sí,señorita—agachólacabezademanerasumisa.EstabaclaroqueAlbertoloveneraba.Y Olivia admiraba el altruismo de su marido. Ella conocía su faceta

compasivaydesinteresada,peronoseimaginabaque,noteniendodinero,ayudara a un hombre y a su familia a pagar sus facturas. ¿Qué hubieradicho ella siZac le hubiese contado lo que estaba haciendo? ¿Le habríaapoyado?Dios... Si lo pensaba bien y fríamente, seguro que en esemomento le

habría dicho que no. Porque era ella quien debía hacerse cargo de lasfacturas, ya que él no tenía ingresos.Ypodría haberse responsabilizadoporque,porsuerte,dineroeraloúnicoquenolefaltabaaOlivia. Pero estando en la situación en la que estaban, medio rotos

comomatrimonio,¿cómoibaapensarennadiemásquenofueraellaysudesgraciadavidamarital?¿Laconvertíaesoenunaegoísta?¿Enunamalapersona?

Probablemente,Zactendríalasmismasreservashaciaella,poresoselomantuvoensecreto.¿Y qué mierda era ella entonces? ¿Un ogro con el que no se podía

hablar?—Alberto,ahoramismonotengopacienciaparaesto—sepresionóel

puentedelanarizparadestensarlapresiónquesentíaenlafrente.Laibanamatarentretodos—.¿Cuáleselmensajequetienequedarme?Élmiró aOlivia con compasión y sonrió feliz por poder cumplir su

misión.—ElseñorSairlaesperaenlasuitecolonial,señorita.Ella cerró los ojos porque el dolor que le provocó esa invitación la

tomóporsorpresa.¿Sairlainvitaba?¿Sair?De acuerdo. Aquella fue la gota que colmó el vaso, y no

desaprovecharíaesaoportunidad.Perfecto.QueríahablarconSairydecirleunascuantascosasy,depaso,

cerraríaunciclo.Asíque,contodalabeligeranciaylaincomprensiónqueseconcentrabaenelcentrodesupecho,aceptóelreto.—Nohacefaltaquemeacompañe,Alberto—lediolaespaldaycaminó

conpasoapresuradohaciaelascensor—.Conozcomuybienelcamino.

Capítulo9

La puerta de la suite estaba entreabierta. Él la había dejado así apropósito.¿Por qué la había invitado? ¿Confiaba que podría tener a Olivia una

noche más? ¿Para qué? Su matrimonio se había desmoronado, así que¿con qué fin programaba ese encuentro? ¿Aceptaría su todavíamujer aencontrarseconSairdenuevo?ZacnosabíamuybienquélehabíallevadoacitaraOliviaenlasuite

colonial.Perofueracomofuese,ahíestaba.Esperándola.Escuchó los tacones de Olivia pisar firmemente el pasillo; parecía

decidida.Él la esperaba a oscuras, de pie en el hall de la suite, apoyado en la

paredyconelcorazóngolpeandofuertementeensupecho.Cuandoellaabriólapuerta,superfumeloembriagó,yquisoatesorarlo

parasiempre,guardarloenunacajitaquepudieraabriravoluntad.Eraundeliciaenlapieldesumujer.PeroOliviacerró lapuerta trasdesíy sequedóapoyadaenella,con

susmanosatrapadasentresucuerpoylaentrada.Por un momento, solo se escucharon sus respiraciones, muy

conscienteselunodelotro.Seoían.Seolían.Peronoseveían.Ellarecordabamuybienesasituación.Ytambiénhabíamemorizadoel

hall de ese habitáculo; aunque ahora no lo pudiera vislumbrar, loobservabaensumente.—¿Estásaquí,Sair?—preguntóOliviaencorajada.Erasumarido,pero

aprovecharíaesaoportunidadqueteníaconélparazanjarsuviacrucis.Zacseobligóaquelesalieralavozyaadoptareltonodesualterego.—Hola,Sundara.Sí,estoyaquí—eralavozdeSair,nolasuya.—Vaya… Qué pronto has regresado de Canadá — aquella fue la

primerafrescaquelesoltó,yquerecordabaunadesusmuchasmentiras.—Elproyectosetruncóantesdetiempo—contestóexpectante.—Ya... Las cosas se truncan sin verlas venir, ¿verdad? Pero es más

flagrante verlas venir y no hacer nada por remediarlo… ¿no crees?—Olivia no osaba a mover un solo músculo. Ahí, en la penumbra, habíadisfrutadodeesehombre, conesehombre.Había aceptado susdeseosysus instintos, y se había permitido creer de nuevo en ellamisma, en supoder como mujer, para después descubrir que todo había sido unafalacia, una vil y falsa puesta en escena—. ¿Sabes? Me alegra que mehayasinvitado,Sair.—¿Porqué?—Porqueestoyenunafasededespedidasydefinalizacióndeetapas,y

quieropodercerrarlatuyacomoesdebido.—¿Quieres acabarla? —preguntó temeroso. Zac luchaba contra su

propianaturaleza.LaúnicaposibilidadqueteníadeacercarseaOliviadenuevoeracomo

Sair,enlaoscuridad,mientrasnosevieranlascaras.PorquesiendoZac,veíaenlosojosazulesdesuesposalarabia,lapenayladecepción,yesolodestrozaba.Ycomoaquelhabíasidosurecursoparavolveraverlayatocarla,loutilizó.—Sí.Quierodejardecreerenlosprotagonistasdelasnovelas.Túeres

unodeellos,¿no?Unpersonajecreadoparamí,expresamenteparamí—recordóOlivia—.Perosoloeresunproducto inventadopor lamentedemimarido, que no tuvo los pantalones demirarme a la cara e intentarreconquistarme,yporesosehizopasarporotro.Sinembargo,lajugadalesaliórana,porquelohizotanbien,ysevolcótantoconelpersonajeyconsertodoloqueélnoeraconmigo,quemegustódemasiado.Yahora,paramidesgracia,leechodemenos.—¿Aquién?—ASair,porsupuesto—unanuevapuñalada—.Yél,mimarido,esel

únicoculpabledemiañoranza.Melanzóalosbrazosdeotrohombrequeacabógustándomemuchomásqueél.¡Zas!UnabofetadanolehabríadolidomásaZac.Ellaescuchócomoél

se removía incómodo para salir de su escondite. Sintió su presenciaaproximarse,ypercibióunaenergíapeligrosaemanardesucuerpo.Zac

eraunanimalrondandoasupresa.—Olivia...—No.YonosoyOliviaparati—sulenguaeracomounlatigazosecoy

dolorosotrasotro—.Amínomellamesporminombre—carraspeóparatragarelnudoquelaatoraba—.Lacuestiónesquetuvimosunadespedidaabrupta—aseguró Olivia dañina—. Pero no quiero ese recuerdo agrioparanosotros.Quieroelmejor.Lamejordespedida.—¿Creesquetehepedidoquevengasporeso?Oliviariosinganas.—Mira... Ahora no me vengas con esas. No quiero hablar. Entre

nosotrossiemprehahabidoeso:elsexo,elmisterio,lanecesidad...¿Creesquemeimportaotracosadetiquenoseaelhechodequemehagassentirbien?Odiabacomportarsedeesemodo.PeroZacselohabíaganado.Sicreía

que después de descubrir todo el pastel, ella se arrepentiría y le iría derodillas para pedirle perdón, estaba muy equivocado. Aquí se habíanhechodañolosdos,yellanoibaaserlaprimeraensometerse.Estabatanfuriosacontodo,queloúnicoqueteníaeranganasdepegar

aalguienydegritar.YSair levendríadeperlascomochivoexpiatorio.Porqueélfueeldetonantedesucaídaenpicadoylaposteriordestruccióndesucorazón.Yqueríavenganza.Derepente,lamanodeSairsaliódisparadahaciasubarbillaylasujetó

bruscamente.Oliviasesorprendióporquenosabíaqueloteníatancerca,hastaelpuntodeolersualientoacava.Zacsesentíadesdichadopornopoderconseguirelfavordesutodavía

esposa.Noteníaniideadecómohacerlo,peroestabaconvencidodequesucóleraigualabaaladeella.—¿Esquemevasaecharelpolvodeladiós?—rugióconimpotencia.—Por supuesto. ¿Es que no lo veías venir? —dijo con los dientes

apretados,queriéndoloapartarempujándoloporelpecho—.Eresfrutodelamentedeunescritorymesorprendequenotengasmejoresdiálogosoquenoadivinescómosiguelatrama.¿Quéesperabas?¿Continuarconestaaventurasinsentido?Zac se quedó callado, reconsiderando la pregunta de Liv. No quería

perderla, pero su únicomodo de tenerla era haciéndose pasar por otro,porque siendo él mismo, Liv era incapaz de mirarle a los ojos con

respeto.Estabahundidoenlamierdaqueélmismohabíafermentado.—Estásapuntodedivorciartedetumarido—ledijoauncentímetrode

suslabios—,porquelehassidoinfiel.¿Yquieresseguirconesto?—Teequivocas.Nomevoyadivorciardemimaridoporunasupuesta

infidelidadqueélmismohaprovocado.Meconocía,sabíamuybiencómoengatusarme... Zac, mi maridito—explicó como si hablara con alguienqueno lo conocía—, loha tenidomuy fácil.Pero la cuestión esqueyojamás me habría planteado divorciarme de él, si se hubiera portadoconmigocomoelhombredelquemeenamoré,ynoelermitañoenelqueluego se transformóyque apenas estabapendientedemí.Zac seperdióentre laspáginasdesu libroyseolvidódelmundoyde todo lodemás.Hastaolvidarsedemí.—Yotengoentendidoquenofuedeltodoasí.Tú...—Sí. Sé lo que vas a decir. Que yo no era tampoco la dulce y

enamorada Olivia del principio. Y puede que tenga razón, también fueculpa mía porque me hice esquiva a sus atenciones. Pero llegarondemasiado tarde, no cuando yo las necesitaba. La cuestión es que simedivorcio de Zac es porque no ha sido sincero conmigo, porque me haocultado mucha información cuando entre nosotros no debía de habersecretos.Porquejuróquerermeycuidarme,ynolohizobien—sabíaqueestabahablándoleaZac,yaprovechóesemomentoenelsilencioyenelhalldeesasuitedondeempezótodoparaexpresarlaúnicaverdadqueellaconocía—.Yporquedespués,meengañóehizotrampas.Yahora,séqueél puede ser feliz porque ha conseguido dinero y éxito, aunque nuncapueda revelar su identidad.Y entiendo...—susurró acongojada—,que élcreaquemehadadounalecciónamíyatodoslosquepensábamosquevivíaamicostayqueeraunharagán.Ymealegroporsuvictoriaenesesentido.Deverdadquesí—admitiósincera—.Peronotienequesentirsesatisfechocuando,durantetresaños,metuvodesilusionadayprovocóquesemerompieraelcorazónlentamente.Ynohizonada—asegurótodavíaincrédula—. Nada por evitarlo. Y me importa un comino que con suhermetismo quisiera protegerme, porque ni siquiera podía imaginar ladificultadylagrandezadeloqueestabaescribiendo,peroesonohacequedejededolermeigualmente.Yesque…Nohayvictoriaenlavenganza—lointentóempujarporelpecho—.Solodolor.Unprofundodolor—

