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T Í T U L O
CLONACIÓN HUMANA: OPORTUNIDADES Y RIESGOS
Zambrano Manrique MauricioFolio: AS15605170
UNADEje Temático 4, Actividad 3, Argumentación Lúdica
24/11/2014
I N T R O D U C C I Ó N
Vivimos en una era de avances biotecnológicos. Cada día aparecen, tanto en
prestigiosas revistas científicas como en las sensacionalistas, discusiones sobre
los aspectos sociales, legales, éticos y científicos de la terapia genética, la
fertilización in vitro o los alimentos transgénicos. Por supuesto, estas discusiones
acaparan también la atención de muchos especialistas en bioética que relegan
otros asuntos como por ejemplo los relacionados con una justa distribución de los
recursos médicos limitados. Últimamente, en especial desde el nacimiento de la
oveja Dolly, el tema de clonar seres humanos ocupa el interés de muchos.
D E S A R R O L L O
Clonación humana: oportunidades y riesgos
Dr. Néstor V. Torres Darias
Profesor Titular de Universidad de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad
de La Laguna.
El 25 de noviembre de 2001, la compañía Advanced Cell Technology radicadaen
Worcester, Massachusset (U.S.A.), anunció a través de la revista (publicada en
Internet) The Journal of Regenerative Medicine, la obtención del primer embrión
humano obtenido por transferencia nuclear. En otras palabras, el primer embrión
clónico humano. Despliegue mediático que se sumó a la serie que se viene
produciendo desde 1997, año en que se hizo público el nacimiento del primer
mamífero superior clonado, la ya mundialmente famosa oveja Dolly.
Se trata de una cuestión que no deja indiferente a casi nadie al aludir a algunas de
las nuestras más íntimas inquietudes y preocupaciones, y que abre expectativas
inusitadas en aspectos tales como la identidad del ser humano, la procreación, el
deseo de inmortalidad, la salud, la calidad de vida, la ética o las convicciones
religiosas. Lo cierto es que más allá del sensacionalismo que pueda darse en
algunos medios de comunicación, la posibilidad de clonar seres humanos ha
pasado de ser ciencia-ficción a constituir un hecho técnicamente posible y, sin
duda, inminente. En este sentido la comunidad científica y la universidad, por la
responsabilidad divulgadora que les corresponde, tienen una misión que cumplir.
Y es desde la asunción de esta responsabilidad divulgadora que se plantea esta
exposición. Se trata de informar, en términos inteligibles para el profano, sobre los
conceptos y la ciencia básica subyacente en el tema de la clonación humana y
propiciar la reflexión sobre algunas de sus implicaciones éticas y sociales.
¿En qué consiste la clonación?
El término clon procede del griego “klon” que significa esqueje. De hecho, cuando
a partir de un fragmento de planta, como por ejemplo un geranio, obtenemos una
planta nueva estamos fabricando un clon. Clones son por tanto aquellos de
organismos de idéntica constitución genética procedentes de un único individuo
mediante multiplicación asexual, siendo a su vez iguales a él. La clonación es
entonces el proceso de producción de clones, por el cual sin la unión de dos
células sexuales se obtienen seres idénticos genéticamente.
En la naturaleza se producen de forma natural y esporádica clones de animales
superiores. Es el caso de los gemelos monocigóticos que se producen sin
intervención humana directa como consecuencia de una división espontánea del
zigoto. Los gemelos monocigóticos tienen la
misma dotación genética y son por tanto iguales entre sí
(clones) aunque distintos a sus progenitores.
Tipos y técnicas de clonación
Existen dos modalidades de clonación que se relacionan directamente con el
debate que se ha suscitado: la clonación reproductiva y la terapéutica o celular. La
clonación reproductiva está dirigida al nacimiento de individuos completos
genéticamente idénticos. Implica la implantación del embrión clonado en el útero
de una madre, el desarrollo del mismo y el nacimiento de un individuo. La
clonación terapéutica no llega tan lejos. Está limitada a la fase celular y tiene como
principal finalidad la obtención de las denominadas células madres. Las células
madre son células capaces de reproducirse indefinidamente y que, estimuladas
adecuadamente, pueden evolucionar y diferenciarse hacia cualquier tipo de tejido,
ya sea piel, tejido nervioso o muscular. Estos tejidos se podrían utilizar para tratar
a pacientes con una gran variedad de enfermedades sin problemas de rechazo. La
clonación terapéutica es pues desde el primer momento instrumental, como un
medio para generar células madre, mientras que la clonación reproductiva tiene
como finalidad la reproducción humana por medios asexuales.
Fue con esta técnica con la que Iam Wilmut, del Instituto Roslin de Edimburgo,
consiguió la clonación, en 1997, del primer mamífero superior: la oveja Dolly.
En el caso de la oveja Dolly el procedimiento seguido fue el siguiente. En primer
lugar se extrajeron células de glándula mamaria de un ejemplar de oveja Finn
Dorset, raza de pelo completamente blanco. Las células una vez extraídas fueron
trasladadas a un medio de cultivo en donde se les permitió crecer y dividirse, de
manera que se obtuvo una población en la que todas ellas eran copias de las
células originales.
