wiener - cibernetica y sociedad

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  • 8/13/2019 Wiener - Cibernetica y Sociedad

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    COLECCIN CIENCI y CULTUR NOR ERT WlENERProfesor de Matemticas del

    Instituto de Tecnologa de Massachusetts

    CIBERNETICY SOCIED D

    raduccin deos Novo ERRO

    EDITORI L SUD MERIC NBUENOS IRES

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    PRIMERA EDICIONOctubre de 1958

    TERCERA EDICIONAbril de 1988

    IMPRESO EN LA A R ~ ; E N T I N AQueda hecho el depsito que

    previene la ley 11 723 1958Editorial Sudamericana S.A.,

    Humberto I 531, Buenos Aires.

    Ttulo original en ingls:Tlze human use of human beings.

    Cybernetics and SocietyISBN 950 07 0481 1

    A la memoria de mi padre L OWIENER ex profesor de leng11 1s es-lavas en la Unhersd1id de Harvardmi ms ntimo mentor ms amadoantagonista.

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    AGRADECIMIENTOParte de un captulo ha aparecido ya en Philo-sophy o Science El autor agradece el permisoconcedido por el editor de esa publicacinpara reimprimirlo.

    PRLOGOLA IDEA E UN UNIVERSO CONTINGENTE

    El comienzo del siglo xx fue algo ms que el fin de un pe-rodo de cien aos y la iniciacin de otro. Existi una verdaderareorientacin de los puntos de vista an antes que se efectuarala transicin poltica entre una centuria de paz y el medio siglode guerras por el que acabamos de pasar. Ese cambio se mani-fest quizs primeramente en la ciencia pero es muy posibleque lo que influy en ella condujera independientemente al notable diferencia que encontramos entre el arte y la litera-tura del siglo pasado y del actual.La fsica newtoniana que rein desde el siglo XVII hasta finesdel XIX sin encontrar casi oposicin describa un universo enel que todo ocurra exactamente de acuerdo con una ley uncosmos compacto organizado en todas sus partes en l que latotalidad del futuro dependa de la del pasado. Experimental-mente no se puede rechazar ni aceptar por entero esa represen-tacin que en gran parte es una cosmovisin que compiementala experiencia pero que en muchos aspectos es ms universalque cualquier cosa capaz de ser experimentalmente verificada.Nuestros imperfectos experimentos nunca pueden verificar siun conjunto u otro de ieyes fsicas se justifica hasta la itimacifra decimal. Sin embargo la fsica newtoniana estaba obligadaa enunciar y formular esa ciencia como si estuviera sometida atales leyes. Actualmente ya no es esa la actitud predominanteen la fsica; los que ms contribuyeron a ese derrumbe fueronBoltzmann en Alemania y Gibbs en los Estados U nidos.

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    10 PRLOGOAmbos fsicos intentaron aplicar radicalmente una idea nue-va y asombrosa. Tal vez la utilizacin de la estadstica, cuyaintroduccin en la fsica se debi en gran parte a ellos, no eracompletamente nueva, pues Maxwell y otros haban conside-rado mundos de un nmero muy grande de partculas que ne-cesariamente deban tratarse estadsticamente. Pero lo que hi-cieron Boltzmanrr y Gibbs fue introducir la estadstica comoun mtodo completo, aplicable no slo a sistemas enorme-mente complejos, sino tambin a sistemas tan sencillos comolos de una sola partcula en un campo de fuerza.La estadstica es la ciencia de la distribucin la consideradapor esos modernos hombres de ciencia no tena en cuenta unnmero muy grande de partculas similares, sino que investi-gaba las diferentes posiciones y velocidades que podan serpunto de partida de un sistema. En otras paiabras, segn New-ton las mismas leyes fsicas se aplicaban a diversos sistemas que

    partan de distintas posiciones y con variados momentos. Losmodernos mtodos arrojaron una luz enteramente nueva sobreeste punto de vista. Retuvieron sin embargo el principio segnel cual ciertos sistemas pueden distinguirse de otros por suenerga total, pero rechazaron la hiptesis segn la cual aqu-llos, con la misma energa total, pueden distinguirse entre sclaramente por tiempo indefinido y describirse eternamente sucomportamiento mediante leyes causales invariables.Realmente, la obra de Newron contena implcitamente unaimportante reserva estadstica que ignor el siglo XVIII, u n q u ~totalmente newroniano. Ninguna medida fsica es precisa; loque hemos de decir acerca de una mquina u otro sistema din-mico se refiere realmente, no a lo que debemos esperar, dadoscon perfecta precisin lo que nunca ocurre las posiciones ylos momentos iniciales, sino a lo que puede ocurrir cuando sedan esos datos con la exactitud alcanzable. Eso significa queconocemos, no las condiciones iniciales, sino algo acerca de sudistribucin. En otras palabras, la parte funcional de la fsicano puede dejar de considerar la incertidumbre y la contingen-cia de los fenmenos. Fue mrito de Gibbs haber enunciado por

    LA IDEA UN UNIVERSO CONTINGENTE 11primera vez un claro mtodo cientfico para ce siderar esa con-tingencia.El historiador de la ciencia busca en vano una sola lnea dedesarrollo. Aunque las investigaciones de Gibbs eran claras.carecan de conexin y otros debieron completar el trabajo q u ~l empez. Bas sus investigaciones en una intuicin: en gene-ral, todo sistema fsico, perteneciente a una clase de sistemasf ~ s i o s que conserve su identidad como clase, acaba reprodu-~ e n d o en casi todos ios casos la distribucin que posee en unmstante dado. En otras palabras, en ciertas circunstancias, un sistema pasa por todas las distribuciones de posicin y de mo-mentos compatibles con su energa, si funciona un tiemposuficientemente largo.Sin embargo, esta ltima proposicin no es cierta ni posiblesino en sistemas triviales. Pero hay otro camino que conduce alos resultados que necesitaba Gibbs para matener su hiptesis.La irona de la historia consiste en que, en Pars, se explorabacompletamente esa ruta al mismo tiempo que Gibbs trabajabaen New Ha.ven; slo en 1920 ambos senderos se encontraronen una unin fructuosa. Creo que tuve el honor de avudar alnacimiento del primer hijo de ese matrimonio.Gibbs utilizaba teoras de la medida y de probabilidades quetenan ya veinticinco aos de antigedad y gue eran grosera-i:iente inadecuadas para sus necesidades. Sin embargo, al mismotiempo, Borel y Lebesgue en Pars elaboraban una teora de lai n t e g ~ a c i n que haba de demostrar su, utilidad para las ideasde Gibbs. Borel era un matemtico que haba adquirido unareputacin en la teora de probabilidades con un excelente

    ~ e n ti do para la fsica. Hizo algunas i n v e s t i ~ c i o n e s que condu-Jeron a la teora de la medida; pero no la llev hasta tal puntoque pudiera considerarse completa. Su discpulo Lebesgue, queera una personalidad enteramente distinta, hizo eso No tenasentido ni inters por la fsica. Sin embargo, Lebesgue resolviel problema planteado por Borel, pero consider que la solu-cin no era ms que una herramienta para el estudio de lasseries de Fourier y otras cuestiones de matemtica superior.11

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    12 PRLOGOCuando se plante la candidatura de ambos para un asiento enla Academia Francesa de Ciencias, se produjo un violento altercado entre ellos; slo despus de denigrarse mutuamente congran amplitud, se concedi ese favor a ambos. Sin embargo,Borel sigui insistiendo en la importancia fsica, en cuantoherramienta, de las investigaciones de su antagonista y las suyaspropias, pero creo ser la primera persona que en 1920 aplicla integral de Lebesgue a un problema fsico concreto: el movimiento browniano.

    Eso ocurri mucho despus del fallecimiento de Gibbs; du-rante dos dcadas sus investigaciones fueron uno de esos misterios de la ciencia que se ajustan a la realidad aunque pareceque no deberan hacerlo. Muchos hombres han tenido intuiciones que se adelantaron a su poca, lo que tambin ocurre enfsica matemtica. Gibbs introdujo la probabilidad en la fsicamucho antes que existiera una teora de la probabilidad comola que l netesitaba. A pesar de todas esas fallas, estoy convencido de que a l, ms que a Einstein, Heisenberg o Planck,debemos atribuir la primera revolucin de importancia en lafsica del siglo xx.Ha conducido a que actualmente i fsica ya no se ocupa del? que ocurrir siempre, sino ms bien de lo que pasar conuna probabilidad muy grande. Al principio, en las mismasinvestigaciones de Gibbs, esa actitud contingente se apoyabaen una base newtoniana, en la cual los elementos, cuya proba

    bilidad se discuta, eran sistemas que obedecan a las leyes deNewton. La teora de Gibbs era esencialmente nueva, pero loscasos posibles eran los mismos que los considerados por Newton.Desde entonces, se ha descartado o modificado la base newtoniana y la contingencia de Gibbs es hoy en toda su desnudez, laverdadera base de la fsica. Es cierto gue todava no est terminada la cuestin y que Einstein y en algunos puntos, De Brogliemantienen an que un universo rgidamente determinista es msaceptable que otro contingente, pero esos grandes hombres deciencia conducen una batalla de retaguardia contra las fuerzasenormemente superiores de las generaciones jvenes.

    L IDEA DE UN UNIVERSO CONTINGENTE 13Uno de los interesantes cambios ocurridos es que, en unmundo probabilstico, ya no manejamos cifras o afirmacionesque se refieren a un universo determinado y real en su totalidad, sino que nos planteamos cuestiones que pueden encntraruna solucin en un nmero muy grande de universos similares.Se admite, pues, la probabilidad, no slo como una herramientamatemtica para la fsica, sino como parte de su misma esencia.Reconocer la existenia de un determinismo incompleto, casiirracional, en el universo, es como admitir con Freud que hayuna profunda componente irracional en la conducta y en elpensamiento del hombre. En el mundo actual de confusin,tanto poltica como intelectual, existe una tendencia natural aconsiderar que Gibbs, Freud y los que cultivan la moderna teora de la probabilidad, son representantes de la misma tendencia no deseo insistir sobre ello. La distancia que media entrel modo de pensar de Gibbs-Lebesgue y el mtodo intuitivo yalgo discursivo de Freud es demasiado grande. Sin embargo, alreconocer un elemento fundamental de probabilidad en la es-tructura del universo, esos hombres estn ntima.mente unidosentre s y con la tradicin de San Agustn: Pues ese l m n ~ oarbitrario esa carencia de totalidad orgnica es algo que, sm.llevar el simbolismo verbal lejos, es el mal; el mal negativoque San Agustn caracteriza como una carencia. de. perfeccin,opuesto al principio malfico positivo de los maniqueos.Este libro est dedicado a considerar el efecto del punto devista de Gibbs sobre la vida moderna, tanto en lo que respectaa los cambios sustanciales a que ha conducido en la actividadcientfica, como a los producidos indirectamente en nuestra ac-titud vital general. Los captulos que siguen contienen en partedescripciones tcnicas, as como una parte filosfica que serefiere a lo que hacemos y a la manera como deberamos reac

    cionar ante el nuevo mundo que se nos presenta.Repito que la novedad de Gibbs consisti en c o n ~ i d e r a r noun universo, sino todos los que son respuestas posibles a unconjunto limitad0 de cuestiones que se refieren a nuestro medio. Lo fundamental de su idea consiste en discernir hasta qu?1

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    PRLOGOpunto son probables en un conjunto mayor de universos lasrespuestas que podemos dar a ciertas preguntas para algunosde ellos. Gibbs crea adems que esa probabilidad tendera na-turalmente a aumentar con la edad del universo. Se llama en-tropa a la medida de esa probabilidad, cuya caracterstica prin-cipal es la de ser siempre creciente.

    l aumentar ella, ei universo, junto con todos los sistemascerrados que contiene, tiende naturalmente a empeorar y aperder sus caracteres distintivos, a pasar del .estado menos pro-bable al ms .probable, de un estado de organizacin y de dife-renciacin, en el cual existen rasgos y formas, a otro de caose identidad. En el universo de Gibbs el orden es menos pro-bable, el caos ms probable. Pero mientras el universo en sutotalidad, si existe en cuanto total, tier{de a ese estado definitivo,existen enclavados locales, cuya direccin parece opuesta a ladel universo como un todo en los cuales hay una tendencia tem-poral y limitada a aumentar la complejidad de su organizacin.la vida encuentra asilo en algunos de esos enclavados. Ligadainstintivamente a esa idea desde un principio, se inicia el des-arrol lo de la nueva ciencia: l a ciberntica.

