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Resolucin Min. Gobierno No. 004562 de Diciembre 11 de 1986

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Se autoriza la reproduccin parcial o total de los artculos citando la fuente. Todos los artculos son responsabilidad exclusiva de sus autores

RETRATO DEL PENSAMIENTO

POSMODERNO

Por Adalberto Bolao Sandoval*

En estos ltimos aos se grita alborozadamente que los muros ideolgicos y los regmenes "duros" de derecha e izquierda se derrumban inexorablemente. Ms an: en un movimiento soterrado primero y ms tarde abierto, las concepciones sociales, el Estado paternalista y las corrientes filosficas "legitimadoras" han sido cuestionadas, aducindose que son obsoletas, dogmticas y absolutistas y tambin porque contribuyen a la declinacin de los objetivos paradigmticos de la modernidad.

El tema y el inters no son nuevos. Filsofos, ensayistas, telogos y eclogos, escritores y artistas, hablan cclicamente de las "crisis" de b cultura, del arte, del pensamiento, del hombre. Si hace aos el cambio de siglo represent la aparicin de temores y comportamiento msticos, este fin de siglo no canina en algunos aspectos, pero recibe en sus arcas un misticismo plstico y teledirigido, lleno de expectativas y de escepticismo.

La posmodernidad aparece en esta coyuntura finisecular como un cuestionamiento que busca revaluar la crisis de la modernidad, partiendo de que la razn totalizadora y todos los componentes de esta se encuentra agotados. Lo "riguroso", lo "objetivo", la "totalidad" son conceptos o posiciones que deben cambiar, aseguran los pensadores posmodernos. El ser humano, centro del universo, es apartado de su lugar privilegiado. La libertad que prometa la Razn Ilustrada de la modernidad tampoco se cumpli. El socilogo norteamericano Daniel Bell seala que la revolucin democrtica modernizadora, que dividi las esferas poltico-sociales, las cognitivas y culturales, as como las econmicas, promovieron la crisis actual.

De lo que se trata es de poner en tela de juicio todo el pensamiento occidental. No es casual que con la afirmacin econmica y las nuevas propuestas de mercado, se busquen otras cosmovisiones que desplacen el antropocentrismo por lo pragmtico y por el pensamiento de la debilidad. Con razn algunos estudiosos han sealado las imbricaciones entre neoliberalismo y posmodernidad. Lo que habra que agregar es que por primera vez, y de manera ms abierta, se da la articulacin entre economa, poltica e ideologa, en un movimiento que deja ver los intereses fehacientemente. El ensayo de Francis Fukuyama "El fin de la historia?" y su posterior libro El fin de la historia y el ltimo hombre sostienen que el motor de la historia, al igual que en Hegel, se haba detenido "en el punto final de la evolucin ideolgica de la humanidad y la universalizacin de la democracia liberal de Occidente como la ltima forma de gobierno humano". El liberalismo como cnit neohegeliano, satisfara todas las apetencias polticas, econmicas y sociales -restringidas- de la humanidad que se acoja a l.

ANTECEDENTES DEL DESENCANTO POSMODERNO

La desilusin posmoderna surge de la prdida de esperanzas debido a que la Razn Ilustrada y la razn de Estado trastocaron su optimismo iluminista en una fragmentacin de poderes y de perspectivas. La modernidad, como exaltacin de la conciencia sacra, como exaltacin del dominio sobre la naturaleza mediante la ciencia y la tcnica y por su concepcin progresiva y renovadora confiere un lugar privilegiado al hombre que promueve esos cambios hacia un fin. La teleologa remplaza a la teologa pero el desarrollo desigual y diferenciado, en un desarrollo inarmnico y contradictorio ha sido uno de los motivos para que una plyade de pensadores disienta de la modernidad. En el campo intelectual, resienten del pensamiento contundente y "totalitario". Entre los impugnadores de la poca moderna, los mismos filsofos posmodemos y los pensadores estructuralistas han invocado corrientemente a Nietzsche, Weber, Heidegger, Adorno, Benjamn y Freud como sus progenitores nihilistas. Con ellos, cada da surge un fenmeno de desmaterializacin y de desterritorializacin del ser, de la conciencia, de la historia. Para Norbert Lechner en su ensayo "Democracia y modernidad. Un desencanto llamado posmoderno", el estado poderoso representa un fardo ominoso para los intereses polticos neoliberales ya que ste se constituye en una maquinaria burocrtica que, bajo un patriotismo anacrnico entraba la responsabilidad estatal que debe ser mnima. Para ello se requiere que el mercado poltico cambie hacia una administracin apoltica, enfocada, como dice Lechner, hacia una racionalidad formal instrumental, de manera que el Estado sea una organizacin ms, sin privilegios. Con una estructura, estatutos y funciones definidas.