En la clonación reproductiva el siguiente paso es la implantación en el útero de
una madre receptiva del embrión que ha comenzado a desarrollarse. En el caso
de Dolly, el embrión se implantó en el útero de una Scotish Blackface y al cabo de
148 días de gestación esta parió un cordero (Dolly) de raza Finn Dorset
(totalmente blanca) e idéntico a animal donador de núcleo.
El éxito de la clonación reproductiva depende de muchos factores muchos de los
cuales no se controlan bien. Esta es la razón por la que el porcentaje de intentos
fallidos en la generación de clones viables es muy alto.
Clonación humana: estado de la cuestión
En el instante que se hizo público el nacimiento de Dolly se reanimó la carrera por
obtener el primer clon humano. Sólo un año después Michael West, presidente de
Advanced Cell Technology, anunció que su empresa obtuvo un embrión humano
clonado por transferencia del núcleo de células de piel humana al óvulo de una
vaca. En este caso el embrión se desarrolló durante doce días antes de detener el
experimento.
En el año 2000 un consorcio científico privado liderado por los doctores Panaiotis
Zavos (Centro Kentucky para la Medicina Reproductiva y la Fertilización in vitro) y
Severino Antinori, experto en fertilidad humana, a los que posteriormente se unió
la Dra. Cristine Boisselier, directora de la firma Clonaid, anunció planes para
clonar seres humanos de parejas estériles sin posibilidad de procrear.
El último hito en esta secuencia de acontecimientos se ha producido este mismo
año, cuando Advanced Cell Technology comunicó la obtención del primer embrión
Esta empresa, después de asesorarse sobre los aspectos éticos del procedimiento
recolectó óvulos de mujeres anónimas sanas de edades comprendidas entre los
24 y 32 años que habían sido madres al menos una vez. Simultáneamente
tomaron muestras de piel de otros donantes anónimos que posteriormente
servirían para aportar los núcleos. Los donantes de núcleos fueron individuos de
distintas edades, sanos unos y pero con diabetes o lesiones de médula espinal
otros, ya que estos serían los primeros candidatos a beneficiarse de la clonación
terapéutica. El único embrión conseguido exigió la formación de 71 zigotos.
Desde una perspectiva religiosa la posición común es de rechazo. Para la Iglesia
Católica y también para la mayoría de las confesiones religiosas la vida humana
es única y especial y sólo puede ser creada, determinada o controlada por sus
deidades correspondientes. Esto les lleva a oponerse a la clonación humana en
cualquiera de sus variantes, incluida la clonación terapéutica. Muchas religiones
creen en la existencia e individualidad de un alma humana, por lo que de ser
llevada a cabo la clonación reproductiva plantearía debates inusitados hasta
ahora.
La clonación terapéutica es la que cuenta con más partidarios, entre ellos la mayor
parte de la comunidad científica. El argumento principal a su favor es que servirá
para avanzar en el tratamiento de numerosas dolencias y enfermedades, así como
en los procedimientos de fertilización in vitro.
En línea con los argumentos a favor y en contra arriba expuestos, la legislación de
la mayor parte de los países de nuestro entorno cultural ha desarrollado
legislaciones que prohíben la clonación reproductiva pero que dejan abierta vías
para la clonación terapéutica. Así en España la clonación de seres humanos está
expresamente prohibida desde 1995 en el Código Penal (Art. 16: “se castigarán la
creación de seres humanos por clonación u otros procedimientos dirigidos a la
selección de la raza”).
En los Estados Unidos de América el Presidente Bill Clinton impuso en su
momento una moratoria sobre investigaciones encaminadas a la clonación
humana y la Comisión Nacional Asesora de Bioética recomendó que se
impusieran restricciones legales al respecto. Más recientemente el Presidente
George W. Bush, a pesar de su rechazo inicial, ha permitido la investigación con
fondos públicos en células madres clonadas extraídas de embriones de ciertas
líneas ya existentes (clonación terapéutica), aunque el Congreso aún no ha
prohibido con una legislación específica la experimentación en clonación con
embriones humanos.
La universidad y las sociedades científicas tienen en este sentido un papel, una
función que cumplir: promover la apertura de la sociedad hacia los cambios
tecnológicos que ya estamos experimentando, informando de sus beneficios y
peligros potenciales pero sobre todo estimulando el pensamiento crítico, científico
y humanista. El miedo no debe limitar
la libertad y el progreso. Víctor
Frankenstein no debe morir, ni su
laboratorio destruido por el miedo.
C O N C L U S I O N
Para concluir. El motivo prioritario de la ciencia para entender mejor a la
naturaleza en todas sus manifestaciones sigue siendo válido. Es difícil aceptar una
razón válida para “prohibir” que avance el conocimiento en alguna área científica
con el argumento de que representa un “peligro” para la humanidad. Sin embargo,
la forma en que se realizan los experimentos en seres vivos, en particular en
humanos, sin duda requiere de estrictas consideraciones éticas. Asimismo, se
requiere de profundas consideraciones encaminadas a legislar sobre los límites
que la sociedad debe poner a la aplicación del conocimiento científico.
F U E N T E
Artículos y documentos propiedad de ARP-Sociedad Para el Avance del
Pensamiento Crítico, puestos al alcance de todo el público, en diferentes formatos.
Torres Darias, N. V. (s/f). Clonación humana: oportunidades y riesgos.
Recuperado de:http://www.escepticos.es/webanterior/articulos/clonacion.htm
C O M I C