    Hay algunos escpticos respecto a la identidad precisa entre en-tropa y desorganizacin biolgica. Ser necesario que estime esascrticas, tarde o temprano, pero por ahora debo suponer que la dife 'en-cia radica, no en ia naturaleza fundamental de esas cantidades, sino enlos sistemas en los que se las observa. Es demasiado escera'r una de-finicin clara y neta de la entropa en la que c o i n c i d ~ r n todos losautores para aigo distinto del sistema aislado y cerrn u

    IHISTORIA DE LA CIBERNTICA

    Desde que termin la segunda guerra mundial, he trabajadoen la teora de los mensaJeS Adems de la pane c:lenrorcnicade su transmisin, existe un campo muy amplio que incluye, noslo l estudio del lenguaje, sino ademas el esrndo de los men-sajes como medio de manejar aparnros o grupos humanos, eldesarrollo de las mquinas de calcular y otros autmatas simila-res, algunas reflexiones sobre la psicologa y el sistema nerviosoy una tentativa de enunciar una nueva hiptesis del mtodocientfico. Esta teora ms amplia de los m ~ n s j e s es probabi-lstica y parte intrnseca de aquella corriente que debe su origena Willard Gibbs y que describ en la introduccin.Hasta hace muy poco tiempo no exista una voz que com-prendiera ese conjunto de ideas; para poder expresarlo todomediante una palabra, me vi obligado a inventarla. De ah:ciberntica, que deriv de la voz griega k11bernetes o timonel, lamisma raz de la cual los pueblos de Occidente han formadogobierno y de sus derivados. Por otra parte, encontr ms tardeque la voz haba sido usada ya por Ampere, aplicada a la pol-tica, e introducida en otro sentido por un hombre de cienciapolaco; ambos casos datan de principios del siglo XIX.

    He escrito un libro ms o menos tcnico intitulado Ciber-ntica que apareci en 1948. Respondiendo a ciertos pedidospara que pusiera esas ideas al alcance de los profanos, publiquen 195 O la primera edicin de Ciberntica y sociedad Desdeentonces, el tema, que consista en esa poca en unas pocas11

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    16 CIBERNTIC Y SOCIEDADideas compartidas por los doctores Claude Shannon WarrenW ea ver y yo se ha convertido en un campo permanente deinvestigacin. En consecuencia aprovecho la oportunidad queme da esta nueva edicin para ponerla al da y suprimir ciertosdefectos e incongruencias de su estructura original.

    l dar la definicin de ciberntica en la primera edicin puseen la misma categora las comunicaciones y el gobierno de lasmquinas. Por qu lo hice? Cuando me pongo en contactocon otra persona le doy un mensaje; cuando responde me daalgo en relacin con lo que dije y que contiene informes accesibles a primordialmente y no a m. Cuando regulo los actosde otra persona le comunico un mensaje; aunque est en modo imperativo la tcnica de la comunicacin no difiere de ladel que enuncia hechos. Adems si mi regulacin ha de serefectiva debo tomar conocimiento de cualquier mensaje de ]que indique haber comprendido y obedecido la orden.La tesis de este libro consiste en que slo puede entendersela sociedad mediante el estudio de los mensajes y de las facilidades de comunicacin de que ella dispone y adems que enel futuro desempearn un papel cada vez ms preponderantelos mensajes cursados entre hombres y mquinas entre mquinas y hombres y entre mquina y mquina.Cuando doy una orden a una mquina la situacin no difiereesencialmente de la que se produce cuando mando algo a unapersona. En otras palabras en lo que respecta a mi concienciapercibo la emisin de la orden los signos de asentimientoque vuelven. Para m personalmente que la seal en sus etapas intermediarias haya pasado por una mquina o por unapersona carece de importancia de ninguna manera cambiaesencialmente mi relacin con la seal. As la teora de la regulacin en ingeniera sea humana animal o mecnica es uncapitulo de la teora de los mensajes.Naturalmente existen diferencias de detalle en los mensajesen los problemas de regulacin no slo entre un organismovivo y una mquina sino tambin dentro de cada clase msespecializada de seres. Es propsito de la ciberntica desarroilar

    HISTORIA DE L CIBERNTIC 17una lengua y unas tcnicas que nos permitan no slo encararlos problemas ms generales de comunicacin y regulacinsino adems establecer un repertorio adecuado de ideas y mtodos para clasificar sus manifestaciones particulares por conceptos.Las rdenes mediante las cuales regulamos nuestro ambienteson una especie de informacin que le impartimos. Como cualquier otra clase de informe estn sometidas a deformacionesal pasar de un ente a otro. Generalmente llegan en una formamenos coherente y desde luego no ms coherente que la departida. En las comunicaciones y en la regulacin luchamossiempre contra la tendencia de la naturaleza a degradar lo organizado y a destruir lo que tiene sentido la misma tendenciade la entropa a aumentar como lo demostr Gibbs.

    Gran parte de este libro se ocupa de los imites de las comunicaciones entre individuos. El hombre se encuentra sumergidoen un mundo que percibe mediante sus sentidos. El cerebro yel sistema nervioso coordinan los informes que reciben hastaque despus de almacenados colacionados y seleccionarlos resurgen otra vez mediante rganos de ejecucin generalmentelos msculos. stos a su vez actan sobre el mundo exterior yreaccionan sobre el sistema nervioso central mediante receptores tales como los extremos de la sensacin cenestsica; la informacin que stos proporcionan se combina con la acumulacinde vivencias pasadas influyendo sobre las acciones futuras.Damos el nombre de informacin al contenido de lo que esobjeto de intercambio con el mundo externo mientras nosa justamos a l hacemos que se acomode a nosotros. El proceso de recibir utilizar informaciones consiste en ajustarnos a las contingencias de nuestro medio y de vivir de manera efectiva dentro de L Las necesidades y la complejidad dela vida moderna plantean a este fenmeno del itercambiode informaciones demandas ms intensas que en cualquier otrapoca; la prensa los museos los laboratorios cientficos lasuniversirlades las bibliotecas y los libros de texto han de satisfacerlas o fracasarn en sus propsitos. Vivir de manera efec-

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    18 CIBERNTICA Y SOCIEDADtiva significa poseer la informacin adecuada. As, pues, la co-municacin y la regulacin constituyen la esencia de la vidainterior del hombre, tanto como de su vida social.El lugar que ocupa el estudio de las comunicaciones en lahistoria de la ciencia no s trivial, ni fortuito, ni nuevo. Aunantes de Newton esos problemas eran corrientes en la Fsica;especial1nente en ias investigaciones de Fermat, Huyghens yleibnitz; todos ellos compartan el inters por una cienciacuyo centro no era la mecnica sino la ptica, la comunicacinde imgenes visuales.Fermat hizo progresar el estudio de la ptica con su principio, segn el cual la luz, en un recorrido suficientementecorto, sigue la rrayectoria que le exige el tiempo mnimo parapasar de un punto a otro. Huyghens enuncio Ia forma primitiva del principio que se designa hoy con su nombre, diciendoque la luz s propaga desde un punto luminoso creando algoas como una pequea esfera, formada por foentes secundariasgue propagan la luz como lo hace la primitiva. Mientras tanto,leibnitz consideraba gue todo el universo est compuesto demnadas cuya actividad consiste en la percepcin mutua, basndose en una armona preestablecida por Dios; es bastante claroque para l esa accin mutua era en gran parte ptica. Apartede esa percepcin, las mnadas no tienen ventanas , por logue, segn l, todos los efectos mecnicos mutuos no son msque una sutil consecuencia de la accin ptica entre ellas.La preocupacin por ia prica y los mensajes gue aparececlaramente en esta parte de la filosofa de Leibnitz, se encuentra tambin en toda su obra. Desempea un importante papelen dos de sus ideas originales: la haracteristica Universalis osea un lenguaje cientfico para todas las artes y cienciasy el alculm Ratiocinator o clculo igico gue, aunque imperfecto, es el antepctsado directo de la moderna lgica matemtica.Leibnrz, posedo por la idea de las comunicaciones, es envarios aspectos, el antepasado -intelectual de los conceptos deeste libro, pues tambin se interes por las

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    20 CIBERNTIC Y SOCIEDADocurra en las obras de los autores anteriores a Newton sin lasubordinacin newtoniana de todo a la materia y al movimiento.Para explicar sus ideas Einstein utiliza ampliamente el ejemplo de un observador en reposo o en movimiento. En su teorade 1a relatividad es imposible introducir un observador sin incluir al mismo tiempo el concepto de mensaje y sin volver dehecho a colocar el centro de gravedad de la fsica en un estadoquasi-leibnitziano cuya tendencia es nuevamente ptica. La teora de la relatividad de Einstein y la mecnica estadstica deGibbs se encuentran en campos enteramente opuestos pues elprimero como Newton se ocupa de la dinmica de cuerposabsolutamente rgidos sin introducir la idea de probabilidad.Por otra parte las investigaciones de Gibbs caen completamente dentro del clculo de probabilidades; sin embargo ambastendencias equivalen a desplazar el punto de vista de la fsica;en ellas por un mtodo u otro se reemplaza l universo talcomo existe realmente por otro conforme a las observacionesque se hayan efectuado; el arcaico realismo ingenuo de la fsicacede a algo que Berkeley habra considerado con una sonrisade satisfaccin.Aqu conviene revisar algunas ideas acerca de la entropaque aparecieron ya en el prlogo. Como ya hemos dicho eseconcepto es una de las ms importantes diferencias que distinguen la mecnica de Gibbs de la newtoniana. Para el primeroposeemos una cantidad fsica que no pertenece al mundo exterior como tal sino a un cierto conjunto de mundos exterioresposibles y en consecuencia a la respuesta a ciertas preguntasespecficas que podemos plantear respecto al mundo exterior. Lafsica se convierte entonces no en la discusin de un universoexterior que puede considerarse como la respuesta total de todaslas cuestiones que se refieren a l sino como una resea de res-puestas a preguntas mucho ms limitadas. Efectivamente y nonos ocupamos de estudiar todos los mensajes posibles recibidoso enviados; nos interesa la teora de los ms especficos queentran o salen; ello implica una medida del contenido de informacin proporcionado que ya no es infinito.

