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NICARAGUA: ¿REFORMA O REVOLUCIÓN?

Carlos Vig

Recopilación de artículos y documentos

NICARAGUA: ¿REFORMA O REVOLUCIÓN?

Tomo I

Publicado por atención del Partido Socialista de los Trabajadores

de Colombia

© by Carlos Vig Bogotá, 1980 Printed in Colombia Impreso en Colombia

A la memoria de los compañeros Pijao, Biófilo y Roberto, militantes internacionalistas caídos en el combate contra la dictadura somocista e integrantes de la Brigada Simón Bolívar, y a la de todos los que dieron su vida por una Nicaragua Libre.

NOTA DEL EDITOR

Las crecientes movilizaciones con que las masas centroamericanas sacuden los cimientos capitalistas de El Salvador, enfrentan la dictadura en Guatemala, cuestionan el régimen burgués en Panamá y comienzan a conmover la “imperturbable democracia” costarricense, nos remiten permanentemente a la revolu- ción nicaragüense como punto de apoyo del actual ascenso y anuncio de lo que serán los tiempos venideros.

Cometeríamos un grosero error si olvidáramos que cada próceso revolucionario es único, que tiene sus propias caracte- rísticas. Pero olvidar lo contrario —sus vasos comunicantes y lo que tienen en común todas las revoluciones— nos llevaría a caer en el error simétrico. Es en este sentido que podemos decir que la experiencia y el conocimiento de un determinado proceso puede ayudar a comprender y actuar científicamente en otros. El camino recorrido por la revolución nicaragüense no sólo nos muestra hasta dónde puede llegar el heroísmo de las masas y las consecuencias que pueden adquirir los aciertos y errores de una dirección o la ausencia de un partido marxiste revolucionario a la cabeza de su proceso, sino también, la astucia con que la bur- guesía es capaz de defender sus intereses y el grado de sutileza que puedan alcanzar las maniobras del imperialismo en su afán de no perder el control total de la situación. Pero, por sobre todo, nos enseña cómo evitar los errores y suplir las carencias que permitan profundizar la revolución en beneficio de los trabaja-

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dores, sea en Nicaragua o en cualquier otro país. De ahí que la vigencia de la revolución nicaragüense no está determinada úni- camente por su carácter de ser actual, de estar desarrollándose en el presente, sino además por estar señalando el camino que comienzan a correr las masas de toda Centroamérica.

Nicaragua: ¿Reforma o Revolución? Trata de reconstruir la polémica que se ha desarrollado en

el seno del movimiento trotskista mundial alrededor de esta re- volución. Polémica que lejos de quedar reducida a la letra de los documentos tuvo como escenario real la propia revolución a partir de la participación activa de uno de los sectores enfrentados en la guerra civil contra Somoza y en los comienzos de la posterior reconstrucción del país. Esto provocó escisiones y nuevos reagrupamientos dentro de ese movimiento dando origen al Comité Paritario por la Refundación (Reconstrucción) de la IV Internacional en el cual convergen la Fracción Bolchevique (FB), el Comité de Organización para la Reconstrucción de la IV Internacional (CORCI) y la Tendencia Leninista Trotskista (TLT).

Con el fin de alcanzar el mayor grado de objetividad posible en la exposición de las distintas posiciones hemos elegido el camino de reproducir los artículos y documentos más importantes que han sido publicados en la prensa partidaria de uno y otro sector, así como de artículos de otras publicaciones que ayuden a seguir la secuencia de los primeros ciento ochenta días de la revolución y permitan remarcar algunos de los hemos más espectaculares.

Febrero 1980

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INTRODUCCIÓN

Kemel George

Prever una revolución es una cosa bastante complicada. Co- mo una revolución se da en presencia de una combinación excepcional de factores nacionales e internacionales, preverla es acertar no sólo en el enunciado de cada uno de los factores más importantes, sino en la posible dinámica del proceso que conduce a la más explosiva de las combinaciones de esos factores.

A inicios del año pasado, comenzó a ser previsible la revo- lución en Nicaragua. El más lerdo de los analistas podría darse el lujo del pronosticar que, al menos, algo grande iba a ocurrir antes que el año finalizase. Después del asesinato de Pedro Joa- quín Chamorro, las acciones de masas habían constituido un proceso acumulativo en el que se combinaban las huelgas y las insurrecciones parciales, con acciones guerrilleras del FSLN que lo íúeron colocando ante la población como la vanguardia de la lucha antidictatorial. Por su parte, las distintas fracciones de la burguesía, profundamente divididas en dos bandos, habían ido agotando una a una las salidas que condujeran a un recambio en el régimen que impidiera la vía insurreccional armada. El imperialismo norteamericano, convencido poco a poco de que ése era el único camino por el que comenzaba a transitar incon- tenible el movimiento de masas, comenzó a barajar la carta dé recambio de la dictadura, tendiendo un puente hacia los gobiernos democraticoburgueses centroamericanos y del Pacto Andi- no, que aunque desigualmente, pugnaban por encuadrar el proceso nicaragüense hacia el terreno de la democracia burguesa.

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La situación no podía ser más excepcional. El terreno del combate en el que como piezas se alineaban las fuerzas en pug- na, era visible aun para los espectadores que se encontraban en las últimas filas. Pero no todos los movimientos estaban claros todavía. Faltaba ver el resultado de las confrontaciones militares internas, que en ese momento tomaban un carácter decisivo.

Tal era el cuadro de los acontecimientos, cuando el FSLN lanzó en junio el llamado insurreccional armado y la huelga general a fondo como ofensiva final contra la dictadura.

* * * Entre el conjunto de los factores que contribuyeron a la

revolución no hay ninguno que minimice el papel decisivo jugado por el heroico pueblo nicaragüense. El soportó todo el largo periodo de la dictadura, pasando por las más duras penalida- des económicas y sociales. Sus mejores hijos fueron los combatientes héroes y mártires en el enfrentamiento a la dinastía somocista. La mayoría trabajadora y oprimida de obreros, campesinos, estudiantes y mujeres, cimentaron con su lucha la base sobre la cual se erigió uno de los más vastos movimientos de solidaridad y simpatía que haya existido en América Latina.

Entre los mil ejemplos que se pueden poner como prueba de la capacidad de lucha de la población de Nicaragua, hay que destacar uno, que ocurrió en los últimos días de agonía de la dictadura. Habiendo demostrado ampliamente el FSLN su su- perioridad militar sobre las agotadas fuerzas represivas del ré- gimen, el imperialismo pactó finalmente la capitulación de So- moza y el breve tránsito mediante una negociación con Urcu- yo. Al amenazar Urcuyo con volverle a dar vida al régimen agó- nico, y desencadenar una mayor represión sobre el FSLN, la po- blación toda se lanzó a la acción armada de masas, lo que no solo logró el derrumbe definitivo del ejército somocista, sino la creación de una amplia milicia popular que surgió inmediatamente con el triunfo revolucionario.

Por eso, al exaltar la memoria de los héroes y mártires y la abnegada lucha del pueblo de Nicaragua, es necesario mirar nuevamente atrás, y hacer un balance de la magnitud de todo el proceso en su conjunto. ¿Con base a qué pronósticos y expectativas operaron las fuerzas? ¿Qué programas y qué políticas se pusieron en juego durante todo el proceso revolucionario? ¿Qué nuevos procesos ha abierto la revolución sandinista en la revolu- 12

ción latinoamericana? ¿Qué alcance tienen y qué enseñanzas nos brinda para todos los trabajadores y revolucionarios del mundo?

* * * Habíamos dicho que, a inicios del año pasado, se podía ya

prever que Nicaragua marchaba hacia una situación revolucionaria. Entre todas las corrientes que, de una u otra forma con una u otra posición, intervinieron en el conflicto, hubo una cuyo pronóstico fue totalmente errado desde el comienzo, y de hecho, su política constituyó una cadena ininterrumpida de desaciertos en todos los eslabones, que condujeron a esta corriente a una crisis definitiva: nos referimos al Secretariado Unifica- do de la Cuarta Internacional (SU).

Cuando durante el periodo de resistencia de las masas en ascenso se creaba un proceso acumulativo, el SU anunciaba un estancamiento de las masas en toda América Latina, relegándo- la a un rincón de quinto patio en sus preocupaciones políti- cas1. A medida que las acciones armadas del FSLN se arraiga- ban con simpatía entre las masas y se aprestigiaba como su vanguardia indiscutida, el SU se obstinaba en señalar al FSLN como un freno revolucionario, que golpeaba a las masas con acciones jr aventuras aisladas. Y en el periodo final insurreccional, cuando era necesario apoyar al FSLN con las armas en la mano, como forma superior de solidaridad internacionalista, el SU aler- taba contra el apoyo humano y militar, diciendo que éste era una provocación que le hacía el juego a una agresión del imperialismo norteamericano.

Jamás hubo tan pocos que se equivocaran en tanto. No es extraño que, basados en sus pronósticos desacertados, la políti- ca definida por el SU para Nicaragua haya entrado en una total bancarrota. Y tampoco es menos aun extraño que, la crisis teó- rica, metodológica y moral a que los condujo su bancarrota po- lítica, los haya llevado después del triunfo de la revolución, a ipoyar incondicionalmente al gobierno burgués instalado en Nicaragua, el Gobierno de Reconstrucción Nacional.

La Fracción Bolchevique tuvo y tiene un método distinto y una política diametralmente opuesta a la del SU. Por eso, desde tiempo atrás se jugó a fondo apoyando la revolución nicara- güense y la lucha del FSLN, pese a que discrepaba con su pro- frama. La FB llegó al extremo de organizar a centenares de vo-

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luntarios internacionalistas reclutados de varios países para que combatieran bajo la dirección militar del FSLN. Algunos de ellos, hoy héroes, han dado sus nombres a algunas calles y barrios de Nicaragua.

Los partidos comunistas que siguen las orientaciones de las burocracias de la URSS y de China, el gobierno castrista y los distintos gobiernos burgueses centroamericanos y del Pacto An- dino, declararon la más enconada campaña contra la política internacionalista de la Fracción Bolchevique, tratando de des- truirla.

Sin embargo, el peso del proceso objetivo ha ido operando del lado de la política de la FB. En la medida en que los pueblos latinoamericanos y el propio pueblo de Nicaragua comienza a ver en el Gobierno de Reconstrucción Nacional a su enemigo de clase, el aislamiento a que fue sometida la Fracción Bolchevique comienza a cambiar de signo. Las corrientes trotskistas revolucionarias, entre ellas las agrupadas en el CORCI y sus partidos, y distintas tendencias entre ellas la TLT, se reagrupan bajo las banderas de principio con las cuales surge la Internacional sin los revisionistas del SU.

A todo trabajador o luchador latinoamericano y del mundo, tiene que interesarle vivamente las razones profundas por las que, con el estallido de la revolución nicaragüense, estalló también la IV Internacional.

Las causas de ambos estallidos interesan a todos y son de extraordinaria actualidad, porque en ellas se pusieron a flote todos los grandes problemas en que se debate el movimiento revolucionario de América Latina y del mundo entero: el tratamien- to a las luchas democráticas en la lucha por el poder del proletariado, la estrategia y la táctica frente a las corrientes nacionalistas revolucionarias que se toman el poder, la política actual del imperialismo norteamericano y de las burocracias de los estados obreros, y como máxima síntesis de estos problemas, la vigencia del Programa de Transición y la necesidad imperiosa de los partidos trotskistas y de la Internacional de la Revolución Socialista.

* * * La revolución nicaragüense planteó una serie de interrogan-

tes que se corresponden con las distintas etapas de la revolución, con la estrategia en cada una de estas etapas, y con las cuestiones de principio que permanecen inmodificables en cada una de

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ellas. Estos grandes problemas pueden formularse de manera bastante sencilla.

Primer problema. Durante la larga lucha contra el somocis- ino, el FSLN se fue configurando como la vanguardia de masas en la lucha antidictatorial. Públicamente y desde tiempo atrás, el FSLN anunciaba que, en caso de triunfar, su programa era gobernar conjuntamente con la burguesía opositora antisomocista. Pregunta: ¿era correcto apoyar sin condiciones la lucha del FSLN, así se discrepara con su programa de colaboración de clases?

Segundo problema. En junio se abrió el periodo de la insu- rrección armada y la huelga general, como ofensiva final contra la dictadura. Somoza reclutó a mercenarios de varios países para que lo defendieran, con las armas que le propiciaba el imperialismo, Israel y Argentina, entre otros países. Pregunta: ¿era correcto engrosar las filas de los combatientes sandinistas con voluntarios internacionalistas reclutados de otros países?

Tercer problema. Al cambiar la etapa, con el triunfo revolucionario, el FSLN, en cumplimiento de su programa, procla- mó la conformación de un gobierno burgués, denominado Go- bierno de Reconstrucción Nacional, en el cual entró a participar el FSLN. Pregunta: ¿era correcto brindarle apoyo político a este gobierno burgués, acogiendo el llamado del FSLN?

Estas tres preguntas pueden sintetizarse en una sola, que involucra el principio de independencia de clase, invariante en todas las etapas de la revolución: ¿Quién debería gobernar en Nicaragua?

* * * La Fracción Bolchevique respondió de la manera siguiente

a los problemas enunciados: hay que apoyar sin condiciones la lucha del pueblo nicaragüense y del FSLN, denunciando implacablemente su programa de colaboración de clases. Hay que apoyar militarmente al FSLN, colaborando con voluntarios Combatientes bajo su dirección militar. Hay que mostrar al Go- bjerno de Reconstrucción Nacional como lo que es: un gobierno burgués enemigo de clase, y exigir al FSLN que rompa con él. Desde el principio hasta el fin, la Fracción Bolchevique planteó como consigna fundamental de independencia de clase: que el FSLN y las organizaciones de los trabajadores rompan con la burguesía y gobiernen Nicaragua.

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Por su parte, y con una política diametralmente opuesta, el SU se limitó a denunciar el programa colaboracionista del FSLN, sin prestarle ningún apoyo a su lucha, y negándose a exigirle al FSLN que gobernara. Durante el periodo insurreccional, el SU condenó el reclutamiento de voluntarios internacionalistas que combatieran en las filas del FSLN. Y luego de constituido el Go- bierno de Reconstrucción Nacional, el SU dio el viraje definitivo y entró a apoyar sin reservas el gobierno burgués, negándose a exigirle al FSLN que expulsara del gobierno a los ministros burgueses.

Como puede verse, desde el principio hasta hoy, el SU se ha negado a levantar la consigna de “gobierno del FSLN”, reite- rando de manera abstracta y sectaria, antes del triunfo, que ha- bía que lograr un “gobierno obrero y campesino”. Y peor aún, el SWP*, que desde hace tiempo libra una violenta ofensiva para imponer sus posiciones en el SU, sostiene ahora que ese gobierno obrero y campesino es... el Gobierno de Reconstrucción Na- cional. Nunca, ni antes ni después el SU levantó la consigna que gobernase el FSLN con las organizaciones de los trabajadores, rompiendo con la burguesía.

Estas políticas tan opuestas entre el SU y la Fracción Bol- chevique surgieron de caracterizaciones y previsiones tan distintas, que hoy, meses después del triunfo revolucionario, podemos confirmar nuestras afirmaciones con sólo unas cuantas citas.

* * *

Desde 1977, la FB previo que el curso de la revolución ni- caragüense era el de un gran ascenso de masas que culminaría en una situación revolucionaria aguda, producto de la combina- ción de huelgas parciales, acciones insurreccionales y lucha armada, hacia la huelga general. Previo además que el FSLN iba a jugar un extraordinario papel a la cabeza de este proceso y que a pesar de ser una organización nacionalista revolucionaria pe- queñoburguesa y de tener un programa de colaboración de clases, podría convertirse en la vanguardia indiscutida de la lucha antidictatorial, debido a los métodos que venía desarrollando y a la favorable situación internacional. * El SWP (Socialist Workera Party), debido a la reaccionaria legislación

vigente en Estados Unidos, no es miembro de ninguna organización internacional. Su relación con el Secretariado Unificado es exclusivamente de colaboración fraternal.

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La política marxista revolucionaria exige prever. El partido marxista revolucionario, de acuerdo a determinados pronós- ticos y caracterizaciones, define una política y actúa en consecuencia. Si la realidad marcha en sentido contrario a las pre- venciones, entonces el partido marxista está en la obligación de cambiar de política y acudir al llamado de la realidad.

No ocurrió así con el SU. Mientras los pronósticos de la FB se confirmaban en la realidad y su política hacía efecto, los pronósticos del SU transitaban en vía contraria a la real, y su política hacía agua.

Es así como durante la insurrección de setiembre de 1978, planteamos lo siguiente: “Todo el proceso de huelgas y movilizaciones está creando las condiciones objetivas para la huelga general y para una derrota definitiva de la dictadura... Estas experiencias y el inmenso prestigio del FSLN, hacen cada vez más factible la generalización de las acciones insurgentes del pueblo.” “El FSLN es la única fuerza que en este momento po- dría impulsar esta tarea [la de organizar a las masas para la in- surrección], y darle sustento a una alternativa de poder.” Obran- do en consecuencia, desprendimos continuar el apoyo a la lucha del FSLN y levantar la consigna “Por un gobierno del FSLN y de las organizaciones de los trabajadores”.2

Veamos ahora lo que el SU pensaba de la insurrección de setiembre: “Esta ofensiva estuvo destinada a tomar varias ciudades y a liberar política y militarmente una importante área del país, próxima a la frontera con Costa Rica, con la finalidad de talar un gobierno que sería reconocido y apoyado por varios gobiernos de Latinoamérica. Ninguno de estos objetivos pudo ser logrado. Al costo de una verdadera masacre, el ejército de abmoza logró ahogar, uno por uno, los levantamientos que se- ñalaron los picos de esta ofensiva.”3 ¿No es desacertada la conclusión de que la insurrección de setiembre abrió un periodo (le retroceso del movimiento de masas?

El vocero del SU y del Socialist Workers Party, Fausto Ama- dor, planteó también en ese momento una caracterización en- tusiastamente acogida por el SU: “Las acciones del FSLN estaban condenadas al fracaso. Y en este sentido, las muertes in- sensatas de jóvenes rebeldes valiosos fueron trágicas e inevita- bles. Las acciones suicidas de este tipo, que a nada conducen, corresponden a la desesperación de las capas pequeñoburguesas de las cuales provienen los reclutas del FSLN.”4

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De estas caracterizaciones, el SU sacó como conclusión que la consigna que más se ajustaba a la etapa era la de “gobierno obrero y campesino”, oponiéndola frontalmente a la nuestra de “gobierno del FSLN y las organizaciones de los trabajadores”.

Mientras tanto, la Fracción Bolchevique, había levantado una campaña internacional y exigía al SU, en su resolución de Noviembre de 1978 que votara, como tarea prioritaria: “Decla- rar su apoyo a las masas nicaragüenses, especialmente a los heroicos combatientes del Frente Sandinista de Liberación Nacio- nal, sin que esto signifique apoyar la política de esta organiza- ción ni de ninguna de sus tendencias.”5

Hemos dicho que si un partido marxista revolucionario ve que sus pronósticos se alejan de la realidad, en vez de tratar de detener la realidad, más bien tiene la obligación de echar a la basura sus pronósticos. Cualquier trabajador se preguntará si el SU, cuando vio que sus caracterizaciones no correspondían al mundo real, hizo algo por volver al mundo real. Nosotros afirmamos todo lo contrario: a medida que se acercaba el triunfo revolucionario de julio, el SU se alejaba más y más de los vivos acontecimientos que se daban. Veamos Intercontinental Press, vocero público del SU. Con fecha 11 de junio se publicó allí el artículo “¿A dónde va Nicaragua?”, firmado por Fausto Ama- dor y Sara Santiago. Este artículo, publicado en plena insurrec- ción final y huelga general en Nicaragua, y que no fue desmen- tido ni rectificado por el SU, afirmaba: “El curso del FSLN es directamente contrario a las posibilidades de recuperación del movimiento de masas. A corto plazo, inclusive en el plano puramente militar, esto sólo puede desembocar en condiciones sociales y políticas en que los grandes desastres serán inminentes para el FSLN.”6

Y la Fracción Bolchevique le responde a cualquier trabajador o luchador latinoamericano que pregunta: “¿mientras tanto, qué hacía la FB? La Fracción Bolchevique estaba re- clutando voluntarios que combatieran al lado del FSLN, porque estaba totalmente segura que para el triunfo era de vital importancia la más irrestricta ayuda material, militar y humana con los combatientes nicaragüenses.

Esta es la absoluta verdad, que jamás podrá ser negada, ni por el SU, ni por ningún partido comunista orientado por las burocracias de la URSS o de China: en el momento en que el SU escribía sus febrilicientes y alucinadas fantasías sobre la de-

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trota total del FSLN y del pueblo de Nicaragua, la Fracción Bol- chevique y todos sus partidos habían realizado una gran campa- ña para que el Bloque Andino reconociera al FSLN como fuerza beligerante y le enviara armas, y en el momento en que el ar- tículo de Intercontinental Press era difundido, varias docenas de combatientes internacionalistas, orientados por la política de la Fracción Bolchevique, apoyaban con armas en la mano al FSLN y algunos caían en el campo de batalla.

Han sido dos posiciones, basadas en programas, métodos y políticas antagónicas. Al aplicarlas a fondo, las fuerzas en choque se acercaron a un verdadero polvorín. Sólo faltaba el último punto de dislocación: el que la revolución triunfante emergiera con un gobierno burgués llevado de la mano por el propio FSLN. Esto hizo que estallara el polvorín.

* * * Nosotros no estamos interesados en hacer una polémica fal-

sa. Por eso no queremos insistir en una discusión limitada a las diferentes tácticas que se utilizaron durante la revolución nica- ragüense. En primer lugar, porque los problemas de fondo entre el SU y la FB, que llevaron a la ruptura de la IV Internacional, quedarían reducidos a cuestiones coyunturales que poco a poco pierden actualidad. Y en segundo lugar, y precisamente, porque una discusión sobre acontecimientos pasados que no aclaren los problemas actuales, despertará entre los lectores, a lo más, unos bostezos de aburrimiento.

Lo que permite darle vigencia y toda la importancia que tiene para los trabajadores y revolucionarios, la polémica entre el SU y la FB, es el problema de el método con el que fueron abordadas todas las cuestiones pertinentes a la revolución nica- ragüense.

Nosotros queremos mostrar el método del SU, que lo condujo, primero, a negarse a apoyar la lucha del FSLN y a afirmar que las masas nicaragüenses serían derrotadas, y luego, en un viraje de ciento ochenta grados, apoyar incondicionalmente al gobierno burgués establecido en Nicaragua. Con un método completamente distinto, la FB apoyó la lucha del FSLN, denunciando simultáneamente su programa de colaboración de clases, y luego, llamó a las masas nicaragüenses a enfrentar a su enemigo de clase, el gobierno burgués, exigiendo que sólo gobernase el FSLN con las organizaciones obreras y populares.

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Con estos dos métodos se levantaron programas opuestos, y se aplicaron tácticas que se enfrentaban diametralmente. No discutamos pues, sobre todas y cada una de las divergencias. Dis- cutamos sobre los métodos que subyacen en el fondo de estas divergencias.

* * *

Veamos el primer problema de método, que atañe a las luchas democráticas, y al comportamiento que debemos tener frente a determinadas organizaciones guerrilleras o nacionalistas revolucionarias pequeñoburguesas que luchan por el poder.

La mayoría del SU defendió ardorosamente, durante toda una década, la estrategia continental guerrillera. La corriente mandelista se opuso en este periodo a que los partidos trotskistas participaran en elecciones y en el parlamento, se opuso a que hubiese una fuerte influencia de masas en el movimiento sindical, y en el terreno de las libertades políticas, se negó siste- máticamente a hacer unidad de acción con fuerzas de oposición burguesas interesadas en levantar reivindicaciones democráticas. Para los mandelistas del SU, lo único revolucionario durante una década era la lucha armada y las organizaciones guerrilleras.

Algunos militantes de la mayoría del SU, cuando recuer- dan esa época, se sonrojan discretamente y alcanzan a disculpar- se alegando que ya se han autocriticado y que no quieren volver a oír más nunca sobre este asunto.

Sin embargo, los viejos guerrilleristas dieron un viraje de ciento ochenta grados frente a la guerrilla del FSLN, y se negaron a apoyarlos en su lucha, volviéndose antiguerrilleros y limi- tándose a denunciar al FSLN por su programa burgués. La ma- yoría del SU cambió de política, pero giró alrededor de su mismo método equivocado: el impresionismo.

¿En qué consiste el método impresionista de la mayoría del SU? Consiste en sacar una consigna del contexto de la lucha de clases y elevarla a la categoría de estrategia para todo un periodo. ¿De dónde sacan esa consigna? Precisamente de los hechos más espectaculares, los que más los impresionan, como intelectuales que son, de acuerdo a los titulares de los diarios o a la cantidad de veces que aparezcan ciertas noticias por televisión. Por ejemplo, y como hemos indicado, por toda una década hicieron de la consigna “la guerrilla campesina” una estrategia continen-

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tal para América Latina, y luego, para la revolución nicaragüen- se, hicieron de la consigna “abajo el programa burgués del FSLN” el único eje de su política.

Esto explica que para los del SU, cuando eran guerrilleristas, de nada valiera la complejidad de las luchas que se libraban en América Latina. Nada de parlamentos, nada de elecciones,, nada de sindicatos, nada de libertades democráticas. Todo, absolutamente todo, se reducía a la consigna de que había que impulsar en todo lugar y a todo momento la lucha guerrillera.

Y también explica que para los del SU, cuando se hicieron antiguerrilleros, de nada valiera la complejidad de las luchas que se libraban en Nicaragua. Nada de unidad de acción con las fuerzas opositoras a Somoza, nada de apoyo a la lucha del FSLN, nada de combatientes internacionalistas, ni una sola consigna concreta de poder en el momento en que estaba planteado el problema del poder. Todo, absolutamente todo, se reducía a la consigna de que había que denunciar en todo lugar y en todo momento, como única política, el programa burgués del FSLN.

El impresionismo tiene además otra cara: al elevar una determinada táctica a estrategia, se olvida precisamente de la estrategia central: la construcción del partido revolucionario intervi- niendo de lleno en el proceso real del movimiento de masas. El abandono a esta estrategia central es la constante de toda la lí- nea impresionista de la mayoría del SU.

Durante toda una década y para toda América Latina, la mayoría del SU sustituyó la construcción de partidos trotskistas por la estrategia de guerrillas campesinas primero, y de guerrilla urbana después.

En el X Congreso, la mayoría del SU extendió la línea vanguardista a Europa, y centró toda la actividad de los trotskistas en “conquistar la hegemonía en el seno de la vanguardia amplia (o nueva vanguardia de masas)”, remplazando así el duro trabajo cotidiano de la construcción del partido con base en la in- tervención en el movimiento de masas.

Actualmente en Nicaragua ocurre lo mismo: precisamente cuando la construcción del partido en Nicaragua pasaba por la participación en la lucha armada que dirigía el FSLN, el eje de toda la política del SU se centra en la crítica al programa nacio-

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nalista y pequeñoburgués del FSLN, sustrayéndose así de toda participación en el movimiento real de las masas.

Y ahora que el FSLN sustenta un gobierno burgués en Ni- caragua, el SU menos que nunca se plantea la construcción del partido trotskista, sino todo lo contrario: justifica vergonzante- mente la represión “revolucionaria” a la “ultraizquierda” (que incluye a los trotskistas), y plantea la “militancia leal” de los trotskistas en el FSLN, sin fracción ni programa.

Es precisamente en este marco de abandono a la estrategia central por parte del SU, que ubicamos el rompimiento de Fausto Amador con éste. Durante todo el periodo de la insu- rrección final, Fausto Amador fue el principal vocero de la po- lítica del SU en la crítica permanente a los métodos del FSLN, y quien más ardorosamente prevenía contra las “grandes derrotas” que sufriría el movimiento de masas por la aplicación de estos métodos.

Sin embargo, ha tenido el mérito de que ahora, pudiendo haber continuado con la línea del SU y del SWP, quienes lo hubieran convertido prácticamente en un “héroe” nacional de Ni- caragua, por ser hermano de Carlos Fonseca Amador (dirigente fundador del FSLN y muerto en combate), prefirió mantenerse consecuente con esta línea estratégica fundamental: la cons- trucción del partido trotskista en Nicaragua. Es por esto que finalmente rompe con el SU y entra a formar parte del Comité Paritario por la Reorganización (Reconstrucción) de la IV Inter- nacional alrededor de esta política principista.

Con su método de aislar un elemento del conjunto y trans- formar ese elemento en el todo, el SU se alejó de la realidad viva de la lucha de clases, limitándose a girar alrededor de sí mismo como el ejemplo del perro que gira tratando de morderse la cola. Sólo que este ejercicio frenético, que pudo continuar indefi- nidamente para deleite de los espectadores, se tropezó con un acontecimiento espectacular de la lucha de clases: el triunfo del FSLN y de la revolución nicaragüense.

Nos hemos referido a la mayoría del SU y no a todo el SU, pues en el periodo en que el mandelismo era un fanático guerrillerista, el Socialist Workers Party acompañó a las fuerzas de la FB levantando una política principista.

¿En qué se fundamentaba esta política de principios de las fuerzas de la FB y del SWP? Básicamente en oponerle al guerri- 22

llerismo la construcción de partidos trotskistas arraigados en el movimiento de masas.

Lastimosamente, el SWP tenía un método propagandísti- co, pues aunque denunciaba a los mandelistas y a su método impresionista, mantenía con ellos una base común: se negaba a actuar a fondo en la construcción de partidos trotskistas para la acción, en América Latina.

El ascenso revolucionario y del movimiento obrero, y la negativa del SU y del SWP a darles respuesta en la acción, fue acercando a estas dos fuerzas por su base común, integrándolas en un solo bloque en el SU hasta su capitulación completa al gobierno burgués instalado en Nicaragua.

No es extraño entonces que, durante el periodo revolucionario en Nicaragua, ya integrados en un solo bloque el mandelismo y el SWP, haya sido precisamente este último el más enérgi- co opositor a la lucha del FSLN, llegando al extremo de mantener como vocero oficial de su política a Fausto Amador y luego, en un salto espectacular, a defender al gobierno burgués catalo- gándolo como “gobierno obrero y campesino” y pasando a ser el portavoz del castrismo.

* * * El problema fundamental que subyace en el fondo de las

divergencias entre el SU y la FB, es que el SU y las fuerzas que lo integran han abandonado por completo el método marxista.

La escencia del leninismo y el marxismo consiste en no pri- vilegiar una forma determinada de lucha, sino en utüizar todas las formas que desarrollen e impulsen la lucha de clases. Las elecciones, la guerrilla, la lucha armada, la lucha democrática, la lucha sindical, todas las formas que desarrollen la lucha de las masas sirven en la medida en que profundizan su acción y elevan su conciencia.

El que dice: “sólo la guerrilla es admisible”, cae en el guerrillerismo. El que dice: “sólo es admisible la vía electoral”, cae en el electoralismo. El que dice: “no hay nada más importante que hacer sindicatos”, cae en el sindicalismo. Todos estos méto- dos son ajenos al marxismo.

El marxismo es una combinación incesante de los distintos métodos que se adaptan a las etapas concretas por las que atraviesa la lucha de clases. De allí que la labor del partido verdaderamente revolucionario consiste en combinar las consignas que

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movilicen a las masas y las lleven a independizarlas de la burgue- sía, enfrentándolas a ésta para imponer el poder de los trabaja dores.

Este ha sido el método de la Fracción Bolchevique. La FB operó durante todo el proceso de la revolución nicaragüense tomando en cuenta la complejidad de la lucha que se libraba, com- binando las consignas que le permitían intervenir a fondo en ese proceso. Era cierto que el FSLN mantenía un programa de cola- boración de clases, y por eso era correcto denunciar este programa. Pero también era cierto que, simultáneamente, la lucha del FSLN conducía objetivamente a dirigir a las masas contra la dictadura, convirtiéndose el FSLN en su vanguardia indiscutida. Por eso, la consigna que más se adecuaba a la etapa concreta era de “un gobierno del FSLN que rompa con la burguesía”, apoyando a fondo la lucha del FSLN contra la dictadura y en últi- mo caso, como lo hizo la FB, a engrosar el FSLN con combatientes internacionalistas que se colocaran bajo su disciplina, no política, sino militar. Este conjunto de consignas, como aplica- ción concreta del Programa de Transición, era complementada con la tarea de unidad de acción con todas las fuerzas antisomocistas, incluyendo a sectores de la burguesía, pero a la vez llamando a las masas y al FSLN a que no brindaran la menor confianza política en ningún sector burgués.

¿No contrasta este método con el del SU? En donde el SU veía una sola consigna: “nada con el FSLN”, la FB veía un grupo de consignas que reflejaban la complejidad del proceso real, y además, que permitían actuar a fondo sobre él. Por eso, hay una línea de continuidad en la política del SU, cuando después del triunfo revolucionario, levanta otra única consigna: “apoyo incondicional a la política del FSLN” lo que lo ha conducido a apoyar al Gobierno de Reconstrucción Nacional. Sin embargo, no podemos callar que, a diferencia del periodo anterior, en donde levantaban una política sectaria, la situación cambió cualitativamente en relación a los nuevos hechos, pues el apoyo a un gobierno burgués es la bancarrota total de todo su método anterior. Eso es revisionismo puro, abandono completo del trotskismo y del Programa de Transición.

* * * ¿A qué conduce el apoyo a un gobierno burgués? Hay una

anécdota que nos puede ilustrar la tragedia que viven muchos 24

cuadros del FSLN, debido a la política colaboracionista de su dirección.

Una semana después del triunfo, el Gobierno de Recons- trucción Nacional convocó a una rueda de prensa en el hotel Ca- mino Real. Se vivían días de júbilo y la audiencia, repleta de periodistas que habían llegado de todos los rincones del mundo, esperaba con impaciencia la lectura de los decretos de confisca- ción de los bienes de Somoza. Tomás Borge, nombrado Ministro de Interior, tomó la palabra. Leyó despacio el decreto en donde se informaba que una comisión de alto nivel daría a conocer pronto el nombre de las empresas confiscadas. Al final. Borge terminó subrayando, según el texto, el célebre párrafo: “se garantizarán y respetarán plenamente las propiedades y actividades del sector privado que no sean directamente afectadas por medidas que se establecen o prevén en este programa. [...]'

De inmediato un comandante sandinista, entre los muchos que estaban presentes, palideció y dijo con voz vigorosa, que es- cucharon todos los presentes: “No, eso jamás. Un marxista nunca puede decretar que compromete a la clase obrera a que respete la propiedad capitalista”.

Este comandante fue desalojado discretamente del salón, pues su espontánea frase desentonó en el ambiente tan fraternal que se veía entre los miembros burgueses del gobierno con los altos dirigentes sandinistas.

Si este comandante fuera consecuente, tendría que con- cluir que la raíz del problema se encontraba en la base progra- mática del FSLN, que comprometía al movimiento de masas triunfante a constituir un gobierno con la burguesía.

Porque aquí no discutimos sobre el aspecto meramente táctico de si conviene o no expropiar en determinado momento una u otra empresa capitalista, en la estrategia de confiscar a todos los burgueses. Aquí lo que relevamos es que el FSLN ha convertido en estrategia la defensa de los bienes burgueses durante todo un periodo, lo que de hecho lo ha convertido en el portavoz del orden capitalista.

Y el SU, al defender a ultranza la política de la dirección del FSLN, aliada y garante de la burguesía, se ha convertido él mismo en el defensor del capitalismo en Nicaragua y ha pasado a ser él mismo un agente que desarma a las masas frente a la contrarrevolución burguesa.

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Esta bancarrota de una dirección trotskista, que es llevada por un proceso degenerativo hasta su eclosión final, no es sólo el producto de una cadena ininterrumpida de desaciertos que la habían conducido a una crisis crónica de índole política, organizativa, teórica y moral. Se requirió de un empujón formidable, dado por la revolución nicaragüense, para que el SU, que ya pa- tinaba al borde del abismo, se precipitara en caída libre abando- nando todos los principios trotskistas que decía reivindicar.

* * * Nosotros no afirmamos que el SU era revisionista aún antes

del estallido de la revolución nicaragüense. Ciertamente, habían elementos revisionistas en su política y en su método. De hecho, la Fracción Bolchevique se constituyó dentro de la IV Interna- cional como una alternativa de dirección frente a la dirección en crisis que representaba el SU. Pero esto no era revisionismo to- davía.

Por ejemplo hemos señalado que durante el periodo en que el SU fue guerrillerista, su método fue no marxista, sino impresionista. Sin embargo, por más graves que fueran las desviaciones del guerrillerismo mandelista, ellas eran desviaciones a la izquierda. Y lo mismo ocurre con el SWP y su política y métodos propagandistas, que lo llevaron a ser el vocero más sectario del SU frente a Nicaragua. Pero el salto cualitativo todavía no estaba dado.

El revisionismo es un ataque frontal a los principios fundamentales del marxismo y del trotskismo. Y con el estallido de la revolución nicaragüense, tanto el mandelismo como el SWP golpean de frente, sistemáticamente, uno a uno, aguantando la respiración como queriendo terminar cuanto antes, contra los principios rectores de nuestro movimiento internacional.

Primer principio, que es el primero de todos los principios: la solidaridad de clase con las fuerzas del movimiento obrero y especialmente entre trotskistas. Los dirigentes del SWP colaboran con el FSLN y el gobierno burgués para que expulsen a los trotskistas y a los brigadistas de Nicaragua, y para que sean entregados a la represión internacional. Los trotskistas que quedan en Nicaragua son torturados, con el silencio cómplice del SU. En sus órganos de prensa, las fuerzas del SU aplauden la expul- sión de la Brigada Simón Bolívar y se solidarizan con el GRN por la medida tomada, que ellos catalogan como ejemplarizante.

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Segundo principio: la inadmisibilidad, bajo todos los órde- nes, de apoyar políticamente un gobierno burgués. El SU apoya al Gobierno de Reconstrucción Nacional, alegando que ese gobierno burgués es una formalidad, pues el gobierno real es el del FSLN. El sector más consecuentemente revisionista del SWP, para darle un poco más de coherencia a esta jeringonza, caracteriza al GRN como un “gobierno obrero y campesino”.

Tercer principio: que es el principio sagrado de la doctrina marxista: la inadmisibilidad de la defensa de la propiedad privada capitalista. El SU está comprometido hasta el cuello en la reconstrucción capitalista de Nicaragua, defendiendo la política denominada de Reconstrucción Nacional, que se traduce en austeridad y bajos salarios para las masas trabajadoras, y en enri- quecimiento y prosperidad para los burgueses, incluyendo a los somocistas que retornan.

Cuarto principio: la obligatoriedad para los trotskistas, de construir el partido revolucionario de masas. El SU ha decretado la disolución oficial de todos los partidos y grupos trotskistas que operan en Centroamérica y de la LMR en Nicaragua, alegando que el partido verdaderamente revolucionario es el FSLN, ante el cual los trotskistas deben entrar como militantes honestos y leales, bajo su dirección política su programa y su disciplina total.8

La situación de la IV Internacional era pues, cualitativamente nueva después del triunfo de la revolución sandinista. Se trataba de una dirección que había abandonado las filas del trotskismo, adoptando un método y un programa puramente revisionistas, lo que imposibilitaba, por principio, la coexistencia dentro de un mismo partido mundial.

Esta es la esencia de toda la cuestión. Tal es el carácter de clase de los antagonismos que llevaron, posteriormente al estallido de la revolución nicaragüense, a que estallara también la IV Internacional.

* * * El revisionismo del SU no ha logrado cuajar todavía en un

cuerpo y en un programa coherente. En su interior se mueve la contradicción heredada por el degeneramiento anterior, lo que dificulta la concreción de grandes acuerdos globales que le permitan a sus fuerzas actuar con alguna homogeneidad en la lucha política.

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Por ejemplo, el Socialist Workers Party, que es ostensible- mente la fuerza más de derecha, pragmática y consecuente del SU, apoya incondicionalmente la invasión de la URSS a Afganis- tán, mientras que el ala mandelista la condena enérgicamente. Cualquier trabajador se preguntará: ¿qué tipo de dirección polí- tica es el SU, si sus dos fuerzas constituyentes son antagónicas ante la invasión de la URSS a Afganistán?

El hecho de que coexistan los mandelistas y el SWP bajo unas mismas toldas a pesar de tener posiciones totalmente di- vergentes alrededor de los acontecimientos políticos más importantes, muestra que el SU pasó de ser una dirección trotskista en crisis, a una dirección revisionista en crisis.

Pero el de Afganistán no es el único hecho, ni el más importante. El SWP ha declarado su adhesión al gobierno cubano y a su política internacional, alineándose de hecho en el castrismo, a quien denomina la “vanguardia revolucionaria” de Amé- rica Latina. El SWP presiona por encuadrar a todo el SU en el marco de su política internacional, pero ésta es una presión defensiva, que marcha a la zaga del ascenso de la revolución mundial, y que contradictoriamente, cuenta con la resistencia es- crupulosa del ala mandelista, que se niega a regañadientes a su capitulación total.

De ahí que, como ocurre con algunos boxeadores de tercer orden, que cambian de peso pero disminuyen aun más de categoría, el salto del SU al revisionismo no le resuelve su vieja crisis, sino que parece enrutarlo en la decadencia definitiva del viejo partido internacional.

* * * La revolución nicaragüense, en la medida en que hundía a

las fuerzas en crisis del SU hizo surgir un nuevo fenómeno, y es el reagrupamiento organizativo de las corrientes trotskistas que mantienen vigentes los principios bajo los cuales fue funda- da la IV Internacional.

Una prueba de ello es que, mientras en América Latina son pocos los que siguen aún al SU, la Fracción Bolchevique sigue creciendo en forma abrumadora, y se está arraigando sólida- mente en la clase obrera y entre las masas. Y cuantitativamente, en el mundo, las fuerzas agrupadas en el Comité Paritario por la Reorganización (Reconstrucción) de la IV Internacional consti-

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tuyen alrededor de los dos tercios del total del movimiento trotskista existente.

Ahora más que nunca, tiene vigencia el método con que ac- túa la Fracción Bolchevique, que es el del Programa de Transi- ción; todas las tácticas, todas las formas de lucha, todas las tareas políticas nacionales e internacionales están colocadas al servicio de la construcción del partido revolucionario y la movili- zación de los trabajadores hacia la revolución socialista. La cons- trucción del partido y de su dirección mundial es la estrategia rectora de todas las estrategias, aquí, en Nicaragua y en todos los países semicoloniales, en los países capitalistas e imperialistas, en Cuba y en los demás estados obreros burocráticos, defor- mados o degenerados. Ello es lo único que hace posible la reso- lución de la crisis de dirección del proletariado, que como está colocado expresamente y de manera sagrada en el Programa de Transición de León Trotsky, es la resolución de la crisis que vive toda la humanidad.

* * *

Unas palabras finales. Nosotros afirmamos que antes de la revolución nicaragüense el SU era todavía una dirección trotskista. Hemos visto muchas organizaciones y grupos que se reclaman marxistas, capitular al revisionismo por simples presiones de clase, políticas, o meramente por situaciones coyunturales. Pero esto nunca ocurrió a los trotskistas. Ni el guerrillerismo, ni la vía electoral o pacífica, ni el sindicalismo o la pre- sión frentepopulista, ha sido capaz de hacer patinar a un trotskista de convicción para que renuncie a los fundamentos de su doctrina. Se requiere de un proceso agudo, acumulativo, de de- generación política, y de una gran revolución que lo entrecru- ce, para que se pueda producir un colapso como el que le ocu- rrió al SU.

Esta es una comprobación más, aunque por la negativa y de una manera trágica, de la firmeza del marxismo revolucionario, de la convicción que a los militantes le impone la doctrina del trotskismo, y de la marcha ascendente y segura de nuestro movimiento internacional.

Enero de 1980

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NOTAS

1 Así, en el proyecto de resolución sobre “La Situación Política Mundial y las Tareas de la IV Internacional”, el SU afirma que el eje de la revo- lución se desplaza de los países coloniales y semicoloniales hacia los países imperialistas: “sigue aumentando el peso preponderante y el impacto de la lucha de clases de los países imperialistas sobre la revolución mundial...” “La Situación Política Mundial y las Tareas de la IV Inter- nacional”, Colección Polémica Internacional, No. 6, publicado por el PST(C), en mayo de 1979, p.9.

2 Camilo González: “ ¡Abajo Somoza!”, El socialista, No.128,de sept. 4 de 1978, periódico del PST(C).

3 Declaración del .SU: “Solidaridad con la lucha del pueblo de Nicara- gua”, Intercontinental Press/'Imprecar, Vol. 16 No. 48, diciembre 18 de 1978,p. 1378.

4 Fausto Amador: “La creciente oposición a la dictadura de Somoza”, Intercontinental Press/Inprecor, Vol. 15, No. 44,noviembre 28 de 1977.

5 Proyecto de Resolución presentado por la FB a la reunión del SU del 5-6/11/78 y que fue rechazada.

6 Fausto Amador y Sara Santiago: “¿A dónde va Nicaragua?”, Intercon- tinental Press/Inprecor, Vol. 17 No. 22, junio 11 de 1979.

7 Programa del Gobierno de Reconstrucción Nacional. Oficina de Difu- sión y Prensa de la Junta de Gobierno.

8 A este respecto ver la declaración del SU del lo. de octubre de 1979: Actuando como militantes leales en el marco de la organización que di- rigió el derrocamiento de Somoza y que dirige esta revolución, los miembros de la IV Internacional en Nicaragua defenderán las ideas fundamentales del marxismo revolucionario”. Intercontinental Press, Vol. 17, No. 38, de octubre 22 de 1979.

Y en la enmienda a esta resolución, presentada por la mayoría del SU al XI Congreso, aparece así:

”El FSLN ha anunciado que construirá un partido de vanguardia. Aqué- llos que en Nicaragua quieren construir la IV Internacional, defenderán su programa y trabajarán lealmente en la construcción de este partido como un partido leninista, y como parte del partido mundial de la revo- lución socialista...”

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CRONOLOGÍA

Nicaragua: los primeros 180 días

Heriberto Salas y Marcos Ríos

El SU cuenta con militantes que han entrado en las filas de sus diferentes secciones con la voluntad sincera de combatir por la revolución proletaria, contra la política de colaboración de clases de los aparatos pequeñoburgueses, por la independencia política del proletariado. Conscientes de esta realidad, los dirigentes del SU con el fin de no perder la adhesión inmediata de estas bases y de muchos dirigentes, para hacer pasar su política revisionista, deforman sistemáticamente el proceso real de la revolución nicaragüense. El ejemplo más burdo nos lo da la dirección del SWP quien plantea que el Gobierno de Recons- trucción Nacional (GRN), es un gobierno obrero y campesino. Otro aspecto de esta política es el de la presentación totalmente unilateral de la política del FSLN. Se escogen todas aquellas declaraciones que podrían ir en el sentido del análisis del SU, es- condiéndose todas aquellas otras que muestran concretamente cómo la política del FSLN es una política de colaboración de clases. Al mismo tiempo se disimulan hechos decisivos de la lucha de clases (desarme de milicias, represión, apoyo masivo de la socialdemocracia, etc.).

Es por ello que hemos considerado necesario presentar un resumen de esos hechos y la política del FSLN tal como lo presentan el diario Barricada órgano del FSLN y la Prensa, órgano de la burguesía nicaragüense. Resumen parcial que no puede remplazar, ni sustituir, un análisis global del curso de la lucha de clases en este país, pero que permitirá a nuestros lectores

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apreciar el curso seguido por el FSLN, con más objetividad que la propia lectura de Inprecor o Intercontinental Press.

La insurrección de setiembre de 1978, lanzada por el sandinismo, aún dividido en tres fracciones, es el producto de casi dos años de movilizaciones de masas por una parte, y del prestigio ganado por el FSLN como el único sector antisomocista que enfrentaba a la dictadura en forma firme y decidida.

El FSLN había nacido en la universidad en 1956 y a partir de allí había comenzado a penetrar en la población. El asesinato del Dr. Pedro Joaquín Chamorro en enero de 1978 fue el detonante que suscitó movilizaciones masivas producto del crecien- temente rol opositor de la burguesía no somocista, que desde la crisis del terremoto de 1972 venía siendo desplazada por Somo- za de las actividades económicas que había controlado tradicio- nalmente.

Fue en septiembre de 1978 que el FSLN dispuso de fuerzas suficientes como para lanzar una primera gran ofensiva contra la dictadura. Esta logró entonces, luego de ardua lucha, obligar al FSLN a replegarse sin poder consolidarse en ninguna ciudad ni establecer una definida “área liberada” dónde instalar un gobierno propio. Pero tanto la demostración de fuerza heroica- mente brindada por las masas y su vanguardia, como la aterrado- ra y masiva represión a que debió recurrir la dictadura para capear esa ofensiva, dieron como resultado la galvanización del movimiento de masas obreras y campesinas y el aporte de miles de jóvenes que se plegaron a las columnas del FSLN que quedó como líder nacional indiscutido. Quedó borrado todo margen de salida negociada, controlada por la burguesía opositora. Es decir, la dictadura entró barriendo todas las ciudades dominadas por el Frente, pero quedó más repudiada, más aislada que nunca de la sociedad nicaragüense.

Este fenómeno se extendió al exterior, donde el desprestigio del sangriento tirano fue imparable y total a la vez que quedaba planteada una ofensiva antisomocista por parte de las bur- guesías democráticas de América Latina. 4 de mayo

El departamento de Estado condena la “continuación de arrestos arbitrarios” consumados por la Guardia Nacional “in- 32

cluyendo los de Alfonso Róbelo y Rafael Córdoba Rivas, dos miembros del FAO”. Explicó el vocero que el FAO es una coalición de fuerzas políticas moderadas que buscan una solu- ción pacífica y democrática a la crisis. El gobierno yanqui exige la libertad y seguridad de esas personas (La Nación, Bs. As., 7-5- 79).

29 de mayo Comienza la segunda ofensiva contra la dictadura. Nueva-

mente el pueblo nicaragüense iba a brindar un ejemplo heroico de combatividad, bajo la dirección del FSLN. Este encaraba la ofensiva con un mando conjunto que superaba las diferencias entre las tres fracciones.

León, Estelí, Jinotepe, Managua, etc., entraban a la conciencia de los pueblos del mundo, particularmente de América Latina.

Para el 1 de junio Tom Reston, del Departamento de Esta- do yanqui declaraba: “Para nosotros el problema clave es la sucesión política en Nicaragua y todo el resto se le relaciona”. (El Tiempo, 10-6-79). Al mismo tiempo daba su pleno apoyo “al intento de los países andinos para hallar una solución al conflicto”.

Si bien el imperialismo no ponía fin a la acción masacra- dora de Somoza y su Guardia Nacional, a fin de debilitar al máximo al pueblo nicaragüense, ya encaraba una “solución de fondo” mediante un plan de “contrarrevolución democrática” que tenía entre sus más entusiastas promotores a Carlos Andrés Pérez, Carazo y Torrijos.

1 de junio El sandinismo convoca a la huelga general. La misma fue

acatada no sólo por los trabajadores sino también por el comercio, negociantes y la oposición burguesa.

5 de junio León está casi totalmente bajo control sandinista. En la

mañana del día 7 lo mismo ocurre en Masaya y el día 9 con Matagalpa, Chichigalpa, Granada, Ocotal y Diriamba. Ese mismo día comienzan los combates dentro de Managua, donde el tirano tenía concentrado el grueso de sus fuerzas.

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16 de junio Los gobiernos del Pacto Andino declaran a Nicaragua en

“estado de beligerancia” y reconocen a las fuerzas antisomocistas como ejército regular beligerante, de acuerdo al derecho internacional.

La declaración del FSLN dice que a punto de sellar el destino final de la tiranía dinástica “conscientes de la necesidad his- tórica de sustituir la dictadura por la paz, el FSLN da a conocer.... un nuevo gobierno de carácter democrático y provisional...” cumpliendo “...con la promesa de propiciar un gobierno amplio y de carácter nacional, al cual dará su respaldo para el cumplimiento del programa de construcción nacional”. Firman los 9 de la DNC del FSLN. (La Nación, Bs. As., 18-6-79.) 17 de junio

Ecuador rompe relaciones con Somoza, toman decisiones similares Costa Rica y México, a donde hubo apoyo de masas. El presidente J. Roídos lo hizo para favorecer una salida demo- crática y respaldar a la amenazada Costa Rica.

22 de junio Algunos oficiales jefes de la GN se asilan en embajadas.

23 de junio La jerarquía guerrillera se está retirando de Managua según

comentarios que afirman que en 3 ó 4 días la GN completa el control.

Con 17 votos (5 abstenciones y 2 en contra) la OEA apro- bó declarar que la solución del problema nicaragüense debe partir del “remplazo inmediato y definitivo del régimen somocista” e instó a las naciones del continente a laño intervención. Des- cartó la idea inicial de EE.UU. del envío de una fuerza interamericana de paz. La otra base de solución es la “instalación en el territorio de Nicaragua de un gobierno democrático cuya com- posición incluya a los principales grupos representativos opositores al régimen de Somoza y refleje la libre voluntad del pueblo nicaragüense”.

Achacó a la conducta inhumana del régimen de Somoza la dramática situación que vive el país. (La Nación, Bs. As., 25-6- 79.)

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El interés de EE. UU. se manifiesta en que se lograron los 17 votos necesarios al obtener el del reaccionario gobierno argentino.

Managua se tranquiliza aunque se escucha la artillería al este de la ciudad.

La ofensiva rebelde parece ahora acentuarse en la esfera política, señaló una fuente. “Pueden creer que organizaron la guerra y simplemente aguardarían la transferencia del poder.” Agregó que si la OEA decide aislar a Somoza y si los sandinistas siguen siendo abastecidos desde el exterior “la victoria militar es sólo cuestión de tiempo”.

La Guardia advirtió a sus soldados que deben ahorrar mu- nición.

Según el FSLN aumentaría su dominio en el Frente Sur. Un avión de Lanica desertó y aterrizó en Costa Rica.

24 de junio Somoza rechazó el pedido de retirarse aunque declaró estar

dispuesto a escuchar cualquier iniciativa de las naciones america- nas, lamentando el fracaso de la posición intervencionista de los EE. UU. (La Nación, Bs. As., 25-6-79.)

14 de julio Somoza afirmó que sigue dispuesto a renunciar con la con-

dición de que la Guardia Nacional y el gobernante Partido Libe- ral Nacionalista desempeñen un papel en cualquier gobierno que se forme para suceder al actual.

Algunos países latinoamericanos han ofrecido ya ayuda militar a los guerrilleros y se informó que hay voluntarios paname- ños que luchan junto a los sandinistas (La Nación, Bs. A., 16-7- 79).

Hubo incidentes fronterizos entre la GN y la Guardia Civil de Costa Rica.

17 de julio Somoza huye de Managua y es remplazado por Urcuyo (El

Tiempo, Bogotá).

18 de julio Sale Urcuyo para Guatemala (El Tiempo, Bogotá).

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19 de julio Entra el FSLN victorioso a Managua (El Tiempo, Bogotá).

20 de Julio

Se posesiona la JGRN en Managua en el multitudinario acto de la Victoria (El Tiempo, Bogotá). 20 de julio

Decreto No. 1 de la JGRN: Extradición de Somoza y su familia.

Decreto No. 3 “Intervenir, requisar y confiscar todos los bienes de la familia Somoza, militares, funcionarios, y allegados que se hubiesen apropiado de bienes al amparo de la dictadura”. (Barricada).

26 de julio Se llama a constituir la Central Sandinista de Trabajadores. Sobre la propiedad privada: la Junta declara que tendrá

función social, mediante controles en cuanto a prioridades. Inversión Extranjera: La Junta declara que serán permiti-

das en el país siempre que se realicen guardando absoluto respeto a “nuestro derecho de autodeterminación”. El nuevo gobierno les dará facilidades. Róbelo anunció oferta de US$ 50 millones del BIRF y ayuda de México y Costa Rica.

Se organiza la Policía Sandinista. Declaraciones de Cyrus Vanee respondiendo a acusaciones

de abandono a viejos amigos y apoyo a radicales, aclaró: “Cuan- do estimulamos cambios democráticos, justicia económica y social, promovemos nuestros intereses a largo término incluso los de nuestra seguridad... La realidad es que ya no podemos detener los cambios más de lo que Canuto pudo detener las aguas”. 27 de julio (Barricada)

Nacionalización de la banca privada para proteger al pueblo nica y cuidar el buen nombre de Nicaragua en la comunidad financiera internacional. Se exceptúa a los bancos de propiedad 36

extranjera que quedan sometidos a las disposiciones del Banco Central.

El Estado ampara las instituciones nacionalizadas según el valor de los libros, y en bancos reditúan a 6 l/2°/o de interés y pago en 5 cuotas anuales.

Barricada destaca con beneplácito el discurso de Fidel Castro en Holguín el 26 de julio.

Se llama a fortalecer el Ejército Popular Sandinista. Daniel Ortega dijo: “De allí la gran responsabilidad histórica que adquiere en este momento el EPS. Como garante de la estabilidad de este proceso. Como respaldo a la programática mínima que se ha hecho mandar a través del Gobierno de Reconstruc- ción Nacional”. En el acto de homenaje al mártir Germán Poma- fes, resaltó también la necesidad de contar con “un verdadero ejército popular” al cual “las milicias sandinistas van integrán- dose rápidamente”. 29 de julio (Barricada)

Financieras: El presidente del Banco Central avisó que en una semana “podremos abrir todas las compañías financieras y las sucursales bancarias. Nos vimos en la necesidad económica de nacionalizar el sistema financiero” debido a que sus instituciones estaban en la insolvencia, con daños físicos y una deuda externa de US$ 180 millones.

Nota de saludo de la BSB a la Victoriano Lorenzo, que se despide. 30 de julio (Barricada)

Venezuela ofrece 20 millones para ayudar a resolver los problemas de la balanza de pagos.

El presidente del banco nacional de desarrollo llamó a obreros y empresarios para que unan los esfuerzos y sacrificios. “Con un verdadero propósito de sacrificio tanto grandes empresarios como trabajadores deben hacer todo lo que está humana- mente a su alcance”, dijo. P Gestión de ayuda exterior: Llega a París un representante del Gobierno de RN en una gira que incluye además RFA, Sue- cia, Bélgica, España, Italia, Yugoslavia y la CEE, donde solicita la urgente ayuda para Nicaragua.

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No debe entorpecerse a las empresas recuperadas. El Pro- curador General de Justicia señaló “que por el contrario los trabajadores de las mismas no deben tomar decisiones por su propia cuenta sino que se remitan a las autoridades competentes”. Llamó también a respetar las casas y mobiliarios abandonados por los somocistas. 31 de julio (Barricada)

Comenzó reforma Agraria: Wheelock señaló que “no queremos dar rienda suelta al radicalismo. Nosotros somos realistas”. Sobre las ocupaciones de tierras dijo que el campesinado era sandinista y como tal ordenado y disciplinado. Citó que en León sólo hubo dos casos de haciendas que resultaron no pertenecer a somocistas por lo que los campesinos fueron reubica- dos en tierras de los esbirros sin ningún conflicto.

Enemigos encubiertos, dijo Daniel Ortega a la prensa. A los que gritan contra la nacionalización bancaria, desde Guatemala, la mejor respuesta la están dando los propietarios que forman parte de este gran frente de unidad sandinista.

¿Quién gobierna? Agregó Ortega: “Por eso el FSLN que en los primeros días se hizo cargo del país, hoy está en proceso de entregar a la Junta todo el aparato administrativo y gubernamental y la Junta ha ido avanzando rápidamente en ese sentido, mientras que por su parte el FS adelanta pasos en la conforma- ción y consolidación del nuevo ejército”.

“Díganme qué puedo hacer” declaró Felipe González quien llegó a Nicaragua procedente de Panamá en un avión que puso a su disposición el general Torrijos.

1 de agosto (Barricada) Se anuncia para el día 5 la visita de la Internacional Socia-

lista, presidida por Mario Soares. Editorial Internacional: “Los gobiernos democráticos y

progresistas de la región... encontraron en la lucha sandinista una instancia de decisión ante la cual reafirman su voluntad soberana y sus anhelos de independencia”.

Ayudas: Avión de la RDA, barco de EE. UU. y de RFA. La embajada panameña anunció la llegada de una misión

que colaborará en la estructuración del nuevo ejército.

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Ortega agradeció toda la ayuda panameña. Panamá fue el primer país en enviar un embajador y enseguida a los compañe- ros militares para ayudar a la organización del ejército.

Se constituye la FAS.

2 de agosto (Barricada) BID autorizó US$ 20 millones. Viajará una misión especial

oara discutir las necesidades inmediatas. PTtl mexicano a través de su presidente manifestó a la Jun-

ta la disposición de su partido de ayudar al pueblo de Nicaragua. Está tomando contacto con partidos de América Latina para formar un bloque solidario con la causa de la reconstrucción.

Reforma Agraria: Wheelock aclaró que los campesinos deben evitar toma de tierras. Deben esperar que el INRA cumpla esa tarea.

Daniel Ortega señaló la comprensión de EE. UU., con la si- tuación que vive Nicaragua. “Por ahora estamos dando los primeros pasos”. Adicionalmente informó que Nicaragua ha soli- citado del gobierno yanqui ayuda militar para fortalecer al EPS. Como respuesta Washington considera prioritaria la ayuda material y financiera.

Felipe González: “Yo haría en España lo que esta haciendo el GRN y el FSLN si se diera una situación como la de Nica- ragua”.

“Algunos milicianos todavía no se adaptan a la disciplina y el orden sandinista aunque la inmensa mayoría ya ha respondido...”, señaló un responsable.

4 de agosto (Barricada) Editorial: “Nuestro pueblo debe luchar contra el hambre

y el desempleo, respaldando las tareas de la reconstrucción nacional para ir avanzando en la superación del subdesarrollo y la dependencia imperialista. La organización política del sandinismo, el EPS y todo nuestro pueblo organizado, serán las verda- deras garantías del cumplimiento de esta etapa de nuestra re- volución.

ONU: Ayudará con 3.000 toneladas de comida. Llega el segundo equipo de médicos “montoneros”, ejem-

plo de la hermandad que desde hace dos años los une al FSLN.

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EE.UU. y España envían ayuda. Los primeros envían 120 Tns. diarias de alimentos y medicinas. 5 de agosto (Barricada)

Honduras no será trampolín para una agresión, declaró su canciller.

Visita del senador yanqui: Zornsky declaró: “Como he dicho siempre si México, Venezuela, Panamá, Costa Rica y otros países deseaban la partida de Somoza y estaban dispuestos a aceptar lo que viniera, entonces nosotros tendríamos que haber estado preparados para hacer lo mismo”.

Róbelo declaró que “muchos países nos han recibido con gran confianza puesto que comprenden que el GRN no es un gobierno provisional que hoy está y mañana no, sino todo lo contrario ya que el nuestro es un gobierno estable y legítima- mente constituido... El gobierno cuenta con el respaldo total del FSLN porque somos la misma cosa.”

6 de agosto (Barricada) Borge a senador yanqui: “Nosotros podemos ser excelen-

tes amigos, como también podemos ser excelentes enemigos”. Llega presidente Carazo de Costa Rica. Pleno respaldo a la revolución trajo la Internacional Socia-

lista. (Visita de Mario Soares y otros.)

7 de agosto (Barricada) Daniel Ortega: “Queremos decirles a los inversionistas de

los EE.UU. que nuestro país no les ha cerrado las puertas...” (Pág. 2).

Dirigente de la Internacional Socialista “...en lo que respec- ta al FSLN y al GRN de Nicaragua, sus lineamientos políticos, su determinación de llevar adelante una revolución en este país, se ha producido una actitud unánime de apoyo (en la Interna- cional Socialista), de apoyo incondicional” M. A. Martínez PSOE. (Pág. 2).

Decretado el Estatuto Fundamental del 20-7-79 por el GRN:

1) Poderes del Estado: La junta de gobierno, el consejo de estado y los tribunales de justicia.

La Junta está integrada por los 5 miembros del GRN y funciona como Poder Ejecutivo y Poder Legislativo.

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Consejo de Estado: Elevará a la Junta proyectos de leyes. Tendrá 33 miembros: 6 del FSLN, 6 del mov. pueblo unido, 1 de cada uno de los siguientes: PLI, PPSC, CTN, FO, Sindicato de radioperiodistas, PCD, Movimiento Democrático Nica, Mov. Liberal Constitucionalista, PSN, CGTI, Confederación de Unifi- cación Sindical, Instituto Nicaragüense de Desarrollo, Cámara de Industrias, Confederación de Cámaras de Comercio, Cámara Nica de la Construcción, Unión de Productores Agropecuarios, Confederación de Asociaciones Profesionales, Universidad Na- cional Autónoma.

2) Fuerzas Armadas: “Sustituirá a la GN de Nicaragua un nuevo ejército nacional de carácter patriótico...”

Se restituyen personerías: Mediante decreto a la Cámara de Comercio, Cámara de Industria e Instituto Nica de Desarro- llo, (pág. 4).

Vocero de la Junta de Gobierno informó que se realizan consultas con el ministro del Interior, Tomás Borge, “sobre la actitud de ciertos individuos de tomar inmuebles y tierras sin la debida autorización del Gobierno revolucionario”, (pág. 4).

8 de agosto (Barricada) Gracias Rodrigo Carazo! La Junta agradece la ayuda pres-

tada por Costa Rica, durante la visita de su presidente. Carazo replicó que Costa Rica y Nicaragua marcharán por la senda única de paz, progreso, libertad y justicia social.

La diferencia entre el Ejército Popular Sandinista y la Guardia Nacional: Javier Carrión, jefe de artillería del EPS y miembro del Estado Mayor dijo que las fuerzas armadas sandinistas cumplen con la defensa de la revolución en base al trabajo profesional. El resto del pueblo está integrado al proceso de producción, “las diferencias máximas (entre el EPS y laGN) son los objetivos. La guardia defendiendo a una familia... No permi- tía la lucha por lograr un gobierno democrático...”

“El EPS responde a los intereses de la revolución expresados por el GRN y el FSLN para proteger al pueblo y defenderlo”.

20 de agosto (Barricada) La mejor policía y Torrijos (p. 1 y 6). “A 30 días de la vic-

toria, en presencia del general Torrijos y en homenaje a Estelí, hemos determinado crear hoy la policía sandinista... Esta PNS

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ha recibido inapreciable ayuda técnica y material del gobierno de Panamá. El general Torrijos nos ha enviado unas cuantas docenas de policías capaces y honestos y nos han ayudado y nos seguirán ayudando a formar la policía que soñamos”.

“Nos ha enviado también el gral. Torrijos numerosas unidades motorizadas y motocicletas para la policía... equipo técnico sin ostentación alguna y por supuesto sin ninguna condición. Cuando nosotros conocimos a Torrijos... dijimos que era un idealista, ahora tenemos una imagen completa... es el mejor amigo que tenemos en este continente”, dijo Tomás Borge.

21 de agosto (Barricada) Policía acelera medidas: Ante la estampida de la sanguina-

ria guardia somocista las milicias populares se apoderaron de las armas... es necesario regular y controlar la tenencia de armas, dijo el fiscal general del EPS, (pág. 1).

22 de agosto (Barricada) Bienvenido Carlos Andrés Pérez (pág. 1 y 6). Gobierno revisa convenios petroleros (p. 1 y 6). Las empre-

sas petroleras dejaron en suspenso un aumento de entre 20 y 40%. Estas alzas se encuentran a la espera de la revisión de los convenios.

Se anuncia que el día anterior se decretó el estatuto de derechos y garantías. 22 de agosto (La Nación, Bs. As.)

Se promulga el “Estatuto de Derechos y Garantías” en el que se afirma la más absoluta libertad sindical y la abolición de la pena de muerte.

22 de agosto (La Prensa)

Crédito costarricense de 25 millones. 200 mil dólares de ayuda de El Salvador.

23 de agosto (Barricada)

Pastora: Histórico asalto al palacio nacional, (pág. 1 y 6). FSLN reorganiza dirección.

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Cte. Luis Carrión: “Nuestra revolución... se ha hecho para sacar a nuestro pueblo de la miseria..., para que nuestros campesinos puedan trabajar la tierra con un salario digno y para que nuestros obreros no sean ya más atropellados”, dijo en Estelí al hacer un llamado a defender las conquistas con trabajo, disciplina y organización, (p. 1).

Delincuentes uniformados: Un comunicado del EPS explica que durante el derrocamiento de la tiranía hubo delincuentes que se uniformaron y armaron y que lamentablemente no han podido ser controlados en su totalidad, y que haciéndose pasar como miembros del ejército y de las milicias han cometido hechos delictivos, (p. 5).

Carlos Andrés Pérez exhortó desde Nicaragua a la solidaridad mundial con la revolución sandinista que tiene “como característica esencial que fue el producto de una concerta- ción... de todas sus clases sociales y por ello no tiene parangón en toda América Latina”. “Este va a ser un ejemplo de la revo- lución democrática nacionalista”.

Falta de pago: Creciente número de obreros y también campesinos visitan diariamente el Ministerio de Trabajo denunciando a sus patronos por falta de pago de salarios caídos, vacaciones y otras prestaciones sociales. Son unos 700 casos diarios. Las empresas denunciadas son Colgate, Shell, Hasa, etc., (p. 6).

Constituido el EPS (p. 1 y 6) su reestructuración fue anun- ciada en acto público con presencia de Carlos Andrés Pérez, Sergio Ramírez, por la Junta, dijo que el nuevo organismo sería la “única fuerza armada de la república”. Se presentó a la nueva Plana Mayor. La JGRN entregó las estrellas a sus integrantes.

23 de agosto (La Prensa) Se anuncia nacimiento de nueva policía con ayuda pana-

meña. La ONU llama a ayudar a Nicaragua. La Junta da declaraciones al New York Times diciendo que

el control militar da paso a la autoridad civil.

24 de agosto (Barricada) 168 industrias y 159 casas de Somoza expropiadas. Con el

fortalecimiento del sector económico estatal se sientan las bases

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firmes sobre las que deberá revolucionar el proceso de transición en nuestro país, (p. 1).

Delegados de la OLP visitan solidariamente a Nicaragua, (p 1 y 6 ) . 24 de agosto (La Prensa)

El ejército emite un comunicado en que prohibe las expro- piaciones sin autorización, a raíz de “abusos” cometidos contra algunos propietarios.

Se decreta formación del nuevo “Ejército Popular Sandi- nista”.

Declaración del Partido Conservador Demócrata solidario con el programa de reconstrucción nacional, por la libertad y por el pluralismo.

25 de agosto (Barricada) Medida de desmonetización, recogida y eliminación de los

billetes de 500 y 1.000 Cs. El Sindicato de Construcción eligió su nueva junta directiva y se afilió a la CST.

17 sindicatos de Chinandega se afilian a la CST,-y se anuncia la incorporación de sindicatos ya existentes a la CST.

25 de agosto (La Prensa) Misión de la OEA se va satisfecha. Se anuncia ayuda de FAO y 7 operaciones financieras de

préstamo y 4 de cooperación técnica por parte del BID.

26 de agosto (Barricada) Se anuncia que hubo protesta a las medidas de desmoneti-

zación por parte de asalariados. Los que entregaron menos de 1.500 Cs., o sea el 60°/o de los que entregaron billetes de 500 y 1.000, recuperarán el dinero en 3 días. El gobierno y Coman- dantes explican y piden comprensión sobre la medida.

27 de agosto (La Prensa) Llega embarque de USA destinado al gobierno.

28 de agosto (La Prensa) Crédito de Argentina y de Taiwan, avión con ayuda de

RFA.

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28 de agosto (Barricada) Se anuncia que Cuba brindará solidaridad en educación y

se esboza un primer plan. Homenaje a héroes colombianos en residencial Colombia,

e inauguración de calles con los nombres de los internacionalistas.

El Sindicato de Construcción de Granada se incorpora a la CST.

29 de agosto (La Prensa) FMI aprueba dar 21 millones de dólares en crédito, y pro-

mete dar más. Hablan de una insólita forma de expropiar tierras por parte

de unos “brigadistas”. El New York Times felicita a los sandinistas por apoyar la

pluralidad. Reproducción sin comentarios de artículo. El Mercado Común Europeo anuncia ayuda. Además la

AID, FAO y CNP de Costa Rica. 31 de agosto (Barricada)

Café. El grupo de Bogotá que representa el 60°/o de la pro- ducción mundial invitó al Gobierno Revolucionario a compartir con ellos su política de ventas, (p. 1).

Conflictos laborales. Paro de 500 obreros de Bluefields Corporation y Doña Cartera. Los gerentes son norteamericanos. Empezó por el despido de una supervisora de la primera y los de la segunda apoyaron y además reclamaron el pago de salarios caídos. Se iniciaron negociaciones entre la patronal, sus obreros, miembros de la CST y casualmente el Cte. Edén Pastora. La patronal cedió en parte.

