DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Quito, diciembre 03 / 2020

Saludo primero a las personas con discapacidad. A las madres, a los

padres, a los hermanitos. A las personas generosas de espíritu que los

atienden. A las personas que conforman la Misión Manuela Espejo y

que, con tanta premura, cariño y afecto, proveen de esa esperanza

que requieren las personas con discapacidad y sus familiares, para

poder salir adelante.

Hay una corrección que quería hacerle a una persona, y mil disculpas.

La discapacidad no es un problema: es una condición. Todos somos

discapacitados alguna vez en la vida, ya sea en nuestra niñez o 1

cuando viene la vejez, en que empezamos a sentir que nuestros

músculos, nuestros miembros, nuestra cabeza, no responden como

en épocas de juventud.

Mi saludo cordial a los presentes y un abrazo cariñoso a los señores

ministros que han tenido la gentileza de acompañarnos; a mi esposa

Rocío, puntal como presidenta del Comité Interinstitucional Toda una

Vida, para sacar adelante la Misión Manuela Espejo.

Casualmente hoy le decía al querido ministro de Salud, Juan Carlos

Zevallos, que la Misión Manuela Espejo requiere ochenta médicos

para no tener que solicitar un médico al Ministerio cada vez que se

necesita. Por supuesto, con la generosidad que le caracteriza, él me

ha dicho que se proveerá de esos médicos de manera inmediata. Y

que estará preocupado de que las ayudas técnicas adquiridas por el

Ministerio de Salud, sean entregadas a las personas con

discapacidad.

Mi preocupación es porque supe de una persona que necesitaba

urgentemente una silla de ruedas, y tuvo que hacer un trámite en el

Ministerio de Salud para que el médico la vaya a calificar. Por el

trámite burocrático, lastimosamente, el médico se demoró un poco y

la silla de ruedas llegó después de una semana y media.

Para que eso no ocurra, el señor ministro va a preocuparse de que el

trámite sea lo más rápido posible. Y, por favor, proveer los médicos

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porque el trabajo de la Misión Manuela Espejo solo puede ejecutarse

por gente que realmente esté comprometida.

Los médicos, los trabajadores sociales, las brigadistas de la Misión,

necesitan mucha generosidad de espíritu para trasladarse a los sitios

donde se encuentran las personas con discapacidad más vulnerables,

y atenderles integralmente en lo que necesitan.

¡Qué alegría estar en “La Ecuatoriana”, tradicional barrio de Quito!

Aquí siempre fueron muy tradicionales los típicos hornos de leña, y

hacían bizcochos y el pan sabrosísimo que nos deleitábamos quienes

vivíamos en la Villaflora.

Es importante decir que este barrio conserva la minga. Con mi esposa

veníamos observando, y en las calles no vimos basura. Les felicito.

Esto no se encuentra ni en el centro ni en el norte de Quito. Me

alegro muchísimo habitantes queridos de La Ecuatoriana, que tengan

la conciencia para hacer un trabajo que no hay que esperar que lo

haga el gobierno o el Municipio, sino hacerlo de manera individual o

colectiva, con el sistema preincásico de la minga. Y gracias también,

por su cálido recibimiento.

Como saben, hoy estamos conmemorando el Día Internacional de las

Discapacidades. Y, claro, la mejor forma de celebrarlo, es con buenas

noticias.

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Hablar en Ecuador de los derechos de las personas con discapacidad,

nos remonta años atrás. Cuando yo era vicepresidente y el

presidente de entonces me inquirió acerca de cuál era el trabajo que

quería hacer, yo le dije: un trabajo integral con las personas con

discapacidad. Pero además hicimos otros trabajos, como renovar el

Registro Civil y Correos del Ecuador, y sacar a los niños que vivían en

las cárceles.

Existían en las cárceles madres y padres, que tenían que estar con sus

niños porque no tenían dónde dejarlos. Y el sistema lo aceptaba.

Pero en más de una ocasión esos niños eran violados, utilizados para

transportar drogas y en otros menesteres que prefiero no mencionar.

Con mi esposa empezamos a trabajar en un programa que se llamaba

“Ecuador sin niños en la cárcel”. Y ofrecimos que eso lo íbamos a

lograr el día de Navidad. No pudimos cumplir ese día, ¡pero el

primero de enero no había un solo niño en las cárceles!