    HISTORIA DE L CIBERNTICA 21Por su naturaleza los mensajes son una forma y una organizacin. Efectivamente es posible considerar que su conjuntotiene una entropa como la que tienen los con juntos de losestados particulares del universo exterior. As como la entr?p.aes una medida de desorganizacin la informacin que suministra un conjunto de mensajes es una medida de organizacin.De hecho puede estimarse la informacin que aporta uno deellos como el negativo su entropa y como el logariti;no negativo de su probabilidad. Es decir cuanto ms probable es elmensaje menos informacin contiene. Por ejemplo un clisproporciona menos informacin que un gran poema.Y a he hablado del inters de Leibnitz por los autmatas quecasualmente comparta tambin un contemporneo suyo: BiasPascal; ste contribuy en gran parte al desarrollo de lo queahora llamamos mquina de calcular de escritorio. Leibnitz consider que la concordancia de los relojes puestos a la mismahora e r ~ un modelo de la armona preestablecida de las mnadas. Pues la tcnica de los autmatas de aquel tiempo era iade los relojeros. Observemos la actividad de las figurillas quebailan en la tapa de una caja de msica. Se mueven de acuerdocon un plan dispuesto de antemano en el cual su actividadanterior no tiene absolutamente nada que ver con la futura. Laprobabilidad de que se aparten de ese p;an. es nula. ~ a t u r a l -mente hay un mensaje pero va de la m ~ u m a las f i ~ u r a ~ yno pasa de ah. Ellas mismas no aportan nmguna comumcacional mundo exterior excepto la unilateral del movimiento preestablecido en el mecanismo. Son ciegas sordas y mudas y nopueden desviarse de fa actividad impuesta por el constructor.Comprese eso con el. c9mportamiento de un hombre o deun animal moderadamente inteligente tal como un gatito. Lollamo y levanta la cabeza. Le envo un mensaje que recibensus rganos sensoriales y que se manifiesta en ia accin. T i ~ n ehambre y lanza un maullido llorn. Es l entonces l trasmisorde un mensaje. Extiende sus patas tratando de agarrar una pelota atada a un h.ilo. Cuando ia pelota se mueve hacia la iz-quierda el animal l agarra con la pata del mismo lado. En

    l S

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    22 CIBERNTIC Y SOCIEDADeste caso se trasmiten y reciben mensajes de estructura muycomplicada a travs del sistema nervioso del animal medianteciertas terminaciones en sus articulaciones msculos y tendones; por estos mensajes el animal conoce la posicin real y latensin de sus tejidos. Slo mediante esos rganos es posiblealgo como la habilidad manual.

    He comparado el comportamiento preestablecido de las figurillas de la caja de msica con la conducta contingente de losseres humanos y de los animales. Pero no ha de suponerse quela caja de msica es tpica del comportamiento de cualquieraparato.Las mquinas ms antiguas en particular las primeras tentativas de producir autmatas funcionaban como el mecanismode un reloj sin admitir variacin despus de iniciado el movimiento. Pero las modernas tales como los proyectiles telediri

    gidos la espoleta de aproximacin el mecanismo de aperturaautomtica de las puertas los aparatos de regulacin de unafbrica de productos qumicos y las otras que efectan traba osmilitares o industriales poseen rganos sensoriales es decirmecanismos de recepcin de mensajes que provienen del exterior. Pueden ser tan sencillos como una clula fotoelctricaque cambia cuando la luz inde sobre ella y que puede distinguir la luz de la obscuridad o tan complicados como un aparato de televisin. Pueden medir una tensin por el cambio queproduce en la conductibilidad de un alambre sometido a ellao estimar temperaturas mediante un par termoelctrico queconsiste en dos metales distintos ntimamente unidos que producen una corriente cuando se calienta urto de ellos. Todo instrumento del repert0rio del fabricante de aparatos cientficoses un rgano sensorial posible; mediante sistemas elctricos seobtiene que las lecturas se registren a distancia. As pues yposeemos desde hace tiempo mquinas cuyo comportamientoest regulado por el mundo exterior.Tambin nos es familiar la mquina que obra sobre su ambiente al recibir un mensaje. Toda persona que ha pasado porla estacin Pennsylvania de Nueva York conoce el aparato

    HISTORI DE L CIBERNTIC 23fotoelctrico para abrir puertas. Cuando llega a un mensajeque consiste en la intercepcin de un rayo lummoso se abrela puerta y el viajero pasa a travs de ella. . .

    las etapas entre la recepcin de un mensaie mediante aparatos de este tipo y la ejecus in de una tarea pueden ser muysimples como en el caso de la apertura de una puerta o pueden tener cualquier grado de compiejidad deseada dentro delos lmites de ~ u e s t r a tcnica actual. Una accin compleja esaquella en que los datos introducidos que llamaremos entradaimplican un gran nmero de combinaciones para ob:ener unefecto que llamaremos salida sobre ~ ~ u n d o exterior. Estaltima es combinacin de los datos recibldos en ese momentoy de los hechos registrados en el pasado que l l a ~ a : e m o s ,me1 1'o-ria y que guarda ei aparato. Las ms complicadas m a q ~ m a sconstruidas hasta ahora que transforman los datos de la eOLradaen otros de salida son las electrnicas de calcular de alta velocidad. La determinacin de la forma de comportamiento. deestas mquinas est dada por una entrada especiaL q ~ e consistegeneralmente en tarjetas perforadas cintas o a l a m ~ r e s magnticos que fijan la manera cmo ha de actuar la m a q u i ~ a enuna operacin dada una manera diferente de la. que podna seren otra ocasin. Debido al uso frecuente de taretas perforadaso de cintas magnticas los datos que se suministran aparatoy que indican el modo de operar de una de esas mqumas paracombinar los informes se llaman tecleado.

    He dicho ya que el hombre y los animales poseen- sentido cenestsico mediante el cual recuerdan la p o s t e 1 ~ Y latensin de cada uno de sus msculos. Para que una maqumasometida a un ambiente variable funcione adecuadamente esnecesario que se la informe acerca de los resultados de suspropias acciones como parte de los datos de acuerdo con loscuales debe actuar. Por ejemplo al manejar un ascensor nobasta abrir la puerta que da al corredor: las rdenes dadasben conducir a que el ascensor se encuentre all cuando abnmos la puerta. El funcionamiento del mecanisrr:o de aperturadebe depender de que el ascensor est en ese piso; de lo con-/

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    24 CIBERNTIC Y SOCIEDADtrario algo puede haberlo detenido y el pasajero caer por elpozo. Esta regulacin de una mquina de acuerdo a su funcionamiento real y no respecto a lo que se espera de ella se llamaretroalimentacin y presupone la existencia de sentidos que ac-tan mediante miembros motrices y que funcionan como elementos que registran una actividad. Esos mecanismos debenfrenar la tendencia mecnica hacia la desorganizacin o enotras palabras deben producir una inversin temporal de ladireccin normal de la entropa.

    He mencionado hace un momento al ascensor ejemplo dela importancia de la retroalimentacin. Hay otros casos en losque su valor es aun ms evidente. Por ejemplo el artillero recibe ciertas informaciones de sus instrumentos de observaciny las transmite al can de tal modo que ste tenga una direccin tal que el proyectil pase por l blanco movible en ciertomomento. Pero el arma ha de usarse cualquiera que sea la temperatura exterior. Si sta es alta la grasa es fluida y el canse mueve fcil y rpidamente. En otros casos la grasa se endurece por el fro o est mezclada con arena por lo que el tuboresponde lentamente a las rdenes que se le dan. Si en esteltimo caso cuando el can tarda en llegar a la posicin de-seada se insiste mediante un impulso adicional el error dis-minuir. Para obtener un efecto lo ms uniforme posible seacostumbra a interponer un elemento de retroalimentacin quedetermina la diferencia entre la posicin real y la deseada yque da de acuerdo con esta diferencia un impulso adicional.

    Es cierto que han de tomarse las precauciones necesarias paraque no sea muy intenso pues si lo es el tubo pasar ms allde la posicin correcta y habr que hacerle girar de vuelta enuna serie de oscilaciones que muy bien pueden aumentar en amplitud y conducir a una inestabilidad desastrosa. Si el sistemade retroalimentacin se corrige automticamente en otras palabras si sus propias tendencias entrpicas estn limitadas porotros mecanismos que las mantienen entre muy estrechas cotaseso no ocurrir y la existencia de ese dispositivo aumentar laestabilidad del funcionamiento del can. Dicho de otra ma-

    HISTORI DE L CIBERNTIC 25nera la actividad depender menos de la carga de friccin o loque es lo mismo del retardo causado por ia rigidez de la g:asa.Algo muy similar a esto ocurre en los actos h u m ~ n o ; S r;iellevo el cigarro a la boca mi voluntad no mueve nmgun musculo especial. En muchos casos ni siquiera s cuies ~ o n . Loque hago es poner en accin un mecanismo de retroalimentacin anlogo al ya descrito: un reflejo en el cual el e s f ~ e r ~ oque no bast para elevarlo se convierte en una orden mas m-tensa a los flojos msculos cualesquiera que sean. De esta manera rdenes voluntarias de bastante uniformidad permitirn

    e j e c ~ t a r la misma tarea partiendo de posiciones iniciales sumamente diversas sin tener en cuenta la disminucin de la contraccin de los cansados msculos. Anlogamente cuando manejo un coche no ejecuto mecnicamente una serie de rde?esque dependen simplemente de una imagen mental del cammoy de la tarea a realizar. Si encuentro que el vehculo se desvamucho hacia la derecha lo llevo hacia la izquierda. Eso de-pende del comportamiento real del coche s i m p ~ e r ; : i e ~ t edel camino; me permite manejar con una eficacia casi identicaun Austin de poco peso y un camin bien cargado sin necesidad de formar hbitos especficos para cada uno de amboscasos. Volver sobre este tema con mayor atencin en i captulo sobre mquinas especiales al discutir el servicio que puedeprestar su estudio a la neuropatologa cuando su comP?rtamiento ofrece defectos como los que aparecen en el orgamsmohumano.

    Afirmo que el funcionamiento en lo fsico dei ser vivo y lde algunas de las ms nuevas mquinas electrnicas son exactamente paralelos en sus tentativas anlogas de regular la entropa m;diante la retroalimentacin. Ambos pos.een r e c e p t o r ~ ssensoriales en una etapa de su ciclo de operaciones es decirambos cuentan con un aparato especial para extraer informesdel mundo exterior a bajos niveles de energa y para utilizarlosen as operaciones del individuo o de la mquina. En. amboscasos esos mensajes del exterior no se toman en bruto smo quepasan a travs de los mecanismos especiales de transformacin-171-..

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    CIBERNTIC Y SOCIEDADque posee el aparato, vivo o inanimado. La informacin ad-quiere entonces una nueva forma utilizable en las etapas ulte-riores de la actividad. Tanto en el animal como en la mquina,esa actividad se efecta sobre i mundo exterior. En ambos, seinforma ai aparato regulador central la accin ejecut d sobreel ambiente y no simplemente la accin intentada. El hombremedio ignora este complejo conjunto de formas de conducta;en particular, no desempea i papel que debiera en nuestrohabitual anlisis de la sociedad, pues as como pueden obser-varse desde este punto de vista las reacciones fsicas del indi-viduo, tambin podran serio las respuestas orgnicas de lasociedad misma. No pretendo que ei socilogo ignore la exis-tencia y compleja naturaleza de las comunicaciones en la so-ciedad, pero, hasta hace muy poco tiempo, tenda a menospre-ciar su importancia como aglutinante de toda la urdimbre.En este captulo hemos visto la unidad fundamental de uncomplejo de ideas cuya conexin mutua no se haba conside-rado lo suficiente hasta hace muy poco tiempo, a saber, la con-sideracin contingente de los fenmenos fsicos que introdujoGibbs para modificar las convenciones newtonianas tradiciona-les, la actitud agustiniana respecto ai orden y la conducta queexige ese punto de vista, y la teora de los mensajes entre hom-bres y mquinas y en la sociedad, como una secuencia de hechosen lo temporal, que, aunque posee una cierta contingencia,intenta limitar la tendencia de la naturaleza hacia el desorden,

    a justando sus partes a diversos propsitos.