31 de agosto (La Prensa) Anuncian que EE. UU. no quiere vender armas a Nicaragua.

1 de septiembre (La Prensa) Terminó la huelga en la Zona Franca con victoria para los

trabajadores. Embajada de los EE. UU. desmiente la noticia que EE. UU.

no quiere vender armas a Nicaragua. Reseña a la visita de Hugo Blanco.

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1 de septiembre (Barricada) 60 somocistas liberados en Carazo, incluyendo oficiales y

soldados de la tiranía, (p. 5). 10 sindicatos en Rivas con la CST, (p. 4). Otro envío yanqui de alimentos, (p. 5). Despidos por querer sindicalizar, (p. 5).

2 de septiembre (Barricada) Ocupaciones de tierras (p. 6). Estos sucesos han ocurrido

en Chinandega, en el latifundio de Julio Formos. Este no era somocista pero cuando los campesinos ocupaban alguna parcela los reprimía duramente. Formos, cuando la victoria sandinista era posible, dio dinero al FSLN a través de un hijo y ahora su latifundio aparece como propiedad de una cooperativa en la que él no figura. Los campesinos esperan su cosecha de maíz y esperan un decreto de confiscación desde Managua, que aún no ha salido.

ATC (Asociación de Trabajadores Campesinos), encabeza lucha campesina (p. 5). En Chinandega la lucha viene de lejos y logró una buena organización con la ATC clandestina y el des- moronamiento de la dictadura. ATC proveyó una base para la insurrección: apoyo y hombres. Desde el triunfo, los campesinos que lucharon siguen los lincamientos del FSLN. Muchas veces han estado a punto de ir a la huelga, pero han comprendido, porque así lo han dicho los dirigentes del Frente, que en estos momentos los campesinos no pueden parar, porque de su trabajo depende la alimentación y las divisas de Nicaragua. Los terratenientes tienen miedo a la ATC porque organiza a los campesinos para que reivindiquen sus derechos. Pero no saben que si permanecen todavía con sus tierras es porque la ATC tiene organizados a los campesinos. Porque si no fuera así, la desespera- ción acumulada durante siglos, habría hecho saltar por los aires a toda su clase el mismo 19 de julio.

Lo que quiere la revolución no es la eliminación física de los capitalistas, sino la erradicación del mal que engendre problemas sociales o económicos agudos.

Nueva policía. Departamento P-3 de policía, (p. 4), 140 jóvenes reciben instrucción de oficiales panameños. El teniente panameño de Gracia explica que a los aspirantes se les provee de tiro y se les pagan 300 Cs. al mes.

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Mientras tanto la misión panameña (militar) conducida por el coronel Rubén D. Paredes ha estructurado lo que será un sistema funcional para regular las actividades policiales.

Triunfo de obreras (p. 4). Se reintegró a la compañera des- pedida y se pagan los salarios caídos en Bluefields Corporation y Doña Cartera.

3 de septiembre (La Prensa) Ortega señala que la burguesía democrática también es ne-

cesaria en el proceso.

3 de septiembre (Barricada) Empleados del gobierno aún no cobran sus salarios caídos

(p. 1 y 6). El Partido Comunista de Nicaragua se pronuncia: Por la

política de unidad orientada por el FSLN para impulsar el proceso revolucionario y consolidar el Gobierno de Reconstrucción Nacional. Por la reforma agraria antifeudal, antiimperialista y antioligárquica. Por la independencia económica y política de nuestro país, —ratificó el papel de vanguardia del FSLN—. Los comunistas vamos a luchar contra toda tendencia que quiera ensombrecer los méritos del FSLN. Los comunistas no serán nunca los propiciadores de desviaciones de nuestra Revolución Democrática y menos de división con el FSLN y las otras fuerzas revolucionarias.

Denuncia obrera: (p. 1 y 6). Delegación del sindicato de Trabajadores Unidos de San Marcos denuncian al ministerio de trabajo que la Junta Municipal local les niega reconocimiento y no les permite desarrollar actividad sindical.

Salarios caídos (p. 3), 500 vendedores firmaron por su sindicato y reclaman a sus empleadores cumplan con esa obligación.

4 de septiembre (Barricada) Padre López, rector de la Universidad Centroamericana (p.

1 y 6), dijo que la Iglesia debe mantener su compromiso con la revolución: “impulsando a todos los creyentes a que participen activamente en el éxito de la revolución, estaremos construyendo y apoyando a la revolución”.

Comunicado del INRA (p. 1 y 6). Advierte que sólo sus delegados pueden ocupar propiedades rurales o realizar actos

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administrativos sobre bienes confiscados. Alerta contra los que vienen perturbando la marcha programada.

Pastora en Granada contra los radicales (p. 3), de izquierda y derecha porque la revolución tiene que ser muy nica y es el FSLN con su dirección el que tiene que decidir el proceso. Con- tra los yanquis, porque están atrasando el proceso revolucionario, al atrasar los préstamos.

4 de septiembre (La Prensa) EE. UU. y Nicaragua firman acuerdo de ayuda humanitaria. En un editorial de Guillermo Rothschuh se critica a la BSB por querer acelerar el proceso y saltar etapas.

5 de septiembre (Barricada) Se consolidan los sindicatos de Bluefields, (p. 5). Chinandega (p. 1 y 6), pagan menos que el salario mínimo

establecido legalmente para el campo en Cs. 21.20 diarios. Sólo pagan 12 ó 16. Las bananeras tampoco pagan los 3.50 Cs por hora, sino 2.65 y tampoco lo atrasado pese a los reclamos obreros.

5 de septiembre (La Prensa) Ayuda de Suecia, por 10 millones. Pedro Joaquín Chamorro defiende el papel de la burguesía.

6 de septiembre (La Prensa) Impugnan la junta directiva del SCAAS porque dicen que fue impuesta por la Brigada Simón Bolívar. Llega más ayuda de EE. UU.

“La Colonia” —supermercados— se convierte en empresa mixta entre propietarios privados y estado. Esta alianza salva a la empresa, que fue destruida por el somocismo.

Informan que los trabajadores se organizan aceleradamente.

7 de septiembre (Barricada) Daniel Ortega denuncia ante la VI Cumbre de no alineados

la campaña de sectores reaccionarios norteamericanos contra el proceso revolucionario. También que se conspira militarmente contra Nicaragua. Que continúa la ofensiva de los reaccionarios 48

yanquis, y que se trata de condicionar la ayuda a concesiones políticas. Anunció además que el 50°/o de la tierra cultivable fue recuperada para el pueblo, y que fueron nacionalizadas 80 industrias, 400 mansiones y residencias, que se nacionalizó la banca, las exportaciones agrícolas y las explotaciones de recursos naturales, y que se detuvieran las maniobras de la contrarrevo- lución con la desmonetización. Reconocimiento a Cuba y a países del Pacto Andino por su solidaridad durante la ofensiva.

Tomás Borge dice que en Nicaragua se vive una “democracia del pueblo”, que en el momento oportuno será enmarcada legalmente mediante elecciones y decidirá el pueblo el proyecto político que más le conviene.

7 de septiembre (La Prensa) Llega segundo embarque de ayuda peruana. Se funda el Partido Social Demócrata Sandinista.

8 de septiembre (La Prensa) Cámara de EE. UU. aprueba ayuda para Nicaragua.

8 de septiembre (Barricada) Único compromiso (p. 1 y 8) Daniel Ortega declaró en La

Habana que “no podemos negar la participación de algunos sectores de la empresa privada que se sumaron a la lucha... pero jamás jugaron un papel firme dentro del proceso libertario”.

La revolución popular y el FSLN no han firmado acuerdo alguno con los empresarios... para que hoy nos reclamen el cumplimiento...”

9 de septiembre (Barricada) Después de febrero/78 la insurrección armada dejó de ser

una frase. La burguesía decidió abiertamente pasar a la oposi- ción con el FAO. Se generalizó el ascenso: manifestaciones, huelgas, etc.

10 de septiembre (La Prensa) Sueltan a 34 prisioneros más, bajo el lema de “generosos

en la victoria”. Informe sobre las actividades de la policía, y los asesores

Panameños.

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Un editorial: “los burgueses también cuentan”. El Papa pide ayuda para Nicaragua.

11 de septiembre (Barricada) Sexto aniversario de la caída en combate de Salvador

Allende (p. 1 y 12). Cdte. N. Núñez denuncia oportunistas (p. 1 y 12). Se refi-

rió al llamado partido socialdemócrata sandinista y a los “sandinistas cristianos” que recién luego del triunfo quieren llamarse sandinistas. Un lema del primero es “Sandinismo sí, comunismo no”.

Carta del SWP (p. 11): “ ¡Manos yanquis fuera de Nicara- gua! ¡No más Vietnams! ¡Viva la revolución nicaragüense! ¡Vi- va el FSLN!”.

Represión patronal (p. 12). Despedidos 8 trabajadores de la finca Santa Ana.

El patrón despide con 44 es. al obrero que asiste a reunión de ATC.

FSLN alerta contra paro (p. 12), en comunicado a choferes de Granada contra pretensiones de elementos ajenos a las organizaciones populares: “Se pretende personalizar el problema cuestionando... la Dirección Müitar del Departamento... lo que es en el fondo un cuestionamiento al FSLN”.

11 de septiembre (La Prensa) Se constatan nuevamente los nombres de los brigadistas de

la SB caídos y que ahora sus nombres están en las calles del Re- parto Colombia.

Figueres llama a no tener miedo con el comunismo en Ni- caragua. A los empresarios les dice que no hay ningún peligro de invertir allí.

12 de septiembre (La Prensa) República Democrática Alemana: ayudaremos sin condi-

ciones. Pezullo: Nicaragua necesita gran ayuda. Comandante de la Policía advirtió a los milicianos que de-

ben integrarse a la producción para levantar la economía del país.

Huelga en INGENISA.

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Carrión dice que poco a poco los milicianos se irán integrando al ejército y otros al proceso de reconstrucción.

12 de septiembre (Barricada) Comunicado del FSLN que repudia al llamado “Partido

Socialdemócrata Sandinista”, (p. 1). El CEE (Mercado Común Europeo) destinó 9 mülones de

dólares como parte de la ayuda de emergencia a Nicaragua que significa el 50°/o de la ayuda total prestada a todos los demás países de América Latina (p. 2).

Ocupación de empresa (p. 6), para terminar con los abusos que cometen el gerente y el jefe de ventas. Estos se negaron a firmar un acuerdo para pago de salarios caídos, etc. 13 de septiembre (Barricada)

Borge (p. 8) dijo a Newsweek que después de la etapa de reconstrucción viene otra... El llamado a elecciones para que el pueblo decida cuál es el proceso de su preferencia.

Bienvenida a Pham Van Dong. 14 de septiembre (Barricada)

Libertad a 40 reos (p. 8) ex-masajista de Somoza y otros: “excelente el trato en la prisión”.

Wheelock (p. 10) considera que en el aspecto externo no hay peligro de una contrarrevolución. “Creo que la contrarre- volución puede darse en la medida que no seamos firmes y realistas para avanzar y profundizar nuestro proceso. A lo que más tememos es a la falta de financiamiento y al subdesarrollo”. “Debemos mantener una sociedad unida y no dividida. No somos nosotros (el FSLN) los que vamos a romper la unidad...”

15 de septiembre (Barricada) Vietnam anuncia apoyo total a la revolución sandinista,

(visita de Pham Van Dong.) PSN acuerda cerrar filas en torno al FSLN. Que están dis-

puestos a contribuir con el partido único de la revolución junto con el FSLN, y que cuando se estime políticamente conveniente se fusionarán con el FSLN.

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16 de septiembre (Barricada) BID prestó (p. 1 y 12) US$ 172 millones a Nicaragua desde

el 30-7-79. Discurso de Borge (p. 10) “... esta revolución se hizo para

todos incluyendo a los industriales y a los comerciantes...” “... les decimos a los compañeros de la Junta, ninguna pie-

dad con los somocistas, ni la más pequeña clemencia con los que se llenaron de sangre y de lodo...”

“... vamos a formar un partido Sandinista y... van a estar los mejores hombres y mujeres de nuestra tierra...”

Rebelión de marinos (p. 11). Relatan los compañeros mari- neros que se tomaron los vapores “El Salvador” y “Honduras”, cómo lograron llevarlos a Panamá, a donde solicitaron asilo.

Lo irónico es que las autoridades panameñas detuvieron a los rebeldes sandinistas y dejaron en los barcos a los somocistas que se opusieron a la captura e instigaron la delación de los rebeldes, y ahora esos mismos somocistas tienen posiciones en el sindicato formado en Puerto Corintos.

18 de septiembre (La Prensa) El PSN (Partido Socialista de Nicaragua) llama a cerrar

filas en torno al FSLN. Ayuda de República Democrática Alemana y República

Federal Alemana. 18 de septiembre (Barricada)

La JGRN saca un decreto donde se autoriza únicamente a los que están bajo la dirección del FSLN a utilizar el término Sandinista, a raíz de que varios “grupos oportunistas” se apro- vechan de este nombre.

Anuncian que se está investigando el caso de “Charrasca”, destacado miliciano y muy reconocido, por que asumió una actitud “anárquica”. Charrasca se encuentra detenido. 19 de septiembre (La Prensa)

Un decreto del gobierno establece que el sandinismo es sólo para los sandinistas y que nadie más puede usar ese nombre. Además se garantiza el “pluralismo”.

El Partido Conservador Demócrata mantiene su individua- lidad política, según discurso de uno de sus dirigentes.

Préstamo del Banco Mundial para León. 52

19 de septiembre (Barricada) W. Ramírez, Cdte. de Managua (p. 1 y 12) habló en la en-

trega del Teatro Rubén Darío a los trabajadores. “En este país se va a terminar la explotación... la tierra será de los campesinos que la trabajen y los obreros los dueños de los medios de producción”.

“...hay obreros... que no van más alia de la aspiración que tienen de pedir un aumento de salarios... Y claro le entran al obrero por lo más débil, por la plata, por el dinero, entonces el obrero se deja llevar por eso únicamente y pierde el objetivo estratégico, que es la lucha de todo el pueblo”.

“...y entonces llegan unos agitadores...” “...son los ultraizquierdistas. Son los que quieren que este

proceso salte etapas. No podemos hacer de un golpe un montón de cosas. Son Somocistas”.

“...Pretender un aumento de salarios crearía en estos momentos... una inflación que a la larga vendría a perjudicar a las clases explotadas...”

“...Y que no podemos permitir que anden un montón de azuzadores que quieren desviar el curso de esta revolución”.

Alerta contra movilización (p. 10). El Estado Mayor de Granada alertó al pueblo para que no se preste a las maniobras de elementos contrarrevolucionarios y oportunistas que sólo quieren desunir y pisotear al FSLN. Responsables dentro del EPS de Granada son investigados. Los elementos anturevolucio- narios y antisandinistas se manifestaron en las calles, paralizan- do el transporte y el comercio lo que significó la pérdida de un día de labor. 21 de septiembre (La Prensa)

Primeros policías graduados, y en el acto Borge dice que “los prepotentes y negativos son los enemigos de la revolución”, atacando al FO.

21 de septiembre (Barricada) Ayuda del Banco Mundial (p. 3). Colocó a Rivas entre los

prioritarios para préstamos de obras urbanas, en reunión sosteni- da con la Junta Municipal.

Carta de amas de casa (p. 5). Reclaman contra especula- ción y agiotistas en productos de primera necesidad, que condenan a sus hijos a la desnutrición.

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Italia ayuda con US$ 3 millones (p. 4). INRA ya controla el 40°/o de las tierras laborales (p. 6)

Con la reforma agraria se busca terminar con el desempleo masivo en el campo. El Estado se hará cargo de comercializar la pro- ducción y controlará los insumos, evitando los intermediarios.

22 de septiembre (Barricada)

Asistencia militar venezolana (p. 1). El gobierno venezola- no capacitará a miembros del EPS.

Maoístas y desadaptados con burguesía (p. 1). La comandante de León dijo que la “burguesía está tratando de aprove- char la desorientación de algunos jóvenes en León para utilizar- los en sus intenciones contrarrevolucionarias”. Denunció que elementos identificados trataron de sabotear la manifestación de homenaje a Rigoberto López Pérez. En estos grupos se mez- clan oportunistas, desorientados, ultraizquierdistas y anarquistas financiados con capital de la burguesía e hicieron detonar una bomba y posteriormente algunos disparos.

Ellos usan las mismas consignas del FSLN. El pueblo viene a denunciarlos. Vamos a combatirlos muy duro.

H. Ruiz denuncia a ultras y burgueses (p. 1). El Cte. dijo en León que “la burguesía vendepatria: en estrecha colabora- ción con la ultraizquierda del país y la reacción internacional se encuentran conspirando para destruir la revolución. Dijo que la consigna “obreros y campesinos al poder” está siendo mal interpretada, usada para anarquizar y confundir. Agregó: “Si la burguesía y los saboteadores pretenden hacer claudicar la revo- lución, el EPS y el FSLN no dudarán en ejercer el poder con toda la fuerza revolucionaria”. 23 de septiembre (Barricada)

Maniobran para controlar sindicatos (p. 1). El imperialismo, en forma solapada, trata de dominar importantes sindicatos.

El artículo ataca a líderes sindicales “de extracción burguesa”. El puerto de Corinto parece ser el centro del problema y el sindicato de estibadores y oficinistas del muelle de Corinto, afiliado a la ITF que “hizo un boicot contra Somoza, pero otro contra Allende”, y molesta reclamando reincorporaciones de despedidos por sospechosos. “El imperialismo es astuto, sabe que si el sindicato consigue ciertas reivindicaciones de tipo pa- 54

ternalista, no de clase, puede ganar la simpatía de los trabajado- yes y confundir sus intereses”. Otro caso: en Chinandega las bananeras no pagan las prestaciones para lanzar a los trabajadores al paro y la burguesía criolla no quiere reabrir las plantas.

Piden a los leoneses que entreguen armas (p. 6). Lo hizo la policía nacional “pues existen algunas personas que perjudican a nuestra revolución...”

23 de septiembre (La Prensa) Cárter invita a la Junta a dialogar con el gobierno, además

de reuniones con CEP AL y con el consulado de Norteamérica en Nueva York.

322.000 manzanas de área cultivable expropiadas. Obreros de Promarblue en Santa Ana toman iglesia protes-

tando por no pago de salarios caídos. Ayuda de Holanda.

24 de septiembre (Barricada) Denuncias y anuncios de Borge (p. 1). No se liberarán más

guardias somocistas porque al amparo de la generosidad los liberados andan causando fechorías. Borge dijo que también están en la labor contrarrevolucionaria los “MILPAS”, FO y los idiotas ultraizquierdistas. Los burgueses y estos han monta- do una campaña de calumnias e inducen al pueblo a tomarse tierras y exigir construcción de casas. Aclaró que no hay que “caer en posiciones estúpidas de acusar en forma general a la burguesía”. A los ultraizquierdistas “los vamos aechar presos... luego se los vamos a presentar”. Andan en una campaña contrarrevolucionaria y se hacen llamar trotskistas y maoístas. El dinero que está llegando a Nicaragua “...lo están dando para lo que ellos llaman la empresa privada, para el pueblo nada!”.

Diálogo Ortega, Róbelo, Cárter (p. 1). Cárter ofreció ayuda que incluye entrenamiento militar de sandinistas en las bases de Panamá. El programa gozará de US$ 23 mil adicionales.

24 de septiembre (La Prensa) Se estudia la posibilidad de que Adolfo Suárez sea media-

dor entre Nicaragua y EE. UU.

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25 de septiembre (La Prensa) Intervenidos 150 repartos urbanos. Borge señala que los enemigos de la revolución son los

somocistas, la ultraizquierda, y aclara que la revolución sandinista no es socialista.

Conversación de miembros de la Junta con Cárter: EE. UU. promete ayudar a Nicaragua y reactivar los fondos por medio de la AID.

Las autoridades llaman al orden en León, sobre todo a los milicianos y otros grupos de jóvenes minoritarios, que provocaron balaceras por incomprensión de lo que es la revolución, y llaman a no confundir libertad con libertinaje.

Somocistas aún andan asesinando. 25 de septiembre (Barricada)

CST alerta (p. 1) a los trabajadores contra los grupos que “tratan de enfrentarlos contra el Estado”.

Deuda externa (p. 6). La delegación de la JGRN de viaje por los EE. UU. anunció que si bien el nuevo gobierno aceptó la obligación financiera de pagar hasta el último centavo, no tienen ninguna obligación moral de hacerlo.

CEPAL: saqueo somocista (p. 2). Informe sobre la situa- ción de desastre económico social que vive Nicaragua provocada por el saqueo del régimen somocista y la guerra civil. “Parecería que la deuda fue contraída por una política preconcebida de liberar los recursos internos, los que finalmente fueron sacados del país”. Concluye la CEPAL refiriéndose a los US$ 1.500 millones. Para colmo, asegura CEPAL entre enero/78 y junio/79 se fugaron del país US$ 535 millones. Las pérdidas por destruc- ción son del orden de los US$ 480 millones.

26 de septiembre (Barricada) La JGRN dialoga con AID y senadores yanquis (p. 3), D.

Ortega informó que encontraron gran receptividad y entendi- miento. Destacó cómo Zorinsky y Kennedy lucharon en identidad con el pueblo nica, condenando las violaciones de los derechos humanos por la dictadura. Róbelo informó que la AID considerará un trámite excepcional a la deuda externa nica. Se obviaría también el trámite por el FMI, resistido por el gobierno

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nica por afectar su desarrollo independiente. Según Ramírez el encuentro con Cárter y su equipo fue positivo.

Desarme, uniforme y carnet para milicianos (p. 5). A los oportunistas y grupos reaccionarios les será imposible disfrazar- se de milicianos y tendrán que enfrentarse a la justicia sandinista. El responsable de las Milicias Populares Sandinistas, Marcos Somarriba informó que a los 15 días del triunfo en Managua había 7.000 elementos armados y cientos de patrullas militares no pertenecientes a las fuerzas regulares. Este hecho —sostuvo— permitió que somocistas, drogadictos y elementos socialmente atrasados se armaran. Se empezó entonces una política de desarme que no fue suficiente. El FSLN acuarteló las milicias y las depuró y reorganizó. Quedan en Managua 1.500 milicianos y la policía ha ido tomando sus tareas.

No obstante destacó: que las milicias nacieron con la parti- cipación creciente del pueblo en la lucha. No se explicarían los 18 heroicos días de resistencia en Managua con los solos 200 regulares y 170 fusiles. Tampoco el triunfo hubiera sido posible sin las sacrificadas milicias.

Paciencia con la tierra (p. 7). Rueda de prensa a la JGRN. Se dijo que los repartos espontáneos son inadecuados y pidieron confianza. Hassan afirmó que los grupos de ultraizquierda, que lucharon contra el sandinismo son los que originan acciones que contribuyen al desorden. El gobierno no desea reprimirlos. Ape- la a su autoridad moral.

26 de septiembre (La Prensa) “Prohibido afincarse en terrenos baldíos”.

27 de septiembre (Barricada) “Ya hemos creado una policía y es un paso de avance, va-

mos a dar la orden de desarmar a todas las gentes que andan armadas en la ciudad y sólo los debidamente autorizados podrán andar armados”. (Borge).

Sobre las organizaciones de ultraizquierda en Nicaragua, el compañero Borge Martínez señaló al Frente Obrero y a las Mil- pas, a la organización del Movimiento de Acción Popular.

Sobre la política del GRN en torno a las inversiones extranjeras, se les expuso a los empresarios norteamericanos que hasta el momento no se ha expropiado ninguna de estas inver-

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siones en Nicaragua, ni tampoco se ha seguido una política de discriminación. Nuestra revolución, explicaron, es nacionalista y en ese sentido queremos que la inversión extranjera llene las necesidades que no puedan cumplir las fuentes internas.

Los extremistas en nuestro país, tanto de derecha como de izquierda, sean los somocistas, los elementos entreguistas y vendepatrias de la burguesía, los maoístas, los trotskistas, llámense como se llamen, han empezado a desarrollar una campaña claramente contrarrevolucionaria... Estos elementos, en vez de criticar por criticar, sembrando la confusión, deberían integrarse plenamente a las tareas revolucionarias del pueblo sandinista, dentro de las estructuras reconocidas por nuestro pueblo como órganos de poder, vale decir, bajo la dirección y disciplina sandinistas (Editorial).

29 de septiembre (Barricada) Borge insistió en que el pueblo debe entender que ya no

hay patronos y explotados, ahora es el pueblo quien es el dueño de los medios de producción a través del estado.

“De conformidad con el decreto No. 53 de la Junta de GRN que específicamente señada que el Ejército Popular Sandi- nista es la única fuerza armada legítimamente reconocida, hacemos un llamado a todos los ciudadanos honestos y revolucionarios de la ciudad de Managua y que no estén debidamente regis- trados como miembros del EPS a devolver las armas, uniformes y otros pertrechos militares que estén en su poder”. Fdo: Cte. Luis Carrión, segundo comandante, EPS.

El compañero Julio Balmaceda, del barrio San Luis, opinó lo siguiente: “Esta campaña la iniciamos porque elementos contrarrevolucionarios como los trotskistas, MILPAS, PSD y otros más, pretenden socavar con sus actitudes las bases de los CDS, no hay duda que son respaldados por el imperialismo norteamericano de una manera sutil, tratando de entorpecer el proceso revolucionario”.

“Al somocismolo podemos descubrir fácilmente: son aqué- llos que quieren dividir los sindicatos, los que se disfrazan de revolucionarios y propugnan por la 'radicalización' del proceso, los que hostigan por las noches y matan a nuestros jóvenes milicianos, los que quieren hacer desaparecer las grandes contradicciones sociales y económicas heredadas por el somocismo, de Ja noche a la mañana, como por arte de magia... Nuestro pueblo

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sandinista no se equivoca y está detectando a sus enemigos: los somocistas que salen por las noches a hostigar a nuestros milicianos y a la población; sectores de la burguesía (entiéndase bur- guesía vendepatria), los más ligados al imperialismo, que financian la contrarrevolución; los ultraizquierdistas (llámese FO, Mao, Trotskistas, etc.) que quieren 'radicalizar' el proceso; y todos aquellos oportunistas que son ahora 'sandinistas'“. (Edito- rial).

30 de septiembre (La Prensa) Denuncian infiltración de ex-GN y ultraizquierdistas en las

milicias. Borge anuncia que la respuesta será agresiva contra los contrarrevolucionarios somocistas que hacen atentados. CEP AL pide dar por cancelada la deuda nica.

1 de octubre (La Prensa) Nueva ley de Asociaciones Sindicales, que garantiza las

libertades sindicales y centraliza a los sindicatos por federacio- nes y confederaciones.

Luis Carrión denuncia a los ultraizquierdistas y a la ultraderecha de querer desestabilizar el proceso.

7 de octubre (Barricada) Madres piden castigo para los asesinos somocistas. No más

generosidad en la victoria! Informe de la Junta sobre visita a los EE. UU. Ortega dijo

que Cárter no puso condiciones a la ayuda. Dice que los enemigos de la revolución son la ultraizquierda y la ultraderecha. 8 de octubre (Barricada)

De nuevo denuncian a la ultraizquierda y la ultraderecha como enemigos de la revolución. Se refieren concretamente al FAO.

9 de octubre (La Prensa) Denuncian ataques a comandos de Diriamba por parte su-

puestamente de los MILPAS “Capturas y cáteos a Trotskistas”, reseña de detención de militantes de la LMR.

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9 de octubre (Barricada) Se realiza la operación “Puño Sandinista” para requisar

armas, incautándose varios cientos de distinto calibre. Partici- paron el EPS, la Policía Sandinista, la Milicia y los CDS.

10 de octubre (Barricada) “El rescate de las armas es garantía para el proceso revolu-

cionario. El desarme es la respuesta a las inquietudes de los obreros y campesinos y demás sectores sociales, blanco principal de los ultraizquierdistas y burgueses vendepatrias que alimenta- dos y financiados por la reacción internacional acechan cada paso que nuestro pueblo da para asegurar y consolidar su victoria. La acumulación de armas en sectores no autorizados representa los evidentes intereses de estos grupúsculos contrarrevolucionarios en alterar la paz que hoy construimos, y sabotear la producción —base de la economía nicaragüense— a cuya tarea estamos hoy abocados”. (Editorial).

10 de octubre (La Prensa) Las delegaciones del Banco Mundial y Fondo Monetario

Internacional reunidos en Belgrado apoyaron respaldar a Nica- ragua.

11 de octubre (La Prensa) Frente Obrero, pide diálogo con el FSLN. Dicen que las

MILPAS ya no existen, que las milicias no tienen por qué existir, que apoyan el programa de la Junta y no quieren competir con el FSLN. 11 de octubre (Barricada)

“Charrasca”, célebre miliciano durante la insurrección fue detenido por indisciplina, pero, ahora se autocrítica y se anuncia que irá a Cuba para rehabilitarse políticamente.

12 de octubre (Barricada) Setenta y tres jóvenes de Nicaragua pertenecientes al FSLN

se graduaron el sábado en Panamá en la primera fase de un curso intensivo en materias básicas de policía. Los nicaragüenses fueron entrenados en Fuerte Cimarrón por oficiales especializados de la Guardia Nacional panameña.

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12 de octubre (La Prensa) Borge vuelve a definir a los amigos y enemigos de la revolu-

ción. Que a los enemigos ultraizquierdistas se los va a reprimir.

13 de octubre (Barricada) EPS desarrolla “Operación Emboscada”contra ex-GN y

MILPAS. Se desarrolla a partir de un ataque contra Santa Rosa por parte, supuestamente, de los “Müpas”.

13 de octubre (La Prensa)

El Sindicato de Construcción hace manifestación en apoyo a uno de sus dirigentes detenido y por la destitución de dos funcionarios del Ministerio de Trabajo.

Pastora dice que no hay por qué temer al comunismo en Nicaragua, que sí hay asesores militares cubanos, pero que tam- bién los hay panameños y costarricenses.

14 de octubre (La Prensa) Policía de León denuncia que hay elementos de la ultraiz-

quierda y milicianos ex-combatientes que se han convertido en los aliados de la burguesía vendepatria, y que hay muchas armas que no se han podido recuperar.

“Dirigente obrero argentino detenido”. Denuncia de la LMR sobre Carlos Petroni. 15 de octubre (La Prensa)

Jaime Wheelock dice que se planea un nuevo tipo de Con- sejo de Estado, donde tengan mayor participación los nuevos organismos que han sido creados después del triunfo, como la CST y la ATC. 16 de octubre (La Prensa)

Frente Obrero denuncia que tiene 30 presos. Róbelo dice que lentamente se recupera la economía, que

las reservas han subido de 3.2 millones a 83.1 por las donaciones extranjeras, entre ellos 8.5 millones de la AID y 10 millones de la OPEP. Los depósitos del sistema financiero han vuelto a 3.301 millones de ds., casi el nivel de antes de la guerra. Todos

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los organismos de la actividad económica han entrado en plena actividad. Se han reiniciado las importaciones sobre todo de artículos necesarios para la actividad agropecuaria. Predomina el control estatal sobre los 20 rubros más importantes de la eco- nomía nacional. Se están exportando los principales rubros como el algodón, el café, carne, caña y mariscos. Del café se espera una buena cosecha.

Se habla de restricciones y bajas en el Ejército Popular Sandinista.

18 de octubre (Barricada) El FSLN anuncia que ya no habrá más generosidad en la

victoria, que no se soltarán más presos somocistas. “Que se fortalezca la unidad de los campesinos, trabaja-

dores, de los profesionales, de los estudiantes y de la burguesía democrática y consecuente que han estado con la revolución y lo seguirán estando hasta el final, fue el mensaje que dirigió al pueblo de Masaya el comandante Ortega” (el 17 de octubre).

“Tomás Borge dijo que no saldrá de la cárcel un esbirro más, recalcando que los somocistas no tienen derecho más que a la tierra en que van a ser enterrados”.

Hablando sobre su reciente viaje a México donde se reunie- ron un sinnúmero de partidos políticos de Latinoamérica, el Mi- nistro del Interior, Borge, señaló que pese a las diferencias ideoló- gicas hay un punto en común en esos partidos y es la lucha contra el imperialismo norteamericano.

18 de octubre (La Prensa) Cincuenta milicianos fueron desarmados en el barrio Santa

Ana. Pusieron en libertad a un líder de Frente Obrero.

19 de octubre (La Prensa) Reproducen artículo del Times, en el que se felicita a la

Junta y al FSLN por tener mano dura con los que quieren desestabilizar el proceso.

La agencia Internacional de Desarrollo dona 60 millones para granos.

Doña Violeta de Chamorro dice que “nos dirigimos hacia la democracia”.

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19 de octubre (Barricada) Se establecen relaciones diplomáticas con la URSS. Reseña sobre reunión de partidos políticos en México. To-

más Borge dice: “sin unidad no hay victoria”. A la reunión asis- ten: Partido Trabalhista de Brasil, Partido Liberal de Colombia, P. Liberación Nacional de Costa Rica, Izquierda Democrática y CFP de Ecuador, MNR de Salvador, FUR y PSD de Guatemala, PRD de Panamá, APRA de Perú, PIPR de Puerto Rico, AD, MAS y MEP de Venezuela, MNR de Bolivia, PR Dominicano, PNP de Jamaica, PARM, PPS, PST y PRI de México y el FSLN. “Se trata de partidos nacionalistas democráticos, antiimperialistas, que luchan contra el intervencionismo y la amenaza militar del imperialismo”. Borge dijo: “Se sacudió para siempre las cadenas de la dependencia y ha rescatado el derecho a la vida, a la justicia, al progreso y la paz...” “... podemos afirmar, sin unidad no hay victoria. Esto significa que a veces para no capitular frente a nuestros enemigos hay que capitular frente a nuestras divergencias” “... cuando no fusilamos a los criminales, ... cada vez que damos un paso en la reconstrucción... lo hacemos pensando en América Latina”.

Editorial: “La producción debe estar encaminada a la re- construcción de la Nueva Patria de los nicas, no para el enrique- cimiento de unos pocos sino en beneficio del país. Este es el sentido social de la Revolución Popular Sandinista. ¡Levante- mos la producción! ¡Aplastemos la contrarrevolución!” “Esto significa que en aquellos centros donde los trabajadores desem- peñan labores que antes ejercía el patrón, existan nuevas relaciones laborales, relaciones fraternales que antes no era posible”.

Primera parte de “Balance Preliminar a 90 días de la Rev. Sandinista”. “Juzgar a nuestra revolución sandinista y a su vanguardia a sólo 90 días de su triunfo militar podría parecer muy poco tiempo, pero la precipitación de algunos sectores ultras y las consabidas acusaciones de la derecha, nos obligan a realizar un balance de los logros...”. Empieza entonces un recuento de la desastrosa situación económica del país. (Por Guillermo Roths- chuh Villanueva).

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20 de octubre (La Prensa) Nicaragua y URSS establecen relaciones. El Ejército Popular Sandinista rechazó ayuda militar de los

EE. UU. Paro estudiantil en el Instituto Armijo.

20 de octubre (Barricada)

Segunda parte de “Balance Preliminar”. “Se han cometido errores... en ciertos casos se ha sido extremadamente generoso”, “realizaciones políticas: el poder político está al servicio de las mayorías populares... el GRN respaldado por el FSLN expresa la voluntad unitaria del pueblo nica... se ha fortalecido el EPS, nuevo ejército nacional de carácter patriótico dedicado a la defensa del proceso democrático... se han fortalecido los CDS... existe pluralismo político e ideológico... libertades democráti- cas... libre emisión y difusión de pensamiento... libre organiza- ción sindical..., el estatuto de derechos o garantías del ciudadano, reconoce el derecho de huelga...”. Realizaciones económi- cas: “nacionalización del sistema financiero..., recursos naturales..., compañías de seguros...., se está renegociando la deuda externa a plazos..., no se pagarán las deudas adquiridas por compra de armas..., no se permitirá transferir fondos al exterior... que violan las leyes, se han conseguido préstamos por 250 millones de dólares..., 180 empresas nacionalizadas...”. Reforma agraria: “500 mil hectáreas para el pueblo, cerca del 50°/o del área cultivable..., 1250 haciendas expropiadas..., préstamos a agricultores”. Además señala logros en la Costa Atlántica, en Bienestar Popular: leyes de salarios y precios, salud, alimentación, educación y cultura, (apoyo de Cuba), comu- nicaciones, saneamiento, transporte. En política Internacional: “Se han establecido... relaciones con todos los países del mundo, especialmente con los países del bloque socialista... pasando a ser miembros del Mov. de no Alineados”. Citan discurso de Da- niel Ortega donde explican que entran a ese movimiento porque lucha contra el imperialismo, el apartheid, el racismo, el sionis- mo, y porque están con la coexistencia pacífica, etc.

Editorial: “A construir la revolución y cuidar los intereses obreros”. Luchar por objetivos económicos únicamente por fuera del contexto político conviene a los intereses del imperialismo y la burguesía vendepatria, que los ultras usan la consig

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na de trabajadores al poder y que están tratando de precipitar a la clase obrera a una etapa histórica para cuya realización ahora no existen condiciones objetivas y subjetivas necesarias”.

Denuncian a la AFL-CIO y la CTC de Canadá porque en- vían ayuda monetaria a dirigentes sindicales nicas antipopulares y que proponen un boicot a la visita de delegados nicas a un congreso alegando que fueron detenidos sindicalistas.

21 de octubre (Barricada) Editorial sobre ahorro y austeridad. Continúa ocupación ilegal de terrenos por parte de “agita-

dores que tratan de boicotear nuestro proceso” y que se verá el gobierno en la obligación de aplicar la justicia revolucionaria.

Daniel Ortega va a Bluefields debido a que se presentaron “ciertos problemas” y como de costumbre denuncia a la ultraizquierda pero no menciona en concreto a la BSB aunque lo deja entrever. 21 de octubre (La Prensa)

Gestiones por 5 trotskistas detenidos. Redada contra el Frente Obrero. Llegan maestros cubanos. PCD plantea inquietudes: que no se ha llamado al Consejo

de Estado, que se están confiscando tierras que no pertenecían a los somocistas, que los CDS se han convertido en instituciones partidarias y sectarias institucionalizándose al margen de toda ley y que su funcionalidad no está prevista en el Programa de la Junta. Que se promulgue ley de defensa de los bienes de personas mientras están en proceso de investigación. 22 de octubre (La Prensa) La Junta prorroga durante 30 días el estado de emergencia. Socialdemócratas se defienden diciendo que no son contrarrevolucionarios. 23 de octubre (La Prensa)

El Frente Obrero reclama por sus 70 presos.

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24 de octubre (La Prensa) Echan a “El Diablo”, Raymond Bartlett, gerente de la

Booth en Bluefields, por comprobársele actividades contrarrevolucionarias. La embajada yanqui protesta.

25 de octubre (La Prensa) Rebelión pacífica de 500 milicianos por problemas organi-

zativos. Borge y Pastora, Bayardo Arce y Daniel Ortega les explicaron a los que protestaban por los despidos de varios milicianos que las necesidades del país no dan para mantener una poli- cía demasiado grande, y que únicamente quedarán los más cali- ficados, que saldrían los que tienen que integrarse al proceso de reconstrucción, y los indisciplinados. Además los comandantes fueron a dialogar con las madres de los miembros del Frente Obrero que se habían declarado en huelga de hambre, y se las dejó ir a ver a sus familiares detenidos.

Preso un sindicalista de Plywood. Los trabajadores dicen que se trata de una maniobra patronal por el pliego que presentaron. 25 de octubre (Barricada)

Movilización en la Plywood para pedir aumentos de salarios.

Los trabajadores denuncian que sus salarios son bajísimos, mientras los gerentes tienen sueldos altos. El obrero Luis Eduar- do Mendoza denuncia que los obreros ganan 28 córdobas men- suales mientras los gerentes ganan hasta 20.000.

Un obrero que fue detenido declaró no pertenecer al FO ni' al Milpas, pero “dejó entrever su intransigencia de pedir aumentos salariales sin tener conciencia a fondo de la situación real que vivimos en Nicaragua”.

Hablando en la asamblea, el comandante Víctor Tirado Ló- pez declaró que “los obreros deben tener conciencia y ubicarse en el papel del movimiento obrero, porque de lo contrario per- derán la perspectiva. Si ahorita existe una política de frenar o limitar los salarios es porque la situación del momento así lo pide”. .

Daniel Ortega habló para aclarar que los salarios altísimos que se denuncian en la Plywood no estaban siendo percibidos en su totalidad por gerentes y técnicos de la empresa sino que

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buena parte ingresa al estado. Dijo que se hará un reajuste de salarios a nivel nacional. Luego atacó a “los que ahora andan queriendo ser directores de Revolución metiéndoles a ustedes en la cabeza que exijan, que reclamen, que hagan huelgas, que saboteen”.

Luego dijo que los obreros deben tener conciencia de que son ellos los que están en el poder. “Tienen un Ejército Popular que no es producto de ninguna intervención extranjera sino producto de una larga lucha obrera y campesina. Tienen un gobierno que tampoco ha sido impuesto por fuerzas extranjeras o por capitalistas criollos. Y si dentro de este Gobierno hay pluralismo es porque así como fue necesaria la unidad para aplastar a la tiranía, pensamos que también es necesaria la unidad para sacar adelante al país de las ruinas en que lo dejó el gobierno tirano. Por eso somos un Gobierno amplio.

“Pero tengan conciencia que los gastos de ese ejército, de su salud, de su educación, de su vivienda, los estamos sacando de la producción que ustedes hacen diariamente con su trabajo.

“La diferencia ahora es que todo el esfuerzo de ustedes es para el beneficio de todos los nicaragüenses y no para cuatro ladrones, como era típico durante la era somocista”.

26 de octubre (La Prensa) Oleada de capturas en Jinotega. Se ignoran los cargos. “Charrasca” se escapa un día, pero vuelve y se autocrítica

por no haber avisado. Mónica Blatodano, del FSLN, dice que los CDS no son ins-

trumentos de vigilancia represiva. 27 de octubre (Barricada)

Hugo Torres expone qué es el Departamento de Seguridad del Estado, como un organismo dependiente del Ministerio del Interior. Se formó para controlar los residuos del somocismo y prever las acciones de los nuevos enemigos de la revolución. Se abrió una oficina de denuncias para los “enemigos de la revo- lución”.

28 de octubre (Barricada) ONU aprueba por unanimidad resolución que exhorta a la

solidaridad con Nicaragua.

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Discurso de Carlos Núñez en Venezuela: “La revolución sandinista... pasa en estos momentos por un proceso de consol!, dación política, económica y militar. Esforzándose por atraer a los sectores democráticos revolucionarios y progresistas de la nación y neutralizando las maniobras de la derecha o la ultraizquierda... A estos sectores recalcitrantes pertenecientes a la reac- ción más espúrea es que hemos denominado como burguesía vendepatria. Su acción se combina con la de los grupos de ultraizquierda que infantilmente tratan de sabotear el proceso, olvidándose del contenido popular, democrático y antiimperialista de la Revolución Popular Sandinista”.

“... el FSLN señaló desde meses antes del triunfo su compromiso inviolable de instaurar un régimen democrático una vez derrotada la dictadura...”

28 de octubre (La Prensa) Se publica una denuncia sobre la situación de Carlos Pe-

troni. 68■

PARTE I

LA LUCHA CONTRA EL SOMOCISMO

Capítulo I

Los Pronósticos

LA CRECIENTE OPOSICIÓN AL RÉGIMEN DE SOMOZA

Fausto Amador*

En los primeros días de septiembre, un informe sorprendió a todos los sectores de la sociedad nicaragüense. Somoza, el no- torio dictador del país, había sufrido un ataque al corazón. La posibilidad de su repentina muerte fue saludada por todos los trabajadores con una mezcla de satisfacción e incertidumbre. ¿Cómo sería llenado el enorme vacío que dejaba la muerte de Somoza?

Anastasio Somoza Debayle es el hijo de Anastasio Somoza García, quien se autoestableció en el poder en 1934 después del asesinato de Augusto César Sandino, y fundó la más larga dinas- tía de dictadores en la historia de América Latina. Desde entonces, el poder real del país ha estado concentrado en manos de la familia Somoza.

El Régimen de Somoza y el Estado El viejo Somoza, un hábil político, pudo mantenerse en el

poder manteniendo un ojo vigilante sobre sus sucesivos rivales dentro del ejército y la policía, y eliminándolos; comprando y desacreditando a las figuras de la oposición política, haciendo pactos y alianzas con los partidos burgueses que se le oponían, e intercambiando entre sí periodos de terror y fases en las cuales se hacían algunas concesiones políticas que permitían el ejercicio de algunas libertades democráticas.

* Intercontinental Press, Vol. 15 No. 44. New York, 28/11/77.

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Por ejemplo, en la década de 1940, Somoza reconoció el carácter conciliador del Partido Socialista Nicaragüense (PSN — el recientemente fundado partido comunista local). Utilizan- do esto, logró ganar el apoyo del naciente movimiento obrero por medio de algunas concesiones, como la aprobación de un código laboral que contemplaba el derecho de organización y huelga, así como el derecho a un salario mínimo.

Con el apoyo del PSN Somoza logró una gran votación en las elecciones, e inmediatamente después ilegalizó a los comunistas. Asimismo, siempre fue lo suficientemente hábil como para ganar un cierto manto de legitimidad para su régimen. Lla- maba a elecciones y en ocasiones dejaba que, títeres controlados por él, tomaran la presidencia.

La historia de Nicaragua está plagada de intervenciones militares de los EE.UU. y de guerras civiles. Las luchas y sentimientos antiimperialistas están entronadas en la tradición popular. A finales de la década de 1920, Augusto César Sandino se convirtió en el dirigente de una obstinada guerra civil contra el gobierno de Adolfo Díaz, un protegido de los norteamericanos. El aparato estatal presidido por Díaz estaba completamente minado y en proceso de derrumbarse. La deuda externa había alcanzado proporciones tales que los EE.UU. se tomaron la oficina de aduanas, los bancos y los emisores de dinero para canalizar los ingresos del gobierno directamente hacia el pago de la deuda.

La guerra llevada por Sandino, que contaba con el apoyo masivo del campesinado y una brillante dirección militar, impi- dió la reconsolidación del estado, aceleró la crisis y obligó a Washington a recurrir a una intervención militar en gran escala contra Nicaragua para salvar lo que quedaba del aparato estatal totalmente destruido. La intervención directa y masiva del ejér- cito norteamericano borró hasta la sombra del estado presidido por Díaz. El peso entero de la guerra, la administración pública y el funcionamiento del gobierno pasó a manos del ejército in- vasor.

Durante los años de la guerra de Sandino el objetivo principal del imperialismo reconstituir un estado nacional viable. El que la guerra era de Sandino se limitara al campo, la debüidad de la organización y el tamaño de la clase obrera urbana, el cansancio de guerra de las clases medias y las derrotas sufridas por el movimiento campesino en otras partes de la región (masacre de 30.000 campesinos en El Salvador y la represión sangrienta con-

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tra los campesinos en Honduras) permitió al gobierno de EE.UU. aislar el ejército de Sandino, construir una nueva fuerza armada estatal (la Guardia Nacional), y finalmente asesinar a Sandino, destruir completamente su ejército y masacrar a los campesinos que lo apoyaban.

El objetivo de la Guardia Nacional era reconstruir el apara- to estatal que se encontraba en bancarrota total. Anastasio So- moza García fue puesto a su cabeza.

Los primeros años de la dictadura somocista representaban por tanto un largo proceso de reconstrucción del aparato estatal nativo que había sido destruido por la guerra de Sandino y los años de ocupación militar de EE.UU. El proceso de reconstruc- ción de este estado estaba así ligado con la consolidación de la dictadura dinástica de los Somoza. El resultado político sobresaliente fue, por supuesto, la identidad entre el aparato estatal reconstruido y la dictadura somocista, que proyecto la construc- ción de este estado a su propia imagen.

El régimen somocista de hoy en día no es sencillamente una forma de dictadura a la cual recurrieron las clases dominantes para enfrentar una situación peligrosa o inestable: es la insti- tución central alrededor de la cual gira todo el aparato estatal nicaragüense. Después de detentar el poder durante casi medio siglo, la familia Somoza se ha convertido en la columna vertebral y la autoridad indispensable para toda la estructura del poder.

Además, la dictadura somocista está ligada de la misma forma a la misma estructura del ejército —la Guardia Nacional. Esta ha moldeado todas las instituciones del Estado: “. . .en los mi- nisterios y en. los niveles superiores de la administración y el ejército pulula un enjambre de canallas, una especie ambiciosa y suspicaz, ávida de botín, que se pavonea en sus uniformes galar- donados de oro como si fueran grandes dignatarios.. .”

Este aparato estatal es centro de soborno, extorsión, pros- titución, juego contrabando y crimen organizado. Y entre los jefes de todas estas operaciones están todos los oficiales de la Guardia Nacional, los funcionarios del aparato administrativo estatal y los políticos profesionales que le sirven al régimen.

La Guardia Nacional sabe que en los escalones más bajos de la sociedad, pueden robar a los ciudadanos corrientes con toda impunidad. Sabe que en las montañas puede saquear a los campesinos u obligarlos a dejar sus tierras. La corrupción infec-

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ta al aparato estatal de arriba a abajo. Esto va tan lejos que todos los oficiales, desde el funcionario más bajo del aparato administrativo hasta el magistrado de la rama judicial, reciben el grueso de sus ingresos en base a los sobornos.

Durante casi 50 años la familia Somoza ha sido la piedra angular de esta “sociedad” de maleantes y parásitos que infes- tan el aparato estatal a todos los niveles.

Con el tiempo, se han desarrollado camarillas rivales y grupos especiales en todos los sectores de esta “sociedad”. En el ejército se encuentran rivalidades entre la casta oficial estableci- da y una nueva capa de cachorros de chacal que quiere tomar los puestos de los perros viejos. Los políticos profesionales se encuentran bloqueados a medida que más y más estos puestos son reservados a los oficiales del ejército retirados. Ofrecer a los militares estas sinecuras es una forma de lograr que renuncien sin patalear, y así liberar los puestos por los cuales presionan los oficiales jóvenes.

Camarillas enteras de políticos se pelean entre sí por privilegios. Por ejemplo, recientemente hubo un notable enfrentamiento entre el presidente de las sesiones conjuntas del congreso, Cornelio Hueck, y Montenegro, presidente de la Cámara de Diputados. La lucha por las alcaldías de las principales ciudades, donde las actividades ilegales ofrecen las más apetitosas ganancias, inspiran la más abyecta chupada de medias y las más sofis- ticadas intrigas. Los oficiales y políticos de los centros de control tratan de armar sus propias camarillas de personas “leales” a quienes tratan de colocar en puestos “claves” como sus “peones”.

En todo este conglomerado gigantesco de rivalidades, intrigas y luchas internas, la familia Somoza juega el papel de autoridad final aceptada por todos. Es el pináculo y piedra angular de una pirámide de gangsters.

Somoza, junto con su familia, representa el más grande poder económico en toda la sociedad nicaragüense. Usar el aparato estatal en beneficio propio les ha permitido construir el grupo económico más fuerte y diversificado del país. La única compa- ñía cementera de Nicaragua, el único astillero y la única línea aé- rea son de propiedad exclusiva de la familia Somoza. Los Somo- za figuran entre los mayores caficultores, ganaderos, arroceros,

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y azucareros. Son dueños de la mayor plantación de banano y de la mayor flota pesquera. Tienen intereses en la industria tex- til, plásticos y metalúrgica. Tienen sus propias instituciones financieras y su propio banco. Son los mayores terratenientes y no hay ninguna industria en la cual no tengan la mano metida. Son dueños de varias cadenas radiales y estaciones de televisión, así como de la compañía de publicaciones de periódicos Nove- dades. Estas son apenas una muestra de su vasto imperio econó- mico. Emplea a miles de personas, y entre los aparatos administrativos ha creado otra “sociedad” de profesionales y especialis- tas que también sirven de base social al régimen.

Sin embargo, la familia Somoza no tiene ningún heredero directo a quien dejar el poder político. El viejo Somoza García tuvo dos hijos legítimos, una hija y otro hijo natural, al cual dejaron crecer como un campesino analfabeta. La hija se casó con Guillermo Sevilla Sacasa, a quien mandaron a Washington como embajador para alejarlo del país para que no fuera a tener ambi- ciones políticas.

De los dos hijos legítimos, Luis, el mayor, quien también fue presidente dos veces, murió de un ataque al corazón en 1967. Así, quedaron únicamente Anastasio y su hermano ile- gítimo, José. Poco antes de la muerte de Luis empezaron a tratar de educar a José (ahora sabe leer y escribir), y le dieron una promoción militar tras otra hasta que en un periodo de pocas semanas lo convirtieron en el más alto oficial del ejército después de Anastasio. Los militares aceptaron a José porque el “jefe” no les dio ninguna otra alternativa, pero todos le guardan un si- lencioso y profundo desprecio y no tiene ninguna parte del poder económico de la familia.

Anastasio por su parte, tiene varios hijos, pero todos son demasiado jóvenes y no tienen ninguna experiencia en el apara- to estatal ni en echarle el ojo a las diferentes bandas que conforman el régimen y su base de apoyo, ni en balancearlos unos contra otros. Obviamente, en estas circunstancias, el ataque al cora- zón de Anastasio ha hecho surgir temores por su muerte, la cual desequilibraría el balance del régimen y crearía una crisis de autoridad cuyo resultado no se podría predecir.

La Clase dominante y Somoza La actitud de la clase dominante hacia el régimen de Somo-

za depende de los virajes contradictorios del papel social y polí-

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tico del dictador. Para los patronos, el régimen de Somoza presenta condiciones excepcionalmente favorables para la acumula- ción de capital. Pueden robar la tierra a los campesinos, perseguir salvajemente a los sindicatos, romper las huelgas y mantener a los trabajadores en un permanente régimen de terror. To- do esto hace posible que los grandes patronos en su conjunto sa- quen una alta tasa de ganancias. Pero por otro lado, Somoza mismo representa un rival en los mayores campos de inversión contra el cual los otros capitalistas no pueden competir.

Puesto que tiene el aparato estatal en sus manos, Somoza siempre altera las reglas del juego económico a su favor. Canali- za los préstamos del estado y del imperialismo hacia las empresas de las cuales es dueño. Coloca impuestos especiales para sus propios intereses. Le otorga a sus compañías todos los contra- tos estatales. Construye carreteras y obras públicas en beneficio de sus pertenencias. En este contexto, cualquiera que no se aso- cia de una u otra forma con Somoza encuentra directamente amenazadas sus ganancias y posibilidades de expansión. Por otra parte, todos los que entran en asocio con Somoza tienen que tener claro que éste se va a llevar la parte del león. Balanceándose entre estas dos caras contradictorias del régimen de Somoza, la clase dominante siempre ha terminado logrando un modus vi- vendi con el dictador.

Sin embargo, en años recientes han surgido nuevas condiciones que han afectado la actitud de la clase dominante e incluso del imperialismo norteamericano. El régimen de Somoza se está convirtiendo en una carga intolerable para todos los sectores de la sociedad. El robo, asesinato, soborno y toda la corrup- ción sobre la que se basa el régimen está minando a la sociedad en su conjunto y se está convirtiendo en una grave amenaza para el orden social mismo. La dictadura somocista y la falta de derechos democráticos ha permitido el crecimiento y estimulado el apetito de la vasta y parasitaria “sociedad de gangsters”, la cual se vuelve cada vez más insoportable para la población.

Los miles y miles de abusos cotidianos, crímenes impunes, y el escandaloso lujo de los “grandes” han producido un largo proceso molecular de creciente oposición al régimen. Desde la Iglesia y grupos católicos hasta sectores de los grandes terratenientes, comerciantes e industriales; desde los campesinos hasta los sectores más nuevos del proletariado urbano; en toda la so-

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ciedad se está preparando una silenciosa y vasta conspiración contra el régimen de Somoza.

Por lo tanto, es obvio que la clase dominante necesita una nueva forma de gobierno. El régimen de Somoza es una bomba de tiempo que puede ser detonada en cualquier momento por la radicalización de las masas y las divisiones dentro de la misma clase dominante.

Cambiar la forma de gobierno en Nicaragua implica necesariamente disolver la “sociedad gángster” en la cual Somoza basa su poder. Pero estos gangsters están armados y sólo una violenta revolución política puede expulsarlos. Esta revolución indudablemente movilizaría amplios sectores del campesinado y la clase obrera, además de amplios sectores de la pequeña burgue- sía radicalizada. Los objetivos de estos sectores en su lucha contra el régimen estarán ligados con sus aspiraciones de mejorar su propio status económico y social, con sus propios intereses de clase.

La clase dominante y el imperialismo se encuentran por lo tanto con un dilema de hierro: por un lado, existe la necesidad objetiva de cambiar la forma de gobierno en Nicaragua, por el otro, la creciente radicalización de las masas los obliga a tomar una actitud conservadora y vacilante ante el régimen. En esta forma se ven obligados a proteger y alentar un gobierno que ellos mismos quieren expulsar. El resultado de todo esto es un reforzamiento temporal del régimen de Somoza. Pero el efecto contradictorio de esto es que el régimen se vuelve cada vez más intolerable y la situación cada vez más explosiva. El parasitismo se vuelve cada vez más insolente y su podredumbre es cada vez mayor.

El reforzamiento del régimen le ha permitido durar mucho más de lo que hubiera podido en otras condiciones, pero tam- bién está causando una crisis cada vez más aguda del orden social. Para retener el movimiento de masas espoleado por el ré- gimen de Somoza, los imperialistas y la cíase dominante nica- ragüense se ven obligados a utilizar este mismo instrumento. In- capaces de adoptar otra herramienta sin destruir la que tienen y quedarse desarmados ante las masas, corren el riesgo de continuar usando el actual hasta el límite de sus posibilidades, y por lo tanto eventualmente se encontrarán desarmados ante un derrumbe mucho mayor del orden social.

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En todo este proceso, el tiempo juega un papel fundamental. En tanto la situación permanece estable para el imperialismo y la burguesía, pueden tranquilamente buscar la forma de cambiar las reglas del juego a su antojo. Sin embargo, el ataque al corazón amenaza con privarles del tiempo y precipitar una crisis de poder antes de todas las expectativas.

Los Partidos Políticos Capitalistas La crisis política que se ha estado fermentando ha llevado

a una división en todos los partidos políticos nicaragüenses. Los partidos burgueses tradicionales han sido el Partido

Conservador y el Partido Liberal. Somoza ha utilizado al Partido Liberal para su aparato político. Hace muchos años esto llevó a la separación de una pequeña fracción antisomocista del partido, que tomó el nombre de “Partido Independiente Liberal”. En 1971 las rivalidades internas del Partido Liberal llevaron al surgimiento de una corriente que rompió con Somoza y con el Partido. Esta corriente estaba dirigida por Ramiro Sacasa, un ex ministro y pariente cercano a Somoza. Sacasa mismo tiene aspiraciones presidenciales.

En el seno de la oposición burguesa, el Partido Conserva- dor se dividió en dos sectores en 1971. La corriente oficial del partido, dirigida por Fernando Agüero, hizo un acuerdo con So- moza. Como resultado, al Partido Conservador le dieron el 40°/o de los puestos en la Cámara de Diputados y algunos puestos en las corporaciones estatales y municipales. A cambio, acordaron otro periodo presidencial para Somoza, alargar el periodo presidencial y una reforma a la constitución para dejar que Somoza fuera reelegido.

La otra corriente del Partido Conservador, dirigida por Pe- cjro Joaquín Chamorro, dueño de La Prensa, el diario de mayor circulación en el país, organizó la UDEL (Unión Democrática de Liberación). Este partido incluye a disidentes del Partido Libe- ral, el Partido Liberal Independiente, el Partido Social Cristiano (fundado en los años 60 por disidentes del Partido Conservador) y el Partido Socialista Nicaragüense (el partido stalinista).

Desde 1972, la UDEL ha tratado de conformar un bloque burgués anti-somocista. La cooperación del PSN les provee de una cobertura izquierdista. La UDEL representa en forma concentrada la necesidad que siente la burguesía de encontrar una

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forma de gobierno diferente del régimen de Somoza. Asimismo, en forma concentrada, representa la timidez con que la burgue- sía enfoca este problema, evitando cualquier acción que provo- que una movilización de masas, por más moderada que esta sea.

Entre las fuerzas y corrientes políticas del movimiento obrero, el Partido Socialista y el Frente Sandinista de Libera- ción Nacional juegan el papel dominante.

El Partido Socialista Nicaragüense, fundado en 1940 con el patrocinio y la ayuda del viejo Somoza, tiene una miserable historia de traiciones y colaboración con el régimen. En 1944, por ejemplo, apoyó a Somoza en las elecciones. Aunque actualmente el PSN controla la mayor federación sindical, la CGT (Confe- deración General del Trabajo), el partido no ha crecido mucho y todavía es una organización raquítica. Su política actual es de colaboración con la oposición burguesa a Somoza.

En 1976 el PSN sufrió una importante división. Una frac- ción, dirigida por Domingo Sánchez, quedó con el control de los sindicatos. La otra, dirigida por Natán Sevilla, se quedó con el control del aparato del partido. La base política de esta divi- sión no está clara, puesto que la falta de discusión al interior del partido implica que las diferentes opciones políticas surjan necesariamente bajo la máscara de rivalidades personales. Hasta ahora, Moscú no se ha decidido a apoyar a ninguna de las dos fracciones. Mantiene relaciones con ambas.

La polémica que llevó a la división por la mitad del PSN se centraba alrededor de si se debía combatir al régimen de Somo- za para defender el orden burgués, o se debía mantener esta lucha silenciada para no hacer peligrar este orden. Ninguna de las dos fracciones estuvo en contra de la alianza con la UDEL y ninguna ha cuestionado la alianza con la burguesía. La división en el PSN no es más que un síntoma y la expresión de la contradic- ción política que representa la existencia continuada del régi- men de Somoza, que está minando la estabilidad de la domina- ción burguesa.

Aunque la guerra de Sandino no tuvo continuidad, siempre han habido sectores de la sociedad y grupos políticos que perió- dicamente tratan de llevar a cabo acciones guerrilleras contra el régimen de Somoza. Nunca han logrado una base social real, ni se han convertido en una fuerza política organizada a escala nacional.

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La victoria de la Revolución Cubana coincidió con la radicalizaron en Nicaragua de sectores urbanos, especialmente los estudiantes. Rápidamente esta juventud radicalizada buscó y en- contró apoyo e inspiración en Cuba. Se empezó a consolidar una corriente castrista que buscaba repetir la experiencia cubana en Nicaragua. Sin embargo, sólo tenían una comprensión es- quemática de las condiciones sociales y políticas que permitie- ron al grupo de Fidel Castro llegar al poder.

De esta corriente castrista, organizada originalmente en lo que se llamó la Juventud Patriótica Nicaragüense surgió el Fren- te Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). El FSLN fue fundado en 1962 y adoptó como eje político central la guerra de guerrillas contra el régimen de Somoza.

Los fundadores del Frente Sandinista se habían radicaliza- do en base a las luchas políticas y en la oposición a Somoza. Muchos de ellos, como Carlos Fonseca Amador, fundador y principal dirigente hasta su muerte, habían sido activistas del PSN y habían roto con él por su actitud conciliadora con el ré- gimen. Por esta razón y como consecuencia del proceso cubano mismo, el FSLN tuvo en sus comienzos el carácter de grupo po- lítico que luchaba tanto contra Somoza como contra la burgue- sía nacional, bajo la bandera del socialismo.

Desde la fundación del FSLN ha corrido mucha agua bajo el puente. Sus principales fundadores y dirigentes están todos muertos, a excepción de Tomás Borge, quien está preso. El gobierno cubano ha empezado a dar un apoyo entusiasta a regí- menes dictatoriales, tales como el de Torrijos en Panamá y el de Velasco Alvarado en Perú. Los partidos comunistas en toda América Latina tienen el apoyo de los dirigentes castristas.

La base social del mismo FSLN ha crecido e incluye sectores de la pequeña burguesía urbana y rural, pero no al movimien- to obrero. Los actuales cuadros del Frente no han tenido nin- gún proceso de educación política ligada a la experiencia con el movimiento de masas, como lo tuvieron los dirigentes fundadores. Estos nuevos cuadros sólo tienen entrenamiento técnico-militar. La resultante política sobresaliente de todo esto es el abandono explícito de la meta de la revolución social y el llamado a formar un bloque policlasista para luchar contra Somoza. Sus críticas y denuncias a UDEL no se basan en su carácter de clase, sino simplemente en su forma cobarde de pelear contra Somoza.

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Sin embargo, por el carácter oportunista y capitulador del PSN y la total ausencia de cualquier política revolucionaria para movilizar a las masas, el Frente Sandinista es la corriente políti- ca más atractiva para la juventud radicalizada del país.

En 1974, el FSLN llevó a cabo una acción espectacular, se- cuestrando a varios miembros de la familia Somoza e importantes figuras del gobierno y las instituciones financieras. Lograron un millón de dólares de rescate y la libertad de todos sus cama- radas detenidos.

Somoza declaró entonces el estado de sitio, y lanzó todo el aparato policial y el ejército contra el Frente. Logró capturar docenas de miembros del FSLN y asesinar a varios de sus dirigentes, incluyendo a Carlos Fonseca Amador.

Desde la declaración del estado de sitio, el Frente Sandinis- ta ha estado sometido a las más severas presiones en su historia. Estas tensiones se han agravado por la muerte de sus mayores dirigentes y el derrumbe de la base social del régimen. Como resultado, el Frente se ha dividido en tres fracciones públicas rivales, cada una completamente independiente de las demás, y todas mantienen el antiguo nombre y se reclaman ser el “verdadero” Frente Sandinista.

Algunos activistas de base no saben con qué fracción están trabajando, lo cual muestra la poca discusión política e interna de estos círculos. La fracción mayor, dirigida por Henry Ruiz, quien estudió en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, parece favorecer una línea putchista, por medio de acciones espectaculares destinadas a producir resultados rápidos. La segunda fracción, dirigida por Jaime Wheelock, curiosamente es llamada “burguesa” por sus rivales y “proletaria” por sus miembros, aparentemente propone una línea de acción vinculada al trabajo de masas. La tercera fracción, dirigida por Plutarco Her- nández, quien dio una entrevista al New York Times, aboga por la guerrilla clásica llamando a la lucha prolongada, basada fundamentalmente en el campo. Esta es la línea conocida como “guerra popular prolongada” popularizada por Mao Tse Tung.

Las fracciones del FSLN responden a la necesidad de dar una política adecuada a la crisis que surge en Nicaragua. Pero inician en medio de una tremenda confusión política alrededor de los principales problemas para hacer la revolución, problemas con que sus bases se encuentran en la práctica.

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El FSLN no ha comprendido ni la naturaleza del PSN ni la política internacional cubana y su acercamiento a los partidos comunistas en América Latina. En su lucha contra Somoza, el FSLN no lucha por un frente único independiente de las clases oprimidas, que son las únicas que tienen un verdadero interés en derrocar al régimen. En vez de llamar a las clases oprimidas a luchar contra Somoza independientemente de cualquier sector de la clase dominante, el FSLN llama a las masas a formar un bloque con los patronos antisomocistas. Llama a las masas a formar un bloque con los mismos sectores cuyos intereses de clase son defendidos por las bayonetas de Somoza, aunque tengan diferencias con él en otros aspectos.

Los dirigentes del FSLN tampoco han comprendido que las masas deben aprender por medio de su propia experiencia. Estos dirigentes todavía tienen la ilusión de que pueden movilizar a las masas desde afuera, por medio de acciones electrifi- cantes.

Al tiempo que el FSLN se cuece en medio de esta confu- sión y es presionado por los nuevos sectores que entran a sus filas, como también por una situación que se vuelve cada vez más crítica, aparecen toda clase de corrientes a su interior. La ausencia de líderes reconocidos por todos, resultado de la muerte de los principales dirigentes, sólo sirve para aumentar estas fuerzas centrífugas y acelera el desbarajuste de la organización. Las derrotas militares que se han sufrido, tienen desafortunadamente un efecto similar.

La maduración de la Crisis Política del Régimen y las Acciones del Frente Sandinista

Desde las huelgas sandinistas en 1974, un estado de sitio draconiano ha prohibido toda actividad política. Sin embargo, esa no es la única razón de la falta de actividad política de masas por parte de todos los partidos. También tiene que tomarse en cuenta el carácter de los partidos existentes y su actitud hacia el régimen somocista.

La UDEL no puede enfrentar abiertamente al régimen sin correr el riesgo de provocar la movilización de masas, a la cual teme mucho más que al régimen de Somoza. El PSN solo está interesado en defender el orden burgués y no va a iniciar ningún enfrentamiento abierto con el régimen. La línea del FSLN no

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llama a la actividad política entre las masas. Su política llama más bien a la actividad de sus propias fuerzas guerrilleras peque- ñas y aisladas. Así, no existe ninguna fuerza política organizada interesada en enfrentar el estado de sitio por medio del trabajo político entre las masas.

Sin embargo, a pesar de la ausencia de partidos políticos interesados en el trabajo de masas, la presión del ascenso de masas tenía que encontrar sus propias formas de lucha y de expre- sión política. Los sectores avanzados de las masas urbanas se movieron espontáneamente hacia salidas religiosas como medio de expresarse políticamente.

Nunca antes habían sido los grupos, círculos y organizaciones cristianas tan políticas. Comunidades pauperizadas y tugurios se organizaron, aparecieron formas sindicales clandestinas, se formaron grupos de estudio político, cientos, e incluso miles de jóvenes trabajadores y estudiantes secundarios y universitarios se radicalizaron. Y el punto de partida y el enfoque de todo esto fueron las posiciones religiosas adoptadas independientemente del aparato eclesiástico oficial. La presión para esta poli- tización fue tal que incluso en el reaccionario y medieval movimiento pentecostal se desarrollaron formas de oposición al régi- men de Somoza.

Después de que el FSLN llevó a cabo sus acciones de diciembre de 1974, la respuesta represiva del gobierno frenó temporalmente el ascenso de las luchas de masas que habían tenido lugar desde mediados de 1973. Esto le permitió al régimen de Somoza lanzar una oleada de represión indiscriminada contra los sindicatos y organizaciones populares, que paralizó por un período la acción de masas. Sin embargo el movimiento obrero no tuvo una gran confrontación ni sufrió una derrota severa. La extensión del estado de sitio mismo sirvió para despertar el des- Contento y la insatisfacción. Desde mediados de 1976 se ha estado desarrollando un nuevo y poderoso ascenso aunque toda- vía no ha alcanzado el nivel de luchas nacionales o enfrentamientos abiertos contra el régimen.

A medida que las masas, en ausencia de partidos políticos, incluso burgueses, han encontrado su camino hacia la acción en los traspatios de la religión, esta presión ha abierto el camino para el renacimiento de la vida política. Se ha debilitado la resistencia en los puntos más débiles de la superestructura polí- tica, legal e ideológica de la sociedad. Puesto que el cristianismo

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es la “ideología oficial” sobre la que se basa el régimen, las masas se pueden organizar con mayor impunidad si disfrazan sus intereses bajo un manto cristiano. Sin embargo, estas formas re ligiosas no son adecuadas para las tareas que enfrentan las masas. A medida que el proceso se profundiza, la iglesia oficial lanza sus anatemas, revelando los intereses de clase que defiende. Se desarrolla una polarización, que de alguna forma sigue líneas de clase, y las masas llegan a reconocer que los intereses que defienden no tienen nada que ver con la religión.

Una vez Somoza empezó a recuperarse de su repentina enfermedad, se levantó el estado de sitio. Inmediatamente, activistas obreros aparecieron repartiendo volantes en las fábricas. La UDEL empezó a organizar las primeras manifestaciones. Lo hizo con poco entusiasmo, pero las masas colmaron estos actos. En este contexto, el FSLN ha surgido una vez más en escena, en una forma espectacular, siguiendo fielmente el camino político que se ha trazado.

El 13 de octubre un grupo de unos 20 sandinistas trataron sin éxito de realizar un ataque a un puesto militar en la pequeña población de San Carlos, en la frontera con Costa Rica. Mataron a unos 12 de ellos. Los sobrevivientes escaparon a Costa Rica perseguidos por la Guardia Nacional, la cual invadió y bombardeó el territorio costarricense, provocando un incidente internacional.

El mismo día en Ocotal, en la frontera norte con Hondu- ras, el Frente Sandinista emboscó a unidades de la Guardia Na- cional. Dos días después, el 15 de octubre, un comando sandinista trató de ocupar la base militar en Masaya, una de las ciudades más grandes del país. Mataron a varios guerrilleros. También el 15 de octubre hubo enfrentamientos en Managua, la capital, y en Estelí, como también en la carretera entre Managua y Masaya. Unos días después, fue frustrado un intento del FSLN de asaltar un banco. Se abrió una severa represión en todas las ciudades del país, y las autoridades argumentaban que tenían que contrarrestar una ofensiva general de los sandinistas.