Espero que todavía se mantenga ese criterio, y haya familias de

acogida que recojan a estos niños. O en guarderías como las que

construimos en Quito, Guayaquil, Cuenca, se recoja a estos niños y se

los trate de forma adecuada.

La labor que realizamos aquel momento con la Misión Manuela

Espejo fue emblemática para nuestro país. Quienes han estado

presente –tú, Isabel (Maldonado, secretaria técnica del Plan Toda una Vida),

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Rocío–, saben que cuando se menciona en los foros de discapacidad

de Naciones Unidas a la Misión Manuela Espejo, la gente aplaude de

pie.

Por eso el doctor Ban Ki-Moon, secretario general de Naciones

Unidas, después de conocer lo que habíamos hecho, me designó

Enviado Especial de Naciones Unidas para el tema de discapacidades.

Hicimos un trabajo lindísimo, y algún momento hemos de tener la

oportunidad de comentarlo.

La Misión Manuela Espejo fue aplaudida con mucho orgullo por los

ecuatorianos, pero sobre todo fue disfrutada por las familias y las

personas con discapacidad. No sé por qué razón –no quiero referirme

al tema–, el gobierno anterior dio por terminada la Misión Manuela

Espejo.

Este momento, queridas Manuelas, es la oportunidad. Va terminando

la situación crítica de la pandemia, gracias al accionar de ministros

como el de Salud, un científico que ha sabido llevar adelante un

trabajo extraordinario para enfrentar la pandemia de la mejor

manera.

Ahora vamos a tomar con más fuerza la Misión Manuela Espejo. El

compromiso es mucho mayor todavía. ¡Y si tú no eres una persona

comprometida, por favor pide que te cambien a otro trabajo. No

puedes ser una persona que trabaja en la Misión Manuela Espejo!

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¡Las personas que trabajan en la Misión Manuela Espejo deben estar

comprometidas con un accionar humano! ¡Que no les importe llegar

a lo más escarpado de los Andes, a lo más alejado de la Amazonía, a

lo más alejado de las playas de Ecuador, para detectar a las personas

con discapacidad! La Misión se reactiva desde esta semana. Ya

tenemos los recursos para hacerlo.

Por fin, Ecuador está rebasando este momento difícil, en el cual no

ingresaba un centavo por concepto de impuestos, y el petróleo

estuvo inclusive con precio negativo. Teniendo en consideración que

es el principal producto de exportación, y el principal ingreso del

Estado después de los impuestos. Hemos atravesado momentos

difíciles, pero Ecuador se está reactivando gracias a que hemos

actuado de manera responsable. Y estamos saliendo adelante.

Queridas Manuelas: la meta es garantizar la inclusión plena de estos

hermanos, y asegurar sus derechos de participación en todos los

ámbitos sociales. Como lo hicimos antes con la Misión Manuela

Espejo, y como se ha continuado, pero que necesita ser reorientada.

Procuraduría jurídica: no olviden cada vez que las Manuelas detecten

que una persona con discapacidad está siendo violada en sus

derechos fundamentales.

Ayudas técnicas. No olviden que la accesibilidad es el paraguas que

cubre la necesidad de integrarse a los derechos de manera plena.

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Recreación, deporte, trabajo. Por favor, Isabel, verificar que

entidades públicas y privadas cumplan con el porcentaje de personas

con discapacidad trabajando en las instituciones.

Y personas con discapacidad. Tener la suficiente responsabilidad para

hacer un buen trabajo. No se trata únicamente de asistir. Hay que

hacer el trabajo lo mejor posible. Sé que lo están haciendo, pero no

todos, lastimosamente. Una cosa es ser discapacitado, y otra es ser

irresponsable. ¡A trabajar bien! ¡A ganarse el derecho del puesto que

les han entregado!

Recuerdo que –en inicio de la Misión Manuela Espejo– conseguimos

que el porcentaje de las personas que trabajan en una institución con

más de 25 empleados, sea el 4%. ¡Y conseguimos casi el pleno

empleo de cien mil personas con discapacidad!

Por favor, Isabel: a rescatar el empleo de esas personas, ahora que

las empresas se están reactivando y no van a tener pretexto para no

integrar a personas con discapacidad dentro de su nómina!