    L PROGRESO Y LA ENTROPAComo ya lo hemos visto, la tendencia estadstica de la natu-raleza hacia el desorden, hacia el aumento de la entropa, seexpresa mediante la segunda ley de la termodinmica. Nosotros,los seres humanos, no somos sistemas aislados. Ingerimos ali-mento tomado del exterior que produce energa; como resul-tado, somos parte de ese mundo ms amplio que contiene lasfuentes de nuestra vitalidad. Pero lo ms importante es queaceptamos informaciones mediante nuestros sentidos y que ac-tumos de acuerdo con ellas.El fsico conoce ya s u f i i e n t e m e n t ~ la importancia de esaafirmacin en cuanto concierne a nuestras relaciones con e 1 am-biente. Un excelente ejemplo del papel de la informacin, enlo que a esto respecta, lo proporcion Clerk Maxwell sudemonio'', que podemos describir de la manera siguiente.Supongamos que tenernos un recipiente lleno de un gas cuyatemperatura es uniforme. Algunas molculas se movern conmayor velocidad que otras. Supongamos adems que existe unapuerta, por donde pasa el gas a una tubera que conduce auna mquina trmica; despus de atravesar sta, el gas vuelveal recipiente a travs de otra puerta. En cada una de ellas, seencuentra un diminuto ser capaz de vigilar las molculas quellegan y de abrir o cerrar el paso, segn la velocidad queposeen.l demonio de la primera la abre slo a las molculas dealta velocidad y la cierra a las que la tienen baja. El de l

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    28 CIBERNTICA Y SOCIEDADs e g u n ~ a hace exactamente lo contrario: ia abre para las de bajaY la cierra para las de alta velocidad. As resulta aue la temperatura. ~ m e n t en un extremo y desciende en el o ~ r o creandou : mov1m1e?to continuo de segunda clase , es decir, un movim:ento o ~ t m u o que no viola la primera ley de la termodinmica (segun la cual, la cantidad de energa de un sistema dados constante)'. pero que infringe la segunda (segn la cual, la

    temperatura u e n ~ e ~ s P ? n t n e a m e n t e a disminuir). En otras palabras, el- demomo de Maxwell parece superar la tendencia dela entropia a aumentar.Tal ~ e ~ es posible aclarar aun ms esta idea considerandouna m u l t ~ t u d que pase a travs de dos torniquetes: uno de los~ ~ l e s deja pasar la gente slo si se mueve a una cierta veloc1da.d Y el otro slo si avanzan lentamente. El movimiento arbitrar10 de la muchedumbre conducir a que exista una corrientede gentes veloces que pasan por el primer torniquete, mientrasque el se?11ndo estar abierto slo para los que avanzan lentamente. S los. dos ~ s t u v i e s e n unidos por un pasaje provisto deuna p ~ e : t a giratoria, las personas que se mueven velozmentproduc1.ran una tendencia mayor a que ella gire en direccincontraria, a la de las lentas, con lo que tendramos una fuentede e n e ~ g 1 a basada en los movimientos fortuitos de la multitud.Aqm aparece una diferencia muy interesante entre la fsicade nuestros abuelos y la actual. En la del siglo XIX parecaque no c o s ~ a b a nada, ~ o n s : g u i r informacin. De ah resulta queno hay nada en la f151ca de Maxwell que impida a su demonioobtener su propia energa. Por el contrario, la moderna recon o c ~ que el demonio slo puede informarse acerca de si debeabrir o c e ; r ~ r la p u e r t ~ mediante un rgano sensorial que, parae ~ t e propos1to, es un OJO. La luz que incide en el ojo del demomo es suplemento carente de energa del movimiento1;1e.can1Co smo que comparte las principales propiedades de esteultnno. La lU: n_o puede ser recibida por ningn instrumento menos que mcida en l y tampoco puede indicar la posicinde u n ~ p ~ r t ~ c u l a cualquiera si no cae sobre ella. Esto significaque Il s1qmera desde el punto de vista puramente mecnico

    EL PROGRESO Y LA ENTROPApodemos considerar el recipiente como exclusivamente compuesto de gas, sino como gas y luz que pueden estar o no enequilibrio. Si ocurre lo primero puede demostrarse, de acuerdoa las teoras fsicas actnales, que el demonio de Maxwell sertan ciego como si se encontrase en la obscuridad ms absoluta.Tendramos rayos de luz en todas direcciones, lo que no nosproporcionar a ninguna indicacin acerca de la posicin y lavelocidad de cada partcula. En consecuencia, el demonio deMaxwell slo podr actuar en un sistema que no est en equilibrio. Sin embargo, en ese caso la colisin constante entre laluz y las partculas de gas tiende a colocar ambas en un estadode equilibrio. As, pues, aunque el demonio puede invertir temporalmente la direccin de la entropa, a la larga tambin que-dar agotado.El demonio de Maxwell puede actuar indefinidamente slosi llega luz adicional al sistema desde una fuente fuera de l Yque no corresponda, desde ei punto de vista trmico, a la :emperatura mecnica de las partculas del gas. Es esa una situacin que debera sernos perfectamente familiar, pues vemos eluniverso que nos rodea mediante la luz del sol, que est muylejos de encontrarse en equilibrio con los sistemas mecnicosde la tierra. Hablando con propiedad, comparamos partculasque se encuentran a una temperatura de 2 centgrados conuna luz que proviene del sol a muchos miles de grados.

    En un sistema que no se encuentra en equilibrio o en unaparte del mismo, la entropa no aumenta necesariament:. Enefecto, puede disminuir localmente. Tal vez esta carencia deeauilibrio en el mundo que nos rodea es simplemente unae t ~ p en la cuesta aba jo que conducir finalmente al equilibrio.Ms pronto o ms tarde, moriremos y es altamente probableque todo el universo fenecer de fro en cuyo caso, quedarreducido a la uniformidad trmica en la cual nada nuevo ocurrir. Slo existir una gris monotona, de la que slo podremos esperar fluctuaciones locales insignificantes.Pero todava no somos los espectadores de las ltimas escenas de la muerte del cosmos. Efectivamente, nadie asistir a

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    30 CIBERNTICA Y SOCIEDADesas etapas finales. En consecuencia, en el mundo que nos pre-ocupa ms directamente hay estados que aunque ocupan slouna insignificante fraccin de la eternidad, poseen un gransignificado para nosotrns, pues en ellos la entropa no aumentay se elabora una organizacin, as como su correlativo, las in -formaciones.

    Lo que he dicho ele esos islotes de mayor organizacin nose limita exclusivamente a la que tienen los seres vivos. lasmquinas conrribuyen tambin a la elaboracin local y tem-poral de las informaciones, a pesar de ser su organizacin gro-sera e imperfecta comparada con l nuestra.

    Es necesario intercalar aqu una observacin semntica; vo- es tales como vida, propsito y alma son groseramente inade-cuadas para el exacto pensar cientfico. Esas palabras han ad-quirido su significado al reconocer nosotros la unidad de uncierto grupo de fenmenos, aunque, efectivamente, no nos procporcionen una base adecuada para caracterizar la tai unidad.En cuanto aparece un fenmeno nuevo que, en cierta medida,participa de la naturaleza de los que hemos dado en llamarvivientes, pero que no posee todos los otros aspectos asociadosque incluye la voz vida'', nos encontramos con el problema deampliar el sentido de la palabra para incluir dicho fenmenoo de restringirla para excluirlo. En el pasado, se plante eseproblema al considerar los virus que demuestran poseer algunasde las tendencias de la vida (persistir, multiplicarse, organi-zarse), pero que no la manifiestan en forma completa. Al obser-var ahora ciertas analogas entre las mquinas y ios organismosvivientes, nos hallamos frente al problema de saber si las m-quinas poseen vida; para nuestros propsitos la pregunta essemntica y somos libres de responder de una manera o de otra,como nos convenga.

    Si deseamos utilizar la palabra vida de tal modo que com-prenda todos los fenmenos que localmente nadan contra lacorriente de la entropa creciente, somos libres de hacerlo. Sinembargo, incluiramos entonces muchos enmenos astronmi-cos que slo tienen una remotsima semejanza con eila, tal

    EL PROGRESO Y LA ENTROPA 3como l entendemos corrientemente. En mi opinin, io mejores evitar eptetos que son una peticin de principios, tales comovida , alma , vitalismo y otros parecidos; en lo que res-pecta a las mquinas, diremos simplemente que no hay ningunarazn para que no se asemejen a los seres humanos, pues unas

    y otros representan bolsones de entropa decreciente, dentro deuna estruetura en la cual la ms amplia entropa tende aaumentar.Cuando comparo un organismo viviente con una mquinade esa clase, de ningn modo qmero decir que los fenmenosespecficos f isicos, qumicos o espirituales de la vida, tal comola entendemos corrientemente, son los mismos que los de lamquina que la imita. Quiero decir simplemente que ambos(el ser viviente y la mquina) son ejemplos de fenmenoslocales antientrpicos, que pueden aparecer de muchos otrosmodos que naturalmente no llamaramos biolgicos ni me-cnicos.Aunque es imposible hacer una afirmacin universal acercade los autmatas que imitan lo vital en un campo que se ex-tiende tan rpidamente como el de la automatizacin, quisierainsistir en algunos rasgos generales de estas mquinas tales co-mo existen actualmente. Uno de ellos es que deben efectuaruna tarea o tareas definidas y en consecuencia, deben poseerrganos de accin (anlogos a las manos y piernas de los sereshumanos) para ilevarlas a cabo. El segundo es que deben estaren relacin con el mundo exterior mediante rganos sensoriales,tales como clulas fot0eictricas o termmetros, que no slo lesadvierten acerca de ias circunstancias que las rodean, sino queadems las hacen capaces de recordar la ejecucin (o la noejecucin) de la labor encomendada. Como y lo hemos visto,esta ltima funcin se llama retroalimentacin, o sea la propie-dad de ajustar la conducta futura a hechos pasados. Puede sertan simple como la de un reflejo comn o de orden superiorde tal rnodo que la experienca anterior se utiliza, no slo pararegular m o v i m i n ~ o s especficos, sino para determinar un com-pleto plan de conducta. Un sistema de esa clase puede tener el./ JCJ

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    32 CIBERNTICA Y SOCIEDADaspecto de ser lo que, desde un punto de vista llamamos reflejo condicionado y desde otro, aprendizaje. '

    P a r ~ todas e ~ a s forrr;as de conducta y particularmente paralas mas c o m p ~ : c a d a s , deben tener las mquinas rganos centrales de dec1s1on que determinen lo que han de hacer en unmomento dado segn la informacin que la retroalimentacinles ha proporcionado y que elias acumulan mediante mecanismos anlogos a la memoria de un organismo viviente.