LivinspiróparahacersefuerteynoderrumbarsefrenteaSair,porqueno

queríaconsuelo,nidesuamantenidesumarido.Soloqueríauncombate.Algo que la hiciera sentir que revivía después de la insensibilidad en laqueestabasumidadesdequedescubrióqueZaceraSair—.Ynoimportaquiénganaoquiénpierde.Soloimportalapérdidaylasbajasquehayporelcamino.Ylonuestro,loquefueyloquepudoser,esunadeesasbajas.Así que vengo a despedirme de todo, y de paso a darme un homenajecomolosquemimaridoyanosabíadarme—otrapuñaladamás—.Creoquemelomerezco.Portodo—espetósoltándosedesuamarredemanerabeligeranteydesafiante—.¿Quémedices,Sair,«elquebuscayacimientosdepozodekimberlita»?—seriódeélydesumentiraensucara—.¿Nosdamosunúltimohomenajeparaenterraresta farsacomoesdebido?¿Otampocovasatenerlospantalonesahoraqueséqueeresunembustero?—¿Eso es lo que quieres?—preguntóZac hablando sobre sus labios,

deseosodemorderlaycastigarlaporhablarasí.—Sí,claroquesí.¿Qué ibaaquerersino?Vengoadecirteadiósa lo

grande,yaquetú,Sair,tedespidasdemíytevayascontuexesposa,esamujerqueahoraquierequevolváisporquetieneséxitoydinero—volvióa hacer referencia a otra de sus mentiras—. Contaste una historia quepodría tenerparalelismosconlamíay lademimarido,¿verdad?Fuistemuyocurrente.Pero,comoves,amínomeimportaloquetengasodejesdetener.Estaserálaúltimavezquenosveamos.Yanotenemosnadaqueperder.Aprovechémosloyatesoremosunbuen recuerdoelunodelotro—lodijosinalmaysinsabermuybienaquiénibadirigidoesemensaje.Loimperósindemasiadasganasdeserquerida,perosíconánimodedarunaúltimaestocada.—¿Yquéhaydetumarido?—Bueno…Élnoestáaquí,¿no?—espetóprovocándole—.Deélyame

ocuparéenotromomento.Esotromentiroso.Comotú—apuntilló.YZacdejóirungruñidoquereverberóensupecho,antesdedejarcaer

labocasobreladeellayaceptarelreto.Elbesodesesperadoybelicoso,setornóaguerridoenelinstanteenque

susbocasseunieron.Olivia se dejó hacer y se concentró en pensar que esasmanos que la

tocaban eran las de Sair y no las deZac. Pero en sumente ya no habíamisterio, solo el hermoso rostro de su marido, cuyos ojos negros yllamativoslamirabanconodio,perotambiéncondeseo.

Unacosaestabaclara:AZacsiemprelehabíagustadoellayloseguíaatrayendo.Ella hundió los dedos en su pelo y tiro de susmechones negros con

fuerza y desesperación, disfrutando de la sensación de acariciar esaguedejasuaveylisa;odiándoseporquetodavíaleencantabatocarsupelo.Noobstante,elbesosecortórápido.Derepente,OliviasintióqueSairlamovíaylaponíadecaraalapared.

Laspuertas correderas quedaban al salón estaban abiertas y a través deellas entraba la luz nocturna de la calle, no lo suficientemente poderosacomoparaquesepudieranadivinarlosgestosylascaras,exceptodivisarsiluetasyformasborrosas,comolaqueamboseranenesemomento.—¿Es lo que quieres? ¿Un polvo? ¿Eso has venido a buscar? —

preguntó él sobre el lóbulo de su oreja derecha y deslizando lasmanosporsusmuslosparaempezarasubirlelafaldalargadesuespectacularyelegantevestido.—EresSair,¿meequivoco?Contigoesloquehetenido.Sexo.—Y mucho más —reafirmó con certitud—. Entrega, intimidad y...

Libertad.—Dejémoslo en buen sexo—finalizó Olivia sabiendo lo destructivo

queeratodoesoparaellos.—Bien—Lebajóelescotedelvestidorojopalabradehonoryexpuso

sus pechos al aire—.Entonces te follaré comonunca—dijo ofendido ycontrariadoporqueLivnoaprovecharalaocasiónparahablarconZacenvezdeconSair.Bienmirado,selohabíaganadoapulsoporqueélmismocreóaesepersonaje.Erajustoqueesanocheéllodestruyerajuntoaella,aunque sabía con toda seguridad que, aquel intercambio, aquel últimoencuentro,tambiénlodestruiríaaél.¿Y qué más daba cuando ya habían pecado el uno contra el otro?

¿Importaba ahora cuando había perdido lo más preciado para él? Esanoche la tendría entre sus brazos, y la furia le impediría ser tierno ocariñoso.PorqueenaquelhallnoexistíanniZacniOlivia.SoloSairySundara.

Dosamantesinfieles.Yparaseguiradelante,ambosdebíandesapareceryserdestruídos.Zac tomó la suave tira del tanga deOlivia. No veía ni el color, solo

sabía que eran unas tiritas insignificantes que podrían romperse de untirón.Le subió la falda arremangándola sobre la cintura y exponiendo sus

nalgasaldesnudo.Liv teníaunculoestupendo,duroybienformado.Sedejó caer de rodillas, hipnotizado y deseoso de probarlo y empezó abesarlo.Ella apoyó la cabeza en la pared, gimiendo tensa.A tientas, alargó la

mano para buscar la cabeza deSair y cuando la encontró lo agarró delpeloytiródeél.—Sube—leordenó—.Saldeahí.Sair rechinó los dientes, y la miró a través de la línea negra que

dibujabansusespesaspestañas.Livnoqueríaatenciones.Solounpolvo.Unoquelehicieratantodañoaellacomoaél.Él se levantó, y manteniéndola contra la pared, se desabotonó el

pantalónybajólacremallera.Despuéssellevólamanoalpaqueteysacósumiembroduroyyapreparado.—¿Es esto? ¿Lo quieres así?—le preguntó inclemente, acariciándola

conlapuntadelpeneentrelaspiernas.—Sí.—Deseoconcedido.La empaló poderosamente, adelantando las caderas, escuchando con

placerelsollozodeLivaltenerloenteroadentro.Ambossequedaronmuyquietos,pechocontraespalda.Enganchadosy

conectados,aunquenovinculadosemocionalmente.ZaclecubriólospechosconlasmanosyobligóaLivacurvarsehacia

atrásparaquesintieramejorlapenetración.Aquello era sexo.Sexounidoal castigoyaldespecho.Creíanqueno

habían emociones de por medio, pero habían demasiadas, aunque nofueranamables.Zac se limitó a poseerla encolerizado por su propia incapacidad para

reconducirlasituaciónconLiv:yLivbuscódeSairloquelehabíadadoyloúnicoquesepodríallevardeél:placeryautoconocimiento.Él llevó la mano hacia delante y coló los dedos entre su sexo para

estimularleelclítorismientrasentrabaysalíadeella.

Ambos se movían al mismo tiempo, descarnados y faltos desentimientospero,almismotiempo,necesitadosdeesecontactoenelqueanhelaban marcar el ritmo y demostrar quién era el soberano y quiendebíamostrarpleitesía.Sinembargo,ningunoserindiónitampocogobernóenelotro.Cuando Zac se corrió en el interior de Liv, sin protección ni nada,

mordió el hombro de su mujer y le apretó los pezones al tiempo queeyaculaba. Y provocó, con su respiración y sus envites, que ella secorrieracasialavez.Solo ladignidadyel amorpropiohicieronqueambos se sostuvieran

contralaparedynocayeranalsuelocomofigurasdepapel.Solo el orgullo les mantuvo en pie, aunque muy en el fondo, se

sintieranmagullados.Livi no quería ni pensar en las consecuencias de lo que acababa de

hacer.Perosísabíalarazónporlaquelohabíahecho.—Salte—leordenóellaapoyandolafrenteenlapared,aturdidaporla

explosióndelorgasmo.Zac sequedóen silencioy reaccionó tarde, justo cuandoOliviaya se

escurríaparaliberarsedeél.Ellanosegirónisediolavueltaparamirarle.Se subió el tanga en silencio, intentando ignorar el hecho de que la

semilladeZacnotardaríaenescurrírseleporlaspiernas.Después,recogióelbolsodemanoquesehabíaquedadoenelsuelo,y

sepasólamanoporelmoñoparacomprobarqueseguíaensusitio.Ydijosinmás:—Adiós,Sair—atientas,abriólapuertadelasuitey,cuandolaluzdel

pasillo la iluminó, giró la cabeza permitiendo que los rayos de luzatravesaransusmechonesrubios.Lomiródesoslayo—.DileatuamigoZacquesepaseporcasaparahablardenuestrodivorcio.Oquedaconélpara hablar, porque me temo que vuestra situación es muy parecida, yseguroqueospodéisayudar.Era puro cinismo y sarcasmo. Liv lo sabía. Acababa de comportarse

conlafrialdadylaosadíaquenuncahabíatenidoconZac,porquesiemprese había dejado llevar por el corazón con él, intentando no herir susensibilidad con sus palabras y sus acciones. Amándolo por encima de

todo.Pero siempre debía haber una primera vez para ese todo. Y aquella

primeravezhabíasidoduraparaella,ytambiénliberadora.Porque acababa de darle a Zac donde más le dolía, aunque también

habíasalidoherida.ASairleechabaunpolvodedespedida,yaélleinvitabaasucasapara

quehablarandelascláusulasdesudivorcio.Diounportazo teatralysealejódeaquellasuiteque jamásvolveríaa

pisar.Mientras tanto, en el interior de la habitación, Zac todavía aturdido y

mediodesnudo,sehabíadejadocaerenelsueloparaquedarsesentadoenelparqué,pensativo sobre cómo, apesardehaberquerido lo contrario,acababadeahuyentaraOlivia.Estabahechounlíoysentíaascohaciasímismopornosabermantener

asuladoalaúnicapersonaenelmundoqueamabamásqueasupropiavida.Nofueelencuentromásromántico.Nielmássensual.Nimuchomenosfueelmásdeseado.En eso pensaba Olivia al llegar en taxi a su casa, y quedarse con la

miradaempañadaenlágrimas,fijaenelordenadordeZac.Impelidaporunaurgenciaquenosupodescifrar,sequitóloszapatosde

tacón,ascendiólasescalerashasta laúltimaplanta,ysefuedirectamentehacia labuhardillaen laqueélsehabíaenclaustradoduranteaños,en lamadrigueradesussecretos,paraquedarseahídepie,conelcuerpotensoylassensacionesturbulentasquerecorríansumentesindescanso.Nosabíaponerlasenorden.Loúnicoqueasumíaydeloquesíestabaseguraeradequesolohabía

sido un polvo por despecho, gestado en las raíces de la decepción ymaduradoenlamaquiavélicanecesidadquetieneunamujerheridaenserlaúltimaendarelgolpe.Oliviatambiénsabíalastimaryhabíatenidoesanecesidad.Entendía que el golpe asestado a Zac no había sido agradable. Al

acostarse con Sair le dio a entender que prefería al misterioso hombre

millonario y que siempre la trató como a unaReina, antes que a él, unmaridoquehabíatomadodecisionesdesacertadas.Yeldañoyaestabahecho,porlasdospartes.Livisorbióporlanarizydiounpasoyotrohastaalcanzarelescritorio

enelquesesentabaZac.Todoestabaigualqueeldíaenelquesefue.DespuésdelapeleaconAmaeneljardín,novolvióaaparecerporsu

casa.EralaprimeravezqueLivsubíaaeselugar.Yahoraentendíaporqué

nolohabíahechoaún.PorqueelsilencioahílatentecertificabalaausenciadeZacensuvida, laaplastante soledadque lacarcomíay le lacerabaelcorazón.Zacteníaropa,apuntes,yunmontóndecosasqueporlovistonoibaa

reclamar porque no había dicho en ningún momento de ir a buscarlas.Comotampocolareclamabaaella.Pasólamanoporlasuperficielisadelamesacaobayabrióunalibreta

conlascubiertasdepieldecolornegro.Ahoraeralibreparachafardear,libreparasercuriosaydescubriralgo

queyahabíadescubierto.Peronoimportaba.Enlashojasquepasabadeesecuaderno,reconociólaletradeZac.El

malditosupofalsificarsucaligrafíaparahacersepasarporSair...Sepensóhastaelúltimodetallepara llevaracabosuartimañadeseducción.Pasólas yemas de los dedos por encima de la tinta, como si fueran unafotografíaviejaymelancólicadeotrotiempoqueyaapenasibaconella.Habíannombres,fechas,opiniones,garabatos...Postitsenunashojas,postitsenotras...Y en un arrebato lanzó la libreta contra la pared, que rebotó y cayó

como peso muerto al suelo. A la libreta le siguieron los bolis, loslapiceros,ytodoloquehabíaencimadelamesa:libros,dossiers...Livsedejóllevarporelcorajeylohizovolartodoporlosaires.Peroloquemásrabia lediofuedarsecuentadequenopodía tirarni

eliminardeesabuhardillalaesenciadeZac.YnoeraelcaroperfumedeSair, sino el familiar y suave aroma de la piel de su marido, de suaftershave...La buhardilla olía a él, al hombre con el que se casó, al avispado

periodista,alescritorsoñador...A

todoloqueélrepresentaba.Yesoladestrozóylaabatióenlaañoranza.Noqueríadivorciarse.Noqueríaacabarasí.Queríaasumarido,alque

ella había fallado y engañado, y al mismo que la había abandonado yconfundido.LoqueríaaélynoaSair.Noobstante,esainfaustanochesediocuentadequenoteníaaninguno

delosdos.Soloasupreciosodogoqueleolíalospiesdescalzosylloriqueabacon

ellaporverlatantriste.

