video y educacion - cap. 7

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7 ELABORACIÓN DE PROGRAMAS DIDÁCTICOS. PROCESO DE REALIZACIÓN La realización de un programa didáctico es un proceso complejo. Son muchos los factores que entran enjuego y nota- bles las variantes según el género y el estilo que se adopte. En este capítulo se propone una metodología para la realización de programas sin atender a diferenciación alguna en cuanto a modalidad, género o estilo. El educador adaptará en cada caso la propuesta a su intencionalidad creativa particular. El proceso de creación queda estructurado, según consta en el cuadro adjunto, en una serie de actividades básicas, contrapunteadas por una serie de actividades complementa- rias. No es que éstas carezcan de importancia. Es que mien- tras las actividades básicas conducen directamente a la crea- ción del producto audiovisual final, las complementarias conducen a la elaboración de la guía que ha de acompañar al programa. Tienen, por lo tanto, una relación menos directa con el proceso de creación audiovisual. Mo estará de más recordar que la metodología que aquí se ofrece debe ponerse en práctica de acuerdo con la base con- ceptual que se ha venido desarrollando en las páginas anterio- res, y fundamentalmente desde una concepción que asuma lo audiovisual como una forma específica y diferenciada de pro- cesamiento de las informaciones. Delimitación del proyecto El vídeo como tecnología puede convertirse en una gran tentación. Aunque algunas personas se retraen ante toda ma- 127

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Joan Ferrés

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  • 7 ELABORACIN D E P R O G R A M A S

    DIDCTICOS. P R O C E S O D E REALIZACIN

    L a real izacin de un programa didc t ico es un proceso complejo. Son muchos los factores que entran enjuego y nota-bles las variantes segn el g n e r o y el estilo que se adopte. E n este cap tu lo se propone una me todo log a para la real izacin de programas sin atender a d i ferenciac in alguna en cuanto a modalidad, g n e r o o estilo. E l educador adap t a r en cada caso la propuesta a su intencionalidad creativa particular.

    E l proceso de c r e a c i n queda estructurado, s e g n consta en el cuadro adjunto, en una serie de actividades bs icas , contrapunteadas por una serie de actividades complementa-rias. No es que s tas carezcan de importancia. Es que mien-tras las actividades bs icas conducen directamente a l a crea-c in del producto audiovisual final, las complementarias conducen a la e l a b o r a c i n de la gua que ha de a c o m p a a r a l programa. Tienen, por lo tanto, una r e l ac in menos directa con el proceso de c r e a c i n audiovisual.

    Mo e s t a r de m s recordar que la m e t o d o l o g a que aqu se ofrece debe ponerse en p r c t i c a de acuerdo con la base con-ceptual que se ha venido desarrollando en las pg ina s anterio-res, y fundamentalmente desde una c o n c e p c i n que asuma lo audiovisual como una forma especf ica y diferenciada de pro-cesamiento de las informaciones.

    D e l i m i t a c i n del proyecto

    E l v deo como t ecno log a puede convertirse en una gran t en t ac in . Aunque algunas personas se retraen ante toda ma-

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  • nifestacin t ecno lg ica , la m a y o r a sienten ante el v deo u especie de magnetismo. S i se dispone de una c m a r a , es difc sustraerse al impulso de ponerse inmediatamente a grabar, jugar, a experimentar, a ensayar tomas cada vez m s sofistic" das. Y esto es una t en t ac in , porque un programa didc t i no puede hacerse sin un laborioso trabajo previo. E l educado que desee realizar un programa d idc t i co debe imponers voluntariamente un plazo in ic ia l de ayuno t e c n o l g i c o . i

    P R O C E S O D E REALIZACIN D E U N V I D E O G R A M A

    Actividades Actividades Actividades b s i c a s complementarias organizativas

    DELIMITACIN BSQUEDA D E PREVISIN D E D E L P R O Y E C T O DOCUMENTACIN N E C E S I D A D E S

    Tema Fichas de Posibilidades y Objetivos contenido l imitaciones

    SINOPSIS Contenidos Estructura Tratamiento

    GUIN LITERARIO Contenidos Notas Estructura Observaciones Desarrollo Apuntes

    GUIN TCNICO P L A N D E REALIZACIN

    REALIZACIN

    POSREALIZACIN GUA DIDCTICA Editaje Sonor i zac in

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    E l proyecto de rea l izac in de un programa comienza nece-nnrlamente seleccionando un r e a concreta de la e n s e a n z a y, dentro de ella, acotando un tema y unos objetivos. E l tema en aquello de lo que t r a t a r ampliamente el programa. Los objetivos son las metas que se pretenden alcanzar con l.

    Trabajar por escrito ayuda a ser preciso, a reflexionar, a corregir si es preciso. Trabajando sobre el papel hay m s probabilidades de que tema y objetivos sean formulados de una manera clara, explci ta , sin a m b i g e d a d e s .

    Acotado el tema y sea l ados los objetivos, se impone la b s q u e d a de d o c u m e n t a c i n para poder seleccionar los con-tenidos. Buscar d o c u m e n t a c i n significa b s i c a m e n t e con-sultar toda la bibl iograf a posible sobre el tema en cues t in . Pero significa t a m b i n , ya que se prepara la rea l izac in de un programa audiovisual, seleccionar toda la i n fo rmac in visual y sonora que se encuentre sobre el tema. Pueden considerar-se in fo rmac in visual las i m g e n e s en movimiento, los ma-pas, las grficas, las fotografas y dibujos sobre el tema. Pue-den considerarse i n fo rmac in sonora las ms icas , las cancio-nes, las voces grabadas y los efectos sonoros directa o indirec-tamente relacionados con el tema.

    E n esta fase del trabajo puede resultar particularmente eficaz la ut i l izacin de fichas. Una ficha para cada concepto, para cada texto, para cada cita, para cada in tu ic in relaciona-da con el tema. Igualmente una ficha para cada documento visual o sonoro seleccionado.