    Es f c i ~ ~ o n s t r u i r una mquina simple que se acerque a laluz o se ale3e de ella; si poseen luces propias, un cierto nmerode estas m ~ q u i n a s reunidas mostrarn complicadas formas decomportamiento_ social, como las que ha descrito el doctor GreyWalter en su libro El cerebro viviente. Por el momento las

    n ; i ~ s c o m p l i c a d a ~ mquinas de ese tipo son slo juguetes ~ i e n -t1f1cos, que p e r m 1 ~ e n explorar las posibilidades de la mquina ysu analogo: el sistema nervioso. Pero hay razones para creerq u ~ _la tecnologa, en rpido avance, utilizar en un futuroproxrmo algunas de sus posibilidades.

    As, entre el sistema nervioso y la mquina automtica existeu : i ~ a n a l o g ~ fundamental, pues son dispositivos que toman dec ~ s 1 0 n e s b ~ s a n d o s e en otras que hicieron en el pasado. Los mfsimples eligen entre dos posibilidades tales como abrir o cerraruna llave. En el sistema nervioso, cada fibra decide trasmitirun_ impulso o no. Tanto en la mquina como en el nervio,existe un aparato e s p e c f ~ c o para tomar decisiones en el futurode. acuerdo con las pasadas; en el sistema nervioso gran partede esa tarea se efecta en puntos de organizacin extremada

    m e n ~ e complicada llamados sinapses, donde un cierto nmerode fibras entrantes estn conectadas con una sola saliente. Enmuchos casos, puede entenderse la base de esas decisiones comoun, m b r ~ l de accin del sinapse o, en otras palabras, indicandocuantas fibras de entrada han de funcionar para que funcionea su vez la de salida.

    Esto base, por lo menos, de una parte de la analogaentre maqumas y organismos. El sinapse de estos ltimos corresponde a ias llaves de conmutacin de la mquina. Para con-

    EL PROGRESO Y LA ENTROPA 33siderar ms detalladamente la relacin entre las mquinas Ylos organismos vivientes, consltense los li?ros,, arnmeme sugestivos, de los doctores Walter y Ross Ashby. ' . ,Como ya he dicho, la mquina y el orgarusmo v ~ v 1 e n t e sondispositivos que iocal y temporalmente parecen r:_s1snr a la tendencia general de aumento de la entropa. Mea1ante su capacidad de tomar decisiones, pueden pwducir a su alededor uoazona local de organizacin en un mundo cuya tendencia gene-ral es la contraria. ,El hombre de ciencia traba a continuan1ente para descubrirel orden y la organizacin en el u n v ~ r s o por. io. que J . u e g ~ : i .' . . . ln a ' e ~ o r a a n . - - r l O ' ' ,hS U1'una partida contra su arch1enem1go: a - l iL,..,.. ( diablo maniqueo o agustiniano? Es una fuerza opuesLa ' urden 0 es la ~ o m p l e t ; carencia de el? La d i f ~ r e n c . . rnt;e esrasdos clases de demonios aparecer en las t:ucas u t 1 z : r n a ~ contra ellos. El diablo maniqueo es un opositor co n. cuaiqui_:rotro aue est decidido a ganar y que utilizar o.Jalqu1er e n ~ ; a n o0 s i m ~ l a c i n para triunfar. En particular, mantc;:i

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    34 CIBERNTIC Y SOCIEDADnuestra inteligencia triunfar sobre l de modo tan completocomo con una aspersin de agua bendita .En lo que respecta a la naturaleza dei diablo, existe un afo-rismo de Einstein 0ue es algo ms que eso; representa en ver-dad una afirmacin acerca de los fundamentos de la ciencia.El Seor es sutil, pero no es malvado . La voz seor indica

    aqu aquellas fuerzas de la naturaleza que incluyen las atribui-das a su humilde servidor, el diablo; Einstein quiere decir queesas fuerzas no mienten. Tal vez, en cuanto al sentido. estediablo no est muy lejos de Mefistfeles que, cuando a u ~ t o lepregunta, responde: Soy parte de esa fuerza que siempre buscael mal y hace el bien. En otras palabras, la habilidad del dia-blo para engaarnos no es ilimitada; pierde su tiempo el hom-bre de ciencia que busca en el universo una fuerza positiva deci-dida a engaarnos. La naturaleza se resiste a ser descifrada,pero no demuestra su ingeniosidad en descubrir nuevos e ines-crutabies mtodos para perturbar nuestras relaciones con elmundo exterior.La distincin entre la resistencia pasiva de la naturaleza y laactiva de un opositor sugiere una diferencia entre l investiga-dor cientfico y el guerrero o i jugador. El primero disponede muchsimo tiempo para ilevar a cabo sus experimentos, sintemer que la naturaleza descubra algn da sus trucos, sus m-todos, y cambie de tctica. En consecuencia, su obra est domi-nada por sus mejores momentos, mientras que un jugador deajedrez no puede cometer un error sin encontrar un adversariodespierto, pronto para aprovecharse de la situacin y derrotarlo.As, el jugador de ajedrez est gobernado por sus peores mo-mentos y no por los mejores. Es posible que haya algo de p rtipris acerca de esta afirmacin, pues encuentro que me ha sidoposible hacer algo efectivo en la ciencia, mientras que mis par-tidas de ajedrez han padecido siempre de mi carencia de cui-dado en los momentos crticos.Por ello, el hombre de ciencia est dispuesto a considerar asu oponente como un enemigo honrado. Esa actitud es nece-saria para que sea efecriva su obra como investigador, pero

    EL PROGRESO Y LA ENTROP 35tiende a convertirlo en una vctima de i gente sin principiosen la guerra y en la poltica. Conduce adems a que sea difcilque le entienda el pblico en general, pues ste est ms inte-resado en los antagonismos personales que en la naturaleza como antagonista.

    Estamos sometidos a una vida tal que el mundo en su totali-dad obedece a la segunda ley de la ter.modinmica: la confusinaumenta y el orden disminuye. Pero, como ya hemos visto,aunque la segunda ley de la termodinmica puede ser un enun-ciado vlido respecto a la totalidad de un sistema cerrado, esdecididamente errnea en cuanto a una parte no aislada de lHay islas, locales y temporales, de entropa decreciente, en unmedio en el cual la entropa tiende a aumentar; la existenciade esas islas induce a algunos de nosotros. a asegurar la existen-cia del progreso. Qu podemos decir acerca d e ~ l a batalla entrel y la entropa creciente -en el mundo que nos rodea?Como todos sabemos, la Ilustracin foment la idea de pro-greso, aunque algunos hombres del siglo XVIII creyeron quesera cada vez ms difcil pasar a una etapa superior y que laEdad de Oro de ia sociedad no sera muy distinta de aquellaen la que ellos mismos vivan. La Revolucin Francesa condujoa que aparecieran fallas en el edificio de la Ilustracin acom-paadas de dudas en otras partes. Por ejemplo: M a l t h ~ s creaque la cultura de su tiempo estaba a punto de hundirse en unaumento desordenado de la poblacin que se tragara todo loque la humanidad haba ganado hasta entonces.

    Es clara la lnea de Darwin a Malthus. La gran innovacinque aport el primero a la teora de la evolucin consisti enconcebir a, no a la manera de Lamarck, como un ascenso espontneo hacia formas ms altas y mejores, sino como un fen-.meno en el cual los seres vivos mostraban: a) una tendenciaespontnea a desarrollarse en variadas direcciones y b) otra aseguir el camino de sus antecesores. La combinacin de ambosefectos condujo a limitar una naturaleza exuberante y a elimi-nar los organismos poco aptos para su ambiente, mediante unproceso de seleccin natural. Esa limitacin dejaba un residuo

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    CIBERNTICA Y SOCIEDADde formns de vida ms o menos bien adaptadas a su medio.Segn Darwin ese residuo parece demostrar la existencia deuna teieolog;ia universal.El concepto de residuo ha vuelto a aparecer en primer planoen las investigaciones del doctor Ross Ashby. Hace notar quetina mquina de estructura algo arbitraria y fortuita tendrciertas posiciones prximas al equilibrio y otras lejos de l, yque las primeras, por su propia naturaleza, durarn ms tiempo,mientras que las segundas se mostrarn fugazmente. As resultaque en la mquina de Ashby, como en la naturaleza de Darwin,aparece un propsito en un sistema que no fue construido paraque lo tuviera, simplemente por ser transitoria la carencia definalidad de acuerdo a su misma naturaleza. A la larga, el granpropsito trvial de la entropa mxima parecer ser el msduradero de todos. Pero en las etapas intermedias un organismo o una sociedad de ellos tender a permanecer ms tiempoen aqueilos modos de actividad en los que las diferentes partes

    funcionan conjuntamente, segn una estructura que tendr mso menos sentido.Creo que la brillante idea de Ashby del mecanismo arbitrariosin propsito que busca uno propio mediante un proceso deaprendizaje es no slo una de las ms valiosas contribucionesde nuescra epoca a la filosofa, sino adems algo que conducira progresos sumamente tiles en la automatizacin. No slopodernos introducir un propsito en las mauinas sino que en- la rnmensa mayora de los casos, la mquina diseada para evi-tar determinadas fallas de funcionamiento buscar por s mismaun propsito que puede lievar a cabo. -La influencia de Darwin sobre la idea del progreso no quedconfinada a lo biolgico, ni siquiera durante el siglo XIX. Todoslos filsofos y socilogos elaboran sus ideas cientficas con losmateriales que proporciona su poca. No es sorprendente porllo que l\farx y los socialistas contemparneos suyos tomaranun punto de vista darviniano en lo que- respecta a -la evoluciny al progreso.En la fsica, esta idea se opone a la de ia entropa, aunque

    EL PROGRESO Y LA ENTROPA 37no existe una contradiccin absoluta entre ambas. En querespecta a la fsica en funcin de h obra de Newton la informacin aue contribuye al progreso y obra contra. el aumentode entropa puede s e ~ aportada P o ~ cantidades nfimas .de ener_ga o hasta tal vez sin energa a.lg.rna. En ~ u e s t r o s1glo esaidea ha debido de cambiar por el influjo de lo que se conocecon el nombre de teora de los quanta.