Capítulo10

Aldíasiguiente—¿Mamá?—Hola,cariño.¿Hapasadoalgo?¿Estásbien?Livsabíaquellamabamuytarde,poresosumadreestabasorprendida.

Eran las once de la noche del domingo. Había pasado el día viendoálbumes hoffmans de Zac y de ella, y se había descubierto llorandodesconsoladaantelaavalanchadelospoderososrecuerdosvisuales.Ahora necesitaba el consuelo de su madre y sus palabras, que eran

sabiasyreconfortantes.Ojalálatuvieracercaparaquepudieraabrazarla.Enlasfotos,Zacyellaseveíantanfelicesentonces...Ysumadresalía

muchasvecesabrazandoaZac,endistintoslugares,queriéndolocomoaunhijomás,comosiemprehabíahecho.Enesasinstantáneas,ambosaparecíanconlamiradabrillanteyllenade

sueños,yunassonrisasquenolescabíanenlacara.Comolasdeldíadesuboda.¿Yquéquedabade eso?Solodolor.Ypena.Muchísimapena al darse

cuentadequedeverdadesaépocasehabíaacabado;seesfumócomosinuncahubieseexistido.Acadaálbumquecerraba,portazoque ledabaauntiempoenelquehabíasidomásfelizqueeneseinstante.Yledolíaylahacíasentirdesgraciadacomonunca.—Perdonaquetellametantarde,mamá.—No pasa nada, cielo. No sabía nada de ti desde que regresaste a

Barcelona.Ynomehascogidoningunadelasllamadasquetehehecho—lareprendióCarmen—.Meteníasmuypreocupada.Nomelohagasmás.—Losé.Losiento—sedisculpó—.Teníaqueaclimatarmealritmode

trabajo,y...Ybueno,aestarsolaenestacasa...—lamentóacongojada.—¿Sola? ¿Cómo que sola? ¿No has hablado con Zac? ¿No habéis

arregladolascosas?—cuestionópreocupada.

Dios. Si fuera tan fácil... Olivia necesitaba hablar de lo sucedido conZac,peronopodíacontárselonisiquieraasumadre.ErataninjustoquenopudieradecirqueZaceraelhéroeanónimoquecopaba telediariosyperiódicos nacionales... Era injusto para él, que merecía esereconocimiento.—Mamá,noesfácil.—Porsupuestoqueno.Nuncaloes—aseveróella—.Peroporesono

tenéisquedejardeintentarlo,¿meoyes?Soisunmatrimoniojoveny...—Mamá,meheequivocadoconél—sentenció.—Vaya —dijo sorprendida con un tono de «ya te lo advertí»—.

Entonces,¿yanoesdeéltodalaculpa?—Déjameacabar...Aligualqueélsehaequivocadoconmigo.—Entiendo.Ahoraesdelosdos.Aver,¿cuéntamequéhapasado?—No...Nonoshemosportadobienelunoconelotro.Esoes todo.Y

puedeque lomejorparaél seaalejarsedemí,y talvezeso tambiénseabuenoparamí.—¿Porquédiceseso?—Porque no nos merecemos. No nos hemos sabido cuidar, mamá.

Éramosbuenos,perolohemoshechomal.Enese instantederevelaciónyconocimiento,Liventendióqueseguía

queriendo aZacmás de lo que ella creía y que, al no apoyarle y haberpuesto en duda su capacidad y su valía, nomerecía su compañía, ni unmaridocomoél.Zacmerecíaunamujerqueloapreciaseylovaloraseporsu capacidadpara sacrificarse por los demás.YLivnohabía tenido esapaciencia.Saber eso de símisma la hizo sentirsemal y provocó que volviera a

llorarinconsolablementecubriéndoselacaraconunamanomientrasconlaotrasujetabaelteléfonocontrasuoreja.—Cariño,porfavor,nollores,cálmate.Cojounaviónyvoyparaallá...

Voyallamaratupadrey...—No,mamá—lepidióella—.Porfavor.Noquieroqueningunodelos

dosvenga.Yasuficientetuvisteisalpresenciaresaescenademalgustolaúltima vez que estuvisteis aquí... Y estoy mejor, de verdad. Yo...Me lasarreglaré.Tengoqueespabilarmesola...

—Pero,¿quévasahacer?—Pues... Zac quiere el divorcio.Y hasta hace unas semanas yo estaba

convencidadequequeríalomismo.Peroahora...—jugabadistraídamentehaciendocírculosenelagua—.Ahoranoquieroesto.—Mealegraquedigaseso—afirmóCarmenorgullosa—.Elamorse

tiene que luchar, y más aún cuando hemos errado. Hay que sabe pedirperdón.Noabandonaralasprimerasdecambio.—Antesmesentíafuerteparatodo.Nocreíaqueyotuvieraculpademi

situación... Me cegué pensando en que todo era responsabilidad de ladesidiayelconformismodeZac.—Lo sé. Sé cómome hablabas de él y de lo cansada que estabas de

mantenerleyhacerletodo...Livlamentóprofundamentelaimagenquehabíavendidodesumarido.

Que era cierta, pero tal vez debió de ser más considerada y menosagresiva.Oalmenoscuidardenohablar asídealguienaquien todavíaqueríaoteníaunaaltaestima.—Estabamuyenfadadaconél,mamá...Peroahoraquesélaverdad...—¿Pero qué verdad es esa?Me estás impacientando. ¿Qué ha pasado

paraquecambiestantodeparecer?—Pues me he equivocado y me he dado cuenta de que yo no era

perfectatampoco.—Hijamía...—lacompadeció.—Yahoralascosassehancomplicadomuchísimo.—¿Complicadohastaelpuntodenoatreverteairahablarconélpara

darosotraoportunidadydecirlecómotesientes?—latanteósumadre.Livcerrólosojosyapoyólacabezaenlabañeradejandoqueelagua

calientelacubrieraporcompleto.Dios... Ojalá fuera tan sencillo. Ojalá pudiera verle y no ponerse

nerviosanitemblarantelacercaníadeaquellaseparación.Sinrencores.Sinreproches.Aunqueesoeraimposiblecuandosehabía

compartido una vida pasada.Y luego estaba la historia deSair...Que entodomomentohabíasidoél.Una tercerapersonaqueenrealidadnoeratal.—Noestanfácil—musitó—.¿SabíasqueLaureusvaaeditarsulibro?

—¿Sulibro?—repitióCarmenincrédula—.No,porsupuestoquenolosabía. ¿Esa es una editorial grande? ¿No es la del hombre este que estállevandoalapalestraalamitaddelospolíticosdeestepaís?¿EldelJudasese...?—Sí—asintióOlivia feliz por que sumadre conocía el librodeZac,

aunquenosupieraqueeradeél—.Laureuseslamejor.—Caray...EntoncesnuestroZacteníarazónyesunexcelenteescritor.—Niloimaginas,mamá—contestóconeltonollenodeadmiración—.

Sulibroes....Sencillamente,esunamaravilla.Cadapalabra,cadasentenciaescomositetocarayteabrieraconciencia.—¿Yalohasleído?—Sí...—TelodioZacparaqueloleyeras...—Sí,másomenos—nofueasíexactamente,perosumadrenodebía

sabermás.—Bueno,ycuéntamecuálvaasertusiguientepaso.¿Quéharás?—Yo...Soloséquenomequieroseparardeél.—¿Porqué?—Porquelequiero,mamá.—Peroquerer,comohasvisto,noessuficiente.Hayquedarmuchode

unomismoparaserfelizenelmatrimonio.Nohaynadamáscomplicadoquevivirenparejaconunapersonaquesesuponequedebedeserparatodalavida.Oslodijealprincipio:elamorsecuidaoserompe.Hayqueregarlo, estar por la otra persona, pensar en ella... Cuando vivimos enparejahayquedejardeseregoístas,cariño.Yamboslohabéissido.—Noessencillo—replicóOlivia.—Lascosasqueimportannuncaloson.¿Quétipodeamorsientespor

Zac? ¿Cómo le quieres? ¿Como un amigo o como se supone que unamujer ha de amar a la persona con la que quiere compartir su vida?Porque después de un tiempo, cuando la chispa del principio se ha ido,muchagenteseconfundeycreequesehadesenamorado,cuandoloqueha pasado en realidad es que ese amor ha evolucionado en algo másfuerte, real y duradero, en vez de algo tan fugaz como el capricho delprincipio.Peroparaqueesesentimientoperduredebemosmimarlo,ynodarloporconsabido.

—Losé,mamá.EsoesloquediceZacquelehapasadoconmigo.Quecreyóquenonecesitabademostrarmecuántomequería,porqueyalodabaporhecho,pero...Ahora...Soloséqueleamoylonecesito.Quenosésiheperdonadotodoloquemehahecho...Pero,ahoraquenolotengoyquemefalta...—Oliviahizounpucheroyenmudeció.—Esmuydolorosodartecuentadecuántoquieresaalguienunavezque

lohasperdido,¿verdad?—Sí—murmujeóllorosa.—¿Puessabesquétedigo?Queunonodice«esteeselfinal»hastaque

lo intenta por última vez y lo da todo, Livi. Yo no te eduqué para quefuerasorgullosaycobarde.Teeduquéparaquesupieraspedirperdón,ytambiénparaqueteenfrentarasconvalentíaatuserrores.Sihayalgoquenotegusta;cámbialo.—Pero,mamá...—Escúchamebien.Nimamánitonterías.VasairaveraZacdondesea

queestéyvas adecirle loque sientes.Tal cual.Sea loque sea, te salgacomo te salga. Tienes que ir a por todas porque es la persona másimportantedetuvida,laquetehacíareírcomonunca...Nopermitasquesevaya sin haber luchado,Olivia. Es tumarido, el hombre que elegiste, ytodas esas cualidades que amas de él siguen estando ahí. No handesaparecido.Veabuscarle.Noseastonta.Ellapermanecióensilencio,pensandoenaquellaspalabras.—¿Mehasoído,hija?—Sí.—¿Entonces?¿Loharás?Aquellapreguntaconvertidaendesafíosería,sindudaalguna,unpunto

deinflexiónensuvida.Ahorasólofaltabadecidirsidaresepasoono.DosdíasdespuésZacnoestabadehumor.Jugabaalanzarycogerlaalianzadecasadoal

vuelo, sentado en su sillón de masaje que había colocado de cara alventanalquedabaalaDiagonal.Lavidalesonreíaeconómicamente,sulibroibavientoenpopa,estaban

negociando el precio para comprar los derechos audiovisuales...Cualquieraensusituaciónsesentiríaeufórico.