    Aunque el acopio de informaciones se realice con un crite-rio amplio, puede efectuarse ya una pr imera cr iba en func in de su coherencia o pert inencia respecto a los objetivos pro-puestos. Algunas de las informaciones seleccionadas s e r n eliminadas posteriormente. Pero aun as p r e s t a r n un gran servicio como d o c u m e n t a c i n complementar ia en la gua d idc t i ca que a c o m p a a r al programa. Una gua que se r redactada definitivamente cuando el programa est comple-tamente l a b o r a d o , pero que comienza a perfilarse ya desde el pr imer momento en que se empieza a trabajar en l.

    Sinopsis

    Se entiende por sinopsis la p r e s e n t a c i n resumida del pro-yecto de un programa, conteniendo su tema y las l neas gene-

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  • rales de su desarrol lo y tratamiento. Es un trabajo previo al gu in . E n la sinopsis no hay todava un desarrollo pormenori-zado del tema, pero los contenidos fundamentales van acom-p a a d o s de u n a propuesta de desarrollo y de unas indicacio-nes sobre el tratamiento.

    Esta fase de l trabajo consta, pues, de tres operaciones: se lecc in de los contenidos a transmitir, e s t r u c t u r a c i n bsi-ca de los mi smos y e l e c c i n del tratamiento m s adecuado.

    L a seleccin de contenidos se hace a partir de los materia-les acumulados en la b s q u e d a de la d o c u m e n t a c i n . S i se ha trabajado c o n fichas, se van seleccionando las m s adecuadas, reservando las descartadas para la gu a d idc t ica . L a selec-c in definitiva obedece tanto a criterios d idc t i cos (conteni-dos m s pertinentes en r e l ac in con el tema y atendiendo al contexto para el que se realice el programa) como a criterios audiovisuales (contenidos especialmente adecuados para ser transmitidos mediante l a exp re s in audiovisual).

    L a estructura bsica supone una o r d e n a c i n y dosif icacin de los contenidos en func in de las exigencias del medio y de las impl icaciones d idc t i cas del aprendizaje. E n este momen-to basta trazar las grandes l neas de su desarrollo.

    L o que aporta el tratamiento al desarrollo s inp t i co son indicaciones sobre el g n e r o y el estilo que a d o p t a r e l pro-grama. Unos mismos contenidos t e r i c o s pueden ser vehicu-lados mediante un informativo m s o menos c ls ico o me-diante una entrevista. Puede recurrirse al reportaje, a la n a r r a c i n , a l testimonio o al documental . A u n dentro de estos g n e r o s puede adoptarse un estilo fro y distante o uno c l ido y emotivo, u n estilo d r a m t i c o o h u m o r s t i c o , un tono p o t i c o o caricaturesco...

    E n un programa d idc t i co cualquier dec i s in sobre aspec-tos formales ha de tener una jus t i f icacin d idc t ica . E l acierto del programa r a d i c a r en saber dar con el tratamiento m s adecuado para un tema y para un auditorio concretos.

    ste es t a m b i n el momento de decidir si conviene hacer un programa abierto o cerrado. Todas estas decisiones tienen como punto de referencia los objetivos que se persiguen con l.

    E n estas fases del proceso de rea l izac in de un programa el autor o autores ponen en juego tanto la in tu ic in como la razn , tanto la i m a g i n a c i n y la creatividad como la ref lexin y la inteligencia. L a d i m e n s i n creativa est m s cerca de la

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    Imaginac in , de la in tu ic in y de la fantasa. Pero las leyes morfos in tc t icas del lenguaje audiovisual, el rigor en la cons-t rucc in y las exigencias de c e i r s e a criterios d idc t i cos obligan a u n fuerte control , que supone ref lexin e inteligen-cia. In tu i c in y racionalidad deben darse la mano, pues, tanto en esta fase como a lo largo de todo el proceso.

    Prev i s in de necesidades

    E l trabajo de o rgan izac in discurre paralelamente a los trabajos de c r eac in . Cada o p c i n a nivel creativo comporta unas exigencias a nivel organizativo. Y , a su vez, todas las posibilidades y las l imitaciones de tipo organizativo condicio-nan las opciones creativas. Por esto ambos niveles deben llevarse al u n s o n o .

    Tomar conciencia de las condiciones de trabajo quiere decir definir las posibilidades y l imitaciones a nivel personal y a nivel material. A nivel personal hay una serie de exigencias: guionistas, t cn icos , i n t rp re t e s , locutores... L o ideal es que haya especialistas cubriendo cada una de estas facetas. Es de desear que la c o l a b o r a c i n entre ellos sea constante a lo largo de todo el proceso. Cuando esto no sea posible, h a b r que limitarse a trabajar con el equipo disponible, recurriendo a asesoramientos ocasionales en los campos que queden me-nos cubiertos.

    A nivel material hay que prever toda clase de necesidades: de t iempo, de equipos y servicios, y costos e c o n m i c o s . Hay que estudiar y decidir hasta q u punto se es t en condiciones de i n v e r t t iempo, dinero, personal, equipos y servicios. L a se lecc in definitiva de contenidos, l a rea l izac in de la sinop-sis y la e l abo rac in del gu in e s t a r n condicionados por estas posibilidades y l imitaciones.

    G u i n literario

    E l gu in li terario es la t r a n s c r i p c i n escrita, detallada y pormenorizada del desarrollo del programa, ya perfectamen-te estructurado. E l gu in li terario incorpora, pues, todos los contenidos que se r n expuestos en el programa, desarrolla-dos y estructurados, pero expresados literariamente.

