viernes de la semana xix. sexta

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VIERNES DE LA SEMANA XIX De la Feria. Salterio III 14 de agosto HORA SEXTA INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: ESTE MUNDO DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA. Este mundo del hombre, en que él se afana tras la felicidad que tanto ansía, tú lo vistes, Señor, de luz temprana y de radiante sol al mediodía. Así el poder de tu presencia encierra el secreto más hondo de esta vida; un nuevo cielo y una nueva tierra colmarán nuestro anhelo sin medida. Poderoso Señor de nuestra historia, no tardes en venir gloriosamente; tu luz resplandeciente y tu victoria inunden nuestra vida eternamente. Amén. SALMODIA Ant 1. Lo vimos sin aspecto atrayente, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos. Salmo 21 I - EL SIERVO DE DIOS SUFRIENTE ORA Y DIOS LE RESPONDE Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?; a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza. Dios mío, de día te grito, y no respondes; de noche, y no me haces caso; aunque tú habitas en el santuario,

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VIERNES DE LA SEMANA XIX De la Feria. Salterio III 14 de agosto HORA SEXTA INVOCACIN INICIAL V. Dios mo, ven en mi auxilio R. Seor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Aleluya. Himno: ESTE MUNDO DEL HOMBRE EN QUE L SE AFANA. Este mundo del hombre, en que l se afana tras la felicidad que tanto ansa, t lo vistes, Seor, de luz temprana y de radiante sol al medioda. As el poder de tu presencia encierra el secreto ms hondo de esta vida; un nuevo cielo y una nueva tierra colmarn nuestro anhelo sin medida. Poderoso Seor de nuestra historia, no tardes en venir gloriosamente; tu luz resplandeciente y tu victoria inunden nuestra vida eternamente. Amn. SALMODIA Ant 1. Lo vimos sin aspecto atrayente, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos. Salmo 21 I - EL SIERVO DE DIOS SUFRIENTE ORA Y DIOS LE RESPONDE Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?; a pesar de mis gritos, mi oracin no te alcanza. Dios mo, de da te grito, y no respondes; de noche, y no me haces caso; aunque t habitas en el santuario, esperanza de Israel. En ti confiaban nuestros padres; confiaban, y los ponas a salvo; a ti gritaban, y quedaban libres, en ti confiaban, y no los defraudaste. Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme se burlan de m, hacen visajes, menean la cabeza: Acudi al Seor, que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere. T eres quien me sac del vientre, me tenas confiado en los pechos de mi madre; desde el seno pas a tus manos, desde el vientre materno t eres mi Dios. No te quedes lejos, que el peligro est cerca y nadie me socorre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Ant. Lo vimos sin aspecto atrayente, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos. Ant 2. Se repartieron la ropa de Jess, echndola a suerte. Salmo 21 II Me acorrala un tropel de novillos, me cercan toros de Basn; abren contra m las fauces leones que descuartizan y rugen. Estoy como agua derramada, tengo los huesos descoyuntados; mi corazn, como cera, se derrite en mis entraas; mi garganta est seca como una teja, la lengua se me pega al paladar; me aprietas contra el polvo de la muerte. Me acorrala una jaura de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. Ellos me miran triunfantes, se reparten mi ropa, echan a suerte mi tnica. Pero t, Seor, no te quedes lejos; fuerza ma, ven corriendo a ayudarme. Lbrame a m de la espada, y a mi nica vida, de la garra del mastn; slvame de las fauces del len; a este pobre, de los cuernos del bfalo. Contar tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabar. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Ant. Se repartieron la ropa de Jess, echndola a suerte. Ant 3. En su presencia se postrarn las familias de los pueblos. Salmo 21 III Fieles del Seor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo, linaje de Israel. Porque no ha sentido desprecio ni repugnancia hacia el pobre desgraciado; no le ha escondido su rostro: cuando pidi auxilio, lo escuch. l es mi alabanza en la gran asamblea, cumplir mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comern hasta saciarse, alabarn al Seor los que lo buscan: viva su corazn por siempre. Lo recordarn y volvern al Seor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarn las familias de los pueblos. Porque del Seor es el reino, l gobierna a los pueblos. Ante l se postrarn las cenizas de la tumba, ante l se inclinarn los que bajan al polvo. Me har vivir para l, mi descendencia le servir, hablarn del Seor a la generacin futura, contarn su justicia al pueblo que ha de nacer; todo lo que hizo el Seor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amn. Ant. En su presencia se postrarn las familias de los pueblos. LECTURA BREVE Rm 3, 21-22a Ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, recibiendo testimonio de la ley y de los profetas; justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen en l. V. Los mandatos del Seor son rectos y alegran el corazn. R. La norma del Seor es lmpida y da luz a los ojos. ORACIN OREMOS, Seor Jesucristo, t que a la hora de sexta subiste a la cruz por nuestra salvacin mientras el mundo viva sumergido en las tinieblas; concdenos que tu luz nos ilumine siempre para que, guiados por ella, podamos alcanzar la vida eterna. T que vives y reinas por los siglos de los siglos.Amn. CONCLUSIN V. Bendigamos al Seor. R. Demos gracias a Dios.