    En lo que importa a nuestros propsitos. ese ~ o n c e p w . ,haconducido a una nueva asociacin entre eo.erga m f o ; m a o o ~Una forma. elemental de esta conjuncin ocurre en ~ ~ r teonadel ruido de fondo en una iinea telefnica o un a m ~ 1 m c ~ d o r .Puede demostrarse que es inevitable, pues deix:nde de:l cara,cterdiscreto de los electrones que conducen la cornente; sm e1 ?oargo, es capaz de destruir la informacin. En c o n ~ ~ c u e n o a elcircuito necesita una cierta potencia de comunicac10n. para q ~ esu propia energa no se trague el mensa e. ~ : e c a r a ~ ~ e r ma:fundamental que ese ejemplo s la estructura n:scrern. de: lut.misma y el q ~ e la luz de una cierta frecuenua se m:ad1etrozos que se llaman quanta de ~ u z que_ poseen ;ma determinada energa dependiente de esa t r e c u e n G ~ . Por eilo, no puedehaber ninguna radiacin con menos energ1a q ~ e de un quanta. El paso de informacin no puede ocurrn sin g a ~ t a ~ ~ ~ acierta ~ a n t i d a d de energa, por lo q ~ e no e x i s t ~ ;ma ~ 1 ~ t m o ~ nneta entre un acoplamiento energenco y otro mrormat1vo. Smembargo, para los propsitos prcticos, un quanta e.s m uy ~Cosa v la cantidad de energa neces;J.ria para un acoplam1ento in -, . . - dformativo lo es tambin. De ah se sigue que, al cons1 erar unfenmeno local como el desarrollo de un rbol o de un hombre,que depende directa o indirectamente de la radiacin solar, undecrecimiento local enorme de la entrop1a puede correspondera una transferencia de energa bastante moderada. E s ~ e es unode los hechos fundamemales de la biologa. en pamcular dela teora de la fotosntesis o sea del proceso qumico por el cualla planta uriliza los rayos solares para formar c a r b o h i d r a t ~ s Y

    o t r ~ s complicados producros qumicos necesarios p a r ~ la vida,aprovechando el aboua ; el anhidrido carbnico del aire. g3

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    CBERNTICA Y SOCIEDA.D/.,si j 11'S 1,. C l ' ~ t : , n d ' . re- ' ' l l d- j, - . L e ~ . -- lL ,_ H L : pretar ;a segunca ey e a ter-n:odinmirn forma pesimista o no depe;:de de ;_ iinportancia que c o n . c ~ , i a m o s . _ por ~ n ~ parte, al universo en general y, porofra. a las 1s1as de decrecurnemo enrrpico que encornramos en1\J R - .- r - -' ' , , .- e i . . ~ - a - . m o ; , '-J.'-'c C:t " uno ae nOSOlfOs es una de esas islasy q u ~ e vivimos f ~ Z l t r e ellas. De ah resulta que fo. ciiferente perspecw:a norrnal conduce a conceder mayor importancia a lasr ~ g i o n e s de e 1tropa decreciente que al universo en general. Poreymplo: puede muy bien ocurrir que la vida sea un fenmenoraro

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    40 CIBERNTICA Y SOCIEDADbiente en el que vive el hombre. tos que creen en el progresoaseguran que esto coNmura, sin gue aparezca ningn trminovsible en un futuro gue no sea demasiado remoto para la contemplacin humana. Ios que considerafl el progreso como unprincpio tico estiman que esos cambios ilimitados y casi espontneos son lo Bueno }' h base sobre ia gue se puede asegurar a las fmuras generaoones el paraso en la tierra. Esposible creer en el progreso como un hecho sin tenerlo por unprincipio erico. pero en el catecismo de muchos ciudadanos delos Estados Unidos lo uno va junto con lo otro.

    La mayora de nosotros estamos demasiado prximos a laidea del progreso para darnos cuenta de dos hechos. Por unlado, esa idea aparece slo en un perodo muy corro de 1a historia; por otra pane, representa una ruptura total con nuestrastradiciones y las creencias religiosas que profesamos. Para loscatlicos, los protestantes o los judos el mundo no es un lugarb11eno en el que puede esperarse una felicidad duradera. La Iglesia retribuye la virtud, no con alguna moneda aceptada pDr losreyes de la tierra, sino con una letra sobre el ciclo.En lo esencial, ei caivinista acepta eso tambien, agregandoun tono sombro, pues. segn su doctrina, son pocos ios elegidos dei Sefior que pasarn la terribie prueba del da del juicioy adems estos pocos sern determinados por las discrecionalesdecisiones del Supremo Jue:: . No sirven de lo ms mnimo nla virtud ni la rectitud para asegurar la salvacion. 1'.fas de unvarn justo ser condenado. Los calvnstas no esperan en fatierra aquel estado de beatitud del cual no estn seguros ni siquiera en el cielo.Los profetas hebreos esrn muy lejos de ser optimistas en loque respecta al futuro de la humanidad o de su propio Tsrae 1el pueblo elegido; la historia de Jnh que podra l l a m a : - : ~ unauto sacramental. no proporciona nmguna seguridad de que eldesenlace relativamente feliz ocurrir excepto por la arbitrariedad de Dios, aunque es una gran victoria del espritu y el Seorse digna devolver al protagonista sus rebaos, sus siervos y susesposas.

    EL PROGRESO y LA ENTROPA 41El comunista, como el creyente en el progreso, espera ~ l p ~ -

    ra1so en h tierra, en vez de una recompensa personal ~ 1 u e se e " , - 0 er Dpro supone que esoconceder en u n ~ t ex1stenoa pos1 11 1u :1 ... - 1I ' l 1 1: ' ec -.pt1ro res pec to a os panesno se producira sm ucna . . s .an ...u:: . - ~ .. 1 -. 1de azcar del futuro como respeCLo ,1. l a ~ / o s q u l l ~ a s ,es tia et'

    1 I 1, .. a a b ' que swrn11ca res1gnaoon a aTampoco eL 5_,1111, vU u ' . = . .. ,, "( d lvoluntad de Dios, deia ~ n n y ab1enas tas p ~ e ; t a s L, L: e 1 -' - ,1-er-q de budismo, - suProcrreso. No necesito oecir 1UU;O , L u . . .o J . 1,- r ed, de l a ~ encarn,1-esperanza del nirvana V ue escapar '' u ,.,. l' - d 1 areso y ociones; se opone inexorablemente a la idea . pro ,. ;e ,ec:r-e d-e i'cis re11c;ioo.es cie la India emparentadasm1sn10 pueo a ,,;:, '

    con l. - --a ' ? er; eL progreso queAdems de es;:i cmoda creenc1a 1_ .',' "' fn.. tao a .inesmuchos ciudadanos de los Estados Uniaos comFar i ,del s1'glo X' . e,.iste otra oue parece tener u.n rono mas ~ a ~ -- ._ __. ~ ~ ..1 .. .l 1 r 1

    l . '- ,,, ~ o ~ o s o D0 "" riudadano medio ae ese pa1s, s1gn -cu 100 V S ). . ... .__ - , . el 11 ' d , 0. ] anFqu'a eron6m1ca e aficaba la conqu1s;:a et esle, a . . _-. i -. " i ,-..... n ;.: 1c-er v 1 eoaoro Roose-frontern y la prosa i:1gorosa e v11 e -"'- . . . .1 . J , 1e vt; l s rqrwo, la frontera-olt N1rnr.:i.lmer1t 1 aesue el purn:o ~ e -1 . __ -ve '- ' 1 - - _ ..--. . . . . . . m11cho.:: aose r n fen >mr-.nr. nerfect?CT Ote auttLJtiCU. Ln Ll ci.JJ1..r : - . i' ll u _....._,...._ - .

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    42 cm FRNT CA y SOCEDADen velocid,1d de tiro. Sin embargo, el arco es una invencinde L ccbd de piedrn que no hs experimentado ningn perfecc on n11t nfL).

    . A u r : ~ : u r : h c , ~ : n s ~ r u c c i n rL \ l no ha quedado completamentee s r a . : : i o n ~ c b , el t

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    CII3ERNTICA Y SOCIEDADhistoria del mundo. La velocidad de esos cambios, as como sumisma naturaleza, carece de paralelo en la histora. En parte,ello proviene del incremento de las comunicaciones y ademsde un creciente dominio de la naturaleza que, en un planetade recursos limitados como b tierra, puede convertirse a lalarga en una esclavitud creciente ei hombre frente a ella. Puescuanto ms sacamos menos queda y a la larga habremos depagar nuestras deudas cuando ello sea sumamente inconvenientepara nuestra supervivencia. Somos los esclavos de nuestro progreso tcnico y es tan imposible volver a una granja de NewHampshire viviendo en ella de acuerdo con los mtodos autrquicos de 1800, como, por el pensamiento, aumentar nuestraestatura en un codo o ~ o n s g u i r que disminuya en la mismamedida, lo que es un ejemplo ms adecuado. Hemos modificadotan radicalmente nuestro ambiente que ahora debemos cambiarnosotros mismos para poder existir en ese nuevo medio. Esimposible vivir en el antit, 110. Ei progreso proporciona nuevasposibilidades para el futuro, pero tambin impone nuevas restricciones. Parecera que el mismo progreso y nuestra luchacontra el aumento de la entropa deben conducir necesariamenteal camino que ileva hacia aba jo, del que tratamos de escapar.Pero este pesimismo resulta slo de nuestra ceguera y de nuestra inactividad, pues creo que, en cuanto comprendamos lasnuevas necesidades que el ambiente moderno nos obliga a teneren cuenta, as como los mtodos actuales de que disponemospara satisfacerlas, pasara mucho tiempo antes de que perezcannuestra civilizacn y n -lestra especie. s bien ambas han defenecer, asi como ce.Ja uno de nosatros nace para 1norir. Sinembargo la perspecuv::;. de la muene est lejos de ser un completo fracaso de la vida y eso s iguairnente cierto para la civilizacin y para la especie humana. as como para cualquiera delos individuos que la componen. Tengamos el coraje de encararel final definitivo de nuestra civilizacin, como tenemos el valor de considerar Ll cenidumbre de nuestra oropa muerte. Lasimple fe en el progrese no es conviccin q u ~ crresponda a lafuerza, sino a la complacencia y de ah, a la debilid

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    CII3ERN.ETICA Y SOCIEDADemocin, pero ciertamente es ir demasiado lejos dar ese nombrea todos los condicionantes de reflejos, sin considerar ms a.tondo su naturaleza particular.

    Sin embargo, es interesante saber que la clase de fenmenogue se registra subjetivamente como una emocin puede ser, nomeramente un intil epifenmeno de la accin nerviosa, sinoalgo gue puede regular alguna etapa esencial del aprendizajeY de otros procesos similares. No afirmo de ninguna manerague sea as, ~ e ~ o en mi opinin, aquellos psiclogos que esta-blecen una distmc1n neta e infranqueable entre las emocione>del ~ o m b r e y las de los otros seres vivientes y las reacciones delos tipos modernos de mquinas automticas, deberan ser tancuidadosos en sus negaciones, como lo soy yo en mis asertos.

    IVEL MECANISMO Y LA HISTORIA DEL LENGUAJE

    Naturalmente, ninguna teora de las comunicaciones puedeeludir la discusin del lengua e. De hecho, ste es slo otronombre para comunicaciones, as como una voz utilizada paradesignar los cdigos mediante los cuales las comunicaciones seefectan. Y a veremos ms adelante, en este mismo captulo,que la utilizacin de mensajes en cdigo y su desciframientotiene mucha importancia, no slo para el hombre, sino paraotros organismos vivientes y para las mquinas utilizadas porlos seres humanos. Los pjaros, los monos, os insectos se co-munican entre s; en toda participacin de ese tipo se utilizanseales o smbolos que pueden entenderse slo si se conoce dsistema de cdigo aplicado.

    Lo que distingue a las comunicaciones entre los hombres delmismo hecho entre la mayora de los animales es: a la deli-cadeza y complejidad del cdigo utiiizado y b el alto gradode arbitrariedad dei mismo. J ..fochos animales pueden manifes-tar as la presencia de un enemigo o de orro ser de la mismaespecie. pero de distinto sexo, y una gran variedad de mensajesespecficos de la misma clase. La mayora de estos mensajes sonfugaces y no se acumulan. Gran parte se traducira en llenguaje humano mediante interjecciones y exclamaciones, aun-que algunas podran ser un grosero equivalente de voces quepara nosotros seran probablemente nombres y adjetivos, peroque el animal emite sin la correspondiente distincin respectoa l forma gramatical. En general suponecmos que el animal

    ./ 1._

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    70 CIBERNTICA Y SOCIEDADexpresa primero emociones y luego cosas, sin que sea capaz deindicar relaciones ms complicadas.