La presión de las masas, el resquebrajamiento del régimen de Somoza y la repentina enfermedad de éste, crearon una atmósfera favorable para acciones desesperadas. Por medio de una serie de acciones espectaculares, los sandinistas buscaban cristalizar el descontento y agudizar la crisis existente, iniciando 86

un levantamiento masivo contra Somoza. En este operativo pusieron todas sus fuerzas (un puñado de jóvenes mal armados), esperando que su acción, que de seguro tendría la simpatía de las masas, generaría una insurrección general y propinaría un golpe mortal a la estabilidad del régimen.

En la vida de cualquier sociedad, las cosas no son tan simples como los sandinistas pensaron, y menos todavía en las condiciones concretas de Nicaragua. No se ha cristalizado la crisis del régimen. El decadente régimen de Somoza todavía cuenta con Un sólido respaldo de un ejército en el cual no se ha producido ninguna división todavía, del imperialismo que todavía no ha podido encontrar una alternativa viable para el futuro inmediato, y de la burguesía misma, que forma un frente común con Somoza contra las masas.

Las masas nicaragüenses necesitan pasar por lá experiencia de sus propias luchas, probar sus fuerzas contra el régimen, antes de lanzarse a un ataque total contra el mismo. Cualquier acción por fuera del marco de la vida de las masas mismas inevitablemente las dejará indiferentes, o como máximo les despertará una simpatía pasiva.

Por lo tanto, las acciones del FSLN estaban condenadas al fracaso. Y en este sentido la inútil muerte de valientes y valiosos jóvenes rebeldes era inevitable y trágica. Este tipo de acciones suicidas, que a nada conducen, corresponden a la desesperación de capas pequeñoburguesas de las cuales provienen los reclutas del FSLN. Está en completa contradicción con una política proletaria.

Estas últimas acciones del FSLN no pueden ser juzgadas con una medida abstracta. Desafortunadamente tuvieron lugar en un contexto político bien definido. Habían surgido las primeras formas de actividad política abierta. Después de dos años de terror y supresión de todos los puntos de vista disidentes, se abría un cierto margen de libertad de expresión en la prensa, y había posibüidades de organizar partidos. Y fue precisamente en este momento que el FSLN lanzó su golpe audaz.

Así, por llevar a cabo estas acciones, el FSLN le ofreció al gobierno un pretexto para abrir una represión generalizada, agu- dizó los reflejos defensivos de la clase dominante, tomó al movimiento de masas completamente por sorpresa, y por lo tanto le ayudó al régimen a montar un ataque contra los pocos dere-

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chos que se habían conquistado. Estas consecuencias concretas de las acciones del FSLN fueron por tanto contrarias a los intereses y objetivos del movimiento de masas.

El 22 de enero de 1967, 80.000 personas desfilaron en Ma- nagua para mostrar su oposición a Somoza. Las consignas más voceadas fueron “No más gobierno de Somoza” y “Hemos tenido demasiado de Somoza”. La Guardia Nacional disparó a que- marropa contra la multitud, matando como 3.000 personas. Los informes oficiales nunca incluyeron a más de 30 muertos. Pero en miles de hogares, los hijos, madres, esposos y esposas que salieron esa mañana para expresar su repudio al régimen nunca regresaron. La manifestación era una jornada electoral organizada por el Partido Conservador.

Cuando las masas responden a un llamado a manifestarse contra Somoza, independientemente de quien haga ese llamado, están expresando sus aspiraciones más profundas. Estas aspiraciones incluyen tierra para los campesinos, mejores viviendas y oportunidades de educación para los hijos de las familias de trabajadores, mejor nutrición, en pocas palabras, mejores condiciones de vida para todos. Expresan estas aspiraciones en esta forma porque las masas han identificado todas sus frustraciones y sufrimientos con este régimen que los silencia cuando protesta, que abre fuego cuando no se mantienen pasivos, y que los encarcela y tortura cuando no se resignan con lo que tienen.

Al hacer esta identificación, las masas apuntan contra el blanco correcto. Es cierto que la causa fundamental de su pobreza es la organización general de la sociedad y la propiedad al servicio de los patronos. Pero Somoza es el centro de poder de esta organización social, y su papel en esta sociedad es precisamente conformar el tipo de régimen que deje a las masas con las menores posibilidades de defenderse. Así, las masas identifican a Somoza con su pobreza, y la lucha contra Somoza es la lucha contra toda la opresión sufrida por los trabajadores en la sociedad nicaragüense.

Existe una peligrosa ilusión en la forma que toma la aspira- ción de las masas de romper sus cadenas. Somoza es el representante del poder de una clase. Representa la forma de defender el orden social que oprime a los trabajadores para asegurar las ganancias de la clase patronal. La verdadera raíz de esta opresión yace en la organización de la sociedad defendida no sólo por So- 88

moza sino también por todas las fuerzas burguesas antisomocistas en las cuales las masas todavía confían.

En la lucha de las masas contra Somoza subyace la aspira- ción de acabar con el sistema capitalista. Esta aspiración se expresa en cada huelga, en cada movüización barrial, en cada acto de protesta. Sin embargo es todavía inconsciente e incipiente, por lo tanto existe el gran peligro de que en un momento un sector de la burguesía pueda implantar un gobierno alternativo, expulsando a Somoza y a su banda de gangsters, pero manteniendo la esencia de este régimen —el gobierno de la clase patronal— pero con distinta forma.

El régimen de Somoza y su “sociedad de gangsters” tiene el control total de las armas y enormes intereses materiales que defender. Por lo tanto, si Somoza sale de la escena en medio de un período de crisis, estos elementos buscarán la forma de defender efectivamente la base de sus privilegios y el principal garante de la impunidad de sus robos y otros crímenes: el poder estatal.

Si un sector del ejército, independientemente de si está aliado con un partido, grupo o fracción de la burguesía, trata de imponer una solución por medio de conjuras, golpes de estado, intrigas palaciegas, o cualquier cosa de este estilo, destruirá el equilibrio de una institución que se desmorona. Y al intentar reconstruir el aparato de estado en peligro de desintegrarse en cualquier momento, será incapaz de impedir que las masas en- tren a la arena política.

Hoy en día, las masas sólo quieren tener la libertad de expresarse, reunirse, manifestarse, organizarse libremente sin restricciones. Hoy en día, concientemente ven a Somoza como el obstáculo a sus libertades democráticas y a sus más elementa- les derechos civiles. Pero lo que subyace a su necesidad de expresarse, reunirse y organizarse libremente, es decir el contenido anticapitalista de sus reivindicaciones democráticas, será una constante en su lucha contra el régimen de Somoza.

En todo este proceso que ahora surge de la crisis política, las maniobras violentas, las intrigas palaciegas, luchas callejeras, y las victorias y frustraciones del pueblo, la presión de estas circunstancias va a exigir respuestas de todos los sectores de la sociedad. Probar estas respuestas en la práctica va a crear una di- visión mayor en todas las organizaciones existentes. Grandes

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sectores de estas organizaciones se separarán, buscando respuestas políticas más efectivas, claras y completas.

Los ritmos pueden variar. La clase dominante puede lograr un respiro, o puede encontrarse en una carrera contra el tiempo. Lo que será decisivo será la habilidad de los marxistas revolucionarios nicaragüenses para construir un partido revolucionario de masas, al calor de los conflictos que tienen lugar actualmente en el país, que pueda unir a esos sectores de las masas trabajadoras que buscan una alternativa.

La situación en Nicaragua plantea la necesidad de un partido revolucionario en la misma forma en que plantea la necesidad de que las masas nicaragüenses entiendan que la única alternativa al régimen de Somoza es un gobierno de los mismos obreros y campesinos nicaragüenses. El partido revolucionario es el organizador social de esta conciencia.

El eje fundamental para construir el partido revolucionario será la más inmediata y clara aspiración de las masas, su deseo de luchar para ganar libertades democráticas, lo cual requiere destruir al régimen de Somoza y el aparato estatal junto con él.

Las únicas fuerzas que tienen un interés de clase fundamental para ganar libertades democráticas son las masas obreras y campesinas, y los miles de oprimidos en las ciudades y el campo, para quienes los derechos democráticos son un medio de avanzar en la lucha por sus reivindicaciones económicas. La lucha contra Somoza requiere por lo tanto un bloque, un frente único para la acción de los obreros, campesinos, y otros sectores oprimidos de la sociedad. Y este bloque debe ser completamente independiente de todos los sectores de la clase patronal. La lucha contra Somoza por derechos democráticos en un bloque clasista, independiente de todos los partidos y agrupaciones capitalistas, le da a esta lucha un contenido de clase que será claro tanto para los opresores como para los oprimidos. Creará una clara polarización de la sociedad, permitiendo a las masas ver que en realidad ios patronos llamados antisomocistas están opuestos a sus intereses.

Cualquier llamado a un bloque antisomocista de los oprimidos con sectores de los patronos es una trampa mortal. Inevi- tablemente se convertirá en una camisa de fuerza para las masas, dando a los patronos la oportunidad de ganar suficiente tiempo 90

como para remplazar a Somoza con un gobierno capitalista, que no ponga en peligro sus intereses, que son contrarios a los de los obreros y campesinos. El ardiente descontento del pueblo es tan grande que cualquier gobierno capitalista que remplace al régi- men de Somoza para mantenerse tendrá que apuntar sus armas contra las masas, que serían entonces dejadas política y organi- zativamente desarmadas por dicho bloque policlasista.

El FSLN se está dividiendo en fracciones que no son ni siquiera capaces de explicar sus diferencias al público. El PSN es- tá sufriendo el mismo tipo de divisiones bajo la presión de la si- tuación. La sociedad nicaragüense en su conjunto está sufriendo el colapso generalizado de todos sus antiguos valores. En esta si- tuación es necesario construir un puente que ligue las necesidades actuales de las masas nicaragüenses y las ricas lecciones de la Revolución de Octubre en Rusia, así como las tradiciones de las luchas obreras del pasado. Dicha ligazón de continuidad, y di- chas lecciones, que pueden elevar la lucha de clases en Nicaragua a niveles más altos, sólo puede ser proporcionada por marxistas revolucionarios que trabajen en el movimiento de masas, que participen directamente en la vida de las masas, que le den ex- presión consciente a sus aspiraciones inconscientes que subyacen a sus luchas y que enriquezca su conciencia sacando conclu- siones de la propia experiencia de las masas.

La enfermedad de Somoza, el nerviosismo de la clase dominante, la presión de las masas y las aventuras suicidas del FSLN sólo hacen que sea más vital y urgente la construcción de un partido que pueda expresar las más profundas aspiraciones de las masas y disipar sus ilusiones señalando las lecciones que proveen sus propias movilizaciones.

Todas las condiciones están maduras para construir el partido revolucionario. Cientos, si no miles de jóvenes trabajadores están buscando alternativas políticas para encontrar una salida a la situación que es cada vez más un impasse. Decenas de activistas cristianos han adoptado posiciones de clase y se identifican con los intereses de los obreros y campesinos. Pero no han encontrado una forma de organización política que correspon- da a sus intereses. Todos están luchando por ideas políticas mas adecuadas a los intereses con los cuales se identifican.

Incuestionablemente, los miembros más inteligentes y hon- rados del FSLN, aquellos más inquietos acerca de sus posiciones

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actuales, también serán parte de la columna vertebral de este partido revolucionario. No sólo el resquebrajamiento del Frente, sino el movimiento de estos jóvenes sandinistas mismos que es- tán buscando pero que todavía no encuentran respuestas, los llevarán a este camino. Los marxistas revolucionarios deben hacer que este camino sea más fácil para ellos, saliendo a encon- trarlos y mostrándoselo firmemente hacia adelante sin ninguna rigidez sectaria.

Muchos jóvenes sandinistas en el exilio en varios países tienen el tiempo y la serenidad para ajustar cuentas con su propio pasado. Están buscando un diálogo abierto y franco con los trotskistas. Y lo ven cada vez más esencial para una búsqueda seria y honesta de la alternativa que ninguna de las fracciones del FSLN les ha ofrecido.

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LAS GUERRILLAS NICARAGÜENSES LANZAN UNA NUEVA OFENSIVA

Fred Murphy *

Tras una nueva oleada de actividades guerrilleras a mediados de octubre, ha surgido una amplia oposición a la dictadura de Somoza en Nicaragua.

El 17 de octubre, el Frente Sandinista de Liberación Na- cional (FSLN) atacó a una serie de puestos de la Guardia Nacio- nal en Managua, la capital del país. Se informa que se produjeron choques en un cuartel militar de Masaya, unos 25 kilóme- tros al sureste de la capital, y que fue atacado un convoy militar en la carretera que une a las dos ciudades. Además, se produjeron choques entre el FSLN y la Guardia Nacional en la re- gión norteña, cerca de la frontera con Honduras, y en zonas ad- yacentes a la frontera sur.

Un comunicado del FSLN, fechado el 23 de octubre en Tegucigalpa, Honduras, afirma que la “guerra popular prolongada” proseguirá hasta que el presidente Anastasio Somoza De- bayle sea derrocado.

La familia Somoza domina a Nicaragua como su feudo personal desde la década del 30, cuando Anastasio Somoza García llegó al poder gracias al apoyo de los Marines norteamericanos. El Anastasio actual (hijo de Somoza García) detenta el poder desde 1967. La dinastía se ha mantenido en el poder gracias a * Intercontinental Press, Vol. 15 No. 42. New York, 14/11/77.

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la ayuda económica y militar brindada por Washington en gran escala.

Para la misma época de las acciones guerrilleras, un grupo de doce destacados nicaragüenses emitió un comunicado fechado el 17 de octubre en San José, Costa Rica, el cual ensalza la “madurez política” del FSLN y afirma que el Frente debe participar en la resolución de los problemas del país. Según el New York Times del 20 de octubre, entre los firmantes se hallan varios “empresarios y abogados adinerados y conservadores”.

Posiblemente, esta declaración refleja la sensación que cun- de en la burguesía nicaragüense, de que los días de la dictadura están contados. A fines de julio Somoza sufrió un ataque cardía- co y permaneció durante dos meses en un hospital de Miami. Durante su ausencia, Alan Riding escribió en el New York Ti- mes del 30 de octubre que “sus amigos y enemigos empezaron a moverse para llenar el vacío político para el caso de que no se recupere. Aparentemente, existe consenso de que el sucesor no debe ser el mayor Anastasio Somoza Portocarrero, hijo del presidente”. Somoza ha vuelto, pero los médicos no le permiten trabajar más de tres horas diarias.

Por su parte, el FSLN se habría declarado dispuesto a trabajar con los sectores burgueses antisomocistas. Un despacho de Riding, fechado en Managua el 20 de octubre, Plutarco Elias Hernández, dirigente del FSLN, habría dicho que “nuestro programa fundamental no es comunista. No amenaza a nadie que esté a favor de una sociedad justa”. Riding observa que “una mi- noría de 'puristas* marxistas-leninistas” se ha separado del grupo guerrillero.

Según Riding, “Hernández insiste en que el frente seguirá combatiendo si Somoza es remplazado por otro gobierno militar o si se realiza un acuerdo político con los opositores del régimen sin la participación de los guerrilleros”.

El diario mexicano Excelsior señala en su edición del 24 de octubre que ciertos representantes de la iglesia católica y del “sector privado” han llamado a un “diálogo nacional para promover la democratización del país y llegar a la paz social mediante un cambio en la estructura del sistema político impe-' rante...”

“Al mismo tiempo —dice el Excelsior— advirtieron que si esa confrontación de ideas no se realiza próximamente, declara- rán una huelga económica nacional”.

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Por su parte, Somoza ha respondido echándole la culpa a “los agentes conscientes e inconscientes del comunismo internacional” y aumentando la represión.

Excelsior menciona la detención, en Managua, de varios profesionales —médicos, abogados, profesores y un ingeniero- bajo sospecha de mantener vínculos con el FSLN. Aunque en septiembre se levantó la censura de la prensa, tres locutores radiales fueron arrestados por trasmitir el texto del documento de los doce destacados nicaragüenses.

El régimen ha acusado a los estados vecinos de Honduras y Costa Rica de permitirles a los guerrilleros mantener bases en sus territorios. Según Excelsior, ambos gobiernos rechazaron di- chos cargos con indignación. Pero los embajadores hondureno y salvadoreño en México declararon que las puertas de sus embajadas y consulados en Honduras están abiertas a todos los adversarios de Somoza que busquen asilo.

Aunque el embajador costarricense declaró que “su país carece de personal militar especializado en la lucha antiguerri- llas”, el régimen de Oduber ha colaborado en la represión de la oposición nicaragüense. Hay diez supuestos miembros del FSLN encarcelados en San José.

Las relaciones de Somoza con Oduber empeoraron tras un incidente ocurrido el 14 de octubre. Aviones de la fuerza aérea nicaragüense que perseguían a los guerrilleros bombardearon a tres pequeñas embarcaciones que navegaban en el río Frío, en la frontera con Costa Rica. En uno de ellos viajaba el ministro de seguridad pública de Costa Rica, quien a costa de un gran esfuerzo pudo salvar su vida. El ministro se encontraba de gira de inspección de las operaciones anti FSLN realizadas por las fuerzas policiales de su gobierno.

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¿SERA NICARAGUA UNA NUEVA CUBA?

Laura Restrepo*

El dictador Tacho Somoza, hijo del dictador Tacho Somo- za, hermano de otro dictador Somoza y padre de Tachito So- moza, aspirante a dictador, ha sido puesto en jaque por la crisis política que sacude a Nicaragua, y que en los días de octubre y noviembre ha hecho tambalear cuarenta y tres años de tiranía familiar.

Tan honda es esta crisis, que al imperialismo norteamericano ha llegado a inquietarle realmente la contundente pregunta que fuera formulada por primera vez en voz alta por un periodista del Washington Post: ¿Será Nicaragua una segunda Cuba en América Latina? En efecto, existen elementos comunes a las dos situaciones —junto, por supuesto, a grandes diferencias— que tienen que hacer que esta pregunta no sólo se la formule un solitario periodista.

Aparentemente, Cárter y la burguesía antisomocista nica- ragüense irían coincidiendo en su deseo de consumar un doble plan: prescindir de Somoza, pero “salvando” a Nicaragua para el capitalismo y el imperialismo. Pero cualesquiera que sean sus intenciones y las diversas jugadas que hagan, el hecho es que la crisis que se ha precipitado mantiene la situación crítica. Ante la probable caída o desaparición física del dictador, el interro- gante que surge es si logrará Cárter imponer su plan de “con- * Revista de América, Año I, No. 7 (Tercera Época). Bogotá, diciembre de 1977.

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trarrevolución democrática también en Nicaragua, suplantan- do la dictadura por un régimen democrático burgués, o si el de- genvolvimiento de la lucha de clases burlará los deseos del imperialismo, haciendo avanzar los acontecimientos por el camino de una segunda Cuba. Los dueños de Nicaragua

Somoza y su familia son dueños de la mayor parte del país. A través de siete grandes grupos (Debayle-Bonilla, Pallais-Debay- le, Somoza-Abreu, Somoza-Debayle, Somoza-Portocarrero, So- moza-Urcuyo y Sevilla-Somoza), manejan trescientos sesenta y cuatro empresas monopolistas, que abarcan bancos, transporte aéreo, marítimo y terrestre, centros comerciales, centrales azu careras, agencias publicitarias, canteras, periódicos, destüerías y emisoras, y controlan la producción de textiles, cigarrillos, abo- nos, aceites, adoquines, clavos, hielo, cobre, cítricos, casas pre- fabricadas, cemento y varios renglones más. Todo esto en com- pañía con empresas imperialistas, a las cuales Son\oza les sirve de socio, intermediario y lugarteniente.

Los desmanes del dictador han hipotecado por completo el país al imperialismo, no sólo a través de las inversiones en las empresas, sino por la entrega al mismo de la explotación de los recursos naturales, del control de los ferrocarriles, del Banco Na- cional y las aduanas.

La corrupción del régimen somocista ha llegado al insólito extremo de manejar la trata de blancas, traficar con drogas que se trasportan en aviones de la fuerza aérea, exportar sangre humana que se compra a gentes famélicas. Por si este grotesco deterioro no fuera suficiente, podemos agregar, para mostrar la desfachatez con que el dictador mueve a sus negocios particulares, lo ocurrido luego del terremoto que casi destruyó por completo Managua. Pese a la alta probabilidad de que allí ocu- rriera un nuevo sismo, no sólo reconstruyó la ciudad en el mismo sitio, por ser su madre la dueña de la casi totalidad de los terrenos urbanos, sino que además montó dos compañías. La Acción Cívica y la Empresa de Demoliciones y Remociones de Escombros, a través de las cuales capitalizó los fondos llegados de todos lados para socorrer a los damnificados. Para la familia Somoza, hasta las catástrofes naturales son fuente de acrecenta- miento de sus riquezas.

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Por supuesto que todo esto tenía que estar acompañado con las más brutales violaciones a los derechos democráticos con la represión, la coacción a la libertad de expresión, que no sólo fueron tradicionales durante más de cuarenta años, sino que se han acentuado en los últimos tiempos, alcanzando cada vez más a la oposición antisomocista y a los propios ex amigos del régimen. Somoza: Sin piso bajo los pies

Son muy pocos los que hoy día sacan la cara por la piltrafa en que se encuentra convertido Somoza, paralizado de medio cuerpo, con el corazón desacompasado, aislado y guarecido en su hacienda-fortaleza de Montelimar, asediado por todos los flancos: por el ascenso de las masas, por un movimiento guerrillero que goza de simpatía popular; por una burguesía a la cual acorrala con sus todopoderosos monopolios personales y familiares; por una familia y unos lacayos que en estos momentos só- lo se preocupan por la parte que les corresponde de herencia, y amenazado inclusive por una parte de su propia Guardia Nacio- nal, esos fieles perros de presa personalmente adiestrados por él y que ahora le voltean los colmillos en contra.

El dictador no es ya garantía para la burguesía nicaragüen- se, que ve en él al pulpo más asfixiante y con más patas por cortar, y el débil sector interesado en fomentar una industria nacional y consolidar un mercado interno —y ganancias para ellos— ha entrado a chocar con los desmanes de la familia Somoza De- bayle y acólitos.

Los grandes terratenientes, agrupados fundamentalmente en el Partido Conservador, han ejercido de tiempo atrás la oposi- ción parlamentaria al régimen; sus intereses también son tocados por la mano larga del dictador, que a menudo los expropia en beneficio propio.

La Iglesia, que como en el resto de Centro América, tiene en Nicaragua gran peso, viene cumpliendo un papel predominan- temente antisomocista (salvo una que otra figura nefasta). Entre los sacerdotes, el proceso de radicalización ha sido marcadamen- te acelerado, y muchos de ellos son perseguidos y asesinados por su militancia activa contra la dictadura. Hay dos que hacen parte de la Junta de los Doce, y Ernesto Cardenal, también sacerdo-

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te, se ha destapado recientemente como una de las cabezas del Frente Sandinista de Liberación. Las masas contra el tirano

A pesar de la mano de hierro con que reprime el gobierno, durante los últimos años ha habido en Nicaragua un movimien- to de masas, desarticulado y en sordina, pero de alguna importancia. Obreros de industrias como la minera, la del banano y la del acero, han expresado su inconformidad con la dictadura mo- vilizándose no sólo por reivindicaciones económicas (exigencia del cincuenta por ciento de aumento salarial), sino también por la recuperación de los derechos políticos y sindicales. A partir de la crisis que viene sacudiendo el andamiaje de la dictadura, las dos grandes centrales obreras del país han entrado a hacer parte del frente en el cual confluyen los sectores que están por la ter- minación de la dictadura.

Los estudiantes de Nicaragua tienen una larga tradición de oposición a la dinastía de Somoza, y ésta ha cobrado cientos de víctimas en colegios y universidades. Esta oposición se canaliza principalmente a través del apoyo al movimiento guerrillero, cuyos componentes y periferia son en lo fundamental estudiantiles.

En la zona norte del país, donde unos decenios atrás opera- ra el Ejército de Augusto César Sandino, el actual Frente Sandi- nista de Liberación tiene raigambre popular y cuenta con la co- laboración de sectores campesinos. Entre' éstos se expresa un hondo sentimiento antiimperialista: durante años han vivido la dominación norteamericana no sólo como explotación y saqueo, sino también como presencia física de Marines que ocu- pan y arrasan pueblos, de asesores militares que montan operativos de exterminio, de napalm y bazoocas que sofocan rebelio- nes y resguardan plantaciones y minas.

A nivel de lo anecdótico, la muy tangible posibilidad de la muerte de Somoza, y el apremiante problema de qué ha de venir después de él, fue el detonante que puso de manifiesto la profunda crisis de un régimen erosionado y artificialmente mantenido, que poco a poco ha ido ganándose la antipatía y el descontento de casi todos los nicaragüenses.

Somoza y sus antecesores montaron su gran dinastía po- lítica y económica sobre la miseria de las masas, la depredación

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del país y su venta, pieza a pieza, al imperialismo. Y si lograron mantenerlo en pie durante cuarenta y tres años, fue reprimien- do, silenciando y matando. Ahora parece haberles llegado la hora.

Remplazo somocista para Somoza Sin embargo, Somoza aún cuenta con adherentes, y éstos

tienen fuerza. Dentro de Nicaragua, lo respalda la burguesía que ha surgido amparada a la sombra de la dictadura: son funcionarios y burócratas enormemente enriquecidos con el manejo de los bienes personales del tirano —que no se diferencian claramente de los bienes del estado— y militares que han sido nombrados administradores y lugartenientes de las empresas de la familia Somoza y del imperialismo. Esta burguesía, que además saca tajada de todos los negocios ilegales que se mueven desde el gobierno, se expresa políticamente a través del sector mayo- ritario del Partido Liberal (oficialista) y encabeza la defensa de Somoza. O, en su defecto (dado el caso probable de que se mue- ra, por ejemplo) buscan remplazado por uno de sus herederos, que, gobernando a su imagen y semejanza, garantice la continuidad del régimen.

En este mismo sentido se mueve también el ala dura del imperialismo, que desconfía de posibles repercusiones peligrosas de la política internacional de Cárter, y que no está dispues- ta a jugarse con él en su demagogia de los “derechos humanos”. En consecuencia, es partidaria de mantener a Nicaragua sometida mediante una mano fuerte, directamente manejada por el imperialismo.

A pesar de la ofensiva “democrática” del presidente Cárter, los partidarios de esta primera salida para la crisis de Nicaragua —la de la continuación del somocismo a palo seco— tienen una injerencia no despreciable, y han obtenido éxitos parciales, como lograr que el Congreso norteamericano rechazara, a. principios de año, la propuesta presidencial de suspenderle al gobierno de Somoza varios millones de dólares en ayuda militar por “vio lación de los derechos humanos”.

Se están moviendo posibles figuras que pueden personificar esta salida abiertamente bonapartista: por ejemplo un general que intriga por el poder movilizando tras sí parte de la Guardia Nacional y colocándose bajo la tutela del asesor yanqui de asun-

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tos militares, o un diplomático como Sevilla Sacasa, quien a tra- vés de la embajada en Washington estuvo entregado durante años a la ardua tarea de limpiar la imagen del dictador, y velar por sus negocios, ante el Amo Grande.

Remplazo somocista, pero “democrático” La salida de Cárter —que debe ser uno de los personajes

más preocupados por las posibles respuestas a la pregunta formulada por el periodista del Washington Post— es otra. Su ficha es alguien que, como Somoza, pero por vías menos violentas y escandalosas, garantice el mayor control posible sobre el movimiento de masas, y que asegure las inversiones imperialistas en Nicaragua, pero con más discreción y sacando una tajada menos gorda.

Se busca suavizar el bonapartismo inyectándole dosis de democracia burguesa. Para esto, el candidato en cuestión no debe ser militar, sino civil, debe tener la mano menos ensangrenta- da que la de Somoza, y una imagen que esté más a la altura de la “apertura democrática” que por intermedio suyo deberá reali- zarse. Ya fue hecho un primer intento en este sentido, pero abortó de inmediato. Se trata del caso Hueck, una conspiración palaciega hecha dentro del propio partido somocista por los li- berales de la vieja guardia, antes reticentes a Somoza y ahora abiertamente en contra, y por el sector de la burguesía que ha osado mover sus intereses a contrapelo del tirano. Cornelio Hueck, presidente del Senado y hombre fuerte del Partido Li- beral, debía declarar a Somoza físicamente incapacitado para seguir ejerciendo el poder, y postularse a sí mismo como encargado de tomar las riendas para garantizar elecciones al me- nor plazo posible. Pero lo que por agua viene por agua se va. Otra maniobra palaciega y la fracción mayoritaria del Partido Liberal borró a Hueck del panorama político y lo sustituyó en su cargo por un familiar del dictador.

No se sabe que' otras figuras puedan servir de punta de lanza para esta segunda alternativa, la “opción Cárter”, después de este fracaso inicial, pero es seguro que se están barajando. ¿Por qué no sacar la siguiente ficha del Partido Conservador, que a diferencia del Liberal, es antisomocista en su totalidad, y que mediante su confrontación a la dictadura ha logrado que algunas de sus cabezas gocen de prestigio entre las masas? Porque sucede

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que el Partido Conservador ya está barajando en una mano distinta. No se lanza por su propia cuenta y riesgo al ataque ni apela tan sólo al imperialismo, sino que ha buscado aliados dentro de su propio país, acercándose a todos los sectores democráticos y confluyendo, sobre todo, con la acción armada del Frente Sandinista. Pero aquí ya nos salimos de la segunda alternativa para entrar en la tercera. El frente único contra la dictadura

Casi la totalidad de la oposición ha venido a confluir en un frente único contra la dictadura, la Unión Democrática de Libe- ración. De ésta forman parte tanto organizaciones burguesas, como el Partido Conservador, como sectores de la pequeña bur- guesía, del campesinado y organizaciones sindicales de los trabajadores. En el seno de esta Unión, el Frente Sandinista de Libe- ración está jugando un papel de primer orden, ya que por un lado es la posibilidad inmediata —mientras no se desbarate el aparato militar somocista— de enfrentar militarmente a la dictadura y, por el otro, goza de la simpatía de importantes sectores de la población, en la cual influye el recuerdo del más importante hé- roe popular nicaragüense y su gesta: Sandino y su Ejército.

Sus líderes provienen de diversas corrientes políticas; los hay comunistas, socialistas, cristianos de izquierda. En 1974 fue asesinado por la dictadura somocista uno de sus máximos dirigentes, Carlos Fonseca Amador.

Según declaraciones de Plutarco Hernández, de la dirección nacional, el actual objetivo oficial del Frente es el de apoyarse en todos los sectores antisomocistas, incluyendo los burgueses, y consolidar con éstos un gobierno conjunto que garantice una etapa democrática previa a la instauración del socialismo. “Nues- tro programa básico no es comunista. No es una amenaza para nadie que esté a favor de una sociedad justa”. Sin embargo, esta posición oficial no es la única que se expresa dentro del FSLN. Según la revista mexicana Proceso, No. 51, son tres las corrientes en que está dividido: la Facción Histórica, que propugna por el frente con la burguesía, la Facción Populista, que opta por acciones terroristas, y la Fracción Marxista, opuesta a la coali- ción, y que plantearía la necesidad de construir un partido de los trabajadores.

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La opción de poder que se plantea el FSLN, junto con el partido Conservador y las demás organizaciones de oposición, está encarnada en la Junta de los Doce, que se postula como gobierno provisional democrático, y que está integrado en su mayoría por personalidades opositoras del clero y de la bur- guesía. Incluye además dirigentes del Frente, del cual el Par- tido Conservador ha dicho claramente que es elemento indispensable en la Unión Democrática de Liberación.

Dentro de la Junta de los Doce, también el imperialismo cuenta con voceros: altos funcionarios de sus aparatos financieros, como el BID o el Banco de América. Eventualmente, dado el caso de que la “opción Cárter” no llegue a cuajar, siempre le queda la posibilidad de evitar que el proceso se encauce por una vía revolucionaria, controlando los elementos más radicales del nuevo gobierno al maniatarlos al eje burgués.

El Frente Sandinista es una organización heterogénea, cuya línea de dirección mayoritaria tiene un carácter pequeñoburgués y sostiene una política nacionalista y de conciliación de clases. Sin embargo, el proceso objetivo que se vive hoy en Nicaragua, el hecho de que es imposible ir muy lejos contra el régimen somocista sin desembocar en un enfrentamiento con el imperialismo, y que no se puede golpear seriamente al imperialismo sin atentar contra la burguesía nicaragüense, puede irle señalando una dinámica de radicalización similar a la que en Cuba recorrió el Movimiento 26 de Julio.

¿Será Nicaragua una nueva Cuba? Nadie puede responder hoy día esta pregunta. Pero algo

podemos decir. Tenemos que tomar en cuenta en primer lugar el hecho mismo de que se la formule. De ahí surge una primera respuesta: todo el imperialismo, Cárter incluido y en primer lugar, todos los burgueses y yanquis, latinoamericanos y nicara- güenses, y la Iglesia, van a hacer todo lo que puedan para que no sea así. Para ellos, lo que dijo el periodista no es en realidad una pregunta, sino una aterrada voz de alarma. La diplomacia, las maniobras, las “aperturas democráticas” y el dinero —y quizá en determinado momento los marines— serán utilizados para lograr, justamente, neutralizar y frenar a tiempo a los elementos radicales del FSLN, y, en términos generales, para impedir que el proceso nicaragüense desemboque en el socialismo.

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Pero una cosa son los planes y deseos del imperialismo y los burgueses y sus acólitos, y otra dinámica del movimiento de masas. El ascenso en curso en Nicaragua, en América Central y en el resto de América Latina, en el marco del ascenso mundial, abren la posibilidad de una respuesta afirmativa. De todos modos, hoy día se hace más difícil que en el proceso abierto en Cuba en 1959 un triunfo socialista sin la existencia de un partido marxista revolucionario nacional y un fortalecimiento de la organización revolucionaria mundial. Pero si Somoza es derriba- do a través del armamento organizado de sectores populares, se abre la posibilidad de que la presión de las masas lleve a desbordar la dirección burguesa, pequeñoburguesa y nacionalista del movimiento y, cabalgando en un proceso de revolución permanente, llegue a la liquidación del régimen burgués.

Los revolucionarios latinoamericanos y de todo el mundo deben prestar su solidaridad a la lucha del pueblo nicaragüense y al FSLN, que enfrentan en estos momentos a la siniestra dictadura de Somoza. Y para permitir a las masas su libre expresión democrática por primera vez en su historia, es necesario luchar no sólo por la caída de Somoza, sino también por la realización de elecciones libres y de una Asamblea Constituyente soberana, en la cual el pueblo nicaragüense pueda optar libremente por su futuro.

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SOMOZA ANTE SU PEOR CRISIS

Eugenio Greco y Roberto Ramírez *

I

En una Centroamérica cada vez más convulsionada, y en donde se manifiesta una grave crisis —latente, pero al borde del estallido—, Nicaragua se ha convertido en el eslabón más débil de la cadena imperialista en la región. El desenlace de la crisis en dicho país será decisivo para América Central y para todo el curso de la revolución en América Latina.

II Con la movilización popular desatada por el asesinato de

Pedro Joaquín Chamorro, la dictadura de los Somoza ha atrave- sado por la peor crisis de su historia. Después de producirse en Managua, como reacción inmediata al nuevo crimen de la tira- nía, las mayores manifestaciones opositoras de su historia, durante más de quince días el país quedó virtualmente paralizado. Los primeros momentos de la movilización opositora pusieron al régimen en una situación de aislamiento y a la defensiva, aunque esto no ha llegado aún al grado de disgregar el aparato del estado —en especial a su columna vertebral, la Guardia Nacio- nal—, ni ha conseguido todavía el derrocamiento revolucionario de Somoza. Pese a ello, la profundización de la inestabilidad ha puesto cada vez más al orden del día la cuestión del gobierno,

* Revista de América, Año I No. 8/9 (Tercera Época). Bogotá, enero-febrero de 1979.

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cuestión sobre la que los marxistas revolucionarios deben tener una consigna clara y precisa.

III A la distancia, y teniendo hasta ahora como principal ele-

mento de información los cables de las agencias, no es fácil determinar con absoluta precisión el rol de las distintas fuerzas sociales y políticas en esta crisis. De ahí, que, posiblemente, algunas de las hipótesis que aquí formulamos deban ser corregidas o ajustadas en el futuro.

Hecha esta salvedad, digamos que, al parecer, las manifestaciones que siguen al asesinato de Chamorro conforman un movimiento de carácter popular, jalado en un primer momento por el movimiento estudiantil, donde el movimiento obrero no juega un papel dirigente; es decir, que los trabajadores que en él participan lo hacen como un elemento más de ese frente antidictatorial que se da de hecho, y que abarca desde sectores obreros, campesinos, populares y estudiantiles, hasta los burgueses opositores a Somoza y la poderosa Iglesia Católica.

La paralización que sigue a las manifestaciones de Managua y otras ciudades, es decretada principalmente por las organizaciones de comerciantes, industriales y empresarios de la cons- trucción hostiles a Somoza. Es imposible, sin datos más precisos, determinar en qué proporción se fue posteriormente combi- nando la huelga de los trabajadores con el lock out de los sectores burgueses, pero es indiscutible el rol fundamental que cumplen estos últimos, junto con la Iglesia, en la paralización de las actividades.

Una de las fracciones de las tres en que está dividido el Frente Sandinista de Liberación Nacional realizó ataques a cuarteles con escaso éxito militar. En las movilizaciones de las ciudades, no hay datos precisos que permitan caracterizar qué peso orgánico tuvo el FSLN. Aunque las dos principales organizaciones estudiantiles (FER y UE) responden a sendas fracciones del sandinismo, es posible que la influencia de éste sobre las masas movilizadas sea de gran simpatía pero inorgánica, difusa.

IV En este contexto, y teniendo en cuenta que la dirección

más orgánica y visible del paro contra Somoza parecen haber sido, junto con la Iglesia, las organizaciones patronales como el

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Consejo Superior de la Iniciativa Privada, la Cámara de la Indus- tria de la Construcción, etcétera, se explica en gran medida que Somoza haya podido, hasta hoy, sobrevivir. La burguesía antisomocista quiere, en últimas, presionar para que Somoza se vaya, pero de ninguna manera desea que con él se derrumbe el estado burgués, mediante una insurrección obrera, campesina y popular, que arme a las masas, y liquide la base del estado: la Guardia Nacional. (Esto no quiere decir que cualquier medida de lucha opositora que impulse la burguesía —como por ejemplo el lock out— no pueda ser ocasión para que las masas la des- borden y la lleven mucho más allá de lo que ella desea. En ese sentido, los marxistas revolucionarios, sin el menor sectarismo, deben impulsar la unidad de acción por toda medida concreta de lucha antidictatorial, cualquiera que sea quien la proponga o la dirija).

Durante las cuatro décadas en las cuales la dinastía de los Somoza, con pleno apoyo del imperialismo yanqui, ha venido oprimiendo a Nicaragua, la clase trabajadora, los campesinos y el pueblo han sufrido espantosas condiciones de vida y una falta absoluta de libertades públicas. Gran parte de la burguesía nicaragüense, con excepción de los amigos civiles y militares de la dictadura, se ha visto expuesta a la voracidad de la famüia So- moza, que le arrebata tierras y empresas. Sin embargo, esta bur- guesía cobarde se mantuvo durante décadas en la simple oposi- ción parlamentaria. La burguesía antisomocista sólo ha pasado a la oposición activa en la medida en que la crisis económica la ha empujado a ella, y cuando contó con el visto bueno de un sector del imperialismo yanqui.

La burguesía opositora, antes y después del asesinato de Chamorro, ha intentado lograr una salida negociada, que asegure una transición gradual y controlada hacia un régimen de rela- tiva democracia burguesa, y que ante todo garantice la supervi- vencia del estado. De allí una de sus últimas miserables fórmu- las que propone durante la huelga general para salir de la crisis: renuncia de Somoza, pero elección de su sucesor por la Cámara somocista!!

V El imperialismo yanqui, por su parte, intenta aplicar en

Nicaragua su plan de “contrarrevolución democrática”, también

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conocido como Plan Cárter, y que está ensayando en América Latina y en todo el mundo. En el marco de ese plan, Somoza puede ser un peón sacrificable. Los sectores del imperialismo que lo apoyan incondicionalmente parecen ser minoría en Was- hington. Pero el fondo de la cuestión para el imperialismo no es dejar o sacar a Somoza, sino cómo evita que las contradicciones desemboquen en un proceso revolucionario. Por eso, Cárter manifiesta oficialmente su “apoyo a todos los gobiernistas u opositores que se esfuerzan por buscar una solución pacífica” (6/1/78).

VI

La crisis por la que atraviesa Nicaragua no tendrá una salida favorable para las masas trabajadoras, campesinas y populares, dentro de los marcos en que quieren mantenerla el imperialismo, la Iglesia y la burguesía opositora. La única salida para esta crisis es el derrocamiento de Somoza y la instauración de un gobierno que cumpla el siguiente programa:

* Armamento de las masas obreras, campesinas y populares y liquidación de la Guardia Nacional.

* Expropiación de todas las empresas de Somoza, sus familiares y de todos los colaboradores de la dictadura, y que sean colocadas bajo control de los trabajadores. Expropiación, bajo control de los trabajadores, de todos los monopolios imperialistas.

* Reforma agraria, expropiando a los terratenientes y en- tregando las tierras a los campesinos.

* Ruptura de todos los pactos políticos y militares con el imperialismo.

* Libertad de todos los presos políticos y retorno de los exiliados. Plenas libertades de prensa, organización política y sindical, reunión, manifestación y huelga.

* Disolución del parlamento y de todas las instituciones del estado somocista.

* Elecciones libres para una Asamblea Constituyente que reorganice el país al servicio de los trabajadores, los campesinos y el pueblo.

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VII

En Nicaragua, el movimiento obrero —el único que garantiza un gobierno capaz de aplicar hasta sus últimas consecuencias este programa y de orientar el país hacia el socialismo— no ha logrado aún las organizaciones de masas ni el partido marxista revolucionario capaces de tomar el poder. Como hemos señala- do, lo que hoy enfrenta a Somoza no es un movimiento de masas sólidamente dirigido por la clase trabajadora, sino un amplio movimiento popular, en el que participan obreros, campesinos, estudiantes, profesionales, pequeños comerciantes, etcétera. Con sus confusiones, fraccionamientos, e incluso concesiones graves de algunas de sus alas a la burguesía opositora, y a la Igle- sia, el sandinismo es, sin embargo, el ala más radicalizada de este movimiento. La burguesía antisomocista, con su declaración de huelga (y antes, con la organización de la UDEL —Unión De- mocrática de Liberación—), quiere convertirse, y en gran medida lo logra, en la dirección política del movimiento de masas, para evitar que éste desborde y liquide al estado burgués, y para conseguir, en acuerdo con el imperialismo y sectores del propio ofi- cialismo, el recambio de Somoza. En cuanto logre este objetivo, o en cuanto las masas desarrollen acciones lo suficientemente in- dependientes como para amenazar el estado y la propiedad privada, inevitablemente cambiará de trinchera.

La unidad en la lucha práctica contra Somoza, que incluye a la Iglesia y a los sectores burgueses opositores, es progresiva, puesto que ayuda a la movilización de las masas y fortalece la lucha antidictatorial. Pero los marxistas revolucionarios no lucharán por un gobierno que incluya en su seno a representantes de esa burguesía opositora que, tras décadas de complicidad con Somoza, sólo puede traicionar los intereses obreros y populares, y la lucha antiimperialista. En la eventualidad que, tras la caída de Somoza, se constituyera un gobierno de ese tipo, los marxistas revolucionarios le negarán todo apoyo político y lo combatirán implacablemente.

VIII

Tanto como alternativa a Somoza como al plan de recambio burgués, no es posible —por las características concretas del movimiento de masas antidictatorial— levantar la consigna de

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gobierno obrero, apoyado en los campesinos y el pueblo; es decir, la dictadura del proletariado. Esta realidad objetiva au- menta el peligro de que, si cae Somoza, triunfen los planes de recambio del imperialismo, la Iglesia, y la burguesía. Ante ello, los marxistas revolucionarios deben luchar por un gobierno obrero y campesino.

En las actuales circunstancias, un gobierno obrero y campesino es el gobierno de las organizaciones obreras, campesinas y populares —incluido el Frente Sandinista— que rompan con la burguesía nicaragüense y el imperialismo, comprometiéndose o cumplir el programa enunciado por el punto VI.

Los marxistas revolucionarios deben luchar por la instaura- ción de ese gobierno, defenderlo de los ataques del imperialismo y la burguesía y exigirle el cumplimiento del mencionado programa revolucionario. Sin embargo, en tanto que no se trataría de un gobierno de la clase obrera, no deben entrar en él y sólo lo apoyarán políticamente en el cumplimiento de las medidas programáticas que proponemos.

IX Encarando la lucha con este programa y estas consignas,

los marxistas revolucionarios nicaragüenses deberán comprome- ter todos sus esfuerzos en la construcción de un partido obrero, que luche por la dirección política del movimiento de masas; es decir, en la construcción de la sección nicaragüense de la IV In- ternacional.

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LA AGONÍA DEL SOMOCISMO Y EL CURSO ACTUAL DE LA

REVOLUCIÓN EN NICARAGUA

Fausto Amador*

Introducción Desde el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, el 10 de

enero pasado y más particularmente a partir del primer lock out general contra Somoza, Nicaragua vive varios procesos simultá- neos e interconectados. Por una parte, un auge creciente de las masas que se traduce en manifestaciones callejeras, huelgas estudiantiles y obreras, levantamientos urbanos espontáneos. Por otra, la formación en todo el país, estimulada más o menos directamente por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de pequeños comandos militares en que participan amplios estratos sociales, incluyendo sectores de la pequeña bur- guesía alta. Su actividad principal ha sido procurarse armas, preparar bombas y entrenarse para enfrentamientos armados urbanos con la Guardia Nacional de Somoza. En tercer lugar, la es- tructuración de todas las fuerzas políticas de oposición en un bloque llamado Frente Amplio de Oposición (FAO), que oculta mal la heterogeneidad de sus componentes. El FAO tiene una base multiclasista: en él se reúnen la oposición burguesa tradicional (Partido Conservador) con escisiones del partido de So- moza, “Los Doce”, las dos fracciones del Partido Socialista Ni- caragüense (PSN) y la burocracia sindical. * Documento basado en el informe polftico aprobado por el Comité Na-

cional de Dirección Central de la O.S.T., el 24/9/78. San José, Organiza- ción Socialista de los Trabajadores.

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La combinación de estos elementos en la acción política ha llevado a un desarrollo tumultuoso de apariencia caótica en la escena social nicaragüense: sucesión de huelgas y manifestaciones, concentraciones multitudinarias, lock out patronales contra el régimen y estallidos insurreccionales.

La ofensiva de septiembre Cuando el 12 de agosto un comando del FSLN toma el Pa-

lacio Nacional de Nicaragua con las cámaras de diputados y senadores en pleno, en la más espectacular de las acciones del Fren- te, el movimiento propio de las masas se encontraba por su parte en pleno auge. Los empleados hospitalarios (12.000 personas) llevaban en ese momento 32 días de huelga general y los hospitales habían sido militarizados. Precisamente el día de la toma del Palacio Nacional el sindicato más combativo del país, el SCAAS (Sindicado de Carpinteros, Albañiles, Armadores y Similares) se unía al paro de labores en solidaridad con los hos- talarios. Ese día también pasan a huelga empleados de la Univer- sidad de León y otros sectores.

El 24 de agosto el Frente Amplio de Oposición hace un llamado general a un lock out patronal que es seguido lentamente. Cuatro días más tarde a duras penas el 60 por ciento de los negocios se encuentran en paro y no es sino hasta el 4 de setiembre que un 80 por ciento de las actividades económicas se encuentran interrumpidas.

Mientras tanto el 29 de agosto, los comandos militares de la oposición antisomocista, articulados y estructurados principalmente por el FSLN, pasaban a la acción en Matagalpa. To- maron la ciudad por pocos días y lograron replegarse sin ser ani- quilados cuando la Guardia Nacional logra ganar de nuevo el control, después de haber salvajemente bombardeado la ciudad. Las acciones de Matagalpa, probablemente precipitadas, formaban parte de un plan general de ofensiva militar del FSLN contra el somocismo.

Esta ofensiva tomaba como referencia el lock out anterior en que se había considerado erróneamente que era suficiente con el envío a sus casas de los empleados y obreros, con sueldos pagados adelantados, para que Somoza cayera. Esta vez, en el

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contexto del perro decretado el 24 de agosto por las asociaciones patronales, se trataba de darle al mismo tiempo una imple- mentación militar.

El lock out se va generalizando lenta pero persistentemen- te. En esa situación el FSLN lanza su ofensiva. Esta tenía dos ejes fundamentales de acción: la toma de varias ciudades simul- táneamente, llevada a cabo por los comandos urbanos. Esto te- nía como objetivo distraer el máximo posible de efectivos militares del régimen, para permitir la acción de columnas militares fuertemente armadas del FSLN a partir de territorio costarricense con el propósito de “liberar” alguna zona, militar y política- mente importante. Probablemente la zona de Peñas Blancas en la frontera con Costa Rica y las zonas cercanas inmediatas de Ri- yas y San Juan del Sur, puerto en el Pacífico de Nicaragua.

Según el proyecto original, en la zona tomada sería procla- mado un gobierno provisional que al parecer habría de ser rápi- damente aceptado por algunos gobiernos latinoamericanos de los cuales se recibiría ayuda militar inmediata. Entre los gobiernos que habrían dejado entrever esta eventualidad estarían Pa- namá, Venezuela, Colombia, México...

Las acciones armadas no logran cumplir ninguno de estos objetivos. Los levantamientos en las ciudades se producen en tiempos desiguales y la columna militar del FSLN interviene con atrasos y tropiezos considerables de forma que el ejército somocista puede ir sofocando los levantamientos de las ciudades uno a uno a través de bombardeos y ametrallamientos genocidas sobre la población civil.

Masaya, León, Chinandega, Jinotepe, Diriamba y finalmente Estelí experimentan el fuego y la masacre; se calculan las víctimas entre 5 y 10 mil muertos, con un número de heridos aproximándose a las 50 mil personas.

Los propósitos políticos de la ofensiva general del FSLN eran de acentuar el aislamiento del régimen somocista y de acelerar su descomposición. Se buscaba lograr que le abando- naran a su suerte y le quitaran apoyo los aliados tradicionales de Somoza, especialmente el imperialismo norteamericano. Se trataba de mostrar el grado de explosividad de la situación po- lítica de Nicaragua provocada por la presencia del somocismo eri el gobierno. El Frente Sandinista desde los primeros días llamó a la formación de un gobierno provisional constituido

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por el grupo burgués llamado de “Los Doce”, con que el FSLN tiene acuerdos políticos, y basado en un programa de reformas sociales parciales y moderadas en el cual los únicos amenazados de expropiación serían Somoza y su familia.

¿Qué mantiene a Somoza en el Poder? El régimen somocista ha resistido los tremendos lock outs

organizados masivamente por la burguesía contra él, una suce- sión de acciones violentas de masas, acciones guerrilleras entre las más espectaculares de la historia del país y, finalmente, casi una ofensiva militar en regla. Si a pesar de todo ello Somoza se mantiene en el gobierno, esto se explica por la función tan especial que desempeña el somocismo en la estructura del poder en Nicaragua. Somoza no es simplemente un dictador latinoamericano más y su dinastía hereditaria no es simplemente otra forma de gobierno más o menos estable o transitoria.

La formación del estado burgués en Nicaragua a partir de la independencia frente a España fue lenta y difícil. Las capas sociales dominantes vieron una y otra vez alterados sus proyectos políticos por las intervenciones imperialistas y la agitación de los campesinos. La guerra civil efectiva o latente fue la ex- presión constante tanto de las divisiones originadas en el interior de la oligarquía por los choques sociales, como de las dificultades de constitución de un estado con monopolio del ejercicio de la violencia.

La guerra sandinista destruyó finalmente en los años 30 toda la endeble estructura anterior del estado. Este tuvo que ser reconstruido totalmente bajo la protección del ejército norteamericano de ocupación. El producto de la intervención contrarrevolucionaria norteamericana es el régimen de Somoza. En él se confunden la forma y el contenido. El somocismo es la primera estructura de poder estatal burgués en Nicaragua que se ha mantenido estable por un largo periodo, desde la independencia.

La Guardia Nacional, el clan económico y político gigantesco de Somoza y sus socios directos, tienen como madriguera las principales instituciones administrativas, militares, de justicia... Sus raíces se entrelazan con los mismos cimientos del estado y toda su estructura se tiene en pie juntamente con él.

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Cuando el enorme ascenso del movimiento de masas precipita la crisis política en Nicaragua y el régimen de Somoza comienza a ver erosionarse irreversiblemente su base social, es toda la estructura del poder burgués la que se ve amenazada de muerte. La crisis del somocismo es la crisis del estado y sus instituciones en todas sus dimensiones. Es una crisis agudísi- ma de la dominación de clase de la burguesía que había encontrado en Somoza la primera forma de estructuración sóli- da. Si Somoza no cae, a pesar de su debilidad es porque su ré- gimen ha ocupado todo el espacio político. No existe todavía una alternativa que pueda remplazarlo.

La crisis del régimen somocista toca las raíces mismas del poder de la burguesía y del imperialismo en Nicaragua. Las masas nicaragüenses en su lucha contra Somoza traducen y po- nen a la orden del día sus propias reivindicaciones de clase, su aspiración a la tierra y al control de sus condiciones de pro- ducción.

Somoza y su régimen son la forma concreta, hoy deterio- rada, erosionada y en decadencia, con que se estructuró el aparato del estado en Nicaragua. La burguesía y el imperialismo quieren abandonar al somocismo y reestructurar una forma más estable de poder, pero no encuentran alternativas o recambios, siquiera temporales, que no amenacen con el derrumbe a todo el edificio del poder.

El auge de las masas precipita la descomposición del régi- men y hace saltar en pedazos los plazos, los tiempos y los már- genes de maniobra que necesita la burguesía criolla y el imperialismo.

La revolución nicaragüense toma su curso y lo profundiza, aunque por vías disfrazadas. Múltiples circunstancias se confa- bulan en la tarea de ocultar el carácter de clase de la lucha contra Somoza. El propio Frente Sandinista se esmera en cubrir y disfrazar ante las masas el carácter de clase contra clase que tiene la crisis. Su programa defiende las relaciones capitalistas de propiedad. Sus alianzas con sectores burgueses y su fórmula burguesa de gobierno de “Los Doce” se encuentran en la misma diná- mica.

Pero en medio de eso la revolución nicaragüense sigue aún su curso. La Guardia Nacional tiende a ser destrozada y desarticulada, ninguna fórmula de recambio aparece como operativa y

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cada intento del régimen y del imperialismo por ganar tiempo profundiza todavía más su descomposición. Las opciones imperialistas frente a la ofensiva de setiembre

Frente a la gravedad de la situación, el imperialismo norteamericano tenía muy pocas opciones. La caída de Somoza precipitaría en profundidad una crisis del poder y pondría a la orden del día la necesidad de reconstituir completamente el aparato de estado. Esto obligaría al imperialismo y a la burguesía a encontrar una fórmula de poder que llenara el vacío que las masas tenderían sin duda a llenar por su propia cuenta. Sin esa fórmula imperialista de poder les sería imposible reestructurar la dominación burguesa en Nicaragua.

Teóricamente este papel podría ser llenado por una coali- ción de algún sector del ejército que, sin tener demasiado teñi- das de sangre las manos, estuviera dispuesto a romper con So- moza y recibiera cierto grado de credibilidad frente a las masas por su relación con algún sector de la oposición burguesa.

Esta salida parecería estar favorecida por la propia situa- ción interna de la Guardia Nacional. Somoza por su cuenta se había movido con una enorme rapidez. Ya el 4 de setiembre ha- bía arrestado a más de 200 líderes opositores burgueses y sindicalistas de la FAO, y el 28 de agosto, 85 oficiales habían sido detenidos acusados de complotar contra Somoza. Poco antes de los levantamientos fueron asesinados en forma extraña los miembros principales del estado mayor de los Boinas Negras, cuerpo especial de asesinos uniformados entrenado y dirigido por mercenarios norteamericanos y sudvietnamitas. En su mando central se encontraba nada menos que Iván Alegrette, militar semirretirado, particularmente sanguinario, sobre el que caían sospechas de estar implicado en el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro.

El ejército de Somoza antes de la ofensiva del FSLN se encontraba convenientemente dividido en cuatro sectores con diferentes mandos, jerarquías, cuarteles y abastecimiento logísti- co. La Tercera Compañía y el batallón blindado bajo el mando y control de José Somoza; la Escuela Básica de Infantería (EBI), con cantidad ilimitada de recursos, bajo el mando de Anastasio Somoza Portocarrero, el “Chigüin”, hijo de Tacho y también

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conocido como Tachito, los Boinas Negras ya mencionados y el eiército regular. Es de notar que los comandos departamentales del ejército regular tienen a su servicio una escasa dotación de efectivos y recursos militares.

Es evidente que Somoza, curándose en salud, había realizado una profunda labor de control de sus cuerpos de oficiales y de los clanes militares.

La detención y tortura de los 85 oficiales, así como el asesinato de Alegrette y su estado mayor concluía una labor de de- puración interna. Cabe añadir que en las masacres y asesinatos de los últimos enfrentamientos, Somoza se encargó de que se tiñeran las manos de sangre hasta los oficiales normalmente encargados de funciones administrativas internas.

Con todo esto la salida de un gobierno de coalición de militares “limpios” y de algún sector de oposición se volvía im- practicable. El primer sector de oposición burguesa que se arriesgase a semejante aventura habría sufrido de forma inmediata el más completo repudio y desprestigio.

Otra alternativa abierta para el imperialismo era la inter- vención militar abierta de sus tropas de ocupación. Esta posibilidad seguirá amenazando continuamente la revolución nicara- güense en curso. Pero no es un recurso fácü tampoco. Sus costos políticos son enormes y de consecuencias impredictibles. No solo tendría el imperialismo que enfrentarse al repudio y movili- zación de sus propias masas como ocurrió durante la guerra de Vietnam, aún más, una intervención militar imperialista, bajo cualquier cobertura, arriesgaría desencadenar una crisis política generalizada a toda la región centroamericana, bastante inestable y altamente explosiva ya.

Frente a esas disyuntivas el imperialismo norteamericano se decidió por el recurso políticamente menos costoso y arries- gado: apoyar y sostener a Somoza, por el momento al menos.

El apoyo que el imperialismo otorgó a Somoza tenía un sentido militar y político preciso basado en dos ejes centrales: causar el mayor grado posible de daño a las fuerzas del Frente Sandinista e infligir el mayor margen posible de masacre a la población, bajo la cobertura de los enfrentamientos armados. El propósito básico de esta estrategia terrorista sanguinaria era retener el auge creciente del movimiento de masas con una masacre que le cortara el aliento y herir en profundidad la fuerza

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de choque del Frente Sandinista. Todo ello simplemente apenas para poder ganar tiempo. Algunas semanas, algún mes de respiro mientras se encuentra una solución más estable.

Ninguno de estos propósitos sin embargo fue logrado. En todas las ciudades las fuerzas del Frente Sandinista lograron replegarse a tiempo conservando intactos el grueso de sus efectivos y la masacre terminó en una indignación popular sin sig- nos evidentes ni de desaliento ni de desmoralización.

Aunque en general el país vive actualmente un momento de reflujo de luchas, se trata básicamente de un periodo de re- cuperación de fuerzas que será, con toda probabilidad, bastante breve.

El resultado de los acontecimientos, por otra parte, deja una situación mil veces más inestable. Centenares de fábricas y comercios destruidos precipitan un desempleo súbito y masivo, el mercado interior se restringe y el mercado centroame- ricano queda interrumpido.

La fuga de divisas fue precipitada y tormentosa. Sola- mente el 2 de setiembre fueron retirados 30 millones de dóla- res del sistema bancario. Sólo el 11 de setiembre se anuncian medidas para evitar fugas de divisas y el 12 el presidente del Ban- co Central anuncia la restricción de transacciones con divisas. Pero todas estas medidas fueron apenas superficiales y dirigidas contra el público en general. El régimen somocista tuvo que permitir que la burguesía y sus propios adeptos sacaran su dinero del país puesto que de haber intentado impedirlo se ha- bría creado un pánico que habría acelerado aún más su des- composición interna. Por otra parte los bombardeos y las pla- gas hicieron estragos en la cosecha de algodón, principal fuente de explotación del país. Miles de casas fueron destruidas.

Las condiciones sociales del país después de la ofensiva sandinista dejan una situación política y social mucho más explosiva. Si Somoza y el imperialismo pretendieron ganar tiempo con la masacre, lo que lograron, en el fondo, fue profundizar aún más la crisis del poder burgués en Nicaragua.

El apoyo de las masas

La ofensiva del Frente Sandinista en cada uno de sus frentes de batalla contó con la simpatía, solidaridad y apoyo

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completos de las masas. Pero se trató de un apoyo y solidaridad Individual, no orgánico ni estructurado, la mayor parte de las veces, además, simplemente pasivo. Las masas no pasaron a la ac- ción directa, salvo en casos aislados y puntuales. Organizaciones espontáneas no surgieron ni en forma embrionaria siquiera. No existe evidencia de acción independiente de las masas en medio del conflicto militar. En Masaya y Estelí, donde las acciones militares del Frente Sandinista contaron con el mayor entusiasmo popular, apenas existen indicios de organizaciones puntuales de vecinos para defender algunos barrios.

La popularidad de la ofensiva del Frente Sandinista contrasta fuertemente con la ausencia de la actividad organizada de las masas. Hay varias razones que explican este contraste. En primer lugar, el contexto dentro del cual se da la ofensiva sandinista es el de un lock out patronal. Los obreros reciben su paga completa y son enviados a sus casas. L. Por otra parte, el momento de la insurrección es escogido arbitraria y voluntariamente por el Frente Sandinista sin tener en cuenta el desarrollo de la actividad propia de las masas.

La Revolución de Octubre y el partido de Lenin nos dejaron importantes lecciones en este terreno. El momento de la insurrección es de vital importancia y se decide en base al desarrollo de la actividad política general. Es en el punto culmi- nante de la acción propia y autónoma de las masas cuando el partido revolucionario lanza la insurrección, habiéndose asegurado previamente que el desarrollo de los organismos propios del movimiento popular los coloque en capacidad general de pasar a la ofensiva de una forma orgánica y articulada.

En Nicaragua la ofensiva sandinista se produce en medio de un ascenso de luchas, pero antes de que éste se encuentre generalizado o siquiera haya dado lugar a la formación espontánea de organismos autónomos de clase.

Finalmente, el tipo de acción que tiene lugar en las ciudades da poco margen a la participación activa y orgánica de las masas. Grupos de comandos toman casas y concentran su actividad en recoger las armas de la ciudad y realizar emboscadas de francotiradores contra los efectivos de la Guardia Nacional.

El Frente Sandinista En los recientes acontecimientos ha aparecido el FSLN co-

mo el centro de la acción política en curso y de la atención in-

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ternacional que se ha vertido sobre Nicaragua. Ningún análisis del proceso revolucionario en Nicaragua puede ser válido sin estudiar al FSLN y fijar la posición a tomar ante él.

Hay que aclarar sin embargo que resulta algo difícil considerar al FSLN como una acabada unidad. Es sabido que el Frente Sandinista no forma un bloque compacto. Tres fracciones públicas aparecen con la bandera y el nombre del Frente. Los conocidos como “terceristas”, cuya dirección está integrada por Daniel Ortega, Víctor Tirado y Humberto Ortega principalmente. Aunque normalmente estos no admiten ser tendencia, sino que pretenden ser el Frente mismo, última- mente se han puesto el nombre de Tendencia Insurrección. Otra tendencia es la de la Guerra Popular Prolongada (GPP), dirigida fundamentalmente por Henry Ruiz y Tomás Borge y finalmente la Tendencia Proletaria cuyo principal dirigente es Jaime Wheelock.

Aunque la Tendencia Proletaria expresa cierto movimien- to de ruptura con la burguesía, las diferencias programáticas y de línea entre las tres no son de un carácter que permita darles crédito político a una frente a las otras.

Los “terceristas” son quienes se llevan la responsabilidad directa tanto del impulso al grupo burgués de “Los Doce” como de la ofensiva militar de setiembre. Las otras tendencias, aunque de forma subordinada y poco entusiasta, también pres- taron su colaboración activa. La fórmula de gobierno de “Los Doce”, proclamada hoy por los terceristas, fue rápidamente apoyada por la tendencia GPP, aunque de forma “crítica”.

Nuevas divisiones están verosímilmente en proceso en el Frente como resultado de evaluaciones encontradas de la ofensiva de setiembre.

Por el momento, sin embargo, las diversas fracciones logran en general llegar a acuerdos prácticos frente a las acciones. Ninguna línea ha aparecido separando de forma drástica sus estrategias y la apreciación común del carácter fundamentalmente democrático burgués del proceso en curso. En base a ello y a la visión general que las masas tienen del sandinismo es permisible hablar de Frente Sandinista.

La revolución nicaragüense sigue su curso sin que su victoria o su derrota finales puedan ser previstas por nadie a par-

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tir de la actual situación de fuerzas en presencia. ¿Terminará el proceso revolucionario en una catástrofe definitiva para el movimiento de masas por fallos de dirección? Este es un riesgo indiscutible y la ausencia de dirección revolucionaria aparece tan- to más trágica ante esa eventualidad. De hecho, aunque no representara una derrota definitiva, la matanza mayor de la historia de Nicaragua ya ocurrió en las jornadas de setiembre como resultado de una desacertada dirección política y militar. Ya hemos apuntado antes algunos de los factores políticos que co- locaban la ofensiva en un marco equivocado. Las acciones del FSLN se produjeron al margen y, hasta cierto punto, en detri- mento de las acciones que brotaban del movimiento de masas. f*: Pero incluso desde el punto de vista estrictamente militar, la ofensiva fue mal planeada. Las columnas que hicieron papel objetivo de retaguardia, se quedaron con la fuerza de choque requerida por la vanguardia, mientras esta en las ciudades quedaba prácticamente falta de medios. Una ley básica de la guerra, como es la distribución proporcional de los recursos en re- lación a los objetivos militares, no fue obedecida por el Frente Sandinista. En Nicaragua, el grueso de los recursos del aparato militar del Frente debió teóricamente haber estado presente en las ciudades, que se batieron contra el grueso de las fuerzas de Somoza con efectivos casi ridiculamente pequeños. Estos recursos se hallaron de hecho en frentes operativos en las zonas fronterizas y no entraron apenas en acción en su mayor parte.

El volumen de la destrucción y la matanza efectuadas por la Guardia Nacional no pueden dejar de afectar los realinea- mientos políticos internos del Frente. La Tendencia “Terce- rista” del FSLN preservó casi enteramente sus cuadros. Pero se han creado fuertes contradicciones en sus centros de mando.

En la actualidad, todos los Estados Mayores del FSLN es- tán en profundo proceso de reevaluación de sus actuaciones y se vislumbran posibles crisis de las diferencias que surgen. Los centros de dirección en las ciudades entran en contradicción con la dirección nacional y en algunos sectores se llega a cuestionar esta dirección, producto de un proceso histórico muy complejo y nunca sometido a una supervisión democrática por las bases. Aparecen líneas de fractura ante la política inmediata a adoptar, centradas en la alternativa de preparar la continuación de la ofensiva militar al más breve plazo u organizar el repliegue con

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una política de más estrecha vinculación con las masas. Se in- cuba una crisis dentro de los organismos de dirección medios y altos del FSLN. Cualquiera que sea el resultado de las nuevas discusiones que vean la luz entre los cuadros de mando del Fren- te, su capacidad operativa será temporalmente afectada.

La situación interna de las fuerzas organizadas del sand mismo nos debe hacer a los revolucionarios todavía más prudentes a la hora de determinar nuestras preferencias políticas. La pre- sión de las masas, la influencia de la lucha de clases se expresan también en estas luchas ideológicas internas. No podían menos que hacerlo, aunque sea a través de vías sumamente desviadas. Constatamos, sin embargo, el lamentable hecho de que en este proceso ningún sector ha tendido a abandonar su apreciación sobre el carácter democrático burgués del proceso revolucionario en curso, ni su línea estratégica vanguardista.

El sandinismo: campo político de las masas A pesar de todo lo señalado, la ofensiva del Frente Sandi-

nista unida a la ferocidad de la represión llevada a cabo por el régimen, el estado de descomposición de éste, la popularidad masiva de las acciones del Frente Sandinista y el caos social y económico resultante, crean un cambio cualitativo en el panorama político nicaragüense.

El sandinismo se convierte en el campo general que las masas identifican como suyo en la lucha contra el régimen somocista.

El Frente Sandinista no es todavía una organización de masas como tampoco nunca lo fue realmente el Movimiento 26 de Julio en Cuba.

No es de masas en el sentido en que las masas no acuden a él para organizarse políticamente en su seno. La estructura del Frente Sandinista y el sandinismo inorganizado de las masas expresan la contradicción entre, por una parte, la crisis de direc- ción revolucionaria, las deficiencias orgánicas del propio movimiento de masas y el abandono histórico de las dirigencias de las organizaciones de clase nicaragüenses frente a su responsabilidad de ofrecer una dirección clasista, y por otra, la descomposición profunda del poder burgués.

El auge del movimiento de masas no encuentra aún sus formas orgánicas de expresión, en gran parte porque las dirigencias

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sindicales y el stalinismo han desertado esa tarea. Cuando las encuentre, a partir de las condiciones políticas actuales, por muy complejo que sea el camino será en relación, con y dentro del campo del sandinismo.

Esta situación ha sido producto combinado de la crisis de dirección revolucionaria en Nicaragua, de la rápida descomposi- ción del régimen somocista y del auge de las masas sin llegar aún a formar sus propias organizaciones de clase. En todo este proceso el Frente Sandinista ha estado presente, monopolizando en la práctica toda oposición al régimen en el campo político del movimiento obrero.

La crisis de dirección revolucionaria se expresa también en las propias filas sandinistas, divididas en tres sectores o tendencias públicas. Pero la revolución sigue avanzando al paso de la descomposición y erosión de las bases de apoyo de las estructuras de poder en Nicaragua.

La ausencia de dirección adecuada reviste formas dolorosas y tremendamente costosas para las masas. Pero no suprime la putrefacción profunda del régimen, la cual genera continuamente las condiciones en que la superación de la crisis de direc- ción revolucionaria sigue siendo posible.

La estructura y los efectivos organizados del Frente Sandi- nista de Liberación Nacional son mil veces más estrechos que un amplio, todavía desarticulado e informe sandinismo de las masas nicaragüenses.

La misma dirección nacional del Frente Sandinista en cualquiera de sus fracciones dista mucho de tener el prestigio y el reconocimiento popular que tenía Fidel Castro, por ejemplo, en Cuba. Pero el sandinismo es una actitud generalizada de las masas y el Frente Sandinista es la organización que capitaliza política- mente esa actitud.

En este contexto, y con independencia de su programa, de sus aliados y de sus fórmulas de gobierno, el Frente Sandinista se afirma cada vez más como el campo general dentro del cual las masas escogerán combatir para profundizar el curso de la re- volución. Después de los últimos sucesos existen solo dos campos de combate en Nicaragua: el de Somoza y el imperialismo, y el del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Esto no quiere decir que en el campo del sandinismo se encuentre solamente la revolución. Todo lo contrario, el progra-

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ma, las alianzas y las fórmulas de gobierno de los sandinistas son peligros notables, tal vez mortales, para la Revolución. La contrarrevolución aparecerá y tendrá que ser combatida tam- bién en el campo del sandinismo. Pero cada vez es más evidente que los desarrollos recientes en Nicaragua han visto cómo las masas identifican el campo sandinista como el terreno dentro del cual combatirán por sus reivindicaciones. En cada huelga particular, en cada movilización estudiantil, en cada manifes- tación, en cada enfrentamiento de clase, las masas escogen la bandera del sandinismo para expresar sus aspiraciones más inmediatas. Cuando ocurren muertes en enfrentamientos en los que el Frente Sandinista no ha tenido nada que ver, los cadá- veres son enterrados envueltos en la bandera del FSLN, sím- bolo elocuente del terreno, del campo político, en que las masas entienden que han muerto quienes luchan por las más ele- mentales reivindicaciones de clase.

Esta situación es determinante para los revolucionarios en Nicaragua y en el mundo. Independientemente de la dirección y de su programa, de sus alianzas y de sus fórmulas de gobierno, los revolucionarios nos colocamos de una forma decidida e incondicional en el campo del Frente Sandinista, apoyándolo contra el somocismo y el imperialismo y también contra la propia burguesía a la que se acerca. Nos oponemos a sus alianzas y a su programa, luchamos en cambio por un gobierno obrero campesino y por el socialismo, pero dentro del campo que las masas consideran como el suyo.