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  • Aunque la expres in sea literaria, conviene que la concep-c in del programa sea audiovisual desde el p r imer momento. E l resultado final se r m s h a l a g e o si e l proyecto no parte inicialmente de un acopio de conceptos abstractos, sino de intuiciones audiovisuales. Conviene que incluso los que ela-boren el gu in literario tengan una mentalidad audiovisual, es decir, sepan pensar en i m g e n e s visuales y sonoras.

    N o basta pensar en i m g e n e s . Hay que pensar en i m g e n e s en movimiento y sonoras, captadas por una c m a r a igualmen-te mvi l y con un desarrollo secuencial que exigir un ritmo t a m b i n d i n m i c o .

    Corresponde a esta fase del trabajo prever los problemas relativos a l a d u r a c i n del programa, a su ritmo y a l a dosifica-c in de los recursos y de los efectos. Conviene guardar ele-mentos de espectacularidad, de sorpresa o cargados de emoti-vidad para los l t imos momentos, que es cuando el nivel de a t e n c i n tiende a decaer y cuando el ritmo debe r a alcanzar su punto culminante.

    E l proceso de rea l izac in de u n programa d idc t i co es u n juego de elecciones. E l resultado final d e p e n d e r de los acier-tos y errores en cada una de estas elecciones. Cada o p c i n se r valorada en func in del tema, de los objetivos, de la edad y del nivel de p r e p a r a c i n de los destinatarios del programa. Acertar no es fruto del azar. E l juego tiene sus reglas. S i se trabaja en equipo, cada miembro aporta sus conocimientos especf icos, aunque en esta fase p e s a r n fundamentalmente las aportaciones del profesor o del especialista en la materia. E l especialista en audiovisuales o r i e n t a r sobre las posibil ida-des de tratamiento audiovisual de los contenidos selecciona-dos. Y el pedagogo i n f o r m a r sobre la viabi l idad o inviabi l i -dad del proyecto desde el punto de vista de la eficacia d idct ica .

    E n esta fase del proceso hay que cuidar especialmente el nivel de concep tua l i zac in , la cantidad de in fo rmac in trans-mitida, el nivel del vocabulario util izado, la ex tens in del pro-grama...

    Dos l t imas observaciones. L a gua d idc t i ca se i r confi-gurando paulatinamente; por una parte, porque todos los contenidos que no sean definitivamente seleccionados pasa-r n al cuaderno de notas a partir del cual se e l a b o r a r m s adelante la gua d idc t ica ; por otra, porque en el trabajo de r e d a c c i n , de d iscus in y con f ron t ac in su rg i r n comenta-

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    rios y observaciones que s e r n t i les para un posterior apro-vechamiento del programa.

    Conviene recordar t a m b i n que, aunque el guionista y e l realizador de un programa son absolutamente libres para introducir los recursos que consideren m s oportunos, hay recursos que han probado su eficacia d idc t i ca en m l t i p l e s ocasiones: la e jempl i f icacin, l a p r e s e n t a c i n de errores, l a inc lus in de esquemas, grficos, mapas, etc. 1

    G u i n t c n i c o

    Entre el gu in li terario y el gu in t c n i c o hay u n proceso de t r a d u c c i n o t r anscod i f i cac in . E l g u i n t c n i c o expresa los mismos contenidos que el l i terario, pero en un c d i g o distinto. E l gu in t c n i c o es la t r a n s c r i p c i n escrita de las i m g e n e s y sonidos tal como a p a r e c e r n luego en la panta-l la .

    Normalmente el g u i n t c n i c o se estructura en dos gran-des columnas correlativas, correspondientes respectivamen-te a lo que se ve y a lo que se oye. E l conjunto del programa se desglosa en secuencias, y cada secuencia en planos. U n plano es una unidad de toma. De cada plano se ofrece, pues, infor-m a c i n visual y sonora:

    - Lo que se va a ver. Los actores, su pos i c in y sus evolu-ciones. Los objetos. Los decorados o escenarios y los elemen-tos ambientales. Pero no s lo lo que se va a ver. T a m b i n cmo se va a ver, es decir, la manera como se va a presentar: l a c o m p o s i c i n , el encuadre, la p lan i f icac in , la a n g u l a c i n , los posibles mol imien tos de c m a r a , la i l uminac in . . . H a n de constar a d e m s los signos de p u n t u a c i n utilizados para co-nectar los planos entre s: corte, fundido en negro, encadena-do...

    - Lo que se va a or. L a voz en off, si la hay, o, en su caso, los dilogos*, ahora ya en su ve r s in definitiva, salvo correc-ciones durante la g r a b a c i n . La ms i ca . Los efectos sonoros, los ruidos ambientales. Y , t a m b i n aqu , la manera como se integran entre s estos recursos: las superposiciones, los cor-tes, los encadenados, los fundidos...

    Para identificar las secuencias y los planos se uti l izan gru-

    1. F. Fernndez y J.M. Monguet (1984), n. 9, pg. 48.

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  • pos decimales. E l p r imer grupo se destina a las secuencias y el Segundo a los planos. Por ejemplo, 3.13 significara p lano trece de la tercera secuenc ia . E n la co lumna correspondien-te al sonido suelen escribirse con m a y s c u l a s las indicaciones (el tono de la voz, la clase de m s i c a o de efecto sonoro, el t ipo de c o n e x i n entre ellos...) y en m i n s c u l a s el texto correspon-diente a las voces, tanto si son en directo como si son en off.

    A veces se util izan signos convencionales para las mezclas de las m s i c a s y de los efectos sonoros. Por ejemplo, el sig-no > para indicar que funde la ms i ca . O el signo < para indicar que la m s i c a o los efectos sonoros abren desde el si lencio. O los signos $ para indicar un encadenamiento en-tre una m s i c a que funde y otra que abre.