Peroparaélnadadeesoerasuficiente.Porque se estaba dando cuenta de que todo lo que había querido

conseguirenlosúltimosaños,noleservíadenadasinolocompartíaconLiv,siellayanoestabaasulado.Durante tres años, se había imaginado la cara de alegría, sorpresa y

orgullo de su compañera al darse cuenta de que su trabajo tenía unreconocimiento, de que su sacrifico valía la pena: y de que su libroayudabaaconsentirasumujercomosemerecía,justocomoélnohabíapodidoenesetiempodeárduadocumentaciónyredacciones.PorqueLivmerecía que cuidarande ella y lamimaran justo comoella había hechocon él, hasta que su nivel de desencanto general cruzó la línea de lopermisible.No había sido culpa de ella. Él había sido el culpable al creer que el

amordeverdadnonecesitabadeatencionesnicuidados;creyendoque,sierasincero,eraparatodalavida.Había sido un mendrugo. Incluso las grandes obras de arte y los

grandes monumentos eran imperecederos por el mantenimiento que leshacíanyporlamanodelosrestauradores.Su amorporLivnecesitabauna restauración, yhabía creídoqueSair

pondríaesachispayrecordaríaloqueelloshabíansido.Perono.Fueunamaladecisión.Unaquelohabíallevadoaestarcelosodesupropioalterego.Miróelmovil,quereposabasobresumuslo.En la pantalla estaba el nombre de Livi, su contacto abierto. Habían

pasadotresdíasdesdeelencuentroconellaenlasuite,desdequelatuvofría y tensa entre sus brazos, y pudo disfrutar del calor de su cuerpo,aunquenodesuamornidesucariño.Desdeentonces,nohabíapasadoniunahoraenlaquenopensaraenllamarla.Sinembargo,sabíaqueLivnohablaríaconélsinoteníaunmotivo,yanoleregalabaconversaciones,yZaccomprendíaqueel temaquemás leapremiabade todoseraeldesudivorcio,peroniellaniélparecíaquequisierandaresepaso.¿Loestabanevitandoapropósito?¿Poresonoseponíanencontacto?Podría llamarle con la excusa de ir a recoger sus pertenencias de la

buhardilla,yasípodríaverlayhablarconella.Intentaría un acercamiento y, a lo mejor, afectado por su hermoso

rostro y aquella energía bondadosa que desprendía Liv, él se

desmoronaríaylediríaquenopensabadarleeldivorcioporque,aunqueellanoloquisieraya,élnoibaapermitirquesecasaraconotro.Noleibaa dar ninguna facilidad de ese tipo. Seguramente, eso haría que ella leodiasemássicabe,peroZacnopodíaimaginarseaLivconotrohombrequenofueraél.PoresoodiabaaAma.PoresohabíaacabadoodiandoaSair.Yporeso

seodiabaasímismo,porquehabíaechadoaperderelamorqueesamujerbrillante,inteligenteycariñosaleprofesaba.El timbre de la puerta lo apartó de sus pensamientos. Se levantó del

sillónadesganaysedirigióaabrirlapuertaparaverquiénera.Albertoya había pasadopor su casa para limpiar y traerle la cena.Zac le habíainvitadoacenarconélahímismo,aloqueAlbertodeclinóamablemente.Talvez,suamigohabíacambiadodepareceryseanimabaacocinarparalosdos,porqueZachabíasidoincapazdeprepararnada.No obstante, cuando abrió de par en par, no se encontró a su

mayordomo,sinoasueditora,Anna,vestidasugerentemente,apoyadaenel marco de la puerta de manera coqueta con sendas bolsas de comidahindúenambasmanos.—Me apuesto uno de cien a que todavía no has cenado—le dijo la

morenasonrienteysimpática,comosiempreeraconél.—Losganarías—aseveróZacdejándolaentrar.—¿Teapetececomer?—Annaentróenlacasa,moviendolascaderasde

unladoalotroysonriéndoleporencimadelhombro.Ellaya sabíadondeestaba todo, cómoprepararlo coneficiencia,y se

movíaporsucasacomosifuerasuya.—¿LehasdadolanochelibreaAlbertootravez?—preguntódesdelacocina.Anna lo conocía. No habían sido pocas veces las que se lo había

encontradolimpiandooponiendoenordenlosmuebles.Elladesconocíalanaturalezadesu relación,y lo tratabacomounapersonadel servicio.PeroAlbertonosoloerasumayordomo,tambiénerasuamigo.Comofuera,ledabalasnocheslibresparaquecenaraconsufamilia.Y,

aunque tenía una habitación para él, para que se quedara a dormir, Zacsiempreloinvitabaairse,porqueteníaunoshijosyunamujerquecuidar.En realidad, a Alberto, aunque no lo decía porque era muy discreto,

Annanolecaíademasiadobien.Selenotabaporlotensoqueestabaensupresencia.YZaclocomprendía,porquelaeditorateníauncarácteraltivodifícil de gestionar, aunque él había aprendido a no tomársela en serio.Esanocheno le apetecía sucompañía,peroesamujer tenía lamaníadeaparecerydesaparecerasuantojo.—He traídoMomoypizza India—explicó lamorenamientras servía

los platos en la barra americana de la cocina.Cenarían en los taburetesaltosdediseño.El momo era como unas empanadillas de harina, rellenas de cebada,

carneycilantro,servidaconvariassalsas.Ylapizzaconsistíaenunabasedeharinadelentejasyarrozquesepresentabacubiertaenocasionesporsalsadetomateypicadodecebolla,yestabanrellenas.—Laverdadesquenotengodemasiadahambre—explicóZacfrotándoselanucaconlamano.—Túyyosabemosqueesonoesverdad,escritor—lomirópordebajodesuspestañasysonriósalazmente—.Encuanto

huelasestosetevaaabrirelapetito.Enalgúnotromomento,Zac lehabríadado la razón.Peroeneseno,

porque, sencillamente, no estaba de humor para tener compañía ni oírlahablar sobre proyectos futuros y viajes y beneficios... Nada de eso leimportaba.—Anna,nomeapetece,deverdad.Ella alzó el rostro y entrecerró sus ojos morunos pretendiendo

averiguarasíloquelepasabaenrealidad.—¿Quétesucede?¿Estásdepresivo?—Meapeteceestarsolo.Ellaexhaló,seapartódelamesaycaminóhastaél.Vestíaconesaropa

informalya lavezmasculinaqueprovocaba respetoen losdemás.Conesosandaresyesostaconazos,yelpelocasisiempresuelto,eracomounaatractivaanacondaqueharíapuréasupresa,primeroatrayéndoloconsumirada,ydespués,machacándoleloshuesosconsupropiocuerpo.AZacle divertía que asustara tanto a los demás, porque a él, Anna solo leinspirabarespetoprofesional.Nadamás.—¿Esporlainsípidadetumujer?—¿Cómodices?—dijosorprendido.Noseesperabaunataquedeaquel

tipo.—Bueno,nomenegarásqueesunpocosiesa...—Si siesa es ser educada y discreta, entonces sí lo es —contestó

manteniéndolaarayasinquerertomarseapechosucondescendencia.Annaarqueólascejasnegras,ylascomisurasdesuslabiossealzaron

consoberbia.—¿Tevasadivorciardeellaono?—¿Qué?Annapusolosojosenblanco,comosifueratonto.—Notienesentidoquesigáisjuntos,¿noloves?Túeresunhombrede

muchísimo éxito ymereces a tu lado a unamujer capaz y que esté a tunivel.LosojosdeZactitilaronconasombroporsuosadíaysufaltadetacto.

Le llamó la atención que Anna no mencionara el amor en ningúnmomento. Para ella, la ecuación era fácil: hombre de éxito y mujer deéxitoigualaparejaomatrimonio.Porqueculturalmentedebíadeserasí.Pero Anna no sabía nada de Olivia, ni de lo culta que era, ni de lo

trabajadora que era, ni de cómo hacía funcionar la gran empresainternacionalquellevabaycuyamarcasehabíaextendidoporelmundo.Zac nunca le habló de Livi, y Anna no era adivina. Pero después de

aquel despotismo, la morena tampoco necesitaba saber nada más de sumujer.—Oliviaestáamialtura,soyyoelquenoloestáalasuya—contestó

sincero.—Por Dios—Anna puso los brazos en jarra y negó con la cabeza,

mirándolo de arriba abajo—, vaya calzonazos tonto estás hecho...Deberías abrir los ojos yver dequé está hecho elmundo.No sé cualesfueronlosmotivosparaqueosseparáseis...Pero,ellanoestáatualtura,desdeluego.—¿Yquiénloestá,Anna?¿Tú?—¿Lo dudas? Tú y yo podríamos hacer una pareja espléndida —se

acercóaélyposósusmanossobresupechoparamurmujearcoquetona—. No me digas que no lo has considerado nunca. Nosotros, nuestroéxito...

—pasóeldedoporsupectoralderecho—.Elmundoquenosvamosacomerdecaboarabo.Sialgunavezhabíanecesitadounapruebafehacientedelaatracciónyla

intención deAnna para con él, ahí la tenía, servida en bandeja.Y no legustaba,eraadulador,peronoloqueélquería.Tomósusmanosjuguetonasentrelasdeélylasinmovilizóparadecirle

amablemente:—Anna,eresmuyatrevida.—Lavidaesparalosvalientes,¿nodiceneso?—Yeresmieditorayunaprofesionalexcelente,conlaqueesunplacer

trabajar.Nopuedopedirmásaniveleslaborales.—Ya.¿Pero?—Pero...Cuandomehablasasí,olvidasquesoyperiodistayquesoyun

gran observador. Sé de qué está hecho elmundo, créeme.Y he visto lamierdaquenos rodea a cadaunodenosotros...Tantosprejuicios, tantasapariencias, tanta hipocresía... Es insoportable — afirma obligándola abajarlasmanos—.Poresomecaséconmimujer.Porqueellaeratodolocontrarioalaporqueríaqueveía.Ylosiguesiendoparamí.—Ohporfavor...—dijorojacomountomate,untantopicajosa—.¿Me

vas a decir que sigues enamorado de ella? ¡Pero si fue a tu fiestaacompañadadeotrotío!¡Teinsultóentucara!Sí. Eso era algo que a Zac tampoco le había gustado. Pero detrás de

cadagestoydecadaaccióncontrovertida,habíaunmotivo,unarazóndepeso.YOliviateníamuchasparahacerloquehizo.AunqueesonoevitólarabiaquesintióalveralcabróndeAmahinchadocomounpavorealaliracompañado de su esposa. Joder, solo tenía ganas de plancharlo apuñetazos.Zac se encogió de hombros. Y puso cara de no podermediar en los

sentimientosdesucorazón:—Todos nos podemos equivocar. Y sí, la sigo queriendo a pesar de

todo—ysobretodoapesardequeAnnanosabíadelamisalamitad.—Enserio,Zacari...Noesperabaquefuerastansumiso.—Anna—Zacnegóconlacabeza,censurandosuactitud—.Esunapena

que nunca te hayas enamorado y que nunca te hayan querido como temereces.Creoqueavecesteextralimitas.

Anna cambió el rictus por completo a uno de arrepentimiento yvergüenza, como si el golpe asestado fuesedemasiadobruscopara ella.Acababandedarledesumismamedicina.—¿Porquédiceseso?—quisosaberafectada.—Porque en el amor de verdad —dijo hablando con la mano en el

corazón,sabiendoqueporprimeravezdecía laverdad,queyanohabíavuelta atrás para él—. No hay dominantes. Todos somos sumisos,cedemos, y nos dejamos llevar por los deseos de las otras personas, apesar de que no sean como uno quiere, porque lo que queremos es lafelicidaddelotroporencimadelanuestra—élmismolohizoconSair,pero lohizomal,porquese sintió inseguroante la figura ficticiaqueélhabíacreadoparasumujer.Unpersonajedenovelaatrayenteyseductor.Sairtambiénestabaenél,eraunapartedeéldelaquesumujertambiénsehabíaenamorado—.Porejemplo,yonopuedoserfelizsinotengoamimujer igual de feliz que yo. A mi lado—sentenció al tiempo que esaafirmación actuó comouna bofetada y una revelación expresada en vozalta—.Nunca...Nuncapodréserfelizsi...Siellanoestá—tragosalivaysequedóinmóvil.Annaoscilólosojoshaciaarribayresopló.—Ay, por Dios —hizo un gesto de desdén con la mano—. Vete a

buscarla,anda,sitantolaquieres—laeditoraseapartódeél,ysedirigióalapuertadesalida.Seibasincenarysinprobarbocado,peroeranormaldespuésdehabersidorechazada—.¿Sabes?—miróaZacporencimadelhombroantesdecerrarlapuerta—.Ereselmejorescritorquetengoyvasadarmemuchodinero,ytequieroporeso.Deverdadquesí.—Yyoati.Ereslamejoreditoraquepodíatener.—Pudohabersidogeniallonuestro.—Malasuerte—chasqueóconlalengua.—Peromealegrodequemeabraslosojosrespectoati—unrayode

ternuracruzósusprofundidadescastañas—.Eresunllorón.Yamínomegustacambiarpañales.—Lárgate,serpiente—lesoltóélriendo.Anna se fue y Zac se quedó solo, acompañado del aroma de la cena

hindú.Eraparadospersonas.