Cualquier otra actitud ignoraría la real situación de las fuerzas políticas en Nicaragua y arriesgaría desvincularnos de las aspiraciones y sentimientos de las masas nicaragüenses im- pidiéndonos luchar en su campo por las únicas soluciones a la crisis global de la sociedad: las alternativas socialistas.

El problema del gobierno

Se ha discutido si acaso el cambio actual de la situación no pondría a la orden del día la consigna de gobierno de: “Todo el poder al Frente Sandinista sin burgueses”.

Las consignas de gobierno que los revolucionarios lanzamos cuando se refieren a organizaciones a las que no concede- mos crédito político, son determinadas en función tanto del rol que juegan esas organizaciones dentro del reagrupamiento pro-

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pio de la clase, como de las responsabilidades directas que tie- en frente a las masas con relación a un poder al alcance de sus manos.

Ninguna de estas circunstancias se aplica al Frente Sandi- nista. Centro de simpatía y solidaridad, el Frente no es todavía el eje de organización de las masas. Tampoco el problema del poder y del gobierno es aún algo determinado por las decisiones, correctas o incorrectas, del Frente Sandinista. Pero lo que es más decisivo es que una consigna concreta de gobierno no puede preceder al movimiento organizado y propio de las masas. Go- bierno obrero y campesino es una consigna general, correcta y propagandística, del carácter de clase del proceso. Es obvio que necesitamos darle más contenido concreto. Pero no tiene ningún sentido determinar previamente a la iniciativa organizada de las masas la concresión que éstas le darán a la consigna general que exprese su propia aspiración al poder.

La tendencia “tercerista” del Frente Sandinista es la única que concreta su consigna de gobierno y esta es... ¡burguesa!

La fórmula de gobierno de “Los Doce” avanzada por los terceristas tiene una enorme importancia política. Disfraza el carácter clasista y revolucionario del proceso en curso. Ejerce un efecto nefasto sobre el proceso revolucionario desde ahora y no solo si “Los Doce” llegaran al gobierno. Significa que el campo de lucha en el que las masas identifican sus intereses y sus aspiraciones, el sandinismo, les presenta como alternativa de poder a las masas una fórmula de gobierno burgués, respetuosa de las relaciones capitalistas.

“Los Doce” son más aún. Son los elementos de enlace directo con el resto de la burguesía opositora, con el imperialismo y las burguesías latinoamericanas. Son el pivote de todas las maniobras que amenazarán de muerte a cualquier posible ala revolucionaria del Frente Sandinista.

¿Qué probabilidad existe de que la burguesía y el imperialismo aprovechen el puente burgués que se les tiende en la forma de un gobierno de “Los Doce”?

Primero que nada conviene recordar que gobierno de “Los Doce” no es lo determinante, sino cuál es la fuerza política y militar que detrás de ellos administrará la violencia estatal y con ello el poder.

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El imperialismo busca cortar la dinámica revolucionaria presente en la acción de las masas. Un gobierno de “Los Doce” solo podría ser un recurso desesperado, el último para frenar el- curso de la revolución. “Los Doce” no representan ninguna fuerza política organizada real, su peso lo reciben exclusivamente de ser los voceros políticos que los sandinistas han adoptado. El respaldo del Frente Sandinista es la única fuerza de “Los Do- ce”. Para el Frente Sandinista “Los Doce” burgueses son la “prueba de buena voluntad”, no comunista, no revolucionaria, de sus intenciones. Con el peso político de representantes del Frente Sandinista, “Los Doce” no son más que una componente del conjunto de las fuerzas burguesas de oposición agrupadas en el Frente Amplio de Oposición. Como tales, no sirven más que de puente a la relación del Frente Sandinista con el conjunto de la burguesía opositora.

La fórmula del Frente Sandinista de gobierno de “Los Do- ce” tendría actualidad sólo frente a un colapso total de la Guar- dia Nacional. Aun entonces serviría sólo para permitirle al Frente Sandinista evadir posibles responsabilidades de gobierno clasista. Mientras tanto “Los Doce” juegan a conciencia el rol para el que han sido colocados: distorsionar frente a las masas el carácter socialista de la revolución en curso.

Si Somoza no cayó no fue por su propia fuerza, sino porque la debilidad de las estructuras de poder en Nicaragua hacen de Somoza una pieza todavía insustituible. Esto quiere decir que los esfuerzos por derrocarlo tendrán que ser mucho mayores.

El tiempo que pretendía ganar el imperialismo con la masacre del setiembre negro nicaragüense se ha convertido apenas en el silencio pesado y amenazador que precede a las grandes explosiones.

Fórmulas de mediación y conciliación, intervención de la Iglesia o de la OEA, propuestas de cambios y promesas de ac- ción, son todas cortinas de humo poco eficaces. La crisis del ré- gimen sigue agudizándose en profundidad. El imperialismo con toda probabilidad se verá forzado a sustituirlo en un plazo breve. Pero quizás Somoza no sea tan tratable y razonable como para conducirse dócilmente de acuerdo a los movimientos y ca- prichos imperialistas. Es hasta probable que no lo sea, si se tiene en cuenta la monstruosa proporción del imperio económico que

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tiene que defender, tanto para él como para sus lacayos. Quizás entonces el imperialismo para desembarazarse de Somoza tenga que asesinarle a él, a su hijo, a su hermano, a su tío, a toda su familia y a sus principales allegados. Ya lo hizo con toda la familia del dictador Diem en Vietnam cuando lo creyó oportuno.

Pero eso no cambiaría los términos del problema en Nica- ragua, a no ser que el imperialismo se decidiera a ocuparla militarmente y desencadenar de esa manera un incendio a largo plazo más peligroso que el que pretende sofocar. Igual le suce- dió también en Vietnam.

La agonía del somocismo y las tareas revolucionarias Es a los socialistas revolucionarios a quienes corresponde

hacer todos los esfuerzos por destruir los obstáculos que ocultan el carácter de clase de la lucha popular en Nicaragua contra el régimen somocista. Luchando por la disolución de la Guardia Nacional y por el desarrollo de milicias populares que defiendan la revolución de los atentados militares imperialistas. Impulsan- do el movimiento hacia una asamblea constituyente popular y soberana, contra todas las fórmulas provisionales de gobierno elaboradas a espaldas de las masas que pretenden sustituir a Somoza sin referencia siquiera formal a la voluntad popular.

Que sea un gobierno obrero y campesino, un gobierno representante exclusivo de los intereses de los oprimidos el que sustituya a Somoza. Solo un gobierno así expropiará a los terratenientes y distribuirá la tierra a los campesinos; monopolizará la banca y el comercio exterior; expropiará no sólo las propiedades de Somoza sino también las de Alfredo Pellas y las del grupo Banco de América, las de los financieros ligados al consorcio Ju- lio Martínez y el Banic, las minas de oro en manos imperialistas como Bonanza y Siuna.

Solo así será posible reconstruir las ruinas que dejará el somocismo, dar vivienda y trabajo a toda la población y responder seriamente a las aspiraciones sociales que son el verdadero motor de la lucha contra Somoza.

El Frente Sandinista, en ninguna de sus fracciones públi- cas, defiende estas reivindicaciones. Pero en la lucha contra So- moza, el sandinismo es una actitud general de las masas que, aunque de una forma todavía desarticulada, toman campo en la lucha contra el régimen. También nosotros nos colocamos en

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ese terreno sin dejar de luchar por nuestro programa y sin dejar de denunciar las alianzas burguesas que le acompañan, sobre todo en el caso de la corriente “tercerista”, que es la de mayor volumen numérico de fuerzas y recursos.

Tomando claro partido por el Frente Sandinista en la guerra civil cuya primera batalla dejó un saldo de 10.000 personas asesinadas por la Guardia Nacional, los revolucionarios basan su estrategia y su acción política en la acción y la organización propia de las masas, ligando la lucha antisomocista a las reivindicaciones sociales más profundas y sentidas por todas las capas oprimidas de la población.

A pesar de la aparente calma reinante, una explosión sub- terránea de acontecimientos va preparando los siguientes episo- dios de la revolución nicaragüense. El Frente Sandinista, “terceristas”, mientras termina de conciliar las diferencias surgidas a raíz de la ofensiva, prepara nuevas acciones espectaculares dentro de su misma línea.

Las masas se encuentran en una situación social fuertemente agravada y frente a un régimen cada vez más débil y descom- puesto. El imperialismo busca e intenta imponer soluciones de recambio sin ninguna garantía de encontrarlas en el plazo necesario. Somoza, en tanto, se aferra al poder y realiza en el seno de la propia Guardia Nacional una persecución policíaca que no dejará de crear resquebrajamientos. La oposición burguesa se encuentra en un impasse, impotente, sin real posibilidad de negociar con el régimen sin desprestigiarse y sin medio de realizar acciones contra él sin que esto precipite un movimiento que se- ría incapaz de controlar.

La burguesía opositora en el FAO busca los medios para dotarse de su propia estructura militar. Al hacerlo, crea fuertes presiones disgregadoras en el propio Frente Sandinista, al mismo tiempo que acelera la toma de conciencia de parte de sus sectores más radicales acerca del peligro que significa, para el propio sandinismo. El imperialismo se mueve en todas las aguas, no escatima medios ni recursos, no desprecia ningún medio criminal.

A pesar de la masacre en las negras jornadas de setiembre, de las insuficiencias organizativas de las masas y de la misma crisis de dirección revolucionaria, la revolución nicaragüense se mantiene en curso. 128

El sandinismo: actitud revolucionaria de las masas

¿Qué es el sandinismo? Nicaragua es un país que ha sufrido los problemas sociales

y políticos en forma particularmente aguda: la superexplotación del campesino y la intervención directa del imperialismo. Am- bos fenómenos se remontan a los primeros años de la independencia. Ningún otro país de América Latina a excepción de Puerto Rico y Panamá, ha tenido mayor cantidad de intervenciones militares imperialistas. Bajo las tenazas de los levantamientos campesinos y las invasiones imperialistas la oligarquía se rompió continuamente, la guerra civil fue la constante más aguda de la historia de la Nicaragua independiente y finalmente resultó imposible consolidar una forma estable de domina- ción estatal. El estado jamás pudo imponer su monopolio en la administración de la violencia.

A finales de los años 20 del presente siglo, en el curso de una guerra civil como muchas anteriores, va apareciendo por primera vez en la historia de Nicaragua un movimiento políti- co que tiende a ligar los problemas centrales de las masas nica- ragüenses: el problema de la tierra, el problema de la autode- terminación nacional y el problema de los derechos políticos y sociales de las masas. Esto fue el sandinismo.

Frente a la intervención masiva del imperialismo norteamericano y en el curso de una guerra de liberación nacional, el sandinismo fue consolidándose en las masas campesinas. La Guerra Sandinista es una auténtica guerra de liberación nacional con base de masas y con una dirección surgida del propio movimiento anti-imperialista, vinculado a los problemas sociales más inmediatos y básicos de las masas como el problema de la tierra.

El anti-imperialismo de las masas nicaragüenses se llama sandinismo. Ese es el nombre concreto que le dieron las luchas. El movimiento campesino por la tierra se llama en Nica- ragua sandinismo y también así se llama la lucha por libertades democráticas y derechos civiles y sociales. Ninguna corriente política revolucionaria puede surgir y desarrollarse en Nicaragua sin una explícita referencia al sandinismo.

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¿Es entonces socialista el sandinismo? La lucha de las masas nicaragüenses por solucionar sus

problemas sociales y políticos tiene como referencia histórica fundamental la guerra anti-imperialista dirigida por Augusto César Sandino. Toda nueva batalla política de masas toma como punto de partida y se considera a sí misma como una con- tinuación de la gesta sandinista.

El sandinismo planteó los problemas fundamentales de las libertades políticas, el problema de la tierra y la lucha anti-imperialista. Pero estos problemas comunes a todos los países de capitalismo dependiente y su solución se plantea en los térmi- nos de cuáles son las fuerzas sociales motrices de ese proceso y cuáles son las tareas políticas y sociales que permitirán llevarlo a término.

El dilema que se planteó en la época de Sandino sigue presente de la misma forma en la actualidad.

¿Es un sector de la burguesía nacional el único que será capaz de llevar a término esos propósitos? ¿Es posible en el marco de las relaciones capitalistas resolver los problemas po- líticos y sociales planteados? ¿Es una alianza entre sectores burgueses y el movimiento obrero y el campesinado la fuerza social motriz del proceso?

Esta problemática escapa a las dimensiones nacionales de Nicaragua. Los mismos problemas se presentaron en la revolu- ción Rusa y en la Cubana.

Los marxistas revolucionarios sostenemos que los problemas sociales y políticos de Nicaragua, así como una auténtica independencia del imperialismo son incompatibles con las relaciones capitalistas de producción en Nicaragua. Solo en una perspectiva socialista se llevarán a término las tareas planteadas por el sandinismo y solo una dirección que tenga claridad sobre esos puntos será capaz de conducir exitosamente a la victoria a las masas nicaragüenses.

Pero estos no son los únicos puntos de vista presentes en las filas de quienes se comprometen con mantener la continuidad de la lucha sandinista en Nicaragua. Hay quienes piensan; que en el marco del capitalismo y en alianza con sectores burgueses es posible llenar las tareas que el sandinismo se puso como meta.

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El sandinismo solo tiene una salida histórica en una perspectiva socialista, pero la conciencia de ello es todavía confusa.

¿Qué relación existe entre el sandinismo y e Frente Sandinista de Liberación Nacional?

La juventud radicalizada de finales de los años 50, estimulada por el triunfo de la revolución cubana y bajo su aliento revolucionario se pone en movimiento de lucha contra la dictadura somocista. Relaciona con toda evidencia el proceso revolucionario cubano, de claro carácter socialista con las tareas sociales y políticas históricas planteadas por el movimiento sandinista. Toman responsabilidad en la continuación del sandinismo y su producto organizativo en 1962 en el FSLN. Sus principales dirigentes, Carlos Fonseca Amador, Silvio Mayorga, Jor- ge Buitrago, Tomás Borge y otros se consideran a sí mismos como marxistas y luchadores por una respuesta socialista a los problemas políticos y sociales en Nicaragua. Sin embargo, com- partían todos la idea de que para llevar a cabo la revolución socialista en Nicaragua era necesaria una etapa previa de desarrollo capitalista democrático.

El método político fundamental en el que se basaron fue la guerra de guerrillas. Esto hace que hayan influido muy poco en la vida organizativa de las masas nicaragüenses y que no hayan jugado casi ningún papel en la dirección de las luchas del movimiento obrero organizado.

Con el debilitamiento del régimen, la crisis económica y el creciente auge del movimiento de masas a partir de 1973, el Frente Sandinista se ve sometido a un triple proceso.

Internamente comienzan a darse los primeros enfrentamientos en la búsqueda de una línea política más correcta. En 1975 se producen las primeras rupturas públicas con la apari- ción de la Tendencia Proletaria.

Por otra parte sectores burgueses comienzan a dar muestras de actitud colaborativa con el FSLN lo que crea enormes presiones internas hacia la implementación de bloques y alianzas con la oposición burguesa contra Somoza.

Finalmente, la crisis del poder de Somoza, vinculado al aislamiento cada vez mayor del régimen mueve a un sector del Frente a propugnar una línea de acción militar con objetivos a plazo inmediato. Esto da lugar a la aparición de la Tendencia

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Guerra Popular Prolongada, entre los miembros de la dirección que se oponían a ese curso.

Es de notar que a esta altura sólo queda vivo Tomás Bor- ge, del grupo original fundador del FSLN.

La tendencia llamada “Tercerista”, que se queda con la mayor parte del aparato militar del Frente, es el resultado de todas esas presiones.

Promueve una alianza con sectores burgueses, crea el grupo burgués de “Los Doce” que le representan políticamente. Hace todos los esfuerzos posibles por borrar del Frente la imagen socialista que no pudieron dejar de imprimirle sus fundadores, defiende un programa de gobierno respetuoso del capitalismo.

“Esa es una política inteligente”, dicen unos, pensando quizás que es lo que mejor les permite obtener recursos y agrupar fuerzas. No tienen en cuenta, sin embargo, que a la caída de Somoza inevitablemente se planteará el problema de qué clase social y sirviendo qué intereses, dirigirá la sociedad y controlará el poder del estado. Es más, ese problema está planteado ya. El imperialismo está entretelones jugando todas las cartas. Solo las masas de trabajadores, claros de sus tareas, debidamente organizados, serán capaces de imponer una solución acorde con sus intereses y necesidades. Mientras el FSLN agrupe fuerzas y recursos con la burguesía se ve impedido de articular el movimiento propio de los trabajadores. Si lo hiciera se encontraría que los trabajadores de Diriamba luchan contra terratenientes que actualmente forman parte de los aliados del Frente Sandinista. No se puede estar con el capitalista y organizar a los trabajadores contra él, al mismo tiempo.

En resumen, el Frente Sandinista en sus tres tendencias, es, hasta el momento, la única expresión organizada del movimien- to sandinista en Nicaragua. Por esa razón capitalizan política- mente todo el sandinismo, desarticulado e inorgánico, pero vivo y vigoroso, de las masas.

Pero el Frente con sus tendencias es solo una expresión del sandinismo. La única que se ha producido organizadamente frente al reflujo del propio movimiento de masas. Ahora, con el desarrollo de las luchas populares se fecundarán formas organizativas y políticas nuevas del sandinismo de las masas. El sandinismo socialista y revolucionario tiene en este contexto las mejores posibilidades de desarrollo. 132

¿Cuál es la tarea organizativa central de los revolucionarios frente a la crisis actual del régimen somocista?

La caída de Somoza es apenas una parte de las tareas que las masas tendrán frente a sí. Pero es un elemento de una importancia excepcional. Si Somoza cae inevitablemente se crea- rá un vacío de poder y las masas tendrán la tarea de llenar ese vacío con sus propias fuerzas. Frente a ellas tendrán unánimes al imperialismo y a todos los sectores burgueses que intentarán aplastar sus organizaciones.

Pero el poder burgués saldrá fuertemente debilitado. Una correlación de fuerzas temporalmente favorable a las masas trabajadoras puede abrir enormes márgenes de acción y organiza- ción. Las masas deben prepararse ya para esas tareas.

El sandinismo inorganizado de las masas debe ser supera- do. La tarea central del momento es la organización de un amplio movimiento sandinista de masas dentro del cual participen en Frente Único todas las tendencias políticas organizadas del movimiento obrero, con exclusión de todo sector burgués.

A nivel de fábrica, de comunidades y de sectores campesinos, los trabajadores deben organizarse contra la dictadura enfrentándose desde ahora a toda forma de opresión a partir de sus necesidades más inmediatas.

La alianza con burgueses no ayuda sino que obstaculiza la organización propia de las masas. Eso debe ser claro.

Para lograr que la actitud sandinista, en ese sentido revolucionaria, de las masas se traduzca en formas organizadas los revolucionarios deben participar como la tendencia política que más efectivamente luche por un frente único organizado del sandinismo, al mismo tiempo que defienden un programa anti-capitalista de lucha.

El proceso de organización del sandinismo de las masas es- tá en curso. En parte espontáneamente y en parte propiciado por el frente de lucha llamado Pueblo Unido, que excluye ex- plícitamente sectores políticos burgueses organizados. Su nivel de desarrollo es todavía embrionario, pero esa es la tarea central de los revolucionarios en la Nicaragua de hoy.

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¿Qué actitud tener frente a los “terceristas” del Frente Sandinista de Liberación Nacional?

En la guerra que libran contra la dictadura estamos a su lado sin condiciones. A pesar de su programa, de sus alianzas y de sus fórmulas de gobierno. Debemos defenderles del régimen somocista y prevenirles de los peligros mortales que los acompa- ñan con sus “aliados” burgueses. Pero independientemente de los debates, discusiones y divergencias que tengamos con ellos por serias y profundas que sean, en la lucha contra Somoza les apoyamos y defendemos militantemente.

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SOMOZA SITIADO

Fred Murphy *

En una acción que podría calificarse como el atentado gue-

rrillero urbano más espectacular de la historia, el 24 de agosto, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) obligó al dictador nicaragüense, general Anastasio Somoza, a poner en libertad a cincuenta y ocho presos políticos y a pagarle al FSLN la suma de 500.000 dólares.

El 22 de agosto, alrededor de veinte guerrilleros del FSLN ingresaron al Palacio Nacional de Managua vistiendo uniformes verde oliva similares a los de la Guardia Nacional de Somoza. Tras un breve tiroteo con la Guardia Nacional, los comandos lograron tomar el palacio y apresar al ministro y al viceministro del interior y a más de cuarenta miembros de la Cámara de Di- putados, que se encontraba en sesión en el momento del asalto. Quince periodistas y más de mil empleados de gobierno quedaron atrapados en la operación del FSLN.

El palacio y los diputados y funcionarios de gobierno -^entre los cuales se hallaban un primo y un sobrino del general So- moza— estuvieron en poder de los guerrilleros durante casi dos días. El régimen no trató de desalojar a los guerrilleros, sino que prefirió negociar por intermedio del arzobispo católico de Ma- nagua.

* Intercontinental Press, Vol. 16 No. 33. New York, 4/9/79.

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En la noche del 23 de agosto, Somoza aceptó que se le- yeran tres comunicados del FSLN por la radio, liberó a los presos políticos, y les otorgó a ellos y a los guerrilleros salvocon- ductos para salir del país.

Un despacho fechado el 25 de agosto y publicado en el Washington Post describe las escenas que se produjeron en la ciudad cuando los comandos del FSLN y sus rehenes salieron del palacio y abordaron ómnibus:

“A lo largo de la ruta al aeropuerto, millares de personas se concentraban para aplaudir el paso de los guerrilleros. Las mul- titudes gritaban, 'Abajo Somoza' y 'Somoza al paredón!'

“Cuando despegaron los aviones donde viajaban los guerrilleros y sus rehenes, la multitud jubilosa atravesó los cordones de seguridad en el aeropuerto de Managua y aplaudió.

“Es fantástico. Es tremendo. Es un triunfo del pueblo, de- cía una joven en el aeropuerto. La policía antimotines lanzó chorros de agua contra un sector de la multitud que se abrió paso a la pista”.

Esta respuesta a la acción del FSLN demuestra cuánto se ha profundizado la oposición al régimen corrupto y represivo de Somoza, y revela la popularidad de que gozan los guerrilleros sandinistas entre las masas nicaragüenses.

Se han producido otros hechos que demuestran lo mismo. El 5 de julio, cien mil manifestantes salieron a las calles de Mana- gua para recibir a “Los Doce”, un grupo de destacados empresarios, abogados y personalidades académicas y religiosas nicara- güenses, estrechamente ligado a la fracción dominante del FSLN. El grupo de “Los Doce” apareció en octubre del año pasado, cuando sus integrantes abandonaron el país y emitieron un comunicado exigiendo la renuncia de Somoza y la formación de un nuevo gobierno que incluyera al FSLN.

El apoyo popular a “Los Doce” es tan grande, que Somoza se vio obligado a levantar los cargos formulados en su contra y permitirles volver al país. Desde entonces han realizado mítines en ciudades y pueblos, para llamar abiertamente a la “insurrec- ción popular” para derrocar a Somoza.

El 19 de julio se produjo una huelga general de 24 horas. Fue decretada por el Frente Amplio de Oposición (FAO), que

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incluye a “Los Doce” y a la mayoría de las organizaciones sindicales y políticas del país.

Desde entonces, Somoza se ve presionado por manifestaciones callejeras, huelgas de hambre, mítines, choques con la Guardia Nacional y otras formas de lucha. Se dice que se han producido fuertes choques armados entre la Guardia Nacional y las guerrillas del FSLN en la zona fronteriza con Costa Rica.

Posiblemente, existen problemas dentro de la propia Guar- dia Nacional. Esta combinación de ejército y policía ha garantizado la permanencia de la familia Somoza en el poder durante niás de cuarenta años. Se dice que últimamente se ha elevado el índice de deserción. En la segunda semana de agosto, Somoza relevó abruptamente a treinta y cinco jefes militares y policiales de la Guardia, hecho que por cierto no sirve para levantar la moral.

El mismo día en que la acción espectacular del FSLN li- beró a los presos políticos, las fuerzas de oposición llamaron a una huelga general por tiempo indeterminado, con el objetivo de derribar a Somoza del poder. Los primeros informes desde Managua indican que el comienzo ha sido vacilante, debido a que muchos empresarios y financistas que se oponen a Somo- za se niegan a paralizar sus operaciones, cosa que habían hecho voluntariamente en ocasiones anteriores.

Hasta el momento, el ascenso de masas contra el gobierno de Somoza ha sido dirigido por los adversarios capitalistas del dictador: “Los Doce” y el FAO. Estas fuerzas quieren utilizar la presión popular —y la amenaza armada del FSLN—para obligar a la renuncia de Somoza y su remplazo por un “gobierno de unidad nacional”.

En cuanto al FSLN, su fracción dominante no presenta alternativas políticas a la oposición procapitalista. Más aún, colabora con el FAO sin criticarlo. A nivel táctico, el FSLN se limi- ta a realizar acciones espectaculares y enfrentamientos militares con la Guardia Nacional en zonas rurales.

Si bien su audacia le ha granjeado gran admiración, la estrategia del FSLN relega a las masas al papel de espectadores pasivos. Todavía no ha surgido una dirección de alternativa que base su estrategia en el odio que se sienten las masas por Somoza y Que las organice y movilice en forma independiente para poner un rápido fin a la dictadura.

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ABAJO SOMOZA!

Camilo González*

En las últimas semanas dos hechos han simbolizado la si- tuación política en Nicaragua: primero fue la toma del Palacio Nacional por un destacamento del Frente Sandinista de Libera- ción Nacional (FSLN) que exigió entre otros puntos la libertad de decenas de guerrilleros presos y obligó a la dictadura a ceder y a aceptar una derrota parcial; ahora asistimos al levantamiento insurreccional en Matagalpa, que se ha desarrollado si- multáneamente con una huelga de los comerciantes.

La respuesta criminal de Somoza contra el pueblo, aparece como una salida desesperada de un régimen que tambalea y que no logra controlar la lucha antidictatorial. Nicaragua vive uno de sus momentos más críticos en una situación prerrevoluciona- ria que evoluciona hacia una generalización del levantamiento popular que puede conducir a la caída del régimen de Somoza. Miles y miles de trabajadores dicen hoy en Nicaragua: Abajo Somoza!! La huelga general y la insurrección popular

Todo el proceso de huelgas y movilizaciones está creando las condiciones objetivas para la huelga general y para una de- * El Socialista, No. 128. Revista del Partido Socialista de los Trabajadores (Colombia). Bogotá, 4/9/79. 138

rrota definitiva de la dictadura. En ello se cuenta el impacto producido por los levantamientos populares de carácter insurreccional que se han venido produciendo en algunas localida- des, tal como ocurrió en Molimbo y ahora ocurre en Matagalpa. Estas experiencias y el inmenso prestigio del FSLN hacen cada vez más factible la generalización de las acciones insurgentes del pueblo.

El camino de la huelga general y de la insurrección popular como vía revolucionaria para derrotar a Somoza estará determinado por la amplitud que cobren las organizaciones populares en las fábricas y poblaciones, en los centros de estudio y en los campos. Actualmente, de manera espontánea se vienen formando organismos de masas que demandan una dirección capaz de orientarlos y centralizarlos. El FSLN es la única fuerza que en este momento podría impulsar esta tarea y darle sustento a una alternativa de poder.

No a la intervención imperialista La gravedad de la situación para el régimen de Somoza lle-

va a los empresarios y al imperialismo a plantearse distintas salidas para frenar el ímpetu de las masas.

El imperialismo, en aplicación de la política Cárter, ha os- cilado entre propiciar el establecimiento de un nuevo gobierno burgués, del estilo del gobierno de “Los Doce”, y una línea de simples presiones a Somoza para que haga algunas concesiones. Este comportamiento oscilante refleja el temor a que la moviliza- ción popular se salga del control de los sectores burgueses antisomocistas y, de hecho, ha ayudado a Somoza a maniobrar tanto en el terreno militar como en la política de alertar a sectores de empresarios sobre el peligro de un proceso similar al de Cuba.

Los sectores antisomocistas de la burguesía —los mejores intérpretes del plan Carter— se vienen postulando como gobierno alternativo, apoyándose en el sentimiento antidictatorial de las masas y buscan una de dos salidas: el derrocamiento de So- moza en alianza con el FSLN, a condición de que éste se les su- bordine y sirva para apaciguar a las masas, o la vía negociada con Somoza para el cambio de gobierno.

El problema para todos estos planes de la burguesía y del imperialismo es que la movilización se acrecienta y radicaliza y

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se prestigia cada vez más el FSLN con su política democrático- revolucionaria, lo que constituye una seria amenaza. Expresión de esas dificultades de una burguesía débil y de una dictadura sustentada solo en la Guardia Nacional, han sido los plantea- mientos que han comenzado a hacerse sobre una intervención del imperialismo como mediador, de manera directa o indirec- tamente por intermedio de la OEA. Estos hechos y toda la experiencia de América Latina y de Nicaragua llaman a estar alertas rechazando todo tipo de intervención yanqui.

Abajo Somoza! Por un gobierno del FSLN y de las organizaciones de los trabajadores

En Nicaragua está planteada al orden del día la caída de la dictadura y hacia este objetivo se concentran y unifican todas las fuerzas democráticas. Al mismo tiempo se mueven distintas alternativas de poder; entre todas, la única que garanti- zaría la continuidad de la revolución es la de derrotar a Somo- za e imponer un gobierno del Frente Sandinista y de las organizaciones de los trabajadores, un gobierno provisional que llame a elecciones libres, que expropie a los Somoza, a la reac- ción y a las compañías imperialistas y ponga en marcha un plan económico obrero y popular.

Solidaridad internacional con la lucha del pueblo de Nicaragua contra la dictadura

La situación actual de Nicaragua exige la más amplia solidaridad. En Centroamérica, las características comunes de los pueblos hacen posible una gran campaña de apoyo a la lucha contra Somoza y de la misma manera en toda América Latina se entiende esta causa como parte de la misma lucha liberado- ra y por la revolución socialista. Es un momento crucial que exige la más consecuente actitud internacionalista, al que debemos responder todos los revolucionarios y en particular los militantes de la IV Internacional.

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Gobierno de los pobres ¡SI AL GOBIERNO DEL FSLN

NO AL DE FAO-PLN!*

Toda negociación (con Somoza) conduce a un pacto. Cornelio Huek (artífice del pacto “Kupia-Kumi”).

¿En qué consiste el proyecto que el FAO presentó a Somoza?

Dicho proyecto consta de dos partes. Una resguarda al gobierno de Unidad Nacional o de transición; otra, al método para llegar a tal gobierno. Ambas partes suponen la anuencia de So- moza para poder efectuarse.

El cuerpo del proyecto contempla la renuncia de Somoza, salvaguardándole todos sus bienes, y la reducción del rol del PLN en el gobierno a un 15°/o. Es decir, un gobierno durante tres años del FAO-PLN, repartido en un 85°/o - 15°/o respecti- vamente.

El poder Ejecutivo y el poder Legislativo actuales, serían sustituidos por un Consejo de Estado (con funciones legislativas) integrado por dos representantes de cada organización del FAO (28 representantes) y dos por el PLN. Para un total de 30 miembros del Consejo de Estado. Luego estos, de su seno, ele- girían tres personas que integrarían la Junta de Gobierno (con atributos de poder Ejecutivo).

* Proletario, No. 1. Órgano de la Liga Marxista Revolucionaria (Simpati- zante de la IV Internacional. Managua. 10/11/78.

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Al cabo de dos años, el Consejo de Estado daría lugar a una Asamblea Constituyente; y la Junta de Gobierno al cabo de tres, sería sustituida por un presidente, electo según las nuevas leyes que elaboraría la Asamblea Constituyente.

En cuanto al método para que este proyecto pueda efectuarse... Se espera que la Comisión “Mediadora” persuada a Somoza a enrumbar su maquinaria (que todo lo puede) hacia las trasformaciones constitucionales que hagan legal la transi- ción, y que reduzcan al PLN (su partido) a un 15°/o de gobierno .

En suma, se prepara un gobierno burgués pro imperialista del FAO-PLN durante tres años. Sin lucha contra Somoza. Sin expropiarle. Sin castigar a los criminales de la G.N. Sin des- mantelar a ésta. Sin que las masas determinen nada; ya que es con un gobierno de los luchadores del FSLN que éstas se identifican y en quienes confían, y no con el FAO que actualmente descarga sobre ellas el peso de la crisis económica.

¿Qué responderá Somoza? Que su maquinaria no la echa a andar en contra de sí mis-

mo. Y que, por supuesto, teniendo que permanecer en el gobierno hasta 1981, todo el proyecto es inconstitucional. Ofrecien- do, nuevamente, discutir las reformas a la ley electoral para las elecciones de 1981. Aunque se supone que Somoza guarda, como última carta, ofrecer un gobierno de unidad nacional con 50°/o para el PLN y 50°/o para el FAO.

El proyecto reaccionario del FAO es un castillo de naipes que reposa en la anuencia de Somoza.

Gobierno del FSLN Nos oponemos decididamente a ese proyecto reaccionario.

Y llamamos a un gobierno del FSLN (como gobierno de los pobres) para convocar de inmediato a Asamblea Constituyente, disolver a la G.N., expropiar a Somoza y al imperialismo, nacionalizar las industrias que operan despidos masivos, y solucionar el problema de desocupación, tierras, salarios, etcétera.

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Capítulo II

La caída del dictador

ABAJO SOMOZA POR UN GOBIERNO SANDINISTA

Darío González *

Nunca antes el FSLN se había sentido tan fuerte militarmente. Después de setiembre, las movilizaciones de masas que venían en ascenso desde enero del año pasado, sufrieron un debilitamiento, como resultado de la represión, una vez que los guerrilleros se retiraron de las ciudades que ocuparon. Sin embargo, a pesar de que no se planteaba la movilización de las masas, ni lograba encuadrarla orgánicamente en sus proyectos militares, el FSLN logró fortalecerse relativamente. En los últimos meses, después de algunas tomas de ciudades, por ejemplo, aun cuando no lograba retener las posiciones, ni era ese el objetivo, se retiraba acompañado por centenares de jóvenes, como en Ji- notega recientemente. Y es que a la juventud de Nicaragua objetivamente no le queda otro camino, si no quiere verse fusila- da por la Guardia Nacional en el curso de las operaciones “limpieza”.

Después de cada golpe del FSLN a la GN, hombres desarmados, mujeres y niños han sido asesinados por el somocismo durante los “cateos”. En esta forma se calcula un promedio de 20 a 25 muertes diarias, en vísperas de la actual ofensiva. Aho- ra aunque desorganizadas, las masas van a apoyar al FSLN.

Tal es el peso de las condiciones objetivas. Tal es la profundidad de su odio contra la dictadura. Ya saben, además, en

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qué consistiría una gran “operación limpieza”, si la ofensiva fuera derrotada o si los guerrilleros se retiran. Tienen vivo en la memoria el precedente de setiembre. Buscarán cómo defenderse aunque no quisieran. No existe otro camino.

Por eso, es difícil prever el desenlace de los combates en el terreno militar. En este aspecto, por otra parte, no es este el momento de hacer predicciones, sino la hora de la solidaridad con los combatientes sandinistas y con las masas de Nicaragua.

Sin embargo, en lo político, es necesario señalar los peligros que acechan a masas trabajadoras, cualquiera que sea el resultado militar inmediato, aun en el caso de victoria.

Los planes de la burguesía y del imperialismo El imperialismo ha estado jugando varias cartas en Nicara-

gua. Sostiene a Somoza y, al mismo tiempo, ha alentado a la oposición burguesa. ¿Cómo se explica esta política aparentemente contradictoria?

Hay un hecho cierto: Somoza, su tradicional agente, se ha trasformado en un aliado incómodo, y su gobierno no garantiza la estabilidad, lo que puede poner en peligro la dominación imperialista y la explotación capitalista. Dentro de los lineamientos del “Plan Cárter” de “contrarrevolución democrática”, sería necesario adelantar algunos “cambios desde arriba”, antes de que las masas estén en capacidad de realizarlos desde abajo. Dentro de tal política pueden no sólo presionar a Somoza, sino incluso llegar a propiciar su retiro. Pero lo que jamás podrían aceptar es que sean las masas quienes lo derroquen por la vía revolucionaria, porque con ello se precipitaría un proceso revolucionario en toda Centroamérica, por lo menos.

La salida por la que está el imperialismo es la de un proyecto de “apertura democrática” controlada, una solución negociada en la que participe la burguesía opositora. Pese a ello, el gobierno norteamericano hasta ahora ha sostenido a Somoza, pues todavía le han parecido riesgosas otras opciones. Espera que la oposición burguesa adquiera más prestigio y credibilidad entre las masas y que Somoza mientras tanto asesine a una cantidad suficiente de nicaragüenses en general y sandinistas en particular, como para dejar a las masas aterrorizadas, exhaustas y dispuestas a aceptar cualquier salida política de recambio.

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Entretanto, pues, el imperialismo apoya a Somoza con dinero y armas. La oposición burguesa, por su parte, ha buscado reunificarse y contar con el aval completo del Frente Sandi- nista, para garantizarse el apoyo de las masas.

Hoy, por su aislamiento político y la bancarrota económi- ca del país, el deterioro y la crisis del somocismo son de tal magnitud, que el imperialismo, ante la nueva ofensiva del FSLN, quizás se vea obligado a insistir en algún plan de recambio bur- gués o, por lo menos, a presionar a Somoza para que haga algunas concesiones a la oposición, en vista a las elecciones presidenciales de 1981. Es posible que el imperialismo presione en ese sentido, aun cuando no viera posibilidades de que los sandinistas derrotaran militarmente a la Guardia Nacional.

Nada diferente se puede esperar de la burguesía de Nica- ragua. Esta es una clase que sabe comprender que una lucha verdaderamente seria contra el somocismo exige una moviliza- ción revolucionaria tan fuerte de las masas, que ella misma y el imperialismo desde un principio se verían amenazados.

Se trata de una burguesía proimperialista, reaccionaria y cobarde. Si se relaciona en cierta medida, con las luchas de las masas, o algunos de sus sectores exaltan en ocasiones las acciones militares del FSLN, lo hace exclusivamente bajo la presión de sus intereses de clase, que siente afectados por lo que denomina “competencia desleal” de Somoza, y porque el dictador no le ofrece acuerdos que satisfagan sus intereses.

La burguesía opositora siempre expresa su odio a la revo- lución, cuando subraya que la suya es una lucha “cívica” y “constitucional”. El miedo que le ha inspirado siempre la movilización de los de abajo, la lleva a buscar una solución que deje en pie un ejército para asegurar sus intereses de clase explo- tadora, esperando que el imperialismo y un sector de la Guardia Nacional le tiendan la mano.

La responsabilidad de que el proceso se profundice tam- bién ha inquietado a los gobiernos latinoamericanos. De allí el papel que han querido cumplir, de una parte, dictaduras militares como la de El Salvador y Guatemala, que apoyan a Somo- za con soldados y armas y, de otra parte, gobiernos como el de Costa Rica, Panamá, México que acaban de romper relaciones diplomáticas, para respaldar de alguna manera un proyecto de recambio burgués.

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El programa del FSLN Es indudable que el FSLN ha jugado un papel central. Des-

de hace varios años viene enfrentando la dictadura con las armas en la mano, convirtiéndose en la vanguardia de las masas, a cuyos ojos constituye su alternativa de poder. La actual burgue- sía opositora, hasta ahora, ha gozado de muy poca simpatía en el seno de los trabajadores. A pesar de que el FSLN no ha establecido con las masas una verdadera relación orgánica, goza de un enorme prestigio. Sin embargo, no tiene un programa de lucha por un gobierno de los trabajadores. Hoy, por ejemplo, la “unidad sandinista” tiene como base fundamental en el acuerdo de las tres tendencias de luchar por un “Gobierno de Uni- dad Nacional”, con la burguesía.

Desde nuestro punto de vista, esta confianza depositada en la burguesía opositora constituye un grave peligro para las masas populares, para el desarrollo la revolución y para el propio sandinismo. Peligro que puede llevar, tras la caída de la dictadura, a que triunfen los planes de la burguesía y el imperialismo.

Nuestra política Se hace necesario presentar a las masas una alternativa de

poder y de gobierno, tanto frente a la dictadura como frente a los proyectos de recambio del imperialismo y de colaboración de clases con la burguesía opositora.

Sin embargo, la debilidad del movimiento obrero nicara- güense y, sobre todo, la inexistencia de un partido obrero marxista revolucionario, impiden plantear de manera inmediata la dictadura del proletariado.

Ante tales circunstancias, nosotros llamamos a los sandinistas a que no entreguen el poder a la burguesía opositora, a que luchen por su propio gobierno. Por el establecimiento de un gobierno del Frente Sandinista, que rompa con la burguesía.

¿Romperá el FSLN con la burguesía? Esto no lo podemos prever a ciencia cierta. Pero sí es previsible el surgimiento de tendencias en su propio seno que se pronuncien por el socialismo y el rompimiento con la burguesía. Existe, por otra parte, entre las masas espontáneamente sandinistas, una gran especta- tiva por una salida independiente de la burguesía. Es posible por ello que pueda llegar a configurarse un amplio movimiento 148

con esa perspectiva, si los marxistas revolucionarios y los sandinistas que se planteen por el socialismo les brindamos una alternativa de dirección a los trabajadores. Aunar todas esas fuerzas para que converjan en un solo torrente organizado, es otra de las tareas inmediatas.

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¡NI UN MINUTO QUE PERDER!* El imperialismo yanqui se va sacando la máscara. Mister

Cárter venía derramando lágrimas de cocodrilo por los “derechos humanos” violados en Nicaragua (aunque, por la espalda, ayudaba a Somoza con créditos del Fondo Monetario). Pero ahora, ante la perspectiva de que la dictadura se derrumbe por la lucha del sandinismo y de las masas insurreccionadas, EE.UU. amenaza con enviar una flota para hacer lo que Somoza ya no parece capaz: detener la revolución que vive hoy Nicaragua.

“No toleraremos otra Cuba”, chillan furiosos desde Was- hington, al ver que el tirano parece estar fracasando en la tarea de vencer la revolución con un baño de sangre.

La maniobra contrarrevolucionaria del Imperialismo Pero estos no son los tiempos del “gran garrote”, ni tampo-

co los de la invasión a Santo Domingo. El imperialismo viene de sufrir la gran paliza de Vietnam. Un desembarco de “marines” le provocaría graves problemas, tanto en el frente interno como internacional, en América Latina, especialmente.

Significaría, por lo pronto, el estrepitoso derrumbe de la demagogia de los “derechos humanos” y la “democracia”, que es clave en la actual política exterior de Washington.

* Editorial de El Socialista, No. 158. Bogotá, 15/6/79.

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Por eso, el imperialismo yanqui, antes de emplear la ínter vención militar directa, amenaza con ella para respaldar una ma niobra política contrarrevolucionaria que evite que la caída de Somoza lleve al FSLN al poder, como sucedió en Cuba con el Movimiento 26 de Julio.

Esta maniobra consiste en negociar la renuncia de Somoza para dar paso a un gobierno de “unión nacional”. Es decir, un gobierno de capitulación al imperialismo, integrado principalmente por figuras de la oposición burguesa, que mantenga la Guardia Nacional, defienda la propiedad de los capitales extranjeros y nativos, y desarme el proceso revolucionario aplacando a las masas mediante la concesión de elecciones libres.

El papel de los gobiernos del Pacto Andino Ahora está claro por qué los gobiernos del Pacto Andino

no han roto relaciones diplomáticas con el tirano. La misión de los cancilleres andinos que ha arribado a Costa Rica, tiene como tarea negociar con Somoza y la oposición burguesa la eje- cución de este plan contrarrevolucionario del imperialismo.

Pero si hay gobiernos que se prestan a cumplir el papel de celestinas del Departamento de Estado, los pueblos del Pacto Andino debemos impedirlo.

Nada de mediaciones! Ruptura con el dictador! Reconocimiento del FSLN como beligerante!

Para ello debemos exigir a los gobiernos colombiano y de los demás países andinos el abandono de toda mediación, la ruptura diplomática inmediata con Somoza y el reconocimiento del FSLN como beligerante.

El Frente Sandinista domina ya amplios sectores del territorio nicaragüense. Según las normas del derecho internacional, ya ha alcanzado sobradamente las condiciones para ser reconocido no todavía como gobierno, pero sí como parte beligerante en la guerra civil que allá se desarrolla. Que esto, por consiguiente, implique el derecho del FSLN a comprar armamento y reclu- tar voluntarios.

Organicemos brigadas de solidaridad y de voluntarios Es necesario también dar apoyo concreto e inmediato a los

luchadores nicaragüenses. Para ello, fortalezcamos la actividad

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del Comité Nacional de Solidaridad con Nicaragua, organizando en todo el país brigadas de solidaridad, que realicen actos y marchas, recolecten fondos para el FSLN y agiten por la ruptura con Somoza y el reconocimiento a los sandinistas.

Pero eso no basta. Imitemos el ejemplo de los colombianos que lucharon con el general Sandino. Formemos brigadas de voluntarios que se ofrezcan al FSLN para pelear codo a codo con nuestros hermanos nicaragüenses.

Que los estados obreros se unan para impedir la intervención militar yanqui!

La amenaza de intervención militar yanqui puede convertirse en realidad, si le fracasa a Cárter la salida política negociada que pretende imponer.

El pueblo nicaragüense no puede ser dejado solo ante la posible agresión de la mayor potencia militar imperialista de la tierra. Existe una fuerza que puede disuadir al imperialismo de sus propósitos criminales y que puede impedir su intervención armada. Es la fuerza de los estados obreros, como la URSS, China y Cuba.

Exijamos a los gobiernos de todos los estados obreros que, dejando de lado las divisiones que solo favorecen al imperialismo, se unan para garantizar la inviolabilidad del territorio y la soberanía nacional de Nicaragua, advirtiendo solemnemente a los EE.UU. que darán una respuesta militar adecuada si un solo soldado gringo pisa la tierra de Sandino.

Ni un minuto que perder Hace veinte años, con el triunfo de la revolución cubana,

surgía el Primer Territorio Libre de América Latina, la primera revolución socialista. Hoy vivimos de nuevo otra hora histórica: en Nicaragua puede abrirse un proceso similar. Pero la amenazan tremendas dificultades y territorios enemigos. Trabajadores, pueblos antiimperialistas de América Latina: no perdamos un minuto para movilizarnos en su ayuda. Hagamos de Nicaragua el Segundo Territorio Libre de Latinoamérica.

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EL PRIMER CONTINGENTE YA ESTA EN NICARAGUA*

Comunicado de Prensa del Frente Sandinista de Liberación Nacional**

La comisión de la Brigada Simón Bolívar, integrada por Kemel George, Camilo González y Darío González, se entrevis- tó con el Comandante Félix, del Estado Mayor del Frente Sur.

En la reunión estuvo presente además el Comandante Plu- tarco Hernández. El Comandante Félix manifestó que el Frente Sandinista de Liberación Nacional respeta y saluda, como revolucionarios y como nicaragüenses, a la Brigada Colombiana.

Asimismo, presentó instrucciones para la actividad de- la Brigada, planteando que el momento de su incorporación en Ni- caragua está sujeto al desenlace de algunas operaciones relacio- nadas con la ofensiva militar.

La comisión permanecerá en contacto con el Frente Sur a la espera de nuevas instrucciones.

Dado en territorio de jurisdicción del FSLN, el 19 de junio de 1979.

* El Socialista, No. 159. Bogotá, 22/6/79. ** El original de este comunicado está en manos del Frente Sandinista de

Liberación Nacional.

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FUERA LOS YANQUIS Y SU OEA*

El avance victorioso de las fuerzas antidictatoriales, y el debilitamiento preagónico de Somoza, han obligado al Departa- mento de Estado norteamericano a pronunciarse oficialmente sobre el Frente Sandinista: lo ha tenido que reconocer como oposición legal.

Esto significa un extraordinario triunfo del pueblo nicara- güense, y aunque el gobierno de EE.UU. no lo reconozca, significa también la consiguiente derrota —muy severa— para el imperialismo. Este ha tenido que morder el polvo reconociéndole la legalidad a una organización insurgente, que ha arrinconado militarmente a un gobierno aliado durante cuarenta años; una orga- nización con una tradición de décadas de lucha antiimperialista.

Con el rabo entre las piernas, el Departamento de Estado empieza a tramar la maniobra traicionera que le permitirá reu- bicarse y ganar parte del terreno perdido.

Se trata de organizar la intervención —primero diplomática y luego militar— para frustrar el triunfo de la revolución nicara- güense, a través de la bandera piratesca de la Organización de Estados Americanos.

Para eso, el imperialismo yanqui piensa utilizar como mas- carón de proa, a los gobiernos “democráticos” de Latinoaméri- ca que no apoyaron a Somoza. Así, el presidente Turbay, desde

* Editorial de El Socialista, No. 159. Bogotá, 22/6/79.

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Helsinki, se pronuncia a favor de la intervención de un “cuerpo de paz de la OEA en Nicaragua”.

Todo el pueblo colombiano, todos los pueblos latinoamericanos debemos levantarnos como un solo hombre contra toda intervención contra el pueblo nicaragüense, aunque se realice con el pretexto de botarlo a Somoza y establecer un régimen supuestamente democrático.

El verdadero objetivo de tal intervención es golpear al pueblo nicaragüense, pisotear sus derechos nacionales, impedirle co- ronar el triunfo de su revolución. El verdadero objetivo de un “cuerpo de paz” de la OEA será desarmar al pueblo, a los sandinistas y reconstruir la derrotada organización de criminales conocida con el nombre de “Guardia Nacional”.

Defendamos la soberanía Nacional de Nicaragua. Ningún soldado latinoamericano debe servir de carne de cañón del imperialismo yanqui en Nicaragua.

Dado el papel que se quiere hacer cumplir a Colombia, es necesaria una inmediata movilización obrera y popular para impedir este crimen.

Llamamos, en primer lugar, al Consejo Nacional Sindical, a todas las centrales obreras y sus sindicatos, y también al sindicalismo independiente a pronunciarse contra todo envío de tropas a Nicaragua. Los llamamos a que organicen de inmediato, junto con todos los partidos y organizaciones obreras, estudiantiles y democráticas, actos y marchas de repudio a la inter- vención.

Exijamos, en el mismo sentido, que se pronuncie el Con- greso, negando autorización al envío de tropas al exterior. La gran mayoría de los señores representantes y senadores se reclaman campeones de la democracia y antisomocistas de tiempo completo: aquí tienen una magnífica oportunidad de probar, ante todo el pueblo colombiano, que lo son realmente.

Pidamos, finalmente, a Cuba, la Unión Soviética, China y demás estados obreros, que dejen de lado sus peleas y se unan para defender y garantizar la inviolabilidad de la soberanía nacional de Nicaragua.

Trabajadores y pueblos de Colombia y América Latina, hagamos nuestras, en defensa del pueblo de Nicaragua y su revolu- ción, las consignas de Radio Sandino:

“Viva la heroica lucha de todos los nicaragüenses.

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“Viva la heroica lucha del Frente Sandinista. “Muerte al somocismo. “Abajo las maniobras interventoras yanquis. “Patria Libre o Morir”. 158

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ANTE LA CAÍDA DE SOMOZA: IMPULSEMOS EL ARMAMENTO GENERAL

DE LA POBLACIÓN*

Las grandes necesidades del pueblo nicaragüense: pan, trabajo, techo, tierra, paz y libertad, que han venido siendo aplaza- das, van a adquirir una dimensión colosal con la caída del tirano. La mitad de la fuerza de trabajo activa sufre desempleo. Las ciudades arrasadas, los hogares destruidos y las aldeas y barrios bombardeados, dan una idea del proceso de reconstrucción que va a iniciarse. Más de cien mil refugiados regresarán. ¿Cómo se garantizará que, mínimamente, estas grandes necesidades po- drán encaminarse en soluciones que favorezcan a la población?

° Hay que expropiar los inmensos bienes de la familia So- moza, y a todas las grandes compañías imperialistas y nacionales. Hay que negarse a pagar la deuda extema que adquirió So- moza con la sangre del pueblo nicaragüense, y hacer que se entregue la tierra para que los campesinos la trabajen.

° Hay que lograr el retorno pleno a las libertades demo- cráticas y laborales, al derecho de organización, contratación y uielga para todos los trabajadores sin discriminación; la nueva Constitución debe surgir de la convocatoria a una Asamblea Constituyente democrática, soberana y popular, libremente electa.

Es necesario disolver a la Guardia Nacional, formando nmediatamente cortes sumarias sin apelación, compuestas de combatientes antisomocistas, para liquidar a los que partici- * El Socialista, No. 160. Bogotá, 29-6-79.

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paron en la represión, torturas y asesinatos del pueblo nicara- güense.

La única manera de lograr que estos grandes propósitos se cumplan es con las armas en la mano. Ni un arma debe ser desempuñada. Antes, por el contrario, debe propiciarse el armamento general del pueblo y la formación de milicias con los combatientes, pues aceleran la caída de la dictadura, contribuyen a su liquidación definitiva, y permiten mantener las conquistas de la revolución.

El gobierno que, en la actualidad, más puede adelantar las tareas de reconstrucción en beneficio de la población, es el gobierno formado por combatientes sandinistas, y basado en los organismos de poder popular que se erijan en las ciudades y lugares tomados y en las organizaciones de masas de los trabajadores.

El FSLN debe contribuir a fondo en el armamento de la población, en la formación de su propio gobierno, y en el impulso de las grandes reivindicaciones por las que lucha y da su vida el pueblo de Nicaragua.

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BRIGADISTAS CAÍDOS EN NICARAGUA

“ERAN GRANDES PORQUE GRANDE ERA LA CAUSA POR LA CUAL MURIERON”

Muertos colombianos que combatían a Somoza* Dos colombianos fueron muertos en encuentros con las

tropas del dictador de Nicaragua Anastasio Somoza durante los últimos combates librados antes de que las fuerzas sandinistas se tomaran el poder en la nación centroamericana.

Mario Cruz Morales, de 20 años, y Pedro Ochoa García, de 35, fueron los dos colombianos que resultaron muertos en choques con la Guardia Nacional. Varios más, pertenecientes come los anteriores a la Brigada Simón Bolívar, resultaron heridos. El de mayor gravedad es Javier Muñera, obrero de la fábrica de Textiles El Globo, quien recibió disparos de fusil y de mortero que hicieron temer por su vida. También resultaron con heridas menores, Jairo Quintero, de Cartago, y María Claudia Linares, ex-empleada del departamento de perforación de “El Especta- dor”, conocida en el ejército sandinista como “Segovia”, cuyas acciones intrépidas le valieron un rango de oficial en la guerrilla.

Junto con Cruz Morales y Ochoa García murió otro miembro de la Brigada Simón Bolívar, quien estudiaba en Bogotá pero era nicaragüense. Se trata de Max Leoncio Senqui Casco, de 19 años de edad, alumno de la Universidad Autónoma de Bo- gota.

* El Tiempo. Bogotá, 26/7/79.

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“No necesita decírmelo” Los tres combatientes muertos formaban parte del grupo

de 53 personas que se alistaron en Colombia con el fin de unirse al movimiento sandinista. Habían salido del país en junio y sus bajas se registraron a mediados de julio en el frente sur. La noticia, sin embargo, solo se vino a conocer esta semana, cuando lo informó desde Nicaragua (Managua) el coordinador de la Bri- gada en Nicaragua, Kemel George.

“Fue muy duro tener que dar la noticia a los familiares —comentó a EL TIEMPO el coordinador de la Brigada en Bo- gotá, Luis Carlos Valencia—. Antes de salir, les insistimos a todos los voluntarios que era una misión muy peligrosa, eventualmente fatal, pero yo en el fondo creía que todos iban a regresar vivos”.

Al padre de Mario Cruz no fue necesario sorprenderlo con la mala noticia. Cuando Valencia se puso en contacto con él y se identificó como coordinador local de la Brigada, el padre del joven mecánico inmediatamente dijo: “Ya sé qué ocurrió no necesita decírmelo: pereció Mario...”

Fabio Cruz es activista sindical y trabaja en el hospital de leprosos del Socorro. Al recibir la llamada de Valencia comentó con amargura que había tenido el presentimiento, al despedirse de su hijo, de que no volvería a verlo.

En cuanto a Pedro Ochoa, un hermano suyo fue informado acerca del deceso y se encargó de comunicarlo a la familia. Ochoa era casado y tenía una niña de tres meses de edad.

La oficina de la Brigada en Nicaragua corrió con la misión de localizar a los familiares de Max Leoncio Senqui, hijo de una acomodada familia de Jinotega, y comunicarles la noticia.

Mario Cruz Morales Nacido en Honda, Tolima, el 23 de enero de 1959, Mario

Cruz vivía con su familia desde pequeño en Socorro, Santander. Cursó allí sus estudios de secundaria, se graduó de bachiller y posteriormente adelantó un curso de mecánica.

En los últimos años había participado en algunas actividades políticas, primero al lado del MOIR y más tarde en las filas de la Anapo Socialista. El 14 de junio se vinculó a la Brigada Simón Bolívar, organizada desde Bogotá por el Partido Socialis- ta de los Trabajadores, pero que estuvo integrada en un 90 por

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ciento por militantes de distintos partidos, por simpatizantes del movimiento sandinista o simplemente por enemigos de la dictadura de Anastasio Somoza. Cuando se reportó en las oficinas de la Brigada, Cruz informó que estaba apoyado por el padre.

Luego de haber aprobado el examen médico de la Brigada y haber pasado el riguroso proceso de selección, Cruz participó durante dos semanas en intensas jornadas de entrenamiento fí- sico en Bogotá y, finalmente, viajó a San José junto con diez personas más que formaron parte del segundo contingente. De San José fue trasladado a la frontera con Nicaragua, donde pa- só a integrar las filas del ejército sandinista. Su pasaje a Nicara- gua fue financiado por sindicatos de la zona industrial de Bo- gotá.

Las circunstancias de su muerte aún no se conocen en detalle. Solo se sabe que el muchacho —a quien Valencia descri- bió como “callado, pero dinámico y con mucha iniciativa”— murió combatiendo en el Frente Sur, posiblemente el 16 de julio. Fue enterrado en el lugar mismo donde se libró la batalla que le costó la vida.

Tenía seis hermanos y era soltero. En la hoja de vida que llenó en las oficinas de la Brigada, anotó en el renglón corres- pondiente a actividades profesionales: “Músico. Mecánico de motos”. Había escogido el nombre de combatiente de “Pijao”.

En una carta que dirigió poco antes de partir a Nicaragua a un amigo, empleado de una fotografía en Socorro, Cruz lo in- vitaba a él y a otros compañeros a vincularse a la Brigada.

Pedro J. Ochoa García Cuando Pedro J. Ochoa se enteró estando en Caracas, de

que en Colombia se estaba organizando un grupo de combate para luchar al lado de los sandinistas, viajó a Medellín, recogió sus ahorros, se despidió de su familia —mujer y una pequeña hija— y se presentó en la sede de la Brigada en Bogotá.

Una vez allí fue sometido a examen médico y a entrevista personal, como los demás voluntarios. “Lo que más nos llamó la atención —señaló Valencia— fue la coherencia que demostró durante la entrevista al describir su vida familiar, profesional y política. Era de esas personas que no dejan de responder una sola pregunta, que no dan rodeos en sus respuestas y que acu-

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san gran convicción en sus ideas. Poco emotivo pero muy convencido, de buena complexión física y reservista, era el candidato ideal para viajar a Nicaragua”. Escogió como nombre de combatiente el de “Biófilo” que, paradójicamente, significa “amigo de la vida”.

Ochoa había sido trabajador en Ecopetrol, antiguo militante del Partido Comunista y bachiller de la Normal Supe- rior de San Gil. Cuatro días después de haber sido aceptado por la Brigada, salió en el tercer contingente de colombianos junto con otros 15 voluntarios. Partieron el sábado 30 de junio por Avianca a Panamá y de allí siguieron a San José, y finalmente, al sur de Nicaragua.

Las circunstancias de la muerte de Ochoa también se ignoran aún en forma completa. Sin embargo, el Comandan- te Cero, Edén Pastora, anunció el domingo pasado la noticia. Ochoa murió combatiendo en la zona de Masaya y Sapoá, se- guramente el doce de julio. Alcanzó a luchar, pues, menos de dos semanas en las filas sandinistas.

De acuerdo con informes recibidos de Managua, Ochoa fue uno de los brigadistas que más rápidamente se adaptó al entrenamiento previo al combate, y por lo tanto, al poco tiempo de haber llegado a los campamentos sandinistas de preparación fue enviado al frente de guerra.

Antes de salir de Bogotá, Ochoa dirigió una carta a sus antiguos compañeros de la Unión Sindical Obrera donde les informaba de su vinculación a la Brigada Simón Bolívar y anunciaba el envío de nuevas cartas desde “el frente de batalla, donde quiera que me encuentre”. El antioqueño, nacido en setiembre de 1943, no alcanzó, sin embargo, a cumplir este propósito.

Max Leoncio Senqui El nicaragüense Max Leoncio Senqui, de 19 años, había

llegado a Colombia en enero del presente año. Su familia ha- bía resuelto exportarlo de Nicaragua debido a que el muchacho estaba vinculado a grupos antisomocistas y se temía que corrie- ra peligro.

En Bogotá permaneció el primer semestre estudiando en la Universidad Autónoma, pero estuvo siempre en contacto con otros nicaragüenses enemigos de la dictadura residentes también en Colombia. Fue así como, al enterarse de que se estaba organí zando una Brigada para luchar contra Somoza, se presentó junto

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con seis nicaragüenses más y solicitó ingreso al primer contingente. Cuando ya se les había aceptado y faltaban solamente dos días para el viaje, llegó, sin embargo, una contraorden del Frente Sandinista, que abrigaba temores de una posible infiltra- ción y sabotaje por parte de somocistas clandestinos.

Después de nuevas averiguaciones, empero, se les dio el vis- to bueno y los siete nicaragüenses partieron hacia San José el 16 de junio junto con nueve colombianos. En el grupo iban Max Leoncio Senqui y María Claudia Linares.

Luego de una breve temporada de entrenamiento, ambos fueron adscritos al destacamento de retaguardia que avanzaba sobre Rivas, al Sur de Nicaragua. El 16 de julio, en un ataque sandinista contra una columna motorizada de la Guardia Nacio- nal, los soldados de Somoza respondieron con cañonazos de tanques. Uno de ellos alcanzó a Senqui en la espalda y le produjo la muerte, en forma instantánea; las esquirlas hirieron a María Claudia Linares. Destrozado, el cuerpo del joven nicaragüense fue sepultado en el campo del combate y María Claudia recibió los primeros auxilios en el campamento sandinista.

La Brigada Simón Bolívar La Brigada Simón Bolívar alcanzó a recibir solicitudes de

incorporación de más de 1.200 colombianos. De todo el país se presentaron voluntarios. Algunos, como en el caso de Ochoa, inclusive regresaron de países vecinos. De ellos, cerca de 320 ha- bían sido seleccionados pero solo alcanzaron a viajar 53, de los cuales siete eran nicaragüenses. En el momento en que cayó So- moza había 200 brigadistas más que se aprestaban para partir hacia Nicaragua.

De América Latina salieron otros militantes de la Brigada Simón Bolívar, que contó con voluntarios de Puerto Rico, Cos- ta Rica, México, Argentina, Bolivia y Brasil. Hubo incluso tres norteamericanos que se sumaron a la Brigada. En total, llegaron a combatir a Nicaragua 110 miembros de la Brigada. En el grupo hubo 3 muertos; los tres pertenecían a la oficina de Colombia.

Unos días antes de que empezaran a trasladarse los voluntarios a San José, habían viajado los coordinadores de la Briga- da por parte de Colombia: Kemel George, candidato a la Cáma- ra por el PST en las pasadas elecciones, y director del semanario “El Socialista”; Camilo González, secretario político del partido; Darío González, miembro del comité central; y Javier Mú-

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ñera, perteneciente al mismo comité. Con excepción de George quien asumió la coordinación en San José, los demás se incorporaron a distintos frentes de combate. En uno de ellos resultó gravemente herido Múñera.

El Frente Sandinista, en reconocimiento a los brigadistas les concedió extraoficialmente la ciudadanía honoraria de Ni- caragua. En el futuro se planteará que, como ocurre entre Pa- raguay y Colombia, este estatus se extienda a todos los colombianos.

Los miembros de la Brigada, dispersos en cuatro ciudades permanecerán allí durante un tiempo indeterminado para colaborar con la tarea de reconstrucción del país. Todos están incorporados al Ejército Sandinista y a las milicias regulares.

El nuevo gobierno le dio a la Brigada una sede en Managua. Se trata de la lujosa residencia de un antiguo colaborador de So- moza, completamente equipada con mobiliario, alfombras, y modernos aparatos electrodomésticos. Allí se han instalado las oficinas de la Brigada. Los nuevos moradores han hecho, en cuanto a mobiliario, tres importantes innovaciones: un equipo de impresión, una ametralladora en la puerta y otra en el techo.

Acto conmemorativo En celebración del triunfo de las fuerzas antisomocistas y

en memoria de los brigadistas caídos se celebrará en Bogotá el próximo viernes a las 5 p.m. un acto público organizado por los sectores opuestos a la dictadura. Al acto, que tendrá lugar en la plazoleta de la Plaza de Toros de Santamaría, fue invitada una delegación del gobierno provisional, del Frente Sandinista y de las distintas brigadas latinoamericanas que tomaron parte en la lucha.

Es posible que con tal motivo regresen los primeros colombianos que combatieron como miembros de la Brigada Simón Bolívar.

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Capítulo III

Crónicas de la Guerra revolucionaria

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ESTABA ESCRITO: SAPOA TENIA QUE CAER*

Nos entrevistamos con Plutarco Hernández, comandante del Frente Sur, quien dirigió las acciones de Peñas Blancas y Sapoá el año pasado. En el campamento donde está Plutarco, los combatientes practican el monte y desmonte del FAL. Al- gunos, curioseando, se acercan y escuchan. Varios de ellos tomaron parte de la acción y participan del diálogo. Es como ver una película por segunda vez.

En dos años las cosas han cambiado La primera insurrección la lanzamos en 1977. Fue muy dé-

bil pues sólo respondió San Carlos y, por cinco horas, Masaya. En Acotal se oyeron unos tiritos. Además, estábamos divididos.

Hubo que reestructurar todo el trabajo. Por eso, cuando en febrero de 1978 lanzamos la insurrección, respondieron en León, Masaya, Matagalpa, Jinotega y Estelí. Esto demostró que estábamos avanzando. Sin embargo, no podemos engañarnos. La ofensiva tampoco logró cuajar.

A partir de allí se montó la insurrección de setiembre. La respuesta fue mejor, pues esta vez, también entraron Rivas y Granada. Los departamentos los tomamos quince días y el poder, todo ese tiempo, estuvo en manos del Frente. Las posiciones no se pudieron mantener, y hubo una discusión posterior- * El Socialista, No. 159. Bogotá, 22/9/79.

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mente, sobre el carácter de la acción. Creo que ahora no vale discutir esto. Cuando caiga Somoza, podemos hacer un balance más detallado.

El frente sur cubre hasta el centro Aunque nuestra labor se concentra por los lados de la fron-

tera, el Frente Sur responde por varios departamentos. La única manera de garantizarlo, es mediante columnas móviles y un frente interno, todos los cuales están dirigidos por un Estado Mayor. Esta no es una guerra regular, es una guerra de guerrillas.

Precisamente, en la insurrección de setiembre que comen- tamos, yo comandaba una columna móvil, de cien personas, operando en la frontera y dividida en cuatro direcciones: hacia Cárdenas, Peñas Blancas, Sota Caballo, y Sapoá. Durante la ofensiva, arrancamos a nuestros objetivos asignados. Tomamos a Cárdenas y a Peñas Blancas, pero a esta última la reconquistó la Guardia Nacional. En Sapoá, la fuerza numérica de la Guardia hizo insostenible el combate. Visto en ese momento, militarmente no tenían importancia estratégica. Visto hacia atrás, jugaron un papel importante en el proceso, pues desde setiembre, hace casi un año, consideramos la posibilidad de instaurar un gobierno provisional en el departamento de Rivas.

El gobierno en el sur La idea ha sido tomar a Rivas y establecer un gobierno que

inicialmente sea reconocido por varias naciones. Para ello, militarmente, tendríamos que garantizar una retaguardia en la frontera, una victoria en varios sitios en donde hay peligrosos cuarteles de la Guardia, y un control de Rivas. Este tipo de estrategia nos guió el año pasado. Solo que no teníamos las condiciones suficientes para imponerlo. Ni militares, ni políticas.

Para dar un ejemplo, miremos a Peñas Blancas. Asediamos tres veces durante tres días consecutivos. En un primer momento, la Guardia repelió. En un segundo momento, establecimos un combate por varias horas, que el enemigo comenzó a dominar. Después, cayó la aviación que los reforzó y reconquistaron el terreno perdido. Nos retiramos.

Hoy, se repitió la misma historia. No sólo en Peñas Blan- cas sino en Sapoá, donde se tuvo una victoria muy importante. Sólo que esta vez el combate duró escasas dos horas y salieron

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derrotados. Las condiciones políticas y militares habían cambiado. Por eso, Sapoá tenía que caer; marchamos hacia Rivas, y hay buenas posibilidades, esta vez, de establecer el gobierno provisional en una parte de Nicaragua.

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HABLA RADIO SANDINO I*

“Desde algún lugar de Nicaragua”, en la banda de 41 metros, emite diariamente Radio Sandino, “voz oficial del Frente San- dinista de Liberación Nacional”. Estos son apartes de algunos de sus comunicados captados por “El Socialista”, antes del cie- rre de su edición.

A formar nuestros propios órganos de poder Ahora que estamos a punto de desterrar para siempre la

miseria y el asesinato de nuestra Patria, ahora que tenemos segura la victoria, [aparecen] componendas y comisiones que se des- plazan a espaldas de nuestro pueblo.

¡No vamos a permitirlo! ¡Ningún nicaragüense va a dejarse imponer ninguna solución que no sea un gobierno provisorio de unidad nacional! ¡Ningún nicaragüense puede entablar negociaciones sobre la muerte de nuestros hermanos, sobre la sangre de nuestros héroes y mártires!

Por eso, es estrictamente necesario que comencemos a organizar desde ya nuestro propio poder sandinista, nuestras propias autoridades que serán las únicas con verdadera representa- ción popular.

En cada territorio liberado, en cada zona donde estén nuestras fuerzas..., en cada barrio sandinista, debemos formar, bajo * El Socialista, No. 159. Bogotá, 22/6/79.

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la orientación de nuestros comandantes, de nuestros combatientes, de los Comités de Defensa Civil, de las müicias sandinistas y de los Comités de Acción Popular, nuestras propias formas organizativas y de producción y distribución, nuestros organismos de comunidad, nuestras propias escuelas de entrenamiento militar, nuestros propios centros asistenciales, nuestros refugios co- lectivos.

Si estamos organizados de esta manera, no habrá fuerza capaz de vencernos. No podrá ninguna maniobra, venga de donde venga, arrebatarnos la victoria que tantos sacrificios nos ha cos- tado.

¡A formar en cada rincón de nuestra Nicaragua... nuestros propios órganos de poder! ¡A implementar de inmediato y hacer efectivo el poder sandinista!

[. . .] ¡Viva la heroica lucha de todos los nicaragüenses! ¡Vi- va la heroica lucha del FSLN!

¡Muerte al somocismo! ¡Abajo las maniobras interventoras yanquis!

¡Patria libre o morir!

Debemos organizar los órganos de poder popular [. . .] Las tareas de organización popular deben continuar

en forma creciente. En la organización de las masas está la ga- rantía de que nuestra revolución no será traicionada ni mediati- zada.

Todo Nicaragüense, esté donde esté, debe estar organizado para cumplir con las tareas que nos exige la revolución. Debe- mos organizamos cuadra por cuadra, para enfrentar unidos todos los problemas de la guerra, del hambre, de la falta de luz, agua, medicamentos, atención médica, los bombardeos criminales, etcétera.

Debemos organizar, entonces, los órganos de poder popular que vayan sustituyendo las estructuras somocistas. Mañana debemos organizamos en nuestras fábricas, en nuestro colegio, en el barrio, en la comarca, en la hacienda, en la oficina, en el nuevo ejército democrático, para defender nuestra revolución* para reconstruir nuestra Patria, para construir nuestro futuro.

¡Que nadie quede sin combatir! ¡Todos a organizamos! ¡Derroquemos la dictadura!...

Hermano nicaragüense:

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¡Intégrate a los Comités de Defensa Civil, a los Comités de Defensa Popular, a las organizaciones de vecinos, a los grupos, escuadras y columnas de nuestro ejército sandinista!... ¡Ellos son los órganos del poder popular sandinista! Proclama de la formación del gobierno provisional

“Nosotros no somos militares. Somos del pueblo, somos ciudadanos armados”, dijo alguna vez Augusto César Sandino. Sobre el desarrollo de la Guerra Popular Revolucionaria, dirigida por el FSLN, el pueblo nicaragüense está a punto de poner un sello final a casi medio siglo de tiranía dinástica.