En otro aspecto, en el espacio posmoderno-seala Jean Francois Lyotard el saber "cambia de estatuto", dado que en las sociedades posindustriales del primer mundo la ciencia y la tecnologa ocupan el lugar de la industria y el Estado. All los problemas se reducen a conflictos de orden cultural, religioso o squicos y aquellos metarrelatos del saber que legitimaban la modernidad como la dialctica del espritu, hermenutica del sentido, metafsica del ser, materialismo histrico y dialctico, sujeto, progreso o revolucin y todo aquello que bancos de datos y la informtica (La condicin posmoderna. Informe sobre el saber). Tambin se requiere que haya un relajamiento y un apaciguamiento, para lo cual filsofos como Gianni Vattino, Pier Aldo Rovatti y Alessandro Dal Lago proponen un "pensamiento dbil" que se amilana ante los grandes temas y, asimismo, hunde al hombreen una mediocridad ontolgica, de desfallecimiento y oscuridad ante la vida y la historia.

La modernidad, entendida por el profesor Bolvar Echeverra como el "carcter peculiar de una forma histrica de totalizacin civilizatoria de la vida humana", es cuestionado en la posmodernidad por un pensamiento que, ms que elogio de la heterogeneidad, del presente, representa una esttica de la dispersin, un relativismo desencantador que indica la existencia de la crisis de la razn occidental, de las filosofas sistemticas de Hegel o Marx, por una hermenutica de la sospecha en la que Nietzsche, Freud y Heidegger representan sus mayores accionistas. Se da, entonces, un abandono de las teoras ideolgicas del progreso constante y de la poltica, en aras de un neoliberalismo que propugna por un individualismo ragano en el egosmo social, en fin que la historia, la accin y el compromiso no tienen sentido.

All todo se parcela y se microanaliza o se deconstruye en estructuras que olvidan los hechos o los acontecimientos. Se permite el inclusivismo, el pastiche y el collage, a favor de un populismo esttico, del Kitsch y de la literatura de supermercado. El arte desacralizado se convierte en un producto de mercado para que llene los requisitos decorativista de los respectivos compradores. Cualquier trascendentalidad es sustituida por un conocimiento edificante. Se pulverizan las nociones de centro, orden y jerarqua. Se habla de periferias, mrgenes, fronteras y de minoras -sin aceptarlas dentro de la sociedad-. La filosofa se convierte en un escenario de permutaciones lgico-cientficas, preposicionales y comunicacionales.

EL MUNDO "LEDO" Y OPACO

Las "lecturas" que pueden hacerse de los discursos ideolgicos del mundo, propuesta durante los aos 60 y 70 por los estructuralistas franceses, se prolonga y emparenta con los pensadores posmodernos no slo porque Jean Francois Lyotard perteneciera a la horda de estructuralistas y Gianni Vattimo acoja a Nietzsche y Heidegger entre sus santos tutelares, sino porque sus "discursos" buscan una desconstruccin del ser humano y sus actividades.

As, Vattimo, en La sociedad transparente, postula, entre otros aspectos, que la cantidad apabullante de informacin que dan a conocer los medios de comunicacin de masas -mass media-, fabulizan y desrealizan el mundo permitiendo que ese "sentido de la realidad" cree sujetos "educados" en la fragmentacin, mas no emancipados como promulgan los filsofos neolilustrados. Aqu aparece Nietzsche para quien el mundo, con esos discursos, se vuelve fbula. Con ello la multiplicacin de visiones del mando imposibilita hablar de la historia como algo unitario. Pero tambin se trata de cuestionar la metafsica tradicional. Para ello -afirma Vattimo- se requiere de una "lectura" del mundo en correspondencia con una lgica del sentido, hermenutica, textualista, en la que los hechos histricos representan slo metforas, lenguaje y la realidad desaparece en medio de un simulacro. El ser, tambin, se disuelve en lo contingente, en lo aleatorio y discontinuo, y el hombre, en una endeblez existencial, en un pensamiento debilitado y en una caducidad metafsica ante la vida. Ante el fracaso de la modernidad ilustrada Vattimo propone un reencuentro con el mito, una "autntica ontologa nueva" ms all de la metafsica formal: hacia un nihilismo desolado que acepta la voluntad del poder, resignadamente.

El fin de la historia es tambin el fin de las ideologas y la poca donde se ejercer mayor fascinacin por la muerte. Si para Heidegger la muerte rep