Ynoseloibaacomertodoél.

Capítulo11

LiviacariciabaaCaballopordetrásdelasorejas.Estabansentadosenelbalancín del porche delantero. Su enorme dogo permanecía reposadoentrelaspiernasdesudueña,decaraaLivi.Asuanimal leencantabaque lo tocaray lehicieramimos,yhacíaun

par de días que reclamaba especial atención. Tal vez había cogido unaotitis o estaba un poco constipado. Si al día siguiente continuaba así demimoso y holgazán, lo llevaría al veterinario para que lo visitaran,porque Livi sabía cómo eran los animales, y cualquier cambio deconducta,puestoquenopodíanhablar,debíaservigiladoconlupa,ymásaúnenundogocomoelsuyo.—¿Tegustaqueterasqueaquí?—lepreguntóuniendosufrentealade

élmientraslerascabalapartetraseradelcuello.Caballo parecía sonreír muerto del gusto, y Livi lo entendía

perfectamente, porque a ella le encantaban las cosquillas y losmasajes,como los que antes le daba Zac. Ahora, días después de escuchar laspalabrasdesumaridoyoírdesubocaloesquivaqueellatambiénhabíasido con él y lo difícil que le había resultado a Zac acercársele, habíahecho inventario de recuerdos y se había descubierto siendo estúpida yfríaacausadeldesamparoalqueéllaabocó.Porque sí, era una mujer y, como tal, quería que la mimaran y la

cuidaran,comoellahabíaintentadohacerconélenesetiempo,aunquenocon tantadedicacióncomosu rencorysu faltadeculpa lehabíanhechocreer.Alfinal,laculpadeunaseparaciónodeunaruptura,norecaíasoloenunapersona.Recaía en losdos, porqueunohacíay el otro le dejabahacer.Liv tuvo que cuadrarse. Tuvo que haberle gritado y haberle hecho

reaccionarynotratarleconlapermisibilidadylamanosuaveconlaquelo hizo. Si se sentía abandonada, tendría que haberse encarado con él ymolestarlo,empujarleyhaberleechadoencarasuparsimoniaylopocoquelefaltabaaellaparaquedejaradesentirganasdeél.

Fuetonta.Yunacobarde.Ynobastababuscarexcusasenquesiéleraescritor,que si su trabajomerecíaconcentraciónypocas interrupciones.No.Nadadeeso.Cuandosetratabadeamorydelafelicidaddeuno,lodemáspasabaa

sersecundario.YLivi permitió que todo le pasara por delante, antes que sus propias

necesidades.—Séqueleechasdemenos—murmurósindejardeacariciaralperro

—.Éltehacíamuchacompañía,¿verdad?Estabacontigosiempre...Caballo torció la cabeza a un lado y la escuchó atentamente, como si

supieraquehablabade sudueño,deZac.Se relamióelhocicoygimió,buscándoloalrededor.Livsehabíaplanteadomuchasveces,despuésdehablarconsumadre,

el ir a buscar a su todavía marido. Y exponerle, como mejor supiera,cómosesentíacontodoysiestabadeacuerdoonoeneldivorcio.Después de todo lo dichoy todo lo hecho, parecía incluso surrealista

decirlequelequería,yqueeradeéldequienestabaenamorada.Quesuausencia lahabíamenguadoy leenseñabadíaadíaquécosas,dentrodetodolopermisivaquefue,habíahechomalconél.Zac y ella se habían enamorado locamente y habían tenido un

matrimonioconunpicoaltoymaravilloso,paraqueluegoañotrasañocayeraenpicado.Nolosupieronllevar.Nuncaimaginóqueconeltiempoaquellaruptura

acabaríapasando.Porquesussombras juntoserangigantes, tenían tantossueños...¿Paraqué?Paraquealfinal,lasmismassombrasqueellosreflejaban,

acabaranapagandotodalaluz.Pero,nadienacíaaprendido,¿verdad?—¿Olivia?Livselevantódegolpe,reteniendoaCaballoqueyaselanzabacontra

aquelinvitadoinesperado,quehabíallegadoapie.—¿Ama?La relación con Ama se había quedado en stand by desde el sábado

pasado,enelqueélledijounaseriedecosasdesagradablesquenoveníanacuentoyqueellanohabíaesperadooírjamásdesuboca.Si bien era cierto queAma no era sumejor amigo, sí resultó ser un

compañero de trabajo excelente.Un buen compañero, en definitiva, quesiempreintentóhacerlasentirbienycuyasbromasyveladasinsinuacionesnuncalaincomodaron.Perocuandosecruzabanlíneascomolasdehacíatres días, era muy difícil volver a mantener el mismo tipo de vínculo,porqueunodelosdosqueríaalgodelotroqueelotronoestabadispuestoa dar, o no estaba interesado. En este caso, era Ama quien se habíaconfundido.Livi leenvióunpardemensajesparaquehablaransobre lo sucedido

mientrasdesayunaban,peroAmalaesquivóaludiendoqueteníaquehacerunpardevisitas.Nopensóquetendríalaosadíadenuevodeiraverlasinavisarla,ymásdespuésdelosucedidolaúltimavezconZac.Yahora lo tenía ahí enfrente, conunacervezaen lamano,y losojos

enrojecidosquedemostrabanqueaquellanoera,nide largo, laprimeraquesetomaba.Así que abrió la puerta individual de la entrada del jardín y entró sin

más, caminando hacia ellos como si no tuviera ningún peso sobre susespaldas.—¡Caballo, sit! —ordenó Livi a su perro tranquilizándolo. El dogo

podíapercibirlasenergías,yAmadesprendíaunamuyebria.Deahíqueelanimalquisieraprotegerasudueña—.Nopasanada.Yaloconoces.EsAma.PeroCaballonoestabamuydeacuerdo,porqueeseAmanoeracomo

eldelavezanterior.—Hola,rubia—lasaludóalzandolabotelladecervezaqueteníaenla

mano.—¿Quéhacesaquí?—Puescreoque...Nosé—seencogiódehombrossonriendocomoun

niñoinocente.—¿Estásborracho,amigo?—lepreguntóamistosamente.—Esposible—nosubiólasescalerasdelporche,peroapoyóunpieen

unescalónydejócaertodoelpesosobresurodilla—.Esteesunodeesosmomentosenlosquenosabesporquérazónhacesloqueestáshaciendo.

—¿Ah,no?—Liventrecerrósusojosazulesparaestudiarloconrecelo—.Meextrañaenti,porqueeresdelosquelotienetodoestudiado.Amarióincréduloaloíresaspalabras.—Sí,sí...Estudiar.Esposiblequemegusteanalizarsituaciones...Pero

me sirvenparavender.Para que la genteme compre.Tenías razón—laseñalóconuníndiceuntantoinestable.—Ama...Heintentadohablarcontigoestosdías,peromehasignorado.—Bueno.Unhombretienesuorgullo—chasqueóconlalengua—.Yyo

necesitabaretirarmeparapensarquémierdahehechomalcontigo.—¿Cómodices?Caballo ladró, yLiv se obligó a encerrarlo en la casa, porque estaba

demasiadoenguardia;aunquenoinvitóaAmaaentrar.Saliódenuevoparahablarconélenelporche.—Sí,Liv—reconociódandootrosorboalacerveza—.Algohetenido

quehacermal...Porque llevoesperandomucho tiempoparaquedejesalperdedordetumaridoymeelijasamí—dijosininflexiones—.Yahora...Ahoraqueporfintehasdadocuentadequenotienesnadaquehacerconél,yqueporfinyopuedoentrarenescena,nometienesencuenta.Era impresionante ver a un hombre grande y apuesto comoAma, tan

desorientadorespectoaalgocomoelamor.Peroclaro,Amanosabíaquéera eso; él conocía la caza, el cortejo, el adulamiento...Y tal vez, pensóque con ella lo tenía muchomás fácil porque ya se conocían. Una vezeliminadoaZacdelaecuación,éltendríaelcaminolibre.Peronadamáslejosdelarealidad,porquenuncanadaeratanfácilen

losdesigniosdelcorazón.—PorDios,Ama—susurróincómoda—.Mira,nosécuántascervezas

tehasbebido...—Las suficientes como para que no me dé vergüenza llorarte y

humillarmeunpocomás—sesorbiólanarizconelantebrazo.—¿Perollorarmeparaqué?—Olivianoselopodíacreer—.Yatedije

lo que había el sábado, Ama. No he querido jamás ni confundirte nihacertecreernadaque...—Yoloquecreo—dijoaturdidoporelalcohollevantandoeldedopara

hacerlacallardegolpe.Subió lasescaleras—.Esqueno lohaspensadobien.

—¿Quenohepensadobien el qué?—diounpaso atrás—.Por favor,Ama,meestásponiendonerviosa.—Chist—seinclinóhaciaadelanteavasallandoaOlivia—.¿Cómovas

adeclinaralgoquenohasprobado?—¿Qué?Amalaagarródelacinturaylapegóasucuerpoparaecharleelaliento

acervezaenlacara.—No te atrevas, joder —lo regañó intentando apartarlo—. Te

arrepentirásdeestoymeobligarásahaceralgoquenoquierohacer...EnelinteriordelacasaCaballoladrabasindetenerse,porquepercibía

laansiedaddeLivi.—¡Que te estés quieto, joder! ¡Aparta las manos! Livi se estaba

enfadandoconél,Amaseponíapesado.—Lo mejor es que nos besemos. Así sabrás que también te puedes

enamorardemí.—¡¿Tehasvueltoloco?!—Noseasestrecha,Livi...—dijoentredientes—.Somosamigos...Es

solounbeso...TehastenidoqueaburrirmuchoconZac...—DejadehablardeZac.Éldesdeluegonuncasehacomportadocomo

tú.—Porquenoesunhombre.Esunputofantasma—justoenel instanteenelque ibaacomerle laboca,alguien tiródel

cuellodesucamisetablancaconfuerzahaciaatrás,ylohizovolarporlosaires.Liv se quedópálida al ver el rostro que las sombras de su porche de

maderaylaslámparasdeljardínocultabansinéxito.Porque a pesar de la oscuridad, unos ojos negros conocidos y más

agresivosquenunca,fulminabanalhombrequeestabaenelsuelo.Zachacíalomismotodoslosdíasdesdequesefuedesuantiguacasa.