Profundamente emocionados con el recuerdo de nuestros mártires gloriosos, que empuñaron los viejos fusiles de ayer para hacer posibles los fusiles de hoy, y conscientes de la necesidad histórica de sustituir la dictadura, el desorden, la injusti- cia, la corrupción, el atraso y la violencia, por el orden, la justicia, la honradez administrativa, el progreso social, la democracia y la paz, el FSLN da a conocer ante el pueblo nicara- güense y todos los pueblos del mundo un nuevo gobierno de carácter democrático y provisional, que será conocido como Gobierno de Reconstrucción Nacional, integrado por los siguientes dirigentes políticos, pertenecientes a las más amplias áreas de representatividad: señora Violeta viuda de Chamorro; doctor Sergio Ramírez, del “Grupo de los Doce”; Ingeniero Alberto Róbelo, del Frente Amplio de Oposición (FAO); ingeniero Moisés Hassán, del Movimiento Pueblo Unido (MPU); Daniel Ortega, miembro de la Dirección Nacional Conjunta del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Los mencionados dirigentes políticos han aceptado sin reservas formar parte del Gobierno de Reconstrucción Na- cional.

De esta forma, el FSLN cumple con la promesa de propiciar un gobierno amplio y de carácter nacional, al cual dará su respaldo para el cumplimiento de un programa de recons- trucción nacional.

Dirección Nacional Conjunta del FSLN. 178

Palabras de Violeta de Chamorro sobre las tareas del Gobierno de Reconstrucción Nacional

[. . .] Reconstruir el país significa establecer la democracia, hacer respetar los derechos humanos, poner en vigencia la verdad, la justicia y la libertad, que durante cuarenta y cinco años han sido ignoradas y pisoteadas... establecer un estado de derecho es lo fundamental... El Departamento de Estado prepara la invasión a Nicaragua

Los gobiernos de El Salvador y Guatemala están haciendo llegar al tirano Somoza ayuda en armas y hombres, en tanto el gobierno de Honduras incautó un avión de la Central de Inteli- gencia Norteamericana (CÍA) que desde Portugal llevaba 28.000 kilos de armas para Somoza, el cual aterrizó en San Pedro.

Desde Panamá, la agencia de informaciones pasó la noticia según la cual el Comité de apoyo a la Causa del Pueblo de Nica- ragua ha elevado una enérgica protesta, por el hecho de que desde las bases norteamericanas de la Zona del Canal se están enviando aviones y otros elementos militares en ayuda de Somoza.

La información agrega que, en las instalaciones del Coman- do Sur, con sede en el territorio de Panamá, se están pintando a los aviones insignias de la OEA (Organización de Estados Ameri- canos) para la invasión que contra el territorio nicaragüense está preparando el Departamento de Estado.

Lo anterior indica que, desde el Comando Sur, los interventores yanquis han contemplado llenos de felicidad los geno- cidios de Somoza. Cuando nuestro heroico pueblo está a las puertas de consumar su victoria que enterrará al somocismo, es- tán planificando su intervención. Pretenden intervenir, quizás para apartar a Somoza, y dejar intacto su corrupto régimen incluyendo la estructura militar de la mal llamada Guardia Nacio- nal. Los interventores yanquis pretenden de buena cuenta imponer sus designios en Nicaragua, como lo hicieron en el pasado, valiéndose de nicaragüenses como Somoza...

Pero los tiempos han cambiado. Y al peso de la larga y dura experiencia que hemos tenido... nuestro pueblo sandinista se opone y se opondrá constantemente a que* gobierno alguno u organización de estructura internacional intervenga en Nicara- gua... Exijimos que el gobierno de los EE.UU. y las fuerzas alia-

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das al somocismo en el plano internacional respeten el principio de autodeterminación de los pueblos. A los trabajadores

Compañeros obreros, trabajadores del campo y trabajadores nicaragüenses en general.

Cuarenta años de criminal dictadura somocista han significado para ustedes salarios de hambre. Por una jornada de hasta 16 horas les pagaban una miseria. Cuando se enfermaban su mujer y sus hijos, o vos mismo, nunca tuviste la oportunidad de que los atendieran los médicos o pudieran pagar un médico para curarlos.

Después de trabajar como un caballo regresabas a un reme- do de casa: cuatro tablas pegadas con clavos y un miserable techo de zinc o tejas quebradas. La miseria de sueldo que te pagaban no te alcanzaba para darles de comer a tu mujer y a tus hijos. Cuántas veces las mujeres y los hijos de tus compañeros de trabajo no se murieron por enfermedad o por hambre, mientras los somocistas y sus compinches se paseaban, compraban carros lujosos, iban a clubes a tomar trago, vestían elegantemente, se reían de vos y de tus compañeros. Sobre el sudor de todos ustedes amasaban sus riquezas.

Nuestra fuerza organizada conquistará y defenderá vues- tros derechos.

Una vez derrocada la sangrienta dictadura somocista, los nicaragüenses iniciaremos una época de reconstrucción y defensa de nuestras conquistas, de defensa de la revolución, apoyados en la gigantesca organización del pueblo, en la manifestación de su voluntad a través de los órganos del poder sandinista.

Promulgaremos un código del trabajo que dé verdadera protección a los obreros, trabajadores del campo y toda clase de personas que trabajen. En nuestro país estableceremos los mecanismos que garanticen de manera efectiva el derecho a organizamos, derecho de huelga y el reconocimiento de las organizaciones de los trabajadores.

Si queremos un código de trabajo que responda a nuestros intereses y queremos tener el derecho efectivo de huelga y que nuestras organizaciones de trabajadores sean fuertes...

La conquista de nuestros derechos pasa por el camino de la lucha popular sandinista.

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A vencer o morir. Viva la lucha de los obreros, de los trabajadores del campo y de los trabajadores en general. A luchar por una patria libre. Que los gobiernos amigos no sirvan de instrumento a Cyrus Vanee

Al señor Cyrus Vanee y su Departamento de Estado recla- mamos el silencio que oímos de ellos cuando miles de campesinos perecían en nuestras montañas, cuando era ahogado en sangre todo grito libertario, cuando nuestra juventud era diezma- da, cuando nuestras ciudades fueron arrasadas, cuando nuestras poblaciones indefensas fueron y siguen siendo bombardea- das, cuando el impresionante reporte de la Comisión de Dere- chos Humanos no mereció comentario.

Nuestro pueblo y el mundo conocen el por qué de ese silencio. Porque ellos, en 1927, enseñaron a asesinar campesinos, arrasar sus ranchos, porque ellos pidieron el asesinato de San- dino, porque ellos vendieron los aviones genocidas, porque ellos mandaron mercenarios asesinos, porque ellos consumen el 70°/o de nuestro presupuesto proveyendo de armas criminales a So- moza, porque son culpables del somocismo sanguinario que hemos padecido.

A los hermanos que apoyan la lucha de nuestro pueblo, a los gobiernos amigos, a los gobiernos auténticamente democrá- ticos, preocupados por el destino de nuestro pueblo, que per- tenecen a la OEA (Organización de Estados Americanos), los alertamos para que no sirvan de instrumento al señor Cyrus Vanee, en cualquier maniobra instrumentada que fragüen sus intereses imperialistas.

Pero esta situación está llegando a su fin. Todos los nicara- güenses hemos dicho basta. Con las armas en la mano estamos destruyendo para siempre al somocismo y todo lo que él representa. ¡¡Estamos venciendo!! La dictadura se desmorona, no re- siste ni resistirá el empuje de nuestra fuerza.

En cuanto caiga la dictadura, el Gobierno de Reconstruc- ción Nacional para los trabajadores, tanto de las ciudades como del campo, se exigirá estrictamente el cumplimiento de las condiciones de trabajo, de paga, de jornada, de vivienda y de ali- mentación. Ustedes tendrán derecho a vivir.

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Para adquirir estos derechos hay que luchar, hay que combatir en la lucha organizada, hay que estar dispuesto a morir por la conquista de nuestros derechos.

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UN OBRERO EN EL FRENTE*

Carlos es obrero automotriz, de equipo pesado. Después del terremoto del 72, queda desempleado y se dedica a ganar un poco de dinero para comer, poniendo ladrillos en algunas casas destruidas. Estudia algo de construcción, y termina finalmente como obrero constructor. Tiene actualmente 28 años, y es un combatiente del Frente Sandinista de Liberación Na- cional. Este es su testimonio.

En Nicaragua se nace sandinista Cuando tuve 13 años, comencé a interesarme más en la

lucha contra el tirano. Después de oír de los trabajos que rea- lizaba Carlos Fonseca Amador, y los sandinistas que lo se- guían, quise ser como ellos. He tratado de hacer memoria del momento en que sentí odio contra el tirano. He llegado a la conclusión de que esto ocurrió desde el mismo momento en que nací, hace 28 años.

En mi barrio, había un torturador que era peligrosísimo, pues además era soplón. Con algunos compañeros dijimos: hay que hacerle un “trabajito” a El Pájaro, como le llamába- mos. Un día, le arrojé una bomba de contacto, de esas que se hacen en el patio de la casa. El maldito salió vivo, y más prevenido que nunca y tuve que irme por cuatro meses. El * El Socialista, No. 159. Bogotá, 22/9/79.

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Pájaro se me fue de las manos, pero aprendí algo: si uno quie re ser sandinista que se respete, mínimamente debía hacer saltar en pedazos a algún torturador o cualquier otra cosa qUe representara al tirano.

La segunda vez, se me escapó un caballo Con varios amigos, tirábamos bombas en las esquinas. Es-

to era muy importante, pues se sentía cierta fuerza, y uno esperaba el comentario al día siguiente para hacer que la gente ganara confianza. Después de tirar la bomba, me escondía y dejaba que la gente se arremolinara.

“Parece que viene la revolución, les decía”. Ahora siento que no hacía un acto puramente terrorista porque la gente se ponía a hablar durante un buen rato, discutía las acciones y aprovechaba para echar uno que otro grito de repudio a la dictadura.

En uno de esos días, estas pequeñas escaramuzas nos iban organizando espontáneamente en varios bandos. Cada grupo se llamaba la “pelota”. Los de la pelota nos reuníamos y éramos como la familia. Recuerdo que alguien —nunca supe exactamente quién era— entró al barrio, nos buscó y nos enseñó a manejar una bomba de un tipo distinto a la que conocíamos. Se incendiaba y además, era demoledora. Nos propusimos como objetivo destruir el Caballo de Somoza, que era una estatua co- locada en el centro de un parque. La operación era complicada para nosotros, pues requería colocar alambres y batería para ha- cerla estallar de lejos. En su lugar, traté de inventar un mecanismo de reloj. Fracasé en la operación y, por segunda vez, se me fue en esta oportunidad un caballo de las manos.

La obsesión, destruir a Somoza Ahora, cuando tengo varios años en el Frente y he madu-

rado en la lucha, miro hacia atrás y me doy cuenta que, desde joven, las acciones que llevaba a cabo, sin ser muy conciente, eran destinadas contra la Guardia Nacional y contra Somoza. Ese era el blanco. Tal vez ayude a comprender esta obsesión lo siguiente: en Nicaragua, el delito más grande que hay contra la dictadura, es ser joven. Si uno es joven, o se es combatiente, o lo mata la Guardia Nacional en la puerta de la casa. Mi madre, que en esa época era cocinera en una fábrica me dijo:

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“hijo mío, ándate, vete, que si estás en casa, te matan. Nos matan”. ¿Cuántas madres no le habrán dicho esto a sus hijos? Somoza condenó a muerte a la juventud, y los jóvenes conde- namos a muerte a Somoza. Así estuvo la cosa desde el comienzo. El mejor día de mi vida

Después de la ofensiva de setiembre, me decidí ir al sur, a la frontera con Costa Rica. Llegué luego a San José y pasé por Limón. Allí había un combatiente, hijo de un comandante guerrillero. Hablé con el padre, le solicité, le supliqué, le lloré que me llevara con él. Me dijo: “¿Qué armas sabes manejar?” y yo le dije: “sé arrojar bombas”. Si vieran cómo se echó a reír. Sin embargo, me llevó con él.

El día que llegué al campamento, ese fue el más feliz de mi vida, por fin, era guerrillero. Ahora la cosa era seria, pues tenía un fierro en la mano. Ahora sí voy a volar vergas, me dije. Por supuesto, no tenía la menor idea de cómo se manejaba el arma. Me ofrecí para hacer un turno de diez horas, pero era tal mi entusiasmo que remplacé el turno siguiente, y pasé veinte horas sin dormir. La colina la cuidé con esmero, con cuidado, pensando que el enemigo estaba a doce metros. Al día siguiente me enteré que la Guardia Nacional se encontraba a doce kilómetros del campamento. De fusilero a cincuentero

¿Alguien ha visto de cerca una ametralladora 50? Tiene tres partes, la banda de tiro, el instrumento, y el trípode. Además, debe ir acompañada de diez fusileros, pues el enemigo sabe que es terriblemente destructora. Es de sitio, para emboscada, para colina, y antiaérea. Hace mierda a un cuartel entero.

Cuando avisaron que al campamento venía una ametralladora 50, yo me dije: tengo que ser cincuentero. Me ofrecí como voluntario, pero el aparato llegó con todo y cincuentero. Me hice amigo de él, y en unos días me explicó los detalles téc- nicos: el alcance, la cadencia de fuego, la distancia efectiva, los defectos. En Cárdenas, tumbamos dos aviones Push And Pulí, de esos que arrojan cohetes. Con esa ametralladora, nos sentimos más seguros. Es para volar vergas.

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Una mezcla explosiva A muchos nos ha ido dominando lo estrictamente militar

Es difícil evitarlo, pues estamos en guerra, y eso pesa. Sin embargo, ahora cuando sabemos que está a punto de desenvolver- se finalmente la guerra, las cosas políticas han comenzado a ocuparnos la atención. Yo no estoy de acuerdo, por ejemplo en que apoyemos a todos los miembros del gobierno provisional. Así haya un sandinista, el resto son proburgueses, y me huele que la cosa va a terminar mal si apoyamos un gobierno bur- gués. Esto me lo enseñó un compañero en el campamento. El era instructor político y decía: “escúchenme un momentico tres minutos” y hablaba durante tres horas sobre el problema del gobierno. Nos decía: “si triunfamos, ¿qué sigue?” y ahí comenzaba la discusión, porque la verdad es que, en este punto, no estamos unificados.

Si yo dibujo una bola grande y una bola chiquita, la bola grande es la política, y la bola chiquita es lo militar. Toque usted la bola grande. Es blandita, como llena de líquido. En cambio, toque usted la chiquita. Si la mezcla con la otra, la grande se pone dura enseguida. Por eso, en este conflicto, la cosa se ha puesto dura porque hemos podido lograr mezclar lo militar. Pe- ro ahora, esa cosa blandita, que es la política, ha comenzado a entrar en juego. Hay que dominarla. Si no, van a volar vergas. Ojo, que lo he advertido previamente.

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HABLA RADIO SANDINO II*

Ir formando los órganos de poder popular Nicaragüenses: En cada barrio, comarca o ciudad que se vaya quitando a

los representantes de la noche negra somocista, se deben ir formando los órganos de poder popular, que asumirán el control de la administración civil local. Esto ya se está haciendo en Ma- saya, Matagalpa, León, Chichigalpa... Estas autoridades civiles deben hacerse cargo de la resolución organizada de los principales problemas de la población, como el de la comida, el agua, la sanidad, la defensa de las poblaciones de los ataques de la Guar- da somocista, la impartición de justicia... vigilar por el orden revolucionario... Estos órganos de poder local representan en sus respectivos sectores a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.

...En Masaya libre, continuando el brillante ejemplo de or- ganización civil y militar que nuestro pueblo desarrolló en León, se han comenzado a formar las Juntas Civiles de Gobierno Po- pular. Estas juntas, organizadas en todos los barrios, se encargan de la administración civil de la población en lo que se refiere a distribución de alimentos, control de personas, medidas de salud * Apartes de las emisiones captadas en Bogotá después de las 0.30 a.m. en

los días 23, 25 y 26 de junio de 1979. El Socialista, No. 160. Bogotá, 29/6/79.

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e higiene, organización de refugiados... y otras tareas más, como la de defensa civil de la población.

El surgimiento de estas Juntas Civiles de Gobierno Popular pone en evidencia nuestra gran capacidad de organización. Hay suficiente capacidad en nuestro pueblo para sustituir la corrup- ta administración somocista. Estas Juntas Civiles de Gobierno Popular están integradas por los masayas más combativos... Es- tas Juntas... son la expresión más alta de un pueblo que, sobre las ruinas de una oprobiosa tiranía, empieza a construir una Ni- caragua libre.

Participación masiva, democracia, justicia y libertad, tales son algunas de las características de estas nuevas formas de ad- ministración civil de nuestro pueblo.

Ayer en León y Matagalpa, hoy en Masaya, mañana toda Nicaragua tendrá estas Juntas Civiles de Gobierno Popular. En- tonces, sin Somoza y sin somocismo, sin guardia asesina, con nuestro Gobierno de Reconstrucción Nacional, seremos completamente libres.

¡Vivan las Juntas Civiles de Gobierno Popularen Masaya! ¡Viva la nueva organización civil de nuestro pueblo! ¡Viva el Gobierno de Reconstrucción Nacional! ¡Viva el Frente Sandinista de Liberación Nacional!

Llamado a los voluntarios de todo el mundo El triunfo de nuestro pueblo pretende ser golpeado por

maniobras del imperialismo yanqui. Una nueva intervención se cierne sobre nuestra patria. Hoy, más que nunca se hace necesaria la solidaridad militante de todos los hombres honestos del mundo, para evitar que la sangre de nuestro pueblo sea de- rramada en vano, para impedir que la bota interventora manci- lle nuestro suelo... los pueblos del mundo deben levantarse pues- to que una intervención en Nicaragua es una bofetada en el rostro de la libertad, es una afrenta sin límites a la autodetermina- ción y a la independencia.

Llamamos a todos los comités de solidaridad con nuestro pueblo para que activen su campaña de denuncia de estas maniobras interventoras que los yanquis y sus títeres... que ven en nuestra lucha la amenaza a sus dictaduras. Todos los comités de solidaridad con nuestro pueblo deben ponerse en estado de alerta, y poner en estado de alerta a los voluntarios inscritos en los diferentes países, a esos miles de hombres y mujeres honra-

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dos que han manifestado su disposición de luchar a nuestro lado para conquistar nuestro derecho a la paz y a la libertad. Esos miles de hombres y mujeres en todo el mundo deben estar preparados para incorporarse a la lucha... Expresidente de Bolivia se incorpora como voluntario

El doctor Luis Adolfo Siles, expresidente de Bolivia, deci- dió convertirse en combatiente en las filas del Frente Sandinis- ta de Liberación Nacional... En la capital de Costa Rica, se en- trevistó con los miembros de la Junta de Reconstrucción Nacio- nal de nuestro país, y les comunicó que ha conversado con el jefe de gobierno de su país y por ello estima que los gobiernos del Pacto Andino romperán relaciones en forma colectiva con el régimen de Somoza, y que de no ser así, de todos modos el gobierno boliviano romperá sus relaciones con el genocida nicara- güense. El doctor Luis Adolfo Siles es hermano de Hernán Siles Suazo, candidato a la presidencia de su país... El doctor Luis Adolfo Siles fue vicepresidente de Bolivia en los años 1965-69 y accedió a la presidencia de la república en 1969. En algún lugar de Nicaragua, se entrevistó con miembros de la dirección nacional conjunta del FSLN, a quienes manifestó su decisión de convertirse en combatiente sandinista en nuestro país. Ante la resolución de la OEA

Pueblos del mundo, a romper relaciones diplomáticas con Somoza, a romper y bloquear económicamente a Somoza, a reconocer al gobierno provisional.

El Gobierno Provisional de Reconstrucción Nacional dio a conocer el pasado 23 del mes en curso el comunicado que dice:

Comunicado No. 8. A Nicaragua y al mundo, la Junta de Gobierno de Recons-

trucción Nacional declara: 1) Que mira con beneplácito la resolución adoptada el pa-

sado 23 de junio por la 17a. reunión del órgano de consulta de la Organización de Estados Americanos OEA.

2) Esta resolución proclama de manera clara el derecho de autodeterminación del pueblo de Nicaragua en armas contra la dictadura somocista, descartando cualquier tipo de intervención individual o colectiva.

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3) La resolución... significa el aislamiento moral y político de la dictadura Somocista, la más pavorosa que ha conocido América.

4) El Gobierno de Reconstrucción Nacional agradece la solidaridad... con nuestro pueblo expresada durante los debates de la XVIII reunión.

5) La Junta de Gobierno de Reconstrucción... solo espera ahora el reconocimiento de todos los pueblos libres y democrá- ticos del mundo.

Continúa llegando ayuda militar a Somoza Anastasio Somoza ha decidido burlarse de la resolución de

la decimoséptima reunión de consulta de los cancilleres americanos, emitida en Washington el sábado anterior. Esta declara- ción de la OEA, además de establecer que para que en Nicara- gua haya paz el régimen somocista debe ser remplazado por un gobierno democrático, plantea que los gobiernos afiliados al sistema interamericano deben abstenerse de proporcionar ayuda militar al genocida Somoza.

No obstante, el sistema de inteligencia del Frente Sandinis- ta ha logrado establecer que tanto el gobierno de El Salvador como el de Guatemala han continuado enviando hombres, si es que se puede llamar hombres a los mercenarios, lo mismo que armas y municiones.

Radio Sandino trasmite esta denuncia, para que la recojan muy especialmente los sectores armados de esos dos países, así como los hombres de América Latina que nos dieron solidaridad combativa... También deberían tomar muy en cuenta esta denuncia los gobiernos democráticos de América Latina, que de- fendieron en el seno de la OEA el principio de la no interven- ción.

Sobre el asesinato del periodista norteamericano Bill Stewart

El presidente Jimmy Cárter, el secretario de Estados Uni- dos, Cyrus Vanee y otros representativos del gobierno norteamericano se han mostrado consternados por el atroz asesinato de que fue víctima el periodista Bill Stewart. Radio Sandino considera que esos personajes tienen toda la razón, pues la- mentamos que los pandilleros del tirano hayan cortado la vida

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de un corresponsal... Pero lo que no nos explicamos es que entretanto Somoza ha bombardeado poblaciones civiles y ocasio- nado miles y miles de muertos, el señor Cárter y el señor Van- ce no solo han permanecido impasibles sino que recomendaron al Fondo Monetario Internacional la concesión de un présta- mo por 66 millones de dólares al tirano. Parte de ese dinero que el tirano ha logrado retirar lo ha empleado en la compra de armas para masacrar a nuestra gente y no tendría nada de raro que municiones compradas con esos dólares hayan servido a los asesinos de Somoza para ultimar al periodista Bill Stewart.

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FRENTE NORTE

LA HISTORIA DE HENRI Y SUS HOMBRES*

La siguiente crónica ha sido narrada para El Socialista por uno de sus protagonistas, Henri, combatiente de 6 años de trayectoria y Jefe de Escuadra del Ejército Sandinista. Estudió hasta segundo de secundaria, y antes de ser combatiente, trabajó como tornero de madera. La historia narrada por Henri es la de la lucha del pueblo de Chinandega —su lugar de origen— contra la guardia del tirano. Esta ciudad, ubicada cerca de la frontera con El Salvador, fue foco de lucha del FSLN en la insurrección de setiembre pasado, y después cayó en manos de la Guardia Nacional. Hoy nuevamente, Chinandega, junto con León, Ma- saya, Diriamba, Estelí y Matagalpa, son bastante sandinistas. Los métodos de combate utilizados por el Frente Sandinista este año, para volver a ganar posiciones perdidas, son fundamentalmente los mismos del año pasado.

La historia de Henri, que es la del pueblo de Chinandega, se ha repetido, con variantes, una y otra vez durante los meses de insurrección del pueblo nicaragüense.

...A las siete y media, una noche de setiembre del año pasado, Henri y su escuadra de guerrilleros sandinistas, entraron a Chinandega a reforzar la lucha que allí se había trabado contra la Guardia Nacional. Los suyos eran 18 hombres, todos bien armados y con larga experiencia como combatientes.

* El Socialista, No. 161. Bogotá, 6/7/79.

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La primera movida que emprendieron al llegar fue suspen- der el tráfico, colocando barricadas en las carreteras. (Los ve- hículos que trasportaban víveres fueron vaciados, y los alimentos destinados a crear una reserva para mantener durante varios días al sector más combatiente de la población).

El pueblo entero peleaba contra la Guardia: Henri y sus sandinistas reforzaron el trabajo que, de horas atrás, venían haciendo los civiles, incluyendo adolescentes y mujeres; montar barricadas en cada esquina de la población.

Cuando se pudo arreciar la ofensiva, los sandinistas se dieron la tarea de recuperar y confiscar armas de la Guardia Nacional. Para esto era necesario asediar el lugar donde la Guardia se apertrechaba y guardaba su arsenal.

Tanques de gas contra tanques de guerra

Henri nos cuenta cómo la población improvisa armas y he- rramientas de lucha para enfrentar a la Guardia Nacional, que es, en relación a la población del país, uno de los ejércitos más grandes y mejor armados.

Los tanques de gas propano, que se encuentran en las co- cinas de cualquier casa de vecinos, son un arma poderosa en manos de los sandinistas. Las madres de familia hacen brigadas de recolección de tanques. (Así sucedió en Chinandega, nos dice Henri, y así ha sucedido y sigue sucediendo en muchos lugares de Nicaragua). Cuando se reúne un número suficiente de cilin- dros, se van enterrando en filas de 6 a 10, a lo largo de 300 ó 400 metros. Todo el cilindro queda bajo tierra, salvo la válvula de escape, a la cual se ata un explosivo y un detonante.

Cuando los tanques de la Guardia se acercan, los guerrilleros disparan, con fusil, contra los explosivos. La explosión que se produce es tan violenta que llega a levantar el tanque de guerra un par de metros del suelo. Después de volado el primero, o el segundo, los tanques se echan para atrás...

Cuenta Henri que esta manera de pelear, y muchas otras, las conoce la gente de Chinandega desde hace tiempos: “En Chinandega hay un levantamiento espontáneo cada año. Allí la gente ya pelea por puro instinto. Cada vez que se viene una in- surrección la olfatean, y salen a combatir todos porque todos tienen algún muerto que vengar”.

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Un error: una acción suicida Le preguntamos cómo es la toma del aeropuerto. Nos dice

que lo que se hizo en Chinandega fue lo mismo que en León o en Masaya. Aunque este año ya no ha sido necesario utilizar tantos métodos tan rudimentarios, porque ahora el FS cuenta con morteros y cohetes, y no como antes, que tenían que arreglárselas con bombas y escopetas de poca potencia. Los aeropuertos fueron tomados cavando zanjas en la noche. Una escuadra de 20 a 30 hombres “cuadriculan” las pistas con zanjas de unos 50 cen- tímetros de profundidad, que luego cubren y camuflan con tela asfáltica. Los aviones que aterrizan o despegan se revientan. En Chinandega tumbaron dos DC3. Iban cargados de armas oficiales, que los sandinistas hicieron propias.

Cuenta Henri que una vez tomada Chinandega, era indispensable tomar el cuartel general de la Guardia, para asegurar la victoria. Como ya estaban muy debilitados, resolvieron hacer una acción audaz; lanzaron un carro con 35 galones de gasolina contra el cuartel, de tal manera que causara una gran explosión. Pero los guardias le disparan y lo hacen estallar antes de que llegue. La pelea dura 5 días más pero con los sandinistas totalmente a la defensiva. Finalmente pierden Chinandega y se repliegan.

Reencuentro en Honduras Partieron en retirada hacia Honduras, y a partir del mo-

mento en que cruzaron la frontera, supieron lo que era la solidaridad de un pueblo hermano, a través del apoyo de todos los campesinos de la región. Los trasportaban gratis en lancha; un hombre les compró tela blanca para que pusieran en los fusiles en señal de paz. Finalmente los detecta la guardia hondurena, pero ellos van en son de paz. Ese no es su enemigo “por el momento”. Inicialmente no nos desarman, dice Henri. Los llevan a la población de Azacoalba, y los detienen en la escuela. La po- blación les da nuevamente grandes pruebas de fraternidad, su- ministrándoles alimentos y dinero. Allí los atiende la Cruz Roja. Después los trasladan a Choluteca, donde se encuentran con otros 51 combatientes de Chinandega, que también habían buscado refugio en Honduras.

Del frente norte al frente sur En Choluteca encarcelan a todo el grupo, y entonces ellos

inician una huelga de hambre para llamar la atención y extender

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la noticia por todo el país. En Tegucigalpa se organizan grandes manifestaciones de apoyo, y de exigencia de libertad para los combatientes nicaragüenses presos en un país extraño. La situa- ción en Honduras empieza a caldearse, y el gobierno no tiene más remedio que ceder ante las presiones de la población, que exige un avión que los devuelva a Panamá. Sin embargo, tan pronto como llegan a Panamá, todos los de Chinandega regre- san en bus a su país, a continuar luchando. Se incorporan nuevamente al FS, pero esta vez en la zona sur. Cuando estalla nuevamente la insurrección en febrero, Henri y sus hombres están presentes en primera fila. Y es allí donde pudimos conocerlos los de la Brigada Simón Bolívar.

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HABLA RADIO SANDINO III* Brigada de voluntarios hondurenos a Nicaragua

El solidario y fraterno pueblo hondureno, que respalda la justa causa de nuestro pueblo sandinista, ha integrado una brigada que entrará en Nicaragua para combatir contra las tropas somocistas. Esta brigada de hermanos hondurenos destacará como avanzada a una columna de 200 combatientes a los que nuestro pueblo recibirá fraternalmente para dar juntos el golpe final a la dictadura.

Se extienden los órganos de poder popular En los territorios libres nacen los órganos de la voluntad

del pueblo, nacen los concejos de representantes del Gobierno de Reconstrucción Nacional. A combatir con más energía, a consolidar las victorias obtenidas, a lograr más victorias glorio- sas, vamos compañeros de batalla.

En Diriamba libre los vecinos se han organizado para resolver todos sus problemas, está surgiendo la gran organización civil de nuestro Gobierno de Reconstrucción Nacional, está surgiendo el verdadero gobierno de los nicaragüenses. A redoblar la batalla. Somoza se va, el pueblo se queda, vivan las organizaciones de poder popular.

* Apartes de las trasmisiones captadas en Bogotá durante los días 29 de junio y 1, 2, 3 de julio. El Socialista, No. 161. Bogotá, 6/7/79.

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Nicaragua libre. Nuestro triunfo significa Nicaragua sin So- moza, sin somocismo y sin Guardia Nacional. Nuestra victoria significa un nuevo poder, el poder de todo el pueblo. Por todos los lugares que nuestras fuerzas armadas van liberando —en un clima de paz, participación y vigilancia— nuestro pueblo construye el poder popular. En todas las comarcas, municipios y departamentos se nombran alcaldes electos por el pueblo. En Masaya libre se organiza una estructura de poder popular amplia. Con la participación de uno de los miembros del Gobierno de Recons- trucción Nacional, Moisés Hassán, se está gestando la nueva forma de poder de toda Masaya...

En Somocillo, tierra libre del norte nicaragüense, un tribunal popular de justicia integrado por honestos hombres de nuestra patria juzgaron a varios soldados somocistas que cayeron en nuestro poder. Después de haberlos juzgado, el tribunal... de- terminó absolverlos y entregarlos a la Cruz Roja Internacional en un acto que refleja la ecuanimidad y respeto total que nuestro pueblo tiene, aun con sus enemigos.

De la misma manera, en todas las ciudades que están en nuestro poder funcionan los Comités de Defensa Civil, que organizan y controlan la distribución de alimentos y la aplicación de las medidas sanitarias.

Los Comités de Defensa Civil, los Tribunales Populares de Justicia, los Alcaldes Populares, los Consejos Departamentales y Municipales organizados por el pueblo, en una Nicaragua que avanza combatiendo por su liberación definitiva, enterrando para siempre a la oprobiosa dictadura somocista e instaurando un régimen de paz y tranquilidad social. A organizarse para defender el triunfo

En las ciudades o pueblos que vayan siendo liberados por los combatientes sandinistas, es necesario organizarse para poder mantener a pie firme el triunfo logrado. Los problemas de la comida, del agua, de las medicinas, deben ser resueltos de manera colectiva entre los vecinos organizados cuadra por cuadra, manzana por manzana, barrio por barrio. Los vecinos organizados deben prevenir la actividad de gente que quiera sabotear la construcción de la Nicaragua libre que nace mientras el somocismo se derrumba para siempre. Los vecinos organizados deben también encargarse de mantener el orden, es decir, que

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todo se haga a su debido tiempo y sin alborotos de ninguna clase. Si acaso fuera posible hay que nombrar a un alcalde honesto que sustituya a los corruptos alcaldes somocistas y también integrar con la participación de los vecinos de la localidad una especie de Concejo Municipal, para que, junto con el alcalde y toda la población resuelvan los problemas que se vayan presentan- do. Es necesario recordar que, como estamos en guerra a muerte contra al somocismo, toda clase de organización de vecinos que se forme tiene que ponerse inmediatamente en contacto con los jefes sandinistas para coordinar toda actividad que se realice.

La huida de Somoza, otra maniobra yanqui Alerta a nuestros combatientes en todo el país y en general

a nuestro pueblo sandinista. Hay que mantenerse alertas. De acuerdo con informaciones obtenidas por nuestro sistema de inteligencia en Managua, existen posibilidades de que el genocida Anastasio Somoza Debayle abandone el país. De acuerdo con nuestras fuentes informativas, las presiones del Departamento de Estado gringo parece que han inclinado al jefe de los bandoleros vestidos de militar a abandonar Nicaragua. A los imperialistas norteamericanos no les faltan deseos de intervenir militarmente en nuestro país para montar un somocismo sin Somoza. En esa forma tratan de impedir el triunfo inevitable de nuestro heroico pueblo sandinista contra las hordas somocistas que han masacrado miles y miles de niños, ancianos y mujeres y también destruido las más importantes ciudades del país. Por todas las implicaciones políticas y militares que puedan derivarse de una precipitada huida del tirano, nuestras fuerzas sandinistas deben permanecer alertas en todo el país. El enviado del presidente Cárter a Managua a negociar con Somoza, John Martin, declaró hoy a un periodista que se han hecho todos los arreglos para que Somoza se vaya el sábado de Nicaragua. Con la huida del genocida el imperialismo norteamericano intentará formar una junta de gobierno, para apuntalar un somocismo sin Somoza. Según dijo Martin, el embajador norteamericano en Nicaragua, Lorenz Pezzullo, que está en Washington, regresará a Managua el miér- coles para entrevistarse otra vez con el criminal de guerra Anas- tasio Somoza para que éste se vaya del país el sábado 7 del presente mes.

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Se prepara la intervención En una base del Comando Sur del ejército norteamericano

en el territorio panameño del canal interoceánico se encuentran estacionados numerosos como sofisticados aviones de bombardeo, helicópteros y varias barcazas. La entrada a esta base está estrictamente prohibida, muy especialmente para los paname- ños. Hace unos pocos días fue trasmitida la noticia de que en dicha base el equipo militar estaba siendo pintado con la insignia de la OEA sin conocerse en concreto con qué objeto. En la cita- da base militar se encuentran 4 jets bombarderos, 14 Hércules Naval tipo anfibio, 8 helicópteros grandes, 1 jet de trasporte y varias barcazas. Como es conocido, la parte del territorio pana- meño conocido como la zona del canal es como una extensión del territorio norteamericano.

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EN CARDENAS DEPARTAMENTO DE RIVAS*'

“Hemos procedido a distribuir la tierra de los somocistas y a conformar una gran cooperativa administrada por los Comités de Defensa de la ciudad”.

El proceso revolucionario que hoy protagonizan las masas nicas es, sin lugar a dudas, uno de los más profundos que se haya presentado en América Latina, mayor, incluso que lo que fue en sus comienzos el gran movimiento revolucionario que prota- gonizaron las masas cubanas cuando, bajo la dirección del Mo- vimiento 26 de Julio, declararon la guerra la muerte a la tirá- nica dictadura de Batista. El grado de movilización de los trabajadores y el pueblo de Nicaragua es el factor decisivo para que el proceso revolucionario haya adquirido tal profundidad.

Las masas nicaragüenses, por ejemplo, han tenido que enfrentar a un poderosísimo ejército, disciplinado, cohesionado y armado hasta los dientes, que dista kilómetros del descompues- to ejército batistiano que tuvieron que enfrentar los trabajadores y el pueblo de Cuba. En la necesidad de enfrentar obstáculos como éste, radica en buena parte la envergadura de la movilización revolucionaria que hoy protagonizan las masas nicas, en su lucha intransigente por el derrocamiento de la sangrienta dictadura somocista que ha sojuzgado al país por más de cuarenta años.


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Este alto grado de movilización, este agudo proceso de re- volución permanente, ha tomado cuerpo en el surgimiento de organizaciones que encarnan un nuevo poder en Nicaragua: el poder de los trabajadores, los campesinos y el pueblo contra el estado burgués somocista.

Estas organizaciones, surgidas al calor de la lucha contra el tirano, constituyen, a su vez, los pilares más sólidos sobre los cuales se asienta la amplia unidad de acción antidictatorial que enfrenta a Somoza.

Ese es el significado que tienen los Comités de Defensa Ci- vil, la organización de las milicias de la población en varios lugares del país, el surgimiento de los tribunales populares y los primeros repartos de los bienes de Somoza y la burguesía somocista, que son, sin lugar a dudas, los sectores más poderosos y ricos de la burguesía en toda Nicaragua.

En esta edición publicamos una entrevista del compañero Nelson Cruz al Comandante Raúl Guerrero M., del estado mayor de la columna sandinista Ramón Raudales, y otra a la com- pañera Tania, igualmente combatiente del Frente, que constituyen un nítido testimonio de la experiencia que, a propósito de lo que hemos mencionado arriba, tuvo lugar en la población de Cárdenas, departamento de Rivas, en el frente sur.

Allí no sólo se llevó a cabo el reparto de las tierras de los hacendados somocistas, sino que la producción se organizó con la cooperación de toda ¡a población y bajo la administración de los Comités de Defensa de la ciudad. De la misma manera, en Cárdenas, los tribunales populares se encargaron de juzgar a colaboradores de la tiranía.

De pasos decisivos como estos —estamos convencidos— depende no sólo el futuro de la revolución (su triunfo definitivo y su llegada hasta las últimas consecuencias), sino también, inse- parablemente, su presente, es decir, la profundización y el triunfo de la lucha antidictatorial.

El secreto de la derrota definitiva de la Guardia Nacional Somocista está en el levantamiento insurreccional de la inmensa mayoría de la población del país. Y nada impulsa más el desarrollo de la revolución que el hecho de que la población tome directamente en sus manos el control político y la administra- ción de la producción, y lleve a cabo el inmediato reparto de los bienes del tirano y todos sus colaboradores.

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Campesinos como los de Cárdenas y otras poblaciones de Nicaragua —que ya tienen en sus manos la tierra— la van a defender hasta la muerte. La garantía del triunfo de la revolución está en la certeza, por ejemplo, de que campesinos como los que hemos mencionado, y los que con ellos vivan la experiencia del control político, la administración de la producción y el reparto de los bienes nunca estarán dispuestos a renunciar a lo conseguido.

A continuación, las declaraciones de “Tania” y del Coman- dante Raúl Guerrero M.

Habla el comandante Raúl Guerrero Entrevista con Raúl Guerrero M., miembro del estado ma-

yor de la columna “Ramón Raudales”, quienes sostienen en su poder la ciudad de Cárdenas, a orillas del lago Nicaragua, en el departamento de Rivas, desde el 19 de junio.

—Compañero Raúl ¿cómo fue la toma de Cárdenas y qué importancia política y militar tiene ese hecho?

—Sí, compañero. Cárdenas ha representado por cuarenta años un fuerte bastión militar de la dictadura somocista, ya que en su jurisdicción se encuentran los grandes latifundios de Cornelio Kueck, José Rodríguez Somoza, José Somoza, los Ur- cuyo Maleano (presidente de la Cámara de Diputados), y una compañía multinacional, uno de cuyos principales accionistas es el propio dictador Anastasio Somoza.

Todo esto a costa de la explotación sobre el pueblo. En muchas ocasiones se había intentado su toma por parte nuestra. Allí precisamente el 16 de enero de este año cayeron abatidos por mercenarios del Condeca los compañeros Santiago (José An- tonio López) combatiente internacionalista argentino, Rocky, Lucas, Manuel y otros.

Hoy, con Cárdenas en nuestras manos, hemos procedido a distribuir la tierra de los usurpadores somocistas, y a conformar una gran cooperativa de producción, comités que entendemos son ejemplo de la fuerza revolucionaria de nuestro pueblo.

La importancia política que le damos es la de un territorio liberado, donde hacemos determinados trabajos con la pobla- ción. Entre ella se reparte alimentos (leche, carne, granos bási- cos), inducimos a la población a hacer trabajos en pro de la comunidad y nos vamos preparando para un contraataque de la

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Guardia Nacional, construyendo con la población trincheras para la defensa antiaérea.

La población se ha mostrado contenta con nosotros, así lo han expresado, pues mientras estuvo la GN allí sólo recibieron palo, piedra y plomo. En la lucha contra la dictadura, en la actual ofensiva en curso, se da un levantamiento popular contra ella.

—¿Cómo ve política y militarmente la situación del régimen? —En realidad, Somoza está acabado. Lo que sucede es que

el imperialismo yanqui le está suministrando un apoyo “clan- destino” al dictador. Y no puede dejar de hacerlo. Un apoyo consistente sobre todo en apoyo logístico militar, fundamentalmente a través de las dictaduras centroamericanas y de Israel. El imperialismo no le puede negar el apoyo, pues son estas dictaduras sus cimientos económicos, son las colonias para su sustento económico y no puede sentar el precedente de quitar el apoyo a ninguna dictadura latinoamericana...

Somoza, además, sobrevive sobre la base del material humano importado, los mercenarios (vietnamitas —hace cuatro días murieron en un combate más de tres, de los cuales tiene la dirección del Frente su documentación para ser presentada al mundo—, mercenarios yanquis, gusanos cubanos exiliados en Miami, muchos de los cuales son de los que invadieron a Cuba en 1962, y mercenarios de varias nacionalidades).

Pese a todo esto, el Frente Sandinista de Liberación Na- cional tiene una gran capacidad combativa, una gran capacidad de lucha. Así que, vengan más mercenarios como es la amenaza que aquí los esperamos. Como dijo Sandino, “sabrán cómo entrar, pero no podrán salir...”

—¿Qué opina sobre la venida de combatientes internacionalistas a pelear hombro a hombro con el FSLN, y de la campaña que se está llevando a cabo en toda Latinoamérica, reclutándose combatientes?

—Nos conmueve que la causa sandinista haya llamado la atención de los revolucionarios de América y del mundo, y que ustedes estén dispuestos a venir a ofrendar sus vidas a la par nuestra, por el ideal de los luchadores nicas. Personalmente creo que es acertado que ello se haga así. —Háblenos un poco sobre las formas y métodos de justicia que se aplican en las ciudades tomadas a la GN.

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—La población directamente elige, públicamente, a quienes quiere que los represente en los tribunales populares, a los miembros del jurado que sesionan ante !a población. Tenemos nuestro legítimo derecho de acusar y presentar las pruebas de los actos que cometieron, los acusados tienen también garantizado su derecho a la defensa. El tribunal los juzga y sanciona de acuerdo con la gravedad de los cargos.

Entrevista de Nelson Cruz.

Conversaciones con la compañera “Tania” “No podemos entregar las armas”

Tania es una compañera que desde hace tres años largos empezó a combatir a la dictadura. Es el testimonio de las tantas y tantas abnegadas luchadoras que desde diferentes puestos de combate ayudan a construir un futuro mejor para su país, a costa incluso, esto sobra decirlo, de su propia vida.

Es una joven llena de vida y optimismo, con confianza en la victoria en esta guerra a muerte que la población nica libra contra la dictadura. Es nicaragüense, nació en Managua hace 18 años, era estudiante y trabajadora al mismo tiempo. Como estudiante sólo logró hacer el básico.

“Me inicié en la revolución desarrollando inicialmente actividades en los barrios marginales de Managua. Generalmente nos reuníamos con los pobladores de allí, los fines de semana, en las reuniones evaluábamos las actividades desarrolladas y pla- nificábamos las actividades de la semana siguiente...”.

—¿Cómo hiciste contacto con el FSLN? —Luego de mis actividades barriales con organizaciones

progresivas, a principios de 1976 hice contacto definitivo con el FSLN. Desde este momento era ya un soldado sandinista. In- mediatamente comencé a desarrollar trabajos de apoyo (recoger ropa, drogas, dinero, etcétera) para las líneas del Frente, haciendo estudio político permanentemente con los más diversos sectores (médicos, abogados, trabajadores e incluso, con gente de la Guardia Nacional), siempre bajo la dirección del Frente, pero cuidándonos también de, en ningún momento, orientarlos, o fa- cilitarles información, hacia la estructura organizativa nuestra, tomando todas las medidas de seguridad necesarias como militante.

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Como le decía, definitivamente empecé a trabajar con el Frente desde hace tres años, y lo hice cuando comencé a comprender y sentir en la conciencia una gran necesidad de luchar contra la explotación de que es objeto mi pueblo, y que yo misma era explotada.

A esta edad en que comencé, en Nicaragua la juventud empieza a luchar, casi que obligatoriamente, contra la dictadura. Uno es empujado, quiéralo o no, si desea seguir vivo, a la lucha, pues allí, ser joven es considerado por el dictador como un grave delito. Ve en todo joven a un futuro guerrillero, a un enemigo de su gobierno.

Además de las tareas que mencioné, en el Frente última- mente participaba también en la realización de manifestaciones, tareas de apoyo militar al FSLN en las barricadas barriales, etcétera.

—¿Qué armas sabes manejar? —Sí, manejo fusil G-3, fusil-ametralladora, ametrallado-

ra Madsen, conozco además la pistola calibre 45. Por otro lado, el trabajo de la mujer en el combate es

importantísimo, es fundamental, pues nosotras también de- sempeñamos diversas labores para llevar hacia adelante, igual que el hombre. Somos de los componentes básicos en el Frente Sandinista. Ahora bien, en este momento en que el dictador está cayendo, y con el curso que tiene esta lucha, en la que han muerto muchos compañeros, cuando la población de las ciudades está siendo diariamente bombardeada, no podemos entregar las armas, el pueblo que las tiene, no puede hacerlo tampoco, pues solo con ellas en la mano, podemos garantizar que se nos cumpla por el nuevo gobierno todo aquello que estamos consiguiendo en la lucha, en la pelea. Así el nuevo gobierno dé pequeñas libertades —que las va a tener que dar—, este gobierno no es la garantía para el pueblo, pues la única forma de tener libertades para el pueblo y democracia, es con un gobierno de los trabajadores y nada más.

En este momento de la lucha estamos, como quien dice, en el noveno round de una larga pelea, y vamos a iniciar el décimo. Veníamos un poco empatados en los anteriores, pero la cosa va cambiando. El Frente Sandinista domina una gran parte del país (León, Matagalpa, Estelí, etcétera, y ya está cercada Rivas, donde se instalaría la Junta de Gobierno), todo lo cual me pone

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bastante optimista. Todo es cuestión de tiempo ya, eso al menos es lo que me parece. Ahora solo estoy esperando el momento de reincorporarme a las líneas de combate, de continuar enfrentando a la dictadura, por la liberación de mi país. Entrevista de Nelson Cruz. 206

HABLA RADIO SANDINO IV* -

Abajo la maniobra yanqui. No al somocismo sin Somoza

Los imperialistas yanquis no dejan de buscar formas para robarnos el triunfo total que estamos logrando los nicaragüen- ses. Somoza para los yanquis no es mayor problema. El verdadero problema para los yanquis es lo que viene después de Somoza. A los yanquis lo que les interesa es que la guardia somocista, esa guardia que ellos mismos crearon y ahora sostienen, no desapa- rezca, que no sea destruida. Por eso, se explica que mientras buscan una fórmula que sea el remplazo de Somoza mantiene el abastecimiento de armas a la Guardia a través de regímenes como el de El Salvador, Guatemala, Chile e Israel. Lo que los yanquis están haciendo es ganando tiempo, tiempo para encontrar una manera para asegurar que la Guardia, en una dictadura sin Somoza, se mantenga como una fuerza militar activa.

Los yanquis están presionando a Somoza para que renuncie y entregue el poder a otro somocista de la misma calaña aunque sin su nombre. Este otro somocista le entregaría el gobierno a un traidor que sé preste a la maniobra y que se encuentre más o menos limpio de sangre nicaragüense. Este a su vez le entrega- ría el gobierno a lo que los imperialistas yanquis llaman una Junta de Gobierno... la que a su vez nombraría inmediatamente a un jefe director de la Guardia Nacional.


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¿Qué es esto sino un somocismo sin Somoza? La misma Guardia somocista, con los mismos tenientes y generales genocidas al mando de las tropas, la misma Guardia que ha asesinado y masacrado a nuestro pueblo, seguiría con las mismas armas.

¿Es por esto por lo que hemos luchado los nicaragüenses? ¿Es por esto que han muerto miles de nuestros compañeros y hermanos?

No. Los nicaragüenses patriotas, aquellos que queremos una patria libre, no aceptaremos nunca jamás el somocismo sin Somoza, esa Guardia genocida. El somocismo debe ser destruido, la Guardia somocista debe ser destruida como institución de muerte y de destrucción. Es sobre las ruinas del somocismo y sobre la desaparición de la Guardia somocista que los nica- ragüenses estamos ya construyendo la patria por la que luchamos. No hay otra salida, es el único camino para ser libres.

Los nicaragüenses estamos dispuestos y con la fuerza y las capacidades necesarias para continuar la lucha hasta ver a nuestra patria libre de cualquier forma de somocismo. No tenemos temor a que la guerra se prolongue.

Sí, queremos la paz y la tranquilidad, pero la paz y la tranquilidad que nacen de una Nicaragua sin Somoza, sin somocismo, sin Guardia somocista y sin intervención extranjera. Los imperialistas yanquis debían rendirse ante la evidencia de que nuestro pueblo está dispuesto a conquistar la libertad... debie- ran de abandonar sus maniobreos y reconocer inmediatamente a nuestro Gobierno de Reconstrucción Nacional, es la única manera de que sean consecuentes con sus proclamas hipócritas sobre derechos humanos, es la única manera de que respeten el derecho a resolver nuestros problemas, por nosotros mismos.

A los gobiernos democráticos de América Latina los llamamos nuevamente a reconocer a nuestro Gobierno de Recons- trucción Nacional y a hacer valer nuestro derecho a la auto- determinación sin dejarse presionar por los oscuros propósitos de la política yanqui. Nuestro pueblo organizado y armado destruirá las maniobras yanquis que pretenden arrebatarnos el triunfo. ¡Los nicaragüenses lucharemos todo el tiempo que sea necesario para tener patria libre! El único gobierno que reco- nocemos los nicaragüenses es a nuestro Gobierno de Recons- trucción Nacional. ¡Viva la heroica lucha de todo nuestro pueblo! ¡Viva el Frente Sandinista de Liberación Nacional! ¡Pa- tria Libre o Morir!

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Declaraciones de Andrew Young, embajador yanqui en la ONU

En entrevista que concedió en Nueva York, el citado di- plomático dijo textualmente: “Nuestra filosofía se basa en un gobierno para el pueblo y cuando un gobierno no representa al pueblo, el pueblo tiene el derecho y el deber de derrocarlo, y eso es lo que ha decidido el pueblo de Nicaragua respecto a Somoza. Los Estados Unidos debemos respetar esa decisión del pueblo de Nicaragua y debemos respetar nuestra propia historia al enfrentarnos a estos hechos”.

Al consignar las declaraciones del embajador norteamericano, Radio Sandino insiste en manifestar que eso precisamente es lo que reclama nuestro pueblo sandinista: que el gobierno norteamericano respete el derecho de autodeterminación del pueblo nicaragüense que reconoce como su gobierno auténtico a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. El pueblo sandinista de Nicaragua no aceptará de ninguna manera que po- litiqueros traidores de nuestro país, en convivencia con fuerzas extrañas, traten de realizar maniobras para imponernos determinadas formas de gobierno. Para el pueblo nicaragüense solo es posible patria libre o morir.

Organizar las brigadas de defensa civil Hermanos nicaragüenses: a organizar de inmediato las

brigadas de Defensa Civil, a consolidar rápidamente nuestras posiciones sobre la firme base de nuestra organización civil, para que sirvan de armas contra las maniobras yanquis que pretenden arrebatarnos el triunfo... Para hacer de Nicaragua la Ni- caragua que todos queremos y por la que todos luchamos... Nuestro pueblo se organiza para consolidar sus victorias.

Los culpables de que Somoza siga en pie ...El último acto genocida de Somoza que viola todos los

tratados de las convenciones internacionales de guerra: En el bombardeo perpetrado contra la ciudad libre de Masaya, ade- más de los barriles de bombas de mil libras, los aviones genocidas arrojaron bombas de fósforo blanco. Estas bombas de fósforo blanco son bombas inflamables que provocan incen- dios devastadores, que por su efecto destructivo e incontrola- ble están prohibidas como arma de guerra en el mundo ente-

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ro. ¿Pero cómo consigue Somoza este fósforo blanco para usarlo con odio asesino contra nuestro pueblo? Pues con el único directo responsable de que todavía Somoza esté asesinando a nuestro pueblo: los Estados Unidos, que lo llevaron y lo han mantenido en el poder y ahora quieren quitarlo pero a su manera, ya que le siguen mandando armas para evitar a toda costa la derrota inminente de la Guardia Somocista.

El tiempo se les agota, el derrocamiento revolucionario de la dictadura es irreversible. Entonces ellos agudizan la des- tructividad de las armas que mandan a la Guardia. Así lo prueba el fósforo blanco que los acusa directamente como los úni- cos responsables y culpables de la sangre que corre en Nicara- gua. Los Estados Unidos son los únicos fabricantes de este material prohibido y son también ellos los únicos que lo han usa- do: lo usaron en Vietnam. Pero se les olvida que los pueblos que han decidido ser libres, no se detienen y conquistan su libertad... como ahora lo hace Nicaragua.

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LA SIMÓN BOLÍVAR “EN LA LINEA DE FUEGO”*

Ciento diez compañeros de la Brigada Simón Bolívar que salieron de distintos países de América Latina llegaron a combatir a Nicaragua. Después de un intenso entrenamiento muchos de ellos fueron incorporados al Frente Sur del FSLN. En este frente la dictadura resistió hasta el último día cuando, en desbandada, la Guardia Nacional, acompañada de mercenarios yanquis, vietnamitas y gusanos cubanos, emprendió la huida. », En el sur la línea de fuego se había estancado debido a la

situación desfavorable: las mejores tropas de la Guardia controlaban el “corredor” paralelo al Lago de Nicaragua desde la Colina de la Virgen y la escasa población de la zona privaba al FSLN del apoyo de masas que tenía en el norte.

Fue una guerra de posiciones, donde cada palmo de terreno se logró a costa de un gran número de compañeros muertos y heridos. El FSLN sufrió allí el mayor porcentaje de bajas —aproximadamente un 25°lo de sus efectivos entre muertos y heridos— y los integrantes de la Brigada Simón Bolívar también se enfrentaron al peligro.

Del arrojo de nuestros compañeros en el combate hay más de un testimonio y, sobre todo una doloroso prueba:

Tres muertos en la línea de fuego, Mario Cruz Morales y Pedro J. Ochoa, colombianos y Max Leoncio Senqui, nicara- güense. Con su muerte subrayan las palabras que pronunció * El Socialista, No. 165. Bogotá, 3/8/79.

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Emiliano, comandante de la escuadra de “Segovia” otra brigadista, en el momento que la estábamos entrevistando: “Quiero decirle al pueblo de Colombia que reciba un saludo revolucionario de todos los nicaragüenses. Tanto “Segovia” como muchos más brigadistas de la Simón Bolívar han sido excelentes combatientes, bien disciplinados, conscientes y firmes en la lucha”. Sobra otro comentario. Ahora que hablen los brigadistas que se distinguieron.

María Claudia Linares “Segovia” “Nuestros héroes y mártires nos muestran el camino”

Entre las compañeras de la Brigada Simón Bolívar que ingresaron a las filas del FSLN una se destacó; su nombre de combate es Segovia. María Claudia Linares fue trabajadora de el Es- pectador y renunció a su puesto para vincularse a la Brigada, combatió en el Frente Sur y fue herida por una esquirla de mortero. A pesar de ello, a la primera oportunidad, dejó la cama del hospital y regresó a las filas, a la línea de fuego. La entrevistamos en Managua, en su cuartel.

Segovia, después del triunfo de la revolución ¿qué tareas tienes en Managua?

Pertenezco al pelotón de seguridad del Gobierno de Re- construcción Nacional.

Cuéntanos sobre las experiencias que has tenido en la guerra revolucionaria.

La primera experiencia es la de la instrucción. Pasamos por dos escuelas. En la primera recibimos instrucción militar, la otra era una escuela revolucionaria. Nos enseñaron a disparar y todas las cosas propias de lo militar. Luego nos incorporaron al Frente Sur, a la guerra de posiciones que era la estrategia que se adelan- taba en ese momento.

Construíamos canales, trincheras, todo de noche. En el día había que estar tirado en el piso, en la noche hacíamos el trabajo de infraestructura. De día, escondidos para que no nos tum- bara un cañón y peleábamos con la guardia. En la tarde se pre- sentaban los combates más fuertes.

¿Cuál fue tu experiencia más dura en el combate? Los últimos días los combates fueron más difíciles. Uno de

esos días íbamos para la colina 100, de la cual estaba encargado Emiliano, el jefe de la columna en la que yo me encontraba es-

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tructurada. Nos ubicaron y nos dieron una cañoneada. Domingo y lunes enteros.

¿Allí fuiste herida? Sí. Una esquirla me produjo una herida en la espalda. Afor-

tunadamente va bien la curación aunque está un poco infectada. Después que me recogieron y me curó el sanitario de la compa- ñía me llevaron a la población de Las Vueltas y luego a La Cruz, ambas en territorio costarricense. Me desesperé mucho sabiendo que mis compañeros estaban peleando y yo andaba acostada. ¿Qué hacer? Me devolví. Me escapé del hospital y fui al sitio donde tenía que estar, en el combate.

Habíanos de los compañeros de la Brigada que cayeron durante esta guerra.

Quisiera sobre todo enviarle un mensaje a sus familiares, sus padres y hermanos. Dirigido también al pueblo colombiano y a las organizaciones políticas y sindicales que han brindado su solidaridad al pueblo nicaragüense, en especial a mi partido, el Partido Socialista de los Trabajadores.

La guerra se gana así, peleando. Aquí vinimos todos dispuestos a entregar nuestra vida si era necesario. Algunos salimos bien y, lamentablemente otros cayeron. Pero es precisamente por estos compañeros que Nicaragua es libre. Este es el ejemplo que los compañeros, mártires de esta revolución, nos dan. Y es siguiendo ese ejemplo como será —algún día, que espero sea pronto— libre toda América Latina. Hanán Camilo Monje “Alejandro” “En el combate uno no vale nada solo”

Tiene 23 años. Nació en un pueblito del Coqueta, 'pero mi cédula es de Florencia, así que decí que soy de ahí”. Por desta- carse en el terreno militar fue de los primeros seleccionados y también de los primeros enviados a la línea de fuego. Su frente, el ^Benjamín Zeledón”; su columna la “Gaspar García Lavia- na”; su escuadra, “por que también las escuadras tienen nombre”, fue la “Wilber Gutiérrez”.

Estuve en muchas acciones, pero combates duros solo en tres.

“Uno en la carretera hacia la procesadora de cal La Calera, recuperando colinas y reteniendo posiciones. Otro, tal vez el mas peligroso, en un punto de Sapoá hacia el norte. A ese fui-

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mos enviados cuarenta compañeros. La punta de lanza de la columna siempre es un arma más pesada, como una ametralladora punto 30 o algo por el estilo. Esa vez nos encontramos de frente con los 'Chigüines' y, hay que reconocerlo, son duros para la pelea. Yo no se de dónde sacaban el valor; lo cierto es que esa gente cuando avanzaba se hacía matar porque les hacíamos muchas bajas, pero seguían avanzando. La primera vez nos tocó retroceder, luego volvimos nosotros a la ofensiva usando el 'bastón chino' o RPG2, que es un aparato para lanzar obuses. A eso y a los morteros era a lo único que realmente temía la Guardia.

“¡En el combate las cosas son tan distintas! Uno no vale nada solo, lo único que lo puede animar es saber que al lado va un compa disparando por el hueco que va dejando uno, rozán- dole casi la ropa. Esa identificación con los compañeros es lo fundamental. También se grita cuando las cosas van muy mal o cuando van bien, hay que ver el valor que eso le infunde a uno. Nosotros al atacar solo pensábamos y gritábamos “Patria Libre o Morir...”

Julio Bohórquez Ocampo “Isaac” “Sentí que la muerte me cogió del brazo”

Su apariencia es la de un niño. Y casi lo es. Tiene 18 años y es de Managua. Fue uno de los compañeros nicaragüenses que se vinculó a la brigada estando en Colombia. Ríe mucho. Dicen que incluso en la línea de fuego.

“La experiencia de la guerra ha sido dura para todos, pero creo que especialmente para mí. En el primer combate en que participé tuvimos seis bajas. Entre ellas la de un compañero colombiano de la Brigada Simón Bolívar, “el Pijao”, allí también murió Pedro, el uruguayo del que tomamos el nombre para la columna. La Guardia andaba vestida como nosotros y nos trató de 'compitas', fue con esa trampa que nos pudieron causar las bajas. La moral se me bajó y estuve dispuesto ha hacerme matar peleando; sentí que la muerte me cogió del brazo pero un momento después dejé de temblar y los nervios se me fueron.

“Otra vez nos enteramos de una emboscada que preparaba la Guardia, la columna se dividió en escuadras de doce, y a la mía le tocó la emboscada. Murieron tres compañeros.

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“Como podrás ver, solo la fe en la victoria nos hacía avanzar. Por eso fue tan grande la alegría el día que huyó la guardia, el jefe de la escuadra nos dejó celebrarlo descargando nuestros proveedores haciendo ráfagas al aire. Al día siguiente camina- mos hasta Rivas, limpiando la zona, pues en la colina 50 aún ha- bía combate.

“En Managua todo mundo nos recibió muy bien. Pero yo quiero regresar a la montaña a cruzar los sitios donde cayeron nuestros compañeros. A nombre de ellos quiero enviar un saludo revolucionario a los compañeros de la Brigada Simón Bolívar y recordarles que la lucha continúa, porque nuestra meta es el socialismo”.

Jorge Mendoza Ruiz “Napoleón” “Empieza lo más duro, la defensa y la consolidación de la revolución”

Jorge como Marión, es de Jinotega, Nicaragua. Pero se fue al combate “gracias a la labor desarrollada por el PSTen Colom- bia” nos dijo, y, a renglón seguido. “Si algún día vuelvo ese será mi partido “.

“Me destaqué en el entrenamiento y por eso también cum- plí labores de instructor. Pero no por mucho tiempo, en la línea de fuego se necesitaba gente y allí fui a dar.

“Mi columna era la de Pedro el uruguayo, un compañero caído en los primeros días que combatimos. La guerra es algo muy duro, mucho más de lo que uno se imagina. Participé varias veces en el hostigamiento a los guardias atrincherados en la famosa Colina 50 que fue una de las últimas posiciones en caer. Tristemente famosa, allí cayó más de un compañero nuestro. En una de las primeras acciones en que participé, de dieciséis com- pañeros enviados, cinco resultaron muertos y siete quedaron he ridos. Es, para uno que por primera vez se enfrenta a eso, algo terrible. Como fuimos asignados a diferentes columnas, mientras estuve en el frente no me vi con todos mis compañeros de la Brigada. Después me enteré de la muerte de dos de ellos, Max Senqui, 'Roberto', nicaragüense, y 'Pablo', un colombiano. Ambos cayeron en un ataque a la Colina 50 cuando el carro en que se trasportaban fue volado por un cañonazo de la Guardia.

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“Terminó la guerra, pero empieza la parte más dura, la defensa y consolidación de la revolución y voy a estar aquí para eso”.

Alvaro Zúñiga “Quintín” Un torero sandinista combatiente

Alvaro Zúñiga, más conocido en Colombia como “Torel”, es matador de toros. Y es el único matador hecho sin ir a Espa- ña. Lleva catorce años en su profesión pero tuvo que actuar veinte veces como novillero antes de tomar la alternativa en agosto de 1977 en la Plaza de Santamaría. “Torel” ahora es “Quintín”, combatiente del FSLN y miembro de la Brigada Simón Bolívar.

“Cuando entré a la línea de fuego —nos cuenta— sacaban cinco heridos por mortero. Sentí el olor y la tragedia de la guerra. En el primer combate, el encargado de la ametralladora punto treinta cayó herido y tuve que remplazado. Yo solo sabía manejar fusiles FAL y Garand, así que aprendí a ametrallar en el momento de abrir fuego.

“Un día aparecieron dos 'chigüines' en nuestra colina, lan- cé una ráfaga y uno de ellos fue a avisar a los demás. Ahí se ar- mó la grande. Comenzaron a rafaguearme con ametralladoras. En fracciones de segundos, se oyeron centenares de disparos. Yo, como todo novato, pensaba que los primeros días solo se oirían unos tiritos. Que va. El combate duró veinticuatro horas, sin comer.

“Pero a uno no le da hambre sino sed, porque la boca se le seca permanentemente. El peligro es grande, como cuando se torea, solo que en la guerra el enemigo es otro hombre, que como uno, también pelea para conservar la vida y por eso no hace las estupideces del toro.

“Para mí es un orgullo participar en esta guerra revolucionaria. Ustedes no saben lo que sentí cuando el pueblo nos aplau- día y nos trataba como héroes.

“Tengo mucho que agradecerle en Colombia a Adalberto Carvajal por su gran apoyo moral y económico. A la Unión Co- lombiana de Toreros, mi sindicato, y al Partido Socialista de los Trabajadores, porque hizo posible que yo fuera combatiente. Posiblemente vuelva a torear, voy a pensarlo. Pero lo más bello es estar en una guerra revolucionaria. Eso lo puedo hacer una y mil veces”.

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Marión Zelaya Cruz “Eduardo” “Teníamos orden de no retroceder y estábamos dispuestos a cumplirla”

Marión Zelaya tiene 17 años. Es nicaragüense, nacido en Jinotega. Se incorporó a la Brigada en Bogotá, donde cursaba estudios. Emprendió de inmediato su viaje a Nicaragua a integrarse al Frente Sur “Benjamín Zeledón “. Y de ello nos cuenta.

“Cuando llegamos al Frente la guardia se estaba lanzando con todas sus fuerzas a recuperar posiciones, por eso nos tocó una situación de defensiva donde la tarea fundamental era conservar el territorio ganado y así fueron la mayoría de las acciones en que participé.

“Tal vez uno idealiza el combate, lo cierto es que cuando uno se encuentra en el frente las cosas son bien diferentes. Tengo que reconocer que a mí, la primera vez, me dio miedo. Estaba todo el tiempo tenso, mirando hacia adelante, con el índice listo sobre el gatillo de mi FAL (fusil ametrallador ligero). Y más miedo me dio cuando los dos compañeros que estaban en la línea de fuego, que tenían más experiencia que nosotros, a la primera embestida de la guardia, se volvieron co- rriendo. Yo cerré los ojos y empecé a disparar como loco, lo único que pensaba era que teníamos la orden de no retroceder y había que cumplirla. Afortunadamente no pasó nada, aunque nada no es exactamente la palabra, por que un muerto y dos heridos de nuestra columna que era de diez, es bastante. No, me refiero a que no perdimos nuestra posición y frenamos a la guardia.

“Nada tan doloroso para uno como que le toque ver la muerte en un compañero. Eso me pasó con cuatro compañeros de columna. Murieron en una emboscada. Fueron ellos Pedro, el uruguayo, del cual tomó el nombre después la columna; el panameño, un nicaragüense y Mario Cruz, el Pijao, un compañe- ro de la Brigada, colombiano. Fueron nuestros compañeros en lucha, y por eso nunca vamos a olvidarlos”. Edgar Antonio Quintero “Joaquín” “Hay que disparar como sea para defender la vida”

Nació en Bogotá hace 27 años. Como su nombre es muy largo, Edgar Antonio José Quintero Acosta, lo sustituyó por

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las primeras silabas y lo utilizó como seudónimo en el frente así nació “Joaquín “.

“Después de incorporarme a la Brigada en Bogotá pasé por varias escuelas de entrenamiento. Primero en dos casas de seguridad, luego en el campamento de El Pelón, del Frente Sur y por último en Sapoá. De allí a la línea de fuego, con mucho miedo pero también mucho coraje. El miedo, por lo que me tocó vivir después, era justificado. De la primera escuadra a la que pertenecí murieron cuatro de ocho que éramos. Los cuatro iban en un jeep, cuando los alcanzó un cañonazo de la Guar- dia Nacional y murieron todos, eran 'Pablo' colombiano, el 'Chino', otro compañero nica, y el jefe de la escuadra llamado 'Antonio'. Los dos primeros eran de la Simón Bolívar. Luego fui a la vanguardia de artillería pues en la escuela nos llamaban 'escuadra ametralladora'. Combatimos en La Calera, y allí me di cuenta de que las técnicas no son como las pintan, hay que disparar como sea para defender la vida. Lo más peligroso eran los morteros y los cañonazos, y en medio de ellos nos tocó vivir siete días cuidando una colina que nos había- mos tomado. Más tarde nos integramos a la columna de 'Pedro, el uruguayo', con él tomamos posiciones en la Colina 50, por dos o tres días, a veces sin comer ni dormir.

“La alegría que sentí el día de nuestra entrada en Managua es indescriptible. La gente nos saludaba, nos preguntaba por nuestra vida en el Frente y nos contaban las atrocidades que hizo la Guardia con la población. La rabia con la que combatimos se mezclaba entonces con la emoción de ser miembros del Fren- te, de ser parte de esta victoria”.

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LA GUERRA REAL*

Tal vez uno idealiza el combate —nos dijo Mario Zelaya, un compañero nicaragüense de la Brigada Simón Bolívar— lo cierto es que en el frente las cosas son bien distintas. Más de una vez escuchamos esta frase o sus variantes cuando conversamos con los combatientes. Todos coincidían en que habían ido al combate con la visión que sobre la guerra dan las pelícu- las gringas: acciones arriesgadas, héroes invulnerables, enemigos cobardes, los 'buenos' triunfantes y al final, siempre, los laureles de la victoria. En esta guerra revolucionaria solo coin- cidió el final. Y no para todos. Muchos dejaron su vida en el campo de batalla, otros quedaron heridos, otros mutilados. Los siguientes son algunos de los relatos recogidos en nuestra estadía en Nicaragua. Combatientes, milicianos y pobladores se tomaron la palabra”.

Guerra de posiciones “¿Sabe usted lo que es una guerra de posiciones? —Nos pre-

sunta un combatiente del Frente Sur—. En los campos y mon- tañas del sur casi no hay población, así que el apoyo éramos nosotros mismos. Quitarle a la Guardia colina tras colina, reple- íarse, avanzar, emboscarse o ser emboscados. Todo el tiempo en tensión constante, sin saber cuándo va a ser uno liquidado * El Socialista, No. 165. Bogotá, 3/8/79.

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por una ráfaga de ametralladora o pulverizado por un cañonazo Si el día es de sol, el calor infernal que te pega la ropa a la piej con el sudor caliente de la traspiración y el sudor frío del miedo, y si es de lluvia, mojado, todo el tiempo, con las botas llenas de fango hasta el tobillo, chapaleas todo el tiempo tratando de evitar que se te moje el fusil. ¿Objetivo? Ganar un pedazo de tierra en el que hay que construir trincheras de inmediato y resistir, resistir, para luego, a la primera oportunidad seguir avanzando y controlar otro palmo de tierra”.

El tedio en las trincheras “Tres días sin comer, sin dormir. Así esperamos una escua-

dra de compañeros que nos remplazara en nuestro asedio a la Colina 50. Me dio un dolor de cabeza de esos que le palpitan a uno atrás, arribita del cuello. Llegó un momento en que ya no podía ni ver y empezaba a quedarme dormido a pesar de que estaba de posta Afortunadamente no pasó nada. Eso ocurría muy pocas veces, pero ocurría. Se me engarrotaron los dedos de apretar el fusil esperando que apareciera un guardia. Al fin ojerosos y cansados y muertos de hambre dejamos la trinchera pues llegó el remplazo. íbamos aburridos pero en el fondo con- tengos de que no hubiera pasado nada. ¿Quién iba a adivinar que nos iba a tocar una emboscada?” Concluye Mario, combatiente nica.