    E l realizador de un programa puede pensar en l como en una orquesta interpretando una sinfona. Como en la orques-ta, en el programa audiovisual intervienen instrumentos muy diversos: i m g e n e s , ms i cas , voces humanas, silencios, efec-tos sonoros. N o importa que predomine el sentido coral o que, por el contrario, prevalezcan las intervenciones de los solistas. L o importante es que exista c o o r d i n a c i n , a r m o n a , sentido del conjunto.

    Normalmente el gu in t c n i c o se suele presentar en gran-des folios agrupados en forma de cuaderno. E n algunos am-bientes prefieren util izar un sistema de fichas: una ficha para cada plano. Algunos autores dibujan previamente todos los planos, asegurando de este modo un perfecto control sobre todos los elementos que configuran el encuadre.

    T a m b i n en esta fase conviene hablar del juego de las elecciones. Antes de tomar una dec i s in hay que preguntarse: Qu se pretende comunicar con esta imagen, con esta ms i -ca, con este efecto sonoro, con esta in tu ic in , con esta asocia-c in de recursos? No hay ninguna f r m u l a mejor para expre-sar lo mismo? Puede expresarse de una manera m s comprensible, m s evidente, m s impactante, m s creativa, m s sencilla...?

    S i se trabaja en equipo, lo ideal es que se divida el gu in en secuencias y cada miembro ensaye por su cuenta c m o tradu-c i r en i m g e n e s y sonidos cada una de las secuencias. E n una posterior puesta en c o m n se confrontan las intuiciones y los hallazgos de cada uno anotando en un gu in definitivo las opciones que parezcan m s acertadas. Es una f r m u l a de

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    trabajo en la que se aprovecha la creatividad de todos los miembros del grupo. L a cr iba por l a que ha de pasar una opc in hasta convertirse en definitiva garantiza en cierto modo su posterior eficacia.

    E l realizador es el pr inc ipal responsable del trabajo a par-tir de esta fase. Su responsabilidad se centra sobre todo en la t r a d u c c i n audiovisual. E l profesor o el especialista en la discipl ina colaboran con l, fundamentalmente velando para que en la t r a d u c c i n no sean traicionados los contenidos.

    T a m b i n en esta fase del proceso entran enjuego, a partes iguales, la in tu ic in y la racionalidad, la i m a g i n a c i n y la reflexin. L a in tu ic in y la imag inac in trabajan en favor de la creatividad. L a reflexin y la racionalidad juegan el papel de contrapeso, evaluando en cada momento si los hallazgos creativos se a d e c a n a los objetivos o al nivel de c o m p r e n s i n de los destinatarios. E n cualquier caso, en este juego entre reflexin y creatividad h a b r que gastar mucho papel hasta dar con una so luc in satisfactoria.

    E n la lista de Imgenes que pueden integrarse en un programa de vdeo que se ofrece m s adelante se advierte que el v deo puede convertirse en sntesis de medios expresi-vos. Los recursos a los que se tiene acceso son ml t ip les . E n cada caso se r e c u r r i r al m s oportuno, sin olvidar la necesa-ria coherencia en el tratamiento ar t s t ico del conjunto de la obra.

    Plan de trabajo para la rea l i zac in

    L a fasegie la rea l izac in o g r a b a c i n es tan compleja, pone en juego tantas personas, tantos medios, t iempo y dinero que requiere un estudio previo para rentabilizarla al m x i m o .

    E l plan de rea l izac in es ta r condicionado por el sistema de g r a b a c i n que se adopte. S i se piensa realizar editaje o montaje posterior, la g r a b a c i n de los planos no se h a r en un orden c r o n o l g i c o , tal como a p a r e c e r n en pantalla, sino en un orden lgico, obedeciendo a facilidades de g r abac in . E n el plan de rea l izac in c o n s t a r n las unidades de g r a b a c i n en el orden m s racional y rentable posible, p l e g n d o s e a las exigencias de las personas, los materiales, las condiciones ambientales, la luz solar... Por ejemplo, se g r a b a r n por un lado todos los planos correspondientes a interiores, por otro

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  • los correspondientes a exteriores, se d e d i c a r una ses in a las i m g e n e s de dibujos, grficas o diapositivas...

    Hay trabajos que pueden realizarse en paralelo. Por ejem-plo, los dibujantes y los grafistas pueden realizar su tarea mientras el grueso del equipo l leva a cabo otras fases de la rea-l izacin.

    Tanto si se cuenta con el editaje posterior como si no, el plan de trabajo para la rea l izac in inc lu i r un listado de todos los elementos que se r n precisos para la acc in , la decora-c in o el vestuario de cada uno de los planos que se van a grabar.

    Hay que hacer t a m b i n una prev i s in de tiempo a diversos niveles: d u r a c i n de cada plano en pantalla en el programa finalizado, t iempo que h a b r que destinar a su g rabac in . . .

    Inventariado el personal, el material necesario y el t iempo disponible, h a b r que coordinar todos estos elementos de una manera racional: q u personas deben hacerse cargo de cada una de las actividades o funciones, q u lugar se va a destinar a la g r a b a c i n de cada plano o secuencia, q u das y horas se establecen para cada una de las grabaciones...

    Antes de inic iar cada ses in de g r a b a c i n se p o n d r a punto todo el material auxiliar: decorados, vestuario, maque-tas, mapas, material de laboratorio, dibujos, pizarras, fotogra-fas...

    Como se trata de rentabilizar al m x i m o las inversiones en cuanto al personal y a los materiales, conviene que las previ-siones del plan de trabajo se hagan con criterios realistas, lo m s amplios posibles, considerando que normalmente sur-gen dificultades imprevistas. E n cualquier caso, es preferible excederse por m s que por menos, para evitar que haya que detener la g rabac in por haber agotado el presupuesto.

    La rea l i zac in

    Se entiende por rea l izac in el conjunto de operaciones mediante las cuales se convierte en i m g e n e s y sonidos todo lo que previamente hab a sido planificado sobre el papel. E n el cine el proceso de rea l izac in se denomina rodaje o fil-m a c i n . E n v deo se habla preferentemente de g r a b a c i n o re-gistro.