Alanochecer,sequedabaaparcadoenlaaceradeenfrenteconsumoto,ocultoentre losárboles,yesperabaelmomentoenelqueLivyCaballosalíanalporcheasentarseoenelbalancínoenlasescalerasparadisfrutardelaapacibletemperaturadelatardecer.Aquelerasumododepermanecerahí,deseguirconellos,decreerque

nadahabíaacabadoyqueestabaal ladodesumujerydesumascota,sumejoramigo.Porsupropiodescuidoyconformismoloshabíaperdidoalosdos,de

ungolpedolorosoeinesperado.Eraunapérdidabrutaleinconmensurableparaelcorazóndeunhombre.Por eso vivía de esa fantasía, y los observaba desde la lejanía, para

autoconvencersedequesuhogarseguíasiendoeseynootro.Peroenesapostalquetantoañoraba,nocabíalugarparaAma.Asíque,

cuando lo vio aparecer y comprobó la actitud que llevaba el rubioprepotente,Zacnolopensódosveces:sefuecomoundemonioaporél.—¡¿Zac?!—gritóLivasustada—.¡Zac,Diosmío!—¡Ven aquí, hijo de perra! —Zac agarró a Ama por el cuello y lo

levantóparaacontinuacióndarleunpuñetazoentodalacara.Cuandolovolvióatumbar,ZacsesubióahorcajadassobreAmaylo

zarandeó.Así,losdosjuntoscomoestaban,Livcomprobóquesumaridoeramás

alto y más ancho, incluso más hombre que su amigo, que se habíacomportadodemaneradeplorable.—¡Esteeselprimeryúltimoavisoquetehago!¡¿Meoyes?!—legritóZacauncentímetrodelacara—.¡Dejaenpazamimujeryamifamilia!—¡Me...Mehasrotolanariz!—sequejóAma.—¡Dejaderondarlacomounahiena!¡Otedeformoesacaradeputón

quetienes!¡¿Entendido?!—cuandoAmanocontestóporqueaúnestabaenshock,Zacrepitió—.¡¿Quesimehasentendido?!—lediounabofetada.—S-sí—contestóAmaconelrostroensangrentado—.—Zac...—susurróOlivia con la boca cubierta por lasmanos—.Deja

quesevaya.Zac lamiró, volviendo de repente a la realidad, y se alejó del rubio

comositocarloledieraasco.Amaselevantórenqueante.—Tevoyadenunciar—espetórabioso.—No lo harás —lo cortó Olivia—. Lo que has hecho hoy no tiene

perdón,Ama.Estásdescontrolado...Estotendráconsecuencias.

Amaseapartólasmanosdelanarizsoloparacomprobarquelasteníaempapadasensangre.MiródereojoaLivygruñó:—Pueséchame.Págameunaindemnizaciónylárgame—laprovocó—.

Pero te aseguro que no voy a salirte barato.Además, cualquier cosa esmejor que ver como estemierda—dirigió aZac unamirada de odio ydespechoescatológico—,sellevaelpastelsinmoverunputodedo.—Créemequemuevomuchos—insinuóZacmoviendolosdedoscomo

si tecleara una máquina de escribir imaginaria. Sonrió solo paraenervarlo,yloconsiguióatenordelbramidointernodeAma.—Ama,veteacasa—leordenóLiv.Zac nomovió unmúsculo, puesto como un centinela entre Liv y ese

borracho.—Sí,Ama,veteacasa...—¿Esestoloquequieres,Liv?¿Auntíoasíatulado?—miródearriba

abajoalquetodavíaerasumarido.—Almenos,ahorasé loquenoquiero—contestómuydigna—.Yno

quierotenernadaquevercontigo,Ama.Mehasdecepcionadomucho.El rubio cambió el semblante a uno de dolor y desprecio hacia ella

cuandoescuchóaquellaspalabras.—Pues ahí te quedas —fue lo último que dijo—. Quédate con este

gandulconsangredehorchata.Yomevoyparasiempredetuvida.A Liv le supo mal, porque creía que Ama era un buen amigo, pero

estabaequivocada.Talvezsiemprequisolomismoyella,cegada,nuncaloadvirtió.CuandoAmasalióde lacasayLivyZacsequedaronasolas,ellano

sabíamuybienquéhacerocómoactuar.HastaquesediocuentadequeZacteníalosnudillosensangrentados.—Tehashechodaño—ledijoenvozdébil.—¿Eh?—elcuerpodesumaridosegiróporcompletoparaencararlay

su rostro la dejó sobrecogida. Su belleza continuaba dejándola sinrespiración.—Tumano,Zac—Liv dio un paso adelante, lo tomóde lamuñeca y

tiródeélparaentrarloenlacasa—.Dejaquetepongaalgo.

Capítulo12

Todoolíaigual.ALiv,aamor,ahogar.Elpechoseleencogióalestardenuevoenaquellacasatanqueridapor

él.Nadahabíacambiado.Todoseguíaensusitio.CuandoCaballovioaZac,selanzóencimadeélparalamerloydarlela

bienvenidaporsulargaausencia.—Hola,campeón—ledijoZacaturullado—.Sí.Yotambiénteechode

menos.—Puesnoloparece—intervinoLivsaliendodellavaboconelbotiquín

deemergencias—.Nohasvenidoaverloniunasolavez.—Lohevisto todos losdías—contestóZacapoyadoen lapuerta, sin

apartarlamiradadesuperro.Liv, nerviosa y agitada por la escena vivida, se quedó inmóvil ante

aquellacontestación.—¿Todoslosdías?¿Aquéterefieres?—Menoscuandotefuiste...Perotodoslosdías,alatardecer,vengocon

lamotoy...Leveo—tragósaliva—.Osveo.Elladejóelbotiquínconlentitudsobrelamesatipobarraamericanade

lacocina.Sequedópensativa,asimilandolainformación.—¿Por qué? —quiso saber. Maldita sea, nerviosa como estaba le

temblabanlasmanos.—Porque, a pesar de todo, a pesar de mi nueva casa y mis nuevos

proyectos,solocuandoteveíaatiyaCaballo,eraelúnicomomentodeldíaenelquemesentíaencasa.Señor...Livnoqueríaniimaginarseloquedebíadolertenerelhogaral

alcancedelamanoysaberquenoerasbienvenido.Zaclohabíapasadotanmalcomoella.—Ya...—musitó—.¿YAnnatepermitíaquesalierasdesucastillo?—

preguntócelosaypuntillosa.

—Anna es solo mi editora. Nada más—habló con contundencia, sinapartarsedelapuertabajoningúnconcepto—.Ytú...—¿Yo?—EsperoquenuncamásvuelvasaacercarteaAma...—Amayyosóloéramosamigosycompañerosdetrabajo.Y,aúnasí,

no sé por qué te importa lo que yo haga o deje de hacer si queríasdivorciartedemí.—¡Nomevengasconesas,Liv!—exclamóenmudeciéndolaycaptando

todasuatención.—Nomegritesasí—replicóLivenvozbaja.—¡Claroquetegrito!—continuóélacercándoseaella—.¡Claroquete

grito! ¡Porquequieroque tedes cuentade loque estamoshaciendo! ¡Séquehehechocosasimperdonables!—Latomódelasmuñecasylaatrajoasucuerpo—.¡Séquemeheequivocadomuchísimo!¡Ytepidoperdón!—se relamió los labios resecos y la miró apasionadamente, de maneradesesperada—.¡Losientoportodo!¡Lamentonohabersidolomejorparati!—latomó

delasmejillas—.Lamentohabertehechosufrir,Livi...Aellaselellenaronlosojosdelágrimasporque,eso, justamenteeso,

era loqueestabanecesitandodeZac.Vidaysentimientoensuspalabrashaciaella.Queríavereldolorensusojos,lapasión,larabia,elmiedoaperderlo

todo...Porqueesoeraloqueellahabíasentidoensilenciodurantemuchotiempo.Queríaveralescritor intenso,albestsellervehementededicarleunaspalabrasllenasdeintenciónaella;soloaella.Yenesemomento,Zaceraesoymuchomás.—Noséquédebodehacer...Séquetedijequequeríaeldivorcio.Pero

soyunmiserableporhabertepedidoeso,ymásdespuésdelasituaciónenlaquetepuse...Liv.—¿Qué?—apenaslesalíalavoz.—¿Quédebemoshacer? ¿Qué es lomejor para nosotros? ¿Crees que

separarnos es lo correcto? Porque yo... Yo pienso en romper nuestromatrimonio y se me cae el mundo encima. Yo no quiero que nosdivorciemos,Liv.¿Tantodañonoshemoshechoqueyanonospodemossalvar?Noquieroalejarmedeti.Porfavor,miamor...—lesuplicó—.No

meechesdetuvida.EseerasuZac.Elmásimpetuoso,porquetambiéneraelquemásmiedo

tenía.Livapenaspodíahablar.Hipabadel llorosilenciosoque leencogía la

barriga,ylaarrasabacomounríobravo.Peroellanoteníalasrespuestas.Después de todo: ¿qué debían de hacer? ¿Se merecían una segundaoportunidad?¿Selamerecíaella?¿Selamerecíaél?Agachólacabezaynegóperdida.—Yonoséquéeslomejor,Zac...Medamiedoqueolvidemos...Meda

miedoqueconeltiemponospaselomismoynorecuerdequéesloqueecho de menos de nosotros —murmuró abatida y con una honestidadsobrecogedora. Entonces, hizo un puchero y empezó a llorardesconsoladamente.Zac, le levantó el rostro entre las manos, y con ojos ardientes y

desesperadossentenció:—Entonces, déjame que te lo recuerde, Livi. Porque yo sí queme he

echadodemenoscontigoyteherecordadotodoslosdíasdesdehacecasidos años — justo cuando empezó el verdadero declive entre ellos—.Quierodedicarmeatiencuerpoyalma,Liv.Telomostraré.Zacbajó lacabezay labesócon toda la locuray lapasiónquesentía

porella.Livseviolevantadadelsuelo,conunbesoapabullanteyenmudecedor

quelearrebatabalossentidos.EraZacynoSairquienlabesabaasí,contantasganas.EraZacynoSairquienlemetíalalenguaenlabocaparaacariciarlay

saborearlaporcompleto.Era Zac y no Sair quien, conmanos presurosas, intentaba quitarle la

ropaaltiempoquebesabacadatrozodecarnequeexponía.YLivcreíavolar.Poresoseentregóaaquelfrenesídehacerelamor.

Comoalprincipio,cuandocualquiersuperficieerabuenaparademostrarcuántoseamabanycuántaprisateníanendecírseloabesos.Zaclasentósobrelamesatipodelacocinayleabriólaspiernaspara

colocarseentreellas.—Yosí terecuerdo,Liv...Yo.—ReiteródejandoclaroqueSairahíya

noexistía.

Livnoquería hablar, necesitabaque la siguiera besando, porque cadacontacto de sus labios sobre los suyos eran un chute de adrenalina portodosucuerpoyleponíalapieldegallina.Él le abrió la camisa tejana hasta que los botones saltaron en todas

direcciones, y entonces la dejó colgando por una de sus muñecas.Desabrochó el cierre delantero del sujetador y cuando pudo ver lospechos deLiv, todo su rostro se quedó compungido de placer, como siacabaradecorrerse.—Liv... —gimió cubriendo sus pechos con las manos, le cabían

perfectamente—.Liv...Nosabescuántotenecesito.Zac se abalanzó sobre ellos paramamarlos como sabía que a ella le

gustaba.Ylaenloqueció.Los mordisqueaba, los lamía, tiraba de ellos... Y después, vuelta a

empezarhastaquesevolvieronhipersensibles.Élnoaguantaríademasiado.Livlonotabaencómofrotabasuerección

entresuspiernas.Estabadurísimoeimponenteyqueríaentrarenellaconurgencia.Así que Zac le bajó los pantalones tejanos que llevaba y arrastró las

braguitasconellos.—Zac...—murmurócuandoéllaobligóaestirarsesobrelasuperfície.No ledijonada.Soloescuchócómosearrodillabaydespués,notóel

lascivocontactobestialylacerantedesulenguaenlavagina.Zac se comportaba como un oso ante un tarro de miel. La estaba

degustandocon tantoagradoqueLiv se excitabacadavezmáscon solooírsussuspiroscomplacidos.Leabríalaspiernas,selasapoyabaenloshombrosyZacaprovechaba

paraintroducirlelalenguaydespuésfriccionarlacontrasuclitoris.Livpalpitabaapuntodechillarporelorgasmoqueibaaazotarladeun

momentoaotro.Pero él quería torturarla.Así que sin dejar de comerla, introdujo dos

dedosensuinterior,hastalosnudillos,yempezóameterlosyasacarlosdandoestocadasconsulengua.Curvabalosdedos,losabríayloscerrabaydespuéslocalizabaesazonaerógenadesuinterior,paraacariciarlaconinsistencia.