    Adems de esa limitacin, el lenguaje animal, en cuanto con-cierne al carcter de lo que se comunica, est fijado par la espe-cie y es invariable en lo histrico. El rugido de un ien separece mucho al rugido de otro len. Sin embargo, hay ani-males como el loro, la corneja y los estorninos, que parecenCapaces de retener sonidos, particularmente los gritos de otrosanimales y la voz humana, modificando o aumentando su voca-bulario, aunque dentro de muy estrechos lmites. Aun ellosparecen carecer de la libertad del hombre para utilizar cual-quier sonido pronunciable como cdigo e introducirlo en elgrupo que le rodea en tai forma que el conjunto de tales soni-dos forme un lengua e aceptado y entendido por esa sociedad,careciendo casi de sentido para el que no pertenece a ella.

    Dentro de sus enormes limitaciones, los pjaros que puedenimitar el lenguaje humano tienen de comn varios rasgos: sonsociales, bastante longevos y poseen una memoria que es exce-lente, si no se h compara con las exigentes normas humanas.Sin duda, un ave parlante puede aprender a utilizar sonidoshumanos o animales en el momento adecuado; un observadorcasua.1 creer encontrar en ello algo de inteligencia. Sin embargo,aun en los ms charlatanes entre los animales fracasan al com-petir con el hombre, pues es menor su facilidad para dar signi-ficado a nuevos sonidos, es ms pobre el repertorio de los codi-ficados y retenidos por la memoria verbal y, lo que es ms im-partante, es inferior su habilidad para formar smbolos de rela-ciones, clases u otros entes del tipo igico superior de Russell.

    Sin embargo, deseo insistir en que el ienguaje no es un atri-buto exclusivo de los seres vivientes, pues lo comparten en uncierto grado las mquinas construidas por el hombre. Deseomostrar adems que la preocupacin del hombre par el lengua-je representa ciertamente una posibiiidad que le es innata y queno comparte con sus ms prximos parientes, los grandes mo-nos. Sin embargo, demostrar que en l es una posibilidad nicamente aprovechable mediante el aprendizaje.

    EL f,JECANIS1vf0 Y LA HISTORIA DEL LE:NGUA TE lGeneralmente al p I , , ensar en as comumcac1ones, suponernosque se efecrnan de persona a persona. Sin embargo, es posi-ble que un hombre hable a una mquina, o sra a un ser h u m a ~

    no,. o un ~ p a r a t o a otro. Por ejemplo, en algunas desoladasregiones de1 oeste de los Estados Unidos y del norte del Canad,hay - : n u ~ h o s l.ugares donde pueden construirse centrales hi-d . r o ~ l e c t n c a s demasiado alejadas de las poblaciones y dema-siaoo pequeas para justificar la fundacin de un; ciudad

    n ~ e v a 1Por consiguiente, se desea manejar esas centrales detal. ,moa? q u ~ no se requiera en ellas un personal permanente,depnd?las srn atencin durante meses entre cada dos visitasde un mspector.. Para conseguir eso, hacen falta dos cosas: una de ellas es la

    m t r o d u c c i ~ n de mecanismos automticos que hagan imposiblec o n e c t a ~ e: .alternador a la.s barras de alimentacin hasta quehaya a d q m ~ 1 d o la frecuencia, el voltaje y la fase convenientesY que protean a las instalaciones de manera similar contra otras

    d e s ~ s t r o s a s contingencias elctricas, mecnicas e hidrulicas. Es-te tI.po de funcionamiento sera suficiente si el ciclo diario de lacentral fuera ininterrumpido e inalterable.Pero no ocurre as. La carga que sopartan los generadoresdepende de numerosos faaores arbitrarios. Entre ellos se cuen-tan: demanda i n d u s t r i ~ l . variable, casos de emergencia capacesde pon r fuera .de servICI ) una parte de las instalaciones y hasta

    u ~ a nube pasaera, que puede inducir a millares de hogares yO.IC1?as a prender las luces, en pleno da. Se deduce de elloque l a ~ ~ ~ n t r a l e s automticas, as como las gue funcionan bajosuperv1sion humana, deben estar continuamente sometidas a un

    p e ~ s o ~ a l que, para distribuir la carga, pueda dar rdenes a esasmaqumas; lo hace m e ~ i a o r e seales. adecuadas en cdigo quellega? la c ~ ~ t r a l por lmeas construidas especialmente para esepropos1to, ut1liz.ando ~ a s telegrficas o telefnicas ya existenteso usando la misma de trasmisin de energa. Por otra parre,

    a n ~ e s que ese p ~ r s o n a l pueda dar rdenes inteligentes, es nece-s ~ n o gue sepa io q ~ e pasa en la estacin generadora. En par-ticular, debe saber s se han cumplido las rdenes impartidas 0

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    CIBERNTICA Y SOCIEDADsi stas han quedado en suspenso por alguna falla del equipo.As las mquinas de l central han de ser capaces de enviar de:uelta mensajes a ese personal. Aqu hay un ejemplo de lengua- e que sale del hombre y est dirigido a la mquina y viceversa.El lector podr encontrar muy curioso que concedamos ellenguaje a las mquinas y se lo neguemos casi completamentea las hormigas. Sin embargo al construir mquinas es a menudo de la mayor importancia extender hasta eias ciertos atributos que no se encuentran en los animales inferiores. Si ellector considera que esto es una extensin metafrica de nuestras personalidades humanas est en su derecho pero es necesario advertirle que las nuevas mquinas no dejarn de trabajartan pronto como haya cesado la colaboracin humana.El lenguaje que se dirige a la mquina se compone realmentede varias etapas. Desde el punto de vista del ingeniero a cargode la lnea el cdigo que se trasmite por ella es completo ens mismo. Podemos aplicar a este mensaje todos los conceptosde la ciberntica o de la teora de los mensajes. Podemos eva:uar la cantidad de informacin que lleva determinando su probabilidad en el con junto de todos los mensajes posibles y tomando despus el logaritmo negativo de esta probabilidad comose ha explicado en el captulo I. Sin embargo eso no representa la informacin que realmente conduce la lnea sino lacantidad mxima que puede llevar si fuese a un adecuadoequipo terminal. La cantidad de informacin conducida con verdadero equipo terminal depende de la capacidad de este ltimopara trasmirir o utilizar la recibida. -

    As liegamos a un nuevo concepto de la manera cmo laestacin generadora recibe las rdenes. Su actitud real de abriry cerrar llaves de colocar ios generadores en fase de regularel flujo de agua que entra por las compuertas de poner enactividad las turbinas o detenerlas puede considerarse como unlenguaje en s mismo con un sistema de probabilidades de conducta dado por su prop ia historia. Dentro de ese sistema todasecuencia posible de rdenes tiene su propia probabilidad y porello conduce su propia cantidad de informacin.

    73L MECANISMO Y LA HISTORIA DEL LENGUAJE:Naturalmente es posible que ia relacin entre la lnea y lamquina terminal sea tan perfecta que la cantidad de informacin contenida en un mensaje desde el punto de vista de lacapacidad de aporte de la lnea as como la que corresponde alas rdenes cumplidas desde el punto de vista del funcionamiento de la mquina sean idnticas a la cantidad de informa

    cin trasmitida por el sistema compuesta de ambas. Sin embargo en general existir una etapa de traduccin entre la lneay la mquina donde si se pierde una parte de la informacinnunca podr ser recuperada. En realidad el proceso de trasmitirinformacin puede contener varias etapas consecutivas de trasmisin adems de la final o efectiva y entre cuaiquier par deellas se producir una traduccin capaz de disipar informaciones. Como vemos la segunda ley de la termodinmica se expresa en ciberntica asegurando que puede disiparse la informacin pero no recuperarse.

    Hasta este punto del presente captulo hemos discutido sistemas de comunicaciones que conducen finalmente a mquinas.En cierto sentido todos ellos terminan en mquinas aunque ellenguaje termine en una clase especial de ellas conocida conel nombre de ser humano. En cuanto mquina terminal lhombre tiene una red de comunicaciones que puede considerarsesegn tres niveles distintos. Para el lenguaje hablado corrienteel primer nivel consiste en el odo y en aquella parte del mecanismo cerebral que est unida rgida y continuamente al odointerno. Este aparato unido al de produccin de vibracionessonoras del aire o su equivalente en un circuito elctrico representa la mquina que se ocupa del aspecto fontico del lenguaje del sonido.El semnti o o segundo aspecto del lenguaje se ocupa delsentido; aparece por ejemplo en las dificultades al traducir deun idioma a otro pues la imperfecta correspondencia entre elsignificado de las palabras restringe el flujo de informacin entre ambos. Se puede obtener una notable semejanza con unalengua como l inglesa tomando una secuencia de palabras porpares o grupos de tres1 de acuerdo con la frecuencia estadstica./ //-

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    7 CIBERNTICA SOCIEDADcon la que aparecen en el habla y ei disparatado conjunto asobtenido tendr una analoga notablemente persuasiva con elbuen ingls. Ese simulacro sin sentido del discurso inteligenrees prcricameme equivaleme al lengua e significativo desde elpunro de vista fontico aunque sea un disparate mientras queel ingls de un exrran ero inteligente cuya pronunciacin denota su pas de nacimiento o que habla ferariamenre sersem:inticamente bueno y fonticamente malo. En cambio eldiscurso medio de sobremesa es fonticamente bueno y semn-ticamente malo.En el aparato humano de comunicaciones es pasible aunquedifcil der-erminar ias caractersticas de su mecanismo fonticoy, en consecuencia tambin es posible aunque difcil establecerlo que es fonticamente una informacin importante. Por ejem

    p l o ~ es claro que el oido y el cerebro paseen un lmite superiorce frecuencia auditiva que impide la recepcin de cierrasfrecuencias altas que pueden penetrar por el odo y ser trasmitidas por el telfono. En otras palabras esas frecuencias elevadas cualquiera que sea la informacin que proporcionen a unrecepror adecuado no trasmiten ninguna cantidad importantede informacin al odo. Pero es aun ms difcil determinar ymedir la informacin semticamente importante.La recepcin semntica requiere una memoria y, en consecuencia largas dilaciones. Los tipos de abstracciones que pertenecen a la importante etapa semntica no son slo ios asociadoscon reuniones secundarias de neuronas en el cerebro tales comolas que deben desempear un importante papel en el reconoomiemo de formas geomtricas sino mecanis mos detectores deabstracciones que consisten en partes del fondo intermmciale s decir en series de neuronas que estn en disponibilidadpara formar grandes conjuntos sin estar unidas permanentemente a el los y que se han conectado temporalmente para

    ese propsito.Adems de las reuniones altamente organizadas y permanen-tes del cerebro cuya existencia es indudable y que se encuentranen aquellas partes asociadas a los rganos de los sentidos as

    EL MECANISMO Y LA HISTORIA DEL LENGUAJE 75como en otros lugares existen conmutadores y conexiones adh oc que parecen f?rmars.e _temporalmente para propsitos espeoales tales como 1os refleJOS aprendidos y cosas anlogas. Para

    p o e ~ formar esos conmutadores particulares debe ser oosibler e u n ~ :ecuencias de neur onas disponibles para ese fin y que nose utilicen entonces. Estas conexiones afectan naturalmente al o ~ umbrales sinpticos de ias neuronas reunidas. Puesto que::

    e x i s t ~ n neuronas que pueden encontrarse fuera o dentro de talesreurnones t r ~ n s i . r o r a s , es deseable darles un nombre especial.e.orno lo he mdKado ya c o n ~ i ~ ~ r o que corresponden muy aproximadamente a lo que los lSlologos del sistema nervioso llaman fondo intermmcial por lo que se les dar esa denominacin.