    E l responsable fundamental de esta fase es el realizador.

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    Conviene que est a c o m p a a d o de un t c n i c o , teniendo en cuenta que el proceso de rea l izac in comporta tanto proble-mas de tipo expresivo como de orden t c n i c o .

    L a funcin del realizador consiste precisamente en resol-ver los problemas de orden expresivo. Es el especialista en el lenguaje de la imagen y, como tal, el encargado de la puesta en imgenes .

    E l cine nac i esclavo del teatro. L a c m a r a se situaba ante la acc in como lo hac a un espectador ante el escenario de un teatro. Como l, la c m a r a contemplaba la a c c i n desde un n i c o punto de vista, fijo e inamovible. C o n el t iempo la c m a r a se l iber . E l cine adqu i r i su grandeza, su a u t o n o m a y su madurez expresiva a medida que la c m a r a a p r e n d i a escoger en cada momento entre los infinitos puntos de vista desde los que puede contemplarse una acc in . L a habil idad de un realizador consiste en encontrar en cada instante el punto de vista m s adecuado para transmitir una informa-cin , unos contenidos, unas sensaciones.

    E n manos de un buen realizador, la c m a r a se convierte en un instrumento m g i c o que permite lo que nunca p o d r a conseguirse sin ella: contemplar una misma realidad desde ml t ip les puntos de vista. La c m a r a supera los l mi tes del espacio y del tiempo, trasciende la realidad creando una reali-dad nueva, la realidad flmica.

    E n el caso del programa didctico, esta habil idad supone dominio del lenguaje de la imagen en movimiento y dominio de la pedagog a de la imagen. N o siempre los mejores recur-sos, creativamente hablando, son los m s adecuados para la eficacia d idc t i ca de un producto.

    Todas lk elecciones del realizador t e n d r n como punto de referencia estas dos dimensiones: la d idc t i ca y la audiovi-sual. E n funcin de ellas se ha r , por ejemplo, la e l ecc in de una p t ica que permita restringir o ampliar el campo visual, anulando o acrecentando determinados valores de profundi-dad. E n funcin de ellas se h a r la e l ecc in de un encuadre o una a n g u l a c i n que enfaticen a un personaje o que distorsio-nen el sentido de las proporciones.. . Hay que hacer constar que existen dos planos particularmente privilegiados: el pr i -mer plano y el plano general. El los traducen c inematogrf ica -mente el paso constante del esp r i tu del detalle al conjunto, de lo particular a lo general, del anl is is a la s ntesis (y vicever-sa, por supuesto). E l plano general define el cuadro de una

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  • acc in , la s i ta, la localiza. Provee, permanentemente, de un elemento de referencia. E l p r imer plano muestra el objeto o el detalle que se quiere hacer ver, a i s l ndo lo sobre la pantalla, p o n i n d o l o en evidencia, concentrando obligatoriamente la a t e n c i n sobre l . Es el plano d idc t i co por exce lencia . 2

    N o es que los planos intermedios no tengan una func in d idc t icas . L a cita de R. Lefranc l lama la a t e n c i n sobre el hecho de que cada forma de planificar es adecuada para al-canzar unos objetivos.

    Le corresponde t a m b i n a l realizador el cuidado de la d u r a c i n de los planos. Planos excesivamente largos pueden dar lugar a un r i tmo excesivamente lento y, en definitiva, a un programa falto de in te rs . Planos excesivamente breves no p e r m i t i r n que los alumnos capten y asimilen toda la informa-c in que contienen.

    T a m b i n la luz y el co lor requieren cuidados especiales. Las joyas brillantes en las ropas producen destellos que pue-den ser molestos. Los blancos y los estampados llamativos en las ropas causan bri l los . Son m s recomendables los azules y los beiges, los grises y los colores pastel.

    Cada plano ha de ser concebido no slo en func in de l mismo, sino t a m b i n en func in del que le precede y del que le sigue. De alguna manera cada plano ha de expresar su continuidad con el anterior y crear en el espectador expectati-vas respecto al que le ha de seguir.

    E l realizador de un programa de v deo no copia l a reali-dad, sino que crea una realidad nueva. Que esta nueva rea-l idad se cree n t e g r a m e n t e durante la g r a b a c i n o d e s p u s , d e p e n d e r del sistema de trabajo que se uti l ice: con o sin editaje posterior. S i se piensa realizar editaje posterior, l a claqueta (una claqueta real o una e l ec t rn i ca , s e g n los ca-sos) p e r m i t i r identificar cada plano en r e l ac in con los del gu in t c n i c o . E n este caso los planos se g r a b a r n m s largos. Y se g r a b a r n m s planos de los necesarios. Se g r a b a r n planos detalle de objetos, rostros, etc., para cubrirse en caso de fallos en la continuidad narrativa.

    S i no va a haber editaje posterior, se s implif ica el proceso omitiendo una etapa, pero la fase de g r a b a c i n es mucho m s delicada. Hay que grabar en el mismo orden en que aparecen los planos en el gu in . Y el r i tmo hay que d r se lo a las imge-

    2. R. Lefranc (1973 b), pg. 116.

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    nes a medida que se graban. E l ritmo es precisamente lo m s difcil de conseguir en un programa, de manera que en esta modalidad de g rabac in hay que prever con mucho rigor la d u r a c i n que se le asigna a cada plano. E n un apartado poste-rior se ofrecen algunos criterios para la d u r a c i n de los planos.