Livseagarróasupelo,yseinclinóhaciaadelanteparagritarcuandoelorgasmo explotó en la boca de Zac, y en el interior más profundo deOlivia,queconvulsionabadeéxtasissobrelabarra.Zacnoladejódescansar.—Losiento,Livi—ledijoconloslabioshinchadosporsusbesos.Sellevólasmanosalabragueta,yselabajó.Respirabaatrompicones.

Entonces, se sacó el miembro para acariciárselo, pero tuvo que pararporque la imagendesumujerabandonadaaélprovocabaqueeyaculararápidamente.Acontinuación, la tomóde lasnalgaspara acercarla al extremode la

barra,yquesobresalieranunpocodelasuperfície.Guiósuerecciónhaciasuvaginaylaacaricióconella,disfrutandode

lohinchadayresbaladizaqueestaba.Liv lomirabaentre suspestañas largasy rubias,y semordíael labio

inferior.—Zac...Zaclatomódelpeloenungestoprimitivoyposesivoylaempalócon

lentitud, ensanchándola sin darle tregua y disfrutando de cómodesaparecíasupenesuccionadoporelsexodesuesposa.CuandosustestículosgolpearonlasnalgasdesnudasdeOlivia,yélya

no pudo adentrarse más, colocó la palma de la mano abierta sobre elvientreplanodeLivypresionóligeramentehaciaabajo.—¿Menotas?—lepreguntó.Livasintióensilencio,asombradaporlafuerzadeZacyporelmodo

que estaba teniendo demarcarla. Le hacía el amor para arruinarla, parahacerledependientedeél,yLivlosería,porqueaquellaposesióneratantotalquelosentíaportodaspartes.Entonces sus estocadas se hicieron firmes y persistentes, y su pulgar

empezóaacariciarsuclitorishipersensible.Enalgúninstante,nosabíacómo,seencontróconlaspiernasencimade

loshombrosdeZacyunodesusdedosjugandoconsuzonaanal.Noselopodíacreer.Sumiembroanchoygruesoleabríaelúteroyla

matriz, pero su dedo, estaba abriendo su parte trasera. Y cuando entróparcialmente, Liv tuvo que agarrarse a la mesa para no salir disparadadebidoalorgasmoquelarecorrió,hastaelpuntoenqueperdiólanoción

de la realidad y de las fantasías. Tenía la sensación de que se lo habíanhechodoshombresalavez.Peroallí,metidohastael fondo,corriéndoseahoraensu interior,con

susojosnegrosancladosenlossuyos,solohabíaunhombre.Solouno.Nodos.YesehombreeraZac.Cuandosedesplomóencimadeella,seencargóderecordárselo.—Soyyoquientehaceelamor.Soyyoquiente lohahechosiempre.

Recuérdame,Liv.Recuérdanos.Tú,yoynadiemás.Aquelruegoselequedógrabadoenlamenteyenelcorazón,juntocon

elsabordelaslágrimasdeZacquecaíansobresusmejillasacaloradas.

Capítulo13

Aldíasiguiente,Livnopodíanitrabajar.DespuésdehabersidoposeídaporZac,ellasequedómudacuandolo

viovestirseymarcharsecomosieldiablolepisaralostalones.¿Enserioseiba?Livpermaneciódesnudayfría.Hacíaunmomento,acariciabaelpelosuaveymorenodeZacmientras

él estaba apoyado en su hombro, disfrutando de las palpitaciones de sumiembroensuinterior;yunmomentodespués,Zacseapartabadeellaysevestíasinapenasmirarla.—Noquieroquejuguemosaesto,Liv—ledijoZacabriendolapuerta

de lacasayagachándoseparaacariciaraCaballocon todosucariño—.Yoyatehedicholoquesientoyloquequiero.Tequiero,nuncahedejadodehacerlo.Nisiquieracuandotehacíaelamorsabiendoquetúpensabasque era otro hombre. He dado mucho... —aseguró acongojado—. Ytambién me he equivocado mucho. No voy a mover más ficha, Liv. Siquieresalgodemí,yasabesdondeestoy.Lapelotaestáentutejado.—Selevantódelsueloylamiróporúltimavez,conlosojosveladosdeamorytambién de resignación—. Tú tienes la última palabra. Soy yo el quequierovolver.Túdirássimeaceptasono.Liv quiso haberle dicho que no hacía falta que se fuera, que podría

haberpasadolanocheahí,perohaceresoerajugaralmatrimonioquenoeran,aunqueelladeseabavolveraserlo.Porque sí. Había decidido recuperar su relación. Solo que no quería

precipitarse.Estabatanasustada...Taninsegura...Esamismamañana,susecretaria le informóqueAmahabíapedido la

cuenta,yqueseacababadedespedir.Al menos, no se había ido por las malas ni había forzado a que la

empresalollevaraaunjuicioqueélperderíacontodaprobabilidad.Erainteligente,ysabíaloqueeramejorparaél.Menosmal.

No tardaría demasiado en recibir noticias de sumadre y de su padrepreguntando qué había pasado conAma.Liv les diría la verdad, porqueestabahartadeocultarlescosas.Mientrastanto,nohablaríaconsuexdelegado.Solo el tiempo, si Dios quería, haría que ambos hablaran

civilizadamentesobrelosucedido.En un futuro próximo, desde luego que no. Ya que todo era muy

recienteynoestabademásadmitirqueloshechoshablabanporsísolos.Ama había cruzado una línea que se antojaba insalvable. Ya nunca

podríanvolveratenerlamismarelación.TereyFinasepresentaronensuoficinaparallevárselaadesayunar.Liv

habíaquedadoconellaspreviamenteparapoderhablarlesdecómohabíacambiadosuvidaenlosúltimosdías.Necesitabaapoyoybuenosconsejos.Ellaslaqueríany,seguramente,leaconsejaríanlomejorparaella.Después de que sus dos amigas escucharan toda la historia, desde el

encuentro en el cóctel hasta lo sucedido el día anterior, Fina ya habíaengullidodosmagdalenasMilkayTeresehabíatomadodoscafés.Ningunadeellasparpadeaba,incrédulasysorprendidasporlonarrado.—Enserio,Liv—dijoTerepatidifusa—.Lotuyoesdepelícula.—YyoquepensabaqueAmaeraunbuentío—confesóFinaconpesar—.Vayacagada.—No es mal tío—intento defenderlo Olivia—. Es solo que no lleva

demasiadobienquelediganqueno.—AmíAmamedaigual—aseguróTeretaquicárdica—.Vamosaver,

que Zac se ha despertado... Y se ha convertido en Follaman. Que ahoraresulta que es un empotrador, ¿te das cuenta? Tienes un maridoempotradorynolosabías—lamirócomosifueraunextraterrestre.—Sí lo sabía—afirmóOlivia comiendo un cachito de sumagdalena

antesdequeFinaselarobara—.Essoloque...Hubounmomentoenquelo dejamos de hacer. Nos olvidamos de que debíamos tratarnos bien ymimarnos.—Esodeberíadeserdelito—dijoFinaechándoseelpelohaciaatrás—.

Tengolosestrógenosporlasnubesynecesitofollarcasiacadamomento.Amímimaridonomepuededejarsinmidosis—pusolosojosenblanco—.Bueno,y...eliminadosaSairyaAmadelaecuación,¿quévasahacer?

¿VasadarleotraoportunidadaZacodascarpetazo?—Yo se la daría —Tere levantó la mano—. Y lo tendría como un

esclavosexual.—Tumenteestámuysucia—arguyóLivconunasonrisa.—Mira,siyanolevasahacerpagarpornada,almenosqueseesmere

encomplacerteapartirdeahora—expusolamorenadeojosverdes—.Eslojusto,joder.Quetelohahechopasarmuymal...—Bueno, yo tampoco he sido una santa... Pude haber sido de otra

manera y no cerrarme en banda. No es fácil actuar desde el despecho...¿Quéharíaisvosotrasenmisituación?Fina yTere semiraron y después fijaron sus ojos llenos de apoyo y

verdadenlosdeOlivia.—Túlequieresyéltequiere—explicóFina—.Sisoiscapacesdedejar

atrásvuestrasafrentasycentrarosenqueelamorqueosuneesmásfuertequeeldolorqueoshaintentadoseparar,entoncesnolodudes,cariño—dijosudulceamigatomándoladelamano—.ConZachaspasadotodoloquesepuedepasarenunavida,yhasconocidoenéladoshombresquetehanenamoradodecaboa rabo.SiZacasumequeademásdeClarkKenttambiénpuedeserSuperman,vasaserlamujermásenvidiadadelplaneta.Puedequetúhayastenidounapacienciaquenosotrasigualnohabríamostenido...—meneólacabezaconsternada—.Peroalomejorsetratadeeso.Deestaralasdurasyalasmaduras,¿nocrees?Sitenéiselvalordequerercontinuarjuntos,esqueesamordeldeverdad.Nolodejéisescapar.Tereseencogiódehombros.—Amínomemiréis.Zacahoramecaemuybienyeselprimerodemi

lista. La cuestión es que, después de todo, y de comprobar que nuestroradardetectamachos está totalmente atrofiado...Creemosquenohayunpichónmejorparati,Liv.Asíque:¿Ytúquéharíaspor...?¿Yquéharíaellaportenersuvidadeantes?¿Quéharíaellaporrecuperareseamorperdido?LanochepasadaZac

lehizoelamordeunmodoapasionadoyentregadoqueLivaúnnosabíacatalogar.Eranunmatrimonioquehabíanpasadopormuchísimasdificultades,y

aúnasí,despuésdeecharsedemenos,erancapacesdehacerelamorcomo

laprimeravez,dedescubrirsedenuevo.¿Noeraesomaravilloso?¿Podríanempezardesdecero?O mejor aún, ¿podían empezar sabiendo qué errores no volver a

cometer? Su matrimonio había estado apunto de morir de sueño, peroambos habían despertado. Si todavía quedaba amor, ¿por qué nointentarlo?Aquellaeralapreguntaquesehacíacuandoentróensucasa,yviouna

imagenquelesobrecogióelcorazón.Caballo no había salido a saludarla ni a darle la bienvenida porque

estaba tumbadode ladoenelsuelo,con la lengua ligeramentemoradayrespirandoconmuchadificultad,hiperventilando.Liv dejó caer al suelo el bolso y corrió a arrodillarse al lado de su

perro.—¡¿Preciosomío?! ¡¿Qué tepasa?!—lepuso lamanosobreel torso,

encimadelacajatorácicaqueseexpandíacondificultad—.¡Caballo!Su perro no tenía fuerzas ni para lloriquear. Liv lo intentó coger en

brazoscomopudo,peropesabamucho.Asíque,nolodudóunsegundo:laprimerapersonaqueselepasópor

lamenteavisarparaayudarlaasalvarasuperroera también lapersonaconlaquequeríavolver.Agarróelteléfono,controlandoelpulsodelhermosodogo,yesperóa

quedescolgara.—¿Livi?—¡Zac!—¿Liv?¿Quépasa?—preguntóasustado.—Es Caballo. No... No está bien —empezó a llorar presa de la

frustraciónyeldesconocimiento.—Voyparaalláahoramismo.Lohabíaningresado.CaballoestabaenelveterinariodeUrgencias,y lohabían intervenido

deinmediato.LivyZacsesentaronelunoal ladodelotro,conlasextremidadesen

contacto.Ellasorbíaporlanarizynopodíadejardellorar.Zacsemanteníaen

silencio,tenso.Había cargado con Caballo, lo había metido en el Jeep, y había

conducido tan rápido que era consciente de que le llegaría más de unamultaasucasa.Peronadadeesoimportaba.Loúnicoquetrascendíaerasaberquesuhermosoperroserecuperabadelatorsióngástricaquehabíasufrido.ZacyLivconocíanlapatología,yademástambiénsabíanquelasufrían