    .Esta es por io menos una teora razonable de su comportamiento: El a ~ a r a t o receptor semntico no recibe ni traduce eilengua Je palabra por palabra sino idea por idea y a menudoprocede de una manera aun ms general. En cierto sentidopuede evocar toda la experiencia pasada en sus t r a n s f o r m a c i ~nes _estas etapas largas no son una parte trivial de su actividad.

    Existe otro n i ~ ~ l de comunicaciones el tercero que repres e ? ~ u n ~ t ~ a . d u c c i o ~ en parte. el semntico y en parte del fo-

    n e t t c ~ pnmmvo. Es la traducoon de las vivencias del individuoconscientes o inconscientes en acciones que pueden o b s e r v a r s ~

    d e s ~ e afuera. Lo llamamos el nivel de comportamiento del lenguaje. los animales inferiores es el nico nivel idiomtico

    ~ u e podemos observar adems de la entrada fontica. En realidad esto es cierto aun en el caso del individuo humanocuando no es la persona a la que se dirige cualquier i n s t r u c c i ~

    ~ a d a en un caso particular en el sentido de que tal personat t e ~ e acceso a ~ a s ideas i n t e r n a ~ de otra n i c ~ m e n t e por lasa c c i o n e ~ de i u l ~ i ~ Estas acc10nes consisten en dos partes:actos directos y fac1l1:1ente ~ r c e p t i b l e s de la misma clase quese ~ ~ s e r ~ a en l_os a n ~ n a l e s mferi?res y el sistema de accionescoc.hfICaaas y simblicas que designamos lenguaje hablaJo 0escrito.No es tericamente bl d mpos1 e esarro J.ar una estadstica de

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    76 CIBERNTIC Y SOCIEDADlos lenguajes semntico v de conducta hasta un nivel tal auepodamos obtener una b ~ e n a medida de la cantidad de n ~ r -macin que contienen. Podemos demostrar mediante observaciones comunes que el lenguaje fontico llega al aparato re

    c e p ~ o r con menos informacin general que la originalmenteenviada o, por lo menos, con ninguna mayor que la que puedeaportar el sistema de trasmisin que conduce al odo; y quetanto el lenguaje semntico como el de conducta contienen aunmenos . Este hecho es un corolario ms de la segunda ley de latermodinmica y es necesariamente vlido si, en cada etapa,consideramos que la informacin trasmitida es el mximo quepudo aportarse con un sistema receptor adecuadamente codificado.Permtaseme ahora llamar la atencin dei lector sobre al olque para e no es tal vez un problema: por qu un chimpancno ha_bla? Su comportamiento ha sido durante mucho tiempo

    un enigma para los psiclogos que se han ocupado de esos interesantes animales. El chimpanc joven es extraordinariamerneparecido a un nio y evidentemente su igual o tal vez hasta su~ u p ~ r i o r _en cuestiones intelectuales. Los que se ocupan de psico- ~ g i a r n m ~ l no han podido menos de preguntarse por qu uno?e esos annnales, criado en una familia humana y sometido alrmpacto del lenguaje hasta la edad de uno o dos aos, no rompea hablar como una criatura.

    Afortunadamente o por desgracia, como sea, ocurre efectivamente que todos los observados hasta ahora persisten en serbuenos chimpancs y no se convierten en dbiles mentales casihumanos. Sin embargo, creo que la mayora de los que se ocupan de psicologa animal esperan ansiosamente que aparezcauno, mancha de sus antepasados simiescos, que adquiera formas de conducta ms humanas. El fracaso no proviene exclusivamente de la magnitud de la inteligencia, pues hay seres humanos defectuosos cuyo cerebro sera una vergenza en Jacabeza de un chimpanc. Ocurre que no entra en l t naturalezade la bestia el hablar o el querer hablar.

    El lengua je es una actividad tan peculiarmente humana que

    EL MEC NISMO Y L HISTORI DEL LENGU JE 77ni siquiera se acercan a ella los parientes ms cercanos del hombre y sus ms activos imitadores. Cierto es que los pocos sonidosemitidos por un chimpanc tienen un alto contenido emocional,pero carecen de la fina organizacin, ciara y repetidamenteexacta, que es necesaria para que sean un cdigo algo msseguro que los maullidos de un gato. Adems y esto los distingue aun ms del lenguaje humano a veces son una manifestacin instintiva, sin aprendizaje previo, y no la conducta aprendida de un miembro de una comunidad social dada.

    Es notabilsimo que l hombre, en cuanto tal, posea el habla,pero que adems una forma peculiar de ella sea privativa delhombre en cuanto miembro de una comunidad social particular. En primer lugar, considerando a todos los hombres, segnlos conocemos hoy, podemos asegurar que no existe ningunacomunidad, excepto si sus componentes padecen de algn de-fecto auditivo o mental, que no posea su propio idioma. Ensegundo lugar, el lenguaje se aprende y, a pesar de todas lastentativas del siglo XIX para formular una teora gentico-evolucionista del lenguaje, no existe la menor razn de orden ge-neral para postular cualquier habla primitiva de la que se handerivado todas las formas actuales. Es evidente que si se lesdeja solos, los nios intentarn hablar. Sin embargo, sus ensayos muestran slo su propia inclinacin para emitir sonidos,sin que se conformen con ninguna forma real de un lenguajecualquiera. Es evidente, casi en l mismo grado, que si se losexcluyera de la comunidad de los mayores, durante los aoscrticos de formacin del lenguaje, un grupo de nios saldrade esa poca con algo que, por muy rudo que fuese, sera unlenguaje, sin lugar a dudas.Por qu, pues, no puede obligarse a los chimpancs a hablary en cambio es imposible evitar que los nios lo hagan? Porqu es tan uniforme la tendencia general al habla y ios aspectos generales visuales y psicolgicos de ella en grandes gruposhumanos, mientras que las manifestaciones idiomticas particulares son tan variadas? Por lo menos, un entendimiento parcialde estos temas es esencial para comprender la comunidad ba-

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    78 CIBERNTIC Y SOCIEDADsacla en el lenguaje. Nos iimitamos a enunciar los hechos fundamentales, diciendo que, en el hombre, a diferencia de losmonos, es abrumadora l necesidad l usar algn lengua je, p eroque el particular utilizado debe aprenderse en cada caso especial. l parecer, forma parte de.l cerebro esa preocupacin porlos cdigos y por los sonidos del habla, y esa preocupacin puede extenderse desde las cuestiones idiomticas hasta aguelasque se ocupan de estmulos visuales. Sin embargo, ni siquieraun fragmento Je esos cdigos se nos da al nacer como si fueraun rim, en lo que se disriogue de las danzas amorosas de muchos pjaros o del sistema del reconocimiento mediante el cuallas hormigas admiten o excluyen a los seres que entran en elhormiguero. El don del lenguaje no se remonta a un idiomauniversal adamita que desapareci despus de la Torre de Babel.Es un impulso psicolgico puro; no es el don de una lengua,sino la capacidad de expresarse en una de ellas.

    En otras palabras, lo que impide que un chimpanc aprendaa hablar es una dificultad de la etapa semntica y no de lafontica. Ese animal carece del mecanismo que cond ce a tra-d cr los sonidos q e oye en una base alrededor de la cual tmi-fica stts propias ideas o una forma compleja de conducta Nopodemos estar seguros de la primera de estas afirmaciones, puesno poseemos ningn mtodo directo de observarla. La segundaes simplemente un hecho emprico que puede notar cualquiera.Puede tener sus limitaciones, pero es clarsimo que el hombreposee ese mecanismo.

    En este libro hemos insistido en la extraordinaria habilidadhumana para aprender, como un rasgo caracterstico de la es-pecie que convierte la vida social en un fenmeno enteramentedistinto por su naturaleza de la existencia en comn aparentemente anloga de las abejas, las hormigas y otros insectos so-ciales. Tal vez sean algo ambiguos los casos de nios privadosdel conracto con otros seres de su misma especie, durante losaos normaln ;_ me crcicos de la adquisicin contente del lenguaje. El ni0 lobo que condujo al Llbro de a Jimgirt deKipling, con sus osos Je escuela pblica ingle '' y sus lobos

    EL :tvfECANIS.1vfO Y L HISTORI DEL LENGU JE 9de Sandhurst, es tan poco de fiar en su originai e intensa escualidez como las idealizaciones del libro citado. Sin embargo, lasobservaciones a nuestra disposicin demuestran que existe unperodo crrico, durante el cual es ms fcil aprender a hablar;si se le deja transcurrir sin que exista el contacto con seres dela misma especie humana de cualquier clase que sean, el aprendizaje del idioma es limitado, lento y altamente imperfecto.

    Eso es probablemente cierto de la mayora de cada una delas otras facultades que consideramos una habilidad natural. Siun nio no aprende a andar hasta que tiene tres o cuatro aos.para entonces habr perdido todo deseo de hacerlo. La locomocin corriente se convertir para l en una rarea ms dura quemanejar un vehculo para el adulto normal. Si una personaqueda ciega a temprana edad y ese defecto se cura medianteuna operacin de las cataratas o un rransplante de crnea, du-rante u tiempo J a visin es confusa y no har ms que embarullar aquellas actividades que se efectuaban antes normalmenteen plena obscuridad. Probablemente esa visin nunca ser msque algo laboriosamente aprendido y de valor dudoso. Podemossuponer que t0da la vida social del hombre, en sus manifestaciones normales, gira en torno del habla y que, si no se aprende ahablar en el momentO adecuado, fracasar toda la parte socialdel individuo.En resumen. el inters humano por el lenguaje parece ser uoimpulso innato por poner en cdigo y descifrar, tan propio delhombre, al parecer, como el ms humano de los impulsos. Elhabla es el mayor inters y el xito ms distinguido del serhumano.Por ser hijo de un fillogo, mi educacin abarc mucho deesa ciencia, habindome interesado desde mi niez las cuestionesque se refieren a la naturaleza y la tcnica del habla. Es imposible que una teora tan revolucionaria en lo lingstico comola de las comunicaciones deje de influir en conceptos filolgicosanteriores. Como mi padre fue un hertico en su actividad propia, cuya influencia indujo a que su ciencia favorita emprendiera un camino bastante anlogo al que le imprimen las mo-/91-

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    80 CIBERNTICA Y SOCIEDADdernas influencias de la teora de las comunicaciones deseo.continuar este captulo con algunas pocas observaciones de afi-cionado sobre la historia del lenguaje y la historia de nuestrateora del lengua e.Desde tiempos muy antiguos, el hombre cree que el hablaes un misterio. El enigma de ia esfinge es un concepto de lasabidura arcaica. Entre muchos pueblos primitivos la escrituray la magia no estn muy lejos la una de la otra. El respetopor lo escrito llega tan lejos en algunas partes de China quela gente no quiere tirar los recortes de peridicos o los intilesfragmentos de libros.

    Muy cerca de estas manifestacione