    L a versatilidad e inmediatez de la t ecno log a del v deo permiten que en ambas modalidades de g r a b a c i n se pueda comprobar inmediatamente la calidad de lo grabado. Hay que revisar el plano grabado para darlo o no por vl ido antes de proceder a la g r a b a c i n del siguiente. S i es claramente recha-zable, se graba encima la siguiente toma. S i es slo mediana-mente aceptable y no va a haber editaje posterior, se repite t amb in la g r a b a c i n hasta conseguir una toma perfecta. S i va a haber editaje posterior, puede conservarse la toma, pero se repite t a m b i n la g r a b a c i n hasta tener el convencimiento de que se dispone, por lo menos, de una toma perfecta.

    S i va a haber editaje posterior, puede dedicarse una ses in especial a la g rabac in de todas las i m g e n e s que no procedan directamente de la realidad: telecine, diapositivas, retropro-yector, fotografas, p s t e r s o murales, grficas, mapas, ma-quetas, otras cintas de v deo , ordenador, etc.

    S i durante la g r a b a c i n se toma el sonido en directo, hay que vigilar la calidad de los m i c r f o n o s y su perfecta coloca-c in , pues luego la g r a b a c i n sonora ya no p o d r mejorarse. Cabe la posibi l idad de tomar un sonido de referencia. E n este caso se rehace totalmente la banda sonora en el estudio, de spus del editaje.

    P o s p r o d u c c i n

    E l editaje es la o p e r a c i n mediante la cual se seleccionan, se ordenan y se acoplan, s egn el orden previsto en el gu in , los diversas planos grabados previamente, d n d o l e s el r i tmo adecuado. E n el cine esta o p e r a c i n recibe el nombre de montaje, y se realiza por corte y empalme. E n v deo se realiza mediante procedimientos e l ec t rn i cos , sin corte de cinta.

    Los profesionales realizan esta o p e r a c i n mediante una sofisticada mesa de editaje. Los educadores tienen acceso, cada vez m s , a mesas de editaje no profesionales pero suma-mente funcionales. E n caso contrario, b a s t a r disponer de

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  • dos magnetoscopios (o de un magnetoscopio y un cam pi , o de dos camascopios), uno funcionando como lee otro como grabador. Pueden ser magnetoscopios de foi o sistemas distintos. Tanto en un sistema como en otro ex !

    dos modalidades distintas de editaje: por ensamblaje y por serto.

    E l editaje por ensamblaje se realiza sobre una cinta virge en la que se van grabando uno tras otro los planos, confor al orden previsto en el gu in t c n i c o . E n el m a g n e t o s c o . lector se van colocando las cintas que contienen los p lan grabados previamente.

    E l editaje por inserto se realiza sobre la misma cinta ut da durante l a g rabac in . Consiste en introducir unas imge^ nes nuevas en sus t i tuc in de las antiguas, sin alterar para na : las i m g e n e s inmediatamente anteriores y posteriores de g rabac in in ic ia l . Las i m g e n e s nuevas pueden provenir de otra videocinta, de la c m a r a o del telecine. Se pueden grabar nuevas i m g e n e s manteniendo el sonido original , o viceversa, se puede grabar una banda sonora nueva respetando las im-genes originales.

    E l editaje por ensamblaje puede realizarse con toda clase de magnetoscopios, siempre que ofrezcan nitidez de imagen en la pos ic in de pausa. E n cambio, el editaje por inserto s lo puede realizarse con aquellos magnetoscopios que ofrecen esta p res t ac in .

    Tanto en un caso como en otro el trabajo de editaje se plantea con un doble objetivo: darle continuidad al relato (que no haya fallos de raccord o continuidad entre los pla-nos a todos los niveles: continuidad narrativa, de pos i c in o de gesto, de vestuario, de i luminac in . . . ) y conferirle un ritmo.

    E l problema del r i tmo es bastante m s complejo y de m s difcil so luc in . Hace falta una especie de sexto sentido para intuir si el r i tmo que se le est dando al programa (la d u r a c i n de cada uno de los planos y las conexiones entre ellos) es el adecuado tanto en funcin del contenido como del nivel de los destinatarios. Es decir, en func in de la c a p t a c i n del in te rs de los alumnos y de su c o m p r e n s i n del programa.

    E n cualquier caso conviene recordar que el ritmo es un pr incipio bs i co del cine y del v deo , que se definen precisa-mente por el movimiento y el sentido de la p r o p o r c i n . P la tn defina el r i tmo como la o r d e n a c i n del m o v i m i e n t o . Para

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    V. d i n d y era el orden y p r o p o r c i n en el espacio y en el l l r rnpo. Para E . d 'Eichtal , el ritmo es al t iempo lo que la Imctr a al espacio.

    Una vez finalizado el editaje, se procede a l a l t i m a de las operaciones de p o s p r o d u c c i n : la sono r i zac in definitiva. Puede darse el caso de que haya que rehacer ligeramente los textos en funcin de la d u r a c i n de los planos. E n cualquier tttNO, se t r a t a r de p e q u e o s problemas de ajustes. Llega en-tonces el momento de la g rabac in de las voces, si es que las ilo los actores han de ser dobladas (por ellos mismos o por otros actores) o se han de incorporar voces en off.

    Nunca est de m s recordar l a importancia de la calidad de las voces en la eficacia del mensaje transmitido. Y no se trata slo de la calidad de la voz. Cuentan t a m b i n el tono, el nfasis, la e n t o n a c i n .

    Se h a b r decidido previamente si se aprovecha, del todo o en parte, el sonido captado s i n c r n i c a m e n t e en el momento de la g r a b a c i n de las i m g e n e s . S i es el caso, s te es el momento de a a d i r las m s i c a s y acoplar nuevos efectos sonoros. E n un apartado posterior constan algunas coleccio-nes de discos especialmente indicados para la g r a b a c i n de efectos sonoros.

    Con estas operaciones puede darse por conclu ido el pro-grama. Es conveniente realizar un visionado experimental antes de proceder a su ut i l izacin definitiva. Posiblemente ya no h a b r tiempo para modificaciones sustanciales, pero las deficiencias observadas p o d r n subsanarse mediante alguna ind icac in hecha en la i n t r o d u c c i n que preceda al visionado o incluyendo alguna actividad especial en el trabajo posterior.