perros grandes de caja torácica ancha. Pero nunca imaginaron que superroseríaunodeellos.Tenían la suerte de que lo habían cogido a tiempo y rápido, y eso

posiblementesalvaríalavidadesuanimal.Porlamentedelajovennodejabaderondarleunpensamiento:siZac

hubieseestadoencasa,habríaadvertidoelcomportamientodeCaballoylohabríallevadoalmédico.Seguramente,nohabríasufridotantoy...—Liv,sevaaponerbien—latranquilizóZac.—Eso espero —dijo con voz débil—. Porque si le pasa algo... Me

muero,Zac.—Caballo es un bestia —aseguró para autoconvencerse—. Es muy

fuerte.Eseperrosehatragadouncalcetínynolehapasadonada.ElrecuerdohizosonreíraLiv.Seacordabadeeso.—Ese perro —continuó Zac pasándole una mano relajante por la

espalda—.Noteníadosmesesyyamachacabapiedrasconlamandíbula.Ynolehacíannada.—Sí —asintió Liv retirándose el pelo de la cara, intentando

sobreponersealmiedo.—Eseperrosecomiómialianzaylacagóentera—murmujeóZacriendo—.¿Teacuerdasdetucarade«nomepuedo creer queno se hayadeshecho»?—increíblementeLiv

dejó ir una pequeña carcajada—.Y lo que es peor—suspiró—.Caballonoshaaguantadoalosdos,Liv.Yhemossidomuydifíciles—lepasóunamano por el pelo rubio y fino que él adoraba—. Que se le gire elestómagoessolounaminucia.Selehatenidoquegirarmilvecesalverlogilipollasquehemossido.Livlevantólacabezaypestañeóparaapartarselaslágrimasyencararlo.

Élerasumarido.Elhombrequehabíaelegidoparapasarelrestodesuvida.Ysealegróalcomprobarquetodavíateníaeldondetranquilizarlaytemplarsusnervios.¿Cómonoibaatenerlo?EraZac.SuZac.—Saldrádeesta,preciosa—ledijocondulzura.—Zac,yo...Enesemomentoelveterinariointerrumpióloquefueraqueibaadecir

Liv.Teníabuenasnoticiasparaellos.Laintervenciónhabíasidounéxitoy,Caballo,talycomovaticinóZac

habíasalidodeaquel incómodoepisodioconéxito.Queestaríadosdíasingresadoyquedespuésselopodríanllevaracasa.Elabrazoquesedieronfueimpagable.

Capítulo14

LivleyóelwhatsappdeZacdiciendoqueCaballoestababienyquesehabíadespertado.Demaneraintransigente,lahabíamandadoasucasaadescansar.Ellallevabatodoeldíaenpie,nohabíanicomidonisehabíaquitado

los tacones,y él ledijoqueestuviera tranquila, queél sequedaría enelhospitalparacomprobarqueestabatodobien,ydespuésseiríaadormirpara al día siguiente, regresar a primera hora de lamañanay visitar denuevoasumascota.PeroLivno se podía relajar. Primeroporque los nervios de ver a su

perroasílahabíandestrozado,ysegundo,porquenoqueríademorarmássudecisiónrespectoaZac.No iba a poder dormir pensando en los dos seres que más quería,

sabiendoquehabíaestadoapuntodeperderlosalosdos.Ynoqueríaseguirconaquello.Queríadejardesentiraquellasensación

depenaydesesperaciónporextraviarloquemásquería.Cuando Alberto le dio su tarjeta en el cóctel, Liv nunca pensó que

echaríamanodeello tanpronto.Pero lohabíahechosinpensárselodosveces. Le pidió a Alberto que le abriera la casa de Zac para que ellapudieradarleunasorpresa.Elmayordomo,predispuestoyservicialsiempreparaecharunamano,

no le puso ninguna pega. Incluso quiso ayudarla a dejarlo todo listo,aunque,habíancosasquesolopodíahacerlasunamujer.Yahíestabaella.Enlacasade«soltero»desumarido,preparadapara

enfrentarseaélypararecuperarlo.Enunactodebizarríayfirmezaestabadispuestaaapostarlotodo.Ambossemerecíanaquello.Ambossemerecíanelunoalotro,consus

defectosysusvirtudes.Elsonidodelwhatsapplaalertó.

Era Alberto, que le decía que el Señor Zac acababa de entrar en laportería.Livtragósalivamásnerviosaquenunca,yledioalplaydelaltavozque

habíaportodalacasa.Zacabriólapuertadesuapartamento.Cansadocomoestaba,noalertó

ni la luz titilante que resplandecía del salón ni tampoco lamelodía queflotabaenelambiente.Había llorado de alivio como un crío al ver que su adorado perro

estaba bien y que, después de larguísimas horas dormido, por fin habíaabiertolosojos.Zaclellenóelmorrodebesos,mientraselgrandanéslomirabacomosiledieralasgraciasporestarahí,porhaberlosalvado.Ahora,despuésdelaadrenalina,estabahechounflan,abatido.YloúnicoenloquepodíapensareraenlosbrazosdeLivrodeándoloy

dándole consuelo, porque estaba convencido de que ella también lonecesitaría.Y de repente... Escuchó la música, y al darse la vuelta y dirigirse al

salón,suspiesandaronsoloshacialaluz,comounapolilla.OpenupyoureyesAndfeelyourheartbeat...Aswelaywithyourbodypressagainstmine...Abretusojos,ysientecómobatetucorazónMientrasyacemoscontucuerpopresionadocontraelmío...Allí,desnudaporcompleto,vestidasoloconsualianzadecasada,unas

gotasdeaquelcaroperfumey losojosemocionados,seencontrabaLiv,algotemblorosa,mirándolodefrente.Zac creyó estar viviendo un sueño cuando la vio así, tan bella, como

unaaparicióndivina.Supelorubioysueltodibujabaondasdoradassobresuprístinapiel.Sus

ojos grandes y rasgados eran su verdadero hogar y le encantaba versereflejadoen ellos; verse en aquel espejo azul era comomás segustaba;estandoconella,asulado.Aquella hermosa boca que tanto quería besar se fruncía en unmohín

queloabatíaconsuternura.Yaquellacanciónquetantosignificabapara

ellos, lacancióndesuboda, loenmudecióconvirtiéndoloenunamasijodehumildadydebilidadhaciaella.—¿Liv?—fueloúnicoquesuroncavozpudopronunciar.Ellalevantólamanoexigiendosilenciocomolareinaqueera.Reinade

sucasaydesucorazón.—Nodigasnada,porfavor...—lepidióconvoztemblorosa—.Antesde

nada, no te enfades con Alberto. Él me ha ayudado a preparar esto—señalósualrededor.PeroZacnoatendiónialasvelas,nialacenarománticanianadaque

nofueralabeldadqueteníacomoesposayque,porsupropiaignorancia,habíaestadoapuntodeperder.Quécapullohabíasido...Zacnegóconlacabeza.NoibaareñiraAlbertobajoningúnconcepto.—Estoyaquí,así,porque...Quierodecirtemuchascosas—Livsehabía

preparadoundiscurso,perolosnervioslaaturdían—.Tantasquenosénipordóndeempezar...—meneólacabezanerviosa—.Pero,supongoquetediré las dos más importantes: la primera es que... lo siento. Lo sientomucho, Zac—y entonces empezó a llorar, arrepentida y sinceramente,pero no detuvo su discurso—. Siento haberte presionado con lo de tulibro,ysientohaberteincomodadoalecharteencaratantasvecesqueerayoquientraíaeldineroacasa...Porque,dehabersidoalrevés,nosésitúhubierassidocomoyo.Estoyseguradequeno...—Liv.—No me detengas ahora. Necesito decírtelo —no dejó que él se

acercaraaellasinanteshaberlaescuchado—.Meencantaríahaberhecholas cosas de otra manera, pero no nos han enseñado a lidiar con estassituacionesyséqueyonolollevébien—carraspeóparasuavizarelnudoquesentíaenlagarganta—.Séqueyotambiénfuiduracontigo.Mesentíatanfrustrada,Zac...Odiabaquenoestuvieraspormí,ymefastidiabaverteencerrado.Peromearrepientodeelloporque...,mefastidiabaporque...notométuvocaciónenserio.Nocreíenti.Noconfiéenti.Ytehefalladoeneso. Pero...—se relamió los labios resecos y parpadeó para vaciar susojosacuosos—.Tulibroesincreíble.Esexcelente.Yaséquenosignificanadaqueyotelodiga—se encogió de hombros resignada—, porque tienes que oírlo decir

portodaspartes,pero...

—Sí,significa—dijoélemocionadodandounpasohaciaella.—Hashechountrabajomaravilloso.—Gracias, Livi—contestó con sinceridad—.Ninguna felicitaciónme

llenamásquelatuya.—Estoyaquíporquequierodecirteque...Que tequiero,Zac—alzó la

barbilla—.Tequeríainclusocuandoteodiaba.Estoyaquíparadecirtequenoquieroperderte.Quetu jugadadeSairhasidodura,yungolpebajo,peronecesariaparaquerecuerdeporquémeenamorédeti.TúeresSair.SairesZac.Soisindivisibles.Pero,Zac...Estoyaquítambiénparaempezarde nuevo, para reñirte y decirte que no puedes volver a encerrarte en timismo. No puedes volver a actuar de esa manera, ¿comprendes? —sellevólamanoalpechodesnudo—.Porqueyotequiero,tequieromucho,demasiado, incluso. Y dos desengaños son brutales de digerir, pero untercero...Acabaría conmigo.Y, sime quieres de verdad, sime quieres...Tienesqueprometermequemevasacuidaryquenotevasaolvidardemí.Solotepidoeso.Queteacuerdesdemíymeamesporencimadetodoydetodos.Zac se detuvo delante de ella. El silencio se hizo tenso y duró varios

segundos hasta que él cayó de rodillas, rodeó la cintura deLiv con losbrazosyseabrazóaellaparahundirsurostrosurcadodelágrimasensuvientre.—Oh,Zac...—leacaricióelpelomoreno,apretándolocontraella.—Livi,memoría al pensar que te había perdido.He cometido tantos

errores...Ytodossonimperdonablesporqueloshecometidocontigo,queereslaúnicapersonaimprescindibleparamí.Lamentonohaberhecholascosasdeotromodo.Sientohabertedesenamoradoyhabersidotanciegode no ver que te apagabas a mi lado... Es algo de lo que siempre mearrepentiré. Y tambiénme deploro por haber tenido que hacerme pasarporSairparaacercarmeati,porquelohabíahechotanmalquesabíaqueconZacnoquerríastenernadaquever.Perodealgoestoyseguro...—¿Dequé?—preguntóelladesmoronándose.—Deque,apesardetodosmiserrores—tomósumanoyacariciósu

alianza con ternura—. Sigues siendo tú lamujer demi vida—sus ojosprofundosynegros laatravesaron—.Laqueyoescogí.Ymevolveríaacasarcontigo,Liv.Unaymilvecesmás...Quierovolveraestarcontigo.—Sí.Sí...

Ella se dejó caer de rodillas para abrazarse a su marido y decirse abesos lo mucho que se habían echado de menos, y lo mucho que aúnteníanquearreglar.Ahorahabíanaprendidoquesoloconamarycon lapromesadeunos

votos no bastaba. El matrimonio era un ejercicio diario que ponía aprueba a las personas y su capacidad para amar y perdonar; para sertransigentesyaceptarse.Yparaquererseaunomismo.Y Zac y Liv estaban decididos a esforzarse una y otra vez, porque

mientrashubieraamorcomoelqueellosseprofesaban,nopodíantirarlatoalla;porquenadapodíaterminar.Recordad:amadycuidadloquetenéis,antesdequelavidaosenseñea

amarloqueperdisteis.FIN

TableofContentsDíasatrás,cuandotodosedesmoronó...Capítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14