Del cielo llega la guerra No sólo en el frente se combatió. En las poblaciones por

razón o por fuerza se participó en la guerra declarada por So- moza. “Nosotros estuvimos de buenas —nos dice Albertina una señora cincuentona de Masaya— mire usted, allí al frente cayó un mortero, otro en la casa de al lado y otro en el patio. Noso- tros nos pasamos todo el tiempo metidos en el refugio que hicimos en el patio —un hueco cubierto con tablas y sacos de arena—, lo hicimos como nos enseñaron los muchachos. El mortero que cayó en la casa de el frente rompió el techo, lle- gó a la sala y mató a toda la familia. Eran siete, tres eran niños”.

El arma es la vida “Allí frente a esa puerta murió un valiente —nos cuenta,

señalando con decisión, Jorge, un miliciano de Rivas—, era el

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comandante de la escuadra en la que yo combatía. Estábamos arrinconando a un grupo de guardias cuando ellos lograron es- currirse hasta un callejón cerrado. Antes de que escaparan sal- tando el muro, 'Emilio' corrió con su bazooka y los encañonó. Intentó disparar tres veces, pero el arma lo traicionó. Uno de los guardias aprovechó para ametrallarlo.”

El arma más brutal “Me di por muerto cuando caí en manos de los 'chigüi-

nes' —nos cuenta un combatiente de la brigada panameña 'Victoriano Lorenzo' que llegaba en camilla al Hospital de Liberia— ya se nos había dicho que no perdonaban la vida de ningún preso.

“No me mataron pero hubo un momento en que hubiera preferido que lo hicieran. No sé si era el saberse ya casi derrotados, o el desprecio por la vida que se adquiere en la guerra, pero en lugar de matarme se dieron gusto torturándome. Al mando de ellos estaba el Comandante Bravo, el mismo que ha- bía dicho que no se rendiría hasta que lo mataran. Apenas me vio me preguntó. '¿No me conoces? Yo soy el Comandante Bravo, bravo de nombre y de hecho' y dio la orden para que me torturaran hasta matarme. Me salvé porque ese día huyeron en desbandada todos los guardias del Frente Sur. Pero antes de irse, me metieron estos dos balazos en la pierna”.

El odio a las semillas “La Guardia era salvaje. Los atropellos que cometían no

tenían límite, son demasiadas las historias que se podrían contar, a cual más espantosa —conversaba una señora en el bus hacia Rivas— pero hay algo que nunca podremos perdonar, la forma inmisericorde con que se masacró a los jóvenes por el simple hecho de serlo. Su fanatismo llegó al extremo que ocurrió lo que voy a contarle. Usted ha visto que todas las paredes de las poblaciones están repletas de consignas hechas por los muchachos del Frente. Bueno, pues un día la Guardia andaba haciendo allanamientos y requisas casa a casa en el barrio donde vivo, un niño de seis años con un crayón empezó a rayar la pared. Un guardia que lo ve se le acerca enfurecido y descom- puesto y le grita: '¿Desde ya sandinista? Mira para que apren- das. Y, todos nos aterrorizamos al verlo: desenfundó la bayo- neta y le cortó las manitos. ¿Puede usted creerlo?”.

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No sólo valor “El valor no basta —repite con insistencia un compañero

de la Brigada al cual entrevistamos—, estos de la Guardia se las ingeniaban para sorprendernos. Muchas veces la vida dependía de que se estuviera atento al menor detalle, al menor ruido. Así ocurrió a los compañeros de una columna a la que pertenecí.

“Hacía unos días, cuando patrullaban, se habían encontrado con lo que, aparentemente, era una escuadra sandinista des- cansando en la trinchera. Iban barbudos y vestidos de guerrilleros. El compañero que comandaba la patrulla, a pesar de todo, notó algo extraño y empezó a interrogarlos: ¿El santo y seña, por qué no lo dicen? Le respondieron con chanzas, tratándolo de 'compita'. El insistió: '¿Y la radio, por qué la tienen tan alta? En ese momento percibió algo que lo hizo tomar una deci- sión audaz, y empezó a disparar sobre los atrincherados. Estos intentaron responder, pero ya era tarde: cayeron todos bajo el fuego que la patrulla les descargó. Después se comprobó que efectivamente eran Guardias Nacionales disfrazados. El compa- ñero que comandaba la patrulla se había dado cuenta a tiempo que todos estaban armados con FAL (fusil ametrallador ligero) arma que en ese momento era escasísima en el FSLN.

“Corrió además con suerte, una ráfaga de ametralladora que un 'chigüin' alcanzó a disparar, lo cruzó de parte a parte por la cintura, pero las balas se estrellaron contra su cinturón de proveedores, lo que le salvó la vida”.

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TRAS LAS TRINCHERAS DE MANAGUA* Un combatiente anónimo, uno de los tantos luchadores

que preparó la insurrección de Managua y luego combatió dieci- séis largos días contra las hordas de Somoza, hizo este relato a Barricada. Es del barrio Blandón, pero lo que cuenta fue lo de todos los días en Open, Las América, Tipitapa, Santa Rosa y los demás barrios y poblaciones combativas de Managua.

La organización tenía que darse a nivel de Comité de Resis- tencia en la cual estaban incluidas las personas que iban a participar en la construcción de barricadas y trincheras para los combatientes armados y a nivel de Comité de Defensa Civil propia- mente dicho que se encargaría de ubicar un dispensario médico por cada cuadra de ser preciso, y de la distribución de alimentos.

Ese mismo día se procedió a la ubicación de todos “los Sapos”, del sector, así como de los “paramilitares” y demás esbirros de la Dictadura. Otro grupo se encargó de quebrar las bujías en los postes de alumbrados públicos, mientras que otras personas preparaban en diferentes lugares refugios antiaéreos.

A las once de la noche, del domingo once de junio, todos los vecinos salieron de sus casas dispuestos a levantar poderosas barricadas que impidieran la entrada de la guardia somocista al sector. Mientras unos se encargaban de lanzar al pavimento “muñecas”, que no eran otra cosa que clavos de dos pulgadas * El Socialista, No. 166. Bogotá, 10/8/79.

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cubiertas de ollín para que el enemigo no los viera de noche y “miguelitos”: especie de clavos soldados, otros abrían enormes zanjas de dos metros de ancho para impedir el avance de las tan- queras.

En las casas se preparaban los cocteles Molotov para ser lanzados a las tanquetas una vez atrapadas.

Indudablemente que las mejores trincheras fueron cons- truidas con los adoquines que levantamos de las calles. Nunca pensó Somoza que al adoquinar las calles no solamente se enri- quecía, sino que el pueblo utilizaría ese producto para defenderse de su asesina guardia somocista.

Los muchachos del barrio, cuya edad oscilaba entre los diez y los veinticinco años, procedían a recuperar armas de las casas de los somocistas. Cada joven era un miliciano, cada nica- ragüense un combatiente y cada casa un cuartel sandinista.

Se procedió a colocar vehículos en las avenidas para que obstaculizaran el paso, todo el barrio estaba listo para esperar a “Las bestias”, el pueblo de Sandino preparaba la ofensiva final contra sus opresores.

La destrucción de la Decimotercera sección de Policía

La hora exacta en que las escuadras del Frente Sandinista procedieron a atacar la Decimotercera Sección de Policía no la pudimos precisar. En el radio especial escuchábamos que los guardias pedían refuerzo. El operador de “Sol” los calmaba di- ciéndoles que mantuvieran posiciones, que el presidente estaba orgulloso de sus actuaciones.

El ataque del pueblo continuaba inclemente, nuevos llamados de auxilios, igual respuesta, pero la verdad era que el enemigo no podía enviar refuerzos. Toda Managua estaba en pie de lucha. El Riguero, Santa Rosa, Santa Clara, Waspan, Monseñor Lezcano, San Judas, Altagracia. En cada barrio se combatía y la cantidad de guardias no daba abasto para vencer la resistencia popular.

Como a las dos de la tarde la situación de la guardia era de franca angustia. Los combatientes atrincherados en los muros del cementerio oriental hacían morder el polvo de la derrota al enemigo. El comandante de la plaza había sido muerto y solamente ocho guardias hacían resistencia.

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De la Central les avisaron que “El Zopilote iba a pasar ca- gando”. Esto significa el primer bombardeo aéreo. Efectivamen- te, como lo estábamos esperando, el avión llegó con su carga mortífera, pero cuando un pueblo está dispuesto a liberarse no hay fuerza humana que lo detenga, y nuestros combatientes que defendían una causa justa, no se amedrentaron y continuaron con su ataque al enemigo.

Nuevamente se escuchaba en el radio la voz del guardia pidiendo ayuda. Cuando la correlación de fuerzas se inclinaba ya a nuestro favor, de la Central se informó que un convoy procedente de Tipitapa rescataría a los militares sitiados. Pero lejos estaban de pensar que ni las tanquetas, ni los cien soldados po- drían lograr ese objetivo.

Los guardias somocistas armados hasta los dientes, incluso con metrallas 50 y 30, en cada cuadra encontraban un obstáculo. Desde los techos, desde los muros, los müicianos disparaban cer- teramente contra ellos. Trascurrieron cuatro horas, cinco horas, y solamente habían logrado avanzar tres cuadras. Desde la Trece seguían pidiendo ayuda, pero a su vez el refuerzo necesitaba ayuda para poder vencer a los hijos de Sandino.

Cuando finalmente, seis horas después, lograron llegar hasta el objetivo, nada había que hacer: la Trece, que durante mucho tiempo tuvo como centro de operaciones “Macho Negro”, había sido tomada por el pueblo y su vanguardia el Frente San- dinista de Liberación Nacional.

Ese día la guardia somocista mordió el polvo de la derrota, los milicianos y las escuadras sandinistas se encargaron de sacar- los como perros apaleados, es decir con el rabo entre la cola.

Defensa de posiciones Esa primera victoria fortaleció el espíritu combativo de

nuestro pueblo. Sin embargo, todos estábamos conscientes de que “Las Bestias” volverían a la carga. Teníamos que hacer más fuertes las trincheras. Se organizaron nuevos grupos de trabajo y a través de todo el barrio se levantó una barrera de adoquines. Procurábamos trabajar de noche para que no nos detectara el enemigo.

La guardia somocista procedió a colocar francotiradores que desde los edificios disparaban contra todo lo que se movie- ra, no importándoles que fuera un anciano, un niño o una mujer.

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Para ellos toda la población civil era su enemigo. Al tercer día el enemigo desesperado porque la infantería

era incapaz de desalojarnos de sus posiciones no vaciló en lanzar a la aviación contra el pueblo. Durante 16 días el ataque aéreo se convirtió en rutina para nosotros. Todos sabíamos que a las once vendría el avión y lanzaría por lo menos cuarenta “R0. quets” y que. por la tarde se aparecería “El tortugón”, nombre que le dimos a un viejo avión de La Nica, a ametrallar indiscriminadamente.

Lo que más nos preocupaba era que los principales objetivos de la aviación somocista consistían en los refugios de las mujeres y niños, lo cual quedó comprobado durante el primer ataque en el cual resultaron muertos varios niños que se encontraban en la Iglesia de la Santa Faz.

En el barrio liberado Durante todo el tiempo que el barrio se encontraba libera-

do los Comités de Defensa Civil agilizaban sus labores. Algunas bodegas de alimentos fueron abiertas para repartir entre la po- blación civil. Los milicianos impedían que los vecinos saquea- ran artículos de lujo. Costosos equipos de sonido, televisores a colores, abanicos, toda clase de enseres domésticos fueron destruidos por los guardadores del orden.

Se organizaron grupos de vigilancia para impedir que se infiltraban los francotiradores. En el reparto Bello Horizonte se procedió a hacer funcionar los altoparlantes de un parque de diversiones y desde allí se daban instrucciones y charlas polí- ticas a la población civil. Las bombas de quinientas libras

Un helicóptero de la guardia somocista fue el encargado de causar más bajas en la población civil lanzando bombas de quinientas libras. Una de esas bombas cayó en una casa y no dejó vivo a nadie. Por otro lado éramos atacados con morteros, uno de estos llevaba el nombre de los milicianos porque fue a caer precisamente a una trinchera causándonos quince bajas.

El helicóptero que lanzaba sus bombas “al ojito” hostigó ferozmente durante tres días consecutivos. La potencia de los explosivos era tan fuerte que se escuchaba en todo Managua. 226

Algunas anécdotas de la guerra Cuatro guardias jóvenes pertenecientes a la criminal EEBI

fueron detenidos por los retenes y conducidos al comando, de “La Piragua”, llamado así porque estaba ubicado en un restau- rante de ese nombre. Cuando se procedía a interrogarlos el avión comenzó a bombardear y “Las Bestias” llorando a grito partido pedían que los dejáramos ir. Pertenecían al grupo “Cai- mán” y en esa ocasión lo estaban demostrando, ya que eran pura “tapa”.

En otra ocasión fueron capturados un hijo del criminal de guerra Victoriano Lara y una hija del chofer de Somoza, los cuales después de ser investigados fueron dejados en libertad como una muestra de la generosidad sandinista.

Una noche se informó que un avión, amigo de la Revolu- ción Sandinista traería municiones. Todos los vecinos nos levantamos a encender fogatas, pero de pronto se cambió la orden y procedimos a apagarlas. Posteriormente a las dos de la mañana fuimos levantados por una contraorden y a esta hora procedimos a encender nuevamente las hogueras. Se nos dijo que el avión llegaría a las cinco de la mañana pero fue en vano la espera.

Una hora más tarde se escuchó el ruido de la nave y fue hasta entonces que comprendimos que la hora de nosotros era diferente ya que el dictador recientemente la había cambiado. Algunos milicianos desconcertados le dispararon, sin embargo la nave cumplió su objetivo en parte. Decimos que en parte porque las municiones fueron lanzadas sin paracaídas, lo cual ocasionó que con el impacto muchas balas resultaron dañadas.

El repliegue táctico El veintisiete de junio, es decir dieciséis días después que

el barrio fue tomado, como a las cuatro de la tarde el Estado Mayor informó que tenía que haber un repliegue táctico.

Ordenadamente cada una de las escuadras se fue retirando dejando solamente a unos cuantos francotiradores, el objetivo era Masaya donde se iba a respaldar a los combatientes de ese sector.

Atrás quedaron los barrios orientales, lugares donde se es- cenificaron duras luchas y en los cuales el pueblo salió victorioso. En los alrededores de la ciudad ocho horas más tarde escu-

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chábamos en las radios somocistas los comunicados de “triunfo” de los genocidas, nos reímos y alguien murmuró: “Son las últimas patadas de ahogado”. Efectivamente, el pueblo sandinista y su vanguardia, el FSLN pocos días después darían el jaque mate a la dictadura más oprobiosa de América. 228

¡VIVA LEON JODIDO!*

“León puede ser abatido, pero nunca vencido. ¡Viva León jodido!” Estos versos del compositor nicaragüense Tino López Gue-

rra, fueron grito de batalla en el primer territorio liberado: La heroica ciudad de León. Combatientes de esa ciudad re-

latan así la insurrección de las masas sandinistas contra el tirano. “León puede ser abatido, pero nunca vencido, ¡Viva León

odido! Ese grito retumbó en Nicaragua al circular la noticia que a capital metropolitana, había sido limpiada de la guardia somocista. La ciudad Universitaria era territorio libre. El Poder 'opular había triunfado.

Después de fuertes hostigamientos de parte del Ejército Li- bertador contra las fuerzas malévolas que comandaba el criminal de guerra Gonzalo Everst, y posterior a que la población civil íabía sido masacrada en los principales barrios de la heroica ciu dad, el Estado Mayor Regional ordenó el domingo 3 de junio in- tensificar los ataques como parte de la ofensiva final que daría al traste con la Dictadura Militar Somocista.

Subtiava, la Ermita, El Calvario, San Felipe barrios sandinistas, comenzaron a organizarse para dar la batalla final a los genocidas. Los vecinos colaborando con su vanguardia iniciaron


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el levantamiento de barricadas y los Comités de Defensa Civil organizaron a la población civil en los diferentes niveles.

Todo el pueblo se encontraba ya en pie de guerra y listo para la resistencia, no importaba que el tirano tuviera aviones proporcionados por los gringos, ni bombas que le facilitara el “Che Videla”, ni fusiles y cohetes israelíes, cada ciudadano era un combatiente y cada casa un cuartel sandinista. La experiencia de Setiembre había servido como la muestra de la libertad.

Ofensiva y huelga general

El 4 de junio, fecha en que se había anunciado la huelga general, el combate se hizo más intensivo obligando a los esbirros de la dictadura militar somocista a buscar posiciones cerca del cuartel central.

Cada día, cada hora, cada minuto nuestras fuerzas avanza- ban ganando terreno al enemigo que, a pesar de contar con el armamento más sofisticado, defendía una causa injusta y no contaba con el apoyo popular. Durante varios días consecutivos vos el Ejército Sandinista continuó en su avance demoledor obligando a los desmoralizados guardias somocistas a replegarse hasta un pequeño radio que abarcaba el propio centro de la ciudad.

El Estado Mayor del Frente Sandinista en León que está compuesto por los hermanos Felipe Valenzuela, Ornar Cabezas y Dora María Téllez (La Comandante 2), ordenó entonces que se procediera en un ataque envolvente sobre los reductos de la Guardia Nacional, los cuales estaban únicamente en los siguientes lugares: Club Social de León, Alcaldía Municipal, Iglesia Catedral, Colegio La Asunción, Teatro González y TELCOR, finalizando el reducto en el Seguro Social y La 21.

El primer lugar que fue reducido en esta segunda opera- ción consistió en el sector de La 21 donde “las bestias” se ha- bían refugiado y se negaban a salir, por lo que fueron sacados a punta de fuego y heroísmo, no obstante el feroz ataque de que estaban siendo objeto de los francotiradores que se encontraban en el Club Social como en la Iglesia.

En estos últimos lugares también se produjeron cruentos combates en donde la ciudadanía leonesa pudo ver el coraje y el patriotismo de los Hijos de Sandino que en una lucha desi- gual, —ya que la guardia somocista tenía tanques Sherman y obu-

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ses, así como morteros, contra armas ligeros—, obligaron a muchos de los genocidas a rendirse.

Cobardía de Vulcano A pesar de las bravuconadas que constantemente vivía di-

ciendo el criminal de guerra Everst (a) “Vulcano”, quedaron al descubierto cuando utilizó a un grupo de mujeres y niños como trinchera para huir del cuartel a refugiarse en el Cuartel de Aco- sasco, desde donde ordenó a sus desmoralizadas tropas bombardear a la población indiscriminadamente. Posteriormente fue remplazado por el criminal Ariel Arguello, quien también había participado en la masacre del pueblo sandinista.

Este general intentó repetir la cobardía de “Vulcano” obligando a varios vecinos a salir de sus casas para huir, pero los fusiles libertadores impidieron que se burlara de la justicia popular.

Héroes anónimos Entre las pérdidas más valiosas para el pueblo sandinista es-

tá la del comandante Guadalupe Moreno quien cayó durante la toma del cuartel. Hubo también una serie de héroes anónimos tales como “Charrasca” y “Mano Negra” que peleaban los primeros lugares de los puestos de combate.

La guardia somocista durante todo el tiempo de combate estuvo esperando una ayuda que no le llegó, ya que los combatientes atacaban a todos los convoyes que desde el “Bunker” enviaba el dictador. El sitio de Acosasco

Utilizando el mismo método que inmortalizó a nuestro General de Hombres Libres, los hijos de Sandino constantemente emboscaron a las fuerzas somocistas. Entre los ataques más fuertes destacamos las emboscadas en Izapa, La Leona, La Carbonera y otros lugares donde se desmoralizó y aniquiló a la guardia somocista.

Sobre el sitio de Acosasco uno de los vecinos contó que se preparaba un ataque contra el fortín por aire. Para eso se había acordado lanzar un ataque por tierra que distrajera a los guardias, desgraciadamente habían hechado agua en el tanque del combustible por lo que esta operación no se pudo

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llevar a cabo. No obstante las escuadras sandinistas avanzaron hasta lograr dominar la posición.

Normalmente la guardia se abastecía por aire de agua y provisiones en la comarca “El Chagüe” lo cual fue detectado por el servicio de Inteligencia del Frente Sandinista enviando a continuación a varias escuadras para impedir que continuaran oxigenándose los asesinos, por lo que “muertos” de hambre y de miedo abandonaron el lugar amparados en la noche. En el fortín se logró recuperar armas y municiones de alto poder.

Informes de algunos periodistas que estuvieron muy ligados a la insurrección calculan en unos trescientos guardias los que se encontraban en el fortín. Los criminales fueron perseguidos por los combatientes sandinistas y se logró aniquilar a una buena parte de ellos a la altura de La Leona y en Izapa. En ese sector se encontró la libreta de ahorros del tristemente célebre Pablo Aguilera y que ya se tiene la pista de donde está escondido de la justicia popular.

Territorio libre Una vez se supo en toda la ciudad universitaria que León

era territorio libre, las campanas de las Iglesias, incluyendo la de la Catedral que permanecía muda como protesta por el sa- crilegio cometido por la guardia somocista y El Calvario que tenía aún reciente el baño de sangre hecho en cinco hermanos del Movimiento Pueblo Unido, doblaron hasta más no poder. El pueblo se lanzó a las calles, y los fusiles libertadores retum- baron en un solo eco.

Inmediatamente que pasaron los primeros combates tam- bién el pueblo decidió su reorganización en los Comités de De- fensa Civil, formando brigadas de limpieza, de prensa y propaganda, así como de vigilancia y abastos. Por su parte el Ejér- cito Sandinista procedió a regular el tráfico en la ciudad con el objeto de economizar al máximo el combustible y como medida de seguridad.

También se procedió a formar un solo bloque en lo con- cerniente a la alimentación sin discriminación alguna, dándole sin embargo preferencia a los ancianos y niños. Por otra parte se procedió a fortificar la ciudad con refugios antiaéreos ya que se esperaba el bombardeo criminal que caracterizó al dictador Somoza.

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Radio Venceremos Sin duda que la instalación de Radio Venceremos contri-

buyó en gran escala a la orientación de la población leonesa. Cabe destacar la actuación del compañero Wilfredo López de La Unión de Periodistas de Nicaragua quien a ratos trabajaba con la grabadora y durante todo el día con el fusü libertador.

En Radio Venceremos se informaba paso a paso sobre los avances de la lucha guerrillera y además se orientaba a la población civü sobre cómo debían actuar en caso de bombardeos aéreos.

Un triunfo El pueblo sandinista leonés sabía que luchaba por una

causa justa, que tenía una estrategia y una táctica correcta, que contaba con solidaridad internacional, y lo más importante que poseía una vanguardia heroica capaz de llegar a las últimas consecuencias para obtener el triunfo definitivo y precisamente por eso, es que en todo momento se mostró optimista cuando le decían Hasta la Victoria Siempre.

Subtiava, sus tambores, sus indios, mües y miles pro- testando, sufriendo torturas, hambre, desocupación y perse- cución, sabía que el triunfo estaba cerca y fue así como en compañía de su vanguardia se lanzó a la insurrección dando al traste la dictadura militar somocista y creando con su propia sangre lo que una vez dijera Tino López Guerra, nuestro compositor:

“León puede ser abatido, pero nunca vencido. ¡Viva León jodido!”.

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Capítulo IV

¿Quién debe gobernar?

EL PROBLEMA CLAVE: LA SUCESIÓN POLÍTICA*

“El intento de los países andinos para hallar una solución al conflicto en Nicaragua es apoyado plenamente'por Estados Unidos”, reveló Tom Reston, vocero del Departamento de Es- tado. “Para nosotros, el problema clave es la sucesión política en Nicaragua y todo el resto se le relaciona”, dijo Reston. (El Tiempo, 10/6/79).

En anteriores artículos de El Socialista, hicimos repetida- mente el análisis de los planes del imperialismo norteamericano, tendientes a impedir que Nicaragua se convierta en “otra Cuba”.

Hoy, tanto los acontecimientos como las declaraciones de Washington, confirman plenamente la pérfida maniobra que el Departamento de Estado viene preparando para clavar el puñal por la espalda al pueblo nicaragüense visto que Somoza no logra asesinarlo de frente. Queda claro también el papel asignado a los gobiernos del Pacto Andino en esa operación.

Estados Unidos —afirma la prensa yanqui— está convencido que los días de Somoza están contados.

“Ante esa convicción, Washington contempla: “Presionar a Somoza para que salga del país para prevenir

la instalación en Nicaragua de un gobierno comunista. “Ofrecerle asilo en Estados Unidos.

“Establecer un grupo intergubernamental de vigüancia de la situación, y


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“Enviar una fuerza naval frente a las costas nicaragüenses para demostrar a los elementos anticomunistas del país que Es- tados Unidos no tolerará otra Cuba en el Hemisferio” citado por El Tiempo, 10/6/79). La incógnita extremista

El imperialismo se halla ante una situación difícil. La inter- vención militar inmediata para apoyar a Somoza podría tener éxito momentáneo en el terreno de las armas pero sería una ca- tástrofe política para el imperialismo yanqui.

Por otro lado, dejar correr los acontecimientos hasta que finalice la cuenta de los contados días de Somoza, significaría —como lo señala un editorial de El Tiempo que parece dictado por el Departamento de Estado— la “victoria violenta de las guerrillas sandinistas, victoria cargada de toda suerte de incógnitas extremistas”.

En efecto, la posible victoria de los ejércitos del FSLN, abriría una “incógnita” muy desagradable para el imperialismo y las burguesías nicaragüenses y latinoamericanas.

Porque la lucha de clases podría hacer que esta “incógnita” se resolviera con el mismo signo con que lo hizo la otra “incóg- nita” de hace veinte años: El Movimiento 26 de Julio en Cuba.

El Frente Sandinista no es un partido obrero revolucionario, ni tiene un programa de revolución socialista, como tampoco lo tenía el castrismo. Es más: constituye un movimiento sumamente heterogéneo, de carácter popular, con una dirección de cíase media en donde han primado hasta ahora las peligrosas üusiones sobre la unidad con los sectores burgueses opositores para la instauración con ellos de un gobierno.

Pero el imperialismo no se engaña sobre el terrible peligro, que pese a todas sus carencias programáticas, representaría el triunfo revolucionario-militar del FSLN. El programa sandinista es meramente democrático y con peligrosas concesiones a la burguesía opositora; pero, para alcanzar esos objetivos demo- cráticos, en primer lugar el derrocamiento de Somoza debe apelar a métodos revolucionarios, llegando a la huelga general con insurrección armada de la población antisomocista.

De triunfar con esos métodos el FSLN, significaría en primer lugar la liquidación del pilar fundamental del Estado bur- gués: la Guardia Nacional de Somoza y, en segundo lugar, im-

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plicaría el armamento de vastos sectores populares, con una moral victoriosa, y cuyos intereses objetivos exijen un programa que va mucho más allá del que puede satisfacer un gobierno de alianza con la burguesía opositora: un programa antiimperialista y anticapitalista, el programa de la revolución socialista.

Este triunfo dejaría el poder en manos del FSLN. Se abri- ría, entonces, la perspectiva de movilizar a las masas para que el poder no fuera devuelto a la burguesía, exigiendo la constitu- ción de un gobierno del Frente y de las organizaciones obreras y populares, que confisque todos los bienes de Somoza y sus partidarios, dé plenas libertades democráticas, disuelva definitivamente la Guardia Nacional y la remplace por müicias obreras y campesinas y populares, haga la revolución agraria, rompa los pactos políticos, económicos y militares de Nicaragua con el imperialismo y expropie al gran capital nacional y extranjero. Es decir, que inicie la revolución socialista.

La “sucesión política” que desea el imperialismo Para prevenir este peligro, el imperialismo y las burguesías

de latinoamérica se esfuerzan ahora por establecer —como dice el editorial citado— “una posición intermedia” entre “el dilema guerrillero sandinista o la alineación con el somocismo”. Para ello, encuentra positivo que “en el seno del Frente Amplio Opo- sitor ha tomado cuerpo la idea de que por encima de cualquier otra consideración, es preciso llegar a acuerdos con el Frente Patriótico Nacional para elaborar un programa común e integrar un gobierno de unidad nacional”. Y agrega más adelante, para que quede claro: “un pluralista consejo provisional de gobierno ique, bajo los auspicios de la OEA (léase del imperialismo yanqui), facüitara unas elecciones libres y honestas, destinadas a institucionalizar un nuevo sistema jurídico” (subrayados nuestros).

En resumen: “un gobierno supervisado por la OEA, que es el ministerio de colonias de EE.UU., en el cual posiblemente para redondear la maniobra y mejor embaucar a las masas, se incluya alguna figura del sandinismo en función decorativa”.

En resumen: los términos de la “sucesión política” están claramente planteados: o gobierno del Frente Sandinista que cumpla un programa democrático, antiimperialista y anticapitalista, o gobierno de “unidad nacional” de la burguesía y el imperialismo.

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¿QUIENES DEBEN CONFORMAR EL GOBIERNO?*

El sandinismo ha anunciado ya públicamente la constitu-

ción de un gobierno provisional que ha denominado de “Re- construcción Nacional”. En dicho gobierno de unidad nacional, el sandinismo no sólo estará en minoría, sino que, además, en él se encuentran representadas diferentes fuerzas ajenas a los trabajadores y el pueblo.

Lo integra, por ejemplo, un miembro del Frente Amplio Opositor (FAO) organización que fue claramente caracterizada por el delegado sandinista en nuestro país, compañero Ornar Jo- ta Lasso, en una entrevista publicada en el número anterior de El Socialista, “como un enemigo mortal del pueblo que lucha sólo por sus intereses y no por los intereses de las fuerzas populares. En el gobierno solo estarán aquellos que se identifiquen con los intereses populares”.

Nosotros, como marxistas revolucionarios, estamos en contra de este gobierno y no nos solidarizamos con él.

La misma Radio Sandino, en diferentes comunicados, afirma que lo que hay en Nicaragua es un extenso proceso de con- formación de un poder obrero, campesino y popular (que el sandinismo denomina “poder popular”), y que toma cuerpo en organismos como los Comités de Defensa Civil, los comités de ba-


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rrio, las milicias y los comités de hacienda que ha llamado a conformar.

Aquí hay, pues, una clara contradicción entre la composi- ción del nuevo Gobierno Provisional de Reconstrucción Nacio- nal y ta realidad del proceso que hoy protagoniza el pueblo ni- caragüense, con el Frente Sandinista de Liberación Nacional a la cabeza. La viuda de Pedro Joaquín Chamorro, director del diario oposicionista La Prensa, es quien encabeza el nuevo gobierno. Ella es miembro del Partido Conservador, que aglutina a los grandes hacendados antisomocistas. ¿Impulsará su partido y ella desde el gobierno, una reforma agraria radical como la que se llevó a cabo en Cuba? Estamos seguros que no, que no sólo no la impulsará, sino que se opondrá a ella cuando los co- mités de hacienda que ya el sandinismo ha empezado a conformar, la exijan.

Es por todo lo anterior que, una vez más, reafirmamos nuestra posición: estamos por la formación de un gobierno sandinista, surgido de los órganos de “poder popular”, de todas las organizaciones de aquellos que se encuentran luchando con las armas en la mano, en la ciudad y el campo, contra la dictadura de Somoza. Un gobierno que cumpla un programa de ruptura con la burguesía y el imperialismo, sintetizado en los siguientes puntos:

1) Disolución de la Guardia Nacional y su remplazo inmediato por milicias populares.

2) Expropiación de todos los bienes de Somoza y los somocistas. Castigo ejemplar a los torturadores del pueblo, por medio de comités populares conformados por las víctimas y sus famüiares.

3) Convocatoria a elecciones libres para una Asamblea Na- cional Constituyente, con amplias libertades democráticas.

4) Reforma agraria radical. 5) Expropiación del gran capital nacional y extranjero. 6) Ruptura inmediata de todos los pactos económicos, po-

líticos y militares con el imperialismo norteamericano, incluidas las relaciones con la OEA y el Fondo Monetario Internacional. Desconocimiento de la deuda externa.

Sin embargo, debemos ser enfáticos en afirmar que esta po- sición nuestra no implica en ningún momento que no apoyemos más que nunca la lucha del sandinismo y el pueblo de Nicaragua

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contra la dictadura somocista y las maniobras intervencionistas del imperialismo yanki. Nuestro apoyo a la lucha sandinista es incondicional, a pesar de la política que impulsa su dirección,» que no compartimos. 242

PARTE II

¿RECONSTRUCCION PARA QUIEN?

Capítulo I

Después de la Victoria en Managua

EL ACTO DE LA VICTORIA EN MANAGUA

Kemel George*

A partir de las siete de la mañana, la gente se dispone a

marchar hacia la plaza central. Los barrios más combativos quedan a cinco kilómetros del centro y hay que hacer a pie el recorrido. Por grupos, los vecinos inician los'cantos y las consignas; la timidez del día anterior se ha roto completamente.

La plaza central un poco menor que la Plaza de Bolívar en el terreno baldosinado, pero se abre hacia un lado con un parque enorme, y dos calles paralelas que le dan un aspecto más impo- nente. En el capitolio se ha construido una tarima inmensa. Ha- cia ella confluyen decenas de miles de manifestantes, que en un par de horas la abarrotan hasta el tope. La gente, desesperada por lograr un lugar en la plaza, se sube a los alares de la catedral, constituyendo un edificio humano de cuatro pisos, que cubre las torres y los campanarios.

A las once de la mañana hay aproximadamente ciento cincuenta mil personas, que gritan a voz en cuello todo lo que no pudieron decir abiertamente durante los cuarenta años de tira- nía. Son las voces de la revolución.

Durante ese intervalo entran las columnas de combatientes armados hasta los dientes. Cada diez o quince minutos, cinco mil fusiles se agitan y emergen entre la multitud, lo que produce un ensordecedor entusiasmo colectivo. Viene una primera descarga. Se produce una reacción en cadena. !Ra-ta-ta-ta-ta! Miles de cáp- * El Socialista, No. 165. Bogotá, 3/8/79.

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sulas desechas vuelan al aire, y los niños, mujeres, jóvenes y ancianos levantan ansiosos sus manos para agarrarlas y llevarlas de recuerdo. Los ojos rojos de llanto de victoria, se abren y se cierran.

En la tribuna, alguien clama con la voz enronquecida: ¡no agarren las cápsulas que se queman! y la gente agarra con más rapidez las cápsulas vacías; nuevamente se oye la voz en los altoparlantes: ¡suspendan ya las descargas que pueden matar a alguien!

¡Ra-ta-ta-ta-ta!, responden miles de fusiles, y ametralladoras. La multitud rabia de alegría, aplaudiendo las continuas descargas.

A las dos de la tarde, el sol, la fatiga y el hambre comienzan a producir los primeros desmayos. Del capitolio emergen las mangueras que riegan a la multitud. Bañados de sudor y agua, los manifestantes adquieren más fuerza y rugen como fieras li- beradas.

Hace su aparición la Dirección Nacional Conjunta del FSLN y los miembros del Gobierno de Reconstrucción Nacio- nal. En este momento, es difícil explicar bajo qué sentimiento escondido en el alma, cien mil personas pueden aplaudir todavía con tanta pasión. Uno a uno, los comandantes son presentados a las masas. Histeria colectiva. Aunque el acto, formalmente ha terminado, la gente permanece de pie, insatisfecha todavía. A partir de ese momento, la plaza central se ha bautizado con el nombre de Plaza de la Revolución. Nunca antes se le puso a algo un nombre tan exacto.

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DE PEÑAS BLANCAS A MANAGUA

Juan Sánchez*

El día de la victoria el aire era distinto en Nicaragua. El tiempo se detuvo, era un día imposible de ubicar. No era viernes, aunque así lo pretendía el calendario, ni domingo ni lunes. Era, simple y enormemente eso, el día de la victoria.

Nicaragua entera era otra. El Socialista lo pudo comprobar en un recorrido desde el Frente Sur, donde se libraron los últi- mos combates, hasta Managua donde miles y miles de nicas con los “muchachos” del Frente Sandinista de Liberación Nacional celebraban jubilosos el triunfo. Ahora queremos que usted tome de nuevo el camino con nosotros y haciendo la “V” de la victoria salude a la Nicaragua nueva con su grito de guerra: Pa- tria Libre! que la respuesta, como lo comprobamos en el viaje, rubricada por los hechos, es y será siempre... o Morir!

La frontera se empieza a borrar Todo mundo quería entrar ese día en territorio nica: los

refugiados que buscaban regresar a sus hogares y a su trabajo; otros nicaragüenses, que habiendo salido hacía ya un buen tiempo del país venían al reencuentro con su patria, sus familiares y amigos; los costarricenses o “ticos”, el pueblo hermano que abrió sus fronteras y ofreció sus brazos en apoyo a los luchadores sandinistas; decenas de extranjeros símbolo de la solidaridad * El Socialista, No. 165. Bogotá, 3/8/79.

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de esta enorme nacionalidad latinoamericana que en la revolu- ción nicaragüense se hizo más palpable que nunca.

Pero no todos podían entrar. Un nuevo orden empezaba a regir y a ejercer inexperta, improvisada, pero implacablemente sus funciones.

Yo crucé la frontera en Peñas Blancas con un visado especial: con el derecho inobjetable de ser miembro de la Brigada Internacionalista Simón Bolívar. La visa, como muestra de que todo está cambiando, era un simple papel mimeografiado, y así todos los documentos de identificación. Es la nueva legalidad. Peñas Blancas, un abrazo internacionalista

Ya en Peñas Blancas —donde hasta la noche anterior el aire estaba lleno del tableteo de las ametralladoras, los disparos de fusil y las explosiones de mortero y granadas—, se empezaba a estructurar los organismos de control y gobierno y los comités de trabajo con misiones específicas, en este caso fundamentalmente de seguridad. Era necesario patrullar a la búsqueda de los “chigüines” (guardias nacionales) y los mercenarios que la noche anterior habían abandonado sus posiciones y huido en desbandada. Se sabía, por dolorosas experiencias, que no se rendi- rían pacíficamente sino que intentarían aplastar lo que hallaran a su paso.

Continuamos nuestro camino, pero, antes de partir, al mostrar mi documentación en un retén, fui detenido por un caluroso abrazo, era “Joaquín”, un voluntario de Venezuela, que tenía a su cargo la Jefatura de “Policía” en Peñas Blancas. Levantamos la mano y dijimos adiós con mucha tristeza a quienes se debían quedar al otro lado de la frontera, aunque sabía- mos que llegarían más tarde.

Cruzando la libertad, por un camino nuevo Adelante vimos Sapoá, puntal de la lucha del Frente

Sur, población retenida desde hacía un buen tiempo por los sandinistas, cuyo comandante de plaza durante los enfrentamientos fue Hugo Spadafora, dirigente de la brigada panameña “Victo- riano Lorenzo”. Retenes de “muchachos”, como llama la pobla- ción nica a los combatientes del FSLN, controlaban la carretera a todo lo largo. Unos instalados en los puntos más importantes, otros dirigiendo las labores de reparación provisional de la carre-

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tera que en este trayecto, hasta La Virgen, corre paralela al lago de Nicaragua. Enormes zanjas, unas abiertas por los bombardeos de la aviación de Somoza, otras por el FSLN buscando detener los vehículos de la Guardia, cruzan la carretera a lo ancho. Para superar estos obstáculos se estaban abriendo trochas de desvío y rellenando los huecos.

Otros combatientes caminaban descuidadamente por la carretera, como no lo podían hacer desde hacía un buen tiempo. Al paso de nuestro vehículo levantaban las manos, agitaban los sombreros, los pañuelos rojinegros e, incluso disparaban al aire sus armas mostrando la euforia que sentían. Era la mejor forma de expresar algo que los jóvenes nunca habían sentido y los viejos ya habían olvidado, la sensación de sentirse libres.

El cerro de la muerte Apareció al fondo el cerro de La Virgen. Allí estuvieron

atrincherados, durante todo el tiempo que duró la guerra, el grueso de la guarnición somocista que detuvo el avance del Frente Sur. Desde allí se domina todo, desde la orilla del Lago Nicaragua, hasta los cerros que colindan con el Pacífico donde se encuentra San Juan del Sur, el puerto. Fue la base para la artillería pesada y semipesada con que se bombardeó en forma inmisericorde a las columnas del FSLN. Hasta el día anterior habían estado acantonados allí, según decían, mil hombres, entre guardias y mercenarios yanquis y vietnamitas, principalmente, todas estas fuerzas al mando del Comandante Bravo. “Bravo de nombre y de hecho”, nos dijo un combatiente panameño con quien hablamos en el hospital de Liberia en Costa Rica, que ha- bía sido salvajemente torturado cuando cayó preso en este sector.

Llegamos a Cibalsa, puerto sobre el Lago, por donde entraban los pertrechos a la guarnición somocista. Vehículos volca- dos, quemados, estrellados y las instalaciones derruidas daban cuenta de lo desesperado de la desbandada.

En todas partes, los sandinistas Pasamos también por Rivas, desde cuyos cuarteles se pre-

sentó la más feroz resistencia al asedio sandinista. En el Coman- do de Agricultura, donde estuvieron atrincherados el mayor nú- mero de guardias, funciona hoy el Estado Mayor y Comando de

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la ciudad. Ahí se adelanta la labor administrativa del nuevo gobierno; gentes de todas las clases esperaban pacientemente, haciendo cola, que se resolvieran sus problemas. Unos venían a averiguar por sus familiares, otros a solicitar abastecimientos, o permisos para comprar el racionado combustible. También ha- bía gente que venía a inscribirse en los comités de trabajo y a vincularse a las labores de reconstrucción.

Un agitado movimiento de personas y cosas llenaba los sa- lones y pasillos. Pero a pesar del barullo, del desorden, de los miles de pequeños y grandes problemas que había por resolver, todo era cordialidad, ánimo. Parecían decir: ¡No importa que hablemos todos al tiempo, al fin podemos hablar! El mismo comandante (un joven de unos 25 años, tercero en la jerarquía) que me recibió, atendía también a un rico ganadero preocupado por sacar sus reses de Nicaragua para venderlas a mejor precio que el decretado por el gobierno. Y con la misma paciencia, adquirida en las noches de la trinchera, nos atendía a los dos. A mí con la fraternidad de un compañero de lucha, a él con la parquedad de un revolucionario a un enemigo de clase.

Al salir de la ciudad tropezamos con otro cuartel, éste sobre la carretera. Ahora estaba quemado, armas de todos los ca- libres abandonadas y en el techo limpia y ondeante la bandera rojinegra. Vinieron luego Belén, Pueblo Nuevo, Nandaime. A lo largo de la carretera un elemento nuevo se agregaba al paisaje: en todas las casas, en las calles de las poblaciones, en las ventanas, en los vehículos, en las manos de la gente, las banderas del FSLN tiñéndolo todo. Al lado de ellas los combatientes populares armados con lo que encontraron: escopetas, pistolas, re- vólveres. Ahora con la responsabilidad de dirigirlo todo. En Nandaime nos encontramos con un camión que venía cargado con provisiones desde San José de Costa Rica, ya estaba el Co- mité de Distribución esperándolo para almacenar todo en bodegas e iniciar su reparto. El tráfico de vehículos también estaba controlado por los “muchachos”.

Después, como en una película, las poblaciones de Dirio- mo, Diriá, San Juan, Catarina, donde se reproducían con el mismo entusiasmo, las mismas escenas. Los pasajeros de los vehículos saludando a lado y lado de la vía y la población respondiendo a su saludo. Muchos, por diferentes medios, incluso a pie, se dirigían a la capital. En este día cualquiera daba un

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“raid” (llevarlo en su vehículo) a cualquiera, cada nicaragüense se sentía hermano de su coterráneo.

Radio Sandino dejó de ser emisora clandestina y trasmitir “desde algún lugar de Nicaragua” para ser ahora la Cadena Na- cional Sandinista. Incesante, trasmitió todo el día la prepara- ción y el desarrollo del acto en la Plaza de la República, hoy Plaza de la Revolución y así, al compás del himno de los hijos de Sandino, llegamos a Masaya. Masaya y Monimbó: El poder y la gloria

Masaya ya es parte de la leyenda sandinista. Pero la realidad supera con creces la leyenda. Entrar a Masaya es como entrar a una fortaleza destruida; a cada cuadra se levantan las barricadas que hicieron los pobladores para contener el avance de las hordas de Somoza. Barricadas hechas con bloques de construcción y con adoquines de la calle; la mayoría en pie, otras derribadas por los pesados tanques Sherman del tirano, voladas por los rockets o los morteros de 110 milímetros que como lluvia de fuego cayeron durante un mes entero sobre la ciudad.

Por las calles, aún con escombros, empezaban a circular los primeros vehículos y a hacerse los primeros corrillos de transeúntes. Después de casi un mes de vivir como refugiados en sus propias casas, vecinos y famüiares salían a encontrarse. Llanto, en medio de abrazos, besos y risas se repetían ese día en muchas puertas de Masaya.

Y es que su población había demostrado ser valiente. Re- pitiendo la hazaña del barrio indio Monimbó, que en la primera ofensiva sandinista sólo pudo ser tomado por la Guardia después de intensos bombardeos, los habitantes de toda Masaya se habían enfrentado a la Guardia y la habían hecho huir después de acorralarla en su cuartel central. Para ello habían perforado todas las casas aledañas al cuartel para que los sandinistas pudieran acercarse sin peligro. La guardia sólo pudo escapar una noche a las 2 a.m. llevando a la cabeza a un tanque Sherman y a la retaguardia jeeps con ametralladoras. Se acantonaron entonces en el cerro del Coyotepe, donde se encuentra un fortín abandonado de principios de siglo. Desde allí vigilaban las calles de la ciudad y la sometieron a andanadas de mortero y a bombardeo con helicópteros.

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En cada jardín de Masaya hay un refugio antiaéreo construido a la carrera por los moradores. Esa fue la vivienda de casi todos en los últimos días de la guerra. “El día de la caida de Somo- za, fue para nosotros el peor de todos. La Guardia, para cubrir su retirada, mortereó como nunca a la ciudad. Después todo quedó en silencio. Sólo salimos de los refugios hasta el otro día no podíamos creer que la pesadilla había terminado”. Así habló la madre de un miliciano de 15 años que nos guió por Masaya.

“Ahora hay que empezar a ajusticiar a los somocistas, nos dice un combatiente, ya he visto a más de uno que ha pintado su carro con la sigla del FSLN y anda con pañuelo rojo y negro, diciendo que es sandinista. Pero no les vamos a perdonar lo que hicieron con nuestro pueblo.”

Managua: Después de la fiesta De allí a Managua fue una exhalación. Llegamos en la tarde

cuando ya el acto en la Plaza de la Revolución había terminado. El centro de Managua es peculiar, no hay casi casas y ningún gran edificio, con excepción del Intercontinental que colinda con el Bunker. Se dice que Somoza nunca se interesó por recons- truirlo después del terremoto, presintiendo la insurrección que se venía. Así nada estorbaría su capacidad de fuego sobre la ciudad. Esa noche y las que siguieron, los matorrales sirvieron de protección a los francotiradores somocistas que han escapado.

La gente regresaba cansada pero eufórica a sus casas. Circu- laban los camiones militares repletos de combatientes que se empezaban a distribuir en patrullas y retenes para controlar la ciudad. Repartían el periódico Patria Libre anunciando la victoria, una noticia vieja, pero que apenas se empezaba a creer.

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EN COLOMBIA SE FESTEJA LA VICTORIA REVOLUCIONARIA

Kemel George*

Compañeros colombianos: Yo quisiera decirles que estos compañeros que están aquí y

yo, hemos venido desde Managua para brindar simbólicamente con el pueblo colombiano este gran homenaje que hace la po- blación a la revolución nicaragüense.

Hubo y hay miles de combatientes en Nicaragua, y como símbolo de eso quisiera decirles que también nosotros tenemos colombianos combatientes allá: la compañera Segovia, el com- pañero Joaquín, el compañero Quintín, los que están allá y se van a quedar algunos días más, y los que están allá y ya no pueden regresar porque murieron. En homenaje, y como un peque- ño símbolo de esas decenas de miles del pueblo que cayeron bajo la dictadura, de los mües de combatientes armados que cayeron bajo la dictadura y de los centenares (o por lo menos varias decenas) de latinoamericanos que también cayeron, simbólica- mente quisiera saludar, presentarles a Uds., a los que murieron pero que viven con nosotros... Miren allá... miren allá esa tela... Pedro J. Ochoa (Diófilo), el compañero Max Senqui (Roberto), el compañero Mario Cruz (Pijao).

Yo le pediría al padre del compañero Pijao que, por favor, nos acompañe aquí... pero déjenlo entrar, por favor, esto es uni-

* Apartes del discurso pronunciado en el Acto de La Victoria, realizado

en Bogotá el dfa 3 de agosto. El Socialista, No. 166. Bogotá, 10/8/79.

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tario... este... símbolo... (las masas: que suba, que suba)... Suba suba... es el padre del combatiente...

Compañeros: el padre de un combatiente caído. En Nica- ragua les hemos dicho a los trabajadores nicaragüenses que el apoyo y la solidaridad de todos los pueblos de América Latina son ellos; les hemos informado lo que podemos informarles, porque después de la caída de la dictadura ellos apenas están abriendo sus ojos al mundo, apenas están conociendo, como ustedes, sobre las tres Américas, que los colombianos, los vene- zolanos los apoyaron. Y después que saben, que se informa de que en un hermoso país se los ha apoyado en las asambleas, en los mítines, en las reuniones familiares, en la milicia, en las fábricas, los nicaragüenses dicen: “Qué grandes, qué heroicos y revolucionarios son los pueblos latinoamericanos.” Y nosotros se lo hemos dicho a ellos y se lo vamos a repetir a ustedes: el pueblo de Nicaragua es muy generoso y no quiere reconocer que en este momento no hay pueblo más heroico ni más revolucionario que ese pueblo de Nicaragua; como en su tiempo lo fue el pueblo cubano, como en su tiempo lo fue Vietnam, luego Irán... Así es la época.

Tenemos aquí, en el centro de América Latina, un pueblo poderoso, heroico y revolucionario, que derrotó a la dictadura de Somoza después de 45 años de dominación y que le asestó un duro y fuerte golpe al peor enemigo de los pueblos del mundo, el imperialismo norteamericano. Allí, en Nicaragua, Somoza tenía su base en una férrea y sólida oligarquía, defensa en un ejército regular profesional de asesinos a sueldo, educados, cria- dos, amamantados por el imperialismo norteamericano. Tenía esta dictadura recursos provenientes de los países capitalistas: de Argentina, armas de Israel, que pasaron apoyados por el imperialismo, a través de las dictaduras militares de Guatemala, Honduras y El Salvador ¡De nada les sirvió, no les sirvió de nada! ¡Fueron aplastados...! Y corrían sin vergüenza los últi- mos días de regreso al imperialismo que los amamantó y ahora se los llevó...

Ese es el resultado de la revolución nicaragüense, de la re- volución de Sandino, y nosotros, los que fuimos allá, no creemos por eso que les hemos hecho un favor o un beneficio.

Al revés, compañeros. Nosotros agradecemos infinitamen- te al pueblo nicaragüense porque hemos podido presenciar y en parte participar en una revolución, que es lo más grande que

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quiere ver con sus propios ojos el trabajador honesto del planeta Tierra. Nosotros, que saludamos con entusiasmo un mitin, que corremos de felicidad en una manifestación de cincuenta mil, que lloramos de gusto cuando en una huelga de tres mil reven- tamos a la patronal, cómo no vamos a estar agradecidos hasta el infinito con ese pueblo que nos ha mostrado una revolución.

Porque es bueno que sepan lo que vimos. Vimos la vanguardia de la población, la masa activa organizada en milicias populares que defienden cuadra a cuadra, manzana a manzana, barrio a barrio, ciudad a ciudad y en el campo, las conquistas revolucionarias: abastos, disciplina, trasporte, todo. Vimos al Ejército de Sandino armado hasta los dientes por la derrota que le asestó a la Guardia Nacional y lo hemos visto cuidar 24 horas, cuidar por su propia fuerza las empresas de energía eléctri- ca, los acueductos, los hospitales, los centros vitales de la eco- nomía.

Vimos a la clase obrera nicaragüense organizarse en sindicatos, en comités de fábricas, quitarle las empresas a los somocistas, arrestar a los gerentes que eran colaboradores de la dinas- tía, elegir sus propios directivos en esas empresas que ahora son controladas por el Estado y la base obrera. Eso vimos y en eso mínimamente colaboramos, los compañeros y compañeras de la Brigada Intemacionalista Simón Bolívar.

Queremos aquí, a propósito, brindar un homenaje al pueblo panameño y a los 400 combatientes, muchos de los cuales perdieron la vida combatiendo. Ese es el internacionalismo...! Es un compromiso sencülo, práctico, con el pueblo de Nicara- gua, que ha cavado una fosa donde enterró a Somoza, y nosotros hemos colaborado con algunas paletadas de tierra.

El llamado que ha hecho la dirección del FSLN de triplicar el apoyo que se ha venido brindando, nosotros sabemos que, más que nunca, va a tener una respuesta entusiasta en Colombia, que llegará toda la ayuda técnica, material y humana que el pueblo requiere para reconstruir el país a su servicio.

Nosotros, los combatientes de la Brigada que vinimos, re- gresamos por una razón sencilla: porque vamos a colaborar y participar en la reconstrucción de ese país para los de abajo y porque esperamos que la lucha de clases en América Latina cambie favorablemente por la revolución nicaragüense, que se sigan derribando dictaduras militares, y lo que es tan fundamental, aniquilando y destruyendo el fundamento económico y social de

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la dictadura militar, que es la sociedad de explotación capitalista y el imperialismo. Porque nosotros queremos que Nicaragua sea como hoy es Cuba, y que Latinoamérica sea como Cuba Socia- lista, que todos los pueblos de América Latina derroten no sólo las dictaduras sino que hagan la sociedad según los trabajadores quieren: el socialismo. 258 259

DESPUÉS DE LA VICTORIA: RECONSTRUCCIÓN EN BENEFICIO DE LOS TRABAJADORES Y LOS POBRES!*

Después de la victoria revolucionaria, Nicaragua, en un alto porcentaje, ha quedado destruida. Todos acuerdan en que hay que empezar su reconstrucción. Los socialistas decimos que esta reconstrucción debe hacerse en beneficio de los trabajadores, los campesinos y los pobres, que fueron los más despiadadamente golpeados por la tiranía, y que fueron también la fuerza decisiva que tumbó a Somoza.

Derrocado Somoza y su ridículo sucesor, Urcuyo, la primera tarea de una reconstrucción para los trabajadores y los pobres es erradicar hasta los últimos vestigios de somocismo. Fran- cotiradores y otros elementos que restan de las hordas de Somo- za se han lanzado a realizar atentados. Además, miles de hombres de la ex Guardia Nacional han pasado a Honduras, bajo la protección de su gobierno militar; ellos constituyen una peligrosa reserva para este tipo de ataques.

Este terrorismo contrarrevolucionario que comienza a veri- ficarse, es, por un lado, el último aletazo del somocismo. Pero, por otro lado, también puede ser el primer síntoma de la resistencia contrarrevolucionaria y de las presiones del imperialismo yanqui. No olvidemos lo que pasó en Cuba, en donde a poco de caer Batista, comenzó una virulenta actividad terrorista contrarrevolucionaria, alimentada por el imperialismo.

■

* Editorial de El Socialista, No. 163-64. Bogotá, 27/6/79.

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Tanto para terminar de barrer estos restos de somocismo como para prevenir que EE.UU. comience a movilizarlos como medio de presión y chantaje, hay un remedio de eficacia com- probada en Cuba y en todas las revoluciones: el armamento general de los obreros, los campesinos y toda la población pobre.

Ni un solo obrero, ni un solo campesino, ni un solo nicara- güense pobre debe quedar sin su fusil, para defender la revolu- ción. Organizados en milicias, fábrica por fábrica, hacienda por hacienda, cuadra por cuadra en los barrios pobres, contra ellos se estrellará todo intento contrarrevolucionario presente o futuro.

Para hacer una reconstrucción para los trabajadores y los pobres, el segundo grupo de tareas son las democráticas. Los obreros, los campesinos, todo el pueblo pobre son los que han estado más amordazados y faltos de todo derecho democrático durante las dos generaciones de la oprobiosa dinastía somocista. Ahora deberá existir, para todos los antisomocistas, la más amplia libertad de prensa, de reunión, de movilización, de huelga, de organización de sindicatos y partidos políticos, etc. Pero el más importante derecho democrático es que las masas antisomocistas puedan decidir cómo reconstruir y reorganizar el país. Para ello, los socialistas planteamos la necesidad de convocar inmediatamente a elecciones para una Asamblea Constituyente, donde se discuta y decida democráticamente sobre qué bases económicas, políticas y sociales se irá reconstruyendo Nicaragua.

Finalmente, una reconstrucción para los trabajadores y los pobres debe encarar el problema de los problemas: la economía. No hay comida. La producción en campos y ciudades quedó pa- ralizada. Ciudades y barrios enteros fueron destruidos, dejando a sus pobladores sin techo, ni servicios.

Los socialistas sostenemos que la reorganización de la eco- nomía no puede quedar bajo el control del gran capital imperialista o nacional, sino en manos de los obreros, los campesinos y los pobres.

Se han expropiado los vastos bienes de Somoza. También acaba de anunciarse la nacionalización de todos los bancos, medida que aplaudimos. Pero esto no basta para reorganizar toda la economía mediante un plan en beneficio de los obreros, los campesinos y los pobres. Por ejemplo: ¿la reconstrucción de las ciudades será la oportunidad de pingües negocios para los empresarios de la Cámara de la Construcción o sea la oportunidad

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para que la población pobre pueda tener vivienda digna y bara- ta? La falta de comida será ocasión de grandes negocios para empresas de supermercados, terratenientes y especuladores, ¿o los órganos de poder obrero, campesino y popular deben tomar en sus manos toda la producción y distribución mayorista de alimentos para que todos coman por igual?

Por eso, los socialistas creemos que para reorganizar la eco- nomía con un plan para los trabajadores y los pobres, es necesario avanzar más, expropiando los bienes de todos los somocistas y nacionalizando todas las industrias básicas y grandes empresas de propiedad nacional y extranjera. Como así también expropiando a todos los grandes terratenientes.

Y poner a trabajar las grandes empresas y tierras expropiadas, bajo el control de los correspondientes órganos de poder popular de acuerdo a un plan nacional.

La economía se encuentra agobiada bajo el peso de la deuda externa asumida por Somoza. Las masas antisomocistas, hun- didas en la miseria, no tienen por qué pagar las cuentas del tirano multimillonario.

El Fondo Monetario Internacional y los yanquis, que le dieron ese dinero para que se enriqueciera y para comprar las bombas y el napalm con que mató a cincuenta mil nicaragüen- ses, que le cobren al dictador en Miami. Ni un dólar de los trabajadores para pagar la deuda exterior de Somoza.

Derrotado en el campo de batalla, el imperialismo yanqui apelará ahora al chantaje económico. La revolución nicaragüen- se puede derrotarlo también en este terreno, si apela a la solidaridad de los trabajadores de todo el mundo. Esto significa en primer lugar, llamar a Cuba, la URSS, China y demás estados obreros, a que presten la más amplia ayuda económica, sin condiciones políticas. En segundo lugar, apelar a los sindicatos de América Latina, Europa y EE.UU. para que presionen a sus gobiernos, exigiéndoles que también envíen ayuda sin condiciones políticas. Hay que plantear al movimiento obrero internacional, que tantas veces ha declarado su solidaridad con la lucha sandinista, que siga el ejemplo de los mineros bolivianos, que han decidido donar un día de salario para la reconstrucción de Nica- ragua.

El rechazo a las maniobras del imperialismo yanqui, debe asumir también cuerpo político: ruptura de todos los pactos

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con que el somocismo hizo de Nicaragua una semicolonia yanqui; ruptura de los pactos de Rio, OEA, TIAR, Condeca, etc.

Estas inmensas tareas que enfrenta la revolución nicara- güense para hacer una reconstrucción para los trabajadores y los pobres, exigen un poderoso motor capaz de cumplirlas. La clave será el desarrollo y extensión de los órganos de poder obrero, campesino y popular, algunos de los cuales comenzaron a surgir en el curso de la guerra revolucionaria. Los comités de defensa civil, comités de empresa, milicias, etc., deben desarrollarse o crearse como la mejor garantía de que la reconstruc- ción se hará en beneficio de quienes más sufrieron en estas cuatro décadas de hambre, terror y explotación.

Por último, esto exige un gobierno que sea capaz de llevar hasta el fin estas medidas para una reconstrucción que benefi- cie a los obreros, los campesinos y todos los nicaragüenses pobres. Los socialistas afirmaron que, en estos momentos, el úni- co gobierno que puede hacerlo es un gobierno sandinista sin capitalistas, apoyado en los órganos de poder popular, en el ejército del FSLN y en las milicias.

Por la reconstrucción de Nicaragua para los trabajadores y los pobres.

Por el armamento general de los obreros, los campesinos y toda la población pobre, organizados en milicias populares.

Convocatoria inmediata a elecciones para Asamblea Cons- tituyente.

Plan económico basado en la nacionalización de las grandes empresas y la expropiación de los grandes latifundios.

Extensión y creación de los órganos de poder obrero, campesino y popular.

Gobierno sandinista sin capitalistas.

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VICTORIA EN NICARAGUA

LAS MASAS SACAN AL TÍTERE DE LOS ESTADOS UNIDOS: SOMOZA*

Con la huida del dictador Anastasio Somoza a Miami el 17

de julio, los trabajadores y campesinos nicaragüenses han ganado una victoria para toda la clase obrera de América Latina, de los Estados Unidos y del mundo.

Al igual que el Sha de Irán, la dinastía somocista había sido puesta en el poder por el gobierno de los Estados Unidos.

Al igual que el Sha, Somoza contaba con armamento y entrenamiento militar de los Estados Unidos, cuya misión real era la de aterrar y suprimir todo tipo de oposición.

Al igual que en Irán bajo el Sha, Nicaragua bajo Somoza era una base importante para las operaciones contrarrevolucionarias imperialistas en la región.

Al igual que el Sha, Somoza trató de ahogar en sangre las aspiraciones por derechos democráticos y una vida mejor de las masas.

Pero Somoza fracasó, al igual que la monarquía del Sha, el régimen de Thie en Vietnam y la dictadura de Batista en Cuba antes de él.

Nicaragua demuestra una vez más que las masas explotadas del mundo están dispuestas a enfrentar al coloso imperialista, a sacrificar sus vidas por la justicia económica y social, a liberarse de la dominación colonial. * Editorial de The Militant, Vol. 43 No. 29. SWP, New York, 27/7/79.

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La caída de Somoza es una derrota para todo el sistema de dominio económico, político y militar de los Estados Unidos que se extiende a todos los continentes.

Dictadores respaldados por los Estados Unidos en lugares tan lejanos como Corea del Sur, Tailandia y las Filipinas serán debilitados y sus víctimas inspiradas para seguir luchando.

En América Central el impacto será especialmente agudo. Las dictaduras vecinas de El Salvador, Guatemala y Honduras tienen buenas razones para temer al ejemplo nicaragüense. Co- mo lo anotan los editores del Washington Post en el número del 18 de julio, los tres son “regímenes corruptos, represivos, que pronto estallarán”.

Enfrentados al avance de la lucha de los rebeldes sandinistas, el presidente Cárter trató de ganar tiempo. Mientras en pú- blico pedía la renuncia de Somoza, los negociadores de los Es- tados Unidos presionaban a su títere para que retrasase su partida. A propósito prolongaron la masacre de la Guardia Nacional intentando cansar a las masas. Hasta el final, los imperialistas exigieron el mantenimiento de la Guardia Nacional del dictador.

Animado por la actitud de Washington, Francisco Urcuyo, el sucesor escogido por Somoza, anunció el 17 de julio que no entregaría el poder a la Junta Provisional respaldada por los rebeldes.

Pero las filas de la Guardia Nacional ya estaban saciadas. En escenas que recordaban la desintegración del ejército surviet- namita, algunas tropas de la Guardia Nacional desgarraron sus uniformes mientras que otros secuestraban aviones de la Cruz Roja para trasportarse hasta Miami.

La relación de fuerzas en Nicaragua se ha modificado dra- máticamente del lado de las masas obreras. Por primera vez en más de cuatro décadas el pueblo nicaragüense está en posición de tomar los derechos democráticos largamente denegados —especialmente libertad de prensa, de palabra y de organización política y sindical. Están en posición de poder reconstruir su país devastado y de luchar por mejoras drásticas en sus condiciones de vida— incluyendo reforma agraria, trabajos públicos para proveer empleo, vivienda decente, hospitales y colegios. Lo que más temen los imperialistas es que en el curso de la lucha los trabajadores, campesinos y pobres urbanos nicaragüen- ses tomen el camino de la revolución cubana. Que a fin de liberar a su país de los chupasangre imperialistas y sobreponerse

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a la subyugación económica, establezcan su propio gobierno, un gobierno de obreros y campesinos.

Esta posibilidad, que se hizo realidad en Vietnam, y que también amenaza el capitalismo en Camboya e Irán, es la razón por la cual la administración Cárter luchó tenazmente por preservar la Guardia Nacional de Somoza. Y es por esto que Was- hington está tratando desesperadamente de tener las manos libres para poder intervenir militarmente en forma directa a cualquier lugar del mundo.

Los obstáculos más grandes a los planes imperialistas para nuevas guerras contrarrevolucionarias son la clase obrera norteamericana, que sigue oponiéndose a nuevos derramamientos de sangre al estilo Vietnam, y la combatividad y determinación de los trabajadores y campesinos del mundo. Estos han mostrado en Vietnam, Irán, y ahora en Nicaragua que ni aún los regíme- nes más brutalmente represivos pueden impedir las luchas por una vida mejor.

Washington también debe tener en cuenta un tercer factor: el papel del gobierno revolucionario de Cuba. La denuncia cubana a los movimientos intervencionistas estadounidenses en Nicaragua y sus llamados a la solidaridad han tenido un impacto importante en América Latina y han forzado a Cárter a avanzar más cuidadosamente. Sin embargo el peligro de la intervención militar de los Estados Unidos permanece. El estacionamiento de una fragata y una fuerza anfibia de desembarco de los Estados Unidos próximas a las costas nicaragüenses desde el 17 de julio, es una clara amenaza contra el pueblo de Nicaragua y su derecho a determinar su propio sistema económico y político.

Estas amenazas contra los derechos del pueblo nicaragüen- se son también amenazas contra los derechos de los trabajadores norteamericanos. Con el fin de preservar los intereses en el extranjero —lo que llaman “seguridad nacional”—los gobernantes poderosos piden que paguemos por el incremento del presupues- to de guerra, que nos sometamos a un nuevo servicio militar (conscripción) y, en fin, que nuevamente jóvenes trabajadores luchen y mueran en guerras contrarrevolucionarias como en Vietnam.

La clase obrera norteamericana debe extender la más completa solidaridad hacia nuestros hermanos y hermanas nicara- güenses.

Exigimos que en lugar de amenazas, Washington provea una ayuda económica masiva a Nicaragua sin condiciones.

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ANTE LA AMENAZA DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO

LOS OBREROS Y CAMPESINOS LUCHAN POR UNA NICARAGUA NUEVA*

Peter Camejo, Sergio Rodríguez y Fred Murphy

MANAGUA, NICARAGUA. Ha comenzado la revolución socialista en Nicaragua.

Bajo la dirección del FSLN, los obreros y campesinos han derrocado al régimen de Somoza, respaldado por el imperialismo, y destruido su ejército y policía.

Basándose en el poder de las masas armadas y movilizadas, la dirección sandinista ha comenzado a tomar una serie de medidas radicales: una profunda reforma agraria, nacionaliza- ción de todos los bancos del país, expropiación de todas las propiedades de la familia Somoza y sus colaboradores, formación de milicias populares y un ejército revolucionario, organización de comités de fábricas y barrios, y otras medidas.

Se necesita urgentemente una campaña de solidaridad activa de los pueblos trabajadores de todo el mundo. Las existen- cias de alimentos, medicamentos y otros artículos de primera necesidad se encuentran en un nivel crítico. Se necesita ayuda masiva para iniciar el proceso de reconstrucción del país.

Las potencias imperialistas, principalmente EE.UU., son enemigas implacables de esta revolución. No envían ayuda material, buscan los puntos débiles de la revolución y preparan el contraataque. * The Militant, Vol. 43 No. 32. New York, 24/8/79.

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Existe una amenaza militar inmediata. Algunas unidades je la Guardia Nacional somocista se encuentran intactas en Honduras y El Salvador. La consigna “Fuera las manos de Ni- caragua” debe convertirse en el grito internacional para agrupar a todos los que apoyan el derecho de los nicaragüenses a resol-, ver qué clase de gobierno y qué clase de sociedad quieren construir en remplazo de la tiranía somocista.

Los obreros, campesinos y masas semiproletarias nicara- güenses, empiezan a ocupar el centro de la escena histórica. Los dirige una corriente revolucionaria, el FSLN. Reforma Agraria

Un alto porcentaje de la tierra fértil del país pertenecía a Somoza y a su círculo inmediato. Se ha creado el Instituto Ni- caragüense de Reforma Agraria bajo la dirección del dirigente sandinista Jaime Wheelock. INRA supervisa la distribución de estas inmensas posesiones entre los miles de campesinos nica- ragüenses que siempre han realizado una agricultura de subsis- tencia en pequeñas parcelas.

Las tierras más aptas para el cultivo en gran escala pasan a ser empresas estatales que constituirán fuentes de trabajo permanente para miles de trabajadores agrícolas.

Los campesinos y trabajadores agrícolas han demostrado su entusiasmo ante la reforma agraria a través de grandes manifestaciones. Se están organizando milicias campesinas para defender las nuevas relaciones de propiedad en el campo.

Los sandinistas dicen que, por el momento, limitarán la reforma agraria a las propiedades somocistas. Sin embargo, cuando los periodistas le preguntaron a Wheelock qué pensaba hacer si terminaba de repartir esas propiedades y todavía queda- ban campesinos sin tierra, respondió: “Tomaremos el resto.”

La reforma agraria es crucial para la revolución nicaragüen- se, porque el 60°/o de la población vive en el campo. Los principales productos de exportación son todos agrícolas: algodón, café, azúcar y carne.

Además de la propiedad somocista, el nuevo gobierno ha nacionalizado también los bancos nicaragüenses. Esto le permite controlar el grueso de la riqueza industrial del país. Esto será crucial para la reactivación de la economía, crear fuentes de trabajo y satisfacer las necesidades de obreros y campesinos.

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El Ministerio de Bienestar Social, dirigido por Lea Guid de López, ha enunciado decretos de todo tipo contra la especia lación y el mercado negro, decretos que se caracterizan por su espíritu profundamente igualitario. La gran cantidad de edifi cios que eran de propiedad de Somoza o de los somocistas no serán monopolizados por individuos ni por funcionarios de gobierno para uso personal. Serán convertidos en escuelas, guar- derías, centros deportivos y culturales y museos.

Se ha establecido el control gubernamental sobre todas las mercancías agrarias exportables, tales como el algodón, el café el azúcar y la pesca.

El dirigente sandinista Daniel Ortega anunció que no se pagarían las deudas correspondientes a las armas adquiridas por la dictadura somocista para reprimir al pueblo.

Ejército y milicia La insurrección popular desbarató por completo al ejérci-

to y policía capitalistas (la Guardia Nacional de Somoza). En el país lo único que queda de la Guardia son las bandas terroristas que atacan por la noche a los civiles desarmados y a las patrullas sandinistas. Se parece a la política terrorista realizada por Washington en Cuba pero es mucho más intensa. Todas las noches se escuchan disparos en el centro de Managua.

Pero estas pequeñas bandas son la única fuerza armada que tienen los capitalistas dentro de las fronteras nicaragüenses. To- do el aparato militar ha sido disuelto. Se está armando a las masas.

Se está integrando a la juventud nicaragüense en un nuevo ejército revolucionario. Y se está organizando a la gente de los distritos obreros y el campo que luchó contra Somoza en unidades milicianas.

Los dirigentes sandinistas están tratando de actuar lo más rápido posible para construir un ejército fuerte, bien pertrecha- do y bien entrenado para enfrentar la amenaza de la interven- ción extranjera y poner fin a los francotiradores terroristas.

En las ciudades —sobre todo en los barrios obreros y pobres— se están formando Comités de Defensa Sandinistas por cuadra para supervisar el reparto de alimentos, organizar la re- construcción de viviendas y edificios destruidos por los bombardeos somocistas y trabajar con las milicias sandinistas.

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Los obreros de las fábricas, tiendas, bancos y otros lugares también están formando comités. Generalmente los eligen las asambleas obreras. Estos serán la base de la nueva Federación Obrera Sandinista Unificada, que integrará a los sindicatos existentes bajo la dictadura con los nuevos comités obreros. Tam- bién integrará al proletariado agrícola.