¡A atender en recreación, en deporte, en cultura, en

desplazamientos, en accesibilidad! ¡A hacer convenios con alcaldías,

prefecturas, juntas parroquiales, para proveer de accesibilidad a las

personas con discapacidad física, y también con vivienda!

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¿Dónde está Julio (Recalde, ministro de Vivienda)? Estamos entregando miles

de casas a personas con discapacidad. Pero debe ser mucho más, y

más pronto, porque hay urbanizaciones que se demoran.

Ahora las personas con discapacidad o en estado vulnerable, ya no

reciben… ¡no sé cómo llamar a esas casas en las que las personas se

golpeaban en el dosel de la puerta cuando entraban a ellas! ¡No

pueden ser guetos los sitios en donde viva la gente pobre, y peor las

personas con discapacidad! Ustedes pueden ver: estamos haciendo

urbanizaciones lindas: con huerto, jardines, bien construidas,

cómodas, con accesibilidad. Julio, por favor: ¡a sacar adelante esos

programas!

Sé que en Monte Sinaí vamos a comenzar otro programa gigantesco.

Algún momento lo comunicaremos. Hemos tenido cierta debilidad en

el tema de comunicación, la verdad. Poco me ha preocupado a mí

promocionarme, no es mi estilo. Pero vamos a empezar a comunicar

todo lo que hemos hecho.

Tenemos miles de viviendas que están siendo entregadas a los más

vulnerables del país. El objetivo era más de 200 mil. ¡Vamos a ver

cuánto alcanzamos! Las dificultades económicas han hecho difícil

conseguir el objetivo, pero caminamos hacia él. A lo mejor no sea

este gobierno, pero dejamos encaminado el cumplimiento del

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derecho a tener una vivienda, de las personas con discapacidad y de

los pobres.

¿Qué puede esperarse de un gobierno si no es capaz de proveer de

vivienda a los más pobres del Ecuador? ¿Qué puede esperarse, qué

más se puede pedir?

Sabemos perfectamente que tener un techo propio es de las

primeras prioridades de una familia, y principalmente de la esposa.

¡Las casas las estamos dando a las mujeres, a las madres de familia, a

las madres de niños con discapacidad, a las madres con discapacidad!

¡Ellas son las privilegiadas para la entrega de las viviendas!

Este gobierno no puede rememorar este aniversario, sino con

acciones concretas.

Hemos atendido ya –¡les felicito a Las Manuelas!– a 308 mil personas

con discapacidad en situación de pobreza, con educación, salud,

vivienda, empleo. Hemos entregado 202 mil ayudas técnicas y 132

mil bonos y pensiones. ¡132 mil bonos y pensiones! Y que nadie se

sienta satisfecho, hasta que sea atendida la última persona con

discapacidad del último rincón de la Patria.

161 millones de dólares han sido otorgados en diversas atenciones,

en ayudas técnicas, bonos y trabajo que ha efectuado Las Manuelas;

30 mil personas han sido incluidas en el sistema educativo o el

mercado laboral; y hemos carnetizado a 30 mil hermanos con

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discapacidades reales. ¡No como las inventadas por esos

sinvergüenzas, que inclusive siempre se han estado quejando de los

gobiernos de turno!

Se quejan de la labor que realizan las instituciones, y sin embargo han

estado ofendiendo a la sociedad y ofendiendo a la dignidad humana,

proveyéndose de carnets que no les correspondía, para poder hacer

indebidamente importaciones de vehículos. ¡Eso más, vehículos de

lujo! Y obtener rebajas en el pago de impuestos.

Como ya lo mencionó el ministro (de Inclusión Económica y Social, Vicente)

Taiano: estamos ampliando la cobertura del Bono Joaquín Gallegos

Lara con dos mil beneficiarios adicionales.

Ya han podido observar acá, en el caso de Elizabeth, lo trágica que

puede ser la vida sin la ayuda por parte de gente con sensibilidad, por

parte de gobiernos e instituciones que tengan sensibilidad.

Hoy, casi 40 mil cuidadoras y cuidadores de personas con

discapacidad reciben el bono Joaquín Gallegos Lara.

Siempre he dicho que la atención a estos hermanos debe ser integral,

solidaria y de calidad. Eso es precisamente lo que estamos haciendo

cada vez con más fuerza, con más cobertura, con más servicios,

unificando el trabajo del gobierno con los gobiernos seccionales. Y

hay que incluir a las familias, que son corresponsables en el cuidado.