    La gua d idc t i ca

    Y a se ha indicado con anterioridad: aunque forman parte de las actividades complementarias, las tareas relacionadas con la confecc in de la gua d idc t i ca no deben abandonarse en ninguna fase del proceso de e l a b o r a c i n del programa. Las fichas de contenido que no se hayan utilizado en el gu in definitivo se h a b r n reservado como d o c u m e n t a c i n para l a gua d idc t ica . Esta d o c u m e n t a c i n se h a b r ido enriquecien-do con aportaciones de todo tipo: cada vez que se observen lagunas en el contenido del programa, cada vez que se descu-

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  • bre la capacidad de sugerencia de una imagen, de un texto de u n efecto... 4

    De este modo se llega al momento de la r e d a c c i n defn" va de la gua con un importante acopio de notas, con in tu ic i nes, con abundantes sugerencias de trabajo.

    I I m g e n e s que pueden integrarse en un programa de v" deo ; :

    Imgenes impresas Fotografas Dibujos Grficas Mapas Ps te r s y murales

    Imgenes proyectadas Diapositivas Fi lminas Retroproyector Pe l cu las

    Imgenes magnticas Cintas de v deo Ordenadores Microordenadores

    Imgenes de la realidad. Interiores Personajes

    Entrevistas, testimonios, actuaciones, dramatizacio-nes...

    Decorados Habitaciones Instalaciones Maquetas Objetos

    Imgenes de la realidad. Exteriores Personajes

    Entrevistas, testimonios, actuaciones, dramatizacio nes...

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    Hueenarios naturales urbanos Itucenarios naturales rurales Kdlficios Inhalaciones Decorados

    DUcograf a de efectos sonoros

    133 autnticos efectos sonoros, Hispavox, Madr id , 1978. U n n i c o l b u m conteniendo tres e leps .

    - Efectos de sonido, E m i , L a voz de su amo, Barcelona , 1959. Co lecc in de 24 singles monogr f i cos .

    - Msica y sonidos, Eumig , Barcelona. E lep de r ecop i l ac in .

    ' - Efectos de sonido, D ia l Discos, Madr id , 1982. Co lecc in de 16 e leps m o n o g r f i c o s .

    - Efectos especiales de sonido, E m i O d e n , Barcelona, 1976. Co lecc in de 7 e l eps monogr f i cos .

    - Autnticos efectos de sonido, Hispavox, M a d r i d , 1975. Co lecc in de 5 e l eps m o n o g r f i c o s .

    Consejos tcnico-expres ivos para la grabac in de programas

    1. Conviene no hacer saltos espectaculares en la escala de planos. Bar ejemplo, para pasar de un plano general a un pr imer plano conviene in t roduci r a lgn plano intermedio para que el salto resulte menos brusco.

    2. Conviene no abusar de los planos lejanos, porque los elementos del encuadre se difuminan o acaban por perderse, debido a la escasa def in ic in de la imagen e l ec t rn i ca .

    3. L a mejor alternativa a los planos lejanos es la fragmen-tac in de la realidad; es decir, el recurso a una mayor canti-dad de planos m s cercanos y m s breves.

    4. E n programas pensados para n i o s de corta edad con-viene vigilar los cambios de plano por corte, porque los n i o s de esta edad son incapaces todava de crear asociaciones. Hay que hacer muy patente la cont inuidad.

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  • 5. Aunque las tomas con la c m a r a a l hombro resultan en ocasiones llenas de frescura y espontaneidad, a menudo es imprescindible el uso del t r pode . Sobre todo cuando se traba-ja con el objetivo en pos ic in tele o cuando las condiciones luminosas no son adecuadas.

    6. Se entiende por eje de referencia l a l nea imaginaria que va de los ojos del sujeto grabado hasta la persona u objeto que est mirando. E l eje divide el espacio en dos campos. Situada la c m a r a en uno de los dos, debe mantenerse en l cada vez que se cambia de punto de vista.

    7. E n el supuesto de que haya un sujeto central, l a i l umi -n a c i n c ls ica fijara una fuente de luz clave, normalmente lateral, una fuente de luz de rel leno o complementaria, nor-malmente t a m b i n lateral pero al otro lado, y una fuente de i l u m i n a c i n trasera, para resaltar la silueta y recortarla sobre el fondo.

    Elementos que condicionan la d u r a c i n de los planos de un programa

    1. E l r i tmo que se pretende conferir al programa o a la secuencia. Hay contenidos que exigen un ritmo d i n m i c o y, en consecuencia, planos breves; y contenidos que precisan una cierta lentitud expositiva y, en consecuencia, planos largos.

    2. E l tipo de plano desde el punto de vista del encuadre. Normalmente los planos generales contienen mucha infor-m a c i n y, por tanto, exigen un tiempo m s largo de lectura, mientras que los primeros planos contienen poca informa-c in y son le dos m s r p i d a m e n t e .

    3. L a cantidad o complejidad de la i n fo rmac in de cada plano, tanto objetivamente como en r e l ac in con el plano que le precede y el que le sigue.

    4. L a r e l ac in con el texto hablado. Un largo texto puede justificar o exigir que se le conceda m s t iempo a un plano que de por s no exigir a tanto.

    5. E l movimiento. E n igualdad de condiciones se tolera m s un plano largo si va a c o m p a a d o de movimiento de c m a r a o de movimiento de los objetos o sujetos dentro del plano.