El gobierno ha decretado que todos los salarios caídos durante la insurrección de junio-julio deben ser pagados. Los co- mités obreros se están organizando para garantizar que esto se cumpla.

El FSLN ha llamado a la juventud nicaragüense, que luchó en primera fila en la guerra contra Somoza, a organizarse en la “Juventud Sandinista 29 de Julio”. Existe el plan de formar la “Asociación Nacional de Mujeres Nicaragüenses” que se basará en AMPRONAC, el grupo que movilizó a las mujeres contra la dictadura.

Campaña de alfabetización Los dirigentes de la revolución han anunciado planes a más

largo plazo para mejorar las condiciones de vida del pueblo ni- caragüense. Uno de los principales es una ambiciosa campaña contra el analfabetismo, siguiendo el ejemplo de lo hecho en Cu- ba después de la revolución de 1959.

Aproximadamente el 60°/o de los nicaragüenses no saben leer ni escribir. Para remediar la situación, se ha declarado a 1980 el “Año de la Educación”. Brigadas de maestros —muchos de los cuales son estudiantes universitarios o de bachillerato- empezarán a entrenarse próximamente para la campaña de alfa- betización. Irán a todas las ciudades, pueblos y aldeas a enseñar los conocimientos básicos.

También se prevé la construcción de clínicas y guarderías y la elaboración de programas de planificación familiar para que las mujeres dispongan de métodos anticonceptivos sanos.

Movilizaciones revolucionarias Lo que abrió el camino para todas estas medidas revolucio-

narias fue el ascenso de masas que derrumbó a la dictadura somocista respaldada por el imperialismo. En el curso de la lucha, el FSLN se puso a la cabeza de las masas insurgentes.

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El ascenso que puso fin a 45 años de tiranía somocista se inició en enero de 1978. Las masas urbanas de Managua y otras ciudades, indignadas por el asesinato de Pedro Joaquín Chamo- rro, director de un periódico de oposición, llevaron a cabo manifestaciones callejeras y una huelga general de dos semanas contra Somoza.

En marzo de 1978 se produjeron levantamientos contra la Guardia Nacional en las combativas comunidades indígenas de Monimbó (Masaya) y Subtiava (León). En los meses subsiguientes se produjeron huelgas estudiantiles y obreras, manifestaciones y choques con la Guardia Nacional.

En agosto de 1978 el FSLN realizó un operativo espectacular en el Palacio Nacional de Managua. Retuvieron como rehenes a varias decenas de políticos somocistas, logrando la libertad de todos los presos sandinistas —incluido Tomás Bor- ge, el dirigente principal del Frente— y una gran suma de dinero.

El asalto logró la simpatía del pueblo nicaragüense y acre- centó enormemente la popularidad del Frente. Miles de personas salieron a la calle a aplaudir a los comandos victoriosos cuando se desplazaron del Palacio Nacional al aeropuerto con todos sus rehenes.

Tras el operativo de agosto se produjeron insurrecciones en varias ciudades importantes. Se produjo una guerra civil de tres semanas, en la cual la Guardia Nacional pudo lograr una victoria temporal gracias a sus bombardeos brutales sobre la po- blación civil.

Como resultado de la experiencia de setiembre, las masas se convencieron que sólo una ofensiva militar en gran escala po- día hacer saltar a la dictadura.

Bajo la dirección del FSLN y del Movimiento Pueblo Uni- do (coalición de sindicatos, partidos obreros, grupos estudiantiles y otras organizaciones), se crearon comités y milicias, se juntaron armas, se escondieron provisiones de emergencia y se dieron cursos de lucha callejera, construcción de barricadas y uso de armas. Al mismo tiempo, centenares de jóvenes que habían huido de las ciudades después de setiembre, recibieron instruc- ción militar y se organizaron en las unidades de combate del FSLN.

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La ofensiva final

La ofensiva final contra la dictadura se inició el 29 de mayo, cuando las columnas sandinistas lanzaron el ataque contra tropas de la GN estacionadas en la frontera con Costa Rica.

El 4 de junio, el FSLN llamó a una huelga general que paralizó a casi toda la industria, el transporte y el comercio.

En las semanas subsiguientes, los rebeldes conquistaron ciudad tras ciudad. El cerco se estrechaba en torno a Somoza, quien se ocultaba en su “bunker” en Managua.

El periodista Melvin Wallace, testigo ocular de los acontecimientos en Managua, los describió en una entrevista con- cedida a The Militant:

“En realidad, la insurrección en Managua empezó el 10 de junio. Como siempre, los distritos orientales de la ciudad —los distritos obreros, donde vive la población pobre— fueron los más activos en la insurrección.

“Se levantaron barricadas con los elementos más a mano. Las calles de Managua están pavimentadas con adoquines, fáciles de levantar y utilizar para construir barricadas. Todos los adoquines se producían en la fábrica de cemento de Somoza. Fue- ron un elemento indispensable para las barricadas en toda la ciudad.

“La GN empleó la misma táctica que en setiembre: se agrupó en las unidades grandes, y abandonó los puestos menores. Las fuerzas insurreccionales atacaron y destruyeron los des- tacamentos menores en luchas que duraron uno o dos días.

“Lo que hubo aquí fue una insurrección popular, en todo el sentido político y militar del término. Las masas participaron activamente: fabricaron armas (molotovs y bombas de contac- to); obtuvieron armas pequeñas, de calibre 22 y otras.

“A medida que se desarrollaba la insurrección, la Guardia empezó a concentrar sus ataques, iniciándolos con 'ablanda- miento aéreo', es decir, arrojando bombas de entre 150 y 500 libras. Algunas cayeron en zonas habitadas y provocaron grandes daños.”

El 28 de junio, un contraataque de la GN obligó a las fuerzas sandinistas a retirarse de Managua. Sigue Wallace:

“La situación volvió a una 'normalidad' parcial. Pero la huelga general de tenderos, artesanos y obreros siguió adelante.

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Las fuerzas somocistas estaban impotentes, ni siquiera pudieron poner en marcha los servicios públicos fundamentales.”

En otras partes del país, la ofensiva sandinista fue en aumento. Fracasado su intento de obtener apoyo de otros regí- menes latinoamericanos para una intervención militar, Washing- ton resolvió obligar a Somoza a renunciar con la esperanza de impedir el derrocamiento revolucionario de la dictadura; Somo- za y muchos de sus generales huyeron a Miami el 17 de julio. Se nombró a Francisco Urcuyo como presidente y se formó un nuevo estado mayor para la GN.

Se creía que Urcuyo entregaría el poder al gobierno provisional ya formado por los sandinistas. Pero el sucesor de Somo- za declaró por la TV nacional que permanecería en su puesto hasta 1981. Wallace explica lo que sucedió a continuación en Managua:

“Tras el discurso de Urcuyo, el escepticismo se convirtió en ira popular. Esa misma noche se escuchaban ruidos de cacerolas en pequeñas manifestaciones.

“Al día siguiente, cuando se supo que las fuerzas rebeldes marchaban hacia Managua, la gente salió a la calle sin temor. Vi muchas manifestaciones de millares de personas en los barrios de clase media y obrera, a pesar de que la GN seguía enfrentando al pueblo en las calles.

“Durante la noche se realizaron fogatas, manifestaciones con cacerolas. La gente entraba a las casas de los Guardias y se llevaba las armas. Los Guardias estaban desesperados.

“Se produjeron miles de deserciones de la GN, mientras las masas seguían marchando. Y las armas que no se tomaron de las casas, se tomaron de los cuarteles de la GN”.

Urcuyo y el resto de los generales huyeron en la mañana del 19 de julio, mientras se derrumbaba el ejército. Poco des- pués, miles de managüenses se juntaron en el bunker junto con una columna del FSLN que acababa de llegar de León. Sigue Wallace:

“Al principio la gente se detenía con cautela a unos 200 metros del bunker. Había rumores de que el bunker estaba minado, de que había francotiradores y de que algunos guardias seguían oponiendo resistencia. Pero esto no ocurrió.

“Las tropas sandinistas provenientes de León entraron bunker precedidas por una tanqueta. Pidieron a la gente que es-

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rara, pero la gente no prestó atención. Entraron, rompieron nuertas y ventanas, se metieron en las oficinas, en los arsenales, gn todas partes. Algunos eran curiosos, otros buscaban armas y otros simplemente querían poder decir: 'Yo estuve allí'. Esa ma- ñana, habrán entrado unas 10.000 personas al bunker.

“El bunker no era solamente la residencia de Somoza; todas las grandes instalaciones militares estaban allí. La gente entró, la milicia entró. Había euforia, felicidad. Se confiscaron muchas armas de alto calibre y uniformes por el pueblo. Resulta difícil expresar esa alegría con palabras.

“Poco a poco se restauró el orden. A las dos de la tarde empezaron a llegar columnas desde Masayá, Estelí, Matagalpa y Rivas. Todas querían ser las primeras en entrar a la ciudad; todas eran aplaudidas por la gente. Empezaron a tomar posiciones, apropiarse de las instalaciones militares y organizarse.”

El Frente Sandinista En el curso del ascenso de 19 meses que dio por tierra con

la dinastía de Somoza, el FSLN se convirtió en dirección indiscutida de la revolución. Sus acciones audaces contra las fuerzas armadas del dictador y su decisión de destruir completamente el somocismo lo llevaron a esta posición.

El FSLN está arraigado en la larga tradición nicaragüense de lucha antiimperialista y radicalismo plebeyo. Su nombre viene de Augusto César Sandino, mecánico petrolero y minero que dirigió una lucha guerrillera contra los marines desde 1927 hasta 1934. Cuando las fuerzas nacionalistas burguesas capitularon ante el imperialismo y se convirtieron en sus títeres, Sandino y sus fuerzas obreras y campesinas siguieron luchando.

Sandino fue asesinado en 1934 por orden de Anastasio So- moza García, pero la memoria de su lucha siguió viva en Nicara- gua. En 1962, la tradición sandinista se unió a la nueva ola de radicalización de la juventud nicaragüense debido a la Revolu- ción Cubana.

Fundado por Carlos Fonseca Amador y otros jóvenes rebeldes que rompieron con el reformismo del PSN (stalinista), el FSLN agrupó a los que querían aprender de la experiencia cubana y poner fin a la dominación imperialista de Nicaragua.

Los sandinistas sufrieron varios reveses en sus intentos de derrotar a la GN de Somoza mediante la guerrilla. La mayoría de los primeros cuadros perdieron la vida: Carlos Fonseca fue

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asesinado por la GN en 1976. Pero cuando las masas empezaron a levantarse contra Somoza en 1978, los sandinistas estaban allí para proporcionar la dirección revolucionaria necesaria para derrocar al dictador.

Durante toda su historia, los combatientes del FSLN han recibido la solidaridad activa de la Revolución Cubana. Cuba les dio entrenamiento militar y ayuda material, desde el comienzo. Ahora que se ha producido la victoria revolucionaria, Cuba en- vía médicos, maestros y otro tipo de ayuda para colaborar con la reconstrucción de Nicaragua.

En toda Cuba, los obreros y campesinos han celebrado la victoria nicaragüense como algo propio. Como dijo Fidel Cas- tro: “Los cubanos nos vemos reflejados en los nicaragüenses porque nada nos recuerda mejor nuestras luchas, nuestros sacrificios y nuestra imagen en los primeros días de la revolución.”

“Obreros y campesinos al poder” Desde que llegaron al poder, los sandinistas han seguido

movilizando a los obreros y campesinos. Por ejemplo: el 3 de agosto el FSLN llamó a una marcha y concentración para dedi- car una carretera de Managua a los mártires de la lucha. Fue organizada a través de los Comités de Defensa Civil.

Participaron 50.000 personas, de un total de 300.000 que es la población de Managua. La gran mayoría vino en contin- gentes organizados desde los barrios pobres y obreros, con car- teles de apoyo a la revolución. Cantaban consignas, tales como “Obreros y campesinos al poder” y “Los yanquis y Somoza son la misma cosa”. Había un alto grado de conciencia de que esta revolución pertenece a los pobres, a los obreros y campesinos.

El FSLN fomenta esa conciencia. Radio Sandino y la Red Nacional Sandinista (de TV) trasmiten canciones y discursos revolucionarios y dan noticias sobre luchas antiimperialistas en otros países. El diario Barricada del FSLN sirve al mismo pro- pósito. Subraya especialmente la importancia de organizar co- mités populares, sindicatos, milicias y un ejército fuerte para defender las conquistas de la revolución.

El discurso de Fidel Castro del 26 de julio, donde saluda a la revolución, fue trasmitido por TV durante tres días y se ha convertido en uno de los temas favoritos de discusión.

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Las tareas inmediatas que enfrenta el FSLN y todo el pueblo nicaragüense —alimentar a la población, reiniciar la produc- ción, reconstruir el país— son enormes.

Las consecuencias de la guerra civil son cualitativamente más catastróficas que las que enfrentaron los cubanos después del derrocamiento de Batista en 1959. Muchas de las fábricas es- tán destruidas; la guerra no permitió efectuar la siembra; se dice que hubo entre cuarenta y cincuenta mü muertos, el 2°/o de la población.

Hay hambre en Nicaragua. Los alimentos no alcanzan y la ayuda internacional es escasa. Alfonso Róbelo, miembro del GRN, dijo en su discurso en Holguín, Cuba:

“Nos hemos encontrado con un país destruido. Destruido por las bombas arrojadas por la fuerza aérea de Somoza, que bombardeó las ciudades indiscriminadamente. Destruido como resultado de 45 años de saqueo de un régimen corrompido. Lo que tenemos ahora es un país en bancarrota: nuestras reservas fueron saqueadas; el dinero del pueblo, hasta el último centavo, fue utilizado para comprar armas para utilizarlas contra el pueblo...”

Róbelo reseñó los planes del gobierno: “Debemos reconstruir nuestra economía; debemos proporcionarle alimentos a nuestra población, que sufre una terrible escasez, debemos realizar una gigantesca campaña de alfabetización, para que ese 60°/o de nuestro pueblo que ahora es analfabeto, aprenda a leer y escribir; debemos garantizar que cada niño nicaragüense, por humilde que sea, pueda iniciar el año escolar; necesitamos médi- cos que vayan al campo y presten atención médica a nuestros campesinos. Y para todas estas tareas necesitamos la ayuda de todos los pueblos hermanos de las Américas y el pueblo cubano tiene un lugar especial en este proceso.”

Las masas nicas quieren una sociedad igualitaria. Quieren poner fin al saqueo de sus recursos y la explotación de su pueblo por las empresas yanquis. Quieren construir una nueva Ni- caragua donde —al igual que en la Cuba revolucionaria— lo primero son las necesidades de los obreros y los campesinos, no las ganancias de los capitalistas. Y han demostrado que están dispuestos a hacer todo lo necesario para alcanzar estos objetivos.

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Los temores de Washington Por eso Washington odia y teme al proceso revolucionario

que se está desarrollando en Nicaragua. Los que desde hace dé- cadas vienen sacando ganancias de la miseria del pueblo nica- ragüense, saben que la plena ocupación, un mejor nivel de vida la entrega de la tierra a los campesinos, los derechos democráti- cos de las masas y la liberación frente a la dominación extranjera son incompatibles con la dominación capitalista de Nicaragua.

Lo que más temen los capitalistas yanquis es que el FSLN y los obreros y campesinos nicaragüenses —armados, organizados y resueltos— sigan el ejemplo de Cuba.

Nicaragua bajo Somoza era un bastión de la dominación yanqui de toda la región, que sirvió como plataforma de lanza- miento de la invasión de Guatemala en 1954 y de Cuba en 1961, patrocinadas ambas por la CÍA. Nicaragua bajo el FSLN ya se ha convertido en una inspiración para los obreros y campesinos de América Latina, sobre todo de los países vecinos: Hon- duras, El Salvador y Guatemala, todos los cuales viven bajo dictaduras con respaldo yanqui.

Así, cuando los gobiernos de EE.UU. y los países capitalistas europeos dicen simpatizar con las aspiraciones y necesidades del pueblo nicaragüense, en realidad planifican cómo detener el proceso revolucionario y quitarle sus conquistas.

Un aspecto de su plan contrarrevolucionario es el militar: mantener a las fuerzas de Somoza en Honduras, El Salvador y Miami. Se necesita mucho dinero para armar y organizar a esas tropas; ese dinero puede provenir de un solo lugar: Washington.

Pero la intervención militar directa de Washington en Ni- caragua se enfrenta a grandes obstáculos. El pueblo trabajador de EE.UU. se opone férreamente a un nuevo Vietnam. No quiere luchar y morir por imponer dictaduras serviles a Washington.

Una operación norteamericana encubierta provocaría pro- testas masivas en EE.UU. y en toda América Latina. Lo que es peor, desde el punto de vista de Washington, es que una opera- ción militar limitada quizás no triunfaría. Probablemente, una invasión de Nicaragua, tipo Bahía Cochinos, se enfrentaría no sólo al pueblo armado de Nicaragua sino también a las fuerzas militares, templadas en combate, de la Cuba revolcionaria.

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Como dijo Fidel el 26 de julio, la intervención müitar de EE.UU. significaría “... un gigantesco Vietman en América Central y toda América Latina, un gigantesco Vietnam.”

Antes de jugar esa última y desesperada carta, los imperialistas yanquis recurren al chantaje económico y las maniobras. La ayuda proveniente del gobierno de EE.UU. —escasa y entregada a regañadientes— tiene por objeto que a Washington le resulte más fácil exigirle concesiones políticas al gobierno nicaragüense.

En lugar de enviar las 300 toneladas diarias de alimentos que Nicaragua necesita desesperadamente, se dice que llegan entre 40 y 80 toneladas diariamente. El dirigente del FSLN To- más Borge ha acusado a Washington de incumplir sus promesas. Después de toda la devastación provocada por el gobierno yanqui en Nicaragua, la ayuda de Washington llega apenas a 5.4 millones de dólares, de los cuales se gastaron 1.2 millones para enviar la ayuda.

La ayuda yanqui tiene un objetivo adicional: meter una cu- ña entre los sandinistas, dividirlos, encontrar algún sector que, bajo la presión económica, empiece a ceder a las exigencias de Washington y a consolidar las fuerzas capitalistas que todavía existen en Nicaragua y forman parte del gobierno formal, el GRN.

A juzgar por las acciones del FSLN, los imperialistas no han logrado éxitos en este terreno. Lejos de retroceder, los dirigentes del FSLN avanzan en la movilización y armamento de las masas para que éstas luchen por sus intereses.

Enfrentar a los imperialistas Los dirigentes del FSLN luchan para ganar tiempo, contra-

rrestar las maniobras imperialistas y ganar un amplio apoyo internacional. Luchan por conseguir la mayor cantidad posible de ayuda material para el pueblo nicaragüense. Y tratan de dificul- tar en lo posible al imperialismo la búsqueda de pretextos para intervenir.

Esto significa que deben hacer concesiones. Por ejemplo, los sandinistas han anunciado que no piensan ejecutar a ninguno de los GN arrestados, ni siquiera a los peores asesinos y torturadores. Gracias a esta concesión, a los imperialistas les resulta mas difícil montar una hipócrita ofensiva propagandística para

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decir que la revolución culminó en baño de sangre, como hicieron cuando los cubanos ejecutaron a algunos cientos de torturadores de Batista.

Como dijo Fidel en su discurso del 26 de julio, la “magnanimidad y generosidad” de los sandinistas “privará a los reaccionarios de argumentos, de armas, de combustible para la calum- nia y la difamación”.

“Desde luego que no vamos a engañarnos —prosigue Fi- del—. No vamos a creer que los reaccionarios dejarán a la revolu- ción nicaragüense en paz, a pesar de su magnanimidad, generosidad y objetivos democráticos.”

La composición del GRN representa una concesión. Tres de sus cinco miembros vienen de las fuerzas procapitalistas antisomocistas. Sólo uno es sandinista destacado. Por eso, formalmente, es un gobierno de coalición donde los sandinistas están en minoría.

La realidad es distinta. La realidad es que el que gobierna en Nicaragua hoy día es la Dirección Nacional Conjunta del FSLN, integrado por nueve comandantes. Los nueve son fidelistas y han vivido en el exilio en Cuba.

El verdadero poder está en manos del FSLN. Al lado de cada ministro capitalista han puesto un comandante sandinista. Los ministros no actúan si los sandinistas no aprueban sus acciones.

Dentro de este contexto los sandinistas han avanzado aún más. Por ejemplo, relevaron al ministro encargado de la reforma agraria, que era un terrateniente, y en su lugar pusieron a Jaime Wheelock, dirigente sandinista y uno de los nueve.

El ministro de Defensa oficial es un ex oficial de la GN somocista que se pasó al otro bando antes de la guerra civil. Pe- ro carece de ejército o policía. Estas están en manos del FSLN. En todos los batallones del nuevo ejército hay dirigentes políti- cos sandinistas.

En la lucha contra Somoza los sandinistas trataron cons- cientemente de crear un frente único lo más amplio posible, incluyendo en él a las fuerzas burguesas antisomocistas. Evidente- mente, fue una política justa, inteligente y revolucionaria.

Pero cuando llegaron al poder no quisieron que la misma coalición controlara al gobierno. Esto lo expresan a su manera.

Tras la caída de Somoza, Henry Ruiz, uno de los nueve principales dirigentes sandinistas, trató de explicarle al semana-

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nario costarricense Pueblo quién debía gobernar en Nicaragua. Dijo:

“Efectivamente, creo que debemos observar la composi- ción de la Junta Provisional de Gobierno con precaución. Por- que me parece que el mecanismo inicial no es completo... Deben aparecer otros mecanismos que son la verdadera base del poder. La junta de gobierno puede representar a esas fuerzas, pero las decisiones se tomarán a otro nivel.

“Considero que deben estar representados los obreros y los campesinos, que sobrellevaron el peso de la guerra en estos tiempos.”

Con respecto a qué individuos deben ocupar tales o cuales posiciones, Ruiz dijo:

“Decir que X ha escrito tres o cuatro libros, o X porque es dueño de un negocio, o tal otro porque lo considero honesto, porque me gusta... Me parece que aquí se desconecta el problema de clase. Aquí tienen que estar representados nuestros obreros, nuestros campesinos y nuestros revolucionarios.

“Debemos incluir personas representativas que no traicio- narán los intereses de la revolución.”

La dirección sandinista trata de movilizar a los obreros y campesinos para profundizar esta revolución, para defender y adelantar los intereses de las masas nicas.

Un poder revolucionario El poder que existe en Nicaragua es un poder revoluciona-

rio. Se ha abierto el camino hacia la instauración de un gobierno obrero y campesino, es decir, un gobierno independiente de ¡as viejas clases dominantes, que movüice el poder de los obreros y sus aliados para implementar medidas sociales progresivas que cuestionen las prerrogativas del capital en forma creciente.

Todavía no se ha instaurado un gobierno obrero y campesino. El capitalismo ha sufrido un golpe terrible, pero existe. Los capitalistas y quienes defienden sus intereses siguen siendo un factor en el gobierno. Sin embargo, la dirección sandinista tiende a profundizar la movilización revolucionaria de las masas en defensa de sus intereses.

Al derrocar a Somoza y destruir las fuerzas armadas de los capitalistas, los sandinistas demostraron ser una fuerza revolucionaria. También lo demuestran en el poder, movilizando y armando a las masas en defensa de sus intereses.

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No hay forma de saber por adelantado hasta dónde o a qué ritmo querrá la dirección sandinista, cambiar el carácter del Esta- do. No existen garantías. Pero el único camino para los socialistas revolucionarios del mundo que quieren ayudar al avance de la revolución nica, es reconocer la capacidad revolucionaria de esta dirección, identificarse con ella y unir sus fuerzas a ella en la lucha por la defensa y extensión de la revolución.

La clase obrera del mundo entero verá a la revolución nica como algo propio. Nicaragua ganará gran solidaridad entre los obreros de otros países, incluido EE.UU.

La Cuba revolucionaria ha dado el ejemplo con su apoyo abnegado y llamando a todos los países a enviar ayuda para la reconstrucción nica. Los cubanos han aguardado y trabajado por esta victoria durante veinte años. Por primera vez dejan de estar solos en este hemisferio. Su dedicación a la causa nica de- bería generar una oleada de solidaridad en todas las Américas. La opción en Nicaragua

La opción en Nicaragua es avanzar hacia la victoria de la revolución socialista como en Cuba o sufrir una derrota sangrienta como en Chile. Los sandinistas consolidarán el poder de los obreros y campesinos y profundizarán la revolución hasta efectuar la trasformación socialista, o serán derrotados por el imperialismo en un golpe contrarrevolucionario que ahogará en sangre a la generación que hizo esta revolución. No existe un tercer camino.

En esta batalla histórica la dirección sandinista será probada muchas veces, en su capacidad para movilizar a las masas, maniobrar y luchar inteligentemente, hacer avanzar el proceso revolucionario y cumplir un papel decisivo cuando sea necesario.

Nicaragua también es una prueba para la dirección cubana, los fidelistas: una prueba de su capacidad para proporcionarle una dirección revolucionaria a América Latina.

Por último, Nicaragua es una prueba para la Cuarta Inter- nacional: para saber si el movimiento trotskista mundial sera capaz de movilizar una campaña internacional de solidaridad y defensa, y así ayudar al avance de la revolución nicaragüense. No se debe permitir que ninguna consideración sectaria o frac- cionalista nos impida identificarnos con la revolución nica y su defensa.

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Los sandinistas tienen una consigna, una cita de Sandino, que tiene para ellos un significado muy sentido: “Los hijos de Sandino no se venden ni se entregan. Serán libres o muertos.” Ese es el compromiso que han hecho en Nicaragua. Están organizando y educando a los obreros y campesinos, a toda la joven generación, para prepararse a entregar sus vidas por una Nicara- gua libre y con ello ayudar a la revolución latinoamericana y mundial.

Deben saber que la Cuarta Internacional estará a su lado. Que los partidos trotskistas del mundo entero se organizarán para ayudarlos en el camino hacia el segundo estado obrero latinoamericano.

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EL IMPERIALISMO LANZA UNA CAMPAÑA DE PROPAGANDA CONTRA LOS SANDINISTAS

LA BRIGADA SIMÓN BOLÍVAR USADA COMO PRETEXTO

Barry Sheppard y Mary Alice Waters*

Los enemigos imperialistas de la revolución nicaragüense han lanzado una campaña internacional concertada para presionar a la dirección sandinista para que no lleve la revolución más allá de los límites burgueses, y para recortar el desarrollo de la solidaridad internacional del movimiento obrero mundial con la misma.

Han aparecido una serie de artículos en los principales diarios capitalistas de los EE.UU., Europa y Latinoamérica. Todos presentan en líneas generales la misma política: que la revolu- ción nicaragüense está amenazada por “extremoizquierdistas”, que el nuevo gobierno es consciente de que no puede llevar a cabo medidas radicales demasiado rápido, pues de lo contrario no recibirían la suficiente ayuda externa para reconstruir el país; y que los sandinistas son también conscientes de que sus verdaderos aliados son los hombres de negocios capitalistas ni- caragüenses, y que éstos están representados en la Junta Civil que conforma el Gobierno de Reconstrucción Nacional.

Un artículo por Marlise Simons en la primera plana del Washington Post del 21 de agosto, titulado “Nicaragua expulsa a grupo trotskista en una fuerte ofensiva”, comienza así:

“A pesar de la euforia revolucionaria del mes pasado, las primeras señales de oposición organizada al nuevo gobierno de Nicaragua provienen de la extrema izquierda, al contrario de lo * Editorial de Intercontinental Presst, Vol. 17 No 31. New York, 3/9/79. 284

que se esperaba: de que provendría de los hombres de negocios conservadores.

“Al mismo tiempo, el primer acto de impaciencia política del gobierno ha sido expulsar a unos 60 trotskistas latinoamericanos a quienes acusaron de ‘contrarrevolucionarios’ y de ‘crear- le problemas a la revolución sandinista’.

“Aunque el gobierno está ansioso por no decepcionar las expectativas populares de cambio, parece decidido a resistirse a la presión extremista por cambios rápidos y radicales que po- drían asustar a los sectores privados nacionales y extranjeros y retrasar así la reconstrucción económica.”

En esta misma línea, un artículo de Richard J. Meisling en el New York Times del 20 de agosto, plantea:

“En Managua, la impresión de que la dirección militar sandinista y no los cinco miembros principales de la Junta Civil estaban gobernando el país, que era la opinión más generalizada en los círculos diplomáticos e incluso entre algunos miembros de la Junta misma hasta hace solamente dos semanas, práctica- mente ha desaparecido.”

El artículo de Simons deja en claro que ésta es la línea que Washington piensa es la más efectiva en este momento para ejercer presión sobre la revolución nicaragüense. Explicaba además que “algunos diplomáticos estadounidenses están de acuerdo en que varias informaciones de los medios de comunicación de los EE.UU. han sido 'irresponsables' o que 'distorsionan la verdad'. Esto se aplica, dicen, a los clichés sobre 'una nueva Cuba' y el Creciente ‘antiamericanismo’.”

La actitud “responsable” que el Departamento de Estado de los EE.UU. quiere promover es la de advertir a los combatientes sandinistas que dirigieron la revolución que harían bien en dejar a la Junta Civil a cargo del gobierno; que los “hombres de negocios conservadores” son el soporte de la revolución y que los “extremistas” de izquierda son el enemigo; que la revolución es una revolución burguesa y que se debe mantener en los lími- tes burgueses.

Cuando advierten del peligro “extremista” para la revolu- ción tanto Simons como Meisling son muy precisos. Señalan cualquier medida que pudiera “asustar a los sectores privados nacionales y extranjeros”. Como un ejemplo, Meisling señala la propuesta de que a los trabajadores se les pague retroactivo “por los dos meses en que el país estuvo en guerra. Es un dinero que

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el gobierno prometió pagar, pero que pocos de los acosados patronos han podido pagar”.

Para asegurarse de que los sandinistas entiendan la naturaleza de estas advertencias, Washington insiste en que se den concesiones políticas como una condición previa para proveer los alimentos, las drogas y otras formas de ayuda que necesitan desesperadamente. Mantienen la amenaza de la intervención militar en la reserva, utilizando como punta de lanza a las unidades de la Guardia Nacional somocista que fueron retiradas a Honduras y El Salvador.

Este chantaje de Washington a los sandinistas fue puesto en claro por el artículo de Simons:

“En días pasados, dirigentes del comando sandinista y miembros de la Junta han dicho en privado que temen caer en un círculo vicioso: requieren asistencia externa masiva rápida- mente para asegurarse de que siga la moderación, pero sin embargo parece que los gobiernos occidentales están reteniendo la ayuda hasta asegurarse de que no están financiando ‘una nueva Cuba’.”

El 15 de agosto el New York Times advertía en su editorial al Congreso norteamericano que no pusiesen obstáculos para este plan de chantaje. El editorial decía:

“Nadie puede asegurar que Nicaragua no seguirá la vía cubana, pero es significativo que la Junta esté presionando para conseguir ayuda económica norteamericana. La legislación necesaria para expandir la ayuda económica norteamericana debe ser aprobada en un Congreso en que las comisiones claves (del Congreso) por dominantes por somocistas intransigentes.

“Indudablemente señalarán a toda la retórica sobre el imperialismo yanqui, como prueba de que Nicaragua no merece ayuda, pero a su vez confirmando el punto de vista izquierdiz- ta de que EE.UU. es un enemigo implacable. Será una prueba de la madurez norteamericana eí evitar que los extremistas de todo tipo cumplan sus negras profecías.”

Confrontados por esta campaña imperialista y la tremenda devastación del país que produjo Somoza en las semanas finales de la guerra civil, la dirección sandinista enfrenta problemas difíciles y complejos para llevar hacia adelántela revolución.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) debe hacer que sea lo más difícil posible a los imperialistas negarse a dar alimentos y otra clase de ayuda.

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Para satisfacer los intereses de las masas trabajadoras de Nicaragua, los sandinistas han tomado y deben seguir tomando medidas que recorten las prerrogativas de ganancias de los capitalistas nacionales y extranjeros. Al mismo tiempo deben hacer lo más difícil posible a los imperialistas responder mediante la intervención militar.

La dirección del FSLN debe mantener a las masas armadas por la continua amenaza de la contrarrevolución. Pero los de- fensores armados de la revolución tienen que ser una fuerza en- trenada y disciplinada, con armas pesadas y equipo militar sofisticado.

Estas necesidades de la revolución presentan grandes problemas tácticos a los revolucionarios bajo el mando sandinista.

La prensa imperialista, en sus advertencias a la dirección sandinista, ha utilizado un blanco conveniente: un grupo llamado la “Brigada Simón Bolívar” (los “trotskistas” a que se refiere el título del artículo de Simons).

La Brigada Simón Bolívar es un contingente armado internacional que fue creado por el Partido Socialista de los Tra- bajadores (PST) de Colombia en las semanas finales de la guerra civil nicaragüense. Los individuos asociados a la Brigada entraron a Nicaragua sólo en los días finales de la guerra.

Desde la caída de la dictadura de Somoza, la Brigada y otras organizaciones de izquierda, incluyendo a los maoístas, han intentado utilizar los problemas objetivos que enfrenta la revolución —la brecha entre las grandes expectativas de las masas para mejoras inmediatas en el nivel de vida, y las dificultades para lograr estos objetivos rápidamente— para desbordar a los sandinistas por la izquierda. Su táctica fue tratar de mostrar a la dirección sandinista como que no era lo suficientemente revolucionaria.

Lo que es más, aunque no actuaban bajo la dirección del FSLN, llevaban a cabo su agitación y actividad a nombre del mismo. Los trabajadores que apoyaron las actividades de la Bri- gada se llevaron por tanto la falsa impresión de que estaban siguiendo al FSLN.

La reacción del FSLN fue la de iniciar varias reuniones con la dirección de la Brigada para tratar de convencerlos de la necesidad de poner a todas las unidades armadas bajo el mando unificado del FSLN y coordinar sus actividades con las del FSLN:

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El FSLN finalmente citó públicamente a todos los miembros para que se presentaran a sus oficinas en Managua el 14 de agosto. En respuesta, la Brigada organizó una manifestación de unas 1.000 personas al frente del local del FSLN. Llevaron a las personas a la manifestación bajo el pretexto de que allí se iban a discutir problemas salariales y de la organización sindical, con la dirección del FSLN.

Después de esta provocación, el FSLN expulsó a los miembros extranjeros de la Brigada del país. Algunos fueron expulsa- dos y se dice que a otros todavía se les está buscando en Nica- ragua.

Puesto que la Brigada fue organizada por el PST colombiano, un grupo trotskista que es organización simpatizante de la Cuarta Internacional, las acciones de este grupo dieron a la prensa burguesa un blanco conveniente para lanzar su campaña contra el “trotskismo” esperando de esta manera sembrar la con- fusión entre los que apoyan la revolución nicaragüense.

Pero la Brigada Simón Bolívar no es trotskista. Nadie te- nía que ser trotskista para unirse a la Brigada. Estaba compuesta por revolucionarios latinoamericanos que querían ayudar a tumbar a Somoza.

Lo que es más, si bien el PST es una organización simpatizante de la Cuarta Internacional, no lanzó la Brigada Simón Bo- lívar en consultas ni bajo el control de los organismos directivos electos de la Cuarta Internacional, la organización mundial trotskista. Los dirigentes de la Brigada fijaron su propia política sin tener en cuenta la política de la Cuarta Internacional y en Nicaragua han llevado una política que es contraria a la posición del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional, expresada en la declaración del 15 de agosto. La posición de la Cuarta In- ternacional es hacer una campaña de solidaridad con la revolu- ción nicaragüense en colaboración con el FSLN y no en contra de él.

Lo que es más, la Cuarta Internacional siempre ha mantenido la convicción de que las revoluciones son dirigidas por las fuerzas que surgen de la lucha viva en su propio país. Es una idea grotesca que un grupo de no-nicaragüenses como era la Bri- gada Simón Bolívar pueda meterse al proceso revolucionario desde afuera y por medio de una serie de maniobras construir una dirección alternativa al FSLN.

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Aunque la prensa imperialista ha utilizado las actividades de la Brigada Simón Bolívar para su ataque contra el “extremismo”, el blanco es la revolución nicaragüense misma. Es por esto que periódicos como el Washington Post, New York Times, Le Monde, y otros voceros del imperialismo, que no se destacan por dar noticias sobre el trotskismo, dieron cubrimiento de primera plana a la expulsión de los dirigentes de la Brigada de Ni- caragua.

El mensaje es claro. Primero, los imperialistas quieren hacer saber al FSLN que

cualquier medida que tome la nueva dirección contra los capitalistas, será considerado “extremismo” por Washington, y que de acuerdo con esto actuará.

Segundo, el objetivo es mostrar falsamente al FSLN como liberal burgués, o por lo menos como los cautivos de los libera- les burgueses en la Junta. Esto tiene por objeto desorientar a los revolucionarios inexpertos y sembrar la confusión entre las fuerzas de la clase obrera en todo el mundo que esperan ver a los luchadores del FSLN llevar la lucha hasta el final como lo hizo la dirección cubana.

Tercero, la campaña contra el trotskismo de la prensa burguesa está dirigida a dividir y debilitar las fuerzas que podrían construir un efectivo movimiento internacional de solidaridad con la revolución nicaragüense y los dirigentes del FSLN. Al ca- lumniar al trotskismo los imperialistas esperan poner obstáculos en la campaña internacional de solidaridad que la Cuarta Inter- nacional ha llamado y ha empezado a organizar.

El cubrimiento de la prensa burguesa quiere dar la impre- sión de que en realidad no hay necesidad para dicha campaña de solidaridad: que los imperialistas son razonables, y, al final, pro- veerán de la ayuda necesaria. Similarmente, su “amistoso” consejo al FSLN contenido en estos artículos está destinado a ador- mecer al pueblo nicaragüense y al movimiento obrero internacional para hacerle creer que no hay ningún peligro real de una intervención militar apoyada por el imperialismo.

Esta propaganda imperialista contra los sandinistas y la re- volución nicaragüense hace que sea todavía más urgente montar una respuesta lo más amplia posible por parte del movimiento obrero internacional. Se está ejerciendo una presión económica masiva contra el pueblo nicaragüense, sustentada por la amenaza de nuevos operativos militares.

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Los sindicatos y otras organizaciones del movimiento obrero deben buscar a los estudiantes, las iglesias y todas las fuerzas democráticas, para organizar la solidaridad con la revolución ni- caragüense y exigir ayuda sin condiciones por parte de los gobiernos imperialistas.

El pueblo nicaragüense debe poder alimentar a los ham- brientos, curar a sus heridos y reconstruir su industria al mismo tiempo que toman el destino de su país en sus propias manos.

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Capítulo II

¿Una nueva Cuba?

¿NICARAGUA NO DEBE SER UNA NUEVA CUBA?*

El 26 de julio pasado se conmemoró en Cuba el XXVI Ani- versario del asalto al cuartel Moneada. Este acto tuvo un significado político continental porque allí, frente a un grupo numeroso de comandantes del FSLN, Fidel Castro pronunció un discurso de trascendental importancia. Con la franqueza que lo caracteriza, el primer secretario del CC del PC cubano explicó cuál debe ser —a su entender—el curso que tiene que seguir el proceso nicaragüense, aconsejando una política no sólo para Nicara- gua sino para el conjunto de América Latina.

Pensamos que toda la izquierda latinoamericana debe leer y discutir este discurso de Fidel Castro, para ver qué nos propone.

En este primer artículo, cuya continuación publicaremos en el próximo número de El Socialista comenzamos a analizar las razones por las que creemos que se debe rechazar de plano, rotundamente, la política allí delineada, que es opuesta por el vértice a la línea de revolución socialista continental que la di- rección fidelista impulsó hace años. (Las citas del discurso de Fidel Castro han sido tomadas del periódico Juventud Rebelde, 29/7/79, de La Habana). * El Socialista, No. 169 y 170. Bogotá, 31/8 y 7/9/79.

La gran tarea: mantener el frente con Torrijos, Carazo, López Portillo, Carlos Andrés Pérez y compañía.

Para Fidel Castro, pareciera que el hecho político más importante en relación al proceso nicaragüense es que “alrededor de la lucha sandinista se creó, de manera tácita, lo que pudié- ramos llamar un gran frente democrático –independentista– an- tüntervencionista, en América Latina, algo que tiene significado histórico y enorme importancia”. Se trata, ante todo, de un frente de gobiernos latinoamericanos: “Hay que destacar –dice más adelante– el papel de Panamá, de Costa Rica, de Venezue- la y demás países del Pacto Andino, de México, de Jamaica, de Granada y otros. En la creación de este frente democrático, an- tiintervencionista, que se ha creado, hay que mencionar no sólo nombres de países, también de personas: los nombres de Torri- jos, de Carazo, de López Portülo, de Manley, de Bishop. Y tam- bién, es justo recordar el nombre de... el ex presidente de Vene- zuela, Carlos Andrés Pérez.”

Para Fidel, no parece haber cuestión más importante que “mantener este clima, mantener este frente”. Y, para que quede claro, añade a continuación: “Ese es un deber –a nuestro jui- cio– también de los sandinistas, cuál será su contribución, la contribución del pueblo victorioso de Nicaragua, al mantenimiento de este espíritu, de este amplio frente.”

Y en los dos párrafos que siguen a esa exhortación a los sandinistas, Fidel explica –por si alguien no entendiera de qué se trata– cuál es la “contribución” que les pide como un “deber”: “Ahora hay muchos interrogantes, y hay mucha gente queriendo establecer similitudes entre lo ocurrido en Cuba y lo ocurrido en Nicaragua... Por eso, a las afirmaciones o temores expresados por alguna gente... de que si Nicaragua se iba a convertir en una nueva Cuba, los nicaragüenses les han dado una magnífica respuesta: no, Nicaragua se va a convertir en una nueva Nicaragua, que es una cosa muy distinta.”

¿Qué significa esto? Cuando, como cuestión fundamental y de proyecciones

continentales, Fidel Castro pone sobre el tapete lo del frente con esos gobiernos latinoamericanos, no se está limitando a sostener simples acuerdos diplomáticos que pueden ser legítimos de utilizar.

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Por el contrario, nos parece evidente que lo que plantea es algo de proyecciones políticas mucho mayores: lo que Castro plantea es que nada hay más importante que mantener un acuerdo político general con los gobiernos “democráticos” del Pacto Andino, de Panamá, Costa Rica y México. El precio de este acuerdo es obvio —y es el que pide que pague la revolución ni- caragüense—; el precio de este acuerdo es desmovilizar a las masas de Nicaragua para que el proceso no desborde hacia una re- volución socialista. Eso les sería absolutamente intolerable, por más “democráticos” que fueran tales gobiernos, y se acabañan todos los acuerdos.

El juego de palabras sobre la “nueva Cuba” y la “nueva Ni- caragua” tiene ese claro significado. En largos párrafos de su discurso, Fidel Castro sostiene que, como todas las revoluciones son distintas, Nicaragua no puede ser una nueva Cuba. Y es una verdad innegable: todas las revoluciones, efectivamente, son distintas. Pero también lo contrario es igualmente cierto: todas las revoluciones son iguales; o, dicho de otra forma, todas las movilizaciones revolucionarias de las masas, aunque partan de problemas democráticos (la lucha contra Batista en Cuba, contra So- moza en Nicaragua, etc.) tienden inevitablemente a cuestionar el poder de los capitalistas y la propiedad privada de los capitalistas. Tal es el contenido de los “temores expresados por alguna gente” (las burguesías latinoamericanas y el imperialismo yanqui) que Castro se apresura a tranquilizar. Porque es evidente que cuando “alguna gente” expresa el temor de una nueva Cuba, no se está refiriendo al peligro de que Nicaragua se vuelva monoproductor de azúcar, o cambie su folclor por el cubano. Los temores de esas “gentes” tienen que ver con que la mo- vilización revolucionaria de las masas no llegue a barrer con la propiedad y la explotación capitalista. Es decir, llegue a lo que llegó en Cuba.

En relación a Nicaragua, la voz de mando de Castro es desmovilizar, única forma de mantener los acuerdos o frentes con los gobiernos democráticos burgueses de América Latina y tranquilizar a los yanquis.

Castro pone en juego todo el peso de su prestigio y autoridad ante los sectores castristas del FSLN para que apliquen una política de desmovilización en total coincidencia con los sectores socialdemócratas del sandinismo y la burguesía opositora.

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En Nicaragua, los resultados de esta política ya pueden verse con toda claridad en todos los órdenes.

La desmovilización ha comenzado por el punto que más “temores” produce a la “gente” que Fidel quiere tranquilizar: el del armamento. La señora Violeta de Chamorro, en las entre- vistas que concedía antes de la caída de Somoza —por ejemplo, la realizada por Hernando Santos para El Tiempo—, hacía hin- capié en que la primera medida que tomaría el Gobierno de Reconstrucción Nacional sería el desarme de la población insu- rrecta. Y hay que reconocer que el GRN ha cumplido con la palabra empeñada: las milicias han sido metódicamente desarmadas. Acompañando esto con un proceso de selección y licéncia- mientos en el ejército sandinista, se está reconstruyendo en Ni- caragua un ejército y una policía regulares, repletos de “instructores” y agentes de la Guardia Nacional Panameña y sus servicios de inteligencia. Ahora Venezuela acaba de anunciar que también participará con sus fuerzas armadas en esa peculiar “reconstrucción”.

Parafraseando a Castro, que dice que todas las revoluciones son distintas, nosotros podemos decir que todas las con- trarrevoluciones son diferentes, pero siempre comienzan a partir de un punto nodal: el desarme de los trabajadores y el pueblo sublevado.

Y la desmovilización se lleva adelante en todos los planos: se ha frenado la sindicalización; los organismos surgidos al calor de la lucha antidictatorial, como los comités de defensa son di- sueltos o convertidos en organismos administrativos y/o deco- rativos; se prometió la confiscación de las propiedades y empresas del somocismo. Pero esta promesa está quedando reducida a la del puñado de empresas en que Somoza tenía claramente ma- yoría de capital. Fábricas como Plywood, confiscadas en un primer momento por presión de los trabajadores, han sido devuel- tas a sus socios mayoritarios porque Somoza sólo aparecía teniendo una minoría de acciones. La nacionalización de la banca –medida en sí misma progresiva y que Castro aplaude en su discurso– es un ejemplo que ilumina lo que significa una “recons- trucción” en acuerdo con los capitalistas “democráticos” y en su beneficio: los bancos estaban totalmente quebrados; es decir, no valían un centavo; sin embargo, el decreto de nacionali- zación garantiza a sus dueños el pago de las acciones en cuotas a cinco años con casi el 7°/o de interés. Así, sobre las espaldas

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de los trabajadores nicaragüenses —además de los 1.300 millones de deuda exterior de Somoza que el Gobierno de Recons- trucción ha determinado pagar— caerán otros 400 millones de los bancos en quiebra. ¡Sí!; tiene razón el compañero Fidel: con medidas como éstas, Nicaragua no va en camino de convertirse en otra Cuba.

¿A quiénes pedir ayuda? En aras de mantener los acuerdos con Torrijos, Carazo,

López Portillo y los gobiernos del Pacto Andino, Fidel extiende su política desmovüizadora a otra cuestión fundamental para los destinos de la revolución nicaragüense, como es la ayuda exterior para la reconstrucción.

No vamos a analizar aquí toda la mitología que hábilmente se ha creado alrededor de la llamada “reconstrucción”, que pretende hacer admitir como un axioma que sin el concurso del capital nacional e internacional nada se podrá reconstruir en Nica- ragua. ¡Como si los obreros y campesinos, que son quienes han construido todo lo que existía en Nicaragua, no fueran capaces —con el poder en sus manos— de reconstruirla todas las veces que sea necesario! Si Nicaragua está en un pozo de miseria y subdesarrollo agravado por la guerra, creemos —con el Fidel de hace diez años, contra el Fidel de 1979—que “podrá haber discusiones políticas, discusiones doctrinarias, todo lo que les dé la gana. Pero nosotros, por nuestra experiencia, sabemos que no habrá desarrollo en ningún país subdesarrollado sin socialismo, sin centralizar todos los recursos de la economía y dirigirlos en el sentido que sea necesario dirigirlos” (Fidel Castro, con- ferencia “Hoy para el mundo subdesarrollado, el socialismo es condición de desarrollo”).

Pero, dejemos esto aparte, y fijémonos sólo en un punto: ¿cómo Fidel Castro solicita ayuda para Nicaragua? Esta cues- tión es clave, porque nadie da ayuda gratis, y menos que nadie los gobiernos burgueses de América Latina y el gobierno yanqui.

Para hacer propaganda, se puede hablar de “ayuda sin condiciones”, pero ningún político serio –y Fidel Castro lo es- puede plantear esto en semejante plano de “inocencia”. Pero Castro jamás, cuando habla de la ayuda a Nicaragua, comienza por decir que si la revolución nicaragüense no quiere ser estran- gulada, debe ante todo buscar ayuda en la movilización del mo-

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vimiento obrero internacional, debe por ejemplo llamar a todos los sindicatos del mundo a que aporten económicamente; jamás dice al pueblo nicaragüense que no se haga ilusión alguna, que toda ayuda yanqui, venezolana o europea tiene inevitablemente un precio político. Por el contrario, Fidel plantea exclusivamente la ayuda no como una movilización solidaria de la clase trabajadora mundial y sus organismos, sino como una cuestión que corresponde a los gobiernos; en primer lugar a los gobiernos capitalistas y en primerísimo lugar al gobierno de Cárter. Propone así una “emulación” con el gobierno yanqui, según sus palabras textuales.

Plantear las cosas en esos términos, es lo mismo que si alguien, durante la huelga de Paz del Río, hubiera lanzado una campaña de solidaridad dirigida no hacia la clase trabajadora, sino ante todo pidiendo ayuda a la ANDI y la ANIF, proponién- doles a Echeverri Correa y a Michelsen Uribe una “emulación” para ver quién cotizaba más para los huelguistas. Claro que en todos los países hay capitalistas que financian a los sindicatos; pero todos sabemos para qué es: para que no hagan huelgas. Y cualquier “ayuda” que den los países “democráticos” de Lati- noamérica, los EE.UU., Alemania, etc., etc., sólo puede tener una finalidad similar, una condición simüar: que el proceso revolucionario se revierta, que no llegue a la revolución socialista.

(En el próximo número: “Qué papel juegan los gobiernos “democráticos” de América Latina en la política del imperialismo yanqui?”.) ¿Qué papel juegan los gobiernos democráticos de América Latina en la actual política del imperialismo yanqui?

Es innegable –y siempre lo señalamos así– que en la caída de Somoza fue factor de esencial importancia, decisivo, la actitud de una serie de gobiernos democráticos-burgueses de Améri- ca Latina, principalmente los de Panamá, Costa Rica, y Vene- zuela que llegaron hasta proveer al FSLN de armas, municiones, instrucciones y territorio desde dónde operar.

Igualmente su voto en la OEA contra la propuesta yanqui de la “fuerza interamericana de paz” fue de gran importancia a nivel diplomático para frenar la amenaza de otra intervención al estilo República Dominicana. En resumen: jugaron –en rela- ción al derrocamiento de Somoza y al peligro de otra interven- 298

ción armada yanqui– un papel incuestionablemente progresivo, que hay que destacar.

Acotemos al margen, que nuestra corriente siempre pole- mizó contra ciertos sectores de la izquierda y de nuestra propia Internacional, que sostenían que las burguesías semicoloniales de América Latina y sus gobiernos —democráticos o no— eran simples títeres de EE.UU. Polemizamos públicamente, por ejemplo, contra los que estimaban que Torrijos era pura y simplemente un dictador agente de Washington, y otras “teorías” por el es-

Los acontecimientos de Nicaragua nos dieron la razón, poniendo de presente las contradicciones y diferencias que los gobiernos y las burguesías latinoamericanas tienen entre sí y con el imperialismo yanqui en especial.

Pero esto es sólo una parte de la verdad. Presentar sólo esa parte –o peor aún, caer en esa apología estratosférica, que ha hecho Castro en su discurso del 26 de julio– constituye una mentira completa. Mentira que tiene las más peligrosas consecuencias políticas, si las masas nicaragüenses y latinoamericanas se las creen.

Porque lo que Castro se cuida muy bien de decir es qué objetivos persiguen esos gobiernos democrático-burgueses al haber actuado así; y si estos objetivos coinciden con los intereses de las masas nicaragüenses y latinoamericanas.

Contra Somoza se conjuró una multitud de enemigos con intereses y objetivos diferentes y hasta opuestos. Si los gobiernos que alaba Castro estuvieron de acuerdo en tumbar a Somo- za, fue respondiendo a intereses muy contradictorios con los de las masas que combatían a la dictadura.

A los intereses económicos (crisis del Mercado Común Cen- troamericano, competencia desleal de la familia Somoza al res- to de la patronal nicaragüense y otros sectores burgueses centroamericanos, posible deseo de Panamá de frustrar el proyecto yanqui de un canal alterno por Nicaragua somocista, etc., etc.), se le sumó una cuestión política que es de fundamental importancia y que hoy se ve en toda su magnitud intervenir en el ascenso revolucionario que se daba en Nicaragua para que, tras la caída inevitable de Somoza, fuera más fácil imponer una salida burguesa y no socialista.

Estos gobiernos y burguesías entendieron muy lúcidamen- te que, para impedir que un movimiento nacionalista revolucio-

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nario como el FSLN siguiera el mismo curso que el Movimiento 26 de Julio hace veinte años, era una excelente política apoyar- lo y acompañarlo estrechamente. Apoyo y acompañamiento que han tenido un resultado muy satisfactorio para ellos: el Go- bierno de Reconstrucción Nacional, con mayoría de burgueses opositores íntimamente ligados a las burguesías de Costa Rica, Panamá, Venezuela y compañía.

Con su intervención y apoyo al FSLN, compraron un “seguro de vida” para el capitalismo en Nicaragua, para que el inevitable fin de Somoza no significara también el entierro de la burguesía de ese país. No hay apoyos ni frentes sin compromisos y son esos compromisos los que hoy paga la dirección del FSLN. O, para usar las palabras textuales de Fidel Castro, es su “contribución... al mantenimiento de este espíritu, de este amplio frente”.

En síntesis, las burguesías “democráticas” le han pasado la factura al FSLN; y el consejo de Castro es muy claro: ¡páguenla!

Ahora bien, la actual política del imperialismo yanqui se ajusta sin mayores problemas a este juego. Y esto es lo más grave del caso.

Los gobiernos democrático-burgueses votaron en la OEA contra la intervención auspiciada por EE.UU. pero esa diver- gencia que tuvieron en el pasado, no nos puede ocultar su total coincidencia presente y permanente con EE.UU., en el objetivo fundamental: que Nicaragua no se convierta en otra Cuba, como lo han repetido hasta el cansancio.

Es porque tienen esa coincidencia esencial, que EE.UU. puede, con la mayor facilidad, después de la votación en la OEA, cambiar rápidamente de juego, y pasar a apostar a una nueva carta. La misma carta de Venezuela, Panamá, Costa Rica, y compañía, la carta de la influencia y los compromisos de los gobiernos democráticos y sus amigos, los burgueses del Gobier- no de Reconstrucción, sobre el FSLN.

Eso es lo que plantea, por ejemplo, a Herrera Campins el subsecretario de Estado yanqui, Vyron Vaki: “Estados Unidos quiere que Venezuela cumpla un papel moderador en Centroa- mérica”. Citado por Barricada, 30/7/79, Managua) y Venezue- la, sin ninguna duda, lo está cumpliendo.

Lo que decimos no es ningún descubrimiento. Si hay algo en que coinciden los análisis políticos de la prensa mundial es en el papel de puente o correa de trasmisión entre el imperialismo

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yanqui y Nicaragua que hoy cumple este frente de “demócra- tas” latinoamericanos.

Así Le Monde (14/8/79) después de analizar la política yanqui en relación al Gobierno de Reconstrucción y remarcar que EE.UU., no quiere “repetir el error cometido hace veinte años, cuando el ostracismo declarado con respecto a Castro lo empujó en brazos de Moscú”, señala que “otra consecuencia del giro norteamericano en relación a Nicaragua ha sido la aproximación espectacular con el grupo andino... Vance y sus colaboradores cuentan con desarrollar una importante coopera- ción, no sólo económica sino política”.

Y aquí El Tiempo, en su editorial del 18/8/78, hace el mismo análisis. Después de señalar el papel de “puente” que tienen Costa Rica, Panamá y el grupo andino con los gobiernos que son “producto de la revolución armada” concluye que “la indudable importancia de una intervención norteamericana se podría canalizar a través suyo, sin necesidad de actos de fuerza o presiones indebidas”.

Los gobiernos democráticos latinoamericanos que Castro alaba están cumpliendo así en relación a Nicaragua el rol más pérfido, traidor y contrarrevolucionario. Si cuando aún estaba Somoza podían tener diferencias con los yanquis, hoy coinciden en el común interés de terminar con la revolución y de estabili- zar un régimen democrático-burgués.

¿El imperialismo yanqui se volvió bueno? Pero si es grave la apología que hace Castro de esos gobier-

nos, lo más peligroso es que en su discurso aún le sobra afeites para aplicar al rostro del presidente Cárter.

Castro señala, como todo el mundo, que Washington, dio un giro muy prudente en relación a Nicaragua. No sólo no forzó la intervención sino que ha pasado a dar ayuda económica al Gobierno de Reconstrucción. Veamos lo que dice:

“Incluso los Estados Unidos han expresado su disposición de enviar alimentos e instrumentar distintas formas de ayuda. Nos alegramos, nos alegramos. Decían que iban a hacer un puente aéreo y enviar 300 toneladas de alimento diarias. Nos parece muy bien, Martí dijo en una ocasión que el cielo no ha querido que los tiranos sean más de una vez sabios. Somoza, desde luego, no lo fue ni una sola vez; pero el gobierno de Estados Unidos, por lo menos, lo ha sido una vez, ya que es mucho mejor en to-

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dos los sentidos y más fructífero y desarrolla mejor las relaciones entre los pueblos y un clima de paz en el mundo, enviar alimentos en vez de enviar bombas y marinos... Y repito, nos alegramos que Estados Unidos y que todos ayuden...”

Nosotros también nos alegramos de que los nicaragüenses coman. Pero lo que nos da profunda pena, es que Fidel Castro se desdiga de lo que predicó durante seis años sobre la naturaleza de la “ayuda” imperialista. Porque Castro no comienza por decirle la verdad al pueblo de Nicaragua. No comienza por hacerle el más enérgico alerta: que cuando Estados Unidos envía “ayuda” lo hace con los mismos objetivos que cuando envía bombas y marinos. No comienza por decirle que, si EE.UU. da alguna ayuda, no es para desarrollar las relaciones entre los pueblos, los climas de paz y otros cuentos de hadas, sino con los mismos objetivos contrarrevolucionarios de siempre. Que toda la sabiduría de Cárter, es tratar de ganar la paz después de haber perdido la guerra, ayudando a que los burgueses del Go- bierno de Reconstrucción puedan ir calmando a las masas radi- calizadas.

Rechacemos la política de Castro Podríamos seguir nuestro análisis con otros aspectos de las

caracterizaciones y la política que propone Castro; por ejemplo, que ya la OEA no parece ser “el ministerio de colonias de los EE.UU.”, como denunciaba la II Declaración de La Habana, sino que ahora hay que mencionarla con respeto “por primera vez sin epítetos”, como dice textualmente en su discurso.

Pero lo esencial creemos que está claro: la línea propuesta desde La Habana es una capitulación en aras de la coexistencia pacífica con las burguesías latinoamericanas.

¿Qué significa esto? Ya hemos visto qué significan, en relación a Nicaragua las

propuestas de Fidel Castro. Pero éstas, evidentemente, no se cir- cunscriben a ese país. En últimas, Castro vuelve a plantearnos una política continental, aunque opuesta por el vértice a la polí- tica revolucionaria que agitaba hace muchos años atrás. A su vieja consigna de “hacer la Cordillera de los Andes, La Sierra Maes- tra de América Latina”, apenas si le quedan “Los Andes”. Pero ya no los Andes como escenario de las luchas de las masas ex-

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plotadas a las que ahora parece ignorar, sino los Andes del Pac- to Andino, los Andes de los gobiernos y burguesías “democrá- ticas” de Latinoamérica. Los héroes nombrados en su discurso ya no son los nombres de luchadores, sino de los gobernantes de esos países, de presidentes o ex presidentes como Carlos An- drés Pérez, Carazo, etc. Con ellos, como cuestión suprema, tenemos que andar bien y no romper el “frente democrático”.

¿Qué significa semejante consejo para los trabajadores y las masas explotadas de esos países?

¿Qué significa, por ejemplo, para los trabajadores de Costa Rica? Hace pocos días, los portuarios de Limón, en la costa del Caribe de ese país, se declararon en huelga. El presidente Cara- zo envió tropas que ametrallaron a los huelguistas con el saldo de decenas de muertos y heridos. Queremos que el compañero Fidel Castro explique a los trabajadores costarricenses cómo puede funcionar el tal “frente democrático” con Carazo... Que- remos ver en la prensa cubana –como lo hacía cuando era revolucionaria– la noticia de ese atropello y la condena explícita al asesino Carazo, masacrador de los portuarios de Limón.

Y ¿qué significan para las masas panameñas estos consejos que les vienen desde La Habana? El gobierno de Royo-Torri- jos viene imponiéndoles desde hace tiempo una política de hambre, “austeridad” y miseria, que no tiene nada que envidiar a la que aplican Turbay y demás “demócratas” latinoamericanas. Pocas semanas antes de pronunciar Fidel Castro su discurso, el gobierno panameño decretó otra de las consabidas alzas de los combustibles y el trasporte, que motivó una nueva ola de cares- tía. En los barrios populares comenzaron grandes movilizaciones de protesta y la Guardia Nacional de los demócratas Royo y Torrijos las aplastó como de costumbre, con muertos, heridos y presos. Aquí también estos trabajadores que salieron a manifestar, tienen derecho a pedir al compañero Fidel Castro que les explique qué clase de frente pueden hacer con los gobernantes de Panamá que así los condenan a pagar la crisis del capitalismo istmeño.

Iguales preguntas son pertinentes en relación a todos los gobiernos de los países “democráticos” de Latinoamérica.

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Capítulo III

Los trabajadores y la Reconstrucción

LOS TRABAJADORES SE ORGANIZAN*

Managua. La movilización de los trabajadores, los campesinos y los pobres de Nicaragua no se ha detenido con la caída del tirano.

Durante su lucha contra la dictadura —especialmente en los últimos meses, cuando se hizo más aguda la guerra civil— las masas nicaragüenses tuvieron que desplegar las más variadas iniciativas para hacer avanzar y profundizar el proceso revolucionario. Un ejército disciplinado, cohesionado y dotado por los yanquis de los más modernos implementos de guerra estaba del otro lado del campo de batalla. La clave del triunfo militar del Frente Sandinista de Liberación Nacional estuvo, entonces, en el respaldo masivo que obtuvo del conjunto de la población nicaragüen- se, que desarrolló un altísimo grado de movilización durante su enfrentamiento al dictador.

Fue así como, al calor de la lucha, debido a la envergadura de la movilización revolucionaria de las masas nicas, se fueron creando las organizaciones que encarnan en Nicaragua los em- briones de un nuevo poder: el poder de los trabajadores, los campesinos y el pueblo. Los comités de defensa civil, las milicias populares, las cooperativas de producción fueron esos organismos.

Pero ahora, una vez caído el tirano, ese proceso no se ha detenido. Ha seguido su marcha, pero con un elemento nuevo * El Socialista, No. 105. Bogotá, 3/8/79.

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que lo hace todavía más importante, se ha trasladado al movimiento obrero.

Lo que antes hicieron algunos sectores campesinos y especialmente los pobladores de los barrios populares de Managua y las principales ciudades del país, lo están haciendo ahora los obreros en sus fábricas.

Después de la caída de Somoza, en Nicaragua han nacido los primeros comités de fábrica, que toman en sus manos el control de la empresa, exigen al Gobierno de Reconstrucción Nacional su nacionalización y proceden a destituir a los antiguos funcionarios y a nombrar los nuevos.

Este proceso, que se ha dado fundamentalmente en aquellas fábricas que pertenecieron a Somoza o que estuvieron liga- das a los somocistas, va acompañado por otro más amplio, que responde también a la necesidad de organizarse que hoy tiene la clase obrera nicaragüense: la formación de los sindicatos y la construcción, en ese proceso de la Central Sandinista de los Tra- bajadores.

Estos comités de fábrica y sindicatos que se están comen- zando a conformar, reflejan un profundo movimiento de la clase obrera nicaragüense por organizarse para defenderse de la patronal, para imponer la confiscación de las empresas somocistas destituyendo a los viejos funcionarios corrompidos, y con el objetivo de defender sus intereses de clase.

Muchos obreros están participando en los comités y ade- más están ligados a las milicias populares y barriales. Comienzan a salir a la superficie las formas organizativas ilegales, clandestinas y cerradas que requería la lucha contra la Guardia Nacio- nal. Hoy, ante las condiciones de libertad reinantes, comienzan a organizarse ampliamente los trabajadores.

Así operan los comités obreros Inmediatamente se desmoronó el régimen somocista, apa-

recieron las formas organizativas amplias de los trabajadores; una de ellas, la más elemental, el sindicato.

En una situación revolucionaria como la que se vive hoy en Nicaragua, la clase obrera adopta formas organizativas superiores, que asumen funciones sindicales, pero que también ejercen control político, militar y administrativo sobre la empresa. Es- tos instrumentos de combate son, en Nicaragua, los comités de fábrica.

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Expresan la organización autónoma de la clase obrera que al lado del ejército, las milicias populares y los comités de defensa civil, están liquidando diariamente los vestigios de la antigua dictadura y asentando el poder de las masas.

En menos de una semana, al lado de varias decenas de sindicatos que comienzan a constituirse, han emergido algunos co- mités de fábrica. Plywood, Sitensa y Tarjetas S.A., son los primeros. Todos ellos destituyeron funcionarios corruptos, denunciaron las anomalías y se encaminaron a confluir en la gran tarea que el FSLN le ha planteado a la clase obrera nicaragüense, la conformación de una central única de trabajadores.

Vamos a mostrar, con un ejemplo, las decisiones que comienzan a tomar y ejercer:

Los compañeros de la fábrica Tarjetas Sociedad Anónima realizaron una asamblea el miércoles 25 de junio con el fin de analizar la situación de la empresa y de los trabajadores. En la misma se resolvió lo siguiente:

1) Pedir al Gobierno de Reconstrucción Nacional una definición oficial sobre el status de la compañía.

2) Manifestar nuestro acuerdo con que el Estado se hará cargo de ella.

3) Que este pedido lo hacemos porque tenemos pruebas contundentes y fehacientes de que la empresa imprimía material de propaganda para la Guardia Nacional, laEEBI, el Partido Li- beral y en contra del Frente Sandinista.

4) Desconocer a todos los jefes y directivos de la empresa, así como también a la sección administrativa de la misma. Asimismo, destituir de sus puestos a las siguientes personas: Lui- sa Ortega Céspedes, quien desempeña el cargo de Secretaria Eje- cutiva y al chofer Carlos Cajija Gutiérrez por estar en contra de los intereses de los trabajadores y en favor del anterior pro- pietario.

5) Que se autorice el cobro del cheque librado por el se- ñor Julio Hernández Bermúdez, administrador por poder de Tarjetas S.A., que fue entregado a los trabajadores en el día de ayer para el cobro de los salarios adecuados, que ascienden a la suma de 74.000 córdobas.

6) Que se desconozcan los poderes otorgados al señor Julio Hernández e Iván Hernández Delgadillo como libradores de las cuentas que poseía Tarjetas S.A. en todas las instituciones bancarias.

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7) Que hemos constituido un comité de fábrica para todos los trámites pertinentes y que sería el que se entendería con el delegado sandinista nombrado por el gobierno que va a controlar la administración.

8) Que este comité de fábrica considera de suma importancia la expropiación de la empresa Tarjetas S.A. por parte del gobierno para poner al servicio del pueblo y su cultura las ma- quinarias e instalaciones modernas que permitirían producir abundante literatura, material de oficina, industria y comercio.

Desde ya nos ponemos al servicio del gobierno revolucionario para tal fin.

9) El comité de fábrica junto al delegado sandinista enviado por el gobierno debe ser el encargado de dar cumplimien- to a las anteriores determinaciones y poner en funcionamiento la empresa.

10) Que saludamos el anuncio de la constitución de la Central de Trabajadores Sandinistas y estamos dispuestos a apoyar y participar en su constitución.

11) Que este comité de fábrica considera que los vehícu- los estacionados en las casas particulares sean controlados por el comité de fábrica y por el delegado del Frente Sandinista de Liberación Nacional nombrado por el gobierno.

Primeros comités de fábrica en Nicaragua En la tarde del 25 de julio, los obreros del Plywood se reu-

nieron en asamblea. Plywood es una gran compañía maderera, uno de cuyos propietarios era Anastasio Somoza, el tirano, a quien la Junta de Gobierno acaba de expropiar todos sus bienes. Los obreros de Plywood estaban interesados en saber sobre la situación de la empresa y sobre la suerte que iban a correr en el futuro.

Nombrados los delegados por sección, se conformó el co- mité de fábrica, el primero que existe en Nicaragua libre, y los obreros procedieron a tomar el control de la situación. Entre los puntos más importantes, aprobaron que se congelaran los fondos bancarios, que se cancelaran los salarios que no se de- vengan desde junio y que se nombrara nuevo personal administrativo y de dirección.

A su vez destituyeron a todos los jefes de secciones administrativas ligados al anterior régimen corrupto y recomendaron a un directivo de planta para que fuera gerente.

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En menos de 24 horas los obreros lograron un triunfo formidable: el procurador general de justicia promulgó inmediatamente un decreto confiscando a Plywood, pasando la fábrica a control del Estado y ratificando el gerente designado por los trabajadores. Las asambleas y reuniones se están realizando en el local central de la Brigada Simón Bolívar. También los obreros de Sitensa

El triunfo de los obreros de Plywood entusiasmó tanto a los trabajadores del sector, que en la tarde del 26 de julio se movilizaron 350 obreros en la embotelladora nacional Sitensa. En asamblea general constituyeron el comité de fábrica con representantes de las secciones y aprobaron propuestas similares a las de sus compañeros de Plywood. Se está convocando a una docena de fábricas comprendidas entre Tipitapa y la Avenida del Aeropuerto para que procedan de igual forma.

También sindicatos La movilización de los trabajadores de Nicaragua en la bús-

queda de su organización como clase, se está desarrollando más que nunca ahora que la revolución ha obtenido su primer gran triunfo con el derrocamiento de la tiranía somocista.

En aquellos lugares donde las condiciones no alcanzan para que los obreros constituyan su comité de fábrica se acoge decididamente el llamado del Frente Sandinista de Liberación Na- cional de construir la Central Sandinista de los Trabajadores y para eso, como primer paso, construyen su sindicato.

Un ejemplo claro es el de los obreros de la fábrica de gaseo- sas Pepsi-Cola, que aglutina cerca de mil quinientos compañeros.

Ellos, a su manera, también están marcando el camino de organización de los trabajadores nicaragüenses.

En vista de que estaban desprovistos de cualquier forma organizativa que los protegiera de los patronos en la fábrica, los compañeros de Pepsi-Cola decidieron organizarse y para ello se dieron a la tarea de construir el sindicato.

Bastó un solo llamado y más de seiscientos compañeros acudieron masivamente a una asamblea. Después de ella ya exis- tía el sindicato de trabajadores de la fábrica Pepsi-Cola, afiliado a la Central Sandinista de los Trabajadores.

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UN DÍA DE SALARIO PARA LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO DE NICARAGUA*

El Comité de Amigos del Pueblo de Nicaragua, en reunión con el compañero Julio Cisneros Solórzano, delegado del Fren- te Sandinista que nos visitó esta semana, resolvió impulsar un nuevo plan de movilización solidaria con la revolución nica- ragüense.

Este plan, además de otras iniciativas que detallamos en otros artículos de El Socialista, tiene como punto fundamental que los trabajadores, a través de las organizaciones sindicales co- lombianas, donemos un día de salario.

El delegado del Frente Sandinista, junto con otros miembros del Comité de Amigos, en visitas efectuadas a directivos de las centrales obreras, encontró de parte de los compañeros entrevistados una respuesta positiva.

Esta positiva acogida de los dirigentes de las centrales con los que se alcanzó a dialogar en las últimas horas, debe traducir- se ahora de inmediato en resoluciones públicas de las centrales y del Consejo Nacional Sindical. Entendemos que éste debe ser el punto de partida de una vasta campaña que abarque a toda la clase trabajadora colombiana, al conjunto del movimiento obrero, tanto al agrupado en el Consejo Nacional Sindical como a FECODE, la USO, ACEB y a todo el sindicalismo independiente.

Es necesario que todos los compañeros solidarios con los trabajadores y el pueblo de Nicaragua comencemos a recorrer * Editorial de El Socialista, No. 166. Bogotá, 10/8/79.