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Por eso nos preocupamos de que la atención también sea para la

familia.

Como ha tenido la costumbre Rocío, con ayuda del MIES se va a

entregar la Navidad a las personas en estado vulnerable, para evitar

el triste espectáculo de ver en la calle a niños que muchas veces

obtienen dinero para personas inescrupulosas. Se entregará canastas

a las madres o padres de familia, para que puedan disfrutarlo en esta

fecha tan especial.

Les doy un abrazo cariñoso. La mejor forma de festejar el Día

Internacional de la Discapacidad, es precisamente atendiendo a las

personas con discapacidad.

Todavía recuerdo: eran las cuatro de la tarde del 24 de diciembre de

hace once o doce años, y estaba con las Manuelas trabajando en el

barrio San Juan de Cumbayá, atendiendo a personas con

discapacidad. Y les dije: “Señoras (eran casi solo mujeres): hoy es

nochebuena, mañana Navidad, pueden ir a sus casas. Vayan a

festejar con sus familias”. Y recibí la mejor respuesta que puede tener

un ser humano, la respuesta más linda que he recibido en mi vida.

Me dijeron: “La mejor forma de festejar la Navidad es seguir

trabajando en beneficio de las personas con discapacidad”. Sentí un

remezón en el corazón y me quedé trabajando con ellas.

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(Para ese tiempo mamacita todavía vivía, y cuando llegamos a las diez de la noche con Rocío,

me dijo: ¿qué pasó? Estábamos trabajando en esto... y lloramos juntos.)

¡Eso debe ser una Manuela! Identifiquemos con claridad qué significa

ser una Manuela Espejo. Recuerden que Manuela Espejo fue una

mujer que, además de inteligente, era extraordinariamente solidaria.

Era libertaria y escribía versos preciosos que eran publicados en las

Primicias de la Cultura de Quito, el periódico de su hermano Eugenio

Espejo. Versos preciosos, eróticos. Y como escribía versos eróticos,

los “curuchupas” (conservadores) de la época borraron casi la

totalidad de su imagen, y solo empezaron a dar valor a la labor que

realizaba su hermano.

Todos los días Manuela iba a atender a personas heridas o enfermas

en el antiguo Hospital San Juan de Dios, que ahora es el Museo de la

Ciudad. Allá iba a atender a diez, quince, veinte personas cada día.

Hay que recordar que fue la esposa de ese gran ecuatoriano, gran

quiteño, José Mejía Lequerica, diputado en las Cortes de Cádiz.

¡Eso significa ser Manuela! ¡Por eso le pusimos el nombre de

Manuela Espejo a nuestra Misión! Para recordar a una mujer

inteligente, que hacía un trabajo extremadamente solidario. Fue la

primera enfermera conocida en Ecuador, y a lo mejor en el mundo.

¡Cien años antes que Florence Nightingale, que es referente de las

enfermeras del mundo!

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El señor ministro sabe mejor que yo. Cien años antes Manuela Espejo

atendía a los heridos por diversas razones. En ese tiempo había

erupciones, terremotos, enfermedades, epidemias, inclusive

“duelos”, que se acostumbraba mucho cuando una persona

ridículamente creía que le han ofendido en su dignidad, y retaba a

duelo de muerte a otra.

Yo les agradezco mucho. ¡Este debe ser el legado, no de un gobierno,

sino el legado de ustedes, queridas Manuelas!

Isabel, por favor, no descansar ni un minuto hasta que la última

persona con discapacidad sea atendida. Tenemos el tiempo suficiente

para hacerlo. Antes lo hicimos en seis meses. Es el tiempo que

tenemos y ya hemos avanzado: más de 300 mil personas han sido

atendidas. Pues bien, ¡a atender a todos!

Por favor Vicente (Taiano, titular del MIES); por favor señor ministro de

Salud, Juan Carlos Zevallos, querido amigo. ¡No descansar hasta que

la última persona con discapacidad sea atendida en la plenitud de sus

derechos!

Les doy un abrazo. ¡Y un buen Día de las Personas con Discapacidad!

LENÍN MORENO GARCÉS

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Presidente Constitucional de la República del Ecuador

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