    6. L a edad o el nivel del grupo al que se va a destinar el programa.

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    E l control de la profundidad de campo

    Se entiende po r profundidad de campo el espacio longi -tudinal comprend ido entre el p r i m e r o y el l t i m o de los t r m i n o s que quedan n t i d o s en e l encuadre. L a profundi-dad de campo suele exigir de l espectador una act i tud men-tal m s act iva y una p a r t i c i p a c i n m s intensa. Fac i l i t a ade-m s que los objetos y sujetos en mov imien to se mantengan n t i dos .

    L a profundidad de campo se con t ro la mediante diversos recursos. Puede acrecentarse operando con diafragmas ce-rrados. S i el objetivo es a u t o m t i c o , se c o n s e g u i r cerrar e l diafragma incrementando la cantidad de luz-ambiente. L a profundidad se acrecienta t a m b i n operando con el objetivo en p o s i c i n gran angular. Puede acrecentarse t a m b i n la s e n s a c i n de profundidad mediante una adecuada disposi-c in de los elementos dentro del encuadre y mediante una apropiada v a r i a c i n de los tonos de la luz en los diferentes t r m i n o s .

    Para anular l a profundidad de campo conviene operar con diafragmas muy abiertos. S i e l objetivo es a u t o m t i c o , el dia-fragma se a b r i r cuando la luz ambiental sea escasa. Se anula t a m b i n la profundidad de campo cuando se opera con el objetivo en pos i c in tele.

    Los problemas de raccord o continuidad

    E l t r m i n o raccord hace referencia en el lenguaje audiovi-sual a l cont inuidad entre los diversos planos que componen una obra, sin que haya fallos de suces in . Es una expres in de origen f rancs que significa literalmente enlace.

    L a continuidad entre los planos debe cuidarse a todos los niveles: de a c c i n , de pos i c in de personajes, de gestos, de decorados, de i l u m i n a c i n , de vestuario...

    Cuando se trabaja con c m a r a s a u t o m t i c a s hay que cui-dar especialmente la continuidad de i l u m i n a c i n . A l cambiar de punto de vista en una misma escena, p o d r a variar la lumi -nosidad segn que las paredes reflejaran o no la luz del sol o de otra fuente luminosa. A l conectar los planos en el edita-je p a r e c e r a que los planos han sido tomados en horas dis-tintas.

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  • T c n i c a s que pueden incorporarse a la g r a b a c i n de prd$ gramas .!

    1. Los soportes especiales para r e p r o d u c c i n facilitan l conve r s in de i m g e n e s es t t icas (fotografas, dibujos, grfi* eos, esquemas, etc.) en i m g e n e s videogrf icas . Pueden apro* vecharse, si son resistentes, los soportes que se uti l izan para Ut r e p r o d u c c i n en fotografa.*

    2. L a ut i l izacin de maquetas tiene como valor suple*-mentario la tr idimensionalidad. Las maquetas resultan muy apropiadas para facilitar la c o m p r e n s i n de f e n m e n o s m s o menos complejos. Algunos juguetes pueden ayudar a l a com-p r e n s i n de mecanismos como el funcionamiento del motor de explos in o las trayectorias de los mv i l e s . 3

    3. E l sistema de telecine permite convert ir en i m g e n e s videogrf icas i m g e n e s procedentes de un proyector de c ine o de un proyector de diapositivas. E l recurso es de gran valor, porque gran parte del material d idc t i co existente se ofrece a n en diapositiva o en cine de 35, 16 o S8 mm.*

    4. L a ut i l izac in de un objetivo macro o de la p o s i c i n macro que incorporan bastantes de las c m a r a s del mercado permite captar y ampliar i m g e n e s de muy reducidas dimen-siones: insectos, flores, dibujos muy p e q u e o s . . .

    5. E l sistema de v deo m i c r o s c p i c o permite grabar y /o visionar i m g e n e s m i c r o s c p i c a s . E l sistema consiste simple-mente en conectar la c m a r a de v deo a un microscopio mediante un adaptador. De este modo un elevado n m e r o de alumnos pueden contemplar al mismo tiempo i m g e n e s mi -c roscp icas .

    6. Pueden anteponerse al objetivo siluetas de cartul ina negra perforadas convenientemente para e l iminar parte de la imagen, confiriendo un valor es t t i co al encuadre.

    7. L a i n c o r p o r a c i n de filtros permite conseguir efectos especiales (flou, c r e a c i n de destellos, mu l t i p l i c ac in de la imagen, po la r i zac in , distorsiones diversas) o simplemente introducir correcciones en la i l u m i n a c i n o en el color .

    8. Otras t cn i cas que pueden incorporarse a la c r e a c i n de programas de v deo: microfo tograf a , v ideor rad iograf a , endoscopia, endotelescopia, estereoscopia...

    3. Santiago Mallas (1985), pg. 172. * Puede verse al respecto Sistema de vdeo para la enseanza, de Sony

    Procom, Barcelona, 1982, pgs. 24-25.

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    Pftm dar relieve a la figura del presentador

    ll hecho de que en los programas d idc t i cos se recurra 4'in frecuencia a un presentador que habla situado ante l a i Amara justifica que se ofrezcan algunas recomendaciones al trxpccto.

    El encuadre m s habitual y eficiente es l a toma de busto, imi'u la que se recomienda una distancia de 3 a 4 metros entre IH t m a r a y el presentador. Una distancia menor puede int i-midar o incomodarle . Una distancia mayor puede relajarlo en rxceso.

    Adems de estos factores ps ico lg icos , l a distancia de 3 a 4 metros es l a que mejor se a d e c a a las ca rac t e r s t i ca s t c n i c a s de la c m a r a .

    L a distancia entre el presentador y el fondo no d e b e r a ser Inferior a los 2 metros, para evitar que se produzcan sombras en el fondo.

    S i el eje p t i co (la l nea imaginaria que va de las lentes de la c m a r a a los ojos del presentador) no es perfectamente horizontal, conviene subsanar l a deficiencia ajustando la c-mara sobre el t r pode o situando al presentador sobre u n enta-rimado.

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