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empresa por empresa y sindicato por sindicato, para hacer votar la donación del día de salario. El Consejo Nacional Sindical debe ponerse a la cabeza de la solidaridad clasista, constituyéndose en el motor de esta iniciativa.

Planteamos, finalmente, que todo lo recogido en esta cam- paña sea entregado a los trabajadores nicaragüenses en un gran acto de masas el 14 de setiembre, segundo aniversario del Paro Cívico Nacional. Proponemos que, en esa fecha gloriosa para el proletariado de nuestro país, el Consejo Nacional Sindica! invite a una delegación de la Central Sandinista de Trabajadores, y en ese acto público le haga entrega de todo el producto de la solidaridad clasista de los trabajadores colombianos.

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“AHORA NECESITAMOS QUE LA AYUDA SEA MAYOR”

Julio Cisneros*

Julio asneros Solórzano visitó durante pocos días a nuestro país. Vino como delegado oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional a participar en el acto de la victoria progra- mado para el tres de agosto pasado, a la vez que a hacer un reconocimiento por las tareas de solidaridad adelantadas en nuestro país y a concretar con el Comité de Amigos del Pueblo de Nica- ragua las nuevas actividades de solidaridad que deben adelan- tarse.

Con él conversamos en las oficinas de El Socialista el día de su regreso a Nicaragua. A continuación presentamos a nuestros lectores los apartes más importantes de sus declaraciones. “Mi nombre es Julio Cisneros, nicaragüense, por supuesto, y estoy acá en Colombia delegado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional a un acto de solidaridad organizado por el Comité de Amigos de Nicaragua, amigos colombianos del pueblo de Nicaragua que tuvieron, a nuestra manera de ver, una destacada participación a nivel internacional en cuanto hace al proceso de liberación nacional, a la lucha que libramos contra la dictadura somocista. Eso estoy haciendo acá y eso nos esta permitiendo estrechar lazos entre hermanos, entre revolucionarios, entre gente democrática. Todos los sectores democráticos, todos * Editorial de El Socialista, No. 166. Bogotá, 10/8/79.

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los que respetan los derechos humanos son nuestros amigos y queremos establecer lazos estrechos con ellos.

“En Nicaragua, antes del triunfo de la revolución, enseñaba en la universidad, soy sociólogo. Hoy día estoy colaborando en el plan de reconstrucción con el Ministerio de Bienestar Social. Allí estamos haciendo de todo, yo creo que es comprensible porque es un ministerio nuevo, tenemos escasez de cuadros y además porque tenemos el deseo de colaborar con todo lo que sea. Estamos en el planteamiento, estamos en evaluación, estamos en ejecución de algunos programas, etc. Estamos haciendo de todo en este momento.”

Planes generales del gobierno “El plan de gobierno de la JRN será un programa que es

avalado por todas las fuerzas políticas del país, democráticas, revolucionarias, un programa avalado por el FSLN.

“No vamos a hablar aquí de la dictadura porque eso es pasado. La Junta de Gobierno se propone a instaurar un régimen de- mocrático donde impere la justicia social, justicia que nunca, desde que existe Somoza, ha existido en Nicaragua. Entonces, la Junta de Gobierno se propone instaurar un régimen democráti- co, de justicia y progreso social.

“Queremos garantizar plenamente la vigencia de los derechos humanos que estuvieron conculcados a través de 45 años de terror. Más o menos ése es el gran objetivo general que la JRN tiene”.

Justicia y libertad de organización política “Aquí también podemos hablar de que hoy en Nicaragua

hay libertad irrestricta de pensamiento, hay libertad de organi- zación política sin ninguna condición, sin ninguna presión de tipo ideológico. O sea, hay posibüidad de pluralidad ideológica– política, la cual nunca antes pudo darse en Nicaragua. Hoy el Partido Comunista existe, el Partido Socialista existe y tiene legalidad. Ese es uno de los primeros decretos de la Junta de Go- bierno: la libertad irrestricta de pensamiento y la libertad y el derecho de organización libre de todos los trabajadores, de todos los empleados, de todos los nicaragüenses.

“Dentro de los postulados de principio de esta nueva orga- nización pública nos proponemos que haya una correcta y justa

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aplicación de la justicia, una reorganización así del aparato judicial, todo esto en aras de lograr el pleno ejercicio de los derechos humanos. Hoy día están constituyéndose tribunales de emergencia para los juicios a nivel del pueblo; están constituyén- dose las cortes de apelaciones departamentales y ya fue nombra- da la Corte Suprema de Justicia. El aparato somocista siempre tuvo bajo su bota, bajo su control, a los magistrados, por eso no había justicia, la justicia era la justicia somocista, que no es justicia”.

La organización popular “La insurrección obligó al pueblo e hizo que el pueblo to-

mara conciencia de la necesidad de defenderse, de la autodefen- sa popular contra los desmanes de la guardia, contra el terror de la guardia, contra los criminales sueltos, contra los ladrones. El pueblo se organizó en lo que se dio en llamar en ese tiempo los Comités de Defensa Civil. Los CDC tenían varias funciones: de defensa y de protección de la zona donde estaban los pobladores, de defensa ante el ataque de los aviones somocistas, o sea, se enseñó a hacer trincheras, los tipos de trincheras, la creación de refugios para niños, a garantizar o a buscar alimentos para la población, no había posibilidad de ir al mercado, no había plata y si había, los sistemas de especulación eran legales. Dentro de los CDC había equipos encargados de la alimentación y de realizar algunas labores de tipo comunal. Había equipos que se encargaban de la higiene ambiental, basura y eso.

“Esa organización, posteriormente, ya cuando el triunfo de la revolución, se está convirtiendo hoy en los Comités de De- fensa Sandinista, que son realmente los Comités de Defensa de la Revolución y tienen una participación destacada y son expre- sión real, legítima de lo que el pueblo está pensando. Y nuestros organismos de masas recogen la opinión del pueblo y la traducen en hechos concretos. Más o menos así se está operando. La base de organización de frentes de masas con los CDS.”

Libertad para los partidos antisomocistas “Desapareció el somocismo y todo lo que eso significa.

Hoy día en Nicaragua nadie, nadie, di tú, ligado al régimen lo dice. Nadie es somocista. Las organizaciones que había antes y han participado en la alianza política, han seguido existiendo. O

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sea, el MPU está ahí, el partido popular socialcristiano está ahí. Es decir, hay diversidad de partidos de distinta condición ideo- lógica-política. Pero estamos observando que en este momento la organización masiva de la población es para fortalecer al Fren- te Sandinista, a la Organización Sandinista, los organismos inter- medios que antes tenía el frente sandinista.

“Sindicatos, comités de fábrica, todo eso hay en Nicaragua hoy. Se están organizando espontáneamente, y, la mayor parte de las veces, obedeciendo a las orientaciones que el Frente San- dinista, a través de sus organismos responsables, está dando a la población.”

Las centrales obreras “La amplia cobertura del gobierno, producto de la alianza,

hacen que hoy día los dirigentes políticos, los responsables de las distintas organizaciones estén dialogando acerca de cómo conducir realmente el proceso y cómo resolver posibles contradicciones que se podrían dar en cuanto a la existencia de distintas centrales. Hay pláticas; son conversaciones fraternas y creemos que tiene que salir algo positivo de ahí. No podría adelan- tarte nada en este momento.”

El heroico apoyo de la Brigada Simón Bolívar “Hemos estado en conocimiento de los distintos sectores

de distintos países que de una manera revolucionaria y fraterna se han encargado de la solidaridad con nuestra lucha antisomocista y estamos profundamente agradecidos y conmovidos de ese gesto de solidaridad internacional. En cuanto a la Brigada quiero decirte que aún cuando ningún brigadista hubiera dispa- rado un tiro, que no es el caso, el gesto de solidaridad internacional y esa actitud valiente y heroica, capaz de todo, hasta de exponer la vida, sólo el hecho de haber dejado sus hogares para urse a Nicaragua a integrarse, es un gesto hermoso de solidaridad revolucionaria. En ese sentido nosotros consideramos que en sí, en términos de política internacional fue acertado, aunque tenía implicaciones de otro orden, la posibilidad de intervención de Condeca (confederación de ejércitos centroamericanos) o del Tiar, si el gobierno hubiera apelado a la aplicación del mismo diciendo que esto era una invasión. Pero yo creo que nuestros dirigentes manejaron bien las cosas de las brigadas de solidari-

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dad. Esa propaganda somocista de los extranjeros mercenarios no calaba en nuestro pueblo de ninguna manera.”

Continuar con la solidaridad “La solidaridad con nuestra revolución, la solidaridad con

nuestra lucha puede seguirse dando. Los pueblos hermanos tienen el deber moral, solidario con nuestra revolución, de en los primeros tiempos, las primeras etapas, los primeros meses, dar- nos un poco de esa ayuda material que necesitamos.

“Necesitamos alimentara la población. Tenemos una econo- mía destruida que ya va a comenzar a producir por supuesto, pero en este momento necesitamos que la ayuda sea de una di- mensión mayor.”

Las tareas concretas “Ya hay tareas concretas. Aprovecho la entrevista para de-

cirte que estamos sumamente agradecidos por el papel desarrollado por el Comité, por la gente del Comité. Pienso que allí hay verdaderos exponentes democráticos de este pueblo, y con ellos vamos a adelantar las primeras tareas aquí en Colombia, como son los técnicos voluntarios, el día de salario, la recolec- ción de alimentos, etc.”

La revolución no ha terminado “Tenemos clara conciencia de que nuestra lucha no ha ter-

minado, de ninguna manera ha terminado, ya que en nuestra re- volución nos hemos impuesto tareas: elevar el nivel y la calidad de vida de nuestra población. La tarea es entonces de recons- trucción, y en eso estamos. Ayer fue la lucha antisomocista, hoy es la lucha por la reconstrucción nacional. Seguimos en pie de lucha para defendernos de la agresión de cualquier tipo que la reacción, la contrarrevolución, puede hacer. Seguimos en pie de lucha. Nuestro pueblo sigue en pie de lucha defendiendo nuestra revolución. Y hoy día podemos repetir acá en palabras de nuestro dirigente el compañero comandante Tomás Borge: hoy día en Nicaragua hay dos millones de pares de ojos que están alerta para defender la revolución. Todo el pueblo de Nicaragua está en eso en este momento”.

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HACIA LA GRAN CENTRAL SANDINISTA DE LOS TRABAJADORES*

Managua.- Al día siguiente de la gran movilización de la

victoria, realizada en Managua el 20 de julio hizo su aparición pública el proletariado nicaragüense. Decimos “aparición públi- ca” porque secretamente, desde su juventud y durante más de una década, el proletariado venía luchando enconadamente contra la tiranía somocista.

No es sorprendente, entonces, al que al día siguiente del triunfo revolucionario, los trabajadores asalariados hubieran irrumpido con fuerza y entusiasmo, formando comités de fábri- ca y sindicatos, desplazándose de uno a otro lado para concretar la confiscación de empresas, exigiendo a la patronal, somocista o antisomocista, el pago de salarios caídos durante los cuarenta y cinco días de huelga.

Es indudable que este proceso organizativo expresa, aunque lentamente, la necesidad de ejercer poder por parte de los trabajadores, parejo con los otros organismos a través de los cuales las masas están ejerciendo control barrial, político y militar en la mayoría de las ciudades y poblaciones del país.

Presentamos, para interés de los trabajadores colombianos, algunas descripciones de este proceso, que en lo inmediato se es- tá cristalizando con la consigna de Central Sandinista de Traba- jadores, como tarea central que ha sido levantada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. * El Socialista, No. 166. Bogotá, 10/8/79.

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Los sindicatos llueven como arroz Los obreros no distinguen, para organizarse en sindicatos,

si la empresa donde van a constituirlos tenía un patrón aliado a la dictadura u opuesto a ella. Simplemente, se organizan y exigen que sean respetados sus intereses. Es así como en los primeros quince días después del triunfo se han creado alrededor de cien sindicatos, y muchas decenas más, ¡legalizados por el régi- men terrorista, se han activado nuevamente.

Hemos presenciado asambleas sindicales en sindicatos re- cién formados en Coca-Cola, Pepsi-Cola, Cervezas Toñas, Tras- portes Tisa, Metalúrgicas Metasa, Trasportes Indian, Tarjetas S.A., Plywood, Empresa Agrícola Penwork, Compañía Algo- donera Conal y varias más.

Asimismo, los obreros de empresas lácteas La Perfecta, La Esquimo, La Selecta, han hecho un sindicato de industria. Se reorganizó el sector de la Construcción del Scass, incorpo- rando a los maestros de obras.

En ciudades como Masaya y León comienzan a formarse varios sindicatos urbanos y del semiproletariado del algodón, que sólo durante cuatro meses es asalariado y luego se ve obligado a trabajar en tareas agrícolas. En la región oriental de Bluefield, los obreros constituyeron sindicatos en las cinco úni- cas empresas industriales existentes, y pasaron a controlar la totalidad de Pescanica.

En todos los sindicatos los obreros han aprobado la afilia- ción a la central sandinista de trabajadores. Es de esperarse que el proceso organizativo que se ha abierto se vea incrementado en las próximas semanas, pues durante los cuarenta y cinco días de huelga general no hubo salarios, y ahora los trabajadores comienzan a exigir que se cubran los salarios caídos, a la totalidad de la patronal, sea ésta somocista o antisomocista. ¿Cuáles son las empresas que perdió el somocismo?

La familia Somoza y la burguesía ligada a la familia tenían propiedades productivas, industriales y agrarias, de servicios, financieras y comerciales, en un volumen tal que cubre la mitad de la propiedad privada productiva nicaragüense. En torno a estas propiedades, y para confiscarlas, se está centrando la lucha de los trabajadores nicas. Una reseña de las empresas más im- 322

portantes puede dar una idea aproximada de los inmensos beneficios de la dictadura.

En las industrias extractivas, la familia Somoza poseía Oleoductos Nicaragüenses S.A. En agro industrias: Procesamien- to de arroz, Carnic, Porqueriza El Regalo, Central Meat Packer, Nicaragua Cigars, Vegas de Jalapa, Central de Ingenios y anexos.

En la industria pesquera la dictadura era propietaria de la poderosa Pescanica, de Pesquera Solee, Marítima Mundial de Pesca, Pesca Pomarblue, Pesquera del mar, Fish Meal Company.

En el sector industrial urbano están Pesquero Anticorrosi- vo (fibra de vidrio), el Porvenir S.A. (textiles), Intucasa (polivini- lo), Salinas Nicaragüenses (sal), Prosisa (computación) y Compa- ñía Hielera.

En el comercio F.A. Mendieta, Dreher, Agrotécnica, Com- pañía Agropecuaria.

En el sector de la producción, después del terremoto de 1972 la burguesía somocista se apresuró a montar una serie de empresas destinadas a beneficiarse con centenares de millones de dólares provenientes de la ayuda externa, y a canalizar las docenas de mües de desempleados y desposeídos por el terremo- to. Estas empresas son: Nicalit (asbestos), Cementera Nacional, Concreto Premezclado, Casanica (viviendas), Urdesa (compra de terrenos), Aislite y Esinsa (materiales de construcción), Ahimex y Dormicentro (muebles).

La dictadura poseía el control de los medios de comunica- ción vitales, como: La Nica (transporte aéreo), Mamenic Line (marítimo), Televisión de Nicaragua, y Estación X (radio).

No contenta con estas empresas, creó Plasmaféresis, una empresa de sangre para exportación. O sea que, además de ex- traer el trabajo, el sudor y la vida, los somocistas extraían hasta la sangre de los nicaragüenses para enriquecerse.

Hay que barrer lo que huele a somocismo Hemos mencionado que, en el momento actual, una gran

tarea para los obreros es confiscar las empresas que tenía la familia Somoza. Sin embargo, en los primeros días hubo una lige- ra ambigüedad, pues algunas empresas aparecieron como propiedad minoritaria de la familia, y el Decreto de Confiscación del Gobierno de Reconstrucción no las mencionaba como expropiadas.

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Los obreros de estas empresas, donde aparentemente el somocismo era minoría, no se detuvieron en ambigüedades. Se organizaron en asambleas, aprobaron su confiscación y se movilizaron a la Procuraduría, quien se vio obligada a estatizarlas y aceptar las demandas de los trabajadores. Esto generó una gran actividad, luego de los primeros triunfos, por parte de sectores obreros que se trasladaban de un lugar a otro informando a sus compañeros cómo confiscar las empresas que olieran a la familia Somoza. Los casos más notables fueron los de Plywood, del ingenio Montelimar y de Tarjetas S.A. En la actualidad hay más de una docena de empresas controladas totalmente por los trabajadores, cuya confiscación ha sido aprobada por el gobierno.

Nuevamente, como en todas las ocasiones, ha quedado demostrado que sólo la movilización, la acción directa de las masas, puede romper las ambigüedades jurídicas y hacer que la ley sea dictada en beneficio de los trabajadores.

Así operan los comités de fábrica La mayoría de los sindicatos y comités de fábrica han uni-

ficado sus reivindicaciones y sus métodos de lucha, de manera casi espontánea. Para dar un ejemplo de ello, describimos lo que es el desarrollo corriente de una asamblea obrera en Managua.

Los obreros se reúnen masivamente en el patio o en el interior de la empresa. Nombran algún coordinador, quien de manera un poco empírica, dirige la asamblea (recordemos que durante varios años no era posible reunirse, a riesgo de perder la vida).

A continuación, cada trabajador va ubicando a los funcionarios ligados a la dictadura, a los represivos, señaladores, responsables de los despidos, de la persecución y muerte de los compañeros.

Estos funcionarios son juzgados por la base obrera, la que determina la destitución fulminante –y el arresto, si es posible– de los funcionarios corrompidos de la administración anterior.

Después de barrer a estos agentes, la asamblea aprueba la confiscación de la empresa y elige democráticamente a los nuevos directivos, incluyendo al gerente.

Finalmente, se aprueba la conformación del sindicato y del comité de fábrica, con delegados por secciones, se nombra la junta directiva y se levantan las actas para llevarlas a la Procura-

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duría, para que emita el respectivo Decreto de Confiscación y reconozca los nombramientos llevados a cabo por los obreros.

Los trabajadores en la lucha insurreccional Desde lejos da la impresión de que los trabajadores nicas,

principalmente los obreros productivos, han participado muy poco o muy pasivamente en la lucha contra la dictadura somocista. Nada más ajeno a la verdad. La clase obrera nica, aunque no es muy numerosa en relación con la población total, ha cumplido un papel destacadísimo en la revolución. En los últimos tres años realizó huelgas generales, decenas de huelgas parciales y, finalmente, una huelga insurreccional que contó con centenares de obreros armados en los barrios y en el campo, muchos de ellos como combatientes del FSLN.

Por razones históricas y geográficas, la mayoría del proletariado se encuentra concentrado en la parte noroccidental del país, en la Costa Pacífica. Alrededor de sesenta mil obreros de la construcción se encuentran distribuidos en ciudades como Ma- nagua, León, Granada y Masaya, quienes después del terremoto del 72 se organizaron velozmente para resistir la corrupción somocista que se robó la totalidad de la inmensa ayuda internacional a los damnificados y que formó un gran número de empresas de la construcción, para aprovecharse de la destrucción que dejó el trágico sismo.

El sector más numeroso del proletariado lo constituyen los trabajadores del algodón –primer producto de exportación del país–, quienes en número superior a los doscientos cincuenta mil se encuentran localizados en el norte y en la Costa Pacífica, principalmente en los departamentos de Nueva Segovia, Chinan- dega, Jinotepe y Managua.

Le siguen los obreros de empresas industriales, pesqueros, de ingenios y semiproletarios, que trabajan en empresas casi completamente de propiedad somocista y en número más reducido, del imperialismo, que pese a eso era uno de los soportes económicos de la dinastía.

Toda esta masa proletaria, de múltiples formas, le presentó una resistencia activa a la dictadura a través de organismos semi- clandestinos o abiertamente ilegales, ligados a los barrios, a algunas empresas donde había sindicatos reaccionarios, o directamente vinculados al frente armado, como combatientes. Estos sectores obreros, una vez logrado el triunfo revolucionario, son

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los que se han lanzado a la calle a organizarse, a hacer sindicatos y comités de fábrica y a centralizar sus organismos en una sola central obrera sandinista.

Plenario obrero por la central sandinista El 4 de agosto se realizó un plenario de sindicatos que se

han afiliado a la Central Sandinista de Trabajadores en forma- ción, con el fin de promover en todo el país la necesidad de que en las asambleas sindicales, de comités de fábricas, de gremios de los estatales y de campesinos, se organice un Comité Nacio- nal Pro Central Sandinista. Esta primera reunión, contó con la asistencia de ciento veinte delegados representando veinte sindicatos, y a ella asistió una delegación del FSLN. El importante plenario obrero se desarrolló en el local de la Brigada Simón Bo- lívar, cuyos miembros están colaborando con los trabajadores en la formación sindical, dentro de la orientación que nacional- mente ha trazado el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Saludo de obreros de Montelimar El ingenio de Montelimar queda a 130 kilómetros de Ma-

nagua, en la carretera que va a León. Allí trabajan 900 obreros de la fábrica y anexos. En la multitudinaria asamblea, por primera vez en decenas de años, los obreros hablaron con toda libertad, destituyeron a los funcionarios somocistas, expropia- ron la empresa y pasaron a controlarla. La Brigada Simón Bolí- var colaboró activamente, en ésta y en otras empresas, con los obreros para organizar las actividades. El siguiente es el saludo del secretario general del Sindicato. Montelimar, julio de 1979 Año de la liberación nacional Compañeros:

Mi agradecimiento a todos mis compañeros por depositar la confianza en mí, al elegirme miembro del Comité Central de Fábricas y Anexos, cargo al cual trataré de desempeñar lo más honesto posible, para que mis compañeros no se sientan traicio- nados.

La misión primordial que yo mismo me impondré será velar por los intereses de la clase marginada, terminando de una vez por todas con los resabios y marrullas somocistas. Al mismo tiempo, pido la cooperación de todos mis compañeros para con-

326

solidar nuestro gran poder obrero, para continuar esta lucha que apenas empieza, y los pasos que demos sean paso en firme y no ceder ni una pulgada.

Ahora compañeros tenemos la gran oportunidad que por muchos años se nos fue quitada por la opresión a que estábamos sometidos.

Así es compañeros, que si yo me quedo o me duermo, que me empujen, porque la lucha es de todos, y nadie nos detendrá hasta hacer de Nicaragua una patria libre en todos los aspectos: libre de vicios, de prostitución, de analfabetismo, drogas, etc., y no pararemos allí hasta que seamos ejemplo en el mundo entero.

Y para terminar compañeros, demos las gracias a las brigadas internacionales que nos pusieron y siguen poniendo su apor- tación tanto en el campo de batalla como en el campo social. Yo pediría para estos compañeros, unos aquí presentes, un so- noro aplauso para ellos.

Viva el poder obrero sandinista.

Alejandro Estrada Aráuz Secretario General del Sindicato.

327

Capítulo IV

Los Programas oficiales

PROGRAMA DEL GOBIERNO SANDINISTA*

El Frente Sandinista de Liberación Nacional lucha desde el pueblo y con el pueblo para derrocar a la tiranía somocista y llevar al poder un Gobierno Democrático y Popular, el primer gobierno independiente y patriótico en la historia de Nicaragua; un Gobierno de todos nosotros, los trabajadores de fábrica, talleres y planteles, los artesanos, los campesinos sin. tierra, los cortadores, los macheteros, los peones; un gobierno para los que viven en los tugurios y no consiguen trabajo, para los soldados humildes y explotados, para todos los olvidados y humillados de Nicaragua; un Gobierno que también favorecerá a los peque- ños agricultores y pequeños comerciantes que ven cerradas sus oportunidades, a los empleados públicos, a los maestros, a los dependientes, a los oficinistas y que contará con la colabora- ción de los profesionales, técnicos e intelectuales honestos de nuestra patria.

Al conquistar el poder, el Frente Sandinista a la cabeza del pueblo va a empezar a tomar las siguientes medidas: 1. Vamos a recuperar todas las propiedades de los Somoza. Se le van a confiscar de inmediato todas las tierras a los So- moza, haciendas de ganado, fincas de café, plantíos de caña y * Telemundo No. 1. Bogotá.

331

de tabaco, maizales, arrozales, todas esas inmensas tierras malha- bidas que muchas veces ni siquiera cultivan.

También les serán confiscadas las fábricas, beneficios, ingenios, sementeras, caleras, telares; todas las compañías de présta- mos, urbanizadoras, y los bancos que tengan y cualquier otra clase de empresas. Y el pueblo va a poner a producir todos esos bienes en su propio beneficio y los trabajadores y empleados de las empresas van a tener parte en su control y manejo. 2. Vamos a hacer una revolución agraria

Todas las tierras de los Somoza, las de sus altos militares, las de todos sus cómplices en despojos y robos que vamos a ex- propiarles, serán entregados a familias campesinas sin tierra y a todos los que quieran irse a trabajarlas.

Y ya no habrá entonces latifundios en Nicaragua, ni tierras cercadas que nadie cultiva, pues toda la tierra será puesta a producir. Y ya nadie podrá especular tampoco con los precios del alquiler y la compra de la tierra. 3. El pueblo va a hacer que cambien las condiciones de trabajo en el campo.

El Frente Sandinista va a terminar con el tiempo muerto en el campo porque vamos a procurar que se tenga trabajo todo el año. Y los cortadores de café, caña, tabaco, algodón, los macheteros y todos los que trabajan en agricultura, van a tener paga buena y justa, y nadie va a ser engañado en las pesas y medidas, ni van a morir los cortadores envenenados con insecticidas.

Se acabarán los campamentos donde hacinan a los cortadores y sus viviendas temporales serán decentes. Se fiscalizará que su comida sea buena y que no se les trasporte a los plantíos como ganado sino como seres humanos. 4. Cambiarán las condiciones de trabajo en las minas

Como todas las minas en poder de compañías extranjeras pasarán a manos del pueblo, los mineros van a participar en ad- ministrarlas y tendrán jornadas especiales de trabajo, salarios justos y todas sus prestaciones. Y buenas viviendas, escuelas para ellos y para sus hijos, lugares de recreo, hospitales.

332

Todos los trabajadores víctimas de la inmisericorde explo- tación minera, ahora enfermos y mendigos, van a ser amparados de inmediato.

5. Cambiarán las condiciones de trabajo en las ciudades El Gobierno Sandinista combatirá el desempleo, desde el

comienzo, para dar a todos los nicaragüenses un trabajo digno. Habrá nuevas tablas de salario mínimo y serán los mismos trabajadores organizados los que vigilen que las leyes laborales se cumplan estrictamente y que se respete la jornada de trabajo en fábricas, planteles, talleres, hospitales, líneas de trasporte y que las horas extras, las vacaciones y todas las demás prestaciones se paguen cumplidamente y que el trabajo se haga siempre en condiciones de respeto a la dignidad humana.

Todas las leyes represivas contra los derechos de los trabajadores serán abolidas.

6. Los maestros recibirán nuevo trato Los maestros tendrán estabilidad en sus puestos, se acaba-

rán las intrigas en nombramientos y desplazamientos, sus salarios obedecerán a un escalafón justo y tendrán un buen régimen de jubilaciones. Sus sueldos les serán pagados puntualmente y recibirán la oportunidad de capacitarse permanentemente. 7. Los empleados recibirán nuevo trato

Los empleados públicos, los empleados bancarios, todos los oficinistas, los dependientes de comercio, tendrán también nuevas tablas de salarios y recibirán mejores prestaciones. Y nadie volverá a descontarle a los empleados públicos de sus sueldos ninguna contribución forzosa, ni nadie los volverá a obligar a dar cuotas para agasajos ni asistir a manifestaciones.

8. Libre sindicalización para todos los trabajadores Los trabajadores de la ciudad y del campo, los artesanos,

los empleados, los maestros, van a tener garantizado su derecho de sindicalizarse sin que nadie se lo impida. Por el contrario, el Gobierno Sandinista va a estimular la formación de sindicatos para que los trabajadores puedan defender sus conquistas y sus derechos.

333

9. El costo de la vida no estará subiendo a cada rato El Gobierno Sandinista va a controlar los precios de todos

los artículos de primera necesidad: comestibles, ropa, medicina. Ningún comerciante podrá subir los precios ni especular con esos artículos. Los especuladores y los acaparadores serán perseguidos y castigados.

10. El trasporte será digno y eficiente El Frente Sandinista va a quitarle de inmediato a los altos

militares y empresarios corrompidos las líneas de buses y van a ser los pasajeros mismos organizados los que controlarán estas líneas. Habrá buses suficientes, los precios de los pasajes no po- drán ser subidos arbitrariamente, y también se verá que los buses pasen a tiempo y no se humille a ningún pasajero.

El trasporte por el Gran Lago, el río Escondido, el río San Juan y los demás ríos de Nicaragua variará radicalmente y se hará con barcos modernos y seguros. El trato a los pasajeros será digno y ya no irán revueltos con carga. 11. El agua y la luz llegarán a todas partes

Vamos a trabajar todos duramente para que a los caseríos, a los lugares alejados, a todos los pueblos, a todos los barrios de Managua lleguen el alcantarillado, el servicio de agua potable y la luz eléctrica. Las tarifas de agua y luz van a ser a favor del pueblo y no en contra del pueblo como ahora. Y quienes manejan esas empresas van a ser gente honesta y capacitada.

12. La vivienda digna será un derecho del pueblo El Gobierno Sandinista se va a preocupar de construir ca-

sas baratas, bien hechas y seguras, para los trabajadores, los empleados, los oficinistas, los maestros y ya no habrá más casas como jaulas, o cajas de fósforos. Y vamos a trabajar todos para que los barrios tengan plazas de deportes, parques para que jue- guen los niños, pavimentación, alumbrado público, salas cunas para que las madres que van a trabajar dejen a sus hijos.

Vamos a luchar para erradicar los tugurios y los repartos ilegales y todos los que vivan en los barrios estarán organizados y mandarán en todo lo que tenga que ver con su barrio.

334

Y el Gobierno Sandinista controlará el precio del alquiler de las casas y a nadie se le podrá subir el alquiler. Y no se podrá lanzar a un inquilino a la calle. 13. La salud y el bienestar serán derechos del pueblo

El Gobierno Sandinista trabajará desde el principio, con los habitantes de barrios y poblados, por acabar con los basureros, los charcos estancados, las cloacas abiertas, que son la causa de muchas enfermedades. Y con el esfuerzo de todos, la tuberculo- sis, el paludismo, irán desapareciendo para siempre de Nica- ragua.

Los niños no van a seguir muriendo de polio, disentería, bronquitis, que son enfermedades que se van a controlar y ahora sólo existen por la desidia y el abandono en que nos tiene la dictadura somocista.

La asistencia médica en los hospitales dejarán de parecer mercados, se construirán hospitales y nuevas clínicas y centros de salud en el campo. Y se organizarán brigadas sanitarias para que anden por todos los lugares rurales de Nicaragua.

El Seguro Social ya no va a ser una institución mezquina y odiosa como ahora sino un Seguro Social humano que atende- rá no sólo al asegurado sino también a toda su familia. Y ya nadie va a enriquecerse a costa de las cuotas de los asegurados y se cumplirá escrupulosamente con el pago de las pensiones de vejez, invalidez y muerte. Y el Seguro Social abrirá centros deportivos, recreativos y culturales, salas cunas y guarderías infan- tiles.

14. La educación será para todos El Frente Sandinista va a dedicarse, desde el comienzo, a

luchar contra el analfabetismo para que todos los nicaragüenses sepamos leer y escribir y todos, incluso los adultos, puedan ir a la escuela a capacitarse para el trabajo y superarse.

El mayor presupuesto será dedicado a la educación, que va a ser gratuita y obligatoria para todos, incluyendo la secundaria y todas las escuelas y colegios del país serán públicos.

El Gobierno Sandinista luchará junto al pueblo para que se levanten escuelas por todas partes, buenas escuelas y los ni- ños ya no estén hacinados ni tengan que sentarse en el suelo.

335

15. La Costa Atlántica va a ser incorporada y desarrollada El Frende Sandinista va a poner en acción un programa de

emergencia para la Costa Atlántica de Nicaragua y la zona del rio San Juan. Todas esas regiones irán siendo incorporadas de verdad al resto del país. Todos los costeños, misquitos y zumos, todos nuestros hermanos del Atlántico, van a trabajar bajo el gobierno sandinista para tener escuelas, hospitales, programas de vivienda, trasporte eficiente por agua y tierra. Y se van a crear fuentes permanentes de trabajo en base a los recursos naturales de la zona: madera, pesca, minas, agricultura. 16. Nuestros recursos naturales serán defendidos

Todas las minas serán nacionalizadas. La industria de la madera será nacionalizada y los bosques ya no serán talados in- misericordemente. Habrá resiembra intensiva de árboles en las zonas devastadas para proteger los ríos y las fuentes de agua. La pesca comercial en los mares no le será permitida a compa- ñías extranjeras y estarán en manos del pueblo y los pescadores, de los ríos y los lagos y de las costas marítimas, que viven de su trabajo, serán protegidos y ayudados para que se organicen en cooperativas. 17. Los bancos servirán para el desarrollo popular

Todos los recursos de los bancos y de las empresas financieras quedarán al servicio de los intereses del desarrollo de Ni- caragua y del bienestar popular. El ahorro de los nicaragüenses será invertido en proyectos de beneficio nacional. La fuga de los dólares quedará prohibida.

El Gobierno Sandinista estará alerta para que no sigamos endeudándonos innecesariamente con gobiernos y con bancos extranjeros. Y ningún préstamo servirá para enriquecer a nadie. 18. El crimen organizado desaparecerá para siempre

La trata de blancas, los prostíbulos, las coimerías y mesas de dados, todos los juegos “prohibidos”, las zonas rojas y todo lo que es negocio de militares y cómplices del somocismo, de comandantes departamentales, va a ser barrido por el Frente Sandinista.

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El tráfico de drogas en manos de militares, las bandas de ladrones y escuadrones de la muerte, protegidos por la propia policía, van a desaparecer de Nicaragua. Los contrabandos, los negocios ilícitos amparados por la dictadura, los fraudes con los impuestos, los robos al presupuesto, las tajadas en las licitaciones, todo lo que el somocismo representa en trampas y chanchullos, va a ser barrido por el Frente Sandinista.

Y todos los responsables de estos crímenes van a compare- cer ante la justicia sandinista. 19. La delincuencia va a ser combatida

Vamos a combatir la delincuencia infantil, porque vamos a tener a todos los niños en la escuela y las cárceles ya no esta- rán llenas de adolescentes, empujados al crimen y al vicio, ni de jóvenes que tendrán oportunidad de educación y trabajo. Y vamos a trabajar todos para que las cárceles dejen de ser centros de vicio y escuelas de delincuencia.

20. La tortura y el asesinato político van a desaparecer Y no habrá más torturas, ni asesinatos de patriotas. Y to-

dos los torturadores y asesinos, los jueces que los protegieron haciéndose los sordos, los políticos corrompidos que ampararon sus crímenes, todos van a responder ante la justicia sandinista. 21. Gozaremos de libertades democráticas

Todo el mundo tendrá derecho a expresar sus opiniones como quiera y a nadie se le perseguirá por sus ideas. Y todos los nicaragüenses tendrán derecho a organizarse políticamente y derecho a pertenecer a sindicatos, cooperativas, asociaciones co- munales.

Tampoco nadie Va a ser perseguido por profesar la religión que quiera, más bien, el Frente Sandinista va a alentar a los reli- giosos para que colaboren en la tarea de trasformar el país.

Todos los exiliados políticos, y los que alguna vez emigra- ron en busca de mejores oportunidades, serán llamados por el Gobierno Sandinista a volver a su patria.

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22. Vamos a luchar por acabar con la discriminación contra la mujer

La mujer será puesta en el mismo plano de igualdad que el hombre. Se luchará para acabar con la prostitución y la servi- dumbre. La madre recibirá toda la protección del Estado y todas las mujeres serán alentadas a organizarse para defender sus derechos.

23. Relaciones libres con todo el mundo Nicaragua va a tener relaciones con todos los países del

mundo, de acuerdo con lo que convenga a los intereses del desarrollo del país, y vamos a terminar con toda ingerencia extranjera. El Gobierno Sandinista va a desconocer todos los convenios, firmados por el somocismo o antes del somocismo, que es- tén en contra de nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestra dignidad. 24. Un ejército democrático y popular

El Gobierno Sandinista va a formar un nuevo ejército nacional que sea un verdadero defensor de los intereses de Nicara- gua y de los intereses del pueblo.

Los soldados y oficiales de la Guardia Nacional que colaboren con el Frente Sandinista en la lucha contra la tiranía, los que se pasen a nuestras fuerzas, tendrán derecho a participar en este nuevo ejército patriótico y popular en el cual sus soldados no van a ser sometidos a tratos humillantes ni serán discrimina- dos ni explotados.

25. Los héroes y mártires permanecerán en el corazón de su pueblo

Los caídos en la lucha contra la tiranía, nuestros héroes y nuestros mártires van a quedar para siempre en el recuerdo del pueblo y su ejemplo servirá de guía a las generaciones venideras. Sus hijos serán educados por cuenta del Estado y las escuelas, calles, plazas, estadios, llevarán sus nombres.

Patria Libre o Morir Por la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN): 338

Daniel Ortega Saavedra, Víctor Tirado López Humberto Ortega Saavedra. 1978.

Algún lugar de Nicaragua. (Tomado del libro “Los Sandinistas”, editorial LA OVEJA NEGRA”, Bo- gotá, 1979. Págs. 245-257).

339

ESTRUCTURA Y PROGRAMA DEL GRN DE NICARAGUA*

La magnitud y la velocidad de los acontecimientos en Nica-

ragua, nos han impedido entregar algunos elementos puntuales sobre la estructura del Gobierno de Reconstrucción Nacional, su composición y su programa. Esta información, aunque cronoló- gicamente superada, permite una aproximación más inmediata a los actores principales (las fuerzas políticas y sociales) y al enfoque general a partir del cual se proponen trazar políticas concretas. Aunque un análisis que pretenda asumir lo esencial de un proceso no puede limitarse a la lectura del discurso y antes bien debe tratar de identificar las condiciones materiales en que dicho proceso se realiza, parece acertado conocer el discurso y saber quién, cuándo y dónde lo pronuncia.

La estructura del nuevo régimen nicaragüense descansa en la división de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El Poder Ejecutivo está compuesto por los cinco integrantes de la Junta de Gobierno, asistidos por un Consejo de Ministros. El Poder Legislativo es asumido por un Consejo de Estado integrado por 30 personas. El Poder Judicial, se estructurará con una Cor- te Suprema de Justicia, cuyo número de miembros, organiza- ción y funciones no han sido definitivamente establecidos.

La Junta de Gobierno está compuesta por: Alfonso Róbelo Callejas, fundador del Movimiento Democrático Nicaragüense y miembro de la Comisión Política del Frente Amplio Opositor * ALAI (Agencia Latino-Americaine d'Information), No. 34, Año 3. Mon- treal, 24/8/79. 340

(FAO); Moisés Hassan Morales, representante del Movimiento Pueblo Unido y miembro del Secretariado Ejecutivo del Frente Patriótico Nacional, Sergio Ramírez Mercado, intelectual, ex secretario general de la Confederación Universitaria Centroame- ricana, integrante del llamado Grupo de los Doce; Daniel Ortega Saavedra, miembro de la dirección nacional conjunta del Frente Sandinista de Liberación Nacional, y Violeta Barrios de Chamo- rro, viuda del asesinado director de “La Prensa”, Pedro Joaquín Chamorro.

El Consejo de Ministros está formado por: Carlos Tuner- man (Educación) del Grupo de los Doce; Leonel Arguello (Ban- co de Desarrollo), ex gerente del Instituto Nacional de Seguros y creador de Fundación para el Desarrollo (FUNDE), Ernesto Castillo (Procurador General), ex müitante del Partido Conserva- dor y asesor jurídico del Banco de América; Roberto Mayorca Cortés (Planificación y Economía), ex funcionario de la Secreta- ría de Integración Económica Centro Americana (SIECA) y del Banco Central de Nicaragua; Joaquín Cuadra Chamorro (Ha- cienda y Crédito Público), consultor jurídico de la “Nicaragua Sugar State”, compañía azucarera del Ingenio San Antonio, el quinto más importante del mundo, propiedad de su primo hermano Alfredo Pellas; Arturo Cruz (Banco Central de Nicaragua), trabajó durante 20 años en el Banco Interamericano de Desarro- llo (BID); Alfredo César Aguirre (Ministro de la Presidencia), trabajó como administrador del “Ingenio San Antonio”, Ama- dor Kuhl (Salud Pública), militó en el Partido Conservador y luego pasó al Partido Liberal Independiente; Virgilio Godoy (Ministro de Trabajo), ex militante del Partido Liberal Indepen- diente; Manuel José Torres Barrios (Agricultura), gran ganadero de Rivas, primo de Violeta Barrios de Chamorro, militó en el Partido Conservador, presidente del Instituto Nicaragüense de Desarrollo; Reinaldo Tefel (Seguro Social), miembro del Grupo de los Doce; Miguel D'Escotto (Relaciones Exteriores), sacerdo- te de la orden “Maryknoll”; Eunecio Marenco (Trasporte y Obras Públicas), líder estudiantil al final de la década de los 60, militante de la tendencia tercerista del FSLN; Tomás Borge (In- terior), cofundador del FSLN; Lea Guido de López (Bienestar Social), sandinista, militaba en la tendencia proletaria del Frente; María Elena de Montes (Vivienda), sandinista, militaba en la tendencia GPP del Frente; Miguel Vigil (AsentamientosHumanos);

341

Manuel Espinoza (Información); Bernardino Larios (Defensa)- ex coronel de la Guardia Nacional.

La integración del Poder Legislativo está indicado en el Programa de Gobierno del GRN, que reproducimos a continua- ción:

1.1. INSTAURACIÓN DE UN RÉGIMEN DE DEMOCRACIA JUSTICIA Y PROGRESO SOCIAL. Se promulgará la legislación para la organización de un Ré-

gimen de Democracia Efectiva, de Justicia y Progreso Social, que garantice plenamente el derecho de todos los nicaragüenses a la participación política y el sufragio universal, así como la or- ganización y funcionamiento de los partidos políticos, sin dis- criminación ideológica, con excepción de los partidos y organizaciones que pretendan el retorno del somocismo.

1.2. BASES PARA LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO. a) Poder Ejecutivo:

La responsabilidad ejecutiva y administrativa del Estado corresponderá a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacio- nal. La Junta de Gobierno cumplirá sus funciones durante el tiempo que se requiera para sentar las bases de un genuino desarrollo democrático de Nicaragua, sustentado en una amplia par- ticipación popular y en la aplicación práctica de los conceptos y propósitos señalados en el punto 1.1 de este Programa.

b) Poder Legislativo: Se constituirá un Consejo de Estado que compartirá las

funciones legislativas con la Junta de Gobierno. Dicho Consejo asegurará una amplia representatividad a las fuerzas políticas, económicas y sociales que han contribuido al derrocamiento de la Dictadura Somocista.

El Consejo de Estado se integrará con treinta miembros en representación directa y designados por las siguientes organizaciones y agrupaciones socioeconómicas del país. 1) Frente Sandinista de Liberación Nacional (F.S.L.N.). 2) Del Frente Patriótico Nacional: (Movimiento Pueblo Unido, Partido Liberal Independiente, Agrupación de los Doce, Parti- do Popular Social Cristiano, Central de Trabajadores de Nicara- gua (C.T.N.), Frente Obrero, Sindicato de Radioperiodistas. 342

3) Del Frente Amplio Opositor (F.A.O.), Partido Conservador Democrático, Partido Social Cristiano Nicaragüense, Movi- miento Democrático Nicaragüense, Movimiento Liberal Cons- titucionalista, Partido Socialista Nicaragüense, Confederación General del Trabajo Independiente, Confederación de Unifica- ción Sindical (C.U.S.). 4) Del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP): (Ins- tituto Nicaragüense de Desarrollo (I.N.D.E.), Cámara de Indus- trias de Nicaragua (CADIN), Cámara de Comercio de Nicaragua, Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (UPANIC), Cámara Nicaragüense de la Construcción.

c) Poder Judicial: Se estructurará como organismo máximo del Poder Judi-

cial, la Corte Suprema de Justicia. El número de miembros, su organización interna y funciones específicas serán oportunamente establecidos.

Se asegurará que el Poder Judicial tenga exclusividad de jurisdicción, funcione, con la requerida idoneidad e independencia de criterio de sus miembros, restablezca la correcta apli- cación de la justicia y garantice el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos.

Se dictarán las disposiciones complementarias que se re- quieran para asegurar el adecuado cumplimiento de las responsa- büidades y atribuciones del Poder Judicial. 1.3 GARANTÍA DE LA PLENA VIGENCIA DE LOS DERE-

CHOS HUMANOS. Se garantiza la plena vigencia de los Derechos Humanos,

consignados en la Declaración Universal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre de la Organización de Estados Americanos (OEA).

1.4 LIBERTADES FUNDAMENTALES. Teniendo en cuenta la situación particular por la que atra-

viesa el país, se dará especial garantía a las siguientes libertades fundamentales: Libre Emisión, Información y Difusión del Pensamiento.

343

Se derogarán todas las leyes que repriman la libre emisión y difusión del pensamiento y la libertad de información.

Libertad de Culto. Se garantizará el pleno ejercicio de la libertad de cultos. Libre Organización Sindical, Gremial y Popular. Se promulgará la legislación y adoptarán las acciones que

garanticen y promuevan la libre organización sindical, gremial y popular, tanto en la ciudad como en el campo.

1.5 DEROGACIÓN DE LAS LEYES REPRESIVAS. Se derogarán todas las leyes represivas, especialmente aqué-

llas que atentan contra la dignidad e integridad de las personas, terminándose con los asesinatos, las desapariciones, las torturas, las capturas y los allanamientos de hogares.

1.6 ABOLICIÓN DE INSTITUCIONES REPRESIVAS. Se abolirán todas las instituciones represivas, como la Ofi-

cina de Seguridad Nacional (OSN) y el Servicio de Inteligencia Militar, que han servido para la represión política del pueblo y de sus organizaciones.

1.7 ERRADICACIÓN DE LOS VICIOS DE LA DICTADURA. Se erradicará la corrupción que ha caracterizado a la Dicta-

dura Somocista. Apropiación fraudulenta de bienes; contrabando, exenciones y dispensas ilícitas de impuestos; fraudes en las licitaciones; ventajas dolosas en los negocios de tierras; malver- sación de fondos del Estado; adjudicación ilícita de préstamos; comisiones en empréstitos y otros negocios indebidos. La ho- nestidad administrativa y la probidad de los funcionarios serán normas fundamentales de la Administración Pública.

1.8 APLICACIÓN DE JUSTICIA. Se llevará ante los Tribunales de Justicia a los militares y

civiles involucrados en los crímenes contra el pueblo y la mal- versación de fondos del Estado y otros negocios ilícitos.

1.10 AUTONOMÍA MUNICIPAL. Se promulgará una legislación que asegure y haga efectiva

la plena autonomía de los municipios, con autoridades libre-

344

mente electas por el pueblo, restaurándose la Municipalidad de Managua.

1.11 DISOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA DE PODER SO- MOCISTA. Se disolverán todas las estructuras de poder somocista, las

que serán remplazadas por nuevas estructuras democráticas de acuerdo con la legislación que se dicte con esos propósitos y el contenido de este Programa.

1.12 ORGANIZACIÓN DE UN NUEVO EJERCITO NACIO- NAL. Se organizará un nuevo Ejército Nacional, cuyos principios

fundamentales serán la defensa del Proceso Democrático y de la Soberanía e Independencia de la Nación, así como la integridad de su territorio. Este ejército estará formado por los combatientes del FSLN, por los soldados y oficiales que hayan demostrado una conducta honesta y patriótica frente a la corrupción, represión y entreguismo de la Dictadura y por los que se hayan sumado a la lucha por el derrocamiento del régimen somocista; por todos los sectores de la nación que hayan combatido por la Liberación y deseen incorporarse al nuevo Ejército y por los ciudadanos aptos que oportunamente presten su servicio militar obligatorio. En este nuevo Ejército Nacional no tendrán ca- bida los militares corruptos y culpables de crímenes contra el pueblo.

Los miembros del Ejército Nacional no podrán ejercer actividades proselitistas electorales, pero sí sus derechos políti- cos ciudadanos.

El Ejército Nacional mantendrá una permanente vincula- ción con las necesidades de la población civil y participará activamente en las tareas de reconstrucción y desarrollo; sus integrantes serán formados en diferentes especialidades técnicas o profesionales. Habrá un servicio obligatorio y cuadros mínimos permanentes, con el propósito de permitir, en todo momento, el adecuado cumplimiento de sus funciones. Su gradual disolu- ción se producirá en la medida y oportunidad en que se garantice la adecuada defensa de la Soberanía Nacional y no subsis- tan reductos militares beligerantes del régimen somocista.

345

1.13 POLICÍA NACIONAL. La Policía Nacional estará sujeta a un Régimen Especial

que tome en cuenta la naturaleza de sus funciones cívicas y de protección de la ciudadanía.

1.14 POLÍTICA EXTERIOR INDEPENDIENTE. Se seguirá una política exterior independiente y de no ali-

neamiento que relacione a nuestro país con todas las naciones respetuosas de la autodeterminación y de las relaciones econó- micas justas y mutuamente beneficiosas. De acuerdo con estos principios, se mantendrán relaciones diplomáticas y comerciales con aquellos países del mundo que respeten el proceso revolucionario interno de Nicaragua. Se perseguirá, asimismo, la apertura de nuevos mercados y la solidaridad con los países de- mocráticos de América Latina y del resto del mundo.

1.15 RETORNO DE NICARAGÜENSES RADICADOS EN EL EXTERIOR. Se impulsará una política de repatriación de los nicara-

güenses radicados en el extranjero, con el propósito de que pon- gan sus conocimientos y experiencias al servicio del país y participen en las tareas de su reconstrucción y desarrollo.

346

Capítulo V

La tenaza del TIAR y el CONDECA

“LOS MILITARES SENTIMOS GRAN RESPETO POR EL TIAR Y EL CONDECA”

Ornar Torrijos*

Pregunta: ¿ Cuál es su posición en torno a las propuestas para que se elimine el CONDECA y el Pacto de Río (TIAR)?

“Torrijos: Se ha mencionado aquí, la conveniencia de eli- minar dos instituciones ante las cuales los militares sentimos gran respeto: el CONDECA y el TIAR (El nombre del Pacto de Río conocido oficialmente como Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca). Es indudable que los líderes que han pro puesto esto son hombres que han vivido la experiencia de que a través de estos dos organismos las Fuerzas Armadas de América Latina han podido, en un momento dado, colectivizar su repre- sión a fin de acabar con los movimientos de rebeldía. Creo sin- ceramente que cuando se habla así estamos sintiendo, pero no pensando. Cuando se habla así, estamos actuando bajo patro- nes de pensamiento que en el momento actual no obedecen al calendario del desenvolvimiento social que están viviendo las Fuerzas Armadas de América Latina. No creo que ninguna ins- titución tenga nada de malo. Ni de bueno. Las instituciones son tan buenas o malas, como los hombres que las comppnen. Erra- dicar estas instituciones, estos mecanismos de participación colectiva de las fuerzas armadas en la época en que despierta en ellas la tendencia al apoyo de los cambios sociales, es privarlas de la capacidad de actuar colectivamente contra las fuerzas re- * Entrevista de Asociated Press en La Estrella de Panamá. Panamá, 7/9/79, p. B6. Reproducida en El Socialista, No. 171. Bogotá, 14/9/79.

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presivas, .contra las oligarquías explotadoras, contra todos esos grupos políticos que se han adueñado del poder apoyándose en lo antisocial y someter a los pueblos bajo el pretexto de que no sean sometidos por el comunismo. Por eso, como militar latinoamericano me opongo a cualquier propuesta que surja dirigida a la liquidación del TIAR y el CONDECA”.

“Torrijos dijo que llevará esa posición a la próxima Asam- blea de Comandantes de Ejércitos de América Latina que se ce- lebrará el próximo mes en Bogotá”.

350

“NUESTRO PROCESO DA CONFIANZA A LOS SECTORES MENOS REACCIONARIOS

DE LOS ESTADOS UNIDOS”

Comandante Humberto Ortega* ■ ■

¿Cómo caracteriza usted la presente etapa de reconstruc- ción nacional?

“Es una etapa que se requiere en el orden nacional y que se enmarca en el actual contexto internacional y de América Latina. En el orden nacional permitirá sentar firmes bases eco- nómicas para pasar a etapas superiores de las actuales reivindicaciones sociales básicas, como salud, educación, vivienda, trasporte y hasta reforma agraria. Ella permitirá que los cambios históricos tengan un carácter en el que participen distintos sectores nacionales...

“La reconstrucción nacional debe servir, entonces, para pasar a una etapa superior de desarrollo político y social, y sin pasar por ella no podría haber en Nicaragua una futura sociedad democrática liberal o de otro tipo, según nuestras próximas determinaciones...”

¿Y cómo enfrentarán ustedes la lucha de clases que se presentará en esta etapa?

“Para que esta lucha no se agudice es necesario el cumplimiento del programa que apoyaron el Frente y la burguesía antisomocista. Hay que luchar entonces contra varios tipos de desviaciones. Pero aquí hasta los sectores burgueses, me refie- * Entrevista realizada por Gramma, No. 35, Año 14. La Habana, 2/9/79.

Reproducida en El Socialista, No. 171. Bogotá, 14/9/79.

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ro a los más realistas, comprenden que deben cumplir con ese programa. Incluso en el exterior, determinados sectores lo han ido comprendiendo “.

En ese sentido, ¿cómo se relaciona esta etapa de recons- trucción nacional con la actual política exterior de la Junta de Gobierno ?

“La situación de Nicaragua hay que verla, necesariamente, en el contexto del .dominio que todavía tiene el imperialismo en el continente y de ahí se comprende que no nos interesa agudizar las contradicciones.

“En cuanto a la comprensión que en ciertos sectores del exterior se va produciendo, advertimos que es mayor en la medida en que se normaliza nuestro proceso, lo que da confianza a los sectores menos reaccionarios de los Estados Unidos.

“Una de sus mayores preocupaciones es que no haya inestabilidad en el área centroamericana.

“De ahí que estos sectores estén interesados en que este proceso se normalice. Y nosotros decimos que si no permiten que el proceso revolucionario nicaragüense se normalice, entonces se agudizará la crisis en este país y, en el área, se agudizará la crisis en otros países de Centroamérica”.

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“ESTOY SATISFECHO CON EL GOBIERNO NICARAGÜENSE”

Jimmy Cárter*

“El gobierno del presidente Jimmy Cárter pidió al Congre- so la aprobación de ayuda interina por valor de 11.100.000 dó- lares para Nicaragua, a fin de reforzar la política ‘moderada’ y ‘pluralista’ de su nuevo gobierno revolucionario”.

“La orientación del gobierno, como se ha revelado por su política inicial, ha sido en general moderada y pluralista y no marxista o cubana” declaró el subsecretario de Estado Warren Christofer.

* El Espectador, Bogotá 12/9/79. Reproducido por El Socialista, No. 171. Bogotá, 14/9/79.

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NICARAGUA SIGUE PERTENECIENDO FORMALMENTE AL CONDECA*

El periódico El Pueblo, diario de Managua, en su edición del día 27 de agosto, informa de la rueda de prensa de varios periodistas nacionales y extranjeros con algunos dirigentes del FSLN. En un determinado momento de la rueda de prensa “el compañero Humberto Ortega —dice El Pueblo— era acosado por periodistas y corresponsales. Le preguntamos sobre las relaciones con el CONDECA. Supimos que formalmente, Nicaragua sigue perteneciendo al CONDECA, pero depende de la política que tenga el CONDECA, nos dijo el compañero Humberto Ortega. Si mantiene una política reaccionaria quizás quedemos como observadores, igual que Costa Rica, o podemos hacer un Conde- quita, con otros países como Panamá y Honduras”.

* El Socialista, No. 171. Bogotá, 14/9/79. 354

PANAMÁ EN LA RECONSTRUCCIÓN

Edgar Zapata* “Pedimos al pueblo que tenga confianza en su revolución.

Todo es difícil pero nos estamos superando. Tenemos instrucciones de la comandancia del Estado Mayor del Frente Sandi- nista de Liberación Nacional para que evitemos abusos con las personas. Nadie podrá ser capturado sin la orden debida”, de- claró a Barricada el compañero Edgar Zapata, responsable de la comandancia del Cuartel Central de la Policía Nacional Sandi- nista “Fernando Guzmán Bolaños”.

La Policía Nacional Sandinista se está organizando con el asesoramiento de 37 oficiales panameños, informó a Barricada el compañero Zapata. Los oficiales panameños están colaborando, además, con la Fuerza Aérea Sandinista (FAS) y otros departamentos, militares. Sus proyectos son sometidos a la consi- deración de los responsables de los distintos organismos militares.

Panamá no sólo nos brindó ayuda para el triunfo de la in- surrección sandinista, sino que ahora está contribuyendo a la reconstrucción de Nicaragua, aportando ayuda técnica, equipos de transporte para la Policía Nacional Sandinista, como 10 ra- diopatrullas marca Peugeot con todos sus aditamentos, y 5 motos tan competentes como una radiopatrulla.

* Barricada, No. 28. Managua, 22/8/79. Parcialmente reproducido por El Socialista, No. 171. Bogotá, 14/9/79.

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Nos dijo el compañero Zapata que al inicio de la presente semana fue inaugurada la Escuela de Entrenamiento Policial, bajo la dirección y asesoría de los compañeros de Panamá.

Además, cien nicaragüenses salieron rumbo a Panamá para seguir un curso de entrenamiento por tres meses que incluye orientación policiva.

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LAS ALAS DE LA REVOLUCIÓN SURCAN LOS CIELOS DE NICARAGUA

Daniel Ortega, Marcel Salamín, Rubén Darío Paredes*

Gratitud a Panamá Agradeció el comandante Ortega la presencia de los compa-

ñeros panameños, la ayuda del pueblo panameño y en especial del general Ornar Torrijos, igual que la solidaridad recibida cuando el triunfo se miraba lejano. Agregó que esa conducta solidaria se mantuvo siempre. Fueron los primeros en poner a su embajador en nuestro suelo y pocos días después llegaron los com- pañeros militares para ayudar en la organización de nuestro ejér- cito. Pidió trasmitir esa gratitud.

Panamá presente El compañero Marcel Salamín, Embajador de Panamá en

Nicaragua y muy amigo de la revolución desde hace mucho tiempo, identificado plenamente con nuestra causa, expresó que era placentero estar presente en el acto de fundación de las Fuerzas Aéreas Sandinistas (FAS). Anunció que vendrá una mi- sión panameña que colaborará en la estructuración del nuevo ejército y que agradecía en nombre del general Torrijos las palabras que se habían dicho en reconocimiento a Panamá.

Señaló el compañero Salamín que la solidaridad dada la consideraba un deber y que ha sido y será incondicional con el pueblo, gobierno y ejército de Nicaragua**

* Apartes de los discursos pronunciados en el acto de constitución de la

Fuerza Aérea Sandinista (FAS). Barricada, No. 7 . Managua 1/8/79.

** Aquí debería haber un punto. Lo que sigue a continuación (a vuelta de página) no tiene coherencia. Dado que no tenemos el texto de “Las alas...” lo hemos tenido que dejar como en la edición impresa. Fundación Pluma.

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nía por no ser persona bien vista. Dijo sentirse agradecido y preocupado por la misión que se le había encomendado junto con sus compañeros para ayudar al ejército sandinista, a la vez que contento porque se le ha dado la oportunidad de cooperar.

Agregó que cuando recorrió las ruinas de Managua, sintió una mayor admiración por los sandinistas, al ver las trincheras y barricadas hechas a punta de uñas. También miró los destro- zos causados por quien calificó como “el monstruo más grande de América Latina”. Expresó que los sandinistas se comporta- ban sencillamente, modestos y que después de semejante victoria mantenían una actitud mesurada, sin ser soberbios, ni jac- tanciosos.

Relató que en una graduación de militares que hubo recientemente en Panamá había dicho que la Fuerza Aérea tenía que quitarse el uniforme el día que hiciera lo mismo que hizo Somoza con el pueblo de Nicaragua. Informó que ya dos heli- cópteros de Panamá están al servicio de Nicaragua. Y aclaró que deben ser símbolos para remediar problemas y que eso hace que sean queridos por el pueblo.

Hizo referencia al teniente coronel Rubén Darío Paredes que la Fuerza Aérea de Panamá está al servicio del pueblo. Agre- gó que el ejército es pequeño y debe ser así, puesto que cuando se invierte mucho en armas, se deja al pueblo sin salud y escuelas, y que había ejércitos que hacían eso, que “estaban muy cerca de aquí” y finalmente dijo que iban a ayudar a cambio de nada.

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EL TIAR Y EL CONDECA: CADENAS COLONIALES

Carlos José Herrera*

Hemos reproducido textualmente la respuesta que Torrijos ha dado a Associated Press, en entrevista que se le hizo durante la VI reunión de países no alineados, realizada en La Habana, Cuba. También reproducimos las declaraciones “coincidencia- les” del comandante del FSLN Humberto Ortega, y los informes oficiales del gobierno nicaragüense sobre los instructores panameños de la nueva policía y el nuevo ejército regular que se están organizando en Nicaragua mientras se desarman las milicias.

Vamos a mostrar que Torrijos está jugando un papel clave en la política de Cárter para América Latina, y que trágicamente la dirección del FSLN, debido a ¡os compromisos que ha adquirido con la burguesía opositora nicaragüense y con los gobiernos y burguesías “democráticas” de América Latina, capitula a esa orientación.

Aunque para algunos los nombres de TIAR y CONDECA puedan parecer una nueva marca de automóviles o un raro anuncio publicitario, para muchos pueblos, entre ellos Nicaragua, Re- pública Dominicana, y Corea, estos nombres significan muertes y contrarrevolución.

Después de la Segunda Guerra Mundial, iniciado el periodo de la guerra fría, el imperialismo norteamericano reunió en * El Socialista, No. 171. Bogotá, 14/9/79.

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Río de Janeiro a los gobiernos de América Latina y les impuso el denominado Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) mediante el cual los “marines” y ejércitos americanos podían “acudir” en “ayuda” del país que los solicitara si se sen- tía “agredido” y organizó un ejército (Colombia, entre ellos) para que los “defendiera” de los “agresores” coreanos. Más tarde, en 1965, cuando el pueblo dominicano se insurreccionó contra la dictadura trujillista, el imperialismo se sintió nuevamente “agredido” y envió 25.000 marines con soldados de Brasil, Gua- temala y Paraguay a aplastar y asesinar al pueblo de República Dominicana.

El CONDECA es la versión centroamericana del TIAR. Es- tá constituido por las dictaduras de Honduras, Guatemala, El Salvador, y hasta hace poco, por la dictadura de Somoza. Du- rante la lucha insurreccional del pueblo nicaragüense contra el Somocismo, el CONDECA jugó un papel de socio de Somoza, entregándole armas, cuidando las fronteras, y proporcionándo- le soldados de esos países y mercenarios. El CONDECA, que ha sido el instrumento del imperialismo desde su constitución, fue denunciado permanentemente antes de la caída del dictador por la dirección del FSLN y por todos los revolucionarios latinoamericanos.

De modo que el TIAR y el CONDECA son las cadenas colonizantes que nos atan al imperialismo norteamericano y con las cuales se entrega una parte de la soberanía nacional de nuestros pueblos. Estas cadenas son las que el General Torrijos ha manifestado que va a defender a capa y espada en donde se encuentre. Torrijos jugando al Plan Cárter

Algunas personas se preguntarán sorprendidas: este Torri- jos, ¿es el mismo que apoyó con armas, dinero y hombres al FSLN? ¡Exactamente estamos hablando de la misma persona! Y no sólo Torrijos, sino Carazo y Carlos Andrés Pérez, mantienen comportamientos que algunos califican de “contradictorios” e incomprensibles.

Nosotros queremos clarificar que el comportamiento de Torrijos es perfectamente comprensible, pues se ajusta a la polí- tica que el imperialismo norteamericano, a través del Plan Cár- ter, imparte en América Latina.

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El imperialismo no está promoviendo por el momento a Pinochets ni Videlas ni dictaduras terroristas. Pero su política no es menos contrarrevolucionaria, pues está encaminada a detener el movimiento revolucionario y el ascenso del movimien- to de masas, mediando en los procesos agudos que se viven a través de formas “democráticas”. Esta política le dio resultados en Portugal, Perú, Bolivia, le está causando resultados en Ecua- dor y por supuesto, en Nicaragua. No es extraño que ensaye en Salvador. Y le da tan buenos resultados, que el Comandante Humberto Ortega (ver declaraciones) afirma que han aparecido “sectores menos reaccionarios en los EE.UU.”, y Fidel Castro (ver El Socialista, No. 170) que “el imperialismo se volvió sa- bio”. Por el contrario afirmamos que esta política imperialista es tan siniestra y contrarrevolucionaria como la anterior de agre- siones directas y promoción de Pinochets, pues tiene los mismos propósitos y objetivos. Sólo que ahora se ve obligado a disfra- zarse con la piel de cordero debido a la debilidad que atraviesa. Esta política es coyuntural, pues la esencia del imperialismo y sus aliados burgueses en última instancia es contestar a la revolu- ción con la violencia. Es ahí donde entran a jugar su papel los TIAR, los CONDECAS y los demás pactos colonizantes, que el General Torrijos con tanta euforia hoy llama a defender.

El Pentágono es el amo del TIAR y del CONDECA

Para sustentar su posición, Torrijos acude a argumentacio- nes ciertamente interesantes. Escuchemos: “No creo que ninguna institución tenga nada de malo. Ni de bueno. Las instituciones son tan buenas o malas, como los hombres que las compo- nen”. Si Torrijos estuviera en Colombia argumentaría de la siguiente manera: “El Estatuto de Seguridad no es malo ni bueno. El malo es Turbay”.

Supongamos por un momento que Torrijos tiene razón, y que el TIAR y el CONDECA no son malos ni buenos. Que lo que define su bondad o maldad son los que lo utilizan. ¿Y quién los utiliza? Nada menos que el Pentágono. La pregunta que surge es, pues: ¿pueden ser bien utilizados los pactos colonizantes? Torrijos afirma que sí.

Desgraciadamente, no tiene razón, pues estas instituciones y tratados no son neutrales, tienen un carácter y propósitos determinados, cuales son servirle de instrumento a la contrarrevo-

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lución. Por eso hay que liquidarlos, disolverlos, repudiarlos sin titubeos, para asestarle un golpe decisivo al imperialismo norteamericano y quitarle más capacidad de maniobra.

Y lo más lamentable de todo es que los voceros del FSLN que correctamente denunciaron toda su vida al CONDECA, ahora, súbitamente, ante la alternativa de que Nicaragua rompa o siga en el CONDECA, afirman: “depende de la política que tenga el CONDECA”. (Declaración del Comandante en Jefe Humberto Ortega, rueda de prensa El Pueblo, de Managua, pág. 6). Este cambio no es un milagro de la cirugía estética. Es la conclusión lógica del compromiso con la burguesía opositora nicaragüense y con Torrijos.

Abajo los pactos colonizantes del imperialismo Torrijos ha anunciado que su propuesta de mantener el

TIAR y el CONDECA la va a traer el mes entrante a Bogotá, a la Reunión de Comandantes de Ejércitos Americanos. En esta especie de conclave de Estados Mayores de la represión y con- trainsurgencia latinoamericana, ha anunciado su presencia To- más Borge. Ministro del Interior de Nicaragua.

Todos los pueblos latinoamericanos, los revolucionarios y demócratas consecuentes, debemos responderle a estos jefes de los ejércitos: ¡no queremos más pactos y tratados colonizantes! ¡Que se rompa inmediatamente con el TIAR, el CONDECA y demás pactos yanquis! ¡Fuera el imperialismo norteamericano de América Latina!

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ÍNDICE Tomo I

Dedicatoria.............................................................................. 7

Nota del editor ........................................................................ 9

Introducción Por Kemel George .................................................................. 11

Cronología. Nicaragua: Los primeros 180 días. Por Heriberto Salas y Marcos Ríos ........................................ 31

PARTE I: LA LUCHA CONTRA EL SOMOCISMO

Capítulo I: Los Pronósticos

La creciente oposición al régimen de Somoza Por Fausto Amador ................................................................ 73 Las Guerrillas Nicaragüenses lanzan una nueva ofensiva Por Fred Murphy ................................................................... 93 ¿Será Nicaragua una nueva Cuba? Por Laura Restrepo ............................................................... 96 Somoza ante la peor crisis Por Eugenio Greco y Roberto Ramírez ................................. 105

La agonía del somocismo y el curso actual de la revo- lución en Nicaragua Por Fausto Amador ..................................................................... 111 Somoza sitiado Por Fred Murphy ......................................................................... 135 Abajo Somoza Por Camilo González .................................................................. 138 Gobierno de los pobres. ¡Sí al gobierno del FSLN No al de FAO-PLN ! ................................................................... 141

Capítulo II: La Caída del dictador

Abajo Somoza. Por un gobierno sandinista Por Darío González ..................................................................... 145 Ni un minuto que perder.............................................................. 150 El primer contingente ya está en Nicaragua ............................ 155 ¡Fuera los yanquis y su OEA! ................................................ 156 Ante la caída de Somoza: Impulsemos el armamento general de la población........................................................... 161 Brigadistas caídos en Nicaragua. “Eran grandes porque grande era la causa por la cual murieron” .............................. 163

Capítulo III: Crónicas de la guerra revolucionaria

Estaba escrito: Sapoá tenía que caer ...................................... 173 Habla Radio Sandino I ........................................................... 176 Un obrero en el frente ............................................................ 183 Habla Radio Sandino II ......................................................... 187 Frente Norte. La historia de Henri y sus hombres ................. 192 Habla Radio Sandino III......................................................... 196 En Cárdenas, departamento de Rivas ..................................... 200

Habla Radio Sandino IV ........................................................ 207 La Simón Bolívar. “En línea de fuego” ................................ 211 La Guerra real ....................................................................... 219 Tras las trincheras de Managua.............................................. 223 ¡Viva León jodido! ............................................................... 229

Capítulo IV: ¿Quién debe gobernar?

El problema clave. La sucesión política ................................ 237 ¿Quiénes deben conformar el gobierno?................................ 240

PARTE II: ¿RECONSTRUCCIÓN PARA QUIEN?

Capítulo I: Después de la victoria

El acto de la victoria en Managua Por Kemel George ................................................................ 247 De Peñas Blancas a Managua Por Juan Sánchez ................................................................... 249 En Colombia se festeja la victoria revolucionaria Por Kemel George ................................................................. 255 Después de la victoria: Reconstrucción en beneficio de los trabajadores.................................................................. 261 Victoria en Nicaragua. Las masas sacan al títere de los Estados Unidos: Somoza ....................................................... 265 Ante la amenaza del imperialismo norteamericano: Los obreros y los campesinos luchan por una Nicaragua Nueva Por Peter Camejo, Sergio Rodríguez y Fred Murphy ............ 268

El imperialismo lanza una campaña de propaganda contra los sandinistas. La Brigada Simón Bolívar usada como pretexto Por Waters y Sheppard........................................................... 284

Capítulo II: ¿Una nueva Cuba?

¿Nicaragua no debe ser una nueva Cuba? .............................. 293

Capítulo III: Los trabajadores y la Reconstrucción

Los Trabajadores se organizan .............................................. 307 Un día de salario para los trabajadores y el pueblo de Nicaragua ............................................................................... 314 “Ahora necesitamos que la ayuda sea mayor” Por Julio Cisneros .................................................................. 316 Hacia la Central Sandinista de los Trabajadores ................... 321 Capítulo IV: Los programas oficiales

Programa del Gobierno Sandinista......................................... 331 Estructura y Programa del GRN de Nicaragua ...................... 340 Capítulo V: La tenaza del TIAR y el CONDECA.

“Los militares sentimos gran respeto por el TIAR y el CONDECA”. Entrevista a Ornar Torrijos............................. 349 “Nuestros procesos dan confianza a los sectores menos reaccionarios de los Estados Unidos”. Entrevista al comandante Humberto Ortega ............................................... 351 “Estoy satisfecho con el Gobierno Nicaragüense” Por Jimmy Cárter ................................................................... 353 Nicaragua sigue perteneciendo formalmente al CONDECA Por Humberto Ortega............................................................. 354 Panamá en la reconstrucción. Por Edgar Zapata ................................................................... 355

Las alas de la Revolución surcan los cielos de Nicaragua Por Daniel Ortega, Marcel Salamín y Rubén Darío Paredes ................................................................................... 357 El TIAR y el CONDECA: Cadenas coloniales Por Carlos José Herrera ....................................................... 359

Este libro se terminó de imprimir en Bogotá, en el mes de

Marzo de 1980

vig, i a4 armado corregido - panel de control de...

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